Psicoterapia Del Adulto. Caracteristicas y Habilidades

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Características deseables que debe poseer y manejar el terapeuta que contribuyen

al alcance de un proceso satisfactorio desde una perspectiva general.


“el principal agente de una psicoterapia eficaz es la personalidad del terapeuta
especialmente su habilidad para establecer una relación cálida de apoyo”. Esta frase se
relaciona con una de las características deseables que debe poseer el terapeuta, que es la
proximidad, la cual hace relación a que el terapeuta debe poseer las siguientes
competencias:
1) Habilidad para atender a lo que el cliente está intentando comunicar, esto
requiere seguir lo que el cliente dice a la vez que ser sensible al tono de su
expresión y a otros comportamientos no verbales.
2) Motivación para desarrollar una relación íntima con el cliente, el terapeuta debe
estar dispuesto a comprometerse con el cliente en un tipo de relación de trabajo
cercana.
3) Energía para responder al ritmo demandado por el cliente, el terapeuta debe
tener la energía de trabajar al paso marcado por el cliente esto requiere seguir el
paso a clientes agitados y enérgicos que hablen a un ritmo muy rápido al igual
que sincronizar con clientes deprimidos o disforicos que hablen a un paso muy
lento.
4) Habilidad para identificarse con el marco de referencia del cliente, el terapeuta
debe ser capaz de comprender lo que el cliente está comunicando desde su punto
de vista esto requiere la competencia de comprender y apreciar personas que
provengan de distintos ámbitos.
5) Estar entrenado en competencias básicas de entrevista, el terapeuta debe ser
experto en competencias básicas de entrevista.
Una de las características es la inmediatez verbal, es otra forma de transmitir
proximidad a los clientes es ser verbalmente inmediato con ellos, en este caso cuando se
es inmediato el terapeuta intenta centrar la atención sobre la relación terapéutica en el
presente. Existe en este caso un sentido de dirección de intimidad y voluntad de
experimentar con el cliente lo que está ocurriendo en el momento, por lo tanto, los
terapeutas intentan ser inmediatos personalizando lo que está ocurriendo entre ellos y el
cliente. Por ejemplo, una frase que en este caso implique intimidad podría ser: “usted
dice que se enfada con las personas que no están ahí cuando usted la necesita, me
pregunto si se enfada usted conmigo cuando no estoy disponible para usted”, esa
clarificación o especificación de utilizar la palabra conmigo está añadiendo esa
intimidad entre el terapeuta y el paciente.
Por otra parte, la inmediatez verbal a su vez implica cambiar las categorías espacio-
temporales como, por ejemplo, el uso de “eso” y “aquellos” por “este” y “ese”. Así
como también, la utilización de frases que hacen referencia al pasado o futuro por frases
que hagan mención al presente, por ejemplo, una frase donde no incluye inmediatez
verbal sería: “aquellos sentimientos de depresión que hemos discutido son algo
esperado debido a todo lo que usted ha estado experimentando”. Mientras que su forma
inmediata sería: “sus sentimientos de depresión que puedo sentir en este momento son
esperados dado lo que ha estado experimentando”.
Otra parte dentro de la inmediatez verbal que encontramos es la especificidad
denotativa. Veamos que una proposición no es inmediata si enfoca sólo una parte de la
cuestión, si despersonaliza el tema de un individuo o una clase en general o si se refiere
al orador o receptor de la comunicación de manera implícita en lugar de explícitamente.
Por ejemplo, una frase con escasa especificidad denotativa sería: “mi principal
sentimiento hacia usted es de respeto”, mientras que su forma inmediata sería: “yo le
respeto a usted”.
Dentro de la inmediatez verbal encontramos las categorías de acción, agente, objeto;
donde podemos observar que una proposición no es inmediata si contiene una
separación entre el emisor y el receptor de la comunicación o entre una persona y los
problemas de esa persona; un acontecimiento o sentimiento que es descrito de manera
unilateral es menos inmediato que uno descrito como mutuo. Las proposiciones que
implica pasividad son menos inmediatas que aquellas frases que implican acción o
responsabilidad personal, expresiones como “casi” “de este tipo”, “Ya sabes” o
“Supongo” disminuyen la intimidad de una proposición. por ejemplo, una frase con
falta de inmediatez y de proximidad a su vez sería: “He llegado a entenderle mejor
durante el curso de terapia”, mientras que su forma más inmediata sería: “nos
comprendemos mejor el uno al otro debido a haber trabajado juntos en la terapia.”
Continuando con las características deseables encontramos las competencias verbales
las cuales hacen mención a un conjunto de elementos activos que se utilizan en las
sesiones exitosas de terapia y que su dominio se alcanza a través de la práctica. Las
cuales son:
El tanteo: Es una pregunta que formula el terapeuta para obtener mayor información, los
tanteos deben utilizarse juiciosamente dado que los terapeutas desean evitar convertir la
terapia en una sesión de preguntas y respuestas. Algunas competencias para utilizar el
tanteo incluyen permitir tiempo suficiente para que los clientes respondan, separar las
preguntas con otro tipo de respuestas verbales y tantear con un tono no acusatorio; a
menudo los terapeutas pueden evitar utilizar preguntas mediante la expresión de
intereses por obtener más información empleando frases como: “Me pregunto cómo
hizo eso que usted se sintiera” o “estoy intentando comprender con mayor nitidez lo
que usted pensaba cuando ocurrió eso”. En estos casos está el terapeuta intentando
encontrar obtener mayor información respecto a estos temas sin necesariamente dirigir
una pregunta,
La clarificación: Una clarificación es una pregunta utilizada para obtener mayor
claridad, valga la redundancia, acerca de lo que el cliente está diciendo. Las
clasificaciones se utilizan para: 1- estimular a los clientes a laborar su discurso, 2-
confirmar con el cliente que se está comprendiendo con precisión su mensaje y 3-
comprender mejor frases vagas o confusas. Los terapeutas utilizan las clarificaciones
para asegurarse de que comprenden, sin ningún género de dudas, lo que el cliente ha
dicho y que no existen ambigüedades que requieren ser clarificadas o detalles que
necesiten mayor exploración.
La paráfrasis: Esta la paráfrasis no es más que reformular las frases del cliente de una
manera que comunique a este que el terapeuta comprende lo que ha dicho, las paráfrasis
se utilizan para enfocar la comunicación hacia aquellos aspectos que parecen más
relevantes y apropiados. Cuando se parafrasea el terapeuta no se limita a repetir como
un loro las palabras exactas del cliente, por el contrario, se intenta realizar un esfuerzo
activo de paráfrasis de las proposiciones del cliente con sus propias palabras. Los
terapeutas en este caso a través de la paráfrasis son capaces de mantener el flujo y
objeto de la conversación.
El reflejo: Es una reformulación de la emoción, afecto presente o una frase del cliente;
los terapeutas utilizan los reflejos para comunicar a sus clientes que comprenden cómo
se están sintiendo en ese momento. Por su parte los reflejos animan a los clientes a
experimentar y expresar sus sentimientos y al hacer esto tienen la oportunidad de
colocar sus sentimientos en una perspectiva más clara, los reflejos son la forma
principal que tienen los terapeutas de comunicar empatía hacia sus clientes, así como la
aceptación de sus sentimientos.
La confrontación: Las confrontaciones se utilizan para identificar mensajes confusos en
el cliente y para explorar formas alternativas de percibir o interpretar situaciones
problemáticas, los mensajes confusos suelen darse cuando el tono de la expresión del
cliente no encaja con la experiencia descrita o cuando existe una inconsistencia entre las
afirmaciones del cliente y sus actos por su parte, cuando se realizan confrontaciones, los
terapeutas deben reconocer sus propios sentimientos y motivos que generan dichas
confrontaciones. Por otra parte, estos no deben nunca provenir de rabia o frustración, en
este caso se ha dicho muchas veces que los terapeutas deben ganarse el derecho a
confrontar a sus clientes mediante el establecimiento de una sólida alianza terapéutica
por su parte. Si las confrontaciones se hacen prematuramente con demasiada fuerza o
sin ninguna sensación de apoyo es probable que los clientes reaccionen defensivamente
de una de las siguientes maneras: desacreditando al terapeuta, persuadiendo al
terapeuta de que su forma de ver las cosas es errónea, quitando importancia a esa
cuestión, buscando apoyo en otro lugar y estando de acuerdo con el terapeuta en lo
superficial, pero sin tomarse la confrontación en serio.
Por su parte, las confrontaciones están indicadas cuando los clientes se hayan
estancados y experimentando dificultad para manejar sus sentimientos o alcanzar sus
objetivos y este mismo sentido no debe estar dirigida hacia la persona del cliente, sino
hacia la dificultad que se está experimentando.
La interpretación: La cual se utiliza para ayudar a los clientes a buscar significado y
comprender los sentimientos, pensamientos y comportamientos; las interpretaciones son
beneficiosas en la medida en que ayudan a los clientes a contemplar sus problemas
desde una perspectiva diferente y les motiva a utilizar esta nueva perspectiva para
realizar cambios en su vida, por otra parte, un gran peligro de las interpretaciones es que
a menudo conlleva una cualidad acusadora o peyorativa. Por lo tanto, las
interpretaciones también conllevan el riesgo de colocar al terapeuta en el rol de experto
y en base de esto los 4 criterios para realizar interpretaciones efectivas son: 1-
realizarlas en el momento oportuno con dosis mínimas, con detalles concretos y
comunes desde enfoque individual.
La recapitulación: Donde las proposiciones de recapitulación se utilizan para ofrecer un
encuadre y estructurar la sesión de terapia, los terapeutas utilizan la recapitulación para
identificarte, revisar el progreso y proporcionar un encuadre. Cuando las proposiciones
del cliente parecen estar inconexas por su parte la recapitulación se utiliza o puede ser
utilizada al comienzo de las sesiones de terapia para situarlas en el sendero correcto
pueden también ser empleadas en medio de las sesiones o hemos a decir en el medio de
la terapia, si el cliente está vagando sin norte o desviándose mucho del tema o de la
meta y también puede ser utilizadas al final de las sesiones de terapia para aglutinar las
cosas y sugerir un punto de partida para la siguiente sesión.
Las preguntas: Las cuales pueden ser utilizadas para cuatro propósitos generales. el
primero de ellos es obtener hechos, en este caso preguntas sobre búsqueda de hechos;
se realiza o se encuadran dentro del aquí ahora el “qué” y “por qué” y son denominadas
preguntas lineales, por ejemplo, “Qué problemas le están preocupando” “cuánto
tiempo hace que tiene sus problemas” “cuando ocurre”. El segundo propósito es
explorar cómo se relacionan los problemas del cliente con su vida y en este caso
encontramos las preguntas exploratorias que intentan identificar pautas y conexiones
entre los problemas de un cliente y sus estilos de afrontamiento, formas de pensar,
relaciones interpersonales (en este caso son denominadas preguntas circulares) un
ejemplo de ellas sería: “Cómo reaccionan las otras personas cuando usted se hace de
menos de esa forma” “¿en que suele pensar cuando su rabia escapa a su control?”.
Por su parte en el tercer propósito encontramos influir o corregir al cliente en algún
sentido y acá se haya las preguntas correctivas que son denominadas preguntas
estratégicas, por ejemplo: “porque no le ha contado su mujer lo infeliz que se siente”
“que le impide poner límites a las personas que le formulan demandas tan poco
razonables”. Por su parte, en el en el cuarto propósito encontramos ayudar a los
clientes a ver su problema desde una perspectiva distinta, en este caso este tipo de
preguntas intenta ayudar a los clientes a ver sus problemas con una visión distinta, estas
preguntas intentan facilitar una nueva percepción como lo acabo de decir y son
denominadas preguntas reflexivas, por ejemplo: “Imagínese que le dice a su mujer lo
infeliz que se siente ¿qué cree que ocurrirá?, “Digamos que decir establecer algunos
límites con las personas que le formulan demandas poco razonables, ¿Cómo
reaccionaría?”. Debe ser sumamente cuidadoso por el impacto que puede generar en el
proceso por consiguiente es un aspecto que debe ser ampliado y constantemente
practicar para saber cuándo son mejor utilizarlas.
Continuando con las características encontramos las habilidades de conversación que
incluyen:
Ser activos, lo que implica que para que la terapia sea productiva los terapeutas y los
clientes deben hablarse entre sí, esto es muy importante ya que surge de manera
espontánea y no es que constantemente nosotros vamos a estar forzando la
comunicación, en este caso al ser activos para que la relación se mantenga de esa forma
debemos tratar de que esto vaya surgiendo solo y que sea bastante fluido.
Por otra parte, es necesario emplear un tono expresivo que debe ir de acuerdo al
contexto de la discusión y a la capacidad lingüística, en este caso del paciente no
podemos empezar a hablar con términos muy específicos o muy técnicos que nuestro
paciente no pueda comprender.
Los terapeutas deben hablar con fluidez y deben evitar las interrupciones de
lenguaje, el punto está en expresarse de la manera más clara y precisa evitando
muletillas

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