El documento explica los conceptos de anclaje y andamiaje en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje. El anclaje se refiere a cuando un nuevo aprendizaje se conecta con conocimientos previos, permitiendo que el sujeto se haga consciente de lo que sabe. El andamiaje se refiere al apoyo que provee el docente para guiar el aprendizaje del estudiante, similar a los andamios usados en la construcción de un edificio. Un buen diseño curricular es necesario para coordinar los aportes
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
50 vistas4 páginas
El documento explica los conceptos de anclaje y andamiaje en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje. El anclaje se refiere a cuando un nuevo aprendizaje se conecta con conocimientos previos, permitiendo que el sujeto se haga consciente de lo que sabe. El andamiaje se refiere al apoyo que provee el docente para guiar el aprendizaje del estudiante, similar a los andamios usados en la construcción de un edificio. Un buen diseño curricular es necesario para coordinar los aportes
El documento explica los conceptos de anclaje y andamiaje en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje. El anclaje se refiere a cuando un nuevo aprendizaje se conecta con conocimientos previos, permitiendo que el sujeto se haga consciente de lo que sabe. El andamiaje se refiere al apoyo que provee el docente para guiar el aprendizaje del estudiante, similar a los andamios usados en la construcción de un edificio. Un buen diseño curricular es necesario para coordinar los aportes
El documento explica los conceptos de anclaje y andamiaje en relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje. El anclaje se refiere a cuando un nuevo aprendizaje se conecta con conocimientos previos, permitiendo que el sujeto se haga consciente de lo que sabe. El andamiaje se refiere al apoyo que provee el docente para guiar el aprendizaje del estudiante, similar a los andamios usados en la construcción de un edificio. Un buen diseño curricular es necesario para coordinar los aportes
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4
ANCLAJE Y ANDAMIAJE
Vamos ahora a tratar de explicar dos conceptos relacionados íntimamente con el
proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA) y con la mediación. Estos conceptos son: “anclaje” y “andamiaje”. Seguramente a muchos estos términos les sonarán conocidos y es importante que recordemos qué es un andamio y qué un ancla, para poder entender a qué se refieren los autores cuando hablan de ellos. Pensemos siempre que la utilización científica de ciertos conceptos utilizados en el lenguaje coloquial, no es nunca casual, obedece a una analogía entre los términos utilizados, ya sea en cuanto a su forma, --por ejem. “Marco Teórico” hace referencia a una serie de teorías que enmarcan un conjunto de planteamientos que deben ser coherentes entre sí, tal cual lo hace el marco de un cuadro— o en cuanto a su función, --por ejem. “Variable” se relaciona con la propiedad que tienen los fenómenos de variar respecto a características como la magnitud, el tiempo, el espacio, etc.--. Ahora bien, entremos en materia... Cada momento en el que un aprendizaje nuevo es internalizado y una competencia se hace parte de la estructura cognitiva, motriz y afectiva, hablamos de “anclaje”. Piensen en que el concepto surge como analogía a la función de un ancla. Su objetivo es detener el curso de una nave enganchando ésta a tierra firme. Entonces, cuando hablamos de “anclaje” desde una perspectiva educativa, estamos hablando de un conocimiento nuevo que inicialmente está flotando sin contacto con la estructura cognitiva del sujeto y que para hacerse parte de la estructura, requiere de una conexión entre lo nuevo y lo que el sujeto ya tiene almacenado en memoria a largo plazo. Esto detiene por un momento el proceso y el sujeto se hace consciente de lo que sabe. Es importante este momento, ya que nos habla del conocimiento del propio conocimiento y de cómo se llegó a él. Esto es: metacognición. Cuando estando en un bote, los tripulantes y pasajeros se dan cuanta que éste se ha detenido porque sienten el sacudón del frenazo. El “anclaje” puede asemejarse también a lo que se conoce como “serendipiti”, “insight”, “eureka” y otros nombres que, a través de la historia, ha recibido este proceso de concientización y autoconocimiento. La calidad y la consolidación de una nueva estructura que incluya conocimientos nuevos relacionados con conocimiento anteriores, dependerá de varios aspectos: el tamaño de la nave y su peso, el tamaño y fuerza del ancla y del tipo de terreno en el que se busque detener el curso de la misma. Esto es, el compromiso y significado que tenga el nuevo conocimiento para el aprendiz (la nave), la fuerza de las relaciones que pueda establecer con aprendizajes anteriores (el ancla) y la solidez de los conocimientos en los que se engancha (la tierra), ya que si éstos no son firmes, el aprendizaje no va a poder detenerse y permitir el nivel de conciencia requerido para alcanzar ese aprendizaje. Por esto la importancia de relacionar siempre lo nuevo con lo que ya existe. Si bien este proceso es desarrollado básicamente por el sujeto que aprende, la facilitación del mismo dependerá del mediador que tiene a mano, generalmente el docente. Y aquí comenzamos a ver el otro concepto “andamiaje”. La mediación en el PEA, puede también asemejarse al proceso de construcción de un edificio... Inicialmente necesitamos cavar profundo, mientras más profundo, más sólidos serán los cimientos; es decir que requerimos afianzar aquello nuevo que introducimos en la estructura inicial y profunda del conocimiento de cada persona, sujeto que aprende y aprehende. Una vez que tenemos tierra firme sobre la cual comenzar la construcción, se inicia el encofrado de los cimientos. Esto es, comenzar construyendo estructuras de madera que servirán de molde sobre los cuales se vierte el preparado de cemento. Una vez que éste está sólido, los moldes son desechados. Así, a medida que vamos construyendo nuestro edificio, vamos colocando primero andamios sobre los cuales apoyar las estructuras que más tarde se convertirán en pilares, paredes, escaleras, etc. Fíjense que mientras estamos más en la base del edificio los andamios son más parecidos a moldes de lo que se quiere formar y, a medida que vamos avanzando, estos andamios sólo sostienen la estructura hasta que ésta se haya solidificado. Lo mismo sucede con el PEA, mientras más básico sea el aprendizaje que se busca desarrollar, el docente estará más próximo al aprendiz y, a medida que éste alcanza mayor pericia en las competencias buscadas, el docente se aleja y su apoyo se da más a nivel de consulta frente a situaciones complejas de aprendizaje, que a la instrucción de acciones particulares. Se va constituyendo en una especie de director técnico o consultor externo, cuya contraparte es la que realiza el trabajo bajo términos de referencia claros y específicos desde el principio. Aprender es como construir un edificio que nunca llegará a tener un penthouse, porque siempre iremos añadiendo pisos. También haremos modificaciones internas a cada planta, quitando paredes, abriendo ventanas, cambiando una habitación por otra, etc.; sin embargo, mover los pilares una vez que éstos se han solidificado, será una tarea muy, muy difícil y en algunos casos, hasta peligrosa. Por eso es tan importante planificar la mediación en el PEA desde un inicio. Esto es, podemos aprender muchas cosas nuevas y desarrollar nuevas competencias; pero, a medida que vamos aprendiendo y profundizando un tema que ya hemos desarrollado, este aprendizaje no se constituye en un piso nuevo, nos permite, más bien, cambiar las estructuras de nuestro anterior conocimiento, generalmente respetando los pilares de éste, los ejes fundamentales, los principios adquiridos en los primeros momentos del proceso. Sin embargo, con el actual desarrollo científico observado en todas las disciplinas, es importante que las estructuras de conocimiento, aún en sus partes más difícilmente modificables, sean relativamente flexibles a los cambios. Esta flexibilidad es una competencia directa del arquitecto a cargo que facilitará el cuestionamiento permanente y, por lo tanto, el ordenamiento, estructuración y reestructuración de nuevos principios, fundamentos y teorías. Ahora bien, podríamos ver lo anterior desde tres perspectivas: a) La estructura de conocimientos y competencias como un todo. Con esta forma de ver el PEA nos encontraríamos con muchos casos en los que los cimientos no son totalmente sólidos, o no estamos de acuerdo con la construcción que se ha seguido en periodos de aprendizaje anteriores. En este caso siempre encontraremos una justificación para el fracaso de nuestros estudiantes... “La culpa es de anteriores arquitectos”. b) La estructura de conocimientos y competencias desde lo que yo puedo desarrollar como docente. Es decir, el edificio que a mí me toca construir, desde los cimientos que yo coloque hasta la obra fina de la competencia a desarrollar. En este caso, yo asumo la responsabilidad del aprendizaje de mis estudiantes. c) Una tercera opción, sería considerar mi aporte como docente en la construcción de competencias profesionales y responsabilizarme de la misma, sin perder de vista la estructura total y el trabajo en equipo necesario para poder desarrollar y alcanzar todas las metas previstas en la formación de los estudiantes. Esta última, implica que debemos tratar de alcanzar un punto tanto de responsabilidad al interior de cada asignatura, como también considerar la estructura como un todo y a nosotros como parte de un equipo en el cual todos los miembros somos responsables de la experticia en las competencias buscadas que pueden alcanzar nuestros aprendices. Al respecto, el arquitecto (docente) responsable de definir dónde y cómo se colocan los andamios que el edificio del aprendizaje requiere en un determinado momento de la formación, es, en un inicio, el docente de cada asignatura. Esto quiere decir, que el papel de este personaje, va desde la posibilidad de modelar ciertas competencias profesionales –cuando se realiza el encofrado de los cimientos--, hasta la de servir de apoyo mientras el aprendizaje se consolida y se hace lo suficientemente fuerte como para sostenerse a sí mismo y sostener los siguientes. El docente no es el constructor, esa es tarea de los aprendices; más bien, debe ir orientando e induciendo a través de mediadores (generalmente preguntas inductoras), para que cada estudiante pueda ir poniendo ladrillo sobre ladrillo de manera sólida. Si estos ladrillos se colocan de cualquier manera y el arquitecto no corrige los errores a tiempo, las paredes se derrumbarán en cualquier momento. Estos andamios sirven justamente de guía para que esto no suceda. El hecho de contar con gran número de arquitectos durante el proceso, puede verse como una desventaja y también como una ventaja. En el primer caso, vemos que una obra podría no salir del todo bien si son muchas las manos que se entrometen en el diseño del edificio, más aún si cada uno viene de una escuela arquitectónica diferente. Piensen qué feo se vería un edificio con techos estilo japonés, balcones con pilares romanos, ventanas de líneas contemporáneas, un ingreso barroco criollo y un jardín que nos hable de la Europa renacentista. Y lo peor no es la parte estética, sino la estructura en sí. Si un arquitecto inicia la construcción decidiendo que un pilar debe ubicarse en tal o cual sitio y posteriormente llega otro que instruye un cambio porque lo indicado por su colega carece de validez y así llega otro y otro, cada cual con su propio criterio... Imagínense cómo termina el edificio, además de lo “bonito”, se nos cae a bajo en cualquier momento. Sin embargo, en cuanto a las ventajas, si existe una planificación entre los arquitectos responsables, tendríamos la riqueza de la especialidad que cada uno aporta, pero de manera organizada. Esto nos habla de la importancia del “diseño curricular” (aspecto que tendrán la oportunidad de profundizar en el próximo módulo), la coherencia que debe existir en las instrucciones y, por lo tanto, en los andamios que vamos colocando. Ahora bien, a medida que vamos ingresando en terrenos de mayor especialidad, es decir, en la educación de adultos, el arquitecto no es directamente el que coloca los andamios, sino quien guía al propio estudiante para que éste sea capaz de hacerlo por sí mismo. Esto es, promover el desarrollo de la capacidad de aprender a aprender. Por eso es preciso entender que el andamiaje es temporal, ajustable y se elimina cuando ya no es necesario. Word, Bruner y Ross (1976) sugirieron que la instrucción con andamiaje apropiado incluye los siguientes seis componentes: 1. Desarrollar el interés del estudiante en lograr el objetivo pretendido de la tarea. 2. Demostrar una versión idealizada del acto que se va a ejecutar. 3. Simplificar la tarea reduciendo el numero de pasos requeridos para solucionar un problema, de modo que el estudiante pueda manejar ciertos componentes y reconocer cuándo éstos están siendo logrados con éxito. 4. Controlar la frustración y el riesgo en la solución de problemas. 5. Proporcionar retroalimentación que identifique las características críticas de las discrepancias entre o que ha producido el estudiante y lo que se requiere para una solución. 6. Motivar y dirigir la actividad del estudiante lo suficiente para mantener la búsqueda continuo del objetivo. Para ello, el lenguaje es la principal herramienta que el docente tiene a mano; pero lenguaje entendido desde una perspectiva de “comunicación”. Es decir, no como aquella palabra utilizada por el docente para “transmitir” sus conocimientos, sino como el diálogo entre los dos protagonistas del PEA: docente-estudiante. Este es el pilar del andamiaje que servirá de soporte para el aprendizaje y la solución de problemas: indicios, recordatorios, estímulos, división del problema en pasos, dar un ejemplo, o cualquier otro que permita que loa alumnos tengan mayor independencia como aprendices y lleguen a ser capaces de un proceso de autoinstrucción para seguir aprendiendo. Por lo tanto, se trata de proporcionar ayudas que le permitan al aprendiz progresar desde sus capacidades actuales hacia los objetivos pretendidos. Y, en la medida, que logramos que los estudiantes sean concientes de qué, cómo, cuándo, por qué, para qué, ponen sus propios andamios, estaremos también promoviendo el desarrollo de la metacognición. Pues bien, este es nuestro papel, constituirnos en los andamios de los aprendizajes de nuestros estudiantes, andamios cada vez más lejanos, para que ellos logren anclar sus competencias de manera sólida y flexible y así, vayan convirtiéndose en sus propios diseñadores, arquitectos, ingenieros, paisajistas y, por sobre todas las cosas, moradores.