Desarrollo de La Integración Sensorial
Desarrollo de La Integración Sensorial
Desarrollo de La Integración Sensorial
INTRODUCCIÓN
Usted probablemente ha descubierto, frecuentemente sin darse cuenta, las cosas que le
ayudan a relajarse, concentrarse, o simplemente sentirse bien en diferentes situaciones.
Quizá usa diferentes técnicas, dependiendo de las circunstancias, es factible que la música
le ayude a concentrarse mientras trabaja, pero le distraiga cuando conversa. Algunas veces,
jugar rudo o “brusco” con sus hijos le ayuda a sentirse “viva”, en otras ocasiones no desea
estar en contacto con nadie.
Una taza de café antes de iniciar el trabajo puede ser perfecta. Frecuentemente
desarrollamos preferencias por cierto tipo de estímulos sensoriales y ellos nos ayudan a
responder apropiadamente en una situación dada.
Nuestro cerebro debe aprender a organizar y procesar los estímulos sensoriales y a usarlos
para responder adaptativamente en una situación particular. Para lograr esto, el sistema
nervioso central debe integrar la información que recibe del medio ambiente y del cuerpo a
través de todos los sentidos, del movimiento y la gravedad.
CONTENIDO
Al tocar la manzana todas las sensaciones se juntan y le permite al cerebro conocer que la
manzana es ovalada, seca por fuera, húmeda y jugosa por dentro. Las sensaciones enviadas
por el olfato nos indican que tiene un olor cítrico y el sentido del gusto nos permite conocer
que su sabor es agridulce. El proceso de integración sensorial se inicia en el útero, cuando
el bebe “siente” los movimientos del cuerpo de la madre.
Una enorme cantidad de integración sensorial debe ocurrir y desarrollarse para que el niño
aprenda a moverse, gatear y caminar en el primer año de vida. Los juegos de la niñez
permiten mucha integración sensorial ya que el niño organiza las sensaciones de su cuerpo
y la gravedad actuando sobre él, así como la visión y la audición. Leer requiere integraciones
sensoriales muy complejas de las sensaciones provenientes de los ojos, los músculos de los
ojos y el cuello, y de los órganos especiales ubicados en el oído interno. Los bailarines y
gimnastas desarrollan una buena integración de las sensaciones del cuerpo y la gravedad
para que sus movimientos sean elegantes. Los artistas y artesanos dependen de la
integración de las sensaciones de sus ojos y manos.
SINTOMAS DE D.I.S
Algunos bebes con DIS pueden tener dificultad para arrastrarse, gatear o ponerse de pie,
más tarde pueden tener dificultad en amarrarse los zapatos o aprender a montar en bicicleta.
Otros niños con D.I.S tienen un desarrollo aparentemente normal y solo surgen las
dificultades más tarde, cuando el nivel de exigencia aumenta... se mueven con dificultad,
corren torpemente, lucen rígidos y poco flexibles. (No todos los niños rígidos son así por una
DIS, en ciertos casos los músculos o los nervios pueden no estar funcionando bien. En caso
de DIS los nervios y los músculos funcionan bien pero el cerebro tiene dificultad en la
integración de las sensaciones).
Los niños con DIS pueden presentar dificultades al jugar. Debido a la imposibilidad de
integrar las sensaciones provenientes de los ojos, oídos, brazos y cuerpo, pueden oír, ver, o
sentir algo y no responder adaptativamente a ello. Esto se presenta porque el niño se pierde
algunos detalles o no entiende y reacciona equivocadamente. Suele defenderse de los
juegos y actividades que lo ponen en estas situaciones poco exitosas y puede evitar juguetes
Algunos niños no escuchan bien a pesar de que no existe ningún problema en los órganos
de la audición, es decir, los impulsos sonoros son percibidos adecuadamente por los oídos,
pero llegan desorganizadamente al cerebro. Otros tienen dificultad con las palabras, ellos
saben perfectamente lo que quieren decir, pero no pueden dirigir adecuadamente la boca
para formar las palabras. Hay niños quienes presentan dificultad para colorear, armar un
rompecabezas, usar adecuadamente las tijeras, pegar dos trozos de papel limpiamente.
Ante cualquier tarea manual sus resultados son muy pobres, para él los objetivos a lograr
representan más esfuerzo y dificultad. Los adultos pueden pensar que el niño no está
interesado en la actividad, pero si él no lo esta es porque los mensajes provenientes de sus
manos y ojos no son claros y las respuestas no le brindan ninguna gratificación. Algunos
niños no pueden organizar las sensaciones que provienen de la piel, se irritan y enojan
cuando alguien los toca, algunas veces también las luces o los sonidos pueden producir
irritación o distracción. Si observamos con cuidado estos niños notaremos la expresión de
malestar en su cara.
Estar atento en un salón lleno de ruido, gente y distracciones visuales cuando difícilmente
logra concentrarse estando a solas con su mamá o su profesor. Se espera de el que haga
La actividad del sistema vestibular nos proporciona un marco de referencia para los otros
aspectos de nuestra experiencia vital” (1979). El sistema vestibular se localiza en el oído
interno y lo conforman los canales semicirculares y el utrículo y sáculo. Una función
fundamental del sistema vestibular es permitirnos la coordinación de los movimientos de los
ojos y la cabeza. También ayuda en el desarrollo y mantenimiento del tono muscular que
permite desarrollar, asumir y mantener las posiciones corporales, ayuda a mantener la
cabeza y el cuerpo erguido, por esto muchos niños con problemas vestibulares se acuestan
en el pupitre, sostienen la cabeza entre las manos y su cuerpo en general luce desmañado
y sin fuerza. El balance y el equilibrio están íntimamente influenciados por el SV.
La habilidad para coordinar ambos lados del cuerpo (necesario para montar bicicleta, patinar
o cortar con tijeras) requieren de una buena función vestibular. Finalmente algunos aspectos
del lenguaje están relacionados con la manera como este sistema procesa la información.
Estas funciones del SV ayudan a entender porque varios estudios han mostrado que más de
la mitad de los niños con desordenes de aprendizaje muestran signos de disfunción
vestibular aunque frecuentemente estos se encuentran encubiertos o se confunden con los
síntomas.
LA PROPIOCEPCIÓN
Este sentido ayuda a estar sentados en una posición óptima, a sostener utensilios tales como
el lápiz o el tenedor de una forma correcta. Juzga
como maniobramos en el espacio para que no
choquemos con las cosas. A que distancia
estamos de las personas. Que tanto presión hacer
para agarrar el lápiz o los juguetes. Cambiar los
movimientos cuando no son exitosos, por ejemplo
al driblar un balón o ajustar un lanzamiento para
dar en el blanco.
EL SENTIDO TÁCTIL.
El sentido del tacto ( o la percepción táctil ) es uno de los más importantes sentidos y quizá
el más conocido de los tres sistemas sensoriales básicos. Inicia su desarrollo muy
tempranamente después de la concepción y está completamente activo mucho antes de que
él bebe nazca. Al igual que los otros sentidos juega un importante papel en la integración
sensorial, trabaja para darnos información acerca de muchas cosas “sin que las veamos” y
así nos ayuda a desarrollar destrezas, a sentirnos más confortables y a estar tranquilos en
muchas situaciones. Los bebes “aprehenden” el mundo a través del sentido del tacto.
Cuando ellos levantan y se meten los objetos en la boca están usando el sentido del tacto
para explorar acerca de la forma, la textura y el tamaño de las cosas.
EL TACTO EN LA INTERACCIÓN...
Los niños y aún los adultos, que presentan
inmadurez en el desarrollo del sistema táctil
rechazan el contacto con algunos objetos y
personas incluidas las más cercanas. En ocasiones
responden bruscamente cuando se les toca por
sorpresa o cuando se les tocan algunas partes del
cuerpo, especialmente la cabeza, la cara y los
brazos. En la escuela estos niños se mantienen
alejados de las aglomeraciones, no les gusta hacer
fila o cualquier otro tipo de formación en donde los
compañeros están muy cercanos, ante una caricia
pueden responder con mal genio e incluso agredir
a quien lo toca. Rechazan algunas prendas de
vestir, sobre todo si estas son nuevas (aman profundamente su ropa y sus zapatos viejos),
es difícil que acepten algunos alimentos. En el salón de clases es difícil que permanezcan
sentados por un tiempo largo si los pupitres tienen una textura que experimentan como
desagradable... prefieren estar descalzos y ante las visitas se muestran huraños, hoscos y
a la defensiva. En la escuela se les señala como hiperactivos o hipoactivos, están en los dos
extremos del nivel de actividad, les cuesta prestar atención, escribir, colorear, pegar,
ensuciarse...
· Pobre organización del comportamiento Los niños pueden ser impulsivos o de fácil
distracción y mostrar falta de planeación al abordar las tareas. Algunos niños tienen dificultad
al ajustarse a una nueva situación. Otros pueden reaccionar con frustración, agresión, o huir
o rechazar cuando se dan cuenta de que fracasan.
· Pobre autoestima A veces, un niño que experimenta los problemas que acabamos de
mencionar, no se siente bastante bien. Un niño listo con estos problemas puede saber que
algunas tareas son más difíciles para él que para otros niños, pero puede no saber por qué
esto es así. Este niño puede parecer perezoso, aburrido, o desmotivado.
Algunos niños pronto encuentran maneras de evitar esas tareas que son duras o
embarazosas. Cuando esto ocurre se suele considerar al niño como problemático o
testarudo. Cuando un problema es difícil o incomprensible, padres e hijos pueden sentirse,
ambos, culpables.
Es importante para un padre ver cómo responde su hijo a una actividad y estar preparado
para alterar la actividad según la respuesta que quiera conseguir. Finalmente, los padres
necesitan saber que la integración sensorial no es lo mismo que la estimulación sensorial.
Aunque, es apropiado a veces proporcionar actividades que incluyan una variedad de tipos
de entradas sensoriales, también es importante, reducir o bloquear ciertos tipos de
estimulación sensorial. Las respuestas a las entradas sensoriales varían de un niño a otro.
Por ejemplo, un niño puede buscar una gran cantidad de abrazos mientras a otros niños les
gusta ser cogidos sólo ocasionalmente. Además, las respuestas varían en el mismo niño, de
un día para otro, y a veces, incluso de una parte del día a otra. Considerar las maneras en
las cuáles las entradas sensoriales pueden variar, así como también las reacciones
individuales de cada niño, puede ayudar a los padres a guiar al niño en las actividades que
serán más beneficiosas para su desarrollo.
Algunos pueden exhibir respuestas negativas a las alturas o a ciertos tipos de movimiento,
mientras que otros pueden parecer buscar excesivas cantidades de movimiento. Es
importante reconocer cómo son las reacciones del niño a ciertas situaciones y que estas
pueden ser debidas a cómo ellos perciben su mundo, y no necesariamente, a problemas de
comportamiento. Una vez que comprendemos cómo el niño está percibiendo el mundo, un
padre puede responder también, más efectivamente, a las necesidades y a las demandas
de ayuda del niño para hacer frente a ciertas situaciones adaptándose o evitándolas.
Por ejemplo, niños que se irritan al tocarlos suavemente, a menudo responden muy
positivamente al tacto firme o la presión profunda. Los abrazos calman a la mayoría de los
niños. Para niños con dificultades para filtrar ruidos secundarios y poder atender a las tareas,
se podría establecer un lugar especialmente tranquilo en las horas específicas de clase y de
realización de los deberes.
- Buscar pistas sobre tu hijo. Los niños a menudo buscan el tipo de experiencias
sensoriales que su sistema nervioso necesita. Si un niño parece estar buscando
entradas sensoriales, de tacto, movimiento, sabores, luces o sonidos, puede ser una
pista para saber que desea recibir cierto
tipo de sensaciones. Si un niño busca una
gran cantidad de movimiento, tacto,
presión, vibración, estímulos visuales o
auditivos, intenta proporcionarle algunas
de esas sensaciones en las actividades de
juego normal.
- Conocer las habilidades del tu hijo. Considerar las demandas de un niño para procesar
las sensaciones y responder. Un niño que se divierte con el movimiento y que tiene
un buen equilibrio puede hablar o imaginar cosas mientras se columpia. Un niño con
miedo al movimiento, sin embargo, puede necesitar concentrarse mucho simplemente
para mantener el equilibrio, de tal manera, que no puede hablar y columpiarse al
mismo tiempo. Recuerda que un niño con dificultades para procesar la información
sensorial, tampoco responde tan automáticamente como otro niño.
- Fomentar el espíritu de juego. La entrada sensorial puede ser una fuerza poderosa.
Puede actuar para “revolucionar” o incrementar el nivel de atención, o puede tener el efecto
contrario atenuándola. Las sensaciones pueden
tener un impacto dramático en el sistema
nervioso, especialmente para los
niños pequeños. Cuando pruebas
actividades nuevas, es importante atender a
ambos, al efecto inmediato y al efecto a largo
plazo del niño, ya que, experiencias
sensoriales nuevas o diferentes
pueden afectar al sueño, dormir, comer, control
de la vejiga y del estómago y estado de
organización. Una buena regla es no intentar
cualquier actividad que parece estar fuera del
ámbito de un juego normal.
- Involucrar al niño en actividades. La fisiología del cerebro que está involucrada en
el movimiento activo, la emisión de respuestas y el comportamiento, es diferente de
la involucrada en actividades pasivas. La involucración activa depende de la iniciativa
del niño, planeación, ejecución o la dinámica de la respuesta a la actividad. Una
actividad pasiva
puede proporcionar sensación o movimiento que no requiere necesariamente una respuesta.
Involucrarse de forma activa proporciona la mejor oportunidad para realizar cambios en el
cerebro y guiar el crecimiento, aprendizaje y mejor organización del comportamiento.
Cuando un niño se involucra activamente, él o ella tiene más control sobre la situación. Las
actividades pasivas, en contraste, requieren más precauciones ya que el niño puede ser
menos capaz de demostrar signos de angustia. Además, cuando son planeadas
experiencias sensoriales y de movimiento nuevas, normalmente, es mejor enfatizar en la
participación activa del niño.
Fue a partir de la publicación del informe Warnock (Warnock, 1978) que este concepto de
necesidades educativas especiales cobra fuerza para impulsar una concepción distinta de
los niños que presentaban un ritmo de aprendizaje diferente al de la mayoría de los niños
del grupo escolar. ¿Quién es un alumno que tiene necesidades educativas especiales?,
según este enfoque, es aquel que presenta un problema de aprendizaje a lo largo de su
escolaridad y que por lo tanto requiere de una atención más específica y mayores recursos
educativos de los necesarios para compañeros de su edad (Marchesi, 1990) yo le agrego a
esta definición el que los recursos sean diferentes para los alumnos que así lo requieren, es
decir, no solo mayores, sino distintos de acuerdo con las necesidades y características de
los alumnos.
A partir de entonces a nivel mundial hubo cambios en las políticas educativas; la conferencia
“Educación para todos” en Jomtien Tailandia (UNESCO, 1990), la Declaración de
Salamanca (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, 1994) en España y en
México la Conferencia Nacional de Huatulco (SEP, Conferencia Nacional de Huatulco, 1997)
dieron pie para que en mi país se modificaran las Políticas Educativas respecto a la
Educación Especial y dejara de ser una modalidad de la educación básica para convertirse
en una modalidad de apoyo.
Con estas grandes transformaciones vinieron cambios específicos en las aulas, por ejemplo,
la realización de adecuaciones curriculares en todos sus tipos. Hoy, después de 12 años de
haber iniciado estos cambios en mi país, los menores con dificultades para aprender o con
necesidades educativas especiales ya no son rechazados de las escuelas pero la respuesta
educativa no ha sido la esperada. Resultados de investigaciones (Garcia, 2009) evidencian
que en México se han seguido diferentes trayectorias en la integración educativa de menores
con dificultades, llamándole la “reforma fallida” pues no se han llevado a cabo modificaciones
que realmente impacten a esta población.
- Las sinapsis.
“El niño con dispraxia…siente menos su cuerpo y es menos consciente de lo que puede y
no puede hacer con él.” Por ejemplo: niño que en la consulta encontramos que presenta
muchas dificultades para subirse a la camilla sin ayuda porque no sabe organizar su cuerpo
para llevar a cabo la tarea, o niño del que los padres comentan que es muy torpe, que le
cuesta mucho vestirse solo o hacer actividades motoras propias de otros niños de su edad,
como montar en bicicleta o en un patinete…
También en niños prematuros que han tenido que pasar mucho tiempo en la UCI, en
incubadoras, con demasiados estímulos a su alrededor (tubos, exceso de luz, et,c) se
producen, en ocasiones, lo que en inglés se ha denominado como “shut down”, que
podríamos traducir como “corte de energía”, es decir una perturbación importante en la
relación de la persona con su entorno.
4.Desconocidas. Finalmente hay ocasiones en las
que se desconocen las causas y sin embargo
aparecen estas disfunciones.
TRASTORNOS DE LA INTEGRACIÓN
SENSORIAL.
Los trastornos de IS han sido descritos dentro de
una población eminentemente infantil porque es
en esta fase del desarrollo donde mayor
relevancia y notoriedad alcanzan estos
trastornos. De cualquier modo, no se descarta la
intervención en adultos, pues en muchos casos
estos arrastran problemas de IS a
etapas posteriores. Sin embargo, en estas fases de la vida, los trastornos de IS suelen pasar
a un segundo plano y se enmascaran con graves dificultades en la participación social del
individuo, secundarias a estas alteraciones. La literatura describe con frecuencia casos de
sujetos con problemas de IS que han terminado delinquiendo y en situaciones de
marginación social. En otros, se describen personas con ciertas limitaciones sociales como
por ejemplo dificultades en las relaciones interpersonales, escaso contacto social en general,
etc.
En su mayoría, en estos casos, fueron niños con trastornos de IS que consiguieron salir
adelante con mayor o menor dificultad durante su fase de desarrollo y aprendizaje infantil.
En España, los trastornos de IS no se consideran aún una patología reconocida, al contrario
que en países como EEUU, donde se trata de un diagnóstico reconocido en el ámbito
sanitario y educativo. Por este motivo es muy complejo encontrar niños diagnosticados
específicamente con estas alteraciones que sean derivados a un terapeuta ocupacional para
abordar estas dificultades de procesamiento sensorial Inicialmente debemos asociar un
trastorno de IS a patología generalmente no atribuible a diagnóstico neurológico que
presente todas o alguna de las siguientes características:
• Problemas de conducta.
• Dificultades de aprendizaje.
- Problemas de conducta y
aprendizaje asociados a dificultades
motoras.
CIBERGRAFÍA
http://www.agapasm.com.br/Artigos/Integracion%20sensorial.pdf
http://www.salude.es/documentos/Guia%20de%20integracion%20sensorial%20para%20
pa dres.pdf http://www.cite2011.com/Comunicaciones/Neurociencia/71.pdf
file:///C:/Users/estudiante11/Downloads/2012_Int%20Sensorial%20FINAL%20Diana%20
M oya%20(2).pdf