Eremitas de La Igleisia
Eremitas de La Igleisia
Eremitas de La Igleisia
1.- INTRODUCCION.
En octubre del 2014, S.S. el Papa Francisco, escribió una carta estableciendo
que el Año de la Vida Consagrada “concierne no solo a las personas
consagradas sino a toda la Iglesia”. Sus objetivos eran “mirar al pasado con
gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza” [1].
Sus comentarios tuvieron particular importancia para aquellos llamados a
recuperar la antigua tradición de la vida eremítica, tanto laica como
consagrada.
Tras la casi desaparición de los visibles eremitas del occidente entre los siglos
XVI y XIX [4], los eremitas-sacerdotes lentamente comenzaron a regresar a
principios del s. XX, con frecuencia luchando para obtener el permiso
diocesano a fin de realizar su primer intento y luego para continuar viviendo
en tal difícil vocación [5]. Incluso a fines del s. XX, la capacidad de las iglesias
occidentales para comprender y apoyar la tradición eremítica antoniana
seguía siendo inestable; en tanto que en las comunidades ortodoxas la
transmisión cultural se ha mantenido de manera continua desde el s. IV.
Fueron las vidas y los escritos de estas personas las que proveyeron de
suficiente ímpetu al tema, a fin de que sea elevado y tratado en el Vaticano II.
Y es así que, en 1993, el facultativo canon sobre la “vida eremítica” (can. 603)
fue dispuesto en el Código de Derecho Canónico, bajo el apartado de Normas
comunes a todos los institutos de vida consagrada [6].
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El nuevo canon establecido y su explicación presente en el catecismo, así
como su afirmación en otros documentos del Vaticano (como en el Vita
Consecrata), autorizan a los obispos diocesanos a consagrar eremitas y
anacoretas, ya sean éstos laicos, sacerdotes diocesanos o ex religiosos; y han
de hacerlo luego de una rigurosa evaluación del sentido manifiesto en el
llamado del candidato, tras una larga formación de éste y después de la
debida aprobación eclesiástica de su respectiva regla de vida.
2.- LA VOCACIÓN
Para los laicos, el discernimiento puede que se vaya desplegando con el correr
de muchos años. Si su formación primaria ha tenido lugar a través de la vida
secular, su formación secundaria será dentro de la vocación eremítica, aunque
establecida en una diócesis específica. Una persona con una vocación
eremítica probada podría –finalmente- permanecer en el terreno privado, sea
sin votos o con ellos; o podría efectuar promesas simples durante una Misa
parroquial.
P. Eugene C. Romano.
Dentro del espíritu y realidad vivida por las comunidades eremíticas del
desierto fundadas bajo la dirección de san Antonio, Eugene C. Romano ha
sido descrito por su obispo como un padre del desierto de la actualidad.
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Romano, sacerdote diocesano de New Jersey (EU), se convirtió luego en el
fundador de Hermits of New Bethlehem -una asociación canónica de derecho
diocesano- y su centro ha atraído a muchos aspirantes. Todos los novicios y
eremitas diocesanos -tanto hombres como mujeres- viven, rezan y trabajan en
su propia ermita, tal como lo hicieron los habitantes del desierto en el s. III.
Al igual que los antiguos aspirantes del desierto, estas personas son nutridas y
formadas según los caminos evangélicos de san Antonio.El P. Romano
escribe:
Muy cerca de estos solitarios -en tierras concedidas por ellos- viven las
Hermits of Our Lady of Mount Carmel, y el P. Romano es quien las supervisa.
Fundada por una ex monja carmelita, esta comunidad ha recuperado la
tradición eremítica fundacional de la Regla de san Alberto de Jerusalén
(1206-1214). Tras una rigurosa evaluación, fueron aceptadas por el prior
general de la Orden del Carmelo. A través de sus respectivas historias, de su
teología y práctica, y nutridos por un verdadero hijo de san Antonio, ambas
comunidades se articulan y dan claro testimonio de las antiguas tradiciones
eremíticas antonianas.
Con frecuencia el único vislumbre que el resto del mundo tiene de alguien que
se vincula a Dios de por vida según el canon 603, es el momento de su
consagración. En junio del 2010, Carol Prevedello, “una completa eremita del
s. XXI” que vivía en los suburbios, fue consagrada por el obispo Julian
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Porteus, en South Wales, Australia [23]. Para ella, fue un “verdadero instante
de iluminación” el momento en que descubrió –a partir de una eremita de
Tasmania que antes había sido carmelita- que era posible vivir esta forma de
vida de entrega total a Dios a la vez que seguir cuidando de su enferma
madre: “Creo que siempre estuvo en mí. Cuando era adolescente, solía decirle
a mi mamá: ‘Voy a escalar una montaña y nunca voy a bajar’” [23].
P. Eugene Stockton.
Y concluyó lo siguiente:
P. Charles Brandt.
Al igual que Laurel O’Neal, Janet Strong también es de los Estados Unidos y
se vale de la presencia a través de internet para enfatizar el hecho de que los
eremitas no son reclusos sino que están comprometidos con el mundo, según
le es permitido a cada uno de ellos a partir de su regla aprobada. Strong, cuya
teología es de formación franciscana, ha sido eremita diocesana durante
treinta años. Ella describe su vocación incluso en LinkedIn:
P. Nicolas Buttet.
Mary Kloska.
ESPERANZA EN EL FUTURO
Dos décadas más tarde, S.S. el Papa Shenouda III [42], habló sobre el fruto de
“la sosegada y delicada voz” del monacato egipcio, una voz de hacía ya
dieciséis siglos [43]. Observó la manera en que las tradiciones eremíticas de
san Antonio –documentadas inicialmente por uno de sus predecesores
papales: san Atanasio- habían permanecido a lo largo de las centurias, siendo
transmitidas a cada aspirante y discípulo por cada uno de los abbas y ammas
formados en la santidad cristiana.
“Agradezco a todos los eremitas y a aquellos que escriben sobre los mismos, así
como a mi consejero, el Dr. David Gormley O’Brien, al Hno. Dr. Camillus Parkinson
y a Mark Slattery”.
Notas
1. Véase la carta apostólica del Papa: “A todos los consagrados en ocasión del Año de
la Vida Consagrada”. Versión online, recuperado el 20 de abril del 2015:
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-
francesco_lettera-ap_20141121_lettera-consacrati.pdf
3. Para observar las diferencias y lugares del eremita laico y del consagrado dentro de
la Iglesia Católica Romana, véase a Therese Ivers, Why Become a Canonical
Diocesan Hermit?(Julio del 2008), recuperado el 20 de abril del 2015:
http://doihaveavocation.com/blog/why-become-a-canonical-diocesan-hermit/
15
4. Véase a Rotha Mary Clay, The Hermits and Anchorites of England (London:
Methuen, 1914); Jeremy Hall, Silence, Solitude, Simplicity: A Hermit’s Love Affair
with a Noisy, Crowded, and Complicated World (Collegeville: Liturgical, 2007); y a
Isacco Turina, The Hermit’s Knowledge, recuperado el 20 de abril del 2015:
http://konference.fdvinfo.net/rc33/2004/Data/PDF/stream_02-10.p
15.Un abba o amma es un hombre o mujer santos que viven en soledad y silencio, en
comunión con Dios, y a veces formando discípulos.
16. North American Jesus Caritas Communities, ‘The Spiritual Family of Brother
16
Charles’, disponible en (recuperado del 26 de abril de 2015):
http://www.brothercharles.org/wordpress/literature/2-the-spiritual-family-of-charles-
de-foucauld/
18. Véase a Pío XII, Provida Mater Ecclesia, n. 14 [error, véase el n. 8], disponible
en (recuperado el 26 de abril del 2015):
http://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/apost_constitutions/documents/hf_p-
xii_apc_19470202_provida-mater-ecclesia.html
19Richard Rohr, “Foreword”, en la obra de Paul and Karen Fredette, Consider the
Ravens: On Contemporary Hermit Life (Bloomington: iUniverse, 2008), p. xvi
20. Una excepción es André Louf; véase Teach Us to Pray: Learning a Little about
God(London: Darton, Longman and Todd, 1974); y también “Solitudo pluralis”, en
Solitude and Communion: Papers on the Hermit Life, editado por A. M. Allchin
(Oxford: Fairacres, 1977), p.21.
23. “The 21st Century Hermit Devoted to God”, CathNews del 27 September 2010,
disponible en (recuperado el 26 de abril del 2015):
http://cathnews.com/archives/cath-news-archive/5389-feature-the-21st-century-
hermit-devoted-to-god
24. Anne-Maree O’Beirne, “Eugene Stockton: A Life’s Work: A Gift to the Nation”,
Catholica, disponible (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://www.catholica.com.au/gc0/eds/015_eds_210814.php
25. Eugene Stockton, “Lay Hermits”, Compass, 34/2 (2000), pp. 46–50, disponible
en (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://www.hermitary.com/articles/stockton.html
26. Véase a Eugene Stockton, Aboriginal Gift: Spirituality for a Nation (Alexandria,
NSW: Millennium, 1996); Eugene Stockton, ‘Mysticism in the Australian
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Environment: Calls to a New Consciousness’, Compass, 36/4 (Summer 2002),
disponible en (recuperado el 27 de abril del 2015):
http://compassreview.org/summer02/3.html
Y también, Eugene Stockton, Wonder: A Way to God (Strathfield, NSW: St Pauls,
1998); Eugene Stockton, ‘The Dreaming in Australian Aboriginal Culture’, The Way,
40/2 (Spring 2000), pp. 148–156.
28. Véase el Blue Mountains City Council: Aboriginal Cultural Protocols, disponible
en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://www.bmcc.nsw.gov.au/download.cfm?f=85BCAA90-FB1C-CE0E-
8B01CA70D211BD17
34. Citado por Augustine Kanjia, “Gambia Gets First Hermit”, The Point (20 January
2010), disponible en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://thepoint.gm/africa/gambia/article/gambia-gets-first-hermit
41. Las citas son de la obra de Theresa Thomas, “My Sister the Hermit”, Integrated
Catholic Life, disponible en (recuperado el 04 de mayo del 2015):
http://www.integratedcatholiclife.org/2012/01/thomas-my-sister-the-hermit/
42.Su Santidad Shenuda III, fue el 117 Papa copto de Alejandría y patriarca de toda
África de la Santa Sede de san Marcos el Apóstol, durante el periodo 1971-2012.
43. Shenouda III, Monasticism in Egypt, discurso concedido como apertura del “A
Still, Small Voice: Sixteen Centuries of Egyptian Monasticism”, en la Washington
National Cathedral, el 15 de marzo de 1992. Disponible en (recuperado el 04 de
mayo del 2015):
http://www.coptic.net/articles/EgyptianMonasticism.txt
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