La Esencia de La Mente

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La Esencia de la Mente

Tulku Urgyen Rinpoche


La Esencia de la mente es primordialmente vacía y desarraigada por lo tanto el
Buda dijo, "dense cuenta del vacío de su mente". El darse cuenta del vacío
significa comprender y ver en realidad que nuestra mente esta vacía, sin
fundamento y desarraigada. Esa es su esencia, su identidad - pero ¿cuál es su
naturaleza? Es la capacidad de saber. En el caso del Buda el saber se llama
sabiduría omnisciente. Ahora mismo, en este mismo instante ¿no tenemos la
capacidad de conocer y sentir? En este mundo, solo hay algo que puede saber,
sentir y comprender, y eso es la mente de los seres sintientes. Solo la mente
puede hacer esto. En pocas palabras, el Buda enseño que debemos darnos
cuenta del significado del vacío.

Reiterando, la cualidad vacía esta libre de los ocho conceptos limitantes; es


primordialmente vacía, desarraigada. La analogía utilizada es el espacio, porque el
espacio no puede ser creado. El espacio no es algo que hacemos. La luz del sol
es la metáfora para la cualidad de darse cuenta; tampoco hay alguien que haga la
luz solar. Es espontánea y naturalmente presente. El espacio y el sol son por
siempre inseparables. El sol no puede ir a algún lugar fuera del espacio. El
significado al que esta analogía se refiere con relación a nosotros es que nuestra
esencia es vacía, y por naturaleza se da cuenta. Esta capacidad es la unidad de
ser vacío y darse cuenta. El reconocer y darse cuenta de esto es el auténtico
corazón de los ochenta y cuatro mil aspectos del Dharma.

De acuerdo con el método tradicional del Budismo Tibetano, el estudiante


comienza su práctica con los cuatrocientos o quinientos mil preliminares en la
manera correcta y apropiada. Entonces el o ella prosiguen con su práctica del
yidam en las etapas de generación, recitación y completación. Después de eso, el
practicante es introducido a la verdadera visión del Mahamudra y Dzogchen. La
secuencia es presentada convencionalmente en este orden: primero remueves tus
oscurecimientos, después impregnas a tu ser con bendiciones; finalmente eres
presentado con la cara natural de la conciencia. Estos días, sin embargo ¡los
estudiantes no tienen mucho tiempo! Asímismo, los maestros no permanecen en
un mismo lugar ni enseñan continuamente. He escuchado que en la actualidad
varios maestros primero dan la instrucción de "señalamiento" (pointing-out)
iniciando a la gente en el punto principal de la práctica y después enseñan los
preliminares. La visión y la conducta pueden así ser adaptados al tiempo y a las
circunstancias. En el mundo contemporáneo, hay una creciente apreciación e
interés por el Budismo. Esto se debe a que la gente está mejor preparada y es
más inteligente. Cuando los maestros y alumnos no cuentan con el tiempo para
estar juntos, no hay oportunidad para repasar toda la secuencia de enseñanzas.
Yo también acostumbro a dar toda la serie de enseñanzas completas de una sola
vez. Un proverbio, de donde vengo, dice: "El sabio puede incluso encontrar
veracidad en las palabras de un pilluelo". Este enfoque de dar la esencia al
principio y después enseñar el Ngöndro, la etapa de generación, la recitación del
mantra y la etapa de completación, puede compararse con el abrir la puerta por
completo desde un principio. Cuando abres la puerta la luz del día entra
totalmente, así que mientras estás parado en la puerta, puedes ver la parte más
recóndita del templo.

Algunos maestros budistas pueden decir de mí ¡cómo es posible que él trate de


inmediato señalar la naturaleza de la mente sin hacer que los estudiantes
atraviesen por el Ngöndro de la purificación de oscurecimientos y la acumulación
de mérito! Algunos tendrán esta objeción, pero con todo respeto, no siento que
sea incorrecto hacerlo. ¿Porqué? Porque estamos ahora en la Edad Oscura y hay
una predicción que: "Al final de la Edad Oscura, las enseñanzas del Mantra
Secreto estallarán como pólvora." El mantra secreto aquí se refiere al Mahamudra
y al Dzogchen.

Honestamente, si uno ha recibido las enseñanzas de la esencia de la mente y


luego practica los preliminares al mismo tiempo que recuerda el reconocer la
naturaleza de la mente, el efecto se multiplica cien veces, mientras que el practicar
con samadhi puro multiplica el efecto cien mil veces. Combina los preliminares con
el reconocimiento de la naturaleza de la mente y tu práctica será tremendamente
efectiva.También puedes practicar los preliminares con simplemente una buena y
sincera actitud, y esto por si mismo purificará definitivamente tu karma negativo.
Pero una buena actitud en si misma no es suficiente como el verdadero camino a
la iluminación. Si te dedicas a estas prácticas con una visión correcta del
reconocimiento de la esencia de la mente, los preliminares se convierten en el real
camino a la iluminación. Si tienes una pintura de una vela ¿puede alumbrar el
cuarto? ¿No será mejor tener una vela real encendida generando luz real? De la
misma manera cuando practicamos tomar refugio, el refugio verdadero es el
tomarlo libre del triple concepto de sujeto, objeto y acción. Lo mismo sucede con la
actitud del bodisattva; el verdadero estado de la mente despierta, la bodhichitta
ulterior, está libre de asir el triple concepto. Asímismo sucede con la práctica de
Varjasattva, la ofrenda del mandala y el Guru Yoga. Sólo hay una manera de
liberarse del triple concepto, y eso es el reconocer la verdadera visión. No siento
que haya nada inapropiado en dar la instrucción de señalamiento (pointing-out) a
la gente. Pueden practicar los preliminares posteriormente. Esta perfectamente
bien.

Otro punto es que cuando se da una enseñanza como esta debe haber una
especie de vínculo puro entre el maestro y el discípulo. Yo siento que entre
nosotros existe un vínculo puro. No habrá mucha oportunidad para que alguien lo
destruya por una percepción impura o por dañar los votos del precioso samaya,
porque todos los aquí presentes no estarán conmigo por mucho tiempo. Por lo
tanto, no habrá mucha oportunidad de romper el samaya. Se dice que un maestro
es como el fuego: si estás muy cerca te quemarás, pero si mantienes un poco de
distancia, podrás recibir el calor y el brillo y no te quemarás. Cuando todos vayan
de regreso a sus casas, habrán recibido las enseñanzas y no tendrán oportunidad
de romper el samaya conmigo. Esto es algo positivo.

Muchos de ustedes tienen un pie en el mundo material; no hay alternativa. Tienen


que hacer dinero para hacerse cargo de su situación de vida. No los estoy
forzando a que de inmediato renuncien y se metan en problemas por eso. La
renuncia surgirá por si misma naturalmente de su entrenamiento en la esencia de
la mente. Mientras practiquen esta enseñanza más y más y ganen mayor
convicción, su atracción por el mundo pasajero y sus afanes será menor y menor
por sí misma. Dentro de ustedes descubrirán el verdadero valor de las
enseñanzas del Buda, y gradualmente dedicarán más tiempo y energía a esta
práctica. No quiero, ni necesito forzar o empujar a nadie; este desarrollo sucede
por si mismo. La gente inteligente, por ella misma, comprende lo que es valioso.

EL ADIESTRAMIENTO DE LA MENTE

http://yoganatural.blogspot.com/
Fernando Mora Zahonero

Se afirma, en el dzogchen, que lo principal es tomar una decisión definitiva


concerniente a que ninguna experiencia se halla desconectada del estado natural
de la mente. Sin embargo, para poder adoptar cualquier decisión en ese sentido,
primeramente debemos determinar qué es la mente, el pensamiento, la
experiencia y el mismo estado natural. No podemos contentarnos con una
respuesta superficial, leída o escuchada a este respecto sino que debemos tener
una experiencia directa del asunto. Podría decirse que todos los métodos clásicos
de análisis de la vacuidad del yo y de los fenómenos, tal como se practican, por
ejemplo, en la tradición del Sutra forman parte de esta investigación de la mente.
Lo mismo podemos afirmar de los métodos del mahamudra que llevan a la
percepción directa de la verdadera naturaleza de la mente. En este sentido, quien
se halle interesado en este particular debería acudir a dichas tradiciones en busca
de información más precisa.

En lo que concierne específicamente a la tradición del dzogchen, se trata, en


primer lugar, de determinar contemplativamente la procedencia, la permanencia y
la disolución del pensamiento. ¿De dónde vienen los pensamientos? ¿Dónde
permanecen? ¿Adónde se dirigen? La respuesta no ha de ser intelectual sino una
captación directa del asunto. Eso sería el primer paso a dar en el dzogchen, es
decir, localizar la base de los pensamientos. El lenguaje excesivamente mental del
budismo puede dar lugar en ocasiones a confusiones e inducir a la creencia de
que la contemplación sólo tiene que ver con la mente o, dicho en términos
budistas, la conciencia e incluso la conciencia de la conciencia. Pero la
contemplación del dzogchen no se hace sólo con la conciencia, sino también con
los conceptos, la percepción, las sensaciones y la forma. No es un mero ejercicio
mental. Es la vacuidad realizada en todos los estratos del ser.

Al principio, para focalizar el pensamiento, suele utilizarse la fijación de la mente


en la sílaba tibetana A, que representa el estado primordial. Tras alcanzar la
debida estabilidad mental, uno pasa a buscar la conciencia, el sujeto o la mente
que está concentrándose en dicha sílaba. Tanto en las anteriores meditaciones
como en la presente, lo que ocurre es que, tras buscar infatigablemente una y otra
vez es imposible encontrar al pensamiento ni a quien lo busca. Se comienza a
comprender entonces que la mente es tan vacía como el espacio del cielo. Sin
embargo, y no nos cansaremos de repetirlo, no se trata de una comprensión
intelectual o una cuestión de mera aceptación o de ciega devoción. La
investigación de la naturaleza de la mente debe ser tan minuciosa como alguien
que tratara de moler un hueso hasta reducirlo al polvo. Todas las posibilidades
deben ser agotadas.

Primeramente es necesario buscar de dónde proceden, dónde permanecen y


dónde van los pensamientos, las sensaciones, las percepciones, etcétera. Es
necesario investigar hasta determinar completamente y sin lugar a dudas que los
pensamientos proceden del estado vacío y claro carente de pensamientos,
permanecen en él y se disuelven en él. Cuando arribamos a ese reconocimiento,
ya no hace falta seguir buscando ni analizando los pensamientos, sino tan sólo
permanecer en dicho estado. No hay que cambiar nada ni seguir investigando.
También se dice que hay que observar el espacio que aparece naturalmente entre
los pensamientos. Es de ese espacio de dónde surgen todas nuestras
experiencias. No se trata de forzar esos intervalos que tienen lugar naturalmente,
sino que cuando dejamos que los pensamientos discurran libremente, aparecen
naturalmente pausas. Ese estado de vacuidad y no-pensamiento no es, por
supuesto, el objetivo del dzogchen, sino que constituye lo que se denomina la
base.

La metaexperiencia del estado natural no es fruto directo de la búsqueda ni del


esfuerzo. Es absurdo afirmar que uno practica dzogchen. El estado natural, no lo
olvidemos, es impracticable, aunque el agotamiento es uno de los medios para
propiciar el claro mental necesario para su reconocimiento.

Otro de los medios —no sólo posible sino imprescindible— para que tenga lugar
ese claro mental es la devoción. El agotamiento está muy relacionado con la
rendición. En palabras de Lopön Tenzin Rinpoche, el dzogchen sin devoción es un
entretenimiento intelectual. Cualquier camino sin corazón es un camino amputado.
Tradicionalmente, la devoción ha ocupado un lugar central en este sistema. Pero
hay que comprender bien en qué consiste la devoción, la cual nada tiene que ver,
por supuesto, con el culto a la personalidad.

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