Hongos Comestibles y Venenosos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 233

tí * ESA

— E l éxito de los C D ñ r l Ü ñ l J i E S ^ S O I i B R -
lieed:
La Biblioteca MANUALES SOLER es ventajosamente conocida en
España y América, pues tiene por base la difnsión de la cnltura
y sus obras son de ntilidad práctica en todos los ramos de las
Ciencias, Artes, Industrias y Agricnltnra. ^ ^

La Casa editorial de los M A M A L E S - S O L E R se iospira en los siguieoles

LOS PUEBLOS prosperan instruyéndose y educándose.


LOS PUEBLOS 1116, ."j?6" estud'an son 108fluemarchan á la vanguardia de
Fí.
EU rnuonBo» y e(,gcaCjlas
P RO f
i
R PS
. O en t
"1135 ónesferas deebla
de |os pu losvida social se debe á la instrucción
LOS MÁS INSTRUIDOS son los más útiles á la sociedad.
LA IGNORANCIA es la rémora de todo adelanto.
LA...INSTRUCCIÓ'N' Y p educación
ueblos. es la mayor riqueza que pueden, alcanzar los
B I B L I O T E C A Ú T I L Y ECONÓMICA D E
LOS MANUALES-SOLER C O N O C I M I E N T O S E N C I C L O P É D I C O S
original de eminentes autores, responde á los precedentes lemas.
LA S I G U I E N T E DEMOSTRACIÓN G R A F I C A D E L C Q D A M A PRfiriRFQA
AUMENTO DE L E C T O R E S E S UNA PRUEBA DE Q U E t - O r f l l N f t r n U U n C O f t

C : ÜRÍ

10.000 20.000 B9.000 70.000


SlDLlOTfíÍA

M i l

i i f c
iIBLíOTECA U T I L Y ECONOMICA
DE COROGIMIEHTOS ENCICLOPÉDICOS

Sucesores de Manuel Soler-Editores


BARCELONA
«Oí

3^AlíTTJAX^BS - SOILEIR
Estos Manuales abarcan las diversas ramas de las A r t e s , C i e n c i a s
é I n d u s t r i a s modernas, así como sus aplicaciones prácticas, consti-
tuyendo la Biblioteca más interesante que se haya publicado en España. Su
confección ha sido confiada á personas doctas y autores de reconocida fama.
TOMOS P U B L I C A D O S
QUÍMICA OBNÍRAL.—HISTORIA ÍIATÜRAI. —FÍSICA.—GBOMBTRÍA GENRRAL.—QUÍMI-
CA ORGÁNICA.—LA GUERRA MODKRNA.—MINKRALOGÍA.—CIENCIA POLÍTICA.—Bco-
NOMÍA POLÍTICA.—ARMAS DE GUERRA.—HONGOS COMESTIBLES T VENENOSOS — L A
IGNORANCIA DEL DERECHO — E L SUFRAGIO.-GEOLOGÍA —PÓLVORAS T EXPLOSIVOS.
—ARMAS DBCAZA.—LA GUINEA ESPASOLA.—METEOROLOGÍA.—ANÁLISIS QUÍMICO.
—ABONOS INDUSTRIALES.—UNIDADES.—QUÍMICA BIOLÓGICA.—BASES PARA UN NUE-
VO DERECHO PENAL.—FUERZAS T MOTORES.—GUSANOS PARÁSITOS EN E L HOMBRE.—
FABRICACIÓN DEL PAN.—AIRE ATMOSFÉRICO.—HIDROLOGÍA MÉDICA.—HISTORIA DK
LA CIVILIZACIÓN ESPAÑOLA.-LAS EPIDEMIAS.-CRISTALOGRAFÍA.—ARTIFICIOS DH
FUEGO DE GUERRA. — AGRONOMÍA.—BASES DEL DERECHO MERCANTIL. —ANTROPOME-
TRÍA.—LAS PROVINCIAS DK FSPASA.-FORMULARIO QUÍMICO-INDUSTRIAL.—VALOR
SOCIAL DK LEYES T AUTORIDADES.—CANALES DE RIEGO. —ARTE DE ESTUDIAR.
PLANTAS MEDICINALES — A , B , C DEL MONTADOR É INSTALADOR ELECTRICISTA.

D E VENTA EN TODAS LAS L I B R E R Í A S

S u e e s o f e s de CñA]SlUELk S O U H H H E d i t o r e s
Apartado en Correos 89. — BARCELONA
C o n e lfind e que nuestra a c r e d i t a d a y p o p u l a r Biblioteca d e
M A N U A L E S - S O L E R pueda ser a d q u i r i d a por todo el m u n d o y q u e ,
p o r consiguiente, sea fácil s u a d q u i s i c i ó n á todas las clases sociales,
desde las m á s modestas á las m á s a c o m o d a d a s , ú i ica m a n e r a de c o n -
t r i b u i r p r á c t i c a m e n t e al d e s a r r o l l o y
FOMENTO D E BIBLIOTECAS P A R T I C U L A R E S
h e m o s establecido el servicio de venta á plazos mensuales, e n -
t r e g á n d o s e desde luego l a c o l e c c i ó n d e los v o l ú m e n e s publicados,
mediante contrato que p r o p o r c i o n a m o s á quien lo pida directamente
á Sucesores de Manuel Soler ó por m e d i o de nuestros a g e n -
tes especiales, l i b r e r í a s y corresponsales de esta C a s a editorial.

REGALO Magnífica EXAGERE


Á LOS C O M P R A D O R E S C O L E C C I O N I S T A S DE LOS

M A N U A L E S - S O L E R
C O N S Ú L T E N S E P Á G I N A S C O L O R SECCIÓN A N U N C I O S

Revista mensual de
L e c t u r a s P o p u l a r e s conocimientos
cono útiles y Bibliografía

G R A ' T I S á las
Sociedades, Ateneos, C e n t r o s instructivos y á los coleccionistas de los i
M A N U A L E S •< S O L E R \

Anunciadoras de los
P O S T A Ü E S - C ñ P t ? I C í l O MANUALES-SOLER
Interesa á los coleccionistas de postales. — GRATIS á quien
las solicite.

Para O B R A S D E A R T E , C I E N C I A , L I T E R A T U R A ,
OFICIOS Y A P L I C A C I O N E S PRÁCTICAS
DIRIGIRSE k

S u c e s o r e s d e MAXTTJEL-SOLER
Correos: Apartado 89 — ^Consejo de Ciento, 416 - BARCELONA
HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS
MANUALES - SOLER

X I

(SI

BLAS LÁZARO É IBIZA

Doctor en Ciencias Naturales y en Farmacia; Catedrático de Botánica


en la Facultad de Farmacia de la Universidad Central;
Académico de la de Ciencias exactas, físicas y naturales; etc., etc.

BARCELONA \ | ^ v ,

MANUEL SOLER, EDITOR


ES PROPIEDAD
D e r e c h o s de t r a d u c c i ó n
reservados

np. B. Baseda, VUlarroel. 1 7 . Barcelona.


INDICE D E MATERIAS

Páginas

I . —Idea general de los hongos,—I. Qué


son los hongos.—2. Consecuencias de la falta de
clorofila, — 3, Cómo se alimentan los hongos,—
4, Reproducción de los hongos.—5. Formas de
los hongos.—6. Qué hongos son los que nos inte-
resan 9
I I , —Diferencias entre los hongos vene-
nosos y los comestibles,—7, Imposibili-
dad de una regla absoluta.—8. Casos en que pueden
existir dudas.—9. Reglas aplicables á los hongos
A g a r i c á c e o s . — 1 0 , Reglas aplicables á los Poli-
poráceos. — I I . Las falsas reglas constituyen el
mayor peligro, 23
I I I . —Clasificación de los hongos,—12. Cla-
sificación general de las plantas pertenecientes á
esta clase. — 1 3 . Grupos en que figuran los hongos
comestibles y venenosos.—14. División de estos
grupos en familias 35
IV, — Hongos himenomicetos comesti-
bles: Agaricáceos.—15. Caracteres generales
d é l o s hongos de esta familia. —16. Amanita,—
17, Volvaria. —18. Lepiota.—19. Armillaria,—
20, Psalliota.—21. Pholiota. —22. Cortinarius.
—23. Lactarius.—24. Lentinus.—25. Cantharel-
lus. — 26. Clitocybe. — 27. Paxillus. — 28, C l i -
topylus. — 2 9 , Tricholoma, — 3 0 . Coprinus, —
3 1 . Russula.—32. Collybia.—33. Marasmius.—
34. Pleurotus.—35. Panus. 38
L A Z A R O - HONGOS C O M E S T I B L E S Y "VENENOSOS

Páginas

V . —Hongos himenomicetoscomestibles
fcontinuadónJ.-Poliporáceos é Hidnáceos-
— 3 6 . Caracteres generales de los Poliporáceos,
—37. Boletus. — 38. Polyporus.—39. Fistulina.
— 4 0 . Hidnáceos. , , 76
V I . — Hongos himenomicetos comesti-
bles (conclusión): Teleforáceos, Glava-
riáceos y T r e m e l i n á c e o s . — 4 1 . Telefb
r á c e o s . — 4 2 . C l a v a r i á c e o s . — 4 3 . Tremelináceos.. 84
V I I . —Hongos gasteromicetos comesti-
bles: Licoperdáceos é Himenogastrá-
ceos.—44. Caracteres generales de los Licoper-
d á c e o s . — 4 5 . Lycoperdon. — 4 6 . Bovista.—
47. Himenogastráceos 89
V I I I . —Hongos ascomicetos comestibles:
P e z i z á c e o s y Tuberáceos.—48. Idea ge-
neral de los Pezizáceos. — 4 9 . Morehella. —
SO.Helvella — 5 i . V e r p a . — 5 2 . Peziza.— 5 3 . T u -
beráceos.— 54. • Tuber. — 55 . Elaphomyces.—
56. Terfezia 95
I X . —Hongos venenosos ó sospechosos:
AgaricáceOS.—57. A m a n i t a . — 5 8 . Lepiotá.
—59. Hypholoma.^—60. Cantharellus.—61. En-
toloma. — 6 2 . Tricholoma.— 63. Inocybe.—
64. Coprinus. —65. Hygrophorus.—66. Mycena.
— 67. Russula.—68. Pleurotus.—69. Panus.. . lio
X . —Hongos venenosos ó sospechosos
(continuación)'. Poliporáceos, Escleroder-
m á c e o s y F a l á c e o s . — 7 0 . Boletus. —
7 1 . Esclerodermáceos.— 7 2 . Faláceos 125
X I . —Recolección, conservación y pre-
paración de los hongos.—73. Los hongos
bajo el punto de vista alimenticio.—74. Condicio-
nes en que deben recolectarse los hongos destina-
dos á la alimentación. — 75 . Conservación de los
hongos por desecación. —76. Procedimiento gene-
ral de conservación.—77. Conservación de los
hongos en salmuera. — 78. Preparación culinaria de
los hongos én general.—79. Preparación de los
hongos comunes.—80. Preparación culinaria de
MANUALES SOLER

Páginas

los boletos {Boletus),—81, Preparación de la


oronja ó auriola {Amanita casared) y del matacan-
delas [Lepiota procera\.—82. Preparación de las
cuagras (Russula). — 83. Preparación del Rosiñol
( Cantharellus cibarius).— 8 4 . Preparación de los
Hydnum.—85. Preparación de las cagarrias [Mor-
chella), Helvella y Peziza.—86. Preparación de
las trufas y criadillas de tierra.-—87. Preparación
de las manecillas {Clavaria).—88. Preparaciones
diversas en que intervienen los hongos 129
X I I . —Envenenamientos producidos por
los hongos.—89. Precauciones que alejan el
riesgo de una intoxicación.—90. Procedimiento
para despojar á los hongos de sus principios vene-
nosos.— 9 1 . Los venenos de los hongos.—92. Sín-
tomas de intoxicación producida por los hongos.—
93. Tratamiento dé los intoxicados 144
X I I I . —Cultivo de los hongos.—94. Necesi-
dad y conveniencia de los cultivos.—95 . Cultivo
del hongo comestible ó común [Psalliota campes-
¿ris),--g6. Procedimientos simplificados.—97. Cul-
tivo de las trufas.—98. Cultivo de los boletos
[Boletus).—99. Cultivo de las setas de chopo [Pho-
liota mutabilts, cylindracea, etc.). — i c o . Cultivo
de las cagarrias [Morchella)'.— 1 0 1 . Otros cultivos
de hongos. , „ . . , , 153
Indice de nombres científicos y vulgares 169
IDEA GENERAL DE LOS HONGOS

1. ¿QUÉ SON LOS HONGOS?—Aunque parezca


ocioso preguntar una cosa de la que todos tene-
mos alguna noción, y aun cuando el hombre menos
ilustrado conoce siempre algunos hongos, nada
sería más difícil, para el que no ha cultivado las
ciencias naturales, que concretar de un modo ter-
minante sus ideas acerca de estas plantas. A u n
para el naturalista, acaso no hay entre los vegeta-
les grupo cuya noción general sea más difícil de
establecer, por la diversidad de los medios de
vida, la multiplicidad de las formas y la inagota-
ble serie de procedimientos reproductores de que
estas plantas disponen.
Las dos palabras hongos y setas con que se las
denomina en español, representan conceptos dife-
rentes. L a primera designa el grupo en general,
tanto las especies tóxicas ó sospechosas como las
comestibles; la segunda se emplea únicamente alu-
diendo á estas últimas, Usanse, además, otros
nombres vulgares que designan estas plantas en
10 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

sentido genérico, como el de perrechicos, tan usual


en las Provincias Vascongadas y en Asturias, el de
bolets en Cataluña, y aun el de cogumelos, frecuen-
temente usado en Galicia y parte de Castilla.
Todos estos nombres no tienen una significación
precisa, como no la tiene tampoco su equivalente
castellana hongo, sino cuando se definen los seres
con ellas designados vulgarizando el concepto for-
mado por los naturalistas.
Considerados científicamente, los hongos son
plantas celulares (que carecen de fibras y de va -
sos), sin hojas, sin raíces, sin flores, y que nunca
poseen la materia colorante verde, tan común en
el reino vegetal, que se llama clorofila.
En el concepto vulgar, los hongos suelen carac-
terizarse por su forma semejante á un sombrerillo
pedicelado y más ó menos carnoso; pero en pri-
mer lugar debemos advertir que el órgano que
suele afectar esa forma no es el hongo entero, sino
una parte de él. Esos sombrerillos pedicelados no
son otra cosa que los órganos reproductores de
ciertos hongos, correspondientes á otros órganos
de nutrición llamados micelios, los cuales no son
visibles al exterior por hallarse alojados debajo de
tierra (fig. i ) ó en el interior de los troncos (*), y
cuyos aparatos esporíferos, por su volumen relati-
vamente grande y su aparición al descubierto, son
lo único que el vulgo conoce. A d e m á s , ni todos los
hongos producen estos aparatos tan visibles, pues

(*) E l micelio está formado por filamentos delgados y muy


frágiles, constituidos, á su vez. por células largas y de paredes
delgadas que reciben el nombre de hifas.
MANUALES SOLER 11

muchos los tienen microscópicos, ni en aquellos


que los poseen adoptan siempre la forma del som-
brerillo pedicelado. Como iremos viendo, aun tra-

F i g . i . — A . Micelio del hongo comestible común (Psalliota


campestris) mostrando los aparatos esporíferos en diversos
estados; B. corte longitudinal de uno de éstos.

tando sólo de las especies comestibles y venenosas,


habremos de notar que éstas los presentan de
formas y aspectos muy diferentes.
2 . CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE CLO-
ROFILA.— Los hongos, lo mismo que los vegetales
superiores que carecen de clorofila, se ven priva-
dos de uno de los medios más eficaces de alimen-
12 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

tación, puesto que no pueden descomponer bajo


la influencia de la luz el gas carbónico de la at-
mósfera y asimilarse el carbono resultante de esta
descomposición. Esta serie de fenómenos consti-
tuye lo que en la vida de las plantas se llama la
función clorofílica. Mediante ésta, la generalidad de
los vegetales fijan en su interior cantidades consi -
derables de carbono, que es el elemento que en
mayor proporción necesitan para nutrirse, y com-
binándole acto seguido con hidrógeno y oxígeno
forman los compuestos llamados ternarios. Con
éstos se combinan después cuerpos nitrogenados
para constituir los compuestos cuaternarios ó con
cuatro elementos. L a elaboración de éstos y la de
los terciarios constituye la síntesis química carac-
terística de la vida de los organismos vegetales.
Las plantas desprovistas de clorofila, viviendo
en un ambiente que contiene el gas carbónico,
estando en contacto con éste, no pueden tomar de
él el carbono como lo hacen las demás, ni pueden,
por consiguiente, formar por sí los compuestos
ternarios, necesitando vivir á expensas de algo,
animales, plantas ó materias en descomposición,
que les suministre los compuestos ternarios ya
elaborados. Si logran absorber éstos, podrán con
ellos y las materias nitrogenadas formar los com-
puestos cuaternarios; pero su vida sólo será posi-
ble en estas condiciones.
3. CÓMO SE ALIMENTAN LOS HONGOS.—El
suelo, en general, no es tan rico en materias orgá-
nicas que contenga en la necesaria proporción los
compuestos de carbono, oxígeno é hidrógeno; y
como esta condición sólo la poseen porciones muy
MANUALES SOLER 13

limitadas, los hongos no pueden vivir donde p o -


drían hacerlo otras plantas.
Para asegurarse las circunstancias especiales que
para su nutrición necesitan,, Jos hongos se han
adaptado á unos cuantos géneros de vida que i r e -
mos enumerando sucesivamente. Sólo en esas for-
mas especiales que reciben diversas denomina-
ciones purden existir estos curiosos vegetales.
Cuando viven á expensas de un ser vivo, ad-
heridos á él y nutriéndose directamente de su
sangre ó de su savia, se llaman parásitos. Estos
pueden serlo de los vegetales, como los hongos
yesqueros (Polyponcs) que con tanta frecuencia po-
demos observar sobre los troncos de los árboles, y
las diversas especies de hongos microscópicos que
determinan enfermedades en las plantas, como las
royas, mildiu, oídio, tizón, etc. Otros hongos son
parásitos de los animales, como los llamados
entomoftoráceos, los cuales determinan graves
enfermedades en los insectos, ó los que produ -
cen la actinomicosis del hombre y de varios ani-
males.
En otros casos pueden vivir los hongos asocia-
dos con otras plantas, y sé áice.nsÍ7nbióttcos, como
los que se reúnen con varias algas inferiores para
formar los liqúenes. Los hongos que viven de este
modo, como los parásitos, se benefteian de la fun-
ción clorofílica de la planta á que se asocian, ya
que ellos no pueden ejercerla; pero en el verdadero
parasitismo hay un explotador y un explotado,
siendo todas las utilidades para el parásito y todos
los perjuicios para el que le sostiene y alimenta, y
en la simbiosis los beneficios son para los dos o r -
2
14 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

ganismos asociados, que se prestan recíprocos


servicios.
Todos los demás hongos viven á expensas de
materias orgánicas en descomposición; pero, según
las condiciones de estas materias y las de su des-
composición, pueden distinguirse diversos casos
que reciben denominaciones especiales. Los hay
saprofitos, que se alimentan de los organismos muer-
tos y en descomposición, ya de los vegetales, como
los que con frecuencia vemos sobre troncos muer-
tos, maderas de las construcciones situadas en sitios
continuamente humedecidos, cimbras de las gale-
rías de las minas de carbón, traviesas de los ferroca-
rriles, etc.; ya sobre los cadáveres de los animales,
como los Saprolegnia y Aphanomyces que se des-
arrollan sobre los insectos y arañas que se pudren
debajo del agua. Los hay que se nutren de los
excrementos, como los Coprinus fimeterius y ster-
corarius y la Stropharia stercoraria, y estos hon-
gos se llaman coprofitos. Existen otros, harto cono-
cidos, que constituyen los mohos, los cuales corres-
ponden en su casi totalidad á las familias de los
mucoráceos y perisporiáceos, y se instalan en la
superficie de ciertas materias orgánicas, sin profun-
dizar mucho en ellas, y determinando sus ramillas
aéreas la formación de eflorescencias blanquecinas,
verdosas, azuladas, negruzcas ó de diversas colo-
raciones. Por último, otros de estos hongos viven
como fermentos, siendo agentes que determinan
descomposiciones especiales y características de
algunas substancias orgánicas, dando lugar á^la
descomposición de éstas en determinados produc-
tos. E l mejor ejemplo de esta clase de hongos es
MANUALES SOLER 15

el de los sacaromicetos que atacan á las disolucio-


nes diluidas de algunos azúcares y determinan la
fermentación llamada alcohólica, por ser el alcohol
su producto más característico.
4. REPRODUCCIÓN DE LOS HONGOS. — De
igual manera que las plantas superiores producen
semillas, contenidas en el interior de los frutos, los
hongos producen gérmenes muy numerosos que
reciben el nombre de esporas, las cuales se origi -
nan unas veces dentro de los aparatos esporíferos,
y más generalmente se producen en la superficie
de éste. Las esporas equivalen á las semillas por
su función, pues como éstas germinan y producen
nuevos pies de planta; pero se diferencian mucho
de ellas por su constitución, puesto que mientras
las semillas son órganos complicadísimos consti-
tuidos por un número incalculable de células y en
las que se distinguen una planta embrionaria, re-
servas alimenticias destinadas á sostener la vida
de ésta hasta que puedan funcionar las hojas y las
raíces de la nueva planta, y cubiertas ó capas pro-
tectoras que envuelven todo este conjunto, las
esporas quedan reducidas cada una á una célula.
Pero merced á esta pequeña masa el viento puede
llevarlas en suspensión y dispersarlas á larguísima
distancia, dando con esto grandes probabilidades
de perpetuarse á las plantas inferiores.
L a aparición de hongos en un sitio donde antes
no los hubiese parece un hecho espontáneo y sin
precedentes; pero es porque la pequeñez de las
esporas no nos ha permitido notar su acceso á
aquel sitio ni seguir el proceso de su germinación.
Tanto en la aparición de los hongos grandes en
16 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

un terreno, como en el enmohecimiento de una


superficie ó en la propagación de un hongo p a r á -
sito, hallaremos siempre que el viento es el gran
vehículo, cuyas corrientes siembran en todos estos
casos las esporas.
Pueden éstas variar mucho por su forma, aun-
que las de los grandes hongos, que son las que
nos interesan en este estudio, son casi siempre
elipsoideas, ovoideas ú esferoideas, es decir, de
formas redondeadas^ entre cuyo largo, ancho y
alto no suele existir gran desproporción, pudiendo
diferenciarse según tengan una sola cubierta ó
ésta se muestre claramente diferenciada en una
externa y otra interna, según el color pardo, roji
zo', violáceo ó amarillento que ostentan en la ma-
durez, y según su superficie sea lisa, granugienta,
estriada ó como adornada de papilas, verruguitas
ó espinillas microscópicas.
En lo que las esporas difieren más profunda-
mente es en la manera de originarse, carácter
que va ligado con la forma y condiciones del apa
rato esporífero que las produce. Como células que
son, proceden siempre de otra célula, que puede
llamarse célula madre; pero en unos casos se ori -
ginan dentro de ésta (esporas endógenas), que-
dando contenidas dentro de ella, que recibe enton-
ces el nombre de asea ó teea (fig. 2), y en otros
se originan por gemación sobre la célula madre
(esporas exógenas), quedando en este caso al exte-
rior de ésta, que recibe el nombre á ^ basidio
(fig. 3, éT), y unidas á ella cada una por un fila-
mento tenuísimo (esterigmato) de longitud muy
variable.
MANUALES SOLER 17

Sean tecas ó basidios estas células madres de


las esporas, no se presentan aisladas, sino reunidas

Fig. 2.—Parte del aparato esporífero de una Peziza aumen-


tada para ver las aseas ó tecas y los parafisos mezclados con
ellas.

en gran número y orientadas de un modo especial.


Estas células son generalmente alargadas ó mazu-
das y con su eje mayor dispuesto perpendicular-
18 L A Z A R O - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

mente á la superficie del aparato esporífero. Nume-


rosas celdas de esta clase, mezcladas con otras de
forma semejante y con frecuencia algo menores.

Fig. 3. — Laminillas himeniales é himenio de un agaricáceo


[Psalliotd). A, corte de las laminillas himeniales, aumentado;
B, corte de una laminilla con mayor aumento, notándose
las hifas (h) que la forman y el himenio (m) que la reviste;
C, himenio muy aumentado para ver los basidios esteríg
matos [e] y esporas {esfi.) que en él existen.

pero que no producen esporas y que se denomi-


nan parafisos, todas con la orientación antes
dicha, constituyen una membrana llamada himenio
(fig. 3), la cual reviste más ó menos parte de la
superficie del aparato esporífero, y ésta es la única
MANUALES SOLER 19

fértil ó productora de esporas. Por su constitución


y situación, este himenio se asemeja á las m e m -
branas epiteliales que tapizan las superficies de
las cavidades y visceras de los animales.
A d e m á s de estos procedimientos reproductores
que poseen todos los hongos, tienen la mayoría
de estas plantas otro ú otros por los que originan
gérmenes también unicelulares, que sirven para lo
mismo que las esporas y que se designan con el
nombre de conidios. Para evitar toda confusión, se
ha convenido en considerar como esporas una sola
clase de estos gérmenes, la que se obtenga por el
procedimiento normal en cada clase de hongos, y
que en los que ahora nos interesa es siempre uno
de los dos antes mencionados, las aseas ó los
basidios, llamando conidios todos los demás gér-
menes.
Tanto las esporas como los conidios, son g é r -
menes que carecen de todo carácter sexual, puesto
que son fértiles y germinan sin necesidad de ser
fecundados; mas no se crea por ello que los hon-
gos carezcan por completo de una reproducción
verdaderamente sexual. Los hay que poseen órga-
nos masculinos (anteridios) y femeninos (oogonios),
perfectamente caracterizados; pero tales hongos
no entran en el campo de este trabajo, pues los
comestibles y los venenosos carecen de estos órga-
nos, y aun cuando alguna vez se han hecho i n d i -
Tpaciones respecto á la posible existencia de una
función sexual, en algunos de ellos es aun muy
cuestionable la seguridad de esta interpretación.
5. FORMAS DE LOS HONGOS.—Aun pres-
cindiendo ahora del aparato de nutrición ó micelio
20 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

para ocuparnos únicamente de la parte visible ó


sea del aparato esporífero, y dejando á un lado
todos los hongos microscópicos, y aun' todos
aquellos que por no ser comestibles ni venenosos,,
no solicitan nuestra afención en este trabajo, no
pueden reducirse todos los que nos interesan
á un solo tipo morfológico, pues las formas de sus
aparatos esporíferos son bastante variadas.
L a forma que con más frecuencia observamos
en los aparatos reproductores de los hongos co-
mestibles y venenosos es la de un sombrerillo
pedicelado y de forma variable. A este tipo mor-
fológico veremos que corresponden casi todos los
de la gran familia de los agaricáceos, los hidnáceos
y gran parte de los poliporáceos (Boletus). En
otros el sombrerillo carece de pedicelo y se inser-
ta por una escotadura que se observa en su borde,
como podemos notar en los hongos yesqueros
(Polyporus). Es cónico, invertido ó embudado en
algunos agaricáceos (Cantkarellus) y teleforáceos
(Cráterellus); cóncavos, simulando una taza (Pe-
ziza aurantia, vesiculosa, Acetabulum); en forma
de concha angostada en pedicelo, en algunos aga-
ricáceos (Pleurotus, Panus) y en ciertas especies
de Peziza; simulando un conjunto irregular de
láminas alabeadas ó una esponja en el ápice de
un pedicelo, como en bastantes pezizáceos ( M o r -
chella, Helvella); en forma mazuda sencilla (Cla-
varia pistillaris), ó ramificados abundantemente
como la inflorescencia de una coliflor (Clavaria
flava, coralloides); esferoides ó piriformes que
aparecen en la superficie de los terrenos, como
los licoperdáceos y gastráceos; y de esta misma
MANUALES SOLER 21

forma ó tuberculiformes, pero permaneciendo de-


bajo de tierra durante toda su vida, como los
tuberáceos é himenogastráceos. En algún caso no
tiene una forma constante y aparece como una
masa gelatinosa, con la superficie surcada por cir-
cunvoluciones y anfractuosidades de un modo
irregular.
No menos variable es su tamaño, pues, entre
las especies que nos interesan, existen algunos
cuyos aparatos esporíferos afectan la forma de
sombrerillo pedicelado y cuyo diámetro no excede
de 2 milímetros (Mycena), mientras que otros de
esta misma forma, cuando tienen los sombrerillos
bien abiertos, alcanzan un diámetro de 20 á 30 cen-
tímetros (varios Cortinarius, Psalliota, etc.), y los
receptáculos globosos del vejiño grande (Bovista
gigantea) tienen 20 á 40 centímetros de diámetro.
6 . ¿QUÉ HONGOS SON LOS QUE NOS INTE-
RESAN?—Prescindiendo en este libro de todos los
hongos que por originar enfermedades en las plan-
tas ó en el hombre mismo, ó por ser útiles en la
medicina ó en la industria, pudieran tener algún
interés, pero que no entran en los límites de este
estudio, nos ocuparemos exclusivamente de las
especies comestibles españolas y de las tóxicas
ó sospechosas que con ellas pudieran confun-
dirse.
Obligados por el carácter práctico que esta
publicación debe tener, nos ocuparemos única-
mente de los aparatos esporíferos de ciertas espe-
cies de hongos con basidios ó con tecas, pues sólo
en estos grupos hallaremos los que son objeto de
este trabajo, y consideraremos estos aparatos espo-
22 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

ríferos como si fuesen los hongos completos, y


puesto que esto es lo único que aparece al descu-
bierto ante el recolector y lo único que el com-
prador puede hallar en el mercado, de estos órga-
nos tomaremos todos los caracteres que nos han
de servir para reconocerlos.
MANUALES SOLER 23

II

DIFERENCIAS ENTRE LOS HONGOS VENENOSOS


Y LOS COMESTIBLES

7. IMPOSIBILIDAD DE UNA REGLA ABSO-


LUTA.—Los accidentes ocasionados por la confu-
sión de las especies comestibles con las venenosas
son relativamente frecuentes y en no pocos casos
llegan á convertirse en desgracias irreparables.
Los recolectores de estas plantas, especialmente
los que las recogen para el aprovisionamiento
de los mercados, no suelen conocer sino algunas
especies; si se limitasen á recolectar éstas ú n i -
camente, como lo suelen hacer los que las recogen
para su propio consumo, estos accidentes ocurri-
rían con escasa frecuencia. Mas no siempre sucede
así. Con gran frecuencia hallan en el campo espe-
cies semejantes á las que acostumbran á explotar,
y bien sea por la ligereza de su observación, bien
porque el natural deseo de aumentar la ganancia
les lleva á aplicar con excesiva amplitud las reglas,
insuficientes siempre, de que se sirven los empíri-
cos para el reconocimiento de las especies comesti-
bles, el hecho es que estos percances ocurren con
24 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

tal frecuencia que retraen á muchos del consumo


de estos alimentos.
Nada tiene de extraño que estas confusiones
ocurran, pues lo mismo sucede entre los recolec-
tores de plantas medicinales, aun tratándose de las
especies superiores, porque como sólo hacen uso
de caracteres empíricos para su reconocimiento,
confunden con harta frecuencia unas con otras,
aun procediendo de la mejor buena fe. Como para
la distinción de los hongos, especialmente de los
Agaricáceos, en los que un mismo genero (Russit-
la, Tricholoma, Amanita, por ejemplo) puede con-
tener especies tóxicas y comestibles, se necesita
afinar mucho la observación y distinguir de un
modo seguro las especies, cosa que no entra ya
en el común saber de las gentes, nada hay m á s
fácil que la comisión de tales errores.
Por otra parte, ciertas falsas reglas que el vulgo
considera como verdades demostradas y que no tie-
nen sólido fundamento, ni pueden servir para dis-
tinguir unos hongos de otros en la mayoría de los
casos, tienen no escasa parte en estos accidentes,
pues su admisión engendra una confianza peligrosa
que decide muchas veces á los inexpertos á comer,
con imprudencia verdaderamente temeraria, las
especies más peligrosas, después de someterlas á
estas pretendidas pruebas.
Conviene divulgar que toda regla,.que se preco-
nice como suficiente para distinguir las especies
de los hongos comestibles de los que tienen p r o -
piedades tóxicas, es, por lo menos, insuficiente, y
muchas resultan completamente desprovistas de
fundamento.
MANUALES SOLER 25

No hay, desgraciadamente, una regla segura


para marcar esta distinción entre las especies co-
mestibles y venenosas de los hongos, como no la
hay tampoco para distinguir empíricamente las
especies tóxicas de las inofensivas en los demás
grupos naturales de plantas. Sucede entre las
especies superiores, por ejemplo entre las solaná-
ceas y umbelíferas, familias ambas que contienen
plantas comestibles y venenosas, que no hay otro
medio de distinguir unas de otras que el conoci-
miento seguro de las especies, sea científica ó sea
empíricamente. L o mismo ocurre entre los hon-
gos, en los que nada puede afirmarse respecto de
su toxicidad sino cuando tenemos certeza de la
especie á que corresponden.
Pero en las plantas superiores, los caracteres de
las hojas, de la flor y del fruto, y aun á veces sim-
plemente el aspecto, dan fundamento suficiente
para, reconocer si es una patata, tomate, apio, anís
ó hinojo, especies nq venenosas de las dos familias
antes citadas, ó si es belladona, beleño, dulcamara
ó cicuta, plantas tóxicas de las mismas familias, y
este conocimiento es suficiente para afirmar que la
planta es ó no tóxica; pero ninguna regla nos per-
mitiría afirmar que estas plantas son ó no veneno-
sas si tales especies no nos fuesen conocidas. Así,
pues, tendremos que reconocer que el conocimiento
de las especies de los hongos será la única garantía
que ofrezca absoluta seguridad en punto á si es
tóxica ó inofensiva.
Podría acudirse á la Química en demanda de
una solución para este problema, pues por el aná-
lisis puede reconocerse la existencia de los prin-
26 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

cipios tóxicos que caracterizan á las plantas vene-


nosas que hemos mencionado como ejemplo, y
podríamos averiguar si en hongos de una especie
existían principios dotados de esta cualidad. Pero
no olvidemos que si el empleo de estos procedi-
mientos es siempre largo y difícil, lo sería mucho
más tratándose de los hongos, por no tenerse aún
datos bien seguros respecto de los caracteres quí-
micos de muchas de sus especies.
Este ensayo podría practicarse, en todo caso,
para decidir si una especie determinada era tóxica
ó no; pero habría de practicarse cada vez que se
tratase de utilizarlos como alimento, si el recolec-
tor no tenía seguridad de que los hongos corres-
pondían á una especie ya ensayada, y para tener
esta seguridad necesitaría siempre conocer las
especies.
8 . CASOS EN QUE PUEDEN EXISTIR DUDAS.
— Casos hay en que no pueden surgir dudas, y
son aquellos en que se trata de familias de hongos
que no contienen especies sospechosas, como son,
por ejemplo, los Clavariáceos, Hidnáceos, Treme-
lináceos, Licoperdáceos é Himenogastráceos en-
tre los hongos bacidiomicetos, y los Pezizáceos y
Tuberáceos entre los ascomicetos, puesto que
entre las especies que pertenecientes á estas fami-
lias figuran en nuestra flora, no hay ninguna que
sea tóxica, n i siquiera sospechosa.
Tampoco es dudoso el caso en aquellas familias
que, como los Esclerodermáceos y Faláceos, no
contienen ninguna especie comestible, unas porque
su consistencia no las hace aptas para el consumo,
y otras porque son tóxicas ó por lo menos sospe-
MANUALES SOLER 27

chosas; las contadísimas especies que de ellas


habremos de mencionar tienen, además, formas
harto características.
Las mayores dificultades y las dudas de resolu-
ción más difícil son las que corresponden á hongos
de una de estas dos familias: Agaricáceos y Poli-
poráceos; porque ambas contienen especies peli-
grosas juntamente con otras que son muy reco-
mendables para el consumo. Pero estas dos familias
son precisamente las más fáciles de reconocer,
porque aparte de lo que indicaremos al tratar de
la clasificación, las especies de una y otra familia
tienen la forma general de sombrerillo pedicelado,
en cuya cara inferior se observan numerosas lami-
7tillas radiantes muy acusadas á simple vista en
el caso de los Agaricáceos, ó laminillas entrecru-
zadas formando un dibujo como el de los panales,
de celdas muy estrechas, pero que se observan bien
sin el auxilio de la lente, en la familia de los Poli-
poráceos.
Como únicamente en estas dos familias pueden
presentarse casos dudosos, expondremos separa-
damente las reglas más indicadas para resolver
las dudas en cada una de ellas.
9. REGÍ AS APLICABLES Á LOS HONGOS AGA-
RICÁCEOS.—Ni aun circunscribiéndose á esta fami-
lia puede establecerse una regla única que per-
mita distinguir, aun al menos iniciado, las especies
comestibles de las venenosas, pero sí reglas par-
ciales que, aplicadas simultáneamente, permiten
formar un juicio bastante seguro respecto del
particular y resuelven prácticamente esta cuestión.
No se olvide que una de ellas, tomada aisladamen-
28 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

te, es insuficiente, pues todas ellas presentan excep-


ciones. Veamos ahora cuáles son estas reglas:
1. a Son sospechosos, en general, los hongos de
coloraciones demasiado vivas ó intensas, ya sean
rojas, azuladas, verdes, anaranjadas ó amarillas,
sobre todo si al ser cortados ó desgarrados se
nota que las superficies descubiertas por la sección
ó fractura van cambiando de coloración en con-
tacto del aire. Esto es cierto para la mayoría, pero
hay especies que cambian algo de color, como el
Lactarius deliciosus, y aun la. misma Psalliota
campestris, Q¿\<t son comestibles; mientras que la
Amanita muscaria, teniendo coloración fija, es de
las especies más peligrosas. También puede i n d i -
carse como prueba de la insuficiencia de esta regla
aislada, que algunas especies comestibles tienen
colores vivos, como la Amanita ccesarea y ciertas
Russula, que son de color rojizo anaranjado. Las
especies comestibles tienen, por regla general,
color blanco, grisáceo claro ó de corteza de pan.
2. a Los hongos de duración muy fugaz, como
el Coprinus deliquescens, cuyos desarrollo y des-
composición se suceden en un plazo muy breve,
que á veces es sólo de algunas horas, son sos-
pechosos. Los comestibles, generalmente, viven
algunos días, y al pasarse no suelen podrirse, ni
menos delicuescerse, y pueden secarse sin descom-
posición aparente, expuestos á la acción de una
atmósfera que no esté saturada de humedad.
3. a Los hongos formados por tejidos flojos,
cuya carne es poco consistente, son sospechosos.
Las especies comestibles tienen la carne consis-
tente frágil, y aun á veces algo fibrosa, sin serlo
MANUALES SOLER 29

nunca mucho, y jamás coriácea y leñosa. Algunas


Russula y Lactarius son peligrosos á pesar de la
consistencia de su carne.
4. a Debemos sospechar de los hongos que
tienen el pedicelo hueco, fistuloso ó esponjoso en
su porción central; los comestibles le suelen tener
macizo y consistente, de modo que cortado al
través debe aparecer la sección entera y homogé-
nea en su estructura y consistencia.
5. a Debemos desconfiar de los hongos que, al
ser cortados, dejen fluir líquidos lechosos ó colo-
reados. Aunque hay excepciones, como el Lacta-
rius deliciosus, que es comestible y muy estimado
y posee jugo lechoso, la generalidad de las espe-
cies comestibles no son excesivamente jugosas,
ni exudan líquidos coloreados ó lechosos.
6. a Los hongos que desprenden olores des-
agradables, fétidos, amoniacales ó acres, son sos-
pechosos. Las especies comestibles poseen gene-
ralmente un olor débil y agradable, que recuerda
el de la harina fresca y que los aficionados cono-
cen muy bien; algunos tienen olores aromáticos
que recuerdan los del anís, é hinojo, y otros de
buena calidad son inodoros, como lo son también
algunos venenosos, como la oronja falsa [Amanita
muscaria).
7. a Las especies comestibles suelen tener un
sabor agradable, que recuerda algo el de algunas
semillas oleaginosas como la avellana, mientras
que los hongos sospechosos tienen con gran fre -
cuencia sabor amargo, acre, acídulo ó salino. Como
excepciones pueden mencionarse la de la oronja
falsa, tan nociva y que apenas tiene una ligera
3
30 LÁZARO - HONGOS G O M E S f l B L E S Y VENENOSOS

amaritud, y el Lactarius piperatus, de sabor pican-


te en fresco y que cocido es comestible.
E n resumen, que los hongos comestibles, en
general, no deben tener coloraciones vivas, sino
ser blancos ó de color de pan tostado; no deben
ser de vegetación demasiado fugaz, ni delicues-
centes al pasarse; deben tener la carne consistente
y el pedicelo macizo; no fluir por sus cortes jugos
lechosos ni coloreados, ni cambiar en ellos de
coloración, y no deben poseer sabor ni olor des-
agradables ó repulsivos. Las especies sospechosas
tienen los caracteres opuestos á éstos.
1 0 . REGLAS APLICABLES Á LOS POLIPORÁ-
CEDS. - Las reglas que para estos hongos se esta-
blecen son casi exclusivamente para las especies
del género Bolelus, puesto que casi todas las espe-
cies de los demás géneros, por la dureza de sus
tejidos y la escasez de masas carnosas, no son
utilizables para el consumo. Son sospechosos estos
hongos: 1.°, cuando la carne de su sombrerillo
cambia de color al ser comprimida entre ios dedos;
2.°, cuando tienen olor acídulo ó desagradable;
y 3.o, cuando su sabor es acre ó picante.
En cuanto á los colores, no podría aplicarse la
regla dada para los Agaricáceos, pues hay espe-
cies comestibles, como el Boletus luteus, cereus y
granulatuSy cuyas coloraciones rojizas ó amari-
llentas son á veces bastante intensas, carácter que
igualmente presentan otras especies tóxicas, como
el Boletus flavus,piperatus y luridus, por ejemplo.
11. LAS FALSAS REGLAS CONSTITUYEN EL
MAYOR PELIGRO.— L a confianza engendrada por
ciertas reglas que, sin fundamento alguno, circulan
MANUALES SOLER 31

de boca en boca y se transmiten por tradición


como verdades inatacables, son la causa de la ma-
yoría de los envenenamientos causados por los
hongos. Fundados en su aplicación, y aun á veces
después de ensayos basados en ellas, cómense sin
temor aun las especies más peligrosas. Por eso, al
par que se haga propaganda por divulgar el cono
cimiento de los hongos y para que no se desprecie
una materia alimenticia digna de estimación, hay
que hacerla también, y activísima, para extinguir
los peligrosos errores que éstas falsas reglas traen
consigo.
Figura en primer término la prueba que suele
hacerse cociendo los hongos con una moneda ó
un objeto de plata y dando aquéllos por buenos
si -la plata no altera su coloración y por malos si
resulta ennegrecida en su superficie. Nada hay
más destituido de fundamento, ni más expuesto á
deducir una consecuencia falsa, pues tal ensayo
no permite reconocer la naturaleza de los hongos.
Es cierto que unas veces éstos ennegrecen la plata
y otras no; pero en ningún caso esto es debido á
los principios tóxicos de los hongos, que son prin-
cipios de naturaleza alcaloidea y nunca tuvieron
tal propiedad. Este ennegrecimiento es debido al
ácido sulíhídrico, y es la existencia de éste, y no
la de los venenos, la que á lo"sumo se puede
comprobar por este medio. Substancias tan sanas y
alimenticias como los huevos ennegrecen también
la plata sin que por eso se deban suponer en ellos
propiedades tóxicas. L o comprobado por las prác-
ticas realizadas por especialistas muy concienzu-
dos, es que, especies de las m á s venenosas, unas
32 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

ennegrecen la plata y otras no, y que lo mismo


sucede con las especies comestibles.
Otro tanto puede decirse de otra falsa regla
también muy vulgarizada: lá de que los hongos
tóxicos cocidos con cebolla hacen tomar á esta
substancia una coloración pardusca ó azulada y
que los comestibles no alteran el color propio de
la cebolla. L o cierto es que algunos hongos tiñen
á la cebolla en estas condiciones y otros no; pero
esta propiedad no depende de que sean tóxicos
ó no, pues, lo mismo que la de ennegrecer á la
plata, varía entre unos y otros; así que especies
venenosas de las más temibles no tiñen de pardo
ó azulado á las cebollas, mientras que sí lo hacen
otras de las comestibles mejor comprobadas.
También es una preocupación y no una regla
la de que son malos todos los hongos que viven
sobre los árboles. Es verdad que los yesqueros
(Polyporus) que nacen sobre los árboles son malos
en general; pero es por su consistencia coriácea y
casi leñosa, no por contener principios tóxicos.
En cambio-la Armilla7Ía mellea, la Fistulina hepá-
tica, ciertos Polyporus no muy duros (frondosus,
giganteus, confluens) y, sobre todo, ciertas especies
muy estimadas de Pleurotus y las muy excelentes
del género Pholiota viven todas sobre los árboles
y son comestibles.
Tampoco es muy fundada la regla de que las
especies que son comidas por los caracoles, insec-
tos y otros animales pueden comerse sin temor.
L a experiencia, practicada con' animales de orga-
nización tan diversa de la humana no puede
tenerse en cuenta cuando vemos que éstos comen
MANUALES SOLER 33

aun las plantas más tóxicas y peligrosas para el


hombre como la belladona, hierba mora, dulca-
mara, léchemelas, etc., sin experimentar altera-
ción. A u n si se tratase de animales mamíferos,
podría ser esto más probable; pero no se olvide
que el ganado vacuno come con gran complacen-
cia hongos que, como el Lactarius piperaius, son
peligrosos para el hombre si no están preparados
por una cocción previa.
Suele indicarse que son comestibles los hongos
que tienen anillo. Este anillo, que sólo se observa
en ciertos hongos de la familia de los Agaricáceos,
es un resto del período primero de formación de
estos hongos, en los que el sombrerillo, antes de
abrirse, ha estado plegado, de modo que sus bor-
des estaban soldados con el pedicelo y ciñendo á
éste; al abrirse el sombrerillo, sus bordes quedaron
adheridos á dicho órgano, formando una circunfe-
rencia membranosa que ciñe al pedicelo. Aunque
es verdad que muchos hongos comestibles poseen
este anillo, no lo es menos que también le ostentan
algunas especies muy venenosas. Así las Amanita
muscaria, verna, venenata y umbrina se hallan en
este caso, y otros hongos, como los Marasmius,
son comestibles y carecen de anillo.
Dícese también que los hongos comestibles
tienen la superficie seca y los venenosos la tienen
viscosa y glutinosa, aserción mal fundada, puesto
que hay hongos comestibles glutinosos, como el
Boletus luteus, Russula cyanoxaniha y Tricholoma
equestre, mientras no pocos Boletus venenosos la
tienen completamente seca.
Inexacta es también la regla de que los hongos
34 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

comestibles viven siempre en los sitios descubier-


tos de los campos y praderas y los sospechosos
en los sombríos y húmedos, pues hay especies
bien vulgares de Agaricáceos pertenecientes á
géneros cuyas especies, si no son tóxicas, tampoco
se califican de comestibles (Panceolus, Stropharia),
que habitan en jugares bien descubiertos, mientras
que los Hydnum, Clavaria y Cantharellus cibarius
se hallan siempre en formaciones de bosque
denso.
MANUALES SOLER 35

III

CLASIFICACIÓN DE LOS HONGOS

12. CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS PLAN-


TAS PERTENECIENTES Á ESTA CLASE.—Forman
los hongos u n g r a n g r u p o , m u y numeroso en es-
pecies y c o n s t i t u y e n d o una clase. E s t a puede c o n -
siderarse h o y como s u b d i v i d i d a en seis subclases
del m o d o siguiente:

Hongos con las células sueltas y despro-


vistas de membranas celulósicas (micros-
cópicos). . . . . . . . . MIXOMICETOS
Hong-os con talo unicelular provisto de mem-
brana celulósica; r e p r o d u c c i ó n sexual (mi-
croscópicos) ' OOMICETOS
Hongos p a r á s i t o s de los vegetales; con una
sola clase de esporas insertas directamente
sobre ramas cortas del micelio (microscó-
picos) . USTILAGÍNIDOS
Hongos p a r á s i t o s de los vegetales; con d©s
ó m á s clases de esporas; éstas insertas
sobre r e c e p t á c u l o s fructíferos (microscó-
picos) . UREDÍNIDOS
3(5 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

Hongos con esporas externas, producidas


por g e m a c i ó n sobre basidios (macroscó-
picos) BASIDIOMICETOS
Hongos con esporas internas, producidas %
dentro de células madres ó aseas (macros-
cópicos) ASCOMICETOS

1 3 . GRUPOS EN QUE FIGURAN LOS HONGOS


COMESTIBLES Y VENENOSOS.—De estas subcla-
ses sólo nos interesan las dos últimas, por ser las
únicas en que pueden existir especies comestibles
ó venenosas. Una de ellas, la de los basidiomicetos,
puede considerarse dividida en dos órdenes con
arreglo á la posición del himenio. Sabido es que
éste se halla formado por las células madres de las
esporas (que en los hongos de esta subclase serán
los basidios) y forma una membrana que reviste
parte de la superficie del aparato esporífero.
Si el himenio está recubriendo la superficie ex-
terior del aparato esporífero, recibe el nombre de
himenio externo y caracteriza el orden de los
HlMENOMICETOS; si en vez de esto se halla tapi-
zando la superficie de una ó más cavidades abier-
tas en el aparato esporífero, se llama himenio in-
terno, y los hongos que ofrecen esta disposición
forman el orden llamado de los GASTEROMICETOS.
La otra subclase que nos interesa, por compren-
der hongos comestibles y venenosos, es la última
de las antes indicadas, ó sea la de los ASCOMI-
CETOS.
14. DIVISIÓN DE ESTOS GRUPOS EN FAMI-
LIAS.—Los tres grandes grupos (Himenomicetos,
Gasteromicetos y Ascomicetos) en que aparecen
MANUALES SOLER 37

divididos los hongos que hemos de estudiar, se sub-


dividen, á su vez, en familias del modo siguiente:

A. —Himenomicetos
'Con laminillas radiantes en la cara inferior del som-
breiillo. . . . . . . . A G A R l C Á C E O f .
Hongos enjCon laminillas entrecruzadas formando mallas ó di-
forma dé < bujos que semejan un panal en la cara inferior del
sombrerillo 1 sombrerillo , POLIPORÁCEOS
Con puntas cónicas ó aplastadas en la cara inferior
del sombrerillo HIDNÁCEOS
/En forma mazuda sencilla ó muy rami-
Sin consis l ficados. . . . CLAVARIÁCEOS
tencia \
gelatinosa /En formas muy diversas; no mazudas
\ ni ramificadas. TELEFORÁCEOS
! Con consistencia gelatinosa. TREMELINÁCEOS
B. — Gasteromiceíos
/En cuya sección no se advierten tabi-

Í
Sentado \ • < • • L,COPERDÁCEOS .
*"* aPen^f SEn cuya sección se notan tabiques que
pediceladoi d¡viden ia c ^ i ^ interna
I . . . . . . ESCLERODERMÁCEOS
Sostenido por un pedicelo varias veces más largo
que él. . . FALÁCEOS
Hongos cuyo aparato esporííero es subterráneo
H l M E N O G ASTRÁCEOS

C.—Ascomicetos
Con aparatos esporíferos visibles, en forma de tazas ó copas
abiertas PEZIZÁCEOS
Con aparatos esporíferos tuberculosos y subterráneos
. . . . TUBERÁCEOS *
LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y V E N E N O S O S

IV

HONGOS HIMENOMICETOS COMESTIBLES—A6ARICÁCE08

15. CARACTERES GENERALES DE LQS HON-


GOS DE ESTA FAMILIA. — Hongos basidiomice-
tos, con himenio externo. Su forma es la de un
sombrerillo pedicelado, en cuya cara inferior se
distinguen numerosas laminitas radiantes.
Como son muchas las especies interesantes,
habremos de llamar la atención sobre algunos
detalles de la organización , de estos hongos, que
habrán de servirnos para la distinción de sus d i -
versas especies comestibles. La posición del pedi-
celo respecto del sombrerillo, que puede ser central
(en casi todos) y excéntrica y aun lateral en
algunos.
La existencia de la volva, capa exterior que,
como la corteza de un huevo, suele envolver el
aparato esporífero de algunos Agaricáceos cuando
comienza á desarrollarse y cuya existencia puede
reconocerse en este aparato ya desarrollado por-
que la mitad inferior de la volva envuelve la base
del pedicelo y á veces también por los restos que
de la mitad superior de esta volva quedan adheri •
MANUALES SOLER 39

dos en forma de placas* irregulares en la cara


superior del sombrerillo; en los casos en que se
dude de la existencia de la volva, se podrá reco -
nocer fácilmente si existe ó no en los aparatos
esporíferos jóvenes.
Otro carácter de gran aplicación es el que se
refiere á la existencia del anillo, órgano que resul-
ta de que los bordes del sombrerillo estuvieron
tan fuertemente adheridos al pedicelo, que al
abrirse aquél, quedaron ciñendo á éste, á cierta
altura, á modo de una faja membranosa, lacinia-
da y colgante, bien fácil de observar. Cuando los
restos de esta adherencia del sombrerillo al pedi -
celo se reducen á ciertos filamentos tenues (á veces
poquísimos en número) que unen uno con otro en
el hongo adulto, se dice que existe cortina.
También ha de atenderse á si al cortar d som-
brerillo ó el pedicelo fluyen jugos lechosos ó colo-
reados.
Las laminillas existentes en la cara inferior se
llaman himéniales, por tener la superficie tapiza-
da por el himenio (según se vió en la fig. 3), y la
forma en que éstas terminan por su extremo más
próximo al pedicelo sirve para distinguir algunos
géneros. Si se hallan adheridas al pedicelo por
toda la extensión de este borde y prolongadas
hacia abajo, se dice que son decurrentes; por el
contrario, si se angostan bruscamente por la parte
próxima al pedicelo, como para disminuir el con-
tacto con éste, se dice que están escotadas; en
cualquier otro caso en que no tengan ninguna de
estas disposiciones, se dice que no son decurrentes
ni escotadas.
40 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

Empléase también en la característica la pro-


porcionalidad relativa entre el t a m a ñ o de los som-
brerillos y el diámetro de los pedicelos, y se nota
si éstos son huecos ó macizos. Es también buen
carácter la coloración de las esporas ó la de las
laminillas himeniales, cuya superficie debe á las
esporas su coloración. Si las esporas son incoloras,
las laminillas himeniales permanecen blancas aun
en el estado adulto de los sombrerillos; pero si las
esporas se colorean en la madurez, las laminillas
adquieren coloraciones ocráceas, rosadas, rojizas y
aun pardo negruzcas.
Con arreglo á estos caracteres, dividiremos los
hongos agaricáceos que nos interesan en varias
secciones

A.—Hongos con valva y anillo

16. A M A N l T A . — V o l v a envolviendo por com-


pleto á los hongos jóvenes; sombrerillos con colo-
res vivos en muchas especies; pie central; lamini-
llas himeniales libres ó casi libres, desiguales;
esporas grandes, blancas y lisas.—Especies terres-
tres.
Amanita ccesarea (fig. 4).—Sombrerillo de 10
á 15 centímetros de diámetro, bastante abierto, de
color rojizo anaranjado, con la margen estriada; pe-
dicelo amarillento^ con el anillo del mismo color y la
volva blanca, muy ancha y despegada del pedice-
lo; laminillas himeniales amarillas y enteras en sus
bordes; carne blanca, con ligero viso amarillento
debajo de la cutícula, con sabor muy agradable
y débilmente olorosa.—Esta especie, que es la lia-
MANUALES SOLER 41

mada auriola ú oronja, es muy estimada como


comestible.—Suele encontrarse en otoño en las
provincias del Norte, Este y Centro.—Nota: Esta
especie debe reconocerse cuidadosamente para no

Kig. 4. — Amanita casarca

confundirla con la Amanita muscaria [falsa oronja,


pág. l i o ) , especie parecida y de coloración análo-
ga, pero que es uno de los hongos tóxicos más
temibles.
Amanita « / ^ . — S o m b r e r i l l o s de 10 á 15 centí-
metros de diámetro, de color blanco puro y con
la margen lisa y sedosa, prolongada hasta exceder
42 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

la longitud de las laminillas himeniales; pedicelo


con la superficie empolvada de blanco, bulboso
en su base y con la volva ancha y libre; laminillas
himeniales libres y ventrudas; capa carnosa, grue-
sa y consistente, olor muy débil y sabor agrada-
ble. - En verano y otoño; se ha citado en las mon-
tañas de Navarra y en Cataluña, y suelen darle el
nombre vulgar de cogomat.
Amanita vaginata.—Sombrerillo de 5 á 10 cen-
tímetros de diámetro, pardo amarillento, lívido,
rojizo ó blanquecino en algún caso, poco carnoso,
aserrado en su margen, con la cara superior des
nuda ó con placas adheridas que son restos de la
volva; pedicelo blanquecino con volva muy ancha
y visible en su base, angostado en su ápice; lami-
nillas también blanquecinas; carne blanda, insípida
y casi inodora. —En verano y otoño, en los bos-
ques de suelo arenoso de nuestra región oriental.—
Nombre vulgar:pantinella.
Amanita ampia. — Sombrerillos de unos 6 cen-
tímetros de diámetro, blancos, brillantes, con ve-
rruguillas adheridas en su margen; pedicelo blan-
co, grueso, con escamas algodonosas, con anillo
fugaz, estriado y casi bulbiforme en su base, donde
presenta dos surcos concéntricos; laminillas libres,
redondeadas en su borde interno; carne blanca y
compacta con sabor y olor gratos.—En otoño, en
las montañas de Navarra.
Amaniia spissa.—Sombrerillo plano^ convexo,
de 4 á 12 centímetros, gris ceniciento, viscoso,
sin estrías marginales y desnudo ó con verrugui-.
tas; pedicelo blanco, macizo, con escamitas gri-
sáceas, con volva escamosa; laminillas blancas y
MANUALES SOLER 43

anchas, aserradas en sus bordes y decurrentes


sobre el pedicelo; carne blanca, consistente, insí-
pida, con olor grato y débil.—En verano y otoño,
en las provincias centrales y occidentales.

B.—Con üolva y sin anilló

17. V o L V A R l A . — Sombrerillos carnosos, con


el pedicelo central; laminillas himeniales libres y
esporas rojizas.—Terrestres.
Volvaria bombycina.—Sombrerillo de 9 á 15
centímetros, convexo-acampanado, blanco ó pardo
muy claro y cubierto de filamentos sedosos; pedi-
celo blanco y lampiño, de 8 á 16 centímetros de
altura, macizo, angostado en la parte superior,
provisto en su base de una volva muy ancha y
blanquecina; laminillas blancas y muy apretadas;
carne tierna, blanca, con sabor grato y olor débil.
—En Galicia, durante el verano y otoño.

C.—Sin volva y con anillo; láminas himeniales


blancas

18. LEPIOTA. - Anillo á veces poco durade-


ro; sombrerillo poco carnoso y con la superficie
algo escamosa; laminillas himeniales libres, desigua-
les y generalmente separadas del pedicelo; éste se-
parable del sombrerillo. —Especies terrestres.
Lepiota procera (lám. I). — Sombrerillo de 15
á 25 centímetros de diámetro, aovado convexo,
mamelonado, con la superficie desgarrada en esca-
mas anchas, pardas ó rojizas; pedicelo hasta de
2 ó 3 decímetros de altura, bulbiforme en su base
44 LÁZAHO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

y cubierto de escamas semejantes á las del som-


brerillo; anillo ancho y rígido que se desprende
fácilmente del pedicelo; laminillas blancas,, rara
vez amarillentas ó rojizas, apretadas entre sí y muy
distanciadas del pedicelo; carne blanda y blanca,
con buen sabor y olor. — Es conocida con los nom-
bres de apagador, matacandelas y pantinella por
su forma, y llámase también cagumelo, y no es
rara en otoño en el Centro y Nordeste.
Lepiota granulosa. ~ S o n \ h r e ú \ \ o pardo rojizo
en fresco, de 3 á 5 centímetros de diámetro; pedi-
celo con escamitas en su base, laminillas blancas
y casi libres; carne- algo rosácea.— Se ha encon-
trado en Aragón durante el otoño.
1 9 . ARMILLARIA.-—Sombrerillo carnoso con-
tinuo con el pedicelo, que es central, fibroso ó
cartilaginoso,y con anillo persistente ó que se des-
garra, formando escamas; laminillas himenialss
adherentes al pedicelo ó decurrentes; esporas inco-
loras.—Sobre troncos, y algunas terrestres.
A r m i l l a r i a mellea{\Á.m. I I , fig. 1).—Sombrerillo
de 5 á 10 centímetros, amarillo leonado, en alguna
variedad verde oliváceo y muy viscoso, plano con-
vexo, generalmente con escamas pequeñas, negruz-
cas y pelosas, estriado al fin en sus bordes; pedicelo
macizo, rojizo ó pardusco, con el anillo persisten-
te; laminillas himeniales decurrentes, con un diente
en su borde próximo al pedicelo; carne inodora y
con sabor ligeramente amargo. En otoño en las
provincias del Centro, Este y Sur.—Esta especie
suele causar daños de consideración en los pinares,
pues sus micelios, difundiéndose por debajo del sue-
lo, atacan á las raíces de los pinos, llegando á ma-
MANUALES SOLER 45

tar éstos y determinando la formación de calveros.


Se les llama en catalán pollancróns.
A r m i l l a r i a bulbigera (fig. 5).—Sombrerillo con-
vexo de 5 á 8 centímetros, pardo ó rosado; pedi-
celo muy marcadamente bulboso en su base, con
anillo oblicuo y caedizo; laminillas escotadas; carne
blanca.—Mencionado en Navarra durante el otoño.

Fig. 5.—Armillaria

A r m i l l a r i a mucida.—Sombrerillo de 4 á 5 cen-
tímetros de diámetro, blando y delgado, de color
blanco ó apenas grisáceo en su parte superior; pe^
dicelo delgado, apenas ensanchado en su base,
con el anillo ancho y estriado; laminillas decurren-
tes, con esporas globosas muy grandes.—Envera-
no en las m o n t a ñ a s de Navarra.

D . ^ S i n tolva y con anillo ó cortina; laminillas


himeniales ocráceas, rojizas ó parduscas

20. PSALLIOTA.—Hongos bastante carnosos^


globosos al principio; sombrerillo blanco, amari-
46 LÁZARO - HONGOS COMESTIBI E S Y VENENOSOS

liento ó con ligero viso rojizo; carne blanca; l a m i -


nillas himeniales delgadas, desiguales, negras al
fin; pedicelo central, macizo y grueso, del color
del sombrerillo; anillo membranoso.—Terrestres y
todas comestibles.

a.—Especies cuya carne no altera su color blanco


al ser cortada ó comprimida

Psalliota arvensis.—Sombrerillo blanco ó ama


rillento, de 8 á 10 centímetros de diámetro, cónico-
acampanado al principio y después abierto, grueso
y carnoso; pedicelo blanco y grueso, hueco ó algo-
donoso en su parte más interna, de 8 á IO cen-
tímetros de altura y con el anillo ancho y colgante
rebordeado y casi desdoblado en dos; laminillas
ventrudas y más anchas en su parte externa, blan-
co-rosadas, y al fin pardo-oscuras; carne blanca con
olor ó sabor agradables.— Común en verano y otoño
en las praderas del Norte, Centro y Poniente. —
Esta especie, muy recomendable como alimenticia,
se puede cultivar con facilidad; llámanla seta ú
hongo común ó comestible.
Psalliota pratensis.—Se caracteriza por su som-
brerillo blanco grisáceo ú ocráceo, finamente pelo-
so ó aterciopelado; laminillas que se estrellan hacia
el borde externo, redondeadas en el interno, ceni-
cientas y al fin pardas; pedicelo completamente
macizo, con el anillo caedizo.—Verano y otoño, en
las provincias septentrionales.
MANUALES SOLER 47

b.—Especies cuya carne se enrojece d pardea al ser


cortada 6 comprimida

Psalliota campestris (fig. 6 y lám. I I , fig. 2). —


Sombrerillos de 8 á 15 centímetros, blanco-rojizos

•ra

Fig. 6.—Psalliota campestris

ó blanco-parduscos, convexo plano, sedoso ó fina-


mente escamoso; pedicelo blanquecino, macizo, de
4 á 6 centímetros, con el anillo blanco y general-
mente desgarrado; laminillas ventrudas, apretadas,
48 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

angostadas en ambos extremos, rosadas al princi-


pio, rojo-vinosas luego, y al fin negruzcas y casi
delicuescentes; carne blanda, blanca y abundante
que se enrojece por la presión, con olor y sabor
muy agradables.—Llámase hongo comestible ó co-
mún, cogumelo, p a n de lobo y girgola blanca (en ca-
talán rovayel-los), y es común en otoño y primavera
en toda la Península.—Es la especie que se cultiva
con mayor frecuencia y en m á s vasta escala.
Psalliota sylvaiica.—Distingüese por su pedi-
celo hueco, sombrerillo aterciopelado, blanco, ro-
sado ó rojo, y sus laminillas que no llegan á ser ne-
gruzcas y se desecan bien.—Se ha citado en otoño
en Navarra y en Portugal.
21. PHOLIOTA. —Sombrerillo carnoso, con-
vexo, nunca deprimido en su centro y con la super-
ficie desigual y aun escamosa; pedicelo central, lami-
nillas himeniales adheridas ó decurrentes, rara vez
libres^, esporas ocráceas ó pardas; pedicelo macizo
con anillo membranoso y generalmente fugaz.—
Especies unas terrestres y otras viviendo sobre
los troncos; todas comestibles.

a.—Especies lignícolas

Pholiota w?/:tó^7z>. —Sombrerillos de 4 á 9 cen-'


tímetros, pardos ó acanalados al principio, después
más claros; pedicelo amarillento, escamoso, ne-
gruzco en su base, rígido, curvo, m á s largo que el
diámetro del sombrerillo, y con anillo caedizo;
laminillas pálidas y luego acaneladas, anchas, apre-
tadas y decurrentes; carne blanquecina con olor
débil semejante al de algunas frutas.—Es la seta de
MANUALES SOLER 49

chopo, llamada tambiénpollaten, común durante casi


todo el año en la mayoría de nuestras provincias.
Pholiota ¿Egerita.— Difiere por su sombrerillo
de 5 á 9 centímetros, generalmente rugoso y res-
quebrajado; por sus laminillas blanquecinas y luego
pardo-rojizas, angostadas en su borde externo y

Fig. 7.—Pholiota squarrosa

redondeadas y con un diente en el interno* por el


pedicelo lampiño, sedoso y algo fibroso, con anillo
persistente, y por su olor aromático bastante i n -
tenso.—Llámase igualmente seta de chopo y es
común en E s p a ñ a en primavera y otoño.
Pholiota cylindracea.—Sombrerillo húmedo, casi
viscoso, con la margen muy arrollada; pedice'o
apenas escamoso, con anillo persistente en su par-
te superior; laminillas al fin pardas ú ocráceas;
50 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

sabor dulce y agradable. — E n primavera y otoño,


en las provincias del Este, sobre chopos y sauces.
Pholiota squarrosa (fig. 7).—Fácil de reconocer
por su sombrerillo azafranado y escamoso, lamini-
llas himeniales amarillentas y luego oliváceas, pe-
dicelo escamoso, carne amarilla y olor de madera
húmeda ó podrida.—En otoño, en las provincias
del Centro y Norte.

h.—Especies terrestres

Pholiota caperata (fig. 8). — Sombrerillo de 6 á


10 centímetros, ovoide, abierto, amarillo, empolva-
do en su centro, con la margen delgada, rugosa y
asurcada; pedicelo de 6 á 9 centímetros de altura,
blanquecino, grueso, macizo, frágil y escamoso
por encima del anillo, que es generalmente o b l i -
cuo, estriado y desgarrado; laminillas amarillentas
ó terrosas, aplicadas, denticuladas en su borde y
adheridas al pedicelo, carne frágil é insípida, blan-
ca ó amarillenta.—En verano y otoño en la región
central.
Pholiota /'r^iíur.—Sombrerillo,de 3 á 7 centí-
metros, blanco y después de color amarillo de ba-
dana, plano-convexo, blando, lampiño y liso; pedi-
celo de 4 á 10 centímetros, blanco, pubescente al
principio y después lampiño, hueco al fin; lamini-
llas blancas primero y pardas después, apretadas,
con su borde interno redondeado, y adheridas; carne
blanca, dulce y con olor grato.—En primavera y
verano, en las provincias del Centro y Oeste.
. Pholiota togularis.—Sombrerillo de 3 á 4 cen-
tímetros, acampanado abierto, ocráceo pálido,
MANUALES SOLER 51

liso, lampiño y algo viscoso; pedicelo amarillento,


empolvado de blanco en su parte superior, hueco
y de 3 á 8 centímetros de altura, con anillo blan-
quecino y fugaz, situado hacia la mitad del pedi -
celo y estriado en su cara inferior; laminillas ama-

Fig. 8.—Pholiota caperata

rillentas ó anaranjadas, adheridas ó ventrudas.—


Hallado en verano y otoño en el Sur de Aragón,
22. CORTINARIUS.—Hongos carnosos, bas-
tante regulares en su forma, al menos cuando
jóvenes; laminillas himeniales desiguales, numero-
sas, pálidas al principio, luego ocráceas y que se
decoloran después; pedicelo central macizo y uni-
do al borde del sombrerillo por algunos filamentos
52 LÁZABO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

que forman la cortina (sin anillo).—Terrestres y


generalmente de gran t a m a ñ o .
Cortinarius cinnamomeus. — Sombrerillo de 3 á
4 centímetros mamelonado y obtuso, acanelado,
anaranjado ú oliváceo, con fibrillas sedosas ama-
rillas y luego lampiñas; pedicelo amarillento, lami-
nillas anchas, rojas, amarillas ó anaranjadas y bri-
llantes; carne amarillenta.— E n otoño, en las pro-
vincias centrales, septentrionales y occidentales.
Cortinarius violaceus (fig. 9). — Sombrerillo de

Fig. 9. — Cortinarius violaceus

6 á 15 centímetros, muy grueso, aterciopelado,


teñido como el pedicelo y laminillas de un color
violado oscuro; pedicelo esponjoso, bulboso en su
base; laminillas anchas, gruesas y espaciadas; carne
blanda, inodora y coloreada.—En verano y otoño,
en la región central.—Seta de pezón azul.
MANUALES SOLER 53

E . — S i n tolva n i anillo; con jugo lechoso

23. LACTARlUS. —Sombrerillo carnoso y ge-


neralmente arrollado en sus bordes; laminillas
himeniales prolongándose sobre el pedicelo (decu-
rrentes); esporas con ía superficie verrugosa; abun-
dante líquido lechosos (látex), de color variable, y
que fluye al cortar el hongo.—Terrestres.

a. —Con sombrerillo blanco

Lactarius piperatus (fig. 10).—Sombrerillo de


10 á 20 centímetros de diámetro, algo amarillento

Fig. IO,—Lactarius piperatus

al fin, duro y compacto, lampiño, liso ó algo rugoso,


deprimido en su centro y finalmente embudado;
pedicelo macizo, blanco, corto, grueso y pruinoso;
laminillas blancas ó ligeramente amarillentas, estre-
chas y muy aproximadas entre sí; jugo lechoso
abundante, blanco y acre; carne blanca y frágil,
54 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

inodora, con sabor picante que pierde por la


cocción.—En verano y otoño en las provincias del
Centro y Este.—Es llamado hongo pimentero, pe-
braza y gírgoias, y no debe comerse sino después
de hacerle sufrir la cocción.
Lactarius vellereus. — Difiere del anterior por
tener el sombrerillo recubierto de tomento fino en
su cara superior, por sus laminillas blancas con
reflejos verdosos y al fin rojizas, anchas, gruesas,
arqueadas y bastante espaciadas.—En verano y
otoño en la región occidental.

h. — Hongos coa el, sombrerillo amarillo, anaranjado


6 rojizo

Lactarius deliciosus (lám. I I I , fig. i ) . — Sombre-


rillo de 8 á 12 centímetros, anaranjado ó rojo, con
zonas de intensidad diferente, á veces con man-
chas azules, viscosa; laminillas himeniales decurren-
tes y azafranadas, verdosas si se frotan; látex aza-
franado que por la acción del aire se oscurece.—
Mizcalo, níscalo, rebollón y rovellón ó ruvallón.
—Puede hallarse en verano y otoño en todas las
regiones de la Península.
Lactarius pallidus.— Sombrerillo de 6 á 16 cen-
tímetros de diámetro, convexo, más deprimido en
su centro, amarillo, de color de badana ó algo
rojizo; laminillas pálidas, pruinosas, apretadas y
casi decurrentes; látex blanco é insípido; pedicelo
blanco de 3 á 7 centímetros, grueso, fistuloso, liso
y lampiño; carne blanca y débilmente a r o m á -
tica.—Citado en verano y otoño en Navarra y
Portugal.
MANUALES SOLER 55

Lactarius subdulcis (fig. n ) . — D i s t i n g ü e s e por


su sombrerillo rojo acanelado, deprimido y sin
zonas; laminillas apretadas y adheridas; látex blan-

F i g . II.—Lactarius subdulcis

co y dulce y algo astringente; pedicelo hueco y


blanco; carne rojiza é inodora. - En verano y otoño
en las provincias del Este, Norte y Poniente. ,

c—Especies con el sombrerillo pardo 6 verdoso

Lactarius turpis.— Sombrerillo de 8 á 15 centí-


metros, pardo oliváceo, generalmente manchado
de negro y verde, viscoso; pedicelo corto, olivá-
56 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

ceo, macizo y también viscoso, angostado en su


base; laminillas pálidas y delgadas; látex blanco y
acre.—Se ha indicado alguna vez en España, donde
debe ser raro. —Es otoñal y no debe comerse sino
después de cocido.

F . — S i n voloa, anillo, n i jugo lechoso; laminillas


himeniales decurrentes y blancas

24. LENTINUS.— Sombrerillo carnoso ó co-


riáceo, flexible cuando joven; laminillas himeniales
desiguales, membranosas, con el borde denticulado
ó desgarrado.—Sobre los troncos.
Lentinus tigrinus.— Sombrerillo de 5 á 8 centí-
metros de diámetro, blanquecino, con escamas
sedosas, blancas ó grisáceo-amarillentas, coriáceo,
deprimido en su centro y al fin embudado; pedicelo
de 4 á 5 centímetros, delgado, pálido, con escami-
llas; laminillas decurrentes, estrechas y denticula-
das, de color blanco amarillento; carne blanca con
olor y sabor agradables. — En verano y otoño, sobre
troncos viejos, en Valencia.
25. CANTHAEELLUS.—Hongos carnosos en
forma de embudo, cuyo pie se confunde con el
sombrerillo; laminillas himeniales gruesas y acu-
sándose como nervios gruesos en la superficie e x -
terior del embudo, decurrentes sobre el pedicelo.
— Terrestres y lignícolas.
Cantharellus cibarius (lám. I I I , fig. 2). —Hongo
todo él de color amarillo de yema de huevo, rara
vez blanco, con el sombrerillo de 2 á 7 c e n t í m e -
tros, lampiño, sinuoso y convexo, y después exca-
vado y bastante consistente; pedicelo lampiño,
MANUALES SOLER 57

cónico, angostado en su , base; laminillas gruesas


y espaciadas, con ramificaciones dicótomas, decu-
rrentes; olor agradable y sabor algo picante. —Se
encuentra alguna vez en verano y otoño en las

Fig, 12.—Clitocybe geotropa

provincias del Centro, Este y Poniente, y suele


designarse con los nombres de rosiñol, cabrito y
cama seca.
26. CLITOCYBE.—Hongos carnosos, con los
sombrerillos m á s ó menos vueltos hacia arriba
en forma de embudo; pedicelo central y un poco
ensanchado en su base; laminillas himeniales
58 l.ÁZAFO — HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

delgadas y más ó menos decurrentes sobre el pe-


dicelo. Terrestres.
Clitocybe geoíropa (fig. 12).—Sombrerillo de 5 á
10 centímetros de diámetro, liso, lampiño, algo
mamelonado, amarillento pálido, con manchas

Fig. 13. — Clitocybe laccata

rojas; pedicelo de 8 á 1 o centímetros, blanquecino,


adelgazado en su parte superior, macizo; laminillas
apretadas, blanquecinas y largamente decurrentes;
carne blanca, abundante y consistente. - En verano
y otoño, en las provincias del Este y Poniente.
Clitocybe brumalis.—Sombrerillo de 2 á 3 cen-
tímetros, deprimido en su centro y al fin embuda-
do, lívido ó amarillento; pedicelo casi hueco; lami-
MANUALES SOLER 59

nillas arqueadas y decurrentes, amarillentas, blan-


quecinas ó grisáceas; carne débilmente olorosa.—
En Navarra, en otoño é invierno.
Clitocybe catina.—Sombrerillo delgado y l a m -
piño, de 5 á 8 centímetros, plano y luego embu -
dado, blanco cárneo en tiempo húmedo y con
algún matiz amarillento en fresco; pedicelo blanco,
macizo, algo elástico y algodonoso en su base;
carne blanca, algo esponjosa, sabrosa y perfuma-
da. - En otoño, en la región occidental.
Clitocybe laccata (fig, 13).—Sombrerillo de 2 á
5 centímetros de diámetro, generalmente deprimi-
do en su centro, de color violáceo, ocráceo ó rojizo;
pedicelo macizo, delgado y tenaz^ del mismo color
que el sombrerillo, bastante fibroso; laminillas
gruesas espaciadas y adheridas, de intenso color
violado, que al fin palidece.— En verano y otoño,
en la región occidental.

G.—Sin volva, anillo, ni jugo lechoso; laminillas


himeniales decurrentes, ocráceas ó rojizas

27. P A X I L L U S . — Sombrerillo carnoso algo


deprimido ó excavado en su centro, con los bordes
arrollados, prolongándose en un pie central y an -
gestado en su base; laminillas himeniales cuyo
conjunto se separa fácilmente del resto del som-
brerillo; esporas ocráceas ó de color de canela.—
Terrestres ó lignícolas,
Paxillus involutus (fig. 14).—Sombrerillo de 6 á
15 centímetros, plano convexo y luego deprimido,
de color ocráceo, con la margen arrollada, tomen-
tosa y estriado-acanalada; pedicelo amarillento y
60 LA.ZA.RO - H O N G O S C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

grueso en su ápice y macizo; laminillas himeniales


anchas, ramificadas y anastomosadas, amarillentas,
ocráceas cuando se frotan; carne amarillenta con
sabor y olor agradables.—Cítase en España duran-
te el verano y otoño.

Fig. 14.—Paxillus involutus

28. CLITOPILUS.—Hongo con el sombrerillo


carnoso y el pedicelo central; laminillas himenia-
les delgadas y desiguales; esporas rosadas y roji-
zas.—Terrestres. ,
Clitopilus Prunulus (fig. 15).—Sombrerillo de 4
á 8 centímetros de diámetro, al principio de forma
regular y después ondeado, blanco grisáceo, como
empolvado, compacto y no viscoso; pedicelo blan-
quecino, grueso, estriado, de 2 á 3 centímetros de
altura y engrosado en su base; carne frágil, con
MANUALES SOLER 61

olor feculento y agradable.— Esta especie, conocida


con los nombres vulgares de mucerón, mojar-
dón, mosarñón, moxarno y moscado, hállase desde
la primavera al otoño en las provincias del Norte
y Este.

F'g- —Clitopilus Frunulus

Clitopilus Orcella.—Sombrerillo de 4 á 5 centí-


metros de diámetro, blando, de forma irregular,
blanco grisáceo y como empolvado; pedicelo
macizo, engrosado en ambos extremos, tomen-
toso en su base; laminillas himeniales blancas y
luego algo rosáceas; carne con olor de harina
intenso.—En primavera y más frecuentemente en
verano y otoño en las provincias centrales.

H.—Sin voloa, anillo, n i jugo lechoso, laminillas


himeniales escotadas

29. TRICHOLOMA.— Hongos generalmente


bastante carnosos, con pie central; laminillas hime-
niales delgadas y desiguales; superficie general-
5
62 L.ÍZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

mente viscosa, fibrilosa ó empolvada. —Terrestres


en general.

a. —Hojuelas himeniales amarillas

Tricholoma equestre (fig. 16).—Sombrerillo de


5 á 15 centímetros, convexo, viscoso, amarillo

Fig. i d . — Tricholoma equestre

verdoso, pardo en el centro; pedicelo macizo y


amarillo; laminillas anchas, apretadas, de color
amarillo de azufre; carne casi inodora, con sabor
dulzaino. - En otoño en el Norte, Centro y Po-
niente.

h.—Lamiaillas himeniales rosadas ó violáceas

Tricholoma personatum,—^Sombrerillo de 6 á 15
centímetros, tomentoso y empolvado, con la mar-
MANUALES SOLE K 63

gen arrollada, de color variable desde el violado


claro al grisáceo; pedicelo macizo y casi violado,
listado de blanco y violeta; laminillas libres, apre-
tadas, violáceas ó cárneas; carne blanca con olor
farináceo d é b i l — H á l l a s e en otoño en las regiones
septentrional y occidental.
Tricholoma nudum. — Diñere por su pedicelo no
estriado, sus laminillas muy apretadas y estrechas,
redondeado decurrentes, violáceas al principio y
lue^o rojizas, olor semejánte al de las grasas y
sabor débilmente, acídulo.—Hállase en otoño en el
Centro y Poniente.
Tricholoma ionides.—Sombrerillo de 2 á 6 cen-
tímetros, violado ó liláceo, que se decolora des -
pués; lamillas ligeramente azuladas ó casi blancas-
delgadas, decurrentes y con un diente; carne blan,
ca é inodora. —En verano y otoño, en Navarra.

c—Laminillas de otro color; sombrerillo blanco


6 casi blanco

Tricholoma Columóetla.—Sombrerillo de 5 á 8
centímetros, fibroso ó escamoso en su superficie,
con los bordes arrollados al principio y alguna vez
manchado de azul, violado ó rosa; pedicelo grueso,
frágil, blanco y estriado; laminillas blancas, delga-
das, apretadas y escotadas; carne blanca y ligera,
dulce é inodora. — Hállase en las provincias del
Centro y Este, durante el verano y otoño, y suele
designarse con los nombres vulgares de cogoma y
culgrós.
Tricholoma Georgii (fig. 17). —Difiere por su
sombrerillo de 2 á 5 centímetros, con débil matiz
64 LÁZAPO — HONGOS COMESTIBLES Y" V E N E N O S O S

amarillo ú o c r á c e o y la m a r g e n blanca y arrollada,


sus laminillas adherenteS al pedicelo que es blanco

Fig. 17, — Tricholoma Georgii

y sin escamas, y el olor farináceo intenso de su


carne.—En Navarra durante la primavera.

d.—Laminillas de otro color; sombrerillo


de colores vivos ó intensos

Tricholoma arcuatum.—Sombrerillo de 5 á 10
centímetros de diámetro, acampanado, deprimido
al fin, carnoso y escamoso en su superficie, de
color pardo rojizo;, pie de igual color más pálido^
estriado y ensanchado en su base; laminillas hime-
niales, decurrentes y anchas, bastante aproxima-.
MANUALES SOLER 65

das, de color pardo.—Hállase durante el otoño en


las provincias centrales.
Tficholoma Guernisaci.—Sombrerillo de 12 a
20 centímetros, pardo rojizo ó anaranjado pálido;
pedicelo grueso, bulbiforme en su base, laminillas
rojas; carne blanca, que se enrojece al aire y con
olor penetrante,—Citada en Navarra, durante el
verano y otoño.

I . — A^m volva, anillo (*) n i j u g o lechoso;


. laminillas kimeniales n i escotadas n i decurrentes;
al fin de color pardo oscuro ó negruzco

30. COPRINUS.— Hongos de duración efíme-


ra, poco carnosos, con los sombrerillos acampa-
nados bastante largos y estriados ó escamosos;
laminillas himeniales anchas, delgadas, desiguales
y convirtiéndose al fin en un líquido negruzco
(delicuescentes). - Sobre tierras y materfas en des-
composición.
Coprinus comatus (fig. 18).—Sombrerillo aovado
cilindrico de 4 á 5 centímetros de diámetro, con la
superficie desgarrada en escamas filamentosas,
rosado al principio y luego negruzco; pedicelo
blanco, brillante, jaspeado de rosa ó lila, íistu^
loso é inflamado en la base, con anillo blanco
que se desprende; las laminillas comienzan por
ser blancas y en breve rosadas y por fin negras.

{*) Aunque la mayoría de las especies del género Coprinus


carecen de volva y de anillo, hay algunas que poseen una ú
otro.
^6 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS .

— Llámanle matacandil y apagador por su forma,


y se halla en verano y otoño, en las provincias cen-
trales, orientales y occidentales.—Sólo puede ser

Fig. 18. — Coprinus co?natus

comestible cuando joven (cuando tiene las lamini-


llas blancas),
Coprinus fimetarius.—Sombrerillo de 4 á 5 cen-
tímetros de diámetro^ ceniciento^ lívido ó leonado,
peloso, con los bordes hendidos y vueltos hacia
arriba; pedicelo blanco con algunas escamitas, sin
volva ni anillo, prolongado en un rizoide fusifor-
me; olor agradable.—Común en verano y otoño en
toda la Península, y comestible cuando acaba de
aparecer. —Su nombre vulgar es hongo de corral,
Coprinus ^ r ^ z ' / m ^ . - S o m b r e r i l l o s de 8
centímetros, blanco sucio y casi membranoso,
profundamente asurcado, velloso sedoso, con las
escamas del ápice remangadas; pedicelo blanco,
MANUALES ?OLER 67

que se ennegrece donde se le toca, con volva en


su base; laminillas purpúreo-negruzcas, libres y
ventrudas —Casi todo el año; en Aragón.— C o -
mestible cuando joven.

J.—Sin volva, anillo, ni Jugo lechoso;


laminillas himeniales n i escotadas n i decurrentes,
de color blanco

3 1 . RUSSULA.— Hongos m á s ó menos carno-


sos, generalmente de colores vivos, con el pie
central recto y sin engruesamiento basilar; l a m i -
nillas himeniales, todas iguales, gruesas y frecuen-
temente unidas entre sí por medio de venas; carne
granulosa.—Terrestres.

a.—Sombrerillos rojos d pardo-violáceos

Russula alutacea.—Sombrerillo de 6 á 12 cen-


tímetros de diámetro, rojo ó violáceo de matiz
variable, viscoso, con la margen estriado-tubercu-
losa, delgada y que se pela fácilmente; pedicelo
de 4 á 8 centímetros, liso, esponjoso, blanco, ge-
neralmente manchado de rojo; laminillas muy
anchas, poco apretadas, amarillas y al fin o c r á -
ceas; carne blanca con sabor dulce.— Llámanla
cuagras, crueldas, criambes y se halla casi todo el
.año en Cataluña.
Russula cyanoxaníha.—Sombrerillo de IO á 12
centímetros, liso, apenas estriado en su margen y
que sólo se pela en su borde, purpúreo ó pardo
violáceo y aun manchado de amarillo alguna vez,
viscoso; pedicelo de 5 á 8 centímetros, blanco,
68 L A Z A R O - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

liso, esponjoso al fin; laminillas blancas, carne


blanca, purpurina bajo la cutícula, compacta y
dulce.—Verano y otoño, en Navarra.

&.—Sombrerillos ni rojos ni pardo-violáceos

Russula virescens (fig. 19).—Sombrerillo de 6 á


10 centímetros, convexo y luego deprimido, con la

Fig. 19,—Russula virescens

margen lisa, de color lechoso, manchado de verde


grisáceo, granujiento ó algo escamoso; laminillas
blanquecinas, bastante apretadas y desiguales;
pedicelo blanco y macizo; carne blanca y frágil,
con sabor y olor agradables.— En Navarra, en ve-
rano y otoño.
Russula heterophylla.— Sombrerillo convexo y
al fin deprimido, de 4 á 8 centímetros, grisáceo,
algo verdoso ó lilacino, suave y liso; pedicelo de
MANUALES SOLER

4 á 5 centímétros, lampiño y esponjoso; laminillas


delgadas, estrechas y apretadas, blancas y al fin
algo ocráceas; carne blanca, dulce y ligeramente
picante.—En Cataluña, durante el verano.
32. COLLYBIA.—Hongos generalmente algo
coriácetís, poco carnosos, con el pedicelo central,
cartilaginoso, hueco ó esponjoso en su parte más
interna; laminillas himeniales delgadas y desigua-
les.—Sobre troncos y hojas.

a.—Pedicelo peloso 6 pubescente

Collybia esculenta.—Sombrerillo acampanado y


al fin abierto, de 2 á 3 centímetros de diámetro,

Fig. 20,—Collybia veluíipes

ligeramente estriado, de color de badana clara,


algo viscoso en tiempo húmedo; pedicelo de 4 á
70 LÁZATiO - H O N G O S C O M E S T I B L E S Y V E N E N O S O S

10 centímetros, frágil, liso, pubescente en su base


y hueco; laminillas ventrudas, libres, blancas ó
apenas coloreadas. —En estío y otoño, en las p r o -
vincias centrales.
Collybia velutipes (fig. 20).—Sombrerillo con-
vexo-plano, de 2 á 5 centímetros, lampiño, viscoso,
de color leonado, pedicelo radicante y macizo, cu-
bierto de tomento pardo y aterciopelado; laminillas
anchas y espaciadas, blanco-amarillentas; carne
blanda, amarillenta, poco olorosa y con sabor mu-
cilaginoso.— En otoño é invierno, en las provincias
centrales y orientales.

6.—Pedicelo lampiño, liso 6 estriado

Collybia fusipes.—Sombrerillo ligeramente con-


vexo, de 4 á 8 centímetros, carnoso, leonado roji-
zo, lampiño y ondeado en su margen; pedicelo
macizo, rojo oscuro ó pardusco, torcido, asurcado
y prolongado en un largo rizoide fusiforme; l a m i -
nillas anchas, espaciadas, blanquecinas ó amari -
lientas, con frecuencia manchadas de rojo y pro-
longadas en un apéndice ganchudo que se adhiere
al 'pedicelo; carne blanca, inodora y con sabor
grato. —En verano y otoño, en el Centro, Este y
Oeste.
Collybia radicata.—Sombrerillos de 5 á 10 cen-
tímetros, plano-convexos, glutinosos, rizados en
su margen y de color pardo claro; pedicelo frágil,
blanco ó como ahumado, áspero, brillante, maci-
zo, angostado en la parte superior y al fin asurca-
do; laminillas blancas ó manchadas de pardo en
su borde, espaciadas, adheridas al pedicelo; carne
MANUALES S O L E R 71

blanca, insípida é inodora.—Verano y otoño;


Navarra.
33. MARASMIUS. — Hongos de pequeña talla
y muy poco carnosos, con la consistencia mem-
branoso-coriácea, que se desecan sin podrirse;
pedicelo central, cartilaginoso; laminillas poco
numerosas, muy espaciadas y relativamente an-
chas.—Terrestres y epífitas.
Marasmius Oreades (fig. 21).— Sombrerillo de

Fig. 21. — Marasmius Oreades

2 á 5 centímetros de diámetro, hemisférico al prin-


cipio y muy abierto y aun plano al fin, rojizo ama-
rillento que palidece por la desecación, liso lampiño
y algo coriáceo, pedicelo de 4 á 7 centímetros, pá-
lido, macizo, con vellosidad al principio y lampiño
después; laminillas blanco-amarillentas con ligero
72 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

matiz cárneo, libres, anchas y muy espaciadas;


carne blanca y tenaz, con sabor dulce.—Nombre
vulgar: correóla, mucerón falso. - Común en otoño,
en el Centro y Este.

K.—Pie lateral ó excéntrico

34. PLEUROTUS.—Sombrerillo carnoso ó


membranoso, que se pudre al fin, con los bordes
más ó menos arrollados; laminillas himeniales y
decurrentes, blanquecinas ó de color más ó menos
amarillento.—Sobre troncos ó sobre raíces.
Pleurotus E r y n g i i (fig. 22).—Sombrerillo carno-

Fig. 22.—Pleurotus Eryngii

so. tenaz y áspero, de 5 á 6 centímetros^ de color


rojizo pálido ó leonado grisáceo^ plano convexo y
MANUALES SOLER

luego deprimido, con el borde arrollado; laminillas


himeniales anchas, poco apretadas, de color blanco
algo rosado; pedicelo macizo, blanquecino, corto;,
angostado en la base, y en algunos ejemplares
poco excéntrico; carne blanca y consistente, con
olor y sábor muy gratos.—Esta es la famosa seta
de cardo, llamada también chirgola ó presquilla,
especie muy recomendable, que se encuentra en
otoño en las provincias del Centro y Este.
Pleurotus ulmarius.—Sombrerillo de 12 á 18
centímetros, plano convexo, lampiño, compacto,
de color grisáceo ó leonado claro, sembrado de
manchas redondeadas m á s obscuras; pedicelo á
veces poco excéntrico, macizo y consistente, blan-
co grisáceo, encorvado hacia arriba, grueso, casi
tomentoso en su base; laminillas blanquecinas,
escotadas ó redondeadas; carne compacta con
buen olor y sabor.—Es la seta de olmo, y se puede
hallar en verano y otoño en las provincias del
Norte, Centro y Poniente.
Pleurotus glandulostts. — Sombrerillo de 5 á 15
centímetros, de color pardo negruzco, pálido y
con manchas negras cuando su vegetación se halla
muy adelantada; laminillas himeniales anchas,
glandulosas, blanquecinas y anastomosadas en su
parte posterior; pedicelo muy corto y grueso.—
Se ha indicado en N a v a r r a . — O t o ñ o é invierno.
Pleurotus ostreattts (fig. 23).—Sombrerillo de 3 á
10 centímetros, curvo, en forma de concha y con
los bordes arrollados, ascendente ó erguido, pardo
negruzco y al fin ceniciento, leonado ó rojizo páli-
do; pedicelo corto, grueso en su cima y angostado
y erizado en su base; laminillas anastomosadas,
74 LÁZAPSO - H O N G O S C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

blancas ó amarillentas y poco apretadas; carne


blanca y consistente, con olor débil y sabor agra-
dable.—En otoño é invierno, en el Norte, Centro
y Oeste.

Fig. 23.—Pkurotus ostreatus

Pleui'otus petaloides. —SombveúWo de 5 á 6 cen-


tímetros, en forma de pétalo ó espatulado, de color
pardo claro ó leonado, con la superficie aterciope-
lada; pedicelo corto y macizo, blanco, tomentoso
y casi acanalado; laminillas blanquecinas muy
apretadas y estrechas; carne no muy abundante,
blanca, frágil, con olor de harina y sabor agrada-
ble.—Hallada en Aragón durante el otoño.
Pkurotus salignus.— Sombrerillo compacto y
esponjoso, de 8 á 15 centímetros, semirredondea-
do ó en forma de abanico, de color amarillento ó
de canela, lampiño, liso y aterciopelado hacia el
MANUALES S O L E R 75

pedicelo; éste es corto y aun á veces nulo, blanco


y tomentoso; laminillas blancas, algo ramificadas
y poco apretadas; carne blanca, con olor a r o m á -
tico y sabor ligeramente acídulo,—En otoño é i n -
vierno, en las provincias del Centro, Este y Oeste.
—Los hongos de esta especie no deben comerse
sino cuando son muy jóvenes.
35. PANUS. —Sombrerillos planos, secos y
que no se pudren, con los bordes arrollados y pe-
dicelos siempre laterales y á veces cortísimos;
laminillas himeniales desiguales, muy enteras y al
fin coriáceas, á veces rosáceas al principio, luego
blancas ó de matices muy claros. — Lignícolas.
Panus ¿br^/^^i-.—Sombrerillo plano ó embu-
dado, á veces semicircular, de 5 á 8 centímetros,
flexible cuando joven y luego coriáceo liso, de
color ocráceo; pedicelo corto y oblicuo, recubierto
de tomento grisáceo; laminillas decurrentes, espa-
ciadas y. sin anastomosis, rojizas al principio y lue-
go de color de badana.—Citado en las provincias
orientales y occidentales durante el verano y oto-
ño.— Sólo es comestible cuando es joven.
Panus hirtus.— Se diferencia por su sombreri
lio de color de badana, recubierto de pelos fascicu-
lados, laminillas estrechas, rosadas ó lilacinas, que
palidecen m á s tarde, y pedicelo muy corto erizado
de pelos ásperos.—rPrimavera y verano.—Mencio-
nado en Navarra.— Comestible cuando joven.
76 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

HONGOS COMESTIBLES HIMENOMICETOS (continuación)


-POLIPORÁCEOS É HIDNÁCEOS

36. CARACTERES GENERALES DE LOS POLI-


PORÁCEOS.—La forma general de estos hongos es
la misma que la de los agaricáceos, teniendo el
sombrerillo unas veces con pedicelo y otras senta-
do directamente sobre los troncos. E n este último
caso el sombrerillo no es redondo, sino que pre-
senta un lado truncado ó escotado, por el cual se
adhiere á los árboles.
Estos hongos son siempre parásitos, viviendo
sobre los leños aéreos ó troncos (Polyporus), ó sub-
terráneos {Trámeles), ó sobre las raíces (Boletus);
pero en general son de larga duración. Su micelio
vive muchos años, y aun los aparatos esporíferos,
sobre todo los de los Polyporus, pueden alcanzar
varios años de vida y una consistencia casi leñosa
por el acorchamiento de las paredes de sus
células.
E l sombrerillo de los poliporáceos presenta en
su cara inferior láminas que se cortan y se suel-
dan dando origen á multitud de celdillas prismáti-
MANUALES S O L E R 77

cas, verticales, que reciben el nombre de tubos.


Estos constituyen una capa gruesa y á veces va-
rias capas superpuestas, y cada uno de ellos se
abre por su extremo inferior en un poro para
comunicar con el exterior. Los tubos pueden estar
soldados entre sí ó sueltos y están tapizados inte-
riormente por el himenio, cuyos basidios producen
esporas amarillas, anaranjadas, rojizas ó moradas,
color que se puede observar en los poros y en el
corte de la capa formada por los tubos.
37. BoLETUb. - Sombrerillos convexos, grue-
sos y carnosos, con los tubos apenas unidos entre
sí, por lo cual pueden separarse fácilmente; pedi-
celo central con ó sin anillo.—Hongos terrestres.

a.—Hongos con anillo en su pedicelo

Boletus luteus.—Sombrerillo de color amarillo


leonado, con el pedicelo granuloso en su parte i n -
ferior y provisto en la superior de un anillo ancho
y membranoso. —Es muy estimado y se halla en
otoño en varias provincias del Centro, Norte y
Poniente.

&.—Hongos sin anillo, con los poros blancos,


grises 6 rosados

Boletus edulis (lám. I V , fig. i).—Sombrerillo de


8 á 20 centímetros de diámetro, generalmente
amarillento pardusco ó leonado grisáceo, lampiño,
nunca de colores vivos, con el pedicelo cubierto
por una reticulación blanquecina; tubos largos, ma-
cizos y blancos al principio y luego huecos y ama^
6
78 LÁZABO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

rillo-verdosos, con los poros de igual color; carne


blanca, algo rojiza debajo de la cutícula, con olor
agradable y sabor algo dulce. - Muy recomenda-
ble, conocida con los nombres de boleto comestible,

Fig, 24.—Beletus scaber

cigróy rodellón y aubarell, hallándose en verano y


otoño en diversas localidades de todas las regiones
de España.
Boletus csreus.—Difiere del anterior por su som-
brerillo, pardo oliváceo, de 8 á 12 centímetros de
diámetro y cuya carne expuesta á la acción del
MANUALES SOLER 79

aire adquiere una débil coloración amarillenta,—


Esta especie,, acaso la mejor de su género como
comestible, se halla en verano y otoño en diver-
sas localidades de España.
Boletus scaber (fig. 24).—Se distingue fácilmente
por tener la cara superior del sombrerillo erizada
de escamas pardas ó rojizas y porque su carne
toma coloración vinosa ó violácea, por la acción
del aire.—En otoño, en las provincias de Levante.

c.—Hongos sin anillo; con los poros amarillos 6 verdosos

Boletus fragrans. — Sombrerillo d e 4 á 5 c e n t í -


metros de diámetro, pardo amarillento, algo tomen-
toso y con la margen ondeada; poros amarillos y
luego verdosos redondeados y pequeños; pedicelo
macizo, liso, manchado de amarillo y rojo; carne
amarillenta ó verdosa, azulada ó rojiza en la frac-
tura.—En otoño, en Navarra.
Boletus granulatus.—Sombrerillo de 8 á 10 cen-
tímetros, pardo ocráceo y glutinoso al principio,
más tarde amarillo; pedicelo amarillento, sembra-
do de granulaciones en su parte superior; tubos
amarillos cortos y poros sencillos, granulados, con
gotitas lechosas; carne amarillenta ligeramente
acídula.—En Navarra,—-Verano y otoño,
Boletus badius.—De la misma estación y loca-
lidad; puede reconocerse por sus poros esporíferos
blancos y verdes después y la eflorescencia par-
dusca muy acusada de su pedicelo; carne blan-
quecina que se enverdece cuando se frotan los
tubos.
38. POLY?ORUS.- Sombrerillos con pedicelo
80 LÁZARO - HONOOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

central, lateral ó nulo, con la capa superior muy


diferente en color y consistencia de la inferior
formada por los tubos; éstos soldados entre sí.—
Hongos casi todos arborícolas,
Polyporus frondosus.—Sombrerillos numerosos
de 2 á 5 centímetros, pardo grisáceos, empizarrados
y fugosos; pedicelos blanquecinos, soldados en un
tronco común; poros blancos, agudos y muy pe-
queños; carne blanca algo coriácea con olor y
sabor agradables.—Suele hallarse en otoño, al pie
de las encinas, en las provincias del Centro y
Este.—Se han recogido ejemplares cuya masa de
sombrerillos pesaba hasta 15 kilogramos.
Polyporus giganteus. — Sombrerillos grandes,
hasta de 30 centímetros de anchura en algunos
casos, pardo-rojizos, casi zonados por su haz, c o -
riáceos; pedicelos cortos que nacen de una masa
tuberculosa común; poros pequeños, casi redon-
dos, pálidos y que se pardean por frotación; carne
blanquecina con olor y sabor ácidos y desagrada-
bles.— Suele hallarse en verano y otoño, al pie de
los árboles, en las provincias de Levante. - Algunos
ejemplares llegan á pesar 25 kilogramos.
Polyporus confluens (fig. 25) ~ Sombrerillos has-
ta de 10 ó 15 centímetros, que viven también en
grupos numerosos, carnosos ó fibrosos, de color
amarillo rojizo y al fin rojo-parduscos y escamosos;
pedicelos cortos que se sueldan como los sombre-
rillos lo hacen por los puntos de contacto en sus
bordes; poros poco distintos amarillo-blanquecinos,
carne blanca con olor débil y sabor ligeramente
amargo.—En septiembre.—Vizcaya.
NOTA.—Una especie de este género, el Polypo-
MANUALES SOLER 81

rus tuberaster, que existe en los Apeninos y sería


fácil de aclimatar en España; es notable por el
peso y volumen que llega á adquirir su micelio,
el cual forma con tierra y piedras una masa confusa
(pietra fungaia de los italianos) que se recoge y
cultiva fácilmente y produce durante largo tiempo
sombrerillos que son comestibles.

Fig. 25.—Polyporus confluens

39. FISTULINA.—Hongos arborícelas con la


superficie inferior verrugosa al principio, papilosa
después, y al fin formada por tubos no soldados;
esporas amarillas ovoideas.
Fistulina hepática (fig. 26).—Sombrerillo lingüe-
forme con ó sin pedicelo hasta de 12 centímetros
de longitud por 1 á 3 de grueso y 15 de anchura,
carnoso, rojo al principio y luego pardo rojizo;
tubos hasta de un centímetro de longitud, blan-
quecinos Ó amarillentos, que se enrojecen por la
82 L A Z A R O - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

presión; carne blanda fibrosa, roja con estrías blan-


quecinas, con olor agradable y sabor acídulo.—
Llámase hígado de buey y lengua de buey; apare
cen en otoño sobre encinas y otras especies. —
Moncayo.

Fig. 26.—Fistulina hepática

40. H i D N Á C E O S . — L a forma general de estos


hongos es la de un sombrerillo pedicelado, y en la
cara inferior de este sombrerillo aparecen papilas
colgantes cónicas á veces muy alargadas y siem-
pre revestidas por el himenio, cuyos basidios pro-
ducen las esporas.
Hydnum repandum (lám. I V , fig. 2).—Sombre-
rillo rojo pálido, amarillento ó blanquecino, ondea-
do, frágil, de 5 á 15 centímetros de diámetro; pe-
dicelo del mismo colqr, macizo, algo excéntrico;
papilas simulando aguijones carnosos largos y
colgantes, apretados, desiguales, muy frágiles, de
color ocráceo; carne blanquecina con sabor ligera-
mente amargo.—En verano y otoño, en el Norte,
Este y Oeste.—En catalán p i x a cunill.
Hydnum imbricatum.—Sombrerillo de 6 á 12
centímetros, convexo al principio, plano convexo
MANUALES S O L E R ' 83

después y casi umbilicado, cubierto de escamas


algodonosas concéntricas; aguijones blanco-ceni-
cientos, frágiles, delgados y decurrentes; pedicelo
corto, liso y grisáceo; carne consistente y amarga,
de color blanco sucio.—Indicada en Navarra.—
Verano y otoño.
84 L A Z A R O - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

VI

COMESTIBLES (conclusión).
TELEFORÁCEOS, CLAYARIÁCEOS Y TREMELINÁCEOS

4 1 . TELEFORÁCEOS. — Hongos muy variables


y que sólo coinciden en que la
parte productora de esporas
(el himenio con sus basidios)
se halla localizada en deter-
minada región de la super-
ficie lisa del aparato esporífe-
ro. Como únicamente nos in-
teresa una especie y ésta se
caracteriza fácilmente por lo
singular de su forma^ no en-
traremos en mayores detalles.
Craterellus cornucopioides
(fig. 27).—Aparatos esporífe-
ros en forma de trompetilla,
como ahumados ó negruzcos,
casi membranosos, algo esca- Fig. 27. — Craterellus
mosos; himenio ceniciento, cornucoi
liso al principio y después
rugoso; pedicelo negro, hueco y lampiño.—Es
conocido con los nombres de trompeta de los muer-
MANUALES SOLER . 85

tos y cuerno de la abundancia, y muy estimado


por su sabor semejante al de las trufas.—En verano
y otoño en los bosques de Navarra,—Son t e -
rrestres.
42. CLAVARIÁCEOS. — Pueden reconocerse
fácilmente estos hongos por la forma de sus apa-
ratos esporíferos, la cual es en unos sencilla y
mazuda^ erguida sobre el suelo, y en otios tan
abundantemente ramificada, que por esto y sus
ramillas carnosas recuerda el aspecto de las inflo -
rescencias de las coliflores. - Terrestres y arborí-
colas.

a,—Especies con aparato esporífero ramificado

Clavaria flava (fig. 28, y lám. V , fig. 2).—Tron-


co grueso en su base, blanco y carnoso, dividido
luego en ramas amarillas muy numerosas, las cua-
les se subdividen en ramillas fasciculadas, frágiles,
obtusas y macizas, también amarillas.—Se deno-
mina manecillas y colmenicas, es muy recomenda-
ble como comestible y suele hallarse en verano y
otoño sobre el suelo en los bosques del Norte,
Este y Centro.—En catalán peus de rata.
Clavaria coralloides.—Enteramente blanca, con
el tronco grueso, hueco en su interior, ramificado
profusa é irregularmente, con las ramas oprimi-
das, ensanchadas en su parte superior y las rami-
llas estrechas y aguzadas en su terminación, casi
puntiagudas.—.Se la conoce con los nombres v u l -
gares de manilas y manecicas.—-Hállase en verano
y otoño en los sitios sombríos y húmedos de las
provincias centrales, septentrionales y orientales.
86 LAZARO - H O N G O S C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

Clavaria amethystina.—Esta especie se distin-


gue fácilmente de las dos anteriores, con las cuales
tiene analogía en la ramificación, por tener una

Fig. i?),—Clavaria flava

coloración general lilacina ó violácea y porque sus


ramas son lisas, obtusas y frágiles.—Terrestre y
citada en Navarra. — Estío y otoño.

h.—Especies con el aparato esporífero mazudo

Clavaria pistillaris (fig. 29).—De 6 á 10 centí-


metros de altura, blanca, pajiza ú ocrácea, con
MANUALES SOLER 87

aspecto cilindrico, engrosada en su parte superior,


en la que alcanza un diámetro
de unos 3 centímetros, naciendo
en grupos numerosos, pero sin
soldarse en la base.—Citada en
otoño en los bosques de Na-
varra.
43. TREMELINÁCEOS. —
Hongos que viven sobre los
troncos muertos y pueden reco
nocerse fácilmente pOr su con-
sistencia gelatinosa. Nace ésta
de que la capa exterior de las
células de su aparato esporífero
se gelatiniza constituyendo una
masa trémula, á través de la Fig. 29
cual se ramifican los filamentos Clavaria pistillaris
que le componen; las termina-
ciones de estos filamentos asoman al exterior,
constituyen el himenio, de cuya superficie sobre-
salen las esporas.
Tremella mesenterica (fig. 30).—Masa constitu-
yendo circunvolu-
ciones y sinuosi-
dades desiguales,
de color amarillo
anaranjado, al fin
blanquecina, o n -
Fig. 30.—Tremella mesenterica deado-plegada,
con los lóbulos
aplastados, algo tenaz y con sabor muy agradable.
— Hállase en otoño é invierno, sobre troncos po-
dridos, en algunos puntos del Norte y Centro.
88 LAZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

Tremella luiescens.—Blanquecina y m á s tarde


pardo-amarillenta, muy blanda y formando masas
redondeadas de 2 á 3 centímetros, ondeado-plega-
das y con los lóbulos enteros.—Suele hallarse en
otoño é invierno sobre troncos viejos y ramas
muertas en el Norte y Centro.
Tremella aldida.—D& 2 á 5 centímetros de
anchura, blanquecina en fresco y parda en seco,
casi coriácea y cubierta de polvo blanquecino. - E n
invierno y primavera, sobre árboles y especial-
mente sobre los fresnos, en el Norte y Centro.
MANUALES SOLER

VII

HONGOS GASTEROMICETOS COMESTIBLES—LICOPERDÁCEOS


É HIMENOGASTRÁCEOS

44. CARACTERES GENERALES DE LOS LICO-


PERDÁCEOS. —Viven estos hongos parásitos sobre
los órganos subterráneos de las plantas que for-
man las praderas. Sus aparatos esporíferos son
redondeados ó piriformes, sin pedicelo ó con éste
corto ó apenas indicado, y aparecen al descubierto
en la superficie del terreno. L a cubierta de estos
aparatos esporíferos se llama gleba ó peridio, pu-
diendo constar de una sola capa ó de dos, muy
diferentes en consistencia y coloración, las cuales
reciben respectivamente los nombres de peridio
externo é interno. L a masa interior (tejido esporí-
fero) está constituida por las esporas y unos fila-
mentos (esterigmatos) á veces muy largos y retor-
cidos que sirvieron para unir éstas, cuando eran
jóvenes, con los basidios que las produjeron.
45. LYCOPERDON.-Aparato ovoideo ó apeon-
zado; peridio externo algodonoso, agrietado, esca-
moso ó erizado de aguijoncitos, y el interno mem-
branoso; tejido esporífero amarillento ó pardusco,
90 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

-no ocupando todo el espacio limitado por el


peridio, pues la m á s inferior la ocupa siempre
un tejido blanco y estéril (sin esporas).
Lycoperdon pratense.—Aparato esporífero de
3 á 5 centímetros, redondeado ó apeonzado, ape-
nas angostado en pedicelo en su base ó casi sen-
tado, con la superficie cubierta de papilas ó agui-
joncitos tiernos y soldados formando pirámides;
peridio cuya base persiste al romperse, quedando
como una especie de copa.—Muy común en toda
España durante la primavera y el otoño.—Es l l a -
mado cuesco de ledo ó pet de llop.
Lycoperdon ccelatum (fig. 31).—Puede alcanzar

F'g- 31.—Lycoperdon ccelatum

hasta 10 ó 20 centímetros y es como el anterior


apeonzado y casi sentado, blanco al principio y
luego ceniciento, rojizo ó pardusco, generalmente
con la superficie cubierta de tuberculitos aplasta-
MANUALES SOLER 91

dos ó verrugas ó con numerosas grietas estrelladas


que dividen el peridio en placas irregulares.—En
otoño, en casi toda E s p a ñ a .
46. BüVISTA. — Peridio externo blanco y
grueso, que se agrieta y se desprende por placas
irregulares; el interno papiráceo y que se abre irre-
gularmente en su cima; tejido esporífero ocupando
todo el espacio limitado por el peridio.
Bovista gigantea (fig. 32).—Casi globoso, de

Fig. 32.—Bovista gigantea

20 á 40 centímetros, casi sentado, blanco al p r i n -


cipio, luego ocráceo pálido y al fin ceniciento, fijo
al suelo por medio de un rizoide muy delgado,
superficie lisa ó aterciopelado-algodonosa.—Llá-
manle vejiño y cuesco grande de lobo, y no es raro
en la Península durante el otoño.
92 LÁ.ZARO - H O N G O S C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

Bovista p l ú m b e a (fig. 33) —Casi esférico, de


unos 2 á 3 centímetros de diámetro, con el peridio
externo blanco, carnoso, de
consistencia cérea y caedizo
y el interno de consistencia
de papel, blanco recién des-
cubierto y luego de un gris
de plomo; carne blanca al
principio, verde-olivácea des-
pués y al fin pardo-clara. —
Cuesco de lobo menor.—Estío
y otoño; en el Centro, Este
y Mediodía.
Bovista nigresce?ís. — D i -
fiere del anterior por su ma-
yor tamaño, hasta de 4 á 6
centímetros, y por la colora-
Fig. 33
ción obscura ó negruzca que Bovista plúmbea
llega á presentar su peridio
interno.—Hállase en verano y otoño en Andalucía,
47. HlMENOGASTRÁCEOS.—Estos hongos,
como las trufas verdaderas, viven debajo del suelo
y ni siquiera sus aparatos esporíferos aparecen
nunca al descubierto. Estos aparatos son de formas
tuberosas y parecen verdaderos tubérculos, que
cortados al través dejan ver un tejido esporífero
dividido en varias porciones por tabiques diversos
que distribuyen en varias celdas el espacio limita-
do por su peridio. Suelen descubrirlos los anima-
les, que notan su presencia por el olfato, ó los muy
prácticos, que advierten su existencia por el estado
de la superficie del suelo,
Melanogaster.-—Aparato esporífero tuberoso y
MANUALES SOLER 93

redondeado, recubierto de nerviaciones gruesas


y prominentes formando una red; himenio negro
ó de color pardo bastante oscuro.
Melanogaster variegatus (fig. 34).—Aparato es-
porífero tuberoso del tamaño de una nuez, cubierto

Fig. 34.—Melanogaster variegatus

de rizoides ramificados y adheridos á la superficie,


tan numerosos en algunos casos que forman sobre él
una reticulación, de color ocráceo, que se va oscu-
reciendo hasta el pardo negruzco, y conja gleba
coriácea ó gelatinosa. En su corte se observan nu-
merosas celdas llenas de una pulpa negruzca sepa-
radas por vetas blanquecinas que son los tabiques.
—Llámanla criadilla, tui'mat trufa almizclada por
7
94 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

su olor. — Hállase en verano y otoño en Valencia


é Islas Baleares.
Hymenogaster.—Aparato esporífero sin reticu-
lación y con cordones radiciformes en su base,
carnoso y con cavidades que se rellenan al fin con
tejido de coloración m á s clara, simulando porcio-
nes extrañas incluidas.
Hymenogaster vulgaris. — Aparato esporífero
globuloso, del 'tamaño de una cereza, de color
grisáceo exteriormente, adquiriendo después un
tono leonado; su olor es muy grato y recuerda el
de las flores del lirio de los valles. — Hállase en
Francia y es probable su hallazgo en el Nordeste
de España.
Hymenogaster lycoperdineus. - De mayor tama-
fio, llegando hasta unos 4 ó 6 centímetros de d i á -
metro, blanco al principio y pardo al fin, con la
superficie lisa y sedosa y olor semejante al de los
ajos.—Existe en Francia, de donde el comercio nos
le trae, y no sería imposible su hallazgo en España.
MANUALES S O L E R 95

VIII

HONGOS ASCOMICETOS COMESTIBLES.—PEZIZÁCEOS


Y TUBERÁCEOS

48. IDEA GENERAL DE LOS PEZIZÁCEOS.—


Dos son los tipos de forma que afectan los apara-
tos esporíferos de los hongos que en esta familia
nos interesan, siendo ambos bien diferentes. Los
unos (Peziza) presentan la forma de copa ó taza
sentada cortamente pedicelada, hendida ó abierta
á veces por un lado hasta presentar el aspecto de
una lámina curva, como una concha ó una oreja;
los otros tienen un pedicelo grande y en su extremo
superior una masa semejante á una> esponja (Mor-
ckella), un sombrerillo (Verpa) ó unas láminas cur-
vas é irregulares que no se asemejan á ningún
otro hongo (Helvella). Son muy recomendables las
especies de esta familia por no haber entre ellas
ninguna venenosa, por la facilidad de reconocer-
las por sus formas singulares y por su excelente
calidad,
49. MORCHELLA.—Aparato esporífero cons-
tituido por un receptáculo hueco, sostenido por
96 L A Z A R O - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

un pedicelo grueso y también hueco; el recep-


táculo es ovoide ó cónico y está recubierto por
costillas salientes y retorcidas que, ramificándose
y anastomosándose de un modo irregular, consti-
tuyen alvéolos numerosos y desiguales.
Morchella esculenta (fig. 35). —Aparato esporífe-

Fig, 35.—Morchella esculenta

ro de 6 á 8 centímetros, acampanado irregular, de


color blanquecino al principio y después ocráceo pá-
lido y aun leonado pardusco; costillas con el dorso
menos coloreado y formando alvéolos profundos;
pedicelo de 4 á 5 centímetros de altura, blanqueci-
no algodonoso; olor débil bastante agradable. — Es
MANUALES SOLER 97

conocida, como sus congéneres, con los nombres


vulgares de cagarria, gallarda, colmenilla y rabas-
sola, y como ellas muy recomendable por su exce-
lente calidad y la imposibilidad de confundirla con
especies tóxicas.—Hállase en primavera y otoño '
en .toda la Península.
Morchella canica (lám. V , fig. i).—Aparato es-
porífero ovoideo, alargado, de forma bastante regu-
lar, de 2 á 5 centímetros, de color pardo claro ú
obscuro, con las costillas longitudinales gruesas y
unidas por arrugas transversales, dejando alvéolos
profundos, largos y estrechos, pedicelo blanqueci-
no, frágil, vellosillo ó empolvado.—Erí primavera,
en las provincias del Centro.
Morchella deliciosa. - Aparato esporífero pardo
amarillento, ó á veces rojizo ú oliváceo, de unos
5 centímetros de altura, con costillas gruesas y
alvéolos profundos oblongo-lineales y paralelos;
pedicelo blanquecino, harinoso ó escamoso; sabor
y olor muy gratos.—En primavera, en las provin-
cias orientales y Aragón.
S O . HELVELLA. — Receptáculo pedicelado,
carnoso, membranoso, dividido en lóbulos irregu
lares, sinuosos ó revueltos, como empolvados en
su cara inferior y con himenio en la superior; pedi-
celo hueco.
Helvella crispa (fig. 36).—Receptáculo blanco ó
amarillento pálido por encima y más ó menos pardo
por debajo, de 2 á 5 centímetros, dividido en 3 ó 4
lóbulos retorcidos ó contorneados, á veces crespos;
pedicelo empolvado, de 8 á 10 centímetros de al-
tura, ventrudo, blanco ó ligeramente amarillento,
y presenta surcos profundos y costillas prominen
98 LAZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

tes irregulares.—Su nombre vulgar es oreja de


gato y se ha encontrado en Navarra env verano
y otoño.

Fig. 36.—Helvella crispa

Helvella lacunosa.—Receptáculo gris ó pardo


negruzco por encima y como ahumado por deba-
jo, de 2 á 4 centímetros, inflado y dividido en 2 ó
3 lóbulos; pedicelo blanco ó gris negruzco de 3 á
6 centímetros, profundamente asurcado, con cos-
tillas gruesas. — Suele encontrarse en primavera y
otoño en casi toda España.
51. VERPA.—Receptáculo carnoso ó céreo,
libre, acampanado, excavado en su cara inferior y
sostenido por un pedicelo hueco.
MANUALES S O L E R

Verpa digitaliformis (fig. 37). — Receptáculo


fructífero pardo por encima y grisáceo por debajo,
de 2 á 3 centímetros de diámetro, en forma de
dedal, con una depresión marcada en su ápice;

Fig. 37.— Verpa digitaliformis

pedicelo casi cilindrico, blanquecino, de 4 á 10


centímetros de altura.—Hállase en primavera en
las provincias del Norte y Poniente.
52. PEZIZA. — Receptáculo de consistencia
cérea, cartilaginosa ó carnosa, esférico al principio
y luego en forma de copa ú oreja, con la cara e x -
terior empolvada, vellosa ó tomentosa.
100 LÁZARO t HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

a.—Especies de color rojo anaraajado ó amarillo

Peziza aurantia (fig. 38).—Receptáculo sentado,


en forma de taza ó escudilla, muy irregular, á veces
deforme, de 3 á 6 centímetros de diámetro, liso,
amarillento por fuera y de color anaranjado por
dentro.—Frecuente en otoño en la región occiden-
tal de la Península.

Fig. 38.—Peziza aurantia

Peziza leucoloma. — Receptáculos sentados y


aplastados, de 2 á 3 centímetros de diámetro, de
color rojo ó anaranjado, con el borde adornado jie
flecos ó filetes blanquecinos y algodonosos. — Suele
encontrarse durante la primavera y el otoño entre
los musgos en las provincias aragonesas y proba-
blemente en otras.
Peziza leporina.—Hongo de 2 á 3 centímetros,
en forma de oreja de liebre ó de cucurucho hendi-
do lateralmente, muy cortamente pedicelado, de
color ocráceo ó anaranjado.—Es conocido con el
MANUALES SOLER 101

nombre vulgar de oreja de liebi'e, y se encuentra


durante el otoño en las provincias del Norte.
Peziza onoiica (fig. 39).—Aparatos esporíferos
grandes, de 3 á 6 centímetros, en forma de cucu-
rucho muy escotado, cortamente pedicelado, como
empolvado de harina en su super-
ficie, de color amarillo vivo en
su cara externa y leonado claro,
rosado ó anaranjado en la inter-
na. — Llámase oreja de asno y
suele aparecer en otoño, forman-
do rodales entre las masas de
hojas secas en los bosques de las
provincias del Norte.

¿ . — Especies de color grisáceo


ó pardo

Peziza vesiculosa. — Aparato Fig. 39


fructífero sentado, de 3 á 5 cen- Peziza onotica
tímetros de diámetro, al princi-
pio globoso y apenas abierto y después en forma
de copa, á veces con los bordes revueltos, pardo-
rojizo ó grisáceo amarillento y con olor semejante
al de los mohos.—Encuéntrase durante el otoño
y la primavera en los bosques de las provincias
centrales.
Peziza Acetabulum. — Receptáculos de 4 á 6
centímetros, embudados, de color pardo castaño
exteriormente y m á s claro interiormente, sosteni-
do por un pedicelo corto, macizo y blanquecino,
del cual parten nerviaciones prominentes y rami-
ficadas que se prolongan hasta los bordes del
102 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

aparato esporífero.—Desígnasela con el nombre de


cabacitos y se encuentra en primavera en las p r o -
vincias del Centro y Oeste.
Peziza macropus.—Se distingue por sus recep-
táculos cupuliformes, de 3 á 5 centímetros, que no
se abren hasta el final y cuya superficie aparece
pelosa ó verrugosa; pedicelo de 4 á 5 centímetros
de longitud, macizo y con oquedades en su base.
— E n verano y otoño en las provincias orientales
y occidentales de la Península.
53. TUBERÁCEOS. — Hongos subterráneos,
que viven parásitos sobre las raíces y que pasan
sin descubrirse por todas las fases de su vida.
Aparatos esporíferos insertos sobre el micelio por
medio de una porción angostada que simula un
pedicelo ó envueltos por los filamentos de aquél,
constituyendo masas tuberosas (peritecas) subte-
rráneas. Sus gérmenes ó esporas no quedan en
libertad sino por la destrucción de los tejidos del
aparato esporífero.—No apareciendo al descu-
bierto, la recolección de estos bongos, como la de
los de la familia anterior, no es fácil, y la hacen
gentes muy prácticas y en sitios en que ya se han
recogido en años anteriores, y aun .auxiliándose
para ello de los animales (cerdos y perros) que los
buscan por el olfato.
54. TUBER.—Hongos subterráneos en que
el peridio ó aparato esporífero, cortado transver-
salmente, deja ver la carne ó tejido esporífero
jaspeada de negro, pardo rojizo ó gris obscuro,
sin que sus esporas formen masa pulverulenta en
la madurez.
MANUALES S O L E R 103

a.—Peridios carnosos; esporas con papilas ó espinillas


en la superficie

T u i e r melanosporum (fig. 40).—Peridio irregu-


larmente redondeado, negruzco ó rojizo muy obs-
curo, cubierto de verruguitas poligonales marcadas
por manchas rojizas; carne de color rojo obscuro

Fig. 40.— Tttber melanosporum

ó negro violáceo en la madurez, jaspeada de venas


blanquecinas ó purpurinas que presentan dos líneas
translúcidas en sus bordes^ olor y sabor que re-
cuerdan el de las fresas.—Llámase trufa del Peri-
g o r d ó trufa violada, y se recoge durante el otoño
y el invierno en Francia, donde se procura su
abundancia por el cultivo.—Es la m á s estimada de
las trufas.
Tuber ferrugineum. - Peridios globulosos, abo -
liados, de 2 á 3 centímetros de diámetro, con la
superficie anaranjada y ligeramente granugienta;
carne blanda, harinoso-rojiza, con venas muy n u -
104 LÁZARO - HONGOS C O M E S r i B L E S Y VENENOSOS

merosas; esporas amarillas, con las espinillas largas


y agudas; olor y sabor muy gratos.—Se llama
trufa ocrácea y se recolecta durante el otoño é in-
vierno en diversos países de la Europa Media.
Tuber brumale (fig. 41).—Peridio redondeado,
tuberculoso, cuyo tamaño varía desde el de una

Fig. 4 1 . — Tuber brumale

nuez al de un huevo de gallina, con la superficie


negruzca y granugienta; carne blanquecina al prin-
cipio y al fin gnsáceo-obscura, con venas rojizas
que forman un dibujo reticulado; olor aromático.
— Es la trufa negra ó de invierno, que se recoge
en Francia durante esta última estación.
Tuber cibarium (lám. V I , figs. 1 y 2).—Especie
española que puede reconocerse fácilmente por su
MANUALES SOLER 105

peridio globoso ú ovoideo irregular, tuberculiforme,


negruzco ó pardo obscuro, con la superficie áspera,
por estar erizado de verrugas muy pronunciadas;
carne blanda, con olor y sabor muy gratos.—
Llámase criadilla de tierra, turma, tubera, tófona
ó nyamara, y se halla durante el otoño é invierno
en casi todas las provincias de España, exceptuan-
do las septentrionales, en las que no ha sido hallada
hasta ahora.
Tuber albidum.—También de España. Peridios
redondeados ó globosos, de forma algo más regu-
lar que en la especie anterior, blanquecinos por
dentro y pardo-obscuros ó negruzcos por fuera,
con la superficie granugienta ó finamente verru-
gosa; sabor y olor gratos, pero menos intensos
que en la criadilla. — Llámase monegrillo, y se reco-
ge durante el invierno y la primavera en nuestras
provincias meridionales.

c.—Peridios carnosos; esporas con la superficie


reticulada
Ttiber ¿zstivum.— T e ñ á i o redondeado irregular
del tama ñ o de una nuez, negro pardusco exterior-
mente, con grandes verrugas poliédricas ó pirami-
dales, estriadas transversalmente; carne 'blanque-
cina al principio y después amarillo-terrosa, con
matices pardos y venas blanquecinas muy ramifi-
cadas; olor aromático semejante al de la cerveza
fresca.—Se llama, trufa de verano, y se encuentra
durante éste y el otoño, en los bosques de la
Europa Media.
Tuber magnatum.—Peridios tuberculosos irre-
gulares, de 6 á 8 centímetros de diámetro, algo
106 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

cónicos en su base, de color amarillo sucio ó gris


terroso en su exterior; carne tierna, blanco-amari-
llenta al principio y finalmente rojiza ú ocrácea,
con venas blancas muy finas y anastomosadas;
olor semejante al de los ajos.—Ésta especie es de
las más delicadas y finas y la llaman trufa del
Piamonte, recogiéndose en Italia durante el verano.
Tuber mesentericum. —Peridio globuloso con
una cavidad mayor ó menor en su base,, del tama-
ño de una nuez, negro azulado, con grandes verru-
gas piramidales, convexas aproximadas y aplasta-
das, estriadas longitudinalmente; carne blanqueci-
na y después pardo-grisácea; olor fuerte, algo
almizclado, y sabor débilmente amargo.— Trufa
g-ris.—Kn otoño é invierno, en la Europa Media.

c.—Peridio coriáceo

Tuber rufum.—Peridios abollados, casi lobula-


dos, del t a m a ñ o de una avellana al de una nuez,
con la superficie lisa ó finamente granulosa y de
color rojizo ó pardo claro; carne blanquecina al
principio y después rojo-parda, con venas blancas
é interrumpidas; esporas con espinitas en la cu-
bierta; olor fuerte y algo desagradable en fresco.
— Trufa roja.—Hállase en otoño é invierno en
la Europa Media.
Tuber excavatum. — Yañüio's, redondeados, abo-
llados, con una oquedad en su base, algo verru-
gosos, ocráceos y después pardo-verdosos; carne
amarillenta ó leonada, con venas blancas, bastante
consistente, al fin casi córnea, y débilmente aro-
mática; esporas con la superficie reticulada ó sem-
MANUALES S O L E R 107

brada de hoyitos.—Llámase trufa hueca por la


excavación de su base, y se encuentra en la Euro-
pa Media durante el otoño.
55. ELAPHOMYCES. — Hongos subterráneos
en cuyo aparato esporífero maduro aparecen las
esporas formando una masa pulverulenta.
Elaphomyces cervinum (fig. 42).—Peridios duros

Fig. 42.—Elaphomyces cervinum

y coriáceos, ovoideos ó globosos del tamaño de una


•nuez, con velo m á s obscuro que la capa cortical,
envueltos al principio por los filamentos blancos
108 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

del micelio y dejando ver después su color pardo ú


ocráceo y la superficie llena de verruguitas obtu-
sas; carne blanda,, rojiza al principio y después
purpúreo-negruzca, mezclada con filamentos blan-
cos; olor fuerte semejante al del vino y sabor
desagradable en fresco.^—Conócesela con los nom-
bres de turma ó criadilla de ciervo y algaliaras
y se encuentra en las provincias del Centro y Sur,
durante la primavera y el verano.
, 56. TERFEZIA. —Hongos subterráneos cuyas
esporas no forman masa pulverulenta en la ma-
durez y cuyos aparatos esporíferos cortados al
través presentan una masa con coloración uniforme
blanquecina ó grisáceo clara.

Fig. 43-—Terfezia leonis

Terfezia leonis (fig. 43).—Peridio piriforme liso


y blanco que alcanza alguna vez el tamaño de una
MANUALES SOLER 109

naranja; carne blanda, de color blanquecino ó gris


pálido, como harinosa y dividida en compartimen-
tos redondeados m á s intensamente coloreados.—
Llámase trufa de león y se encuentra en otoño en
la Argelia, Sur de Francia, Extremadura portugue-
sa y muy probablemente también en la española,
y en Andalucía.
110 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

IX

HONGOS VENENOSOS Ó SOSPECHOSOS.—A6ARICÁCE0S


( V é a s e l a pág-. 3 8 )

A.—Hongos con tolva y con anillo

57. A M A N I T A . —(Véase la p á g . 40.)


Amanita muscaria (lám. V I I ) . —Sombrerillo de
8 á 15 centímetros de diámetro, cuyo color varía
desde el rojo vivo de sangre al anaranjado, plano
convexo, con la superficie viscosa y sembrada de
verrugas y placas blancas ó amarillentas que son
los restos de la volva; pedicelo blanco fistuloso,
estriado en la parte superior, á veces tomentoso,
fistuloso, con anillo blanco ó amarillento, envuelto
en su base por la volva y con dos ó tres círculos
de escamas paralelos al borde de ésta; laminillas
himeniales blancas y decurrentes; carne blanca,
amarilla bajo' la cutícula, insípida y débilmente
olorosa.—Llámanla agárico pintado ú oronja falsa.
—Es una de las especies m á s venenosas y se halla
en verano y otoño en la's regiones oriental, septen-
trional y occidental.
Amanita venenata.—Sombrerillo de 6 á 10 cen--
tímetros, amarillo y viscoso en fresco y sin estrías;
MANUALES S O L E R 111

pedicelo blanco, fistuloso al fin, con engrosa-

Fig. 44,—Amanita verna

miento bulbiforme en su base, excedido por la


volva; laminillas blancas, ventrudas y lisas; carne
112 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y V E N E N O S O S ^

blanquecina, dulce al principio y acre al fin y con


olor débil algo viroso. — E n verano y otoño, en las
provincias centrales y occidentales.
Amanita verna (fig. 44).—Sombrerillo acampa-
nado de 5 á 8 centímetros,, de color blanco puro,
abierto, algo viscoso y sin estrías; pedicelo hasta
de 8 á 9 centímetros, fistuloso al fin, con el anillo
empolvado, bulbiforme en su base, con los bordes
de la volva libres; laminillas blancas; carne blanca
con olor y sabor desagradables poco intensos. —
Se llama Cogomasa. — Y.Ví otoño y primavera, en
el Centro, Este y Oeste.
Amanita umbrina.—Sombrerillo plano convexo
de 6 á 9 centímetros de diámetro, gris aceituna-
do ó amarillento, viscoso y estriado, con plaquitas
ó verrugas grisáceas; pedicelo blanco, al fin fistu-
loso, bulbiforme en su base, con el margen de la
volva formando un reborde sobre el bulbo; anillo
blanco, membranoso y fugaz; laminillas anchas y
blancas, redondeadas en su borde externo y a n -
gostándose gradualmente hacia el interno; carne
blanquecina.—Se ha mencionado en verano y o t o -
ño, en las m o n t a ñ a s de Navarra.

B.—Hongos sin volva y con anillo

58. LEPIOTA. (Véase la p á g . 43.)


Lepiota cristaía.—Sombrerillo de 2 á 4 centí-
metros, blanquecino y con escamas pardas y gra-
nulosas en su centro; pedicelo sedoso, liso, blanco
rojizo ó leonado, delgado y fistuloso, de 4 á 5 cen-
tímetros de altura; laminillas apretadas, separadas
MANUALES SOLER 113

del pedicelo y blancas; olor oliáceo ó de r á -


bano.— Se ha mencionado su existencia duran-
te el otoño en Portugal y en A r a g ó n ; es sospe-
choso.

C.—Hongos sin volva, pero con cortina efímera

59. HYPHOLOMA.—Sombrerillo carnoso al


principio, pedicelo carnoso, continuo con el som-
brerillo, laminillas sinuosas adheridas; esporas
pardó-rojizas. - Cespitosos ó lignícolas.
Hypholoma fasciculare (lám, V I I I , fig. i).—Som-
brerillo de 3 á 6 centímetros, amarillo ó anaranja-
do, m á s obscuro en el centro, lampiño y con cor-
tina; pedicelo hueco, finamente fibroso, de color
amarillo pálido; laminitas tiernas que casi se liqui-
dan al fin, de color amarillo de azufre; carne ama-
rillenta y muy amarga.—Se encuentra durante
casi todo el a ñ o en las provincias centrales y occi-
dentales, formando grupos numerosos.

D.—Hongos sm volva, anillo, n i cortina; laminillas


himeniales decurrentes

60. CANTHARELLUS.—(Véase la p á g . 56.)


Cantharellus aurantiacus (fig. 45). — Sombrerillo
de 6 á 7 centímetros, ocráceo, anaranjado, casi to-
mentoso, poco carnoso, laminillas anaranjadas, del-
gadas, apretadas y decurrentes sobre un pedicelo
más pálido, á veces blanco ó negruzco en la base.
114 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

y de 3 á 4 centímetros; carne blanda y amarilla


con sabor y olor ingratos.—Llámase pixaca y se

Fig. 45.—Cantharellus aurantiacus

halla en verano y otoño en las regiones central,


oriental y occidental.—Es sospechoso.

E.—Hongos sin volva, anillo, n i cortina, laminillas


himeniales escotadas

61. ENTOLOMA.—Sombrerillo con las már-


genes revueltas hacia dentro; pedicelo central con-
tinuo con el sombrerillo; laminillas sinuosas ó
escotadas, libres ó adheridas; esporas general-
mente angulosas, rosadas ó asalmonadas.
Entoloma clypeatum (fig. 46). — Sombrerillo de
5 á 10 centímetros, lampiño, gris, brillante, acam-
MANUALES SOLER 115

panado y mamelonado; pedicelo más largo que el


diámetro del sombrerillo, blanquecino exteriormen-
te, algodonoso en su interior, laminillas anchas y

Fig. 46.—Entoloma clypeatum

flojas, denticuladas en su borde, blancas al princi-


pio y al fin rojizas; carne blanca con olor algo
amoniacál.—En A r a g ó n durante casi todo el a ñ o .
— L l á m a n l e macicas y es sospechoso.
62. TRICHOLOMA.—(Véase la p á g . 61.)
Tricholoma buffonimn.-—Sombrerillo de 4 á 6
centímetros de diámetro, pardo claro ó purpures-
cente, rugoso y punteado en su superficie; pedi-
celo macizo, amarillo, algodonoso; laminillas pardo-
claras ó rojizas; carne amarilla con olor fuerte y
viroso.-—Citado en Navarra durante el otoño.
116 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y 'VENENOSOS

Trickoloma fucatum.—Sombrerillo anaranjado


pálido, más obscuro y como atigrado en su p o r -
ción central; pedicelo pálido y escamoso; lamini-
llas himeniales anchas y blancas.—Verano y otoño
en Navarra.
Trickoloma cestuans. — Sombrerillo amarillo
rojizo, de 4 á 6 centímetros de diámetro, de color
amarillo rojizo ó purpurescente, rugoso ó puntea-
do; pedicelo estriado; laminitas himeniales muy
anchas y amarillentas; carne amarillenta y amarga.
—Hállase en Navarra durante el otoño.
Trickoloma Sckumackcri. - Sombrerillo ceni-
ciento, de 5 á 8 centímetros, con la margen pro-
longada más allá de lás laminillas y arrollada;
pedicelo macizo, fibroso y estriado; laminillas
himeniales blancas, estrechas y apretadas.—Se ha
citado en Navarra, durante el otoño.

F.—Hongos sin tolva, anillo n i cortina;


laminillas himeniales no escotadas ni decurrentes;
esporas pardas ó amarillas.

63. INOCYBE.—Sombrerillo no viscoso, con-


vexo-acampanado y después abierto, sedoso,
fibroso y con grietas longitudinales; laminillas
sinuadas en su margen, generalmente verdosas, y
que se decoloran al fin; pedicelo central rara vez
lampiño.
Inocybe rimosa (fig. 47). — Sombrerillo de 3 á 5
centímetros de diámetro, al principio cónico y m á s
tarde acampanado y abierto, con el centro algo
prominente, de color pardo sucio ó amarillento.
MANUALES SOLER 117

con la superficie algo fibrosa


y generalmente hendida por
grietas radiantes; pedicelo
macizo de 4 á 6 centíme-
tros, engrosado en su base
y empolvado en su ápice;
laminillas libres, blanqueci-
nas al principio y luego ocrá-
ceas ó rojizas; carne blanca
con olor de arcilla mojada.
—En verano y otoño, en las
regiones central, septentrio-
nal y occidental. —Es sos
pechoso.
64. COPRINUS.-^ (Véa- Fig. 47.—Inocybe rimosa
se la pág. 6 5 . )
Coprinus atramentarius (fig. 48).—Sombrerillo
de unos 5 centímetros de diá-
metro, aovado y luego acam-
panado, blanco grisáceo al
principio, después amarillento
y como ahumado, profunda-
mente asurcado; pedicelo blan-
co asurcado y zonado en su
base, con anillo incompleto
y poco durable; laminillas
himeniales ventrudas, blancas
al principio, después pardo-
! rojizas y al fin negruzcas.—
Le llaman mataparientes y es
por lo menos sospechoso.—
Común en otoño en el Cen-
Fig. tf.-Cotrinus tro Q^te.
atramentarius •l ,
118 LÁZAPO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

G.—Hongos sin tolva, anillo, n i cortina;


laminillas himeniales n i escotadas n i decurrentes;
esporas incoloras

6 5 . —HYGROPHORUS.—Sombrerillo plano-con-
vexo, alguna vez deprimido al fin; laminillas grue-
sas, carnosas, poco apretadas, libres, adherentes ó
decurrentes y blancas ó blanquecinas.
Hygrophorus conicus (fig. 49).—Sombrerillo de

Fig. —Hygrophorus conicus

2 á 6 centímetros, cónico ó apiramidado, amarillo


y rojo á trechos desiguales, lampiño y frágil; pe-
dicelo cilindrico y hueco; carne que se ennegrece
por la frotación.—Hállase en verano y otoño en
las provincias del Centro, Sur y Oeste.
Hygroporus ^ a W ^ i - — S o m b r e r i l l o de 2 á 6
centímetros, rojo de escarlata al principio, que
MANUALES SOLER 119

palidece pronto, lampiño y obtuso; pedicelo hueco,


rojo en la parte superior y amarillo en la inferior;
laminillas purpúreas en su borde y amarillas en su
zona media; carne ana-
ranjada no muy grata.
—Hállase en verano y
otoño, en el Centro, Sur
y Oeste.
66. MYCENA.—
S o m b r e r i l l o general-
mente acampanado, casi
membranoso, estriado;
laminillas no decurren-
tes, libres ó que llegan
al pedicelo por medio
de un diente; pedicelo
c e n t r a l cartilaginoso,
fistuloso y delgado.—
Hongos cespitosos,
muscícolas, frágiles, pe-
queños, esbeltos y de
olor poco agradable.
Mycena p u r a (fig. 50).
— Sombrerillo de 2 á 4
centímetros de diáme-
tro, rosado violáceo ó Mycena pura
amarillo, acampanado,
convexo, mamelonado,
lampiño y estriado; pedicelo de 6 á 10 centíme-
tros de altura, velloso en su base; laminillas hime-
niales sinuadas, pálidas y anastomosadas.— Citada
en Navarra durante casi todo el a ñ o . — E s bastante
sospechosa.
120 LÁZARO - HONGOS COMESTIBI E S Y VENENOSOS

67. RUSSULA.—(Véase la pág. 6 7 . )

a.—Sombrerillo de color rojo

Russula rubra (fig. 51).—Sombrerillo de 8 á 10


centímetros,, rojo de bermellón en su centro, que
se va desvaneciendo hasta los bordes, que son de
color de badana, con la superficie lisa y suave y la

Fig- S1-—Russula rubra

margen patente y sin estrías; pedicelo de 4 á 6 cen-


tímetros de altura, macizo y duro, blanco y con
manchas rojizas ó rosadas; laminillas apretadas,
blanqueciuas y luego amarillentas; carne compac-
ta y granulosa, rojiza bajo la cutícula, inodora y
muy acre. —Se encuentra en verano y otoño en
A r a g ó n y en Portugal.
Russula emética (fig. 52, y lám. V I I I , fig, 3).—
Sombrerillo rosado y luego rojo-sanguíneo, de
MANUALES SOLER 121

8 á 1 0 centímetros, plano ó deprimido, con la


margen asurcada y al fin tuberculosa; pedicelo
esponjoso, blanco ó rojizo; laminillas himeniales
blancas, anchas, poco apretadas y casi libres;

Fig. 52,—Russula emética

carne blanca, enrojecida debajo de la cutícula y


muy acre.— Hallada recientemente en otoño en
Castilla la Vieja.
Russula fragilis.—Parecido á los anteriores por
la coloración del sombrerillo, distinguiéndose por
tener la margen delgada, estriada y tuberculosa,
por su cutícula fácilmente separable y viscosa y por
sus laminillas blancas y ventrudas.—Citada en v e -
rano y otoño en Navarra.
122 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

&.—Sombrerillo a m a r i l l e a í o , ocráceo ó pardo oliváceo

Russula furcata. — Sombrerillo de 8 á 10 cen-


tímetros de diámetro, de color verde oliváceo ó
terroso, algo pardo en su centro, plano-convexo y
al fin deprimido y aun embudado, sedoso y con
la margen lisa y delgada; pedicelo de 3 á 5 centí-
metros, blanco, liso y angostado en su base; lami-
nillas bastante gruesas, poco apretadas, casi decu-
rrentes, blancas y bifurcadas en su mayoría; carne
blanca, seca, frágil, poco olorosa y con sabor dul-
ce que pasa al fin á amargo.—Verano y otoño,
en Cataluña. —Venenosa.
Russula foetens.-^ovcfoxtx'x^o át. 10 á 15 cen-
tímetros, globoso al principio y después abierto,
de color ocráceo sucio, frágil, poco carnoso y con la
margen delgada y asurcada; pedicelo blanco y grue-
so; laminillas blanquecinas, desiguales, ahorquilla-
das, con algunas soldaduras entre sí y algo lacri-
mosas al principio.—Verano y otoño, en Navarra.
Russulapectinata. — ^oxxüortxxWo de 6 á 8 centí-
metros, blanco amarillento, m á s coloreado en su
centro, con el borde delgado y asurcado; pedicelo
de unos 4 centímetros, blanco y ligeramente estria-
do; laminillas himeniales blancas y libres; carne
blanco-amarillenta con sabor muy acre y olor lige-
ramente nauseoso.—Verano y otoño, en A r a g ó n .

H.—Hongos con el pedicelo lateral

68. PLEUROTUS.—(Véase la p á g . 72.)


Pleurotus olearius (fig, 53).—Sombrerillo de 7 á
MANUALES SOLER 123

10 centímetros, plano-convexo al principio y des-


pués excavado en su centro, irregular y con los
bordes replegados hacia abajo, de color anaranjado
ó algo pardusco; pedicelo alguna vez central, maci-

Fig- 53-—Pleuroius olearius

zo, consistente y de coloración parda ó amarillenta;


laminillas estrechas, apretadas y amarillas; carne
frágil amarillenta, con olor agradable y sabor
estíptico y amargo. —.SVtó de olivo.—Hállase en
verano y otoño en las provincias orientales y occi-
dentales.
124 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

69. PANUS.—(Véase la p á g . 7 5 . )
Panus stypticus (fig. 54).—Sombrerillo oblongo
arriñonado, de 1 á 3 centíme-
tros, con los bordes arrolla-
dos, delgado, de color de ca-
nela ó amarillo claro y al fin
grisáceo, con la superficie re-
cubierta de escamas furfurá-
ceas; pedicelo corto y curvo;
laminitas estrechas, de color Fig. 5 4
de canela, soldadas entre sí Panus stypticus
por las nerviaciones; carne
amarillenta, coriácea, inodora, insípida al principio
y luego acre, ardiente y estíptica.—Hállase sobre
los troncos en el Norte, Centro y Oeste.
MANUALES SOLER 125

HONGOS VENENOSOS Ó SOSPECHOSOS.—P0L1P0RÁCE0S,


ESCLERODERMÁCEOS Y FALÁCEOS

70. PaLiPORÁCEOS.—(Véase la p á g . 7 6 . )
Boletusflavus.~^iomhxtx\\\o amarillento, barni-
zado por una substancia viscosa y pardusca, de
4 á 8 centímetros de diámetro; pedicelo amarillo
sucio, con un anillo membranoso, fugaz, reticulado
en su parte superior; tubos amarillos, adheridos
entré sí y abiertos en poros angulosos de igual
color.—En primavera y otoño, en el Nordéste.—
Sospechoso.
Boletus cyanescens. —Sombrerillo de 5 á 8 cen-
tímetros, leonado, tomentoso ó escamoso; pedicelo
del mismo color, velloso, esponjoso y después casi
hueco en su interior; tubos blancos y luego ama-
rillos, libres, con los poros pequeños redondeados
y del mismo color; carne blanca que por la com-
presión adquiere un color azul intenso.—Se en-
cuentra en otoño en Cataluña.—Sospechoso.—
Llámanle también mataparientes.
Boletus piperattLS. - Sorñbrerillo de 4 á 6 centí-
metros, brillante y de color de canela, algo visco -
126 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

so; pedicelo amarillo-leonado, que se va estrechan-


do hacia su base; tubos decurrentes sobre el
pedicelo, con los poros ocráceos, anchos y angu -
losos; carne amarillenta, poco olorosa, con sabor
picante.—Hállase en Cataluña, durante el verano
y otoño, —Sospechoso.
Boleius luridus (lám. V I I I , fig. 2). — Sombrerillo
pardo oliváceo ó rojo; velloso, viscoso, con puntos
ó líneas rojas en el pedicelo, con poros rojos ó
anaranjados y cuya carne azulea por la acción del
aire. — E n verano y otoño. - Centro, Norte y Este.
—Venenoso.—En catalán mata parent.
Boletus porphyrosporus.— Sombrerillo de 8 á 12
centímetros, pardo oliváceo, aterciopelado, con
poros pentagonales pardo-rajizos que pardean al
frotarlos; carne blanca que pardea por la acción
del aire; olor penetrante. — Otoño, en Navarra. —
Sospechoso.
Boletus purpureus - Se distingue por su som-
brero rojo purpúreo, poros rojos anaranjados y
reticulaciones y puntuaciones del pedicelo de color
purpúreo. — Hállase en el Nordeste durante el
otoño, y es venenoso.
71. ESCLERODERMÁCEOS.—Hongos de forma
tuberiforme, con peridio sencillo sentado ó corta-
mente pedicelado y con el micelio convertido en
cordones duros y resistentes. Aparato esporífero,
que aparece á flor de tierra, globoso y redondeado,
fijo al suelo por medio de cables resistentes (rizoi-
des) que se entrelazan, formando un pedicelo y
una masa tuberosa debajo de tierra. No se abre
normalmente y las esporas se diseminan cuando
el peridio se rompe por causas fortuitas.
MANUALES SOLER 127

Scleroderma verrucosum ijig. 5 5 ) . — A p a r a t o es-


porífero pedicelado, de 2 á 4 centímetros de d i á -
metro, blanquecino al principio y luego leonado ó

Fig. 55. —Scleroderma verrucosum

pardo amarillento, con verrugas pardas y p r o m i -


nentes; carne blanca al principio y luego lilacina y
con venas blancas. — En verano y otoño, en el
Nordeste. - Venenoso.
72. FALÁCEOS.—Hongos fáciles de recono-
cer por lo singular de sus formas. E l peridio, que
se compone de tres capas distintas, se abre irre-
gularmente por su parte superior merced á la pre^
128 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

sion ejercida por el rápido crecimiento de un pedi-


celo que se eleva en su interior llevando en ápice
el tejido esporífero; el peridio desgarrado queda
entonces en la base del pedicelo, simulando una
volva.
Phallus impudicus (lám, I I I , fig. 3).—Peridio
formado por dos membranas resistentes y separa-
das por una tenue capa gelatinosa; gleba sostenida
por un pedicelo grueso de 8 á 10 centímetros de
altura, casi tan ancho como ella y también sem-
brado de hoyitos; en su base queda el peridio
externo simulando una volva ancha y blanca; te-
jido esporífero con el himénio convertido al fin en
un líquido pardusco y fétido; olor desagradable.—
Raro en primavera y otoño en casi todas las re-
giones de España.
MANUALES SOLER 129

XI

RECOLECCIÓN, CONSERVACIÓN Y PREPARACIÓN


DE LOS HONGOS

73. LOS HONGOS BAJO E L PUNTO D E VIS-


TA -ALIMENTICIO. —• Muchas preocupaciones se
oponen á la difusión de la costumbre de alimen-
tarse con los hongos, no obstante ser esta aplica -
ción tan antigua como el hombre y haber gozado
algunas especies desde remotos tiempos de grande
y justificada reputación. Las trufas, por ejemplo,
llegaron á tenerla tan grande en las antiguas civi-
lizaciones, que se cuenta que los atenienses con-
cedieron el derecho de ciudadanía á los hijos de
Chérips para recompensarles por haber inventado
una nueva manera de preparar estos hongos. Los
romanos, según Plinio, los cortaban con cuchillos
de plata y de ámbar. Sin llegar á tales extremos,
los hongos comunes se han utilizado siempre por
los habitantes de los campos como un recurso ali-
menticio. E n Europa entera, y especialmente en
los países del Centro y Norte, los hongos forman
parte del consumo general y son uno de los recur-
sos alimenticios m á s estimados; en Francia y aun
130 LÁZARO - HONGOS, COMESTIBLES Y VENENOSOS

en Italia se consumen en cantidades considera-


bles (*).
No faltan, sin embargo, gentes que opongan
grandes reparos y aun se nieguen resueltamente
á consumir los hongos como alimento, alegando
que aun las especies no tóxicas son de digestión
difícil y que son alimentos poco nutritivos.
E n general, no son los hongos más difíciles de
digerir que otros alimentos, y esto, á lo sumo,
podría decirse de ciertas especies de Lactarius y
de Clavaria, cuya digestión pesada, como lo es
la de la carne de cerdo y ciertos embutidos, con-
tra cuyo consumo nadie declama sistemática-
mente, aunque tampoco esté exento de peligros.
E n todos estos casos, la higiene recomienda una
prudente sobriedad y no la abstención de su con-
sumo, y menos podría recomendarse tratándose de
la generalidad de los hongos en los que no con-
curre esta circunstancia. L o s rusos, los tártaros,
los polacos y los alemanes comen los hongos á
diario, durante largas temporadas, sin que su salud
se resienta. Botánico tan distinguido como Per-
soon refiere haber observado que en las inmedia-
ciones de Nuremberg los campesinos consumían,
como su alimento principal, hongos crudos con un
pan del país condimentado con anís y alcaravea,
y asegura que él mismo vivió semanas enteras sin
consumir otros alimentos.
Tampoco es exacto que los hongos constituyan

(*) Se estima la venta diaria de hongos en los mercados de


París en unos 30,000 francos y el valor de las trufas que se con-
sumen anualmente en Francia asciende á 16 millones de francos.
MANUALES POLER 131

un alimento pobre por la cantidad de nitrógeno


que en ellos se contiene. Schlossberger y Dopping
han hallado, como resultado de sus análisis, que
100 partes de hongos desecados á la temperatura
de 100o contienen la siguiente cantidad de n i t r ó -
geno:

Cantharellus cibarius. 3,22 por 100


Rtissula alutacea. 4.25 —
Lactarius delicio sus. 4,68 -
Boletus cereus. 4,70 —
Psalliota campestris. 7.26 —

Anteriormente Payen había encontrado:

Cagarrias (Morchella escu-


lenta) 4,70 por 100
T r u f a negra, . . . . . 8,79 —
T r u f a blanca 9,96 —

Estas cifras acusan, por lo que á la riqueza de


materias nitrogenadas se refiere, y con arreglo á
la cual los fisiólogos gradúan el valor nutritivo de
los alimentos, que los hongos reúnen condiciones
muy superiores á las de la mayoría de los alimen-
tos de origen vegetal.
74. CONDICIONES EN QUE DEBEN RECO-
LECTARSE LOS HONGOS DESTINADOS Á L A A L I -
MENTACIÓN.—La primera condición que deben
reunir los hongos es la de pertenecer á una espe-
cie bien conocida como comestible. Cuando se
trata de los hongos preparados en las fábricas de
conservas, el consumidor no tiene que preocupar-
132 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

se por esta condición, pues los fabricantes, por su


propio interés, cuidan suficientemente de que así
suceda, y cuando se trata de especies adquiridas
en los mercados, si en ellos se cumplen bien los
reglamentos, han de ser previamente revisados por
persona perita, como en Francia sucede. No con-
curre esta condición en todos los mercados de
España, pues este servicio no está debidamente
montado sino en aquellas plazas en que el consu-
mo llega á ser de cierta importancia.
Interesa mucho que el consuniidor se informe
de si así sucede, pues donde este reconocimiento
no se practica, igualmente que si los hongos se
adquieren sin acudir al mercado ó cuando la reco-
lección se hace directamente por el consumidor,
éste deberá limitarse á consumir una especie ó
un corto número de especies de cuyo conoci-
miento tenga plena seguridad, como lo hacen, sin
grandes dificultades, los habitantes de los campos.
Esto es fácil de conseguir, sobre todo cuando se
trata de géneros en que no existe ninguna especie
venenosa (Psalliota, Pholiota, etc.), y más si la
singularidad de la forma no permite confundirlos
con otros (Morckella, Helvella, Hydnum, Clava-
ria, Tuber, etc.). E n caso»de duda de si una espe-
cie fuese aceptable ó no, será bueno que el aficio-
nado principiante se informe, antes dé admitirla
entre las de su uso, de los prácticos de la locali-
dad, y en último caso, de un botánico especialis-
ta. Esto es siempre lo conveniente respecto de la
aceptación de las especies y no debe olvidarse que
todos los casos de accidente son debidos á con-
fianzas excesivas é infundadas y al desconocimien-
MANUALES S O L E R 133

to de las especies. Esta información previa será


siempre m á s racional que la abstención sistemáti-
ca; pero teniendo en cuenta que no es necesaria
sino la primera vez que se intenta aprovechar una
especie aun no conocida.
La resistencia obstinada con que muchos se
niegan á utilizar estas substancias alimenticias
es causa de que se dejen perder en los campos
grandes cantidades de alimentos nitrogenados,
que ciertamente no sobran en ningún país, y no
demuestra mayor prudencia y previsión ni menor
necesidad de tales elementos alimenticios, pues
precisamente los países más prósperos y adelanta-
dos son los que en mayor grado los aprovechan
y los que los acogen con mayor estimación.
Seguros ya de que los hongos que vamos á
emplear pertenecen á una especie comestible, de-
bemos procurar que no se hallen demasiado avan-
zados en su vegetación. Los sombrerillos pasan
por todas las fases de una evolución desde que
comienzan á formarse hasta que, pasados ya, se
desecan ó se pudren, y los recogidos ya próxi-
mos á su fin pueden ser ingratos y, como las
frutas pasadas, no son recomendables para el con-
sumo.
Tampoco deben recogerse mojados, pues sobre
haber perdido en gran parte sus condiciones agra-
dables de sabor y olor, suelen alterarse rápida-
mente después de las lluvias. También deberán
desecharse si se hallan atacados en su interior por
larvas de insectos que suelen abundar en su carne,
y esto se reconoce fácilmente seccionándolos por
el centro del sombrerillo, donde se verán inmedia-
134 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

tamente galerías abiertas semejantes á las que


abren las carcomas en las maderas,
75. CONSERVACIÓN DE LOS HONGOS POR
DESECACIÓN.—Los hongos comestibles en gene
ral pueden conservarse por este procedimiento,
aunque la mayor parte de ellos no se desecan bien
en las condiciones naturales, pues al pasarse expe-
rimentan alteraciones y descomposiciones que los
inutilizan. Se eligen para esto hongos en buen
estado y se mondan, preparan y limpian como si
se fuesen á guisar. Se echan después en agua hir-
viendo, á la que se ha adicionado algunas gotas
de vinagre ó de jugo de limón, adición que tiene
por objeto evitar que los hongos se ennegrez-
can (*). Se los agita con el agua durante breve
tiempo y más tarde se separan del líquido y se de-
jan escurrir, después de lo cual se ensartan, pasán-
dolos un hilo, y las sartas así formadas se cuelgan
de tinglados especiales Ó sencillamente de las te-
chumbres en habitaciones bien ventiladas. En los
países húmedos la desecación se ultima exponién-
dolos á una temperatura suave, como la de un
horno después de sacar el pan; pero en los países
secos no es necesaria esta operación.
Una vez terminada la desecación, deben guar-
darse los hongos en sacos de papel ó en cajas, para
librarlos de la acción del polvo y de las visitas de
los insectos. Si el destino de estos hongos es el
utilizarlos como condimento, es conveniente redu-

(*) Puede emplearse agua pura, pero nunca agua con sal,
pues los hongos, impregnados de ésta, no se secan bien.
MANUALES SOLER 135

cirios á polvo, después de desecados, para lo cual


nos serviremos de un rallador fino.
En las localidades rurales no es raro ver grandes
ristras de sombrerillos ensartados del modo dicho;
pero, contra las buenas prácticas, suelen estar col-
gados largo tiempo impregnándose de todas las
substancias que flotan en el aire y recibiendo las
puestas y deyecciones de las moscas.
En todo caso, se comprende que los hongos
preparados por desecación conservan las propie-
dades que antes tenían, y que si entre ellos hubie-
se alguno venenoso, su toxicidad persiste después
de desecado.
76. PROCEDIMIENTO GENERAL DE CONSER-
VACIÓN.—Consiste éste en lo mismo que sirve de
base á la fabricación general de conservas en botes
y latas, en exponer los hongos á una temperatura
suficiente para expulsar el aire y esterilizar la subs-
tancia y cerrar luego las vasijas herméticamente.
Para esto se preparan los hongos, limpiándolos
cuidadosamente, mondándolos y dividiéndolos en
pedazos del tamaño conveniente, como si se fuesen
á guisar inmediatamente; se colocan en botes de
hoja de lata, rellenando los vacíos con aceite de
olivas, se suelda la tapa dejando un solo punto, se
expone durante algún tiempo á una temperatura
de unos 100o para hacer salir el aire y dejar la
substancia esterilizada y se completa la soldadura.
Puede reemplazarse el aceite por otras substancias
líquidas, ligeramente ácidas ó salinas, con econo-
mía notable para la frabricación, aunque el aceite
empleado nunca es perdido, pues se utiliza en el
mismo guiso en que se hagan entrar los hongos.
136 LÁZARO - HONGOS COMÉSTIBLES Y VENENOSOS

También pueden substituirse los botes de lata


por frascos ó vasijas de vidrio, que se llenarán de
igual manera, y para calentarlos se introducen en
botes metálicos ó calderas que contienen agua
.fría, la cual se calienta gradualmente hasta la ebu-
llición; se mantiene ésta durante diez minutos y se
encorchan luego los frascos recubriendo el tapón
con cera ó lacre.
77. CONSERVACIÓN DE LOS HONGOS EN
SALMUERA. Este procedimiento, bastante usual
entre los campesinos rusos al preparar sus p r o v i -
siones de invierno, consiste simplemente en mace-
rar breve tiempo los hongos en agua acidulada ó
salada, dejarlos escurrir y colocarlos luego en to -
neles espolvoreándolos con sal común y recubrir-
los al fin con una capa de esta substancia. No es
recomendable el procedimiento, pues parece que
los hongos así conservados desmerecen mucho en
sabor y olor.
78. PREPARACIÓN CULINARIA DE LOS HON-
GOS EN GENERAL.—Debe comenzarse por limpiar
los hongos, desembarazándolos de todas las subs-
tancias extrañas que pudiesen acompañarlos (tie-
rra, musgos, hojas, etc.). Después suelen mondarse
cuando los sombrerillos son muy grandes y carno-
sos ó cuando el estado de la superficie lo exija,
y también suelen separarse las partes que tienen
himenio, como las laminillas ó los tubos; pero esto
no es necesario cuando no se trata de hongos muy
grandes.
Los pedicelos pueden utilizarse también, al me-
nos su parte superior, cuando son tiernos y car-
nosos; pero deben desecharse cuando son duros y
MANUALES S O L E R 137

coriáceos, como sucede con la Collybia fusipes,


Lepiota procera, A r m i l l a r i a melle a, etc.
Los hongos pequeños sin necesidád de mondar-
los y los grandes ya mondados, se dividen en pe-
dazos de tamaño conveniente (de i ' 5 á 2 c e n t í -
metros), y se tienen sumergidos en agua fría ó
templada durante algún tiempo, mezclando á ésta
un poco de vinagre ó de sal cuando no se tenga
absoluta seguridad de la bondad de todos los
hongos reunidos.
Después de esto pueden exprimirse para que
suelten el agua, ó enjugarlos en pequeñas porcio-
nes en un paño blanco, y cocerlos en una cacerola
ó tartera, sobre cuya tapa se colocará también al
guna brasa. Se sazonan con manteca, aceite, algo
de ajo, pimienta, zumo de limón y corteza de pan
rayado, substancias que aumentan su buen sabor
y los hacen más fáciles de digerir.
Cuando son hongos de regular t a m a ñ o , pueden
emplearse enteros asándolos en las parrillas y sa-
zonándolos con las substancias antes indicadas.
Cocidos ó asados, es conveniente que los hongos
que se guisan juntos sean de una especie ó de es-
pecies de consistencia análoga, pues no debe olvi-
darse que mientras unos son tan tiernos que están
convenientemente preparados con sólo algunos
minutos de exposición al calor, otros, como los
Lactarius, Cantharellus é Hj/dnum, necesitan cerca
de una hora.
79. PREPARACIÓN DE LOS HONGOS COMU-
NES.—Un procedimiento muy usual de preparar-
los por cocción consiste en tomarlos, ya limpios y
divididos en trozos, lavarlos en agua fríay pasarlos
138 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

luego al agua hirviendo, con lo cual se ablandan y


pierden alguna parte de su aroma, que resulta ex-
cesivo en algunos casos. Se vuelven luego á poner
en agua fría, se enjugan exprimiéndolos suavemen-
te y se incorporan á la manteca, que se tendrá ya
fundida en una cacerola puesta al fuego. Después
unos agregan un poco de harina, que se hace cocer
con los hongos, humedeciéndolos de cuando én
cuando con caldo ó con agua tibia, y otros no em-
plean la harina y los condimentan con perejil, pi-
mienta, sal y algunas veces con especias. Una vez
cocidos, se retiran del fuego hirviendo y se agrega
crema ó yema de huevo batida con agua, agregan-
do una ó dos rajas de limón sin corteza. Este pro-
cedimiento se recomienda mucho para los Psallio-
ta ú hongos cultivados, y para la mayor parte de
las especies comunes.
80. PREPARACIÓN CULINARIA DE LOS BO-
LETOS (BoletusJ. — Sz eligen los individuos m á s
jóvenes ó al menos los que tienen la carne más
consistente, blanca y perfumada, se mondan sepa-
rando la capa de los tubos y el pedicelo y se ex-
ponen algunos momentos sobre las parrillas para
quitarles el exceso de humedad. Después se expri-
men ligeramente en un paño y se cuecen con acei-
te, perejil, ajo machacado, sál y pimienta, y al fin
se agregan unas gotas de limón y se acompañan
con cualquiera de las salsas usuales para los de-
más hongos.
En los pueblos de Francia y en algunas locali
dades de Cataluña suelen asarlos sobre la parrilla,
condimentándolos con manteca, sal y pimienta,
ó freirlos con manteca de cerdo ó aceite.
MANUALES S O L E K 139

81. PREPARACIÓN DE L A ORONJA Ó AURIO-


LA (Amanita ccesarea) Y DEL MATANCADELAS
(Lepiota procera). — Se indica como la forma más
estimada de preparar la oronja, la de cocerla
invertida sobre un plato y despojada defísu pedi-
celo, rellenando su cavidad con finas hierbas, miga
de pan, ajo, pimienta, sal, picaduras de su pedicelo
y aceite de oliva.
Se refiere que los romanos la preparaban co-
ciéndola con vino, alcaravea, jugo de carne, miel,
aceite y yema de huevo.
La Lepiota procera suele prepararse como se ha
indicado para la oronja, aunque admite bien los
procedimientos generales.
82. PREPARACIÓN DE LAS CHAGRAS ( R u s -
sttla).—Pueden prepararse á la parrilla con finas
hierbas y aceite. También en torteras con mante-
ca, pimienta, sal y algo de caldo. También se hace
con ellas un picadillo con finas yerbas y grasas; se
pasa después por manteca y se asocian con chule-
tas asadas.
83. PREPARACIÓN DEL ROSIÑOL (Cantha-
rellus cibarius).—Estos hongos exigen una coc-
ción lenta y prolongada antes de condimentarlos
y resultan mejor si previamente se han macerado
en leche durante algunas horas. L a cocción debe
hacerse con fuego no muy vivo, pues de otro modo
pierden su aroma y resultan demasiado coriáceos.
Los campesinos de Francia los preparan con
manteca, grasa de cerdo ó aceite, condimentán-
dolos con cebolla, sal y pimienta.
Se recomienda que después de limpios y lava-
dos se pasen por agua hirviendo, se cuezcan con
140 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

manteca fresca ó un poco de aceite de olivas y se


condimenten con pimienta, sal, estragón picado y
un poco de corteza de limón, dejándolos des-
pués durante quince ó veinte minutos á un fuego
suave, agregando de cuando en cuando un poco
de caldo ó de crema, y finalmente se rebozan con
huevos.
84. PREPARACIÓN DE LOS HYDNUM. — Como
los otros hongos que tienen la carne muy consis-
tente, necesitan una acción prolongada. Se cortan en
trozos y se pasan por agua hirviendo, haciéndolos
cocer en seguida con manteca de cerdo, caldo,
sal, perejil y pimienta. Pueden cocerse también
con-manteca de vacas, aceite de olivas ó grasa de
aves, condimentándolos con un poco de ajo y otro
poco de agraz ó de zumo de limón. (Roques.)
A l sacarlos del agua hirviendo no deben expri -
mirse, la cocción debe hacerse con grasa ó caldo
mejor que con manteca, pues con ésta resultan
algo coriáceos, y como son poco jugosos, necesi-
tan un vehículo líquido algo abundante. (Paulet.)
85. PREPARACIÓN DE LAS CAGARRIAS (Mor-
ckella), H E L V E L L A Y PEZIZA.—Después de cor
tarlas, lavarlas y exprimirlas se ponen en una
cacerola con manteca, sal, perejil, pimienta en
grano, y si se quiere Un poco de jamón, y se some-
ten á la cocción durante una hora, humedeciéndo-
las con caldo frecuentemente. Después de cocidas
se les agregan yemas de huevo para hacer la
mezcla y se separan del fuego agregándolas un
poco de crema. Se sirven solos ó sobre una cor-
teza de pan rayada é impregnada de manteca.
(Persoon.)
MANUALES SOLER 141

86. PREPARACIÓN DE LAS TRUFAS Y CRIA-


DILLAS DE TIERRA {Tuber).—M.nch2iS son las
formas en que estos hongos se preparan para la
alimentación, pues son, sin duda alguna, los que
actualmente son más estimados y alcanzan precio
más alto en los mercados. Se comen cocidas con
vino de Champaña, en potaje, en cocidos con y sin
grasa, en pastas y tartas diversas, en cremas, en
el relleno de aves, y se considera como la superior
por los peritos la de asarlas debajo de la ceniza y
comerlas sin condimento alguno, siempre que se
hallen en perfecto estado de madurez.
Conviene que estos hongos, naturalmente secos,
se asocien con grasas para que pueda apreciarse
todo su sabor, y también el vino contribuye á que
resalte la excelencia de sus condiciones. Comiénzase
por limpiarlas y mondarlas cuidadosamente, para
que no queden con algo de tierra, y se maceran
después en agua tibia ó mejor en aceite, c o r t á n -
dolas en seguida en rodajas y poniéndolas en un
plato con aceite ó manteca, un poco de vino, sal
y pimienta en grano: algunos agregan anchoas y
cebolletas. Se cuece todo durante una media hora
y se revuelve por fin con huevos.
87. PREPARACJÓN DE LAS MANECILLAS
(Clavaria).—Después de bien limpias se cuecen
con manteca, perejil, algo de cebolla, sal y pi-
mienta en grano, y si se quiere que resulten más
sabrosas, debe agregarse de cuando en cuando
una cucharada de caldo; finalmente se agrega
yema de huevo. También puede hacerse un pica-
dillo de Clavaria, Boletus' y Cantharellus, para lo
que se escaldan, se enjugan en un paño, se pican
10
142: LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

ó se reducen á puré y se mezclan con caldo de


jamón.
Las clavarias se asocian con la carñe de vaca,
ternera, carnero y aves, pudiendo con ellas prepa-
rarse excelentes guisados con ó sin patatas.
88. PREPARACIONES DIVERSAS EN QUE I N -
TERVIENEN LOS.HONGOS,
P u r é de hongos.—Prepárense los hongos por el
procedimiento general, piqúense finamente y pá-
sense por un colador, rehóguense luego con man-
teca y agréguense unas gotas de limón, batiendo
la masa finalmente. Obtiénese así un puré que
puede asociarse con filetes de ave ó de pes-
cado.
Hongos rellenos.—Elíjanse hongos no muy abier-
tos ni excesivamente grandes, arránquense sus
pedicelos, y poniendo hacia arriba la cavidad del
sombrerillo, rellénese ésta con una mezcla de miga
de pan, manteca, substancia de carne, sal, especias
y finas hierbas; hechos la mezcla y el relleno, ex-
póngase á un fuego moderado.
Hongos a l / / « ^ . - — L i m p i o s y mondados los
hongos, córtense en trozos, lávense en agua fría
y enjúguense suavemente con un paño; pónganse
en un plato con manteca, perejil y sal, háganse
cocer en el horno, y al tiempo de servirlos agré-
guese crema ó yema de huevo para formar una
salsa espesa.
Hongos á la provenzal.—Cójanse hongos comu-
nes (Psalliota) ú otros de consistencia análoga,
bien frescos y sanos y se limpian, cortan y lavan
en agua fría; ténganse después dos horas en
aceite con sal, pimienta y ajo; expónganse des-
MANUALES S O L E R 143

pués á un fuego muy vivo, y cuando estén asados


agréguese perejil picado y limón.
Hongos á la Cussy.—Córtense los hongos en
rodajas gruesas y dispónganse alternadas con otras
de trufas preparadas, agregando un poco de ajo
finamente picado. Agréguese manteca, sal, pi-
mienta, especias y hasta un poco de caldo; expón-
gase al fuego una media hora/ y añádase, por
último, un poco de vino blanco, Jerez seco, Madera
ó Sauternes.
Picadillo de hongos. - Los hongos, cuidadosa-
mente mondados y limpios, piqúense finamente y
pónganse en una cacerola con manteca, algo de
harina, caldo, sal, laurel, especias y pimienta;
cocido hasta que se reduzca á poco más de la
mitad, se vierte sobre un picadillo de vaca, ave ó
carnero.
Trucha con ^¿w^w. — Pónganse en una cacerola
hongos limpios, mondados y cortados, chalote ó
escalluna (especie de cebollino), perejil picado,
caldo y jugo de carne. T ó m e s e después una bue-
na corteza de pan mojado en el caldo en que se
ha cocido la trucha, redúzcase á puré y agréguese
á los hongos con un poco de harina y de manteca,
revuélvase todo y viértase sobre la trucha hasta
recubrirla.
144 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

XII

ENVENENAMIENTOS PRODUCIDOS POR LOS HONGOS

89. PRECAUCIONES QUE ALEJAN EL RIESGO


DE UNA INTOXICACIÓN. ~ Por grandes que sean
los cuidados con que se procure la elección de
los hongos comestibles, cuando ésta se hace
por personas poco ó nada peritas, que es el caso
general, caben errores y descuidos que alguna
vez pueden ser origen de peligros. Bien conocido
es el perejil, por ejemplo, y no son raros los
casos de intoxicación, á veces graves, originados
por confundir esta planta con la cicuta. No debe-
mos,, pues, maravillarnos de que los que sólo de
un modo empírico conocen algunos hongos, pue-
dan padecer equivocaciones semejantes, especial-
mente si desatienden los consejos de la prudencia
ó afectan desdeñar las prescripciones científicas.
Para disminuir las probabilidades de tales acci-
dentes cabe formular algunos consejos:
i.0 Las personas no peritas deben limitarse á
consumir los hongos cultivados ó los procedentes
de recolectores ó expendedores bastante prácticos
y que merezcan su confianza, sobre todo los que
MANUALES SOLER 145

hayan sido reconocidos por los revisores en los


mercados, allí donde este servicio se halle orga-
nizado.
2,° Se recomienda á los aficionados á este
manjar, tanto á los que adquieren los hongos en
el mercado, como á los que se los procuran por
sí mismos en los campos, y m á s especialmente á
estos últimos, que se limiten á comer una especie
ó un corto número de especies que les sean bien
conocidas, prescindiendo de todas las demás.
3.0 Debe procurarse que la especie ó especies
admitidas para el consumo de cada cual corres-
ponda á uno de los géneros que, como Psallioia,
Pholioía, M o rche lia, Hydnum, Clavaria, etc., no
contienen especies tóxicas, pues el peligro de una
confusión de especies no existe en éstos como en
aquellos que encierran especies similares unas
tóxicas y otras comestibles {Boletus, Amanita,
Trickoloma, Russula, etc.). T a l peligro no es de
temer tratándose de aquellos hongos que perte-
necen á géneros en que no hay especies toxicas y
que tienen una forma bien característica, como
las cagarrias, clavarias, pezizas y las trufas y cria-
dillas, por ejemplo. Esto no exige grandes cono-
cimientos, y después de todo, el encargado de
aquirir los demás alimentos, las frutas por ejem-
'plo, necesita siempre tener algún conocimiento
de lo que compra, si ha de ejercer su misión con
acierto.
90. PROCEDIMIENTO PARA DESPOJAR Á LOS
HONGOS DE SUS PRINCIPIOS VENENOSOS.—AUN
suponiendo que el desconocimiento de las espe-
cies sea absoluto, puede seguirse un procedimiento,
146 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

para preparar los hongos, mediante el cual no se


corra riesgo alguno en comerlos, pues aunque entre
ellos hubiese alguno venenoso, habría perdido
previamente sus principios tóxicos. Los repetidos
experimentos de Gérard, en Francia, comiendo y
haciendo comer á varias personas grandes canti-
dades de hongos pertenecientes exclusivamente á
las especies más venenosas, sin que jamás se acu-
sase el menor síntoma de intoxicación^ bastarían
para acreditar este procedimiento, si antes y des-
pués de tales experiencias no hubiese sido una
práctica generalizada ya entre los campesinos de
ciertos distritos de Rusia y de Alemania, la de
consumir habituaimente los hongos, aun los de las
especies más tóxicas, como lo son ciertas A m a n i -
tas, sometiéndolos previamente al mismo género
de preparación.
Este consiste simplemente en macerarlos con
agua acidulada con un poco de vinagre ó en agua
con sal. E n ambos casos se trata solamente de
que los principios tóxicos se difundan en el agua
y desaparezcan de las substancias maceradas, como
desaparece la sal del bacalao cuando éste se some-
te á maceraciones repetidas.
Como los principios tóxicos de los hongos pare-
cen ser básicos y de carácter alcalóideo, es fácil
de comprender que tiendan á combinarse con los
ácidos y que las combinaciones que formen con el
ácido acético se difundan con facilidad. De prefe-
rencia indicaremos para la maceración el agua aci-
dulada con vinagre, aunque parece comprobado
por la práctica que el agua salada produce el
mismo efecto.
MANUALES SOLER 147

L a f ó r m u l a preconizada p o r G é r a r d c o n s i s t í a
en emplear p o r cada 500 g r a m o s de hongos, y a
reconocidos y cortados en fragmentos de mediano
t a m a ñ o , u n l i t r o de agua acidulada c o n dos ó tres 1
cucharadas de v i n a g r e y otras dos de sal. Mace-
rados así los hongos durante dos horas, se v i e r t e
el l í q u i d o y se sustituye p o r agua c o m ú n , que
puede mudarse si se desea, aunque no es necesa-
rio hacerlo. Se cuecen a s í durante 15' á 30' y se
separan del agua y se e x p r i m e n para que t o m e n
luego mejor el sabor de los c o n d i m e n t o s .
B u e n o s e r í a que los que consuman hongos sin
ser m u y peritos en su c o n o c i m i e n t o se acostum-
brasen á usar de esta p r á c t i c a , macerándolos siem-
pre en agua acidulada durante un p a r de horas,
c o m o p r e c a u c i ó n , p o r si hubiese entre ellos alguno
t ó x i c o . L o s aficionados creen que con esta p r á c t i -
ca los hongos p i e r d e n parte de su aroma, aunque
no de sus p r i n c i p i o s alimenticios, que son h a r t o
coloides para difundirse en tales maceraciones.
Posible es que esto sea cierto; pero si puede pres-
cindirse de esta o p e r a c i ó n cuando se t r a t a de es-
pecies bien conocidas (ó de hongos c u l t i v a d o s en
los que no h a y p e l i g r o de intoxicarse), bueno s e r í a
que en t o d o o t r o caso se siguiera esta regla, que
puede e v i t a r muchos accidentes. L o s hongos a s í
tratados no resultan desagradables n i m u c h o m e -
nos, a d e m á s de que pueden modificarse luego
usando con acierto de los c o n d i m e n t o s .
91. LOS VENENOS DE LOS HONGOS. — L a
c o m p o s i c i ó n q u í m i c a de los hongos superiores es
en general m u y a n á l o g a . A g u a , una celulosa espe-
cial (fungina), gomas, a z ú c a r e s , materias grasas y
148 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

resinosas, ceras, adipocira, materias albuminoides,


ácidos orgánicos y sales forman la composición de
su trama. A éstos hay que agregar cantidades
generalmente pequeñas de ciertas substancias, en
muchos casos aun mal conocidas, á las que deben
sus colores, olores y sabores.
Pero los principios á los cuales parece deberse
la toxicidad de varias especies son alcaloides,
como Ja amanitina, descubierta en 1826 por Le-
tellier, y la bulbosina, hallada, por Boudier en
1864; aunque la primera, más que un alcaloide,
resulta una mezcla de ellos, en la cual existe tam-
bién la bulbosina. Son pocos aún los hongos estu-
diados desde el punto de vista toxicológico; pero
el resultado que en todos se obtiene por el proce-
dimiento de Gérard, antes mencionado, parece
autorizar la opinión de que son compuestos b á s i -
cos de naturaleza alcaloidea.
Son compuestos fijos y no desaparecen por la
cocción ni se evaporan lentamente por la deseca-
ción, pues los hongos venenosos desecados con-
servan toda su toxicidad.
Son notables algunas especies de Laciarius,
como el L . piperatus, peligroso si se come crudo
é inofensivo cuando previamente se ha cocido. Se
había supuesto ante estas propiedades, que su
veneno era substancia volátil que el calor ó la
evaporación hacían desaparecer; pero no es así,
según parece. L a substancia á la cual deben estos
hongos su sabor picante y su acritud, parece ser
una materia resinosa, muy finamente emulsionada
y cuyos corpúsculos tenuísimos se agrupan por la
cocción ó por la desecación, formando masas glo-
MANUALES S O L E R 149

hulosas mayores ó grumos y acaso convirtiéndose


en insolubles por una verdadera coagulación. Si,
ya inofensivos, se maceran en alcohol, el líquido
adquiere propiedades tóxicas por disolverse en él
las materias resinosas.
Los venenos de todos los hongos no son idénti-
cos en su acción. Unos hacen sentir sus efectos
con relativa rapidez, y son los que podemos clasi-
ficar de tóxicos acres, y otros lo efectúan con
mayor lentitud, obrando como venenos narcóticos.
Los efectos de los primeros comienzan á sentirse
á las dos ó tres horas de su ingestión; los segun-
dos son m á s tardíos en su acción y con frecuencia
pasan ocho y aun doce horas sin que se declare
ningún accidente ni el enfermo pueda sospechar
la amenaza que gravita sobre él. Entre los hongos
venenosos acres se hallan las especies tóxicas de
los géneros Boletus, Panus, Lactarins y Russula,
y entre los narcóticos las del Amanita.
92. SÍNTOMAS D E INTOXICACIÓN PRODUCI-
DA POR LOS HONGOS.—Los hongos acres pro-
ducen, al poco tiempo de ingeridos, una sensación
de tensión y de ansiedad en el estómago,, sínto-
mas precursores de la inflamación de éste y del
. tubo intestinal. Después se siente dolor en el epi-
gastrio, sequedad en la garganta, sed abrasadora,
pulso frecuente, vómitos y evacuaciones repetidos,
gran agitación y aun á veces movimientos con-
vulsivos.
Con los hongos narcóticos los primeros efectos
se traducen en pesadez de cabeza, alguna pertur-
bación en las ideas, dolores vagos, abatimiento y
estupor. Obsérvanse después náuseas^ v ó m i t o s ,
150 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

diarrea, dolores cardíacos y abdominales, ansiedad,


opresión y sed intensa. Más tarde convulsiones
violentas, delirio, algunas veces visiones y estado
comatoso, desfallecimiertos, sudores fríos, pulso
duro y poco frecuente.
Con los hongos acres puede sobrevenir la muer-
te al segundo ó tercer día, pero rara vez sucede
así si se ha acudido á tiempo; con los narcóticos,
la muerte suele ocurrir dentro de las cuarenta y
ocho horas siguientes al envenenamiento; pero no
faltan ejemplos de enfermos que han sucumbido
después de cinco ó seis días de una vida lánguida
y difícil. Compréndese bien que los efectos de los
hongos narcóticos son más difíciles de combatir
que los de los acres, pues en éstos el peligro se
advierte ya en la misma digestión y en los segun-
dos cuando el veneno ha sido ya absorbido.
93. TRATAMIENTO DE LOS INTOXICADOS.
—Tan luego como se adviertan los primeros sín-
tomas de una intoxicación, deben administrarse
los eméticos, hallándose muy indicada la ipecacua-
na en polvo, interpuesta en agua y aplicada en la
cantidad de 50 centigramos á 1 gramo. A falta
de esta substancia, en los primeros momentos
puede acudirse á un medio litro de infusión de
tabaco, y al agua tibia sola ó batida con aceite, 6,
á falta de todo esto, puede también provocarse el
vómito por medios mecánicos de todos' conocidos.
L a expulsión de los hongos es siempre el pri -
raer efecto que deberá procurarse; pero esto no se
consigue únicamente con los eméticos cuando ya
han pasado á los intestinos, y entonces se necesita
que la acción se ejerza también sobre éstos, y se
MANUALES SOLER ' 151

acude á los emeto-catárticos. Una fórmula buena


para emplearla en este concepto es la de tomar
15 centigramos de tártaro emético y 30 gramos
de sulfato sódico, mezclarlos y agregarlos á un
vaso de agua, cuyo contenido se deberá tomar en
dos porciones con un intervalo de cinco minutos.
Cuando los vómitos hayan cesado, deberá admi-
nistrarse un purgante enérgico como 30 ó 40 gra-
mos de aceite de ricino, agua de Carabaña ó de
Loeches. Si el estómago irritado no tolerase la
presencia de los purgantes, deberán administrarse
en enemas. Conveniente será en este estado pro-
ceder al lavado del estómago, bien con disolucio-
nes de sal común ó bien con agua jabonosa ó con
una tisana de sen con sal de higuera. Aconséjase
también en este período la administración del
ioduro potásico iodurado, en cucharadas de una
disolución muy diluida, para precipitar el veneno
que, pudiesen haber absorbido las mucosas.
Después de esto el tratamiento consiste en com-
batir los diversos accidentes que pueden presen-
tarse por medio de bebidas calientes, ligeras fric-
ciones si se nota descenso de la temperatura en
las extremidades, sinapismos, te ó café en altas
dosis si la postración fuese grande, y una medica-
ción sedante que calme la irritación nerviosa.
Para disminuir la inflamación en el tubo diges-
tivo, pueden recomendarse bebidas emolientes
como el cocimiento de linaza, agua de goma, coci-
miento de malvavisco, bebidas refrescantes como
la hidrogala, limonada, agua azucarada con unas
gotas de vinagre y también lociones y baños emo-
lientes.
152 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

Suele emplearse también el éter ó el amoníaco


contra los accidentes nerviosos, en cuyo concepto
suelen ser bastante «ficaces; pero lo mismo que
las disoluciones aciduladas ó salinas, no deben
administrarse al interior sino cuando las materias
tóxicas hayan desaparecido ya del tubo digestivo,
pues de otro modo activaríamos su absorción.
Conjurados ya todos los accidentes, sólo se nece-
sita que durante unos días se guarde un régimen
de convalecencia, empleando exclusivamente a l i -
mentos de fácil digestión, pero aumentando gra-
dualmente las condiciones nutritivas de los alimen-
tos. Con este régimen deben asociarse el vino de
quina y los cordiales.
MANUALES SOLER 153

XIII

CULTIVO DE LOS HONGOS

94. NECESIDAD Y CONVENIENCIA DE LOS


CULTIVOS.— L a vegetación espontánea produce
muéhos hongos en los países húmedos, pero los
produce con irregularidad y en estaciones deter-
minadas; en los países secos la producción es es-
casa. Todo esto determina la necesidad de acudir
al cultivo para satisfacer las necesidades del mer-
cado, creando así una industria bastante fructí-
fera.
Pero aun mayor que la necesidad es la conve-
niencia de este proceder, puesto que los hongos
cultivados son siempre de especie conocida y ga-
rantizados contra el riesgo de una intoxicación,
evitando, cuidados y zozobras. •
Los procedimientos empleados en el cultivo de
los hongos se fundan en el conocimiento de las
condiciones de vida de las especies que á ello se
prestan, variando tanto como varían éstas.
95. CULTIVO DEL HONGO COMESTIBLE Ó
COMÚN {Psalliota campestris).—Ningún hongo se
cultiva en m á s amplia esfera ni en mayor escala
154 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

que éste, que tan abundantemente hallamos en las


praderas de España como espontáneo. Existe
donde quiera que un suelo rico en materias orgá-
nicas en descomposición suministra abundante '
alimento á su-micelio ó aparato de nutrición. Há-
llase éste formado por filamentos irregulares de
células alargadas (hifas), y cuando ha alcanzado
todo su desarrollo, da lugar á la formación de los
aparatos esporíferos, que son los usados como ali-
menticios. U n micelio que ha llegado á nutrirse
debidamente puede originar muchos de estos apa-
ratos esporíferos y continúa produciéndolos mien-
tras el medio nutritivo no se agote y las condi-
ciones del ambiente, especialmente la temperatura
y la humedad, sigan siendo favorables para ésta
producción.
Si se ha de conseguir este resultado artificial-
mente, se necesita procurar la formación de un
suelo adecuado, sembrar en él micelio de la espe-
cie de que se trate y disponer de un local con
ciertas circunstancias. Examinaremos sucesiva-
mente estas tres condiciones
Para la formación de un suelo adecuado, comién-
zase por elegir un estiércol, siendo preferido el de
las caballerías de labor. E l de las vacas, y en
general el de los animales alimentados exclusiva-
mente con hierba fresca, no es adecuado, por ser
demasiado acuoso, como no lo es el de los caba-
llos de lujo, porque retirando diariamente el estiér-
col formado, la paja que con éí va mezclada no se;
ha impregnado bien de las materias azoadas de la
orina y resiste á la putrefacción. A falta de estiér-
col de la clase indicada, puede emplearse también
MANUALES SOLER 155

el del ganado lanar ó el de los conejos, allí donde


estos animales abunden. E n todo caso, el estiércol
debe retirarse de la cuadra cuando esté ya inicia-
da la fermentación. Entonces se dividen las masas
grandes, se apartan los cuerpos- extraños que
pueda contener y se apila en masas de un metro
de altura próximamente, las cuales se humedecen
ligeramente y se apisonan hasta disminuir su altu-
la en una quinta parte. No hace falta que estas
pilas ó montones de estiércol permanezcan largo
tiempo al descubierto y sufran las humedades del
invierno y la sequedad del verano, pues al cabo de
seis á diez días el estiércol se hallará en plena fer-
mentación y deberá esparcirse. Enfríase entonces
y vuelve á amontonarse, procurando que quede
en lo más interno del montón lo que anterior-
mente estuvo en la superficie, y se apisona y hu-
medece como anteriormente. Seis ú ocho días
después el estiércol habrá perdido su olor carac-
terístico y adquirido una coloración pardo-oscura,
.y entonces se repiten las operaciones antedichas
por última vez.
E l estiércol se habrá convertido entonces en un
mantillo que si está bien preparado tendrá colo-
ración parda con filamentos blanquecinos, tempe -
ratura de 60o á 70o al deshacer el montón por
última vez, blando y algo untuoso al tacto, pero
sin desprender líquido acuoso alguno. Esta prepa-
ración se terminará en plázo tanto más breve
cuanto más elevada sea la temperatura del am-
biente, y los resultados son más fáciles de obtener
operando en gran escala que en pequeñas canti-
dades. Los ensayos deben hacerse con una masa
156 LÁ.ZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

de un metro cúbico de estiércol por lo menos,


cantidad que es suficiente para cubrir 8 ó 10 me-
tros cuadrados de suelo y con la que puede llegar
á producirse un kilogramo diario de hongos.
Una vez obtenido el mantillo con las condicio-
nes que se desea, se dispone de maneras variadas
según las condiciones del local. Pueden utilizarse
para este fin las grutas naturales, cuevas, minas y
canteras abandonadas, grandes ruinas y los sóta-
nos y habitaciones bajas, siempre que el suelo no
se encharque, que el sol no tenga acceso en ellas y
que puedan ser convenientemente ventiladas. Cuan-
do el espacio destinado á este fin tiene gran ampli-
tud, se dispone el mantillo formando platabandas
paralelas, cada una de las cuales (fig. 5 6 ) tiene una

Fig. 56.—Cultiva de hongos en platabandas

anchura de 50 á 65 centímetros por una altura que


puede llegar hasta 4 5 ó 5 5 centímetros cuando más,
dejando entre unas y otras pasos suficientemente
MANUALES SOLER 157

amplios para que el cultivador pueda circular, 25


á 30 centímetros generalmente. Si la altura es gran-
de, no hace falta procurár de un modo especial la
ventilación; pero si así no fuese, deben construirse
ventanales ó tubos de ventilación, los cuales debe-
rán tenerse cerrados durante las horas de sol. Si
el local de que se dispone es elevado pero estre -
cho, para aprovechar el espacio se coloca también
estiércol sobre tablas á modo de basares (fig. 5 7 ) ,

Fig. 57.—Cultivo de hongos en basares

pero procurando que no se entorpezca con ello la


circulación del cultivador ni la ventilación.
Cualquiera que sea la disposición que al manti-
llo se dé, deben formarse los montones ó bancales
11
158 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

no de una vez, sino por capas sucesivas sobrepues-


tas, á fin de que la masa quede homogénea y bien
prensada.
Pueden también establecerse cultivos al descu-
bierto, no recomendables en climas secos; pero
necesitan orientarse de diverso modo, según la
estación. Más recomendable es, en países húme-
dos y templados, que se instalen debajo de cons-
trucciones ligeras y aun bajo Cobertizos. Las estu-
fas y cajoneras de los jardines son muy adecuadas.
Dispuesto ya el mantillo, se procede á sembrar
el micelio (blanc de champignon de los franceses).
Puede procurarse esto directamente por el que
inicia un cultivo, pues tratándose de especie tan
vulgar como la Psalliota campestris, es fácil re-
coger sombrerillos bien caracterizados de esta
especie y dividirlos en fragmentos y diseminarlos
en estiércol de caballo, alternando con capas de
paja ó pajuzo en una fosa de medio metro de pro-
fundidad, apisonando y regando bien este conjun-
to y recubierto por una capa de tierra de unos 10
centímetros y encima paja abundante. Las esporas
de la Psalliota germinan en estas condiciones y
dan lugar á la formación de filamentos blanco-
azulados constitutivos del micelio.
Esto es barato, pero ofrece un inconveniente
que podría ser grave alguna vez. Si por un error
se deslizase entre los hongos sembrados alguno de
otra especie, ó si aun siendo de Psalliota llevase
adheridas esporas de otra especie, podría darse el
caso de que hubiese micelio de varias especies en el
blanco producido, y cabría en lo posible que entre
éstas hubiese alguna sospechosa ó tóxica. No habrá
MANUALES SOLER 159

semejante riesgo si en vez de acudir siempre á la


naturaleza se acude á la industria para procurarse
el micelio, obteniéndolo de algún otro cultivador.
Sucede con esto lo que con las levaduras al co-
menzar á funcionar una fábrica de cerveza: podría
proéederse, como tuvieron que proceder los primi-
tivos elaboradores de esta substancia, abandonando
los líquidos de la lixiviación del malta á la acción
del aire para que ésta suministre los fermentos,
como sucede en la elaboración de los vinos; pero
es preferible acudir á otra fábrica y tomar de ella
levaduras y fermentos mucho más puros y selectos.
Esto no es nunca una dificultad, puesto que el
blanco de hongos es en gran parte de Europa

Fig. 58,—Blanco de hongos


(micelio cultivado de la Psalliota campes tris)

un producto comercial corriente y en cualquier


población francesa de regular importancia' hay
cultivadores de hongos que venden este mantillo
mezclado con micelio cortado en tabletas (fig. 5 8 ) .
160 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

Si éste procede de bancales ya explotados y de


los que por haber producido ya muchos hongos
ó sombrerillos se halla casi agotado, el resultado
será mediano al principio; pero si procede de semi-
lleros hechos para plantar de nuevo y que aun no
han producido hongos [blanc vierge de los france-
ses), hay grandes garantías de obtener buen éxito.
L a siembra del blanco en las platabandas ó ca-
ballones del mantillo debe hacerse cuando éste
presente una temperatura de 30o á 35o, lo cual
puede apreciarse por medio de un termómetro
mantenido dentro del estiércol durante un cuarto
de hora, y los prácticos lo aprecian bien metiendo
en él la mano.
Si el blanco está muy seco, convendrá tenerle
algunos días ( 8 á 10) en el suelo de la cueva ex-
puesto al aire húmedo, y después se divide en frag-
mentos de unos 7 centímetros de largo, por 5 de
ancho y 3 de grueso. Estas porciones se entierran
en los dos lados de cada platabanda á unos 20 cen-
tímetros del suelo de la cueva, guardando también
esta misma distancia entre unas y otras, y procu-
rando que no se correspondan las de una y otra
cara de la platabanda, sino que las diversas porcio-
nes enterradas resulten situadas alternadamente.
E l hueco para enterrar cada porción se hará fácil-
mente con un pico ó sencillamente sirviéndose de
una barra.
Ocho ó diez días después se notará alrededor
de cada punto en que se sembró la aparición de
filamentos radiantes blanco-azulados que demos-
trarán que el blanco ha prendido.Entonces se recu-
bren las platabandas con una capa de unos 2 cen-
MANUALES S O L E R 161

tímetros de tierra, operación que puede hacerse


directamente con la mano ó sirviéndose, con cuida-
do, de una pala, se comprime ligeramente la su-
perficie, se riega con regadera y al día siguiente
se prensa con mayor fuerza para sentar bien la su-
perficie y que no se levante la tierra con los riegos
sucesivos.
Después de esto no requiere otros cuidados que
regar de tiempo en tiempo, sobre todo cuando la
superficie blanquea y presenta grietas. Algunos
cultivadores recomiendan que el riego se haga, du-
rante el invierno, con agua tibia. Se ha observado
que si se adiciona al agua un poco de sal común
ó, mejor aun, de salitre, la vegetación se activa
sensiblemente.
Los hongos pueden comenzar á recogerse cinco
ó seis semanas después de la siembra, antes de
que adquieran un t a m a ñ o mayor de 4 á 5 centí-
metros de diámetro. Para cogerlos se cortan por
su base ó se retuercen un poco para que se des-
prendan, no arrancándolos, pues se daña el mice-
lio y se perjudica la producción.
96. PROCEDIMIENTOS SIMPLIFICADOS.—
Abreviando las operaciones, el estiércol se amon-
tona formando bancales de unos 25 centímetros
de altura, y cuando comienza á descender la tem-
peratura de su putrefacción se comprime sua-
vemente y se introduce á la mitad de su altura
el blanco de hongo ó micelio. Cuando éste ha
invadido el estiércol con sus filamentos, se recubren
los montones con paja larga y limpia, que se le-
vanta de tiempo en tiempo para recoger los hongos
(fig. 5 9 ) -
162 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENSKOSOS

mmm-:mm!mmímm

Fig. 59. — Cultivo de hongos sobre mantillo amontonado


(procedimiento simplificado)

También pueden cultivarse en pequeño en cajo-


nes y cubetas (fig. 60) susceptibles de colocarse en

Fig. 60 —Cultivo de hongos en cubetas (procedimiento


simplificado)

el interior de las habitaciones y hasta dentro de


armarios. Estos cajones deberán tener una profun-
MANUALES SOLER 163

didad de unos 3 3 centímetros y en ellos se coloca


una capa de estiércol de vaca, que se regará con
una disolución de nitro y se agregará un poco de
tierra; se apisona esta capa hasta reducirla á unos
10 centímetros mezclándola con tierra. Después se
extiende el blanco de hongo en tabletas anchas y
se deposita encima una capa de unos 6 centíme
tros de tierra mezclada con estiércol de vaca y
otra de unos 3 centímetros de tierra cribada. A l a s
seis semanas próximamente, si la temperatura era
la de un lugar habitado, la siembra aparecerá llena
de hongos. Este procedimiento no desprende olo-
res que molesten.
Tanto este procedimiento como el general antes
expuesto, pueden aplicarse á otras especies de
Psalliota, á la Lepiota procera, á las A r m i l l a r i a y
otros agaricáceos.
97. CULTIVO DE LAS TRUFAS.—Las condi-
ciones en que estos hongos viven concurren en
varias provincias de España, por lo que no sería
difícil aclimatarlas. Encuéntranse á profundidades
que generalmente no exceden de 25 centímetros,
en suelos calizos ó que por lo menos contengan
algo de caliza. No se requiere que predomine en
ellos la caliza, sino que exista, bastando con que
la contengan aunque sea en una proporción redu-
cida; se desarrollan de preferencia en suelos cuya
caliza sea de origen secundario ó del comienzo
de la era terciaria. T a m b i é n requieren que en
ellos exista el hierro, aunque sea en corta propor-
ción. Son, pues, las tierras rojizas y tendidas sobre
formaciones calizas del indicado origen las que
mejores condiciones reúnen.
164 LÁZABO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

No se requiere que estos terrenos tengan mucha


profundidad, basta que ésta sea de 30 á 60 centí-
metros, y si fuese mucho mayor no es conve-
niente, porque ahondando mucho las raíces de las
plantas arbóreas sobre las que los micelios pueden
vivir parásitas, escasean en las zonas superficiales,
que son las únicas en las que estos hongos pueden
vivir bien. L o que sí conviene es que á la capa
del suelo siga un subsuelo permeable, pues la
humedad excesiva del suelo les resulta perjudicial.
L a altitud puede variar dentro de lo que usual-
mente se entiende .por tierras bajas. A los 600 me-
tros son ya raras las trufas que se hallan y en las
grandes altitudes son desconocidas.
E l clima no deberá ser muy frío, conviniéndo -
les desde este punto de vista, aquellos en que el
invierno no se caracteriza por la frecuencia y la
pertinacia de las heladas. No importa que el
verano sea ardoroso si de cuando en cuando
las lluvias vienen á refrescar el ambiente por lo
menos en septiembre y en el otoño. L a exposición
más conveniente es en Francia y en general
en la Europa Media la del Mediodía, y aunque en
España esto pudiese modificarse, sería aplicable,
por lo menos, en las provincias septentrionales.
Viven las trufas como especies parásitas de las
raíces, cuestión que se debatió mucho, pero que
hoy puede considerarse fuera de toda duda, pu-
diendo hacerlo sobre las de las plantas herbáceas;
pero su parasitismo destruye pronto esta vegeta-
ción y solamente las especies arbóreas pueden
resistirlo de un modo permanente y sólo ellas
podrán servir de base para una explotación regu-
MANUALES S O L E R 165

lar. De los árboles son preferidos los de la familia


de las cupulífera&i aunque se citan también casos de
parasitismo sobre las raíces de ciertas salicáceas,
y otras. Los» avellanos, carpes ú hojaranzos, hayas,
castaños y sobre todo las especies del género
Quercus son las más recomendables para utili-
zarlas en este concepto; las especies de hoja pe-
renne (encinas y coscojas) y en los terrenos muy
predominantemente calizos las de hoja caediza ó
robles (Quercus sessiliflora y pedunculata) (*). Los
campesinos prácticos atribuyen á ciertas varieda-
des de encinas condiciones especiales, que no se
transmiten bien cuando se llevan á otra localidad
por semilla, pero sí cuando las plantas jóvenes
criadas en una trufera se trasplantan, por llevar
micelio de trufas adherido á sus raíces. Esto será
lo más práctico cuando hay campos de este culti-
vo próximos ó cuando se trate de iniciar un
cultivo partiendo de las especies espontáneas.
Cuando se trate de iniciar algún ensayo sobre
cultivo de estos hongos, será lo m á s económico
adquirir las trufas en el mercado hacia el fin del
invierno, enterrándolas en una masa de hojas de
roble ó encina en descomposición, adicionada con
corta cantidad de sales amónicas solubles y man-
teniéndola ligeramente húmeda durante la prima-
vera y el verano.
A l terminar éste, la masa de hojas transformada
ya en mantillo y cargada de esporas y aun acaso

(*) Chatin, en sus notables estudios acerca de esta cuestión,


cita 39 especies arbóreas en cuyas raíces pudo comprobar el
parasitismo de las trufas.
166 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

de jóvenes micelios de las trufas, se mezcla con la


tierra destinada al cultivo, la cual debe tener las
condiciones arriba marcadas^ después de preparar
el terreno con una labor de unos 30 centímetros
de profundidad.
Para encomiar la importancia de este cultivo
basta indicar que las buenas trufas se pagan en
Madrid, frecuentemente, á más de 1 5 pesetas kilo-
gramo, y las de ciertas especies llegan á pagarse-
en París á 40 francos el kilo.
98. CULTIVO DE LOS BOLETOS (Boletus).—
En algunas localidades del Mediodía de Francia
existe la práctica de macerar en agua los sombre-
rillos muy maduros y regar con esta agua natu-
ralmente cargada de esporas los terrenos que
tienen condiciones para este cultivo. Debe elegirse
éste en un bosquete ó en monte alto y donde no
tenga acceso el ganado. Debe mantenerse el terre-
no limpio de hierbas por medio de labores de
mano y repetir todos los años los riegos indicados,
para sostener su fecundidad.
99. CULTIVO DE LAS SETAS DE CHOPO.
(Pholiota mutabilts, cylindracea, etc). - U n tron-
co de chopo enterrado y previamente frotado
con las laminillas himeniales de estas especies,
produce abundantes sombrerillos. Los prácticos
aconsejan aserrar los troncos grandes de cho-
pos dividiéndoles transversalíñente en rodajas
de 3 ó 4 centímetros de grueso. Estas se frotan
por una de sus caras con los hongos indicados
y se entierran dejando hacia arriba la cara fro -
tada apenas cubierta por la tierra. Regando de
tiempo en tiempo se tiene la segundad de que
MANUALES SOLER 167

los cultivos comienzan á producir al cabo de dos


meses.
100. CULTIVO DE LAS CAGARRIAS ( M o r -
chella),—Las experiencias hechas para cultivar
estos hongos sobre mantillo preparado como para
los hongos comunes parecen resultar, y es el
cultivador francés Geflin el que parece haber ob-
tenido mejores resultados. Para ello sembró frag-
mentos de Morchella esculenta sobre una plata-
banda de estiércol, recogiendo de 13 á 14 kilo-
gramos en un bancal de 9 metros cuadrados.
Como es un hongo tan estimable, el resultado es
suficiente. Convendría recoger los hongos con
la tierra en que existan y dejarlos pasarse allí,
obteniendo así un buen producto para sembrar
sobre el mantillo. Las experiencias hechas parecen
indicar que las cagarrias no son exigentes res-
pecto del aire y de la luz, pero que necesitan
riegos frecuentes, sin encharcamiento.
101. OTROS CULTIVOS DE HONGOS.—Es
curioso el que hacen los napolitanos de un boleto,
el Polyporus tuberaster. Recogen en el campo unas
concreciones de micelio de esta especie con pie-
dras, tierra y restos vegetales, las cuales se v e n -
den, como se vende en Francia el blanco de
hongos, con el nombre de piedra de hongos [pie-
ira fungaia). Estas concreciones, sin otro cuidado
que regarlas de cuando en cuando, producen nume-
rosos hongos comestibles y siguen produciéndolos
durante unos tres meses, suspendiendo la pro-
ducción por un.plazo p r ó x i m a m e n t e igual, y alter-
nando así períodos de producción y de descanso,
que se continúan durante largo tiempo. E n el Sur
168 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

de Francia se han hecho ensayos con gran éxito y


es cultivo muy indicado para España.
E n las landas francesas suelen cultivar también
la Russula virescens por el procedimiento indi-
cado para los Boleius y en otras localidades de
Francia se cultiva algún Trichsloma. E n Inglate-
rra los cultivadores han conseguido aclimatar
algunas especies exóticas y cultivarlas con buen
éxito.

FIN
INDICE
DE LOS NOMBRES CIENTÍFICOS Y VULGARES

Páginas

Agaricáceos 3^ y i10
Agárico pintado no
Algaliaras. . 108
Amanita alba 41
» ampia 42
» ccesarea 4o
» muscaria,. . . . . . . . . no
» spissa 42
» umbrina 112
» vaginata 42
» venenata.. no
verna 112
Apagador 44 y 66
Armtllaria bulbigera 45
» mellea 44
» mucida 45
Aseas i . . . 16
Aubarell 78
Auriola 41
Basidios 16
Boleto comestible.. . . . . . . . . . 78
Bolets 10
Boletus cereus 7^
» badius 79
» cyanescens.. 125
170 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

Páginas

Boletus edulis. . • . 77
» flavus 125
» fragrans. . • 79
» granulatus • 79
» luridus 126
luteus 77
* piperatus >" . • . I25
» porphyrosporus ,26
» purpureus. . •. 126
» scaber 79
Bovista gigantea 91
i> nigrtscens. 92
» plúmbea 92
Cabacitos 102
Cabrito. 57
Cagarria 97
Cama seca S7
Cantharellus aurantiacus II3
» cibarius 56
Chirgola • 73
Cigró. 78
Clavariáceos. 85
Clavaria amethystina 86
» coralloides 8S
» flava '• 85
* pistillaris 86
Clitooybe brumalis 58
* caima 59
» geotropa S8
» laccata 59
Clitopilus Orcella 61
D Prunulus 60
Cogoma 63
Cogomasa 112
Cogomat • 42
Cogumclo 44 Y 4 8
Collybia exculenta 69
> fusipes 7o
» radicata 70
» velutipes 7o
MANUALES S O L E R Hl

Páginas

Colmenicas 85
Colmenilla 97
Conidios 19
Coprinus atramentarius . H?
» comatus ,65
» fimetarius 66
» sterquüinus 66
Correóla 72
Cortinarius cinnamomeus. . . . . . . 52
» violaceus. . S2
Craterellus cornucopioides. . • ^4
Criadilla almizclada 93
Criadilla de ciervo. 1o8
Criadilla de tierra IOS
Criambes 67
Crueldas 67
Cuagras ^7
Cuerno de la abundancia 85
Cuesco de lobo 9o
Cuesco de lobo menor 92
Cuesco grande de lobo. 91
Culgrós.. 63
Elaphomyces cervinum io7
Entoloma clypeatum • . . . 114
Esclerodermáceos 126
Esporas . . . . * '5
Faláceos '27
Fistulina hepática 81
Gallarda. • • 97
Gírgolas 54
Gírgola blanca 48
Gleba 85
Helvella crispa • 97
» lacunosa 98
Hifas 10
Hígado de buey • 82
Himenio '8
Himenogaslráceos 92
Hongo comestible 46 y 48
Hongo común 46 Y 48
172 LÁZARO - HONGOS COMESTIBLES Y VENENOSOS

Páginas

Hongo de corral 66
Hongo pimentero 54
Hydnwn imbricatum 82
» repandum 82
Hygrophorus coccineus 118
» conicus • . 118
Hymenogaster lycoperdineus 94
» vulqaris . 94
Hypholoma fasciculare 113
Inocybe rimosa 116
Lactarius deliciosus. . 54
» pallidus . 54
» piperatus 53
» subdulcis 55
» turpis 55
» vellereus 54
Laminillas himeniales 39
Lengua de buey 82
Lentinus tigrinus . 56
Lepiota cristota. . . . . 112
granulosa 44
» procera 43
Licoperdáceos 89
Lycoperdon coslatum. 9o
» pratense 9o
Macicas 115
Manecicas 85
Manecillas 85
Manitas... 8$
Marasmius Oreades 71
Matacandelas 44
Matacandil 66
Mata parent 126
Mataparientes. 1x77125
Melanogaster variegatus.. 93
Micelio , 10
Mizcalo 54
Mojardón 61
Monegrillo 105
Morchella cónica 97
Lam. I.

Lepiota procera
Lam. II.

Armillaria mellea

Psalliota campestris
Lam. III.

Laetarms deliciosus

Cantharellus cibarius
Phallus impudicus
Lam. IV.

Hydum repandum

Boletus eduiis
V
Lam. VI.

Tuber cibariura
y corte longitudinal del mismo
Lam. VII.

Amanita muscaria
Lam. VIII.

Boletus luridus

Hypholoma f ascicnlare
MANUALES SOLER 173

Páginas
Morchella deliciosa • 97
» esculenta.. 96
Mosarñón 61
Moscado ^I
Moxarno 61
Mucerón 61
Mucerón falso 72
Mycena pura II9
Níscalo. . . 54
Nyamara ; . . 105
Oreja de asno, • • 101
Oreja de gato 98
Oreja de liebre íO1
Oronja 4^
Oronja falsa 110
Pan de lobo 48
Pantinella 42 y 44
Panus hirtus. 75
» stypticus •. I24
» torulosus. 75
Paxillus involutus • 59
Pebraza 54
Peridip 89
Petdellop. 90
Peus de rata 85
Peziza Ácetabulum 101
» aurantia 100
» leporina 100
» leucoloma 100
macropus 102
» onotica 101
» vesiculosa 101
Pezizáceos 95
Phallus impudicus I28
Pholiota ¿Egerita . 49
» caperata 5o
» cylindracea 49
» mutabilis 48
J> prcecox. 5o
» squarrosa 5o
12
174 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B l E S Y VENENOSOS

Páginas

Pholiota togularis 5o
Pietra fungaia 167
Pixaca II4
Pixa cunill 82
Pleurotus Eryngii 72
» glandulosus 73
» olearius 122
» ostreatus 73
» petaloides 74
» salignus 74
» ulmarius 73
Poliporáceos.. 767125
Pollancróns 45
Pollaten 49
Polyporus confluens 80
» frondosus 80
» giganteus 80
» tuberaster 81
Presquilla • 73
Psalliota arvensis 46
» campestris. 47
« pratensis 46
» sylvatica . . . . . 48
Rabassola 97
Rebollón.. 54
Rodellón 78
Rosiñol • 57
Rovayel-los 48
Rovelló ó Ruvalló 54
Russula alutacea • 67
» cyanoxantha 67
» emética • • 120
» foetens. . . 122
» fragilis. 121
» furcata • • 122
» heterophylla 68
» pectinata 122
» rubra. . 120
» virescens 68
Scleroderma verrucosum I27
MANUALES SOLER 175

Páginas

Seta comestible.. . ' 46


Seta comiín 46
Seta de cardo. • 73
Seta de chopo 48 y 49
Seta de olivo I23
Seta de olmo 73
Seta de pezón azul.. . . . . . . . . . S2
Tecas. 16
Teleforáceos 84
Terfezia leonis • 108
Tófona • , l°S
Tremelináceos 87
Tremella albida. •
» lutescens 88
» mesenterica. 87
Tricholoma cestuans . . 116
» arcuatum "4
» buffonium "5
» Columbetta 63
» equestre . 62
» fucatum 116
» Georgii 63
J> Guernisaci.. . . . . . . . 65
» ionides 63
)> nudum 63
» personatum 62
» Schumacheri . 116
Trompeta de los muertos . . . . 84
Trufa almizclada 93
Trufa de león io9
Trufa del Perigord . io3
Trufa del Piamonte IO(>
Trufa de verano io5
Trufa gris 106
Trufa hueca • • io7
Trufa negra. io4
Trufa ocrácea, . io4
Trufa roja •. 106
Trufa violada. . . . io3
Tuber oestivum 105
176 LÁZARO - HONGOS C O M E S T I B L E S Y VENENOSOS

Páginas
Tuher albidum. . . . . . . . . . . . 105
» brumale 104
» cibarium Io4
» excavatum . 106
» ferrugineum 103
» magnatum.. . .' 105
» melanosporum 103
» mesentericum 106
» rufum 106
Tubera 105
Tuberáceos , 102
Turma 105
Turma almizclada 93
Turma de ciervo 108
Vejifio 91
Yeipa digitaliformis. . 99
Volva 38
Tolvaria bombycina 43
]V[£]\[lJ£LEj5-^0LE^
Estos Manuales, que abarcarán las diversas rairas del Arte,
de las Ciencias y de sus aplicaciones prácticas, se publicarán
periódicamente y sin interrupcitín.
Forman elegantes tomos del tamaño 11 X16 cm. y de 150 ó más
páginas con grabados y elegante ^ncuadernacitín en tela, plancha
especial.

T O M O S P U B L I C A D O S Á l'SO P T A S .

I . —Química General, por el Dr. ImancOj Profesor


de Química, miembro de varias Academias
científicas, laureado en Francia, etc., etc.—Con
grabados.
I I . —Historia Natural, por el D r . Odón de Buen,
profesor de dicha asignatura en la Universidad
de Barcelona, laureado en Francia, publi-
cista.—Con 143 grabados.
I I I . —Física, por el D r . Lozano, profesor de esta
asignatura en la Universidad de Barcelona,
académico, laureado en Francia, etc.—Con
21 grabados.
I V . —Geometría general, por el D r . Mundi, profe-
sor de la misma asignatura en la Universidad
de Barcelona, laureado en Francia.—Con 96
grabados.
V. —Química orgánica, por el D r . B . Carracido,
profesor en la Universidad de Madrid.—Con
21 grabados.
V I . — L a guerra moderna, por D . Mariano Bubió y
Bellvé, comandante de Ingenieros, publicis-
ta, etc.—Con 44 grabados.
V I I . —Mineralogía, por el D r . S. Galderón} profesor
en la Universidad de Madrid.—Con 106 gra-
bados.
V I I I . —Ciencia Política, por el D r . Adolfo Fosada,
profesor de la Universidad de Oviedo.
I X . —Economía Política, por el D r . José M. Pier-
nas y Hurtado, profesor de Hacienda Pública
en la Universidad de Madrid, etc.
X. —Armas de guerra, por D. J. Génova é Iturbe,
comandante de Infantería, publicis'a—Con
116 grabados.
X I . —Hongos Comestibles y Venenosos, por el
Dr. D . Blas Lázaro é Ihiza, profesor en la Uni-
versidad de Madrid.—Con grabados y 8 lámi-
nas en colores.
X I I . — E l Problema de la Ignorancia del Dere-
cho, por D . Joaquín Costa, abogado, acadé-
mico de la de Ciencias Morales y Políticas.
E l Sufragio, por el Dr, D. Adolfo Posada.
Meteorología, por D. Augusto Arcimis.
Geología, por el Dr. D. José Macpherson.
E l Arbitraje, por el Dr. D. J . Fernández Prida.
Guinea Española, por D. Ricardo Beltrán Eóspide.
Algebra, por D. José Echegaray.
Fuerzas y Motores, por D. M. Pubió y Bellvé.
Pólvoras y Explosivos, por D. Carlos Banús.
Cultivo de la Remolacha, por D. Julio Otero.
Aritmética, por el Dr. D. Miguel Marzal,
Armas de Caza, por D. J . Génova.
Historia de la Civilización Española, por don
R. Altamira.
Cultivo del Trigo, por D Julio Otero.
Abonos, por D. A. Maylín.
Armaduras, por D. Francisco Barado.
Fotografía Práctica, por D. José Baltá de Cela.
Psicología, por D. L . Simarro Lacabra.

Seguirán á estos Manuales otros de Higiene Gene-


ral, Astronomía,. Mecánica, Electricidad, Anatomía
Humana, Entomología, Geografía Física, Agricultura,
Análisis Químico, Química Biológica, Sociología, H i -
giene de los niños, Marina y Navegación, Derecho y
Legislación, etc , etc., dé cuya redacción serán encar-
gados los más ilustres tratadistas de España y Amé-
rica; formando series diversas en que se desarrolle
cada ciencia y sus aplicaciones en toda la intensidad
necesaria.
OBRA. UTILISIMA A TODO EL MUNDO

EL ABOGADO POPULAR
CONSULTAS PRÁCTICAS
DE

D E R E C H O C I V I L C O M Ú N Y F O R A L , CANÓNICO, POLÍTICO, MERCANTIL,


PENAL Y ADMINISTRATIVO
para ser aplicadas á los actos sociales de la vida y profusamente
anotadas con su respectivo texto legal, doctrina de los Tribunales
Supremo y Contencioso-Administralivo, de la Dirección General de
los Registros, etc., etc. Formularios indispensables para acudir
personalmente ante los Juzgados, Autoridades, Corporaciones, Oficinas,
etcétera, etc. Aranceles correspondientes á todos los casos, multitud
de apéndices aclaratorios, un vocabulario de voces técnicas, y un
índice de materias por orden alfabético

D. Pedro H u g u e t y Campaña

CUARTA EDICIÓN REFUNDIDA Y NOTABLEMENTE AMPLIADA

Reunir y explicar metódicamente lo más


substancial de la legislación patria, dar clara
y práctica aplicación á sus numerosas pres-
cripciones por medio de una forma amena y
sencilla que haga atractiva su lectura j faci-
lísima su inteligencia, y convertir de esta
suerte al ciudadano en Abogado de sus
propios intereses, proporcionándole sin
fatiga y sin dispendios aquella suma de cono-
cimientos indispensables para dirigir y defen-
der constantemente sin ajeno auxilio sus de-
rechos, su propiedad, su persona y su familia
en todas las complicadas operaciones del tra-
bajo y comercio humanos, tal es el primordial
objeto que realiza este libro, del que se han
agotado tres numerosas ediciones.
La novísima edición de E L A B O G A D O
P O P U L A R resulta obra digna de ser aco-
gida con entusiasmo por todas las personas
ávidas de ilustración y amigas de defender
sus derechos y de evitar riesgo á sus intere-
ses, tanto más si se tiene en cuenta que la
relativa insignificancia del coste facilita al
más humilde obrero adquirir un tesoro de
enseñanza, que de otra suerte le sería imposi-
ble, ó cuando menos enormemente gravoso
conseguir, siendo al mismo tiempo indispen-
sable dicho libro á quienes, como los Párrocos,
Alcaldes, Jueces municipales. Secretarios de
Juzgado municipal y Ayuntamientos, Pro-
curadores, Agentes, Comerciantes, Propieta-
rios, etc., etc., necesitan por razón de su
oficio, tráfico ó posición social, mantener
constante consulta con la ley.
Como aproximada demostración de lo que
indicamos, véase en las páginas siguientes y
en extracto, el Sumario de materias que
contiene la cuarta edición de
Eli ABOGADO POPÜLiflH

Se sirve por cuadernos de 32 páginas*de texto,


al precio de 2 reales cuaderno
I L ABOGADO POPULAR

SUMARIO DE MATERIAS
QUE CONTIENE LA

CUARTA EDICION

T O MO PRIMERO
PERSONAS. - COSAS.—SUCESIONES
Primera sección: CONSULTAS.—De las leyes y modo de
aplicarlas—Del matrimonio canónico.-Del matrimonio civil.—De
la disolución y la nulidad del matrimonio. - Del divorcio.—De los
ca,sados —De las segundas nupcias —Del nacimiento y bautizo —De
las defunciones.—De los hijos legítimos y los ilegítimos —De los
hijos adoptivos.—De la patria potestad —De la tutela.—Del consejo
de familia —De la menor edad.—De los alimentos —De los ausentes.
—De los bienes.—De la propiedad. -Del derecho de accesión —Del
deslinde, amojonamiento y cierre defincas—De los edificios y árbo-
les ruinosos. —De la comunidad de bienes —De las aguas de dominio
público.—De las aguas de dominio privado.—De la expropiación
forzosa.—De las minas.—De la propiedad intelectual.—De la propie-
dad industrial.—De la posesión —De los expedientes posesorios y de
dominio.—Del usufructo.—Del uso.—De las servidumbres en gene-
ral.—De las servidumbres legales rústicas.—De las servidumbres
legales urbanas.-De las servidumbres voluntarias.—De las inscrip-
ciones y anotaciones en el Registro de la Propiedad.—De la caza.—
De la pesca.—De los hallazgos. De las donaciones entre vivos —De
la sucesión.—De la sucesión testamentaria.—De los testamentos en
general.—Del testamento ológrafo— Del testamento abierto.—Del
testamento cerrado —Del testamento militar—Del testamento marí-
timo.—Del testamento en el extranjero.—De la revocación de testa-
mentos —De Ja capacidad para ser heredero y legatario. - De la
institución de heredero.—De la substitución de heredero —De las
substitucionesfideicomisarias.—Delas disposiciones testamentarias
condicionales.— De las legítimas. —De la desheredación.—De los
legados.—De los albaceas —Del juicio de testamentaría —De la suce-
sión abintestato. Del juicio de abintestato —De la aceptación y repu-
diación de herencia.—De la participación de herencia.

Precio del tomo encuadernado, con 802 páginas y dos grandes


láminas explicativas de la sucesión intestada, 15 pesetas
EL ABOGADO POPULAR
SUMARIO DE MATERIAS
QUE CONTIENE LA
CUARTA EDICION

TOMO SEGUNDO
OBLIGACIONES. —CONTRATOS CIVILES
Y MERCANTILES
CONSUL.TAS. —De las obligaciones y sus efectos. —De las
diversas especies de obligaciones.—De cómo se extinguen las obliga-
ciones.—De cómo se prueban judicialmente las obligaciones —De
los contratos en general.—De la rescisión y nulidad de los contratos.
—Del contrato de capitulaciones matrimoniales.—De las donaciones
por razón de matrimonio —De la dote —De los bienes parafernales.
—De la sociedad conyugal de gananciales —Del contrato de compra-
venta.—De las obligaciones del vendedor. —De las obligaciones del
comprador.—Del retracto.—De la cesión de créditos, derechos y
acciones.—De la permuta.-Del contrato de arrendamiento.—Del
arrendamiento de cosas.-Del juicio de desahucio—Del arrenda-
miento de servicios —Del contrato de obras por ajuste —Del contrato
de obras públicas.—De la concesión de obras públicas.—Del trans-
porte terrestre —Del transporte marítimo.—De los censos en geueral
Del censo enfitéutico—Del censo enfitéutico en Cataluña.—De los
foros y la rabassa —Del censo eonsignativo y del reservativo —De
las sociedades civiles.—De las sociedades mercantiles —De las socie-
dades colectivas.—De las sociedades en comandita. De las socieda-
des anónimas —De los bancos y otras compañías —De las sociedades
de cuentas en participación. - De la contabilidad mercantil —De
las letras de cambio —De los pagarés, libranzas, cheques y cartas
de crédito—De los documentos de crédito y efectos al portador —
Del mandato.—De la procuraduría.— De la comisión ó mandato
mercantil.—De los factores, dependientes y mancebos.—Del como-
dato —Del préstamo - Del depósito.—Del secuestro.—Del seguro eu
general.—Del seguro contra incendios.—^Del seguro sobre la vida.—
Del seguro del transporte terrestre. - Del seguro marítimo.—Délos
juegos y ilfas —De los vitalicios—De las transacciones.—Del com-
promiso de árbitros y amigables componedores.—De las fianzas.—
De la prenda.—De la hipoteca.—De la anticresis —De la gestión de
negocios ajenos.—Del cobro de cantidades indebidas —De los daños
causados por culpas ó negligencia —Del convenio que un deudor
puede hacer con sus acreedores.— Del concurso de acreedores —De
la suspensión de pagos.—De la quiebra.—De la prescripción de domi-
nio. - De la prescripción de acciones.

Consta de 864 páginas, y vale este tomo, encuadernado, 16 pesetas


EL ABOGADO POPULAR
SUMARIO DE MATERIAS
QUE CONTIENE LA
CUARTA EDICION ,

TOMO T E R C E R O
CONSULTAS —Del beneficio de pobreza para litigar.—Del
modo de acudir á los tribunales.—Del acto de conciliación.—De los
juicios declarativos.—Del juicio de menor cuantía—Del juicio eje-
cutivo —De los embargos preventivos.—Del juicio verbal —Del juicio
de faltas.—Del jurado.—De las penas.—Del procedimiento conten-
cioso-administrativo.—De los españoles y sus derechos.—Del derecho
de reunión.—Del derecho de asociación—De la ley de imprenta.—
Del derecho electoral.—De los Ayuntamientos.-De los párrocos.—
De la contribución industrial —De la contribución territorial—Del
impuesto sobre derechos reales.—De la responsabilidad de los fun-
cionarios públicos.
Segunda sección: FORMULARIOS.—Escritos referentes
al Consejo de familia.—Escritos referentes al matrimonio.—Escrito
pidiendo autorización para adoptar un hijo —Escrito pidiendo la
declaración de ausencia —Escrito pidiendo autorización para vender
bienes de menores.—Escrito pidiendo el deslinde de inmuebles.—
Escrito pidiendo la declaración de herederos abintestato.—Testamen-
to ológrafo.—Demanda de conciliación —Demanda de desahucio.—
Demanda de juicio verbal.—Denuncia.—Escrito solicitando la reden-
ción de un censo —Escrito solicitando embargo preventivo.—Escrito
solicitando un aprovechamiento de aguas—Escritura de contrato
privado, etc., etc.
Tercera sección: A R A N C E L E S . — Aranceles judiciales.—
Aranceles notariales —Aranceles de los tribunales eclesiásticos.—
Aranceles parroquiales.—Aranceles de registradores.-Aranceles de
arquitectos.—Aranceles de ingenieros —Tarifa del impuesto sobre
derechos reales y transmisión de bienes.—Timbre del Estado.—Cédu-
las personales, etc , etc
Cuarta sección: APENDICES.—Preceptos concernientes á
los Juzgados municipales.—Preceptos concernientes á las faltas.—
Términos judiciales—Competencias judiciales—Acciones y excep-
ciones—Instrucciones respecto á los juicios de mayor cuantía.—
Recursos contra las resoluciones judiciales.—Reglas generales de
derecho, etc., etc.
Quinta sección: VOCABULARIOS.

Consta de 903 páginas, y vale este tomo, encuadernado, 16 pesetas


Reproducción de nuestra É T A G É R E especial

REGALO COLECGIONiSTAS Y COMPRADIRES


-• D E L A BIBLIOTECA

M A N U A L E S * SOLER

Deseosa esta Empresa de contribuir con la publica-


ción de los M A N U A L E S - S O L E R á la vulgarización
de temas científicos y prácticos sobre Artes, Cien-
cias, Industrias, Oficios y Aplicaciones ú t i l e s
como fuente de progreso, y al mismo tiempo de corres-
ponder á la favorable acogida que el público en gene-
ral y en particular los lectores coleccionistas vienen
dispensando á esta excelente y popular
BIBLIOTECA ÚTIL Y ECONÓMICA
DE CONOCIMIENTOS ENCICLOPÉDICOS,
hemos decidido obsequiar á los coleccionistas y
compradores con una elegante

destinada á colocar en la misma, con el debido orden,


todos los volúmenes de la

GOIiBCCIÓK DH mfiHÜfiLtBS-SOUHK

Dicho mueble, de rico aspecto, ha de hermosear el ^


conjunto de la Biblioteca y contribuir al decorado de
una habitación, sea ésta despacho, oficina, bufete,
comedor, etc., etc.
Tendrán derecho al regalo ó adquisición de nues-
tra magnífica y elegante

ÉTAG-ERE

los que se hallen compredidos en las siguientes

CONDICIONES

i.* A todos los compradores que adquieran al contado la


Colección de los M A N U A L E S S O L E R se les entregará
gratis la mencionada É T A G E R E E S P E C I A L , enviándola
á su domicilio cuando se trate de Barcelona. Si los compradores
residen en el extranjero, deberán recogerla en nuestro despacho,
Consejo de Ciento, 416. A los compradores que residan
fuera de Barcelona, 6 sea en cualquier otra población de España,
se les remitirá franco de embalaje y portes á la estación
más próxima á su destino.
2. " A los compradores por colecciones completas á pagar á pla-
nos, servicio que tenemos establecido para España únicamente, me-
diante contrato que facilita esta Casa, se les entregará 6 enviará la
E T A G E R E al terminar el pago del último plazo.

3. a Como justificante de haber satisfecho el último plazo y, por


consiguiente, del derecho que al comprador le corresponde
sobre el

R E G A L O D E L A ÉTAGÉRE,

deberá mandar á esta Empresa, por mediación de corresponsal 6


directamente á esta Casa, el último cupón, saldo de contrato, que
le será devuelto, al tiempo de enviarle 6 entregarle la E T A G E R E ,
con la indicación de «Servida la Étagére».

4. " Por virtud de lo que determina la anterior condición, será


nulo y sin efecto todo cupón que lleve el sello puesto por esta Casa
de «Servida la Étagére».

5. a Los compradores no coleccionistas que adquieran nú-


meros sueltos de la B I B L I O T E C A M A N U A L E S - S O L E R
tendrán derecho á la adquisición de una É T A G É R E previo en-
vío en libranza del Giro Mutuo, sobre monedero, letra de fácil
cobro, ó sellos de correo, de Ptas. ocho, que representa un
sesenta y cinco por ciento del valor de dicho mueble,
rigiendo para la entrega ó envío las mismas reglas que establece la
condición primera.
Para justificar la adquisición de un Manual, y por ende el dere-
cho á la rebaja, bastará enviarnos el vale que acompaña á
todos los volúmenes de la

BIBLIOTSCA UTIL Y BCOHÓMICA


DE COflOCICniB^TOS EflCICliOPÉ PICOS
con c o l a b o r a c i ó n especial y original de eminentes autores
Modo de montar la ETAGERE

Se coloca á un lado la pieza señalada con la letra A y al otro


lado la otra pieza igual que lleva la letra B, pero que en el facsí-
mil aparece de perfil. Sobre la parte superior de ambas piezas se
pone el remate ó cabecera, apoyándola con los tornillos correspon-
dientes en el sitio señalado en cada lado de la cabecera por dos
líneas de rayitas. -Efectuada esta primera operación, se coloca el
estante inferior, letra C, encajándolo por ambos extremos y por
medio de los respectivos tornillos en los agujeros letras D y E .
Después se procede á montar las columnas delanteras, enros-
cando por debajo los pomos F y G, que corresponden á los agu-
jeros H é L
Las roscas salientes de dichos pomos enlazan las piezas J y K ,
sobre las que descansa el segundo estante, letra L , apoyado á la
vez en el fondo en los cortes y agujeros M y N.
Hecha esta operación, se enroscan las piezas ó partes de las co-
lumnas delanteras O y P, sobre ias cuales se amolda por media
de las roscas el tercer estante, letra Q, que en el dibujo aparece
de perfil, quedando así armada fácilmente y en disposición com-
pleta la é t a g é r e que nos ocupa.

Facsímil
Sucesores de JVEamiel goler
EDITORES D E LA

BiWioleca útil y económcia ie ConocliMcs enclcloicílicos


MANUALES-SOLER
-«-^—' ~ ^ ^r«*.

OBSEQUIO Á LOS COMPRADORES NO COLECCIONISTAS

CONDICIÓN 3 .a—Los compradores no coleccio-


nistas que adquieran números sueltos de la Biblioteca
M A N U A L E S - S O L E R tendrán derecho á la adqui-
sición de una E X A G E R E previo envío en libranza
del giro mutuo, sobre-monedero, letra de fácil cobro,
ó sellos de correo, de Ptas. 8, que re-presenta un
sesenta y cinco por ciento del valor de dicho mue-
ble, rigiendo para la entrega ó envío las mismas reglas
que establece la condición primera.
Para justificar la adquisición de un Manual y por
ende el derecho á la rebaja, bastará enviarnos el vale
que acompaña á todos los volúmenes.

B I B L I O T E C A U T I L Y ECONOMICA
DE CONOCIMIENTOS ENOICLÓPEDIDOS

M! A U A. L E S - S OI-.lSFt

< Este cupón da derecho á una É T A G E R E


E t e P E C I A L por el precio de ochfr pesetas.
Sucesores de CDflfíÜHU SOLkEÍ*
Consejo de Ciento, 416 & Apartado en Correos 89
— BARCELONA
Eeeturas íopulares
REVISTA MENSUAL

DE CONOCIMIENTOS ÚTILES Y BIBLIOGRAFÍA

BARCELONA
DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: Consejo de Ciento, 416

Gratis á las Sociedades,


Ateneos y Centros Instructivos

NOTA: A l usar del derecho que por el pre-


sente cupón se concede á los compradores de los
M A N U A L E S - S O L E R , indiquese bien claramente
el nombre, domicilio y residencia del comprador.
AAWALE550LEI?
BIBLIOTECA
SU0E8OBES DB
MANUEL SOLER
» * EDITORES * *
Apartailo tn üuimn M
•K BARCELONA *

¡¡EXITO E D I T O R I A L ! !

BIBLIOTECA ÚTIL Y ECONÓMICA


CONOCIMIENTOS ENCICLOPÉDICOS

MANUALES «SOLER
PRIMERA E N ESPAÑA

10,000 suscriptores coleccionistas


en la Península Ibérica

LA UNICA que publica escritos originales;


I A lltUIHA que cuenta con la colaboración de autorei
I M Umt>H eminentes;
LA ÚNICA clue Publica sus páginas llenas de nutridísima
lectura;
LA UNICA más profusamente ilustrada;
LA UNICA reconocida como excelente
BIBLIOTECA DE CONOCIMIENTOS ENCICLOPÉDICOS

REGALO DE UNA MAGNIFICA EXAGERE ESPECIAL Á LOS COLECCIONISTAS


Eminentes Autores
que colaboran en la

BIBLIOTECA
DE

M a i t u a l e s - S o l e r

J. R a m ó n de Luanco, José Echegaray, Eduardo


Benot, J. Piernas y Hurtado, Odón de Buen, J. Ro-
dríguez Carracido, Blas Lázaro, Santiago Mundi,
Eduardo Lozano, Mariano Rubió y Bellvé, Salvador
Calderón, Adolfo Posada, J. Génova, Joaquín Costa,
José Macpherson, Carlos Banús, R. Beltrán Rózpide,
Augusto Arcimis, Ricardo Yesares, José Casares Gil,
Francisco Barado, Antonio Maylín, P, Dorado Mon-
tero, Marcelo Rivas Mateos, Narciso A m o r ó s , Euge-
nio Mascareñas, H . Rodríguez Pinilla, Rafael Alta-
mira, Federico Montaldo, Lucas Fernández Navarro,
Conde de Casa-Canterac, Aurelio López Vidaur,
Lorenzo Benito, Telesforo de Aranzadi, M . H . V i -
Uaescusa, José Zulueta, Carlos de Torres, José Marvá,
Giner de los Ríos, Rodríguez Méndez, A . Martínez
Vargas, A . Marzal, etc., etc.
ALGUNOS APLAUSOS Y ELOGIOS
DEDICADOS Á LOS

MANUALES - SOLER
POE LA

PJRBÁSfl ESPAftOliA
Y VARIAS PERSONALIDADES

Dice E L D I L U V I O (periódico diario de Bar-


celona):
Manuales Soler.—Esta Colección acaba de enriquecerse con
cuatro obras de verdadero mérito. Los Sucesores de Manuel
Soler, á cargo de quienes corre tan excelente biblioteca de di-
vulgación del saber humano en todas sus manifestaciones, no
reparan en sacrificios para dotar á nuestro país de una serie de
Manuales que, no ya puedan competir, sino que hasta superar
á los mejores publicados en el extranjero. Esos Editores pres-
tan un importante servicio á la cultura popular y merecen que
el público les aliente con su más decidida protección. Aquí,
donde tanto editor sin conciencia, deseoso solamente de hacer
negocio, corrompe, pervierte y desmoraliza con publicaciones
detestables, es mucho más digno de estima quien da á luz obras

a ue verdaderamente contribuyan á levantar el nivel intelectual


e nuestro infortunado pueblo.
Valor social de Leyes y Autoridades titúlase uno de los refe-
ridos Manunles de la Colección Soler, y es obra del Sr. Do-
rado Montero, sapiente catedrático de la Universidad de Sala-
manca. Con la sobriedad de estilo y profundidad de concepto
que son la característica de tan eximio escritor, una de las glo-
rias más legítimas de la España actual, estudia la misión que
en el curso del tiempo han cumplido las leyes y las autoridades
y la que pueda estarles reservada para el porvenir, llegando
como síntesis de sus investigaciones y análisis á la siguiente
conclusión: «La supresión gradual de las leyes, á medida que
se vayan haciendo innecesarias, no implica, como algunos
creen, la abolición del Estado; lo único que implica es el reem-
— 10 —
plazo del Estado autoritario, basado en la fuerza, por otro E s -
tado cooperativo, cuyas funciones no sean propiedad, por de-
cirio así; del soberano, sino servicios colectivos, y cuyos órga-
nos y funcionarios no tengan otro carácter que el de gestores
de los intereses comunes, designados, por tanto, quizás, por la
comunidad, y responsables ante la misma. Toda persona so-
cial, á diferencia de lo que acontece con la persona física, tiene
que obrar siempre por medio de representantes; no puede rea-
lizar acto alguno sino de esta manera. Y como mientras los
hombres vivan asociados tendrán que formar agrupaciones,
personas sociales, para de este modo satisfacer mejor sus nece-
sidades y cumplir sus fines (aun prescindiendo de la natural é
inconsciente atracción de unos hacia otros), forzosamente ha-
brán de existir entre ellos, al propio tiempo que normas de
conducta que hagan posible la convivencia ordenada y faciliten
la cooperación, ciertos individuos que en nombre de todos y
para provecho de todos desempeñen algunos servicios; aunque
tales individuos no tengan el carácter de autoridades que man-
den y se impongan. De las cuales, por otra parte, no habrá po-
sibilidad de prescindir totalmente, porque nunca dejará de
haber personas físicas, como los menores, los locos, los delin-
cuentes, sobre quienes sea preciso ejercer una acción tutelar y
benéfica.»
El dar desarrollo á estas ideas, según dice el sabio publicis-
ta, no está, por ahora, en su propósito; pero convendría lo hi-
ciera, con lo cual podría prestar un señalado servicio, ya que
contribuiría á desvanecer errores al presente muy arraigados
en la inteligencia de un importante núcleo de la clase obrera,
sugestionada por ideas utópicas, completamente irrealizables,
que no encarnarán nunca en la viviente realidad.
Los otros tres Manuales de la Colección Soler últimamente
publicados titúlanse «Canales de riego», «Arte de estudiar» y
«Formula rio Químico-Industrial». El primero es debido á la plu-
ma de D. José Zulueta, cuya competencia en cuestiones agrícolas
es incuestionable, y el cual, á la vez que de la cuestión de los
riegos en el terreno de la economía rural, se ocupa, después de
hacer sugestivas disquisiciones históricas acerca del desarrollo
de los riegos, de la política hidráulica ó sea de la acción que en
este asunto debe tener el Estado. En el «Arte de estudiar», obra
escrita por D. Mariano Rubió, se dan interesantes reglas para
aprovechar el tiempo y dedicarse al trabajo intelectual en for-
ma que pueda contribuir á ensanchar todo lo más posible la
esfera de los humanos conocimientos. Y, por último, el «For-
mulario Químico-Industrial», debido á D. Porfirio Trías, es
un curioso Manual que contiene unas mil fórmulas para la
composición de licores, bebidas alcohólicas y medicinales y
S ara confeccionar económicamente toda clase de aguas detoca-
or, perfumes, jabones y cosméticos. Es, en resumen, una obra
de utilidad para las familias.
Todos los referidos Manuales, excepto el titulado «Canales
de riego», que por su mayor tamaño vale dos pesetas, se expen-
den á 1'50 pesetas ejemplar, impresos con gran esmero y encua-
dernados elegantemente.

Dice el DIARIO U N I V E R S A L (periódico


diario de Madrid):
Canales de riego, por J. Zulueta, ex Director del Canal de
Urgel y ex Presidente de la Federación de Asociaciones agríco-
las de Cataluña. Tomo XXXIX de la Biblioteca Manuales Soler;
282 páginas encuadernadas en tela, 2 pesetas.
Para nadie es un secreto la competencia extraordinaria del
Sr. Zulueta en achaques de agricultura. El discurso que el elo-
cuente diputado republicano pronunció en las Cortes al discu-
tirse el Mensaje, fué para muchos una revelación; para cuan-
tos andamos en estas cosas fué una confirmación de su gran
valía.
Un libro sobre Canales de riego, escrito por persona tan
competente, no podía menos de ser cosa buena, y ha superado
á tan grandes esperanzas. Lo he leído dos veces del principio
al fin, y aun pienso leerlo nuevamente.
El problema de la política hidráulica está estudiado y ex-
puesto en toda su extensión, en toda su vasta amplitud. No
consiste todo en abrir un canal, en llevar las aguas y en impo-
ner un canon al labrador dejándolo entregado á sus escasos
medios de acción, á sus pobres iniciativas, á su penuria extre-
ma, no. Por entenderlo así han fracasado muchas empresas;
por ello hay actualmente canales sin regantes, labradores que
no usan el agua que tienen á mano.
Un canal de riego, llevado de pronto á comarca de secano»
produce una verdadera, una intensa revolución en loscultivos»
en las costumbres, en las tierras, en los capitales de explota-
ción, en las labores, en el uso de abonos, en la clase de plantas
explotadas, etc., etc. ¿Se quiere que rinda todos los beneficios
deDidos.'* Pues con el canal hay que llevar enseñanzas, facilida-
des para el crédito, vías de comunicación, nuevas costumbres
y nuevos hábitos. Así la obra es completa; así el canal rinde
sus grandes beneficios.
Con pluma magistral, con estilo sobrio y elocuente expone
el Sr. Zulueta la historia interesante é instructiva del Canal de
Urgel. ¡Cuántas dificultades, cuántas pesadumbres y cuántos
obstáculos para su desarrollo! Nada que enseñe mejor los es-
collos y nada que aleccione más para sortearlos en empresas
de esta clase.
— 12 —
Los inmensos beneficios del agua; la descripción gráfica,
sugestiva de lo que son las regiones de la alta Italia con sus
riegos portentosos; las grandes obras hechas por los ingleses
en el Nilo; la huerta valenciana, pródiga de frutos, son cua-
dros hermosos arrancados de la realidad. Las circunstancias
necesarias para el éxito y los tres últimos y magníficos capítu-
los dedicados á la política hidráulica en lo que es y en lo que
debe ser, hacen de este Manual un libro de grandísimo interés
para cuantos de estos problemas se preocupan.
La Biblioteca Manuales Soler que tantos y tan buenos libros
contiene y que tan calurosos aplausos merece, se ha enrique-
cido con uno valioso sobre toda ponderación. Es una empresa
altamente patriótica dar al público, en modestos Manuales, á
bajo precio, libros como Canales de riego. Así se fomenta la
-cultura y se sirve al país. No será ésta la última vez que haya
de citar ó hacer referencia á este Manual.

Dice E L E X P O R T A D O R ESPAÑOL,
periódico de exportación (Madrid-Barcelona):
Inspirándose la Casa Sucesores de Manuel Soler 'en un sen-
tido práctico, producto del estudio de las necesidades de la
época, que ha menester de síntesis del prodigioso desenvolvi-
miento y progreso intelectual moderno, ha fundado y formado
un núcleo de obras de inapreciable valor científico y de aplica-
ción, bajo el título de MANUALES SOLER, útiles, cuando no nece-
sarios, tanto á los hombres de ciencia cuanto al público en ge-
neral; trabajo de vulgarización científica, de propaganda en
favor de la cultura, tan necesaria para elevar el nivel intelec-
tual en nuestro país. Reproducimos seguidamente la relación
nominal de dichos v/anwa/es, porque, al hacerlo, entendemos
•que prestamos provechoso servicio á nuestros lectores de Es-
paña y de América, secundando el que rinde la Casa SUCESORES
DE MANUEL SOLER, en nuestro concepto, superior á las buro-
cráticas iniciativas de nuestros ministros de Instrucción pú-
blica. *

Olee E L D I L U V I O (periódico diario de Bar-


celona):
CoLiiccióN MANUALES SOLER.—En nada desmerecen de los
mejores tratados de divulgación de todos los ramos del saber
— 13 —
humano publicados en el extranjero, los Manuales que editan
en esta ciudad los Sucesores de D Manuel Soler. La colección
de los ya publicados es numerosa y selecta. En ella figuran1
obras de vulgarización científica de autores tan reputados como
los Sres. l uanco, Odón de Buen, Carracido, Lozano Calderón,
Macpherson, Arcimis, Casares, Rivas Mateos, Mascareñas y
otros; Manuales de carácter jurídico, político, económico é his-
tórico, debidos á la plunia de publicistas de competencia tan
reconocida como los Sres. Costa (D. Joaquín), Dorado Monte-
ro, Piernas y Hurtado, Posada y Altamira; trabajos de práctica
aplicación escritos por verdaderos especialistas.en cada mate-
ria, por lo que resultan, con todo y tener que ceñirse á los lí-
mites de un Manual, tratados completos, en los que se pueden
adquirir conocimientos sólidos y vastos.
Los tres últimos Manuales con que se ha enriquecido la Co-
lección Soler llevan por título Agronomía, Las Bases del Dere-
cho mercantil y Antropometría, y han sido escritos respectiva-
mente por el ingeniero agrónomo y catedrático del Instituto
de esta ciudad Sr. López Vidaur, por D. Lorenzo Benito, docto
catedrático de Derecho mercantil en esta Universidad, y por el
Sr. Aranzadi, también catedrático de la Universidad de Barce-
lona. En la Agronomía se popularizan conocimientos útilísi-
mos, fuente principal de la riqueza pública. El vasto campo
que abarca la agricultura moderna recórrelo en su obra el se-
ñor López "Vidaur, sin omitir nada de io que respecto á la fisio-
logía vegetal agrícola, á la meteorología agrícola y á la agrología
es de importancia para todos y muy especialmente para los que
se dedican á la agricultura.
En Las Bases del Derecho mercantil, del Dr. Benito, estúdia-
se la evolución, por virtud de la cual dicha rama de la ciencia
jurídica, aun considerada por algunos como un capítulo del
Derecho civil, ha ido ampliando su esfera »de acción hasta el
punto no ya de convertirse en una especialidad de la Enciclo-
pedia del Derecho, sino de invadir los dominios de la legisla-
ción civil, reduciendo considerablemente su contenido. Al es-
tudio de la indicada evolución dedica el Sr. Benito la primera
parte de su obra, esbozando en ella, con trazos que revelan
gran solidez de conocimientos, la formación histórica del De-
recho mercantil, la naturaleza de esta ciencia, el concepto de
lo genuinamente mercantil, la evolución de lo mercantil según
la ley y las bases sobre las cuales ha de hacerse la codificación
del Derecho mercantil. La segunda parte del libro de divulga-
ción de! Sr. ^enito es de gran valor práctico y en ella se expo-
ne lo más fundamental de la legislación mercantil española. Es
una exposición breve, pero muy clara y sistemática, del conte-
nido del Código de Comercio vigente en España.
La Antropometría del Sr. Aranzadi hállase á la altura de las
mejores obras que acerca de la materia se han dado última-
mente á luz. La claridad del lenguaje, la comprobación dé la
^ — 14 — y - •
doctrina sentada por medio de datos numéricos, la presenta-
ción de ejemplos clarísimos, de comparaciones precisas é in-
geniosas, avaloran el Manual, convirtiéndole en guía indispen-
sable de cuantos quieran en el más breve tiempo posible po-
nerse al corriente de la Antropometría, una de las partes de
más práctica utilidad de la ciencia antropológica. La medición
del hombre, de tan frecuente aplicación en la actualidad; la
comparación de las medidas para establecer las convenientes
proporciones; los instrumentos y aparatos con que puede me-
dirse con mayor comodidad y exactitud; la identificación judi-
cial de las personas; crecimiento de las diversas partes del
cuerpo, estatura, influencia de la posición social, ángulo facial,
índice cefálico, color y belleza de las proporciones, y cuanto
respecto del particular interese saber, trátase con criterio cien-
tífico al parque en estilo llano, á todos comprensible, en la
Antrovometria del profesor Aranzadi. Más de veinte grabados
sirven de aclaración á la doctrina vertida en ta obra.
Los Manuales de referencia, esmeradamente impresos y en-
cuadernados, véndense al módico precio de l'SO pesetas ejem-
plar. La empresa que realizan los Editores Sucesores de Manuel
Soler, es de suma eficacia para la difusión de la cultura; harto
merecido tienen, pues, que el público los aliente, dispensán-
doles la más decidida protección.

Dice el D I A R I O U N I V E R S A L , ote Madrid:


Agronomía, por D. Aurelio López Vidaur.—Es uno de los
últimos Manuales que con tanta aceptación editan en Barce-
lona los Sucesores de Manuel Soler. Forma un tomo en 8.°, de
146 páginas, bien .impresas,, ton varios grabados y encuader-
nacion elegante. Está dividido en tres secciones, que tratan,
respectivamente, de Fisiología vegetal. Meteorología agrícola
y Agrología. Este Manual es verdaderamente notable por la
claridad del lenguaje, la precisión de los datos que contiene y
la exactitud y la brevedad de los juicios. E l Sr. López Vidaur,
ingeniero agrónomo y catedrático, ha hecho un resumen com-
pendioso muy meritorio. En la Agrología, por ejemplo, que
no abarca más de 90 páginas, se contiene lo fundamental del
conocimiento y análisis de las tierras, con referencias preci-
sas, á la importancia de la cal en la elección de vides ameri-
canas, riegos, saneamientos, enmiendas, abonos, minerales y
orgánicos, alternativas de cosecha, etc., etc. Todo está expuesto
con gran concisión, libre de obscuridades, aunque en muchos
casos convendrían más latas explicaciones. De todas suertes, es
una obra de vulgarización agrícola muy recomendable á mu-
chos labradores, para adquirir los conocimientos fundamenta-
les de su cultivo razonado y progresivo. ¡Cuánto se ganaría
. . . ; • „ — 15 —
divulgando Manuales como el presente! Las ampliaciones ne-
cesarias vendrían después.

Dice el H E R A L D O , de Ruelva:
Hemos recibido el nuevo Manual que acaba de publicar la
Casa Sucesores de Manuel Soler, de Barcelona,'y que en nada
desmerece de los anteriormente publicados por la misma Casa.
El nuevo tomo se titula Antropometría, y el nombre de su
autor, Telesforo de Aranzadi, ventajosamente conocido en el
mundo científico respecto á estas materias, nos releva de en-
trar en más consideraciones por lo que hace á la solidez de
•conocimientos y criterio expuestos en este Manual conforme á
las más recientes publicaciones científicas. Lo que sí haremos
notares la claridad del lenguaje empleado, que evita en todo
lo posible los tecnicismos que no son absolutamente indispen-
sables, y la oportuna intercalación de figuras que aclaran to-
davía más las ideas; sobre todo ayudadas de ciertas compara-
ciones ingeniosas, que parecen hacerle precisas en algunos
pasajes para combatir conceptos demasiado estrechos y harto
frecuentes, como puede observar el lector principalmente en
el capítulo de la variación y el tipo medio, ulama la atención
también, desde la primera ojeada, que, sin estorbará la lec-
tura fácil del volumen, hay verdadera abundancia de datos
numéricos, que, sin pretender agotar la materia, nos presen-
tan todos los ejemplos que más nos pueden interesar en este
-asunto y constituyen el Manual en un verdadero guía, indis-
pensable para los primeros trabajos antropométricos que se
«quieran emprender.
Con el fin de hacef resaltar lo interesante que para todos
ha de ser la lectura de este Manual, creemos que lo mejor es
mencionar los títulos de algunos capítulos y artículos como
ejemplo: tales como identificación judicial de las personas,
crecimiento de las diversas partes del cuerpo, desarrollo de la
cabeza con el estudio, influencia de la gimnasia en el creci-
miento, infantilismo, proporciones de la mujer, la estatura en
Europa, influencia de la posición social, ángulo facial, color,
belleza de proporciones, capítulo dedicado á los artistas, com-
paraciones de unas medidas con otras, variación, tipo medio y
correlación, las colonias escolares, índice cefálico de las razas
de la Europa Occidental, y otra multitud de indicaciones muy
sugestivas sobre muy diversos asuntos.
Todo el!o en un tomo en 12.°, de 186 páginas, con 21 graba-
dos intercalados en el texto, q ue se vende en todas las librerías
al precio de 1'50 pesetas cada ejemplar.
— 16 —

Es indudable que en todas las naciones de origen ibero toma


incremento extraordinario el empeño de difundir la cultura
pública como medio el más poderoso y seguro de mejorar las
condiciones de la raza, preparándola para las sajudables com-
petencias del porvenir.
Ya que no el dominio del Mundo, en el que ha de ser siem-
pre imposible la unidad étnica, la posesión del Bien está reser-
vada á los más instruidos y mejor educados. Instruir y educar
por la Ciencia y para el Bien del hombre, es el más sano de los
propósitos; así lo entienden, y en tal dirección empujan, los
hombres más eminentes de nuestra raza.
Para contri buir á este movimienfo redentor, penetrados dé
la imperiosa necesidad de popularizar los principios de la
Ciencia moderna, sus grandes conquistas, las manifestaciones
del Arte, poniendo todo al nivel del menos culto y ofreciendo
á los hombres de mayor elevación intelectual uña fórmula sen-
cilla que pueda servirles de recuerdo en cada materia ciehtífica;
para que nadie tenga que r e c u r r i r á libros extranjeros en cuan-
to á los fundamentos de la ciencia se refiera, empezárnosla
editar esta colección de
MANUALES-SOLER,
dispuestos á no prescindir, cueste lo que cueste, de ninguno
de los elementos necesarios.
Esta Biblioteca es genuinamente española, adaptada á las
condiciones de cultura de nuestra Patria y de las Repúblicas
hispa no-americanas.
Los más ilustres tratadistas de España y América son lo-s
encargados de la redacción de los tomitos; es buena prueba
de nuestros propósitos en la materia-, la lista de obras apareci-
das, y en preparación, cuyos autores personifican el movimien-
to intelectual de la España contemporánea: Echegaray, Ramón
y Cajal, Azcárate, Bolívar, Luanco, J o a q u í n Costa, Piernas y
Hurtado, O d ó n de Buen, Carracido, Calderón, Lázaro, Martí-
nez Vargas, Mundi, Lozano, Marzal, Rubió y Bellvé, etc., etc.,
son bastante garantía de que el texto nada tiene que envidiar al
de las Bibliotecas análogas que se publican en Francia, Italia,
Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos,
Y á las obritas redactadas por autores tan renombrados^
seguirán .otras de Historia, Geografía, Lenguas, Aplicaciones
de la Física y de la Química, Arte militar, etc., formando series
diversas en que se desarrolle cada ciencia y sus aplicaciones
en toda la intensidad necesaria.
Nuestro propósito ha sido, y lo hemos conseguido, que res-
ponda esta Biblioteca á la necesidad de difundir la instrucción
én nuestra Patria y en los países hispano-americanos y que en
ella hallen todos algo nuevo, algo necesario ó algo útil.
nnp.B. Baseda. LOS EDITORES.
SUCESORES DE MANUEL SOLEE
CASA EDITORIAL.

Kpactado en Correos 89 - B A H C B L i O f l ñ
: " , . ^ d

OBRAS EN PREPARACION
\CTERIOLOGfA ^
MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN
PLANTAS INDUSTRIALES
HIGIENE DE LOS NIÑOS * HIGIENE GENERAL
• • : . j^=======r~~~- - _
RECIEN PUBLICADO

ELÉFONOS Y LÍNEAS TELEFÓNICAS


^ , POR
D. úORQVÍfi ÜSÜflÁ^IZ
Teniente de Artillería
En rústica, 3 pesetas; encuadernado, 5 pesetas.

\ YUILTA AL EN 80 DIAS
pov J u l i o V e r n e
i . ' y 2." p a r t e ; d o s t o m o s i l u s t r a d o s c o n p r o f u s i ó n d e g r a b a d o s
— — — - — Tomo, 2 reales

LA MANCHA EN EL ARMIÑO
Novela de costumbres españolas contemporáneas, por D . J o s é V«n-
S M a r q u é s , con prólogo y dos cartas de los Sres. D . R a m ó n
Jungue y D. V í c t o r Balaguer
DOS TOMOS D E M Á S D E 1,100 P Á G I N A S — — •
E n r ú s t i c a , 5 ptas. E n tela, lomo piel, 7'50 ptas.
CDAHURLiES - S O L E R
El éxito cada día más acentuado que sigue obteniendo la interesante
Biblioteca M A N U A L E S - S O L E R , es una prueba eVidentísima
de su importancia y utilidad. Se encuentran en esta popular colección de
M A N U A L E S - S O L E R tomos de interés lo mismo para el eruditq
que para el obrero estudioso, y su adquisición es conveniente á todo el
mundo. , 1I

MANUALES PUBLICADOS

1 .—Química General, por el Doc 13. —El Sufragio (Doctrina y prác-


tor Luánco. Ptas. l'SO tica en los pueblos moderé
2. —Historia Natural, por el Doc- nos), por el Dr. D. Adolfo Po-
tor de Buen. Ptas. 1'50. sada. Ptas. l'SQj
8.—Física, por el Dr. Lozano. 14. —Geología, por D. José Mac-.
Ptas. 1'50 pherson. y Ptas. 1'5|
15. —Pólvoras y Explosivos, por
4. —Geometría General, por el D. Carlos Banúa y Comas. 1
Dr Mundi. Ptas. 1'5Ó Ptas. l'óO
5. —Química orgánica, por el Doc- 16. —Armas de Caza, por D. J. Ge-
tor R. Carracido. Ptas. 1'50 nova é Iturbe Ptas. 1'5Í
17. —La Guinea Española, pori
6. —La Guerra moderna, por Don D. Ricardo Beltrán y Rdz-;
Mariano Rubió y Bellvó. pide. Ptas. 1'50
Ptas. l'BO 18. —Meteorología, por D. Augusto
7. —Mineralogía, por el Dr. S. Cal-
Arcimis. Ptas. 1'50
derón. Ptas. 1'50
8. —Ciencia Política, por el Doc- 19. -Análisis Químico, por D. José
tor D. Adolfo Posada. Casares. Ptas. l'oO
Ptas. 1'50 20. —Abonos Industriales,por DODÍ
9. —Economía Política, por el
.Dr. D. José M.a Piernas y Antonio Maylín Ptas. 1'50,
Hurtado. Ptas. l'BO 21 .—Unidades, por D. Carlos Ba-
10. —Armas de Guerra, por Don nús y Comas. Ptas. l"m
J. Génovae Iturbe. 23.—Química Biológica, por el
Ptas. 1'50 Dr. D. José R. Carracido.
11. —Hongos comestibles y vene- Ptais. 1'5Í|
nosos, por el Dr. D. Blas Lá- 23.—Bases para uii nuevo Deréfl
zaro é Ibiza. Ptas. 1 '50 cho Penal, por el Dr. D. P M
12. —La Ignorancia del Derecho, dro Dorado Montero.
Ptas. l'Bi
por D. J . Costa. Ptas. 1'50
24. —Fuerzas y Motores, por Don 34. —Bases del Derecho mercan-
Mariano Rabió y Bellvé. til, por D. Lorenzo Benito.
Pías. 1'50 Ptas. 1'80
25. —Gusanos parásitos en el 35. —Antropometría, por D. Teles
hombre, por el Dr. D. Mar- foro de Aranzadi. Ptas. 1'50
celo Rivas Mateos.
. Ptas. l'SO 36. —Las Provincias de España,
26. —Fabricación del Paa, por por D. M. H. Villaescusa.
D. Narciso Amorós. Ptas. 2'50
Ptas. 2 37. —Formulario Químico-Indus-
27. —Aire atmosférico, por D. Eu- trial, por D. Porfirio Trías
genio Mascareñas y Hernán- y Planes. Ptas. 1'60
dez. Ptas. l'SO 88.—Valor social de leyes y au-
28. —Hidrología Médica, por el toridades, por D. Pedro Do-
Dr. D. H. Rodríguez Piüilla. rado Montero. Ptas. 1'60
Ptas. 1'50
29. —Historia de la Civilización 39. —Canales de riego, por D José
Española, por D Rafael Al Zulueta. Ftas. 2
tamira. Ptas. 2 40. —Arte de estudiar, por D Ma-
30. —Las Epidemias, por D. Fede- riano Rubio y Bellvé.
rico Montaldo. Ptas. 1'50 Ptas. 1*60
31. —Cristalografía, por el Doctor
D. Lucas Fernández Navarro 41. —Plantas medicinales, por
Ptas. 2 D. Blas Lázaro é Ibiza.
32. —Artificios de fuego de gue- Ptas. 2l50
rra, por D. José de Lossada 42. —A, B, C del Instalador y
y Canterac (Conde de Casa Montador Electricista. —
Canterac). Ptas. l'SO Tomo I.—Instalaciones p r i v a -
33 —Agronomía, por D. Aurelio das, por D. Ricardo Yesares
López Vidaur. Ptas. 1'50 Blanco. Ptas. 2*50
Seguirán á estos Manuales otros de Higiene General, Astrono-
mía, Mecánica, Electricidad, Anatomía Humana, Entomología,
Geografía Física, Agricultura, Análisis Químico, Sociología, H i
giene de los niños, Marina y Navegación, Derecho y Legisla
ct'on, etc., etc., de cuya redacción serán encargados los más ilustres trata-
distas de España y América, formando series diversas en que se desarrolle
cada ciencia y sus aplicaciones en toda la intensidad necesaria.

EN PRENSA

A, B, C del Instalador y Montador Electricista, tomo I I , por D. Ri-


cardo Yesares.
Gallinero Práctico, por D. Carlos de Torres.
Contabilidad Comercial, por D. J . Prats Aymerich
Medicina Doméstica, por D Alfredo Opis~o.
Sociología contemporánea, por D. Adolfo Posada.
Prontuario del Idioma, por D. Enrique Oliver.
Aritmética, por el Dr. D. Miguel Marzal.
Diccionario de Argot Español, por D. Luis Besses
Plantas aplicadas á la Medicina, por D. Alfredo Opisso.
Diccionario comercial, por D. Adolfo Alegret.

También podría gustarte