Vaiedaber Elokím 5732
Vaiedaber Elokím 5732
Vaiedaber Elokím 5732
MAAMAR
– DISCURSO JASÍDICO –
Este Discurso Jasídico fue pronunciado el martes 24 de Tevet –aniver-
sario de la desaparición del Alter Rebe, Rabí Shneur Zalman de Liadí1,
fundador y primer Rebe de Jabad (1745-1812)– en el año 5732 (1972).
Se envió oportunamente a imprenta, pero por diversas razones no se
lo imprimió en esa ocasión, y se lo hizo recién dos años más tarde, en el
5734.
A este Discurso se le añadió en su momento una carta del Rebe2 rela-
cionada con Lag BaOmer, día de la Hilulá3 de Rabí Shimón bar Iojái4.
El original hebreo fue corregido por el Rebe.
1. Así se expresa el Tzemaj Tzedek (al final de sus Piskéi Diním): “Al concluir
el Shabat Shemot 23 de Tevet, en la noche del 24, a mediados de la hora 11, fue
tomado cautivo el Arca Santa, la Luminaria de Israel, el Ungido de Di-s, y fue re-
querido...”. La precisión de la terminología usada –“Arca Santa, Luminaria de
Israel, Ungido de Di-s”– (que se corresponde con los planos místicos de Biná,
Jojmá y Kéter) se explicó en detalle en el farbrenguen (encuentro jasídico) en que
se pronunció este maamar (véase Likutéi Sijot, vol. 18, pág. 33, nota 3).
2. Impresa también en Likutéi Sijot, vol. 7, pág. 341.
3. Hilulá significa literalmente “boda”. En la mística, la desaparición física de
un tzadík es un momento en el que logra su unión total con Di-s; de ahí la analo-
gía con una boda, la unión de marido y mujer.
4. Véase Likutéi Leví Itzjak (del padre del Rebe), Igrot, pág. 249 y ss., donde se
explica desde la perspectiva cabalística la relación existente entre la Hilulá del
Alter Rebe, la de Rabí Shimón bar Iojái, el 24 de Tevet, etc.
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Vaiedaber Elokím el Moshé,
vaiómer eilav: “Aní Havaiá...”
El Señor habló a Moshé,
y le dijo: ‘Yo soy Di-s (Havaiá)...’ (Éxodo 6:2).
1. Ibíd. 4:22-23.
2. Ibíd. 5:2.
3. Ibíd. 5:6-9.
4. Ibíd. 5:22.
5. Ibíd. 6:2.
6. Ibíd. 6:3.
7. Ibíd. 6:6-7.
8. Véase Maamaréi Admur HaZakén, Parshiot, vol. 1, págs. 228 y 233.
4 SEFER HAMAAMARÍM
los grandes’: ‘no te acerques hasta aquí’ (Éxodo 3:5) – no tienes nada con el sa-
cerdocio, como fuera dicho (Números 1:51): ‘el ajeno que se acerque [al
Santuario], morirá’, ni tienes nada que ver con el reinado, como fuera dicho (II
Samuel 7:18): ‘[Y vino el rey David...] que me has traído hasta aquí’”.
21. Al comienzo.
22. En el año 5741 se imprimió en Maamaréi Admur HaZakén 5570, al co-
mienzo. Aparece con variantes (y más acotaciones) en Likutéi Torá, Shir HaShi-
rím 40b, y en Séfer HaMaamarím - Hanajot HaRa”p, pág. 164.
23. Shir HaShirím Rabá 6:8-9. Cantar de los Cantares ibíd.
24. La Mishná, como la tenemos hoy en día, tiene 63 tratados. ¿Por qué
se dice entonces que son 60? Porque los tres tratados de Bavá Kamá (“Primer
Portal”), Bavá Metziá (“Portal Intermedio”) y Bavá Batrá (“Último Portal”) son
en verdad un único tratado (Bavá Kamá 102b, Avodá Zará 7a); y Pirkéi Avot
no se cuenta porque no se dedica a leyes sino a consejos para lograr una vi-
da de incrementada devoción religiosa (Bavá Kamá 30a).
25. Son textos legales, similares en estructura a la Mishná, y de la misma
época, pero que han quedado excluidos de este cuerpo principal de la Torá
Oral. Se citan en la Guemará con frecuencia, pero no están a la altura de la
Mishná. Véase más adelante, la interpretación mística de baraita como deri-
vado de bar, “externo”.
SEFER HAMAAMARÍM 8
tas son las leyes, que son los dichos de los Amoraím26.
Y el Alter Rebe concluye su interpretación con el conteni-
do del versículo siguiente en Cantar de los Cantares, diciendo
que todo esto no puede compararse con “una es mi pa-
loma, mi íntegra”, cuyo significado, interpretado en lo que res-
pecta al servicio a Di-s, se explicará más adelante.
Para comprenderlo, y para comprender asimismo lo
que dijeran nuestros Sabios27: “Grande es el estudio,
porque lleva a la acción”, una afirmación difícil de enten-
der pues ¿cómo puede decirse que esa es la grandeza del estu-
dio, que lleve a la acción, cuando encontramos muchas le-
yes que nada tienen que ver con la acción? Y con más
razón debe entenderse esta afirmación de los Sabios de
acuerdo a lo que se explica en Kuntrés Ajarón28, que
hay situaciones que jamás han tenido lugar en el pasa-
do... ni sucederán en el Futuro Venidero29, y no obstante
ello en la Torá y el Talmud hay numerosas leyes y debates
entre los Sabios al respecto.
Y el Alter Rebe lo explica allí –en Torá Or–, prologán-
dolo con el conocido concepto30 de que la finalidad de
la Creación es hacer una morada para Él, bendito sea,
en los planos inferiores31, y la morada de Di-s en los pla-
nos inferiores se hace por intermedio de los elementos re-
47. Cantar de los Cantares 4:1. De esto se desprende que hay un vínculo
especial entre la mirada de la paloma (véase Likutéi Torá, Shir HaShirím 14b)
y el modo en que se observa y medita acerca de las cosas.
48. La palabra shemá no significa “oye” sino más bien “escucha”, un tér-
mino que denota prestar atención a lo que se oye, entenderlo (véase Génesis
41:15).
49. Deuteronomio 6:4.
50. Véase Metzudat Tzión sobre I Samuel 15:4, que traduce allí las pala-
bras Vaishmá Shaul et haám como “Shaul reunió al pueblo”. Y véase Torá Or,
Meguilat Ester 96c; Likutéi Torá, Shlaj 40d, Vaetjanán 11b, Nitzavím 44a,
Haazinu 72b, y en otros lugares.
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55. Shir HaShirím 38b y ss. Allí se interpreta tamatí como teomatí, “mi ge-
mela”.
56. Véase Torá Or 74b.
57. Éxodo 1:14.
58. El trabajo forzado de los judíos provocó en ellos refinamiento y a su
vez su desarraigo del mal, tal como el crisol separa la escoria del metal pre-
cioso. El mal se separó del bien mediante sus actos de maldad, como dice el
versículo (Deuteronomio 32:23): “agotaré mis flechas en ellos” [que, pese a
parecer una maldición, Rashi explica como bendición:] “mis flechas se ago-
tan, pero ellos no se agotan”, similar a la sanguijuela que al succionar la san-
gre del hombre muere de inmediato. Y una vez que el pueblo judío fue refi-
nado, también lo fue el mundo, su fisicalidad y materialismo, pues todo el
mundo depende de Israel, como está escrito (Eclesiastés 3:11): “también el
mundo puso en el corazón de ellos” (basado en Likutéi Torá, Itró 74b).
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59. Y por eso, aunque también los Patriarcas trajeron ofrendas a Di-s, sólo
lo hicieron con sacrificios incinerados totalmente por el fuego (korbán olá), a
diferencia de como fue después de la esclavitud en Egipto, cuando las ofren-
das, sean animales (zevajím) o vegetales (menajot), eran compartidas: una par-
te para el Altar, y otra para ser ingerida por quienes la traían (Likutéi Torá, ibíd.).
60. Comp. con Salmos 117:2.
61. Salmos 19:8.
62. Génesis 1:1.
63. Proverbios 8:22.
64. Rashi sobre Génesis 1:1.
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73. Véase Tanjumá, Lej Lejá 9; Bereshit Rabá 40:6; Rambán, Génesis
12:6; y en otros lugares.
74. De esta manera se responde la paradoja anterior: “séptimo” (Torá, co-
mo se explicará) es una virtud a la que se le debe anteponer el “primero”
(Plegaria, Patriarcas).
75. La palabra Elokím, amén de ser uno de los Nombres de Di-s, también
es empleada por la Torá (Éxodo 22:8) en referencia a los jueces, quienes deben
aplicar todo el rigor de la ley. También en lo que respecta a la Creación, la Torá
emplea en todo el relato del Génesis la denominación de Elokím al referirse al
Creador, pues para la creación de un mundo tan multifacético era preciso re-
currir al poder de rigurosa diferenciación, expresada asimismo en que la pala-
bra Elokím está en plural (a diferencia del Divino Nombre Havaiá, que deriva
de la expresión Haiá, hové veihié keejad (“Es, fue y será, todo como uno”), es
decir, la faceta Divina ante la cual todo es uno y lo mismo, sin diferenciación).
76. Éxodo 5:2.
77. Véase Pri Etz Jaím, Sháar Jag HaMatzot, cap. 5.
78. Reordenando las cinco letras de Elokím –el Nombre de rigor Divino,
restrictivo y ocultador de la Luz Infinita de Havaiá (como está escrito: “Pues
sol y escudo [son, respectivamente,] Havaiá [y] Elokím” (Salmos 84:12))– de
toda manera posible, se obtienen cinco grupos de 24 combinaciones cada
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uno en los que cada una de las letras de Elokím es la de cabecera, totalizan-
do 120 combinaciones. Ahora bien, las tres primeras letras del ocultador
Nombre Elokím (alef, lamed, hei) –que encabezan los primeros 3 de estos 5
grupos– forman la palabra éile/, “estos”, que denota un ocultamiento me-
nor (que puede señalarse y decirse “estos"). Las últimas dos letras (iud y mem,
de las que surgen las 48 últimas combinaciones) forman la palabra iám/
(“mar”), símbolo del ocultamiento (tal como el mar encubre los seres que lo
habitan). Son un ocultamiento mucho mayor, y por eso el Faraón, negando a
Havaiá, dijo: “¿Mi/ (mem, iud) es Havaiá, para que yo escuche Su voz?”
(Éxodo 5:2).
Durante las plagas, Di-s endureció el corazón del Faraón diciendo que
era “Para que Yo pueda poner estas (éile/) señales en su medio” (ibíd.
10:1), o sea, juntar las letras iud y mem –de las que se nutría el Faraón– con
las letras alef, lamed y hei, y entonces, al estar el nombre del rigor, Elokím,
completo, fue castigado el Faraón (Pri Etz Jaím, ibíd.).
79. Berajot 54a.
80. Deuteronomio 6:5.
81. Y por eso las palabras de Di-s a Moshé comienzan con “Y el Señor
habló... ‘Yo soy Havaiá’”.
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