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Índice
En el Nuevo Testamento la expresión ειρενη eirenē («paz» en griego) mantiene el sentido dado en el Antiguo Testamento, pero también se ve influido
por el contexto helénico de la palabra, que implica una ausencia de enemigos o contrariedades:
... soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu por el vínculo de la paz
Ef 4 2-3
Sin embargo, es por la unión con Cristo y la reconciliación que Él ha obtenido que se puede hablar de verdadera paz entre todos sean
estos judíos o gentiles (cf. Rm 5, 1-5, Ef 2, 14-22). Es generalmente definida, en sentido positivo, como un estado de tranquilidad o quietud, y en sentido
opuesto como ausencia de inquietud, violencia o guerra.
La palabra «paz» en la Biblia tiene muchos significados. Según se enumeran en The New International Dictionary of New Testament Theology («El
nuevo diccionario internacional de la teología del Nuevo Testamento»), algunos son: «Por todo el Antiguo Testamento, [shalom] (paz) abarca bienestar
en el sentido más amplio de la palabra (Jue. 19:20); prosperidad (Sal. 73:3), hasta con relación a los impíos; salud corporal (Isa. 57:18[, 19]; Sal.
38:3); contentamiento [...] (Gén. 15:15, etc.); buenas relaciones entre las naciones y entre los hombres ([...] Jue. 4:17; 1 Cró. 12:17, 18); salvación ([...]
Jer. 29:11; cf. Jer. 14:13)».
Por su parte Jesús da un sentido místico a la paz en el Nuevo Testamento, afirmando que Él mismo es poseedor de ella y puede darla a sus discípulos (Jn
14:27). Esta paz es de una naturaleza diferente a la ofrecida por el mundo (bienes materiales, prosperidad, salud, etc) y solo podría ser obtenida por
medio de la fe y la obediencia en Él. Esta versión de una paz divina y sobrenatural parece ser afirmada por Pablo de Tarso en una de sus cartas (Flp 4:7),
pues escribe en ella que la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento y por lo tanto se entiende que está fuera de la lógica humana.
En realidad de verdad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano. Son muchos los
elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A fuera de criatura, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una
vida superior. Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún, como enfermo y pecador, no raramente hace lo que no quiere y deja de hacer lo que querría llevar a
cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad.3
Y afirman también que el contacto con Dios será lo que traiga consigo la paz del alma:
La comunión con Dios es manantial de serenidad, de alegría, de tranquilidad, es como entrar en un oasis de luz y de amor" 4
Para alcanzar esa comunión postulan muchos modos entre los cuales se encuentra el discernimiento de espíritu enseñado por varios autores pero
sistematizado de manera singular por Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales.
Incluso postulan que el demonio busca quitar la paz al hombre y que ella es signo de las cosas que vienen de Dios.
Pax Romana
[editar]
Pax Romana («paz romana») fue la situación de relativa paz conseguida en la cuenca del Mediterráneo durante el Alto Imperio romano (siglos I y II
después de Cristo), y se han aplicado distintas paráfrasis de esa expresión (Pax Mongolica, Pax Hispanica, Pax Britannica, Pax Americana) a las
situaciones históricas en que una potencia militar ejerce su hegemonía.
Pacifismo y no violencia