Cuento Con Cita
Cuento Con Cita
Cuento Con Cita
Mi primer documento
Gracias a que el burro era fuerte, veloz y gozaba de muy buena salud, los
sacos llegaban siempre en perfecto estado al puesto de venta. El mercader
apreciaba el esfuerzo diario del animal y estaba orgulloso de lo bien que
trabajaba, pero a decir verdad había una cosa de él que le fastidiaba un
montón: ¡comía mucho más que cualquier otro de su misma especie! La
razón era que como cargaba tanto peso gastaba mucha energía, y al gastar
mucha energía necesitaba reponer fuerzas continuamente. El hombre,
buena persona pero muy tacaño, solía lamentarse ante el resto de los
comerciantes de lo caro que resultaba alimentarlo ocho veces al día.
Una noche se puso a repasar los beneficios del mes y comprobó que no le
salían las cuentas. Enfadado, se echó las manos a la cabeza y empezó a
maldecir.
2
Mi primer documento
– ¡Este burro tragón es mi ruina! Engulle tanto que la mitad de lo que gano
se va en comprar sacos de alfalfa para saciar su apetito. ¡Esto no puede
seguir así!
– Ahora que lo pienso todos los días paso por delante de una finca donde
crece la alfalfa a porrillo y… ¡Claro, cómo no se me ha ocurrido antes!…
¡Puedo llevar allí a mi borrico glotón y dejar que se atiborre sin gastarme ni
una sola moneda!
– ¡Ya sé qué hacer! Compraré una piel de león, se la pondré al burro por
encima, y después lo soltaré dentro de la finca. El capataz pensará que se
trata de una fiera salvaje y no se atreverá a hacerle nada. ¡Ju, ju, ju!
Cinco minutos más tarde apareció el capataz y todo salió según lo previsto:
en cuanto el hombre descubrió que un peligroso león se paseaba por sus
dominios se puso a chillar como un loco y escapó huyendo muerto de
miedo. Al comerciante se le escapó una risita.
– ¡Je je je! ¡Se ha tragado la patraña!… ¡Sí señor, soy un tipo listo!
– ¡Ja, ja, ja!… ¡Ay, qué divertido!… ¡El muy torpe no se ha dado cuenta de
que esa fiera es más falsa que una moneda de cuero! Si supiera que tan
solo es un pobre asno incapaz de hacerle daño a una mosca… ¡Ja, ja, ja!
La escena se repitió una y otra vez durante una semana, pero el octavo día
la cosa cambió: sí, el capataz volvió a correr como si no hubiera un mañana,
pero en vez de ir a esconderse a su casa decidió actuar con valentía y pedir
ayuda a sus vecinos. En menos que canta un gallo reunió a más de treinta
hombres y mujeres que, armados con palos de escoba, estuvieron de
acuerdo en ir a dar un escarmiento a la pavorosa fiera. Él, por supuesto, se
puso al frente de la comitiva.
– ¡Ese león tiene los días contados!… ¡Le obligaremos a irse! ¡Vamos,
amigos!
Los vecinos, entendiendo que tenía toda la razón, levantaron los palos a
modo de espadas y, como si fueran parte de un pequeño ejército, se
prepararon para el asalto. En ese mismo momento el asno escuchó voces,
levantó la cabeza, y vio que una tropa armada hasta las cejas le miraba
amenazante. Ante semejante visión, tuvo tres reacciones en cadena: la
primera, quedarse petrificado; la segunda, poner cara de pánico; la tercera,
empezar a gritar como loco.
¡¿Un borrico?! Los miembros del grupo lanzaron los palos de escoba al aire
y se tiraron al suelo muertos de risa. De todos, el que más carcajadas
soltaba era el capataz.
– ¡Un borrico!… ¡Ja, ja, ja! Esto sí que es un final feliz… ¡y divertido!
Sí, ciertamente fue un final feliz y divertido para los vecinos, pero no para el
comerciante que, desde su escondite, vio impotente cómo el burro corría
despavorido, saltaba la valla y desaparecía para siempre por culpa de su
avaricia.
Referencias Biografía:
5
Mi primer documento
Primaria, M., 2021. El asno con piel de león - Mundo Primaria. [online] Mundo Primaria.
Available at: <https://www.mundoprimaria.com/cuentos-infantiles-cortos/cuentos-
populares/asno-piel-leon> [Accessed 20 February 2021].
Nombre Edad
Maury 43
Nancy 44
Lorena 24
Elizabeth 18
Ricardo 27
Miguel 28
Carlos 19
Francisco 25
Edgar 15
Raudy 5