Indicadores Test de La Figura Humana

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LA INTERPRETACIÓN DE LOS SIGNOS

EN EL "TEST DE MACHOVER"
LA PRESIÓN DEL TRAZADO
La presión que el sujeto ejerce sobre las líneas de los DFH, refleja el nivel de energía psíquica y nerviosa fundamental,
señala la potencia de los impulsos realizadores, el grado tensional de la voluntad en el mantenimiento de las actitudes y
de los objetivos a lograr y la firmeza y resistencia frente a todo obstáculo, presión o dificultad.

Un dibujo basado en trazos fuertes, profundos y en relieve, expresa las facultades creadoras y de acción, la vitalidad y
energía de una persona que afronta con éxito los problemas vitales y marcha con confianza en sí mismo hacia los
objetivos que se propone. Si el conjunto de las figuras dibujadas no ofrece desproporciones, lateralizaciones u otros
signos de desadaptación, el sujeto vencer normalmente toda circunstancia adversa, oposición obstáculo o dificultad para
llegar a sus metas. Si el dibujo presenta desproporciones chocantes u otras anomalías que reflejen desadaptación e
impulsividad, el sujeto tiende a destruir, arrasar o atacar con más o menos violencia las situaciones contrariantes, las
presiones u oposiciones, es decir, los obstáculos que le impiden realizar sus deseos.
De manera general, el grosor y la profundidad de los trazos está en relación con la fuerza vital del
sujeto: esta fuerza o vigor personal, puede estar controlada, si las figuras son armónicas, bien
organizadas y sin distorsiones. La fuerza vital puede ser impulsiva, destructiva y violenta, si los
DFH presentan anomalías, desproporciones, desorden o discordancias.

La presión de los trazos, fuerte, normal o débil, aparte de reflejarnos el nivel de energía psíquica
y nerviosa, puede darnos también información sobre el retraimiento y la conflictividad (consigo
mismo o con el entorno), así como preciosa información sobre el estado de la sensibilidad
nerviosa y psíquica del sujeto que realiza los DFH.
SOMBREADOS, RETOQUES, BORRADURAS,
BORRONES, TACHADURAS EN LOS DFH

El sombreado, en general, ha sido interpretado por Karen Machover, como signo indicador de angustia, como opresión del animo, signo
característico de los individuos encogidos por impresiones difusas de impotencia, de inseguridad, de inferioridad, frente a peligros reales
o imaginados, determinantes de estados internos de sensación penosa, de malestar profundo, de inquietud extrema y miedo irracional.

En estos complejos de angustia y ansiedad, puede jugar un importante papel las represiones o insatisfacciones sexuales, las frustraciones,
el miedo injustificado a la pérdida de empleo o de algún ser querido. Este signo, es tanto más importante, cuanto más negra y extensa es
la zona o área del sombreado.

El sujeto que realiza sombreados en sus DFH, muestra el deseo de querer protegerse contra cualquier influencia o estimulo perturbador
que esté relacionado con lo que representa la zona del dibujo sombreada. El sombreado, entraña aspectos ocultos del sujeto que sólo se
descubren indirectamente. Es por esta razón que, en muchos casos, el sujeto niega su angustia o inquietud, sus miedos irracionales, su
ansiedad, echando mano de los argumentos o justificaciones que primero se le ocurren.
Los retoques, son fallos producidos por la inseguridad y torpeza del sujeto ante una tarea que le
cuesta realizar. Refleja, normalmente, una cierta inferioridad en el desarrollo de las facultades
perceptivas. Sin embargo, cuando los retoques aparecen en una zona o área aislada y no en todo
el conjunto, son indicadores de conflictos, problemas o preocupaciones en relación con los
órganos correspondientes al área donde se presentan. Los retoques, pueden ser también el
efecto de alguna depresión, o la aplicación minuciosa y exigente de un Yo con un deseo de
perfección exagerado.

El retoque, considerado como "un acto fallido", es un impulso inconsciente que intercepta,
momentáneamente, la idea de la tarea a realizar. Este tropiezo, fracaso o fallo, se puede
considerar como un efecto gráfico de un conflicto, como una representación inconsciente y
dolorosa de algún fallo personal relacionado con el lugar donde se ubica el retoque.
Las borraduras en los DFH. Suelen coincidir en individuos que miran el mundo y lo juzgan a través
de una libido desatendida o bloqueada, es decir, de una manera subjetiva, condicionada y
vivenciada según los problemas o distorsiones interiores. Algunos autores, relacionan este signo
con la neurosis compulsiva (inclinación a realizar determinados actos, más o menos absurdos,
empujado por potentes fuerzas inconscientes, a pesar de reconocer consciente-mente su
inutilidad e irracionalidad).
Las manchas o borrones en los DFH. Los borrones o manchas de tinta, o de bolígrafo, que se
hacen en el papel, por sudor de la mano, descuido o torpeza, suelen reflejar estados de
insatisfacción consciente o de ansiedad debidos a impulsos sado-masoquistas que condicionan la
tendencia a la suciedad. La sensación de incompletud de estos sujetos, puede deberse a no haber
podido formar pareja o a que este no satisface afectivamente y sexualmente al sujeto.
Las tachaduras en los DFH. Ciertos individuos tachan las figuras después de haber realizado una parte de ellas.
Este tipo de tachaduras está en correlación con complejos de fracaso y falta de identificación consigo mismo, lo
que motiva la angustia de la indecisión. El sujeto intenta corregir con este acto lo que él cree incorrecto y teme se
le juzgue de modo distinto a como él quiere ser visto. Es importante saber si la figura tachada corresponde al
propio sexo del sujeto o al sexo contrario. Cuando se trata de tachaduras a la figura del propio sexo, el sujeto
denota su sentimiento de fracaso y la anulación de sí mismo, lo que trae aparejado un empobrecimiento afectivo y
de las facultades intelectuales. El sujeto consume gran energía en sus conflictos internos. Estas anomalías en la
autoimagen, en el concepto de sí mismo, pueden dar lugar a una neurosis obsesiva.

Cuando la figura tachada corresponde al sexo contrario, señala problemas con este, o con su pareja.
Inconscientemente, el sujeto desea anular, eliminar, al sexo opuesto o a su pareja, ya sea por tendencias
homosexuales que sitúan al sujeto en inferioridad competitiva con la mujer, ya sea porque la mujer es un
obstáculo insoportable para su expansión afectiva y sexual.
Sombreado del suelo o línea de base de las figuras

El suelo, desde el punto de vista simbólico, representa el punto de apoyo, más o menos sólido, firme,
flotante, confiado o angustioso, en que se les da la base de sostén a los DFH sobre la realidad.
Conviene, pues, ver como cada sujeto hace "tocar de pies a tierra" a cada una de sus figuras.

Es lógico suponer, que si todo sombreado es signo inequívoco de angustia o ansiedad, un suelo
sombreado pueda ser un indicador de algún fallo del sujeto en la seguridad y confianza para afrontar
ciertas situaciones, problemas o circunstancias de su vida real. Esta inseguridad, puede ir seguida de
alguna sensación de miedo, de culpa, de inquietud o angustia o, simplemente, de pesimismo frente a
hechos o sucesos, reales o imaginados, que el sujeto teme, tanto más si el suelo desciende de
izquierda a derecha. Cuando el suelo desciende de derecha a izquierda, la situación que provoca estos
estados psíquicos, puede pertenecer al pasado y estar siendo vencida por la voluntad.
EL SEXO EN LOS DFH Y LAS DIFERENCIAS
ENTRE UNO Y OTRO

Nunca deberíamos olvidar que una prueba psicológica refleja sólo un momento de la vida de un individuo y no puede
considerarse nunca como un registro de todo su comportamiento y progreso vital y psicológico. Sin embargo, el modo
como trata cada sujeto el dibujo de su propia figura y la del sexo contrario, nos puede dar información acerca de nuestro
comportamiento sexual y la relación, sana o enferma, del Yo con el otro sexo.

También podemos informarnos sobre la identificación sexual con relación a las figuras parentales y a la autoridad.
No obstante, para llegar a conclusiones evidentes, es necesario, en todos los casos, tener en cuenta el tipo
de educación recibida, el nivel de comprensión afectiva que vivió el sujeto en su infancia, si los padres
estaban bien o mal avenidos, el tipo de relación del sujeto con sus hermanos o hermanas, el nivel socio-
económico, la identificación o no con la profesión, ser o no huérfano, estar o no en paro, y un largo etc.,
pues, todo esto puede influir notablemente en el significado psicológico de los DFH.
Se dibuja primero la figura del sexo
opuesto.
Este hecho, puede indicar confusión en las identificaciones sexuales. Otro tanto ocurre, cuando el sujeto
que se está analizando, hace preguntas sobre el sexo que debe dibujar. Dibujar primero la figura contraria al
propio sexo, si es un hombre quien la realiza, el sujeto puede identificarse más con lo femenino, que con las
tendencias de su propio sexo. Posible homosexualidad latente o manifiesta. Si se trata de una mujer, la
identificación con lo masculino y las posibles tendencias lesbianas pueden ser las causas.

Koppitz y de Phelan, plantean que no se ha podido comprobar estadísticamente la anterior interpretación.


Lo que Phelan demostró, estadísticamente, es que quien dibuja primero la figura del sexo contrario ha
recibido una educación influida notablemente por la madre (o por su sustituta), si se trata de un varón; o
por el padre, si se trata de una femenina.
LASOMISIONES
Las omisiones del cuerpo, dibujando sólo la cabeza, o las omisiones de partes del cuerpo, como los brazos, las
manos, los pies y algunos detalles del rostro, como puede ser la nariz, la boca, las orejas, las pupilas, etc. se han
interpretado por diversos autores como un indicador de evasión de aquellas partes del cuerpo que producen al
sujeto angustia o conflicto. El sujeto no quiere enfrentarse a situaciones relacionadas con la parte o partes del
cuerpo omitidas ante las que no sabría como reaccionar.

Las omisiones, podemos considerarlas como un mecanismo de defensa inconsciente frente a deficiencias
orgánicas que para el sujeto son un "tabú o el reconocimiento de una minusvalía". Las omisiones, pueden estar
vinculadas a sentimientos de culpabilidad, a obstáculos, problemas, conflictos o a simples minusvalías orgánicas.
Detrás de las omisiones puede haber también actitudes de pasividad o algún problema sexual camuflado.
1. OMISIÓN DEL CUERPO. SE DIBUJA SOLO LA CABEZA DE LAS
FIGURAS.-

No puede considerarse como un signo de normalidad en los adultos. Puede esconder alguna
anomalía en la esfera emocional o en las relaciones del sujeto con su entorno. Sin embargo, no
ha sido nunca fácil darle una interpretación general a este signo. Lo ha encontrado como
indicador, a veces, del deseo inconsciente de eliminar al partenaire, decapitándole, o de
eliminarse a sí mismo ante fracasos importantes o problemas difíciles de aguantar. El sujeto
puede querer ocultar malformaciones físicas, deformidades del cuerpo u otros complejos físicos
que crean sentimientos de inferioridad.
Los conflictos emocionales, en los casos de omisión del cuerpo, pueden señalar también
complejos de castración, sentimientos de incompletud, problemas de rivalidad, conflictos con la
autoridad paterna, complejos de inferioridad físicos y otros. El sujeto puede no querer dejar ver
de sí mismo y de su partenaire más que la cabeza, que representa la apariencia social, con lo que
puede ocultar también problemas de convivencia en la pareja.

Cuando en ambas figuras el sujeto dibuja únicamente la cabeza, podría indicar que el sujeto no se
atreve a un fracaso mayor dibujando el resto del cuerpo. Por otro lado, el rostro, es la parte física
que más vemos y más recordamos. Por tal motivo, la interpretación debe buscarse, en el relato
sobre las figuras o en otras pruebas complementarias.
2. LA OMISIÓN DE LOS RASGOS DEL
ROSTRO
En algunos casos, la cabeza de las figuras aparece sin rasgos fisiognómicos, como si las figuras no tuvieran cara.
En otros casos, la cara aparece como "tachada" o emborronada por múltiples trazos. Puede ser un indicador de
vergüenza por algo que le impide al sujeto "dar la cara a la sociedad", por lo que evita toda relación o
compromiso social. Se evade para mantenerse libre de problemas o acusaciones, para protegerse de cualquier
hostilidad hacia su persona (complejo de culpabilidad profunda). Mientras dibuja, da la impresión que lo que
está haciendo lo realiza por control remoto, de un modo automático, sin poner ningún interés, como disgregado
o desconectado de su mundo circundante, lo que entraña aspectos ocultos que sólo se descubrir n
indirectamente.

Cuando la cara aparece tapada o emborronada con múltiples trazos, es como un acto de destrucción del Yo. El
sujeto puede sentir vergüenza de sí mismo y se autoelimina. También puede haber otras causas que le inciten a
autodestruirse.
3. OMISIÓN DE LOS OJOS
Los ojos reflejan, no sólo las vivencias intimas de nuestro ser, sino que son también órganos
importantes de comunicación social, a través de los cuales descubrimos nuestro afecto,
sinceridad y lealtad hacia los demás. Omitir los ojos, es desear un aislamiento, ocultarnos de los
demás, no querer mostrar nuestros sentimientos y quizá nuestras culpas. Puede ser que el
sujeto que omite los ojos quiera negar u ocultar sus problemas, evitar enfrentarse al mundo,
aislarse y refugiarse en la fantasía. Puede ser también que tenga el hábito de mirar sin ser visto:
voyeurismo, en cuyo caso es un complejo de culpabilidad por haber fisgado ciertas escenas,
ocultándose sigilosamente.
4. LA OMISIÓN DE LA BOCA
En los casos de los dibujos donde se omite la boca, muchos pertenecen a sujetos que ofrecían características pasivas de
dependencia-sumisión, de obediencia y resignación. También se observa en sujetos tímidos con falta de comunicación,
incluso en casos donde los demás perjudicaban sus propios intereses (falta de coraje para defender los propios
derechos). En cualquier caso, refleja una actitud claudicante: cumple la voluntad de quien manda sin rechistar (ausencia
de boca).

En general, omitir la boca, órgano de emisión de la palabra, es un indicador de retraimiento, de sentimientos de angustia
o de impotencia frente al entorno. Este modo de reaccionar, genera los resentimientos internos, la inseguridad y falta de
confianza en sí mismo, la dificultad de comunicación y, por tanto, la inhibición conducente a la soledad o al aislamiento
como autodefensa frente a las presiones externas. La tendencia a la depresión puede ser una consecuencia de los
estados constantes de frustración. Se ha observado este signo, según Karen Machover, en sujetos asmáticos.
5. LA OMISIÓN DE LA NARIZ
Es un indicador de algún problema relacionado con la sexualidad y con el concepto de "virilidad" o masculinidad,
como puede ser la dificultad del sujeto para afirmar su personalidad y rechazar las presiones externas (complejo
de castración). Es también un signo de retraimiento, de ansiedad, de timidez, de sentimiento de impotencia o de
inoportunidad (el sujeto teme estorbar la concentración o intimidad de otros y se abstiene por coartatividad o
por temor a que los demás piensen que "quiere meter la nariz en los asuntos ajenos)

Esta conducta medrosa y retraída, supone también escaso interés social y represión de la agresividad.
Sentimiento de culpa por la masturbación (angustia de castración) o posibilidad también de deficiencias o
defectos en los órganos sexuales, como podría ser tener un pene pequeño, lo que impide al sujeto tomar
iniciativas y avanzar con aplomo en los objetivos a alcanzar.
6. LA OMISIÓN DE LOS BRAZOS

Puede ser un indicador de ansiedad o culpa por lo que se realiza con las manos (masturbación,
robos, rotura silenciada de objetos, trastear con cosas prohibidas, etc.). Supone, pues, una
conducta socialmente no aceptable o reprobable y posibles síndromes patológicos relacionados
con la desadaptación social. A veces, se trata de un concepto inmaduro de la imagen del propio
cuerpo.
7. OMISIÓN DE LAS PIERNAS Y DE LOS
PIES

Es un indicador de conflictos sexuales o de dificultades relacionadas con las piernas o los pies. En
general, es un signo de angustia, de sensación de incompletud, de inseguridad, de incapacidad
para "plantarse" o "afirmarse" sobre la realidad o ante los demás. El sujeto evita dejarse ver
para no ser presionado por los demás. Su huida de personas dominantes o de las realidades
molestas a las que no puede hacer frente, le invita a buscar compensaciones en la fantasía y en
la soledad, como único refugio y expansión indirecta de sus necesidades de placer.
8. OMISIÓN DE LAS OREJAS.-
Puede ser un indicador de deficiencias o anomalías en la audición y en el concepto de la propia imagen corporal.
Indica lo mismo si se hacen las orejas muy grandes o muy pequeñas y si se dibuja una sola oreja.

Existen conexiones neurológicas (Hartmann y Gesell) a nivel cortical y subcortical entre los diversos sentidos,
especialmente entre la vista y el oído, entre la visión y el tacto y las funciones motoras. Cualquier anomalía en
este aparato, repercute en las funciones perceptivas, formándose en el sujeto conceptos del mundo exterior
diferentes a los normales. Esto entraña la posibilidad de desadaptación por defectos de la audición.

Por otro lado, el oído tiene importantes funciones aparte de la audición, tales como las funciones de "alerta" y
de "orientación y equilibrio del cuerpo". Cualquier disfunción en las diversas partes de este órgano, puede ser
causa de desadaptación, como por ejemplo, la excesiva sensibilidad del "estado de alerta" y de la función visual,
peculiar de los sujetos paranoides.
9. OMISIÓN DEL CUELLO.-

La cabeza se apoya directamente sobre el tronco o queda ligeramente separada y sin contacto
con este. Es un indicador de bloqueo o de pobre coordinación de los impulsos, sea por
inmadurez o poco control racional (impulsividad), o por rechazos o variaciones súbitas en el
pensamiento, en los deseos y en el carácter. Se ha observado en sujetos con retraso mental.
LOS SÍNDROMES PATOLÓGICOS, EN
GENERAL
Los síndromes patológicos los hemos recogido a través de diversos autores que han trabajado en el campo clínico,
entre otros, la Dra. Karen Machover, creadora del "Test de la pareja humana", Dra. E. Koppitz, E.F. Hammer, J.H. Di Leo,
L. Corman, Ada Abraham, L. Caligor, Dra. Romano, etc.

De acuerdo con estos y otros autores, se pueden considerar como signos patológicos los siguientes:

a) Dibujos pobremente integrados o con múltiples fracasos en el intento de estructuración.

b) Sombreados en el cuerpo y en las extremidades, seguidos de desorganización, roturas, suciedad o falta de


coherencia en la organización y en los movimientos, por ejemplo, los pies orientados en una dirección y el cuerpo en
otra; los ojos con estrabismo muy pronunciado; rasgos del rostro fuera de su lugar correspondiente o amontados unos
sobre otros; desproporciones excesivas de los ojos, la nariz, la boca, las orejas, los hombros o de alguna otra parte del
cuerpo.
c) Ausencia de la noción de perspectiva o del tamaño adecuado de las partes de las figuras;
ubicaciones extrañas en el espacio gráfico con total falta de lógica; inadecuada conexión de las partes
de las figuras que aparecen partidas en trozos aislados.

d) Figuras pequeñas e inclinadas, como cayéndose; aspecto deshumanizado o siniestro de las figuras;
exceso de rigidez en las posturas de las figuras; figuras excesivamente grandes, omnipotentes.

e) Omisión de rasgos del rostro, de cuello, de manos, de pies, etc.; Dibujo de personas con trajes
acorazados o con escudos y en actitud defensiva; separación de las figuras mediante líneas verticales
o recuadros; dibujar solamente la cabeza y el cuello de las figuras con expresión agresiva en la figura
que representa al dibujante, una de las figuras de espalda y andando en sentido contrario a la otra. Si
coincide la figura que da la espalda y "huye" con el sexo del dibujante, tiene distinto significado que
si el dibujante está representado por la figura quieta.
f) Incremento excesivo en los detalles y en el orden de ejecución de las figuras. Este control
obsesivo puede tener un origen neurótico o psicótico. El índice de rigidez señala una u otra
tendencia. La simetría, en el sentido de una estricta bilateralidad, es también un signo
patológico.

g) La imprevisión compulsiva e ilógica de algunos sujetos que se lanzan sobre el espacio gráfico
sin ningún sentido de las proporciones y luego les falta espacio para terminar el dibujo de las
figuras las cuales aparecen cortadas por la cabeza, los brazos o los pies.

h) Figuras que enseñan los dientes en forma amenazante; manos en forma de garfios o con
dedos muy puntiagudos.

i) Espacios abiertos en el contorno de las figuras; figuras grandes y vacías.-


SIGNOS INDICADORES DE PERTURBACIONES
EMOCIONALES
Entendemos por perturbaciones emocionales, todo lo que de alguna manera traba o dificulta la
regulación de las cargas excesivas de energía psíquica impidiendo el desenvolvimiento normal del
sujeto. El exceso de cargas emocionales, produce, entre otros síntomas psicológicos: la angustia, la
ansiedad, la inquietud, el temor, el estrés, etc. cuando las sobrecargas emocionales eligen para su
expansión el sistema nervioso neurovegetativo, que controla la parte visceral del organismo.

Si eligen como descarga el sistema nervioso central, la energía sobrante, no regulada, encuentra su
expansión a través de la motricidad en forma de cólera, irritabilidad, brusquedad, agresividad,
desadaptación, etc.
Son indicadores de perturbaciones emocionales, los
siguientes signos:
•El sombreado en el cuello, la cara, las manos y extremidades.

•Zonas de las figuras emborronadas o ensuciadas (angustia-conflictos)

•Excesiva repetición de trazos en determinadas áreas.

•Omisiones de rasgos de la cara, cuello, manos y extremidades.

•Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).

•Muchos retoques o rectificaciones en los hombros y en el contorno del rostro.

•Pérdida de equilibrio de las figuras (inclinadas, como cayéndose).


•Figuras excesivamente grandes o excesivamente pequeñas.

•Figuras pequeñas y a la izquierda. y abajo de la página.

•Figuras que se dan la espalda la una a la otra.

•Figuras colocadas en postura muy rígida.

•Figuras deshumanizadas o siniestras (monstruos, payasos, DFH en forma de palotes o de alambre)

•Figuras con expresión de pánico.

•Figuras con extremidades asimétricas o mal lateralizadas.

•Tachadura de figuras ya realizadas o de alguna de sus partes.

•Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del cuerpo).
•Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.

•Manos, dedos, pies, orejas, hombros, etc. excesivamente grandes.

•Ojos bizcos o sin pupilas. Alopecia (figuras sin pelo).

•Piernas y brazos muy juntos, pegados al cuerpo. etc.

En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos a la vez.
En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse que se operan
en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según la intensidad del
signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del sujeto.
Áreas de análisis

Relación con el medio ambiente

Relaciones Inter-personales

Área Sexual

Fuerza del EGO


Como en otras pruebas proyectivas (Test del árbol, Test del árbol y la casa, Test de Rorschach,
Grafología, etc.), cada zona de las figuras dibujadas, se corresponde con un determinado
aspecto psicológico de la personalidad. Las principales zonas son las siguientes:

a) Zona de la cabeza, zona de la cara y rasgos faciales, que corresponden, simbólicamente, al


modo como el sujeto realiza sus contactos sociales. La cabeza simboliza al Yo consciente y
controlado. El modo como el sujeto trata el dibujo de la cabeza nos informa sobre sus relaciones
sociales y sobre el control de sí mismo.
b) Zona de los brazos, de las piernas y de los pies, que representan los órganos de movimiento,
de acción y de contacto. A través del modo como el sujeto dibuja estas partes del cuerpo en
ambas figuras, podremos deducir el modo como el sujeto se enfrenta con su entorno y la
organización emotiva de su comportamiento.
c) El tronco, los hombros, el pecho y las caderas, que se identifican como el "almacén de los
instintos". Los dibujos de esta zona nos informan sobre los conflictos afectivo-instintivos a
través de los accidentes o anomalías que presentan los DFH en esta zona.
d) La forma de tratar o dibujar los detalles correspondientes al vestido, traduce la importancia
que el sujeto concede a su rol exterior y la forma como cuida las apariencias.
e) Finalmente, los aspectos estructurales, el tamaño, la ubicación, la posición, la simetría, las
proporciones, la sucesión de las líneas y la actitud de las figuras, en su conjunto, nos facilitan
indicios sobre el equilibrio general de la personalidad y sobre la modalidad de la conducta.
Ejemplo de análisis:
Relación con el medio ambiente: El paciente evaluado maneja el medio ambiente con iniciativa,
flexibilidad y de acuerdo a la situación adaptable hacia el mismo, presenta una posible conducta
desafiante y oposicionista, presenta regresión, poca socialización, un comportamiento inhibido
orientado hacia sí mismo, preocupado por lo pasado, manifiesta una confusión orgánica y
sensación de deterioro e incisión de la personalidad.

Relaciones Inter-personales: El paciente muestra adecuadas relaciones interpersonales, pero


tiende a necesitar la aprobación y afecto inapropiado, señales de pasividad, temor y debilidad,
el paciente manifiesta una posible personalidad esquizoide.
Área Sexual: De acuerdo con los indicadores marcados en el dibujo, se manifiesta desorden
sexual, inmaduro y hostilidad hacia la mujer, también refleja egocentrismo e infantilismo, clara
dependencia materna, es posible que el paciente muestre deseos de mejorar su sexualidad,
causa de posibles latencias o fallas en sus primeros contactos sexuales por alguna dependencia
maternal, miedo a atraer a hombres, necesidad de encubrimiento y/o disfrazar su feminidad.

Fuerza del EGO: De acuerdo a lo proyectado en el dibujo evaluado, se manifiesta inmadurez


emocional, falta de firmeza y seguridad (irresolución), desdén, arrogancia y duda, el paciente
evaluado muestra ser una persona temerosa y ansiosa, presenta sentimientos de culpa o
delictivo (robo o agresión), practicas onanistas que se recrimina asimismo.

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