Cartas S. Juan de Ávila

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CARTAS DE S.

JUAN DE ÁVILA
12 de noviembre
Carta 1: dirigida a fray Luis de Granada.
Motivación
Le acaban de nombrar predicador a fray Luis de Granada y quiere que Juan de Ávila le
dé una serie de consejos a observar para que su ministerio sea fructífero.
Sorprende el cariño y desvelo de s. Juan de Ávila en la exposición de estos.

Doctrina avilista
 Instrumento pobre para anunciar sublimidades. Todo nos es concedido por Cris-
to, somos semejantes a Él.
 Ganar almas: ganar a los perdidos y dar vida a los oyentes, confortar,…
 Padres del espiritual ser. Que conozcan a Dios sus hijos.
 Gloria sólo a Dios. Almas en las que Cristo sea aposentado y nosotros olvidados.
 Ser buenos hijos, llevando a los hijos espirituales hasta Dios, sufriendo con per-
severante amor. Comparación casamiento de una hija.
 Fortaleza de la gracia. Dios más fuerte que el pecado. Espíritu ayuda a sobrelle-
var los peligros y las cargas del acompañamiento espiritual.
o Hijos no de palabra, sino de lágrimas, refleja inexperiencia.
o El sufrimiento conlleva búsqueda de conversión interior.
o Valor de la oración por los hijos espirituales.
 Requerimientos en la paternidad espiritual:
o Tener corazón
 tierno, de carne: para compadecerse, comprender.
 de hierro: aguantar dolores de perdición.
o Capaz de llorar con unos y reír con otros –empatía–.
 Consejos de maestro errante, para evitar yerros en él.
o No dependan de él, sino de Dios. Que puedan crecer espiritualmente y no
hagan que el padre espiritual pierda su tiempo dedicado a Dios.
 Cuando busquen más de lo debido, mandar a la oración.
 Sean capaces de resolver por sí mismos ciertos problemas.
 Buscar no consuelo de los hombres, sino de Dios en la turbación.
o No remediar necesidades corporales, si no indicando el modo.
 Sólo intervenir en los verdaderos casos que afecten al alma.
o No compartir interioridades, no fiar, no hay garante de secreto.
o Animar a que comulguen preparados, con devoción.
 Que habite verdadera conversión, quitando pasiones, para comul-
gar y sea provechoso sin que sea rutina.
o La confesión frecuente, pero en momentos establecidos.
 Exista quietud para el confesor y pueda meditar.
 Exponer un tema con el auxilio del secreto de confesión no tiene
por qué ser verdadera confesión –no es materia de confesión–.
o Vida de silencio. No vaciar el corazón prontamente.
 Consejos para la propia vida:
o Acudir con frecuencia a los sacramentos de la confesión y la comunión.
o Hacer lectura espiritual, desde devocionarios.
o Oración. Sobre todo la mañana y la tarde, y la Eucaristía.
 Ayudados de lectura, meditar sencilla y humildemente y esperan-
do lo que el Señor quiera decir.
 Oración de acción de gracias y petición de perdón.
o Obras de caridad, no dejar de hacer lo propio.
 Ni todo recogimiento, ni todo acción.

Actualización a mí y a hoy
Me ha llamado mucho la atención la generalidad de todos los consejos que le da. Se po-
dría decir que le da todas las claves necesarias para ejercer bien su ministerio, pero des-
de una experiencia personal muy interior de poner a Dios como punto de mira, y no ser
él el protagonista.
Cuando expone los consejos, me han llamado mucho la atención los que se refieren a
cómo tiene que el padre espiritual llorar por sus hijos, tenerlos muy dentro de su cora-
zón, ser tierno y comprensivo con ellos como lo es Dios, reír con unos a la vez que llo -
rar con otros,…, y muchos más consejos de un pragmatismo apabullante. Todo orienta-
do a la oración, a mejor contemplar a Dios y ponerse a su disposición y escucha en el si-
lencio.
Hoy estas palabra de s. Juan de Ávila no hace falta actualizarlas, son ya de por sí muy
actuales. Sorprende ver que muchos de sus consejos, aquí plasmados, que invitan a des-
cubrir la profundidad del ministerio a que se es llamado han sido incorporados y hechos
propios por muchos documentos de la Iglesia.

Cartas 45-46: dirigidas a Juan de Dios.


Doctrina avilista
45:
 Llamamiento a la misericordia y a tratarse con caridad.
o A imitación de Cristo.
 Juan de Ávila le desea a Juan de Dios que su apostolado sea fructífero.
o Matiza su apostolado, no afanarse por ayudar y no ayudarse a sí mismo.
 Llamamiento a retomar la vida de oración y de piedad.
o Evitar momentos de tentación andando con mujeres.
 Ejemplos bíblicos. Ejercicio de la prudencia.
 Las necesidades para llevar a cabo la obra que Juan de Dios quiere realizar:
o No preocuparse. Vuelva a insistir al benefactor y si no Dios proveerá.
46:
 Saludo e invitación a tener al tanto de lo que pase.
 Más vale morir que ser desleal al Señor.
o Nos ha ganado perdiendo su vida, por ello debemos guardarnos.
o Camino para ser fiel: la prudencia.
 Vasta que el hombre sea necio una vez para escarmentar toda su vida.
o Obligados a buenas costumbres para no enojar al Señor y dar gusto al demonio.
o Cuidar vida de piedad… ¿qué aprovecha todo el bien que otros hacéis?
 Para agradar al Señor no hay como tener un alma limpia y agradable.
o Así damos gloria y servimos para lo que Dios nos creo.
 Seguir en la vocación propia a la que Dios nos llamó.
 Recomendación final para perseverar y ofrecimiento de lo que tiene: oración.

Actualización a mí y a hoy
En la carta 45 se plasman, de un modo maravilloso, los consejos que san Juan de Ávila
brinda al joven Juan de Dios para comenzar su apostolado de los pobres. Me ha llamado
la atención el pragmatismo de sus cartas, los sabios consejos que le ofrece.
A mí personalmente me ha llamado mucho al ejemplo de la actitud de Juan de Dios de
“a todos saquéis el pie del lodo y vos quedéis en él”, por tener una dimensión plástica
sin igual. Afanarse por llevar y realizar muchas obras, pero descuidar la propia celebra-
ción de la fe no es bueno… y ese es un sabio consejo que san Juan de Ávila le da a san
Juan de Dios, y que creo que, junto con el ser prudente con las mujeres, son los nuclea-
res de la carta, y que nos llaman a cuidar nuestras relaciones con los demás, pero sobre
todo con Dios.
En la segunda carta le veo como un padre… parece que se preocupa sobre manera para
que Juan de Dios se comprometa, que lleve a la práctica aquello que plasma en el papel.
Le invita a no dejar la vida de fe y seguir la vocación, el plan que Dios tiene, para así
darle agrado.
Estas dos cartas, en la actualidad, para mí hacen una llamada a no perder el ánima su
pesebre. Una llamada a perseverar y a tener como base y pilar la celebración de la fe, la
oración y prudencia que hacer ser fieles. A no dejarse llevar por un activismo desmedi-
do, sino dándole su lugar e importancia, pero no poniéndole por eje de nuestra vida.

Carta 54: dirigida a doña Sancha Carrillo.


Doctrina avilista
 Amar la bondad de Dios y confiar en su misericordia.
o Evitar cegueras y flaquezas. Amor pide amor.
o Confiar en que quien inicio, llevará a término su obra de amor.
 Los méritos de Cristo son los nuestros porque él lo quiso así.
 En la cruz de Cristo están todos los remedios y pagos colmados.
o Confiar que la gracia de Dios es infinita. Testimonio de gracias recibidas.
 Hechos amigos, así reconciliados.
 No dudar ante tanto amor y misericordia.
 Aún en los momentos de desolación.
o Esperar y acudir a Dios en las tribulaciones. Sólo esperar y tener fe.
 Evitar miedos y dudas.
 Recomendación cuaresmal: andar en Dios, ayunos de sí mismos para llenarse por Dios.
o Escuchar a Dios más que hablarle y amarle sobre todo entendimiento.

Actualización a mí y a hoy
En esta carta el consejo que más domina es la confianza… y ella basada en el amor que
Dios nos tiene. Encarecidamente invita a doña Sancha a que no dude, pues la duda es
enemiga de la fe y no dispone para acoger a Dios. La misericordia que Dios nos tiene se
demuestra hasta en los días en los que parece ausente.
A mí me llena de paz saber que puedo confiarme plenamente a Dios. Esta carta lleva a
un abandono pleno en Dios, que él es el Señor de la historia, y el que si en el pasado
proveyó también será quien se encargue de velar por el futuro. Sólo es necesaria la con-
fianza y la fe en él. No sólo en los momentos fáciles, sino en las tentaciones y los mo-
mentos de desolación, en la turbación es dónde se pone a prueba nuestra fe.

Carta 158: dirigida a la madre Teresa de Jesús.


Motivación
Santa Teresa consulta a san Juan de Ávila qué hacer ante una circunstancia embarazosa.
Ella ha tenido unas revelaciones que ha puesto por escrito, pero han llegado, por negli-
gencias de aquellos a quienes se las confió, a manos de cortesanos que las tienen por
lectura del corazón, y no lo toman en el sentido verdadero de acción de Dios, sino tal
que novela caballeresca.

Doctrina avilista
 Juan de Ávila ha leído el escrito y va a puntualizar ciertos aspectos.
o No es un libro para todos los públicos y hay ciertas partes que revisar en términos
y modificar partes que sean más personales.
o La doctrina de la oración es buena.
 Discernimiento de espíritus.
 Dar lumbre, examinarlo otro sin fiarse uno mismo.
 Conformidad con Escritura y Tradición.
o No se han de pedir visiones, ni buscarlas.
 Verdaderas visiones llevan a humildad, no a vanidad.
 Con una satisfacción interior que se puede sentir mejor que decir.
 No es síntoma de santidad.
 Dios puede amar con excesos, pues es amor.
 No lo entiende quien no lo experimenta. Escándalos.
 Diferencia entre estar en las cosas de Dios y estar en Dios.
 Ve por buenas las visiones que tiene Teresa de Ávila. Pero:
o No se fie de todas: se mezclan las cosas de Dios y del demonio.
o Santidad: amor humilde de Dios y del prójimo.
o Adorar a Jesucristo en el cielo o en la Eucaristía, no a las visiones.
 Visiones como vías hacia Dios o los santos, no fines sino medios.
 Despedida y encomienda a sus oraciones.
Actualización a mí y a hoy
Es una carta de una dulzura y discernimiento eficaces. En las cartas a san Juan de Dios
daba la sensación de que san Juan de Ávila fuese un poco misógino, pero parece que a
cada uno le insiste poniendo mordazas al mal, como puede.
En esta carta me ha sorprendido, y me parece que es la idea central de ella para mi hoy,
las normas para discernir los espíritus y las posibles visiones; que, antes de nada, ha de
reusarse buscar. Todo tiene que tender a una mayor humildad y un mayor conocimiento
de los defectos propios, no a falsas vanaglorias. No todo el mundo tiene un mismo reco-
rrido y por eso mismo no debemos traducir a cualquiera nuestra vida interior, sino a una
persona que sepa y tengan gran experiencia de Dios.
En definitiva, creo que a lo que en esta carta se invita es a una fe aquilatada al fuego del
amor al verdadero Dios, y no a intuiciones o particularismos espirituales que no sirvan a
todos… una fe que es objetiva y que aunque a cada uno le mueva a algo, debe tenerse
cuidado en generalizar lo propio.

Conceptos avilistas:
Abandono de Dios
Es el camino de la verdad, un camino de abandono amoroso en Dios –que es lo mejor–
que llena de seguridad. Sólo hace falta hacerlo a ojos cerrados, abiertos por la fe: adhe-
sión y entrega de sí renunciando a proyectos y objetivos propios y dejando que Dios sea
Dios y que nos sostenga en la prueba.

Alegría
Nota dominante en la vida del cristiano. Darse cuenta de la bondad de Dios y su miseri-
cordia han de henchir de alegría y dar gozo hasta al alma más desolada y animarle en la
entrega y confianza. Estar alegre es síntoma de amar a Dios y saberse hijo y hermano,
redimido. Estamos llamados a anunciar y llevar a todos la alegría de la salvación de
Dios.
19 de diciembre
Carta 7: dirigida a un mancebo que le pidió consejo para ser
sacerdote.
Doctrina avilista
 Presenta la historia evolutiva del ministerio. Primeros sólo unos pocos era dignos y eran
obispos con cura de almas… los demás: grados bajos y vida altísima.
o En ese momento muchos acceden al sacerdocio para su perdición, rotamente.
 Enseñanza:
o Hacer vida que merezca la dignidad y huir de la dignidad, buscando la humildad.
o A mayor poder, cuasi-angélico, mayor responsabilidad y cuentas.
 Invita al dirigido a que recapacite sobre la llamada.
o Buscar la salvación y no la honra de los hombres.
o El sacerdocio desvirtuado cuando es sólo para mantenerse y buscar honor.
 Existen otros modos de virtud que no requieran tal carga. Su consejo:
o Quedarse en grado de diácono, si Dios no hace guiño.
 Servir a los enfermos, viendo su dignidad.
 Escuela de paciencia, humildad y caridad.
 No tener más pretensiones… vivir pleno.

Actualización a mí y a hoy
En esta carta se puede palpar la gran estima que san Juan de Ávila tiene por el sacerdo-
cio que identifica en su vida. No creo que todos sean idóneos… muchos son los llama-
dos y pocos los elegidos… así se puede observar que el celo que debe mover al presbíte-
ro ha de ser la cura de almas y de ningún modo el mantenerse económicamente. Pues
hay que dar cuentas a Dios, hay que responsabilizarse, del ministerio recibido, del don y
dignidad sin buscarla.
Es una llamada a discernir lo que Dios quiere de cada uno, y ser feliz con todo lo que
nos pida. En ningún modo ver el sacerdocio como una solución o una vida resuelta o fá-
cil. Dios es quien llama, no somos nosotros los que queremos ingresar en un lugar o mi-
nisterio. Por ello el discernimiento de la voluntad de Dios es muy importante.

Carta 8: dirigida a un sacerdote: Gracias a Dios por el hecho de


serlo y cómo serlo.
Doctrina avilista
 Invitación a ser agradecido a Dios por el don recibido.
o Viviendo el ministerio plenamente, con presteza y cuidado.
 Reglas para la vida sacerdotal que Juan de Ávila le propone:
o Velad el sueño para recibir al Esposo. Estar en continua presencia.
o Rezar las Horas y meditar la propia indignidad.
o Acoger la misericordia de Dios, los frutos de su cruz.
o Celebrar la Eucaristía:
 Con similar caridad a la de Cristo en la cruz por todos los fieles que tenga ese
día que encomendar y por la Iglesia Universal.
 Pidiendo a María saber acoger bien a Jesús en sus manos y corazón.
 Diferentes intenciones para las Eucaristías de la semana.
o Después de la Eucaristía, recogerse y meditar el don recibido o evangelio.
o Resto del día: lectura; rezar el resto de horas; comer y siesta; horas, leer y orar; ha-
cer algún trabajo corporal leve; Vísperas y visitar enfermos; Completas, lectura es-
piritual más pausada y examen de conciencia.
 Lecturas recomendadas y otros consejos.
o Pensar sin cansar la cabeza.
o Estar de rodillas durante la oración, hasta que se pueda.
o Después del ejercicio racional dejar momentos de descanso atendiendo a Dios: sue-
len ser muy provechosos.
o Mortificaciones corporales y desprecio de la propia voluntad.

Actualización a mí y a hoy
En esta carta san Juan de Ávila le da una serie de puntos a un sacerdote que le pide con-
sejo para que viva más plenamente su sacerdocio en el día a día. Son consejos excesiva-
mente prácticos; aquí hace una descripción sumaria de todas las prácticas de piedad,
oración y celebración que han de regir el día.
Es aplicable a hoy la autoconciencia del propio ministerio. Es cierto que muchas de es-
tas disposiciones son hoy en día cuestionables y nada saludables, pero es cierto que el
aspecto de contemplar la presencia y acción de Dios en todo el día es positivo, junto con
la celebración de la Eucaristía sentidamente y lleno de fervor. En resumen, la invitación
que derivo de esta carta es a santificar el día y ver la presencia de Dios en todo lo bueno,
una concienciación del ministerio y una llamada a examinar todo el día.

Carta 4: dirigida a un predicador: Distribución del día.


Doctrina avilista
 Tras la presentación Juan de Ávila ruega para que Dios lo lleve a buen término.
 Jesucristo, Predicador, al que debe imitar en la vida y la palabra:
o el predicador para convertir y dirigir a la salvación a todos.
o Dios es quien capacita para ejercer este ministerio en el que él es maestro.
o Deseo de que sea Cristo el que hable por la mediación del predicador.
 Para buscar únicamente la gloria de Dios, no la propia.
 A ejemplo de Cristo que redirige toda honra al Padre.
 Que amen a Cristo y le honren, y por Él nos desprecien.
 Sordos a alabanzas o desprecios. Desprecio asemeja a Xto.
 Fijarse en las llagas de Cristo, lugar de escondite y descanso.
 Consejos y avisos:
o Trabaja mucho, pero no debe perder salud ni corporal ni espiritual:
 procurar que no pasen factura los muchos trabajos.
 no puede quitar tiempo a la oración.
 Para tener profundidad, no dar y quedarse sin nada.
 En orar y bien obrar está el aprovechamiento. Término medio.
o La confesión y la predicación:
 La confesión no dejarla ni empeñarse entero en ella.
 No confesar a mujeres sin don de Dios de insensibilidad carnal.
 Se gasta el tiempo sin provecho.
 Predicar, mucho si se le da bien.
o La comunión eucarística, habiendo vida digna de ello:
 No comulgar más de lo debido, comulgar por comulgar.
 Si con verdadera piedad, para que aproveche.
 No cada menos de 8 días salvo que haya una necesidad real.
 Cada 15 o 30 días es lo correcto para el resto.
o Dirección espiritual y enseñanza:
 Novatos siervos de Dios, no alardeen ni enseñen con soberbia.
 No se crean avanzados, habitual es lo contrario.
 No digan más que a su confesor sus experiencias espirituales.
 Buenas obras en secreto, sino se pierden.

Actualización a mí y a hoy
Me ha gustado mucho esta carta, porque aún con lo pragmática que es, creo que refleja
bien la preocupación que san Juan de Ávila sentía, por la salvación de los que le eran
confiados, y la rodado que ya estaba sobre el tema… sabía de dónde se podía sacar y
cuales eran pozos secos. Se ve claramente que la predicación y la confesión son como
dos modos de convertir al Señor. El primero parece que es más fructífero –o al menos,
san Juan de Ávila insiste más en él por tener mejores resultados y no estar tan al acecho
las tentaciones– y deja mayor tiempo a la oración.
Desde esta carta veo la necesidad de asemejarme a Cristo, vivir como Él siendo un ver-
dadero predicador de su Palabra –Él mismo– que predique palabras divinas que hayan
pasado por la oración aunque sean pocas; así será posible el primer deseo de san Juan de
Ávila, que sea el mismo Cristo el que hable a través de nuestra boca y vida.

Carta 5: dirigida a un predicador: Consejo sobre la Palabra de


Dios, la comunión y el silencio.
Doctrina avilista
 A.

Actualización a mí y a hoy
A.
Carta 136: dirigida a un sacerdote: Sobre la oración y el próji-
mo.
Doctrina avilista
 A.

Actualización a mí y a hoy
A.

Carta 225: dirigida a un discípulo: Modo de vivir y estudiar.


Doctrina avilista
 A.

Actualización a mí y a hoy
A.

Carta 58: Amor a la cruz a imitación de Cristo.


Doctrina avilista
 Juan de Ávila les consuela:
o Podemos hacerlo al haber sido consolados primero por Dios.
o San Pablo testimonia sus sufrimientos por seguir a Cristo.
 Da gracias a Dios por las pruebas. Dichoso padecer y servir a Xto.
 No se las recrimina, renuncia, queja… como flacos e ignorantes.
o Invitación a leer las dificultades desde la fe. Así:
 Dios está detrás de cada dificultad con los brazos abiertos.
 Sufrir como Cristo, es el camino seguro que lleva a la vida.
o No es posible separar la cruz de Cristo. En ella siempre le encontramos.
 Entregarse con sufrimiento semejante, y así amarle.
 La joya de la cruz donde le amamos más que a nosotros mismos.
o La cruz es la mayor riqueza, el bien verdadero ante el que el resto seca.
 Tras esta profundización piadosa y melodramática en el misterio de la cruz:
o Las persecuciones son pruebas que muestran el amor a Cristo.
 En quien se haya consuelo y fortaleza.
o Las amenazas se superan abandonándose a Cristo, a su amor.
 Quien dio el beso de paz y llamo amigo al que le entregó.
o No hay mal que eternamente dure… el Señor traerá otro tiempo.
 Mientras tanto es necesario amar al que busca nuestro mal.
o Exhortación a mantenerse en el bien y a no creerse mejores.
 Hablar poco con los hombres y mucho con Dios.
 Vilipendiados mantenerse íntegros y pacientes.
 Modo de purificación personal, aceptando con humildad.
o Santidad desde el temor santo de Dios.
 El único juez que determine la bondad de los actos es Dios.
Actualización a mí y a hoy
En esta carta se invita a padecer con paciencia, a sufrir por el propio bien, a semejanza
de Cristo aquellas dificultades y menosprecios, falsedades y otros males desde la cruz.
Me parece que expone una visión muy personal del misterio de la cruz, demasiado me-
lodramática para mi gusto, y con un artificio desmesurado. Sin embargo, si que creo que
es una gran invitación a fijarse en la cruz, mayor signo de entrega de Cristo, el mayor de
los ultrajados, el justo sufriente.
Cuando he leído este texto he hallado consuelo y un modo de encauzar los problemas,
las situaciones de injusticia y calumnia. Teniendo a Dios por juez y aceptando con hu-
mildad y sobrellevando con paciencia las pruebas que vengan, debo ejercitarme en el
ejercicio de confianza y abandono a Jesucristo, a dejarme en su cruz teniendo presente
el horizonte de la resurrección, en el que por desgracia no enfatiza san Juan de Ávila.

Carta 20 (1): dirigida a una mujer que sentía mucha ausencia y


disfavores de nuestro Señor.
Doctrina avilista
 A.

Actualización a mí y a hoy
A.

Carta 229: Sequedades y tentaciones.


Doctrina avilista
 A.

Actualización a mí y a hoy
A.

Carta 43: dirigida a una señora en tiempo de Pascua de Reyes.


Doctrina avilista
 A.

Actualización a mí y a hoy
A.

Carta 67: dirigida a una señora en tiempo de Adviento.


Doctrina avilista
 A.
Actualización a mí y a hoy
A.

Conceptos avilistas:
Cruz
La cruz es el sumo don del amor de Dios. Un acto de entrega radical del Hijo, que co -
rresponde al amor del Padre en los hermanos, invitando a hacer lo mismo, acrisolándose
en el amor, uniéndolas más a sí.
La cruz provoca sentimiento y mociones encontradas. Por un lado hace que una parte de
nosotros se deje llevar por la carne y la evite; por otro, invita a acoger con entrega la
propia cruz que Cristo nos da, los sufrimientos, uniéndonos a Él, que nos amó primero,
y quiere lo mejor para cada uno.

17 de diciembre
TRATADO SOBRE EL SACERDOCIO
Razón de ser del sacerdote ministro
 Ser sacerdote, don de Dios.
o Ministerio sacerdotal: mayor don porque puede consagrar el pan y el vino, hacien-
do presente al Señor.
 Conocer la grandeza del don para dar gracias y usarlo bien.
 Comparación con cosas cercanas y conocidas: noble y realeza.
 El sentir del pueblo de Dios.
o Mayor poder, aunque no temporal, del sacerdote. Motivos:
 Abre o cierra el cielo a los hombres: confesión.
 Tiene poder para bajar al mismo Dios al altar.
o Los ángeles y las cortes celestiales no le superan.
 Se alegran, por su caridad, de las alabanzas del sacerdote.
 Se admiran por la bondad de Dios que elige y da este don.
 María y el sacerdote ministro.
o Comparación de oficios en que el sacerdote aventaja a la Virgen.
 La Virgen le trajo en carne, una sola vez a una vida pasible.
 El sacerdote le trae a un nuevo ser, siempre que bien lo haga.
 Presencia real imperecedera. La verdad de la Palabra.
 En un tiempo distinto, la eternidad entra en el tiempo.
 En el misterio de Cristo.
o El sacerdote posee una dignidad elevada:
 El sacerdote en sus manos encarna al Hijo de Dios.
 El sacerdote actúa como el mismo Hijo de Dios.
 Quien me creo a mí sin mí, se crea mediante mí.
o Esta dignidad hay que honrarla más que indagar su ser. Silencio.
 Dando acción de gracias, en relación profunda con el misterio.
 Como Cristo que alcanzó, con su ofrecimiento, los hombres a Dios.
 La dignidad de servir.
o Junto con la dignidad sacerdotal va una gran obligación.
 Fuerzas y valía; sino daño, al dejarse llevar por la superficialidad.
 No es lo mismo caer desde la altura que desde el suelo.
 Santidad sacerdotal, vivir lo que somos.
o Hay que mostrar con las obras altas, la dignidad que se tiene.
 Incoherencia vital: dignidad en indigno, grado alto en vida baja.
o Cristo y la Iglesia nos piden ser santos para poder ofrecer lo Santo.
 Conciencia de estar lejos de la santidad, ni mediana bondad.
 Ejercer el sacerdocio con temor y ofrecer nuestras lágrimas de indignidad.
 Mirada al Padre y a los hombres: oración y sacrificio.
o No sólo hace falta limpieza exterior, sino también interior: santidad.
 Sacerdocio de nueva Ley: oración y ofrecer el sacrificio de Cristo.
 Oración con suave olor, al modo del incienso.

Oración, quehacer sacerdotal


 Responsables de la humanidad entera.
o El intercesor de todos debe sobresalir por la excelencia de sus virtudes.
 La confianza de la oración del sacerdote en Dios sin igual.
 Oración de meditación.
o Más gemidos que palabras; don del Espíritu Santo que ora en nosotros.
o La oración en el Espíritu siempre alcanza lo que pide: lo que nos hace falta.
o El Señor hace bienes e inspira por quienes ha de orar el sacerdote.
 Inspiración y confianza en la oración alcanzan certeramente.
 Intenciones de la Iglesia universal o personas particulares.
 Muchas veces por personas que no se piensa ni busca.
 No propia voluntad, no consigue rezar por lo que quiere.
 En la intimidad divina.
o Amistad entre Cristo y el sacerdote, mensajero de su voluntad.
 El sacerdote como mediador, notorio en todas las culturas.
o Orar eficaz, atenta y poderosamente: con inspiración del Espíritu Santo.
 Los sentimientos sacerdotales de Cristo.
o Conformado con Cristo, no sólo de oficio, sino de deseos y oración.
 Cristo es el espejo sacerdotal de entrega de sí mismo.
 Es el Espíritu Santo el que lo obra. Aboga misericordia divina.
o Ejercicio de la santa osadía fruto de amistad, familiaridad y sinceridad.
 Truncar el justo juicio por abrazo amoroso de Padre.
 Sensible a los intereses de Dios y a los problemas de los hombres.
o Usando de las tiernas armas –lágrimas y oración– ganar misericordia.
o La clerecía es lo más bello del cuerpo de Cristo, a modo de faz, 2 ojos.
 Que lloren las ofensas contra Dios y la perdición del hombre.
 Compadezca y sienta los pecados del pueblo como propios.
 Oración y sacrificio les den lo que Cristo les ganó en la cruz.
 Paternidad espiritual, responsabilidad en lágrimas, oración.
 Falta de oración sacerdotal.
o Constatación de los males que proceden de abandonar la oración, a Dios.
o La oración es constitutiva en el sacerdocio, don sin el cual no se puede.

Sacrificio. Victimarse con Cristo Sacerdote


 Sacrificio mediador.
o Reitera la necesidad de la santidad personal, por desempeñar el oficio más alto y
por tener en las manos lo más puro y santo que existe.
 Dios exige más de lo que se establece como pureza ritual.
 Intimidad con Cristo.
o Identidad verdadera entre lo que se realiza y la disposición interior.
 Trato de familiaridad con Cristo. Conforme al oficio la aptitud.
 Sacerdote: intimidad interior estrecha e imitación de costumbres.
o Nombres que se da a los sacerdotes:
 Ángel, Templo, Dios, Sobrehombre.
 Divino ha de ser quien trata con la divinidad.
 Recurso de afinidad con Moisés, resplandor de su cara.
 Sea el sacerdote luz del mundo, resplandor celeste.
 Signo de Cristo Víctima
o Imagen de la doncella que se entrega como sacrificio.
 Sacerdote, aún más. Holocausto entero, santidad desborde e impregne su vida entera.
 Invitación a meditar las alegorías de las vestiduras, también fuera.
 La fisonomía de Cristo.
o Sacerdote: paraíso terrenal cuyos árboles son regados por el Espíritu.
 El árbol de la vida plantado en él es Jesucristo.
 Fructifica para su vida y la Iglesia: paz y vida eterna.
o El sacerdocio viejo se vestía con ropajes con piedras preciosas, que en el nuevo
deben ser las virtudes del ministro.
 Castidad sacerdotal.
o Limpieza de alma y cuerpo en todo y por todo.
 Lo requiere el acercarse al altar, virtud esencial en el sacerdote.
 Recuerdo de las leyes rituales de pureza del sacerdocio viejo.
 Para mantenerse casto es necesaria la disciplina.
o Jesucristo modelo de pureza y castidad, desde su misma concepción.
 Aunque tomo de las realidades humanas en mayor grado.
 Motivo para establecer la virginidad o castidad en el sacerdocio.
 En la antigua Ley.
o El Sumo Sacerdote sólo podía tomar por esposa a una mujer doncella.
 Para casarse con un rey virginidad muy entera y muy limpia.
o El sacerdote debe apartarse más aún la lujuria y el desenfreno.
 Herencia apostólica.
o Los apóstoles impedían que, los que siendo sacerdotes, se abandonaban a la carne
pudiesen ejercer el ministerio.
o La Iglesia, suaviza y tiene misericordia: dura penitencia, en apariencia.
o Guardarse de la impureza como la limpia doncella va en el tálamo de su esposo
adornada de vestiduras ricas, llena de buen olor y que no le falte cosa que pueda
su esposo desear en ella.
 El sentir de los Padres.
o Escuchar a los Padres, pues es largo llegar a sus conclusiones espirituales alum-
brados por el Espíritu Santo.
o Crisóstomo: virtuoso, dignidad y religiosidad en manos, lengua y ardor.
 Presentación de visiones de ángeles guareciendo al sacerdote.
 Escuchar a Dios con fe para iluminar con su vida a los demás.
o S. Agustín: por ser indigno: lágrimas, deseo corazón puro, mente alegre.
o S. Ambrosio: cómo se debe celebrar. Indignidad sólo Cristo hace digno.
o S. Jerónimo: imagen que Juan de Ávila emplea de la virgen y el tálamo.
 El testimonio de los Santos.
o No apartar la vista de tantos testimonios de santos sobre el tema anterior.
 Encargo de buscar remedio. Mirarse en los espejos.
 Espejo formado por los de muchas mujeres; más espirituales, usen velo.
 Tornar la noche en tiempo de velar, esperando la llegada del esposo.
 Como el Bautista y san Pedro.
o Ejemplaridad de indignidad de s. Juan Bautista en el Bautismo del Señor.
o S. Pedro, bienaventurado por reconocer su pecado ante la presencia del Señor.
 Lágrimas de ternura y amor, junto con reverencia al tenerle en sus manos.
 Imitando a María Virgen.
o Asemejarse en santidad con María, competir en intimidad de trato con el Señor.
 Espíritu de Sacrificio.
o El sacerdote consagra a Cristo glorioso, sin flaquezas de cuerpo, en sustancia de cuer-
po. Por ello debe asemejarse espiritualmente con mortificación, para tratarle bien.
 Limpieza de Corazón.
o Limpiar con lágrimas las faltas que el Espíritu Santo nos conceda ver.
o Ablución: signo pequeño de cómo se ha de celebrar imitando la bondad divina.
 Humildad Sacerdotal.
o Dignidad alta: muchos escogieron reverenciarla como señora y no tomarla por mujer.
 Para no cargar con la responsabilidad de que indigno tome tal dignidad.
 …con ser s. Francisco, ve la pureza cristalina necesaria y evita el sacerdocio.

Renovación sacerdotal
 Llamada a la renovación.
o Pureza de intención: los santos no se ordenan y si lo hacen, obligados o signos.
o Mirada a la bajeza y frivolidad ministerial de algunos: maltratan al Señor.
 Dureza de corazón que olvida presto las cosas buenas que Dios dona.
 Sacerdotes al hacer presente al Señor ayudan a no olvidar y acceder a la herencia.
 Ser signo de Cristo.
o Representar a Cristo –tan verdadero que se transforme en Él mismo– en todo:
mansedumbre, obediencia, limpieza, humildad, caridad.
 ¿Crucificar a Cristo de nuevo?
o El sacerdote que no es digno crucifica y besa de nuevo a Cristo.
 El sentido de pecado.
o ¿Qué tiene que ver tinieblas con luz?
o Osadía del mal sacerdote que se junta con mujer, insulta con su lujuria al Señor.
 El pecado en el sacerdote.
o La boca del mal sacerdote es como terrible león ¿por qué salen de ella rugidos?
 El Señor sufre, calla que una boca tan indigna le trate.
 Lengua sucia y bífida con la que el mal sacerdote bebe la sangre al criticar.
 Pérdida del temor de Dios.
o No respeto de la presencia de Dios, celebrar sin dignidad.
o S. Bernardo: desesperación producto de haber perdido el temor de Dios y la ver-
güenza de los hombres, pues besa con labios sacrílegos al Señor.
o Sacerdote en pecado carnal, acude a confesarse con otro en la misma situación.
 Un fracaso posible.
o El juicio de los sacerdotes será más duro que el de los laicos., por su ministerio.
o Injuria a Dios al traicionar las virtudes recibidas y llevar una vida profana.
 Condolerse con Cristo.
o Compadecerse de Cristo –buenos sacerdotes– por la afrenta que los malos hacen.
o El Espíritu sea enviado por el Padre a quienes lo puedan remediar: renovadores.
 El dolor de la Iglesia.
o Realidad, no ficción: muchos viviendo con la miseria de sus apetitos, sin freno.
o Fruto de esta realidad: agrazones que provocan dentera a la Iglesia.
o Relicario de Dios, el sacerdote no debe tener pecado; no se debe encomendar a
quien ha sido traidor.
 Falta el sentido de Iglesia.
o Dos motivos de mal acceso al ministerio que provocan que no se sienta la Iglesia:
 Acceder para saciar el hambre, salir de la pobreza.
 Acceder con pretensiones de poder temporal y otras grandezas y afanes.
o Sin tener la santidad que este oficio demanda. Juicio de Dios no justificará.
 Situación penosa.
o Realidad penosa e indignante, que el Señor no halle un ministro idóneo.

De los curas (párrocos)


 La dignidad y santidad del pastor.
o Necesaria la oración y devoción entre muchas cosas buenas. Dar ejemplo.
 Santificación en el ministerio.
o Ayuda y enseñanza de los fieles: tales costumbres que den contentamiento al rey.
o Prudencia para llevar con atino a cada uno y sufrir pacientemente los desvelos.
 Predicación y estudio.
o Fe y costumbres cristianas como medicina. Leer lecciones morales de los santos.
 Orientar y dirigir.
o Función de juez requiere del conocimiento de cosas de conciencia.
 Ejercer con mucho favor del Señor, mucha diligencia del cura.
o Parecido oficio al del obispo: ser atalaya más cercana (corren más riesgos).
 Compendio de virtudes, pero siempre acompañado de ferviente amor a Cristo.
De los confesores
 El ministerio de la confesión.
o Ejercer bien el ministerio de confesor lleva al pueblo a dirigirse más santamente.
o Disponer al penitente para que sea capaz del fruto de la absolución sacramental.
 Renovación.
o Necesario convertir las prácticas: dejar de hacer caso de Inquisición lo que entre
confesores e hijos de penitencia pasa.
 La raíz del mal.
o Los prelados se escudan en que no tienen mejores ministros para desempeñar bien
el oficio sacerdotal y no cumplen la obligación de formar a sus sacerdotes.
 Curas que se mueven por buenas rentas y otros intereses y no perseveran en
largos estudios, destrozan el Cuerpo de Cristo, y le tratan mal en la Eucaristía.
 La doctrina conciliar.
o No se ordene a quienes no sepan administrar y dispensar los sagrados misterios.
o No anhelar el sacerdocio y no formarse para responder a casos de conciencia.
 No se cumplen los decretos conciliares.
o No se puede confesar sin licencias y examen del prelado.

De los predicadores
 Anunciar la Palabra.
o Predican las perfecciones de Dios dando a los hombres remedio para su salvación.
o Riegan la sequedad de las almas como lluvia del cielo que obra bien.
 Cristo, Palabra de Dios.
o Cristo: Palabra de Dios que obra grandezas desde su Encarnación y su vida.
 La Palabra actual en la Iglesia.
o Con la Palabra que Cristo dejo sigue hiriendo las malas conciencias y da salud.
 Su Palabra es sostén vital.

Conceptos avilistas:
Fe
La fe que ha de tener el hombre ha de ser sólida, sin mezcla de error y siempre acompa-
ñada por una esperanza sincera y una caridad firme.
 Viene a nosotros por la escucha, teniendo abiertos los oídos interiores a la Palabra de Dios.
 Una fe que rechace certezas y ve lo invisible, lo escondido incluso en la contra-
riedad, es verdadera al creer y esperar en la verdad y bondad de Dios contra toda
esperanza.
 La fe nos une a Cristo y prueba de ella han de ser las obras de caridad con Dios y con el
prójimo. Es el regalo del Señor para su servicio, por la que Él mora en nosotros.

Esperanza
La esperanza como estribo para dirigir la vida firmemente arraigada al amor que Cristo
nos tiene por encargo del Padre: una vida plenamente confiada en Dios que no nos de-
frauda. Si no hay en nosotros esperanza no somos capaces de ver que debemos contar
con los merecimientos de Cristo para salvarnos y alcanzar la gloria de Dios, no sólo con
los nuestros. Nos hacemos eternos, es Perdón
 Ni todas las obras que realice el hombre, ayudado de la gracia de Dios recibida en los
sacramentos, pueden llevar al hombre a ver a Dios.
La esperanza siempre es un don de Dios que el hombre ha de mantener vivo; así ayuda a re-
sistir los pecados. La verdadera esperanza evita situaciones que ofendan a Dios y busca alcan-
zar los bienes celestiales que nos tiene guardados; en el combate espiritual.

7 de enero
TRATADO DEL AMOR DE DIOS
Razón de ser del sacerdote ministro
 Dios nos ama como padre, madre y esposo.
o Amor más que hacer bien: darse sin quedarse nada frente a dar algo propio.
 Padre: le llamamos así por Cristo, prueba de amor grande.
 Madre: incluso más; es más posible que una madre se olvide que Dios.
 Esposo: con una fidelidad suprema que perdona toda infidelidad.
 Pruebas de su amor.
o Los beneficios que realiza: existencia de la creación, corporalidad, tiempo.
o Aquello de lo que Dios no ha librado. Lo sufrido como conservante.
o Prueba del amor de Dios en la Sagrada Escritura: donación del Hijo.
 Fundamento del amor de Cristo; largueza de Dios con Cristo.
o Incomprensible por la mente humana: ¿cómo lo perfecto ama lo imperfecto?
o Amor desbordante de Cristo que mira al eterno Padre. Tres gracias:
 Unión divina: persona, estrecha, de tal modo que hay identidad divina.
 Cabeza de la Iglesia: Cabeza y fuente de la gracia y santidad de la humanidad.
 Esencia de su alma: visión llena de toda gloria, beatífica, del Padre.
 Otras gracias: milagros,… hizo Dios cuando pudo hacer y dio cuanto pudo dar.
 Nuestra predestinación en Cristo.
o Todo por pura gracia, incluso antes de merecer para otros.
 Símil del pintor –expone mejores obras– y del rey Asuero –mejor banquete–.
 Motivo para alegrarse porque también es para nosotros, no lugar a la envidia.
 Su amor al Padre reverbera en nosotros.
o Ante tal grandeza ¿Quién no da gracias, ama o lo proclama?
o Soteriología del Hijo: en virtud de su amor halla la redención del Padre.
o Símiles: cañón y fuerza de la pólvora; y los rayos del sol. Destacan mérito de Xto.
o No amas al hombre por el hombre, sino por Dios. Obediencia de Cristo al Padre.
 Grandeza del amor de Cristo.
o Inagotable para incluso morir infinitas veces y todo lo necesario para salvarnos.
 Mucho más amó que padeció. Símil ventanas saeteras: más realidad interior.
 ¡Oh abismo sin suelo, todo lleno de amor! Sentir y conocer amor de Cristo.
 El amor de los santos, superado por el amor de Cristo.
o Cristo supera a todos los santos (Domingo, Andrés, Pablo) en entrega al Padre.
 Posee toda la gracia y muestra su amor por todos, yendo alegre hacia la cruz.
 No mirabas tu dolor, sino nuestro remedio.
 Excelencia de Cristo frente a los sufrimientos de Jacob, Noe,
 Amor que horroriza a los “ciegos” porque no entrar en su profundidad.
 La locura de la cruz.
o Amor que impacta cuando les descubres estos secretos y se los das a sentir.
 Lleva a tornar los sufrimientos, alegrándose de lo que todo el mundo teme.
 Pago de amor por amor. Búsqueda de los mismos sufrimientos de Cristo.
 Cristo ha conquistado (robado) los corazones no matando, sino muriendo.
 Símil dureza del diamante y la flecha afilada. Dureza del corazón rota.
 Jesucristo fuego transformador que enciende los corazones en amor.
 Cristo en la cruz –símil de ballesta– hiere y penetra los corazones radicalmente.
 ¡Oh dulcísima herida, oh sapientísima locura! Nunca me vea yo jamás sin ti.
 Descripción cinematográfica de Cristo en la cruz, su imagen y postura.
o Cabeza inclinada: oír y dar besos.
o Brazos tendidos: abrazar.
o Manos agujereadas: dar bienes.
o Costado abierto: recibir en las entrañas.
o Pies enclavados: espera y garantía de presencia.
 Mirando a Cristo todo invita al amor. No olvidar lo que Él hizo mirando a Dios.
 Fundamento de nuestra esperanza.
o Cristo amó al hombre por Dios y al hombre le viene todo por Cristo.
 Interrelación misión-mérito en la que el hombre sale beneficiado.
o Esperanza puesta en las miradas entre el Padre y el Hijo –¡Miraos siempre…!–:
 Amor que Cristo nos tiene por mirar la voluntad y corazón del Padre –obediencia–.
 Remedio y salud que nos alcanza por mirar el Padre su Pasión –méritos–.
o Imposibilidad de que nuestra maldad afee la Pasión de Cristo a ojos del Padre.
 Símil de Axa-Caleb, pestilencia-aroma y lunarcito-rostro.
 Confianza en Cristo, por ello deber de estar unido a Él en fe y amor.
 Nosotros no podemos con nuestros simples méritos salvarnos.
 Confianza en que lo que es de Cristo y del Padre será de nosotros.
 Cristo es: paso seguro frente a los vértigos y miedos y relax en tormentos.
 Cristo continúa presente.
o No nos olvida pues nos dejó al subir a los cielos su carne en la Eucaristía.
 Sigue siendo amigo verdadero, sin fin en el amor.

Conceptos avilistas:
Caridad
Amar a Dios es natural, porque su grandeza y perfección no llevan a menos, pero amar
al prójimo es algo que debemos hacer por Él, porque nos lo manda. Servir libremente,
por amor al otro, es una gran alegría que mide nuestro amor a Dios.
El amor nos descentra de nosotros mismos; mirar a los demás con una mirada cristiana
–con los ojos de Cristo, compartiendo sus sentimientos– teniendo entrañas de misericor-
dia, compadeciéndose de los sufrimientos del prójimo, bueno o malo, sin hipocresía ni
distinción.
14 de enero
Meditación del beneficio nos hizo el Señor en sacramento de la Euca-
ristía
 Don de la Eucaristía: admirable y misterioso. Desconcierta, maravilla. Beneficios:
o Divinización por la que nos asemejamos y participamos de Dios en unión vital.
 Esta unión de carácter similar a la que existe entre el Padre y Él.
 Gratitud por la condescendencia de Dios. Algo se nos pega de su perfección.
 Fuego-elementos, especias-insípido, sol-nubarrón, harina-veneno.
 Humanidad y divinidad de Jesucristo recibidos –don– para hacerse uno con Él.
 Transformación inversa –san Agustín–: Él nos asimila a nosotros.
 Jesucristo usa de nuestra debilidad, saca de los males bienes.
o El hombre, partícipe de su gloria de modo sublime: beso de paz, abrazo estrecho.
 Alimento eucarístico mantiene el alma, conforta el corazón, alegra el espíritu y
no embota el entendimiento; torna la propia voluntad en la de Dios.
 Por una comida-fruto del árbol perdimos la vida, así por otra se recobra.

Ecce Homo
 Cristo presentado tras la flagelación: motivo de conmoción del corazón.
o Símil pueblo, que pide crucifixión, con la actitud del mal cristiano que desdice en
sus obras lo que profesan sus labios. Donde hay amor hay dolor.
o Rigor de la divina justicia de Dios y la maldad, ingratitud y crueldad del pecado.
 Dios se lastimo para que viésemos la grandeza de su amor. Símil madre-hija.
 Ecce Homo capaz de satisfacer a Dios, amansa sus ojos. Escudo y mediador.

Exposición de las Bienaventuranzas y apéndice


 Dichosos los que lloran, alcanzaran consolación.
o Verdaderas lágrimas no son malas, sino que mueven a la consolación.
 La tristeza sólo hacer mal y busca que la murmuración le consuele.
 Impide hacer cosas buenas: quita el sabor de las cosas de Dios, quiebra los
brazos para servirle.
 Buen manjar ofrece con amarga salsa quien sirve a Dios con tristeza. Dios
prefiere la alegría del corazón que el ofrecimiento de muchas dádivas.
o Ejemplo de Job ayuda a entender la capacidad de Dios de obrar bien en todo.
 Los muertos están dormidos, aguardando la resurrección. Dios no provoca la
muerte de nadie, no la busca… los quiere más, murió por todos.
 No es causa para afligirse o llorar. Destino de todos: el cielo; pero si nuestros
difuntos están en el purgatorio o el infierno eso no debe desconsolarnos.
 Amor a los difuntos es no ver el vacío que dejan sino el gozo que hayan ellos.
o Verdaderas lágrimas son frutos de vivir la vida presente como:
 Fruta fuera de tiempo o música en el lloro.
 Acuerdan de lavarse con lágrimas, para que Dios los acepte por su misericor-
dia, porque de justicia no lo merecen. Indignidad del hombre ante Dios.
 Falta de guía del cuerpo bajo el espíritu y de unión de este a Dios.
 Más llorar por Dios que reír con el mundo. Atalaya.
 Sienten pecados de los demás como propios, no mirar quien sino la ofensa.
 Lágrimas que muestran el corazón quebrantado y humillado. Fruto piedad divina.
 Alcanzan grandes mercedes de Dios. Interpelan no sólo ablandan.
 No sabe Él defenderse de armas tan fuertes. Moran en la soledad interior.
o Modo de proceder los bienaventurados: dominar la carne y desterrar el pecado.
 Dar al cuerpo lo que le conviene; Dios da sus bienes al que rehúsa terrenales.
 Propia vida en provecho de los demás; único consuelo: anhelo bienes del cielo.
 Peregrinos, sin ser, del mundo. Desconsuelo por Dios trae mayor consuelo.
o Si se haya consuelo en el mundo no se le puede pedir ya a Dios.
o Acompañar a Cristo en todo. Si sintiésemos el dolor de su Pasión: gozo.
o El hombre no sabe dónde buscar los deleites –se guía por apetencias– que son:
 Corporal: hace desviar la atención y olvidar a Dios. Alegrías con amarguras.
 Espiritual: ver los tormentos como delicadezas: torna las cárceles en palacios.
 Dios consolará eternamente a quienes sufren con paciencia.
 Cristo no engaña como el diablo… aunque las consolaciones están escondidas.
 Gozan más los buenos en sus trabajos que los malos en sus malos placeres.
o Tristeza: carcoma come el corazón en los malos. Vida desaprovechada.
 Breve exposición de las Bienaventuranzas.
o Pobre de espíritu: se conoce, es humilde y da gloria de Dios de corazón.
o Manso de corazón: libre de turbación de la ira.
o Lloroso: huye de los deleites presentes y se afana en los trabajos sin placer.
o Hambre y sed de justicia: hace el deber y desea los bienes espirituales.
o Misericordiosos: sentir los males ajenos como propios.
o Limpieza de corazón: verdadera santidad que agrada a Dios con su alma pura.
o Pacífico: llenos de paz en la relación de su razón con la voluntad de Dios.
o Persecución por la justicia: sufrir por la defensa de la virtud y la justicia, de Dios.

Prólogo
 Tres cosas que aprovechan notablemente: Palabra de Dios, oración y comunión.
 Difícil trabajo de orientar la vida espiritual de las personas para lleguen a Dios.
o Reduce a la esencia, invita a leer viendo la presencia del Espíritu, dice a cada uno.

Conceptos avilistas:
Laico (Identidad y existencia)
Vocación general que surge de conocer a Dios, en la que hay que perseverar, porque tie-
ne más responsabilidad el que cae conociendo a Dios que el que lo hace desde el desco-
nocimiento de Él.
Esto debe manifestarse en la vida, siendo instrumentos de unidad en ayuda de todos los
prójimos –y sobre todo los más pequeños y débiles que tienen a Dios por intercesor– en
todo momento, sin dejar pasar oportunidad, mostrando las gracias que Dios nos tiene en
el actuar del propio oficio. El bien común más que el propio, o a costa de este.

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