FINAL DE LA EDAD MEDIA Y PRE-RENACIMIENTO (Siglo XV) - TEXTOS

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FINAL DE LA EDAD MEDIA Y PRE-RENACIMIENTO (Siglo XV).

TEXTOS

LA CELESTINA

En el siguiente fragmento, Calisto está esperando noticias de Celestina sobre su deseado encuentro con Melibea, que aún no se ha
producido. Pármeno y Sempronio, criados de Calisto, han concertado su amistad, y se disponen a aparejar provisiones, robándoselas a
Calisto, para celebrar un banquete con sus amadas y con Celestina.

CALISTO: ¡Oh loco, loco! Dice el sano al doliente: Dios te dé salud. No quiero consejo, ni esperarte más razones, que más avivas e
enciendes las llamas que me consumen. Yo me voy solo a misa e no tornaré a casa hasta que me llaméis, pidiéndome las albricias 1
de mi gozo con la buena venida de Celestina. Ni comeré hasta entonces. Aunque primero sean los caballos de Febo apacentados en
aquellos verdes prados que suelen, cuando han dado fin a su jornada.

SEMPRONIO: Deja, señor, esos rodeos; deja esas poesías, que no es habla conveniente la que a todos no es común, la que todos no
participan, la que pocos entienden. Di «aunque se ponga el sol» e sabrán todos lo que dices. E come alguna conserva, con que tanto
espacio de tiempo te sostengas.
CALISTO: Sempronio, mi fiel criado, mi buen consejero, mi leal servidor, sea como a ti te parece. Porque cierto tengo, según tu
limpieza de servicio, quieres tanto mi vida como la tuya.
SEMPRONIO: (Aparte) ¿Créeslo tú, Pármeno? Bien sé que no lo jurarías. Acuérdate, si fueres por conserva, apañes un bote para
aquella gentecilla, que nos va más, e a buen entendedor... En la bragueta cabrá.
CALISTO: ¿Qué dices, Sempronio?
SEMPRONIO: Dije, señor, a Pármeno que fuese por una tajada de diacitrón2.
PÁRMENO: Hela aquí, señor.
CALISTO: ¡Daca!3
SEMPRONIO: Verás qué engullir hace el diablo. Entero lo querría tragar por más aprisa hacer.
CALISTO: El alma me ha tornado. Quedaos con Dios, hijos. Esperad la vieja e id por buenas albricias.
PÁRMENO: ¡Allá irás con el diablo, tú e malos años! ¡E en tal hora comieses el diacitrón como Apuleyo el veneno que le convirtió
en asno!
1 albricias: regalo que se da a quien trae una buena noticia. 2 diacitrón: cidra confitada. 3 daca: dámela acá.

a. Indica cuál es el tema principal del fragmento. b. La obsesión de Calisto se manifiesta en su primera intervención con palabras y actitudes
sintomáticas de cierta locura. Señálalas y coméntalas brevemente. c. Calisto vive ajeno a la deslealtad de sus criados. ¿Dónde se manifiesta?
d. Sempronio reprocha a su señor el retoricismo con que se expresa. Ponlo de manifiesto. e. ¿En qué partes del texto se muestra la burla de los
criados a Calisto? ¿En qué intervención se aprecia el resentimiento?

4. El siguiente fragmento corresponde al planto (llanto) de Pleberio, con el que se cierra la obra. En él, Pleberio se duele
amargamente del suicidio de su hija Melibea. a ¿A quién culpa Pleberio de la muerte de su hija? b El tratamiento del tema de la
muerte que aquí se hace, ¿está planteado según el pensamiento cristiano de la época? Justifícalo. ¿Tiene alguna similitud con el de
las Coplas?
PLEBERIO: […] ¡Oh Amor, Amor! ¡Que no pensé que tenías fuerza ni poder de matar a tus sujetos! Herida fue de ti mi
juventud, por medio de tus brasas pasé. ¡Cómo me soltaste, para me dar la paga de la huida en mi vejez! Bien pensé que de tus lazos
me había librado cuando los cuarenta años toqué, cuando fui contento con mi conyugal compañera, cuando me vi con el fruto que
me cortaste el día de hoy. No pensé que tomabas en los hijos la venganza de los padres. Ni sé si hieres con hierro, ni si quemas con
fuego: sana dejas la ropa, lastimas el corazón. Haces que feo amen e hermoso les parezca. ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso
nombre que no te conviene? Si amor fueses, amarías a tus sirvientes; si los amases, no les darías pena; si alegres viviesen, no se
matarían como agora mi amada hija. ¿En qué pararon tus sirvientes e sus ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a manos de
los más fieles compañeros que ella, para su servicio emponzoñado 1, jamás halló; ellos murieron degollados; Calisto, despeñado; mi
triste hija quiso tomar la misma muerte por seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos hechos haces. No das
iguales galardones: inicua es la ley que a todos igual no es. Alegra tu sonido; entristece tu trato. ¡Bienaventurados los que no
conociste o de los que no te curaste 2! «Dios» te llamaron otros, no sé con qué error de su sentido traídos. Cata 3, ¿qué dios mata los
que crió? Tú matas los que te siguen. Enemigo de toda razón, a los que menos te sirven das mayores dones, hasta tenerlos metidos
en tu congojosa danza; enemigo de amigos, amigo de enemigos. ¿Por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre e
mozo. Pónente un arco en la mano, con que tires a tiento; más ciegos son tus ministros, que jamás sienten ni ven el desabrido
galardón que se saca de tu servicio. Tu fuego es de ardiente rayo, que jamás hace señal do llega. La leña que gasta tu llama son
almas e vidas de humanas criaturas; las cuales son tantas que de quien comenzar pueda, apenas me ocurre. No sólo de cristianos,
mas de gentiles e judíos; e todo en pago de buenos servicios. ¿Qué me dirás de aquel Macías 4 de nuestro tiempo, cómo acabó
amando, cuyo triste fin tú fuiste la causa? ¿Qué hizo por ti Paris? ¿Qué Helena? ¿Qué hizo Hipermestra? ¿Qué Egisto? Todo el
mundo lo sabe. Pues a Safo, Ariadna, Leandro, ¿qué pago les diste? Hasta David e Salomón no quisiste dejar sin pena. Por tu
amistad Sansón pagó lo que mereció, por creerse de quien tú le forzaste a darle fe. Otros muchos que callo, porque tengo harto que
contar en mi mal.
Del mundo me quejo, porque en sí me crió; porque no me dando vida, no engendrara en él a Melibea; no nacida, no amara;
no amando, cesara mi quejosa e desconsolada postrimería 5. ¡Oh mi compañera buena! ¡Oh mi hija despedazada! ¿Por qué no
quisiste que estorbase tu muerte? ¿Por qué no hubiste lástima de tu querida e amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu
viejo padre? ¿Por qué me dejaste, cuando yo te había de dejar? ¿Por qué me dejaste penado? ¿Por qué me dejaste, triste y solo, «in
hac lachrimarum valle»6?
1 emponzoñado: envenenado. 2 curaste: cuidaste, ocupaste. 3 cata: observa. 4 Macías: trovador gallego, enamorado de una mujer casada y
muerto por el marido de ésta. Su historia de amor desgraciado ha sido recreada en muchas obras literarias. 5 postrimería: último período de la
vida. 6 in hac lachrimarum valle: en este valle de lágrimasEL ROMANCERO
Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,


a Teniendo en cuenta el contenido y el tema, ¿a qué grupo pertenece este
cuando hace la calor,
romance? b Una característica habitual en el romance, como has leído en el
cuando los trigos encañan
libro, es la tendencia a la repetición. ¿La encontramos aquí? ¿En qué
y están los campos en flor,
versos? Señálalos. c La repetición de una palabra al principio de una serie
cuando canta la calandria
de verbos es un recurso frecuente en poesía. ¿Cómo se llama esta figura?
y responde el ruiseñor,
¿En qué versos la encontramos? Señálalo. d El romance tiene dos partes
cuando los enamorados
diferenciadas. Márcalas e indica de qué trata cada una. e La primera parte
van a servir al amor,
se relaciona con un género de la lírica tradicional, las mayas, en el que se
sino yo, triste, cuitado1,
celebra el esplendor de la primavera. Aquí se muestra este esplendor con
que vivo en esta prisión,
imágenes muy sensoriales. ¿Con qué sentidos se relacionan? ¿Qué
que ni sé cuándo es de día
sensaciones provocan en el lector, frente a las de silencio, oscuridad,
ni cuándo las noches son,
quietud y soledad que sugiere la segunda parte? f Sabemos que el
sino por una avecilla
diminutivo no siempre tiene la finalidad de indicar poco tamaño: a veces
que me cantaba al albor2.
transmite un significado de afectividad. ¿En qué palabra del texto se
Matómela un ballestero;
1 cuitado: afligido, apenado. 2 albor: manifiesta esto? ¿Por qué?
amanecer.

La siguiente composición pertenece al grupo de romances de Los siete infantes de Lara, de carácter histórico-nacional.
Los siete infantes, hijos de Gonzalo Gustos y doña Sancha, son traicionados por su tío materno, don Rodrigo de Lara,
quien provoca su muerte a manos de los moros, instigado por su esposa, doña Lambra, que había sido supuestamente
ultrajada por los infantes. Estando el padre, Gonzalo Gustos, cautivo en poder del rey moro Almanzor, le presentan las
cabezas de sus siete hijos. Compadecido Almanzor del dolor de Gonzalo Gustos, le envía a su joven hermana para que
lo consuele, y de su relación nace Mudarra González, quien crece con la idea de vengar la muerte de sus hermanos.
Este romance recoge el momento de la venganza.

Romance de la venganza de Mudarra


a. Resume muy brevemente el argumento
A cazar va don Rodrigo, Espero aquí a Mudarrillo, del romance.
y aun don Rodrigo de Lara; hijo de la renegada;
con la grande siesta1 que hace si delante lo tuviese,
arrimádose ha a una haya, yo le sacaría el alma. b. En el romance se aprecian algunas
maldiciendo a Mudarrillo, –Si a ti dicen don Rodrigo, irregularidades métricas. Señálalas.
hijo de la renegada, y aun don Rodrigo de Lara,
que si a las manos le hubiese, a mí Mudarra González,
que le sacaría el alma. hijo de la renegada; c. ¿Cómo se manifiesta aquí la tendencia
El señor estando en esto, de Gonzalo Gustos hijo a la repetición, habitual en los romances?
Mudarrillo que asomaba: y alnado3 de doña Sancha;
–Dios te salve, caballero, por hermanos me los hube
debajo la verde haya. los siete infantes de Salas. d. ¿Por qué don Rodrigo llama «Gonzalo»
–Así haga a ti, escudero, Tú los vendiste, traidor, a Mudarra?
buena sea tu llegada. en el val del Arabiana;
–Dígasme tú, el caballero, mas si Dios a mí me ayuda,
¿cómo era la tu gracia2? aquí dejarás el alma. e. En este romance es especialmente
–A mí dicen don Rodrigo, –Espéresme, don Gonzalo, evidente el final brusco, rasgo también
y aun don Rodrigo de Lara, iré a tomar las mis armas. frecuente en el Romancero. Razónalo.
cuñado de Gonzalo Gustos, –El espera que tú diste
hermano de doña Sancha; a los infantes de Lara.
por sobrinos me los hube Aquí morirás, traidor, f. Señala algunos usos del lenguaje que
los siete infantes de Salas. hoy resultan arcaísmos.
enemigo de doña Sancha.

1 siesta: calor. 2 gracia: nombre. 3 alnado: hijastro.

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