Informe Exposicion
Informe Exposicion
Informe Exposicion
Núcleo Anzoátegui
Extensión Centro Sur Anaco
Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas
Departamento de Ingeniería Industrial
Administración Financiera - Código: 0625613
Sección: 02 - Período: I-2020
HIPERINFLACIÓN EN VENEZUELA:
Profesora: Bachilleres:
La devaluación es la pérdida de valor de una moneda con respecto a otra. Esta pérdida de valor se puede
producir por múltiples motivos, como por ejemplo el aumento de la masa monetaria, es decir, si aumenta el
número de billetes y monedas de un país, se aumenta la oferta y eso provoca una pérdida de valor en la
moneda, con respecto a otra moneda. (moneda extranjera)
También puede referirse a la pérdida o disminución del valor nominal de una moneda en comparación con
otros billetes o monedas extranjeras. Las monedas de cada país representan un valor que se relaciona con la
riqueza de cada nación, ya que la moneda en sí no posee un valor real, sino que es una forma representativa.
De esta manera, la devaluación de la moneda origina una serie de efectos tanto positivos como negativos.
• Devaluación monetaria: es originada por una serie de causas, entre ellas la desconfianza en la
moneda local, lo que a su vez ocasiona diversos inconvenientes tales como el aumento de la inflación
y de servicios públicos.
• Devaluación interna: las autoridades pueden implementar este tipo de devaluación realizando ajustes
en las rentas, los salarios y disminuciones de déficit, así como también en mejoras que contribuyan
con la productividad para recuperar la competitividad perdida.
• Devaluación competitiva: también llamada guerra de divisas, tiene como objetivo el provocar una
competencia entre dos países o más, en la cual cada país trata de conseguir que su moneda local tenga
un tipo de cambio bajo que le resulte beneficioso.
• Devaluación fiscal: esta gira en torno a la alteración de los precios de distintos impuestos y tiene
como fin el alcanzar la competitividad económica para optimizar la exportación y restar los costos de
producción.
Existen diversas razones que pueden causar la devaluación de una moneda o divisa. Las principales causas de
devaluación son:
• Ser más competitivo en precios en las exportaciones: Algunos países, con la intención de aumentar
el volumen de sus exportaciones, devalúan su moneda. De esta forma, esto produce que los productos
sean más baratos frente a otros países. La idea es aumentar la cuota de mercado y generar más
ingresos. No obstante, aunque las exportaciones puedan aumentar, las importaciones saldrán a mayor
precio (la moneda extranjera se encarece frente a la local).
• Financiar el gasto público: En casos determinados, algunas naciones han optado por imprimir
billetes para financiar el gasto público. Normalmente esto crea inflación.
• Combatir la deflación: En un entorno en que los precios están cayendo (deflación) algunas naciones
pueden optar por emitir dinero. Esta emisión provocaría, a priori, un aumento de la inflación y una
devaluación de la moneda local.
• Históricamente los países latinoamericanos han recurrido a la devaluación de su moneda para tratar de
no perder competitividad, presionando así la inflación, tendencia que parece mantenerse.
• Pérdida de poder adquisitivo: Tanto ahorradores como inversores ven disminuido el valor de su
dinero.
• Disminución del valor real de la deuda: Se trata de algo positivo para aquellos que pidieron
prestado y negativo para aquellos que prestaron.
• El país podría ser más competitivo en exportaciones: Al disminuir el valor de la moneda, los
productos son más baratos en el exterior. Esto podría incentivar la compra de producto local por parte
de países extranjeros.
• Fomenta la llegada de turistas: Es decir, al ser más barato, es un atractivo más para unas
vacaciones.
• Incentiva el consumo de productos producidos en el país: Al devaluarse la moneda, las
importaciones son más caras y la población suele preferir comprar producto nacional.
Por su parte, la inflación se define como el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y
servicios existentes en el mercado durante un período de tiempo, generalmente un año. Cuando el nivel
general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios. Es decir, que la
inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real del medio
interno de intercambio y unidad de medida de una economía.
Una medida frecuente de la inflación es el índice de precios, que corresponde al porcentaje anualizado de la
variación general de precios en el tiempo (el más común es el índice de precios al consumidor).
Una inflación baja y estable mejora el bienestar de la población. Esto tiene lugar de varias maneras:
• Una inflación baja promueve el uso eficiente de los recursos productivos. Por el contrario, cuando la
inflación es alta una parte del tiempo de los individuos y una parte de los recursos de la economía se
invierten en la búsqueda de mecanismos para defenderse de la inflación.
• Una inflación baja disminuye la incertidumbre. Se ha observado que las economías con alta inflación
también padecen de una inflación más variable. La incertidumbre puede afectar negativamente la
rentabilidad esperada de la inversión y por lo tanto el crecimiento en el largo plazo.
• Una baja inflación incentiva la inversión. Las decisiones económicas más importantes que toman los
individuos y las empresas son, usualmente, decisiones de largo plazo: las decisiones de hacer una
fábrica, de constituir una empresa, la decisión de educarse, de comprar vivienda.
Muchas veces se habla que la inflación es buena, pero no es que sea buena en sí, sino que aunque suban los
precios de una economía, los salarios también suelen subir acorde a esa subida de precios. Así pues, al final
el poder adquisitivo de los ciudadanos se mantiene estable. Puede ser buena, mientras sea estable y no sea
muy elevada, por las siguientes razones:
• El alza en los precios ayuda a reducir el valor de las deudas, tanto de los hogares, como de las
empresas y el Gobierno. Esto se debe a que si hay inflación en una economía y nuestros salarios suben
al mismo ritmo, pero la deuda sigue siendo la misma que antes, el valor real de la deuda será menor
que antes de que subieran los precios.
• La subida de los precios además provoca que la gente prefiera consumir ahora en vez de más tarde,
porque entonces los precios serán más caros. Esto es fundamental para que el dinero circule y haya
transmisión de bienes en una economía. Es el engranaje del capitalismo.
• Pérdida de poder adquisitivo: Si la subida de los salarios no es por lo menos igual a la subida que hay
en los precios, el poder adquisitivo bajará. Podríamos alegrarnos si nos suben el sueldo un 10% en un
año, pero si la inflación ha sido del 20%, en realidad podemos comprar un 10% menos con ese salario.
• Disminuye el ahorro: La inflación provoca que el dinero pierda valor, por lo que motivará a consumir
y gastar el dinero, en vez de ahorrarlo, ya que si el dinero va a valer menos en el futuro, los
ciudadanos e inversores preferirán gastarlo ahora.
Aunque las causas de la inflación son complejas y difíciles de determinar, existen cuatro culpables habituales:
• El aumento de la demanda: Si de un producto hay más demanda que oferta, es normal que su precio
suba. Normalmente esta subida se corrige con el tiempo, pues al subir la demanda (y los precios) otros
actores económicos verán la posibilidad de hacer negocio y aumentará la oferta.
• El aumento de los costes: Ya sea la materia prima, la mano de obra o los impuestos. Un ejemplo
clásico es cuando sube el precio del petróleo, que afecta al precio de la gasolina, lo que a su vez
repercute en el coste de transporte de toda la cadena de producción.
• Las expectativas de inflación: Ocurre cuando los productores esperan que se produzca una inflación, y
se anticipan subiendo los precios, provocando una profecía autocumplida.
• El aumento de la base monetaria El monetarismo dice que, cuando se incrementa la cantidad de dinero
en circulación que hay en una economía, esto suele provocar un crecimiento de la demanda, y al
hacerlo más rápido de lo que la oferta se ajusta, conlleva una subida de precios.
La inflación puede clasificarse según su comportamiento y magnitud. Además del término inflación, se
utilizan otros para referirse al comportamiento de los precios:
• Deflación: Es lo contrario a la inflación. Es decir, una disminución de los precios. Puede llevar
consigo un estancamiento de la economía, por lo que no suele ser una señal positiva.
• Reflación: Cuando se toman medidas económicas para impulsar la inflación, como aumentar la oferta
monetaria y fomentar el consumo.
• Estanflación: Es el tipo más temido. Es un periodo inflacionista que no se acompaña de crecimiento
económico ni aumento de los salarios, por lo que se produce un estancamiento del PIB y una pérdida
de poder adquisitivo de la población.
• Inflación subyacente: Mide la variación de los precios sin incluir la energía, que tiene un gran
impacto.
La principal consecuencia de la inflación es la pérdida de poder adquisitivo, lo que quiere decir que con la
misma cantidad de dinero se pueden adquirir menos bienes y servicios porque su precio ha subido. Se trata,
simplemente, de que vivir es más caro, ni más ni menos. Y a mayor inflación más caro es vivir.
O lo que es lo mismo: a mayor inflación, menos vale el dinero. Esto afecta tanto a los particulares como a las
empresas:
• A los particulares porque con los mismos ingresos tienen que hacer frente a pagos muchos altos.
• A las empresas porque con la inestabilidad en los precios pierden sus patrones lógicos de toma de
decisiones, con lo cual el mercado se ralentiza.
Una economía con inflación importante denota problemas y los inversores quieren situaciones estables y
seguras a la hora de gastar su dinero.
Las medidas que se pueden adoptar para paliar la inflación van encaminadas, fundamentalmente, a frenar el
consumo como forma de recuperar el valor que ha perdido el dinero.
Según los señalan los economistas, las más importantes son las siguientes:
• Aumentar los tipos de interés, de esta manera se reduce el crédito y se ven mermadas las posibilidades
de realizar gastos e inversiones.
• Reducir la masa monetaria, porque al haber menos moneda en circulación (menos oferta de dinero)
aumenta su valor.
• Subir los impuestos: también implica que quede menos dinero disponible tanto para las empresas
como para los particulares, lo cual hará que baje el consumo.
• Disminución del gasto público: si la administración “gasta” menos contribuye a la disminución de
demanda de bienes y servicios. La disminución de la demanda hará que los precios bajen.
2. La Deflación
La deflación consiste en la caída o descenso generalizado y amplio de los precios de los bienes y servicios en
una economía. El Fondo Monetario Internacional (FMI) establece que esta se produce, como mínimo, en un
período de 2 semestres.
La deflación suele producirse cuando la demanda de mercado disminuye y aumenta la oferta. Ante esto, los
productores deben bajar los precios para ajustarse a la nueva demanda.
La deflación es causada cuando la oferta de bienes y servicios en una economía es mayor a su demanda. Por
tal motivo, el sector empresarial se ve en la necesidad de reducir los precios para lograr vender.
Este desequilibrio entre oferta y demanda suele producirse por dos causas generales:
• Disminución de la demanda: cuando la demanda de mercado disminuye por diversas causas, tales
como el incentivo al ahorro, la incertidumbre económica, etc.
• Aumento de la oferta: cuando el stock de producción de las empresas aumenta por determinados
motivos y no se vende lo suficiente como para generar un equilibrio, por lo que dichas empresas se
enfrentan a un exceso de oferta. Para liquidar esto, se deben disminuir los precios.
• Ingresos comerciales reducidos: las empresas deben reducir o disminuir los precios de sus productos
para continuar en el mercado, lo cual provoca que sus ganancias disminuyan.
• Reducción de salario y desempleos: debido a la caída de precios, las empresas necesitan minimizar los
gastos y ajustarse a la nueva cantidad demandada por el mercado, por lo que aumentan la tasa de
desempleo y reducen los salarios.
• Cambios en los clientes: si bien al inicio se aprovecha la baja de precios, en un futuro los
consumidores o clientes también se ven afectados por la deflación y empiezan a reducir sus gastos,
por lo tanto dejan de adquirir bienes y servicios.
• Recesión económica: debido al desequilibrio en el mercado y la necesidad de disminuir gastos para
ajustarse al nuevo nivel de ventas y precios, se produce una recesión en la economía afectada.
• Deflación histórica: Se produce lentamente y es causada por el aumento de la producción per cápita.
Suele darse en países como Suiza, donde el valor de la moneda perdura por mucho tiempo y la
producción aumenta continuamente.
• Deflación correctiva: Se ocasiona después de darse un efecto burbuja en la economía, cuando una vez
que «explotó» la burbuja monetaria, la economía consigue obtener los precios que poseía antes de la
inflación causada por dicha burbuja.
• Deflación inflacionaria: Se produce cuando luego de haber una expansión monetaria, los precios
tratan de regresar al momento inicial, es decir, a los que estaban antes que se produjera la inflación.
Sin embargo, el Banco Central suele imposibilitar esto.
• Aplicar una política monetaria expansiva, impulsando la oferta monetaria con la colocación de más
dinero en circulación, lo cual incentiva el consumo y reactiva la demanda.
• Aumentar el gasto público y reducir los impuestos conducirá a una política fiscal del tipo expansiva
que generará empleos y fomentará el consumo y el aumento de demanda.
3. Hiperinflación en Venezuela.
Venezuela inició un largo periodo de inflación continua e ininterrumpida desde 1983 con tasas de dos dígitos
porcentuales anuales; aunque entre 2006 y 2012 el gobierno de Hugo Chávez reportó las menores tasas
inflacionarias de todo el período, las cuales comenzaron a crecer nuevamente a dos dígitos en 2013 y 2014.
Pero será en 2015 cuando llegan las tasas por encima del 100 %, desatándose la hiperinflación.
A mediados de 2016 el Banco Central de Venezuela devaluó el Bolívar en 368,7 % pasándolo de 762 Bs/$ a
2810 Bs/$, reportando así un índice inflacionario de 799,9 %. En 2017 la inflación fue de 2616 %, para 2018
el Fondo Monetario Internacional proyectó la inflación venezolana en 1 370 000 % y en 10000000 % para
2019. Es la hiperinflación más grande que haya sufrido un país americano, que representa una crisis
económica similar a la de Alemania en 1923 o Zimbabue a fines de la década de 2000.
Los principales detonantes de la hiperinflación en Venezuela tienen que ver con la intervención por parte del
gobierno de Venezuela en la política monetaria y el Banco Central de Venezuela (BCV), principalmente a
través de la inyección de dinero inorgánico en la economía.11 Adicionalmente, el déficit fiscal de la
República es financiado por el BCV, lo cual genera un proceso conocido como la monetización del déficit.
El exagerado crecimiento de la deuda externa sin control entre los años 2007 y 2012 que dejó sin respiro al
país al quintuplicarse y la acumulación de juicios a causa de las expropiaciones en esa época que comenzaron
a deteriorar la economía a partir del año 2017.
Por otro lado, debido a la crisis económica que azota al país desde 2013, el gobierno ha reducido
dramáticamente la entrega de dólares preferenciales para las importaciones de materia prima para la industria
en cambio ha aumentado la importación de productos terminados, leche, granos, pasta, carne, pollo y de
alimentos envasados realizados por programas auspiciados por el gobierno, lo cual ha generado una reducción
de la oferta de bienes producidos en el país. Por último, el control de cambios, vigente desde el año 2003, ha
generado falta de divisas en la economía y la aparición de un mercado paralelo que cotiza muy por encima de
la referencia oficial, dicho mercado que se utiliza para fijar el precio de productos y servicios.
En marzo de 2020 nuevamente ha repuntado la inflación que ha afectado a nivel mundial la Pandemia de
enfermedad por coronavirus de 2019-2020, la caída de los precios del petróleo y la baja producción en
Venezuela que se había deteriorado desde 2017. Por otro lado el envío de remesas a Venezuela para sostener
la economía familiar se ve deteriorado por causas de la pandemia y el desempleo que ha provocado.
El BCV mantuvo el silencio informativo al respecto a los índices de inflación durante los años 2016, 2017 y
2018. En febrero de 2020 un reporte del Banco Central de Venezuela reveló que la inflación durante el año
2019 fue de 9,585.5% un poco más alto que el reporte económico entregado por la Asamblea Nacional. Un
reporte dio detalles de algunos índices como la inflación de abril de 2020 fue de 27.5 %, el 8 de junio dio las
cifras de la inflación acumulada de los primeros meses de enero hasta mayo de 2020 equivalente a 295.9% así
mismo informó que la inflación del mes de mayo de 2020 fue de 38.6%
Un breve informe del Banco Central emitido el 1 de septiembre de 2020 después de seis meses declara que la
inflación de julio fue de 19.6%, la inflación acumulada fue 491,94% y la inflación interanual de 2.358.49%
El 8 de octubre de 2020 un informe más detallado el Banco Central de Venezuela entregó la tabla de los
primeros diez meses incluyendo el acumulado y el interanual revelando que la inflación de octubre de 2020
fue de 27.9% y el acumulado 844.05% mientras el interanual fue de 1813% por ahora no se ha revelado las
tablas completas de los años 2016, 2017, 2018, y 2019.
Durante el año 2020 la economía venezolana se ha dolarizado, mientras el bolívar ha quedado reducido al
pago del transporte colectivo y de algunos servicios públicos, la mayoría de operaciones se hace vía digital o
en moneda norteamericana, ya casi nadie usa los billetes, el billete más grande de 100 mil bolívares alcanza
para dos pasajes de transporte público o la compra de una pieza de pan de 40 gr.
Según informes de la Asamblea Nacional en 2015 Venezuela tuvo una inflación anual de 180,9 %, haciéndola
la más alta en el mundo, y en la historia del país.23 Un año después, el BCV reportó que la inflación superó el
274 %;24 sin embargo, la Asamblea Nacional estimó una inflación del 550 %.
Venezuela para marzo de 2020 acumula seis años de depresión económica, agravada por una hiperinflación
que pasa los 28 meses, la Asamblea nacional certificó que para el año 2019 la caída del PIB en 39.65%
calificándola como el peor periodo histórico de la economía venezolana comparándolo con el año 1983 del
famoso viernes negro, cuando el PIB tuvo una caída de 9.9%
Para abril de 2020 la Asamblea Nacional ha seguido desbloqueando la falta de información que no entrega el
Banco Central de Venezuela, según el diputado Ángel Alvarado de la comisión de finanzas, la hiperinflación
continua y se agrava con el paso del coronavirus, la canasta alimentaria subió a $ 263.0 en febrero estaba en $
225.0, siendo el rubro de servicios el que más subió
• Reconversión monetaria
El 20 de agosto de 2018 se aplicó una reconversión monetaria al bolívar, designando un nuevo signo
monetario denominado bolívar soberano (Bs.S). Dicho proceso estableció una tasa de conversión de 100 000
Bs. igual a 1 Bs.S. Anunciada el 22 de marzo de 2018 por el ejecutivo, estaba prevista para hacerse efectiva el
4 de junio del mismo año, estableciendo una tasa de conversión de 1000 Bs. igual a 1 Bs.S;78 sin embargo,
fue prorrogada dos veces. Según el gobierno de Maduro, el objetivo de esta es «avanzar hacia la estabilidad
económica del país», aunque la medida generó diversas críticas en la sociedad venezolana, la medida no logró
la estabilidad de la economía como estos esperaban
• Migración de la población
La emigración en Venezuela siempre ha existido de una forma moderada. Es a partir de 2015 cuando se
incrementa la salida del país de casi un 30% de la población debido a la inflación de su economía, y que vino
en aumento cuando el país entró a la hiperinflación. Según la OEA y ACNUR ha sido catalogado como una de
las emigraciones más grandes de la historia del hemisferio. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados
(ACNUR) el deterioro de la situación política, económica y de derechos humanos en Venezuela continúa, por
lo que el apoyo internacional se hace necesario. El último informe describe que van 4.8 millones de
venezolanos registrados entre refugiados y migrantes.
El desempleo se ha ido incrementando en los años de hiperinflación. En octubre de 2019 la tasa de desempleo
llega al 35%. Para finales de año se estimó que aumentara hasta el 39% a 40%, y además que un 60% de la
población económicamente activa pertenezcan al sector informal, lo que influye en el bajo salario que ha
hecho que muchos jóvenes emigren a otros países.
A partir de noviembre de 2019, la economía venezolana se ha visto dolarizada, tal es así que un informe
estima que un 54 % de las operaciones de compra-venta se realizan en dólares. Según Ecoanalítica, una
encuestadora nacional, más de cuatro millones de venezolanos radicados en países del exterior envían remesas
a sus familiares con la cual sostienen la economía familiar.
• La petro-incertidumbre
Desde diciembre de 2017 se dio inicio a la creación de una moneda virtual con un valor representativo en
dólares basado en el precio de un barril de petróleo, en diciembre de 2018 cuatro millones de venezolanos
recibieron sus aguinaldos en petros convertibles en la misma plataforma Patria a bolívares con la intención de
fomentar el ahorro en petros, muy pocos dejaron ahorros en petros y transformaron en bolívares dichos
aguinaldos, en septiembre de 2018 el BCV dejó de emitir el valor de un petro al no observar movimiento
bursátil quedando muchos atrapados en la incertidumbre, la solución les llegaría un año después en diciembre
de 2019.
Según opinión del economista Víctor Álvares, el ingreso petro en la economía venezolana como una medida
anti-inflacionaria durante los últimos diez días de diciembre de 2019 y como un ensayo generó la emisión de
bolívares sin un respaldo, originó que el bolívar se devaluara en un 60%
La Década Pérdida o la Crisis de los 80 fue un período de estancamiento económico en el Perú a lo largo de la
década de los 80 que se exacerbó hasta convertirse en una severa crisis macroeconómica a fines de la década.
Al final de la década, el producto interno bruto (PIB) de Perú se contrajo más del 20% y la pobreza aumentó
al 55%.
En la primera mitad de la década de 1980, los valores del cobre y la plata, las dos mayores exportaciones de
Perú, habían bajado de precio a un mínimo de 40 años. De 1980 a 1982, el precio del cobre se desplomó de
casi $ 3000 por tonelada a $ 1300 por tonelada. Para 1987, el precio del cobre solo había aumentado a $ 1380
por tonelada.
Además, El Niño devastó la economía pesquera de Perú y provocó inundaciones y sequías destructivas en la
región de Lima. Belaúnde se enfrentó a una serie de estrictas medidas de austeridad recomendadas por el
Fondo Monetario Internacional (FMI) luego de la acumulación de deuda externa, como resultado, a medida
que comenzó a producirse la estanflación económica y la inflación creció al 60%.
Para 1983, Perú acumulaba $ 13.5 mil millones (77.8% del PIB) en deuda externa y su producto interno bruto
se había derrumbado en un 20%.
Tras la elección de Alan García se ordenó el cierre de la oficina del Fondo Monetario Internacional en Lima y
ordenó la nacionalización de los bancos y otras instituciones financieras en Perú. Visto como un virtual
default, los inversionistas pronto se retiraron por completo de Perú y la Bolsa de Valores de Lima sufrió una
caída significativa.
Consecuencias de la Hiperinflación
o Cambio de Moneda: Perú había cambiado su moneda dos veces desde 1985 a 1990. En 1985, el
presidente Alan García presentó el inti, una moneda de corta duración que valoraba 1000 soles. Los
intis peruanos se imprimieron en valores de 50.000, 100.000 y hasta billetes de 5.000.000 intis al
final de su circulación.
o Control Cambiario: El gobierno peruano implementó el uso del dólar MUC, una moneda separada
instituida por el gobierno peruano con un valor idéntico al dólar estadounidense, hasta que
mantenerse al día con la inflación llevó a la bancarrota al Banco Central del Perú.
o Instauración del Nuevo Sol: En 1990, la moneda de Perú se cambió nuevamente del inti al nuevo
sol cuando la inflación comenzó a disminuir, lo que contribuyó favorablemente a la circulación y
confiabilidad de la nueva moneda entre el público en general.
o Inflación de Precios: En 1988, el gobierno peruano informó que los precios al consumidor
aumentaron un 1,722%, o en promedio un 143,5% por mes. Los productos farmacéuticos
aumentaron casi un 600% y el precio del petróleo se cuadruplicó. En septiembre de 1988, los
economistas declararon que la inflación se convirtió en hiperinflación.
o Déficit Comercial y Aumento del Desempleo: La política fiscal de Perú a fines de la década de
1980 aisló al Perú del mercado internacional. A medida que la demanda de productos
manufacturados en las exportaciones disminuyó, la industria manufacturera comenzó a despedir
trabajadores. Según se informa, los salarios disminuyeron un 50% o más durante el período. El
desempleo había alcanzado un umbral superior al 6% a fines de la década de 1980, tanto en el
sector empresarial formal como informal del país.
o Aumento de la Deuda Pública: Para 1990, el producto interno bruto de Perú se había devaluado a
$58.5 mil millones. Habría que esperar hasta 1996 para que el PIB del país alcance niveles
superiores a los de los años ochenta. En 1990 la deuda pública alcanzó el 190% del PIB.
Situación Actual
• La economía del Perú es la quinta mayor economía de América Latina en términos de producto bruto
interno (PBI) nominal y tradicionalmente ha sido un reflejo de su variada y compleja geografía.
• Según lo muestran los datos del Fondo Monetario Internacional, hasta el año 2018 la economía total
de Perú asciende a los 231.567 millones de dólares, con un PIB per cápita de 7.198 dólares (en
nominal) y un PIB per cápita de 13.993 dólares (en PPA).
• La economía peruana ha experimentado dos fases distintivas de desarrollo económico desde que
inició el nuevo siglo. Según el Banco Mundial Entre el 2002 y el 2013, el Perú fue uno de los países
de crecimiento más acelerado en América Latina, con una tasa de crecimiento promedio del PBI de
6.1%
• El índice de pobreza cayó, de 52.2% en el 2005 a 26.1% en el 2013 (6.4 millones de personas que
salieron de la pobreza durante ese período). La pobreza extrema decreció, de 30.9% a 11.4% ese
mismo período.
• Entre el 2014 y el 2019, el crecimiento del PBI fue más lento, a una tasa promedio de 3.1%. En este
contexto, el déficit en cuenta corriente disminuyó, de 4.8% PBI en el 2015 a 1.5% en el 2019. Este
déficit externo ha sido financiado principalmente con flujos de capital a largo plazo. Las reservas
internacionales netas se mantuvieron estables, alcanzando un 30% del PBI para marzo del 2020.
• Caso Nicaragua
Nicaragua fue un ejemplo de comportamiento económico alocado durante el período 1986-1991. Los nicas
sufrieron un empobrecimiento mayúsculo en esos años debido a la conjugación de varios factores. En primer
lugar, un gasto expansivo imprudente que desorganizó todas las finanzas públicas. Seguidamente, el
padecimiento de una aceleración de precios endemoniada, unida a una guerra civil obcecada que despedazó al
país. Y, como si esto fuera poco, Estados Unidos decretó un bloqueo económico que limitaría los ingresos
nacionales por exportaciones y la posibilidad de recibir las importaciones de materias primas e insumos
básicos necesarios para el funcionamiento regular de su economía.
En el ámbito económico, la década de los 80 en Nicaragua fue sellada por unos niveles inflacionarios
delirantes y una paralización en todos los órdenes. El mal diseño de la política económica estalló con mayor
fuerza en 1988, cuando registró una caída del PIB de -12.5%, una tasa de inflación sofocante de 14.316% y
brechas triplicadas entre la cotización del mercado cambiario oficial y el paralelo.
El país comprometió sus equilibrios macroeconómicos por causa de los numerosos rescates financieros a las
empresas estatales, los incrementos salariales no fundamentados y las inversiones públicas que terminaron en
negocios corruptos. En medio de este escenario interno, aunado a los factores externos, como por ejemplo el
fin de la guerra fría y embargo estadounidense, Ortega es presionado y convoca a elecciones en 1990 cuando
la inflación alcanzó al cierre de ese año los 7.485%.
En estos comicios gana Violeta Chamorro, candidata opositora. Desde el primer día, se ocupa en impulsar un
programa de ajuste estructural, que en honor a la verdad, Ortega dio inicio en 1988, pero no tuvo mejores
resultados por el bajo apoyo internacional en materia de financiamiento, a diferencia de Chamorro que sí
contó con amplia cooperación extranjera de diversa índole.
A todas luces, la presidenta recién electa recibió un país económicamente débil y la situación era asfixiante.
Se requerían medidas económicas que lograran la estabilización cuanto antes. Por estos motivos, se emprende
el denominado Plan Mayorga, que promovió la unificación cambiaria (gradualmente con devaluaciones
semanales) y la liberación de los precios. Igualmente, se hicieron esfuerzos para la disminución del inmenso
agujero fiscal con recortes del gasto público. Dicho plan fracasó porque se anclaron las expectativas
inflacionarias al tipo de cambio y no se contaba con suficientes divisas para sostener este régimen cambiario.
La inflación continuó consumiendo los bolsillos de los nicaragüenses y crecieron las protestas sociales debido
a los pocos resultados efectivos y por la inexistencia de compensaciones a la población vulnerable.
Al comenzar el año 1991 se respiraba el colapso y la precariedad en todos los aspectos de la vida nacional, por
lo cual era impostergable coordinar un amplio acuerdo político que se materializara en un pacto conformado
por una triada (gobierno-oposición-organizaciones sindicales) y brindarle un respaldo consensuado a un nuevo
programa económico. Así nace el Plan Lacayo, que consistió en un proceso de privatización de varias
empresas estatales, donde los trabajadores recobraron protagonismo. Se concedieron más apoyos crediticios a
productores de la pequeña y mediana industria. Asimismo, se resalta la introducción de una nueva moneda
que se indexó a las cotizaciones del dólar. La dureza de los ajustes se presentó a través del congelamiento de
los salarios, la paralización de las inversiones públicas, el recorte de la nómina oficial y la devaluación de un
400% de la tasa de cambio.
Nicaragua no estuvo sola, pues, las donaciones de alimentos del extranjero y el financiamiento externo
refrescaron la hacienda pública y reforzaron el mantenimiento del sistema cambiario implementado. La
recuperación empezó a verse en 1992, por medio de las primeras cifras positivas de crecimiento económico y
la disminución de la inflación en dos dígitos. De esta forma, se ordenaron y le dijeron adiós a sus
perturbaciones económicas.
Situación Actual
• Para 2017, Nicaragua mantenía un buen ritmo de crecimiento de 4.6%. Pero debido a los disturbios
sociales y políticos que el país ha experimentado desde abril de 2018, la economía se contrajo a un -
4.0 y -3.9% en 2018 y 2019, respectivamente. Según los últimos pronósticos, para 2020 se espera que
el crecimiento caiga a -5.9%, y se recuperaría lentamente a 1.1% para 2021, según estimaciones del
Banco Mundial
• La pandemia de la COVID-19 (Coronavirus) sumada a la violencia de los últimos años, la pérdida de
empleos y el declive económico influye en el crecimiento de la pobreza, la cual se estima que
aumentará a 15.1% en 2020 (contra 9.7% en 2017), lo que suma a más de 350,000 personas en la
pobreza.
• Nicaragua es uno de los países menos desarrollados de América Latina, donde el acceso a los
servicios básicos es un desafío constante.
• Caso Argentina
“Rodrigazo” de 1975
Se denomina Rodrigazo a una crisis económica que sufrió Argentina el 4 de junio de 1975, durante el
gobierno de María Estela Martínez (n. 1931). La crisis se originó cuando el Ministro de Economía de
entonces, Celestino Rodrigo (1915-1987), dispuso una emisión monetaria a gran escala. Con el objetivo de
eliminar la distorsión de los precios relativos, esto causó una fuerte devaluación del 160% para el cambio
comercial y el 100% para el cambio financiero. La tasa de inflación llegó hasta el 777% anual y los precios
nominales subieron un 183% al finalizar el ciclo 1975. Se produjo el desabastecimiento de gran cantidad de
productos esenciales, entre ellos alimentos, combustibles y otros insumos para transporte.
La hiperinflación argentina de 1989 y 1990 fue una crisis económica que afectó Argentina y que tuvo dos
fuertes picos en los mencionados años.
A partir del 6 de febrero de 1989, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se quedó sin reservas
de moneda extranjera para subastar y satisfacer la demanda de moneda extranjera -dólares principalmente- y
se retiró del mercado cambiario.
Con la devaluación del Austral, miles de personas pasaron hacia la pobreza: la hiperinflación devoró salarios,
generó revueltas, saqueos y llevó al adelantamiento del traspaso del poder. La hiperinflación a fines del
alfonsinismo provocó un aumento en el porcentaje de personas viviendo en la pobreza del 25 % a comienzos
de 1989, al récord histórico de 47,3 % en octubre del mismo año.
Estas circunstancias influyeron fuertemente para que el presidente radical Raúl Alfonsín adelantara las
elecciones presidenciales al 14 de mayo de 1989, y para que en los mismos ganara el candidato peronista
Carlos Menem. Los resultados electorales influyeron para que la inflación recrudeciera en hiperinflación, y de
460% de inflación en abril de 1989 se pasó a 764% en mayo. Presionado por el caos hiperinflacionario, una
ola de saqueos y el temor a una nueva intentona militar de grupos como los carapintadas, Alfonsín también
adelantó el traspaso de mando, realizado el 8 de julio de 1989.
El segundo pico de hiperinflación se produjo en diciembre de 1989 y pudo ser parcialmente contenido hacia el
mes de abril por el lanzamiento del Plan Bonex, que consistió en el canje compulsivo de los depósitos a plazo
fijo por títulos públicos denominados Bonex 89, aunque agravó la fuerte recesión en la que se encontraba la
economía argentina en ese momento.
De todos modos, la inflación continuó siendo muy elevada durante el resto del año. En febrero del ’91 la
inflación alcanzó niveles de 582%
El 1 de marzo de 1991, el ministro de economía impulsaría la Ley de Convertibilidad del Austral que incluía
en el nuevo régimen la creación de una nueva moneda nacional, el peso convertible. Bajo este sistema, el
Banco Central estaba obligado a respaldar con sus reservas una relación de cambio en la que un dólar
estadounidense tenía el mismo valor que un peso; de esta forma, se restringía la emisión de billetes como
medio de financiamiento del Estado.
En conjunto con otras reformas, este esquema, lograría exitosamente reducir la espiral inflacionaria y restaurar
la estabilidad financiera tras años de convulsión, mientras que el producto interno bruto (PIB) registró un
importante crecimiento del 10.5% en el mismo año que se instauró, revirtiendo la contracción en la que se
encontraba desde 1988.
La crisis llegó a un punto insostenible el 29 de noviembre de 2001, cuando los grandes inversionistas
comenzaron a retirar sus depósitos monetarios de los bancos y, en consecuencia, el sistema bancario colapsó
por la fuga de capitales y la decisión del FMI (Fondo Monetario Internacional) de negarse a refinanciar la
deuda y conceder un rescate
Situación Actual
o Argentina es una de las economías más grandes de América Latina, con un Producto Interno Bruto
(PIB) de aproximadamente US$450 billones.
o La pobreza urbana en Argentina sigue siendo elevada y en el primer semestre de 2020 alcanzó al
40,9% de la población, con un índice del 10,5% de indigencia y una pobreza infantil (niños
menores de 14 años) del 56,3%.
o Durante el segundo trimestre de 2020 el país sufrió una caída trimestral del PBI del 16.2%, la
mayor retracción de su historia.
o La inflación anual, si bien se ha desacelerado desde comienzos de año, es superior al 40%, a pesar
de la existencia de controles de precios.
• Caso Bolivia
Cuando se hace referencia a economías enloquecidas, basta un paseo por la Bolivia de la década de los 80
para exponer un claro ejemplo de ello. El país altiplánico vivió un período desastroso entre 1982-1987. Sin
embargo, este contexto gris fue gestándose en años anteriores, debido a tres razones: a) la inestabilidad
política protagonizada por insurrecciones militares (desde 1978 a 1982 desfilaron 10 presidentes por el
Palacio Quemado); b) el desplome del precio del estaño que conllevó la disminución de los ingresos fiscales;
c) un aumento salvaje de deuda externa de corto plazo que terminó en una suspensión de pagos al poco
tiempo.
En los albores de 1982, asume el mandato de la presidencia boliviana Hernán Siles Zuazo (1982-1985), el cual
agrietó aún más la economía con un gasto fiscal desaforado y una política cambiaria llena de controles.
Durante estos años, se intentaron revertir las deformaciones económicas, representadas en la elevada inflación
y la cotización mercado paralelo de divisas, con medidas paliativas como el recurrente aumento salarial,
devaluaciones frecuentes y pequeños ajustes de precios de unos cuantos productos. Pero no enfrentaban el
enorme déficit fiscal y omitían la distorsión de tener un tipo de cambio desalineado.
Por estos y otros motivos, la aceleración de los precios continuaba desenfrenada. Finalmente, los dos últimos
años -1984 y 1985- de mando de Siles Zuazo, concluyen con una inflación de 2.177% y 8.171%,
respectivamente.
Al profundizarse el caos social y el desconcierto en todos los ámbitos, Siles Zuazo convoca a elecciones
anticipadas. En esos comicios es elegido presidente Víctor Paz Estenssoro (1985-1989). En el primer mes de
gobierno, se redireccionó la política económica por medio de rigurosas medidas, entre las cuales destaca la
unificación cambiaria y las reducciones del déficit fiscal que implicaron dolorosos congelamientos de salarios
y cese de inversiones públicas.
Básicamente, fue un tratamiento de shock que consistía en buscar oxígeno financiero, por lo cual nacieron
nuevos impuestos y se formalizó la liberación de los mercados de bienes y servicios, financieros y laborales.
Todo esto fue soportado con políticas monetarias y fiscales disciplinadas. Asimismo, se destacan las
resoluciones orientadas hacia la apertura comercial exterior con aranceles uniformes y la disminución de la
participación estatal en todas las actividades económicas.
Los correctivos fueron severos, porque no hubo un incremento salarial en el momento (aunque posteriormente
se creó un sistema de indexación de remuneraciones anclados al tipo de cambio) ni ninguna compensación
para atenuar todos los ajustes económicos que sufrieron los bolivianos (las pocas atenciones de política social
fueron posibles gracias a donativos del extranjero). Sin embargo, sirvieron para superar la hiperinflación en
menos de un año. A partir de 1986, la economía pasó de tormentosas tasas inflacionarias de 3 dígitos
mensuales a cifras de 2 dígitos anuales.
Situación Actual
• Caso Chile
La crisis económica en Chile de 1973 fue un fuerte colapso económico generado tanto por factores exógenos
como endógenos que se vivió durante el gobierno del presidente Salvador Allende. Fue uno de los
catalizadores de la crisis política que vivió el país durante el gobierno de la Unidad Popular y, asimismo, es
uno de los aspectos más relevantes para quienes justifican el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Esta crisis económica se manifestó en una inflación de tres dígitos —cálculos contemporáneos estiman que
esta llegó al 606 %, la más alta en la historia de Chile—
Hasta la fecha existen dos vertientes para explicar la crisis económica del gobierno de Salvador Allende. Unos
enfatizan en la poca importancia que dio el gobierno de la Unidad Popular en la estabilización de la economía,
específicamente en la inflación (IPC) que venía en alza desde el gobierno anterior y alcanzaba al 36,5 % en
1969, sumado esto a otros factores económicos externos como la crisis internacional del petróleo.
Se planteó el Plan Vuskovic, y fue el modelo económico que implementó durante todo Gobierno de la Unidad
Popular. Este Plan de manera gruesa planteaba: Estatización de las «áreas claves» de la economía,
Nacionalización de la Gran Minería, congelación de los precios de los bienes de primera necesidad y un fuerte
aumento en los salarios
Otras de sus causas fue el boicot económico promovido por la oposición para desestabilizar al gobierno,6
caracterizado por el cierre de empresas, los paros de transportistas, la destrucción y ocultamiento de productos
para generar desabastecimiento entre la población, entre otros. Así como el bloqueo económico impuesto por
los Estados Unidos, cortando las líneas de crédito, bloqueando las cuentas de Chile en EE.UU. y presionando
a las instituciones financieras para no invertir en Chile, como represalia por la nacionalización del cobre.
Según el académico francés Christian Delois a raíz de la presión de Estados Unidos, de los 270 millones de
dólares destinados a Chile en 1972, solo recibió 32. Obligado a buscar fuentes alternativas de comercio y
finanzas, Chile obtuvo compromisos de la Unión Soviética para invertir unos $ 400 millones en Chile en los
próximos seis años. El déficit del sector público pasó del -1,4% del Producto Interno Bruto (PIB) en 1970
hasta llegar al -22,9% en el año 1973
Situación Actual
• Chile ha sido una de las economías latinoamericanas que más rápido creció en las últimas décadas, debido
a un marco económico sólido, que le ha permitido amortiguar los efectos de un contexto internacional
volátil y reducir la pobreza. Sin embargo, más del 30% de la población es económicamente vulnerable y
la desigualdad de ingresos sigue siendo elevada.
• En un contexto de agitación social, el crecimiento del PIB se redujo de 3,9% en 2018 a 1,1% en 2019.
Según las estimaciones publicadas por el FMI el 14 de abril de 2020, tras el brote de COVID-19, el
crecimiento del PIB debiera caer a -4,5% en 2020, y repuntar a 5,3% en 2021, sujeto a la recuperación
económica global posterior a la pandemia.
• La deuda bruta del gobierno fue estimada en 27,5% del PIB en 2019, y podría subir a 29,2% en 2020 y
30% en 2021. Según estimaciones del FMI, la inflación fue de 2,3% en 2019 y se prevé que suba a 3,4%
en 2020 y 2,9% en 2021.
•
La tasa de desempleo de Chile disminuyó levemente a 7,3% en 2019. El país tiene el PIB per cápita más
alto de la región (USD 15.068). Ahora bien, el FMI prevé que la tasa de desempleo se vea afectada por el
impacto económico negativo de la pandemia de COVID-19: actualmente, se estima que que la tasa
aumentará a 9,7% en 2020 y bajará ligeramente a 8,9% en 2021.