Pobreza en Honduras

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Pobreza en Honduras

Axel Obdulio Amaya Martínez


Noviembre – 01 – 2020

Universidad Privada de San Pedro Sula


sociología
Lic. Evelin Esther Trejo Diaz
Contenido
1. Introducción..........................................................................3

2. Objetivos...............................................................................5

2.1. General...........................................................................5

2.2. Específicos.....................................................................5

3. Pobreza en Honduras...........................................................6

3.1. Determinantes y efectos de la pobreza......................................9

3.1.1. Crecimiento económico e ingreso per cápita.............10

3.1.1.1. Nivel y evolución del PIB per cápita........................10

3.1.1.2. Eficiencia de lo factores y competitividad................10

3.1.1.3. Dependencia demográfica......................................11

3.1.2. Mercado de trabajo y salarios................................................12

3.2. Impacto económico del golpe de estado..................................12

3.2.1. Economía de Honduras en etapa neoliberal..............13

3.2.2. Consecuencias inmediatas del golpe........................14

3.2.3. Crisis en indicadores.................................................15

3.2.4. Crisis y empleo..........................................................17

3.2.5. Inseguridad y cambio.................................................18

3.3. Impacto del COVID-19.............................................................19

3.3.1. Sistema de salud vulnerable y deuda externa


insostenible 20

3.3.2. Aumento del desempleo............................................21


3.3.3. Honduras no aprovecha la caída del precio del
petróleo 22

3.3.4. Sector agrícola afectado............................................24

3.3.5. Contracción del flujo de remesas...............................25

4. Ensayo Critico.....................................................................27

5. Bibliografía..........................................................................30
1. Introducción

El presente informe es para dar a conocer la pobreza de nuestro país


Honduras, como esta posicionado en el Rankin mundial de los países más pobres
de latinoamericana, los acontecimientos históricos que han llevado a posicionar a
nuestro país como esta actualmente, factores que han conllevado a cada vez más
pobreza y desigualdad social en el país, y de como esta afectando la actual
pandemia a nuestra economía.
2. Objetivos

2.1. General

 Conocer los índices de pobreza en Honduras y sus elementos de


evaluación, y como está el panorama económico en nuestro país

2.2. Específicos

 Analizar los factores que han llevado a nuestro país a como esta
 Comprender como algunos hechos de la historia de nuestro país han
afectado la economía
 Evaluar como la actual pandemia de COVID-19 esta afectando a la
economía del país hasta al punto que esta ahora.
3. Pobreza en Honduras

Honduras es un país de ingreso medio-bajo que se enfrenta a desafíos


significativos, con cerca del 66 por ciento de la población viviendo en la pobreza
en 2016, según datos oficiales. En zonas rurales aproximadamente uno de cada 5
hondureños vive en pobreza extrema o con menos de US$1.90 al día.

Desde la crisis económica de 2008-2009, Honduras ha experimentado una


recuperación moderada, impulsada por inversiones públicas, exportaciones y altos
ingresos por remesas. En 2016 el país creció un 3.7 por ciento.

A pesar de que las perspectivas económicas son positivas, Honduras


enfrenta los niveles más altos de desigualdad económica de Latinoamérica. Otro
de sus grandes desafíos es el alto nivel de crimen y violencia. Si bien en los
últimos años, el número de homicidios han disminuido, Honduras sigue teniendo
una de las tasas más altas en el mundo (59 asesinatos por cada 100.000
habitantes en 2016, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras).

El país también es vulnerable a choques externos. Su sector agrícola, por


ejemplo, perdió cerca de un tercio de sus ingresos en las dos últimas décadas, en
parte debido a una disminución de precios en los productos de exportación, en
especial bananos y café.

Honduras también es susceptible a fenómenos naturales adversos como


huracanes y sequías. Algunas medidas para mitigar el impacto de estos choques
se enfocan en fortalecer la capacidad de los hogares para adaptarse, extender
mecanismos de gestión de riesgo basados en el mercado y desarrollar redes
efectivas de protección social.

Estudios del Banco Mundial han destacado la importancia de mejorar la


calidad de la educación y diversificar las fuentes de ingresos rurales, ya que la
mayoría de los hondureños que viven en pobreza residen en esas áreas y
dependen de la agricultura para subsistir. Otros estudios señalan que los
programas sociales focalizados han demostrado potencial para reducir la pobreza.

En años recientes, Honduras había registrado las segundas tasas de


crecimiento económico más altas de Centroamérica, superadas solo por las de
Panamá. El crecimiento del PIB del país alcanzó el 4,8 por ciento en 2017, el 3,7
por ciento en 2018 y el 2,7 por ciento en 2019, por encima del promedio en
Centroamérica y muy por encima del promedio en América Latina y el Caribe
(ALC).

Honduras posee múltiples fortalezas con el potencial para un crecimiento


más rápido y una mayor prosperidad compartida, con su ubicación estratégica,
una creciente base industrial, esfuerzos continuos para diversificar sus
exportaciones y una población joven y en crecimiento.

Sin embargo, el país enfrenta altos niveles de pobreza y desigualdad. Un


48,3 por ciento de las personas viven en pobreza en el país (2018, con las líneas
oficiales de pobreza actualizadas) y el porcentaje de personas viviendo en
pobreza en zonas rurales (60,1 por ciento) es mayor que en zonas urbanas (38,4
por ciento). La desigualdad (GINI 52,1 en 2018, entre los más altos de la región y
del mundo) también resultó en una de las clases medias más pequeñas en ALC
(11 por ciento en 2015, en comparación con el promedio regional de 35 por
ciento).

Honduras registra altos niveles de violencia con más de 38 homicidios por


cada 100.000 habitantes (2018), entre las tasas más altas en el mundo. Además,
Honduras está muy expuesta a eventos naturales adversos y al cambio climático,
especialmente a fuertes lluvias y sequías que ocurren regularmente y afectan
desproporcionadamente a los pobres.

La pandemia de la COVID-19 está afectando significativamente la


economía de Honduras. Se espera que el PIB del país se contraiga un 7,1 por
ciento en 2020 debido a una caída más pronunciada de lo esperado en el
comercio, la inversión y el consumo en medio de la desaceleración mundial y las
prolongadas medidas de contención. Una contracción del PIB más profunda de lo
esperado y un alto desempleo en Estados Unidos, el socio clave comercial y de
inversión de Honduras y la mayor fuente de remesas, amplificaron esta
contracción. Se espera que las pérdidas de empleo e ingresos afecten a los
pobres, los vulnerables y la clase media.

Para minimizar el impacto negativo en la actividad económica y el bienestar


social, el Gobierno adoptó estrictas medidas de contención, autorizó
financiamiento por US$ 2.500 millones (10 % del PIB) y priorizó los servicios de
salud y asistencia, incluido el apoyo a las necesidades básicas de hogares pobres,
así como a las empresas. Un marco macroeconómico prudente ayudó a contener
las vulnerabilidades, impulsadas por el programa con el FMI.

Se espera que la economía de Honduras se recupere en 2021 a un


crecimiento del 4,9 por ciento, en medio de la reactivación de la actividad
económica interna y la recuperación de la inversión y la demanda externa. No
obstante, persisten los riesgos y los desafíos. Una recesión mundial más profunda
en medio de una pandemia prolongada podría debilitar la recuperación económica
y seguir amenazando la salud y el bienestar de la población.

Continuar el enfoque para impulsar la competitividad en el desarrollo


económico rural, invertir en capital humano y fortalecer la protección social en
Honduras también puede mejorar los resultados sociales y apoyar la recuperación
al fomentar más oportunidades laborales y económicas entre los más vulnerables
del país. Las reformas institucionales sobre temas clave, como la mejora de la
sostenibilidad del sector eléctrico, así como la gobernanza y el clima empresarial,
también pueden contribuir a seguir desarrollando un marco para el crecimiento
inclusivo en Honduras.

3.1. Determinantes y efectos de la pobreza

Dada la complejidad y las múltiples dimensiones que implica el análisis de


los determinantes de la pobreza, resulta conveniente enfatizar en aquellos factores
más directamente relacionados y sobre los cuales existe algún tipo de control. En
el caso concreto de las causas de la pobreza en Honduras, adquieren particular
importancia los aspectos vinculados con el ingreso per cápita; las condiciones del
empleo y los salarios; la distribución del ingreso y de los factores de la producción;
el gasto social; y los aspectos macroeconómicos. Además, se considera necesario
establecer la vinculación entre la pobreza y factores como: población y recursos
naturales; la participación de los pobres; los valores culturales; y la modernización
del estado y la descentralización. Siempre es posible encontrar nuevas
vinculaciones, las que no necesariamente deben ser agotadas en esta estrategia,
sino que pueden ser objeto de tratamientos más específicos, a través de leyes,
reglamentos o agendas de carácter sectorial.
3.1.1.Crecimiento económico e ingreso per cápita

La pobreza, definida como insuficiencia de ingresos para satisfacer los


requerimientos básicos de la población, está estrechamente relacionada con el
nivel del producto interno bruto, así como con su tasa de crecimiento. La sociedad
busca que el crecimiento provenga de un mayor número de fuentes y que, a la
vez, los beneficios se desborden y sean compartidos ampliamente entre más
estratos de la sociedad.

3.1.1.1. Nivel y evolución del PIB per cápita

En la década de los noventa, en Honduras por cada punto porcentual de


crecimiento del PIB per cápita la reducción en la pobreza fue en promedio de 0.65
puntos, mientras que el promedio de los países latinoamericanos es de 0.94
puntos. Esta baja tasa de transformación del crecimiento del PIB en reducción de
pobreza (elasticidad pobreza-ingreso) estaría reflejando la sesgada estructura de
distribución del ingreso y la riqueza; así como el limitado acceso a los activos
productivos, Por otra parte, el crecimiento del PIB per cápita ha sido muy bajo y
errático, siendo su tasa más alta de 3.3% en 1993; mientras que en 1994 y 1999
decreció en 4% y 4.3% respectivamente. Durante el periodo la tasa de crecimiento
promedio del PIB per cápita es de apenas 0.5%; como resultado de una tasa de
crecimiento del Producto Interno Bruto de apenas 3.2% anual, durante 1991-2000,
apenas ligeramente superior a la tasa de crecimiento promedio de la población de
2.7%.
3.1.1.2. Eficiencia de lo factores y competitividad

La ineficiencia de los altos niveles de inversión para generar un PIB per


cápita mayor en el país, guarda estrecha relación con la baja productividad de la
economía, lo que a su vez tiene que ver con la utilización de tecnologías
inapropiadas y con las bajas capacidades del trabajador hondureño. Esta situación
es general entre unidades productoras de pequeña y gran escala, tanto en el
sector agrícola como en la manufactura y los servicios. Es evidente que los pobres
raras veces hacen uso de fertilizantes, pesticidas o semillas mejoradas, a pesar de
algunos avances en la entrega y calidad de los servicios de asistencia técnica,
especialmente para los pequeños y medianos productores. En este sector, se
abandonó el sistema de extensionistas permanentemente asignados a
instituciones públicas, y en espera de mejorar la entrega de servicios se está
ensayando un nuevo modelo donde la asistencia técnica se provee a través de
contratos de suministro de servicios con agencias privadas, tales como
fundaciones, ONG y firmas con fines de lucro. La productividad por trabajador
agrícola en Honduras es la más baja de la región centroamericana. Esto es un
resultado de la escasa utilización de riego y mecanización en tierras aptas para el
cultivo; factores en los cuales también está por debajo de la media regional.
Similar situación ocurre en el caso de la infraestructura de apoyo a actividades
productivas, como el consumo de energía eléctrica y líneas telefónicas.

3.1.1.3. Dependencia demográfica

La insuficiencia del PIB per cápita guarda también una estrecha relación
con la razón de dependencia demográfica. Esta se refiere a factores como la
importancia porcentual de la población en edad de trabajar dentro del total de la
población y a los factores socioeconómicos del mercado laboral que definen la
intensidad con que la población en edad activa es aprovechada para fines
productivos. En Honduras, la población en edad activa de 15 años y más
representa un 57%, levemente superior al 55% observado en 1990; pero muy
alejado del promedio que tienen América Latina y los países industrializados, el
cual es de aproximadamente 70%. Este porcentaje de la población en edad activa,
combinado con la tasa de participación en el mercado laboral de este segmento de
la población (64.4%) hace que el inverso de la razón de dependencia sea de 37%,
frente al 40% en América Latina y alrededor de 50% en los países industrializados.

3.1.2.Mercado de trabajo y salarios

Las características del mercado laboral y la inserción en el mismo


representan un factor de alta importancia para la mayoría de los hogares, dado
que cerca del 80% de los ingresos de las personas ocupadas proviene de sus
actividades laborales. En consecuencia, la posibilidad de obtener un ingreso por la
vía del empleo y el nivel de remuneración salarial que se devengue influyen en
gran medida en la incidencia de la pobreza.

3.2. Impacto económico del golpe de estado

El golpe en Honduras se da en el marco de una gestión de Estado de los


últimos años enmarcada en el modelo económico neoliberal capitalista. El modelo
hondureño ha producido pobreza y dependencia económica y ha mostrado un
agotamiento en términos sociales, situación que se puede resumir mencionando
que un 65 por ciento de su población se encuentra sumida bajo la línea de
pobreza.
A pesar de que el gobierno del presidente Zelaya en sus primeros dos años
siguió las recetas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), sostuvo su
promesa de campaña de no imponer nuevas medidas económicas o paquetazos.

En el resto de su administración tuvo intenciones de suavizar el modelo a


través de la implantación de medidas que atendieran las demandas de los
movimientos sociales y organizaciones populares. Se dio la orden, por ejemplo, de
incrementar el salario mínimo, y también se modificó el método de compra de
combustibles, lo que les enfrentó a los sectores empresariales más poderosos del
país.

Estas medidas, entre otras, provocaron el inicio de una pugna constante del
gobierno con la oligarquía hondureña, pugna que terminaría derivando en el golpe
de Estado que tiene hasta hoy a nuestro país sumido en la peor crisis económica
de su historia reciente (entonces hasta esa fecha).

Los impactos económicos del golpe han sido tremendos. En este momento
se puede hablar de un Estado en bancarrota, con un gobierno continuista del
golpe que con desesperación intenta su reconocimiento para volver a acceder a
fondos de programas financieros de organismos internacionales y países que,
tradicionalmente, habían dinamizado la economía hondureña.

3.2.1.Economía de Honduras en etapa neoliberal

El neoliberalismo entró formalmente en Honduras a principios de la década


de 1990. A la cabeza del ejecutivo se encontraba Rafael Leonardo Callejas, quien
llegó hasta Casa Presidencial por el Partido Nacional (institución política
conservadora que ahora mismo se encuentra en el poder por medio de elecciones
fraudulentas).
El modelo neoliberal perseguía la estabilización de la economía y el
crecimiento económico a través de la liberalización de los mercados y léase marco
se han venido dando varios paquetes de medidas económicas que, al final, no han
tenido más consecuencias que la concentración de la riqueza en unas pocas
personas.

Durante 20 años Honduras ha seguido el plan neoliberal a rajatabla:


reestructuración de la economía, liberalización de los mercados, estabilización de
la macroeconomía y firma de tratados de libre comercio. Hasta ahora los efectos
de estas medidas no han mejorado la situación social de las grandes mayorías
empobrecidas en el país.

Es precisamente en este contexto que el presidente Zelaya decide hacer


algunos cambios en sus políticas y buscar nuevas relaciones con los países de
América del Sur para establecer nuevas formas de comercio solidario y condenar
las ya agotadas recomendaciones del FMI. Pero éstas y otras acciones le cuestan
un golpe de Estado.

3.2.2.Consecuencias inmediatas del golpe

El 28 de junio, día en que se ejecuta el golpe de Estado, comienzan los


problemas para la economía nacional. La reacción del pueblo a través de
movilizaciones en las calles, a nivel nacional, pone en aprietos a los golpistas y de
inmediato comienzan los estados de sitio y toques de queda, que dan como
resultado una inmediata paralización de la economía principalmente en las
ciudades más importantes del país.
El aislamiento internacional no se hace esperar: comienza a darse desde el
mismo día de golpe una respuesta al gobierno de facto. Se reúne la Asamblea de
la Organización de Estados Americanos (OEA) y emite la resolución de expulsar a
Honduras. Días después se unen a la condena los organismos internacionales y
centroamericanos de financiamiento. Condenan al gobierno de Micheletti los
siguientes: Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), Alianza Bolivariana
para las Américas (ALBA), Grupo de Río, Grupo de TUXTLA (Centroamérica,
México y Colombia), Unión Europea, Banco Mundial, Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE) y Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

Esto ocasiona el congelamiento de los desembolsos programados desde


algunos de estos organismos, así como el cierre de fronteras. Todo ello provoca
grandes pérdidas a los productores y productoras hondureñas y
centroamericanas.

3.2.3.Crisis en indicadores

Según un estudio elaborado por el Grupo de Sociedad Civil (GSC), se


estima que el país dejó de percibir alrededor de 2.219,3 millones de lempiras
previstas en el presupuesto de 2009 (1.629,00 en préstamos y 590,3 en
donaciones sólo de USAID, Comisión Europea y Cuenta del Milenio).

Mario Bustillo, director de la Cámara de Comercio e Industria de


Tegucigalpa (CCIT), institución golpista, declaró que estimaban que sólo el 60 por
ciento de los negocios habían estado en funcionamiento durante las primeras
semanas del golpe.
Pero las consecuencias del golpe no sólo se sentirán en el último semestre
del año. Veamos algunos indicadores macroeconómicos.

Según Wilfredo Girón, las principales de algunos indicadores. El Índice


Mensual de Actividad Económica (IMAE) refleja los cambios bruscos en la
economía producto de la coyuntura.

Comparado con el mes de noviembre de 2008, el IMAE cayó un 4 por


ciento. Las actividades económicas más afectadas fueron la construcción y el
comercio. El rubro de la construcción cayó en un 50 por ciento a un mes del golpe,
mientras que el comercio disminuyó un 11 por ciento (julio), un 17 por ciento
(septiembre) y un 21 por ciento (noviembre).

El Producto Interior Bruto (PIB) tuvo un comportamiento relativamente


bueno en los últimos años en Honduras, y la caída a partir de 2008 se debe
principalmente a la crisis internacional. Pero su caída más drástica en la historia
reciente se da por la crisis causada por el golpe de Estado.

Según Francisco Saravia, el Banco Central de Honduras (BCH) reportó una


tasa negativa de crecimiento económico de -3,1 por ciento, la peor en
Centroamérica. Esta caída supera, con creces, a las registradas en 1994 (-1,6 por
ciento), provocada por la crisis energética; a la de 1999, debida al Huracán Mitch
(1,9 por ciento); y a las pérdidas de 1982 y 1983.

Según el investigador Francisco Saravia, «si las proyecciones del programa


monetario para 2009 estimaban un crecimiento de dos por ciento valorando los
impactos de la crisis financiera internacional, esto quiere decir que el
decrecimiento real de la economía en el 2009, producto de la crisis político
institucional, fue de aproximadamente el 5,3 por ciento”.

Esto se tradujo, a su vez, en una fuerte contracción de la inversión bruta


interna, que experimentó una caída del 29 por ciento, mientras que el consumo se
contrajo en un 2,1 por ciento. Con esto, Honduras dejó de ser una de las
economías más dinámicas de la región centroamericana, como lo había sido en
2006 y parte de 2007.

3.2.4.Crisis y empleo

Saravia explica la crisis económica a raíz de la caída del producto, la


inversión y el consumo, lo que afecta a sectores generadores de empleo tales
como la construcción, la industria manufacturera y la agricultura.

La construcción y la industria manufacturera fueron los sectores más


afectados por la crisis: registraron una contracción del 6,0 y el 5 por ciento,
respectivamente. El sector agropecuario decreció más de un 3 por ciento. En
promedio, estos sectores generan el 43 por ciento del empleo de la Población
Económicamente Activa (PEA) en el país, de ahí que su impacto pueda ser fuerte
en la generación de puestos de trabajo.

La industria maquiladora, una de las mayores fuentes de empleo, presenta


una contracción de sus exportaciones del 19,9 por ciento y una caída del 19,6 en
sus importaciones, reflejo de la disminución en la demanda externa de estos
bienes. El turismo, uno de los ejes generadores de empleo, también se vio muy
afectado (el rubro de hoteles, comercio y restaurantes registra una caída del 7,1
por ciento).
Muy importante es además la caída de las finanzas públicas, que muestran
también una tremenda reducción de ingresos. Los ingresos fiscales disminuyeron
en un 13 por ciento en términos reales, es decir, aun manejando la variable
inflación. Las restricciones presupuestarias elevaron el endeudamiento interno en
casi un 80 por ciento (pasó del 3,5 por ciento del PIB en 2008 al 5,9 en 2009).

Saravia explica también que las remesas sufrieron una fuerte disminución y
tuvieron una merma del 11,1 por ciento con respecto a 2008. Otro indicador de
mucha importancia es la inversión extranjera. En los últimos años ésta había
observado un buen comportamiento, pero en 2009 cayó en un 40,8 por ciento (lo
que supone un total de unos 484,9 millones de dólares).

3.2.5.Inseguridad y cambio

Es importante entender que todo esto es producto directo de la inestabilidad


en el país. La inseguridad provocada por las convulsiones a raíz del golpe de
Estado se tradujo en inseguridad para la inversión extranjera.

El impacto es realmente sin precedentes. Como bien lo señalan los


indicadores, ni la crisis energética de 1994 ni el huracán Mitch, que devastó el
sector productivo en 1998, habían provocado consecuencias tan tremendas para
la economía hondureña.

El gobierno continuista del golpe, dirigido por Pepe Lobo, no ha logrado ni


siquiera aún el reconocimiento internacional. Sigue haciendo intentos por recobrar
su estatus de país democrático, pero sin obtener hasta ahora mayores resultados.
La situación económica del país obligará a sus gobernantes a tomar medidas que,
sin duda alguna, serán de gran impacto para la población en general, pero
particularmente tendrán efectos negativos sobre la población más pobre.

Entre las medidas que el gobierno de Lobo ha comenzado a tomar está la


aprobación de un nuevo paquetazo para resolver el serio problema del déficit
fiscal, así como una posible devaluación para hacer frente al endeudamiento
interno, que asciende ya a unos 35.000 millones de lempiras.

La situación que atraviesa nuestro país es alarmante en términos


económicos, y las condiciones políticas internas no son favorables para que se dé
una pronta recuperación. La oligarquía empresarial y terrateniente hondureña es la
causante del golpe de Estado, pero es también la responsable de haber
implantado un modelo que visiblemente nunca resolvió los problemas profundos
de inequidad social, los que genera el modelo neoliberal.

Es por ello que la resistencia hondureña se ha propuesto, dentro de su


visión transformadora de país, cambiar el modelo económico por uno que le
entregue por primera vez la posibilidad a la mayoría del pueblo hondureño de vivir
con las condiciones de dignidad que siempre le fueron negadas por la clase
dominante.

3.3. Impacto del COVID-19

En los últimos meses la nación hondureña ha sufrido los efectos sociales y


económicos provocados por el coronavirus Covid-19, una pandemia que comenzó
en la ciudad de Wuhan en el centro de China y que aún no se cuenta con un
tratamiento médico efectivo que combata los diferentes síntomas presentados por
los portadores del virus y así erradicarlo, por lo que mantiene aterrorizado al
mundo en general.

3.3.1.Sistema de salud vulnerable y deuda externa


insostenible

El impacto económico que ha generado esta pandemia en el desarrollo de


Honduras es notorio, debilitando ampliamente en pocos meses sectores vitales en
la actividad económica; como el agrícola, el sector laboral y evidenciando la
capacidad limitada que posee el sistema de salud de la nación. De acuerdo con
(FOSDEH, 2020) el sistema de salud de Honduras comenzó a combatir el virus
con apenas 130 unidades de cuidados intensivos y no más de 100 ventiladores
mecánicos, exhibiendo un escaso nivel de preparación y capacidad de respuesta
ante el crecimiento exponencial que el virus ya presentaba en otros países con
mejores sistemas de salud como China.

Pese a la aprobación del (PCM 005-2020) de L 110 millones destinados a


combatir el Covid-19 y al crédito otorgado por el FMI que para el 7 de mayo de
2020 se ampliaba a US$ 531 millones, la eficacia en la lucha sanitaria contra el
virus no ha dado los frutos esperados. En base a datos proporcionados por el
(Despacho de Comunicaciones y Estrategia Presidencial), al momento de realizar
este ensayo (19 de mayo) la tasa de mortalidad por Covid-19 en Honduras
asciende a un 5.21%, manteniéndose como una de las tasas de mortalidad a
causa del virus más altas en toda la región pese al aumento de la deuda externa
que acorde con el (Banco Central de Honduras (BCH)) al cierre de marzo de 2020
acumuló un saldo de US$ 9,737.4 millones (29% respecto al PIB) resultado de la
utilización de US$240.4 millones (de los US$531 millones menos los pagos de
capital por US$290.7 millones) aunada a una variación cambiaria favorable que
disminuyó en US$20.6 millones el saldo total.

Una Deuda Externa que es insostenible a paso normalizado de la actividad


económica hondureña y que hace cuestionar sobre sus lesivas consecuencias a
largo plazo.

3.3.2.Aumento del desempleo

El sector laboral ha sido uno de los más afectados por el Covid-19 en la


economía hondureña, debido a la paralización laboral producto del encierro
establecido como norma de prevención y salud por el Estado, algunas empresas
han optado por despedir o rescindir de sus contratos a sus empleados al no
soportar el efecto.

Integrado al alto nivel de despidos, la economía del país se ha visto


severamente afectada a través del proceso de incertidumbre que atraviesa la
Micro, pequeña y mediana empresa (MIPYME), que han sido los más afectados y
con mayor riego de quiebra; lo cual es alarmante para el desarrollo nacional si se
tiene en cuenta que estas aportan hasta un 40% del PIB y generan más del 60%
de los empleos en Honduras. (Consejo Hondureño de la Empresa Privada
COHEP, 2018). En base a lo mencionado, es primordial que estas reciban el
apoyo necesario para poder sobrellevar los efectos del Covid-19 en sus negocios,
ya sea mediante la asociación inteligente o estrategias de agrupación; como la
implementación de canales de ventas innovadores que se adapten al sistema
actual de compra de los consumidores.
De acuerdo con la encuesta de resiliencia empresarial aplicada por el
(COHEP) a empresas a nivel nacional (en gran parte MIPYMES) en el mes de
abril 2020, 67% de las empresas en distintas actividades económicas no han
realizado ventas debido a la paralización por el confinamiento, ya que de estas
solamente el 25.4% posee servicio a domicilio propio y sólo 13.6% optan por
utilizar un servicio tercerizado.

Además, debido a la situación actual el 15% de estas empresas ya se


encuentra en proceso de cierre de operaciones al no soportar la carga financiera
provocada por el estancamiento productivo, el 40% prevé una vida útil de su
empresa de sólo 1 a 3 meses más; en caso de no mejorar su rentabilidad y a
penas el 6% comenta que su empresa podría sobrevivir de 6 meses o más de un
año con esta crisis; datos alarmantes y que denotan un escenario oscuro para el
sector laboral, que podrían traducirse en un crecimiento desmesurado en la tasa
de desempleo de Honduras. (COHEP, 2020)

3.3.3.Honduras no aprovecha la caída del precio del petróleo

Debido a los choques de oferta y demanda presentados como


consecuencia de la pandemia mundial, el precio de diferentes bienes y servicios
han ido a la baja. El más reciente ha sido el precio del petróleo. El pasado 20 de
abril el precio del petróleo ha sido cotizado a precios negativos, esto en referencia
al valor del WTI Crude Oil (INFOBAE, 2020). Dicho de forma simple, los
productores y comerciantes de petróleo preferían negociar a precios de venta
negativos en lugar de incurrir en mayores costos de almacenamiento de este. En
la siguiente gráfica se puede observar el comportamiento en la variación en los
precios del petróleo WTI, que es la corriente de crudo que utiliza como punto de
referencia del precio del petróleo gran parte de América.
Se contempla que el precio comenzó a disminuir en 2019 impulsado
principalmente por el conflicto de precios entre Rusia y Arabia Saudita (que
además son los mayores productores de petróleo del planeta) y que continuó
cayendo de manera estrepitosa en 2020 debido a la disminución en la demanda
de crudo a nivel mundial como resultado del aislamiento por la pandemia, es decir,
las personas no salen, las personas no compran combustible.

En base a esto, la especulación mundial sobre la disminución del precio de


la gasolina y con ello el de diferentes productos de la canasta básica comenzó a
rondar en la publicación de análisis de las principales editoriales y entidades
económicas de los países, y Honduras fue uno de ellos. Sin embargo, aunque el
precio de la gasolina disminuyó, no fue el detrimento esperado por los principales
analistas debido al costo constante de refinación del petróleo que solamente funge
el papel de insumo en la producción de la gasolina y el costo de los impuestos de
esta.

Es decir, aunque la caída en los precios de los combustibles contrarrestó de


forma parcial el aumento desmesurado en los precios los alimentos (en gran parte
por el cierre de mercados y el aumento del precio de algunos productos por el
acaparamiento y escasez producida por la interrupción de la cadena
comercializadora de la región por el coronavirus) la disminución del precio del
combustible en el primer trimestre de 2020 no pudo oponerse a este efecto en su
totalidad como señala el IPC con un aumento del 0.38% en el mes de abril y que
se espera que suba en mayo. (BCH, 2020)

Dicho de otra forma, la economía hondureña no pudo apaciguar el efecto


de la pandemia en forma totalitaria, aprovechando la oportunidad de la caída del
precio del crudo y del cual solamente quedarán rastros como resultado del actual
ascenso del precio del WTI, que ya genera una expectativa de mayor demanda
gracias a la apertura paulatina de algunas economías extranjeras que elevará el
precio del crudo, y con este, el de los combustibles; lo cual se ha visto reflejado en
el actual aumento del precio de la gasolina en el mercado nacional y con el que se
espera aumente el precio de algunos productos básicos.

3.3.4.Sector agrícola afectado

El sector agrícola hondureño ha sido impactado de forma considerable por


el Covid-19, tanto en nivel de exportaciones como en el abastecimiento nacional.
Para abril de 2020 productores del sector agrícola nacional reportan pérdidas del
70%, el motivo es claro, no pueden distribuir efectivamente sus productos debido
al cese de labores de gran número de restaurantes por el confinamiento
preventivo. (Salvatierra, 2020)

Además, a nivel externo, productos de principal exportación como el café


han sufrido los efectos de la crisis por el cierre de fronteras. La (Organización
Internacional de Café OIC) menciona que, a corto plazo, el consumo fuera del
hogar está disminuyendo de forma significativa debido a la cuarentena aplicada en
gran número de países y por lo que empresas que importaban en gran cantidad
(como hostelería, restaurantes, etc.) han parado de hacerlo. Los resultados
presentados por la OIC explican que un descenso de 1% en el crecimiento del PIB
está vinculado a una disminución del 0.95% en la demanda mundial de café,
situación que afectaría directamente la balanza comercial hondureña al ser el café
uno de los productos que más divisas aportan al país en concepto de exportación.

Junto al impacto generado en el sector cafetalero, el precio internacional del


aceite de palma ha disminuido, 12% según la (Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO), esto principalmente por la
pandemia del Covid-19 y la caída del precio del petróleo; ya que gran parte del
aceite de palma que se exporta está destinado a convertirse en biocombustible y
al decaer el precio del petróleo no permite a mercados como el europeo subsidiar
el biodiesel. Significando un descenso en el ingreso de divisas al país en base a
exportaciones, afectando así, la balanza de pagos de forma directa.

3.3.5.Contracción del flujo de remesas

Otro efecto del Covid-19 en la economía hondureña, es sin duda la


contracción sufrida en concepto de remesas. El ingreso de remesas a Honduras
para el mes de marzo de 2020 ha sufrido una desaceleración de 10.3% en
relación al mes de marzo de 2019 en el que creció un 5.1%. (Forbes
Centroamérica, 2020)

Cabe mencionar que, durante este impacto, Honduras aún no sufría los
efectos de la crisis con la intensidad que lo hace actualmente, por lo que se
espera que la disminución de remesas sea aún mayor de continuar la situación
actual. El (Banco Mundial) prevé para 2020 el mayor descenso de remesas en la
historia reciente, llegando a caer marcadamente hasta un 20% en todo el mundo,
debido en su mayoría al desplome de los salarios y empleo de los trabajadores
migrantes quienes son los más vulnerables ante la pérdida de trabajo causado por
la crisis económica que sufren los países, resultado de la pandemia.

Panorama adverso para el ingreso de divisas al país y un fuerte golpe a la


economía de los hogares hondureños, si se tiene en cuenta el gran número de
familias que dependen financieramente de las remesas que reciben de sus
familiares en el extranjero.
4. Ensayo Critico

La pobreza en Honduras, como en todos los países, tiene raíces históricas


y estructurales muy afianzadas en características económicas, políticas, sociales y
culturales, que no han favorecido el desarrollo de los factores productivos y que,
además, han creado condiciones de exclusión e inequidad en contra de amplios
sectores de la población. A lo anterior, se agregan otros factores, como la
existencia de relaciones económicas internacionales que limitan el desarrollo de
las economías pequeñas; el elevado incremento de la deuda externa; y la falta de
racionalidad y transparencia en la utilización de los escasos recursos internos.
Honduras ha iniciado el siglo XXI conservando cada vez mas altos niveles de
pobreza tanto a nivel gubernamental como en los hogares, distribuyéndose
inequitativamente entre la población y entre las regiones geográficas, golpeando
inmisericordiosamente a los niños y adolescentes, quienes no pueden asumir la
responsabilidad de superar sus condiciones de vida. Ante el crecimiento sostenido
del flagelo de la pobreza, la clase media tiende a desaparecer, a la vez que se va
acentuando la exclusión y consecuentemente, se va gestando una polarización, lo
cual constituya una amenaza que puede desencadenar en situaciones similares a
las que atraviesan países del cono sur. De hecho, ya se vive en Honduras una ola
de descomposición social que pone en precario la seguridad ciudadana, con
efectos negativos en el bienestar de la población y de la economía de la nación.
La pobreza en Honduras a penas a cambiado desde 1998, a pesar del crecimiento
económico positivos de alrededor de 3% anual en términos reales. Sabemos que
nuestro país es de un ingreso medio-bajo y nos enfrentamos a desafíos
significativos. Cerca del 66% de la población esta viviendo en pobreza, en zonas
rurales aproximadamente uno de cada cinco hondureños vive en pobreza extrema
con tan solo US$1.90 al día. Antes del golpe de estado en el 2009 el modelo
hondureño ha producido pobreza y dependencia económica y ha mostrado un
agotamiento en términos sociales, situación que se puede resumir como se
mencionó anteriormente que un 66 por ciento de su población se encuentra
sumida bajo la línea de pobreza. Los impactos económicos del golpe fueron
tremendos. En ese momento se pudo hablar de un estado en Bancarrota que al
igual que una empresa, un estado se declara en quiebra o suspensión de pagos
cuando, debido al deterioro de sus cuentas, carece de liquidez suficiente como
para hacer frente a sus obligaciones financieras o de pago. En el caso de todo un
país, interviene varios factores, deuda pública, déficit por cuenta corriente y deuda
exterior. El día que se ejecuto el golpe comienzan los problemas para la economía
nacional, debido a los toques de queda que dan como resultado una inmediata
paralización de la economía principalmente en las ciudades mas importantes del
país. Otros factores que conllevo el facto de estado ocasiono el congelamiento de
los desembolsos programados de algunos organismos, así como el cierre de
fronteras. Y todo ellos provoca grandes perdidas a los productores hondureños y
centroamericanos. Según un estudio elaborado por el Grupo de Sociedad Civil
(GSC), se estima que el país dejo de percibir alrededor de 2.219,3 millones de
lempiras previstas de presupuesto de 2009 (1.629,00 en préstamos y 590,3 en
donaciones sólo de USAID, Comisión Europea y Cuenta del Milenio). Comparado
con el mes de noviembre de 2008, el IMAE cayó un 4 por ciento. Las actividades
económicas más afectadas fueron la construcción y el comercio. El rubro de la
construcción cayó en un 50 por ciento a un mes del golpe, mientras que el
comercio disminuyó un 11 por ciento (julio), un 17 por ciento (septiembre) y un 21
por ciento (noviembre). El Producto Interior Bruto (PIB) tuvo un comportamiento
relativamente bueno en los últimos años en Honduras, y la caída a partir de 2008
se debe principalmente a la crisis internacional. Pero su caída más drástica en la
historia reciente se da por la crisis causada por el golpe de Estado, la crisis
económica a raíz de la caída del producto, la inversión y el consumo, lo que afecta
a sectores generadores de empleo tales como la construcción, la industria
manufacturera y la agricultura. La industria maquiladora, una de las mayores
fuentes de empleo, presenta una contracción de sus exportaciones del 19,9 por
ciento y una caída del 19,6 en sus importaciones, reflejo de la disminución en la
demanda externa de estos bienes. El turismo, uno de los ejes generadores de
empleo, también se vio muy afectado (el rubro de hoteles, comercio y restaurantes
registra una caída del 7,1 por ciento). El impacto es realmente sin precedentes.
Como bien lo señalan los indicadores, ni la crisis energética de 1994 ni el huracán
Mitch, que devastó el sector productivo en 1998, habían provocado consecuencias
tan tremendas para la economía hondureña. Por otro algo hay un tema mas actual
que de igual manera que el golpe de estado este está afectando a la economía de
nuestro país. En los últimos meses Honduras ha sufrido los efectos económicos
provocados por el COVID-19. El impacto económico que este ha generado en el
país es bastante notorio, debilitando ampliamente sectores económicos como el
agrícola, el sector laboral y dando a notar la poca capacidad que posee el sistema
de salud de la nación, a pesar de la aprobación del (PCM 005-2020 ) de L 110
millones destinados a combatir el Covid-19 y al crédito otorgado por el FMI que
para el 7 de mayo de 2020 se ampliaba a US$ 531 millones, la lucha contra el
virus no ha dado los resultados esperados al cierre de marzo de 2020 acumuló un
saldo de US$ 9,737.4 millones (29% respecto al PIB) resultado de la utilización de
US$240.4 millones (de los US$531 millones menos los pagos de capital por
US$290.7 millones) aunada a una variación cambiaria favorable que disminuyó en
US$20.6 millones el saldo total. Una Deuda Externa que es insostenible a paso
normalizado de la actividad económica hondureña y que hace cuestionar sobre
sus lesivas consecuencias a largo plazo. Debido a la paralización laboral producto
del confinamiento como una norma de prevención y salud dictaminada por el
estado, el sector laboral ha sido unos de las mas afectados por el Covid-19 en la
economía hondureña. El sector agrícola ha sido impactado de forma considerable
por la pandemia, tanto en exportaciones con el abastecimiento del país. En abril
del 2020 en sector agrícola reporto pérdidas del 70%. El impacto económico en
Honduras es evidente en el transcurso de unos pocos meses soportando la
pandemia y el confinamiento derivado de esta, ante esto es necesario que los
entes responsables apliquen una serie de políticas económicas que ayuden a
contrarrestar estos efectos Políticas que ayuden a combatir problemas como los
sufridos por los microempresarios facilitando el flujo de efectivo y canales de
crédito que les permita resurgir y posicionar sus negocios, además de que el
Banco Central provea liquidez a la economía durante la época de crisis bajando el
encaje legal y utilizando de forma pertinente la TPM como tasa guía que sirva de
referencia a las entidades financieras, potenciar la innovación tecnológica como
canal de venta y aprendizaje para apoyar a los comerciantes y no dejar a un lado
la educación de los jóvenes y niños que representan el futuro de la nación,
además de la creación de programas y proyectos de emergencia económica como
los utilizados en 2008 para combatir la crisis inmobiliaria en conjunto a socios y
entes internacionales que posibiliten el levantamiento del mercado productivo
nacional y el comercio internacional, y sobre todo salva guardar el bienestar de los
pobladores fortaleciendo el sistema de salud haciendo uso de los créditos
obtenidos de forma transparente para prevenir y combatir los efectos
inmunológicos de este virus.
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