RGS TiempoIncierto v1

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EL TIEMPO INCIERTO Sangrador • Hernández • De Paula

Coordinador
Raúl Sangrador
EL TIEMPO INCIERTO
El tiempo incierto
DR 2021:

Número de registro: En trámite

ISBN obra: En trámite

Cuidado de la edición y corrección de estilo:


José Juan de Ávila
jdeavila2006@yahoo.fr

Fotografía portada: Raúl García

Primera edición: 2021

© Raúl García Sánchez

Es una edición Facultad de Bellas Artes UAQ, Secretaría de Extensión y Cultura


Universitaria UAQ y Centro de Estudios Pictóricos). Año 2021.

Bajo las sanciones establecidas por las leyes, queda estrictamente prohibida, sin la
autorización por escrito del titular del copyright, la reproducción parcial o total de esta obra.

Impreso en México / Printed in Mexico


El Tiempo incierto

Raúl Sangrador
Coordinador

Glendys Hernández Jorge


Francisco de Paula Nieto
Índice

Introducción
............................................................................................................................................9

El tiempo incierto
Raúl Sangrador...............................................................................................................13

Preámbulo
Glendys Hernández Jorge............................................................................................35

2020/Sinsentido común
Francisco de Paula Nieto..............................................................................................45

Obras
Material gráfico..............................................................................................................77

Semblanzas
Los artistas................................................................................................................... 139
Introducción

L a pandemia por Covid-19 trajo en apenas un año la reinvención de


artistas, que en su mayoría tuvieron que aprovechar las herramien-
tas tecnológicas para mantenerse en activo, lo mismo dentro de la
academia que en la creación o, en el caso de las artes escénicas, en
la representación e interpretación.
No obstante, una herramienta tan antigua como las pande-
mias se mantuvo en vigor, para dejar registro de la actividad cultu-
ral durante por lo menos el primer año que la humanidad padeció
el coronavirus SARS-Cov2, responsable de la Covid-19: el libro,
sea en su formato tradicional o digital, hoy en auge.
Raúl Sangrador sabe de la trascendencia del testimonio que
un libro tiene para cualquier artista, en particular para las artes
visuales, que en gran medida dependen de una publicación para
llegar a más espectadores, inmersos en diferentes contextos y cate-
gorías, y aun a aquellos ajenos al arte y la cultura.
Por ello ha querido que un proyecto que surgió a partir de la
tragedia que ha representado para toda la humanidad la pandemia,
El tiempo incierto

la peor desde el surgimiento en los años ochenta del siglo pasado del VIH-Sida, pue-
da ser conocido y reconocido más allá de las obras, por el testimonio mismo que es
un libro.
El tiempo incierto es la segunda aventura a partir de una pandemia que em-
prende el catedrático de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de
Querétaro y artista el mismo, aventura en su sentido etimológico de aquello que ha
de llegar. Justamente, como cuenta en su ensayo sobre la génesis de la convocatoria
a artistas sobre el confinamiento que ha representado en sus vidas y quehaceres la
Covid-19, antes la pandemia del VIH-Sida fue para él motivo de estudio, reflexión,
análisis y creación.
Ahora, con ensayos del propio Sangrador y de los curadores Glendys Hernán-
dez Jorge (Cuba) y Francisco de Paula Nieto (México), se presenta El El tiempo in-
cierto en su formato editorial para que los trabajos de artistas visuales, estudiantes
y profesionales del arte que respondieron a la convocatoria a participar en la expo-
sición colectiva lanzada a través de las redes sociales desde el Centro de Estudios
Pictóricos de la Universidad Autónoma de Querétaro, uno de cuyos requisitos era
crear en el encierro.
La presentación editorial de las obras, que van desde tatuajes hasta videodan-
za, responde al interés de su promotor de que los artistas crearan quedándose en
casa, con materiales domésticos, para expresar y compartir sus experiencias del en-
cierro, al mismo tiempo que plasmar “visiones de incertidumbre, temor o nuevas
utopías por venir”. Sin duda, un proyecto arriesgado que, no obstante, cuajó bien,
aunque ni la amenaza se ha disipado ni el confinamiento ha menguado; de hecho, el
libro se publica un año después de que se decretó la pandemia y en el peor momento
hasta el momento para México.
Y no hay luz aún, salvo en el arte, como lo muestran los artistas que respon-
dieron a la convocatoria y la curaduría que Sangrador, Hernández Jorge y De Paula
Nieto ofrecen hoy, para cualquier sobreviviente, en la tabla que siempre ha logrado
poner a flote a la humanidad de sus naufragios: un libro, y con arte.
.

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El tiempo incierto*
Raúl Sangrador

PANDEMIA.
Del griego πανδημίά; pan (totalidad) y dêm (pueblo)
“el pueblo entero”.
Etimologias.dechile.net

“…es un tiempo en que la cronología aún no ha sido inventada,


cuando la realidad cotidiana se desdobla y se contradice. ¿En dón-
de se encuentra la verdad y la razón?”
Michel Jeury, El tiempo incierto, 1973.

E n los primeros días de marzo de 2020, en la facultad de Bellas Artes


de la Universidad Autónoma de Querétaro, recibimos indicaciones
de no regresar a los salones de clase, desde ese momento debíamos
confinarnos en nuestras casas y resolver todos los pendientes de
manera virtual.
Debo aceptar que, como casi todo el mundo, entré en an-
siedad, en esa especie de duelo que muchos no reconocen. Luego
sentí que esta historia ya la había vivido.
Tengo varios años dedicándome al estudio y análisis de las
relaciones entre artes visuales y sida. El VIH generó nuevos para-

* Este trabajo forma parte del proyecto de investigación “Memorias de las masculinidades disidentes en
España e Hispanoamérica” (PID2019-106083GB-I00).
El tiempo incierto

digmas con consecuencias globales profundas en lo económico, científico, estético,


político, etcétera; de hecho –y al contrario de lo que yo mismo imaginé cuando mis
primeros amigos enfermaron y murieron por complicaciones propias del sida–, aho-
ra acepto que terminó por devolverme el sentido a la vida, que alguna vez pensé
perdido ante la muerte de tanta gente querida.
Con el VIH vino el tsunami de situaciones de discriminación, miedo, es-
tigmatización, exclusión, injusticia legal, invisibilización, escarnio y debates po-
líticos, farmacológicos, civiles, en los medios masivos y demás. Personalmente,
decidí enfocarme en las consecuencias que la aparición del síndrome de inmuno-
deficiencia adquirida había generado en las artes visuales, comencé a pensar en un
arte post sida.

En el 2020, la analogía entre VIH y SARS-CoV-2 es evidente.


Las primeras palabras con las que traté de definir el 2020 coincidieron con la no-
vela escrita en 1973 por Michel Jeury, El tiempo incierto. La premisa saltó a la vista:
construir un proyecto que me ayudara a recobrar el centro, a mí y a todos los que
quisieran sumarse con la producción visual realizada en el encierro, con libertad
total para abordar la pandemia de la Covid-19.
La convocatoria fue sencilla, abierta a todo público, y este es el resultado. Las
visiones curatoriales de Glendys Hernández Jorge (Cuba) y Francisco de Paula Nie-
to (México)1 apoyan la intención panorámica en El tiempo incierto, desde sus prin-
cipios epistémicos.
Se recibieron alrededor de noventa piezas, de más de cincuenta autores, mexi-
canos, españoles, colombianos y chilenos, que aterrizaron su lectura del presente
desde la pintura, el dibujo, la fotografía o el video.
Pensé en llevar a cabo una exposición con las obras físicas; pero, dado el desa-
rrollo de la pandemia, no es claro cuándo será posible realizarla. En su lugar se harán
proyecciones digitales en espacios públicos con los resultados obtenidos. Emociona-
do, pienso que las posibles conclusiones sirven de registros históricos, espontáneos

1 Resulta interesante que al escritor y poeta Francisco de Paula se le invitó a escribir un texto curatorial
para el presente libro, en su lugar realizó un experimento literario que debe verse desde afuera, leerse
en su totalidad, los significados más que en líneas, los encuentro en la analogía con el caos de esta
crisis de Covid-19, en donde nada parece tener sentido, paradójicamente, ése es su sentido. Francisco
de Paula nos propone el orden del caos.

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El tiempo incierto • Raúl Sangrador

y vinculados con lo real que ha sido para la población global el fenómeno Covid-19,
por el cual todos nos hemos sentido amenazados, a diferencia del VIH que se vincu-
ló con solo un sector de la población con prácticas de riesgo. La moraleja está dicha:
los virus nos incumben a todos, porque no discriminan.
Me parece importante mencionar, que el noventa por ciento de los autores
participantes son estudiantes de arte, recién egresados de carreras visuales o artistas
de trayectoria joven. Sólo diez por ciento cuenta con trayectoria consolidada. Por
alguna razón, los autores de amplio reconocimiento no enviaron obra.

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El tiempo incierto

Diálogo global y encierro


Como artista pienso en la vigencia de reflexionar sobre los procesos creativos que
se experimentan desde el encierro; ahora el confinamiento pandémico que hemos
probado colectiva e individualmente plantea un posible tema de investigación más
amplio: analizar cómo afecta el encierro involuntario a los procesos de producción
artística, tanto en lo formal como en su temática.
Estos días me han llevado a pensar en las grandes obras que se han gestado en
medio del tiempo lento e interminable del aislamiento carcelario, como el vivido
por Miguel de Cervantes, Oscar Wilde, el Marqués de Sade, Manuel Rodríguez Loza-
no, Jean Genet, Luis González de Alba, David Alfaro Siqueiros, entre muchos otros;
esta vez su encierro se asemeja al obligado ante el peligro de entrar en contacto con
un virus que reclama un nuevo orden mundial.
El tiempo incierto se presenta en sí como un archivo, se suma a todos los pro-
ductos que podrán dar testimonio de los sucesos del confinamiento, específicamen-
te cómo produjeron obras artísticas en el universo de autores que aquí se presentan.

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El tiempo incierto • Raúl Sangrador

Fig.1 Narciso seropositivo e indetectable, Raúl Sangrador, Óleo sobre lino, 90 x 70 cm, 2020.

Arte de intertextualidad viral: diálogo entre el VIH y el SARS-CoV-2


En el 2017 realicé una estancia de investigación en el Centro de Estudios y Docu-
mentación del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Mi proyecto a realizar
era analizar el festejo del cuerpo post sida, es decir, me preguntaba de qué maneras el
sida había generado prácticas sexuales de riesgo porque implican un eventual contac-
to con el VIH, veo en ellas significaciones biopolíticas. Propongo que estas prácticas
son reivindicaciones de vida a través del erotismo batailliano; mi objetivo era definir
posibles biopoéticas y eventuales necropoéticas alrededor del cuerpo seropositivo.
El Virus de Inmunodeficiencia Humana introdujo estados corporales por
completo vinculados a su presencia, con ello iniciaron debates sobre la significa-
ción de los conceptos de salud y enfermedad; en el caso de los seropositivos se

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El tiempo incierto

desdibujan estas fronteras, en paralelo aparecieron nuevas visualidades, como los


eventuales matices en procesos de lipodistrofia entre otras características propias
del cuerpo con VIH, y recientemente la condición de indetectabilidad vihral en
usuarios de tratamientos antirretrovirales. De hecho en no pocas ocasiones la se-
ropositividad termina en una visualidad cercana a los cánones de belleza mediática
derivada de una vida sana —condición necesaria para el éxito del tratamiento ci-
tado—, buena alimentación y rutinas de ejercicio para mantener el virus a raya2.
Encontré que el VIH presenta lecturas de significación y de desarrollo históri-
co, posibles de ser leídas intertextualmente con el fenómeno del SARS-CoV-2.
El proyecto El tiempo incierto es un eco de la película ya vista desde el fenó-
meno del sida. Propongo que la gran información que a estas alturas se ha desarro-
llado en torno al padecimiento, que inicialmente se denominó el cáncer gay, ahora
puede marcar indicios de posibles eventos por venir, así que, con toda seguridad,
de nuevo existen corporalidades y conceptos con significaciones antes inexistentes
que, interpretados desde la pandemia 2020, cobran sesgos trascendentales, como
en las palabras: asintomático, pulmonía atípica, prácticas de riesgo, necropolíticas,
aislamiento, etcétera.
Es claro que la aparición de nuevos virus produce cambios sociales, macroeco-
nómicos, científicos y mediáticos, entre otros. Pero en lo que involucra al arte, las
reflexiones estéticas derivadas del escenario pandémico se convierten en espacio
de consideración fundamental. Walter Benjamin escribió en 1934 el texto donde
cita a los artistas a involucrarse, a integrarse como productores en la cadena social,
a propósito de los conflictos apremiantes de su momento, entonces la urgencia era
hacer frente al creciente fascismo: “como sabemos, las relaciones sociales están con-
dicionadas por las relaciones de producción” (Benjamin, 2015, p.10).
Las pandemias de origen viral son transformadoras en amplio sentido, por ello
el arte vinculado a éstas presenta el reto de analizar cómo los artistas de reflexión
social pueden insertarse en los cambios producidos, incluidas las estrategias eco-
nómicas. No está por demás hacer hincapié en la importancia de releer el arte que
resulta de esta coyuntura, para reflexionar cómo funciona dentro del sistema de
producción; pero esto no sólo debería involucrar a los artistas, también debería ser
materia de las instituciones de cultura, de la iniciativa privada, de la academia, del

2 Para mayor información leer a Raúl Sangrador La enfermedad como matiz corporal, en Cuerpos perfec-
tos o la domesticación de los placeres, en List M. y Méndez M. (Coords.) La Cifra Editorial, México 2019.

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El tiempo incierto • Raúl Sangrador

mercado; es decir, es gran momento para recordar que el arte nos involucra a todos
—como en el significado etimológico de la palabra pandemia, que es reunión de todo
el pueblo—. El arte que una sociedad determinada produce, va mucho más allá del
entretenimiento o deleite para cierto sector poblacional. La figura del artista reapa-
rece, con nueva investidura, pero con el conocimiento obtenido de las experiencias
pasadas, de las pandemias pasadas, esta vez generando relaciones intertextuales en-
tre el VIH y el SARS-CoV-2.
El tiempo incierto se presenta como un conjunto de obras, es en sí un archivo
de imágenes. Mi propuesta es observarlo como tal, ya en lo particular de cada obra,
pero también en lo general, en conjunto. De inmediato aparecen los argumentos que
ven en el archivo una estrategia artística. Anna María (Guasch, 2011) menciona que
existen tres paradigmas en la obra de arte: el de la obra única, el de la obra repro-
ducible y el del archivo, este último pocas veces recordado, pero que presenta una
gran riqueza de lecturas, significaciones y posibilidades de construcción de sentido,
donde lo primero en saltar a la vista son las conexiones con el diálogo histórico,
evidentemente siempre teñido de sesgos políticos de toda índole. Guasch señala la
relevancia de “artistas que se valen del archivo como un nexo entre la memoria y
la escritura, como un territorio fértil para el escrutinio teórico e histórico, o como
lugar para reconstruir visiones utópicas”.
Ante el escenario post globalización, las tensiones entre lo colonial y posco-
lonial —con la gama de lecturas posibles en ambos casos— es tema relevante e in-
eludible. Boaventura de Sousa Santos invita a la construcción de ecologías de pensa-
miento, donde la premisa sea un equilibrio, sin que esto sea lugar utópico, sino real.
Real como impostergable dado además el nuevo orden mundial después del 2020.
En este punto no pude dejar de recordar al Equipo re, conformado por las
chilenas Nancy Garín y Linda Valdés, además del vasco Aimar Arriola. Juntos han
formado el Anarchivo SIDA, del cual existe un libro editado por el Centro Cultural
Tabakalera en conjunto con el propio Gobierno Vasco (Equipo re, 2017). Los co-
nocí en el 2017, quedamos de comer juntos en el Centre de Cultura Contemporània
de Barcelona, nos citamos frente al mural Todos juntos podemos parar el sida, de
Keith Haring.
Nancy, Linda y Aimar me comentaron cómo tuvieron la idea de crear un pro-
yecto que también tuviese la intención de referir al cúmulo de situaciones derivadas
del sida, que permanecen sin ser resueltas, problemas de derechos civiles, de progra-
mas de salud, farmacológicos, que decantan en cuestionamientos estéticos y demás

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El tiempo incierto

conflictos propios de las obras que conforman el archivo, por ello lo denominaron
anarchivo, es en sí un no-archivo. Sejo Carrascona (Equipo re, 2017, p. 47) escribe:

“Estos cuerpos, nuestros cuerpos, que asumían el placer sin más compromiso
que las emociones que se producían en sus encuentros; cuerpos ilimitados o
comprimidos, cuerpos que, desaparecieron, se consumieron, repitiéndose las
mismas preguntas: ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? ¿Sobreviviré? ¿Qué piensan cuan-
do me ven? ¿Qué he hecho mal? ¿Me voy a morir?”

A partir de esto se invita a realizar una lectura intertextual, cambiando el sen-


tido de las palabras de Carrascona ante el sida, imaginándolas ante la Covid-19. Es
inevitable pensar en las ausencias, el duelo desatado por el VIH o el SARS-CoV-2
provoca lecturas donde la melancolía es el punto de partida para la producción del
arte vinculado a ambas pandemias; y por ello propongo que estos duelos son materia
para la construcción de necropoéticas.
En gran parte de las obras entregadas para El tiempo incierto aparece la pre-
ocupación por la muerte que tiene a la población mundial en jaque, como en una
partida de ajedrez. Esta vez, la pandemia del 2020 ha desvelado los conflictos entre
sectores sociales. Con el VIH se habló de grupos de riesgo, esto llegó a generar secto-
res de discriminación; eventualmente se concluyó que los virus barren por igual, se
construyó la idea de vulnerabilidad, misma que el reciente coronavirus ahora señala,
según lo menciona (De Sousa Santos, 2020, p.45):

“Son los grupos que tienen en común una vulnerabilidad especial que precede
a la cuarentena y se agrava con ella. Tales grupos componen lo que denomino
el sur. En mi opinión, el sur no designa un espacio geográfico, sino un espa-
cio-tiempo político, social y cultural. Es una metáfora del sufrimiento humano
injusto causado por la explotación capitalista, la discriminación racial y la discri-
minación sexual.”

Boaventura señala a los nuevos grupos vulnerables, como las mujeres, los tra-
bajadores precarizados-informales, vendedores ambulantes, habitantes de las peri-
ferias pobres y migrantes, en estos dos últimos, además, se suman varias emergen-
cias, además de la sanitaria.

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El tiempo incierto • Raúl Sangrador

En este punto, recuerdo el día de 1992 en que conocí a Antonio Salazar, líder
del TDV (Taller de Documentación Visual, UNAM, 2004). Inaugurado en 1984, ha
marcado un hito en la construcción de un arte paralelo a la pandemia del sida. Es in-
teresante observar que las piezas producidas en el TDV están firmadas como colec-
tivo y no como obras de un solo autor. Tal vez ese pequeño detalle sea una señal de
grandes proporciones si se recuerda que esa premisa, la de la muerte del sujeto-autor
fue proclamada por Barthes en 1968 (Foster, 2001, p.215), y que en los años 90
se proclama el resurgimiento del sujeto, en medio de un sinfín de mestizajes e hi-
bridaciones resultantes de los procesos de globalización; apareció la fragmentación
multicultural, suceso que a veces olvida que ese nuevo orden mundial fue visto por
George Bush padre, quien sugirió que las nuevas subjetividades recién visibilizadas
y eventualmente incluidas en el mainstream establecido, “debían verse con la diná-
mica del capital, su reificación y fragmentación de posiciones fijas” (Foster, 2001,
p.216). Ahora sabemos que dicho quiebre del tejido social en mil grupúsculos que
manifiestan sus diferencias dio ventaja a las estrategias neoliberales y colonialistas,
punto que no es poca cosa bajo la lectura de la pandemia Covid-19, en donde como
lo menciona Boaventura de Sousa Santos, el capitalismo ha marcado amplios secto-
res poblacionales vulnerables, de entrada por su situación económica.
Alrededor del mundo se pueden citar cientos de ejemplos en los que el VIH
fue absorbido por la reflexión artística. En Estados Unidos, paralelo a Act Up, se
consolidó el Movimiento Visual AIDS (s.f.), agrupación actualmente vigente y en
actividades. En su página web se encuentran obras desde 1988 y reciben al visitante
con la frase: “Visual AIDS utilizes art to fight AIDS by provoking dialogue, suppor-
ting HIV+ artists, and preserving a legacy, because AIDS is not over”3.
Al comparar el fenómeno del sida con el del nuevo coronavirus, es evidente
la diferencia de atención entre una y otra, pues en el caso de la primera, se invisibi-
lizó el problema creyéndolo exclusivo del sector homosexual, visión que cambió al
observar lo escandalosamente absurdo que resultaba adjudicarle valores morales al
VIH. Boaventura de Sousa Santos (2020, p.72) menciona que, en 2016, la malaria
mató a 405 mil personas, la mayoría en África, y ese dato no fue relevante para el
escenario global; es decir, las enfermedades solo se convierten en graves cuando
afectan a los sectores privilegiados de los países del norte global.

3 “Visual AIDS utiliza el arte para pelear contra el sida, para provocar el diálogo, apoyando a artistas VIH
+, y preservando un legado, porque el sida no ha terminado”.

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El tiempo incierto

Melancolía y pandemia
¿Por qué hacemos arte? Georges Bataille encuentra el primer indicio por completo
humano en las pinturas rupestres de Lascaux, pintadas en el paleolítico superior,
en las que al intervenir con imágenes los muros de la caverna, se muestra un pensa-
miento complejo que si bien no podemos leer con total certeza —si acaso podemos
revestir de sentido tales figuras—, no sería equivocado apostar por encontrar indi-
cios de sentido espiritual, mágico, erótico, de conciencia de muerte, del hecho de es-
tar en este mundo, de estar aquí. Esa misma intención que da sentido al inicio del arte
es el impulso que lleva a la producción visual en este tiempo de pandemia —como
en el arte de todas las pandemias—; implica una postura ante la inminente confron-
tación con el sentido de vida y muerte, con la continuidad en términos de Bataille.
Las obras en El tiempo incierto tienen esta misma intención, son parte del uni-
verso de registros que se generarán en estos días de crisis sanitaria y sus consecuen-
cias macroeconómicas, macropolíticas, los autores que participan dan testimonio
de su proceso. Por ejemplo en relación al VIH he hablado de la idea de los cuerpos
serovinculados que, sin ser necesariamente portadores del virus, cargan con el mis-
mo peso al tener amigos, familiares, parejas, gente cercana que vive o ha muerto a
causa del sida.
Ahora es claro ver los nuevos cuerpos covid vinculados, quienes con seguridad
cambiaron su percepción alrededor de la propia existencia, del significado de estar
aquí. Por lo tanto, entonces, estoy seguro que pronto se deberán generar estrategias
desde el arte, que aborden la melancolía que este contexto ha producido.
En esta ruta de sentido y dentro de los participantes en El tiempo incierto, he
encontrado constantes las ideas de utopía, distopías, biopolíticas y necropolítica. Se
pueden citar los trabajos de Alix Yolitzin, con Autosofocación-La dificultad para estar
consigo mismo; Arturo Sánchez y su visión de revueltas sociales; Daniel Seis y la
representación del cuerpo enfermo; Diego Vázquez Reyes, que se autorretrata des-
nudo y apático; Gabriel Astaroth, quien es sumamente melancólico con sus piezas
de santos muertos. Cerca de esta lectura está Ricardo Sánchez, quien usa el origami
como representación de una realidad cruda, ve en los insectos los organismos que
reciclan la vida y por lo tanto, donde todo inicia. Julia Martínez Fernández y Omar
Jerez denuncian El viejo desorden mundial; Mary C. Rivas observa la muerte de la ma-
riposa monarca como ente migratorio; Omar Torres Olvera dibuja un cadáver-eróti-
co con anhelo por la muerte; Daniel Serrano habla del biopoder tecnológico desde la
idea de los virus cibernético; Jésica Ibargüengoitia piensa en un mundo feliz; Layla

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El tiempo incierto • Raúl Sangrador

Cora presenta un autorretrato autodevorándose en una suerte de retorno al cuerpo


animal; Marco Fierro presenta una escena de tedio; Mitzy Bicolore pensó en una
máscara contra la peste negra revestida de color y flores; Óscar Cabrera denota des-
esperación por no poder salir del encierro y Salvador Huerta literalmente menciona
“que la pandemia se lleve lo que se tenga que llevar”.
Dos autores enviaron video: Diego Gutiérrez González y Ricardo Padilla. Este
último observa en el universo de la cultura de masas, la analogía entre el virus zom-
bie y el SARS-CoV-2. En paralelo, muestra obras en acrílico de sujetos parasitados,
invadidos y en distintos momentos de un proceso de muerte, o de no vida. En la obra
de Padilla, los sujetos mueren, lo mismo en sus cortometrajes Frecuencia corrupta, El
último cortometraje, y sus pinturas antes citadas. La desesperanza se presenta como
un juego, que inicia con una cabeza de zombie que toma clases por Zoom, mitad
verdad, mitad mentira, hasta que deja de ser gracioso y entra la desesperación real,
de un mundo por venir, poblado de personas parasitadas por entes patógenos.
Daniel Gutiérrez González, como estudiante de danza escénica, presentó un
video, registro de su lectura ante el encierro; David Le Bretón (Le Bretón, 2005,
p.111), menciona:

“Tal como las artes plásticas (y especialmente el body art) o el teatro, la danza
participa intensamente en la interrogación de nuestras sociedades sobre el es-
tatus del cuerpo y, por tanto, más allá de eso, sobre el estatus del sujeto, en un
mundo en el que se encuentra amenazado por todas partes. En el prólogo de
Así hablaba Zaratustra, Nietzsche anuncia su propósito: «Os digo, es necesario
también portar en sí el caos para ser capaz de dar a luz una estrella que danza. Os
digo, ustedes portan consigo el caos».”

En el caso de Daniel Gutiérrez González, su puesta en escena se materializa


dentro del espacio de confinamiento donde representa la cotidianidad que inicia
con la pérdida del rostro, es decir el desvanecimiento de su propia identidad, y que
el trabajo en línea hecho desde casa presenta un reto esencial: ¿cómo sobrellevar el
futuro inmediato sin que se consolide la permuta del sujeto por un código de usua-
rio en la red? La respuesta aún no está escrita y seguro continuará como uno de los
grandes debates en los días por venir.
Ricardo Padilla y Daniel Gutiérrez coinciden en la idea de la cercanía de la
muerte. En Padilla, desde el sarcasmo del virus zombie, y en Daniel desde la me-

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El tiempo incierto

táfora de la pérdida de la individualidad del sujeto. En todo caso ambas plantean


conflictos y en los días post pandemia se reavivarán los debates entre biopoder y
necropolítica. En consecuencia propongo generar rutas de lectura de biopoéticas
confrontadas con necropoéticas, del mismo modo como ocurrió con el VIH, donde
se puede observar la pertinencia de estos conceptos como punto de reflexión políti-
ca, macroeconómica, estética, farmacológica, etcétera.

El cuerpo y la imposibilidad de pensar en el futuro


Una característica notable en las piezas recibidas para El tiempo incierto es que la
mayoría de los autores usó su propio cuerpo como modelo, como referente, esto
implicó volver la mirada a algunas temáticas vinculadas al cuerpo como espacio de
debate científico y cultural.
El tejido social actual se desarrolla desde un entramado de microrrelatos en los
que se manifiestan múltiples subjetividades coexistentes en el presente, esto implica
un debate amplio en el que intervienen infinidad de líneas sensibles, de tensiones
políticas y de todo tipo, que a más de un autor ha llevado a redirigir la mirada; por
otra parte ha sido esa fragmentación de la sociedad la que ha debilitado las pugnas
sociales4, todo a favor del fortalecimiento del paradigma occidental que se basa en
las estructuras del neoliberalismo, el colonialismo y el patriarcado (De Sousa Santos,
2019). Todo indica que estamos frente a una coyuntura histórica en la que se eviden-
cia la urgencia de generar alianzas entre distintos colectivos, como los feministas, los
LGBTTTIQ+, los migrantes, de raza negra, asiáticos, indígenas, obreros, etcétera; de
lo contrario no será posible obtener cambios que marquen mejoras sustantivas en
la población mundial. Esto nos involucra a todos, independientemente de la clase
social, o si se es de un país desarrollado o en vías de desarrollo; la respuesta es pan-
démica, involucra a todos.
Para El tiempo incierto, autores como Marcos Valencia, Joaquín de la Lama,
Leonel Coronado y Santy Mito se autorretrataron desnudos; el primero de forma
retadora, genitalmente frontal como un Majo desnudo que ve el encierro pasar; De
la Lama se ve a sí mismo rodeado del peligro representado por lobos que lo obser-
van mientras camina por la noche; Coronado usa el collage para mostrarse como
individuo homosexual hipermasculino ahogándose en sus propios conflictos. Santy

4 Para mayor información leer a Bernabé Daniel, La trampa de la diversidad (cómo el neoliberalismo
fragmentó la identidad de la clase trabajadora), Akal, España 2018.

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El tiempo incierto • Raúl Sangrador

Mito presenta fotografía, sus autorretratos son ejemplos de encuentros formales al


momento de componer una imagen, sale del encierro usando su mente: es un huevo
en una columna, es Ícaro con alas que son nubes, y en su pene erecto viven dioses
prehispánicos. Tomás González Dávila busca en el desnudo masculino una nueva
representación de la fragmentación. Ismael Martínez entregó un excelente óleo,
donde el hombre desnudo dialoga con el universo, se entrega de bruces al futuro.
En representaciones de subjetividad corporal se suman Daniel Morales, Ivon-
ne Francine Audirac, Stefanía Serrano y Juan Pohls. Naomi Meri Valencia creó su
propio mundo en el espacio de su mente, Marco Ávila se convirtió en protagonista
de distintas cartas del tarot.
Érick Parsifal Tatuador presentó pintura desde el autotatuaje, él mismo se
plasma un cuervo en el muslo, la foto es el registro de su acto del que se desprenden
gran cantidad de reflexiones pictóricas y eróticas a través del dolor. Gabriel Jaime
Correa Pérez se presenta a sí mismo como metáfora en la que su cuerpo es paisaje
político, con el contexto mismo de los conflictos que compartimos México y Colom-
bia, su país natal.

Todos somos el Otro


La pandemia del sida a inicio de los años ochenta generó entre otros muchos cam-
bios globales, la visibilización de la comunidad homosexual5, ahora nos mostramos
frontalmente para dar rostro a millones de individualidades. Infinidad de personas
afectadas por las consecuencias del VIH en el organismo, tuvimos que replantear
nuestras relaciones eróticas, reconstruir la sexualidad con plena conciencia de la
idea de riesgo o sexo seguro; el uso del condón se volvió obligatorio si se quiere
ejercer con seguridad una actividad sexual plena. La idea de ser portador del virus
o presentar un estado de sida provocó repensar las relaciones de los sujetos con la
vida, la muerte y a enfermedad.
Todo esto ha sido materia fértil para la producción de arte post sida, con sus
propias rutas de sentido y de desarrollo estético. En México —además del Taller de
Documentación Visual del que se ha hablado anteriormente— se encuentran histo-
rias de gran relevancia, como la del Círculo Cultural Gay: “asociación fundada en
1985 para actuar en el campo de la defensa de los derechos humanos y civiles de

5 Es pernicioso pensar en el binomio homosexual=sida, sin embargo, no se debe olvidar que este sector
poblacional fue dramáticamente afectado por el VIH y sus consecuencias.

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El tiempo incierto

la comunidad gay, y participar en el debate y la lucha de nuevas reivindicaciones”.


José María (Covarrubias 1996) fue su fundador, y entre sus logros históricos está
la instauración de la Semana Cultural Gay que hasta la fecha se lleva a cabo en el
Museo del Chopo en la Ciudad de México; se suicidó en 2003. En 2004, la muestra
se presentó con Edgardo Ganado Kim como curador invitado; en más de un sentido
se puede pensar que tal vez, esa fue la muestra mejor planteada curatorialmente,
porque era el resultado de una evolución producto de preguntarse anualmente des-
de 1986 ¿cuál es el arte de temática homosexual? Es más ¿se puede hablar de una
estética que surja de una identidad homosexual? Ganado Kim propuso que no del
todo, que tal vez sería más acertado pensar en que Todos somos el Otro, todos so-
mos diferentes, y esa diferencia es el factor común entre mexicanos y habitantes del
mundo en general. El semanario Proceso (Proceso, 2004) publicó:

“Una nueva época comienza para la Semana Lésbica-Gay en el Museo Univer-


sitario del Chopo tras el fallecimiento de su fundador José María Covarrubias
(1948-2003), a quien se dedica la edición 2004. El poeta Ramón Bolívar (Suma
de la noche, 2000) señaló a Proceso: ‘Al fallecer José María, quien llevaba toda la
batuta de la Semana Lésbica-Gay, el escritor chiapaneco Juan Carlos Bautista nos
convocó este año para organizarla a Eduardo Paulín, Trinidad Ramírez, Reynaldo
Velásquez y a diversas instancias, como el Círculo Cultural Gay y del Chopo. A
pesar de que tuvimos poco tiempo para armar el programa, el ciclo de cine ya se
inició desde principios de mayo. Para el futuro sufrirá modificaciones’. Anunció
el escritor tabasqueño: ‘Cada año habrá una temática específica a tratar, ahora
será la otredad con el lema Tod@s somos otr@. La exposición antes constaba de
una convocatoria abierta a artistas plásticos de México e internacionales en torno
del erotismo; pero hoy invitamos a un curador huésped, Edgardo Ganado Kim,
con la muestra en la galería Arnold Belkin del Museo del Chopo Todos somos otro
(no such thing)’.”

Juan Carlos Bautista, además añadió a Nora Torres en entrevista para el perió-
dico Crónica (Crónica, 2004):

“…El arte homosexual no existe porque cuando el público ve alguna obra no puede
determinar si fue hecha por un gay o por un heterosexual, el arte no tiene género, por
lo que intentamos romper con el estereotipo de que lo homosexual se reduce a falos,

26
El tiempo incierto • Raúl Sangrador

vulvas o coitos, apuntó. Al hablar sobre la propuesta de los artistas homosexuales,


tanto hombres como mujeres, Bautista explicó que la vida gay es más que la se-
xualidad, el silencio se rompió, no nos avergonzamos de ser lo que somos y luchamos
por utopías personales”.

La intención de desarrollar la exposición Todos somos el Otro, de la Semana


Cultural Gay del 2004, es —bajo la lectura intertextual con la que aquí se presenta
El tiempo incierto— trasladar las lecturas del VIH en la comunidad homosexual al
fenómeno SARS-CoV-2. Para El tiempo incierto se recibieron piezas de primer orden,
donde las lecturas del arte posfeminista están implícitas, igual que las de la diversi-
dad del siglo XXI, en toda la amplitud de la palabra. Mi propuesta es invitar, como
lo he mencionado antes, a hacer alianzas. Las estéticas posfeministas, LGBTTTIQ+
y otras vinculadas a la pluralidad, después de la Covid-19, seguro deberán de ser
más incluyentes entre sí, porque en gran medida al defender la diferencia, olvidaron
que Todos somos el Otro. Todos deberemos reconfigurar nuestras maneras de rela-
cionarnos, tener claro que correremos la misma suerte si los hechos por venir no se
confrontan en bloque.
Entre las artistas que se encuentran en esta lectura están: Ana Laura Miran-
da, preocupada por la diversidad busca desde su propia representación el cuerpo
femenino no convencional; Magaly Vega presenta su pieza parte de la serie Las anti-
guas diosas se despiertan mientras el mundo está entornado, y comparte la experiencia
melancólica del encierro desde su casa en Manhattan; Adriana Avedillo presentó
estructuras florales que bien podrían ser parte de la anatomía humana femenina.
Jeimy Carolina García es una artista que desde Bogotá presentó una serie de imá-
genes, donde el autoerotismo se presenta como reivindicación de la vida, gran mo-
mento de tener este recordatorio en períodos de pandemia, memento mori.

La viada frágil, temporal


Otras visiones son las de las autoras Adreana Robles y Ana María Landeros, quienes
observan la fragilidad de la vida desde sendos autorretratos; la primera, desde la
fotografía digital se presenta dentro de una burbuja; la segunda pinta, mientras por
su ventana se ve la ciudad en llamas.
Camila Muñoz Ledo piensa cómo ha sido su encierro, con un excelente dibujo
a lápiz menciona a Borges y sus instrumentos de trabajo pictórico. Flor Itzel Cabrera
narra que ella ya se ha hecho amiga de la muerte, al final siempre está cerca, siem-

27
El tiempo incierto

pre nos acompaña, nos echa un ojo de vez en cuando. Xavi Elizarrarás no miente,
su desesperación se ve en una figura que boca abajo patalea contra el suelo, es un
berrinche pueril de desesperación. Negar nuestra impotencia ante la situación sería
tanto como invisibilizar el enorme nudo social en la que vivimos ahora.

Naturaleza
Evidentemente la pandemia Covid-19 ha exhibido la situación extrema del planeta
en el que vivimos: hemos llegado al límite; tal vez se ha cruzado el punto de no re-
torno. Encuentro analogías entre los virus y la raza humana, nos hemos comportado
como entes infecciosos de reproducción infinita y descontrolada, nosotros somos
otra pandemia para el resto de los seres con los que cohabitamos la Tierra. No es
claro el futuro, el nuevo orden mundial deberá detener la arena del reloj que marca
nuestro tiempo como especie. El aislamiento en nuestras casas mostró consecuen-
cias emocionantes que dejaron en claro que el planeta está mejor sin nosotros: pla-
yas con delfines, animales salvajes dentro de las ciudades, aire limpio...
Alma Meléndez y Brenda Munguía Botello prestaron para El tiempo incierto
un proyecto de bioarte, en el que el ciclo de vida de una flor es metáfora de todos
los seres vivos del planeta. Daniela Becerril pensó en retórica revestida de pájaros
churrinches. Marcos de Luna mandó procesos de síntesis, pintura con el color del
Caribe, donde vive, pensó en frutos del mar, en paz y flora. Montse Solís también se
centró en la dimensión del color en la pintura.
En este sentido, Óscar Mosco desarrolló en fotografía El origen de la vida y
Enkoymesis, esta última como “incubación, metáfora con el sueño profundo, que
reconforta, tiene premoniciones, o posibles curaciones de un mal determinado, na-
turaleza, sarcófago, Xilitla, agua, sueño surreal”. Creo que en el universo de su mente
encontró el espacio análogo con la Huasteca potosina, donde sucede una reconexión
y posterior sanación con la interrupción que la Covid-19 marcó en la historia. Para
Mosco la fotografía blanco y negro es una puerta desde donde nos comparte el re-
cuerdo del origen de todos.

Abstracción
La Covid-19 marca el plano de lo global, queda al descubierto el evidente y por
décadas anunciado agotamiento del sistema económico neoliberal que marcó vidas
de primera y de segunda, todo en función de nivel social. Esta misma división se
ha reflejado en el plano pictórico, una ruta histórica se ve desde el suprematismo

28
El tiempo incierto • Raúl Sangrador

ruso, iniciado por Kazimir Malévich en los años previos de la inminente revolución
de 1917. El régimen soviético privilegió el realismo por su capacidad de comunicar
publicitariamente los triunfos del nuevo régimen, de modo que los procesos de la
abstracción migraron a Estados Unidos, quien acogió a los pintores europeos que
habían generado varias rutas de pensamiento. Alfred Barr, como director del MoMA
de Nueva York, “insistió en su afirmación de que los excesos del arte moderno sólo
existen en los países libres” (Aznar Almazán 2019, p.13) es decir, que no solo Stalin
había despreciado al arte moderno, también lo habían hecho los nazis alemanes y los
fascistas italianos. Barr tiene un papel importante en la consolidación del expresio-
nismo abstracto, que no pocos autores han encontrado como un arma de enajena-
ción del pensamiento artístico, exportada desde Estados Unidos ante las tensiones
de la guerra fría.
Este antecedente histórico planeta un escenario en el que resulta de vital im-
portancia releer las significaciones satélite ante distintas piezas de arte abstracto, las
que no se podrán leer de la misma manera desde un autor europeo, estadounidense
o latinoamericano. Seguro que más de uno debatirá la idea de la globalización y la
consecuente multiculturalidad como base para sumarse a su propia búsqueda es-
tética libre de connotaciones regionales económico políticas, punto por completo
vigente al momento de razonar la pertinencia e hilo de sentido del arte actual. El
presente texto, en todo caso invita a no invisibilizar que mucho de la multicultura-
lidad post globalización, en gran medida ocurrió sólo en los argumentos, pero en
los hechos los humanos no tuvieron libre tránsito al igual que los capitales o las
mercancías; tampoco existió de facto la tan anhelada igualdad de pensamiento, ya
desde quien viene del primer mundo, o quien surge desde el tercero. Borrar las
tensiones económico políticas del arte producido en México resulta en un objeto
de decoración en lugar de arte. La Covid-19 ha hecho evidente que no puede tapar
el sol con un dedo, ahora nos invita a no olvidar las significaciones del arte que se
privilegia o se rechaza dependiendo del punto geopolítico desde donde se proclama
un argumento.
Ante el escenario que he planteado, resulta por demás interesante observar
las propuestas que para El tiempo incierto enviaron Francisco Morán (Chile), Yvette
Malo y Soleá (México), así como Antonio Fernández Alvira (España). Este último,
desde su producción, ha abierto una línea que deriva del minimalismo estadouni-
dense, y que contiene una estrategia trascendental y fascinante: la obra no es lo que
se ve, sus escayolas son solo el pretexto para dar un punto de partida al espectador,

29
El tiempo incierto

y la obra en sí es la imagen ideal en constante cambio, que se forma en la mente de


quien ve; en ello coincido en gran medida, porque la enorme conclusión de sobrevi-
vir a una pandemia es que si algo debemos aprender de los virus, es que el arte nos
involucra a todos, igual que la salud, los derechos civiles y el derecho a la producción
artística, sin invisibilizar grupos no privilegiados, al contrario, señalando los espa-
cios en los que el arte puede ser instrumento de evolución social.

333

30
El tiempo incierto • Raúl Sangrador

Raúl Sangrador
(Querétaro, México 1972)

Es artista visual y docente e investiga-


dor en la Facultad de Bellas Artes de
Universidad Autónoma de Queréta-
ro, donde es Coordinador del Centro
de Estudios Pictóricos y miembro del
Cuerpo Académico Antropología del
cuerpo y cultura visual.
Obtuvo la maestría en Arte y
Sociedad por la Facultad de Bellas Ar-
tes de la UAQ, con la tesis Búsqueda
del origen de la melancolía en la pintu-
ra de Enrique Guzmán y Julio Galán y
doctor en Arte por la Universidad de
Guanajuato, con la tesis Búsqueda de los argumentos del arte vincula-
do al sida y su diálogo global.
Ha participado en exposiciones individuales y colectivas na-
cionales e internacionales, además de congresos y simposios en
los que ha presentado sus reflexiones alrededor de la pandemia del
sida y sus intersecciones con el arte, que ha publicado en varios
libros.
Participa en la red internacional de investigación Memorias
de las masculinidades disidentes en España e Hispanoamérica, con
sede en la Universitat de Lleida, España. También es miembro in-
vestigador de la Red Temática de Estudios Transdisciplinarios del
Cuerpo y las Corporalidades.

31
32
El tiempo incierto • Raúl Sangrador

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El tiempo incierto

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333

34
Preámbulo
Glendys Hernández Jorge

El Proyecto

E
n relación a la forma en que se deconstruye la historia de la huma-
nidad a través de un discurso o texto cultural, repleto de códigos
y significados, Jacques Derrida define que: “… todos los textos y
trabajos de arte expresan alguna otra cosa además de lo que apa-
rentemente contienen, más allá de la intención del artista. Toda
obra, a través de la interpretación, puede mostrar que posee una
multiplicidad de significados, y el trabajo del crítico es deconstruir
la intención del autor y exponer las múltiples connotaciones de los
signos en la creación”. Por ello es justamente en la interpretación
donde la concreción semiótica entre texto y receptor afirma esas
relaciones entre arte y lenguaje, y entre arte y comunicación.
Enfocados en el inminente vínculo arte/vida como narrador
cognitivo-comunicativo, sea como fiel reflejo de la realidad o como
alusión fantasiosa de la misma, se ajustan las pautas y característi-
cas del proyecto emprendido por el artista y profesor Raúl Sangra-
El tiempo incierto

dor, denominado expo colectiva El tiempo incierto, desde el 20 de marzo de 2020,


en el Centro de Estudios Pictóricos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad
Autónoma de Querétaro, en convocatoria abierta a todos los creadores visuales, pro-
fesionales y estudiantes. Por ende, es una muestra metódica que se ha conformado
siguiendo estrategias específicas y agrupando criterios versátiles sobre un mismo
eje temático: formas manifiestas del arte en México a inicios de la cuarentena por
Covid-19, que busca, entre sus objetivos, sondear el contexto más reciente en el que
se encuentran plegadas las prácticas artísticas.
Aunque concebido para edificar un marco físico y temporal concreto –la crisis
epidemiológica que enfrenta México ante la contención del SARS-CoV-2–, ocupa un
fenómeno natural, plural y complejo que ha provocado permutaciones estructurales
a gran escala (económicas, políticas, sociales, culturales y otras esferas humanas),
en la construcción del mundo tal y como lo conocemos. Refiere un acontecimiento
no exclusivo de la región que ha desarrollado características propias, a la vez que
familiares, en cada uno de los segmentos geográficos afectados, y, por otro lado, del
cual la temporalidad no parece definirse como close-up.
Aproximarse a la naturaleza del cambio, a partir de conductas socio-estéticas,
sus universos infinitos y los mundos posibles declarados en la creación artística, es
el referente comunicativo y dialógico perseguido. La definición y uso del arte como
lenguaje para el entendimiento y la caracterización del espacio contemporáneo ante
el evidente conflicto bélico con la naturaleza no busca asociarse con las verdades
universales, sino con verdades físicas y contextuales configuradas en la obra y por
ella. Y donde, afirmamos de antemano, se han planteado incalculables disposiciones
estéticas, así como clasificaciones más específicas en los paradigmas de creación.
Lo sustancial no es el medio (el objeto o acto artístico), sino el propósito de in-
cidir en la reflexión del espectador a partir de la multidimensionalidad que lo nutre
y conforma. Aspectos como la dimensión subjetiva (el artista), la dimensión objeti-
va (realidad), la conjunción entre ambas (creación), el resultado (obra de arte) y la
interacción final (apelar al completamiento individual del receptor).
Es precisamente dentro de esta búsqueda donde con mayor veracidad los pro-
ductos culturales denotan complejos sistemas de relaciones entre contextos, valores
plásticos y enunciados discursivos. Sea desde la representación mimética del entor-
no o, como afirmaba Aristóteles, desde la autonomía del arte, su derecho a la fantasía,
a lo maravilloso, aun cuando no se diera la representación de lo posible y lo verdadero, el
resultado era bueno si se cumplía la finalidad del arte.

36
Preámbulo • Glendys Hernández Jorge

Como proyecto, aprecia circunstancias individuales (particularidades de au-


tor) y colectivas (registro conjunto), aunque las colectivas son la suma del consen-
so o disenso de las individuales. A razón, juega un papel fundamental entender la co-
rrespondencia entre la dimensión dialógica de los discursos varios e interpretar su
simultaneidad comunicativa. Emparentar sus narraciones, intertextos y orientacio-
nes enunciativas, en torno al concepto de experiencia y acontecimiento, posibilita
un adecuado acercamiento a las condiciones de creación. Un enfoque relacional e
interaccionista que demanda potenciar experiencias a partir del encuentro, el diálo-
go y la participación mediada de la obra; y procura una mirada focalizada en relación
al reconocimiento del arte como eje articulador de conocimiento en función de su
inminente vínculo con el entorno.
En tanto, resulta erróneo restringir la lógica curatorial a gustos o criterios par-
ticulares. No obstante, es inevitable aclarar que no se ha centrado en la recaudación
clasista de una tendencia, movimientos u artistas específicos, sino que coexisten
generaciones artísticas, y compendia todas aquellas obras producidas a partir del
encierro. Ello se debe también a que resulta imposible hablar de una tendencia pre-
dominante en el complejo panorama posmoderno en que se encuentra imbuida la
producción artística, no solo en México, sino también en el resto del mundo, desde
la segunda mitad del siglo pasado.
Teniendo en cuenta que la estructura de lo humano no es estática, el encuen-
tro de generaciones en un mismo período temporal, donde se han generado modifi-
caciones en sus principales elementos constructivos y órdenes, evidencia variedad
de maneras para asumir y representar las alteraciones del entorno. En esta apeten-
cia, cada generación va actualizándose a partir de los paradigmas de su antecesora,
a la vez que genera los propios. Óptica que define la propuesta curatorial a partir de
la pluralidad. Es apreciable la inclusión de trabajos bidimensionales y tridimensio-
nales (de diversas manifestaciones, técnicas, materiales), artes icónicas (videoarte,
audiovisual), conceptuales o no-objetuales (performance, arte público), arte multi-
disciplinar e interdisciplinar.
Como captura de un fenómeno social, es conveniente señalar que El Registro
está en permanente completamiento debido a su lógica interna que constantemente
nos inducirá a obtener nuevos ejemplares mientras siga extendiéndose la recién lla-
mada nueva normalidad, y que se dinamiza en la medida en que se incorporen senti-
dos y significados, ya sea por el gravamen contextual o por el continuo crecimiento
que experimentará a partir de que otros artistas aborden la temática.

37
El tiempo incierto

De ahí, la breve y apurada revisión que presentamos constituye, si bien una


exploración necesaria, sin dudas también un acercamiento incompleto.

Una pausa antes de iniciar


Entre los productos de la interacción humana, que son incontables y en los que se
encuentra el arte, ninguno como éste –aunque toda evidencia de realidad contenida
en el objeto artístico ha sido transformada por la voluntad del artífice– alcanza tal
dimensión de trascendencia histórica. No es equilibrio fácil situarnos en contexto
sobre tiempos que se avecinan sin perecer en la memoria colectiva.
En esta pausa contenida –como prefiero nombrarla– donde el tiempo parece
agujero de malos plazos, la obra de arte ocupa un documento evocador. Nos acerca
a las carencias de un mundo donde la naturaleza encuentra las vías para desintoxi-
carse, mientras el hombre había concluido someterla. Un recordatorio con mensaje
claro.
Adviene la hora de expirar ante las prioridades, entre ellas valorar la expe-
riencia de respirar y establecer un vínculo de respeto con la naturaleza. A su vez,
reconocer conflictos pendientes de solución que aun en circunstancias ordinarias
son naturales a la región: el marcado autoritarismo político, crisis, desigualdad so-
cial sostenida, altos índices de desorientación social y falta de democratización en
la vida pública.

Nota al lector: El continente americano ha pasado a ser la zona más afectada por la
pandemia mundial de Covid-19.
Entre las particularidades del territorio que nos ocupa, las condiciones del sis-
tema de salud al asumir el gobierno el presidente mexicano, Andrés Manuel López
Obrador, y también el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, se definen con tres
palabras: Es un desastre. Lo que en la actual pandemia ha hecho más difícil atender
la emergencia.
Las medidas gubernamentales de sanidad ante la incontinente situación han
decretado la implementación de medidas preventivas como: el distanciamiento social;
mantener una buena higiene respiratoria, lo que significa cubrir la boca y la nariz
permanentemente con máscaras en áreas exteriores o espacios sociales de interac-
ción; el confinamiento o aislamiento físico dentro del espacio doméstico; y el cierre de
entidades laborales varias, como también de las instituciones de enseñanzas y centros

38
Preámbulo • Glendys Hernández Jorge

culturales. Como efecto de mantener a la población en las viviendas, detecta el resul-


tado negativo que ha producido en el desarrollo económico y social del país.
Es posible que la enfermedad se esté propagando de nuevo a medida que las
sociedades reabren y los individuos comienzan a reunirse, especialmente cuando las
pruebas son inadecuadas y el distanciamiento social es insuficiente.

Y cito: Por mi raza hablará el espíritu


Toda obra nos presenta un universo específico, su propia naturaleza, que no
es comparable con la realidad exterior. Es un espacio en el que las cosas, por el mero
hecho de estar allí, asumen cualidades diferentes.
Adherirnos a la esencia del arte, que en la cultura mexicana, como en gran
parte de América, informa de relaciones de poder, intercambios pacíficos, asimi-
laciones de elementos culturales exógenos y reinterpretaciones de los elementos
culturales preexistentes. Integración que genera una gama de significados y usos
culturales, donde las obras dialogan con la tradición acumulada, contextos y reso-
nancias semánticas que participan de su campo y fuera del mismo. Vínculos tam-
bién terciados por las capacidades cognitivas sociales, herencias plásticas, políticas
nacionales, desarrollo tecnológico y otras clasificaciones aún más complejas.
En lo documentado, es innegable cómo las obras no abandonan el inminente
vínculo con la tradición, la sensibilidad indígena que comulga con la estética de lo
abigarrado, el barroco presente desde los cimientos del arte mexicano, el muralismo
forjador de esa identidad representativa de Latinoamérica y que vio en la figuración
su principal adepto en la búsqueda e idealización de los orígenes etno-culturales loca-
les. Carácter narrativo expresado en imágenes y textos, en cuerpos –la raza cósmica.

Ricardo Sánchez
Operan una obra cultural y artística que surge como mezcla entre el mercado de
bienes simbólicos legítimos y las validadas maneras estéticas internacionales. Con
suculento universo de objetos populares y autóctonos, en su mayoría, generan un
collage que agrupa elementos ancestrales contrapuestos a formas o materiales efíme-
ros posmodernos. Se construye un diálogo entre la esencia inmortal de la tradición y
el sentido de caducidad propio en muchos de las nuevos medios de creación.
Aparecen íntimamente ligadas las construcciones del cuerpo y la realidad inte-
rior como componente autorreferencial. Tal concepto no entraña una noción lógica

39
El tiempo incierto

pues se manifiesta como síntoma de crisis sobre el cuestionamiento existencial. La


representación de sí mismos o con partes simbólicas de la corporalidad humana des-
cribe los procesos didácticos en los que se está construyendo la realidad individual.
Funciona como esquema recursivo que contiene análisis de la relación propia y crí-
tica con el entorno. Formulación que se percibe en los resultados formales, estéticos
y temáticos de las obras.
Conectan como experiencia el sujeto ensimismado, el sentido de la ausen-
cia, la soledad, las restricciones y la crisis para identificar la complejidad del nuevo
segmento temporal: el conllevado aislamiento físico extremo, la implementación de
medidas sanitarias y la suspensión del funcionamiento y descenso de los sectores
económicos, sociales y culturales. Como producto, la inevitable reducción del sujeto
en relación al contacto con la naturaleza y sus iguales; y la indudable desarticulación
de lo cotidiano que ha dictado una forma de vida introspectiva. Cambios que han
inducido recientes complejas cogniciones, sensaciones, sentimientos, percepciones,
metáforas y singularidades sintagmáticas.
En plural, es evidente el oficio y la técnica académica aunque con propuestas,
mensajes y expresiones dilatadas en referentes contemporáneos. Diversidad que
tiene mucho de esa misma resistencia cultural propia del nacionalismo, aún vigen-
te, que centra su discurso en la identidad mexicana y latinoamericana, nutriéndose
también de la historia del arte occidental. Acierto estratégico que representa la toma
de conciencia interna y universal (ninguna región cultural es ajena al legado artísti-
co universal. Entender este capital destino es eje articulador para comprender cómo
transita la historia nacional).

Apartado necesario
Salvando las diferencias temporales y geográficas en relación a México, los punta-
les planteados por el pintor francés posimpresionista Paul Cézanne que manifestó
la idea de que la superficie del cuadro es un espacio autónomo en el cual el artista no
“representa” la realidad sino que la analiza hasta hallar sus elementos constructivos, per-
mitió que se encontrara así el concepto de presentación en lugar de aquel otro de repre-
sentación.1 Dígase de la libertad creativa y la autonomía artística donde cada autor, a
su modo, ejercita el derecho individual de proponer qué es arte.

1 Considerado el padre de la pintura moderna y cuyas obras establecieron las bases de la transición
entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX.

40
Preámbulo • Glendys Hernández Jorge

Aunque ya en tiempos de la prehistoria se utilizó la estilización y el geome-


trismo, no fue hasta que los artistas del siglo XX, entre polémicas y discrepancias,
adeptos al desarrollo de una nueva manera de concientizar el arte y sus formas
expresivas, que se profundiza en vías para evocar emociones profundas incons-
cientes y para rechazar cualquier modelo del exterior que no nace propiamente de
la conciencia.
En lo que definimos como abstracción, encontramos una puerta de acceso di-
recto a las mentes de los receptores. No necesita justificar la representación de las
formas, sino que tiende a utilizar un lenguaje visual auténtico de significados varios.
Sus líneas, texturas, colores y equilibrio construyen un mensaje personalizado para
cada receptor.
En este sentido, prescindimos de desarrollar la narrativa sobre arte abstracto
en México. Basta decir que en principio significó la ruptura entre la pintura nacio-
nalista y las vanguardias, en un momento en el que, a diferencia de lo que proponía
la Escuela Mexicana, se exploraron nuevos territorios en cuanto a técnicas, forma
y color.
En el espectro contemporáneo, las propuestas no figurativas se apropian de
ese caos que circunda no solo en el panorama cultural, sino también en todas las
esferas que rigen la cotidianidad del sujeto. El mensaje es tan poderoso como la
situación que enfrentamos: desorientación, explosión de sentidos y trastorno que
nos adecua. Como reflejo del espíritu, en lugar de mostrar la realidad exterior desde
la mimesis, presentan una imagen concebida por el pintor, pero a medias concebida
en el registro del espectador. Inducen la abstracción desde la sensibilidad poética
que la caracteriza, al análisis individual del receptor ante un conflicto por concluir.
En relación a la fotografía, irrumpen tecnologías alternativas que desembocan
en obras tipo multimedia, instalaciones fotográficas y otras vertientes conceptuales
y electrónicas. Como evento, posibilitan un mayor alcance y dominio sobre nuevas
técnicas y recursos creativos, algo que sin duda ha sido aprovechado. En este senti-
do, la pluralidad iconográfica patentiza el hecho artístico. La forma de documentar
ya no se limita a pasajes universales o la gran búsqueda, sino que recoge el diario del
individuo, la cotidianidad. El creador aislado vuelca en narrador de su rutina.
Es plausible en este medio, como en ninguna otra manifestación presentada,
lo que ha definido que el 2020 sea testimonio en relación a las generaciones que
están interactuando entre las rápidas transformaciones de la revolución tecnológica.
Obras donde los artistas reflexionan acerca de lo que es actualmente la identidad del

41
El tiempo incierto

arte en tiempos de globalización y sus formas de relación y de participación. Lo cier-


to es que más allá de la discusión sobre las pautas de representación que refieran,
resulta indiscutible el carácter digital que se ha constituido como elemento primario
en la dinámica social.
Las perspectivas convergen en la dependencia del hombre a las herramientas
tecnológicas, que como fenómeno se ha encontrado agravado a raíz del encierro. Sin
embargo es necesario replantear las múltiples vías intra e interpersonales a disposi-
ción para afrontar los retos del proceso.
Las ciencias aplicadas, la evolución de las masas, la globalización con el avance
en los modos de intercambio pueden resultar mecanismos beneficiosos destinados
a esferas de producción en actividades primarias como la agricultura y otras que
apuntan a soluciones tangibles ante la crisis. Como tantos otros usos fructuosos.
También es de suma importancia reconocer, en este contexto de intercambio,
como parte de las dinámicas vías de difusión y comunicación, la teoría que nos llega
de fuera en sumas cuantías. Viendo a partir de ésta, un recurso para enriquecer en
conocimiento, no en repeticiones ni dogmas.

Parciales
En el margen temporal convocado por el proyecto: la producción posee un corte
documental-autoreferencial.

333

42
Preámbulo • Glendys Hernández Jorge

Glendys Hernández Jorge


(La Habana, Cuba, 5 de mayo de 1993)

Especialista de la Colección de Arte Contemporáneo del Consejo


Nacional de las Artes Plásticas y en Galería Habana, es licenciada
en Historia del Arte, en la Facultad de Artes y Letras de la Univer-
sidad de La Habana. También tomó los cursos en línea Modern Art
and Ideas y What Is Contemporary Art?, autorizados por el Museo
de Arte Moderno (MoMa), de Nueva York, ofrecidos por Coursera
y certificados por el MoMa. También tomó el diplomado de Cul-
tura Mexicana de la UNAM, en la Facultad de Artes y Letras de la
Universidad de La Habana.
Ha sido responsable de la curaduría y la museografía de
numerosas exposiciones nacionales e internacionales en su natal
Cuba, además de formar parte del Comité Organizador de la XIII
Bienal de La Habana, Marzo, 2019.

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2020/Sinsentido común
Francisco de Paula Nieto

¿Qué es lo que está mal con nuestro sistema que nos atraparon sin
estar preparados para la catástrofe a pesar de que los científicos
nos han advertido de ello durante años?
Slavoj Žižek, PANDEMIC!: COVID-19 Shakes the World, 2020

N o hay nada más incierto que la certeza, un día nos despertamos en


un mundo sobre carrozas de madera y caballos, mirando el impo-
sible vuelo de una cigüeña blanca, y al otro estamos sobre un F27
o un Honda Civic —un auto promedio que equivale a 158 caballos
de fuerza—; un día nos despertamos peleando con una maza y un
búmeran, con un macuahuitl o una cimitarra, y al otro desperta-
mos con un arma en forma de supositorio que, con el nombre de
Little Boy y 4 mil 400 kilogramos, en cinco segundos, con 3 mil
900°C y vientos de 1 mil 5 km/h, asesina a 40 mil humanos y, poco
después, a otros 120 mil, además de plantas, animales, y toda una
cultura cambia; un día, pensadores como Paul Virilio apuntan que
el atentado del 9/11 es un evento que ha cambiado simbólicamen-
te al mundo para siempre, y al otro vemos el amanecer del 2020
con una pandemia, que ahora sí, no sólo coloca en impasse a un
pedacito del mundo, sino que paraliza a todo el mundo, viniendo
a ser la evidencia y demostración de algunos de los aspectos más
peligrosos y fallidos de la globalización; pues como Adam Curtis lo
El tiempo incierto

señala en su documental de 2016, vivimos en una “hipernormalización”i, en la que


decidimos ignorar el calentamiento global, la pobreza, la contaminación, la falacia
mediática, política y corporativa, siendo la opción vivir en la absoluta idiotez de la
ignorancia, esa bendita ignorancia que Cypher prefiere masticar con un pedazo de
filete cocido, en Matrixii, justo a pesar de que, sin saberlo, su muerte se aproxima;
esa ignorancia fundamental que llamamos “normalidad”, ahora “nueva normalidad”,
pero que pronto será de nuevo la hipernormalidad inconsciente, porque la especie
humana parece ser poco capaz para aprender de sus errores. Eso que desde antaño
la filosofía sāṃkhya y otros órdenes del pensamiento oriental han señalado con los
términos tamas, maya o avidya, es decir, la persistencia de la ignorancia.
No hay nada más incierto que la certeza; sin embargo, la probabilística, la esta-
dística, la teoría del caos y otras ciencias que analizan las estructuras sistémicas del
cosmos, extrayendo datos, descubriendo leyes naturales y en la observancia de con-
diciones precedentes, hacen parecer que un día el determinismo va a acabar de una
vez por todas con la incertidumbre; pero la incertidumbre prevalece, el caos es más
grande que cualquier ciencia humana y se resbala de las manos como un pez baboso.
¿O será que un día una supercomputadora descubrirá todo, y los designios del
azar ya no serán un misterio, acabando con ello toda posibilidad de sorpresa? No,
no se trata de escribir una película de ciencia ficción, y si tal fuere el propósito, ésta
sólo demostraría que la construcción de cualquier sistema perfecto es imposible, o
que el universo, el cosmos, son perfectos, y parte de la gloria del hombre consiste
en su imperfección, como lo concluyen diversas míticas antropogonías. El hombre
imperfecto frente a los dioses perfectos, por cuya imperfección es capaz de liberar
el espíritu divino.
La incertidumbre tiene una incierta manera de definirse; es aquello que está
más allá de lo que la predictibilidad se atrevería a declarar, en otro momento, caso o
estado físico, con mayor certidumbre; pero sabemos que todo lo que en un momen-
to histórico (y en todo momento existencial) es impredecible, luego es predecible y
viceversa; pues eso, exactamente, es también la incertidumbre.
Mas el ser humano es demasiado predecible, sólo que incapaz de integrar or-
gánicamente el estudio comparado de sus estados diacrónicos y lo que sus coinci-
dencias revelan; vive entonces el eterno retorno como un sufrimiento inconsciente,
pues, mayoritariamente, el ser humano se aparta del resto de los animales al separar-
se voluntariamente de los ritmos marcados por la naturaleza. Y se separa también de
la sabiduría científica, de la magia y de la poesía, al preferir vivir todo en un estúpido

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

estado de sorpresa. La incertidumbre es ignorancia y la certidumbre es que todos


vamos a morir; pero en el punto medio se encuentra una maravillosa probabilidad, la
habilidad humana de reconocer patrones, al menos de manera inconsciente (a veces
pareciera que la única, entre los que no son especialistas, mientras la inteligencia
artificial se perfecciona para que todos accedan a ello), y junto a ésta, la habilidad
para intentar controlar las variables de su existencia, como un funambulista que
malabarea una baraja, mientras canta el Papageno de La Flauta Mágica, y con los
ojos cerrados sueña un hermoso provenir. Pero, entretanto, el artista es un puente
bastante bien tendido entre el hombre y el superhombre1, capaz de revelar más allá
de cualquier refinamiento o brutalidad estética, los signos y símbolos del pasado, del
presente y del porvenir, naturalmente, aun sin saberlo.
El tiempo incierto, de Raúl Sangrador, desde el Centro de Estudios Pictóricos,
es un experimento de prototipicidad, de lo que azarosamente devuelve en input de
una convocatoria en redes sociales, respecto de la obra que creadores visuales ponen
a revista en un momento intrapandémico. ¿Pero qué es ahora más incluyente y a un
tiempo más excluyente que una red social? Si bien la relevante y fina trayectoria de
Raúl Sangrador convoca abiertamente al mundo, lo hace desde su propio liderazgo y
desde su propio contexto, a través de sus propios seguidores. Siendo otro el convo-
cante, tal vez no sería necesario acotarlo, pero cuando Raúl es quien hace el llamado,
hay que señalar cuál es su campo semántico y, por ende, su campo convocante. Es
Raúl Sangrador, uno de los más relevantes artistas plásticos de las últimas décadas
que, si bien radicado en Querétaro, su quehacer se ha nacionalizado e internacio-
nalizado, con una obra elegante y pulcra, exquisitamente fincada alrededor del ho-
moerotismo; es uno de los líderes de opinión alrededor de las reflexiones de género
en el campo de la homosexualidad y el arte, así como alrededor del VIH/sida y sus
consecuencias dentro del contexto social; es también académico prestigiado e inves-
tigador en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, por
lo que sus conexiones son tanto creadores de gran trayectoria, como creadores en
ciernes, pero no necesariamente de manera exclusiva o inclusiva a temas de género
o LGBTQIA+; no obstante, por lo que la personalidad de Raúl convoca, los temas
están implícitos.
Pero más allá de cualquier condicionamiento sobre la estocástica reunión de
las obras y autores que se presentan en la muestra, mi juicio será, antes bien, un

1 Me refiero naturalmente al discurso de Nietzsche, en su Zaratustra.

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El tiempo incierto

criterio simbológico que un criterio estético; pues de fundar un criterio en lo estéti-


co, podía caer en el vicio de supravalorar o de infravalorar ciertas piezas, mientras
que si mi criterio es principalmente alrededor de lo sígnico y simbólico, entonces el
universo crítico se abre a la belleza de las confluencias puramente significativas que,
por azar y por destino, construyen aquí un campo de elementos a revelar conexio-
nes; esto no salvará al discurso de todas las posibles arbitrariedades que mi psiquis-
mo asociativo esté dispuesto a cometer, pues mi criterio antes que basarse en lo que
es evidente o en lo que cada autor ha descrito de su propia obra, prefiere lo que la
obra imbrica en sus aspectos inconscientes, así como lo que personalmente evoca.
Con el presunto descargo anterior, comienzo mi abordaje alrededor de la
primera obra del conjunto que se viene a mi mente para entender este fenómeno
global, intrapandémico, que vivimos: Ensayo No. 9 de YVETTE MALO. En lo per-
sonal, tuve un maestro que había estudiado el arte del shodō, la caligrafía tradicional
nipona, fuente de la cual, sin duda, esta sensible y portentosa artista bebe. Quienes
estudiamos con él, debimos realizar probablemente miles de trazos, antes de que
el maestro considerara algo fundamental, que habíamos trazado una línea, literal-
mente viva, viva como esos seres que describe Aristóteles que portan consigo su
origen, su transformación y su muerte; estos ímpetus, junto al de “libertad”, no son
exclusivos de esta pieza, son prácticamente una constante en la obra que he podido
conocer de la autora. En esta pieza particular, ella incluye el concepto del kintsugi,
una técnica que podría traducirse literalmente del japonés como “carpintería del
oro” y que consiste en utilizar este metal (a un tiempo mítico y fáctico con toda su
vehemencia) para restaurar objetos rotos. La pandemia es algo roto en la estructura
del continuo psicológico de la humanidad, algo que bien valdría reparar con oro,
algo de lo cual deberían surgir los mejores ímpetus de la humanidad y quedarse
como el oro imperecedero, no sólo para la pandemia, sino para la vida cotidiana de
nuestro futuro, costumbres que debieron ser del sentido común y que, justo por
falta de éste, hubo que protocolizar: la prudencia para entender que cuando se está
enfermo no se debe contagiar al otro y para ello deben utilizarse todos los medios
disponibles, que generalmente son más sencillos de lo que pensamos, como es traer
una tela sobre la boca antes de estornudar o de toser; hace tiempo se llamaban “pa-
ñuelos”. Así como papel tapiz es una tradición en desuso y en proceso de reivindi-
cación, lo cual ha atendido a tendencias y modas, hay algunas, como la del uso del
pañuelo o la del sombrero (que nos protege de los peligrosos rayos directos del sol),
que nunca debieron haber caído en el olvido, como si toda la tradición, como si todo

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

lo superyóico debiera ser desechado en favor de una nueva moda irreflexiva. Nada
más peligroso que eso, distinguir entre el ethos y el pathos, es la tarea. Tal vez sea
simple asociación, pero a dos kanjis me recuerdan en su trazo: al yang cursivo ( )iii,
que representa a una cabra o a una oveja; así como al espejo del duō (多)iv —que en
un solo trazo es xī (夕)v, pictograma de la luna creciente, que en realidad significa al
atardecer—, pero que doblemente inscrito representa generalmente a lo cuantioso
en su relación etimológica con la carne que, siendo escasa, si es doble es cuantiosa,
pero también secundariamente a lo que demora, como la tarde dos veces enunciada.
Reunamos todo esto: la carne del cordero o de la oveja (el sacrifico), que demora,
que es cuantioso, que más nos valdría sellar y reparar con oro. Pero, como piensa
Žižek, yo también lo pienso:

Hay una esperanza de que el distanciamiento corpóreo incluso fortalecerá la


intensidad de nuestro vínculo con los demás. Es sólo ahora cuando tengo que
evitar a muchos de los que están cerca de mí, que yo experimentaré plenamente
su presencia, su importancia para mí.

Ya puedo oír la risa cínica en este momento: Bien, tal vez tengamos esos mo-
mentos de proximidad espiritual, pero ¿cómo nos ayudará esto a lidiar con la
catástrofe en curso? ¿aprenderemos algo de ello?

Hegel escribió que lo único que podemos aprender de la historia es que no


aprendemos nada de ella, así que dudo que la epidemia nos haga más sabiosvi.

(Žižek, 2020, pp. 8)

Es por esto que la psique, como aquella representada en el célebre mito de


Psique y Cupido, donde con frecuencia se encarna a esta diosa-entidad como una
mariposa, es inevitable en la lectura de la obra Reflexión y fragilidad de la vida, de
ADREANA ROBLES, donde la crisis actual es el resultado del aislamiento dentro
de una burbuja de individualidad, que no sólo nos separa de las otras almas, sino
también de la propia. Ese individualismo que va surgiendo en la posmodernidad y
que no es, lamentablemente, el resultado del individuo consigo mismo en un senti-
do trascendentalista, sino con el vil egoísmo, que tal vez deriva de la vuelta del ser
humano a las condiciones del depredador y el depredado, de las cuales nos habíamos

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El tiempo incierto

alejado desde las épocas primitivas y a las cuales volvemos en lo que hoy es popular-
mente definido como la “jungla de asfalto”, la jungla del capitalismo y la competen-
cia, en donde el tiempo desaparece y todo es un no-lugar, recordando el estudio que
Marc Augé hace de éstos (antes definidos por Michel de Certeau):

Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un es-


pacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni
como histórico, definirá un no lugar. La hipótesis aquí defendida es que la sobre-
modernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí
lugares antropológicos y que, contrariamente a la modernidad baudeleriana, no
integran los lugares antiguos: éstos, catalogados, clasificados y promovidos a la
categoría de “lugares” de memoria, ocupan allí un lugar circunscripto y específi-
co. Un mundo donde se nace en la clínica y donde se muere en el hospital, donde
se multiplican, en modalidades lujosas o inhumanas, los puntos de tránsito y las
ocupaciones provisionales (las cadenas de hoteles y las habitaciones ocupadas
ilegalmente, los clubes de vacaciones, los campos de refugiados, las barracas mi-
serables destinadas a desaparecer o a degradarse progresivamente), donde se
desarrolla una apretada red de medios de transporte que son también espacios
habitados, donde el habitué de los supermercados, de los distribuidores automá-
ticos y de las tarjetas de crédito renueva con los gestos del comercio “de oficio
mudo”, un mundo así prometido a la individualidad solitaria, a lo provisional y
a lo efímero, al pasaje, propone al antropólogo y también a los demás un objeto
nuevo cuyas dimensiones inéditas conviene medir antes de preguntarse desde
qué punto de vista se lo puede juzgarvii. (Auge, 1992, pp. 83-84).

La Covid-19, intrapandémicamente, vive entre un lugar para todos aquellos


que se ocupan del tema, como los medios de comunicación, los políticos, los clíni-
cos, y un no-lugar, para todos aquellos que ante la pandemia no tienen opción, para
recluirse, para descansar, para pensarlo. Y aun en el caso de los primeros, la pande-
mia es un tema del cual evadirse, actitud que no cuesta trabajo, pues el ser humano
lleva tiempo evadiéndose o es parte de su naturaleza evadirse de la verdad.
El cisma sobreviene en realidad, como pasa en las obras de ALIX YOLITZIN,
donde el cubrebocas, el profiláctico, es más semejante a un preservativo de látex o
a una bolsa de plástico para ahogarse que a un simple instrumento de prevención
como el que de manera normalizada utilizan (o deberían utilizar) los miembros

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

del personal sanitario. Las personas se han ahogado por dos razones principales, la
incapacidad para prever y la incapacidad para adaptarse. La previsión se manifiesta
en la “muy inteligente” acción de comprar papel higiénico; un símbolo inequívoco
de que la gente está embarrada de mierda en algún sitio, un “acto fallido”; esa mete-
dura de pata que Freud llamó originalmente Fehlleistung, que estudió con bastante
ironía en la Psicopatología de la vida cotidiana, y que representa a todo eso que ha-
cemos sin querer. Una ruptura de nuestros estados reprimidos, para decir a todas
luces, y como señalaría Lacan, de forma “bellamente construida”viii (Roudinesco
y Plon, 2008. pp. 23), lo que queremos expresar, pero no nos atrevíamos. Lo que
en este caso quiere expresar la gente, es su necesidad de acaparar, de hurtar (pues
acaparar es hurtar a través del egoísmo); su capacidad de entrega a la neurosis, su
capacidad para enloquecer, su indisposición a la adaptabilidad, a la compasión y a
la generosidad.
Ante esto SALVADOR HUERTA, con su obra Fluir, discurre: Destapar la mier-
da, no dejar que se estanque, dejar fluir la pandemia, dejar que se lleve lo que se tiene que
llevar, así como la vida misma, son cuestiones de azar. Y lo hace con un papel tapiz de
abanicos (de nuevo, qué curioso, el llamado superyóico de la tradición, en el papel
tapiz representado, repetitiva y arquetípicamente. Rombos que son la cuaternalidad,
los cuatro elementos visibles de la materia manifiesta, y el quinto que los abanica, el
éter. De nuevo el ethos y el pathos tras la tierra. Sobre éstos, el azar imposible de dos
bolas funestas con el número 13 —una blanca y una negra; la dualidad en todos sus
sentidos; un no saber si lo que sucede es para bien o es para mal—, el destapacaños
y encima la mierda que se escurre).
El individuo se encuentra entre la espada y la pared, o lo que es semejante,
entre el lienzo y el cuerpo, cuyo punto medio son unas tijeras con las que no sabe si
crear o suicidarse, o al menos sacarse el corazón para no sentir porque las emocio-
nes se han salido del control, al menos, habitual, como sucede en las obras de ANA
MARÍA LANDEROS; evocaciones de “pausa” y “misantropía”.
La desconfianza del ser humano lo lleva a hacerse “preguntas epistémicas”.
Ante un fenómeno que aparenta cierta novedad (sólo motivada por el olvido que
da la muerte y el poco estudio de la historia, pues ningún contemporáneo había
vivido antes una pandemia sin un rápido remedio terapéutico —como la influen-
za AH1N1—ix), suele preguntarse si el hecho es real o irreal; como cuando alguien
muere y un cercano se pregunta si tal hecho realmente ha ocurrido o no. Y así ha
sucedido con la pandemia 2020; pues, prototípicamente, la humanidad ha vivido

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El tiempo incierto

enfrentada a la realidad o a la irrealidad de los hechos. Unos dicen que los dioses
son muchos y otros que es uno, luego se preguntan si Dios ha muerto o no, luego,
si alguna vez existió; para luego preguntarse si un candidato o el otro es el que debe
llegar al pináculo del poder político; creer o no creer en los dinosaurios, nos ha
llevado a la guerra. Lo mismo ha sucedido con las mascarillas, pero sobre todo con
el sinsentido común. Y esa es la cuestión, cuando el sujeto se enfrenta a un estado
de incertidumbre psíquica, no sabe si seguir al sentido de la mayoría o el de alguna
minoría, no sabe si correr o atacar.
El uso o no de las mascarillas cubrebocas (cosa que en la mayor parte de los
países extremo orientales fue de uso común, no necesariamente motivado por la
pandemia, pues ya son parte de su saludable sentido comúnx), en la mayor parte de
los países de Asia Central y Occidente ha sido motivo de discusión, de disputa, de
violencia e incluso de asesinato. Las tensiones ante la realidad representada por un
no saber que hacer, son un germen preparado para la psicosis y la psicopatía, en las
que el narcisismo, las fobias y las aversiones están dispuestas a explotar con facili-
dad. El 25 de mayo/2020, George Floyd (afroamericano recientemente despedido
de su trabajo por las consecuencias de la pandemia) fue asesinado por brutalidad
policíaca en Minneapolisxi; este hecho se internacionalizó e hizo salir a la luz otros
crímenes relacionados con la pandemia, como el asesinato de Giovanni López, en
Guadalajara, Jalisco, México, un albañil que fue víctima también de brutalidad po-
licíaca, aparentemente por “no traer puesto su cubrebocas”xii (cual sucede en La
madriza de ARTURO SÁNCHEZ —QUESOAX—); como la agresión a palos que su-
frió una mujer de 43 años, empleada de un hotel en Nellore, Andra Pradesh, India,
arrastrada por los cabellos y golpeada a palos por el subdirector del departamento
de turismo del estado, C. Bhaskar, cuando ella le pide que utilice cubrebocasxiii; en
Bayona, Nouvelle-Aquitaine, Francia, el conductor de autobús Philippe Monguillot
muere en un hospital como resultado de la agresión por parte de jóvenes de 22 y 23
años, a quienes pide que utilicen su mascarillaxiv. Pero estos no son hechos aislados,
en diversas partes del mundo, las agresiones y las muertes se dan por el uso o no de
la mascarilla; mientras que de regreso a India, el empresario Shankar Kurhade deci-
de mandarse confeccionar un cubrebocas de oroxv.
Si estuviésemos en el siglo XIX podríamos, incluso, haber romantizado la pan-
demia, la enfermedad y la muerte, lo habrían hecho Victor Hugo, Stendhal, Honoré
de Balzac; mas pareciera que es necesario, de momento, enviar todo ímpetu de en-
cuentro, incluso el de la nostalgia, ya no a la “papelera de reciclaje”, sino a “cuaren-

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

tena” como se hace con los virus informáticos, con los archivos infectados o los que
causan tal problema, como lo hace DANIEL BECERRIL con sus dos aves. El amor
se segmenta y se manda a un lugar para no verlo (un no-lugar), como si esta fuera
una estrategia de supervivencia, aunque todos los psicoterapeutas sabemos que esto
no es así de simple, que la forclusión no es resolutiva, sólo es un aplazamiento, con
frecuencia peligroso; pero, la segunda década del segundo milenio no se caracteriza
por volver a lo más fascinante de los ideales de los valores del pasado, sino al descaro
por el presente y, en buena medida, a la negación.
La negación también del otro es un problema de esta misma etiología, del nar-
cisismo y del descaro. En principio todo lo que se niega de la existencia, ya sea por
aversión, ya sea por denegación (el Vemeinung freudiano, que termina por confir-
mar lo que se niega, por confirmar el deseo a través de su negación), hace a aquello
que se niega más presente; hace que aquello que se niega reclame un lugar psíquico
en la existencia, desembocando posiblemente en un estado neurótico o en un estado
psicótico2.
Si bien la obra de JOAQUÍN DE LA LAMA, Lívido, inevitablemente me recuer-
da al célebre caso de Sergei Pankejeff, mejor conocido para el psicoanálisis como El
hombre de los lobos, no quiero contextualizarlo aquí con una historia tan conocida, al
menos en principio (¡caray, ya lo hice!); pero, lo que quiero señalar más allá de esa
historia llena de matices críticos, es que ésta se relaciona no sólo con el retorno de lo
reprimido, sino con todo aquello que al negarlo, ladra, y ladra con ferocidad. El virus
ladra a todos aquellos que lo han negado con la muerte de quienes han enfermado
fatalmente; el cubrebocas ladra para todos aquellos que lo han aceptado, en todos
aquellos que no lo usan, y ladra en todos aquellos que no lo usan, cuando se les mira
para que lo usen. Es un aparente y tonto conflicto de derechos, donde lo único que
se evidencia es una falta de respeto, ya no digamos a la ley, a los protocolos, sino al
sentido común.
Pero es irrespetuoso negar al otro, lo mismo que es irrespetuosa la incapacidad
de comprender el negacionismo. La negación es parte de la retórica estructural de
la historia humana.
El negacionismo que conduce a la oposición de términos (cual sea) es una in-
comprensión al más común de los sentidos del sentido común, que es el sentido del

2 Aquí a lo nos formados en los misterios del psicoanálisis, recomiendo la lectura Neurosis y psicosis,
Freud, 1924. Y a los freudianos, pido benevolencia, pues aclarar estas ideas merece un libro aparte.

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El tiempo incierto

derecho y a la racionalización de qué derecho prima sobre cuál otro. Tienes derecho
al ruido, lo mismo que yo tengo derecho al silencio; pero el silencio prima sobre el
ruido; no sólo porque el ruido es una de las más fálicas violencias simbólicas, antes
de que el individuo tome las armas (piénsese tan sólo en las guerras), sino porque el
ruido impide al silencio, mientras que el silencio no impide al ruido, como la oscuri-
dad no impide a la luz, pero la luz sí impide a la oscuridad. Es un asunto de derechos
primarios frente a derechos secundarios. Acoto con una reflexión de que el estado
primario del universo es el silencio, la mayor parte del universo es silencioso, y a lo
que llamamos silencio es en realidad al estado en el cual podemos escuchar el can-
to de las aves y el silbido del viento; es decir, el derecho a escuchar a la naturaleza
prima sobre el deseo del otro para escuchar sus bocinas más allá del volumen indi-
vidual. ¿Cómo explicarlo?. Derivado de esto se construyen ideas morales, preceptos
de cortesía. ¿Cuál es la razón por la que se ha preferido en todo momento refinado
de cualquier cultura, cuando se piensa en los modales, hablar en voz baja que a gri-
tos? El habla es un acto que requiere del silencio para la escucha y todo intento de
imponer el habla personal al otro o a los otros, se convierte en un acto neurótico, se
convierte en un grito. Y gritar, al menos, si bien es tan natural como saltar sobre la
cama, hay que hacerlo con su debido espaciamiento, con su razón y con su correcta
actitud, por balance existencial o para que la cama no se rompa.
Algún día, por cierto, tenemos que pensar en nuestro derecho a la oscuridad
(pues como la naturaleza no creó bocinas, tampoco creó focos —y aunque ambos
bien aplicados propician utilidad y hasta belleza, mal utilizados son una invitación
para la locura y para la guerra, sólo recordemos que los torturadores utilizan a ambos
como instrumentos—); pero evitamos por lo general la oscuridad, pues creemos que
es en la oscuridad donde se comete el delito, el tropiezo y donde aparecen los fan-
tasmas. Cuántos niños prefieren dormir con la luz encendida, cuántas personas pre-
fieren evitar una calle oscura. Y aunque hay varias estadísticas que muestran cómo
la luz reduce la criminalidad3, y las alarmas son básicamente un grito de auxilio, no
debemos olvidar que estas medidas sólo son necesarias en una sociedad insegura.
Y yo espero que así como pasamos de una sociedad antropófaga, de una sociedad
que celebraba masivamente los sacrificios humanos, de una sociedad que cocinaba a
los científicos en las brasas (sé que esto aún sucede, pero en menor magnitud y, por

3 Véase: HUETT, Sophia. (2019/07/16). Luz contra el crimen. https://www.milenio.com/opinion/so-


phia-huett/seguridad-ciudadana/luz-contra-el-crimen. Milenio.

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

lo general, con desagrado público), espero que un día podamos disfrutar de tanta
seguridad, por ende, de tanto respeto, que podamos apagar la luz y podamos vivir
en el silencio, y que esto suceda de preferencia, antes del fin de la humanidad y de
la muerte térmica del universo.
Esto me lo trae a cuenta el autotatuaje de un cuervo, que ÉRICK PARSIFAL se
realiza en su muslo izquierdo. No puedo evitar pensar en Dioniso que nace del mus-
lo de Zeus, como tampoco puedo evitar pensar en The Raven, de Edgar Allan Poe,
que responde las verdades a través del iterativo nevermore (nunca más). Dioniso,
que es un semidiós ilegítimo, desde el punto de vista de Hera, es legitísimo desde el
punto de vista de Zeus, que sin embargo se ve obligado a esconderlo, como las pro-
pias fiestas dionisias que se celebran en el oscuro invierno, pero a la luz del teatro
y de las antorchas; así, el cuervo tiene la fama de ser un ave oscura (vaya, es por lo
general de oscuro plumaje), pero, a la vez, es un ave de hábitos diurnos. Sin embar-
go, este cuervo en particular parece ser el de Noé, que en la historia bíblica no hizo
más que revolotear, pues no había más que agua y no había por tanto dónde posarse
—fue la paloma la que trajo la varita de olivo, con lo que Noé supo que las aguas ha-
bían descendido—; pero, esta vez, es el cuervo el que trae el olivo en el pico (el fruto
en sí). Es decir, el cuervo ya trae el olivo en la boca, como Dioniso la uva. Ambos
representan lo oculto y la paradoja; la paradoja para el exotérico y la verdad que el
esotérico sabe, pero oculta. De la misma manera, la pandemia es paradójica para el
temeroso y es clara para el individuo culto. Así en otra obra de tatuaje, PARSIFAL
muestra una paráfrasis de dos historias, la de Bride of Frankenstein, de James Whale
(1935), en donde el “monstruo” se encuentra frente a frente con su creador; no el
doctor Frankenstein, sino la propia Mary Shelley encarnada por Elsa Lanchester con
su blanco mechón en la cabeza; pero el monstruo esta vez tiene el rostro de Nikola
Tesla. La otra historia es que ambos personajes (que son tres) están abrazados por el
mítico Cthulhu, de las historias de H. P. Lovecraft. Veamos dos que son tres, abraza-
dos por un habitante del caos. Un profano verá aquí la monstruosidad y un místico,
a la trinidad emergiendo de las tinieblas.
Así, la época de pandemia es sólo oscura para quien no es capaz de leer el
metatexto y es clara para quien enfoca y desenfoca los sentidos y significados, como
quien enfoca y desenfoca el espectro luminoso en una lupa, de la manera en que la
chica de la obra Picnic, del mismo autor, lo hace, pintada en óleo sobre un cedro. De
la misma manera, las obras de DANIEL MORALES y de RICARDO PADILLA SÁN-
CHEZ oscilan entre el misticismo y la monstruosidad; y es que estas dos entidades

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El tiempo incierto

emocionales están presentes en un momento intrapandémico. ¿Qué es el virus, un


monstruo o un semidiós?
El monstruo es que el descaro por el presente es casi una norma, y el narcisis-
mo se ha normalizado como la mierda en las cañerías. Hay una necesidad por darse
a conocer en todo momento, y aunque el anhelo de fama no es una necesidad nueva,
el mundo interconectado electrónicamente ha aumentado simplemente la magnitud
neurótica de estas pulsiones narcisistas, banales o del ego, según cada cual lo piense.
Y en este sentido, el virus del SARS-CoV-2, lo mismo que el retrovirus HIV, son
como esos lobos de JOAQUÍN DE LA LAMA, que causan lividez ante la posibilidad
de su existencia, ante la probabilidad de contraerlo, ante el circunstante de haberlo
contraído y ante la posibilidad de contagiarlo. Sin embargo, hay una raza de estúpi-
dos a la que nada de esto le importa. No son valientes, simplemente están lívidos,
asustados. La negación no es algo malo, es algo para entender. La negación es una de
las maneras de responder ante el miedo; pero lamentablemente no resuelve mucho
y antes que ello, la negación tiende a aumentar los riesgos, no es la más eficiente
respuesta.
Y el semidiós es el ser humano que sobrevive ecuánime ante lo adverso y que
se hace responsable de su circunstancia. Metafóricamente es el san Jorge que mata
al dragón, o al menos lo hace sangrar, como Marduk a Tiamat en el Enûma Elish. Así,
GABRIEL ASTAROTH sangra sobre sus propias obras, porque sus obras sangran,
como el mito primario en el que la mujer sangra sobre la tierra, porque es la mujer
la sangre de la propia tierra encarnada. Pero, en este caso, es la sangre de un varón,
que no el semen —lo cual más allá de esta idea antigua, estoica y luego cristiana,
que el autor expresa envuelto de personales adscripciones, de un dolor glorioso que
se eleva por encima de la diversidad y sobrevive en lo divino y en lo honorable del
guerrero que combate con justicia, así como en lo sanado por el tiempo—, para mi
gusto, también se encuentra esa síntesis andrógina del masculino-femenino, tan ne-
cesaria para nuestros tiempos, en que mientras la pandemia se da, otras enfermeda-
des sociales como el sexismo y el racismo, continúan vivas y replicantes en cadenas
patológicas. Veamos, el sexismo, cuya existencia se finca en una diatriba generada a
partir de que el pensamiento místico se construye alrededor de una identidad sexual
privilegiada, por derivación de la hegemonía de la fuerza bruta; esta fuerza bruta,
que también nos permitió —como Yuval Harari y otros especialistas lo señalan—,
que el Homo sapiens dominara sobre otras especies Homo y sobre otros animales,
hasta convertirnos en la criatura aberrante que somos hoy en día. Criaturas de ven-

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

ganza y de odio, como justo demuestra lo que sucede a las vindicaciones del género
femenino, que, más a fuerza de intelecto que de balística, han abierto la puerta para
resarcir la potestad femenina y, a través de ello, la comprensión a la diversidad de
géneros, preferencias sexuales y formas de vida que concebimos en nuestros días y
a las que, sin embargo, por un lado, se les sigue haciendo la guerra y, por otro lado,
se les toma como banderas de diversos proselitismos políticos; mientras en realidad,
en tanto aumenta la conciencia de género, también lo hacen los homicidios en razón
de género, y esto no es absolutamente de extrañar, por un lado como fenómeno de
contrapeso, pero también, por el hecho de que si bien hemos proscrito mayoritaria-
mente de nuestra moral contemporánea, como especie, el sacrificio humano —cosa
que otrora nos parecía absolutamente normal, siendo tema circense para diversas
culturas—, hoy en día, conscientes del dolor, seguimos asesinando a otras especies
animales para propósitos alimentarios, y nos parece normal; como nos parece nor-
mal subyugar a otras especies, como los perros, para fines puramente utilitarios,
como cuidar una casa, conciliar nuestras patéticas faltas de afecto, o para vivir en ese
universo kitsch en donde el hogar monógamo debe tener una pareja, dos hijitos y
un miserable perro que ladra a todo cuanto ve, neurotizando al vecindario, mientras
que sus amos se justifican en la ternura que les produce y lo alimentan justo con el
asesinato de otras especies animales. Un ciclo total de inconsciencia, que para mi
gusto representa el perrito que pinta DANIEL MORALES, con el título Saldremo-
sadelanteweb, como si ese espíritu de ingenuidad disfrazada de inocencia fuera a
salvarnos a todos, cuando debido a las patologizaciones de la vida emocional, esta-
mos menos que nunca listos para comprender como especie, qué es el amor y tanto
menos para amarnos los unos a los otros; los anhelos kitsch de la vida o de una vida
kitsch, fortalecidos por el mar de objetos decorativos insustanciales e inútiles que
produce la industria, así como por los “15 minutos de fama” que pronosticó Andy
Warhol y que todos podemos tener a través de la mayoritaria frivolidad que inervan
las redes sociales, perpetuando el estado de hipnosis en el que vive la humanidad
desde antaño, por el trance que genera el tic-tac de la mercadotecnia, en el que to-
dos esperamos la fiesta de Navidad que nos inventó el catolicismo (para proscribir
las tradiciones que le precedieron) y entonces adorar al Santa Clós que nos inventó
The Coca-Cola Company. Desconfío de la ternura simple y banal que provocan los
perritos y otras mascotas a las que se les esclaviza y se les somete a los condiciona-
mientos humanos con la bandera del “amor”; pero he de aceptar que en Herramien-
tasweb, obra del mismo DANIEL MORALES, donde un petirrojo es circunscrito por

57
El tiempo incierto

las palabras “empatía, resiliencia, esperanza, amor”, estas palabras, en su sentido


más profundo y soteriológico, pueden salvarnos a todos; pero lamentablemente son
también un dogma de la New Age, y ésta es sólo una cortina de humo de incienso
perfumado, entre el Novus ordo seclorum (o Viejo Desorden Mundial, como intitulan
OMAR JEREZ y JULIA MARTÍNEZ, en donde un hombre es sometido en calzonci-
llos por “quién sabe qué cosa”) y cómo definirlo, la seudoespiritualidad del coaching
motivacional y todas sus sectas comerciales. La inteligencia artificial que estamos
construyendo se alimenta sin querer de animales muertos, animales humanos asesi-
nados, petróleo y carbón mineral en combustión, y una economía que parece haber
sido escrita por el “gen egoísta” de Richard Dawkins, gen de consumo, gen suicida, y
sin una política que pueda salvarnos. Una civilización basada en el sacrificio, como
René Girard lo señala; pero en el lado más oscuro del sacrificio, por ser incons-
ciente, destructivo y perverso, que no sagrado; al menos en este momento, en el
que hemos construido una tecnología que sirve a la tecnología, cuyo más preclaro
ejemplo es el de las divisas contemporáneas sostenidas, ya no por oro ni por granos,
sino por millones de servidores informáticos encendidos manteniendo el historial
de cuentas, y el ser humano, como lo anticipa Matrix, no va a ser, es ya una batería,
destinada a mantener vivo el flujo de bytes, en la red que va sustituyendo a la reali-
dad. Y para no darse cuenta o para soportarlo, como señala DANIEL SERRANO en
su obra, el ser humano común, aquel que no es un programador avezado, y por tanto
no conoce, ni comprende los intrincados que subyacen en los scripts informáticos y
en las oscuras cadenas binarias, ha pasado de ser el creador a ser una simple capa de
código, drogándose entre lo que no entiende y a lo cual sirve, sin enterarse.
Aquí es cuando la pandemia parece no una puesta en alto, pero sí un tirón de
orejas global a un sistema económico, político y tecnológico fallido, y que ahora se
tambalea, pero que está, según parece, por hacerlo aún más, a largo plazo. Y, a menos
que se opte por ciertas soluciones necesarias, toda forma de humanismo va a ser
sólo un hito en la historia de la decadencia humana. En una entrevista que Stephen
Park, fundador y director de Asian Boss, le realiza al economista y analista para
firmas de inversión, Kim Young-Ick, de la Sogang University, Mapo-gu, Seúlxvi; éste
señala hechos que a mi juicio son suficientes para hacer notar el problema con cla-
ridad, así como la solución más lógica y plausible. En marzo/2020 EU (y valga esto
como muestra de una de las dos economías más grandes del mundo por volumen
de PIB) autorizó un paquete de apoyos económicos en favor de su ciudadanía, que
asciende a 2 billones de dólares (trillions en la escala numérica norteamericana)xvii.

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

Comparativamente, el economista coreano hace referencia a que en la crisis econó-


mica de 2008 (esa crisis inmobiliaria que desestabilizó la economía mundial), los
Estados Unidos aprobaron un rescate económico de 3.2 billones de dólares, para
comprar hipotecas, salvar a la banca, los fondos de pensiones y empresas (en su
momento, equivalente al 60 por ciento de la deuda pública del país)xviii; pero en el
caso 2020, esto representa la mayor deuda pública con relación al PIB, en términos
porcentuales, desde finales de la Segunda Guerra Mundialxix. Ello muestra cómo,
independientemente del tratamiento y de los rescates que cada país han llevado a
cabo por la contingencia pandémica, la crisis económica es severa; y a pesar de la
retracción bursátil que se espera en 2021, la consecuencia elemental es que sólo
los grandes poseedores de capitales accionarios estarán protegidos; por lo que el
célebre economista coreano señala lo que ya todos sabemos, que la desigualdad de
ingresos es el problema del capitalismo; y que la idea de un ingreso básico universal
que promueva el gasto es a sus ojos la mejor solución global para los problemas
económicos de la humanidad. Aludiendo básicamente a conceptos de la Teoría Mo-
netaria Moderna, esta escuela económica nacida principalmente de los preceptos de
George Friedrich Knapp, que se centra en el poder del dinero fiduciario, es decir,
del Estado como fabricante del dinero y, por tanto, de éste como responsable de ab-
sorber la deuda (en cualquier contingencia) y generar poder adquisitivo, por tanto,
de su capacidad para imponer impuestos a quienes condensan la riqueza de un país,
aligerar las responsabilidades de las clases medias y apoyar a los menos favorecidos.
Teoría a la cual le falta mucho en su óptima aplicación, tanto por las oposiciones que
cabildean las fuerzas más adineradas de una economía, como porque luego de im-
plementarse el experimento ya no queda en manos de economistas especializados,
sino de políticos seudoeconomistas; y, sin embargo, es una teoría que va avanzando
en los diversos países capitalistas, a pesar de que muchos experimentos, por falta de
control y de contrapeso, han fallado.
Dejo aquí otra entrevista, esta vez a Larry Randall Wray, economista de la
University of the Pacific, de la Washington University in St. Louis, docente en Bard
College, Levy Economics Institute y en la University of Missouri-Kansas City, que
le realiza Travis Strawn, y en la que expone una defensa razonada de la TMM4. Em-
pero, Kim cita como ejemplo lo que realizó GiveDirectly, una iniciativa de cuatro es-

4 La Teoría Monetaria Moderna, la política económica y el fracaso de la teoría económica ortodoxa:


https://misaspiracionesenlavida.com/2015/03/30/teoria-monetaria-moderna/

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El tiempo incierto

tudiantes de Harvard y MIT (Michael Faye, Paul Niehaus, Rohit Wanchoo, y Jeremy
Shapiro), con la asesoría de Alan Krueger (que falleció en 2019), y que eligió a 6 mil
personas —prácticamente toda la aldea de Koga, en Kenia—, para otorgarles un sub-
sidio a cada uno, de 20 euros mensuales, durante 12 años, de manera incondicional
—lo cual representa que algunas familias reciben un promedio de 960 euros anua-
les—. Esto va resultando en el hecho de que quienes reciben tal subsidio (lejos de
considerarlo un aliciente para la haraganería, como algunos críticos de derecha han
previsto) están aumentando su capacidad de ahorro y lo están aplicando frecuente-
mente como una inversión para adquirir instrumentos que les permiten mejorar sus
capacidades para generar ingresos, como la adquisición de una máquina de coser
para confeccionar ropa, semillas para cultivar, ganado para producir leche y huevos,
herramientas para montar una carpintería o un pozo para obtener aguaxx. Finlandia,
de manera diferente, realizó un ensayo en el que eligió al azar a 2 mil personas des-
empleadas para otorgarles un ingreso de 560 euros mensuales entre 2017 y 2018; y
que muchos consideran un ejercicio fallidoxxi, porque no promovió el empleo entre
quienes lo recibieron; pero la clave probablemente fallida en el experimento fin-
landés es que el recurso, al menos en un grupo de control, estuvo condicionado
al desempleoxxii. Las personas temían conseguir trabajo y con ello perder el apoyo
del Estado. Así la incondicionalidad parece ser parte del éxito en el experimento
keniano. Sin embargo, las mismas agencias que consideraron fallido el experimento
finlandés ahora lo consideran que cobra vigencia por la pandemiaxxiii. Lo que sí es claro
en ambos experimentos es que la seguridad de un ingreso resultaba en un estado
de confianza y de seguridad mental y emocional; lo que tanto necesitamos ahora y
siempre, para poder crear, para poder vivir en un menor estado de incertidumbre.
Nunca subestimemos las consecuencias que implica un estado de seguridad en los
seres humanos respecto de su actitud frente al mundo y frente a la vida, pues, de lo
contrario, será como dicta Juan Gelman en su Oración de un desocupadoxxiv:

Padre,
desde los cielos bájate,

que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

bájate un poco, contempla


esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
porque no puedo más…

México, por su parte, está haciendo lo suyo, sólo que, en vez de aumentar la
deuda interna, está optando por disolver programas públicos y eliminar fugas de
capital en un intento por disminuir la tasa de la corrupción política, fundamental-
mente para no disparar una hiperinflación (aunque en realidad el país no parece
variar más de un punto porcentual, para bien o para mal, del Índice de percepción de
corrupción, generado por Transparency International). La cuestión aquí ¿es cuánto
tiempo soportará la economía que este 2020 tuvo una contracción que oscila alrede-
dor del 18.9 por ciento, y cuánto soportarán los grupos minoritarios, entre ellos, los
creadores artísticos, los investigadores científicos y las ONG?
En México, Mientras espero que aparezcas, todo arde, como es el título de la
obra de MARCO FIERRO, así nos encontramos; mirando con desesperanza a un
espíritu que no aparece, con lo único que nos queda, un pocillo caliente y las fotogra-
fías de cuando creíamos que todo era normal, lo que en realidad nunca fue normal,
y sólo aceptábamos con mayor facilidad esa normalidad prepandémica en la que el
mexicano promedio vivía engañado por los medios de comunicación que le pinta-

61
El tiempo incierto

ban todas las mañanas la estúpida sonrisa de los programas matutinos y el temor a
la tragedia vivida por televisión, lo mismo que por redes sociales, de una desdicha
que experimentan muchos pero que no toca a la mayoría de los que pueden tener
acceso a internet.
Por eso es que, como el Autorretrato, desnudo ante el COVID-19, de MARCOS
VALENCIA ESPINO, podemos esperar desnudos en un cómodo sillón, pero con cu-
brebocas y una mirada de sospecha; pues al mexicano lo han engañado tanto los
políticos, las instituciones, las corporaciones, los legisladores, los médicos, que cual-
quiera con sentido común sabe que todo es teatralidad; pero como no hay sentido
común, entonces la gente es obligada a andar con cubrebocas dentro de su automó-
vil con las ventanas cerradas, y lo hace, a razón de no ser multado por infringir una
directriz estúpida; mas el México que presume de sus sacrificios, que se hinca en
las piedras que rodean el cerro del Tepeyácac, que se siente descendiente del linaje
mexica que sacrificaba corazones palpitantes sobre una piedra, que se siente capaz
de convocar una Revolución —como la obra de SANTY MITO, donde los dioses ctó-
nicos estimulan a un pene que hace eyacular al dios de la lluvia—, es un México inca-
paz de guardarse durante 3 semanas y acabar de una vez por todas con la pandemia,
pues en realidad a veces el mexicano en sus demostraciones de valentía muestra
con frecuencia cobardía; aunque en realidad la obra de SANTY MITO, de la que me
sirvo para ilustrar esa actitud, no es nada cobarde. Su fálico pāpalōtl5, cuyas alas son
pétalos, muestra la valentía de la homosexualidad antaño marginada y hoy libre para
expresarse a fuerza de una revolución en la que hoy somos capaces de amarnos más
como personas que por los genitales con que hemos nacido, y donde las preferencias
sexuales y de género, ya no son temas de discusión más que para las más anacrónicas
formas de pensamiento y de creencia; pues hoy, como su Ícaro, podemos abrir las
alas/brazos al infinito mostrando las nalgas con toda sensualidad, pues nos apoya-
mos sobre el cemento de las urbes, y ya no sobre los rayos del sol que disuelven las
alas del mítico Ícaro, pegadas con cera. Como su Autorretrato del encuentro, podemos
colocar el torso sobre un pilar jónico, como lo hicieron los clásicos griegos, pues hoy,
más que nunca, Dioniso vive en las calles y todos podemos ser el Dédalo de nuestra
propia genialidad, cualquiera que esta fuere.
Como en los Elementos para un discurso, de ANTONIO FERNÁNDEZ ALVI-
RA, nos hemos dedicado a deconstruir la realidad, para, al puro estilo derridiano,

5 ‘Mariposa’, en náhuatl clásico.

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

hacer la différance, la diferencia a través del diferir, en la que estamos construyendo


un nuevo mundo, como lo hemos hecho siempre, sobre las ruinas del pasado, sobre
las ruinas de los que nos precedieron. Sólo espero que podamos diferenciar eso que
he teorizado ya en otros momentos, entre una “posmodernidad trascendente”, pren-
dada por las mejores virtudes y ejemplos de la estética que nos ha precedido, desde
el arte primitivo hasta el último de nuestros días, con sus virtudes, sus vicisitudes,
su interseccionalidad, con el saber contenido en su ethos, VS. una “posmodernidad
decadente” que sólo es el detrito y el vómito exhibicionista de una contraestética
que no se justifica en sus conceptos, de un mundo en declinación de virtudes y de
simplificaciones perceptuales, de un mundo enamorado de la excreción y repelente
al estudio acucioso de la técnica y tradición que le precede.
Cuando cito al inicio de este texto que la gloria del hombre consiste en su
imperfección no es porque crea que éste deba abandonar los ímpetus de la virtud,
sino porque como diversos mitos lo señalan, o es el hombre un olvido de las elec-
ciones de Epimeteo, y gracias a que lo deja desnudo y vulnerable es que Prometeo
le otorga el fuego de Hefestos y la sabiduría de Atenea; o es como en la tradición
del Bereshit-Enoch, en donde el hombre es echado del paraíso, lo cual obliga a los
ángeles o semidioses a instruirlo con capacidades que podrán llevarlo por encima
de los propios dioses hasta la fuente, hasta Ensoph. Pero la imperfección que otrora
se valoraba como la condición de aquello a superar, hoy es vista como la letrina en
la cual simplemente tirarse a chapotear. Vaya, la “manada”, es decir, la escuela cínica
de la Antigua Grecia, Antístenes, Diógenes de Sinope…, buscaban la sencillez de
la naturaleza y consideraban a la civilización un mal, despreciaban la riqueza y las
posesiones; mientras que los cínicos contemporáneos no son manadas, ni escuelas,
sino cárteles de corrupción o de vanidad, en donde la riqueza y la fama lo son todo.
Es como si los ímpetus humanos se hubieran vuelto de cabeza en el significado del
cinismo, y la perfección fuese enemiga; pues de aceptarla como amiga, implicaría
volver a valorar la naturaleza y a mimetizarnos con ella (pecados de la posmoderni-
dad decadente).
Por ello es que obras como El último jardín, de SAÚL AGUAS, me parecen tan
valiosas, pues creo que es preferible vivir en las ruinas del pasado, columbradas aún
por la presencia de la marmórea diosa, a las orillas del bosque, junto a una arquitec-
tura que, exultante entre la espesura y el lago, nos permite el sacrificio al fuego que
tanto nos ha enseñado, mientras los cipreses bambolean entre las nubes titánicas,
porque la muerte, la vida, el amor y la poesía están más presentes en el símbolo que

63
El tiempo incierto

en la palabra sígnica, y son lo único que prevalecerá del experimento humano, en


memoria del éter.
Sin duda es auspicioso el carácter de romantizar e incluso erotizar en tiempos
de pandemia, como sucede también con las obras de CAROLINA GARCÍA: el cuerpo
aún germina, de la papila mamaria emerge una flor; el escorpión prendado de la co-
rona del pezón hace remembranza de que si bien el escorpión remite a fatalidad en
varias culturas (y vaya que la pandemia parece una fatalidad), el artrópodo es, por
otro lado, en la tradición griega, el protector de Ártemis, que siendo representante
de la pureza, defensora de la pureza de los bosques, el escorpión es a la vez defensor
de la pureza de Ártemis; de ahí, me parece, el profundo sentido que en otra imagen
de la serie tiene que la joven sostenga el espejo en sus manos. Me trae a la mente dos
ideas: la célebre sura del Corán que dicta Sólo los puros lo tocarán; lo mismo que el
mito del nacimiento de Virbdhara en la cultura índica, un semidiós que hace su apa-
rición cuando Shiva —el espíritu divino— azota una mecha de sus cabellos, furioso,
porque su suegro Daksha —que, en primer lugar, está celoso porque su hija Sati se
ha enamorado y casado con él— decide no hacer partícipe al dios del sacrificio del
Asvamedha (en el cual preestablecido está que todos los dioses mayores, entre ellos
Shiva, deben ser adorados), y como no lo hace, Sati se arroja al fuego del sacrificio
autoinmolándose por la indignación y la pena que le produce saber que su padre no
le da a su divino esposo el lugar que le corresponde. Con el golpe del mechón nace
Virbdhara, quien destruirá el sacrificio de Daksha, lo asesinará cortándole la cabeza
y de paso a otros semidioses y rishis que también actuaban con sedición y egoísmo.
Virbdhara, sin embargo, no tocará a los puros. Luego Shiva le dirá: Te convertirás
ahora en ‘jwara’ en este mundo y afligirás a las personas al comienzo de la vida, al nacer
y en el momento de la muerte, y también afligirás a quienes recurran a un régimen errá-
tico, a quienes sean imprudentes y a quienes infrinjan la ley sagradaxxv (Cháraka, Jwara
Chikitsa, cap. 3,4).
Con este evento, Shiva da origen a la enfermedad a través de su ira, al menos a
una de las tres formas más comunes de la enfermedad, conocida como jwara. El gran
tratado de medicina escrito por uno de los grandes continuadores de la tradición
ayur védica, de nombre Cháraka, conocido como Charak Samhita, dice:

Santapa (sensación de calor o temperatura elevada), aruchi (anorexia), trishna


(sed mórbida), angamarda (dolor corporal), hrid vyatha (dolor en los órganos
internos): estas son las manifestaciones invariables de jwara. En el momento del

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

nacimiento y la muerte, jwara se manifiesta en forma de tamas (estado alterado


de conciencia).
Pereza, lagrimeo, bostezos, pesadez, fatiga mental, incertidumbre e into-
lerancia sobre el gusto y el disgusto por el calor, el sol, el viento y el agua; indi-
gestión, anorexia, agotamiento de la fuerza, la complexión y un ligero cambio
de conducta, son los signos y síntomas premonitorios de jwara. Todo el cuerpo
y la mente son los sitios de manifestación de jwara. Las características clínicas
invariablemente asociadas con jwara son la sensación de calor o el aumento de la
temperatura corporal y las molestias en el cuerpo y la mente. Jwara afecta a todo
el cuerpo, incluida la mente y los órganos sensoriales de todos los seres vivos
(Cháraka, Jwara Chikitsa, cap. 3,5).

Jwara es entonces una de las tres causas de la enfermedad, originada por una
incapacidad de cuidar debidamente al cuerpo, las otras dos son una maldición que
deviene de los antepasados, y la otra, una que deviene de los dioses. ¡Cuánto se
parece jwara a los síntomas de covid, acaso su etiología será una buena dosis de
negligencia!
Me dirijo al mito anterior, porque un cuerpo alejado de las diversas formas de
la enfermedad es aquel que se aleja de la probabilidad de la enfermedad, es aquel
que cuida de sí mismo y de su integridad en todas las formas posibles, y cuida a los
demás; pues si bien el cuerpo tiene la capacidad de reponerse y en cada reposición
el sistema inmunológico adquiere nuevos anticuerpos, si bien los huesos son más
fuertes después de fracturarse, si bien se desarrollan nuevas capacidades cuando se
pierde un sentido, enfermar no es prudente (Daksha no necesitaba que le cortaran
la cabeza, podía haber entrado en razón). Toda clase de fuerza física, inmunológica,
toda clase de resiliencia puede alcanzarse sin tener que cursar por una tragedia. Se
puede aprender en cabeza ajena, y se puede aprender del conocimiento que nos han
legado los más sabios y brillantes que nos han precedido, y de los más sabios y bri-
llantes de nuestros tiempos (pero también de los que se han equivocado —podemos
aprender en cabeza de Daksha—). Pero esto no es, lamentablemente, lo sabemos,
aquello que sucede en esta célebre pandemia. Parte de la enfermedad y del contagio
tienen que ver con el puro azar, pero parte, aún mayor, tiene que ver con la negli-
gencia.
La palomilla en el hombro, la palomilla en la boca, en las magníficas fotografías
de CAROLINA GARCÍA, coinciden con todo lo anterior, pues qué es la palomilla

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El tiempo incierto

para diversas culturas si no el psicopompo del señor de la medicina espiritual: Dye-


huty, Asclepio, Karttikeya. Junto a ello, las series fotográficas de ÓSCAR MOSCO,
Enkoimesis y El origen de la vida —que son fundamentalmente, un recorrido por el
mayor yacimiento de la arquitectura surrealista en México, el jardín de Edward Ja-
mes en Xilitla, San Luis Potosí—, exploran la vía del espíritu, como un vehículo de
sanación. La Enkoimesis (ἐγκοίμησις), literalmente “incubación”, es la práctica de
dormir en el templo para obtener la revelación curativa. Casi cuarenta templos de la
antigüedad, relatados por Pausanias, Estrabón, Herodoto, Virgilio, etcétera, fueron
famosos porque en ellos se adoraba a cierto dios, diosa, vidente, semidiós o héroe
del Panteón, con el propósito de que éste revelara la cura para el enfermo. El en-
fermo participaba de ello a través de diversos rituales, preparatorios para el sueño
sagrado. El Iatromantis (Ιατρομάντης), el vidente de la medicina, o lo que vendría
siendo en las culturas tribales, el chamán, contactando al dios y a los espíritus, con-
tribuía como sacerdote-médico a la recuperación del enfermo. El agua, el aire, la
tierra, el fuego, y claro está, el sueño, son grandes medicinas. MOSCO nos recuerda
cuán importantes son los sitios sagrados para recuperar la salud; y, por ello, es una
pena que en nuestros tiempos, los lugares sagrados se hayan reducido a atractivos
turísticos (incluso los jardines de Edward James se encuentran en franco deterioro,
pues la fundación que los adquirió cree que el propio autor esperaba que fueran
consumidos por la jungla. Quedarse con una sola visión sobre un tema, siempre es
peligroso); pero aún podemos ir ahí, y aún podemos realizar el rito; es más, basta
con que declaremos sagrado un sitio de nuestra propia casa, basta con que volvamos
sagrada nuestra casa y tratemos con respeto a los elementos que en ella habitan.
Incluso estar en casa, con los símbolos de lo que personalmente entendemos como
espíritu y creación, cual lo hace CAMILA MUÑOZ LEDO, con el arte, la lectura, el
vino; sostienen una personal balanza de lo sagrado.
La pandemia ha sido una invitación a estar en casa (no me gusta la palabra
“confinamiento”, en tal contexto, pues es una palabra que han dicho demasiadas
veces los jueces y los psiquiatras de antaño, con el implícito de “sanción”). Estar en
casa es sagrado y es una pena que tanta gente lo haya sufrido. Entiendo a todos aque-
llos que han visto limitados por ello sus medios de subsistencia, pero no acepto en-
tender, más que con ironía y pena, a todas aquellos que se han neurotizado en casa.
Creo que la razón fundamental de ello es que la casa ha dejado de ser el domus, con
su respectivo lararium, para adorar a los espíritus guardianes del hogar, para recor-
dar y hablar con los ius imaginum (los honorables ancestros). Es sumamente lógico

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

que, si los altares de la casa ahora son las pantallas que anuncian con amarillismo las
tragedias y los psicopompos son los teléfonos móviles, saturados de redes sociales,
la ansiedad, la depresión y diversas formas de la negación de la consciencia sean el
resultado. El resultado es que la pandemia no la ha creado un virus, la pandemia la
ha creado la humanidad, al suplantar antiguos rituales con otros nuevos —carentes
de espíritu—, y perder con ello el sentido del sacrificio. Esto lo cuenta muy bien
Neil Gaiman en su novela American Gods, que últimamente Bryan Fuller y Michael
Green han convertido en una muy buena serie de televisión.
CAROLINA GARCÍA, con su Aflorar, en el que sus flores de cinco pétalos y
corolas amarillas, semejantes a las jaras blancas, que caen y se mezclan con el aroma
de una mujer, y en cuyo discurso nos habla del deshabitar, justo me lleva a pensar
en el más bello y necesario concepto del sacrificio, que es el sacrificio personal. Si
yo le consulto a Google Images por el término “sacrificio”, ésta me devuelve lo que
yo también considero que es el prototípico del sacrificio en la mente del hombre, el
sacrificio de Abraham, el de las tribus mexicas que toman el corazón para ofrecerlo a
sus dioses, el de Sísifo subiendo la piedra por la ladera de la montaña, el de Jesucristo
en la cruz, etcétera; pero el mito no sirve de mucho si no se actualiza en la conscien-
cia personal. No necesitamos sacrificar hombres, ni derramar sangre, el sacrificio
más importante y bello es el descubrir qué es lo que nos hace sufrir y a lo cual esta-
mos absurda y patológicamente apegados, y dejarlo. Nada ganamos con cortarles el
cuello a las gallinas para ofrecérselas a la luna, pero sí ganamos mucho si descubri-
mos que nuestra naturaleza humana está llena de prácticas absurdas. Para tomar una
del enorme corolario, hablemos de la compulsiva reproductividad humana. ¿No es
ya más que obvio, que debemos dejar de reproducirnos, no es hora para dejar de ser
presa de los impulsos primitivos del animal: huir, atacar y reproducirnos? Ah, vaya,
pero parece que no se entiende. Vuelvo al punto en el que todo mundo sueña con
ese anhelo de formar una familia. La estupidez de tal anhelo es que la familia ya está
formada, se llama “humanidad”. La incapacidad de reconocernos como hermanos
y respetarnos es sólo un síntoma del problema. Detener la hiperreproductividad a
toda costa es la más importante prédica de consciencia que podemos hacer hoy en
día. Cuán hermoso es el versículo 28 del primer capítulo del Génesis (Bereshit):

Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra,


y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierraxxvi.

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El tiempo incierto

La versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera (1602) es poética,


pero los significados intrínsecos son ambivalentes. Hay que entender la diacronía
del mandato; pues independientemente de qué religión se profese o si no se profesa
ninguna, el mandato se ha cumplido. Pero, así como la ley se actualiza, también se
necesitan actualizar las palabras de Dios. Reproducirse fue prioridad en otra época,
no ahora. Ya nos multiplicamos hasta el punto de llegar a vivir unos encima y debajo
de otros, ya henchimos la tierra de mierda, ya dominamos a miles de criaturas y las
hemos extinguido. Ese señorear y sojuzgar ha llevado a la humanidad a expresiones
de crueldad inenarrables.
Entonces, el sacrificio, hoy en día, no es meter el pene en la vagina, para “ha-
cer saltar al hijo del centro de la tierra”6. El sacrificio, hoy, es dejar de reproducirse,
y adoptar al otro como hermano. Tan sólo pensemos en la simple matemática si-
guiente: si cada mujer sobre la tierra sólo se reprodujese biológicamente una vez, en
algunas décadas reduciremos la población a la mitad, y si esto sigue sucediendo, en
algunas décadas a un cuarto de la población actual, y muchos problemas se habrán
resuelto; pero, quien tiene muchos recursos financieros suele pensar que por ello
tiene capacidad y derecho para reproducirse cuatro, seis, ocho veces, y quien tiene
pocos recursos, o ni lo piensa y se reproduce, o piensa que debe tener muchos hijos
para que en el futuro lo mantengan. Parece que es mucho pedir, el animal es huma-
no y el humano es animal. Al animal que nos place, lo matamos y lo comemos; al
animal que nos place, lo humanizamos convirtiéndolo en mascota, privándolo de su
vida natural, para justificar nuestras necesidades afectivas. ¿De verdad necesitamos
matar para comer. No nos es suficiente la leche y el huevo que los animales genero-
samente entregan sin necesidad de matarlos? Vaya, pero hasta eso último lo hemos
vuelto una industria, sistemática y cruel. ¿Qué trabajo nos cuesta decir a la hermana
vaca, a la hermana cabra, a la hermana gallina: gracias por tus frutos, me comprome-
to a cuidarte y a respetar tu vida?
Junto a la sobrepoblación se suscitan los mayores desastres; la promiscuidad
frecuentemente poco tiene que ver con la salud. El mercado de Wuhan, provincia
de Hubei, China, fue (según parece) el epicentro de COVID-19. Qué lo caracteriza
sino la promiscuidad perversa de especies animales comercializadas: erizos, civetas,
cuyos, ratas, perros, gatos, reses, cerdos, cigarras doradas, escorpiones, cucarachas,
puercoespines, cobras, sonajeros reales, gansos salvajes, hipocampos, cachorros de

6 Parafraseando a Neruda.

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

lobo, koalas, cocodrilos, lobos y leones vivos…, carne de 112 diferentes especies sin
un control sanitarioxxvii. Y, con lo anterior, viene ese concepto que ahora se ha pues-
to de moda ‘desbordamiento zoonótico’. En otra entrevista realizada por Stephen
Park, de Asian Boss, en este caso al doctor Jerome Kim, director general del Interna-
tional Vaccine Institute (Instituto Internacional de Vacunas —IVI—), del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo, éste señala como es interesante que el
SARS-CoV-1, en 2002, el MERS de 2012, y el SARS-CoV-2, todos son coronavirus,
y todos tienen que ver con mutaciones y transmisión infectiva entre otros animales
y el humanoxxviii. E incluso, si como algunos teóricos de conspiración han señalado,
la pandemia se desata porque un grupo de extrema derecha norteamericana va a
plantar el virus en China, o China lo planta en Norteamérica y éstos se lo devuelven,
la tesis es la misma, esto sólo sucede en hiperpoblaciones, donde el chauvinismo y
los conflictos políticos intestinos generan guerras; pero dejando de lado toda cons-
piración, pensemos de nuevo en las repercusiones que genera la banalidad huma-
na, la necesidad de viajar porque no nos sentimos satisfechos con lo que el mundo
inmediato nos ofrece y tenemos que ir a buscarlo al otro lado del mundo, en buena
medida, es lo que lleva en cuestión de días, a que las enfermedades pasen de brote
a epidemia y luego a pandemia. Lo que deberíamos pensar es que las enfermedades
no sólo son biológicas, sino también culturales. Todos los países que fueron invadi-
dos y dominados por el Imperio Británico, y que ahora son miembros de la Com-
monwealth, por aculturación han transformado sus tradiciones propias a los estilos
de vida del occidente británico. Estas modas cuestan mucho en pérdida de riqueza
cultural, y hoy la mayor parte de las culturas humanas anhelan en buena medida el
american way of life, porque lo próximo no es suficiente, porque es imposible ayudar
al prójimo, al ‘próximo’, amar al próximo, y hay que ir a buscarlo y al otro lado del
mundo, pues cuántas veces es más fácil donar a una fundación pro África, que llevar
comida al que vive abajo del puente.
Pero regreso a Aflorar, de CAROLINA GARCÍA. Todo lo anterior que he enun-
ciado es una digresión abrupta, pero su obra me lleva a ello, porque es necesario
despoblar la tierra para que podamos disfrutar el natural paso de la vida, pues el
artificio ha superado a la natura, y en tanto no se dé una reversión, la humanidad
continúa condenada.
¿Pero qué podemos hacer entretanto se acumula la masa crítica del Armage-
dón? Y con ello no me refiero a la pandemia, pues hoy ya muchos científicos consi-
deran al SARS-CoV-2 un virus endémico, con el cual simplemente tendremos que

69
El tiempo incierto

aprender a vivir. Creo que como en Compañera, de FLOR ITZEL CABRERA, debe-
mos aprender a vivir con la muerte, con la muerte como compañera, pues siendo la
muerte la única constante de la vida, el memento mori nos lleva al máximo aprecio
por la vida, al cuidado de la vida, de la nuestra y la del otro. Hay muchas cosas que
podríamos aprender de esta pandemia: que si bien los niños necesitan ir a la escuela,
también la escuela puede ir a la casa; que si bien es necesario ir a la escuela, tal vez
un niño de más de 10 años ya no tenga que ir todos los días y pueda tomar activi-
dades virtuales 3 días por semana, y lo mismo vale para toda la educación media y
la universitaria; y lo mismo vale para la vida laboral, pues hemos descubierto que
se puede trabajar desde casa y muchos no tendrían que acudir a la oficina más de
una o dos veces por semana. ¿Cuánto reduce esto el tráfico vehicular, la contami-
nación y el estrés? Espero que ahora la gente enferma ya no se atreva a salir de casa
impunemente sin un cubrebocas (y que preferentemente aprenda a convalecer en
casa), ni se atreva a estornudar impunemente (sin cubrebocas y pañuelo) atrás de
otras personas sanas en la fila del supermercado; y en los supermercados, ¿acaso no
fue siempre prudente desinfectarse antes de entrar y al salir? —¡Vaya!, en los tem-
plos decentes siempre existió la costumbre de lavarse las manos y los pies antes de
entrar, al menos—. Regresar a todo lo que vivíamos con normalidad en la vida pre-
pandémica sería un error (aun si el SARS-CoV-2 fuese erradicado), pero la realidad
es que la humanidad es estúpida y a la estupidez humana es a lo que principalmente
deberíamos temer; mas temer, no a través de la parálisis, sino a través de la acción.
Hace días en el chat de la calle en la que vivo, alguien alertó:

Hola, buenas tardes, ¿recuerdan a los niños que pedían trabajo para barrer la
calle o lavar los carros? Bueno, hace un rato vinieron a mi casa a preguntarme
si lavaban los carros. Como les dije que no, se fueron, pero unos 10 minutos
más tarde regresaron a tocar, ofreciéndome unos audífonos. Era una cajita de
AirPods, rosa claro7, se me hizo muy extraño y se los quería comentar para que
tengan cuidado, pues tal vez, toman de otros carros lo que ven por ahí y después
los venden, no lo sé.

Luego de una diatriba de mensajes que pueden imaginarse en este tipo de


chats, me permití hacerles reflexionar lo siguiente:

7 Su valor es de $3,850 MXN, en Octubre/2020.

70
2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

No los defiendo en lo mínimo, porque robar es nocivo y perverso; pero justa-


mente si en nuestra colonia falta con frecuencia educación y cultura, tanto más
en estos niños que son víctimas de la pobreza; pero es evidentemente una situa-
ción sospechosa, y evidentemente injustificable. Y yo creo que, como adultos, le-
jos de asustarnos, se los debemos cuestionar con severidad. Todos podemos ser
responsables para educar y refinar al resto de nuestra sociedad; porque este tipo
de circunstancias, ya lo sabemos, la justicia pública no las corrige. Lo único que
corrige el caos es la educación. De mi parte, si se me aparecen, se los cuestionaré
hasta que tomen conciencia. Todos los niños son como hijos, y no dudo en jalarle
las patillas a quien lo merece.

La discusión se cerró de inmediato. Sus alternativas previas eran la simple


alarma e indignación, pero nunca hacer ejercicio de la de facultad didáctica, porque
la olvidamos, o creemos que sólo debemos ejercerla con nuestros hijos, o, peor aún,
que esa es sólo responsabilidad de las escuelas. ¡Pamplinas!
Así la serie de piezas fotográficas de RICARDO SÁNCHEZ, que también evo-
can el folclor de la muerte con figurillas de origami, me recuerdan que la muerte es
un papel doblado en cuyo interior encierra su secreto. Al desdoblarlo resta la nada y
las líneas de lo que una vez fue la vida; y así como las quirománticas líneas hablan del
futuro, las líneas de la papiroflexia hablan del pasado. Una de las obras más conno-
tadas de todos los tiempos acerca de la muerte —además del magnífico diálogo que
Yamaraha (señor de la muerte) sostiene con Nachiketa, en el Ka-ha-Upaniṣad— es
el Bardo Thodol, escrito por Padmasambhava —uno de los ochenta y cuatro maha-
siddhas o grandes adeptos del Tíbet—, en el siglo VIII. Parte de la genialidad de este
libro es que, como el propio Padmasambhava lo cita dentro del texto, es un manual
para los negligentes y para los tontos, que durante su vida no siguieron los sagrados
preceptos y, por lo tanto, en el momento de su muerte estarán confundidos con la
experiencia. Entonces, el libro ha de recitarse al oído del difunto, como también se
recitaba el Libro de los Muertos, en el antiguo Egipto, para guiar al alma a través de
los obstáculos del inframundo. Estos libros siempre me han parecido que, si bien son
una didáctica para la muerte, son también una didáctica para la vida. El Bardo Tho-
dol invita al alma a no ser tentada por el pasado, por el apego, por la familia, por la
riqueza, por el poder, por el conocimiento, por el deseo, por los demonios e incluso
por los dioses, para que el alma al fin sea libre; el Libro de los Muertos, por su parte,
ayuda al alma a aliarse con ciertos dioses, a combatir a otros, a no dejarse vencer por

71
El tiempo incierto

ciertos monstruos, para finalmente ser juzgada, en una balanza contra el peso de una
pluma —representación de la Ma’at, diosa-representación de la verdad, la justicia y
la armonía cósmicas—. El alma debe estar en equilibrio con la Ma’at para poder en-
trar a Aaru, el reino de Osiris, donde por otro lado sólo se podrá sobrevivir, gracias
al conocimiento que el alma ha demostrado poseer. Así es claro que toda tanatología
es un estudio sobre la vida y no sobre la muerte.
La muerte es un papel doblado que, por lo general, la gente no se atreve o no
puede desdoblar y leer. La mayor parte de la gente suele mirar a la muerte como
el personaje en la obra de CYRE GONZÁLEZ, que junto a una hoz-serpiente, o se
quedan impávidos y, por esa reacción extraña, la serpiente muerde, o corren despa-
voridos y la hoz corta el cuello. Antonius Block, en Det sjunde inseglet (El séptimo
sello), de Ingmar Bergman, prefiere, ante la muerte, jugar una partida de ajedrez,
pues es lo mismo que hacen las almas guiadas en el Bardo Thodol o en el Libro de los
Muertos, es lo mismo que hace Nachiketa frente al señor de la muerte; y, si algo nos
enseñan los tres libros, es que la vida es, en buena magnitud, sólo un tránsito para
alcanzar la sabiduría y la disciplina necesarias, para poder atravesar luego un mundo
más fantástico que el fenoménico y no volver a reencarnar en el deseo, o perderse
en el extravío, o ser devorados. La gente que no estudia su alma cree sin embargo,
que para vivir no se necesita sabiduría, y que el dinero basta.
Como la obra de NAOMI MERI VALENCIA, Doctor, necesito hablar, necesi-
tamos hablar, pero ya no sólo del mundo material, necesitamos abrir una puerta a
nuestro interior y hablar, quitarnos la máscara del miedo y pintarla de rosa, como
lo hace MITZI.BYCOLORE, para traspasar al abstracto mundo del imaginario como
lo hace MARCOS LUNA en su obra, y crear nuestros propios paisajes vernaculares,
como lo propone GABRIEL JAIME CORREA PÉREZ. Pero el arte es sólo una ante-
sala, el espíritu es la vía.
La fuerza, La muerte, El juicio, El mundo, que MARCO ÁVILA/MARL ANTON,
elaboran como cartas del tarot, presagian que nos encontramos, no en un momento
para temer, sino en un momento para la sabiduría y el cambio; pero aquellos que
sólo ven rosas en la obra de BRENDA MUNGUÍA BOTELLO, Flores, tiempo y per-
sonas, son los mismos que no saben lo que se oculta bajo el nombre de la rosa.
Para un meditador de cualquier cultura, la pandemia ha significado un espacio
de regocijo en el cual recogerse y explorar su espíritu, como para los artistas ha sido
un espacio para crear; creo que en estos quehaceres, la vida no ha cambiado mucho.
La vida ha cambiado sólo para quien no tiene una dimensión mental y espiritual de

72
2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

la existencia, para quien se encuentra atrapado puramente en el mundo fenoménico,


donde la vida cotidiana del hombre, oscurecida por los vicios de la burocracia, de las
religiones, de las ideologías sociales y políticas, y hasta del arte, no es capaz de mirar
más allá de su propia nariz, o de su propio pene, como el personaje en la obra de
LEONEL CORONADO ESPERANZA. En nuestros tiempos, volvemos una y otra vez
a dos clases de posmodernidad, una posmodernidad decadente y una posmoderni-
dad trascendente, una era de vacío, cuando éste es la falta de esperanza y de sentido
(o cuando el sentido es meramente el deseo y la materia); y otra en la que el vacío es
lo más pleno y trascendente; pero está más allá de toda definición.
En este texto he tratado de definir varios conceptos y puntos de vista, y sólo
creo finalmente que éstos sólo son válidos si apuntan a un refinamiento que nos
lleve a desarrollar un estado de vida más elevado, que nos lleve más allá del sinsen-
tido común, traspasando por la búsqueda del sentido, traspasando por la búsqueda
del espíritu, hasta donde cada ser humano es a capaz de encontrar su balance; un
balance donde todas las realidades son posibles en tanto no afectan ni destruyen a
la realidad del otro.
No hay nada más incierto que la certeza, un día nos despertamos buscando
el sentido de las estrellas, aprendiendo lo que el viento nos susurra en los oídos,
amándonos las mujeres a las mujeres, los hombres a los hombres, las mujeres y los
hombres entre sí, entre todos —amamos la naturaleza y la naturaleza nos ama—; y
luego despertamos amándonos los unos a los otros, odiándonos los unos a los otros,
construyendo nuestras leyes —las leyes establecen las normas, y la ley dice que la
norma es la heterosexualidad y la monogamia—; luego, dormimos, despertamos, y
todo ha sido dominado por el sexismo, el racismo, el ideologismo, el miedo; luego
dormimos, despertamos y las leyes del hombre van quedando en el pasado, en pro
de nuevas leyes dinámicas concebidas por una síntesis entre el instinto, el espíritu
y la inteligencia artificial; pero luego dormimos y despertamos a un mundo que se
desquebraja, donde las leyes estúpidas del superyó desaparecen y quedan los man-
datos de la intuición, así como los mandatos de la profunda conciencia, y los que del
superyó nos llevan a la independencia y al gozo, y somos al fin libres.

FPN, octubre/2020.

333

73
El tiempo incierto

Francisco de Paula Nieto


(Guanajuato, México)

Es un artista multidisciplinario y didacta del arte: semiólogo cultu-


ral, teatrista, escritor, psicoterapeuta, curador de arte y marchand.
Desde 1989 ha coordinado talleres de creación literaria, así como
seminarios de estética, semiología y educación en diversos institu-
tos, centros culturales y universidades de México.
De formación artística y filiación espiritual, ha estudiado, Di-
rección Teatral, Pedagogía Teatral e Historia del Arte, aunque se ha
dedicado principalmente a los estudios metadisciplinarios.
Desde el año 2000, teoriza la unión práctica de los territorios
de la clínica, la semiología y la poética.
Ha sido director y fundador del Centro Cultural Alameda y
del fugaz Centro Literario de Información, Investigación Docu-
mentación y Educación, en Querétaro.

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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto

Referencias

i CURTIS, Adam. (2016/10/16). HyperNormalisation. [documental]. Londres, Inglaterra: BBC iPlayer.


Véase: https://www.youtube.com/watch?v=afBmN7icFRw
ii SILVER, Joel (productor). WACHOWSKI, Lilly & Lana (directoras). (1999). The Matrix. (1999).
[film]. EE. UU. & Australia: Village Roadshow Pictures, Warner Bros., Silver Pictures.
iii 羊 Véase: https://en.m.wiktionary.org/wiki/%E7%BE%8A
iv 多 Véase: https://en.wiktionary.org/wiki/%E5%A4%9A
v 夕Véase: https://en.wiktionary.org/wiki/%E5%A4%95
vi ŽIŽEK, Slavoj. (2020). ¡Pandemia! El COVID-19 sacude al mundo. (Trad. So on in spanish). Centro de
Estudios de Orientación Psicoanalítica.
vii AUGE, Marc. (1992). Los «no lugares» espacios del anonimato. Una antropología de la
Sobremodernidad. (Trad. Margarita Mizraji). Barcelona, España: Editorial Gedisa, S.A.
viii ROUDINCSCO, Élizabeth y Plon, Michel. (2008). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires,
Argentina: Paidós. (Trad. Jorge Piatigorsky y Gabriela Villalba).
ix BARIFOUSE, Rafael. (2020-04-02) Coronavirus: por qué la gripe A-H1N1 no paró la economía
mundial como lo está haciendo la pandemia de covid-19. BBC Brasil, Sao Paulo. Recuperado de:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52115504
x REDACCIÓN. (2020-06-06). Coronavirus: por qué los japoneses utilizaban mascarillas mucho antes de
la aparición del covid-19. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-53398040
Y este oro artículo completamente fuera de época pandémica:
PARRAGUEZ, Marcial. (2014-12-13) ¿Por qué los asiáticos usan máscaras quirúrgicas en público?
Bio Bio Comunicaciones. https://www.biobiochile.cl/noticias/2014/12/13/por-que-los-asiaticos-
usan-mascaras-quirurgicas-en-publico.shtml
xi BARIFOUSE, Rafael. y McLaughlin, Eliott C. (2020-06-01) Estos tres videos reconstruyen los últimos
momentos de George Floyd. CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2020/06/01/estos-tres-videos-
reconstruyen-los-ultimos-momentos-de-george-floyd/.
xii Muerte de Giovanni López. Wikipedia. Consultado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Muerte_de_
Giovanni_L%C3%B3pez, el 2020-10-03
xiii REDACCIÓN. (2020-06-30). CRIME AGAINST WOMEN: Andhra Pradesh: Video shows tourism official
attacking woman with stick for asking him to wear mask. Scroll.in. https://scroll.in/latest/966087/
andhra-pradesh-video-shows-tourism-official-attacking-woman-with-stick-for-asking-him-to-wear-
mask
xiv REDACCIÓN. (2020-07-10). Por pedir uso de mascarilla: muere chofer de autobús francés tras salvaje
agresión. Deutsche Welle. https://www.dw.com/es/por-pedir-uso-de-mascarilla-muere-chofer-de-
autob%C3%BAs-franc%C3%A9s-tras-salvaje-agresi%C3%B3n/a-54134204
xv REDACCIÓN. (2020-07-07). ¿Un cubrebocas de oro? Hombre pone estilo a su cuarentena en India.
UnoTv. https://www.unotv.com/internacional/en-india-hombre-usa-cubrebocas-de-oro-y-pone-
estilo-a-su-cuarentena/

75
El tiempo incierto

xvi ASIAN BOSS ESPAÑOL. (2020-07-10). Le preguntamos al mejor economista de Corea cuándo se
recuperará la economía después de la COVID-19. YouTube/Asian Boss Español. https://www.
youtube.com/watch?v=62cAr0S65P4
xvii ÁVILA, José. Estados Unidos inyecta 2 billones de dólares para salvar su economía. ¿Lo logró? (2020-08-
13). Expansión. https://expansion.mx/economia/2020/08/13/eu-inyecta-2-billones-de-dolares-
para-salvar-su-economia
xviii LLAMAS, Manuel. (2008-10-23). El rescate financiero de EEUU asciende ya a 3,2 billones de
dólares y podría duplicarse. Libertad Digital | Economía. https://www.libertaddigital.com/
economia/el-rescate-financiero-de-eeuu-asciende-ya-a-32-billones-de-dolares-y-podria-
duplicarse-1276341634/
xix FERNÁNDEZ, Froilan. (2020-09-05). Deuda pública de Estados Unidos sobrepasará el tamaño de
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xxiii REDACCIÓN. (2020-05-08). Renta básica en Finlandia: las lecciones del experimento de Finlandia
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xxiv GELMAN, Juan. Oración de un desocupado. Consultado de: http://www.pudh.unam.mx/perseo/
oracion-de-un-desocupado/ el 2020-10-10.
xxv CHÁRAKA. Jwara Chikitsa / Chikitsa Sthana Capítulo 3. Carakasamhitaonline. http://www.
carakasamhitaonline.com/mediawiki-1.32.1/index.php?title=Jwara_Chikitsa
xxvi REINA-VALERA (1602). https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis%20
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xxvii REDACCIÓN. (2020-03-13). No había control sanitario. Coronavirus: las terribles imágenes del
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imagenes-mercado-origino-pandemia_0_Ff7JE-EH.html
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rodean la vacuna contra la COVID-19. YouTube/Asian Boss Español. https://www.youtube.com/
watch?v=5Mttke0nnuQ

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Obras • Material gráfico

Obras

77
78
Obras • Material gráfico

Sujeto

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El tiempo incierto

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Obras • Material gráfico

1. Adreana Robles
Reflexión y fragilidad de la vida
Fotografía digital
2020

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El tiempo incierto

2. Alejandro Soleá
Bocetos Temporales del Presente y Futuro
Acrílico sobre lienzo
Políptico
60 x 45 cm
2020

3. Alix Yolitzin
No hay papel (De la serie Crisis
Pandémicas)
Óleo sobre lienzo
50 x 50 cm

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Obras • Material gráfico

Personal Suffocation (De la serie Quarantine Trauma)


Fotografía digital
16 x 9 pulgadas
2020

83
El tiempo incierto

4. Ana María Landeros


En pausa Misántropa en el encierro
Grafito sobre Papel Canson Lápices de colores y grafito
14.9 cm x 9.4 cm sobre Papel Canson
2020 17.7 cm x 12 cm
2020

84
Obras • Material gráfico

5. Ana Laura Miranda González


Pertenezco a la belleza
Óleo y acrílico sobre tela
60 x 90 cm
2020

85
El tiempo incierto

6. Ana Rebeca Serrano


No detengas tu tiempo.
Pastel sobre cartulina Murillo
100 x 70 cm
2020

7. Camila Muñoz Ledo


Aguantamos Mente, Cuerpo y Alma
Grafito sobre Papel Fabriano Grafito sobre Papel Fabriano 300 gr
300 gr 65 x 50 cm
50 x 65 cm 2020
2020

86
Obras • Material gráfico

8. Daniel Seis
Tocando la muerte
Óleo sobre tabla
20 x 30cm
2020

87
El tiempo incierto

9. Daniel Serrano
Captura de pantalla 2020-07-15 a la(s) Captura de pantalla 2020-07-15 a la(s)
19.47.32 19.48.20

Captura de pantalla 2020-07-15 a Captura de pantalla 2020-07-15 a la(s)


la(s) 19.47.53 19.48.37

88
Obras • Material gráfico

10. Diego Gutiérrez


¿Quién muere?
Fecha de creación: 25/05/2020
Calidad: 720p
Formato: mp4
Tiempo de duración: 6:31

11. Diego Vázquez Reyes


Desdoblamiento
Óleo sobre madera
40 x 60 cm
2020

89
El tiempo incierto

12. Érick Parsifal


El cuervo
Sesión de autotatuaje
2020

Picnic Cristina
Óleo sobre Óleo alla prima sobre lámina
cedro de cedro, con incrustación de
21 x 29.7 plata.
cm 44 x 35cm
2020 2020

90
Obras • Material gráfico

13. Gabriel Astaroth


Doleores
Sangre, óleo, hoja de oro
y plata sobre lino
40 x 30 cm
2020

Sin Nombre
Sangre, óleo sobre tabla
80x40 cm
2020

91
El tiempo incierto

14. Ismael Martínez


Metanoia
Temple y óleo sobre tela
60 x 50 cm
2020

92
Obras • Material gráfico

15. Francine Audirac


Simbolismo líquido
Óleo sobre tela en
bastidor de madera
55 x 55 cm
2020

16. Carolina García


Germinar (De la serie Intersticio (De la serie Habitar (De la serie
Cuerpos Inertes) Cuerpos Inertes) Cuerpos Inertes)
Fotografía intervenida Fotografía Fotografía
22 x 35 cm 21 x 23 cm 21 x 30 cm
2020 2020 2020

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El tiempo incierto

Lugar / No lugar (De la


serie Cuerpos Inertes)
Fotografía
28 x 43 cm
2020

(Espacio) detonador
(De la serie Cuerpos
Inertes)
Fotografía
21 x 30 cm
2020

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Obras • Material gráfico

Aflorar
Óleo y pasta de relieve
sobre madera
50 x 30cm
2020

17. Joaquín de la Lama G.


Lívido
Acrílico sobre madera
70 x 60 cm
2020

95
El tiempo incierto

18. Juan Pohls


Desgentificar
Técnica mixta sobre papel
120 x 85 cm
2020

96
Obras • Material gráfico

19. Layla Cora 20. Leonel Coronado


Diez maneras de morir en Esperanza
cuarentena: “De hambre” Cual náufrago que mira el
Dibujo a lápiz, bolígrafo y peligro
acrílico sobre papel Mixta sobre papel
30 x 20 cm 34 x 45 cm
2020 2020

97
El tiempo incierto

21. Marco Ávila “Marl Anton”


La fuerza
Grafito y hoja de oro sobre papel
14.7 x 9.7 cm.
2020

El juicio
Grafito y hoja de oro sobre
papel
14.7 x 9.7 cm.
2020

El mundo
Grafito y hoja de oro sobre papel
14.7 x 9.7 cm.
2020 La muerte
Grafito y hoja de oro sobre
papel
14.7 x 9.7 cm.
2020

98
Obras • Material gráfico

22. Marco Fierro


Mientras espero que aparezcas, todo arde
Óleo sobre tela
120 x 90 cm
2020

23. Marcos Valencia Espino


Autorretrato, desnudo ante el
COVID-19
Óleo sobre tela
15 x 20 cm
2020

99
El tiempo incierto

24. Mary C. Rivas


Vicisitud
Óleo
40 cm de diámetro
2020

25. Monserrat Solís


“Montse Cray”
Retrato de Antonia
Óleo sobre lienzo
15 x 20 cm
2020

100
Obras • Material gráfico

26. Santy Mito


Autorretrato del
encuentro
Fotografía digital
2020

Ícaro Revolución
Fotografía digital Collage análogo
2020 2020

101
El tiempo incierto

27. Tomás González Dávila


El alma permanece
Temple y óleo sobre tela con
aplicaciones de hoja de oro
60.3cm x 40cm
2020

102
Obras • Material gráfico

28. Xavi Elizarrarás


Contreras
El berrinche
Óleo y grafito sobre
papel
38 x 28 cm
2020

29. Stefania Serrano


No Signal
Lápices de colores sobre
Fabriano 300 gr
22.8 x 31cm
2020

103
El tiempo incierto

30. Naomi Meri Valencia


Doctor, necesito hablar
Pintura al óleo
70 x 100 cm
2020

104
Obras • Material gráfico

31. Magaly Vega


Las Antiguas Diosas se
despiertan mientras el mundo
está entornado
Óleo sobre acrílico,
60.96 x 60.96 cm.

105
El tiempo incierto

32. Omar Torres Olvera


Dame tu muerte y abrázame fuerte
Dibujo con bolígrafo sobre papel
31.9 x 22.9 cm.
2020

106
Obras • Material gráfico

33. Oscar Cabrera


No puedo salir
Técnica mixta sobre madera
125.5 x 117 cm
2020

Tiempos extraños
Técnica mixta sobre madera
26 x 119.5 cm
2020

107
El tiempo incierto

34. Ricardo Padilla Sánchez “FASE 4” Cascarón biológico.


Adrenocromatos Reducido a polvo
Acrílico sobre tela Acrílico sobre tela
120 x 80 cm 60 x 90 cm.
2020 2020

“FASE 1” Larva adherida “FASE 2” Proceso de “FASE 3” Despojo


al cuerpo. La larva esta deshumanización. La casi humano. Larvas
lista para comer larva comienza a devorar disfrutan del festín
Acrílico sobre tela sin piedad Acrílico sobre tela
60 x 90 cm Acrílico sobre tela 60 x 90 cm
2020 60 x 90 cm 2020
2020

108
Obras • Material gráfico

El último cortometraje
Un joven crítico de cine, sobrevive Frecuencia corrupta
dentro de una pandemia zombie, En un mundo alterno, en donde una
grabando sus últimos momentos antes extraña raza extraterrestre domina
de enfrentarse a la gran horda del la tierra a través de las frecuencias
vecindario. de radio y ondas electromagnéticas,
Escrito y dirigido por: Ricardo Padilla S. nuestro protagonista (Ricardo Padilla)
Género: Horror intentara sobrevivir en este peculiar
Cámara: V. Javier Padilla Apocalipsis invisible.
Montaje: Ricardo Padilla S. Escrito y dirigido por: Ricardo Padilla S.
Dirección de arte: Cristina Sánchez Género: Sci-Fi Horror
Gonzáles. Cámara: Joel Rodríguez y Marco H.
Duración: 10:14 min Chagoyán.
Formato: Digital Montaje: Ricardo Padilla S.
Pantalla: 16.9 Dirección de arte: Cristina Sánchez
Resolución: 1080Pp Gonzáles.
Duración: 4:58 min.
Formato: Digital
Pantalla: 16.9
Resolución: 1080Pp

109
El tiempo incierto

35. Arturo Sánchez


“Quesoax”
La madriza
Grafito sobre Papel Guarro.
67 x 47 cm
2020

110
Obras • Material gráfico

36. Cyre González


La Nueva Oscuridad
Mixta sobre madera
40 x 30 cm
2020

111
112
Obras • Material gráfico

Abstractos

113
El tiempo incierto

114
Obras • Material gráfico

37. Adriana Avedillo Búsqueda


Profundo resplandor Óleo sobre madera
Óleo sobre madera 80 x 60 cm
80 x 60 cm 2020
2020

115
El tiempo incierto

38. Antonio Fernández Alvira


Elementos para un discurso
Estructura de madera,
estructura de metal, resina
acrílica, resina de poliéster,
escayola y pigmentos.
147 x 140 x 196 cm
2019
Fotografía por José Garrido
Lapeña y Galería IAACC Pablo
Serrano, Aragón, España.

116
Obras • Material gráfico

39. Francisco Morán


Serie Imago
Acrílico sobre carteles
publicitarios
Medidas variables.
2020

117
El tiempo incierto

40. Yvette Malo


Ensayo No. 9
Tinta y pigmentos sobre papel
Xian,
120 x 67 cm
2020

118
Obras • Material gráfico

41. Salvador Huerta


Fluir
Óleo, hoja de oro y plata
sobre cartón,
60 x 120cm
2020

119
120
Obras • Material gráfico

Social

121
El tiempo incierto

122
Obras • Material gráfico

42. Alma Delia Meléndez Cruz


Perejil buscando el sol
Celdas fotovoltaicas, motores,
metacrilato, tierra, planta viva.
5 x 7 x 10cm
2020

123
El tiempo incierto

43. Gabriel Jaime Correa Pérez


De la cueva a la casa
Acrílico sobre madera, barro,
heno
14 x 40 x 30 cm
2020

Paisajes Vernaculares
Instalación objetos elaborados
con bahareque
Dimensiónes variables
2020

124
Obras • Material gráfico

44. Omar Jerez & Julia Martínez


Viejo Desorden Mundial
Fecha de realización:
24/06/2020
Lugar: Granada, España
Fotografía Digital
90 x 60 cm

125
126
Obras • Material gráfico

Naturaleza

127
El tiempo incierto

128
Obras • Material gráfico

45. Brenda Munguía Botello


Flores, tiempo y personas
Grafito, carboncillo y estilógrafo sobre papel
de algodón
0.16 x 1.00 m
2020

129
El tiempo incierto

46. Daniela Becerril


9378 km
Óleo sobre tela e
intervención digital
25 x 30 cm
2020

130
Obras • Material gráfico

47. Daniel Morales


Cuatro Pilares
Mixto sobre loneta
123 X 83 cm
2020

131
El tiempo incierto

48. Flor Itzel Cabrera


Compañera
Mixta sobre MDF
50 x 30 cm
2020

49. Jésica Ibargüengoitia


García
Mientras quédate en casa
Acrílico sobre madera
116.5 x 62 cm
2020

132
Obras • Material gráfico

Histrion de Sofismas
Mixta sobre canvas
30 x 40cm
2020
50. Marcos Luna
Fruit de Mer Pomme terre Paz & Flora
Mixta sobre canvas Mixta sobre canvas Mixta sobre canvas
40 x 140cm 40 x 140cm 45x40cm 2020
2020 2020 2020

133
El tiempo incierto

51. Mitzi.Bycolore
Rosa Mexicano
2020

134
Obras • Material gráfico

52. Oscar Mosco


De la serie Enkoimesis,
2019-2020.
Libro-objeto digital intervenido
con código QR
Medidas variables

De la serie El origen de la vida,


2019-2020.
Solarización digital intervenida
con códigos QR
Medidas variables

135
El tiempo incierto

53. Ricardo Sánchez


Transfiguraciones de las flores a
insectos
Fotografía Digital Móvil,
formato jpg
2204 x 3920 pixeles
2020

Desde las penumbras emergen


destellos de vida
Fotografía Digital Móvil,
formato jpg,
2204 x 3920 pixeles
2020

Incertidumbre, crepúsculo de la
realidad
Fotografía Digital Móvil,
formato jpg,
2204 x 3920 pixeles
2020

La conquista de la vida
Fotografía Digital Móvil,
formato jpg
3043 x 2204 pixeles
2020

136
Obras • Material gráfico

54. Saúl Aguas


El último jardín
Óleo sobre tela
45 x 30 cm
2020

137
138
Semblanzas • Los artístas

Semblanzas

139
140
Semblanzas

Adreana Robles
(Reflexión y fragilidad de la vida)
Estos son solo pensamientos que viven en mi cabeza… Vivimos momentos de in-
quietud, donde el mundo exterior parece ser tóxico y frágil, así en todo lo que nos
rodea puede modificar nuestro estado de ánimo.
A través de una formación teórica y práctica, además de participar en cursos,
seminarios y workshops de fotógrafos reconocidos nacional e internacionalmente, y
de la experimentación en diferentes disciplinas, sigo aprendiendo día con día. Como
artista he expuesto mi trabajo y participado en varias exposiciones colectivas junto
con la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

Saúl Alejandro Aguas Estrada


(Pinal de Amoles, Querétaro, 1990)
Egresado de la carrera de Artes Visuales con especialidad en Diseño Gráfico por
la UAQ. Participó en la exposición por el 60 aniversario de la Facultad de Bellas
Artes UAQ, 2013. Finalista en el primer y segundo concurso de fotografía UAQ
sustentable, 2013 y 2014, y tercer lugar en el primer Festival Madonnari Querétaro y
sus colores, 2019.

141
El tiempo incierto

Adriana Avedillo Tejeda


Licenciada en Artes Visuales. Ha participado en gran variedad de exposiciones co-
lectivas en Querétaro, Ciudad de México y Cancún, en las que obtuvo varias men-
ciones especiales.
Su obra ha pasado del realismo a la exploración del surrealismo buscando la
perfección de la figura humana adentrándose en las profundidades del subconscien-
te. “Esto ha relajado mi aproximación a las obras dándome mayor gozo en mi prác-
tica” afirma.

Mariana Stefanía Serrano Ramírez


(Querétaro)
Es egresada de la licenciatura en Filosofía de la UAQ. Directora y gestora cultural de
Nextia: Festival de Filosofía y Arte. Creadora de contenido creativo, principalmente
dibujo y pintura, ha participado en diversas puestas en escena entre 2015 y 2017. En
2018 tuvo una pasantía en la Antigua Academia de San Carlos.
En 2019 participó en una exposición colectiva en el XXXV Encuentro Nacional
de Estudiantes y Pasantes de Filosofía. En este mismo año, se llevó a cabo la primera
edición de Nextia Festival, a cargo de su dirección. Ha presentado más de una dece-
na de trabajos de investigación que oscilan entre la filosofía y el arte en congresos
estatales, nacionales e internacionales.

Ricardo Sánchez López


Licenciado en Artes Visuales por la UAQ, interesado en la escultura y arte del plega-
do de papel. Participó en variadas exposiciones colectivas como Generación XI/XV,
en 2015, y la V Bienal Arte Sacro Contemporáneo-Basco, 2017 a 2018. Actualmente
estudia la maestría en Estudios Históricos en la UAQ, Programa Nacional de Posgra-
dos de Calidad, Conacyt.

Ana María Landeros de la Isla


(Querétaro, 1992)
Estudió la licenciatura de Artes Visuales en la UAQ. Ha participado en diversas ex-
posiciones entre las que destacan Plástica Inevitable: 3 proyectos curatoriales (Centro
de Arte Bernardo Quintana, Querétaro, 2016) y Entre cuerpos y venenos (Museo de
la Restauración de la República, Querétaro, 2015). También ha colaborado con la
revista Enchiridion y la gaceta El Cofre de Tres Llaves.

142
Semblanzas • Los artístas

Ricardo Padilla Sánchez


(León, Guanajuato)
Artista visual y cineasta. Los temas de su obra van enfocados a paraconceptualismos
(término acuñado por Susan Hiller) generados en distintos soportes. Fuertemente
influenciado por el horror cósmico, la ciencia ficción, el body horror y los saberes
brujos, que, en conjunto, lo han hecho descubrir diversos temas de interés en su pro-
ducción artística. Los principales tópicos recurrentes de su obra son la parasitación
espiritual y la irrupción de lo sagrado en los espacios como fenómeno de teleplastia.

Alejandro Soleá
(San Miguel de Allende, Guanajuato)
Incursiona en la plástica a la edad de ocho años en distintos talleres y academias de
artistas locales y extranjeros, sus estudios universitarios los realizó en la Facultad de
Bellas Artes de la UAQ. Cuenta con más de 20 exposiciones entre colectivas e indi-
viduales, en foros nacionales e internacionales como el Festival Picassiano (Málaga,
España), entre otros.
El tema de su obra, “lo místico”, aborda desde sus vivencias, las experiencias
de su cotidianidad y es inspirada por la pintura sacra novohispana, así como las
prácticas devocionales al Cristo sangrante y a la Virgen Dolorosa. Ha participado en
el festival pasionario (interdisciplinario) Reapariciones.

Yvette Malo
(Mexicana nacida en EU)
Historiadora de arte y artista visual. Diplomado de Arte Contemporáneo por la
Ibero; estudios en la Fondazione I´ll Bisonte per lo studio dell´arte grafica, Florencia,
Italia; Londres, Inglaterra, en East London Printmakers y The Art Academy. Artista
residente en Art House Holland by Pac en Leiden, Holanda 2019.
Ha sido beneficiada con el programa Apoyarte 2015, 2020. Ha participado en
cuarenta exposiciones colectivas nacionales e internacionales. Su búsqueda cons-
tante entre la filosofía del silencio y el reconocimiento de otras culturas como un fin
para el entendimiento.

Marcos Valencia Espino


(Doctor Mora, Guanajuato, 1974)
En el 2000 egresa de la licenciatura en Artes Visuales de la UAQ. Ha participado en

143
El tiempo incierto

más de 25 exposiciones colectivas y 20 exposiciones individuales. En 1997 obtiene


una mención honorífica en el Concurso de Cartel entre Colillas (INER). Seleccionado
al Premio Alejandrina a la Creación Artística en la Modalidad de Pintura, 2002. Premio
Palmar de Vega, en Mineral de Pozos, Guanajuato, 2014.

Magaly Vega
Es una artista mexicana que reside y trabaja en Nueva York. Utiliza contra-narrativas
para iniciar un diálogo sobre los hechos violentos de la realidad. Tiene una maestría
de Arte + Educación de NYU Steinhardt, clase 2019, y una maestría de Bellas Artes
de la New York Academy of Art, clase 2016. Su trabajo ha sido exhibido en Estados
Unidos, México, Argentina, España y Alemania.

Jésica Ibargüengoitia García


(Ciudad de México, 1971)
Su infancia y adolescencia transcurre en Irapuato, Guanajuato. Estudió la licenciatu-
ra en Artes Visuales con especialidad en Artes Plásticas en la UAQ.
Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas; foros y ta-
lleres de arte en Querétaro y diferentes estados de México, así como en Houston y
Corpus Christi, en Texas, y Canadá. Obtuvo mención honorífica en los concursos de
Pinturelibros, en el Museo de la Ciudad en 1999, y Jóvenes muy Jóvenes, en el Museo
de Arte de Querétaro en 1994. Equilibra su vida entre la creación artística, la docen-
cia y la maternidad.

Joaquín de la Lama García


(Querétaro, 28 de mayo de 1995)
Licenciado en Artes Visuales por la UAQ, ha incursionado en diversos proyectos
tanto en la plástica como en el diseño, la docencia y la creación de contenido multi-
media, logrando reconocimientos por parte del Museo de Arte Popular de México,
el Seminario de Cultura Mexicana, la Secretaría de Cultura del estado de Querétaro,
entre otros.

Leonel Coronado Esparza


(México, 1968)
A la fecha ha participado en treinta exposiciones individuales, y ciento siete co-
lectivas. Su obra ha sido expuesta en países como España, Portugal, Francia, Italia,

144
Semblanzas • Los artístas

Inglaterra, Colombia, Chile y Brasil. Ha sido curador de varias muestras y acreedor


de distintos premios y reconocimientos. Algunas de las obras se encuentran en co-
lecciones particulares en Oslo, Noruega; Los Ángeles, California, Estados Unidos; en
el acervo patrimonial de la Lotería Nacional, en el acervo cultural del periódico Re-
forma y en la colección de Museo del Juguete, en San Miguel de Allende, Guanajuato.

Daniel Serrano
Artista plástico residente en Querétaro. Su obra sondea la noción de conciencia, a
través de la memoria y su representación visual. Surge del encuentro entre la di-
mensión de lo virtual y el mundo material; encuentro entre lo analógico y lo digital,
un ejercicio de introspección desde un enfoque tecnológico. “Busco un cambio de
entendimiento sobre nuestra relación con la tecnología”.
Ha participado en diversas exposiciones colectivas y encuentros artísticos, así
como concursos de pintura y grabado. Ha realizado murales en instituciones públi-
cas y participado en talleres artísticos con creadores de talla internacional.

Ivonne Francine Audirac


(Ciudad de Querétaro, 25 años)
Al vivir en el estudio de Gerardo Esquivel comienzo a dedicarme como artista inde-
pendiente en el 2015, cuando tomé talleres con maestros y artistas plásticos, tomé
clases de dibujo con el pintor Gonzalo García, con Luis Sánchez, con el maestro An-
drés Vázquez Gloria, en Bellas Artes, y talleres de grabado en metal, litografía y co-
lografía en el Cereso Gráfico y en el Ceart con el maestro Rafael Silva. He expuesto
en colectivos, como Cnstrct, por la curaduría de Luis Sánchez, Mujeres en el grabado
contemporáneo, en la fundación Carol Rolland, y participación gráfica en el Festival
Chupasangre, en el Museo de la Ciudad.

Mitzy Bycolore
(Cadereyta de Montes, Querétaro)
Es licenciada en Artes Visuales con línea terminal de Artes plásticas por la UAQ. Sus
obras más relevantes son Mayahuel Cadereytanis, pieza de esmalte expuesta en el pa-
tio y galería Dr. Mota Maciel, durante la exposición Fuego y Luz, en el 2019, también
fue presentada en la fundación Carol Rolland durante la exhibición Esmalte, Fuego
y Cerámica, en 2017. Y la pieza al pastel Death 13th parte I, presentada en el colegio
Wexford en la exposición Día de muertos, en 2017.

145
El tiempo incierto

Xavier Elizarrarás
(México, 1996)
Licenciado en Artes Visuales con línea terminal en Artes Plásticas egresado de la
Facultad de Bellas Artes en la UAQ. Cuenta con una exposición individual, ocho
exposiciones colectivas, una publicación internacional, participación en una bienal
nacional y siete colaboraciones en las que destacan proyectos de la UAQ y la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México.

Carolina García Muñoz


(Bogotá, Colombia, 28 de enero de 1995)
Graduada en la licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Educación Artística
por la Universidad Distrital FJC y con estudios en Artes Plásticas por la UAQ. Su
labor como docente y artista le ha permitido colaborar en diversas exposiciones
plásticas en las que expone al cuerpo como sujeto/objeto de la misma obra de arte
y deja en evidencia su rol como mujer artista mediante pequeños fragmentos de
exploración e intimidad.

Flor Cabrera
(Querétaro, Querétaro, 1 de marzo de 1993)
Artista plástica que reside y trabaja en México. Cursó la licenciatura en Artes Vi-
suales y la maestría en Arte Contemporáneo y Cultura Visual en la UAQ. Ha parti-
cipado en más de 20 exposiciones colectivas en México y España; cuenta con una
exposición individual Phantasiae de delirios y fantasías, en la fundación Carol Rolland.
Dentro de su trabajo profesional, ha participado en diferentes actividades artísticas
y de docencia.

“¿Qué sería, pues, de nosotros sin la ayuda de lo que no existe?”


Paul Valéry 

Gabriel Jaime Correa Pérez


(Medellín, Colombia, 37 años)
En 2006 inicia su formación artística autodidacta, participa en la elaboración de la
obra plástica de otros maestros y trabaja en colectivo. Su obra estado presente en
bienales, congresos y premios nacionales e internacionales.

146
Semblanzas • Los artístas

La misma es una mirada desde y al inconsciente personal y colectivo donde


analiza y señala situaciones políticas y religiosas que inquietan el cotidiano del ciu-
dadano colombiano y del mundo que representa. Aborda dichas temáticas desde
diversas técnicas como la escultura, la pintura y el performance.

Alix Yolitzin
(Actopan, Hidalgo, 1989)
Es titulada en Arquitectura por el Instituto Tecnológico de Pachuca. En 2014 estudió
fotografía profesional en la escuela Activa de Fotografía. Actualmente cursa la licen-
ciatura de Artes Visuales en la UAQ, es parte de la novena generación de becarios
de la fundación Carol Rolland y del Programa de Apoyo a la Producción Artística
Apoyarte 2020 de la Secretaría de Cultura del estado de Querétaro. Ha participado
en exposiciones en galerías locales y nacionales en Querétaro, Guanajuato, Hidalgo
y Ciudad de México.

Ismael Martínez
(Guadalupe, Nuevo León)
Estudió la licenciatura en la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma
de Nuevo León (UANL), a la par que participaba en múltiples exposiciones colec-
tivas dentro de espacios universitarios y oficiales presentando su trabajo pictórico
en recintos del estado de Nuevo León como Colegio Civil, el Museo de Guadalupe y
Ciesas Noreste, además de la Casa de las Artes en Piedras Negras, Coahuila.

Gabriel Astaroth
(Querétaro, Querétaro, 21 de septiembre de 1987)
Licenciado en Artes Visuales y egresado de la carrera de Restauración de Bienes
Muebles por la Facultad de Bellas Artes de la UAQ. Cuenta con cuatro exposiciones
individuales y varias colectivas dentro y fuera del estado, en recintos como el Ma-
qro, Munal y el Polyforum Cultural Siqueiros. Actualmente también se desempeña
como tatuador en El Restauratorio Ink.

Alma Delia Meléndez Cruz


Artista mexicana, originaria del estado de Tlaxcala; actualmente estudia la carre-
ra de Artes Plásticas con línea terminal en Artes del fuego de la FBA de la UAQ.
Ha participado en exposición colectivas presentadas en el estado de Querétaro y

147
El tiempo incierto

Tlaxcala desde el 2017. Actualmente fue seleccionada para el 2o. Simposio de Estu-
diantes Investigadores en Artes y Humanidades 2020, como ponente; también ha sido
merecedora de la beca que otorga la fundación Carol Rolland. perteneciente a la 8a.
generación 2019-2020.
Su trabajo se enfoca en las grandes problemáticas que hay actualmente en Mé-
xico desde una visión crítica y reflexiva donde quiere hacer consciente a la gente
sobre el problema.

Érick Parsifal
(Ciudad de México 1988)
Artista visual y Tatuador. Autodidactismo y Disciplinariedad. Estudió Artes Visua-
les en la Universidad Veracruzana, México, y se especializó en la pintura con los
años, el paralelismo entre su quehacer plástico y como tatuador ha complementado
los tópicos de creación en ambas carreras. Antes fue caricaturista político, lo que lo
acercó a la pintura social. Actualmente su trabajo explora, además, los simbolismos
entre la psicología y el misticismo. Ha expuesto en México y Estados Unidos, y pu-
blicado en México, Estados Unidos, España y Australia.

Laila Eréndira Ortiz Cora


(Toluca, estado de México)
Es doctora en Artes. PTC en la Facultad de Artes de la Uaemex. Artista concentrada
en el área de creación e investigación gráfica, abordando estudios acerca de los con-
ceptos: la gráfica como escritura (dibujo, estampa y fotografía), el fetiche y lo omi-
noso, así como desplazamientos a los estudios visuales y del cuerpo, desde la imagen
violenta, la muerte y el metal extremo, con enfoques que provienen de metodologías
tales como la semiótica, el psicoanálisis y el arte actual.

Omar Antonio Torres Olvera


(Toluca, estado de México)
Artista visual e investigador pictórico. Retoma las problemáticas culturales y viven-
ciales de la violencia y la sexualidad desde conceptos tales como el exterminio sim-
bólico y la desublimación pornoblood. Sus enfoques metodológicos provienen de la
semiótica, el psicoanálisis y el arte actual.

148
Semblanzas • Los artístas

Ana Laura Miranda González


(Cancún, Quintana Roo, 11 de septiembre de 1997)
Comenzó su formación artística en la Escuela Activa de Fotografía de la ciudad de
Querétaro y, posteriormente, cursó la licenciatura en Artes Visuales con especiali-
dad en Arte Digital, en la UAQ.
Parte de su experiencia personal habitando en la periferia de los cánones de
belleza. Su premisa principal es ineludible: hay cuerpos que han sido históricamente
desplazados a la periferia a través de su invisibilización en los medios de comunica-
ción, y por lo tanto es imprescindible reclamarlos a través de la autoaceptación y la
autorepresentación, la cual conlleva una actitud revolucionaria.
Se postula en contra de la prohibición que el régimen estético-político con-
temporáneo ejerce sobre la representación de aquellas corporalidades señaladas
como alternativas.`

Arturo Sánchez
(Ciudad de México,1996)
Migrante de la gran ciudad hacia Querétaro en el 2001, es estudiante de la licencia-
tura en Artes Visuales en la Facultad de Bellas Artes en la UAQ.
Su trabajo se centra en las diversas interacciones cotidianas dentro de un espa-
cio citadino, mismas que sumergen al artista en un sinfín de significaciones. Su prin-
cipal interés es mostrar un México diverso y lleno de realidades, el gran circo que es
esta ciudad. Ha incursionado en el arte urbano y grafitti desde el 2009, generando
diversas intervenciones públicas. Ha expuesto su obra en diferentes estados del país
como Zacatecas, Ciudad de México y Querétaro.
Como videasta su trabajo mx. fue expuesto en el Museo de Arte Contemporá-
neo de Querétaro como parte del concurso Virtual Patria.

Mary C. Rivas
(San Juan del Río, Querétaro 1996)
Artista plástica y visual, egresada de la licenciatura de Artes Visuales con termi-
nación en Artes Plásticas en la UAQ. Su trabajo reflexiona en lo femenino, el amor
propio y la metamorfosis humana hacia la felicidad mediante el uso del simbolismo
y lo visual.
Desarrolla varias disciplinas como el dibujo, pintura, escultura, fotografía,
entre otras. Como artista ha tenido diversas exposiciones colectivas, entre las más

149
El tiempo incierto

recientes destacan: Complicidades: Eros y Psique, Galería Nuqleo. Secretaría de la Ju-


ventud del estado de Querétaro (2020). Visualidades (en el marco del Segundo Con-
greso Internacional de Artes Visuales, fundación Carol Rolland.

Naomi Meritxell Valencia Rodríguez


(Naucalpan, estado de México, 28 de Marzo de 1997)
Estudia la licenciatura en Artes Visuales con línea terminal en grabado, en la UAQ.
Tiene afinidad por temas que van desde la fragilidad del ser humano, atravesando por
tópicos como el amor, la infancia, el existencialismo, la sexualidad, el subconsciente,
el terreno de lo onírico, la muerte, entre otros aspectos de la condición humana.

Óscar Cabrera
Es un pintor queretano, ha tomado varios cursos de técnicas pictóricas con artistas
importantes, pero su formación ha sido más autodidacta. Su obra es una mezcla de
arte informalista, ingenuo y primitivo. Se deja llevar por sus impulsos y elabora la
composición sin importar el orden de los elementos, refleja sus emociones y sus
pasiones.
Cuenta con seis exposiciones individuales y más de 30 colectivas en diferentes
estados de la república y en el extranjero. Acreedor del primer lugar de arte alter-
nativo en Querétaro y primer lugar en el Cuarto Concurso Nacional Pintando para
la Democracia, así como seleccionado en diversas bienales. Ha participado como
ilustrador de libros.

Camila Muñoz Ledo Nahle


Egresada de la Facultad de Bellas Artes de la UAQ. Con más de 30 exposiciones entre
muestras individuales e internacionales. Su discurso artístico se relaciona con la hi-
permodernidad, las apariencias y las relaciones sociales del posmodernismo actual.
Retrata el instante de lo poético dentro de la cotidianidad, haciendo énfasis
en la mirada desde la otredad. Buscando así sensibilizar al espectador para que al
salir del momento de arte, encuentre el mismo, en medio de este mundo que va tan
deprisa, su propio instante poético.

Diego Gutiérrez González


(Santiago de Querétaro, Querétaro, 21 años)
Comenzó su preparación de manera informal en danza a los 17 años, principalmen-

150
Semblanzas • Los artístas

te en danza urbana; sin embargo, en 2021 ha consolidado su carrera como bailarín


con experiencia como intérprete de distintas disciplinas. Cursa la licenciatura en
Danza Escénica Integral, en el Centro de Estudios Superiores Sisti.

Santy Mito
(Ciudad de México, 1993)
Artista visual y psicólogo por la UNAM. Su trabajo aborda la noción de diversidad
corporal y sus cruces con la psicología, sexualidad y la espacialidad. Hace uso de
una perspectiva de género para producir imágenes desde medios performáticos, fo-
tográficos y audiovisuales. Su trabajo ha formado parte de exhibiciones en México,
Estados Unidos, Canadá, Bélgica e Inglaterra, entre las que destacan el FIDS 2017, la
Queer Biennial: What If Utopia y Tom of Finland Art Festival 2018, el festival ANOr-
mal y la muestra de Video-Performance Homografia/Homography 2020.

Diego Vázquez Reyes


Artista visual, realizó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes en la UAQ, egresó
2018. Actualmente su trabajo va desde el dibujo, ilustración digital y pintura, com-
binando diferentes medios y estilos que se traducen en diferentes lenguajes dentro
del realismo. Ha participado en diferentes exposiciones colectivas en la ciudad de
Querétaro y en Ciudad de México.
En 2015 obtuvo una beca de la fundación Carol Rolland y en 2020 una beca
para el Seminario de Mercado del Arte de la Fundación Javier Marín.

Tomás González Dávila


Licenciado en Artes Visuales con mención honorífica por parte de la UNAM. Miem-
bro del segundo catálogo de artistas de Xochimilco 2009. Experiencia de 10 años
en educación dentro de la UNAM. Cuenta con cuatro exposiciones individuales de
pintura y gráfica. Colaboró con el muralista Alejandro Reyna en la realización del
mural conmemorativo del bicentenario de la independencia de México que puede
verse en el Aeropuerto de Toluca, estado de México.
Mención aparte son las más de 20 exposiciones colectivas entre las que desta-
ca su participación en el XIV Encuentro Cultural del CUIH: México-India. Como ex-
positor de pintura en la Jawaharlal Nehru University y en el Centro Universitario de
Integración Humanística, AC, Nueva Delhi, India. Y en la Feria de la Tierra, llevada a
cabo en el Palacio de Minería, en México.

151
El tiempo incierto

Omar Jerez y Julia Martínez


(Granada, 1980)
Performer y videocreador autodidacta, comenzó a despuntar con su primera video-
creación Odisea de lo Imposible, protagonizada por el exboxeador Poli Díaz, ganadora
de diversos premios y expuesta en diversos festivales de España y Europa.

Julia Martínez
(1981)
Fotógrafa, video-creadora y escritora madrileña. Sus trabajos se han podido ver en
diversos medios y publicaciones de España, Inglaterra, Chile, Alemania y México.
En 2013 se unen artísticamente centrando exclusivamente ambos su trabajo
en el arte de acción, la fotografía de autor y el videoart: Trabajos tales como Il Corrie-
re della Camorra (2015) en el epicentro de la mafia napolitana, Armas de destruc-
ción pasiva (2015), realizada en Ciudad Juárez frente a asesinos de mujeres o Happy
Happy Kim Jong–Meal, en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, son una
pequeña muestra de sus ello.
Defensores por encima de todo del arte crudo, sin edulcorantes ni ensoñacio-
nes; artistas fuera de lo ortodoxo, encontrando la más absoluta belleza en la fealdad
de lo no establecido.

Brenda Munguía Botello


(Ciudad de México, 1991)
Vive y trabaja en la ciudad de Querétaro. Es licenciada en Diseño Industrial. En 2013
comenzó su carrera en artes plásticas en la Facultad de Bellas Artes en la UAQ. Ha
mostrado su obra en diferentes exposiciones colectivas. Desde una temprana edad,
su inclinación y pasión por áreas relacionadas al diseño y arte han mantenido a la
artista en una constante exploración.
El concepto de su trabajo artístico busca encontrar respuestas en la indagación
del transcurso del tiempo por medio de metáforas, naturaleza y retratos que le ayu-
den a dar respuestas a su propio mundo ey su propia nostalgia.
Además de continuar con su carrera artística, es parte del profesorado de cá-
tedra del Tecnológico de Monterrey y miembro activo de Xrroom, plataforma que
busca la difusión de nuevos artistas plásticos, en especial escultores, con ayuda de
nuevas herramientas tecnológicas de realidad extendida.

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Semblanzas • Los artístas

Cyre González
(Ciudad de México)
Es fotógrafa profesional con estudios en la Universidad del Claustro de Sor Juana,
la Escuela Activa de Fotografía y el New York Institute of Photography; ha sido coor-
dinadora de fotografía de la revista ArteMx, ha colaborado en fotografía editorial en
el libro Piel de Cartón, Alma de Barro, y en diversos medios editoriales en Guerrero,
Guanajuato y Querétaro.
Cuenta con más de diez exposiciones colectivas e individuales en Acapulco,
Chilpancingo, Celaya, Salvatierra, Zacatecas y Querétaro. Incursionó en la gráfica
con maestros como Gilberto Guerrero, Humberto Valdez, Pablo Moya y Osiel Gue-
rrero, en cerámica con Luis Batres y Daniel Martínez.
Forma parte del taller la Piedra Gráfica Contemporanea. Ha sido docente en
Galeria Ome, Centro Cultural Nispero, Centro Queretano de la Imagen y también
en la Universidad Cuauhtémoc.
Con obra expuesta en las galerias: Ome, Da Substanz, El Cuadro y Diego Rose
en esta ciudad de Querétaro.

Juan Pohls
Artista visual egresado de la UAQ, creador, videoperformer, con su tema nos habla
un poco sobre la diferencia entre gente, masas, y personas, individuos.

Óscar Mosco
(Ciudad de México, 26 de octubre de 1994)
Fotógrafo y artista. A los 16 años fue diagnosticado con trastorno bipolar lo que des-
pertó su interés por explorar cómo las condiciones físicas-psíquicas de una persona
determinan la manera en que interactúa con la realidad y la forma en que se significa
la vida, y desde esas “otras epistemologías” y formas de relacionarnos con la vida
genera su discurso.
Aborda la creación artística desde sus experiencias cercanas con la depresión,
la discapacidad y con otras personas en situación de discapacidad. Su obra utiliza las
emociones negativas, derrotistas, pesimistas como fuego de cambio y como motor
para provocar sensaciones, generar cuestionamientos e incitar la crítica y el cambio,
también las utiliza como un posicionamiento artístico-político en señal de resisten-
cia en contra de una sociedad que invita-obliga a siempre ser felices, exitosos y pro-
ductivos y segrega a quien no quiere o no puede hacerlo.

153
El tiempo incierto

Su fotografía condensa y congela el tiempo utilizando su cuerpo, su mente y


sus estados anímicos como conducto para generar un paisaje interno y explorarlo,
caminos mentales que se construyen en base a lo cotidiano, transformando esas rea-
lidades en atmósferas personales-colectivas que fungen como reflejo de un momen-
to anímico e histórico específico. Su obra fusiona procesos fotográficos analógicos
y digitales, poesía escrita, poesía sonora, transcripciones en braille y otros medios
buscando evitar el protagonismo de alguno de los sentidos para generar experien-
cias que se distancien de la realidad. Utiliza la imagen como apoyo para generar
experiencias que vinculen espacios internos con espacios tangibles generando en
el espectador una ceremonia interior ocupando a la poesía y a la semiótica como
herramientas, como un tipo de magia moderna, para modificar realidades y cues-
tionarlas.

Marco Antonio Ávila Rodríguez, Marl Anton


(Guanajuato, 1998)
Desde sus inicios se sintió atraído por las artes hasta que culminó su formación en
la UAQ, con intereses por el arte sacro y sus aplicaciones en el arte contemporáneo,
las intersecciones entre los medios tradiciones como la pintura y la escultura, y los
nuevos medios como el videoarte y el performance.

Maritza Montserrat Solís Ortega


(13 de junio de 1998)
Ingreso a la UAQ y en 2018 participó en el Concurso juvenil de estampa Ex Libris
Posada, del Museo José Guadalupe Posada. Ha desarrollado técnicas de pintura, óleo,
fotografía, escultura, artes del fuego y grabado. Incluye temas sobre el retrato, la
biomédica, la psicología y la espiritualidad como arte terapia. El principal enfoque
de su trabajo es el fotográfico.

Ana Rebeca Serrano Rosales


Tras la participación en tres bienales y el transcurso de una licenciatura en Artes
Visuales hasta mi octavo semestre, mi perspectiva a la empatía se ha incrementado.
El caos está en cada aspecto de un ciclo. Como artista busco retratar este caos como
una manera de darle una prioridad. Mi trabajo busca entender la conducta de las
personas ante el caos y generar esta empatía que en mi opinión es algo que se nece-
sita constantemente.

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Semblanzas • Los artístas

Francisco Morán
(Santiago, Chile, 1972)
Artista visual egresado de la Universidad Católica de Chile y con un master en la
Universidad Complutense de Madrid, España. Su trabajo investiga la relación entre
la idea de “lo real” y su representación, desde una aparente abstracción, por medio
de diferentes medios como la pintura, la fotografía y el objeto.

Antonio Fernández Alvira


(Huesca, España, 1977)
Certificado del DEA del doctorado en Pintura por la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad Complutense de Madrid bajo el título “Cuerpo e Identidad”.
http://www.antoniofernandezalvira.com/

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Este libro se terminó de editar
en marzo de 2021 en la Ciudad de México,
México.
Para su edición se utilizaron las tipografía
Gandhi Serif y Ghandi Sans.

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