Agujero Negro

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 15

Agujero negro

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para otros usos de este término, véase Agujero negro (desambiguación).

Primera imagen real en la historia de un agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia


M87, presentado el 10 de abril de 2019 por el consorcio internacional Telescopio del horizonte de
sucesos.

Cosmología física

Radiación de fondo de microondas

Artículos

Universo Teoría del Big Bang · Inflación


primitivo cósmica · Nucleosíntesis primordial

Expansión Expansión métrica del espacio · Expansión


acelerada del Universo · Ley de
Hubble · Corrimiento al rojo

Estructura Forma del universo · Espacio-tiempo · Materia


bariónica · Universo · Materia oscura · Energía
oscura

Experimentos Planck (satélite) · WMAP · COBE

Científicos Albert Einstein · Edwin Hubble · Georges


Lemaître · Stephen Hawking · George Gamow

Portales

Principal Cosmología

Otros Física · Astronomía · Exploración espacial · Sistema


Solar

Un agujero negro1 es una región finita del espacio en cuyo interior existe una
concentración de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo
gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, puede escapar de
ella. Sin embargo, los agujeros negros pueden ser capaces de emitir un tipo
de radiación, la radiación de Hawking, conjeturada por Stephen Hawking en la
década de 1970. La radiación emitida por agujeros negros como Cygnus X-1 no
procede del propio agujero negro sino de su disco de acreción.2
La gravedad de un agujero negro, o «curvatura del espacio-tiempo», provoca
una singularidad envuelta por una superficie cerrada, llamada horizonte de
sucesos. Esto es previsto por las ecuaciones del campo de Einstein. El horizonte
de sucesos separa la región del agujero negro del resto del universo, y a partir de
él ninguna partícula puede salir, incluidos los fotones. Dicha curvatura es
estudiada por la relatividad general, la que predijo la existencia de los agujeros
negros y fue su primer indicio. En la década de 1970, Stephen
Hawking, Ellis y Penrose demostraron varios teoremas importantes sobre la
ocurrencia y geometría de los agujeros negros.3 Previamente, en 1963, Roy
Kerr había demostrado que en un espacio-tiempo de cuatro dimensiones todos los
agujeros negros debían tener una geometría cuasiesférica determinada por tres
parámetros: su masa M, su carga eléctrica total e y su momento angular L.
Se conjetura que en el centro de la mayoría de las galaxias, entre ellas la Vía
Láctea, hay agujeros negros supermasivos.4
El 11 de febrero de 2016, las colaboraciones LIGO, Virgo y GEO600 anunciaron la
primera detección de ondas gravitacionales, producidas por la fusión de dos
agujeros negros a unos 410 millones de pársecs, megapársecs o Mpc, es decir, a
unos 1337 millones de años luz, mega-años luz o Mal de la Tierra.5 Las
observaciones demostraron la existencia de un sistema binario de agujeros negros
de masa estelar y la primera observación de una fusión de dos agujeros negros de
un sistema binario. Anteriormente, la existencia de agujeros negros estaba
apoyada en observaciones astronómicas de forma indirecta, a través de la emisión
de rayos X por estrellas binarias y galaxias activas.
La gravedad de un agujero negro puede atraer el gas que se encuentra a su
alrededor, que se arremolina y calienta a temperaturas de hasta 12 000 000 °C,
esto es, 2000 veces mayor temperatura que la de la superficie del Sol. 6
El 10 de abril de 2019, el consorcio internacional Telescopio del Horizonte de
Sucesos presentó la primera imagen jamás capturada de un agujero negro
supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87.78

Índice

 1Proceso de formación

 2Historia

 3Clasificación teórica

o 3.1Según la masa

o 3.2Según su carga y momento angular

 4Descripción teórica

o 4.1Zonas observables

o 4.2La entropía en los agujeros negros

o 4.3Definición de agujero negro

o 4.4¿Imposibilidad teórica de los agujeros negros?

o 4.5Ausencia de singularidad central según otras teorías

 5Los agujeros negros en la física actual

o 5.1Descubrimientos recientes

 5.1.1El mayor
 5.1.2El menor

 5.1.3Chorros de plasma

o 5.2Formación de estrellas por el influjo de agujeros negros

o 5.3Radiación de Hawking

 6Nota lingüística

 7Véase también

 8Referencias

 9Bibliografía

 10Enlaces externos

Proceso de formación[editar]

Un protón y un electrón se aniquilan emitiendo un neutrón y un neutrino-electrón

Los agujeros negros se forman en un proceso de colapso gravitatorio que fue


ampliamente estudiado a mediados de siglo XX por diversos científicos,
particularmente Robert Oppenheimer, Roger Penrose y Stephen Hawking, entre
otros. Hawking, en su libro divulgativo Historia del tiempo: del Big Bang a los
agujeros negros (1988), repasa algunos de los hechos bien establecidos sobre la
formación de agujeros negros.
Este proceso comienza después de la "muerte" de una gigante roja (estrella de 10
a 25 o más veces la masa del Sol), entendiéndose por "muerte" la extinción total
de su energía. Tras varios miles de millones de años de vida, la fuerza gravitatoria
de dicha estrella comienza a ejercer fuerza sobre sí misma originando una masa
concentrada en un pequeño volumen, convirtiéndose en una enana blanca. En
este punto, dicho proceso puede proseguir hasta el colapso de dicho astro por la
autoatracción gravitatoria que termina por convertir a esta enana blanca en un
agujero negro. Este proceso acaba por reunir una fuerza de atracción tan fuerte
que atrapa hasta la luz en este.
En palabras más simples, un agujero negro es el resultado final de la acción de la
gravedad extrema llevada hasta el límite posible. La misma gravedad que
mantiene a la estrella estable, la empieza a comprimir hasta el punto que los
átomos comienzan a aplastarse. Los electrones en órbita se acercan cada vez
más al núcleo atómico y acaban fusionándose con los protones, formando más
neutrones mediante el proceso:
Este proceso comportaría la emisión de un número elevado de neutrinos. El
resultado final es una estrella de neutrones. En este punto, dependiendo de la
masa de la estrella, el plasma de neutrones dispara una reacción en cadena
irreversible, la gravedad aumenta enormemente al disminuirse la distancia que
había originalmente entre los átomos. Las partículas de neutrones implosionan,
aplastándose más, logrando como resultado un agujero negro, que es una región
del espacio-tiempo limitada por el llamado horizonte de sucesos. Los detalles de
qué sucede con la materia que cae más allá de este horizonte dentro de un
agujero negro no se conocen porque para escalas pequeñas sólo una teoría
cuántica de la gravedad podría explicarlos adecuadamente, pero no existe una
formulación completamente consistente con dicha teoría.

Historia[editar]
Imágenes de M87 realizadas por Event Horizon Telescope el 11 de abril de 2017 anteriores a su
presentación de 2019

El concepto de un cuerpo tan denso que ni siquiera la luz puede escapar de él fue
descrito en un artículo enviado en 1783 a la Royal Society por el geólogo y clérigo
inglés John Michell. Por aquel entonces la teoría de Newton de la gravitación y el
concepto de velocidad de escape eran muy conocidas. Michell calculó que un
cuerpo con una densidad 500 veces mayor a la del Sol, pero con su mismo radio,
tendría, en su superficie, una velocidad de escape igual a la de la luz y sería
invisible. En 1796, el matemático francés Pierre-Simon Laplace explicó en las dos
primeras ediciones de su libro Exposition du Systeme du Monde la misma idea,
aunque, al ganar terreno la idea de que la luz era una onda sin masa, en el siglo
XIX fue descartada en ediciones posteriores.
En 1915, Einstein desarrolló la relatividad general y demostró que la luz era
influida por la interacción gravitatoria. Unos meses después, Karl
Schwarzschild encontró una solución a las ecuaciones de Einstein, donde un
cuerpo pesado absorbería la luz. Se sabe ahora que el radio de Schwarzschild es
el radio del horizonte de sucesos de un agujero negro que no gira, pero esto no
era bien entendido en aquel entonces. El propio Schwarzschild pensó que no era
más que una solución matemática, no física. En 1930, Subrahmanyan
Chandrasekhar demostró que un cuerpo con una masa crítica (ahora conocida
como límite de Chandrasekhar) y que no emitiese radiación, colapsaría por su
propia gravedad porque no habría nada que se conociera que pudiera frenarla
(para dicha masa la fuerza de atracción gravitatoria sería mayor que la
proporcionada por el principio de exclusión de Pauli). Sin embargo, Eddington se
opuso a la idea de que la estrella alcanzara un tamaño nulo, lo que implicaría una
singularidad desnuda de materia, y que debería haber algo que inevitablemente
pusiera freno al colapso, línea adoptada por la mayoría de los científicos.
En 1939, Robert Oppenheimer predijo que una estrella masiva podría sufrir un
colapso gravitatorio y, por tanto, los agujeros negros podrían ser formados en la
naturaleza. Esta teoría no fue objeto de mucha atención hasta los años 60,
porque, después de la Segunda Guerra Mundial se tenía más interés en lo que
sucedía a escala atómica.
En 1967, Stephen Hawking y Roger Penrose probaron que los agujeros negros
son soluciones a las ecuaciones de Einstein y que en determinados casos no se
podría impedir que se crease un agujero negro a partir de un colapso. La idea de
agujero negro tomó fuerza con los avances científicos y experimentales que
llevaron al descubrimiento de los púlsares. Poco después, en 1969, John Wheeler9
acuñó el término "agujero negro" durante una reunión de cosmólogos en Nueva
York, para designar lo que anteriormente se llamó "estrella en colapso gravitatorio
completo".
El 10 de abril de 2019, el consorcio internacional Telescopio del Horizonte de
Sucesos presentó la primera imagen jamás capturada de un agujero negro
supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87. Se esperaba a su vez el
anuncio de otra imagen real de un agujero negro en Sagitario A*; sin embargo,
aclararon que no se había obtenido porque la fuente era muy variable durante los
periodos de observación, resolviéndose en un futuro. 78

Clasificación teórica[editar]

Simulación de lente gravitacional por un agujero negro que distorsiona la luz proveniente de una galaxia
en el fondo

Representación artística de un agujero negro

Según su origen, teóricamente pueden existir al menos dos clases de agujeros


negros:
Según la masa[editar]
 Agujeros negros supermasivos: con varios millones de masas solares. Se
hallarían en el corazón de muchas galaxias. Se forman en el mismo proceso
que da origen a los componentes esféricos de las galaxias.
 Agujeros negros de masa intermedia: (IMBH) es una clase de agujero negro
con una masa en el rango de 100 a un millón de masas solares,
significativamente más que los agujeros negros estelares, pero menos que los
agujeros negros supermasivos.
 Agujeros negros de masa estelar: Se forman cuando una estrella de más de
30-70 masas solares se convierte en supernova e implosiona. Tienen más de
tres masas solares. Su núcleo se concentra en un volumen muy pequeño que
cada vez se va reduciendo más. Este es el tipo de agujeros negros postulados
por primera vez dentro de la teoría de la relatividad general.
 Micro agujeros negros: Son objetos hipotéticos, algo más pequeños que los
estelares. Si son suficientemente pequeños, pueden llegar a evaporarse en un
período relativamente corto mediante emisión de radiación de Hawking. Este
tipo de entidades físicas es postulado en algunos enfoques de la gravedad
cuántica, pero no pueden ser generados por un proceso convencional
de colapso gravitatorio, el cual requiere masas superiores a la del Sol.
Según su carga y momento angular[editar]
Existe un teorema sobre propiedades de los agujeros negros que se suele
enunciar diciendo que «un agujero negro no tiene pelo» (en inglés No-hair
theorem); el teorema afirma que cualquier objeto que sufra un colapso gravitatorio
alcanza un estado estacionario como agujero negro descrito solo por tres
parámetros: su masa , su carga  y su momento angular . Considerando estas dos
últimas propiedades físicas, tenemos la siguiente clasificación para el estado final
de un agujero negro:

 El agujero negro más sencillo posible es el agujero negro de Schwarzschild,


que no rota ni tiene carga.
 Si no gira pero posee carga eléctrica, se tiene el llamado agujero negro de
Reissner-Nordstrøm.
 Un agujero negro en rotación y sin carga es un agujero negro de Kerr.
 Si posee rotación y carga, hablamos de un agujero negro de Kerr-Newman.
Las cuatro soluciones anteriores puede sistematizarse de la siguiente manera:

Sin rotación (J = 0) Con rotación (J ≠ 0)

Sin carga (Q = 0) Schwarzschild Kerr

Con carga (Q ≠


Reissner-Nordström Kerr-Newman
0)
Descripción teórica[editar]
Zonas observables[editar]

Representación artística de un agujero negro con una estrella compañera que se mueve en órbita
alrededor, excediendo su límite de Roche. La materia que cae forma un disco de acrecimiento, con algo
de materia expulsada en chorros polares colimados altamente energéticos.

Véase también: Acreción

En las cercanías de un agujero negro se suele formar un disco de acrecimiento,


compuesto de materia con momento angular, carga eléctrica y masa, la que es
afectada por la enorme atracción gravitatoria del mismo, ocasionando que
inexorablemente atraviese el horizonte de sucesos y, por lo tanto, incremente el
tamaño del agujero.
En cuanto a la luz que atraviesa la zona del disco, también es afectada, tal como
está previsto por la teoría de la Relatividad. El efecto es visible desde la Tierra por
la desviación momentánea que produce en posiciones estelares conocidas,
cuando los haces de luz procedentes de las mismas transitan dicha zona.
Hasta hoy es imposible describir lo que sucede en el interior de un agujero negro;
solo se puede imaginar, suponer y observar sus efectos sobre la materia y la
energía en las zonas externas y cercanas al horizonte de sucesos y la ergosfera.
Uno de los efectos más controvertidos que implica la existencia de un agujero
negro es su aparente capacidad para disminuir la entropía del Universo, lo que
violaría los fundamentos de la termodinámica, ya que toda materia y
energía electromagnética que atraviese dicho horizonte de sucesos, tienen
asociados un nivel de entropía. Stephen Hawking propone en uno de sus libros
que la única forma de que no aumente la entropía sería que la información de todo
lo que atraviese el horizonte de sucesos siga existiendo de alguna forma.
Otra de las implicaciones de un agujero negro supermasivo sería la probabilidad
que fuese capaz de generar su colapso completo, convirtiéndose en una
singularidad desnuda de materia.
La entropía en los agujeros negros[editar]
La fórmula de Bekenstein-Hawking
para la entropía de un agujero negro

Según Stephen Hawking, en los agujeros negros se fusionan el segundo principio


de la termodinámica, lo que dio pie a especulaciones sobre viajes en el espacio-
tiempo y agujeros de gusano. El tema está siendo motivo de revisión; Hawking se
retractó de su teoría inicial y admitió que la entropía de la materia se conserva en
el interior de un agujero negro (véase enlace externo). Según Hawking, a pesar de
la imposibilidad física de escape de un agujero negro, estos pueden terminar
evaporándose por la llamada radiación de Hawking, una fuente de rayos X que
escapa del horizonte de sucesos.
La hipótesis de que los agujeros negros contienen una entropía y que, además,
esta es finita, requiere para ser consecuente que tales agujeros emitan
radiaciones térmicas, lo que al principio parece increíble. La explicación es que la
radiación emitida escapa del agujero negro, de una región de la que el observador
exterior no conoce más que su masa, su momento angular y su carga eléctrica.
Eso significa que son igualmente probables todas las combinaciones o
configuraciones de radiaciones de partículas que tengan energía, momento
angular y carga eléctrica iguales. Son muchas las posibilidades de entes, si se
quiere hasta de los más exóticos, que pueden ser emitidos por un agujero negro,
pero ello corresponde a un número reducido de configuraciones. El número mayor
de configuraciones corresponde con mucho a una emisión con un espectro que es
casi térmico.
Físicos como Jacob D. Bekenstein han relacionado los agujeros negros y su
entropía con la teoría de la información. Los trabajos de Bekenstein sobre teoría
de la información y agujeros negros sugirieron que la segunda ley seguiría siendo
válida si se introducía una entropía generalizada (Sgen) que sumara a la entropía
convencional (Sconv), la entropía atribuible a los agujeros negros que depende del
área total (A) de agujeros negros en el universo. Concretamente esta entropía
generalizada debe definirse como:

Donde, k es la constante de Boltzmann, c es la velocidad de la luz, G es


la constante de gravitación universal y  es la constante de
Planck racionalizada, y A el área del horizonte de sucesos.
Definición de agujero negro[editar]
A pesar de que existen explicaciones intuitivas del comportamiento de un
agujero negro, en cosmología teórica no existe una definición simple de qué
constituye un agujero negro, y todos los teóricos trabajan con definiciones
topológicas sofisticadas de qué constituye un agujero negro. De hecho en un
espacio-tiempo compacto no hay una manera adecuada y general de definir
qué condiciones debe cumplir una región para ser considerada un agujero
negro. En espacio-tiempos no compactos se requieren algunas condiciones
técnicas para decidir si una región es un agujero negro, así se dice que en un
espacio-tiempo asintóticamente plano y predictible (que contiene
una hipersuperficie de Cauchy que satisface ciertos requisitos), se dice que
hay una región de agujero negro si el pasado causal de la hipersuperficie de
tipo luz situada en el infinito futuro no contiene a todo el espacio-tiempo (eso
significa que dicha hipersuperficie es inalcanzable desde algunos puntos del
espacio tiempo, precisamente aquellos contenidos en el área de agujero
negro). La frontera del pasado causal de la hipersuperficie de tipo luz futura es
el horizonte de eventos.
¿Imposibilidad teórica de los agujeros negros?[editar]
Los agujeros negros contienen toda la masa de la estrella en un punto
matemático, que es lo que se conoce como singularidad. Einstein nunca
aceptó eso, sino que pensaba que la masa debería ocupar una región finita
aunque fuera pequeña y por eso se opuso a la existencia de agujeros negros, 10
que nadie llamaba así entonces (se conocían como «singularidades de
Schwarzschild»). El nombre de black hole lo propuso el físico
estadounidense Wheeler, 10 años después de la muerte de Einstein.
Existen resultados matemáticos sólidos bajo los cuales una teoría métrica de la
gravitación (como la relatividad general) predice la formación de agujeros
negros. Estos resultados se conocen como teoremas de singularidades que
predicen la ocurrencia de singularidades espaciotemporales (y si se acepta
la hipótesis de censura cósmica, por tanto a la formación de agujeros negros).
Las ecuaciones de campo de Einstein para la relatividad general admiten
situaciones para las cuales se cumplen las condiciones de ocurrencia de
singularidades y por tanto, los teoremas de singularidad muestran que los
agujeros negros son posibles dentro de la relatividad general. Sin embargo,
algunas teorías métricas alternativas como la teoría relativista de la
gravitación, muy similar a la relatividad general en casi todos los aspectos y
que también explica los hechos observados en el sistema solar y la expansión
del universo, usa ecuaciones de campo ligeramente diferentes donde siempre
se cumple que en ausencia local de materia y en virtud de las condiciones de
causalidad de la teoría, para cualquier campo vectorial isótropo (vectores tipo
luz) definido sobre el espacio-tiempo se cumple la desigualdad:
Esta condición implica que no se cumplirán las condiciones de los teoremas
mencionados anteriormente y, por tanto, estos no pueden ser aplicados para
predecir la existencia de singularidades y por tanto agujeros negros. 1112
Dado que los datos experimentales no permiten discernir cuál de las dos
teorías (la de relatividad general de Einstein o la relativista de la gravitación de
Logunov) es la correcta, pues ambas coinciden para la mayoría de los hechos
observacionales bien comprobados, no puede darse por garantizado que los
agujeros negros sean una consecuencia necesaria de la gravitación.
Ausencia de singularidad central según otras teorías[editar]
El 10 de diciembre de 2018, Abhay Ashtekar, Javier Olmedo y Parampreet
Singh publicaron un artículo científico en el campo de la teoría de la gravedad
del bucle, demostrando la ausencia de singularidad central dentro del agujero
negro, sin especificar geométricamente el futuro de la materia en este punto,
mientras que el modelo de Janus propone una explicación. 131415
Este nuevo estudio da las mismas conclusiones que los obtenidos por trabajos
anteriores basados en la relatividad general. 1617181920212223242526

Los agujeros negros en la física actual[editar]


Se explican los fenómenos físicos mediante dos teorías en cierto modo
contrapuestas y basadas en principios incompatibles: la mecánica cuántica,
que explica la naturaleza de «lo muy pequeño», donde predomina el caos y la
estadística y admite casos de evolución temporal no determinista, y
la relatividad general, que explica la naturaleza de «lo muy pesado» y que
afirma que en todo momento se puede saber con exactitud dónde está un
cuerpo, siendo esta teoría totalmente determinista. Ambas teorías están
experimentalmente confirmadas pero, al intentar explicar la naturaleza de un
agujero negro, es necesario discernir si se aplica la cuántica por ser algo muy
pequeño o la relatividad por ser algo tan pesado. Está claro que hasta que no
se disponga de una física más avanzada no se conseguirá explicar realmente
la naturaleza de este fenómeno.
Descubrimientos recientes[editar]
En 1995 un equipo de investigadores de la UCLA dirigido por Andrea
Ghez demostró mediante simulación por ordenadores la posibilidad de la
existencia de agujeros negros supermasivos en el núcleo de las galaxias. Tras
estos cálculos mediante el sistema de óptica adaptativa se verificó que algo
deformaba los rayos de luz emitidos desde el centro de nuestra galaxia (la Vía
Láctea). Tal deformación se debe a un invisible agujero negro supermasivo
que ha sido denominado Sgr.A (o Sagittarius A). En 2007-2008 se iniciaron
una serie de experimentos de interferometría a partir de medidas
de radiotelescopios para medir el tamaño del agujero negro supermasivo en el
centro de la Vía Láctea, al que se le calcula una masa 4.5 millones de veces
mayor que la del Sol y una distancia de 26 000 años luz (unos 255 000 billones
de km respecto de la Tierra).27 El agujero negro supermasivo del centro de
nuestra galaxia actualmente sería poco activo ya que ha consumido gran parte
de la materia bariónica, que se encuentra en la zona de su inmediato campo
gravitatorio y emite grandes cantidades de radiación.
Por su parte, la astrofísica Feryal Özel ha explicado algunas características
probables en torno a un agujero negro: cualquier cosa, incluido el espacio
vacío, que entre en la fuerza de marea provocada por un agujero negro se
aceleraría a extremada velocidad como en un vórtice y todo el tiempo dentro
del área de atracción de un agujero negro se dirigiría hacia el mismo agujero
negro.
En el presente se considera que, pese a la perspectiva destructiva que se tiene
de los agujeros negros, estos al condensar en torno a sí materia sirven en
parte a la constitución de las galaxias y a la formación de nuevas estrellas.
En junio de 2004 astrónomos descubrieron un agujero negro súper masivo,
el Q0906+6930, en el centro de una galaxia distante a unos 12 700 millones
de años luz. Esta observación indicó una rápida creación de agujeros negros
súper masivos en el Universo joven.
La formación de micro agujeros negros en los aceleradores de partículas ha
sido informada,28 pero no confirmada. Por ahora, no hay candidatos
observados para ser agujeros negros primordiales.
El 11 de febrero de 2016, la colaboración LIGO anunció la primera de
observación directa de ondas gravitatorias, generadas por la fusión de dos
agujeros negros de masa estelar. Lo que supuso, además, la primera
observación directa de dos agujeros negros fusionándose. 5
El 10 de abril de 2019, el Event Horizon Telescope (EHT) fotografió por
primera vez un agujero negro, el agujero negro supermasivo de entre 6400 y
6600 masas solares localizado en el centro de la galaxia M87. Esta es la
primera evidencia directa que se tiene de la existencia de estos cuerpos y
podrá abrir la puerta a futuras investigaciones sobre una teoría del todo que
una la teoría de la Relatividad de Einstein y la mecánica cuántica.
El mayor[editar]
Dejando a un lado los agujeros negros supermasivos que suelen estar en el
núcleo de las galaxias y cuya masa son de millones de veces nuestro Sol, el
mayor agujero negro de masa estelar conocido hasta la fecha, se descubrió el
año 2007 y fue denominado IC 10 X-1. Está en la galaxia enana IC 10 situada
en la constelación de Casiopea, a una distancia de 1,8 millones de años luz
(17 trillones de kilómetros) de la Tierra, con una masa de entre 24 y 33 veces
la de nuestro Sol.29
Posteriormente, en abril de 2008, la revista Nature publicó un estudio realizado
en la Universidad de Turku (Finlandia). Según dicho estudio, un equipo de
científicos dirigido por Mauri Valtonen descubrió un sistema binario, un blazar,
llamado OJ 287, en la constelación de Cáncer. Tal sistema parece estar
constituido por un agujero negro menor que orbita en torno a otro mayor,
siendo la masa del mayor de 18 000 millones de veces la de nuestro Sol, lo
que lo convierte en el mayor agujero negro conocido. Se supone que en cada
intervalo de rotación el agujero negro menor, que tiene una masa de 100
millones de soles, golpea la ergosfera del mayor dos veces, generándose
un cuásar. Situado a 3500 millones de años luz de la Tierra, 30 está
relativamente cerca de la Tierra para ser un cuásar.
El menor[editar]
Sin contar los posibles microagujeros negros que casi siempre son efímeros al
producirse a escalas subatómicas; macroscópicamente en abril de 2008 el
equipo coordinado por Nikolai Saposhnikov y Lev Titarchuk ha identificado el
más pequeño de los agujeros negros conocidos hasta la fecha; ha sido
denominado J1650, se ubica en la constelación Ara (o Altar) de la Vía
Láctea (la misma galaxia de la cual forma parte la Tierra). J 1650 tiene una
masa equivalente a 3,8 soles y tan solo 24 km de diámetro se habría formado
por el colapso de una estrella; tales dimensiones estaban previstas por las
ecuaciones de Einstein. Se considera que son prácticamente las dimensiones
mínimas que puede tener un agujero negro ya que una estrella que colapsara
y produjera un fenómeno de menor masa se transformaría en una estrella de
neutrones. Se considera que pueden existir muchos más agujeros negros de
dimensiones semejantes.
Chorros de plasma[editar]
En abril de 2008 la revista Nature publicó un estudio realizado en
la Universidad de Boston dirigido por Alan Marscher donde explica
que chorros de plasma colimados parten de campos magnéticos ubicados
cerca del borde de los agujeros negros. En zonas puntuales de tales campos
magnéticos los chorros de plasma son orientados y acelerados a velocidades
cercanas a c (velocidad de la luz), tal proceso es comparable a la aceleración
de partículas para crear una corriente de chorro (jet) en un reactor. Cuando los
chorros de plasma originados por un agujero negro son observables desde la
Tierra tal tipo de agujero negro entra en la categoría de blazar.
Que un agujero negro «emita» radiaciones parece una contradicción, sin
embargo esto se explica: todo objeto (supóngase una estrella) que es atrapado
por la gravitación de un agujero negro, antes de ser completamente
«engullido», antes de pasar tras el horizonte de sucesos, se encuentra tan
fuertemente presionado por las fuerzas de marea del agujero negro en la zona
de la ergosfera que una pequeña parte de su materia sale disparada a
velocidades próximas a la de la luz (como cuando se aprieta fuertemente una
naranja: parte del material de la naranja sale eyectado en forma de chorros de
jugo, en el caso de los objetos atrapados por un agujero negro, parte de su
masa sale disparada centrífugamente en forma de radiación fuera del campo
gravitatorio de la singularidad).
Formación de estrellas por el influjo de agujeros
negros[editar]
Nuevas estrellas podrían formarse a partir de los discos elípticos en torno a
agujeros negros; tales discos elípticos se producen por antiguas nubes de gas
desintegradas previamente por los mismos agujeros negros; las estrellas
producidas por condensación o acreción de tales discos elípticos al parecer
tienen órbitas muy elípticas en torno a los agujeros negros supermasivos.
Radiación de Hawking[editar]
Artículo principal: Radiación de Hawking

Hasta principios de 1970 se pensaba que los agujeros negros no emitían


directamente ningún tipo de materia, y su destino último era seguir creciendo
por la acreción de más y más materia. Sin embargo, una consideración de los
efectos cuánticos en el horizonte de sucesos de un agujero llevó a Hawking a
descubrir un proceso físico por el cual el agujero podría emitir radiación. De
acuerdo con el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica existe la
posibilidad de que en el horizonte se formen pares de partícula-antipartícula de
corta duración, dado que la probabilidad de que uno de los elementos del par
caiga dentro del agujero de manera irreversible y el otro miembro del par
escape, el principio de conservación requiere que el agujero disminuya su
masa para compensar la energía que se lleva el par que escapa de los
aledaños del horizonte de sucesos. Nótese que en este proceso el par se
forma estrictamente en el exterior del agujero negro, por lo que no contradice
el hecho de que ninguna partícula material puede abandonar el interior. Sin
embargo, sí existe un efecto neto de transferencia de energía del agujero
negro a sus aledaños, que es la radiación Hawking, cuya producción no viola
ningún principio físico.

Nota lingüística

También podría gustarte