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Mi Primer Documento

Universidad Abierta Para Adultos

ASIGNATURA

INFOTECNOLOGIA PARA EL APRENDIZAJE

FACILITADOR

LEONEL MORÁN, M.A.

PARTICIPANTE

GLADIS MARÍA VALENTÍN REYES

MATRICULA

2020-06164

TEMA

PROCESADORA DE TEXTO

FECHA

27 DEL MES DE OCTUBRE DEL 2020


SANTIAGO, REPUBLICA DOMINICANA

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Mi Primer Documento

Estimado participante, para esta semana trabajarás con el procesador de textos


Microsoft Word. 

Las orientaciones de esta semana son las siguientes: 


I. Abre un documento Word.
II. Del siguiente enlace "Cuentos Largos"   Selecciona  un cuento de tu preferencia
copialo en  Word y aplica los siguientes formatos:

1. Tipo de letra Time New Román


2. Tamaño 12 en texto y 14 los títulos.
3. En azul oscuro los títulos y subrayado y lo demás en negro
4. Dos imágenes alusivas al texto. (una imagen colocada al inicio y otra al final)
5. Textos justificados
6. Interlineado 1.5
7. Número de páginas

LOS DUENDECILLOS

En una pequeña aldea perdida entre las montañas, había una casita muy coqueta en la
que vivía una mujer que se dedicaba en cuerpo y alma a cuidar a su querido bebé.

El chiquitín era una auténtica monada. Tenía el pelo rubio, las mejillas regordetas y
sonrosadas, y cuando sonreía, enseñaba dos dientecillos blancos como dos copitos de
nieve. Era tan bonito y tan dulce que a su mamá se le caía la baba y se pasaba horas
mirándole.

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Mi Primer Documento

¡Se sentía tan feliz a su lado!… Cada día le alimentaba con mucho mimo para que
creciera sano y fuerte. Después de comer, le ponía el pijama para que estuviera calentito
y le acunaba al son de las nanas más dulces. En cuanto el pequeñín se dormía, cerraba
las contraventanas para que no le molestara la luz y aprovechaba ese ratito de
tranquilidad para hacer las tareas del hogar, como recoger agua de la fuente, pelar
patatas o blanquear la ropa al sol.

Pero un día de abril, algo tremendo sucedió: unos duendecillos bromistas se colaron en
el cuarto del bebé, saltaron dentro de la cunita y se lo llevaron. En su lugar, colocaron
sobre el colchón un monstruo feísimo de cabeza enorme y ojos saltones como los de un
sapo gigante.

Cuando al cabo de un rato la buena mujer acudió a despertar a su hijito, se llevó las
manos a la cara y un grito aterrador salió de su boca.

– ¡Oh, qué horror! ¿Qué es este ser horrible? ¿Dónde está mi niño?

Desesperada, comenzó a buscar por toda la habitación, pero no había nadie ¡Parecía que
se lo había tragado la tierra! Sólo se oían los gruñidos del espantoso monstruo que
pataleaba entre las sábanas con la mirada fija en el techo.

Salió de allí enloquecida y corrió a casa de la vecina para pedirle ayuda.

– ¡Socorro! ¡María, María, ábreme la puerta!

La vecina abrió el cerrojo y vio a la pobre muchacha llorando y haciendo aspavientos.

– ¿Qué pasa? ¡Tranquilízate y cuéntame qué sucede!

– ¡Es horrible, María! ¡Alguien ha raptado a mi pequeño!

– ¿Pero qué dices? En este pueblo sólo vive gente buena y respetable ¡Nadie haría una
cosa así!

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Mi Primer Documento

– ¡Te digo que mi hijo ya no está! Dormía en su cuna y cuando fui a por él, había
desaparecido ¡Alguien le raptó y dejó en su lugar un monstruo, un ser espantoso y
repugnante!

La vecina puso cara de circunstancias y empezó a atar cabos.

– Creo que ya lo entiendo todo… Esto es cosa de los duendes del bosque ¡Siempre están
gastando bromas pesadas y de mal gusto! Te diré lo que vas a hacer para recuperar a tu
hijo.

– ¡Sí, por favor, ayúdame!

– Tranquila, es sencillo. Escúchame atentamente. Coge al monstruo, llévalo a la cocina


y siéntalo en una sillita cerca de la chimenea. Después, enciéndela, pon un cazo de agua
al fuego, y cuando hierva, echa dentro dos cáscaras de huevo.

– Pero… ¿Para qué? ¡Suena absurdo!

– ¡No lo es! Eso hará le hará reír y llamará la atención de los duendes. En menos que
canta un gallo, aparecerán en tu casa, ya lo verás.

– Pero María…

– ¡Venga, venga, no pierdas tiempo y haz lo que te digo!

La madre regresó a la casa pensando que el remedio de su vecina era la tontería más
grande que había escuchado en toda su vida, pero no tenía más opción que intentarlo.

Subió de dos en dos los escalones que llevaban a la habitación de su hijo y agarró al
monstruo tratando de no mirarlo de lo feo que era. Después, lo sentó en una silla
pequeña y lo sujetó con una correa para evitar que se cayera. Encendió la chimenea,
cogió dos huevos, tiró las claras y las yemas, y puso las cáscaras vacías a hervir en una
pequeña vasija de metal. En silencio, la mujer se escondió debajo de una mesa a esperar.

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Mi Primer Documento

De repente, el monstruito, que no se había perdido ni un detalle de tan rara operación,


gritó:

– ¡Como el bosque más antiguo,

igual soy yo de viejo,

pero en la vida vi a nadie,

hervir en agua una cáscara de huevo!

Y acto seguido, comenzó a reírse a mandíbula batiente.

– ¡Ja ja ja! ¡Ja ja ja! ¡Ay, qué gracioso es esto! ¡Me parto de risa!

Sus carcajadas eran tan exageradas que atravesaron la puerta de la casa y retumbaron en
el bosque. Por supuesto, el eco llegó a oídos de los duendes y reconocieron la voz del
monstruo. Como la vecina había previsto, no tardaron en salir de sus refugios muertos
de curiosidad ¡Estaban como locos por ver qué cosa tan divertida le producía esas
risotadas!

Cruzaron el jardín, treparon por las ventanas, y a través del cristal vieron al monstruito,
sentado en una silla partiéndose de risa. Los duendes se contagiaron y también
empezaron a reír sin parar.

¡No había dudas! Ese monstruo era muchísimo más divertido que el niño, que no hacía
más que comer, dormir y llorar de vez en cuando. Ni cortos ni perezosos, se colaron por
la rendija de debajo de la puerta, y dieron el cambiazo: se llevaron al monstruo y
dejaron al aburrido bebé humano en la cuna.

En cuanto se acabó el revuelo, la madre se abalanzó sobre su chiquitín para comérselo a


besos ¡Qué alegría! ¡La idea había funcionado!

Y así fue cómo, gracias a un extraño truco, la mujer de esta historia recuperó a su
amado hijo. Los duendecillos del bosque, por su parte, no volvieron a aparecer por la

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Mi Primer Documento

aldea y se quedaron para siempre con el feo pero simpático monstruito que tanto les
hacía reír.

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Mi Primer Documento

III. Crear una tabla donde registres al menos 10 nombres de personas también su


edad, darle formato.
IV. insértale hipervínculo al título del texto principal
V. Inserta un SmartArt e inclúyele contenido relacionado al contenido seleccionado.
V. Inserta un pie de página que diga: Mi Primer Documento
Nota: Si necesitas orientación para realizar esta actividad te invito a que veas el
siguiente vídeo con las orientaciones solicitadas.

Tabla donde registres al menos 10 nombres de personas


Nombres Edad
María Alvares 21
Juan Reyes 22
José Cáceres 23
Ramón Luna 24
Juana Victorino 25
Manuel Cabral 26
Pablo Alvoran 27
Álvaro Castro 28
Aneudis Familia 29
Calor Mora 30

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