La Bruja y El Solitario (MAYO)
La Bruja y El Solitario (MAYO)
La Bruja y El Solitario (MAYO)
La bruja bella
DING DONG,
DING DONG,
DING DONG.
habitaciones altas
llenas de cortinajes
y gobelinos,
muebles de madera oscura,
jarrones de cristal,
todo quiero,
roda silencioso,
en ese mundo perfecto
sin un solo papel arrugado.
III
El solitario
La vida era difícil para él. Todo le da El solitario era algo triste y retraído.
ba un poco de susto, sobre todo los Se limpiaba los anteojos con su pañuelo
ruidos y mordiscos de la ciudad a cuadros porque no sabía que
tumultuosa. existían los pañuelos de papel.
y balbuceaba asustado cuando hablaba
Por eso, el solitario vivía solo, por teléfono porque no sabía quién
en su casa antiugua, estaba al otro lado de la línea.
ahí en Garbea con República.
No tenía amigos.
Ni un solo amigo.
Sólo tenía a Send,
su paloma mensajera.
IV
La fortaleza del solitario
Todos
los que leían Un día, al volver de comprar su
estos libros marraqueta, el solitario vio entreabierta
lloraban una de las ventanas del castillo de
con las hermosas palabras de amor. Gorbea con Avenida España.
El solitario era muv curioso y
se acercó de puntillas J ,
VI
El solitario sueña
VII
Los mensajes de amor
Sí él no se atrevía a hablarle a la mujer
más hermosa del mundo, si sabía que
iba a tartamudear y ella lo creería un A la mañana siguiente el solitario
tonto, entonces, tan simple, le mandaría tenía ojeras azules y ambos lados
cartas. de su escritorio había dos altos de
papeles.
Esa sí que sabía escribirlas. Eran todas cartas de amor muy bien
Para eso era escritor. escritas llenas de mayúsculas para las
Eso es, dijo el solitario en voz alta. palabras como
A escribir nadie me gana.
Trajo papel y lápiz, se hizo un termo
con café y un sandwich de mortadela
con lechuga. Muy animado y contento, se
Amor y Corazón
encerró en su escritorio a escribir.
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y pequeñas minúsculas como suspiros.
Entonces el solitario pensó que tenía
que decidirse a mandar siquiera una
de esas cartas de amor. Pero no se
atrevía a llevarlas él mismo.
¿Qué hacer?
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Tu melena es suave
como el vino.
decía uno, muy poético.
Ojos claros, serenos
si de un dulce mirar
sois alabados, ¿por qué, si
me miráis, miráis airados?
decía otro que a ella pareció conocido
y también:
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IX
Polvo seré, La reunión de brujas
mas polvo enemorado
ensanchando
ensanchando
y ensanchando.
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X
y el solitario abrió con una cara
El encuentro
deasombro tan grande que la bruja quiso
sonreir, pero no sonrió.
-Qué tontería es ésta, -le dijo consu fuerte
La bruja bella sintió que estaba feliz y que voz de bruja-. Ya la puerta de mi casa no se
el mundo le parecía maravilloso.Entonces, puede abrir con tantos papeles.
golpeó la puerta del solitario con la fuerza de
una bruja. Y lo miró sin parpadear como estaba
acostumbrada a mirar a la gente.
Cuando el solitario fue a abrir y se encontró con
la mujer más hermosadel mundo frente a --Ah --dijo el solitario sin que se le
ocurriera absolutamente nada qué decir.
frente, cara a cara, ahí, a un metro de distancia,
nolo creyó cierto.
--¿Por qué me escribes? -volvió a preguntar
Pensó que era una alucinación.
la bruja mientras se le acercaba un poco.
y cerró la puerta mientras buscabauna silla
donde sentarse porque laspiernas le
El solitario retrocedió.
flaqueaban.
Estaba aterrado.
y porque creía que estaba viendo visiones o se
--¿Cómo sabes que soy yo? --dijo con lengua
había vuelto loco.
de trapo.
Entonces se oyó el segundo golpe en la puerta.
--Porque le amarré un cordel a tu paloma, y
la seguí --dijo la bruja--.
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«Es muy frágil», pensó la bruja, pero no lo dijo. y tenía los ojos tan brillantes y estaba tan
hermoso que la bruja no pudo resistir y
En cambio habló: subió con el solitario al escritorio del
-No me queda tiempo para nada más. Paso último piso.
todo el día apilando tus anónimos en el patio
de atrás.
XI
El amor
Ahí, el solitario se sentó en su sillón
de la creación y le leyó los 178 anónimos
que había escrito desde que Send había
llevado el último.
Y entonces, la bruja perfecta, la que no
podía admitir que nada estuviera fuera
de su sitio se salió ella misma de su sitio
y se enamoró del solitario.
Él le tomó las manos y se las besó muy
suavecito.
Después la abrazó. Y en el abrazo tibio,
la bruja se dio cuenta de que no era
una bruja como la otras porque no tenía
un sapo en vez de corazón.
El solitario sintió latir ese corazón
suavísimo como las plumas del cuello de
Send, un corazón que latía diciéndole
«te quiero mucho».
--Como en mis anónimos --dijo el solitario,
gozoso abrazándola.
Ella lo abrazó también mientras su melena
morada se desmayaba en el hombro del
solitario y la bruja se volvía mujer.
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