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4° Mitos y leyendas

La Patasola o "con un solo pie" es un personaje imaginario, una de


las leyendas del folclor de Colombia relacionado con mujeres monstruos. Su aspecto es
aterrador: cabellera enmarañada, grandes ojos de tigresa, boca grande, colmillos enormes.
Según la leyenda, es el alma en pena de una mujer infiel que deshonró a sus hijos y nunca
supo valorar a su esposo. Dicen que la mayoría de gente de Colombia la ha visto.
Se dice que su naturaleza verdadera es la de una especie de vampiro feroz con un gran
apetito de carne y sangre humana, capaz de atacar y devorar la carne o chupar la sangre de
sus víctimas. Son comunes en el folclor de Colombia, son similar a la Sayona de Venezuela,
la Tunda de la zona colombiana del Océano Pacífico, y la Madre monte de Colombia. A
menudo se las representa como protectoras de la naturaleza y de los animales del bosque y
no perdonan a los seres humanos que osan penetrar en sus dominios para alterarlos o
destruirlos.
En Colombia, se dice que tiene que ver con una traición amorosa, pues cuentan que una bella
mujer estaba casada con un campesino muy trabajador que se la pasaba vendiendo las
cosechas de su patrón, pues la esposa del arrendatario tenía 3 hijos. Aprovechando las
ausencias del campesino, el patrón le coqueteaba a la bella mujer y ella no le era indiferente a
sus piropos y regalos; los vecinos se dieron cuenta, y un buen día le contaron todo al marido.
A la mañana siguiente el campesino decidió hacer como si saliera a vender la cosecha fuera
del pueblo pero espero escondido cerca de la casa. Al anochecer entró súbitamente y
encontró a los amantes abrazados en la cama. Lleno de ira, el campesino desenvainó su
machete con furia, se arrojó sobre ellos y le cortó la cabeza de un solo machetazo al patrón.
La mujer, entre sorprendida y horrorizada, quiso salir huyendo pero el enfurecido marido, de
un sólo machetazo le cortó una de sus piernas ocasionándole la muerte.
El patrón y la esposa del arrendatario murieron casi a la misma hora, el vaquero, sin pensarlo
2 veces, le prendió fuego al rancho en donde vivía y fue arrestado. Fue sentenciado por 2
años, pero después, se llevó a sus hijos y se fueron de la región entristecidos para no regresar
jamás.
Al atardecer, el alma de Patasola se dirigió al rancho saltando con dificultad en una sola pata,
y viendo los frutos de su engaño. En una mezcla de arrepentimiento y furia, se convierte de
una hermosa mujer en un monstruo malvado y horroroso que lanza tenebrosos gritos.
Las personas aseguran haber visto su ánima saltando en una sola pata, por sierras, cañadas
y caminos, destilando sangre y dando gritos lastimeros.
Se les aparece como una hermosa mujer para después atraerlos y enamorarlos. Luego, los
lleva a la oscuridad del bosque en donde se transforma en una horrible mujer con ojos de
fuego, boca desproporcionada y dientes de felino. Se lanza sobre su víctima y le chupa la
sangre y tritura los huesos con sus colmillos. Y en medio de una nube mortecina, desaparece
con su presa.
La Madre Monte

Los campesinos y leñadores que la han visto, dicen que es una señora corpulenta, elegante,
vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero cubierto de hojas y plumas verdes. No se
le puede apreciar el rostro porque el sombrero la opaca. Hay mucha gente que conoce sus gritos o
bramidos en noches oscuras y de tempestad peligrosa. Vive en sitios enmarañados, con árboles
frondosos, alejada del ruido de la civilización y en los bosques cálidos, con animales dañinos.

Los campesinos cuentan que cuando la Madremonte se baña en las cabeceras de los ríos, estos se
enturbian y se desbordan, causan inundaciones, borrascas fuertes, que ocasionan daños
espantosos.

Castiga a los que invaden sus terrenos y pelean por linderos; a los perjuros, a los perversos, a los
esposos infieles y a los vagabundos. Maldice con plagas los ganados de los propietarios que
usurpan terrenos ajenos o cortan los alambrados de los colindantes. A los que andan en malos
pasos, les hace ver una montaña inasequible e impenetrable, o una maraña de juncos o de
arbustos difíciles de dar paso, borrándoles el camino y sintiendo un mareo del que no se
despiertan sino después de unas horas, convenciéndose de no haber sido más que una
alucinación, una vez que el camino que han trasegado ha sido el mismo.

El mito es conocido en Brasil, Argentina y Paraguay con


nombres como: Madreselva, Fantasma del monte y Madre de los cerros.

Dicen que para librarse de las acometidas de la Madremonte es conveniente ir fumando un tabaco
o con un bejuco de adorote amarrado a la cintura. Es también conveniente llevar pepas de
cavalonnga en el bolsillo o una vara recién cortada de cordoncillo de guayacán; sirve así mismo,
para el caso, portar escapularios y medallas benditas o ir rezando la oración de San Isidro
Labrador, abogado de los montes y de los aserríos.
Hombre Caimán

E
l Hombre Caimán es una leyenda que se desarrolla en la población ribereña de Plato,
Magdalena, en la Costa Caribe colombiana.1 Cuenta la historia de Saúl Montenegro, un
hombre cuya pasión por espiar a mujeres desnudas lo condenó a quedar convertido en un ser
con cuerpo de caimán y cabeza humana.2
En Plato se celebra anualmente el Festival del Hombre Caimán. También existen una plaza y
un monumento en su honor que son patrimonio cultural de la población. La leyenda del
Hombre Caimán quedó inmortalizada en la canción "Se va el caimán" del barranquillero José
María Peñaranda.

La leyenda[

Monumento del Hombre Caimán en Plato (Magdalena).

Cuentan que hace mucho tiempo existió un pescador muy mujeriego que tenía por afición
espiar a las mujeres plateñas que se bañaban en las aguas del río Magdalena. Previendo que
podría ser descubierto entre los arbustos, se desplazó a la Alta Guajira para que un brujo le
preparara una pócima que lo convirtiera temporalmente en caimán para que no sospecharan
las bañistas y poderlas admirar a placer. El brujo le preparó dos pócimas, una roja que lo
convertía en caimán, y otra blanca que lo volvía hombre de nuevo.
Montenegro disfrutó por algún tiempo de su ingenio, pero en una ocasión, el amigo que le
echaba la pócima blanca no pudo acompañarlo. En su lugar fue otro que, al ver el caimán, se
asustó al creer que era verdadero y dejó caer la botella blanca con el líquido que lo convertía
en hombre de nuevo. Antes de derramarse completamente, algunas gotas del líquido
salpicaron únicamente la cabeza de Saúl, por lo que el resto su cuerpo quedó convertido en
caimán. Desde entonces, se convirtió en el terror de las mujeres, quienes no volvieron a
bañarse en el río.
La única persona que se atrevió a acercársele después fue su madre. Todas las noches lo
visitaba en el río para consolarlo y llevarle su comida favorita: queso, yuca y pan mojado
en ron. Tras la muerte de su madre, (que murió de la tristeza por no haber podido encontrar al
brujo que había elaborado las pócimas porque había muerto), el Hombre Caimán, solo y sin
nadie que lo cuidara, decidió dejarse arrastrar hasta el mar por el río hasta Bocas de Ceniza,
como se conoce la desembocadura del río Magdalena en el mar Caribe a la altura
de Barranquilla. Desde entonces, los pescadores del Bajo Magdalena, desde Plato hasta
Bocas de Ceniza, permanecen pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos
de las riberas

Leyenda de Bochica
(Leyenda de Cundinamarca)

La historia de esta leyenda, cuenta que en época de los Chibchas, durante días y
noches llovió tanto que se arruinaron los cultivos; las casas se vinieron al suelo, y se
mojaron tanto que lo mismo servía tener techo de palma o no.
El Zipa, quien comandaba todo el imperio Chibcha, y los caciques, que eran como los
capitanes o gobernadores de los poblados de la sabana, se reunieron para buscar una
solución, pues no sabían qué hacer y el agua seguía cayendo del cielo en torrentes. Se
acordaron entonces de Bochica, un anciano que no era de su tribu y quien había aparecido de
repente en un cerro de la sabana.
Dicen que era alto y de piel colorada, con ojos claros, barba blanca y muy larga que le llegaba
hasta la cintura. Vestía una túnica también larga, sandalias, y usaba un bastón para apoyarse.
Él les había enseñado a sembrar y cultivar en las tierras bajas que quedaban próximas a la
sabana y a orar. Cuando se iniciaron las lluvias, Bochica estaba visitando el poblado de
Sugamuxi (hoy Sogamoso), en donde había un templo dedicado al Sol.
Los chibchas decidieron llamarlo, porque pensaron que Bochica era un hombre bueno que
podría ayudarlos, o todo el imperio se acabaría a causa de la gigantesca inundación. El
anciano dialogó con dificultad con los caciques, pues no dominaba su lengua, pero se hacía
entender y le comprendían bastante. Se retiró a un rincón del bohío que tenía por habitación,
rezó a su dios, que decía era uno solo. Luego salió y señaló hacia el suroccidente de la
sabana.
Cuentan además, que cientos de indios organizaron una especie de peregrinación con él. Se
detuvieron después de varios días en el sitio exacto en donde la sabana terminaba, pero las
aguas se agolpaban furiosas ante un cerco de rocas. Los árboles enormes y la vegetación
selvática frenaban la furia del agua.
Bochica, con su bastón, miró al cielo y tocó con el palo las imponentes rocas. Ante la sorpresa
y admiración de unos y la incredulidad de todos, las rocas se abrieron como si fueran de
harina. El agua se volcó por las paredes, formando un hermoso salto de abundante espuma,
con rugidos bestiales y dando origen a una catarata de más de 150 metros de altura. La
sabana, poco a poco, volvió a su estado normal. Y allí quedó el "Salto del Tequendama".
Dicen que Bochica, tiempo después, desapareció silenciosamente como había venido.

Mito de Bachué, diosa y maestra de los chibchas


Descubre Conexión Vital. Cada mes publicaremos un nuevo mito cosmogónico colombiano con su
respectiva ilustración. Febrero 2014: Mito de Bachué, diosa y maestra de los chibchas.

La laguna de Iguaque, caracterizada por su paisaje frío, alguna vez se llenó de flores y plantas de
colores, el agua comenzó a burbujear como si hirviera y apareció una hermosa mujer delgada, de cabello
largo y esbelta. En su brazo derecho tenía un niño de cinco años. Caminaron sobre el agua hasta la orilla.
Eran Bachué y su hijo, venían a poblar la tierra.
Cuando el niño creció y fue un hombre contrajo matrimonio con Bachué, tuvieron muchos hijos, pues en
cada parto tenía cuatro, cinco, seis hijos y hasta más. Primero se instalaron en la sabana y después
recorrieron todo el imperio Chibcha. Poblaron cada rincón con sus hijos. Ella enseñó a sus hijos a tejer,
construir bohíos, amasar el barro, cultivar y trabajar los metales. Su esposo entrenó guerreros y les
enseñó los valores de la vida.
Cuando Bachué consideró que la tierra estaba lo suficientemente poblada, dispuso todo para volver a la
laguna de Iguaque. Acompañada por una multitud, regresó al sitio del que salió y en compañía de su
esposo se lanzó al agua y desaparecieron.
Tiempo después Bachué y su esposo se convirtieron en una serpiente que salió a la superficie y la
recorrió en presencia de todos, dejando como mensaje que siempre los acompañarían.
La laguna de Iguaque se convirtió en un lugar sagrado y allí se celebraban ceremonias en honor a
Bachué.
La sociedad chibcha se rigió por el matriarcado; por eso el nombre del esposo es desconocido. La mujer
era la encargada de transmitir las tradiciones y costumbres a los descendientes. Ella era considerada una
diosa, pero además una maestra, a quien debían el tipo de organización, las tradiciones y valores de su
cultura.

El Mohán es un personaje perteneciente a los mitos


folclóricos de Colombia.
Se le describe como un ser humanoide, muy corpulento, con
una abundante, larga y descuidada cabellera con la que
cubre gran parte de su cuerpo, otras veces cuentan que es un
ser musgoso, de ojos brillantes y uñas largas y afiladas.
Según las leyendas mora en cavernas cercanas a quebradas,
ríos o lagunas. Se lo ve en las montañas, peñascos, playas
de los ríos, rocas.
Se dice de los mohanes que fuman tabaco y se roban a las
mujeres que más les gustan cuando lavan la ropa en la
quebrada, razón por la cual las debe acompañar un varón. Su
cara tosca y de fiero aspecto, sus frecuentes griterías y
risotadas, hacen del mohán el terror de los que trabajan cerca
de los ríos o en barcos, como pescadores, bogas y las
lavanderas.
Nacimiento de la Luna y el Sol 
En medio de la oscuridad una hermosa india arhuaca tuvo
dos niños que desprendían luz por todo el cuerpo. Ella,
7temerosa de que al verlos se los robaran, los escondió en
una cueva, Sin embargo; el resplandor que producían era
tanto que se filtraba por las hendijas de la puerta y fácilmente
fue visto por los demás indios que, curiosos, quisieron saber
qué había dentro.

Con flautas, caracoles y tambores llegaron hasta las


cercanías de la cueva y empezaron a tocar una música
hermosísima. Las suaves notas llegaron a los oídos de los
niños indios y Yuí, el varón, salió para escucharla mejor.

Al verlo los indios trataron de cogerlo, pero Yuí voló y subió


hasta el cielo en donde se convirtió en sol; los indígenas que
miraron para verlo, quedaron convertidos en piedra.

Empero, la luminosidad que había en la cueva continuaba y


tenues rayos se asomaban por las hendiduras; los indígenas
decidieron tocar más hermoso y Tima, la hermana de Yuí.
También salió para escucharla mejor; los indios, temerosos
de que se les escapara, le arrojaron cenizas a los ojos para
así cegarla, pero ella voló en la misma dirección de su
hermano y se situó muy cerca.

Como la cara le había sido encenizada, no tuvo el mismo


resplandor de Yuí, pero en las noches vigila los prados de los
Icjas. Tima se convirtió en luna.

Los arhuacos celebran sus fiestas en lugares sagrados, cuyo acceso está prohibido a
los curiosos, a los traficantes blancos y a los negros. 
Una de sus costumbres ha adquirido fuerza religiosa: el esposo no vive en la misma
cabaña que la de su esposa y sus hijos. Cada familia tiene dos, y cuando el hombre
apetece comer, se va a sentar frente a una piedra colocada en medio de las dos
cabañas, y a ese lugar, le tiene que lleva los alimentos su mujer, sin importar si el día
está lluvioso o soleado. 

Las mujeres, alrededor de su choza, siembran cebollas, arracachas, papas, y cerca


de ahí, tienen un cercado con bananos, caña de azúcar y algunas otras plantas
alimenticias. 

Los arhuacos también crían ganado, pero como no lo llevan a pastar, se torna bravío. 

La leyenda
La leyenda suele ser un relato maravilloso que algunas veces tiene origen en algún
evento histórico, pero que suele estar enriquecido por numerosos elementos
fantásticos.

Es una producción literaria de creación colectiva sobre la existen diferentes


versiones. Muchas de ellas han llegado a nuestros días incluso como auténticas
piezas literarias.

El Mito
A diferencia de la leyenda, el mito describe más claramente una historia que
guarda una estrecha relación con lo religioso.

En efecto, posee componentes alegóricos evidentes que refieren a una fuerza de


tipo creadora o mágica que forma parte vital de la tradición que los genera. Los
mitos, tienen así, una influencia importante dentro de las costumbres de una
sociedad.

Por otra parte, como explica Mircea Eliade, el relato mítico posee una estructura
circular que transcurre durante un tiempo extra-temporal y a-histórico en el cual
los sucesos se repiten periódicamente simbolizando con frecuencia
acontecimientos cíclicos observables en la naturaleza. Otras veces, el mito
representa una explicación sobre el origen del mundo y es un sustento de la
cosmovisión de una cultura.

A diferencia entre mito y leyenda


El mito es un relato de hechos maravillosos protagonizado por personajes sobrenaturales
(dioses, semidioses, monstruos) o extraordinarios (héroes). En cambio, la leyenda, es una
narración tradicional o colección de narraciones relacionadas entre sí de hechos imaginarios
pero que se consideran reales.

El mito, en general, es una narración que describe y retrata en lenguaje simbólico el origen de
los elementos y supuestos básicos de una cultura.
Es un relato de hechos maravillosos protagonizado por personajes sobrenaturales (dioses,
semidioses, monstruos) o extraordinarios (héroes).
La narración mítica cuenta, por ejemplo, cómo comenzó el mundo, cómo fueron creados seres
humanos y animales, y cómo se originaron ciertas costumbres, ritos o formas de las
actividades humanas. Casi todas las culturas poseen o poseyeron alguna vez mitos y vivieron
en relación con ellos.
En cambio, la leyenda, es una narración tradicional o colección de narraciones relacionadas
entre sí de hechos imaginarios pero que se consideran reales.
A veces se da una mezcla de hechos reales y de ficción, aunque se parte de situaciones
históricamente verídicas. La palabra procede del latín medieval legenda y significa ‘lo que ha
de ser leído’.

La llorona es un mito muy popular no sólo en Colombia sino en toda


Latinoamérica, desde México hasta Chile. Los campesinos la describen
como una mujer con un rostro huesudo, greñas largas, vestiduras sucias y
cargando a un niño muerto en sus brazos.

Se caracteriza por un lamento largo y desgarrador, acompañado a veces de


gritos escalofriantes. Este espíritu corresponde al de una mujer que asesinó
a su propio hijo y ahora anda condenada a lamentarse por la eternidad.
Puede ser encontrada en las riberas de los ríos y entre los cafetales.

El Ánima Sola

El Ánima sola es un alma en pena que se encuentra pagando sus culpas en


el purgatorio. A veces puede ser oída en la medianoche o las madrugadas
como un murmullo de personas en procesión. Este murmullo puede ser
acompañado de luces que son las ánimas andando.
La creencia dice que estos espíritus ayudan a encontrar tesoros y objetos
de valor que han sido enterrados. Es por ello que esta aparición suele ser
venerada especialmente en el día de las ánimas y el Viernes santo.

Cundinamarca y Boyacá

11- Bochica y el salto del Tequendama

Esta leyenda muisca cuenta como durante varias semanas llovió por toda la
sabana hasta que los cultivos quedaron arruinados y las casas inundadas.
El Zipa, que era el regente de todos los cacicazgos de la zona, decidió
entonces recurrir al dios Bochica a por ayuda.

Éste descendió en un arcoíris como un anciano de barba blanca y larga,


vistiendo una túnica y sandalias y apoyado por un bastón. Muchas personas
acompañaron a Bochica a un lugar donde las aguas se agolpaban en una
montaña de rocas.

Bochica, con su bastón, desintegró esas rocas y el agua pudo fluir montaña
abajo. Es así como se formó la espectacular cascada hoy conocida como el
Salto del Tequendama.

12- Guatavita y la Leyenda de El Dorado

El cacique Guatavita era un poderoso comandante muisca que, en una


ocasión, descubrió a su esposa cometiendo adulterio. Este ordenó matar al
amante y a su esposa a comerse el corazón del mismo. La cacica
desesperada huyó a una laguna y allí se sumergió para convertirse en una
diosa presente en el sitio.

Los muiscas comenzaron a ofrendarle piezas de oro y los caciques bañados


en oro solían bañarse en sus aguas. Es así como surgió la leyenda de El
Dorado y muchos comandantes españoles emprendieron expediciones
infructuosas en busca de todo el oro de la laguna.

13- Origen de los muiscas

Fuente de José Horacio Betancur


en honor a la Bachue en Medellín.

Los muiscas creían que en un momento en el mundo no había nada a


excepción de una mujer llamada Bachué que surgió de la laguna de
Iguaque con un niño en sus manos. Estos comenzaron a habitar la tierra y
una vez que el niño creció, estos empezaron a tener hijos

Es así como los muiscas comenzaron a nacer y a multiplicarse. Un día


Bachué y su esposo ya envejecidos, decidieron comenzar su retorno a la
laguna de donde emergieron, esta vez convertidos en serpientes.

14- El patas

El patas es una criatura pequeña con pies enormes y velludos. Se dice que
anda cubierto de hojarasca y musgos. Es bastante tímido y huidizo, pero
ayuda a los viajeros perdidos en el bosque dejando huellas en el camino.
15- La Mancarita

La Mancarita es un mito, en ocasiones, parecido al de la Patasola. Esta


criatura es descrita como una mujer desgreñada, con un cuerpo muy
velludo y un solo seno en su pecho. Suele imitar los llantos de niños y
mujeres con el fin de atraer a hombres y raptarlos.

16- La mano peluda

Panorámica del desierto de Candelaria en Boyacá

En el desierto de la Candelaria en Boyacá, a veces suele aparecer una


mano del doble del tamaño que la mano de una persona normal, muy
velluda y con uñas largas.

Esta tiene la particularidad de que no se encuentra añadida a un cuerpo,


sino que anda independiente. La mano peluda suele arrastrar a los niños de
sus camas y causarles heridas que pueden hacer que se desangren y
mueran.

17- La mula herrada

Se dice que por las calles de la Bogotá colonial se solía escuchar el galopar
de una mula que a su paso levantaba chispas del suelo. Esta se atribuía al
fantasma de la mula de Don Álvaro Sánchez.
No obstante, un día fue encontrado el cadáver de una bruja en cuyos pies,
que parecían pezuñas, tenía unas herraduras como las de la mula. Desde
ese entonces, no se volvió a escuchar tal sonido por las calles.

18- El sombrerón

El sombrerón es un personaje siniestro que vestía siempre de negro y en su


cabeza portaba un gran sombrero. Montaba un caballo negro siempre por
las noches lo que hacía que se confundiera con la oscuridad.

Esta figura aparecía y desaparecía de los pueblos sin dar aviso. Perseguía a
borrachos y pillos siempre a altas horas de la noche en sitios solitarios.

MITOS INDIGENAS CHIBCHAS

La diosa Bachué es la madre primigenia del pueblo Muisca. Fue diosa de fuentes de agua como
manantiales y arroyos, así como pobladora de la tierra y protectora de las cosechas. Bachué
enseño preceptos como la paz, la armonía y la convivencia a los primeros pobladores Muiscas. Al
parecer se le rindió culto junto a la figura de su consorte (que emergió junto con ella en forma de
un niño de la laguna de Iguaque) en un santuario especial que posiblemente se ubicaba en el
actual San Pedro de Iguaque. Según las creencias chibchas tras haber poblado el mundo y haber
dejado sus enseñanzas entre los Muiscas, la diosa volvió junto con su compañero y se convirtieron
ambos en serpientes al ingresar a la laguna sagrada de Iguaque. En varios mitos Muiscas, como por
ejemplo el de la cacica de guatavita, aparece la figura de la Serpiente asociada a la de la laguna
sagrada
MITOS INDIGENAS PIJAOS

Tradición oral El pueblo Pijao tiene muchas creencias en la mitología, especialmente en los
espíritus del monte, el agua y la tierra. Según la creencia, los espíritus están dentro de las siete
capas del mundo, ubicados en el tercer escalón Chiri, o frío. Según cuenta Nelsy Vega Oyola,
profesora indígena, entre las ánimas del viento se encuentran el ‘Chilacó de Viento’, ‘El Pollo de
Viento’, ‘Burro de Viento’, ‘Culebra de Viento’, ‘El Burro sin Cabeza’, entre otros, estos tienen un
significado dependiendo del canto. “El Chilacó anuncia desgracias o muerte, si el canto es grueso,
es porque va a morir un hombre y si es delgado, fallecerá una mujer. “Por su parte, ‘El Pollo de
Viento’, anuncia invierno o verano; tenemos también que si ‘El Guaco’ canta sobre un árbol
frondoso, es porque va a llover, pero si se posa sobre un árbol seco, se aproximan días de sequía”.
El silbido de la ‘Culebra de Viento’ también anuncia lluvias

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