RGS TiempoIncierto v1
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Coordinador
Raúl Sangrador
EL TIEMPO INCIERTO
El tiempo incierto
DR 2021:
Bajo las sanciones establecidas por las leyes, queda estrictamente prohibida, sin la
autorización por escrito del titular del copyright, la reproducción parcial o total de esta obra.
Raúl Sangrador
Coordinador
Introducción
............................................................................................................................................9
El tiempo incierto
Raúl Sangrador...............................................................................................................13
Preámbulo
Glendys Hernández Jorge............................................................................................35
2020/Sinsentido común
Francisco de Paula Nieto..............................................................................................45
Obras
Material gráfico..............................................................................................................77
Semblanzas
Los artistas................................................................................................................... 139
Introducción
la peor desde el surgimiento en los años ochenta del siglo pasado del VIH-Sida, pue-
da ser conocido y reconocido más allá de las obras, por el testimonio mismo que es
un libro.
El tiempo incierto es la segunda aventura a partir de una pandemia que em-
prende el catedrático de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de
Querétaro y artista el mismo, aventura en su sentido etimológico de aquello que ha
de llegar. Justamente, como cuenta en su ensayo sobre la génesis de la convocatoria
a artistas sobre el confinamiento que ha representado en sus vidas y quehaceres la
Covid-19, antes la pandemia del VIH-Sida fue para él motivo de estudio, reflexión,
análisis y creación.
Ahora, con ensayos del propio Sangrador y de los curadores Glendys Hernán-
dez Jorge (Cuba) y Francisco de Paula Nieto (México), se presenta El El tiempo in-
cierto en su formato editorial para que los trabajos de artistas visuales, estudiantes
y profesionales del arte que respondieron a la convocatoria a participar en la expo-
sición colectiva lanzada a través de las redes sociales desde el Centro de Estudios
Pictóricos de la Universidad Autónoma de Querétaro, uno de cuyos requisitos era
crear en el encierro.
La presentación editorial de las obras, que van desde tatuajes hasta videodan-
za, responde al interés de su promotor de que los artistas crearan quedándose en
casa, con materiales domésticos, para expresar y compartir sus experiencias del en-
cierro, al mismo tiempo que plasmar “visiones de incertidumbre, temor o nuevas
utopías por venir”. Sin duda, un proyecto arriesgado que, no obstante, cuajó bien,
aunque ni la amenaza se ha disipado ni el confinamiento ha menguado; de hecho, el
libro se publica un año después de que se decretó la pandemia y en el peor momento
hasta el momento para México.
Y no hay luz aún, salvo en el arte, como lo muestran los artistas que respon-
dieron a la convocatoria y la curaduría que Sangrador, Hernández Jorge y De Paula
Nieto ofrecen hoy, para cualquier sobreviviente, en la tabla que siempre ha logrado
poner a flote a la humanidad de sus naufragios: un libro, y con arte.
.
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El tiempo incierto*
Raúl Sangrador
PANDEMIA.
Del griego πανδημίά; pan (totalidad) y dêm (pueblo)
“el pueblo entero”.
Etimologias.dechile.net
* Este trabajo forma parte del proyecto de investigación “Memorias de las masculinidades disidentes en
España e Hispanoamérica” (PID2019-106083GB-I00).
El tiempo incierto
1 Resulta interesante que al escritor y poeta Francisco de Paula se le invitó a escribir un texto curatorial
para el presente libro, en su lugar realizó un experimento literario que debe verse desde afuera, leerse
en su totalidad, los significados más que en líneas, los encuentro en la analogía con el caos de esta
crisis de Covid-19, en donde nada parece tener sentido, paradójicamente, ése es su sentido. Francisco
de Paula nos propone el orden del caos.
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
y vinculados con lo real que ha sido para la población global el fenómeno Covid-19,
por el cual todos nos hemos sentido amenazados, a diferencia del VIH que se vincu-
ló con solo un sector de la población con prácticas de riesgo. La moraleja está dicha:
los virus nos incumben a todos, porque no discriminan.
Me parece importante mencionar, que el noventa por ciento de los autores
participantes son estudiantes de arte, recién egresados de carreras visuales o artistas
de trayectoria joven. Sólo diez por ciento cuenta con trayectoria consolidada. Por
alguna razón, los autores de amplio reconocimiento no enviaron obra.
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El tiempo incierto
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
Fig.1 Narciso seropositivo e indetectable, Raúl Sangrador, Óleo sobre lino, 90 x 70 cm, 2020.
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El tiempo incierto
2 Para mayor información leer a Raúl Sangrador La enfermedad como matiz corporal, en Cuerpos perfec-
tos o la domesticación de los placeres, en List M. y Méndez M. (Coords.) La Cifra Editorial, México 2019.
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
mercado; es decir, es gran momento para recordar que el arte nos involucra a todos
—como en el significado etimológico de la palabra pandemia, que es reunión de todo
el pueblo—. El arte que una sociedad determinada produce, va mucho más allá del
entretenimiento o deleite para cierto sector poblacional. La figura del artista reapa-
rece, con nueva investidura, pero con el conocimiento obtenido de las experiencias
pasadas, de las pandemias pasadas, esta vez generando relaciones intertextuales en-
tre el VIH y el SARS-CoV-2.
El tiempo incierto se presenta como un conjunto de obras, es en sí un archivo
de imágenes. Mi propuesta es observarlo como tal, ya en lo particular de cada obra,
pero también en lo general, en conjunto. De inmediato aparecen los argumentos que
ven en el archivo una estrategia artística. Anna María (Guasch, 2011) menciona que
existen tres paradigmas en la obra de arte: el de la obra única, el de la obra repro-
ducible y el del archivo, este último pocas veces recordado, pero que presenta una
gran riqueza de lecturas, significaciones y posibilidades de construcción de sentido,
donde lo primero en saltar a la vista son las conexiones con el diálogo histórico,
evidentemente siempre teñido de sesgos políticos de toda índole. Guasch señala la
relevancia de “artistas que se valen del archivo como un nexo entre la memoria y
la escritura, como un territorio fértil para el escrutinio teórico e histórico, o como
lugar para reconstruir visiones utópicas”.
Ante el escenario post globalización, las tensiones entre lo colonial y posco-
lonial —con la gama de lecturas posibles en ambos casos— es tema relevante e in-
eludible. Boaventura de Sousa Santos invita a la construcción de ecologías de pensa-
miento, donde la premisa sea un equilibrio, sin que esto sea lugar utópico, sino real.
Real como impostergable dado además el nuevo orden mundial después del 2020.
En este punto no pude dejar de recordar al Equipo re, conformado por las
chilenas Nancy Garín y Linda Valdés, además del vasco Aimar Arriola. Juntos han
formado el Anarchivo SIDA, del cual existe un libro editado por el Centro Cultural
Tabakalera en conjunto con el propio Gobierno Vasco (Equipo re, 2017). Los co-
nocí en el 2017, quedamos de comer juntos en el Centre de Cultura Contemporània
de Barcelona, nos citamos frente al mural Todos juntos podemos parar el sida, de
Keith Haring.
Nancy, Linda y Aimar me comentaron cómo tuvieron la idea de crear un pro-
yecto que también tuviese la intención de referir al cúmulo de situaciones derivadas
del sida, que permanecen sin ser resueltas, problemas de derechos civiles, de progra-
mas de salud, farmacológicos, que decantan en cuestionamientos estéticos y demás
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El tiempo incierto
conflictos propios de las obras que conforman el archivo, por ello lo denominaron
anarchivo, es en sí un no-archivo. Sejo Carrascona (Equipo re, 2017, p. 47) escribe:
“Estos cuerpos, nuestros cuerpos, que asumían el placer sin más compromiso
que las emociones que se producían en sus encuentros; cuerpos ilimitados o
comprimidos, cuerpos que, desaparecieron, se consumieron, repitiéndose las
mismas preguntas: ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? ¿Sobreviviré? ¿Qué piensan cuan-
do me ven? ¿Qué he hecho mal? ¿Me voy a morir?”
“Son los grupos que tienen en común una vulnerabilidad especial que precede
a la cuarentena y se agrava con ella. Tales grupos componen lo que denomino
el sur. En mi opinión, el sur no designa un espacio geográfico, sino un espa-
cio-tiempo político, social y cultural. Es una metáfora del sufrimiento humano
injusto causado por la explotación capitalista, la discriminación racial y la discri-
minación sexual.”
Boaventura señala a los nuevos grupos vulnerables, como las mujeres, los tra-
bajadores precarizados-informales, vendedores ambulantes, habitantes de las peri-
ferias pobres y migrantes, en estos dos últimos, además, se suman varias emergen-
cias, además de la sanitaria.
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
En este punto, recuerdo el día de 1992 en que conocí a Antonio Salazar, líder
del TDV (Taller de Documentación Visual, UNAM, 2004). Inaugurado en 1984, ha
marcado un hito en la construcción de un arte paralelo a la pandemia del sida. Es in-
teresante observar que las piezas producidas en el TDV están firmadas como colec-
tivo y no como obras de un solo autor. Tal vez ese pequeño detalle sea una señal de
grandes proporciones si se recuerda que esa premisa, la de la muerte del sujeto-autor
fue proclamada por Barthes en 1968 (Foster, 2001, p.215), y que en los años 90
se proclama el resurgimiento del sujeto, en medio de un sinfín de mestizajes e hi-
bridaciones resultantes de los procesos de globalización; apareció la fragmentación
multicultural, suceso que a veces olvida que ese nuevo orden mundial fue visto por
George Bush padre, quien sugirió que las nuevas subjetividades recién visibilizadas
y eventualmente incluidas en el mainstream establecido, “debían verse con la diná-
mica del capital, su reificación y fragmentación de posiciones fijas” (Foster, 2001,
p.216). Ahora sabemos que dicho quiebre del tejido social en mil grupúsculos que
manifiestan sus diferencias dio ventaja a las estrategias neoliberales y colonialistas,
punto que no es poca cosa bajo la lectura de la pandemia Covid-19, en donde como
lo menciona Boaventura de Sousa Santos, el capitalismo ha marcado amplios secto-
res poblacionales vulnerables, de entrada por su situación económica.
Alrededor del mundo se pueden citar cientos de ejemplos en los que el VIH
fue absorbido por la reflexión artística. En Estados Unidos, paralelo a Act Up, se
consolidó el Movimiento Visual AIDS (s.f.), agrupación actualmente vigente y en
actividades. En su página web se encuentran obras desde 1988 y reciben al visitante
con la frase: “Visual AIDS utilizes art to fight AIDS by provoking dialogue, suppor-
ting HIV+ artists, and preserving a legacy, because AIDS is not over”3.
Al comparar el fenómeno del sida con el del nuevo coronavirus, es evidente
la diferencia de atención entre una y otra, pues en el caso de la primera, se invisibi-
lizó el problema creyéndolo exclusivo del sector homosexual, visión que cambió al
observar lo escandalosamente absurdo que resultaba adjudicarle valores morales al
VIH. Boaventura de Sousa Santos (2020, p.72) menciona que, en 2016, la malaria
mató a 405 mil personas, la mayoría en África, y ese dato no fue relevante para el
escenario global; es decir, las enfermedades solo se convierten en graves cuando
afectan a los sectores privilegiados de los países del norte global.
3 “Visual AIDS utiliza el arte para pelear contra el sida, para provocar el diálogo, apoyando a artistas VIH
+, y preservando un legado, porque el sida no ha terminado”.
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El tiempo incierto
Melancolía y pandemia
¿Por qué hacemos arte? Georges Bataille encuentra el primer indicio por completo
humano en las pinturas rupestres de Lascaux, pintadas en el paleolítico superior,
en las que al intervenir con imágenes los muros de la caverna, se muestra un pensa-
miento complejo que si bien no podemos leer con total certeza —si acaso podemos
revestir de sentido tales figuras—, no sería equivocado apostar por encontrar indi-
cios de sentido espiritual, mágico, erótico, de conciencia de muerte, del hecho de es-
tar en este mundo, de estar aquí. Esa misma intención que da sentido al inicio del arte
es el impulso que lleva a la producción visual en este tiempo de pandemia —como
en el arte de todas las pandemias—; implica una postura ante la inminente confron-
tación con el sentido de vida y muerte, con la continuidad en términos de Bataille.
Las obras en El tiempo incierto tienen esta misma intención, son parte del uni-
verso de registros que se generarán en estos días de crisis sanitaria y sus consecuen-
cias macroeconómicas, macropolíticas, los autores que participan dan testimonio
de su proceso. Por ejemplo en relación al VIH he hablado de la idea de los cuerpos
serovinculados que, sin ser necesariamente portadores del virus, cargan con el mis-
mo peso al tener amigos, familiares, parejas, gente cercana que vive o ha muerto a
causa del sida.
Ahora es claro ver los nuevos cuerpos covid vinculados, quienes con seguridad
cambiaron su percepción alrededor de la propia existencia, del significado de estar
aquí. Por lo tanto, entonces, estoy seguro que pronto se deberán generar estrategias
desde el arte, que aborden la melancolía que este contexto ha producido.
En esta ruta de sentido y dentro de los participantes en El tiempo incierto, he
encontrado constantes las ideas de utopía, distopías, biopolíticas y necropolítica. Se
pueden citar los trabajos de Alix Yolitzin, con Autosofocación-La dificultad para estar
consigo mismo; Arturo Sánchez y su visión de revueltas sociales; Daniel Seis y la
representación del cuerpo enfermo; Diego Vázquez Reyes, que se autorretrata des-
nudo y apático; Gabriel Astaroth, quien es sumamente melancólico con sus piezas
de santos muertos. Cerca de esta lectura está Ricardo Sánchez, quien usa el origami
como representación de una realidad cruda, ve en los insectos los organismos que
reciclan la vida y por lo tanto, donde todo inicia. Julia Martínez Fernández y Omar
Jerez denuncian El viejo desorden mundial; Mary C. Rivas observa la muerte de la ma-
riposa monarca como ente migratorio; Omar Torres Olvera dibuja un cadáver-eróti-
co con anhelo por la muerte; Daniel Serrano habla del biopoder tecnológico desde la
idea de los virus cibernético; Jésica Ibargüengoitia piensa en un mundo feliz; Layla
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
“Tal como las artes plásticas (y especialmente el body art) o el teatro, la danza
participa intensamente en la interrogación de nuestras sociedades sobre el es-
tatus del cuerpo y, por tanto, más allá de eso, sobre el estatus del sujeto, en un
mundo en el que se encuentra amenazado por todas partes. En el prólogo de
Así hablaba Zaratustra, Nietzsche anuncia su propósito: «Os digo, es necesario
también portar en sí el caos para ser capaz de dar a luz una estrella que danza. Os
digo, ustedes portan consigo el caos».”
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El tiempo incierto
4 Para mayor información leer a Bernabé Daniel, La trampa de la diversidad (cómo el neoliberalismo
fragmentó la identidad de la clase trabajadora), Akal, España 2018.
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
5 Es pernicioso pensar en el binomio homosexual=sida, sin embargo, no se debe olvidar que este sector
poblacional fue dramáticamente afectado por el VIH y sus consecuencias.
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El tiempo incierto
Juan Carlos Bautista, además añadió a Nora Torres en entrevista para el perió-
dico Crónica (Crónica, 2004):
“…El arte homosexual no existe porque cuando el público ve alguna obra no puede
determinar si fue hecha por un gay o por un heterosexual, el arte no tiene género, por
lo que intentamos romper con el estereotipo de que lo homosexual se reduce a falos,
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
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El tiempo incierto
pre nos acompaña, nos echa un ojo de vez en cuando. Xavi Elizarrarás no miente,
su desesperación se ve en una figura que boca abajo patalea contra el suelo, es un
berrinche pueril de desesperación. Negar nuestra impotencia ante la situación sería
tanto como invisibilizar el enorme nudo social en la que vivimos ahora.
Naturaleza
Evidentemente la pandemia Covid-19 ha exhibido la situación extrema del planeta
en el que vivimos: hemos llegado al límite; tal vez se ha cruzado el punto de no re-
torno. Encuentro analogías entre los virus y la raza humana, nos hemos comportado
como entes infecciosos de reproducción infinita y descontrolada, nosotros somos
otra pandemia para el resto de los seres con los que cohabitamos la Tierra. No es
claro el futuro, el nuevo orden mundial deberá detener la arena del reloj que marca
nuestro tiempo como especie. El aislamiento en nuestras casas mostró consecuen-
cias emocionantes que dejaron en claro que el planeta está mejor sin nosotros: pla-
yas con delfines, animales salvajes dentro de las ciudades, aire limpio...
Alma Meléndez y Brenda Munguía Botello prestaron para El tiempo incierto
un proyecto de bioarte, en el que el ciclo de vida de una flor es metáfora de todos
los seres vivos del planeta. Daniela Becerril pensó en retórica revestida de pájaros
churrinches. Marcos de Luna mandó procesos de síntesis, pintura con el color del
Caribe, donde vive, pensó en frutos del mar, en paz y flora. Montse Solís también se
centró en la dimensión del color en la pintura.
En este sentido, Óscar Mosco desarrolló en fotografía El origen de la vida y
Enkoymesis, esta última como “incubación, metáfora con el sueño profundo, que
reconforta, tiene premoniciones, o posibles curaciones de un mal determinado, na-
turaleza, sarcófago, Xilitla, agua, sueño surreal”. Creo que en el universo de su mente
encontró el espacio análogo con la Huasteca potosina, donde sucede una reconexión
y posterior sanación con la interrupción que la Covid-19 marcó en la historia. Para
Mosco la fotografía blanco y negro es una puerta desde donde nos comparte el re-
cuerdo del origen de todos.
Abstracción
La Covid-19 marca el plano de lo global, queda al descubierto el evidente y por
décadas anunciado agotamiento del sistema económico neoliberal que marcó vidas
de primera y de segunda, todo en función de nivel social. Esta misma división se
ha reflejado en el plano pictórico, una ruta histórica se ve desde el suprematismo
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
ruso, iniciado por Kazimir Malévich en los años previos de la inminente revolución
de 1917. El régimen soviético privilegió el realismo por su capacidad de comunicar
publicitariamente los triunfos del nuevo régimen, de modo que los procesos de la
abstracción migraron a Estados Unidos, quien acogió a los pintores europeos que
habían generado varias rutas de pensamiento. Alfred Barr, como director del MoMA
de Nueva York, “insistió en su afirmación de que los excesos del arte moderno sólo
existen en los países libres” (Aznar Almazán 2019, p.13) es decir, que no solo Stalin
había despreciado al arte moderno, también lo habían hecho los nazis alemanes y los
fascistas italianos. Barr tiene un papel importante en la consolidación del expresio-
nismo abstracto, que no pocos autores han encontrado como un arma de enajena-
ción del pensamiento artístico, exportada desde Estados Unidos ante las tensiones
de la guerra fría.
Este antecedente histórico planeta un escenario en el que resulta de vital im-
portancia releer las significaciones satélite ante distintas piezas de arte abstracto, las
que no se podrán leer de la misma manera desde un autor europeo, estadounidense
o latinoamericano. Seguro que más de uno debatirá la idea de la globalización y la
consecuente multiculturalidad como base para sumarse a su propia búsqueda es-
tética libre de connotaciones regionales económico políticas, punto por completo
vigente al momento de razonar la pertinencia e hilo de sentido del arte actual. El
presente texto, en todo caso invita a no invisibilizar que mucho de la multicultura-
lidad post globalización, en gran medida ocurrió sólo en los argumentos, pero en
los hechos los humanos no tuvieron libre tránsito al igual que los capitales o las
mercancías; tampoco existió de facto la tan anhelada igualdad de pensamiento, ya
desde quien viene del primer mundo, o quien surge desde el tercero. Borrar las
tensiones económico políticas del arte producido en México resulta en un objeto
de decoración en lugar de arte. La Covid-19 ha hecho evidente que no puede tapar
el sol con un dedo, ahora nos invita a no olvidar las significaciones del arte que se
privilegia o se rechaza dependiendo del punto geopolítico desde donde se proclama
un argumento.
Ante el escenario que he planteado, resulta por demás interesante observar
las propuestas que para El tiempo incierto enviaron Francisco Morán (Chile), Yvette
Malo y Soleá (México), así como Antonio Fernández Alvira (España). Este último,
desde su producción, ha abierto una línea que deriva del minimalismo estadouni-
dense, y que contiene una estrategia trascendental y fascinante: la obra no es lo que
se ve, sus escayolas son solo el pretexto para dar un punto de partida al espectador,
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
Raúl Sangrador
(Querétaro, México 1972)
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El tiempo incierto • Raúl Sangrador
Bibliografía
Aznar Almazán, Y. (2019). Miradas políticas en el país de las fantasías.
Madrid, España: Akal.
Bataille, G. (2013). Lascaux o el nacimiento del arte. Madrid, España: Arena Libros.
De Sousa Santos, B. (2019). Hacia una estética de las epistemologías del sur, Catálogo
de la XIII Bienal de La Habana. La Habana, Cuba: Consejo Nacional de as Artes
Plásticas de Cuba.
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El tiempo incierto
Equipo re. (2017). Anarchivo SIDA. Donostia, País Vasco, España: Tabakalera.
Foster, H. (2001). El retorno de lo real. (A. M. Guasch, Ed.) Madrid, España: Akal.
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Preámbulo
Glendys Hernández Jorge
El Proyecto
E
n relación a la forma en que se deconstruye la historia de la huma-
nidad a través de un discurso o texto cultural, repleto de códigos
y significados, Jacques Derrida define que: “… todos los textos y
trabajos de arte expresan alguna otra cosa además de lo que apa-
rentemente contienen, más allá de la intención del artista. Toda
obra, a través de la interpretación, puede mostrar que posee una
multiplicidad de significados, y el trabajo del crítico es deconstruir
la intención del autor y exponer las múltiples connotaciones de los
signos en la creación”. Por ello es justamente en la interpretación
donde la concreción semiótica entre texto y receptor afirma esas
relaciones entre arte y lenguaje, y entre arte y comunicación.
Enfocados en el inminente vínculo arte/vida como narrador
cognitivo-comunicativo, sea como fiel reflejo de la realidad o como
alusión fantasiosa de la misma, se ajustan las pautas y característi-
cas del proyecto emprendido por el artista y profesor Raúl Sangra-
El tiempo incierto
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Preámbulo • Glendys Hernández Jorge
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El tiempo incierto
Nota al lector: El continente americano ha pasado a ser la zona más afectada por la
pandemia mundial de Covid-19.
Entre las particularidades del territorio que nos ocupa, las condiciones del sis-
tema de salud al asumir el gobierno el presidente mexicano, Andrés Manuel López
Obrador, y también el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, se definen con tres
palabras: Es un desastre. Lo que en la actual pandemia ha hecho más difícil atender
la emergencia.
Las medidas gubernamentales de sanidad ante la incontinente situación han
decretado la implementación de medidas preventivas como: el distanciamiento social;
mantener una buena higiene respiratoria, lo que significa cubrir la boca y la nariz
permanentemente con máscaras en áreas exteriores o espacios sociales de interac-
ción; el confinamiento o aislamiento físico dentro del espacio doméstico; y el cierre de
entidades laborales varias, como también de las instituciones de enseñanzas y centros
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Preámbulo • Glendys Hernández Jorge
Ricardo Sánchez
Operan una obra cultural y artística que surge como mezcla entre el mercado de
bienes simbólicos legítimos y las validadas maneras estéticas internacionales. Con
suculento universo de objetos populares y autóctonos, en su mayoría, generan un
collage que agrupa elementos ancestrales contrapuestos a formas o materiales efíme-
ros posmodernos. Se construye un diálogo entre la esencia inmortal de la tradición y
el sentido de caducidad propio en muchos de las nuevos medios de creación.
Aparecen íntimamente ligadas las construcciones del cuerpo y la realidad inte-
rior como componente autorreferencial. Tal concepto no entraña una noción lógica
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El tiempo incierto
Apartado necesario
Salvando las diferencias temporales y geográficas en relación a México, los punta-
les planteados por el pintor francés posimpresionista Paul Cézanne que manifestó
la idea de que la superficie del cuadro es un espacio autónomo en el cual el artista no
“representa” la realidad sino que la analiza hasta hallar sus elementos constructivos, per-
mitió que se encontrara así el concepto de presentación en lugar de aquel otro de repre-
sentación.1 Dígase de la libertad creativa y la autonomía artística donde cada autor, a
su modo, ejercita el derecho individual de proponer qué es arte.
1 Considerado el padre de la pintura moderna y cuyas obras establecieron las bases de la transición
entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX.
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Preámbulo • Glendys Hernández Jorge
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El tiempo incierto
Parciales
En el margen temporal convocado por el proyecto: la producción posee un corte
documental-autoreferencial.
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Preámbulo • Glendys Hernández Jorge
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2020/Sinsentido común
Francisco de Paula Nieto
¿Qué es lo que está mal con nuestro sistema que nos atraparon sin
estar preparados para la catástrofe a pesar de que los científicos
nos han advertido de ello durante años?
Slavoj Žižek, PANDEMIC!: COVID-19 Shakes the World, 2020
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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto
lo superyóico debiera ser desechado en favor de una nueva moda irreflexiva. Nada
más peligroso que eso, distinguir entre el ethos y el pathos, es la tarea. Tal vez sea
simple asociación, pero a dos kanjis me recuerdan en su trazo: al yang cursivo ( )iii,
que representa a una cabra o a una oveja; así como al espejo del duō (多)iv —que en
un solo trazo es xī (夕)v, pictograma de la luna creciente, que en realidad significa al
atardecer—, pero que doblemente inscrito representa generalmente a lo cuantioso
en su relación etimológica con la carne que, siendo escasa, si es doble es cuantiosa,
pero también secundariamente a lo que demora, como la tarde dos veces enunciada.
Reunamos todo esto: la carne del cordero o de la oveja (el sacrifico), que demora,
que es cuantioso, que más nos valdría sellar y reparar con oro. Pero, como piensa
Žižek, yo también lo pienso:
Ya puedo oír la risa cínica en este momento: Bien, tal vez tengamos esos mo-
mentos de proximidad espiritual, pero ¿cómo nos ayudará esto a lidiar con la
catástrofe en curso? ¿aprenderemos algo de ello?
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El tiempo incierto
alejado desde las épocas primitivas y a las cuales volvemos en lo que hoy es popular-
mente definido como la “jungla de asfalto”, la jungla del capitalismo y la competen-
cia, en donde el tiempo desaparece y todo es un no-lugar, recordando el estudio que
Marc Augé hace de éstos (antes definidos por Michel de Certeau):
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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto
del personal sanitario. Las personas se han ahogado por dos razones principales, la
incapacidad para prever y la incapacidad para adaptarse. La previsión se manifiesta
en la “muy inteligente” acción de comprar papel higiénico; un símbolo inequívoco
de que la gente está embarrada de mierda en algún sitio, un “acto fallido”; esa mete-
dura de pata que Freud llamó originalmente Fehlleistung, que estudió con bastante
ironía en la Psicopatología de la vida cotidiana, y que representa a todo eso que ha-
cemos sin querer. Una ruptura de nuestros estados reprimidos, para decir a todas
luces, y como señalaría Lacan, de forma “bellamente construida”viii (Roudinesco
y Plon, 2008. pp. 23), lo que queremos expresar, pero no nos atrevíamos. Lo que
en este caso quiere expresar la gente, es su necesidad de acaparar, de hurtar (pues
acaparar es hurtar a través del egoísmo); su capacidad de entrega a la neurosis, su
capacidad para enloquecer, su indisposición a la adaptabilidad, a la compasión y a
la generosidad.
Ante esto SALVADOR HUERTA, con su obra Fluir, discurre: Destapar la mier-
da, no dejar que se estanque, dejar fluir la pandemia, dejar que se lleve lo que se tiene que
llevar, así como la vida misma, son cuestiones de azar. Y lo hace con un papel tapiz de
abanicos (de nuevo, qué curioso, el llamado superyóico de la tradición, en el papel
tapiz representado, repetitiva y arquetípicamente. Rombos que son la cuaternalidad,
los cuatro elementos visibles de la materia manifiesta, y el quinto que los abanica, el
éter. De nuevo el ethos y el pathos tras la tierra. Sobre éstos, el azar imposible de dos
bolas funestas con el número 13 —una blanca y una negra; la dualidad en todos sus
sentidos; un no saber si lo que sucede es para bien o es para mal—, el destapacaños
y encima la mierda que se escurre).
El individuo se encuentra entre la espada y la pared, o lo que es semejante,
entre el lienzo y el cuerpo, cuyo punto medio son unas tijeras con las que no sabe si
crear o suicidarse, o al menos sacarse el corazón para no sentir porque las emocio-
nes se han salido del control, al menos, habitual, como sucede en las obras de ANA
MARÍA LANDEROS; evocaciones de “pausa” y “misantropía”.
La desconfianza del ser humano lo lleva a hacerse “preguntas epistémicas”.
Ante un fenómeno que aparenta cierta novedad (sólo motivada por el olvido que
da la muerte y el poco estudio de la historia, pues ningún contemporáneo había
vivido antes una pandemia sin un rápido remedio terapéutico —como la influen-
za AH1N1—ix), suele preguntarse si el hecho es real o irreal; como cuando alguien
muere y un cercano se pregunta si tal hecho realmente ha ocurrido o no. Y así ha
sucedido con la pandemia 2020; pues, prototípicamente, la humanidad ha vivido
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El tiempo incierto
enfrentada a la realidad o a la irrealidad de los hechos. Unos dicen que los dioses
son muchos y otros que es uno, luego se preguntan si Dios ha muerto o no, luego,
si alguna vez existió; para luego preguntarse si un candidato o el otro es el que debe
llegar al pináculo del poder político; creer o no creer en los dinosaurios, nos ha
llevado a la guerra. Lo mismo ha sucedido con las mascarillas, pero sobre todo con
el sinsentido común. Y esa es la cuestión, cuando el sujeto se enfrenta a un estado
de incertidumbre psíquica, no sabe si seguir al sentido de la mayoría o el de alguna
minoría, no sabe si correr o atacar.
El uso o no de las mascarillas cubrebocas (cosa que en la mayor parte de los
países extremo orientales fue de uso común, no necesariamente motivado por la
pandemia, pues ya son parte de su saludable sentido comúnx), en la mayor parte de
los países de Asia Central y Occidente ha sido motivo de discusión, de disputa, de
violencia e incluso de asesinato. Las tensiones ante la realidad representada por un
no saber que hacer, son un germen preparado para la psicosis y la psicopatía, en las
que el narcisismo, las fobias y las aversiones están dispuestas a explotar con facili-
dad. El 25 de mayo/2020, George Floyd (afroamericano recientemente despedido
de su trabajo por las consecuencias de la pandemia) fue asesinado por brutalidad
policíaca en Minneapolisxi; este hecho se internacionalizó e hizo salir a la luz otros
crímenes relacionados con la pandemia, como el asesinato de Giovanni López, en
Guadalajara, Jalisco, México, un albañil que fue víctima también de brutalidad po-
licíaca, aparentemente por “no traer puesto su cubrebocas”xii (cual sucede en La
madriza de ARTURO SÁNCHEZ —QUESOAX—); como la agresión a palos que su-
frió una mujer de 43 años, empleada de un hotel en Nellore, Andra Pradesh, India,
arrastrada por los cabellos y golpeada a palos por el subdirector del departamento
de turismo del estado, C. Bhaskar, cuando ella le pide que utilice cubrebocasxiii; en
Bayona, Nouvelle-Aquitaine, Francia, el conductor de autobús Philippe Monguillot
muere en un hospital como resultado de la agresión por parte de jóvenes de 22 y 23
años, a quienes pide que utilicen su mascarillaxiv. Pero estos no son hechos aislados,
en diversas partes del mundo, las agresiones y las muertes se dan por el uso o no de
la mascarilla; mientras que de regreso a India, el empresario Shankar Kurhade deci-
de mandarse confeccionar un cubrebocas de oroxv.
Si estuviésemos en el siglo XIX podríamos, incluso, haber romantizado la pan-
demia, la enfermedad y la muerte, lo habrían hecho Victor Hugo, Stendhal, Honoré
de Balzac; mas pareciera que es necesario, de momento, enviar todo ímpetu de en-
cuentro, incluso el de la nostalgia, ya no a la “papelera de reciclaje”, sino a “cuaren-
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tena” como se hace con los virus informáticos, con los archivos infectados o los que
causan tal problema, como lo hace DANIEL BECERRIL con sus dos aves. El amor
se segmenta y se manda a un lugar para no verlo (un no-lugar), como si esta fuera
una estrategia de supervivencia, aunque todos los psicoterapeutas sabemos que esto
no es así de simple, que la forclusión no es resolutiva, sólo es un aplazamiento, con
frecuencia peligroso; pero, la segunda década del segundo milenio no se caracteriza
por volver a lo más fascinante de los ideales de los valores del pasado, sino al descaro
por el presente y, en buena medida, a la negación.
La negación también del otro es un problema de esta misma etiología, del nar-
cisismo y del descaro. En principio todo lo que se niega de la existencia, ya sea por
aversión, ya sea por denegación (el Vemeinung freudiano, que termina por confir-
mar lo que se niega, por confirmar el deseo a través de su negación), hace a aquello
que se niega más presente; hace que aquello que se niega reclame un lugar psíquico
en la existencia, desembocando posiblemente en un estado neurótico o en un estado
psicótico2.
Si bien la obra de JOAQUÍN DE LA LAMA, Lívido, inevitablemente me recuer-
da al célebre caso de Sergei Pankejeff, mejor conocido para el psicoanálisis como El
hombre de los lobos, no quiero contextualizarlo aquí con una historia tan conocida, al
menos en principio (¡caray, ya lo hice!); pero, lo que quiero señalar más allá de esa
historia llena de matices críticos, es que ésta se relaciona no sólo con el retorno de lo
reprimido, sino con todo aquello que al negarlo, ladra, y ladra con ferocidad. El virus
ladra a todos aquellos que lo han negado con la muerte de quienes han enfermado
fatalmente; el cubrebocas ladra para todos aquellos que lo han aceptado, en todos
aquellos que no lo usan, y ladra en todos aquellos que no lo usan, cuando se les mira
para que lo usen. Es un aparente y tonto conflicto de derechos, donde lo único que
se evidencia es una falta de respeto, ya no digamos a la ley, a los protocolos, sino al
sentido común.
Pero es irrespetuoso negar al otro, lo mismo que es irrespetuosa la incapacidad
de comprender el negacionismo. La negación es parte de la retórica estructural de
la historia humana.
El negacionismo que conduce a la oposición de términos (cual sea) es una in-
comprensión al más común de los sentidos del sentido común, que es el sentido del
2 Aquí a lo nos formados en los misterios del psicoanálisis, recomiendo la lectura Neurosis y psicosis,
Freud, 1924. Y a los freudianos, pido benevolencia, pues aclarar estas ideas merece un libro aparte.
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derecho y a la racionalización de qué derecho prima sobre cuál otro. Tienes derecho
al ruido, lo mismo que yo tengo derecho al silencio; pero el silencio prima sobre el
ruido; no sólo porque el ruido es una de las más fálicas violencias simbólicas, antes
de que el individuo tome las armas (piénsese tan sólo en las guerras), sino porque el
ruido impide al silencio, mientras que el silencio no impide al ruido, como la oscuri-
dad no impide a la luz, pero la luz sí impide a la oscuridad. Es un asunto de derechos
primarios frente a derechos secundarios. Acoto con una reflexión de que el estado
primario del universo es el silencio, la mayor parte del universo es silencioso, y a lo
que llamamos silencio es en realidad al estado en el cual podemos escuchar el can-
to de las aves y el silbido del viento; es decir, el derecho a escuchar a la naturaleza
prima sobre el deseo del otro para escuchar sus bocinas más allá del volumen indi-
vidual. ¿Cómo explicarlo?. Derivado de esto se construyen ideas morales, preceptos
de cortesía. ¿Cuál es la razón por la que se ha preferido en todo momento refinado
de cualquier cultura, cuando se piensa en los modales, hablar en voz baja que a gri-
tos? El habla es un acto que requiere del silencio para la escucha y todo intento de
imponer el habla personal al otro o a los otros, se convierte en un acto neurótico, se
convierte en un grito. Y gritar, al menos, si bien es tan natural como saltar sobre la
cama, hay que hacerlo con su debido espaciamiento, con su razón y con su correcta
actitud, por balance existencial o para que la cama no se rompa.
Algún día, por cierto, tenemos que pensar en nuestro derecho a la oscuridad
(pues como la naturaleza no creó bocinas, tampoco creó focos —y aunque ambos
bien aplicados propician utilidad y hasta belleza, mal utilizados son una invitación
para la locura y para la guerra, sólo recordemos que los torturadores utilizan a ambos
como instrumentos—); pero evitamos por lo general la oscuridad, pues creemos que
es en la oscuridad donde se comete el delito, el tropiezo y donde aparecen los fan-
tasmas. Cuántos niños prefieren dormir con la luz encendida, cuántas personas pre-
fieren evitar una calle oscura. Y aunque hay varias estadísticas que muestran cómo
la luz reduce la criminalidad3, y las alarmas son básicamente un grito de auxilio, no
debemos olvidar que estas medidas sólo son necesarias en una sociedad insegura.
Y yo espero que así como pasamos de una sociedad antropófaga, de una sociedad
que celebraba masivamente los sacrificios humanos, de una sociedad que cocinaba a
los científicos en las brasas (sé que esto aún sucede, pero en menor magnitud y, por
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lo general, con desagrado público), espero que un día podamos disfrutar de tanta
seguridad, por ende, de tanto respeto, que podamos apagar la luz y podamos vivir
en el silencio, y que esto suceda de preferencia, antes del fin de la humanidad y de
la muerte térmica del universo.
Esto me lo trae a cuenta el autotatuaje de un cuervo, que ÉRICK PARSIFAL se
realiza en su muslo izquierdo. No puedo evitar pensar en Dioniso que nace del mus-
lo de Zeus, como tampoco puedo evitar pensar en The Raven, de Edgar Allan Poe,
que responde las verdades a través del iterativo nevermore (nunca más). Dioniso,
que es un semidiós ilegítimo, desde el punto de vista de Hera, es legitísimo desde el
punto de vista de Zeus, que sin embargo se ve obligado a esconderlo, como las pro-
pias fiestas dionisias que se celebran en el oscuro invierno, pero a la luz del teatro
y de las antorchas; así, el cuervo tiene la fama de ser un ave oscura (vaya, es por lo
general de oscuro plumaje), pero, a la vez, es un ave de hábitos diurnos. Sin embar-
go, este cuervo en particular parece ser el de Noé, que en la historia bíblica no hizo
más que revolotear, pues no había más que agua y no había por tanto dónde posarse
—fue la paloma la que trajo la varita de olivo, con lo que Noé supo que las aguas ha-
bían descendido—; pero, esta vez, es el cuervo el que trae el olivo en el pico (el fruto
en sí). Es decir, el cuervo ya trae el olivo en la boca, como Dioniso la uva. Ambos
representan lo oculto y la paradoja; la paradoja para el exotérico y la verdad que el
esotérico sabe, pero oculta. De la misma manera, la pandemia es paradójica para el
temeroso y es clara para el individuo culto. Así en otra obra de tatuaje, PARSIFAL
muestra una paráfrasis de dos historias, la de Bride of Frankenstein, de James Whale
(1935), en donde el “monstruo” se encuentra frente a frente con su creador; no el
doctor Frankenstein, sino la propia Mary Shelley encarnada por Elsa Lanchester con
su blanco mechón en la cabeza; pero el monstruo esta vez tiene el rostro de Nikola
Tesla. La otra historia es que ambos personajes (que son tres) están abrazados por el
mítico Cthulhu, de las historias de H. P. Lovecraft. Veamos dos que son tres, abraza-
dos por un habitante del caos. Un profano verá aquí la monstruosidad y un místico,
a la trinidad emergiendo de las tinieblas.
Así, la época de pandemia es sólo oscura para quien no es capaz de leer el
metatexto y es clara para quien enfoca y desenfoca los sentidos y significados, como
quien enfoca y desenfoca el espectro luminoso en una lupa, de la manera en que la
chica de la obra Picnic, del mismo autor, lo hace, pintada en óleo sobre un cedro. De
la misma manera, las obras de DANIEL MORALES y de RICARDO PADILLA SÁN-
CHEZ oscilan entre el misticismo y la monstruosidad; y es que estas dos entidades
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ganza y de odio, como justo demuestra lo que sucede a las vindicaciones del género
femenino, que, más a fuerza de intelecto que de balística, han abierto la puerta para
resarcir la potestad femenina y, a través de ello, la comprensión a la diversidad de
géneros, preferencias sexuales y formas de vida que concebimos en nuestros días y
a las que, sin embargo, por un lado, se les sigue haciendo la guerra y, por otro lado,
se les toma como banderas de diversos proselitismos políticos; mientras en realidad,
en tanto aumenta la conciencia de género, también lo hacen los homicidios en razón
de género, y esto no es absolutamente de extrañar, por un lado como fenómeno de
contrapeso, pero también, por el hecho de que si bien hemos proscrito mayoritaria-
mente de nuestra moral contemporánea, como especie, el sacrificio humano —cosa
que otrora nos parecía absolutamente normal, siendo tema circense para diversas
culturas—, hoy en día, conscientes del dolor, seguimos asesinando a otras especies
animales para propósitos alimentarios, y nos parece normal; como nos parece nor-
mal subyugar a otras especies, como los perros, para fines puramente utilitarios,
como cuidar una casa, conciliar nuestras patéticas faltas de afecto, o para vivir en ese
universo kitsch en donde el hogar monógamo debe tener una pareja, dos hijitos y
un miserable perro que ladra a todo cuanto ve, neurotizando al vecindario, mientras
que sus amos se justifican en la ternura que les produce y lo alimentan justo con el
asesinato de otras especies animales. Un ciclo total de inconsciencia, que para mi
gusto representa el perrito que pinta DANIEL MORALES, con el título Saldremo-
sadelanteweb, como si ese espíritu de ingenuidad disfrazada de inocencia fuera a
salvarnos a todos, cuando debido a las patologizaciones de la vida emocional, esta-
mos menos que nunca listos para comprender como especie, qué es el amor y tanto
menos para amarnos los unos a los otros; los anhelos kitsch de la vida o de una vida
kitsch, fortalecidos por el mar de objetos decorativos insustanciales e inútiles que
produce la industria, así como por los “15 minutos de fama” que pronosticó Andy
Warhol y que todos podemos tener a través de la mayoritaria frivolidad que inervan
las redes sociales, perpetuando el estado de hipnosis en el que vive la humanidad
desde antaño, por el trance que genera el tic-tac de la mercadotecnia, en el que to-
dos esperamos la fiesta de Navidad que nos inventó el catolicismo (para proscribir
las tradiciones que le precedieron) y entonces adorar al Santa Clós que nos inventó
The Coca-Cola Company. Desconfío de la ternura simple y banal que provocan los
perritos y otras mascotas a las que se les esclaviza y se les somete a los condiciona-
mientos humanos con la bandera del “amor”; pero he de aceptar que en Herramien-
tasweb, obra del mismo DANIEL MORALES, donde un petirrojo es circunscrito por
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tudiantes de Harvard y MIT (Michael Faye, Paul Niehaus, Rohit Wanchoo, y Jeremy
Shapiro), con la asesoría de Alan Krueger (que falleció en 2019), y que eligió a 6 mil
personas —prácticamente toda la aldea de Koga, en Kenia—, para otorgarles un sub-
sidio a cada uno, de 20 euros mensuales, durante 12 años, de manera incondicional
—lo cual representa que algunas familias reciben un promedio de 960 euros anua-
les—. Esto va resultando en el hecho de que quienes reciben tal subsidio (lejos de
considerarlo un aliciente para la haraganería, como algunos críticos de derecha han
previsto) están aumentando su capacidad de ahorro y lo están aplicando frecuente-
mente como una inversión para adquirir instrumentos que les permiten mejorar sus
capacidades para generar ingresos, como la adquisición de una máquina de coser
para confeccionar ropa, semillas para cultivar, ganado para producir leche y huevos,
herramientas para montar una carpintería o un pozo para obtener aguaxx. Finlandia,
de manera diferente, realizó un ensayo en el que eligió al azar a 2 mil personas des-
empleadas para otorgarles un ingreso de 560 euros mensuales entre 2017 y 2018; y
que muchos consideran un ejercicio fallidoxxi, porque no promovió el empleo entre
quienes lo recibieron; pero la clave probablemente fallida en el experimento fin-
landés es que el recurso, al menos en un grupo de control, estuvo condicionado
al desempleoxxii. Las personas temían conseguir trabajo y con ello perder el apoyo
del Estado. Así la incondicionalidad parece ser parte del éxito en el experimento
keniano. Sin embargo, las mismas agencias que consideraron fallido el experimento
finlandés ahora lo consideran que cobra vigencia por la pandemiaxxiii. Lo que sí es claro
en ambos experimentos es que la seguridad de un ingreso resultaba en un estado
de confianza y de seguridad mental y emocional; lo que tanto necesitamos ahora y
siempre, para poder crear, para poder vivir en un menor estado de incertidumbre.
Nunca subestimemos las consecuencias que implica un estado de seguridad en los
seres humanos respecto de su actitud frente al mundo y frente a la vida, pues, de lo
contrario, será como dicta Juan Gelman en su Oración de un desocupadoxxiv:
Padre,
desde los cielos bájate,
…
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
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México, por su parte, está haciendo lo suyo, sólo que, en vez de aumentar la
deuda interna, está optando por disolver programas públicos y eliminar fugas de
capital en un intento por disminuir la tasa de la corrupción política, fundamental-
mente para no disparar una hiperinflación (aunque en realidad el país no parece
variar más de un punto porcentual, para bien o para mal, del Índice de percepción de
corrupción, generado por Transparency International). La cuestión aquí ¿es cuánto
tiempo soportará la economía que este 2020 tuvo una contracción que oscila alrede-
dor del 18.9 por ciento, y cuánto soportarán los grupos minoritarios, entre ellos, los
creadores artísticos, los investigadores científicos y las ONG?
En México, Mientras espero que aparezcas, todo arde, como es el título de la
obra de MARCO FIERRO, así nos encontramos; mirando con desesperanza a un
espíritu que no aparece, con lo único que nos queda, un pocillo caliente y las fotogra-
fías de cuando creíamos que todo era normal, lo que en realidad nunca fue normal,
y sólo aceptábamos con mayor facilidad esa normalidad prepandémica en la que el
mexicano promedio vivía engañado por los medios de comunicación que le pinta-
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ban todas las mañanas la estúpida sonrisa de los programas matutinos y el temor a
la tragedia vivida por televisión, lo mismo que por redes sociales, de una desdicha
que experimentan muchos pero que no toca a la mayoría de los que pueden tener
acceso a internet.
Por eso es que, como el Autorretrato, desnudo ante el COVID-19, de MARCOS
VALENCIA ESPINO, podemos esperar desnudos en un cómodo sillón, pero con cu-
brebocas y una mirada de sospecha; pues al mexicano lo han engañado tanto los
políticos, las instituciones, las corporaciones, los legisladores, los médicos, que cual-
quiera con sentido común sabe que todo es teatralidad; pero como no hay sentido
común, entonces la gente es obligada a andar con cubrebocas dentro de su automó-
vil con las ventanas cerradas, y lo hace, a razón de no ser multado por infringir una
directriz estúpida; mas el México que presume de sus sacrificios, que se hinca en
las piedras que rodean el cerro del Tepeyácac, que se siente descendiente del linaje
mexica que sacrificaba corazones palpitantes sobre una piedra, que se siente capaz
de convocar una Revolución —como la obra de SANTY MITO, donde los dioses ctó-
nicos estimulan a un pene que hace eyacular al dios de la lluvia—, es un México inca-
paz de guardarse durante 3 semanas y acabar de una vez por todas con la pandemia,
pues en realidad a veces el mexicano en sus demostraciones de valentía muestra
con frecuencia cobardía; aunque en realidad la obra de SANTY MITO, de la que me
sirvo para ilustrar esa actitud, no es nada cobarde. Su fálico pāpalōtl5, cuyas alas son
pétalos, muestra la valentía de la homosexualidad antaño marginada y hoy libre para
expresarse a fuerza de una revolución en la que hoy somos capaces de amarnos más
como personas que por los genitales con que hemos nacido, y donde las preferencias
sexuales y de género, ya no son temas de discusión más que para las más anacrónicas
formas de pensamiento y de creencia; pues hoy, como su Ícaro, podemos abrir las
alas/brazos al infinito mostrando las nalgas con toda sensualidad, pues nos apoya-
mos sobre el cemento de las urbes, y ya no sobre los rayos del sol que disuelven las
alas del mítico Ícaro, pegadas con cera. Como su Autorretrato del encuentro, podemos
colocar el torso sobre un pilar jónico, como lo hicieron los clásicos griegos, pues hoy,
más que nunca, Dioniso vive en las calles y todos podemos ser el Dédalo de nuestra
propia genialidad, cualquiera que esta fuere.
Como en los Elementos para un discurso, de ANTONIO FERNÁNDEZ ALVI-
RA, nos hemos dedicado a deconstruir la realidad, para, al puro estilo derridiano,
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Jwara es entonces una de las tres causas de la enfermedad, originada por una
incapacidad de cuidar debidamente al cuerpo, las otras dos son una maldición que
deviene de los antepasados, y la otra, una que deviene de los dioses. ¡Cuánto se
parece jwara a los síntomas de covid, acaso su etiología será una buena dosis de
negligencia!
Me dirijo al mito anterior, porque un cuerpo alejado de las diversas formas de
la enfermedad es aquel que se aleja de la probabilidad de la enfermedad, es aquel
que cuida de sí mismo y de su integridad en todas las formas posibles, y cuida a los
demás; pues si bien el cuerpo tiene la capacidad de reponerse y en cada reposición
el sistema inmunológico adquiere nuevos anticuerpos, si bien los huesos son más
fuertes después de fracturarse, si bien se desarrollan nuevas capacidades cuando se
pierde un sentido, enfermar no es prudente (Daksha no necesitaba que le cortaran
la cabeza, podía haber entrado en razón). Toda clase de fuerza física, inmunológica,
toda clase de resiliencia puede alcanzarse sin tener que cursar por una tragedia. Se
puede aprender en cabeza ajena, y se puede aprender del conocimiento que nos han
legado los más sabios y brillantes que nos han precedido, y de los más sabios y bri-
llantes de nuestros tiempos (pero también de los que se han equivocado —podemos
aprender en cabeza de Daksha—). Pero esto no es, lamentablemente, lo sabemos,
aquello que sucede en esta célebre pandemia. Parte de la enfermedad y del contagio
tienen que ver con el puro azar, pero parte, aún mayor, tiene que ver con la negli-
gencia.
La palomilla en el hombro, la palomilla en la boca, en las magníficas fotografías
de CAROLINA GARCÍA, coinciden con todo lo anterior, pues qué es la palomilla
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que, si los altares de la casa ahora son las pantallas que anuncian con amarillismo las
tragedias y los psicopompos son los teléfonos móviles, saturados de redes sociales,
la ansiedad, la depresión y diversas formas de la negación de la consciencia sean el
resultado. El resultado es que la pandemia no la ha creado un virus, la pandemia la
ha creado la humanidad, al suplantar antiguos rituales con otros nuevos —carentes
de espíritu—, y perder con ello el sentido del sacrificio. Esto lo cuenta muy bien
Neil Gaiman en su novela American Gods, que últimamente Bryan Fuller y Michael
Green han convertido en una muy buena serie de televisión.
CAROLINA GARCÍA, con su Aflorar, en el que sus flores de cinco pétalos y
corolas amarillas, semejantes a las jaras blancas, que caen y se mezclan con el aroma
de una mujer, y en cuyo discurso nos habla del deshabitar, justo me lleva a pensar
en el más bello y necesario concepto del sacrificio, que es el sacrificio personal. Si
yo le consulto a Google Images por el término “sacrificio”, ésta me devuelve lo que
yo también considero que es el prototípico del sacrificio en la mente del hombre, el
sacrificio de Abraham, el de las tribus mexicas que toman el corazón para ofrecerlo a
sus dioses, el de Sísifo subiendo la piedra por la ladera de la montaña, el de Jesucristo
en la cruz, etcétera; pero el mito no sirve de mucho si no se actualiza en la conscien-
cia personal. No necesitamos sacrificar hombres, ni derramar sangre, el sacrificio
más importante y bello es el descubrir qué es lo que nos hace sufrir y a lo cual esta-
mos absurda y patológicamente apegados, y dejarlo. Nada ganamos con cortarles el
cuello a las gallinas para ofrecérselas a la luna, pero sí ganamos mucho si descubri-
mos que nuestra naturaleza humana está llena de prácticas absurdas. Para tomar una
del enorme corolario, hablemos de la compulsiva reproductividad humana. ¿No es
ya más que obvio, que debemos dejar de reproducirnos, no es hora para dejar de ser
presa de los impulsos primitivos del animal: huir, atacar y reproducirnos? Ah, vaya,
pero parece que no se entiende. Vuelvo al punto en el que todo mundo sueña con
ese anhelo de formar una familia. La estupidez de tal anhelo es que la familia ya está
formada, se llama “humanidad”. La incapacidad de reconocernos como hermanos
y respetarnos es sólo un síntoma del problema. Detener la hiperreproductividad a
toda costa es la más importante prédica de consciencia que podemos hacer hoy en
día. Cuán hermoso es el versículo 28 del primer capítulo del Génesis (Bereshit):
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6 Parafraseando a Neruda.
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lobo, koalas, cocodrilos, lobos y leones vivos…, carne de 112 diferentes especies sin
un control sanitarioxxvii. Y, con lo anterior, viene ese concepto que ahora se ha pues-
to de moda ‘desbordamiento zoonótico’. En otra entrevista realizada por Stephen
Park, de Asian Boss, en este caso al doctor Jerome Kim, director general del Interna-
tional Vaccine Institute (Instituto Internacional de Vacunas —IVI—), del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo, éste señala como es interesante que el
SARS-CoV-1, en 2002, el MERS de 2012, y el SARS-CoV-2, todos son coronavirus,
y todos tienen que ver con mutaciones y transmisión infectiva entre otros animales
y el humanoxxviii. E incluso, si como algunos teóricos de conspiración han señalado,
la pandemia se desata porque un grupo de extrema derecha norteamericana va a
plantar el virus en China, o China lo planta en Norteamérica y éstos se lo devuelven,
la tesis es la misma, esto sólo sucede en hiperpoblaciones, donde el chauvinismo y
los conflictos políticos intestinos generan guerras; pero dejando de lado toda cons-
piración, pensemos de nuevo en las repercusiones que genera la banalidad huma-
na, la necesidad de viajar porque no nos sentimos satisfechos con lo que el mundo
inmediato nos ofrece y tenemos que ir a buscarlo al otro lado del mundo, en buena
medida, es lo que lleva en cuestión de días, a que las enfermedades pasen de brote
a epidemia y luego a pandemia. Lo que deberíamos pensar es que las enfermedades
no sólo son biológicas, sino también culturales. Todos los países que fueron invadi-
dos y dominados por el Imperio Británico, y que ahora son miembros de la Com-
monwealth, por aculturación han transformado sus tradiciones propias a los estilos
de vida del occidente británico. Estas modas cuestan mucho en pérdida de riqueza
cultural, y hoy la mayor parte de las culturas humanas anhelan en buena medida el
american way of life, porque lo próximo no es suficiente, porque es imposible ayudar
al prójimo, al ‘próximo’, amar al próximo, y hay que ir a buscarlo y al otro lado del
mundo, pues cuántas veces es más fácil donar a una fundación pro África, que llevar
comida al que vive abajo del puente.
Pero regreso a Aflorar, de CAROLINA GARCÍA. Todo lo anterior que he enun-
ciado es una digresión abrupta, pero su obra me lleva a ello, porque es necesario
despoblar la tierra para que podamos disfrutar el natural paso de la vida, pues el
artificio ha superado a la natura, y en tanto no se dé una reversión, la humanidad
continúa condenada.
¿Pero qué podemos hacer entretanto se acumula la masa crítica del Armage-
dón? Y con ello no me refiero a la pandemia, pues hoy ya muchos científicos consi-
deran al SARS-CoV-2 un virus endémico, con el cual simplemente tendremos que
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El tiempo incierto
aprender a vivir. Creo que como en Compañera, de FLOR ITZEL CABRERA, debe-
mos aprender a vivir con la muerte, con la muerte como compañera, pues siendo la
muerte la única constante de la vida, el memento mori nos lleva al máximo aprecio
por la vida, al cuidado de la vida, de la nuestra y la del otro. Hay muchas cosas que
podríamos aprender de esta pandemia: que si bien los niños necesitan ir a la escuela,
también la escuela puede ir a la casa; que si bien es necesario ir a la escuela, tal vez
un niño de más de 10 años ya no tenga que ir todos los días y pueda tomar activi-
dades virtuales 3 días por semana, y lo mismo vale para toda la educación media y
la universitaria; y lo mismo vale para la vida laboral, pues hemos descubierto que
se puede trabajar desde casa y muchos no tendrían que acudir a la oficina más de
una o dos veces por semana. ¿Cuánto reduce esto el tráfico vehicular, la contami-
nación y el estrés? Espero que ahora la gente enferma ya no se atreva a salir de casa
impunemente sin un cubrebocas (y que preferentemente aprenda a convalecer en
casa), ni se atreva a estornudar impunemente (sin cubrebocas y pañuelo) atrás de
otras personas sanas en la fila del supermercado; y en los supermercados, ¿acaso no
fue siempre prudente desinfectarse antes de entrar y al salir? —¡Vaya!, en los tem-
plos decentes siempre existió la costumbre de lavarse las manos y los pies antes de
entrar, al menos—. Regresar a todo lo que vivíamos con normalidad en la vida pre-
pandémica sería un error (aun si el SARS-CoV-2 fuese erradicado), pero la realidad
es que la humanidad es estúpida y a la estupidez humana es a lo que principalmente
deberíamos temer; mas temer, no a través de la parálisis, sino a través de la acción.
Hace días en el chat de la calle en la que vivo, alguien alertó:
Hola, buenas tardes, ¿recuerdan a los niños que pedían trabajo para barrer la
calle o lavar los carros? Bueno, hace un rato vinieron a mi casa a preguntarme
si lavaban los carros. Como les dije que no, se fueron, pero unos 10 minutos
más tarde regresaron a tocar, ofreciéndome unos audífonos. Era una cajita de
AirPods, rosa claro7, se me hizo muy extraño y se los quería comentar para que
tengan cuidado, pues tal vez, toman de otros carros lo que ven por ahí y después
los venden, no lo sé.
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ciertos monstruos, para finalmente ser juzgada, en una balanza contra el peso de una
pluma —representación de la Ma’at, diosa-representación de la verdad, la justicia y
la armonía cósmicas—. El alma debe estar en equilibrio con la Ma’at para poder en-
trar a Aaru, el reino de Osiris, donde por otro lado sólo se podrá sobrevivir, gracias
al conocimiento que el alma ha demostrado poseer. Así es claro que toda tanatología
es un estudio sobre la vida y no sobre la muerte.
La muerte es un papel doblado que, por lo general, la gente no se atreve o no
puede desdoblar y leer. La mayor parte de la gente suele mirar a la muerte como
el personaje en la obra de CYRE GONZÁLEZ, que junto a una hoz-serpiente, o se
quedan impávidos y, por esa reacción extraña, la serpiente muerde, o corren despa-
voridos y la hoz corta el cuello. Antonius Block, en Det sjunde inseglet (El séptimo
sello), de Ingmar Bergman, prefiere, ante la muerte, jugar una partida de ajedrez,
pues es lo mismo que hacen las almas guiadas en el Bardo Thodol o en el Libro de los
Muertos, es lo mismo que hace Nachiketa frente al señor de la muerte; y, si algo nos
enseñan los tres libros, es que la vida es, en buena magnitud, sólo un tránsito para
alcanzar la sabiduría y la disciplina necesarias, para poder atravesar luego un mundo
más fantástico que el fenoménico y no volver a reencarnar en el deseo, o perderse
en el extravío, o ser devorados. La gente que no estudia su alma cree sin embargo,
que para vivir no se necesita sabiduría, y que el dinero basta.
Como la obra de NAOMI MERI VALENCIA, Doctor, necesito hablar, necesi-
tamos hablar, pero ya no sólo del mundo material, necesitamos abrir una puerta a
nuestro interior y hablar, quitarnos la máscara del miedo y pintarla de rosa, como
lo hace MITZI.BYCOLORE, para traspasar al abstracto mundo del imaginario como
lo hace MARCOS LUNA en su obra, y crear nuestros propios paisajes vernaculares,
como lo propone GABRIEL JAIME CORREA PÉREZ. Pero el arte es sólo una ante-
sala, el espíritu es la vía.
La fuerza, La muerte, El juicio, El mundo, que MARCO ÁVILA/MARL ANTON,
elaboran como cartas del tarot, presagian que nos encontramos, no en un momento
para temer, sino en un momento para la sabiduría y el cambio; pero aquellos que
sólo ven rosas en la obra de BRENDA MUNGUÍA BOTELLO, Flores, tiempo y per-
sonas, son los mismos que no saben lo que se oculta bajo el nombre de la rosa.
Para un meditador de cualquier cultura, la pandemia ha significado un espacio
de regocijo en el cual recogerse y explorar su espíritu, como para los artistas ha sido
un espacio para crear; creo que en estos quehaceres, la vida no ha cambiado mucho.
La vida ha cambiado sólo para quien no tiene una dimensión mental y espiritual de
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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto
FPN, octubre/2020.
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El tiempo incierto
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2020/Sinsentido común • Francisco de Paula Nieto
Referencias
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El tiempo incierto
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recuperará la economía después de la COVID-19. YouTube/Asian Boss Español. https://www.
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xvii ÁVILA, José. Estados Unidos inyecta 2 billones de dólares para salvar su economía. ¿Lo logró? (2020-08-
13). Expansión. https://expansion.mx/economia/2020/08/13/eu-inyecta-2-billones-de-dolares-
para-salvar-su-economia
xviii LLAMAS, Manuel. (2008-10-23). El rescate financiero de EEUU asciende ya a 3,2 billones de
dólares y podría duplicarse. Libertad Digital | Economía. https://www.libertaddigital.com/
economia/el-rescate-financiero-de-eeuu-asciende-ya-a-32-billones-de-dolares-y-podria-
duplicarse-1276341634/
xix FERNÁNDEZ, Froilan. (2020-09-05). Deuda pública de Estados Unidos sobrepasará el tamaño de
la economía en 2020. Criptonoticias. https://www.criptonoticias.com/mercados/deuda-publica-
estados-unidos-sobrepasara-tamano-economia-2020/
xx MUCHA, Martín. (2017-01-08). El ensayo africano de la renta básica. El Mundo. https://www.
elmundo.es/cronica/2017/01/08/5870af1fe2704edb7f8b461f.html
xxi NAGESH, Ashitha. (2019-02-11). Renta básica en Finlandia: por qué fracasó este experimento
de dinero gratuito para desempleados. BBC News, Mundo. https://www.bbc.com/mundo/
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xxii MARTÍNEZ, León A. (2019-02-19). ¿Fue un fracaso el experimento de Ingreso Básico Universal en
Finlandia? https://www.eleconomista.com.mx/economia/Fue-un-fracaso-el-experimento-de-
Ingreso-Basico-Universal-en-Finlandia-20190219-0068.html
xxiii REDACCIÓN. (2020-05-08). Renta básica en Finlandia: las lecciones del experimento de Finlandia
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xxv CHÁRAKA. Jwara Chikitsa / Chikitsa Sthana Capítulo 3. Carakasamhitaonline. http://www.
carakasamhitaonline.com/mediawiki-1.32.1/index.php?title=Jwara_Chikitsa
xxvi REINA-VALERA (1602). https://www.biblegateway.com/passage/?search=G%C3%A9nesis%20
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xxvii REDACCIÓN. (2020-03-13). No había control sanitario. Coronavirus: las terribles imágenes del
mercado donde se originó la pandemia. Clarín. https://www.clarin.com/viste/coronavirus-terribles-
imagenes-mercado-origino-pandemia_0_Ff7JE-EH.html
xxviii ASIAN BOSS ESPAÑOL. (2020-06-17). Experto en vacunas habla sobre las conspiraciones que
rodean la vacuna contra la COVID-19. YouTube/Asian Boss Español. https://www.youtube.com/
watch?v=5Mttke0nnuQ
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Obras • Material gráfico
Obras
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Obras • Material gráfico
Sujeto
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El tiempo incierto
80
Obras • Material gráfico
1. Adreana Robles
Reflexión y fragilidad de la vida
Fotografía digital
2020
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El tiempo incierto
2. Alejandro Soleá
Bocetos Temporales del Presente y Futuro
Acrílico sobre lienzo
Políptico
60 x 45 cm
2020
3. Alix Yolitzin
No hay papel (De la serie Crisis
Pandémicas)
Óleo sobre lienzo
50 x 50 cm
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Obras • Material gráfico
83
El tiempo incierto
84
Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
8. Daniel Seis
Tocando la muerte
Óleo sobre tabla
20 x 30cm
2020
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El tiempo incierto
9. Daniel Serrano
Captura de pantalla 2020-07-15 a la(s) Captura de pantalla 2020-07-15 a la(s)
19.47.32 19.48.20
88
Obras • Material gráfico
89
El tiempo incierto
Picnic Cristina
Óleo sobre Óleo alla prima sobre lámina
cedro de cedro, con incrustación de
21 x 29.7 plata.
cm 44 x 35cm
2020 2020
90
Obras • Material gráfico
Sin Nombre
Sangre, óleo sobre tabla
80x40 cm
2020
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
93
El tiempo incierto
(Espacio) detonador
(De la serie Cuerpos
Inertes)
Fotografía
21 x 30 cm
2020
94
Obras • Material gráfico
Aflorar
Óleo y pasta de relieve
sobre madera
50 x 30cm
2020
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El tiempo incierto
96
Obras • Material gráfico
97
El tiempo incierto
El juicio
Grafito y hoja de oro sobre
papel
14.7 x 9.7 cm.
2020
El mundo
Grafito y hoja de oro sobre papel
14.7 x 9.7 cm.
2020 La muerte
Grafito y hoja de oro sobre
papel
14.7 x 9.7 cm.
2020
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Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
100
Obras • Material gráfico
Ícaro Revolución
Fotografía digital Collage análogo
2020 2020
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
106
Obras • Material gráfico
Tiempos extraños
Técnica mixta sobre madera
26 x 119.5 cm
2020
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El tiempo incierto
108
Obras • Material gráfico
El último cortometraje
Un joven crítico de cine, sobrevive Frecuencia corrupta
dentro de una pandemia zombie, En un mundo alterno, en donde una
grabando sus últimos momentos antes extraña raza extraterrestre domina
de enfrentarse a la gran horda del la tierra a través de las frecuencias
vecindario. de radio y ondas electromagnéticas,
Escrito y dirigido por: Ricardo Padilla S. nuestro protagonista (Ricardo Padilla)
Género: Horror intentara sobrevivir en este peculiar
Cámara: V. Javier Padilla Apocalipsis invisible.
Montaje: Ricardo Padilla S. Escrito y dirigido por: Ricardo Padilla S.
Dirección de arte: Cristina Sánchez Género: Sci-Fi Horror
Gonzáles. Cámara: Joel Rodríguez y Marco H.
Duración: 10:14 min Chagoyán.
Formato: Digital Montaje: Ricardo Padilla S.
Pantalla: 16.9 Dirección de arte: Cristina Sánchez
Resolución: 1080Pp Gonzáles.
Duración: 4:58 min.
Formato: Digital
Pantalla: 16.9
Resolución: 1080Pp
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
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Obras • Material gráfico
Abstractos
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El tiempo incierto
114
Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
116
Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
118
Obras • Material gráfico
119
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Obras • Material gráfico
Social
121
El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
123
El tiempo incierto
Paisajes Vernaculares
Instalación objetos elaborados
con bahareque
Dimensiónes variables
2020
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Obras • Material gráfico
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Obras • Material gráfico
Naturaleza
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
130
Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
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Obras • Material gráfico
Histrion de Sofismas
Mixta sobre canvas
30 x 40cm
2020
50. Marcos Luna
Fruit de Mer Pomme terre Paz & Flora
Mixta sobre canvas Mixta sobre canvas Mixta sobre canvas
40 x 140cm 40 x 140cm 45x40cm 2020
2020 2020 2020
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El tiempo incierto
51. Mitzi.Bycolore
Rosa Mexicano
2020
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Obras • Material gráfico
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El tiempo incierto
Incertidumbre, crepúsculo de la
realidad
Fotografía Digital Móvil,
formato jpg,
2204 x 3920 pixeles
2020
La conquista de la vida
Fotografía Digital Móvil,
formato jpg
3043 x 2204 pixeles
2020
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Obras • Material gráfico
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Semblanzas • Los artístas
Semblanzas
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140
Semblanzas
Adreana Robles
(Reflexión y fragilidad de la vida)
Estos son solo pensamientos que viven en mi cabeza… Vivimos momentos de in-
quietud, donde el mundo exterior parece ser tóxico y frágil, así en todo lo que nos
rodea puede modificar nuestro estado de ánimo.
A través de una formación teórica y práctica, además de participar en cursos,
seminarios y workshops de fotógrafos reconocidos nacional e internacionalmente, y
de la experimentación en diferentes disciplinas, sigo aprendiendo día con día. Como
artista he expuesto mi trabajo y participado en varias exposiciones colectivas junto
con la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
141
El tiempo incierto
142
Semblanzas • Los artístas
Alejandro Soleá
(San Miguel de Allende, Guanajuato)
Incursiona en la plástica a la edad de ocho años en distintos talleres y academias de
artistas locales y extranjeros, sus estudios universitarios los realizó en la Facultad de
Bellas Artes de la UAQ. Cuenta con más de 20 exposiciones entre colectivas e indi-
viduales, en foros nacionales e internacionales como el Festival Picassiano (Málaga,
España), entre otros.
El tema de su obra, “lo místico”, aborda desde sus vivencias, las experiencias
de su cotidianidad y es inspirada por la pintura sacra novohispana, así como las
prácticas devocionales al Cristo sangrante y a la Virgen Dolorosa. Ha participado en
el festival pasionario (interdisciplinario) Reapariciones.
Yvette Malo
(Mexicana nacida en EU)
Historiadora de arte y artista visual. Diplomado de Arte Contemporáneo por la
Ibero; estudios en la Fondazione I´ll Bisonte per lo studio dell´arte grafica, Florencia,
Italia; Londres, Inglaterra, en East London Printmakers y The Art Academy. Artista
residente en Art House Holland by Pac en Leiden, Holanda 2019.
Ha sido beneficiada con el programa Apoyarte 2015, 2020. Ha participado en
cuarenta exposiciones colectivas nacionales e internacionales. Su búsqueda cons-
tante entre la filosofía del silencio y el reconocimiento de otras culturas como un fin
para el entendimiento.
143
El tiempo incierto
Magaly Vega
Es una artista mexicana que reside y trabaja en Nueva York. Utiliza contra-narrativas
para iniciar un diálogo sobre los hechos violentos de la realidad. Tiene una maestría
de Arte + Educación de NYU Steinhardt, clase 2019, y una maestría de Bellas Artes
de la New York Academy of Art, clase 2016. Su trabajo ha sido exhibido en Estados
Unidos, México, Argentina, España y Alemania.
144
Semblanzas • Los artístas
Daniel Serrano
Artista plástico residente en Querétaro. Su obra sondea la noción de conciencia, a
través de la memoria y su representación visual. Surge del encuentro entre la di-
mensión de lo virtual y el mundo material; encuentro entre lo analógico y lo digital,
un ejercicio de introspección desde un enfoque tecnológico. “Busco un cambio de
entendimiento sobre nuestra relación con la tecnología”.
Ha participado en diversas exposiciones colectivas y encuentros artísticos, así
como concursos de pintura y grabado. Ha realizado murales en instituciones públi-
cas y participado en talleres artísticos con creadores de talla internacional.
Mitzy Bycolore
(Cadereyta de Montes, Querétaro)
Es licenciada en Artes Visuales con línea terminal de Artes plásticas por la UAQ. Sus
obras más relevantes son Mayahuel Cadereytanis, pieza de esmalte expuesta en el pa-
tio y galería Dr. Mota Maciel, durante la exposición Fuego y Luz, en el 2019, también
fue presentada en la fundación Carol Rolland durante la exhibición Esmalte, Fuego
y Cerámica, en 2017. Y la pieza al pastel Death 13th parte I, presentada en el colegio
Wexford en la exposición Día de muertos, en 2017.
145
El tiempo incierto
Xavier Elizarrarás
(México, 1996)
Licenciado en Artes Visuales con línea terminal en Artes Plásticas egresado de la
Facultad de Bellas Artes en la UAQ. Cuenta con una exposición individual, ocho
exposiciones colectivas, una publicación internacional, participación en una bienal
nacional y siete colaboraciones en las que destacan proyectos de la UAQ y la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México.
Flor Cabrera
(Querétaro, Querétaro, 1 de marzo de 1993)
Artista plástica que reside y trabaja en México. Cursó la licenciatura en Artes Vi-
suales y la maestría en Arte Contemporáneo y Cultura Visual en la UAQ. Ha parti-
cipado en más de 20 exposiciones colectivas en México y España; cuenta con una
exposición individual Phantasiae de delirios y fantasías, en la fundación Carol Rolland.
Dentro de su trabajo profesional, ha participado en diferentes actividades artísticas
y de docencia.
146
Semblanzas • Los artístas
Alix Yolitzin
(Actopan, Hidalgo, 1989)
Es titulada en Arquitectura por el Instituto Tecnológico de Pachuca. En 2014 estudió
fotografía profesional en la escuela Activa de Fotografía. Actualmente cursa la licen-
ciatura de Artes Visuales en la UAQ, es parte de la novena generación de becarios
de la fundación Carol Rolland y del Programa de Apoyo a la Producción Artística
Apoyarte 2020 de la Secretaría de Cultura del estado de Querétaro. Ha participado
en exposiciones en galerías locales y nacionales en Querétaro, Guanajuato, Hidalgo
y Ciudad de México.
Ismael Martínez
(Guadalupe, Nuevo León)
Estudió la licenciatura en la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma
de Nuevo León (UANL), a la par que participaba en múltiples exposiciones colec-
tivas dentro de espacios universitarios y oficiales presentando su trabajo pictórico
en recintos del estado de Nuevo León como Colegio Civil, el Museo de Guadalupe y
Ciesas Noreste, además de la Casa de las Artes en Piedras Negras, Coahuila.
Gabriel Astaroth
(Querétaro, Querétaro, 21 de septiembre de 1987)
Licenciado en Artes Visuales y egresado de la carrera de Restauración de Bienes
Muebles por la Facultad de Bellas Artes de la UAQ. Cuenta con cuatro exposiciones
individuales y varias colectivas dentro y fuera del estado, en recintos como el Ma-
qro, Munal y el Polyforum Cultural Siqueiros. Actualmente también se desempeña
como tatuador en El Restauratorio Ink.
147
El tiempo incierto
Tlaxcala desde el 2017. Actualmente fue seleccionada para el 2o. Simposio de Estu-
diantes Investigadores en Artes y Humanidades 2020, como ponente; también ha sido
merecedora de la beca que otorga la fundación Carol Rolland. perteneciente a la 8a.
generación 2019-2020.
Su trabajo se enfoca en las grandes problemáticas que hay actualmente en Mé-
xico desde una visión crítica y reflexiva donde quiere hacer consciente a la gente
sobre el problema.
Érick Parsifal
(Ciudad de México 1988)
Artista visual y Tatuador. Autodidactismo y Disciplinariedad. Estudió Artes Visua-
les en la Universidad Veracruzana, México, y se especializó en la pintura con los
años, el paralelismo entre su quehacer plástico y como tatuador ha complementado
los tópicos de creación en ambas carreras. Antes fue caricaturista político, lo que lo
acercó a la pintura social. Actualmente su trabajo explora, además, los simbolismos
entre la psicología y el misticismo. Ha expuesto en México y Estados Unidos, y pu-
blicado en México, Estados Unidos, España y Australia.
148
Semblanzas • Los artístas
Arturo Sánchez
(Ciudad de México,1996)
Migrante de la gran ciudad hacia Querétaro en el 2001, es estudiante de la licencia-
tura en Artes Visuales en la Facultad de Bellas Artes en la UAQ.
Su trabajo se centra en las diversas interacciones cotidianas dentro de un espa-
cio citadino, mismas que sumergen al artista en un sinfín de significaciones. Su prin-
cipal interés es mostrar un México diverso y lleno de realidades, el gran circo que es
esta ciudad. Ha incursionado en el arte urbano y grafitti desde el 2009, generando
diversas intervenciones públicas. Ha expuesto su obra en diferentes estados del país
como Zacatecas, Ciudad de México y Querétaro.
Como videasta su trabajo mx. fue expuesto en el Museo de Arte Contemporá-
neo de Querétaro como parte del concurso Virtual Patria.
Mary C. Rivas
(San Juan del Río, Querétaro 1996)
Artista plástica y visual, egresada de la licenciatura de Artes Visuales con termi-
nación en Artes Plásticas en la UAQ. Su trabajo reflexiona en lo femenino, el amor
propio y la metamorfosis humana hacia la felicidad mediante el uso del simbolismo
y lo visual.
Desarrolla varias disciplinas como el dibujo, pintura, escultura, fotografía,
entre otras. Como artista ha tenido diversas exposiciones colectivas, entre las más
149
El tiempo incierto
Óscar Cabrera
Es un pintor queretano, ha tomado varios cursos de técnicas pictóricas con artistas
importantes, pero su formación ha sido más autodidacta. Su obra es una mezcla de
arte informalista, ingenuo y primitivo. Se deja llevar por sus impulsos y elabora la
composición sin importar el orden de los elementos, refleja sus emociones y sus
pasiones.
Cuenta con seis exposiciones individuales y más de 30 colectivas en diferentes
estados de la república y en el extranjero. Acreedor del primer lugar de arte alter-
nativo en Querétaro y primer lugar en el Cuarto Concurso Nacional Pintando para
la Democracia, así como seleccionado en diversas bienales. Ha participado como
ilustrador de libros.
150
Semblanzas • Los artístas
Santy Mito
(Ciudad de México, 1993)
Artista visual y psicólogo por la UNAM. Su trabajo aborda la noción de diversidad
corporal y sus cruces con la psicología, sexualidad y la espacialidad. Hace uso de
una perspectiva de género para producir imágenes desde medios performáticos, fo-
tográficos y audiovisuales. Su trabajo ha formado parte de exhibiciones en México,
Estados Unidos, Canadá, Bélgica e Inglaterra, entre las que destacan el FIDS 2017, la
Queer Biennial: What If Utopia y Tom of Finland Art Festival 2018, el festival ANOr-
mal y la muestra de Video-Performance Homografia/Homography 2020.
151
El tiempo incierto
Julia Martínez
(1981)
Fotógrafa, video-creadora y escritora madrileña. Sus trabajos se han podido ver en
diversos medios y publicaciones de España, Inglaterra, Chile, Alemania y México.
En 2013 se unen artísticamente centrando exclusivamente ambos su trabajo
en el arte de acción, la fotografía de autor y el videoart: Trabajos tales como Il Corrie-
re della Camorra (2015) en el epicentro de la mafia napolitana, Armas de destruc-
ción pasiva (2015), realizada en Ciudad Juárez frente a asesinos de mujeres o Happy
Happy Kim Jong–Meal, en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, son una
pequeña muestra de sus ello.
Defensores por encima de todo del arte crudo, sin edulcorantes ni ensoñacio-
nes; artistas fuera de lo ortodoxo, encontrando la más absoluta belleza en la fealdad
de lo no establecido.
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Semblanzas • Los artístas
Cyre González
(Ciudad de México)
Es fotógrafa profesional con estudios en la Universidad del Claustro de Sor Juana,
la Escuela Activa de Fotografía y el New York Institute of Photography; ha sido coor-
dinadora de fotografía de la revista ArteMx, ha colaborado en fotografía editorial en
el libro Piel de Cartón, Alma de Barro, y en diversos medios editoriales en Guerrero,
Guanajuato y Querétaro.
Cuenta con más de diez exposiciones colectivas e individuales en Acapulco,
Chilpancingo, Celaya, Salvatierra, Zacatecas y Querétaro. Incursionó en la gráfica
con maestros como Gilberto Guerrero, Humberto Valdez, Pablo Moya y Osiel Gue-
rrero, en cerámica con Luis Batres y Daniel Martínez.
Forma parte del taller la Piedra Gráfica Contemporanea. Ha sido docente en
Galeria Ome, Centro Cultural Nispero, Centro Queretano de la Imagen y también
en la Universidad Cuauhtémoc.
Con obra expuesta en las galerias: Ome, Da Substanz, El Cuadro y Diego Rose
en esta ciudad de Querétaro.
Juan Pohls
Artista visual egresado de la UAQ, creador, videoperformer, con su tema nos habla
un poco sobre la diferencia entre gente, masas, y personas, individuos.
Óscar Mosco
(Ciudad de México, 26 de octubre de 1994)
Fotógrafo y artista. A los 16 años fue diagnosticado con trastorno bipolar lo que des-
pertó su interés por explorar cómo las condiciones físicas-psíquicas de una persona
determinan la manera en que interactúa con la realidad y la forma en que se significa
la vida, y desde esas “otras epistemologías” y formas de relacionarnos con la vida
genera su discurso.
Aborda la creación artística desde sus experiencias cercanas con la depresión,
la discapacidad y con otras personas en situación de discapacidad. Su obra utiliza las
emociones negativas, derrotistas, pesimistas como fuego de cambio y como motor
para provocar sensaciones, generar cuestionamientos e incitar la crítica y el cambio,
también las utiliza como un posicionamiento artístico-político en señal de resisten-
cia en contra de una sociedad que invita-obliga a siempre ser felices, exitosos y pro-
ductivos y segrega a quien no quiere o no puede hacerlo.
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El tiempo incierto
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Semblanzas • Los artístas
Francisco Morán
(Santiago, Chile, 1972)
Artista visual egresado de la Universidad Católica de Chile y con un master en la
Universidad Complutense de Madrid, España. Su trabajo investiga la relación entre
la idea de “lo real” y su representación, desde una aparente abstracción, por medio
de diferentes medios como la pintura, la fotografía y el objeto.
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Este libro se terminó de editar
en marzo de 2021 en la Ciudad de México,
México.
Para su edición se utilizaron las tipografía
Gandhi Serif y Ghandi Sans.