Eremitas de La Igleisia

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EREMITAS DE LA IGLEISIA CATÓLICA EN LA ACTUALIDAD.

Recuperando una antigua vocación

Por Hna Carol McDonough.

1.- INTRODUCCION.

En octubre del 2014, S.S. el Papa Francisco, escribió una carta estableciendo
que el Año de la Vida Consagrada “concierne no solo a las personas
consagradas sino a toda la Iglesia”. Sus objetivos eran “mirar al pasado con
gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza” [1].
Sus comentarios tuvieron particular importancia para aquellos llamados a
recuperar la antigua tradición de la vida eremítica, tanto laica como
consagrada.

Al principio, la vocación que llamaba a expresar a través de la propia vida la


tradición eremítica iniciada por san Antonio del Desierto [2], fue
predominantemente un movimiento laico; solo a unos pocos sacerdotes y
eruditos les resultaba atractiva. En la actualidad, aún existen alrededor del
mundo muchos eremitas cristianos –incluyendo católicos- que son laicos y
que viven su vocación de manera privada, ya sea con votos o sin ellos [3].

Aunque en la Iglesia Católica Romana, su reciente legislación canónica, sus


encíclicas y su catecismo han originado nuevas oportunidades para que los
eremitas y solitarios vivan bajo la autoridad de un obispo o bajo obediencia a
una orden o instituto religioso en particular.

Tras la casi desaparición de los visibles eremitas del occidente entre los siglos
XVI y XIX [4], los eremitas-sacerdotes lentamente comenzaron a regresar a
principios del s. XX, con frecuencia luchando para obtener el permiso
diocesano a fin de realizar su primer intento y luego para continuar viviendo
en tal difícil vocación [5]. Incluso a fines del s. XX, la capacidad de las iglesias
occidentales para comprender y apoyar la tradición eremítica antoniana
seguía siendo inestable; en tanto que en las comunidades ortodoxas la
transmisión cultural se ha mantenido de manera continua desde el s. IV.

En la Iglesia Católica Romana, dos órdenes eremíticas fundadas en el s. XI: la


Cartuja y la Camáldula, siempre han dado la bienvenida a las vocaciones
auténticas. Y durante el s. XX, el carisma eremítico de franciscanos y
carmelitas –ambos fundados en el s. XIII- logró recuperarse y se formaron
nuevas comunidades eremíticas bajo una renovada legislación canónica que
las hacía posible.

Antes de la exhortación apostólica de 1996 de Juan Pablo II: Vita Consecrata,


1
que claramente reconoce a la vocación eremítica, algunos religiosos tenían
que abandonar sus comunidades para convertirse en deliberados solitarios.
Posteriormente, las órdenes e institutos crearon lugares para que los
ermitaños pudiesen permanecer siendo miembros de sus respectivas
comunidades. Las tradiciones eremíticas fueron lentamente recuperadas por
tales miembros de las comunidades occidentales, quienes verdaderamente
experimentaban en la realidad este extraño llamado o lo afianzaban a través
de la investigación; entre tales personas hubo obispos, sacerdotes, monjes y
laicos, así como académicos y abogados canonistas.

Fueron las vidas y los escritos de estas personas las que proveyeron de
suficiente ímpetu al tema, a fin de que sea elevado y tratado en el Vaticano II.
Y es así que, en 1993, el facultativo canon sobre la “vida eremítica” (can. 603)
fue dispuesto en el Código de Derecho Canónico, bajo el apartado de Normas
comunes a todos los institutos de vida consagrada [6].

Los fieles cristianos que se sentían llamados a la vida eremítica, se veían


facultados por tal canon para “un apartamiento mayor del mundo a fin de
dedicar sus vidas a la alabanza de Dios y a la salvación del mundo a través
del silencio de la soledad” [7].

En su Vita Consecrata, Juan Pablo II escribió:

Es motivo de alegría y esperanza ver cómo hoy vuelve[n] a


florecer […] los eremitas y las eremitas, pertenecientes a
órdenes antiguas o a institutos nuevos o incluso dependientes
directamente del obispo, quienes con su separación interior y
exterior del mundo testimonian el carácter provisorio del
tiempo presente […] Esta vida “en el desierto” es una
invitación para los demás y para la misma comunidad
eclesial a no perder de vista la suprema vocación, que es la
de estar siempre con el Señor [8].

Y el catecismo de 1992 establece que:

Sin que profesen siempre los tres consejos evangélicos de


manera pública, los ermitaños, “con un apartamiento más
estricto del mundo, el silencio de la soledad, la oración
asidua y la penitencia, dedican su vida a la alabanza de Dios
y a la salvación del mundo” (CIC, can. 603- 1).Los eremitas
presentan a los demás ese aspecto interior del misterio de la
Iglesia que es la intimidad personal con Cristo. Oculta a los
ojos de los hombres, la vida del eremita es predicación
silenciosa de Aquel a quien ha entregado su vida, porque Él
lo es todo para él [9].

2
El nuevo canon establecido y su explicación presente en el catecismo, así
como su afirmación en otros documentos del Vaticano (como en el Vita
Consecrata), autorizan a los obispos diocesanos a consagrar eremitas y
anacoretas, ya sean éstos laicos, sacerdotes diocesanos o ex religiosos; y han
de hacerlo luego de una rigurosa evaluación del sentido manifiesto en el
llamado del candidato, tras una larga formación de éste y después de la
debida aprobación eclesiástica de su respectiva regla de vida.

2.- LA VOCACIÓN

Antes de haberse visto interrumpidas por el llamado al


eremitismo, la existencia de los candidatos al mismo -así como su
formación, su trabajo y servicio- puede que se hayan venido
desplegando en cualquiera de los caminos de vida propios de los
laicos, sea como solteros o casados; o puede que hayan sido
sacerdotes o religiosos. Pues, tal como lo enseñó Jesús: “El viento
sopla donde quiere. Puedes escuchar su sonido, pero no sabes de
dónde viene ni a dónde va. Así sucede con todo aquel que ha
nacido del Espíritu” (Jn. 3:8).

Sucede así también con todo lo que se ve movido “por el espontáneo y


sorprendente aumento de las vocaciones solitarias” [10]. Hoy existen todo
tipo de eremitas católicos romanos: algunos dependen de su obispo, algunos
son miembros de órdenes o institutos, otros viven en parroquias, otros en
hogares comunes; siempre escondidos e inadvertidos, viviendo fielmente su
intimidad con Cristo por el bien de la Iglesia y del mundo.

Hablando sobre cómo en particular las mujeres están volviendo a abrazar la


soledad, Bernadette Flanagan observa que:

Dentro de las expresiones del nuevo monaquismo […] la


rama eremítica se halla bien representada […]
profundamente inspirada en la vida de los eremitas del
desierto del siglo tercero, pues el anonimato que las
desérticas ermitas les proveyeron a aquellos está igualmente
disponible […] en la inmensidad de la ciudad moderna [11].

La evaluación de una vocación eremítica incluye no solo el discernimiento


general de las cualidades emergentes o ya existentes en la persona que está
3
siendo examinada y formada hacia la consagración eremítica, sino también la
observación de la manera en que los gozos de su vida anterior se han ido
apartando para verse reemplazados por deseos de soledad, simplicidad,
cuidado interior y respuesta a Dios. Este “apartamiento” es un signo de la
contemplativa vocación solitaria. Los cambios en la vida interior de alguien –
en la medida en que dependen de Dios- así como su orientación externa y su
conducta, han de ser evaluadas por un sacerdote, por un director espiritual o
por una comunidad religiosa.

En cuanto a los sacerdotes diocesanos, su llamado ha de ser evaluado por el


obispo. Tras ser así evaluados, puede que algunos se vean capacitados para
vivir la vida eremítica sin profesar los votos del canon 603; otros puede que la
reciban según el canon a partir de un llamado personal o por uno proveniente
del obispo. Otros puede que se conviertan en eremitas-sacerdotes siendo
huéspedes de (o viviendo “tras”) una comunidad religiosa, dentro de su
propiedad. Unos pocos sacerdotes diocesanos se han convertido en pioneros
de nuevas comunidades eremíticas, algunas de las cuales han sido erigidas
como Institutos Religiosos de Derecho Diocesano [12].

Para los religiosos (incluyendo a los sacerdotes), el llamado a la soledad y a


una oración más profunda es posible que sea vivida manteniendo los votos ya
existentes y con la debida obediencia; es decir, según el acuerdo que logren
con la dirección de su comunidad y de su capítulo. Si su orden o instituto es
incapaz de acomodar una vocación solitaria dentro de la determinada
expresión de su carisma fundacional, la situación puede que conduzca a la
exclaustración (al permiso para vivir fuera de la comunidad, sea manteniendo
o abandonando los votos y la obediencia). Algunos ex religiosos han vuelto a
ser recibidos bajo el canon 603. Los religiosos a los que se les permite abrazar
la soledad, siguen el camino de formación señalado por san Benito en el s. V:
primero, la formación comunitaria a través de la vida monástica; luego, la
vida eremítica o el camino que él consideraba como propio del “segundo tipo
de monjes” [13].

Para los laicos, el discernimiento puede que se vaya desplegando con el correr
de muchos años. Si su formación primaria ha tenido lugar a través de la vida
secular, su formación secundaria será dentro de la vocación eremítica, aunque
establecida en una diócesis específica. Una persona con una vocación
eremítica probada podría –finalmente- permanecer en el terreno privado, sea
sin votos o con ellos; o podría efectuar promesas simples durante una Misa
parroquial.

Para convertirse en un eremita canónico, la persona debe ser aceptada o


consagrada por el obispo durante la celebración de la Misa, según el canon
603. Tal persona también podría ser recibida, formada y consagrada según los
4
requerimientos de una antigua o reciente orden eremítica; o puede que
permanezca siendo laica y solicitar permiso para vivir cerca o dentro de una
orden o instituto, participando así de los sacramentos y de la liturgia. Sin
embargo, tanto los eremitas laicos como los consagrados bajo el canon 603,
invariablemente tienen que ser capaces de trabajar y de proveerse sus propios
medios de sustento, su refugio y sus ingresos personales [14].

3.- LOS SEIS CAMINOS DE S. ANTONIO EN EL MUNDO


MODERNO

Durante cinco décadas, san Antonio se dedicó a poner en práctica su


ministerio local y peregrino equilibrándolo con profundos retiros de soledad.
En la actualidad, no solo los eremitas laicos y consagrados, los anacoretas y
solitarios, sino también muchos de los llamados a los varios ministerios de
Dios (sea dentro de la Iglesia o en/para el mundo) van descubriendo y
poniendo en práctica este mismo ritmo. La escucha del Evangelio y el
amoroso retiro hacia periodos de solitaria comunión con la Trinidad, los
capacita a todos ellos para permanecer bien cimentados a la vez que
renovados, efectivos para la escucha y para su afectuoso ministerio “exterior”.

Cuando era joven, san Antonio primero puso a prueba su llamado a la


contemplación y la soledad: vivió durante quince años cerca de un hombre
santo o abba, a orillas de su aldea llamada Coma [15]; fue éste su primer
camino. Luego dejó al abba y se adentró a una completa soledad,
“guardando muy bien el silencio” [16]; ése fue su segundo camino durante
veinte años más. Para algunos eremitas de la actualidad, este camino extraño,
confinado y escondido, bien podría ser solo una fase de formación intensa; se
trataría de minuciosos años de discernimiento elegidos por Dios, en donde
“enfrentarán el terror y la aspereza” [17] del camino interior (forum
internum) que conduce al Señor [18]. Otros puede que vean que su vocación
solitaria y reclusa termina convirtiéndose en un exclusivo servicio hasta el fin
de sus días, entregándose por completo a Dios como intercesores por la
Iglesia y el mundo.

Ciertos aspirantes a la vida solitaria le pidieron a san Antonio que les


concediese lo que había aprendido y comprobado en la vida eremítica. Fue
esto lo que lo condujo a su inesperado tercer camino: dejó su vida de
infinita soledad y vio que podía vivir una solitaria e integrada comunión
espiritual en medio las personas, aceptando y enseñándoles a los ansiosos
buscadores de guía la manera de vivir una relación amorosa según la voluntad
de Dios. Fue así que se convirtió en un abba.

La actual recuperación de las tradiciones desérticas antonianas, plenamente


vivida por los eremitas y explorada por los estudios que se han incorporado a
la formación de dirección espiritual, nos permite acceder a las riquezas
5
espirituales de san Antonio. Sin embargo, los intercambios que tienen lugar
en internet sugieren que aún existe –en particular en los eremitas laicos,
luego de su discernimiento y formación inicial- una falta de formación
eremítica específica y continua.

La vocación a la soledad claramente requiere de permanecer bajo la disciplina


de la dirección espiritual. El patrón de vida diaria (horarium), que incluye la
participación en los sacramentos y la vida de oración, un lugar de residencia,
medios apropiados para un soporte financiero frugal pero suficiente, y un
compromiso social y ministerio “exterior”, deben ser cuidadosamente
discernidos en un continuo proceso a través del curso de toda la existencia.

Ciertos padres y madres espirituales de la actualidad que acompañan y


forman tanto a aspirantes como a quienes están afirmados en su vocación,
expresan el cuarto camino de san Antonio: una forma de vida más
estructurada de la relación abba-discípulo, apuntalada por la formación en la
vida práctica (trabajo), la vida espiritual (la oración servicio obligatorio) y la
vida social (ministerio de caridad y recreación). La obra del propio san
Antonio en el cuarto camino implicaba la instrucción directa abba-discípulo,
el apoderar a otros como abba, la delegación y supervisión de tareas, y la
escritura.

En la actualidad, las tradiciones antonianas pueden llevarse a cabo a través de


la relación persona a persona, pero también a través de medios como libros,
emails, redes sociales y conversaciones en internet. Hay algunos eremitas que
–mientras toman parte en el ministerio de acompañamiento- se involucran en
el liderazgo del carisma, tanto antes como durante la vida misma de su
vocación eremítica. Algunos han trabajado en la recuperación del carisma y
sus tradiciones actuando como faros a través de la escritura y de otros medios.
Otros son guías espirituales o acompañan a aspirantes y eremitas ya maduros;
y aun otros han fundado nuevas comunidades eremíticas o han trabajado
dentro de sus órdenes religiosas para la reconsideración y recuperación de
antiguas formas de vida eremítica presentes en su carisma fundacional.

El quinto camino de san Antonio fue su ministerio itinerante a fin de


animar a los eremitas solitarios y cenobitas situados en emplazamientos
alejados; tarea que realizó con periodos de soledad temporal. Este tipo de
ministerio, de viajar para brindar enseñanza a los eremitas, se ve reflejado en
nuestro tiempo en personas como Richard Rohr. Desde su ermita, conocida
como “Oriente del Edén” (por estar al oriente de su comunidad franciscana),
Rohr comparte su ritmo de vida:

Cuando no estoy de viaje vivo como solitario […] con total


bendición de mis superiores franciscanos y con una
desconcertada comprensión por parte de los obispos […]
Tales momentos son, sin duda alguna, mis grandes avances
6
espirituales […] Esta vida despojada, silenciosa, severa,
sensata y extremadamente simple pareciera decir: […]“Todo
proviene de Dios. Todo se dirige a Dios. Todo lo demás no es
Dios” [19].

Por último, el sexto camino de san Antonio ejemplifica la crítica necesidad


de cierto activismo por la justicia, así como el fomento de la resistencia
cristiana en protestas por los derechos humanos y por la libertad de culto. La
tradición cristiana del activismo por la justicia está enraizada en las propias
acciones de san Antonio (que a su vez están inspiradas en la vida de los
profetas bíblicos y del propio Jesús), que se vieron impulsadas por el amor a
Dios, a las personas y a la creación. Alrededor del mundo, son muchos los
cristianos que -siguiendo a Jesús- se comprometen con los activistas en pro
de la justicia y del medio ambiente, incluyendo entre ellos a eremitas y
contemplativos solitarios.

4.- EREMITAS Y ANACORETAS DE LA ACTUALIDAD

Los ministerios y misiones de los eremitas alrededor del mundo son, en


verdad, muy [variados y] ricos. Los signos visibles de los eremitas de hoy
incluyen reportajes ocasionales acerca de su consagración, recursos para tal
forma de vida disponibles en la web y también materiales impresos acerca de
ellos y realizados por ellos. Estos eremitas viven de forma solitaria o dentro de
comunidades eremíticas, cada uno de ellos dentro de una moderna relación
abba-discípulo(a), amma-discípulo(a) que es vivida a través del
acompañamiento y la dirección espiritual. En el trayecto de sus respectivas
vocaciones, ellos logran expresar alguno o varios de los “caminos” de san
Antonio; los cuales no necesariamente son reconocidos como tales por
quienes los han heredado.

No podemos escuchar las palabras y oraciones de cientos de eremitas que


están ocultos y son silenciosos, pero hay algunos que escriben sobre la oración
y sobre la vida de oración escondida en Dios [20]. He aquí, ahora, unas pocas
historias de eremitas consagrados canónicamente dentro de la Iglesia
Católica; son de diversas partes del mundo y los escucharemos según sus
propias palabras, a la vez que junto a las de algunos investigadores y
periodistas.

P. Eugene C. Romano.

Dentro del espíritu y realidad vivida por las comunidades eremíticas del
desierto fundadas bajo la dirección de san Antonio, Eugene C. Romano ha
sido descrito por su obispo como un padre del desierto de la actualidad.
7
Romano, sacerdote diocesano de New Jersey (EU), se convirtió luego en el
fundador de Hermits of New Bethlehem -una asociación canónica de derecho
diocesano- y su centro ha atraído a muchos aspirantes. Todos los novicios y
eremitas diocesanos -tanto hombres como mujeres- viven, rezan y trabajan en
su propia ermita, tal como lo hicieron los habitantes del desierto en el s. III.

El padre Romano es el abba de la comunidad según disposición del obispo,


quien acepta la obediencia de todos ellos según el canon 603. Aunque cada
uno de estos eremitas posee su propia regla de vida, comparten determinados
tiempos en común. Y todos son acompañados en su travesía hacia el amor por
el P. Romano, quien escribió la declaración de la misión -aprobada por la
diócesis- por la cual viven todo ellos:

Estamos llamados a vivir dentro del misterios de Cristo,


ocultos en su herido corazón delante del Padre. Vivimos una
vida eremítica, contemplativa, sacrificial […] en el silencio
de la soledad, alejados del mundo (a fin de estar más
presentes ante sus necesidades espirituales) y consagrados
por votos públicos de pobreza, castidad y obediencia [21].

Al igual que los antiguos aspirantes del desierto, estas personas son nutridas y
formadas según los caminos evangélicos de san Antonio.El P. Romano
escribe:

La oración en el silencio de la soledad se convierte en un portal efectivo


hacia la presencia sanadora de Dios, tanto en el entorno físico como
espiritual. La soledad significa estar solo con el Solo; pero únicamente
en el silencio puede mantenerse la soledad [22].

Muy cerca de estos solitarios -en tierras concedidas por ellos- viven las
Hermits of Our Lady of Mount Carmel, y el P. Romano es quien las supervisa.
Fundada por una ex monja carmelita, esta comunidad ha recuperado la
tradición eremítica fundacional de la Regla de san Alberto de Jerusalén
(1206-1214). Tras una rigurosa evaluación, fueron aceptadas por el prior
general de la Orden del Carmelo. A través de sus respectivas historias, de su
teología y práctica, y nutridos por un verdadero hijo de san Antonio, ambas
comunidades se articulan y dan claro testimonio de las antiguas tradiciones
eremíticas antonianas.

Hna. Carol Raffaela of the Crucified Christ.

Con frecuencia el único vislumbre que el resto del mundo tiene de alguien que
se vincula a Dios de por vida según el canon 603, es el momento de su
consagración. En junio del 2010, Carol Prevedello, “una completa eremita del
s. XXI” que vivía en los suburbios, fue consagrada por el obispo Julian
8
Porteus, en South Wales, Australia [23]. Para ella, fue un “verdadero instante
de iluminación” el momento en que descubrió –a partir de una eremita de
Tasmania que antes había sido carmelita- que era posible vivir esta forma de
vida de entrega total a Dios a la vez que seguir cuidando de su enferma
madre: “Creo que siempre estuvo en mí. Cuando era adolescente, solía decirle
a mi mamá: ‘Voy a escalar una montaña y nunca voy a bajar’” [23].

Raffaela conduce su vida bajo reglas estrictas aprobadas por el cardenal


George Pell. Su día comienza antes del amanecer para dedicarse a la oración,
acude a Misa a diario y a lo largo de la jornada continua con sus plegarias.
Habla lo menos posible a fin de atender su oración interna dirigida a Cristo y
limita sus contactos a su familia y a unos pocos amigos; salvo cuando lo
considera necesario en virtud de la caridad o la necesidad.

P. Eugene Stockton.

El sacerdote Eugene Stockton es también australiano, alguien cuya vida ha


sido descrita como “una gracia concedida a la nación” [24] y quien comenzó
su camino preguntándose: “¿Cómo es que un laico puede equilibrar las
exigencias laborales y familiares junto a la vocación solitaria?”.

Y concluyó lo siguiente:

De hecho, he podido encontrarme con quienes lo han logrado


de manera exitosa; y no hay ninguna duda de su gracia para
la soledad y de su efectiva gestión de las exigencias de la
vida. Así como la teología ortodoxa habla de la
transfiguración del místico, también se podría decir que el
entorno mismo se ve transfigurado por éste. Teilhard de
Chardin lo denominó: el medio divino; es decir, nuestro
entorno natural se llena de Cristo. Gracias a la fe, hallamos
a Cristo en todo lo que nos rodea, en el corazón de la
materia, en el corazón del otro [25].

La investigación de Stockton sobre los eremitas laicos logró clarificar su


propia vocación al eremitismo siendo un sacerdote. Ya la infancia de su
travesía espiritual comenzó en una profunda soledad, en una íntima relación
cultural con el entorno natural, el cual permanece estando en el núcleo mismo
de su comunión con la espiritualidad aborigen [26].

He pasado bastante tiempo en el monte […] desapercibido


[…] desconocido para los demás […] El monte es desafiante.
El monte no es nada hermoso en cierto sentido, es bastante
9
perturbador; creo que realmente logra agitar algo dentro de
nosotros [27].

Este tema relacionado con el campo, que es integral a la cosmología y la


espiritualidad aborigen, es un importante contexto para el eremitismo del
desierto en Australia [28]. Hay otros eremitas que han escrito acerca de su
profunda conexión con el “campo”, sobre su exploración de tal paisaje y sobre
su sentido del lugar, haciéndolo a través de una cosmología cristiana en deuda
con la aborigen.

El desterrado eremita-sacerdote de Irlanda, Dan O’Donovan, ha reflexionado


sobre la espiritualidad aborigen del Arco Iris, entrelazando su camino
cristiano con el antiguo camino del campo (región en la que vive desde 1972);
ha logrado reunir su propia herencia céltica sobre el sentido del lugar con la
herencia aborigen sobre el sentido del “campo”: “La espiritualidad es la
teología que se vive”, sostiene [29].

A causa de todas las distorsiones, malinterpretaciones y proyecciones que


rodean a la palabra “ermitaño” (y aun cuando él es un eremita-sacerdote
católico que se ha consagrado según el canon 603), Stockton aconseja el uso
del término “habitante del bosque” para designar al solitario (de hecho, él vive
en el bosque de Blue Mountains). La tradición del “habitante del bosque” es
antigua en la ortodoxia rusa y –tal como lo afirma- es también el tercer estado
de vida en el hinduismo [30]. Sobre su vida en el bosque, sostiene que:

Soy capaz de realizar las aspiraciones espirituales de mis


días de juventud, aquellas por las que buscaba vivir a solas
con Dios y solo por Dios. Puedo enfrentar a la muerte de una
manera saludablemente robusta. La consagración, los votos y
el plan de vida vienen a establecer lo que hoy es una forma
de vida dentro de algo más definido, concreto y
comprometido. Se trata de un hecho que completa a mi
sacerdocio [31].

P. Charles Brandt.

El P. Charles Brandt, hoy nonagenario, ha sido eremita-sacerdote durante seis


décadas, además de conservador de archivos, artista, activista por la justicia y
el medio ambiente, y escritor. Actualmente vive en Oyster Creek, en
Vancouver Island (Canadá), en donde se dedica a la tarea conservacionista
buscando mantener las aguas del río libres de contaminación y preservando
su biodiversidad. Brandt es descrito como un hombre silencioso y
académicamente preparado. Durante los años 50 fue un eremita de la Iglesia
de Inglaterra, luego un monje cisterciense y más tarde, desde 1967, un
10
eremita-sacerdote dentro de la Iglesia Católica. En su libro Meditations from
the Wilderness, dice:

Estoy interesado en la conservación en tres niveles: para


restaurar y preservar el espíritu contemplativo del hombre
(en general); para restaurar lo que fluye del espíritu del
hombre (lo que él es capaz de crear con tintas o de manera
artesanal); y para restaurar y preservar a la tierra. Si no
hacemos esto, no tendremos nada [3].

Hermano Dismas Mary of the Cross.

En enero del 2010, el hermano Dismas Mary of the Cross, quien


anteriormente había sido un trabajador humanitario de Norteamérica, se
convirtió en el primer eremita diocesano de Gambia, África.

Me encontraba de vacaciones en mi Estados Unidos natal cuando Dios


me llamó para este servicio (de manera bastante dramática); así que al
regresar […] opté por renunciar a mi trabajo. Cuando me preguntaron
por qué lo hacía, se los expliqué y simplemente tuvieron ataques de risa,
se preguntaban cómo era posible que Dios llamase a un evidente pecador
como lo era yo [34].

En su blog Blue Hermit, dice: “mi vida está dedicada a la oración, la


contemplación y el cuidado de los pobres que están enfermos, quienes vienen
a mi ermita a diario” [35]. Dismas también se dedica a solicitar recursos para
estas personas y escribe bastante en su blog, con reflexiones que se basan en
el calendario litúrgico y respondiendo por email a las preguntas que le hacen
sobre el eremitismo, así como concediendo sus enseñanzas y pensamientos al
respecto.

Hna. Laurel O’Neal.

La hermana Laurel O’Neal, er.dio. [abreviatura de: eremita diocesana], es una


doctora en teología y directora espiritual que se consagró en el 2007,
momento en que comenzó también su blog de información, fomento y
alimento espiritual: Notes from Still Song Hermitage. Mientras responde a
las preguntas de los lectores, ella describe la travesía interior del eremita y su
relación con el mundo exterior de la siguiente manera:

En cierta manera, la ermita proporciona un contexto


esencialmente tranquilo para las luchas más profundas
destinadas a hacer de uno un verdadero ser humano […]
11
Aquí, uno trabaja sobre la destrucción de cualquier tipo de
discrepancia entre rol e identidad, aprende a ser
verdaderamente transparente ante Dios y ante sí mismo, así
como –en un grado prudente y pastoral- ante el otro [36].

O’Neal es miembro fundador de la pequeña red digital de eremitas


diocesanos:

Una red de apoyo y de recursos para los eremitas católicos


que han profesado sus votos de acuerdo al canon 603. Los
miembros reflejan una amplia variedad de antecedentes,
dones y nacionalidades, y nuestra espiritualidad se
manifiesta como una expresión contemporánea de la
tradición del desierto. A través de esta red, esperamos que la
Iglesia Católica se haga más consciente de nuestra vocación
única, a la cual reconocemos como responsabilidad y como
don [37].

Hna. Janet Strong.

Al igual que Laurel O’Neal, Janet Strong también es de los Estados Unidos y
se vale de la presencia a través de internet para enfatizar el hecho de que los
eremitas no son reclusos sino que están comprometidos con el mundo, según
le es permitido a cada uno de ellos a partir de su regla aprobada. Strong, cuya
teología es de formación franciscana, ha sido eremita diocesana durante
treinta años. Ella describe su vocación incluso en LinkedIn:

Mi vocación es rezar por la paz, especialmente por la de


quienes miden su seguridad a partir de lo lejos que se
encuentran de la violencia. La violencia puede ser exterior,
como es el caso de muchas guerras, de los cárteles de la
droga, de la creciente violencia de género y la religiosa,
según lo vemos en la actualidad; pero también puede tratarse
de la violencia interior que nos autoinfligimos de muchas
formas. Por otra parte, también me dedico a acompañar a
quienes están buscando una profunda relación con Dios y
ofrezco retiros bajo dirección individual [38].

P. Nicolas Buttet.

Ex abogado y político, el eremita-sacerdote francés: Nicolas Buttet, es hoy un


12
estudioso, autor, líder de comunidad y director espiritual. Buttet fue un
eremita laico entre 1992 y 1997, mientras escribía y reflexionaba sobre el
modo de vida eremítico. Luego de aquellos años de aislada soledad, se
convirtió en líder de una comunidad generativa y pionera; lo hizo mientras
mantenía su soledad interior y de comunión, a partir de la cual emergía la
fuerza para su ministerio. En 1998 creó la Eucharistein Community, una
entidad que se dedica a diversos ministerios y que tiene como carisma la
abierta recepción de los adictos.

Buttet fue ordenado en el 2004, tras verse inspirado por la exhortación


apostólica de Juan Pablo II, Ecclesia in Europa. Ese mismo año, fundó el
Philanthropos Institute en la University of Fribourg, en Suiza. Dirigido por un
cardenal, este instituto busca proveer a los estudiantes de “una visión
integrada de la antropología cristiana a la luz de los desafíos que confrontan a
la persona humana en la sociedad contemporánea” [39].

Y el vástago de esta entidad, la Ecophilos Foundation, tiene como objetivo


convocar a los representantes de las corporaciones “para que puedan ver de
verdad a la persona humana que está trabajando” [40]. Buttet todavía escribe
y publica con frecuencia -a menudo en colaboración- y es director espiritual
del arzobispo de Canterbury, el anglicano Justin Welby.

Mary Kloska.

“Sí, mi hermana es eremita. No, no es tímida; no estoy diciendo eso”. Mary


fue consagrada en una pequeña iglesia católico-polaca de Estados Unidos,
tras haber estudiado teología en la Notre Dame University (en Indiana) y
luego de haber sido trabajadora humanitaria en Siberia y Asia.

Su vida es un recorrido que fue convirtiéndose en una búsqueda por “aquel a


quien mi corazón ama” (Cant. 3:4). Kloska fue consagrada en el 2011, en la
fiesta de santa Mónica (madre de san Agustín de Hipona).Durante la Misa, el
obispo dijo:

Tenemos una grandiosa razón para regocijarnos, pues Mary


se ha convertido en la primera eremita profesa de la diócesis
[…] Mary está abrazando un sitial en la vida por el que se
separará de muchas maneras del mundo para estar más
unida al Señor Jesús.

Y animando a la familia de la eremita, el obispo prosiguió: “Quédense


tranquilos que todavía podremos hablar con ella, pero la mayor parte de su
tiempo la pasará en oración”. En cuanto al sentir de Mary:

[…] solo al transcurrir todo ese tiempo con Jesús podrá él


13
llenar mi corazón con su amor, un amor más grande que la
noción de “amor” de este mundo, pues es un amor que
soportará el sufrimiento y la muerte. Este es el tipo de amor
que él quiso que yo compartiera con el mundo [41].

ESPERANZA EN EL FUTURO

Hace cuarenta años se realizó un histórico encuentro entre el Papa de la Santa


Sede de san Marcos (la Iglesia Ortodoxa Copto-Egipcia) y el Papa de la Santa
Sede de san Pedro (la Iglesia Católica Romana). En tal ocasión se reconoció la
gran deuda que toda la cristiandad mantiene con los cristianos del eremitismo
y el monaquismo egipcio, sean éstos de orígenes solitarios o cenobíticos.

Dos décadas más tarde, S.S. el Papa Shenouda III [42], habló sobre el fruto de
“la sosegada y delicada voz” del monacato egipcio, una voz de hacía ya
dieciséis siglos [43]. Observó la manera en que las tradiciones eremíticas de
san Antonio –documentadas inicialmente por uno de sus predecesores
papales: san Atanasio- habían permanecido a lo largo de las centurias, siendo
transmitidas a cada aspirante y discípulo por cada uno de los abbas y ammas
formados en la santidad cristiana.

No obligamos a ningún monje a llevar un determinado tipo


de vida. Si alguien quiere vivir en el monasterio como parte
de la congregación, está bien. Si alguien quiere llevar una
vida de soledad dentro del monasterio, eso también está bien.
Y si alguien quiere una solitaria celda fuera del monasterio o
próxima a las colinas, eso también estará bien. Y si todavía
hay alguien que quiera vivir en una cueva, tendrá el permiso
para irse a vivir a esa cueva. Tenemos todo tipo de
monaquismo [44].

Hemos visto que en el s. XXI existe “el gozo y la esperanza” de un pleno


florecimiento de todo tipo de monaquismo y eremitismo; también en la
Iglesia Católica Romana. En mayo del 2014, el Papa Francisco habló
imprevistamente sobre ciertas personas consagradas, haciéndose eco de las
palabras de Juan Pablo II:

Puede que la vida consagrada experimente cambios


posteriores en su forma histórica, pero no tendrá ningún
cambio en su sustancia: ser una elección que encuentra
expresión en una entrega radical del ser por amor al Señor
Jesús; y en él, por todo miembro de la familia humana […]
¿Cómo es que no podemos invocar con gratitud al Espíritu
14
por las muchas formas de vida consagrada que ha erigido a
lo largo de la historia y que todavía existen en la Iglesia de
hoy? La elección de una total autoentrega a Dios por medio
de Cristo de ninguna manera es incompatible con alguna
cultura humana o situación histórica [45].

Tal como él nos lo ha recordado en el Año de la Vida Consagrada: “La radical


vida evangélica no es solo para los religiosos, se nos exige a todos” [46].

Hna. Carol McDonough se integró al Victorian Honour Roll of Women (2008)


debido a sus innovaciones en servicios humanos en las áreas de justicia juvenil y
salud mental comunitaria. Antes estuvo en el equipo académico de la Australian
National University y en otras instituciones terciarias. Es una solitaria rural y ahora
está completando su investigación acerca de los eremitas de la actualidad (en las
comunidades eclesiales de oriente y occidente), en la University of Divinity,
Australia.

“Agradezco a todos los eremitas y a aquellos que escriben sobre los mismos, así
como a mi consejero, el Dr. David Gormley O’Brien, al Hno. Dr. Camillus Parkinson
y a Mark Slattery”.

Notas

1. Véase la carta apostólica del Papa: “A todos los consagrados en ocasión del Año de
la Vida Consagrada”. Versión online, recuperado el 20 de abril del 2015:
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-
francesco_lettera-ap_20141121_lettera-consacrati.pdf

2. Véase el New Advent Catholic Encyclopaedia, recuperado el 20 de abril del 2015:


http://www.newadvent.org/cathen/01553d.htm
Y también: William Harmless, Desert Christians: An Introduction to the Literature of
Early Monasticism (Oxford: OUP, 2004); Alexander Ryrie, The Desert Movement:
Fresh Perspectives on the Spirituality of the Desert (Norwich: Canterbury, 2011); y
mi trabajo: ‘Christian Hermits and Solitaries: Tracing the Antonian Hermit
Traditions’, The Way, 54/1 (Enero 2015), pp. 76–89.

3. Para observar las diferencias y lugares del eremita laico y del consagrado dentro de
la Iglesia Católica Romana, véase a Therese Ivers, Why Become a Canonical
Diocesan Hermit?(Julio del 2008), recuperado el 20 de abril del 2015:
http://doihaveavocation.com/blog/why-become-a-canonical-diocesan-hermit/
15
4. Véase a Rotha Mary Clay, The Hermits and Anchorites of England (London:
Methuen, 1914); Jeremy Hall, Silence, Solitude, Simplicity: A Hermit’s Love Affair
with a Noisy, Crowded, and Complicated World (Collegeville: Liturgical, 2007); y a
Isacco Turina, The Hermit’s Knowledge, recuperado el 20 de abril del 2015:
http://konference.fdvinfo.net/rc33/2004/Data/PDF/stream_02-10.p

5.McDonough, Christian Hermits and Solitaries.

6. Código de Derecho Canónico, nn. 573–606; recuperado el 20 de abril del 2015:


http://www.vatican.va/archive/ESL0020/_P1X.HTM

7.Código de Derecho Canónico, n. 603.

8.Cursiva original. Juan Pablo II, Vita Consecrata, n.

9. La vida eremítica, Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 920–921. Recuperado el 20


de abril del 2015:
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p123a9p4_sp.html#II

10.Hall, Silence, Solitude, Simplicity, p. 87.

11.Bernadette Flanagan, Embracing Solitude: Women and New Monasticism


(Oregon: Cascade, 2014), p. 15. Véase también a Kristin Aune, “Feminist Spirituality
as Lived Religion: How UK Feminists Forge ReligioSpiritual Lives”, Gender and
Society, 29/1 (Febrero del 2015), pp. 122–145.

12.Un Instituto de Derecho Diocesano es aquel que “permanece bajo el especial


cuidado del obispo diocesano” (Código de Derecho Canónico, n. 594).

13.Prólogo de la Regla de san Benito.

14.En la actualidad, la compilación más práctica sobre los documentos preparatorios


y los recursos necesarios para quienes consideran haber sido llamados a la vida
solitaria y aspiran a la recepción del canon 603, es la obra de Marlene Weisenbeck,
Guidebook to Eremitic Life (La Crosse: Diocese of La Crosse, 1997). Pueden
solicitarla a la diócesis.

15.Un abba o amma es un hombre o mujer santos que viven en soledad y silencio, en
comunión con Dios, y a veces formando discípulos.

16. North American Jesus Caritas Communities, ‘The Spiritual Family of Brother
16
Charles’, disponible en (recuperado del 26 de abril de 2015):
http://www.brothercharles.org/wordpress/literature/2-the-spiritual-family-of-charles-
de-foucauld/

17.Simon Holden, ‘Discernment of Vocation to the Solitary Life’, en la obra de


Maggie Ross,Pillars of Flame: Power, Priesthood and Spiritual Maturity (Londres:
SCM, 1987), 206–207 (apéndice B).

18. Véase a Pío XII, Provida Mater Ecclesia, n. 14 [error, véase el n. 8], disponible
en (recuperado el 26 de abril del 2015):
http://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/apost_constitutions/documents/hf_p-
xii_apc_19470202_provida-mater-ecclesia.html

19Richard Rohr, “Foreword”, en la obra de Paul and Karen Fredette, Consider the
Ravens: On Contemporary Hermit Life (Bloomington: iUniverse, 2008), p. xvi
20. Una excepción es André Louf; véase Teach Us to Pray: Learning a Little about
God(London: Darton, Longman and Todd, 1974); y también “Solitudo pluralis”, en
Solitude and Communion: Papers on the Hermit Life, editado por A. M. Allchin
(Oxford: Fairacres, 1977), p.21.

21.Eugene C. Romano, ‘Mission Statement’, Hermits of Bethlehem in the Heart of


Jesus, disponible en (recuperado el 26 de abril del 2015):
http://www.bethlehemhermits.org/mission-statement/#sthash.BdRkMwHi.dpuf
Véase también a Bernadette McNary-Zak, Seeking in Solitude: A Study of Select
Forms of Eremitic Life and Practice (Eugene: Pickwick, 2014), pp. 87–101; y a
Eugene C. Romano, A Way of Desert Spirituality: The Plan of Life of the Hermits of
Bethlehem, Chester, New Jersey(New York: Alba House, 1998).

22. Eugene C. Romano, ‘Desert Experience’, disponible en (recuperado el 26 de abril


del 2015):
http://www.bethlehemhermits.org/desert-experience/

23. “The 21st Century Hermit Devoted to God”, CathNews del 27 September 2010,
disponible en (recuperado el 26 de abril del 2015):
http://cathnews.com/archives/cath-news-archive/5389-feature-the-21st-century-
hermit-devoted-to-god

24. Anne-Maree O’Beirne, “Eugene Stockton: A Life’s Work: A Gift to the Nation”,
Catholica, disponible (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://www.catholica.com.au/gc0/eds/015_eds_210814.php
25. Eugene Stockton, “Lay Hermits”, Compass, 34/2 (2000), pp. 46–50, disponible
en (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://www.hermitary.com/articles/stockton.html

26. Véase a Eugene Stockton, Aboriginal Gift: Spirituality for a Nation (Alexandria,
NSW: Millennium, 1996); Eugene Stockton, ‘Mysticism in the Australian
17
Environment: Calls to a New Consciousness’, Compass, 36/4 (Summer 2002),
disponible en (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://compassreview.org/summer02/3.html
Y también, Eugene Stockton, Wonder: A Way to God (Strathfield, NSW: St Pauls,
1998); Eugene Stockton, ‘The Dreaming in Australian Aboriginal Culture’, The Way,
40/2 (Spring 2000), pp. 148–156.

27. “Wellspring: A New Australian Spirituality”, producido por Geoff Wood y


Rachael Kohn, A Spirit of Things (ABC Radio National, Sydney, 07 de noviembre del
2004), transcripción disponible en (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://www.abc.net.au/radionational/programs/spiritofthings/wellspring-a-new-
australian-spirituality/3436804#transcript

28. Véase el Blue Mountains City Council: Aboriginal Cultural Protocols, disponible
en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://www.bmcc.nsw.gov.au/download.cfm?f=85BCAA90-FB1C-CE0E-
8B01CA70D211BD17

29. Dan O’Donovan, The Beyond Is Near: A Rainbow Spirituality, disponible en


(recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://www.wontulp.qld.edu.au/newsletters/occasional-paper-1.pdf

30.El milenario dharma-shastra considera que la vida humana avanza desde la


juventud (brahmacharya o etapa de preparación) a la adultez (grihastha o el trabajo
en beneficio del mundo mientras se es un padre de familia), luego vienen los años de
mayor edad (vanaprastha o vida de retiro a fin de liberarse de los lazos sociales) y
finalmente la vejez (sannyasa o la atenta espera de la liberación).

31. Eugene Stockton, Forest Dweller, disponible en (recuperado el 04 de mayo del


2015):
http://www.hermitary.com/articles/stockton_forest.html

32. Charles Brandt, Meditations from the Wilderness: A Collection of Profound


Writing on Nature as the Source of Inspiration (Toronto: HarperCollins, 1997); véase
también su principal biografía:
http://www.comoxvalleynaturalist.bc.ca/guest_speakers/2007/charles_brandt.html

33. Véase la siguiente página web (recuperado el 04 de mayo del 2015):


http://brotherdismas.blogspot.com.au/p/consecration-and-final-vows-pictures.html

34. Citado por Augustine Kanjia, “Gambia Gets First Hermit”, The Point (20 January
2010), disponible en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://thepoint.gm/africa/gambia/article/gambia-gets-first-hermit

35. Véase la página (recuperado el 04 de mayo del 2015):


https://www.blogger.com/profile/11039356620884066542
18
36. Laurel O’Neal, On Struggle, the Peace of Christ, and Authenticity in Eremitical
Vocations, disponible en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://notesfromstillsong.blogspot.co.uk/2011_03_01_archive.html

37. Network of Diocesan Hermits (recuperado el 04 de mayo del 2015):


https://groups.yahoo.com/group/network_of_diocesan_hermits [al parecer sin
actividad]

38. Véase la página (recuperado el 04 de marzo del 2015):


https://www.linkedin.com/in/beitmery

39. Yves Semen, Qu’est-ce que l’humanisme chrétien?, disponible en (recuperado el


04 de mayo del 2015):
http://aes-france.org/IMG/pdf/AES_Yves_Semen_.pdf

40. Véase la siguiente página (recuperado el 04 de mayo del 2015):


http://www.ecophilos.org/en/index.php?
option=com_content&view=article&id=47:vision&
%20catid=35:intuition&Itemid=27

41. Las citas son de la obra de Theresa Thomas, “My Sister the Hermit”, Integrated
Catholic Life, disponible en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://www.integratedcatholiclife.org/2012/01/thomas-my-sister-the-hermit/

42.Su Santidad Shenuda III, fue el 117 Papa copto de Alejandría y patriarca de toda
África de la Santa Sede de san Marcos el Apóstol, durante el periodo 1971-2012.

43. Shenouda III, Monasticism in Egypt, discurso concedido como apertura del “A
Still, Small Voice: Sixteen Centuries of Egyptian Monasticism”, en la Washington
National Cathedral, el 15 de marzo de 1992. Disponible en (recuperado el 04 de
mayo del 2015):
http://www.coptic.net/articles/EgyptianMonasticism.txt

44. Shenouda III, Monasticism in Egypt.


45. Juan Pablo II,Vita Consecrata, n. 3.
46. Papa Francisco, A todas las personas consagradas, 2. 2.

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