Numerologia
Numerologia
Numerologia
Introducción:
Todos los números emanan del número Uno. El punto de partida de esta emanación está
en la Luz espiritual. Cuanto más un número se aleja del número Uno, más se hunde en la
materia, cuanto más se acerca al número Uno, más presente está en la esencia Espiritual
y la Luz de la creación.
Los Diez primeros números pertenecen al dominio del Espíritu. Estos son los menos
materializados. Consideremos pues en seguida, para acostumbrarnos, la progresión
doble: La cifra no tiene importancia, es la dirección de la progresión que sólo debe ser
considerada.
Para los hombres de todas las culturas de la antigüedad el número se entendía como el
símbolo de una idea arquetípica, verdadero vehículo del conocimiento, ordenador y
revelador. "Para una sociedad tradicional el concepto de número difiere diametralmente
del que acerca de él pudiera tener una sociedad profana como la nuestra. Esto debe
subrayarse puesto que fueron las sociedades tradicionales las que crearon los números
como conceptos de relación que sus sabios e inspirados obtuvieron por revelación,
mientras que la sociedad moderna sólo se ha aprovechado de ellos, tergiversando su
sentido y utilizándolos exclusivamente para sus fines materiales, ignorando su auténtico
significado, su verdadera esencia. En otras palabras, los han denigrado, teniendo en
cuenta sólo sus valores cuantitativos, negando las cualidades de los números, las ideas y
los conceptos que ellos expresan."
". si hoy día se utilizan los números exclusivamente para medir distancias y superficies o
identificar objetos y personas, o contar, sumar, restar, multiplicar y dividir cantidades, no
debemos olvidar que para el pensamiento tradicional el número contiene también una
cualidad mágico teúrgica pues es la representación de una deidad o númen. Que el
número está impreso en la trama misma del cosmos y la numerología es un lenguaje
universal que puede servir para desentrañarla, para establecer relaciones precisas entre
los distintos estados del ser y órdenes de la existencia y para conocernos a nosotros
mismos que, en cuanto microcosmos, participamos de esa misma estructura cósmica y
hemos sido creados conforme al número."
“Al principio, antes del origen de todas las cosas, era la unidad', dicen las teogonías más
elevadas de Occidente, aquellas que se esfuerzan en llegar al Ser más allá de su
manifestación ternaria, y que no se detienen nunca en la apariencia universal del Binario.
Sin embargo, las teogonías de Oriente y de Extremo Oriente dicen: 'Antes del principio,
incluso antes de la Unidad primordial, era el Cero', ya que saben que más allá del Ser
está el No Ser, que más allá de lo manifestado está lo no-manifestado que es el principio,
y que el No-Ser no es en modo alguno la nada, sino que es al contrario la Posibilidad
infinita, idéntica al Todo universal, al mismo tiempo que la Perfección absoluta y la Verdad
integral.”
"Es necesario por ello decir que las matemáticas, más que cualquier otra ciencia,
constituyen un simbolismo particularmente apto para la expresión de las verdades
metafísicas, en la medida en que ellas son expresables, como pueden darse cuenta; es
por ello que el simbolismo matemático es de un uso tan frecuente, ya sea desde un punto
de vista tradicional en general, ya desde un punto de vista iniciático en particular. Sólo
que, para que esto pueda ser así, es necesario ante todo que estas ciencias sean
liberadas de los errores y múltiples confusiones que han sido introducidas por las falsas
voces de los modernos y estaríamos contentos si el presente trazado pudiera al menos
contribuir de alguna manera a este resultado".
Simbolismo de la Rueda
Tal vez, de entre los símbolos sacros de todos los pueblos sea el de la Rueda el más
universal. Ello se debe, por un lado, a que este símbolo aparece unánimemente, directa e
indirectamente tratado en todas las tradiciones, y parecería ser consubstancial al hombre,
y por otro, a que la misma universalidad de los significados de la rueda, y su conexión
directa o indirecta con los demás símbolos sagrados, en especial, números y figuras
geométricas, hacen de ella una especie de modelo simbólico, una imagen del cosmos.
Pues la rueda en el plano es un círculo, y la circularidad es una manifestación espontánea
de todo el cosmos; por lo tanto esa energía ha de provenir de un símbolo del movimiento,
que puede girar y reiterar sus ciclos, posibilitando la marcha, merced a un eje inmóvil. En
el plano esto se representa como un centro del que la circunferencia extrae su forma por
irradiación, tal cual la energía potencial del eje se transmite a la llanta por mediación de
los rayos de las ruedas, análogas al radio de la circunferencia; cualquiera que traza una
circunferencia con cordel o compás sabe que ésta depende del punto central y no a la
inversa. Entre el punto central y la circunferencia se configura el círculo; el valor aritmético
asignado al primero es la unidad, que es una representación natural del punto geométrico,
y a la segunda el nueve, que es el número del ciclo por ser de la circularidad, como más
adelante veremos. La suma de ambos nos da la decena (1+9=10) que es el modelo
numérico de la tetraktys pitagórica, el cual puede ser puesto en relación con cualquier otra
numerología, ya que los números -y las figuras geométricas- son módulos armónicos
arquetípicos, válidos en todo lo manifestado y por lo tanto para cualquier tiempo y lugar.
La rueda, como símbolo del ciclo, está sujeta a un invariable retorno que, sin embargo,
tiene determinados puntos que la limitan. Estos puntos están ejemplificados por el camino
del sol en el año, la rueda solar, la que se caracteriza por tener dos momentos máximos
en su recorrido en los cuales el sol parece detener su rodar; nos referimos a los solsticios
de invierno y verano. Ellos bien pueden situarse en los extremos de la rueda, o del círculo,
y marcar esos momentos. Hay también otros momentos importantes en el recorrido del
carro solar, los equinoccios, y ellos se encuentran perfectamente equidistantes de los
solsticios marcando así un círculo dividido en cuatro partes exactamente iguales.
Ligamos así estrechamente la figura del círculo y el cuadrado a través del cuaternario. El
ciclo, o sea el símbolo de la rueda en movimiento, funde indisolublemente estas figuras
entre sí, en estrecha vinculación con la simbólica atribuida a espacio y tiempo,
relacionándose al círculo con este último y al cuadrado (o cuaternario) con el primero.
La rueda de seis rayos tiene una particularidad mágica: el tamaño del radio divide siempre
a la rueda en seis partes iguales.
Así como el punto se corresponde con la unidad aritmética y el cuadrángulo con el cuatro,
el ciclo se expresa por el número nueve. Este número es irreducible y como se sabe todos
sus múltiplos (y submúltiplos) regresan indefectiblemente a él, por ejemplo: 9 x 2 = 18 = 1
+ 8 = 9; 9 x 3 = 27 = 2 + 7 = 9; 9 x 4 = 36 = 3 + 6 = 9, etc. Por otro lado divide la
circunferencia en cuatro partes iguales de 90º, y sobre todo introduce la circularidad en las
cifras con que se lo conecta, cosa que efectúan también sus múltiplos, relacionando así
cualquier número con la figura del círculo; debemos recordar que esta última se forma con
el valor 9 de la circunferencia, más el valor 1 del punto central. Lo mismo sucede con el
cuadrángulo que igualmente se construye desde un punto central cruzado por dos
ortogonales, lo que representa una cruz, cuyo medio exacto es otro número, el número
cinco, que en la alquimia corresponde al éter, en filosofía a la quintaesencia, y que ha sido
importante en distintas tradiciones entre ellas la china y las precolombinas. Con el número
siete sucede lo mismo, ya que es considerado el central de una rueda de seis rayos. En
realidad, y por otra de las transposiciones entre el símbolo del círculo y el cuadrado y de
lo plano a lo espacial, el siete es el punto central del cubo, de seis caras y doce aristas,
otro de los símbolos-modelo del universo.
La Magia del 9
El nueve recrea un nuevo ciclo, si se agrega 9 a cualquier número este finalmente suma
el mismo número:
El nueve aquí simboliza el retorno al punto de partida. Se podría agregar que si todo gira
en un ciclo de 9, al noveno período de tiempo se replica un nuevo universo. A escala
menor, replica el ambiente o entorno, que había 9 tiempos atrás.
Este singular aspecto del 9 en la escala de tiempo también es válido para las fechas y se
usa en las predicciones:
1/3/2000 suma 6, nueve días más tarde: 10/3/2000 suma 6, y 9 años más tarde 10/3/2009
suma también 6. Siendo los años infinitos, la regla ahí es infinita.
Por otro lado se sabe que si se suman todos los números 1+2+3+4+5+6+7+8= 36 (3+6=9)
Por fuerza entonces al agregar 9, vuelve el 9. Entonces, si se suman todos los números
1+2+3+4+5+6+7+8+9=45 (4+5=9)
Nueve también es el resultado de las sumas internas de los pares de números extremos
considerando 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Cuadrados
Con esto se deduce que cuando disecamos un círculo el ángulo resultante siempre se
reduce a 9
Y lo más asombroso es que los polígonos revelaron el opuesto exacto sus vectores
comunican una divergencia hacia el exterior.
El 9 revela una dualidad lineal ¿son ambas la singularidad y el vacío? En otras palabras
nueve modelos del "todo" y la "nada" simultáneamente.
9+1=10 (1+0=1 )
9+2=11 (1+1=2 )
9+5=14 (1+4=5 )
9+9=18 (1+8=9 )
Si en este Universo observamos los ángulos internos de una figura de tres lados, es decir
un triángulo, sus ángulos internos 60+60+60 suman 180=9.
El número 9 también se repite en un cuadrado, donde los ángulos internos de sus cuatro
lados 90+90+90+90 suman 360=9.