Tarea de Edward Comercio Internacional
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Aunque han servido como medicina alternativa con ajustes y controles a la balanza
de pagos, el Presupuesto, el gasto público y el déficit fiscal, los acuerdos firmados
con el Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido ejecutados por los gobiernos
para allegarse recursos que han derivado en un incremento de la deuda externa y los
desajustes.
Los gobiernos dominicanos de los últimos 50 años, con excepción del fenecido
Antonio Guzmán -1978-1982-, han recurrido al FMI en busca de recursos para
enfrentar desequilibrios económicos y compromisos internos y externos.
Actualmente, con una economía con cierto desequilibrio coyuntural, la administración del
presidente Leonel Fernández se apresta a firmar un nuevo convenio con el FMI, acuerdo
que ha sido favorecido por diversos sectores.
En estos momentos el Gobierno realiza contactos con la misión del FMI, con la que
negocia la carta de intención para los programas de asistencia financiera, y hacer frente a un
faltante fiscal que a final de 2009 alcanzaría los RD$21 mil millones.
Se espera que pronto concluya la discusión del documento para luego proceder a la firma,
con lo que el país dispondrá de un certificado para lograr desembolsos retenidos del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. También podrá colocar en el
mercado internacional una emisión de US$1,000 millones de bonos soberanos, en mejores
condiciones.
Un segundo acuerdo stand by se firmó en 1964, por US$25 millones y se desembolsaron
US$20 millones. Su aplicación no resultó traumática para la población porque fue
concebido para desarrollar programas financieros que corrigieran desequilibrios de balanza
de pagos. Ese acuerdo fue interrumpido tras la Guerra Civil de 1965.
Cuando el país negoció ese convenio, el FMI también ayudó al Banco Central a negociar
otro préstamo por US$30 millones con un consorcio de bancos privados norteamericanos, y
otros US$6.25 millones con la Tesorería de Estados Unidos.
Los recursos que el Gobierno estadounidense desembolsó entre 1966 y 1973 fueron
cuantiosos en proporción al tamaño de la economía del país, y entre abril de 1965 y junio
de 1966, el país recibió US$122 millones, la mayor parte en donaciones, con el objeto de
salvarlo de la bancarrota.
Otros fondos que recibió el Gobierno del fenecido ex presidente Joaquín Balaguer hasta
1969 fueron préstamos a largo plazo para programas de desarrollo negociados a través de la
Agencia para el Desarrollo Internacional (AID). De junio de 1969 a junio de 1973, la
ayuda descendió a unos US$78 millones por año.
La intensidad de las medidas dio lugar a lo que en la política dominicana se conoce como
la poblada de 1984. Barrios enteros, sobre todo de la Capital, salieron a las calles a
protestar por las alzas de precios decretadas por el Gobierno dentro del marco del convenio
con el FMI. El Ejército fue lanzado a las calles y una cantidad todavía indeterminada de
persona fue muerta a tiros. Después, el presidente Jorge Blanco decidió aplicar un nuevo
convenio con el FMI menos estricto, por US$78.5 millones, que se rubricó en abril de
1985, diseñado para reestructurar el sistema financiero e impulsar la economía.
En agosto de 1991, Balaguer firmó un acuerdo stand by con la finalidad de renegociar la
deuda externa y obtener financiamiento por US$39.2 millones. El convenio concluyó en
marzo de 1993. En julio de ese año formalizó otro convenio, que concluyó en marzo de
1994 por US$31.8 millones, con un desembolso de US$16.8 millones.
Con la quiebra del Baninter, anunciada en mayo de 2003, el Gobierno de Hipólito Mejía
aceleró negociaciones con el FMI para la concesión de un préstamo stand-by de
US$437.8 millones aprobado el 29 de agosto de 2003, recibiendo un desembolso de
US$131.3 millones. La decisión unilateral del Gobierno de comprar a Unión Fenosa su
50% de participación de capital de Edenorte y Edesur fue considerada por el FMI un
incumplimiento de la carta de intención y declaró en suspenso el convenio.
En enero de 2004, Mejía, presionado por el FMI, dispuso medidas de austeridad,
impositivas y relacionadas con el gasto, aumentos significativos en los precios de los
combustibles, la electricidad y los impuestos al alcohol, tabaco y otros productos.
El 31 de enero de 2005, el FMI aprobó al Gobierno de Fernández un acuerdo stand by
por US$437.8 millones, convenio que fue extendido en mayo de 2007 y concluyó el 30 de
enero de 2008.
Deuda externa
Los expertos definen el endeudamiento externo como el recurso utilizado por el Estado
para buscar alternativas de solución al déficit fiscal. En el país se han firmado acuerdos con
efectos devastadores protagonizados por las consecuencias de las garantías exigidas por los
organismos crediticios.
Una de las razones que ha empujado a los gobiernos a obtener acuerdos con el FMI es
renegociar la deuda externa por su alto número de compromisos.
El presidente Fernández anunció a principio de 2009 que solamente para el pago y servicio
de la deuda pública externa y el subsidio a la electricidad destinará ese año más de una
tercera parte del Presupuesto, aproximadamente RD$110 mil millones, y para cumplir solo
con los compromisos externos tendrá que erogar cerca de US$2 mil millones.
Calculó que, por ese concepto, cada habitante para el 2015, deberá alrededor de
US$1,500, colocando a la nación entre las tres o cuatro de la región más endeudadas per
cápita.
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