Illouz Eva - Por Que Duele El Amor
Illouz Eva - Por Que Duele El Amor
Illouz Eva - Por Que Duele El Amor
el amor
Una explication sociologica
Eva Illouz
Serie Ensayos
Primera edicion, 2012
Introduction
El tormento del amor
La novela Cumbres borrascosas (1847) pertenece a una larga tradicion literaria que
representa el amor como un sentimiento de dolor atroz.2 Entre Heathcliff y
Catherine, sus tristemente celebres protagonistas, nace un amor intenso mien-
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tras van creciendo juntos, pero al final Catherine decide casarse con Edgar
Linton, un candidato mas adecuado en terminos sociales. Humillado al escuchar
por accidente cuando ella menciona que casarse con el la degradaria, Heathcliff
se escapa. Catherine lo sale a buscar por el campo y, al no encontrarlo, se en-
ferma tanto que queda al borde de la muerte.
En un tono mucho mas ironico, la novela Madame Bovary (1856) describe el
matrimonio infeliz de una mujer con un medico rural generoso pero mediocre,
que no puede satisfacer las fantasias romanticas ni las aspiraciones sociales de su
mujer. Emma Bovary, el personaje principal, cree haber encontrado el heroe
romantico con el que tantas veces sono y sobre el que tantas veces leyo en la
figura de Rodolfo Boulanger, un terrateniente de aire gallardo y elegante. Tras
un amorio que dura tres anos, deciden fugarse juntos, pero cuando llega el dia
indicado, Emma recibe una carta de Rodolfo en la que le avisa que se ira sin
cumplir su promesa. En este punto, el narrador deja a un lado su tono ironico
habitual para describir con compasion los sentimientos romanticos de la heroina
y su sufrimiento:
Sin embargo, este supuesto acerca de la primacia del poder tambien consti-
tuye una falla en la corriente dominante de la critica feminista sobre el amor.
De hecho, durante los periodos en los que el patriarcado desempeiiaba un papel
mucho mas poderoso que hoy en dia, el amor cumplia un rol mucho menos
significative en Ia subjetividad femenina y masculina. Es mas, Ia prominencia
cultural del amor parece vincularse con una disminucion del poder masculino
dentro de la familia y con un incremento de la igualdad y la simetria en las re-
laciones de genero. Asimismo, gran parte de la teoria feminista se funda en la
premisa de que en el amor (y en otros lazos), el poder constituye la piedra an
gular de las relaciones sociales. Por lo tanto, debe hacer caso omiso de la gran
cantidad de pruebas empiricas que otorgan el mismo grado de importancia al
poder y al amor, un mecanismo igualmente potente e invisible de movilizacion
de las relaciones sociales. Cuando reduce el amor femenino (y el deseo de amar)
a un mero elemento del patriarcado, la teoria feminista no da cuenta de los
motivos por los cuales el amor sigue teniendo tanta relevancia para las mujeres
modemas, pero tambien para los hombres; ni contempla la veta igualitaria que
presenta la ideologia del amor gracias a su capacidad de subvertir el patriarcado
desde adentro. Sin duda, este ultimo desempeiia una funcion central en las ex-
plicaciones sobre la estructura de las relaciones entre los sexos y en la fascinacion
misteriosa que ejerce la heterosexualidad, pero eso no alcanza para explicar la
potencia extraordinaria que despliega el ideal amoroso sobre los hombres y las
mujeres de la actualidad.
Asi, el objetivo del presente trabajo es delinear un marco que permita iden-
tificar las causas institucionales del sufrimiento amoroso, pero dando por sen-
tado que la experiencia romantica ejerce una fascinacion muy potente,
imposible de ser explicada en terminos de “falsa conciencia”.* Hacer eso equi-
valdria a cerrar la cuestion antes incluso de formularla. Lo que pretendo demos-
trar aqui es que los motivos que hacen del amor un elemento central para la
identidad y la felicidad son casi los mismos que lo determinan como un aspecto
tan dificil de la experiencia: en ambos casos, se trata de los modos de institucio-
nalizacion del yo y la identidad en la epoca moderna. Si muchos de nosotros
sentimos “una suerte de malestar o ansiedad insistente” en relacion con el amor
y una sensacion de que las cuestiones amorosas nos generan “ conflictos, inquie-
tud e insatisfaccion con nuestra vida”, por retomar las palabras del filosofo Harry
16 • Por que duele el amor
lQ u e e s la m o d e m id a d ?
Mas que ninguna otra disciplina, la sociologia nace de un cuestionamiento in-
tenso y tenido de ansiedad acerca del significado y las consecuencias de la mo
dernidad: Carlos Marx, Max Weber, Emile Durkheim y Georg Simmel tratan
de comprender el sentido de la transicion del “viejo” mundo al mundo “ nuevo”.
Mientras que uno simboliza la religion, la comunidad, el orden y la estabilidad,
el segundo equivale al cambio arrollador, la secularidad, la disolucion de los
lazos comunales, la reivindicacion de la igualdad y la incertidumbre constante
sobre la identidad. Desde aquel periodo extraordinario que abarca el pasaje de
mediados del siglo xix al sigl.o x x , la sociologia se viene ocupando de los mis-
mos interrogantes que aun hoy nos sobrecogen: ^Acaso el debilitamiento de la
religion y los lazos comunales pondra en riesgo el orden social? ^Seremos capa-
ces de llevar una vida plena de significado en ausencia de lo sagrado?
A Max Weber en particular le preocupaban las preguntas esbozadas por Dos-
toievski y Tolstoi: Si ya no tememos a Dios, <:que nos had morales? Si ya no
nos conmueven ni nos compelen los significados colectivos, vinculantes y sa-
grados, ique le dad sentido a nuestra vida? Si el centro de la moralidad es el
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tan atractivo para las mujeres, pues implicaba la promesa de recibir un estatus
moral y una dignidad que se les negaba en otros ambitos sociales, ademas de
enaltecer su destino social de cuidar y amar a los otros como madres, esposas y
amantes. Entonces, en terminos historicos, el amor gozaba de un poder de se-
duccion muy importante justamente porque ocultaba y a la vez embellecia
aqueUas profundas desigualdades que yacian en el centro mismo de las relaciones
de genero.
Ahora bien, la “alta modernidad” o la “hipermodernidad”, que en el presente
trabajo se define como el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial y que,
de aqui en adelante, denominaremos “modernidad”, marca una radicalizacion de
las tendencias sociales inscritas en la modernidad temprana y modifica, en algu-
nos casos de raiz, la cultura del amor y la economia de la identidad de genero
que esta contiene. A pesar de que dicha cultura conserva e incluso amplifica el
ideal del amor como fuerza que puede trascender la existencia cotidiana, al
colocar en el centro mismo de las relaciones intimas los ideales politicos de la
libertad sexual y la igualdad de genero, priva al amor de los ritos de deferencia
y del halo mistico que lo envolvia hasta entonces. Todo aquello que en el amor
era sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar
serenamente las verdaderas condiciones de existencia de las mujeres. Este as-
pecto dual y escindido del amor en tanto fuente de trascendencia existencial y
espacio contencioso para la puesta en acto de las identidades de genero cons-
tituye la caracteristica principal de la cultura romantica contemporanea. En
terminos mas especificos, poner en acto las identidades de genero y las consi-
guientes luchas implica poner en acto los dilemas y las ambivalencias culturales
e institucionales de la modernidad, que se organizan en torno a ciertos motivos
clave como el de la autonomia, la autenticidad, la igualdad, la libertad, el com-
promiso y la autorrealizacion. El estudio del amor no es entonces un elemento
periferico sino un elemento central para el estudio del nucleo mismo y las bases
de la modernidad. 13
El amor romantico heterosexual constituye una de las mejores esferas para
dar cuenta de tal ambivalencia en la modernidad porque, en los ultimos cua-
renta aiios, se ha registrado una radicalizacion de la igualdad y la libertad en el
vinculo amoroso, asi como una escision profunda entre la emocionalidad y la
sexualidad. En dicho amor se encuentran enmarcadas las dos revoluciones cul-
20 • Por que duele el amor
de movilidad social. Por eso mismo, el presente trabajo contiene una serie de
sesgos metodologicos. En primer lugar, se centra en el amor heterosexual mas
que en el homosexual porque el primero contiene una negacion de los elemen-
tos economicos que sustentan la eleccion del objeto amoroso, pero a la vez
fusiona la logica emocional con la logica economica. En algunos casos, ambas
logicas confluyen con armonia y a la perfeccion, pero tambien hay muchos
otros casos en los que hacen estallar el sentimiento romantico desde adentro.
Esta combinacion del amor y el calculo economico otorga al primero una im-
portancia central en la vida modema, pero a la vez se ubica en el corazon rnismo
de las presiones antagonicas que hoy lo afectan. Por lo tanto, el entrelazarniento
entre lo emocional y lo economico constituye uno de los hilos conductores para
mi reinterpretacion del amor en la modemidad, pues me propongo demostrar
de que manera la eleccion, la racionalidad, los intereses economicos y la com-
petencia han transformado los modos de buscar, conocer y cortejar a una po-
tencial pareja, asi como los modos de consulta y toma de decisiones acerca de
los propios sentimientos. En segundo lugar, el presente trabajo aborda la con-
dicion del amor desde una perspectiva mas marcadamente femenina que mas-
culina, y sobre todo desde la perspectiva de aquellas mujeres que optan por el
matrimonio, la reproduccion y los estilos de vida propios de la clase media.
Como espero demostrar, la combinacion de tales aspiraciones con su insercion
en el libre mercado de los encuentros sexuales genera nuevas formas de domi-
nacion emocional masculina sobre las mujeres. En consecuencia, aunque el
contenido de este libro resulta pertinente para muchas mujeres, no lo sera para
todas ellas, pues no revestira validez para las lesbianas ni para las mujeres que no
aspiran a una vida domestica ni a tener hijos, sean casadas o solteras.
El a m o r c o m o m o d e m id a d y e l a m o r e n la m o d e r n id a d
En las indagaciones tradicionales sobre el auge de la modemidad, los sospecho-
sos de siempre son el saber cientifico, la imprenta, el desarrollo del capitalismo,
la secularizacion y la influencia de los ideales democraticos. Efectivamente, en la
mayoria de las explicaciones esta ausente la formacion de un yo emocional y
reflexivo que, como he senalado en otros trabajos, 13 acompana el surgimiento
de la modemidad y se define sobre todo en terminos emocionales, centrado en
el manejo y la reafirmacion de sus sentimientos. El presente libro pretende situar
22 • Por que duele el amor
mantico, una vez que se hubo desvinculado de la etica religiosa, insto a las
mujeres, tanto como a los hombres, a elegir libremente el objeto de su amor.20
De hecho, Ia idea misma del amor en este caso presupone y constituye el libre
albedrio y Ia autonomia de los amantes. Motzkin y Fisher llegan a sostener in
clusive que “ el desarrollo de las concepciones democraticas de Ia autoridad
constituye una consecuencia indirecta de la prernisa de la autonomia emocional
femenina’V Ahora bien, la literatura sentimental del siglo xvm acentua todavia
mas esta tendencia cultural porque promueve un ideal del amor que contribuye,
en la teoria y en la practica, con la desestabilizacion del poder que ejercen los
padres sobre las decisiones matrimoniales de sus hijas. Por lo tanto, dicho ideal
es un agente de emancipacion femenina en un sentido fundamental, ya que
promueve la individualizacion y la autonomia de las mujeres, por mas circun-
voluciones que haya atravesado dicha emancipacion. Como en los siglos xvm
y xix la esfera privada adquiere un valor muy importante, las mujeres pueden
ejercer aquello que Ann Douglas, retomando a Harriet Beecher Stowe, deno-
mina “la tirania del rosa y el blanco” , es decir, la tendencia de “las mujeres es-
tadounidenses del siglo xix a obtener poder mediante la explotacion de su
identidad femenina” .22 Asi, el amor ubica a las mujeres bajo la tutela de los
hombres, pero legitimando un modelo del yo que es de naturaleza privada,
individualista, domestica y, sobre todo, que exige la autonornia emocional. Con
esto, el amor romantico consolida dentro de la esfera privada el individualismo
moral que habia acompaiiado el auge de la esfera publica. Es mas, el amor cons
tituye el ejemplo paradigrnatico y la fuerza motriz de un nuevo modelo de
sociabilidad que Giddens define como el modelo de la “relacion pura’V ’ fun-
dado en el supuesto contractual de que dos sujetos con igualdad de derechos se
unen con fines emocionales e individualistas. Se trata entonces de un vinculo
en el que dos individuos se comprometen por su propio bien y del que pueden
entrar y salir a voluntad.
Sin embargo, aunque el amor cumplio una funcion importante en la forma-
cion de aquello que los historiadores denominan “individualismo afectivo”, la
historia del amor en la modernidad tiende a presentarlo como una transicion
heroica de la esclavitud a la libertad. Seg{Jn este relato, cuando triunfa el amor,
desaparecen los matrimonios por interrs y conveniencia para que prosperen la
autonomia, la libertad y la individualidad. No obstante, si bien coincido en que
24 • Por que duele el amor
P o r q u e e s n e c e s a r ia a u n la s o c io lo g ia
William James, el abuelo de la psicologia moderna, sostenia que los psicotera-
peutas debian considerar, antes que nada, que en la persona “ transcurre alguna
suerte de pensar” y que ese pensar es personal: cada pensamiento forma parte
de una conciencia individual que impulsa al sujeto a elegir que experiencias del
mundo procesar y que experiencias rechazar.2d La sociologia, en cambio, desde
sus origenes ha tenido como vocacion principal desenmascarar los fundamentos
El tormento del amor • 25
nal o, por asi decirlo, marca la distancia entre el deseo de una fusion o una
igualdad sin distincion de genero y la inevitable puesta en acto de los roles de
genero. Por ultimo, para que la experiencia resulte ineligible, debe respetar
ciertos patrones culturales previamente establecidos. Asi, una persona puede
explicar sus enfermedades como un castigo divino por sus pecados, como un
accidente biologico o como un efecto de cierta pulsion de muerte inconsciente:
todas estas elucidaciones surgen de una serie de modelos interpretativos muy
complejos que son utilizados y reconocidos por dete^rrninados grupos de perso
nas en una situacion historica especifica.
Esto no quiere decir que yo rechace la idea de que existen diferencias psi-
quicas importantes entre las personas y de que esas diferencias desempenan un
papel determinante en nuestra vida. Mas bien, mi objecion frente al ethos psi-
cologico que predomina en la actualidad tiene que ver con tres factores: pri-
mero, aquello que tomamos como aspiraciones y experiencias individuales
reviste un contenido social y colectivo considerable; segundo, las diferencias
psiquicas muchas veces, aunque no siempre, son en realidad diferencias en la
posicion social y en las aspiraciones sociales de las personas; y tercero, el im-
pacto de la modernidad en la formacion del yo y la identidad consiste precisa-
mente en dejar al desnudo los atributos psiquicos del individuo y otorgarles un
rol fundamental en la determinacion del destino social y romantico. El hecho
de que seamos entidades psicologicas (es decir, de que nuestra psicologia ejerza
tanta influencia en nuestro destino) es en si mismo un hecho sociologico. AI dismi-
nuir los recursos morales y el conjunto de restricciones sociales que configura-
ban las maniobras del sujeto en su entorno social, la estructura de la modernidad
nos expone a nuestra propia estructura psiquica, lo que provoca que la psiquis
moderna quede en un estado de vulnerabilidad, pero a la vez sea altamente
operativa en la determinacion de los destinos sociales. Dicha vulnerabilidad del
yo moderno podria resumirse entonces en los siguientes terminos: mientras que
nuestra experiencia se ve delimitada por una serie de restricciones instituciona-
les muy potentes, debemos atravesarla con los recursos psiquicos que hemos
acumulado en el curso de nuestra trayectoria social. Este aspecto dual de la
experiencia social moderna, instalada entre lo institucional y lo psiquico, es
justamente lo que me propongo documentar en referencia al amor y el sufri-
miento romantico.
El tormento del amor • 27
La s o c io lo g ia y e l s u f r im ie n to p s iq u ic o
Desde sus origenes, la sociologia tiene como principal objeto de estudio las
formas colectivas de sufrimiento, como la desigualdad, la pobreza, la discrimi-
nacion, las enfermedades, Ia opresion politica, los conflictos armados y las catas-
trofes naturales. Todos estos fenomenos han funcionado como el prisma central
a traves del cual nuestra disciplina viene explorando las miserias de la condicion
humana. Aunque la sociologia ha logrado analizar con grandes resultados tales
formas colectivas de sufrimiento, ha desatendido ese tipo de sufrimiento psi-
quico comun y corriente que es intrinseco a las relaciones sociales: el resenti-
miento, la humillacion y el deseo no correspondido son apenas algunos ejemplos
de sus numerosas formas cotidianas e invisibles. La disciplina sociologica se ha
mostrado renuente a incluir en su ambito de estudio el sufrimiento emocional,
concebido correctamente como el pilar de la psicologia clinica, por temor a
verse arrastrada a las aguas turbias de un modelo social psicologico e individua-
lista. Sin embargo, si no quiere perder relevancia para las sociedades modemas,
es imperativo que explore todas aquellas emociones en las que se refleja la vul-
nerabilidad del yo bajo las condiciones de la modemidad tardia, vulnerabilidad
que es a la vez institucional y emocional. En el presente libro se sostiene que el
amor representa una de esas emociones y que el analisis minucioso de las expe-
riencias que genera nos podra retrotraer nuevamente a la vocacion original de
la sociologia, que aun resulta en extremo necesaria y pertinente.
La nocion de “ sufrimiento social” puede constituir una bienvenida herra-
mienta para reflexionar sobre el caracter moderno del sufrimiento amoroso,
pero no resultara tan util a mis fines porque, tal como lo entiende la antropo-
logia, el sufrimiento social designa un fenomeno visible de gran escala (por
ejemplo, las consecuencias de una hambruna, de la violencia, de la pobreza o
de las catastrofes naturales).27 Asi, dicho concepto omite las formas mas invisi
bles o intangibles del sufrimiento, como la ansiedad, la sensacion de carecer de
valor o la depresion, que se encuentran insertas en la vida diaria y en nuestras
relaciones cotidianas.
Ahora bien, el sufrimiento psiquico exhibe dos rasgos cardinales. Primero,
como afirma Schopenhauer, deriva de que vivimos la experiencia a traves de
“la memoria y la anticipacion” .2B En otras palabras, esta mediado por la imagi-
nacion, o sea, por las imagenes y los ideales que conforman nuestros recuerdos,
28 • Por que duele el amor
jCom o ire a su casa? iQue dina la gente, amiga mia? Hay que atravesar
el patio; los vecinos se darian cuenta y empezanan las preguntas, harian
comentarios, comidilla, y el hecho se interpretaria falsamente. No, angel
mio, prefiero verla manana en las primeras visperas.
Fiodor Dostoeivski, Pobre gente'
El amor se representa hace tiempo ya como una experiencia que supera y ex-
cede la voluntad, una fuerza irresistible que no se puede controlar. Sin embargo,
en el presente capitulo y en el proximo, me propongo desarrollar un planteo
que se opone al sentido comun: una de las categorias mas frucfiferas para dar
cuenta de la transformacion del amor en la modernidad es la de eleccion, no
solo porque amar es elegir a una unica persona entre muchas otras posibilidades,
y asi constituir la propia individualidad en el acto mismo de seleccionar un
objeto de amor, sino tambien porque amar a alguien implica encontrarse frente
a ciertas preguntas relacionadas con la eleccion, por ejemplo, si sera la persona
indicada, como hacer para determinar si lo es, o como saber si habra otra per
sona mejor. Estas preguntas se relacionan a la vez con los sentimientos y con la
eleccion como tipo de accion diferenciada. En la medida en que la posibilidad
de ejercer el poder de eleccion define al yo moderno, sobre todo en las esferas
del consumo y la pofitica, el amor puede aportarnos una serie de ideas impor-
tantes sobre el fundamento social de la eleccion en la modernidad.
La posibilidad de eleccion constituye el hito cultural que define a la moderni-
dad porque, al menos en el ambito poHtico-economico, simboliza el ejercicio no
solo de la libertad sino tambien de las dos facultades que justifican a esta ultima,
es decir, la autononala y la racionalidad. En este sentido, se trata de uno de los
vectores culturales e institucionales mas potentes en la configu racion de la indi
vidualidad moderna: constituye a la vez un derecho y una competencia. Por lo
tanto, si la posibilidad de eleccion es inherente a la individualidad moderna, para
dar cuenta del amor como experiencia de la modernidad resultara fundamental
analizar como y por que las personas eligen iniciar una relacion, o no iniciarla.
La economfa, la psicologfa e incluso la sociologia tienden a concebir la elec-
cion como un rasgo natural del ejercicio de la racionalidad, una propiedad de la
mente de caracter fijo e invariable que equivale a la capacidad de jerarquizar
preferencias, accionar en funcion de esas preferencias jerarquizadas y elegir utili-
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 33
zando los medios mas eficientes. No obstante, la de eleccion dista mucho de ser
una categona sencilla y se encuentra tan determinada por la cultura como otros
elementos del accionar humano. En tanto presupone la capacidad misma de
elegir, con los mecanismos cognitivos que organizan el proceso de eleccion, e
implica una jerarqma entre el pensamiento racional y las emociones, y entre los
tipos de pensamientos y emociones que pueden activar una eleccion, se podria
afirmar que esta determinada social y culturalmente, que es a la vez una propie-
dad del entorno y de los pensamientos o las opiniones personales al respecto.3
Una de las principales transformaciones que atraveso el amor en la moderni-
dad se relaciona con las condiciones mismas en las que se producen las eleccio-
nes romanticas. Dichas condiciones se dividen en dos clases. Por un lado, se
encuentra la “ ecologia de la eleccion”, o sea, el entorno social que impulsa a la
persona a optar por cierto rumbo en sus elecciones. Por ejemplo, las normas
vinculadas con la endogamia constituyen un caso tipico en el que la eleccion se
ve limitada por el entorno social, que a su vez funciona como marco y excluye
como posibles parejas a los integrantes de la misma familia o de otros grupos
etnicos o raciales. Asimismo, la revolucion sexual transformo esa ecologia de la
eleccion al eliminar una cantidad considerable de prohibiciones que operaban
sobre la seleccion de la pareja sexual. Dicha ecologia puede surgir de una serie
de polkicas deliberadas y elaboradas conscientemente4 o de una serie de proce-
sos y dinamicas sociales que no se hayan planificado. Por otro lado, existe un
segundo aspecto que propongo denominar como la “ arquitectura de la elec
cion”.5 Esta ultima tiene que ver con ciertos mecanismos internos del sujeto,
configurados por la cultura. Se trata tanto de los criterios con los que cada uno
evalua un objeto (sea una obra de arte, un dentifrico o un posible conyuge)
como de los modos de autoconsulta, es decir, las maneras en que cada persona
consulta sus emociones, conocimientos y razonamientos formales para tomar
una decision. Asi, la arquitectura de la eleccion consta de varios procesos cog
nitivos y emocionales, pero, sobre todo, tiene que ver con los modos en que se
evaluan, se conciben y se controlan las formas de pensamiento racional y emo-
cional al tomar una decision. La eleccion puede ser resultado de un proceso
complejo de autoconsulta y analisis de las distintas alternativas, o bien puede
derivar de una decision “ instantanea” , pero cada una de estas vias tiene sus
propios caminos culturales, que aun no se han dilucidado.
34 • Por que duele el amor
La vision del amor que se presenta aqm emana directamente de aquello que
hombres y mujeres del siglo x ix llamaban “ caracter”. En contraste con una larga
tradicion occidental que representa al amor como una emocion que anula la
38 • Por que duele el amor
amor que sienten mutuamente se funda a partir de ese saber (para un con-
traste interesante, vease el capkulo 4). Por supuesto, es posible que la atrac-
cion, la simpatia o el amor los ayuden a diferenciar entre opciones similares,
pero la eleccion se da en el marco de ciertos codigos morales y de ciertas normas
sociales preexistentes. Y es justamente la capacidad de poner en acto dichos
codigos lo que funciona como fuente de valoracion propia. En este sentido, el
valor que cada uno le otorga al otro resulta, si no enteramente objetivo, al
menos fundado en elementos objetivos ya establecidos.
Sin embargo, la idea de que sea solo el caracter lo que da cuenta de la indi-
vidualidad de estas mujeres da lugar a otra pregunta, a saber: iQue es lo que
posibilita tal separacion entre el valor interior y el proceso de cortejo?17 Sostener,
como lo hacen algunos desde la filosofia o la sociologia comunitarista, que en
eso consiste el caracter implica una tautologia. La afirmacion de que el caracter
refleja la manera de ser de las personas y consiste en la capacidad de albergar un
sentido del valor individual autogenerado solo sirve para dar lugar a una proxima
pregunta: jCom o funciona ese dispositivo? Frente al planteo algo ingenuo de
que el caracter esta compuesto por ciertas maneras de ser inherentes, que a su
vez dan cuenta de la capacidad de acatar los codigos morales publicamente com-
partidos, propongo pensar que no son los mecanismos psicologicos o morales
sino los mecanismos sociales los que posibilitan la exhibicion de un caracter
moral y la capacidad para obtener un sentido del valor propio a partir de los
codigos morales. El caracter no es un mero conjunto de rasgos interiores y ha-
bitos mentales derivados de la internalizacion directa de las normas morales. Mas
bien, incluso en el caso del caracter moral, se trata de un elemento que refleja
la implementacion de ciertos ordenamientos sociales en la persona y, a su vez,
es posibilitado por ella. En particular, me refiero a los modos en que se integran
las emociones dentro de una ecologia de la eleccion que abarca distintos planos.
Mientras que a la filosofia o a la historia tal vez les alcance con observar que el
amor se entrelaza con los marcos morales, para la sociologia ese es precisamente
el fenomeno que se debe explicar. ^Como se entrelazan el amor y la moral? O,
en otras palabras, ^cuales son los mecanismos sociales que posibilitan sujetar el
amor a un proyecto moral del yo? A mi juicio, aquello que llamamos sentimien-
tos e individualidades morales representa una ecologia y una arquitectura espe-
rificas de la eleccion, que suponen a su vez un alto grado de congruencia entre
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 43
|as elecciones publicas y las privadas. En esta ecologfa y en esta arquitectura, las
emociones privadas emanan del yo en tanto entidad publica. Si bien los perso-
najes de Austen presentan, naturalmente, una vida interior muy rica, dicha in-
terioridad difiere de la nuestra en tanto se esfuerza por coincidir con un universo
publico de conductas rituales y roles. Habria que especificar entonces cuales son
|os mecanismos sociales que posibilitan esa congruencia.
tra bajo la pesada influencia de Lady Russell, que considera inadecuado al capi-
tan Wentworth, su primer (y unico) amor verdadero. La sensibilidad moderna
solamente podria identificarse con la idea de que tal evaluacion negativa sobre
el capitan la obligo a renunciar al objeto de su amor, pero desde otra perspec-
tiva, el error de Lady Russell deriva a su vez de que el yo de Anne se encuentra
estrechamente resguardado por la red de parentesco en la que esta inmersa. Es
cierto que la autora muestra las limitaciones de este sistema al insinuar que el
entorno social de Anne no es capaz de distinguir entre el estatus social y el valor
interior de cada uno. Sin embargo, tanto Anne como las personas que leen la
novela pueden confiar en el propio juicio que se han formado sobre Went
worth solo porque han contado con numerosas oportunidades para verificarlo.
De hecho, en Inglaterra y Estados Unidos, el cortejo con frecuencia supoma un
proceso de verificacion de las credenciales y las propiedades de los pretendien-
tes: “ [El cortejo] era un juego repleto de enganos, artimanas superficiales y
obsecuencia. Sin embargo, era necesario descubrir las mentiras y asegurarse de
que el otro fuera en efecto la persona que, por mas tiempo que pasara, nunca
dejaria de ser el mejor de los amigos” .20
Esta supervision cuidadosa a la que estaban sometidos los hombres se puede
ejemplificar con las practicas de los futuros suegros cuando examinan la repu-
tacion de los posibles yernos. Por ejemplo, para poder cortejar a Olivia Langdon
y proponerle matrimonio, Samuel Clemens (a quien luego conoceriamos como
Mark Twain) tuvo que presentar ante la familia de ella varias cartas de recomen-
dacion que le habian solicitado. Una vez finalizado el proceso, Clemens estaba
en condiciones de afirmar lo siguiente sobre si mismo:
Creo que todas mis referencias pueden confirmar que nunca hice nada
malo, falso o criminal. Pueden sostener que las mismas puertas que se me
abrieron hace siete anos todavia siguen abiertas para nu, que todos los
amigos que hice en siete anos siguen siendo amigos mios, que puedo
regresar a todos los lugares donde alguna vez estuve y entrar en plena luz
del dia, con la frente bien alta.21
La practica de las visitas sociales era uno de esos ritos. Segun la costumbre, se
daba en la casa de la joven (cuando aun tefua la edad suficiente para que se la con-
siderara senorita), por lo que resultaba indecoroso que el hombre tomara la ini-
ciativa de visitarla sin ser invitado. Asi, el varon pod^a demostrarle a la joven que
gustaba de ella, pero la dama conservaba el “privilegio” de pedirle que la visi-
tara.25 Esta practica, comun en la clase media, otorgaba a los padres y a la propia
joven un control indiscutible sobre el proceso de cortejo.26 En el mismo sentido,
si a un caballero le presentaban una dama para bailar en una fiesta, este no podia
retomar automaticamente las relaciones previas que existieran con eUa de haberse
conocido por fuera de ese ambito. En cambio, tenia que venir algun amigo en
comun a presentarlos nuevamente y la dama tenia que permitir que se reto-
mara ese contacto. Es mas, una vez que el proceso de cortejo ya se habia
iniciado, iba progresando mediante una serie de avances graduales y sutiles:
primero, las parejas se hablaban; luego, se mostraban caminando juntas; y, por
ultimo, se harian compafua una vez que estaba confirmada la atraccion reri-
proca. Como se observa, las relaciones amorosas eran controladas de cerca en
tanto debian respetar las secuencias rituales conocidas por todos.
En este orden ritualizado de lo romantico, entonces, las emociones veman
despues de las acciones y las declaraciones (o eran concomitantes), pero no
configuraban una condicion previa en terminos estrictos. A esta organizacion
de los sentimientos la concibo como un regimen de peiformatividad de las emociones,
es decir, como un regimen en que estas son inducidas por las expresiones y las
acciones rituales. Se podria afirmar que nuestros sentimientos siempre son in-
ducidos por los de otras personas.27 Sin embargo, la interaccion romantica pre-
senta una problematica diferente, porque la cuestion de la reciprocidad es
fundamental en este caso y porque, al exponer sus sentimientos, la persona corre
el riesgo de que no sean correspondidos. Un regimen emocional de caracter
performativo (o sea, ritualizado) supone que los sentimientos no solo son reve-
lados, sino que surgen tras la realizacion y la posterior decodificacion de una
serie de ritos. Por lo tanto, se trata de un proceso de incrementacion gradual,
inducido con frecuencia por la utilizacion que haga la otra persona de las sena-
les y los codigos apropiados para el amor. Nace como resultado de un sutil in-
tercambio de signos compartidos por dos personas. En este regimen, una de las
dos personas (el hombre) adoptaba el rol social de inducir los sentimientos de
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 47
siones acerca de sus vfuculos sobre la base de esos sentimientos. En efecto, bajo el
regimen de la autenticidad emocional, las personas deben escrudinar sus propios
sentimientos y los ajenos para decidir sobre la importancia, la intensidad y la sig-
nificancia futura de la relacion. As^ surgen preguntas como las siguientes: “^Estoy
enamorada en serio? ^O solo es atraccion sexual?” ; “Si me siento enamorada,
amor es profundo, intenso y autentico?” ; “^Es un amor sano? ^O es narcisista?”
Por el contrario, para las sociedades tradicionales “ la autenticidad no tiene
ningun lugar en el vocabulario de los ideales humanos. Los hombres estan satis-
fechos con las opciones de vida que les proporciona su sistema social: conciben
su bien mayor [...] como ‘el cumplimiento de una determinada funcion so
cial "'.3° La idea de la autenticidad supone que existe una ontologia (emocional)
verdadera y que esta precede y supera a las normas mediante las que se organizan
y se canalizan la expresion y la experiencia de los sentimientos en general y del
amor en particular. En su regimen, el compromiso no antecede a las emociones
que siente el individuo, sino mas bien las sucede: estas se convierten en la mo-
tivacion alterna del compromiso. Por lo tanto, el regimen de la autenticidad
exige que la persona transite uno de dos posibles caminos para adquirir un grado
de certeza sobre sus propias emociones: o lo adquiere mediante un arduo pro-
ceso de autoescrutinio en la medida en que la pregunta por la naturaleza y las
causas “verdaderas” de sus sentimientos se le torna fundamental, o bien lo ad-
quiere mediante una revelacion abrumadora que se le impone gracias a su in-
tensidad (como en el ejemplo del “ amor a primera vista”). El primer camino
implica que la autocomprension reflexiva contribuira a entender la “verdadera
naturaleza” de nuestras emociones, mientras que el modelo de la epifania im-
plica que la intensidad y la irracionalidad de los sentimientos constituyen indi-
cadores acerca de su caracter autentico. Estos dos caminos para confirmar la
autenticidad de las emociones conviven uno junto al otro en la cultura contem-
poranea y, cuando se los transita, se obtiene como resultado un vinculo amoroso
que no depende tanto de las normas rituales como de la interioridad emocional.
La coherencia semiotica
Una norma central enel regimen de performatividad de las emociones es aque-
Ua que exige que el accionar de las personas coincida con sus intenciones. En
un manual de etiqueta de 1879, por ejemplo, se ofrecen los siguientes consejos:
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 49
Por ultimo, tambien se puede observar como predomina este codigo de cum-
plimiento de las promesas incluso en las primeras decadas del siglo xx, con el
ejemplo de una novela como Estio, publicada en 1917 por Edith Wharton.
Cuando Charity Royall, la protagonista, descubre que su amado Harney, el
hombre con el que desea casarse, en realidad esta comprometido con Annabel
Balch, le escribe lo siguiente: “Mi deseo es que te cases con Annabel Balch si
asi lo prometiste. Creo que quiza te daba temor de que yo me sintiera dema-
siado dolida por ello, pero en realidad prefiero que hagas lo correcto. Con
amor, Charity”.45 Nuevamente en esta novela, la mujer prefiere renunciar a su
amor y a la posibilidad de un futuro feliz con tal de mantener intacta la palabra
del hombre, pues el cumplimiento de las promesas es el rasgo fundamental del
caracter y resulta indispensable en el orden moral del momento.
En lo mas profundo de este fenomeno se esconde un supuesto importantisimo
sobre la capacidad del yo para exhibir continuidad temporal. Asi, cuando Samuel
Clemens le escribe a Jervis Langdon, el padre de Olivia, se ocupa de aclarar lo
siguiente: “Es mi deseo tanto como el suyo que transcurra suficiente tiempo
como para demostrar, mas alia de toda duda, aquello que he sido, aquello que
soy y aquello que seguramente sere. De otro modo, usted no quedaria satisfecho
La gran transformation del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 55
Ya haria tiempo que habia descubierto que el unico uso de esa libertad
que May supoma poseer seria depositar dicha libertad en el altar de su
adoracion de esposa [...]. Con una concepcion del matrimonio tan poco
complicada y tan indiferente como la suya, tal crisis podna provocarla
solo algo visiblemente afrentoso en la conducta de su marido; y la deli-
cadeza de sus sentimientos hacia el lo harian impensable. Pasara lo que
pasara, Archer sabia que ella siempre sma leal, valiente y sin resentimientos. Y
eso lo comprometia a practicar las mismas virtudes.49
todo lo que anoto aqfu [...] y trato de estar alegre por By [el marido], pues temo
que suponga que no soy feliz con el: como el no tiene los lazos familiares que
yo tengo, nunca lo entenderia”.51’ Estas acotaciones suenan muy ajenas a nuestra
sensibilidad moderna porque no estan motivadas por aquello que conocemos
como el “yo autentico” de la joven, sino por su compromiso con el rol de es-
pOSa. De hecho, seria muy raro que una mujer moderna en la misma situacion
estuviera avergonzada de extranar su hogar. Aqm, Mollie tiene verguenza por
que siente que no esta a la altura de su rol conyugal. Sin duda, esto confirma
que “la division tradicional del trabajo y la autoridad entre maridos y esposas en
la era victoriana constituye la columna vertebral de la institucion matrimonial
desde el Atlantico hasta el Padfico”. 51 En cambio, en el caso de una mujer
moderna, los sentimientos serian explicitados profusamente y recibirian priori-
dad por sobre su rol conyugal. Es mas, las definiciones modernas del matrimo-
nio suponen que el marido debe advertir que la mujer siente esas emociones y
debe brindarle su apoyo, es decir, se espera de el que preste atencion a tales
sentimientos, los reconozca y acepte su validez. La intimidad moderna consiste,
entre otras cosas, en revelar las emociones privadas y en compartirlas con la
pareja, lo que resulta incluso mas fundamental que lo primero, con la expecta-
tiva de mostrar el yo emocional al desnudo para recibir el “ apoyo” y el reco-
nocimiento de la otra persona. Asp otra diferencia notoria entre Mollie y la
mujer moderna reside en que ella no considera que sea adecuado comunicar sus
verdaderos sentimientos interiores. Por el contrario, lo adecuado es poder ocul-
tar esas emociones y cubrirlas con un manto de aparente buen humor. La capa-
cidad de desempenar su rol de modo convincente consiste en ayudar al marido
para que este pueda, a su vez, desempenar el propio rol. De afu obtiene satis-
faccion y cierto sentido de aptitud. En realidad, es posible que Mollie ni siquiera
haya intentado comprender o expresar sus autenticas emociones. Le preocupa
mas que, al expresar sus sentinientos negativos, el marido se sienta incapaz de
hacerla feliz. En otras palabras, considera que es responsabilidad de ella lograr
que el esposo no pierda su propio sentido de la aptitud, definido en tanto capa-
cidad para hacerla feliz. Por ultimo, lo que quiza resulta mas interesante es el
tono neutral empleado para afirmar que el no puede entenderla. De hecho, ese
es el mecanismo que usa Mollie para explicar y justificar la imposibilidad de
compartir tal sufrimiento interno con su marido. Todo esto presenta un con-
58 • Por que duele el amor
traste marcado con las expectativas de los hombres y, sobre todo, de las mujeres
actuales, que anhelan revelar su yo mas mtimo y entrelazarlo con el yo de su
pareja. Las relaciones conyugales premodernas suponen una conexion intrin-
cada entre las partes, pero en esa interconexion el yo no es autentico ni se
muestra desnudo. Lo que se exhibe es un yo que, en terminos modernos, se
halla emocionalmente distante del otro (en tanto no se permite que el otro
vislumbre el contenido de los pensamientos y los sentimientos interiores). Sin
embargo, los integrantes de la pareja son interdependientes y se encuentran li-
gados de manera inextricable. En cambio, el yo moderno espera que el otro
desnude sus sentimientos y su intimidad, pero conserve su independencia. En
el matrimonio moderno, lo que se une son dos individualidades claramente
diferenciadas.52 La clave del exito no es ya el desempeno de los roles conyuga
les predeterminados sino la compatibilidad y la sintoma entre dos individuali-
dades constituidas. Lo que sienta las bases para la intimidad es la afinidad entre
las configuraciones emocionales de una y otra persona. Para comprender mejor
la naturaleza del compromiso, podemos recurrir a la distincion interesante que
traza Amartya Sen entre “ simpatia” y “ compromiso”. Segun este autor, si a mi
me enferma la idea de que otras personas sean torturadas, lo que siento es sim-
patia. En cambio, si esa misma idea no me hacer sentir incomodidad ni malestar
en el plano personal, pero de todos modos pienso que esta muy mal torturar a
la gente, lo que hay en ese caso es compromiso. Por lo tanto, un comporta-
miento basado en el compromiso carece de egoismo en el sentido literal de la
palabra, por fuera de las connotaciones morales, puesto que no afecta el centro
mismo del individuo, es decir, al nucleo mismo desde el cual se irradia.53 En
virtud de esta definicion, al compromiso no lo motivan principalmente los
sentimientos individualizados. La diferencia caracteristica entre el matrimonio
basado en el compromiso y el matrimonio basado en la autenticidad emocional
es semejante a la que plantea Sen. Efectivamente, este ultimo se funda en el
intento de conciliar y armonizar dos individualidades emocionales separadas y
debe crear y recrear todo el tiempo las condiciones y las causas emocionales de
la union en un principio. El compromiso, en cambio, no proviene de la indi-
vidualidad emocional independiente ni aspira a satisfacer aspiraciones emocio
nales permanentes. Los sentimientos no son condiciones a priori de los roles
sociales, sino que constituyen sus efectos.
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 59
For ende, las nociones de caracter y compromiso que regulaban las practicas
del cortejo y el matrimonio en aqueUa epoca no debenan concebirse como ca-
nKteristicas psicologicas de los actores ni como senales de una cultura mas moral,
sino como resultado de ciertos mecanismos sociales especificos.54 Entre eUos, se
encuentran las redes sociales que contenian y aplacaban al yo; los criterios obje-
tivos (o relativamente no subjetivos) para la seleccion de pareja; los parametros
explfuitamente endogamicos para la busqueda (es decir, la legitimidad del estatus
socioeconomico como elemento explicito y aceptado para la eleccion de una
pareja); el regimen performativo de las emociones regulado por los ritos; la fun-
cion del cumplimiento de las promesas para la reputacion; y la adopcion del
compromiso basado en los roles sociales. Cabe subrayar aqui que el objetivo de
estas afirmaciones no es de ninguna manera encomiar el pasado ni mucho menos
postular que los hombres y las mujeres del siglo x ix fueran mejores personas o
mas morales, sino plantear que la filosofia moral o la sociologia comunitarista
pueden concebir como maneras de ser morales ciertos fenomenos que en reali
dad se explicanan, al menos parcialmente, en funcion de determinados mecanis
mos sociales organizadores de la interaccion emocional entre hombres y mujeres
bajo la forma de ritos y roles publicos. En consecuencia, el yo no quedaba tan
vulnerable ante la mirada ajena ni dependia tanto de la valoracion externa, jus-
tamente porque los sentimientos no se irradiaban desde su interioridad. Asi, las
modalidades y los criterios de evaluacion, la capacidad de sostener el amor y la
entrega total del yo en la experiencia amorosa son elementos configurados por
mecanismos sociales, que transforman las maneras de ser en “virtudes”. Dichos
mecanismos, que a la vez son sociales y morales, privados y publicos, fueron los
que regularon la practica de eleccion de pareja hasta bien entrado el siglo x ix en
las clases media y media alta, por lo menos dentro de los paises angloparlantes.
Lo que se modifico en la modernidad fue precisamente el conjunto de condi-
ciones en las que se realizan esas elecciones amorosas.
sino los individuos, lo que a su vez legitima la autonomia emocional. Sin em
bargo, dado que ese “individualismo” afectivo esta vigente en Europa Occiden
tal hace unos trescientos anos como mmimo,55 se trata de una idea demasiado
amplia e imprecisa para describir y caracterizar los intercambios romanticos de
la modernidad. Aunque la cultura de la eleccion amorosa en Estados Unidos e
Inglaterra durante el siglo x ix ya era individualista, la forma y el sentido de ese
individualismo difieren bastante de lo que se observa en la actualidad. A mi
juicio, para dar cuenta de esa diferencia lo mejor es centrarse en la organizacion
cultural de las elecciones. Hasta aqm, he presentado un panorama de los meca-
nismos sociales que forzaban a hombres y mujeres a conformarse mutuamente
con su pareja sin que mediaran negociaciones prolongadas, procesos formales y
reglamentados de introspeccion, ni constructos mentales sobre la variedad de
posibles candidatos o candidatas en un mercado abierto, pero si criterios de eva-
luacion que reflejaban las normas de la propia comunidad. Lo que ha cambiado
de raiz, como lo demuestro a continuacion y en los capitulos posteriores, son
las condiciones mismas en el marco de las cuales se producen esas elecciones.
En otras palabras, se han modificado tanto la ecolog^a como la arquitectura de las
elecciones amorosas.
Aqm me permito plantear una tesis audaz: el cambio que atravesaron las elec
ciones amorosas equivale al proceso que describe Karl Polanyi para las relaciones
economicas con el nombre de “ gran transformacion”.56 Este concepto hace
referencia al proceso mediante el cual el capitalismo de mercado separo el ac-
cionar economico de su contexto moral y normativo, lo desvinculo de la socie-
dad, organizo la economia en mercados autorregulados y logro subsumir lo
social en lo economico. En el mismo sentido, aquello que conocemos como el
“triunfo” del amor romantico en las relaciones entre hombres y mujeres consis-
tio principalmente en un proceso que separo las decisiones amorosas individuales
de su contexto moral y social para permitir el surgimiento de un mercado ma
trimonial autorregulado. Los criterios modernos para evaluar al objeto de nuestro
amor se han desvinculado de los marcos morales compartidos con el resto de la
sociedad. Este fenomeno se dio gracias a la transformacion en el contenido de los
parametros para la seleccion de pareja (que ahora son de caracter fisico-sexual y
psicologico-emocional), pero tambien se debe a una transformacion en el pro
ceso mismo de eleccion, que se tomo mas subjetivo e individual.
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 61
Esta “ gran transformacion” del amor esta caracterizada por varios factores, a
saber:
( 1) La desregulacion normativa de las modalidades para la evaluacion de po-
sibles parejas, es decir, la desvinculacion entre esas modalidades y los marcos
configurados por el grupo de pertenencia y la comunidad, acompanada por la
nueva funcion de los medios masivos para la definicion de los criterios de valor
y atractivo.
(2) La tendencia cada vez mas difundida a considerar a nuestra pareja sexual
y romantica simultaneamente en terminos psicologicos y sexuales (de modo tal
que, en ultima instancia, lo primero queda sujeto a lo segundo).
(3) El surgimiento del campo sexual, en tanto la sexualidad en si misma de-
sempena una funcion cada vez mas importante en la competencia entre los
actores dentro del mercado matrimonial.
La sexualizacion y la psicologizacion
de las elecciones amorosas
Como ya hemos visto, el “ caracter” expresaba una interioridad que, en lo con-
creto, encarnaba todo un universo de valores publicos. Asi, aunque la evalua
cion sobre el caracter de la otra persona constitufa un acto individual, tambien
era un fenomeno publico, compartido y aprobado por otros actores reales.
Ahora bien, la desvinculacion entre los criterios para la seleccion de pareja y
el entramado moral del grupo, asi como su transformacion en un fenomeno
individual, se manifiestan en el surgimiento y la preponderancia de dos criterios
de evaluacion que hoy resultan fundamentales: por un lado, la intimidad emo
tional y la compatibilidad psicologica; por el otro, el atractivo sexual. La idea
de “intimidad emocional” difiere del amor basado en el caracter en tanto su
objetivo es compatibilizar dos configuraciones psicologicas individuales, com-
plejas y altamente diferenciadas. Por su parte, el atractivo sexual, la sensualidad
0 el sex appeal reflejan la importancia cultural de la sexualidad y la atraccion fi-
sica en si mismas, deslindadas del universo de los valores morales.
En la historia abundan los ejemplos del poder que ejerce la atraccion erotica
Y de la importancia que reviste la belleza en el momento de enamorarse. Sin
embargo, aunque es probable que la “ sensualidad” haya estado presente de
ni°do implfeito a lo largo de los tiempos como un factor de atraccion y de amor,
62 • Por que duele el amor
proCeso de eleccion de pareja y que las sociedades actuales ofrecen muchas mas
11ianeras de trasladar ese atractivo sexual al campo del romance y el matrimonio.
I)e acuerdo con un estudio realizado en 1984, “ el atractivo fisico de la otra
persona constituye el factor predictivo mas importante del grado de aceptacion
como pareja, mientras que otros factores como el desempeno academico, la
inteligencia y diversos rasgos de la personalidad no inciden en dicho grado de
aceptacion” .77 De hecho, para demostrar que el atractivo fisico cumple una
funcion cada vez mayor en el proceso de seleccion de pareja, basta con observar
que, segun las investigaciones mas recientes, tanto los hombres como las muje-
res le otorgan gran importancia a esta caracteristica,78 lo que indicana que las
mujeres se estan sumando a los hombres, quienes tradicionalmente le asignaban
mas valor a dicho criterio. En su estudio de gran escala sobre las tendencias para
los criterios de eleccion de pareja, desarrollado durante un lapso de cincuenta
aiios, David Buss y sus colegas detectaron pruebas contundentes de que el atrac
tivo sexual como criterio para dicho proceso viene creciendo de modo gradual
hace mas de medio siglo en Estados Unidos, tanto en el caso de los hombres
como en el de las mujeres.79 En sintesis, la importancia del atractivo fisico re-
gistro un claro incremento junto con la expansion de los medios masivos, la
industria cosmetica y el mundo de la moda.80
Los cambios que atraveso la sexualidad despues de la Primera y, sobre todo,
de la Segunda Guerra Mundial fueron interpretados por numerosos especialistas
como un pasaje hacia la “sexualidad recreativa”,81 que a su vez era una sexuali
dad alienada, mercantilizada y narcisista. En cambio, resultana mas fructifero
concebir a la sexualidad como un elemento que, al igual que la belleza, ha pa-
sado a ser una “ caracteristica difusa de estatus” ,82 es decir, una caracteristica que
simboliza cierto estatus. Se podria conjeturar sobre las numerosas consecuencias
de que la sensualidad hoy sea un criterio importante, si no fundamental, para la
elecci6n de pareja.
En primer lugar, cuando la belleza estaba vinculada al caracter moral, resul-
taba mas probable que se la asociara intimamente con la clase social, en tanto la
moralidad” consistia en la manifestacion de cierto sentido del decoro y ciertos
ni°dales propios de determinada clase.83 Como la nocion de aquello que resulta
sexy” fue configurada por los medios masivos, junto con la industria de la
111oda y los cosmeticos, de manera tal que apelara a una gran variedad de mu-
70 • Por que duele el amor
Charles, Killmer-Purcell y Christina consideran que contar con una gran expe
riencia sexual, en terminos de cantidad, representa una fuente de valor indivi
dual. En este sentido, se comportan como capitalistas del sexo. Sus relatos
reflejan el capital erotico mediante el orgullo que deriva de sus numerosas
conquistas sexuales. En otras palabras, el deseo sexual se enmarca en una dina-
mica de exhibicion ostentosa del valor individual determinado por la abundan-
cia de experiencias, que senala que la persona posee cierto capital erotico-sexual,
es decir, que es capaz de inducir el arrobamiento emocional en otros. Esta es-
trategia sexual acumulativa (o serial) ha sido adoptada tambien por las mujeres
pero, cultural e historicamente, como imitacion de la conducta masculina.
Por otra parte, el capital erotico detenta un significado adicional. Hay quie-
nes plantean desde la sociologia que este puede invertirse, al igual que otras
formas de capital, en diversos campos, como si fuera para conseguir un empleo
mejor o mejores calificaciones en el campo educativo. Dana Kaplan sostiene,
haciendo referenda a otras investigaciones en el mismo campo, que “ ser una
persona con inclinaciones sexuales puede indicar la existencia de toda una va-
riedad de otras habilidades acumuladas y pasibles de comercializarse de modo
La gran transformation del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 81
en un segmento intrinseco del ciclo vital, con sus propias formas, normas y
estrategias sociologicas de gran complejidad. Por lo tanto, gran parte de las series
televisivas y los libros de autoayuda se encuadran en el contexto de la busqueda
romantica como una empresa sociologica autonoma en terminos objetivos, con
sus propios campos economicos, sus propios actores sociales y sus propias nor
mas. Es mas, se trata de un fenomeno sociologicamente escindido: la sexualidad,
el deseo y el amor se entrelazan hoy con la estratificacion social, pues emanan
de la clase social, proporcionan estatus y con frecuencia terminan adaptandose
a la homogamia educativa, pero a su vez la eleccion de pareja se da en el con
texto de una sexualidad con fines recreativos que se basa en una experiencia de
placer compartido y puro sexo, despojada de nociones de clase. Asi, la sexuali-
dad con fines recreativos y la eleccion de pareja a menudo constituyen impulsos
sociologicos opuestos.
Conclusion
Al dar cuenta del pasaje entre los procesos premodernos de seleccion de pareja
y los actuales, los historiadores suelen hacer hincapie en el surgimiento del in-
dividualismo afectivo. Si bien se trata de una caracterizacion acertada, oculta un
proceso mucho mas significativo: el cambio operado en la modalidad de elec-
cion. En otras palabras, se ha modificado la relacion misma entre emociones y
racionalidad y se han transformado los modos de organizacion de la competen-
cia entre los actores del campo. Hoy en dia, la seleccion de pareja se da en el
marco de un mercado altamente competitivo donde el exito amoroso y sexual
es resultado de modos previos de estratificacion, pero a su vez surte sus propios
efectos de estratificacion.
Tal estratificacion romantica presenta varios elementos. Uno de ellos se vin
cula con los modos en que la estratificacion social configura el deseo erotico, es
decir, con los modos en que el estatus social alimenta y moldea dicho deseo, en
tanto y en cuanto la libido funciona como via de reproduccion social (por
ejemplo, cuando las mujeres describen como “ sexy” al hombre mas poderoso
de la oficina). El caracter de deseable se entrelaza asi con el estatus socioecono-
mico de la persona. Un segundo elemento tiene que ver con el hecho de que
el atractivo sexual per se ha pasado a conformar una dimension independiente
de valor erotico y un criterio autonomo de estratificacion, que puede o no
La gran transformacion del amor o el surgimiento de los mercados matrimoniales • 83
“ Las mujeres son cada vez menos felices”, le dije a mi amigo Carl.
“jC om o sabes? Si siempre se la pasaron quejandose”, me contesto, po-
niendo cara de nada. “^Por que estamos mas tristes?”, insisti. “Porque a
ustedes les importa”, me dijo con una sonrisa sarcastica, “ ustedes tienen
sentiniientos” . “ Ah, por eso.”
Maureen Dowd, “Blue Is the New Black”2
* En c o a u to r ia co n M a tta n S h a c h a k .
86 • Por que duele el amor
trimonio y las relaciones romanticas, realizado por Ann Swidler durante la de-
cada de 1980, revelo que en ese periodo se observaron cambios significativos en
los modelos de compromiso cultural y emocional antes del matrimonio y en su
transcurso.15 La generalizacion de los metodos anticonceptivos y las modifica-
ciones en los principios morales acentuaron y normalizaron la separacion entre
el sexo y el matrimonio, ejemplificada previamente por el cambio radical en las
actitudes hacia las relaciones sexuales prematrimoniales despues de los anos ’60.16
Todas estas modificaciones fueron el resultado tangible de una mayor libertad
en la esfera de las relaciones mtimas. La reafirmacion de la libertad en el ambito
sexual constituyo una de las principales transformaciones sociologicas del siglo
xx. En el presente capkulo, se pretende demostrar que esa libertad genero una
variacion en los intercambios emocionales de las parejas heterosexuales y, sobre
todo, en el fenomeno conocido popularmente como “ miedo al compromiso” .17
Como ya se menciono en el capkulo 2, el ejercicio de la libertad siempre
transcurre en un contexto social, y es precisamente ese contexto lo que se debe
investigar para dar cuenta de las aponas generadas por la libertad en el ambito
de las relaciones mtimas. En efecto, la libertad sexual y romantica no es una
entidad abstracta, sino una practica institucionalizada e inserta en un sistema
patriarcal que se encuentra cuestionado pero aun sigue en pie. Esto da lugar a
nuevas formas de sufrimiento derivadas de las desigualdades que se producen
debido a que los hombres y las mujeres sienten, viven y evaluan esa libertad
sexual de manera diferente en un campo sexual signado por la competencia. Al
igual que en la esfera del mercado, la libertad implica una recodificacion cultu
ral de las desigualdades de genero, que se han vuelto invisibles porque la vida
romantica sigue la logica de la vida empresarial, en la que cada una de las partes
prioriza su libertad individual y atribuye todo el padecer a una individualidad
fallida o defectuosa. No obstante, como intento demostrar, la libertad sexual se
asemeja a la libertad economica en tanto organiza e incluso legitima las desigual
dades de manera implicita.
una actitud mas discreta en cuanto a la expresion de sus deseos sexuales o de sus
sentimientos romanticos. Esta discrecion se debia a dos motivos fundamentals:
por un lado, la mujer tenia que manifestar cierta reticencia sexual y, por el otro,
en las primeras etapas del cortejo, su conducta tenia que ser esencialmente reac-
tiva, es decir, se limitaba a aceptar o rechazar los avances del pretendiente. Esa
reticencia provema de ciertos cambios observados durante el siglo x v i i i en
cuanto a las opiniones sobre la sexualidad femenina. Hasta entonces, en la era
cristiana, aunque se impofua la abstinencia a hombres y mujeres por igual, se
consideraba que estas ultimas teman mayor apetito sexual. Segun Nancy Cott,
“ en todo caso, las hijas de Eva eran tenidas por mas propensas a los excesos de
pasion porque se consideraba que el control racional femenino era mas debil” .18
Sin embargo, en el siglo x v i i i surgio la idea de que las mujeres podian resistir
naturalmente las tentaciones sexuales. Un buen ejemplo de esto es Pamela, la no
vela de Samuel Richardson publicada en 1740.19 La obra relata la historia de una
joven soltera a quien su amo corteja agresivamente, casi al punto de la violacion.
Ella rechaza sus avances una y otra vez, pero comienza a sentir carino por el. Al
final, el empieza a respetarla por la virtud que refleja tal rechazo y le propone
matrimonio, una oferta que ella acepta con gusto.2'’ Esta. novela marca un nuevo
modo de concebir la naturaleza femenina y de dividir la identidad de genero
masculina de la femenina en tomo a la practica de la abstinencia sexual: para las
mujeres, la abstinencia pasa a ser una prueba y una senal de virtud que las ayuda
a formar su propia reputacion en el mercado matrimonial, mientras que, para los
hombres, esa resistencia permite mostrar la masculinidad en tanto capacidad de
desear y conquistar aquello que la mujer debe negar.
Ahora bien, tal ecuacion de la abstinencia femenina con la virtud adquiere
gran prominencia en la cultura estadounidense. La imagen y el ideal de la abs
tinencia, como parte de una economia mas general de la discrecion y el auto
control, sirven para asignar a las mujeres un estatus social y moral mas alto: “ Al
elevar el control sexual al primer puesto entre las virtudes humanas, los mora-
listas de clase media transfomian la castidad femenina en el arquetipo de la moral
humana’’.21Segun Nancy Cott, cuando los religiosos elevan a la mujer al estatus
mas alto de la escala moral, le arrebatan la sexualidad. Esa nueva ideologia re-
sulta util a las mujeres, pues la abstinencia y la pureza son el precio de la “ igual-
dad moral” ,.del “ poder y el respeto propio”.22 La autora demuestra que antes
90 • Por que duele el amor
del siglo x i x los hombres explotaban la libertad sexual femenina y que la impo-
sicion de la abstinencia llega para dotar a las mujeres de mayor poder e igualdad:
“La idea de que las mujeres carerian de motivaciones carnales representaba la
piedra angular de su superioridad moral, empleada para mejorar el estatus feme-
nino y multiplicar sus oportunidades”.23
Ahora bien, la reticencia sexual les daba motivo a las mujeres para rechazar
los avances de los hombres, pero no les permitia ser ellas quienes cortejaran,24
con lo cual el varon debia mostrarse mas activo y quedaba mas expuesto en el
proceso. Como vimos en el capkulo 2, la historiadora Ellen Rothman plantea
que para la mujer era muy arriesgado dejar ver sus sentimientos antes de que le
propusieran matrimonio: “Las mujeres esperaban hasta saber si sus sentimientos
eran correspondidos antes de admitir incluso en su fuero mtimo aquello que
sentian”.25 La autora subraya que era imperativo para toda mujer no ser la pri-
mera en manifestar las emociones. En efecto, “ eran pocas las mujeres dispuestas
a exponerse al rechazo de un amante”.26 Asi, ellas esperaban alguna prueba de
las intenciones que teman los hombres y de su carino. De hecho, esto ultimo,
o sea, la capacidad masculina de dar senales y pruebas de amor, revestia una
importancia primordial en la decision de casarse: “ Cuando un hombre propoma
matrimonio a una mujer, el requisito mas importante que debia cumplir era el
del amor; cuando la mujer respondia, el amor era su primera consideracion”.27
Rothman afirma tambien que los hombres podian carecer de certeza en cuanto
a la aceptacion de la propuesta: “ Los varones se quejaban mas de que les respon-
dian las cartas con demasiada lentitud o brevedad”.28 Como iniciadores del
matrimonio, eran los mas vulnerables en la transaccion: debian demostrar la
pasion y la fuerza de sus sentimientos, pero a la vez debian ejercer el autocontrol
para protegerse de no quedar demasiado expuestos ante la posibilidad de un
rechazo.29 Si bien las mujeres estaban desprovistas de privilegios en casi todas las
esferas de la vida social, su posicion en el proceso de cortejo parece haber sido
firme, al menos en terminos de poder emocional, definido como la capacidad
de contener la manifestacion de los sentimientos y de obligar al hombre a reve
lar sus emociones, para luego tomar una decision en virtud de ello. Asimismo,
la autora agrega que los hombres, una vez que habian elegido, raramente fla-
queaban en su decision: “ El hombre casi no mostraba ambivalencia al perseguir
su objetivo, mientras que la mujer vacilaba y flaqueaba al dar los ultimos pasos
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 91
hacia el altar”.3" Rothman presenta una descripcion a grandes rasgos de los mo-
delos de cortejo existentes en los primeros anos de la republica estadounidense:
sientes que hay magia en el aire. Tu intuicion te dice que los dos sienten una
conexion unica y que podrian tener una relacion muy especial.
Entonces empiezan a pasar cada vez mas tiempo juntos y las “ salidas”
se hacen cada vez mas frecuentes. N o puedes evitarlo, sientes que estas
pasando el tiempo con algu ien que conoces mucho y hace anos. Cuando
estan juntos, no pueden sacarse las manos de encima. Y hasta les pasa que,
por la calle, la gente los frena para decirles que hacen una pareja peifecta.
La vida es maravillosa y, aunque sabes que es un poco pronto, empie
zas a sentir que podria ser lo que estabas buscando. Hay diversion, hay
pasion, hay romanticismo. Conversaciones increfules, risas, hasta chistes
internos.
Todo parece tan perfecto que no te resultaria imposible pasar el resto de
tu vida amorosa con el sin perder ese amor y esa conexion tan profunda.
Si bien sabes que es muy pronto para empezar a pensar “ de esa ma-
nera”, decides que definitivamente estas en condiciones de asumir una
relacion con compromiso. Lo deseas a el y a nadie mas. Y te gustaria que
este solamente contigo.
Pero la verdad es que no sabes exactamente como decirle lo que sientes
ni como averiguar si el siente lo mismo en serio. Aunque han dicho y
94 • Por que duele el amor
hechos tantas cosas juntos, han pasado tanto tiempo juntos que estas casi
segura de que siente lo mismo.
Por fin decides fingir que no te importa demasiado y ver que pasa,
pero con el correr de los dias, te encuentras deseando que el te diga algo
al respecto, imaginando el momento en que se atreva a compartir lo que
siente y te pida que seas “ de el” .
Sin que te des cuenta, pasan semanas enteras, y nada. De repente, han
pasado unos meses y empiezas a preguntarte que ocurre de verdad.
N o quiere decir que hayan dejado de divertirse, pero ^adonde van las
cosas? Sientes que se te Uena la cabeza de preguntas sin respuesta. ^Adonde
vamos con todo esto? ^El siente lo mismo? ^Por que no me pidio que
fuera su novia? ^Esta viendo a otras? ^Para el es solo un juego? ^Es posible
que no me tome tan en serio como yo a el?
iiiQ ue es lo que esta pasando???
Tuviste paciencia, pero ya te estas volviendo loca. Necesitas saber. D e
cides sacar el tema de la forma mas relajada que puedes, pero cuando
sacas el tema, parece que el “ no entiende”. Tal vez te contesta con un
par de frases varias, como: “iQ ue quieres decir? jApenas hace unos meses
que salimos!” o “ jTodo esta perfecto asi como esta ahora!” O aun peor,
esquiva la conversacion, se calla la boca y se comporta como si t u estu-
vieras complicando las cosas.
Despues, pasan unos dias y el se pone cada vez mas distante, las cosas
cambian, definitivamente. Las llamadas son menos frecuentes, las charlas
parecen forzadas e incomodas...Y a la larga, se acaba todo y pasa lo “ im-
pensable”: el desaparece. El, que pareda tu pnncipe azul, de repente no
esta mas. Y lo unico que te queda es una sensacion de fno y vado en la
boca del estomago.40
Este texto con fines publicitarios reproduce algunos de los motivos “ basicos”
que estructuran el paisaje real y el paisaje imaginario de las relaciones entre
hombres y mujeres en la actualidad: que es dificil formar relaciones mtimas y
estables porque los hombres tienen una conducta emocional evasiva y rechazan
sistematicamente los intentos femeninos de comprometerse en una relacion a
largo plazo; que el deseo femenino de comprometerse con un varon es tan
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 95
plicacion del fenomeno consiste en que los hombres estan confundidos, ya que
el poder adquirido ultimamente por las mujeres desafia el rol masculino tradi-
cional. A sf los hombres se niegan a comprometerse porque temen que las
mujeres, con un poder cada vez mayor, amenacen su identidad masculina.
Las explicaciones mas psicoanalkicas sugieren que el miedo al compromiso
deriva de que la identidad de genero masculina se construye en oposicion a la
femenina. Asi, “ la identidad masculina nace de la renuncia a lo femenino, no
de la afirmacion directa de lo masculino, lo que deja a la identidad de genero
masculino en un estado tenue y fragil” .56 Segun esta perspectiva, inspirada en
los modelos psicodinamicos de la psiquis masculina en cuanto a la necesidad de
separarse de la madre, la identidad masculina se forja en oposicion a lo femenino
y a la necesidad de la depender de otros y compartir con ellos, lo que incapacita
al varon para generar o desear un vinculo mas duradero.
Sin embargo, entre el siglo xvm y mediados del siglo x i x , la sensibilidad era
prerrogativa tanto de los hombres como de las mujeres, aunque luego quedo
circunscrita a la esfera de lo femenino.57 Las mujeres asumieron la responsabili-
dad de cuidar, de sentir y expresar emociones orientadas a la formacion de re-
laciones estrechas y a su conservacion. En una de sus formulaciones mas lucidas
y famosas, Nancy Chodorow explico que las diferencias en la configuracion
emocional de hombres y mujeres provienen de la estructura de la celula familiar
moderna, en que las mujeres son responsables del cuidado de los ninos, por lo
cual las ninas crecen sin rupturas en la identificacion con la madre y se esfuerzan
durante toda su vida adulta para reproducir relaciones de fusion con otras per
sonas, mientras que los ninos se desarrollan con un sentido muy agudo de la
separacion y se esfuerzan por lograr la autonomia. Los varones aprenden a se
pararse, las ninas, a vincularse.58
Una variante mas polkica de esta explicacion consistina en afirmar que, en
sus relaciones futimas, hombres y mujeres ponen en acto las desigualdades ca-
ractensticas de sus vfuculos en la esfera social. Shulamith Firestone, por ejemplo,
sostiene que los hombres se valen de diversas estrategias para conservar el con
trol en las relaciones, como la reticencia al compromiso y la manifestacion de
conductas impredecibles (tal sena el caso de los hombres que dejan plantadas a
las mujeres, que no son claros en cuanto a las posibles salidas en el futuro o que
priorizan su trabajo). La autora afirma que “ la cultura (masculina) era (y sigue
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 99
social sobre las demas personas, del genero que sean, ejerciendo la dominacion
sexual de numerosas mujeres. En otras palabras, si la sexualidad constituye un
campo de lucha, entonces en las sociedades tradicionales los hombres poderosos
son claramente aquellos que la dominan, pues el poder masculino suele conver-
tirse en un mayor acceso sexual a una variedad mas amplia de mujeres. Como
senala Francis Fukuyama, “ el acceso ocasional [o sea, el sexo ocasional en el
marco del matrimonio] a mujeres multiples fue gozado por los poderosos, los
ricos, los hombres de alto estatus a traves de la historia”.66 Es decir que la sexua
lidad sigue siendo un reflejo del estatus socioeconomico y esta directamente
referida a el. De hecho, esas relaciones multiples con frecuencia suponen la
obligacion de mantener a las mujeres de diversos modos, ya sea casandose con
ellas o proporcionandoles ventajas economicas.
En el capkulo 2 se analiza como el impetu de la cultura consumista y de la
psicologia clmica en el siglo xx produjo una autonomizacion de la esfera sexual
con respecto a las normas morales y a los criterios formales de endogamia de
clase, ademas de originar el surgimiento de los campos sexuales. Los resultados
de este proceso son notables: el varon ya no necesita ser poderoso y dominante
para acceder sexualmente a las mujeres. Se trata de un acceso relativamente
independiente del poder socioeconomico. De hecho, los varones provenientes
de distintos niveles socioeconomicos pueden mantener relaciones sexuales con
una multiplicidad de mujeres sin tener que pagar, sin arriesgarse a la reprobacion
moral de sus pares y sin verse obligados a contraer matrimonio.67 En terminos
de Fukuyama, “ lo que cambio despues de los anos ‘50 fue que hubo muchos
hombres comunes que pudieron vivir las vidas de fantasia del hedonismo y de
la poligamia en serie antes reservadas a un pequeno grupo de la alta sociedad” .68
Ahora bien, hay tres motivos que podriamos barajar para dar cuenta de la
relacion estrecha entre la sexualidad y el estatus masculino. En la medida en que
la sexualidad antes se asociaba al estatus socioeconomico de los hombres pode-
rosos, conservo su vinculo con el poder y el estatus incluso cuando la conexion
se torno mas debil. La sexualidad acumulativa o en serie es atractiva para los
varones de todas las clases sociales porque, si el acceso a las mujeres esta restrin-
gido, funciona como simbolo de estatus masculino, del triunfo por sobre otr°s
varones. La validacion, el sentido de la competencia y el estatus de los hombres
se canalizaron en el ambito de la sexualidad. Entre los varones, la sexualidad era
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 103
con el poder masculino. Sin embargo, aunque las condiciones de los encuentros
romanticos se han sexualizado profundamente tanto para los varones como para
las mujeres, y aunque la sexualidad se ha transformado en un simbolo de estatus
para ambos generos, esa sexualizacion no ha seguido el mismo camino en uno
y otro caso. La antropologa Evelyn Blackwood senala que “ los hombres y las
mujeres se posicionan de distinto modo en relacion con la sexualidad”, en tanto
existen diferencias “ en la capacidad para controlar o nombrar los actos, para
exigir el derecho a realizar ciertas practicas, y para calificar a algunas practicas
como pemmisibles y a otras no” .72 Por su parte, el sociologo Randall Collins
describe este fenomeno como “ un sistema de estratificacion en virtud del
sexo”.” Esta diferencia entre hombres y mujeres se pronuncia en terminos de
estrategias sexuales, de modo que en adelante nos abocaremos a la exploracion
de las estrategias femeninas para la busqueda de pareja.
p0rque el hombre necesita controlar a sus hijos, su mujer, sus sirvientes y sus
tierras. En las sociedades patriarcales donde ese dominio masculino es cuestio-
nado (como la nuestra), los hombres no estan tan obligados a buscar la repro-
duccion biologica porque la familia ya no constituye un espacio tan importante
de dominacion y ejercicio de la autoridad. El principal imperativo cultural que
configura la masculinidad esta constituido por la autonom^a psicologica, la mo-
vilidad social ascendente y el exito economico en las organizaciones economi
cas. Por lo tanto, ahora son las mujeres quienes adoptan la funcion sociologica
de tener y al mismo tiempo desear hijos. En ese proceso, la ecologia y la arqui
tectura de la eleccion que conforman el marco de su accionar han sufrido un
cambio profundo. Mas espedficamente, los tiempos biologicos hoy juegan un
papel de gran importancia en la configuracion de las percepciones culturales feme-
ninas acerca del propio cuerpo y de las estrategias de formacion de pareja. Las
mujeres que optan por el matrimonio y los hijos (o la domesticidad hetero
sexual) como marco para la crianza de su descendencia se ven limitadas por una
percepcion de su propio cuerpo en tanto unidad biologica organizada en el
tiempo y por el tiempo. Existen dos factores que explican esa percepcion. Por
un lado, las pruebas demuestran que el acceso al mercado laboral y a la educa
tion superior provoca una postergacion del matrimonio y del embarazo entre
las mujeres con mayor nivel educativo (mientras que las mujeres con un nivel
educativo mas bajo posponen el matrimonio, pero no el embarazo).77 Dado que
las mujeres contemporaneas deciden ingresar en el mercado matrimonial mas
tarde que las de mediados del siglo xx, y puesto que las heterosexuales aun si-
guen optando por la maternidad en su gran mayoria, operan dentro de un mar-
gen temporal mucho mas limitado que el de otras mujeres antes de 1960.78
Parodiando a Heidegger, podriamos decir que las mujeres modernas de clase
media que ingresan en el mercado matrimonial no conciben al tiempo desde la
perspectiva privilegiada de la muerte, sino de la fertilidad. En el ambito del
amor, la finitud para las mujeres esta marcada por el horizonte del embarazo.
Por ejemplo, Catherine Townsend, una columnista del periodico ingles The
Independent que se especializa en cuestiones sexuales, escribe lo siguiente:
Ahora que acabo de cumplir los 30, estoy dispuesta a dedicar todas mis
travesuras salvajes en la cama a un solo hombre (muy afortunado) y
106 • Por que duele el amor
Por otro lado, esta percepcion mas aguda del tiempo se relaciona con el hecho
de que la industria de la belleza y la disponibilidad de datos sobre la “ estrecha”
ventana de oportunidad que tienen las mujeres para reproducirse abonan la
construccion del cuerpo femenino (mas que el masculino) como una unidad
definida por lo cronologico (y, en consecuencia, amenazada por el deterioro).
La gran incidencia del criterio de sensualidad y de los parametros de belleza cada
vez mas estrictos ha incrementado la importancia subjetiva de la juventud y, por
consiguiente, la conciencia acerca del propio envejecimiento, sobre todo entre
las mujeres. Mientras que, hasta el siglo x i x , una mujer “ mayor” (es decir, con
mas de 25 anos de edad) podria haber resultado deseable en funcion de las pro-
piedades o el dinero acumulado hasta entonces, los criterios actuales de sensua-
lidad, basados en la juventud y el aspecto fisico, generan una profunda
conciencia femenina sobre el proceso de envejecimiento y, por lo tanto, acen-
tuan la organizacion de la feminidad en tomo a la categona cultural del tiempo.
(De hecho, en la Europa premodema el 25% de los matrimonios estaban con-
formados por una mujer y un hombre menor que ella.)
Asi, la coyuntura actual deja a las mujeres en una situacion de desventaja
estructural: cuando ellas operan bajo la restriccion normativa del embarazo
(principalmente en el marco de una pareja heterosexual) y bajo la percepcion
de que los tiempos biologicos no son eternos, conciben la seleccion de pareja
como un proceso que se organiza en un marco temporal limitado. Esta percep
cion del tiempo, sobre todo cuando las mujeres tienen entre 30 y 50 anos, suele
generar una sensacion de que las opciones son mas reducidas, lo que a su vez
puede causar una mayor predisposicion a comprometerse mas rapido con algun
hombre. Como dice Bridget Jones, la treintanera que protagoniza la famosa
novela de Helen Fielding, “cuando las mujeres se deslizan de los 20 a los 30 [...]
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 107
Lo que subyace en esta invitacion a evitar las trampas del matrimonio, el apego
emocional y la responsabilidad es el supuesto de que a las mujeres les interesa
mas el compromiso y el matrimonio porque tienen un marco temporal mas
Hmitado.84 Los tiempos biologicos, en tanto categoria cultural de percepcion
que configura las elecciones individuales, constituyen una dimension funda-
niental de la arquitectura de la eleccion en el caso de las mujeres, es decir, del
mecanismo cognitivo y emocional mediante el cual toman sus decisiones. Esto
108 • Por que duele el amor
Todo esto ocurre porque, hoy en dia, los hombres dependen mas directa-
mente del mercado para la supervivencia economica y solo cuentan con sus
propios recursos en ese ambito, con lo cual dependen menos de la riqueza y
las propiedades acumuladas por su potencial esposa. Ahora bien, si los hombres
pueden seleccionar mujeres de menor edad, menor riqueza y menor nivel
educativo, eso implica sencillamente que el grupo demografico del cual pue
den elegir es mucho mas numeroso. La combinacion de estos fenomenos ge
nera una discrepancia en el tamano de los grupos demograficos disponibles para
cada uno de los sexos. Por consiguiente, las mujeres con un nivel educativo
elevado deben elegir entre una cantidad menor de hombres.92
Ahora bien, esto senalana que el miedo al compromiso se relaciona con
aquellas transformaciones fundamentals en la ecologia de la eleccion que per-
miten a los hombres controlar las condiciones de la negociacion sexual. En
efecto, el mayor acceso masculino a una cantidad mas elevada de mujeres, el
desplazamiento a la estrategia sexual acumulativa como simbolo de estatus, la
discrepancia en el tamano de los grupos demograficos disponibles para hombres
y mujeres en virtud de las diferencias en sus estrategias homogamicas y las di-
versas limitaciones cognitivas provocadas por la categoria de tiempo implican
que los hombres tienen la posibilidad de elegir entre muchas mas parejas poten-
ciales que las mujeres y que hoy en dia toman sus decisiones en condiciones de
mayor abundancia en la oferta que las mujeres. En otras palabras, podriamos
afirmar que los hombres son mas proclives a ver el mercado matrimonial como
un mercado sexual y tienden a permanecer mas tiempo en dicho mercado,
mientras que las mujeres tienden a concebir el mercado sexual como un mer
cado matrimonial y a permanecer menos tiempo.
A continuacion, analizare mas minuciosamente los modos en que el tamano
objetivo y subjetivo del grupo demografico disponible para hombres y para
mujeres se relaciona con el miedo al compromiso, haciendo referencia a aque-
llo que he definido como la arquitectura de la eleccion, es decir, como se con-
cibe la eleccion misma.
Entrevistadora: ^Hay algo del perfil virtual de las mujeres que le pueda
causar rechazo y que lo haga descartar a una chica que a simple vista le
hubiera gustado?
Simon: La verdad, si escriben que quieren una relacion seria, eso me
causana rechazo. Esas mujeres me parecen estupidas. Uno sabe que son
faciles de manipular. Una mujer que busca algo “ serio” ya esta entregada.
E ntonces te interesa menos.
Entrevistadora: ^Conoce muchas mujeres de ese tipo?
Simon: SL MucHsimas.
que esa mujer pertenece a tal clase y evita que el hombre en cuestion se sienta
atrado por ella o se enamore de ella. De hecho, obstruye la capacidad del hom
bre para valorarla porque la mujer “ seria” carece de valor en tanto no exige que
el hombre ejecute y demuestre su estatus sexual poniendolo en acto. En este
sentido, la desvalorizacion se vincula con que dominarla no implicana una vic
toria en la competencia con otros hombres dentro del campo sexual. Es decir,
si la sexualidad es un campo de lucha, los hombres solo pueden ganar estatus y
prestigio cuando logran demostrarse a si mismos y demostrar a los demas que
han derrotado a otros hombres. La mujer “ seria” no representa una victoria en
ese campo ni requiere el ejercicio performativo de la masculinidad. Como
ejemplo de esto, cabe citar el siguiente texto, tomado de un foro virtual:
Creo que las personas de ambos sexos muchas veces sienten atraccion por
otras personas que no estan interesadas en ellas. Alguien que no te desea
es irresistible. Muchas veces, cuando se que le gusto a una chica, deja de
interesarme (Tom, 26, Nueva York).96
Los hombres como Tom y Simon se comportan de manera tal que parece que
estuvieran en un mercado en el que la oferta de amor supera a la demanda y, por
lo tanto, se genera un desequilibrio a priori, que a su vez los obliga a haUar el modo
de distanciarse. Como veremos mas adelante, la distancia y el desapego constituyen
dos factores clave del estilo emocional masculino en la interaccion con las mujeres.
Daniel tiene 50 anos y trabaja en una universidad israeli, pero vivio muchos
anos en Estados Unidos. En general, muestra una postura de extrema izquierda
en cuanto a diversos temas y se autoproclama feminista. Es un hombre divor-
ciado con altos ingresos que tiene dos hijos y una carrera profesional muy exi-
tosa. El mismo admite que tuvo un buen matrimonio con una mujer con la que
conserva una relacion fuerte. Sin embargo, poco despues de cumplir los 40
anos, sintio el impulso de dejar a su esposa y a sus hijos al enamorarse de otra
mujer, a quien luego abandono por otra, que a su vez tambien dejo.
La primera pregunta que le hice fue la siguiente:
Daniel: Toda mi vida gira en torno al amor. Toda mi vida gira en torno
al amor. Punto. Es el centro mismo de mi vida. Todo el resto de mi vida
gira en torno a eso. En los ultimos anos, hasta llegue a entender cada vez
mejor que incluso detras de mi trabajo siempre hay alguna musa, alguna
mujer. Me paso todo el dia pensando en el amor. Soy un romantico
perdido... Me la paso metido en el tema del amor.
flor si le falta esa experiencia, pero aqm el amor y su exaltacion no derivan del
compromiso firme con una sola persona, sino de aquello que los especialistas en
consumo han denominado “ impulso de la variedad”,97 o sea, de la multiplicidad
de opciones en un mercado de posibilidades y de la excitacion emocional co-
rrespondiente al comienzo de toda relacion. Al igual que Simon, Daniel esta
inmerso en un mercado en el que existe una oferta sexual enorme en el sentido
economico, pues cuenta con muchisimas opciones distintas. Por lo tanto, aqm
se podria conjeturar que ambos expresan la necesidad de distancia: mientras que
el primero no tolera el interes a priori de las mujeres en una relacion compro-
metida, el otro no soporta una manifestacion de cercama que atraviesa los lmii-
tes impuestos y conocidos solo por el mismo.
Ahora bien, estos casos no representan el miedo a la intimidad, entendida
como una relacion estrecha, tal como lo describe la psicologia popular (y no
tantoV8 Los dos hombres expresan un intento estrategico de mantener cierta
distancia con las respectivas mujeres creando una barrera emocional porque las
mujeres son mucho mas propensas a desear el compromiso y la exclusividad que
los hombres. Las mujeres se muestran mas disponibles emocional y sexualmente
que los hombres, lo que a su vez genera que los hombres (de estatus socioeco-
nomico equivalente o superior al de ellas) puedan controlar mejor las condicio-
nes emocionales del encuentro. En terminos economicos, podnamos decir que,
dentro de un mercado basicamente controlado por los varones mediante la
posesion de los recursos economicos, si una mujer entrega sexo sin pedir nada
a cambio y manifiesta su deseo a priori de comprometerse, esta entregando de-
masiado. La esfera emocional femenina es dominada por los hombres mediante
una relacion de oferta y demanda emocional, de abundancia y escasez de senti-
mientos: cuando existe una oferta elevada de determinado bien, esta genera una
abundancia de opciones para elegir, acompanada a su vez por el problema de la
jerarquizacion, la construccion de preferencias y la asignacion de valor. En cam
bio, la escasez posibilita una asignacion de valor casi inmediata. La abundancia
es lo que permite que Daniel viva la experiencia de la variedad, que abandone
un matrimonio hasta entonces perfectamente constituido para redirigir sus fan
tasias a una cantidad mayor de mujeres. El problema radica en que los diversos
objetos de su deseo comienzan a perder valor en virtud de la disponibilidad que
los caracteriza y de la cantidad que suman, pues el valor deriva de la capacidad
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 115
para ordenar y jerarquizar, lo que resulta mas dificil si hay demasiadas opciones
disponibles que no presentan diferencias significativas. La escasez constituye
precisamente el proceso social mediante el cual un objeto o una persona pueden
adquirir valor: “ La escasez implica que las personas quieren mas que lo que hay
disponible”.99 Y, a la inversa, tambien implica que, cuando la oferta de objetos
supera a la demanda, disminuye el deseo de poseer esos objetos.
Lo que caracteriza a las declaraciones de ambos hombres es la ecuacion im-
plicita entre el deseo y la distancia. A mi juicio, la combinacion cultural de
excitacion erotica, creacion de lmiites y distanciamiento exhibida en todos estos
casos constituye un mecanismo para hallar un punto intermedio entre la abun-
dancia y la escasez. Aunque es posible que estemos exagerando un poco el
contraste, podemos afirmar que, mientras el problema de los hombres y las
mujeres de la era premoderna consistia en encontrar a alguien con un valor que
coincidiera con el propio, determinado de modo relativamente objetivo (me
diante el linaje fa^miliar, el estatus, la riqueza, etcetera), en la actualidad, frente a
la abundancia de opciones, el deseo subjetivo se ve afectado por el problema
economico y emocional de elegir un solo objeto que tenga valor y por el pro
blema (para el individuo mismo) de evaluar y crear ese valor, lo que dotana a la
escasez de una importancia central en la constitucion del deseo. En ese sentido,
el deseo adquiere caracter economico, pues reviste ciertos rasgos de la cuestion
economica del valor y de los mecanismos cuasi economicos para la creacion de
valor. La naturaleza misma del deseo romantico ha pasado entonces a ser de ca
racter economico, en tanto este se asocia estrechamente con la dinamica de la
escasez como modo de asignar valor.
Analicemos otro ejemplo. En este caso, se trata de un hombre de 55 anos,
con nivel educativo muy elevado, que esta divorciado y tiene un hijo. A lo
largo de la entrevista, fue enumerando sus diversas relaciones:
asb Creo que siempre permito que ellas corten conmigo. Al menos esa
es la historia que me cuento. Creo que es bastante cercana a la realidad.
No se si las dejo que corten conmigo, pero siempre termina porque yo
no puedo ofrecer m as... Ellas quenan vivir conmigo, compartir las cuen-
tas bancarias, la cama, los libros, conmigo, pero yo no podia.
Entrevistadora: O sea que estas mujeres lo deseaban mas que usted a ellas.
Steven: Absolutamente, siempre quenan mas de lo que yo podia ofrecer.
Entrevistadora: ^Le gusta saber que ellas lo deseaban mas que usted a eUas?
Steven: Es una mezcla. Porque hay que saber manejar tantas demandas.
Pero es verdad que te da una sensacion de poder. El que es mas deseado
tiene mas poder.
Entrevistadora: ^Por eso usted no quena mas de ellas? ^Para tener el poder?
Steven: Puede ser, pero no se si era muy consciente o calculado.
Este dialogo articula algunos de los factores que ya analizamos. El relato de este
hombre contiene elementos de sexualidad acumulativa y abundancia, en dos
sentidos: la oferta de mujeres era abundante y tambien se trataba de personas
que le entregaban su afecto y su amor en abundancia, como una suerte de su-
peravit, es decir, en exceso con respecto a lo que el demandaba. De hecho,
como senala el propio protagonista, las mujeres siempre “ deseaban” mas de lo
que el estaba dispuesto a darles. De acuerdo con su percepcion del asunto, tenia
que lidiar todo el tiempo con esa sobreoferta femenina de afecto y necesidad.
Aqm, el deseo se incorpora en una perspectiva economica de las emociones,
segun la cual el valor disminuye por la sobreoferta y aumenta por la escasez. El
punto es que la libertad sexual genera abundancia, lo que a su vez desata el
problema de la asignacion de valor al objeto del deseo. Solo un objeto valioso
funciona como marca del triunfo en la competencia con otros hombres. La si-
tuacion actual de encuentro entre hombres y mujeres esta caracterizada por la
abundancia de opciones sexuales para unos y otras, pero la funcion reproductiva
de las mujeres las impulsa a finalizar la busqueda antes, mientras que los varones
no tienen ningun incentivo claro de indole cultural o economica para poner fin
a esa busqueda. Las estrategias de evasion que implementan todos estos hombres
no son smtomas de patologias psiquicas, sino que constituyen un intento estra-
tegico de generar escasez y, por lo tanto, valor, en un mercado en el que no
118 • Por que duele el amor
pueden asignar valor porque existe una sobreoferta sexual y emocional feme-
nina, y ellos controlan el campo sexual. En El diario de BridgetJones encontramos
una fuente inagotable de cliches sobre el universo actual de las relaciones entre
los sexos:
En una reflexion sobre la cultura consumista, Russell Belk y sus colegas plan-
tean que lo que da forma a nuestros deseos es la “ escasez o la inaccesibilidad de
los diversos objetos de deseo posibles” .101 Con una clara referencia a Georg
Simmel, simbolo de la sociologia clasica, argumentan que “ deseamos con mas
fervor esos objetos que nos fascinan y que no podemos obtener enseguida. La
distancia del objeto o la resistencia frente a nuestro deseo lo intensifican”.102 Si
bien es posible que una parte del deseo humano se encuentre estructurada uni-
versalmente por ese principio de la escasez, esta escasez se transforma en un
rasgo prominente del deseo cuando la abundancia interfiere con el problema de
la asignacion de valor y cuando la competencia estructura al deseo. Tomemos
otro ejemplo. Gerald tiene 46 anos y es escritor, periodista y poeta. Durante la
entrevista, hablo sobre la relacion intensa que habia mantenido con una mujer
que, a su vez, tenia varias aventuras sexuales en paralelo y se lo habia contado:
Gerald: Me dolia mucho que ella tuviera todas esas aventuras sexuales,
pero al mismo tiempo eso la volvia mas deseable, porque yo tenia que
ponerme a prueba todo el tiempo, nada se daba por sentado, y ademas,
yo quena creer... No, en realidad creia que yo era el que mas le gustaba,
con el que mas comprometida estaba.
Entrevistadora: O sea, justed sentia que competia con los otros hombres
que salian con ella?
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 119
Gerald: Absolutamente, todo el tiempo, eso era dificil, pero a la vez mas
excitante, porque ella asi era mas dificil; por lo tanto, de alguna manera,
vafia mas, porque yo senfia que nunca habia sido del todo mia.
Entrevistadora: ^Cree que hay alguna mujer que podna haberlo impulsado
a preferir la monogamia? Se lo pregunto porque me acaba de decir que
no sabe si existe la mujer que lo pueda convertir en monogamo.
Ronald: Que pregunta dificil. Creo que si conociera una mujer como yo,
que no buscara una relacion exclusiva, que acumulara hombres como yo
acumulo mujeres, entonces, mmmhhh... Creo que me intrigana lo su-
ficiente como para querer estar solo con eUa.
Estas descripciones arrojan luz sobre los motivos para que un libro tan criticado
y ridiculizado como el manual lAs reglas deljuego, de 1995, haya tenido un exito
tan arrollador y se haya transformado en una suerte de fenomeno cultural, con
mas de dos millones de ejemplares vendidos. Lo que este manual pretende en-
senar es precisamente el arte de generar y mantener fimites frente a una situa-
cion estructural en la que los hombres controlan el encuentro heterosexual. De
acuerdo con las ensenanzas y predicas del manual, las mujeres deben ser exper-
tas en poner distancia para crear escasez y, por lo tanto, adquirir valor. Algunas
de las reglas que se proponen son las siguientes:•
Querido Jeff: Hace un ano y medio que salgo con una chica, pero hace
poco empece a dudar y no puedo dejar de pensar en eso. Yo vengo de
una familia de padres separados y me parece que tengo demasiados pro-
blemas sin resolver y que al final me estan afectando. Mi problema es que
tengo dudas y miedo y a veces pienso que no puedo seguir, pero cuando
estoy con ella me siento mas contento y no pienso tanto en esas cosas. A
pesar de todo esto, sigo sintiendo que ella me importa y, por mas que
cambie mi humor, aunque este de buen o mal humor, ella me importa
mucho y la amo.
Me la imagino conmigo en el futuro, pero en este momento, esos
pensamientos recurrentes hacen que me cueste ser optimista. Si ya cono-
El miedo al compromiso y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 121
ces casos asi o tienes algun consejo que me pueda ayudar, ayudame,
porque no quiero cortar con ella.
Respuesta deJelf
En esta seccion de preguntas y respuestas casi nunca le digo a nadie lo
que debe hacer, pero en este caso, no puedo resistirme. iQ u e d a t e c o n
e s a m u j e r ! ^Por que lo digo? Porque tus motivos para cortar la relacion
tienen que ver con el miedo y con temas del pasado [...]. Toda persona
que acepta formar una relacion estable y monogama, o un compromiso,
o un matrimonio, inevitablemente empieza a cuestionarse si su pareja es
la mejor persona que pueda conocer. Es natural preguntarse si a mitad de
camino uno no va a conocer a alguien que pueda ser mejor que su actual pareja
(enfasis de la autora).1115
Las siguientes fueron algunas de las respuestas que publicaron otros usuarios:
vas” ,111 ni con la capacidad de saber lo que vamos a sentir, debido a los sesgos
cognitivos, es decir, a los errores sistematicos de pensamiento (como el sesgo de
la empada o el sesgo del impacto).
A continuacion, tomamos como ejemplo el caso de Eugene, un hombre
divorciado de 54 anos de edad que tuvo una relacion de dos anos con Suzanna,
de 38:
Este hombre no puede tomar una decision, a pesar de haber realizado un largo
proceso de introspeccion, lo que paralizo su voluntad al mismo tiempo que
activo su capacidad racional de evaluar situaciones. Cabe citar aqm las palabras
del poeta Theodore Roethke, tal como las recuerda el psicologo Timothy Wil
son: “ La contemplacion de si mismo es una maldicion/ Que empeora cualquier
vieja confusion” .112 Eugene esta esperando una suerte de revelacion emocional
que no puede lograr mediante la introspeccion racional porque el yo no es una
entidad “ dura”, fija y cognoscible con contenido y bordes bien delimitados. En
realidad, se trata de una entidad social y pragmatica, que constantemente se ve
transfigurada por las circunstancias y por el accionar de los otros. Al efectuar
una introspeccion, intentamos descubrir deseos o necesidades de caracter fijo,
pero esos deseos y esas necesidades estan en un proceso constante de transfor-
niacion en respuesta a las situaciones. Por ello, la introspeccion interfiere con la
128 • Por que duele el amor
embargo, la creacion de las condiciones reflexivas sobre las que se funda tal
decision podria ser incompatible con el compromiso en s^ mismo (o al menos
no estar necesariamente vinculada con el), puesto que este ultimo deriva de una
estructura cognitiva y emocional diferente de aquella que es promovida por la
introspeccion y el autoconocimiento. Se ha comprobado que el concubinato
previo al matrimonio tiende a reducir de manera asimetrica el compromiso de
los varones con sus parejas,118 a asociarse con un grado menor de satisfaccion
matrimonial y a aumentar las probabilidades de divorcio.119
(d) El efecto mas significativo de la abundancia en el proceso de eleccion es
que la gran cantidad de opciones disponibles deriva en un fenomeno que el
economista Herbert Simon define como un desplazamiento de la satisfaccion
a la maximizacion. Los agentes que buscan satisfaccion se conforman con la
primera alternativa disponible que les resulta “ suficientemente buena” , 120
pero los agentes que buscan maximizacion pretenden encontrar la mejor al-
ternativa de todas. Se ha demostrado en varios experimentos que la mayor
abundancia de alternativas no simplifica la eleccion, sino que la complica,
debido precisamente a esto ultimo. Barry Schwartz plantea que uno de los me-
canismos centrales de la mentalidad “ maximizadora” reside en la prevision de
cierto arrepentimiento y en la sensacion de pagar aqueUo que en economia se
conoce como el “ costo de oportunidad”. La abundancia de alternativas genera
apafia porque el deseo de maximizar las opciones y la prevision de cierto arre-
pentimiento por las oportunidades perdidas121 afectan la energia de la voluntad
y a la capacidad de elegir.
A continuacion, tomamos como ejemplo el caso de Philippe, un matematico
de 48 anos que vive en Nueva York hace 25 anos:
Philippe: Bueno, por ejemplo, con una de ellas vrn dos anos, temamos
una relacion excelente, charlas muy interesantes, nos re^amos, viajabamos
juntos, cocinabamos, nos sentiamos muy comodos, pero cuando eUa em-
pezo a decir que queria tener hijos, tuve que preguntarme que sentia por
ella en serio, y no pod^a sentir esa especie de... “ jguau!” , ese sentimiento
que me imagino que uno debe sentir para tomar semejante decision.
Entrevistadora: que se refiere?
Philippe: A que debena sentir que es la mujer de mi vida, que tengo que
estar con ella o sere un infeliz, que es la mujer mas increible que puedo
conseguir, pero yo no podia sentir eso. Siempre sentia que, si no era ella,
iba a aparecer otra [risas], Tal vez me engano, pero siento que hay mu-
chisimas mujeres lindas e inteligentes que siempre me van a desear. Pero
lo triste de todo esto es que tambien creo que no existe esa mujer increi-
ble y unica que me haga perder la cabeza.
En este sentido, las promesas no son menos inestables que otras enuncia-
ciones; de hecho, lo son aun mas porque ademas estan caracterizadas por
una disyuncion temporal. El momento locutorio de la promesa es el
presente, pero la fuerza ilocutoria esta orientada hacia el futuro y es de
caracter eventual [...]; toda promesa asume la fecha en la cual se formula
y sin la cual careceria de validez.
senalan el sociologo Robert Bellah y sus colegas, “ el amor que nos debe man-
tener unidos esta arraigado en las vicisitudes de nuestra subjetividad” .132
El ideal de la autorrealizacion constituye una fuerza institucional y cultural
muy potente: es lo que impulsa a las personas a renunciar cuando el trabajo no
las satisface y a separarse cuando en su matrimonio no hay amor, a participar en
seminarios de meditacion, a dedicarles mucho tiempo y dinero a las vacaciones,
a consultar a un psicologo, etcetera. En esencia, presenta al yo como un blanco
en perpetuo movimiento, como algo que necesita ser descubierto o logrado.133
Por ejemplo, en una columna de opinion del New York Times, un hombre sol-
tero escribio lo siguiente sobre su decision de no entrar en el universo del
matrimonio y lo domestico: “Una de las cosas mas dificiles de contemplar es la
vida que no tuvimos, los caminos que no recorrimos, el potencial que dejamos
sin realizar”. 134 Asi, el ideal de la autorrealizacion trastoca y contradice la con
cepcion del yo como una entidad fija y constante, digna de valor precisamente
por esos rasgos. Autorrealizarse significa no comprometerse con ninguna iden-
tidad fija y, sobre todo, no comprometerse con un solo proyecto de desarrollo
del yo. En otras palabras, dicho ideal afecta la capacidad y el deseo mismos de
proyectarse en una lmea recta y continua.135 Quiza sea haciendose eco de este
ethos que Derrida plantea lo siguiente:
ciones sexuales, y puede ser que uno o los dos esten saliendo al mismo
tiempo con otras personas, sin considerar que haya “ infidelidad”, aunque
si eres tu tal vez te de un poco de culpa, o te enojes un poco si te enteras
de que el sale con otras, porque la relacion va cada vez mas en serio. Es
un termino que usan mucho las personas con fobia al compromiso. El
equivalente femenino es g t p . 139
Por ironicas que parezcan, estas definiciones indican una transformacion en los
modelos de conexion entre hombres y mujeres, pues dos elementos centrales
como lo eran la voluntad y el compromiso se han visto modificados por una
situacion de eleccion en la que el yo tiene ante si un gran numero de posibili-
dades y no puede proyectarse en una lmea recta continua que una al presente
con el futuro.
Para dar cuenta de la especificidad cultural que reviste este miedo al compro
miso, podriamos compararla con la decision de Kierkegaard al terminar su re
lacion con Regine Olsen. Sus motivaciones aun son objeto de debate: algunos
creen que tuvo que ver con su profunda vocacion religiosa; otros, que fue por
su depresion y su melancolia cronica, o la preocupacion de no poder hacerla
feliz. Al parecer, Kierkegaard estaba comprometido con una etica inflexible de
la autenticidad religiosa: temia que su matrimonio fuera una mentira porque
seria incapaz de compartir con su esposa muchos aspectos de su propia vida
interior. 14,1El tema de la eleccion no aparece en su decision de romper el com
promiso: no se pregunta si ella era la mejor opcion, si era la mujer de su vida ni
si era “ demasiado pronto para sentar cabeza” . En el caso de Kierkegaard, la
ruptura del compromiso constituye un modo de reafirmar la fuerza de su vo-
luntad, no la debilidad. Este ejemplo sirve para ilustrar las diferencias posibles
en el contenido cultural del “miedo al compromiso”, pues es factible que en
algunos casos no contenga como elemento la tematica de la “ eleccion”.
cada vez que apareria una nueva etapa del compromiso (cuando yo quise
empezar una relacion mas estable, cuando quise que vivieramos juntos,
cuando quise casarme y, aun despues, cuando quise tener hijos). Al final,
acepto el compromiso cuando nacio nuestro hijo, pero despues de un
tiempo a mi empezaron a molestarme algunas cuestiones, porque siempre
haHa sido la mas proactiva en la relacion. Al final, empece a dudar de
que me amara. Es un asunto que el necesita resolver en terapia, si real-
mente quiere, cosa que no se sabe. Hoy en dia, yo estoy yendo a terapia,
tratando de resolver mis asuntos. Y puede ser muy doloroso (y, en mi
caso, puede exacerbar las dudas propias) si una trata de fundar una rela-
cion estable con un hombre como el. En fin, esa es mi experiencia.
[Firma:] comprometida infeliz.147
nada a la busqueda de una pareja estable. Por ultimo, al final de su trabajo sobre
el amor moderno, Marguerite Fields plantea lo siguiente: “ Trate de pensar en
mi conversacion con Steven [sobre la resistencia a la monogamia, citada al prin-
cipio de este capitulo], trate de recordar que yo me habla propuesto activamente
practicar cierta forma de desapego al estilo zen, trate de recordar que nadie es
de mi propiedad ni yo soy propiedad de nadie”.151 Todos estos ejemplos mani-
fiestan que la sexualidad acumulativa femenina esta dominada, en ultima instan-
cia, por una sexualidad exclusivista. Las emociones y el deseo de compromiso,
en el caso de las mujeres, con frecuencia se encuentran inscritos a priori en su
estrategia para la formacion de pareja y, por lo tanto, ellas tienen mas probabi-
lidades de sentir deseos contradictorios, de adoptar estrategias emocionales con-
fusas y de ser dominadas por la mayor capacidad masculina para evitar el
compromiso mediante la sexualidad acumulativa.
Conclusion
La libertad no es un valor abstracto sino una practica cultural institucionalizada
que da forma a categorias tales como la voluntad, la eleccion, el deseo y las
emociones. La voluntad, a su vez, recibe la influencia de una estructura de li-
mitaciones subjetivas y objetivas, dentro de las cuales una de las mas importan-
tes en la modernidad es la libertad de eleccion. La arquitectura moderna de la
eleccion presupone la existencia de una gran cantidad de parejas potenciales
tanto para los hombres como para las mujeres, as! como la libertad de elegir
libremente esa pareja, sobre la base de la volicion y la emocion.
Sin embargo, las estrategias para la formacion de pareja y la correspondiente
arquitectura de la eleccion suponen diferencias en los modos de controlar el
desapego. Precisamente porque el escenario sexual se ha transformado en un
espacio de competencia que otorga estatus y capital erotico, y porque las tra-
yectorias de ese capital erotico toman distintas vias para hombres y mujeres, el
miedo masculino al compromiso se transforma en un problema cultural. Para
ilustrar que dicho miedo constituye la manifestacion de una arquitectura de la
eleccion culturalmente especifica se lo puede comparar con la siguiente fantasia
cultural, en la que tambien se evita el compromiso: Isadora Wing, la protago-
nista de Miedo a volar, una novela publicada por EricaJong en 1974, habla sobre
la “jodienda descremallerada” , que tiene significados culturales muy distintos:
El miedo al compromise y la nueva arquitectura de las elecciones amorosas • 145
La demanda de reconocimiento:
El amor y la vulnerabilidad del yo
Tuyo soy, es cierto, por la fuerza del amor y eternamente llevare con
gusto tales lazos, mas por la suerte de las armas me perteneces pues a mis
pies caiste, mi magmfica amazona, cuando chocaron nuestras lanzas, que
no fui yo el vencido, sino tu.
Aquiles a Pentesilea en Heinrich von Kleist,
Penthesilea2
Yo soy una cosa (consciente) que piensa, esto es, una cosa que duda,
afirma, niega, que sabe poco e ignora mucho, [que ama y odia], que
desea, que rechaza y aun que imagina y siente. Porque, en efecto, he
comprobado que por mas que lo que siento y lo que imagino no tenga
quizas existencia fuera de mi [y de si mismo], estoy seguro, sin embargo,
de que estos modos de pensar que llamo sentimientos e imaginaciones,
existen en mi en tanto son solamente modos de pensar.3
lo explica con una iroma magistral: “ Una persona que se halla inflamada de
deseo siente por lo menos un carino momentaneo y una estima momentanea
por [...] quien es objeto de aquel, y al mismo tiempo se lo imagina mas her-
moso que de ordinario”.9 Por su parte, Simon Blackburn senala que “ [l]os
amantes no son ciegos en un sentido literal. Si ven la celulitis, las verrugas y la
bizquera del otro, pero lo extrano es que no les importan y que pueden llegar
a encontrarlos encantadores” .10 Tal capacidad de indulgencia es inherente al
amor y causa que el objeto amado se valore mas a si mismo (al menos tempo-
rariamente). A Freud tambien le llamaba la atencion que el fenomeno erotico
estuviera caracterizado por un modo de evaluacion tan peculiar, como se ob-
serva en la siguiente cita:
bilidad, y lleva a que la persona se sienta unica y aumente el sentido del valor
propio.
El incremento de la autoestima que implica el amor (tanto por amar a la otra
persona como por sentir que nos aman de modo acritico) sena entonces un
elemento central de dicho sentimiento, en una gran variedad de contextos so-
ciohistoricos. Sin embargo, considero que el sentido de valor propio que pro-
porcionan las relaciones amorosas en la modernidad reviste una importancia
particular y muy marcada, precisamente porque en el individualismo contem-
poraneo lo que se encuentra en juego es la dificultad para establecer nuestro
valor como personas y porque han aumentado en gran medida las presiones
sobre los individuos para diferenciarse de los demas y sentirse unicos. En otras
palabras, sea cual fuere el grado de validacion subjetiva que proporcionaba el
amor en el pasado, esta no cumplia un rol social ni sustitma al reconocimiento
social (salvo en los casos de movilidad ascendente, cuando la persona se casaba
con alguien de una clase mas alta). En efecto, el reconocimiento amoroso tenia
un caracter sociologico menos pronunciado.
A mi juicio, la estructura misma del reconocimiento se ha visto transformada
en los vmculos romanticos de la modernidad. Es mas, dicho reconocimiento
presenta un alcance mas amplio y profundo que nunca antes.
ensenaba a andar en bicicleta con elegancia, se les indicaba que comida y que
vin0 servir para recibir visitas, que flores poner en la mesa y cuando hacer una
reverencia.
En esa epoca, muchos de los libros con consejos (cuando no la mayona) se
ocupaban de los codigos de genero y de clase en el ambito de las relaciones
romanticas porque apuntaban principalmente a colaborar con el cortejo, cuyo
exito por lo general dependia de la capacidad para adoptar dichos codigos. A sf
eran publicaciones que ofrerian codigos rituales de reconocimiento, pero se
trataba de un reconocimiento que solo podia otorgarse a la persona si ella estaba
en condiciones de poner en acto una serie de normas de conducta acerca de lo
que debia y lo que no debia hacerse, que sobre todo confirmaban la pertenen-
cia de clase y la identidad de genero de ambas partes. Honrar al yo de otra
persona era producir senales que reconocieran y confirmaran la clase social y el
genero, tanto propios como ajenos, mientras que ofender a la otra persona
equivaHa, en palabras del sociologo Luc Boltanski, a ofender su grandeur, es
decir, su importancia y su rango en la escala social.14
En cambio, los libros actuales de autoayuda sobre las relaciones amorosas
presentan gran cantidad de contenidos diferentes. Por ejemplo, el primer capi-
tulo del libro Dating for Dummies [Busqueda de pareja para dummies] 15 se titula
“Who am I?” [“ ^Quien soy yo?”] y tiene subtmilos como “Being Self-Confi
dent” [“ Como tenerse confianza”] y “ Finding Out What Makes You Tick”
[“ Como averiguar que te excita”]. El libro Mars and Venus on a Date [Marte y
Venus salen juntos]16 contiene secciones como “The Dynamics o f Male and Fe
male Desire” [“La dinamica del deseo masculino y femenino”], “Acknowledge
Men and Adore Women” [“ Reconoce a los hombres y adora a las mujeres”] y
“Uncertainty” [“ La incertidumbre”], mientras que el libro Date... or Soul Mate?
[Pareja de un d^a o de por vida]7 contiene capkulos como “ Know Yourself’
[“ Conozcase a usted mismo”] y “The Powerful Impact o f Emotional Health”
[“ El potente impacto de la salud emocional”]. En todos estos manuales contem-
poraneos se ha desplazado el centro de gravedad de las recomendaciones para el
cortejo: ya no se refieren a las convenciones (de la clase media) sobre el decoro,
ni siquiera a las normas codificadas de conducta segun el genero y el sexo, sino
que se concentran en un yo independiente del rango social y definido por su
interioridad y sus emociones. Es mas, lo que se encuentra en juego para hom-
La demanda de reconocimiento: El amor y la vulnerabilidad del yo • 153
siguiente: “ N o espero que me ames, no soy digna de tu amor. Siento que eres
superior, pero, para mi sorpresa, o mas bien para mi felicidad, has dejado entre-
_ •
ver pasiones que yo ya no cm'a vivas en ..tu corazon
f »».31
En estas declaraciones, las mujeres ponen de manifiesto su inferioridad, pero
no se trata de una inferioridad frente al hombre que las ama espedficamente,
sino frente a los ideales de naturaleza moral sobre el caracter. Esto se ve refor-
zado por la observaciOn de que los hombres tambien expresan dudas respecto
de su propio valor, aunque de modo menos frecuente y caracteristico. Por
ejemplo, Harry Sedgwick, que integraba la elite bostoniana, se comprometiO
con Jane Minot. Durante un periodo de diecisiete meses en el que estuvieron
separados, intercambiaron una correspondencia abundante. De acuerdo con
Rothman, “ un tema constante en el intercambio era el (poco) valor de Harry
como pareja deJane en terminos espirituales, intelectuales y profesionales [...] .
Hacia el final del invierno, Harry atravesO una breve crisis de confianza: ‘Ojala
pudiera ver el destino’, le escribiO a su amada, ‘sOlo para saber una cosa: si al-
guna vez dejare de merecerte y perdere tu-estima"'.32
Ahora bien, a partir de estas formas de autodesvalorizaciOn podemos inferir
algunas cuestiones. Por empezar, suponen que los agentes cuentan con meca-
nismos “ objetivos” para evaluarse. Lo que se pone en escena es la propia capa-
cidad para mirarse con ojos ajenos y someterse a criterios objetivos de valor, es
decir, a criterios comunes y compartidos por hombres y mujeres. Es mas, resulta
muy posible que se este poniendo en escena al mismo tiempo la capacidad de
autocritica (que permite exhibir el propio caracter) y la capacidad de construc-
cion de vmculos de intimidad mediante la revelaciOn de los defectos que el otro
no ve. Al demostrar tal capacidad para sostener un ideal de caracter y criticar el
propio yo en nombre de dicho ideal, estos hombres y mujeres manifiestan un
yo que no necesita lo que actualmente llamariamos “ contenciOn emocional” ni
“validaciOn” . Se trata de un yo que puede efectuar su propia autoevaluaciOn y
que no obtiene su sentido del valor individual a partir del “ ser validado” por el
otro, sino a partir de ser sometido a estandares morales y ser mejorado para al-
canzar dichos estandares. Es evidente que esos ritos de desvalorizaciOn invitan
a otros modos igualmente rituales de la objeciOn por parte de la otra persona,
pero no funcionan como pedidos de “validaciOn” sino como “ pruebas” del
c°mpromiso y la resistencia en el hombre. Lo que esta en juego aqm no es el
158 • Por que duele el amor
del valor propio en una era en que el valor social es incierto y se encuentra
sujeto a un proceso constante de negociacion. Cabe preguntarse entonces por
que sucede esto. ^Por que el amor es capaz de lograr lo que otros sentimientos
no logran tan bien? Para ello, se me ocurre una explicacion posible.
Combinando las reflexiones de Emile Durkheim y Erving Goffiman, Randall
Collins39 sostiene que las interacciones sociales funcionan como ritos que gene-
ran enemas emocionales aptas para vincular o separar a los actores. Dichas
energias se intercambian en un mercado cuya base la constituyen las negocia-
ciones emocionales (mas que las cognitivas). El objetivo de ese intercambio
social es maximizar las energias emocionales. La acumulacion de ritos de inte
raccion que cumplen su fin genera una energia emocional que se transforma a
su vez en una suerte de recurso pasible de ser capitalizado, en una manera de
dominar a los otros y de acumular aun mas capital social. Las emociones, y en
particular la energia emocional, se convierten en la fuente de una cadena de
ritos de interaccion, que a su vez puede capitalizarse en otros dominios no ne-
cesariamente emocionales. La energia emocional que se acumula en ambitos
puramente “ sociales” (como la familia o las amistades) puede transportarse o
trasladarse, por asi decirlo, a otros dominios, como el ambito economico. Ask
lo que Collins denomina “ energia emocional” en realidad es un efecto del re
conocimiento materializado adecuadamente: el reconocimiento que se acumula
en ciertos ambitos se traslada luego a otros. Aunque el autor no se pregunta si
algunos actos rituales de interaccion son mas importantes que otros o generan
mas “ energia”, considero que el amor constituye un eslabon central (y, para
algunas personas, el eslabon central) en esa larga cadena de interacciones. Es
decir que, en la modernidad, el amor romantico representa un elemento fun
damental en el orden del reconocimiento mediante el que se atribuye valor
social a las personas a traves de las cadenas de ritos de interaccion. Esto se debe
a que el amor constituye la manera mas intensa y completa de producir energia
emocional, efecto del enaltecimiento del propio ego que induce dicho senti-
miento. En este sentido, podemos observar los siguientes ejemplos:
Talia tiene 42 anos y dos hijos. Es una profesora universitaria que trabaja en
una universidad importante de la costa oeste estadounidense. Luego de que me
contara la historia de su ruptura con un hombre con el que habia mantenido
una relacion extramatrimonial, mantuvimos el siguiente dialogo:
162 • Por que duele el amor
Talia: Me dolio mucho, ^sabe? Pase mucha angustia, pero siento que
tambien me lleve cosas muy importantes de esa relacion.
Entrevistadora: iQue cosas?
Talia: El era... Bueno, el es un academico muy famoso. Todos lo admiran
mucho. Antes de conocerlo, yo me sentia invisible, insignificante, sentia
que nadie me prestaba atencion. Siempre sentia que era la mas estupida
de todas las personas que estaban en el lugar, pero cuando el me eligio,
cuando tuvimos nuestro romance, sentia que me habia transformado en
alguien muy especial. Me sentia mas inteligente, literalmente. Me atrevia
a acercarme a ciertas personas con las que nunca me hubiera animado a
hablar. Podia hablar con esas personas y sentir que eramos pares. Incluso
ahora que la relacion termino, siento que aprendi algo importante sobre
ml, porque si el pudo pensar que yo era especial, entonces yo me pude
sentir especial. Empece a tenerle menos miedo a la gente.
Entrevistadora: ^Por haber recibido el amor de el?
Talia: Si, por haber recibido el amor de el. En realidad, bueno, no se si
el me amaba. A veces me sentia amada y a veces no estaba tan segura,
pero si me sentia deseada, estoy segura de que me deseaba terriblemente.
Asi que, si, fue porque el me deseaba.
nes no son como un contrato. [Lo dificil] en el d^a a dia es cuando pierdo
la confianza de estar recibiendo el amor que busco.
Entrevistadora: iQue puede hacerlo sentir as^?
Daniel: N o recibir las senales que espero, las senales que indican que me
aman. Por ejemplo, ella me mando un mensaje de texto por celular en
el que expresaba su preocupacion por mi. Eso me puso muy contento.
Entonces le mande un mensaje yo para que me contara como vema su
dia. Me dijo “ O K ” y despues, por la noche, recibo un mensaje de correo
electronico que dice: “Tengo invitados. Hablamos manana. Que descan-
ses” . Y eso me descoloca. Despues analice todo palabra por palabra y
trate de evaluarlo [...]. Estas cosas me pueden hacer Uorar. N o me son
indiferentes.
El gran riesgo [en el amor] es, por supuesto, el rechazo. Todos podemos
tolerar que no caigamos bien aqm o alla, porque hay un numero casi
infinito de personas a las que potencialmente les gustamos. Pero exponer
todo tu ser, no solo la superficie agradable, y que te rechacen, puede
implicar un dolor catastrofico. La perspectiva del dolor en general, el
dolor de la perdida, de una ruptura, de la muerte, es lo que hace tan ten-
tador evitar el amor y quedarse en la seguridad que nos brinda el mundo
del agradar.49
Por su parte, en el blog de la revista Glamour, una mujer relata que separarse de
su novio fue como meter “ el corazon en una licuadora” y que le llevo “ meses
(si no anos) superar completamente la ruptura con el” . Las amigas la ayudaban
a calmar la angustia diciendole que “ era una mujer increible, dando[le] de
comer mucho chocolate y mirando [con ella] peliculas cursis una tras otra” .
La reaccion de las amigas corresponde tipicamente a la intuicion tan difundida
La demanda de reconocimiento: El amor y la vulnerabilidad del yo • 169
de que las rupturas amorosas amenazan el sentido mas basico del valor propio y
los cimientos mismos de la seguridad ontologica. Esto se confirma en los estu-
dios realizados por dos sociologas y citados en un articulo del New York Times:
“ Para las mujeres, lo que importa es tener una relacion, por mas terrible que
sea. ‘Resulta un poco patetico’, reconoce Simon [la investigadora], ‘porque
aunque hubo tantos cambios sociales en esta era, el valor propio de las mujeres
todavia esta muy ligado a la existencia de un novio. Es una desgracia"'.51
La unica salvedad a esta ultima afirmacion es que, si el valor propio de las mu
jeres continua estando ligado a la existencia de un novio, no se debe a que las
mujeres sigan cargando con un vestigio incomodo del pasado, sino precisamente
al fenomeno moderno de que el valor propio depende del amor. Los manuales
de autoayuda sobre las citas, el sexo y el amor son tan rentables justamente porque
aquello que esta en juego es el valor social e individual que estos tienen la capa-
cidad de generar.
No obstante, se podria objetar que el yo siempre se vio afectado por las aven-
turas romanticas que presentaban un amor incierto y no correspondido. De
hecho, el dolor y el sufrimiento se encuentran entre los tropos mas antiguos de
la literatura mundial sobre el amor. Evidentemente, eso es verdad, pero para la
sociologia, lo que resulta de vital importancia es la pregunta por los modos en
que el yo esta implicado y se ve enaltecido o desvalorizado. A mi juicio, el yo
moderno se ve implicado de manera diferente en las interacciones romanticas,
pero ademas la experiencia misma del sufrimiento psiquico en la modernidad
difiere de los modos en que se vivia ese mismo sentimiento en el pasado. Si bien
el dolor es una de las tematicas mas antiguas en las historias de amor, antes era
una experiencia encuadrada en cuatro marcos culturales distintos y/o super-
puestos que hoy resultan ajenos a nuestra sensibilidad.
Los cuatro marcos culturales premodernos para el sufrimiento romantico son
el marco de la aristocracia, el marco del cristianismo, el marco del romanticismo
Y el marco de la medicina. En la historia de Europa Occidental, el primer mo-
delo cultural generalizado que coloco el sufrimiento en el centro de la expe
riencia amorosa quiza fue el amor cortes.52 En la literatura de los trovadores
provenzales, los sufrimientos provocados por el amor no correspondido purifi-
caban el alma del enamorado. Es mas, dichos sufrimientos constituyen la fuente
’nisma de la inspiracion poetica para los trovadores. Debido a las influencias
170 • Por que duele el amor
Encuentro tan placentero el dolor del amor que, aunque se que pretende
matarme, no deseare ni osare vivir sin Midons [mi dama] o tornar hacia
otra, pues ella me basta para obtener honor tan solo muriendo como su
fiel enamorado o, si me aceptara, el honor seria cien veces mayor; por lo
tanto, no me demorare en servirle.54
ejemplo, pod^a escribir versos como el siguiente: “ Mi abrazo era fatal. [...] jLa
ame y di muerte!” .56 Al igual que otros romanticos, Byron adheria al sensua-
lismo y concebia al dolor como la manifestacion de una existencia superior.
“ El gran objeto de la vida es la sensacion”, le escribia a su futura esposa, “ sen-
tir que existimos, aunque mas no sea a traves del dolor” .57 Asi, el amor no
correspondido no se vivia como una aniquilacion del yo, porque el reconoci
miento y el valor propio no se fundaban en la experiencia amorosa y porque
se creia que el yo expresaba su energia vital en una variedad de experiencias,
desde el amor hasta el dolor. Las expresiones romanticas de sufrimiento amo
roso se encuadraban e interpretaban culturalmente en funcion de la melancolia
como experiencia organizadora. Lo que caracteriza a la melancolia es la esteti-
zacion del sentimiento amoroso y, como en el amor cortes, el ennoblecimiento
de la persona que lo siente. En gran medida, esa melancolia romantica era
masculina y formaba parte de un modelo del yo segun el cual se obtenia he-
roismo a partir del sufrimiento, lo que permitia al hombre afectado demostrar
la profundidad de su alma mediante su capacidad de resistencia. En la melan-
colia, el sufrimiento no afecta ni debilita el sentido del valor propio, sino que
ayuda a expresar un la delicadeza y la sofisticacion del alma. Podnamos incluso
afirmar que les permite a las personas afectadas acumular cierto tipo de capital
simbolico/emocional. Es mas, puesto que tales ideas del amor y el sufrimiento
con frecuencia constituian una prerrogativa masculina, esto podria indicar tam-
bien que servian para potenciar la imagen de la masculinidad en tanto energia
vital o forma de valentia.
Sin embargo, las mujeres, sobre todo en los escalones mas altos de la jerarquia
intelectual, no eran ajenas a esta sensibilidad. Por ejemplo, Margaret Fuller,
contemporanea de Ralph Waldo Emerson en la primera mitad del siglo x i x ,
era una mujer de caracter e inteligencia formidables con una vida amorosa que
hoy describinamos como desgraciada: a menudo se enamoraba de personas que
no podian o no querian corresponder sus sentimientos apasionados. Cristina
Nehring resume de la siguiente manera el modo en que Fuller daba cuenta de
su experiencia:
El trastomo era tomado como una afeccion fisica o incluso como un desequi-
librio mental temporario, pero no se crefa que amenazara el sentido del valor
propio. En la Inglaterra del siglo xvii, habfa un medico y astrologo llamado
Richard Napier que trataba y curaba una gran variedad de enfermedades. Tras
un analisis de los apuntes dejados por Napier, el historiador Michael M acDo
nald referina de la siguiente manera la naturaleza de dichas enfermedades:
Casi el 40% de los hombres y las mujeres que describfan sus ansiedades y
sus dilemas en la consulta con Napier se quejaban de las frustraciones
provocadas por el cortejo y por la vida matrimonial. [...] Entre los clien-
tes del astrologo, las relaciones apasionadas eran muy infrecuentes. Las
peleas de pareja, el amor no correspondido y la infidelidad eran causa del
malestar emocional para 141 personas, el 65% eran mujeres jovenes.61
Reconocimiento y autonom^a
En una indagacion sobre las paradojas del deseo, Alexander Kojeve, el mas
interesante especialista en Hegel, plantea que el deseo puede satisfacerse simul-
taneamente con el “ desarrollo de la individualidad” y con la “ universalizacion
del reconocimiento reriproco”,63 posibles en un orden social igualitario. Aun-
que Kojeve estaba pensando en la universalizacion del reconocimiento de clase,
esto se puede aplicar facilmente al ambito de las relaciones de genero, en el que
se hubiera esperado que la mayor igualdad acarreara tambien una mayor indi
vidualidad y un mayor reconocimiento reriproco. De hecho, una interpreta-
cion particular de la figura hegeliana de la lucha por el reconocimiento considera
que la condicion para un mayor reconocimiento es el incremento de la auto-
nomia. Cuanto mas libre se vuelve el esclavo, mas reconocimiento puede exi-
gir y recibir.
No obstante, si bien esta postura puede defenderse en el ambito de la polfrica,
resulta mucho mas compleja en el ambito de las relaciones eroticas, pues no
contempla las contradicciones que dividen al deseo erotico contra si mismo. Es
mas, me atrevena a afirmar que, justamente debido al desarrollo de la individua
lidad y de la autonomia, el deseo erotico en la modernidad esta plagado de
aporias. Como sostieneJudith Butler, “ el deseo zozobra a causa de la contradic-
cion y se vuelve una pasion dividida en contra de si misma. En la lucha por
devenir coextensiva con el mundo, un ser autonomo que se vea reflejado en
todos los aspectos del mundo, la autoconciencia descubre que, implicita en su
propia identidad en cuanto ser que desea esta la necesidad de ser solicitada por
otro” . Sin embargo, en esto ultimo acechan las contradicciones, porque tenemos
que “ elegir entre la existencia extatica y la existencia que se autodetermina” .65
La demanda de reconocimiento: El amor y la vulnerabilidad del yo • 175
Una lesbiana de mas de 25 anos que vivia en una ciudad y queria sacar
fotos estaba “ un poco preocupada de que hubiera un malentendido y la
176 • Por que duele el amor
jeres, si para el soy una mas. Y no quiero sacar el tema cuando estoy con
el porque todo viene fluyendo muy bien, sin dramas ni planteos.69
Irene: Conod a Andy hace cinco anos. Cuando nos conocimos, yo tenia
una relacion con otra persona, pero las cosas no andaban tan bien, y Andy
aparentemente tenia muchas ganas de acostarse conmigo. Entonces em-
pece a salir con el, y al principio no me volvia tan loca. Pero hizo todo lo
que tenia que hacer: me dejaba notitas de amor, me llevaba a pasear de
sorpresa, me compraba regalitos, me preparaba la cena. Un ano despues,
lo ascendieron a gerente general de ventas y le pidieron que se mudara a
Europa, a Londres. Me pidio que fuera con el. Yo lo pense y enseguida
decidi aceptar. En la empresa donde trabajaba yo, habia firmado un con-
trato donde deda que antes de renunciar tenia que dar un preaviso de tres
meses, entonces no pude viajar con el en ese momento. Llegue a Londres
dos meses despues. Cuando llegue, ese mismo dia, send que el se habia
enfriado. Inexplicablemente, se habia enfriado. Yo le preguntaba todo el
tiempo si habia pasado algo, por que estaba menos carinoso, pero me con-
testaba con evasivas y me dijo que no sabia si podia comprometerse. Me
fui tres meses mas tarde, volvi a Nueva York, completamente devastada.
Entrevistadora: Completamente devastada.
178 • Por que duele el amor
Irene: Pero, ^sabe que? Yo lo segma amando. N o es que se porto tan mal
conmigo. N o me trato mal. Estaba como compungido. ^Se entiende? Es
que dejo de amarme, nada mas. Y no habia prometido que se iba a casar
conmigo ni nada de eso. No. Pero me dejo de amar. iQ ue se puede
contestar a eso? jM e tienes que amar, porque soy perfecta? Obviamente,
no podia decirle eso. Hubiera sido una estupidez. Y aunque yo habia
renunciado al trabajo por el, habia dejado la propiedad que alquilaba por
una suma fija, habia retirado todos mis ahorros y, basicamente, habia
abandonado mi vida, no estaba enojada con el. Solo me sentia lastimada.
Por eso lo segma amando. Tal vez, en parte, lo amaba todavia mas.
Entrevistadora: O sea que, como acaba de decir, usted renuncio a su vida
sin que hubiera una promesa de matrimonio. ^Le resulto ficil?
Irene: No es que no me importara. Me importaba, pero yo soy asi, siem-
pre tengo miedo de que los otros sientan que los estoy presionando.
Entrevistadora: que se refiere con presionarlos?
Irene: A parecer desesperada. A poner un ultimatum. A comportarme
como si lo unico que me importara fuese casarme. Presionar al tipo no
es bueno para la relacion ni para la imagen de una. Entonces no lo pre-
sione, pero tal vez fue un error. Tal vez tendria que haber sido mas firme
y le tendria que haber hecho mas demandas. N o tendria que haberme ido
sin una promesa de matrimonio. Pero yo era joven y tenia miedo de
espantarlo.
Entrevistadora: ^Por que no es bueno para la imagen de una?
Irene: U hm m ... Si una presiona al tipo, queda como una desesperada. Y
esa persona no es una misma. N o es bueno demostrar que una tiene
tantas necesidades. Ademas, esta esa idea de que, si una presiona, el tipo
va a salir corriendo. Porque una esta desesperada.
Entrevistadora: Entonces ^decirle a un hombre que una quiere una rela
cion seria y comprometida es estar desesperada?
Irene: Absolutamente. A mi me encantana poder decir “ te amo” con tota1
libertad, o “quiero pasar toda la vida contigo”, pero si lo hiciera, me
sentiria en inferioridad de condiciones. Una quiere mostrarse menos in-
teresada.
Entrevistadora: ,;Podria explicarme por que?
La demanda de reconocimiento: El amor y la vulnerabilidad del yo • 179
Irene: N o se por que. Creo que los hombres, no todos, pero muchos, no
estan interesados en el matrimonio y el compromiso. Sienten que tienen
todo el tiempo del mundo para decidirse. Y si una los desea demasiado,
se alejan, es una opinion que comparten todas las chicas que conozco. Se
que lo comparten. Hay que hacer las cosas despacio, con inteligencia y
sin presionar.
Son numerosos los elementos de esta historia que se repiten en cierto modelo
de relaciones entre hombres y mujeres. En este caso, la mujer se ve influida por
el varon, es decir, este la convence de iniciar una relacion con el. Lo que la per
suade de ello no es un misterio: es la existencia de un grado considerable de
reconocimiento. Esto indicana entonces que el reconocimiento puede preceder
al amor e incluso generar amor. Se trata de un modelo especialmente pertinente
en el caso de las mujeres, quienes cuentan con menos posibilidades que los
hombres para acceder a los canales publicos de reconocimiento y asi reafirmar
su valor propio. En consecuencia, el sentido del valor individual se halla ligado
de modo particular al reconocimiento en la esfera romantica. Asimismo, aunque
esta mujer no formula un pedido concreto, el hecho de que haya “ renunciado”
a todo es interpretado por el novio (probablemente con razon) como un deseo
de comprometerse por completo. Y, en ultimo lugar, el hecho de que no haya
podido solicitarle formalmente un acto reciproco de compromiso indicana que
la autonomia tiene prioridad sobre la necesidad de reconocimiento, pues la
mujer asumio un compromiso pleno con su novio, pero no pudo obtener de el
una promesa reciproca y similar.
Esta situacion entra en contraste con lo que ocurria en el siglo x i x , cuando
las jovenes inglesas de clase media y media-alta encontraban pareja por medio
de un acto formal de “ presentacion en sociedad”, que consistia en organizar un
baile en su honor mediante el que se las declaraba aptas para el matrimonio y
deseosas de conocer posibles candidatos con quienes compartir el resto de sus
vidas. En este orden sociocultural, la declaracion de compromiso se halla intnn-
secamente englobada en la estructura del encuentro: la mujer (o el hombre) no
debe ocultar ni contener la intencion de comprometerse, porque esta es la razon
de ser y la definicion misma del acto de presentacion en sociedad. La busqueda
manifiesta de un futuro marido no constituye aqui una amenaza a la imagen de
180 • Por que duele el amor
Amanda: Me quede dos anos con R on y, en esos dos anos, nunca le dije
“te amo”. Y el nunca me dijo “ te amo”.
182 • Por que duele el amor
Carrie dijo:
— ^Por que nunca me dices “ te quiero”?
— Porque tengo miedo -dijo Mr. Importante-. Tengo miedo de que si
te digo “ te quiero” , pienses que ya vamos a casamos.72
Como resulta obvio, los hombres dominan las normas para el reconocimiento
y el compromiso. El dominio masculino toma la forma de un ideal de autono-
mia al que las mujeres se han suscrito por medio de la lucha por la libertad en
la esfera publica. Sin embargo, cuando se traslada a la esfera privada, la autono-
mia reprime la necesidad femenina de reconocimiento, pues una de las princi
p a ls caracteristicas de la violencia simbolica consiste en que sea imposible
oponerse a una definicion de la realidad que resulta perjudicial para uno. No
pretendo afirmar aqui que las mujeres no deseen autonomia, sino que se en-
cuentran en una posicion cargada de tensiones porque sostienen al mismo
tiempo los ideales del afecto y la autonomia y, lo que resulta aun mas fundamen
La demanda de reconocimiento: El amor y la vulnerabilidad del yo • 183
tal, porque con frecuencia sienten que deben preocuparse por la autonom^a
propia, pero tambien por la de los hombres. Tomemos como ejemplo el caso de
Shira, una estudiante de posgrado de 27 anos que relata lo que le sucedia cuando
estaba con su novio:
En este caso, la entrevistada siente malestar porque esta atrapada en una contra-
diccion que no puede nombrar: el llanto es la expresion directa de su depen-
184 • Por que duele el amor
Norwood claramente presenta a Jill como una paciente con una conducta
patologica, pues toda psiquis sana deberia lograr un equilibrio entre la autono-
mia y el reconocimiento, o sea, dos principios que entran en conflicto psico-
logico entre si. Es mas, una psiquis sana debe presentar una conducta sana en
terminos economicos: debe conformar la oferta a la demanda y la demanda a
la oferta. Como se observa, el relato de Jill indicana que una de las principales
186 • Por que duele el amor
Anne: Bueno, creo que puedo darle unos cuantos. Estuve con un hombre
y, al principio, senria cierta ambivalencia, no estaba segura de querer estar
con el. Sobre todo porque me pareria que era medio frio. A las dos se-
manas, le dije que no queria seguir con el vinculo. Me rogo que le diera
otra oportunidad, entonces se la di. A h empezo a mostrarse menos frio
y me empezo a gustar en serio. Pero cada vez que yo hablaba del futuro,
el se retraia. Cuanto mas ambivalente era el, yo mas lo presionaba. Al
final, se puso tan ambivalente que cortamos.
Otra vez tuve un romance intenso y apasionado con un hombre quince
anos mayor que yo. El se comportaba como si estuviera muy enamorado.
Me llamaba todos los dias. Quena hacer planes para el fin de semana por
adelantado. Me propoma que nos fueramos juntos de vacaciones a dis-
tintos lugares. Hasta que un dia yo lo llame y tardo dos dias en devol-
verme la llamada. Le dije que eso me habia molestado y se enojo, se puso
mas frio. Me dijo que no entendia por que tanto escandalo.
Con otro tipo, ya llevabamos seis meses juntos y el muchas veces dejaba
el celular apagado porque era musico. Le hice un comentario sobre eso
y le pedi si no podia encenderlo mas seguido para que pudiera comuni-
carme con el. Entonces se puso a hablar sin parar de que yo queria coar-
tar sus libertades.
Entrevistadora: usted que le contesto? ^Lo recuerda?
Anne: Le dije algo asi como que tener una relacion implica coartar algu-
nas libertades, que las dos cosas no se pueden. Y a partir de esa conver-
sacion, todo se fue cuesta abajo.
Entrevistadora: ^Podria explicar por que?
Anne: Creo que siempre es la misma historia. Al principio, les gusto
mucho a los hombres. Despues me pongo mas insegura, por algun mo-
tivo, necesito saber si me aman y cuanto me aman. N o puedo ignorar
la cuestion. Entonces hago preguntas, me pongo demandante, hasta se
podria decir que me pongo quejosa. N o se [risas], Basicamente, esa es la
dinamica. Algo de la relacion me despierta ansiedad. Entonces expreso
esa ansiedad, busco que me reaseguren, y los hombres empiezan a dis-
tanciarse.
Entrevistadora: ^Se le ocurre por que sucede eso?
188 • Por que duele el amor
Anne: Creo que los hombres y las mujeres entramos en un juego de po-
der. Lo tengo muy pensado. Creo que las relaciones entre los hombres y
las mujeres estan jodidas desde el vamos, porque es como si los hombres
solo pudieran interesarse en serio en la mujer si ella se muestra distante,
o se niega a entregarles algo, o alguna cosa por el estilo. Si una mujer
expresa sus necesidades, sus ansiedades, su deseo de estar mas cerca, en-
tonces olvfualo, el hombre no va a estar. Es como si el hombre necesitara
demostrarse que puede conquistarla una y otra vez.
Entrevistadora: ^Puede explicarme por que o cuando siente esas ansiedades?
Anne: Uhm m ... Creo que en el fondo viene de una sensacion de no
valer nada, de pedirle a la otra persona que me muestre lo que valgo. Y
siempre hay algo en la relacion que lo dispara. Siento que el hombre no
es tan carinoso, entonces le pido que me tranquilice y me asegure que
me quiere. Y por lo general, no lo hacen.
Willoughby es culpable de una grave falta moral, cuya naturaleza esta mas que
clara: ha inducido a Marianne a creer equivocadamente que esta comprometido
con ella. Aunque no ha realizado ninguna promesa explicita, se ha comportado
de manera tal que indicaba que lo haria. Tanto su entorno social como el pro
pio Willoughby saben que el cortejo practicamente equivale al compromiso y
que no mantener en pie ese compromiso constituye una falta al sentido del
honor. El incumplimiento de una promesa puede generar un dano concreto y
un dano emocional al mismo tiempo, pues afecta las posibilidades de la dama
para encontrar otro pretendiente. Resulta mas interesante aun que Willoughby
190 • Por que duele el amor
torno son las responsables de una destitucion que en esencia es social y que no
afecta su sentido del valor propio. Es posible que los protagonistas de las nove-
las escritas en los siglos xvm y x i x sufran mucho al ser abandonados, pero ese
sufrimiento siempre aparece encuadrado en un marco moral donde la culpa se
asigna de modo claro. Balzac describe los deseos mas fervientes de la vizcondesa
“ abandonada” en los siguientes terminos: “ La absolucion mundana, las suaves
simpatias, la estimacion social tan deseadas y tan cruelmente negadas” .81' En
efecto, lo que anhela la vizcondesa es recuperar su imagen ante el entorno so
cial, claramente responsabilizado en el caso de esta novela por sostener las nor
mas arbitrarias y represivas que provocaron la expulsion de la mujer.
En LA dama de las camelias (1848), de Alejandro Dumas, Marguerite, una
prostituta de las altas esferas de la sociedad francesa, sufre una profunda angustia
al dejar a Armand, su amado, bajo presion del padre del joven. Sin embargo,
nuevamente se responsabiliza aqfu a las normas sociales por el abandono y se
ubica a los personajes en posicion de victimas. A pesar de que Marguerite es una
“ manceba”, la novela senala la crueldad de las normas sociales que evitan que
el joven la ame, en lugar de atribuir la culpa al ser interior de la mujer, quien
mas bien es presentada como una persona noble y superior. A lo largo del relato,
ella revela ser una mujer admirable y es precisamente su capacidad de sufrir por
la partida de su amado lo que demuestra a los lectores y a los otros protagonis
tas la fortaleza y la profundidad de su caracter. Asi, la capacidad de los persona
jes para sufrir frente al amor no correspondido o al amor imposible indica dicha
fortaleza y profundidad de caracter porque la fuente de ese sufrimiento es la
imposibilidad de modificar su estatus, su posicion y su destino social.
Actualmente, se observa un cambio radical en las historias de las personas que
han sufrido un abandono. En efecto, los relatos contemporaneos de traicion o
abandono carecen por completo de “ claridad moral” y senalan la existencia de
una modificacion sustancial en la estructura moral de la culpa y de los sentimien-
tos que la acompanan. Para respaldar esta afirmacion, basta con cosechar algunos
ejemplos en sitios de Internet dedicados a las rupturas amorosas. El siguiente
caso es el primero que figura en una pagina con consejos medicos y psicologicos:
En esta historia se nota que uno de los factores determinantes es la idea de que
robar, enganar y mentir son actos moralmente condenables, pero tambien se
nota que la importancia moral de la relacion es incierta, pues las falencias mo
rales del novio no implican que la mujer vaya a adoptar ningun proceder ya
establecido ni suponen ninguna condena manifiesta. Es mas, ella medicaliza la
conducta inmoral de su novio, lo que a su vez genera confusion en cuanto a la
reaccion apropiada hacia el. N o solo evita proferir criticas que manifiesten su
condena moral contra la persona que la ha traicionado, sino que utiliza los me-
dios virtuales para pedir que los otros le marquen una lfuea de conducta moral,
ya que ella misma no sabe como sopesar las implicancias morales de su historia.
Esa falta de confianza en su propio criterio (y la consiguiente necesidad de
solicitar consejos a una comunidad anonima de usuarios de Internet) proviene
de la estructura y la posicion del yo en las relaciones contemporaneas, posicion
esta en que le resulta dificil asignar un peso moral a la conducta ajena y, sobre
todo, en que se siente convocado a implicarse en las falencias de la otra persona.
Esa dificultad para articular un punto de vista moral al sopesar lo ocurrido se
torna mas profunda y evidente cuando no se esta faltando a ninguna norma legal
(como si sucedena en el caso del robo). De hecho, es como si la carga de la
responsabilidad moral se desplazara hacia la propia persona que resulta afectada.
Shira, la estudiante de posgrado elocuente y atractiva que ya hemos citado,
rdata la siguiente situacion:
En Single story: 1001 noches sin sexo, las memorias de una mujer soltera, Suzanne
Schlosberg recuerda una relacion de tres anos con un hombre. Cuando se toma
evidente que el no tiene intenciones de casarse, vivir con ella o tener hijos, ella
decide cortar la relacion. Luego sucede lo siguiente:
Cuando alguien te deja, aparte de anorarle, aparte del hecho de que todo
el pequeno mundo que habeis creado juntos se desmorona, y de que cada
cosa que ves o haces te lo recuerda a el, lo peor es la sensacion de que te
han probado como si fueras un zapato, y la persona a quien amas ha su-
mado las partes y al final te ha pegado la etiqueta de r e c h a z a d a . 84
Si comparamos estas historias contemporaneas con las deJane Austen, las dife-
rencias saltan a la vista y llaman la atencion: en las primeras, la persona que se
siente defectuosa e incluso culpable es la que ha sufrido el abandono. En estos
relatos modernos, el sentido basico del valor propio se ve gravemente amena-
zado para dichas personas. En lugar de proferir una condena moral, lo que
hacen estas mujeres es trazar una lmea recta que une la partida del hombre con
el yo de ellas y su sentido del valor individual. En el caso de Shira, el centro
mismo del drama por la ruptura y el abandono es el yo. Que la dejen, para ella
es una senal de que su yo padece alguna deficiencia esencial, aunque inasible.
Sin embargo, tal experiencia, que se atraviesa como si fuera de naturaleza pri-
vada y psicologica, en realidad es de naturaleza eminentemente social, pues esa
sensacion de desvalorizacion se vincula sobre todo con el repertorio de motivos
creado para explicarse a si misma el abandono,85 que a su vez se enlaza con la
ausencia de un discurso moral para dar cuenta de la conducta de su novio o
incluso condenarla. A simple vista, esta ausencia de un discurso moral podria
deberse a una causa evidente: las relaciones futimas en la actualidad tienen como
fundamento la libertad contractual, que excluye la posibilidad de responsabilizar
moralmente a quien se echa atras. N o obstante, esta explicacion es insuficiente
para dar cuenta de las reacciones que manifiestan Shira y Bridget, porque el quid
de la cuestion es que ellas mismas se sienten responsables por haber sido aban-
donadas y, en consecuencia, sienten que no valen nada. Esta concatenacion
'mplicita de causas y efectos es el elemento que estructura sus relatos y que exige
ser aclarado. Constituye un ejemplo tipico de aquello que Marx y Engels de-
n°minan “falsa conciencia”, que se caracteri.za por el hecho de que el sujeto no
196 • Por que duele el amor
En la misma tinea, Irene, la mujer que ya hemos citado, que haHa retirado
todos sus ahorros del banco para irse a Londres con el novio pero al llegar habia
descubierto que el se habia enfriado, explica de la siguiente manera por que se
sentia enamorada de el, incluso una vez que ya habian cortado la relacion:
Estos consejos, que consisten en reemplazar el amor ajeno por amor propio,
Diegan la naturaleza fundamental y esencialmente social del sentido del valor
Propio y exigen que los actores sociales generen algo que no pueden generar
Por si mismos. El amor propio, en tanto obsesion e imperativo de la moderni-
200 • Por que duele el amor
Hay gente que quiere entender por que: ^Por que no se tiene confianza?
^Por que tiene debil la autoestima? ^Por que duele tanto sufrir un aban-
dono? ^Y no ser aceptado? ^Y sentirse menospreciado por un amigo?
jCom o se instala en nosotros esa vulnerabilidad? iQ ue la provoca? iQue
la mantiene en pie? La respuesta es sencilla: un abandono no resuelto. Sin
embargo, para comprender bien los motivos es necesario retrotraerse
hasta el miedo primitivo al abandono. [...]
Cuando, en nuestra vida adulta, sentimos que estamos perdiendo el
amor o la aceptacion de alguien, surgen nuestras inseguridades mas pri-
mitivas. Nuestro miedo mas profundo estalla ante nuestros ojos: alguien
podna dejamos y no volver mas. Este miedo se ve acentuado porque se
vincula con nuestro sentido del valor propio. Cuando la otra persona se
aleja de nosotros, sentimos que estamos perdiendo la capacidad para obli-
garla a que desee estar con nosotros.
Sentimos que estamos viviendo nuestra peor pesadilla: que nos aban-
donen porque no valemos lo suficiente. De a h que estos episodios en los
que un amigo nos menosprecia, un docente nos ignora, un jefe no nos
tiene en cuenta o, sobre todo, una persona amada nos rechaza tienen la
capacidad de debilitar la autoestima y generar inseguridad.
Para reparar esos danos que se vienen acumulando en nuestro sentido
del valor propio despues de varias situaciones de abandono desde la in-
fancia, hay que empezar por comprender la dinamica de lo sucedido, pero ese es
apenas al comienzo. Existen herramientas (que se describen en mis libros) para
reconstruir ese sentido de la individualidad de modo que resulte invencible y que
nunca mas pueda ser destruido por otra persona (enfasis de la autora).90
Esta psicologa detecta correctamente que el sentido del valor propio constituye
un elemento central en la experiencia de las rupturas, pero se apura a expHcar
La demanda de reconocimiento: El amor y la vulnerabilidad del yo • 201
libre otra vez, pero ahora estoy confundida. Quiero, mejor dicho, exijo
amor. Quiero volver a casa con un hombre, pero no para sumar un punto
mas a mi ego, sino para consolar un corazon que lleva demasiados anos
olvidado en el congelador. Denme ese amor de una vez, por Dios, por-
que vengo esperando en una fila larga hace mucho tiempo y ya me llego
el momento de decir, sin ambi^edades, que me toca el tumo a m .91
Obviamente, no pretendo afirmar que esta sea la experiencia de todos los varo-
nes, pero si ilustra lo que significa controlar el campo sexual, posicion esta que
comparten algunos hombres y algunas mujeres, pero en la que sin duda predo-
minan los hombres. El proceso de reconocimiento no solo se ve dividido segun
el genero, sino que probablemente exprese las divisiones sociales fundamentals
entre hombres y mujeres. A diferencia de lo que ocurre en la dialectica hege-
liana del amo y el esclavo, en la que el primero solo puede ser debidamente
reconocido por un esclavo autonomo, los hombres necesitan el reconocimiento
femenino en un grado menor al que las mujeres necesitan el reconocimiento mas-
culino. Y esto es asi porque tanto hombres como mujeres necesitan el recono-
cimiento masculino.
Conclusion
En una reflexion sobre las consecuencias del modelo de la duda cartesiana en la
modernidad, Hannah Arendt plantea que “ lo que se perdio en la Epoca Mo-
derna no fue la aptitud por la verdad, la realidad, la fe ni la concomitante e
inevitable aceptacion del testimonio de los sentidos y la razon, sino la certeza que
anteriormente iba con ellas” (enfasis de la autora).92 En el mismo sentido, po-
driamos sostener que lo que se perdio en la experiencia moderna del sufri-
miento amoroso es la seguridad ontologica derivada de la organizacion del
cortejo en una ecologia moral de la eleccion, el compromiso y las practicas ri-
tuales, pero tambien derivada de la insercion del valor propio en el entramado
social de la comunidad. Asimismo, la inseguridad ontologica que acompana
dicho sufrimiento presenta una distribucion desigual entre los generos. Como
el imperativo de la autonomia adquiere prioridad sobre el imperativo del reco
nocimiento, las mujeres viven la hipermodemidad bajo el modelo de una duda-
de-si muy poco cartesiana, carente de marcos morales que organicen la certeza.
En otras palabras, mientras que la duda cartesiana masculina en ultima instancia
conduce a la reafirmacion de la propia postura, el propio conocimiento y los
propios sentimientos en el mundo, la duda-de-si que se ha ido configurando
gracias a la cultura psicoterapeutica de la autonomia y el amor propio debilita
el fundamento ontologico del yo.
5
Amor, razon, iroma*
En una reflexion acerca de los efectos de la Revolucion Francesa sobre las cos-
tumbres sociales, Edmund Burke escribe lo siguiente en cuanto al futuro de la
humanidad:
Todas las ilusiones placenteras que hadan que el poder fuera amable y la
obediencia, liberal, que armonizaban los diferentes matices de la vida [...]
seran disueltas por este nuevo imperio conquistador de la luz y la razon.
Todo el decoroso envoltorio de la vida sera desgarrado groseramente.
Todas las ideas anadidas, que pertenecen al corazon, y que el entendi-
miento ratifica como necesarias para cubrir los defectos de nuestra debil
y tremula naturaleza, y para elevarla a la dignidad en nuestra propia esti-
macion, seran destrozadas como ridiculas, absurdas y anticuadas.3
Burke anticipaba lo que luego seria una de las principales fuentes de dinamismo
y descontento en la modernidad, a saber: la idea de que las creencias (en la au-
toridad y en la trascendencia) a partir de entonces ternan que responder a la
razon. Sin embarg ° para Burke, lejos de augurar un avance en la condicion
Amor, razon, ironia • 207
El encanto amoroso
Weber nunca definio con demasiada claridad lo que era una experiencia dotada
de “ encanto”, pero podemos deducirlo, por oposicion, a partir de la definicion
asignada al desencanto. Asi, habna encanto cuando la experiencia esta mediada
por simbolos colectivos poderosos que nos vinculan con el sentido de lo sa-
grado. Dicha experiencia se fundana en sentimientos y creencias que involucran
Y movilizan la totalidad del yo, que no se procesan en sistemas cognitivos de
segundo orden y que no se pueden justificar racionalmente. Estos simbolos
constituyen y superan la realidad experiencial de la persona que cree. En estas
experiencias, no hay una distincion tajante entre el sujeto y el objeto. Por lo
210 • Por que duele el amor
cluye y moviliza la totalidad del yo. En 1812, Beethoven describe este senti-
miento de modo sucinto en una carta para su amada: “ [Eres] mi angel, mi todo,
mi propio ser”.10
5. El objeto del amor es unico e inconmensurable: Al ver aJulieta, Rom eo se pre-
gunta: “^Hasta este instante, amo mi corazon?”.11 Con esto quiere decir que ella
es la unica persona a quien amo y amara en su vida. En efecto, la persona amada
no puede sustituirse por otra. Asimismo, sus virtudes y defectos no pueden
compararse ni cotejarse con los de otras personas.
6. LA persona enamorada hace caso omiso de sus propios intereses individuales como
criterio para amar a otra persona: De hecho, el dolor representa un elemento esen-
cial en esta experiencia de plenitud y enaltecimiento. Como dice Balzac a traves
de Felix, el protagonista de “ Le Lys dans la Vallee” (“Lirio del valle”) (1835):
“Amar sin esperanza constituye tambien una felicidad”.12
El modelo del amor a primera vista es otra version de este prototipo del encanto
amoroso. Se trata de una experiencia vivida como un suceso que irrumpe sin
esperarlo en la existencia de la persona, resulta inexplicable e irracional y, por
ocurrir en el primer encuentro, no puede basarse en factores cognitivos como
el saber acumulado sobre la otra persona. Mas bien, deriva de un tipo de expe
riencia integral e intuitiva. Perturba la vida cotidiana de quien se enamora y
provoca una conmocion profunda del alma. Las metaforas que se usan para
describir dicho estado mental con frecuencia senalan una fuerza abrumadora y
apabullante (como el fuego, el magnetismo, los relampagos o la electricidad).
Tal version del encanto amoroso es al mismo tiempo espontanea e incondicio-
nal, abrumadora y eterna, unica y total. Este tipo ideal del amor romantico
reafirma el caracter radicalmente excepcional del objeto amado, la imposibilidad
de sustituirlo por otro, su inconmensurabilidad, el rechazo (o la imposibilidad)
de someter los sentimientos al calculo y al saber racional, la entrega total del yo
a la persona amada, y la posibilidad (al menos en potencia) de la autodestruccion
y el sacrificio por el bien de otros.13 Esta vision cuasi religiosa del amor ha pre-
sentado muchas variantes culturales laicas y, tal vez por ese motivo, ha persistido
a lo largo de la historia.14 Aunque las variaciones son numerosas, los componen
t s basicos (la sacralidad, el caracter unico del ser amado, la fuerza experiencial,
la irracionalidad, la renuncia a los propios intereses y la falta de autonomia) se
212 • Por que duele el amor
^Cuando fue la ultima vez que oiste decir a alguien “ jTe quiero!” sin la
inevitable coletilla del “ Como amigo”? ^Cuando fue la ultima vez que
viste a dos personas mirarse a los ojos sin pensar “N o se lo creen ni
ellos”? ^Cuando fue la ultima vez que oiste a alguien decir “Estoy loca-
mente enamorado” sin pensar “El lunes por la manana me lo cuentas”?15
Lo que Bushnell expresa aqfu es una vision del amor extremadamente ironica,
racional y desencantada. Por su parte, Maureen Dowd, una de las columnistas
mas famosas del New York Times, lamenta esta situacion y la describe con las
siguientes palabras: “ Cultural y emocionalmente, la idea del romance ha desa-
parecido por completo”.16 A mi juicio, lo que quiere decir Dowd es que se ha
tornado dificil adherir a la experiencia del “ encanto” amoroso y romantico:
aunque el amor siga siendo una experiencia muy significativa para la mayona
de las personas, ahora no compromete ni moviliza la totalidad del yo. A su vez,
esta situacion da lugar al siguiente interrogante: ^Por que ha perdido el amor
esa capacidad de ser vivido con “ encanto”, en una entrega total de la razon y el
ser? Podnamos conjeturar que la perdida de tal capacidad para generar creencias
romanticas es resultado de la racionalizacion de dichas creencias en tres ambitos:
la ciencia, la tecnologia y la pofitica.
El desencanto constituye un proceso fundamental de la modernidad, de na-
turaleza cognitiva, cultural e institucional, a traves del cual las creencias se ven
organizadas en sistemas de conocimiento, las conductas se ven determinadas por
normas sistematicas y abstractas, y, como postula Weber, la fe se torna dificil de
sostener. Segun el, la fuerza cultural mas importante que da forma a este desen
canto es la racionalizacion de la actitud frente a la vida: que nos comportemos
Amor, razon, ironia • 213
En efecto, a medida que la autonomia fue avanzando hacia el centro del ideal
del yo impulsado por la psicolog^a, la fusion emocional comenzo a percibirse
como una amenaza contra dicha autonomia y se vio reemplazada por el ideal
de la negociacion entre dos entidades autonomas y maduras. Fusionar el propio
yo con el de otra persona o, lo que es peor, someterlo al de otra persona equi-
valdria entonces a negar el propio derecho a la autonomia, lo que a su vez in-
dicana la existencia de alguna patologia emocional. Al desplegar sus modelos de
intimidad fundados en la negociacion, la comunicacion y la reciprocidad, las
ciencias “ psi” definieron a las relaciones futimas como relaciones ideales que
surginan del control autorreflexivo de dos voluntades autonomas y que debe-
nan adaptarse a las necesidades y la configuracion psicologica del individuo, lo
que dio por tierra con la antigua asociacion entre el amor y la trascendencia, es
decir, una fuerza que se encontraba por encima de la voluntad y las necesidades
individuales. El amor se transformo entonces en “ intimidad”, lo que a su vez
implico que la vida emocional podia someterse a ciertas reglas de conducta cuyo
proposito sena forjar y preservar un maximo de autonomia individual en el
marco del vinculo amoroso.
Otro modo en que la psicologia ha contribuido con la racionalizacion de la
experiencia amorosa consiste en la concepcion del sufrimiento romantico como
un sfutoma inaceptable e injustificable que emanana de cierta inmadurez psi-
quica. Mientras que, en el siglo x i x , “ el dolor era una parte absolutamente
normal de la respuesta emocional frente a la situacion de compartir una misma
identidad con otro ser humano”,18 en la cultura psicologica contemporanea el
sufrimiento ya no senala una experiencia emocional que se extiende mas alla de
los limites del yo o, en otras palabras, ya no es signo de devocion abnegada ni de
elevacion del espiritu. Ese tipo de amor, basado en el sacrificio, la fusion y el
anhelo de totalidad, paso a ser considerado sintoma de un desarrollo emocional
precario. La ecuacion cultural entre el amor y el sufrimiento se asemeja a la
ecuacion entre el amor y la experiencia de consumacion y trascendencia que
reafirma ese sentimiento mediante una entrega ostentosa de la propia identidad.19
Sin embargo, cuando los modelos utilitarios de nuestra forma de organizacion
social son trasladados a la psiquis, surge una nueva cultura terapeutica en la que
los ideales del sacrificio propio y la entrega total del yo se consideran ile^timos
en tanto constituyen sintomas de un trastorno psiquico (o senales de que el su-
216 • Por que duele el amor
jeto “ sufre” para obtener algun tipo de beneficio psiquico oculto). Por lo tanto,
se cierne sobre ellos un manto de sospecha, pues la autonomia y la capacidad de
velar por los intereses propios son ahora sinonimos de salud mental.
Ese modelo de salud mental que penetra a gran escala en las relaciones mti-
mas exige que el amor se supedite a las definiciones del bienestar y la felicidad,
que en ultima instancia rechazan el sufrimiento y requieren la maximizacion de
los beneficios. Segun dicho modelo, el conocimiento y la defensa de los inte
reses propios constituyen el eje de un yo que goza de madurez emocional.
Amar bien significa amar en funcion de los intereses propios. La experiencia
amorosa va incorporando y exhibiendo cada vez mas un proyecto utilitarista del
yo, cuyo fin es obtener un maximo de placer y bienestar. Al mismo tiempo, el
sufrimiento va quedando afuera de este nuevo lexico cultural del amor. Ahora
bien, esto significa que, si el amor era fuente de sufrimiento, se trataba de un
“ error”, de una evaluacion equivocada acerca de la compatibilidad entre las dos
personalidades, de un smtoma de necesitar mayor autoconocimiento a fin de
superar ese dolor y realizar una eleccion mas madura. Asi, sin que lo notemos,
la reciprocidad y la preservacion de los intereses propios se han incorporado en la
experiencia cotidiana del amor, como veremos en la comparacion de los siguien-
tes ejemplos.
En Sueno de una noche de verano (1600), Elena, quien no ha sido afectada por
los encantamientos y los trucos de Puck, habla asi con Demetrio, quien ha re-
chazado su amor bajo la influencia magica de Puck:
Julie de Lespinasse representa una etica de la entrega absoluta que no esta go-
bernada por el calculo de costos y beneficios, sino por una emocionalidad im-
pulsiva. Lejos de indicar la inmadurez o la baja autoestima de la persona, esta
capacidad de amar mas alla de la reciprocidad muy probablemente fuera inter-
pretada como marca de un caracter superior.
En el capitulo 2 ya analizamos otro ejemplo semejante. La firme decision de
Anne EUiot de serle fiel al capitan Wentworth a pesar de que hubiera pruebas
evidentes de que su separacion desentona con los parametros contemporaneos
porque, en eso, esta mujer adhiere a la vision del amor como un sentimiento
absoluto e inconmensurable y porque parece hacer caso omiso a los imperativos
de sus intereses propios. Aqm, el compromiso con la otra persona implica una
entrega total del yo, independientemente de los posibles efectos sobre el propio
bienestar. Esa entrega de su amor la obliga a renunciar a otros candidatos poten-
ciales que podrian ser mejores y, por lo tanto, a sacrificar aquello que la sociedad
1noderna veria como marca de una psiquis madura, es decir, sus intereses pro-
pios. En la modernidad, a Anne Elliot le recomendanan que consultara a un
218 • Por que duele el amor
muy bien como conseguir su alimento cotidiano y cuales son las institu-
ciones que le ayudan para eso. La intelectualizacion y racionalizacion
creciente no significan, pues, un creciente conocimiento general de las
condiciones generales de nuestra vida.32
tangible, que organiza las relaciones de genero, aquello que debe ser rastreado y
expulsado de los vmculos mtimos. El “ poder” as^ entendido ha adquirido el es-
tatus de explicacion para casi todo lo que esta mal en las interacciones entre
hombres y mujeres. Se trata de un marco cultural que concibe relaciones sociales
y, por lo tanto, las reorganiza y genera.
Si se lo define en tanto esquema o “guion” cultural que, como el de “ casta”
o el de “sangre azul”, organiza y regula las interacciones de genero y las relacio
nes sexuales, el concepto de “ simetria de poder” racionaliza los lazos sociales de
distintos modos. En primer lugar, invita a varones y mujeres a reflexionar sobre
las normas que organizan el proceso de la atraccion sexual (un proceso que se
da por hecho y constituye una rutina moldeada por siglos y siglos de dominio
patriarcal), asi como tambien a monitorear de modo reflexivo sus emociones, su
discurso y su conducta. En segundo lugar, para inculcar la simetria, invita a las
mujeres a evaluar y medir su propio aporte a la relacion y a cotejarlo con el de
su pareja. En tercer lugar, da prioridad por sobre las relaciones eroticas a los
valores de la esfera laboral y de la organizacion politica (en tanto el estatus pro-
fesional de los potenciales enamorados debe priorizarse por sobre sus deseos
privados como sujetos). Por ultimo, insta a subsumir las relaciones eroticas bajo
ciertas reglas neutrales de procedimiento en cuanto al discurso y la conducta, lo
que vada a dichas relaciones de su particularidad y su caracter concreto.
Es posible que usted quiera reunirse socialmente con alguna persona del
trabajo o de las clases que le resulte atractiva. Esto es totalmente aceptable
siempre y cuando se asegure de que el deseo y la atraccion son mutuos.
Si invita a salir a alguien y la otra persona responde que no, lo mejor sera
que le pregunte si no le molestana que volviera a invitarla en otra oca-
sion. De todos modos, usted debe tener en cuenta que a algunas personas
les resulta incomodo decir que no a ese tipo de preguntas, por miedo a
provocar una ofensa o algun tipo de represalia. Evalue la situacion. Si la
otra persona dice que no mas de una vez o se muestra incomoda o evasiva
ante la pregunta, no la presione. Acepte la respuesta y pase a otro tema.40
cas de genero, de que la sombra del poder no debe proyectarse sobre las
relaciones sexuales, de que el consentimiento mutuo y la reciprocidad deben
constituir el nucleo de las relaciones mtimas y, por ultimo, de que dicho con-
sentimiento debe procurarse a traves de los procedimientos impersonales ha
surtido el efecto de subsumir la experiencia romantica y erotica del amor bajo
una serie de categorias abstractas y normas sistematicas de conducta.
Como vimos en el capkulo 1, Giddens engloba estas transformaciones bajo
un concepto sencillo como el de “ relacion pura”, o sea, una relacion contrac
tual en la que se entra y de la que se sale libremente.46 Sin embargo, este autor
no da cuenta con su concepto de los modos en que la relacion pura refleja el
proceso de racionalizacion de las relaciones mtimas y transforma la naturaleza
misma del deseo.
Todos dicen lo mismo: la persona que se case con ella sera feliz, porque
eUa sera una buena esposa. En cuanto a su aspecto, todos me dicen lo que
234 • Por que duele el amor
he visto con mis propios ojos. Tiene una figura bonita y proporcionada.
[...] Cuando me preguntaron si no era un poco rustica, se me respondio
que no.51
Desde el punto de vista moderno, lo que llama la atencion aqm es la escasa in-
fomacion que teman a disposicion y recababan los sujetos de la era premoderna
antes de decidir sobre una potencial pareja.52 En un poema instructivo del siglo
xv, titulado “ How the Good Wife Taught Her Daughter” [Lo que la buena
esposa enseno a su hija], se recomienda que si solo un hombre corteja a la joven,
esta “ no debe desdenarlo, sea quien sea”.53 En cuanto a los requisitos fisicos, con
frecuencia eran mmimos: “ [S]iempre y cuando no se parezca a Baronci del Cer-
taldese [un hombre muy feo], su esposa lo debera considerar buen m ozo”, acon-
seja Lodovico Dolce en el manual italiano que ya citamos, con recomendaciones
para el padre de la futura novia.54 El atractivo fisico cumplfa un rol en la seleccion
de pareja, pero dado que el sex appeal no era una categona cultural claramente
diferenciada, las especificaciones eran muy imprecisas y, segun los estandares
actuales, bastante reducidas. En el mismo sentido, aunque el caracter representaba
un factor importante por considerar, la nocion misma de caracter era muy amplia
e inespedfica, y distaba mucho de los requisitos psicologicos complejos que
imponen las personas en la actualidad.
Si bien los factores politicos, sociales y economicos ejerdan una gran influen-
cia sobre los padres en el momento de elegir una potencial pareja para que se
casaran sus hijos y sus hijas, cuando se trataba de cuestiones relacionadas con la
personalidad, los actores sociales de la era premoderna solo buscaban yernos y
nueras “ de calidad” , termino este que hada referencia de modo impreciso a los
requisitos basicos del caracter y el estatus. Tras considerar la posicion social y
economica de la persona con la que pretendfan casar a sus hijos o hijas, los aris-
tocratas ingleses de los siglos xv y xvi no buscaban una pareja “ perfecta” , sino
una persona que, en lmeas generales, fuera “ buena”. La historiadora BarbaraJ.
Harris presenta los siguientes ejemplos en su estudio sobre las mujeres de la
aristocracia renacentista:
Al permitir que los usuarios investiguen una vasta cantidad de opciones, Inter
net los alienta a maximizar los resultados del proceso de eleccion de un modo
que no tiene precedentes, lo que a su vez presenta un gran contraste con los
metodos premodernos para la seleccion de pareja, que no demoraban tanto la
decision y si se conformaban con la primera opcion buena entre las pocas dis-
ponibles. La maximizacion de los resultados se ha transformado en un fin en si
mismo.72 En las encuestas realizadas para el presente trabajo, muchas personas
responden que la cantidad de alternativas disponibles es tan enorme que solo se
ponen en contacto con alguien cuando ven que su perfil guarda una correspon-
dencia muy precisa con las aspiraciones propias en terminos de aspecto fisico,
atractivo sexual y configuracion psicologica y emocional. En su mayoria, decla-
ran que, durante las etapas mas avanzadas de la busqueda, aspiraban a hallar
personas “ mejor dotadas” que al principio del proceso, lo que indica un cambio
en sus gustos y ambiciones.
Claramente, la practica de las citas virtuales con la aplicacion de ciertas rece-
tas culturales que corresponden a la creacion de perfiles psicologicos y a la logica
consumista demuestra que los actores sociales emplean estrategias racionales
muy complejas para cumplir sus deseos romanticos. Como sostiene el sociologo
Jeffrey Alexander, “ la penetracion gradual de la computadora en los poros de la
vida moderna ha profundizado aquello que Max Weber denominaba la racio-
nalizacion del mundo”.73 Como ninguna otra tecnologia, la de Internet ha ra-
dicalizado la nocion del yo en tanto entidad que elige y la idea del encuentro
romantico en tanto resultado de la mejor eleccion posible. En otras palabras, el
encuentro virtual reviste un caracter hipercognitivo como resultado de un me-
t°do que consiste en reunir informacion para seleccionar una pareja. En este
sentido, el mundo de Internet se organiza como un mercado, donde es posible
comparar los “valores” asignados a cada persona y optar por “ la mejor oferta”.
Entre dichos valores se incluyen el estatus socioeconomico, los logros academi-
c°s, el aspecto fisico, la configuracion psicologica y las orientaciones en cuanto
240 • Por que duele el amor
a su estilo de vida. Gracias a Internet, cada persona que busca pareja queda ubi-
cada dentro de ese mercado, en franca competencia con otras personas que bus-
can lo mismo, lo que a su vez profundiza la idea de que podemos y debemos
mejorar nuestras condiciones amorosas y de que la pareja (real o potencial) es
intercambiable. En todo el material publicado sobre este tema se hace evidente
el lenguaje del mercado, como se observa en los sigu ientes ejemplos:
En los mas puros terminos de marketing, las mujeres que buscan citas en
Internet se ven ante una cantidad abrumadora de decisiones de compra.
Se trata de la ley de la oferta y la demanda.74
En las citas por Internet, lo que importan son los numeros [...]. Para
promocionarse exitosamente hay que encontrar la manera de diferen-
ciarse de los demas hombres.75
Eros e iroma
A simple vista, el presente analisis podria desembocar directamente en un argu-
mento planteado, entre otros, por Christina Nehring, quien lamenta la perdida
de la pasion que suponen las nuevas demandas de igualdad. Nehring diagnostica
con acierto y elegancia un cambio en la temperatura emocional de los amantes
modernos y se lo atribuye a las nuevas normas de igualdad y uniformidad. De
acuerdo con ella, “ es posible que la situacion mas dificil en las relaciones amo-
rosas sea la que estamos buscando hoy en dia tan ruidosa y oficialmente: la si
tuacion de igualdad”.77 Sin embargo, aunque el analisis que presentamos aqm
parezca congruente con el diagnostico de Nehring, se aparta de el en dos sen-
tidos al menos.
En primer lugar, la historia no muestra unicamente ejemplos como el de
Emily Dickinson cuando llamaba “Amo” a su amante misterioso, sino que nos
ofrece casos tan estimulantes como los de Elizabeth Barrett y Robert Browning,
Diderot y Sophie Volland, Harriet Taylor y John Stuart Mill, o Sartre y De
Beauvoir, para quienes la pareja y la igualdad constituyeron elementos adyu-
vantes de gran potencia en la composicion qmmica del amor. De hecho, pro-
bablemente las situaciones en las que la desigualdad puede funcionar como un
acido corrosivo que ataca al amor sean mas numerosas que aquellas en las que
la igualdad funciona de ese modo. Suponer que la igualdad es antierotica im-
plica ignorar la gran cantidad de situaciones en las que la desigualdad genera
humillacion, verguenza y rudeza, todo lo cual no es para nada conducente al
erotismo. Asi y todo, mi principal objecion al planteo de Nehring radica en que
la autora confunde la igualdad con el proceso mas difuso de racionalizacion que
afecta a las relaciones amorosas, es decir, con el hecho de que la vida romantica
hoy esta regulada por una variedad de mecanismos de disociacion, tales como
el conocimiento cientifico, la tecnologia de la eleccion y las normas procedi-
mentales para garantizar la simetna, la reciprocidad y el consentimiento. Lo que
ha bajado la temperatura de las relaciones romanticas no es la igualdad en si
misma, sino la interferencia que ejercen el procedimentalismo, la reflexividad
cientifica, el contractualismo y la racionalidad consumista en los modos tradi-
cionales de erotizacion de los vrnculos heterosexuales. En efecto, la racionali-
zacion entra en conflicto con los regimenes de significado mediante los cuales,
historicamente, hombres y mujeres han sentido y expresado su deseo sexual. Lo
Amor, razon, ironia • 243
^El lugar mas erotico de un cuerpo no esta acaso alU donde la vestimenta se
abre? En la perversion (que es el regimen del placer textual) no hay “ zonas
erogenas” [...] ; es la intermitencia, como bien lo ha dicho el psicoanali-
sis, la que es erotica: la de la piel que centellea entre dos piezas (el pan
talon y el pulover), entre dos bordes (la camiseta entreabierta, el guante
y la manga), es ese centelleo el que seduce, o mejor: la puesta en escena
de una aparicion-desaparicion.81
La certeza semiotica
Las identidades densas y las conductas rituales generan certeza semiotica, que,
paradojicamente, es la condicion de posibilidad para la creacion de esos sentidos
ambiguos que producen placer. En otras palabras, las relaciones de poder tien-
den a organizarse en marcos de significado estables y claros porque las estructu-
ras de poder tienden a reproducir, consolidar y congelar los significados. La
ambiguedad es posible cuando se puede jugar con esos significados estables y
tergiversarlos. Por ejemplo, una persona androgina es androgina (y atractiva
como tal) solo porque los significantes de masculinidad y feminidad son claros
y estables. La androginia no se podria codificar culturalmente si no jugara con
los significantes conocidos de la masculinidad y la feminidad. Si estas ultimas
carecieran de certeza semiotica, la androginia no podria producirse semiotica-
mente. Por lo tanto, unicamente la certeza semiotica puede generar ambigue
dad, esa sensacion de juego y placer. En cambio, al eliminar de los vmculos
romanticos las relaciones de poder, surge el efecto semiotico de desdibujar las
marcas de genero, lo que reduce la capacidad de crear ambiguedades, que con
frecuencia se considera un ingrediente de la seduccion. Catherine Townsend,
por ejemplo, se queja de la falta de pasion que exhiben los nuevos “ hombres
sensibles” :
Lo que ofrece Townsend aqm (sin darse cuenta) es una replica al planteo de
Nehring. Segun da a entender, la idea de igualdad le quita al erotismo la posi
bilidad del juego y la presencia de los codigos de genero. En realidad, se esta
250 • Por que duele el amor
quejando por la ausencia de ese jugueteo y esa ambiguedad que resultan inhe-
rentes a la practica cultural de la “ seduccion”, en tanto practica semiconsciente
con el propio cuerpo y el propio lenguaje para despertar el deseo en la otra
persona. Cuando describe al “ perfecto seductor”, Robert Greene indica la im-
portancia de conservar la naturaleza incompleta de la interaccion romantica, lo
que supone, entre otras cosas, incrementar la ambiguedad, enviar senales con-
fusas, dominar el arte de la insinuacion, confundir el deseo y la realidad, com-
binar placer y dolor, despertar el deseo y la confusion, bajar el tono sexual sin
eliminarlo, negarse a responder a los estandares, demorar el goce y retener la
satisfaccion completa.90
La ambiguedad es, en esencia, un modo de mantener la incertidumbre con
respecto a la intencion del hablante. En este sentido, posibilita la libertad,
permite decir algo sin querer decirlo literalmente y brinda la oportunidad de
conservar la propia identidad al tiempo que se asume otra. Como sostienen
Shadi Bartsch y Thomas Bartscherer (utilizando la palabra “ ambivalencia” en
lugar de “ ambiguedad”), “ la ambivalencia esta incorporada en el fenomeno
erotico”.91 La seduccion con frecuencia se vale de codigos ambiguos, lo que
transforma a los seductores prototipicos de la cultura occidental en ejemplos
de cierta forma de libertad con respecto a los codigos morales, pues la ambi-
valencia y la ambiguedad son modos de conservar la incertidumbre en cuanto
a la intencion del hablante. Ambas otorgan al mismo tiempo poder y libertad,
ya que habilitan la capacidad de decir algo sin querer decirlo literalmente, la
capacidad de insinuar varios sentidos a la vez. Quien seduce emplea un dis-
curso ambiguo porque no se siente interpelado por las normas de simetna y
sinceridad. Las practicas que se conocen como “ polkicamente correctas”, en
cambio, exigen cierta forma de transparencia y ausencia de ambiguedades para
garantizar un maximo de libertad contractual y de igualdad. De ese modo,
neutralizan el halo retorico y emocional que caracteriza tradicionalmente a la
seduccion.
La racionalizacion del amor ha debilitado los regimenes de significado en los
que se fundan el erotismo y el amor, como la ambiguedad, la intermitencia, el
lenguaje velado, el jugueteo y la trascendencia, entre otros. Historicamente, la
seduccion y el erotismo se basan en un conocimiento muy parcial de la otra
persona, en cierta “ inconciencia de si” y en la capacidad para generar ambigue'
Amor, razon, ironia • 251
Todos mis amigos estan muy confundidos con las mujeres ultimamente.
N o saben si ser fuertes o delicados, si ser machos o tipos sensibles. No
tenemos la menor idea de lo que se espera de nosotros. Creo que puedo
asegurar que todos mis conocidos se sienten muy intimidados por las
mujeres, por no saber cuales son las reglas del juego.
Claire: Conocer a los hombres israelies no fue facil para mi, porque es
raro, no se, aunque son machos, no hacen todas las cosas que hacen los
hombres mas machos en Europa, esas cosas que te hacen sentir bien.
Entrevistadora: jCom o que?
Claire: Como arrodillarse a tus pies, o abrirte la puerta, o comprarte flo
res. Aunque creo que me sentina estupida de disfTutar esas cosas, pero,
igualmente, tengo que decir que son agradables, y sin embargo, se que
no deberia disfrutarlas.
Entrevistadora: ^No deberia disfrutarlas? ^Por que?
Claire: Bueno, porque no es polkicamente correcto.
Entrevistadora: Eso es muy interesante. ^Quiere decir que usted se repri-
mina ciertos tipos de placer?
Claire: Ah, si, ^sabe que? Una buena parte de mi obra [cuadros y escul-
turas] tiene que ver con las mujeres y su situacion, asi que, si, una parte
de mi disfrutaria esas cosas, es mas, esperaria que las hagan, pero otra
parte de mi la reprimina y casi le dana ordenes [risas] de que no las dis-
frutara. Como si tuviera dos personalidades, un yo de mujer tradicional
y un yo de mujer moderna, ^se entiende?
Entrevistadora: los dos estanan en conflicto entre si?
254 • Por que duele el amor
una definicion cultural del “ encanto amoroso” a una definicion cultural te-
nida por el desencanto.
Las estructuras de sentimiento, ese concepto tan feliz acunado por Raymond
Williams, designan los aspectos sociales y culturales de los sentimientos y, al
mismo tiempo, los sentimientos de las estructuras sociales. Se trata de “ expre-
siones sociales en soludon”.96 A sf la estructura ironica del sentimiento amoroso
dificulta la adhesion no solo a la idea de la pasion, sino tambien al compromiso
apasionado y sacrificado con la persona a quien se ama, ese tipo de compromi
so que caracteriza el concepto occidental del amor hace ya varios siglos.
En tanto recurso literario, la iroma es una tecnica que consiste en fingir ig-
norancia respecto de alguna cuestion, pero contando con el conocimiento del
lector para su efecto (de otro modo, seria leida literalmente en lugar de enten-
derse todo lo contrario a lo que se dice). Por lo tanto, representa el tropo de la
persona que se niega a adherir a las creencias inscritas en determinada situacion.
Ahora bien, la conciencia romantica actual presenta la estructura retorica de la
iroma porque se halla saturada de un saber caracterizado por el desencanto que
impide comprometerse y creer plenamente.
De hecho, la iroma no puede tomarse en serio una de las creencias centrales
del amor, que se autoproclama eterno y absoluto. El siguiente caso de iroma,
tomado de un arriculo de Catherine Townsend, describe el deseo de creer en
la eternidad del amor (representado en el deseo de que un ex novio tome alguna
medida drastica para impedir que ella se vaya), pero al mismo tiempo refleja la
imposibilidad de creer en eso:
jCom o pude caer en esa fantasia? Siempre dije que si hicieran la segunda
parte de Mujer bonita, seguramente mostranan a Julia Roberts trabajando
de nuevo en la calle, porque Richard Gere se aburrio y la dejo sin perder
el tiempo. Pero ellos saben como recuperarte, porque es algo que ya
hemos visto todos en el cine: hace falta un gesto dramatico.97
Por medio de la iroma, este tipo de reflexividad cultural, en relacion con las for
mulas cinematograficas y con el poder que ejercen sobre nosotros los mitos
miturales, surte un efecto deflacionario sobre el deseo de Townsend de quedaise
c°n su novio. En efecto, el propio Schlegel, filosofo representante del romanti-
256 • Por que duele el amor
cismo aleman, considera que la conciencia sobre la finitud del amor es un ele-
mento central de la iroma: “ La verdadera iroma es la iroma del amor. Surge a
partir del sentimiento de la finitud, de la propia limitacion, y de la aparente
contradiccion de esos sentimientos con el concepto de infinito inherente a todo
amor verdadero”.98 Esta definicion cobra sentido a la luz de una idea compartida
por Schlegel y Kierkegaard en cuanto a la esencia del amor, que segun ellos reside
en el sentimiento de su propia infinitud. De acuerdo con el segundo, “ lo que
diferencia el amor de la voluptuosidad es que aquel lleva en si el sello de la
etemidad”.99 Se podria afirmar que, a diferencia de esto, la racionalizacion de la
esfera romantica ha surtido el efecto de crear una cultura de la finitud del amor,
subrayando sus limitaciones psicologicas, biologicas, evolutivas, polkicas y eco
nomicas. La relativizacion del amor mediante los diversos procesos de racionali-
zacion que atraviesa estaba destinada a colocar la iroma en una posicion central
dentro de la nueva sensibilidad romantica. Es probable que dicha conciencia de
la finitud se haya visto incrementada por la expansion de las tecnologias para la
eleccion, la idea de que la pareja es intercambiable y conmensurable, y la utiliza-
cion de sistemas cienfificos que producen un efecto deflacionario sobre las aspi-
raciones a la etemidad. Asi, la iroma menoscaba la posibilidad misma de creer. En
palabras de David Halperin:
Conclusion
En su Banquete, Platon sostiene que el amor es la via que conduce al conoci-
miento y la sabiduria, de modo que resulta totalmente compatible con la razon.
La metafora platonica sobre los escalones del amor101 postula que amar la belleza
de un solo cuerpo es amar la Belleza misma y la perfeccion. En ese sentido,
entonces, la razon y el amor podrian estar entrelazados. N o obstante, el triple
proceso de racionalizacion que se analiza en este capfrulo exige una reformula-
cion de la idea platonica sobre la compatibilidad entre el amor y la razon, pues
la razon o, para ser mas precisos, la razon racionalizada socava los modos tradi-
cionales de construccion y experiencia del deseo romantico y erotico en tanto
conjunto de significados densos y ambiguos que posibilita la puesta en acto de
roles masculinos y femeninos, oscila entre la exhibicion y el ocultamiento, y
representa una ostentacion de gasto improductivo.
El amor ha perdido su pathos cultural, y la pasion, en tanto movimiento de-
sordenado del cuerpo y la mente, ha sido disciplinada por un gran proceso de
racionalizacion y procedimentalismo. En ese sentido, el sufrimiento romantico
tambien ha perdido su pathos. Como senala Vivian Gornick desde la critica li-
teraria en The End of the Novel of Love:
Dulce es la melodia oida, pero mas dulce aun/ la que no llega a orne.
John Keats, “ Oda sobre una urna griega”2
Imaginacion y amor
Cabe preguntarse en primer lugar que es la imaginacion. Se suele pensar que
constituye una actividad normal de la mente. De hecho, Jeffrey Alexander sos-
tiene que la imaginacion es “ inherente al proceso mismo de representacion” y
que “ toma una experiencia incipiente de la vida y le da forma espedfica a traves
de la asociacion, la condensacion y la creacion estetica” .6 Aqm no se concibe la
imaginacion como una actividad libre y espontanea de la mente, sino mas bien
como el elemento mismo mediante el que organizamos el pensamiento y la
experiencia o prevemos lo que hallaremos en el mundo. La definicion de
Alexander hace hincapie en que la actividad de la imaginacion no inventa es-
cenarios ni constructos culturales, sino que mas bien utiliza aquellos que ya
estan predeterminados. Es mas, la imaginacion dista mucho de estar desconec-
tada de la realidad, pues guarda una relacion estrecha con la experiencia “ real”
o sensorial y muchas veces la sustituye. Asimismo, segun Hobbes, la imagina
cion no era mas que “ el sentido decayendo”, o una copia atenuada de la per-
cepcion original. Por su parte, Jean-Paul Sartre, en la Psicolog^afenomenologica de
la imagination,7 senala que esta, a pesar de ser considerada como una facultad mas
potente que la percepcion comun, en realidad es un palido eco de los sentidos.
Sartre nos invita a cerrar los ojos e imaginar el rostro de algun ser amado: cual-
quier imagen que aparezca nos resultara “ pobre”, “arida”, “ bidimensional” e
inerte.8 El objeto imaginado carece de aquello que Elaine Scarry define como
la vivacidad y la vitalidad del objeto percibido, o sea, del objeto percibido con
los sentidos.9 De acuerdo con esta perspectiva, la imaginacion es la capacidad de
sustituir la experiencia “ real” del objeto mediante sensaciones cercanas a las que
sentinamos en la vida real. Por lo tanto, esta no anulana la realidad, sino que
mas bien intentaria imitarla valiendose de las sensaciones, los sentimientos y las
emociones que hacen presente aquello que esta ausente.
Sin embargo, la vision filosofica mas difundida sobre la imaginacion la repre-
senta como una creacion fantasiosa que se apodera de la mente de un modo
mucho mas intenso que las percepciones sensoriales ordinarias y nos separa de
la realidad. Un ejemplo famoso de esta vision se puede encontrar en Sueno de
una noche de verano (1600) de Shakespeare, cuando Teseo dice: “Y como la
imaginacion produce formas de cosas desconocidas, la pluma del poeta las di-
sena y da nombre y habitacion a cosas etereas” . 10
262 • Por que duele el amor
En toda Atenas se me tiene por tan hermosa como ella. Pero ^de que me
sirve? Demetrio no piensa asi, y no quiere saber lo que todos saben. Y
asi como el se extrav^a, fascinado por los ojos de Hermia, me ciego yo
admirando las cualidades que en el veo. Pero el amor puede transformar
en belleza y dignidad cosas bajas y viles; porque no ve con los ojos sino con
la mente, y por eso pintan ciego a Cupido el alado. Ni tiene en su mente el
amor senal alguna de discernimiento; como que las alas y la ceguera son
signos de imprudente premura. Y por ello se dice que el amor es nino,
siendo tan a menudo enganado en la eleccion. Y como en sus juegos
perjuran los muchachos traviesos, asi el rapaz amor es perjurado en todas
partes; pues antes de ver Demetrio los ojos de Hennia me juro de rodillas
que era solo m o ; mas apenas sintio el calor de su presencia, deshicieronse
sus juramentos como el granizo al sol (enfasis de la autora).11
Resulta claro aqfu que el de Tatiana es un amor prefabricado, una forma vada
que espera ser completada por algun objeto que pase por alH (en este caso, el
aparentemente romantico Eugenio). En Adam Bede (1859) George Eliot describe
a Hetty Sorrel de la siguiente manera: “ Hetty nunca habia leido una noveb.
De la imaginacion romantica a la decepcion • 267
Entonces, jcom o iba a darle forma a sus expectativas?” .18 En la misma lmea, Jane
Austen se burla de las novelas goticas mediante el personaje de Catherine Mor-
land en LA abad^a de Northanger (1818), quien tiene miles de ideas fantasiosas,
inspiradas en los libros de ese genero que ha leido. Estos autores y autoras, entre
otros, describen ironicamente el poder de la novela para darle forma al amor
mediante la anticipacion, es decir, su capacidad de configurar los modos en que
la exploracion de universos imaginarios genera sentimientos.
Ahora bien, el libro que mejor capta las inquietudes de la epoca en cuanto a
la imaginacion y su vinculo complejo con la novela, el amor y las aspiraciones
sociales es Madame Bovary (1856). Alli, somos testigos de la angustia que atra-
viesa una conciencia perfectamente moderna saturada por escenas imaginarias
de amor y su destino cuando las coteja con la realidad. En la adolescencia,
Emma Bovary lee novelas a escondidas, dandole forma asi a sus concepciones
del amor y sus fantasias de una vida llena de lujos:
[A]l escribir, [Enuna] veia a otro hombre, a un fantasma hecho de sus mas
ardientes recuerdos, de sus mas bellas lecturas, de sus mas ardientes de-
seos; y, por fin, se le hada “tan verdadero y accesible que palpitaba mara-
villada, sin poder, sin embargo, imaginarlo claramente, hasta tal punto se
perdia como un dios bajo la abundancia de sus atributos.22
visuales. Por ultimo, desde la decada de 1990, el espacio virtual se viene con-
solidando como un ambito para la movilizacion de la imaginacion, en tanto la
existencia de Internet posibilita la proyeccion imaginada del yo mediante una
variedad de sitios, as^ como la simulacion imaginaria de numerosas experiencias
reales. Estos cuatro medios (el producto, los guiones narrativos, las imagenes y
los sitios en Internet) contribuyen de distintos modos con la posicion del indi-
viduo moderno como sujeto deseante que anhela ciertas experiencias, fantasea
con diversos objetos o estilos de vida, y vive en un universo imaginario o vir
tual. Resulta cada vez mas comun que el sujeto moderno de cuenta de sus de-
seos y emociones bajo estas modalidades, es decir, mediante los bienes de
consumo, las imagenes mediaticas, la tecnologia y las historias representadas en
los medios masivos. A su vez, estas mediaciones multiples afectan la estructura
misma del deseo, aquello que se desea, el modo en que se lo desea y la funcion
del deseo en la psiquis. La fantasia se transforma entonces en un medio para
sentir placer, pero tambien todas aquellas emociones que han sido instituciona-
lizadas a traves del mercado y la cultura de masas.
De acuerdo con mi propia definicion sociologica de la imaginacion, se trata
de una practica cultural organizada e institucionalizada. En primer lugar, consta de
una organizacion social: por ejemplo, la imaginacion masculina y la femenina
pueden activarse de distintos modos y pueden contener diferentes objetos (en
el caso de las mujeres, el amor; en el caso de los hombres, el exito social). En
segundo lugar, esta institucionalizada (o sea, se activa y circula mediante ciertos
generos y tecnologias culturales de naturaleza impresa o visual), ademas de re-
ferirse a ciertos dominios sociales institucionalizados, como el amor, la esfera
domestica o el sexo. En tercer lugar, presenta un contenido cultura sistematico
y una forma cognitiva bien delineada, pues gira en torno a formulas narrativas
remanidas y a cliches visuales. En cuarto lugar, tiene efectos sociales, como por
ejemplo la sensacion de que la vida cotidiana es gris o la necesidad de separarse
de la pareja. Y, en quinto lugar, se plasma en las practicas emocionales: las emo
ciones anticipativas y ficcionales vinculan la vida emocional con la vida real de
ciertos modos esperificos. Por lo tanto, la imaginacion es una practica sociocul
tural que constituye una parte significativa de aquello que Uamamos subjetivi-
dad: el deseo y la volicion. Le da forma a la vida emocional y afecta las
percepciones individuales sobre la existencia cotidiana.
De la imaginacion romantica a la decepcion • 273
La resolucion vrvida
La caracteristica mas notoria dela imaginacion moderna quiza sea su naturaleza
vivida o, por asi decirlo, su alto grado de resolucion. De acuerdo con Kendall
Walton, ese es el principal factor que genera emociones a partir de los conteni
dos de ficcion.26 Dicha caracteristica se define como la capacidad de algunas
representaciones de incitar una reaccion mental relacionando, contrastando e
invocando objetos bien delineados. Las imagenes producen contenidos menta-
les de caracter vivido porque permiten visualizar una experiencia anticipativa y
la dotan de significado emocional. Algunos autores sostienen que las imagenes
De la imaginacion romantica a la decepcion • 275
La identificacion narrativa
Se puede afirmar que las emociones modernas son ficcionales debido a la pre-
valencia de los relatos, las imagenes y las tecnologias de la simulacion para fa-
bricar anhelos. Todos nos hemos transformado en Emma Bovary, en tanto
nuestras emociones estan profundamente arraigadas a los relatos de ficcion: se
desarrollan en historias y como historias. Si, en palabras de Alasdair MacIntyre,
“ nuestra vida tiene la forma de un relato y [...] entendemos nuestra propia vida
en terminos del relato que vivimos”,29 podemos plantear entonces que la forma
narrativa de nuestras emociones, sobre todo en el caso de las emociones roman-
ticas, es la que surge y circula en los relatos de la cultura consumista y mediatica.
Las emociones se entrelazan de modo inextricable con la ficcion (plasmada en
diversas tecnologias), es decir que las vivimos como proyectos de vida narrados
y narrativos. Lo que posibilita que esas emociones se desarrollen como relatos
es precisamente que se desarrollan dentro de ciertas historias que movilizan
mecanismos muy potentes de identificacion.
Keith Oatley propone dos definiciones de identificacion, a saber:
gue de esos planes en el universo del relato”, es decir que compenetrarse con la
trama significaria buscar una forma esperifica de conectar las intenciones con
esos objetivos); imaginar un universo y presentar de manera vwida un universo
imaginable; realizar actos de habla destinados al lector que hagan mas crable el
relato; y sintetizar los distintos elementos de la historia en cierta “ totalidad” . De
acuerdo con Oatley, mediante este proceso cuadruple de identificacion y simu-
lacion surgen las emociones ficcionales. En otras palabras, la imaginacion genera
emociones por medio de ciertos relatos elaborados culturalmente que ponen en
marcha mecanismos de identificacion con los personajes, la trama, las intencio-
nes de los personajes y la subsiguiente simulacion emocional. Dichos mecanis-
mos, cuando se combinan con imagenes visuales de caracter vivido, inscriben
determinadas escenas narrativas en nuestros esquemas mentales y asi las tornan
mas proclives a incorporarse en nuestros modos de imaginar y anticipar. En la
medida en que nos encontramos con muchas de nuestras propias emociones
dentro de la cultura mediatica y a traves de ella, podemos afirmar que parte de
nuestra socializacion emocional es de naturaleza ficcional. En efecto, llegamos
a desarrollar y anticipar nuestros sentimientos por medio de las escenas cultura-
les con las que nos encontramos reiteradamente, lo que equivale a decir que
anticipamos cuales son las normas mediante las que se expresan las emociones,
que importancia revisten algunas de esas emociones para nuestro relato de vida
y cuales son los vocablos y las figuras retoricas que expresan dichas emociones.
Las emociones ficcionales surgen entonces a partir del mecanismo de identifi
cacion (con los personajes y la lmea argumental) activado por ciertos moldes o
esquemas mentales para evaluar situaciones nuevas, recordar los sucesos de nuestra
vida y anticiparlos. En ese sentido, la anticipacion imaginativa ofrece esquemas
para las emociones ficcionales que forman los cimientos de nuestros proyectos de
vida. Esta anticipacion “guionada” configura el relato proyectado que se emplea
para organizar los sucesos vitales del futuro, las emociones asociadas con dicho
relato y su meta esperada. Por lo tanto, los proyectos de vida estan impregnados
de emociones ficcionales. Cabe citar aqm el ejemplo de Bettina, una traductora de
37 anos que, en la entrevista, trato este tema con un toque de humor:
Lo que esta diciendo esta mujer es que no puede dejar de vivir la atraccion que
siente por determinados hombres como una historia que se despliega en su ima-
ginacion con fuerzapropia, con tal intensidad emocional que pareciera imponerse.
Lo que desata esa actividad imaginativa y las emociones concomitantes es el repaso
mental de ciertas imagenes y de ciertos guiones narrativos con un alto grado de
codificacion. En el mismo sentido, al relatar un encuentro con su ex novio en el
que esperaba que se volviera a encender la Uama de la atraccion, Catherine Town
send describe su estado mental antes del encuentro en terminos que nos muestran,
por un lado, el grado de resolucion de las imagenes mentales que se forma y, por
el otro, la capacidad que tienen esas imagenes mentales para transformar a la rea
lidad en una experiencia decepcionante:
tambien otra idea, tal vez mas comun, segun la cual el amor debe lidiar, mas
que otros sentimientos, con la presencia del ser amado en ciertos marcos insti-
tucionalizados y rutinarios y debe operar el desplazamiento de la intensidad a la
continuidad, de la novedad a la familiaridad, lo que supondna que la decepcion
constituye un elemento inherente a la experiencia amorosa.
A mi juicio, sin embargo, el sentimiento de decepcion con nuestra pareja, con
nuestra propia vida o con nuestra falta de pasion no es solo una experiencia psi-
cologica de la esfera privada ni una expresion del determinismo de las hornionas,
sino tambien un tropo dominante en el ambito emocional. De hecho, Marshall
Berman describe del siguiente modo la diferencia entre el yo moderno y el pre-
moderno: “ [E]l hombre cuya vida entera esta programada desde el nacimiento,
que llego al mundo solo para completar un casillero preexistente y destinado a el,
tiene muchas menos probabilidades de sentirse decepcionado que el hombre que
vive en nuestro sistema [...], donde los limites de la ambicion no estan definidos
socialmente”. Esto se debe a que, si bien “ la pertenencia a una sociedad de orga-
nizacion ngida puede privar a la persona de oportunidades para desarrollar sus
talentos particulares, le brinda una seguridad emodonal que es practicamente inedita
entre nosotros” (enfasis de la autora).34 Otro modo de afirmar que las relaciones
modernas carecen de seguridad emocional sena decir que siempre estan al borde
de la decepcion. Es mas, el rasgo dominante del amor en la modernidad no sena
simplemente la decepcion, sino la anticipacion de la experiencia decepcionante.
Como senala una protagonista de Sexo en Nueva York, “ cada vez que un hombre
me dice que es un romantico, me dan ganas de escupirle. Unicamente significa
que tiene una idea romantica de ti, pero en cuanto te muestras tal como eres y
dejas de encajar en su fantasia, se desinfla. Los hombres romanticos son un peli-
gro. Cuanto mas lejos, mejor”.35 Este personaje exhibe su condicion moderna en
la anticipacion de la experiencia decepcionante (ya sea para ella o para el hom
bre), lo que la distingue de Emma Bovary precisamente en ese aspecto.
A mi entender, para que la imaginacion y la fantasia surtan luego un efecto
de decepcion, deben estar conectadas de ciertos modos especificos con lo real,
es decir, debe existir un modo (y una dificultad) particular para desplazarse de
lo imaginario a lo real. En su famoso libro Comunidades imagmadas,M Benedict
Anderson plantea que las comunidades no deben distinguirse por su falsedad o
legitimidad, sino por el estilo con el que son imaginadas. Asi, la imaginacion, o
282 • Por que duele el amor
Vidas decepcionadas
Cabe preguntarse entonces cuales son los factores que ayudan a crear esa sensa
tion de decepcion que constituye la experiencia dominante acumulada en la
vida cotidiana y a traves de ella. Para comenzar este analisis, introduciremos la
distincion trazada por Daniel Kahneman y otros, quienes sostienen que existe
una disparidad entre dos formas de la conciencia: una que vive la vida como
una sucesion incesante de momentos y otra que memoriza y organiza la expe-
riencia segun determinados formatos.39 Por ejemplo, el paciente A, que se so-
rnete a una intervencion dolorosa con un final abrupto, recordara la intervencion
como una experiencia mas dificil que el paciente B, quien se somete a una in
tervencion mas larga en la que el dolor va disminuyendo progresivamente.411
Esto permite inferir que, a fin de decidir si una experiencia es agradable o no,
284 • Por que duele el amor
que esta ultima siempre se encuentra en falta: la ultima palabra la tiene la “ rea
lidad” , que se concibe como el parametro supremo en funcion del cual se
evalua el ejercicio de la imaginacion. El psicoanalisis, por ejemplo, sostiene que
el “ principio de realidad” es el codigo que debe regir, en ultima instancia, a la
psiquis. Segunjam esjones, “ puesto que supone una ‘sobrevaloracion’, el amor
romantico, con sus procesos de idealizacion, implica tambien una ruptura en el
cotejo con la realidad y, por lo tanto, resulta siempre inmaduro y peligroso”.41
N o obstante, esta reafirmacion de lo real frente a lo imaginado no cuestiona la
estructura de lo real con la cual debe lidiar la imaginacion. La decepcion siem
pre se concibe como el resultado de albergar “ expectativas irrealistas” , pero
nunca se cuestiona la estructura de lo real que torna irrealizables esas mismas
expectativas. A mi juicio, debenamos cuestionar el supuesto de que la realidad
carece intrinseca e inevitablemente de los recursos para satisfacer a la imagina
cion. O, si el supuesto fuera cierto, deberiamos preguntarnos por que.
En un libro titulado Can Love Lost?,42 el psicoanalista Stephen Mitchell plan-
tea, a partir de lo que dicta su experiencia en el consultorio, que la mayoria de
los matrimonios entran en crisis porque se acaba la pasion, fenomeno que el
atribuye a que muchas personas se esfuerzan por obtener al mismo tiempo un
sentido de la seguridad y de la aventura. Asi, la perdida de la pasion en el ma-
trimonio derivaria de los modos en que organizamos nuestra necesidad de se
guridad. A menudo, esta ultima se considera incompatible con la pasion, o
incluso se cree que es el factor desencadenante de su muerte. Sin embargo, a mi
entender, esa necesidad de “ seguridad” y/o de “ aventura” no es un elemento
constitutivo invariante de nuestra psiquis o, si lo es, el concepto de seguridad y
el de aventura van adquiriendo distintas formas segun la estructura cultural en
la que estemos inmersos. Tanto una como la otra son resultado de la organiza-
cion social de la psiquis. La seguridad deriva de la capacidad para controlar y
predecir lo que sucede en nuestro entorno, mientras que la aventura deriva de
la sensacion de desafio, ya sea a nuestra identidad social o a los modos en que
sabemos hacer las cosas. Lo que Mitchell denomina seguridad es mas bien un
efecto de la profunda racionalizacion de la vida cotidiana y domestica, una
consecuencia de la rutinizacion en las tareas y los servicios que ayudan a man-
tener el funcionamiento del hogar. Esta racionalizacion de la esfera domestica
se refleja en la disciplina de los horarios (existe un horario fijo para levantarse,
286 • Por que duele el amor
otro para volver del trabajo, otro para llevar a los hijos a sus actividades cotidia-
nas, otro para comer, otro para mirar determinados programas en la television,
un dia ftjo para hacer las compras, otro para las actividades sociales y otro para
el ocio, etcetera), pero tambien se refleja en la racionalizacion del espacio
(vamos de compras a centros comerciales que son entornos con un elevado
nivel de control; habitamos viviendas en las que la distribucion del espacio esta
planificada de modo homogeneo y racional, segun el uso funcional de los ob-
jetos; vivimos en barrios ordenados que cuentan con vigilancia y estan exentos
de los peligros potenciales del caos, etcetera). La vida cotidiana del individuo
moderno es muy predecible, y esto se debe al accionar de un conjunto de ins-
tituciones que la organizan: los servicios de entrega a domicilio (de comida,
periodicos y productos comprados por catalogo); la television con su grilla de
programacion; las actividades sociales, casi siempre planificadas de antemano; y
la esfera del ocio, con sus momentos previamente estandarizados para el des-
canso, el esparcimiento y las vacaciones. Asi, lo que Mitchell denomina seguri-
dad es mas bien un modo racionalizado de organizar la existencia cotidiana. En
otras palabras, la “ seguridad” se obtiene, psiquica y sociologicamente, como un
producto derivado de la racionalizacion de la vida diaria.
Ahora bien, dicha racionalizacion con frecuencia conduce a la decepcion,
pues la vida cotidiana es comparada de manera incesante con otros modelos e
ideales de gran diffusion que representan la excitacion y la expresividad emocio-
nal, lo que a su vez provoca que las personas evaluen negativamente su propia
vida y su identidad. De hecho, se ha demostrado en varias investigaciones que,
como resultado de la exposicion a las imagenes transmitidas por los medios
masivos, somos mas propensos a percibir con matices negativos nuestra expe-
riencia cotidiana racionalizada. El mecanismo que opera en este fenomeno es
complejo. De acuerdo con los estudios existentes sobre el impacto de las ima-
genes mediaticas en la percepcion del propio cuerpo, las imagenes de cuerpos
perfectos que aparecen en los medios masivos afectan negativamente la autoes-
tima y el concepto de si porque, al verlas, se produce un efecto de competencia
(las personas sienten que los otros pueden Uegar mas facilmente a tener el cuerpo
ideal) y un efecto de legitimidad normativa (las personas sienten que los otros
les dan importancia a esos cuerpos ideales). Asi, las imagenes mediaticas se trans-
forman en una fuente de deseo gracias a la mediacion implicita de aquello que
De la imaginacion romantica a la decepcion • 287
creemos que dicen sobre las expectativas de los demas con respecto a nosotros
y sobre los logros de los demas en comparacion con los nuestros. Es posible
entonces que las imagenes mas difundidas del amor inculquen en nosotros la
idea de que los demas logran entablar una relacion amorosa estable, pero noso
tros no, y que lograr ese tipo de relacion es normativamente importante para
tener exito en la vida. La insatisfaccion que promueven estas ideas, a su vez,
puede alimentar el estado de decepcion cronica. Por lo tanto, la racionalizacion
de la vida cotidiana genera un estado de aburrimiento, que luego se compara
de modo constante e implicito con los modelos mediaticos de excitacion, in-
tensidad y plenitud emocional.
La irritacion
Ademas de la seguridad y la racionalizacion, otro fenomeno que surge cuando
la pareja comparte la vida domestica es la irritacion. En su libro Irritaciones,43 el
sociologo francesJean-Claude Kaufmann analiza los roces y fastidios de la con-
vivencia cotidiana en pareja. Segun su descripcion, dichas irritaciones tienen que
ver o bien con el caracter de la persona (como cuando alguien pregunta “ ^por
que tienes que leer el diario mientras yo limpio?” o “ ^por que siempre me acu-
sas de no prestarte suficiente atencion?”) o bien con los modos de hacer las cosas
(como cuando alguien pregunta “ipor que no cierras bien los frascos?” o “ipor
que tienes que olfatear la comida antes de comerla?” ). La irritacion de este tipo,
o mas bien su objeto (es decir, ciertos gestos o palabras relativamente mmimos o
insignificantes) parece constituir una caracteristica particular de la vida moderna,
que refleja un nuevo modo de concebir y organizar las relaciones.
Aunque el libro de Kaufmann no ofrece ninguna reflexion acerca del motivo
por el cual la vida cotidiana en la actualidad es un caldo de cultivo para esta clase
de irritacion, yo me atrevo a afirmar que tiene que ver con los modos en que
se organiza la esfera domestica por medio de aquello que podnamos describir
como la intimidad institucionalizada. En efecto, la experiencia de la intimidad
es producida por una serie de estrategias linguisticas destinadas a reducir la dis-
tancia entre dos personas, tales como la exhibicion de las capas mas profundas
del yo, la revelacion de los secretos mas mtimos, la puesta al desnudo de la
propia psiquis, la convivencia en el mismo cuarto y en la misma cama, y, prin-
cipalmente, la utilizacion de la esfera del ocio como terreno en comun donde
288 • Por que duele el amor
La ontolog^a psicologica
En la sociedad circula un cliche muy difundido y profundamente arraigado
segun el cual los excesos de la imaginacion y las expectativas nos impiden lidiar
con lo real. Este mismo cliche postula tambien que las expectativas de por si
revisten un caracter irrealista. En un articulo publicado en la seccion dedicada
a las relaciones y el amor en el New York Times, una mujer relata que se separ°
de un hombre con el que formaba una buena pareja, justamente a causa de ab-
bergar expectativas cada vez mas ambiciosas:
Como se observa, la busqueda de esta mujer esta claramente motivada por la on-
tologia psicologica del yo. A pesar de que ella misma sostiene que sus necesidades
son contradictorias, su autoconocimiento presenta un alto grado de estabilizacion,
en tanto ha sido fijado mediante una ontologia psicologica que consolida su sen-
tido de la individualidad y genera herramientas cognitivas bien definidas para
evaluar a los posibles candidatos. La entrevista continua de la siguiente manera:
las otras mujeres, si tiene algun rasgo posesivo, si proyecta una buena
autoestima o una falta de autoestima, ese tipo de cosas.
En la seccion del New York Times dedicada a las relaciones, una mujer relata de
la siguiente manera como se “ enamoro” de un hombre durante un taller de
meditacion vipassana, hasta que se atrevio a hablarle: “ Lo mire de reojo y vi
todos los boligrafos que se habia metido a presion en el bolsillo de los pantalo-
nes. N o era uno solo, eran muchos, todos apretados. Ese detalle extrano me
hizo pensar que podia estar muy loco”.49 Aqui, nuevamente, el “ detalle ex
trano” se traduce a toda una ontologia psicologica y emocional. Este modo de
294 • Por que duele el amor
La imagination y la Red
Si existe la historia de la imaginacion del sujeto burgues, el advenimiento de In
ternet debena marcar una etapa decisiva en dicha historia. N o cabe duda de que
la Red constituye una de las transformaciones mas significativas en el estilo de la
imaginacion romantica. En el contexto de la cultura contemporanea, se puede
trazar una distincion entre al menos dos formas de imaginacion anticipativa gene-
radas por dicha cultura. En primer lugar, encontramos una forma de anticipacion
que se funda en la sintesis de una multitud de imagenes, relatos y bienes de con-
sumo, como la que se da, por ejemplo, cuando anticipamos unas vacaciones, una
historia de amor o la compra de un bien de lujo. Esta anticipacion puede ser difusa
o presentar una estructura cognitiva bien delimitada, mediante los bienes de con-
sumo o la invocacion de imagenes mentales o relatos. Un ejemplo de esto ultimo
sena el deseo de vivir una historia de amor que responda a una secuencia especi-
fica de acontecimientos o de escenas visuales con un alto grado de resolucion,
como el beso romantico o la cena romantica. En segundo lugar, encontramos una
forma de anticipacion producida por el intento de fabricar e imitar la experiencia
concreta, pero en un entorno virtual, utilizando la tecnologia. Se trata de una
forma de imaginacion anticipativa en tanto pretende imitar el encuentro real.
Dentro de eUa se engloban los juegos online y los sitios de citas en Internet que
elaboran y reproducen los encuentros sexuales/romanticos de la vida real.
Segun un sondeo realizado a nivel internacional por el b b c World Service en
el ano 2010, para el que se entrevisto a 11.000 usuarios de Internet de 19 paises
distintos,51 el 30% de los usuarios que se encuentran conectados a Internet en
cualquier momento determinado estan buscando pareja. Y en algunos paises,
como India o Pakistan, la proporcion alcanza el 60%. Por otra parte, la redac-
cion del New York Times observo, en uno de sus concursos de articulos sobre
historias de amor para estudiantes de la universidad, que se habia producido un
desplazamiento generalizado en los modos de interaccion, de los encuentros
sexuales ocasionales a las relaciones mediadas por la tecnologia de Internet:
En febrero [de 2011], la seccion Sunday Styles [del New York Times]
pidio a los estudiantes universitarios de todo el pais que respondieran
como era el amor para ellos, a partir de sus propias historias y con sus
propias voces. Hace tres anos, en la primera edicion de este concurso, el
De la imaginacion romantica a la decepcion • 297
tema mas popular eran los encuentros sexuales ocasionales, una practica
“ sin compromisos” que para muchas personas no estaba resultando tan
relajada. La pregunta que pareda leerse entre lmeas en cientos de relatos
era: jC om o se hace para que el contacto fisico no implique contacto
emocional? Pero en tres anos, las cosas pueden cambiar mucho. Esta vez,
la pregunta era la inversa: jCom o se hace para que haya contacto emo
cional sin contacto fisico? Es posible que el sexo ocasional entre los estu-
diantes universitarios siga vivito y coleando, pero en los textos de este
ano la atencion se desplazo hacia la intimidad que permiten los medios
virtuales y las relaciones que crecen y se profundizan casi exclusivamente
por medio de las computadoras portatiles, las camaras web, el chat y los
mensajes de texto. A diferencia de la cultura del sexo ocasional, que im-
plicaba riesgos concretos, aqm hay un amor tan puro que lo mas temido
no es contagiarse una enfermedad de transmision sexual, sino un virus en
la computadora, o tal vez conocer en persona al objeto del afecto.52
Una gran cantidad de gente cuenta que empezo a entrar en los sitios de
encuentros online con mucho resquemor, pero que despues adopto el
sistema porque le pareda muy divertido y porque ofreda tantas tentacio-
nes como una mesa de platos frios. Luego, esas mismas personas se per
miten pensar que el hombre o la mujer con quien interactuan en la Red
puede ser el amor de su vida, pero al final terminan sintiendo una pro
funda decepcion cuando el proceso concluye en una'cita cara a cara con un
ser humano de carne y hueso que lejos esta de ser perfecto y que no tiene
el aspecto de un j p e g ni habla como un mensaje de correo electronico
(enfasis de la autora).53
persona real las imagenes e interacciones del pasado. Com o proceso mental y
emocional, esta forma de imaginacion, al igual que el deseo, no precisa mucha
informacion para poder activarse. Es mas, comparte con el deseo la caractenstica
de activarse mejor cuando la informacion es escasa que cuando es excesiva.
Como explica la psicoanalista Ethel Spector Person, “puede ser la manera en
que la otra persona enciende un cigarrillo en el viento, se echa el pelo hacia atras
o habla por telefono”.55 En otras palabras, los gestos y los movimientos corpo-
rales o las inflexiones en el tono de voz desencadenan fantasias y sentimientos
romanticos. Para Freud, esa capacidad de conmoverse ante detalles mmimos y
aparentemente irracionales proviene de que “ en el amor, amamos un objeto
perdido”.56 Probablemente este fenomeno sea consecuencia de ciertos esquemas
profundos de conducta parental y de la familiaridad cultural con determinadas
poses y conductas corporales que se imprimen en nuestra conciencia. De
acuerdo con Spector Person, “ el enorme poder que la persona amada parece
ejercer en quien la ama puede explicarse en cierta medida a partir del hecho de
que se invistio al objeto amoroso con la mistica de todos los objetos perdidos
del pasado”.57 En el contexto cultural dentro del que trabajaba Freud, el amor
y la fantasia se entrelazaban fuertemente por medio de la capacidad compartida
de mezclar experiencias pasadas y presentes en interacciones solidas y corpori-
zadas. De hecho, los juicios que se fundan en el atractivo de la otra persona con
frecuencia consisten en reactivar otros juicios intuitivos anteriores basados en la
experiencia acumulada. Como senalan Bolte y Goschke, “ la intuicion denota
la capacidad de emitir juicios sobre las caracteristicas del estimulo o de discri-
minar entre categorias distintas de estimulo sin poder describir verbalmente los
fundamentos de dichos juicios. [...] [D]esde una mirada introspectiva, los jui
cios intuitivos parecen surgir de modo espontaneo y sin mediacion alguna del
razonamiento consciente”.58
Asi, la intuicion constituye una forma de juicio que activa cierto conoci-
miento inconsciente, es decir, cierto conocimiento cuya estructura y cuyos
atributos no estan al alcance de la conciencia. Posiblemente, dado que algunos
tipos de imaginacion cuentan con un volumen escaso de informacion, tienden
a sobreestimar al objeto, o sea, a asignarle un valor agregado o, como dinamos
en el habla comun, a “idealizarlo” . Este acto de idealizacion no se basana en
muchos sino en pocos elementos de la otra persona.59
300 • Por que duele el amor
El deseo autotelico
Por todo esto, me atrevo a afirmar que cada vez resulta mas dificil que se co-
necten entre si el deseo, la imaginacion y lo real, debido a dos factores funda-
De la imaginacion romantica a la decepcion • 303
Entrevistadora: Antes me dijo que cuanto mas pasaban los anos, mas adicto
se volvia a la fantasia. iQue quiso decir? ^A que se refiere con la palabra
fantasia? ^Se refiere a un amor que no puede concretarse?
Robert: Si, y creo que, cuanto mas grande soy, mas me gustan esos
amores.
Entrevistadora: Que interesante. ^Sabe por que?
Robert: Me dan un placer enorme.
Entrevistadora: ^Podria explicar por que?
Robert: Porque resuelven el problema existencial de la simbiosis entre lo
emocional y lo intelectual. Si el amor no se concreta sexualmente pero
si se concreta psiquicamente, proporciona satisfaccion. Lo que es tan
satisfactorio es precisamente que no este satisfecho, que no se haya con-
cretado. Que la promesa no se haya hecho realidad permite que cualquier
gesto mmimo, cualquier sonrisa, cualquier movimiento de la mano se
cargue de significado. Un mensaje de texto por la manana que diga
“ jBuen dia!” adquiere un significado enorme.
[...]
Robert Me cuesta contestar eso, porque cada vez que me enamoro, siem-
pre me parece que es el gran amor de mi vida. Pero si, en general, diria
que si, porque puedo fantasear mas con ellas.
Deseo y fantasia son aqm una misma cosa en tanto se fusionan alrededor de un
amor que no se concreta. La imaginacion se transforma en modo y vector del
deseo, y viceversa, el deseo se vive de manera mas intensa en la imaginacion.
Desear y fantasear son actividades que se entrelazan y que se han tomado auto-
telicas. Tomemos ahora el ejemplo de Daniel, otro entrevistado que ya men-
cionamos en los capitulos 3 y 4:
Aqm no queda claro en que medida esta mujer interactua con un personaje real
o imaginario. A mi entender, sus emociones tienen un estatuto epistemologi-
camente intermedio. Como todavia no conoce al hombre en persona y sus
emociones son autogeneradas casi por completo (pues no las genera una inte-
raccion real y ya ni siquiera una interaccion virtual), se trata de emociones
ficcionales. Sin embargo, como interactua con dispositivos tecnologicos reales
(gmail, las fotos de Facebook, etcetera), cabe afirmar que se trata de emociones
De la imaginacion romantica a la decepcion • 307
Conclusion
En el presente capkulo se documentan varios procesos, a saber: el incremento
en la codificacion y la movilizacion de la fantasia como actividad cognitiva y
emocional corriente en la esfera amorosa; el vinculo entre la decepcion y la
estructura de la vida diaria y de la intimidad, que obstaculiza el desplazamiento
y la transicion entre la fantasia y la existencia cotidiana, con la consiguiente
308 • Por que duele el amor
Si pudiera impedir
que un corazon se rompa
no habre vivido en vano.
Si pudiera calmar
el dolor de una vida,
o hacer mas llevadera una tristeza,
o ayudar a algun debil petirrojo
a que vuelva a su nido,
no habre vivido en vano.
Emily Dickinson, “ N ° 982” 1
mentos sociales. En nuestra epoca, tal labor solo puede realizarse si empezamos
por dejar de dar instrucciones y recetas a personas que ya de por si estan bastante
sobrecargadas con el imperativo tiranico de vivir la vida y el amor sin sufrimien-
tos ni trastornos. Espero haber demostrado que el “ miedo al amor” , el “amor
en exceso” y todas las ansiedades y decepciones inherentes a tantas experiencias
amorosas tienen su causa en la reorganizacion social de la sexualidad, del pro-
ceso de eleccion de pareja, de los modos de reconocimiento dentro del vinculo
amoroso y del deseo mismo.
Sin embargo, antes de comenzar con una recapitulacion de estos cambios,
pe^mtaseme aclarar algunos malentendidos que este libro podria haber generado
sin intencion alguna. Bajo ninguna circunstancia pretendo afirmar aqm que el
amor moderno siempre es una experiencia infeliz ni que el amor victoriano fuera
una opcion mas preferible o mejor que nuestra version actual de lo romantico.
Las cartas y las novelas de otras epocas, con sus rasgos estilizados, no me han
servido como parametros normativos sino, sobre todo, como herramientas ana-
Hticas para poner de relieve las caracteristicas de la condicion moderna. No de-
bemos olvidar que las mujeres del pasado, por mas que se les rindiera culto, se
encontraban en un estado de dependencia o, incluso, de postracion cuyo fin no
merece nuestros lamentos. De hecho, existen muchisimas formas modernas del
“amor feliz” y su modernidad reside tanto en aquello que las hace felices como
en los conflictos que atraviesan. No me ocupe de ellas en este libro porque con-
sidero que la infelicidad reclama la atencion academica con mayor urgencia, pero
estoy convencida de que la igualdad, la libertad y la busqueda de la satisfaccion
sexual, asi como las muestras de carino y autonomfa sin distincion de genero,
constituyen manifestaciones de las promesas cumplidas del amor moderno.
Cuando hombres y mujeres (en vmculos heterosexuales u homosexuales) cum-
plen esas promesas, creo que sus relaciones son felices no solo porque se adaptan
a las condiciones normativas de la modernidad, sino tambien porque encaman
ciertos ideales normativamente superiores a los de epocas pasadas. Asimismo,
aunque en este libro se adopta la perspectiva de las mujeres y, en gran medida,
se explican sus conflictos, no se pretende plantear bajo ningun concepto que l ° s
hombres carezcan de dificultades en la esfera del amor. Me he concentrado en
las mujeres porque el terreno femenino me resulta mas familiar, porque la mujer
ha sido objeto constante de la industria psicologica de la autoformacion y nece-
Epflogo • 311
sita con urgencia dejar de indagar penosamente sobre las supuestas “falencias” de
su psiquis; y porque, como muchas otras personas, creo que el sufrimiento emo-
cional se relaciona, de modo complejo, con la organizacion del poder polfrico-
economico. Uno de los principales misterios o motivos de malestar que trata de
esclarecer este libro es el hecho de que la revolucion feminista (necesaria y salu-
dable, pero aun inconclusa) no haya respondido al profundo anhelo de amor y
pasion que sienten todas las personas, del genero que sean. La libertad y la igual-
dad no deben moverse del lugar central que ocupan entre nuestros ideales nor-
mativos sobre el amor, pero aqm me he propuesto arrojar luz sobre los
siguientes interrogantes culturales: ^Es factible que dichos ideales polfricos pue-
dan organizar la pasion y el compromiso? Y en caso afirmativo, ^de que modo
podrian hacerlo? En este sentido, las mujeres heterosexuales de clase media se
encuentran en una posicion historicamente inedita, pues nunca han sido mas
soberanas de su cuerpo y sus emociones, pero a la vez estan dominadas emocio-
nalmente por los hombres de un modo que no tiene precedentes.
El tercer malentendido que pretendo disipar con este epilogo tiene que ver
con la idea de que el “ amor infeliz” es un fenomeno novedoso, vinculado con
la modernidad, o incluso que las personas enamoradas sufren mas actualmente
que en el pasado. En realidad, las punzadas del sufrimiento romantico constitu-
yen un tropo literario tan antiguo como la representacion misma del amor, y
en el pasado hay numerosos ejemplos y modelos de la angustia que este causa.
Sin embargo, asi como el dolor autoinfligido en la modernidad difiere de los
ritos medievales de autoflagelacion, el sufrimiento amoroso de nuestra epoca
contiene nuevas experiencias sociales y culturales. Esto no implica, obviamente,
que en dichas experiencias no subsistan ciertos elementos resistentes al cambio,
pero si toda investigacion supone una decision deliberada acerca de que aspec-
tos tomar para su estudio y cuales dejar afuera, para el presente trabajo he deci-
dido concentrarme en todo aquello que tiene de novedoso el sufrimiento
romantico actual. Por lo tanto, aqui se plantea que el amor romantico consti-
tuye el ambito de un proceso paradojico. El yo moderno esta mucho mejor
preparado para afrontar experiencias reiteradas de abandono, ruptura y traicion
que el yo del pasado, y ello es gracias al desapego, la autonomia, el hedonismo,
la iroma y el cinismo. Es mas, desde muy temprana edad, la mayoria de las per
sonas esperan que el derrotero del amor romantico suponga una travesia agitada.
312 • Por que duele el amor
Los nuevos modos de reconocimiento. Las desigualdades que surgen a partir de esta
nueva ecologia giran en torno a los nuevos modos de reconocimiento. Como
en todos los campos sociales, el exito conlleva una acumulacion de estatus y
valor propio. Asi, hoy se utilizan el atractivo y el capital sexual como senales y
herramientas de valor social, lo que les otorga un papel central en los procesos
de reconocimiento. A la inversa, el fracaso en esos campos puede amenazar el
sentido del valor propio y la identidad. De este modo, el amor se convierte en
un aspecto de la dinamica de la desigualdad moral, o sea, de la desigualdad en
el sentido del valor propio. Dicha desigualdad genera una brecha entre hombres
y mujeres, pues los primeros dominan el campo, y ademas traza una division
entre las personas que tienen mas exito y las que tienen menos exito en ese
campo. En otras palabras, la desigualdad se da entre los sexos y en el seno mismo
de cada grupo sexual. Es mas, como la modernidad esta marcada por la consti-
tucion de una esfera privada que dio forma a la identidad femenina y la desco-
necto de la esfera publica, el amor es un elemento central para el sentido del valor
propio de las mujeres. Por lo tanto, en una situacion de libertad de mercado, las
mujeres necesitan mas amor para la autovalidacion y, al mismo tiempo, tambien
desean un compromiso mas intenso e inmediato. La transformacion en la ecolo-
gia y la arquitectura de la eleccion amorosa, sumada a la relacion entre el amor y
el valor social, indica que las desigualdades de genero se encarnan hoy en las
cuestiones emocionales mas que en las cuestiones sociales. La gran difusion de los
libros sobre las diferencias entre “Marte” y “Venus” no hace mas que confirmar
el intento de comprender en temunos psicologicos un fenomeno que en realidad
es de naturaleza sociologica, a saber: la reorganizacion de las diferencias de ge-
Epflogo • 317
nero en torno al amor como fuente de valor para las mujeres o de capital sexual
para los hombres.
Por todo lo expuesto, este libro puede aparecer como una critica contra el amor
moderno, pero resultara mas provechoso leerlo como un intento de contrarres-
318 • Por que duele el amor
tar las opiniones predom inates acerca de que los varones son naturalmente
incapaces de conectarse con otras personas por motivos psicologicos y biologi-
cos, mientras que a las mujeres les conviene cambiar su propia configuracion
ps^quica para encontrar y conservar el amor. De hecho, la biologia y la psico-
logia, como modos de explicacion y legitimacion para las dificultades de las
relaciones amorosas, no son la respuesta sino que constituyen parte del pro-
blema. Si la desigualdad emocional entre hombres y mujeres esta inscrita en la
biologia, la evolucion o la inmadurez en el desarrollo de la psiquis, dichas di-
ferencias se han visto enormemente amplificadas y, en cierta medida, hasta
justificadas por la cultura y las instituciones de la modernidad, sobre todo de-
bido a la transformacion de los modelos de subsistencia economica, la mercan-
tilizacion del sexo, y la libertad e igualdad normativa entre hombres y mujeres.
Por lo tanto, la terminologia relacionada con Marte y Venus que utilizamos
para dar cuenta de nuestras diferencias y atenuarlas no sera suficiente. Es mas,
solo servira para profundizar la naturalizacion de tales diferencias, que en reali
dad han sido creadas por la cultura. Esa terminologia supone que hombres y
mujeres son diferentes en esencia: mientras que a ellos les gusta resolver pro-
blemas, a ellas les gusta recibir reconocimiento. De acuerdo con este planteo,
la solucion residiria en que los hombres escucharan y validaran a las mujeres, y
estas respetaran la necesidad masculina de autonomia. Al parecer, esto sirve a
las personas que se encuentran desorientadas como una herramienta para nave-
gar las aguas turbulentas de las diferencias de genero. Sin embargo, en muchos
aspectos, solamente refuerza la concepcion de los varones como seres ineptos
para la esfera emocional y de las mujeres como seres que deben sanar su estruc-
tura emocional.
Por supuesto, esto no implica que hombres y mujeres no sean personalmente
responsables de sus actos. En el presente libro no se pretende de manera alguna
descartar ni menospreciar la nocion de responsabilidad personal ni la obligacion
de hacerse cargo de las propias acciones en las relaciones interpersonales. Por el
contrario, aqrn se plantea que comprender el conjunto de fuerzas mas amplias
que operan sobre dicho accionar podna contribuir a evitar el exceso de respon-
sabilizacion y a ubicar mejor el locus de la responsabilidad personal y etica.
Las personas que lean este libro con una mirada critica, como seguramente
muchas lo haran, querran saber tambien cuales son mis recomendaciones poli-
Epflogo • 319
1 9 7 0 , p . 1 2 9 [trad . e sp .: LA dialectica d el s e x o , B a r c e lo n a , K a ir o s , 1 9 7 6 , p . 1 6 2 ].
C u m b r e s borrascosas, M a d r id , S ir u e la , 2 0 1 1 ] .
3 G . F la u b e r t, M a d a m e B o v a r y , N u e v a Y o r k , C o u r i e r D o v e r P u b lic a tio n s , 1 9 9 6 [1 8 5 7 ], p . 14 5
4 S. d e B e a u v o ir , T h e S e c o n d S e x , N u e v a Y o r k , V in ta g e B o o k s , 1 9 7 0 [1 9 4 9 ] [trad . e s p .:
E l seg u n d o se x o , B u e n o s A ir e s , S ig lo x x , 1 9 5 4 ].
5 V e a se la n o ta l .
6 T . - G . A t k in s o n , " R a d i c a l F e m in is m a n d L o v e ” ( 1 9 7 4 ) , e n S . O s t r o v W e is s e r ( c o m p .) , •
W o m en a n d R o m a n c e : A R e a d e r , N u e v a Y o r k , N e w Y o r k U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 1 , p p . 1 3 8 - 1 4 2 .
7 C . A . M a c K i n n o n , S e x u a l H a ra s sm e n t o f W o rk in g W o m e n : A C a s e o f S e x D isc r im in a tio n , N e w
o f V i o l e n c e a g a in st W o m e n in th e H o m e ” , e n A e g is : M a g a z in e on E n d in g V iolence a g a in st
U n iv e r s ity o f C h i c a g o P re ss, 2 0 0 1 .
e s p .: L A s ra z o n e s d e l am o r, B a r c e lo n a , P a id o s Ib e ric a , 2 0 0 4 ] .
B u e n o s A ire s, A n t e o , 1 9 7 2 , p. 1 5 ].
12 M . W e b e r , " R e l i g i o u s R e je c t i o n s o f th e W o r ld a n d T h e i r D ir e c t io n s ” , e n H . H . G e r th
13 E ste p o s t u la d o r e p r e se n ta ta m b ie n la p e r s p e c tiv a te o r ic a y s o c io lo g ic a d e G id d e n s , B e c k y
G e r n s h e im - B e c k , B a u m a n y o tro s c o le g a s .
d el c o raz o n , M a d r id , A lia n z a , 1 9 8 9 ].
M a d r id , K a t z E d ito r e s , 2 0 1 0 ] .
1 6 U t e F r e v e r t, “ W a s h ab e n G e f t h l e in d e r G e s c h ic h t e z u s u c h e n ? ” , e n G esch ich te u n d
G esellsch aft, 3 5 , 2 0 0 9 , p p . 1 8 3 - 2 0 8 (p . 2 0 2 ).
17 G . M o t z k in , “ S e c u la r iz a tio n , K n o w le d g e a n d A u t h o r it y ” , e n G . M o t z k in e Y . F isc h e r
2 0 0 8 , pp . 35 -5 3 .
E n g la n d , C a m b r id g e , C a m b r id g e U n iv e r s it y P r e s s, 1 9 8 3 , p . 9 8 .
T h e T ran sfo rm atio n o f In tim acy , C a m b r id g e , P o lit y P re ss, 1 9 9 2 [trad . e s p .: L a tran sform acion
en In glaterra, 1 5 0 0 - 1 8 0 0 , M e x i c o , fce, 1 9 8 9 ].
2 0 G id d e n s , T h e T ra n sfo rm atio n o f In tim acy .
A n a g r a m a , 1 9 9 5 ].
2 6 V e a s e S w i d le r , Talk of Love.
2 7 A . K le in m a n , V . D a s s y M . L o c k (c o m p s .), Sodal Suffering, B e r k e le y , U n iv e r s ity o f
C a lifo r n ia P r e s s , 1 9 9 7 .
im a g in a r io y c o n u n a lto g r a d o d e m o v ilid a d so c ia l g e n e r a r a m a y o r s u fr im ie n t o p s iq u ic o q u e
u n a s o c ie d a d d e c a sta s, e n la q u e la s p e r s o n a s a lb e rg a r ia n m e n o s e x p e c t a tiv a s.
p o r q u e su fr e n la s p e r s o n a s y , s o b r e t o d o , p o r q u e esta b ie n q u e su fra n . E n e l a m b it o d e l
r o m a n c e , la p s ic o lo g ia clin ic a h a o c u p a d o la fu n c io n d e la te o d ic e a al e x p lic a r el s u fr im ie n t o y ,
d e ese m o d o , to r n a r lo in te lig ib le , p e r o t a m b ie n a c e p ta b le .
3 2 L a s fu e n te s i n f o r m a t iv e e n la s q u e m e b a s o s o n d e o r ig e n v a r ia d o e in c lu y e n se te n ta en tre vistas
2. L a g ra n tr a n s fo r m a c i6 n d e l a m o r o e l su r g im ie n to d e lo s m e r c a d o s m a ^ m o n i a l e s
B a r c e lo n a , M o n d a d o r i, 2 0 0 9 , p. 3 5 ].
3 H . M . M a r k u s y S. K it a y a m a , " M o d e l s o f A g e n c y : S o c io c u lt u r a l D iv e r s it y in the
C o n s t r u c t io n o f A c t i o n ” , e n V . M u r p h y - B e r m a n y J. B e r m a n (c o m p s .), C r o s s - C u lt u r a l
4 V e a s e C . R . S u n s t e in y R . H . T h a le r , N u d g e : lm p ro v in g D e d s io n s a b o u t H e a lth , W ealth ,
a n d H a p p in e ss , N e w H a v e n , Y a l e U n iv e r s it y P re s s, 2 0 0 8 [trad . e s p .: U n p e q u e n o e m p u jo n
M a d r id , T a u r u s , 2 0 0 9 ] .
6 P a ra m a s e je m p lo s so b re el s u r g im ie n t o d e n u e v o s m o d o s d e c o n te m p la r las c o n se c u e n c ia s
In v e stig a d o n e s so d o gen eticas y p sic o ge n ttic as, M e x i c o , fce, 1 9 8 9 ]; T . L . H a sk e ll, " C a p it a lis m an d
7 S . C . C h a n g y C . N . C h a n , " P e r c e p t io n s o f C o m m i t m e n t C h a n g e d u r in g M a t e S e le c t io n :
T h e C a s e o f T a i w a n e s e N e w ly w e d s ” , e n j o u m a l o f S o d a l a n d P erso n a l R e la tio n s h ip s, 2 4 ( 1 ) , 2 0 0 7 ,
p p . 5 5 - 6 8 . P ara u n c a so c o m p a r a b le , v e a se D . L e h m a n n y B . S ie b z e h n e r , " P o w e r , B o u n d a r ie s
a n d In stitu tio n s : M a r t ia g e in U l t r a - O r t h o d o x J u d a i s m ” , e n E u r o p e a n j o u m a l o fS o d o lo g y , 5 0 (2 ),
2 0 09, pp. 2 7 3 -3 0 8 .
8 V e a s e K . S a v a n i, H . M a r k u s y A . C o n n e r , " L e t Y o u r P r e fe r e n c e B e Y o u r G u id e ?
P r e fe r e n c e s a n d C h o ic e s a re M o r e T ig h t ly L in k e d fo r N o r t h A m e r ic a n s T h a n fo r In d ia n s” ,
e n j o u m a l o f P e rso n a lity a n d S o d a l P sy c h o b g y , 9 5 ( 4 ) , 2 0 0 8 , p p . 8 6 1 - 8 7 6 .
E m m a .p d f> , p . 2 7 3 , u lt im o a c c e so : 14 d e j u l i o d e 2 0 1 2 ] .
1 0 Ib id .
Y o r k , B a s ic B o o k s , 2 0 0 0 , p. 2 1 .
1 2 I b id ., p . 19.
1 3 C it a d o e n ibid.
Notas • 327
1 6 A . O . J. C o c k s h u t , M a n an d W o m a n : A S tu d y o f L o v e a n d the N o v e l, 1 7 4 0 - 1 9 4 0 , O x f o r d ,
O x f o r d U n iv e r s ity P re ss, 1 9 7 8 , p. 6 7 .
17 E s ta n o c i o n d e c a r a c te r d e b e d ife re n c ia r se d e l p la n t e o d e W a h r m a n s o b r e la e x is te n c ia d e u n
C e n tu r y E n g la n d , N e w H a v e n , Y a l e U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 4 , p. 2 0 7 ) . E n c a m b io , la id e a d e
1 8 J . W o o d , “ In sid e M r S h e p h e r d ” , e n L o n d o n R e v ie w o f B o o k s, 2 6 ( 2 1 ) , 2 0 0 4 , pp. 4 1 - 4 3 .
19 M . D . S a n fo r d , M o llie : T h e j o u m a l o f M o llie D o r se y S a n fo r d in N e b r a sk a a n d C o lo r a d o
T erritories, 1 8 5 7 - 1 8 6 6 , L in c o ln , U n iv e r s ity o f N e b r a s k a P re s s, 2 0 0 3 , p. 5 7 .
2 0 A . M a c F a r la n e , M a r ria g e a n d L o v e in E n g la n d : M o d e s o f R e p ro d u c tio n , 1 3 0 0 - 1 8 4 0 , O x f o r d ,
B a s il B la c k w e ll, 1 9 8 6 , p . 2 9 4 .
U n iv e r s ity P re ss, 1 9 9 6 , p. 7 2 .
2 2 E s t o ta m b ie n o c u r r ia e n e l c a s o d e la s p e r so n a s m a s p o b r e s , q u e n o c o n ta b a n c o n
tie r r a s p a r a o fr e c e r e n e l p r o c e s o d e c o r t e jo . E s m a s, e n u n e s t u d io q u e r e a liz o M ic h a e l
m e n ta l a p r in c ip io s d e l s ig lo x v n , se se n a la q u e la o b e d ie n c ia d e las n o r m a s im p u e sta s p o r lo s
jo v e n e s a la h o r a d e t o m a r d e c is io n e s m a tr im o n ia le s , in c lu s o c u a n d o n o a c a ta b a n d ich as
in S e v e n te e n th - C e n tu ry E n g la n d , C a m b r id g e , C a m b r id g e U n iv e r s ity P re ss, 1 9 8 3 ,
pp. 9 6 -9 7 .
B u e n o s A ire s, A m o r r o r t u , 1 9 9 5 ].
328 • Por que duele el amor
p o r q u e e ra n a d u lto s, n o h a c ia n c h iq u illa d a s c o m o d e ja r u n a c e n a q u e o t r o s h a b ia n p r e p a r a d o c o n
m atrim o n io , B a r c e lo n a , G e d is a , 2 0 0 6 , p. 2 5 2 ].
2 6 P r o b a b le m e n t e e s to se d e b a , e n p a r te , a q u e lo s h o m b r e s s u p e r a b a n e n n u m e r o a las
m u je r e s , al m e n o s h a sta la e p o c a d e la G u e r r a C iv il e s ta d o u n id e n se .
2 7 W . M . R e d d y , “ E m o t io n a l L ib e r ty : P o litic s a n d H is to r y in th e A n t h r o p o lo g y o f
E m o t io n s ” , e n C u l t u r a l A n th r o p o b g y , 1 4 (2 ), 1 9 9 9 , p p . 2 5 6 - 2 8 8 ; W . M . R e d d y , “ A g a in st
C o n s t r u c t io n is m : T h e H is to r ic a l E t h n o g r a p h y o f E m o t i o n s ” , e n C u r r e n t A n th ro p o lo g y , 3 8 (3 ),
1 9 9 7 , pp. 3 2 7 -3 5 1 .
2 8 E K . R o t h m a n , H a n d s an d H e a r t s : A H is to r y o f C o u r tsh ip in A m e ric a , N u e v a Y o r k , B a s ic
B o o k s, 1984, p. 34.
H is to r ia d e la e sp o sa, B a r c e lo n a , S a la m a n d r a , 2 0 0 3 ] .
S o ciety , N u e v a Y o r k , A t h e n e u m , 1 9 7 0 , p. x i x .
3 1 J . H . Y o u n g , O u r D e p o rtm e n t, C h a r le s t o n , B ib lio B a z a a r , 2 0 0 8 [ 1 8 7 9 ] , p . 1 5 5 .
B o s t o n , N o r t h e a s te r n U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 6 , p. 7 .
1 9 8 8 , p . 4.
3 5 M a c D o n a ld , M y stic a l B e d la m , p. 9 4 .
M a d r id , A g u ila r , 1 9 7 0 ].
Notas • 329
H a r r in g to n P a r k P r e s s, 1 9 8 5 , p . 2.
3 8 I b id ., p . 4.
3 9 I b id ., p . 9 .
lo s r e p e r t o r io s s o c ia le s d e e v a lu a t i o n p a r a la f o r m a t i o n d e la i d e n t id a d , las e s tru c tu r a s so c ia le s
p p . 3 4 9 - 3 6 5 .; M . L a m o n t y L . T h e v e n o t , R e th in k in g C o m p a r a tiv e C u l t u r a l S o c io lo g y :
P re s s, 2 0 0 0 .
o f N e w Y o r k P re ss, 2 0 0 0 , p . 5 8 .
4 4 Ib id ., p. 1 9 4 [trad . esp. c it .: p. 1 2 2 ].
4 6 M . T w a i n , M a r k T w a in ’s L etters: 1 8 6 7 - 1 8 6 8 , v o l. 2, c o m p ila d o p o r E . M . B r a n c h , M . B .
U n iv e r s ity o f V i r g i n i a P re ss, 1 9 9 5 .
E l doctor T h o m e , M a d r id , E d ic io n e s R i a l p , 2 0 0 3 , p . 3 2 ].
4 9 E . W h a r to n , T h e A g e o f Innocence, W a r e , W o r d s w o r t h , 1 9 9 4 [ 1 9 2 0 ], p. 1 9 8 [trad . e sp .:
5 0 S a n fo r d , M o llie , p. 1 4 5 .
d el c o raz o n , M a d r id , A lia n z a , 1 9 8 9 ].
5 3 A . S e n , “ R a t i o n a l F o o ls : A C r it iq u e o f t h e B e h a v io r a l F o u n d a t io n s o f E c o n o m i c T h e o r y ” ,
M H o llis , F ilo so fla y teo ria econom ica, M e x i c o , fce , 1 9 8 6 , p p . 1 7 2 - 2 1 7 (p. 1 8 7 )].
5 4 D ic h o s m e c a n is m o s so n m a s p r o p e n s o s a a p a r e c e r e n lo s p a ise s p r o te st a n te s q u e e n los
m e n o s p r o m in e n t e .
5 5 L . S t o n e , T h e F a m ily , S e x a n d M a r ria g e in E n g la n d , 1 5 0 0 - 1 8 0 0 , N u e v a Y o r k , H a r p e r a n d
5 7 T a l c o m o e s c r ib e K ie r k e g a a r d , “ a u n q u e fu n d a d o e s e n c ia lm e n te e n lo se n su a l, este a m o r
P r in c e to n , P r in c e to n U n iv e r sity P re ss, 1 9 4 4 [ 1 8 4 3 ], p. 2 1 ).
N u e v a Y o r k , K n o p f, 1 9 9 5 .
5 9 P a ra u n a n alisis a n te r io r s o b r e la fu n c io n d e l a b e lle z a e n e l a m o r , v e a s e e l B a n q u e te d e
s o b r e la b e lle z a c o m o c r ite r io p a r a la d e c is io n m a tr im o n ia l.
H a r p e r a n d R o w , 1 9 8 8 , p. 2 9 1 .
6 1 K . P e iss, “ O n B e a u t y . . . a n d th e H is t o r y o f B u s i n e s s ” , e n P . S c r a n t o n ( c o m p .) , B e a u ty
(p. 10).
6 2 K . P e iss, H o p e in a j a r : T h e M a k in g o f A m e ric a 's B e a u ty C u ltu r e , N u e v a Y o r k , H e n r y H o lt ,
1 9 9 8 , p. 142.
las o b lig a b a n a p a tr o c in a r a e sa e m p r e sa ” , ib id ., p. 1 2 6 .
6 4 “ L o s e s tu d io s c in e m a to g r a fic o s c e rr a b a n trato s c o n l o s fa b r ic a n te s d e in d u m e n ta r ia p a ra
e s p e c ta d o r a s, c o m o el q u e u s o B e t t e D a v is e n L a tty L y n to n , e m p e z a b a n a fa b r ic a r lo ra p id a m e n te
p a ra v e n d e r lo a p r e c io s p o p u la r e s e n lo s p rin c ip a le s c e n tr o s c o m e r c ia le s ” (Peiss, “ O n B e a u t y ” ,
p. 13).
6 5 P e iss, H o p e in a j a r , p . 2 4 9 .
Notas • 331
6 6 I b id ., p. 14.
6 7 I b id ., p . 1 4 2 .
6 8 Ibid.
6 9 L . B a n n e r , A m e rica n B e a u ty , N u e v a Y o r k , K n o p f, 1 9 8 3 , p. 2 6 4 .
C o lu m b ia , U n iv e r s ity o f M is s o u r i P re ss, 2 0 0 0 ; B . O s g e r b y , “ A P e d ig r e e o f th e C o n s u n r in g
(p p . 6 1 - 6 2 ) .
71 O sg e r b y , “ A P e d ig r e e o f th e C o n s u r m n g M a le ” , p. 6 2 .
7 2 I b id ., p . 7 7 .
7 3 P e iss, H o p e in a j a r , p . 1 2 6 .
T h o u g h t, 1 9 2 0 to 1 9 8 2 , N u e v a Y o r k , C o lu m b i a U n iv e r s ity P ress, 2 0 0 1 .
75 W . C a m p , P rosp ects o f L o v e , L o n d r e s , L o n g m a n s , G r e e n , 1 9 5 7 .
a c c e s o : 2 9 d e s e p t ie m b r e d e 2 0 1 1 ) .
7 7 J . N e v i d , “ S e x D iffe r e n c e s in F a c to rs o f R o m a n t i c A t t r a c t io n ” , e n S e x R o le s, 11 ( 5 / 6 ) ,
P a r a d i g m ” , e n j o u r n a l o f P e r so n a lity a n d S o c ia l P sy ch o lo gy , 5 9 (5 ), 1 9 9 0 , p p . 9 8 1 - 9 9 3 ; A . M .
7 8 P . E a s t w ic k y E . F in k e l, “ S e x D iffe r e n c e s i n M a t e P re fe r e n c e s R e v is it e d : D o P e o p le K n o w
D iffe r e n c e s in P re fe r e n c e s fo r S h o r t - T e r m M a t e s : W h a t, W h e th e r , a n d W h y ” , e n j o u r n a l o f
P e rso n a lity a n d S o d a l P sy ch o lo g y , 9 0 ( 3 ) , 2 0 0 6 , p p . 4 6 8 - 4 8 9 .
7 9 D . M . B u s s , T . K . S h a c k e lfo r d , L . A . K ir k p a t r ic k y R . J . L a r se n , “ A H a l f C e n t u r y o f M a t e
P re fe r e n c e s: T h e C u lt u r a l E v o lu t io n o f V a l u e s ” , e n j o u r n a l o f M a r ria g e a n d the F a m i l y , 6 3 ( 2 ) ,
2 0 0 1 , pp. 491 -5 0 3 .
8 0 P o r lo t a n t o , si u n a g r a n p a r t e d e la s in v e s tig a c io n e s p s ic o lo g ic a s c o n te m p o r a n e a s d e m u e st r a
q u e la a tr a c c io n s e x u a l r e p r e se n ta u n fa c to r im p o r ta n te e n la se le c c io n d e p a r e ja es p o r q u e ,
c o m o s u e le s u c e d e r , c o n fu n d e lo h is to r ic o c o n lo n a tu ra l y a si n a tu r a liz a lo p r im e r o .
332 • Por que duele el amor
“ T h e o r ie s o f S e x u a l a n d E r o t ic P o w e r ” (in e d ito ), p p . 3 - 4 . V e a se ta m b ie n D . K a p la n , “ S e x u a l
p r o p o n g o h a c e r e x t e n s iv o este c o n c e p t o al a t r a c t iv o se x u a l, c o m b in a n d o lo c o n las
A m e r ic a n jo u r n a l o f S o d o lo g y , 8 9 , 1 9 8 3 , p p . 1 4 0 - 1 6 5 ; H . Z e t t e r b e r g , “ T h e S e c r e t R a n k i n g ” ,
P r in c e to n , P r in c e to n U n iv e r s ity P re ss, 1 9 9 8 .
8 4 Z e tte rb e rg , “ T h e S e c re t R a n k in g ” , p. 136.
8 5 E s t e e s p r e c is a m e n te e l te m a d e la n o v e la E l a m a n te d e la d y C h a tte r le y , e scrita p o r D . H .
8 6 V e a s e J. A le x a n d e r , “ I c o n ic C o n s c io u s n e s s : T h e M a t e r ia l F e e lin g o f M e a n i n g ” , en
E n v iro n m e n t a n d P la n n in g D : S o d e t y a n d S p a c e , 2 6 , 2 0 0 8 , p p . 7 8 2 - 7 9 4 .
8 7 G . S . B e c k e r , “ A T h e o r y o f M a r r ia g e : P a r t I” , e n T h e jo u r n a l o f P o litic al E c o n o m y , 8 1 ( 4 ) ,
1 9 7 3 , p p . 8 1 3 - 8 4 6 (p . 8 1 4 ).
8 8 N . W o lf , T h e B e a u t y M y t h : H o w Im a g e s o f B e a u t y A re U se d A g a in s t W o m en , N u e v a Y o r k ,
T a u r is , 2 0 0 9 ; A . C . H a ll y M . J . B is h o p , P o p -P o rn :P o rn o g ra p h y in A m e rica n C u ltu r e , W e s t w o o d ,
Notas • 333
9 0 Z e t t e r b e r g , “ T h e S e c r e t R a n k i n g ” , p. 1 3 5 .
91 W e b s te r y D r isk e ll, “ B e a u t y a s S t a tu s ” .
9 2 V e a s e A . G r e e n , “ T h e S o c ia l O r g a n iz a t io n o f D e s i r e : T h e S e x u a l F ie ld s A p p r o a c h ” , e n
S o cio lo gical T h eo ry , 2 6 ( 1 ) , 2 0 0 8 , p p . 2 5 - 5 0 .
9 3 I b id ., p . 2 9 ; J . L e v i- M a r t in y M . G e o r g e , “ T h e o r i e s o f S e x u a l S t r a tific a tio n : T o w a r d an
pp. 1 0 7-132.
2 0 0 9 , p p . 1 0 6 - 1 1 9 (p . 1 0 8 ).
9 5 G . C h r is tin a , “ A re W e H a v i n g S e x N o w o r W h a t ? ” , e n A . S o b le y N . P o w e r ( c o m p s .),
p p . 2 3 - 2 9 (p . 2 4 ).
U n iv e r sity P re ss, 2 0 0 0 , p p . 1 6 0 - 1 6 3 ; R . E r ik s o n y J . H . G o ld t h o r p e , T h e C o n st a n t F l u x : A
p . 6 1 ].
2 M . D o w d , “ B l u e I s th e N e w B l a c k ” , e n N e w Y ork T im e s, 1 9 d e se p tie m b r e d e 2 0 0 9 .
4 M . J . S a n d e l, “ T h e P r o c e d u r a l R e p u b l i c a n d th e U n e n c u m b e r e d S e l f ' , e n P o litic al T h eo ry ,
1 2 (1 ), 1 9 8 4 , p p . 8 1 - 9 6 [trad . e s p .: “ L a r e p u b lic a p r o c e d im e n t a l y e l y o d e s v in c u la d o ” , e n F.
B a r c e lo n a , P e n in su la , 2 0 0 8 ) .
s e x o e ig u a ld a d , M a d r id , C a t e d r a , 2 0 0 1 ) .
to d a u n a v a r ie d a d d e sig n ific a d o s q u e se in te r r e la c io n a n d e m a n e r a c o m p le ja , c o m o p o r
e je m p lo la lib e rta d c o n r e sp e c to a la a u to r id a d e x te r n a (y a se a d e lo s p a d r e s , la s o c ie d a d o lo s
e s p .: L a p a r a d o ja d el am o r, M e x i c o , T u s q u e t s , 2 0 1 1 ) . P e p p e r S c h w a r tz , p o r su p a r te , e je m p lific a
P re ss, 1 9 9 4 .
8 D . T . E lw o o d y C . J e n c k s , “ T h e S p r e a d o f S i n g l e - P a r e n t F a m ilie s in th e U n it e d S ta te s sin c e
1 9 6 0 ” , e n D . P . M o y n ih a n , T . M . S m e e d i n g y L . R a i n w a t e r (c o m p s .), T h e F u t u r e o f t h e F a m ily ,
N u e v a Y o r k , R u s s e ll S a g e F o u n d a tio n , 2 0 0 6 , p p . 2 5 - 6 4 .
9 A . T h o r n t o n , “ C h a n g i n g A ttitu d e s to w a r d F a m ily I s s u e s in th e U n it e d S t a te s ” , e n j o u m a l o f
1 2 L a c a n tid a d d e h o g a re s e n c o n c u b in a t o su b io d e 1 .1 0 0 .0 0 0 e n 1 9 7 7 a 4 .9 0 0 .0 0 0 e n 1 9 9 7 .
y a a lc a n z a b a n el 4 ,8 % . V e a s e L . M . C a s p e r y p . N . C o h e n , " H o w D o e s P O S S L Q M e a s u r e
U p ? H is to r ic a l E s tim a te s o f C o h a b it a t io n ” , en D e m o g ra p h y , 3 7 ( 2 ) , 2 0 0 0 , p p . 2 3 7 - 2 4 5 .
1 3 R . S c h o e n y R . M . W e in ic k , " P a r t n e r C h o i c e in M a r r ia g e s an d C o h a b it a t io n s ” , e n j o u m a l
a m o r y el m a t r im o n io . V e a s e ib id ., p p . 8 5 - 1 1 2 .
s e n tid o d e l c o m p r o m is o m e d ia n te el u s o d e l le n g u a je p s ic o t e r a p e u t ic o y el id e a l d e la
al m o d e lo d e la in d e p e n d e n c ia in d iv id u a l y d e ja r a u n la d o el m o d e lo d e la in te r d e p e n d e n c ia
r e r ip r o c a , p u e s so s tie n e q u e el c o m p r o m i s o s ig u e s ie n d o u n r a s g o ce n tr a l d e l m a tr im o n io .
V e a s e F . M . C a n d a n , L o v e in A m e rica , C a m b r id g e , C a m b r id g e U n iv e r s it y P re ss, 1 9 8 7 . S in
e m b a r g o , e n el p r e s e n te c a p it u lo se e x p lo r a el te m a d e l c o m p r o m is o e n la s r e la c io n e s a m o r o sa s
y el m a t r im o n io c o n t e m p o r a n e o d e s d e u n a p e r s p e c tiv a d istin ta : la p r e g u n ta es c o m o y p o r q u e
h a c a m b ia d o la e s tru c tu r a d e l c o m p r o m is o e n d ic h o s v m c u lo s .
e n S ig n s : J o u r n a l o f W om en in C u ltu re a n d So ciety , 4 , 1 9 7 8 , p p . 2 1 9 - 2 3 6 (p . 2 2 2 ) .
1 9 S. R ic h a r d s o n , P a m e la : or V irtu e R e w ard e d , H a r m o n d s w o r t h , P e n g u in B o o k s , 1 9 8 5 [1 7 4 0 ]
c o n t a n d o n o s q u e R o x a n a p a s o a se r la e s p o sa p r e fe r id a d e U s b e k r e sistie n d o se a su s a v a n c e s y ,
p o r lo ta n t o , m a n ife sta n d o su v ir tu d .
21 I. W a tt, " T h e N e w W o m a n : S a m u e l R i c h a r d s o n ’s P a m e la ” , e n R . L . C o s e r ( c o m p .) , T h e
C o t t , "P a s s io n le s s n e s s ” , p . 2 2 3 .
2 2 C o t t , "P a s s io n le s s n e s s ” , p . 2 2 8 .
2 3 lb i d . , p . 2 3 3 .
2 4 E . K . R o t h m a n , H a n d s a n d H e a r ts : A H isto ry o f C o u rtsh ip in A m e r ic a , N u e v a Y o r k , B a s ic
B o o k s, 1984, p. 32.
2 5 Ib id ., p . 3 4 .
336 • Por que duele el amor
2 6 [b id .
2 7 [ b id ., p. 3 5 .
2 8 Ib id ., p . 11.
2 9 [ b id ., p . 3 3 .
3 0 Ib id ., p . 7 0 .
31 [b id ., p . 7 1 .
B o s t o n , N o r t h e a s t e r n U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 6 , p. 4 9 .
3 3 L . A . G a e d d e r t, A N e w E n g la n d L o v e S to r y : N a t h a n ie l H a w th o rn e a n d S o p h ia P e a b o d y , N u e v a
Y o r k , D ia l P re ss, 1 9 8 0 , p . 8 1 .
U n iv e r s ity P re ss, 1 9 9 3 , p . 8 8 .
3 6 S . C h o jn a c k i , “ D o w r i e s a n d K in s m e n in E a r ly R e n a is s a n c e V e n ic e ” , e n J o u r n a l o f
3 7 S t o n e , B ro k en L iv e s.
3 8 E n la In g la te rra d e l s ig lo x i x , las m u je r e s e ra n m a s p r o p e n s a s q u e lo s v a r o n e s a r o m p e r lo s
c o m p r o m is o s m a tr im o n ia le s (v ease ib id .).
3 9 A . H a n n a y , K ie rk e g a a rd : A B io g ra p h y , C a m b r id g e , C a m b r id g e U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 1 ,
pp. 1 5 8 -1 5 9 .
10 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
a c c e so : 10 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
T im in g a n d D u ra tio n o f M a m a g e s a n d D iv o rc e s: 2 0 0 1 , fe b r e r o d e 2 0 0 5 .
4 3 R . S c h o e n y V . C a n u d a s - R o m o , “ T i m i n g E ffe c ts o n F irst M a r r ia g e : T w e n t ie t h - C e n t u r y
E x p e r ie n c e in E n g la n d a n d W a le s a n d th e u sa ” , e n P o p u la tio n S tu d ie s, 5 9 ( 2 ) , 2 0 0 5 , p p . 1 3 5 - 1 4 6 .
4 4 L a p r o p o r c io n d e h o g a re s u n ip e r so n a le s a u m e n t o el 9 % , d e u n 1 7 % e n 1 9 7 0 a u n 2 6 % e n
d e u n te r c io d e lo s h o g a r e s e sta d o u n id e n se s. V e a se u s C e n s u s B u r e a u R e p o r t , A m e r ic a ’s
4 5 D e a c u e r d o c o n u n in fo r m e d e la O f i c i n a d e E sta d istic a s y C e n s o s d e E s ta d o s U n id o s s o b r e
m a t r im o n io s y d iv o r c io s p a r a el a n o 2 0 0 1 , a lo s 4 0 an os d e ed ad , u n 1 5 % d e las p e r so n a s
Notas • 337
n a c id a s e n tre 1 9 3 5 y 1 9 3 9 haW an c o n t r a d o s e g u n d a s o te r c e r a s n u p c ia s . E s t e p o r c e n t a je s u b io
al 2 2 % p a r a la g e n e r a c io n d e p e r s o n a s n a c id a s e n tre 1 9 4 5 y 1 9 4 9 . D u r a n t e lo s d ie z a n o s
v a ro n e s n a c id o s e n tre 1 9 5 5 y 1 9 5 9 .
4 6 C . S t r o h m , J . S e ltz e r , S . C o c h r a n y W . M a y s , " L i v i n g A p a r t T o g e t h e r : R e la t io n s h ip s in th e
U n it e d S t a te s ” , e n D e m o g ra p h ic R esearch , 2 1 ( 7 ) , 2 0 0 9 , p p . 1 7 7 - 2 1 4 .
m a tr im o n ia l b a s a d o e n el c o m p a n e r is m o a u n m o d e lo b a s a d o e n la in d iv id u a lid a d . V e a s e A . J .
6 6 (4 ), 2 0 0 4 , pp. 8 4 8 -8 6 1 .
c o n tr o la n lo s r e c u r s o s s o c ia le s, e c o n o m ic o s y c u ltu r a le s, y las m u je r e s in d e p e n d ie n te s y
Y o r k , P le n u m P r e s s, 1 9 8 5 .
5 2 G . K a u fm a n y F . G o ld s c h e id e r , " D o M e n ‘N e e d ’ a S p o u s e M o r e T h a n W o m e n ?
4 8 (1 ), 2 0 0 7 , p p . 2 9 - 4 6 .
a n d T r a d i n g M o d e l ” , e n A n n u a l R e v ie w o f S o cio lo g y , 2 3 , 1 9 9 7 , p p . 4 3 1 - 4 5 3 .
5 4 L a m is m a te o r ia p r e d ic e q u e , a la in v e rsa , si se in c r e m e n ta r a n lo s in g r e so s d e l o s v a r o n e s ,
“ S e x u a l S t r a te g ie s T h e o r y : A n E v o lu t io n a r y P e r s p e c t iv e o n H u m a n M a t in g ” , e n P sy ch o lo gical
C u m m in g s , 1 9 8 5 .
338 • Por que duele el amor
A ir e s, K a t z E d i to r e s, 2 0 0 9 ] .
C h o d o r o w , " O e d i p a l A s y m m e tr ie s a n d H e t e r o s e x u a l K n o t s ” , e n S o d a l P ro b lem s, 2 3 ( 4 ) , 1 9 7 6 ,
pp. 4 5 4 -4 6 8 .
K a ir o s , 1 9 7 6 , p . 1 6 0 ].
6 0 A . R i c h , " C o m p u l s o r y H e t e r o s e x u a lit y an d L e s b ia n E x is t e n c e ” , e n S ig n s , 5 (4 ), 1 9 8 0 ,
61 B . L a t o u r , W e H a v e N e v e r B e e n M o d e rn , C a m b r id g e , m a , H a r v a r d U n iv e r s it y P re ss, 1 9 9 3
(trad . e s p .: N u n c a fu im o s m odernos, B u e n o s A ir e s, S i g lo x x i , 2 0 0 7 ] .
de los estu d io s d e la c ie n d a, B a r c e lo n a , G e d is a , 2 0 0 1 ] .
E m p ire , L o n d r e s , P e a r s o n L o n g m a n , 2 0 0 5 , p . 3 5 .
6 4 Ibid.
tr a d ic io n a le s d e d is tin c io n m a sc u lin a . M a s b ie n , c o n s id e r o q u e e x is te n d o s p r o c e s o s p a r a le lo s
q u e c o n fo r m a n u n a m a triz : p o r u n la d o , la a te n u a c io n d e lo s s im b o lo s tr a d ic io n a le s d e e statu s
a u n q u e n o te n ia fo r tu n a , lo g r a b a o b t e n e r a c c e s o s e x u a l a u n a g r a n c a n t id a d d e m u je r e s d e
d is tin t o s n iv e le s s o c i o e c o n o m i c o s .
6 8 F u k u y a m a , T h e G r e a t D isr u p tio n , p . 1 2 1 .
6 4 3 - 6 5 7 (p . 6 4 5 ).
7 0 S. H it e , T h e H it e R e p o r t on M a le S e x u a lity , N u e v a Y o r k , B a U a n tin e B o o k s , 1 9 8 1 , p. 4 7 9 .
pp. 4 2 - 4 5 (p . 4 4 ).
p p . 3 - 2 1 (p . 3 ).
7 4 S. B r o w n m ille r , A g a in s t O u r W ill: M e n , W om en , an d R a p e , N u e v a Y o r k , B a n t a m B o o k s ,
1 9 7 6 [tr a d . e s p .: C o n tr a n u estra v o lu n ta d , B a r c e lo n a , P la n e ta , 1 9 8 1 ]; C h o d o r o w , “ O e d ip a l
A s y m m e tr ie s a n d H e t e r o s e x u a l K n o t s ” y T h e R e p ro d u ctio n o f M o th e rin g; R ic h , “ C o m p u ls o r y
H e te r o s e x u a lity a n d L e s b ia n E x i s t e n c e ” .
7 5 A . R o s s i , “ C h ild r e n a n d W o r k in t h e L iv e s o f W o m e n ” ( p o n e n c ia p r e se n ta d a e n la
U n iv e r s id a d d e A r iz o n a , T u c s o n , e n fe b r e r o d e 1 9 7 6 ), c it a d a e n R i c h , “ C o m p u ls o r y
H e t e r o s e x u a lit y a n d L e s b ia n E x is t e n c e ” , p. 6 3 1 .
m u je r e s d e c la se m e d ia , c o n u n b u e n n iv e l e d u c a t iv o y e c o n o m ic a m e n t e in d e p e n d ie n te s q u e
se p a ra n la m a te r n id a d d e l m a t r im o n io (u o tra s r e la c io n e s d e p a r e ja ) y d e c id e n se r m a d r e s “ p o r
su c u e n t a ” . S e trata d e u n a s e g u n d a r e a c c i o n p o s i b le f r e n t e a la m is m a e c o lo g ia d e la e le c c io n
U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 8 .
7 7 E l w o o d y J e n c k s , “ T h e S p r e a d o f S i n g l e - P a r e n t F a m ilie s in th e U n ite d S ta te s s in c e 1 9 6 0 ” .
o r ie n ta d a s h a c ia la m a te r n id a d .
340 • Por que duele el amor
7 9 V e a se < h t t p :/ / s l e e p i n g - a r o u n d .b lo g s p o t .c o m / s e a r c h ? u p d a t e d - m in = 2 0 0 8 - 0 1 -
(u ltim o a c c e s o : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
de B r id g e t jo n e s , B a r c e lo n a , L u m e n , 2 0 0 1 , p. 2 6 ].
81 J. E a s t o n , J. C o n fe r , C . G o e t z y D . B u s s , “ R e p r o d u c t i o n E x p e d it in g : S e x u a l M o t iv a t io n s ,
2 0 1 0 , pp. 5 1 6 -5 2 0 .
8 2 In d u d a b le m e n t e , lo s a v a n c e s e n m a te r ia d e m e d ic in a r e p r o d u c t iv a e s t a n c o r r ie n d o esos
lim ite s te m p o r a le s h a c ia a d e la n te , p e r o su in c id e n c ia a u n es m a r g in a l e n ca si t o d o s lo s a m b it o s.
a c c e s o : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
8 4 O b v ia m e n t e , e sto h a c e r e fe re n c ia al c o m p r o m is o e n u n a r e la c io n c o n h ijo s , n o e n u n a m e r a
r e la c io n a m o r o s a o r o m a n tic a .
H a v e n , Y a l e U n iv e r s ity P re ss, 1 9 7 9 .
8 6 N o o b s ta n te , R o b e r t S c h o e n y R o b i n W e in ic k , e n el a r f c u l o " P a r t n e r C h o i c e in M a r r ia g e s
a n d C o h a b it a t io n s ” , d e m u e str a n q u e e x is te u n a le v e te n d e n c ia a la h ip e r g a m ia m a sc u lin a e n lo s
c a s o s d e c o n c u b in a t o , lo q u e r e fu e r z a la id e a d e q u e el n iv e l e d u c a t iv o f e m e n in o e n tales ca so s
es tan im p o r ta n te c o m o el m a sc u lin o .
E d u c a t io n , N a t i o n a l C e n t e r fo r E d u c a t io n S t a tistic s [ C e n t r o N a c io n a l d e E s ta d is tic a s e n
E d u c a c io n , D e p a r t a m e n t o d e E d u c a c i o n d e E s ta d o s U n id o s ] , W a s h in g to n , DC, u s G o v ern m en t
P r in t in g O ffic e , 2 0 0 5 ; A . S u m , N . F o g g , y P . H a r r in g to n , c o n I. K h a t iw a d a , S . P a lm a , N .
P o n d y P . T o b a r , “ T h e G r o w i n g G e n d e r G a p s in C o l l e g e E n r o llm e n t a n d D e g r e e A t ta in m e n t
in th e u s a n d T h e i r P o te n t ia l E c o n o m i c a n d S o c ia l C o n s e q u e n c e s ” , in v e s tig a c io n r e a liz a d a
C e n t e r f o r L a b o r M a r k e t S tu d ie s , 2 0 0 3 .
8 8 S. K . L e w is y V . K . O p p e n h e im e r h a n d e m o s t r a d o q u e e n lo s m e r c a d o s m a tr im o n ia le s
m e n o s fa v o ra b le s e n te r m in o s d e n iv e l e d u c a t iv o , las m u je r e s p r e se n ta n m a s p r o b a b ilid a d e s d e
casarse c o n u n a p e r s o n a d e n iv e l e d u c a t iv o m a s b a jo . H a n c o m p r o b a d o ta m b ie n q u e tales
p r o b a b ilid a d e s a u m e n ta n c o n la e d a d m a s q u e e n lo s m e r c a d o s m a tr im o n ia le s fa v o ra b le s en
a cro ss M a r r ia g e M a r k e t s: N o n - H i s p a n i c W h ite s in th e U n i t e d S t a te s ” , e n D e m o g r a p h y , 3 7 ( 1 ) ,
2 0 0 0 , p p . 2 9 - 4 0 ; V . K . O p p e n h e im e r , “ W o m e n ’s R i s i n g E m p lo y m e n t a n d th e F u tu r e o f th e
8 9 E r i c G o u l d y D a n ie le P a se r m a n h a n d e m o s t r a d o q u e , e n la s c iu d a d e s d o n d e la d e s ig u a ld a d
d e m o r a n m a s e n la b u s q u e d a p a r a su s p rim e ra s o se g u n d a s n u p c ia s . V e a se E . G o u ld y D .
P a se r m a n , “ W a it in g f o r M r R i g h t : R i s i n g I n e q u a lity a n d D e c lin in g M a r r ia g e R a t e s ” , e n
J o u m a l o f U rb a n E con om ics, 5 3 , 2 0 0 3 , p p . 2 5 7 - 2 8 1 .
el p o r c e n t a je d e m a t r im o n io s c o m p u e s t o s p o r u n a m u je r y u n h o m b r e c o n u n n iv e l e d u c a t iv o
1 9 9 8 , p p . 2 7 9 - 2 9 2 . C o m o se n a la Q i a n , la e s tra te g ia fe m e n in a d e f o r m a c io n d e p a r e ja p r e se n ta
u n io n e s a u n a e d a d m a s ta r d ia (d e sp u e s d e lo s 3 0 a n o s) t ie n d e n a e le g ir h o m b r e s sim ila r e s e n
t e r m in o s d e e m p a r e ja m ie n to s e le c tiv o v in c u la d o c o n la e d u c a c io n (p . 2 9 1 ).
9 1 Q ia n ta m b ie n se n a la q u e , e n 1 9 9 0 , p a r a las u n io n e s d e h o m b r e s c o n m u je r e s m a s jo v e n e s ,
e n q u e las m u je r e s e ra n m a y o re s p r e se n ta b a n d o s v e c e s m a s p r o b a b ilid a d e s d e c o n c u b in a t o q u e
d e m a t r im o n io (ib id ., p. 2 8 3 ).
9 2 L e w is y O p p e n h e im e r , “ E d u c a t io n a l A s so r ta tiv e M a t in g across M a r r ia g e M a r k e t s ” , p. 3 6 .
9 3 E s t a c a t e g o n a a su v e z c o n tie n e d o s a s p e c to s : el m ie d o h e d o n is ta c u a n d o n o h a y u n a
r e la c io n y el m i e d o h e d o n is t a c u a n d o si la h ay . S i b ie n a m b o s a s p e c to s in d ic a n u n a
fr a g m e n ta c io n d e l c o m p r o m is o , el s e g u n d o p u e d e se r c o y u n t u r a l, p u e d e se r u n c o m p r o m is o
d e o c tu b re d e 2 0 1 1 ).
(u ltim o a c c e so : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
9 7 E . F a iso n , “ T h e N e g le c t e d V a rie ty D r iv e : A U s e fu l C o n c e p t f o r C o n s u m e r s ’ B e h a v io r ” , e n
J o u m a / o f C o n su m e r R e se arch , 4 (3 ), 1 9 7 7 , p p . 1 7 2 - 1 7 5 .
342 • Por que duele el amor
A m e r ic a n P s y c h o lo g ic a l A s s o c ia t io n , 1 9 9 9 ; M . D . S h e r m a n y M . H . T h e le n , “ F e a r o f l n t i m a c y
11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
1 0 0 H . F ie ld in g , B r id g e t jo n e s 's D ia r y , p . 1 0 2 [trad . e sp . c it .: p . 7 8 ].
1 01 R . B e lk , G . G u liz y S. A s k e g a a r d , “ T h e F ire o f D e s i r e : A M u lt is it e d I n q u ir y in to
C o n s u m e r P a s s io n ” , e n j o u m a l o f C o n su m e r R e se arch , 3 0 ( 3 ) , 2 0 0 3 , p p . 3 2 6 - 3 5 1 (p . 3 3 0 ).
1 0 2 Ib id .
1 0 3 E . F e in y S . S c h n e id e r , T h e R u le s : T im e - T e s te d S e c r e ts fo r C a p tu r in g th e H e a r t o f M r R ig h t,
1 0 4 P a r a u n a d e s c r ip t io n d e las b u s q u e d a s tr a n sg r e so r a s q u e a p u n ta n a o b t e n e r p la c e r s e x u a l y
c a p itu lo 3 .
a c c e s o : 1 5 d e fe b r e r o d e 2 0 0 6 , e l m a te r ia l y a n o e sta d is p o n ib le e n In te r n e t).
d e o c tu b re d e 2 0 1 1 ).
e s p .: L a s r a z o n e s d e l am o r, B a r c e lo n a , P a id o s Ib e r ic a , 2 0 0 4 ] .
c o n tr a d ic to r io s p a r a la e v a lu a t io n d e u n m is m o o b je t o . A s i, p o r e je m p lo , se p u e d e e v a lu a r a
c a r a c te r, la c o m p a t ib ilid a d e m o c io n a l o p s ic o lo g ic a , o el esta tu s s o c io e c o n o m ic o .
1 0 9 A . M a c F a r la n e , M a r ria g e a n d L a v e in E n g l a n d : M o d e s o f R e p ro d u c tio n , 1 3 0 0 - 1 8 4 0 , O x f o r d ,
B a s il B la c k w e ll, 1 9 8 6 , p . 2 9 6 .
1 1 0 O e n c u a lq u ie r o t r o t i p o d e r e la t io n d e p a r e ja .
P sy ch o lo gy , 3 5 , 2 0 0 3 , p p . 3 4 5 - 4 1 1 .
3 0 d e d ic ie m b r e d e 2 0 0 5 , p . 6.
q u e , c u a n d o se le p id e d e a n te m a n o a u n a p e r s o n a q u e e v a lu e u n p r o d u c t o o s e r v ic io , lo s
v o lu n ta d d e c o m p r a r o r e c o m e n d a r e l p r o d u c t o o s e r v ic io e v a lu a d o ta m b ie n tie n d e a ser
m e n o r . E l s e s g o n e g a tiv o q u e p r o d u c e e s a e x p e c t a tiv a d e e v a lu a c io n se o b se r v a ta n to e n lo s
c o n s u m id o r se le a c la ra d e m a n e r a e x p h c ita q u e d e b e e v a lu a r lo s a s p e c to s p o s t iv o s y lo s
n e g a t iv o s a la v e z . L o s r e s u lta d o s d e la in v e s t ig a c io n r e s p o n d e n a u n f e n o m e n o q u e lo s a u to r e s
d e n o m in a n “ p o t e n c ia d o r d e la n e g a t iv id a d ” , in d ic a n d o q u e , sa lv o q u ie n e s in ic ia n la e v a lu a c io n
c o n b a ja s e x p e c t a tiv a s , lo s c o n s u m id o r e s tie n d e n a e n fo c a r se p r in c ip a lm e n te e n lo s a sp e c to s
n e g a t iv o s d e la c a lid a d d e l p r o d u c t o o se r v ic io . V e a s e C . O f i r e I. S im o n s o n , “ I n S e a r c h o f
N e g a t i v e C u s t o m e r F e e d b a c k : T h e E ff e c t o f E x p e c t i n g to E v a lu a te o n S a tis fa c tio n
E v a lu a t io n s ” , e n J o u r n a l o f M a rk e tin g R e se arch , 3 8 ( 2 ) , 2 0 0 1 , p p . 1 7 0 - 1 8 2 .
1 1 5 W ils o n y S c h o o le r , “ T h in k in g T o o M u c h ” .
1 1 6 E n l a m is m a lin e a , R a v i D h a r p la n t e a q u e , c u a n d o e l c o n ju n t o d e o p c io n e s o f r e c e v a ria s
c o m o la m e jo r , s u r g e u n a m a y o r te n d e n c ia a e le g ir la o p c io n “ n o s a b e / n o c o n t e s t a ” , o s e a , la
f o r a N o - C h o i c e O p t i o n ” , e n J o u r n a l o f C o n su m e r R e se arc h , 2 4 ( 2 ) , 1 9 9 7 , p p . 2 1 5 - 2 3 1 . E x is t e n
o t r o s e s tu d io s q u e se n a la n q u e lo s c o n s u m id o r e s e v ita n e fe c t u a r e le c c io n e s c u a n d o las
o p c io n e s s o n m u y e sc a sa s o m u y e x c e siv a s . V e a s e D . K u k s o v y M . V illa s - B o a s , “ W h e n M o r e
1 1 7 S e g u n L a rry B u m p a s s y H s i e n - H e n L u , e l p o r c e n t a je d e m a tr im o n io s p r e c e d id o s p o r
c o n c u b in a t o p a s o d e u n 1 0 % p a r a la s p a r e ja s c a sa d a s e n t r e 1 9 6 5 y 1 9 7 4 a m i s d e u n 5 0 % p a r a
las p a r e ja s c a sa d a s e n tre 1 9 9 0 y 1 9 9 4 . A d e m a s , e l 5 5 % d e lo s c o n c u b in a t o s d e r iv a e n el
m a t r im o n io y e l 4 0 % d e esas p a r e ja s se se p a ra e n u n la p s o d e c in c o a n o s o m e n o s (d o s a n o s e n
la m a y o r ia d e lo s c a s o s ).V e a s e L . B u m p a s s y H . - H . L u , “ T r e n d s in C o h a b it a t io n a n d
A J o u r n a l o f D e m o g ra p h y , 5 4 ( 1 ) , 2 0 0 0 , p p . 2 9 - 4 1 .
1 1 8 G . K lin e , S . M . S ta n le y y H . J . M a r k m a n , “ P r e - e n g a g e m e n t C o h a b it a t io n a n d
G e n d e r A s y m m e t r y in M a r it a l C o m m i t m e n t ” , e n J o u r n a l o f F a m ily P sy ch o lo gy, 2 0 ( 4 ) , 2 0 0 6 ,
p p . 5 5 3 - 5 6 0 ; G . K lin e et a l ., “ T i m i n g Is E v e r y t h in g : P r e - e n g a g e m e n t C o h a b it a t io n a n d
'3 4 4 • Por que duele el amor
In c r e a se d R i s k fo r P o o r M a rita l O u t c o m e s ” , e n j o u m a l o f F a m ily P sy ch o lo gy , 1 8 (2 ), 2 0 0 4 ,
pp. 3 1 1 -3 1 8 .
1 1 9 W . A x in n y A . T h o r n t o n , " T h e R e la t io n s h ip b e t w e e n C o h a b it a t io n a n d D iv o r c e :
S e le c t iv it y o r C a u s a l I n flu e n c e ? ” , e n D e m o g ra p h y , 2 9 ( 3 ) , 1 9 9 2 , p p . 3 5 7 - 3 7 4 ; R . S c h o e n , " F ir s t
pp. 2 8 1 -2 8 4 .
S o ciety , 1 (1 ), 2 0 0 0 , p p . 2 5 - 3 9 .
1 21 B . S c h w a r tz , T he P a r a d o x o f C h o ic e : ^ r k y M o r e is L e ss, N u e v a Y o r k , H a r p e r C o llin s ,
T a u ru s, 2 0 0 5 ].
1 2 2 D . S p e c h le r , " C o m p e t i n g in M y O w n R e a li t y S h o w ” , e n N e w Y ork T im e s, 11 d e j u n i o d e
(u ltim o a c c e s o : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
Y o r k , R u s s e l l S a g e F o u n d a tio n , 2 0 0 9 , p . 2 6 .
2 0 0 5 , p. 175.
suny P re ss, 1 9 9 1 , p. 3 4 .
1 2 6 Ibid.
1 2 7 C it a d o e n ib id ., p . 2 2 .
1 2 8 A . S e n , " R a t i o n a l F o o ls : A C r i t i q u e o f th e B e h a v io r a l F o u n d a t io n s o f E c o n o m i c
(p . 1 9 1 )].
2 0 0 0 , p. 6.
U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 8 , p . 1 1 5 .
1 3 2 B e lla h e t a l., H a b it s o f the H e a rt, p . 9 0 .
Notas • 345
M a d r id , fce , 2 0 0 7 ] .
1 3 4 T . K r e id e r , “ T h e R e f e r e n d u m ” , e n N e w Y o rk T im e s, 17 d e se p tie m b r e d e 2 0 0 9 < h t t p : / /
h a p p y d a y s .b lo g s .n y t i m e s .c o m / 2 0 0 9 / 0 9 / 1 7 / t h e - r e f e r e n d u m / ? s c p = 3 -
1 3 5 L a s e g m e n t a c io n o n t o lo g ic a y te m p o r a l d e l y o e stru c tu r a el c o m p r o m is o c o m o u n a c to
c o y u n tu r a l, d ife r e n c ia d o y t e m p o r a r io .
1 3 6 J . D e r r id a , M e m o ir e s : F o r P a u l d e M a n , N u e v a Y o r k , C o lu m b ia U n iv e r s ity P re ss, 1 9 8 6 ,
p . 9 4 [trad . e s p .: M e m o ria s p a r a P a u l d e M a n , B a r c e lo n a , G e d is a , 1 9 8 9 , p p . 1 0 3 - 1 0 4 ].
C a t e d r a , 1 9 9 5 ].
s a lv o la o b li g a c i o n d e m a n te n e r u n a c o m u n ic a c io n p le n a y a b ie rta . M ie n tr a s d u r e n , las
m e n o s a m b a s h a b ra n r e c ib id o u n r e t o m o c o n s id e r a b le d e su s in v e r s io n e s ” , H a b it s o f the H e a r t,
p. 1 0 8 .
a c c e s o : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
1 4 0 V e a se H a n n a y , K ie rk e g a a rd , p . 1 5 5 .
141 P . R e g a n y C . D r e y e r , “ L u s t? L o v e ? S ta tu s? Y o u n g A d u lt s ' M o t iv e s f o r E n g a g in g in
C a s u a l S e x ” , e n f o u m a l o f P sy ch o lo gy a n d H u m a n S e x u a lit y , 1 1 (1 ), 1 9 9 9 , p p . 1 - 2 3 ; M . B . O liv e r
1993, pp. 29 -5 1 .
1 4 2 R . F ism a n , S . S . I y e n g a r , E . K a m e n ic a e I . S i m o n s o n , “ G e n d e r D if fe r e n c e s in M a t e
S e le c t io n : E v i d e n c e f r o m a S p e e d - D a t i n g E x p e r i m e n t ” , e n Q u a r te r ly f o u r n a l o f E c o n o m ic s, 1 2 1 ,
2 0 0 6 , p p . 6 7 3 - 6 9 7 ; P . C . R e g a n , L . S . L e v in , S . S p r e c h e r , F . S . C h r is t o p h e r y R . C a t e ,
“ W h a t C h a r a c t e r is tic s D o M e n a n d W o m e n D e s ir e in T h e i r S h o r t - T e r m S e x u a l a n d L o n g
T e r m R o m a n t i c P a r tn e r s ? ” , e n J o u r n a l o f P sy ch o lo g y & H u m a n S e x u a lit y , 1 2 ( 3 ) , 2 0 0 0 , p p 1 - 2 1 ;
S . S t e w a r t , H . S t in n e t t y L . B . R o s e n f e l d , “ S e x D iffe r e n c e s in D e s ir e d C h a r a c t e r is tic s o f
S h o r t - T e r m a n d L o n g - T e r m R e la t io n s h ip P a r tn e r s ” , e n f o u r n a l o f S o c i a l a n d P e r so n a l
V
346 • Por que duele el amor
1 4 3 L. C u b b in s y K . T a n fe r , “ T h e In flu e n c e o f G e n d e r o n S e x : A S tu d y o f M e n ’s a n d
W o m e n ’s S e lf - R e p o r t e d H i g h - R i s k S e x B e h a v io r ” , e n A rch ives o f S e x u a l B e h a v io r, 2 9 ( 3 ) , 2 0 0 0 ,
pp. 2 2 9 -2 5 5 .
E n g a g e m e n t a n d M a r ria g e , N u e v a Y o r k , L ip p in c o tt, 1 9 5 3 .
m e d ia q u e se p a ra n la m a te r n id a d d e l m a t r im o n io (y d e c u a lq u ie r o tr a r e la t io n d u a l), v e a s e
H e r tz , S in g le by C h a n c e , M o th e r s b y C h o ice t.
1 4 6 V e a se < h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 0 8 / 0 5 / 0 4 / f a s h i o n / 0 4 l o v e .h t m l ? p a g e w a n t e d = 2 >
(u ltim o a c c e s o : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
1 4 7 V e a s e < h t t p :/ / p a r e n t s .b e r k e le y .e d u / a d v i c e / f a m i ly / c o m m i t t m e n t .h t m l > (u lt im o a c c e so :
11 d e o c tu b re d e 2 0 1 1 ).
1 4 8 L . S . S t e p p , U n h o o k e d : H o w Y o u n g W om en P u rsu e S e x , D e la y L o v e a n d L o s e a t B o th , N u e v a
Y o r k , R iv e r h e a d B o o k s , 2 0 0 7 , p . 1 0 .
1 4 9 I b id ., p . 4.
(trad . e s p .: A m o r , s e x o y contradicciones, B a r c e lo n a , P la n e ta , 2 0 0 9 ] .
1 51 V e a se < h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 0 8 / 0 5 / 0 4 / f a s h i o n / 0 4 l o v e .h t m l ? p a g e w a n t e d = 3 >
(u ltim o a c c e s o : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
1 5 2 E . J o n g , F e a r o f F ly in g , N u e v a Y o r k , S ig n e t , 1 9 7 4 , p . 11 [trad . e s p .: M ie d o d e vo lar, B u e n o s
A ir e s, S u d a m e r ic a n a , 1 9 7 6 ].
4. L a d e m a n d a d e r e c o n o c im ie n t o : E l a m o r y la v u ln e r a b ilid a d d e l y o
1 E . D ic k in s o n , T h e P o e m s o f E m ily D ic k in so n , R . W . F r a n k lin ( c o m p .) , C a m b r id g e , ma , T h e
B e lk n a p P re ss, 1 9 9 9 , p p . 3 5 2 - 3 5 3 .
P en tesile a , B u e n o s A ir e s, S u r , 1 9 5 7 , p . 1 0 8 ].
L ib re sa , 1 9 7 8 , p . 8 9 ].
p. 2 2 [trad . e sp .: E f e n o m e n o erotico, B u e n o s A ir e s, E l c u e n c o d e p la ta , 2 0 0 5 ] .
Notas • 347
6 Ib id ., p. 3 7 .
7 U n o d e lo s p r im e r o s e je m p lo s es e l d e P la to n e n F ed ro.
8 J . W . G o e t h e , T h e S orrow s o f Y o u n g W erther, N u e v a Y o r k , N e w A m e r ic a n L ib r a r y , 1 9 6 2
A lb a c e te , p . 2 8 8 , e n < h t t p :/ / ^ w w .p s i .u b a .a r / a c a d e m i c a / c a r r e r a s d e g r a d o / p s i c o l o g i a /
a c c e s o : 9 d e ju l i o d e 2 0 1 2 ) ] .
1 0 S . B la c k b u r n , L u s t : T h e S e v e n D e a d ly S in s , O x f o r d , O x f o r d U n iv e r s it y P re ss, 2 0 0 6 , p . 8 2
[trad . e s p .: L u ju r ia , B a r c e lo n a , P a id o s Ib e r ic a , 2 0 0 5 ] .
p p . 1 0 5 - 1 1 0 (p . 1 0 6 )].
1 2 C it a d o e n A . C a r s o n , E r o s: T h e B ittersw eet, P r in c e to n , P r in c e t o n U n iv e r s it y P re s s, 1 9 9 8 ,
p . 3 9 [trad. e s p .: F r ie d r ic h N ie t z c h e , L a v o lu n ta d d e p o d e r , M a d r id , e d a f , 2 0 0 0 , p . 5 3 4 ].
1 3 S. B la c k b u r n , L u st, p. 8 3 .
U n iv e r s it y P re ss, 2 0 0 6 [1 9 9 1 ].
de p a r e ja p a r a d u m m ie s, B o g o t a , N o r m a , 2 0 0 5 ] .
1 6 J . G ra y , M a r s a n d V en u s on a D a t e , N u e v a Y o r k , H a r p e r C o llin s , 1 9 9 7 [trad . e s p .: M a r te y
V en u s salen ju n t o s , B a r c e lo n a , D e b o ls illo , 2 0 1 0 ] .
17 N . C . W a r r e n , D a t e . . . or S o u l M a t e ? H o w to K n o w l f S o m e o n e I s W orth P u r su in g in T w o
1 8 J . G ra y , M a r s a n d V en u s on a D a t e , p. 1 7 9 .
1 9 N . C . W a r r e n , D a t e . . . o r S o u l M a t e ? , p . x v iii .
21 Ib id ., p. 5 9 .
348 • Por que duele el amor
B o s t o n , N o r t h e a s t e r n U n iv e r s ity P ress, 2 0 0 6 , p. 4 6 .
B o o k s, 1984, p. 98.
2 4 Ib id ., p p . 9 8 - 9 9 .
2 5 lb id ., p . 1 9 .
2 6 Ibid.
U n iv e r s ity P re ss, 1 9 9 6 , p. 9 6 .
1 8 4 6 , O x f o r d , C la r e n d o n P re ss, 1 9 8 9 , p . 1 2 4 .
2 9 Ib id ., p . 2 1 8 .
3 0 Ib id ., p. 2 2 9 .
T h e J . M c B r id e C o ., 1 9 0 9 , p. 29.
3 2 K e n sle a , T h e S ed g w ick s in L o v e , p . 1 5 6 .
3 3 S . S h a p ir o , F iv e M e n ^ f y o B ro k e M y H e a rt, N u e v a Y o r k , D e la c o r t e P re ss, 2 0 0 4 , p . 2 9 .
3 4 P e r s o n , D re a m s o f L o v e a n d F a te fu l E n co u n ters, p . 4 4 .
n e c e sit a s e r r e a fir m a d o , p r e c is a m e n t e p o r q u e e l v a lo r y la p o s i c io n so c ia l d e la p e r s o n a y a s o n
c o n o c id o s p a r a t o d a s las p a r t e s e n c u e s t io n y n o r e v iste n c a r a c t e r n e g o c ia b le . S i v o l v e m o s al
s e n s a c io n d e r e c h a z o n o a fe c ta , n i m u c h o m e n o s d e s t r u y e , su s e n t id o d e l v a lo r . M a s b ie n , lo
q u e sie n te es s o lo v e r g u e n z a p o r h a b e r c o m e t id o u n e r r o r e n la e v a lu a c io n d e la p o s ic io n
so c ia l p r o p ia y a je n a . L o q u e se v e a fe c ta d o n o es su v a lo r p r o p io , s in o su s e n t id o d e l d e c o r o .
E n c a m b io , el v a lo r so c ia l e n la m o d e r n id a d n o p r e c e d e a las in te r a c c io n e s , sin o q u e se
3 6 P e r s o n , D re a m s e f L o v e a n d F a te fu l E n c o u n te rs, p . 3 8 .
T h e N e w S o c ia l T h eo ry R e a d e r : C o n tem p o rary D e b a te s, L o n d r e s , R o u t l e d g e , 2 0 0 1 , p p . 3 9 - 4 5
(p . 3 9 ).
3 8 U . B e c k y E B e c k - G e r n s h e im , T h e N o r m a l C h a o s e f L o v e , C a m b r id g e , P o lity P ress, 1 9 9 5
S t o n e , T h e F a m ily , S e x a n d M a rria g e in E n g la n d , 1 5 0 0 - 1 8 0 0 , N u e v a Y o r k , H a r p e r a n d R o w ,
p r e se n te tr a b a jo a d o p t o u n a p o s t u r a d ife re n te c o n r e sp e c to a e ste p r o b le m a , c o m o q u e d a r a
d e m o s t r a d o e n las p r o x im a s p a g in a s.
M ic r o f o u n d a t i o n s o f M a c r o s o c i o l o g y ” , e n A m e ric a n J o u m a l o f S o c io lo g y , 8 6 ( 5 ) , 1 9 8 1 ,
pp. 9 8 4 -1 0 1 4 .
4 0 L . F ra se r, “ O u r W a y o f S a y in g G o o d b y e ” , T h e N e w Y ork T im e s, 3 0 d e m a y o d e 2 0 1 0 ,
(u ltim o a c e so : 11 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
sociales, B a r c e lo n a , C r it ic a , 1 9 9 7 ].
4 2 M a r io n , T h e E ro tic P h en om en on .
4 3 B . J a c o b s o n y S . J . G o r d o n , T h e S h y S in g le : A B o ld C u i d e to D a t i n g f o r the L e s s - T h a n - B o ld
D a t e r , E m m a u s , pa, R o d a le , 2 0 0 4 , p p . 4 - 5 .
4 5 J a c o b s o n y G o r d o n , T h e S h y S in g le , p . 15.
4 6 I b id ., p . 1 7 .
4 7 V . V a n G o g h , C o m p le te L etters, N u e v a Y o r k , N e w Y o r k G r a p h ic S o c ie t y , 1 9 5 9 , p . 2 5 4 .
4 8 C . T o w n s e n d , B re a k in g th e R u le s : C o n fe ssio n s o f a B a d G ir l, L o n d r e s , J o h n M u r r a y , 2 0 0 8 ,
p. 283.
4 9 J . F r a n z e n , “ L ik in g Is fo r C o w a r d s . G o fo r W h a t H u r t s ” , e n T h e N e w Y o rk T im e s,
2 8 d e m a y o d e 2 0 1 1 , < h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 1 1 / 0 5 / 2 9 / o p in i o n / 2 9 f r a n z e n .h t m P _
5 0 V e a se < p : / / w w w .g l a m o u r .c o m / s e x - l o v e - l i f e / b l o g s / s m i t t e n / 2 0 0 9 / 0 2 / t h e - o n e t h in g - n o t -
to - s a y - t o - a .h t m l> (u ltim o a c c e so : 12 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
350 • Por que duele el amor
d e 2 0 1 0 , < h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 1 0 / 0 7 / 2 5 / f a s h i o n / 2 5 S t u d i e d .h t m t f _
5 5 L o s h e r m a n o s G o n c o u r t e sc rih ia n e n F r a n c ia q u e " l a p a ss io n d e s c h o s e s n e v ie n t p a s d e la
b o n te o u d e la b e a u t e p u r e d e ses c h o s e s, e lle v ie n t su r to u t d e le u r c o ^ p t i o n . O n a im e r a
fa is a n d a g e d e s e t r e s e t d e s c h o s e s ” . C it a d o e n M . P ra z , T h e R o m a n tic A g o n y , N u e v a Y o r k ,
M e r id ia n B o o k s , 1 9 5 6 , p. 4 5 .
V ic e n t e , 1 8 6 1 , p . 6 0 ].
5 7 C it a d o e n ib id ., p. 7 2 .
5 8 C . N e h r in g , A V in d ication o f L o v e : R e c la im in g R o m a n c e f o r the T w e n ty - F ir st C e n tu ry , N u e v a
C e n tu ry E n g la n d , C a m b r id g e , C a m b r id g e U n iv e r s ity P re ss, 1 9 8 3 , p. 9 0 . #
p. 2 7 3 . A g r a d e z c o a M ic h a e l A lt b a u e r p o r r e c o m e n d a r m e e ste m a te ria l.
61 M a c D o n a ld , M y stic a l B e d la m , p p . 8 8 - 8 9 .
6 2 Ib id ., p . 1 0 0 .
F ra n e ia d e l siglo x x , B u e n o s A ir e s, A m o r r o r t u , 2 0 1 2 ] .
6 4 Ib id ., p .4 9 .
6 5 Ibid.
2 0 1 0 , p p . 1 5 1 - 1 6 9 (p. 1 5 7 ).
6 7 Ibid.
Notas • 351
d el c o raz o n , M a d r id , A lia n z a , 1 9 8 9 ].
6 9 V e a se < h t t p :/ / w w w .e n o t a l o n e .c o m / f o r u m /s h o w t h r e a d .p h p ? t = 1 5 2 8 4 3 ,f in n e g a n s w a k e >
(u ltim o a c c c e s o : 1 3 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
7 0 P e r s o n , D r e a m s o f L o v e a n d F a t e fu l E n c o u n te rs, p . 4 5 .
G ood, N u e v a Y o rk , R a n d o m H o u se, 2 0 0 7 .
N u e v a Y ork, B a r c e lo n a , rba C o le c c io n a b le s , 2 0 0 4 , p. 1 5 2 ].
7 3 T o w n s e n d , B r e a k in g the R u le s , p. 1 7 9 .
7 4 V e a s e < h t t p :/ / w w w .n y d a i ly n e w s .c o m / li f e s t y le / 2 0 1 0 / 0 2 / 1 6 / 2 0 1 0 - 0 2 - 1 6 _ o n 1 in e _ d a t in g _
( u lt im o a c c e s o : 14 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
7 5 R . N o r w o o d , W om en ^ f t o L o v e T o o M u c h , N u e v a Y o r k , P o c k e t B o o k s , 1 9 8 5 , p . 3 (trad .
e s p .: L o s m ujeres q u e a m a n d e m a sia d o , B u e n o s A ir e s, J a v i e r V e r g a r a , 1 9 8 6 , p . 7 ].
7 7 S. N e im a n , M o r a l C la r it y : A G u id e f o r G r o w n - U p Id ealists, L o n d re s, B o d le y H e a d A d u lts, 2 0 0 9 .
8 0 H . d e B a lz a c , L o F e m m e a b an d o n e e, P r o je c t G u t e n b e r g , < h t t p :/ / w w w .g u t e n b e r g .o r g /
e n E sc e n a s de l a v id a d e p r o v in c ia , B a r c e lo n a , L ib re ria d e D o n J u a n O liv e r e s , 1 8 4 4 , p . 5 5 ].
d e 2 0 1 1 ).
8 2 S . S c h lo s b e r g , T h e C u r s e o f the S in g le s T a b le : T h e T rn e S to r y o f 1 0 0 ! N ig h ts w ith o u t S e x ,
B a r c e lo n a , S w in g , 2 0 0 6 , p. 6 6 ] .
8 3 T . R u s s e ll, “ A lo n e W h e n th e B e d b u g s B i t e ” , e n The N e w Y o r k T im e s, 21 d e n o v ie m b r e
d e 2 0 1 0 , < h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 1 0 / 1 1 / 2 1 / f a s h i o n / 2 1 M o d e r n .h t m P _
8 4 H . F ie ld in g , B r id g e t jo n e s ’s D ia r y , L o n d r e s , T h o m d i k e P ress, 1 9 9 8 , p p . 1 6 7 - 1 6 8 [trad. e s p .:
E l d iario d e B r id g e t jo n e s , B a r c e lo n a , L u m e n , 2 0 0 1 , p . 2 0 5 ] .
S u p p le m e n ta ry V o lu m es, 7 5 , 2 0 0 1 , p p . 1 1 1 - 1 3 9 .
m e n > (u ltim o a c c e s o : 14 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
2 0 1 0 , y a n o se e n c u e n tr a d is p o n ib le o n lin e ).
14 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
9 0 S u sa n A n d e r s o n , “ W h e r e D i d M y S e lf - D o u b t C o m e F r o m ? ” , e n < h t t p : / /
s u s a n a n d e r s o n lc s w .w o r d p r e s s .c o m /t a g / s e lf - e s t e e m > (u ltim o a c c e s o : 1 4 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
a c c e so : 1 4 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
9 2 H . A r e n d t , T h e H u m a n C o n d itio n , N u e v a Y o r k , D o u b le d a y A n c h o r B o o k s , 1 9 5 9 , p . 2 5 2
[trad . e s p .: LA con d id o n h u m a n a , B u e n o s A ir e s, P a id o s , 2 0 0 9 , p . 2 9 3 ].
B a r c e lo n a , M o n d a d o r i, 2 0 0 0 , p . 1 1 ].
B a r c e lo n a , A n a g r a m a , 2 0 0 8 , p. 1 2 0 ].
3 C it a d o e n M . B e n n a n , A ll T h a t is S o lid M e lt s in to A ir , L o n d r e s , V e r s o , 1 9 8 3 , p. 1 0 9 [trad.
4 C it a d o e n ib id ., p. 9 5 [trad . e sp . c it .: p. 9 0 ].
6 E . Illo u z y S. F in k e lm a n , “ A n O d d a n d In se p a r a b le C o u p l e : E m o t io n a n d R a t io n a lit y in
P a rtn e r S e le c t io n ” , e n T h e o ry a n d S o c ie ty , 3 8 ( 4 ) , 2 0 0 9 , p p . 4 0 1 - 4 2 2 .
7 U . D o y l e ( c o m p .) , L o v e L etters o f G r e a t M e n a n d W om en , B a s in g s t o k e , P a n M a c m illa n , 2 0 1 0 ,
p. 76.
rba , 1 9 9 3 , p . 4 2 ].
Notas • 353
9 D o y le ( c o m p .) , L o v e L etters o f G r e a t M e n an d W om en , p. 51
1 0 Ib id ., p . 5 7 .
C o lih u e , 2 0 0 5 , p. 3 2 ].
12 D o y le ( c o m p .) , L o v e L etters o f G r e a t M e n a n d W om en , p. 7 8 .
13 P ara u n b u e n e je m p lo , v e a se S . Z w e ig , L e tte r fr o m an U n k n o w n W o m an , N u e v a Y o r k , T h e
14 E n la E d a d M e d ia , la re to r ic a re lig io s a a m e n u d o se c o m b in a b a co n la a m o r o s a , p r e se n ta n d o
al se r a m a d o c o m o u n a d iv in id a d , lo q u e a su v e z r e fo r z a b a a u n m a s la n o c io n d e l a m o r c o m o
in c lu s o a ser a b s o r b id o p o r ese o b je t o . L a n o v e la b u r g u e s a d e c im o n o n ic a , p o r su p a r te , p re se n ta
d e las e stru c tu ra s a r g u m e n ta le s.
N u e v a Y ork, B a r c e lo n a , rba C o le c c io n a b le s , 2 0 0 4 , p. 2 ].
1 6 M . D o w d , " T r a g e d y o f C o m e d y ” , e n T h e N e w Y o rk T im e s, 3 d e a g o sto d e 2 0 1 0 ,
o c tu b r e d e 2 0 1 1 ) .
O x f o r d , O x f o r d U n iv e r s ity P ress, 1 9 8 9 , p. 5 0 .
sig u ie n te m a n e r a :
O f c h ild h o o d d id st th o u in te rtw in e fo r m e
N o t w i t h th e m e a n a n d v u lg a r w o r k s o f M a n ;
354 • Por que duele el amor
B u t w ith h ig h o b je c t s , w ith e n d u r in g th in g s,
T h e e le m e n ts o f fe e lin g a n d o f th o u g h t,
B o th p a in a n d f e a r , - u n til w e recognise
V e a s e W . W o r d s w o r th , " I n f lu e n c e o f N a t u r a l O b je c t s ” , e n P o e m s, L o n d r e s , G in n , 1 8 9 7 , p . 7 0
n o ch e d e veran o, M a d r id , e d a f , 1 9 9 7 , p . 6 4 ].
M c G r a w H ill, 2 0 0 0 , p . 1 8 5 .
S c r ib n e r ’s S o n s, 1 9 8 8 , p . 1 5 2 .
Y o r k , H e n r y H o lt , 2 0 0 4 [trad . e s p .: P o r q u i a m a m o s, M a d r id , T a u r o s , 2 0 0 4 ] .
In te n se R o m a n t ic L o v e ” , e n j o u m a l o f N e u ro p h y sio lo gy , 9 4 ( 1 ) , 2 0 0 5 , p p . 3 2 7 - 3 3 7 .
2 5 D . M a r a z z iti, H . S. A k is k a l, A . R o s s i y G . B . C a s s a n o , " A lt e r a t io n o f th e P la te le t
S e r o t o n in T r a n s p o r t e r in R o m a n t i c L o v e ” , e n P sy ch ological M e d id n e , 2 9 , 1 9 9 9 , p p . 7 4 1 - 7 4 5 ;
a n d D a y , 1 9 7 9 ; A . T e s s e r y D . L . P a u lh u s, " T o w a r d a C a u s a l M o d e l o f L o v e ” , e n j o u m a l o f
2 6 M a r a z z iti e t a l ., " A lt e r a t io n o f th e P la te le t S e r o t o n in T r a n s p o r t e r in R o m a n t ic L o v e ” .
A t ta c h m e n t” , en N a t u r a l R e v ie w o fN e u ro sd e n c e , 2 (2 ), 2 0 0 1 , p p . 1 2 9 - 1 3 6 ; K . K e n d r ic k ,
" O x y t o c i n , M o t h e r h o o d a n d B o n d in g ” , e n E x p e r im e n ta l P h y sio lo g y , 8 5 , 2 0 0 0 , p p . 1 1 1 s - 1 2 4 s .
2 8 F is h e r , ^ f y y W e L o v e.
2 9 C . T o w n s e n d , B re a k in g the R u le s : C o n fe ssio n s o f a B a d G ir l, N u e v a Y o r k , J o h n M u r r a y ,
31 T a l v e z h a b ria q u e h a c e r u n a sa lv e d a d e n c u a n t o a e s ta a fir m a c io n , p u e s la p s ic o lo g ia al
m e n o s c o n c e b ia la e x p e r ie n c ia d e l a m o r c o m o u n a e x p e r ie n c ia sin g u la r y , d e a lg u n m o d o ,
tra ta b a d e d a r c u e n ta d e e lla e n t e r m in o s d e la h is to r ia p r iv a d a d e l s u je t o .
[trad. e sp . c it .: p p . 1 9 9 - 2 0 0 ] .
p. X V I.
3 5 E n el p r e se n te c a p it u lo se a b o r d a la te m a t ic a d e l a m o r h e te r o s e x u a l. S a lv o q u e se e s p e c ifiq u e
lo c o n tr a r io , el u s o d e l v o c a b lo " a m o r ” d e b e e n te n d e r se e n ta l se n tid o .
a n d C o m p a n y , 1 9 7 0 , p . 1 2 6 [trad . e sp . c it.: p . 1 5 9 ].
p o s t 9 .h t m l> (u ltim o a c c e so : 18 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
39 h g se S t u d e n t H a n d b o o k , p. 4 5 , < h t t p :/ / p d c a .a r t s .t n u a .e d u .t w / r e f e r e n c e /
H a rv a r d % A 1 G h a n d b o o k .p d f.> ( u lt im o a c c e s o : 18 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
d e 2 0 1 1 ).
a c c e s o : 18 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
U n iv e r s id a d N a c i o n a l d e C o r d o b a , 2 0 0 8 ] .
U n iv e r s ity P r e s s, 2 0 0 6 [1 9 9 1 ], p . 2 8 3 .
4 4 V e a s e < h t t p :/ /w w w .r e v o lu t io n h e a lt h .c o m / h e a lt h y - l iv in g / r e la t io n s h ip s / lo v e m a r r ia g e /
4 8 L . S t o n e , T he F a m ily , S e x a n d M a r ria g e in E n g la n d , 1 5 0 0 - 1 8 0 0 , N u e v a Y o r k , H a r p e r a n d
4 9 A . M a c fa r la n e , M a rria g e an d L o v e in E n g la n d : M o d e s o f R ep ro d u c tio n , 1 3 0 0 - 1 8 4 0 , O x f o r d ,
B a s il B la c k w e ll, 1 9 8 6 , p p . 1 6 0 - 1 6 6 .
5 0 L . D o l c e ( 1 5 4 7 ) , e n ib id ., p . 1 1 8 .
5 1 A . M a c in g h i S t r o z z i ( 1 4 6 5 ) , e n ib id ., p p . 1 1 7 - 1 1 8 .
5 2 S in d u d a , e n la e ra p r e m o d e r n a h a b ia m u c h o s caso s d e m a tr im o n io s q u e se c o n c e r ta b a n a
n iv e l lo cal y q u e o f r e d a n a lo s fu tu re s c o n y u g e s u n a c a n tid a d im p o r ta n te d e in f o r m a t io n so b r e
su p o s ib le p a r e ja , p u e s la c o n o d a n d e la r g a d a ta . S in e m b a r g o , c o m o lo m u e str a el e je m p lo , e n
lo s c a s o s q u e e q u iv a lia n a la u n io n a c tu a l c o n p e r so n a s d e s c o n o c id a s a tr a v e s d e In te r n e t, la
in fo r m a c io n o b t e n id a e ra m u c h o m e n o s e x h a u st iv a q u e h o y e n d ia.
1989, pp. 2 4 2 -2 4 3 .
5 4 L . D o l c e ( 1 5 4 7 ) , e n R o g e r s y T in a g li (c o m p s .), W om en in Italy , 1 3 5 0 - 1 6 5 0 , p. 1 1 8 .
O x f o r d , O x f o r d U n iv e r s ity P re ss, 2 0 0 2 , p. 5 5 .
5 7 C a b e acla ra r q u e n o se p la n te a a q m u n a o b s e r v a t io n d e n a tu r a le z a m o r a l. C o m o se n a la
L a w r e n c e S t o n e , e n el p e n o d o tr a n s c u r r id o e n tre fin e s d e l s ig lo x v ii y p r in c ip io s d e l s ig lo x v m
en In g la te rr a , p a r e c e h a b e rse a p o d e r a d o d e lo s p r o c e s o s d e c o r t e jo y m a t r im o n io u n a n u e v a
la f o r m a t i o n o la d is o lu c io n d e l v in c u lo m a tr im o n ia l, o fr e c e n p r u e b a s d e l s u r g im ie n t o d e u n a
c r u e ld a d a n o r m a lm e n t e d n i c a , m e r c e n a r ia y p r e d a t o r ia e n las r e la c io n e s h u m a n a s, u n a c r u e ld a d
5 8 P a ra e je m p lo s d e o tr o s m e t o d o s ra c io n a le s u tiliz a d o s e n la s e le c t io n d e p a r e ja e n la
R . B u lc r o f t , K . B u lc r o f t , K . B r a d le y y C . S im p s o n , “ T h e M a n a g e m e n t a n d P r o d u c t io n o f R i s k
p p . 6 3 - 9 2 ; S. W o ll y P. Y o u n g , “ L o o k i n g fo r M r o r M s R i g h t : S e lf- P r e s e n t a tio n in
V id e o d a t in g ” , e n j o u m a l o f M a rria g e a n d F a m ily , 5 1 ( 2 ) , 1 9 8 9 , p p . 4 8 3 - 4 8 8 .
a c c e s o : 1 8 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) , se trata d e u n n e g o c io m u y r e n ta b le . E n 2 0 0 6 , o c u p a b a el
s e g u n d o lu g a r e n la lista d e se r v ic io s o n lin e c o n c o n te n id o s p a g o s , p o r su s in g re so s d e m a s d e
1 .0 0 0 m illo n e s d e d o lare s a n u a le s (A . W h a r t o n , “ T h e D a t in g G a m e A s s e s s e d ” , e n R e v ie w
T o d a y , m a y o - ju n io d e 2 0 0 6 , < h t t p :/ / w w w .r e v e n u e t o d a y .o r g > ) . S i b ie n p a r e c e q u e el
lo s 9 3 2 m illo n e s d e d o la r e s ( < h t t p :/ / f i n d a r t i c l e s .c o m / p / a r t i c l e s / m i _ m 0 E I N / i s _ 2 0 0 7 _ F e b _ 1 2 /
a i _ n 1 7 2 1 8 5 3 2 / > , u lt im o a c c e s o : 18 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
6 0 E l an alisis q u e fig u r a a c o n t in u a c io n e s u n a r e p r o d u c c io n d e la te r c e r a p o n e n c ia p r e se n ta d a
e n el a n o 2 0 0 4 e n el m a r c o d e las A d o r n o L e c tu re s.
6 2 V e a s e < h t t p :/ / p e r s o n a ls .y a h o o .c o m / u s / s t a t ic / d a t i n g - a d v i c e _ r o m a n c e p r e d ic t io n s - 0 7 >
(u ltim o a c c e s o : 18 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
u to p ia ro m an tica, B u e n o s A ir e s / M a d r id , K a t z , 2 0 0 9 ] .
6 5 W e b e r , “ S c ie n c e as a V o c a t i o n .”
6 6 N . J . S m e ls e r , “ T h e R a t i o n a l a n d th e A m b iv a le n t i n th e S o c ia l S c ie n c e s : 1 9 9 7 P re sid e n tia l
6 8 W . E s p e la n d y M . S t e v e n s , “ C o m m e n s u r a t io n as a S o c ia l P r o c e s s ” , e n A n n u a l R e v ie w o f
S o c io lo g y , 2 4 , 1 9 9 8 , pp. 3 1 3 - 3 4 3 (p. 3 1 6 ).
358 • Por que duele el amor
W ork, N u e v a Y o r k , C u r r e n c y , 2 0 0 4 , p. 2 9 3 .
B e r k e le y , T e n S p e e d P re ss, 2 0 0 4 , p . 1 0 3 .
y la m o t iv a c io n , v e a n se B . S c h w a r tz , T h e P a r a d o x o f C h o ic e : ^ y M o r e is L e s s , N u e v a Y o r k ,
E c c o P r e s s, 2 0 0 4 [trad . e s p .: P o r q u e m as e s m en o s: LA tiran ia d e la a b u n d a n c ia , M a d r id , T a u r u s ,
2 0 0 5 ] ; S . Iy e n g a r y M . L e p p e r , “ W h e n C h o i c e is D e m o t iv a t in g : C a n O n e D e s ir e T o o M u c h
o f a G o o d T h i n g ? ” , e n J o u m a l o f P e rso n a lity a n d S o c ia l P sy ch o lo gy , 7 9 , 2 0 0 0 , p p . 9 9 5 - 1 0 0 6 .
P re ss, 2 0 0 3 .V e a s e ta m b ie n S m e ls e r , “ T h e R a t io n a l a n d th e A m b iv a le n t in th e S o c ia l S c ie n c e s ” .
7 5 I b id ., p p . 2 1 - 2 2 .
de n u e z , B u e n o s A ir e s, P r o m e t e o , 2 0 0 9 , p p . 2 5 - 2 6 ] .
Y o r k , H a r p e r C o U in s , 2 0 0 9 , p . 7 9 [trad . e s p .: A f a v o r d e l am o r, B a r c e lo n a , L u m e n , 2 0 1 0 ] .
7 8 L . D u m o n t , H o m o H ie r a r c h ie s , C h i c a g o , U n iv e r s ity o f C h i c a g o P re ss, 1 9 7 0 [ 1 9 6 6 ], p . 4
7 9 I b id ., p. 1 6 .
e s p .: E l p la c e r d e l tex to , M a d r id , S i g lo x x i , 2 0 0 7 , p . 8 ].
8 3 I b id ., p. 8 9 .
N u e v a Y o r k , Z o n e B o o k s , 1 9 9 2 (1 9 4 6 - 1 9 4 9 ] (trad . e s p .: " L a n o c io n d e g a s t o ” , in t r o d u c c io n a
L a p a r te m a ld ita , B a r c e lo n a , Ic a ria , 1 9 8 7 ].
p p . 6 9 - 7 0 [trad . e sp . c it: p. 8 5 ].
(u ltim o a c c e s o : 19 d e o c t u b r e d e 2 0 1 2 ) .
seduccion , M a d r id , E sp a sa , 2 0 0 8 ] .
y T . B a r ts c h e r e r (c o m p s .), E r o tik o n : E s s a y s on E r o s , A n c ie n t a n d M o d e r n , C h ic a g o , U n iv e r s it y o f
C h i c a g o P re ss, 2 0 0 5 , p p . 1 - 1 5 (p . 7 ).
a n d P la n n in g D : S o c ie ty a n d S p a c e , 2 6 , 2 0 0 8 , p p . 7 8 2 - 7 9 4 (p . 7 8 9 ).
B a r c e lo n a , M a r b o t , 2 0 0 9 , p. 1 1 9 ].
2 0 0 6 , p . 4 5 ].
9 5 R . P ip p in , " V e r t i g o : A R e s p o n s e to T o m G u n n i n g ” , e n B a r ts c h y B a r ts c h e r e r (c o m p s .),
E r o tik o n , p p . 2 7 8 - 2 8 1 (p . 2 8 0 ).
a r o u n d .b lo g s p o t .c o m / 2 0 0 8 / 0 9 / r o m a n c e - p a s s i o n .h t m l> (u ltim o a c c e s o : 19 d e o c t u b r e d e
2 0 1 1 ).
9 8 C it a d o e n A . H a n n a y , K ie rk e g a a rd : A B io g ra p h y , C a m b r id g e , C a m b r id g e U n iv e r s ity P ress,
2 0 0 1 , p. 145.
360 • Por que duele el amor
9 9 S. K ie r k e g a a r d , E it h e r / O r , vo l. 11, N u e v a Y o r k , D o u b le d a y , 1 9 5 9 ( 1 8 4 3 ] , p. 21 (trad . e s p .:
1 0 0 D . H a lp e r in , “ L o v e 's I r o n y : S ix R e m a r k s o n P la to n ic E r o s ” , e n B a r ts c h y B a r ts c h e r e r
(c o m p s .), E ro tik o n , p p . 4 8 - 5 8 (p . 4 9 ).
1 0 2 V . G o r n ic k , T h e E n d o f the N o v e l o f L o v e , B o s t o n , B e a c o n P re ss, 1 9 9 7 , p . 1 5 8 .
6. D e la im a g in a tio n r o m in t ic a a la d e c e p c io n
2 J . K e a ts , " O d e o n a G r e c ia n U r n ” ( 1 8 2 0 ), e n j o h n K e a t s : T h e C o m p le te P o em s,
H a r m o n d s w o r t h , P e n g u in , 1 9 8 8 , p. 3 4 4 (trad. e s p .: “ O d a so b r e u n a u rn a g r ie g a ” , e n R . R o j o
p . 2 3 3 ].
3 J. S c h u lt e - S a s s e , " I m a g in a t io n a n d M o d e r n it y : O r th e T a m in g o f th e H u m a n M i n d ” , en
C u ltu r a l C ritiq u e, 5, 1 9 8 6 , p p . 2 3 - 4 8 .
a le m a n a , B a r c e lo n a , G r ija lb o , 1 9 7 3 , p . 6 3 ].
5 C it a d o e n ib id ., p. 2 7 [trad. e sp . c it .: p. 6 3 ].
2 0 0 4 , p. 9 .
8 C it a d o e n E . S c arry , “ O n V iv a c ity : T h e D if fe r e n c e b e t w e e n D a y d r e a m in g an d Im a g in in g -
U n d e r - A u t h o r ia l- I n s t r u c t io n ” , e n R e p re se n tatio n s, 5 2 , 1 9 9 5 , p p . 1 - 2 6 (p . 1).
9 Ibid.
10 W . S h a k e sp e a r e , A M id su m m e r N i g h t ’s D r e a m ( 1 6 0 0 ) , A c t o v , E sc e n a 1 [trad . e s p .: S u e n o de
u n a noche de veran o, M a d r id , ed a f , 1 9 9 7 , p . 1 0 2 ].
11 Ib id ., A c t o 1, E sc e n a 1 [trad. e s p . c it .: p. 5 3 ).
d is to r s io n a n la m e n t e d e lo s le c t o r e s c o n u n a r e t o r ic a e x a g e r a d a d e la d e v o c io n a m o r o s a . E s t a
Notas • 361
o b r a p r e te n d e b u r la rs e d e u n g e n e r o r o m a n t ic o q u e h a b ia in u n d a d o el m e r c a d o d e l l i b r o e n
E u r o p a , p e r o ta m b ie n d e la in flu e n c ia q u e su r tia e se g e n e r o e n la m e n t e d e q u ie n e s a sp ir a b a n a
14 E n 1 8 1 8 , p o r e je m p lo , T h o m a s J e ff e r s o n a fir m a b a q u e “ c u a n d o e s te v e n e n o in fe c ta la
m e n te , d e stru y e su a r m o n ia y la su b le v a c o n tr a la le c tu ra d e m a te r ia l m a s sa n o . [ . . . ] C o m o
r e su lta d o , se a b o ta r g a la im a g in a c io n , se e n fe r m a la c a p a c id a d d e j u i c i o y s u r g e c ie r t o r e c h a z o
p o r t o d o s lo s a su n to s re ale s y c o n c r e t o s d e la v id a ” . C it a d o e n H . R o s s , T he S e n tim e n ta l N o v e l
la m e n t e v a c ia d e id e a s y el c o r a z o n p r i v a d o d e s e n t im ie n t o s re a le s” . C it a d o e n ib id .,
p. 5.
1 6 A . P u s h k in , E u g e n e O n e g in , P r in c e to n , P r in c e to n U n iv e r s it y P re ss, 1 9 6 4 [ 1 8 3 3 ], p . 1 3 9 .
17 lb i d ., p . 1 5 2 .
18 C it a d o e n S . M it c h e ll, “ S e n t im e n t a n d S u ffe r in g : W o m e n ’s R e c r e a t io n a l R e a d i n g in th e
1 8 6 0 s ” , e n V icto rian S tu d ie s, 2 1 ( 1 ) , 1 9 7 7 , p p . 2 9 - 4 5 (p . 3 2 ).
1 9 G . F la u b e r t M a d a m e B o v a ry , N u e v a Y o r k , C o u r i e r D o v e r P u b lic a tio n s , 1 9 9 6 [1 8 5 7 ],
p p . 3 1 - 3 2 [trad . e s p .: M a d a m e B o v a ry , B a r c e lo n a , A lta y a , 1 9 9 4 , p. 1 1 4 ].
2 0 I b id ., pp. 1 4 0 - 1 4 1 [trad . e sp . c it .: p. 2 3 4 ].
21 I b id ., p. 9 4 [trad . esp . c it .: p. 1 8 3 ].
J o h n s H o p k in s P re ss, p . 6 3 - 6 4 [ M a d a m e B o v a r y , tra d . e sp . c it .: p p . 3 5 3 - 3 5 4 ] .
B la c k w e ll, 1 9 8 9 .
2 4 lb i d ., p . 8 9 .
O x f o r d U n iv e r s ity P re ss, 1 9 8 8 , p . 3.
2 6 K . L . W a lto n , “ F e a r in g F ic t io n s ” , e n J o u r n a l o f P h ilo so p h y , 7 5 , 1 9 7 8 , p p . 5 - 2 7 .
2 7 E . A . H o lm e s y A . M a t h e w , “ M e n ta l Im a g e r y a n d E m o t i o n : A S p e c ia l R e la t io n s h ip ? ” ,
e n E m o tio n , 5 (4 ), 2 0 0 5 , p p . 4 8 9 - 4 9 7 .
< h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 1 1 / 0 3 / 1 3 / f a s h i o n / 1 3 M o d e m L o v e .
3 0 K . O a t le y , “ A T a x o n o m y o f th e E m o t i o n s o f L i t e r a r y R e s p o n s e a n d a T h e o r y o f
31 C . T o w n s e n d , 2 3 d e s e p tie m b r e d e 2 0 0 8 , < h t t p :/ / s l e e p i n g - a r o u n d .b l o g s p o t .c o m / 2 0 0 8 / 0 9 /
c u lt u r e - o f - lo v e .h t m l> (u ltim o a c c e so : 2 0 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
p e r s o n a a m a d a e n p a r tic u la r se h a v in c u la d o c o n la se r o to n in a , la d o p a m in a y la n o r e p in e fr in a .
Society, N u e v a Y o r k A t h e n e u m , 1 9 7 0 , p. 9 0 .
d el n acio n alism o , M e x i c o , fc e , 1 9 9 3 ].
3 7 J . D e lu m e a u , H isto r y o f P a r a d is e : T h e C a rd e n o f E d e n in M y th a n d T r a d itio n , N u e v a Y o r k ,
T a u ru s, 2 0 0 5 ].
3 8 Ib id .
3 9 D . K a h n e m a n , B . F r e d r ic k so n , C . S c h r e ib e r y D . R e d e lm e ie r , “ W h e n M o r e P ain is
P re fe r re d to L e ss: A d d in g a B e t t e r E n d ” , e n P sy ch ological S d e n c e , 4 ( 6 ), 1 9 9 3 , p p . 4 0 1 - 4 0 5 .
4 0 D . K a h n e m a n y D . R e d e lm e i e r , “ P a tie n ts' M e m o r ie s o f P a in fu l M e d ic a l T r e a t m e n t s : R e a l
1996, pp. 3 -8 .
L o n d r e s , R o u t l e d g e , 2 0 0 2 , p. 1 4 .
4 2 S. A . M it c h e ll, C a n L o v e L a s t ? T h e F a t e o f R o m a n c e over T im e , N u e v a Y o r k , N o r t o n , 2 0 0 3 .
R e la t io n s h ip s ” , e n j o u r n a l o f S o c ia l a n d P e r s o n a l R e la tio n sh ip s, 2 4 ( 1 ) , 2 0 0 7 , p p . 3 7 - 5 4 .
4 5 H a r r ie t B e e c h e r S t o w e a su e s p o s o , e n 1 8 4 7 , t o m a d o d e C . N . D a v id s o n , T h e B o o k o f L o v e :
4 6 S . W . D u c k , M e a n in g fu l R e la tio n s h ip s: T a lk in g , S e n se , a n d R e la tin g , L o n d r e s , S a g e
in L o n g - D is t a n c e D a t in g R e la t io n s h ip s ” , p . 3 8 .
4 7 L . B e m i n g , " I C a ll Y o u r / H i s N a m e ” , e n T h e N e w Y ork T im e s, 2 7 d e e n e r o d e 2 0 1 1
4 8 D . J o h n s o n , " T h e M a r r y in g K i n d ” , e n N e w Y ork R e v ie w o f B o o k s , 1 9 d e a g o s to d e 2 0 1 0 ,
p. 2 4 .
4 9 P . K e n n e d y , " B r e a t h e In , B r e a t h e O u t , F all in L o v e ” , e n T h e N e w Y o rk T im e s, 4 d e
n o v ie m b r e d e 2 0 1 0 , < h t t p :/ / w ^ w . n y t i m e s . c o m / 2 0 1 0 / 1 1 / 0 7 / f a s h i o n / 0 7 M o d e m .
5 0 C . T o w n s e n d , B r e a k in g the R u le s : C o n fe ssio n s o f a B a d G ir l, L o n d r e s , J o h n M u r r a y , 2 0 0 9 ,
p. 183.
d e 2 0 1 1 ).
d e 2 0 1 1 , < h t t p :/ / ^ w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 1 1 / 0 5 / 0 1 / f a s h i o n / 0 1 M o d e m I n t r o .
5 3 D . J o n e s , " Y o u 'r e n o t S ic k , Y o u ’ r e J u s t i n L o v e ” , e n T h e N e w Y o rk T im e s, 12 d e fe b r e r o
a cc e so : 2 0 d e o c tu b re d e 2 0 1 1 ).
ro m an tica, L im a , pu c p F o n d o E d ito r ia l, 2 0 0 8 ] .
5 6 I b id ., p. 1 1 5 .
5 7 Ib id ., p . 9 2 .
364 • Por que duele el amor
5 8 A . B o lt e y T . G o s c h k e , “ I n tu itio n in th e C o n t e x t o f O b je c t P e r c e p t io n : In tu itiv e G e s ta lt
1 0 8 (3 ), 2 0 0 8 , p p . 6 0 8 - 6 1 6 .
6 0 A q u i el a u to r h a c e r e fe r e n c ia a u n a c t o d e la im a g in a c io n q u e s e b a sa e n la e x p e r ie n c ia
real, es d e c ir , a u n b e s o c o n a lg u ie n q u e u n o c o n o c e . T o m a d o d e J . U p d ik e , “ L ib id o L it e ” ,
e n N e w Y ork R e v ie w o f B o o k s, 1 8 d e n o v ie m b r e d e 2 0 0 4 , p p . 3 0 - 3 1 (p . 3 1 ).
7. Epflogo
1 E D ic k in s o n , T h e P o e m s o f E m ily D ic k in so n , c o m p ila d o p o r R . W . F ra n k lin , C a m b r id g e , m a ,
T h e B e lk n a p P re ss, 1 9 9 9 , p . 4 1 1 [trad. e s p .: E . D ic k in s o n , A lg u n o s p o e m a s m a s , G r a n a d a ,
C o m a re s, 2 0 0 5 ].
2 J . F r a n z e n , “ L ik in g Is f o r C o w a r d s . G o f o r W h a t H u r t s ” , e n T h e N e w Y o rk T im e s,
2 8 d e m a y o d e 2 0 1 1 , < h t t p :/ / w w w .n y t i m e s .c o m / 2 0 1 1 / 0 5 / 2 9 / o p in i o n / 2 9 f r a n z e n .
h t m l? p a g e w a n t e d = a ll> ( u lt im o a c c e s o : 2 0 d e o c t u b r e d e 2 0 1 1 ) .
3 H . F r a n k fu r t, T h e R e a s o n s o f L o v e , P r in c e to n , P r in c e to n U n iv e r s it y P re ss, 2 0 0 4 [trad . e sp .:
lA s r az o n e s d el am o r, B a r c e lo n a , P a id o s , 2 0 0 4 ] .
4 Ib id ., p. 6 5 .