Teoría de La Comunicación Paul Watzlawick
Teoría de La Comunicación Paul Watzlawick
Teoría de La Comunicación Paul Watzlawick
Intro
Comunicación y conducta pueden usarse como sinónimos. Desde la perspectiva pragmática, toda
conducta, y no sólo el habla, es comunicación. Además, toda comunicación afecta a la conducta.
La comunicación es una condición indispensable para la vida humana y el orden social. Watzlawick
aborda el estudio de la comunicación humana a partir del paradigma sistémico cibernético, que
sostiene que toda comunicación es una interacción que se da por dentro de un sistema, donde la
relación entre los sujetos interactuantes implica una causalidad circular. Emisor y receptor se
modifican mutualmente en el ida y vuelta a nivel informacional.
Watzlawick plantea que las ciencias de la conducta se encontraban basadas en una visión
monádica del individuo y del método y que, luego, el foco comenzó a desplazarse hacia la relación
entre las partes de un sistema más amplio, por lo que el observador de la conducta comenzó a
ocuparse del estudio de las manifestaciones observables de la relación, cuyo vehículo es la
comunicación.
Toma de la matemática el concepto de función, el cual es una relación entre variables, las cuales
no tienen un significado propio, sino que resultan significativas en su relación mutua; los signos
representan una conexión y adquieren significado en términos de relaciones. La importancia de
este concepto radica en que permitió a la psicología pensar en términos de relaciones. Así, se llegó
a entender que una conducta no es una «magnitud aislada», sino que es una expresión que
sintetiza una forma particular de relación.
Información y retroalimentación
Redundancia
Estamos limitados al lenguaje natural como vehículo tanto para la comunicación como
para la metacomunicación.
Utilidad:
Toda interacción puede definirse como secuencias de «movimientos» gobernados por reglas
respecto a las cuales pueden hacerse aseveraciones metacomunicacionales significativas (se
refiere a la posibilidad de postular axiomas).
Se aplica al hecho de que los equipos electrónicos tienen una complejidad tal que a veces resulta
más conveniente pasar por alto su estructura interna y concentrarse en el estudio de sus
relaciones específicas entre entradas y salidas. Este concepto, aplicado a los problemas
psicológicos, ofrece la ventaja de que no es necesario recurrir, así, a hipótesis intrapsíquicas
imposibles de verificar en última instancia, y de que es posible limitarse a las relaciones
observables entre entradas y salidas, esto es, a la comunicación.
Presente vs pasado
Si bien no cabe duda alguna acerca de que la conducta está determina, al menos en parte, por la
experiencia previa, la búsqueda de causas en el pasado evidentemente no es fidedigna. Este
enfoque constituye la búsqueda de una configuración en el aquí y ahora, más que de significado
simbólico, causas pasadas o motivaciones.
Efecto vs causa
Las causas posibles de la conducta asumen importancia secundaria; el efecto de la conducta surge
como el criterio de significación esencial en la interacción de individuos;
El hecho de pensar en términos de sistemas nos obliga a abandonar la noción de que a lleva a b,
que está determinado por la aparición de a.
Desde este enfoque la noción de «anormalidad» se vuelve cuestionable, pues se acepta que el
estado del paciente no es estático, sino que varía según la situación interpersonal y según la
perspectiva subjetiva del observador.
Hay una propiedad básica de la conducta: no hay nada que sea su contrario, no hay no-conducta,
por lo que es imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta es comunicación,
entonces se deduce que es imposible no comunicarse. Además, no podemos afirmar que la
«comunicación» solo tiene lugar cuando es intencional, consciente o eficaz, es decir, cuando se
logra un mutuo entendimiento.
Dilema de los esquizofrénicos: se comportan como si trataran de negar que se comunican y luego
encuentran necesario negar que esa negación constituye en sí misma una comunicación. Así como
sucede esto, puede suceder lo contrario: que el paciente dé la impresión de querer comunicarse
aunque sin aceptar el compromiso inherente a toda comunicación.
Ejemplo: paciente esquizofrénica: «Mi madre tuvo que casarse y ahora estoy aquí»
Significados condensados:
La teoría de la comunicación concibe un síntoma como un mensaje no verbal: «no soy yo quien
quiere o no quiere hacer esto, sino algo fuera de mi control, p.e., mis nervios.
Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo
clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicación. Una comunicación no solo transmite
información, sino que, a la vez, impone conductas. Estas operaciones se conocen como los
aspectos referenciales y conativos, respectivamente, de toda comunicación. El aspecto referencial
de un mensaje transmite información y, por ende, representa el contenido del mensaje; el aspecto
conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse («ésta es una orden» o «estoy
bromeando», p.e.) que es, y, por ende, en última instancia, a la relación entre los comunicantes.
Las relaciones rara vez se definen deliberadamente o con plena conciencia. Pueden, éstas,
expresarse en forma no verbal, por ejemplo gritando, o sonriendo. La relación puede entenderse
claramente a partir del contexto en el que la comunicación tiene lugar, p.e, entre soldados
uniformados o en la arena de un circo.
Patología
Los niveles de la comunicación dan lugar a las siguientes variaciones posibles respecto del
acuerdo/desacuerdo en un nivel u otro:
Formas mixtas:
Confusiones entre los dos aspectos. Aquellas situaciones en las que una persona
se ve obligada a dudar de sus propias percepciones en el nivel del contenido, a fin
de no poner en peligro una relación vital.
Definición del self y el otro: frente al desacuerdo, los individuos deben definir su relación como
complementaria o simétrica. En el nivel relacional, los individuos proponen mutuamente
definiciones de su relación y, por implicación, de sí mismos. Ante una definición por parte de A, B
puede responder de tres maneras distintas:
Rechazo: B puede rechazar la definición que A da de sí mismo. Sin embargo, por penoso
que sea, el rechazo presupone un reconocimiento limitado de lo que se rechaza, por lo
que no niega necesariamente la realidad de la imagen que A tiene de sí mismo.
Niveles de percepción interpersonal: mediante estas tres respuestas, B comunica a A «así es como
te veo». De esta manera, en el nivel metacomunicacional (relacional) hay un mensaje de A a B:
«así me veo», al cual B responde: «así te veo yo». A este mensaje, A responderá a su vez: «así es
como veo que me ves», provocando una respuesta de B («así es como veo que me ves») y así
sucesivamente.
Impenetrabilidad:
En la realidad interpersonal de la vida diaria, mi Yo está las más de las veces enfrentado
por un Alter y, desde su punto de vista, mi Yo es su Alter. De este modo, la visión que el
otro tiene de mí es tan importante como la que yo tengo de mí mismo pero, en el mejor
de los casos, ambas visiones solo son más o menos similares. Empero, este «más o
menos» determina, más que cualquier otro factor, la naturaleza de nuestra relación y, por
consiguiente, mi sensación (y la del otro) de ser entendidos y tener una identidad.
Según la manera en que se elija puntuar la secuencia de hechos, encontramos diferentes límites
en los intercambios.
Patología
Las discrepancias en la puntuación siempre tienen lugar en aquellos casos en que al menos uno de
los comunicantes no cuenta con una información que el otro sí, pero no lo sabe. (Ejemplo: A
manda una carta a B, B la responde pero nunca le llega la rta. a A, pero B no lo sabe. A cree que no
es importante para B ya que no le responde; B se enoja con A por no haberle contestado.)
En la raíz de estos conflictos de puntuación existe la firme convicción de que solo hay una realidad,
el mundo tal como yo lo veo, y que cualquier visión distinta a la mía se debe a irracionalidad o
mala voluntad. Además, estos casos constituyen círculos viciosos que no se pueden romper a
menos que los comunicantes puedan metacomunicarse, lo que requiere que se coloquen fuera del
círculo.
Esta patología está relacionada con el concepto de profecía autocumplidora. Por ejemplo: una
persona que parte de la premisa «nadie me quiere», se comporta con desconfianza, a la defensiva
o con agresividad, ante lo cual es probable que los otros reaccionen con desagrado, corroborando
su premisa original.
Nos comunicamos tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis
lógica compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación,
mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
El hombre utiliza tanto el modo analógico como el digital. En cada mensaje ambos modos se
complementan entre sí. El aspecto relativo al contenido se transmite en forma digital, mientras
que el aspecto relativo a la relación es de naturaleza predominantemente analógica.
El material del mensaje digital es de mucha mayor complejidad, versatilidad y abstracción que el
material analógico. En la comunicación analógica no hay nada como la sintaxis lógica del lenguaje
digital, por lo que en esta no hay conectores lógicos como «si… entonces», o la negación.
Patología
Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según estén basados
en la igualdad o en la diferencia.
Interacción simétrica:
Interacción complementaria:
La conducta de uno de los participantes complementa la del otro. Cada conducta favorece
a la otra. Ninguno impone al otro una relación complementaria, sino que cada uno de ellos
se comporta de una manera que presupone la conducta del otro, al tiempo que ofrece
motivos para ella. «Sus definiciones de la relación encajan»
Hay dos posiciones distintas: un participante ocupa la posición superior mientras el otro la
inferior.
Puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en el caso de padre e hijo,
p.e.) o ser el estilo idiosincrásico de una díada particular.
Patología
Escalada simétrica:
En una relación simétrica existe siempre el peligro de la competencia (por ser «más igual»
que el otro). Esta tendencia explica la calidad de escalada que caracteriza a la interacción
simétrica cuando ésta pierde su estabilidad, dando lugar a lo que se llama una escapada,
p.e., disputas y luchas.
En una relación simétrica sana, cada participante puede aceptar la «mismidad» del otro, lo
cual lleva al respeto mutuo y a la confianza en ese respeto e implica una confirmación
realista y recíproca del self. Cuando una relación simétrica se derrumba, por lo general
observamos el rechazo del self.
Complementariedad rígida:
En estas patologías de la relación, el contenido pierde importancia a medida que surgen los
patrones comunicacionales. Lo que se necesita para clasificar un mensaje dado es la respuesta del
otro participante. Lo que permite definir las funciones de la comunicación es la relación entre dos
o más respuestas.