Introduccion A La Termodinamica 2
Introduccion A La Termodinamica 2
Introduccion A La Termodinamica 2
Suponiendo un recipiente cerrado por un pistón ideal de modo tal que la presión sea constante y que con-
tiene líquido hirviente, aplicando el Primer Principio para sistemas cerrados tenemos:
∆QL→V = ∆h − v ∆P = ∆h ⇒ ∆QL→V = ∆QV → L = λ = hV − hL
Denominamos a λ calor latente de vaporización. Por ser λ una diferencia de entalpías, que son función de P
y T, también λ es función de P y T.
h = u + P × v ⇒ λ = hV − hL (8-7)
λ = (u + P × v )V − (u + P × v ) L = uV − u L + P(vV − v L )
Se suele llamar calor interno de vaporización a la diferencia uV – uL.
Se suele llamar calor externo de vaporización al producto P(vV – vL).
∫ ∫ ∫
δQ δQ 1 λ λ
ds = ⇒ dS = = δQ = ⇒ sV − s L = (8-8)
T T T T T
Por lo tanto:
dP λ
= Ecuación de Clapeyron (8-9)
dT T (vV − vL )
La ecuación de Clausius-Clapeyron es una simplificación de la ecuación mas exacta de Clapeyron. Si se
desprecia vL frente a vV que es bastante mayor, y se supone que el vapor se comporta como un gas ideal (lo
que es razonable en condiciones moderadas, pero inexacto en condiciones alejadas de las normales) y
además se supone constante el calor latente de vaporización en un rango moderado de P y T, resulta:
RT R'
vV = donde: R= es la constante particular del vapor en cuestión. Además λ = λ0 = constan-
P PM
te. Entonces:
R 2 T dP R 2 T ∆P dP λ0 dT
λ0 = ⇒ λ0 ≅ ⇒ =
P dT P ∆T P R T2
Integrando:
P λ 1 1
ln = 0 − (8-10)
P0 R T0 T
Esta ecuación es bastante exacta a presiones bajas, aumentando el error a medida que crece la presión.
Se pueden escribir ecuaciones análogas a las de Clausius y Clapeyron para obtener calor de fusión y su-
blimación.
λ = hV − hL
Igualmente de la ecuación (8-8):
λ h − hL λ
s − sL = ⇒ V = = T = tg (α ) (8-11)
V T sV − sL λ
T
Recordando las ecuaciones que estudiamos en el capítulo 6 so-
bre energía libre, de la ecuación (6-20) y de la definición de Cp
tenemos que la pendiente de las isobaras en el interior de la zo-
na de coexistencia de fases es:
∂h
∂h ∂T P Cp
= = =T (8-12)
∂S P ∂S Cp
T
∂T P
Por lo tanto las isobaras coinciden con las isotermas. A su vez la
pendiente de las isotermas es:
∂h ∂v
v − T
∂h ∂P T ∂T P ∂T
= = = T − v (8-13)
∂S T ∂S −
∂v ∂v P
∂P T ∂T P
Dentro de la zona de coexistencia de fases hay temperatura constante a presión constante, por lo tanto:
∂T ∂h
=0⇒ =T
∂v P ∂S T
∂h
Cuando se sale de la zona de coexistencia de fases esto ya no es cierto, es decir: ≠ 0 y suponien-
∂S T
do que el vapor se comporte como un gas ideal tenemos:
Pv ∂T P ∂T Pv ∂h
T= ⇒ = ⇒ v = = T ⇒ = T −T = 0
R ∂v P R ∂v P R ∂S T
Las isotermas tienden a ser horizontales fuera de la campana que delimita la zona de coexistencia de fa-
ses. Las isobaras fuera de la campana en cambio tienen tendencia a ser verticales porque si se calienta un
vapor a P constante tiende a aumentar su temperatura y se va hacia isotermas superiores.
λ0 1 d (lnPv ) λ
− d [ln(Pv )] = − ⇒ =− 0
R T dT R
λ0
Esto sugiere que una representación de ln(Pv) en función de 1/T deberá ser una recta de pendiente . −
R
Esto por supuesto no es así mas que en un intervalo reducido de presiones y temperaturas, en el rango ba-
jo. Prolongando los ejes hacia zonas de alta temperatura y presión aparece una curvatura mas o menos
pronunciada. Esta es la base de la correlación de Kirchoff.
Lo que hizo Kirchoff fue suponer que, puesto que λ0 es una diferencia de entalpías y que la entalpía depen-
de de Cp (que se puede describir como polinomio cúbico de T) también es posible describir a λ0 como poli-
nomio cúbico de T.
λ0 = A + B × T + C × T 2 + D × T 3
Tomando la ecuación de Clapeyron y despreciando el volumen líquido respecto del volumen de vapor te-
nemos:
dPv λ λ
= ≅
dT T (vV − vL ) T vV
Asumiendo comportamiento ideal:
dPv λ λ Pv dP λ dT
= = ⇒ v =
dT T R T R T 2
PV RT2
Pv
Reemplazando λ0 tenemos:
dPv (A + BT + CT 2 + DT 3 ) dT
=
Pv RT2
Integrando:
A′
ln(Pv ) = + B ′ln(T ) + C ′ × T + D ′ × T 2 (8-14)
T
Esta es la ecuación de Kirchoff. Muestra que la gráfica de ln(Pv) en función de 1/T no es lineal sino una
combinación de una recta, una parábola y una hipérbola, con una contribución logarítmica cuyo peso es
menor. La influencia de la componente parabólica es pequeña a bajas temperaturas, y aumenta con esta.
Si bien la exactitud de la ecuación de Kirchoff es mala, se comenta aquí porque constituye la base de varias
ecuaciones empíricas.
B
log10 (Pv ) = A − (T en °K) (8-15)
T −C
B
log10 (Pv ) = A − (T en °C) (8-15')
t+c
Para muchos casos se puede tomar C = –43 °K (o c = 230 °C). C se puede estimar de las relaciones si-
guientes:
C = -0.3 + 0.034×Tb si Tb < 125 °K y/o para elementos monoatómicos;
C = -18 + 0.19×Tb si Tb > 125 °K o para sustancias poli atómicas.
Tb es la temperatura normal de ebullición (°K) es decir la temperatura a la que hierve el líquido a la presión
atmosférica, y es muy fácil de medir.
A continuación una pequeña lista de constantes de la ecuación de Antoine, donde la constante responde a
la forma de la ecuación (8-15').
Compuesto A B c Intervalo de tempera-
tura aplicable (°C)
Metano 7.61184 389.93 267.0 –183 a –152.5
Etano 7.80266 657.40 257.0 –142 a –75
Etileno 7.74756 585.00 255.0 –153 a –91
Propileno 7.81960 785.00 247.0 –112 a –32
Propano 7.82973 813.20 248.0 –108 a –25
1-Buteno 7.84290 927.10 240.0 –81 a 12.5
n-Butano 7.83029 945.90 240.0 –77 a 19
n-Pentano 7.85221 1064.64 232.0 –50 a 57
iso-Pentano 7.80380 1027.25 234.0 –57 a 49
Benceno 7.89745 1207.35 220.237 –5.5 a 104
n-Hexano 7.87773 1171.53 224.366 –25 a 92
Ciclohexano 7.84498 1203.526 222.863 7.6 a 105
Tolueno 7.95334 1343.943 219.377 6 a 136
n-Heptano 7.90319 1268.586 217.954 2 a 123
n-Octano 7.92374 1355.126 209.517 19 a 152
Listas mas completas se pueden encontrar en “The Properties of Gases and Liquids” de Reid, Prausnitz y
Poling y en el “Manual del Ingeniero Químico”. La ecuación de Antoine no se debe usar si Pv > 1500 mm Hg
pues el error crece. Los valores de las constantes también se pueden hallar a partir de datos T-Pv en tres
puntos o mas, resolviendo el sistema de ecuaciones correspondiente. Usamos la ecuación (8-15') donde Pv
está en mm Hg., t en °C.
6.09648
f 0 (Tr ) = 5.92714 − − 1.28862 × ln(Tr ) + 0.169347 × Tr
6
(8-18)
Tr
15.6875
f 1 (Tr ) = 15.2518 − − 13.4721× ln(Tr ) + 0.43577 × Tr
6
(8-19)
Tr
ω= α (8-20)
β
6.09648
α = −ln(Pc ) − 5.97214 + + 1.28862 × ln(Tbr ) − 0.169347 × Tbr
6
(8-20')
Tbr
15.6875
− 13.4721× ln(Tbr ) + 0.435777 × Tbr
6
α = 15.2518 − (8-20")
Tbr
P T T
donde: Pvr = v T = Tbr = b (Pc en ata)
Pc Tc Tc
e
* * * *
∆ = 0 excepto para el He (∆ = 0.41815), para el H2 (∆ = 0.19904) y para el Ne (∆ = 0.02319).
γ = a × S + b× β (8-25)
Las tres ecuaciones anteriores para m, γ y β son válidas para compuestos no polares. Para compuestos po-
lares que no forman puente de hidrógeno, incluyendo al amoníaco y al ácido acético, m y γ se calculan de
las siguientes relaciones.
0.166
m = 0.466 × Tc (8-22')
7.462×10 −4 ×Tc
γ = 0.08594 × e (8-25')
Para sustancias que forman puente de hidrógeno (como el agua y los alcoholes):
0.72
m = 0.0052 × M0.29 × Tc (8-22")
ln
Pc
T × ln( Pc ) 1.01325
s= b (Pc en ata) s = Tbr (Pc en bar) (8-28)
Tc − Tb 1 − Tbr
ln(Pvr ) = −
G
Tr
[
1 − Tr + K (3 + Tr )(1 − Tr )
2 3
] (8-29)
h
− 1 − Tbr
K= G (8-30)
(3 + Tbr )(1 − Tbr )2
G = 0.4835 + 0.4605 × h (8-31)
Tbr × ln( Pc )
h= (8-32)
1 − Tbr
Discusión
Los tres métodos que acabamos de describir son buenos y exactos, adaptándose a la mayoría de los casos
de interés práctico. No dan buenos resultados con sustancias muy polares o asociadas. Puesto que en ge-
neral son ecuaciones explícitas en Pv pero implícitas en T, para el caso de que se necesite obtener T hay
que usar un método de recurrencia, es decir, iterativo.
313
Tr = = 0.557
562
6.09648
f
0
(Tr ) = 5.92714 − − 1.28862 × ln(Tr ) + 0.169347 × Tr
6
= - 4.259974
Tr
15.6875
f
1
(Tr ) = 15.2518 − − 13.4721 × ln (Tr ) + 0.43577 × Tr
6
= - 5.0173253
Tr
ln(Pvr) = –4.259974 – 0.21×5.0173253 = –5.3136123 ⇒ Pv = 0.2378 ata
error: 0.9%
s 2.5 ×e
2272, 44
s3
e
1 1
−1 m
−1
Tbr Tbr
a= 7
= 0.6158214 b= 7
= 0.9153251
Tbr − 1 1 − Tbr
γ = a × S + b × β = 0.1006668
ln(Pvr ) = β
1
m
[
− 1 + γ Tr − 1
n
] = -5.3100924 ⇒ P v = 0.24 ata
Tr
error: 0.55%
ln(Pvr ) = −
G
Tr
[
1 − Tr + K (3 + Tr )(1 − Tr )
2 3
]
Tbr × ln( Pc )
h= = 6.5489634 G = 0.4835 + 0.4605 × h = 3.4992976
1 − Tbr
h
− 1 − Tbr
K = G
= 0.4850753
(3 + Tbr )(1 − Tbr )2
ln(Pvr) = –5.2770476 ⇒ Pv = 0.2467
error: 2.8%
Solución
Intentaremos calcular con todos los métodos a nuestra disposición, comparando los distintos resultados con
los valores experimentales dando el error en cada caso. Los resultados se resumen en forma tabular.
1) Ecuación de Antoine: esta ecuación sólo es aplicable en la primera temperatura, puesto que los coefi-
cientes sólo son válidos para temperaturas desde –108 hasta –25 °C.
B 813.2
log10 (Pv ) = A − = 6.82973 −
t+c 248 - 42.07
Obtenemos: log10(Pv) = 2.88178 ⇒ Pv = 761.70 mm Hg = 1.002243 ata.
error: 0.2%
n
TB
C
2) Ecuación de Thodos: log10 (Pv ) = A + + 2 + D − 1 =
T T Td
2.236
785 .6 27800 T
= 6.80064 − − + 0.2102
T T
2 261.2 - 1
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 1.00497 2.6183 7.3654 17.63 32.43 41.99
Error (%) +0.50 +0.28 +0.61 +0.91 +0.53 –0.06
6.09648
f
0
(Tr ) = 5.92714 − − 1.28862 × ln(Tr ) + 0.169347 × Tr
6
= +0.0000007
Tr
15.6875
f
1
(Tr ) = 15.2518 − − 13.4721 × ln (Tr ) + 0.43577 × Tr
= +0.00007
6
Tr
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –42.07 –17.78 15.56 48.89 82.22 97.81
Pv (ata) 0.99083 2.6117 7.366 17.548 32.26 42.02
Error (%) –0.92 +0.03 +0.61 +0.41 +0.01 +0.002
∑ ∑
3 3
397 i × Pv i 7 i × Pv i
3
dPv 1
≅ i =-3
− i =-3
(8-39)
dT ∆T 1515 216
Nota: evidentemente Pv0 queda excluido ya que i = 0. Aquí ∆T es el intervalo de separación de los datos de
temperatura. Este esquema sólo se puede aplicar en casos en que los valores de temperatura estén igual-
mente espaciados. Otros esquemas se pueden consultar en textos de Cálculo Numérico. Entonces la ecua-
ción de Clapeyron queda así:
dPv λ λ Pv RT 2 ∆Z dPv
= = ⇒ λ = (8-40)
dT T(vV − v L ) RT 2 ∆Z Pv dT
También se puede aplicar otro esquema derivado de la correlación de Lee-Kesler.
− d [ln(Pv )] λ Tr − d [ln(Pv )]
= ⇒ λ= ∆ZRTc (8-41)
1 ∆v Pv 1
d d
Tr Tr
Donde:
− d [ln(Pv )]
1
3
(
= 6.09648 − 1.28862 × Tr + 1.016 × Tr + ω 15.6875 − 13.4721 × Tr + 2.615 × Tr
7
) (8-42)
d
Tr
λ 2.17[ln(Pc − 1)]
= (8-45)
Tb 0.93 − Tbr
λ está dado en cal/gr. Tbr es la temperatura reducida de ebullición normal.
La exactitud es bastante buena, con errores generalmente menores del 5%.
∑ ∑
3 3
397 i × Pv i 7
3
i × Pv i
dPv 1 1.3356993 − 1.1598109
entonces: ≅ i = -3
−
i =- 3
=
dT ∆T 1515 216 5
dPv ata
∴ = 0.0351776 ⇒
dT °K
2 2
RT ∆Z dPv 1.987 × 373 × ∆Z
λ= = 0.0351776
Pv dT 1 × 18
1
Usando la correlación de Haggenmacher: ∆Z = 1 − 3
Pc × Tbr
Tb 373
Tbr = = = 0.5765 ⇒ ∆Z = 0.9879 ⇒ λ = 533.73 error: –0.99%.
Tc 647
Pr 647
Usando la correlación de Thomson: = = 0.00797
Tr 217.6 × 373
Pr
x = − log10 1 − = 0.0034758 log10 (∆Z ) = 2.106 x − 1.0268 x = - 0.00354
2
Tr
De donde ∆Z = 0.99187 ⇒ λ = 535.88 error: –0.59%.
Otra posibilidad es evaluar a partir de la correlación de Lee-Kesler, ecuación (8-41); de la ecuación (8-42)
tenemos:
− d [ln(Pv )]
1
3
( 7
= 6.09648 − 1.28862 × Tr + 1.016 × Tr + ω 15.6875 − 13.4721× Tr + 2.615 × Tr = 8.3239343 )
d
Tr
− d [ln(Pv )] 8.3239343 × 1.987 × 647
∴λ = ∆ZRTc = ∆Z
1 18
d
Tr
El resultado por supuesto depende de que se use la correlación de Haggenmacher o la de Thomson. Los
valores obtenidos son:
3) Correlación de Riedel:
λ
=
[ (
2.17 ln Pc − 1 )] = 26.903978
Tb 0.93 − Tbr
⇒ λ = 10035.184 cal/mol = 557.51 cal/gr error: 3.42%
R' Tc
[
1+ 1−Tr ] 2
7
vL = Z Ra (Spencer y Danner)
Pc
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 82.05 81.46 80.58 79.66 74.08 65.22 53.25 33.83 ----
Error (%) 1.69 2.01 2.00 1.98 1.33 0.38 -1.59 -7.24 ----
El calor latente no se calculó en el último punto porque es el crítico.
λ
= 7.08(1 − Tr ) + 10.95 ω(1 − Tr )
0.354 0.456
3) Correlación de Pitzer modificada:
RTc
Los resultados se presentan en forma tabular:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 82.26 81.52 80.47 79.39 73.56 65.21 54.27 37.31 0.00
Error (%) 1.95 2.09 1.86 1.64 0.62 0.37 0.30 0.64 0.00
1) Correlación de Riedel:
λ
=
[
2.17 ln(Pc − 1)]
Tb 0.93 − Tbr
Tb 111.67 λ lt × atm
Tbr = = = 0.5845372 ⇒ = 17.776101 ⇒ λ = 1985.0572 cal/molg = 82.02
Tc 191.04 Tb gmol
error: 1.65%
n n
1 − Tr1 1 − Tr1
2) Aplicando la regla de Watson: λT1 = λT0 = 82.02
1 − Tr0 1 − Tr0
Con n = 0.38 obtenemos:
t (°C) –161.49 –159.49 –157.71 –153.94 –140.05 –123.38 –107.72 –90.05 –82.12
λ 82.02 81.21 80.09 78.95 72.75 63.94 52.52 34.11 0.00
Error (%) 1.65 1.71 1.38 1.07 -0.49 -1.58 -2.94 -5.45 0.00
BIBLIOGRAFIA
• “Introducción a la Termodinámica en Ingeniería Química” – Smith y Van Ness.
• “The Properties of Gases and Liquids”, (3 ed. 1977) – Reid, Sherwood y Prausnitz
• “Propiedades de los Gases y Líquidos” – Reid y Sherwood, trad. castellana de la 2 ed. inglesa.
CAPITULO 9
CICLOS DE VAPOR
9.1 Introducción
Desde el punto de vista de la tecnología de la energía el mundo no cambió mucho desde la invención de la
rueda hasta el siglo XII, en que se comenzó a usar la rueda hidráulica. Esta es la primera innovación que
ofrece una alternativa al trabajo animal o humano desde el comienzo de la historia. Pero la dependencia de
corrientes de agua (excepto en Holanda, donde se usó la fuerza del viento) limitó la influencia social de este
avance técnico. A fines del siglo XVIII aparece en Inglaterra la máquina de vapor, que surge de la necesi-
dad de obtener fuerza motriz para las bombas de desagote de pozos de minas de carbón. No pasa mucho
tiempo hasta que su aplicación se generaliza haciendo posibles una serie de cambios económicos de gran
impacto social que, junto con las convulsiones y guerras causadas por la revolución francesa, producen
modificaciones enormes y rápidas en la fisonomía política y social del mundo cuyas consecuencias son una
de las causas de nuestra emancipación de España. En 1814 Stephenson, ingeniero autodidacto, construye
la primera locomotora; en 1826 se tiende la primer vía férrea en Inglaterra (velocidad: 10 Km/hr). En 1830
en todo el mundo hay 330 Km de vías, y en 1870 (¡solo cuarenta años mas tarde!) hay 200000 Km. En
1807 Fulton en USA navega en el primer barco a vapor (propulsado a rueda puesto que la hélice no se co-
menzó a usar hasta mucho mas tarde) y en 1819 cruzó el Atlántico el primer barco a vapor (aunque fue un
viaje accidentado pues se les acabó el carbón y hubo que finalizar a vela). El inmenso aumento de produc-
tividad traído por el vapor, junto con la baja concomitante de precios de productos elaborados en forma ma-
siva, trajo como consecuencia la ruina de las antiguas clases artesanales que al formar un sustrato social
enorme, desprotegido y miserable, suministraba mano de obra barata a los países europeos que facilitó la
concentración de capital capaz de financiar la expansión colonialista de mediados de siglo XIX, así como el
aceleradísimo proceso de industrialización que transformó a Europa y al mundo en esa época. Todo cam-
biaba vertiginosamente. La gente tenía la sensación de que todo era posible. Es el siglo del ingeniero me-
cánico y de los nacientes ingenieros electricistas y químicos. Este proceso se comienza a frenar a partir de
1890 y hoy podemos decir que en lo sustancial esos 50 años que van desde 1800 a 1850 produjeron otro
mundo; en gran medida, nuestro mundo.
En esta unidad vamos a estudiar los sistemas de generación de potencia por medio del vapor, que siguen
siendo los responsables de mas de la mitad de la energía eléctrica que se produce en el mundo. Pocas in-
dustrias no disponen de generación de vapor propio ya sea para energía eléctrica o calentamiento. Cuando
se emplea vapor para calentamiento y para generar energía el sistema suele ser bastante complejo.
El sistema que funciona según este ciclo consta de una caldera, donde el agua (que es el fluido mas con-
veniente por ser abundante y barato) entra a la caldera en b como líquido y sale al estado de vapor en d.
Luego hay una máquina de expansión (turbina) donde el vapor se expande produciendo trabajo, saliendo
en el estado e. A continuación este vapor entra a un aparato de condensación de donde sale como líquido
al estado a. Este a su vez es tomado por una bomba de inyección necesaria para vencer la presión de la
caldera, que lo lleva al estado b donde ingresa a la caldera.
En las diversas ilustraciones que usamos en este capítulo se exagera la etapa de bombeo a→b como se
observa en el diagrama h-S o de Mollier (figura 3) pero en la práctica sería prácticamente indistinguible de la
curva de líquido saturado en cualquier diagrama.
El proceso de condensación es necesario para poder inyectar el agua como líquido en la caldera, porque
bombear un líquido requiere mucho menos energía que comprimir un vapor. Si no existiese la condensa-
ción, el trabajo neto producido sería muy inferior.
En el siguiente croquis podemos seguir la disposición de los equipos y relacionarla con las evoluciones que
acabamos de comentar.
q1 = Hd − Hb (9-2)
q2 = He − Ha (9-3)
w2 = H d − He (9-4)
En consecuencia:
wneto = w2 − w1 = Hd − He − ( Hb − Ha ) = Hd − Hb − ( He − Ha ) = q1 − q2
El rendimiento es como sabemos el cociente de lo obtenido sobre lo gastado:
obtenido wneto Hd − Hb − ( He − Ha )
η= = = (9-5)
gastado q1 Hd − Hb
En la práctica se suele despreciar el trabajo consumido por la bomba w1 por ser insignificante con lo que re-
sulta:
w2 Hd − He
η≅ = (9-6)
q1 Hd − Hb
1. La primera es con extracción de vapor mediante un eyector de vapor y una columna de agua que
permite mantener una presión baja del lado de la descarga del condensado. En este tipo de sistema
el agua fría se aspira por efecto del vacío imperante en el recinto de la columna por la acción del
eyector, se mezcla con el vapor y lo condensa. Los gases incondensables (aire) son extraídos me-
diante un eyector de vapor en una primera etapa y luego mediante una bomba mecánica de vacío. El
condensador se denomina abierto o de mezcla porque la condensación se produce por mezcla de
vapor y agua fría. Un sistema que use solo un condensador de mezcla se denomina de lazo abierto.
Hay gran cantidad de diseños de este tipo de condensadores. A diferencia de lo que sucede con los
de superficie, los condensadores de mezcla necesitan una bomba de circulación por condensador, lo
que encarece la instalación.
2. La otra forma es por medio de condensadores de superficie o cerrados que no son otra cosa que in-
tercambiadores de calor de tipo casco y tubos, donde el vapor se enfría (y condensa) por contacto
con la superficie fría de tubos por cuyo interior circula agua de enfriamiento. Un sistema que sólo
tenga condensadores de superficie se denomina de lazo cerrado.
Los sistemas modernos generalmente operan con los dos tipos de condensador. Podemos citar datos indi-
cativos del ahorro de energía por efecto de la disminución de presión en el condensador.
2
Presión de operación del condensador (Kgf/cm ) 0.1 0.04 0.02
Ahorro de consumo de combustible (%) 1.5 2.4 5.2
El gráfico muestra el rendimiento del ciclo de Rankine
en función de la presión en el condensador, para to-
dos los otros parámetros constantes, a una presión
2
máxima de 16670 KPa (170 Kgf/cm ) y a una tempera-
tura máxima de 550 ºC. Por lo general las instalacio-
nes de generación de energía eléctrica a vapor operan
con presiones del condensador del orden de 0.035 a
2
0.04 Kgf/cm absolutos debido a las limitaciones de
temperatura del agua de enfriamiento, que se puede
obtener de varias fuentes: corrientes superficiales, po-
zos, torres de enfriamiento, etc. Como las temperaturas de las diversas fuentes dependen fundamentalmen-
te de la temperatura ambiente que puede variar entre 0 °C y 30 °C, la presión del condensador está fijada
2 2
por la temperatura ambiente. A 0.03 Kgf/cm la temperatura de equilibrio es 23.8 °C, y a 0.04 Kgf/cm de
2
28.6 °C. A presiones más bajas corresponden temperaturas menores; a 0.02 Kgf/cm corresponde t = 18.2
°C. Son bastante habituales ahorros del 2% en el consumo. Para instalaciones que consumen grandes can-
tidades de combustible esto significa mucho dinero.
La disminución de la presión operativa del condensador produce beneficios pero también trae problemas.
Debido al hecho de que la presión operativa es menor que la atmosférica, resulta prácticamente imposible
evitar que penetre aire al interior del sistema por las pequeñas grietas que se producen en las tuberías, ca-
jas de prensaestopas, uniones, etc. Se debe tener en cuenta que una instalación de generación de vapor
tiene muchos centenares de metros de tuberías, que se expanden y contraen cada vez que se abre o cierra
el paso del vapor generando tensiones. Otros factores que inciden son las vibraciones producidas por las
bombas, el flujo de los fluidos, y la posible presencia de flujo bifásico que puede producir golpes de ariete.
Todos estos factores hacen que sea prácticamente imposible mantener estanco el sistema. De ahí que
siempre entre algo de aire que se mezcla con el vapor. Por desgracia, en los sistemas que emplean calde-
ras de alta presión e incluso en algunos que usan calderas de media presión, resulta totalmente intolerable
la presencia de dióxido de carbono y de oxígeno en el condensado. Ambas son sustancias corrosivas, que
producen daños muy severos en la caldera y en la turbina. En consecuencia se debe incluir en el circuito un
elemento llamado “desaireador” cuya misión es eliminar el aire disuelto en el condensado antes de que este
retorne a la caldera. Normalmente se suele ubicar este equipo entre las bombas inyectoras de condensado
y la caldera, porque las bombas pueden chupar aire por el eje del rotor, debido al desgaste.
Existe otra razón que hace deseable usar recalentamiento. La razón principal por la que se hace
recalentamiento y mas aún recalentamiento en varias etapas es de práctica operativa de la turbina.
En el croquis se describe una disposición en la que la fracción (m) del vapor (por unidad de masa) se extrae
de la turbina en la etapa intermedia entre las de baja y alta presión, en tanto que la fracción (1–m) sigue el
resto del camino, es decir, se expande en la etapa de baja presión. En el condensador abierto se produce la
mezcla irreversible del vapor y del condensado, que sale con una condición 6, es tomado por la bomba que
eleva su presión hasta el estado 7 y entra a la caldera. La presión operativa del condensador de mezcla
2
suele estar alrededor de 2 a 4 bar (0.02 a 0.04 Kgf/cm , o sea, de 0.2 a 0.4 KPa). Los regeneradores abier-
tos presentan las siguientes ventajas respecto a los de tipo cerrado: a) tienen menor costo gracias a su ma-
yor simplicidad; b) mejoran el rendimiento. Las desventajas comparativas son: a) pueden plantear mayor
cantidad de problemas operativos; b) requieren dos bombas.
Planteando un balance de energía en el recalentador tenemos, despreciando la influencia de las diferencias
de energías cinética y potencial:
h6 − h5
m × h2 + (1 − m )h5 = 1 × h6 ⇒ m × h2 − m × h5 + h5 − h6 = 0 ⇒ m(h2 − h5 ) = h6 − h5 ⇒ m =
h2 − h5
Los recalentadores o regeneradores de tipo cerrado son, como ya hemos explicado, intercambiadores de
calor de casco y tubos, sin mezcla del vapor con el agua fría. En el siguiente croquis vemos la disposición
de un regenerador de tipo cerrado mostrando dos formas alternativas de conexión.
Se pueden conectar en cascada hacia arriba o hacia abajo. En la conexión en cascada hacia arriba el con-
densado que sale del regenerador se envía hacia el regenerador situado aguas arriba, que opera a menor
presión, o si es el primero se envía hacia el condensador. Puesto que el condensado sale del regenerador
con una presión mayor que el destino, es necesario rebajarla lo que generalmente se hace mediante una
válvula reductora.
La siguiente figura muestra el croquis de un ciclo regenerativo con una sola extracción de vapor y un reca-
lentador de tipo cerrado en cascada hacia arriba.
Al igual que antes, la cantidad total de masa que circula es la unidad, y se extrae una fracción (m) del vapor
de la turbina que se envía en la condición 2 al regenerador, donde intercambia calor con la fracción. (1–m)
que viene en este caso del condensador porque hay un solo regenerador. Si hubiese mas de uno la situa-
ción se complica un poco, como veremos mas adelante donde se analiza en detalle este caso.
En el croquis anterior notamos varias diferencias importantes con el ciclo abierto. En primer lugar, el hecho
de que exista una sola bomba lo hace mas económico desde el punto de vista operativo. La bomba de cir-
culación e inyección de condensado está situada de modo de que no tome agua a muy alta temperatura pa-
ra disminuir la posibilidad de cavitación, que es un fenómeno sumamente perjudicial que se produce cuan-
do la presión de vapor del líquido en la entrada de succión se aproxima mucho a la presión atmosférica. Es-
to produce la vaporización del líquido en la succión o en el interior de la bomba, causando vibración, ruido,
golpeteo y erosión del rotor. En cambio vemos en el croquis del ciclo abierto que la bomba que eleva la
presión desde el punto 6 al 7 toma agua a una temperatura peligrosamente alta, lo que la hace mas suscep-
tible a los problemas de cavitación.
Los recalentadores de tipo cerrado presentan las siguientes ventajas: a) como tienen presiones distintas en
las purgas de vapor y en la alimentación de condensado, la operación de las trampas de vapor resulta mas
aliviada; b) mejoran el rendimiento. Tienen la desventaja comparativa de ser un poco mas caros que los de
tipo abierto.
Planteando un balance de energía en el recalentador tenemos, despreciando la influencia de las diferencias
de energías cinética y potencial:
m × h2 + 1 × h5 = m × h7 + 1 × h6 ⇒ m × h2 − m × h7 + h5 − h6 = 0 ⇒ m(h2 − h7 ) = h6 − h5 ⇒
h6 − h5
⇒m=
h2 − h7
No cabe duda de que la disposición de regeneración por mezcla es mas eficiente que la de superficie. De-
bido a la resistencia que ofrece la superficie de separación entre el agua y el vapor, el intercambio de calor
no es tan eficaz como en el regenerador de mezcla. Esto además se pone de manifiesto en el hecho de que
los regeneradores de mezcla usan menor cantidad de vapor de extracción. Si analizamos las expresiones
que se deducen mas arriba para la fracción m de vapor que se extrae observamos que solo dependen de
las entalpías de las corrientes que intervienen en cada caso. Suponiendo que se obtiene el mismo efecto de
regeneración en ambos, el ciclo abierto resulta mas eficiente porque la fracción de vapor extraída para el
regenerador es mas pequeña, de modo que la fracción (1–m) que recorre el resto de la turbina es mayor, y
por lo tanto produce mas trabajo mecánico. De ello se deduce que, siendo los otros factores iguales, el ren-
dimiento debe ser mayor en el ciclo abierto.
A continuación vemos una instalación simplificada en la que se hace una sola extracción de vapor vivo que
alimenta a un solo regenerador.
Note que se ha omitido la bomba inyectora de condensado a la caldera. En efecto, la presión de operación
de la caldera es muy superior a la que tiene el condensado que entra, de modo que se debe impulsar con
una bomba de alta presión de descarga que no figura en el croquis, para que pueda ingresar. En cambio se
ha incluido la bomba que eleva la presión desde P1 hasta P1’.
Esta es una bomba de circulación.
Se extrae una fracción x del total del vapor para regenerar el
condensado. Este vapor sale a una presión P5’ y con una en-
talpía h5’, mientras que el vapor que sale agotado de la tur-
bina tiene una entalpía h5, una presión P5 y una temperatura
t5. Este pasa por el regenerador calentándose, y adquiere
una cantidad de calor qx. Esta cantidad es la que cede el va-
por que se condensa y luego se mezcla con el condensado.
q x = x( h5' − h1' ) = (1 − x )( h1' − h1 ) (9-7)
La disposición que se observa en el croquis corresponde a
un lazo cerrado porque el intercambiador es de superficie,
pero también corresponde a un lazo abierto porque el vapor
condensado se mezcla con el condensado en el punto 1’.
El trabajo cedido a la turbina se puede obtener de las condi-
ciones del vapor y su cantidad.
La corriente x cede una energía:
wx = x(h4 − h5' )
y la corriente (1–x) cede una energía:
w1− x = (1 − x)(h4 − h5 )
BDE BDE
(A + B )E − > (A + B )E − (A + B )D ⇒ − > −(A + B )D
E−A E−A
BDE BE
⇒ < (A + B )D ⇒ < A + B ⇒ BE < (E − A)(A + B ) ⇒
E−A E−A
⇒ BE < EA − A 2 + EB − AB ⇒ A 2 + AB − AE < 0 ⇒ A + B < E
Por lo tanto, volviendo a la notación anterior tenemos: h4 – h5 < h4 – h1
Esto es cierto porque:
h4 – h1 = h4 – h5 + h5 – h1
Por lo tanto queda demostrado que el rendimiento del ciclo regenerativo es mayor que el rendimiento del ci-
clo no regenerativo, puesto que partiendo de esa hipótesis llegamos a una desigualdad que es correcta..
Veamos una ilustración.
El ciclo regenerativo con varias etapas de regeneración se implementa frecuentemente en instalaciones fi-
jas destinadas a la producción de energía eléctrica. Se suelen usar uno o mas regeneradores de tipo cerra-
do y al menos uno de tipo abierto o de mezcla. La cantidad de regeneradores varía según la potencia de la
instalación.
Analicemos ahora una instalación con dos regeneradores. Elegiremos intercambiadores de tipo cerrado,
con una disposición parecida a la del caso anterior, lo que se llama disposición en cascada hacia arriba. La
disposición en cascada significa que el condensado que sale de cada intercambiador se une al condensado
que entra al mismo, en dirección aguas arriba, o sea hacia el condensador. El análisis sigue las mismas re-
glas que se explicaron en el apartado 3.9 del capítulo 3.
Supongamos tener una instalación como la que se muestra en el croquis. Se ha omitido la bomba inyectora
y varias de las bombas de circulación para simplificar el dibujo.
Sale la unidad de masa de vapor de la caldera C en las condiciones P1 y t1. Pasa a la turbina donde se ex-
trae una fracción x con una entalpía h1º, mas otra fracción y con una entalpía h2º. La fracción x pasa al rege-
nerador I donde calienta al condensado que proviene del regenerador II. El vapor condensado en el rege-
nerador I se manda también al regenerador II con una entalpía h1º’ y se mezcla con el condensado produ-
cido por la condensación de la fracción y del vapor que proviene de la segunda extracción de la turbina. A
su vez, del regenerador II sale una cantidad de condensado igual a la suma de las fracciones (x+y) que se
junta con el condensado que sale del condensador, en cantidad (1–x–y). De tal modo entra la unidad de
masa de condensado al regenerador II. Por su parte, la fracción de condensado de masa (1–x–y) se con-
densa en el condensador, de donde sale impulsado por la bomba que lo toma a la presión P2 y lo entrega a
la presión P1 y con una entalpía h2’. La evolución se puede seguir en el diagrama adjunto. Los cálculos invo-
lucran hallar las fracciones x e y. Esto no es difícil si se plantea un balance de masa y otro de energía en
cada regenerador. En el primero tenemos el balance de energía:
( ) h1 ' − h2 '
o o
( ) ( )
y h2 − h2 ' + x h1 ' − h2 ' = h2 ' − h2 ' ⇒ y =
o o o o o (
h2 ' − h2 ' − x h1 ' − h2 '
o o o
) (9-14)
h2 − h2 '
o o
Así tenemos un sistema de dos ecuaciones con dos incógnitas, que son las fracciones de vapor x e y.
El rendimiento del ciclo regenerativo es:
ηr =
(
h1 − h2 − x h1 − h2 − y h2 − h2
o
) ( o
) (9-15)
h1 − h1 '
o
Analizando las ecuaciones (9-11) y (9-15) podemos observar similitudes entre ambas que nos permiten de-
ducir una ecuación general para n extracciones. Las ecuaciones (9-11) y (9-15) son de la forma siguiente.
∑
n
A− αi × B i
ηr = i =1
(9-16)
C
En efecto, en ambas ecuaciones el rendimiento se plantea como un cociente, donde se divide por la dife-
rencia de entalpías del vapor que sale de la caldera y el condensado que entra a la caldera, es decir, lo que
hemos simbolizado como C. A representa la diferencia de entalpías del vapor que ingresa a la turbina (o
que sale de la caldera, que es lo mismo) y vapor que sale de la turbina hacia el condensador. Las distintas
αi son las fracciones de vapor que se extraen de la turbina con destino a los regeneradores, y Bi representa
la diferencia de entalpías del vapor de cada fracción que se extrae menos la entalpía del vapor que sale de
la turbina hacia el condensador. Nótese que C es el mismo independientemente de la cantidad de etapas
de regeneración, y lo mismo sucede con. A. En cambio Bi depende de la cantidad de extracciones, así co-
mo de la ubicación física en la turbina de los puntos en los que se hacen las extracciones, que determina la
presión y temperatura del vapor, y en consecuencia su entalpía. Llamaremos hi a la entalpía del vapor de
cada fracción que se extrae y he a la entalpía del vapor ya agotado que sale de la turbina hacia el conden-
sador. Entonces podemos escribir la ecuación (9-16) como sigue.
∑
n
A− α i (hi − he )
ηr = i =1
(9-16’)
C
Si usamos esta expresión para rescribir la ecuación (9-11) obtenemos:
∑
1
A− α i (hi − he )
A − α1 (h1 − he )
ηr1 = i =1
= (*)
C C
La ecuación (9-15) queda expresada en estos términos.
∑
2
A− αi (hi − he )
A − α1′ (h1 − he ) − α 2 (h2 − he )
ηr2 = i =1
= (**)
C C
Dado que el rendimiento aumenta con la cantidad de etapas de regeneración, debe ser ηr1 < ηr2. La diferen-
cia entre ambos (restando ** y *) constituye la ganancia de rendimiento al pasar de una a dos etapas de re-
generación. Es decir:
A − α1′ (h1 − he )− α 2 (h2 − he ) A − α1 (h1 − he ) α1 (h1 − he )− α1′ (h1 − he )− α 2 (h2 − he )
∆ηr = ηr2 − ηr1 = − =
C C C
Es posible encontrar expresiones similares para el incremento de 2 a 3 etapas, para el incremento de 3 a 4
etapas, y así sucesivamente. Asumiendo que la distribución del calentamiento por etapas es uniforme, es
decir que la cantidad de calor intercambiada en cada regenerador es la misma en cada caso, podemos
construir la siguiente gráfica.
Como se puede observar, la ganancia de rendimiento es im-
portante para la transición de una a dos etapas, algo menor
para la transición de dos a tres etapas, y la curva tiende a
hacerse horizontal a medida que aumenta el número de eta-
pas. Resulta claro que hay un valor asintótico (es decir, para
infinita cantidad de etapas) de modo que a partir de cinco el
incremento permanece casi constante y prácticamente igual
al valor asintótico. En la construcción de la gráfica se supone,
como ya hemos dicho, que la cantidad de calor intercambiada
en cada regenerador es igual para todos los escalones. Esto
sin embargo no sucede en la práctica. La elección de las condiciones adecuadas para ubicar cada extrac-
ción de vapor depende de un análisis orientado a maximizar el rendimiento térmico del sistema. Debido a
que ese análisis es bastante complejo, su descripción detallada excede los límites de este texto. En una
síntesis muy apretada, lo que se hace es calcular el rendimiento térmico para distintas temperaturas y pre-
siones de extracción en cada etapa, comparando el resultado obtenido con los demás. Este es por supues-
to un trabajo largo y laboriosos, que si se encara a mano representa una tarea muy pesada, razón por la
cual se usan programas de computadora. La cantidad óptima de etapas de regeneración se debe determi-
nar para cada instalación en función de diversos factores técnicos y económicos. En instalaciones moder-
nas con grandes turbinas puede haber hasta diez etapas. En el siguiente ejemplo se analiza una instalación
más compleja.
En la siguiente tabla se resumen los datos conocidos de propiedades termodinámicas de todos los estados
representados en el croquis.
Estado P T v x h S
KPa ºC m3/Kg KJ/Kg KJ/(Kg ºK)
1 16000 540.0 0.02093 3410.30 6.4481
2 6200 396.3 0.04553 3166.61 6.5130
3 4825 363.6 0.05589 3110.69 6.5327
4 3500 324.5 0.07262 3043.22 6.5586
5 3500 480.0 0.09622 3405.60 7.0990
6 700 280.4 0.35778 3018.56 7.2265
145 141.0 1.30451 2754.56 7.3929
8 42 77.0 3.75071 0.978 2588.26 7.5109
9 7 39.0 19.07945 0.922 2384.66 7.6763
10 7 35.0 0.00101 146.57 0.5044
11 700 35.1 0.00101 147.53 0.5052
12 700 75.0 0.00103 314.45 1.0146
13 700 120.0 0.00106 504.10 1.5271
14 700 165.0 0.00111 0.000 697.06 1.9918
15 16000 168.1 0.00110 719.71 2.0047
16 16000 215.0 0.00117 925.58 2.4476
17 16000 260.0 0.00l25 1133.90 2.8561
18 6200 277.7 0.00l33 0.000 1224.68 3.0468
19 4825 26l.7 0.00324 0.049 1224.68 3.0523
20 4825 261.7 0.00128 0.000 1143.28 2.9001
21 700 165.0 0.05980 0.216 1143.28 3.0103
22 145 110.3 0.00105 0.000 462.77 1.4223
23 42 77.0 0.23342 0.061 462.77 1.4405
24 4 7.0 0.00103 0.000 322.34 1.0395
25 4 7.0 0.00103 0.000 322.34 1.0395
Calcular los caudales de las extracciones de turbina m2, m3, m6, m7 y m8 por cada kg de vapor que pasa por
la caldera. Determinar el rendimiento isentrópico de la turbina de alta.
Solución
Como ya hemos podido ver en los ejemplos anteriores, el análisis de un ciclo regenerativo se basa en ba-
lances de energía para cada uno de los regeneradores. Procedemos a efectuar los balances de energía.
ηC =
(260 + 273 ) − (49 + 273 ) = 0.396
260 + 273
Como vemos, el rendimiento del ciclo de Carnot equivalente es mayor que el del ciclo de Rankine
ideal, que en la práctica es menor aún debido a pérdidas de calor en el sistema, de modo que hay una
pérdida de utilizabilidad de la energía bastante considerable, puesto que el rendimiento del ciclo de
Carnot equivalente es un 50% mayor.
b) Numéricamente. Debemos calcular las entalpías correspondientes. hd se debe calcular a 260 °C y 9.52
2
ata. Aplicamos las ecuaciones (9-23) y (9-24); T/100 = 5.33; P = 98342 Kgf /m absolutos.
2 -2 3
h0 = 474.89 + 45.493(5.33) – 0.45757(5.33) + 8.17×10 (5.33) = 715.2254
0.0082056 × 98342 3
1.5326 × 10 - 6 1.1144 × 10 - 6
h = 715.2254 − − 98342 + = 707.9
(5.33 )2.82 (5.33 )
14
(5.33 )31.6
Entonces hd = 707.9 Kcal/Kg. Aplicando la ecuación (9-20) con t = 49 °C y x = 0.85 obtenemos:
h = (606.5 + 0.305×t)x + t(1–x) = he = 535.6 Kcal/Kg. Por último, hb = Cp(Tb – T0) = 49 Kcal/Kg. Para fi-
nes de ingeniería los valores son casi los mismos que en la parte a). En definitiva el rendimiento es:
hd − he
η= = 0.261
hd − hb
En cambio en la caldera de alta presión el vapor tendría un calor latente mayor, del orden de 660 Kcal/Kg,
de modo que la cantidad de vapor necesario para el mismo servicio sería: 10,000,000/660 = 15150 Kg/hora
de vapor de alta presión.
El calor requerido en la caldera es ahora:
Q = m(100 − 70 ) + mλ = m(100 − 70 + λ ) = 15150(100 − 70 + 660 ) = 10453500 Kcal
Entonces, el combustible requerido es:
Q 10453500 Kg de carbón
P= = = 1740
η × PC 0.8 × 7500 hora
Este parece un ahorro modesto, pero tengamos en cuenta que la caldera de alta presión también produce
energía eléctrica, con una potencia del orden de 2000 KW. Esto se puede considerar ganancia neta. De to-
dos modos, queda claro que aún sin producción de energía la caldera de alta presión es mas económica.
Si se adquiere la energía eléctrica y se instala una sola caldera de vapor de calefacción, el costo tanto ini-
cial como de operación son menores, pero el costo total de la energía puede ser mayor, dependiendo de
varios factores. Además, la dependencia del suministro externo subordina la producción a la disponibilidad
de energía y confiabilidad del proveedor. En la actualidad, muchas empresas producen una parte de la
energía que consumen.
Como ya dijimos, la alternativa a tener que comprar la electri-
cidad o tener dos calderas es instalar una caldera de alta
presión de uso mixto (energía y calefacción) en la que se
puede optar por dos variantes. Una es la caldera de contra-
presión. En este tipo de instalación, que vemos en el croquis
de la izquierda, la turbina no descarga vapor húmedo sino re-
calentado, no previendo extracciones o sangrados de vapor
de la turbina para derivarlo a proceso, sino que todo el vapor
que sale de la turbina está disponible como vapor de calefac-
ción. La turbina descarga vapor recalentado para contrarres-
tar las pérdidas de calor inevitables durante el transporte. La
denominación “caldera de contrapresión” viene de que el va-
por sale a una presión mayor que la del vapor agotado cuan-
do hay un condensador. Este vapor se puede rebajar para
ajustarlo a los requerimientos de uso. Como ya hemos expli-
cado, esta disposición es poco flexible porque una variación en la demanda de vapor de proceso obligaría a
variar la producción de electricidad y viceversa. Esto no es tolerable por las serias dificultades de control
que plantea, lo que obliga a instalar acumuladores de vapor para absorber las variaciones, que encarecen
la instalación y ocupan bastante espacio. Otra objeción que se plantea a esta disposición es que al operar
la turbina a una presión mayor que la del condensador disminuye el rendimiento térmico del ciclo. Véase el
apartado 9.3.1 para una discusión sobre la influencia de la presión de descarga de la turbina sobre el ren-
dimiento.
Una alternativa mejor consiste en derivar una parte del vapor producido por la caldera a la generación de
energía, dedicando el resto a la calefacción en planta. Las dificultades planteadas por la demanda variable
se resuelven con un acumulador de vapor. El siguiente esquema muestra una instalación de este tipo.
Los detalles del croquis son los siguientes.
1 caldera ; 2 recalentador; 3 turbina; 4 ge-
nerador eléctrico; 5 condensador; 6 bomba
inyectora de agua a la caldera; 7 economi-
zador; 8 acumulador de vapor. A vapor de
alta para calefacción. B vapor de baja satu-
rado para calefacción. r1 y r2 son registra-
dores que accionan las válvulas a y b des-
tinadas a controlar tanto la presión como el
flujo de vapor hacia y desde el acumulador
de vapor.
El acumulador de vapor es un equipo des-
tinado a almacenar el vapor en exceso que
se produce durante los períodos de baja
demanda de vapor de calefacción en plan-
ta, para liberarlo durante los períodos de alta demanda. Es una estructura de acumulación; estas ya fueron
tratadas en el apartado 1.10.1 del capítulo 1. El sistema está comandado por los medidores de presión (no
indicados en el croquis) que cuando detectan una disminución de presión en las tuberías A o B accionan las
válvulas para liberar el vapor acumulado en el equipo 8. Igualmente, la disminución de la cantidad o presión
del vapor en la turbina 3 produce la liberación del vapor contenido en el acumulador. Existen dos tipos de
acumuladores, como veremos mas adelante. En el croquis de arriba se representa un acumulador Ruths.
Otra variante que podemos encontrar en las instalaciones industriales de uso mixto (generación de energía
eléctrica y calefacción) es la caldera de condensación con extracción. Es básicamente el sistema clásico de
caldera-turbina-condensador sangrando vapor de media o baja presión que se destina a calefacción. Una
instalación de ese tipo se ilustra en el siguiente croquis.
Si del lado de la demanda de vapor de baja para calefacción hay fluctuaciones es preferible intercalar entre
la línea de suministro de vapor de alta y la línea de baja un desobrecalentador. Es una válvula reductora do-
tada de un enfriador-saturador a spray de agua que no se detalla en el croquis, cuya función es producir
una expansión isentálpica donde se convierte energía de presión en energía térmica que se emplea en ge-
nerar mas vapor proveniente del agua agregada. En definitiva, el desobrecalentador tiene algunas funcio-
nes de un acumulador de vapor, pero no tiene la inercia de masa del acumulador de vapor ante variaciones
bruscas o grandes de la demanda. Si se producen este tipo de variaciones en la demanda de vapor de pro-
ceso destinado a calefacción, la solución mas satisfactoria probablemente sea instalar un acumulador de
vapor.
Ejemplo 9.6 Cálculo de los parámetros operativos de una central de uso mixto.
Una fábrica emplea 2268 Kg/hr de vapor de agua saturado seco a 1.36 ata para calefacción en planta. Hay
una idea para generar energía aumentando la presión de trabajo de la caldera de 1.36 a 28.21 ata expan-
diendo el vapor desde 28.21 ata hasta 1.36 ata en una turbina. El condensado entra a la caldera bajo pre-
sión a 109 °C. Calcular: a) la temperatura de sobrecalentamiento necesaria para asegurar el suministro de
vapor con un título mínimo de 95% en el escape de la turbina destinado a calefacción; b) la potencia entre-
gada por la turbina si su rendimiento isentrópico es 64% y su rendimiento mecánico es 92%; c) el calor adi-
cional necesario en Kcal por KW-hora y su consumo adicional requerido para la generación de potencia ex-
tra.
Solución
a) El punto 2’ se determina en la intersección de la curva de título x = 0.95 y la curva de P = 1.36 ata y de él
obtenemos H2' = 615.6 Kcal/Kg.
Analizaremos primero el proceso de carga de un acumulador Ruths. Supongamos que tenemos una masa
total de agua y vapor en equilibrio m1 en el acumulador a una temperatura y presión t1, P1. Se carga el acu-
mulador, entrando una masa de vapor de agua m2 a presión y temperatura P2, t2. Este vapor puede ser satu-
rado seco, saturado húmedo o recalentado, según su origen. Como consecuencia de la mezcla irreversible,
se obtiene una masa total (m1 + m2) de agua y vapor en equilibrio cuya condición final es Pm, tm. Sabemos
que la presión aumenta porque el volumen es constante y se aumenta la masa del contenido por la inyec-
ción del vapor. Por lo tanto, también es de esperar que aumente la temperatura.
En el proceso de descarga, se invierte el flujo de modo que partimos de una masa total (m1 + m2) de agua y
vapor en equilibrio a la presión y temperatura Pm, tm. Se descarga una masa de vapor saturado seco m2 a
esa misma presión y temperatura, ya que se encuentra en equilibrio con el agua líquida. La masa contenida
en el acumulador desciende al valor m1 y la presión y la temperatura disminuyen a los valores P1 y t1.
El proceso de carga y descarga son procesos de flujo transitorio tanto de masa como de energía, y por ello
habrá que analizarlos con la ayuda del Primer Principio de la Termodinámica para sistemas abiertos en ré-
gimen transitorio. Por otra parte, se trata de procesos adiabáticos a volumen constante.
Análisis de la carga del acumulador
Puesto que se trata de un proceso con fronteras rígidas, adiabático y donde sólo entra fluido al sistema, nos
encontramos ante el caso estudiado en el apartado 3.10.4 del capítulo 3. Como se dedujo en ese punto, la
ecuación del Primer Principio de la Termodinámica se puede expresar de la siguiente manera.
(
M 2 × u 2 − M 1 × u1 = me h + Ep + Ec e ) iv
(3-33 )
Despreciando las contribuciones de las energías cinética y potencial y reemplazando las masas de acuerdo
a lo estipulado mas arriba, esta ecuación se puede escribir de la siguiente forma.
(m 1 + m2 )× u m − m1 × u1 = m2 × h2
¿De qué manera nos puede servir esta relación para calcular, dimensionar y controlar la operación de un
acumulador de vapor?. Esto depende del propósito para el cual se usa. Podemos distinguir dos clases de
problemas relativos a la carga de los acumuladores de vapor.
• Una clase de problemas es aquella en la que se conoce la masa de vapor m2 que entra o se des-
carga. También se conocen las presiones P1, P2 y Pm, teniendo que calcular el volumen requerido
del acumulador para esas condiciones de operación.
• Otra clase es aquella en la que se conocen las presiones P1, P2 y Pm, así como el volumen del acu-
mulador, y hay que calcular la masa de vapor m2.
En problemas de la primera clase, si el vapor que ingresa al acumulador está recalentado se debe conocer
su presión (que es dato) y adicionalmente su temperatura t2. La incógnita es la masa de agua antes de la
carga, es decir, m1. Reordenando la ecuación anterior tenemos:
m1 × u m + m2 × u m − m1 × u 1 = m2 × h2 ⇒ m1 (u m − u 1 ) + m 2 × u m = m 2 × h2 ⇒
h2 − u m
m1 = m2
u m − u1
Puesto que las condiciones inicial y final del acumulador corresponden a estados de saturación, bastará
conocer las presiones P1 y Pm para determinar los valores de um y de u1. En cuanto a h2 se puede determinar
si se conoce la presión y temperatura del vapor que se ingresa al acumulador. Una vez calculada la masa
m1 de agua antes de la carga se puede determinar el volumen a partir de la densidad del agua, y al resulta-
do se le suma un 10% en concepto de espacio de vapor.
En los problemas de la segunda clase se debe calcular la masa de vapor que se necesita para elevar la
presión desde P1 hasta Pm. Reordenando la ecuación anterior tenemos:
u m − u1
m2 = m1 (9-26)
h2 − u m
La principal objeción que se puede hacer al enfoque riguroso que acabamos de exponer es que se requiere
conocer la energía interna del líquido en al menos dos condiciones distintas. Pero la energía interna no es
una propiedad que se encuentre frecuentemente tabulada. Esto nos obliga a recurrir a un enfoque aproxi-
mado.
El acumulador de borboteo se puede analizar como un proceso de mezcla en sistemas cerrados tal como
explicamos en el capítulo 4, apartado 4.5.1. Si bien el sistema es abierto, se puede imaginar como un sis-
tema cerrado aplicando el mismo procedimiento que se explica en el apartado 3.10.5, donde analizamos
una situación parecida a la que se da en un acumulador de borboteo. La principal diferencia con el acumu-
lador de vapor consiste en que en el caso del apartado 3.10.5 teníamos un tacho abierto a la atmósfera y
en el caso del acumulador de vapor tenemos un tacho cerrado. Es decir, la evolución del apartado 3.10.5 es
a presión constante, en tanto que el acumulador sufre una evolución a volumen constante.
Imaginemos entonces que tenemos una masa total m1 de agua y vapor en equilibrio en el acumulador a una
temperatura y presión t1, P1. Se introduce una masa m2 de vapor a presión y temperatura P2, t2. Como con-
secuencia de la mezcla irreversible, se obtiene una masa total (m1 + m2) de agua y vapor en equilibrio cuya
condición final es Pm, tm. Sabemos que la presión aumenta, porque el volumen es constante y se aumenta la
masa del contenido por la inyección de vapor. Por lo tanto, también es de esperar que aumente la tempera-
tura.
Por otra parte, también del Primer Principio para sistemas cerrados:
δQ = dH − V dP = 0 ⇒ dH = V dP ⇒ ∆H = V dP = V ∆P
∫
Esto nos dice que la variación de entalpía se debe exclusivamente al trabajo de compresión en el sistema.
Puesto que la presión aumenta, es obvio que la entalpía también aumenta. Planteando un balance de en-
talpía en un sistema cerrado tenemos:
m1 h1 + m2 h2 − V ∆P
m1 h1 + m2 h2 = (m1 + m2 ) hm + V ∆P ⇒ hm =
m1 + m2
Una vez calculada la entalpía hm y teniendo la presión Pm se puede calcular la temperatura. En cambio el
cálculo de la masa m2 requiere un método iterativo.
La variación de presión es esencialmente igual a la diferencia (Pm. – P1) de modo que:
m1 h1 + m2 h2 − V (Pm − P1 )
hm = (9-27)
m1 + m2
El problema también se puede analizar de otro modo que, aunque aproximado, es mas simple. Si despre-
ciamos el trabajo que hace el vapor sobre el sistema al entrar al mismo, entonces el proceso se puede con-
siderar esencialmente isentálpico. Esto parece razonable si se tiene en cuenta que la energía requerida pa-
ra el ingreso del vapor al acumulador se conserva, ya que en definitiva vuelve al vapor durante la descarga
del acumulador. Por lo tanto:
m1 h1 + m2 h2
m1 h1 + m2 h2 = (m1 + m2 ) hm ⇒ hm =
m1 + m2
Conocida la entalpía hm y la presión Pm es fácil obtener la temperatura tm mediante el diagrama de Mollier o
cálculo analítico. En cambio el cálculo de la masa m2 es mas complicado, requiriendo como antes un méto-
do iterativo.
El siguiente procedimiento aproximado permite calcular la masa de vapor que ingresa o sale del acumula-
dor sin necesidad de cálculos iterativos. Si bien se basa en un razonamiento lleno de simplificaciones, da
resultados razonablemente exactos. Supongamos que se carga el acumulador conociendo la masa de agua
que contiene al inicio de la carga así como la masa de vapor que se inyecta en el acumulador durante la
misma. Sea Ma la masa de total de agua (tanto líquida como al estado de vapor) que contiene el acumula-
dor al inicio de la carga, durante la cual se inyecta una masa de vapor mv. Se conoce la presión al inicio de
la carga, P1. La entalpía del agua líquida contenida en el acumulador a la presión P1 se puede averiguar,
puesto que P1 es la presión de saturación. Sea hL1 esa entalpía por unidad de masa a esa presión y tempe-
ratura. La entalpía del líquido contenida en acumulador antes de iniciar la carga es:
H 1 = M a × hL1
Al fin de la carga, la presión es P2 y la masa total de agua es (Ma + mv), suponiendo que todo el vapor se
absorbe en el agua. La entalpía del líquido es conocida, puesto que también se encuentra en condición de
saturación; sea esta hL2 a esa presión y temperatura, y sea λ2 el calor latente. Supongamos que la masa de
agua se incrementa en la magnitud mv, debido a que se condensa todo el vapor. La entalpía del agua líqui-
da contenida en el acumulador al finalizar la carga es:
H 2 = (M a + mv )hL2
Al ingresar la masa de vapor mv se incrementa la energía contenida en el acumulador en la magnitud:
E v = mv × hv = mv (hL2 + λ2 )
Puesto que la carga es un proceso adiabático, la entalpía después de la carga debe ser igual a la entalpía
antes de la carga mas el aporte de energía del vapor. Es decir:
H 2 = H 1 + E v ⇒ (M a + mv )hL2 = M a × hL1 + mv (hL2 + λ2 )
Operando:
M a × hL2 + mv × hL2 = M a × hL1 + m v × hL2 + mv × λ2 ⇒ mv × λ2 = M a × (hL2 − hL1 )
Despejando mv se obtiene:
hL2 − hL1
mv = M a (9-28)
λ2
También se puede introducir una simplificación adicional, asumiendo hL = CpL T pero si se toma aproxima-
damente CpL = 1 Kcal/(Kg ºK) resulta hL = t, en consecuencia:
t L2 − t L1
mv = M a (9-29)
λ2
Por lo general el cálculo de la masa de vapor mv no es necesario porque esta es la masa de vapor que se
desea ingresar o extraer del acumulador, que por razones operativas se conoce por anticipado, es decir, es
una variable de diseño. Normalmente el acumulador se diseña para operar entre dos presiones extremas P1
y P2. Sea P1 la menor presión y P2 la mayor, con temperaturas t1 y t2 también conocidas. En consecuencia,
también se conocen las entalpías correspondientes h1 y h2.
Supongamos que ambas condiciones corresponden a estados saturados. Los calores latentes λ1 y λ2 son
conocidos, puesto que corresponden a las diferencias de entalpías de líquido y vapor saturado a las respec-
tivas presiones y temperaturas de los estados 1 y 2.
Nos interesa calcular las dimensiones de un acumulador que debe funcionar entre estas condiciones extre-
mas, es decir el volumen o capacidad del acumulador.
Para ello supongamos que conocemos la densidad del agua líquida ρ2 en las condiciones de presión y tem-
peratura P2 y t2. Si la fracción del volumen total reservado al vapor es α, el volumen total ocupado por el lí-
quido y el vapor en las condiciones 2 es:
mv + M a
V= + α ×V
ρ2
Operando:
hL2 − hL1
Ma + Ma
λ2
V= + α ×V
ρ2
Despejando la masa de agua:
1− α
M a = ρ2 × V (9-30)
h − hL1
1 + L2
λ2
Esta ecuación relaciona entre sí las principales variables: masa de agua, volumen y exceso dedicado al va-
por. Normalmente se suele tomar α = 0.1 es decir un 10% en exceso con respecto al volumen V.
También se puede usar el siguiente enfoque empírico, que da resultados aproximados pero razonables.
Supongamos que se carga el acumulador que está en la condición o estado de equilibrio 1 con vapor de
agua saturado a la condición 2. La masa de vapor que se carga o descarga por unidad de tiempo es m& . El
líquido saturado en la condición 1 tiene una entalpía h1; el líquido saturado en la condición 2 tiene una en-
talpía h2. Como consecuencia de la mezcla se alcanza un estado intermedio también de saturación, cuyas
propiedades son Pm, tm y hm. El cálculo de estas condiciones se puede hacer por cualquiera de los enfoques
que vimos mas arriba, y las diferencias que resultan de los mismos no son significativas. Para los fines
prácticos podemos suponer que la condición del estado intermedio está en el punto medio entre las condi-
ciones 1 y 2. Entonces el calor latente que corresponde al estado intermedio resultante de la mezcla será:
λ1 + λ2
λm =
2
La densidad del agua líquida a la condición intermedia se puede considerar como el promedio de las densi-
dades en las condiciones extremas 1 y 2, por lo tanto:
ρ1 + ρ 2
ρm =
2
El volumen del agua del acumulador es:
λm
Va = m&
ρm (h2 − h1 )
(9-31)
El acumulador se calcula para que tenga una capacidad con un 10% en exceso respecto a la masa máxima
de agua ingresante durante la carga. O descarga, ya que en esencia el proceso de carga y descarga es lo
mismo. Es decir:
C a = 1.1× Va (9-32)
Advertencia: si bien los resultados que proporciona esta fórmula son razonables, no tiene base racional. La
homogeneidad dimensional no se verifica, debido a que no tiene una base racional.
a) Entalpía de la corriente E, que resulta de la mezcla de la corriente de 600 psi y de la corriente que
sale de la turbina auxiliar.
b) El caudal de la corriente A.
c) El caudal de la corriente B.
d) El caudal de la corriente C.
e) El caudal de la corriente D.
f) El caudal de la corriente E.
Datos:
Se conocen las presiones de las líneas A, B, C, D y E, tal como se anotan en el croquis. Las entalpías en
las distintas condiciones son las siguientes.
Para la línea de 600 psi: HD = 1380 Btu/Lb. Para la línea que sale de la segunda turbina: H = 1300 Btu/Lb.
La entalpía del condensado (y del agua tratada que se agrega al condensado o “agua agregada”) es 68
Btu/Lb. La entalpía de la línea A en la salida del desaireador es HA = 218 Btu/Lb.
También se conocen los consumos de vapor para cada una de las dos turbinas, información que suminis-
tran los fabricantes. Así sabemos que la turbina principal entrega 20000 HP con una extracción de vapor de
media presión consumiendo 30 libras de vapor de media presión por hora y por HP producido, y que con-
sume 8 libras de vapor exhausto en la descarga por hora y por HP producido.
Solución
Planteamos los balances de masa y energía en cada uno de los nodos que relacionan incógnitas entre sí.
Para la turbina principal el balance de energía es:
B C
20000 = + (a)
30 8
Para la turbina principal el balance de masa es:
A=B+C (b)
Para la línea de 600 psi el balance de masa es:
B – D = 230000 (c)
Para la línea de 50 psi el balance de energía es:
HD×D + 1300×30000 = E×HE
Reemplazando la entalpía tenemos:
1380×D + 1300×30000 = E×HE (d)
Para la línea de 50 psi el balance de masa es:
D + 30000 = E (e)
El ingreso de agua se hace por la válvula V al cuerpo principal de la caldera, donde se establece un nivel
indicado por el tubo de nivel situado encima de la válvula. El vapor producido se recoge en el domo de va-
por, y sale regulado por la válvula R.
Esta disposición es muy elemental y no resulta apropiada para producir cantidades considerables de vapor,
o con altas presiones y temperaturas.
En las calderas modernas se reemplaza el calentamiento directo del cuerpo cilíndrico principal por calenta-
miento de tubos, con lo que se consigue mayor superficie de intercambio de calor, lo que mejora el rendi-
miento del calentamiento. En la mayor parte de los diseños el agua circula por el interior de los tubos, en lo
que se denomina caldera de tubos de agua. En cambio en otros tipos los tubos están insertos en el cuerpo
cilíndrico principal y el humo circula por su interior, como algunas calderas de locomotoras a vapor, llama-
das calderas de tubos de humo o también de tubos de fuego. El termotanque doméstico es un ejemplo, con
uno o varios tubos de humo.
A continuación se observa un croquis de una caldera de tubos de humo conocida vulgarmente como “esco-
cesa”.
Las calderas de tubos de humo pueden operar a presiones de hasta 1850 psig (120 atm) pero por lo gene-
ral suelen operar a presiones menores de 1000 psig. Se adaptan bien a los servicios de recuperación de
calor a partir de corrientes de gases a presión. Pueden manejar corrientes que ensucian mucho, ya que la
limpieza del lado interno de los tubos de humo se puede hacer sin mayores dificultades, en tanto que la
limpieza del lado externo de los tubos en las calderas de tubos de agua siempre es problemática. Por lo
general suelen ser mas económicas que las de tubos de agua considerando el costo por unidad de peso,
especialmente en las unidades de menor tamaño. La elección entre el tipo de caldera de tubos de agua y
de tubos de humo depende de la presión del vapor generado, que a su vez depende del uso al que estará
destinado. Las calderas de tubos de humo se usan principalmente para generar agua caliente o vapor satu-
rado. Cuando el vapor tiene presiones que exceden las 600 a 700 psig (40 a 47 atmósferas manométricas)
el espesor de los tubos de humo es mucho mayor que el de los tubos de agua, por razones estructurales.
En los tipos de tubos de humo el tubo debe soportar una presión desde afuera hacia dentro mientras que
en los tubos de agua la presión actúa desde adentro hacia fuera, lo que requiere menor espesor de pared.
En consecuencia, el costo de la caldera aumenta significativamente, y las calderas de tubos de humo se
hacen antieconómicas para servicios de alta presión.
Las calderas de tubos de agua son mas flexi-
bles que las de tubos de humo, y mas apropia-
das para producir grandes cantidades de vapor.
El uso de tubos aletados en calderas de tubos
de agua produce equipos mas compactos, cosa
que es imposible en las calderas de tubos de
humo.
El croquis muestra el esquema de una caldera
de tubos de agua de tipo Babcock y Wilcox.
La circulación del agua en el interior de los tu-
bos se hace ayudada por la inclinación de los
mismos. A medida que se va calentando el agua
disminuye su densidad, y tiende a subir. Esto
produce un movimiento de la masa de agua que
asciende por los tubos inclinados, retorna por
los tubos superiores y vuelve a bajar, calentán-
dose mas en cada pasada hasta que se vapori-
za. Los tubos inclinados tienen un diámetro del
orden de 25 a 120 mm. Diámetros menores no
permitirían una adecuada circulación. La incli-
nación varía según los diseños y marcas.
La disposición de las calderas de tubos de agua
es la siguiente. Tienen un tambor de vapor si-
tuado en el nivel mas alto para recolectar el va-
por, y uno o mas cuerpos cilíndricos en el nivel
mas bajo que contienen agua líquida.
Entre el o los cuerpos cilíndricos y el tambor de vapor corren los tubos de agua, que es donde se produce la
vaporización. Según la cantidad de cuerpos cilíndricos de agua podemos distinguir tres tipos o disposicio-
nes básicas: tipo O, tipo D y tipo A. El croquis muestra cuatro figuras que ilustran estos tipos.
Si bien los croquis que mostramos tienen tubos lisos, en muchos diseños se usan tubos aletados con lo que
se consigue un considerable aumento de la superficie de intercambio. Esta es otra ventaja de los diseños a
tubos de agua, ya que colocar aletas internas en tubos de humo resulta antieconómico.
Otros diseños para altas presiones
son las calderas monotubo. En este
tipo, no existe la división de la calde-
ra en cuerpos como en los casos an-
teriores. La caldera consiste en
esencia de un solo tubo que se desa-
rrolla ocupando todo el espacio útil
del horno. Esto permite operar la cal-
dera a presiones elevadas con altas
velocidades de circulación de agua y
vapor, lo que permite obtener un ma-
yor intercambio de calor. Una caldera
monotubo puede producir mas de 40
Kg de vapor por hora y por metro
cuadrado de superficie de tubo. Las
velocidades del agua son del orden
de 1.5 a 3 m/seg en la zona de pre-
calentamiento, de 5 a 18 m/seg en la
zona de vaporización y de 20 a 50
m/seg en la zona del sobrecalenta-
dor. Se puede mejorar aún mas el
rendimiento del generador si se ob-
tienen altas velocidades de los gases del horno. Con velocidades de los gases del orden de 40 a 50 m/seg
aumenta el coeficiente de transferencia de calor y en consecuencia disminuye el tamaño del equipo.
En muchas aplicaciones se usan combustibles de bajo poder calorífico por razones económicas. Por ejem-
plo, algunas calderas queman residuos orgánicos como cáscara de girasol, astillas de madera, etc. Las cal-
deras de lecho fluidizado son ideales para quemar este tipo de material. En el croquis observamos una ins-
talación completa con horno de lecho fluidizado. Un lecho fluidizado es un sistema en el que los sólidos se
suspenden en el seno de una corriente ascendente de aire, lo que suele conocerse como fluidización.
El ahorro de energía mediante la combustión de residuos tiene muchos atractivos y algunos peligros. Los
residuos altamente peligrosos por lo general no se pueden quemar en este tipo de hornos porque las emi-
siones son contaminantes, y además la legislación establece normas que no permiten su empleo como
combustibles. Ciertos residuos de baja o mediana peligrosidad se pueden quemar pero algunos pueden
emitir sustancias contaminantes. Entre ellas se encuentran: el ácido clorhídrico que se produce durante la
combustión de algunas sustancias orgánicas que contienen cloro como el PVC; el ácido bromhídrico produ-
cido en la combustión de algunas sustancias orgánicas que contienen bromo; el ácido nítrico y los ácidos
sulfuroso y sulfúrico, así como los óxidos de nitrógeno y de azufre.
El grado de complejidad de una instalación de gran porte como la que vemos en la figura anterior puede ser
considerable. El tamaño y la inercia que tienen las hace difíciles de manejar, particularmente en los tipos
mas modernos, por lo que los controles informatizados son imprescindibles.
9.7 Combustión
La combustión es una reacción de oxidación muy rápida que libera gran cantidad de calor. Siempre ocurre
a presión constante. La cantidad de energía liberada es:
δQ P = dU + P dV = dU + P dV + V dP = dU + P d (PV ) = dH ⇒
QP = H 2 − H 1
Donde: H2 = entalpía de los elementos o sustancias antes de la reacción, y H1 = entalpía de los elementos o
sustancias después de la reacción. Llamando ∆H a la diferencia de entalpías, ∆H = H2 – H1. Si ∆H < 0 la
reacción libera calor (es exotérmica), si ∆H > 0 la reacción consume calor, es endotérmica. Ver el apartado
4.6 del capítulo 4 para mas detalles referentes al calor de reacción que son aplicables a este caso.
La reacción química de combustión completa de una sustancia genérica compuesta por carbono e hidróge-
no se puede representar por la siguiente ecuación.
4m + n n
Cm H n + O2 → m CO 2 + H 2 O (9-33)
4 2
Esta relación demuestra que un mol de metano requiere dos moles de oxígeno para la combustión comple-
ta produciendo un mol de dióxido de carbono y dos moles de vapor de agua–a menos que supongamos que
los productos gaseosos de la combustión se enfrían hasta la temperatura ambiente, en cuyo caso el agua
será líquida.
De todas las variables de diseño que influyen en los fenómenos de combustión hay dos que impactan en
mayor medida: el combustible y el diseño del horno de la caldera.
Los combustibles usados pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos. El tipo de combustible depende en gran
medida del consumo y de la disponibilidad en el lugar. También condicionan la elección las disposiciones
estatales referentes a niveles y calidades tolerables de contaminación emitida en los humos.
Los combustibles sólidos naturales son los carbones, la leña y los residuos tales como astillas de madera,
cáscara de girasol, etc. La mayor parte de estos combustibles son inclasificables. Se puede intentar una
clasificación de los carbones, según el grado de mineralización alcanzada en el proceso natural que genera
el carbón, llamado carbonización. Se los suele clasificar a grandes rasgos en cinco tipos. A pesar de ello es
difícil establecer los límites que separan una clase de otra, debido a que no es una clasificación basada en
una escala cuantitativa sino en propiedades mas o menos difíciles de precisar. Los cinco tipos son, de ma-
yor a menor antigüedad: la turba, el lignito, la hulla, la antracita y el grafito. Este último no se usa como
combustible debido a que tiene mas valor como material para la fabricación de electrodos y otros usos di-
versos. La calidad (medida desde el punto de vista de su poder calorífico) de estos tipos de carbón aumen-
ta a medida que avanzamos en su antigüedad; así la turba tiene un bajo poder calorífico (similar al de la
madera), siendo mayor el del lignito, y así sucesivamente. De todos los tipos de carbón natural se puede
obtener el coque o carbón artificial, que no es muy usado como combustible sino en metalurgia del hierro.
El principal contaminante del carbón es el azufre. No solo es un contaminante muy perjudicial cuando se
emite como anhídrido sulfuroso en los humos, sino que perjudica el horno. El anhídrido sulfuroso es conver-
tido en la atmósfera en anhídrido sulfúrico, que es el principal causante de la lluvia ácida, un fenómeno su-
mamente destructivo para la ecología.
Los combustibles líquidos se obtienen a partir del petróleo. Este es una mezcla de muchos hidrocarburos
cuya composición depende de su origen. Los procesos de rectificación y refinación separan estos hidrocar-
buros en fracciones o cortes que tienen nombres de uso cotidiano tales como nafta o gasolina, fuel oil, etc.
Las naftas por lo general no se usan como combustible industrial debido a su costo. El gas oil es un corte
de la destilación del petróleo situado por su curva de puntos de ebullición entre el keroseno y los aceites lu-
bricantes. Es un combustible de mejor calidad que el fuel oil. Se denomina fuel oil a la fracción mas liviana
de los cortes pesados situados en la cola de la destilación directa. Se trata de un producto bastante visco-
so, de baja calidad por su mayor contenido de azufre y difícil de manejar debido a su elevada viscosidad.
Los combustibles gaseosos provienen casi exclusivamente de pozos naturales, aunque en lugares ricos en
carbón también se pueden obtener por gasificación de la hulla. Este no es el caso de la Argentina, que es
un país rico en gas natural y pobre en carbón. Su composición varía con el origen, pero siempre contiene
los hidrocarburos más livianos, nitrógeno, vapor de agua, muy poco azufre y trazas de otros elementos. En
lo sucesivo hablaremos del gas como sinónimo de gas de pozo, es decir proveniente de yacimientos. El gas
se suele clasificar en gas natural y gas licuado de petróleo (GLP). También se clasifican en base al número
de Wobbe, que es un valor dimensional que se define como sigue.
ρa
N Wo = ∆H f (9-34)
ρc
Donde: ∆Hf = poder calorífico superior (calor de reacción de la combustión); ρa = densidad del aire; ρc = den-
sidad del combustible. El número de Wobbe depende de las unidades usadas para ∆Hf y tiene sus mismas
3
unidades, dado que el cociente de densidades es adimensional. Si ∆Hf se expresa en MJ/m se obtienen los
siguientes valores.
• Para gas combustible sintético: 20 < NWo < 30.
• Para gas natural: 40 < NWo < 55.
• Para GLP: 75 < NWo < 90.
En la actualidad se tiende a usar combustibles gaseosos por su menor cantidad de impurezas. El gas natu-
ral se puede considerar integrado casi exclusivamente por metano, que se quema totalmente para dar agua
y anhídrido carbónico. Si se usa un combustible sólido o impurificado con otros elementos se corre el peli-
gro de incluir cantidades significativas de sustancias contaminantes en los gases de la chimenea.
Un contaminante muy peligroso que no forma parte del combustible sino que se produce durante la com-
bustión es el monóxido de carbono. En un horno bien diseñado y correctamente operado se puede dismi-
nuir la emisión de monóxido de carbono al mínimo, usando un exceso de aire con respecto a la cantidad
teórica. La reacción de oxidación del monóxido de carbono para dar dióxido de carbono se ve favorecida
por la presencia de una abundante cantidad de oxígeno, que se obtiene mediante un exceso de aire.
Otros contaminantes riesgosos y prohibidos por muchas legislaciones ambientales son los óxidos de nitró-
geno, que producen ácido nítrico en la atmósfera. Los óxidos de nitrógeno se suelen simbolizar con la fór-
mula química NOx donde x es un real igual a 1, 1.5 o 2.5. La mayor parte de las leyes de protección ambien-
tal limitan las emisiones de monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno. En un horno bien diseñado y ope-
rado pueden estar en niveles de 150 a 300 ppm en volumen de CO y de 30 a 80 ppm en peso de NOx.
Algunas legislaciones prohíben la emisión de gases con un contenido de NOx mayor de 9 ppm en volumen.
En la actualidad los hornos no se construyen con paredes de refractario. El típico horno con paredes de re-
fractario ha pasado a ser cosa que sólo se observa en instalaciones muy grandes, pero la mayor parte de
las calderas pequeñas y medianas se construyen con paredes metálicas. En este tipo de horno las paredes
metálicas tienen una membrana fina también metálica soldada a una distancia muy pequeña y por la parte
interna de la chapa mas gruesa que actúa como respaldo y le da solidez estructural al conjunto. En el espa-
cio que queda entre la membrana y la chapa se hace circular agua, que se precalienta antes de entrar a la
caldera. De este modo se enfrían las paredes del horno, y se recupera el calor que en las paredes revesti-
das con refractario lo atraviesa y se pierde en el exterior. Un horno construido con paredes metálicas de
membrana enfriada con agua tiene todas las paredes, techo y piso revestidos con metal, es decir, no tiene
refractario. De este modo la expansión del conjunto es uniforme, y la llama queda completamente incluida
en una caja cerrada con una sola entrada y una sola salida: la chimenea. Todo el conjunto es prácticamente
hermético, cosa difícil o imposible de lograr con el revestimiento refractario.
Este sistema además de ser mas racional y aprovechar mejor el calor tiene otras ventajas. El refractario
tiende a deteriorarse con el tiempo. Por efecto de las dilataciones y contracciones térmicas se quiebra, pier-
de capacidad aislante y se debilita, de modo que periódicamente es necesario parar con el objeto de hacer
reparaciones, que no son baratas desde el punto de vista del costo de parada ni del costo de reparación.
En cambio una pared metálica de membrana enfriada con agua no requiere reparaciones ya que es prácti-
camente inalterable. Los arranques en frío son mucho mas rápidos debido a que no existe la inercia térmica
del refractario. Por otra parte, también tiene influencia en el nivel de emisiones contaminantes, particular-
mente en el nivel de NOx. En un horno a gas natural, el exceso de aire típico es del orden del 5 al 15% ope-
rando a presiones moderadas, del orden de 30 a 40 pulgadas de agua, y con alta recirculación de los
humos. Esto permite bajar considerablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno y monóxido de carbo-
no. Pero la mayor parte de los óxidos de nitrógeno se forman en una zona de la llama bastante cercana al
quemador. Si el horno está revestido con refractario, la re irradiación que este produce levanta la tempera-
tura de esa zona de la llama y esto aumenta la proporción de óxidos de nitrógeno.
Los fenómenos de combustión son muy complejos y no podemos estudiarlos en detalle por razones de es-
pacio. En la combustión intervienen factores que tienen que ver con la cinética de las diversas reacciones
químicas que se producen, que por sí solos merecen un tratamiento detallado y extenso. Además hay facto-
res aerodinámicos que tienen una gran importancia, de modo que en beneficio de la brevedad solo mencio-
naremos algunos.
La combustión de una mezcla puede ser casi instantánea, sin propagación de llamas, como ocurre en las
explosiones, o lenta con propagación de llamas. Una explosión se caracteriza porque los gases producidos
por la combustión se desplazan con gran rapidez en todas direcciones formando una onda esférica de cho-
que. Según sea la velocidad de esa onda de choque se clasifica las explosiones en deflagraciones y deto-
naciones. Una deflagración produce una onda de choque subsónica, es decir, que se desplaza a menor ve-
locidad que el sonido. En cambio una detonación produce una onda de choque supersónica, que se des-
plaza a mayor velocidad que el sonido: de 1500 a 2500 m/seg.
La combustión con llama es un fenómeno dinámico en el que influyen muchas variables: la composición y
estado físico del combustible, la temperatura, la presión, la existencia o ausencia de elementos metálicos
capaces de disipar el calor en las vecindades de la llama, y otros factores. Según los valores que toman es-
tas variables se puede producir una combustión estable, una deflagración o una detonación. Por ejemplo, la
pólvora de un cartucho puede estar vencida (se ha degradado por vejez) o húmeda, o no tener la debida
granulometría; en cualquiera de estos casos la combustión es defectuosa y el disparo no se produce
correctamente, o directamente falla la ignición, no hay detonación.
En las aplicaciones que nos interesan en este capítulo tiene particular interés definir las condiciones que
conducen a una combustión estable con llama, ya que se debe evitar una explosión. La llama debe ser es-
table para que no exista el riesgo de que se corte espontáneamente. Si la llama se corta hay peligro de que
haya una explosión, que puede ser muy dañina. La estabilización de la llama puede ser aerodinámica, tér-
mica o química. De ellas probablemente la mas importante sea la estabilización aerodinámica.
Cuando la velocidad de llegada del combustible al quemador es igual a la velocidad con que se aleja la lla-
ma del quemador se dice que es aerodinámicamente estable, o que está anclada al quemador.
Supongamos que la combustión se produce en la boca de un tubo ver-
tical del cual sale el combustible hacia una atmósfera normal. Como el
combustible llena totalmente el tubo, la mezcla con el aire comienza en
la boca del quemador. Si el caudal de combustible es insuficiente, no
llena totalmente el tubo y la llama se puede producir en el interior del
mismo. El tubo se recalienta, lo que puede ser perjudicial. A partir de
ese punto se produce la llama, que podemos dividir en dos zonas. La
zona mas cercana a la boca del quemador es llamada llama de pre-
mezcla o zona reductora, en tanto que la mas alejada se denomina
llama de difusión o zona oxidante.
En el croquis vemos las dos zonas diferenciadas. A medida que nos
alejamos de la boca del quemador aumenta la velocidad de los gases
por el aumento de temperatura que produce una expansión. Como
consecuencia de ello la densidad disminuye, lo que genera una fuerza
ascensional (el tiraje) y la forma del perfil de velocidades, que era casi
plano en el interior del tubo, se hace mas parabólico a medida que nos
alejamos de la boca del mismo, debido al rozamiento con las zonas
periféricas, mas frías y que se mueven mas lentamente. Además inter-
vienen otros fenómenos que complican el análisis, como ser la con-
ducción de calor desde la llama hacia sus adyacencias, la difusión de
masa desde la periferia hacia el interior de la llama y viceversa, etc.
Si la velocidad de propagación de la llama fuese mayor que la veloci-
dad de salida del gas, esta se mueve en dirección aguas arriba y se
mete en el tubo (rechupe de la llama). En cambio si la velocidad de
propagación de la llama es menor que la de salida del gas esta se ale-
ja de la boca de salida y termina por cortarse, es decir, se apaga. Para
que quede anclada al quemador es preciso que ambas velocidades
sean iguales. En los quemadores industriales es prácticamente impo-
sible usar este mecanismo para estabilizar la llama, porque debido a la
necesidad de generar grandes cantidades de calor se usan velocidades de combustible muy altas. Si se tra-
ta de estabilizar la llama solo por medios dinámicos resulta un fracaso porque se apaga. Entonces se debe
recurrir a otros medios, como la estabilización mecánica o térmica. En esencia la estabilización mecánica
consiste en dirigir la llama, obligarla a recircular o disminuir su energía cinética introduciendo obstáculos y
elementos que la obliguen a efectuar cambios de dirección. Esto equivale a disminuir su velocidad y mante-
nerla confinada en un espacio limitado para evitar que se desprenda del quemador. La estabilización térmi-
ca consiste en someter a la llama a una radiación térmica que le agrega energía extra, de modo de com-
pensar la que pierde por convección hacia el medio comparativamente mas frío que la rodea. Esto permite
disminuir las corrientes convectivas que disipan energía y contribuyen a desestabilizar la llama. Un ejemplo
de estabilización mecánica y térmica lo constituye la malla metálica que se observa en algunas estufas de
pantalla a gas. Esta malla tiene la función de frenar el gas de modo que su velocidad no sea mucho mayor
que la de propagación de la llama lo que constituye una estabilización mecánica, pero además está a muy
alta temperatura de modo que irradia hacia la llama y la estabiliza térmicamente.
Se denomina punto de ignición o temperatura de ignición a la temperatura a la que se produce la llama sus-
tentable. En la mayoría de los casos es un valor que depende del estado de las superficies con las que está
en contacto el combustible. Por ejemplo el hidrógeno se inflama a menor temperatura cuando se pone en
contacto con esponja de platino, que actúa como un catalizador disminuyendo la energía de activación de la
molécula de hidrógeno. La mayor parte de los gases combustibles están formados por hidrocarburos que
tienen temperaturas de ignición superiores a los 500 ºC, disminuyendo con el peso molecular. Los com-
puestos oxigenados se caracterizan por tener temperaturas de ignición menores que los hidrocarburos. La
siguiente tabla proporciona algunos valores, y se pueden encontrar tablas muy completas, notablemente la
del Servicio de Guardacostas de los EU o las de la NFPA.
TEMPERATURAS DE IGNICIÓN DE COMBUSTIBLES EN EL AIRE
COMBUSTIBLE T ºC COMBUSTIBLE T ºC
Polvo de carbón 160–190 Coque blando 420–500
Turba (seca al aire) 225–280 Coque duro 500–600
Lignito 250-450 Alquitrán de hulla 550–650
Madera (seca) 300-350 Keroseno 250–290
Hulla 320-450 Gas-oil 330–430
Antracita. 450-500 Fuel-oil 400–450
En los combustibles líquidos a menudo se usa un concepto algo diferente: el llamado punto de inflamación
que a menudo es de 20 a 50 ºC mas bajo que el punto de ignición. El punto de inflamación es la temperatu-
ra a la que se inflama la superficie del combustible cuando se pone en contacto con una llama pero la com-
bustión no se mantiene una vez que se retira la llama. Este dato es muy importante. Cuanto mas bajo sea,
tanto mayor es el riesgo de incendio y explosión en el almacenamiento y manipulación de sustancias infla-
mables. Se debe consultar la norma NFPA 30 para las condiciones de seguridad en el manejo.
LÍMITES DE INFLAMABILIDAD Y TEMPERATURAS DE IGNICIÓN DE COMBUSTIBLES EN EL AIRE
COMBUSTIBLE EN LA MEZCLA, VOL %
COMBUSTIBLE Límite inferior Mezcla Límite superior Temperatura
de estequio- de de
inflamabilidad métrica inflamabilidad ignición
Hidrógeno 4,1–10 29,6 60–80 585
Hidrógeno (con O2) 4,4–11,1 66,6 90,8-96,7 585
Monóxido de carbono 12,5–16,7 29,6 70–80 650
Metano 5,3–6,2 9,5 11,9–15,4 650–750
Etano 2,5–4,2 5,7 9,5–10,7 520–630
Etileno 3,3–5,7 6,5 13,5–25,6 545
Acetileno 1,5–3,4 7,7 46–82 425
Etanol 2,6–4,0 6,5 12,3–13,6 350 (en O2)
Éter etílico 1,6–2,7 3,4 6,9–7,7 400 (en O2)
Benceno 1,3–2,7 2,7 6,3–7,7 570 (en O2)
Gasolina 1,4–2,4 – 4. 0–5,0 415 (en O2)
Nota: CnH2n+2 significa un hidrocarburo saturado (es decir, parafínico) con n = de 5 a 20. En cuanto a la pri-
mera “n” que se antepone a la fórmula significa “normal”, esto es, de cadena recta. Si bien los valores son
positivos en esta tabla, se debe entender que por convención todos tienen signo negativo.
Para una gran cantidad de combustibles líquidos derivados del petróleo se puede calcular el poder calorífi-
co en Kcal/Kg mediante las siguientes ecuaciones.
PCItotal = 85.6 + 179.7×H% – 63.9×S% (9-35)
PCIneto =85.6 + 127×H% – 63.9×S% (9-36)
También se puede obtener de la siguiente gráfica con una exactitud del 1%.
3
Se debe recordar que la densidad relativa es numéricamente igual a la densidad expresada en gr/cm . Para
3
obtener el poder calorífico en KJ/m se debe multiplicar por 278.7163.
El combustible líquido derivado del petróleo mas usado en los hornos industriales es el llamado Fuel oil #1 o
#2, que es una denominación norteamericana que proviene de la norma ASTM D 396. Consultar la norma
mencionada, o la tabla 9-9 del “Manual del Ingeniero Químico” de Perry. Los combustibles de clase #4 o #5
se consideran normalmente pesados, y a veces se los denomina impropiamente como “tipo bunker oil”
mientras que los mas livianos se suelen clasificar como “combustibles para aviones” del tipo JP4 y simila-
res, también llamado “querosén blanco”. El combustible que llamamos querosén, que se podría clasificar
como un combustible mas liviano que el fuel oil #1, no es considerado por la norma ASTM D 396, debido a
que en los Estados Unidos está normado por una legislación federal. Tampoco se incluyen los combustibles
usados para motores diesel, que en nuestro medio se denominan gas oil.
Los combustibles pesados tipo “bunker oil” se usan en motores marinos, y constituyen una clase mas pesa-
da que el fuel oil #6. Los quemadores que usan este tipo de combustible, mas barato que los combustibles
livianos, requieren un diseño especial y tienen mas problemas para el arranque, particularmente en climas
fríos, debido a la viscosidad elevada que los caracteriza. Los denominados “bunker A” corresponden
aproximadamente al fuel oil #5 y “bunker B o C” al #6 o mas pesado.
En el caso de los combustibles gaseosos se acostumbra informar el PCI en Kcal/m3 donde el volumen está
medido en condiciones normales es decir a 18 ºC y 1 ata. La siguiente tabla proporciona algunos valores.
Calor de combustión de componentes gaseosos a 18º C
GAS Kcal/mol Kcal/m3
H2 Superior 68.3 2860
Inferior 57.8 2420
CO 67.4 2750
CH4 Superior 212.8 8910
Inferior 191.8 8035
C2H2 Superior 310.6 13020
Inferior 300.1 12580
CaHb Superior 98.2×a + 28.2×b + 28.8 4115×a + 1180×b + 1210
Inferior 98.2×a + 23×b + 28.8 4115×a + 960×b + 1210
Se han determinado los valores de poder calorífico para gran cantidad de combustibles, que se encuentran
tabulados en manuales y textos, pero si no se conoce es posible estimarlo conociendo la composición quí-
mica del combustible. Este puede ser sólido, líquido o gaseoso pero siempre contiene C, H, O, S y hume-
dad. Llamamos C%, H%, O% y S% a la composición centesimal del combustible (en peso) de los compo-
nentes carbono, hidrógeno, oxígeno y azufre. Además contiene humedad cuya proporción es Hum%.
Puesto que 1 Kg de carbono produce 8100 Kcal, 1 Kg de hidrógeno produce 28750 Kcal y 1 Kg de azufre
produce 2500 Kcal no es difícil calcular el calor producido por la combustión de 1 Kg de combustible. Ade-
más, para evaporar 1 Kg de agua (humedad) se consumen aproximadamente 600 Kcal. Por otra parte hay
que tener en cuenta el oxígeno que puede contener el combustible, que se debe considerar combinado con
parte del hidrógeno de modo que hay que restarlo del hidrógeno total presente. Dado que 1 g de hidrógeno
se combina con 8 g de oxígeno tenemos una simple regla de tres:
1 g H ––– 8 g O
x –––– O% ⇒ x = O%/8
Esto es lo que hay que restar al hidrógeno. Por lo tanto el poder calorífico inferior es:
O%
PCI = 8100 × C% + 28750 H% − + 2500 × S% − 600 × Hum% (9-36)
8
La gráfica adjunta permite estimar la masa de aire, en Kg de aire por Kg de combustible para algunos com-
bustibles sólidos en función del contenido de CO2.
Puesto que la densidad del aire a 15 °C y 1 atm es 1.225 se deduce que el volumen teórico del aire necesa-
rio para quemar 1 Kg de combustible es:
1
Vt = [11.59 × C% + 18.5 × H% + 4.33 × (S% − O%)] (9-38)
1.225
En realidad para asegurar una combustión completa es preciso contar con abundancia de oxígeno, lo que
significa que se requiere un exceso de aire. Sea el exceso de aire e (en tantos por uno). La masa de aire
real es:
(
Mreal = Mt + e × M t = M t 1 + e) (9-39)
El valor de e depende de la naturaleza y composición del combustible, del diseño del horno y de la eficacia
de los quemadores. Para carbón o lignito en bruto el valor de e va de 70 a 80% y puede llegar a 100%; en
condiciones especialmente buenas es de 60%. Con fuel oil, gas oil y otros combustibles líquidos pesados
va del 40 a 50% o mas. Con gas o carbón pulverizado e está en el 30-40% y en condiciones muy favorables
es de 15-20%. El valor de e para cada combustible y estado operativo del horno se puede obtener de un
análisis del gas a la salida de la cámara de combustión. Es fácil ver que el elemento de juicio mas importan-
te es el CO2, porque la reacción que corresponde a la combustión del monóxido de carbono es:
1
CO + O 2 ↔ CO 2 + Q
2
Esta reacción es reversible, por lo que para asegurar una combustión completa del monóxido de carbono
es necesario asegurar exceso de oxígeno. Por lo tanto el exceso de aire y el contenido de dióxido de car-
bono están directamente relacionados.
El volumen parcial del CO2 producido ocupa el mismo espacio que el volumen parcial del oxígeno en el aire.
El porcentaje en volumen del oxígeno del aire es 20.9%. Si el gas a la salida del horno tuviese 20.9% de
CO2 eso significaría que el oxígeno se combinó totalmente con el carbono para dar CO2. Nótese que este
porcentaje de CO2 no toma en cuenta la variación de volumen del aire por efecto de otros gases producidos
por la combustión, o sea que se calcula sobre la base de aire que entra y no sobre el humo a la salida. Si el
porcentaje en volumen de CO2 es menor de 20.9% y no hay monóxido de carbono (o sea que la combustión
fue completa) sólo se puede deber a que el CO2 está diluido por un exceso de aire.
Siendo %CO2 el porcentaje de CO2 en volumen en el humo, está en la misma relación con 0.209 como 1
con (1 + e), es decir:
%CO 2 1 0.209
= ⇒ 1+ e =
0.209 1 + e %CO 2
Si tomamos en cuenta que el combustible casi siempre contiene hidrógeno, como 12 Kg de carbono se
combinan con 32 Kg de oxígeno, mientras que 4 Kg de hidrógeno se combinan con igual cantidad (32 Kg
de oxígeno) formando dos volúmenes de vapor de agua, se encuentra mediante simples reglas de tres que
el volumen de oxígeno que se combina con el hidrógeno es tres veces mayor por unidad de peso que el
que se combina con el carbono:
12 g C –––––– 32 g O2 24 g H2 –––––––– 32 g O2
1 g C –––––– x = 32/12 = 8/3 1 g H2 ––––––––– x = 8
Como el volumen de oxígeno combinado con el carbono es igual (en %) al porcentaje de CO2 en volumen
en el humo, que llamamos %CO2, el volumen combinado con el hidrógeno es:
H%
%CO 2 × 3
C%
H% y C% son los porcentajes en peso de hidrógeno y carbono en el combustible. Para los hidrocarburos
parafínicos gaseosos de fórmula general CnH2n+2 el valor de H% está en el orden de15%, y por supuesto el
C% vale alrededor de 75%. De tal modo para estos combustibles la relación H%/C% vale aproximadamente
0.2. En los hidrocarburos líquidos la relación H%/C% es mas baja, del orden de 1/6, o sea 0.17. En los
combustibles sólidos esta relación varía ampliamente según la clase, desde 0.12 hasta 0.007.
El volumen de oxígeno combinado con el carbono y el hidrógeno es:
H% H%
%CO 2 + %CO 2 × 3 = %CO 2 1 + 3
C% C%
Ahora, el volumen total de oxígeno consumido dividido el volumen de aire que interviene en la combustión
(Vc) es igual al volumen de oxígeno que contiene el aire dividido por el volumen total de aire.
H%
%CO 2 1 + 3
C% 0.209 H% 0.209 × Vc 0.209 0.209 0.209
= ⇒ %CO 2 1 + 3 = = = = ⇒
Vc Vt C% Vt Vt Vc + e × Vc 1+ e
Vc V c
H% 0.209
⇒ %CO 2 1 + 3 =
C% 1 + e
Aquí debemos volver a recalcar que %CO2 identifica al porcentaje de CO2 calculado en base al aire que en-
tra al horno. En la práctica, como el análisis se hace sobre el humo, resulta útil determinar e con ese dato.
Luego de operar resulta:
H%
1+ 3 %CO 2 "
0.209 C% 3.76 × O% O%
1+ e = e= e=
%CO 2 " H% 100 − %CO 2 " − 4.76 × O% 0.266 × N% − O%
1+ 3
C%
100 − (100 − %CO 2 " ) F O% × (4.76 − F)
1+ e = e= (9-40)
4.76 × %CO 2 " 100 − 4.76 × O%
H%
Donde: F = C%
H%
+4
C%
%CO2" es el porcentaje de CO2 en volumen en los humos. O% es el porcentaje de O2 en volumen en los
humos y N% es el porcentaje de N2 en volumen en los humos. H% y C% son los porcentajes en peso de C
y de H en el combustible. El análisis de los humos que emite el horno se hacía primitivamente con el apara-
to volumétrico de Orsat. Por tradición, se suele llamar al resultado del análisis de humos el “análisis de Or-
sat” aunque el equipo usado hoy en día tenga otro fundamento.
recalentador de vapor alcance también temperaturas elevadas. La temperatura que alcanzan los humos en
el horno depende de varios factores, tales como la naturaleza del combustible, la temperatura de entrada
del aire al horno, del exceso de aire usado y de la naturaleza de las paredes del horno.
Cuando el horno se encuentra en régimen permanente, una parte de la energía liberada por la combustión
se transmite por radiación a las paredes del horno, y el resto es absorbida por los humos producidos por la
combustión, lo que hace que su temperatura aumente. De la porción que reciben las paredes, si estas es-
tán construidas de refractario una parte será re irradiada hacia el interior y el resto es conducida al exterior.
Desde luego, si las paredes no son refractarias esto no sucede, como vemos en el caso de ciertos diseños
modernos. En cualquier caso, las paredes absorben una parte de la energía que reciben, que llamaremos n.
Se puede calcular la cantidad de calor que actúa sobre los humos para elevar su temperatura desde el va-
lor to hasta t1. Sea Cp el calor específico del humo. Se conoce el volumen real (esto es, incluido el exceso)
de aire consumido por Kg de combustible, que llamamos Vp. Entonces la masa de aire consumido por Kg
de combustible se obtiene multiplicando por la densidad del aire, que vale aproximadamente 1.23:
M = 1.23×Vp
El calor absorbido por el humo y empleado en elevar su temperatura es entonces:
Cp(M + 1)(t1 – to)
Por cada Kg de combustible se produce una cantidad de calor Q, igual, dicho sea de paso, al poder calorífi-
co del combustible. De modo que cuando el horno se encuentra en estado de régimen estable, todo el calor
producido por Kg de combustible tiene que ser igual al que pasa al exterior mas el que se usa para aumen-
tar la temperatura del humo. Es decir, planteando un balance similar al del apartado anterior:
Q = n×Q + Cp(M + 1) (t1 – to) ⇒
Q(1 − n )
t 1 = t0 +
Cp (M + 1)
(9-43)
al horno con una temperatura de entrada te (que por lo general se toma igual a la temperatura atmosférica)
y se calienta hasta la temperatura final de los humos tf el calor perdido por la chimenea se puede calcular:
( )
Q p = Cp h t f − t e M (9-44)
Donde: Cph es el calor específico del humo, y M es la masa de humos producidos por Kg de combustible. El
calor específico del humo se puede calcular mediante la ecuación (2-58) del apartado 2.3.1.1 del capítulo 2.
Es posible obtener una expresión porcentual de las pérdidas de calor en la chimenea si dividimos la expre-
sión anterior por el poder calorífico inferior del combustible. Llamando Ppc a esta pérdida tenemos:
Cp h (t f − t e )M
P pc = 100 (9-45)
PCI
La masa de humos producidos depende del exceso de aire usado en el horno que viene dado como ya se
dedujo en función del porcentaje de CO2 en volumen en los humos %CO2". Se puede encontrar entonces
una relación de la forma general:
P pc = f (Cp h , (t f − t e ), %CO 2 " , PCI)
La figura adjunta muestra los valores aproximados de Ppc en función de la diferencia de temperatura y del
contenido de CO2 en los humos.
De la ecuación anterior se deducen varias ecuaciones empíricas que permiten calcular las pérdidas de calor
en la chimenea. Una de ellas es la de Hassenstein:
t f − te
P pc = k 100 (9-46)
%CO 2 "
k es un coeficiente empírico que depende del combustible y viene dado por la siguiente tabla.
Combustible k
Antracita 0.684
Antracita magra 0.648
Coke 0.702
Lignito 0.653
Lignito xiloide 0.721
Turba 0.718
Leña 0.798
Fuel oil 0.562
Si comparamos la gráfica anterior con la ecuación de Hassenstein notamos una discrepancia evidente, ya
que la gráfica no distingue entre distintos combustibles, en tanto que en la ecuación aparece el coeficiente
empírico k que varía de un combustible a otro.
Las pérdidas de calor por eliminación de cenizas sólo aparecen en combustibles sólidos con elementos ca-
paces de formar escoria y cenizas. Estos son todos los carbones, turba, leña, y combustibles residuales
usados para recuperación de energía como cáscara de girasol, cáscara de maní, expeler, bagazo, astillas o
virutas de madera, y otros por el estilo. Para determinar la pérdida de calor en la ceniza y escoria hay que
determinar el contenido de carbono en las mismas, por análisis químico. La siguiente ecuación permite cal-
cular esta pérdida.
8100 r (Re + Rc )
Pi = (9-47)
M × PCI
Donde: Pi es la pérdida de calor en la ceniza y escoria (como % del calor total liberado en la combustión), r
es el porcentaje de carbono encontrado en las cenizas y escorias, Re es la masa de escoria producida por
hora, Rc es la masa de ceniza producida por hora, M es la masa de combustible quemado por hora y PCI es
el poder calorífico inferior del combustible.
Normalmente las pérdidas por cenizas y escoria (cuando existen) son mucho menores a las que se produ-
cen en la chimenea.
judicial para la eficiencia y la economía del funcionamiento porque el nitrógeno del aire es un gas inerte que
hay que calentar sin beneficio alguno. De modo que la pregunta es ¿cuánto exceso de aire conviene usar?.
Otra pregunta importante es ¿cuánta pérdida de calor en la chimenea se puede tolerar?.
La mejor medida del equilibrio justo en este y otros factores operativos es la eficiencia o rendimiento del
conjunto de horno y caldera. Se define de la manera habitual.
m& v (hv − ha )
η= (9-48)
m& c × PCI
Donde: m& v es la cantidad de masa de vapor producida por unidad de tiempo, hv es la entalpía del vapor a la
salida del último recalentador, ha es la entalpía del agua a la entrada a la caldera, m& c es el gasto de com-
bustible por unidad de tiempo y PCI es el poder calorífico inferior del combustible. En definitiva, es fácil ver
que el rendimiento no es otra cosa que el cociente de la energía total que adquiere el vapor sobre la ener-
gía total liberada por el combustible. Como en cualquier otro equipo el objetivo es aumentar el rendimiento
lo mas posible dentro de lo que resulte económicamente factible.
El siguiente método en unidades inglesas (T. Stoa, “Calculating Boiler Efficiency and Economics”, Chemical
Engineering, July 16, 1979, pág. 77-81) permite hacer rápidamente los cálculos de eficiencia a partir de muy
pocos datos. El exceso de aire necesario para la combustión se calcula mediante la siguiente ecuación.
a × O%
e= (9-49)
1 − 0.0476 × O%
Donde a es un parámetro de ajuste que depende del tipo de combustible usado, y O% es el porcentaje de
oxígeno en los gases de salida del horno, medido por un aparato de Orsat. Los valores del parámetro a se
obtienen de la siguiente tabla.
Combustible a
Gas natural 4.55570 – (0.026942×O%)
Fuel oil # 2 4.43562 + (0.010208×O%)
La eficiencia o rendimiento del conjunto de horno y caldera se puede expresar en función de la diferencia
de temperaturas ∆t = tf – te. La siguiente expresión resulta, como la anterior, de un ajuste no lineal de distin-
tos datos experimentales.
∆t − b
η= (9-50)
m
b y m son dos parámetros de ajuste no lineal. Los valores de estos parámetros se pueden obtener de las si-
guientes relaciones en función del porcentaje de aire en exceso e.
Gas natural: log(–m) = –0.0025767×e + 1.66403
log(b) = –0.0025225×e + 3.6336
Fuel oil # 2: log(–m) = –0.0027746×e + 1.66792
log(b) = –0.0025225×e + 3.6336
El cálculo debe seguir los siguientes pasos.
1. Determinar el porcentaje de oxígeno en el humo mediante el análisis de Orsat.
2. Determinar la diferencia de temperaturas ∆t.
3. Calcular el porcentaje de aire en exceso e.
4. Calcular b y m.
5. Calcular la eficiencia del conjunto de horno y caldera.
El costo del vapor producido por la instalación se puede calcular mediante la siguiente relación.
8760 × m& v × Cc × hv
Cv = (9-51)
η
Donde Cv es el costo del vapor en dólares por año, m& v es el caudal de vapor en Lb/hora, Cc es el costo del
combustible en dólares por millón de BTU y hv es la entalpía del vapor producido en BTU/Lb. En esta última
ecuación el rendimiento debe estar expresado en tantos por uno.
Solución
Hay varias formas de encarar la solución. Una de ellas consiste en calcular el rendimiento de la instalación
con y sin economizador, para luego estimar el ahorro anual. Procedemos por pasos de la siguiente manera.
1. Rendimiento sin economizador.
a = 4.43562 + (0.010208×5) = 4.486602
a × O% 4.486602 × 5
e= = = 29.44%
1 − 0.0476 × O% 1 − 0.0476 × 5
log(–m) = –0.0027746×e + 1.66792 = 1.586237 ⇒ m = –38.568856
log(b) = –0.0025225×e + 3.6336 = 3.5593376 ⇒ b = 3625.247
∆t − b 550 − 3625.247
η1 = = = 79.73%
m - 38.568856
2. Rendimiento con economizador.
Los valores de a, e, m y b sin variaciones. El rendimiento cambia porque depende de ∆t que antes
valía 550 y que ahora vale 350 ºF.
∆t − b 350 − 3625.247
η2 = = = 84.92%
m - 38.568856
3. Cálculo de la economía de combustible.
1 1 1 1
∆Cv = 8760 × m& v × Cc × hv − = 8760 × 100000 × 2.79 × 10 −6 × 1160 − =
η1 η2 0.7973 0.8492
dólares
= 217321
año
La coraza externa que contiene el haz de tubos así como los tabiques para dirigir el flujo deben estar dise-
ñados de modo de evitar los puntos de estancamiento, para que no se formen bolsas de incondensables.
Los condensadores de mezcla se suelen instalar en
combinación con una columna barométrica, que no es
otra cosa que una columna de agua, teóricamente de
10.33 m de altura por lo menos, abierta y sumergida en
la parte inferior en un reservorio o tanque colector de
agua.
En este croquis se puede observar un condensador de mezcla barométrico dotado de eyector a vapor con
una conexión 8 que viene del desaireador.
Existen numerosos diseños de condensadores de mezcla, la mayoría de los cuales no presentan diferen-
cias apreciables de comportamiento en la práctica.
En el croquis de la izquierda se muestra un tipo de condensador de mezcla
denominado a chorro de agua.
El vacío que se puede alcanzar con este tipo de condensador es del orden
2
de 0.12 Kgf/cm absolutos.
La figura derecha expresa los mismos hechos de otra manera. Muestra la máxima cantidad de combustible
que se puede ahorrar por medio de ambas clases de sistema. Las curvas superiores representan un siste-
ma sin tanque de flasheo y las inferiores un sistema con tanque de flasheo. Observamos que por ejemplo
en un sistema que opera a 200 psi, para conseguir una reducción del 10% del consumo de combustible en
la caldera se necesita recuperar el 30% del condensado sin tanque de flasheo, mientras se necesita alre-
dedor del doble (60%) en un sistema con tanque de flasheo. Esto es bastante lógico, puesto que un sistema
con tanque de flasheo está derivando parte del condensado recuperado ya sea a la atmósfera o hacia la ca-
lefacción, y no retorna a la caldera.
Volviendo al diagrama del sistema, la corriente (2) de vapor vivo de la caldera que alimenta el desaireador
no produce trabajo ni calienta ninguna corriente de proceso, lo que no resulta aceptable desde el punto de
vista económico. Hay varias alternativas de cogeneración para aprovechar este vapor. Por ejemplo, si el
sistema produce energía eléctrica además de vapor para calefacción se puede usar vapor sangrado de la
turbina, o el vapor exhausto de la salida de la turbina para operar el desaireador. Si la caldera sólo se utiliza
para calefacción, el vapor que se envía al desaireador se puede usar para mover una bomba, o un ventila-
dor, ya que el desaireador puede funcionar igualmente con vapor de baja presión. De hecho, si no queda
otro remedio que usar vapor vivo en el desaireador, resulta conveniente bajar su presión para un mejor fun-
cionamiento del mismo.
El agua ingresa por el tubo acodado superior donde es pulverizada por la boquilla y se calienta por efecto
de la corriente de vapor que asciende debido al cambio de dirección que le imprime el tabique estacionario
que encuentra a su paso, mientras el agua recorre un camino tortuoso impuesto por los tabiques deflecto-
res. El vapor empleado para el calentamiento del agua se condensa en su mayor parte, permitiendo que los
gases incondensables que se eliminan en la sección inferior se concentren. De este modo, la mezcla que
sale por el tubo de venteo es rica en gases incondensables si bien también se pierde algo de vapor, lo que
es inevitable. Esto funciona muy bien en unidades que tienen un alto consumo de agua fresca, es decir cu-
ya proporción de condensado es baja, pero si la cantidad de condensado es alta, como este tiene una tem-
peratura considerablemente mayor que la del agua fresca, requiere muy poco calentamiento. Como conse-
cuencia, la eliminación de los gases incondensables es menor porque la cantidad de vapor condensado es
mas pequeña, y la reducción de presión causada por la condensación también es menor. Para compensar
esto es necesario aumentar bastante la cantidad de vapor, con lo que la cantidad que se pierde por venteo
a la atmósfera aumenta lo que significa un desperdicio. Por lo tanto la economía que se esperaba obtener
con la recuperación de condensado desaparece debido al aumento del consumo de vapor vivo en el desai-
reador. Esto se puede resolver mediante la disposición que se ilustra en el esquema siguiente.
Si se agrega un condensador en la salida de la válvula de venteo de modo que el vapor sea condensado
por el agua fresca que entra al desaireador, esta se calienta antes en el condensador y la función de elimi-
nación de gases incondensables queda restablecida.
Esto puede parecer una paradoja puesto que el problema tiene su origen en el hecho de que el condensado
aporta demasiado calor al desaireador. En realidad, la función de calentamiento se transfiere del desairea-
dor al condensador, y la sección de calentamiento del desaireador se convierte en una sección de elimina-
ción de gases incondensables debido a que la vaporización del agua fresca ocurre mucho antes. Todos los
desaireadores modificados de esta manera funcionaron satisfactoriamente durante mucho tiempo.
Se debe hacer notar que el condensador se mantiene bajo presión constante por la acción reguladora de la
trampa termostática, cuya salida de condensado va a descarte debido al alto contenido de gases inconden-
sables que se eliminaron en el desaireador. Esto es, se descarta en el sentido de que no retorna a la calde-
ra. Esto no significa que no se pueda usar para otros fines, como ser para calefacción, como veremos en el
apartado siguiente. Si el agua fresca tiene un elevado contenido de dióxido de carbono o de carbonatos,
puede ser recomendable usar dos desaireadores y dos condensadores separados, pero esto no debería
ocurrir si el tratamiento del agua está funcionando correctamente.
El vapor de 100 psig proveniente de la caldera se emplea en el intercambiador de calor para calentar agua
de proceso desde 50 °F hasta 150 °F, condensándose a la temperatura de operación del equipo de inter-
cambio de calor de 338 °F. Este condensado caliente y a presión es eliminado por la trampa de vapor y en-
viado al tanque de flasheo a presión atmosférica donde el vapor producido en la expansión se ventea. Esta
disposición es antieconómica, y nos proponemos averiguar cuanto se pierde y cómo reducir ese desperdi-
cio.
Cada libra de condensado a 100 psig tiene una entalpía de 309 Btu pero a la presión atmosférica su conte-
nido de calor es de sólo 180.2 Btu. La diferencia se gasta en vaporizar alrededor de 0.1327 libras de con-
densado por cada libra que circula, dado que: (309–180.2)/970.6 = 0.1327. Esto significa que por libra de
condensado se tiran a la atmósfera 152.7 Btu, de las 1150.8 Btu que tiene de entalpía cada libra de con-
densado a presión atmosférica.
La carga de calor transferido en el intercambiador de calor es 1000000 Btu/hora y como el calor latente del
vapor a 100 psig es 881.6 Btu/Lb resulta que el flujo de vapor es de 1134.3 Lb/hora. Por lo tanto el calor
venteado es 152.7 Btu/Lb×1134.3 Lb/hora = 173207 Btu/hora. Por otra parte, si se emplea el agua a 50 °F
para alimentar la caldera, como esta agua contiene 2709 Btu/hora significa que la pérdida neta de calor es
173207 – 2709 = 170498 Btu/hora. Esto representa el 17% del calor total intercambiado.
¿Cuánto representa esta pérdida en términos monetarios?. Supongamos que el vapor cuesta 8$ por cada
millón de Btu. Entonces la pérdida de calor significa el desperdicio de alrededor de 12000$ anuales.
¿Se puede reducir este desperdicio simplemente reduciendo la presión de vapor?. Supongamos que adop-
tamos una disposición tal como la ilustrada en el siguiente croquis, con dos intercambiadores en paralelo.
Como la carga de calor transferido en el intercambio de calor es la misma pero el calor latente del vapor es
mayor (952.9 Btu/Lb) la cantidad de vapor es: 1000000/952.9 = 1049 Lb/hora de vapor. El porcentaje de
condensado que flashea es ahora menor: 2.854%. Por lo tanto, si se tira todo el vapor flasheado en el tan-
que la pérdida de calor es menor: 34466 Btu/hora. La pérdida de calor neta es en consecuencia 33927
Btu/hora lo que representa el 3.39% del calor total intercambiado. Estimando el costo de la energía desper-
diciada encontramos que hay una disminución de 9570$ anuales, lo que representa un ahorro sustancial.
Sin embargo, esta es solo una faceta de la situación, ya que debemos tener en cuenta que la media de
temperatura es menor que antes y como consecuencia se necesita un intercambiador mas grande. En efec-
to, la MLDT (diferencia media logarítmica de temperatura, véase definición en el apartado 18.1.2 del capítu-
lo 18) anterior era 234 °F pero ahora es 138.8 °F. Entonces habrá que aumentar la superficie en proporción
al cociente de ambos valores de MLDT si suponemos que el coeficiente global U es constante. El coeficien-
te global U es el coeficiente global de intercambio de calor del intercambiador de calor, véase definición en
el apartado 15.5.1 del capítulo 15.
2
Por lo tanto el aumento será: 234/138.8 = 1.75. Suponiendo U = 150 Btu/(pie hora °F) tenemos que el área
2
del intercambiador es: A = Q/∆t/U = 1000000/150/234 = 28.5 pie . Entonces ahora será 28.5×1.75 = 49.86
2 2
pie . Diferencia: unos 21.4 pie . Esto equivale en la práctica a otro intercambiador en paralelo con el que ya
existía, como vemos en el croquis anterior. Pero comprar e instalar el nuevo intercambiador con todos sus
equipos auxiliares significa un costo extra que se deberá pagar con el ahorro esperado de 12000$ anuales.
Habrá que ver en cuanto tiempo se amortiza este costo con el producto del ahorro esperado de combusti-
ble, y si financieramente se justifica.
En estas condiciones tenemos los siguientes valores de las variables características del proceso. Presión
de descarga del precalentador de agua: 0 psig. Calor latente del vapor vivo a 100 psig: 881.6 Btu/Lb. Calor
latente de vapor flasheado: 970.6×0.1327 = 128.8 Btu/Lb. La suma de ambos da 1010.4 Btu/Lb que es el
calor total entregado por el vapor vivo y el flasheado al agua. Por lo tanto el consumo total de vapor (vivo +
flasheado) = 1000000/1010.4 = 989.7 Lb/hora.
La temperatura del agua se incrementa en el precalentador 12.75 °F, de modo que el agua sale a 62.75 °F.
En cuanto a la carga de calor intercambiado, el precalentador entrega 127500 Btu/hora, mientras el inter-
cambiador entrega al agua la cantidad de calor restante: 1000000 – 127500 = 872500 Btu/hora. Asumiendo
que el coeficiente global U es el mismo que antes para ambos intercambiadores tenemos las siguientes su-
perficies.
Para el primer intercambiador: ∆t = MLDT = 229 °F de donde:
2
A = Q/∆t/U = 872500/150/229 = 25.4 pie .
Para el precalentador: ∆t = MLDT = 155.5 °F de donde:
2
A = Q/∆t/U = 127500/150/155.5 = 5.5 pie .
Evidentemente, el primer intercambiador ahora está sobredimensionado. En una segunda aproximación, el
primer intercambiador y la trampa de vapor que tienen una pérdida de presión no entregarán condensado a
100 psig, sino a presión un poco menor. Además el coeficiente global del precalentador probablemente no
sea igual al del intercambiador de vapor vivo, de modo que un cálculo exacto posiblemente daría un resul-
tado algo distinto, pero nuestros cálculos representan aproximadamente lo que sucede en la práctica. Como
los costos del precalentador y del tanque de separación serán bastante pequeños esta opción parece ser
mas atractiva que la anterior. Tenemos un costo de equipos que posiblemente esté en el orden del que in-
sume implementar la reducción de presión que se propuso en el punto 9.8.6.1, pero a diferencia de lo que
sucedió entonces el desperdicio de vapor en el tanque de flasheo ha desaparecido. De hecho, puesto que
el condensado sale a una presión casi exactamente igual a la atmosférica, podemos eliminar el tanque de
flasheo por completo.
evitable que haya serios problemas con las resinas. Se han informado casos en la literatura de lechos de
resina totalmente tapados, con pérdidas totales por valor de centenares de miles de dólares.
Otros problemas
La magnitud de los trastornos que puede causar la presencia de contaminantes en el condensado depende
de su cantidad. También depende del tipo de proceso de ablandamiento que se use, como vimos en el pá-
rrafo anterior. Por ejemplo una cantidad muy grande de aceite en el condensado puede tapar las trampas
de vapor o trabarlas causando la pérdida de vapor, y también puede obturar válvulas de control y aumentar
la deposición de sólidos en la caldera.
turas de hasta 100 °C. Su capacidad de adsorción es muchas veces superior a la del carbón activado en la
remoción de hidrocarburos halogenados (como son muchos solventes industriales) y se pueden regenerar
por dos mecanismos: por lavado con vapor vivo o con solventes, o con una mezcla de vapor de agua y de
solvente. Son bastante mas caros que el carbón activado pero prestan un mejor servicio.
Sedimentadores por gravedad
Los separadores líquido-líquido son capaces de tratar grandes volúmenes de aguas contaminadas con
aceites. La separación efectiva supera el 0.1% de la concentración original si las dos fases tienen una dife-
rencia de densidades de 0.1 o menos. Sin embargo, sólo se pueden usar para separar emulsiones inesta-
bles, es decir aquellas que tienden a separarse espontáneamente en sus componentes. No son aplicables
a mezclas de líquidos miscibles, emulsiones estabilizadas o emulsiones que contengan contaminación, par-
ticularmente de naturaleza gelatinosa. En el mejor de los casos pueden eliminar la mayor parte del conta-
minante pero no producen agua de calidad suficiente como para alimentar calderas. Un párrafo aparte me-
rece el tratamiento de agua de enfriamiento. Por sedimentación es posible obtener concentraciones meno-
res de 1 a 2 ppm de aceites en el agua. Esto permite su reutilización o su descarte ya que la reglamenta-
ción internacional vigente permite tirar agua con concentraciones menores de 8 ppm en los ríos, lagos o la-
gunas, hasta 25 ppm en aguas marinas costeras (150 millas de la costa) y hasta 30 ppm en alta mar (mas
de 150 millas de la costa).
Lavado con vapor
Esta técnica se usa mucho en refinerías de petróleo. El proceso puede producir concentraciones de hidro-
carburos menores de 50 partes por millón si la concentración original del contaminante en el agua es baja,
pero en la mayoría de los casos es mucho mayor dependiendo del tipo de contaminante y de la concentra-
ción original del contaminante. No es un proceso barato y requiere equipos costosos.
Procesos de flotación
La flotación con aire puede ser un procedimiento efectivo si no hay presentes estabilizadores o emulsionan-
tes químicos. El proceso involucra la disolución de aire en el agua. El aire disminuye la densidad del aceite
y aumenta la velocidad de ascenso de las gotitas de aceite disperso.
Una forma de airear el agua es insuflando aire a través de platos distribuidores sumergidos. Otra utiliza un
agitador a turbina para dispersar el aire que se disuelve en el agua bajo presión, y en la tercera se satura
una parte del efluente con aire a 2-3 atmósferas de presión, para mezclarlo luego con el condensado sin
tratar, y entonces la descompresión produce la liberación del aire en forma de minúsculas burbujas. No es
un método capaz de producir agua de calidad suficientemente buena para alimentar a la caldera, pero se
puede combinar con otros métodos de tratamiento. Es muy eficaz para separar rápidamente líquidos inmis-
cibles, como aceites e hidrocarburos.
peratura (como en el caso del ciclo de mercurio y agua) se dice que es un ciclo de baja temperatura, y
cuando el vapor de agua se usa como fluido de alta temperatura se dice que es un ciclo de alta temperatu-
ra. Hasta ahora en los intentos mas exitosos se ha usado vapor de agua como fluido de alta temperatura y
un fluido orgánico como fluido de baja temperatura. En este enfoque el vapor de agua juega el mismo papel
que el mercurio en el ciclo binario anterior, y el fluido orgánico es un líquido de bajo punto de ebullición, ge-
neralmente un hidrocarburo: propano, butano o alguno de los fluidos usados en ciclos frigoríficos.
Un ciclo binario de alta temperatura funciona de la misma forma que el ciclo mercurio-agua, solo que el
agua ocupa el lugar del mercurio, y un hidrocarburo ocupa el lugar del vapor de agua en el ciclo binario de
mercurio y agua. El vapor de agua se condensa en el condensador de vapor de agua intercambiando calor
con el hidrocarburo líquido, que se vaporiza. El vapor de agua y el vapor de hidrocarburo impulsan turbinas
distintas, produciendo trabajo por separado. El siguiente croquis muestra el sistema.
13546
= = 0.9035 ≡ 90.35%
11.51[(3445 − 417.51) − 298 (7.0909 − 1.3027 )]
Este es un valor muy bueno, que indica un excelente aprovechamiento de las exergías disponibles. Note
que la temperatura del medio es 25 ºC a pesar de que la temperatura del condensador de vapor de R-134a
es 20 ºC. Esto muestra que la temperatura del medio no siempre es igual a la menor temperatura alcanzada
en el sistema.
BIBLIOGRAFIA
• “Termodinámica” – V. M. Faires.
• IFC Secretariat, Verein Deutscher Ingenieure, “Thermodynamic Property Values of Ordinary Water
Substance”, March 1968.
CAPITULO 10
CICLOS FRIGORIFICOS
sario entregar trabajo al sistema. Además, la magnitud del flujo exergético depende de la diferencia entre
las temperaturas de la fuente fría y el ambiente, de modo que cuanto mas baja es la temperatura de la fuen-
te fría tanto mas costosa resulta la refrigeración.
Para precisar el análisis, supongamos tener un sistema de refrigeración por
compresión tal como el que se muestra en el esquema de la derecha, cuyo ob-
jeto es la extracción de calor Q1 de la fuente fría consumiendo trabajo W.
El balance exergético se puede plantear en la siguiente forma. La exergía que
ingresa al sistema tiene que ser igual a la que sale mas la que se destruye. Es
decir:
W + Bq1 = Bqo + σ
En esta relación W representa la exergía del trabajo. Puesto que el trabajo es
por definición exergía pura, son numéricamente iguales.
El término σ representa la destrucción de exergía causada por la irreversibilidad
inherente al proceso. Puesto que no es posible crear exergía, se deduce que la
destrucción de exergía debe ser siempre positiva (o a lo sumo nula, en el caso
límite e ideal de que todo el proceso sea reversible) de donde se deduce que
es siempre positiva.
Cuanto mayor sea σ tanto mas costosa será la operación, dado que la exergía
del trabajo (que es proporcional al propio trabajo) aumenta con σ. Lamentable-
mente no podemos predecir el valor de σ. Pero conociendo la magnitud de las corrientes de energía inter-
cambiadas por el sistema en forma de calor y trabajo es posible calcularla para sistemas específicos, lo que
permite comparar la destrucción de exergía de los distintos sistemas.
El análisis exergético no distingue entre exergía proveniente del calor
y exergía proveniente del trabajo. Esto sugiere que se puede reempla-
zar la energía en forma de trabajo por energía en forma de calor. En el
croquis que vemos a la izquierda se ilustra esta idea. En este esque-
ma tenemos una fuente a una temperatura Td mayor que la ambiente,
que suministra energía en forma de calor Qd al sistema. Una disposi-
ción de esta clase es típica de los procesos de absorción.
El balance exergético en este caso es el siguiente.
Bqd + Bq1 = Bqo + σ
Puesto que el balance en este caso no difiere sustancialmente del an-
terior, podemos aplicar las mismas deducciones que antes. Poco im-
porta la naturaleza de la fuente emisora de calor Qd al sistema ya que
en definitiva sólo nos interesa la naturaleza de las causas de las irre-
versibilidades que originan la destrucción de exergía, ya que esta es la
que consume energía por la vía de su inutilización.
En la realidad el proceso no es tan simple. Trataremos de visualizarlo con ayuda del siguiente croquis.
En el mismo por simplicidad se ha omitido el separador de líquido que normalmente se instala a la salida de
la válvula. Este es un tanque o vasija donde se separa el gas del líquido. Este último va al evaporador mien-
tras que el gas pasa directamente al compresor.
El condensador en los sistemas mas simples es un intercam-
biador de calor del tipo “radiador” a aire. Un ciclo típico por
compresión de una sola etapa se puede ver en el diagrama T-S
que vemos a la izquierda.
P P
ηS = 0.86 − 0.038 f ηV = 1.0 − 0.05 f
Pi Pi
Si bien estas expresiones sólo son aproximadamente válidas para compresores alternativos, se encuentran
relaciones similares para otros tipos de compresor. Para compresores alternativos el rendimiento isentrópi-
co oscila entre 0.85 para compresores chicos hasta 0.93 en compresores grandes. El rendimiento volumé-
trico va desde 0.6 a 0.7 para compresores chicos (hasta 10000 frig./hora) hasta 0.7 a 0.8 para compresores
medianos (hasta 50000 frig./hora) hasta 0.8 a 0.88 en compresores grandes (> 50000 frig./hora).
Para instalaciones frigoríficas de gran tamaño se suelen usar compresores centrífugos. Por ejemplo en una
instalación de 3,000,000 frigorías por hora funcionando con Freon 12 de temperatura de ebullición –40 °C el
3
compresor debe aspirar alrededor de 20000 m /hora de vapor. Empleando un compresor horizontal a pistón
de dos etapas la primera etapa debería tener un diámetro de 1.5 m., mientras que un compresor centrífugo
será mucho menos costoso, ya que su peso, incluido reductor, será siete veces menor.
Los compresores centrífugos son muy usados para ciclos frigoríficos. Pueden ser herméticamente cerrados,
semiherméticos o abiertos. Los equipos herméticos tienen el motor y la caja del compresor integrados en un
solo conjunto, lo que permite obtener dos ventajas. Por un lado se reducen las fugas de fluido al mínimo, y
por otro el enfriamiento del motor lo hace el propio fluido refrigerante lo que permite un diseño mas compac-
to y económico. Todos los refrigeradores domésticos y comerciales chicos tienen esta disposición llamada
de “equipo sellado”.
Los compresores centrífugos semiherméticos tienen la ventaja de permitir un acceso mas fácil que los her-
méticos en caso de fallas. Muchos compresores de media capacidad son semiherméticos. En un compresor
abierto el motor y el impulsor están instalados en cajas separadas, así que hay un eje que pasa a través de
la caja del compresor lo que obliga a tener un sello para evitar fugas entre el eje y la caja. La razón de que
sigan usándose es que consumen menos energía que los de tipo sellado, típicamente de un 2 a un 4% me-
nos. Por ese motivo muchos equipos grandes son de tipo abierto.
En general, los compresores alternativos se están dejando de lado en favor de diseños rotativos (por ejem-
plo de tornillo) en instalaciones de mas de 500,000 frigorías/hora ya que su rentabilidad es mayor.
(3) R-407C es una mezcla azeotrópica ternaria de R-32, R-125 y R-134a en proporción
23/25/52% en peso. Límites: 22 a 24% en masa de R-32, 23 a 27% en masa de R-125 y 50
a 54% en masa de R-134a.
Los refrigerantes R-407 son un buen sustituto para el R-22 que, como veremos enseguida, está condenado
a desaparecer de la mayor parte de las aplicaciones.
(4) HX4 es una mezcla de R-32, R-125, R-143m y R-134a en proporción 10/33/36/21% en pe-
so.
(5) MHC 50 es una mezcla de 50% en peso de R-290 y R-600a.
Selección del fluido frigorífico
Cuando reflexionamos sobre el problema de la selección de un fluido frigorífico de compresión de vapor
vemos de inmediato que la elección obvia es el vapor de agua, tanto desde el punto de vista del precio co-
mo de las características de sustancia inocua, comparativamente no corrosiva, facilidad de obtención al es-
tado puro, estabilidad físico-química y seguridad de su empleo. Por desgracia, las propiedades termodiná-
micas del vapor de agua no lo convierten en la mejor elección aunque no sea imposible usarlo, como de
hecho se usó en el pasado. La causa de que no se use extensivamente el vapor de agua en ciclos frigorífi-
cos de compresión de vapor es la presión extremadamente pequeña que debe tener el evaporador para
poder alcanzar las bajas temperaturas que nos interesan en la práctica.
Si la evaporación se hiciese a presión atmosférica habría una temperatura de 100 ºC en el evaporador, difí-
cilmente un valor aceptable en refrigeración. Supongamos ahora que estamos pensando en un sistema de
refrigeración para el aire acondicionado de una oficina, donde nos proponemos mantener una temperatura
del aire de 20 ºC. Para que el sistema de aire acondicionado sea efectivo técnica y económicamente tiene
que enfriar una parte del aire; por ejemplo la quinta parte, a una temperatura menor, digamos a unos 10 ºC.
A una temperatura de 10 ºC en el evaporador la presión de vapor tendría que ser de alrededor de 12 mbar,
2
o sea unos 0.0125 Kgf/cm . Si queremos alcanzar una temperatura menor, como ser 0 ºC para fabricar hie-
2
lo, necesitaríamos operar el evaporador a una presión de 0.00623 Kgf/cm .
Cuando enfrentamos el problema práctico de manejar grandes cantidades de masa de vapor de agua a tan
bajas presiones se plantean de inmediato dos dificultades serias. La primera, es la propia presión, que es
muy baja. Resulta complicado (¡y muy caro!) mantener estanco el sistema cuando funciona bajo vacío. La
segunda es que a muy baja presión el vapor de agua tiene una densidad muy pequeña, o lo que es lo mis-
mo un volumen específico demasiado grande, lo que demandaría un tamaño desmesurado de tuberías y
compresor y un consumo gigantesco de energía en el compresor para poder manejar el caudal de masa
necesario para alcanzar un efecto frigorífico adecuado. Vemos entonces que el fluido frigorífico apropiado
no sólo debe tener un bajo punto de ebullición (que es el que determina la temperatura del evaporador, y
por lo tanto de la cámara fría) sino también una densidad lo mas elevada que sea posible para que el con-
sumo de energía en el compresor por unidad de masa de fluido que circula sea lo mas bajo posible. Esto
requiere moléculas con peso molecular elevado, cosa que el agua no tiene, y el amoníaco mas o menos.
La necesidad de encontrar fluidos frigoríficos que cumplan estas condiciones impulsaron las investigaciones
y se obtuvieron una limitada cantidad de fluidos que cumplen estos requisitos, además de otras propieda-
des que detallamos a continuación.
1. Temperatura y presión de ebullición en el evaporador. Conviene que la presión de ebullición sea
mayor que la atmosférica para que el equipo no funcione al vacío, ya que cualquier filtración podría
admitir aire y humedad al interior del circuito de fluido frigorífico, lo que sería muy perjudicial. Para
evitar esa filtración, sería necesario que la pared de los tubos sea gruesa, lo que dificulta el inter-
cambio de calor.
2. Temperatura de congelación. La temperatura de congelación del fluido refrigerante debe ser muy
inferior a la mínima temperatura alcanzada por el sistema para alejar cualquier peligro de que se
congele el fluido.
3. Temperatura y presión críticas. Conviene que el sistema funcione a presión y temperatura muy infe-
riores a los valores críticos. Si no fuese así sería difícil licuar el fluido refrigerante o el enfriador de
vapor en la etapa posterior al compresor tendría dimensiones exageradas. Esto se debe a que el
enfriamiento que se produce en el condensador ocurriría en la zona de gas, en lugar de ocurrir en la
zona de coexistencia líquido-vapor, en la cual los coeficientes de intercambio de calor son mayores
y en consecuencia habrá un intercambio de calor también mayor. Por otra parte, al ser menores los
gradientes de temperatura requeridos, resulta también menor la irreversibilidad lo que mejora el
rendimiento.
4. Presión media de operación del equipo. Los componentes críticos (el evaporador y el condensador
de vapor) deben ser muy robustos si el equipo funciona a una presión elevada, lo que encarece el
equipo. Además el consumo de energía en el compresor resulta demasiado grande.
5. Volumen específico pequeño (o densidad grande); como acabamos de explicar, es un requisito ne-
cesario para mantener acotado el consumo de energía del compresor. Esta propiedad está íntima-
mente ligada con el peso molecular, porque a mayor peso molecular mayor densidad del vapor, de
modo que resultan preferibles los fluidos frigoríficos mas pesados.
6. Calor latente y calor específico del líquido. Conviene que el calor latente de vaporización del líquido
sea elevado y el calor específico del líquido sea pequeño. La razón de este requisito es la siguiente:
la expansión isentrópica en turbina no es rentable por lo que se realiza en una restricción (etapa
c→→d). En la restricción el fluido pasa de la presión Pc a la presión Pd y por cada kilogramo de fluido
que la atraviesa se vaporiza una fracción x que requiere una cantidad de calor igual a (x λ) que pro-
duce un enfriamiento desde la temperatura Tc hasta la temperatura Td de modo que si por la estran-
gulación pasan (1 + x) Kg de fluido el balance de calor resulta:
Cp (t c − t d )
Cp (t c − t d ) = λ x ⇒ x =
λ
La fracción x de líquido evaporado durante la estrangulación no proporciona frío útil en el evapora-
dor y pasa por este sin utilidad alguna, debiendo ser comprimida posteriormente en el compresor,
es decir, se comporta como un fluido inerte desde el punto de vista de su efecto frigorífico. Por lo
tanto, es conveniente reducir esta fracción al mínimo. Para ello resulta preferible que el fluido tenga
un bajo calor específico, o un alto calor latente, o ambos a la vez. De esta manera el caudal másico
del refrigerante es menor, lo que redunda en beneficios por varias razones. En primer lugar, el costo
del refrigerante es mas bajo. En segundo término, el compresor debe impulsar menor cantidad de
fluido, lo que significa un menor tamaño del compresor y también por supuesto un menor costo de
operación.
7. Temperatura máxima alcanzada en el compresor. Esta tiene una relación muy estrecha con el ex-
ponente adiabático o politrópico. Conviene que la temperatura máxima alcanzada en el compresor
sea lo mas baja posible, para que el condensador tenga un tamaño pequeño. Además los fluidos
frigoríficos que tienen temperaturas elevadas de salida del compresor presentan mayores proble-
mas de formación de lodos y separación del aceite lubricante. La temperatura máxima alcanzada
en el compresor tiene una relación muy estrecha con el exponente adiabático o politrópico. Cuanto
mas elevado es el peso molecular tanto mas cercano a 1 resulta el exponente adiabático del gas y
tanto menor resulta el valor de la temperatura máxima alcanzada en la descarga del compresor.
8. Entropía del vapor saturado. Esta debe permanecer constante o aumentar ligeramente con la pre-
sión para que el fluido pueda entrar al condensador como un vapor húmedo o saturado. De este
modo el condensador tiene menor tamaño, y presenta menor resistencia al flujo.
9. Miscibilidad del fluido frigorífico. El fluido se debe poder mezclar con el aceite lubricante en una
amplia gama de valores, para que el aceite pueda ser arrastrado hacia el compresor y haya una lu-
bricación efectiva, particularmente en equipos industriales que usan compresores recíprocos.
10. Viscosidad baja. El fluido frigorífico está en constante circulación. La viscosidad elevada produce
mayores pérdidas por fricción en las tuberías y válvulas, que deben ser compensadas por el com-
presor, que ve así incrementado su consumo de energía.
11. No toxicidad. Los fluidos frigoríficos no pueden ser tóxicos, para que no peligre la salud de los usua-
rios en la eventualidad de una fuga accidental del fluido al exterior. Además no pueden ser conta-
minantes del medio ambiente, ni se admite una toxicidad siquiera residual cuando están o pueden
estar en contacto con alimentos.
12. Conductividad térmica. Conviene que el líquido tenga una gran conductividad térmica para que la
operación del evaporador sea mas eficiente
13. Baja capacidad de corrosión. Cuanto mas inerte sea el fluido, tanto menor ataque produce en las
partes críticas del compresor y del sistema.
14. Costo. El fluido debe ser económico y no debe ser explosivo.
15. Estabilidad. El fluido debe ser estable durante períodos prolongados.
Como solución de compromiso que aunque no satisface todas estas condiciones al menos satisface la ma-
yor parte de las mismas, se encontraron tres sustancias: el amoníaco, el dióxido de azufre y el cloruro de
metilo. Todos ellos son tóxicos, pero el amoníaco es el menos tóxico y todavía se continúa usando.
El amoníaco seco resulta particularmente atractivo debido a su elevado calor latente, a su bajo costo y a
que sólo requiere presiones moderadas. La presión en el evaporador está por encima de la presión atmos-
férica en los ciclos de amoníaco seco que funcionan a temperaturas superiores a –28 ºF, o sea –33 ºC. No
es corrosivo para las aleaciones ferrosas, aunque sí lo es para las aleaciones cuprosas, como el bronce y el
latón, y en menor medida para el aluminio. Por ser una sustancia irritante muy activa para los ojos, pulmo-
nes y nariz, tiene un nivel de riesgo de medio a alto. Además en dosis masivas es tóxico y también es in-
flamable.
En el pasado se usaron derivados clorados de los hidrocarburos mas livianos, como el cloruro de metilo
Debido a su toxicidad ya no se usa mas desde hace mas de cincuenta años. En su lugar se crearon otros
derivados denominados cloro fluoro carburos, emparentados con el cloruro de metilo pero sin su elevada
toxicidad.
Regla del 90
La regla del 90 establece que se debe cumplir la siguiente relación.
x y + 90 = x y z
En cuanto al valor de n se debe ajustar para que se cumplan las leyes de estructura química de estos com-
puestos. Se puede demostrar fácilmente que:
n = 2(x+1) – y – z
La forma de deducir la composición química de un refrigerante a partir de su nombre es la siguiente. Se
aplica la regla del 90 al valor que sigue a la R del nombre; por ejemplo el R-11 nos da: 11+ 90=101, lo que
significa que x = 1, y = 0, z = 1.
La cantidad de átomos de cloro se calcula entonces de inmediato: n = 2(1+1) – 1 = 4 – 1 = 3.
Finalmente, la fórmula química del R-11 es: C1F1Cl3 = CCl3F.
Los fluidos comúnmente usados en las instalaciones grandes (mas de 50000 frigorías/hora) son el amonía-
co y los CFC siendo mas usual el amoníaco. En instalaciones pequeñas y medianas se usan los CFC, que
están cuestionados por ser perjudiciales para la capa de ozono. Los freones tienen temperaturas de ebulli-
ción del mismo orden que el amoníaco pero permiten operar a presiones menores, con lo que el costo de
operación baja debido al menor costo de compresión. El amoníaco es tóxico y corrosivo, pero es mas usa-
do en la actualidad en instalaciones grandes.
Los freones tienen varias ventajas sobre el amoníaco. No son tóxicos ni inflamables; por otro lado su costo
es mayor. Se dividen según su composición química en cloro fluoro carburos (CFC), bromo fluoro carburos
(BFC), hidro cloro fluoro carburos (HCFC) e hidro fluoro carburos (HFC).
Los más agresivos para el medio ambiente son los CFC y BFC, de modo que su fabricación está prohibida
en todo el mundo a partir del año 2004. Menor impacto tienen los HFC. Por ese motivo, su producción está
permitida pero se limita el uso a partir del año 2004. Otros fluidos que se pueden seguir usando son mez-
clas azeotrópicas de HCFC, como los refrigerantes R-400 y R-500 a R-504. Debido a los cuestionamientos
que se hacen a los CFC y BFC, se puede usar otro gas de las mismas propiedades: el HFC-134a, quími-
camente 1,1,1,2 tetra flúor etano (un HFC), llamado normalmente “freón 134” o R-134a, que no perjudica
tanto la capa de ozono.
El R-134a reemplaza al R-12. Fórmula química: CH2F–CF3. Sinónimos: 1,1,1,2-tetrafluoroetano, HFC-134a,
Freon 134a, SUVA-134a, Genetron-134a, Forane-134a, KLEA-134a. Características físicas: se trata de un
gas que se encuentra líquido bajo presión moderada, incoloro, con un olor ligeramente etéreo. No inflama-
ble. Peso molecular: 102.03. Punto normal de ebullición: –26.1 ºC = –15 ºF. Temperatura crítica: 101.1 ºC =
214 ºF. Presión crítica: 4.06 MPa = 589 psia. Aplicaciones típicas: refrigeración de media temperatura, aire
acondicionado. Esto lo incluye dentro de la inmensa mayoría de las aplicaciones en electrodomésticos y de
refrigeración de vehículos. Índice de riesgo o peligrosidad (índice Hazard Class): HC 2.2.
En el Apéndice al final de este capítulo se encuentran gráficas de propiedades termodinámicas de algunos
fluidos refrigerantes, tanto antiguos como de bajo impacto ambiental.
La elección del fluido de trabajo depende de la temperatura que se desee obtener. Dentro de las temperatu-
ras mas comunes (–5 a –40 °C) tenemos el amoníaco, el cloruro de metilo, varios freones, etano, etc. A
temperaturas inferiores tenemos algunos freones, el propano etc.
La primera y principal cualidad que debe tener el fluido frigorífico es que su temperatura de ebullición debe
coincidir con la temperatura que se desea obtener en la cámara fría, o ser algo menor. El gráfico que vemos
a continuación muestra las temperaturas de ebullición de algunos fluidos frigoríficos en función de la pre-
sión.
En el extremo derecho de las curvas de algunos fluidos se observa una letra C que simboliza la posición del
punto crítico. Si se analiza esta figura se deducen algunas conclusiones interesantes. Por ejemplo el dióxi-
do de carbono tiene una presión de vapor mucho más alta para la misma temperatura que cualquiera de los
freones y que el amoníaco, y su punto triple está situado a una temperatura relativamente elevada. Esto
hace que sea poco atractivo como fluido frigorífico para bajas temperaturas, sin contar con que su presión
operativa es demasiado alta. Esto es malo, porque significa que se necesitan equipos mas robustos para
poder soportar la mayor presión y un mayor costo de compresión para el mismo efecto que usando otros
fluidos.
El siguiente gráfico muestra la curva de presión de vapor en función de la temperatura de ebullición de al-
gunos fluidos.
El fluido debe tener además varias otras propiedades: a la temperatura de trabajo debe tener temperaturas
de ebullición y condensación muy parecidas para no recargar el compresor, baja temperatura de sobreca-
lentamiento de vapor durante la compresión, y una baja relación de calor específico sobre calor latente de
ebullición.
A la izquierda observamos una gráfica de ca-
lor latente en función de la temperatura para
diversos fluidos frigoríficos comunes. De los
fluidos comunes, el amoníaco por ejemplo
presenta un calor latente muy alto y esto es
lo que lo hace tan usado.
Sin embargo no se puede comprimir con
compresores centrífugos, lo que obliga a
usar otros diseños. Con este fin se usan
compresores de diversos diseños mecáni-
cos, como compresores a tornillo.
Para procesos de amoníaco o fluidos frigorí-
ficos parecidos las temperaturas normales
de evaporador y condensador son de –5 a
–20 y de 10 a 30 °C respectivamente. Otros
agentes frigoríficos usados en instalaciones
industriales son el etano y el propano, así
como derivados florados de los hidrocarbu-
ros mas simples, como el HFC-134a, ya
mencionado antes.
Desde el punto de vista histórico, el primer fluido frigorífico fue el éter etílico; la primera instalación frigorífica
por compresión de vapor de éter etílico se puso en marcha en 1834. Mas tarde se reemplazó el éter etílico
(muy peligroso por ser altamente explosivo al comprimirlo) por éter metílico, que también plantea diversos
problemas de seguridad, y luego por anhídrido sulfuroso (dióxido de azufre); no obstante, este último es
muy tóxico.
En 1874 el ingeniero alemán R. Linde (conocido por ser el creador del proceso de licuación del aire llamado
con su nombre) creó la primera instalación frigorífica por compresión de amoníaco. Si bien el amoníaco es
tóxico, no lo es tanto como el dióxido de azufre y es mucho mas eficiente como fluido frigorífico. En 1884
Linde inventó el proceso frigorífico por compresión de dióxido de carbono o anhídrido carbónico. Ese fluido
ha caído en desuso debido a su menor calidad como agente frigorífico, pero el proceso Linde se sigue
usando en la actualidad para producir anhídrido carbónico sólido, también llamado nieve carbónica.
Supongamos tener una instalación que opera entre las temperaturas de 30 °C y –15 °C para una potencia
frigorífica de 3330 Kcal por hora. La siguiente tabla permite comparar algunos fluidos frigoríficos en esta
instalación.
Fluido frigorífico cef Caudal de fluido
[Kg/hr]
Dióxido de carbono 2.56 96.0
Amoníaco 4.85 11.2
Freon 12 4.72 106.8
HFC-134a 4.62 94.2
Anhídrido sulfuroso 4.74 39.4
Cloruro de metilo 4.67 39.6
Propano 4.88 44.9
Para comparar los distintos fluidos tenemos dos variables: el cef y el caudal de masa requerido. El cef del
ciclo de Carnot equivalente es 5.74, y el fluido que mas se acerca al máximo teórico es el propano, pero el
amoníaco tiene un caudal menor, lo que lo hace preferible ya que los costos iniciales son mas bajos debido
a que se necesita menor cantidad de fluido. Además, si bien ambos son inflamables el propano es mas
riesgoso que el amoníaco, ya que es mucho mas inflamable, si bien no es tóxico.
El caudal horario entregado por un compresor alternativo se puede obtener fácilmente de las dimensiones
del cilindro. Así para compresores de una sola etapa, siendo d el diámetro, N la velocidad en rpm y c la ca-
rrera tenemos:
V = ηV (π / 4 )d 2 60 N c = 47 .12 ηV d 2 N c (10-6)
Las propiedades termodinámicas que corresponden a cada punto en los diagramas anteriores se muestran
en la siguiente tabla. Los valores que definen el estado de cada punto se ven en negrita. Se obtuvieron de
la gráfica de propiedades del R-12 que figura en el Apéndice al final de este capítulo.
Estado P [KPa] T [°C] h [KJ/Kg] s [KJ/Kg K] x [adimensional]
1 150 –20.1 179.07 0.7103 1
2s 700 206.24 0.7103 -
2 700 217.88 -
3 700 27.7 62.24 0
4 150 –20.1 62.24
b) El coeficiente de eficiencia frigorífica máximo para este sistema se calcula suponiendo un comportamien-
to de máquina de Carnot reversible, de modo que obtenemos:
263 263
cef Carnot = = = 8.22
22 − (− 10 ) 32
c) El coeficiente de eficiencia frigorífica real de este ciclo se calcula a partir de los datos de la tabla.
Q& h − h4 179.07 − 62.24
cef = 2 = 1 = = 3.01
W & h −h 217.88 − 179.07
2 1
d) La capacidad de refrigeración, en Kw se puede calcular a partir del balance de energía en el evaporador.
Puesto que el calor tomado en la fuente fría debe ser igual a la variación del contenido de energía del
fluido frigorífico, tenemos la siguiente igualdad.
En cuanto a las exergías obtenidas, se obtienen tomando en cuenta el intercambio de calor. Recordemos
que se trató esta cuestión en el apartado 5.14.2 del capítulo 5. Allí obtuvimos la ecuación (5-51) que
nos permite calcular la exergía del calor.
T1 T1
B& q = Q& 2 − Q& 2 = Q& 2 1 −
T2 T2
En consecuencia, reemplazando tenemos:
T1
Q& 2 1 −
ηex = T2 = cef 1 − T1 295
= 3.01 1 −
T = 0.366
W& 2 263
Es decir que el rendimiento exergético es el 36.6%.
El consumo de energía es menor que en el caso del equipo del segundo ejemplo, pero mayor que en el ter-
cero: 17.3 KW. El caudal de masa de refrigerante es de 0.703 Kg/seg y el cef vale 6.724. Al igual que en el
caso del ejemplo anterior, se obtiene una mejoría en el cef y el compresor opera con menor consumo de
energía. No obstante, comparando los resultados de los dos últimos ejemplos con los del penúltimo obser-
vamos que el efecto de la disminución de la temperatura del condensador es mas marcado, obteniendo un
beneficio mayor que con el subenfriamiento en el condensador.
Nótese que se produce una sola expansión en la única válvula del equipo. El diagrama T-S del proceso se
presenta a la izquierda. Se debe obser-
var que la principal mejora en el cef pro-
viene del ahorro de energía producido
en el compresor, que viene representa-
da por el área rayada. Pero esta se ob-
tiene a expensas de una mayor comple-
jidad constructiva y operativa. El cálculo
de un equipo de estas características se
basa en los mismos conceptos usados
para analizar el ciclo por compresión en
una etapa.
El calor absorbido por unidad de masa
de fluido frigorífico en la cámara fría o
evaporador es:
q1 = h1 − h6 (10-7)
La potencia frigorífica de la cámara fría, es decir la cantidad de calor que se debe eliminar en la cámara fría
por unidad de tiempo es un dato. Se puede expresar de la siguiente forma.
Q& 1 = calor absorbido en el evaporador = m& q1
En esta igualdad Q& 1 representa la potencia frigorífica del equipo y m& el caudal de masa de fluido frigorífico
que circula, expresado en unidades de masa por unidad de tiempo. En consecuencia es posible calcular el
caudal de fluido que recorre el ciclo de la siguiente forma.
Q& 1 Q& 1
m& = = (10-8)
q1 h1 − h6
El intercambio de energía en el condensador se puede evaluar como sigue.
Q& 2 = calor cedido en el condensador = m& q2
El calor que entrega en el condensador el fluido frigorífico por unidad de masa q2 se puede obtener de la si-
guiente forma.
q2 = h4 − h5
De esta manera el intercambio de energía por unidad de tiempo en el condensador resulta ser:
Q& 2 = m&(h4 − h5 )
La etapa de baja presión toma gas a la presión P1 y lo comprime hasta la presión Pm mientras que la etapa
de alta presión toma gas a la presión Pm y lo comprime hasta la presión P2. Puesto que el trabajo de cada
etapa debe ser el mismo, la presión de salida de la primera etapa Pm debe cumplir de acuerdo a lo que se
deduce en el apartado 4.2.4 del capítulo 4 la siguiente relación:
Pm = P1 × P2 (10-9)
En cuanto a la temperatura a la que sale el gas del enfriador intermedio, resulta imposible enfriarlo hasta la
temperatura de entrada, porque en ese caso saldría del enfriador como una mezcla de líquido y vapor, que
no se puede comprimir en la segunda etapa. Lo mas simple consiste en enfriarlo hasta la condición de satu-
ración pero si se hiciese así la diferencia de entalpías por etapa no resultaría igual, y en consecuencia tam-
poco el trabajo entregado por cada etapa. Por lo tanto la temperatura de enfriamiento debe estar en un va-
lor tal que se verifique la siguiente relación. La potencia de la etapa de baja presión es:
W& B = m& (h2 − h1 ) (10-10)
La potencia de la etapa de alta presión es:
W& A = m& (h4 − h3 ) (10-11)
Por lo deducido en el apartado 4.2.4 del capítulo 4 debe ser:
W& A = W& B ⇒ m& (h4 − h3 ) = m& (h2 − h1 )
Despejando h3 obtenemos:
h3 = h4 + h1 − h2 (10-12)
Dado que conocemos la presión que corresponde al punto 3 y su entalpía, es posible obtener la temperatu-
ra que le corresponde. Ahora, una vez obtenidas las propiedades del fluido recalentado en el punto 3, es
evidente que el calor eliminado en el enfriador intermedio Q& 3 se puede obtener de la siguiente relación.
Q& 3 = m&(h2 − h3 )
De tal modo, el coeficiente de eficiencia frigorífica es:
Q& 1 h1 − h6
cef = = (10-13)
W& A + W& B h4 − h3 + h2 − h1
El proceso funciona de la siguiente forma. Una corriente m& 1 circula a través del compresor de baja presión.
Como consecuencia de la compresión su temperatura aumenta hasta el valor T2. Se enfría hasta la tempe-
ratura T3 en el enfriador intermedio, de donde sale para mezclarse con una corriente de gas proveniente del
separador de líquido identificado como S.L en el croquis, que recibe una mezcla que proviene de la válvula
expansora de alta presión 2.
El líquido va a la válvula expansora 1 y al evaporador. En el punto 3 se juntan la corriente m& 1 que viene del
enfriador intermedio y la corriente ( m& 2 − m& 1 ) que viene del separador dando como resultado la corriente m& 2
que ingresa al compresor de alta presión, desde donde se hace pasar por el condensador. El diagrama T-S
que representa el ciclo correspondiente a esta disposición se observa a continuación.
Lo primero que debemos hacer es discutir la cuestión de
la temperatura de salida del enfriador intermedio. Este
enfriador toma el vapor recalentado que sale de la prime-
ra etapa de compresión y lo enfría hasta la temperatura
T3 .
La pregunta que se plantea es la siguiente: ¿qué valor
debe tener esa temperatura para que el ciclo funcione en
las mejores condiciones posibles?. Para responder a es-
ta pregunta debemos analizar el ciclo. Refiriéndonos al
ciclo que se muestra en el diagrama T-S anterior vemos
que desde el punto de vista del compresor este funciona-
rá mejor cuanto mayor sea el área rayada, que represen-
ta el ahorro de energía cuando se usan dos etapas con
respecto a la compresión en una etapa.
Sin embargo, el compresor es sólo una parte del proceso
y un análisis correcto se debe basar en todo el proceso y
no en una parte del mismo.
Un balance total de energía en el proceso muestra lo siguiente.
Q& 1 + W& A + W& B = Q& 2 + Q& 3 (10-14)
La suma de los flujos de energía por unidad de tiempo a la izquierda del igual representa la energía que in-
gresa al sistema (considerado como el conjunto de los intercambiadores de calor y los compresores), mien-
tras que la suma de los flujos de energía por unidad de tiempo a la derecha del igual representa la energía
que sale del sistema.
El parámetro general mas importante para medir la eficacia en el uso de la energía que maneja el sistema
es el coeficiente de eficiencia frigorífica, que es:
Q& 1
cef = (10-15)
W& A + W&B
Despejando Q& 1 de esta relación obtenemos: Q& 1 = cef (W& A + W& B )
Reemplazando Q& 1 en el balance total de energía del proceso (10-14) obtenemos:
El análisis del proceso sigue lineamientos muy similares a los que se usaron en el caso anterior. Nótese
que debido al hecho de que ambas etapas del compresor manejan distintos caudales de masa es difícil que
tengan la misma potencia. En la práctica se deben instalar dos compresores distintos, que manejan diferen-
tes relaciones de compresión, distintos caudales de masa, y por supuesto tienen potencias distintas. El ca-
lor absorbido por unidad de masa de fluido frigorífico en la cámara fría o evaporador es:
q1 = hh − ha (10-18)
La potencia frigorífica de la cámara fría es conocida. Se puede expresar como lo hicimos antes.
Q& 1 = m& 1 q1
En consecuencia, es fácil determinar el caudal de masa m& 1 :
Q& 1 Q& 1
m& 1 = = (10-19)
q1 hh − ha
El intercambio de energía por unidad de tiempo en el condensador se puede evaluar de la siguiente mane-
ra.
Q& 2 = m& 2 q2
donde:
q2 = hd − he
Puesto que no conocemos la magnitud del caudal de masa m& 2 será necesario calcularlo.
Para ello podemos hacer un balance de energía en el separador de líquido que se alimenta con la mezcla
que sale de la válvula expansora 2. La mezcla de líquido y vapor que entra al separador en la condición f
está en equilibrio con el vapor que sale en la condición c y con el líquido que sale en la condición h.
En consecuencia:
Reordenando:
m& 2 h f − m& 2 hc = m& 1 hg − m& 1 hc
Reagrupando y despejando m& 2 :
hc − hg
m& 2 = m& 1 (10-21)
hc − h f
Continuamos el análisis observando que la condición c es todavía desconocida, y que la expresión para m& 2
que acabamos de deducir depende de hc. Por otra parte, volviendo a la expresión que obtuvimos antes para
m& 1 notamos que depende de hh pero como el punto h se deduce del g, estamos en las mismas.
Se pueden tomar dos caminos para superar este inconveniente. El primero es adoptar la presión intermedia
Pm en forma arbitraria con lo que automáticamente queda fijada la temperatura de equilibrio. El otro camino
es aceptar la hipótesis de igualdad de trabajos por etapa; tal como se deduce en el apartado 4.2.4 del capí-
tulo 4 debe ser:
Pm = P1 × P2 (10-22)
Puesto que la temperatura T3 se corresponde con la presión Pm en el equilibrio, se pueden obtener fácilmen-
te las condiciones c y d, de las cuales se deducen las condiciones e y f; también se pueden obtener las
condiciones g y h.
Suponiendo que se imponga la condición de que los trabajos por etapa sean iguales, entonces se debe
cumplir una relación ya deducida anteriormente.
La potencia de la etapa de baja presión es:
Q& 1
cef = (10-25)
W& A + W& B
El calor extraído del gas en el enfriador se calculará tomando la diferencia de entalpías de la corriente de
vapor recalentado que sale de la primera etapa de compresión de caudal m& 1 que pasa por el enfriador in-
termedio.
Q& 3 = m& 1 ( hb − hc ) (10-26)
Como se puede apreciar en el croquis, de la totalidad del caudal de masa del fluido de trabajo sólo una par-
te circula por la válvula. Llamamos m& 1 a esta corriente. Puesto que la válvula sólo es atravesada por una
parte del caudal (que llamamos m& 2 ) que pasa por el condensador, se deduce que m& 2 debe ser mayor que
m& 1 . Esto significa en otras palabras que los dos compresores, el de baja y el de alta presión, no manejan el
mismo caudal, ya que el caudal m& 1 que atraviesa el compresor de baja es menor que el caudal m& 2 . En
consecuencia, el compresor no puede funcionar como un compresor en dos etapas tal como se describe en
el apartado 4.2.4 del capítulo 4 sino que en realidad se trata de dos compresores independientes.
De un análisis del esquema del equipo se deduce que también en este caso el caudal que atraviesa ambas
etapas es distinto por lo que los tamaños de los compresores y sus consumos de energía serán distintos.
Para poder resolver el ciclo se necesitará conocer las temperaturas operativas del evaporador T1 y del con-
densador T2, y la temperatura de la vasija de media presión, o en su defecto la presión intermedia Pm, por
las mismas razones que hemos explicado en el caso del ciclo de inyección parcial.
El ciclo que describe la disposición de inyección total es el siguiente.
Nótese que parte de la expansión libre se produ-
ce en la vasija de media presión o separador de
líquido con lo que el vapor que sale húmedo
(mezclado con líquido) de la válvula de estrangu-
→f se licua al entrar a un
lación en la evolución e→
recinto mas espacioso (vasija de media presión).
Esta no es una expansión isentálpica sino a pre-
sión constante y con intercambio de calor. Parte
del líquido se evapora enfriando a otra parte de
vapor que se licua. En el croquis se puede apre-
ciar el área rayada que representa el trabajo
ahorrado en la compresión al usar dos compre-
sores con respecto al de un compresor de una
sola etapa necesario para obtener la presión P2. El análisis del ciclo es similar al que se hace en el apartado
anterior. El calor absorbido por el fluido en el evaporador por unidad de masa es:
q2 = hh − ha (10-33)
El calor cedido en el condensador por unidad de masa es:
q1 = hd − he (10-34)
La potencia frigorífica por unidad de tiempo Q& de la instalación es un dato, y de la relación deducida ante-
2
riormente se obtiene el caudal de masa que circula por el evaporador m& 1 :
Q& 2
m& 1 = (10-35)
ha − hg
Para obtener el caudal de masa m& 2 se plantea un balance de energía en la vasija de media presión:
m& 1 hb + m& 2 h f = m& 2 hc + m& 1 hg
Reordenando y despejando se obtiene:
hb − hg
m& 2 = m& 1 (10-36)
hc − h f
Entonces es posible calcular: la potencia del compresor de baja presión, la potencia del compresor de alta
presión y el calor absorbido por unidad de tiempo en el evaporador. La potencia del compresor de baja pre-
sión es:
W& B = m& 1 (hb − ha ) (10-37)
La potencia del compresor de alta presión es:
W& A = m& 2 (hd − hc ) (10-38)
El calor cedido por unidad de tiempo en el condensador es:
Q& 1 = m& 2 (hd − he ) (10-39)
El coeficiente de eficiencia frigorífica será entonces:
Q& 1
cef = (10-40)
W& A +W& B
El diagrama T-S del ciclo es igual al del apartado anterior. Las diferencias en el sistema provienen del hecho
de que tenemos tres corrientes que no conocemos relacionadas con la vasija de media presión. Llamare-
mos x&, y&, z& , a estas corrientes. La resolución de las incógnitas en este caso depende de un planteo de
los balances de masa y energía en el sistema. Las variables que tenemos se pueden clasificar según su na-
turaleza en las tres categorías siguientes.
a) Potencia de los compresores: W& A y W& B .
b) Energías intercambiadas entre el sistema y el medio como calor: Q& , Q& y Q& .
1 2 3
c) Caudales de masa: m& 1, m& 2, x& , y& , z& .
De estas variables podemos considerar incógnitas todas menos dos: Q& 1 y Q& 2 que se conocen puesto que
son las frigorías absorbidas por el equipo en ambas cámaras.
El análisis del ciclo se puede hacer en la siguiente forma. La potencia frigorífica por unidad de tiempo en
cada una de las cámaras es un dato, de modo que podemos plantear para la temperatura T1 la siguiente
ecuación.
q1 = ha − hh (10-41)
La potencia frigorífica por unidad de tiempo a la temperatura T1 es:
Q& 1
Q& 1 = m& 1 q1 ⇒ m& 1 = (10-42)
ha − hh
De modo análogo para la temperatura T2 podemos plantear:
q2 = hc − hg (10-43)
Puesto que la potencia frigorífica por unidad de tiempo a la temperatura T2 es también un dato, resulta:
Q& 2
Q& 2 = y& q2 ⇒ y& = (10-44)
hc − hg
En consecuencia, tenemos dos variables que podemos calcular. Quedan como incógnitas todos los cauda-
les de masa, el calor que se disipa en el condensador y las potencias consumidas por los dos compresores.
Para plantear los balances de masa identificamos dos nudos en los que confluyen corrientes; el nudo 1 co-
rresponde al punto de llegada de la corriente x& , que se divide en dos: m& 1 e y& . El nudo 2 corresponde al
punto de llegada de las corrientes z& e y& , que sumadas dan como resultado la corriente m& 2 . En conse-
cuencia, los balances de masa son:
Para el nudo 1:
x& = m& 1 + y& (10-45)
Puesto que tanto m& 1 como y& son conocidos, x& se puede calcular.
Para el nudo 2:
m& 2 = y& + z& (10-46)
Además para la vasija de media presión:
m& 1 + m& 2 = x& + z& (10-47)
El balance de energía en la vasija es:
m& 1 hb + m& 2 h f = x& hg + z& hc (10-48)
Puesto que conocemos m& 1 e y& conviene poner todas las demás variables en función de las conocidas.
De la ecuación de balance de masas para el nodo 2 se deduce:
( ) (
m& 1 hb + m& 2 h f = m& 1 + y& hg + m& 2 − y& hc) (10-49)
Despejando m& 2 resulta:
m& 1 × hb + y& × hc − (m& 1 + y& )hg
m& 2 = (10-50)
hc − h f
Por último, la incógnita z& se puede calcular fácilmente:
z& = m& 2 − y& (10-51)
El coeficiente de eficiencia frigorífica es:
Q& 1 + Q& 2
cef = (10-52)
W& A + W& B
ciclo I, que descarga calor al medio. En teoría es posible enganchar tantos ciclos en cascada como se quie-
ra, pero en la práctica existen limitaciones de variada índole. Por este motivo, la mayor parte de estos sis-
temas opera con dos o tres ciclos en cadena. En un sistema de tres ciclos el fluido frigorífico del ciclo I de-
bería tener su punto de ebullición a una temperatura aproximadamente la mitad entre la temperatura del
agua de enfriamiento y la del evaporador del ciclo II. El fluido frigorífico del ciclo II debería tener su punto de
ebullición a una temperatura del orden de la tercera parte de la diferencia entre la temperatura del agua de
enfriamiento y la del evaporador del ciclo III. La temperatura del evaporador del ciclo III está fijada por el va-
lor que se quiere obtener en la cámara fría. Por ejemplo, una combinación de fluidos que funciona muy bien
es la siguiente: propano en el ciclo I, etileno en el ciclo II y metano en el ciclo III.
Si se compara este esquema con el del apartado 10.2 resulta fácil comprobar que la única diferencia entre
ambos reside en el reemplazo del compresor por el generador y el absorbedor.
Si bien la cantidad de energía que se ahorra por la ausencia del compresor es importante, existe un con-
sumo bastante grande de energía térmica en el generador que compensa esta ganancia. Además los re-
querimientos de enfriamiento de los equipos de absorción son mayores que los de compresión y general-
mente son mas voluminosos y complicados, a pesar de tener menos partes móviles. Debido al consumo de
energía térmica sólo se justifica económicamente el uso de equipos de absorción cuando se dispone de
energía abundante y barata, como ser calor residual de proceso o que proviene de un sistema generador
de potencia, como veremos en el apartado 11.9.3 del capítulo 11.
Existen dos sustancias usadas comercialmente para equipos de refrigeración por absorción: el amoníaco y
el bromuro de litio. En el primer caso el fluido frigorífico es el amoníaco y en el segundo es el vapor de
agua. Ambas forman soluciones binarias con el agua. La mas ventajosa es la de agua-bromuro de litio,
aunque el amoníaco es mas barato, porque tiene un alto calor de vaporización y una pequeña presión de
vapor, permitiendo así usar equipos mas livianos y baratos, porque las paredes metálicas de los recipientes
y tuberías pueden ser mas delgadas que si se usa amoníaco. Además y a diferencia del amoníaco el bro-
muro de litio no es inflamable ni tóxico. Como su solución acuosa no es volátil no requiere rectificación, es
decir, no hay que purificar la sustancia de trabajo por destilación.
La refrigeración por absorción es mas limitada que la refrigeración por compresión en cuanto a las tempera-
turas mínimas que permite alcanzar. El amoníaco permite alcanzar temperaturas de 60 ºC bajo cero, y el
bromuro de litio una temperatura mínima de sólo 5 ºC, por debajo de la cual se debe usar refrigeración por
compresión.
Por lo general se enfría un fluido intermediario usado como fluido frío para intercambiar calor en distintos
sectores del proceso donde haga falta. Existen varios fluidos apropiados para este fin, como las salmueras
o soluciones salinas. El equipo frigorífico enfría al fluido intermediario y este se envía al proceso.
El nombre de refrigeración por absorción se usa por tradición pero no es el correcto, ya que se debiera lla-
mar refrigeración por disolución. Se basa en las propiedades de las soluciones binarias. A diferencia de las
sustancias puras, las soluciones tienen la propiedad de disolver el vapor de una composición con el líquido
de otra composición distinta. En el diagrama temperatura-concentración que vemos a continuación, donde
se grafica la temperatura y la fracción molar, observamos que a una temperatura determinada coexisten
vapor mas rico en el componente mas volátil con líquido rico en el componente menos volátil.
Por ejemplo a la temperatura T1 tenemos vapor de composición xN en equilibrio con líquido de composición
xM. A la temperatura T2 tenemos líquido de composición xm en equilibrio con vapor de composición xn.
Si de alguna manera ponemos en contacto vapor de composición xn con líquido de composición xM, con
respecto al cual el vapor está sobre enfriado (porque T2 es menor que T1) es evidente que el vapor se con-
densará. En principio el vapor y el líquido intercambian calor, es decir el vapor se calienta y el líquido se en-
fría (se entiende que a la misma presión) hasta una temperatura intermedia entre T1 y T2, a la que corres-
ponde una composición intermedia entre xm y xN. Esto equivale a la compresión en el sistema por compre-
sión, es decir, pasar el fluido de trabajo del estado de vapor al estado líquido.
En este croquis se describe en forma muy esquemática y resumida una instalación industrial de refrigera-
ción por absorción. En equipos mas pequeños el absorbedor y el rectificador no tienen la estructura que
vemos en el croquis, ya que por razones de espacio deben ser mucho mas chicos.
El equipo funciona enfriando el fluido intermediario para proceso (entra calor q2 al sistema) con lo que se ca-
lienta y evapora el NH3 que pasa al absorbedor, donde se disuelve en una solución diluida de NH3 y es en-
friado con agua (sale calor qR). La temperatura del líquido que entra al absorbedor es comparativamente ba-
ja (80 a 90 ºF, de 27 a 32 ºC) pero aumenta debido a que la disolución del amoníaco gaseoso libera calor,
por eso es necesario enfriarlo. La solución concentrada que resulta se impulsa con una bomba (se entrega
trabajo –WB) y se calienta por intercambio de calor con la solución diluida caliente que viene del hervidor del
generador. Así la solución concentrada ingresa al generador donde la fracción de fondos, rica en agua y
pobre en NH3 (solución diluida) se extrae para ir a alimentar el rociador del absorbedor previo calentamiento
en el hervidor (entra calor qS) hasta alcanzar unos 200 a 300 ºF o sea de 93 a 149 ºC.
De la cabeza del generador sale NH3 casi puro que se enfría en un condensador (sale calor q1), se almace-
na en un depósito (separador de líquido) del cual sale el NH3 líquido que se expande en el estrangulamiento
y enfría el fluido intermediario mientras otra parte refluye a la columna o rectificador. Como fluido interme-
diario se puede usar una solución acuosa de una sal inorgánica, así como fluidos térmicos patentados:
Dowtherm y marcas similares.
El simple esquema que vemos mas arriba no se suele usar en instalaciones reales por motivos de espacio y
eficiencia. El generador suele tener incorporado el hervidor en una sola unidad, de modo que resulta un
equipo híbrido cuya parte de destilación se conoce como analizador. Se han diseñado varias disposiciones
que dan buenos resultados en la práctica, con diferencias menores entre sí, que responden mas o menos a
la estructura que vemos en el esquema anterior.
El siguiente croquis describe una estructura bastante representativa de la mayor parte de los equipos de
absorción que usan amoníaco como fluido frigorífico.
La salmuera que sirve para enfriar en el proceso entra al evaporador F donde se enfría, produciendo la
evaporación del amoníaco, que pasa como gas al absorbedor G. La solución fuerte (concentrada) que pro-
duce el absorbedor pasa por la bomba H que la impulsa a través de un intercambiador de calor I donde es
enfriada por la solución débil que se dirige al absorbedor. Luego, la solución fuerte entra al “analizador” B
donde se calienta con vapor u otro fluido cálido. De la parte superior (tope) del “analizador” sale amoníaco
gaseoso, mientras que de la parte inferior se obtiene solución débil o diluida. El gas que abandona el “anali-
zador” está formado casi exclusivamente por amoníaco con algo de vapor de agua y tiene una presión con-
siderablemente mayor como consecuencia de la expansión que sufre durante la evaporación. Esta presión
no puede ir en dirección aguas arriba porque se lo impide la bomba, que además tiene instalada en su des-
carga una válvula anti retorno, de modo que se descarga aguas abajo hacia el condensador C, donde se
enfría el gas a presión suficientemente elevada como para que licue. Luego es impulsado por esa presión a
través de la válvula de expansión E y sufre una expansión isentálpica. La mezcla líquido-vapor que resulta
de esa expansión pasa al evaporador F donde se reinicia el ciclo.
El cálculo se debe realizar en base a balances de masa y energía por equipo obteniendo un sistema de
ecuaciones con ayuda del diagrama de entalpía-concentración del NH3 que se puede encontrar en casi to-
dos los textos.
Como ya hemos explicado, a pesar de las ventajas del bromuro de litio, en instalaciones frigoríficas de muy
bajas temperaturas el amoníaco es el fluido de trabajo mas usado porque permite alcanzar temperaturas
mínimas mucho menores.
El valor típico del cac varía según la cantidad de etapas o efectos del ciclo de absorción, y es independiente
del fluido de trabajo; en otras palabras, no depende de que se use amoníaco o bromuro de litio. Valores ca-
racterísticos son los que se consignan a continuación.
Para sistemas de absorción de una etapa: de 0.6 a 0.8. Para sistemas de absorción de dos etapas: de 0.9 a
1.2. Pero los ciclos de refrigeración por compresión tienen valores de cef muy superiores, del orden de 4 a
6. La pregunta que surge es entonces: si la diferencia en rendimiento es tan enormemente superior para los
sistemas de refrigeración por compresión ¿cuál es la razón de que se sigan usando los sistemas por absor-
ción?. Lo cierto es que en la mayor parte de las instalaciones frigoríficas grandes se usan ciclos por com-
presión, no sólo por razones de costos operativos sino por otras ventajas inherentes a los sistemas por
compresión. No obstante, cuando existen cantidades considerables de calor excedente que de otro modo
se desperdiciaría, los ciclos de absorción constituyen una elección atractiva. En el próximo capítulo volve-
remos sobre esta cuestión.
En el proceso de sepa-
ración del aire en sus
componentes se requiere
una columna de destila-
ción, que no figura en el
croquis anterior. La desti-
lación por lo menos debe
separar los componentes
principales: oxígeno y ni-
trógeno. Esto exige eli-
minar previamente las
impurezas, como el va-
por de agua y el dióxido
de carbono. El esquema
muestra el proceso Linde
para producción de ni-
trógeno y oxígeno a partir del aire. El equipo de la extrema derecha es la columna rectificadora. Note que
no requiere consumo de energía, ya que el hervidor se sustituye por una serpentina donde el aire relativa-
mente caliente que ingresa a la torre entrega su calor al aire líquido y produce la ebullición. La salida de to-
pe (parte superior) está enriquecida en el componente mas volátil, es decir, nitrógeno impurificado con algo
de oxígeno mientras que el producto de cola tiene oxígeno con algo de nitrógeno. Se puede obtener mayor
pureza con una rectificación posterior.
Se han desarrollado muchas variantes del proceso Linde. Una de ellas, conocida como proceso de Linde-
Collins emplea un expansor isentrópico donde se enfría una parte del gas, que intercambia calor con el gas
que sale del compresor, enfriándolo algo antes de pasar por otro intercambiador de calor.
En este se enfría mas aún, por intercambio de calor con el gas que sale muy frío de la vasija de separación
líquido-vapor. A continuación un diagrama T-S del proceso.
El punto a corresponde a la entrada de gas al sistema. Este sufre una compresión hasta el estado b donde
ingresa al intercambiador de calor I, donde se enfría hasta el estado c. Una parte de la corriente de aire se
expande en forma isentrópica hasta la condición d, mientras otra parte pasa directamente al intercambiador
de calor II. La parte que se expande se enfría mucho, y se usa para enfriar el gas que sale del compresor,
volviendo a la succión del mismo en la condición a. En tanto, la parte que se envía al intercambiador de ca-
lor II se enfría por intercambio de calor con el gas que sale de la vasija de separación líquido-vapor. La
fracción licuada se extrae en una corriente que no está indicada en el croquis.
Es posible calcular la fracción licuada x mediante un balance de energía. Si analizamos el proceso haciendo
caso omiso del compresor, y nos limitamos a la porción recuadrada de la derecha, notamos que la misma
no intercambia trabajo mecánico ni calor con el medio, porque la expansión en la etapa c→ d no produce
trabajo. En consecuencia, todo el proceso ocurre a entalpía constante si se desprecian las energías poten-
cial y cinética. Por lo tanto podemos escribir:
ha − hb
hb = x h f + (1 − x )ha ⇒ x =
ha − h f
Analizando los factores que condicionan al valor de x vemos que depende fundamentalmente de hb ya que
el punto a representa la condición atmosférica (que no podemos cambiar), y el punto f representa la condi-
ción de temperatura de ebullición del gas licuado, que viene fijado por las condiciones del diseño, y de pre-
sión operativa de la vasija, que también viene fijada por las condiciones del diseño. Pero puesto que hb de-
pende de la presión y la temperatura (que es igual a la atmosférica) basta fijar la presión de b para determi-
nar la fracción de gas licuado.
Si se analiza detenidamente la expresión anterior, se deduce que el máximo valor de la fracción de gas li-
cuado x corresponde al menor valor de hb.
El dióxido de carbono que ingresa a temperatura ambiente en la condición d se mezcla con el dióxido de
carbono saturado seco que sale de la cámara de expansión, dando como resultado de la mezcla la condi-
ción e. Este gas entra al compresor, de donde sale con la condición f. Pasa al condensador donde es en-
friado hasta la temperatura ambiente (condición a) y pasa por la válvula de estrangulación donde sufre una
expansión de Joule-Thomson que lo lleva hasta la condición b a mucha menor temperatura, de donde pasa
a la cámara de expansión (que también sirve para separar el sólido del gas) donde se separa gas con la
condición c y sólido con la condición g.
En la práctica esta disposición resulta antieconómica porque la energía consumida es grande (alrededor de
320 KWH por tonelada). Introduciendo enfriadores intermedios en el compresor y dividiendo la etapa de ex-
pansión en varios pasos (usando múltiples válvulas y cámaras de expansión) se puede reducir el costo a la
mitad. Aunque esto complica y encarece tanto el costo inicial del equipo como su mantenimiento, se com-
pensa ampliamente por la reducción de costo de producción, particularmente en cantidad. Notamos la simi-
litud de este enfoque con el del ciclo de Rankine regenerativo o con el ciclo de Brayton regenerativo. La ra-
zón de que se produzca una disminución tan drástica de costo operativo es que disminuimos fuertemente
las irreversibilidades del proceso, que están concentradas en las etapas de compresión politrópica y de ex-
pansión isentálpica.
APENDICE
BIBLIOGRAFIA
• “Introducción a la Termodinámica en Ingeniería Química” – Smith y Van Ness.
• “Termodinámica” – V. M. Faires.
CAPITULO 11
CICLOS DE GAS
Los ciclos de gas se caracterizan porque, a diferencia de los ciclos de vapor, el fluido de trabajo no experi-
menta cambios de fase. Se implementan en motores que pueden ser de combustión interna o externa, se-
gún donde ocurra esta. Cuando se produce en el interior del recinto de expansión se dice que es interna.
La potencia y velocidad se regulan con una válvula estranguladora tipo mariposa ubicada en el carburador.
Los motores modernos de ciclo Otto usan inyección directa de combustible en cada cilindro, lo que elimina
el carburador. La mezcla se produce en el propio cilindro, característica que comparten con los motores
Diesel.
Las válvulas de admisión y escape están
comandadas por levas solidarias al cigüeñal,
al igual que el disyuntor (llamado “platino”) y
el distribuidor. Estos últimos son los encar-
gados de producir pulsos de corriente eléctri-
ca (cuyo voltaje es elevado por una bobina)
que producen la chispa, y de dirigirla a las
distintas bujías, que son los electrodos entre
los que salta la chispa que inflama la mezcla.
A la izquierda vemos un esquema del ciclo
Otto ideal de cuatro tiempos.
La aspiración de la mezcla de aire y combus-
tible ocurre de 1 a 2 en forma isobárica e iso-
térmica.
Vc = volumen inicial de la cámara de combus-
tión.
Vs = volumen de una embolada o cilindrada.
V = Vc + Vs = volumen total.
De 2 a 3 ocurre la compresión que suponemos adiabática. En realidad es politrópica con exponente k = 1.34
a 1.35 dependiendo de la mezcla. De 3 a 4 se produce la compresión a volumen constante. En 3 se produce
el encendido e ingresa calor Q1 como consecuencia de la combustión. De 4 a 5 se produce la expansión
que es la única embolada de potencia del ciclo (una en cuatro); la suponemos también adiabática. En 5 se
abre la válvula de escape y de 5 a 2 a 1 sale (espontáneamente de 5 a 2 y por acción del pistón de 2 a 1) el
gas quemado exhausto. De 2 a 3 tenemos:
γ
γ V
Pa V = Pc Vc ⇒ Pc = Pa
γ
(11-1)
Vc
γ −1
γ −1 γ −1 V
Tc Vc = Ta V ⇒ Tc = Ta (11-2)
Vc
Advertencia: no confundir Tc con la temperatura critica. En este caso solo se refiere a la temperatura del
punto 3. De 3 a 4 tenemos:
Q1 = Cv Tz − Tc( ) (11-3)
De 4 a 5 tenemos:
k
k V
Pz Vc = Pe V ⇒ Pe = Pz c
k
(11-4)
V
k −1
k −1 k −1 V
Te V = Tz Vc ⇒ Te = Tz c (11-5)
V
De 5 a 2 tenemos:
Q2 = Cv(Te − Ta ) (11-6)
El rendimiento termodinámico del ciclo viene dado por:
W
η= (11-7)
Q1
siendo:
W = Q1 − Q2 (11-8)
De las ecuaciones (11-3) y (11-6) tenemos:
Cv(Tz − Tc ) − Cv(Te − Ta ) (Tz − Tc ) − (Te − Ta ) T − Ta
η= = = 1− e
Cv(Tz − Tc )
(11-9)
Tz − Tc Tz − Tc
γ −1
V
Pero de la ecuación (11-2): Tc = Ta
Vc
k −1
V Tz
y de la ecuación (11-5): Te = Tz c = k −1
V V
Vc
V (relación de compresión volumétrica) y suponiendo γ = k:
Llamando r al cociente V
c
Tz
k -1 - Ta k -1
1 Tz − r Ta 1
η = 1− r = 1 − k -1 = 1 − k -1 (11-10)
k -1 k -1
Tz - Ta r r Tz − Ta r r
De la ecuación (11-10) se deduce que para el ciclo Otto de cuatro tiempos el rendimiento sólo depende de
la relación de compresión volumétrica y del coeficiente politrópico de la curva de expansión. Para muchos
motores r varía de 5 a 7; en motores de auto se tienen relaciones aún mayores. Tomando k de 1.3 a 1.4 se
pueden calcular valores de rendimiento que no superan 0.55. Estos valores no son muy altos y en la reali-
dad son aún menores, pero constituyen una mejora enorme sobre los rendimientos de ciclos de vapor que
en vehículos raramente superan el 15%.
El diagrama anterior se debe considerar ideal, porque se ha trazado suponiendo que existe un intercambio
de calor perfecto entre el aire que ingresa al motor y los humos de escape. En la práctica esto no es fácil de
implementar. Significa una complicación porque se debe hacer pasar los humos por un intercambiador en el
que se enfrían entregando calor al aire atmosférico que ingresa. Para que el intercambio de calor sea per-
fecto se necesitaría un intercambiador de superficie infinita, lo que por supuesto es imposible. En la mayoría
de los casos (y particularmente en los motores de vehículos) el tamaño del intercambiador está seriamente
limitado por las exigencias de espacio y peso, de modo que en la mayor parte de los vehículos simplemente
no existe. En estos casos el aire entra al motor con su temperatura normal, y el humo de escape se enfría
en una expansión que podemos considerar adiabática ya que ocurre con gran rapidez. Es posible calcular
la temperatura media que alcanzan los gases de escape de un motor de combustión interna de encendido a
chispa eléctrica analizando esta evolución adiabática. Para ello, consideremos el siguiente croquis.
V definiremos la relación de
V
En el ciclo Diesel además de la relación de compresión volumétrica r1 =
c
V
combustión r2 = 3
y también la relación de expansión r = V4 . El significado de r es claro y no
V
V2
3 1
3
requiere mayor explicación. La relación de combustión r2 nos da la influencia en el ciclo del aumento de vo-
lumen debido a la combustión y r3 el efecto en el ciclo de la embolada de potencia. Se ha de observar que:
r1 = r2×r3
El rendimiento del ciclo se puede calcular de la ecuación (11-7):
W
η=
Q1
El trabajo se obtiene admitiendo que no se consume trabajo en la admisión 0 a 1 y que tampoco hay pérdi-
das en el escape 1 a 0. Entre 1 y 2 se consume trabajo, de modo que se lo debe restar del obtenido entre 2
y 4.
De 2 a 3 se realiza trabajo a presión constante Pm:
W2→3 = Pm(V3 – V2)
De 1 a 2 y de 3 a 4 la evolución es adiabática. Por el Primer Principio para sistemas cerrados:
Q = ∆U + W = 0 ⇒ –∆U = W ⇒ W1→2 = U2 – U1; W3→4 = U3 – U4
El calor producido por combustión de 3 a 2 lo calculamos por la diferencia de entalpías:
Q1 = H3 – H2
Para n moles de gas:
(U 3 − U 4 ) + Pm (V3 − V2 ) − (U 2 − U 1 ) n(u ′3 − u 4′ ) + nR ′(T3 − T2 ) − n(u 2′ − u1′ )
η= = =
H3 − H2 n(h3′ − h2′ )
Cv ′(T3 − T4 ) + R ′(T3 − T2 ) − Cv ′(T2 − T1 ) (Cv ′ + R ′)(T3 − T2 ) − Cv ′(T4 − T1 )
= = =
Cp ′(T3 − T2 ) Cp ′(T3 − T2 )
Cv ′ + R ′ Cv ′ T4 − T1
= −
Cp ′ Cp ′ T3 − T2
′
Pero si: R′ = Cp′ − Cv′ ⇒ Cp′ = Cv′ + R′ y además γ = Cp por lo tanto:
Cv ′
1 T4 − T1
η = 1−
γ T3 − T2
→2 es:
Por estar 1 y 2 y 3 y 4 sobre curvas adiabáticas, para la evolución 1→
γ −1 γ −1
γ −1 γ −1 V V γ −1
T2 V2 = T1 V1 ⇒ T2 = T1 1 = T1 = T1 × r1
V2 Vc
→4 es:
Para la evolución 3→
γ −1 γ −1 γ −1
γ −1 γ −1 V 1 r
T4 V4 = T3 V3 ⇒ T4 = T3 3 = T3 = T3 2
V4 r3 r1
Además los puntos 2 y 3 se hallan sobre una isobara, en consecuencia:
V3 T3 V
Pm V2 = nR ′T2 y Pm V3 = nR ′T3 ⇒ = ⇒ T3 = T2 3 = T2 × r2
V2 T2 V2
Por otra parte:
γ −1 γ −1
T2 = T1 × r1 ⇒ T3 = T2 × r2 = T1 × r1 × r2
En consecuencia:
γ −1 γ −1
r γ −1 r
T4 = T3 2 × r2 2 γ
= T1 × r1 = T1 × r2
r1 r1
Resumiendo y volviendo a la expresión anterior del rendimiento:
γ
1 T − T1 1 T1r2 − T1
η = 1− 4 = 1−
γ T3 − T2 γ T1r1 γ −1r2 − T1r1 γ −1
γ
1 T4 − T1 1 r −1
η = 1− = 1 − γ −1 2
r1 γ(r2 − 1)
(11-11)
γ T3 − T2
Como se ve, el rendimiento teórico de un ciclo Diesel ideal depende no sólo de la relación de compresión
volumétrica r1 y de γ, sino también de r2, que es una medida indirecta del tiempo que dura la presión máxi-
ma de combustión Pm. Los valores de r1 varían entre 13 y 18 para muchos motores, y r2 suele ser de 2 a 5.
De tal modo, admitiendo que γ = 1.4 se obtienen valores del rendimiento ideal que están entre 0.49 y 0.62.
Mucho mayores, claro está, que en el ciclo Otto. En la práctica los valores del rendimiento real son algo
menores que los citados.
De tal modo los cuatro eventos principales del motor se hacen sin movimientos lineales, lo que elimina una
cantidad importante de componentes. Durante el tiempo de admisión la cavidad A se llena con la mezcla de
aire y combustible, que ingresa por la lumbrera de admisión. Como el eje gira en el sentido de las agujas
del reloj, la cavidad A se achica, y la mezcla se comprime. Al llegar a la bujía salta la chispa, y se produce la
combustión. Luego continúa su evolución, esta vez de expansión porque el espacio libre se agranda. En
ese punto ocupa la posición que rotulamos B. Luego continúa girando hasta que se conecta con la lumbrera
de escape en la posición C. Los detalles mecánicos son complicados, y no tienen interés para la Termodi-
námica. No obstante, es en los detalles mecánicos donde reside el mayor atractivo de este motor. Un motor
lineal típico puede tener algo así como 350 a 400 partes móviles, dependiendo del diseño. Por compara-
ción, un motor Wankel de potencia similar tiene 150 partes móviles.
∆h +
∆V 2
2 gc
+
g
gc
∆z =
∑ q − w0 pero
∑ q = 0 y ∆z = 0 ⇒ w0 = −∆h −
∆V 2
2 gc
2 2
V − V2
w0 = h1 − h2 + 1
2 gc
Si no hay diferencia de velocidades, o sea si sólo se aprovecha la energía térmica y de presión, es:
w0 = h1 − h2
Existen dos versiones de ciclo de turbina de gas. Cuando el gas exhausto (humo) se envía al medio am-
biente se está ante el ciclo abierto o Brayton. En este ciclo el turbocompresor toma aire atmosférico, lo
comprime y lo envía a una cámara donde se inyecta gas natural y se produce la combustión, que genera un
aumento de presión y temperatura que se aprovecha en la turbina, de donde se envía el gas a un precalen-
tador que sirve para precalentar el aire que sale del compresor.
Si los gases de combustión fuesen corrosivos, contaminantes o radiactivos o pudiesen perjudicar a la turbi-
na, se debe usar un fluido de trabajo (generalmente aire) que circula por el compresor y la turbina; es calen-
tado por intercambio de calor con el gas caliente que viene de la cámara de combustión, va a la turbina, a la
salida de esta se enfría en el precalentador, va al compresor y retorna al precalentador. Este es el ciclo ce-
rrado o ciclo Joule. Ambos son idénticos desde el punto de vista de las transformaciones que sufre el fluido
de trabajo.
Existe también un sistema llamado turbina libre en el que el compresor es movido por una turbina auxiliar; la
potencia útil se obtiene en otra turbina, montada sobre un eje independiente. Los gases de la combustión
van primero a la turbina auxiliar y luego a la de potencia. Así el compresor puede funcionar a plena capaci-
dad aunque la turbina de potencia esté parada. Esto significa poder acelerar la turbina de potencia a pleno
en poco tiempo, con un gasto de combustible mayor que en los sistemas convencionales. Este sistema se
usa en los aviones.
γ −1 γ −1 γ −1 γ −1
T2 P2
γ
T3 P3
γ P γ
T T P γ
= = = 2 ⇒ 2 = 3 = 2
T1 P1
T4 P4
P
1
T1 T4 P1
γ −1 γ −1
P γ P γ
∴ T4 = T3 1 T1 = T2 1
P P
2 2
γ −1 γ −1
P γ P γ
T3 1 − T2 1 γ −1
T4 − T1 P P P γ
= 1− 2 = 1− 1
2
η = 1−
T3 − T2 T3 − T2 P
2
γ −1
P γ
η = 1 − 1 (11-12)
P2
Este es el rendimiento ideal del ciclo Brayton sin regeneración. Nótese que no depende de la temperatura.
A medida que aumenta P2/P1 también aumenta η.
ηIR =
(H 3 − H 4 ) − (H 2 − H 1 ) = 1 − H 2 − H 1 = 1−
T2 − T1
H3 − H4 H3 − H4 T3 − T4
Esto es válido asumiendo que Cp no varía con T. Pero por las razones antes comentadas:
γ −1 γ −1 γ −1
P γ P γ P γ
T2 = T1 2 T4 = T3 1 Llamando x a 2 es :
P1 P2 P1
T − T1 T x − T1 T (x − 1) T
ηIR = 1 − 2 = 1− 1 = 1− 1 = 1− 1 x
T3 − T4 T 1 T3
T3 − 3 T3 1 −
x x
γ −1
T P2 γ
∴ ηIR = 1 − 1 (11-13)
T3 P1
Comparando las ecuaciones (11-12) y (11-13) que proporcionan los rendimientos ideales del ciclo sin y con
regeneración vemos que el efecto del aumento de la relación de presiones P2/P1 en el ciclo no regenerativo
es aumentar el rendimiento.
En cambio en el ciclo regenerativo este disminuye con el aumento de esa relación, pero en cambio aumen-
ta con la temperatura de entrada a la turbina T3. Esto tiene una gran importancia práctica ya que permite
mejores rendimientos con menor presión máxima P2. Como el compresor resta potencia a la turbina, esto
significa que una menor presión de salida del compresor P2 es beneficiosa. Dada una relación de presiones
baja, para un valor alto de T3 resulta un rendimiento regenerativo ηIR mucho mayor al no regenerativo η.
Todas estas curvas se basan en una temperatura del aire atmosférico t1 = 21 ºC.
El rendimiento indicado del compresor se define como la relación del incremento de entalpía ideal isentrópi-
co dividido por el incremento de entalpía real.
(H 2 − H 1′ )S
ηC = (11-14)
H 2′ − H 1′
Los términos que llevan prima representan las condiciones reales. El subíndice S indica entropía constante.
Son valores habituales de rendimiento 75% < ηC < 85%.
El rendimiento de la turbina se define como la relación de la disminución de entalpía que se encuentra en la
realidad sobre la disminución isentrópica ideal de entalpía.
H 3′ − H 4 ′
ηT = (11-15)
(H 2 − H 1′ )S
Existen pérdidas por rozamiento de turbina y compresor, que se engloban en un rendimiento mecánico que
suele ser alto, del orden del 96-98% y se define como la potencia real al freno sobre la ideal.
La combustión nunca es completa a pesar
del enorme exceso de aire, y además en la
cámara de combustión se pierde algo de ca-
lor; el rendimiento de la combustión suele
ser del 95%. En el regenerador el intercam-
bio de calor tampoco es un 100% eficiente.
Hay un salto de temperatura en el regenera-
dor, dado por la diferencia entre la tempera-
tura del aire que entra en el regenerador
proveniente de la turbina, T4’ y la temperatu-
ra del aire que sale del regenerador prove-
niente del compresor, TR'. El rendimiento del
regenerador viene dado por el cociente del incremento de entalpía del aire del compresor (frío) sobre el in-
cremento total de entalpía que tendría el gas caliente (proveniente de la turbina) si se enfriase hasta la
temperatura T2.
H R ′ − H 2′
ηR = (11-16)
H 4′ − H 2′
También se puede aumentar el rendimiento de la expansión en la turbina quemando el gas por etapas, de
modo análogo al recalentamiento regenerativo usado en el ciclo Rankine de vapor. Una turbina grande en
una central termoeléctrica puede tener hasta 15 quemadores ubicados a lo largo de la turbina. La combus-
tión por etapas se hace porque no se puede hacer en forma perfectamente isotérmica. Ello implicaría reali-
zar la combustión en el interior mismo de la turbina, lo que por diversas razones no es conveniente. Igual-
mente el enfriamiento intermedio del gas en el compresor lleva a una condición que se aproxima escalona-
damente a una isoterma. La combinación de ambos efectos mejora el rendimiento global del sistema. Vea-
mos con un ejemplo como influyen ambos efectos sobre el rendimiento en la práctica.
( 5)
0.4
wt − w c 173 − 73 P1 γ
ηI = = = 0.37 o también ηI = 1 − = 1− 1 1.4
= 0.37
q 272 P2
b)
Teniendo en cuenta las eficiencias:
(h2 − h1′ )S Cp (T2 − T1′ )S T2 − T1′
ηc = = =
h 2′ − h1′ Cp (T2′ − T1′ ) T2′ − T1′
T2 − T1′ 824 − 520
∴ T2 ′ = + T1′ = 520 + = 886 º R
ηC 0.83
h3′ − h4′ Cp (T3′ − T4′ )
ηT = = ⇒
(h3′ − h1′ )S Cp (T3′ − T1′ )S
⇒ T4′ = T3′ − ηT (T3′ − T1′ )S = 1960 − 0.92(1960 − 1238 ) = 1296 º R
T7 − T6 843 − 520
T7 ′ = T6 + = 520 + = 668 ºR
ηC 0.83
TR’ = T7’ + ηR(T4’ – T7’) = 668 + 0.65(1296–668) = 1076 °R
wc = h5’ – h1' + h7’ – h6 = Cp(T5’ – T1' + T7’ – T6) = 0.24(696–520+668–520) = 78 BTU/lb
wt no cambia respecto de c)
wt
= 159 = 2.04
wc 78
wt − w c 159 − 88
ηI = = = 0.38 (comparar con a, b)
q 212
e)
P8 = P8’ = 35 psia P10 = P10’ = P1 = 14.696 psia
γ −1 0.4
P γ
35 1.4
T8 = T3 2 = 1960 = 1586 °R
P1 15
T8’ = T3’ – ηT(T3’ – T8’) = 1960 – 0.92(1960 – 1530) = 1616 °R
γ −1 0.4
P γ
15 1.4
T10 = T9 1 = 1960 = 1530 ºR
P2 35
T10’ = T9 – ηT(T9 – T10) = 1960 – 0.92(1960 – 1530) = 1327 °R
TR’ = T2’ + ηR(T10’ – T2’) = 886 + 0.65(1564–886) = 1327 °R
wt = h3’ – h8’ + h9’ – h10’ = Cp(T3’ – T8’ + T9’ – T10’) = 0.24(1960 –
wt
1616 + 1960 – 1564) = 178 BTU/lb ∴ = 178 = 2.02
wc 88
q = h3 – hR’ + h9 – h8’ = Cp(T3 – TR’ + T9 – T8’) = 0.24(1960–1327+1960 – 1616) = 234.5 BTU/lb ⇒
wt − wc 178 − 88
η= = = 0.38
q 234.5
f) Ahora, la situación mas cercana al ciclo real.
Se usarán los resultados parciales obtenidos anteriormente
para los casos d) y e), es decir:
T7 = 643 °R, T7’ = 668 °R, T8 = 1586 °R, T8’ = 1616 °R, T10 =
1530 °R, T10’ = 1564 °R, wt = 178 BTU/lb, wc = 78 BTU/lb.
TR’ = T7’+ ηR(T10’–T7’) = 668 + 0.65(1564–668) = TR’ = 1250 °R
wt
= 178 = 2.28
wc 78
q = h3 – hR’ + h9 – h8’ = Cp(T3 – TR’ + T9 – T8’) = 0.24(1960 –
1250 + 1960 – 1616) = 253 BTU/lb
w − wc 178 − 88
η= t = = 0.40
q 253
Estos cálculos usando entalpías aproximadas no se pueden considerar exactos. Un cálculo mas preciso se
debe hacer estimando las entalpías por métodos mas exactos. Por ejemplo, se pueden usar funciones in-
terpoladoras basadas en las tablas de entalpías del aire.
En esta ecuación Wmáx representa el trabajo teórico máximo que puede realizar un ciclo de potencia reversi-
ble que opera entre las temperaturas extremas T y T0, siendo T la temperatura máxima y T0 la temperatura
del medio ambiente, intercambiando calor Q con el medio ambiente. Es evidente que cuanto mayor sea el
valor de la temperatura máxima T tanto mayor será Wmáx.
Por otra parte, en el ciclo Brayton no hay intercambio de calor, porque a diferencia del ciclo Rankine de va-
por, que es una máquina de combustión externa, la turbina de gas es una máquina de combustión interna y
no hay intercambio de calor entre los gases calientes de la combustión y el fluido de trabajo. El único inter-
cambio de calor ocurre en el regenerador, pero esto es después de que el fluido de trabajo haya producido
la mayor parte del trabajo útil en la turbina. Esto elimina una de las mayores causas de irreversibilidad que
es el intercambio de calor, como vimos en el apartado 5.9.3 del capítulo 5.
Puesto que constantemente se experimenta con nuevos revestimientos de turbina que permitirían operar
con temperaturas aún mayores, es de esperar que la brecha que separa los rendimientos de ambos ciclos
se agrande mas en el futuro. Además de estos argumentos de orden puramente termodinámico existen
otras ventajas en el uso de turbinas de gas. El hecho de que la turbina sea un motor rotativo la hace muy
atractiva para usarla como fuente de potencia en vehículos, por las mismas razones expuestas en el apar-
tado 11.4. La relación de compresión (cociente de presiones) del compresor (y en consecuencia de la turbi-
na) suele variar de 10 a 15. De la ecuación (11-13) se deduce que el rendimiento mejora con el aumento de
la temperatura operativa y de la relación de compresión.
El fluido de trabajo experimenta una compresión isócora en la etapa a→b en la que ingresa calor Qab. La
etapa b→c es una expansión isotérmica durante la cual ingresa otra cantidad de calor Qbc al sistema, que
toma de la fuente cálida a temperatura T2. Luego tenemos una expansión isócora en la etapa c→d durante
la cual el sistema cede calor Qcd, seguida por la etapa d→ a de compresión isotérmica en la que sale calor
del sistema a la fuente fría a temperatura T1.
Operativamente esto se puede conseguir de la siguiente manera. Es necesario contar con un intercambia-
dor de calor reversible (regenerador) capaz de tomar y ceder calor. Este regenerador tiene que absorber
todo el calor Qcd y entregarlo al sistema en la etapa a→b de modo que: Qcd = Qab. Es importante notar que el
regenerador no es la fuente fría ni la fuente cálida. Desde el punto de vista constructivo, la fuente fría es la
atmósfera y la fuente cálida es la cámara de combustión.
Vale la pena hacer notar que el motor Stirling es un motor de combustión externa, en el que el gas de traba-
jo (aire) no experimenta cambio de composición.
La clave del funcionamiento exitoso de este motor está en el regenerador. En la época en que Stirling lo
puso a prueba, el recuperador no tenía suficiente resistencia mecánica a los cambios cíclicos de temperatu-
ras extremas, y se deterioraba rápidamente. Con modernos materiales cerámicos de alta resistencia y baja
inercia térmica, el motor Stirling desarrolla rendimientos muy superiores a los que se pueden obtener en el
ciclo Otto y Diesel. Veamos porqué.
El rendimiento del ciclo se obtiene como siempre dividiendo el trabajo obtenido sobre el calor consumido. El
ciclo produce trabajo en dos etapas: la expansión isotérmica b→c y la expansión isócora c→d. Consume
trabajo durante las otras dos etapas: la compresión isotérmica d→ a y la compresión isócora a→b.
Se supone que el trabajo que se consume en la compresión isócora a→b es igual al que se produce duran-
te la expansión isócora c→d. En consecuencia, el trabajo neto producido por el ciclo es:
Wn = Wbc + Wcd – Wda – Wab = Wbc – Wda
En cuanto al calor consumido, es la suma de dos magnitudes: el calor que ingresa en la compresión isócora
a→b y el que ingresa en la expansión isotérmica b→c. Entonces el calor que ingresa resulta ser:
Q = Qab + Qbc
Pero si hay una regeneración ideal, todo el calor que ingresa en la etapa a→ b lo provee el regenerador que
se calienta durante la etapa c→d, por lo tanto el calor Qab no debe ser tenido en cuenta. Desde el punto de
vista neto, no es realmente calor ingresante, sino calor que está contenido en el motor y pasa del gas al re-
generador y vuelve de nuevo del regenerador al gas.
Por lo tanto, el rendimiento es:
Vc Vd
R ′T2 ln − R ′T1 ln
W W − Wda Wbc − Wda Vb Va
η = n = bc = =
Q Qab + Qbc Qbc R ′T2 ln
Vc
Vb
Pero puesto que Vc = Vd y Vb = Va tenemos por último:
T2 − T1
η = (11-17)
T2
Sorprendentemente, este es el rendimiento del ciclo de Carnot equivalente.
La razón de este asombroso resultado es que al asumir las idealizaciones que se admitieron previamente,
como la existencia de regeneración ideal, lo que hemos hecho en esencia es suponer que el ciclo de Stir-
ling es idealmente reversible, de modo que no resulta absurdo el resultado, porque en definitiva es lo que
se supone también en el ciclo de Carnot.
El ciclo Stirling tiene la ventaja de requerir una menor cantidad de trabajo de compresión que el ciclo de
Carnot, ya que en este la compresión es isotérmica y adiabática mientras que en el ciclo Stirling es isotér-
mica e isócora. Al haber una etapa de compresión isócora los cambios de volumen son menores, y por lo
tanto también es mas pequeña la relación de compresión.
El principal inconveniente de este ciclo reside en las operaciones isotérmicas. Es sabido que conseguir una
evolución isotérmica es difícil en la práctica. Se puede obtener una aproximación que es “casi” isotérmica
por medio de recalentadores, haciendo el intercambio de calor a bajos gradientes térmicos y con otros re-
cursos parecidos, pero todo ello complica el motor constructiva y operativamente. Por otra parte, los proce-
sos isócoros también son complicados de realizar en la práctica. Un proceso a volumen constante implica
una evolución casi estática, es decir, sumamente lenta. Esto conspira contra el funcionamiento de un motor
de alto desempeño. No obstante, diversas versiones experimentales modificadas se prueban constante-
mente en busca de superar estos problemas. La causa de que se gasten recursos en esa tarea es que el
rendimiento teórico del motor Stirling es muy elevado.
En la etapa a→b se produce la compresión isotérmica en la cual sale calor del sistema. La etapa b→c es la
expansión isobárica, durante la cual ingresa calor Qbc al sistema. Luego tenemos una expansión isotérmica
en la etapa c→d durante la cual también ingresa calor Qcd al sistema, y por último una compresión isobárica
en la etapa d→ a, durante la cual sale calor del sistema. Llamaremos Q1 al calor total que ingresa al siste-
ma; es evidente que: Q1 = Qbc + Qcd
El rendimiento del ciclo Ericsson se puede calcular fácilmente como es habitual.
11.9 Cogeneración
Se denomina cogeneración a las disposiciones en las que se usa la energía sobrante de un sistema para
operar otros sistemas distintos. La cogeneración es lo que se emplea en el ciclo binario de mercurio y agua
que se estudió en el capítulo 9, apartado 9.7. Otra acepción comúnmente usada del término es en aquellas
aplicaciones en las que se ahorra energía combinando dos funciones: la generación de electricidad y el ca-
lentamiento de procesos. Esta aplicación se denomina también aprovechamiento de energía de tope, y ya
se ha estudiado en el apartado 9.5 del capítulo 9. Otra aplicación es la que estudiamos aquí, donde se trata
el aprovechamiento de la energía residual que tienen los gases calientes de salida de una turbina de gas. A
esta forma también se la llama aprovechamiento de energía de fondo. Se pueden concebir tanto en teoría
como en la práctica muchos sistemas combinados de este tipo. Nosotros estudiaremos solo tres, sin pre-
tender con ello agotar las posibles aplicaciones.
El aire entra en el estado 1 al compresor C, donde es llevado al estado 2 al cual entra al horno del genera-
dor de vapor de alta presión GVAP; sale en el estado 3 para entrar a la turbina de gas, de la cual sale en la
condición 4. Entonces el aire de salida de la turbina entra al calentador de agua CA de donde se desecha a
la atmósfera en el estado 1’. Durante el intercambio de calor que se produce, el gas entrega calor al agua lo
que se simboliza en el diagrama T-S con una serie de flechitas desde el ciclo Brayton hacia el ciclo de Ran-
kine. Este es el circuito del gas. Alrededor del 25% de la energía del combustible se transforma en trabajo
de eje en la turbina de gas, un 55% sale en los gases de escape, y un 20% se pierde por fricción. Del 55%
que sale por el escape de la turbina de gas, un 50% se aprovecha en el calentador de agua CA en tanto
que el 5% restante se pierde
En cuanto al agua, esta sale del calentador de agua CA en condición de líquido saturado al punto de ebulli-
ción, pasa al generador de vapor de alta presión GVAP donde se vaporiza y recalienta, y entra en el estado
5 a la turbina de alta presión TAP donde se expande isentrópicamente hasta el estado 6. Luego se envía al
recalentador del cual sale al estado 7 con el cual entra a la turbina de baja presión TBP donde se expande
en forma isentrópica hasta el estado 8. A continuación pasa al condensador C que lleva el agua hasta el es-
tado 8’ al cual entra al calentador de agua CA.
Pensemos en un sistema en el que por cada Kg de agua que circula por el circuito del agua hay una canti-
dad de masa m de gas que circula por el circuito del gas.
Para obtener el valor de m es necesario hacer el balance de energía del calentador de agua CA.
h9 − h8'
m(h4 − h1' ) = 1(h9 − h8' ) ⇒ m = (11-19)
h4 − h1'
El aumento de entalpía que sufre el agua se puede calcular a partir del calor específico, es decir:
h4 − h1' = Cp′(T4 − T1' )
El trabajo producido por el ciclo Brayton es:
WTG = m(h3 − h4 )
El trabajo neto producido por el ciclo de gas, se obtiene restando el trabajo consumido en el compresor.
WB = WTG − WC = m(h3 − h4 ) − m(h2 − h1 )
El trabajo producido por el ciclo de Rankine (despreciando el trabajo de bombeo) es para 1 Kg de agua:
WR = (h5 − h6 ) + (h7 − h8 )
El consumo de energía en forma de calor del sistema es la suma del calor usado para el gas y el calor usa-
do para el recalentamiento del vapor. El primero es:
QG = m(h3 − h2 )
El segundo es la suma del calor consumido en la etapa 9→5 y el calor consumido en la etapa 6→7:
QV = (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
Entonces el calor total consumido por el sistema es:
Q1 = QG + QV = m(h3 − h2 ) + (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
El rendimiento térmico ideal del ciclo combinado es:
WB + WR m(h3 − h4 ) − m(h2 − h1 ) + (h5 − h6 ) + (h7 − h8 )
η= =
m(h3 − h2 ) + (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
(11-20)
Q1
γ −1
P γ 0.4
T2 = T1 2 = 293.8 × 8 1.4
= 531 °K
P1
T1 293
T4 = T3 = 1073 = 592 °K
T2 531
Ahora calculamos la masa de gas que circula por el sistema. Aplicando la ecuación (11-19) tenemos:
h − h8' h9 − h8' 1532 − 101 Kg gas
m= 9 = = = 7.153
h4 − h1' Cp ′(T4 − T1' ) 1.005(592 − 393 ) Kg agua
Estamos entonces en condiciones de calcular el rendimiento térmico. De la ecuación (11-20) tenemos:
η= B
W + WR
=
( ) (
m h3 − h4 − m h2 − h1 + h5 − h6 + h7 − h8 ) ( =
) ( )
Q1 ( ) (
m h3 − h2 + h5 − h9 + h7 − h6) ( )
m[Cp (T3 − h4 ) − Cp (T2 − T1 )] + (h5 − h6 ) + (h7 − h8 )
= =
m × Cp(T3 − T2 ) + (h5 − h9 ) + (h7 − h6 )
7.153[1.005(1073 − 592 ) − 1.005(531 − 293 )] + (3506 − 3061) + (3604 − 2200 )
= = 0.561
7.153 × 1.005(1073 − 531) + (3506 − 1532 ) + (3604 − 3061)
Vale la pena observar que en el apartado 9.3 del capítulo 9 vimos las diversas formas usadas para aumen-
tar el rendimiento del ciclo de vapor, llegando a la conclusión de que no era económicamente posible so-
brepasar el techo de 0.50. Aquí vemos como influye un aprovechamiento mas completo y racional de la
energía en el rendimiento del sistema. El rendimiento del ciclo de Carnot equivalente es:
T −T T 297
ηC = 3 8 = 1 − 8 = 1 − = 0.723
T3 T3 1093
La relación de rendimiento ideal al rendimiento de Carnot es:
η
= 0.78
ηC
El generador de vapor produce vapor a 1200 KPa y 300 °C (condición 6), que se expande en una turbina
adiabática hasta la presión del condensador con un título de 0.90 (condición 7); sale del condensador como
líquido saturado a 40 °C, condición 8. Se desprecia el trabajo de la bomba.
Datos y suposiciones:
• No hay pérdidas de presión ni de calor en ningún punto del sistema.
• La combustión del metano es total debido al gran exceso de aire.
• Se considera el aire como gas ideal, con Cp = 1.00 KJ/(Kg ºK), γ = 1.4.
• Se supone que los humos de combustión son también un gas ideal, con Cp = 1.05 KJ/(Kg ºK) y R =
0.35 KJ/(Kg ºK).
• El poder calorífico inferior del metano es PCI = 50140 KJ/Kg.
Calcular:
1. Potencia disponible en los gases de escape (es decir su exergía, en unidades de energía
por unidad de tiempo) en las condiciones de entrada al generador de vapor.
2. Temperatura de entrada del aire en la cámara de combustión.
3. Relación de masa aire/combustible en la cámara de combustión.
4. Caudal másico de agua en el ciclo de Rankine.
5. Potencia neta obtenida en la instalación (KW).
6. Rendimiento térmico de la instalación en función del PCI del metano y rendimiento exergé-
tico del ciclo de Rankine en función de la exergía del gas de escape de la turbina de gas.
7. Temperatura de rocío de los humos a la salida del generador de vapor.
Solución
1. Cálculo de la exergía en el punto 4.
∆B4 = ∆H 4 − T0 ∆S 4 = m& gas [(h4 − h0 ) − T0 (s 4 − s 0 )] =
T4 P4
= m& gas Cp (T4 − T0 ) − T0 Cp × ln − R × ln =
T0 P0
653 1
= 8 1.05(380 − 25 ) − 298 1.05 × ln − 0.35 × ln = 1018.3 KW
298 1
2. Cálculo de la temperatura en el punto 1.
Teniendo en cuenta que el compresor es adiabático irreversible, primero se calcula la temperatura
del punto 1s que corresponde a la posición de un punto asumiendo evolución isentrópica, o sea
adiabática reversible, con la ecuación de un proceso adiabático ideal (PVγ = cte) o con la ecuación
de la variación de entropía entre 0 y 1s asumiendo que esta es nula. De la ecuación (5-32):
T1s P1s T1s 2 15 T1s 2 15
∆s = Cp × ln − R × ln = 0 ⇒ 1 × ln − × ln = 0 ⇒ 1× ln = × ln ⇒
T0 P0 298 7 1 298 7 1
2
ln 15
⇒ T1s = 298e 7
= 646 º K
Puesto que conocemos el rendimiento isentrópico del compresor podemos calcular la temperatura
real del punto 1. De la ecuación (11-14) tenemos:
(H 1 − H 0 )S h1s − h0 Cp (T1s − T0 ) T1s − T0
ηC = = = = 0.9 ⇒ T1 = + T0 =
H1 − H0 h1 − h0 Cp (T1 − T0 ) 0.9
646 − 298
= + 298 = 684 .7 º K
0.9
3. Cálculo de la relación de masa aire/combustible.
Como la cámara de combustión es adiabática, la temperatura de salida de los gases será la tempe-
ratura adiabática de llama. Podemos suponer sin cometer gran error que esta es igual a la tempera-
tura de salida de los gases.
Aplicando la ecuación (9-42) deducida en el capítulo 9 tenemos:
( )
− m& comb × PCI + m& p Cp p T − T0 − m& aire Cp aire (Te − T0 ) = 0
*
Reemplazando valores:
Kg
− m& comb × 50140 + 8 × 1.05(1000 − 25 ) − (8 − m& comb )1(684.7 − 298 ) = 0 ⇒ m& comb = 0.1024
seg
Kg
En consecuencia: m& aire = 8 − m& comb = 8 − 0.1024 = 7.8976
seg
7.8976 Kg aire
Entonces la relación másica aire/combustible es: RAC = = 77.125
0.1024 Kg comb
4. Cálculo del caudal de agua.
En el generador de vapor el agua se calienta a expensas del calor que entregan los humos de sali-
da de la turbina de gas. El balance de energía es:
m& gas (h4 − h5 ) = m& agua (h6 − h9 ) = m& agua (h6 − h8 ) (por despreciar el trabajo de la bomba)
De las tablas de vapor obtenemos h8 = 167.45 KJ/Kg. Igualmente, para el punto 6: P6 = 1200 KPa y
t6 = 300 ºC de donde resulta h6 = 3046.9 KJ/Kg. Sustituyendo en la expresión anterior tenemos:
Kg
8 × 1.05(380 − 120 ) = m& agua (3046.9 − 167.45 ) ⇒ m& agua = 0.76
seg
5. Cálculo de la potencia neta obtenida en la instalación.
La potencia neta es la suma del trabajo neto producido (por unidad de tiempo) por la turbina de gas
y por la turbina de vapor, al que hay que restar el consumido por el compresor. Las propiedades del
estado 7 se obtienen de las tablas de vapor: h7 = 2333.71 KJ/Kg.
W& n = W&6 -7 + W& 3- 4 − W&0 -1 = m& agua (h6 − h7 ) + m& gas (h3 − h4 ) − m& aire (h1 − h0 ) =
= 0.76(3046 .9 − 2333 .71) + 8 × 1.05(1000 − 380 ) − 7.8976 × 1(684.7 − 298 ) =
= 2696 .26 KJ/seg
6. Cálculo del rendimiento térmico de la instalación.
El rendimiento es el cociente de la potencia producida sobre el calor generado.
W& n 2696.26
η= = = 0.525 (52.5 %)
m& comb × PCI 0.1024 × 50140
El rendimiento exergético se obtiene dividiendo el trabajo producido en la turbina por la exergía dis-
ponible en la misma.
W& 0.76(3046 .9 − 2333 .71)
η ex = 6 -7 = = 0.532 (53.2 %)
∆B4 1018.3
7. Cálculo de la temperatura de rocío de los humos a la salida del generador de vapor.
La temperatura de rocío no es otra que la temperatura de saturación para la presión parcial del va-
por de agua de la mezcla. Por lo tanto, primero hay que calcular cual es la presión parcial del agua
en la mezcla de los gases de salida. Para ello se plantea la reacción teórica:
0.1024 7.8976
CH 4 + (O 2 + 3.78 N 2 ) → a CO 2 + b H 2 O+ d N 2 + e O 2
16 29 × 4.76
Ajustando los coeficientes estequiométricos para cada una de las sustancias se obtiene:
-3
a = 6.4×10 ; b = 0.0128; d = 0.21512; e = 0.0444.
De la ley de Dalton se sabe que la presión parcial de un gas en una mezcla de gases ideales es
igual al producto de la fracción molar (número de moles de esa sustancia sobre número de moles
totales) por la presión total de la mezcla:
n 0.0128
PH2O = H2O P = 100 = 4.6 KPa
N 0.0064 + 0.0128 + 0.044
Una alternativa usada en muchos casos de plantas industriales es el uso del vapor generado no para pro-
ducir energía eléctrica sino para calefacción. Ya tratamos esta cuestión en el apartado 9.5 del capítulo 9.
En los casos en los que las temperaturas de calefacción son demasiado altas para usar vapor como medio
calefactor, se pueden usar los gases de escape de la turbina. Otros usos para los gases de escape de la
turbina son para secado y para ciclos de refrigeración. Esta última alternativa se denomina trigeneración y
se estudia en el apartado 11.9.3.
Como es posible observar, la curva de variación de temperatura del fluido orgánico se aproxima mas a la
curva del gas. Esto significa en definitiva un intercambio de calor con menores gradientes de temperatura,
lo que disminuye la irreversibilidad del intercambio de calor, que como ya sabemos es la causa principal del
bajo rendimiento que se obtiene en el ciclo Rankine con vapor de agua.
La principal aplicación de los fluidos orgánicos es en aquellos casos en los que la cantidad de energía dis-
ponible como desecho es pequeña, como en la salida de los gases de una turbina de gas, salida de gases
de hornos y casos similares. El siguiente croquis muestra una instalación de ciclo combinado Rankine-
Brayton en la que el ciclo Rankine usa un fluido orgánico como fluido de trabajo.
11.9.3 Trigeneración
Se denomina trigeneración a cualquier sistema destinado a producir energía eléctrica, vapor para calefac-
ción y ahorro de energía aprovechando calor excedente en un ciclo frigorífico. Otra interpretación que se le
suele dar al término se refiere a las configuraciones en las que se produce energía eléctrica, refrigeración y
se aprovecha un cierto excedente de potencia generada. Las posibles aplicaciones de la trigeneración son
mas limitadas que las que ofrece la cogeneración, debido a que sólo se puede usar en industrias o proce-
sos en los que se necesite usar refrigeración. No obstante, hay varios casos en los que esto es posible.
Existen diferentes configuraciones que habitualmente se asocian con la trigeneración. Posiblemente la mas
habitual sea aquella en la que se usa la siguiente combinación de equipos: turbina de gas para producir
electricidad, generación de vapor para calefacción y refrigeración. Sin entrar en un amplio análisis que por
su nivel de especialización excede nuestro propósito, nos concentraremos en las configuraciones mas fre-
cuentes.
Empezaremos por una configuración destinada a producir vapor de calefacción de baja presión (150 psig),
energía eléctrica y refrigeración. Tenemos dos opciones representadas en el croquis A por un sistema sin
post combustión, y en el B por un sistema con post combustión. En ambos casos parte de la energía eléc-
trica producida se usa para operar un ciclo frigorífico por compresión. Parte del vapor de baja presión tam-
bién se usa en el ciclo frigorífico por absorción.
Alternativamente, en muchas aplicaciones se necesita vapor de alta presión (600 psig y 400 ºC) que se
produce en conjunto con energía eléctrica y refrigeración.
Nuevamente tenemos dos opciones, para producir vapor de alta presión, energía eléctrica y refrigeración.
El vapor se usa para mover una turbina del tipo a contrapresión que impulsa el compresor de un ciclo frigo-
rífico de compresión. En la opción A el ciclo frigorífico de absorción es de dos etapas y el vapor de calefac-
ción se entrega a 10 bar manométricos mientras que en la opción B es de una sola etapa y el vapor de ca-
lefacción se entrega a 1 bar manométrico.
Otra alternativa es usar el vapor producido por la caldera para impulsar una turbina que proporciona poten-
cia a un ciclo frigorífico de compresión, en tanto que el vapor de calefacción se enfría y expande en un de-
sobrecalentador. Esta disposición se observa en el esquema siguiente.
El análisis termodinámico de todos los sistemas de trigeneración se basa en el concepto de eficiencia del
sistema. Esta es, como se recordará, el cociente de lo que se obtiene sobre lo gastado. Es posible conocer
el calor producido por la combustión, que representa lo gastado; llamemos Q1 a esa magnitud. En cuanto a
lo producido, consiste en la suma de tres magnitudes.
1. El trabajo entregado al generador eléctrico, que llamaremos E.
2. El calor recuperado en la generación de vapor para calefacción, que llamaremos Q2.
3. El calor extraído en el o los distintos ciclos frigoríficos, si los hubiese, que llamaremos Q3.
Entonces el rendimiento del sistema se define de la siguiente manera.
E + Q2 + Q3
η= (11-21)
Q1
Una variante de uso militar es el motor a turbina de gas con post quemador. Este no es mas que un reca-
lentador de gases, que tiene la misión de expandir mas el gas que acaba de pasar por la turbina. De tal
modo el trabajo producido por la turbina se usa solamente para impulsar el compresor, mientras que el em-
puje adicional proporcionado por el post quemador produce mayores velocidades de las que se podrían al-
canzar con una turbina. El siguiente croquis muestra un motor turborreactor con post quemador.
Como hemos explicado, en los motores de chorro sin compresor se reemplaza el compresor por la acción
compresiva producida por el avance del vehículo. Este produce la deceleración del aire que irrumpe en el
difusor. Es evidente que para poder funcionar necesitan una concentración mínima de oxígeno, lo que signi-
fica que no pueden operar en atmósferas muy enrarecidas.
Los motores de chorro sin compresor se dividen en dos clases, denominados estatorreactores y pulsorreac-
tores. Los mas usados en la actualidad son los primeros. El esquema siguiente muestra un estatorreactor.
El aire se comprime en el difusor 1 hasta alcanzar la presión necesaria para que se produzca la combustión
en la cámara 2. Los gases son impulsados y acelerados en la tobera 3 de donde salen a gran velocidad. El
ciclo sigue siendo el de Brayton, ya que sólo se ha reemplazado el compresor por una compresión estática
en el difusor. Sin embargo, no existen ni el compresor ni la turbina. En lugar de la turbina, la expansión se
hace en la tobera 3.
Si analizamos el rendimiento del ciclo Brayton tal como se expresa en la ecuación (11-12) vemos que de-
pende de la relación de presiones P2/P1:
γ −1
P γ
η = 1 − 1 (11-12)
P2
De modo que cuanto mayor sea P1 tanto mayor será el rendimiento. ¿Qué significa esto en términos de ca-
pacidad de empuje del motor?. Puesto que la presión a la entrada del difusor depende de la velocidad del
vehículo, cuanto mayor sea esta tanto mayor será la presión y esto mejora el rendimiento y el empuje.
Puesto que la ecuación de la evolución adiabática es:
γ −1
T1 P1 γ
=
T2 P2
Se deduce que:
T1
η = 1− (11-22)
T2
Esto nos dice que cuanto mas frío sea el aire atmosférico tanto mayor será el empuje. Esto tiene una gran
importancia práctica, pues el aire mas frío se encuentra a mayor altura. La razón de que el aire mas frío
proporcione un mayor rendimiento es que cuanto mas frío se encuentra menos energía se requiere para
comprimirlo. En consecuencia, tanto el estatorreactor como el turborreactor son mas eficientes a mayores
alturas.
Es posible obtener una expresión para el rendimiento en función de la velocidad de vuelo, de la siguiente
forma. Llamando V2 a la velocidad del aire a la entrada de la cámara de combustión y V1 a la velocidad del
vehículo, de un balance de energía aplicado al aire tenemos la siguiente igualdad.
V2
2
V 2 − V1
2 2
V 2 − V1
2
∆ h + m& = 0 ⇒ = h1 − h2 = Cp (T1 − T2 ) ⇒ T1 − T2 =
2 2 2 Cp
En consecuencia:
T V 2 2 − V12 T
2
V − V1
2
T
2
V − V1
2 2
V −V2
2
T1 1 − 2 = ⇒ 1− 2 = 2 ⇒ 2 = 1− 2 = 1+ 1
T1 2 Cp T1 2 Cp T1 T1 2 Cp T1 2 Cp T1
T 1
Y finalmente: 1 = 2 2
T2 V1 − V 2
1+
2 Cp T1
De esta igualdad, y de las ecuaciones (11-12) y (11-
22) se deduce inmediatamente:
1 1
η = 1− =
2
V1 − V 2
2
2 Cp T1
1+ 1+ 2 2
2 Cp T1 V1 − V 2
Puesto que la velocidad del aire a la entrada de la
cámara de combustión es mucho menor que la ve-
locidad del vehículo, despreciando V2 frente a V1 te-
nemos:
1
η= (11-23)
2 Cp T1
1+ 2
V1
La ecuación (11-23) permite construir la gráfica de
rendimiento que se observa a la izquierda.
Es interesante observar que cuando el vehículo está parado, el aire no entra en la cámara de combustión y
por lo tanto no hay empuje, es decir, el motor no funciona. Para el arranque es necesario contar con un
medio independiente de propulsión, como un cohete auxiliar de despegue.
El pulsorreactor es un sistema de impulsión por descarga intermitente de gases de combustión. Se usó du-
rante la Segunda Guerra Mundial para bombardear Londres con la bomba V1 alemana.
En este diseño la combustión se realiza en una cámara sepa-
rada de la entrada y salida de gases. El objetivo de esta modifi-
cación consiste en estabilizar la combustión, ya que los diseños
previos no conseguían evitar que la combustión se interrumpie-
ra, con lo que el misil caía sin alcanzar su objetivo. Puesto que
la combustión en el pulsorreactor se hace con la cámara aisla-
da del resto del circuito, esta ocurre a volumen constante. A la
izquierda se observa el diagrama P-v del ciclo de un pulsorreac-
tor.
Se puede demostrar que el rendimiento térmico de un ciclo co-
mo este, en el que la combustión ocurre a volumen constante,
es mayor que el de un ciclo en el que la combustión ocurre a
presión constante. Sin embargo, el pulsorreactor ha caído en
desuso debido a la mayor complejidad de su diseño comparado
con el estatorreactor.
En el diagrama de la derecha se muestran las evoluciones que sufre el combustible. En el tanque está al
estado líquido en equilibrio con su vapor, por tratarse generalmente de una sustancia volátil. Es impulsado
al estado líquido por la bomba de combustible, y en el quemador se vaporiza. Se mezcla con el comburen-
te, y se produce la combustión a presión constante. La evolución posterior en la tobera no se representa en
el diagrama. Corresponde a una recta vertical (isentrópica) que disminuye la presión hasta la atmosférica.
El diagrama P-v que corresponde al ciclo ideal se observa a continuación.
El combustible y el comburente son tomados por las respectivas
bombas inyectoras a la presión P1 que tienen en el interior de los
tanques y aumentan su presión hasta el valor P2 por efecto de las
bombas. Como en esa evolución las bombas comprimen líqui-
dos, la evolución 1→2 se puede considerar prácticamente isóco-
ra.
Luego se mezclan e ingresan a la cámara de combustión o que-
mador a la presión P2. En el punto 2 se produce la combustión
que resulta en la liberación de una cantidad de calor q1 y en el
punto 3 los gases pasan a la tobera, donde sufren una expansión
adiabática reversible (es decir isentrópica) hasta alcanzar la pre-
sión exterior. La evolución 4→1 corresponde a la mezcla irrever-
sible de los gases con la atmósfera. En esta evolución el sistema
disipa calor q2.
Los cohetes de combustible sólido tienen muchas ventajas sobre los de combustible líquido. Al no tener
compartimentos separados, el combustible y el comburente no se tienen que bombear lo que simplifica el
sistema. Por otro lado, la principal desventaja de los cohetes de combustible sólido consiste en lo difícil que
resulta controlar la combustión y lograr que sea gradual y no explosiva. Esto quedó dramáticamente ilustra-
do en los diversos accidentes que se han producido en lanzamientos de muchos cohetes que explotaron en
vuelo como consecuencia de fallas de los sistemas de control de la combustión.
Supongamos que el motor funciona en la atmósfera. La presión P1 será entonces la atmosférica. Al iniciarse
la combustión la presión aumenta bruscamente desde el valor P1 hasta P2 que es el valor máximo que so-
porta el recipiente del motor. Esta puede ser del orden de varias decenas hasta varios centenares de at-
mósferas. Como el empuje es proporcional al área encerrada por el ciclo, cuanto mas alta sea la presión
máxima tanto mayor será el rendimiento del motor. Esta elevación de presión es casi instantánea, de modo
que se puede considerar que ocurre a volumen constante. Los gases pasan luego a la tobera en una evolu-
ción que es prácticamente isobárica desde 2 a 3. En la tobera sufren una expansión que podemos conside-
rar adiabática e idealmente reversible (es decir isentrópica) desde 3 a 4. En la etapa 4→1 el gas pasa a la
atmósfera con la cual se mezcla y como consecuencia se enfría.
Independientemente de la naturaleza del combustible, el rendimiento de un motor cohete se puede calcular
en función de las cantidades de calor q1 y q2. Es evidente que la energía que proporciona el empuje debe
ser igual a la diferencia de ambas cantidades de calor, por lo tanto:
q1 − q 2 q
η= = 1− 2 (11-24)
q1 q1
La cantidad de calor q1 se puede calcular fácilmente: q1 = h3 − h2
Por otra parte, es claro que: q 2 = h4 − h1
En consecuencia, resulta:
q2 h − h1 h3 − h2 − (h4 − h1 ) h3 − h4 − (h2 − h1 )
η = 1− = 1− 4 = =
q1 h3 − h2 h3 − h2 h3 − h2
La diferencia de entalpías (h2 – h1) se puede despreciar frente a la diferencia (h3 – h4) que es mucho mayor,
de modo que en definitiva tenemos:
h3 − h4
η≈
h3 − h2
Pero por otra parte la diferencia de entalpías (h3 – h4) se transforma en energía cinética por unidad de masa
de gases expulsados V 2/2 de manera que se obtiene:
V2
η≈ (11-24’)
2(h3 − h2 )
En la práctica, debido a las altas velocidades de escape de los gases, la evolución en la tobera no es isen-
trópica. Por razones aerodinámicas, resulta imposible evitar el despegue de la capa límite lo que produce
disipación turbulenta de energía cinética, con la pérdida consiguiente de empuje útil.
Debido a su escasa masa inerte un motor cohete tiene una capacidad de impulsión muy elevada. Fueron
usados por ejemplo para proporcionar empuje extra en el despegue de aviones en pistas muy cortas, como
las de los primeros portaaviones, que eran barcos mucho mas pequeños que los actuales.
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BIBLIOGRAFIA
• “Thermodynamics” – Lee y Sears.
• “Termodinámica” – V. M. Faires.
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CAPITULO 12
AIRE HUMEDO
12.1 Humedad
El aire es una mezcla de nitrógeno, oxígeno y vapor de agua. El aire seco es la parte de la mezcla com-
puesta solamente por nitrógeno y oxígeno, y el vapor de agua es lo que se denomina humedad. Existen dos
estados extremos del aire atmosférico: el aire seco en el que no hay absolutamente nada de vapor de agua,
y el aire saturado de humedad en el que la mezcla contiene todo el vapor de agua que puede absorber el
aire seco a esa temperatura. El aire saturado seco puede absorber mas vapor de agua si se lo calienta, y
condensa agua líquida en forma de gotitas si se lo enfría. Esto es lo que causa las nieblas, que son sus-
pensiones de gotitas que absorben partículas de polvo o humo (smog) impidiendo su sedimentación. Cuan-
do la condensación ocurre sobre una superficie sólida en cambio origina el rocío. Por eso se suele denomi-
nar punto de rocío a la temperatura a la que se condensa un vapor.
Hay dos formas de expresar la humedad: como humedad absoluta y como humedad relativa.
nv Pv
Hm = = Pv + Pa = P ⇒ Pa = P – Pv
na Pa
18 18 Pv Pv
∴H = Hm = ⇒ H = 0.62 (12-4)
29 29 P − Pv P − Pv
Si admitimos en lo sucesivo que el subíndice s indica la condición de saturación la humedad relativa se
puede escribir:
H m n P
φ= = v = v = v (12-5)
H s mv s nv s Pv s
De donde se deduce:
Pv = φ × Pvs (12-5')
De aquí podemos encontrar de inmediato la presión parcial de vapor si se conoce la humedad relativa, ya
que Pvs se puede obtener fácilmente de una tabla de propiedades del vapor saturado para la temperatura en
cuestión. También la podemos obtener a partir de una de las varias ecuaciones propuestas en el apartado
8.8 del capítulo 8. La siguiente ecuación tipo Antoine propuesta por Wexler (J. Res. Nat. Bur. Stand. 80A
(1976), 775-785) permite calcular la presión del vapor saturado en mbar en función de la temperatura en ºC.
4064 .95
ln Pvs = 19.016 − (12-5”)
t + 236 .25
Esta ecuación es válida en el rango de temperaturas 0.01 °C < t < 70 °C y la siguiente es válida en el rango
–50 °C < t < 0.01 °C:
Pvs 273 .16
ln = 22.509 1 − (12-5’’’)
611 .657 t
Pvs está en Pa y t en °C.
h = λ H + C (T − T0 ) (12-9)
Supongamos tener una cámara
aislada adiabáticamente en la
que se inyecta agua que está a
la temperatura Ts por medio de
un rociador que la pulveriza en
finísimas gotitas para facilitar su
evaporación. Ts es la temperatu-
ra de saturación del aire, a la
que la presión parcial del vapor
del aire húmedo es igual a la
presión de vapor del agua líqui-
da, es decir no habrá variación
de temperatura del agua porque
está en equilibrio con el aire a la
humedad de saturación Hs. Di-
cho en otras palabras, el calor
que se requiere para evaporar
el agua que incrementa la
humedad del aire desde el valor
H de entrada hasta el valor Hs
de salida lo suministra el propio aire al enfriarse desde la temperatura T de entrada hasta la temperatura Ts
de salida. Queda claro entonces que T > Ts. Despreciando el trabajo de la bomba y de los ventiladores, la
cámara no recibe ni entrega calor por ser adiabática, por lo tanto la entalpía del aire que entra es igual a la
del aire que sale. Tomando una temperatura de referencia T0 = Ts, tenemos aplicando la ecuación (12-9) y
por ser un proceso adiabático:
Entalpía del Entalpía del
aire = aire
que sale que entra
λs Hs + C(Ts – Ts) = λs H + C(T – Ts)
∴ λs (H s − H ) = C (Ts − T ) ⇒ H − H s = − (T − Ts )
C
(12-10)
λs
En un gráfico T– –H la ecuación (12-10) es la ecuación de una recta con pendiente negativa, como vemos en
la siguiente figura.
En general, para la mayoría de las aplicaciones prácticas se puede tomar para el cálculo de entalpías:
ha = 0.24 t hv = H(0.46t + 595)
haire húmedo = ha + hv = 0.24 t + H (0.46t + 595 ) (12-11)
Esta es la ecuación de una recta de pendiente negativa en el gráfico T–
–H.
Donde: hc es el coeficiente de intercambio de calor superficial que gobierna la película que rodea al bulbo, t
es la temperatura del aire (temperatura de bulbo seco) y tw es la temperatura de bulbo húmedo que marca
el termómetro húmedo.
También se puede analizar el fenómeno desde el punto de vista de la difusión de vapor de agua desde el
bulbo húmedo al seno del aire que lo rodea. Entonces la cantidad de agua que se evapora por hora y por
unidad de superficie viene dada por:
Kg Kmoles Kg (
W& = kg × PM v × Pw − Pv ) (12-14)
2
hora × m 2
hora × m × atmosfera Kmol
PMv = 18 (es el peso molecular del vapor) y el resto de los símbolos son conocidos. Reemplazando W de la
ecuación (12-14) en la ecuación (12-12) e igualando con la ecuación (12-13) resulta:
hc
λ × k g × PM v × (Pw − Pv ) = hc (t − t w ) ⇒ Pw − Pv = (t − t w ) (12-15)
λ k g PM v
En el caso de las mezclas de aire y vapor de agua el factor multiplicador de la diferencia de temperaturas
hc mm Hg
vale: = 0 .5
λ k g PM v °C
La ecuación de Carrier es generalmente considerada mas exacta que la (12-15). La ecuación de Carrier es
la siguiente.
Pa − Pv
Pw = Pv − (t − t w ) (12-15’)
2755 − 1.28 × t w
Pa es la presión atmosférica, o la presión total a la que se encuentra sometido la masa de aire húmedo. Las
unidades usadas para esta ecuación son británicas. Las temperaturas se expresan en ºF, y las presiones
en psia. Esta es una ecuación en parte racional y en parte empírica, a la que se le han incorporado correc-
ciones para tomar en cuenta el efecto de la radiación y de la conducción producida en el termómetro. En la
realidad las diferencias entre ambas ecuaciones no son significativas para los fines prácticos.
En la práctica, tw y la temperatura de saturación adiabática difieren tan poco que se pueden considerar igua-
les, de modo que todo lo dicho para la saturación adiabática vale aquí, es decir que en un gráfico T– –H las
gráficas de las isotermas de bulbo húmedo constante son rectas a pendiente negativa, y a temperatura
húmeda constante corresponde entalpía constante.
Ejemplo 12.1 Cálculo de la humedad y del punto de rocío del aire húmedo.
Una masa de aire a 760 mm Hg y a una temperatura de bulbo seco de 30 °C tiene una temperatura de bul-
bo húmedo de 17.5 °C. Hallar la humedad absoluta, la humedad relativa y el punto de rocío, es decir la
temperatura a la que enfriando a humedad constante comienza a condensar la humedad.
Solución
De la ecuación (12-15): Pv = Pw – 0.5(t – tw)
Nuestro problema es hallar la presión de vapor Pw que corresponde a la temperatura de bulbo húmedo tw =
17.5 °C. En una tabla de propiedades del vapor de agua saturado tal como la que encontramos al final del
capítulo 3:
2
t [°C] Pv [Kgf/cm ]
··· ···
15 0.017376
20 0.023830
··· ···
0.01737 + 0.02383 2
Por lo tanto, interpolando linealmente tenemos para tw = 17.5 °C: Pw = = 0.0206 Kgf/cm
2
2 0.0206 × 760
1 Kgf/cm = 760 mm Hg ⇒ = 15.13 mm Hg. De la ecuación anterior:
1.033
Pv = 15.13 – 0.5(30 – 17.5) = 8.88 mm Hg.
Pv 8.88
Por lo tanto, de la ecuación (12-4): H = 0.62 = 0.62 = 0.00733[Kg agua]/[Kg aire seco]
P − Pv 769 − 8.88
En la misma tabla de propiedades del vapor saturado encontramos a 30 °C (temperatura de bulbo seco)
P 8.88
una presión de vapor saturado equivalente a 31.8 mm Hg. φ = v = = 0.28 (equivale a 28%)
Pv s 31.8
Por último, en la tabla de presiones de vapor hallamos que la temperatura a la cual la tensión de vapor es
8.9 mm Hg es 10 °C, por lo tanto enfriando la masa de aire hasta 10 °C comenzará a condensar vapor por-
que a esa temperatura la presión de vapor de 8.9 mm Hg corresponde al estado saturado, o sea que 10 °C
es el punto de rocío.
CARTA PSICROMÉTRICA
El gráfico que ilustramos aquí está preparado para una presión atmosférica de 745 mm Hg, pero se puede
usar con confianza para un rango de presiones atmosféricas de 745 ± 20 mm Hg, ya que las diferencias son
insignificantes en cálculos reales. Por ejemplo a 745 mm Hg la temperatura de ebullición del agua es 99.4
°C, lo que constituye una diferencia despreciable con 100 °C a 760 mm Hg para todos los efectos prácticos.
En el diagrama se representa un punto A a partir del cual obtenemos por enfriamiento a humedad constan-
te el punto D que corresponde al punto de rocío. Si humedecemos el aire desde A a entalpía constante
(humidificación a saturación adiabática) se obtiene en la intersección con la curva de saturación el punto E
que nos indica la máxima humedad obtenible por este método. Es obvio que C tiene mayor humedad abso-
luta que E, pero a costa de mayor gasto de energía que viene dado por su mayor entalpía, equivalente a 35
Kcal/Kg de aire seco en exceso en C con respecto a E.
Se supone que una parte del aire del local (aire de re-
torno, corriente roja) se recircula nuevamente al mismo
luego de haber sido enfriado en el evaporador, volvien-
do como aire de impulsión.
El acondicionamiento de aire se usa no solo para el confort humano sino también industrialmente para ma-
teriales que se deben almacenar en condiciones controladas de humedad y temperatura: semillas, cueros,
textiles, papel, tabaco, drogas, componentes electrónicos, etc. A veces se usa como paso previo al secado
intensivo, y en casos tales como el secado de materiales inflamables o explosivos o que se descomponen a
bajas temperaturas, el aire seco y a temperatura controlada es el medio ideal para obtener un secado de al-
ta seguridad. El acondicionamiento de aire es un proceso que tiene por fin obtener aire de una “condición”
determinada, o sea con una humedad y temperatura seca prefijada, a partir de aire atmosférico. Esto puede
requerir humidificación o des humidificación, según sea necesario, que puede ocurrir con calentamiento o
enfriamiento.
12.7.1 Humidificación
La humidificación se realiza por medio del contacto del aire con agua líquida a fin de llevarlo a la humedad
absoluta requerida. Hay mas de una forma de obtenerla, cada una de ellas adecuada a ciertas situaciones,
y con ventajas y desventajas.
El criterio a seguir con respecto al porcentaje de aire que recirculará depende de un análisis pormenorizado
de cada caso. Por ejemplo en un secado de pinturas o plásticos se suele evaporar un solvente inflamable.
En este caso el porcentaje de recirculación permitido debe ser tal que diluya los vapores de solvente a la
salida de modo que no haya riesgo de explosión. En otros casos, el porcentaje de aire recirculado puede
ser considerable. En un cine, donde está prohibido fumar y la actividad física de la concurrencia es reduci-
da, el porcentaje de recirculación puede ser mucho mayor que en una sala de fiestas o de baile.
m& 1 × T1 + m& 2 × T2
Tm = (12-17)
m& m
m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2
Hm = (12-18)
m& m
m& 1 × h1 + m& 2 × h2
hm = (12-19)
m& m
De las ecuaciones (12-16) y (12-18) tenemos:
m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2 m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2
Hm = = ⇒
m& m m& 1 + m& 2
⇒ m& 1 × H m + m& 2 × H m = m& 1 × H 1 + m& 2 × H 2 ⇒
⇒ m& 1 (H m − H 1 ) = m& 2 (H 2 − H m ) ⇒
m& 1 H 2 − H m
⇒ =
m& 2 H m − H 1
Por otra parte, de las ecuaciones (12-16) y (12-19) tenemos:
m& 1 × h1 + m& 2 × h2 m& 1 × h1 + m& 2 × h2
hm = = ⇒
m& m m& 1 + m&
⇒ m& 1 × hm + m& 2 × hm = m& 1 × h1 + m& 2 × h2 ⇒
⇒ m& 1 (hm − h1 ) = m& 2 (h2 − hm ) ⇒
m& h − hm
⇒ 1 = 2
m& 2 hm − h1
En el esquema se observa que (h2 – hm) es la
distancia 2 m , (hm – h1) es la distancia m 1 , y
que el cociente:
2m H2 −Hm
=
m1 Hm −H1
Esto es por el teorema de Thales de las rectas
paralelas. Estas relaciones facilitan el cálculo
gráfico mediante el diagrama psicrométrico.
Igualmente:
2m T2 − Tm
=
m1 Tm − T1
frente a una salida de aire. Puesto que el aire ingresante debe reponer la pérdida de calor del local, y se en-
fría desde una entalpía de entrada h = 12.2 Kcal/Kg hasta h = 8.05 Kcal/Kg de ambiente, el peso de aire se-
co que se debe introducir (que consideramos igual al peso de aire húmedo, ya que la diferencia es insignifi-
cante) debe ser:
Kcal
22700
hora Kg
= 5470 de aire a 38 °C y con H = 4.7
Kcal
( 12.2 − 8.05 ) hora
Kg aire seco
Podemos estimar el volumen de aire que debe ingresar al local: en la carta psicrométrica, el volumen espe-
3 3
cífico está entre la recta de 0.875 m /Kg y la de 0.9 m /Kg. Midiendo con regla en forma perpendicular a las
rectas de volumen específico vemos que están separadas 36.5 mm mientras que desde la recta de 0.875
3
m /Kg al punto considerado hay una distancia de 11.5 mm. Por lo tanto:
v − 0.875 11.5 11.5
= ⇒ v = 0.875 + (0.9 − 0.875 ) = 0.883 m3/Kg.
0.9 − 0.875 36.5 36.5
También podemos calcular el volumen específico por medio de la EGI:
R' T H 1
v= + = 0.886 m3/Kg.
P 18 29
Por ello el caudal que debe ingresar al local es:
3 3
m Kg m
0.883 × 5470 . = 4830
Kg hora hora
Vamos a estimar ahora la cantidad de aire que se debe tomar del exterior. No hay que confundirla con el
valor anterior. Los 4830 m3/hora de aire ingresante se componen de una parte de aire externo y de otra de
3
aire recirculado. La experiencia aconseja renovar el aire a razón de 0.14 a 0.2 m /min para ocupantes no
3
fumadores y de 0.7 a 1.15 m /min para ocupantes fumadores. Considerando que se trata de una sala de
baile y que el consumo de tabaco se da con mayor intensidad en actividades sociales pasivas, tomamos un
3
valor medio: 0.4 m /min por persona. Estimando que el local al tope da para unas 80 personas, tenemos:
3 3
× (80 personas ) × 60
m min m
0.4 = 1920
min× persona hora hora
Nuestro problema reside ahora en localizar
la condición inicial i.
6.3 × 10 - 4 1 m
3
v i = 0.082(273 − 18 ) + = 0.722
18 29 Kg
En consecuencia la cantidad de aire exterior que se debe ingresar es:
3
m
1920
hora Kg
3
= 2550 de aire externo
m hora
0.722
Kg
Entonces, si sabemos que al local ingresan 5470 Kg/hr de aire, de los cuales 2550 Kg/hr son de aire exter-
no, la cantidad que recirculará la obtenemos restando ambas cantidades: 5470 – 2550 = 2920 Kg/hr de aire
a recircular. Ahora el aire externo se debe precalentar desde i hasta a. Se conoce la posición de f pero no la
de a ni la de b. Conocemos la humedad de a que es la de i.
m& × H 1 + m& 2 × H 2 2550 × 0.63 + 2920 × 4.75 g agua
Hb = 1 = = 2.33
m& 1 + m& 2 2550 + 2920 Kg aire seco
Además la mezcla se debe saturar adiabáticamente desde b hasta el punto de rocío correspondiente a f, o
sea el punto s. Gráficamente hallamos el punto s que está ubicado a una temperatura de 3.2 °C y cuya en-
talpía es también la de b: hs = hb = 3.8 (Kcal/Kg.a.s). Con este dato hallamos la entalpía del punto a.
m& 1 ×h a + m& 2 × h f hb (m& 1 + m& 2 ) − m& 2 × h f 3.8 × 5470 − 2920 × 8.05
hb = ⇒ ha = = = –1.07 Kcal/Kg.
m& 1 + m 2 m& 1 2550
Ahora es fácil determinar el punto a puesto que conocemos su humedad absoluta y su entalpía. Hallamos
gráficamente la posición de a que corresponde a –8 ºC con una entalpía ha = –1.07 Kcal/Kg y una humedad
absoluta Ha = 0.63 (g agua)/(Kg aire seco). Con esta información es posible calcular el calor necesario en
precalentador, y luego el calor de postcalentador, requerimiento de agua del saturador, etc.
12.7.2 Deshumidificación
Es una operación necesaria en el acondicionamiento en climas cálidos y húmedos. Se puede lograr de dos
maneras: por enfriamiento mediante un intercambiador de calor (deshumidificación con superficie de en-
friamiento) o por contacto directo del aire con agua previamente enfriada. Así como la humidificación casi
siempre viene acompañada de calentamiento, la deshumidificación se asocia con enfriamiento. En verano
la mayoría de las personas está mas cómoda con temperaturas del orden de 25 °C y humedades del orden
del 50% aunque según el diagrama de confort que se acompaña también pueden estar confortables a tem-
peraturas del orden de 24 °C y humedades relativas del orden de 70%. La elección se hace en función de la
estructura de costos operativos. La siguiente es una gráfica de confort.
Se deben hacer algunas observaciones con respecto a esta gráfica. En primer término la curva para invier-
no sólo es válida en recintos calentados por convección y no se debe usar para recintos calentados con es-
tufas radiantes. En segundo término, se ha obtenido con sujetos experimentales caucásicos en los Estados
Unidos, y su aplicación a personas cuya contextura física sea muy diferente puede dar resultados dudosos.
Por último, la curva para el verano solo se aplica a personas que han alcanzado a estar en el recinto un pe-
ríodo de tiempo suficiente como para habituarse al ambiente acondicionado.
Allí se comienza a eliminar la humedad que condensa en el intercambiador y lleva la condición del aire has-
ta s'. Desde s' se calienta hasta la condición f de ser preciso.
Otras veces, cuando se desea mantener una temperatura acondicionada a valores inferiores a la tempera-
tura ambiente, se envía el aire al interior con la condición s' a fin de mantener baja la temperatura. Este es
el tipo de evolución que produce un acondicionador de aire doméstico.
El aire del local entra por el ramal superior derecho y se mezcla con el aire fresco externo. La corriente de
aire pasa entonces por la serpentina de calentamiento A, donde se calienta por intercambio de calor con
agua, luego de haber recibido un rociado de agua para humedecerlo. Esta operación es necesaria porque
por lo general el aire muy frío se encuentra considerablemente seco, de modo que si no se humedeciera
resultaría inconfortable. El agua pasa entonces al condensador B, donde recibe calor del gas caliente que
sale del compresor (no indicado en el esquema) y lo enfría. El circuito del refrigerante es: compresor, con-
densador, válvula de expansión y evaporador, de donde retorna al compresor. El evaporador es abastecido
con agua de pozo.
El siguiente croquis muestra el circuito de una bomba de calor funcionando como refrigerador.
En el ciclo de enfriamiento, el agua de enfriamiento del evaporador se enfría porque entrega calor al fluido
frigorífico que se evapora y entra fría al intercambiador de calor, donde enfría al aire. Luego pasa al con-
densador donde vuelve a calentarse antes de cerrar el circuito.
Este sistema, basado en agua, tiene el inconveniente de que depende del agua de pozo como fuente de
agua a temperatura constante. En los climas comparativamente benignos en los que los inviernos no son
muy crudos se puede usar un sistema basado en aire, que no tiene este inconveniente, eliminando el costo
adicional del pozo de agua. En un sistema basado en aire se usa el aire atmosférico como fuente de calor y
para enfriar el condensador. El ciclo frigorífico es mas sencillo y el costo operativo es menor, ya que se evi-
ta el costo de bombeo del agua de pozo. El siguiente croquis muestra un sistema basado en aire.
El equipo funciona de modo similar al mostrado en el apartado 12.7. En climas muy fríos se pueden tener
serios problemas de funcionamiento originados por la formación de escarcha en los tubos del evaporador,
sin contar con el hecho de que la capacidad requerida para calentamiento resulta mucho mayor que para
enfriamiento.
La operación eficaz de la torre depende de que haya un íntimo contacto entre el agua y el aire. El relleno
desempeña aquí un papel importante al distribuir el agua en forma pareja y uniforme, hacer que se despla-
ce siguiendo un camino sinuoso, y conseguir que se forme una película de gran superficie o disminuir el
tamaño de las gotas. Las torres antiguas suelen tener un relleno formado por listones planos de madera o
fibrocemento. Posteriormente se introdujo el listón con forma de V invertida para finalmente aparecer el re-
lleno conformado, que es el que se usa actualmente. El croquis de la izquierda muestra la distribución de
agua que produce el relleno de listones. A la derecha se observa el relleno en V.
A medida que van envejeciendo, se sacan de servicio los rellenos de diseño viejo y se instalan rellenos ce-
lulares conformados. Hay varios diseños, en la siguiente figura mostramos uno.
Los rellenos de tipo celular funcionan mejor que los de listones porque distribuyen el agua en forma de pelí-
cula con una superficie mucho mayor que la de las gotas formadas con los rellenos de listones. Como el in-
tercambio de calor y de masa que tiene lugar durante la evaporación es un fenómeno controlado por la su-
perficie, al aumentar la superficie de contacto con el uso de rellenos celulares se consigue un enfriamiento
mas rápido y eficiente. Como prueba de ello, si tenemos dos torres de igual capacidad, es decir que mane-
jan caudales iguales con el mismo enfriamiento, la pérdida de carga que presenta la torre con relleno de lis-
tones es mas de un 50% mayor que en la torre con relleno celular.
El material usado para el relleno celular depende de la temperatura operativa de la torre. En las torres en
las que la temperatura operativa no excede los 55 ºC se usa el PVC, pero por encima de esta temperatura y
hasta los 71 ºC se recomienda el CPVC o PVC clorado; por encima de 71 ºC se debe usar el polipropileno.
Como la mayoría de los solventes orgánicos son sumamente destructivos para los rellenos plásticos, se de-
ben extremar las precauciones para evitar el ingreso de corrientes de agua contaminadas con solventes a
las torres equipadas con rellenos plásticos. Aunque hay una variedad de polipropileno resistente a la mayo-
ría de los solventes, el costo se eleva tanto que resulta prohibitivo.
Se debe tener en cuenta que hay muchas formas de relleno celular. No todos los tipos son tan eficientes
como dicen sus fabricantes, ya que la experiencia demuestra que algunos tienen peor comportamiento que
los rellenos de listones en V con aberturas romboidales. Al parecer los listones en V con aberturas romboi-
dales forman película y gotitas, lo que produciría una combinación que funciona mejor. No se debe suponer
que un relleno nuevo tiene que ser por fuerza mejor nada más que por ser nuevo. Si el fabricante no es ca-
paz de sustentar sus afirmaciones con referencias reales y comprobables en la práctica industrial, tenga en
cuenta que el comportamiento en laboratorio o planta piloto no siempre es el mismo que a escala completa.
A continuación veremos los tipos principales de torre de enfriamiento.
pesor de relleno atravesado sea mayor puede producir mala distribución de flujos. Por lo común las torres
de contracorriente que usan relleno de tipo celular tienen menor altura para el mismo volumen de torre que
las que usan rellenos de listones. Esto permite disminuir algo los costos de bombeo.
Las ventajas que presentan las torres a contracorriente son las siguientes. a) Gracias a su altura pueden
acomodar mejor diferencias de temperatura mayores (rango o intervalo), lo que redunda en menor aproxi-
mación. Esta ventaja proviene de que en definitiva son termodinámicamente mas eficientes. b) Debido a
que las gotitas son mas pequeñas, el intercambio de calor con el aire es mas eficaz
12.8.2.3 Comparación entre las torres de tiro forzado a contracorriente y a flujo cruzado
Las torres de tiro forzado a contracorriente y a flujo cruzado presentan ventajas y desventajas inherentes a
sus respectivas disposiciones de distribución de aire y de agua. En cada aplicación encontramos que una u
otra configuración presenta ventajas que la hacen mas efectiva y menos costosa.
Las torres de tiro forzado a flujo cruzado se deben preferir cuando son importantes las siguientes limitacio-
nes y criterios específicos.
• Para minimizar el costo de bombeo de agua.
• Para minimizar el costo inicial de impulsor y tuberías.
El estanque de enfriamiento de rociado funciona pulverizando el agua mediante chorros dirigidos vertical-
mente hacia arriba, impulsados por varias bombas centrífugas. Los chorros son emitidos por boquillas de
aspersión que producen un chorro abierto en abanico o de forma cónica, para que las gotitas sean peque-
ñas y tengan un tiempo de caída mayor, a fin de proveer una superficie mayor y un tiempo de contacto con
el aire mas prolongado. Cuando la pileta funciona en condiciones óptimas, el agua alcanza una temperatura
ligeramente superior a la de saturación adiabática del aire ambiente. La gran ventaja de esta disposición es
el costo menor de capital inicial, ya que la pileta es una estructura mas económica que la torre. Para funcio-
nar bien necesita estar situada en una posición tal que no haya obstáculos que paren el viento y en un lugar
donde el viento sea constante y de regular intensidad.
baja temperatura se pueden obtener temperaturas unos pocos grados por encima de la del agua. Si el agua
está sucia o tiene alto contenido de sales, no se aconseja enfriar fluidos cuya temperatura exceda los 55 ºC
porque la evaporación de la película de agua que recubre los tubos puede producir sarro y depósitos sali-
nos. Estos igualmente se producirán a la larga, a menos que el agua usada tenga una calidad excepcional.
Los depósitos y suciedad externa en los tubos son perjudiciales porque disminuyen el flujo de calor. Para
resolver este problema se puede usar limpieza mecánica, química o una combinación de las dos.
∫
KaV dT
= (12-21)
L T2
hw − ha
2
Donde: K = coeficiente de transferencia de masa [Lb agua/(hora pie )];
-1
a = área de contacto dividida por el volumen de la torre [pie ];
V = volumen activo por unidad de superficie de relleno de la torre [pie];
2
L = caudal superficial de agua [Lb agua/((hora pie )].
El grupo de la izquierda del igual en la ecuación de Merkel es adimensional, y constituye una característica
propia de cada torre. Nótese además que el término de la derecha se expresa en función de las propieda-
des termodinámicas del agua y del aire y es independiente de las dimensiones y del tipo de torre.
Las otras variables de la ecuación de Merkel son:
T = temperatura del agua [ºF];
T1 = temperatura de entrada a la torre del agua caliente [ºF];
T2 = temperatura de salida de la torre del agua fría [ºF];
T = temperatura del agua en el interior de la torre (es la variable de integración) [ºF];
hw = entalpía del aire húmedo a la temperatura T [Btu/Lb];
ha = entalpía del aire húmedo a la temperatura de bulbo húmedo del aire atmosférico [Btu/Lb].
La ecuación de Merkel se puede deducir de la siguiente manera. Puesto que la operación de una torre de
enfriamiento (sea cual fuere su mecanismo de tiraje) se basa en la evaporación del agua, debemos plantear
en forma simultánea las ecuaciones de balance de materia en la transferencia de masa y de balance de
energía. Planteando la ecuación de balance de materia en la transferencia de masa tenemos:
G dH = k g × H × a × PM v (H i − H )dZ
Donde: kg es el coeficiente de conductividad de transporte de materia, G es el caudal de masa de aire, Z es
la altura de la torre, a es el área específica (área de contacto dividida por el volumen de la torre),
PMv es el peso molecular del vapor = 18, Hi es la humedad del aire en equilibrio con el agua en la
interfase, mientras que H es la humedad del aire a la temperatura ambiente de bulbo húmedo.
La ecuación de balance de energía es:
G × C × dTg = hc × a(Ti − Tg )
Donde: Tg es la temperatura del aire húmedo en contacto con el agua en la interfase, C es el calor específi-
co del aire húmedo definido en la ecuación (12-8), y Ti es la temperatura del agua en la interfase.
Multiplicando la primera ecuación por el calor latente de vaporización λ y sumando el resultado a la segunda
tenemos lo siguiente.
hc
G (C × dTg + λ × dH ) = k g × a × H × PM v (Ti − Tg ) + λ(H i − H ) dZ
k g × H × PM v
Se puede deducir que el calor específico del aire húmedo es igual al grupo que figura en el término de la
derecha multiplicando a la diferencia de temperaturas en la ecuación anterior, es decir:
hc
=C
k g × H × PM v
En consecuencia, la última ecuación se puede escribir:
G(C×dTg + λ×dH ) = kg ×a×H × PMv[C×Ti + λ×Hi −(C×Tg + λ×H )]dZ
En la práctica la temperatura de la interfase Ti es igual a la temperatura del agua T. También podemos re-
emplazar la humedad de la interfase Hi por la humedad del aire en equilibrio con el agua H. Estas suposi-
ciones son casi exactamente ciertas porque la resistencia que ofrece el agua tanto a la transferencia de
masa como a la de calor es despreciable comparada con la que hace el aire. De tal modo, la última ecua-
ción se puede escribir:
G (C × dT g + λ × dH ) = k g × a × H × PM v [C × Ti + λ × H − (C × Tg + λ × H )]dZ
En esta última ecuación la cantidad entre corchetes es casi exactamente igual a la diferencia de entalpías
del aire entre el aire saturado a la temperatura T del agua y el aire a la temperatura de bulbo húmedo del ai-
re atmosférico. Reemplazando en la ecuación estas dos variables nos queda:
G (C × dT g + λ × dH ) = k g × a × H × PM v (hw − ha )dZ
El balance de entalpías nos proporciona la siguiente ecuación.
C × L × T = G × C × dTg + G × λ × dH
Si combinamos estas dos últimas ecuaciones obtenemos:
C × G × dT = k g × a × H × PM v (hw − ha )dZ
Reordenando e integrando:
∫ ∫
T1
dT kg × a L
PM v × H
= × dZ
T2
h w − ha L 0 C
La integral de la derecha tiene las unidades de una longitud, y generalmente se interpreta como el volumen
de relleno activo por unidad de superficie de relleno de la torre, y se simboliza con la letra V, de modo que
lo que nos queda es lo siguiente.
∫
T1
KaV dT
=
L T2
h w − ha
Esta relación es la (12-21) y se conoce como ecuación de Merkel. Una forma algo distinta de esta ecuación
se puede encontrar en el libro de D. Q. Kern, “Procesos de Transferencia de Calor”, capítulo 17, especial-
mente en el ejemplo 17.2.
Esta ecuación integral se puede resolver por varios métodos. Uno muy usado en Cálculo Numérico es el de
Chebyshev. La siguiente expresión permite calcular la ecuación de Merkel con la fórmula de Chebyshev de
cuatro puntos. Véase el “Manual del Ingeniero Químico” de Perry sección 12.
∫
T1
KaV dT T − T2 1 1 1 1
= ≅ 1 + + +
L T2
h w − ha 4 ∆h1 ∆h2 ∆h3 ∆h4
Donde: ∆h1 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T2 + 0.1(T1 – T2);
∆h2 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T2 + 0.4(T1 – T2);
∆h3 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T1 – 0.4(T1 – T2);
∆h4 = valor de la diferencia (hw – ha) a la temperatura T = T1 – 0.1(T1 – T2).
Planteando un balance de energía y despreciando las pérdidas, se deduce que en el interior de la torre toda
la energía entregada por el agua en forma de calor debe ser absorbida por el aire. En consecuencia:
L h2 − h1
L × Cp agua (T1 − T2 ) = G (h2 − h1 ) ⇒ =
G Cp agua (T1 − T2 )
2
Donde: G = caudal superficial de aire [Lb aire/((hora pie )];
h2 = entalpía del aire húmedo a la temperatura T2 [Btu/Lb];
h1 = entalpía del aire húmedo a la temperatura T1 [Btu/Lb].
Es claro que en esta relación el cociente L/G representa la pendiente de la curva de operación del aire en la
torre en un diagrama entalpía–temperatura. La siguiente figura muestra un diagrama de esta clase.
L h2 − h1 L
= ⇒ h2 =(T1 − T2 ) + h1 = 0.97(105 − 85 ) + 41.58 = 60.98 BTU/Lb
G T1 − T2 G
Esta ecuación se puede usar para calcular la entalpía del aire a cualquier temperatura conociendo la rela-
ción de caudales L/G, la temperatura y la entalpía del aire a la entrada. Es una relación lineal.
Ahora es necesario evaluar los términos de la solución por el método de Chebyshev. En la siguiente tabla
se resumen los resultados parciales.
T ºF hw ha h w – ha 1/∆h
85 49.43 41.58
87 51.93 41.52 ∆h1 = 8.41 0.119
93 60.25 49.34 ∆h2 = 10.91 0.092
97 66.55 53.22 ∆h3 = 13.33 0.075
103 77.34 59.04 ∆h4 = 18.30 0.055
105 81.34 60.98 0.341
Entonces obtenemos:
KaV T1 − T2 1 1 1 1 105 − 85
≅ + + + = 0.341 = 1.71
L 4 ∆h1 ∆h2 ∆h3 ∆h4 4
Muchos analistas no resuelven la ecuación (12-21) sino que recurren a las curvas que se encuentran en el
libro “Blue Book” del Cooling Tower Institute, de la que damos una muestra en la siguiente figura. Figuras
similares se obtienen directamente de los fabricantes de torres de enfriamiento.
también se verifica una variación concomitante de la temperatura de salida del agua es decir que la aproxi-
mación permanece casi constante. En segundo lugar, un cambio del rango tampoco cambia en magnitud
apreciable el valor del grupo (K a V/L). Por último, una modificación del valor de L/G produce inmediatamen-
te un cambio muy marcado en el valor del grupo (K a V/L). Esto es muy importante, porque nos indica que el
parámetro clave del equipo es el valor del cociente L/G. En la mayoría de los equipos comerciales este va-
lor está alrededor de 1.
La línea recta que se observa en la figura anterior se construye tomando un cociente L/G constante, mante-
niendo constante el caudal de aire G y variando el caudal de agua L. La pendiente de esta recta depende
del tipo de relleno de la torre, pero a menudo se puede suponer igual a –0.6.
Si se observa el punto de diseño para la torre que se trata en la figura, notamos que para los parámetros de
diseño elegidos, la aproximación es de 10 ºF. Por ejemplo, si la temperatura de bulbo húmedo en la zona
en la que está instalada la torre es de 67 ºF en promedio, el usuario podrá esperar que el agua salga de la
torre a una temperatura no inferior de 77 ºF.
Los pasos a seguir para la selección de la torre son los siguientes.
1. Defina las variables clave del agua: caudal y temperaturas de entrada y salida.
2. Seleccione una configuración apta para manejar esta situación en las peores condiciones (verano).
3. Seleccione el tamaño de torre en función de las siguientes variables: rango, caudal de agua, tempe-
ratura de bulbo húmedo, velocidad del aire y altura de la torre.
Para poder cumplir con el tercer paso de la selección de la torre deberá responder a las siguientes pregun-
tas.
a. ¿Cuál es la temperatura de bulbo húmedo mas elevada que se puede presentar en ese lugar?.
b. ¿Cuál es la aproximación que desea obtener?. Ponga valores sensatos. No puede esperar una
aproximación menor de 5 ºF, o sea unos 3 ºC. Tenga también en cuenta los costos: cuanto menor
sea la aproximación tanto mas grande tiene que ser la torre, porque la aproximación tiende a cero
con la superficie tendiendo a infinito.
c. ¿Cuál es el caudal y el rango o intervalo del agua?. Esto determina la cantidad de calor que debe
eliminarse en la torre por evaporación. También determina el caudal de aire, para lo que es conve-
niente fijar un valor del cociente L/G que se pueda alcanzar con una torre comercialmente disponi-
ble a un costo razonable. Los valores típicos del cociente L/G en torres comerciales van desde 0.75
hasta 1.5.
Acto seguido busque en los catálogos de fabricantes de torres de enfriamiento una unidad standard que
cumpla con los requisitos de operación obtenidos. Para ello debe encontrar un tipo de relleno con un valor
del grupo (K a V/L) que coincida con el valor del grupo (K a V/L) previamente calculado. En el catálogo del
fabricante se encuentran los valores de cociente L/G de las torres que corresponden a ese tipo de relleno,
así como sus dimensiones en función del caudal de agua y del rango.
Puede comprobar la exactitud de sus estimaciones solicitando al proveedor una selección basada en los
mismos datos. Esto de paso le sirve para asegurarse de que el proveedor no recomiende una torre
inadecuada.
La siguiente tabla se puede usar como guía para la altura de la torre.
0 0
Aproximación ( F) Rango ( F) Altura (pies)
15-20 25-35 15-20
10-15 25-35 25-30
5-10 25-35 35-40
Un error común a muchos ingenieros que se encuentran con este tema por primera vez es consecuencia
del aspecto “casero” que tiene la selección de una torre de enfriamiento. Como se basa mucho en criterios
empíricos, algunos se sienten tentados a buscar métodos de cálculo mas rigurosos, basados en las corre-
laciones desarrolladas para calcular torres de relleno, como la de Shulmann. Esto es un grave error. Las to-
rres de relleno y las de enfriamiento difieren en mas de un aspecto, pero la cuestión central es que las to-
rres de relleno se basan en maximizar el intercambio de masa por medio de la superficie útil de la torre. En
cambio las torres de enfriamiento se basan en maximizar el intercambio de masa por medio de la velocidad
del aire y de los altos tiempos de contacto; esta es la causa de que sean tan voluminosas. Por eso el com-
portamiento de las torres de relleno es tan sensible a los cambios de tipo de relleno, mientras que una torre
de enfriamiento con relleno de listones en V no difiere tanto en su comportamiento de la misma torre con re-
lleno de listones planos. Por eso también un cambio en la relación L/G causa una variación inmediata e im-
portante en el valor del grupo adimensional (K a V/L) como ya hemos recalcado en el comentario que sigue
al gráfico anterior.
Donde: Q& = calor intercambiado, [Kcal/hr]: m& agua = caudal másico del agua que ingresa a la torre, [Kg/hr];
te, ts = temperaturas de entrada y salida del agua, [°C];
m& ev = caudal de agua evaporada [Kg/hr].
te + ts
λm = calor latente de evaporación a la temperatura media tm = ;
2
m& aire = caudal de aire, [Kg/hr]; hs, he = entalpías de salida y entrada del aire, [Kcal/Kg].
El agua que se evapora se incorpora al aire como humedad, de modo que se puede plantear el siguiente
balance de masa para el agua:
(
m& ev = m& aire H s − H a ) (12-23)
Donde: Hs = humedad de salida del aire (Kg agua)/(Kg a.s).
H a = humedad del aire atmosférico, o de entrada (Kg agua)/(Kg a.s).
La operación de una torre de enfriamiento de tiro mecánico se puede controlar mediante la velocidad del
ventilador. El diámetro del ventilador por supuesto también influye, pero no es una variable que se pueda
modificar con facilidad y eso limita la utilidad que puede tener como medio de control. En algunas instala-
ciones se prefiere usar ventiladores de velocidad constante, variando en cambio la inclinación de las pale-
tas. Esto es mecánicamente un poco mas complicado, y requiere mas mantenimiento. En cambio, tienen la
ventaja de que no pueden funcionar nunca a velocidades críticas. Se denomina velocidad crítica de un sis-
tema rotativo a los valores de velocidad en los que se presentan fenómenos de vibración fuerte. En los sis-
temas que usan variación de velocidad, existe el peligro de que alguna velocidad coincida con la crítica.
Otra forma interesante de dar flexibilidad a una instalación es agregar o quitar células de servicio, cosa que
por supuesto sólo es posible cuando existen varias células en paralelo.
Las torres de enfriamiento de tiro mecánico son relativamente inmunes a los efectos de las variaciones de
intensidad y dirección del viento, siempre que sean normales. Los vientos muy intensos pueden afectar se-
riamente el desempeño de la torre, por lo que se recomienda protegerla de modo tal que no se puedan co-
lar ráfagas en la descarga. Otro factor que se debe tener en cuenta en la operación de estos equipos es
que cuando se disponen varias células en una batería se debe evitar que la descarga de una de ellas pue-
da ser absorbida por otra. Esto es particularmente probable que suceda cuando están situadas a distintas
alturas, porque entonces la célula superior puede estar succionando aire húmedo de la descarga de una cé-
lula inferior. Si no existe ninguna forma de colocarlas al mismo nivel, se recomienda construir una chimenea
en la descarga de las inferiores para que el aire húmedo no pueda ser absorbido por las superiores.
vl′
dPv = dP (12-25)
vv′
¿Cuál es el significado de esta igualdad?. O mejor dicho: ¿de qué manera nos puede ayudar a comprender
mejor el comportamiento de una mezcla de un gas inerte con un vapor cuando se varía la presión del gas
inerte?. En primer lugar, observamos que relaciona dos incrementos de modo que como ambos volúmenes
molares son positivos, el signo del incremento de la presión del vapor está determinado por el signo del in-
cremento de la presión del gas inerte. Es decir que si uno aumenta también lo hace el otro, y si uno dismi-
nuye también disminuye el otro. Puesto que el volumen molar del líquido siempre es menor que el del va-
por, la variación de la presión parcial del vapor es siempre menor que la variación de la presión total de la
mezcla. Por otra parte, la magnitud del cambio en la presión del vapor depende (para una variación deter-
minada de la presión del gas inerte) de las magnitudes relativas de los volúmenes molares. Si el volumen
molar del vapor es muy grande en comparación con el volumen molar del líquido, como sucede a tempera-
turas y presiones bajas y moderadas, el cambio de la presión del vapor será muy pequeño comparado con
el cambio de la presión del gas inerte. En cambio para condiciones muy alejadas de las normales, cuando
la presión del gas inerte es muy elevada, el cociente de los volúmenes molares se aproxima mas a 1 y el
incremento de la presión parcial del vapor es considerable.
Si expresamos el volumen de vapor por medio de la ecuación de gas ideal, el error que se comete no es
muy grande para presiones bajas y moderadas. Entonces tenemos, de la última relación:
R ′T
vv′ dPv = vl′ dP ⇒ dPv = vl′ dP
P
= vl′ (P2 − P1 ) ⇒
Pv2
Integrando: R ′T ln
Pv1
vl′ (P2 − P1 )
Pv2 R′T
=e (12-26)
Pv1
Cabe acotar que estas ecuaciones no sólo son válidas para el aire húmedo, sino también para cualquier lí-
quido en equilibrio con su vapor al cual se le añade un gas inerte, puesto que en la deducción anterior no se
especifica ninguna restricción o condición limitante. Son pues totalmente generales.
duce una disminución de la humedad. En efecto, planteando la humedad antes y después de la compresión
tenemos:
Pvi Pvf
H i = 0.62 H f = 0.62
Pi − Pvi Pf − Pvf
Puesto que la diferencia (Pf – Pvf) es mucho mayor que la diferencia (Pi – Pvi) tenemos como consecuencia
de la compresión una disminución de la humedad absoluta. A causa de esta disminución se condensa la di-
ferencia de humedad entre ambos estados. En compresores de varias etapas, para impedir la entrada de
agua líquida en la siguiente etapa es necesario intercalar un separador que puede ser de tipo ciclón (centrí-
fugo) o de malla de alambre entre el enfriador y la siguiente etapa.
Solución
En primer lugar veamos el diagrama del aire en la figura de la izquierda. El estado inicial corresponde al
punto A (aire atmosférico) y al final de la evolución tenemos el estado H. En el diagrama de la derecha ve-
mos la evolución del vapor de agua, que partiendo del estado A se desplaza hacia la izquierda hasta que
llega al punto F sobre la curva de puntos de rocío. Una parte del vapor de agua se condensa, y la compre-
sión prosigue hasta el estado final G. La masa de humedad que se condensa en la compresión se puede
calcular fácilmente. La presión de vapor del aire atmosférico se determina en forma analítica o mediante ta-
blas de vapor saturado, y es: Pv = 0.3108 psia. Entonces la presión parcial del aire vale: 14.45 – 0.3108 =
14.1392 psia. Esta es la presión parcial inicial (estado A) del vapor presente en aire atmosférico. De la
ecuación (12-4) se calcula la humedad absoluta en el estado A:
Pv 0.3108 0.3108 Lb agua
H = 0.62 = 0.62 = 0.62 = 0.01363
P − Pv 14.45 − 0.3108 14.1392 Lb aire sec o
Después de la compresión, en el estado final el aire se encuentra saturado. La presión de vapor de satura-
ción que le corresponde es Pvs = 0.5069 psia. En estas condiciones, la humedad absoluta es:
Pv 0.5069 0.5069 Lb agua
H = 0.62 = 0.62 = 0.62 = 0.00316
P − Pvs 100 − 0.5069 99.4931 Lb aire sec o
En consecuencia, ha habido una considerable disminución de humedad. La humedad al final de la compre-
sión es sólo el 23% de la humedad original, y el 77% restante se condensa durante el proceso. En una
compresión adiabática el estado del vapor de agua y del aire no necesitan calcularse por separado si se
considera al aire húmedo como una mezcla ideal. La constante particular de la mezcla de aire y vapor de
agua se calcula mediante la ecuación (2-63) del apartado 2.3.1.2 del capítulo 2.
C
∑
1 0.01363 × 85.7 + 1 × 53.34 Lb f × pie
R= m i Ri = = 53.775
m 0.01363 + 1 Lb º R
i=1
De igual forma calculamos el calor específico a presión constante con una forma modificada de la (2-58):
Cp m =
1
m ∑ i =1
m i × Cp i =
0.01363 × 0.46 + 1 × 0.24
0.01363 + 1
= 0.243
BTU
Lb º R
53.775 BTU
Cp m − Cv m = R m ⇒ Cv m = Cp m − R m = 0.243 − = 0.1738
778 Lb º R
Cp m 0.243
A partir de este valor y del Cpm se puede calcular el exponente adiabático γ: γ = = 1.398 =
Cv m 0.1738
Cabe observar que este valor es prácticamente idéntico al que le corresponde al aire seco.
La temperatura final de la compresión adiabática se obtiene de la ecuación (4-9’) apartado 4.1.4 capítulo 4:
γ −1 1.398 −1
0.2847
γ −1 γ −1 Pf γ
100 1.398 100
Ti Pi γ = T f Pf γ ⇒ T f = Ti
P = 540 = 540 = 937 º R
i 1 14.45
Esto equivale a unos 477 ºF. En estas condiciones el vapor claro está se encuentra recalentado.
¿Qué conclusiones podemos extraer de los conceptos que se han explicado en este apartado?. Hemos es-
tablecido algunos hechos relevantes relacionados con la compresión del aire húmedo. En primer lugar, el
aumento de presión produce un aumento de la presión del vapor. En segundo lugar, podemos deducir que
la temperatura del punto de rocío también aumenta, puesto que la misma depende directamente de la pre-
sión de vapor.
En una compresión real multietapa, como las que estudiamos en el apartado 4.2.4 del capítulo 4, se produ-
ce una compresión aproximadamente adiabática, a la salida de la cual tenemos aire húmedo que contiene
su vapor al estado recalentado. Posteriormente viene un enfriador intermedio, que funciona a la presión de
salida de la primera etapa. Este enfría el aire hasta una temperatura del orden de la atmosférica o, en todo
caso, mucho menor a la de salida de la primera etapa. Como consecuencia, se produce la condensación de
la humedad excedente, porque el aire comprimido tiene una capacidad de contener humedad mucho menor
que el aire atmosférico. Esta humedad se debe separar a la salida del enfriamiento para evitar que ingrese
a la segunda etapa del compresor, ya que lo podría perjudicar. En cada etapa posterior se produce un salto
de presión y un enfriamiento, y en cada una de ellas se condensa mas humedad que se debe separar.
Como consecuencia de este proceso, el aire comprimido está mucho mas seco que el aire atmosférico, es
decir, contiene mucho menos humedad absoluta. Esto no quiere decir claro está que su humedad relativa
sea baja, ya que puede estar incluso saturado con un contenido de agua mucho menor que el aire atmosfé-
rico.
Como dijimos antes en el apartado 12.9, si se inyecta una cierta masa de un gas inerte a una masa de aire
húmedo se produce una modificación del contenido de humedad. Desde el punto de vista práctico, da lo
mismo que la evolución de compresión sea a masa total constante o por inyección de aire seco, es decir, a
volumen constante. En el último caso es evidente que la compresión ocurre con una disminución de la
humedad absoluta del aire. En efecto, de la definición dada por la ecuación (12-1) tenemos:
mv
H =
ma
Está claro que si inyectamos aire seco en la mezcla manteniendo constante la masa de vapor la humedad
absoluta disminuye. En cuanto a la humedad relativa, tenemos el efecto de dos factores separados. En pri-
mer lugar tenemos el efecto de la compresión, que como acabamos de ver produce una saturación debido
a la disminución de la capacidad de contener humedad. Por otro lado el ingreso de una masa de aire seco
contrarresta ese efecto. No se pueden extraer conclusiones genéricas por lo que habrá que analiza cada
caso en forma individual, pero en general la influencia del primer factor será menor y como consecuencia la
humedad relativa disminuye.
P0 v0 P1 v1
=
T0 T1
Suponiendo que la variación de presión no es demasiado grande, podemos considerar al volumen específi-
co como constante, si bien cometiendo un pequeño error. En ese caso, lo que resulta se suele llamar ley de
Charles-Gay-Lussac y tiene la siguiente forma.
P0 P1 P
= ⇒ T1 = T0 1
T0 T1 P0
Como se ve claramente de esta relación, la disminución de presión trae como consecuencia una disminu-
ción de temperatura. Admitiendo que esta simplificación sea suficientemente exacta para nuestros fines,
queda por determinar el efecto que tiene esta disminución de presión y temperatura sobre la humedad del
aire. Como la presión disminuye, podemos esperar que el efecto producido sea el inverso del que se verifi-
caba durante la compresión isotérmica (ver apartado 12.9.2) es decir que la humedad debiera aumentar.
Pero como también disminuye la temperatura, y dado que la presión de vapor del agua es mas sensible a
las variaciones de temperatura que a las variaciones de presión, lo que resulta es un aumento de la hume-
dad relativa. Si se continúa la disminución de presión y de temperatura se produce la condensación de par-
te del vapor de agua presente en el aire, es decir, se forma una niebla. Eventualmente, cuando el descenso
de temperatura hace que ésta baje a menos de 0 ºC, las gotitas de agua se congelan. Estas deducciones
están de acuerdo con las observaciones experimentales hechas por astronautas en actividad extra vehicu-
lar.
BIBLIOGRAFIA
• “Termodinámica” – Holman.
CAPITULO 13
FLUJO DE FLUIDOS
13.1 Introducción
En este capítulo nos ocuparemos de un tema de la Termodinámica que también es tratado por la Mecánica
de los Fluidos y la Hidráulica. Se trata de aplicar un enfoque termodinámico a un problema que trasciende
los límites de nuestra materia. No nos extenderemos en la justificación rigurosa de los elementos teóricos
que tomaremos “prestados” de la Mecánica de los Fluidos, limitándonos a una exposición de esos elemen-
tos, cuya justificación detallada se debe buscar en los textos especializados.
Durante toda la discusión que encaramos en este capítulo supondremos que el flujo ocurre en régimen es-
table o permanente, en los términos definidos en el capítulo 3.
Cuando nos alejamos de la superficie, algunas partículas son arrancadas de la lámina externa debido a la
existencia de elevados esfuerzos cortantes, produciéndose perturbaciones en la pauta ordenada, pequeños
vórtices o torbellinos, es decir, minúsculas zonas donde el movimiento es desordenado porque en lugar de
deslizarse suavemente sobre la capa inferior, las partículas “saltan”.
Un poco mas lejos los torbellinos son abundantes. Si llamamos Vmax a la mayor de todas las velocidades
Q
que tiene el fluido y V es la velocidad media, dada por la expresión V = (o sea caudal volumétrico
A
sobre sección transversal del conducto) entonces el cociente V nos da una medida de cómo está
V max
organizado el flujo en toda la gama de velocidades.
En resumen: en la zona laminar (NRe < 2000) el flujo es estratificado, las moléculas se mueven en filetes o
capas de velocidad constante. En régimen turbulento el flujo es desordenado, el perfil de velocidades mas
parejo, excepto en una zona inmediata a la pared denominada zona laminar que es la capa en la que las
velocidades son menores del 1% de la velocidad media. Esta capa es responsable de la mayor parte de la
resistencia a los fenómenos de transporte de cantidad de movimiento, de masa y de calor.
Como vemos, casi sin quererlo hemos comenzado a referirnos a los conductos cerrados como tuberías, que
normalmente es un término reservado para designar los conductos de sección circular. Sin embargo, los
conceptos que desarrollamos en este apartado se pueden aplicar a conductos cerrados de cualquier sec-
ción transversal. Lo que sucede es que la tubería de sección circular es mas barata y se usa mas frecuen-
temente que cualquier otra forma de conducto. La tubería mas usada para una gran diversidad de aplica-
ciones es la de acero común al carbono, que en general se fabrica siguiendo la norma ANSI B36.19 en lo
referente a diámetros y espesores. En los textos de Mecánica de los Fluidos y el el “Manual del Ingeniero
Químico” se reproducen las tablas de diámetros usados para tubería comercial de acero común e inoxida-
ble. Estas tablas hacen referencia a la calidad o “Schedule”. Esto se suele traducir como “lista” o “calibre”.
Es una medida del espesor de pared y por lo tanto de la resistencia estructural que tiene el tubo a la corro-
sión y a la presión. De menor a mayor espesor, el calibre o Schedule es: 10, 20, 30, 40, 60, 80, 100, 120,
140, 160, XS y XXS. Los dos últimos calibres corresponden a las clases extra fuerte y doble extra fuerte
que son las de mayor espesor. La tubería de acero inoxidable se obtiene en los calibres: 5S, 10S, 40S y
80S. La tubería con costura soldada por soldadura eléctrica, por fusión o sin costura es normalmente satis-
factoria para la inmensa mayoría de los servicios. En los casos en que se transportan fluidos no corrosivos
con presiones de hasta 400 psig (27 atmósferas técnicas manométricas) con tuberías de 4" de diámetro o
mas, en el 90% de los casos se puede especificar Schedule 40 sin inconvenientes. Por eso el tubo de cali-
bre 40 es el mas abundante y fácil de obtener en diversos tamaños. Para tubería de 3" de diámetro o me-
nos es mas práctico especificar lista 80. El espesor adicional de pared con respecto al calibre 40 proveerá
una mayor vida útil, y permitirá ahorrar capital en el largo plazo. Esta salvaguarda se suele tomar porque si
se usara lista 40 para diámetros pequeños, el espesor de pared resultaría insuficiente para resistir golpes,
machucones o pinchaduras. En lo sucesivo, nos referiremos a la tubería de acero que responde a esas ca-
racterísticas como tubería standard. El intervalo de números de lista va de 10 a 160, en sentido creciente de
espesor de pared, y por lo tanto de resistencia a la presión. Por convención, todos los calibres de tubo de
un determinado tamaño nominal tienen el mismo diámetro externo, de donde se deduce que para un cierto
diámetro nominal los calibres mas grandes tienen un diámetro interno mas pequeño. Los distintos calibres
no tienen la misma cantidad de diámetros nominales disponibles, por causa de los métodos de fabricación.
Las dos series mas completas, es decir que tienen mayor cantidad de tamaños de tubo, son la 40 y la 80.
Los tubos de número de lista mayores son mas caros debido a su mayor peso por unidad de longitud.
Hay tres magnitudes físicas fundamentales en la base y siete variables. Por lo tanto el número de grupos
adimensionales que se pueden formar es: 7 – 3 = 4. Vamos a ver como formamos los grupos adimensiona-
les. Usamos el signo igual en el sentido puramente dimensional, es decir, que “=” simboliza que las unida-
des de lo que está situado a su izquierda son las mismas que las de lo que está situado a su derecha.
F ML M L
∆P = 2
⇒ F = ∆P × L gc = 2
⇒F= 2
L F τ τ gc
M L L2
ρ = 3 ⇒ M = ρ × L3 V = ⇒ τ2 = 2
L τ V
3
ρL L ρL V 3 2
∆P g c
∴ ∆P × L2 = 2 = ⇒ Π1 = (número de Euler) (13-2)
L gc ρV 2
gc
V2
DV ρ
Π2 = (número de Reynolds) (13-3)
µ
L ε
Π3 = (13-4) Π4 = k = (13-5)
D D
Entonces la función se puede escribir luego de alguna transformación:
D V ρ ∆P g c L ε ∆P g c DV ρ L ε
Φ , 2
, , = 1 ⇒ 2
= Φ1 , , ⇒
µ ρV D D ρV µ D D
∆P V 2
DV ρ L ε ∆P L V 2
DV ρ ε
⇒ =2 Φ1 , , ⇒ = Φ2 ,
ρ 2 gc µ D D ρ D 2 gc µ D
DV ρ ε L V2
Tomando un factor de “fricción” f = Φ 2 , tenemos: ∆P = f ρ (13-6)
µ D D 2gc
f es el llamado “factor de fricción” que se puede obtener de la gráfica de Moody que está en todos los textos
de Mecánica de Fluidos. La siguiente figura es la forma mas usada del gráfico de Moody.
También se puede calcular por medio de funciones obtenidas por métodos de ajuste no lineal. La mejor
fórmula es la de S.W. Churchill (Chemical Engineering, nov. 7, 1977 pág. 91-92) apta tanto para régimen
laminar o turbulento.
1
16
−1.5
12
8
12
37530
16
7
0.9
0.27 × ε
f =
+ + − 2.457 × ln +
(13-7)
N Re D
N Re N Re
Alternativamente, se puede usar la siguiente fórmula sólo para régimen laminar:
64
f = (13-7')
N Re
Para régimen turbulento, se puede usar la fórmula de Colebrook y White:
1 ε 2.51
= −2 × log10 + (13-7")
f 3.7 × D N Re f
También para régimen turbulento da muy buenos resultados la fórmula de Moody que tiene la ventaja sobre
la anterior de no exigir cálculos iterativos:
ε 10 6 3
1
a −b
0.9 + 0.6 donde a y b son lados del rectángulo, a > b.
a +b
Los valores calculados de diámetro equivalente dan mejores resultados en régimen laminar si se los multi-
plica por 1.25, con la excepción de los conductos rectangulares en los que conviene usar la corrección an-
terior. No se requiere corrección para régimen turbulento.
Las gráficas del Hydraulics Institute para el método de las cargas de velocidad son generalmente aceptadas
como suficientemente exactas para la mayor parte de los cálculos de ingeniería.
La gráfica de Crane Co. para cálculo de longitudes equivalentes se continúa usando aún hoy. Se observa
en la página siguiente en forma de nomograma.
Cabe aclarar que tanto en el caso del nomograma de Crane como en el de los datos del Hydraulics Institute
los diámetros están en pulgadas, y son nominales. En teoría, ambos métodos debieran dar resultados com-
parables. Igualando las dos ecuaciones se deduce:
Lt + Le V 2 f Lt
∑
2
V
f = + k
D 2 g c D 2g c
de donde:
f
Lt + Le f Lt
= + ∑ L
k ⇒ f e = ∑ k ⇒ Le =
D ∑k
D D D f
Son excepciones los siguientes casos: reducciones de sección, ensanchamientos de sección y orificios. En
este caso, Hooper (Chemical Engineering November 7 1988, pág. 89-92) recomienda el siguiente método.
K = 1 .2 +
160 4
(β − 1) sen θ 2
N Re1
( ) (Para 45º ≤ θ ≤ 180º)
K = (1 + 0.8 f ) 1 − β ( 2 2
) (Para NRe1 > 4000)
3.b–Ensanchamiento abocinado o en ángulo
(
K = 2 1− β 4 C ) (Para NRe1 ≤ 4000)
K = (1 + 0.8 f ) 1 − β C ( 2 2
) (Para NRe1 > 4000)
C=1 Para θ > 45º
C = 2.6×sen(θ/2) Para θ ≤ 45º
3.c–Ensanchamiento abocinado redondeado
(
K = 2 1− β 4 ) (Para NRe1 ≤ 4000)
K = (1 + 0.8 f ) (1 − β 2 )
2
(Para NRe1 > 4000)
2
=
2
147 m
2 2
∆P Lt V Le V 1000 1.5 147 1.5
= f + f = 0.0167 + 0.0167 =
ρ D 2g c D 2g c 0.3 2 × 9.8 0.3 2 × 9.8
Kg f × m Kg f × m
= 6.39 + 0.94
Kg Kg
Kgf Kgf
Por lo tanto: ∆P de tubería recta = 0.639 2
; ∆P de accesorios = 0.094
cm cm2
c) cálculo por el método de las cargas de velocidad. De las gráficas obtenemos:
1 válvula de asiento abierta, c/u 0.2 0.2
4 codos de 90° de media curvatura, c/u 0.6 2.4
1 T paso directo, c/u 0.46 0.46
TOTAL
∑k = 3.06
∑
2 2 2
∆P L V V 1.5
= f + = 6.39 + 0.35
k = 6.39 + 3.06
ρ 2g c D 2g c 2 × 9.8
Kgf Kgf
Por lo tanto: ∆P de tubería recta = 0.639 2
; ∆P de accesorios = 0.035
cm cm 2
La diferencia entre los resultados de ambos métodos es importante.
K 1
d) cálculo por el método de Hooper. K = 1 + K 2 1 +
N Re D
Puesto que D tiene que estar en pulgadas, tenemos: D = 30/2.54 = 11.81"
De las tablas obtenemos:
Accesorio K1 K2 K Total
válvula de asiento abierta 1500 4.00 4.34 4.34
codos de 90° de media curvatura 800 0.25 0.273 1.09
T paso directo 800 0.80 0.87 0.87
TOTAL
∑k = 6.3
∑
2 2 2
∆P L V V 1.5
= f + k = 6.39 + 6.3
= 6.39 + 0.72
ρ D 2gc 2 × 9.8
2gc
Kgf Kgf
Por lo tanto: ∆P de tubería recta = 0.639 2
; ∆P de accesorios = 0.072
cm cm 2
Este resultado (que consideramos el mas exacto) muestra que los métodos mas antiguos dan resultados
erráticos. Si bien la diferencia en este caso es pequeña porque los accesorios son pocos en una tubería de
1 kilómetro, en casos de tuberías llenas de accesorios la diferencia es significativa.
Las resistencias ofrecidas por accesorios en la zona laminar se deben corregir ya que los valores de longi-
tud equivalente tabulados corresponden en su totalidad a experiencias realizadas primordialmente en la zo-
na turbulenta. Por lo general no se suele proyectar tuberías para que funcionen en régimen laminar, pero en
ciertos casos esto no se puede evitar, como cuando hay que transportar un líquido muy viscoso.
Walker, Lewis, McAdams y Gilliland (“Principles of Chemical Engineering” McGraw-Hill, 1937 pág. 85-86)
recomiendan usar la siguiente corrección:
N Re
Ll = Lt
1000
Donde: Lt es la longitud equivalente para NRe > 1000 (turbulento);
Ll es la longitud equivalente para NRe < 1000 (laminar).
m
3 3
Kg
seg 2 m2
[v dP] = [v][dP] = m Newtons =
m
=
Kg m2 Kg m 2 seg 2
Kg × m
Si usamos un sistema de unidades “usuales” es: g c = 9.8
Kg f × seg 2
m2
V 2 seg 2 Kg f × m
Entonces se deduce: = = que son unidades de trabajo por unidad de masa.
gc Kg × m Kg
Kg f × seg 2
3
Kg f Kg f × m
Además tenemos: [v dP] = m =
Kg m 2 Kg
Retornando al análisis de la ecuación anterior, tomamos el primer término que es:
v dP = d(Pv) – P dv
Asumiendo que el gas se comporta como un gas ideal, tenemos de la EGI:
Pv=RT
RT RT RT
En consecuencia, para una evolución isotérmica: P = ⇒ dP = − 2 dv y v dP = − dv
v v v
Por lo tanto, reemplazando en la anterior obtenemos:
dV 2 dv
− RT =0
2 gc v
dv
Reordenando: dV 2 = 2 g c R T
v
2 2 dv v
Integrando: ∫ dV =2 g c R T ∫
2 2
2
⇒ V 2 −V 1 = 2 g c R T ln 2
1 1 v v1
Esta expresión se puede modificar para expresar la diferencia de los cuadrados de las velocidades en fun-
ción del cociente de presiones en vez del cociente de volúmenes. Recordando que de la EGI es:
P1 v1 P2 v 2 v P
= ⇒ 2 = 1
T T v1 P2
De esta manera:
2 2 P1
V 2 −V 1 = 2 g c R T ln (13-14)
P2
Esta ecuación permite calcular la velocidad en cualquier punto, siempre que se conozca la presión en ese
punto y la presión y la velocidad en otro punto de referencia. Por lo general se conocen las condiciones de
entrada o de salida del fluido y en ciertos casos incluso ambas. Por lo tanto normalmente se puede aplicar
esta ecuación sin dificultad. Volvemos a recalcar que el límite de velocidad que se puede alcanzar en la
práctica es la velocidad del sonido para el gas o vapor en cuestión a la temperatura constante de flujo, cal-
culada por la ecuación (13-12).
Observemos atentamente la ecuación (13-14). Tiene un aspecto familiar. Despierta un eco en la memoria.
Si retrocedemos hasta el capítulo 4, encontramos en el apartado 4.1.3 la ecuación (4-6) que permite calcu-
lar el trabajo desarrollado o consumido por una evolución isotérmica ideal en un sistema cerrado. Reprodu-
cimos la ecuación (4-6) por comodidad y la comparamos con la (13-14), notando el parecido.
P1
W1→ 2 = nR ′T1 ln (4-6)
P2
2 2
V 2 − V1 P
= R T ln 1 (13-14)
2 gc P2
Esta semejanza no es casual, ya que el primer término de la ecuación (13-14) tiene unidades de energía
sobre unidades de masa, y representa la variación de energía cinética (por unidad de masa circulante) que
se produce en el gas a lo largo de un cierto trayecto, como consecuencia de la expansión isotérmica. Es ló-
gico que esta variación de energía sea igual al trabajo mecánico de expansión en condiciones isotérmicas,
puesto que en definitiva el sistema aumenta su contenido de energía cinética a expensas de su contenido
de energía de presión que disminuye, y este aumento se puede interpretar como una expansión que se rea-
liza en la boca de salida del conducto. Esta energía se recupera si el gas se mueve contra una presión
aguas abajo. Por ejemplo, imaginemos que el gas circula en condiciones isotérmicas y sin fricción por un
conducto que desemboca en un recipiente cerrado lleno con el mismo gas. Está claro que el movimiento del
gas en el conducto produce una compresión del gas que contiene el recinto de descarga. Como el gas en el
recipiente está en reposo, toda la energía cinética se gasta en vencer la fuerza elástica del gas contenido
en el recipiente, por eso es igual al trabajo isotérmico de compresión.
Como la evolución es adiabática podemos aplicar las ecuaciones (4-9’) deducidas en el capítulo 4, apartado
4.1.4. Esto no significa que la evolución sea isentrópica. En efecto, aunque es adiabática se produce gene-
ración de entropía en el sistema porque este sufre una evolución irreversible, y por lo tanto ocurre con au-
mento de entropía.
Aplicando la ecuación (3-12) del apartado 3.5.2 del capítulo 3 (Primer Principio de la Termodinámica) obte-
nemos para flujo adiabático, despreciando el efecto de la energía potencial y en ausencia de trabajo mecá-
nico:
2 2
∆V 2 V V
∆h + = 0 ⇒ h2 − h1 + 2 − 1 = 0
2 gc 2 gc 2 gc
Además, de la ecuación de continuidad (3-10) del apartado 3.5.1 del capítulo 3 obtenemos:
m& 1 = m& 2 ⇒ (ρ × V × A)1 = (ρ × V × A)2
Pero como el conducto tiene sección transversal constante, obtenemos simplificando:
V1 V 2 v
= = constante ⇒ V 2 = V 1 1
v1 v 2 v2
Además, asumiendo comportamiento de gas ideal:
h2 − h1 = Cp (T2 − T1 )
Reemplazando estas relaciones en el balance de energía obtenemos:
2
v V 2 V 2
Cp (T2 − T1 ) + 2 1 − 1 = 0
v1 2 g c 2 g c
Por otra parte, asumiendo comportamiento de gas ideal tenemos
P2 v 2 P1 v1
=
T2 T1
Introduciendo esta expresión en la ecuación anterior y despejando P2 se obtiene:
T2 V1
P2 = P1 (13-15)
T1 V 1 + 2 g c Cp (T1 − T2 )
2
Esta ecuación se puede usar para representar la evolución a lo largo de la tubería conocidas las condicio-
nes de presión y temperatura en un punto. Por ejemplo, si conocemos la presión y temperatura en la condi-
ción 1 podemos dar valores a T2 lo que permite calcular P2.
No obstante, el modelo no está completo porque se basa solamente en el Primer Principio de la Termodi-
námica. Para poder obtener una imagen mas realista conviene incluir el Segundo Principio, dado que como
ya hemos dicho la expansión no es isentrópica. La variación de entropía (asumiendo condición de gas ideal
y evolución reversible) se rige por la ecuación (5-28) del apartado 5.11, capítulo 5.
dT dP
ds ′ = C p ′ − R′ (4-28)
T P
Integrando para las condiciones extremas 1 y 2:
T2 P
s 2 − s1 = Cp ln − R ln 2 (13-16)
T1 P1
Las ecuaciones (13-15) y (13-16) se pueden resolver en forma simultanea dando valores a T2 como se ex-
plicó precedentemente. Puesto que la evolución 1→2 es espontánea e irreversible, los valores de la varia-
ción de entropía (s2 – s1) que se obtienen son crecientes a medida que disminuye P2. La curva que se obtie-
ne alcanza un máximo y luego comienza a disminuir, lo que indica una situación irreal porque la entropía no
puede disminuir en una evolución espontánea. Por lo tanto la evolución que realmente tiene lugar en la
práctica viene representada por los valores de presión que van desde P1 hasta la presión correspondiente al
máximo de la curva. Llamaremos Pm a esta presión. Esto significa que independientemente de la presión
que reina aguas debajo de la sección del conducto que corresponde a este máximo, la presión no puede
ser menor que Pm porque esto produciría una disminución de entropía. Como sabemos, por ser la evolución
un proceso espontáneo e irreversible, sólo puede progresar produciendo un aumento de entropía. De esto
se deduce que cualquier presión menor que Pm no puede existir en la realidad, o dicho de otra manera, Pm
es la menor presión que se puede alcanzar por expansión del gas en el interior de la tubería.
Ejemplo 13.4 Cálculo de la presión de descarga de un gas en flujo adiabático sin fricción.
Por un tubo largo de diámetro constante circula aire en condiciones aproximadamente adiabáticas. Las
2
condiciones de presión, temperatura y velocidad en la sección 1 son conocidas: P1 = 7.031 Kgf/cm , T1 =
21.1 ºC, V1 = 91.4 m/seg. El tubo descarga a la presión atmosférica. Determinar la presión real de descarga.
Datos
Kg f m
Cp = 0.241 Kcal/(Kg ºC) R = 29.27
ºK Kg
Solución
La velocidad V1 en las condiciones de entrada es un dato, por lo que de la ecuación (13-15):
T V1
P2 = P1 2
T1 V 2 + 2 g Cp (T − T )
1 c 1 2
Dando valores a T2 se calculan los valores de P2 correspondientes.
T P T P
De la ecuación (13-16): s 2 − s 1 = Cp ln 2 − R ln 2 = 0.241 ln 2 − 29.27 ln 2
T1 P1 T1 P1
Con los valores de T2 y de P2 calculados antes se obtienen los valores de la diferencia de entropía. Se cons-
truye una gráfica en la que se representa esta diferencia en función de la presión, como se observa a conti-
nuación.
2
El máximo de la curva de diferencia de entropías corresponde a una presión P2 = 1.708 Kgf/cm , a la que se
tiene una temperatura de 245 ºK (–28 ºC) y una velocidad de 313.9 m/seg.
¿Qué conclusiones se pueden extraer de este resultado?. Veamos qué nos dice la teoría con respecto al
proceso de expansión libre. Afirmamos sin demostrarlo que la máxima velocidad que puede alcanzar un
gas o vapor que se expande libremente en un conducto es la sónica. Veamos si esto es cierto. Calculamos
la velocidad del sonido mediante la ecuación (13-12).
γ g c R′ T
c= = 1.4 × 9.81× 29.27 × 245 = 313.8 m/seg
PM
En consecuencia, comprobamos que la velocidad que corresponde al punto de máxima entropía es la sóni-
ca.
Por lo común en la práctica industrial los fluidos se transportan con NM < 0.7 de modo que el error cometido
2
es del orden de 0.7 /4 = 12% como máximo.
f
f
=
2
×m Kg
Retomando el razonamiento anterior recordemos que:
v dP = d(Pv) – P dv
Por otra parte, de la ecuación de continuidad (3-10) del apartado 3.5.1 del capítulo 3 que establece el prin-
cipio de conservación de la masa (es decir, toda la masa que ingresa por un extremo de la tubería debe ne-
cesariamente salir por el otro extremo, puesto que la masa no se crea ni se destruye en su interior ni, en ré-
gimen estable, tampoco se acumula):
ρ ×V × A = m&
[]
ρ = densidad ; ρ = 3
Kg
m
[]
ρ = densidad ; ρ =
Kg
3
m
2
A = área de flujo, transversal al mismo; [A] = m .
Si el conducto es uniforme (es decir, tiene diámetro constante) el área de flujo es constante. Si A es cons-
tante entonces G es constante porque m & es constante en régimen estable. En consecuencia:
G
V = = G v ⇒ V 2 = G2 v2 ⇒ dV 2 = G2 dv2 = 2 G2 v dv
ρ
Reemplazando en la ecuación (13-18):
G 2 v dv G2 v2
+ d (Pv ) − P dv + f dL = 0
gc 2 g c De
Pero esto se puede escribir también de la siguiente manera:
G 2 v dv dv G2 v2
+ d (Pv ) − P v + f dL = 0
gc v 2 g c De
Para un gas real:
Pv=ZRT
de modo que:
G2 dv G2 v2
v dv + d (ZRT ) − ZRT + f dL = 0
gc v 2 g c De
Para flujo isotérmico y si no varía demasiado la presión es:
Z R T = constante.
Entonces:
G2 dv G2 v2
v dv − ZRT + f dL = 0
gc v 2 g c De
Dividiendo todo por v2 resulta:
G 2 dv dv G2
− ZRT 3 + f dL = 0
gc v v 2 g c De
Integrando para una longitud L entre los valores extremos del volumen específico v1 y v2 obtenemos:
G 2 v 2 ZRT v1 2 f G2
ln + 2 − 1 + L=0
g c v1 2v1 2 v 2 2 g c De
Pero si:
P2 v1
v1 ≅ v2 ⇒ Z1 ≅ Z2 ⇒ P1v1 = P2v2 ⇒ =
P1 v2
Por lo tanto:
G 2 P1 ZRT P
2
f G2
ln − 1 − 2 + L=0
g c P2 2v1 2 P 2 g c De
1
Puesto que: G = V1 ρ1
P1 ZRT P2 f V 1 2 ρ1 2
2 2 2
V 1 ρ1
es: ln − 1 − + L=0
gc P2 2v1 2 P 2 g c De
1
V1
2
P ZRT P
2
f V1
2
L
Pero como ρ1 = 1/v1 tenemos: ln 1 − 1 − 2 + =0
2 2
2
v1 g c P2 2v1 P1 2 g c v1 De
Multiplicando por v12 resulta:
P ZRT fV2 L
2 2
V1 P
ln 1 − 1 − 2 + 1
=0
2 P
gc P2
1 2 g c De
ZRT P1 2 − P2 2 f V 1 2 L 2 V 1 2 P1
∴ 2 = + ln
2 P1 2 g c De 2 g c P2
P 2 − P 2 f V 1 2 L 2V 1 2 P1
ZRT 1 2 2 =
De donde, multiplicando por 2: + ln
P1 g c De gc P2
P1 P1 2 − P2 2 f V 1 2 L 2V 1 2 P1
Pero: ZRT = P1 v1 = ⇒ = + ln
ρ1 P1 ρ1 g c De gc P2
y en definitiva:
2
2 2 P1 ρ1 V 1 f L P
P1 − P2 = + 2ln 1 (13-20)
gc De P2
Esta ecuación se puede simplificar mucho para tuberías largas (de mas de 60 metros de largo) o cuando la
relación de presiones es relativamente pequeña (por ejemplo, ambas presiones no difieren entre sí mas de
un 10-15%) obteniendo al despreciar el logaritmo:
2
2 P ρ V f L
2
P1 − P2 = 1 1 1 (13-21)
gc De
de donde se puede despejar cualquiera de las incógnitas.
La solución de la ecuación (13-20) se debe encarar por un método de aproximaciones sucesivas. Una téc-
nica que generalmente funciona bien es estimar a partir de una presión (por ejemplo supongamos conocida
P1) la otra presión de la ecuación (13-21) lo que proporciona un valor inicial de P2, que se usa en la ecua-
ción (13-20) para calcular un segundo valor, y así se continúa en forma recursiva.
Ejemplo 13.6 Cálculo de la pérdida de carga de un flujo isotérmico compresible con fricción.
Una tubería nueva de fundición de 10 cm de diámetro transporta 0.34 Kg/seg de aire seco a 32 °C en con-
2
diciones aproximadamente isotérmicas con una presión de entrada de 3.5 Kgf/cm . El tubo tiene 540 m de
longitud. Calcular la presión a la salida.
−6 Kg ε −4 Kg f × m
Datos µ = 18.62 × 10 = 9 × 10 R = 28.3
m seg D Kg × ºK
Solución
Si tratamos de resolver este problema desconociendo la densidad del aire es necesario elaborar un poco
las ecuaciones usadas. Por ejemplo, en el caso del número de Reynolds tenemos:
m&
D V ρ D A D m& 4 D m& 4 m& 4 × 0.34
N Re = = = = 2
= = −5
= 23250
µ µ µA µ πD µ πD 18.62 × 10 × 3.14 × 0.1
ε 10 3
6
1
D N Re
Calcularemos usando la ecuación (13-21) como primera aproximación para luego usar su resultado en afi-
nar la puntería mediante la ecuación (13-20). Despejando:
2
2 2 P1 ρ1 V 1 f L
P2 = P1 −
gc De
2 2
RT 2 2 2 m& 16 m&
Pero: P1 = = ρ1 RT ⇒ P1 ρ1 V 1 = RT ρ1 V1 = RT = RT 2 4
v1 A π D
Por lo tanto:
2
16 × 0.34 0.0247 × 540
2
16 m& f L
= (3.5 × 10 4 ) −
2 2 2
P2 = P1 − RT 2 4 4
=
3.14 × 0.1 × 9.8
2
π D g c De 0.1
2
9 Kg f Kg f
= 1.225 × 10 4
⇒ P2 = 3.49996 2
m cm
Ahora recalculemos mediante la ecuación (13-20):
2
2 2 P1 ρ1 V 1 f L P
P1 − P2 = + 2 ln 1
gc D P2
e
f L P1
Comparando y 2 ln tenemos:
De P2
f L 0.021 × 540 P1 3.5 −5
= = 133.76 2 ln = 2 × ln = 2.28 × 10
De 0.1 P2 3.49996
Dado que el término logarítmico es despreciable no vale la pena tenerlo en cuenta. Por otro lado puesto
que la diferencia de presión P1 – P2 = 3.5 – 3.49996 = 0.00004 es menos del 10% de P1 se deduce que se
hubiese podido suponer flujo incompresible sin cometer un error excesivo. El error se puede estimar a tra-
vés del número de Mach. Para ello necesitamos calcular V.
De la ecuación de continuidad:
m& P 4 m& RT
V = y de la ecuación de gas ideal ρ = ⇒V = 2
ρA RT Pπ D
4 × 0.34 × 28.3 × 305 m
V = 4 2
= 10.676
3.5 × 10 × 3.14 × 0.1 seg
Por otro lado la velocidad del sonido es:
γ g c R′ T 1.4 × 9.8 × 847.8 × 305 m V 11
c= = = 0.03 = 349.8 y NM = =
PM 29 seg c 350
2
Por ser el error = NM2/4 es: error = 0.03 /4 = 0.02%. Esto confirma que podemos usar la ecuación de Darcy
ya que el gas se comporta como un fluido incompresible.
De la ecuación de Darcy:
2 2 2
∆P
=
P1 − P2
= f
L V
⇒ P2 = P1 − ρ f = P1 −
m& f L 1 ⇒ L V
ρ ρ D 2gc D 2gc A D P1 2 g c
2 2
8 m& f L RT 4 8 × 0.34 × 0.025 × 540 × 28.3 × 305
⇒ P2 = P1 − = 3.5 × 10 − =
2
π D g c P1
5 2 5
3.14 × 0.1 × 9.8 × 3.5 × 10 ( 4
)
4 Kg f Kg f
= 3.2 × 10 2
= 3.2 2
m m
Ambos resultados son muy parecidos, pero por supuesto no son iguales. Nunca podrán ser iguales porque
las estructuras de las ecuaciones usadas para calcularlos son diferentes.
esbozada y son muy violentas. Como esta situación constituye una efectiva barrera, se dice que el fluido
está estrangulado y a las propiedades del gas en ese estado se las llama críticas por ser especialmente im-
portantes en el flujo adiabático, aunque nada tienen que ver con el estado del punto crítico.
Esto tiene especial importancia en el vuelo supersónico, en el diseño de toberas y en el transporte de flui-
dos a muy alta velocidad. Si se transporta un fluido en un conducto uniforme, la expansión tiene lugar en
forma espontánea como explicamos, siguiendo la línea de Fanno hasta alcanzar la velocidad sónica. La
longitud de tubería recta necesaria para que en el extremo o boca de salida se produzca flujo sónico se lla-
ma longitud crítica, y en la boca se produce el flujo estrangulado o crítico con una onda de choque instalada
en ese punto. Esto no es grave, porque una onda de choque instalada en la salida de la tubería disipa su
energía en el medio ambiente, a menos que la tubería descargue en un recipiente. En cambio si la onda de
choque está confinada dentro de la tubería el efecto es perjudicial. Si se excede la longitud crítica (se alarga
el tubo) las condiciones de flujo empeoran con vibraciones que perjudican a la tubería y que se deben evi-
tar. Igualmente, cualquier aumento de presión a la entrada (o disminución de presión a la salida) se traduce
en un aumento de intensidad de los efectos disipativos, y la energía de presión aplicada se desperdicia to-
talmente. También si se ingresa el fluido en condiciones de flujo supersónico por medio de una tobera (por
ejemplo condición a) el fluido sigue la curva de Fanno hasta e, pero si se excede la longitud crítica inevita-
blemente ocurre la condición estrangulada.
Por todo lo expuesto, es importantísimo calcular la longitud crítica de tubo, o sea la longitud a la que se pre-
senta estrangulación. Una variante es el cálculo del diámetro crítico, cuando la longitud viene fijada. Hay va-
rias aproximaciones a este problema. Una de las mas efectivas es la expuesta por Irving H. Shames - “Me-
cánica de los Fluidos”. Otra es la usada por Houghen, Watson y Ragatz - “Principios de los Procesos Quí-
micos”, tomo II, Termodinámica. Vamos a exponer aquí una forma modificada de este último tratamiento.
Fundamentos
13.5.3.1 Primer Principio
dV 2 g
+ du + d (Pv ) + dz − δw − δq = 0 (13-22)
2 gc gc
Para los gases en los que no hay otro trabajo que el de circulación, en flujo adiabático y despreciando la
contribución de la energía potencial:
dV 2
du + d (Pv ) = dh = −
2 gc
Introduciendo la masa velocidad superficial:
G
G = ρ ×V ⇒ V = =G×v
ρ
d (Gv )
2
v dv
∴ dh = − = −G 2 (13-23)
2 gc 2 gc
Pero por otra parte:
Rγ γ
dh = Cp dT = dT = d (ZRT )
γ −1 γ −1
Observe que en este último paso está implícita la suposición que Z es constante.
Si Z = 1 (gas ideal) entonces:
γ
dh = d (Pv ) (13-24)
γ −1
(Esto último significa aceptar la hipótesis de gas ideal).
Igualando (13-23) y (13-24):
d (Pv ) = −G 2
γ v dv
γ −1 2 gc
γ − 1 2 v dv
∴ d (Pv ) + G =0 (13-25)
γ 2 gc
Integrando:
2 2 2 2
γ − 1 G v1 γ − 1 G v2 γ − 1 G2 v2
P1 v1 + = P2 v2 + = Pv + = constante (13-25')
γ 2 gc γ 2 gc γ 2 gc
2
γ − 1 G 2 v1 γ − 1 G2 v2
∴ Pv = P1 v1 + − (13-25")
γ 2 gc γ 2 gc
De la ecuación (13-25'):
P2 v 2 T2
=
P1 v1 T1
= 1+
γ −1 G2
γ 2 g c P1 v1
2
( 2
v1 − v 2 = )
2 2
P2 v 2 γ − 1 G 2 v1 v 2
= 1+ 1− (13-26)
P1 v1 γ 2 g c P1 v1 v1
13.5.3.2 Número de Mach
2
V Gv 2 G 2 v1
NM = = ⇒ N M1 =
γ gc R T γ gc R T γ g c R T1
Pero si:
P1v1 = RT1 (asumiendo Z = 1, gas ideal) entonces:
2
2 G 2 v1
N M1 = (13-27)
γ g c P1 v1
Reemplazando (13-27) en (13-26) tenemos:
v
2
P2 v 2 T2 γ −1
N M1 1 − 2
2
= = 1+ (13-28)
P1 v1 T1 2 v1
13.5.3.3 Ecuación de la energía mecánica con rozamiento
No es otra cosa en realidad que la ecuación del Primer Principio donde se toma en cuenta que la energía
degradada por “fricción” (englobando en este término a los efectos disipativos viscosos) se disipa en forma
de calor, o sea:
δwf = δq1 = du + P dv ⇒ du = δwf – P dv
Reemplazando du en la expresión del Primer Principio tenemos:
dV 2 dV 2
+ du + d (Pv ) = 0 ⇒ + δw f − Pdv + Pdv + vdP = 0 ⇒
2 gc 2 gc
dV 2
⇒ + vdP + δw f = 0
2 gc
Recordemos que:
( )
V = G v ⇒ dV 2 = d (G v ) = G 2 d v 2 = 2 G 2 dv
2
Pero además:
G2 v2
δw f = f dL (de la ecuación de Darcy)
2 g c De
G 2 dv 2 G2 v2
∴ vdP + +f dL = 0 (13-29)
2 gc 2 g c De
Pero:
2 2 2 2
G dv dv G v
∴ + d (Pv ) − Pv + f dL = 0
2 gc v 2 g c De
De la ecuación (13-25) tenemos:
γ − 1 2 dv 2
d (Pv ) = − G ⇒
γ gc
G 2 vdv γ − 1 2 dv 2 G2 v2 dv
⇒ − G + f dL − Pv =0
gc γ gc 2 g c De v
Reemplazando Pv de la ecuación (13-25") en la anterior queda:
2 2 2 2
G2 γ −1G2 G 2v 2 dv γ − 1 G v1 dv γ − 1 G v1 dv
vdv − vdv + f dL − P1 v1 − + =0
gc γ gc 2 g c De v γ 2g c v γ 2g c v
2 γg c
Multiplicando por: 2 2
y reagrupando:
G v
dv 2γg c P1 v1 2 dv dv γ f
2 − 2
+ (γ − 1)v1 3 + (γ − 1) + dL = 0
v G v v De
Integrando entre v1 y v2 y (asumiendo que f es constante) entre 0 y L:
v2
dv 2γg c P1 v1 2
v2 v2 L
∫ ∫ ∫ ∫ dL = 0
dv dv γ f
2 − 2
+ (γ − 1)v1 + (γ − 1) +
v1 v G v1 v3 v1 v De 0
Resolviendo las integrales:
v 2 1 2γg c P1 v1 2 1 1 v2 γ f
2ln + + (γ − 1)v
2 − + (γ − 1) ln + L=0
v1
1
v1 2 G 2 v 2
2
v 1 De
De donde:
2
f L 1 2γg c P1 v1 1 1 γ − 1 v2
= 2 2 + (γ − 1) 2 − 2 + ln
De 2γ G v1 2
v v 1
2 γ v1
Reemplazando de la ecuación (13-27) NM12 en la anterior:
2
f L 1 2 1 1 γ − 1 v2
= + γ − 1 2 − 2 + ln (13-30)
De 2γ N M 1 2 v1 2γ v1
v 2
Retomando el número de Mach por un momento y recordando que de la ecuación (13-27):
Gv N M γ gc R T
NM = ⇒G = = constante
γ gc R T v
N M1 γ g c R T1 N M2 γ g c R T2 T1 T2
= ⇒ N M1 = N M2 ⇒
v1 v2 RT1 RT2
P1 P2
1
T 2
P1
N M2 = N M1 2
(13-31)
T1 P2
Por otra parte, de la definición de masa velocidad:
V
G = ρ ×V = = constante
v
V V v RT2 T P
∴ 1 = 2 ⇒ V 2 = V1 2 = V1 = V1 2 1
v1 v 2 v1 RT1 T1 P2
P2
P1
T2 P1
∴V 2 = N M1 γ g c R T1 (13-32)
T1 P2
13.5.3.4 Desarrollo
Apoyándonos en los fundamentos expuestos vamos a abordar el cálculo de la longitud crítica de un conduc-
to así como las condiciones críticas que ocurren en flujo estrangulado. Sea esa longitud L. El siguiente cro-
quis muestra el problema.
P1 T1 L P2 T2
1 2
NM1 NM2
1 1
T 2
P1 T 2
P2
De la ecuación (13-31): N M2 = N M1 2
= 1 ⇒ N M1 = 1
T1 P2 T2 P1
De la ecuación (13-26):
1 1
P2 v 2 T2 P Tv T 2
T2 v1 T2 2
v1
= ⇒ 2 = 2 1 ⇒ N M1 = 1 =
P1 v1 T1 P1 T1 v 2 T2 T1 v 2 T1 v2
2
T v1
∴ N M1
2
= 2 (13-33)
T1 v
2
y también:
2 T2 v1 v1 P2 v1
N M1 = = (13-34)
T1 v2 v2 P1 v 2
2
v
Reemplazando NM1 2
de la ecuación anterior en la ecuación (13-28) y denominando Y a 1 por razones
v
2
de comodidad y economía en la notación tenemos la (13-28) escrita de la siguiente forma:
v 2
P2 v 2 γ −1 P2 v1 γ − 1
N M1 1 − 2
2 2
= 1+ N M1 ⇒ = 1 +
P1 v1 2 P1 v 2 2 v1
P2 γ − 1 P2 v1 1 γ − 1 P2 1
= Y 1 + 1 − = Y 1 + Y 1 − =
P1 2 P1 v 2 Y 2 P1 Y
γ − 1 P2 Y − 1 γ − 1 P2
= Y +
2 P1
Y
Y
= Y +
2 P1
(Y − 1)
En consecuencia:
P2 γ −1 P2 Y
1 − (Y − 1) = Y ⇒ = (13-35)
P1 2 P1 1 + γ − 1 (1 − Y )
2
De modo análogo, reemplazando NM12 de la ecuación (13-34) en la ecuación (13-30) es:
2
fL 1 2 1 1 γ − 1 v 2 γ − 1
= + γ − 1 − + ln
v 2 v 2 2γ v
=
P2
1
+
(1 − Y ) + γ + 1lnY =
De 2γ N M 1 2 2 1 1 2γ 2γ
γ Y
P1
=
P1
(1 − Y ) − γ − 1 (1 − Y ) + γ + 1 lnY ⇒
P2 γ Y 2γ 2γ
fL
γ Y
⇒
P1
=
De
−
γ −1
Y−
(γ + 1) Y lnY
P2 1- Y 2 2(1 − Y )
de ello se deduce:
P2 1
=
P1 f L
γ Y
De
−
γ −1
Y −
(γ + 1) Y ln Y
1− Y 2 2(1 − Y )
También de la ecuación (13-35):
P2 Y
=
P1 1 + γ − 1 (1 − Y )
2
Igualando con la anterior tenemos:
1 Y
=
fL γ −1
γ Y 1+ (1 − Y )
De
−
γ −1
Y−
(γ + 1) Y ln Y 2
1− Y 2 2(1 − Y )
1 Y
∴ =
fL γ −1
γ 1+ (1 − Y )
De γ − 1 γ + 1 ln Y 2
− −
1− Y 2 2 1− Y
Reordenando obtenemos:
γ −1
1+ (1 − Y )
Y= 2 (13-36)
f L
γ
De γ − 1 γ + 1 ln Y
− −
1− Y 2 2 1− Y
Esta ecuación se puede resolver numéricamente mediante métodos conocidos obteniendo Y que se usa en
la ecuación (13-35) para calcular la relación de presiones, resultando de inmediato de la ecuación (13-26):
T2 P2 1
= (13-26')
T1 P1 Y
Sin embargo, esto tiene la limitación de requerir el conocimiento previo del valor de L. Puede no ser así en
ciertos casos y puede en cambio conocerse o fijarse P2 pero entonces no se puede usar la ecuación (13-36)
ya que los métodos de resolución numérica divergen porque el factor de la derecha de la última ecuación
presenta un cero que singulariza la función cuando aparece como divisor lo que se hace muy difícil de ma-
nejar. Intentando buscar una solución a este problema, continuamos el desarrollo.
Despejando NM12 de la ecuación (13-30) tenemos:
2 1
N M1 = (13-37)
fL γ +1
γ− ln Y
De 2 γ −1
−
1− Y 2
Por otro lado, de la (13-28):
P2
Y −Y
2 P1
N M1 = (13-38)
γ −1
(Y − 1)
2
Igualando ambas y reordenando:
P2
Y −Y
1 P1
− =0 (13-39)
fL γ +1 γ −1
γ− ln Y (Y − 1)
De 2 γ −1 2
−
1− Y 2
Esta ecuación es de la forma: f(Y) – g(Y) = 0. El algoritmo modificado de aproximaciones sucesivas a em-
plear es el siguiente:
f (Y ) − g(Y )
Y" = Y' + con K de 2 a 5
K
Esta metodología permite obtener fácil y rápidamente la solución Y.
Ejemplo 13.7 Cálculo de la pérdida de carga de un flujo adiabático compresible con fricción.
En un conducto circular de diámetro uniforme de 2 pulgadas y 20 pies de longitud ingresa aire a temperatu-
ra t1 = 300 °F. La presión de salida es P2 = 1 ata.
Estimamos el factor de “fricción” f = 0.02. Calcular:
1) La relación límite de presiones.
2) La presión máxima de entrada que no cause estrangulación.
3) La velocidad másica máxima.
4) El número de Mach de entrada máximo NM1.
5) La velocidad lineal V a la salida con un 50% de la caída máxima admisible de presión.
6) La velocidad másica, NM1 y NM2 en las mismas condiciones que 5.
Solución
1) De la ecuación (13-36):
γ −1
1+ (1 − Y )
Y = 2
f L
γ
De γ − 1 γ + 1 ln Y
− −
1− Y 2 2 1− Y
Puesto que:
f L 0.02 × 20 γ −1 γ +1
= = 2.4 y γ = 1.4 tenemos = 0.2 y = 1.2
De 2 2 2
12
Por lo tanto: Y =
( )
1 + 0.2 1 − Y
⇒ Y = 0.1816266
3.36 − 1.2 × ln Y
1− Y
De la ecuación (13-35):
P2 Y
= = 0.36623356
γ −1
P1
1+ (1 − Y )
2
P2
2) P1 = = 40.14 psia
0.366
3) De la ecuación (13-26'):
T2 P2 1
= = 0.8593467 ⇒ T2 = 653.1 °R.
T1 P1 Y
3
psia pie
10.731 760 º R 3 3
R T1 Lbmol º R pie v1 pie
v1 = = =7 ⇒ v2 = = 16.44
P1 Lb Lb Y Lb
29 40.14 psia
Lbmol
1.4 × 32.2 × 1542 × 653
G v2 γ g c R T2 29 Lb
N M2 = = 1⇒ G = = = 75.969 2
γ g c R T2 v2 16.44 pie seg
4) De la ecuación (13-31):
1
T 2 P2
N M1 = N M2 1 = 0.395069
T2 P1
o, también de la ecuación (13-27):
G v1
N M1 = = 0.395068
γ g c R T1
5) Llamamos P1' a la presión a la entrada con el 50% de la caída máxima de presión. Entonces:
40.14 − 14.7 P 14.7
P1' = + 14.7 = 27.42 psia ⇒ 2 = = 0.536124
2 P1′ 27.42
Resolviendo la ecuación (13-39) obtenemos:
Y = 0.325978.
De la ecuación (13-37) o de la (13-38) obtenemos: NM1 = 0.384029.
De la ecuación (13-26'):
T2 P 1
= 2 = 713.65 °R.
T1 P1 Y
De la ecuación (13-31):
T2 P1 1.4 × 32.2 × 1542 × 760 0.939012 pies
V 2 = N M1 γ g c R T1 = = 907.84
T1 P2 29 0.536124 seg
V2 V2 907.84 Lb
6) G= = = 0.57094 = 50.53 2
v2 R T1 1 10.731 × 760 pie seg
P1′ Y 29 × 27.419
De la ecuación (13-31):
1
T 2 P1′
N M1 = N M2 1 = 0.694
T2 P2
∫ ∫ ∫ v dP = 2g v(P1 − P2 )
dV 2 2 2
= − v dP ⇒ V 2 − V 1 = 2 g c c (13-41)
2 gc P2
La hipótesis de flujo adiabático es sólida y se apoya en el hecho de que el recorrido de una tobera general-
mente es tan corto que no permite el flujo de energía. A menudo la velocidad en la entrada es muy pequeña
comparada con la velocidad en la garganta, por lo que se puede despreciar resultando:
V 2 = 2 g c v ∆P (13-41')
Alternativamente, analizando el flujo isentrópico de gases a partir del Primer Principio de la Termodinámica
para sistemas abiertos es:
∫ v dP = −∆H s ⇒ V 2 = 2 g c (H 1 − H 2 )s + V 1
2
(13-42)
De esto se deduce que la velocidad máxima que puede alcanzar un gas en la garganta de la tobera es sólo
función de su temperatura de entrada y de Cp y su peso molecular, es decir, del tipo de gas. Puesto que la
velocidad máxima es inversamente proporcional al peso molecular del gas, es evidente que los gases mas
livianos alcanzan velocidades mayores que los mas pesados. Es interesante observar que si comparamos
la ecuación (13-47) con la ecuación (13-12) se deduce que para una relación de presiones muy pequeña (o
lo que es lo mismo, cuando P2 es mucho mayor que P1) la velocidad es superior a la sónica. Esto se deduce
de las curvas de Fanno y de Rayleigh, pero conviene confirmarlo en forma analítica.
Para deducir la forma de una tobera imaginemos que recibe gas de un recipiente grande a una presión ele-
vada y uniforme P1 y lo entrega a otro recipiente a baja presión P2. A la entrada la velocidad de flujo es des-
preciable o muy pequeña porque el gas en el recipiente grande está estancado. A medida que ocurre la ex-
pansión y la velocidad aumenta es obvio que la sección de la tobera se debe reducir, o sea debe ser con-
vergente como un embudo. Pero a medida que la expansión prosigue, pequeñas disminuciones de presión
producen incrementos relativamente grandes de volumen por lo que se necesita un área transversal cre-
ciente o sea una sección divergente, y entre ambas está la garganta. Esta tobera fue ideada por De Laval
para su turbina de vapor y la práctica ha demostrado que no existe otro diseño mejor.
A ×V
De la ecuación de continuidad es evidente que: m& =
v
Donde: m& es el caud al másico , A = área transversal [m2], v = volumen específico m 3 .
Kg
seg Kg
Por lo tanto:
A ×V
v=
m&
Teniendo esto en cuenta, la ecuación (13-48) se convierte en:
γ R ′ T1 A1V 1
2 2
γ −1
V 2 − V1
= 1−
PM (γ − 1) A2V 2
(13-48')
2 gc
PM (γ − 1)
Llamando C a y despejando el área de la garganta A2:
2 γ g c R ′ T1
[ ( )]
1
AV 2 2
A2 = 1 1 1 − C V 2 − V 1 γ −1
V2
Para obtener la velocidad en la garganta es necesario pensar en la garganta como punto de mínima sec-
ción por lo que será necesario encontrar el mínimo de A2 expresado como función de V2. Para ello es preci-
so derivar:
∂A2 − 2 C A1V 1
[ ( )] [1 − C (V )]
1 1
2 2 A1V 1 2 2
= 1− C V 2 − V1 1− γ
− − V1 1− γ
=0
∂V 2 1− γ V2
2 2
[ ( )] [1 − C (V )]
1 1
2 C A1V 1 2 2 A1V 1 2 2
⇒ 1 − C V 2 − V1 1− γ
=− − V1 1− γ
⇒
1− γ V2
2 2
2 2
[ ( )] ( )
1
2 C V2 2 2 2 C V2 2 2
⇒ 1 − C V 2 − V1 1− γ
= −1 ⇒ = C V 2 − V1 − 1
1− γ 1− γ
Despreciando la velocidad de entrada V1, empleando el subíndice g para la condición que impera en la gar-
ganta (es decir llamando Vg a V2) y el subíndice i para la condición de entrada tenemos:
C (γ - 1) γ − 1
2
Vg =
1− γ
2C
( 2
)
C V g − 1 ⇒ V g 1 −
2
2C 2 C
= ⇒
2 2 − 1+ γ γ −1 γ −1 2 γ −1
⇒ V g
2
= ⇒ Vg = =
2 2 C 2 C γ + 1 C (γ + 1)
γ − 1 2 γ g c R ′ Ti 2 γ g c R ′ Ti 2γ g c R' Ti
⇒ Vg =
2
Vg = = (13-49)
γ + 1 PM (γ − 1) PM (γ + 1) PM (γ + 1)
Esta ecuación merece una consideración cuidadosa ya que se ve que para un gas ideal, en la expansión
isentrópica en una tobera la velocidad en la garganta sólo depende de la temperatura de entrada del gas, el
Cp y el peso molecular del gas y es constante e independiente de las presiones.
Como generalmente es posible conocer las condiciones en la entrada, llamando Pi, Ti y vi a las propiedades
en la entrada tenemos de la ecuación (13-49):
2
V g PM 1
= (13-50)
2 g c γ R ′ Ti γ + 1
Reemplazando en la ecuación (13-46) y substituyendo los subíndices 1 y 2 por i y g respectivamente obte-
nemos despreciando la velocidad de entrada:
γ −1
γ −1
1 1 Pg
γ
1 vi
= 1 1 − Tg
= 1− = γ − 1 1 − v (13-51)
γ + 1 γ − 1 Pi
γ − 1 Ti
g
γ −1 γ
γ −1 P γ Pg 2 γ −1
∴ = 1 − g ⇒ = (13-52)
γ +1 Pi Pi γ + 1
γ −1 1
γ −1 v v 2 γ −1
= 1− i ⇒ i = (13-53)
γ +1 vg
v g γ + 1
γ −1 T Tg 2
= 1− g ⇒ = (13-54)
γ +1 Ti Ti γ +1
Nótese que la ecuación (13-52) nos proporciona la relación mínima de presiones, obtenida a partir de la
ecuación (13-49) que nos da la velocidad máxima. Se la llama relación crítica de presiones. No depende de
la temperatura y de la presión en la entrada. Sólo depende de Cp y Cv, es propia de cada gas.
Lo mismo ocurre con las demás relaciones críticas (13-52) a (13-54). El término mínimo aquí se emplea en
el sentido de la sección mínima de la garganta. Si se reemplaza Ti tal como resulta de calcular por la ecua-
ción (13-54) en la ecuación (13-49) se observa que la velocidad en la garganta es precisamente la veloci-
dad sónica, lo que nos indica que en estas condiciones de flujo límite máximo el flujo es sónico. Esto no im-
pide superar la velocidad sónica en el interior de una tobera, como ya hemos explicado.
La tobera De Laval con una presión Pi en la zona de entrada a la boquilla convergente se puede esquema-
tizar del siguiente modo.
La experiencia demuestra que para velocidades no muy superiores a la velocidad crítica (por ejemplo 600-
700 m/seg para el vapor) las pérdidas de la expansión libre son pequeñas por lo que la forma del difusor
puede ser poco o nada divergente (podría muy bien ser un tubo recto) y la diferencia en rendimiento con
respecto a una tobera divergente es despreciable. En el caso del vapor de agua el ángulo de divergencia se
puede fijar entre 5 y 10° dependiendo la elección del grado de pérdida por fricción que se está dispuesto a
tolerar.
Despreciando la velocidad en el interior del tanque (donde el gas está estancado) respecto de la de salida,
aplicamos la ecuación (13-46) despreciando el efecto de la velocidad inicial, que por ser la que corresponde
al interior del recipiente se puede considerar nula.
γ −1
2 γ g c R ′ T1 P2 γ
V = 1−
PM (γ − 1) P1
El caudal másico es:
A ×V
m& = (13-55)
v2
Donde: A es la sección del orificio, y v2 es el volumen específico en las condiciones de salida. Pero, por la
ecuación de la evolución adiabática es:
1
P γ
v2 = v1 1
P2
1
A ×V P2 γ
∴ m& = (13-55')
v1 P
1
Reemplazando V tenemos:
γ −1
1
A 2 γ g c P1 v1 P2 γ
P2 γ
m& = 1−
v1 PM (γ − 1) P1 P1
2 γ +1
2 γ g c P1 P2 γ P2 γ
m& = A − (13-56)
v1 PM (γ − 1) P1 P1
Como ya observamos anteriormente en el apartado 13.6, el caudal másico máximo para un valor determi-
nado de la relación de presiones se obtiene cuando el peso molecular es menor. En otras palabras, los ga-
ses mas livianos se escapan con mayor facilidad por un orificio practicado en la pared de un recipiente de
presión. Esto explica la “fuga” de gases muy livianos (hidrógeno, helio) a través de paredes metálicas del-
gadas. También explica la penetración de los gases en el interior de la estructura del metal.
Ahora nos detenemos a examinar el comportamiento de m& dado por la ecuación (13-56) en función de la
relación de presiones Π = P2/P1. Es obvio que cuando Π = 0 es m& = 0 porque la expresión se anula. ¿Qué
significa que Π = 0?. Sólo caben dos posibilidades: puede ser P2 = 0 (expansión en el vacío) o P1 = ∞. Esta
última posibilidad no tiene sentido físico, porque no puede haber presión infinita en el tanque, pero existe
una situación aproximada para la que Π ≅ 0 que es cuando P1 >> P2. El caso de expansión en el vacío es
muy raro, ocurre muy de vez en cuando. El caso de P1 >> P2 es mas común y tiene mayor interés.
Si Π = 1 también tenemos m& = 0 porque cuando las presiones son iguales no hay flujo, pero esta situación
es trivial y carece de interés práctico. De modo que m& = 0 para Π = 0 y para Π = 1 por lo que debe tener un
máximo entre ambos, ya que sabemos que no se anula para puntos intermedios. En esto encontramos una
discrepancia entre las curvas de tipo experimental y teórico. Entre el máximo (que llamaremos m& Máx y le co-
rresponde a una relación de presiones ΠMáx) y Π = 1 la curva debiera descender pero los valores experimen-
tales demuestran que m& permanece constante e igual a m& Máx.
La única explicación teórica a este hecho es que cuando Π toma el valor crítico Πc el flujo está estrangulado
y es inútil reducir la presión en la salida o aumentar la presión en el tanque porque ello no incrementa el va-
lor de caudal másico. La relación crítica de presiones Πc es aquella para la cual m& = m& Máx. Ahora tiene inte-
rés determinar cuando ocurre que m& = m& Máx. En la ecuación (13-56) se ve que siendo P1 y v1 constantes, el
caudal másico se hace máximo cuando la diferencia:
2 γ +1
P2 γ P2 γ
− adopta el valor máximo.
P P
1 1
¿Porqué se puede superar la velocidad sónica en una tobera pero no en un orificio?. La explicación está en
los efectos disipativos. La tobera permite acomodar gradualmente la corriente de modo que los cambios de
dirección se producen sin transiciones bruscas. En cambio en un orificio la transición es brusca y el cambio
de dirección se produce en forma súbita, lo que genera mucha turbulencia extra, además de la que nor-
malmente existe. Este es un efecto disipativo adicional que no está presente en la tobera. La turbulencia es
un fenómeno irreversible y disipa energía que de otro modo se manifestaría como energía cinética. Dicho
en otras palabras, la turbulencia adicional producida por un orificio frena el flujo y produce una condición es-
trangulada parecida a la que se alcanza en la expansión libre en un conducto de sección uniforme como lo
describe la curva de Fanno.
BIBLIOGRAFIA
• “Flujo de fluidos para Ingenieros Químicos” – F. A. Holland.
• “Flow of Fluids through Valves, Fittings and Pipe” – Crane Technical Paper No. 410, New York,
1991.
• “Termodinámica” – V. M. Faires.
CAPITULO 14
INTERCAMBIO DE CALOR POR CONDUCCION
L L L L
q& 1 + 2 + 3 = q&
k1 A k 2 A k 3 A kc A
Denominaremos “resistencias” a los sumandos de la relación anterior.
L1 L L L
R1 = ; R2 = 2 ; R3 = 3 ; Rt =
k1 A k2 A k3 A kc A
tenemos:
Rt = R1 + R2 + R3
Ejemplo 14.1 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, pared plana compuesta.
La pared de un horno está compuesta de tres capas de ladrillo. La interior es de 8 pulgadas de refractario
con un k = 0.68 BTU/(pie hr °F), la segunda de 4" de ladrillo aislante (k = 0.15) y la última y externa es de 6"
de ladrillo común con k = 0.40. El horno opera a 1600 °F y la pared externa permanece a 125 °F. ¿Cuánto
calor se pierde por conducción por pie cuadrado de superficie y cuales son las temperaturas de las interfa-
ses de cada capa?.
Solución
a) Cálculo de las resistencias por pie cuadrado de superficie.
8
L1 12 = 0.98 ºF hr
Para refractario R1 = =
k1 A 0.68 × 1 BTU
4
L2 12 = 2.22 ºF hr
Para aislante R 2 = =
k2 A 0.15 × 1 BTU
6
L3 12 = 1.25 ºF hr
Para ladrillo común R3 = =
k3 A 0.40 × 1 BTU
ºF hr
Resistenci a total = R1 + R2 + R3 = Rt = 4.45
BTU
b) Cálculo del calor perdido por conducción
∆t 1600 − 125 BTU
q& = = = 332 2
Rt 4.45 hr pie
c) Cálculo de las temperaturas de las interfases
Para refractario: ∆t = 1600 – T1 = q& ×R1 = 332×0.98 = 325 °F ∴ T1 = 1600 – 325 = 1275 °F
Para aislante: ∆t = 1275 – T2 = q& ×R2 = 332×2.22 = 738 °F
∴ T2 = 1275 – 738 = 537 °F
d) Comprobación
Para ladrillo vulgar: ∆t = 537 – T3 = q& ×R3 = 332×1.25 = 415 °F
∴ T3 = 537 – 415 = 122 °F
Como la temperatura real en la cara externa es por dato 125 °F, hay una pequeña diferencia atribuible a
error por redondeo, que no es relevante.
Vamos a suponer que k varía linealmente con la temperatura. Nuevamente, el hecho de que ∆t sea peque-
ño para el elemento nos autoriza a hacer una aproximación lineal sin cometer por ello un gran error. Esto
nos permite corregir los estimados de temperatura y, mediante un procedimiento de aproximaciones sucesi-
vas, obtenemos mayor exactitud. La ecuación lineal es:
k = a + b×t (14-10)
Veamos ahora cómo obtener las temperaturas medias de cada elemento de pared. De la ecuación (14-2):
q& t0 − t1 t1 − t 2 t −t
= = = L L = n- 1 n (a)
A L1 L2 Ln
k1 k2 kn
De la ecuación (14-9):
q& t0 − t n
= n (b)
A
∑k
Li
i =1 i
Por lo tanto, de las ecuaciones (a) y (b) podemos construir una sucesión:
q& L1 t −t L t −t
t1 = t0 − = t 0 − 0n n 1 = t 0 − 0 n n
A k1 Li k 1
∑ ∑
k1 Li
i=1
ki L1 i=1 k i
q& L2 t −t L t −t
t 2 = t1 − = t 1 − 0n n 2 = t1 − 0 n n
A k2 Li k 2
∑ ∑
k2 Li
(14-11)
i =1
ki L2 i=1 k i
KK
t0 − t n L j t −t
t j = t j-1 − n
= t j-1 − 0 n n para cualquier j / 0 < j < n
Li k j
∑ ∑
kj Li
i=1
ki L j i=1 k i
Luego es fácil calcular las temperaturas medias:
t0 + t1 t +t t j -1 + t j
t1 = ;t2 = 1 2 ; L t j =
2 2 2
Pero:
t +t 1 t0 − t n t0 − t n
t 1 = 0 1 = t 0 + t 0 − = t0 −
∑ ∑
2 2 k1
n
Li 2k 1
n
Li
L1 ki L1 ki
i =1 i =1
t +t 1 t0 − t n t0 − t n
t 2 = 1 2 = t1 + t1 − = t0 −
∑ ∑
2 2 k2
n
Li 2k 2
n
Li
L2 ki L2 ki
i =1 i =1
Y, generalizando es:
t0 − t n
t j = t j-1 − n para cualquier j / 1 < j ≤ n
∑k
2k j Li
Lj i =1 i
donde: L1, L2, L3, .... , Ln son los espesores de materiales 1, 2, 3, .... , n, cuyas conductividades son k1, k2, k3,
.... , kn. Ahora, una vez estimadas las temperaturas medias, es inmediato obtener los coeficientes k:
k1 = a1 + b1×t1;
k2 = a2 + b2×t2;
.....................;
kn = an + bn×tn
q&
Estos valores se usarán para corregir el calor total intercambiado por unidad de área porque su magni-
A
tud afecta el calor que atraviesa la pared, y por ende a las temperaturas intermedias de cada interfase entre
dos materiales sucesivos, de modo que el cálculo es iterativo y finaliza cuando se obtienen dos valores su-
q&
cesivos de que no difieran significativamente.
A
Ejemplo 14.2 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, pared compuesta con capa de aire.
Si en el ejemplo anterior se deja un espacio de 1/4" (0.635 cm) y las otras dimensiones permanecen inalte-
radas, la solución se modifica como sigue.
Solución
En una tabla de un libro especializado tenemos un dato de k para el aire a 572 °F: k = 0.265 BTU/(pie hr °F).
Como esa temperatura se acerca a la que hay en la interfase ladrillo aislante-ladrillo común, ubicamos allí el
espacio de aire.
La resistencia adicional que ofrece el aire por pie cuadrado de superficie es:
0.25
L 12 = 0.79 ºF hr
Raire = =
k A 0.265 × 1 BTU
Por ello la resistencia total ahora es:
ºF hr
Rt = R1 + R2 + R3 + Raire = 4.45 + 0.79 = 5.24
BTU
∆t 1600 − 125 BTU
∴ q& = = = 281
Rt 5.24 hr pie 2
Comparando las cifras: una pared compuesta de 18" (45.7 cm) de espesor de ladrillo grueso, sólido, pesado
y caro deja pasar 332 BTU/hora por pie cuadrado de superficie, mientras el agregado de 1/4" (0.635 cm) de
aire que no cuesta nada ha reducido la pérdida en un 15%. Esto es así porque el aire retenido entre dos
capas de aislante está estancado; si estuviese en libertad de movimiento tendría posibilidad de escapar y
transmitir su calor al medio ambiente, lo que en lugar de reducir las pérdidas las aumentaría. Este hecho se
usa en los aislantes porosos, como la lana de vidrio, el telgopor y otros que contienen poros e infinidad de
pequeñas cámaras de aire que aumentan las cualidades aislantes, aunque a expensas de la resistencia
mecánica de estos materiales, que tampoco son aptos para resistir altas temperaturas. Una alternativa usa-
da antes era el asbesto, que consiste en largas fibras de una sustancia mineral que puede aplicarse sola o
combinada con otras, pero que hoy está en desuso por ser una sustancia cancerígena. Otro ejemplo es la
magnesia al 85%, que es una mezcla de 85% de CO3Mg y 15% de asbesto, se puede aplicar como un ce-
mento y para temperaturas del orden de 260 °C es ideal por su bajo costo y fácil aplicación. En la actuali-
dad se reemplaza el asbesto por otros materiales dado que el asbesto es cancerígeno, aunque el aislante
retiene su nombre de magnesia al 85%.
re ti r
ri
Dividiendo por L:
∂t
q& L = 2π k − (14-12)
∂r
q& L es el calor que fluye a través de las paredes del tubo por unidad de tiempo y por unidad de longitud. La
ecuación (14-12) es una ecuación diferencial a variables separables de modo que separando variables re-
sulta:
dr
q& L = −2π k dt
r
Integrando:
re te
r
∫ ∫
dr
q& L = −2π k dt ⇒ q& L ln e = 2π k (t i − t e )
ri r ti ri
Operando:
2π k (t i − t e )
q& L = (14-13)
r
ln e
ri
Esta ecuación se debe usar con cuidado cuando los radios interno y externo tienen valores muy parecidos,
es decir cuando el espesor de pared de tubo es muy pequeño. En estos casos el error aumenta a medida
que ri tiende a ser igual a re.
En efecto, en la expresión anterior se puede verificar fácilmente que el calor que atraviesa un tubo se hace
infinito cuando el espesor de pared tiende a cero, o lo que es lo mismo cuando re tiende a ser igual a ri. Esto
es absurdo.¿Porqué debería ser infinito el calor que atraviesa un espesor infinitesimal de material?. A me-
dida que el espesor dr tiende a cero, también lo hace el incremento de temperatura dt, de manera que el
cociente es finito. Esto sucede por un defecto matemático de la ecuación (14-13), que no describe exacta-
mente la realidad física.
De hecho además en la práctica hay otras razones para que el calor no sea infinito, en primer lugar porque
para ello sería necesario que la fuente tuviese una capacidad calórica infinita de emitir energía, y en segun-
do término porque además de la resistencia por conducción normalmente también existe una resistencia
adicional por convección, que limita el flujo de modo que no puede ser infinito. En el próximo capítulo volve-
remos sobre esta cuestión.
t4
Material C
Material B
t3
Material A t2
r4
t1
r1
r2
r3
2π k A (t1 − t 2 ) 2π k B (t 2 − t 3 ) 2π k C (t 3 − t 4 )
q& L = = =
r2 r3 r
ln ln ln 4
r1 r2 r3
Como hicimos antes, postulamos un coeficiente de conducción medio para todos los materiales km tal que:
2π k m (t 1 − t 4 )
q& L = (*)
r
ln 4
r1
De la primera, segunda y tercera relación obtenemos:
r2 r3 r4
q& L ln q& L ln q& L ln
r1 r2 r3
t1 − t 2 = ; t2 − t3 = ; t3 − t4 =
2π k A 2π k B 2π k C
r2 r r
ln ln 3 ln 4
q& r1 r2 r3
∴ t1 − t 2 + t 2 − t 3 + t 3 − t 4 = t 1 − t 4 = L + +
2π k A kB kC
De la ecuación (*) despejando la diferencia de temperaturas:
r4 r4 r2 r3 r4
ln ln ln ln ln
q& L r1 r1 r1 r2 r3
t1 − t 4 = ⇒ = + +
2π k m km kA kB kC
2π (t 1 − t 4 )
∴ q& L = (14-14)
r r r
ln 2 ln 3 ln 4
r1 r2 r3
+ +
kA kB kC
Aquí observamos una situación análoga (pero no igual) a la de la pared plana compuesta y el razonamiento
es similar: asumiendo régimen permanente de flujo calórico no hay acumulación en ningún punto y las
temperaturas no varían con el tiempo.
Aquí encontramos una situación novedosa. Cuando pensamos en una pared plana de gran espesor, es ob-
vio que cuanto mayor sea el espesor de la misma tanto menor cantidad de calor la atraviesa. En el límite
cuando el espesor tiende a infinito el flujo calórico tiende a cero. Esta noción intuitiva que es correcta para
paredes planas resulta equivocada en el caso de una esfera hueca. En la ecuación anterior:
4πk (t i − t e ) 4πk (t i − t e )
lim q& = lim = = 4πkri (t i − t e ) (14-16)
re →∞ re →∞ 1 1 1
−
ri re ri
Es decir que en una esfera infinita (cuya pared tiene espesor infinito) el flujo calórico no es cero, sino que
depende de las temperaturas externa e interna, del material y del radio interno de la esfera. Esto es así
porque a medida que crece el espesor de pared de la esfera aumenta el área externa de modo que el límite
no es nulo. Entonces se plantea una incógnita: si un espesor infinito deja pasar un flujo límite finito, ¿cuál es
el espesor que se puede usar?. La respuesta requiere un estudio de costos que minimice el costo global re-
sultante de la pérdida de calor y el costo del aislante para cada espesor. El mínimo costo total corresponde
al espesor óptimo para ese aislante y esa disposición geométrica en particular.
k = 0.022
BTU
⇒ q& =
(
4π × 0.022 − 290 − 50 )
= −820
BTU
hr pie ºF 1 1 hr
−
2.5 3.5
BTU
La pérdida mínima teórica obtenible es: q& min = 4π × 0.022 × 2.5(− 290 − 50 ) = −235
hr
menores que 2x
En la ∑y no
Cuatro aristas
las 4 aristas
menores que x/5
2.78 x ymax
Ocho aristas Am = (14-21)
A
log10 e
Ai
menores que x /5
Todas las 12 aristas
menores que x /5 Am = 0.79 Ai × Ae (14-22)
Si el horno no tiene espesor de pared constante se pueden analizar en los dos primeros casos cada una de
las paredes por separado. En el primer caso el área media de cada pared es:
Am = Ai + 0.271x
∑ y + 0.2 x 2
En el segundo caso el área media de cada pared es:
(14-23)
Am = Ai + 0.233 x
∑ y + 0.06 x 2
En ambos casos se toma ∑y como la suma de las cuatro aristas que limitan la pared en cuestión. Cabe aco-
(14-24)
tar que no es en absoluto normal tener un horno que no tiene espesor de pared constante, ya que la mayor
pérdida se da en las paredes de menor espesor. Lo mas lógico y habitual es construir hornos de espesor de
pared constante.
sale del mismo en una magnitud q& x + ∆x es obvio que la diferencia entre el calor que sale q& x + ∆x y el ingre-
sante q& x en un tiempo ∆τ es:
τ + ∆τ
∫ τ
(q& x + ∆x − q& x )dτ
Recordemos que el teorema del valor medio del cálculo integral (Cauchy) es:
(14-25)
∫ f (x)dx = (b − a ) f (ξ )
a
con ξ ∈ (a, b ) o sea a < ξ < b
Por lo tanto, aplicando el teorema del valor medio la integral (14-25) queda:
τ + ∆τ
∫( τ
q& x + ∆x − q& x )dτ = [q& x + ∆x − q& x ]τ ∆τ (14-26)
Se recordará que la función q& debe estar evaluada en un instante τ perteneciente al intervalo abierto (τ,
τ+∆τ).
Aplicando el mismo teorema del valor medio, la variación de energía interna específica del volumen consi-
derado durante el tiempo ∆τ es:
x + ∆x
∫ [(ρ × u )
x
τ + ∆τ ] [
− (ρ × u )τ A dx = (ρ × u )τ + ∆τ − (ρ × u )τ ] A dx
x
(14-27)
Donde (ρ u) = energía interna específica por densidad = energía interna por unidad de volumen. Aquí x es
un valor que pertenece al intervalo abierto (x, x+∆x).
Por otra parte el calor producido internamente dentro del cuerpo en el instante ∆τ es:
Q i = W A ∆ x ∆τ (14-28)
Por último, el Primer Principio de la Termodinámica nos dice que la energía que llega al cuerpo menos la
energía que sale del cuerpo mas toda la energía que se genera internamente debe ser igual a la variación
[ ]
de energía interna, de donde:
q& − q& ∆τ + W A ∆x ∆τ = [(ρ × u )τ + ∆τ − (ρ × u )τ ]x A ∆x (14-29)
x + ∆x x τ
Pero recordemos que el teorema del valor medio del cálculo diferencial (Cauchy) establece que:
f (b ) − f (a )
= f ′(ζ ) con ζ ∈ (a, b )
b−a
De esto se deduce:
q& − q&
x + ∆x x τ ∂q&
=
∆x ∂x x′,τ
Es decir:
∂q&
q&
x + ∆x
− q& = ∆x
x ∂x x,τ ′
De modo similar se puede deducir que:
∂ (ρ × u )
(ρ × u )τ + ∆τ , x − (ρ × u )τ , x = ∆τ
∂x x,τ
Reemplazando en la ecuación (14-29) tenemos:
∂q& ∂(ρ × u )
∆x∆τ + W A ∆x∆τ = A ∆x∆τ
∂x x,τ ∂x x ,τ
Si ∆x→0 entonces x′ → x ; si ∆τ→0 entonces τ ′ → τ y ambos tienden a x y τ.
Por lo tanto:
∂q& ∂( ρ × u )
+W A = A
∂x ∂x
Pero por la ecuación de Fourier:
∂t
q& = k A y además u = Cv t
∂x τ
En esta expresión nos apartamos algo de la notación usada en la ecuación (14-3) poniendo el gradiente de
temperaturas respecto al espesor a tiempo constante.
Pero como vimos en el apartado 3.7.3 del capítulo 3 los calores específicos a presión y a volumen constan-
te de un sólido no son muy diferentes, de modo que podemos considerar Cv = Cp = C de donde:
u=Ct
En consecuencia:
∂ ∂t ∂ (ρ × C × t )
k A + W A = A
∂x ∂x τ ∂x
Dividiendo por A:
∂ ∂t ∂ (ρ × C × t )
k + W = (14-30)
∂x ∂x τ ∂x
En el caso de que la variación de temperatura no sea demasiado grande o tomando valores medios se
puede sacar ρ, C y k fuera de las derivadas:
∂ 2t ∂t
k 2 + W = ρC (14-31)
∂x ∂τ
La extensión al sistema de tres coordenadas es inmediata y ocurre naturalmente:
∂ 2 t ∂ 2 t ∂ 2 t W ρC ∂t
+ 2 + 2 + = (14-32)
∂x
2
∂y ∂z k k ∂τ
La ecuación (14-32) se denomina ecuación diferencial de Laplace y ha sido muy estudiada. Se puede re-
solver por métodos analíticos o numéricos; para configuraciones especialmente complejas se han usado
con éxito modelos eléctricos construidos con papel conductor. En las aplicaciones de ingeniería son muy
comunes las situaciones en un solo eje y menos habituales las que requieren dos o tres ejes. Vamos a es-
tudiar un método de cálculo para paredes planas (un solo eje) que pese a su antigüedad (E. Schmidt 1924)
tiene gran utilidad práctica por su simplicidad que se presta para el cálculo a mano y también es muy fácil
de programar.
∂ 2t ρC ∂t
+W =
∂x 2
k ∂τ
Pero en este caso W = 0 (es decir, hay conducción pura), por lo tanto:
∂ 2t ρC ∂t
=
∂x 2
k ∂τ
¿Cuál será el ∆τ para el cual ∆t = 1?. Reemplazando el operador derivada por diferencias finitas hacia ade-
lante tenemos:
∆2 t
=
ρC ∆t
( )
⇒ ∆τ = ∆x
2 ∆t ρC
(∆x ) 2
k ∆τ ∆2 t k
∆t 1
Haciendo: =
∆t 2
2
Esto se justifica por razones matemáticas para asegurar la convergencia numérica. Entonces:
∆τ =
(∆x ) 2
ρC
(14-33)
2 k
El grupo que tenemos a la derecha es interesante por sus propiedades. Si tomamos la inversa del grupo de
la derecha resulta la llamada difusividad térmica:
k
a= (14-34)
ρ Cp
--------------------------------
El nombre de a deriva del hecho de que tiene las mismas unidades que el coeficiente de difusividad
de masa. En efecto, el flujo de masa por difusión mutua entre dos especies A y B es:
dC A
N A = − D AB
dx
Donde: NA = cantidad de masa que fluye a lo largo de una distancia dx por unidad de tiempo y por
2
unidad de superficie de contacto entre ambas especies (moles/(segundo cm );
3
CA = concentración molar de la especie A (moles/cm );
x = distancia a lo largo de la cual se produce la difusión (cm);
2
DAB = coeficiente de difusividad de masa (cm /seg).
Esta ecuación se conoce como ley de Fick de difusión. Comparando la ley de Fick y la ecuación
(14-2) de Fourier encontramos analogías provocativas.
Es interesante observar que las unidades de la difusividad térmica también son las mismas que las
de la viscosidad cinemática ν. En efecto:
Kcal
[a ] = [k]
=
m seg ºC
=
m2
[ν] = m2
[ρ][Cp ] Kg Kcal seg seg
m3 Kg ºC
Esto se suele interpretar en la teoría de fenómenos de transporte como una analogía entre el trans-
porte de cantidad de movimiento y el transporte de energía en forma de calor. La viscosidad cine-
mática expresa la capacidad de transporte de cantidad de movimiento, la difusividad térmica expre-
sa la capacidad de transporte de calor, y el coeficiente de difusividad de masa expresa la capacidad
de transporte de masa.
--------------------------------
Es ahora necesario determinar las temperaturas t0, t1, t2, ......, tn en intervalos de tiempo ∆τ, 2∆τ, 3∆τ,...etc.
Si no se conocen las temperaturas internas de la partición t1, t2, ......, tn-1 se pueden asumir a partir de t0 y tn.
Si tampoco se conocen t0 y tn se pueden estimar a partir de t' y t" (temperaturas del medio caliente y frío)
usando el coeficiente combinado de radiación y convección a partir de una buena estimación de las tempe-
raturas t1 y tn-1 que deben ser conocidas o estimarse de modo que corresponde en este caso usar un proce-
dimiento iterativo, de aproximaciones sucesivas.
ht′ ∆x t ′ + k t1
t0 = (14-35)
k + ht′ ∆x
ht′′∆x t ′′ + k tn-1
tn = (14-35’)
k + ht′ ∆x
Donde h't y h"t son los coeficientes combinados del lado cálido y frío respectivamente. Luego se obtienen
las temperaturas internas asumiendo que la distribución se rectifica por una poligonal, es decir aproximar
suponiendo que el salto de temperaturas en cada una de las láminas de espesor ∆x es lineal.
Entonces:
( a τ =0 ) ( a τ =0 ) ( a τ =0 ) ( a τ =0 )
( a τ = ∆τ ) t0 + t2 ( a τ = ∆τ ) t1 + t3
t1 = ;t2 = ;
2 2
( a τ =0 ) ( a τ =0 )
( a τ = ∆τ ) t2
( a τ =0 )
+ t4
( a τ =0 )
( a τ = ∆τ ) t j-1 + t j +1
t3 = ;L; t j =
2 2
( a τ = ∆τ ) ( a τ = ∆τ ) ( a τ = ∆τ ) (a τ = )
( a τ = 2 ∆τ ) t0 + t2 ( a τ = 2 ∆τ ) t1 + t 3 ∆τ
t1 = ;t 2 = ;
2 2
(a τ = ) (a τ = )
( a τ = 2 ∆τ )
(a τ = )
t 2 ∆τ + t 4 ∆τ
(a τ = )
( a τ = 2 ∆τ ) t j-1 ∆τ + t j +1 ∆τ
t3 = ;L; t j =
2 2
Y así sucesivamente. Esto equivale a construir una tabla donde las temperaturas t0, t1, t2, ......, tn se conocen
o se asumen en una suposición razonable para τ = 0 y los demás valores se determinan en base a esos da-
tos y a datos conocidos de t0 a distintos tiempos o de tn a distintos tiempos o de ambos.
La tabla en cuestión es:
Tiempo temperaturas
horas t0 t1 t2 t3 t4 t5 t6 . . . .
0 □□ □□ □□ □□ □□ □□ □□
∆τ □□ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■
2∆τ □□ ■■ ■■ ○○ ■■ ■■ ■■
3∆τ □□ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■ ■■
Los símbolos "□□" identifican valores conocidos y los "■■" a valores calculados.
El sentido de cálculo es desde las casillas superiores y a los lados hacia abajo y hacia el centro.
Por ejemplo el casillero identificado (○○) tendrá un valor de temperatura dado por:
t 2,∆τ + t 4,∆τ
t 3,2 ∆τ =
2
En general, la fórmula de recurrencia que se debe usar para calcular cualquier temperatura es:
i ≥ 1, i < n
ti-1,( j −1)∆τ + ti +1,( j −1)∆τ
ti, j∆τ = (14-36)
2
j ≥1
En realidad, la suposición de que las propiedades C, k y ρ se mantie-
nen constantes tiene poco fundamento. Una estimación mas exacta
debiera tomar en cuenta la variación de estas propiedades con la tem-
peratura, en particular cuando la diferencia de temperaturas entre lado
frío y lado cálido es muy grande. En su momento hicimos una reflexión
sobre este particular para el caso de paredes planas compuestas en
régimen permanente, puesto que cuando se trata este problema se
acostumbra suponer constancia de propiedades (apartados 14.4.1.1 y
14.4.1.2). Las dos mas sensibles a la temperatura son C y k, dado que
la densidad es relativamente independiente de la temperatura. Supon-
gamos la lámina que vemos en la figura. La temperatura media t se
obtiene por interpolación lineal. Si ∆x es muy pequeño y las temperatu-
ras ti y ti+1 no difieren mucho entre sí entonces t no se aparta gran
cosa de la temperatura media verdadera de la lámina.
Vamos a suponer que k, por ejemplo, varía linealmente con la temperatura. Nuevamente, el hecho de que
∆t sea pequeño para la lámina nos permite hacer una aproximación lineal sin cometer por ello un gran error.
Esto nos permite corregir los estimados de temperatura y mediante un procedimiento de aproximaciones
sucesivas obtener mas exactitud. Las ecuaciones lineales son:
k = a + bt (14-37)
C = a ′ + b ′t (14-37')
Sea un espesor de pared uniforme, compuesto por un solo material. Si está compuesto por mas de uno el
tratamiento se modifica un poco dentro de las mismas líneas generales y siguiendo idéntico razonamiento.
Lo dividimos en n láminas de espesor ∆x. Como toda la pared estará compuesta de un solo material pero
cada lámina tiene una temperatura distinta, y el coeficiente k depende de la temperatura, asumimos un va-
lor distinto de k para cada lámina.
En un instante ∆τ suficientemente pequeño suponemos que no hay acumulación de calor en ningún punto,
es decir que en ese instante el sistema se comporta en todo sentido como si estuviese en régimen estacio-
nario. O, dicho en otros términos, si el régimen estacionario se caracteriza por la variación de las temperatu-
ras en el tiempo, en un lapso de tiempo suficientemente pequeño las temperaturas no cambian y por ende
el régimen transitorio se puede considerar como una infinita sucesión de una gran cantidad de estados de
régimen estacionario, todos diferentes entre sí.
De la ecuación (14-2):
q& t0 − t1 t1 − t 2 t −t
= = = L L = n- 1 n (a)
A ∆ x ∆ x ∆x
k1 k2 kn
De la ecuación (14-9):
t0
t1 q& t −t
t2 t3 t4
= 0 n n (b)
A
qx tn-1
tn
∆x ∑
i=1
1
ki
Por lo tanto, de las ecuaciones (a) y (b) podemos
construir una sucesión:
k1 k2 k3 k4 kn
q& L1 t − t ∆x t −t
t 1 = t0 − = t0 − 0 n n = t0 − 0 n n
A k1 1 k1
∆x
i=1
∑
ki
k1
i =1
1
ki ∑
q& L2 t −t ∆x t −t
t 2 = t1 − = t1 − 0 n n = t1 − 0 n n
A k2 1 k2
∆x
i =1
∑
ki
k2
i=1
1
ki ∑
KK (14-38)
KK
t0 − t n L j t −t
t j = t j-1 − n
= t j-1 − 0 n n para cualquier j/ 0 < j < n
Li k j
∑i=1
ki
kj ∑
i=1
1
ki
Luego es fácil calcular las temperaturas medias:
t0 + t1 t +t t j-1 + t j
t1 = ; t2 = 1 2 ; tj =
2 2 2
Pero:
t0 + t1 1 t0 − t n t0 − t n
t1 = = t0 + t0 − = t0 −
2
∑ ∑
2 n
1
n
1
k1 2k 1
ki ki
i =1 i =1
t1 + t 2 1 t0 − t n t0 − t n
t2 = = t1 + t1 − = t0 −
2
∑ ∑
2 n
1
n
1
k2 2k 2
ki ki
i =1 i =1
Ejemplo 14.6 Cálculo de la pérdida de calor por conducción, horno en régimen transitorio.
Hay que construir un horno que opera cinco días y se apaga el fin de semana para repararlo. Se calienta
eléctricamente y su temperatura de trabajo es 1800 °F (o 980 °C). Se ha estimado que las paredes han de
tener un espesor de 9" y se ha suscitado una discusión sobre cual sería el mejor material aislante. Unos di-
cen que hay que usar ladrillo refractario porque es mas robusto. Otros dice que hay que usar lana de vidrio
porque es mejor aislante. Se calcula que en el arranque se tardarían dos horas para llevarlo desde 80 °F
(27 °C) hasta la temperatura de trabajo. Para dirimir la cuestión se ha de calcular la pérdida de calor por
unidad de superficie con cada material en una semana de trabajo de 120 horas.
Datos
Estimando una temperatura media de pared del orden de 1000 °F, para el ladrillo refractario tenemos:
BTU BTU Lb
k = 0.67 , C = 0.29 , ρ = 125 .
hr pie ºF Lb ºF pie 3
Para la lana de vidrio es:
BTU BTU Lb
k = 0.16 , C = 0.23 , ρ = 38 .
hr pie ºF Lb ºF pie 3
El coeficiente combinado de radiación-convección superficial depende de la temperatura de la superficie y
BTU
variará bastante. Parece sensato asumir para la superficie externa un valor medio de ht′′ = 3 . El
hr pie 2 ºF
cómputo de h" y h' se verá en detalle en el próximo capítulo.
Solución
Nos concentraremos en exponer un esbozo de cálculo no muy elaborado (suponemos constantes las pro-
piedades) para el ladrillo, porque el de la lana es idéntico y nos ocuparía demasiado espacio. Elegimos la-
minar la pared en cuatro tajadas imaginarias, aunque un número mayor de láminas sería preferible, diga-
mos por ejemplo dieciséis. El cálculo con gran cantidad de tajadas se hace muy laborioso si se hace a ma-
no, de modo que resulta preferible hacer un pequeño programa de computadora. Con cuatro tajadas tene-
mos:
∆x =
9 1
= 0.1875 pies ∆τ =
(∆x ) 2
ρC
=
0.1875
2
0.29 × 125
= 0.95 hora
12 4 2 k 2 0.67
El problema de determinar las temperaturas de la pared lo resolvemos así: en el instante 0 el horno está to-
tal y uniformemente frío a 80 °F, y como tarda dos horas y media en alcanzar la temperatura interna unifor-
me de 1800 °F, durante esas dos y media horas asumimos que t0 aumenta linealmente. Esta suposición pa-
rece razonable porque la superficie interna recibe energía en forma constante. Las temperaturas interiores
las obtenemos por interpolación lineal tal como explicamos precedentemente, lo que es fácil porque la tem-
peratura del otro extremo (lado frío) permanece constante e igual a 80 °F (temperatura ambiente).
q&
tiempo temperaturas Flujo calórico
A
2
[horas] [°F] [BTU/(pie hr)]
t0 t1 t2 t3 t4
0.00 80 80 80 80 80 0
0.95 734 80 80 80 80 2340
1.90 1388 407 80 80 80 3510
2.85 1800 734 244 80 80 3810
3.80 1800 1022 407 162 80 2780
4.75 1800 1104 592 244 169 2490
5.70 1800 1196 674 381 243 2160
6.65 1800 1237 789 459 286 2010
7.60 1800 1295 848 538 328 1805
8.55 1800 1324 917 588 356 1700
9.50 1800 1359 956 637 382 1575
∞ 1800 -- -- -- 475 1185
La temperatura t0 a las 0.95 horas se obtiene por interpolación lineal, teniendo en cuenta que a las 2.5
horas del arranque el horno tiene una temperatura t0 uniforme de 1800 °F y suponemos (no tiene porqué
ser de otro modo) que esta crece linealmente:
1800 − 80
t0 a 0.95 horas = 0.95 + 80 = 734 ºF
2.5
Para las primeras 4.75 horas se pueden calcular las temperaturas intermedias por promedio aritmético de
las temperaturas precedentes. El valor de t4 (temperatura de la superficie externa del horno) para ese mo-
mento y tiempos sucesivos posteriores se puede obtener de la siguiente igualdad:
ht′′∆x t ′′ + k t 3
t4 =
k + ht′ ∆x
q&
Las intermedias (t1, t2, t3) por promedio aritmético como se explicó. Los valores de que aparecen en la
A
tabla se determinan por aplicación de la ecuación de Fourier, ecuación (14-2), a la primera lámina (flujo que
sale del horno). Por ejemplo a las 3.8 horas tenemos:
q& 1800 − 1022 BTU
= 0.67 = 2780
A 0.1875 hr pie 2
Para τ = ∞ se alcanza estado estacionario. Todo el flujo calórico que pasa por la primera lámina sale por la
2
última, por lo tanto si la pared libera calor al medio ambiente a razón de 3 BTU/(hr pie °F) (que es el valor
de h"t) es para ese instante:
( ) (
q& = ht′′ A 1800 − t = 3 × 1 1800 − t
4 4
)
y también:
1800 − t 4 1800 − t 4
q& = k A = 0.67 × 1
L 9
12
por lo tanto operando:
q& BTU
t 4 = 475 °F ⇒ = 1185
A hr pie 2
De igual forma trabajamos para el caso de la lana de vidrio. La pérdida total de calor en cada material a lo
largo del período total es:
Q=
∫ q& dt
Introducción a la Termodinámica – Jorge A. Rodriguez
www.forofrio.com Intercambio de Calor por Conducción 600
Dados los valores de las tablas esta integral se puede resolver en forma numérica o gráfica. La dificultad
mayor para ello reside en el hecho de que el intervalo de tiempo ∆τ es demasiado grande, lo que a su vez
proviene de haber elegido un ∆x demasiado grande del cual depende ∆τ por la ecuación (14-33). Si quere-
mos tener mayor exactitud debemos elegir una laminación mucho mas fina, en 12 o 20 tajadas. Para el la-
2
drillo refractario se obtiene Q/A = 154,700 BTU/pie y para el material de lana de vidrio Q/A = 43,300
2
BTU/pie , ambos por semana.
Observemos que cuando el horno se está calentando, durante la mitad del primer turno, la pérdida es mu-
cho mayor que en régimen estable lo que se debe a la gran masa del ladrillo refractario que se debe calen-
tar. Esto, que es una desventaja en el arranque y en la parada porque hay que esperar mucho para poder
cargar, tiene la ventaja de que cualquier corte de energía eléctrica lo afecta mucho menos que si se emplea
lana de vidrio, que tiene menor inercia térmica.
Existen varios programas de cálculo de intercambio de calor por conducción en estado transitorio en varias
versiones: para refractarios, para aislamiento térmico, etc.
BIBLIOGRAFIA
• “Elementos de Termodinámica y Transmisión del Calor” – Obert y Young.
CAPITULO 15
INTERCAMBIO DE CALOR POR CONVECCION
15.1 Introducción
Ya hemos visto que el calor se puede transferir por tres mecanismos fundamentales: por conducción, que
ya hemos examinado, por convección, que estudiaremos aquí, y por radiación, que estudiaremos mas ade-
lante. Básicamente el mecanismo de convección se basa en la creación de corrientes en el seno de un flui-
do, por lo que se distingue nítidamente de la conducción, que se puede dar en los fluidos y en los cuerpos
rígidos, y de la radiación, que no requiere medio conductor. Las corrientes producidas en el seno del fluido
reconocen dos orígenes:
a) natural, por efecto de la gravedad sobre zonas del fluido que tienen distintas densidades causadas
por diferencias de temperatura entre las mismas, es decir cuando las corrientes son causadas por
diferencias de energía potencial (flujo por gravedad o termosifón) y
b) artificial o forzada, cuando las corrientes se originan en diferencias de energía cinética (elemento
impulsor: bomba, ventilador). En el primer caso se dice que hay convección natural y en el segundo
convección forzada.
En este capítulo nos ocupamos del intercambio de calor sensible por convección. Se denomina transmisión
de calor sensible a cualquier proceso en el que el fluido usado para calentar o enfriar no experimenta cam-
bio de fase. Estudiaremos los procesos de intercambio de calor con cambio de fase en el próximo capítulo.
El análisis de los mecanismos de convección es complejo y ante el fracaso de los métodos analíticos clási-
cos se ha usado el Análisis Dimensional con éxito. No podemos tratar aquí el Análisis Dimensional en pro-
fundidad, para lo que se debe recurrir a la literatura, pero superficialmente podemos decir que se trata de
una herramienta teórica cuya principal utilidad reside en que permite encontrar la forma del modelo mate-
mático que describe una situación física por medio de la homogeneidad dimensional que atribuimos al mo-
delo en una cierta base dimensional predefinida. Se denomina base a un conjunto de unidades
fundamentales que bastan para describir totalmente las variables que intervienen en el modelo. En nuestro
caso, la base está integrada por las unidades fundamentales: Fuerza, Longitud, Energía (o Calor),
Temperatura y Tiempo, porque elegimos plantear nuestro modelo usando el sistema mixto de unidades
usuales. Si elegimos como sistema el SI, la base está integrada por las unidades fundamentales: Masa,
Longitud, Temperatura y Tiempo. Toda magnitud que interviene en un problema de transmisión de calor se
puede describir en términos de las unidades de la base. (Ver “Termodinámica” de Julio Palacios). El
Análisis Dimensional a partir de los trabajos de Bridgman usa mucho los números adimensionales, que son
agrupaciones de variables que se combinan entre sí por medio de productos y cocientes de modo que las
unidades de las mismas se cancelen mutuamente entre sí, resultando un valor numérico sin unidades.
[]h =
[
Energía ] =
[ Potencia ]
[ ][ ][
Superficie Tiempo Temperatura ] [ ][
Superficie Temperatura ]
Llamamos h al coeficiente de película del fluido. Se debe evaluar individualmente para cada situación parti-
cular por las siguientes razones:
1) El valor del coeficiente de conducción k depende del fluido y de la temperatura media de la capa
laminar, que a su vez depende de su espesor;
2) El espesor de la capa laminar es extremadamente difícil de estimar.
En efecto, se debe pensar que el espesor de la capa laminar depende de muchos factores: dependerá de la
viscosidad del fluido y de su velocidad, puesto que a altas velocidades el espesor es menor que a bajas ve-
locidades; de la rugosidad de la superficie; de su disposición geométrica, es decir, si está horizontal o verti-
cal, y si está vertical de si el fluido corre de arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba o cruzado; de si el flui-
do se calienta o se enfría, o hierve, o se condensa; en fin, hay muchísimas posibilidades. El problema es
muy complejo y escapa al análisis teórico por lo que solamente contamos con correlaciones experimentales
que permiten estimar un valor aproximado, en el mejor de los casos, de manera que no se puede pretender
una gran exactitud aun contando con datos bibliográficos modernos.
Nuestra principal herramienta para tal fin es el Análisis Dimensional. Provee una base que permite analizar
el problema y predecir la forma que tendrá el modelo matemático que lo describe. Posteriormente, apoyán-
dose en ese modelo, es mas fácil proyectar los experimentos y procesar la información que permita arribar
finalmente a una correlación precisa.
Los números mas usados son:
hD
Número de Nusselt: N Nu = (15-2)
k
Cp µ
Número de Prandtl: N Pr = (15-3)
k
DV ρ DV D G 4 m&
Número de Reynolds: N Re = = = = (15-4)
µ ν µ π µD
D 3 ρ 2 β g ∆T D 3 β g ∆T
Número de Grashof: N Gr = = (15-5)
µ2 ν2