Introduccion A La Termodinamica 2

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Suponiendo un recipiente cerrado por un pistón ideal de modo tal que la presión sea constante y que con-
tiene líquido hirviente, aplicando el Primer Principio para sistemas cerrados tenemos:
∆QL→V = ∆h − v ∆P = ∆h ⇒ ∆QL→V = ∆QV → L = λ = hV − hL
Denominamos a λ calor latente de vaporización. Por ser λ una diferencia de entalpías, que son función de P
y T, también λ es función de P y T.
h = u + P × v ⇒ λ = hV − hL (8-7)
λ = (u + P × v )V − (u + P × v ) L = uV − u L + P(vV − v L )
Se suele llamar calor interno de vaporización a la diferencia uV – uL.
Se suele llamar calor externo de vaporización al producto P(vV – vL).

8.6 Ecuaciones de Clapeyron y Clausius-Clapeyron


La ecuación de Clapeyron es importante porque es la base teórica de muchos métodos de estimación de
curvas de presión de vapor-temperatura y de calor latente de vaporización. Ya se dedujo anteriormente en
el apartado 7.11.1 pero la volveremos a deducir para mayor énfasis. Ya se dedujo en el apartado 7.1 que
en el equilibrio de fases la energía libre de Gibbs en cada fase es la misma.
gV = g L ⇒ dgV = dg L
Para vapores puros es:
dg = vdP − sdT ⇒ vV dP − sV dT = v L dP − sL dT
dP sV − s L
∴ dP = (sV − s L )dT ⇒ =
dT vV − vL
Pero:

∫ ∫ ∫
δQ δQ 1 λ λ
ds = ⇒ dS = = δQ = ⇒ sV − s L = (8-8)
T T T T T
Por lo tanto:
dP λ
= Ecuación de Clapeyron (8-9)
dT T (vV − vL )
La ecuación de Clausius-Clapeyron es una simplificación de la ecuación mas exacta de Clapeyron. Si se
desprecia vL frente a vV que es bastante mayor, y se supone que el vapor se comporta como un gas ideal (lo
que es razonable en condiciones moderadas, pero inexacto en condiciones alejadas de las normales) y
además se supone constante el calor latente de vaporización en un rango moderado de P y T, resulta:
RT R'
vV = donde: R= es la constante particular del vapor en cuestión. Además λ = λ0 = constan-
P PM
te. Entonces:
R 2 T dP R 2 T ∆P dP λ0 dT
λ0 = ⇒ λ0 ≅ ⇒ =
P dT P ∆T P R T2
Integrando:
P λ  1 1
ln = 0  −  (8-10)
P0 R  T0 T 
Esta ecuación es bastante exacta a presiones bajas, aumentando el error a medida que crece la presión.
Se pueden escribir ecuaciones análogas a las de Clausius y Clapeyron para obtener calor de fusión y su-
blimación.

8.7 Diagrama de Mollier


La entropía es una función potencial al igual que la entalpía. Veamos el diagrama de Mollier o diagrama h-s.
De la ecuación (6-24) del capítulo 6 sobre energía libre tenemos:
  ∂v  
dh = Cp dT + v −    dP
  ∂T  P 
Para líquidos a temperaturas alejadas de Tc el segundo término es pequeño, por lo tanto: dh = Cp dT (para
líquidos alejados del punto crítico). Esta es la ecuación diferencial de una relación lineal. Teniendo el dia-
grama h-s o tablas de vapor de la sustancia, es fácil obtener una estimación del calor latente de evapora-
ción. De la ecuación (8-7):

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λ = hV − hL
Igualmente de la ecuación (8-8):
λ h − hL λ
s − sL = ⇒ V = = T = tg (α ) (8-11)
V T sV − sL λ
T
Recordando las ecuaciones que estudiamos en el capítulo 6 so-
bre energía libre, de la ecuación (6-20) y de la definición de Cp
tenemos que la pendiente de las isobaras en el interior de la zo-
na de coexistencia de fases es:
 ∂h 
 
 ∂h   ∂T  P Cp
  = = =T (8-12)
 ∂S  P  ∂S  Cp
  T
 ∂T  P
Por lo tanto las isobaras coinciden con las isotermas. A su vez la
pendiente de las isotermas es:
 ∂h   ∂v 
  v − T 
 ∂h   ∂P  T  ∂T  P  ∂T 
  = = = T − v  (8-13)
 ∂S  T  ∂S  −
 ∂v   ∂v  P
  
 ∂P  T  ∂T  P
Dentro de la zona de coexistencia de fases hay temperatura constante a presión constante, por lo tanto:
 ∂T   ∂h 
  =0⇒  =T
 ∂v  P  ∂S T
 ∂h 
Cuando se sale de la zona de coexistencia de fases esto ya no es cierto, es decir:   ≠ 0 y suponien-
 ∂S T
do que el vapor se comporte como un gas ideal tenemos:
Pv  ∂T  P  ∂T  Pv  ∂h 
T= ⇒  = ⇒ v  = = T ⇒   = T −T = 0
R  ∂v  P R  ∂v  P R  ∂S T
Las isotermas tienden a ser horizontales fuera de la campana que delimita la zona de coexistencia de fa-
ses. Las isobaras fuera de la campana en cambio tienen tendencia a ser verticales porque si se calienta un
vapor a P constante tiende a aumentar su temperatura y se va hacia isotermas superiores.

8.8 Correlaciones entre presión de vapor y temperatura


Este tema tiene una gran importancia práctica por su relación con los procesos de separación líquido-vapor;
por tal razón se le ha dedicado una gran cantidad de esfuerzo. En consecuencia, la cantidad de correlacio-
nes que existen es muy grande. Nosotros nos ocuparemos sólo de las mas exactas y simples, además de
ser las mas aplicables a casos prácticos.
En general se suele dividir las correlaciones en dos tipos: las que derivan de algún modo de la ecuación de
Clapeyron, es decir que tienen una base racional, y las que tienen una base empírica, es decir no teórica.

8.8.1 Correlaciones de base teórica


De la ecuación de Clausius-Clapeyron (donde se supone comportamiento ideal, se desprecia el volumen lí-
quido respecto del de vapor y se supone constante el calor latente) se deduce, con estas limitaciones e in-
exactitudes:

λ0  1 d (lnPv ) λ
− d [ln(Pv )] = −  ⇒ =− 0
R T  dT R

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λ0
Esto sugiere que una representación de ln(Pv) en función de 1/T deberá ser una recta de pendiente . −
R
Esto por supuesto no es así mas que en un intervalo reducido de presiones y temperaturas, en el rango ba-
jo. Prolongando los ejes hacia zonas de alta temperatura y presión aparece una curvatura mas o menos
pronunciada. Esta es la base de la correlación de Kirchoff.
Lo que hizo Kirchoff fue suponer que, puesto que λ0 es una diferencia de entalpías y que la entalpía depen-
de de Cp (que se puede describir como polinomio cúbico de T) también es posible describir a λ0 como poli-
nomio cúbico de T.
λ0 = A + B × T + C × T 2 + D × T 3
Tomando la ecuación de Clapeyron y despreciando el volumen líquido respecto del volumen de vapor te-
nemos:
dPv λ λ
= ≅
dT T (vV − vL ) T vV
Asumiendo comportamiento ideal:
dPv λ λ Pv dP λ dT
= = ⇒ v =
dT T  R T  R T 2
PV RT2
 
Pv 

Reemplazando λ0 tenemos:
dPv (A + BT + CT 2 + DT 3 ) dT
=
Pv RT2
Integrando:
A′
ln(Pv ) = + B ′ln(T ) + C ′ × T + D ′ × T 2 (8-14)
T
Esta es la ecuación de Kirchoff. Muestra que la gráfica de ln(Pv) en función de 1/T no es lineal sino una
combinación de una recta, una parábola y una hipérbola, con una contribución logarítmica cuyo peso es
menor. La influencia de la componente parabólica es pequeña a bajas temperaturas, y aumenta con esta.
Si bien la exactitud de la ecuación de Kirchoff es mala, se comenta aquí porque constituye la base de varias
ecuaciones empíricas.

8.8.1.1 Ecuación de Antoine


Cox en 1923 sugirió tomar una escala logarítmica para Pv y una recta con pendiente positiva que representa
la presión de vapor del agua (generalmente usada como sustancia de referencia porque sus propiedades
se conocen muy bien) que se emplea para calibrar la otra escala en unidades de temperatura. Entonces las
gráficas de Pv de otras sustancias aparecen como líneas rectas o casi rectas. Un gráfico de este tipo se lla-
ma “recta de Cox”. Calingaert y Davis en 1925 demostraron que esto equivale a tomar una escala de tem-
1
peratura en la que se representan los valores de . Esto en sustancia equivale a la vieja correlación de
T −C
Antoine (1888) que si se piensa no es mas que una representación hiperbólica, es decir equivalente a tomar
el primer término de la ecuación (8-14) de Kirchoff. La ecuación de Antoine es:

B
log10 (Pv ) = A − (T en °K) (8-15)
T −C

Alternativamente se puede encontrar a veces en la forma siguiente.

B
log10 (Pv ) = A − (T en °C) (8-15')
t+c
Para muchos casos se puede tomar C = –43 °K (o c = 230 °C). C se puede estimar de las relaciones si-
guientes:
C = -0.3 + 0.034×Tb si Tb < 125 °K y/o para elementos monoatómicos;
C = -18 + 0.19×Tb si Tb > 125 °K o para sustancias poli atómicas.
Tb es la temperatura normal de ebullición (°K) es decir la temperatura a la que hierve el líquido a la presión
atmosférica, y es muy fácil de medir.

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A continuación una pequeña lista de constantes de la ecuación de Antoine, donde la constante responde a
la forma de la ecuación (8-15').
Compuesto A B c Intervalo de tempera-
tura aplicable (°C)
Metano 7.61184 389.93 267.0 –183 a –152.5
Etano 7.80266 657.40 257.0 –142 a –75
Etileno 7.74756 585.00 255.0 –153 a –91
Propileno 7.81960 785.00 247.0 –112 a –32
Propano 7.82973 813.20 248.0 –108 a –25
1-Buteno 7.84290 927.10 240.0 –81 a 12.5
n-Butano 7.83029 945.90 240.0 –77 a 19
n-Pentano 7.85221 1064.64 232.0 –50 a 57
iso-Pentano 7.80380 1027.25 234.0 –57 a 49
Benceno 7.89745 1207.35 220.237 –5.5 a 104
n-Hexano 7.87773 1171.53 224.366 –25 a 92
Ciclohexano 7.84498 1203.526 222.863 7.6 a 105
Tolueno 7.95334 1343.943 219.377 6 a 136
n-Heptano 7.90319 1268.586 217.954 2 a 123
n-Octano 7.92374 1355.126 209.517 19 a 152

Listas mas completas se pueden encontrar en “The Properties of Gases and Liquids” de Reid, Prausnitz y
Poling y en el “Manual del Ingeniero Químico”. La ecuación de Antoine no se debe usar si Pv > 1500 mm Hg
pues el error crece. Los valores de las constantes también se pueden hallar a partir de datos T-Pv en tres
puntos o mas, resolviendo el sistema de ecuaciones correspondiente. Usamos la ecuación (8-15') donde Pv
está en mm Hg., t en °C.

8.8.1.2 Ecuación de Thodos


Una ecuación algo mas precisa se debe a Thodos:
n
B C T 
log10 (Pv ) = A + + 2 + D  − 1 (8-16)
T T  Td 
Pv está en mm de Hg, T y Td en °K y se puede omitir el último término si T < Td. Una pequeña tabla de cons-
tantes es la siguiente.
Compuesto Td A B C D n
Metano 118.83 7.18025 –297.1 –8000 0.257 1.32
Etano 204.74 7.80266 –624.24 –15912 0.1842 1.963
Propano 261.20 7.80064 –785.6 –27800 0.2102 2.236
n-Butano 312.30 7.78880 –902.4 –44493 0.4008 2.40
n-Pentano 357.79 7.77767 –988.6 –66936 0.6550 2.46
n-Hexano 398.79 7.75933 –1054.9 –92720 0.9692 2.49
n-Heptano 437.34 7.74242 –1108.0 –121489 1.3414 2.50
n-Octano 471.00 7.72908 –1151.6 –152835 1.7706 2.50
n-Nonano 503.14 7.72015 –1188.2 –186342 2.2438 2.50
n-Decano 533.13 7.71506 –1219.3 –221726 2.7656 2.50
n-Dodecano 587.61 7.71471 –1269.7 –296980 3.9302 2.50
Tablas mas extensas se pueden encontrar en “The Properties of Gases and Liquids” de Reid, Prausnitz y
Poling.
Discusión
Los métodos racionales han tenido un éxito moderado en describir las propiedades del vapor. Debido a ello
se ha dedicado mucho esfuerzo al desarrollo de ecuaciones empíricas que hoy describen con mucha mayor
exactitud las relaciones T-Pv. No obstante, la ecuación de Antoine es útil dentro de su relativa exactitud por
la simplicidad y rapidez de su uso. Volveremos mas adelante sobre esto cuando tratemos la estimación de
calor latente de vaporización.

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8.8.2 Correlaciones empíricas


Existen muchas correlaciones empíricas. No podemos tratarlas todas, debido a la extensión del tema. Una
discusión detallada y documentada se encontrará en “The Properties of Gases and Liquids”, de Reid,
Prausnitz y Poling.

8.8.2.1 Ecuación de Lee y Kesler


Es una modificación de la correlación de Pitzer basada en el método generalizado de estados correspon-
dientes usando el factor acéntrico. Una ventaja de esta ecuación es que permite estimar en casos en que
se desconoce el factor acéntrico. Ver Lee y Kesler, “A Generalized Thermodynamic Correlation Based on
Three Parameter Corresponding States”, AIChE Journal, May, 1975, pág. 510-527.
ln(Pvr ) = f 0 (Tr ) + ωf 1 (Tr ) (8-17)

6.09648
f 0 (Tr ) = 5.92714 − − 1.28862 × ln(Tr ) + 0.169347 × Tr
6
(8-18)
Tr
15.6875
f 1 (Tr ) = 15.2518 − − 13.4721× ln(Tr ) + 0.43577 × Tr
6
(8-19)
Tr

ω= α (8-20)
β
6.09648
α = −ln(Pc ) − 5.97214 + + 1.28862 × ln(Tbr ) − 0.169347 × Tbr
6
(8-20')
Tbr
15.6875
− 13.4721× ln(Tbr ) + 0.435777 × Tbr
6
α = 15.2518 − (8-20")
Tbr
P T T
donde: Pvr = v T = Tbr = b (Pc en ata)
Pc Tc Tc

8.8.2.2 Correlación de Gomez-Nieto y Thodos


Estos autores (Industrial and Engineering Chemistry Fundamentals, vol. 16 1977 pág. 254 y vol. 17 1978
pág. 45) han desarrollado una correlación excelente de base totalmente empírica.
 1 
ln(Pvr ) = β  m − 1 + γ Tr − 1
n
[ ] (8-21)
 Tr 
8.5217
m = 0.78425 × e0.089315×s − (8-22)
e0,78426×s
n=7 (8-23)
221.79 3.8126
β = - 4.267 − + + ∆* (8-24)
s ×e 0,0384×s
2.5  
2.5  2272, 44 
 

s3 

e  

* * * *
∆ = 0 excepto para el He (∆ = 0.41815), para el H2 (∆ = 0.19904) y para el Ne (∆ = 0.02319).
γ = a × S + b× β (8-25)
Las tres ecuaciones anteriores para m, γ y β son válidas para compuestos no polares. Para compuestos po-
lares que no forman puente de hidrógeno, incluyendo al amoníaco y al ácido acético, m y γ se calculan de
las siguientes relaciones.
0.166
m = 0.466 × Tc (8-22')

7.462×10 −4 ×Tc
γ = 0.08594 × e (8-25')
Para sustancias que forman puente de hidrógeno (como el agua y los alcoholes):

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0.72
m = 0.0052 × M0.29 × Tc (8-22")

2.464 9.8×10−6 ×Tc


γ= e (8-25")
M
M es el peso molecular del monómero.
Para estas dos categorías de sustancias, β se obtiene de la ecuación (8-25) que define a γ:
γ −a×s
β= (8-24')
b
1
−1
Tbr
a= 7 (8-26)
Tbr − 1
1
m
-1
Tbr
b= 7
(8-27)
1 - Tbr

ln 
Pc
T × ln( Pc ) 1.01325 
s= b (Pc en ata) s = Tbr  (Pc en bar) (8-28)
Tc − Tb 1 − Tbr

8.8.2.3 Correlación de Riedel, Planck y Miller


Una modificación del método original extiende y simplifica su utilidad. Está basado en las correlaciones de
Riedel y Kirchoff.

ln(Pvr ) = −
G
Tr
[
1 − Tr + K (3 + Tr )(1 − Tr )
2 3
] (8-29)

h
− 1 − Tbr
K= G (8-30)
(3 + Tbr )(1 − Tbr )2
G = 0.4835 + 0.4605 × h (8-31)

Tbr × ln( Pc )
h= (8-32)
1 − Tbr
Discusión
Los tres métodos que acabamos de describir son buenos y exactos, adaptándose a la mayoría de los casos
de interés práctico. No dan buenos resultados con sustancias muy polares o asociadas. Puesto que en ge-
neral son ecuaciones explícitas en Pv pero implícitas en T, para el caso de que se necesite obtener T hay
que usar un método de recurrencia, es decir, iterativo.

Ejemplo 8.1 Cálculo de la presión de vapor.


Calcular la presión de vapor del benceno a 40 °C.
Datos
tb = 80.1 °C; Tb = 353 °K; Tc = 562 °K; Pc = 48.3 ata; ω = 0.21. Constantes de la ecuación de Antoine:
A = 7.89745; B = 1207.35; c = 220.237. Valor experimental: Pv = 0.24 ata a 40 °C.
Solución
Intentaremos calcular con todos los métodos a nuestra disposición, comparando los distintos resultados con
el valor experimental (que suponemos exacto) dando el error en cada caso.
B 1206.35
1) Ecuación de Antoine: log10 (Pv ) = A − = 6.89745 −
t+c 40 + 220.237
Obtenemos: log10(Pv) = 2.26187 ⇒ Pv = 182.75 mm Hg = 0.2405 ata
error: 0.2%.

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2)Ecuación de Lee-Kesler: ln (Pvr ) = f (Tr ) + ωf 1 (Tr )


0

313
Tr = = 0.557
562
6.09648
f
0
(Tr ) = 5.92714 − − 1.28862 × ln(Tr ) + 0.169347 × Tr
6
= - 4.259974
Tr
15.6875
f
1
(Tr ) = 15.2518 − − 13.4721 × ln (Tr ) + 0.43577 × Tr
6
= - 5.0173253
Tr
ln(Pvr) = –4.259974 – 0.21×5.0173253 = –5.3136123 ⇒ Pv = 0.2378 ata
error: 0.9%

3) Correlación de Gomez-Nieto y Thodos: ln (Pvr ) = β 


 1
m

− 1 + γ Tr − 1[ n
]
 Tr 
353 Tb × ln( Pc )
Tbr = = 0.6281138 s= = 6.5489634
562 Tc - Tb
8.5217
m = 0.78425 × e 0.089315×s − = 1.357497
e 0,78426×s
221.79 3.8126
β = - 4.267 − + + ∆* = - 4.2956928
0,0384×s 2.5
 

s 2.5 ×e
 2272, 44 
 
s3
e  

1 1
−1 m
−1
Tbr Tbr
a= 7
= 0.6158214 b= 7
= 0.9153251
Tbr − 1 1 − Tbr
γ = a × S + b × β = 0.1006668

ln(Pvr ) = β 
 1
m

[
− 1 + γ Tr − 1
n
] = -5.3100924 ⇒ P v = 0.24 ata
 Tr 
error: 0.55%

4) Correlación de Riedel, Planck y Miller:

ln(Pvr ) = −
G
Tr
[
1 − Tr + K (3 + Tr )(1 − Tr )
2 3
]
Tbr × ln( Pc )
h= = 6.5489634 G = 0.4835 + 0.4605 × h = 3.4992976
1 − Tbr
h
− 1 − Tbr
K = G
= 0.4850753
(3 + Tbr )(1 − Tbr )2
ln(Pvr) = –5.2770476 ⇒ Pv = 0.2467
error: 2.8%

Ejemplo 8.2 Cálculo de la presión de vapor.


Calcular la presión de vapor del propano a las siguientes temperaturas (°C):
t1 = –42.07; t2 = –17.78; t3 = 15.56; t4 = 48.89; t5 = 82.22; t6 = 97.81.
Datos
Tb = 231.1 °K; PM = 44.097; Tc = 370 °K; Pc = 42.02 ata; ω = 0.152.
Valores experimentales: la tabla siguiente resume algunos resultados publicados (Canjar y Manning,
“Thermodynamic Properties and Reduced Correlations for Gases”, Gulf Pub. Co., Houston, Tex., 1967).
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 1.00 2.611 7.321 17.480 32.258 42.02

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Solución
Intentaremos calcular con todos los métodos a nuestra disposición, comparando los distintos resultados con
los valores experimentales dando el error en cada caso. Los resultados se resumen en forma tabular.
1) Ecuación de Antoine: esta ecuación sólo es aplicable en la primera temperatura, puesto que los coefi-
cientes sólo son válidos para temperaturas desde –108 hasta –25 °C.
B 813.2
log10 (Pv ) = A − = 6.82973 −
t+c 248 - 42.07
Obtenemos: log10(Pv) = 2.88178 ⇒ Pv = 761.70 mm Hg = 1.002243 ata.
error: 0.2%

n
TB 
C
2) Ecuación de Thodos: log10 (Pv ) = A + + 2 + D  − 1 =
T T  Td 
2.236
785 .6 27800  T 
= 6.80064 − − + 0.2102
T T
2  261.2 - 1
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 1.00497 2.6183 7.3654 17.63 32.43 41.99
Error (%) +0.50 +0.28 +0.61 +0.91 +0.53 –0.06

3)Ecuación de Lee-Kesler: ln(Pvr ) = f (Tr ) + ωf (Tr )


0 1

6.09648
f
0
(Tr ) = 5.92714 − − 1.28862 × ln(Tr ) + 0.169347 × Tr
6
= +0.0000007
Tr
15.6875
f
1
(Tr ) = 15.2518 − − 13.4721 × ln (Tr ) + 0.43577 × Tr
= +0.00007
6

Tr
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 0.99083 2.6117 7.366 17.548 32.26 42.02
Error (%) –0.92 +0.03 +0.61 +0.41 +0.01 +0.002

4) Correlación de Gomez-Nieto y Thodos: ln Pvr = β  ( )


 1
m

− 1 + γ Tr − 1 [ n
]
 Tr 
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 1.004 2.601 7.351 17.512 32.245 42.03
Error (%) +0.40 –0.38 +0.41 +0.19 –0.04 +0.02

5) Correlación de Riedel, Planck y Miller: ln(Pvr ) = −


G
Tr
[1− T r
2
+ K (3 + Tr )(1 − Tr )
3
]
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 1.000 2.601 7.258 17.306 32.085 41.00
Error (%) 0.00 –0.38 –0.86 –1.06 –0.53 –2.43

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8.9 Correlaciones para calcular calor latente de vaporización


Existen dos grandes clases de correlaciones: las basadas en una evaluación de λ en base a la curva de
presión de vapor-temperatura y en la ecuación de Clapeyron, y las correlaciones empíricas. No se puede
establecer una diferencia que permita definir una clara preferencia entre una u otra clase, pero posiblemen-
te los métodos basados en la ecuación de Clapeyron sean ligeramente superiores cuando se cuenta con
muchos datos de la curva y se usa un buen algoritmo de derivación numérica.

8.9.1 Correlaciones derivadas de la ecuación de Clapeyron


Nuestro problema es determinar λ en las condiciones T+ y P+. Su-
ponemos tener una curva densa (con muchos puntos muy cerca-
nos entre sí) y con datos precisos.
Sabemos que la derivada se puede aproximar por incrementos fi-
nitos es decir (con gran error):
dP ∆P
≅ (8-33)
dT ∆T
A su vez la diferencia (vV – vL) se puede aproximar mediante el
factor de compresibilidad:
ZV R T ZL R T
vV = vL =
P P
Como las condiciones del vapor y del líquido son las mismas, P y
T son iguales:
ZV R T Z L R T RT RT
vV − vL = − = (ZV − Z L ) = ∆Z (8-34)
P P P P
El valor ∆Z suele estar alrededor de 0.95 (± 1%) para la mayoría de las sustancias y se puede estimar. Para
ello, Haggenmacher (Industrial and Engineering Chemistry, vol. 40 pág. 436 1948) propone:
1 Tb
∆Z = 1 − 3
donde: Tbr = (8-35)
Pc × Tbr Tc
Thomson (Chem. Rev. vol. 38 pág. 1, 1946) propone:
Pr
a) log10 (∆Z ) = 2.106 x 2 − 1.0268 x para 0 < < 0.2 (8-36)
Tr
Pr
b) log10 (∆Z ) = 0.136 x 2 − 0.645 x − 0.0185 para 0.2 < <1 (8-37)
Tr
Pr Pr
c) ∆Z = 1 − 0.97 para < 0.1 (8-38)
Tr Tr
 P 
donde: x = − log10 1 − r 
 Tr 
Cualquiera de las correlaciones anteriores se puede aplicar en un esquema de evaluación partiendo de da-
tos experimentales o bien obtenidos de alguna correlación de Pv-T de las ya conocidas. A partir de la ecua-
ción de Clapeyron y contando con una curva Pv-T experimental o calculada por un buen método de estima-
ción se puede aplicar el esquema de derivación numérica de Douglas y Avakian; este esquema toma siete
puntos, distribuidos tres a la derecha y tres a la izquierda del punto central, en el cual se quiere obtener λ.
Así los puntos quedan identificados como sigue: (PV-3 , T-3), (Pv-2, T-2), (Pv-1, T-1), (Pv0, T0), (Pv1, T1), (Pv2, T2),
(Pv3, T3). La aproximación numérica a la derivada queda expresada como sigue:

∑ ∑
 3 3

 397 i × Pv i 7 i × Pv i 
3

dPv 1  
≅  i =-3
− i =-3
 (8-39)
dT ∆T  1515 216 
 
 

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Nota: evidentemente Pv0 queda excluido ya que i = 0. Aquí ∆T es el intervalo de separación de los datos de
temperatura. Este esquema sólo se puede aplicar en casos en que los valores de temperatura estén igual-
mente espaciados. Otros esquemas se pueden consultar en textos de Cálculo Numérico. Entonces la ecua-
ción de Clapeyron queda así:
dPv λ λ Pv RT 2 ∆Z dPv
= = ⇒ λ = (8-40)
dT T(vV − v L ) RT 2 ∆Z Pv dT
También se puede aplicar otro esquema derivado de la correlación de Lee-Kesler.
− d [ln(Pv )] λ Tr − d [ln(Pv )]
= ⇒ λ= ∆ZRTc (8-41)
1 ∆v Pv 1
d   d  
 Tr   Tr 
Donde:
− d [ln(Pv )]
 1
3
(
= 6.09648 − 1.28862 × Tr + 1.016 × Tr + ω 15.6875 − 13.4721 × Tr + 2.615 × Tr
7
) (8-42)
d  
 Tr 

Por último tenemos la posibilidad de estimar la pendiente de la curva de presión de vapor-temperatura a


través de la ecuación de Antoine, si las presiones de vapor son menores de 1500 mm Hg.
dPv 2.303 × B × Pv λ
= =
dT (t + c )2
T (vV − v L )
Como para presiones de este orden el vapor se comporta como gas ideal, la ecuación se simplifica a:
λ λ λ Pv 2.303 × B × RT 2
≅ = ⇒ λ = (8-43)
T (vV − v L ) T vV RT 2 (t + c )2
Existe otra forma de atacar el problema de la estimación de ∆v. En vez de evaluar ∆v en forma indirecta, es-
timando ∆Z por medio de las relaciones (8-34), se puede evaluar ∆v directamente si se calculan vV y vL indi-
vidualmente mediante ecuaciones de estado. La ecuación de Clapeyron se puede expresar:
dPv λ λ dP
= = ⇒ λ = T∆v v
dT T (vV − vL ) T ∆v dT
∆v = vV – vL. Puesto que existen varias ecuaciones de estado aptas para evaluar volumen específico no de-
sarrollamos esta alternativa pero la ilustraremos mas adelante con un ejemplo.

8.9.2 Correlaciones de base empírica


Existen muchas correlaciones de este tipo, fundamentalmente porque los datos experimentales necesarios
para aplicar la ecuación de Clapeyron no abundan, y si bien se pueden reemplazar por datos obtenidos por
correlación siempre existe alguna incertidumbre cuando se manejan casos en los que no se tiene experien-
cia. Aquí vamos a tratar dos métodos, refiriendo para ampliación y discusión a la literatura especializada.

8.9.2.1 Correlación de Pitzer modificada


La correlación generalizada de estados correspondientes original de Pitzer ha sido modificada y mejorada
por diversos autores (Chen, Carruth, etc.) y la mejor versión es la que presentan Reid, Sherwood y Praus-
nitz (“The Properties of Gases and Liquids”, 3rd. edition, 1977, pág. 200).
λ
= 7.08(1 − Tr ) + 10.95ω(1 − Tr )
0.354 0.456
(8-44)
RTc
Esta correlación da muy buenos resultados a altas presiones, hasta cerca del punto crítico, y es preferible
en la zona de altas presiones y temperaturas a cualquier otra; su desempeño en la zona baja no es tan
bueno pero resulta satisfactorio.

8.9.2.2 Correlación de Riedel


Riedel propuso (Chem. Ing. Tech., vol. 26, pág. 679, 1974) la ecuación (8-45). Esta ecuación proporciona el
calor latente de ebullición en el punto normal de ebullición de modo que si se desea a otra temperatura
habrá que recalcularlo mediante la correlación que damos en el punto siguiente (8.9.3).

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λ 2.17[ln(Pc − 1)]
= (8-45)
Tb 0.93 − Tbr
λ está dado en cal/gr. Tbr es la temperatura reducida de ebullición normal.
La exactitud es bastante buena, con errores generalmente menores del 5%.

Ejemplo 8.3 Cálculo del calor latente de vaporización.


Calcular el calor latente de vaporización del agua a la temperatura normal de ebullición.
Datos: Tb = 373 °K; Tc = 647.1 °K; Pc = 217.6 ata; ω = 0.348. Valor experimental: λb = 970.3 BTU/Lb =
970.3 × 5/9 = 539.06 cal/gr.
Solución
Igual que antes, calcularemos usando los diversos métodos que tenemos y compararemos los resultados
con el valor experimental para determinar el error.
2
RT ∆Z dPv
1) Calculando a partir de la ecuación de Clapeyron: λ =
Pv dT
Primeramente evaluaremos numéricamente la derivada en base a datos experimentales [ecuación (8-
39)]. Necesitamos 7 puntos de presión de vapor en función de temperatura. El punto central (Pv0,T0) es-
tá a 373 °K, donde Pv = 1 ata. Los datos experimentales se muestran en la siguiente tabla.
t 85 90 95 100 105 110 115
Pv 0.57057 0.69206 0.83437 1 1.19244 1.41423 1.66883

∑ ∑
 3 3

 397 i × Pv i 7
3
i × Pv i 
dPv 1   1.3356993 − 1.1598109
entonces: ≅  i = -3

i =- 3
=
dT ∆T  1515 216  5
 
 
dPv ata
∴ = 0.0351776 ⇒
dT °K
2 2
RT ∆Z dPv 1.987 × 373 × ∆Z
λ= = 0.0351776
Pv dT 1 × 18
1
Usando la correlación de Haggenmacher: ∆Z = 1 − 3
Pc × Tbr
Tb 373
Tbr = = = 0.5765 ⇒ ∆Z = 0.9879 ⇒ λ = 533.73 error: –0.99%.
Tc 647
Pr 647
Usando la correlación de Thomson: = = 0.00797
Tr 217.6 × 373
 Pr 
x = − log10  1 −  = 0.0034758 log10 (∆Z ) = 2.106 x − 1.0268 x = - 0.00354
2

 Tr 
De donde ∆Z = 0.99187 ⇒ λ = 535.88 error: –0.59%.
Otra posibilidad es evaluar a partir de la correlación de Lee-Kesler, ecuación (8-41); de la ecuación (8-42)
tenemos:
− d [ln(Pv )]
1
3
( 7
= 6.09648 − 1.28862 × Tr + 1.016 × Tr + ω 15.6875 − 13.4721× Tr + 2.615 × Tr = 8.3239343 )
d  
 Tr 
− d [ln(Pv )] 8.3239343 × 1.987 × 647
∴λ = ∆ZRTc = ∆Z
1 18
d  
 Tr 
El resultado por supuesto depende de que se use la correlación de Haggenmacher o la de Thomson. Los
valores obtenidos son:

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λ = 587.3 (Haggenmacher) error: 8.95%


λ = 589.7 (Thomson) error: 9.39%
El mayor error en ambos casos muestra que la estimación de la derivada por medio de la ecuación de Lee-
Kesler es mucho menos exacta que la estimación a partir de datos experimentales.
λ
= 7.08(1 − Tr ) + 10.95 ω(1 − Tr )
0.354 0.456
2) Correlación de Pitzer modificada: = 7.7985 ⇒ λ = 7.7985 RTc
RTc
7.7985 × 1.987 × 647
λ= = 557.98 error: 3.3%
18

3) Correlación de Riedel:
λ
=
[ (
2.17 ln Pc − 1 )] = 26.903978
Tb 0.93 − Tbr
⇒ λ = 10035.184 cal/mol = 557.51 cal/gr error: 3.42%

Ejemplo 8.4 Cálculo del calor latente de vaporización a diferentes temperaturas.


Calcular el calor latente de vaporización del metano en las siguientes temperaturas (°C):
t1 = –161.49; t2 = –159.49; t3 = –157.71; t4 = –153.94; t5 = –140.05; t6 = –123.38; t7 = –107.72; t8 = –90.05;
t9 = –82.12.
Valores experimentales: la tabla siguiente resume los resultados publicados (Canjar y Manning, “Thermody-
namic Properties and Reduced Correlations for Gases”, Gulf Pub. Co., Houston, Tex., 1967).
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
 lt × atm 
λ   80.69 79.85 79.00 78.11 73.11 64.97 54.11 37.08 0.00
 gmol 
Datos
tb = –161.49°C; Tb = 111.67°K; tc = –82.12°C; Tc = 191.04°K; Pc = 47.06 ata; ω = 0.008; ZRa = 0.2877.
Solución
1) A partir de la ecuación de Clapeyron usando la ecuación de Antoine (8-43):
2 2
2.303 × B × RT 2.303 × 389.93 × 0.082 × T
λ= =
(t + c )2 (t + 266 )2
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 84.14 83.94 83.67 83.42 * 82.34 * 81.31 * 80.49 * 79.84 * 73.68
Error (%) 4.28 5.12 5.91 7.80 12.63 25.15 48.76 121.27 ∞
Como se puede observar estudiando los errores, los puntos marcados con un asterisco son aquellos
en los que falla esta técnica. La causa es que para esos puntos la presión de vapor supera los 1500
mm Hg, límite superior de validez de la ecuación de Antoine.
2) A partir de la ecuación de Clapeyron calculando los volúmenes de vapor y de líquido mediante ecuacio-
nes de estado. Elegimos la ecuación de Peng-Robinson para evaluar el volumen de vapor y la ecua-
ción de Spencer y Danner para evaluar el volumen de líquido.
R' T α (T )
P= − (Peng-Robinson)
vv − b vv (vv + b ) + b(vv − b )
2 2
R ′ Tc R ′Tc
α (T ) = 0.45724 φr b = 0.07780
Pc Pc
[ (
φ r = 1 + φ × 1 − Tr )]2
φ = 0.37464 + 1.54226 × ω − 0.26992 × ω
2

R' Tc 
[
 1+ 1−Tr ] 2
7


vL = Z Ra  (Spencer y Danner) 

Pc
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 82.05 81.46 80.58 79.66 74.08 65.22 53.25 33.83 ----
Error (%) 1.69 2.01 2.00 1.98 1.33 0.38 -1.59 -7.24 ----
El calor latente no se calculó en el último punto porque es el crítico.

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λ
= 7.08(1 − Tr ) + 10.95 ω(1 − Tr )
0.354 0.456
3) Correlación de Pitzer modificada:
RTc
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 82.26 81.52 80.47 79.39 73.56 65.21 54.27 37.31 0.00
Error (%) 1.95 2.09 1.86 1.64 0.62 0.37 0.30 0.64 0.00

8.9.3 Influencia de la temperatura en el calor latente de vaporización


Existen varios métodos para estimar la variación del calor latente de vaporización con la temperatura.
Watson (Industrial and Engineering Chemistry, vol. 35, pág. 398, 1943) propuso un método que cuenta con
la adhesión general por su comparativa exactitud y simplicidad. Permite obtener λ1 a T1 conocido λ0 a T0.
Estrictamente, como sabemos, λ es una diferencia de entalpías y por lo tanto será función de P y T. Al des-
preciar la influencia de P se comete un error que es tanto mas grave cuanto mas alejadas estén las condi-
ciones de λ1 y λ0. Por lo tanto, conviene usar la regla de Watson con precaución para obtener resultados ra-
zonables.
n
 1 − Tr1 
λT1 = λT0   (8-46)
 1 − Tr0 
Se ha discutido mucho el valor mas correcto de n. Uno de los criterios que se usan es considerar a n como
un parámetro de ajuste y obtener el valor que mejor ajusta una serie de valores experimentales. Esto hace
que n dependa de cada sustancia pura; se han compilado listas de valores de n para diversas sustancias.
Otro criterio apunta a considerar a n como un parámetro general, válido para cualquier sustancia, y correla-
cionarlo contra los parámetros propios de cada una. El valor generalizado mas comúnmente aceptado para
n es 0.38 dado originalmente por Watson, pero se puede calcular para una sustancia no listada en la litera-
tura por las siguientes relaciones:
a) n = 0.74 × Tbr − 0.116 (para 0.57 < Tbr < 0.71) (8-47)

b) n = 0.30 (para Tbr < 0.57) (8-48)


c) n = 0.41 (para Tbr > 0.71) (8-49)

Ejemplo 8.5 Cálculo del calor latente de vaporización a diferentes temperaturas.


Sabiendo que el calor latente de vaporización del agua a 100 °C es λb = 970 BTU/Lb = 539 cal/gr estimar el
calor latente a 600 °F (316 °C). El valor experimental es 548.4 BTU/Lb = 304.6 cal/gr.
Solución
n
 1 − Tr1 
Usamos la correlación de Watson: λT1 = λT0  
 1 − Tr0 
Tb 373 589
Tr0 = = = 0.5765 Tr1 = = 0.91
Tc 647 647
Tomando n = 0.38 es λT1 = 299 error: –1.76%
Calculando n = 0.74×Tbr – 0.116 = 0.31 tenemos λT1 = 333 error: 9.5%

Ejemplo 8.6 Cálculo del calor latente de vaporización a diferentes temperaturas.


Calcular el calor latente de vaporización del metano por medio de la correlación de Riedel y la regla de
Watson en las siguientes temperaturas (°C):
t1 = –161.49; t2 = –159.49; t3 = –157.71; t4 = –153.94; t5 = –140.05; t6 = –123.38; t7 = –107.72; t8 = –90.05; t9
= –82.12. Los valores experimentales se dan en la tabla siguiente. (Canjar y Manning, “Thermodynamic
Properties and Reduced Correlations for Gases”, Gulf Pub. Co., Houston, Tex., 1967).
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
 lt × atm 
λ   80.69 79.85 79.00 78.11 73.11 64.97 54.11 37.08 0.00
 gmol 
Datos
tb = –161.49°C ;Tb = 111.67 °K; tc = –82.12 °C; Tc = 191.04 °K; Pc = 47.06 ata;
ω = 0.008
Solución

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1) Correlación de Riedel:
λ
=
[
2.17 ln(Pc − 1)]
Tb 0.93 − Tbr
Tb 111.67 λ lt × atm
Tbr = = = 0.5845372 ⇒ = 17.776101 ⇒ λ = 1985.0572 cal/molg = 82.02
Tc 191.04 Tb gmol
error: 1.65%
n n
 1 − Tr1   1 − Tr1 
2) Aplicando la regla de Watson: λT1 = λT0   = 82.02 
 1 − Tr0   1 − Tr0 
Con n = 0.38 obtenemos:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 82.02 81.21 80.09 78.95 72.75 63.94 52.52 34.11 0.00
Error (%) 1.65 1.71 1.38 1.07 -0.49 -1.58 -2.94 -5.45 0.00

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BIBLIOGRAFIA
• “Introducción a la Termodinámica en Ingeniería Química” – Smith y Van Ness.

• “The Properties of Gases and Liquids” (4 ed.) – Reid, Prausnitz y Poling.

• “The Properties of Gases and Liquids”, (3 ed. 1977) – Reid, Sherwood y Prausnitz

• “Propiedades de los Gases y Líquidos” – Reid y Sherwood, trad. castellana de la 2 ed. inglesa.

• “Termodinámica para Ingenieros” – Balzhiser, Samuels y Eliassen.

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Ciclos de Vapor 369

CAPITULO 9
CICLOS DE VAPOR

9.1 Introducción
Desde el punto de vista de la tecnología de la energía el mundo no cambió mucho desde la invención de la
rueda hasta el siglo XII, en que se comenzó a usar la rueda hidráulica. Esta es la primera innovación que
ofrece una alternativa al trabajo animal o humano desde el comienzo de la historia. Pero la dependencia de
corrientes de agua (excepto en Holanda, donde se usó la fuerza del viento) limitó la influencia social de este
avance técnico. A fines del siglo XVIII aparece en Inglaterra la máquina de vapor, que surge de la necesi-
dad de obtener fuerza motriz para las bombas de desagote de pozos de minas de carbón. No pasa mucho
tiempo hasta que su aplicación se generaliza haciendo posibles una serie de cambios económicos de gran
impacto social que, junto con las convulsiones y guerras causadas por la revolución francesa, producen
modificaciones enormes y rápidas en la fisonomía política y social del mundo cuyas consecuencias son una
de las causas de nuestra emancipación de España. En 1814 Stephenson, ingeniero autodidacto, construye
la primera locomotora; en 1826 se tiende la primer vía férrea en Inglaterra (velocidad: 10 Km/hr). En 1830
en todo el mundo hay 330 Km de vías, y en 1870 (¡solo cuarenta años mas tarde!) hay 200000 Km. En
1807 Fulton en USA navega en el primer barco a vapor (propulsado a rueda puesto que la hélice no se co-
menzó a usar hasta mucho mas tarde) y en 1819 cruzó el Atlántico el primer barco a vapor (aunque fue un
viaje accidentado pues se les acabó el carbón y hubo que finalizar a vela). El inmenso aumento de produc-
tividad traído por el vapor, junto con la baja concomitante de precios de productos elaborados en forma ma-
siva, trajo como consecuencia la ruina de las antiguas clases artesanales que al formar un sustrato social
enorme, desprotegido y miserable, suministraba mano de obra barata a los países europeos que facilitó la
concentración de capital capaz de financiar la expansión colonialista de mediados de siglo XIX, así como el
aceleradísimo proceso de industrialización que transformó a Europa y al mundo en esa época. Todo cam-
biaba vertiginosamente. La gente tenía la sensación de que todo era posible. Es el siglo del ingeniero me-
cánico y de los nacientes ingenieros electricistas y químicos. Este proceso se comienza a frenar a partir de
1890 y hoy podemos decir que en lo sustancial esos 50 años que van desde 1800 a 1850 produjeron otro
mundo; en gran medida, nuestro mundo.
En esta unidad vamos a estudiar los sistemas de generación de potencia por medio del vapor, que siguen
siendo los responsables de mas de la mitad de la energía eléctrica que se produce en el mundo. Pocas in-
dustrias no disponen de generación de vapor propio ya sea para energía eléctrica o calentamiento. Cuando
se emplea vapor para calentamiento y para generar energía el sistema suele ser bastante complejo.

9.2 Ciclo de Rankine ideal

El sistema que funciona según este ciclo consta de una caldera, donde el agua (que es el fluido mas con-
veniente por ser abundante y barato) entra a la caldera en b como líquido y sale al estado de vapor en d.
Luego hay una máquina de expansión (turbina) donde el vapor se expande produciendo trabajo, saliendo
en el estado e. A continuación este vapor entra a un aparato de condensación de donde sale como líquido
al estado a. Este a su vez es tomado por una bomba de inyección necesaria para vencer la presión de la
caldera, que lo lleva al estado b donde ingresa a la caldera.

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En las diversas ilustraciones que usamos en este capítulo se exagera la etapa de bombeo a→b como se
observa en el diagrama h-S o de Mollier (figura 3) pero en la práctica sería prácticamente indistinguible de la
curva de líquido saturado en cualquier diagrama.
El proceso de condensación es necesario para poder inyectar el agua como líquido en la caldera, porque
bombear un líquido requiere mucho menos energía que comprimir un vapor. Si no existiese la condensa-
ción, el trabajo neto producido sería muy inferior.
En el siguiente croquis podemos seguir la disposición de los equipos y relacionarla con las evoluciones que
acabamos de comentar.

Despreciando la influencia de la energía cinética y potencial tenemos, haciendo un balance de energía:


Pb − Pa
w1 = = Hb − Ha (9-1)
ρ

q1 = Hd − Hb (9-2)

q2 = He − Ha (9-3)

w2 = H d − He (9-4)
En consecuencia:
wneto = w2 − w1 = Hd − He − ( Hb − Ha ) = Hd − Hb − ( He − Ha ) = q1 − q2
El rendimiento es como sabemos el cociente de lo obtenido sobre lo gastado:

obtenido wneto Hd − Hb − ( He − Ha )
η= = = (9-5)
gastado q1 Hd − Hb

En la práctica se suele despreciar el trabajo consumido por la bomba w1 por ser insignificante con lo que re-
sulta:
w2 Hd − He
η≅ = (9-6)
q1 Hd − Hb

9.3 Aumento del rendimiento en el ciclo de Rankine


En general en un ciclo cualquier modificación que produzca un aumento del área encerrada por el ciclo sin
modificar la cantidad de energía suministrada Q1 ha de aumentar el rendimiento, puesto que un aumento del
área encerrada por el ciclo significa un aumento de wneto, por lo que necesariamente aumenta η. Algunos de
los modos de conseguir esto son:
• Disminuir la presión de salida de la turbina;
• Aumentar la temperatura de operación de la caldera (y por supuesto también la presión), y;
• Usar un ciclo regenerativo.
Examinemos cada una de estas alternativas.

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9.3.1 Disminución de la presión de salida de la turbina


Cuando se disminuye la presión del vapor a la descarga de
la turbina del valor P0 al valor P’0 se aumenta el trabajo
producido por el ciclo, en una proporción que se indica por
el área rayada en diagonal hacia la derecha (superficie B),
con respecto al trabajo que se produce cuando la presión
de descarga del vapor es P0, indicada por el área rayada
en diagonal hacia la izquierda (superficie A).
El calor consumido en la caldera es el mismo, y el calor en-
tregado en el condensador, que antes era D, se incremen-
ta un poquito en el área C.
Esto implica por supuesto que al condensador se le debe
acoplar algún sistema para producir vacío. Esto se puede
lograr de dos maneras.

1. La primera es con extracción de vapor mediante un eyector de vapor y una columna de agua que
permite mantener una presión baja del lado de la descarga del condensado. En este tipo de sistema
el agua fría se aspira por efecto del vacío imperante en el recinto de la columna por la acción del
eyector, se mezcla con el vapor y lo condensa. Los gases incondensables (aire) son extraídos me-
diante un eyector de vapor en una primera etapa y luego mediante una bomba mecánica de vacío. El
condensador se denomina abierto o de mezcla porque la condensación se produce por mezcla de
vapor y agua fría. Un sistema que use solo un condensador de mezcla se denomina de lazo abierto.
Hay gran cantidad de diseños de este tipo de condensadores. A diferencia de lo que sucede con los
de superficie, los condensadores de mezcla necesitan una bomba de circulación por condensador, lo
que encarece la instalación.
2. La otra forma es por medio de condensadores de superficie o cerrados que no son otra cosa que in-
tercambiadores de calor de tipo casco y tubos, donde el vapor se enfría (y condensa) por contacto
con la superficie fría de tubos por cuyo interior circula agua de enfriamiento. Un sistema que sólo
tenga condensadores de superficie se denomina de lazo cerrado.
Los sistemas modernos generalmente operan con los dos tipos de condensador. Podemos citar datos indi-
cativos del ahorro de energía por efecto de la disminución de presión en el condensador.
2
Presión de operación del condensador (Kgf/cm ) 0.1 0.04 0.02
Ahorro de consumo de combustible (%) 1.5 2.4 5.2
El gráfico muestra el rendimiento del ciclo de Rankine
en función de la presión en el condensador, para to-
dos los otros parámetros constantes, a una presión
2
máxima de 16670 KPa (170 Kgf/cm ) y a una tempera-
tura máxima de 550 ºC. Por lo general las instalacio-
nes de generación de energía eléctrica a vapor operan
con presiones del condensador del orden de 0.035 a
2
0.04 Kgf/cm absolutos debido a las limitaciones de
temperatura del agua de enfriamiento, que se puede
obtener de varias fuentes: corrientes superficiales, po-
zos, torres de enfriamiento, etc. Como las temperaturas de las diversas fuentes dependen fundamentalmen-
te de la temperatura ambiente que puede variar entre 0 °C y 30 °C, la presión del condensador está fijada
2 2
por la temperatura ambiente. A 0.03 Kgf/cm la temperatura de equilibrio es 23.8 °C, y a 0.04 Kgf/cm de
2
28.6 °C. A presiones más bajas corresponden temperaturas menores; a 0.02 Kgf/cm corresponde t = 18.2
°C. Son bastante habituales ahorros del 2% en el consumo. Para instalaciones que consumen grandes can-
tidades de combustible esto significa mucho dinero.
La disminución de la presión operativa del condensador produce beneficios pero también trae problemas.
Debido al hecho de que la presión operativa es menor que la atmosférica, resulta prácticamente imposible
evitar que penetre aire al interior del sistema por las pequeñas grietas que se producen en las tuberías, ca-
jas de prensaestopas, uniones, etc. Se debe tener en cuenta que una instalación de generación de vapor
tiene muchos centenares de metros de tuberías, que se expanden y contraen cada vez que se abre o cierra
el paso del vapor generando tensiones. Otros factores que inciden son las vibraciones producidas por las
bombas, el flujo de los fluidos, y la posible presencia de flujo bifásico que puede producir golpes de ariete.
Todos estos factores hacen que sea prácticamente imposible mantener estanco el sistema. De ahí que
siempre entre algo de aire que se mezcla con el vapor. Por desgracia, en los sistemas que emplean calde-
ras de alta presión e incluso en algunos que usan calderas de media presión, resulta totalmente intolerable

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la presencia de dióxido de carbono y de oxígeno en el condensado. Ambas son sustancias corrosivas, que
producen daños muy severos en la caldera y en la turbina. En consecuencia se debe incluir en el circuito un
elemento llamado “desaireador” cuya misión es eliminar el aire disuelto en el condensado antes de que este
retorne a la caldera. Normalmente se suele ubicar este equipo entre las bombas inyectoras de condensado
y la caldera, porque las bombas pueden chupar aire por el eje del rotor, debido al desgaste.

9.3.2 Aumento de temperatura del vapor (recalentamiento)


Si en lugar de seguir el ciclo ideal de Rankine tal como se descri-
bió en el apartado 9.2 se continúa calentando el vapor a fin de lle-
varlo hasta la zona de vapor sobrecalentado, la ganancia de super-
ficie encerrada por el ciclo viene representada por la zona rayada
del croquis de la izquierda.
Desde el punto de vista teórico, encontramos justificación en el
hecho de que cuanto mas alta sea la temperatura del vapor, menor
es el gradiente térmico entre este y el horno, y por lo tanto menos
irreversible será el proceso.
El límite a la máxima temperatura de recalentamiento viene fijado
por la resistencia del material. En la práctica no supera los 580 °C.

El aumento de rendimiento del ciclo de Rankine con reca-


lentamiento se puede visualizar en el gráfico adjunto.
Este corresponde a un ciclo cuya presión máxima es de
2
170 Kgf/cm y su temperatura máxima se varía como se
indica en el eje de abscisas, descargando contra una
2
presión en el condensador de 0.04 Kgf/cm .

9.3.3 Empleo de altas presiones


Al elevarse la presión de la caldera se coloca mas arriba
el límite superior del ciclo de Rankine y aumenta la super-
ficie encerrada por el ciclo y con ello su rendimiento. La
máxima presión de interés práctico es del orden de 340
ata, que es algo mas alta que lo usual, ya que en la ma-
yoría de las calderas hipercríticas (se denomina así a las
calderas que operan a presiones mayores a la crítica que
es 218 ata) no se superan las 240 ata.
El gráfico nos muestra el efecto de la presión máxima en
el rendimiento del ciclo de Rankine para las mismas con-
diciones que antes.

9.3.4 Efecto combinado de altas presiones con recalentamiento


De los dos apartados anteriores se deduce que la alta presión de
entrada a la turbina se debe usar combinada con el recalenta-
miento del vapor para obtener un efecto mayor sobre el rendi-
miento del ciclo de Rankine.

La gráfica que se acompaña muestra el efecto de ambas variables


en el rendimiento, para las mismas condiciones que en los apar-
tados anteriores. Las isotermas corresponden a distintas tempera-
turas de recalentamiento del vapor. Nótese que el máximo rendi-
miento que se puede obtener por efecto de las modificaciones que
hemos introducido hasta ahora produce mejoras importantes, pero
en ningún caso se puede superar la barrera del 50%.

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9.3.5 Precalentar el agua a la entrada de la caldera (“economizar”)


Esta es una medida de ahorro de energía que aprovecha el calor residual de los gases del horno antes de
ser enviados a la chimenea, calentando el agua después de haber pasado por la bomba inyectora de ali-
mentación de la caldera. Si bien no tiene efecto sobre el rendimiento térmico del ciclo de Rankine, esta es
una medida de ahorro de energía que afecta directamente al rendimiento del sistema porque aumenta la
cantidad de calor entregada por el combustible, aprovechando el calor de escape que de otro modo se per-
dería sin provecho.
A continuación podemos ver en forma esquemática los distintos elementos incorporados en los apartados
9.3.1 a 9.3.4 en el siguiente croquis. En el mismo se representa un horno quemando combustible sólido. El
economizador se encuentra a la derecha del horno, en un recinto de circulación de gases previo a la salida.

9.3.6 Expansión en varias etapas con recalentamiento intermedio


El recalentamiento intermedio consiste en extraer el vapor de la turbina antes de su expansión total y hacer-
lo recircular por el horno de la caldera, produciendo un aumento adicional de temperatura y presión (y por lo
tanto de entalpía) del vapor. Si se recalienta el vapor ¿se obtiene un mejor aprovechamiento del calor del
combustible?. Sí, en un aspecto.
En el croquis se puede apreciar que
cuanto mayor sea la cantidad de etapas
de recalentamiento, tanto mas se
aproxima la forma del ciclo de Rankine
con recalentamiento a la del ciclo de
Carnot. Esto resulta deseable ya que el
ciclo de Carnot tiene el mayor rendi-
miento posible. En la práctica sin em-
bargo al aumentar la cantidad de etapas
de recalentamiento también aumenta la
complejidad y costo inicial del sistema.
Razonando por el absurdo, el máximo
rendimiento se alcanzaría con una can-
tidad infinita de etapas de recalenta-
miento. Es obvio que esto no es factible.

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Existe otra razón que hace deseable usar recalentamiento. La razón principal por la que se hace
recalentamiento y mas aún recalentamiento en varias etapas es de práctica operativa de la turbina.

Si se permitiese al vapor expan-


dirse hasta el punto 1 (línea cor-
tada en el croquis) el contenido de
líquido sería muy alto (demasia-
das gotitas de agua) lo que en la
turbina es indeseable, porque per-
judicaría la integridad de los álabes por la acción erosiva y disminuiría el rendimiento de la turbina. El cro-
quis de la derecha muestra esquemáticamente la disposición física de una instalación con una sola etapa
de recalentamiento.

9.3.7 Ciclo regenerativo


Este ciclo se basa en un razonamiento teórico de grandes consecuencias prácticas. Ya sabemos que el ci-
clo de Rankine irreversible tiene un rendimiento menor que el del ciclo de Carnot. Esto es así por imperio
del Segundo Principio de la Termodinámica. Pero si (suponiendo una serie de idealizaciones del ciclo de
Rankine) pudiésemos hacer que su rendimiento se aproximase mucho al de Carnot, eliminando o al menos
atenuando las irreversibilidades que le son propias, entonces obtendríamos una gran mejora de importancia
económica vital. En el ciclo de Rankine real cuando la bomba inyecta condensado líquido a la caldera este
se mezcla con el agua que está en su interior en forma espontánea y, por lo tanto, irreversible. Habrá por
ello un aumento de entropía y disminución de utilizabilidad de la energía. Ahora pensemos. Si se pudiese
construir una turbina con sus alabes huecos de modo que el condensado pudiese fluir por su interior a con-
tracorriente con el vapor y admitiendo la existencia de gradientes infinitesimales de temperatura entre vapor
y condensado, de modo que el intercambio de calor fuese reversible, el ciclo resultante sería algo tal como
se observa en el siguiente croquis.
El condensado se calentaría reversiblemente en el interior de la
turbina según la trayectoria 1-2; por su parte el vapor en la tur-
bina (fluyendo por el espacio entre alabes) se expande pero al
ceder calor reversiblemente al condensado disminuiría su en-
tropía según la trayectoria 3-4, y como el calor que cede el va-
por lo toma el condensado las trayectorias 1-2 y 3-4 serían pa-
ralelas. Por lo tanto el calor recibido por el ciclo será igual al
área b-2-3-d y el entregado por el vapor durante la condensa-
ción será igual al área a-1-4-c. Por ello el rendimiento del ciclo
será, al ser el área a-1-4-c igual al área b-5-6-d:
área b- 2- 3 -d - área b- 5 - 6 -d
η= = Rendimiento de Carnot.
área b- 2- 3 -d
Esto nos genera una cierta confusión. En el momento de tratar
el Segundo Principio de la Termodinámica establecimos firme-
mente que el rendimiento del ciclo de Carnot es el máximo posible entre todos los que operan entre las
mismas temperaturas extremas. ¿Cómo puede ser que ahora aparezca otro ciclo que tiene un rendimiento
igual?.
Lo que ocurre es que al imaginar todas las idealizaciones del ciclo de Rankine reversible que nos conducen
a esta sorprendente conclusión no hemos hecho otra cosa que reinventar el ciclo de Carnot, sólo que con
otro nombre. En realidad, no es posible construir una turbina con las características descriptas y de ser po-
sible igualmente tampoco operaría del modo imaginado. Para empezar el proceso de transferencia de calor
es intrínsecamente irreversible porque la transferencia de calor debe vencer resistencias que exigen gra-
dientes de temperatura grandes. Por otra parte, el proceso de transferencia de calor es espontáneo y por lo

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tanto irreversible. De hecho, la irreversibilidad inherente a la transferencia de calor es responsable de la


mayor parte de la ineficacia de una planta energética. Por ejemplo la caldera tiene eficiencias del orden del
80%, la turbina normalmente tiene una eficiencia superior al 70%, el generador eléctrico aún mayor, las
otras partes mecánicas se comportan de manera similar, pero la eficiencia global de una gran planta ener-
gética que se diseña y construye para aprovechar hasta la última caloría va de un 20 a un 50%, siendo co-
múnmente algo menor del 50%.
Como ya hemos dicho, la gran responsable de este bajo índice de aprovechamiento es la irreversibilidad en
el intercambio de calor, de modo que todo esfuerzo tendiente a mejorarlo se debe considerar extremada-
mente saludable. Lo que se suele hacer en este sentido es “sangrar” el vapor extrayéndolo de la turbina en
varias etapas, en cada una de las cuales se usa el vapor vivo recalentado para precalentar el agua conden-
sada que se alimenta la caldera. Usualmente se emplean tres regeneradores o mas, y en las instalaciones
de gran capacidad son habituales de 5 a 10. El cálculo de la cantidad de vapor sangrada en cada etapa se
hace por medio de un balance de energía en cada precalentador, comenzando por el que funciona a mayor
presión o sea el primero considerando el orden de las extracciones de vapor en la turbina. Las presiones a
las que se hacen las extracciones se eligen de modo que el calentamiento por cada etapa (o sea en cada
precalentador) tenga igual incremento de temperatura.
El análisis de un ciclo regenerativo con varios regeneradores es algo complejo, por lo que primero veremos
una instalación simplificada en la que se hace una sola extracción de vapor vivo que alimenta a un solo re-
generador.
Como ya hemos explicado en el apartado 9.3.1 de este mismo capítulo, los condensadores se dividen en
abiertos y cerrados. También se suele distinguir el ciclo regenerativo según que sea de lazo abierto o de la-
zo cerrado. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas. Por lo general y especialmente en instalaciones
grandes, se suelen encontrar disposiciones mixtas que usan ambos tipos de condensador, pero ahora va-
mos a analizar las distintas alternativas que ofrece cada uno de estos diseños.
La siguiente figura muestra el croquis de un ciclo regenerativo con una sola extracción de vapor y un reca-
lentador de tipo abierto o de mezcla.

En el croquis se describe una disposición en la que la fracción (m) del vapor (por unidad de masa) se extrae
de la turbina en la etapa intermedia entre las de baja y alta presión, en tanto que la fracción (1–m) sigue el
resto del camino, es decir, se expande en la etapa de baja presión. En el condensador abierto se produce la
mezcla irreversible del vapor y del condensado, que sale con una condición 6, es tomado por la bomba que
eleva su presión hasta el estado 7 y entra a la caldera. La presión operativa del condensador de mezcla
2
suele estar alrededor de 2 a 4 bar (0.02 a 0.04 Kgf/cm , o sea, de 0.2 a 0.4 KPa). Los regeneradores abier-
tos presentan las siguientes ventajas respecto a los de tipo cerrado: a) tienen menor costo gracias a su ma-
yor simplicidad; b) mejoran el rendimiento. Las desventajas comparativas son: a) pueden plantear mayor
cantidad de problemas operativos; b) requieren dos bombas.
Planteando un balance de energía en el recalentador tenemos, despreciando la influencia de las diferencias
de energías cinética y potencial:
h6 − h5
m × h2 + (1 − m )h5 = 1 × h6 ⇒ m × h2 − m × h5 + h5 − h6 = 0 ⇒ m(h2 − h5 ) = h6 − h5 ⇒ m =
h2 − h5
Los recalentadores o regeneradores de tipo cerrado son, como ya hemos explicado, intercambiadores de
calor de casco y tubos, sin mezcla del vapor con el agua fría. En el siguiente croquis vemos la disposición
de un regenerador de tipo cerrado mostrando dos formas alternativas de conexión.

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Se pueden conectar en cascada hacia arriba o hacia abajo. En la conexión en cascada hacia arriba el con-
densado que sale del regenerador se envía hacia el regenerador situado aguas arriba, que opera a menor
presión, o si es el primero se envía hacia el condensador. Puesto que el condensado sale del regenerador
con una presión mayor que el destino, es necesario rebajarla lo que generalmente se hace mediante una
válvula reductora.
La siguiente figura muestra el croquis de un ciclo regenerativo con una sola extracción de vapor y un reca-
lentador de tipo cerrado en cascada hacia arriba.

Al igual que antes, la cantidad total de masa que circula es la unidad, y se extrae una fracción (m) del vapor
de la turbina que se envía en la condición 2 al regenerador, donde intercambia calor con la fracción. (1–m)
que viene en este caso del condensador porque hay un solo regenerador. Si hubiese mas de uno la situa-
ción se complica un poco, como veremos mas adelante donde se analiza en detalle este caso.
En el croquis anterior notamos varias diferencias importantes con el ciclo abierto. En primer lugar, el hecho
de que exista una sola bomba lo hace mas económico desde el punto de vista operativo. La bomba de cir-
culación e inyección de condensado está situada de modo de que no tome agua a muy alta temperatura pa-
ra disminuir la posibilidad de cavitación, que es un fenómeno sumamente perjudicial que se produce cuan-
do la presión de vapor del líquido en la entrada de succión se aproxima mucho a la presión atmosférica. Es-
to produce la vaporización del líquido en la succión o en el interior de la bomba, causando vibración, ruido,
golpeteo y erosión del rotor. En cambio vemos en el croquis del ciclo abierto que la bomba que eleva la
presión desde el punto 6 al 7 toma agua a una temperatura peligrosamente alta, lo que la hace mas suscep-
tible a los problemas de cavitación.
Los recalentadores de tipo cerrado presentan las siguientes ventajas: a) como tienen presiones distintas en
las purgas de vapor y en la alimentación de condensado, la operación de las trampas de vapor resulta mas
aliviada; b) mejoran el rendimiento. Tienen la desventaja comparativa de ser un poco mas caros que los de
tipo abierto.
Planteando un balance de energía en el recalentador tenemos, despreciando la influencia de las diferencias
de energías cinética y potencial:
m × h2 + 1 × h5 = m × h7 + 1 × h6 ⇒ m × h2 − m × h7 + h5 − h6 = 0 ⇒ m(h2 − h7 ) = h6 − h5 ⇒
h6 − h5
⇒m=
h2 − h7
No cabe duda de que la disposición de regeneración por mezcla es mas eficiente que la de superficie. De-
bido a la resistencia que ofrece la superficie de separación entre el agua y el vapor, el intercambio de calor
no es tan eficaz como en el regenerador de mezcla. Esto además se pone de manifiesto en el hecho de que

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los regeneradores de mezcla usan menor cantidad de vapor de extracción. Si analizamos las expresiones
que se deducen mas arriba para la fracción m de vapor que se extrae observamos que solo dependen de
las entalpías de las corrientes que intervienen en cada caso. Suponiendo que se obtiene el mismo efecto de
regeneración en ambos, el ciclo abierto resulta mas eficiente porque la fracción de vapor extraída para el
regenerador es mas pequeña, de modo que la fracción (1–m) que recorre el resto de la turbina es mayor, y
por lo tanto produce mas trabajo mecánico. De ello se deduce que, siendo los otros factores iguales, el ren-
dimiento debe ser mayor en el ciclo abierto.
A continuación vemos una instalación simplificada en la que se hace una sola extracción de vapor vivo que
alimenta a un solo regenerador.

Note que se ha omitido la bomba inyectora de condensado a la caldera. En efecto, la presión de operación
de la caldera es muy superior a la que tiene el condensado que entra, de modo que se debe impulsar con
una bomba de alta presión de descarga que no figura en el croquis, para que pueda ingresar. En cambio se
ha incluido la bomba que eleva la presión desde P1 hasta P1’.
Esta es una bomba de circulación.
Se extrae una fracción x del total del vapor para regenerar el
condensado. Este vapor sale a una presión P5’ y con una en-
talpía h5’, mientras que el vapor que sale agotado de la tur-
bina tiene una entalpía h5, una presión P5 y una temperatura
t5. Este pasa por el regenerador calentándose, y adquiere
una cantidad de calor qx. Esta cantidad es la que cede el va-
por que se condensa y luego se mezcla con el condensado.
q x = x( h5' − h1' ) = (1 − x )( h1' − h1 ) (9-7)
La disposición que se observa en el croquis corresponde a
un lazo cerrado porque el intercambiador es de superficie,
pero también corresponde a un lazo abierto porque el vapor
condensado se mezcla con el condensado en el punto 1’.
El trabajo cedido a la turbina se puede obtener de las condi-
ciones del vapor y su cantidad.
La corriente x cede una energía:
wx = x(h4 − h5' )
y la corriente (1–x) cede una energía:
w1− x = (1 − x)(h4 − h5 )

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El trabajo total cedido a la turbina es por lo tanto:


w = wx + w1− x = x( h4 − h5' ) + (1 − x )( h4 − h5 ) (9-8)

w = ( h4 − h5 ) + x( h5 − h5' ) = ( h4 − h5 ) − x( h5' − h5 ) (9-8')


El calor cedido en el condensador es:
qc = (1− x )( h5 − h1 ) (9-9)
El calor total que entrega la caldera será:
qe = h4 − h1' (9-10)
Por lo tanto el rendimiento del ciclo regenerativo es:
h4 − h5 − x(h5' − h5 )
ηr = (9-11)
h4 − h1'
La cantidad de vapor extraído x se puede obtener fácilmente sabiendo que, de la ecuación (9-7):
x (h5' − h1' ) = (1− x )(h1' − h1 ) ⇒ x (h5' − h1' ) = (h1' − h1 ) − x (h1' − h1 ) ⇒
⇒ x (h5' − h1' + h1' − h1 ) = (h1' − h1 ) ⇒
h −h
x = 1' 1 (9-12)
h5' − h1
Para determinar si es mas eficiente que el ciclo no regenerativo, lo compararemos con el rendimiento del ci-
clo no regenerativo. Este es:
h4 − h5
η=
h4 − h1
Puesto que en ambas expresiones de rendimiento se han despreciado los consumos de trabajo de las
bombas, la comparación se hace sobre la misma base. Vamos a intentar demostrar que el rendimiento de
un ciclo regenerativo es mayor que el del ciclo normal equivalente. Esta demostración se debe al Sr. Juan
Pablo Ruiz.
Para ello compararemos la última expresión con la ecuación (9-11). Si queremos demostrar que el rendi-
miento del ciclo regenerativo es mayor que el del no regenerativo tendremos que demostrar que:
h4 − h5 − x (h5' − h5 ) h4 − h5
ηr > η ⇒ >
h4 − h1' h4 − h1
h − h1
Reemplazando x de la ecuación (9-12): x = 1'
h5′ − h1
Resulta:
h1' − h1
h4 − h5 − (h5' − h5 )
h5′ − h1 h − h5
> 4
h4 − h1' h4 − h1
Reordenando:

(h4 − h5 ) − (h1' − h1 ) h5' − h5


h5′ − h1
h4 − h5
>
h4 − h1' h4 − h1
Por comodidad usamos los símbolos siguientes. h4 – h5’ = A; h5’ – h5 = B; h2 – h1’ = C
h1’ – h1 = D; h4 – h1 = E
Además observamos que: h4 – h1’ = h4 – h1 – (h1’ – h1) = E – D
h4 – h5 = h4 – h5’ + h5’ – h5 = A + B
Entonces la desigualdad que intentamos probar queda abreviada de la siguiente manera:
BD
A+ B−
E - A > A+ B
E−D E
Operando:

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BDE BDE
(A + B )E − > (A + B )E − (A + B )D ⇒ − > −(A + B )D
E−A E−A
BDE BE
⇒ < (A + B )D ⇒ < A + B ⇒ BE < (E − A)(A + B ) ⇒
E−A E−A
⇒ BE < EA − A 2 + EB − AB ⇒ A 2 + AB − AE < 0 ⇒ A + B < E
Por lo tanto, volviendo a la notación anterior tenemos: h4 – h5 < h4 – h1
Esto es cierto porque:
h4 – h1 = h4 – h5 + h5 – h1
Por lo tanto queda demostrado que el rendimiento del ciclo regenerativo es mayor que el rendimiento del ci-
clo no regenerativo, puesto que partiendo de esa hipótesis llegamos a una desigualdad que es correcta..
Veamos una ilustración.

Ejemplo 9.1 Cálculo del rendimiento regenerativo, comparación con el no regenerativo.


Refiriéndonos a la figura anterior, supongamos que los datos que le corresponden son los siguientes:
h4 = 780 Kcal/Kg; h5' = 590 Kcal/Kg; h1 = 26 Kcal/Kg; h5 = 500 Kcal/Kg. El regenerador opera en condiciones
2
tales que el agua sale de la mezcla con una temperatura t1’ = 100 °C y una presión P1’ = 1 Kgf/cm ⇒ h1’ =
100 Kcal/Kg. Calcule el rendimiento con y sin regeneración.
Solución
h −h 100 − 26
La cantidad de vapor extraído x se obtiene de la ecuación (9-12): x = 1' 1 = = 0.131
h5' − h1 590 − 26
h4 − h5 780 − 500
El rendimiento térmico sin regeneración es: η= = = 0.371
h4 − h1 780 − 26
El rendimiento térmico del ciclo regenerativo es (ecuación (9-11)):
h − h5 − x (h5' − h5 ) 780 − 500 − 0.131(590 − 500 )
ηr = 4 = = 0.394
h4 − h1' 780 − 100

El ciclo regenerativo con varias etapas de regeneración se implementa frecuentemente en instalaciones fi-
jas destinadas a la producción de energía eléctrica. Se suelen usar uno o mas regeneradores de tipo cerra-
do y al menos uno de tipo abierto o de mezcla. La cantidad de regeneradores varía según la potencia de la
instalación.
Analicemos ahora una instalación con dos regeneradores. Elegiremos intercambiadores de tipo cerrado,
con una disposición parecida a la del caso anterior, lo que se llama disposición en cascada hacia arriba. La
disposición en cascada significa que el condensado que sale de cada intercambiador se une al condensado
que entra al mismo, en dirección aguas arriba, o sea hacia el condensador. El análisis sigue las mismas re-
glas que se explicaron en el apartado 3.9 del capítulo 3.
Supongamos tener una instalación como la que se muestra en el croquis. Se ha omitido la bomba inyectora
y varias de las bombas de circulación para simplificar el dibujo.

Sale la unidad de masa de vapor de la caldera C en las condiciones P1 y t1. Pasa a la turbina donde se ex-
trae una fracción x con una entalpía h1º, mas otra fracción y con una entalpía h2º. La fracción x pasa al rege-
nerador I donde calienta al condensado que proviene del regenerador II. El vapor condensado en el rege-
nerador I se manda también al regenerador II con una entalpía h1º’ y se mezcla con el condensado produ-

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cido por la condensación de la fracción y del vapor que proviene de la segunda extracción de la turbina. A
su vez, del regenerador II sale una cantidad de condensado igual a la suma de las fracciones (x+y) que se
junta con el condensado que sale del condensador, en cantidad (1–x–y). De tal modo entra la unidad de
masa de condensado al regenerador II. Por su parte, la fracción de condensado de masa (1–x–y) se con-
densa en el condensador, de donde sale impulsado por la bomba que lo toma a la presión P2 y lo entrega a
la presión P1 y con una entalpía h2’. La evolución se puede seguir en el diagrama adjunto. Los cálculos invo-
lucran hallar las fracciones x e y. Esto no es difícil si se plantea un balance de masa y otro de energía en
cada regenerador. En el primero tenemos el balance de energía:

( ) h1 ' − h2 '
o o

x h1 − h1 ' = h1 ' − h2 ' ⇒ x =


o o o o
(9-13)
h1 − h1 '
o o

En el segundo regenerador el balance de energía es:

( ) ( )
y h2 − h2 ' + x h1 ' − h2 ' = h2 ' − h2 ' ⇒ y =
o o o o o (
h2 ' − h2 ' − x h1 ' − h2 '
o o o
) (9-14)
h2 − h2 '
o o

Así tenemos un sistema de dos ecuaciones con dos incógnitas, que son las fracciones de vapor x e y.
El rendimiento del ciclo regenerativo es:

ηr =
(
h1 − h2 − x h1 − h2 − y h2 − h2
o
) ( o
) (9-15)
h1 − h1 '
o

Por comparación, el rendimiento del ciclo no regenerativo es:


h1 − h2
η=
h1 − h2'
Como ya hemos explicado, la decisión sobre la cantidad de etapas de regeneración depende de considera-
ciones técnicas y económicas. Es importante ver el grado de mejoría en el rendimiento que se obtiene con
el uso de dos regeneradores. Para ilustrar esta cuestión veremos el siguiente ejemplo.

Ejemplo 9.2 Cálculo del rendimiento de un ciclo regenerativo.


En una instalación para generar energía eléctrica como la que se observa en el croquis anterior entra vapor
2
a la turbina con una presión P1 = 9000 KPa (92 Kgf/cm ) y una temperatura t1 = 540 ºC. La turbina tiene dos
extracciones de vapor con regeneradores de superficie dispuestos como en el croquis. Las presiones de las
2 2
extracciones son: P1º = 500 KPa (5 Kgf/cm ) y P2º = 120 KPa o 1.22 Kgf/cm . La presión en el condensador
2
es 4 KPa o 0.04 Kgf/cm .
Datos
En base a las presiones de las extracciones y asumiendo una expansión isentrópica en la turbina encon-
tramos los siguientes valores de entalpía.
h1º = 2730 kJ/Kg; h1º’ = 640 kJ/Kg; h2º = 2487 kJ/Kg; h2’ = 121 kJ/Kg; h2º’ = 439 kJ/Kg. De las condiciones
del vapor se tiene: h1 = 3485 kJ/Kg; h2 = 2043 kJ/Kg.
Solución
Resolviendo el sistema planteado en ambos regeneradores obtenemos:
h − h2 1442
x = 0.0962, y = 0.146. El rendimiento del ciclo no regenerativo es: η = 1 = = 0.43
h1 − h2 ' 3364

El rendimiento del ciclo regenerativo es: ηr =


( o
) (
h1 − h2 − x h1 − h2 − y h2 − h2
o
o
) = 1311 = 0.461
h1 − h1 ' 2845
Como vemos, la mejoría es del orden del 3%, que no parece mucho, pero tengamos en cuenta que se trata
de una instalación de gran consumo de combustible.

Analizando las ecuaciones (9-11) y (9-15) podemos observar similitudes entre ambas que nos permiten de-
ducir una ecuación general para n extracciones. Las ecuaciones (9-11) y (9-15) son de la forma siguiente.


n

A− αi × B i
ηr = i =1
(9-16)
C
En efecto, en ambas ecuaciones el rendimiento se plantea como un cociente, donde se divide por la dife-
rencia de entalpías del vapor que sale de la caldera y el condensado que entra a la caldera, es decir, lo que

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hemos simbolizado como C. A representa la diferencia de entalpías del vapor que ingresa a la turbina (o
que sale de la caldera, que es lo mismo) y vapor que sale de la turbina hacia el condensador. Las distintas
αi son las fracciones de vapor que se extraen de la turbina con destino a los regeneradores, y Bi representa
la diferencia de entalpías del vapor de cada fracción que se extrae menos la entalpía del vapor que sale de
la turbina hacia el condensador. Nótese que C es el mismo independientemente de la cantidad de etapas
de regeneración, y lo mismo sucede con. A. En cambio Bi depende de la cantidad de extracciones, así co-
mo de la ubicación física en la turbina de los puntos en los que se hacen las extracciones, que determina la
presión y temperatura del vapor, y en consecuencia su entalpía. Llamaremos hi a la entalpía del vapor de
cada fracción que se extrae y he a la entalpía del vapor ya agotado que sale de la turbina hacia el conden-
sador. Entonces podemos escribir la ecuación (9-16) como sigue.


n

A− α i (hi − he )
ηr = i =1
(9-16’)
C
Si usamos esta expresión para rescribir la ecuación (9-11) obtenemos:


1

A− α i (hi − he )
A − α1 (h1 − he )
ηr1 = i =1
= (*)
C C
La ecuación (9-15) queda expresada en estos términos.


2

A− αi (hi − he )
A − α1′ (h1 − he ) − α 2 (h2 − he )
ηr2 = i =1
= (**)
C C
Dado que el rendimiento aumenta con la cantidad de etapas de regeneración, debe ser ηr1 < ηr2. La diferen-
cia entre ambos (restando ** y *) constituye la ganancia de rendimiento al pasar de una a dos etapas de re-
generación. Es decir:
A − α1′ (h1 − he )− α 2 (h2 − he ) A − α1 (h1 − he ) α1 (h1 − he )− α1′ (h1 − he )− α 2 (h2 − he )
∆ηr = ηr2 − ηr1 = − =
C C C
Es posible encontrar expresiones similares para el incremento de 2 a 3 etapas, para el incremento de 3 a 4
etapas, y así sucesivamente. Asumiendo que la distribución del calentamiento por etapas es uniforme, es
decir que la cantidad de calor intercambiada en cada regenerador es la misma en cada caso, podemos
construir la siguiente gráfica.
Como se puede observar, la ganancia de rendimiento es im-
portante para la transición de una a dos etapas, algo menor
para la transición de dos a tres etapas, y la curva tiende a
hacerse horizontal a medida que aumenta el número de eta-
pas. Resulta claro que hay un valor asintótico (es decir, para
infinita cantidad de etapas) de modo que a partir de cinco el
incremento permanece casi constante y prácticamente igual
al valor asintótico. En la construcción de la gráfica se supone,
como ya hemos dicho, que la cantidad de calor intercambiada
en cada regenerador es igual para todos los escalones. Esto
sin embargo no sucede en la práctica. La elección de las condiciones adecuadas para ubicar cada extrac-
ción de vapor depende de un análisis orientado a maximizar el rendimiento térmico del sistema. Debido a
que ese análisis es bastante complejo, su descripción detallada excede los límites de este texto. En una
síntesis muy apretada, lo que se hace es calcular el rendimiento térmico para distintas temperaturas y pre-
siones de extracción en cada etapa, comparando el resultado obtenido con los demás. Este es por supues-
to un trabajo largo y laboriosos, que si se encara a mano representa una tarea muy pesada, razón por la
cual se usan programas de computadora. La cantidad óptima de etapas de regeneración se debe determi-
nar para cada instalación en función de diversos factores técnicos y económicos. En instalaciones moder-
nas con grandes turbinas puede haber hasta diez etapas. En el siguiente ejemplo se analiza una instalación
más compleja.

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Ejemplo 9.3 Cálculo del rendimiento de un ciclo regenerativo.


Una central de vapor funciona por ciclo de Rankine regenerativo con recalentamiento. Tiene instalados cin-
co regeneradores de acuerdo al croquis que vemos a continuación.

En la siguiente tabla se resumen los datos conocidos de propiedades termodinámicas de todos los estados
representados en el croquis.
Estado P T v x h S
KPa ºC m3/Kg KJ/Kg KJ/(Kg ºK)
1 16000 540.0 0.02093 3410.30 6.4481
2 6200 396.3 0.04553 3166.61 6.5130
3 4825 363.6 0.05589 3110.69 6.5327
4 3500 324.5 0.07262 3043.22 6.5586
5 3500 480.0 0.09622 3405.60 7.0990
6 700 280.4 0.35778 3018.56 7.2265
145 141.0 1.30451 2754.56 7.3929
8 42 77.0 3.75071 0.978 2588.26 7.5109
9 7 39.0 19.07945 0.922 2384.66 7.6763
10 7 35.0 0.00101 146.57 0.5044
11 700 35.1 0.00101 147.53 0.5052
12 700 75.0 0.00103 314.45 1.0146
13 700 120.0 0.00106 504.10 1.5271
14 700 165.0 0.00111 0.000 697.06 1.9918
15 16000 168.1 0.00110 719.71 2.0047
16 16000 215.0 0.00117 925.58 2.4476
17 16000 260.0 0.00l25 1133.90 2.8561
18 6200 277.7 0.00l33 0.000 1224.68 3.0468
19 4825 26l.7 0.00324 0.049 1224.68 3.0523
20 4825 261.7 0.00128 0.000 1143.28 2.9001
21 700 165.0 0.05980 0.216 1143.28 3.0103
22 145 110.3 0.00105 0.000 462.77 1.4223
23 42 77.0 0.23342 0.061 462.77 1.4405
24 4 7.0 0.00103 0.000 322.34 1.0395
25 4 7.0 0.00103 0.000 322.34 1.0395
Calcular los caudales de las extracciones de turbina m2, m3, m6, m7 y m8 por cada kg de vapor que pasa por
la caldera. Determinar el rendimiento isentrópico de la turbina de alta.
Solución
Como ya hemos podido ver en los ejemplos anteriores, el análisis de un ciclo regenerativo se basa en ba-
lances de energía para cada uno de los regeneradores. Procedemos a efectuar los balances de energía.

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Comenzamos por el primer regenerador cerrado, para la extracción m2.


h17 − h16
m2 h2 + h16 = m2 h18 + h17 ⇒ m 2 = = 0.1073
h2 − h18
Balance en el segundo regenerador cerrado, extracción m3:
h − h15 − m 2 (h19 − h20 )
m3 h3 + m2 h19 + h15 = (m2 + m3)h20 + h16 ⇒ m 3 = 16 = 0.1002
h3 − h 20
Balance en el regenerador abierto, extracción m6:
h14 − h13 − (m 2 + m 3 )(h21 − h13 )
m6 h6 + (m2 + m3)h21 + (1 – m2 – m3 – m6)h13 = h14 ⇒ m 6 = = 0.0240
h6 − h13
Balance en el tercer regenerador cerrado, extracción m7:
(1 − m 2 − m 3 − m6 )(h13 − h12 )
m7 h7 + (1 – m2 – m3 – m6)h12 = m7 h22 + (1 – m2 – m3 – m6)h13 ⇒ m7 = = 0.0636
h7 − h 22
Balance en el cuarto (y ultimo) regenerador cerrado, extracción m8:
m8 h8 + m7 h23+ (1 – m2 – m3 – m6)h11 = (m7 + m8)h24 + (1 – m2 – m3 – m6)h12 ⇒
(1 − m2 − m3 − m6 )(h12 − h11 ) − m7 (h23 − h24 )
m8 = = 0.0527
h8 − h24
El rendimiento isentrópico de la turbina de alta se puede calcular como el cociente de la diferencia real de
entalpías producida en la turbina dividida por la diferencia de entalpías que se produciría si la evolución
fuese isentrópica. Es decir:
h − h4
ηs = 1
h1 − h4s
Para poderlo calcular hace falta conocer la entalpía h4s que corresponde a la evolución isentrópica. Se pue-
de obtener con ayuda de las tablas de vapor de agua o del diagrama de Mollier para el vapor. De cualquier
modo se obtiene h4s = 2978,44 KJ/Kg. De tal modo el rendimiento isentrópico de la turbina de alta es:
h1 − h4 3410.3 − 3043.22
ηs = = = 0.85
h1 − h4s 3410.3 − 2978 .44
Este valor corresponde a un 85% de modo que es bastante alto.

9.4 Cálculos numéricos


Todo sistema de cálculo gráfico se puede adaptar a cálculo numérico lo que, en vista de la existencia de
computadores potentes y baratos, es interesante. Generalmente el error de cálculo por inexactitud de las
fórmulas es menor que el que se comete en la apreciación de las gráficas.

9.4.1 Vapor saturado


Se puede calcular la presión P que tiene el vapor saturado seco en equilibrio con su líquido a la temperatura
t por la siguiente fórmula:
1687(t − 100 )
log10 (P ) = (9-17)
330(t + 230 )
(Con P en ata y t en °C). De esta ecuación se puede obtener t:
168700 + 75900 × log10 (P )
t=
1687 − 330 × log10 (P )
(9-17')

Estas fórmulas dan valores aceptables entre 50 y 250 °C.


El volumen específico se puede obtener de la siguiente fórmula:
P × v 1.0646 = 17608 (9-18)
2 3
(Con P en Kgf/cm absolutos y v en m /Kg) La entalpía del vapor saturado seco (Kcal/Kg) referida a 0°C (es-
tado líquido, donde se supone h = 0) viene dado por la siguiente fórmula:
h = 606.5 + 0.305t (9-19)
(Con t en °C). Esta fórmula da valores aceptables entre 50 y 270 °C.
La entalpía del vapor húmedo con un título x se puede calcular de la siguiente fórmula:
h = ( 606.5 + 0.305 × t ) x + t (1 − x ) (9-20)

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9.4.2 Vapor recalentado


Para el vapor sobrecalentado se puede aplicar la ecuación de Zeuner:
P × v = 51 × T − 200 × P 0.25 (9-21)
(Con T en °K, P en Kgf/cm2 absolutos y v en m3/Kg).
También la ecuación de Batelli:
P(v + 0.016) = 47.1× T (9-22)
2 3
(Con T en °K, P en Kgf/cm absolutos y v en m /Kg).
La entalpía del vapor sobrecalentado a baja presión se puede calcular con la siguiente ecuación.
 
 
A× P 3 B C 
h = h0 − −P + (9-23)
 T 
2.82   T 14  T  31.6 
      
 100    100   100  
2
(Con T en °K, P en Kgf/m absolutos), donde h0 es la entalpía referida a presión nula, que se puede calcular
de la siguiente ecuación:
2 3
 T   T  −2  T 
h0 = 474.89 + 45.493  − 0.45757  + 7.17 × 10   (9-24)
 100   100   100 
donde:
3 3
Kcal m 2 Kcal  m 2   m2 
A = 0.0082056 ; B = 1.5326 × 10 − 6   ; C = 1.1144 × 10 − 6  
Kg Kgf Kg  Kg f   Kgf 
También ver el manual Hütte y “Thermodynamic Property Values of Ordinary Water Substance”, IFC Secre-
tariat, Verein Deutscher Ingenieure, March 1967, para otras expresiones mas complejas pero mas exactas.
Alternativamente se pueden usar fórmulas de interpolación basadas en las tablas conocidas de propieda-
des del vapor de agua, tanto saturado como recalentado. Se recomienda usar las tablas mas conocidas,
como las de Keenan o las de la ASME. En varios programas se usan fórmulas de interpolación basadas en
estas tablas.

Ejemplo 9.4 Cálculo del rendimiento de un ciclo por medios numéricos.


Calcular el rendimiento de un ciclo de Rankine ideal operando a presión = 9.52 ata y temperatura = 260 °C.
La presión en el condensador es de 0.116 ata y la temperatura del condensado a la salida del mismo es de
49 °C. No hay regeneración ni sobrecalentamiento. Operar gráfica y numéricamente.
Solución
a) Gráfica. Del diagrama de Mollier y refiriéndose a la figura del punto 9.2:
hd = 708.3 Kcal/Kg he = 533.3 Kcal/Kg ∴ hd – he = 175 Kcal/Kg
hb = 48.89 Kcal/Kg ∴ hd – hb = 659 Kcal/Kg
h d − he 175
El rendimiento es: η= = = 0.266
h d − hb 659
Se desprecia el trabajo de la bomba, porque este es:
∆P 9.52 - 0.116 4 Kg f × m Kcal
Wb = = × 10 × 1.033 = 97.14 = 0.228
ρ 1000 Kg Kg
Estas 0.2 Kcal consumidas por la bomba no significan nada comparadas con las 175 Kcal que produce
la turbina, por lo que no influyen en el cálculo del rendimiento.
El rendimiento del ciclo de Carnot equivalente será:

ηC =
(260 + 273 ) − (49 + 273 ) = 0.396
260 + 273
Como vemos, el rendimiento del ciclo de Carnot equivalente es mayor que el del ciclo de Rankine
ideal, que en la práctica es menor aún debido a pérdidas de calor en el sistema, de modo que hay una
pérdida de utilizabilidad de la energía bastante considerable, puesto que el rendimiento del ciclo de
Carnot equivalente es un 50% mayor.
b) Numéricamente. Debemos calcular las entalpías correspondientes. hd se debe calcular a 260 °C y 9.52
2
ata. Aplicamos las ecuaciones (9-23) y (9-24); T/100 = 5.33; P = 98342 Kgf /m absolutos.
2 -2 3
h0 = 474.89 + 45.493(5.33) – 0.45757(5.33) + 8.17×10 (5.33) = 715.2254

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0.0082056 × 98342 3
1.5326 × 10 - 6 1.1144 × 10 - 6 
h = 715.2254 − − 98342  +  = 707.9
(5.33 )2.82  (5.33 )
14
(5.33 )31.6 
Entonces hd = 707.9 Kcal/Kg. Aplicando la ecuación (9-20) con t = 49 °C y x = 0.85 obtenemos:
h = (606.5 + 0.305×t)x + t(1–x) = he = 535.6 Kcal/Kg. Por último, hb = Cp(Tb – T0) = 49 Kcal/Kg. Para fi-
nes de ingeniería los valores son casi los mismos que en la parte a). En definitiva el rendimiento es:
hd − he
η= = 0.261
hd − hb

9.5 Uso de vapor para calefacción y energía (cogeneración)


Hasta aquí nos hemos ocupado del empleo del vapor para producir energía eléctrica, pero en la industria
este suele ser un uso mas bien complementario, ya que la mayor parte del vapor se emplea para calenta-
miento. Esto se debe a que la mayoría de las instalaciones industriales suelen derivar vapor saturado o lige-
ramente recalentado al proceso para aprovechar el calor latente de condensación. El calor específico del
vapor vivo es del orden de 0.5 Kcal/(Kg °C) mientras que el calor latente es de aproximadamente unas 600
Kcal/Kg. Por eso es conveniente emplear el vapor saturado para calefacción en vez de desperdiciar energía
en el condensador de la turbina. El ahorro de energía es considerable en uso mixto (generación y calefac-
ción): alrededor de 1260 Kcal por KW-hora producido en el generador eléctrico que de otro modo habría
que gastar en generar vapor para calefacción.
Se pueden plantear dos situaciones extremas, aquella en la que el vapor usado para calefacción es cons-
tante, y aquella en la que este varía ampliamente. Entre ambas hay una gran variedad de situaciones que
se aproximan mas o menos a la realidad. La primera no plantea dificultades, ya que el consumo de vapor
usado para generar electricidad y para calefacción permanece constante.
En cambio cuando la demanda de vapor para calefacción es muy variable, lo normal no es usar para cale-
facción el vapor que sale de la turbina, porque esto significaría que cualquier cambio en la demanda de va-
por de calefacción influiría en la marcha de la turbina. Las turbinas son equipos que deben funcionar en
condiciones constantes, de modo que lo que se suele hacer es comprar una caldera de capacidad mas que
suficiente como para alimentar a la turbina, y el exceso de vapor producido se aplica a calefacción. El in-
conveniente con una disposición de este tipo es que no es muy económica, porque como la caldera debe
poder satisfacer las demandas del sistema en condiciones de alto consumo de vapor de calefacción, cuan-
do este baja existe una capacidad ociosa o bien un desperdicio de vapor que se debe desechar.
Para resolver los problemas que plantea una demanda variable de vapor de calefacción existen varias al-
ternativas. Una de ellas consiste en instalar dos calderas, una para generar vapor de alta presión destinado
a producir energía eléctrica y otra de baja presión para generar vapor de proceso, puesto que la presión de
operación de las turbinas es casi siempre mayor de 25 ata mientras que el vapor de calefacción se suele
transportar y entregar a unas 1.5 ata. Lógicamente, una instalación de dos calderas tiene la ventaja de ser
más versátil.
Por lo general la operación de la caldera de baja presión es mas cara y resulta antieconómica si se la com-
para con la de alta presión. Es el precio que hay que pagar por el lujo de tener una instalación más flexible.
El siguiente ejemplo ilustra este hecho.

Ejemplo 9.5 Cálculo del desempeño de dos calderas de vapor.


2
Supongamos que tenemos una caldera de baja presión operando a 3 Kgf/cm y entregando vapor de baja a
2
3 Kgf/cm y 133 ºC. La caldera funciona con carbón cuyo poder calorífico es de 7500 Kcal/Kg con un rendi-
miento del 80%. El condensado entra a la caldera a 70 ºC y el vapor se usa para calefacción a 100 ºC. La
diferencia de temperatura entre 100 y 70 ºC se atribuye a pérdidas de calor, por enfriamiento en tránsito
2
desde la planta a la caldera. Comparar la economía de esta caldera con otra que opera a 40 Kgf/cm y 400
ºC para un proceso que requiere una cantidad de calor del orden de 10,000,000 de Kcal/hora.
Solución
Siendo el calor latente del vapor en las condiciones de baja presión del orden de 550 Kcal/Kg, se necesitan:
10,000,000/550 = 18180 Kg/hora de vapor de baja presión. El combustible consumido para producir esta
cantidad de vapor se puede calcular pensando que debe proporcionar el calor suficiente para calentar el
agua desde 70 hasta 100 ºC, y luego para evaporar el agua, de modo que la cantidad de calor es:
Q = m(100 − 70 ) + mλ = m(100 − 70 + λ ) = 18180(100 − 70 + 550 ) = 10545400 Kcal
El peso de combustible necesario será:
Q 10545400 Kg de carbón
P= = = 1760
η × PC 0.8 × 7500 hora

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En cambio en la caldera de alta presión el vapor tendría un calor latente mayor, del orden de 660 Kcal/Kg,
de modo que la cantidad de vapor necesario para el mismo servicio sería: 10,000,000/660 = 15150 Kg/hora
de vapor de alta presión.
El calor requerido en la caldera es ahora:
Q = m(100 − 70 ) + mλ = m(100 − 70 + λ ) = 15150(100 − 70 + 660 ) = 10453500 Kcal
Entonces, el combustible requerido es:
Q 10453500 Kg de carbón
P= = = 1740
η × PC 0.8 × 7500 hora
Este parece un ahorro modesto, pero tengamos en cuenta que la caldera de alta presión también produce
energía eléctrica, con una potencia del orden de 2000 KW. Esto se puede considerar ganancia neta. De to-
dos modos, queda claro que aún sin producción de energía la caldera de alta presión es mas económica.

Si se adquiere la energía eléctrica y se instala una sola caldera de vapor de calefacción, el costo tanto ini-
cial como de operación son menores, pero el costo total de la energía puede ser mayor, dependiendo de
varios factores. Además, la dependencia del suministro externo subordina la producción a la disponibilidad
de energía y confiabilidad del proveedor. En la actualidad, muchas empresas producen una parte de la
energía que consumen.
Como ya dijimos, la alternativa a tener que comprar la electri-
cidad o tener dos calderas es instalar una caldera de alta
presión de uso mixto (energía y calefacción) en la que se
puede optar por dos variantes. Una es la caldera de contra-
presión. En este tipo de instalación, que vemos en el croquis
de la izquierda, la turbina no descarga vapor húmedo sino re-
calentado, no previendo extracciones o sangrados de vapor
de la turbina para derivarlo a proceso, sino que todo el vapor
que sale de la turbina está disponible como vapor de calefac-
ción. La turbina descarga vapor recalentado para contrarres-
tar las pérdidas de calor inevitables durante el transporte. La
denominación “caldera de contrapresión” viene de que el va-
por sale a una presión mayor que la del vapor agotado cuan-
do hay un condensador. Este vapor se puede rebajar para
ajustarlo a los requerimientos de uso. Como ya hemos expli-
cado, esta disposición es poco flexible porque una variación en la demanda de vapor de proceso obligaría a
variar la producción de electricidad y viceversa. Esto no es tolerable por las serias dificultades de control
que plantea, lo que obliga a instalar acumuladores de vapor para absorber las variaciones, que encarecen
la instalación y ocupan bastante espacio. Otra objeción que se plantea a esta disposición es que al operar
la turbina a una presión mayor que la del condensador disminuye el rendimiento térmico del ciclo. Véase el
apartado 9.3.1 para una discusión sobre la influencia de la presión de descarga de la turbina sobre el ren-
dimiento.
Una alternativa mejor consiste en derivar una parte del vapor producido por la caldera a la generación de
energía, dedicando el resto a la calefacción en planta. Las dificultades planteadas por la demanda variable
se resuelven con un acumulador de vapor. El siguiente esquema muestra una instalación de este tipo.
Los detalles del croquis son los siguientes.
1 caldera ; 2 recalentador; 3 turbina; 4 ge-
nerador eléctrico; 5 condensador; 6 bomba
inyectora de agua a la caldera; 7 economi-
zador; 8 acumulador de vapor. A vapor de
alta para calefacción. B vapor de baja satu-
rado para calefacción. r1 y r2 son registra-
dores que accionan las válvulas a y b des-
tinadas a controlar tanto la presión como el
flujo de vapor hacia y desde el acumulador
de vapor.
El acumulador de vapor es un equipo des-
tinado a almacenar el vapor en exceso que
se produce durante los períodos de baja
demanda de vapor de calefacción en plan-
ta, para liberarlo durante los períodos de alta demanda. Es una estructura de acumulación; estas ya fueron
tratadas en el apartado 1.10.1 del capítulo 1. El sistema está comandado por los medidores de presión (no

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indicados en el croquis) que cuando detectan una disminución de presión en las tuberías A o B accionan las
válvulas para liberar el vapor acumulado en el equipo 8. Igualmente, la disminución de la cantidad o presión
del vapor en la turbina 3 produce la liberación del vapor contenido en el acumulador. Existen dos tipos de
acumuladores, como veremos mas adelante. En el croquis de arriba se representa un acumulador Ruths.
Otra variante que podemos encontrar en las instalaciones industriales de uso mixto (generación de energía
eléctrica y calefacción) es la caldera de condensación con extracción. Es básicamente el sistema clásico de
caldera-turbina-condensador sangrando vapor de media o baja presión que se destina a calefacción. Una
instalación de ese tipo se ilustra en el siguiente croquis.

Si del lado de la demanda de vapor de baja para calefacción hay fluctuaciones es preferible intercalar entre
la línea de suministro de vapor de alta y la línea de baja un desobrecalentador. Es una válvula reductora do-
tada de un enfriador-saturador a spray de agua que no se detalla en el croquis, cuya función es producir
una expansión isentálpica donde se convierte energía de presión en energía térmica que se emplea en ge-
nerar mas vapor proveniente del agua agregada. En definitiva, el desobrecalentador tiene algunas funcio-
nes de un acumulador de vapor, pero no tiene la inercia de masa del acumulador de vapor ante variaciones
bruscas o grandes de la demanda. Si se producen este tipo de variaciones en la demanda de vapor de pro-
ceso destinado a calefacción, la solución mas satisfactoria probablemente sea instalar un acumulador de
vapor.

Ejemplo 9.6 Cálculo de los parámetros operativos de una central de uso mixto.
Una fábrica emplea 2268 Kg/hr de vapor de agua saturado seco a 1.36 ata para calefacción en planta. Hay
una idea para generar energía aumentando la presión de trabajo de la caldera de 1.36 a 28.21 ata expan-
diendo el vapor desde 28.21 ata hasta 1.36 ata en una turbina. El condensado entra a la caldera bajo pre-
sión a 109 °C. Calcular: a) la temperatura de sobrecalentamiento necesaria para asegurar el suministro de
vapor con un título mínimo de 95% en el escape de la turbina destinado a calefacción; b) la potencia entre-
gada por la turbina si su rendimiento isentrópico es 64% y su rendimiento mecánico es 92%; c) el calor adi-
cional necesario en Kcal por KW-hora y su consumo adicional requerido para la generación de potencia ex-
tra.
Solución
a) El punto 2’ se determina en la intersección de la curva de título x = 0.95 y la curva de P = 1.36 ata y de él
obtenemos H2' = 615.6 Kcal/Kg.

La trayectoria 1 a 2’ en línea cortada representa la evo-


lución real de expansión que tiene lugar en la turbina que
por supuesto no es isentrópica; la evolución teórica isen-
trópica es la 1 a 2.

El ángulo formado por ambas trayectorias es α.


El rendimiento isentrópico de la turbina se define por la
siguiente relación, deducida en el apartado 5.14.5.

trabajo ideal producido H 1 − H 2′ 1


ηs = = = (9-25)
energía real consumida H1 − H2 cos α

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∴ H1 − H2' = 0.64( H1 − H2 ) ⇒ H1 (1 − 0.64) + 0.64 H2 = H 2 ′ ⇒


(*)
⇒ 0.36 H1 + 0.64 H2 = 615.6
No conocemos H1 ni H2 pero sabemos que en el diagrama de Mollier el punto 1 está sobre la isobara
de P = 28.21 ata y el punto 2 está sobre la isobara de P = 1.36 ata y que se debe cumplir la ecuación
(*) de modo que es fácil determinar gráficamente los puntos recordando que en el diagrama de Mollier
el ángulo α es el determinado por las líneas 1 a 2 y 1 a 2’. Entonces (comprobarlo) gráficamente obte-
nemos H1 = 699 Kcal/Kg y H2 = 569.4 Kcal/Kg, también T1 = 271 °C.
b) El calor por unidad de tiempo suministrado a la planta cuando no había generación de electricidad de-
pende de la entalpía del vapor saturado seco a 1.36 ata que es 642.2 Kcal/Kg.
Kg
q 1 = 2268 (642.2 − 109 ) Kcal = 1209600 Kcal
hora Kg hora
Pero a partir de ahora se producirá electricidad y la entalpía de salida del vapor es H2' = 615.6 Kcal/Kg
y se requerirá una cantidad de vapor que simbolizamos con la letra P.
1209600 Kg
q& = P(615.6 − 109) ⇒ P = = 2387
1 615.6 − 109 hora
La potencia ideal realizada por la turbina es:
Kcal
W& = P( H1 − H2 )η s = 2387(699 − 569.4)0.64 = 197750
hora
También se puede calcular de la siguiente manera:
Kcal
W& = P(H1 − H 2' ) = 2378(699 − 615.6) = 199076
hora
Puesto que se pueden haber cometido errores de apreciación en el cálculo gráfico tomamos un pro-
medio de ambos valores. Pero hay un rendimiento mecánico de 0.92 lo que origina una pérdida de po-
tencia en la transmisión de modo que el trabajo entregado al generador eléctrico es un 8% menor al
ideal. La potencia real será:
Kcal
W& = 198413 × 0.92 = 182540 = 212 KW
hora
c) El calor por unidad de tiempo necesario cuando la caldera opera en uso mixto es:
Kcal
q&1' = P( H1 − H2 ) = 2387(699 − 109) = 1408330
hora
Kcal 198730 Kcal
En consecuencia: 1408330 − 1209600 = 198730 ⇒ = 937
hora 212 KW × hora
Si se estima que la caldera tiene una eficiencia en el uso del calor del 80% el consumo extra de ener-
198730 Kcal
gía será: = 248412
0.8 hora
Kcal
Suponiendo un poder calorífico del combustible de 10000 este se consume a razón de 24.84 Kg
Kg
de combustible por hora y por KW-hora, de modo que el exceso resulta:
937 Kg de combustibl e
= 0.117 .
198730 × 0.8 KW × hora

9.5.1 Acumuladores de vapor


Existen dos clases de acumuladores de vapor. Los acumuladores de tipo gasómetro y los de borboteo,
también llamados acumuladores Ruths. En los del primer tipo el vapor se almacena en un simple tanque
aislado térmicamente, como si fuese un gas. En los del tipo Ruths se acumula el vapor en un tanque mas
pequeño, bien aislado térmicamente y que se parece en su forma al cuerpo principal de una caldera con-
vencional ya que tiene un domo colector de vapor en su parte superior. Contiene una cierta masa de agua
en la que burbujea el vapor, a menudo ayudando la mezcla con pequeños eyectores de modo que hay un
equilibrio entre el vapor y el agua a la temperatura y presión de operación.
El acumulador Ruths tiene la ventaja de que se puede usar el equipo como convertidor de vapor de alta en
vapor de baja, ya que si se alimenta con vapor de alta presión y alta temperatura se obtiene al mezclarlo
con agua en distintas proporciones grandes cantidades de vapor de menor presión y temperatura. En otras
palabras, el acumulador de Ruths mezcla agua con un poco de vapor de alta entalpía (inútil para calefac-
ción) dando como resultado mucho vapor de baja entalpía utilizable para calefacción.

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Analizaremos primero el proceso de carga de un acumulador Ruths. Supongamos que tenemos una masa
total de agua y vapor en equilibrio m1 en el acumulador a una temperatura y presión t1, P1. Se carga el acu-
mulador, entrando una masa de vapor de agua m2 a presión y temperatura P2, t2. Este vapor puede ser satu-
rado seco, saturado húmedo o recalentado, según su origen. Como consecuencia de la mezcla irreversible,
se obtiene una masa total (m1 + m2) de agua y vapor en equilibrio cuya condición final es Pm, tm. Sabemos
que la presión aumenta porque el volumen es constante y se aumenta la masa del contenido por la inyec-
ción del vapor. Por lo tanto, también es de esperar que aumente la temperatura.
En el proceso de descarga, se invierte el flujo de modo que partimos de una masa total (m1 + m2) de agua y
vapor en equilibrio a la presión y temperatura Pm, tm. Se descarga una masa de vapor saturado seco m2 a
esa misma presión y temperatura, ya que se encuentra en equilibrio con el agua líquida. La masa contenida
en el acumulador desciende al valor m1 y la presión y la temperatura disminuyen a los valores P1 y t1.
El proceso de carga y descarga son procesos de flujo transitorio tanto de masa como de energía, y por ello
habrá que analizarlos con la ayuda del Primer Principio de la Termodinámica para sistemas abiertos en ré-
gimen transitorio. Por otra parte, se trata de procesos adiabáticos a volumen constante.
Análisis de la carga del acumulador
Puesto que se trata de un proceso con fronteras rígidas, adiabático y donde sólo entra fluido al sistema, nos
encontramos ante el caso estudiado en el apartado 3.10.4 del capítulo 3. Como se dedujo en ese punto, la
ecuación del Primer Principio de la Termodinámica se puede expresar de la siguiente manera.
(
M 2 × u 2 − M 1 × u1 = me h + Ep + Ec e ) iv
(3-33 )
Despreciando las contribuciones de las energías cinética y potencial y reemplazando las masas de acuerdo
a lo estipulado mas arriba, esta ecuación se puede escribir de la siguiente forma.
(m 1 + m2 )× u m − m1 × u1 = m2 × h2
¿De qué manera nos puede servir esta relación para calcular, dimensionar y controlar la operación de un
acumulador de vapor?. Esto depende del propósito para el cual se usa. Podemos distinguir dos clases de
problemas relativos a la carga de los acumuladores de vapor.
• Una clase de problemas es aquella en la que se conoce la masa de vapor m2 que entra o se des-
carga. También se conocen las presiones P1, P2 y Pm, teniendo que calcular el volumen requerido
del acumulador para esas condiciones de operación.
• Otra clase es aquella en la que se conocen las presiones P1, P2 y Pm, así como el volumen del acu-
mulador, y hay que calcular la masa de vapor m2.
En problemas de la primera clase, si el vapor que ingresa al acumulador está recalentado se debe conocer
su presión (que es dato) y adicionalmente su temperatura t2. La incógnita es la masa de agua antes de la
carga, es decir, m1. Reordenando la ecuación anterior tenemos:
m1 × u m + m2 × u m − m1 × u 1 = m2 × h2 ⇒ m1 (u m − u 1 ) + m 2 × u m = m 2 × h2 ⇒
h2 − u m
m1 = m2
u m − u1
Puesto que las condiciones inicial y final del acumulador corresponden a estados de saturación, bastará
conocer las presiones P1 y Pm para determinar los valores de um y de u1. En cuanto a h2 se puede determinar
si se conoce la presión y temperatura del vapor que se ingresa al acumulador. Una vez calculada la masa
m1 de agua antes de la carga se puede determinar el volumen a partir de la densidad del agua, y al resulta-
do se le suma un 10% en concepto de espacio de vapor.
En los problemas de la segunda clase se debe calcular la masa de vapor que se necesita para elevar la
presión desde P1 hasta Pm. Reordenando la ecuación anterior tenemos:
u m − u1
m2 = m1 (9-26)
h2 − u m
La principal objeción que se puede hacer al enfoque riguroso que acabamos de exponer es que se requiere
conocer la energía interna del líquido en al menos dos condiciones distintas. Pero la energía interna no es
una propiedad que se encuentre frecuentemente tabulada. Esto nos obliga a recurrir a un enfoque aproxi-
mado.
El acumulador de borboteo se puede analizar como un proceso de mezcla en sistemas cerrados tal como
explicamos en el capítulo 4, apartado 4.5.1. Si bien el sistema es abierto, se puede imaginar como un sis-
tema cerrado aplicando el mismo procedimiento que se explica en el apartado 3.10.5, donde analizamos
una situación parecida a la que se da en un acumulador de borboteo. La principal diferencia con el acumu-
lador de vapor consiste en que en el caso del apartado 3.10.5 teníamos un tacho abierto a la atmósfera y
en el caso del acumulador de vapor tenemos un tacho cerrado. Es decir, la evolución del apartado 3.10.5 es
a presión constante, en tanto que el acumulador sufre una evolución a volumen constante.

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Imaginemos entonces que tenemos una masa total m1 de agua y vapor en equilibrio en el acumulador a una
temperatura y presión t1, P1. Se introduce una masa m2 de vapor a presión y temperatura P2, t2. Como con-
secuencia de la mezcla irreversible, se obtiene una masa total (m1 + m2) de agua y vapor en equilibrio cuya
condición final es Pm, tm. Sabemos que la presión aumenta, porque el volumen es constante y se aumenta la
masa del contenido por la inyección de vapor. Por lo tanto, también es de esperar que aumente la tempera-
tura.
Por otra parte, también del Primer Principio para sistemas cerrados:
δQ = dH − V dP = 0 ⇒ dH = V dP ⇒ ∆H = V dP = V ∆P

Esto nos dice que la variación de entalpía se debe exclusivamente al trabajo de compresión en el sistema.
Puesto que la presión aumenta, es obvio que la entalpía también aumenta. Planteando un balance de en-
talpía en un sistema cerrado tenemos:
m1 h1 + m2 h2 − V ∆P
m1 h1 + m2 h2 = (m1 + m2 ) hm + V ∆P ⇒ hm =
m1 + m2
Una vez calculada la entalpía hm y teniendo la presión Pm se puede calcular la temperatura. En cambio el
cálculo de la masa m2 requiere un método iterativo.
La variación de presión es esencialmente igual a la diferencia (Pm. – P1) de modo que:
m1 h1 + m2 h2 − V (Pm − P1 )
hm = (9-27)
m1 + m2
El problema también se puede analizar de otro modo que, aunque aproximado, es mas simple. Si despre-
ciamos el trabajo que hace el vapor sobre el sistema al entrar al mismo, entonces el proceso se puede con-
siderar esencialmente isentálpico. Esto parece razonable si se tiene en cuenta que la energía requerida pa-
ra el ingreso del vapor al acumulador se conserva, ya que en definitiva vuelve al vapor durante la descarga
del acumulador. Por lo tanto:
m1 h1 + m2 h2
m1 h1 + m2 h2 = (m1 + m2 ) hm ⇒ hm =
m1 + m2
Conocida la entalpía hm y la presión Pm es fácil obtener la temperatura tm mediante el diagrama de Mollier o
cálculo analítico. En cambio el cálculo de la masa m2 es mas complicado, requiriendo como antes un méto-
do iterativo.
El siguiente procedimiento aproximado permite calcular la masa de vapor que ingresa o sale del acumula-
dor sin necesidad de cálculos iterativos. Si bien se basa en un razonamiento lleno de simplificaciones, da
resultados razonablemente exactos. Supongamos que se carga el acumulador conociendo la masa de agua
que contiene al inicio de la carga así como la masa de vapor que se inyecta en el acumulador durante la
misma. Sea Ma la masa de total de agua (tanto líquida como al estado de vapor) que contiene el acumula-
dor al inicio de la carga, durante la cual se inyecta una masa de vapor mv. Se conoce la presión al inicio de
la carga, P1. La entalpía del agua líquida contenida en el acumulador a la presión P1 se puede averiguar,
puesto que P1 es la presión de saturación. Sea hL1 esa entalpía por unidad de masa a esa presión y tempe-
ratura. La entalpía del líquido contenida en acumulador antes de iniciar la carga es:
H 1 = M a × hL1
Al fin de la carga, la presión es P2 y la masa total de agua es (Ma + mv), suponiendo que todo el vapor se
absorbe en el agua. La entalpía del líquido es conocida, puesto que también se encuentra en condición de
saturación; sea esta hL2 a esa presión y temperatura, y sea λ2 el calor latente. Supongamos que la masa de
agua se incrementa en la magnitud mv, debido a que se condensa todo el vapor. La entalpía del agua líqui-
da contenida en el acumulador al finalizar la carga es:
H 2 = (M a + mv )hL2
Al ingresar la masa de vapor mv se incrementa la energía contenida en el acumulador en la magnitud:
E v = mv × hv = mv (hL2 + λ2 )
Puesto que la carga es un proceso adiabático, la entalpía después de la carga debe ser igual a la entalpía
antes de la carga mas el aporte de energía del vapor. Es decir:
H 2 = H 1 + E v ⇒ (M a + mv )hL2 = M a × hL1 + mv (hL2 + λ2 )
Operando:
M a × hL2 + mv × hL2 = M a × hL1 + m v × hL2 + mv × λ2 ⇒ mv × λ2 = M a × (hL2 − hL1 )
Despejando mv se obtiene:

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hL2 − hL1
mv = M a (9-28)
λ2
También se puede introducir una simplificación adicional, asumiendo hL = CpL T pero si se toma aproxima-
damente CpL = 1 Kcal/(Kg ºK) resulta hL = t, en consecuencia:
t L2 − t L1
mv = M a (9-29)
λ2

Ejemplo 9.7 Cálculo de la masa de vapor que usa un acumulador.


Un acumulador de vapor que contiene inicialmente 15000 Kg de agua a la presión de 16 Kgf/cm2 se carga
2
hasta una presión de 20 Kgf/cm . Encontrar la masa de vapor que se ha incorporado.
Datos
2
En las condiciones iniciales P1 = 16 Kgf/cm y saturado los parámetros que nos interesan se pueden obtener
de la tabla de vapor saturado que encontramos en el Apéndice al final del capítulo 3.
La temperatura de saturación es t1 = 200.43 ºC; la entalpía del líquido es: hL1 = 203.90 Kcal/(Kg ºK).
2
En las condiciones finales la presión es P2 = 20 Kgf/cm y la temperatura de saturación es t2 = 211.38 siendo
la entalpía hL2 = 215.80 Kcal/(Kg ºK).
La entalpía del vapor saturado es hV2 = 668.5 Kcal/(Kg ºK) de donde resulta un calor latente λ2 = hV2 – hL2 =
668.5 – 215.80 = 452.7 Kcal/Kg.
Entonces, aplicando la ecuación anterior tenemos:
h − hL1 215 .8 − 203.9
mv = M a L2 = Ma = 15000 × 0.026 = 394 Kg de vapor
λ2 452.7

Por lo general el cálculo de la masa de vapor mv no es necesario porque esta es la masa de vapor que se
desea ingresar o extraer del acumulador, que por razones operativas se conoce por anticipado, es decir, es
una variable de diseño. Normalmente el acumulador se diseña para operar entre dos presiones extremas P1
y P2. Sea P1 la menor presión y P2 la mayor, con temperaturas t1 y t2 también conocidas. En consecuencia,
también se conocen las entalpías correspondientes h1 y h2.
Supongamos que ambas condiciones corresponden a estados saturados. Los calores latentes λ1 y λ2 son
conocidos, puesto que corresponden a las diferencias de entalpías de líquido y vapor saturado a las respec-
tivas presiones y temperaturas de los estados 1 y 2.
Nos interesa calcular las dimensiones de un acumulador que debe funcionar entre estas condiciones extre-
mas, es decir el volumen o capacidad del acumulador.
Para ello supongamos que conocemos la densidad del agua líquida ρ2 en las condiciones de presión y tem-
peratura P2 y t2. Si la fracción del volumen total reservado al vapor es α, el volumen total ocupado por el lí-
quido y el vapor en las condiciones 2 es:
mv + M a
V= + α ×V
ρ2
Operando:
hL2 − hL1
Ma + Ma
λ2
V= + α ×V
ρ2
Despejando la masa de agua:
1− α
M a = ρ2 × V (9-30)
h − hL1
1 + L2
λ2
Esta ecuación relaciona entre sí las principales variables: masa de agua, volumen y exceso dedicado al va-
por. Normalmente se suele tomar α = 0.1 es decir un 10% en exceso con respecto al volumen V.
También se puede usar el siguiente enfoque empírico, que da resultados aproximados pero razonables.
Supongamos que se carga el acumulador que está en la condición o estado de equilibrio 1 con vapor de
agua saturado a la condición 2. La masa de vapor que se carga o descarga por unidad de tiempo es m& . El
líquido saturado en la condición 1 tiene una entalpía h1; el líquido saturado en la condición 2 tiene una en-
talpía h2. Como consecuencia de la mezcla se alcanza un estado intermedio también de saturación, cuyas
propiedades son Pm, tm y hm. El cálculo de estas condiciones se puede hacer por cualquiera de los enfoques

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que vimos mas arriba, y las diferencias que resultan de los mismos no son significativas. Para los fines
prácticos podemos suponer que la condición del estado intermedio está en el punto medio entre las condi-
ciones 1 y 2. Entonces el calor latente que corresponde al estado intermedio resultante de la mezcla será:
λ1 + λ2
λm =
2
La densidad del agua líquida a la condición intermedia se puede considerar como el promedio de las densi-
dades en las condiciones extremas 1 y 2, por lo tanto:
ρ1 + ρ 2
ρm =
2
El volumen del agua del acumulador es:
λm
Va = m&
ρm (h2 − h1 )
(9-31)

El acumulador se calcula para que tenga una capacidad con un 10% en exceso respecto a la masa máxima
de agua ingresante durante la carga. O descarga, ya que en esencia el proceso de carga y descarga es lo
mismo. Es decir:
C a = 1.1× Va (9-32)
Advertencia: si bien los resultados que proporciona esta fórmula son razonables, no tiene base racional. La
homogeneidad dimensional no se verifica, debido a que no tiene una base racional.

Ejemplo 9.8 Cálculo de la capacidad de un acumulador.


2 2
Se debe elegir un acumulador para funcionar entre las presiones P1 = 3 Kgf/cm y P2 = 12 Kgf/cm con una
carga de 10000 Kg/hora de vapor. Calcular la capacidad del acumulador.
Datos
h1 =133.4 Kcal/Kg; h2 = 189.7 Kcal/Kg; λ1 = 516.9 Kcal/Kg; λ2 = 475.0 Kcal/Kg;
3 3
ρ1 = 925 Kg/m ; ρ2 = 885 Kg/m .
Solución
ρ + ρ2 925 + 885 3
La densidad media es: ρm = 1 = = 905 Kg / m
2 2
λ + λ2 516 .9 + 475
El calor latente medio es: λm = 1 = = 496 Kcal / Kg
2 2
El volumen del agua del acumulador es:
λm 496 3
Va = m& = 10000 = 97.3 ≅ 100 m
ρ m (h 2 − h1 ) 905 (189.7 − 133.4 )
3
La capacidad del acumulador será entonces: C a = 1.1 × Va = 1.1 × 100 = 110 m

9.5.2 Balance de una central de vapor mixta


Una central de vapor que produce energía eléctrica y vapor de calentamiento es una instalación compleja,
con muchas corrientes de vapor y condensado que salen de la central y llegan a ella. Para operarla es pre-
ciso conocer exactamente cada corriente, lo que implica hacer el balance de la central para cada condición
de operación que se puede presentar. Hacer el balance de la central significa plantear todos los balances
de masa y de energía que relacionan entre sí las distintas variables de proceso. Esto puede conducir a un
sistema lineal si todas las ecuaciones son lineales o a un sistema no lineal. Resolviendo el sistema se ob-
tienen los valores de las variables de proceso que hay que conocer para poder controlar la central.
Para plantear el sistema de ecuaciones conviene trazar un esquema de la central identificando las corrien-
tes y localizando los nodos a los que confluyen dos o mas corrientes, o de los que una corriente se bifurca.
Estos nodos sirven para plantear un balance de masa en cada uno. Por otra parte, los puntos en los que
hay intercambio de energía o en los que una corriente modifica su contenido de energía son fáciles de iden-
tificar: la caldera, la turbina, el desaireador, el condensador, el desobrecalentador, etc.
Una vez trazado el croquis se anota en cada línea la información conocida y pertinente sobre la misma:
presión, caudal de masa, entalpía, etc. Por último se plantea el sistema y se resuelve. Es posible que se
disponga de mas información de la necesaria para plantear el sistema. Si tenemos n incógnitas solo necesi-
tamos n ecuaciones independientes. A menudo se puede plantear mayor cantidad de relaciones que las n
necesarias. Las relaciones que no forman parte del sistema se pueden usar para comprobar la exactitud y
consistencia de las soluciones.

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Ejemplo 9.9 Balance de una central térmica.


Se desea balancear la central de va-
por que se describe en el croquis. La
central exporta 100000 Lb/hora de
vapor de 600 psi y envía otras 100000
Lb/hr a un proceso como vapor de ca-
lefacción. No retorna nada de con-
densado del proceso, lo que obliga a
introducir 200000 Lb/hora de agua
tratada (“agua agregada”). Esto no
resulta conveniente desde el punto de
vista económico, ya que lo ideal sería
poder retornar algo del condensado
de proceso para evitar el excesivo
consumo de agua tratada.
Se debe notar también que el circuito
se cierra en la caldera, a la que entra
la corriente A como agua de alimen-
tación de la misma, y sale la corriente
A como vapor vivo de 1500 psi.
Se desconocen las siguientes varia-
bles:

a) Entalpía de la corriente E, que resulta de la mezcla de la corriente de 600 psi y de la corriente que
sale de la turbina auxiliar.
b) El caudal de la corriente A.
c) El caudal de la corriente B.
d) El caudal de la corriente C.
e) El caudal de la corriente D.
f) El caudal de la corriente E.
Datos:
Se conocen las presiones de las líneas A, B, C, D y E, tal como se anotan en el croquis. Las entalpías en
las distintas condiciones son las siguientes.
Para la línea de 600 psi: HD = 1380 Btu/Lb. Para la línea que sale de la segunda turbina: H = 1300 Btu/Lb.
La entalpía del condensado (y del agua tratada que se agrega al condensado o “agua agregada”) es 68
Btu/Lb. La entalpía de la línea A en la salida del desaireador es HA = 218 Btu/Lb.
También se conocen los consumos de vapor para cada una de las dos turbinas, información que suminis-
tran los fabricantes. Así sabemos que la turbina principal entrega 20000 HP con una extracción de vapor de
media presión consumiendo 30 libras de vapor de media presión por hora y por HP producido, y que con-
sume 8 libras de vapor exhausto en la descarga por hora y por HP producido.
Solución
Planteamos los balances de masa y energía en cada uno de los nodos que relacionan incógnitas entre sí.
Para la turbina principal el balance de energía es:
B C
20000 = + (a)
30 8
Para la turbina principal el balance de masa es:
A=B+C (b)
Para la línea de 600 psi el balance de masa es:
B – D = 230000 (c)
Para la línea de 50 psi el balance de energía es:
HD×D + 1300×30000 = E×HE
Reemplazando la entalpía tenemos:
1380×D + 1300×30000 = E×HE (d)
Para la línea de 50 psi el balance de masa es:
D + 30000 = E (e)

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Para el desaireador el balance de energía es:


HE×E + 68(C + 200000) = 218×A (f)
Para el desaireador el balance de masa es:
A = E + C + 200000 (g)
Por lo tanto tenemos un total de 7 ecuaciones con 6 incógnitas. Además no hay ninguna ecuación que se
pueda descartar. Como este no es un sistema homogéneo, no se pueden aplicar los métodos conocidos
para resolver sistemas de ecuaciones lineales. De hecho, ni siquiera es un sistema lineal, porque en las
ecuaciones (d) y (f) aparecen dos incógnitas multiplicadas entre sí. Un sistema no lineal se puede resolver
por medio de un procedimiento de aproximaciones sucesivas, pero resulta mucho mas fácil resolver un sis-
tema lineal homogéneo. Para ello intentaremos resolver la no linealidad que se presenta en las ecuaciones
(d) y (f). Tomando las ecuaciones (d) y (f):
1380×D + 1300×30000 = E×HE
HE×E + 68(C + 200000) = 218×A
Combinando ambas obtenemos: 218×A – 68×C – 1380×D = 52600000
De este modo hemos eliminado la incógnita HE y una ecuación. Esto deja un total de 6 ecuaciones con 5 in-
cógnitas. Este sistema no es homogéneo. Para obtener un sistema homogéneo continuamos operando.
Si combinamos la última ecuación con la (b) obtenemos:
218(B + C) – 68×C – 1380×D = 52600000
Es decir, operando: 218×B + 150×C – 1380×D = 52600000
Si además reemplazamos A de la ecuación (b) en la ecuación (g) obtenemos:
B + C = E + C + 200000
Es decir, operando: B = E + 200000
Hemos disminuido en dos la cantidad de incógnitas y la cantidad de ecuaciones. Esto nos deja con un sis-
tema compuesto por 5 ecuaciones con 4 incógnitas. El sistema queda entonces:
B C
+ = 20000 (a')
30 8
B – D = 230000 (b')
D – E = –30000 (c')
218×B + 150×C – 1380×D = 52600000 (d')
B – E = 200000 (e')
Si tomamos la ecuación (b') y le restamos la ecuación (e') obtenemos la ecuación (c') lo que demuestra que
estas ecuaciones son linealmente dependientes y por lo tanto podemos eliminar las ecuaciones (c') y (e').
Tomando las ecuaciones (a'), (b') y (d') podemos formar otro sistema de tres ecuaciones con tres incógni-
tas. Las soluciones de este sistema son:
B = 240266, C = 95929, D = 10266 Lb/hr.
Con estos valores es posible obtener los valores de las demás incógnitas. De la ecuación (b) obtenemos: A
= B + C = 240266 + 95929 = 336195. De la ecuación (c) es: D = B – 230000 = 240266 – 230000 = 10266.
De la ecuación (e) obtenemos:
E = D + 30000 = 10266 + 30000 = 40266. Por último, de la ecuación (d) obtenemos:
1380 × D + 1300 × 30000
HE = = 1320 Btu/Lb.
E

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9.6 Generadores de vapor


Las calderas usadas en la industria, el comercio y el hogar son tan diversas en tamaño, capacidad y pres-
taciones que sería imposible describirlas a todas en el limitado espacio del que disponemos. Nos limitare-
mos a reseñar brevemente algunas de las calderas industriales, ya que incluso en este estrecho campo hay
muchísimos diseños distintos según las prestaciones. El siguiente croquis muestra las partes esenciales de
una caldera. Se han omitido las partes que pertenecen al horno, donde encontramos grandes diferencias
según el combustible usado.

El ingreso de agua se hace por la válvula V al cuerpo principal de la caldera, donde se establece un nivel
indicado por el tubo de nivel situado encima de la válvula. El vapor producido se recoge en el domo de va-
por, y sale regulado por la válvula R.
Esta disposición es muy elemental y no resulta apropiada para producir cantidades considerables de vapor,
o con altas presiones y temperaturas.
En las calderas modernas se reemplaza el calentamiento directo del cuerpo cilíndrico principal por calenta-
miento de tubos, con lo que se consigue mayor superficie de intercambio de calor, lo que mejora el rendi-
miento del calentamiento. En la mayor parte de los diseños el agua circula por el interior de los tubos, en lo
que se denomina caldera de tubos de agua. En cambio en otros tipos los tubos están insertos en el cuerpo
cilíndrico principal y el humo circula por su interior, como algunas calderas de locomotoras a vapor, llama-
das calderas de tubos de humo o también de tubos de fuego. El termotanque doméstico es un ejemplo, con
uno o varios tubos de humo.

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A continuación se observa un croquis de una caldera de tubos de humo conocida vulgarmente como “esco-
cesa”.

Las calderas de tubos de humo pueden operar a presiones de hasta 1850 psig (120 atm) pero por lo gene-
ral suelen operar a presiones menores de 1000 psig. Se adaptan bien a los servicios de recuperación de
calor a partir de corrientes de gases a presión. Pueden manejar corrientes que ensucian mucho, ya que la
limpieza del lado interno de los tubos de humo se puede hacer sin mayores dificultades, en tanto que la
limpieza del lado externo de los tubos en las calderas de tubos de agua siempre es problemática. Por lo
general suelen ser mas económicas que las de tubos de agua considerando el costo por unidad de peso,
especialmente en las unidades de menor tamaño. La elección entre el tipo de caldera de tubos de agua y
de tubos de humo depende de la presión del vapor generado, que a su vez depende del uso al que estará
destinado. Las calderas de tubos de humo se usan principalmente para generar agua caliente o vapor satu-
rado. Cuando el vapor tiene presiones que exceden las 600 a 700 psig (40 a 47 atmósferas manométricas)
el espesor de los tubos de humo es mucho mayor que el de los tubos de agua, por razones estructurales.
En los tipos de tubos de humo el tubo debe soportar una presión desde afuera hacia dentro mientras que
en los tubos de agua la presión actúa desde adentro hacia fuera, lo que requiere menor espesor de pared.
En consecuencia, el costo de la caldera aumenta significativamente, y las calderas de tubos de humo se
hacen antieconómicas para servicios de alta presión.
Las calderas de tubos de agua son mas flexi-
bles que las de tubos de humo, y mas apropia-
das para producir grandes cantidades de vapor.
El uso de tubos aletados en calderas de tubos
de agua produce equipos mas compactos, cosa
que es imposible en las calderas de tubos de
humo.
El croquis muestra el esquema de una caldera
de tubos de agua de tipo Babcock y Wilcox.
La circulación del agua en el interior de los tu-
bos se hace ayudada por la inclinación de los
mismos. A medida que se va calentando el agua
disminuye su densidad, y tiende a subir. Esto
produce un movimiento de la masa de agua que
asciende por los tubos inclinados, retorna por
los tubos superiores y vuelve a bajar, calentán-
dose mas en cada pasada hasta que se vapori-
za. Los tubos inclinados tienen un diámetro del
orden de 25 a 120 mm. Diámetros menores no
permitirían una adecuada circulación. La incli-
nación varía según los diseños y marcas.
La disposición de las calderas de tubos de agua
es la siguiente. Tienen un tambor de vapor si-
tuado en el nivel mas alto para recolectar el va-
por, y uno o mas cuerpos cilíndricos en el nivel
mas bajo que contienen agua líquida.

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Entre el o los cuerpos cilíndricos y el tambor de vapor corren los tubos de agua, que es donde se produce la
vaporización. Según la cantidad de cuerpos cilíndricos de agua podemos distinguir tres tipos o disposicio-
nes básicas: tipo O, tipo D y tipo A. El croquis muestra cuatro figuras que ilustran estos tipos.

En el tipo D los gases del quemador hacen un giro


de 180º y pasan a través de los tubos que pueden o
no incluir un recalentador. A continuación calientan
el economizador (que no se muestra en el croquis) que precalienta el agua antes del ingreso a la caldera.
En el tipo O el quemador está montado en la pared, y los gases del quemador hacen un giro de 180º para
atravesar el banco de tubos como vemos en la segunda figura superior. Alternativamente, atraviesan el
banco en línea recta sin giro de 180º, como vemos en la primer figura de abajo a la izquierda. En este últi-
mo caso, la caldera tiene mayor longitud debido a que el horno está en línea con el banco. Por último, en el
tipo A (figura inferior derecha) la disposición es similar a la inferior izquierda pero en vez de un cuerpo de
agua hay dos. Muchas calderas de tubos de agua tienen dos cuerpos inferiores y uno superior dispuestos
en triángulo aproximadamente equilátero o rectángulo, según la disposición tipo A y según la marca. El es-
quema siguiente muestra con algo mas de detalle la caldera de diseño Yarrow.

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Si bien los croquis que mostramos tienen tubos lisos, en muchos diseños se usan tubos aletados con lo que
se consigue un considerable aumento de la superficie de intercambio. Esta es otra ventaja de los diseños a
tubos de agua, ya que colocar aletas internas en tubos de humo resulta antieconómico.
Otros diseños para altas presiones
son las calderas monotubo. En este
tipo, no existe la división de la calde-
ra en cuerpos como en los casos an-
teriores. La caldera consiste en
esencia de un solo tubo que se desa-
rrolla ocupando todo el espacio útil
del horno. Esto permite operar la cal-
dera a presiones elevadas con altas
velocidades de circulación de agua y
vapor, lo que permite obtener un ma-
yor intercambio de calor. Una caldera
monotubo puede producir mas de 40
Kg de vapor por hora y por metro
cuadrado de superficie de tubo. Las
velocidades del agua son del orden
de 1.5 a 3 m/seg en la zona de pre-
calentamiento, de 5 a 18 m/seg en la
zona de vaporización y de 20 a 50
m/seg en la zona del sobrecalenta-
dor. Se puede mejorar aún mas el
rendimiento del generador si se ob-
tienen altas velocidades de los gases del horno. Con velocidades de los gases del orden de 40 a 50 m/seg
aumenta el coeficiente de transferencia de calor y en consecuencia disminuye el tamaño del equipo.
En muchas aplicaciones se usan combustibles de bajo poder calorífico por razones económicas. Por ejem-
plo, algunas calderas queman residuos orgánicos como cáscara de girasol, astillas de madera, etc. Las cal-
deras de lecho fluidizado son ideales para quemar este tipo de material. En el croquis observamos una ins-
talación completa con horno de lecho fluidizado. Un lecho fluidizado es un sistema en el que los sólidos se
suspenden en el seno de una corriente ascendente de aire, lo que suele conocerse como fluidización.

El ahorro de energía mediante la combustión de residuos tiene muchos atractivos y algunos peligros. Los
residuos altamente peligrosos por lo general no se pueden quemar en este tipo de hornos porque las emi-
siones son contaminantes, y además la legislación establece normas que no permiten su empleo como
combustibles. Ciertos residuos de baja o mediana peligrosidad se pueden quemar pero algunos pueden
emitir sustancias contaminantes. Entre ellas se encuentran: el ácido clorhídrico que se produce durante la
combustión de algunas sustancias orgánicas que contienen cloro como el PVC; el ácido bromhídrico produ-
cido en la combustión de algunas sustancias orgánicas que contienen bromo; el ácido nítrico y los ácidos
sulfuroso y sulfúrico, así como los óxidos de nitrógeno y de azufre.

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El grado de complejidad de una instalación de gran porte como la que vemos en la figura anterior puede ser
considerable. El tamaño y la inercia que tienen las hace difíciles de manejar, particularmente en los tipos
mas modernos, por lo que los controles informatizados son imprescindibles.

9.7 Combustión
La combustión es una reacción de oxidación muy rápida que libera gran cantidad de calor. Siempre ocurre
a presión constante. La cantidad de energía liberada es:
δQ P = dU + P dV = dU + P dV + V dP = dU + P d (PV ) = dH ⇒
QP = H 2 − H 1
Donde: H2 = entalpía de los elementos o sustancias antes de la reacción, y H1 = entalpía de los elementos o
sustancias después de la reacción. Llamando ∆H a la diferencia de entalpías, ∆H = H2 – H1. Si ∆H < 0 la
reacción libera calor (es exotérmica), si ∆H > 0 la reacción consume calor, es endotérmica. Ver el apartado
4.6 del capítulo 4 para mas detalles referentes al calor de reacción que son aplicables a este caso.
La reacción química de combustión completa de una sustancia genérica compuesta por carbono e hidróge-
no se puede representar por la siguiente ecuación.
4m + n n
Cm H n + O2 → m CO 2 + H 2 O (9-33)
4 2
Esta relación demuestra que un mol de metano requiere dos moles de oxígeno para la combustión comple-
ta produciendo un mol de dióxido de carbono y dos moles de vapor de agua–a menos que supongamos que
los productos gaseosos de la combustión se enfrían hasta la temperatura ambiente, en cuyo caso el agua
será líquida.
De todas las variables de diseño que influyen en los fenómenos de combustión hay dos que impactan en
mayor medida: el combustible y el diseño del horno de la caldera.
Los combustibles usados pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos. El tipo de combustible depende en gran
medida del consumo y de la disponibilidad en el lugar. También condicionan la elección las disposiciones
estatales referentes a niveles y calidades tolerables de contaminación emitida en los humos.
Los combustibles sólidos naturales son los carbones, la leña y los residuos tales como astillas de madera,
cáscara de girasol, etc. La mayor parte de estos combustibles son inclasificables. Se puede intentar una
clasificación de los carbones, según el grado de mineralización alcanzada en el proceso natural que genera
el carbón, llamado carbonización. Se los suele clasificar a grandes rasgos en cinco tipos. A pesar de ello es
difícil establecer los límites que separan una clase de otra, debido a que no es una clasificación basada en
una escala cuantitativa sino en propiedades mas o menos difíciles de precisar. Los cinco tipos son, de ma-
yor a menor antigüedad: la turba, el lignito, la hulla, la antracita y el grafito. Este último no se usa como
combustible debido a que tiene mas valor como material para la fabricación de electrodos y otros usos di-
versos. La calidad (medida desde el punto de vista de su poder calorífico) de estos tipos de carbón aumen-
ta a medida que avanzamos en su antigüedad; así la turba tiene un bajo poder calorífico (similar al de la
madera), siendo mayor el del lignito, y así sucesivamente. De todos los tipos de carbón natural se puede
obtener el coque o carbón artificial, que no es muy usado como combustible sino en metalurgia del hierro.
El principal contaminante del carbón es el azufre. No solo es un contaminante muy perjudicial cuando se
emite como anhídrido sulfuroso en los humos, sino que perjudica el horno. El anhídrido sulfuroso es conver-
tido en la atmósfera en anhídrido sulfúrico, que es el principal causante de la lluvia ácida, un fenómeno su-
mamente destructivo para la ecología.
Los combustibles líquidos se obtienen a partir del petróleo. Este es una mezcla de muchos hidrocarburos
cuya composición depende de su origen. Los procesos de rectificación y refinación separan estos hidrocar-
buros en fracciones o cortes que tienen nombres de uso cotidiano tales como nafta o gasolina, fuel oil, etc.
Las naftas por lo general no se usan como combustible industrial debido a su costo. El gas oil es un corte
de la destilación del petróleo situado por su curva de puntos de ebullición entre el keroseno y los aceites lu-
bricantes. Es un combustible de mejor calidad que el fuel oil. Se denomina fuel oil a la fracción mas liviana
de los cortes pesados situados en la cola de la destilación directa. Se trata de un producto bastante visco-
so, de baja calidad por su mayor contenido de azufre y difícil de manejar debido a su elevada viscosidad.
Los combustibles gaseosos provienen casi exclusivamente de pozos naturales, aunque en lugares ricos en
carbón también se pueden obtener por gasificación de la hulla. Este no es el caso de la Argentina, que es
un país rico en gas natural y pobre en carbón. Su composición varía con el origen, pero siempre contiene
los hidrocarburos más livianos, nitrógeno, vapor de agua, muy poco azufre y trazas de otros elementos. En
lo sucesivo hablaremos del gas como sinónimo de gas de pozo, es decir proveniente de yacimientos. El gas
se suele clasificar en gas natural y gas licuado de petróleo (GLP). También se clasifican en base al número
de Wobbe, que es un valor dimensional que se define como sigue.

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ρa
N Wo = ∆H f (9-34)
ρc
Donde: ∆Hf = poder calorífico superior (calor de reacción de la combustión); ρa = densidad del aire; ρc = den-
sidad del combustible. El número de Wobbe depende de las unidades usadas para ∆Hf y tiene sus mismas
3
unidades, dado que el cociente de densidades es adimensional. Si ∆Hf se expresa en MJ/m se obtienen los
siguientes valores.
• Para gas combustible sintético: 20 < NWo < 30.
• Para gas natural: 40 < NWo < 55.
• Para GLP: 75 < NWo < 90.
En la actualidad se tiende a usar combustibles gaseosos por su menor cantidad de impurezas. El gas natu-
ral se puede considerar integrado casi exclusivamente por metano, que se quema totalmente para dar agua
y anhídrido carbónico. Si se usa un combustible sólido o impurificado con otros elementos se corre el peli-
gro de incluir cantidades significativas de sustancias contaminantes en los gases de la chimenea.
Un contaminante muy peligroso que no forma parte del combustible sino que se produce durante la com-
bustión es el monóxido de carbono. En un horno bien diseñado y correctamente operado se puede dismi-
nuir la emisión de monóxido de carbono al mínimo, usando un exceso de aire con respecto a la cantidad
teórica. La reacción de oxidación del monóxido de carbono para dar dióxido de carbono se ve favorecida
por la presencia de una abundante cantidad de oxígeno, que se obtiene mediante un exceso de aire.
Otros contaminantes riesgosos y prohibidos por muchas legislaciones ambientales son los óxidos de nitró-
geno, que producen ácido nítrico en la atmósfera. Los óxidos de nitrógeno se suelen simbolizar con la fór-
mula química NOx donde x es un real igual a 1, 1.5 o 2.5. La mayor parte de las leyes de protección ambien-
tal limitan las emisiones de monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno. En un horno bien diseñado y ope-
rado pueden estar en niveles de 150 a 300 ppm en volumen de CO y de 30 a 80 ppm en peso de NOx.
Algunas legislaciones prohíben la emisión de gases con un contenido de NOx mayor de 9 ppm en volumen.
En la actualidad los hornos no se construyen con paredes de refractario. El típico horno con paredes de re-
fractario ha pasado a ser cosa que sólo se observa en instalaciones muy grandes, pero la mayor parte de
las calderas pequeñas y medianas se construyen con paredes metálicas. En este tipo de horno las paredes
metálicas tienen una membrana fina también metálica soldada a una distancia muy pequeña y por la parte
interna de la chapa mas gruesa que actúa como respaldo y le da solidez estructural al conjunto. En el espa-
cio que queda entre la membrana y la chapa se hace circular agua, que se precalienta antes de entrar a la
caldera. De este modo se enfrían las paredes del horno, y se recupera el calor que en las paredes revesti-
das con refractario lo atraviesa y se pierde en el exterior. Un horno construido con paredes metálicas de
membrana enfriada con agua tiene todas las paredes, techo y piso revestidos con metal, es decir, no tiene
refractario. De este modo la expansión del conjunto es uniforme, y la llama queda completamente incluida
en una caja cerrada con una sola entrada y una sola salida: la chimenea. Todo el conjunto es prácticamente
hermético, cosa difícil o imposible de lograr con el revestimiento refractario.
Este sistema además de ser mas racional y aprovechar mejor el calor tiene otras ventajas. El refractario
tiende a deteriorarse con el tiempo. Por efecto de las dilataciones y contracciones térmicas se quiebra, pier-
de capacidad aislante y se debilita, de modo que periódicamente es necesario parar con el objeto de hacer
reparaciones, que no son baratas desde el punto de vista del costo de parada ni del costo de reparación.
En cambio una pared metálica de membrana enfriada con agua no requiere reparaciones ya que es prácti-
camente inalterable. Los arranques en frío son mucho mas rápidos debido a que no existe la inercia térmica
del refractario. Por otra parte, también tiene influencia en el nivel de emisiones contaminantes, particular-
mente en el nivel de NOx. En un horno a gas natural, el exceso de aire típico es del orden del 5 al 15% ope-
rando a presiones moderadas, del orden de 30 a 40 pulgadas de agua, y con alta recirculación de los
humos. Esto permite bajar considerablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno y monóxido de carbo-
no. Pero la mayor parte de los óxidos de nitrógeno se forman en una zona de la llama bastante cercana al
quemador. Si el horno está revestido con refractario, la re irradiación que este produce levanta la tempera-
tura de esa zona de la llama y esto aumenta la proporción de óxidos de nitrógeno.
Los fenómenos de combustión son muy complejos y no podemos estudiarlos en detalle por razones de es-
pacio. En la combustión intervienen factores que tienen que ver con la cinética de las diversas reacciones
químicas que se producen, que por sí solos merecen un tratamiento detallado y extenso. Además hay facto-
res aerodinámicos que tienen una gran importancia, de modo que en beneficio de la brevedad solo mencio-
naremos algunos.
La combustión de una mezcla puede ser casi instantánea, sin propagación de llamas, como ocurre en las
explosiones, o lenta con propagación de llamas. Una explosión se caracteriza porque los gases producidos
por la combustión se desplazan con gran rapidez en todas direcciones formando una onda esférica de cho-
que. Según sea la velocidad de esa onda de choque se clasifica las explosiones en deflagraciones y deto-
naciones. Una deflagración produce una onda de choque subsónica, es decir, que se desplaza a menor ve-

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locidad que el sonido. En cambio una detonación produce una onda de choque supersónica, que se des-
plaza a mayor velocidad que el sonido: de 1500 a 2500 m/seg.
La combustión con llama es un fenómeno dinámico en el que influyen muchas variables: la composición y
estado físico del combustible, la temperatura, la presión, la existencia o ausencia de elementos metálicos
capaces de disipar el calor en las vecindades de la llama, y otros factores. Según los valores que toman es-
tas variables se puede producir una combustión estable, una deflagración o una detonación. Por ejemplo, la
pólvora de un cartucho puede estar vencida (se ha degradado por vejez) o húmeda, o no tener la debida
granulometría; en cualquiera de estos casos la combustión es defectuosa y el disparo no se produce
correctamente, o directamente falla la ignición, no hay detonación.
En las aplicaciones que nos interesan en este capítulo tiene particular interés definir las condiciones que
conducen a una combustión estable con llama, ya que se debe evitar una explosión. La llama debe ser es-
table para que no exista el riesgo de que se corte espontáneamente. Si la llama se corta hay peligro de que
haya una explosión, que puede ser muy dañina. La estabilización de la llama puede ser aerodinámica, tér-
mica o química. De ellas probablemente la mas importante sea la estabilización aerodinámica.
Cuando la velocidad de llegada del combustible al quemador es igual a la velocidad con que se aleja la lla-
ma del quemador se dice que es aerodinámicamente estable, o que está anclada al quemador.
Supongamos que la combustión se produce en la boca de un tubo ver-
tical del cual sale el combustible hacia una atmósfera normal. Como el
combustible llena totalmente el tubo, la mezcla con el aire comienza en
la boca del quemador. Si el caudal de combustible es insuficiente, no
llena totalmente el tubo y la llama se puede producir en el interior del
mismo. El tubo se recalienta, lo que puede ser perjudicial. A partir de
ese punto se produce la llama, que podemos dividir en dos zonas. La
zona mas cercana a la boca del quemador es llamada llama de pre-
mezcla o zona reductora, en tanto que la mas alejada se denomina
llama de difusión o zona oxidante.
En el croquis vemos las dos zonas diferenciadas. A medida que nos
alejamos de la boca del quemador aumenta la velocidad de los gases
por el aumento de temperatura que produce una expansión. Como
consecuencia de ello la densidad disminuye, lo que genera una fuerza
ascensional (el tiraje) y la forma del perfil de velocidades, que era casi
plano en el interior del tubo, se hace mas parabólico a medida que nos
alejamos de la boca del mismo, debido al rozamiento con las zonas
periféricas, mas frías y que se mueven mas lentamente. Además inter-
vienen otros fenómenos que complican el análisis, como ser la con-
ducción de calor desde la llama hacia sus adyacencias, la difusión de
masa desde la periferia hacia el interior de la llama y viceversa, etc.
Si la velocidad de propagación de la llama fuese mayor que la veloci-
dad de salida del gas, esta se mueve en dirección aguas arriba y se
mete en el tubo (rechupe de la llama). En cambio si la velocidad de
propagación de la llama es menor que la de salida del gas esta se ale-
ja de la boca de salida y termina por cortarse, es decir, se apaga. Para
que quede anclada al quemador es preciso que ambas velocidades
sean iguales. En los quemadores industriales es prácticamente impo-
sible usar este mecanismo para estabilizar la llama, porque debido a la
necesidad de generar grandes cantidades de calor se usan velocidades de combustible muy altas. Si se tra-
ta de estabilizar la llama solo por medios dinámicos resulta un fracaso porque se apaga. Entonces se debe
recurrir a otros medios, como la estabilización mecánica o térmica. En esencia la estabilización mecánica
consiste en dirigir la llama, obligarla a recircular o disminuir su energía cinética introduciendo obstáculos y
elementos que la obliguen a efectuar cambios de dirección. Esto equivale a disminuir su velocidad y mante-
nerla confinada en un espacio limitado para evitar que se desprenda del quemador. La estabilización térmi-
ca consiste en someter a la llama a una radiación térmica que le agrega energía extra, de modo de com-
pensar la que pierde por convección hacia el medio comparativamente mas frío que la rodea. Esto permite
disminuir las corrientes convectivas que disipan energía y contribuyen a desestabilizar la llama. Un ejemplo
de estabilización mecánica y térmica lo constituye la malla metálica que se observa en algunas estufas de
pantalla a gas. Esta malla tiene la función de frenar el gas de modo que su velocidad no sea mucho mayor
que la de propagación de la llama lo que constituye una estabilización mecánica, pero además está a muy
alta temperatura de modo que irradia hacia la llama y la estabiliza térmicamente.
Se denomina punto de ignición o temperatura de ignición a la temperatura a la que se produce la llama sus-
tentable. En la mayoría de los casos es un valor que depende del estado de las superficies con las que está

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en contacto el combustible. Por ejemplo el hidrógeno se inflama a menor temperatura cuando se pone en
contacto con esponja de platino, que actúa como un catalizador disminuyendo la energía de activación de la
molécula de hidrógeno. La mayor parte de los gases combustibles están formados por hidrocarburos que
tienen temperaturas de ignición superiores a los 500 ºC, disminuyendo con el peso molecular. Los com-
puestos oxigenados se caracterizan por tener temperaturas de ignición menores que los hidrocarburos. La
siguiente tabla proporciona algunos valores, y se pueden encontrar tablas muy completas, notablemente la
del Servicio de Guardacostas de los EU o las de la NFPA.
TEMPERATURAS DE IGNICIÓN DE COMBUSTIBLES EN EL AIRE
COMBUSTIBLE T ºC COMBUSTIBLE T ºC
Polvo de carbón 160–190 Coque blando 420–500
Turba (seca al aire) 225–280 Coque duro 500–600
Lignito 250-450 Alquitrán de hulla 550–650
Madera (seca) 300-350 Keroseno 250–290
Hulla 320-450 Gas-oil 330–430
Antracita. 450-500 Fuel-oil 400–450
En los combustibles líquidos a menudo se usa un concepto algo diferente: el llamado punto de inflamación
que a menudo es de 20 a 50 ºC mas bajo que el punto de ignición. El punto de inflamación es la temperatu-
ra a la que se inflama la superficie del combustible cuando se pone en contacto con una llama pero la com-
bustión no se mantiene una vez que se retira la llama. Este dato es muy importante. Cuanto mas bajo sea,
tanto mayor es el riesgo de incendio y explosión en el almacenamiento y manipulación de sustancias infla-
mables. Se debe consultar la norma NFPA 30 para las condiciones de seguridad en el manejo.
LÍMITES DE INFLAMABILIDAD Y TEMPERATURAS DE IGNICIÓN DE COMBUSTIBLES EN EL AIRE
COMBUSTIBLE EN LA MEZCLA, VOL %
COMBUSTIBLE Límite inferior Mezcla Límite superior Temperatura
de estequio- de de
inflamabilidad métrica inflamabilidad ignición
Hidrógeno 4,1–10 29,6 60–80 585
Hidrógeno (con O2) 4,4–11,1 66,6 90,8-96,7 585
Monóxido de carbono 12,5–16,7 29,6 70–80 650
Metano 5,3–6,2 9,5 11,9–15,4 650–750
Etano 2,5–4,2 5,7 9,5–10,7 520–630
Etileno 3,3–5,7 6,5 13,5–25,6 545
Acetileno 1,5–3,4 7,7 46–82 425
Etanol 2,6–4,0 6,5 12,3–13,6 350 (en O2)
Éter etílico 1,6–2,7 3,4 6,9–7,7 400 (en O2)
Benceno 1,3–2,7 2,7 6,3–7,7 570 (en O2)
Gasolina 1,4–2,4 – 4. 0–5,0 415 (en O2)

9.7.1 Calor de combustión. Poder calorífico de un combustible


Se denomina calor de combustión al calor que produce la combustión de la unidad de masa del combustible
al quemarse totalmente. Normalmente los combustibles que se usan contienen hidrógeno, que al quemarse
produce agua. Si el agua producida está como vapor al medirse el poder calorífico, se los denomina poder
calorífico inferior: PCI (o en inglés LHV) y si está como líquido se lo llama poder calorífico superior: PCS, o
en inglés HHV. Este último es mayor que el otro porque el vapor al condensarse entrega una cantidad de
calor dada por el calor latente de condensación, algo mas de 600 Kcal/Kg. En la gran mayoría de los casos
de interés práctico las temperaturas son tan altas que no se puede condensar vapor y se usa el poder calo-
rífico inferior. Damos una tabla con los calores de combustión de algunos combustibles usuales.
Calores de Combustión ∆H298°K (Kcal/Kmol)
Carbono 94.052 n-CnH2n+2 gas 57.909 + 157.443×n
Hidrógeno a H2O vapor 57.798 n-CnH2n+2 líquido 57.430 + 156.236×n
Hidrógeno a H2O líquida 68.317 n-CnH2n+2 sólido 21.900 + 157.000×n
Monóxido de Carbono 67.636 Benceno líquido 781.0
Metano 212.79 Ciclohexano líquido 936.4
Acetileno 310.6 Tolueno líquido 934.5
Etano 372.8 Xileno líquido 1088.0
Propano 530.8 Metanol líquido 173.6
n-Butano 687.9 Etanol líquido 326.66
n-Pentano 845.3 Éter etílico líquido 651.7

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Nota: CnH2n+2 significa un hidrocarburo saturado (es decir, parafínico) con n = de 5 a 20. En cuanto a la pri-
mera “n” que se antepone a la fórmula significa “normal”, esto es, de cadena recta. Si bien los valores son
positivos en esta tabla, se debe entender que por convención todos tienen signo negativo.
Para una gran cantidad de combustibles líquidos derivados del petróleo se puede calcular el poder calorífi-
co en Kcal/Kg mediante las siguientes ecuaciones.
PCItotal = 85.6 + 179.7×H% – 63.9×S% (9-35)
PCIneto =85.6 + 127×H% – 63.9×S% (9-36)
También se puede obtener de la siguiente gráfica con una exactitud del 1%.

3
Se debe recordar que la densidad relativa es numéricamente igual a la densidad expresada en gr/cm . Para
3
obtener el poder calorífico en KJ/m se debe multiplicar por 278.7163.
El combustible líquido derivado del petróleo mas usado en los hornos industriales es el llamado Fuel oil #1 o
#2, que es una denominación norteamericana que proviene de la norma ASTM D 396. Consultar la norma
mencionada, o la tabla 9-9 del “Manual del Ingeniero Químico” de Perry. Los combustibles de clase #4 o #5
se consideran normalmente pesados, y a veces se los denomina impropiamente como “tipo bunker oil”
mientras que los mas livianos se suelen clasificar como “combustibles para aviones” del tipo JP4 y simila-
res, también llamado “querosén blanco”. El combustible que llamamos querosén, que se podría clasificar
como un combustible mas liviano que el fuel oil #1, no es considerado por la norma ASTM D 396, debido a
que en los Estados Unidos está normado por una legislación federal. Tampoco se incluyen los combustibles
usados para motores diesel, que en nuestro medio se denominan gas oil.
Los combustibles pesados tipo “bunker oil” se usan en motores marinos, y constituyen una clase mas pesa-
da que el fuel oil #6. Los quemadores que usan este tipo de combustible, mas barato que los combustibles

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livianos, requieren un diseño especial y tienen mas problemas para el arranque, particularmente en climas
fríos, debido a la viscosidad elevada que los caracteriza. Los denominados “bunker A” corresponden
aproximadamente al fuel oil #5 y “bunker B o C” al #6 o mas pesado.
En el caso de los combustibles gaseosos se acostumbra informar el PCI en Kcal/m3 donde el volumen está
medido en condiciones normales es decir a 18 ºC y 1 ata. La siguiente tabla proporciona algunos valores.
Calor de combustión de componentes gaseosos a 18º C
GAS Kcal/mol Kcal/m3
H2 Superior 68.3 2860
Inferior 57.8 2420
CO 67.4 2750
CH4 Superior 212.8 8910
Inferior 191.8 8035
C2H2 Superior 310.6 13020
Inferior 300.1 12580
CaHb Superior 98.2×a + 28.2×b + 28.8 4115×a + 1180×b + 1210
Inferior 98.2×a + 23×b + 28.8 4115×a + 960×b + 1210
Se han determinado los valores de poder calorífico para gran cantidad de combustibles, que se encuentran
tabulados en manuales y textos, pero si no se conoce es posible estimarlo conociendo la composición quí-
mica del combustible. Este puede ser sólido, líquido o gaseoso pero siempre contiene C, H, O, S y hume-
dad. Llamamos C%, H%, O% y S% a la composición centesimal del combustible (en peso) de los compo-
nentes carbono, hidrógeno, oxígeno y azufre. Además contiene humedad cuya proporción es Hum%.
Puesto que 1 Kg de carbono produce 8100 Kcal, 1 Kg de hidrógeno produce 28750 Kcal y 1 Kg de azufre
produce 2500 Kcal no es difícil calcular el calor producido por la combustión de 1 Kg de combustible. Ade-
más, para evaporar 1 Kg de agua (humedad) se consumen aproximadamente 600 Kcal. Por otra parte hay
que tener en cuenta el oxígeno que puede contener el combustible, que se debe considerar combinado con
parte del hidrógeno de modo que hay que restarlo del hidrógeno total presente. Dado que 1 g de hidrógeno
se combina con 8 g de oxígeno tenemos una simple regla de tres:
1 g H ––– 8 g O
x –––– O% ⇒ x = O%/8
Esto es lo que hay que restar al hidrógeno. Por lo tanto el poder calorífico inferior es:
 O% 
PCI = 8100 × C% + 28750  H% −  + 2500 × S% − 600 × Hum% (9-36)
 8 

9.7.2 Aire necesario para la combustión


Sea un combustible de composición conocida, que se quema totalmente. Suponiendo que no haya aire en
exceso, vamos a calcular la cantidad de aire necesaria. Para quemar 1 Kg de carbono se requieren 32 Kg
de oxígeno según la ecuación:
C + O2 → CO2
Pesos moleculares: 12 32 40
Por lo tanto para 1 Kg de carbono se requieren 32/12 Kg de oxígeno.

Para el hidrógeno la ecuación es:


H2 + O → H2O
Pesos moleculares: 2 16 18
Por lo tanto para 1 Kg de hidrógeno se requieren 16/2 = 8 Kg de oxígeno.
Si el combustible contiene oxígeno, parte del hidrógeno se combina con el oxígeno por lo que a la cantidad
de oxígeno necesaria para combinarse con el hidrógeno hay que restarle la octava parte del % de oxígeno
presente en el combustible. Si el combustible contiene azufre, como para quemar 32 g de S se necesitan 32
g de oxígeno, para 1 Kg de S se necesita 1 Kg de oxígeno. La masa teórica de oxígeno necesario será:
32 16  O% 
C% +  H% −  + S% = 2.6666 × C% + 8 × H% − O% + S% (9-37)
12 2  8 
Como el aire contiene 23.1% de oxígeno en peso, para 1 Kg de combustible se necesita una masa teórica
de aire:
1
Mt = [2.6666 × C% + 8 × H% − O% + S%] = 11.59 × C% + 18.5 × H% + 4.33 × (S% − O%)
0.231

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La gráfica adjunta permite estimar la masa de aire, en Kg de aire por Kg de combustible para algunos com-
bustibles sólidos en función del contenido de CO2.

Puesto que la densidad del aire a 15 °C y 1 atm es 1.225 se deduce que el volumen teórico del aire necesa-
rio para quemar 1 Kg de combustible es:
1
Vt = [11.59 × C% + 18.5 × H% + 4.33 × (S% − O%)] (9-38)
1.225
En realidad para asegurar una combustión completa es preciso contar con abundancia de oxígeno, lo que
significa que se requiere un exceso de aire. Sea el exceso de aire e (en tantos por uno). La masa de aire
real es:
(
Mreal = Mt + e × M t = M t 1 + e) (9-39)
El valor de e depende de la naturaleza y composición del combustible, del diseño del horno y de la eficacia
de los quemadores. Para carbón o lignito en bruto el valor de e va de 70 a 80% y puede llegar a 100%; en
condiciones especialmente buenas es de 60%. Con fuel oil, gas oil y otros combustibles líquidos pesados
va del 40 a 50% o mas. Con gas o carbón pulverizado e está en el 30-40% y en condiciones muy favorables
es de 15-20%. El valor de e para cada combustible y estado operativo del horno se puede obtener de un
análisis del gas a la salida de la cámara de combustión. Es fácil ver que el elemento de juicio mas importan-
te es el CO2, porque la reacción que corresponde a la combustión del monóxido de carbono es:
1
CO + O 2 ↔ CO 2 + Q
2
Esta reacción es reversible, por lo que para asegurar una combustión completa del monóxido de carbono
es necesario asegurar exceso de oxígeno. Por lo tanto el exceso de aire y el contenido de dióxido de car-
bono están directamente relacionados.
El volumen parcial del CO2 producido ocupa el mismo espacio que el volumen parcial del oxígeno en el aire.
El porcentaje en volumen del oxígeno del aire es 20.9%. Si el gas a la salida del horno tuviese 20.9% de
CO2 eso significaría que el oxígeno se combinó totalmente con el carbono para dar CO2. Nótese que este
porcentaje de CO2 no toma en cuenta la variación de volumen del aire por efecto de otros gases producidos
por la combustión, o sea que se calcula sobre la base de aire que entra y no sobre el humo a la salida. Si el

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porcentaje en volumen de CO2 es menor de 20.9% y no hay monóxido de carbono (o sea que la combustión
fue completa) sólo se puede deber a que el CO2 está diluido por un exceso de aire.
Siendo %CO2 el porcentaje de CO2 en volumen en el humo, está en la misma relación con 0.209 como 1
con (1 + e), es decir:
%CO 2 1 0.209
= ⇒ 1+ e =
0.209 1 + e %CO 2
Si tomamos en cuenta que el combustible casi siempre contiene hidrógeno, como 12 Kg de carbono se
combinan con 32 Kg de oxígeno, mientras que 4 Kg de hidrógeno se combinan con igual cantidad (32 Kg
de oxígeno) formando dos volúmenes de vapor de agua, se encuentra mediante simples reglas de tres que
el volumen de oxígeno que se combina con el hidrógeno es tres veces mayor por unidad de peso que el
que se combina con el carbono:
12 g C –––––– 32 g O2 24 g H2 –––––––– 32 g O2
1 g C –––––– x = 32/12 = 8/3 1 g H2 ––––––––– x = 8
Como el volumen de oxígeno combinado con el carbono es igual (en %) al porcentaje de CO2 en volumen
en el humo, que llamamos %CO2, el volumen combinado con el hidrógeno es:
H%
%CO 2 × 3
C%
H% y C% son los porcentajes en peso de hidrógeno y carbono en el combustible. Para los hidrocarburos
parafínicos gaseosos de fórmula general CnH2n+2 el valor de H% está en el orden de15%, y por supuesto el
C% vale alrededor de 75%. De tal modo para estos combustibles la relación H%/C% vale aproximadamente
0.2. En los hidrocarburos líquidos la relación H%/C% es mas baja, del orden de 1/6, o sea 0.17. En los
combustibles sólidos esta relación varía ampliamente según la clase, desde 0.12 hasta 0.007.
El volumen de oxígeno combinado con el carbono y el hidrógeno es:
H%  H% 
%CO 2 + %CO 2 × 3 = %CO 2 1 + 3 
C%  C% 
Ahora, el volumen total de oxígeno consumido dividido el volumen de aire que interviene en la combustión
(Vc) es igual al volumen de oxígeno que contiene el aire dividido por el volumen total de aire.
 H% 
%CO 2 1 + 3 
 C%  0.209  H%  0.209 × Vc 0.209 0.209 0.209
= ⇒ %CO 2 1 + 3 = = = = ⇒
Vc Vt  C%  Vt Vt Vc + e × Vc 1+ e
Vc V c

 H%  0.209
⇒ %CO 2 1 + 3 =
 C%  1 + e
Aquí debemos volver a recalcar que %CO2 identifica al porcentaje de CO2 calculado en base al aire que en-
tra al horno. En la práctica, como el análisis se hace sobre el humo, resulta útil determinar e con ese dato.
Luego de operar resulta:
H%
1+ 3 %CO 2 "
0.209 C% 3.76 × O% O%
1+ e = e= e=
%CO 2 " H% 100 − %CO 2 " − 4.76 × O% 0.266 × N% − O%
1+ 3
C%
100 − (100 − %CO 2 " ) F O% × (4.76 − F)
1+ e = e= (9-40)
4.76 × %CO 2 " 100 − 4.76 × O%
H%
Donde: F = C%
H%
+4
C%
%CO2" es el porcentaje de CO2 en volumen en los humos. O% es el porcentaje de O2 en volumen en los
humos y N% es el porcentaje de N2 en volumen en los humos. H% y C% son los porcentajes en peso de C
y de H en el combustible. El análisis de los humos que emite el horno se hacía primitivamente con el apara-

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to volumétrico de Orsat. Por tradición, se suele llamar al resultado del análisis de humos el “análisis de Or-
sat” aunque el equipo usado hoy en día tenga otro fundamento.

9.7.3 Temperatura teórica de llama


La temperatura teórica de llama es una variable ficticia pero cómoda en un análisis idealizado, que no se
puede medir en las combustiones reales debido a que en la práctica existe una serie de comportamientos
no ideales y a que la combustión no es adiabática. También se conoce esta variable como temperatura
adiabática de llama.
Si suponemos que la combustión es completa y adiabática y que se inicia a temperatura ambiente, el calor
liberado por la combustión eleva la temperatura hasta un valor al que llamamos temperatura teórica de lla-
ma o temperatura adiabática de llama.
Puesto que una combustión no puede violar el Primer Principio de la Termodinámica, asumiendo que esta
ocurre en un recinto cerrado y a presión constante obtenemos de la ecuación (3-7"):
Q = ∆H − W ⇒ ∆H = Q + W
Como el sistema no produce trabajo mecánico y la reacción es adiabática, tanto Q como W son nulos, y de
ello resulta que ∆H también vale cero. De ello se deduce que la entalpía de los productos es igual a la de
los reactivos. Pero recordemos que los reactivos se encuentran a la temperatura inicial, que es la atmosféri-
ca, mientras que los productos se encuentran a la temperatura adiabática de llama. Llamando T* a la tem-
peratura teórica de llama tenemos:
∆H = 0 ⇒ H r,T0 = H p,T*
Pero por definición el calor de la reacción de combustión es la diferencia de las entalpías de los reactivos y
los productos. Entonces tenemos que el calor de combustión es:
− ∆H Ro = H r,T0 − H p,T0 (9-41)
Si despejamos la entalpía de los reactivos a la temperatura ambiente y la reemplazamos en la ecuación an-
terior obtenemos:
− ∆H Ro + H p,T0 = H p,T* ⇒ − ∆H Ro + H p,T0 − H p,T * = 0
La entalpía de los productos de la combustión se puede calcular si conocemos su caudal de masa y calor
específico, de donde se puede obtener fácilmente la temperatura adiabática de llama. Reemplazando en la
igualdad anterior obtenemos:
∆H Ro
( )
− ∆H Ro + m& p Cp p T0 − T * = 0 ⇒ T * = T0 −
m& p Cp p
Si no se conoce el calor de combustión se puede reemplazar por el PCI del combustible.
Otra manera de plantear las cosas para poder calcular la temperatura teórica o adiabática de llama es la si-
guiente. Si se hace un balance de energía entre la cámara de combustión y el exterior con intercambio de
calor Q en estado estacionario tenemos la siguiente igualdad.
Q& g = Q& i + H& r,T0 − H& p,T * ⇒ Q& g − Q& i + H& p,T * − H& r,T0 = 0
Podemos simplificar esta ecuación si asumimos despreciable el calor intercambiado con el medio, obte-
niendo:
Q& g + H& p,T* − H& r,T0 = 0
Esta es esencialmente la misma igualdad (9-41). Puesto que el calor generado por combustión por unidad
de tiempo es el PCI del combustible multiplicado por el caudal másico de combustible, obtenemos:
( ) (
− m& comb × PCI+ m& p Cp p (TS − T0 ) − m& aire Cp aire T * − T0 − m& comb Cp comb T * − T0 = 0 )
Despreciando la contribución del combustible en los reactivos cuando la relación aire/combustible es eleva-
da (lo que es muy común) tenemos:
( )
− m& comb × PCI+ m& p Cp p T * − T0 − m& aire Cp aire (Te − T0 ) = 0 (9-42)
En esta ecuación el caudal de masa de los productos se puede medir en el escape, ya que es el caudal de
masa de humos. T* es la temperatura adiabática de llama, Te es la temperatura de entrada del aire a la cá-
mara de combustión y todos los demás componentes son conocidos.

9.7.4 Temperatura de combustión a presión constante


Como hemos explicado antes, la producción de vapor destinado a generación de electricidad se hace por
medio del ciclo de Rankine, cuyo rendimiento aumenta con la temperatura máxima de recalentamiento del
vapor. Por ello importa mucho conseguir temperaturas tan altas como sea posible en el horno, para que el

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recalentador de vapor alcance también temperaturas elevadas. La temperatura que alcanzan los humos en
el horno depende de varios factores, tales como la naturaleza del combustible, la temperatura de entrada
del aire al horno, del exceso de aire usado y de la naturaleza de las paredes del horno.
Cuando el horno se encuentra en régimen permanente, una parte de la energía liberada por la combustión
se transmite por radiación a las paredes del horno, y el resto es absorbida por los humos producidos por la
combustión, lo que hace que su temperatura aumente. De la porción que reciben las paredes, si estas es-
tán construidas de refractario una parte será re irradiada hacia el interior y el resto es conducida al exterior.
Desde luego, si las paredes no son refractarias esto no sucede, como vemos en el caso de ciertos diseños
modernos. En cualquier caso, las paredes absorben una parte de la energía que reciben, que llamaremos n.
Se puede calcular la cantidad de calor que actúa sobre los humos para elevar su temperatura desde el va-
lor to hasta t1. Sea Cp el calor específico del humo. Se conoce el volumen real (esto es, incluido el exceso)
de aire consumido por Kg de combustible, que llamamos Vp. Entonces la masa de aire consumido por Kg
de combustible se obtiene multiplicando por la densidad del aire, que vale aproximadamente 1.23:
M = 1.23×Vp
El calor absorbido por el humo y empleado en elevar su temperatura es entonces:
Cp(M + 1)(t1 – to)
Por cada Kg de combustible se produce una cantidad de calor Q, igual, dicho sea de paso, al poder calorífi-
co del combustible. De modo que cuando el horno se encuentra en estado de régimen estable, todo el calor
producido por Kg de combustible tiene que ser igual al que pasa al exterior mas el que se usa para aumen-
tar la temperatura del humo. Es decir, planteando un balance similar al del apartado anterior:
Q = n×Q + Cp(M + 1) (t1 – to) ⇒
Q(1 − n )
t 1 = t0 +
Cp (M + 1)
(9-43)

Ejemplo 9.10 Cálculo de la temperatura operativa de un horno.


En un horno revestido de paredes refractarias en el cual se quema carbón de alta calidad se arranca con
una temperatura inicial to = 15 ºC. Para este horno la relación de peso de aire a peso de combustible es 18
y podemos asumir un calor específico del humo Cp = 0.25 Kcal/(Kg ºC). Asumiendo que en el arranque no
se pierde calor al medio, calcular la temperatura final de régimen.
Solución
Para un carbón mineral de buena calidad podemos asumir un poder calorífico inferior del orden de 8000
Kcal/Kg. En consecuencia, aplicando la ecuación anterior tenemos:
Q (1 − n ) 8000(1 − 0 )
t1 = t0 + = 15 + = 1700 º C
Cp (M + 1) 0.25(18 + 1)
En una condición mas realista, si en el arranque se pierde el 25% de la energía que reciben las paredes por
efecto de la absorción, la temperatura resulta mucho menor. En efecto:
Q (1 − n ) 8000 (1 − 0.25 )
t1 = t0 + = 15 + = 1270 º C
Cp (M + 1) 0.25 (18 + 1)

9.7.5 Pérdidas de calor en la chimenea y cenizas


Una cierta cantidad del calor liberado por la combustión se pierde irreversiblemente con los gases que es-
capan por la chimenea. Esto es inevitable, pero se puede disminuir esa cantidad tomando medidas apro-
piadas. La variable principal que gobierna la pérdida de calor en la chimenea es el exceso de aire. Si este
es muy grande, el nitrógeno que contiene, que se comporta como un gas inerte porque no interviene en la
combustión, se calienta inútilmente. Por lo tanto el control estrecho y permanente de la composición de los
humos es esencial para un funcionamiento técnicamente correcto y económicamente sano.
La cantidad de calor perdido en la chimenea se puede calcular o medir. La medición de la pérdida de calor
no está afectada por las idealizaciones introducidas en el modelo físico y matemático usado para el cálculo,
que no toma en cuenta ciertos factores, por ejemplo, los cambios de régimen de marcha y las condiciones
transitorias del arranque. Esta medición se puede concretar analizando la composición del humo y midiendo
su caudal y temperatura. De tal modo se puede obtener una medida mas o menos continua de la cantidad
de calor que se pierde en los gases. El cálculo de la cantidad de calor perdido en la chimenea es relativa-
mente simple y se basa en la masa de humos producidos por la combustión de la unidad de masa de com-
bustible. Puesto que el humo tiene una composición conocida a través del análisis de Orsat, se puede cal-
cular su calor específico. El humo puede contener anhídrido carbónico (producto de la combustión del oxí-
geno), vapor de agua (producto de la combustión del hidrógeno), nitrógeno (que no resulta alterado por la
combustión) y cantidades pequeñas de otras sustancias, que se desprecian. Suponiendo que el aire entra

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al horno con una temperatura de entrada te (que por lo general se toma igual a la temperatura atmosférica)
y se calienta hasta la temperatura final de los humos tf el calor perdido por la chimenea se puede calcular:
( )
Q p = Cp h t f − t e M (9-44)
Donde: Cph es el calor específico del humo, y M es la masa de humos producidos por Kg de combustible. El
calor específico del humo se puede calcular mediante la ecuación (2-58) del apartado 2.3.1.1 del capítulo 2.
Es posible obtener una expresión porcentual de las pérdidas de calor en la chimenea si dividimos la expre-
sión anterior por el poder calorífico inferior del combustible. Llamando Ppc a esta pérdida tenemos:
Cp h (t f − t e )M
P pc = 100 (9-45)
PCI
La masa de humos producidos depende del exceso de aire usado en el horno que viene dado como ya se
dedujo en función del porcentaje de CO2 en volumen en los humos %CO2". Se puede encontrar entonces
una relación de la forma general:
P pc = f (Cp h , (t f − t e ), %CO 2 " , PCI)
La figura adjunta muestra los valores aproximados de Ppc en función de la diferencia de temperatura y del
contenido de CO2 en los humos.

De la ecuación anterior se deducen varias ecuaciones empíricas que permiten calcular las pérdidas de calor
en la chimenea. Una de ellas es la de Hassenstein:

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t f − te
P pc = k 100 (9-46)
%CO 2 "
k es un coeficiente empírico que depende del combustible y viene dado por la siguiente tabla.
Combustible k
Antracita 0.684
Antracita magra 0.648
Coke 0.702
Lignito 0.653
Lignito xiloide 0.721
Turba 0.718
Leña 0.798
Fuel oil 0.562
Si comparamos la gráfica anterior con la ecuación de Hassenstein notamos una discrepancia evidente, ya
que la gráfica no distingue entre distintos combustibles, en tanto que en la ecuación aparece el coeficiente
empírico k que varía de un combustible a otro.

Las pérdidas de calor por eliminación de cenizas sólo aparecen en combustibles sólidos con elementos ca-
paces de formar escoria y cenizas. Estos son todos los carbones, turba, leña, y combustibles residuales
usados para recuperación de energía como cáscara de girasol, cáscara de maní, expeler, bagazo, astillas o
virutas de madera, y otros por el estilo. Para determinar la pérdida de calor en la ceniza y escoria hay que
determinar el contenido de carbono en las mismas, por análisis químico. La siguiente ecuación permite cal-
cular esta pérdida.
8100 r (Re + Rc )
Pi = (9-47)
M × PCI
Donde: Pi es la pérdida de calor en la ceniza y escoria (como % del calor total liberado en la combustión), r
es el porcentaje de carbono encontrado en las cenizas y escorias, Re es la masa de escoria producida por
hora, Rc es la masa de ceniza producida por hora, M es la masa de combustible quemado por hora y PCI es
el poder calorífico inferior del combustible.
Normalmente las pérdidas por cenizas y escoria (cuando existen) son mucho menores a las que se produ-
cen en la chimenea.

Ejemplo 9.11 Cálculo de la pérdida de calor en la chimenea de un horno.


Una antracita magra con un poder calorífico inferior PCI = 7800 Kcal/Kg se quema en el horno de una cal-
dera. La temperatura del ambiente es 20 ºC, y la temperatura final de los humos tf es 250 ºC. La concentra-
ción de dióxido de carbono en el humo es del 10%. ¿Cuál es la pérdida de calor en la chimenea?. ¿Cuál es
la pérdida de calor en las cenizas si se quema combustible a razón de 1000 Kg/hora?.
Datos
La masa de cenizas producida por hora es: Rc = 20 Kg. La masa de escoria producida por hora: Re = 80 Kg.
El porcentaje de carbono encontrado en las cenizas y escorias es: r = 12%.
Solución
De acuerdo al gráfico anterior para una diferencia de temperaturas tf – te = 230 ºC tenemos: Ppc = 14.9%.
Aplicando la ecuación de Hassenstein:
t f − te 0.648 × 230
P pc = k 100 = = 14.9
%CO 2 " 10
Si bien en este caso se obtiene una concordancia muy buena entre los resultados de ambos métodos, esto
no sucede a menudo ni tan exactamente.
En cuanto a la pérdida de calor en las cenizas, aplicando la última ecuación tenemos:
8100 r (Re + Rc ) 8100 × 12 (80 + 20 )
Pi = = = 1.25%
M × PCI 1000 × 7800

9.7.6 Eficiencia y economía de la combustión


Como ya hemos explicado, la combustión perfecta ocurre en presencia de un exceso de aire que produce la
conversión de todo el carbono, hidrógeno y eventualmente azufre presentes en el combustible en dióxido
de carbono, agua y dióxido de azufre. Es decir, es esencial tener un exceso de aire porque de lo contrario
se genera monóxido de carbono debido a una combustión incompleta, lo que es antieconómico y trae pro-
blemas por violación a las leyes de protección ambiental. Sin embargo, un “excesivo exceso” de aire es per-

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judicial para la eficiencia y la economía del funcionamiento porque el nitrógeno del aire es un gas inerte que
hay que calentar sin beneficio alguno. De modo que la pregunta es ¿cuánto exceso de aire conviene usar?.
Otra pregunta importante es ¿cuánta pérdida de calor en la chimenea se puede tolerar?.
La mejor medida del equilibrio justo en este y otros factores operativos es la eficiencia o rendimiento del
conjunto de horno y caldera. Se define de la manera habitual.
m& v (hv − ha )
η= (9-48)
m& c × PCI
Donde: m& v es la cantidad de masa de vapor producida por unidad de tiempo, hv es la entalpía del vapor a la
salida del último recalentador, ha es la entalpía del agua a la entrada a la caldera, m& c es el gasto de com-
bustible por unidad de tiempo y PCI es el poder calorífico inferior del combustible. En definitiva, es fácil ver
que el rendimiento no es otra cosa que el cociente de la energía total que adquiere el vapor sobre la ener-
gía total liberada por el combustible. Como en cualquier otro equipo el objetivo es aumentar el rendimiento
lo mas posible dentro de lo que resulte económicamente factible.
El siguiente método en unidades inglesas (T. Stoa, “Calculating Boiler Efficiency and Economics”, Chemical
Engineering, July 16, 1979, pág. 77-81) permite hacer rápidamente los cálculos de eficiencia a partir de muy
pocos datos. El exceso de aire necesario para la combustión se calcula mediante la siguiente ecuación.
a × O%
e= (9-49)
1 − 0.0476 × O%
Donde a es un parámetro de ajuste que depende del tipo de combustible usado, y O% es el porcentaje de
oxígeno en los gases de salida del horno, medido por un aparato de Orsat. Los valores del parámetro a se
obtienen de la siguiente tabla.
Combustible a
Gas natural 4.55570 – (0.026942×O%)
Fuel oil # 2 4.43562 + (0.010208×O%)
La eficiencia o rendimiento del conjunto de horno y caldera se puede expresar en función de la diferencia
de temperaturas ∆t = tf – te. La siguiente expresión resulta, como la anterior, de un ajuste no lineal de distin-
tos datos experimentales.
∆t − b
η= (9-50)
m
b y m son dos parámetros de ajuste no lineal. Los valores de estos parámetros se pueden obtener de las si-
guientes relaciones en función del porcentaje de aire en exceso e.
Gas natural: log(–m) = –0.0025767×e + 1.66403
log(b) = –0.0025225×e + 3.6336
Fuel oil # 2: log(–m) = –0.0027746×e + 1.66792
log(b) = –0.0025225×e + 3.6336
El cálculo debe seguir los siguientes pasos.
1. Determinar el porcentaje de oxígeno en el humo mediante el análisis de Orsat.
2. Determinar la diferencia de temperaturas ∆t.
3. Calcular el porcentaje de aire en exceso e.
4. Calcular b y m.
5. Calcular la eficiencia del conjunto de horno y caldera.
El costo del vapor producido por la instalación se puede calcular mediante la siguiente relación.
8760 × m& v × Cc × hv
Cv = (9-51)
η
Donde Cv es el costo del vapor en dólares por año, m& v es el caudal de vapor en Lb/hora, Cc es el costo del
combustible en dólares por millón de BTU y hv es la entalpía del vapor producido en BTU/Lb. En esta última
ecuación el rendimiento debe estar expresado en tantos por uno.

Ejemplo 9.12 Cálculo de los parámetros económicos de una caldera.


El estudio de una instalación ha arrojado los siguientes datos. El porcentaje de oxígeno en el humo es 5%,
y la diferencia de temperaturas ∆t es de 550 ºF. Se estudia la posibilidad de instalar un economizador que
supuestamente reducirá la diferencia de temperaturas en 200 ºF. ¿Cuál será el ahorro anual si el costo del
combustible es de 2.79 dólares por millón de BTU, usando fuel oil # 2 y la capacidad de la caldera es de
100000 Lb/hora de vapor con una entalpía hv de 1160 BTU/Lb?.

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Solución
Hay varias formas de encarar la solución. Una de ellas consiste en calcular el rendimiento de la instalación
con y sin economizador, para luego estimar el ahorro anual. Procedemos por pasos de la siguiente manera.
1. Rendimiento sin economizador.
a = 4.43562 + (0.010208×5) = 4.486602
a × O% 4.486602 × 5
e= = = 29.44%
1 − 0.0476 × O% 1 − 0.0476 × 5
log(–m) = –0.0027746×e + 1.66792 = 1.586237 ⇒ m = –38.568856
log(b) = –0.0025225×e + 3.6336 = 3.5593376 ⇒ b = 3625.247
∆t − b 550 − 3625.247
η1 = = = 79.73%
m - 38.568856
2. Rendimiento con economizador.
Los valores de a, e, m y b sin variaciones. El rendimiento cambia porque depende de ∆t que antes
valía 550 y que ahora vale 350 ºF.
∆t − b 350 − 3625.247
η2 = = = 84.92%
m - 38.568856
3. Cálculo de la economía de combustible.
1 1   1 1 
∆Cv = 8760 × m& v × Cc × hv  −  = 8760 × 100000 × 2.79 × 10 −6 × 1160 − =
 η1 η2   0.7973 0.8492 
dólares
= 217321
año

9.8 Condensación del vapor


Todas las partes de un sistema de generación de vapor son importantes cualquiera sea el destino final del
vapor, pero hay dos cuya importancia excede a la de los demás: la caldera y el condensador. La caldera es
un equipo sumamente costoso que se debe preservar a toda costa de cualquier deterioro. No es nuestro
propósito extendernos sobre esta cuestión que es mas bien un tema mecánico y excede los objetivos que
nos hemos propuesto. En cambio la calidad del condensado cae dentro de nuestro interés específico.
El condensador es un equipo de la mayor importancia para el funcionamiento económico de una turbina de
vapor. El objetivo del condensador es, como ya explicamos, producir una presión muy baja en el escape de
la turbina.
También hemos explicado que los condensadores se dividen en condensadores de mezcla y de superficie.
Las bombas requeridas para el funcionamiento de ambos tipos de condensador son las siguientes.
1. Condensadores de superficie: una bomba de agua de enfriamiento; una bomba de condensado;
una bomba de vacío para extraer el aire en el arranque.
2. Condensadores de mezcla: una bomba de condensado; una bomba de vacío para extraer el aire en
el arranque.
En el último caso hay una bomba menos, porque no existe la de impulsión del agua de enfriamiento, ya que
esta entra al condensador absorbida por el vacío. Por lo general se suele usar un condensador de superfi-
cie combinado con un desaireador porque los condensadores de superficie permiten obtener presiones me-
nores. Como ya se ha comentado, el objeto del desaireador es eliminar el aire que inevitablemente se mez-
cla con el vapor en circuitos largos de tuberías. El condensador de superficie se suele ubicar directamente
debajo del escape de la turbina para evitar las pérdidas de vacío que podrían causar las tuberías de co-
nexión entre los equipos si estuviesen separados. Algunos equipos tienen dos condensadores, de modo
que uno está en espera por si hacen falta reparaciones, evitando así que haya que parar el equipo.
Los condensadores de superficie se encuentran en una gran variedad de diseños. Si bien son similares a
los intercambiadores de casco y tubos que estudiaremos en un próximo capítulo, tienen una disposición di-
ferente debido a que por las razones ya expuestas se instalan debajo de la descarga de la turbina. Por lo
general usan tubos de 10 a 20 mm de diámetro, dispuestos en triángulo de modo de que el vapor que circu-
la por el exterior de los tubos siga una trayectoria zigzagueante a través del haz de tubos. El agua de en-
friamiento circula por el interior de los mismos. La coraza que contiene al haz de tubos se dispone a lo largo
de la turbina e inmediatamente debajo. La razón de que el vapor circule por el exterior de los tubos es la si-
guiente. Si el vapor circulase por el interior de los tubos, los inundaría al condensarse y esto impediría la
circulación del condensado y produciría una contrapresión excesiva, cuando lo que tratamos es justamente
de disminuir todo lo posible la presión en la descarga de la caldera. El siguiente croquis muestra una dispo-
sición típica para un condensador de superficie.

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La coraza externa que contiene el haz de tubos así como los tabiques para dirigir el flujo deben estar dise-
ñados de modo de evitar los puntos de estancamiento, para que no se formen bolsas de incondensables.
Los condensadores de mezcla se suelen instalar en
combinación con una columna barométrica, que no es
otra cosa que una columna de agua, teóricamente de
10.33 m de altura por lo menos, abierta y sumergida en
la parte inferior en un reservorio o tanque colector de
agua.

El conjunto se suele llamar condensador barométrico.


El croquis de la izquierda muestra la disposición gene-
ral de un condensador barométrico.

En la parte superior tenemos la succión de inconden-


sables que puede ser mediante un eyector de una o
mas etapas o con una bomba de vacío mecánica, o
con una combinación de ambos.

Cuando se usa la disposición basada en eyector com-


binado con bomba mecánica de vacío, el eyector pro-
duce un bajo grado de vacío actuando como primera
etapa y la bomba mecánica produce un vacío de mayor
intensidad. Esta combinación puede funcionar también
como desaireador.

Otras disposiciones producen un menor vacío median-


te un eyector que puede ser de una, dos o tres etapas,
como se puede apreciar en el croquis siguiente.

En este croquis se puede observar un condensador de mezcla barométrico dotado de eyector a vapor con
una conexión 8 que viene del desaireador.

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El croquis que vemos a la izquierda ilustra un diseño de eyec-


tor.

Si bien la Termodinámica ha establecido las bases teóricas


sobre las cuales se basa el diseño de los eyectores, también
existen otras consideraciones que se deben tener en cuenta,
sobre todo fluidodinámicas.

En esencia, la operación de un eyector es un proceso de mez-


cla de dos fluidos, tema que ya fue tratado en el apartado 4.5
del capítulo 4. Por su carácter fuertemente irreversible, el ren-
dimiento del eyector es muy bajo. Una gran porción de la ener-
gía cinética del chorro del fluido motor se usa en vencer resis-
tencias hidrodinámicas. Esta es la principal causa del bajo ren-
dimiento, porque esas resistencias son responsables de mas
del 80% de la irreversibilidad del equipo.

El diseño de eyectores es casi totalmente empírico. Debido a


diversas circunstancias cuyo alcance excede nuestro propósi-
to, no nos podemos detener en esta cuestión.

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Existen numerosos diseños de condensadores de mezcla, la mayoría de los cuales no presentan diferen-
cias apreciables de comportamiento en la práctica.
En el croquis de la izquierda se muestra un tipo de condensador de mezcla
denominado a chorro de agua.

El concepto fundamental sobre el cual se basa este condensador es el de


inclusión del vapor por impacto con el chorro. Este efecto combina la acción
térmica propiamente dicha al poner en contacto el vapor con agua fría, con
el efecto mas bien dinámico que se obtiene por choque del vapor con el
chorro de agua, obteniendo así una condensación más eficaz.

La velocidad del chorro de agua es del orden de los 30 m/seg. La presión


de la bomba inyectora de agua debe superar a la pérdida de carga en el
chorro, que es del orden de 6 a 8 metros de columna de agua.

El vacío que se puede alcanzar con este tipo de condensador es del orden
2
de 0.12 Kgf/cm absolutos.

La velocidad del vapor es muy elevada, debido a su baja densidad, pudien-


do llegar a 100 – 200 m/seg. Con estas velocidades el vapor tiene una ele-
vada energía cinética, que sumada al impacto producido por el chorro de
agua facilita la condensación.

Por otra parte, la pérdida de carga en el vapor es mucho menor que en el


agua a pesar de su alta velocidad, debido a que tiene muy baja densidad.

9.8.1 Recuperación del condensado


La recuperación del condensado es una operación necesaria por dos motivos. En primer lugar porque si se
tira condensado se está tirando agua tratada cuyo costo es importante. En segundo término, el condensado
que no está a la temperatura del medio ambiente contiene energía residual, que aunque sea en pequeñas
cantidades siempre es valiosa.
Al tirar condensado se está desperdiciando energía, y por lo tanto aumentando los costos operativos. La
instalación de un sistema de trampas de vapor es un buen comienzo para un programa de ahorro de ener-
gía, ya que permite ahorrar alrededor del 10% del costo del combustible necesario para producir vapor. Pe-
ro también es posible ahorrar otro 10% extra si se siguen algunas recomendaciones que explicamos en es-
te apartado y en los que le siguen. Además en algunas industrias aun se podrá emplear el condensado co-
mo medio calefactor de bajo rendimiento, aumentando así aun más el ahorro de combustible.

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9.8.2 Elementos básicos de un sistema de vapor


En el esquema
mostramos los
componentes bási-
cos de un sistema
típico de una plan-
ta de vapor indus-
trial que afectan la
economía de la re-
cuperación de va-
por.
El vapor producido
en una caldera se
puede emplear pa-
ra calentar y para
otros fines de pro-
ceso (1) y se pue-
de tirar lo que so-
bre del producido
total (10).
Una pequeña parte
se usa para hacer
funcionar el desai-
reador (2). El vapor
enviado al proceso
(1) produce con-
densado que se
separa en el siste-
ma de trampas de
vapor, el que se
puede tirar (4) o
recuperar (5).
El vapor recupera-
do se puede enviar
a un tanque de
flasheo, donde se
produce vapor de
baja presión que
se puede tirar (6) o
emplear para cale-
facción, si esto re-
sulta posible y
conviene. El con-
densado flasheado se envía a un tanque de almacenamiento o tanque de condensado, desde donde va al
desaireador (7) junto con agua tratada fresca (9). En el desaireador se eliminan los gases incondensables
(oxígeno y dióxido de carbono) que pueden perjudicar la caldera, y este condensado se envía nuevamente
a la caldera previo precalentamiento (3).
Alternativamente, se puede eliminar el tanque de flasheo de condensado, de modo que el mismo pasa al
desaireador a mayor presión. En este caso la cantidad de condensado que retorna a la caldera es mayor.
En cualquier caso es imprescindible pasar el condensado por el desaireador cuando se opera una caldera
de alta presión porque los sistemas de trampas de vapor siempre están venteados a la atmósfera para evi-
tar contrapresiones, lo que pone el condensado en contacto con el oxígeno y dióxido de carbono atmosféri-
cos.
Contenidos tan bajos como unas pocas partes por millón de estos gases producen serios daños en las cal-
deras de alta presión. En cambio, si la caldera es de media o baja presión (como es el caso de la mayoría
de las calderas destinadas a producir vapor de calefacción) se puede tolerar la presencia de estos gases en
cantidades grandes y no es necesario usar un desaireador. Por eso en los sistemas que combinan el uso
de vapor para producir energía eléctrica y para calefacción en una caldera de alta presión casi siempre se
tienen regeneradores cerrados y al menos uno abierto, que incluye al desaireador.

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9.8.3 Economía de la recuperación de condensado


En la figura izquierda vemos la demanda de vapor requerido en el desaireador en función del porcentaje de
condensado recuperado para dos situaciones básicas. Las curvas superiores corresponden a una instala-
ción que cuenta con tanque de flasheo del condensado, y las inferiores corresponden a una instalación que
no cuenta con el tanque de flasheo. Estas curvas representan la máxima cantidad teórica de condensado
que se puede recuperar.

La figura derecha expresa los mismos hechos de otra manera. Muestra la máxima cantidad de combustible
que se puede ahorrar por medio de ambas clases de sistema. Las curvas superiores representan un siste-
ma sin tanque de flasheo y las inferiores un sistema con tanque de flasheo. Observamos que por ejemplo
en un sistema que opera a 200 psi, para conseguir una reducción del 10% del consumo de combustible en
la caldera se necesita recuperar el 30% del condensado sin tanque de flasheo, mientras se necesita alre-
dedor del doble (60%) en un sistema con tanque de flasheo. Esto es bastante lógico, puesto que un sistema
con tanque de flasheo está derivando parte del condensado recuperado ya sea a la atmósfera o hacia la ca-
lefacción, y no retorna a la caldera.
Volviendo al diagrama del sistema, la corriente (2) de vapor vivo de la caldera que alimenta el desaireador
no produce trabajo ni calienta ninguna corriente de proceso, lo que no resulta aceptable desde el punto de
vista económico. Hay varias alternativas de cogeneración para aprovechar este vapor. Por ejemplo, si el
sistema produce energía eléctrica además de vapor para calefacción se puede usar vapor sangrado de la
turbina, o el vapor exhausto de la salida de la turbina para operar el desaireador. Si la caldera sólo se utiliza
para calefacción, el vapor que se envía al desaireador se puede usar para mover una bomba, o un ventila-
dor, ya que el desaireador puede funcionar igualmente con vapor de baja presión. De hecho, si no queda
otro remedio que usar vapor vivo en el desaireador, resulta conveniente bajar su presión para un mejor fun-
cionamiento del mismo.

9.8.4 Funcionamiento del desaireador


El desaireador realiza dos funciones. En primer lugar, calentar el agua que se alimenta a la caldera hasta
su punto de ebullición a la presión del desaireador. Esto se consigue gracias a la mezcla del agua y el va-
por. En segundo lugar, el contacto entre el agua y el vapor cuyo contenido de gases incondensables es
muy bajo produce la eliminación del oxígeno y el dióxido de carbono. Esta no se produce por dilución, sino
por arrastre y expulsión con vapor del condensado. El vapor también desaloja los gases por efecto del ca-
lentamiento del condensado, ya que estos gases son poco solubles a elevada temperatura.
La siguiente figura muestra un croquis de un desaireador típico de tipo spray.

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El agua ingresa por el tubo acodado superior donde es pulverizada por la boquilla y se calienta por efecto
de la corriente de vapor que asciende debido al cambio de dirección que le imprime el tabique estacionario
que encuentra a su paso, mientras el agua recorre un camino tortuoso impuesto por los tabiques deflecto-
res. El vapor empleado para el calentamiento del agua se condensa en su mayor parte, permitiendo que los
gases incondensables que se eliminan en la sección inferior se concentren. De este modo, la mezcla que
sale por el tubo de venteo es rica en gases incondensables si bien también se pierde algo de vapor, lo que
es inevitable. Esto funciona muy bien en unidades que tienen un alto consumo de agua fresca, es decir cu-
ya proporción de condensado es baja, pero si la cantidad de condensado es alta, como este tiene una tem-
peratura considerablemente mayor que la del agua fresca, requiere muy poco calentamiento. Como conse-
cuencia, la eliminación de los gases incondensables es menor porque la cantidad de vapor condensado es
mas pequeña, y la reducción de presión causada por la condensación también es menor. Para compensar
esto es necesario aumentar bastante la cantidad de vapor, con lo que la cantidad que se pierde por venteo
a la atmósfera aumenta lo que significa un desperdicio. Por lo tanto la economía que se esperaba obtener
con la recuperación de condensado desaparece debido al aumento del consumo de vapor vivo en el desai-
reador. Esto se puede resolver mediante la disposición que se ilustra en el esquema siguiente.

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Si se agrega un condensador en la salida de la válvula de venteo de modo que el vapor sea condensado
por el agua fresca que entra al desaireador, esta se calienta antes en el condensador y la función de elimi-
nación de gases incondensables queda restablecida.
Esto puede parecer una paradoja puesto que el problema tiene su origen en el hecho de que el condensado
aporta demasiado calor al desaireador. En realidad, la función de calentamiento se transfiere del desairea-
dor al condensador, y la sección de calentamiento del desaireador se convierte en una sección de elimina-
ción de gases incondensables debido a que la vaporización del agua fresca ocurre mucho antes. Todos los
desaireadores modificados de esta manera funcionaron satisfactoriamente durante mucho tiempo.
Se debe hacer notar que el condensador se mantiene bajo presión constante por la acción reguladora de la
trampa termostática, cuya salida de condensado va a descarte debido al alto contenido de gases inconden-
sables que se eliminaron en el desaireador. Esto es, se descarta en el sentido de que no retorna a la calde-
ra. Esto no significa que no se pueda usar para otros fines, como ser para calefacción, como veremos en el
apartado siguiente. Si el agua fresca tiene un elevado contenido de dióxido de carbono o de carbonatos,
puede ser recomendable usar dos desaireadores y dos condensadores separados, pero esto no debería
ocurrir si el tratamiento del agua está funcionando correctamente.

9.8.5 Uso de vapor sobrante


Es muy posible que a pesar de las soluciones que se suelen emplear para aprovechar al máximo el vapor
producido por la caldera pueda existir un exceso de vapor cuando la recuperación de condensado es alta.
Desde el punto de vista de la conservación de la energía esto es un despropósito además de ser económi-
camente objetable. Por lo tanto será necesario aguzar el ingenio para encontrar maneras de aprovecharlo.
Algunas de ellas son:
• Usar vapor de baja presión para calentamiento en el proceso o para acondicionamiento de aire.
• Usarlo para calentamiento de agua de consumo humano (por ejemplo de duchas).
• Precalentar el aire o combustibles líquidos de quemadores que puede haber en la planta.
Un ejemplo de utilización eficiente es una instalación donde el agua caliente que sale del desaireador se
emplea para calefacción de una oficina. Si bien esto no aprovecha vapor sobrante, se ahorra energía que
de otro modo sería necesario gastar en calefacción.

9.8.6 Economía del tanque de flasheo


El vapor que se tira en el tanque de flasheo por ventearlo a la atmósfera es un desperdicio de dinero que fa-
talmente se deberá considerar en algún momento. Para reducir la cantidad de vapor venteado hay dos po-
sibles caminos. Uno pasa por el uso de vapor de calefacción de baja presión y el otro por el aprovecha-
miento del vapor proveniente del flasheo del condensado. Cada una de estas alternativas tiene ventajas y
desventajas. La primera es mas aplicable en los casos en que se proyecta una instalación nueva, mientras
la segunda es mas flexible y adaptable a instalaciones ya existentes.

9.8.6.1 Uso de vapor de media y baja presión


El vapor que se emplea para calefacción generalmente es vapor de alta presión. Hay varias razones que
explican esto. En primer lugar, las calderas de baja presión son mas voluminosas y térmicamente menos
eficientes que las de alta presión por lo que resultan mas caras. Por otra parte, el vapor de baja presión a
menudo es mas húmedo que el de alta presión lo que produce menores coeficientes de intercambio de ca-
lor, y requiere por lo tanto intercambiadores mas grandes. Además el vapor húmedo a veces causa flujo bi-
fásico intermitente con los consiguientes trastornos operativos.
No obstante, aunque la caldera genere vapor de alta presión siempre es posible reducirlo y emplear como
medio calefactor vapor de media o baja presión. La pregunta que se plantea de inmediato es: ¿y esto en
qué nos beneficia?.
Trataremos de demostrar que la reducción de presión conduce a una menor pérdida de vapor de venteo y
por lo tanto a una disminución de los gastos operativos. Supongamos tener una instalación como la que
ilustramos en el siguiente croquis.

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El vapor de 100 psig proveniente de la caldera se emplea en el intercambiador de calor para calentar agua
de proceso desde 50 °F hasta 150 °F, condensándose a la temperatura de operación del equipo de inter-
cambio de calor de 338 °F. Este condensado caliente y a presión es eliminado por la trampa de vapor y en-
viado al tanque de flasheo a presión atmosférica donde el vapor producido en la expansión se ventea. Esta
disposición es antieconómica, y nos proponemos averiguar cuanto se pierde y cómo reducir ese desperdi-
cio.
Cada libra de condensado a 100 psig tiene una entalpía de 309 Btu pero a la presión atmosférica su conte-
nido de calor es de sólo 180.2 Btu. La diferencia se gasta en vaporizar alrededor de 0.1327 libras de con-
densado por cada libra que circula, dado que: (309–180.2)/970.6 = 0.1327. Esto significa que por libra de
condensado se tiran a la atmósfera 152.7 Btu, de las 1150.8 Btu que tiene de entalpía cada libra de con-
densado a presión atmosférica.
La carga de calor transferido en el intercambiador de calor es 1000000 Btu/hora y como el calor latente del
vapor a 100 psig es 881.6 Btu/Lb resulta que el flujo de vapor es de 1134.3 Lb/hora. Por lo tanto el calor
venteado es 152.7 Btu/Lb×1134.3 Lb/hora = 173207 Btu/hora. Por otra parte, si se emplea el agua a 50 °F
para alimentar la caldera, como esta agua contiene 2709 Btu/hora significa que la pérdida neta de calor es
173207 – 2709 = 170498 Btu/hora. Esto representa el 17% del calor total intercambiado.
¿Cuánto representa esta pérdida en términos monetarios?. Supongamos que el vapor cuesta 8$ por cada
millón de Btu. Entonces la pérdida de calor significa el desperdicio de alrededor de 12000$ anuales.
¿Se puede reducir este desperdicio simplemente reduciendo la presión de vapor?. Supongamos que adop-
tamos una disposición tal como la ilustrada en el siguiente croquis, con dos intercambiadores en paralelo.

Como la carga de calor transferido en el intercambio de calor es la misma pero el calor latente del vapor es
mayor (952.9 Btu/Lb) la cantidad de vapor es: 1000000/952.9 = 1049 Lb/hora de vapor. El porcentaje de
condensado que flashea es ahora menor: 2.854%. Por lo tanto, si se tira todo el vapor flasheado en el tan-
que la pérdida de calor es menor: 34466 Btu/hora. La pérdida de calor neta es en consecuencia 33927
Btu/hora lo que representa el 3.39% del calor total intercambiado. Estimando el costo de la energía desper-
diciada encontramos que hay una disminución de 9570$ anuales, lo que representa un ahorro sustancial.
Sin embargo, esta es solo una faceta de la situación, ya que debemos tener en cuenta que la media de
temperatura es menor que antes y como consecuencia se necesita un intercambiador mas grande. En efec-
to, la MLDT (diferencia media logarítmica de temperatura, véase definición en el apartado 18.1.2 del capítu-
lo 18) anterior era 234 °F pero ahora es 138.8 °F. Entonces habrá que aumentar la superficie en proporción
al cociente de ambos valores de MLDT si suponemos que el coeficiente global U es constante. El coeficien-

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te global U es el coeficiente global de intercambio de calor del intercambiador de calor, véase definición en
el apartado 15.5.1 del capítulo 15.
2
Por lo tanto el aumento será: 234/138.8 = 1.75. Suponiendo U = 150 Btu/(pie hora °F) tenemos que el área
2
del intercambiador es: A = Q/∆t/U = 1000000/150/234 = 28.5 pie . Entonces ahora será 28.5×1.75 = 49.86
2 2
pie . Diferencia: unos 21.4 pie . Esto equivale en la práctica a otro intercambiador en paralelo con el que ya
existía, como vemos en el croquis anterior. Pero comprar e instalar el nuevo intercambiador con todos sus
equipos auxiliares significa un costo extra que se deberá pagar con el ahorro esperado de 12000$ anuales.
Habrá que ver en cuanto tiempo se amortiza este costo con el producto del ahorro esperado de combusti-
ble, y si financieramente se justifica.

9.8.6.2 Aprovechamiento del vapor de flash


Dado el engorro que significa el planteo anterior con un resultado que en definitiva no sabemos como va a
funcionar hasta que no se pone en práctica, se debe explorar la segunda alternativa que ofrecemos en el
punto 9.8.6: aprovechamiento del vapor proveniente del flasheo de condensado.
Supongamos que enviamos el condensado proveniente de la trampa de vapor instalada en la salida de va-
por del intercambiador a un tanque de separación de líquido de tal manera que sólo el líquido proveniente
de ese tanque vaya al tanque de flasheo, mientras que el vapor se usa para precalentar el agua antes de
que ingrese al intercambiador. Puesto que este vapor está saturado, es seguro que condense totalmente en
el precalentador y del mismo saldrá condensado que se enviará al tanque de flasheo. Véase el siguiente
croquis.

En estas condiciones tenemos los siguientes valores de las variables características del proceso. Presión
de descarga del precalentador de agua: 0 psig. Calor latente del vapor vivo a 100 psig: 881.6 Btu/Lb. Calor
latente de vapor flasheado: 970.6×0.1327 = 128.8 Btu/Lb. La suma de ambos da 1010.4 Btu/Lb que es el
calor total entregado por el vapor vivo y el flasheado al agua. Por lo tanto el consumo total de vapor (vivo +
flasheado) = 1000000/1010.4 = 989.7 Lb/hora.
La temperatura del agua se incrementa en el precalentador 12.75 °F, de modo que el agua sale a 62.75 °F.
En cuanto a la carga de calor intercambiado, el precalentador entrega 127500 Btu/hora, mientras el inter-
cambiador entrega al agua la cantidad de calor restante: 1000000 – 127500 = 872500 Btu/hora. Asumiendo
que el coeficiente global U es el mismo que antes para ambos intercambiadores tenemos las siguientes su-
perficies.
Para el primer intercambiador: ∆t = MLDT = 229 °F de donde:
2
A = Q/∆t/U = 872500/150/229 = 25.4 pie .
Para el precalentador: ∆t = MLDT = 155.5 °F de donde:
2
A = Q/∆t/U = 127500/150/155.5 = 5.5 pie .
Evidentemente, el primer intercambiador ahora está sobredimensionado. En una segunda aproximación, el
primer intercambiador y la trampa de vapor que tienen una pérdida de presión no entregarán condensado a
100 psig, sino a presión un poco menor. Además el coeficiente global del precalentador probablemente no
sea igual al del intercambiador de vapor vivo, de modo que un cálculo exacto posiblemente daría un resul-
tado algo distinto, pero nuestros cálculos representan aproximadamente lo que sucede en la práctica. Como
los costos del precalentador y del tanque de separación serán bastante pequeños esta opción parece ser
mas atractiva que la anterior. Tenemos un costo de equipos que posiblemente esté en el orden del que in-
sume implementar la reducción de presión que se propuso en el punto 9.8.6.1, pero a diferencia de lo que
sucedió entonces el desperdicio de vapor en el tanque de flasheo ha desaparecido. De hecho, puesto que
el condensado sale a una presión casi exactamente igual a la atmosférica, podemos eliminar el tanque de
flasheo por completo.

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9.8.7 Calidad del condensado que retorna a la caldera


El condensado que retorna a la caldera debe tener la misma calidad que el agua tratada empleada para
alimentarla. Según sean las especificaciones del fabricante, que dependen de la presión de operación de la
caldera, se deberá monitorear la calidad del condensado. Esto es necesario porque el condensado retorna
desde procesos en los que existe peligro de contaminación.
Por ejemplo, puede suceder que el condensado provenga de un intercambiador de calor en el que por una
deficiente selección del equipo hay tensiones de origen térmico que producen filtraciones del fluido hacia el
vapor. Este al condensarse incorpora pequeñas cantidades de ese fluido, independientemente de que este
sea un gas o un líquido, y el condensado queda contaminado. Lo mas fácil de detectar es la contaminación
por sustancias conductoras de la electricidad, ya que estas aumentan mucho la conductividad eléctrica del
condensado. Si la conductividad llega a estar un 10% por encima de la máxima admisible en la caldera será
necesario derivar esa corriente a desecho, ya que es riesgoso que retorne a la caldera. Será también nece-
sario revisar el equipo sospechado de causar el problema para detectar y resolver la falla. Las sustancias
no iónicas que no aumentan o aumentan muy poco la conductividad eléctrica del condensado plantean otro
problema mas difícil. Las sustancias no iónicas que causan contaminación del condensado con mas fre-
cuencia son los aceites. Otras sustancias que se suele encontrar contaminando condensado se listan en la
tabla siguiente.
Sustancias contaminantes mas habituales en el condensado
Azúcares Fuel oil (calidad 1 al 6)
Grasas Grasas y aceites animales y vegetales
Nafta Aceites de máquina, cortes de petróleo
Kerosén Aceites lubricantes
Hexanos Licor negro (industria celulósica)
Ácidos grasos Crudo topeado
Gasoil Furfural
En ciertas industrias el peligro de contaminación es mayor que en otras, pero en todas existe en mayor o
menor grado. Los problemas que origina la contaminación son múltiples y a menudo impredecibles. Vamos
a mencionar los mas comunes para dar una idea de la gravedad que puede tener el problema de contami-
nación. Se debe tener presente que rara vez se presenta un solo problema, ya que lo que causa uno de
ellos también puede originar otros.
Formación de espuma
Los hidrocarburos de cadena larga tales como los aceites naturales en los que la molécula contiene grupos
hidrófobos e hidrófilos que les confieren propiedades tensioactivas pueden resultar capaces de generar
grandes cantidades de espuma. Esto puede significar aceleración del flujo debido al mayor volumen ocupa-
do en las tuberías, con peligro de erosión de las mismas. Es muy común que los aceites contengan deter-
gentes, y si el agua es alcalina y hay presentes ácidos grasos se puede producir una reacción química en-
tre el álcali y los ácidos grasos que produce jabones. Los jabones, aceites sulfonados, alcoholes, los hidro-
carburos alifáticos o aromáticos sulfonados, las sales de amonio cuaternarias, los éteres y los esteres orgá-
nicos no iónicos y algunas partículas sólidas finas actúan como emulsionantes y pueden causar o aumentar
la formación de espuma.
Depósitos
Los aceites mezclados con agua dura producen la formación de depósitos mucho mas duros y adherentes
que los que forma el agua dura, que resultan mas difíciles de eliminar. También interfieren en algunos pro-
cedimientos de ablandamiento químico como el de fosfato. Además los aceites pueden actuar como nú-
cleos o promotores de incrustaciones en la caldera, porque cualquier partícula sólida que normalmente
quedaría en suspensión o formando un barro fácil de eliminar por lavado al encontrarse con un aceite se
recubre del mismo y se vuelve pegajosa y adherente; al pegarse en las paredes de los tubos, el aceite se
evapora o carboniza y el sólido forma un depósito. Ocasionalmente, si hay presente aceite o grasa de ro-
damientos a bolillas se forma un depósito en las paredes de los tubos, que al desprenderse los pueden ob-
turar.
Disminución del pH
Muchas sustancias orgánicas, particularmente los azúcares, se carbonizan completamente formando ácidos
orgánicos. En sistemas de alta presión que usen procesos de ablandamiento con fosfato controlado por pH,
estos ácidos pueden disminuir el pH a 3 o 4. Esto es gravísimo porque causa corrosión ácida en la caldera.
Contaminación de resinas de intercambio
Las sustancias orgánicas presentes en el condensado producirán la disminución de actividad de las resinas
de intercambio iónico usadas para desmineralizar el agua cruda enviada a la caldera, e incluso pueden des-
truirlas o inutilizarlas por completo. El aceite por ejemplo las inutiliza de forma irreversible porque recubre
los granos de resina tapando sus poros e inactivando su capacidad de intercambio de iones. Si se mezcla
condensado con agua cruda y hay presente aceite en mínimas proporciones en cualquiera de los dos es in-

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evitable que haya serios problemas con las resinas. Se han informado casos en la literatura de lechos de
resina totalmente tapados, con pérdidas totales por valor de centenares de miles de dólares.
Otros problemas
La magnitud de los trastornos que puede causar la presencia de contaminantes en el condensado depende
de su cantidad. También depende del tipo de proceso de ablandamiento que se use, como vimos en el pá-
rrafo anterior. Por ejemplo una cantidad muy grande de aceite en el condensado puede tapar las trampas
de vapor o trabarlas causando la pérdida de vapor, y también puede obturar válvulas de control y aumentar
la deposición de sólidos en la caldera.

9.8.7.1 Monitoreo del condensado


Se deben implementar dos controles básicos. Además del control de conductividad eléctrica se debe mon-
tar una celda de medición continua de transparencia o celda turbidimétrica. Esta mide constantemente la
presencia de partículas sólidas o líquidas presentes en el condensado y controla el flujo para desviarlo a
desecho si la turbidez excede los valores máximos. Como muchos de los contaminantes (en particular los
aceites) son insolubles en agua, aumentan su turbidez. También es posible detectar visualmente la presen-
cia de aceites (aun en proporciones minúsculas) por la iridiscencia que producen en la superficie libre del
condensado.
Otros parámetros que se pueden monitorear son: el color, la fluorescencia (muchas sustancias orgánicas
emiten luz en el rango visible al ser atravesadas por luz ultravioleta), la absorción en el infrarrojo y los análi-
sis de laboratorio que requieren instrumentación mas sofisticada, como la cromatografía de fase gaseosa.
El monitoreo se debe hacer por ramales tratando de controlar la menor porción posible del retorno de con-
densado, para poder detectar con la mayor prontitud el origen de la contaminación. Lo ideal sería monito-
rear cada equipo para poder aislarlo de inmediato pero esto en general no es posible.

9.8.7.2 Medidas correctivas


Se puede impedir que el condensado contaminado ingrese a la caldera tomando las siguientes medidas co-
rrectivas.
Eliminar las fugas
Es la forma mas lógica y evidente aunque no siempre la mas fácil de implementar rápidamente. En grandes
refinerías de petróleo, por ejemplo, donde hay cientos de intercambiadores de calor y rehervidores conte-
niendo miles de tubos de intercambiador, localizar y eliminar una fuga puede ser una tarea que demande
días y a veces semanas. A veces el reemplazo del equipo fallado (cuando no es económica su reparación)
puede llevar mucho tiempo, y en el ínterin es preciso hacer algo para impedir que se contamine la caldera o
se pierdan grandes cantidades de condensado.
Tirar el condensado contaminado
Esto es lo primero que hay que hacer apenas se detecta la contaminación, hasta que se averigua su causa
y se elimina o resuelve la misma. A veces es la única solución posible si el nivel de contaminación es tan
grave que su eliminación se hace imposible o antieconómica. De todos modos teniendo en cuenta el impac-
to ambiental es probable que no se pueda continuar tirando indefinidamente el condensado, de modo que
solo se la puede considerar como una solución provisoria.

9.8.7.3 Tratamiento del condensado


Siempre es posible implementar sistemas de tratamiento cuando las causas de la contaminación no se
pueden prevenir total o definitivamente. El tipo de tratamiento a aplicar dependerá de consideraciones téc-
nicas y económicas que varían en cada caso particular según el tipo de contaminación y su intensidad.
Coagulación y filtración
Esta técnica es una de las mas efectivas para eliminar aceites. Se suelen usar filtros prensa para eliminar
casi totalmente los aceites y otros hidrocarburos. En esta técnica la consideración mas importante es la
selección del medio filtrante, ya que deberá ser capaz de retener el contaminante con una caída de presión
razonable. Los medios filtrantes mas comunes son tela de algodón, polímeros sintéticos, fibra de vidrio, ce-
lulosa, metal, fibra de carbono, materiales cerámicos y otros sólidos porosos, arena y otros sólidos granula-
res semejantes. La efectividad del filtro se puede mejorar agregando coadyuvantes de filtración.
Ultrafiltración
Esta técnica resulta exitosa en la separación de mezclas difíciles de separar, como aceite de máquina y
agua. Una membrana actuando bajo presión separa un contaminante de su solvente si tiene la porosidad
adecuada. Es posible separar muchos contaminantes si se colocan en serie membranas de diferente poro-
sidad. La pureza del agua que sale de un filtro operando adecuadamente puede ser menor de 0.1 partes
por millón (0.1 mg/litro) de aceite.
Resinas de adsorción
Se han desarrollado una serie de polímeros capaces de adsorber hidrocarburos emulsionados en agua.
Pueden producir agua con contenidos menores de 1 parte por millón de aceite. Se pueden usar a tempera-

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turas de hasta 100 °C. Su capacidad de adsorción es muchas veces superior a la del carbón activado en la
remoción de hidrocarburos halogenados (como son muchos solventes industriales) y se pueden regenerar
por dos mecanismos: por lavado con vapor vivo o con solventes, o con una mezcla de vapor de agua y de
solvente. Son bastante mas caros que el carbón activado pero prestan un mejor servicio.
Sedimentadores por gravedad
Los separadores líquido-líquido son capaces de tratar grandes volúmenes de aguas contaminadas con
aceites. La separación efectiva supera el 0.1% de la concentración original si las dos fases tienen una dife-
rencia de densidades de 0.1 o menos. Sin embargo, sólo se pueden usar para separar emulsiones inesta-
bles, es decir aquellas que tienden a separarse espontáneamente en sus componentes. No son aplicables
a mezclas de líquidos miscibles, emulsiones estabilizadas o emulsiones que contengan contaminación, par-
ticularmente de naturaleza gelatinosa. En el mejor de los casos pueden eliminar la mayor parte del conta-
minante pero no producen agua de calidad suficiente como para alimentar calderas. Un párrafo aparte me-
rece el tratamiento de agua de enfriamiento. Por sedimentación es posible obtener concentraciones meno-
res de 1 a 2 ppm de aceites en el agua. Esto permite su reutilización o su descarte ya que la reglamenta-
ción internacional vigente permite tirar agua con concentraciones menores de 8 ppm en los ríos, lagos o la-
gunas, hasta 25 ppm en aguas marinas costeras (150 millas de la costa) y hasta 30 ppm en alta mar (mas
de 150 millas de la costa).
Lavado con vapor
Esta técnica se usa mucho en refinerías de petróleo. El proceso puede producir concentraciones de hidro-
carburos menores de 50 partes por millón si la concentración original del contaminante en el agua es baja,
pero en la mayoría de los casos es mucho mayor dependiendo del tipo de contaminante y de la concentra-
ción original del contaminante. No es un proceso barato y requiere equipos costosos.
Procesos de flotación
La flotación con aire puede ser un procedimiento efectivo si no hay presentes estabilizadores o emulsionan-
tes químicos. El proceso involucra la disolución de aire en el agua. El aire disminuye la densidad del aceite
y aumenta la velocidad de ascenso de las gotitas de aceite disperso.
Una forma de airear el agua es insuflando aire a través de platos distribuidores sumergidos. Otra utiliza un
agitador a turbina para dispersar el aire que se disuelve en el agua bajo presión, y en la tercera se satura
una parte del efluente con aire a 2-3 atmósferas de presión, para mezclarlo luego con el condensado sin
tratar, y entonces la descompresión produce la liberación del aire en forma de minúsculas burbujas. No es
un método capaz de producir agua de calidad suficientemente buena para alimentar a la caldera, pero se
puede combinar con otros métodos de tratamiento. Es muy eficaz para separar rápidamente líquidos inmis-
cibles, como aceites e hidrocarburos.

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9.9 Ciclos binarios


La sustancia de trabajo usada en casi todos los sistemas de vapor para generar energía es el vapor de
agua. La principal razón es económica, al ser el agua la sustancia mas fácil de obtener en grandes cantida-
des con un razonable grado de pureza. Sin embargo, el vapor de agua está muy lejos de ser la sustancia
ideal. Se ha gastado una considerable cantidad de tiempo y dinero en investigar posibles alternativas, en
busca de una sustancia mas adecuada que permita mejorar el rendimiento del ciclo de Rankine para acer-
carlo mas al del ciclo de Carnot, sin tener que recurrir a complejos sistemas como el ciclo regenerativo.
Entre otros, se recurrió al mercurio como fluido de trabajo, pero existen varios problemas con esta sustan-
cia. En primer lugar el precio, ya que es muy caro, y en segundo lugar el hecho de que sus vapores son
sumamente tóxicos. No obstante, las experiencias realizadas con mercurio despertaron interés en los ciclos
binarios. Un ciclo binario es un sistema que usa dos fluidos de trabajo, por ejemplo mercurio y agua.
Este sistema consiste en realidad de dos ciclos separados, uno que usa mercurio y el otro que usa agua
como fluido de trabajo. La disposición física del sistema se puede observar en el siguiente croquis.

El mercurio se vaporiza en la caldera a 932 ºF (500


ºC) y se expande en forma isentrópica en su turbi-
na. En el condensador intercambia calor con el
agua líquida. Al condensarse el mercurio calienta y
evapora al agua, pero sin alcanzar a recalentar el
vapor, lo que se consigue en un recalentador situa-
do en el horno de la caldera. El vapor de agua reca-
lentado entra a una turbina separada de la del mer-
curio, donde se expande en forma isentrópica.
Para las condiciones operativas que se observan en
el diagrama de la izquierda, el ciclo del mercurio
suministra una potencia equivalente al 27.4% del
calor total consumido, mientras que el ciclo del agua
desarrolla una potencia equivalente al 29.4% del ca-
lor total consumido. La suma de ambas cifras es
56.8%, que equivale al rendimiento combinado del
ciclo, y el 43.2% restante del calor consumido se
desperdicia en el condensador de vapor.
Para tener un término de comparación, el ciclo de
Carnot equivalente, es decir el ciclo que opera entre
las temperaturas extremas de 500 ºC y 32 ºC tiene
un rendimiento igual a: 100(1–305/773)= 60.5%. El
cociente del rendimiento del ciclo binario sobre el
rendimiento del ciclo de Carnot equivalente es:
0.94. Este es un muy buen índice de aprovecha-
miento de la energía, y por eso el ciclo binario de
mercurio despierta tanto interés, a pesar de los in-
convenientes citados.
Se ha experimentado con otras sustancias para reemplazar al mercurio. Los ciclos binarios se pueden clasi-
ficar según el papel que juega el vapor de agua. Cuando el vapor de agua se usa como fluido de baja tem-

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peratura (como en el caso del ciclo de mercurio y agua) se dice que es un ciclo de baja temperatura, y
cuando el vapor de agua se usa como fluido de alta temperatura se dice que es un ciclo de alta temperatu-
ra. Hasta ahora en los intentos mas exitosos se ha usado vapor de agua como fluido de alta temperatura y
un fluido orgánico como fluido de baja temperatura. En este enfoque el vapor de agua juega el mismo papel
que el mercurio en el ciclo binario anterior, y el fluido orgánico es un líquido de bajo punto de ebullición, ge-
neralmente un hidrocarburo: propano, butano o alguno de los fluidos usados en ciclos frigoríficos.
Un ciclo binario de alta temperatura funciona de la misma forma que el ciclo mercurio-agua, solo que el
agua ocupa el lugar del mercurio, y un hidrocarburo ocupa el lugar del vapor de agua en el ciclo binario de
mercurio y agua. El vapor de agua se condensa en el condensador de vapor de agua intercambiando calor
con el hidrocarburo líquido, que se vaporiza. El vapor de agua y el vapor de hidrocarburo impulsan turbinas
distintas, produciendo trabajo por separado. El siguiente croquis muestra el sistema.

Ejemplo 9.13 Cálculo de un ciclo binario.


En un ciclo binario destinado a la producción de energía eléctrica se tiene una caldera de vapor que opera
según un ciclo de Rankine. La turbina de vapor de agua se alimenta con vapor sobrecalentado a 40 bar y
500 °C. La condensación de vapor de agua se realiza a 1 bar y el calor retirado en la condensación se
transfiere a un segundo ciclo de Rankine diseñado para operar a baja temperatura que usa R-134a como
fluido de trabajo. El R-134a es un líquido orgánico que se usa como fluido frigorífico y que se describe
detalladamente en el apartado 10.2.1 del capítulo 10. Este ciclo opera sin sobrecalentamiento, por lo tanto
el vapor del fluido orgánico está saturado a la entrada a la turbina con una temperatura de 80 °C. La
condensación del R-134a se produce a 20 °C.
La potencia generada en el ciclo de vapor de agua es de 10.000 KW; parte se consume en la propia fábrica
y el resto se aporta a la red eléctrica nacional. La potencia generada en el ciclo de R-134a se aporta a la
red. Suponiendo que no hay pérdidas de calor, despreciando el trabajo de las bombas y suponiendo expan-
siones reversibles en las turbinas de ambos ciclos calcular:
1. El caudal de agua que circula por el ciclo de Rankine de vapor de agua.
2. El caudal de R-134a que circula por el ciclo de Rankine de fluido orgánico.
3. La potencia generada en el ciclo del R-134a.
4. Rendimiento térmico del ciclo del R-134a.
5. Rendimiento exergético del sistema si la temperatura del medio es 25 ºC.
Observaciones. Los datos del vapor de agua se encuentran en el Apéndice del capítulo 3 y los del refrige-
rante R-134a en el Apéndice del capítulo 10.
Solución
1. Cálculo del caudal de agua.
Haciendo un balance de energía por medio del Primer Principio para sistemas abiertos en la turbina
tenemos la siguiente ecuación. Los subíndices se refieren a la figura anterior.
W&
W& = m& (h1 − h2 ) ⇒ m& =
h1 − h 2
Sabemos que el punto 1 corresponde a una presión de 40 bar y una temperatura de 500 °C. De ta-
bla o gráfica de propiedades del vapor de agua obtenemos h1 = 3445 KJ/Kg y la entropía específica
es s1 = 7.0909 KJ/(Kg ºK). Para el punto 2 tenemos una presión de 1 bar. Asumimos que la expan-
sión es isentrópica; entonces s2 = s1 y obtenemos una entalpía h2 =2576 KJ/Kg; el título x = 0.956.
Por lo tanto:
W& 10000 Kg
m& = = = 11.51
h1 − h2 3445 − 2576 seg

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2. Cálculo del caudal de R-134a.


Para calcular este caudal establecemos un balance de energía en el condensador de vapor de
agua, que también es el vaporizador de R-134a.
h2 − h3
m& H 2 O (h2 − h3 ) = m& R -143a (h A − hC ) ⇒ m& R -143a = m& H 2O
h A − hC
En el punto 3 el agua se encuentra como líquido saturado a la presión de 1 bar, y su entalpía es h3
= 417.51 KJ/Kg; la entropía específica es s3 = 1.3027 KJ/(Kg ºK). Para el punto A, a 80 ºC y en con-
dición de vapor saturado seco la entalpía del R-134a es hA = 280.4 KJ/Kg y su entropía específica
es sA = 0.888 KJ/(Kg ºK). Para el punto C a 20 ºC y en condición de líquido saturado la entalpía del
R-134a es hC = 78.8 KJ/Kg y su entropía específica es sC = 0.299 KJ/(Kg ºK). En consecuencia:
h − h3 2576 − 417.51 Kg
m& R -143a = m& H 2O 2 = 11.51 = 123 .235
h A − hC 280.4 − 78.8 seg
3. Potencia generada en el ciclo del R-134a.
La potencia generada se obtiene de un balance de energía en la turbina del R-134a.
W& R -143a = m& R -143a (h A − h B )
En el punto B el vapor del R-134a se encuentra a 20 ºC y con la misma entropía del punto A puesto
que asumimos que la expansión en la turbina es isentrópica. En tablas o gráficos de propiedades
del R-134a obtenemos: hB = 251.6 KJ/Kg con un título x = 0.947. En consecuencia:
W& R -143a = m& R -143a (h A − h B ) = 123 .235 (2 80 .4 − 251 .6 ) = 3546 KW
4. Rendimiento térmico del ciclo del R-134a.
El calor que recibe el R-134a se puede calcular en función del caudal y la diferencia de entalpías.
Q R -143a = m& R -143a (h A − hC ) = 123 .235 (2 80 .4 − 7 8.8 ) = 24844 .2 KW
W 3546
η= = = 0.1427 ≡ 14.27%
Q 24844 .2
5. Rendimiento exergético del sistema.
El rendimiento exergético del sistema se obtiene dividiendo el trabajo producido (que es la suma de
la potencia de ambas turbinas) dividido las exergías consumidas, que es la variación de exergías
del vapor de agua entre los estados 1 y 3. Entonces resulta:
W H O + W R -143a 10000 + 3546
2
η ex = = =
∆B1-3 m& H 2O [(h1 − h3 ) − T0 (s 1 − s 3 )]

13546
= = 0.9035 ≡ 90.35%
11.51[(3445 − 417.51) − 298 (7.0909 − 1.3027 )]
Este es un valor muy bueno, que indica un excelente aprovechamiento de las exergías disponibles. Note
que la temperatura del medio es 25 ºC a pesar de que la temperatura del condensador de vapor de R-134a
es 20 ºC. Esto muestra que la temperatura del medio no siempre es igual a la menor temperatura alcanzada
en el sistema.

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BIBLIOGRAFIA
• “Termodinámica” – V. M. Faires.

• “Principios de los Procesos Químicos” Tomo II (Termodinámica) – Houghen, Watson y Ragatz.

• “Termodinámica para Ingenieros” – Balzhiser, Samuels y Eliassen.

• IFC Secretariat, Verein Deutscher Ingenieure, “Thermodynamic Property Values of Ordinary Water
Substance”, March 1968.

• “Tratato Generale delle Macchine Termiche ed Idrauliche” Tomo II – M. Dornig.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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CAPITULO 10
CICLOS FRIGORIFICOS

10.1 Objeto y procesos de la refrigeración


La refrigeración se emplea para extraer calor de un recinto, disipándolo en el medio ambiente. Como esta
puede ser también la definición del enfriamiento común, precisaremos un poco mas: se dice que hay refri-
geración cuando la temperatura deseada es menor que la ambiente. En este aspecto un equipo frigorífico
funciona como una bomba de calor, sacando calor de la fuente fría y volcándolo a la fuente cálida: aire,
agua u otro fluido de enfriamiento. Es de gran importancia en la industria alimentaria, para la licuación de
gases y para la condensación de vapores.

10.1. 1 Clases de procesos frigoríficos


La refrigeración se puede producir por los medios siguientes.
• Medios termoeléctricos.
• Sistemas de compresión de vapor.
• Expansión de gases comprimidos.
• Expansión estrangulada o expansión libre de gases comprimidos.
En la mayor parte de los sistemas industriales, comerciales y domésticos se usa la segunda opción, es de-
cir, los sistemas por compresión de vapor. Por su difusión se destacan dos sistemas: la refrigeración por
compresión de vapor y la refrigeración por absorción. Ambos tipos producen una región fría por evapora-
ción de un fluido refrigerante a baja temperatura y presión. En la refrigeración por compresión se consume
energía mecánica en un compresor que comprime el fluido de trabajo evaporado que viene del evaporador
(cámara fría) de modo que el calor que tomó el fluido refrigerante en el evaporador pueda ser disipado a un
nivel térmico superior en el condensador. Luego de ello el fluido pasa a un expansor que es una simple vál-
vula o restricción (orificio capilar) de modo que el fluido condensado (líquido) a alta presión que sale relati-
vamente frío del condensador al expandirse se vaporiza, con lo que se enfría considerablemente ya que pa-
ra ello requiere una gran cantidad de calor, dada por su calor latente de vaporización, que toma precisa-
mente del recinto refrigerado.
En la refrigeración por absorción, el calor que toma el fluido refrigerante a baja temperatura y presión es
cedido a temperatura intermedia y alta presión luego de haber sido evaporado de una solución por medio
de calentamiento. Se diferencia del anterior por no requerir energía mecánica (no hay compresor) y se pue-
de usar cualquier fuente de calor que resulte económica.

10.1.2 Análisis exergético de los procesos frigoríficos


Los procesos frigoríficos se deben analizar con la ayuda del Segundo Principio de la Termodinámica para
alcanzar una adecuada comprensión de su naturaleza y del motivo de que sean tan costosos. Ya hemos
tratado esta cuestión cuando estudiamos la pérdida de capacidad de realizar trabajo en el apartado 5.10.4
del capítulo 5. El enfoque que usamos allí se basaba en la ecuación de Gouy-Stodola. Ahora trataremos el
problema desde el punto de vista del análisis exergético.
Como se recordará, en el apartado 5.14.2 del capítulo 5 se definió la exergía del calor Q1 intercambiado por
el sistema con una fuente a temperatura T1 en la ecuación (5-51), que reproducimos por comodidad.
T0  T 
Bq = Q1 − Q1 = Q1 1 − 0  (5-51)
T1  T1 
En esta ecuación T0 es la temperatura del medio ambiente. De la misma se deduce que la exergía que se
transmite a la temperatura T0 vale cero. Esto significa que cuando T1 es igual a la temperatura del medio
ambiente la exergía del calor es nula. ¿Qué sucede en los procesos frigoríficos, en los que el intercambio
de calor se produce con una fuente a menor temperatura que la ambiente?. Basta examinar la ecuación (5-
51) para deducir que en este caso la exergía del calor es negativa. ¿Qué significa un valor negativo de la
exergía?. Significa que el flujo de exergía tiene una dirección opuesta a la que tendría el flujo espontáneo
de calor. También tiene otra interpretación bastante inquietante. Como la exergía es la capacidad de produ-
cir trabajo de la energía disponible, un valor negativo representa un consumo de trabajo, lo que nos dice
que para poder producir el flujo de energía hacia fuentes con menor temperatura que la ambiente es nece-

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sario entregar trabajo al sistema. Además, la magnitud del flujo exergético depende de la diferencia entre
las temperaturas de la fuente fría y el ambiente, de modo que cuanto mas baja es la temperatura de la fuen-
te fría tanto mas costosa resulta la refrigeración.
Para precisar el análisis, supongamos tener un sistema de refrigeración por
compresión tal como el que se muestra en el esquema de la derecha, cuyo ob-
jeto es la extracción de calor Q1 de la fuente fría consumiendo trabajo W.
El balance exergético se puede plantear en la siguiente forma. La exergía que
ingresa al sistema tiene que ser igual a la que sale mas la que se destruye. Es
decir:
W + Bq1 = Bqo + σ
En esta relación W representa la exergía del trabajo. Puesto que el trabajo es
por definición exergía pura, son numéricamente iguales.
El término σ representa la destrucción de exergía causada por la irreversibilidad
inherente al proceso. Puesto que no es posible crear exergía, se deduce que la
destrucción de exergía debe ser siempre positiva (o a lo sumo nula, en el caso
límite e ideal de que todo el proceso sea reversible) de donde se deduce que
es siempre positiva.
Cuanto mayor sea σ tanto mas costosa será la operación, dado que la exergía
del trabajo (que es proporcional al propio trabajo) aumenta con σ. Lamentable-
mente no podemos predecir el valor de σ. Pero conociendo la magnitud de las corrientes de energía inter-
cambiadas por el sistema en forma de calor y trabajo es posible calcularla para sistemas específicos, lo que
permite comparar la destrucción de exergía de los distintos sistemas.
El análisis exergético no distingue entre exergía proveniente del calor
y exergía proveniente del trabajo. Esto sugiere que se puede reempla-
zar la energía en forma de trabajo por energía en forma de calor. En el
croquis que vemos a la izquierda se ilustra esta idea. En este esque-
ma tenemos una fuente a una temperatura Td mayor que la ambiente,
que suministra energía en forma de calor Qd al sistema. Una disposi-
ción de esta clase es típica de los procesos de absorción.
El balance exergético en este caso es el siguiente.
Bqd + Bq1 = Bqo + σ
Puesto que el balance en este caso no difiere sustancialmente del an-
terior, podemos aplicar las mismas deducciones que antes. Poco im-
porta la naturaleza de la fuente emisora de calor Qd al sistema ya que
en definitiva sólo nos interesa la naturaleza de las causas de las irre-
versibilidades que originan la destrucción de exergía, ya que esta es la
que consume energía por la vía de su inutilización.

10.2 Refrigeración por compresión de vapor


Recordemos el ciclo de Carnot. Aquí opera
como máquina frigorífica, es decir que se re-
corre en sentido antihorario.
A lo largo de la trayectoria de expansión b→ →c
se entrega calor q2 al ciclo aumentando la ca-
lidad de vapor a temperatura constante T2.
Luego una compresión adiabática (isentrópi-
ca) a lo largo de c→ →d eleva su temperatura
hasta T1. Entonces se condensa el vapor a
temperatura constante T1 cediendo calor q1. El
líquido así obtenido se expande isentrópica-
mente a lo largo de a→ →b, enfriándose hasta la
temperatura T2. Lógicamente, como el proce-
so consume trabajo W el calor q1 deberá ser
mayor que el calor q2. El rendimiento de una
máquina frigorífica se mide en términos de lo
obtenido (calor q2 extraído de la zona fría) so-
bre lo gastado para ello, que en este caso es
el calor (q1 – q2) o sea el trabajo W.

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En la realidad el proceso no es tan simple. Trataremos de visualizarlo con ayuda del siguiente croquis.

En el mismo por simplicidad se ha omitido el separador de líquido que normalmente se instala a la salida de
la válvula. Este es un tanque o vasija donde se separa el gas del líquido. Este último va al evaporador mien-
tras que el gas pasa directamente al compresor.
El condensador en los sistemas mas simples es un intercam-
biador de calor del tipo “radiador” a aire. Un ciclo típico por
compresión de una sola etapa se puede ver en el diagrama T-S
que vemos a la izquierda.

Las diferencias con el ciclo de Carnot se deben a los hechos


siguientes:
a) La evaporación no es isentrópica porque se suele
hacer a través de una restricción, o sea que resulta
isentálpica, espontánea y por ello fuertemente irrever-
sible, es decir, con aumento de entropía;
b) La compresión se lleva a cabo hasta que el vapor se
recalienta.
El calor absorbido en el evaporador (la fuente fría) se obtiene
de la siguiente ecuación.

Q2 = calor absorbido en el evaporador = Ha − Hd (10-1)


Puesto que por lo general se conoce el calor que se debe eliminar en el evaporador, que suele ser un dato,
podemos calcular el caudal de masa de fluido frigorífico que circula por el evaporador. El calor extraído por
unidad de masa en el evaporador es:
Q2
q2 = ha − hd ⇒ Q2 = m& × q2 ⇒ m& =
ha − hd
Q1 = calor cedido en el condensador = Hb − Hc (10-2)
W es el trabajo realizado en el compresor:
W = ( Hb − H c ) − ( H a − H d ) (10-3)
→d es casi isentrópica, es:
Como la expansión c→
H c = H d ⇒ W = Hb − H a (10-4)
Por lo tanto el Coeficiente de Eficiencia Frigorífica (cef) es:
Q2 H a − H d
cef = = (10-5)
W Hb − Ha
→d tenemos que
En realidad, además de la pérdida de eficacia debida a la irreversibilidad de la expansión c→
tener en cuenta que cuanto mayor es la relación de compresión tanto mayor es la eficacia del compresor.
Para una sola etapa, rendimientos típicos de compresores alternativos de amoníaco vienen dados por las
expresiones siguientes:

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P  P 
ηS = 0.86 − 0.038 f  ηV = 1.0 − 0.05 f 
 Pi   Pi 
Si bien estas expresiones sólo son aproximadamente válidas para compresores alternativos, se encuentran
relaciones similares para otros tipos de compresor. Para compresores alternativos el rendimiento isentrópi-
co oscila entre 0.85 para compresores chicos hasta 0.93 en compresores grandes. El rendimiento volumé-
trico va desde 0.6 a 0.7 para compresores chicos (hasta 10000 frig./hora) hasta 0.7 a 0.8 para compresores
medianos (hasta 50000 frig./hora) hasta 0.8 a 0.88 en compresores grandes (> 50000 frig./hora).
Para instalaciones frigoríficas de gran tamaño se suelen usar compresores centrífugos. Por ejemplo en una
instalación de 3,000,000 frigorías por hora funcionando con Freon 12 de temperatura de ebullición –40 °C el
3
compresor debe aspirar alrededor de 20000 m /hora de vapor. Empleando un compresor horizontal a pistón
de dos etapas la primera etapa debería tener un diámetro de 1.5 m., mientras que un compresor centrífugo
será mucho menos costoso, ya que su peso, incluido reductor, será siete veces menor.
Los compresores centrífugos son muy usados para ciclos frigoríficos. Pueden ser herméticamente cerrados,
semiherméticos o abiertos. Los equipos herméticos tienen el motor y la caja del compresor integrados en un
solo conjunto, lo que permite obtener dos ventajas. Por un lado se reducen las fugas de fluido al mínimo, y
por otro el enfriamiento del motor lo hace el propio fluido refrigerante lo que permite un diseño mas compac-
to y económico. Todos los refrigeradores domésticos y comerciales chicos tienen esta disposición llamada
de “equipo sellado”.
Los compresores centrífugos semiherméticos tienen la ventaja de permitir un acceso mas fácil que los her-
méticos en caso de fallas. Muchos compresores de media capacidad son semiherméticos. En un compresor
abierto el motor y el impulsor están instalados en cajas separadas, así que hay un eje que pasa a través de
la caja del compresor lo que obliga a tener un sello para evitar fugas entre el eje y la caja. La razón de que
sigan usándose es que consumen menos energía que los de tipo sellado, típicamente de un 2 a un 4% me-
nos. Por ese motivo muchos equipos grandes son de tipo abierto.
En general, los compresores alternativos se están dejando de lado en favor de diseños rotativos (por ejem-
plo de tornillo) en instalaciones de mas de 500,000 frigorías/hora ya que su rentabilidad es mayor.

10.2.1 Fluidos frigoríficos


La siguiente tabla proporciona las siglas o formas abreviadas de los nombres de muchos fluidos refrigeran-
tes usados en la actualidad. Además de las siglas que figuran en la tabla existen muchas denominaciones
comerciales.
Sigla Nombre químico Sigla Nombre químico
R-11 Triclorofluorometano – CCl3F R-227 Heptafluoropropano
R-12 Diclorodifluorometano – CCl2F2 R-290 Propano – CH3-CH2-CH3
R-13 Clorotrifluorometano – CClF3 R-C318 Octafluorociclobutano
R-13B1 Bromotrifluorometano – CBrF3 R-407A Mezcla de R-32, R-125 y R-134a (1)
R-14 Tetrafluoruro de carbono – CF4 R-407B Mezcla de R-32, R-125 y R-134a (2)
R-21 Diclorofluorometano – CHCl2F R-407C Mezcla de R-32, R-125 y R-134a (3)
R-22 Clorodifluorometano – CClF2 R-410A Mezcla de R-32 y R-125 al 50% en peso
R-23 Trifluorometano – CHF3 R-500 Azeótropo de R-12 y R-152ª
R-32 Difluoroetano – C2H4F2 R-502 Azeótropo de R-12 y R-115
R-40 Cloruro de metilo – CClH3 R-503 Azeótropo de R-23 y R-13
R-40 Metano – CH4 R-504 Azeótropo de R-32 y R-115
R-113 Triclorotrifluoroetano – CCl2F-CClF2 R-507 Mezcla de R-125 y R-143a 50% en peso
R-114 Diclorotetrafluoroetano – CClF2-CClF2 R-600 n-Butano
R-115 Cloropentafluoroetano – CClF2-CF3 R-600a Isobutano
R-125 Pentafluoroetano – CHF2-CF3 R-717 Amoníaco – NH3
R-134ª Tetrafluoroetano – CHF2-CHF2 R-744 Dióxido de carbono – CO2
R-126 1,3-dicloro-1,12,2,3,3-hexafluoropropano R-1150 Etileno – CH2=CH2
R-142b Clorodifluoroetano R-1270 Propileno
R-152ª Difluoroetano HX4 Mezcla R-32, R-125, R-143m y R-134a (4)
R-170 Etano – CH3-CH3 MHC 50 Mezcla de R-290 y R-600a (5)
CARE 50 Mezcla de R-170 y R-290 6/94 moles %
Notas aclaratorias
(1) R-407A es una mezcla de 19 a 21% en masa de R-32 + 38 a 42% en masa de R-125 + 38
a 42% en masa de R-134a.
(2) R-407B es una mezcla de 9 a 11% en masa de R-32 + 68 a 72% en masa de R-125 + 18 a
22% en masa de R-134a.

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(3) R-407C es una mezcla azeotrópica ternaria de R-32, R-125 y R-134a en proporción
23/25/52% en peso. Límites: 22 a 24% en masa de R-32, 23 a 27% en masa de R-125 y 50
a 54% en masa de R-134a.
Los refrigerantes R-407 son un buen sustituto para el R-22 que, como veremos enseguida, está condenado
a desaparecer de la mayor parte de las aplicaciones.
(4) HX4 es una mezcla de R-32, R-125, R-143m y R-134a en proporción 10/33/36/21% en pe-
so.
(5) MHC 50 es una mezcla de 50% en peso de R-290 y R-600a.
Selección del fluido frigorífico
Cuando reflexionamos sobre el problema de la selección de un fluido frigorífico de compresión de vapor
vemos de inmediato que la elección obvia es el vapor de agua, tanto desde el punto de vista del precio co-
mo de las características de sustancia inocua, comparativamente no corrosiva, facilidad de obtención al es-
tado puro, estabilidad físico-química y seguridad de su empleo. Por desgracia, las propiedades termodiná-
micas del vapor de agua no lo convierten en la mejor elección aunque no sea imposible usarlo, como de
hecho se usó en el pasado. La causa de que no se use extensivamente el vapor de agua en ciclos frigorífi-
cos de compresión de vapor es la presión extremadamente pequeña que debe tener el evaporador para
poder alcanzar las bajas temperaturas que nos interesan en la práctica.
Si la evaporación se hiciese a presión atmosférica habría una temperatura de 100 ºC en el evaporador, difí-
cilmente un valor aceptable en refrigeración. Supongamos ahora que estamos pensando en un sistema de
refrigeración para el aire acondicionado de una oficina, donde nos proponemos mantener una temperatura
del aire de 20 ºC. Para que el sistema de aire acondicionado sea efectivo técnica y económicamente tiene
que enfriar una parte del aire; por ejemplo la quinta parte, a una temperatura menor, digamos a unos 10 ºC.
A una temperatura de 10 ºC en el evaporador la presión de vapor tendría que ser de alrededor de 12 mbar,
2
o sea unos 0.0125 Kgf/cm . Si queremos alcanzar una temperatura menor, como ser 0 ºC para fabricar hie-
2
lo, necesitaríamos operar el evaporador a una presión de 0.00623 Kgf/cm .
Cuando enfrentamos el problema práctico de manejar grandes cantidades de masa de vapor de agua a tan
bajas presiones se plantean de inmediato dos dificultades serias. La primera, es la propia presión, que es
muy baja. Resulta complicado (¡y muy caro!) mantener estanco el sistema cuando funciona bajo vacío. La
segunda es que a muy baja presión el vapor de agua tiene una densidad muy pequeña, o lo que es lo mis-
mo un volumen específico demasiado grande, lo que demandaría un tamaño desmesurado de tuberías y
compresor y un consumo gigantesco de energía en el compresor para poder manejar el caudal de masa
necesario para alcanzar un efecto frigorífico adecuado. Vemos entonces que el fluido frigorífico apropiado
no sólo debe tener un bajo punto de ebullición (que es el que determina la temperatura del evaporador, y
por lo tanto de la cámara fría) sino también una densidad lo mas elevada que sea posible para que el con-
sumo de energía en el compresor por unidad de masa de fluido que circula sea lo mas bajo posible. Esto
requiere moléculas con peso molecular elevado, cosa que el agua no tiene, y el amoníaco mas o menos.
La necesidad de encontrar fluidos frigoríficos que cumplan estas condiciones impulsaron las investigaciones
y se obtuvieron una limitada cantidad de fluidos que cumplen estos requisitos, además de otras propieda-
des que detallamos a continuación.
1. Temperatura y presión de ebullición en el evaporador. Conviene que la presión de ebullición sea
mayor que la atmosférica para que el equipo no funcione al vacío, ya que cualquier filtración podría
admitir aire y humedad al interior del circuito de fluido frigorífico, lo que sería muy perjudicial. Para
evitar esa filtración, sería necesario que la pared de los tubos sea gruesa, lo que dificulta el inter-
cambio de calor.
2. Temperatura de congelación. La temperatura de congelación del fluido refrigerante debe ser muy
inferior a la mínima temperatura alcanzada por el sistema para alejar cualquier peligro de que se
congele el fluido.
3. Temperatura y presión críticas. Conviene que el sistema funcione a presión y temperatura muy infe-
riores a los valores críticos. Si no fuese así sería difícil licuar el fluido refrigerante o el enfriador de
vapor en la etapa posterior al compresor tendría dimensiones exageradas. Esto se debe a que el
enfriamiento que se produce en el condensador ocurriría en la zona de gas, en lugar de ocurrir en la
zona de coexistencia líquido-vapor, en la cual los coeficientes de intercambio de calor son mayores
y en consecuencia habrá un intercambio de calor también mayor. Por otra parte, al ser menores los
gradientes de temperatura requeridos, resulta también menor la irreversibilidad lo que mejora el
rendimiento.
4. Presión media de operación del equipo. Los componentes críticos (el evaporador y el condensador
de vapor) deben ser muy robustos si el equipo funciona a una presión elevada, lo que encarece el
equipo. Además el consumo de energía en el compresor resulta demasiado grande.

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5. Volumen específico pequeño (o densidad grande); como acabamos de explicar, es un requisito ne-
cesario para mantener acotado el consumo de energía del compresor. Esta propiedad está íntima-
mente ligada con el peso molecular, porque a mayor peso molecular mayor densidad del vapor, de
modo que resultan preferibles los fluidos frigoríficos mas pesados.
6. Calor latente y calor específico del líquido. Conviene que el calor latente de vaporización del líquido
sea elevado y el calor específico del líquido sea pequeño. La razón de este requisito es la siguiente:
la expansión isentrópica en turbina no es rentable por lo que se realiza en una restricción (etapa
c→→d). En la restricción el fluido pasa de la presión Pc a la presión Pd y por cada kilogramo de fluido
que la atraviesa se vaporiza una fracción x que requiere una cantidad de calor igual a (x λ) que pro-
duce un enfriamiento desde la temperatura Tc hasta la temperatura Td de modo que si por la estran-
gulación pasan (1 + x) Kg de fluido el balance de calor resulta:
Cp (t c − t d )
Cp (t c − t d ) = λ x ⇒ x =
λ
La fracción x de líquido evaporado durante la estrangulación no proporciona frío útil en el evapora-
dor y pasa por este sin utilidad alguna, debiendo ser comprimida posteriormente en el compresor,
es decir, se comporta como un fluido inerte desde el punto de vista de su efecto frigorífico. Por lo
tanto, es conveniente reducir esta fracción al mínimo. Para ello resulta preferible que el fluido tenga
un bajo calor específico, o un alto calor latente, o ambos a la vez. De esta manera el caudal másico
del refrigerante es menor, lo que redunda en beneficios por varias razones. En primer lugar, el costo
del refrigerante es mas bajo. En segundo término, el compresor debe impulsar menor cantidad de
fluido, lo que significa un menor tamaño del compresor y también por supuesto un menor costo de
operación.
7. Temperatura máxima alcanzada en el compresor. Esta tiene una relación muy estrecha con el ex-
ponente adiabático o politrópico. Conviene que la temperatura máxima alcanzada en el compresor
sea lo mas baja posible, para que el condensador tenga un tamaño pequeño. Además los fluidos
frigoríficos que tienen temperaturas elevadas de salida del compresor presentan mayores proble-
mas de formación de lodos y separación del aceite lubricante. La temperatura máxima alcanzada
en el compresor tiene una relación muy estrecha con el exponente adiabático o politrópico. Cuanto
mas elevado es el peso molecular tanto mas cercano a 1 resulta el exponente adiabático del gas y
tanto menor resulta el valor de la temperatura máxima alcanzada en la descarga del compresor.
8. Entropía del vapor saturado. Esta debe permanecer constante o aumentar ligeramente con la pre-
sión para que el fluido pueda entrar al condensador como un vapor húmedo o saturado. De este
modo el condensador tiene menor tamaño, y presenta menor resistencia al flujo.
9. Miscibilidad del fluido frigorífico. El fluido se debe poder mezclar con el aceite lubricante en una
amplia gama de valores, para que el aceite pueda ser arrastrado hacia el compresor y haya una lu-
bricación efectiva, particularmente en equipos industriales que usan compresores recíprocos.
10. Viscosidad baja. El fluido frigorífico está en constante circulación. La viscosidad elevada produce
mayores pérdidas por fricción en las tuberías y válvulas, que deben ser compensadas por el com-
presor, que ve así incrementado su consumo de energía.
11. No toxicidad. Los fluidos frigoríficos no pueden ser tóxicos, para que no peligre la salud de los usua-
rios en la eventualidad de una fuga accidental del fluido al exterior. Además no pueden ser conta-
minantes del medio ambiente, ni se admite una toxicidad siquiera residual cuando están o pueden
estar en contacto con alimentos.
12. Conductividad térmica. Conviene que el líquido tenga una gran conductividad térmica para que la
operación del evaporador sea mas eficiente
13. Baja capacidad de corrosión. Cuanto mas inerte sea el fluido, tanto menor ataque produce en las
partes críticas del compresor y del sistema.
14. Costo. El fluido debe ser económico y no debe ser explosivo.
15. Estabilidad. El fluido debe ser estable durante períodos prolongados.
Como solución de compromiso que aunque no satisface todas estas condiciones al menos satisface la ma-
yor parte de las mismas, se encontraron tres sustancias: el amoníaco, el dióxido de azufre y el cloruro de
metilo. Todos ellos son tóxicos, pero el amoníaco es el menos tóxico y todavía se continúa usando.
El amoníaco seco resulta particularmente atractivo debido a su elevado calor latente, a su bajo costo y a
que sólo requiere presiones moderadas. La presión en el evaporador está por encima de la presión atmos-
férica en los ciclos de amoníaco seco que funcionan a temperaturas superiores a –28 ºF, o sea –33 ºC. No
es corrosivo para las aleaciones ferrosas, aunque sí lo es para las aleaciones cuprosas, como el bronce y el
latón, y en menor medida para el aluminio. Por ser una sustancia irritante muy activa para los ojos, pulmo-
nes y nariz, tiene un nivel de riesgo de medio a alto. Además en dosis masivas es tóxico y también es in-
flamable.

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En el pasado se usaron derivados clorados de los hidrocarburos mas livianos, como el cloruro de metilo
Debido a su toxicidad ya no se usa mas desde hace mas de cincuenta años. En su lugar se crearon otros
derivados denominados cloro fluoro carburos, emparentados con el cloruro de metilo pero sin su elevada
toxicidad.

Creación de los CFC


En la década de 1920 se produjeron una serie de accidentes graves y fatales por escapes de cloruro de
metilo de tuberías en instalaciones frigoríficas que impulsaron un trabajo en el que participaron varias em-
presas privadas para buscar fluidos alternativos. Este culmina en 1928 cuando la General Motors patentó el
primer hidrocarburo halogenado (CFC o Cloro Fluoro Carburos, es decir, derivados clorados, bromados y
florados de hidrocarburos) lo que permite la construcción de los primeros acondicionadores de aire en 1932.
Sin los CFC los acondicionadores de aire no podrían funcionar a los costos actuales.
Lamentablemente, la última propiedad de la lista anterior (número 14) es la responsable de una gran canti-
dad de problemas atmosféricos. Los cloro fluoro carburos (CFC) son tan estables que cuando se descargan
a la atmósfera las moléculas se difunden hasta la estratosfera donde son descompuestas por la radiación
ultravioleta, liberando átomos de cloro que destruyen la capa de ozono. Esta destrucción del ozono es uno
de los factores causantes del efecto invernadero que produce el recalentamiento global. Además la atmós-
fera con menos ozono tiene menor capacidad para detener la radiación ultravioleta de alta energía (UV-B
de 280 a 320 nm) que produce cáncer de piel y destruye los cultivos. Se ha descubierto que un solo átomo
de cloro liberado en la alta atmósfera por los CFC puede destruir unas 100000 moléculas de ozono, como
consecuencia de una serie de reacciones en cadena. La reacción está catalizada (entre otras sustancias
químicas) por el bromo, razón por la cual los CFC que contienen bromo están en vías de desaparecer.

Nomenclatura de los fluidos refrigerantes


¿Qué significado tienen los nombres de los refrigerantes?. Tomemos por ejemplo el R-11. La R está desig-
nando obviamente a un refrigerante. Todos los refrigerantes contienen carbono y algunos pueden contener
uno o mas halógenos: cloro, bromo o flúor. También pueden contener hidrógeno. De este modo, la fórmula
general de los refrigerantes se puede escribir en forma condensada como sigue.
CxHyFzCln

Regla del 90
La regla del 90 establece que se debe cumplir la siguiente relación.
x y + 90 = x y z
En cuanto al valor de n se debe ajustar para que se cumplan las leyes de estructura química de estos com-
puestos. Se puede demostrar fácilmente que:
n = 2(x+1) – y – z
La forma de deducir la composición química de un refrigerante a partir de su nombre es la siguiente. Se
aplica la regla del 90 al valor que sigue a la R del nombre; por ejemplo el R-11 nos da: 11+ 90=101, lo que
significa que x = 1, y = 0, z = 1.
La cantidad de átomos de cloro se calcula entonces de inmediato: n = 2(1+1) – 1 = 4 – 1 = 3.
Finalmente, la fórmula química del R-11 es: C1F1Cl3 = CCl3F.
Los fluidos comúnmente usados en las instalaciones grandes (mas de 50000 frigorías/hora) son el amonía-
co y los CFC siendo mas usual el amoníaco. En instalaciones pequeñas y medianas se usan los CFC, que
están cuestionados por ser perjudiciales para la capa de ozono. Los freones tienen temperaturas de ebulli-
ción del mismo orden que el amoníaco pero permiten operar a presiones menores, con lo que el costo de
operación baja debido al menor costo de compresión. El amoníaco es tóxico y corrosivo, pero es mas usa-
do en la actualidad en instalaciones grandes.
Los freones tienen varias ventajas sobre el amoníaco. No son tóxicos ni inflamables; por otro lado su costo
es mayor. Se dividen según su composición química en cloro fluoro carburos (CFC), bromo fluoro carburos
(BFC), hidro cloro fluoro carburos (HCFC) e hidro fluoro carburos (HFC).
Los más agresivos para el medio ambiente son los CFC y BFC, de modo que su fabricación está prohibida
en todo el mundo a partir del año 2004. Menor impacto tienen los HFC. Por ese motivo, su producción está
permitida pero se limita el uso a partir del año 2004. Otros fluidos que se pueden seguir usando son mez-
clas azeotrópicas de HCFC, como los refrigerantes R-400 y R-500 a R-504. Debido a los cuestionamientos
que se hacen a los CFC y BFC, se puede usar otro gas de las mismas propiedades: el HFC-134a, quími-
camente 1,1,1,2 tetra flúor etano (un HFC), llamado normalmente “freón 134” o R-134a, que no perjudica
tanto la capa de ozono.
El R-134a reemplaza al R-12. Fórmula química: CH2F–CF3. Sinónimos: 1,1,1,2-tetrafluoroetano, HFC-134a,
Freon 134a, SUVA-134a, Genetron-134a, Forane-134a, KLEA-134a. Características físicas: se trata de un

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gas que se encuentra líquido bajo presión moderada, incoloro, con un olor ligeramente etéreo. No inflama-
ble. Peso molecular: 102.03. Punto normal de ebullición: –26.1 ºC = –15 ºF. Temperatura crítica: 101.1 ºC =
214 ºF. Presión crítica: 4.06 MPa = 589 psia. Aplicaciones típicas: refrigeración de media temperatura, aire
acondicionado. Esto lo incluye dentro de la inmensa mayoría de las aplicaciones en electrodomésticos y de
refrigeración de vehículos. Índice de riesgo o peligrosidad (índice Hazard Class): HC 2.2.
En el Apéndice al final de este capítulo se encuentran gráficas de propiedades termodinámicas de algunos
fluidos refrigerantes, tanto antiguos como de bajo impacto ambiental.

La elección del fluido de trabajo depende de la temperatura que se desee obtener. Dentro de las temperatu-
ras mas comunes (–5 a –40 °C) tenemos el amoníaco, el cloruro de metilo, varios freones, etano, etc. A
temperaturas inferiores tenemos algunos freones, el propano etc.
La primera y principal cualidad que debe tener el fluido frigorífico es que su temperatura de ebullición debe
coincidir con la temperatura que se desea obtener en la cámara fría, o ser algo menor. El gráfico que vemos
a continuación muestra las temperaturas de ebullición de algunos fluidos frigoríficos en función de la pre-
sión.

En el extremo derecho de las curvas de algunos fluidos se observa una letra C que simboliza la posición del
punto crítico. Si se analiza esta figura se deducen algunas conclusiones interesantes. Por ejemplo el dióxi-
do de carbono tiene una presión de vapor mucho más alta para la misma temperatura que cualquiera de los
freones y que el amoníaco, y su punto triple está situado a una temperatura relativamente elevada. Esto
hace que sea poco atractivo como fluido frigorífico para bajas temperaturas, sin contar con que su presión
operativa es demasiado alta. Esto es malo, porque significa que se necesitan equipos mas robustos para
poder soportar la mayor presión y un mayor costo de compresión para el mismo efecto que usando otros
fluidos.
El siguiente gráfico muestra la curva de presión de vapor en función de la temperatura de ebullición de al-
gunos fluidos.

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El fluido debe tener además varias otras propiedades: a la temperatura de trabajo debe tener temperaturas
de ebullición y condensación muy parecidas para no recargar el compresor, baja temperatura de sobreca-
lentamiento de vapor durante la compresión, y una baja relación de calor específico sobre calor latente de
ebullición.
A la izquierda observamos una gráfica de ca-
lor latente en función de la temperatura para
diversos fluidos frigoríficos comunes. De los
fluidos comunes, el amoníaco por ejemplo
presenta un calor latente muy alto y esto es
lo que lo hace tan usado.
Sin embargo no se puede comprimir con
compresores centrífugos, lo que obliga a
usar otros diseños. Con este fin se usan
compresores de diversos diseños mecáni-
cos, como compresores a tornillo.
Para procesos de amoníaco o fluidos frigorí-
ficos parecidos las temperaturas normales
de evaporador y condensador son de –5 a
–20 y de 10 a 30 °C respectivamente. Otros
agentes frigoríficos usados en instalaciones
industriales son el etano y el propano, así
como derivados florados de los hidrocarbu-
ros mas simples, como el HFC-134a, ya
mencionado antes.
Desde el punto de vista histórico, el primer fluido frigorífico fue el éter etílico; la primera instalación frigorífica
por compresión de vapor de éter etílico se puso en marcha en 1834. Mas tarde se reemplazó el éter etílico

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(muy peligroso por ser altamente explosivo al comprimirlo) por éter metílico, que también plantea diversos
problemas de seguridad, y luego por anhídrido sulfuroso (dióxido de azufre); no obstante, este último es
muy tóxico.
En 1874 el ingeniero alemán R. Linde (conocido por ser el creador del proceso de licuación del aire llamado
con su nombre) creó la primera instalación frigorífica por compresión de amoníaco. Si bien el amoníaco es
tóxico, no lo es tanto como el dióxido de azufre y es mucho mas eficiente como fluido frigorífico. En 1884
Linde inventó el proceso frigorífico por compresión de dióxido de carbono o anhídrido carbónico. Ese fluido
ha caído en desuso debido a su menor calidad como agente frigorífico, pero el proceso Linde se sigue
usando en la actualidad para producir anhídrido carbónico sólido, también llamado nieve carbónica.
Supongamos tener una instalación que opera entre las temperaturas de 30 °C y –15 °C para una potencia
frigorífica de 3330 Kcal por hora. La siguiente tabla permite comparar algunos fluidos frigoríficos en esta
instalación.
Fluido frigorífico cef Caudal de fluido
[Kg/hr]
Dióxido de carbono 2.56 96.0
Amoníaco 4.85 11.2
Freon 12 4.72 106.8
HFC-134a 4.62 94.2
Anhídrido sulfuroso 4.74 39.4
Cloruro de metilo 4.67 39.6
Propano 4.88 44.9
Para comparar los distintos fluidos tenemos dos variables: el cef y el caudal de masa requerido. El cef del
ciclo de Carnot equivalente es 5.74, y el fluido que mas se acerca al máximo teórico es el propano, pero el
amoníaco tiene un caudal menor, lo que lo hace preferible ya que los costos iniciales son mas bajos debido
a que se necesita menor cantidad de fluido. Además, si bien ambos son inflamables el propano es mas
riesgoso que el amoníaco, ya que es mucho mas inflamable, si bien no es tóxico.
El caudal horario entregado por un compresor alternativo se puede obtener fácilmente de las dimensiones
del cilindro. Así para compresores de una sola etapa, siendo d el diámetro, N la velocidad en rpm y c la ca-
rrera tenemos:
V = ηV (π / 4 )d 2 60 N c = 47 .12 ηV d 2 N c (10-6)

Ejemplo 10.1 Cálculo de un equipo frigorífico.


Calcular el equipo refrigerante a vapor de amoníaco para un consumo de 100000 frigorías/hora operando
con temperatura del evaporador de –10 °C y del condensador de 25 °C con un compresor alternativo de
una etapa (simple efecto).
Solución
En un diagrama T-S del NH3 trazamos
el recorrido del ciclo.
El calor absorbido por el NH3 en la cá-
mara es:
Q1 = 298.7 − 28.1 = 270.6 frig./ hr.
El trabajo entregado por el compresor:
W = 340.5 − 298.7 = 41.8 frig./ hr.
El calor cedido al condensador es:
Q2 = 270.6 + 41.8 = 340.5 − 28.1 =
= 312.4 frig./ hr.
El coeficiente de eficiencia frigorífica
cef es:
270.6
cef = = 6.47
418
.
Comparando con el ciclo de Carnot, el
cef de Carnot es:
263
cef Carnot = = 7.51
298 − 263
El cociente de cef del ciclo real sobre el
de Carnot es:

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cef real 6.47


= = 0.86
cef Carnot 7.51
La cantidad de NH3 necesaria la calculamos del cociente de la capacidad del equipo sobre el calor absorbi-
do en la cámara:
frigorías
100000
hora
= 370 Kg/hora de amoníaco
frigorías
270.6
Kg
El rendimiento isentrópico del compresor es:
 P2   10.22 
η S = 0.86 − 0.038  = 0.86 − 0.038  = 0.73
 P1   2.97 
Entonces la potencia del compresor será:
Kg frig.
370 × 41.8
hora Kg
Potencia teórica: = 24.5 CV
Kcal
hora
633
CV
Pot. teórica 24.5
La potencia real es: Pot. real = = = 33.5 CV
ηS 0.73
En consecuencia, el rendimiento de la potencia instalada será:
frig.
100000
hora frigorías
= 4000
25 CV CV − hora
Este rendimiento es un poco bajo; en realidad, probablemente el compresor debiera ser de dos etapas. Del
2
diagrama entrópico del NH3 obtenemos al inicio de la compresión (P = 2.97 Kgf/cm , T = 263 °K, x = 1) que
3
el volumen específico es: v = 0.418 m /Kg. Por lo tanto el caudal horario que debe manejar el compresor es:
3 3
V = 370 Kg/hora×0.418 m /Kg = 154.66 m /hora
De donde:
 P2   10.22 
ηV = 1.0 − 0.05  = 1.0 − 0.05  = 1.0 − 0.05 × 3.44 = 0.83
 P1   2.97 
Adoptamos c/d = 1.2, N = 320 rpm y obtenemos de la (10-6):
154.66
d = = 217 mm
47.12 × 0.83 × 320 × 1.2
Por lo tanto c = 261 mm y el compresor tiene dimensiones razonables.

Ejemplo 10. 2 Cálculo de un equipo frigorífico.


Un sistema de refrigeración por compresión de vapor emplea Freón-12 con un caudal másico de 6 Kg/min.
El refrigerante entra en el compresor como vapor saturado a 1,5 bar, y sale a 7 bar. El rendimiento isentró-
pico del compresor es del 70 %. El fluido abandona el condensador como líquido saturado. La temperatura
de la cámara es de –10 °C, y la del ambiente 22 °C. No hay pérdidas de calor ni de presión en el circuito de
refrigerante. Se pide:
a) Representar el proceso en los diagramas termodinámicos T-S y P-H.
b) Calcular el máximo coeficiente de eficiencia frigorífica de un equipo que opere entre estas dos fuentes.
c) Calcular el coeficiente de eficiencia frigorífica real de este ciclo.
d) Calcular la capacidad de refrigeración, en Kw.
e) Calcular el rendimiento exergético de la instalación.
Solución

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El diagrama de flujo del sistema es el que vemos a continuación.

a) Los diagramas termodinámicos T-S y P-H se pueden observar a continuación.

Las propiedades termodinámicas que corresponden a cada punto en los diagramas anteriores se muestran
en la siguiente tabla. Los valores que definen el estado de cada punto se ven en negrita. Se obtuvieron de
la gráfica de propiedades del R-12 que figura en el Apéndice al final de este capítulo.
Estado P [KPa] T [°C] h [KJ/Kg] s [KJ/Kg K] x [adimensional]
1 150 –20.1 179.07 0.7103 1
2s 700 206.24 0.7103 -
2 700 217.88 -
3 700 27.7 62.24 0
4 150 –20.1 62.24
b) El coeficiente de eficiencia frigorífica máximo para este sistema se calcula suponiendo un comportamien-
to de máquina de Carnot reversible, de modo que obtenemos:
263 263
cef Carnot = = = 8.22
22 − (− 10 ) 32
c) El coeficiente de eficiencia frigorífica real de este ciclo se calcula a partir de los datos de la tabla.
Q& h − h4 179.07 − 62.24
cef = 2 = 1 = = 3.01
W & h −h 217.88 − 179.07
2 1
d) La capacidad de refrigeración, en Kw se puede calcular a partir del balance de energía en el evaporador.
Puesto que el calor tomado en la fuente fría debe ser igual a la variación del contenido de energía del
fluido frigorífico, tenemos la siguiente igualdad.

Q& 2 = m& (h1 − h4 ) = (179.07 − 62.24 ) = 11.68 KJ = 11.68 KW


6
60 seg
e) El rendimiento exergético de la instalación se calcula haciendo el cociente de las exergías obtenidas (que
dependen del calor que cede la fuente fría en la cámara fría) sobre las exergías consumidas, que
equivalen al trabajo del compresor. Es decir:
q B&
ηex =
W&

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En cuanto a las exergías obtenidas, se obtienen tomando en cuenta el intercambio de calor. Recordemos
que se trató esta cuestión en el apartado 5.14.2 del capítulo 5. Allí obtuvimos la ecuación (5-51) que
nos permite calcular la exergía del calor.
T1  T1 
B& q = Q& 2 − Q& 2 = Q& 2  1 − 
T2  T2 
En consecuencia, reemplazando tenemos:
  T1
Q& 2  1 −

ηex =  T2  = cef  1 − T1   295 
 = 3.01 1 −
 T  = 0.366
W&  2   263 
Es decir que el rendimiento exergético es el 36.6%.

Ejemplo 10.3 Cálculo de un equipo frigorífico.


Un proceso frigorífico por compresión que usa HFC-134a requiere eliminar 100000 frigorías por hora de la
cámara fría, cuya temperatura debe ser de –10 ºC. La temperatura del condensador (fuente cálida) es de 25
ºC. Determinar la potencia del compresor, el caudal de masa de fluido refrigerante que circula por unidad de
tiempo y el coeficiente de efecto frigorífico. Comparar con los resultados del ejemplo anterior.
Solución
La carga de calor a eliminar en unidades SI equivale a 116300 J/seg. Las temperaturas absolutas son: tem-
peratura de salida del condensador = 298 ºK; temperatura operativa del evaporador = 263 ºK. En el diagra-
ma de propiedades termodinámicas del HFC-134a que encontramos en el Apéndice al final de este capítulo
se ubican los puntos siguientes: 1 al ingreso al compresor. 2 a la salida del compresor e ingreso al conden-
sador. 3 a la salida del condensador e ingreso a la válvula expansora, y 4 a la salida de la válvula expanso-
ra e ingreso al evaporador. Las propiedades de interés para el cálculo en esos puntos son las siguientes.
Punto Temperatura [ºK] Presión [Pa] Entalpía [J/Kg] Título [%]
1 263 200601 392866 0
2 303 666063 417455.7 0
3 298 666063 234643 0
4 263 200601 234643 23.24
Calculamos la potencia requerida del compresor, obteniendo 18.1 KW, lo que equivale a 24.2 HP. La canti-
dad de calor extraída en el condensador es: 134373.3 J/seg. El coeficiente de efecto frigorífico cef es:
6.435. El caudal de masa de HFC-134a es: 0.735 Kg/seg.
Comparando el comportamiento del equipo actual que usa refrigerante HFC-134a con el del equipo del
ejemplo anterior, que para la misma carga calórica operaba con amoníaco, notamos que el cef obtenido es
menor en el caso actual (6.345) comparado con el cef del equipo que funciona con amoníaco que vale 6.47.
El caudal de masa de amoníaco que circula es del orden de 0.1 Kg/seg comparado con el caudal de 0.735
Kg/seg de refrigerante HFC-134a, siendo además que este último es mucho mas caro. El consumo de
energía en el equipo que opera con refrigerante HFC-134a es algo menor (24.2 HP) comparado con el del
que opera con amoníaco, que es del orden de 24.5, ambos en base teórica, sin considerar rendimientos del
compresor.

10.2.2 Efecto de disminuir la temperatura operativa del condensador


¿Qué efecto tiene la disminución de la temperatura operativa del condensador?. Es fácil ver en la segunda
figura del apartado 10.2 que si esta temperatura disminuye, el punto c se desplazará hacia la izquierda, y
en consecuencia también lo hace el punto d, que se encuentra sobre la isoterma inferior, dando como resul-
tado un título menor o sea menor proporción de vapor y mayor de líquido. Esto es beneficioso porque cuan-
to mayor sea la proporción de líquido tanto mayor será la cantidad de calor absorbida por el fluido refrige-
rante en la cámara fría.
Operativamente es posible disminuir la temperatura del condensador de tres maneras. Una es mediante un
fluido de enfriamiento de menor temperatura. Por ejemplo en un condensador de aire es posible obtener
una menor temperatura de funcionamiento si se puede usar agua, que por lo general está disponible a me-
nor temperatura que el aire atmosférico.
La segunda forma es limpiar mas a menudo el condensador. El uso lo ensucia gradualmente. Esto es inevi-
table, pero si se limpia con frecuencia el efecto del ensuciamiento se hace menor.
Por último, la tercera forma es agrandando el condensador. Al haber mayor superficie de intercambio, el
grado de enfriamiento es mayor y baja la temperatura de salida del condensador.

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Ejemplo 10.4 Cálculo de un equipo frigorífico.


Un proceso frigorífico por compresión que usa HFC-134a requiere eliminar 100000 frigorías por hora de la
cámara fría, cuya temperatura debe ser de –10 ºC. La temperatura del condensador (fuente cálida) es de 25
ºC. Debido a una combinación de limpieza mas frecuente y una menor temperatura del fluido de enfriamien-
to el condensador opera a 20 ºC (5 ºC menos que antes). Determinar la potencia del compresor, el caudal
de masa de fluido refrigerante que circula por unidad de tiempo y el coeficiente de efecto frigorífico. Compa-
rar los resultados con los del ejemplo anterior.
Solución
La carga de calor es la misma que en el punto anterior, pero la temperatura del condensador se modifica a
278 ºK. En el diagrama de propiedades termodinámicas del HFC-134a que encontramos en el Apéndice al
final de este capítulo se ubican los puntos igual que antes obteniendo los siguientes valores.
Punto Temperatura [ºK] Presión [Pa] Entalpía [J/Kg] Título [%]
1 263 200601 392866 100
2 297 572259 414430.6 100
3 293 572259 227526 0
4 263 200601 227526 19.798
La entalpía de la mezcla líquido-vapor a la salida de la válvula de estrangulación se modifica disminuyendo
coincidentemente, lo que resulta en una mayor capacidad de enfriamiento. Esto significa que se necesita
menor caudal de fluido frigorífico, y como consecuencia el compresor es mas chico, consumiendo menor
cantidad de energía: 15.2 KW, o sea un 16% menos. Esto es consecuencia del menor caudal de masa de
HFC-134a que circula: 0.703 Kg/seg. El coeficiente de efecto frigorífico aumenta: 7.667. Note que se ha
disminuido el consumo de energía del equipo, lo que se refleja en un cef mas alto. También notamos que el
título del fluido (expresado como masa de vapor sobre masa total) a la salida de la válvula es menor, lo que
es lógico ya que el punto 4 se encuentra desplazado hacia la izquierda. El equipo funciona mejor con la
misma temperatura de cámara fría.

10.2.3 Efecto de subenfriar el líquido


Como es sabido, la estrangulación del líquido que sale del
condensador genera una pérdida de capacidad frigorífica por-
que la estrangulación, por ser un proceso isentálpico produce
una mezcla de líquido y vapor de la que sólo el líquido es utili-
zable para extraer calor de la cámara fría. El vapor en cambio
se comporta a los efectos prácticos como un fluido inerte, por-
que la extracción de calor en la cámara fría se produce gra-
cias a la evaporación del líquido. Una manera de compensar
esta disminución es subenfriar el líquido en el condensador.
Esto significa que en vez de salir del condensador en el esta-
do saturado (condición c) lo hace como líquido subenfriado
(condición c’) en el croquis. Siempre que sea posible, es me-
jor subenfriar el líquido en el condensador, porque aumenta el
coeficiente de efecto frigorífico y disminuye la cantidad de flui-
do refrigerante que circula. Esto también influye sobre la po-
tencia del compresor, ya que al circular menos fluido este re-
sulta un poco mas chico. La ilustración muestra un ejemplo
del gráfico T-S para una instalación frigorífica de este tipo.
El líquido sale del condensador en la condición c’, de modo que el punto d se encuentra mas a la izquierda,
y el salto de entalpía en el evaporador es mayor para la misma masa de fluido frigorífico.

Ejemplo 10.5 Cálculo de un equipo frigorífico.


Un proceso frigorífico por compresión que usa HFC-134a requiere sacar 100000 frigorías por hora de la
cámara fría, cuya temperatura debe ser de –10 ºC. La temperatura del condensador (fuente cálida) es de 25
ºC. Se subenfría el fluido desde 25 a 20 ºC. Comparar los resultados con los del ejemplo anterior.
Solución
La carga de calor es la misma que en el ejemplo anterior, pero subenfriando el fluido de 25 a 20 ºC. Ubica-
mos los puntos en el diagrama igual que antes, obteniendo los siguientes valores.
Punto Temperatura [ºK] Presión [Pa] Entalpía [J/Kg] Título [%]
1 263 200601 392866 100
2 303 666063 417455.7 100
3 293 572259 227526 0
4 263 200601 227526 19.798

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El consumo de energía es menor que en el caso del equipo del segundo ejemplo, pero mayor que en el ter-
cero: 17.3 KW. El caudal de masa de refrigerante es de 0.703 Kg/seg y el cef vale 6.724. Al igual que en el
caso del ejemplo anterior, se obtiene una mejoría en el cef y el compresor opera con menor consumo de
energía. No obstante, comparando los resultados de los dos últimos ejemplos con los del penúltimo obser-
vamos que el efecto de la disminución de la temperatura del condensador es mas marcado, obteniendo un
beneficio mayor que con el subenfriamiento en el condensador.

10.2.4 Efecto de calentar el vapor a la entrada del compresor


En el ciclo clásico que ilustramos en el apartado 10.2 suponemos que el vapor entra al compresor en condi-
ciones de saturación (punto a del diagrama). ¿Qué efecto tendría sobre el coeficiente de efecto frigorífico si
entrara en condiciones de vapor sobrecalentado?.
Para responder a esta pregunta se deben tener en cuenta dos factores. En primer lugar el sobrecalenta-
miento desplaza el punto a hacia la derecha a presión constante. En consecuencia, tendrá mayor entropía
al ingresar al compresor. Esto no es bueno porque el calor que absorbe el gas tendrá efecto sobre el com-
presor que descarga gas a mayor temperatura. El calor que absorbe el gas al sobrecalentarse se tiene que
eliminar en el condensador, lo que significará una mayor carga calórica que se deberá compensar con ma-
yor superficie del condensador, o bien con un mayor caudal de masa de fluido de enfriamiento.
En segundo lugar, al estar mas caliente el gas que ingresa al compresor, tendrá un mayor volumen especí-
fico y la tubería de admisión al compresor (tubería de succión) puede tener un diámetro insuficiente para
operar correctamente en estas condiciones. La tubería de succión es uno de los componentes mas sensi-
bles del compresor porque constituye el cuello de botella del mismo. Si su diámetro es insuficiente el com-
presor opera con una sobrecarga no prevista en su diseño que probablemente no se consideró al elegirlo.
Si se quiere que el compresor funcione correctamente será necesario cambiarlo por uno mas grande, con
un consumo de energía proporcionalmente mayor, de modo que vemos que el sobrecalentamiento del va-
por influye en dos integrantes clave del equipo: el condensador y el compresor. Ambas soluciones son cos-
tosas de donde concluimos que conviene evitar el sobrecalentamiento. Este se puede producir por contacto
directo de la tubería de succión del compresor con el aire ambiente, que generalmente está a mayor tempe-
ratura, lo que permite el flujo de calor hacia el interior de la misma. Para evitarlo hay que asegurar que la
aislación de esa tubería esté bien instalada y en buenas condiciones.

10.2.5 Refrigeración por compresión en varias etapas


La compresión se puede hacer en varias etapas (generalmente dos) consiguiendo una importante mejora
en el rendimiento del compresor. La refrigeración por compresión en varias etapas se puede implementar
de distintas maneras, según el objetivo. Una de las formas es mediante el enfriamiento entre las sucesivas
etapas de compresión, tal como es normal en los compresores multietapa. Ver para tal fin el capítulo 4,
apartado 4.2.4. Esta disposición es generalmente poco usada, como veremos a continuación. En su lugar
se usa mas a menudo una disposición llamada de inyección, que aprovecha el propio fluido frigorífico como
fluido de enfriamiento. Esto tiene la ventaja de que el funcionamiento del equipo se independiza de la tem-
peratura del fluido refrigerante usado en el condensador. Téngase en cuenta que en cualquier caso esta
depende de la temperatura atmosférica. En efecto, aunque se use agua como fluido de enfriamiento, esta a
su vez se debe enfriar en una torre de enfriamiento (como veremos en el capítulo 12) que en épocas muy
calurosas sólo puede enfriar el agua hasta unos 30 ºC. Esto constituye una seria limitación operativa del
equipo que resulta intolerable en los sistemas a escala industrial.
Se conocen dos variantes de la disposición de inyección, denominadas de inyección parcial y de inyección
total. La idea básica de la disposición de inyección es usar el líquido frigorífico frío para refrigerar el vapor
cálido que sale de la primera etapa de compresión de modo que ingresa a la segunda etapa con una tem-
peratura muy inferior a la que alcanzaría si la compresión se realizase en una sola etapa. Esto permite aho-
rrar una cierta cantidad de energía y permite usar compresores algo mas pequeños. No obstante, se debe
tener en cuenta que estas disposiciones complican el equipo, razón por la cual sólo se usan en instalacio-
nes grandes. Además de la disposición de inyección tenemos otra variante, que se implementa cuando un
mismo ciclo frigorífico debe alimentar a mas de una cámara fría, como es el caso de una instalación en la
que se deben refrigerar sustancias distintas a diferentes temperaturas. Veamos a continuación las distintas
variantes posibles.

10.2.5.1 Refrigeración por compresión en varias etapas con interenfriamiento


Un equipo en el que se enfría el fluido a la salida de cada etapa para disminuir los costos operativos y au-
mentar el coeficiente de eficiencia frigorífica tiene una disposición parecida a la que se observa en el si-
guiente croquis.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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Nótese que se produce una sola expansión en la única válvula del equipo. El diagrama T-S del proceso se
presenta a la izquierda. Se debe obser-
var que la principal mejora en el cef pro-
viene del ahorro de energía producido
en el compresor, que viene representa-
da por el área rayada. Pero esta se ob-
tiene a expensas de una mayor comple-
jidad constructiva y operativa. El cálculo
de un equipo de estas características se
basa en los mismos conceptos usados
para analizar el ciclo por compresión en
una etapa.
El calor absorbido por unidad de masa
de fluido frigorífico en la cámara fría o
evaporador es:
q1 = h1 − h6 (10-7)
La potencia frigorífica de la cámara fría, es decir la cantidad de calor que se debe eliminar en la cámara fría
por unidad de tiempo es un dato. Se puede expresar de la siguiente forma.
Q& 1 = calor absorbido en el evaporador = m& q1
En esta igualdad Q& 1 representa la potencia frigorífica del equipo y m& el caudal de masa de fluido frigorífico
que circula, expresado en unidades de masa por unidad de tiempo. En consecuencia es posible calcular el
caudal de fluido que recorre el ciclo de la siguiente forma.
Q& 1 Q& 1
m& = = (10-8)
q1 h1 − h6
El intercambio de energía en el condensador se puede evaluar como sigue.
Q& 2 = calor cedido en el condensador = m& q2
El calor que entrega en el condensador el fluido frigorífico por unidad de masa q2 se puede obtener de la si-
guiente forma.
q2 = h4 − h5
De esta manera el intercambio de energía por unidad de tiempo en el condensador resulta ser:
Q& 2 = m&(h4 − h5 )
La etapa de baja presión toma gas a la presión P1 y lo comprime hasta la presión Pm mientras que la etapa
de alta presión toma gas a la presión Pm y lo comprime hasta la presión P2. Puesto que el trabajo de cada
etapa debe ser el mismo, la presión de salida de la primera etapa Pm debe cumplir de acuerdo a lo que se
deduce en el apartado 4.2.4 del capítulo 4 la siguiente relación:

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Pm = P1 × P2 (10-9)
En cuanto a la temperatura a la que sale el gas del enfriador intermedio, resulta imposible enfriarlo hasta la
temperatura de entrada, porque en ese caso saldría del enfriador como una mezcla de líquido y vapor, que
no se puede comprimir en la segunda etapa. Lo mas simple consiste en enfriarlo hasta la condición de satu-
ración pero si se hiciese así la diferencia de entalpías por etapa no resultaría igual, y en consecuencia tam-
poco el trabajo entregado por cada etapa. Por lo tanto la temperatura de enfriamiento debe estar en un va-
lor tal que se verifique la siguiente relación. La potencia de la etapa de baja presión es:
W& B = m& (h2 − h1 ) (10-10)
La potencia de la etapa de alta presión es:
W& A = m& (h4 − h3 ) (10-11)
Por lo deducido en el apartado 4.2.4 del capítulo 4 debe ser:
W& A = W& B ⇒ m& (h4 − h3 ) = m& (h2 − h1 )
Despejando h3 obtenemos:
h3 = h4 + h1 − h2 (10-12)
Dado que conocemos la presión que corresponde al punto 3 y su entalpía, es posible obtener la temperatu-
ra que le corresponde. Ahora, una vez obtenidas las propiedades del fluido recalentado en el punto 3, es
evidente que el calor eliminado en el enfriador intermedio Q& 3 se puede obtener de la siguiente relación.
Q& 3 = m&(h2 − h3 )
De tal modo, el coeficiente de eficiencia frigorífica es:
Q& 1 h1 − h6
cef = = (10-13)
W& A + W& B h4 − h3 + h2 − h1

10.2.5.2 Refrigeración por compresión auto enfriada en varias etapas


En el esquema anterior tenemos un aprovechamiento poco eficiente del fluido frigorífico que normalmente
se obtiene a temperaturas mucho menores que las mas bajas disponibles en los fluidos de enfriamiento
comunes, que son aire o agua. Si el enfriamiento intermedio que se requiere para poder usar un compresor
de dos o mas etapas se hace aunque sea parcialmente con el propio fluido frigorífico se obtienen tres
ventajas.
a) Por un lado se evitan las conexiones que llevan el fluido de enfriamiento hasta el equipo, así como el
sistema de impulsión de ese fluido. Por ejemplo si el fluido de enfriamiento fuese agua, al reemplazar
una parte del agua por el fluido frigorífico se ahorra energía en la bomba impulsora, que además resul-
ta mas chica.
b) Como el fluido frigorífico se encuentra disponible a temperaturas mucho mas bajas que el agua, lo que
significa que el gradiente térmico (de temperaturas) es mayor, y como el intercambio de calor es direc-
tamente proporcional al gradiente térmico, el intercambiador de calor que se necesita es mas pequeño
si permitimos que el fluido frigorífico frío que proviene de una segunda válvula de expansión se mezcle
con el fluido frigorífico caliente que sale de la primera etapa del compresor. Esto obliga a instalar una
segunda válvula de expansión, pero ello no significa un inconveniente ya que se obtiene un equipo
mucho mas económico y de menor tamaño, puesto que la válvula es mas pequeña y de menor precio
que un intercambiador de calor.
c) Por último, la instalación de una válvula expansora adicional presenta otra ventaja. Al hacer la expan-
sión en dos etapas, el punto 6 del diagrama T-S anterior se desplaza hacia la izquierda, dando como
resultado que la mezcla que entra al evaporador sea mas rica en líquido. Esto es una mejora, ya que
como hemos explicado anteriormente conviene que la cantidad de vapor en la mezcla sea lo mas baja
posible.

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El sistema que se emplea en estos casos es el siguiente.

El proceso funciona de la siguiente forma. Una corriente m& 1 circula a través del compresor de baja presión.
Como consecuencia de la compresión su temperatura aumenta hasta el valor T2. Se enfría hasta la tempe-
ratura T3 en el enfriador intermedio, de donde sale para mezclarse con una corriente de gas proveniente del
separador de líquido identificado como S.L en el croquis, que recibe una mezcla que proviene de la válvula
expansora de alta presión 2.
El líquido va a la válvula expansora 1 y al evaporador. En el punto 3 se juntan la corriente m& 1 que viene del
enfriador intermedio y la corriente ( m& 2 − m& 1 ) que viene del separador dando como resultado la corriente m& 2
que ingresa al compresor de alta presión, desde donde se hace pasar por el condensador. El diagrama T-S
que representa el ciclo correspondiente a esta disposición se observa a continuación.
Lo primero que debemos hacer es discutir la cuestión de
la temperatura de salida del enfriador intermedio. Este
enfriador toma el vapor recalentado que sale de la prime-
ra etapa de compresión y lo enfría hasta la temperatura
T3 .
La pregunta que se plantea es la siguiente: ¿qué valor
debe tener esa temperatura para que el ciclo funcione en
las mejores condiciones posibles?. Para responder a es-
ta pregunta debemos analizar el ciclo. Refiriéndonos al
ciclo que se muestra en el diagrama T-S anterior vemos
que desde el punto de vista del compresor este funciona-
rá mejor cuanto mayor sea el área rayada, que represen-
ta el ahorro de energía cuando se usan dos etapas con
respecto a la compresión en una etapa.
Sin embargo, el compresor es sólo una parte del proceso
y un análisis correcto se debe basar en todo el proceso y
no en una parte del mismo.
Un balance total de energía en el proceso muestra lo siguiente.
Q& 1 + W& A + W& B = Q& 2 + Q& 3 (10-14)
La suma de los flujos de energía por unidad de tiempo a la izquierda del igual representa la energía que in-
gresa al sistema (considerado como el conjunto de los intercambiadores de calor y los compresores), mien-
tras que la suma de los flujos de energía por unidad de tiempo a la derecha del igual representa la energía
que sale del sistema.
El parámetro general mas importante para medir la eficacia en el uso de la energía que maneja el sistema
es el coeficiente de eficiencia frigorífica, que es:

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Q& 1
cef = (10-15)
W& A + W&B
Despejando Q& 1 de esta relación obtenemos: Q& 1 = cef (W& A + W& B )
Reemplazando Q& 1 en el balance total de energía del proceso (10-14) obtenemos:

cef (W& A + W&B ) + W& A + W&B = Q& 2 + Q& 3


Agrupando:

(W& A + W&B )( cef + 1) = Q& 2 + Q& 3


de donde:

Q& 2 + Q& 3 Q& + Q& 3


cef + 1 = ⇒ cef = 2 −1 (10-17)
W& A + W&B W& A + W&B
Ahora, si queremos que el ciclo frigorífico sea mas eficaz debemos buscar las condiciones que aumentan el
valor del cef. Asumiendo que la carga de calor Q& 2 eliminada en el condensador es constante, esto se consi-
gue de dos maneras: aumentando el valor de Q& 3
todo lo que sea posible o disminuyendo la suma
de trabajo consumido por ambas etapas todo lo
que se pueda. Esto solo se consigue si el punto
3 y el punto 7 coinciden, porque entonces el área
de trabajo ahorrado es máxima, y también lo es
el calor Q& 3 , teniendo en cuenta que no se puede
enfriar el gas por debajo de la condición que co-
rresponde al estado saturado.
El ciclo que describe esta disposición es el que
se observa a la izquierda. El trabajo ahorrado
equivale a la superficie rayada.
El sistema se describe en el siguiente croquis.

El análisis del proceso sigue lineamientos muy similares a los que se usaron en el caso anterior. Nótese
que debido al hecho de que ambas etapas del compresor manejan distintos caudales de masa es difícil que
tengan la misma potencia. En la práctica se deben instalar dos compresores distintos, que manejan diferen-
tes relaciones de compresión, distintos caudales de masa, y por supuesto tienen potencias distintas. El ca-
lor absorbido por unidad de masa de fluido frigorífico en la cámara fría o evaporador es:
q1 = hh − ha (10-18)

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La potencia frigorífica de la cámara fría es conocida. Se puede expresar como lo hicimos antes.
Q& 1 = m& 1 q1
En consecuencia, es fácil determinar el caudal de masa m& 1 :

Q& 1 Q& 1
m& 1 = = (10-19)
q1 hh − ha

El intercambio de energía por unidad de tiempo en el condensador se puede evaluar de la siguiente mane-
ra.
Q& 2 = m& 2 q2
donde:
q2 = hd − he
Puesto que no conocemos la magnitud del caudal de masa m& 2 será necesario calcularlo.
Para ello podemos hacer un balance de energía en el separador de líquido que se alimenta con la mezcla
que sale de la válvula expansora 2. La mezcla de líquido y vapor que entra al separador en la condición f
está en equilibrio con el vapor que sale en la condición c y con el líquido que sale en la condición h.
En consecuencia:

m& 2 h f = m& 1 hg + ( m& 2 − m& 1 )hc (10-20)

Reordenando:
m& 2 h f − m& 2 hc = m& 1 hg − m& 1 hc
Reagrupando y despejando m& 2 :
hc − hg
m& 2 = m& 1 (10-21)
hc − h f

Continuamos el análisis observando que la condición c es todavía desconocida, y que la expresión para m& 2
que acabamos de deducir depende de hc. Por otra parte, volviendo a la expresión que obtuvimos antes para
m& 1 notamos que depende de hh pero como el punto h se deduce del g, estamos en las mismas.
Se pueden tomar dos caminos para superar este inconveniente. El primero es adoptar la presión intermedia
Pm en forma arbitraria con lo que automáticamente queda fijada la temperatura de equilibrio. El otro camino
es aceptar la hipótesis de igualdad de trabajos por etapa; tal como se deduce en el apartado 4.2.4 del capí-
tulo 4 debe ser:

Pm = P1 × P2 (10-22)

Puesto que la temperatura T3 se corresponde con la presión Pm en el equilibrio, se pueden obtener fácilmen-
te las condiciones c y d, de las cuales se deducen las condiciones e y f; también se pueden obtener las
condiciones g y h.
Suponiendo que se imponga la condición de que los trabajos por etapa sean iguales, entonces se debe
cumplir una relación ya deducida anteriormente.
La potencia de la etapa de baja presión es:

W& B = m& 1 (hb − ha ) (10-23)

La potencia de la etapa de alta presión es:


W& A = m& 2 (hd − hc ) (10-24)

De estos datos es fácil calcular el coeficiente de eficiencia frigorífica de la siguiente ecuación.

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Q& 1
cef = (10-25)
W& A + W& B
El calor extraído del gas en el enfriador se calculará tomando la diferencia de entalpías de la corriente de
vapor recalentado que sale de la primera etapa de compresión de caudal m& 1 que pasa por el enfriador in-
termedio.
Q& 3 = m& 1 ( hb − hc ) (10-26)

10.2.5.3 Refrigeración por compresión en varias etapas a inyección parcial


En el apartado anterior se sugiere que un uso mas eficaz del fluido frigorífico pasa por la disminución del
papel que juega el enfriador intermedio, aprovechando el hecho de que el fluido frigorífico sale de la válvula
de expansión a una temperatura mucho mas baja que la ambiente. Esta afirmación por supuesto sólo es
válida en climas templados o cálidos, ya que en climas muy fríos puede suceder que el aire atmosférico se
encuentre a temperaturas por debajo del cero centígrado, pero no es normal instalar un equipo frigorífico
que opera a temperaturas de cámara fría comparables con la ambiente. En efecto, ¿qué sentido tendría
construir un equipo frigorífico si la temperatura ambiente es igual o menor que la de la cámara fría?.
Avanzando un paso mas allá en nuestro razonamiento, el fluido frigorífico se podría usar para enfriar la co-
rriente que sale de la primera etapa del compresor eliminando por completo el enfriador intermedio. Con es-
ta disposición tendríamos un equipo mas compacto y sencillo, que por supuesto tiene menor costo inicial y
operativo. Esta disposición es llamada a inyección. Se conocen dos variantes: la disposición a inyección
parcial y la disposición a inyección total.
En la disposición a inyección parcial se produce la mezcla de una parte del líquido proveniente del conden-
sador que recibe el vapor de la etapa de alta presión con el vapor caliente que proviene de la etapa de baja
presión. El resto del líquido proveniente del condensador se envía a la válvula de expansión, de la que sale
la mezcla de líquido y vapor que va al evaporador situado en la cámara fría. El esquema se observa a con-
tinuación.

Como se puede apreciar en el croquis, de la totalidad del caudal de masa del fluido de trabajo sólo una par-
te circula por la válvula. Llamamos m& 1 a esta corriente. Puesto que la válvula sólo es atravesada por una
parte del caudal (que llamamos m& 2 ) que pasa por el condensador, se deduce que m& 2 debe ser mayor que
m& 1 . Esto significa en otras palabras que los dos compresores, el de baja y el de alta presión, no manejan el
mismo caudal, ya que el caudal m& 1 que atraviesa el compresor de baja es menor que el caudal m& 2 . En
consecuencia, el compresor no puede funcionar como un compresor en dos etapas tal como se describe en
el apartado 4.2.4 del capítulo 4 sino que en realidad se trata de dos compresores independientes.

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El ciclo que describe esta disposición es el que se


observa a la izquierda.
El análisis del ciclo sigue lineamientos muy similares
a los que se usaron en el apartado 10.2, como ve-
mos de inmediato.
El calor absorbido en el evaporador por unidad de
masa es:
q2 = calor absorbido en el evaporador = ha − h f
El calor cedido en el condensador por unidad de
masa es:
q1 = calor cedido en el condensador = hd − he
La carga frigorífica total por unidad de tiempo en el
evaporador es un dato de la instalación, ya que se
sabe cuánto calor hay que extraer en la cámara fría.
Llamaremos Q& 2 a la carga frigorífica. Resulta evidente que:
Q& 2
Q& 2 = m& 1 (ha − h f ) ⇒ m& 1 = (10-27)
ha − h f
Para obtener el caudal de masa m& 2 se debe plantear un balance de energía en la vasija de media presión,
recipiente mezclador o separador de líquido. El balance es el siguiente.
m& 1 hb + (m& 2 − m& 1 )h f = m& 2 hc
En consecuencia, reordenando y despejando obtenemos:
hb − h f
m& 2 = m& 1 (10-28)
hc − h f
Analizando esta expresión vemos claramente que para poderla resolver es necesario conocer las tempera-
turas de operación T1 y T2 del evaporador y del condensador y también la temperatura de la vasija de media
presión, o en su defecto la presión intermedia Pm lo que es lo mismo, ya que la vasija de media presión con-
tiene líquido en equilibrio con su vapor. A partir de los valores calculados de caudales es posible encontrar
la potencia del compresor de baja presión, la potencia del compresor de alta presión y el calor intercambia-
do por unidad de tiempo en el evaporador. La potencia del compresor de baja presión es:
W& B = m& 1 (hb − ha ) (10-29)
La potencia del compresor de alta presión es:
W& A = m& 2 (hd − hc ) (10-30)
El calor cedido por unidad de tiempo en el condensador es:
Q& 1 = m& 2 (hd − he ) (10-31)
El coeficiente de eficiencia frigorífica será entonces:
Q& 1
cef = (10-32)
W& A +W& B

10.2.5.4 Refrigeración por compresión en varias etapas a inyección total


A diferencia de lo que sucede en la disposición de inyección parcial, en la disposición de inyección total el
líquido que se envía al evaporador se extrae de la vasija de media presión, que actúa en su doble función
de separar el vapor y el líquido y como mezclador de las corrientes que provienen del cilindro de baja y del
cilindro de alta. Esta disposición es mas eficiente que la de inyección parcial, y resulta preferible, por lo que
es mas usada.
El esquema es el siguiente:

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De un análisis del esquema del equipo se deduce que también en este caso el caudal que atraviesa ambas
etapas es distinto por lo que los tamaños de los compresores y sus consumos de energía serán distintos.
Para poder resolver el ciclo se necesitará conocer las temperaturas operativas del evaporador T1 y del con-
densador T2, y la temperatura de la vasija de media presión, o en su defecto la presión intermedia Pm, por
las mismas razones que hemos explicado en el caso del ciclo de inyección parcial.
El ciclo que describe la disposición de inyección total es el siguiente.
Nótese que parte de la expansión libre se produ-
ce en la vasija de media presión o separador de
líquido con lo que el vapor que sale húmedo
(mezclado con líquido) de la válvula de estrangu-
→f se licua al entrar a un
lación en la evolución e→
recinto mas espacioso (vasija de media presión).
Esta no es una expansión isentálpica sino a pre-
sión constante y con intercambio de calor. Parte
del líquido se evapora enfriando a otra parte de
vapor que se licua. En el croquis se puede apre-
ciar el área rayada que representa el trabajo
ahorrado en la compresión al usar dos compre-
sores con respecto al de un compresor de una
sola etapa necesario para obtener la presión P2. El análisis del ciclo es similar al que se hace en el apartado
anterior. El calor absorbido por el fluido en el evaporador por unidad de masa es:
q2 = hh − ha (10-33)
El calor cedido en el condensador por unidad de masa es:
q1 = hd − he (10-34)
La potencia frigorífica por unidad de tiempo Q& de la instalación es un dato, y de la relación deducida ante-
2
riormente se obtiene el caudal de masa que circula por el evaporador m& 1 :
Q& 2
m& 1 = (10-35)
ha − hg
Para obtener el caudal de masa m& 2 se plantea un balance de energía en la vasija de media presión:
m& 1 hb + m& 2 h f = m& 2 hc + m& 1 hg
Reordenando y despejando se obtiene:
hb − hg
m& 2 = m& 1 (10-36)
hc − h f

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Entonces es posible calcular: la potencia del compresor de baja presión, la potencia del compresor de alta
presión y el calor absorbido por unidad de tiempo en el evaporador. La potencia del compresor de baja pre-
sión es:
W& B = m& 1 (hb − ha ) (10-37)
La potencia del compresor de alta presión es:
W& A = m& 2 (hd − hc ) (10-38)
El calor cedido por unidad de tiempo en el condensador es:
Q& 1 = m& 2 (hd − he ) (10-39)
El coeficiente de eficiencia frigorífica será entonces:
Q& 1
cef = (10-40)
W& A +W& B

Ejemplo 10.6 Cálculo de un equipo frigorífico.


Un proceso frigorífico por compresión que usa HFC-134a requiere eliminar 100000 frigorías por hora de la
cámara fría, cuya temperatura debe ser de –10 ºC. La temperatura del condensador (fuente cálida) es de 25
ºC. El ciclo funciona según el esquema de inyección total. Determinar la potencia del compresor, el caudal
de masa de fluido refrigerante que circula por unidad de tiempo y el coeficiente de efecto frigorífico. Como
en el ejemplo 4, se subenfría el fluido desde 25 a 20 ºC. La temperatura del separador-mezclador es de 0
ºC.
Solución
El problema es el mismo del ejemplo 2. La carga de calor a eliminar en unidades SI equivale a 116300
J/seg. Las temperaturas absolutas son: temperatura de salida del condensador = 298 ºK; temperatura ope-
rativa del evaporador = 263 ºK. La temperatura de subenfriamiento del líquido es de 293 ºK (desde 25 a 20
ºC como en el ejemplo 4) y l a temperatura del separador-mezclador es de 273 ºK. Hay dos etapas de com-
presión, sin enfriamiento intermedio ya que se trata de un ciclo de inyección total.
En el diagrama de propiedades termodinámicas del HFC-134a que encontramos en el Apéndice al final de
este capítulo se ubican los puntos siguientes: 1 al ingreso a la primera etapa del compresor; 2 a la salida de
la primera etapa del compresor e ingreso al separador o vasija de media presión; 3 a la entrada a la segun-
da etapa del compresor (vapor que sale del separador); 4 a la salida de la segunda etapa del compresor y
entrada al condensador de donde sale subenfriado en la condición 5 que es la de ingreso a la válvula ex-
pansora de alta presión, y 6 a la salida de la válvula expansora de alta presión e ingreso al separador. En el
circuito de baja presión tenemos líquido en la condición 7 que sale del separador e ingresa a la válvula ex-
pansora de baja presión de donde sale con la condición 8 que es también la de entrada al evaporador.
Las propiedades de interés para el cálculo en esos puntos son las siguientes.
Punto Temperatura [ºK] Presión [Pa] Entalpía [J/Kg] Título [%]
1 263 200601 392866 100
2 275 292925 400431.1 100
3 273 292925 398803 100
4 301 666063 415526.6 100
5 298 666063 234634 0
5’ 293 572259 227526 0
6 273 292925 227526 13.846
7 273 292925 200000 0
8 263 200601 200000 6.446
ra
Calculamos la potencia requerida del compresor, obteniendo 4.6 KW para la 1 etapa y 11.8 KW para la
da
2 . La cantidad de calor extraída en el condensador es 127672.3 J/seg. El coeficiente de efecto frigorífico
ra da
cef vale 7.097. El caudal de masa que circula por la 1 etapa es 0.603 Kg/seg y el que circula por la 2 eta-
pa es 0.706 Kg/seg. Nótese que el coeficiente de efecto frigorífico tiene un valor mas alto que el que le co-
rrespondería al equipo si este tuviese una sola etapa sin inyección total, como vemos comparando este va-
lor con el que se obtiene en el ejemplo 2. Sin embargo es menor al que obtenemos en el ejemplo 3.

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10.2.5.5 Refrigeración por compresión en varias etapas a distintas temperaturas


En instalaciones frigoríficas grandes que tienen dos o mas cámaras frías a distintas temperaturas se suele
usar una disposición con dos compresores y dos evaporadores, o mas si es necesario. Supongamos tener
un equipo que opera con dos temperaturas distintas. Los compresores funcionan a distintas presiones, por
lo que los seguiremos llamando compresor de alta y compresor de baja. La disposición física resulta análo-
ga pero no igual a la de los casos anteriores, como vemos en el siguiente croquis.

El diagrama T-S del ciclo es igual al del apartado anterior. Las diferencias en el sistema provienen del hecho
de que tenemos tres corrientes que no conocemos relacionadas con la vasija de media presión. Llamare-
mos x&, y&, z& , a estas corrientes. La resolución de las incógnitas en este caso depende de un planteo de
los balances de masa y energía en el sistema. Las variables que tenemos se pueden clasificar según su na-
turaleza en las tres categorías siguientes.
a) Potencia de los compresores: W& A y W& B .
b) Energías intercambiadas entre el sistema y el medio como calor: Q& , Q& y Q& .
1 2 3
c) Caudales de masa: m& 1, m& 2, x& , y& , z& .
De estas variables podemos considerar incógnitas todas menos dos: Q& 1 y Q& 2 que se conocen puesto que
son las frigorías absorbidas por el equipo en ambas cámaras.
El análisis del ciclo se puede hacer en la siguiente forma. La potencia frigorífica por unidad de tiempo en
cada una de las cámaras es un dato, de modo que podemos plantear para la temperatura T1 la siguiente
ecuación.
q1 = ha − hh (10-41)
La potencia frigorífica por unidad de tiempo a la temperatura T1 es:
Q& 1
Q& 1 = m& 1 q1 ⇒ m& 1 = (10-42)
ha − hh
De modo análogo para la temperatura T2 podemos plantear:
q2 = hc − hg (10-43)
Puesto que la potencia frigorífica por unidad de tiempo a la temperatura T2 es también un dato, resulta:
Q& 2
Q& 2 = y& q2 ⇒ y& = (10-44)
hc − hg
En consecuencia, tenemos dos variables que podemos calcular. Quedan como incógnitas todos los cauda-
les de masa, el calor que se disipa en el condensador y las potencias consumidas por los dos compresores.
Para plantear los balances de masa identificamos dos nudos en los que confluyen corrientes; el nudo 1 co-
rresponde al punto de llegada de la corriente x& , que se divide en dos: m& 1 e y& . El nudo 2 corresponde al

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punto de llegada de las corrientes z& e y& , que sumadas dan como resultado la corriente m& 2 . En conse-
cuencia, los balances de masa son:
Para el nudo 1:
x& = m& 1 + y& (10-45)
Puesto que tanto m& 1 como y& son conocidos, x& se puede calcular.
Para el nudo 2:
m& 2 = y& + z& (10-46)
Además para la vasija de media presión:
m& 1 + m& 2 = x& + z& (10-47)
El balance de energía en la vasija es:
m& 1 hb + m& 2 h f = x& hg + z& hc (10-48)
Puesto que conocemos m& 1 e y& conviene poner todas las demás variables en función de las conocidas.
De la ecuación de balance de masas para el nodo 2 se deduce:
( ) (
m& 1 hb + m& 2 h f = m& 1 + y& hg + m& 2 − y& hc) (10-49)
Despejando m& 2 resulta:
m& 1 × hb + y& × hc − (m& 1 + y& )hg
m& 2 = (10-50)
hc − h f
Por último, la incógnita z& se puede calcular fácilmente:
z& = m& 2 − y& (10-51)
El coeficiente de eficiencia frigorífica es:
Q& 1 + Q& 2
cef = (10-52)
W& A + W& B

10.2.6 Refrigeración por compresión en cascada


Debido a la necesidad de obtener temperaturas muy bajas se han diseñado sistemas cuyo desempeño su-
pera al de los ciclos frigoríficos comunes por compresión de un solo fluido. Un ejemplo es el proceso de li-
cuación del aire, que requiere temperaturas bajísimas. Otro ejemplo lo encontramos en el uso de propano y
otros hidrocarburos líquidos en la industria petroquímica. A este conjunto de procesos se los denomina
“procesos criogénicos”. El vocablo criogénico está en realidad mal elegido, porque proviene del griego kryós
que significa frío, lo que no nos dice nada. Por lo general el término se aplica al conjunto de sistemas desti-
nados a producir muy bajas temperaturas.
El examen de las propiedades termodinámicas de los refrigerantes comunes demuestra que no es posible
obtener temperaturas menores a –185 ºC en un solo ciclo de compresión, y mucho menos de absorción.
Prácticamente cualquier fluido frigorífico que no se congelara en el evaporador por efecto de la muy baja
temperatura se encontraría por encima del punto crítico en el condensador, y no podría ser condensado, de
modo que es imposible obtener temperaturas muy bajas con un ciclo que funcione con un solo fluido.
La solución pasa por una
disposición en cascada,
en la que cada ciclo toma
calor del anterior, de mo-
do que el último produce
la menor temperatura.
El croquis muestra tres
ciclos en cascada, donde
la menor temperatura se
obtiene en el evaporador
del ciclo III, mientras el
ciclo I tiene su mayor
temperatura en el con-
densador enfriado con
agua.
El evaporador del ciclo I es el condensador del II, el evaporador del II es el condensador del III, y así suce-
sivamente. De esta manera el ciclo III está descargando calor en el ciclo II, y el ciclo II descarga calor en el

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ciclo I, que descarga calor al medio. En teoría es posible enganchar tantos ciclos en cascada como se quie-
ra, pero en la práctica existen limitaciones de variada índole. Por este motivo, la mayor parte de estos sis-
temas opera con dos o tres ciclos en cadena. En un sistema de tres ciclos el fluido frigorífico del ciclo I de-
bería tener su punto de ebullición a una temperatura aproximadamente la mitad entre la temperatura del
agua de enfriamiento y la del evaporador del ciclo II. El fluido frigorífico del ciclo II debería tener su punto de
ebullición a una temperatura del orden de la tercera parte de la diferencia entre la temperatura del agua de
enfriamiento y la del evaporador del ciclo III. La temperatura del evaporador del ciclo III está fijada por el va-
lor que se quiere obtener en la cámara fría. Por ejemplo, una combinación de fluidos que funciona muy bien
es la siguiente: propano en el ciclo I, etileno en el ciclo II y metano en el ciclo III.

10.3 Refrigeración por absorción


Ya se ha mencionado que el trabajo consumido para impulsar un líquido es mucho menor del que se nece-
sita para comprimir un gas. La refrigeración por absorción toma partido de esta ventaja haciendo innecesa-
rio el compresor. Esto significa un ahorro considerable de costo, tanto inicial como operativo. El precio que
se debe pagar por esta mejora es una disminución del rango de temperaturas que se pueden alcanzar.
En el método de refrigeración por absorción se reemplaza el compresor por un par de equipos: el generador
y el absorbedor. Al igual que en el método por compresión, refrigerante pasa del condensador a la válvula
de expansión y de allí al evaporador, donde toma calor de la cámara fría. Pero en el sistema de refrigera-
ción por absorción el vapor que proviene del evaporador, en vez de ir al compresor es absorbido en el ab-
sorbedor. Este es un recipiente en el que se pone en contacto el vapor con una solución diluida o débil del
fluido refrigerante, formando una solución líquida mas concentrada o fuerte que se bombea al generador en
el cual reina una presión mas elevada. En el generador se calienta la solución y el vapor así producido pasa
al condensador donde se enfría, mientras que la solución débil que resulta de la evaporación del fluido re-
frigerante pasa al absorbedor. En el siguiente croquis vemos un esquema del ciclo de absorción.

Si se compara este esquema con el del apartado 10.2 resulta fácil comprobar que la única diferencia entre
ambos reside en el reemplazo del compresor por el generador y el absorbedor.
Si bien la cantidad de energía que se ahorra por la ausencia del compresor es importante, existe un con-
sumo bastante grande de energía térmica en el generador que compensa esta ganancia. Además los re-
querimientos de enfriamiento de los equipos de absorción son mayores que los de compresión y general-
mente son mas voluminosos y complicados, a pesar de tener menos partes móviles. Debido al consumo de
energía térmica sólo se justifica económicamente el uso de equipos de absorción cuando se dispone de
energía abundante y barata, como ser calor residual de proceso o que proviene de un sistema generador
de potencia, como veremos en el apartado 11.9.3 del capítulo 11.

Existen dos sustancias usadas comercialmente para equipos de refrigeración por absorción: el amoníaco y
el bromuro de litio. En el primer caso el fluido frigorífico es el amoníaco y en el segundo es el vapor de
agua. Ambas forman soluciones binarias con el agua. La mas ventajosa es la de agua-bromuro de litio,
aunque el amoníaco es mas barato, porque tiene un alto calor de vaporización y una pequeña presión de
vapor, permitiendo así usar equipos mas livianos y baratos, porque las paredes metálicas de los recipientes
y tuberías pueden ser mas delgadas que si se usa amoníaco. Además y a diferencia del amoníaco el bro-
muro de litio no es inflamable ni tóxico. Como su solución acuosa no es volátil no requiere rectificación, es
decir, no hay que purificar la sustancia de trabajo por destilación.
La refrigeración por absorción es mas limitada que la refrigeración por compresión en cuanto a las tempera-
turas mínimas que permite alcanzar. El amoníaco permite alcanzar temperaturas de 60 ºC bajo cero, y el

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bromuro de litio una temperatura mínima de sólo 5 ºC, por debajo de la cual se debe usar refrigeración por
compresión.
Por lo general se enfría un fluido intermediario usado como fluido frío para intercambiar calor en distintos
sectores del proceso donde haga falta. Existen varios fluidos apropiados para este fin, como las salmueras
o soluciones salinas. El equipo frigorífico enfría al fluido intermediario y este se envía al proceso.

El nombre de refrigeración por absorción se usa por tradición pero no es el correcto, ya que se debiera lla-
mar refrigeración por disolución. Se basa en las propiedades de las soluciones binarias. A diferencia de las
sustancias puras, las soluciones tienen la propiedad de disolver el vapor de una composición con el líquido
de otra composición distinta. En el diagrama temperatura-concentración que vemos a continuación, donde
se grafica la temperatura y la fracción molar, observamos que a una temperatura determinada coexisten
vapor mas rico en el componente mas volátil con líquido rico en el componente menos volátil.

Por ejemplo a la temperatura T1 tenemos vapor de composición xN en equilibrio con líquido de composición
xM. A la temperatura T2 tenemos líquido de composición xm en equilibrio con vapor de composición xn.
Si de alguna manera ponemos en contacto vapor de composición xn con líquido de composición xM, con
respecto al cual el vapor está sobre enfriado (porque T2 es menor que T1) es evidente que el vapor se con-
densará. En principio el vapor y el líquido intercambian calor, es decir el vapor se calienta y el líquido se en-
fría (se entiende que a la misma presión) hasta una temperatura intermedia entre T1 y T2, a la que corres-
ponde una composición intermedia entre xm y xN. Esto equivale a la compresión en el sistema por compre-
sión, es decir, pasar el fluido de trabajo del estado de vapor al estado líquido.

10.3.1 Equipos que funcionan con amoníaco


Para comprender el funcionamiento de un equipo de absorción en el que el gas es amoníaco, nos referire-
mos al esquema que se observa a continuación.

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En este croquis se describe en forma muy esquemática y resumida una instalación industrial de refrigera-
ción por absorción. En equipos mas pequeños el absorbedor y el rectificador no tienen la estructura que
vemos en el croquis, ya que por razones de espacio deben ser mucho mas chicos.
El equipo funciona enfriando el fluido intermediario para proceso (entra calor q2 al sistema) con lo que se ca-
lienta y evapora el NH3 que pasa al absorbedor, donde se disuelve en una solución diluida de NH3 y es en-
friado con agua (sale calor qR). La temperatura del líquido que entra al absorbedor es comparativamente ba-
ja (80 a 90 ºF, de 27 a 32 ºC) pero aumenta debido a que la disolución del amoníaco gaseoso libera calor,
por eso es necesario enfriarlo. La solución concentrada que resulta se impulsa con una bomba (se entrega
trabajo –WB) y se calienta por intercambio de calor con la solución diluida caliente que viene del hervidor del
generador. Así la solución concentrada ingresa al generador donde la fracción de fondos, rica en agua y
pobre en NH3 (solución diluida) se extrae para ir a alimentar el rociador del absorbedor previo calentamiento
en el hervidor (entra calor qS) hasta alcanzar unos 200 a 300 ºF o sea de 93 a 149 ºC.
De la cabeza del generador sale NH3 casi puro que se enfría en un condensador (sale calor q1), se almace-
na en un depósito (separador de líquido) del cual sale el NH3 líquido que se expande en el estrangulamiento
y enfría el fluido intermediario mientras otra parte refluye a la columna o rectificador. Como fluido interme-
diario se puede usar una solución acuosa de una sal inorgánica, así como fluidos térmicos patentados:
Dowtherm y marcas similares.
El simple esquema que vemos mas arriba no se suele usar en instalaciones reales por motivos de espacio y
eficiencia. El generador suele tener incorporado el hervidor en una sola unidad, de modo que resulta un
equipo híbrido cuya parte de destilación se conoce como analizador. Se han diseñado varias disposiciones
que dan buenos resultados en la práctica, con diferencias menores entre sí, que responden mas o menos a
la estructura que vemos en el esquema anterior.
El siguiente croquis describe una estructura bastante representativa de la mayor parte de los equipos de
absorción que usan amoníaco como fluido frigorífico.

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La salmuera que sirve para enfriar en el proceso entra al evaporador F donde se enfría, produciendo la
evaporación del amoníaco, que pasa como gas al absorbedor G. La solución fuerte (concentrada) que pro-
duce el absorbedor pasa por la bomba H que la impulsa a través de un intercambiador de calor I donde es
enfriada por la solución débil que se dirige al absorbedor. Luego, la solución fuerte entra al “analizador” B
donde se calienta con vapor u otro fluido cálido. De la parte superior (tope) del “analizador” sale amoníaco
gaseoso, mientras que de la parte inferior se obtiene solución débil o diluida. El gas que abandona el “anali-
zador” está formado casi exclusivamente por amoníaco con algo de vapor de agua y tiene una presión con-
siderablemente mayor como consecuencia de la expansión que sufre durante la evaporación. Esta presión
no puede ir en dirección aguas arriba porque se lo impide la bomba, que además tiene instalada en su des-
carga una válvula anti retorno, de modo que se descarga aguas abajo hacia el condensador C, donde se
enfría el gas a presión suficientemente elevada como para que licue. Luego es impulsado por esa presión a
través de la válvula de expansión E y sufre una expansión isentálpica. La mezcla líquido-vapor que resulta
de esa expansión pasa al evaporador F donde se reinicia el ciclo.
El cálculo se debe realizar en base a balances de masa y energía por equipo obteniendo un sistema de
ecuaciones con ayuda del diagrama de entalpía-concentración del NH3 que se puede encontrar en casi to-
dos los textos.
Como ya hemos explicado, a pesar de las ventajas del bromuro de litio, en instalaciones frigoríficas de muy
bajas temperaturas el amoníaco es el fluido de trabajo mas usado porque permite alcanzar temperaturas
mínimas mucho menores.

10.3.2 Equipos que funcionan con bromuro de litio


En instalaciones frigoríficas en las que la temperatura mínima está por encima de 0 ºC y se quiere usar un
ciclo de absorción es muy frecuente encontrar equipos de bromuro de litio, debido a las ventajas que se
mencionan mas arriba. Además, como las soluciones de bromuro de litio no son volátiles a diferencia de lo
que ocurre con las soluciones de amoníaco, no se requiere rectificación. Por ese motivo los equipos de ab-
sorción a bromuro de litio son mucho mas compactos que los de amoníaco.
Los equipos de refrigeración por absorción a bromuro de litio se clasifican en equipos de una o dos etapas,
comúnmente denominados de simple y doble efecto. El equipo de una etapa es el mas común y se describe
a continuación.

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La absorción se produce en un re-


cipiente herméticamente cerrado,
del que se evacua todo el aire. En
consecuencia, la presión en el reci-
piente es la presión de vapor de la
solución a la temperatura operativa.
Lo que esto significa en otros térmi-
nos es que se puede regular la
temperatura operativa del sistema a
través de la presión. La presión en
la sección del concentrador y del
condensador es del orden de 0.1
atm y en la sección de evaporación
y absorción es del orden de 0.01
atm.
Para el calentamiento se suele usar
vapor de baja presión (alrededor de
1 bar) o agua caliente a unos 130
ºC. En cambio los equipos de doble efecto usan vapor de media presión o agua a unos 175 ºC.
Las cuatro secciones básicas de un equipo de absorción se dividen en dos: un volumen llamado de “alta
presión” y otro de “baja presión”, a pesar de que ambos operan al vacío. El concentrador y el condensador
forman la zona de “alta presión” mientras que el evaporador y el absorbedor forman la zona de “baja pre-
sión”. El agua caliente o el vapor fluyen a través de los tubos del concentrador y producen la evaporación
del agua de la solución diluida por ebullición al vacío. El vapor de agua liberado de la solución diluida pasa
del concentrador al condensador, donde se condensa por acción del agua de enfriamiento. El condensador
opera a unos 32 ºC. El agua así condensada cae en una bandeja y se envía a la sección del evaporador a
través de un orificio reductor de presión, en el que sufre una expansión estrangulada. Como consecuencia
del hecho de que la presión de operación en la zona del evaporador es menor (del orden de 7 milibares) y
del efecto de Joule-Thomson la temperatura de esta sección es también menor: del orden de unos 3 ºC. El
calor que se necesita para el flasheo (evaporación parcial) del agua lo proporciona el agua helada que in-
gresa al equipo, por lo que esta se enfría. El vapor de agua que se produce en la zona del evaporador pasa
entonces al absorbedor donde es absorbido por la solución concentrada de LiBr. Durante el proceso de ab-
sorción el líquido se calienta, debido al calor de disolución negativo de las soluciones concentradas de LiBr.
El calor liberado en el absorbedor es eliminado del sistema por una corriente de agua de enfriamiento. La
solución concentrada de LiBr que se pulveriza sobre los tubos del absorbedor toma el vapor de agua, y se
diluye. Esta solución diluida es entonces bombeada al concentrador donde se completa el ciclo. Nótese que
el fluido refrigerante en definitiva es el vapor de agua. Todo el proceso viene regulado por la temperatura
del agua helada. En el croquis se observa el controlador de temperatura, que acciona la válvula de admi-
sión de vapor por medio de una línea de aire comprimido. Al abrir la válvula de admisión de vapor cuando la
temperatura del agua aumenta se incrementa la potencia frigorífica del equipo, dentro de límites razona-
bles.

10.4 Comparación entre la refrigeración por compresión y por absorción


Podemos dar valores indicativos de capacidad pero teniendo en cuenta que los fabricantes se pueden apar-
tar de esos valores en magnitudes variables. La capacidad de los equipos frigoríficos se mide en toneladas
de refrigeración (TR) o KW de refrigeración (KWR), siendo 1 TR = 3.517 KWR.
Las capacidades típicas de equipos de absorción son: para equipos de una etapa: de 300 a 6000 KWR. Pa-
ra equipos de dos etapas: de 300 a 8800 KWR. Las capacidades de los equipos de compresión varían se-
gún el tipo de compresor. Para compresores herméticos y semi herméticos: de 280 a 3600 KWR. Para
compresores alternativos de pistón: de 280 a 1500 KWR. Para compresores centrífugos de una etapa: de
280 a 7000 KWR. Para compresores centrífugos de dos etapas: de 280 a 35000 KWR.
A los efectos de comparar el desempeño del ciclo de absorción con el de compresión conviene tener algún
parámetro de comparación como el cef. Pero en el ciclo de absorción no se puede calcular el cef porque no
se consume trabajo sino calor, de modo que reemplazando el trabajo por el calor consumido, y desprecian-
do el trabajo consumido en la bomba de recirculación –WB y los calores de enfriamiento q1 y qR obtenemos
el coeficiente de aprovechamiento del calor que definimos así.
q2
cac = (10-53)
qs

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El valor típico del cac varía según la cantidad de etapas o efectos del ciclo de absorción, y es independiente
del fluido de trabajo; en otras palabras, no depende de que se use amoníaco o bromuro de litio. Valores ca-
racterísticos son los que se consignan a continuación.
Para sistemas de absorción de una etapa: de 0.6 a 0.8. Para sistemas de absorción de dos etapas: de 0.9 a
1.2. Pero los ciclos de refrigeración por compresión tienen valores de cef muy superiores, del orden de 4 a
6. La pregunta que surge es entonces: si la diferencia en rendimiento es tan enormemente superior para los
sistemas de refrigeración por compresión ¿cuál es la razón de que se sigan usando los sistemas por absor-
ción?. Lo cierto es que en la mayor parte de las instalaciones frigoríficas grandes se usan ciclos por com-
presión, no sólo por razones de costos operativos sino por otras ventajas inherentes a los sistemas por
compresión. No obstante, cuando existen cantidades considerables de calor excedente que de otro modo
se desperdiciaría, los ciclos de absorción constituyen una elección atractiva. En el próximo capítulo volve-
remos sobre esta cuestión.

10.5 Licuación de gases


La necesidad de licuar el aire para obtener nitrógeno destinado a la elaboración de ácido nítrico (que en esa
época se obtenía del nitrato natural orgánico) impulsó numerosas investigaciones en las últimas décadas
del siglo XIX. Como es sabido, el aire es una mezcla compuesta principalmente de nitrógeno y oxígeno, con
otros gases en menor proporción. Puesto que el nitrógeno es el componente menos volátil (Tb = 77.4 ºK)
mientras el oxígeno tiene un punto normal de ebullición mayor (Tb = 90.2 ºK) el problema principal era licuar
el aire para poder separar sus componentes por destilación. El método mas antiguo es el de Pictet (1887)
que se basa en el concepto de refrigeración en cascada que estudiamos en el apartado 10.2.6.
El proceso consta de cuatro ciclos en cascada que producen aire líquido en su punto más frío. Para la pri-
mera etapa se usaba amoníaco como agente frigorífico, para la segunda etileno, para la tercera oxígeno y
para la cuarta el propio aire líquido. Si se pretende separar los componentes mas raros, como helio y neón,
se debe implementar un proceso de no menos de cinco a seis etapas. El proceso puede producir aire líqui-
do pero no es apto para una explotación industrial económica si se compara con los procesos posteriores,
básicamente debido a la complejidad del proceso.
Una experiencia mas fructífera desde el punto de vista eco-
nómico es la del francés Georges Claude a comienzos del si-
glo XX. El proceso Claude se aplica al aire y consiste en una
compresión isotérmica hasta alcanzar una presión muy eleva-
da, seguida de una expansión isentrópica con producción de
trabajo hasta una temperatura lo suficientemente baja como
para que el aire se condense. El diagrama muestra el proceso
Claude. Si bien es el mas eficiente desde el punto de vista
termodinámico (ya que la expansión adiabática es mas efi-
ciente que la isentálpica) es difícil de aplicar en la práctica. El
proceso Claude es antieconómico a escala industrial porque
requiere presiones tan altas que los costos de compresión re-
sultan demasiado elevados. El problema fue resuelto por el
alemán Carl von Linde, también a co-
mienzos del siglo XX. El proceso Linde
es una aplicación del concepto de
aprovechamiento de la capacidad de
refrigeración del propio fluido frigorífico
frío que examinamos en los apartados
10.2.5.3 y 10.2.5.4. El esquema mues-
tra la estructura del proceso Linde.
En síntesis el proceso Linde toma el
gas (por ejemplo aire) y lo comprime en
un compresor de múltiples etapas con
enfriamiento intermedio.
Luego se enfría mediante un equipo
frigorífico antes del enfriamiento pro-
fundo que se hace a contracorriente
con el gas frío proveniente de la vasija
de separación líquido-vapor.
Este viene de una expansión de Joule-
Thomson en la válvula de estrangulación y luego del intercambio de calor se mezcla con el aire fresco que
ingresa al compresor, con el objeto de enfriarlo un poco antes de la compresión.

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El croquis adjunto muestra el diagrama T-S del proceso. Nó-


tese que el enfriamiento a contracorriente prepara el camino
para el proceso de expansión estrangulada o de Joule-
Thomson.

Es esencial que el enfriamiento a contracorriente lleve la


temperatura cerca o por debajo del valor crítico, para que la
expansión estrangulada alcance la zona de coexistencia de
fases en una condición lo mas a la izquierda posible, para
que la proporción de líquido sea elevada.

En el proceso de sepa-
ración del aire en sus
componentes se requiere
una columna de destila-
ción, que no figura en el
croquis anterior. La desti-
lación por lo menos debe
separar los componentes
principales: oxígeno y ni-
trógeno. Esto exige eli-
minar previamente las
impurezas, como el va-
por de agua y el dióxido
de carbono. El esquema
muestra el proceso Linde
para producción de ni-
trógeno y oxígeno a partir del aire. El equipo de la extrema derecha es la columna rectificadora. Note que
no requiere consumo de energía, ya que el hervidor se sustituye por una serpentina donde el aire relativa-
mente caliente que ingresa a la torre entrega su calor al aire líquido y produce la ebullición. La salida de to-
pe (parte superior) está enriquecida en el componente mas volátil, es decir, nitrógeno impurificado con algo
de oxígeno mientras que el producto de cola tiene oxígeno con algo de nitrógeno. Se puede obtener mayor
pureza con una rectificación posterior.
Se han desarrollado muchas variantes del proceso Linde. Una de ellas, conocida como proceso de Linde-
Collins emplea un expansor isentrópico donde se enfría una parte del gas, que intercambia calor con el gas
que sale del compresor, enfriándolo algo antes de pasar por otro intercambiador de calor.
En este se enfría mas aún, por intercambio de calor con el gas que sale muy frío de la vasija de separación
líquido-vapor. A continuación un diagrama T-S del proceso.

Todo el proceso (muy simplificado) se puede apreciar en el siguiente croquis.

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El punto a corresponde a la entrada de gas al sistema. Este sufre una compresión hasta el estado b donde
ingresa al intercambiador de calor I, donde se enfría hasta el estado c. Una parte de la corriente de aire se
expande en forma isentrópica hasta la condición d, mientras otra parte pasa directamente al intercambiador
de calor II. La parte que se expande se enfría mucho, y se usa para enfriar el gas que sale del compresor,
volviendo a la succión del mismo en la condición a. En tanto, la parte que se envía al intercambiador de ca-
lor II se enfría por intercambio de calor con el gas que sale de la vasija de separación líquido-vapor. La
fracción licuada se extrae en una corriente que no está indicada en el croquis.
Es posible calcular la fracción licuada x mediante un balance de energía. Si analizamos el proceso haciendo
caso omiso del compresor, y nos limitamos a la porción recuadrada de la derecha, notamos que la misma
no intercambia trabajo mecánico ni calor con el medio, porque la expansión en la etapa c→ d no produce
trabajo. En consecuencia, todo el proceso ocurre a entalpía constante si se desprecian las energías poten-
cial y cinética. Por lo tanto podemos escribir:
ha − hb
hb = x h f + (1 − x )ha ⇒ x =
ha − h f
Analizando los factores que condicionan al valor de x vemos que depende fundamentalmente de hb ya que
el punto a representa la condición atmosférica (que no podemos cambiar), y el punto f representa la condi-
ción de temperatura de ebullición del gas licuado, que viene fijado por las condiciones del diseño, y de pre-
sión operativa de la vasija, que también viene fijada por las condiciones del diseño. Pero puesto que hb de-
pende de la presión y la temperatura (que es igual a la atmosférica) basta fijar la presión de b para determi-
nar la fracción de gas licuado.
Si se analiza detenidamente la expresión anterior, se deduce que el máximo valor de la fracción de gas li-
cuado x corresponde al menor valor de hb.

10.6 Producción de dióxido de carbono sólido


El dióxido de carbono o anhídrido carbónico (CO2) no puede existir a bajas temperaturas (digamos menos
de 216 ºK o –55 ºC) y a presiones moderadamente altas (por caso, mayores de 6 ata) como líquido. La
causa de esto la encontramos examinando el diagrama de equilibrio P-T. Recordemos que por debajo del
punto triple de cualquier sustancia esta no puede existir en estado líquido. La curva de equilibrio es de su-
blimación, ya que separa los estados sólido y gaseoso. El punto triple del dióxido de carbono está a una
temperatura de 216.7 ºK y a una presión de 5.1 ata. En consecuencia, cuando se trata de licuar el dióxido
de carbono a presión mayor que la del punto triple sólo se logra obtener dióxido de carbono sólido, también
llamado nieve carbónica. Por supuesto, a presión normal esta se sublima sin pasar por el estado líquido
porque la presión de sublimación es del orden de 5 ata, muy superior a la ambiente. Puesto que en la su-
blimación se consume energía (el calor latente de sublimación) la temperatura del dióxido de carbono des-
ciende en el instante en que esta comienza, y suponiendo que la masa de dióxido de carbono sólido es
grande, baja hasta la temperatura de equilibrio a presión normal, que es 195 ºK o –78 ºC. Esto significa que
el dióxido de carbono sólido se puede usar como refrigerante sacrificable, puesto que el gas sublimado se
pierde en la atmósfera. Comparado con el hielo presenta ventajas claras, porque el calor de fusión del hielo
es casi un 60% mas bajo que el calor de sublimación del dióxido de carbono sólido.
La fabricación del dióxido de carbono sólido se basa en los mismos principios de compresión, enfriamiento
y expansión de Joule-Thomson que se aplican a la licuación de gases. En forma sumamente esquemática,
el proceso se puede representar de la siguiente manera.

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El dióxido de carbono que ingresa a temperatura ambiente en la condición d se mezcla con el dióxido de
carbono saturado seco que sale de la cámara de expansión, dando como resultado de la mezcla la condi-
ción e. Este gas entra al compresor, de donde sale con la condición f. Pasa al condensador donde es en-
friado hasta la temperatura ambiente (condición a) y pasa por la válvula de estrangulación donde sufre una
expansión de Joule-Thomson que lo lleva hasta la condición b a mucha menor temperatura, de donde pasa
a la cámara de expansión (que también sirve para separar el sólido del gas) donde se separa gas con la
condición c y sólido con la condición g.
En la práctica esta disposición resulta antieconómica porque la energía consumida es grande (alrededor de
320 KWH por tonelada). Introduciendo enfriadores intermedios en el compresor y dividiendo la etapa de ex-
pansión en varios pasos (usando múltiples válvulas y cámaras de expansión) se puede reducir el costo a la
mitad. Aunque esto complica y encarece tanto el costo inicial del equipo como su mantenimiento, se com-
pensa ampliamente por la reducción de costo de producción, particularmente en cantidad. Notamos la simi-
litud de este enfoque con el del ciclo de Rankine regenerativo o con el ciclo de Brayton regenerativo. La ra-
zón de que se produzca una disminución tan drástica de costo operativo es que disminuimos fuertemente
las irreversibilidades del proceso, que están concentradas en las etapas de compresión politrópica y de ex-
pansión isentálpica.

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APENDICE

DIAGRAMA H-P DEL FREON-12

DIAGRAMA H-P DEL FREON-22

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DIAGRAMA H-P DEL FREON-503

DIAGRAMA H-P DEL HFC-134a

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DIAGRAMA H-P DEL R-717 (AMONIACO)

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DIAGRAMA H-P DEL R-507

DIAGRAMA H-P DEL R-410A

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DIAGRAMA H-P DEL CARE 50

DIAGRAMA H-P DEL HX4

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DIAGRAMA H-P DEL MHC 50

DIAGRAMA H-S DEL R-290

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DIAGRAMA H-x DE LA MEZCLA R-23/R-134a

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BIBLIOGRAFIA
• “Introducción a la Termodinámica en Ingeniería Química” – Smith y Van Ness.

• “Termodinámica” – V. M. Faires.

• “Termodinámica para Ingenieros” – Balzhiser, Samuels y Eliassen.

• “Principios de los Procesos Químicos” Tomo II (Termodinámica) – Houghen, Watson y Ragatz.

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Ciclos de Gas 472

CAPITULO 11
CICLOS DE GAS

Los ciclos de gas se caracterizan porque, a diferencia de los ciclos de vapor, el fluido de trabajo no experi-
menta cambios de fase. Se implementan en motores que pueden ser de combustión interna o externa, se-
gún donde ocurra esta. Cuando se produce en el interior del recinto de expansión se dice que es interna.

11.1 Los motores de combustión interna


En época tan temprana como el año 1816 un sacerdote inglés llamado Stirling ocupó mucho tiempo y es-
fuerzo en experimentar con un motor de combustión externa que usaba aire. Su fracaso, a pesar de su in-
negable ingenio y habilidad mecánica, se debió principalmente a los rudimentarios elementos e inadecua-
dos materiales con que contaba. Actualmente, versiones modificadas del motor de aire Stirling funcionan
con altos rendimientos.
En 1856 el francés Beau de Rochas sugiere y discute un ciclo de motor de combustión interna pero no lo
construye. Recién en 1860 aparece el primer motor de combustión interna de cierto éxito comercial, pero
duró poco debido a la aparición de una máquina a pistón libre debida a Otto y Langen desarrollada en 1867
cuyo rendimiento era superior. Posteriormente en 1876 aparece el motor “silencioso” de ciclo Otto, cuya de-
nominación se justificaba no porque fuera precisamente insonoro, sino porque comparado con el diseño de
pistón libre era menos ruidoso.
Un poco antes el ingeniero sueco (posteriormente nacionalizado norteamericano) Ericsson construyó en In-
glaterra un motor de aire de combustión externa que no tuvo aceptación debido a la falta de materiales ca-
paces de resistir eficazmente las altas temperaturas desarrolladas, y eso fue el fin del motor de gas de
combustión externa por un tiempo. Hoy despierta interés por su baja contaminación y mejor rendimiento.
En todo el resto del siglo XIX hasta la aparición del motor Diesel no se habló mas de motores de combus-
tión interna. A partir de la aparición del motor Diesel la máquina de vapor estuvo condenada a desaparecer.
Si la segunda mitad del siglo XVIII y todo el siglo XIX son la era del vapor y del carbón, el siglo XX es la era
del motor de combustión interna y del petróleo, que origina la agudización de la lucha por el predominio
económico y político cuya crisis se evidencia en la cadena de conflictos armados desde 1914 en adelante.
Las razones del éxito del motor de combustión interna sobre la máquina de vapor son varias: la máquina de
vapor como planta de potencia portable es mas grande por ser mas ineficaz, ya que requiere una cámara
de combustión desde donde se transfiere calor al agua que se vaporiza y luego se transporta a la cámara
de expansión donde se realiza trabajo útil. El motor de combustión interna, en cambio, tiene estos dos ele-
mentos sintetizados en uno solo ya que el combustible al quemarse constituye el fluido de trabajo. La com-
bustión se realiza en el mismo recinto donde ocurre la expansión, eliminando la transferencia de calor, con
su carácter fuertemente irreversible y por lo tanto nefasto para el rendimiento.
Esto, aunque parezca tener solo un interés teórico, resulta de la mayor importancia práctica. Por ejemplo,
una máquina alternativa de vapor es demasiado voluminosa para ser portátil, ya que pesa en promedio
unos cincuenta kilos por caballo de potencia generada. Semejante peso no podría ser soportado por ningún
vehículo aéreo, de modo que no es posible construir aviones o helicópteros impulsados por vapor. Tampo-
co es posible tener embarcaciones chicas de vapor, digamos por caso una piragua a motor.
En la actualidad hay dos versiones de motor de combustión interna, que responden a grandes rasgos a las
características originales de los motores Otto y Diesel, pero también hay muchos diseños intermedios que
están, por decirlo así, en la frontera entre ambas categorías, por ejemplo los motores de ciclo Otto con in-
yección de combustible.
Existe también un ciclo debido a Brayton, un norteamericano que construyó un motor con dos pistones al-
rededor de 1873, pero siguiendo un ciclo ya sugerido por Joule, por lo que también se lo denomina ciclo
Joule. El motor de Brayton era muy inferior al Otto, que lo desplazó, pero actualmente se emplea el ciclo
Brayton en plantas de energía eléctrica a turbina de gas, y en vehículos terrestres y aviones, pero no con
pistones sino con turbina, razón por la cual también se lo denomina ciclo de turbina de gas. Lo trataremos
mas adelante ya que tal como está implementado actualmente es un ciclo de combustión interna. Ahora tra-
taremos las dos clases principales de ciclo de combustión interna alternativos: el tipo Otto o de encendido a
chispa y el tipo Diesel o de auto ignición.

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11.2 Descripción de los ciclos de encendido a chispa


Habitualmente se pueden encontrar dos versiones: de dos y cuatro “tiempos”. Se denomina tiempos a los
desplazamientos del pistón que se requieren para completar un ciclo. Veamos primero el motor de dos tiem-
pos.
En el motor de dos tiempos la mezcla ingresa al cilindro
a través de las lumbreras de admisión. Una vez produ-
cida la chispa ocurre la ignición de la mezcla de vapor
de combustible y aire (comburente) y simultáneamente
la expansión de los gases (tiempo de expansión o em-
bolada de potencia). Finalizada esta, se produce la ad-
misión de la mezcla que desaloja los gases exhaustos,
debido a que en el carter el pistón al bajar durante el
tiempo de expansión comprime algo los gases frescos
lo que los fuerza a entrar cuando se abren las lumbre-
ras de admisión. Note que la forma trapezoidal de la cu-
lata facilita la expulsión. Luego se inicia el tiempo de
compresión. El pistón sube tapando las lumbreras de
admisión y escape y lleva la mezcla fresca a la presión
adecuada para la explosión. Durante este tiempo el pis-
tón produce al subir una depresión en el carter y absor-
be mezcla fresca del carburador. El motor de dos tiem-
pos tiene una elevada relación de peso sobre la poten-
cia del motor comparado al de cuatro tiempos porque da una embolada de potencia por cada revolución.
Pero como no tiene válvulas de escape es imposible impedir las pérdidas de mezcla fresca en la etapa de
admisión cuando esta desplaza a los gases exhaustos, lo que inevitablemente hace bajar el rendimiento del
combustible y causa el típico olor de estos motores. No obstante, es un motor barato y sencillo, pequeño e
ideal para vehículos livianos. Veamos ahora el motor de cuatro tiempos.
El motor de cuatro tiempos tiene los siguientes movi-
mientos: en el tiempo de aspiración el pistón se des-
plaza hacia abajo con la válvula de admisión abierta y
la de escape cerrada. Luego se invierte la dirección y
comienza el tiempo de compresión; un poco antes de
llegar al punto muerto inferior se cierra la válvula de
admisión y la de escape permanece cerrada, quedando
así durante el tiempo o carrera de compresión. Un poco
antes del punto muerto superior se produce la ignición
(salta la chispa, en un instante determinado por el dis-
tribuidor de acuerdo a la velocidad del motor) y co-
mienza el tiempo de expansión. Al aproximarse el pis-
tón al punto muerto inferior se abre la válvula de esca-
pe y se iguala la presión con la externa. Es entonces
cuando se inicia la etapa o tiempo de expulsión al re-
tornar el pistón hacia el punto muerto superior eva-
cuando los gases exhaustos a través de la válvula de
escape cuya posición viene determinada por un mecanismo de sincronización (árbol de levas) y así se
completa el ciclo. El siguiente croquis muestra los tiempos de un motor de encendido a chispa.

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La potencia y velocidad se regulan con una válvula estranguladora tipo mariposa ubicada en el carburador.
Los motores modernos de ciclo Otto usan inyección directa de combustible en cada cilindro, lo que elimina
el carburador. La mezcla se produce en el propio cilindro, característica que comparten con los motores
Diesel.
Las válvulas de admisión y escape están
comandadas por levas solidarias al cigüeñal,
al igual que el disyuntor (llamado “platino”) y
el distribuidor. Estos últimos son los encar-
gados de producir pulsos de corriente eléctri-
ca (cuyo voltaje es elevado por una bobina)
que producen la chispa, y de dirigirla a las
distintas bujías, que son los electrodos entre
los que salta la chispa que inflama la mezcla.
A la izquierda vemos un esquema del ciclo
Otto ideal de cuatro tiempos.
La aspiración de la mezcla de aire y combus-
tible ocurre de 1 a 2 en forma isobárica e iso-
térmica.
Vc = volumen inicial de la cámara de combus-
tión.
Vs = volumen de una embolada o cilindrada.
V = Vc + Vs = volumen total.
De 2 a 3 ocurre la compresión que suponemos adiabática. En realidad es politrópica con exponente k = 1.34
a 1.35 dependiendo de la mezcla. De 3 a 4 se produce la compresión a volumen constante. En 3 se produce
el encendido e ingresa calor Q1 como consecuencia de la combustión. De 4 a 5 se produce la expansión
que es la única embolada de potencia del ciclo (una en cuatro); la suponemos también adiabática. En 5 se
abre la válvula de escape y de 5 a 2 a 1 sale (espontáneamente de 5 a 2 y por acción del pistón de 2 a 1) el
gas quemado exhausto. De 2 a 3 tenemos:
γ
γ V 
Pa V = Pc Vc ⇒ Pc = Pa 
γ
 (11-1)
 Vc 
γ −1
γ −1 γ −1 V 
Tc Vc = Ta V ⇒ Tc = Ta   (11-2)
 Vc 
Advertencia: no confundir Tc con la temperatura critica. En este caso solo se refiere a la temperatura del
punto 3. De 3 a 4 tenemos:
Q1 = Cv Tz − Tc( ) (11-3)
De 4 a 5 tenemos:
k
k V 
Pz Vc = Pe V ⇒ Pe = Pz  c 
k
(11-4)
V 
k −1
k −1 k −1 V 
Te V = Tz Vc ⇒ Te = Tz  c  (11-5)
V 
De 5 a 2 tenemos:
Q2 = Cv(Te − Ta ) (11-6)
El rendimiento termodinámico del ciclo viene dado por:
W
η= (11-7)
Q1
siendo:
W = Q1 − Q2 (11-8)
De las ecuaciones (11-3) y (11-6) tenemos:
Cv(Tz − Tc ) − Cv(Te − Ta ) (Tz − Tc ) − (Te − Ta ) T − Ta
η= = = 1− e
Cv(Tz − Tc )
(11-9)
Tz − Tc Tz − Tc

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γ −1
V 
Pero de la ecuación (11-2): Tc = Ta  
 Vc 
k −1
V  Tz
y de la ecuación (11-5): Te = Tz  c  = k −1
V  V 
 
 Vc 
 V  (relación de compresión volumétrica) y suponiendo γ = k:
Llamando r al cociente  V 
 c
Tz
k -1 - Ta k -1
1 Tz − r Ta 1
η = 1− r = 1 − k -1 = 1 − k -1 (11-10)
k -1 k -1
Tz - Ta r r Tz − Ta r r
De la ecuación (11-10) se deduce que para el ciclo Otto de cuatro tiempos el rendimiento sólo depende de
la relación de compresión volumétrica y del coeficiente politrópico de la curva de expansión. Para muchos
motores r varía de 5 a 7; en motores de auto se tienen relaciones aún mayores. Tomando k de 1.3 a 1.4 se
pueden calcular valores de rendimiento que no superan 0.55. Estos valores no son muy altos y en la reali-
dad son aún menores, pero constituyen una mejora enorme sobre los rendimientos de ciclos de vapor que
en vehículos raramente superan el 15%.

Ejemplo 11.1 Cálculo del rendimiento de un motor ciclo Otto.


En un motor de ciclo Otto la temperatura de la mezcla de aire-combustible es de 28 °C y la temperatura al
final de la compresión es de 290 °C. Asumiendo k = 1.4 determinar r y el rendimiento.
Solución
Refiriéndonos a la figura anterior y empleando la misma notación:
Tc k −1
= r ; Tc = 273 + 290 = 563 °K; Ta = 273 + 28 = 301 °K
Ta
1 1
(k −1)
T   563  (1.4 −1)
r =  c  =  = 4.785
 Ta   301 
1 1
η = 1− k -1
= 1− 0.4
= 0.465 η = 46.5 %
r 4.785

El diagrama anterior se debe considerar ideal, porque se ha trazado suponiendo que existe un intercambio
de calor perfecto entre el aire que ingresa al motor y los humos de escape. En la práctica esto no es fácil de
implementar. Significa una complicación porque se debe hacer pasar los humos por un intercambiador en el
que se enfrían entregando calor al aire atmosférico que ingresa. Para que el intercambio de calor sea per-
fecto se necesitaría un intercambiador de superficie infinita, lo que por supuesto es imposible. En la mayoría
de los casos (y particularmente en los motores de vehículos) el tamaño del intercambiador está seriamente
limitado por las exigencias de espacio y peso, de modo que en la mayor parte de los vehículos simplemente
no existe. En estos casos el aire entra al motor con su temperatura normal, y el humo de escape se enfría
en una expansión que podemos considerar adiabática ya que ocurre con gran rapidez. Es posible calcular
la temperatura media que alcanzan los gases de escape de un motor de combustión interna de encendido a
chispa eléctrica analizando esta evolución adiabática. Para ello, consideremos el siguiente croquis.

En la práctica el proceso de 4 a 1 no existe, sino que se producen dos evoluciones: de 4 a b y de b a 1. La


evolución de 4 a b es la salida de los gases de escape que se expanden en forma adiabática (pero no isen-

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trópica) hasta la presión atmosférica, y la evolución de b a 1 es la de enfriamiento isobárico hasta la tempe-


ratura atmosférica. En el diagrama de la derecha observamos las mismas evoluciones representadas en el
par de ejes T-S. La temperatura de salida a la atmósfera es la que corresponde al punto b que llamamos tb.
¿Cuál será el valor de esta temperatura?. Para responder a esta pregunta es necesario representar cuanti-
tativamente la evolución de 4 a b. Para ello asumiremos ciertas simplificaciones, como ser comportamiento
de gas ideal y evolución adiabática. Si bien reconocemos el carácter de aproximado que tendrá entonces el
cálculo, el error cometido no será demasiado grande porque en la condición 4 la presión no es demasiado
grande en tanto que la temperatura es bastante mayor que la atmosférica, de modo que la hipótesis de
comportamiento ideal se puede sostener sin dificultades. En cuanto a la hipótesis de evolución adiabática,
la expansión es rápida y se puede asumir que sucede de esa forma.
Puesto que es una evolución adiabática podemos plantear por el Primer Principio de la Termodinámica para
sistemas abiertos la siguiente igualdad.
u 4 − u b = Pb (vb − v 4 )
Pero puesto que la presión Pb es igual a la presión atmosférica P1 y dado que el volumen v4 es igual al vo-
lumen v1 tenemos la siguiente igualdad equivalente a la anterior.
u 4 − u b = P1 (vb − v1 )
Dado que el gas se comporta idealmente, esta igualdad se puede reducir a la siguiente
R
Cv(T4 − Tb ) = R (Tb − T1 ) ⇒
(T4 − Tb ) = R(Tb − T1 ) ⇒
γ −1
T T  1  T
⇒ 4 − b = Tb − T1 ⇒ Tb 1 +  = T1 + 4 ⇒
γ −1 γ −1  γ − 1 γ −1
γT T γ − 1 T4 T4  T 
⇒ b = T1 + 4 ⇒ Tb = T1 + = 1 + (γ − 1) 1 
γ −1 γ −1 γ γ γ  T4 
Esta relación permite calcular la temperatura de los humos a la salida del escape. Eventualmente, como ya
hemos dicho, estos gases se mezclan con la atmósfera y pierden temperatura hasta enfriarse por completo.

Ejemplo 11.2 Cálculo de la temperatura de escape de los humos.


Determinar la temperatura media de los humos a la salida del escape de un motor de combustión interna
que funciona según el ciclo Otto si la temperatura del aire al entrar al cilindro es t1 = 50 ºC y al salir del cilin-
dro es t4 = 675 ºC. Suponer que el exponente adiabático de los humos es igual al del aire, es decir, 1.4.
Solución
Aplicando la ecuación anterior tenemos el siguiente valor.
γ −1 T4 T4 T  948  323 
Tb = T1 + = 1 + (γ − 1) 1  = 1 + 0.4 = 769 º K ⇒ t b = 486 º C
γ γ γ  
T4  1.4  948 

El ciclo ideal del motor Otto de dos tiempos se


puede sintetizar como sigue.

La admisión (y expulsión simultánea de los ga-


ses residuales) ocurre de 7 a 2.
De 2 a 3 se produce la compresión adiabática y
de 3 a 4 la combustión; de 4 a 5 se produce la
expansión adiabática y en 5 se alcanza la lum-
brera de escape; el gas residual escapa de 5 a 6
a volumen constante.

El pistón sigue bajando hasta el punto muerto in-


ferior 7, y la mezcla fresca desaloja los gases
residuales hasta 1 y llena el cilindro hasta 2,
momento en el que se cierra la lumbrera de
admisión.
En realidad se cierra algo después y se desper-
dicia algo de mezcla.

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11.3 Descripción de los ciclos de autoencendido o autoignición


Este tipo de motor fue inventado por Diesel, quien tenía el propósito de emplear como combustible carbón
pulverizado, pero al experimentarlo encontró dificultades causadas por la ceniza que deterioraba los cilin-
dros, por lo que pasó al combustible líquido.
En los motores de ignición por chispa eléctrica, si se usa combustible de mala calidad o si el motor está
muy desgastado o, como se suele decir, desajustado o “desinflado” (es decir que pasa aceite lubricante a la
cámara de combustión) se producen depósitos de carbón en la parte superior del cilindro que se ponen al
rojo a poco de andar, lo que origina la combustión antes de saltar la chispa, de modo que el encendido
queda avanzado. Esto ocurre especialmente en motores de alta relación de compresión en los que la igni-
ción ocurre a los 5/8 aproximadamente del recorrido de compresión, lo que origina desincronización entre
los cilindros, tensiones en el cigüeñal, pérdida de potencia y notable disminución del rendimiento. Externa-
mente se percibe golpeteo, una vibración anormal, “pistoneo”, y no para el motor con el corte de corriente
eléctrica sino que continúa andando un rato.
El combustible de un motor de encendido por chispa eléctrica debe entonces ser muy resistente a la auto-
ignición. La capacidad de resistencia a la autoignición se mide por el índice de octano. Cuanto mayor es el
índice de octano de un combustible tanto mejor se comporta en un motor de encendido eléctrico, en particu-
lar los motores modernos de elevada relación de compresión y alta velocidad que requieren un combustible
de mayor octanaje que los motores mas grandes y lentos, de ahí la nafta “especial” o “super”.
Esta característica debe ser totalmente la opuesta en un combustible para motores de autoignición en los
que la facilidad de encenderse espontáneamente por compresión es esencial. Esto se mide por el índice de
cetano y cuanto mayor sea éste tanto mayor es el rendimiento y mejor el funcionamiento de un motor de
autoencendido.

11.3.1 Ciclo Diesel


En el ciclo Diesel se inyecta el combustible a elevada presión en el cilindro mediante una bomba inyectora.
El aire ingresa sin mezclar, puro. En general los motores de ciclo Diesel puro suelen ser de dos tiempos,
debido a que en esta versión se obtiene una embolada de potencia por cada revolución, mientras que en el
de cuatro tiempos se produce una embolada de potencia por cada dos revoluciones, lo que obliga a dupli-
car la cantidad de cilindros y bombas para la misma potencia.
En este tipo de motores la velocidad y potencia se controlan variando la cantidad de combustible inyectado,
generalmente variando la carrera de la bomba inyectora cuando esta es lineal , o estrangulando el paso de
combustible cuando es rotativa. En algunas versiones (versión “turbo”) se usa un compresor para facilitar el
barrido de gases exhaustos, precalentando el aire y comprimiéndolo antes de ingresar al cilindro, lo que
aumenta el rendimiento.
Existen infinidad de diseños diferentes de culatas del cilindro y tapa de cilindro, algunos con huecos donde
incide el chorro del combustible (“célula de combustión”), resistencias auxiliares de precalentamiento, y
otras variantes que dependen del tamaño y la potencia del motor. Veamos el ciclo Diesel.
De 0 a 1 se produce la aspiración de aire.
En 1 se cierra la lumbrera de admisión en la
versión de dos tiempos (o la válvula de ad-
misión en la versión de cuatro tiempos) y
comienza la compresión del aire hasta 2.
Por tratarse de aire se puede usar γ = 1.4.
En 2 se inyecta el combustible que a esa
elevada temperatura se inflama espontá-
neamente. La combustión ocurre a presión
constante. Por lo tanto:
Q1 = Cp (T3 − T2 )
De 2 a 3 se mueve el pistón aumentando el
volumen de la cámara. En 3 se quemó todo
el combustible y comienza la embolada de
potencia con una expansión que supone-
mos adiabática. En 4 se produce la apertura
de la válvula (o lumbrera) de escape
perdiéndose en los gases de escape calor
Por ser la evolución 4 a 1 a volumen constante es: Q2. Por ser la evolución 4 a 1 a volumen
Q2 = Cv(T4 − T1 )

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 V  definiremos la relación de
 V 
En el ciclo Diesel además de la relación de compresión volumétrica r1 =
 c
V
combustión r2 =  3
 y también la relación de expansión r = V4  . El significado de r es claro y no
  V 
 V2 
3 1
 3
requiere mayor explicación. La relación de combustión r2 nos da la influencia en el ciclo del aumento de vo-
lumen debido a la combustión y r3 el efecto en el ciclo de la embolada de potencia. Se ha de observar que:
r1 = r2×r3
El rendimiento del ciclo se puede calcular de la ecuación (11-7):
W
η=
Q1
El trabajo se obtiene admitiendo que no se consume trabajo en la admisión 0 a 1 y que tampoco hay pérdi-
das en el escape 1 a 0. Entre 1 y 2 se consume trabajo, de modo que se lo debe restar del obtenido entre 2
y 4.
De 2 a 3 se realiza trabajo a presión constante Pm:
W2→3 = Pm(V3 – V2)
De 1 a 2 y de 3 a 4 la evolución es adiabática. Por el Primer Principio para sistemas cerrados:
Q = ∆U + W = 0 ⇒ –∆U = W ⇒ W1→2 = U2 – U1; W3→4 = U3 – U4
El calor producido por combustión de 3 a 2 lo calculamos por la diferencia de entalpías:
Q1 = H3 – H2
Para n moles de gas:
(U 3 − U 4 ) + Pm (V3 − V2 ) − (U 2 − U 1 ) n(u ′3 − u 4′ ) + nR ′(T3 − T2 ) − n(u 2′ − u1′ )
η= = =
H3 − H2 n(h3′ − h2′ )
Cv ′(T3 − T4 ) + R ′(T3 − T2 ) − Cv ′(T2 − T1 ) (Cv ′ + R ′)(T3 − T2 ) − Cv ′(T4 − T1 )
= = =
Cp ′(T3 − T2 ) Cp ′(T3 − T2 )
Cv ′ + R ′ Cv ′ T4 − T1
= −
Cp ′ Cp ′ T3 − T2

Pero si: R′ = Cp′ − Cv′ ⇒ Cp′ = Cv′ + R′ y además γ = Cp por lo tanto:
Cv ′
1 T4 − T1
η = 1−
γ T3 − T2
→2 es:
Por estar 1 y 2 y 3 y 4 sobre curvas adiabáticas, para la evolución 1→
γ −1 γ −1
γ −1 γ −1 V  V  γ −1
T2 V2 = T1 V1 ⇒ T2 = T1  1  = T1   = T1 × r1
 V2   Vc 
→4 es:
Para la evolución 3→
γ −1 γ −1 γ −1
γ −1 γ −1 V   1 r 
T4 V4 = T3 V3 ⇒ T4 = T3  3  = T3   = T3  2 
 V4   r3   r1 
Además los puntos 2 y 3 se hallan sobre una isobara, en consecuencia:
V3 T3 V
Pm V2 = nR ′T2 y Pm V3 = nR ′T3 ⇒ = ⇒ T3 = T2 3 = T2 × r2
V2 T2 V2
Por otra parte:
γ −1 γ −1
T2 = T1 × r1 ⇒ T3 = T2 × r2 = T1 × r1 × r2
En consecuencia:
γ −1 γ −1
r  γ −1 r 
T4 = T3  2  × r2  2  γ
= T1 × r1 = T1 × r2
 r1   r1 
Resumiendo y volviendo a la expresión anterior del rendimiento:

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γ
1 T − T1 1 T1r2 − T1
η = 1− 4 = 1−
γ T3 − T2 γ T1r1 γ −1r2 − T1r1 γ −1
γ
1 T4 − T1 1 r −1
η = 1− = 1 − γ −1 2
r1 γ(r2 − 1)
(11-11)
γ T3 − T2
Como se ve, el rendimiento teórico de un ciclo Diesel ideal depende no sólo de la relación de compresión
volumétrica r1 y de γ, sino también de r2, que es una medida indirecta del tiempo que dura la presión máxi-
ma de combustión Pm. Los valores de r1 varían entre 13 y 18 para muchos motores, y r2 suele ser de 2 a 5.
De tal modo, admitiendo que γ = 1.4 se obtienen valores del rendimiento ideal que están entre 0.49 y 0.62.
Mucho mayores, claro está, que en el ciclo Otto. En la práctica los valores del rendimiento real son algo
menores que los citados.

Ejemplo 11.3 Cálculo del rendimiento de un motor ciclo Diesel.


2
Determinar el rendimiento teórico de un ciclo Diesel que opera con una presión máxima de 40 Kgf/cm y una
2
presión de entrada de 1 Kgf/cm . La temperatura de ingreso es 50 °C y la relación de compresión volumétri-
ca r1 = 13.34. La combustión aporta 400 cal.
Solución
γ −1 γ −1 γ −1
γ γ P  γ  0.4
1.4 
T2 P2 = T1 P1 ⇒ T2 = T1  2  = 323 40  = 926.7 ºK ⇒ t 2 = 654 ºC
 P1   
Estimamos un valor medio para Cp y Cv entre T1 y T2. Cp = 0.291; Cv = 0.208.
Q 400
Q1 = Cp (T3 − T2 ) ⇒ T3 = T2 + 1 = 927 + = 2301 ºK
Cp 0.291
V3 T3 2301 0.291
= r2 = = = 2.48 γ= = 1.4
V2 T2 927 0.208
1.4
1 2.48 −1
η = 1− = 0.56 (η = 56%)
1.4 13.34
0.4
(2.48 − 1)
11.4 El motor Wankel
Tanto el motor de combustión interna de encendido a chispa (ciclo Otto) como el de autoencendido (ciclo
Diesel) tienen un inconveniente fundamental. Como son motores que funcionan por medio de pistones, no
hay otra forma de obtener movimiento rotativo en el eje del motor que convertir el movimiento lineal de los
pistones en movimiento circular. Esto exige un complicado sistema de biela y cigüeñal, lo que significa entre
otras cosas mayor complejidad mecánica, vencer la inercia en el cambio de dirección del movimiento alter-
nativo de los pistones, y mayor peso. Como en definitiva todo esto se traduce en mayor peso, la potencia
del motor por unidad de peso se ve considerablemente reducida. En el motor de dos tiempos esto no es tan
serio como en el de cuatro tiempos, pero
no obstante sigue siendo una de los ma-
yores defectos de este tipo de motor. El
motor Wankel (1954) es rotativo, por lo
que no tiene este inconveniente. No tiene
pistones, válvulas, cigüeñal, manivelas ni
bielas, sino un rotor triangular equilátero
llamado pistón rotatorio, aunque la deno-
minación es engañosa porque no es un
pistón. Este se encuentra montado en po-
sición ligeramente excéntrica en una caja
de forma epicicloidal. Esta disposición
permite que se formen tres cavidades de
volumen variable entre el rotor y la caja,
como vemos en el croquis.
Las cavidades, identificadas como A, B y
C, cumplen la función de los movimientos
del pistón o “tiempos” de los motores al-
ternativos.

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De tal modo los cuatro eventos principales del motor se hacen sin movimientos lineales, lo que elimina una
cantidad importante de componentes. Durante el tiempo de admisión la cavidad A se llena con la mezcla de
aire y combustible, que ingresa por la lumbrera de admisión. Como el eje gira en el sentido de las agujas
del reloj, la cavidad A se achica, y la mezcla se comprime. Al llegar a la bujía salta la chispa, y se produce la
combustión. Luego continúa su evolución, esta vez de expansión porque el espacio libre se agranda. En
ese punto ocupa la posición que rotulamos B. Luego continúa girando hasta que se conecta con la lumbrera
de escape en la posición C. Los detalles mecánicos son complicados, y no tienen interés para la Termodi-
námica. No obstante, es en los detalles mecánicos donde reside el mayor atractivo de este motor. Un motor
lineal típico puede tener algo así como 350 a 400 partes móviles, dependiendo del diseño. Por compara-
ción, un motor Wankel de potencia similar tiene 150 partes móviles.

11.5 Comparación entre automotores y motores industriales


Los grandes motores industriales se diferencian de los motores usados en vehículos automóviles en varios
aspectos. Por supuesto, la diferencia principal proviene de que ambos están diseñados para fines distintos,
y de ahí se desprenden todas las demás. Los motores destinados a ser usados en vehículos (autos, motos,
camiones, locomotoras, embarcaciones y aviones) tienen que funcionar en una amplia variedad de regíme-
nes de marcha, por lo que por regla general tienen una velocidad máxima mucho mas alta que los industria-
les. Estos últimos normalmente están destinados a funcionar a menor cantidad de vueltas por segundo, y
con una potencia generalmente mayor. Esto permite diseñarlos con mayor detalle por lo que suelen tener
rendimientos mayores, del orden del 35%, en tanto que los motores mas rápidos y pequeños no suelen al-
canzar esos valores. Además son constructivamente mas robustos lo que se refleja en el mantenimiento.
Un motor de auto, por ejemplo, tiene un tiempo medio de uso entre reparaciones del orden de 2000 a 5000
horas promedio, en tanto que un motor industrial puede funcionar durante 30000 horas como mínimo antes
de requerir mantenimiento. Esto se debe también a que los motores industriales son mas lentos y tienen
menos desgaste. Al ser mas lentos pueden usar combustibles mas pesados y baratos. En contraste, por
supuesto el costo de un motor industrial es mayor, del orden de cinco veces por HP de potencia al freno, y
los costos y tiempos de mantenimiento son también proporcionalmente mayores.

11.6 Ciclo Brayton o Joule. Turbina de gas


Como ya hemos dicho, el ciclo Brayton se ha implementado en turbinas para impulsar vehículos y para ins-
talaciones fijas de energía eléctrica. La principal ventaja que presenta el ciclo Brayton es que se puede im-
plementar en una máquina de movimiento rotativo, eliminando las desventajas de los motores alternativos.

11.6.1 Descripción de la turbina de gas


La turbina de gas está constituida esencialmente por un turbocompresor y una turbina montados sobre un
mismo eje. La turbina recibe gas caliente a alta velocidad y a presión y convierte la energía térmica, cinética
y de presión del gas en energía cinética de las paletas o alabes, que al girar impulsan el eje a gran veloci-
dad. Las pérdidas de calor se pueden despreciar, por lo que suponemos que la evolución es adiabática. Por
el Primer Principio de la Termodinámica para sistemas abiertos tenemos:

∆h +
∆V 2
2 gc
+
g
gc
∆z =
∑ q − w0 pero
∑ q = 0 y ∆z = 0 ⇒ w0 = −∆h −
∆V 2
2 gc
2 2
V − V2
w0 = h1 − h2 + 1
2 gc
Si no hay diferencia de velocidades, o sea si sólo se aprovecha la energía térmica y de presión, es:
w0 = h1 − h2
Existen dos versiones de ciclo de turbina de gas. Cuando el gas exhausto (humo) se envía al medio am-
biente se está ante el ciclo abierto o Brayton. En este ciclo el turbocompresor toma aire atmosférico, lo
comprime y lo envía a una cámara donde se inyecta gas natural y se produce la combustión, que genera un
aumento de presión y temperatura que se aprovecha en la turbina, de donde se envía el gas a un precalen-
tador que sirve para precalentar el aire que sale del compresor.
Si los gases de combustión fuesen corrosivos, contaminantes o radiactivos o pudiesen perjudicar a la turbi-
na, se debe usar un fluido de trabajo (generalmente aire) que circula por el compresor y la turbina; es calen-
tado por intercambio de calor con el gas caliente que viene de la cámara de combustión, va a la turbina, a la
salida de esta se enfría en el precalentador, va al compresor y retorna al precalentador. Este es el ciclo ce-
rrado o ciclo Joule. Ambos son idénticos desde el punto de vista de las transformaciones que sufre el fluido
de trabajo.

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Existe también un sistema llamado turbina libre en el que el compresor es movido por una turbina auxiliar; la
potencia útil se obtiene en otra turbina, montada sobre un eje independiente. Los gases de la combustión
van primero a la turbina auxiliar y luego a la de potencia. Así el compresor puede funcionar a plena capaci-
dad aunque la turbina de potencia esté parada. Esto significa poder acelerar la turbina de potencia a pleno
en poco tiempo, con un gasto de combustible mayor que en los sistemas convencionales. Este sistema se
usa en los aviones.

11.6.2 Ciclo Brayton


La compresión 1-2 y la expansión 3-4 se
pueden considerar adiabáticas e isentró-
picas. De 2 a 3 el gas sufre una evolución
a presión constante. De 4 a 1 hay una
evolución que en el ciclo abierto es imagi-
naria y en el ciclo cerrado ocurre en el in-
tercambiador enfriador. Este tipo de ciclo
también se llama “de presión constante”
porque las evoluciones de combustión y
escape se producen a presión constante.
El rendimiento térmico ideal de una turbi-
na de gas es la relación entre el trabajo
neto entregado y el poder calorífico del
combustible.
La turbina debe usar elevadas relaciones
de aire a combustible en el ciclo abierto
para diluir al máximo los gases de com-
bustión que pueden perjudicarla. Normal-
mente se usa mas de cuatro veces la can-
tidad teórica necesaria de aire, de modo
que el error cometido al considerar a la
mezcla como aire puro es pequeño.

El trabajo neto es la diferencia (trabajo en


la turbina – trabajo del compresor):
Ws = Wt − Wc = (H 3 − H 4 ) − (H 2 − H 1 )
Si no hay regeneración: Q = H3 − H2
El rendimiento es:
Ws (H 3 − H 4 ) − (H 2 − H 1 ) (H 3 − H 2 ) − (H 4 − H 1 )
η= = = =
Q H3 − H2 H3 − H2
H 4 − H1 Cp (T4 − T1 )
= 1− = 1−
H3 − H2 Cp (T3 − T2 )
Si el Cp varía poco con la temperatura:
T4 − T1
η = 1−
T3 − T2
Como los puntos 1 y 2 y los puntos 3 y 4 están sobre dos adiabáticas es:

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γ −1 γ −1 γ −1 γ −1

T2  P2 

γ
T3  P3 

γ P  γ
T T P  γ
= = = 2  ⇒ 2 = 3 = 2 
T1  P1 
 T4  P4 

P
 1

 T1 T4  P1 

γ −1 γ −1
P  γ P  γ
∴ T4 = T3  1  T1 = T2  1 
P  P 
 2   2 
γ −1 γ −1
P  γ P  γ
T3  1  − T2  1  γ −1

T4 − T1 P  P  P  γ
= 1−    2  = 1−  1 
2
η = 1−
T3 − T2 T3 − T2 P 
 2 
γ −1
P  γ
η = 1 −  1  (11-12)
 P2 
Este es el rendimiento ideal del ciclo Brayton sin regeneración. Nótese que no depende de la temperatura.
A medida que aumenta P2/P1 también aumenta η.

11.6.3 Turbina de gas regenerativa


En el caso de la turbina de gas con regeneración la situación cambia totalmente.
En principio el uso de regeneración (es decir
precalentamiento del aire que sale del com-
presor e ingresa a la cámara de combustión)
se justifica para aumentar el rendimiento tér-
mico del ciclo por disminución de la irreversibi-
lidad termodinámica y aprovechamiento del
calor residual que de otro modo se pierde, de
modo análogo a como ocurre en los ciclos de
vapor. Se supone que el calor suministrado al
aire en el precalentador o regenerador se in-
tercambia con una eficiencia del 100% lleván-
dolo del estado 2 al estado R. Por su parte el
gas de salida de la turbina se enfría desde T4
hasta T2. Por lo tanto el calor recibido por el ai-
re que sale del compresor es el total (H3 – H2)
menos el aportado por el recuperador de calor
que es (H4 – H2), lo que nos da el calor que entrega el combustible.
q = (H3 – H2) – (H4 – H2) = H3 – H4
En consecuencia el rendimiento ideal con regeneración es:

ηIR =
(H 3 − H 4 ) − (H 2 − H 1 ) = 1 − H 2 − H 1 = 1−
T2 − T1
H3 − H4 H3 − H4 T3 − T4
Esto es válido asumiendo que Cp no varía con T. Pero por las razones antes comentadas:
γ −1 γ −1 γ −1
P  γ P  γ P  γ
T2 = T1  2  T4 = T3  1  Llamando x a  2  es :
 P1   P2   P1 
T − T1 T x − T1 T (x − 1) T
ηIR = 1 − 2 = 1− 1 = 1− 1 = 1− 1 x
T3 − T4 T  1 T3
T3 − 3 T3 1 − 
x  x
γ −1
T  P2  γ
∴ ηIR = 1 − 1   (11-13)
T3  P1 

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Comparando las ecuaciones (11-12) y (11-13) que proporcionan los rendimientos ideales del ciclo sin y con
regeneración vemos que el efecto del aumento de la relación de presiones P2/P1 en el ciclo no regenerativo
es aumentar el rendimiento.
En cambio en el ciclo regenerativo este disminuye con el aumento de esa relación, pero en cambio aumen-
ta con la temperatura de entrada a la turbina T3. Esto tiene una gran importancia práctica ya que permite
mejores rendimientos con menor presión máxima P2. Como el compresor resta potencia a la turbina, esto
significa que una menor presión de salida del compresor P2 es beneficiosa. Dada una relación de presiones
baja, para un valor alto de T3 resulta un rendimiento regenerativo ηIR mucho mayor al no regenerativo η.

11.6.4 Características de funcionamiento del ciclo regenerativo real


En la figura siguiente vemos las curvas de rendimiento en función de la relación de presiones P2/P1 tanto pa-
ra el ciclo no regenerativo como para el ciclo regenerativo, en forma de curvas paramétricas. Cada una de
ellas corresponde a un valor distinto de la temperatura de entrada a la turbina T3.

Todas estas curvas se basan en una temperatura del aire atmosférico t1 = 21 ºC.
El rendimiento indicado del compresor se define como la relación del incremento de entalpía ideal isentrópi-
co dividido por el incremento de entalpía real.
(H 2 − H 1′ )S
ηC = (11-14)
H 2′ − H 1′
Los términos que llevan prima representan las condiciones reales. El subíndice S indica entropía constante.
Son valores habituales de rendimiento 75% < ηC < 85%.
El rendimiento de la turbina se define como la relación de la disminución de entalpía que se encuentra en la
realidad sobre la disminución isentrópica ideal de entalpía.
H 3′ − H 4 ′
ηT = (11-15)
(H 2 − H 1′ )S
Existen pérdidas por rozamiento de turbina y compresor, que se engloban en un rendimiento mecánico que
suele ser alto, del orden del 96-98% y se define como la potencia real al freno sobre la ideal.
La combustión nunca es completa a pesar
del enorme exceso de aire, y además en la
cámara de combustión se pierde algo de ca-
lor; el rendimiento de la combustión suele
ser del 95%. En el regenerador el intercam-
bio de calor tampoco es un 100% eficiente.
Hay un salto de temperatura en el regenera-
dor, dado por la diferencia entre la tempera-
tura del aire que entra en el regenerador
proveniente de la turbina, T4’ y la temperatu-
ra del aire que sale del regenerador prove-
niente del compresor, TR'. El rendimiento del

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regenerador viene dado por el cociente del incremento de entalpía del aire del compresor (frío) sobre el in-
cremento total de entalpía que tendría el gas caliente (proveniente de la turbina) si se enfriase hasta la
temperatura T2.
H R ′ − H 2′
ηR = (11-16)
H 4′ − H 2′

11.6.5 Enfriamiento y combustión por etapas en turbinas de gas


Ya se ha comentado cuando se trató la compresión de gases que es mejor usar enfriamiento intermedio del
gas. Esto se hace en el turbocompresor con lo que se consigue aumentar el rendimiento de la compresión.

También se puede aumentar el rendimiento de la expansión en la turbina quemando el gas por etapas, de
modo análogo al recalentamiento regenerativo usado en el ciclo Rankine de vapor. Una turbina grande en
una central termoeléctrica puede tener hasta 15 quemadores ubicados a lo largo de la turbina. La combus-
tión por etapas se hace porque no se puede hacer en forma perfectamente isotérmica. Ello implicaría reali-
zar la combustión en el interior mismo de la turbina, lo que por diversas razones no es conveniente. Igual-
mente el enfriamiento intermedio del gas en el compresor lleva a una condición que se aproxima escalona-
damente a una isoterma. La combinación de ambos efectos mejora el rendimiento global del sistema. Vea-
mos con un ejemplo como influyen ambos efectos sobre el rendimiento en la práctica.

Ejemplo 11.4 Cálculo de una turbina de gas ciclo Brayton.


Se tiene una turbina de gas en la que ingresa aire a 60 °F y 14.7 psia al turbocompresor, que tiene una re-
lación de compresión de 5. El aire entra a la turbina a 1500 °F y se expande hasta la presión atmosférica.
Determinar el cociente Wt/Wc y el rendimiento para las siguientes condiciones: a) reversible isentrópica; b)
con una eficiencia del compresor de 0.83 y un rendimiento de la turbina de 0.92; c) en las condiciones del
punto anterior se introduce además un regenerador con un rendimiento de 0.65; d) y además de lo anterior
un interenfriador del aire en el compresor que toma al aire a 35 psia y lo enfría hasta 60 °F; f) ambos dos, el
interenfriador del compresor y el recalentador están en funcionamiento, en las mismas condiciones impues-
tas para puntos anteriores.
Solución
a)
t1 = 60 °F; T1 = 60 + 460 = 520 °R
P
t3' = 1500 °F T3' = 1960 °R r = 2 =5
P1
P1 = P4 = 14.696 Lbf/plg2
P2 = P3 = 5P1 = 73.5 psia.
γ −1
 P2  γ 0.4
T2 = T3   = 520 × 5 1.4
= 824 °R
 P1 
γ −1 0.4
P  γ
 1  1.4
T4 = T3  1  = 1960  = 1238 ºR
 P2  5
wt = Cp(T3 – T4) = 0.24(1960 – 1238) = 173 BTU/lb.

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wc = Cp(T2 – T1) = 0.24(824 – 520) = = 73 BTU/lb.


wt
= 173 = 2.37
wc 73
q = Cp(T3 – T2) = 0.24(1960 – 824) = 272 BTU/lb.
γ −1

( 5)
0.4
wt − w c 173 − 73  P1  γ
ηI = = = 0.37 o también ηI = 1 −   = 1− 1 1.4
= 0.37
q 272  P2 

b)
Teniendo en cuenta las eficiencias:
(h2 − h1′ )S Cp (T2 − T1′ )S T2 − T1′
ηc = = =
h 2′ − h1′ Cp (T2′ − T1′ ) T2′ − T1′
T2 − T1′ 824 − 520
∴ T2 ′ = + T1′ = 520 + = 886 º R
ηC 0.83
h3′ − h4′ Cp (T3′ − T4′ )
ηT = = ⇒
(h3′ − h1′ )S Cp (T3′ − T1′ )S
⇒ T4′ = T3′ − ηT (T3′ − T1′ )S = 1960 − 0.92(1960 − 1238 ) = 1296 º R

wt = Cp(T3' – T4') = 0.24(1960 – 886) = 159 BTU/lb.


wc = Cp(T2' – T1') = 0.24(886 – 520) = 88 BTU/lb.
q = Cp(T3' – T2') = 0.24(1960 – 886) = 258 BTU/lb.
wt
= 159 = 1.307
wc 88
wt − w c 159 − 88
ηI = = = 0.28(comparar con apartado a)
q 258
c) Según la definición dada antes de la eficiencia del recuperador de calor:
h ′ − h 2′ Cp (TR′ − T2′ ) TR′ − T2′
ηR = R = = ⇒ TR′ = T2′ + ηR (T4′ − T2′ ) =
h 4 ′ − h 2′ Cp (T4′ − T2′ ) T4′ − T2′
= 886 + 0.65(1296 − 886 ) = 1152 º R
El calor agregado o sea el producido por la combustión es el incremento total de entalpía de 2 a 3 me-
nos el incremento del regenerador, o sea:
q = h3' – h2' – (hR’ – h2') = Cp(T3' – TR’) = 0.24(1960 – 1152) = 194 BTU/lb.
w − wc 159 − 88
ηI = t = = 0.37 (comparar con a y con b)
q 194
d)
2
P5 = P5’ = P6 = 35 psia P3 = P7 = P7’ = 75.7 Lbf/plg
γ −1 0.4
 P5  γ
 35  1.4
T5 = T1   = 520  = 666 ° R
 P1   15 
T5 − T1 666 − 520
T5′ = T1′ + = 520 + = 696 ° R
ηC 0.83
t 6 = 60 º F; T6 = 520 ° R
γ −1 0.4
P  γ
 73.5  1.4
T7 = T6  2  = 520  = 643 ° R
 P5   35 

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T7 − T6 843 − 520
T7 ′ = T6 + = 520 + = 668 ºR
ηC 0.83
TR’ = T7’ + ηR(T4’ – T7’) = 668 + 0.65(1296–668) = 1076 °R
wc = h5’ – h1' + h7’ – h6 = Cp(T5’ – T1' + T7’ – T6) = 0.24(696–520+668–520) = 78 BTU/lb
wt no cambia respecto de c)
wt
= 159 = 2.04
wc 78
wt − w c 159 − 88
ηI = = = 0.38 (comparar con a, b)
q 212

e)
P8 = P8’ = 35 psia P10 = P10’ = P1 = 14.696 psia
γ −1 0.4
P  γ
 35  1.4
T8 = T3  2  = 1960  = 1586 °R
 P1   15 
T8’ = T3’ – ηT(T3’ – T8’) = 1960 – 0.92(1960 – 1530) = 1616 °R
γ −1 0.4
P  γ
 15  1.4
T10 = T9  1  = 1960   = 1530 ºR
 P2   35 
T10’ = T9 – ηT(T9 – T10) = 1960 – 0.92(1960 – 1530) = 1327 °R
TR’ = T2’ + ηR(T10’ – T2’) = 886 + 0.65(1564–886) = 1327 °R
wt = h3’ – h8’ + h9’ – h10’ = Cp(T3’ – T8’ + T9’ – T10’) = 0.24(1960 –
wt
1616 + 1960 – 1564) = 178 BTU/lb ∴ = 178 = 2.02
wc 88
q = h3 – hR’ + h9 – h8’ = Cp(T3 – TR’ + T9 – T8’) = 0.24(1960–1327+1960 – 1616) = 234.5 BTU/lb ⇒
wt − wc 178 − 88
η= = = 0.38
q 234.5
f) Ahora, la situación mas cercana al ciclo real.
Se usarán los resultados parciales obtenidos anteriormente
para los casos d) y e), es decir:
T7 = 643 °R, T7’ = 668 °R, T8 = 1586 °R, T8’ = 1616 °R, T10 =
1530 °R, T10’ = 1564 °R, wt = 178 BTU/lb, wc = 78 BTU/lb.
TR’ = T7’+ ηR(T10’–T7’) = 668 + 0.65(1564–668) = TR’ = 1250 °R
wt
= 178 = 2.28
wc 78
q = h3 – hR’ + h9 – h8’ = Cp(T3 – TR’ + T9 – T8’) = 0.24(1960 –
1250 + 1960 – 1616) = 253 BTU/lb
w − wc 178 − 88
η= t = = 0.40
q 253
Estos cálculos usando entalpías aproximadas no se pueden considerar exactos. Un cálculo mas preciso se
debe hacer estimando las entalpías por métodos mas exactos. Por ejemplo, se pueden usar funciones in-
terpoladoras basadas en las tablas de entalpías del aire.

11.6.6 Causas del éxito de las turbinas de gas


En los últimos años se han eliminado muchas centrales de vapor destinadas a la producción de energía
eléctrica y se han reemplazado por turbinas de gas o por ciclos combinados Rankine-Brayton. La causa de
este fenómeno es económica. Los rendimientos del ciclo Brayton son sensiblemente superiores a los del ci-
clo Rankine de vapor de agua. La causa reside en el hecho de que el ciclo Brayton opera a temperaturas
mayores que el Rankine. Recordemos la ecuación (5-20) del apartado 5.10.2 en el capítulo 5.
T − T0
Wmáx = Q
T

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En esta ecuación Wmáx representa el trabajo teórico máximo que puede realizar un ciclo de potencia reversi-
ble que opera entre las temperaturas extremas T y T0, siendo T la temperatura máxima y T0 la temperatura
del medio ambiente, intercambiando calor Q con el medio ambiente. Es evidente que cuanto mayor sea el
valor de la temperatura máxima T tanto mayor será Wmáx.
Por otra parte, en el ciclo Brayton no hay intercambio de calor, porque a diferencia del ciclo Rankine de va-
por, que es una máquina de combustión externa, la turbina de gas es una máquina de combustión interna y
no hay intercambio de calor entre los gases calientes de la combustión y el fluido de trabajo. El único inter-
cambio de calor ocurre en el regenerador, pero esto es después de que el fluido de trabajo haya producido
la mayor parte del trabajo útil en la turbina. Esto elimina una de las mayores causas de irreversibilidad que
es el intercambio de calor, como vimos en el apartado 5.9.3 del capítulo 5.
Puesto que constantemente se experimenta con nuevos revestimientos de turbina que permitirían operar
con temperaturas aún mayores, es de esperar que la brecha que separa los rendimientos de ambos ciclos
se agrande mas en el futuro. Además de estos argumentos de orden puramente termodinámico existen
otras ventajas en el uso de turbinas de gas. El hecho de que la turbina sea un motor rotativo la hace muy
atractiva para usarla como fuente de potencia en vehículos, por las mismas razones expuestas en el apar-
tado 11.4. La relación de compresión (cociente de presiones) del compresor (y en consecuencia de la turbi-
na) suele variar de 10 a 15. De la ecuación (11-13) se deduce que el rendimiento mejora con el aumento de
la temperatura operativa y de la relación de compresión.

11.7 El ciclo Stirling


Este ciclo está formado por dos evoluciones isócoras y dos evoluciones isotérmicas. La forma del ciclo se
puede observar en la siguiente ilustración.

El fluido de trabajo experimenta una compresión isócora en la etapa a→b en la que ingresa calor Qab. La
etapa b→c es una expansión isotérmica durante la cual ingresa otra cantidad de calor Qbc al sistema, que
toma de la fuente cálida a temperatura T2. Luego tenemos una expansión isócora en la etapa c→d durante
la cual el sistema cede calor Qcd, seguida por la etapa d→ a de compresión isotérmica en la que sale calor
del sistema a la fuente fría a temperatura T1.
Operativamente esto se puede conseguir de la siguiente manera. Es necesario contar con un intercambia-
dor de calor reversible (regenerador) capaz de tomar y ceder calor. Este regenerador tiene que absorber
todo el calor Qcd y entregarlo al sistema en la etapa a→b de modo que: Qcd = Qab. Es importante notar que el
regenerador no es la fuente fría ni la fuente cálida. Desde el punto de vista constructivo, la fuente fría es la
atmósfera y la fuente cálida es la cámara de combustión.
Vale la pena hacer notar que el motor Stirling es un motor de combustión externa, en el que el gas de traba-
jo (aire) no experimenta cambio de composición.
La clave del funcionamiento exitoso de este motor está en el regenerador. En la época en que Stirling lo
puso a prueba, el recuperador no tenía suficiente resistencia mecánica a los cambios cíclicos de temperatu-
ras extremas, y se deterioraba rápidamente. Con modernos materiales cerámicos de alta resistencia y baja
inercia térmica, el motor Stirling desarrolla rendimientos muy superiores a los que se pueden obtener en el
ciclo Otto y Diesel. Veamos porqué.
El rendimiento del ciclo se obtiene como siempre dividiendo el trabajo obtenido sobre el calor consumido. El
ciclo produce trabajo en dos etapas: la expansión isotérmica b→c y la expansión isócora c→d. Consume
trabajo durante las otras dos etapas: la compresión isotérmica d→ a y la compresión isócora a→b.
Se supone que el trabajo que se consume en la compresión isócora a→b es igual al que se produce duran-
te la expansión isócora c→d. En consecuencia, el trabajo neto producido por el ciclo es:
Wn = Wbc + Wcd – Wda – Wab = Wbc – Wda

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En cuanto al calor consumido, es la suma de dos magnitudes: el calor que ingresa en la compresión isócora
a→b y el que ingresa en la expansión isotérmica b→c. Entonces el calor que ingresa resulta ser:
Q = Qab + Qbc
Pero si hay una regeneración ideal, todo el calor que ingresa en la etapa a→ b lo provee el regenerador que
se calienta durante la etapa c→d, por lo tanto el calor Qab no debe ser tenido en cuenta. Desde el punto de
vista neto, no es realmente calor ingresante, sino calor que está contenido en el motor y pasa del gas al re-
generador y vuelve de nuevo del regenerador al gas.
Por lo tanto, el rendimiento es:
Vc Vd
R ′T2 ln − R ′T1 ln
W W − Wda Wbc − Wda Vb Va
η = n = bc = =
Q Qab + Qbc Qbc R ′T2 ln
Vc
Vb
Pero puesto que Vc = Vd y Vb = Va tenemos por último:
T2 − T1
η = (11-17)
T2
Sorprendentemente, este es el rendimiento del ciclo de Carnot equivalente.
La razón de este asombroso resultado es que al asumir las idealizaciones que se admitieron previamente,
como la existencia de regeneración ideal, lo que hemos hecho en esencia es suponer que el ciclo de Stir-
ling es idealmente reversible, de modo que no resulta absurdo el resultado, porque en definitiva es lo que
se supone también en el ciclo de Carnot.
El ciclo Stirling tiene la ventaja de requerir una menor cantidad de trabajo de compresión que el ciclo de
Carnot, ya que en este la compresión es isotérmica y adiabática mientras que en el ciclo Stirling es isotér-
mica e isócora. Al haber una etapa de compresión isócora los cambios de volumen son menores, y por lo
tanto también es mas pequeña la relación de compresión.
El principal inconveniente de este ciclo reside en las operaciones isotérmicas. Es sabido que conseguir una
evolución isotérmica es difícil en la práctica. Se puede obtener una aproximación que es “casi” isotérmica
por medio de recalentadores, haciendo el intercambio de calor a bajos gradientes térmicos y con otros re-
cursos parecidos, pero todo ello complica el motor constructiva y operativamente. Por otra parte, los proce-
sos isócoros también son complicados de realizar en la práctica. Un proceso a volumen constante implica
una evolución casi estática, es decir, sumamente lenta. Esto conspira contra el funcionamiento de un motor
de alto desempeño. No obstante, diversas versiones experimentales modificadas se prueban constante-
mente en busca de superar estos problemas. La causa de que se gasten recursos en esa tarea es que el
rendimiento teórico del motor Stirling es muy elevado.

11.8 El ciclo Ericsson


Este ciclo está formado por dos evoluciones isobáricas y dos isotérmicas. En ese aspecto difiere del ciclo
Brayton en que reemplaza la compresión y la expansión adiabática reversible (isentrópica) por una compre-
sión y expansión isotérmicas. La forma del ciclo se puede observar en la siguiente ilustración.

En la etapa a→b se produce la compresión isotérmica en la cual sale calor del sistema. La etapa b→c es la
expansión isobárica, durante la cual ingresa calor Qbc al sistema. Luego tenemos una expansión isotérmica
en la etapa c→d durante la cual también ingresa calor Qcd al sistema, y por último una compresión isobárica
en la etapa d→ a, durante la cual sale calor del sistema. Llamaremos Q1 al calor total que ingresa al siste-
ma; es evidente que: Q1 = Qbc + Qcd
El rendimiento del ciclo Ericsson se puede calcular fácilmente como es habitual.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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W Wbc + Wcd − Wda − Wab


η= =
Q1 Qbc + Qcd
Pero por las mismas razones que en el apartado anterior, es fácil ver que:
Wbc = Wda
Entonces se obtiene:
W Wbc − Wab
η= =
Q1 Qbc + Qcd
Pero si hay una regeneración ideal, el calor que ingresa en la etapa b→c lo provee el regenerador de modo
que, igual a como hicimos en el apartado anterior y por las mismas razones, el rendimiento se puede ex-
presar:
Pc Pb
R ′T2 ln − R ′T1 ln
W − Wab Pd Pa
η = bc =
Qcd Pc
R ′T2 ln
Pd
Puesto que Pc = Pb y Pd = Pa tenemos simplificando:
T2 − T1
η= (11-18)
T2
Nuevamente obtenemos el rendimiento del ciclo de Carnot, debido a las simplificaciones e idealizaciones
usadas al deducirlo. De hecho, cuando usamos regeneración en el ciclo de Brayton lo que estamos inten-
tando es aproximarnos al ciclo de Ericsson. La cantidad de etapas de regeneración y de enfriamiento inter-
medio depende de un balance económico entre el costo de capital incrementado y el costo operativo que
disminuye a medida que aumenta la cantidad de etapas.

11.9 Cogeneración
Se denomina cogeneración a las disposiciones en las que se usa la energía sobrante de un sistema para
operar otros sistemas distintos. La cogeneración es lo que se emplea en el ciclo binario de mercurio y agua
que se estudió en el capítulo 9, apartado 9.7. Otra acepción comúnmente usada del término es en aquellas
aplicaciones en las que se ahorra energía combinando dos funciones: la generación de electricidad y el ca-
lentamiento de procesos. Esta aplicación se denomina también aprovechamiento de energía de tope, y ya
se ha estudiado en el apartado 9.5 del capítulo 9. Otra aplicación es la que estudiamos aquí, donde se trata
el aprovechamiento de la energía residual que tienen los gases calientes de salida de una turbina de gas. A
esta forma también se la llama aprovechamiento de energía de fondo. Se pueden concebir tanto en teoría
como en la práctica muchos sistemas combinados de este tipo. Nosotros estudiaremos solo tres, sin pre-
tender con ello agotar las posibles aplicaciones.

11.9.1 Cogeneración combinando ciclos de gas y vapor de agua


Una de las combinaciones mas eficaces es la que reúne la turbina de gas del ciclo Brayton con el ciclo de
vapor de Rankine. La principal ventaja de este sistema combinado es que permite aprovechar el calor resi-
dual de los gases de escape de la turbina de gas, que salen a elevadas temperaturas (típica: unos 700 ºK)
para precalentar el agua y generar vapor saturado. Posteriormente el vapor se recalienta en la misma cá-
mara de combustión usada para el ciclo de gas. El proceso se puede visualizar en el esquema siguiente.

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El aire entra en el estado 1 al compresor C, donde es llevado al estado 2 al cual entra al horno del genera-
dor de vapor de alta presión GVAP; sale en el estado 3 para entrar a la turbina de gas, de la cual sale en la
condición 4. Entonces el aire de salida de la turbina entra al calentador de agua CA de donde se desecha a
la atmósfera en el estado 1’. Durante el intercambio de calor que se produce, el gas entrega calor al agua lo
que se simboliza en el diagrama T-S con una serie de flechitas desde el ciclo Brayton hacia el ciclo de Ran-
kine. Este es el circuito del gas. Alrededor del 25% de la energía del combustible se transforma en trabajo
de eje en la turbina de gas, un 55% sale en los gases de escape, y un 20% se pierde por fricción. Del 55%
que sale por el escape de la turbina de gas, un 50% se aprovecha en el calentador de agua CA en tanto
que el 5% restante se pierde
En cuanto al agua, esta sale del calentador de agua CA en condición de líquido saturado al punto de ebulli-
ción, pasa al generador de vapor de alta presión GVAP donde se vaporiza y recalienta, y entra en el estado
5 a la turbina de alta presión TAP donde se expande isentrópicamente hasta el estado 6. Luego se envía al
recalentador del cual sale al estado 7 con el cual entra a la turbina de baja presión TBP donde se expande
en forma isentrópica hasta el estado 8. A continuación pasa al condensador C que lleva el agua hasta el es-
tado 8’ al cual entra al calentador de agua CA.
Pensemos en un sistema en el que por cada Kg de agua que circula por el circuito del agua hay una canti-
dad de masa m de gas que circula por el circuito del gas.
Para obtener el valor de m es necesario hacer el balance de energía del calentador de agua CA.
h9 − h8'
m(h4 − h1' ) = 1(h9 − h8' ) ⇒ m = (11-19)
h4 − h1'
El aumento de entalpía que sufre el agua se puede calcular a partir del calor específico, es decir:
h4 − h1' = Cp′(T4 − T1' )
El trabajo producido por el ciclo Brayton es:
WTG = m(h3 − h4 )
El trabajo neto producido por el ciclo de gas, se obtiene restando el trabajo consumido en el compresor.
WB = WTG − WC = m(h3 − h4 ) − m(h2 − h1 )
El trabajo producido por el ciclo de Rankine (despreciando el trabajo de bombeo) es para 1 Kg de agua:
WR = (h5 − h6 ) + (h7 − h8 )
El consumo de energía en forma de calor del sistema es la suma del calor usado para el gas y el calor usa-
do para el recalentamiento del vapor. El primero es:
QG = m(h3 − h2 )
El segundo es la suma del calor consumido en la etapa 9→5 y el calor consumido en la etapa 6→7:
QV = (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
Entonces el calor total consumido por el sistema es:
Q1 = QG + QV = m(h3 − h2 ) + (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
El rendimiento térmico ideal del ciclo combinado es:
WB + WR m(h3 − h4 ) − m(h2 − h1 ) + (h5 − h6 ) + (h7 − h8 )
η= =
m(h3 − h2 ) + (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
(11-20)
Q1

Ejemplo 11.5 Cálculo de una instalación de ciclo combinado gas-vapor.


Una instalación de cogeneración a ciclo combinado vapor-gas se caracteriza por los parámetros que figuran
en los datos mas abajo, donde los subíndices se refieren a la figura anterior. Calcular el rendimiento térmico
y la relación con respecto al rendimiento del ciclo de Carnot equivalente. Suponer que el intercambio térmi-
co, la compresión y la expansión son ideales.
Datos
5
1. Del gas: P1 = 1×10 Pa; t1 = 20 ºC; t3 = 800 ºC; t1’ = 120 ºC; la relación de compresión en el compre-
sor es r = P2/P1 = 8; Cp’ = 1.005 KJ/(Kg ºK).
6 6
2. Del vapor de agua: P5 = 13×10 Pa; t5 = 565 ºC; P6 = P7 = 30 bar = 3×10 Pa; t7 = 565 ºC; P8 = 0.03
bar = 3000 Pa; h9 = 1532 KJ/Kg; h8’ = 101 KJ/Kg; h5 = 3506 KJ/Kg; h6 = 3061 KJ/Kg; h7 = 3604
KJ/Kg; h8 = 2200 KJ/Kg.
Solución
Haremos las mismas suposiciones que en el ejemplo anterior. Es decir, supondremos que las entalpías se
pueden calcular por medio del calor específico a presión constante, y además que Cp es constante. Lo pri-
mero que calculamos son las temperaturas desconocidas del ciclo de gas.

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γ −1
P  γ 0.4
T2 = T1  2  = 293.8 × 8 1.4
= 531 °K
 P1 
T1 293
T4 = T3 = 1073 = 592 °K
T2 531
Ahora calculamos la masa de gas que circula por el sistema. Aplicando la ecuación (11-19) tenemos:
h − h8' h9 − h8' 1532 − 101 Kg gas
m= 9 = = = 7.153
h4 − h1' Cp ′(T4 − T1' ) 1.005(592 − 393 ) Kg agua
Estamos entonces en condiciones de calcular el rendimiento térmico. De la ecuación (11-20) tenemos:

η= B
W + WR
=
( ) (
m h3 − h4 − m h2 − h1 + h5 − h6 + h7 − h8 ) ( =
) ( )
Q1 ( ) (
m h3 − h2 + h5 − h9 + h7 − h6) ( )
m[Cp (T3 − h4 ) − Cp (T2 − T1 )] + (h5 − h6 ) + (h7 − h8 )
= =
m × Cp(T3 − T2 ) + (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
7.153[1.005(1073 − 592 ) − 1.005(531 − 293 )] + (3506 − 3061) + (3604 − 2200 )
= = 0.561
7.153 × 1.005(1073 − 531) + (3506 − 1532 ) + (3604 − 3061)
Vale la pena observar que en el apartado 9.3 del capítulo 9 vimos las diversas formas usadas para aumen-
tar el rendimiento del ciclo de vapor, llegando a la conclusión de que no era económicamente posible so-
brepasar el techo de 0.50. Aquí vemos como influye un aprovechamiento mas completo y racional de la
energía en el rendimiento del sistema. El rendimiento del ciclo de Carnot equivalente es:
T −T T 297
ηC = 3 8 = 1 − 8 = 1 − = 0.723
T3 T3 1093
La relación de rendimiento ideal al rendimiento de Carnot es:
η
= 0.78
ηC

Ejemplo 11.6 Cálculo de una instalación de ciclo combinado gas-vapor.


En el croquis vemos el diagrama de un ciclo combinado gas–vapor (ciclo Brayton – ciclo Rankine) que con-
sume gas natural (metano) como combustible. El ciclo opera de la siguiente manera: se comprime adiabáti-
camente aire del ambiente (condición 0), desde T0 = 25 °C y P0 = 1 bar hasta 15 bar (condición 1), con un
rendimiento isentrópico de 0,90. El aire comprimido se mezcla en la cámara de combustión con el combus-
tible (condición 2); la mezcla aire/combustible tiene un gran exceso de aire. La combustión puede suponer-
se adiabática e isobárica. Los productos de combustión (condición 3) salen de la cámara de combustión a
1000 °C con un caudal de 8 Kg/seg, y se expanden en una turbina adiabática hasta 1 bar y 380 °C (condi-
ción 4). Para aprovechar su elevado poder calorífico residual, antes de verter los humos a la atmósfera, ali-
mentan el generador de vapor de un ciclo de Rankine, saliendo a la condición 5 a 120 °C.

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El generador de vapor produce vapor a 1200 KPa y 300 °C (condición 6), que se expande en una turbina
adiabática hasta la presión del condensador con un título de 0.90 (condición 7); sale del condensador como
líquido saturado a 40 °C, condición 8. Se desprecia el trabajo de la bomba.
Datos y suposiciones:
• No hay pérdidas de presión ni de calor en ningún punto del sistema.
• La combustión del metano es total debido al gran exceso de aire.
• Se considera el aire como gas ideal, con Cp = 1.00 KJ/(Kg ºK), γ = 1.4.
• Se supone que los humos de combustión son también un gas ideal, con Cp = 1.05 KJ/(Kg ºK) y R =
0.35 KJ/(Kg ºK).
• El poder calorífico inferior del metano es PCI = 50140 KJ/Kg.
Calcular:
1. Potencia disponible en los gases de escape (es decir su exergía, en unidades de energía
por unidad de tiempo) en las condiciones de entrada al generador de vapor.
2. Temperatura de entrada del aire en la cámara de combustión.
3. Relación de masa aire/combustible en la cámara de combustión.
4. Caudal másico de agua en el ciclo de Rankine.
5. Potencia neta obtenida en la instalación (KW).
6. Rendimiento térmico de la instalación en función del PCI del metano y rendimiento exergé-
tico del ciclo de Rankine en función de la exergía del gas de escape de la turbina de gas.
7. Temperatura de rocío de los humos a la salida del generador de vapor.
Solución
1. Cálculo de la exergía en el punto 4.
∆B4 = ∆H 4 − T0 ∆S 4 = m& gas [(h4 − h0 ) − T0 (s 4 − s 0 )] =

  T4 P4 
= m& gas Cp (T4 − T0 ) − T0  Cp × ln − R × ln  =
  T0 P0  

  653 1 
= 8 1.05(380 − 25 ) − 298 1.05 × ln − 0.35 × ln  = 1018.3 KW
  298 1 
2. Cálculo de la temperatura en el punto 1.
Teniendo en cuenta que el compresor es adiabático irreversible, primero se calcula la temperatura
del punto 1s que corresponde a la posición de un punto asumiendo evolución isentrópica, o sea
adiabática reversible, con la ecuación de un proceso adiabático ideal (PVγ = cte) o con la ecuación
de la variación de entropía entre 0 y 1s asumiendo que esta es nula. De la ecuación (5-32):
T1s P1s T1s 2 15 T1s 2 15
∆s = Cp × ln − R × ln = 0 ⇒ 1 × ln − × ln = 0 ⇒ 1× ln = × ln ⇒
T0 P0 298 7 1 298 7 1
2
ln 15
⇒ T1s = 298e 7
= 646 º K
Puesto que conocemos el rendimiento isentrópico del compresor podemos calcular la temperatura
real del punto 1. De la ecuación (11-14) tenemos:
(H 1 − H 0 )S h1s − h0 Cp (T1s − T0 ) T1s − T0
ηC = = = = 0.9 ⇒ T1 = + T0 =
H1 − H0 h1 − h0 Cp (T1 − T0 ) 0.9
646 − 298
= + 298 = 684 .7 º K
0.9
3. Cálculo de la relación de masa aire/combustible.
Como la cámara de combustión es adiabática, la temperatura de salida de los gases será la tempe-
ratura adiabática de llama. Podemos suponer sin cometer gran error que esta es igual a la tempera-
tura de salida de los gases.
Aplicando la ecuación (9-42) deducida en el capítulo 9 tenemos:
( )
− m& comb × PCI + m& p Cp p T − T0 − m& aire Cp aire (Te − T0 ) = 0
*

Reemplazando valores:
Kg
− m& comb × 50140 + 8 × 1.05(1000 − 25 ) − (8 − m& comb )1(684.7 − 298 ) = 0 ⇒ m& comb = 0.1024
seg

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Kg
En consecuencia: m& aire = 8 − m& comb = 8 − 0.1024 = 7.8976
seg
7.8976 Kg aire
Entonces la relación másica aire/combustible es: RAC = = 77.125
0.1024 Kg comb
4. Cálculo del caudal de agua.
En el generador de vapor el agua se calienta a expensas del calor que entregan los humos de sali-
da de la turbina de gas. El balance de energía es:
m& gas (h4 − h5 ) = m& agua (h6 − h9 ) = m& agua (h6 − h8 ) (por despreciar el trabajo de la bomba)
De las tablas de vapor obtenemos h8 = 167.45 KJ/Kg. Igualmente, para el punto 6: P6 = 1200 KPa y
t6 = 300 ºC de donde resulta h6 = 3046.9 KJ/Kg. Sustituyendo en la expresión anterior tenemos:
Kg
8 × 1.05(380 − 120 ) = m& agua (3046.9 − 167.45 ) ⇒ m& agua = 0.76
seg
5. Cálculo de la potencia neta obtenida en la instalación.
La potencia neta es la suma del trabajo neto producido (por unidad de tiempo) por la turbina de gas
y por la turbina de vapor, al que hay que restar el consumido por el compresor. Las propiedades del
estado 7 se obtienen de las tablas de vapor: h7 = 2333.71 KJ/Kg.
W& n = W&6 -7 + W& 3- 4 − W&0 -1 = m& agua (h6 − h7 ) + m& gas (h3 − h4 ) − m& aire (h1 − h0 ) =
= 0.76(3046 .9 − 2333 .71) + 8 × 1.05(1000 − 380 ) − 7.8976 × 1(684.7 − 298 ) =
= 2696 .26 KJ/seg
6. Cálculo del rendimiento térmico de la instalación.
El rendimiento es el cociente de la potencia producida sobre el calor generado.
W& n 2696.26
η= = = 0.525 (52.5 %)
m& comb × PCI 0.1024 × 50140
El rendimiento exergético se obtiene dividiendo el trabajo producido en la turbina por la exergía dis-
ponible en la misma.
W& 0.76(3046 .9 − 2333 .71)
η ex = 6 -7 = = 0.532 (53.2 %)
∆B4 1018.3
7. Cálculo de la temperatura de rocío de los humos a la salida del generador de vapor.
La temperatura de rocío no es otra que la temperatura de saturación para la presión parcial del va-
por de agua de la mezcla. Por lo tanto, primero hay que calcular cual es la presión parcial del agua
en la mezcla de los gases de salida. Para ello se plantea la reacción teórica:
0.1024 7.8976
CH 4 + (O 2 + 3.78 N 2 ) → a CO 2 + b H 2 O+ d N 2 + e O 2
16 29 × 4.76
Ajustando los coeficientes estequiométricos para cada una de las sustancias se obtiene:
-3
a = 6.4×10 ; b = 0.0128; d = 0.21512; e = 0.0444.
De la ley de Dalton se sabe que la presión parcial de un gas en una mezcla de gases ideales es
igual al producto de la fracción molar (número de moles de esa sustancia sobre número de moles
totales) por la presión total de la mezcla:
n 0.0128
PH2O = H2O P = 100 = 4.6 KPa
N 0.0064 + 0.0128 + 0.044

Una alternativa usada en muchos casos de plantas industriales es el uso del vapor generado no para pro-
ducir energía eléctrica sino para calefacción. Ya tratamos esta cuestión en el apartado 9.5 del capítulo 9.
En los casos en los que las temperaturas de calefacción son demasiado altas para usar vapor como medio
calefactor, se pueden usar los gases de escape de la turbina. Otros usos para los gases de escape de la
turbina son para secado y para ciclos de refrigeración. Esta última alternativa se denomina trigeneración y
se estudia en el apartado 11.9.3.

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11.9.2 Cogeneración con ciclos de gas y vapores orgánicos


En el apartado anterior estudiamos los sistemas basados en el vapor de agua como fluido de trabajo. En los
últimos tiempos se ha experimentado mucho con fluidos orgánicos, que presentan algunas ventajas sobre
el vapor de agua para generar energía eléctrica. Debido a que los fluidos orgánicos usados para estos fines
tienen un calor latente de vaporización comparativamente pequeño, la tasa de generación de vapor que se
obtiene es mucho mayor que si se usase vapor de agua. Se han propuesto ciclos combinados que usan bu-
tano, isobutano y otros hidrocarburos de bajo peso molecular. La siguiente gráfica muestra el perfil de tem-
peraturas del vapor de agua y de un líquido orgánico en función del porcentaje de calor transferido, mos-
trando también la curva de variación de temperatura del gas de salida de la turbina a medida que se enfría.

Como es posible observar, la curva de variación de temperatura del fluido orgánico se aproxima mas a la
curva del gas. Esto significa en definitiva un intercambio de calor con menores gradientes de temperatura,
lo que disminuye la irreversibilidad del intercambio de calor, que como ya sabemos es la causa principal del
bajo rendimiento que se obtiene en el ciclo Rankine con vapor de agua.
La principal aplicación de los fluidos orgánicos es en aquellos casos en los que la cantidad de energía dis-
ponible como desecho es pequeña, como en la salida de los gases de una turbina de gas, salida de gases
de hornos y casos similares. El siguiente croquis muestra una instalación de ciclo combinado Rankine-
Brayton en la que el ciclo Rankine usa un fluido orgánico como fluido de trabajo.

La eficacia combinada de un sistema de este tipo ronda el 47%.

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11.9.3 Trigeneración
Se denomina trigeneración a cualquier sistema destinado a producir energía eléctrica, vapor para calefac-
ción y ahorro de energía aprovechando calor excedente en un ciclo frigorífico. Otra interpretación que se le
suele dar al término se refiere a las configuraciones en las que se produce energía eléctrica, refrigeración y
se aprovecha un cierto excedente de potencia generada. Las posibles aplicaciones de la trigeneración son
mas limitadas que las que ofrece la cogeneración, debido a que sólo se puede usar en industrias o proce-
sos en los que se necesite usar refrigeración. No obstante, hay varios casos en los que esto es posible.
Existen diferentes configuraciones que habitualmente se asocian con la trigeneración. Posiblemente la mas
habitual sea aquella en la que se usa la siguiente combinación de equipos: turbina de gas para producir
electricidad, generación de vapor para calefacción y refrigeración. Sin entrar en un amplio análisis que por
su nivel de especialización excede nuestro propósito, nos concentraremos en las configuraciones mas fre-
cuentes.
Empezaremos por una configuración destinada a producir vapor de calefacción de baja presión (150 psig),
energía eléctrica y refrigeración. Tenemos dos opciones representadas en el croquis A por un sistema sin

post combustión, y en el B por un sistema con post combustión. En ambos casos parte de la energía eléc-
trica producida se usa para operar un ciclo frigorífico por compresión. Parte del vapor de baja presión tam-
bién se usa en el ciclo frigorífico por absorción.
Alternativamente, en muchas aplicaciones se necesita vapor de alta presión (600 psig y 400 ºC) que se
produce en conjunto con energía eléctrica y refrigeración.

Nuevamente tenemos dos opciones, para producir vapor de alta presión, energía eléctrica y refrigeración.
El vapor se usa para mover una turbina del tipo a contrapresión que impulsa el compresor de un ciclo frigo-
rífico de compresión. En la opción A el ciclo frigorífico de absorción es de dos etapas y el vapor de calefac-
ción se entrega a 10 bar manométricos mientras que en la opción B es de una sola etapa y el vapor de ca-
lefacción se entrega a 1 bar manométrico.

Otra alternativa es usar el vapor producido por la caldera para impulsar una turbina que proporciona poten-
cia a un ciclo frigorífico de compresión, en tanto que el vapor de calefacción se enfría y expande en un de-
sobrecalentador. Esta disposición se observa en el esquema siguiente.

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El análisis termodinámico de todos los sistemas de trigeneración se basa en el concepto de eficiencia del
sistema. Esta es, como se recordará, el cociente de lo que se obtiene sobre lo gastado. Es posible conocer
el calor producido por la combustión, que representa lo gastado; llamemos Q1 a esa magnitud. En cuanto a
lo producido, consiste en la suma de tres magnitudes.
1. El trabajo entregado al generador eléctrico, que llamaremos E.
2. El calor recuperado en la generación de vapor para calefacción, que llamaremos Q2.
3. El calor extraído en el o los distintos ciclos frigoríficos, si los hubiese, que llamaremos Q3.
Entonces el rendimiento del sistema se define de la siguiente manera.
E + Q2 + Q3
η= (11-21)
Q1

11.10 Ciclos de propulsión a reacción


En el ciclo de propulsión a reacción se trata de impulsar una máquina voladora (que puede ser un avión o
un misil) mediante un sistema basado en reemplazar el trabajo de eje que produce un motor por el empuje
de la energía cinética adquirida por los gases en el escape. Esta proviene de la energía química contenida
en el combustible que se transforma en energía térmica y mecánica por efecto de la combustión, la que a
su vez se convierte en energía cinética por expansión en una tobera. Los gases calientes que despide la
tobera producen una reacción que actúa en la misma recta sobre la que se desplaza el aparato, pero cuya
dirección es opuesta a la del movimiento del mismo. Si en un período de tiempo ∆τ se produce una masa de
gas mg como consecuencia de la combustión, esta se acelera desde una velocidad Vg = 0 en la cámara de
combustión hasta una velocidad Vg = Vg en la salida de la tobera. Por lo tanto la aceleración media que ex-
perimenta la masa de gas es:
ag = Vg/∆τ
ra
De acuerdo a la 1 ley de Newton, la fuerza reactiva que hace el gas sobre el vehículo será:
mg × V g
Fg = m g × a g = = m& g × V g
∆τ
Los motores de reacción se clasifican en dos categorías: los motores cohete y los motores de chorro. Los
motores cohete llevan consigo el combustible y el comburente u oxidante requerido para la combustión, de
modo que pueden operar fuera de la atmósfera porque no necesitan quemar el oxígeno atmosférico. Se
usan en los misiles que impulsan cargas útiles fuera de los límites de la atmósfera, como astronaves, satéli-
tes y cargas militares. En cambio los motores de chorro sólo llevan el combustible, y dependen del oxígeno
atmosférico para su funcionamiento.

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11.10.1 Ciclo de los motores de chorro


Los motores de chorro se puede clasificar en motores con compresor y motores sin compresor. Los motores
de chorro con compresor tienen una turbina que se alimenta con los gases procedentes de la cámara de
combustión, adonde llega el aire impulsado por el compresor. Este tipo de motor también se denomina de
turborreactor.
El combustible líquido
que proviene de los
tanques situados fuera
del motor (y no indica-
dos en el croquis) se
mezcla con el aire im-
pulsado y comprimido
por el compresor en la
cámara de combustión.
El único objeto del
compresor es enrique-
cer la concentración de oxígeno en la mezcla que entra a la cámara de combustión, ya que de otro modo el
aparato no podría funcionar bien en zonas de gran altitud, donde la cantidad de oxígeno disponible en la
atmósfera es menor. El movimiento del vehículo es de derecha a izquierda, de modo que el aire entra por la
toma de la izquierda, forzado a través del difusor 3 donde es tomado por el compresor 4. Este puede ser
axial o centrífugo, según la altura a la que debe funcionar. En grandes alturas se emplea un compresor cen-
trífugo. El aire se mezcla con el combustible e ingresa a la cámara de combustión 1 donde sufre una ex-
pansión que le permite impulsar la turbina de gas 5 cuya única función consiste en suministrar la potencia
necesaria para el funcionamiento del compresor. Luego la masa de gases escapa por la tobera 2.
El ciclo del motor de chorro de turborreactor se puede seguir en el
gráfico P-v de la izquierda. La compresión del aire atmosférico, que se
encuentra en la condición que corresponde al punto 1, se produce en
parte en el difusor (desde el punto 1 hasta el punto a) y en parte en el
compresor (desde el punto a hasta el punto 2), entre la presión atmos-
férica P1 y la presión P2 siguiendo la evolución adiabática 1→2. En ese
momento se mezcla con el combustible, y la mezcla ingresa en la cá-
mara de combustión donde se quema siguiendo la evolución isobárica
2→3. Ingresa calor q1 al sistema. A continuación los gases se expan-
den en forma adiabática; esto pasa en parte en la turbina y en parte
en la tobera, según la evolución 3→4. Esta evolución se puede consi-
derar compuesta de dos partes. De 3 hasta b se produce la expansión
en la turbina, y desde b hasta 4 se produce la expansión en la tobera.
La evolución 4→1 representa una etapa en realidad ficticia, pues-
to que los gases se mezclan con la atmósfera y retornan en forma
irreversible a la presión normal atmosférica. Esta etapa se supone
que transcurre en forma isobárica, y durante ella se entrega calor
residual q2 a la atmósfera.
Si comparamos el diagrama del ciclo de turborreactor con el dia-
grama de la turbina de gas (ciclo Brayton) que vemos en el apar-
tado 11.6.2 notamos que son iguales. Esto no nos debe extrañar,
puesto que si se consideran las operaciones que integran ambos
ciclos, se verifica que son las mismas. En consecuencia todas las
relaciones que se deducen para la turbina de gas de ciclo Brayton
son válidas para el caso que nos ocupa en este momento.
El diagrama T-S que representa el ciclo se puede observar a la de-
recha.

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Una variante de uso militar es el motor a turbina de gas con post quemador. Este no es mas que un reca-
lentador de gases, que tiene la misión de expandir mas el gas que acaba de pasar por la turbina. De tal
modo el trabajo producido por la turbina se usa solamente para impulsar el compresor, mientras que el em-
puje adicional proporcionado por el post quemador produce mayores velocidades de las que se podrían al-
canzar con una turbina. El siguiente croquis muestra un motor turborreactor con post quemador.

Como hemos explicado, en los motores de chorro sin compresor se reemplaza el compresor por la acción
compresiva producida por el avance del vehículo. Este produce la deceleración del aire que irrumpe en el
difusor. Es evidente que para poder funcionar necesitan una concentración mínima de oxígeno, lo que signi-
fica que no pueden operar en atmósferas muy enrarecidas.
Los motores de chorro sin compresor se dividen en dos clases, denominados estatorreactores y pulsorreac-
tores. Los mas usados en la actualidad son los primeros. El esquema siguiente muestra un estatorreactor.

El aire se comprime en el difusor 1 hasta alcanzar la presión necesaria para que se produzca la combustión
en la cámara 2. Los gases son impulsados y acelerados en la tobera 3 de donde salen a gran velocidad. El
ciclo sigue siendo el de Brayton, ya que sólo se ha reemplazado el compresor por una compresión estática
en el difusor. Sin embargo, no existen ni el compresor ni la turbina. En lugar de la turbina, la expansión se
hace en la tobera 3.
Si analizamos el rendimiento del ciclo Brayton tal como se expresa en la ecuación (11-12) vemos que de-
pende de la relación de presiones P2/P1:
γ −1
P  γ
η = 1 −  1  (11-12)
 P2 
De modo que cuanto mayor sea P1 tanto mayor será el rendimiento. ¿Qué significa esto en términos de ca-
pacidad de empuje del motor?. Puesto que la presión a la entrada del difusor depende de la velocidad del
vehículo, cuanto mayor sea esta tanto mayor será la presión y esto mejora el rendimiento y el empuje.
Puesto que la ecuación de la evolución adiabática es:
γ −1
T1  P1  γ
= 
T2  P2 
Se deduce que:
T1
η = 1− (11-22)
T2
Esto nos dice que cuanto mas frío sea el aire atmosférico tanto mayor será el empuje. Esto tiene una gran
importancia práctica, pues el aire mas frío se encuentra a mayor altura. La razón de que el aire mas frío
proporcione un mayor rendimiento es que cuanto mas frío se encuentra menos energía se requiere para

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comprimirlo. En consecuencia, tanto el estatorreactor como el turborreactor son mas eficientes a mayores
alturas.
Es posible obtener una expresión para el rendimiento en función de la velocidad de vuelo, de la siguiente
forma. Llamando V2 a la velocidad del aire a la entrada de la cámara de combustión y V1 a la velocidad del
vehículo, de un balance de energía aplicado al aire tenemos la siguiente igualdad.
 V2
2
V 2 − V1
2 2
V 2 − V1
2
∆ h +  m& = 0 ⇒ = h1 − h2 = Cp (T1 − T2 ) ⇒ T1 − T2 =
 2  2 2 Cp
En consecuencia:
 T  V 2 2 − V12 T
2
V − V1
2
T
2
V − V1
2 2
V −V2
2

T1 1 − 2  = ⇒ 1− 2 = 2 ⇒ 2 = 1− 2 = 1+ 1
 T1  2 Cp T1 2 Cp T1 T1 2 Cp T1 2 Cp T1
T 1
Y finalmente: 1 = 2 2
T2 V1 − V 2
1+
2 Cp T1
De esta igualdad, y de las ecuaciones (11-12) y (11-
22) se deduce inmediatamente:
1 1
η = 1− =
2
V1 − V 2
2
2 Cp T1
1+ 1+ 2 2
2 Cp T1 V1 − V 2
Puesto que la velocidad del aire a la entrada de la
cámara de combustión es mucho menor que la ve-
locidad del vehículo, despreciando V2 frente a V1 te-
nemos:
1
η= (11-23)
2 Cp T1
1+ 2
V1
La ecuación (11-23) permite construir la gráfica de
rendimiento que se observa a la izquierda.

Es interesante observar que cuando el vehículo está parado, el aire no entra en la cámara de combustión y
por lo tanto no hay empuje, es decir, el motor no funciona. Para el arranque es necesario contar con un
medio independiente de propulsión, como un cohete auxiliar de despegue.
El pulsorreactor es un sistema de impulsión por descarga intermitente de gases de combustión. Se usó du-
rante la Segunda Guerra Mundial para bombardear Londres con la bomba V1 alemana.
En este diseño la combustión se realiza en una cámara sepa-
rada de la entrada y salida de gases. El objetivo de esta modifi-
cación consiste en estabilizar la combustión, ya que los diseños
previos no conseguían evitar que la combustión se interrumpie-
ra, con lo que el misil caía sin alcanzar su objetivo. Puesto que
la combustión en el pulsorreactor se hace con la cámara aisla-
da del resto del circuito, esta ocurre a volumen constante. A la
izquierda se observa el diagrama P-v del ciclo de un pulsorreac-
tor.
Se puede demostrar que el rendimiento térmico de un ciclo co-
mo este, en el que la combustión ocurre a volumen constante,
es mayor que el de un ciclo en el que la combustión ocurre a
presión constante. Sin embargo, el pulsorreactor ha caído en
desuso debido a la mayor complejidad de su diseño comparado
con el estatorreactor.

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11.10.2 Ciclo de los motores cohete


Los motores cohete pueden ser de combustible líquido o de combustible sólido. Ambos, combustible y
comburente (oxidante) se cargan en el cohete. De este modo el cohete no necesita usar el oxígeno atmos-
férico y puede operar en el vacío. A continuación vemos un croquis que muestra la disposición de las partes
componentes de un cohete a combustible líquido.

En el diagrama de la derecha se muestran las evoluciones que sufre el combustible. En el tanque está al
estado líquido en equilibrio con su vapor, por tratarse generalmente de una sustancia volátil. Es impulsado
al estado líquido por la bomba de combustible, y en el quemador se vaporiza. Se mezcla con el comburen-
te, y se produce la combustión a presión constante. La evolución posterior en la tobera no se representa en
el diagrama. Corresponde a una recta vertical (isentrópica) que disminuye la presión hasta la atmosférica.
El diagrama P-v que corresponde al ciclo ideal se observa a continuación.
El combustible y el comburente son tomados por las respectivas
bombas inyectoras a la presión P1 que tienen en el interior de los
tanques y aumentan su presión hasta el valor P2 por efecto de las
bombas. Como en esa evolución las bombas comprimen líqui-
dos, la evolución 1→2 se puede considerar prácticamente isóco-
ra.
Luego se mezclan e ingresan a la cámara de combustión o que-
mador a la presión P2. En el punto 2 se produce la combustión
que resulta en la liberación de una cantidad de calor q1 y en el
punto 3 los gases pasan a la tobera, donde sufren una expansión
adiabática reversible (es decir isentrópica) hasta alcanzar la pre-
sión exterior. La evolución 4→1 corresponde a la mezcla irrever-
sible de los gases con la atmósfera. En esta evolución el sistema
disipa calor q2.

Los cohetes de combustible sólido tienen muchas ventajas sobre los de combustible líquido. Al no tener
compartimentos separados, el combustible y el comburente no se tienen que bombear lo que simplifica el
sistema. Por otro lado, la principal desventaja de los cohetes de combustible sólido consiste en lo difícil que
resulta controlar la combustión y lograr que sea gradual y no explosiva. Esto quedó dramáticamente ilustra-
do en los diversos accidentes que se han producido en lanzamientos de muchos cohetes que explotaron en
vuelo como consecuencia de fallas de los sistemas de control de la combustión.

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El esquema muestra un cohete de combustible sólido en el que la mezcla de combustible y comburente en


el depósito 1 se quema en la zona de combustión 2 (que progresa de derecha a izquierda) produciendo ga-
ses que se expanden en la tobera 3. A la derecha vemos el diagrama P-v del proceso que sufre el gas.

Supongamos que el motor funciona en la atmósfera. La presión P1 será entonces la atmosférica. Al iniciarse
la combustión la presión aumenta bruscamente desde el valor P1 hasta P2 que es el valor máximo que so-
porta el recipiente del motor. Esta puede ser del orden de varias decenas hasta varios centenares de at-
mósferas. Como el empuje es proporcional al área encerrada por el ciclo, cuanto mas alta sea la presión
máxima tanto mayor será el rendimiento del motor. Esta elevación de presión es casi instantánea, de modo
que se puede considerar que ocurre a volumen constante. Los gases pasan luego a la tobera en una evolu-
ción que es prácticamente isobárica desde 2 a 3. En la tobera sufren una expansión que podemos conside-
rar adiabática e idealmente reversible (es decir isentrópica) desde 3 a 4. En la etapa 4→1 el gas pasa a la
atmósfera con la cual se mezcla y como consecuencia se enfría.
Independientemente de la naturaleza del combustible, el rendimiento de un motor cohete se puede calcular
en función de las cantidades de calor q1 y q2. Es evidente que la energía que proporciona el empuje debe
ser igual a la diferencia de ambas cantidades de calor, por lo tanto:
q1 − q 2 q
η= = 1− 2 (11-24)
q1 q1
La cantidad de calor q1 se puede calcular fácilmente: q1 = h3 − h2
Por otra parte, es claro que: q 2 = h4 − h1
En consecuencia, resulta:
q2 h − h1 h3 − h2 − (h4 − h1 ) h3 − h4 − (h2 − h1 )
η = 1− = 1− 4 = =
q1 h3 − h2 h3 − h2 h3 − h2
La diferencia de entalpías (h2 – h1) se puede despreciar frente a la diferencia (h3 – h4) que es mucho mayor,
de modo que en definitiva tenemos:
h3 − h4
η≈
h3 − h2
Pero por otra parte la diferencia de entalpías (h3 – h4) se transforma en energía cinética por unidad de masa
de gases expulsados V 2/2 de manera que se obtiene:
V2
η≈ (11-24’)
2(h3 − h2 )
En la práctica, debido a las altas velocidades de escape de los gases, la evolución en la tobera no es isen-
trópica. Por razones aerodinámicas, resulta imposible evitar el despegue de la capa límite lo que produce
disipación turbulenta de energía cinética, con la pérdida consiguiente de empuje útil.
Debido a su escasa masa inerte un motor cohete tiene una capacidad de impulsión muy elevada. Fueron
usados por ejemplo para proporcionar empuje extra en el despegue de aviones en pistas muy cortas, como
las de los primeros portaaviones, que eran barcos mucho mas pequeños que los actuales.

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BIBLIOGRAFIA
• “Thermodynamics” – Lee y Sears.

• “Termodinámica” – V. M. Faires.

• “Principios de los Procesos Químicos”. Tomo II (Termodinámica) – Houghen, Watson y Ragatz.

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Aire Húmedo 503

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CAPITULO 12
AIRE HUMEDO

12.1 Humedad
El aire es una mezcla de nitrógeno, oxígeno y vapor de agua. El aire seco es la parte de la mezcla com-
puesta solamente por nitrógeno y oxígeno, y el vapor de agua es lo que se denomina humedad. Existen dos
estados extremos del aire atmosférico: el aire seco en el que no hay absolutamente nada de vapor de agua,
y el aire saturado de humedad en el que la mezcla contiene todo el vapor de agua que puede absorber el
aire seco a esa temperatura. El aire saturado seco puede absorber mas vapor de agua si se lo calienta, y
condensa agua líquida en forma de gotitas si se lo enfría. Esto es lo que causa las nieblas, que son sus-
pensiones de gotitas que absorben partículas de polvo o humo (smog) impidiendo su sedimentación. Cuan-
do la condensación ocurre sobre una superficie sólida en cambio origina el rocío. Por eso se suele denomi-
nar punto de rocío a la temperatura a la que se condensa un vapor.
Hay dos formas de expresar la humedad: como humedad absoluta y como humedad relativa.

12.1.1 Humedad absoluta


Es la relación entre la masa de vapor de agua y la de aire seco que hay en el aire húmedo.
Kg agua g agua
Se suele expresar en o .
Kg aire se co Kg aire seco
mv
H = (12-1)
ma
Donde: H = humedad absoluta; mv = masa de vapor; ma = masa de aire seco. También se puede expresar
la masa como número de moles, con lo que tenemos la humedad absoluta molar.
nv
Hm = (12-2)
na
mv m ma m
Puesto que: nv = = v y na = = a tenemos:
PM v 18 PM a 29
mv 29 29
Hm = ⇒ Hm = H (12-3)
ma 18 18

12.1.2 Humedad relativa


Se define como la masa de vapor que contiene una masa de aire seco a una cierta temperatura sobre la
que tendría a la misma temperatura si estuviese saturado. Se suele expresar en forma porcentual. La razón
por la cual siempre se refiere a masa de aire seco es que en todos los procesos de humidificación, des
humidificación, enfriamiento, calentamiento, etc. la masa de aire seco es invariante o sea constante.
El aire está saturado cuando el agua líquida está en equilibrio con el vapor a esa temperatura y presión. Es
decir, la presión o tensión de vapor del líquido (que es la tendencia al escape de las moléculas de la super-
ficie del líquido y no se debe confundir con la presión parcial del vapor) es igual a la presión parcial del va-
por en la mezcla aire-vapor de agua. A la presión atmosférica la mezcla de aire seco y vapor de agua se
comporta como ideal y se pueden aplicar las leyes de Dalton y de los gases ideales.
na P ×N
Paire = x a × P = × 1 ata ⇒ na = aire donde N = n a + nv
N P
n Pagua × N
Pagua = xv × P = v × 1 ata ⇒ nv =
N P

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nv Pv
Hm = = Pv + Pa = P ⇒ Pa = P – Pv
na Pa
18 18 Pv Pv
∴H = Hm = ⇒ H = 0.62 (12-4)
29 29 P − Pv P − Pv
Si admitimos en lo sucesivo que el subíndice s indica la condición de saturación la humedad relativa se
puede escribir:
H m n P
φ= = v = v = v (12-5)
H s mv s nv s Pv s
De donde se deduce:
Pv = φ × Pvs (12-5')
De aquí podemos encontrar de inmediato la presión parcial de vapor si se conoce la humedad relativa, ya
que Pvs se puede obtener fácilmente de una tabla de propiedades del vapor saturado para la temperatura en
cuestión. También la podemos obtener a partir de una de las varias ecuaciones propuestas en el apartado
8.8 del capítulo 8. La siguiente ecuación tipo Antoine propuesta por Wexler (J. Res. Nat. Bur. Stand. 80A
(1976), 775-785) permite calcular la presión del vapor saturado en mbar en función de la temperatura en ºC.
4064 .95
ln Pvs = 19.016 − (12-5”)
t + 236 .25
Esta ecuación es válida en el rango de temperaturas 0.01 °C < t < 70 °C y la siguiente es válida en el rango
–50 °C < t < 0.01 °C:
Pvs  273 .16 
ln = 22.509 1 −  (12-5’’’)
611 .657  t 
Pvs está en Pa y t en °C.

12.2 Volumen específico


La base del cálculo de todos los procesos de acondicionamiento de aire es, como ya dijimos, la masa de ai-
re seco porque es lo único que permanece constante a través de todas las operaciones. Es también la base
del volumen específico, que en lo sucesivo se entiende como volumen por unidad de masa de aire seco.
Aplicando la ley de gases ideales para mezclas siendo N es el número total de moles tenemos:
 m m 
PV = NR′T = (nv + na )R′T = R′T  v + a  (mv y ma en Kg)
 PM v PM a 
Si ma = 1 Kg, dividiendo por ma resulta: mv/ma = H (en [Kg agua]/[Kg aire seco]).
 m m  R' T  H 1 
PV = R′T  v + a  ⇒ v =  +  (12-6)
 PM v PM a  P  PM v PM a 
Nótese que el volumen específico aumenta con la humedad, es decir el aire húmedo tiene menor densidad
que el aire seco. Por eso las nubes están normalmente tan altas en la atmósfera.

12.3 Temperatura de saturación adiabática. Entalpía y calor específico


Podemos definir la entalpía de una mezcla de aire y vapor de agua en función de una temperatura de refe-
rencia, T0. El calor latente de evaporación del agua vale λ0 = 595 Kcal/Kg. Supongamos tener una masa de
agua mv a la temperatura T0 de referencia a la que su entalpía se fija arbitrariamente como cero. Normal-
mente se toma la temperatura de referencia T0 = 0 °C. Se requieren: (mv λ0) Kcal para evaporarla.
Supongamos ahora tener una masa de aire seco ma que se calienta desde T0 hasta T mediante una canti-
dad de calor: Qa = Cpa ma(T – T0)
Para elevar la temperatura del vapor desde T0 hasta T se necesita una cantidad de calor:
Qv = Cpv mv(T – T0)
Por lo tanto si mezclamos la masa de aire seco y la de vapor a la temperatura T en forma isentrópica e isen-
tálpica tenemos aire húmedo cuyo contenido de calor a la temperatura T será la suma de todas las cantida-
des de calor aportadas desde la temperatura T0 (a la cual la entalpía se fija como cero) hasta la temperatura
T. Llamemos H a esa cantidad de calor, que no es otra cosa que la entalpía del aire húmedo a la temperatu-
ra T.

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H = mv λ0 + Cpv mv(T – T0) + Cpa ma(T – T0)


Dividiendo por ma obtenemos el contenido de calor de la masa de aire húmedo a la temperatura T, que defi-
nimos como su entalpía a esa temperatura.
mv m
h= λ0 + v Cpv (T − T0 ) + Cpa (T − T0 ) =
ma ma
h = H λ0 + [H Cpv + Cp a ](T − T0 ) (12-7)
La expresión: C = H Cpv + Cpa
se suele llamar calor específico del aire húmedo.
Siendo: Cpa = 0.24 Cpv = 0.46 resulta:
C = 0.24 + 0.46 H (12-8)

h = λ H + C (T − T0 ) (12-9)
Supongamos tener una cámara
aislada adiabáticamente en la
que se inyecta agua que está a
la temperatura Ts por medio de
un rociador que la pulveriza en
finísimas gotitas para facilitar su
evaporación. Ts es la temperatu-
ra de saturación del aire, a la
que la presión parcial del vapor
del aire húmedo es igual a la
presión de vapor del agua líqui-
da, es decir no habrá variación
de temperatura del agua porque
está en equilibrio con el aire a la
humedad de saturación Hs. Di-
cho en otras palabras, el calor
que se requiere para evaporar
el agua que incrementa la
humedad del aire desde el valor
H de entrada hasta el valor Hs
de salida lo suministra el propio aire al enfriarse desde la temperatura T de entrada hasta la temperatura Ts
de salida. Queda claro entonces que T > Ts. Despreciando el trabajo de la bomba y de los ventiladores, la
cámara no recibe ni entrega calor por ser adiabática, por lo tanto la entalpía del aire que entra es igual a la
del aire que sale. Tomando una temperatura de referencia T0 = Ts, tenemos aplicando la ecuación (12-9) y
por ser un proceso adiabático:
Entalpía del Entalpía del
 aire = aire 
 que sale   que entra 
λs Hs + C(Ts – Ts) = λs H + C(T – Ts)

∴ λs (H s − H ) = C (Ts − T ) ⇒ H − H s = − (T − Ts )
C
(12-10)
λs
En un gráfico T– –H la ecuación (12-10) es la ecuación de una recta con pendiente negativa, como vemos en
la siguiente figura.

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En general, para la mayoría de las aplicaciones prácticas se puede tomar para el cálculo de entalpías:
ha = 0.24 t hv = H(0.46t + 595)
haire húmedo = ha + hv = 0.24 t + H (0.46t + 595 ) (12-11)
Esta es la ecuación de una recta de pendiente negativa en el gráfico T–
–H.

12.4 Temperatura de bulbo seco y temperatura de bulbo húmedo


El termómetro de bulbo húmedo es un sim-
ple termómetro de mercurio rodeado con te-
la, algodón o esponja en su parte inferior
(bulbo) empapada de agua y colocado en
una corriente de aire: se lo hace girar al ex-
tremo de un hilo, o se coloca frente a un
ventilador. En el momento de la lectura el
termómetro debe estar húmedo. Después
de algunos segundos de exposición a la co-
rriente el líquido alcanza la temperatura de
bulbo húmedo, que es la que marca el ter-
mómetro. Por supuesto, esta temperatura es
menor que la que marca un termómetro se-
co porque la corriente de aire seca el agua
del bulbo, que al evaporarse toma una can-
tidad de calor dada por su calor latente de
evaporación, y quien entrega ese calor es el
bulbo del termómetro, que se enfría. El fe-
nómeno de evaporación es relativamente
simple, pero intervienen en él varios meca-
nismos que complican algo el análisis.
Por un lado tenemos un proceso de transferencia de masa que es la evaporación en sí, ya que el agua pa-
sa de la zona del bulbo a la masa de aire. Podemos decir que el vapor de agua pasa desde una zona inme-
diata al bulbo, de pequeño espesor, que llamamos película donde el aire se encuentra prácticamente es-
tancado, hacia la masa de aire en movimiento. En la película se puede suponer que el aire está saturado de
humedad. La fuerza impulsora de esta transferencia de masa es la diferencia de presiones de vapor entre
la película, cuya presión parcial de vapor denominaremos Pw y la presión parcial de vapor del aire, Pv. En la
película, como el aire está saturado, la presión parcial de vapor es igual a la presión de vapor del agua a la
temperatura de la película, que consideramos igual a la que marca el termómetro de bulbo húmedo. Eviden-
temente Pw > Pv puesto que el agua se evapora. Existirá una resistencia a la transferencia de masa que de-
penderá del espesor de la película, de la constante de difusión del vapor en el aire y de otras características
del sistema que englobamos en un coeficiente de conductividad de transporte de materia que llamamos kg.
Por otro lado también tenemos un fenómeno de transporte de calor que ocurre en forma simultánea, desde
el seno del aire que está a mayor temperatura hacia el bulbo que está mas frío. Aquí tenemos una analogía
entre ambos fenómenos de transporte, porque la mayor resistencia al intercambio de calor la ofrece la pelí-
cula, siendo la fuerza impulsora la diferencia de temperatura entre la película (cuya temperatura llamamos
tw) y el aire que está a una temperatura t. La resistencia de la película depende de varios factores propios
del sistema, tales como la conductividad térmica del aire, velocidad del mismo, etc. que englobamos en un
coeficiente de conductividad superficial de calor hc. El calor necesario para producir la evaporación por hora
2 2
y por m de superficie será igual al calor latente multiplicado por la evaporación horaria en Kg por m de su-
perficie.
La ecuación, con sus unidades entre corchetes, es:
 Kcal  &  Kg  Kcal 
Q&  =W × λ  (12-12)
 hora× m 2   hora× m 2   Kg 
Este calor proviene del enfriamiento del aire que rodea al bulbo una vez que el bulbo se ha enfriado y se
llega al equilibrio a la temperatura mas baja que puede alcanzar, que es tw.
Puesto que existe un intercambio de calor entre el bulbo y el aire que lo rodea, considerando el fenómeno
desde el punto de vista del intercambio de calor tenemos:
 Kcal   Kcal 
Q&
 hora × m 2
= hc  hora × m 2 × ° C  × (t − t w )[° C] (12-13)

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Donde: hc es el coeficiente de intercambio de calor superficial que gobierna la película que rodea al bulbo, t
es la temperatura del aire (temperatura de bulbo seco) y tw es la temperatura de bulbo húmedo que marca
el termómetro húmedo.
También se puede analizar el fenómeno desde el punto de vista de la difusión de vapor de agua desde el
bulbo húmedo al seno del aire que lo rodea. Entonces la cantidad de agua que se evapora por hora y por
unidad de superficie viene dada por:
 Kg   Kmoles   Kg  (
W&  = kg  × PM v  × Pw − Pv ) (12-14)
2
 hora × m  2 
 hora × m × atmosfera   Kmol 
PMv = 18 (es el peso molecular del vapor) y el resto de los símbolos son conocidos. Reemplazando W de la
ecuación (12-14) en la ecuación (12-12) e igualando con la ecuación (12-13) resulta:
hc
λ × k g × PM v × (Pw − Pv ) = hc (t − t w ) ⇒ Pw − Pv = (t − t w ) (12-15)
λ k g PM v
En el caso de las mezclas de aire y vapor de agua el factor multiplicador de la diferencia de temperaturas
hc mm Hg
vale: = 0 .5
λ k g PM v °C
La ecuación de Carrier es generalmente considerada mas exacta que la (12-15). La ecuación de Carrier es
la siguiente.
Pa − Pv
Pw = Pv − (t − t w ) (12-15’)
2755 − 1.28 × t w
Pa es la presión atmosférica, o la presión total a la que se encuentra sometido la masa de aire húmedo. Las
unidades usadas para esta ecuación son británicas. Las temperaturas se expresan en ºF, y las presiones
en psia. Esta es una ecuación en parte racional y en parte empírica, a la que se le han incorporado correc-
ciones para tomar en cuenta el efecto de la radiación y de la conducción producida en el termómetro. En la
realidad las diferencias entre ambas ecuaciones no son significativas para los fines prácticos.
En la práctica, tw y la temperatura de saturación adiabática difieren tan poco que se pueden considerar igua-
les, de modo que todo lo dicho para la saturación adiabática vale aquí, es decir que en un gráfico T– –H las
gráficas de las isotermas de bulbo húmedo constante son rectas a pendiente negativa, y a temperatura
húmeda constante corresponde entalpía constante.

Ejemplo 12.1 Cálculo de la humedad y del punto de rocío del aire húmedo.
Una masa de aire a 760 mm Hg y a una temperatura de bulbo seco de 30 °C tiene una temperatura de bul-
bo húmedo de 17.5 °C. Hallar la humedad absoluta, la humedad relativa y el punto de rocío, es decir la
temperatura a la que enfriando a humedad constante comienza a condensar la humedad.
Solución
De la ecuación (12-15): Pv = Pw – 0.5(t – tw)
Nuestro problema es hallar la presión de vapor Pw que corresponde a la temperatura de bulbo húmedo tw =
17.5 °C. En una tabla de propiedades del vapor de agua saturado tal como la que encontramos al final del
capítulo 3:
2
t [°C] Pv [Kgf/cm ]
··· ···
15 0.017376
20 0.023830
··· ···
0.01737 + 0.02383 2
Por lo tanto, interpolando linealmente tenemos para tw = 17.5 °C: Pw = = 0.0206 Kgf/cm
2
2 0.0206 × 760
1 Kgf/cm = 760 mm Hg ⇒ = 15.13 mm Hg. De la ecuación anterior:
1.033
Pv = 15.13 – 0.5(30 – 17.5) = 8.88 mm Hg.
Pv 8.88
Por lo tanto, de la ecuación (12-4): H = 0.62 = 0.62 = 0.00733[Kg agua]/[Kg aire seco]
P − Pv 769 − 8.88

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En la misma tabla de propiedades del vapor saturado encontramos a 30 °C (temperatura de bulbo seco)
P 8.88
una presión de vapor saturado equivalente a 31.8 mm Hg. φ = v = = 0.28 (equivale a 28%)
Pv s 31.8
Por último, en la tabla de presiones de vapor hallamos que la temperatura a la cual la tensión de vapor es
8.9 mm Hg es 10 °C, por lo tanto enfriando la masa de aire hasta 10 °C comenzará a condensar vapor por-
que a esa temperatura la presión de vapor de 8.9 mm Hg corresponde al estado saturado, o sea que 10 °C
es el punto de rocío.

12.5 Diagrama de temperatura-humedad o carta psicrométrica


No vamos a hacer una descripción detallada de cómo se construye la carta psicrométrica, lo que se puede
encontrar en algunos textos, sino que vamos a describir cómo usarla.
Dada la temperatura de bulbo
seco del aire T y la tempera-
tura de bulbo húmedo Ts, se
busca Ts en la escala horizon-
tal de temperaturas y se traza
una línea vertical hasta cortar
a la curva de humedad relati-
va φ = 1 (100%) donde en la
mayoría de las cartas tam-
bién hay una escala de Ts y
luego se continúa paralela-
mente a las rectas oblicuas,
que son isotermas de bulbo
húmedo, hasta cortar una
vertical que pasa por T.
En ese punto se halla por in-
terpolación la curva que co-
rresponde a la humedad rela-
tiva φ (punto a del croquis) y
todas las demás propieda-
des, ya que el punto a es el
que describe el estado del
sistema, que viene determi-
nado por los parámetros T y Ts.
Siguiendo con una horizontal desde a hasta cortar el eje vertical se halla la humedad absoluta H. Si partien-
do de a enfriamos el vapor a humedad constante se llega al punto c que representa el punto de rocío del ai-
re húmedo sobre la curva de saturación (φ = 1) y verticalmente se halla la temperatura del punto de rocío Tr.
Siguiendo la línea de saturación adiabática (isoterma húmeda) desde a se llega a la curva de saturación en
d, y sobre la vertical que pasa por d tenemos Ts, que podemos determinar cuando la condición a viene dada
por T y φ. Si se satura el aire de humedad a temperatura constante, es decir se sigue una vertical que pasa
por a (lo que en la práctica no es usual) se llega a la curva de saturación en e de donde se puede determi-
nar la humedad absoluta de saturación a temperatura de bulbo seco T constante buscándola sobre la hori-
zontal que pasa por e.
Existe una cierta variación entre distintas curvas publicadas. En la mayoría de ellas las curvas de volumen
húmedo son rectas oblicuas de mucha mayor pendiente que la de las isotermas húmedas. Los valores de
entalpías suelen estar sobre una escala auxiliar o directamente sobre la curva de saturación.
También hay cartas con escalas suplementarias como la curva de confort, el coeficiente de calor sensible,
etc. Estos diagramas se usan para cálculos de acondicionamiento de aire. Alternativamente, se puede ob-
tener software capaz de presentar en pantalla la carta psicrométrica y que simplifica los cálculos que involu-
cran aire húmedo. A continuación se observa un diagrama de temperatura-humedad del aire a presión nor-
mal.
En esta carta psicrométrica se observan dos escalas importantes para cálculos de acondicionamiento de ai-
re. Una es la escala de entalpías del aire húmedo saturado que podemos ver en las rectas perpendiculares
a las rectas de temperatura de bulbo húmedo constante, que se encuentran por encima de la curva de satu-
ración.
La otra es la escala de coeficiente de calor sensible situada a la derecha del diagrama. El uso de esta esca-
la se explicará mas adelante; véase el apartado 12.7.2.2.

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CARTA PSICROMÉTRICA

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12.6 Diagrama entalpía-humedad


Si el diagrama entalpía-humedad se construye manteniendo un ángulo de 90° entre los ejes, las curvas que
representan a las isotermas resultan muy cercanas y el diagrama desmerece mucho en apreciación hasta
ser inútil. Por eso es costumbre construirlo de modo que la apreciación sea mayor. Una de las formas acos-
tumbradas es de modo que la isoterma de 0 °C quede aproximadamente horizontal en vez de tener una
pronunciada pendiente, con lo que las isentálpicas resultan con una inclinación del orden de 135° con res-
pecto al eje vertical. Las isotermas no son exactamente paralelas, y las zonas de humedad relativa constan-
te vienen representadas por curvas.

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El gráfico que ilustramos aquí está preparado para una presión atmosférica de 745 mm Hg, pero se puede
usar con confianza para un rango de presiones atmosféricas de 745 ± 20 mm Hg, ya que las diferencias son
insignificantes en cálculos reales. Por ejemplo a 745 mm Hg la temperatura de ebullición del agua es 99.4
°C, lo que constituye una diferencia despreciable con 100 °C a 760 mm Hg para todos los efectos prácticos.
En el diagrama se representa un punto A a partir del cual obtenemos por enfriamiento a humedad constan-
te el punto D que corresponde al punto de rocío. Si humedecemos el aire desde A a entalpía constante
(humidificación a saturación adiabática) se obtiene en la intersección con la curva de saturación el punto E
que nos indica la máxima humedad obtenible por este método. Es obvio que C tiene mayor humedad abso-
luta que E, pero a costa de mayor gasto de energía que viene dado por su mayor entalpía, equivalente a 35
Kcal/Kg de aire seco en exceso en C con respecto a E.

12.7 Acondicionamiento de aire


Es el proceso de tratamiento de aire que controla la temperatura, la humedad, la limpieza y cualquier otra
propiedad relacionada con la calidad del aire en una vivienda o local. Si se controla sólo la temperatura
máxima, se habla de acondicionamiento de verano o refrigeración. Cuando se controla únicamente la tem-
peratura mínima, se trata de acondicionamiento de invierno o calefacción. Los parámetros usados para de-
finir la calidad del aire acondicionado son los llamados parámetros de confort. Los mas importantes son la
temperatura y la humedad. En nuestro país, la temperatura de confort recomendada para el verano se sitúa
en 25 ºC, con un margen habitual de 1 ºC. La temperatura de confort recomendada para invierno es de 20
ºC, y suele variar entre 18 y 21 ºC según el uso que se da al local. Además podemos citar la velocidad del
aire al abandonar el equipo y entrar al recinto, y la limpieza del aire.
La humedad del aire también debe ser controlada. Cuando la humedad del aire es muy baja se resecan las
mucosas de las vías respiratorias y el sudor se evapora demasiado rápidamente lo que causa una des-
agradable sensación de frío. Por el contrario una humedad excesiva dificulta la evaporación del sudor dan-
do una sensación pegajosa. También puede llegar a producir condensación sobre las paredes o el piso. Los
valores entre los que puede oscilar la humedad relativa están entre el 30 y el 65%. Este parámetro sufre va-
riaciones mayores debido a que en distintas épocas del año se debe ajustar a las necesidades del confort, y
a que sus valores normales varían ampliamente con el clima local.
Otra variable importante es el movimiento del aire. El aire de una habitación nunca está completamente
quieto. Por la presencia de personas en movimiento y por los efectos térmicos, no se puede hablar casi
nunca de aire en reposo. El movimiento es necesario para renovar el aire, y lo produce el ventilador del
equipo. Debe tener suficiente fuerza como para remover el aire estancado que se puede acumular en los
rincones y puntos de estancamiento del local. No debe ser tan intenso sin embargo como para que llegue a
molestar a las personas situadas cerca de las bocas de salida de aire acondicionado. Por ese motivo, las
bocas de salida se suelen ubicar a cierta altura.
La limpieza y renovación del aire acondicionado es necesaria porque los seres humanos consumen oxíge-
no del aire y exhalan anhídrido carbónico, vapor de agua, microorganismos, y “aromas corporales”. El polvo
que siempre podemos encontrar en el aire que respiramos constituye otro punto importante de la calidad
del aire, así como el humo en los locales que pueden tener fuentes de humo como sahumerios, hornos, co-
cinas etc. Por estas razones, se impone la renovación del aire y su limpieza o la necesidad de filtrarlo cuan-
do sea necesario. Por otra parte, una razón de peso suficiente para justificar la filtración del aire es la nece-
sidad de eliminar el polvo atmosférico para evitar que se acumule sobre las superficies de los equipos de in-
tercambio de calor que integran el sistema de acondicionamiento. Como es obvio, los filtros se deben lim-
piar periódicamente. En los equipos de cierto tamaño se puede usar un sistema de lavado con corriente de
agua o aceite en vez de filtros. Este sistema tiene la ventaja de no requerir un mantenimiento tan frecuente.

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Componentes principales del equipo de acondicionamiento de aire


El equipo de acondicionamiento de aire se encarga de producir frío o calor y de impulsar el aire tratado al
interior de la vivienda o local. Generalmente, los acondicionadores de aire funcionan según un ciclo frigorífi-
co similar al de los frigoríficos y congeladores domésticos. Al igual que estos electrodomésticos, los equipos
de acondicionamiento poseen cuatro componentes principales:
• Evaporador.
• Compresor.
• Condensador.
• Válvula de expansión.
Todos estos componentes aparecen ensamblados en el esquema del circuito frigorífico que vemos a conti-
nuación.
El ciclo que sigue el fluido frigorífico se inicia en el esta-
do líquido a baja temperatura (1). Este se usa para en-
friar el aire del exterior (corriente roja, se supone a una
temperatura máxima de 35–40 ºC) o del local en el eva-
porador, que está a unos 3 ºC. El aire así enfriado (co-
rriente azul) ingresa al local a una temperatura cercana
a los 15 ºC.

En el evaporador se evapora el fluido frigorífico que pa-


sa como gas (2) al compresor. Toma calor del aire, que
se enfría.

Como consecuencia del aumento de presión que expe-


rimenta en el compresor (3), el gas se calienta, de modo
que pasa al condensador (que está operando a unos 55
ºC) donde es enfriado (corriente amarilla) por el aire que
proviene del exterior.

El líquido que sale del condensador es impulsado por


una bomba (4) a través de la válvula de expansión,
donde sufre una evolución isentálpica que produce un
considerable enfriamiento produciendo líquido a la con-
dición 1.
La disposición física del aparato suele ser similar a la que vemos a continuación.
En este croquis el local al que ingresa el aire acondicio-
nado está situado a la izquierda de la pared en color
amarillo, y el medio ambiente exterior está situado a la
derecha de la misma.

Se supone que una parte del aire del local (aire de re-
torno, corriente roja) se recircula nuevamente al mismo
luego de haber sido enfriado en el evaporador, volvien-
do como aire de impulsión.

Debido a la necesidad de renovar el aire en parte, se


admite aire externo (corriente amarilla) en una propor-
ción fijada por la compuerta de regulación del aire exte-
rior.

Parte del mismo se usa para enfriar el fluido refrigeran-


te en el condensador y es enviado al exterior (flecha ro-
ja), mientras que la otra parte, que no pasa por el eva-
porador (flecha amarilla mas pequeña) se mezcla con el
aire de retorno.

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El acondicionamiento de aire se usa no solo para el confort humano sino también industrialmente para ma-
teriales que se deben almacenar en condiciones controladas de humedad y temperatura: semillas, cueros,
textiles, papel, tabaco, drogas, componentes electrónicos, etc. A veces se usa como paso previo al secado
intensivo, y en casos tales como el secado de materiales inflamables o explosivos o que se descomponen a
bajas temperaturas, el aire seco y a temperatura controlada es el medio ideal para obtener un secado de al-
ta seguridad. El acondicionamiento de aire es un proceso que tiene por fin obtener aire de una “condición”
determinada, o sea con una humedad y temperatura seca prefijada, a partir de aire atmosférico. Esto puede
requerir humidificación o des humidificación, según sea necesario, que puede ocurrir con calentamiento o
enfriamiento.

12.7.1 Humidificación
La humidificación se realiza por medio del contacto del aire con agua líquida a fin de llevarlo a la humedad
absoluta requerida. Hay mas de una forma de obtenerla, cada una de ellas adecuada a ciertas situaciones,
y con ventajas y desventajas.

12.7.1.1 Humidificación por saturación no adiabática


En este método se ajusta la temperatura del
agua que se ha de poner en contacto con el
aire al valor para el cual la humedad absoluta
de equilibrio del aire sea la deseada. Esta
temperatura del agua es superior a la de satu-
ración adiabática que pasa por la condición
inicial (Ti, H i) de modo que el agua entrega al-
go de calor al aire, que luego se puede seguir
calentando aún mas hasta la temperatura de
bulbo seco final Tf. El calor suplementario se
puede obtener de la diferencia de entalpía:
hf – ha
El aire se calienta hasta la temperatura Ta por
contacto directo con el agua caliente, y ad-
quiere humedad desde H i hasta H f. La ventaja
de este método reside en que solo se requiere controlar la temperatura del agua, lo que es relativamente
fácil. Por supuesto, hay que monitorear también la humedad.

12.7.1.2 Humidificación por saturación adiabática


En este método se calienta el agua hasta la
temperatura de bulbo húmedo (o sea de sa-
turación adiabática) Ts que corresponde a la
humedad absoluta final Hf. Esta evolución se
representa en el croquis por el trazo horizon-
tal inferior de la Z invertida.

En esta condición se lo pone en contacto con


agua a la temperatura de saturación adiabá-
tica Ts; durante este contacto el aire absorbe
humedad y se enfría ya que su temperatura
de bulbo seco desciende hasta Ts. Posterior-
mente se calienta el aire (de ser necesario)
hasta llegar a la temperatura final deseada Tf.

12.7.1.3 Humidificación con mezcla o recirculación


En varias aplicaciones industriales se tira el aire ya usado para evitar acumulación de vapores riesgosos o
por otros motivos. No obstante, esto implica un desperdicio de dinero que se debe evitar cuando sea posi-
ble. En acondicionamiento de ambientes para personas también es necesario renovar el aire viciado, pero
resulta deseable mezclar una cantidad de aire ambiente con el que se introduce fresco; a esto se lo deno-
mina recirculación. A continuación un croquis de las operaciones en este tipo de proceso.

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El criterio a seguir con respecto al porcentaje de aire que recirculará depende de un análisis pormenorizado
de cada caso. Por ejemplo en un secado de pinturas o plásticos se suele evaporar un solvente inflamable.
En este caso el porcentaje de recirculación permitido debe ser tal que diluya los vapores de solvente a la
salida de modo que no haya riesgo de explosión. En otros casos, el porcentaje de aire recirculado puede
ser considerable. En un cine, donde está prohibido fumar y la actividad física de la concurrencia es reduci-
da, el porcentaje de recirculación puede ser mucho mayor que en una sala de fiestas o de baile.

El diagrama del proceso que corresponde


al croquis anterior se observa a la iz-
quierda. El aire externo ingresa al estado
i, se precalienta desde i hasta a, donde
se mezcla adiabáticamente con aire re-
circulado del local, y la mezcla se debe
realizar de a a b y de f a b. Luego el aire
mezclado se satura adiabáticamente
desde b a s, donde se calienta hasta f.
El análisis del proceso de mezcla de dos
masas de aire húmedo en forma adiabá-
tica es simple. Debido a que ocurre en
condiciones de temperatura y presión ca-
si iguales, la mezcla ocurre en forma
prácticamente isentrópica siendo las
composiciones de ambas masas tan pa-
recidas que el calor de mezcla es des-
preciable.
Por lo tanto las propiedades de la mezcla se pueden obtener sumando las propiedades de cada componen-
te, ya que se comporta como un proceso de mezcla ideal. Así, si se mezclan m& 1 Kg/hr de aire externo con
una temperatura de bulbo seco T1, una humedad absoluta H1 y una entalpía h1 con la corriente m& 2 Kg/hr de
aire recirculado que tiene una temperatura T2, humedad H2 y entalpía h2, resultan de la mezcla m& m Kg/hr de
aire mezclado con temperatura Tm, humedad Hm y entalpía hm de modo que:
m& 1 + m& 2 = m& m (12-16)

m& 1 × T1 + m& 2 × T2
Tm = (12-17)
m& m

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m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2
Hm = (12-18)
m& m
m& 1 × h1 + m& 2 × h2
hm = (12-19)
m& m
De las ecuaciones (12-16) y (12-18) tenemos:
m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2 m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2
Hm = = ⇒
m& m m& 1 + m& 2
⇒ m& 1 × H m + m& 2 × H m = m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2 ⇒
⇒ m& 1 (H m − H 1 ) = m& 2 (H 2 − H m ) ⇒
m& 1 H 2 − H m
⇒ =
m& 2 H m − H 1
Por otra parte, de las ecuaciones (12-16) y (12-19) tenemos:
m& 1 × h1 + m& 2 × h2 m& 1 × h1 + m& 2 × h2
hm = = ⇒
m& m m& 1 + m&
⇒ m& 1 × hm + m& 2 × hm = m& 1 × h1 + m& 2 × h2 ⇒
⇒ m& 1 (hm − h1 ) = m& 2 (h2 − hm ) ⇒
m& h − hm
⇒ 1 = 2
m& 2 hm − h1
En el esquema se observa que (h2 – hm) es la
distancia 2 m , (hm – h1) es la distancia m 1 , y
que el cociente:

2m H2 −Hm
=
m1 Hm −H1
Esto es por el teorema de Thales de las rectas
paralelas. Estas relaciones facilitan el cálculo
gráfico mediante el diagrama psicrométrico.
Igualmente:

2m T2 − Tm
=
m1 Tm − T1

Ejemplo 12.2 Cálculo de una instalación de aire acondicionado.


Debemos hacer el acondicionamiento del suministro de aire de una sala de baile en Bariloche. Los estudios
de confort realizados demuestran que la mayoría de las personas están bien en invierno (la época de mayor
uso de la sala) con una temperatura de 21 °C (bulbo seco) y una humedad relativa de 30%. Un estudio mi-
nucioso del local demuestra que las pérdidas de calor por paredes (según orientación), aberturas, piso y te-
cho son del orden de las 22700 Kcal/hr. Despreciamos el aporte realizado por calor animal e iluminación. El
aire externo está a 18 °C bajo cero y tiene alrededor del 80% de humedad relativa. Dar toda la información
pertinente obtenible sobre la instalación.
Solución
Del diagrama psicrométrico, si el aire del local está a 21 °C y a 30% de humedad relativa obtenemos una
entalpía de 8.05 Kcal/Kg y una humedad absoluta de 4.75 gramos de agua por Kg de aire seco. Como el
local pierde calor constantemente, el aire deberá entrar a mayor temperatura que la que reina en el interior,
para suplir las pérdidas. Fijamos las condiciones de ingreso del aire al local como: t = 38 °C, H = 4.75 gra-
mos de agua por Kg de aire seco, h = 12.2 Kcal/Kg aire. La temperatura se fija en forma arbitraria, teniendo
en cuenta que el aire ingresante no esté tan caliente como para incomodar a las personas que se ubiquen

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frente a una salida de aire. Puesto que el aire ingresante debe reponer la pérdida de calor del local, y se en-
fría desde una entalpía de entrada h = 12.2 Kcal/Kg hasta h = 8.05 Kcal/Kg de ambiente, el peso de aire se-
co que se debe introducir (que consideramos igual al peso de aire húmedo, ya que la diferencia es insignifi-
cante) debe ser:
Kcal
22700
hora Kg
= 5470 de aire a 38 °C y con H = 4.7
Kcal
( 12.2 − 8.05 ) hora
Kg aire seco
Podemos estimar el volumen de aire que debe ingresar al local: en la carta psicrométrica, el volumen espe-
3 3
cífico está entre la recta de 0.875 m /Kg y la de 0.9 m /Kg. Midiendo con regla en forma perpendicular a las
rectas de volumen específico vemos que están separadas 36.5 mm mientras que desde la recta de 0.875
3
m /Kg al punto considerado hay una distancia de 11.5 mm. Por lo tanto:
v − 0.875 11.5 11.5
= ⇒ v = 0.875 + (0.9 − 0.875 ) = 0.883 m3/Kg.
0.9 − 0.875 36.5 36.5
También podemos calcular el volumen específico por medio de la EGI:
R' T H 1 
v=  +  = 0.886 m3/Kg.
P  18 29 
Por ello el caudal que debe ingresar al local es:
3 3
m Kg m
0.883 × 5470 . = 4830
Kg hora hora
Vamos a estimar ahora la cantidad de aire que se debe tomar del exterior. No hay que confundirla con el
valor anterior. Los 4830 m3/hora de aire ingresante se componen de una parte de aire externo y de otra de
3
aire recirculado. La experiencia aconseja renovar el aire a razón de 0.14 a 0.2 m /min para ocupantes no
3
fumadores y de 0.7 a 1.15 m /min para ocupantes fumadores. Considerando que se trata de una sala de
baile y que el consumo de tabaco se da con mayor intensidad en actividades sociales pasivas, tomamos un
3
valor medio: 0.4 m /min por persona. Estimando que el local al tope da para unas 80 personas, tenemos:
3 3
× (80 personas ) × 60
m min m
0.4 = 1920
min× persona hora hora
Nuestro problema reside ahora en localizar
la condición inicial i.

Como la gráfica no llega hasta –18 °C de-


bemos necesariamente extrapolar la curva
de humedad relativa de 80%, emplear una
carta de mayor alcance o usar un programa
de rango extendido.

Extrapolando estimamos que a –18 °C la


curva determina una humedad absoluta Hi =
0.63. Por lo tanto:

 6.3 × 10 - 4 1  m
3
v i = 0.082(273 − 18 ) +  = 0.722
 18 29  Kg
En consecuencia la cantidad de aire exterior que se debe ingresar es:
3
m
1920
hora Kg
3
= 2550 de aire externo
m hora
0.722
Kg

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Entonces, si sabemos que al local ingresan 5470 Kg/hr de aire, de los cuales 2550 Kg/hr son de aire exter-
no, la cantidad que recirculará la obtenemos restando ambas cantidades: 5470 – 2550 = 2920 Kg/hr de aire
a recircular. Ahora el aire externo se debe precalentar desde i hasta a. Se conoce la posición de f pero no la
de a ni la de b. Conocemos la humedad de a que es la de i.
m& × H 1 + m& 2 × H 2 2550 × 0.63 + 2920 × 4.75 g agua
Hb = 1 = = 2.33
m& 1 + m& 2 2550 + 2920 Kg aire seco
Además la mezcla se debe saturar adiabáticamente desde b hasta el punto de rocío correspondiente a f, o
sea el punto s. Gráficamente hallamos el punto s que está ubicado a una temperatura de 3.2 °C y cuya en-
talpía es también la de b: hs = hb = 3.8 (Kcal/Kg.a.s). Con este dato hallamos la entalpía del punto a.
m& 1 ×h a + m& 2 × h f hb (m& 1 + m& 2 ) − m& 2 × h f 3.8 × 5470 − 2920 × 8.05
hb = ⇒ ha = = = –1.07 Kcal/Kg.
m& 1 + m 2 m& 1 2550
Ahora es fácil determinar el punto a puesto que conocemos su humedad absoluta y su entalpía. Hallamos
gráficamente la posición de a que corresponde a –8 ºC con una entalpía ha = –1.07 Kcal/Kg y una humedad
absoluta Ha = 0.63 (g agua)/(Kg aire seco). Con esta información es posible calcular el calor necesario en
precalentador, y luego el calor de postcalentador, requerimiento de agua del saturador, etc.

12.7.2 Deshumidificación
Es una operación necesaria en el acondicionamiento en climas cálidos y húmedos. Se puede lograr de dos
maneras: por enfriamiento mediante un intercambiador de calor (deshumidificación con superficie de en-
friamiento) o por contacto directo del aire con agua previamente enfriada. Así como la humidificación casi
siempre viene acompañada de calentamiento, la deshumidificación se asocia con enfriamiento. En verano
la mayoría de las personas está mas cómoda con temperaturas del orden de 25 °C y humedades del orden
del 50% aunque según el diagrama de confort que se acompaña también pueden estar confortables a tem-
peraturas del orden de 24 °C y humedades relativas del orden de 70%. La elección se hace en función de la
estructura de costos operativos. La siguiente es una gráfica de confort.

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Se deben hacer algunas observaciones con respecto a esta gráfica. En primer término la curva para invier-
no sólo es válida en recintos calentados por convección y no se debe usar para recintos calentados con es-
tufas radiantes. En segundo término, se ha obtenido con sujetos experimentales caucásicos en los Estados
Unidos, y su aplicación a personas cuya contextura física sea muy diferente puede dar resultados dudosos.
Por último, la curva para el verano solo se aplica a personas que han alcanzado a estar en el recinto un pe-
ríodo de tiempo suficiente como para habituarse al ambiente acondicionado.

12.7.2.1 Deshumidificación por intercambiador enfriador


En este sistema el aire externo se pone en contacto con un intercambiador de calor (generalmente de tubos
aletados) por el que circula un refrigerante, que lo enfría a humedad constante desde i hasta s.

Allí se comienza a eliminar la humedad que condensa en el intercambiador y lleva la condición del aire has-
ta s'. Desde s' se calienta hasta la condición f de ser preciso.
Otras veces, cuando se desea mantener una temperatura acondicionada a valores inferiores a la tempera-
tura ambiente, se envía el aire al interior con la condición s' a fin de mantener baja la temperatura. Este es
el tipo de evolución que produce un acondicionador de aire doméstico.

12.7.2.2 Deshumidificación por contacto directo


En este proceso el aire se pone en
contacto con agua enfriada a tem-
peratura algo menor que Ts que se
pulveriza para que al tomar contac-
to con el aire lo enfríe, lo que pro-
duce la condensación de humedad
desde Hi hasta Hf, en s. Luego, de
ser necesario se recalienta el aire
hasta f, o sino si se desea que el ai-
re entre frío al local para compensar
el calor generado en el mismo, se
ingresa con la condición s. Este
proceso es algo mas difícil de con-
trolar que el anterior, pero mas
económico en su operación.
El cálculo de las operaciones de
deshumidificación es algo mas
complejo que el de las de humidificación. Sin embargo el aire de recirculación (o sea el que se toma del lo-
cal para reciclar) no complica los cálculos ya que es mas fácil de controlar. Para simplificar los cálculos se
emplea un parámetro llamado coeficiente de calor sensible (ccs). El coeficiente de calor sensible se define
como el cociente del calor sensible producido o liberado en el interior del local dividido por el calor total (ca-
lor sensible mas calor latente). Se denomina calor sensible al calor producido o liberado sin tomar en cuen-
ta la humedad. El calor latente es el proveniente de la humedad liberada en el interior del local. Salvo los
casos excepcionales como ser talleres donde se libera vapor el calor latente y el sensible provienen de los
propios ocupantes del local. Se puede estimar mediante una tabla.

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calor sensible 0.24(t r − t a )


ccs = = (12-20)
calor total hr − ha
Donde: tr = temperatura del local; ta = temperatura del aire que ingresa al local; hr = entalpía del aire húme-
do del local; ha = entalpía del aire que ingresa al local.

Calor producido por los ocupantes


Clase de actividad Clase de local Calor total Calor Calor Calor
Adultos total sensible latente
hombres cálculo
Kcal/hr Kcal/hr Kcal/hr Kcal/hr
Sentados, en reposo Teatros, tarde 95 80 45 35
Teatros, noche 95 85 48 37
Sentados, trabajo Despachos, hoteles,
muy ligero viviendas 115 100 48 52
Trabajo moderado Idem anterior 120 115 50 65
De pie, trabajo li- Almacenes y negocios
gero o andando des- minoristas
pacio 140 115 50 65
Andando, sentados,
o andando despacio Farmacias, bancos 140 125 50 75
Trabajo sedentario Restaurantes 125 140 55 85
Trabajo en mesa Talleres de montaje 200 190 55 135
Danza suave Salones de baile 225 215 60 155
Marcha a 5 KPH o
trabajo algo pesado Fábricas 250 250 75 175
Juego de bowling o Gimnasios
trabajos pesados Fábricas 375 365 115 250
El coeficiente de calor sensible es útil cuando se desea hallar el punto de rocío del equipo enfriador por
contacto directo con agua o por enfriamiento por intercambiador enfriador en casos en que se introduce el
aire al local tal como sale del deshumectador, sin recalentamiento.

Ejemplo 12.3 Cálculo de una instalación de aire acondicionado.


En un local destinado a soldadura el sindicato ha entablado demanda judicial para declarar insalubres las
tareas que allí se realizan y exigir el pago de un suplemento por calorías. Se considera mas económico
acondicionar el local. Un cómputo preliminar arroja 20000 Kcal/hr de calor sensible producido y 5750 Kcal
/hr de calor latente. Se dispone en verano y en los días mas agobiantes de aire externo a 35 °C de bulbo
seco, 25 °C de bulbo húmedo, con entalpía hi = 18.6 Kcal/Kg y humedad Hi = 0.0165 Kg agua/Kg a.s.
Solución
Elegimos en la gráfica de confort una
condición del local dada por:
t = 26 °C, φ = 0%, hf = 12.95 Kcal/Kg,
Hf = 0.011 (Kg agua)/(Kg a.s).
El coeficiente de calor sensible vale:
20000
ccs = = 0.776.
25756
Uniendo f en el gráfico psicrométrico
con el valor 0.776 en la escala de ccs y
prolongando dicha línea hasta cortar la
curva de saturación en el punto s en-
contramos el punto de rocío del equipo
(es decir, su temperatura deberá ser
inferior a 13 °C de bulbo seco) para
que el aire entre al local con una tem-
peratura tal que produzca la condición
deseada en su interior.

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12.7.3 Bomba de calor


Ya hemos comparado un equipo frigorífico con una bomba de calor, que extrae calor de la fuente fría y lo
vuelca en la fuente cálida. El término “bomba de calor” también se usa para referirse a lo que comúnmente
se conoce como equipo de aire acondicionado central, es decir un equipo que permite refrigerar, humidifi-
car, deshumidificar y calefaccionar un recinto. Desde nuestro punto de vista actual, que tiene que ver mas
con la función de refrigeración y calefacción, nos ocuparemos exclusivamente de estos dos aspectos, de-
jando de lado el estudio de los aspectos que tienen que ver con el acondicionamiento de la humedad del ai-
re.
En términos sencillos, una máquina frigorífica es una máquina térmica que funciona como extractor de calor
de la fuente fría, en este caso un recinto, volcándolo en el exterior. Si la máquina fuese invertible, podría
funcionar tomando calor del exterior y enviarlo al interior del recinto, funcionando como calefactor. Esta
simple idea es la base de los sistemas integrados de aire acondicionado. Sin embargo, el uso de este tipo
de sistemas depende mucho de la fuente de energía disponible para su funcionamiento, que en la inmensa
mayoría de los casos es eléctrica. Si la máquina está funcionando en invierno como calefactor, el consumo
de energía eléctrica para calefacción se hace antieconómico comparado con la combustión. En efecto, la
electricidad que se usa para hacer funcionar el equipo proviene de una fuente termoeléctrica, nucleoeléctri-
ca o hidroeléctrica. Suponiendo que tenga origen termoeléctrico, resulta ridículo quemar combustible en la
usina generadora, producir electricidad con un sistema cuyo rendimiento nunca puede ser del 100% para
luego usar esa electricidad en la calefacción. Es mucho mas eficiente (y en consecuencia mas barato)
quemarlo directamente en el equipo calefactor, perdiendo menos energía útil Se puede argumentar que la
energía puede tener otro origen, como ser nucleoeléctrica o hidroeléctrica. Sin embargo, para poder dispo-
ner de ella es preciso transportarla. Las pérdidas de energía en tránsito pueden ser considerables, depen-
diendo de la distancia, y de cualquier modo siempre hay que pagar el costo de la infraestructura de trans-
porte y distribución y de su mantenimiento, mas el beneficio del transportista. Por lo general, se considera
poco apropiado usar un equipo de acondicionamiento integral (es decir, refrigerador-calefactor) cuando los
requerimientos son escasos. Por ejemplo, resulta mucho mas barato en costo inicial y operativo instalar un
acondicionador que sólo refrigera y deshumidifica para el verano, con una estufa de gas para el invierno,
cuando se trata de una o dos habitaciones. En general, un equipo de estas características sólo se justifica
en el caso de ambientes muy grandes, viviendas completas o instalaciones comerciales. El siguiente cro-
quis representa el circuito de una bomba de calor funcionando como calefactor.

El aire del local entra por el ramal superior derecho y se mezcla con el aire fresco externo. La corriente de
aire pasa entonces por la serpentina de calentamiento A, donde se calienta por intercambio de calor con
agua, luego de haber recibido un rociado de agua para humedecerlo. Esta operación es necesaria porque
por lo general el aire muy frío se encuentra considerablemente seco, de modo que si no se humedeciera
resultaría inconfortable. El agua pasa entonces al condensador B, donde recibe calor del gas caliente que

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sale del compresor (no indicado en el esquema) y lo enfría. El circuito del refrigerante es: compresor, con-
densador, válvula de expansión y evaporador, de donde retorna al compresor. El evaporador es abastecido
con agua de pozo.
El siguiente croquis muestra el circuito de una bomba de calor funcionando como refrigerador.

En el ciclo de enfriamiento, el agua de enfriamiento del evaporador se enfría porque entrega calor al fluido
frigorífico que se evapora y entra fría al intercambiador de calor, donde enfría al aire. Luego pasa al con-
densador donde vuelve a calentarse antes de cerrar el circuito.
Este sistema, basado en agua, tiene el inconveniente de que depende del agua de pozo como fuente de
agua a temperatura constante. En los climas comparativamente benignos en los que los inviernos no son
muy crudos se puede usar un sistema basado en aire, que no tiene este inconveniente, eliminando el costo
adicional del pozo de agua. En un sistema basado en aire se usa el aire atmosférico como fuente de calor y
para enfriar el condensador. El ciclo frigorífico es mas sencillo y el costo operativo es menor, ya que se evi-
ta el costo de bombeo del agua de pozo. El siguiente croquis muestra un sistema basado en aire.

El equipo funciona de modo similar al mostrado en el apartado 12.7. En climas muy fríos se pueden tener
serios problemas de funcionamiento originados por la formación de escarcha en los tubos del evaporador,
sin contar con el hecho de que la capacidad requerida para calentamiento resulta mucho mayor que para
enfriamiento.

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12.8 Torres de enfriamiento


Las torres de enfriamiento son equipos usados para enfriar agua. En muchísimas industrias el agua em-
pleada para enfriar otros fluidos se trata químicamente para prevenir la corrosión de los equipos y la forma-
ción de incrustaciones. El agua así tratada es demasiado cara para desecharla, por lo que se recicla, pero
como se usa para enfriamiento el agua se calienta y es necesario enfriarla para que se pueda volver a usar.
Existen varios tipos de torres de enfriamiento, con distintos detalles constructivos, pero todas funcionan se-
gún el mismo principio. El agua caliente proveniente de la planta se bombea a la torre donde se distribuye
en el relleno, que produce gotitas o una fina película de agua. Se pone en contacto con aire atmosférico, y
una pequeña parte del agua se evapora. Al evaporarse toma calor latente del líquido, que se enfría. El aire
sale de la torre con un mayor contenido de humedad que el ambiente. Idealmente, debiera salir saturado,
pero en la práctica sale casi saturado. Se suele considerar que aproximadamente del 80% al 90% del en-
friamiento que se obtiene en la torre se debe a la transferencia de calor latente (o sea por evaporación) y el
10 a 20% por transferencia de calor sensible. El siguiente croquis muestra un sistema de enfriamiento de
agua de proceso con una torre de enfriamiento.

La operación eficaz de la torre depende de que haya un íntimo contacto entre el agua y el aire. El relleno
desempeña aquí un papel importante al distribuir el agua en forma pareja y uniforme, hacer que se despla-
ce siguiendo un camino sinuoso, y conseguir que se forme una película de gran superficie o disminuir el
tamaño de las gotas. Las torres antiguas suelen tener un relleno formado por listones planos de madera o
fibrocemento. Posteriormente se introdujo el listón con forma de V invertida para finalmente aparecer el re-
lleno conformado, que es el que se usa actualmente. El croquis de la izquierda muestra la distribución de
agua que produce el relleno de listones. A la derecha se observa el relleno en V.

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A medida que van envejeciendo, se sacan de servicio los rellenos de diseño viejo y se instalan rellenos ce-
lulares conformados. Hay varios diseños, en la siguiente figura mostramos uno.

Los rellenos de tipo celular funcionan mejor que los de listones porque distribuyen el agua en forma de pelí-
cula con una superficie mucho mayor que la de las gotas formadas con los rellenos de listones. Como el in-
tercambio de calor y de masa que tiene lugar durante la evaporación es un fenómeno controlado por la su-
perficie, al aumentar la superficie de contacto con el uso de rellenos celulares se consigue un enfriamiento
mas rápido y eficiente. Como prueba de ello, si tenemos dos torres de igual capacidad, es decir que mane-
jan caudales iguales con el mismo enfriamiento, la pérdida de carga que presenta la torre con relleno de lis-
tones es mas de un 50% mayor que en la torre con relleno celular.
El material usado para el relleno celular depende de la temperatura operativa de la torre. En las torres en
las que la temperatura operativa no excede los 55 ºC se usa el PVC, pero por encima de esta temperatura y
hasta los 71 ºC se recomienda el CPVC o PVC clorado; por encima de 71 ºC se debe usar el polipropileno.
Como la mayoría de los solventes orgánicos son sumamente destructivos para los rellenos plásticos, se de-
ben extremar las precauciones para evitar el ingreso de corrientes de agua contaminadas con solventes a
las torres equipadas con rellenos plásticos. Aunque hay una variedad de polipropileno resistente a la mayo-
ría de los solventes, el costo se eleva tanto que resulta prohibitivo.
Se debe tener en cuenta que hay muchas formas de relleno celular. No todos los tipos son tan eficientes
como dicen sus fabricantes, ya que la experiencia demuestra que algunos tienen peor comportamiento que
los rellenos de listones en V con aberturas romboidales. Al parecer los listones en V con aberturas romboi-
dales forman película y gotitas, lo que produciría una combinación que funciona mejor. No se debe suponer
que un relleno nuevo tiene que ser por fuerza mejor nada más que por ser nuevo. Si el fabricante no es ca-
paz de sustentar sus afirmaciones con referencias reales y comprobables en la práctica industrial, tenga en
cuenta que el comportamiento en laboratorio o planta piloto no siempre es el mismo que a escala completa.
A continuación veremos los tipos principales de torre de enfriamiento.

12.8.1 Torres a eyección


Se basan para funcionar en el principio
del tubo Venturi. Esto evita el costo del
impulsor de aire que produce su movi-
miento. Este equipo no tiene relleno dis-
tribuidor de flujo de aire y agua y por ello
ofrece menor resistencia al flujo de aire,
pero el agua se debe bombear a presión,
mientras en otros tipos no. No son muy
comunes en nuestro medio. Tienen la
ventaja de no requerir limpieza tan a me-
nudo como los otros tipos. Debido al
hecho de que no tienen partes móviles,
carecen de problemas de ruido y vibra-
ción. Además, al no contener relleno, no
es necesario limpiarlo, lo que reduce con-
siderablemente los gastos de manteni-
miento.

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12.8.2 Torres de tiro forzado


Este tipo de torre, muy común en nuestro país, tiene
en su interior un relleno de listones de madera (o en
los modelos mas nuevos, de plástico) cruzados de
modo de formar un zig-zag en sentido vertical. Tam-
bién se pueden encontrar rellenos de tipo celular
conformados en plástico con formas mas complejas.
Como ya hemos explicado, la función del relleno es
aumentar el tiempo y el área de contacto entre el aire
y el agua. En este tipo de torre son usuales velocida-
des de aire de 60 a 120 m/min y requieren alrededor
de 10 m/min de aire por tonelada de agua de capaci-
dad. Pueden ser verticales y horizontales; en general
el tipo vertical se ve mas en torres grandes (mas de
300 toneladas de capacidad). Son comparativamente
pequeñas y mas baratas en costo inicial pero el costo
de funcionamiento es mayor que en las torres atmos-
féricas, debido a que estas no usan ventiladores.
Normalmente una torre está integrada por varias unidades como las que vemos en el croquis, llamadas cé-
lulas. Estas células o celdas se pueden añadir o quitar de servicio según sea necesario. Operan en parale-
lo.

12.8.2.1 Torres de tiro forzado a contracorriente


La denominación proviene del hecho de que el aire se mueve de abajo hacia arriba, mientras que el agua
desciende a lo largo de la torre.
Las torres a contracorriente usan un sistema
de distribución del agua caliente que consis-
te en una serie de toberas o picos que pro-
ducen un fino spray para distribuir el agua
en todo el relleno. Estos picos de agua se
deben inspeccionar y a veces hay que lim-
piarlos lo que no es tarea fácil debido a la
ubicación de los mismos. Debido a que la
presión que impulsa el agua a través de las
toberas o picos depende del caudal, la cali-
dad de la distribución se ve afectada por los
cambios de caudal de agua caliente.
La principal ventaja de esta disposición de
flujos es el hecho de que el agua que entra
a su máxima temperatura se pone en con-
tacto con el aire mas húmedo, y a medida
que se enfría encuentra a su paso aire mas
seco, lo que produce una alta tasa promedio
de transferencia de masa y de calor en la
evaporación.
Las torres a contracorriente son por lo gene-
ral mas altas y delgadas que las torres a flu-
jo cruzado por lo que ocupan una superficie
algo menor. Como contrapartida, la bomba
tiene que elevar el agua a una altura mayor
con mayor presión que en las torres a flujo
cruzado, que son mas bajas. Un error bas-
tante común en el diseño y operación de es-
te tipo de torres consiste en usar bombas de
condensado demasiado chicas. Esto produ-
ce un flujo de agua desigual, con la consecuencia de que la torre no funciona bien. Además como cada cé-
lula tiene una tubería propia para elevar el agua, aumenta el costo inicial. También se debe considerar co-
mo una desventaja el hecho de que el aire debe atravesar un espesor de relleno mayor lo que produce una
mayor resistencia, y como consecuencia el ventilador debe ser mas potente y costoso que en el tipo de flujo
cruzado. Esto significa un mayor costo inicial y operativo de la torre. Por otra parte, el hecho de que el es-

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pesor de relleno atravesado sea mayor puede producir mala distribución de flujos. Por lo común las torres
de contracorriente que usan relleno de tipo celular tienen menor altura para el mismo volumen de torre que
las que usan rellenos de listones. Esto permite disminuir algo los costos de bombeo.
Las ventajas que presentan las torres a contracorriente son las siguientes. a) Gracias a su altura pueden
acomodar mejor diferencias de temperatura mayores (rango o intervalo), lo que redunda en menor aproxi-
mación. Esta ventaja proviene de que en definitiva son termodinámicamente mas eficientes. b) Debido a
que las gotitas son mas pequeñas, el intercambio de calor con el aire es mas eficaz

12.8.2.2 Torres de tiro forzado a flujo cruzado


Por supuesto, las torres a flujo cruzado tienen
un sistema de distribución de aire y de agua
totalmente distinto al de las torres a contraco-
rriente. El agua caliente se distribuye bajando
por gravedad, alimentada a través de orificios
que tiene la bandeja B situada en la parte su-
perior de la torre, como vemos en el croquis.
El flujo de aire también es distinto, porque en
este tipo de torre el aire se mueve en direc-
ción horizontal hacia el sector central, atrave-
sando el relleno. La bomba que impulsa el
agua en este tipo de torre tiene menor con-
sumo de energía, porque en las de contraco-
rriente se pierden 5 o 6 psig en vencer la re-
sistencia que le ofrecen los picos pulverizado-
res, que no existen en la torre a flujo cruzado.
En consecuencia la bomba que requiere una
torre de flujo cruzado es mas chica y mas
económica. Los costos operativos son tam-
bién menores.
Las ventajas que presentan las torres a flujo
cruzado si se las compara con las de contra-
corriente son las siguientes. a) la menor de-
manda de energía de bombeo; b) menor pér-
dida de agua por arrastre; c) menor recircula-
ción, es decir que el aire sigue un camino
mas directo; d) como el espesor de relleno
que atraviesa el aire es menor, la circulación
en volumen por HP de ventilador instalado es
mayor; e) debido a su mayor diámetro es po-
sible usar ventiladores mas grandes, por lo
que se necesita menor cantidad de celdas
para el mismo tamaño de torre; f) tienen menor costo operativo debido a la menor demanda de energía. g)
tienen menor costo de mantenimiento, porque no hay picos pulverizadores de difícil acceso que se obstru-
yan o que haya que cambiar.
La principal desventaja que trae aparejado el flujo de aire horizontal se presenta en climas muy fríos porque
al tener mayor cantidad de aberturas de entrada de aire y con mayor superficie se hace mas difícil controlar-
las e impedir que se obstruyan con hielo. Además, son algo mas susceptibles a la contaminación con algas
y bacterias debido a que la base es mucho mas ancha y como el reservorio receptor de agua está en la ba-
se tiene mayor superficie de contacto con el aire, que es donde se produce la contaminación adicional, ya
que el tiempo de residencia en el relleno es mas o menos el mismo en los dos tipos, de contracorriente y de
flujo cruzado.

12.8.2.3 Comparación entre las torres de tiro forzado a contracorriente y a flujo cruzado
Las torres de tiro forzado a contracorriente y a flujo cruzado presentan ventajas y desventajas inherentes a
sus respectivas disposiciones de distribución de aire y de agua. En cada aplicación encontramos que una u
otra configuración presenta ventajas que la hacen mas efectiva y menos costosa.
Las torres de tiro forzado a flujo cruzado se deben preferir cuando son importantes las siguientes limitacio-
nes y criterios específicos.
• Para minimizar el costo de bombeo de agua.
• Para minimizar el costo inicial de impulsor y tuberías.

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• Para minimizar el costo total operativo.


• Cuando esperamos una gran variación de caudal de agua.
• Cuando deseamos tener menos problemas de mantenimiento.
Las torres de tiro forzado a contracorriente se deben preferir cuando son importantes las siguientes limita-
ciones y criterios específicos.
• Cuando existe poco o ningún espacio disponible al pie de la torre, o la altura está limitada.
• Cuando es probable que por bajas temperaturas se puedan congelar los ingresos de aire.
• Cuando el sistema de impulsión se debe diseñar con alta presión de descarga por alguna razón.
Nunca se debe reemplazar una torre ya existente de flujo cruzado por otra a contracorriente sin una evalua-
ción de la capacidad disponible de bombeo instalada.
Además de las razones ya expuestas en este apartado, también se deben tener en cuenta los comentarios
que hemos hecho antes sobre la mayor eficiencia termodinámica de las torres de contracorriente compara-
das con las de flujo cruzado.

12.8.3 Torres de tiro inducido


Este tipo de torre es similar a la anterior pero su efica-
cia es un poco mayor porque produce una distribución
mas uniforme del aire en el interior del relleno cuyo di-
seño es el mismo que se usa en el tipo de tiro forzado.
Además tiene menor pérdida por arrastre de gotitas de
agua por el ventilador.
En una variante de este tipo el flujo de aire y agua es
cruzado en sentido horizontal en vez de serlo en senti-

do vertical, vale decir, tiene entrada y salida de aire


por el costado como vemos en el croquis a la dere-
cha. Esta disposición no es tan eficaz como la de
flujo cruzado vertical porque el tiempo de contacto
es menor, pero tiene en cambio la ventaja de poder
operar con ayuda del viento si se orienta adecua-
damente en dirección normal a los vientos dominantes.

12.8.4 Torres a termocirculación o a tiro natural


Es fácil ver en la ecuación (12-6) que el volumen
específico del aire húmedo aumenta con la hume-
dad, es decir que un aire seco tendrá mayor densi-
dad que un aire húmedo, y cuanto mas húmedo
está el aire, menor densidad tiene; esto también se
puede verificar en el diagrama psicrométrico. Por
lo tanto el aire cálido y húmedo tiende a ascender
mientras el aire frío y seco tiende a descender, por
lo que el aire frío y seco que entra por la parte infe-
rior desplaza al aire cálido y húmedo hacia arriba,
estableciéndose un tiraje natural como el de una
chimenea. El perfil de la parte superior, o chime-
nea, es hiperbólico.
Este tipo de torre tiene costos iniciales elevados
por lo que solo se usan para caudales grandes de
agua, pero su costo de operación es mas bajo que
todos los otros tipos de torre.
Son bastante sensibles a los vientos variables o en
rachas, que afectan algo su capacidad, pero menos que las de tipo atmosférico. Las torres de tiro natural
suelen ser muy grandes: alrededor de 150 m de altura, con unos 120 m de diámetro en la base. Por ese
motivo solo resultan económicamente útiles cuando el caudal de agua a enfriar es realmente grande, del
3
orden de 45000 m /hora o superior. Por lo general sólo se usan en grandes plantas de generación de elec-
tricidad, de otro modo no justifican la inversión inicial.

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12.8.5 Torres a dispersión o atmosféricas


Este tipo es muy económico de operar, aun-
que su costo inicial es mayor que la de tipo tiro
inducido o forzado.

Son largas, los vientos dominantes toman a la


torre de costado y la atraviesan. Son necesa-
rios vientos mayores de 5 KPH con funciona-
miento óptimo a velocidades del orden de 8 a
9 KPH o mayores.

Requieren grandes espacios despejados de


obstáculos para su instalación y funciona-
miento adecuado, ya que cualquier cosa que
obstaculice el viento afecta seriamente su
operación.

12.8.6 Lagunas y piletas de enfriamiento


En ciertos casos en los que las exigencias del servicio demandan el enfriamiento de cantidades muy gran-
des de agua, puede ser necesario instalar piletas de enfriamiento, debido a que resulta mas económico que
instalar una gran cantidad de torres. Cuando la cantidad de agua es realmente muy grande o cuando existe
una laguna natural aprovechable, es preferible usar una laguna de enfriamiento, que en definitiva no es mas
que una pileta de grandes dimensiones. De no existir se puede inundar una zona adecuada, excavando de
ser necesario. Para ello basta construir un dique de tierra de 1.8 a 3 m de altura, en una zona donde el sue-
lo sea fácil de impermeabilizar para evitar la filtración de las sales de cromo que contiene el agua como
consecuencia del tratamiento anticorrosión. Por lo general basta revestirla con membrana plástica enterra-
da, sellada herméticamente para formar una superficie continua que contiene el agua. El film de PVC de 5
micras funciona muy bien. Para lograr una buena circulación del agua conviene que el piso sea lo mas
regular que sea posible, de lo contrario se forman cortocircuitos en vez de haber una corriente pareja. La
superficie requerida de laguna es casi independiente de su profundidad. Por lo común basta tener una
profundidad superior a 0.9 m. Como dijimos se debe evitar la canalización para que el flujo sea uniforme.
Las lagunas o estanques de enfriamiento funcionan por la combinación de transferencia de calor hacia la
atmósfera por tres mecanismos: evaporación, conducción y convección. Además el agua recibe calor del
sol por radiación. En condiciones normales el equilibrio que se alcanza iguala el calor entregado y recibido.
Para lograr que el agua se enfríe hasta la temperatura de bulbo húmedo del aire, que sería la temperatura
mínima teórica de equilibrio, se necesitaría una laguna de superficie infinita (es decir muy grande) con un
espesor mínimo (por ejemplo del orden de unos pocos milímetros) o un caudal de agua infinitamente pe-
queño. Como esto es impracticable, la diferencia entre las temperaturas de salida del agua y la temperatura
de bulbo húmedo del aire atmosférico (aproximación) suele ser del orden de 3 a 4 ºF (1.7 a 2.2 ºC) para la-
gunas con un tiempo de residencia de unas ocho horas. El tiempo de residencia se define como el cociente
entre el volumen de agua que contiene la laguna y el caudal, o sea el tiempo que tarda en llenarse. Para un
tiempo de residencia de 24 horas la temperatura del agua a la salida varía alrededor de 1 ºC con respecto
al promedio lo que es prácticamente una temperatura constante. Esto se debe a que la mayor evaporación
durante el día (debida al calentamiento solar) se compensa con la menor temperatura nocturna. Asumiendo
un tiempo de residencia de 24 horas la variación de temperatura del agua a la salida es de 1 ºC con respec-
to al promedio para una profundidad media de 1.5 m y de 1.7 ºC para una profundidad media de 0.9 m.
El principal inconveniente que plantean los estanques de enfriamiento es la contaminación del agua ya que
al ser estructuras abiertas están mas expuestos a la suciedad arrastrada por el viento. Otro inconveniente
puede ser el congelamiento de la superficie, pero sólo en climas muy fríos o con temperaturas bajo cero.
Por otra parte pueden causar nieblas en días húmedos porque, a diferencia de las torres que emiten un pe-
nacho de vapor hacia arriba, los estanques de enfriamiento producen masas de aire húmedo saturado que
se desplazan a ras del suelo. Esto puede ser un inconveniente porque puede plantear problemas de segu-
ridad para la circulación de vehículos en las cercanías. Por supuesto, el espacio que demanda un estanque
de enfriamiento es mucho mayor que el requerido para la instalación de un grupo de torres de capacidad
equivalente, pero su costo es muchísimo menor.
El rendimiento de una laguna de enfriamiento se puede mejorar mucho si se pulveriza el agua mediante un
sistema de rociado como el que se usa en las torres de enfriamiento. Este tipo se conoce como laguna de
rociado, y se suele usar cuando la superficie útil para la instalación de la laguna o pileta es escasa. Por su-
puesto, su instalación y operación resulta mas costosa, ya que se debe implementar un sistema de rociado
y suministrarle energía.

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El estanque de enfriamiento de rociado funciona pulverizando el agua mediante chorros dirigidos vertical-
mente hacia arriba, impulsados por varias bombas centrífugas. Los chorros son emitidos por boquillas de
aspersión que producen un chorro abierto en abanico o de forma cónica, para que las gotitas sean peque-
ñas y tengan un tiempo de caída mayor, a fin de proveer una superficie mayor y un tiempo de contacto con
el aire mas prolongado. Cuando la pileta funciona en condiciones óptimas, el agua alcanza una temperatura
ligeramente superior a la de saturación adiabática del aire ambiente. La gran ventaja de esta disposición es
el costo menor de capital inicial, ya que la pileta es una estructura mas económica que la torre. Para funcio-
nar bien necesita estar situada en una posición tal que no haya obstáculos que paren el viento y en un lugar
donde el viento sea constante y de regular intensidad.

12.8.7 Torres a circuito cerrado


La principal diferencia entre las torres a circuito cerrado y las torres comunes y piletas está en el hecho de
que en una torre a circuito cerrado no hay contacto alguno entre el aire ambiente y el agua a enfriar.
En las torres a circuito cerrado el agua que se enfría circula por el interior de un banco de tubos lisos de
modo que no existe ninguna posibilidad de que se evapore el agua que circula por el interior de los tubos,
por eso se las llama de circuito cerrado. Esto elimina por completo las mermas por evaporación y arrastre.
Además, debido a que no tiene contacto con el aire atmosférico, no existe ninguna posibilidad de contami-
nación del agua por efecto del polvillo y esto impide la formación de algas o bacterias. Este puede ser un
factor muy importante en el costo si el agua puede tener contacto aunque sea accidental con materiales
sensibles a la contaminación biológica.
Por otra parte, las torres convencionales están específicamente diseñadas para enfriar agua. En cambio las
torres de enfriamiento a circuito cerrado se pueden usar para enfriar cualquier líquido, incluyendo sustan-
cias volátiles, inflamables, tóxicas o peligrosas.
La estructura de las torres a cir-
cuito cerrado se ilustra en la figu-
ra. El agua usada para enfriar en
este tipo de torres puede ser
agua cruda sin tratar porque al no
tener contacto con otros equipos
que no sean la propia torre no
tiene que estar tratada con anti-
corrosivos ni biocidas. Si se está
dispuesto a pagar el precio de
paradas frecuentes para limpiar
la torre, puede ser agua sucia,
barrosa o salada. En este último
caso se deben tomar precaucio-
nes al elegir los materiales para
evitar la corrosión de los elemen-
tos claves de la torre.
Las torres a circuito cerrado
(también llamadas de superficie
húmeda) operan por transferen-
cia de calor sensible y/o de calor
latente. En el primer caso el agua
del rociador no se evapora, sino
que funciona como un medio de
intercambio de calor. Toma calor
de los tubos y lo transfiere al aire,
de modo que al pasar por los tu-
bos se calienta, va al tanque en
donde es tomado por la bomba
que la impulsa por el rociador, en
el rociador se divide en finas goti-
tas y se enfría, transfiriendo su
calor al aire. Este sale con la
misma humedad que la ambiente.
En el segundo caso el agua se
evapora, como consecuencia se enfría y el aire sale con mayor humedad que la ambiente. Una interesante
característica de estas torres es que en lugares donde hay acceso fácil y barato al agua de enfriamiento a

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baja temperatura se pueden obtener temperaturas unos pocos grados por encima de la del agua. Si el agua
está sucia o tiene alto contenido de sales, no se aconseja enfriar fluidos cuya temperatura exceda los 55 ºC
porque la evaporación de la película de agua que recubre los tubos puede producir sarro y depósitos sali-
nos. Estos igualmente se producirán a la larga, a menos que el agua usada tenga una calidad excepcional.
Los depósitos y suciedad externa en los tubos son perjudiciales porque disminuyen el flujo de calor. Para
resolver este problema se puede usar limpieza mecánica, química o una combinación de las dos.

12.8.8 Teoría de las torres de enfriamiento


Antes de iniciar el análisis de la teoría básica conviene definir algunos términos comunes en el campo del
cálculo, selección y operación de torres de enfriamiento. Los siguientes términos se usan con gran frecuen-
cia.
Rango o intervalo: diferencia entre las temperaturas de entrada y salida del agua a la torre. R = (T1 – T2).
Aproximación: es la diferencia entre la temperatura de salida del agua de la torre y la temperatura de bulbo
húmedo del aire atmosférico. ∆t = (T2 – Tw).
El transporte simultáneo de masa y energía a través de la película que rodea a las gotitas de agua en con-
tacto con el aire en el interior de una torre de enfriamiento ya fue estudiado en el apartado 12.4. Entonces
planteamos la ecuación (12-13) para el flujo de energía como calor y la ecuación (12-14) para el flujo de
masa. Se ha desarrollado una ecuación conocida como ecuación de Merkel para representar el flujo de
energía como calor. La forma de la ecuación de Merkel es la siguiente.
T1


KaV dT
= (12-21)
L T2
hw − ha
2
Donde: K = coeficiente de transferencia de masa [Lb agua/(hora pie )];
-1
a = área de contacto dividida por el volumen de la torre [pie ];
V = volumen activo por unidad de superficie de relleno de la torre [pie];
2
L = caudal superficial de agua [Lb agua/((hora pie )].
El grupo de la izquierda del igual en la ecuación de Merkel es adimensional, y constituye una característica
propia de cada torre. Nótese además que el término de la derecha se expresa en función de las propieda-
des termodinámicas del agua y del aire y es independiente de las dimensiones y del tipo de torre.
Las otras variables de la ecuación de Merkel son:
T = temperatura del agua [ºF];
T1 = temperatura de entrada a la torre del agua caliente [ºF];
T2 = temperatura de salida de la torre del agua fría [ºF];
T = temperatura del agua en el interior de la torre (es la variable de integración) [ºF];
hw = entalpía del aire húmedo a la temperatura T [Btu/Lb];
ha = entalpía del aire húmedo a la temperatura de bulbo húmedo del aire atmosférico [Btu/Lb].

La ecuación de Merkel se puede deducir de la siguiente manera. Puesto que la operación de una torre de
enfriamiento (sea cual fuere su mecanismo de tiraje) se basa en la evaporación del agua, debemos plantear
en forma simultánea las ecuaciones de balance de materia en la transferencia de masa y de balance de
energía. Planteando la ecuación de balance de materia en la transferencia de masa tenemos:
G dH = k g × H × a × PM v (H i − H )dZ
Donde: kg es el coeficiente de conductividad de transporte de materia, G es el caudal de masa de aire, Z es
la altura de la torre, a es el área específica (área de contacto dividida por el volumen de la torre),
PMv es el peso molecular del vapor = 18, Hi es la humedad del aire en equilibrio con el agua en la
interfase, mientras que H es la humedad del aire a la temperatura ambiente de bulbo húmedo.
La ecuación de balance de energía es:
G × C × dTg = hc × a(Ti − Tg )
Donde: Tg es la temperatura del aire húmedo en contacto con el agua en la interfase, C es el calor específi-
co del aire húmedo definido en la ecuación (12-8), y Ti es la temperatura del agua en la interfase.
Multiplicando la primera ecuación por el calor latente de vaporización λ y sumando el resultado a la segunda
tenemos lo siguiente.
 hc 
G (C × dTg + λ × dH ) = k g × a × H × PM v  (Ti − Tg ) + λ(H i − H ) dZ
 k g × H × PM v 
Se puede deducir que el calor específico del aire húmedo es igual al grupo que figura en el término de la
derecha multiplicando a la diferencia de temperaturas en la ecuación anterior, es decir:

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hc
=C
k g × H × PM v
En consecuencia, la última ecuación se puede escribir:
G(C×dTg + λ×dH ) = kg ×a×H × PMv[C×Ti + λ×Hi −(C×Tg + λ×H )]dZ
En la práctica la temperatura de la interfase Ti es igual a la temperatura del agua T. También podemos re-
emplazar la humedad de la interfase Hi por la humedad del aire en equilibrio con el agua H. Estas suposi-
ciones son casi exactamente ciertas porque la resistencia que ofrece el agua tanto a la transferencia de
masa como a la de calor es despreciable comparada con la que hace el aire. De tal modo, la última ecua-
ción se puede escribir:
G (C × dT g + λ × dH ) = k g × a × H × PM v [C × Ti + λ × H − (C × Tg + λ × H )]dZ
En esta última ecuación la cantidad entre corchetes es casi exactamente igual a la diferencia de entalpías
del aire entre el aire saturado a la temperatura T del agua y el aire a la temperatura de bulbo húmedo del ai-
re atmosférico. Reemplazando en la ecuación estas dos variables nos queda:
G (C × dT g + λ × dH ) = k g × a × H × PM v (hw − ha )dZ
El balance de entalpías nos proporciona la siguiente ecuación.
C × L × T = G × C × dTg + G × λ × dH
Si combinamos estas dos últimas ecuaciones obtenemos:
C × G × dT = k g × a × H × PM v (hw − ha )dZ
Reordenando e integrando:

∫ ∫
T1
dT kg × a L
PM v × H
= × dZ
T2
h w − ha L 0 C
La integral de la derecha tiene las unidades de una longitud, y generalmente se interpreta como el volumen
de relleno activo por unidad de superficie de relleno de la torre, y se simboliza con la letra V, de modo que
lo que nos queda es lo siguiente.


T1
KaV dT
=
L T2
h w − ha
Esta relación es la (12-21) y se conoce como ecuación de Merkel. Una forma algo distinta de esta ecuación
se puede encontrar en el libro de D. Q. Kern, “Procesos de Transferencia de Calor”, capítulo 17, especial-
mente en el ejemplo 17.2.

Esta ecuación integral se puede resolver por varios métodos. Uno muy usado en Cálculo Numérico es el de
Chebyshev. La siguiente expresión permite calcular la ecuación de Merkel con la fórmula de Chebyshev de
cuatro puntos. Véase el “Manual del Ingeniero Químico” de Perry sección 12.


T1
KaV dT T − T2  1 1 1 1 
= ≅ 1  + + + 
L T2
h w − ha 4  ∆h1 ∆h2 ∆h3 ∆h4 
Donde: ∆h1 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T2 + 0.1(T1 – T2);
∆h2 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T2 + 0.4(T1 – T2);
∆h3 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T1 – 0.4(T1 – T2);
∆h4 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T1 – 0.1(T1 – T2).
Planteando un balance de energía y despreciando las pérdidas, se deduce que en el interior de la torre toda
la energía entregada por el agua en forma de calor debe ser absorbida por el aire. En consecuencia:
L h2 − h1
L × Cp agua (T1 − T2 ) = G (h2 − h1 ) ⇒ =
G Cp agua (T1 − T2 )
2
Donde: G = caudal superficial de aire [Lb aire/((hora pie )];
h2 = entalpía del aire húmedo a la temperatura T2 [Btu/Lb];
h1 = entalpía del aire húmedo a la temperatura T1 [Btu/Lb].
Es claro que en esta relación el cociente L/G representa la pendiente de la curva de operación del aire en la
torre en un diagrama entalpía–temperatura. La siguiente figura muestra un diagrama de esta clase.

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El significado de las leyendas en esta figura es el siguiente.


C’ = entalpía del aire que ingresa a la torre, medida a la temperatura de bulbo húmedo Tw.;
BC = diferencia de entalpías al comienzo del proceso de enfriamiento (fuerza impulsora inicial);
CD = recta de operación del aire, cuya pendiente es igual al cociente L/G;
DE y EF = segmentos auxiliares que muestran como, proyectando el punto de salida del aire sobre la curva
del agua y bajando hasta el eje horizontal, se encuentra la temperatura de bulbo húmedo de sali-
da del aire;
Tcw = temperatura de bulbo húmedo de entrada del aire;
Thw = temperatura de bulbo húmedo de salida del aire.
La curva de operación del agua (curva AB) se especifica por las temperaturas de entrada y salida del agua
en la torre, que en general hemos llamado T1 y T2.
Es interesante observar que la ecuación (12-21) nos da el área encerrada entre la curva de saturación o del
agua y la recta de operación. Esta área es la delimitada por los puntos ABCD. Representa la capacidad pa-
ra la transferencia de calor del agua al aire. Evidentemente para maximizar esta área sólo podemos aumen-
tar la diferencia de entalpías del aire y del agua, puesto que las temperaturas extremas vienen fijadas por
las condiciones del proceso. Otra observación que se desprende de la figura es que puesto que la fuerza
impulsora es la diferencia de entalpía resulta preferible la disposición de flujos a contracorrientes. En esta
disposición a la entrada el aire mas frío se encuentra en contacto con el agua mas fría, obteniendo la
máxima diferencia de entalpías y por lo tanto un intercambio de calor mas eficaz.
¿Qué efectos tiene una variación en la cantidad de agua a enfriar o en su temperatura?. Si por ejemplo au-
menta la temperatura del agua, se alarga la recta de operación, es decir, la posición del punto D se despla-
za hacia la derecha, debido al aumento en Thw. También se desplazan hacia la derecha los valores de las
temperaturas de entrada y salida del agua a la torre. Esto hace aumentar el rango y la aproximación. El
aumento que se verifica en el valor de la integral de la ecuación (12-21) es del orden del 2% por cada 10 ºF
de aumento de temperatura del agua por encima de 100 ºF.

Ejemplo 12.4 Cálculo de los parámetros de diseño de una torre de enfriamiento.


Determinar el valor del grupo adimensional de la izquierda de la ecuación de Merkel necesario para produ-
cir en una torre un enfriamiento del agua desde 105 ºF hasta 85 ºF. La temperatura de bulbo húmedo es de
78 ºF y la relación L/G vale 0.97.
Solución
De acuerdo a la notación que usamos en la ecuación de Merkel tenemos los siguientes datos.
T1 = 105 ºF: T2 = 85 ºF; en condiciones ambientes la entalpía es ha = 41.58 Btu/Lb.
La humedad del aire a la salida de la torre se puede calcular en base a la ecuación de balance de energía.
En efecto:

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L h2 − h1 L
= ⇒ h2 =(T1 − T2 ) + h1 = 0.97(105 − 85 ) + 41.58 = 60.98 BTU/Lb
G T1 − T2 G
Esta ecuación se puede usar para calcular la entalpía del aire a cualquier temperatura conociendo la rela-
ción de caudales L/G, la temperatura y la entalpía del aire a la entrada. Es una relación lineal.
Ahora es necesario evaluar los términos de la solución por el método de Chebyshev. En la siguiente tabla
se resumen los resultados parciales.
T ºF hw ha h w – ha 1/∆h
85 49.43 41.58
87 51.93 41.52 ∆h1 = 8.41 0.119
93 60.25 49.34 ∆h2 = 10.91 0.092
97 66.55 53.22 ∆h3 = 13.33 0.075
103 77.34 59.04 ∆h4 = 18.30 0.055
105 81.34 60.98 0.341
Entonces obtenemos:
KaV T1 − T2  1 1 1 1  105 − 85
≅  + + +  = 0.341 = 1.71
L 4  ∆h1 ∆h2 ∆h3 ∆h4  4

Muchos analistas no resuelven la ecuación (12-21) sino que recurren a las curvas que se encuentran en el
libro “Blue Book” del Cooling Tower Institute, de la que damos una muestra en la siguiente figura. Figuras
similares se obtienen directamente de los fabricantes de torres de enfriamiento.

En la figura vemos el grupo (K a V/L) en función de la pendiente de la recta de operación y de la diferencia


de temperaturas ∆t, es decir de la aproximación. El gráfico permite obtener el valor del grupo (K a V/L). De
estas figuras se pueden deducir tres conclusiones importantes. En primer lugar, el valor del grupo (K a V/L)
es comparativamente insensible a cambios de la temperatura de bulbo húmedo del aire atmosférico, porque

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también se verifica una variación concomitante de la temperatura de salida del agua es decir que la aproxi-
mación permanece casi constante. En segundo lugar, un cambio del rango tampoco cambia en magnitud
apreciable el valor del grupo (K a V/L). Por último, una modificación del valor de L/G produce inmediatamen-
te un cambio muy marcado en el valor del grupo (K a V/L). Esto es muy importante, porque nos indica que el
parámetro clave del equipo es el valor del cociente L/G. En la mayoría de los equipos comerciales este va-
lor está alrededor de 1.
La línea recta que se observa en la figura anterior se construye tomando un cociente L/G constante, mante-
niendo constante el caudal de aire G y variando el caudal de agua L. La pendiente de esta recta depende
del tipo de relleno de la torre, pero a menudo se puede suponer igual a –0.6.
Si se observa el punto de diseño para la torre que se trata en la figura, notamos que para los parámetros de
diseño elegidos, la aproximación es de 10 ºF. Por ejemplo, si la temperatura de bulbo húmedo en la zona
en la que está instalada la torre es de 67 ºF en promedio, el usuario podrá esperar que el agua salga de la
torre a una temperatura no inferior de 77 ºF.
Los pasos a seguir para la selección de la torre son los siguientes.
1. Defina las variables clave del agua: caudal y temperaturas de entrada y salida.
2. Seleccione una configuración apta para manejar esta situación en las peores condiciones (verano).
3. Seleccione el tamaño de torre en función de las siguientes variables: rango, caudal de agua, tempe-
ratura de bulbo húmedo, velocidad del aire y altura de la torre.
Para poder cumplir con el tercer paso de la selección de la torre deberá responder a las siguientes pregun-
tas.
a. ¿Cuál es la temperatura de bulbo húmedo mas elevada que se puede presentar en ese lugar?.
b. ¿Cuál es la aproximación que desea obtener?. Ponga valores sensatos. No puede esperar una
aproximación menor de 5 ºF, o sea unos 3 ºC. Tenga también en cuenta los costos: cuanto menor
sea la aproximación tanto mas grande tiene que ser la torre, porque la aproximación tiende a cero
con la superficie tendiendo a infinito.
c. ¿Cuál es el caudal y el rango o intervalo del agua?. Esto determina la cantidad de calor que debe
eliminarse en la torre por evaporación. También determina el caudal de aire, para lo que es conve-
niente fijar un valor del cociente L/G que se pueda alcanzar con una torre comercialmente disponi-
ble a un costo razonable. Los valores típicos del cociente L/G en torres comerciales van desde 0.75
hasta 1.5.
Acto seguido busque en los catálogos de fabricantes de torres de enfriamiento una unidad standard que
cumpla con los requisitos de operación obtenidos. Para ello debe encontrar un tipo de relleno con un valor
del grupo (K a V/L) que coincida con el valor del grupo (K a V/L) previamente calculado. En el catálogo del
fabricante se encuentran los valores de cociente L/G de las torres que corresponden a ese tipo de relleno,
así como sus dimensiones en función del caudal de agua y del rango.
Puede comprobar la exactitud de sus estimaciones solicitando al proveedor una selección basada en los
mismos datos. Esto de paso le sirve para asegurarse de que el proveedor no recomiende una torre
inadecuada.
La siguiente tabla se puede usar como guía para la altura de la torre.
0 0
Aproximación ( F) Rango ( F) Altura (pies)
15-20 25-35 15-20
10-15 25-35 25-30
5-10 25-35 35-40
Un error común a muchos ingenieros que se encuentran con este tema por primera vez es consecuencia
del aspecto “casero” que tiene la selección de una torre de enfriamiento. Como se basa mucho en criterios
empíricos, algunos se sienten tentados a buscar métodos de cálculo mas rigurosos, basados en las corre-
laciones desarrolladas para calcular torres de relleno, como la de Shulmann. Esto es un grave error. Las to-
rres de relleno y las de enfriamiento difieren en mas de un aspecto, pero la cuestión central es que las to-
rres de relleno se basan en maximizar el intercambio de masa por medio de la superficie útil de la torre. En
cambio las torres de enfriamiento se basan en maximizar el intercambio de masa por medio de la velocidad
del aire y de los altos tiempos de contacto; esta es la causa de que sean tan voluminosas. Por eso el com-
portamiento de las torres de relleno es tan sensible a los cambios de tipo de relleno, mientras que una torre
de enfriamiento con relleno de listones en V no difiere tanto en su comportamiento de la misma torre con re-
lleno de listones planos. Por eso también un cambio en la relación L/G causa una variación inmediata e im-
portante en el valor del grupo adimensional (K a V/L) como ya hemos recalcado en el comentario que sigue
al gráfico anterior.

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12.8.9 Operación de las torres de enfriamiento


Todas las torres de enfriamiento operan por evaporación del agua en forma de finas gotas o películas que
empapan el relleno de la torre. La evaporación depende de la temperatura de bulbo húmedo, que siempre
es menor que la temperatura de bulbo seco, excepto si el aire está saturado, en cuyo caso son iguales y la
torre prácticamente no puede operar a menos que el aire atmosférico esté a temperatura muy baja. Por lo
tanto, es posible enfriar el agua aún si su temperatura es menor que la del aire, siempre que el aire esté se-
co. En la práctica, por lo común el aire generalmente está mas frío que el agua. Cuando no es así el
funcionamiento de la torre se pone pesado. En verano es muy difícil conseguir que la temperatura del agua
que abandona la torre sea menor de 30 ºC. Normalmente se puede esperar que el aire salga de la torre con
una humedad relativa del orden del 90 al 92%. La temperatura del agua fría a la salida de la torre es 2 o 3
°C mayor que la de bulbo húmedo, aunque una torre nueva o recién limpiada puede alcanzar una diferencia
menor de 1.2 ºC si ha sido bien elegida. A medida que se va ensuciando por efecto del polvo atmosférico y
crecimiento de algas va perdiendo eficacia. La diferencia de temperaturas de entrada y salida del agua
(llamada rango o intervalo) suele ser del orden de 10 °C aunque puede ser mayor. Por lo general la torre se
diseña y construye asumiendo que esa diferencia de temperaturas (el intervalo) es del orden de 15 ºF (8.3
ºC). El volumen de relleno (y por lo tanto el tamaño de la torre) depende de esa diferencia según lo indica la
siguiente tabla.
Intervalo ºF (ºC) 5(2.8) 15(8.3) 25(13.9)
Volumen relativo 2.4 1.0 0.55
Las pérdidas por evaporación son del orden de 2% por cada 15 °C de intervalo. En las torres de tiro forzado
hay pérdidas por arrastre del ventilador del orden de 0.2 a 0.5%, y en las torres de tiro inducido se pierde
entre el 0.1 y 0.2%. Estas dos pérdidas sumadas, si no se compensan producirían con el tiempo un aumen-
to de concentración de sales que se debe prevenir. Para tal fin se suele agregar un 2.5 a 3% del caudal cir-
culante en forma de agua tratada fresca, en concepto de reposición.
La reposición se puede estimar mediante la siguiente relación.
Reposición = 0.00085×(Caudal de agua)(T1 – T2)
El caudal de agua y la reposición están expresados en gpm. Las temperaturas son de entrada y salida del
agua en ºF. La reposición se puede hacer en forma continua o discontinua. Si se reponen las pérdidas en
forma discontinua, la duración del ciclo de operación entre dos reposiciones sucesivas se puede calcular en
función de la concentración tolerable de sales (generalmente expresadas como cloruros) en el agua.
Las torres de enfriamiento generalmente operan a temperaturas medias del orden de algo menos de 40 °C.
A esas temperaturas ocurren fenómenos indeseables. Esta temperatura facilita la proliferación de bacterias
++
(en particular las que usan el Fe en su metabolismo), hongos y algas, que originan crecimientos en el re-
lleno, llegando a obstruir los espacios entre listones. La mayor parte de los rellenos celulares son mas sen-
sibles a la obstrucción que los de listones. Esto no se puede evitar porque el aire atmosférico contiene es-
poras de todo tipo, pero se pueden aminorar sus efectos agregando biocidas que retardan el crecimiento de
bacterias y algas.
El cálculo completo de las dimensiones de una torre de enfriamiento es un tema complejo cuya extensión
excede este tratamiento. Nos limitaremos a estudiar su operación, cosa que podemos hacer fácilmente me-
diante balances de masa y energía.
El funcionamiento de una torre es aproximadamente adiabático, de modo que el calor entregado por el
agua al enfriarse se emplea totalmente en evaporar parte del agua e incrementar la entalpía del aire.
Q& = m& agua (t e − t s ) = m& ev × λm + m& aire (hs − ha ) (12-22)

Donde: Q& = calor intercambiado, [Kcal/hr]: m& agua = caudal másico del agua que ingresa a la torre, [Kg/hr];
te, ts = temperaturas de entrada y salida del agua, [°C];
m& ev = caudal de agua evaporada [Kg/hr].
te + ts
λm = calor latente de evaporación a la temperatura media tm = ;
2
m& aire = caudal de aire, [Kg/hr]; hs, he = entalpías de salida y entrada del aire, [Kcal/Kg].
El agua que se evapora se incorpora al aire como humedad, de modo que se puede plantear el siguiente
balance de masa para el agua:
(
m& ev = m& aire H s − H a ) (12-23)
Donde: Hs = humedad de salida del aire (Kg agua)/(Kg a.s).
H a = humedad del aire atmosférico, o de entrada (Kg agua)/(Kg a.s).

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Ejemplo 12.5 Cálculo de los parámetros operativos de una torre de enfriamiento.


Se trata de enfriar de 55 °C a 30 °C el agua tratada de una planta. El aire ambiente se encuentra a una
temperatura promedio de 25 °C y a una humedad relativa de 60%. El consumo de aire es tal que abandona
la torre en estado saturado a 40 °C. Determinar el consumo de aire y el consumo de agua evaporada.
Solución
Mediante una tabla de propiedades del vapor saturado encontramos las siguientes propiedades:
t entalpía entalpía φ H entalpía de
(°C) de vapor de líquido aire húmedo
25 608.2 25 0.6 0.012 13
40 614 40 1 0.049 40
Nos planteamos la ecuación (12-22) observando que se trata de una ecuación con tres incógnitas: m& agua ,
m& ev y m& aire ya que los otros elementos de la misma son datos o deducibles de los datos. Podemos dividir la
(12-22) por m& agua y de esa manera podríamos resolver por unidad de masa de agua circulando por la torre.
Entonces los resultados los podemos multiplicar luego por el caudal de agua circulante para esta torre en
particular y según la demanda de agua funcionará mas o menos bien dentro de límites razonables. Quedan
dos incógnitas: m& ev y m& aire . El primero se puede estimar de la variación de humedad del aire, ya que al
evaporarse el agua se incorpora al aire como humedad. Entonces planteamos la (12-23):
m& ev = m& aire H s − H a ( )
El calor latente λm se puede obtener de la semisuma o promedio de las diferencias de entalpías de vapor y
líquido para las dos temperaturas:
A 25 °C λ1 = 608.2 – 25 = 583.2 A 40 °C λ2 = 614 – 40 = 574
λ + λ2 583.2 + 574 Kcal
λm = 1 = = 578.6
2 2 Kg
Entonces, resolviendo la (12-22):
m& ev m& aire m& aire  H s − H e  m& aire
te − t s = λm + (he − hs ) = λm + (he − hs ) ⇒
m& agua m& agua m& agua m& agua

m& aire m& aire m& aire Kg aire


⇒ 55 − 30 = (0.049 − 0.012 )578.6 + (40 − 13) ⇒ = 0.563
m& agua m& agua m& agua Kg agua
Por otra parte:
m& ev m& aire Kg agua evaporada
= 
H − H e 
 s
= 0.563 (0.049 − 0.012 ) = 0.021
m& agua m& agua Kg de agua circulante
Estos resultados son lo mejor que podemos obtener, para el tipo de problema que tenemos entre manos,
puesto que la cantidad de incógnitas supera a la cantidad de relaciones que se pueden plantear. Si cono-
cemos la cantidad de agua a enfriar podemos resolver el problema en forma completa.

La operación de una torre de enfriamiento de tiro mecánico se puede controlar mediante la velocidad del
ventilador. El diámetro del ventilador por supuesto también influye, pero no es una variable que se pueda
modificar con facilidad y eso limita la utilidad que puede tener como medio de control. En algunas instala-
ciones se prefiere usar ventiladores de velocidad constante, variando en cambio la inclinación de las pale-
tas. Esto es mecánicamente un poco mas complicado, y requiere mas mantenimiento. En cambio, tienen la
ventaja de que no pueden funcionar nunca a velocidades críticas. Se denomina velocidad crítica de un sis-
tema rotativo a los valores de velocidad en los que se presentan fenómenos de vibración fuerte. En los sis-
temas que usan variación de velocidad, existe el peligro de que alguna velocidad coincida con la crítica.
Otra forma interesante de dar flexibilidad a una instalación es agregar o quitar células de servicio, cosa que
por supuesto sólo es posible cuando existen varias células en paralelo.
Las torres de enfriamiento de tiro mecánico son relativamente inmunes a los efectos de las variaciones de
intensidad y dirección del viento, siempre que sean normales. Los vientos muy intensos pueden afectar se-
riamente el desempeño de la torre, por lo que se recomienda protegerla de modo tal que no se puedan co-
lar ráfagas en la descarga. Otro factor que se debe tener en cuenta en la operación de estos equipos es
que cuando se disponen varias células en una batería se debe evitar que la descarga de una de ellas pue-
da ser absorbida por otra. Esto es particularmente probable que suceda cuando están situadas a distintas
alturas, porque entonces la célula superior puede estar succionando aire húmedo de la descarga de una cé-

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lula inferior. Si no existe ninguna forma de colocarlas al mismo nivel, se recomienda construir una chimenea
en la descarga de las inferiores para que el aire húmedo no pueda ser absorbido por las superiores.

12.8.10 Cálculo de la superficie de lagunas y piletas de enfriamiento


La superficie del estanque o laguna de enfriamiento se puede calcular mediante la siguiente ecuación
(“Operaciones Básicas de la Ingeniería Química”, G. G. Brown y otros) que proporciona la cantidad de agua
evaporada por unidad de tiempo con el aire en calma.
T1 + T2 *
w = 167.5 + 0.183
2
( ) (
P − P + 3.25 P * − P ) (12-24)
2
En esta ecuación w representa la tasa de evaporación de agua por unidad de superficie, en gr/(hr m ); T1 es
*
la temperatura de entrada al estanque (ºC); T2 es la temperatura de salida del estanque (ºC); P es la pre-
sión de vapor del agua a la temperatura media (T1 + T2)/2 en mm de Hg; P es la presión de vapor del agua
a la temperatura de bulbo húmedo en mm de Hg.
Por otra parte, como resulta obvio, la masa de agua que se evapora en la pileta es la responsable de la
mayor parte del enfriamiento. La masa de agua evaporada en la pileta se puede calcular de la siguiente
manera. El calor latente de evaporación del agua es el cociente del calor disipado por unidad de tiempo y la
masa de agua evaporada, de donde se puede obtener esta última. Se puede calcular el calor disipado el
caudal L de agua que circula por la pileta a partir del descenso de temperatura (T1 – T2). Es decir:
Q& L × Cp agua (T1 − T2 )
Q& = L × Cp agua (T1 − T2 ) λm = ⇒ Q& = λm × W& Igualando y despejando W& =
W& λm
Por último, la tasa de evaporación de agua por unidad de superficie w se puede calcular como el cociente
de la masa de agua que se evapora sobre la superficie de la pileta. De esta relación es fácil obtener la su-
perficie de la pileta.
W& W&
w= ⇒a=
a w
El rendimiento de una laguna de enfriamiento se puede mejorar mucho si se pulveriza el agua mediante un
sistema de rociado como el que se usa en las torres de enfriamiento. Este tipo se conoce como laguna de
rocío, y se suele usar cuando la superficie útil para la instalación de la laguna o pileta es escasa. Por su-
puesto, su instalación y operación resulta mas costosa, ya que se debe implementar un sistema de rociado
y suministrarle energía.
El diseño físico, dimensiones y condiciones de operación de las lagunas de rocío varían enormemente y es
difícil desarrollar una teoría que comprenda todos los factores en juego. Lo que se suele hacer para diseñar
una laguna de rocío es basarse en datos empíricos de lagunas en funcionamiento con buen desempeño. La
tabla 12-3 del “Manual del Ingeniero Químico” de Perry sección 12. proporciona una guía para el diseño.

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12.9 Efectos de la variación de presión sobre el aire húmedo


La variación de la presión a la que se encuentra sometida una masa de aire húmedo es un evento que nun-
ca ocurre durante las operaciones de acondicionamiento, como ya hemos explicado anteriormente. No obs-
tante, se usa en algunos procesos de secado y por supuesto es una consecuencia inevitable (de hecho,
deseada) de la compresión del aire atmosférico.
Cuando decimos que varía la presión nos referimos a un aumento o disminución de la presión total de la
mezcla, en el sentido en que esta se define en el apartado 2.3.1 del capítulo 2. Por lo general sólo tiene in-
terés práctico el aumento de presión, ya que la disminución de presión no se da con tanta frecuencia.
La variación de la presión total puede ocurrir por tres causas.
1. En el caso de la compresión del aire atmosférico, el aumento de la presión se debe a la acción me-
cánica que ocurre en el interior del compresor a masa total constante. Es decir, ingresa una cierta
masa de aire atmosférico al compresor y sale la misma masa del mismo.
2. El otro caso de interés práctico es la inyección de una cierta masa de un gas inerte seco (que pue-
de ser aire) a una masa de aire húmedo a volumen constante, lo que aumenta la presión.
3. Por último, la presión puede disminuir por una expansión a masa constante de la mezcla de un va-
por con un gas inerte. Como ejemplo, esto es lo sucede en una aeronave cuya cabina se despresu-
riza en forma súbita.

12.9.1 Efecto de la compresión sobre la presión de vapor del aire húmedo


En este apartado analizaremos el caso general, en el que se altera la presión de vapor del agua por el efec-
to de la variación de la presión. Esta variación puede ser un aumento o una disminución. Como se deduce
en el apartado 7.3 del capítulo 7 la condición de equilibrio de fases en un sistema de varios componentes
se puede describir en términos de la ecuación (7-18) que establece que los potenciales químicos de los dis-
tintos componentes en las distintas fases deben ser iguales. De lo contrario, el sistema no está en equili-
brio. En este caso tenemos para el componente vapor y líquido la siguiente igualdad.
µ l′ = µ v′
En esta igualdad µ’1 representa el potencial químico molar de la fase líquida, y µ’v representa el potencial
químico molar de la fase vapor. De acuerdo a la definición de potencial químico estudiada en el apartado
7.2 del capítulo 7 sabemos que:
 ∂G ′ 
µl′ =  

∂n
 l  P,T,n
Luego cada uno de los potenciales químicos es una función de la presión, de la temperatura y de la compo-
sición. Si esta última permanece constante, sólo dependen de la presión y de la temperatura. De ello se de-
duce que el potencial químico de la fase vapor dependerá solamente de la temperatura y de la presión de
vapor. Igualmente, el potencial químico de la fase líquida sólo depende de la temperatura y de la presión to-
tal. Es decir:
µ l′ = f (P,T ) µ v′ = f (Pv ,T )
Supongamos que se aumenta la cantidad de gas inerte, por ejemplo inyectando gas en el recinto a tempe-
ratura y volumen constantes. Si se alcanza un nuevo estado de equilibrio, los potenciales químicos de este
nuevo estado deberán ser iguales, y tenemos:
 ∂µ ′   ∂µ ′ 
µl′ = µ v′ ⇒ d (µl′ ) = d (µ v′ ) ⇒  l  dP =  v  dPv
 ∂P  T  ∂P T
Pero dado que el potencial químico molar de cada una de las especies químicas presentes sólo depende
de la presión y la temperatura, tenemos:
 ∂µ l′   ∂g ′   ∂µv′   ∂g ′ 
  =  l    =  v 
 ∂P  T  ∂P  T  ∂P  T  ∂P  T
Como se deduce en el apartado 6.4 del capítulo 6 (relaciones de Maxwell) de la ecuación (6-17) se obtiene:
 ∂g l′   ∂g v′ 
  = vl′   = vv′
 ∂P  T  ∂P T
De ello resulta:
vl′ dP = vv′ dPv ⇒

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vl′
dPv = dP (12-25)
vv′
¿Cuál es el significado de esta igualdad?. O mejor dicho: ¿de qué manera nos puede ayudar a comprender
mejor el comportamiento de una mezcla de un gas inerte con un vapor cuando se varía la presión del gas
inerte?. En primer lugar, observamos que relaciona dos incrementos de modo que como ambos volúmenes
molares son positivos, el signo del incremento de la presión del vapor está determinado por el signo del in-
cremento de la presión del gas inerte. Es decir que si uno aumenta también lo hace el otro, y si uno dismi-
nuye también disminuye el otro. Puesto que el volumen molar del líquido siempre es menor que el del va-
por, la variación de la presión parcial del vapor es siempre menor que la variación de la presión total de la
mezcla. Por otra parte, la magnitud del cambio en la presión del vapor depende (para una variación deter-
minada de la presión del gas inerte) de las magnitudes relativas de los volúmenes molares. Si el volumen
molar del vapor es muy grande en comparación con el volumen molar del líquido, como sucede a tempera-
turas y presiones bajas y moderadas, el cambio de la presión del vapor será muy pequeño comparado con
el cambio de la presión del gas inerte. En cambio para condiciones muy alejadas de las normales, cuando
la presión del gas inerte es muy elevada, el cociente de los volúmenes molares se aproxima mas a 1 y el
incremento de la presión parcial del vapor es considerable.
Si expresamos el volumen de vapor por medio de la ecuación de gas ideal, el error que se comete no es
muy grande para presiones bajas y moderadas. Entonces tenemos, de la última relación:
R ′T
vv′ dPv = vl′ dP ⇒ dPv = vl′ dP
P
= vl′ (P2 − P1 ) ⇒
Pv2
Integrando: R ′T ln
Pv1
vl′ (P2 − P1 )
Pv2 R′T
=e (12-26)
Pv1
Cabe acotar que estas ecuaciones no sólo son válidas para el aire húmedo, sino también para cualquier lí-
quido en equilibrio con su vapor al cual se le añade un gas inerte, puesto que en la deducción anterior no se
especifica ninguna restricción o condición limitante. Son pues totalmente generales.

Ejemplo 12.6 Cálculo del efecto de la compresión sobre el aire húmedo.


Un recipiente contiene aire húmedo saturado en equilibrio con agua líquida a 60 ºF. La presión inicial de va-
por es la de equilibrio, que según una tabla de vapor es a esa temperatura igual a 0.256 psia. El volumen
3
específico molar del agua líquida a esa temperatura es 0.288 pies /mol. La presión se eleva hasta una at-
mósfera. Calcular la presión de vapor.
Solución
De acuerdo a la ecuación (12-26) tenemos:
vl′ (P2 − P1 )
v l′ (P2 − P1 ) 0.288 × 144 (14.7 − 0.256 ) −4 Pv2 R′T −4
= = 7.456 × 10 ⇒ =e = e 7.456×10 = 1.0007458
R ′T 1545 × 520 Pv1
Por lo tanto: Pv2 = 1.0007458×0.256 = 0.25619 lo que equivale a un aumento menor al 0.1%.

12.9.2 Efecto de la compresión sobre la humedad del aire


Cuando se comprime aire húmedo la humedad absoluta varía. Analicemos una compresión isotérmica, o lo
que es lo mismo desde el punto de vista del estado final (aunque no de la energía consumida) una politrópi-
ca seguida de un enfriamiento de la mezcla vapor-gas hasta su temperatura inicial. Como acabamos de ver
en el apartado anterior, una variación de la presión total de una mezcla de vapor y gas inerte produce una
variación menor y del mismo signo de la presión parcial del vapor. En el caso que nos ocupa, se produce un
aumento de la presión total. Esto significa de acuerdo a la ecuación (12-25) que el vapor sufre un incremen-
to en su presión parcial. Nos interesa determinar de qué manera influye esto en la humedad de la mezcla.
Asumiendo que la mezcla cumple con la ley de Dalton (véase el apartado 2.3.1.1 del capítulo 2) se tiene:
P = Pg + Pv ⇒ Pg = P – Pv
Si pensamos que como consecuencia del aumento de presión total el incremento de la presión parcial del
vapor es menor que el incremento de presión total, se deduce por imperio de la ecuación (12-4) que se pro-

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duce una disminución de la humedad. En efecto, planteando la humedad antes y después de la compresión
tenemos:
Pvi Pvf
H i = 0.62 H f = 0.62
Pi − Pvi Pf − Pvf
Puesto que la diferencia (Pf – Pvf) es mucho mayor que la diferencia (Pi – Pvi) tenemos como consecuencia
de la compresión una disminución de la humedad absoluta. A causa de esta disminución se condensa la di-
ferencia de humedad entre ambos estados. En compresores de varias etapas, para impedir la entrada de
agua líquida en la siguiente etapa es necesario intercalar un separador que puede ser de tipo ciclón (centrí-
fugo) o de malla de alambre entre el enfriador y la siguiente etapa.

Ejemplo 12.7 Cálculo del efecto de la compresión sobre el aire húmedo.


Se comprime aire atmosférico, originalmente a una temperatura de bulbo seco de 80 ºF, con una tempera-
tura de bulbo húmedo de 70 ºF y a una presión de 14.45 psia, en forma isotérmica, hasta una presión final
de 100 psia. En realidad, como ya explicamos da lo mismo que la compresión no sea isotérmica, siempre y
cuando al final de la misma se lleve en forma isobárica la masa de aire a la temperatura inicial de 80 ºF. La
evolución que sufre el aire húmedo se representa en dos diagramas T-S como se puede observar en el si-
guiente croquis. A la izquierda vemos el diagrama T-S del aire seco y a la derecha el diagrama T-S del vapor
de agua. Calcular el agua que se condensa y la temperatura final.

Solución
En primer lugar veamos el diagrama del aire en la figura de la izquierda. El estado inicial corresponde al
punto A (aire atmosférico) y al final de la evolución tenemos el estado H. En el diagrama de la derecha ve-
mos la evolución del vapor de agua, que partiendo del estado A se desplaza hacia la izquierda hasta que
llega al punto F sobre la curva de puntos de rocío. Una parte del vapor de agua se condensa, y la compre-
sión prosigue hasta el estado final G. La masa de humedad que se condensa en la compresión se puede
calcular fácilmente. La presión de vapor del aire atmosférico se determina en forma analítica o mediante ta-
blas de vapor saturado, y es: Pv = 0.3108 psia. Entonces la presión parcial del aire vale: 14.45 – 0.3108 =
14.1392 psia. Esta es la presión parcial inicial (estado A) del vapor presente en aire atmosférico. De la
ecuación (12-4) se calcula la humedad absoluta en el estado A:
Pv 0.3108 0.3108 Lb agua
H = 0.62 = 0.62 = 0.62 = 0.01363
P − Pv 14.45 − 0.3108 14.1392 Lb aire sec o
Después de la compresión, en el estado final el aire se encuentra saturado. La presión de vapor de satura-
ción que le corresponde es Pvs = 0.5069 psia. En estas condiciones, la humedad absoluta es:
Pv 0.5069 0.5069 Lb agua
H = 0.62 = 0.62 = 0.62 = 0.00316
P − Pvs 100 − 0.5069 99.4931 Lb aire sec o
En consecuencia, ha habido una considerable disminución de humedad. La humedad al final de la compre-
sión es sólo el 23% de la humedad original, y el 77% restante se condensa durante el proceso. En una
compresión adiabática el estado del vapor de agua y del aire no necesitan calcularse por separado si se
considera al aire húmedo como una mezcla ideal. La constante particular de la mezcla de aire y vapor de
agua se calcula mediante la ecuación (2-63) del apartado 2.3.1.2 del capítulo 2.
C


1 0.01363 × 85.7 + 1 × 53.34 Lb f × pie
R= m i Ri = = 53.775
m 0.01363 + 1 Lb º R
i=1
De igual forma calculamos el calor específico a presión constante con una forma modificada de la (2-58):

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Cp m =
1
m ∑ i =1
m i × Cp i =
0.01363 × 0.46 + 1 × 0.24
0.01363 + 1
= 0.243
BTU
Lb º R

53.775 BTU
Cp m − Cv m = R m ⇒ Cv m = Cp m − R m = 0.243 − = 0.1738
778 Lb º R
Cp m 0.243
A partir de este valor y del Cpm se puede calcular el exponente adiabático γ: γ = = 1.398 =
Cv m 0.1738
Cabe observar que este valor es prácticamente idéntico al que le corresponde al aire seco.
La temperatura final de la compresión adiabática se obtiene de la ecuación (4-9’) apartado 4.1.4 capítulo 4:
γ −1 1.398 −1
0.2847
γ −1 γ −1  Pf  γ
 100  1.398  100 
Ti Pi γ = T f Pf γ ⇒ T f = Ti 
P  = 540  = 540  = 937 º R
 i   1   14.45 
Esto equivale a unos 477 ºF. En estas condiciones el vapor claro está se encuentra recalentado.

¿Qué conclusiones podemos extraer de los conceptos que se han explicado en este apartado?. Hemos es-
tablecido algunos hechos relevantes relacionados con la compresión del aire húmedo. En primer lugar, el
aumento de presión produce un aumento de la presión del vapor. En segundo lugar, podemos deducir que
la temperatura del punto de rocío también aumenta, puesto que la misma depende directamente de la pre-
sión de vapor.
En una compresión real multietapa, como las que estudiamos en el apartado 4.2.4 del capítulo 4, se produ-
ce una compresión aproximadamente adiabática, a la salida de la cual tenemos aire húmedo que contiene
su vapor al estado recalentado. Posteriormente viene un enfriador intermedio, que funciona a la presión de
salida de la primera etapa. Este enfría el aire hasta una temperatura del orden de la atmosférica o, en todo
caso, mucho menor a la de salida de la primera etapa. Como consecuencia, se produce la condensación de
la humedad excedente, porque el aire comprimido tiene una capacidad de contener humedad mucho menor
que el aire atmosférico. Esta humedad se debe separar a la salida del enfriamiento para evitar que ingrese
a la segunda etapa del compresor, ya que lo podría perjudicar. En cada etapa posterior se produce un salto
de presión y un enfriamiento, y en cada una de ellas se condensa mas humedad que se debe separar.
Como consecuencia de este proceso, el aire comprimido está mucho mas seco que el aire atmosférico, es
decir, contiene mucho menos humedad absoluta. Esto no quiere decir claro está que su humedad relativa
sea baja, ya que puede estar incluso saturado con un contenido de agua mucho menor que el aire atmosfé-
rico.
Como dijimos antes en el apartado 12.9, si se inyecta una cierta masa de un gas inerte a una masa de aire
húmedo se produce una modificación del contenido de humedad. Desde el punto de vista práctico, da lo
mismo que la evolución de compresión sea a masa total constante o por inyección de aire seco, es decir, a
volumen constante. En el último caso es evidente que la compresión ocurre con una disminución de la
humedad absoluta del aire. En efecto, de la definición dada por la ecuación (12-1) tenemos:
mv
H =
ma
Está claro que si inyectamos aire seco en la mezcla manteniendo constante la masa de vapor la humedad
absoluta disminuye. En cuanto a la humedad relativa, tenemos el efecto de dos factores separados. En pri-
mer lugar tenemos el efecto de la compresión, que como acabamos de ver produce una saturación debido
a la disminución de la capacidad de contener humedad. Por otro lado el ingreso de una masa de aire seco
contrarresta ese efecto. No se pueden extraer conclusiones genéricas por lo que habrá que analiza cada
caso en forma individual, pero en general la influencia del primer factor será menor y como consecuencia la
humedad relativa disminuye.

12.9.3 Efecto de la expansión sobre la humedad del aire


La frecuencia de aparición en la práctica de los fenómenos que involucran una expansión de aire húmedo
es muchísimo menor que la de los fenómenos de compresión. Imaginemos una situación concreta como la
expansión de aire húmedo para enfriar un recinto, digamos por ejemplo un vehículo espacial. Sean las con-
diciones originales de presión, volumen específico y temperatura P0, v0 y T0, que corresponden aproxima-
damente a las condiciones atmosféricas normales. Para enfriar el vehículo se deja escapar algo de aire al
espacio exterior (en una expansión libre, es decir, contra una presión nula) hasta que la presión baja a un
valor P1. Si la diferencia de presiones no es muy grande, podemos usar la ecuación de gases ideales sin
cometer un error excesivo.

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P0 v0 P1 v1
=
T0 T1
Suponiendo que la variación de presión no es demasiado grande, podemos considerar al volumen específi-
co como constante, si bien cometiendo un pequeño error. En ese caso, lo que resulta se suele llamar ley de
Charles-Gay-Lussac y tiene la siguiente forma.
P0 P1 P
= ⇒ T1 = T0 1
T0 T1 P0
Como se ve claramente de esta relación, la disminución de presión trae como consecuencia una disminu-
ción de temperatura. Admitiendo que esta simplificación sea suficientemente exacta para nuestros fines,
queda por determinar el efecto que tiene esta disminución de presión y temperatura sobre la humedad del
aire. Como la presión disminuye, podemos esperar que el efecto producido sea el inverso del que se verifi-
caba durante la compresión isotérmica (ver apartado 12.9.2) es decir que la humedad debiera aumentar.
Pero como también disminuye la temperatura, y dado que la presión de vapor del agua es mas sensible a
las variaciones de temperatura que a las variaciones de presión, lo que resulta es un aumento de la hume-
dad relativa. Si se continúa la disminución de presión y de temperatura se produce la condensación de par-
te del vapor de agua presente en el aire, es decir, se forma una niebla. Eventualmente, cuando el descenso
de temperatura hace que ésta baje a menos de 0 ºC, las gotitas de agua se congelan. Estas deducciones
están de acuerdo con las observaciones experimentales hechas por astronautas en actividad extra vehicu-
lar.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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BIBLIOGRAFIA
• “Termodinámica” – Holman.

• “Termodinámica técnica” – R. Vichnievsky.

• “Termodinámica para Ingenieros” – Balzhiser, Samuels y Eliassen.

• “Procesos de Transferencia de Calor” – D. Q. Kern.

• “Cooling Tower Institute Blue Book” – Cooling Tower Institute.

• “Operaciones Básicas de la Ingeniería Química” – G. G. Brown y otros

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CAPITULO 13
FLUJO DE FLUIDOS

13.1 Introducción
En este capítulo nos ocuparemos de un tema de la Termodinámica que también es tratado por la Mecánica
de los Fluidos y la Hidráulica. Se trata de aplicar un enfoque termodinámico a un problema que trasciende
los límites de nuestra materia. No nos extenderemos en la justificación rigurosa de los elementos teóricos
que tomaremos “prestados” de la Mecánica de los Fluidos, limitándonos a una exposición de esos elemen-
tos, cuya justificación detallada se debe buscar en los textos especializados.
Durante toda la discusión que encaramos en este capítulo supondremos que el flujo ocurre en régimen es-
table o permanente, en los términos definidos en el capítulo 3.

13.1.1 Efecto de la viscosidad en el flujo de fluidos


La viscosidad se puede definir como una medida de la resistencia de un fluido a ponerse en movimiento. Se
puede considerar a nivel microscópico como efecto de las fuerzas de atracción intermoleculares. Matemáti-
camente se define (y también se puede medir físicamente) por el esfuerzo cortante requerido para producir
una cierta velocidad respecto de una superficie sólida en reposo. Esta definición operativa conduce a la
analogía con un factor de rozamiento entre el fluido y la superficie sólida, pero dicha analogía es sólo un
aspecto engañoso del problema ya que como dijimos la viscosidad está ligada a fuerzas de atracción entre
partículas y por lo tanto su efecto se manifiesta aún en ausencia de superficies sólidas o en zonas muy ale-
jadas de las mismas; por ejemplo es la que produce los torbellinos y vientos en la atmósfera a distancias
enormes de la causa que los origina.
Cuando un fluido que está en contacto con una superficie sólida se pone en movimiento sufre un retardo
debido a la viscosidad que se puede considerar similar a un rozamiento. Las que están en contacto con la
pared están en reposo; las partículas inmediatamente cercanas tienen velocidad casi nula, y a medida que
nos alejamos de la pared la velocidad crece. En las inmediaciones de la superficie la forma de flujo está or-
ganizada siguiendo los contornos de la superficie, y las partículas siguen un esquema ordenado deslizán-
dose en láminas o capas con movimiento uniforme y velocidad igual para todas las partículas que pertene-
cen a una misma capa, es decir, las velocidades se distribuyen en niveles isocinéticos a distancias fijas e
iguales de la superficie. Esta pauta de flujo se denomina flujo laminar o viscoso por ser característica de los
fluidos muy viscosos como la miel o el aceite. Si representamos las partículas como esferas la situación es
análoga a la siguiente:

Cuando nos alejamos de la superficie, algunas partículas son arrancadas de la lámina externa debido a la
existencia de elevados esfuerzos cortantes, produciéndose perturbaciones en la pauta ordenada, pequeños
vórtices o torbellinos, es decir, minúsculas zonas donde el movimiento es desordenado porque en lugar de
deslizarse suavemente sobre la capa inferior, las partículas “saltan”.
Un poco mas lejos los torbellinos son abundantes. Si llamamos Vmax a la mayor de todas las velocidades
Q
que tiene el fluido y V es la velocidad media, dada por la expresión V = (o sea caudal volumétrico
A
 
sobre sección transversal del conducto) entonces el cociente  V  nos da una medida de cómo está
 V max 
organizado el flujo en toda la gama de velocidades.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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Si se estudia como varía este cociente con el número


 DV ρ
de Reynolds  N Re =  se observa que para un
 µ 
valor del número de Reynolds < 2500 el cociente
V 
 V  es menor de 0.5. Para valores del NRe en el
 max 
orden de 2500 se nota una variación muy brusca del
cociente de velocidades, que salta de menos de 0.5 a
4
mas de 0.7 y a NRe > 10 el cociente de velocidades
es mayor de 0.8. Esto se describe diciendo que hay
dos regímenes de flujo, uno laminar a NRe < 2000
donde la velocidad media V es aproximadamente el
50% de la máxima, y otro turbulento a NRe >> 2000
donde la velocidad media es del orden del 80% de la
máxima, o mas. La ilustración muestra la variación del cociente adimensional de velocidades en función del
número de Reynolds.
El régimen laminar se caracteriza por un perfil parabólico de velocidades, sin torbellinos. El régimen turbu-
lento que rige a NRe >> 2000 se caracteriza por la presencia masiva de torbellinos que emparejan el perfil de
velocidades. Esto se puede observar en el croquis, que representa un corte de una tubería mostrando los
distintos regímenes.

En resumen: en la zona laminar (NRe < 2000) el flujo es estratificado, las moléculas se mueven en filetes o
capas de velocidad constante. En régimen turbulento el flujo es desordenado, el perfil de velocidades mas
parejo, excepto en una zona inmediata a la pared denominada zona laminar que es la capa en la que las
velocidades son menores del 1% de la velocidad media. Esta capa es responsable de la mayor parte de la
resistencia a los fenómenos de transporte de cantidad de movimiento, de masa y de calor.

¿Qué es el número de Reynolds?


fuerzas d inámicas
El número de Reynolds es un número adimensional proporcional al cociente . El nume-
fuerzas viscosas
rador del número de Reynolds depende de la velocidad promedio del fluido y por lo tanto tiene una estrecha
relación con la energía cinética. En consecuencia, podemos afirmar que está ligado a las fuerzas dinámicas
que se ponen en juego como consecuencia del movimiento. El denominador es la viscosidad de la cual de-
penden las fuerzas de resistencia que se oponen al movimiento. Los fenómenos dinámicos de los fluidos se
pueden visualizar como situaciones complejas en las que hay un balance entre las fuerzas dinámicas que
producen el movimiento (o que resultan del mismo) y las fuerzas viscosas que se oponen al movimiento.

13.1.2 Conductos cerrados


En este apartado estudiaremos el flujo en conductos cerrados totalmente llenos. En ciertos textos se suele
identificar a los conductos cerrados totalmente llenos como “conductos bajo presión”, pero esta designación
no parece apropiada porque limita el campo de estudio a las tuberías que están sometidas a presiones dis-
tintas de la atmosférica, cuando en realidad las técnicas que vamos a desarrollar son igualmente aplicables
a sistemas que operan bajo cualquier presión. Es probable que esta denominación se derive del hecho de
que se suele usar tubería capaz de soportar presión porque es mas robusta, ya que la tubería incapaz de
soportar presiones tiene paredes muy finas. Estas tuberías no resultarían aplicables por su debilidad estruc-
tural. Sería imposible instalarlas porque son demasiado frágiles.

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Como vemos, casi sin quererlo hemos comenzado a referirnos a los conductos cerrados como tuberías, que
normalmente es un término reservado para designar los conductos de sección circular. Sin embargo, los
conceptos que desarrollamos en este apartado se pueden aplicar a conductos cerrados de cualquier sec-
ción transversal. Lo que sucede es que la tubería de sección circular es mas barata y se usa mas frecuen-
temente que cualquier otra forma de conducto. La tubería mas usada para una gran diversidad de aplica-
ciones es la de acero común al carbono, que en general se fabrica siguiendo la norma ANSI B36.19 en lo
referente a diámetros y espesores. En los textos de Mecánica de los Fluidos y el el “Manual del Ingeniero
Químico” se reproducen las tablas de diámetros usados para tubería comercial de acero común e inoxida-
ble. Estas tablas hacen referencia a la calidad o “Schedule”. Esto se suele traducir como “lista” o “calibre”.
Es una medida del espesor de pared y por lo tanto de la resistencia estructural que tiene el tubo a la corro-
sión y a la presión. De menor a mayor espesor, el calibre o Schedule es: 10, 20, 30, 40, 60, 80, 100, 120,
140, 160, XS y XXS. Los dos últimos calibres corresponden a las clases extra fuerte y doble extra fuerte
que son las de mayor espesor. La tubería de acero inoxidable se obtiene en los calibres: 5S, 10S, 40S y
80S. La tubería con costura soldada por soldadura eléctrica, por fusión o sin costura es normalmente satis-
factoria para la inmensa mayoría de los servicios. En los casos en que se transportan fluidos no corrosivos
con presiones de hasta 400 psig (27 atmósferas técnicas manométricas) con tuberías de 4" de diámetro o
mas, en el 90% de los casos se puede especificar Schedule 40 sin inconvenientes. Por eso el tubo de cali-
bre 40 es el mas abundante y fácil de obtener en diversos tamaños. Para tubería de 3" de diámetro o me-
nos es mas práctico especificar lista 80. El espesor adicional de pared con respecto al calibre 40 proveerá
una mayor vida útil, y permitirá ahorrar capital en el largo plazo. Esta salvaguarda se suele tomar porque si
se usara lista 40 para diámetros pequeños, el espesor de pared resultaría insuficiente para resistir golpes,
machucones o pinchaduras. En lo sucesivo, nos referiremos a la tubería de acero que responde a esas ca-
racterísticas como tubería standard. El intervalo de números de lista va de 10 a 160, en sentido creciente de
espesor de pared, y por lo tanto de resistencia a la presión. Por convención, todos los calibres de tubo de
un determinado tamaño nominal tienen el mismo diámetro externo, de donde se deduce que para un cierto
diámetro nominal los calibres mas grandes tienen un diámetro interno mas pequeño. Los distintos calibres
no tienen la misma cantidad de diámetros nominales disponibles, por causa de los métodos de fabricación.
Las dos series mas completas, es decir que tienen mayor cantidad de tamaños de tubo, son la 40 y la 80.
Los tubos de número de lista mayores son mas caros debido a su mayor peso por unidad de longitud.

13.2 Flujo incompresible con fricción


En esta unidad estudiaremos los fundamentos teóricos del flujo de fluidos incompresibles con fricción. Se
considera fluidos incompresibles a todos los líquidos y a los gases cuya densidad no varía apreciablemente
a consecuencia del flujo.

13.2.1 Ecuación de Darcy-Weisbach


Para estudiar el modelo matemático que rige el flujo de fluidos incompresibles con fricción debemos em-
plear el Análisis Dimensional. No podemos hacer mas que rozar el tema, que requiere mucho espacio para
tratarlo seriamente, de modo que nos limitaremos a explicar brevemente que el Análisis Dimensional es una
herramienta teórica que permite construir un modelo matemático a partir de las variables que intervienen en
un fenómeno físico. Este modelo se debe ajustar en base a datos experimentales para hallar expresiones
matemáticas operativas que permitan calcular. Las dos técnicas mas usadas en Análisis Dimensional son el
método algebraico y el teorema de Pi o de Buckingham. Aquí usaremos una forma simplificada del teorema
de Pi para deducir la forma de la ecuación de Darcy-Weisbach. El teorema de Buckingham establece que
en un modelo matemático de un sistema físico se pueden agrupar cierto número de variables en números
adimensionales (es decir, cuyas dimensiones o unidades se cancelan mutuamente) siendo el número de
grupos adimensionales igual al número de variables que intervienen en el fenómeno menos el número de
dimensiones (o sea unidades básicas fundamentales) usadas para expresarlas. Las constantes
dimensionales se cuentan entre las variables. Nuestro problema consiste en lo siguiente: dado un fluido
incompresible que fluye por un conducto cerrado que suponemos en principio circular, de diámetro uniforme
D y de longitud L, se produce una pérdida de presión estática ∆P que deseamos evaluar. Las característi-
cas del conducto son: diámetro D, longitud L, rugosidad superficial ε (o sea la altura promedio de las imper-
fecciones de la superficie del conducto). Las características del fluido son: viscosidad µ, densidad ρ, veloci-
dad V, y además tomamos una constante dimensional gc para convertir de Newton a Kg fuerza. Esto sólo es
necesario si se usa un sistema de unidades no racional, pero innecesario en el Sistema Internacional.
Véase el capítulo 1, apartado 1.5. Todas las variables son descriptibles mediante una base dimensional
compuesta por tres unidades fundamentales que son: longitud (L), fuerza (F) y tiempo τ. Entonces podemos
construir una ecuación dimensional mediante una función Φ que desconocemos.
Φ(∆P, D, µ, ρ , L,V , g c , k ) = 1 donde: k = ε (13-1)
D

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Hay tres magnitudes físicas fundamentales en la base y siete variables. Por lo tanto el número de grupos
adimensionales que se pueden formar es: 7 – 3 = 4. Vamos a ver como formamos los grupos adimensiona-
les. Usamos el signo igual en el sentido puramente dimensional, es decir, que “=” simboliza que las unida-
des de lo que está situado a su izquierda son las mismas que las de lo que está situado a su derecha.
F ML M L
∆P = 2
⇒ F = ∆P × L gc = 2
⇒F= 2
L F τ τ gc
M L L2
ρ = 3 ⇒ M = ρ × L3 V = ⇒ τ2 = 2
L τ V
3
ρL L ρL V 3 2
∆P g c
∴ ∆P × L2 = 2 = ⇒ Π1 = (número de Euler) (13-2)
L gc ρV 2
gc
V2
DV ρ
Π2 = (número de Reynolds) (13-3)
µ
L ε
Π3 = (13-4) Π4 = k = (13-5)
D D
Entonces la función se puede escribir luego de alguna transformación:
 D V ρ ∆P g c L ε  ∆P g c  DV ρ L ε 
Φ , 2
, ,  = 1 ⇒ 2
= Φ1  , , ⇒
 µ ρV D D ρV  µ D D
∆P V 2
 DV ρ L ε  ∆P L V 2
 DV ρ ε 
⇒ =2 Φ1  , , ⇒ = Φ2  , 
ρ 2 gc  µ D D ρ D 2 gc  µ D
 DV ρ ε  L V2
Tomando un factor de “fricción” f = Φ 2  ,  tenemos: ∆P = f ρ (13-6)
 µ D D 2gc
f es el llamado “factor de fricción” que se puede obtener de la gráfica de Moody que está en todos los textos
de Mecánica de Fluidos. La siguiente figura es la forma mas usada del gráfico de Moody.

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También se puede calcular por medio de funciones obtenidas por métodos de ajuste no lineal. La mejor
fórmula es la de S.W. Churchill (Chemical Engineering, nov. 7, 1977 pág. 91-92) apta tanto para régimen
laminar o turbulento.
1
  16

−1.5
 12

 8 
12
 37530 
16
  7 
0.9
0.27 × ε   
f =   
+   +  − 2.457 × ln   +  
 (13-7)
 N Re  D  
 N Re      N Re   
  
Alternativamente, se puede usar la siguiente fórmula sólo para régimen laminar:
64
f = (13-7')
N Re
Para régimen turbulento, se puede usar la fórmula de Colebrook y White:
1  ε 2.51 
= −2 × log10  +  (13-7")
f  3.7 × D N Re f 
También para régimen turbulento da muy buenos resultados la fórmula de Moody que tiene la ventaja sobre
la anterior de no exigir cálculos iterativos:
  ε 10 6  3 
1

f = 0.0055 1 +  20000 +   (13-7’’’)


  D N Re  

El factor f también se puede estimar por medio de la gráfica de Moody que da valores muy similares a los
que proporciona la ecuación (13-7").

Ejemplo 13.1 Cálculo de la pérdida de carga de una tubería recta.


Determinar la pérdida de carga en 300 m de tubería de acero galvanizado de 15 cm de diámetro en la que
fluyen 50 litros/seg de agua a 15 °C.
Datos
2
3 Kg −6 m
1) del fluido: ρ = 10 3
ν = 1.14 × 10
m seg
ε 0.015 -3
2) de la tubería: adoptamos ε = 0.015 cm ⇒ = = 1×10
D 15
Solución
Q 4Q m DV 0.15 × 2.83
Cálculo de V: V = = 2
= 2.83 ⇒ N Re = = −3
= 37200
A πD seg ν 10
De la gráfica de Moody: f = 0.021
2 2
LV 300 2.83
De la ecuación de Darcy: hf = f = 0.021 = 17 m
D 2g 0.15 2 × 9.8

13.2.2 Conductos de sección no circular


Si bien hemos deducido la ecuación de Darcy para conductos de sección circular, se puede aplicar a casos
en que la sección tiene otra forma mediante el concepto de diámetro equivalente. Se define el diámetro
equivalente por:
Area transversa l de flujo
De = 4 (13-8)
Perímetro mojado
Así para un conducto circular de diámetro uniforme totalmente lleno el diámetro equivalente resulta:
πD 2
De = 4 =D
4πD
Este método no es exacto para secciones de forma muy compleja, especialmente en la zona de régimen
laminar, pero se puede aplicar sin inconvenientes en secciones simples tales como rectángulos, cuadrados
etc.
En el caso de conductos rectangulares en la zona laminar los valores de pérdida de carga obtenidos ba-
sándose en el diámetro equivalente se deben corregir multiplicando por:

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a −b
0.9 + 0.6  donde a y b son lados del rectángulo, a > b.
a +b
Los valores calculados de diámetro equivalente dan mejores resultados en régimen laminar si se los multi-
plica por 1.25, con la excepción de los conductos rectangulares en los que conviene usar la corrección an-
terior. No se requiere corrección para régimen turbulento.

Ejemplo 13.2 Cálculo del diámetro equivalente de tuberías de diversas formas.


Hallar las expresiones para calcular el diámetro equivalente de los siguientes conductos totalmente llenos:
a) circular de diámetro D; b) cuadrado de lado L; c) anular de diámetros D1 y D2, siendo D1 < D2; d)
rectangular de lados a y b, siendo a > b.
Solución
Por definición De = 4A/P. Aplicamos esta fórmula a cada caso.
2
πD
a) De = 4 4 =D
πD
2
L
b) De = 4 =L
4L
2 2
πD 2 πD1
− 2 2
4 4 = D 2 − D1
c) De = 4 = D 2 − D1
πD 2 + πD1 D 2 + D1
ab 2ab
d) De = 4 =
2(a + b ) a+b

13.2.3 Resistencias producidas por accesorios


La influencia de accidentes en tuberías (codos, reducciones de sección, válvulas y otros accesorios) se to-
ma en cuenta asignando una longitud equivalente de tubería recta a cada accidente, según tabulaciones
realizadas en base a datos experimentales que se pueden consultar en manuales y textos. La longitud
equivalente sería la longitud de tubería recta que produciría la misma caída de presión que un accesorio si
se lo reemplaza por tubería. Por lo tanto, en el término L quedan englobados no sólo la longitud real de tu-
bería sino la suma de longitud real y todas las longitudes equivalentes a accesorios. La longitud L corres-
ponde a la suma de la longitud real de tubo recto Lt mas la longitud equivalente a los accesorios Le. La pér-
dida de carga por efecto de los accesorios y del tubo recto (sin accesorios) es:
∆P L V2 L + Le V 2
= f = f t
ρ D 2g c D 2g c
Otra forma de evaluar la influencia de accidentes en tuberías es por medio del método de las “cargas de ve-
locidad”. El método de las cargas de velocidad consiste en asignar a cada accesorio un valor k tal que al
multiplicarlo por la carga de velocidad circulante por la tubería sea igual a la pérdida de carga debida al ac-
cesorio.
Luego se suman todos los valores para el conjunto de accesorios presentes en la tubería.
Una carga de velocidad se define como la energía cinética por unidad de masa circulante, es decir:
V2
2g c
Entonces la pérdida de carga del conjunto de accesorios mas tubería recta es:
∆P V 2
∑ f Lt V 2  f Lt

2
V
= k+ = + k
ρ 2g c D 2 g c  D  2g c
Adjuntamos varias gráficas que permiten calcular pérdidas secundarias.

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Las gráficas del Hydraulics Institute para el método de las cargas de velocidad son generalmente aceptadas
como suficientemente exactas para la mayor parte de los cálculos de ingeniería.

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La gráfica de Crane Co. para cálculo de longitudes equivalentes se continúa usando aún hoy. Se observa
en la página siguiente en forma de nomograma.

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Cabe aclarar que tanto en el caso del nomograma de Crane como en el de los datos del Hydraulics Institute
los diámetros están en pulgadas, y son nominales. En teoría, ambos métodos debieran dar resultados com-
parables. Igualando las dos ecuaciones se deduce:
Lt + Le V 2  f Lt

2
V
f = + k
D 2 g c  D  2g c
de donde:

f
Lt + Le  f Lt
= + ∑  L
k ⇒ f e = ∑ k ⇒ Le =
D ∑k
D  D  D f

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Sin embargo proporcionan resultados diferentes.


De acuerdo a Hooper (Chemical Engineering, August 24, 1981, pág. 96-100) el método siguiente describe
con mayor exactitud el comportamiento de accesorios.
K1  1
K= + K 2 1 + 
N Re  D
donde: NRe = número de Reynolds.
D = diámetro de tubo (en pulgadas).
K1, K2 = coeficientes dados en tablas.
Los valores de K1 y K2 se pueden obtener de la siguiente tabla.
TIPO DE ACCIDENTE K1 K2
VÁLVULAS
Válvulas de compuerta, esférica, de robinete
Tamaño de línea completa, β = 1.0 300 0.10
Tamaño reducido, β = 0.90 500 0.15
Globo, standard 1500 4.00
Globo, tipo Y o ángulo 1000 2.00
Diafragma, tipo atajadera 1000 2.00
Mariposa 800 0.25
Válvulas de retención
De tipo vertical (asiento de elevar) 2000 10.00
De tipo charnela (asiento pivotante) 1500 1.50
De tipo disco giratorio 1000 0.50
TE
Usada como codo → ╦

Standard, roscadas 500 0.70
Largo radio R/D = 1.5, roscadas 800 0.40
Standard, bridadas o soldadas 800 0.80
Para enchufar 1000 1.00
Usada como tubo → ╦ →
Roscadas 200 0.10
Bridadas o soldadas 150 0.50
Para enchufar 100 0.00
CODOS
Codos de 90°
Standard R/D = 1, roscado 800 0.40
Standard R/D = 1, bridado o soldado 800 0.25
De largo radio, R/D = 1.5, cualquier tipo 800 0.20
Codos de 90° soldados hechos con tubo recto (R/D = 1.5)
Una soldadura (ángulo de 90°) 1000 1.15
Dos soldaduras (ángulo de 45°) 800 0.35
Tres soldaduras (ángulo de 30°) 800 0.30
Cuatro soldaduras (ángulo de 22.5°) 800 0.27
Seis soldaduras (ángulo de 18°) 800 0.25
Codos de 45°
Standard R/D = 1, todos los tipos 500 0.20
Largo radio R/D = 1.5, todos los tipos 500 0.15
Soldado, 1 soldadura, 45° 500 0.25
Soldado, 2 soldaduras, 22.5° 500 0.15
Codos de 180°
Standard R/D = 1, roscados 1000 0.60
Standard R/D = 1, bridados o soldados 1000 0.35
Largo radio R/D = 1.5, todos los tipos 1000 0.30
Nota: R/D = relación del radio de curvatura de codo o curva al diámetro de tubo.

Son excepciones los siguientes casos: reducciones de sección, ensanchamientos de sección y orificios. En
este caso, Hooper (Chemical Engineering November 7 1988, pág. 89-92) recomienda el siguiente método.

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1–Reducciones de sección de tubería.


1.a–Reducción brusca o cuadrada
 160  4
K = 1.2 +
N
 β − 1( ) (Para NRe1 ≤ 2500)
 Re1 

K = (0.6 + 0.8 f ) (β 2 − 1)β 2 (Para NRe1 > 2500)


1.b–Reducción abocinada o en ángulo (θ = ángulo de convergencia)

K =  1 .2 +

160  4
 (β − 1) 1.6 × sen θ 2
NRe 1 
( ) (Para 0º ≤ θ ≤ 45º)


K =  1 .2 +

160  4
 (β − 1) sen θ 2
N Re1 
( ) (Para 45º ≤ θ ≤ 180º)

1.c–Reducción abocinada redondeada


 50  4
K =  0.1 +  β −1
N Re1 
( )

Nota: (en todos los casos NRe1 se refiere al número de Reynolds calculado en base al diámetro mayor).
β = D1 D (relación de diámetro mayor a menor); f es el factor de fricción de la ecuación de Darcy.
2
2–Orificios.
2.a–Orificio de paredes finas
 
K =  2.72 + β 2 

 120
(
− 1  1 − β 2 β 4 − 1 )( ) (Para NRe1 ≤ 2500)
  N Re1  
  4000  
K =  2.72 + β 2  − 1  (1 − β 2 )(β 4 − 1) (Para NRe1 > 2500)
  N Re1 
2.b–Orificio de paredes gruesas
 
  120    
K =  2.72 + β 2  ( )(
− 1  1 − β 2 β 4 − 1 0.584 + )
0.0936
1.5

 N
 Re1     L  + 0.225 
  D  
  2  
Nota: β = D1 (relación de diámetro mayor a menor); L = longitud de pared del orificio grueso. Válido
D2
para L/D2 < 5, caso contrario analizar como reducción y ensanchamiento.

3–Ensanchamientos de sección de tubería.


3.a–Ensanchamiento brusco o cuadrado
(
K = 2 1− β 4 ) (Para NRe1 ≤ 4000)

K = (1 + 0.8 f ) 1 − β ( 2 2
) (Para NRe1 > 4000)
3.b–Ensanchamiento abocinado o en ángulo
(
K = 2 1− β 4 C ) (Para NRe1 ≤ 4000)

K = (1 + 0.8 f ) 1 − β C ( 2 2
) (Para NRe1 > 4000)
C=1 Para θ > 45º
C = 2.6×sen(θ/2) Para θ ≤ 45º
3.c–Ensanchamiento abocinado redondeado
(
K = 2 1− β 4 ) (Para NRe1 ≤ 4000)

K = (1 + 0.8 f ) (1 − β 2 )
2
(Para NRe1 > 4000)

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Ejemplo 13.3 Cálculo de la pérdida de carga debida a accesorios.


Calcular la pérdida de carga de un tramo de tubería de 1000 m de longitud, 30 cm de diámetro, que trans-
porta agua a 15 °C con una velocidad de 1.5 m/seg. La tubería tiene los siguientes accesorios: una válvula
de asiento abierta, 4 codos de 90° de media curvatura y una te recorrida en paso directo. La tubería es de
acero comercial lista 40.
Datos
2
3 Kg −6 m
1) del fluido: ρ = 10 3
ν = 1.14 × 10
m seg
ε 0.009 -4
2) de la tubería: adoptamos ε = 0.009 m ⇒ = = 3×10
D 0.3
Solución
DV 0.3 × 1.5
a) cálculo del número de Reynolds. NRe = −6
= 395000 =
ν 1.14 × 10
Calculamos por la ecuación (13-7") f = 0.0167
b) cálculo por el método de longitudes equivalentes. Con el nomograma obtenemos:
1 válvula de asiento abierta, c/u 106 m 106 m
4 codos de 90° de media curvatura, c/u 8.5 m 34 m
1 T paso directo, c/u 7 m 7m
TOTAL
∑l e

2
=
2
147 m
2 2
∆P Lt V Le V 1000 1.5 147 1.5
= f + f = 0.0167 + 0.0167 =
ρ D 2g c D 2g c 0.3 2 × 9.8 0.3 2 × 9.8
Kg f × m Kg f × m
= 6.39 + 0.94
Kg Kg
Kgf Kgf
Por lo tanto: ∆P de tubería recta = 0.639 2
; ∆P de accesorios = 0.094
cm cm2
c) cálculo por el método de las cargas de velocidad. De las gráficas obtenemos:
1 válvula de asiento abierta, c/u 0.2 0.2
4 codos de 90° de media curvatura, c/u 0.6 2.4
1 T paso directo, c/u 0.46 0.46
TOTAL
∑k = 3.06


2 2 2
∆P L V V 1.5
= f + = 6.39 + 0.35
k = 6.39 + 3.06
ρ 2g c D 2g c 2 × 9.8
Kgf Kgf
Por lo tanto: ∆P de tubería recta = 0.639 2
; ∆P de accesorios = 0.035
cm cm 2
La diferencia entre los resultados de ambos métodos es importante.
K  1
d) cálculo por el método de Hooper. K = 1 + K 2  1 + 
N Re  D
Puesto que D tiene que estar en pulgadas, tenemos: D = 30/2.54 = 11.81"
De las tablas obtenemos:
Accesorio K1 K2 K Total
válvula de asiento abierta 1500 4.00 4.34 4.34
codos de 90° de media curvatura 800 0.25 0.273 1.09
T paso directo 800 0.80 0.87 0.87
TOTAL
∑k = 6.3


2 2 2
∆P L V V 1.5
= f + k = 6.39 + 6.3
= 6.39 + 0.72
ρ D 2gc 2 × 9.8
2gc
Kgf Kgf
Por lo tanto: ∆P de tubería recta = 0.639 2
; ∆P de accesorios = 0.072
cm cm 2

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Este resultado (que consideramos el mas exacto) muestra que los métodos mas antiguos dan resultados
erráticos. Si bien la diferencia en este caso es pequeña porque los accesorios son pocos en una tubería de
1 kilómetro, en casos de tuberías llenas de accesorios la diferencia es significativa.

Las resistencias ofrecidas por accesorios en la zona laminar se deben corregir ya que los valores de longi-
tud equivalente tabulados corresponden en su totalidad a experiencias realizadas primordialmente en la zo-
na turbulenta. Por lo general no se suele proyectar tuberías para que funcionen en régimen laminar, pero en
ciertos casos esto no se puede evitar, como cuando hay que transportar un líquido muy viscoso.
Walker, Lewis, McAdams y Gilliland (“Principles of Chemical Engineering” McGraw-Hill, 1937 pág. 85-86)
recomiendan usar la siguiente corrección:
N Re
Ll = Lt
1000
Donde: Lt es la longitud equivalente para NRe > 1000 (turbulento);
Ll es la longitud equivalente para NRe < 1000 (laminar).

13.3 Velocidad del sonido en fluidos compresibles. Número de Mach


La velocidad del sonido es la velocidad con que se propagan en un medio continuo las pequeñas variacio-
nes en su densidad que produce una perturbación. Se consideran pequeñas perturbaciones a aquellas cu-
ya amplitud, es decir la magnitud de la desviación local de la presión con respecto a la velocidad media, es
minúscula.
Sea una perturbación que se propaga en un fluido compresible en reposo, gas o líquido. Si bien los líquidos
son muy poco compresibles, tienen una compresibilidad que se manifiesta en que son capaces de transmitir
el sonido. Esta perturbación es producida por un émbolo que en un instante se mueve muy rápidamente
con una velocidad dV, como un diafragma al que se golpea con el dedo. Esto produce una compresión en la
capa de fluido que está en contacto directo con el émbolo, que transmite su presión a la capa siguiente y
así sucesivamente, produciéndose un frente de onda que se mueve con celeridad c.
Supongamos que en un instante dτ el frente de onda
llegó hasta la posición indicada como A en el croquis.
Por delante del frente de onda (a su derecha) el fluido
no está perturbado, tiene una presión P y una densidad
ρ. Por detrás el fluido tiene una presión P + dP y una
densidad ρ + dρ, y se mueve con una velocidad dV
hacia la derecha. Es muy importante distinguir la velo-
cidad del frente de onda (c) que se debe a un meca-
nismo de propagación por compresión y descompre-
sión, de la velocidad de las moléculas aceleradas por el pistón, que no puede exceder a la velocidad del
propio pistón (dV). La masa de fluido no perturbado contenido en el espacio recorrido por el frente de onda
en el instante dτ viene dada por la sección A del conducto, la densidad no perturbada ρ y la velocidad c del
frente:
dMn = c dτ ρ A
O sea, espacio recorrido por el frente multiplicado por densidad por sección.
La masa de fluido perturbado que la sección deja atrás en su movimiento en el tiempo dτ será también den-
sidad del medio perturbado por velocidad del frente respecto del medio por sección por tiempo; pero como
el medio perturbado se mueve hacia la derecha con una velocidad dV la velocidad del frente respecto al
medio no es c sino (c – dV ) de donde resulta:
dMp = (ρ + dρ) A (c – dV ) dτ
Ahora bien, como la cantidad de masa contenida en el volumen que queda entre el pistón y el frente de on-
da es única, debe ser: dMn = dMp o sea:
(
ρ A c dt = (ρ + dρ ) A (c − dV ) dt ⇒ ρc = ρ + dρ c − dV)( ) (13-9)
En esta ecuación tenemos dos incógnitas: V y c. Para resolverlas necesitamos otra ecuación que esté en
función de V y c. Esta ecuación es la de conservación de la cantidad de movimiento dada en función del
impulso y la variación de la cantidad de movimiento, es decir, la variación de la cantidad de movimiento de
un cuerpo de masa M es igual al impulso que recibe bajo la acción de una fuerza F.
En el tiempo dτ la velocidad de la masa no perturbada de fluido dMn varía desde cero hasta dV. Por lo tanto,
la variación de la cantidad de movimiento de esta masa es: dMn dV.
En cuanto a la fuerza que actúa sobre esta masa es igual al producto del área transversal del tubo A por la
diferencia de presiones entre derecha e izquierda de la sección considerada, es decir dP. Por lo tanto el im-
pulso de la fuerza será: A dP dτ.

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Por lo tanto igualando:


A dP dτ = dM n dV = ρ A c dτ dV ⇒ dP = ρ c dV (13-10)
Operando con la ecuación (13-9):
ρc = (ρ + dρ) (c – dV ) = ρc – ρdV + cdρ – dρ dV ⇒ cdρ – ρdV – dρdV = 0
dP dP
Pero de la ecuación (13-10): ρ dV = ⇒ c dρ − − dρ dV = 0 ∴ c2 dρ – dP – c dρ dV = 0
c c
Despreciando (dρ dV ) por ser un diferencial de segundo orden tenemos:
dP
dP = c2 dρ ⇒ c = (13-11)

Esta ecuación tiene un gran interés histórico porque fue usada en 1687 por Isaac Newton para calcular la
velocidad del sonido en los gases. Newton supuso que la transmisión del sonido ocurría isotérmicamente,
entonces empleó la ley de Boyle y Mariotte (1666):
PV = K.
P  ∂P  P
De ella se deduce: PV = = K ⇒ P = ρ × K ⇒   = K =
ρ  ∂ρ T ρ
Ahora, los valores calculados por Newton eran un 20% menores que los medidos en la realidad, lo que in-
creíblemente indujo al gran Isaac Newton a falsear sus resultados experimentales para que se ajustaran
con su teoría, en uno de los casos mas antiguos de deshonestidad científica de los que se tenga noticia.
Laplace interpretó este hecho como una falla del razonamiento de Newton, ya que como las ondas de pre-
sión viajan muy rápido, no dan tiempo a establecer intercambio de calor con el medio, de modo que la deri-
vada se debería calcular para un proceso adiabático, es decir:
 dP 
c =   (*)
 dρ  S
Considerando ahora un proceso adiabático tenemos:
P
PV γ = = constante ⇒ P = ρ γ × constante ⇒
ργ
 ∂P  P γP
⇒   = γρ γ −1 × constante = γρ γ −1 × γ =
 ∂ρ  S ρ ρ
Por una cuestión de unidades, para poder usar el sistema de unidades “usuales” escribimos la ecuación (*):
 dP 
c = g c   (**)
 dρ  S
Para un gas ideal es:
PM P
ρ=
R′ T
donde PM es el peso molecular.
Entonces tenemos reemplazando arriba:
γ g c R′ T
c= (13-12)
PM
El número de Mach es el cociente de la velocidad con que se mueve un fluido respecto de un sistema en
reposo (o la velocidad con que se mueve un objeto en el seno de un fluido en reposo) dividida por la veloci-
dad del sonido en ese fluido. Por lo tanto, el número de Mach es:
V V
NM = = (13-13)
c γ gc R T

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13.4 Flujo compresible sin fricción


Estudiaremos ahora el flujo compresible de gases y vapores sin fricción. Sea un sistema integrado por un
conducto de sección transversal uniforme por el que circula un gas o vapor. La circulación se produce como
consecuencia de la diferencia de presiones que hay en el interior del conducto. Como sabemos, los fluidos
se desplazan desde los sectores de mayor presión hacia los de menor presión, una evolución que en el ca-
so de fluidos compresibles siempre viene acompañada de una expansión. El gas o vapor se expande a me-
dida que avanza por el conducto, disminuyendo su densidad (y aumentando su volumen específico) desde
la entrada a la salida del conducto. A medida que se expande, aumenta su velocidad porque se ve acelera-
do por el efecto de la fuerza resultante de la diferencia de presiones, o si se quiere se ve “empujado” por la
mayor presión que tiene a sus espaldas a medida que avanza.
Ahora, la pregunta clave es la siguiente. Si el gas o vapor está sujeto a una aceleración constante que pro-
porciona la diferencia de presiones, en un conducto suficientemente largo podría teóricamente alcanzar
cualquier velocidad. Llevando este razonamiento al límite, si el conducto fuese infinitamente largo podría
llegar a tener una velocidad infinita. Sin embargo, sabemos por la Teoría de la Relatividad que la velocidad
de la luz es la máxima alcanzable en la práctica, así que ese razonamiento hace agua. Resulta evidente
que debe haber una velocidad máxima mucho menor, y en consecuencia, finita.
La Termodinámica proporciona una explicación a esta paradoja. Sabemos que la velocidad del sonido en
un medio es la velocidad con que se propaga una perturbación en ese medio, como hemos visto en el apar-
tado anterior. Además, agregaremos que la velocidad del sonido es la velocidad máxima con la que se
puede desplazar una perturbación en ese medio, porque si suponemos que se puede desplazar con una
velocidad mayor, esa sería la velocidad del sonido. Mas adelante demostraremos que la velocidad del soni-
do es la máxima velocidad que puede alcanzar el gas o vapor en una expansión libre. En estas condicio-
nes, de acuerdo a la ecuación (13-13) el número de Mach vale uno.
En la práctica, dado que la viscosidad de los gases y vapores es muy pequeña comparada con la viscosi-
dad de los líquidos, la hipótesis de flujo sin fricción no es descabellada para muchas condiciones reales.
Por ejemplo, puede describir bastante exactamente el flujo real de gases en condiciones tales que el efecto
de la fricción sea despreciable si se lo compara con el de la expansión. Esto es lo que sucede en el caso de
tener tramos cortos de tubería o cuando el diámetro del conducto es grande o el gas circula a baja veloci-
dad.
Podemos usar dos hipótesis o modelos básicos para representar el flujo compresible sin fricción. La primera
hipótesis es suponer que el flujo es isotérmico, y la segunda es suponer que es adiabático. Ambas repre-
sentan condiciones límite o idealizaciones. En la realidad probablemente las condiciones de flujo están en
una situación intermedia entre ambos modelos ideales, con variaciones de temperatura moderadas y algo
de transporte de calor a través de las paredes del conducto.

13.4.1 Flujo isotérmico compresible sin fricción


La situación real que mas se aproxima al modelo ideal de transporte de gases o vapores sin fricción en
condiciones isotérmicas es el flujo a bajas velocidades y en tramos largos. Al ser a baja velocidad, el gas
tiene tiempo de intercambiar calor con el medio, a menos que el conducto se encuentre muy bien aislado.
De la ecuación del Primer Principio de la Termodinámica para sistemas abiertos tenemos (ecuación (4-13)
de Bernoulli) del apartado 4.2.1 del capítulo 4:
∆P ∆V 2 g
+ + ∆z = −∑ w0
ρ 2 gc gc
Para nuestras condiciones, el trabajo distinto del de expansión vale cero. Asimismo, por tratarse de gases o
vapores la diferencia de energía potencial se puede despreciar. En consecuencia, la ecuación (4-13) queda
reducida a la siguiente.
∆P ∆V 2
+ =0
ρ 2 gc
Expresando la ecuación anterior en forma diferencial y recordando que 1/ρ = v se obtiene:
dV 2
v dP + =0
2 gc
Observamos que en la ecuación anterior se mantiene la homogeneidad dimensional. En efecto, si se usa un
sistema racional de unidades como el SIMELA, entonces gc vale 1 sin unidades por lo que obtenemos para
2
el segundo sumando de la ecuación anterior las unidades (m/seg) . Esto es lo mismo que las unidades
(Nw×m)/Kg, que se obtienen del primer sumando. Analizando las unidades del primer sumando tenemos:

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m
3 3
Kg
seg 2 m2
[v dP] = [v][dP] = m Newtons =
m
=
Kg m2 Kg m 2 seg 2
Kg × m
Si usamos un sistema de unidades “usuales” es: g c = 9.8
Kg f × seg 2
m2
V 2  seg 2 Kg f × m
Entonces se deduce:   = = que son unidades de trabajo por unidad de masa.
 gc  Kg × m Kg
Kg f × seg 2
3
Kg f Kg f × m
Además tenemos: [v dP] = m =
Kg m 2 Kg
Retornando al análisis de la ecuación anterior, tomamos el primer término que es:
v dP = d(Pv) – P dv
Asumiendo que el gas se comporta como un gas ideal, tenemos de la EGI:
Pv=RT
RT RT RT
En consecuencia, para una evolución isotérmica: P = ⇒ dP = − 2 dv y v dP = − dv
v v v
Por lo tanto, reemplazando en la anterior obtenemos:
dV 2 dv
− RT =0
2 gc v
dv
Reordenando: dV 2 = 2 g c R T
v
2 2 dv v
Integrando: ∫ dV =2 g c R T ∫
2 2
2
⇒ V 2 −V 1 = 2 g c R T ln 2
1 1 v v1
Esta expresión se puede modificar para expresar la diferencia de los cuadrados de las velocidades en fun-
ción del cociente de presiones en vez del cociente de volúmenes. Recordando que de la EGI es:
P1 v1 P2 v 2 v P
= ⇒ 2 = 1
T T v1 P2
De esta manera:
2 2 P1
V 2 −V 1 = 2 g c R T ln (13-14)
P2
Esta ecuación permite calcular la velocidad en cualquier punto, siempre que se conozca la presión en ese
punto y la presión y la velocidad en otro punto de referencia. Por lo general se conocen las condiciones de
entrada o de salida del fluido y en ciertos casos incluso ambas. Por lo tanto normalmente se puede aplicar
esta ecuación sin dificultad. Volvemos a recalcar que el límite de velocidad que se puede alcanzar en la
práctica es la velocidad del sonido para el gas o vapor en cuestión a la temperatura constante de flujo, cal-
culada por la ecuación (13-12).
Observemos atentamente la ecuación (13-14). Tiene un aspecto familiar. Despierta un eco en la memoria.
Si retrocedemos hasta el capítulo 4, encontramos en el apartado 4.1.3 la ecuación (4-6) que permite calcu-
lar el trabajo desarrollado o consumido por una evolución isotérmica ideal en un sistema cerrado. Reprodu-
cimos la ecuación (4-6) por comodidad y la comparamos con la (13-14), notando el parecido.
P1
W1→ 2 = nR ′T1 ln (4-6)
P2
2 2
V 2 − V1 P
= R T ln 1 (13-14)
2 gc P2

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Esta semejanza no es casual, ya que el primer término de la ecuación (13-14) tiene unidades de energía
sobre unidades de masa, y representa la variación de energía cinética (por unidad de masa circulante) que
se produce en el gas a lo largo de un cierto trayecto, como consecuencia de la expansión isotérmica. Es ló-
gico que esta variación de energía sea igual al trabajo mecánico de expansión en condiciones isotérmicas,
puesto que en definitiva el sistema aumenta su contenido de energía cinética a expensas de su contenido
de energía de presión que disminuye, y este aumento se puede interpretar como una expansión que se rea-
liza en la boca de salida del conducto. Esta energía se recupera si el gas se mueve contra una presión
aguas abajo. Por ejemplo, imaginemos que el gas circula en condiciones isotérmicas y sin fricción por un
conducto que desemboca en un recipiente cerrado lleno con el mismo gas. Está claro que el movimiento del
gas en el conducto produce una compresión del gas que contiene el recinto de descarga. Como el gas en el
recipiente está en reposo, toda la energía cinética se gasta en vencer la fuerza elástica del gas contenido
en el recipiente, por eso es igual al trabajo isotérmico de compresión.

13.4.2 Flujo adiabático compresible sin fricción


Supongamos tener un conducto de sección transversal constante por el que circula un gas de propiedades
conocidas. El conducto se encuentra aislado, de modo que podemos asumir el modelo de flujo adiabático
sin fricción. El siguiente croquis muestra las condiciones, con las fronteras 1 y 2 del sistema.

Como la evolución es adiabática podemos aplicar las ecuaciones (4-9’) deducidas en el capítulo 4, apartado
4.1.4. Esto no significa que la evolución sea isentrópica. En efecto, aunque es adiabática se produce gene-
ración de entropía en el sistema porque este sufre una evolución irreversible, y por lo tanto ocurre con au-
mento de entropía.
Aplicando la ecuación (3-12) del apartado 3.5.2 del capítulo 3 (Primer Principio de la Termodinámica) obte-
nemos para flujo adiabático, despreciando el efecto de la energía potencial y en ausencia de trabajo mecá-
nico:
2 2
∆V 2 V V
∆h + = 0 ⇒ h2 − h1 + 2 − 1 = 0
2 gc 2 gc 2 gc
Además, de la ecuación de continuidad (3-10) del apartado 3.5.1 del capítulo 3 obtenemos:
m& 1 = m& 2 ⇒ (ρ × V × A)1 = (ρ × V × A)2
Pero como el conducto tiene sección transversal constante, obtenemos simplificando:
V1 V 2 v
= = constante ⇒ V 2 = V 1 1
v1 v 2 v2
Además, asumiendo comportamiento de gas ideal:
h2 − h1 = Cp (T2 − T1 )
Reemplazando estas relaciones en el balance de energía obtenemos:
2
v  V 2 V 2
Cp (T2 − T1 ) +  2  1 − 1 = 0
 v1  2 g c 2 g c
Por otra parte, asumiendo comportamiento de gas ideal tenemos
P2 v 2 P1 v1
=
T2 T1
Introduciendo esta expresión en la ecuación anterior y despejando P2 se obtiene:
T2 V1
P2 = P1 (13-15)
T1 V 1 + 2 g c Cp (T1 − T2 )
2

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Esta ecuación se puede usar para representar la evolución a lo largo de la tubería conocidas las condicio-
nes de presión y temperatura en un punto. Por ejemplo, si conocemos la presión y temperatura en la condi-
ción 1 podemos dar valores a T2 lo que permite calcular P2.
No obstante, el modelo no está completo porque se basa solamente en el Primer Principio de la Termodi-
námica. Para poder obtener una imagen mas realista conviene incluir el Segundo Principio, dado que como
ya hemos dicho la expansión no es isentrópica. La variación de entropía (asumiendo condición de gas ideal
y evolución reversible) se rige por la ecuación (5-28) del apartado 5.11, capítulo 5.
dT dP
ds ′ = C p ′ − R′ (4-28)
T P
Integrando para las condiciones extremas 1 y 2:
T2 P
s 2 − s1 = Cp ln − R ln 2 (13-16)
T1 P1
Las ecuaciones (13-15) y (13-16) se pueden resolver en forma simultanea dando valores a T2 como se ex-
plicó precedentemente. Puesto que la evolución 1→2 es espontánea e irreversible, los valores de la varia-
ción de entropía (s2 – s1) que se obtienen son crecientes a medida que disminuye P2. La curva que se obtie-
ne alcanza un máximo y luego comienza a disminuir, lo que indica una situación irreal porque la entropía no
puede disminuir en una evolución espontánea. Por lo tanto la evolución que realmente tiene lugar en la
práctica viene representada por los valores de presión que van desde P1 hasta la presión correspondiente al
máximo de la curva. Llamaremos Pm a esta presión. Esto significa que independientemente de la presión
que reina aguas debajo de la sección del conducto que corresponde a este máximo, la presión no puede
ser menor que Pm porque esto produciría una disminución de entropía. Como sabemos, por ser la evolución
un proceso espontáneo e irreversible, sólo puede progresar produciendo un aumento de entropía. De esto
se deduce que cualquier presión menor que Pm no puede existir en la realidad, o dicho de otra manera, Pm
es la menor presión que se puede alcanzar por expansión del gas en el interior de la tubería.

Ejemplo 13.4 Cálculo de la presión de descarga de un gas en flujo adiabático sin fricción.
Por un tubo largo de diámetro constante circula aire en condiciones aproximadamente adiabáticas. Las
2
condiciones de presión, temperatura y velocidad en la sección 1 son conocidas: P1 = 7.031 Kgf/cm , T1 =
21.1 ºC, V1 = 91.4 m/seg. El tubo descarga a la presión atmosférica. Determinar la presión real de descarga.
Datos
Kg f m
Cp = 0.241 Kcal/(Kg ºC) R = 29.27
ºK Kg
Solución
La velocidad V1 en las condiciones de entrada es un dato, por lo que de la ecuación (13-15):
T V1
P2 = P1 2
T1 V 2 + 2 g Cp (T − T )
1 c 1 2
Dando valores a T2 se calculan los valores de P2 correspondientes.
T P T P
De la ecuación (13-16): s 2 − s 1 = Cp ln 2 − R ln 2 = 0.241 ln 2 − 29.27 ln 2
T1 P1 T1 P1
Con los valores de T2 y de P2 calculados antes se obtienen los valores de la diferencia de entropía. Se cons-
truye una gráfica en la que se representa esta diferencia en función de la presión, como se observa a conti-
nuación.

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2
El máximo de la curva de diferencia de entropías corresponde a una presión P2 = 1.708 Kgf/cm , a la que se
tiene una temperatura de 245 ºK (–28 ºC) y una velocidad de 313.9 m/seg.
¿Qué conclusiones se pueden extraer de este resultado?. Veamos qué nos dice la teoría con respecto al
proceso de expansión libre. Afirmamos sin demostrarlo que la máxima velocidad que puede alcanzar un
gas o vapor que se expande libremente en un conducto es la sónica. Veamos si esto es cierto. Calculamos
la velocidad del sonido mediante la ecuación (13-12).
γ g c R′ T
c= = 1.4 × 9.81× 29.27 × 245 = 313.8 m/seg
PM
En consecuencia, comprobamos que la velocidad que corresponde al punto de máxima entropía es la sóni-
ca.

13.5 Flujo compresible con fricción


Estudiaremos ahora el flujo compresible para gases y vapores con fricción, es decir cuando se manifiestan
los efectos de la viscosidad.

13.5.1 Flujo compresible isotérmico con fricción a baja velocidad


A menudo el transporte de gases y vapores se puede hacer a baja velocidad que requiere pequeñas dife-
rencias de presión para su impulsión. En general, un fluido compresible se puede suponer que se comporta
como incompresible cuando:
a) La pérdida de presión ∆P = P1 – P2 es menor que alrededor del 10% de la presión de entrada P1. En
este caso se puede aplicar la ecuación de Darcy usando la densidad medida en las condiciones de
entrada P1 o de salida P2, cualquiera sea la conocida, con resultados razonables.
b) La pérdida de presión ∆P = P1 – P2 es mayor que el 10% pero menor que el 40% de la presión de
entrada P1. Entonces se puede aplicar la ecuación de Darcy usando la densidad promedio entre las
condiciones de entrada y de salida con buenos resultados, según lo aconsejado por Crane (“Flow of
Fluids”, Crane Technical Paper 410).
Estos criterios son sólidos y razonables pero tienen el inconveniente de requerir una estimación previa de
∆P, lo que difícilmente signifique una ganancia en términos de simplicidad. Es preferible emplear un criterio
debido a A. H. Shapiro (“The Dynamics and Thermodynamics of Compressible Fluid Flow”, Ronald Press
Co, 1953): El error cometido al no tener en cuenta el efecto de las variaciones de densidad en el cálculo de
∆P para fluidos compresibles es del orden de la cuarta parte del cuadrado del número de Mach.
2
N
ε= M (13-17)
4
Según vimos, el número de Mach es el cociente de la velocidad con que se mueve un fluido respecto de un
sistema en reposo (o la velocidad con que se mueve un objeto en el seno de un fluido en reposo) dividida
por la velocidad del sonido en ese fluido.

Ejemplo 13.5 Cálculo del error cometido al despreciar la compresibilidad.


Estimar la velocidad de transporte de aire a 21 °C que produce un error del 10% si se considera el flujo co-
mo incompresible.
Datos
Kg
γ = 1.4 T = 294 °K PM = 29
Kmol
Solución
Cálculo de c:
γ g c R′ T 1.4 × 9.8 × 847.8 × 294
c= = = 343 m
PM 29 seg
2
NM
0.1 = ⇒ N M = 0.63246 ⇒ V = c × N M = 343 × 0.63246 = 218 m
4 seg
Normalmente esta velocidad está completamente fuera de lo acostumbrado de modo que se puede usar la
ecuación de Darcy y estamos dentro de un error menor del 10% en el cálculo de ∆P.

Por lo común en la práctica industrial los fluidos se transportan con NM < 0.7 de modo que el error cometido
2
es del orden de 0.7 /4 = 12% como máximo.

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En el apartado siguiente estudiaremos el flujo isotérmico y adiabático de gases y vapores en conductos de


sección uniforme con fricción, cuando la velocidad es suficientemente alta como para que el error al consi-
derarlo incompresible no sea tolerable.

13.5.2 Flujo compresible isotérmico con fricción


Vamos a tratar aquí el caso de flujo isotérmico de gases que corresponde aproximadamente a la situación
que sucede en la realidad en el transporte de gases y vapores en tuberías largas no aisladas térmicamente,
donde la longitud de la tubería garantiza intercambio de calor y flujo isotérmico, o bien en tramos cortos de
tuberías perfectamente aisladas donde la temperatura es uniforme en toda su longitud.
De la ecuación del Primer Principio para sistemas abiertos tenemos (ecuación (4-13) o ecuación de Bernou-
lli) del apartado 4.2.1 del capítulo 4, Consecuencias y Aplicaciones del Primer Principio:
∆P ∆V 2 g
+ + ∆z = −∑ w0
ρ 2 gc gc
Pero por ser ρ = 1/v tenemos, pasando a notación diferencial:
dV 2 g
v dP + + dz + δw0 = 0
2 gc gc
El término δwo se desglosa en dos, uno que represente el trabajo “de fricción” necesario para que el fluido
pueda vencer las resistencias causadas por la viscosidad y otro trabajo que pueda estar presente. Si no
existe trabajo distinto del “de fricción” entonces δwo = δwf. Por otra parte, el efecto de las diferencias de altu-
ra es despreciable en los gases, de modo que la ecuación anterior se puede escribir:
dV 2
v dP + + δw f = 0 (13-18)
2 gc
Pero por la ecuación de Darcy-Weisbach:
V2
δw f = f dL
2 g c De
Nota: Observemos que en las dos ecuaciones anteriores se mantiene la homogeneidad dimensional. En
efecto, si se usa un sistema racional de unidades como el SIMELA, entonces gc vale 1 sin unidades, por lo
2
que obtenemos para cada término de la ecuación (13-18) las unidades (m/seg) que es lo mismo que
(Nw×m)/Kg, dado que cada término se expresa como energía por unidad de masa circulante:
Newtons× m Kg× m m m2
= =
Kg seg 2 Kg seg 2
Estas también son las unidades de δwf que nos da la ecuación de Darcy-Weisbach.
Por otra parte, si empleamos un sistema de unidades “usuales” resulta ser:
Kg × m
g c = 9.8
Kgf × seg2
En consecuencia:

[δw ] = mseg× Kg× Kg× seg Kgf × m


2 2

f
f
=
2
×m Kg
Retomando el razonamiento anterior recordemos que:
v dP = d(Pv) – P dv
Por otra parte, de la ecuación de continuidad (3-10) del apartado 3.5.1 del capítulo 3 que establece el prin-
cipio de conservación de la masa (es decir, toda la masa que ingresa por un extremo de la tubería debe ne-
cesariamente salir por el otro extremo, puesto que la masa no se crea ni se destruye en su interior ni, en ré-
gimen estable, tampoco se acumula):
ρ ×V × A = m&

Donde: m& = caudal de masa; m& =[] Kg


seg
2
A = área de flujo, transversal al mismo; [A] = m

[]
ρ = densidad ; ρ = 3
Kg
m

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Definimos la masa velocidad o masa velocidad superficial como:


m&
G = ρ ×V = (13-19)
A
Kg
Donde: G = masa veloc idad; G = [] 2
m seg

[]
ρ = densidad ; ρ =
Kg
3
m
2
A = área de flujo, transversal al mismo; [A] = m .
Si el conducto es uniforme (es decir, tiene diámetro constante) el área de flujo es constante. Si A es cons-
tante entonces G es constante porque m & es constante en régimen estable. En consecuencia:
G
V = = G v ⇒ V 2 = G2 v2 ⇒ dV 2 = G2 dv2 = 2 G2 v dv
ρ
Reemplazando en la ecuación (13-18):
G 2 v dv G2 v2
+ d (Pv ) − P dv + f dL = 0
gc 2 g c De
Pero esto se puede escribir también de la siguiente manera:
G 2 v dv dv G2 v2
+ d (Pv ) − P v + f dL = 0
gc v 2 g c De
Para un gas real:
Pv=ZRT
de modo que:
G2 dv G2 v2
v dv + d (ZRT ) − ZRT + f dL = 0
gc v 2 g c De
Para flujo isotérmico y si no varía demasiado la presión es:
Z R T = constante.
Entonces:
G2 dv G2 v2
v dv − ZRT + f dL = 0
gc v 2 g c De
Dividiendo todo por v2 resulta:
G 2 dv dv G2
− ZRT 3 + f dL = 0
gc v v 2 g c De
Integrando para una longitud L entre los valores extremos del volumen específico v1 y v2 obtenemos:
G 2 v 2 ZRT  v1 2  f G2
ln +  2 − 1 + L=0
g c v1 2v1 2  v 2  2 g c De
Pero si:
P2 v1
v1 ≅ v2 ⇒ Z1 ≅ Z2 ⇒ P1v1 = P2v2 ⇒ =
P1 v2
Por lo tanto:

G 2 P1 ZRT  P  
2
f G2
ln − 1 −  2   + L=0
g c P2 2v1 2  P  2 g c De
 1  
 
Puesto que: G = V1 ρ1
P1 ZRT   P2   f V 1 2 ρ1 2
2 2 2
V 1 ρ1
es: ln − 1 −    + L=0
gc P2 2v1 2  P  2 g c De
 1  
 

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V1
2
P ZRT  P  
2
f V1
2
L
Pero como ρ1 = 1/v1 tenemos: ln 1 − 1 −  2   + =0
2 2
   2
v1 g c P2 2v1  P1   2 g c v1 De


Multiplicando por v12 resulta:

P ZRT   fV2 L
2 2
V1 P 
ln 1 − 1 −  2  + 1
=0
2  P
gc P2
  1   2 g c De

ZRT  P1 2 − P2 2  f V 1 2 L 2 V 1 2 P1
∴  2 = + ln
2  P1  2 g c De 2 g c P2
 P 2 − P 2  f V 1 2 L 2V 1 2 P1
ZRT  1 2 2  =
De donde, multiplicando por 2: + ln
 P1  g c De gc P2

P1  P1 2 − P2 2  f V 1 2 L 2V 1 2 P1
Pero: ZRT = P1 v1 = ⇒ = + ln
ρ1  P1 ρ1  g c De gc P2
y en definitiva:
2
2 2 P1 ρ1 V 1  f L P 
P1 − P2 =  + 2ln 1  (13-20)
gc  De P2 
Esta ecuación se puede simplificar mucho para tuberías largas (de mas de 60 metros de largo) o cuando la
relación de presiones es relativamente pequeña (por ejemplo, ambas presiones no difieren entre sí mas de
un 10-15%) obteniendo al despreciar el logaritmo:
2
2 P ρ V f L
2
P1 − P2 = 1 1 1 (13-21)
gc De
de donde se puede despejar cualquiera de las incógnitas.
La solución de la ecuación (13-20) se debe encarar por un método de aproximaciones sucesivas. Una téc-
nica que generalmente funciona bien es estimar a partir de una presión (por ejemplo supongamos conocida
P1) la otra presión de la ecuación (13-21) lo que proporciona un valor inicial de P2, que se usa en la ecua-
ción (13-20) para calcular un segundo valor, y así se continúa en forma recursiva.

Ejemplo 13.6 Cálculo de la pérdida de carga de un flujo isotérmico compresible con fricción.
Una tubería nueva de fundición de 10 cm de diámetro transporta 0.34 Kg/seg de aire seco a 32 °C en con-
2
diciones aproximadamente isotérmicas con una presión de entrada de 3.5 Kgf/cm . El tubo tiene 540 m de
longitud. Calcular la presión a la salida.
−6 Kg ε −4 Kg f × m
Datos µ = 18.62 × 10 = 9 × 10 R = 28.3
m seg D Kg × ºK
Solución
Si tratamos de resolver este problema desconociendo la densidad del aire es necesario elaborar un poco
las ecuaciones usadas. Por ejemplo, en el caso del número de Reynolds tenemos:
m&
D V ρ D A D m& 4 D m& 4 m& 4 × 0.34
N Re = = = = 2
= = −5
= 23250
µ µ µA µ πD µ πD 18.62 × 10 × 3.14 × 0.1
  ε 10  3 
6
1

f = 55×10 1 +  20000 +   = 0.0247


-4

  D N Re  

Calcularemos usando la ecuación (13-21) como primera aproximación para luego usar su resultado en afi-
nar la puntería mediante la ecuación (13-20). Despejando:
2
2 2 P1 ρ1 V 1 f L
P2 = P1 −
gc De

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2 2
RT 2 2 2  m&  16 m&
Pero: P1 = = ρ1 RT ⇒ P1 ρ1 V 1 = RT ρ1 V1 = RT   = RT 2 4
v1  A π D
Por lo tanto:
2
16 × 0.34 0.0247 × 540
2
16 m& f L
= (3.5 × 10 4 ) −
2 2 2
P2 = P1 − RT 2 4 4
=
3.14 × 0.1 × 9.8
2
π D g c De 0.1
2
9 Kg f Kg f
= 1.225 × 10 4
⇒ P2 = 3.49996 2
m cm
Ahora recalculemos mediante la ecuación (13-20):
2
2 2 P1 ρ1 V 1 f L P 
P1 − P2 = + 2 ln 1
gc  D P2 
e

f L P1
Comparando y 2 ln tenemos:
De P2
f L 0.021 × 540 P1 3.5 −5
= = 133.76 2 ln = 2 × ln = 2.28 × 10
De 0.1 P2 3.49996
Dado que el término logarítmico es despreciable no vale la pena tenerlo en cuenta. Por otro lado puesto
que la diferencia de presión P1 – P2 = 3.5 – 3.49996 = 0.00004 es menos del 10% de P1 se deduce que se
hubiese podido suponer flujo incompresible sin cometer un error excesivo. El error se puede estimar a tra-
vés del número de Mach. Para ello necesitamos calcular V.
De la ecuación de continuidad:
m& P 4 m& RT
V = y de la ecuación de gas ideal ρ = ⇒V = 2
ρA RT Pπ D
4 × 0.34 × 28.3 × 305 m
V = 4 2
= 10.676
3.5 × 10 × 3.14 × 0.1 seg
Por otro lado la velocidad del sonido es:
γ g c R′ T 1.4 × 9.8 × 847.8 × 305 m V 11
c= = = 0.03 = 349.8 y NM = =
PM 29 seg c 350
2
Por ser el error = NM2/4 es: error = 0.03 /4 = 0.02%. Esto confirma que podemos usar la ecuación de Darcy
ya que el gas se comporta como un fluido incompresible.
De la ecuación de Darcy:
2 2 2
∆P
=
P1 − P2
= f
L V
⇒ P2 = P1 − ρ f = P1 −
 m&  f L 1 ⇒ L V
ρ ρ D 2gc D 2gc  A  D P1 2 g c
2 2
8 m& f L RT 4 8 × 0.34 × 0.025 × 540 × 28.3 × 305
⇒ P2 = P1 − = 3.5 × 10 − =
2
π D g c P1
5 2 5
3.14 × 0.1 × 9.8 × 3.5 × 10 ( 4
)
4 Kg f Kg f
= 3.2 × 10 2
= 3.2 2
m m
Ambos resultados son muy parecidos, pero por supuesto no son iguales. Nunca podrán ser iguales porque
las estructuras de las ecuaciones usadas para calcularlos son diferentes.

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13.5.3 Flujo adiabático compresible con fricción en conductos uniformes


El flujo adiabático de fluidos compresibles en con-
ductos uniformes se rige por el Primer Principio de
la Termodinámica, la ecuación de continuidad o
principio de conservación de la masa, la ecuación
de la energía mecánica con rozamiento, el Se-
gundo Principio de la Termodinámica y el número
de Mach.
Si incorporamos estos elementos en las ecuacio-
nes que definen las variables de entalpía y entro-
pía, después de algunas transformaciones esta-
mos en condiciones de describir la evolución del
fluido en un diagrama H-S. La curva así descrita
se denomina curva de Fanno y depende de las
condiciones de entrada al conducto (condición 1)
y del caudal másico. Si el fluido ingresa al conduc-
to en las condiciones iniciales 1 su estado sigue la
línea de Fanno (ver croquis). Esta es una curva
experimental que también se puede obtener por
cálculo. El efecto es el de una expansión porque
el gas a medida que avanza lo hace desde zonas
de mayor presión hacia zonas de menor presión, y
lógicamente su velocidad aumenta así como su
volumen específico. Desde otro punto de vista el
efecto del rozamiento es análogo al que produciría
una disminución de sección del conducto.
Este progreso a lo largo del conducto es espontá-
neo y como todos los procesos espontáneos ocu-
rre con aumento de entropía. El aumento de velo-
cidad continúa hasta llegar al límite establecido
por la velocidad del sonido. Esta es la máxima ve-
locidad que puede alcanzar una perturbación espontánea en el seno de un fluido. Si una onda se pudiera
mover a una velocidad mayor que la del sonido, entonces su velocidad sería la del sonido y esto es un con-
trasentido, o bien no puede ser un proceso espontáneo.
Por lo tanto el proceso sigue la curva de Fanno desde 1 hasta e donde el número de Mach vale uno y la ve-
locidad del fluido es la máxima que puede alcanzar espontáneamente. Un incremento mayor de velocidad
no puede ocurrir espontáneamente pues ello supondría una disminución de la entropía. Supongamos ahora
que en el conducto introducimos una reducción de sección (boquilla o tobera) en un punto del diagrama
ubicado en la condición a. Esta reducción de sección produce un aumento de velocidad no espontáneo en
virtud de la ecuación de continuidad y la condición a resulta supersónica. El fluido tiende a evolucionar es-
pontáneamente con aumento de entropía sobre la curva de Fanno hasta e. Esta evolución ocurre con au-
mento en la presión, densidad y temperatura y disminución de velocidad. Una vez en e, una disminución
mayor de velocidad requeriría una disminución de entropía que no puede ocurrir espontáneamente.
En otra disposición física, supongamos ahora que en el conducto quito la boquilla de la entrada (que llevaba
el fluido hasta la condición a) y la coloco en un punto del medio de modo que al llegar a ella el fluido tenga
la condición c. Nuevamente aumenta la velocidad en forma no espontánea llevando el fluido a un régimen
supersónico, de c a b. Desde b tiende al flujo subsónico es decir con disminución de energía cinética (que
se emplea en aumentar la entropía) pero si en b hay flujo supersónico y en e hay número de Mach uno, el
retorno a la condición c implica un salto energético que se manifiesta como perturbación turbulenta de ca-
rácter disipativo denominada onda de choque, que es responsable de la disipación de energía cinética. Esta
perturbación es estacionaria, es decir, se encuentra impedida de avanzar aguas abajo pues el gas ha al-
canzado la máxima velocidad, ni aguas arriba donde el número de Mach sería mayor. Esta perturbación ac-
túa como una barrera, ya que si por cualquier medio disminuimos la presión aguas abajo de la tobera esto
no origina ninguna modificación del flujo porque la variación de presión no se puede propagar aguas arriba
a velocidad mayor que la sónica. La evolución que sufre el fluido en la onda de choque viene representada
por la curva de Rayleigh.
Esta evolución no respeta las condiciones de adiabaticidad, excepto en el punto b donde la curva de Ray-
leigh corta a la de Fanno. Por lo tanto los cambios entre b y c representados por la curva de Rayleigh ocu-
rren con intercambio de calor. La curva de Rayleigh disipa la energía dada por la diferencia de entalpías en-
tre ambos puntos mediante un efecto de compresiones y expansiones súbitas que caracterizan la situación

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esbozada y son muy violentas. Como esta situación constituye una efectiva barrera, se dice que el fluido
está estrangulado y a las propiedades del gas en ese estado se las llama críticas por ser especialmente im-
portantes en el flujo adiabático, aunque nada tienen que ver con el estado del punto crítico.
Esto tiene especial importancia en el vuelo supersónico, en el diseño de toberas y en el transporte de flui-
dos a muy alta velocidad. Si se transporta un fluido en un conducto uniforme, la expansión tiene lugar en
forma espontánea como explicamos, siguiendo la línea de Fanno hasta alcanzar la velocidad sónica. La
longitud de tubería recta necesaria para que en el extremo o boca de salida se produzca flujo sónico se lla-
ma longitud crítica, y en la boca se produce el flujo estrangulado o crítico con una onda de choque instalada
en ese punto. Esto no es grave, porque una onda de choque instalada en la salida de la tubería disipa su
energía en el medio ambiente, a menos que la tubería descargue en un recipiente. En cambio si la onda de
choque está confinada dentro de la tubería el efecto es perjudicial. Si se excede la longitud crítica (se alarga
el tubo) las condiciones de flujo empeoran con vibraciones que perjudican a la tubería y que se deben evi-
tar. Igualmente, cualquier aumento de presión a la entrada (o disminución de presión a la salida) se traduce
en un aumento de intensidad de los efectos disipativos, y la energía de presión aplicada se desperdicia to-
talmente. También si se ingresa el fluido en condiciones de flujo supersónico por medio de una tobera (por
ejemplo condición a) el fluido sigue la curva de Fanno hasta e, pero si se excede la longitud crítica inevita-
blemente ocurre la condición estrangulada.
Por todo lo expuesto, es importantísimo calcular la longitud crítica de tubo, o sea la longitud a la que se pre-
senta estrangulación. Una variante es el cálculo del diámetro crítico, cuando la longitud viene fijada. Hay va-
rias aproximaciones a este problema. Una de las mas efectivas es la expuesta por Irving H. Shames - “Me-
cánica de los Fluidos”. Otra es la usada por Houghen, Watson y Ragatz - “Principios de los Procesos Quí-
micos”, tomo II, Termodinámica. Vamos a exponer aquí una forma modificada de este último tratamiento.

Fundamentos
13.5.3.1 Primer Principio
dV 2 g
+ du + d (Pv ) + dz − δw − δq = 0 (13-22)
2 gc gc
Para los gases en los que no hay otro trabajo que el de circulación, en flujo adiabático y despreciando la
contribución de la energía potencial:
dV 2
du + d (Pv ) = dh = −
2 gc
Introduciendo la masa velocidad superficial:
G
G = ρ ×V ⇒ V = =G×v
ρ
d (Gv )
2
v dv
∴ dh = − = −G 2 (13-23)
2 gc 2 gc
Pero por otra parte:
Rγ γ
dh = Cp dT = dT = d (ZRT )
γ −1 γ −1
Observe que en este último paso está implícita la suposición que Z es constante.
Si Z = 1 (gas ideal) entonces:
γ
dh = d (Pv ) (13-24)
γ −1
(Esto último significa aceptar la hipótesis de gas ideal).
Igualando (13-23) y (13-24):

d (Pv ) = −G 2
γ v dv
γ −1 2 gc
γ − 1 2 v dv
∴ d (Pv ) + G =0 (13-25)
γ 2 gc
Integrando:

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2 2 2 2
γ − 1 G v1 γ − 1 G v2 γ − 1 G2 v2
P1 v1 + = P2 v2 + = Pv + = constante (13-25')
γ 2 gc γ 2 gc γ 2 gc
2
γ − 1 G 2 v1 γ − 1 G2 v2
∴ Pv = P1 v1 + − (13-25")
γ 2 gc γ 2 gc
De la ecuación (13-25'):
P2 v 2 T2
=
P1 v1 T1
= 1+
γ −1 G2
γ 2 g c P1 v1
2
( 2
v1 − v 2 = )
2  2

P2 v 2 γ − 1 G 2 v1   v 2  
= 1+ 1− (13-26)
P1 v1 γ 2 g c P1 v1   v1  
 
13.5.3.2 Número de Mach
2
V Gv 2 G 2 v1
NM = = ⇒ N M1 =
γ gc R T γ gc R T γ g c R T1
Pero si:
P1v1 = RT1 (asumiendo Z = 1, gas ideal) entonces:
2
2 G 2 v1
N M1 = (13-27)
γ g c P1 v1
Reemplazando (13-27) en (13-26) tenemos:
 v 
2

P2 v 2 T2 γ −1
N M1 1 −  2  
2
= = 1+  (13-28)
P1 v1 T1 2   v1  
 
13.5.3.3 Ecuación de la energía mecánica con rozamiento
No es otra cosa en realidad que la ecuación del Primer Principio donde se toma en cuenta que la energía
degradada por “fricción” (englobando en este término a los efectos disipativos viscosos) se disipa en forma
de calor, o sea:
δwf = δq1 = du + P dv ⇒ du = δwf – P dv
Reemplazando du en la expresión del Primer Principio tenemos:
dV 2 dV 2
+ du + d (Pv ) = 0 ⇒ + δw f − Pdv + Pdv + vdP = 0 ⇒
2 gc 2 gc
dV 2
⇒ + vdP + δw f = 0
2 gc
Recordemos que:
( )
V = G v ⇒ dV 2 = d (G v ) = G 2 d v 2 = 2 G 2 dv
2

Pero además:
G2 v2
δw f = f dL (de la ecuación de Darcy)
2 g c De
G 2 dv 2 G2 v2
∴ vdP + +f dL = 0 (13-29)
2 gc 2 g c De
Pero:

vdP = d (Pv ) − Pdv = d (Pv ) − Pv


dv
v

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2 2 2 2
G dv dv G v
∴ + d (Pv ) − Pv + f dL = 0
2 gc v 2 g c De
De la ecuación (13-25) tenemos:
γ − 1 2 dv 2
d (Pv ) = − G ⇒
γ gc
G 2 vdv γ − 1 2 dv 2 G2 v2 dv
⇒ − G + f dL − Pv =0
gc γ gc 2 g c De v
Reemplazando Pv de la ecuación (13-25") en la anterior queda:
2 2 2 2
G2 γ −1G2 G 2v 2 dv γ − 1 G v1 dv γ − 1 G v1 dv
vdv − vdv + f dL − P1 v1 − + =0
gc γ gc 2 g c De v γ 2g c v γ 2g c v
2 γg c
Multiplicando por: 2 2
y reagrupando:
G v
dv  2γg c P1 v1 2  dv dv γ f
2 − 2
+ (γ − 1)v1  3 + (γ − 1) + dL = 0
v  G v v De
Integrando entre v1 y v2 y (asumiendo que f es constante) entre 0 y L:
v2
dv  2γg c P1 v1 2
v2 v2 L

∫ ∫ ∫ ∫ dL = 0
dv dv γ f
2 − 2
+ (γ − 1)v1  + (γ − 1) +
v1 v  G  v1 v3 v1 v De 0
Resolviendo las integrales:
v 2 1  2γg c P1 v1 2  1 1  v2 γ f
2ln +  + (γ − 1)v 
 2 − + (γ − 1) ln + L=0
v1 
1
v1 2  G 2  v 2
2
v 1 De
De donde:
2
f L 1  2γg c P1 v1  1 1  γ − 1  v2 
=  2 2 + (γ − 1) 2 − 2  + ln 
De 2γ  G v1  2
v v 1 
2 γ  v1 
Reemplazando de la ecuación (13-27) NM12 en la anterior:
2
f L 1  2  1 1  γ − 1  v2 
=  + γ − 1 2 − 2  + ln  (13-30)
De 2γ  N M 1 2  v1  2γ  v1
 v 2 
Retomando el número de Mach por un momento y recordando que de la ecuación (13-27):
Gv N M γ gc R T
NM = ⇒G = = constante
γ gc R T v
N M1 γ g c R T1 N M2 γ g c R T2 T1 T2
= ⇒ N M1 = N M2 ⇒
v1 v2 RT1 RT2
P1 P2
1
T  2
P1
N M2 = N M1  2 
 (13-31)
 T1  P2
Por otra parte, de la definición de masa velocidad:
V
G = ρ ×V = = constante
v
V V v RT2 T P
∴ 1 = 2 ⇒ V 2 = V1 2 = V1 = V1 2 1
v1 v 2 v1 RT1 T1 P2
P2
P1

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T2 P1
∴V 2 = N M1 γ g c R T1 (13-32)
T1 P2

13.5.3.4 Desarrollo
Apoyándonos en los fundamentos expuestos vamos a abordar el cálculo de la longitud crítica de un conduc-
to así como las condiciones críticas que ocurren en flujo estrangulado. Sea esa longitud L. El siguiente cro-
quis muestra el problema.

P1 T1 L P2 T2
1 2
NM1 NM2
1 1
T  2
P1 T  2
P2
De la ecuación (13-31): N M2 = N M1  2 
 = 1 ⇒ N M1 =  1 
 T1  P2  T2  P1
De la ecuación (13-26):
1 1
P2 v 2 T2 P Tv T  2
T2 v1  T2  2
v1
= ⇒ 2 = 2 1 ⇒ N M1 =  1  = 
P1 v1 T1 P1 T1 v 2  T2  T1 v 2  T1  v2
2
T  v1 
∴ N M1
2
= 2   (13-33)
T1 v 
 2 
y también:
2 T2 v1 v1 P2 v1
N M1 = = (13-34)
T1 v2 v2 P1 v 2
2
v 
Reemplazando NM1 2
de la ecuación anterior en la ecuación (13-28) y denominando Y a  1  por razones
v 
 2 
de comodidad y economía en la notación tenemos la (13-28) escrita de la siguiente forma:
   v 2 
P2 v 2 γ −1 P2 v1  γ − 1 
N M1 1 −  2   
2 2
= 1+ N M1 ⇒ = 1 +
P1 v1 2 P1 v 2  2   v1   
  
P2  γ − 1 P2 v1  1    γ − 1 P2  1  
= Y 1 + 1 −   = Y 1 + Y 1 −   =
P1  2 P1 v 2  Y    2 P1  Y  
γ − 1 P2 Y − 1 γ − 1 P2
= Y +
2 P1
Y
Y
= Y +
2 P1
(Y − 1)
En consecuencia:
P2  γ −1  P2 Y
1 − (Y − 1) = Y ⇒ = (13-35)
P1  2  P1 1 + γ − 1 (1 − Y )
2
De modo análogo, reemplazando NM12 de la ecuación (13-34) en la ecuación (13-30) es:
 
2  
fL 1  2  1 1  γ − 1  v 2  γ − 1
=  + γ − 1  − + ln
 v 2 v 2  2γ  v
 = 
 P2
1
+

(1 − Y ) + γ + 1lnY =
De 2γ  N M 1 2  2 1   1  2γ 2γ
γ Y 
 P1 

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=
P1
(1 − Y ) − γ − 1 (1 − Y ) + γ + 1 lnY ⇒
P2 γ Y 2γ 2γ
fL
γ Y

P1
=
De

γ −1
Y−
(γ + 1) Y lnY
P2 1- Y 2 2(1 − Y )
de ello se deduce:
P2 1
=
P1 f L
γ Y
De

γ −1
Y −
(γ + 1) Y ln Y
1− Y 2 2(1 − Y )
También de la ecuación (13-35):
P2 Y
=
P1 1 + γ − 1 (1 − Y )
2
Igualando con la anterior tenemos:
1 Y
=
fL γ −1
γ Y 1+ (1 − Y )
De

γ −1
Y−
(γ + 1) Y ln Y 2
1− Y 2 2(1 − Y )
1 Y
∴ =
fL γ −1
γ 1+ (1 − Y )
De γ − 1 γ + 1 ln Y 2
− −
1− Y 2 2 1− Y
Reordenando obtenemos:
γ −1
1+ (1 − Y )
Y= 2 (13-36)
f L
γ
De γ − 1 γ + 1 ln Y
− −
1− Y 2 2 1− Y
Esta ecuación se puede resolver numéricamente mediante métodos conocidos obteniendo Y que se usa en
la ecuación (13-35) para calcular la relación de presiones, resultando de inmediato de la ecuación (13-26):
T2 P2 1
= (13-26')
T1 P1 Y
Sin embargo, esto tiene la limitación de requerir el conocimiento previo del valor de L. Puede no ser así en
ciertos casos y puede en cambio conocerse o fijarse P2 pero entonces no se puede usar la ecuación (13-36)
ya que los métodos de resolución numérica divergen porque el factor de la derecha de la última ecuación
presenta un cero que singulariza la función cuando aparece como divisor lo que se hace muy difícil de ma-
nejar. Intentando buscar una solución a este problema, continuamos el desarrollo.
Despejando NM12 de la ecuación (13-30) tenemos:
2 1
N M1 = (13-37)
fL γ +1
γ− ln Y
De 2 γ −1

1− Y 2
Por otro lado, de la (13-28):

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P2
Y −Y
2 P1
N M1 = (13-38)
γ −1
(Y − 1)
2
Igualando ambas y reordenando:
P2
Y −Y
1 P1
− =0 (13-39)
fL γ +1 γ −1
γ− ln Y (Y − 1)
De 2 γ −1 2

1− Y 2
Esta ecuación es de la forma: f(Y) – g(Y) = 0. El algoritmo modificado de aproximaciones sucesivas a em-
plear es el siguiente:
f (Y ) − g(Y )
Y" = Y' + con K de 2 a 5
K
Esta metodología permite obtener fácil y rápidamente la solución Y.

Ejemplo 13.7 Cálculo de la pérdida de carga de un flujo adiabático compresible con fricción.
En un conducto circular de diámetro uniforme de 2 pulgadas y 20 pies de longitud ingresa aire a temperatu-
ra t1 = 300 °F. La presión de salida es P2 = 1 ata.
Estimamos el factor de “fricción” f = 0.02. Calcular:
1) La relación límite de presiones.
2) La presión máxima de entrada que no cause estrangulación.
3) La velocidad másica máxima.
4) El número de Mach de entrada máximo NM1.
5) La velocidad lineal V a la salida con un 50% de la caída máxima admisible de presión.
6) La velocidad másica, NM1 y NM2 en las mismas condiciones que 5.
Solución
1) De la ecuación (13-36):
γ −1
1+ (1 − Y )
Y = 2
f L
γ
De γ − 1 γ + 1 ln Y
− −
1− Y 2 2 1− Y
Puesto que:
f L 0.02 × 20 γ −1 γ +1
= = 2.4 y γ = 1.4 tenemos = 0.2 y = 1.2
De 2 2 2
12

Por lo tanto: Y =
( )
1 + 0.2 1 − Y
⇒ Y = 0.1816266
3.36 − 1.2 × ln Y
1− Y
De la ecuación (13-35):
P2 Y
= = 0.36623356
γ −1
P1
1+ (1 − Y )
2
P2
2) P1 = = 40.14 psia
0.366
3) De la ecuación (13-26'):
T2 P2 1
= = 0.8593467 ⇒ T2 = 653.1 °R.
T1 P1 Y

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3
psia pie
10.731 760 º R 3 3
R T1 Lbmol º R pie v1 pie
v1 = = =7 ⇒ v2 = = 16.44
P1 Lb Lb Y Lb
29 40.14 psia
Lbmol
1.4 × 32.2 × 1542 × 653
G v2 γ g c R T2 29 Lb
N M2 = = 1⇒ G = = = 75.969 2
γ g c R T2 v2 16.44 pie seg
4) De la ecuación (13-31):
1
T  2 P2
N M1 = N M2  1  = 0.395069
 T2  P1
o, también de la ecuación (13-27):
G v1
N M1 = = 0.395068
γ g c R T1
5) Llamamos P1' a la presión a la entrada con el 50% de la caída máxima de presión. Entonces:
40.14 − 14.7 P 14.7
P1' = + 14.7 = 27.42 psia ⇒ 2 = = 0.536124
2 P1′ 27.42
Resolviendo la ecuación (13-39) obtenemos:
Y = 0.325978.
De la ecuación (13-37) o de la (13-38) obtenemos: NM1 = 0.384029.
De la ecuación (13-26'):
T2 P 1
= 2 = 713.65 °R.
T1 P1 Y
De la ecuación (13-31):
T2 P1 1.4 × 32.2 × 1542 × 760 0.939012 pies
V 2 = N M1 γ g c R T1 = = 907.84
T1 P2 29 0.536124 seg
V2 V2 907.84 Lb
6) G= = = 0.57094 = 50.53 2
v2 R T1 1 10.731 × 760 pie seg
P1′ Y 29 × 27.419
De la ecuación (13-31):
1
T  2 P1′
N M1 = N M2  1  = 0.694
 T2  P2

13.6 Flujo de fluidos compresibles a través de toberas


Se analiza con apoyo de la ecuación de energía mecánica con rozamiento.
dV 2 g
v dP + + dz + δw f + δq = 0 (13-40)
2 gc gc
En un gas el término de energía potencial es despreciable. Si además suponemos flujo adiabático δq = 0.
Para diseños adecuados se consigue que el trabajo de “fricción” sea también despreciable. Por lo tanto:
P1

∫ ∫ ∫ v dP = 2g v(P1 − P2 )
dV 2 2 2
= − v dP ⇒ V 2 − V 1 = 2 g c c (13-41)
2 gc P2
La hipótesis de flujo adiabático es sólida y se apoya en el hecho de que el recorrido de una tobera general-
mente es tan corto que no permite el flujo de energía. A menudo la velocidad en la entrada es muy pequeña
comparada con la velocidad en la garganta, por lo que se puede despreciar resultando:
V 2 = 2 g c v ∆P (13-41')
Alternativamente, analizando el flujo isentrópico de gases a partir del Primer Principio de la Termodinámica
para sistemas abiertos es:

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∫ v dP = −∆H s ⇒ V 2 = 2 g c (H 1 − H 2 )s + V 1
2
(13-42)

Por otra parte sabemos que:


Cp Cp γR ′ γR ′
γ= = ⇒ γCp − = Cp ⇒ Cp = (13-43)
Cv R′ PM PM (γ − 1)
Cp −
PM
  T2 
(
Además: H 1 − H 2 = Cp T1 − T2 = Cp 1 − )  (13-44)
 T
 1 
Pero de la ecuación de la evolución adiabática sabemos que:
γ −1
T2  P2  γ
=  (13-45)
T1  P1 
γ −1
T2  v1 
y además: = 
T1  v 2 
de donde, combinando (13-42), (13-43), (13-44) y (13-45) resulta:
 γ −1

2 γ g c R ′ T1   P2  γ 
1 −    + V 1
2
V2 =
PM (γ − 1)  (13-46)
P
  1 
 
Es importante notar que si el gas se expande en el vacío es P2 = 0 de donde resulta que la velocidad máxi-
ma en la garganta de la tobera es:
2 γ g c R ′ T1 2
V 2máx = + V1
PM (γ − 1)
(13-47)

De esto se deduce que la velocidad máxima que puede alcanzar un gas en la garganta de la tobera es sólo
función de su temperatura de entrada y de Cp y su peso molecular, es decir, del tipo de gas. Puesto que la
velocidad máxima es inversamente proporcional al peso molecular del gas, es evidente que los gases mas
livianos alcanzan velocidades mayores que los mas pesados. Es interesante observar que si comparamos
la ecuación (13-47) con la ecuación (13-12) se deduce que para una relación de presiones muy pequeña (o
lo que es lo mismo, cuando P2 es mucho mayor que P1) la velocidad es superior a la sónica. Esto se deduce
de las curvas de Fanno y de Rayleigh, pero conviene confirmarlo en forma analítica.
Para deducir la forma de una tobera imaginemos que recibe gas de un recipiente grande a una presión ele-
vada y uniforme P1 y lo entrega a otro recipiente a baja presión P2. A la entrada la velocidad de flujo es des-
preciable o muy pequeña porque el gas en el recipiente grande está estancado. A medida que ocurre la ex-
pansión y la velocidad aumenta es obvio que la sección de la tobera se debe reducir, o sea debe ser con-
vergente como un embudo. Pero a medida que la expansión prosigue, pequeñas disminuciones de presión
producen incrementos relativamente grandes de volumen por lo que se necesita un área transversal cre-
ciente o sea una sección divergente, y entre ambas está la garganta. Esta tobera fue ideada por De Laval
para su turbina de vapor y la práctica ha demostrado que no existe otro diseño mejor.

13.6.1 Velocidad crítica y relación crítica de presiones en toberas


En la ecuación (13-46), y considerando la ecuación de la evolución adiabática (13-45):
γ −1
T2  v1 
= 
T1  v2 
Si reemplazamos esta última ecuación en la (13-46) tenemos:
 γ −1 
γ R ′ T1   v1 
2 2
V 2 − V1 
= 1−  
PM (γ − 1)   v 2
(13-48)
2 gc  
  

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A ×V
De la ecuación de continuidad es evidente que: m& =
v
Donde: m& es el caud al másico   , A = área transversal [m2], v = volumen específico m 3  .
Kg
 seg  Kg
Por lo tanto:
A ×V
v=
m&
Teniendo esto en cuenta, la ecuación (13-48) se convierte en:

γ R ′ T1   A1V 1
2 2

γ −1 
V 2 − V1 
= 1−  
PM (γ − 1)   A2V 2
(13-48')
2 gc  
  
PM (γ − 1)
Llamando C a y despejando el área de la garganta A2:
2 γ g c R ′ T1

[ ( )]
1
AV 2 2
A2 = 1 1 1 − C V 2 − V 1 γ −1
V2
Para obtener la velocidad en la garganta es necesario pensar en la garganta como punto de mínima sec-
ción por lo que será necesario encontrar el mínimo de A2 expresado como función de V2. Para ello es preci-
so derivar:
∂A2 − 2 C A1V 1
[ ( )] [1 − C (V )]
1 1
2 2 A1V 1 2 2
= 1− C V 2 − V1 1− γ
− − V1 1− γ
=0
∂V 2 1− γ V2
2 2

[ ( )] [1 − C (V )]
1 1
2 C A1V 1 2 2 A1V 1 2 2
⇒ 1 − C V 2 − V1 1− γ
=− − V1 1− γ

1− γ V2
2 2

2 2

[ ( )] ( )
1
2 C V2 2 2 2 C V2 2 2
⇒ 1 − C V 2 − V1 1− γ
= −1 ⇒ = C V 2 − V1 − 1
1− γ 1− γ
Despreciando la velocidad de entrada V1, empleando el subíndice g para la condición que impera en la gar-
ganta (es decir llamando Vg a V2) y el subíndice i para la condición de entrada tenemos:
C (γ - 1)  γ − 1
2
Vg =
1− γ
2C
( 2
)
C V g − 1 ⇒ V g  1 −
2

2C  2 C
= ⇒

2 2 − 1+ γ  γ −1 γ −1 2 γ −1
⇒ V g 
2
= ⇒ Vg = =
 2  2 C 2 C γ + 1 C (γ + 1)
γ − 1 2 γ g c R ′ Ti 2 γ g c R ′ Ti 2γ g c R' Ti
⇒ Vg =
2
Vg = = (13-49)
γ + 1 PM (γ − 1) PM (γ + 1) PM (γ + 1)
Esta ecuación merece una consideración cuidadosa ya que se ve que para un gas ideal, en la expansión
isentrópica en una tobera la velocidad en la garganta sólo depende de la temperatura de entrada del gas, el
Cp y el peso molecular del gas y es constante e independiente de las presiones.
Como generalmente es posible conocer las condiciones en la entrada, llamando Pi, Ti y vi a las propiedades
en la entrada tenemos de la ecuación (13-49):
2
V g PM 1
= (13-50)
2 g c γ R ′ Ti γ + 1
Reemplazando en la ecuación (13-46) y substituyendo los subíndices 1 y 2 por i y g respectivamente obte-
nemos despreciando la velocidad de entrada:
 γ −1
  γ −1

1 1   Pg 

γ
 1   vi 
  = 1 1 − Tg 
= 1−  = γ − 1 1 −  v (13-51)
γ + 1 γ − 1   Pi 

  γ − 1  Ti 
 



   g  

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γ −1 γ

γ −1 P  γ Pg  2  γ −1
∴ = 1 −  g  ⇒ =   (13-52)
γ +1  Pi  Pi  γ + 1
γ −1 1
γ −1 v  v  2  γ −1
= 1−  i  ⇒ i =   (13-53)
γ +1  vg


 v g  γ + 1 

γ −1 T Tg 2
= 1− g ⇒ = (13-54)
γ +1 Ti Ti γ +1
Nótese que la ecuación (13-52) nos proporciona la relación mínima de presiones, obtenida a partir de la
ecuación (13-49) que nos da la velocidad máxima. Se la llama relación crítica de presiones. No depende de
la temperatura y de la presión en la entrada. Sólo depende de Cp y Cv, es propia de cada gas.
Lo mismo ocurre con las demás relaciones críticas (13-52) a (13-54). El término mínimo aquí se emplea en
el sentido de la sección mínima de la garganta. Si se reemplaza Ti tal como resulta de calcular por la ecua-
ción (13-54) en la ecuación (13-49) se observa que la velocidad en la garganta es precisamente la veloci-
dad sónica, lo que nos indica que en estas condiciones de flujo límite máximo el flujo es sónico. Esto no im-
pide superar la velocidad sónica en el interior de una tobera, como ya hemos explicado.
La tobera De Laval con una presión Pi en la zona de entrada a la boquilla convergente se puede esquema-
tizar del siguiente modo.

Veamos los números que obtenemos para gases y vapor de agua.


vapor saturado γ = 1.135 → Pmin = 0.577Pi Vg = 3.227 Pi vi (*)
vapor recalentado γ = 1.3 → Pmin = 0.545Pi Vg = 3.345 Pi vi
aire y gases biatómicos γ = 1.4 → Pmin = 0.527Pi Vg = 3.387 Pi vi
Por lo tanto, cuando la presión P2 es menor de la mitad de la presión inicial Pi, la tobera de De Laval está
funcionando estrangulada.
Esta discusión está enfocada desde el punto de vista ideal pero si tenemos en cuenta el rozamiento en la
ecuación (13-49) la velocidad verdadera tiene entre un 3 y un 6% menos que la teórica así que hay que
afectar por un factor de corrección de 0.94 a 0.97 dependiendo del diseño y la calidad de la terminación.
Notemos también que comparando la ecuación (13-49) y la ecuación (*) para vapor saturado la velocidad
en la garganta se acerca peligrosamente a la velocidad sónica para pequeñas variaciones de Pi, lo que por
suerte no ocurre con valores de γ mayores de 1.135. De todos modos no es normal usar vapor saturado en
una boquilla cinética, y en el peor de los casos el título nunca es menor del 80% en una turbina valor para el
cual el vapor está casi exhausto y la presión de entrada asegura no alcanzar la velocidad sónica.
Para distintas relaciones de presiones se puede calcular la relación de secciones A2/Amin en función de γ. Así
por ejemplo para vapor saturado (γ = 1.135) es:

P1/P2 1.732 2 4 6 8 10 20 50 80 100


A2/Amin 1 1.015 1.349 1.716 2.069 2.436 3.966 7.9 1.55 13.8

Para vapor recalentado (γ = 1.3):


P1/P2 1.832 10 20 50 100
A2/Amin 1 2.075 3.214 5.958 9.68

La experiencia demuestra que para velocidades no muy superiores a la velocidad crítica (por ejemplo 600-
700 m/seg para el vapor) las pérdidas de la expansión libre son pequeñas por lo que la forma del difusor

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puede ser poco o nada divergente (podría muy bien ser un tubo recto) y la diferencia en rendimiento con
respecto a una tobera divergente es despreciable. En el caso del vapor de agua el ángulo de divergencia se
puede fijar entre 5 y 10° dependiendo la elección del grado de pérdida por fricción que se está dispuesto a
tolerar.

Ejemplo 13.8 Cálculo de las dimensiones de una tobera de De Laval.


Determinar las dimensiones de una tobera de De Laval que sea capaz de transportar 360 Kg/hr de vapor
entre las presiones de 10 Kgf/cm2 y 0.1 Kgf/cm2, suponiendo que circula vapor saturado seco.
Solución
3
En una tabla de vapor encontramos para el vapor saturado seco v = 0.194 m /Kg.
V g = 3.227 Pi v i = 3.227 10 × 0.194 = 453 m
5
De la ecuación (*) tenemos:
seg
1 1
 γ + 1  γ −1  1 + 1.135  0.135 3
De la ecuación (13-53): vg = vi   = 0.194  = 0.315 m
 2 
2   Kg
En la sección de salida tenemos por la ecuación (13-46) despreciando V1:
 γ −1
  0.135

  P2   
5
2 γ g c P1 v 1

γ
 2 × 1 .135 × 9 .8 × 10 × 0 .194  0 . 1 1.135
=
V2 = 1 −  P  = 1 −  
γ −1 0.135   10  
  1    
V2 = 1161 m
seg
1 1
P γ  10  1.135 3
De la ecuación de la evolución adiabática tenemos: v 2 = v tu  1  = 0.194  = 11.21 m
P  Kg
 2   .1 
3
360 Kg m
× 0.315
m& × v g 3600 seg Kg −5 2
En la garganta: Ag = = = 6.95 × 10 m
Vg m
453
seg
4 4
El diámetro de garganta es: Dg = Ag = 69.53 = 9.4 mm
π 3.14
3
Kg m
0.1 × 11.21
m& × v 2 seg Kg -4 2
A la salida: A2 = = = 9.655×10 m
V2 m
1161
seg
4 4
El diámetro es: D2 =
965 = 3.5 mm A2 =
π 3.14
Si el ángulo de la sección divergente es α tenemos que la longitud es:
D2 − Dg
L=
2 tg α
35.06 − 9.4
Asumiendo α = 10° tenemos: L = = 72.8 mm
2 tg 10 º

13.7 Salida de gas por un orificio de un recipiente


Existen dos casos de interés práctico en este problema: cuando la relación de presiones es moderada y
cuando es elevada. Veamos el primer caso.
El tanque es grande, contiene gas en condiciones P1, T1 con volumen específico v1 y podemos suponer que
la salida de gas no afecta a la presión P1 que suponemos constante.

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Despreciando la velocidad en el interior del tanque (donde el gas está estancado) respecto de la de salida,
aplicamos la ecuación (13-46) despreciando el efecto de la velocidad inicial, que por ser la que corresponde
al interior del recipiente se puede considerar nula.
 γ −1 
2 γ g c R ′ T1   P2  γ 
V = 1−  
PM (γ − 1)   P1  
 
 
El caudal másico es:
A ×V
m& = (13-55)
v2
Donde: A es la sección del orificio, y v2 es el volumen específico en las condiciones de salida. Pero, por la
ecuación de la evolución adiabática es:
1
 P γ
v2 = v1  1 
 P2 
1

A ×V  P2 γ
∴ m& =   (13-55')
v1 P 
 1 
Reemplazando V tenemos:
 γ −1
 1
A 2 γ g c P1 v1   P2  γ
  P2  γ
m& = 1−   
v1 PM (γ − 1)   P1    P1 
 
 2 γ +1

2 γ g c P1  P2  γ  P2  γ

m& = A   −   (13-56)
v1 PM (γ − 1)  P1   P1  
 
Como ya observamos anteriormente en el apartado 13.6, el caudal másico máximo para un valor determi-
nado de la relación de presiones se obtiene cuando el peso molecular es menor. En otras palabras, los ga-
ses mas livianos se escapan con mayor facilidad por un orificio practicado en la pared de un recipiente de
presión. Esto explica la “fuga” de gases muy livianos (hidrógeno, helio) a través de paredes metálicas del-
gadas. También explica la penetración de los gases en el interior de la estructura del metal.
Ahora nos detenemos a examinar el comportamiento de m& dado por la ecuación (13-56) en función de la
relación de presiones Π = P2/P1. Es obvio que cuando Π = 0 es m& = 0 porque la expresión se anula. ¿Qué
significa que Π = 0?. Sólo caben dos posibilidades: puede ser P2 = 0 (expansión en el vacío) o P1 = ∞. Esta
última posibilidad no tiene sentido físico, porque no puede haber presión infinita en el tanque, pero existe
una situación aproximada para la que Π ≅ 0 que es cuando P1 >> P2. El caso de expansión en el vacío es
muy raro, ocurre muy de vez en cuando. El caso de P1 >> P2 es mas común y tiene mayor interés.
Si Π = 1 también tenemos m& = 0 porque cuando las presiones son iguales no hay flujo, pero esta situación
es trivial y carece de interés práctico. De modo que m& = 0 para Π = 0 y para Π = 1 por lo que debe tener un
máximo entre ambos, ya que sabemos que no se anula para puntos intermedios. En esto encontramos una
discrepancia entre las curvas de tipo experimental y teórico. Entre el máximo (que llamaremos m& Máx y le co-
rresponde a una relación de presiones ΠMáx) y Π = 1 la curva debiera descender pero los valores experimen-
tales demuestran que m& permanece constante e igual a m& Máx.
La única explicación teórica a este hecho es que cuando Π toma el valor crítico Πc el flujo está estrangulado
y es inútil reducir la presión en la salida o aumentar la presión en el tanque porque ello no incrementa el va-
lor de caudal másico. La relación crítica de presiones Πc es aquella para la cual m& = m& Máx. Ahora tiene inte-
rés determinar cuando ocurre que m& = m& Máx. En la ecuación (13-56) se ve que siendo P1 y v1 constantes, el
caudal másico se hace máximo cuando la diferencia:
2 γ +1
 P2  γ  P2  γ
  −  adopta el valor máximo.
P  P 
 1   1

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Por lo tanto, derivando:


 2 γ +1

∂  P2  γ  P2  γ
=0
  −  
∂Π  P1   P1  
 
2 γ +1 2− γ 1
−1 −1
2 P  γ γ + 1  P2  γ P  γ P  γ
∴  2  −   = 0 ⇒ 2 2  = (γ + 1) 2 
γ  P1 c γ  P1 c  P1 c  P1 c
1− γ γ γ
P  γ γ + 1  P2   γ + 1 γ −1 P   2  γ −1
∴  2  = ⇒   =   ⇒  1  =  
 P1 c 2  P1 c  2   P2  c  γ + 1
Esta última ecuación no es otra que la (13-52, lo que nos indica que el flujo máximo es sónico, o estrangu-
lado. Cualquier valor menor que el crítico de la relación de presiones no producirá aumento de caudal, por-
que el caudal que corresponde al flujo sónico es siempre el máximo posible.
La curva real de m& en función de la relación de presiones Π es la que vemos a continuación.

¿Porqué se puede superar la velocidad sónica en una tobera pero no en un orificio?. La explicación está en
los efectos disipativos. La tobera permite acomodar gradualmente la corriente de modo que los cambios de
dirección se producen sin transiciones bruscas. En cambio en un orificio la transición es brusca y el cambio
de dirección se produce en forma súbita, lo que genera mucha turbulencia extra, además de la que nor-
malmente existe. Este es un efecto disipativo adicional que no está presente en la tobera. La turbulencia es
un fenómeno irreversible y disipa energía que de otro modo se manifestaría como energía cinética. Dicho
en otras palabras, la turbulencia adicional producida por un orificio frena el flujo y produce una condición es-
trangulada parecida a la que se alcanza en la expansión libre en un conducto de sección uniforme como lo
describe la curva de Fanno.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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BIBLIOGRAFIA
• “Flujo de fluidos para Ingenieros Químicos” – F. A. Holland.

• “Flow of Fluids through Valves, Fittings and Pipe” – Crane Technical Paper No. 410, New York,
1991.

• “Principios de los Procesos Químicos” Tomo II (Termodinámica) – Houghen, Watson y Ragatz.

• “Termodinámica Técnica” – C. García.

• “Termodinámica para Ingenieros” – Balzhiser, Samuels y Eliassen.

• “Termodinámica” – V. M. Faires.

Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez


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CAPITULO 14
INTERCAMBIO DE CALOR POR CONDUCCION

14.0 Introducción. Modos de transmisión del calor


El calor es una forma de transferir energía que se manifiesta por causa de la diferencia de temperatura.
Imaginemos una fuente de calor en un día muy frío. Si tenemos frío nos colocamos ante ella de frente o de
espaldas, pero muy raramente de perfil, porque intuitivamente sabemos que el calor que recibimos es direc-
tamente proporcional a la superficie expuesta. El calor emitido por radiación es inversamente proporcional
al cuadrado de la distancia a la fuente y directamente proporcional a la superficie que la recibe, por eso si
tenemos mucho frío tratamos de acercarnos lo mas posible a la fuente. Pequeñas diferencias de temperatu-
ra de la fuente influyen mucho en la cantidad de calor recibida, por lo que intuimos que depende de la tem-
peratura elevada a una potencia grande, mayor que uno.
Parte de la energía de la fuente es absorbida por el aire que la rodea, que al calentarse se dilata, esto es,
disminuye su densidad. Por lo tanto recibe un empuje del aire frío que lo rodea mayor que su propio peso, y
asciende. Este proceso se llama convección. Por eso los ambientes altos son mas fríos que los de techo
bajo. Si el movimiento del fluido se ayuda con medios mecánicos se dice que hay convección forzada y
cuando el origen del movimiento es la acción gravitatoria pura se denomina convección natural.
Además todas las sustancias que están en contacto con la fuente cálida tienen una energía de vibración
mayor en las moléculas que están expuestas a la fuente o en contacto con ella que en las moléculas mas
alejadas. Esta energía, asociada en los gases y líquidos a modos traslacionales, se puede transferir por
choque entre partículas. A este modo de transferir calor se lo llama conducción.

14.1 Transmisión del calor por conducción


En todos los procesos de transporte (flujo de calor, electricidad, fluidos, etc.) se encuentra que la cantidad
de lo que fluye es directamente proporcional a la diferencia de potencial e inversamente proporcional a la
resistencia. Esta diferencia de potencial en el caso de flujo de electricidad es la diferencia de potencial eléc-
trico, en el caso de flujo de fluidos es la diferencia de presiones, y en el de flujo de calor es la diferencia de
temperaturas. En cuanto a la resistencia, en el caso de la electricidad es la resistencia eléctrica. En el de
flujo de fluidos la origina la viscosidad del fluido, las características del conducto y la formación de torbelli-
nos. En el caso de flujo de calor se debe a la rigidez de las moléculas que obstaculiza la vibración o a pre-
sencia de huecos en el material. En todos los casos se puede plantear la ecuación generalizada:
Potencial
Intensidad de Flujo = (14-1)
Re sistencia
En 1822 Fourier estudió los fenómenos de transferencia de
calor y estableció su conocida ecuación:
∂Q ∂T
=kA (14-2)
∂τ ∂x
Donde: Q = calor transmitido por conducción;
x = espesor de material;
A = área normal al flujo calórico;
k = conductividad térmica del material;
τ = tiempo;
T = temperatura
En forma abreviada, usaremos la siguiente notación:
∂Q
q& = De este modo la ecuación de Fourier queda:
∂τ
∂T
q& = k A
∂x

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14.2 Tipos de régimen


Se distinguen dos tipos de régimen de flujo de calor.
! Si q& es constante se dice que el régimen es estable, estacionario o permanente.
! Si q& es variable con el tiempo decimos que el régimen es transitorio.
En la mayoría de los casos de interés práctico se alcanza el régimen estable si se espera un cierto período
de tiempo, y nosotros vamos a asumir régimen estable salvo que aclaremos expresamente lo contrario.
En general, las situaciones de transferencia de calor en régimen transitorio son algo mas complicadas que
las de régimen estable y se analizarán mas adelante en detalle. Tienen importancia en el arranque y parada
de equipos, así como en todos los casos en que se presentan variaciones importantes y relativamente brus-
cas en las condiciones de operación.
¿Cómo podemos usar la ecuación de Fourier (14-2) para deducir qué condiciones producen el régimen
transitorio de flujo de calor?. Para razonar sobre la base de la ecuación (14-2) es necesario comprender
que en esencia propone un modelo en el que la intensidad de flujo de energía en forma de calor se calcula
en función de tres términos básicos: la conductividad térmica del material, el área disponible para el flujo y
el gradiente térmico. Cualquier variación de alguno de estos elementos produce un cambio en la intensidad
del flujo de calor. Pero si tenemos un sistema dado, tanto la conductividad térmica del material como el área
de intercambio de calor son parámetros dimensionales y constructivos que no pueden variar de manera que
el único término variable con las condiciones operativas es el gradiente térmico ∂T/∂x. En consecuencia, si
la distribución de temperaturas es uniforme e invariable con el tiempo, el flujo será estable, en tanto que si
la distribución de temperaturas es variable con el tiempo, el flujo será transitorio.

14.2.1 Régimen estable, permanente o estacionario


∂T
q& = k A (14-3)
∂L
Usamos la notación q& para identificar la cantidad de calor transferida por unidad de tiempo.
∂Q
q& = = constante
∂τ

14.2.2 Régimen transitorio


En régimen transitorio el flujo calórico depende del tiempo, es decir que en distintos momentos tendrá un
valor diferente. En general:
q& = φ(τ )
Para poder evaluar el flujo calórico será preciso conocer la forma de la función matemática ϕ.
El régimen transitorio de transmisión de calor por conducción se presenta con menor frecuencia que el ré-
gimen permanente, por las mismas razones invocadas para el régimen transitorio de flujo de energía que se
estudió en el capítulo 3. Véase la discusión sobre el particular en el apartado 3.5.3.

14.3 Conductividad térmica


De la ecuación (14-3) se deduce:
q& Kcal Kcal
k= ⇒ [k ] = =
∂t º C m hr º C
A m 2 hr
∂L m
Los valores de k se pueden obtener en los textos especializados o se pueden estimar.
Generalmente k varía linealmente con la temperatura en los sólidos, de modo que resulta válida la interpo-
lación lineal. En los sólidos k es independiente de la presión. En los líquidos k depende de la presión pero
muy poco; varía en forma no lineal con la temperatura pero en pequeños intervalos se admite la interpola-
ción lineal, aunque se aconseja la polinómica.
En los gases k varía bastante con la presión y la temperatura. Uno de los problemas mas importantes de la
transferencia de calor es la estimación de la conductividad térmica de gases. Existen muchos métodos, y
ninguno es sencillo. La conductividad térmica presiones para gases puros no polares y polares se puede
estimar por métodos que se explican en detalle en la bibliografía especializada, y que por razones de espa-
cio no podemos tratar aquí. Nos limitaremos a comentar únicamente la estimación del número de Prandtl.

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14.3.1 Estimación del número de Prandtl


Los números de Prandtl son importantes para estimar coeficientes de transmisión del calor por conducción
y convección. Para los gases el número de Prandtl es prácticamente independiente de la temperatura por-
que tanto Cp como µ y k aumentan con la temperatura del mismo modo, o casi. También es casi indepen-
diente de la presión, para presiones bajas y moderadas. Esto permite hacer estimaciones muy rápidas de
conductividad térmica. El número de Prandtl se define de la siguiente manera:
Cp µ
N Pr = (14-4)
k
A continuación damos una tabla de los números de Prandtl mas comunes a 100 °C y 1 ata.
Gas NPr Gas NPr Gas NPr
aire 0.74 C2H4 0.83 N2 0.74
NH3 0.78 H2 0.74 O2 0.74
SO2 0.80 CH4 0.79 SH2 0.77
CO2 0.84 CO 0.74 H2O 0.78
En la teoría de Eucken para gases a baja densidad es posible obtener la siguiente fórmula que permite cal-
cular el número de Prandtl para cualquier temperatura y a baja presión, partiendo de datos experimentales
o estimados de Cp'° a la misma temperatura.
Cp′o
N Pr = (14-5)
Cp′o + 2.48
Cp'° debe estar en Kcal/(Kmol ºK). También se puede emplear la siguiente fórmula:
4
N Pr = (14-5')
5
9−
γ
Cualquiera de las dos fórmulas da resultados coincidentes con los experimentales (tabla anterior) para ga-
ses “casi ideales” como el aire, N2 u O2 pero sus resultados difieren algo para gases polares o asociados
(NH3, vapor de H2O, etc.). Se puede esperar que este valor no varíe mucho con un aumento moderado de
presión.
Para gases polares es preferible adoptar un valor de NPr = 0.86 ya que no responden a la teoría de Eucken,
que idealiza moléculas al considerarlas no polares. Para gases puros a alta presión esta fórmula es poco
confiable, y es preferible estimar por separado cada componente del NPr y calcularlo como producto de los
valores individuales, dado que en particular para moléculas complejas es difícil estimar bien el valor exacto
de NPr dado que el Cp varía mucho mas que las otras variables con la presión. Igual procedimiento se debe
adoptar para mezclas de gases, estimando cada propiedad para la mezcla y luego a partir de ellas el NPr.

14.3.2 Estimación de conductividades térmicas de mezclas líquidas


Las reglas dadas por Kern permiten obtener algún valor, aunque se deberá preferir un valor experimental
siempre que sea posible.
a) Mezclas o soluciones de líquidos miscibles (una sola fase)
Se puede usar la suposición (a veces razonable) de que la conductividad térmica es aditiva. Por
ejemplo, para una mezcla de dos componentes A y B tenemos:
k A × %A k B × %B
km = + (14-6)
100 100
b) Dispersiones coloidales
Emplear 0.9 veces la conductividad térmica del líquido dispersor.
c) Emulsiones de líquidos en líquidos
Emplear 0.9 veces la conductividad térmica del líquido que rodea a las gotas.
d) Soluciones salinas
Emplear 0.9 veces la conductividad térmica del agua, siempre que la concentración no sea mayor
del 3%.

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14.4 Flujo por conducción en régimen permanente


Se denomina régimen permanente o estacionario al que ocurre cuando en la ecuación de Fourier la canti-
dad de calor no varía con el tiempo, es decir cuando q& no es una función del tiempo. Dicho en otros térmi-
nos, cuando la temperatura de un punto cualquiera de la masa atravesada por el flujo calórico no varía con
el tiempo, lo que permite suponer un k constante. Lo opuesto al régimen permanente o estacionario es el
régimen transitorio: es el caso de un cuerpo que está siendo calentado y cuya temperatura no se ha estabi-
lizado aún. Cuando su temperatura no cambia con el tiempo se encuentra en régimen permanente.

14.4.1 Resistencia a la conducción en paredes compuestas


La frecuencia con que aparecen fenómenos de intercambio de calor a través de paredes compuestas por
dos o mas materiales distintos justifica el tratamiento en detalle de esta cuestión. Solo nos ocuparemos de
las geometrías mas simples.

14.4.1.1 Paredes planas compuestas


Combinando las ecuaciones (14-1) y (14-3):
Potencial ∂T
Intensidad de Flujo = q& = k A
Re sistencia ∂L
obtenemos:
∆T
q& = (14-3’)
L
kA
Comparando las ecuaciones (14-3’) y (14-1) vemos que son análo-
gas. Puesto que la intensidad de flujo es en nuestro caso el flujo de
calor por unidad de tiempo, es evidente que ∆t representa el po-
tencial y la resistencia será:
L
R= (14-7)
kA
Como la transmisión de calor ocurre en estado estacionario no hay
acumulación de calor en ninguna parte del sistema: por todas las
paredes circula la misma cantidad de calor por unidad de tiempo.
En consecuencia:
t0 − t1 t −t t −t t −t
q& = k1 A = k 2 A 1 2 = k3 A 2 3 = k c A 0 3
L1 L2 L3 L
Donde kc es el coeficiente combinado de la pared y: L = L1 + L2 + L3
Despejando las respectivas diferencias de temperatura obtenemos:
q& × L1 q& × L2 q& × L3 q& × L
t0 − t1 = ; t1 − t2 = ; t 2 − t3 = ; t0 − t3 =
k1 × A k2 × A k3 × A kc × A
Sumando las tres primeras diferencias de temperatura, el resultado es igual a la última. En efecto:
t0 − t1 + t1 − t 2 + t 2 − t3 = t0 − t3
q& × L q&  L L L 
Pero por otra parte también es: t0 − t 3 = =  1 + 2 + 3 
k c × A A  k1 k 2 k 3 
L L1 L2 L3
∴ = + + (14-8)
kc k1 k2 k3
En consecuencia se deduce fácilmente que:
A(t0 − t3 )
q& = (14-9)
L1 L2 L3
+ +
k1 k 2 k 3
Reordenando:

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 L L L  L
q&  1 + 2 + 3  = q&
 k1 A k 2 A k 3 A  kc A
Denominaremos “resistencias” a los sumandos de la relación anterior.
L1 L L L
R1 = ; R2 = 2 ; R3 = 3 ; Rt =
k1 A k2 A k3 A kc A
tenemos:
Rt = R1 + R2 + R3
Ejemplo 14.1 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, pared plana compuesta.
La pared de un horno está compuesta de tres capas de ladrillo. La interior es de 8 pulgadas de refractario
con un k = 0.68 BTU/(pie hr °F), la segunda de 4" de ladrillo aislante (k = 0.15) y la última y externa es de 6"
de ladrillo común con k = 0.40. El horno opera a 1600 °F y la pared externa permanece a 125 °F. ¿Cuánto
calor se pierde por conducción por pie cuadrado de superficie y cuales son las temperaturas de las interfa-
ses de cada capa?.
Solución
a) Cálculo de las resistencias por pie cuadrado de superficie.
8
L1 12 = 0.98 ºF hr
Para refractario R1 = =
k1 A 0.68 × 1 BTU
4
L2 12 = 2.22 ºF hr
Para aislante R 2 = =
k2 A 0.15 × 1 BTU
6
L3 12 = 1.25 ºF hr
Para ladrillo común R3 = =
k3 A 0.40 × 1 BTU
ºF hr
Resistenci a total = R1 + R2 + R3 = Rt = 4.45
BTU
b) Cálculo del calor perdido por conducción
∆t 1600 − 125 BTU
q& = = = 332 2
Rt 4.45 hr pie
c) Cálculo de las temperaturas de las interfases
Para refractario: ∆t = 1600 – T1 = q& ×R1 = 332×0.98 = 325 °F ∴ T1 = 1600 – 325 = 1275 °F
Para aislante: ∆t = 1275 – T2 = q& ×R2 = 332×2.22 = 738 °F
∴ T2 = 1275 – 738 = 537 °F
d) Comprobación
Para ladrillo vulgar: ∆t = 537 – T3 = q& ×R3 = 332×1.25 = 415 °F
∴ T3 = 537 – 415 = 122 °F
Como la temperatura real en la cara externa es por dato 125 °F, hay una pequeña diferencia atribuible a
error por redondeo, que no es relevante.

14.4.1.2 Paredes planas compuestas con grandes diferencias de temperatura


En el apartado anterior tratamos la cuestión de la conducción de calor en régimen estacionario para pare-
des compuestas considerando constantes la conductividad térmica que, estrictamente, es variable y depen-
de de la temperatura.
Normalmente en casos de diferencias de temperaturas no tan pequeñas como para considerar constante el
k pero no tan grandes como para justificar un tratamiento riguroso, se puede tomar un valor medio, pero en
casos extremos hay que tomar en cuenta la variación de k con la temperatura.
Sea un elemento de pared de espesor uniforme, compuesto por un solo material. Si el espesor de pared Li
no es demasiado grande, y las temperaturas de las interfases que limitan el elemento de pared ti y ti+1 no di-
fieren mucho entre sí entonces la temperatura media t obtenida por interpolación lineal, es decir:
t +t
t = i i +1 no se aparta gran cosa de la temperatura media verdadera del elemento de pared.
2

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Vamos a suponer que k varía linealmente con la temperatura. Nuevamente, el hecho de que ∆t sea peque-
ño para el elemento nos autoriza a hacer una aproximación lineal sin cometer por ello un gran error. Esto
nos permite corregir los estimados de temperatura y, mediante un procedimiento de aproximaciones sucesi-
vas, obtenemos mayor exactitud. La ecuación lineal es:
k = a + b×t (14-10)
Veamos ahora cómo obtener las temperaturas medias de cada elemento de pared. De la ecuación (14-2):
q& t0 − t1 t1 − t 2 t −t
= = = L L = n- 1 n (a)
A L1 L2 Ln
k1 k2 kn
De la ecuación (14-9):
q& t0 − t n
= n (b)
A
∑k
Li
i =1 i

Por lo tanto, de las ecuaciones (a) y (b) podemos construir una sucesión:
q& L1 t −t L t −t
t1 = t0 − = t 0 − 0n n 1 = t 0 − 0 n n
A k1 Li k 1
∑ ∑
k1 Li
i=1
ki L1 i=1 k i
q& L2 t −t L t −t
t 2 = t1 − = t 1 − 0n n 2 = t1 − 0 n n
A k2 Li k 2
∑ ∑
k2 Li
(14-11)
i =1
ki L2 i=1 k i
KK
t0 − t n L j t −t
t j = t j-1 − n
= t j-1 − 0 n n para cualquier j / 0 < j < n
Li k j
∑ ∑
kj Li
i=1
ki L j i=1 k i
Luego es fácil calcular las temperaturas medias:
t0 + t1 t +t t j -1 + t j
t1 = ;t2 = 1 2 ; L t j =
2 2 2
Pero:
 
 
t +t 1  t0 − t n  t0 − t n
t 1 = 0 1 = t 0 + t 0 −  = t0 −

∑ ∑
2 2 k1
n
Li  2k 1
n
Li
 
 L1 ki  L1 ki
i =1  i =1
 
 
t +t 1  t0 − t n  t0 − t n
t 2 = 1 2 = t1 + t1 −  = t0 −

∑ ∑
2 2 k2
n
Li  2k 2
n
Li
 
 L2 ki  L2 ki
i =1  i =1
Y, generalizando es:
t0 − t n
t j = t j-1 − n para cualquier j / 1 < j ≤ n

∑k
2k j Li
Lj i =1 i

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donde: L1, L2, L3, .... , Ln son los espesores de materiales 1, 2, 3, .... , n, cuyas conductividades son k1, k2, k3,
.... , kn. Ahora, una vez estimadas las temperaturas medias, es inmediato obtener los coeficientes k:
k1 = a1 + b1×t1;
k2 = a2 + b2×t2;
.....................;
kn = an + bn×tn
q&
Estos valores se usarán para corregir el calor total intercambiado por unidad de área porque su magni-
A
tud afecta el calor que atraviesa la pared, y por ende a las temperaturas intermedias de cada interfase entre
dos materiales sucesivos, de modo que el cálculo es iterativo y finaliza cuando se obtienen dos valores su-
q&
cesivos de que no difieran significativamente.
A

14.4.1.3 Aire: el mejor aislante


El ejemplo siguiente demuestra que si no hay problemas de resistencia de materiales o estructurales que
impidan dejar espacios vacíos el aire es un aislante muy efectivo.

Ejemplo 14.2 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, pared compuesta con capa de aire.
Si en el ejemplo anterior se deja un espacio de 1/4" (0.635 cm) y las otras dimensiones permanecen inalte-
radas, la solución se modifica como sigue.
Solución
En una tabla de un libro especializado tenemos un dato de k para el aire a 572 °F: k = 0.265 BTU/(pie hr °F).
Como esa temperatura se acerca a la que hay en la interfase ladrillo aislante-ladrillo común, ubicamos allí el
espacio de aire.
La resistencia adicional que ofrece el aire por pie cuadrado de superficie es:
0.25
L 12 = 0.79 ºF hr
Raire = =
k A 0.265 × 1 BTU
Por ello la resistencia total ahora es:
ºF hr
Rt = R1 + R2 + R3 + Raire = 4.45 + 0.79 = 5.24
BTU
∆t 1600 − 125 BTU
∴ q& = = = 281
Rt 5.24 hr pie 2
Comparando las cifras: una pared compuesta de 18" (45.7 cm) de espesor de ladrillo grueso, sólido, pesado
y caro deja pasar 332 BTU/hora por pie cuadrado de superficie, mientras el agregado de 1/4" (0.635 cm) de
aire que no cuesta nada ha reducido la pérdida en un 15%. Esto es así porque el aire retenido entre dos
capas de aislante está estancado; si estuviese en libertad de movimiento tendría posibilidad de escapar y
transmitir su calor al medio ambiente, lo que en lugar de reducir las pérdidas las aumentaría. Este hecho se
usa en los aislantes porosos, como la lana de vidrio, el telgopor y otros que contienen poros e infinidad de
pequeñas cámaras de aire que aumentan las cualidades aislantes, aunque a expensas de la resistencia
mecánica de estos materiales, que tampoco son aptos para resistir altas temperaturas. Una alternativa usa-
da antes era el asbesto, que consiste en largas fibras de una sustancia mineral que puede aplicarse sola o
combinada con otras, pero que hoy está en desuso por ser una sustancia cancerígena. Otro ejemplo es la
magnesia al 85%, que es una mezcla de 85% de CO3Mg y 15% de asbesto, se puede aplicar como un ce-
mento y para temperaturas del orden de 260 °C es ideal por su bajo costo y fácil aplicación. En la actuali-
dad se reemplaza el asbesto por otros materiales dado que el asbesto es cancerígeno, aunque el aislante
retiene su nombre de magnesia al 85%.

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14.4.2 Resistencia a la conducción en tubos


En el caso de tubos la ecuación de Fourier se plantea desarrollando el área de flujo de calor. Aquí el área
es el perímetro de la circunferencia media del tubo. Se entiende por circunferencia media aquella que pasa
por un punto equidistante de los radios exterior re e interior ri. Sea este radio medio r.
El gradiente de temperatura se expresa en función del radio de la circunferencia media del tubo ya que el
flujo de calor será perpendicular al eje longitudinal del tubo. En el siguiente croquis se muestra un corte
transversal de un tubo. El flujo de calor se produce por efecto de la diferencia de temperaturas entre el
interior del tubo ti y el exterior te. No nos interesa cual es la mayor temperatura, ni el sentido del flujo
calórico. Este se puede escribir:
 ∂t 
q& = 2π L k  − 
 ∂r 
te

re ti r

ri

Dividiendo por L:
 ∂t 
q& L = 2π k  −  (14-12)
 ∂r 
q& L es el calor que fluye a través de las paredes del tubo por unidad de tiempo y por unidad de longitud. La
ecuación (14-12) es una ecuación diferencial a variables separables de modo que separando variables re-
sulta:
dr
q& L = −2π k dt
r
Integrando:
re te
r
∫ ∫
dr
q& L = −2π k dt ⇒ q& L ln e = 2π k (t i − t e )
ri r ti ri
Operando:
2π k (t i − t e )
q& L = (14-13)
r
ln e
ri
Esta ecuación se debe usar con cuidado cuando los radios interno y externo tienen valores muy parecidos,
es decir cuando el espesor de pared de tubo es muy pequeño. En estos casos el error aumenta a medida
que ri tiende a ser igual a re.
En efecto, en la expresión anterior se puede verificar fácilmente que el calor que atraviesa un tubo se hace
infinito cuando el espesor de pared tiende a cero, o lo que es lo mismo cuando re tiende a ser igual a ri. Esto
es absurdo.¿Porqué debería ser infinito el calor que atraviesa un espesor infinitesimal de material?. A me-
dida que el espesor dr tiende a cero, también lo hace el incremento de temperatura dt, de manera que el
cociente es finito. Esto sucede por un defecto matemático de la ecuación (14-13), que no describe exacta-
mente la realidad física.
De hecho además en la práctica hay otras razones para que el calor no sea infinito, en primer lugar porque
para ello sería necesario que la fuente tuviese una capacidad calórica infinita de emitir energía, y en segun-
do término porque además de la resistencia por conducción normalmente también existe una resistencia
adicional por convección, que limita el flujo de modo que no puede ser infinito. En el próximo capítulo volve-
remos sobre esta cuestión.

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14.4.2.1 Tubos compuestos de varias capas


Supongamos tener un tubo compuesto con varias capas de distintos aislantes tal como se ilustra en el si-
guiente croquis.

t4
Material C
Material B
t3
Material A t2
r4
t1

r1
r2
r3

2π k A (t1 − t 2 ) 2π k B (t 2 − t 3 ) 2π k C (t 3 − t 4 )
q& L = = =
r2 r3 r
ln ln ln 4
r1 r2 r3
Como hicimos antes, postulamos un coeficiente de conducción medio para todos los materiales km tal que:
2π k m (t 1 − t 4 )
q& L = (*)
r
ln 4
r1
De la primera, segunda y tercera relación obtenemos:
r2 r3 r4
q& L ln q& L ln q& L ln
r1 r2 r3
t1 − t 2 = ; t2 − t3 = ; t3 − t4 =
2π k A 2π k B 2π k C
 r2 r r 
 ln ln 3 ln 4 
q& r1 r2 r3 
∴ t1 − t 2 + t 2 − t 3 + t 3 − t 4 = t 1 − t 4 = L  + +
2π  k A kB kC 
 
 
De la ecuación (*) despejando la diferencia de temperaturas:
r4 r4 r2 r3 r4
ln ln ln ln ln
q& L r1 r1 r1 r2 r3
t1 − t 4 = ⇒ = + +
2π k m km kA kB kC
2π (t 1 − t 4 )
∴ q& L = (14-14)
r r r
ln 2 ln 3 ln 4
r1 r2 r3
+ +
kA kB kC
Aquí observamos una situación análoga (pero no igual) a la de la pared plana compuesta y el razonamiento
es similar: asumiendo régimen permanente de flujo calórico no hay acumulación en ningún punto y las
temperaturas no varían con el tiempo.

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Ejemplo 14.3 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, tubería compuesta.


Calcular las pérdidas de calor por pie de longitud en un tubo de 3" de diámetro nominal aislado con 1" de
magnesia al 85% si la temperatura de la superficie interna del aislante es 500 °F y la temperatura de la cara
externa es 100 °F.
Solución
Para obtener la conductividad térmica del aislante usamos la temperatura media de la aislación, ya que po-
demos suponer que varía linealmente en un intervalo de temperatura tan pequeño.
t +t 100 + 500
tm = 1 2 = = 300 °F
2 2

De tablas a 300 °F: k = 0.043


BTU
⇒ q& L =
(
2 × 3.14 × 0.043 500 − 100 )
= 240
BTU
hr pie ºF 5.5 hr pie
ln
3.5

14.4.3 Esfera hueca


La esfera es el cuerpo geométrico de mayor relación volumen y por eso es preferible cuando se
superficie
trata de minimizar el costo del recipiente, porque tiene el mayor volumen de cualquier figura con el menor
costo de material. Además se usa preferentemente cuando se trata de minimizar el área que permite entrar
o escapar el calor, por lo que muchos recipientes de transporte de materiales a muy baja temperatura son
esféricos. Aplicando la ecuación de Fourier con un razonamiento similar a casos anteriores obtenemos:
4πk (t i − t e )
q& = (14-15)
1 1

ri re
Donde: ri = radio interno; re = radio externo.
Nuevamente encontramos la misma situación que en el apartado 14.4.2. Cuando los dos radios son casi
iguales el flujo calórico que atraviesa el muy pequeño espesor de pared es enorme, tendiendo a infinito a
medida que el espesor tiende a cero. Ver la discusión al final del apartado 14.4.2.

Ejemplo 14.4 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, esfera hueca.


Se desea determinar la conductividad térmica de un material. Para ello se le ha dado forma de esfera hue-
ca, colocando una resistencia eléctrica de calentamiento en su centro y midiendo la temperatura de la su-
perficie con pares termoeléctricos cuando se alcanza el régimen estable. El radio interno de la esfera hueca
es ri = 1.12”, el radio externo es re = 3.06” y el suministro de energía eléctrica a la resistencia es de 11.1 W.
Se han medido las temperaturas interna (ti =203 ºF) y externa te = 184 ºF.
Determinar: a) la conductividad térmica del material. b) la temperatura en un punto intermedio de la pared.
Solución
a) De la ecuación (14-15) podemos despejar la conductividad térmica.
1 1
q&  −  11.1 × 3.413
12 12 
4πk (t i − t e )
− 
&q = ⇒k =
 ri re 
=
 1.12 3.06 
= 1.08
BTU
1 1 4π (t i − t e ) 4 × 3.14(203 − 184 ) pie 2 hr º F

ri re
b) El valor medio del radio de la esfera es:
r + re 3.06 + 1.12
rm = i = = 2.09 pulg
2 2
Planteamos la ecuación (14-15) entre dos puntos, uno situado en la cara interior de la esfera y el otro en
el radio medio. Obtenemos:
1 1
q&  −  11.1 × 3.413
12 12 
4πk (t i − t m )
− 
q& = ⇒ ti − t m =
 ri re 
=
 1.12 3.06 
= 13.8 º F ⇒
1 1 4 πk 4 × 3.14 × 1.08

ri rm
⇒ t m = 203 − 13.8 = 180 .2 º F

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Aquí encontramos una situación novedosa. Cuando pensamos en una pared plana de gran espesor, es ob-
vio que cuanto mayor sea el espesor de la misma tanto menor cantidad de calor la atraviesa. En el límite
cuando el espesor tiende a infinito el flujo calórico tiende a cero. Esta noción intuitiva que es correcta para
paredes planas resulta equivocada en el caso de una esfera hueca. En la ecuación anterior:
4πk (t i − t e ) 4πk (t i − t e )
lim q& = lim = = 4πkri (t i − t e ) (14-16)
re →∞ re →∞ 1 1 1

ri re ri
Es decir que en una esfera infinita (cuya pared tiene espesor infinito) el flujo calórico no es cero, sino que
depende de las temperaturas externa e interna, del material y del radio interno de la esfera. Esto es así
porque a medida que crece el espesor de pared de la esfera aumenta el área externa de modo que el límite
no es nulo. Entonces se plantea una incógnita: si un espesor infinito deja pasar un flujo límite finito, ¿cuál es
el espesor que se puede usar?. La respuesta requiere un estudio de costos que minimice el costo global re-
sultante de la pérdida de calor y el costo del aislante para cada espesor. El mínimo costo total corresponde
al espesor óptimo para ese aislante y esa disposición geométrica en particular.

Ejemplo 14.5 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, esfera hueca.


Calcular la velocidad con la que entra calor a un recipiente esférico de 5" de diámetro que contiene oxígeno
líquido, aislado con 1" de espesor de sílice de diatomeas (tierra de Fuller) pulverizada y compactada hasta
3
una densidad de 10 libras/pie , si la superficie interna se debe mantener a –290 °F y la externa está a 50°F.
¿Cuál es la pérdida mínima teórica obtenible con un espesor infinito de aislante?.
Solución
De tablas a la temperatura media de –120 °F:

k = 0.022
BTU
⇒ q& =
(
4π × 0.022 − 290 − 50 )
= −820
BTU
hr pie ºF 1 1 hr

2.5 3.5
BTU
La pérdida mínima teórica obtenible es: q& min = 4π × 0.022 × 2.5(− 290 − 50 ) = −235
hr

14.4.4 Casos mas complejos de geometría compuesta


Los casos de formas geométricas compuestas se pueden resolver usando un área media siempre que el
espesor L a atravesar sea constante; la fórmula básica es:
∆t
q& = k Am (14-17)
L
A continuación trataremos algunos casos sencillos de geometría compuesta.

14.4.4.1 Superficies semiesféricas concéntricas


Es el caso de los extremos de ciertos recipientes cilíndricos, aunque no se trate de una semiesfera sino de
un sector esférico. Los cabezales torisféricos ASME también se pueden tratar de este modo. El área media
es:
Am = A1 × A2 (14-18)

14.4.4.2 Hornos rectangulares de paredes gruesas


Se considera que tienen “paredes gruesas” los hornos con espesor de pared superior a la mitad de la arista
interior mínima. Este caso no se puede analizar descomponiendo el horno en paredes simples porque las
aristas constituyen una gran proporción de la pared y a veces se pierde mas calor en las aristas que en las
paredes planas. Sea el horno un paralelepípedo de espesor de pared constante x y sea ∑y la suma de to-
das las aristas internas, Ai el área interna total, Ae el área externa total y Am el área media. Podemos distin-
guir varios casos, que resumimos en la tabla de la página siguiente.

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Dimensiones relativas de Am Observaciones


las aristas interiores
Todas las aristas

menores que 2x

y mayores que x/5


Am = Ai + 0.542 x
∑ y + 1.2 x 2 (14-19)

En la ∑y no

Cuatro aristas

menores que x/5


Am = Ai + 0.465 x
∑ y + 0.35 x 2 (14-20) se consideran

las 4 aristas
menores que x/5
2.78 x ymax
Ocho aristas Am = (14-21)
A
log10 e
Ai
menores que x /5
Todas las 12 aristas
menores que x /5 Am = 0.79 Ai × Ae (14-22)

Si el horno no tiene espesor de pared constante se pueden analizar en los dos primeros casos cada una de
las paredes por separado. En el primer caso el área media de cada pared es:

Am = Ai + 0.271x
∑ y + 0.2 x 2
En el segundo caso el área media de cada pared es:
(14-23)

Am = Ai + 0.233 x
∑ y + 0.06 x 2
En ambos casos se toma ∑y como la suma de las cuatro aristas que limitan la pared en cuestión. Cabe aco-
(14-24)

tar que no es en absoluto normal tener un horno que no tiene espesor de pared constante, ya que la mayor
pérdida se da en las paredes de menor espesor. Lo mas lógico y habitual es construir hornos de espesor de
pared constante.

14.5 Conducción del calor en estado transitorio


El estado de régimen transitorio se caracteriza porque la temperatura depende de dos factores: el tiempo y
la posición, a diferencia del régimen estacionario o permanente, donde la temperatura sólo depende de la
posición. Aquí vamos a analizar un caso simplificado, en función del tiempo y una sola coordenada, con ge-
neración interna de calor, para luego extender a tres coordenadas. Supongamos tener un cuerpo prismático
de área A transversal al flujo de calor q& (cal/hr) que se orienta según la dirección x.
El volumen del cuerpo es:
qx V = A×∆x
Donde: ∆x = espesor del cuerpo;
A = área transversal, medida en la dirección per-
∆x pendicular al flujo de calor.
El calor que se genera en el interior del cuerpo
(por ejemplo por medio de una resistencia eléctri-
3
A ca) a una velocidad de W cal/(hr m ) lo supone-
qx+∆x mos producido por el cuerpo en su integridad; es
decir que W es una medida de la velocidad con
que se produce calor por unidad de volumen de
todo el cuerpo, que suponemos isótropo a tal
x efecto.
Si el flujo calórico es q& x al ingresar al cuerpo y

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sale del mismo en una magnitud q& x + ∆x es obvio que la diferencia entre el calor que sale q& x + ∆x y el ingre-
sante q& x en un tiempo ∆τ es:
τ + ∆τ

∫ τ
(q& x + ∆x − q& x )dτ
Recordemos que el teorema del valor medio del cálculo integral (Cauchy) es:
(14-25)

∫ f (x)dx = (b − a ) f (ξ )
a
con ξ ∈ (a, b ) o sea a < ξ < b
Por lo tanto, aplicando el teorema del valor medio la integral (14-25) queda:
τ + ∆τ

∫( τ
q& x + ∆x − q& x )dτ = [q& x + ∆x − q& x ]τ ∆τ (14-26)

Se recordará que la función q& debe estar evaluada en un instante τ perteneciente al intervalo abierto (τ,
τ+∆τ).
Aplicando el mismo teorema del valor medio, la variación de energía interna específica del volumen consi-
derado durante el tiempo ∆τ es:
x + ∆x

∫ [(ρ × u )
x
τ + ∆τ ] [
− (ρ × u )τ A dx = (ρ × u )τ + ∆τ − (ρ × u )τ ] A dx
x
(14-27)

Donde (ρ u) = energía interna específica por densidad = energía interna por unidad de volumen. Aquí x es
un valor que pertenece al intervalo abierto (x, x+∆x).
Por otra parte el calor producido internamente dentro del cuerpo en el instante ∆τ es:
Q i = W A ∆ x ∆τ (14-28)
Por último, el Primer Principio de la Termodinámica nos dice que la energía que llega al cuerpo menos la
energía que sale del cuerpo mas toda la energía que se genera internamente debe ser igual a la variación

[ ]
de energía interna, de donde:
q& − q& ∆τ + W A ∆x ∆τ = [(ρ × u )τ + ∆τ − (ρ × u )τ ]x A ∆x (14-29)
x + ∆x x τ
Pero recordemos que el teorema del valor medio del cálculo diferencial (Cauchy) establece que:
f (b ) − f (a )
= f ′(ζ ) con ζ ∈ (a, b )
b−a
De esto se deduce:
q& − q& 
 x + ∆x x  τ  ∂q& 
=  
∆x  ∂x  x′,τ
Es decir:
 ∂q& 
q&
x + ∆x
− q& =  ∆x
x  ∂x  x,τ ′
De modo similar se puede deducir que:
 ∂ (ρ × u ) 
(ρ × u )τ + ∆τ , x − (ρ × u )τ , x =  ∆τ
 ∂x  x,τ
Reemplazando en la ecuación (14-29) tenemos:
 ∂q&   ∂(ρ × u ) 
  ∆x∆τ + W A ∆x∆τ =   A ∆x∆τ
 ∂x  x,τ  ∂x  x ,τ
Si ∆x→0 entonces x′ → x ; si ∆τ→0 entonces τ ′ → τ y ambos tienden a x y τ.
Por lo tanto:
∂q& ∂( ρ × u )
+W A = A
∂x ∂x
Pero por la ecuación de Fourier:

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 ∂t 
q& = k A  y además u = Cv t
 ∂x  τ
En esta expresión nos apartamos algo de la notación usada en la ecuación (14-3) poniendo el gradiente de
temperaturas respecto al espesor a tiempo constante.
Pero como vimos en el apartado 3.7.3 del capítulo 3 los calores específicos a presión y a volumen constan-
te de un sólido no son muy diferentes, de modo que podemos considerar Cv = Cp = C de donde:
u=Ct
En consecuencia:
∂   ∂t   ∂ (ρ × C × t )
k A   + W A = A
∂x   ∂x  τ  ∂x
Dividiendo por A:
∂   ∂t   ∂ (ρ × C × t )
k    + W = (14-30)
∂x   ∂x  τ  ∂x
En el caso de que la variación de temperatura no sea demasiado grande o tomando valores medios se
puede sacar ρ, C y k fuera de las derivadas:
∂ 2t ∂t
k 2 + W = ρC (14-31)
∂x ∂τ
La extensión al sistema de tres coordenadas es inmediata y ocurre naturalmente:
∂ 2 t ∂ 2 t ∂ 2 t W ρC ∂t
+ 2 + 2 + = (14-32)
∂x
2
∂y ∂z k k ∂τ
La ecuación (14-32) se denomina ecuación diferencial de Laplace y ha sido muy estudiada. Se puede re-
solver por métodos analíticos o numéricos; para configuraciones especialmente complejas se han usado
con éxito modelos eléctricos construidos con papel conductor. En las aplicaciones de ingeniería son muy
comunes las situaciones en un solo eje y menos habituales las que requieren dos o tres ejes. Vamos a es-
tudiar un método de cálculo para paredes planas (un solo eje) que pese a su antigüedad (E. Schmidt 1924)
tiene gran utilidad práctica por su simplicidad que se presta para el cálculo a mano y también es muy fácil
de programar.

14.5.1 Método numérico de Schmidt


Sea un cuerpo plano. Se divide en n láminas iguales de espesor
∆x cada una. Se prefiere que n sea grande. El error tiende a ce-
ro para n tendiendo a infinito, aunque se debe tener en cuenta
también que si ∆x es demasiado pequeño hay errores de re-
dondeo que hacen que la solución numérica se aparte de la real
para n muy grande. La discusión de este problema escapa a
nuestro propósito y a los límites de este tratamiento pero acla-
remos que a medida que n se hace mas grande (o ∆x mas pe-
queño) el error disminuye hasta que a partir de un punto co-
mienza a crecer, y sigue haciéndolo cada vez mas. El valor de n
para el cual el error es mínimo es el óptimo y depende de varios
factores, entre ellos las características del algoritmo de cálculo,
del lenguaje compilador usado y del equipo.
t' = temperatura del lado cálido
t" = temperatura del lado frío
Se suponen constantes C, k y ρ.
Si observamos la figura de la izquierda se impone una reflexión.
La curva descendente de temperaturas desde t' hasta t3 es
compatible con la hipótesis de conducción del calor porque la resistencia del cuerpo la hace disminuir en
forma constante. Pero a partir de ahí se encuentra un mínimo de temperatura y luego comienza a crecer, lo
que sólo se puede deber a la presencia de una fuente de calor en el interior del cuerpo. Sin embargo, en lo
sucesivo supondremos que no se genera calor en el interior del cuerpo, sino que existe conducción pura.
Si tomamos la (14-31) dividiendo por k:

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∂ 2t ρC ∂t
+W =
∂x 2
k ∂τ
Pero en este caso W = 0 (es decir, hay conducción pura), por lo tanto:
∂ 2t ρC ∂t
=
∂x 2
k ∂τ
¿Cuál será el ∆τ para el cual ∆t = 1?. Reemplazando el operador derivada por diferencias finitas hacia ade-
lante tenemos:
∆2 t
=
ρC ∆t
( )
⇒ ∆τ = ∆x
2 ∆t ρC
(∆x ) 2
k ∆τ ∆2 t k
∆t 1
Haciendo: =
∆t 2
2

Esto se justifica por razones matemáticas para asegurar la convergencia numérica. Entonces:

∆τ =
(∆x ) 2
ρC
(14-33)
2 k
El grupo que tenemos a la derecha es interesante por sus propiedades. Si tomamos la inversa del grupo de
la derecha resulta la llamada difusividad térmica:
k
a= (14-34)
ρ Cp
--------------------------------
El nombre de a deriva del hecho de que tiene las mismas unidades que el coeficiente de difusividad
de masa. En efecto, el flujo de masa por difusión mutua entre dos especies A y B es:
dC A
N A = − D AB
dx
Donde: NA = cantidad de masa que fluye a lo largo de una distancia dx por unidad de tiempo y por
2
unidad de superficie de contacto entre ambas especies (moles/(segundo cm );
3
CA = concentración molar de la especie A (moles/cm );
x = distancia a lo largo de la cual se produce la difusión (cm);
2
DAB = coeficiente de difusividad de masa (cm /seg).
Esta ecuación se conoce como ley de Fick de difusión. Comparando la ley de Fick y la ecuación
(14-2) de Fourier encontramos analogías provocativas.
Es interesante observar que las unidades de la difusividad térmica también son las mismas que las
de la viscosidad cinemática ν. En efecto:
Kcal
[a ] = [k]
=
m seg ºC
=
m2
[ν] = m2
[ρ][Cp ] Kg Kcal seg seg
m3 Kg ºC
Esto se suele interpretar en la teoría de fenómenos de transporte como una analogía entre el trans-
porte de cantidad de movimiento y el transporte de energía en forma de calor. La viscosidad cine-
mática expresa la capacidad de transporte de cantidad de movimiento, la difusividad térmica expre-
sa la capacidad de transporte de calor, y el coeficiente de difusividad de masa expresa la capacidad
de transporte de masa.
--------------------------------
Es ahora necesario determinar las temperaturas t0, t1, t2, ......, tn en intervalos de tiempo ∆τ, 2∆τ, 3∆τ,...etc.
Si no se conocen las temperaturas internas de la partición t1, t2, ......, tn-1 se pueden asumir a partir de t0 y tn.
Si tampoco se conocen t0 y tn se pueden estimar a partir de t' y t" (temperaturas del medio caliente y frío)
usando el coeficiente combinado de radiación y convección a partir de una buena estimación de las tempe-
raturas t1 y tn-1 que deben ser conocidas o estimarse de modo que corresponde en este caso usar un proce-
dimiento iterativo, de aproximaciones sucesivas.
ht′ ∆x t ′ + k t1
t0 = (14-35)
k + ht′ ∆x

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ht′′∆x t ′′ + k tn-1
tn = (14-35’)
k + ht′ ∆x
Donde h't y h"t son los coeficientes combinados del lado cálido y frío respectivamente. Luego se obtienen
las temperaturas internas asumiendo que la distribución se rectifica por una poligonal, es decir aproximar
suponiendo que el salto de temperaturas en cada una de las láminas de espesor ∆x es lineal.
Entonces:
( a τ =0 ) ( a τ =0 ) ( a τ =0 ) ( a τ =0 )
( a τ = ∆τ ) t0 + t2 ( a τ = ∆τ ) t1 + t3
t1 = ;t2 = ;
2 2
( a τ =0 ) ( a τ =0 )
( a τ = ∆τ ) t2
( a τ =0 )
+ t4
( a τ =0 )
( a τ = ∆τ ) t j-1 + t j +1
t3 = ;L; t j =
2 2
( a τ = ∆τ ) ( a τ = ∆τ ) ( a τ = ∆τ ) (a τ = )
( a τ = 2 ∆τ ) t0 + t2 ( a τ = 2 ∆τ ) t1 + t 3 ∆τ
t1 = ;t 2 = ;
2 2
(a τ = ) (a τ = )
( a τ = 2 ∆τ )
(a τ = )
t 2 ∆τ + t 4 ∆τ
(a τ = )
( a τ = 2 ∆τ ) t j-1 ∆τ + t j +1 ∆τ
t3 = ;L; t j =
2 2
Y así sucesivamente. Esto equivale a construir una tabla donde las temperaturas t0, t1, t2, ......, tn se conocen
o se asumen en una suposición razonable para τ = 0 y los demás valores se determinan en base a esos da-
tos y a datos conocidos de t0 a distintos tiempos o de tn a distintos tiempos o de ambos.
La tabla en cuestión es:

Tiempo temperaturas
horas t0 t1 t2 t3 t4 t5 t6 . . . .
0 □□ □□ □□ □□ □□ □□ □□
∆τ □□ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■
2∆τ □□ ■■ ■■ ○○ ■■ ■■ ■■
3∆τ □□ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■
Los símbolos "□□" identifican valores conocidos y los "■■" a valores calculados.
El sentido de cálculo es desde las casillas superiores y a los lados hacia abajo y hacia el centro.
Por ejemplo el casillero identificado (○○) tendrá un valor de temperatura dado por:
t 2,∆τ + t 4,∆τ
t 3,2 ∆τ =
2
En general, la fórmula de recurrencia que se debe usar para calcular cualquier temperatura es:
i ≥ 1, i < n
ti-1,( j −1)∆τ + ti +1,( j −1)∆τ
ti, j∆τ = (14-36)
2
j ≥1
En realidad, la suposición de que las propiedades C, k y ρ se mantie-
nen constantes tiene poco fundamento. Una estimación mas exacta
debiera tomar en cuenta la variación de estas propiedades con la tem-
peratura, en particular cuando la diferencia de temperaturas entre lado
frío y lado cálido es muy grande. En su momento hicimos una reflexión
sobre este particular para el caso de paredes planas compuestas en
régimen permanente, puesto que cuando se trata este problema se
acostumbra suponer constancia de propiedades (apartados 14.4.1.1 y
14.4.1.2). Las dos mas sensibles a la temperatura son C y k, dado que
la densidad es relativamente independiente de la temperatura. Supon-
gamos la lámina que vemos en la figura. La temperatura media t se
obtiene por interpolación lineal. Si ∆x es muy pequeño y las temperatu-
ras ti y ti+1 no difieren mucho entre sí entonces t no se aparta gran
cosa de la temperatura media verdadera de la lámina.
Vamos a suponer que k, por ejemplo, varía linealmente con la temperatura. Nuevamente, el hecho de que
∆t sea pequeño para la lámina nos permite hacer una aproximación lineal sin cometer por ello un gran error.

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Esto nos permite corregir los estimados de temperatura y mediante un procedimiento de aproximaciones
sucesivas obtener mas exactitud. Las ecuaciones lineales son:
k = a + bt (14-37)
C = a ′ + b ′t (14-37')
Sea un espesor de pared uniforme, compuesto por un solo material. Si está compuesto por mas de uno el
tratamiento se modifica un poco dentro de las mismas líneas generales y siguiendo idéntico razonamiento.
Lo dividimos en n láminas de espesor ∆x. Como toda la pared estará compuesta de un solo material pero
cada lámina tiene una temperatura distinta, y el coeficiente k depende de la temperatura, asumimos un va-
lor distinto de k para cada lámina.
En un instante ∆τ suficientemente pequeño suponemos que no hay acumulación de calor en ningún punto,
es decir que en ese instante el sistema se comporta en todo sentido como si estuviese en régimen estacio-
nario. O, dicho en otros términos, si el régimen estacionario se caracteriza por la variación de las temperatu-
ras en el tiempo, en un lapso de tiempo suficientemente pequeño las temperaturas no cambian y por ende
el régimen transitorio se puede considerar como una infinita sucesión de una gran cantidad de estados de
régimen estacionario, todos diferentes entre sí.
De la ecuación (14-2):
q& t0 − t1 t1 − t 2 t −t
= = = L L = n- 1 n (a)
A ∆ x ∆ x ∆x
k1 k2 kn
De la ecuación (14-9):
t0
t1 q& t −t
t2 t3 t4
= 0 n n (b)
A
qx tn-1
tn
∆x ∑
i=1
1
ki
Por lo tanto, de las ecuaciones (a) y (b) podemos
construir una sucesión:
k1 k2 k3 k4 kn

q& L1 t − t ∆x t −t
t 1 = t0 − = t0 − 0 n n = t0 − 0 n n
A k1 1 k1
∆x
i=1

ki
k1
i =1
1
ki ∑
q& L2 t −t ∆x t −t
t 2 = t1 − = t1 − 0 n n = t1 − 0 n n
A k2 1 k2
∆x
i =1

ki
k2
i=1
1
ki ∑
KK (14-38)
KK
t0 − t n L j t −t
t j = t j-1 − n
= t j-1 − 0 n n para cualquier j/ 0 < j < n
Li k j
∑i=1
ki
kj ∑
i=1
1
ki
Luego es fácil calcular las temperaturas medias:
t0 + t1 t +t t j-1 + t j
t1 = ; t2 = 1 2 ; tj =
2 2 2
Pero:

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 
 
 
t0 + t1 1  t0 − t n  t0 − t n
t1 = = t0 + t0 − = t0 −
2 
∑ ∑
2 n
1
n
1
 k1  2k 1
 ki  ki
 i =1  i =1

 
 
 
t1 + t 2 1  t0 − t n  t0 − t n
t2 = = t1 + t1 − = t0 −
2 
∑ ∑
2 n
1
n
1
 k2  2k 2
 ki  ki
 i =1  i =1

Y, generalizando para cualquier j/1 < j ≤ n es:


t0 − t n
t j = t j-1 − n (14-39)
2k j ∑
i =1
1
ki
Ahora, una vez estimadas las temperaturas medias, es inmediato obtener los coeficientes k:
k1 = a + bt1; k 2 = a + bt2 ;LL; k n = a + btn
y los valores de C:
C1 = a′ + b′t1; C2 = a′ + b′t2 ;LL; Cn = a′ + b′tn

Ejemplo 14.6 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, horno en régimen transitorio.
Hay que construir un horno que opera cinco días y se apaga el fin de semana para repararlo. Se calienta
eléctricamente y su temperatura de trabajo es 1800 °F (o 980 °C). Se ha estimado que las paredes han de
tener un espesor de 9" y se ha suscitado una discusión sobre cual sería el mejor material aislante. Unos di-
cen que hay que usar ladrillo refractario porque es mas robusto. Otros dice que hay que usar lana de vidrio
porque es mejor aislante. Se calcula que en el arranque se tardarían dos horas para llevarlo desde 80 °F
(27 °C) hasta la temperatura de trabajo. Para dirimir la cuestión se ha de calcular la pérdida de calor por
unidad de superficie con cada material en una semana de trabajo de 120 horas.
Datos
Estimando una temperatura media de pared del orden de 1000 °F, para el ladrillo refractario tenemos:
BTU BTU Lb
k = 0.67 , C = 0.29 , ρ = 125 .
hr pie ºF Lb ºF pie 3
Para la lana de vidrio es:
BTU BTU Lb
k = 0.16 , C = 0.23 , ρ = 38 .
hr pie ºF Lb ºF pie 3
El coeficiente combinado de radiación-convección superficial depende de la temperatura de la superficie y
BTU
variará bastante. Parece sensato asumir para la superficie externa un valor medio de ht′′ = 3 . El
hr pie 2 ºF
cómputo de h" y h' se verá en detalle en el próximo capítulo.
Solución
Nos concentraremos en exponer un esbozo de cálculo no muy elaborado (suponemos constantes las pro-
piedades) para el ladrillo, porque el de la lana es idéntico y nos ocuparía demasiado espacio. Elegimos la-
minar la pared en cuatro tajadas imaginarias, aunque un número mayor de láminas sería preferible, diga-
mos por ejemplo dieciséis. El cálculo con gran cantidad de tajadas se hace muy laborioso si se hace a ma-
no, de modo que resulta preferible hacer un pequeño programa de computadora. Con cuatro tajadas tene-
mos:

∆x =
9 1
= 0.1875 pies ∆τ =
(∆x ) 2
ρC
=
0.1875
2
0.29 × 125
= 0.95 hora
12 4 2 k 2 0.67

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El problema de determinar las temperaturas de la pared lo resolvemos así: en el instante 0 el horno está to-
tal y uniformemente frío a 80 °F, y como tarda dos horas y media en alcanzar la temperatura interna unifor-
me de 1800 °F, durante esas dos y media horas asumimos que t0 aumenta linealmente. Esta suposición pa-
rece razonable porque la superficie interna recibe energía en forma constante. Las temperaturas interiores
las obtenemos por interpolación lineal tal como explicamos precedentemente, lo que es fácil porque la tem-
peratura del otro extremo (lado frío) permanece constante e igual a 80 °F (temperatura ambiente).

q&
tiempo temperaturas Flujo calórico
A
2
[horas] [°F] [BTU/(pie hr)]
t0 t1 t2 t3 t4
0.00 80 80 80 80 80 0
0.95 734 80 80 80 80 2340
1.90 1388 407 80 80 80 3510
2.85 1800 734 244 80 80 3810
3.80 1800 1022 407 162 80 2780
4.75 1800 1104 592 244 169 2490
5.70 1800 1196 674 381 243 2160
6.65 1800 1237 789 459 286 2010
7.60 1800 1295 848 538 328 1805
8.55 1800 1324 917 588 356 1700
9.50 1800 1359 956 637 382 1575
∞ 1800 -- -- -- 475 1185

La temperatura t0 a las 0.95 horas se obtiene por interpolación lineal, teniendo en cuenta que a las 2.5
horas del arranque el horno tiene una temperatura t0 uniforme de 1800 °F y suponemos (no tiene porqué
ser de otro modo) que esta crece linealmente:
1800 − 80
t0 a 0.95 horas = 0.95 + 80 = 734 ºF
2.5
Para las primeras 4.75 horas se pueden calcular las temperaturas intermedias por promedio aritmético de
las temperaturas precedentes. El valor de t4 (temperatura de la superficie externa del horno) para ese mo-
mento y tiempos sucesivos posteriores se puede obtener de la siguiente igualdad:
ht′′∆x t ′′ + k t 3
t4 =
k + ht′ ∆x
q&
Las intermedias (t1, t2, t3) por promedio aritmético como se explicó. Los valores de que aparecen en la
A
tabla se determinan por aplicación de la ecuación de Fourier, ecuación (14-2), a la primera lámina (flujo que
sale del horno). Por ejemplo a las 3.8 horas tenemos:
q& 1800 − 1022 BTU
= 0.67 = 2780
A 0.1875 hr pie 2
Para τ = ∞ se alcanza estado estacionario. Todo el flujo calórico que pasa por la primera lámina sale por la
2
última, por lo tanto si la pared libera calor al medio ambiente a razón de 3 BTU/(hr pie °F) (que es el valor
de h"t) es para ese instante:
( ) (
q& = ht′′ A 1800 − t = 3 × 1 1800 − t
4 4
)
y también:
1800 − t 4 1800 − t 4
q& = k A = 0.67 × 1
L 9
12
por lo tanto operando:
q& BTU
t 4 = 475 °F ⇒ = 1185
A hr pie 2
De igual forma trabajamos para el caso de la lana de vidrio. La pérdida total de calor en cada material a lo
largo del período total es:

Q=
∫ q& dt
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Dados los valores de las tablas esta integral se puede resolver en forma numérica o gráfica. La dificultad
mayor para ello reside en el hecho de que el intervalo de tiempo ∆τ es demasiado grande, lo que a su vez
proviene de haber elegido un ∆x demasiado grande del cual depende ∆τ por la ecuación (14-33). Si quere-
mos tener mayor exactitud debemos elegir una laminación mucho mas fina, en 12 o 20 tajadas. Para el la-
2
drillo refractario se obtiene Q/A = 154,700 BTU/pie y para el material de lana de vidrio Q/A = 43,300
2
BTU/pie , ambos por semana.
Observemos que cuando el horno se está calentando, durante la mitad del primer turno, la pérdida es mu-
cho mayor que en régimen estable lo que se debe a la gran masa del ladrillo refractario que se debe calen-
tar. Esto, que es una desventaja en el arranque y en la parada porque hay que esperar mucho para poder
cargar, tiene la ventaja de que cualquier corte de energía eléctrica lo afecta mucho menos que si se emplea
lana de vidrio, que tiene menor inercia térmica.

Existen varios programas de cálculo de intercambio de calor por conducción en estado transitorio en varias
versiones: para refractarios, para aislamiento térmico, etc.

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BIBLIOGRAFIA
• “Elementos de Termodinámica y Transmisión del Calor” – Obert y Young.

• “Procesos de Transferencia de Calor” – D. Q. Kern.

• “Transmisión del Calor y sus Aplicaciones” – H. J. Stoever.

• “Problemas de Termotransferencia” – Krasnoschiokov y Sukomiel.

• “Intercambio de Calor” – Holman.

• “Manual de fórmulas y datos esenciales de transferencia de calor para ingenieros” – H. Y. Wong.

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CAPITULO 15
INTERCAMBIO DE CALOR POR CONVECCION

15.1 Introducción
Ya hemos visto que el calor se puede transferir por tres mecanismos fundamentales: por conducción, que
ya hemos examinado, por convección, que estudiaremos aquí, y por radiación, que estudiaremos mas ade-
lante. Básicamente el mecanismo de convección se basa en la creación de corrientes en el seno de un flui-
do, por lo que se distingue nítidamente de la conducción, que se puede dar en los fluidos y en los cuerpos
rígidos, y de la radiación, que no requiere medio conductor. Las corrientes producidas en el seno del fluido
reconocen dos orígenes:
a) natural, por efecto de la gravedad sobre zonas del fluido que tienen distintas densidades causadas
por diferencias de temperatura entre las mismas, es decir cuando las corrientes son causadas por
diferencias de energía potencial (flujo por gravedad o termosifón) y
b) artificial o forzada, cuando las corrientes se originan en diferencias de energía cinética (elemento
impulsor: bomba, ventilador). En el primer caso se dice que hay convección natural y en el segundo
convección forzada.
En este capítulo nos ocupamos del intercambio de calor sensible por convección. Se denomina transmisión
de calor sensible a cualquier proceso en el que el fluido usado para calentar o enfriar no experimenta cam-
bio de fase. Estudiaremos los procesos de intercambio de calor con cambio de fase en el próximo capítulo.
El análisis de los mecanismos de convección es complejo y ante el fracaso de los métodos analíticos clási-
cos se ha usado el Análisis Dimensional con éxito. No podemos tratar aquí el Análisis Dimensional en pro-
fundidad, para lo que se debe recurrir a la literatura, pero superficialmente podemos decir que se trata de
una herramienta teórica cuya principal utilidad reside en que permite encontrar la forma del modelo mate-
mático que describe una situación física por medio de la homogeneidad dimensional que atribuimos al mo-
delo en una cierta base dimensional predefinida. Se denomina base a un conjunto de unidades
fundamentales que bastan para describir totalmente las variables que intervienen en el modelo. En nuestro
caso, la base está integrada por las unidades fundamentales: Fuerza, Longitud, Energía (o Calor),
Temperatura y Tiempo, porque elegimos plantear nuestro modelo usando el sistema mixto de unidades
usuales. Si elegimos como sistema el SI, la base está integrada por las unidades fundamentales: Masa,
Longitud, Temperatura y Tiempo. Toda magnitud que interviene en un problema de transmisión de calor se
puede describir en términos de las unidades de la base. (Ver “Termodinámica” de Julio Palacios). El
Análisis Dimensional a partir de los trabajos de Bridgman usa mucho los números adimensionales, que son
agrupaciones de variables que se combinan entre sí por medio de productos y cocientes de modo que las
unidades de las mismas se cancelen mutuamente entre sí, resultando un valor numérico sin unidades.

15.1.1 Régimen del flujo


Se conoce como régimen del flujo a la manera como se mueve el fluido, desde el punto de vista del mayor
o menor desorden del flujo. Para visualizar esto, los fumadores pueden hacer el siguiente experimento (y
los no fumadores también, reemplazando el cigarrillo por un sahumerio aromático): en una habitación ce-
rrada, sin corrientes de aire, dejar un cigarrillo encendido en reposo durante unos cuantos minutos. Si el ai-
re se encuentra totalmente estancado, se observará que el humo asciende rectamente por espacio de al-
gunos centímetros, para interrumpirse luego la columna en un punto a partir del cual el humo asciende en
forma desordenada. En el sector de flujo ordenado en el que el humo se mueve en una columna uniforme,
encontramos un gradiente continuo de velocidades desde el centro de la columna (donde la velocidad del
ascenso es máxima) hasta la periferia, donde el aire en reposo que rodea la columna tiene velocidad cero.
Este se llama régimen de flujo laminar.
El sector de flujo desordenado en el que la corriente se desplaza formando torbellinos irregulares se dice
que está en régimen de flujo turbulento. Estos conceptos ya son familiares, puesto que los tratamos en el
capítulo 13.

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15.1.2 Coeficiente de película


Pensemos por un instante en la situación que ocurre en un proceso de calentamiento de un fluido, de los
miles de procesos similares que hay en cualquier industria. Generalmente el calentamiento ocurre desde un
medio sólido (que a su vez puede recibir calor de una llama, o de otro fluido cálido, como vapor) hacia el
fluido a calentar.
De modo que tenemos una pared sólida, supon-
gamos que limpia, con un cierto grado de rugosi-
dad que depende del material, grado de uso, etc.
Luego está la capa laminar que siempre está pre-
sente, mas gruesa o mas delgada, y en seguida la
zona de turbulencia totalmente desarrollada, que
domina en toda la masa del fluido. Es evidente
que la mayor resistencia al paso del calor está en
la capa laminar, porque el sólido suele ser buen
conductor del calor, y en régimen turbulento los
torbellinos se encargan de transmitir eficazmente
el calor mezclando totalmente el fluido cálido de
las cercanías de la pared con el resto. Analizando
la cuestión desde el punto de vista de la conduc-
ción a través de la capa laminar, es claro que,
aplicando la ecuación de Fourier a la capa de fluido es:
Q& dT k
=k = dT = h dT ⇒ Q& = h A dT (15-1)
A dx dx
El primero en usar la ecuación (15-1) fue Newton en el siglo XVIII, precisamente en 1701. Las unidades de
h son:

[]h =
[
Energía ] =
[ Potencia ]
[ ][ ][
Superficie Tiempo Temperatura ] [ ][
Superficie Temperatura ]
Llamamos h al coeficiente de película del fluido. Se debe evaluar individualmente para cada situación parti-
cular por las siguientes razones:
1) El valor del coeficiente de conducción k depende del fluido y de la temperatura media de la capa
laminar, que a su vez depende de su espesor;
2) El espesor de la capa laminar es extremadamente difícil de estimar.
En efecto, se debe pensar que el espesor de la capa laminar depende de muchos factores: dependerá de la
viscosidad del fluido y de su velocidad, puesto que a altas velocidades el espesor es menor que a bajas ve-
locidades; de la rugosidad de la superficie; de su disposición geométrica, es decir, si está horizontal o verti-
cal, y si está vertical de si el fluido corre de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba o cruzado; de si el flui-
do se calienta o se enfría, o hierve, o se condensa; en fin, hay muchísimas posibilidades. El problema es
muy complejo y escapa al análisis teórico por lo que solamente contamos con correlaciones experimentales
que permiten estimar un valor aproximado, en el mejor de los casos, de manera que no se puede pretender
una gran exactitud aun contando con datos bibliográficos modernos.
Nuestra principal herramienta para tal fin es el Análisis Dimensional. Provee una base que permite analizar
el problema y predecir la forma que tendrá el modelo matemático que lo describe. Posteriormente, apoyán-
dose en ese modelo, es mas fácil proyectar los experimentos y procesar la información que permita arribar
finalmente a una correlación precisa.
Los números mas usados son:
hD
Número de Nusselt: N Nu = (15-2)
k
Cp µ
Número de Prandtl: N Pr = (15-3)
k
DV ρ DV D G 4 m&
Número de Reynolds: N Re = = = = (15-4)
µ ν µ π µD
D 3 ρ 2 β g ∆T D 3 β g ∆T
Número de Grashof: N Gr = = (15-5)
µ2 ν2

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