Vigilia de Difuntos
Vigilia de Difuntos
Vigilia de Difuntos
Oficio de lectura
1
HIMNO
A dos coros
Amargo es el recuerdo de la muerte
en que el hombre mortal se aflige y gime
en la vida presente, cuya suerte
es morir cada día que se vive.
2
SALMODIA
Jefe de primer coro:
Antífona 1
De tierra me formaste y me revestiste de
carne; Señor, Redentor mío, resucítame
en el último día.
Monición
El alma se presenta como el borde del
sepulcro; de una situación desesperada
Dios opera el cambio pasándola a la
máxima seguridad; por ello el alma
entona el cántico nuevo de alabanza y
quiere hacer la voluntad de Dios
A dos coros
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito:
4
Todos:
De tierra me formaste y me revestiste de
carne; Señor, Redentor mío, resucítame
en el último día.
Antífona 2
Señor, dígnate librarme, date prisa en
socorrerme.
II
A dos coros
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
No me he guardado en el pecho tu
defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.
Todos:
Señor, dígnate librarme; Señor, date
prisa en socorrerme
Jefe del Primer Coro:
Antífona 3
Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro del
Señor?
6
Salmo 41
DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE
CONTEMPLAR EL TEMPLO
El que tenga sed y quiera, que venga a
beber el agua de la vida (Apoc. 22,17).
Monición:
Este salmo trata de la nación entera de
Israel trasplantada el destierro, desolada
al recordar los esplendores litúrgicos
perdidos, lejos en Jerusalén. Se hace oír
una voz que dice: “Valor, un día
volverán esas alegrías y se pondrán a
cantar de nuevo las alabanzas del
Altísimo”
A dos coros:
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
Tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día.
mientras todo el día me repiten:
"¿Dónde está tu Dios?"
7
Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Todos:
Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro del
Señor?
Lector:
De la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios
SEGUNDA LECTURA
De las disertaciones de san Anastasio
de Antioquía, obispo. (Disertación 5,
sobre la resurrección de Cristo. 6-7. 9:
PG 89, 1358-1359. 1361-1362)
15
V. En un Instante. en un abrir y cerrar de
ojos, al toque de la última trompeta, los
muertos despertarán
R. Los que hayan hecho el bien saldrán
a una resurrección de vida; los que
hayan hecho el mal, a una resurrección
de condena.
Oración
Se hace un breve silencio y después
dice la oración. Para los hermanos,
familiares y bienhechores difuntos.
16
Vísperas
HIMNO
A dos coros
¿Cuándo, Señor, tendré el gozo de
verte?
¿Por qué para el encuentro deseado
tengo que soportar, desconsolado,
el trágico abandono de la muerte?
SALMODIA
Jefe del primer coro.
Antífona 1
El señor te guarda de todo mal, él
guarda tu alma.
17
Salmo 120
EL GUARDIÁN DEL PUEBLO
No tendrán hambre ni sed; no les
molestará el sol ni calor alguno
(Apoc7,16).
A dos coros:
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor
que hizo el cielo y la tierra.
18
Todos:
El Señor te guarda de todo mal, él Señor
guarda tu alma.
Jefe primer coro:
Antífona 2
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Salmo 129
DESDE LO HONDO A TI GRITO,
SEÑOR
Él salvará a su pueblo de los pecados
(Mt 1, 21).
A dos coros:
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Antífona 3
Lo mismo que el Padre resucita a los
muertos y les da vida, así también el
Hijo da vida a los que quiere.
A dos coros:
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se anonadó así mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
20
Y así, actuando como un hombre
cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la
muerte y una muerte de cruz.
Todos:
Antífona 3
Lo mismo que el Padre resucita a los
muertos y les da vida, así también el
Hijo da vida a los que quiere.
Lector
¿Dónde, está, muerte, tu Victoria?
¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El
aguijón de la muerte es el pecado y la
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fuerza del pecado es la ley. Gracias a
Dios, que nos ha dado la victoria por
nuestro señor Jesucristo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Todos los que el Padre me ha entregado
vendrán a mí, y al que venga a mí no lo
echaré fuera.
22
Cántico de María Lc1, 46-55
A dos coros:
Proclama mi alma la grandeza del
Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
Salvador, porque ha mirado la
humillación de su esclava.
23
Todos:
Todos los que el Padre me ha entregado
vendrán a mí, y al que venga a mí no lo
echaré fuera.
PRECES.
Oremos al Señor Jesús, que
transformará nuestro cuerpo frágil en
cuerpo glorioso como el suyo, y
digámosle:
24
Señor Jesucristo, siempre vivo para
interceder por nosotros y por todos los
hombres, enséñanos a ofrecer el
sacrificio de alabanza por los difuntos,
para que sean absueltos de sus
pecados. R.
25
Oración
Se hace un breve silencio y después
dice la oración.
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