NOVENA NAVIDAD y CONSIDERACIÓNES
NOVENA NAVIDAD y CONSIDERACIÓNES
NOVENA NAVIDAD y CONSIDERACIÓNES
Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amas a los hombres, que les
diste en tu Hijo la prenda de Tu amor, para que hecho hombre en las
entrañas de una Virgen naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio;
yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan
soberano beneficio.
Reflexión del Día: El amado Papa Benedicto XVI siempre nos enseñó que el
camino cristiano debe vivirse en la verdad y en el amor, por eso con
franqueza un día nos escribió: “Podemos tratar de limitar el sufrimiento,
luchar contra él, pero no podemos suprimirlo. Precisamente cuando los
hombres, intentando evitar toda dolencia, tratan de alejarse de todo lo que
podría evitar aflicción, cuando quieren ahorrarse la fatiga y el dolor de la
verdad, del amor y del bien, caen en una vida vacía en al que quizás ya no
existe el dolor, pero en que la oscura sensación de la falta de sentido y de
la soledad es mucho mayor aún. Lo que cura al hombre no es evitar el
sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación,
madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión de con
Cristo, que ha sufrido con amor infinito” (Spe Salvi, 37).
Comentemos: ¿Cuáles han sido las victorias del Señor en tu vida, qué
sufrimientos enfrentamos cristianamente y nos hicieron mejores?
Reflexión del día: Obtener el Reino, ganarlo, nos compromete con una lucha
sin descanso, el evangelio de Mateo dice que requiere violencia, es decir
una lucha fuerte como es morir a nosotros mismos, a los caprichos y
apetencias, tengamos claro, el Reino lo ganan los valientes, los santos, los
justos, los misericordiosos, los orantes, los esforzados: todo eso lo notamos en
el Pesebre al ver a María Santísima y a San José, fueron perseguidos,
enfrentaron la privación, la incomodidad. San Juan Pablo II nos enseñó: “Los
testigos de la cruz y de la resurrección estaban convencidos de que “por
muchas tribulaciones es preciso pasar para entrar en el reino de Dios”. (Hch
14, 22). Y san Pablo, escribiendo a los Tesalonicenses, dice: “Nos gloriamos
nosotros mismos de vosotros… por vuestra paciencia y vuestra fe en todas
vuestras persecuciones y en las tribulaciones que soportáis. Todo esto es
prueba del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino
de Dios, por el cuál padecéis” (2 Tes 1, 4 - -4). (Salvifici Doloris # 21).
Reflexión del día: “Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las
naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro”. Veni
ad salvandum nos! ¡Ven a salvarnos!
“Este es el clamor del hombre de todos los tiempos, que siente no saber
separar por sí solo las dificultades y peligros. Que necesita poner su mano en
otra más grande y fuerte, una mano tendida hacia él desde lo alto. Queridos
hermanos y hermanas, esta mano que Dios ha tendido a la humanidad,
para hacerla salir de las arenas movedizas del pecado y ponerla en pie
sobre la roca, la roca firme en su verdad y de su amor (cf. Sal 40, 3).
(Benedicto XVI, Navidad 2011).
Reflexión del Día: Lo que significa el nombre de aquel Niño es “Salvador” (cf.
Mt 1, 21; Lc 1, 31) Él fue enviado por Dios Padre para salvarnos sobre todo
del mal profundo arraigado en el hombre y en la historia: ese mal de la
separación de Dios, del orgullo presuntuoso de actuar por sí solo, de rivalizar
con Dios y ocupar su puesto, de decidir lo que es bueno y lo que es malo,
de ser el dueño de la vida y de la muerte (cf. Gn 3, 1 – 7). Este es el gran mal,
el gran pecado, del cual nosotros los hombres no podemos salvarnos si no
es encomendándonos a la ayuda de Dios, implorándole: “Ven a salvarnos”.
(Benedicto XVI Navidad 2011).
Jesucristo es la prueba de que Dios ha escuchado nuestro clamor. Dios tiene
un amor tan fuerte por nosotros, que no puede permanecer en sí mismo, que
sale de sí mismo y viene entre nosotros, compartiendo nuestra condición
hasta el final (cf. Ex 3, 7 – 12). ¡Feliz Navidad!