PSICOTERAPIAS Final
PSICOTERAPIAS Final
PSICOTERAPIAS Final
La psicoterapia es un tratamiento de naturaleza psicológica, que se desarrolla entre un profesional especialista y una
persona que precisa ayuda a causa de sus perturbaciones emocionales. Se lleva de acuerdo a una metodología
sistematizada y basada en determinados fundamentos teóricos, con la finalidad de eliminar o disminuir el sufrimiento y
los trastornos del comportamiento derivados de tales alteraciones, a través de una relación interpersonal entre el
terapeuta y el paciente.
Lo esencial y común a toda psicoterapia es que el factor curativo es la relación psicológica entre el terapeuta y el
paciente. Para que esta relación sea terapéutica es necesario que se base en unos postulados teóricos y en unas pautas
técnicas derivadas de ellos.
La psicoterapia es aquella relación interpersonal de ayuda que se lleva a cabo de acuerdo a unas reglas, fundamentadas
en una teoría acerca de:
b. La forma de interrelación de la psique y de los individuos y el mundo externo que los rodea
c. Las insuficiencias, desviaciones y procesos patológicos que puedan presentar los pacientes a los que se intenta ayudar.
Según estos postulados, hipótesis de trabajo, modalidad técnica, etc., se distinguen las diferentes modalidades
psicoterapéuticas.
Otro aspecto que diferencia a las distintas psicoterapias es la noción de conflicto psíquico:
Los psicoterapeutas centraremos nuestra atención sobre dicho conflicto, y todo el manejo de la relación con el paciente
lo dirigiremos a la solución de dicho conflicto. Según los objetivos y las técnicas utilizadas seleccionaremos una
modalidad u otra de psicoterapia.
Podríamos resumir todo lo anterior diciendo que la psicoterapia es aquel tratamiento que:
c. Con intención de anular, hacer desaparecer o contrarrestar los efectos nocivos de dicho conflicto.
d. De acuerdo con una técnica previamente determinada según el conflicto, el método y los objetivos a alcanzar.
En las definiciones anteriores se habla de un experto o persona entrenada, lo cual quiere decir que no se es
psicoterapeuta por el solo hecho de ver pacientes. El terapeuta debe de estudiar, aprender y formarse dentro de un
marco referencial teórico y adquirir experiencia práctica y supervisada, la intuición o la empatía pueden ayudar al que
tiene formación, pero nunca puede reemplazarla.
La otra persona de la relación psicoterapéutica es el paciente, o sea quien busca ayuda, por tanto el sujeto debe
considerarse como tal, como una persona que padece un trastorno, una persona enferma. El asumir el papel real de
persona enferma es el primer paso para realizar un tratamiento eficaz, ya que si no existe conciencia de enfermedad es
muy difícil que podamos hacer psicoterapia.
Desde nuestra orientación utilizamos el término paciente, aunque hay muchos profesionales que desechan este término
porque consideran que en él va implícito el que nos situemos en una posición de superioridad con respecto a la otra
persona, lo cual es cierto, pero también lo es el que toda psicoterapia se basa en una relación complementaria
(desigual).
El psicoterapeuta:
El psicoterapeuta utiliza su personalidad como agente curativo, de ahí la importancia de la psicoterapia personal;
debemos de tener resueltos nuestros conflictos para poder ayudar a otra persona a resolverlos, ya que de no ser así
podríamos encontrarnos con un ciego guiando a otro ciego. Hay que señalar que esta formación es independiente de los
estudios realizados, en ninguna parte del mundo se formar a los psicólogos y psiquiatras en la universidad como
psicoterapeutas, esta formación siempre es realizada de forma postgraduada y con carácter privado.
c. Tener suficiente conocimiento de los fenómenos psicopatológicos subyacentes a la sintomatología del paciente.
e. Estar en condiciones de emplear factores dinámicos en la relación interpersonal, para modificar la estructura del
paciente.
f. Escuchar la comunicación del paciente sin reaccionar afectivamente, basados en conflictos o ideas personales.
h. Saber cómo trabajar dentro de un campo de fuerzas interpersonales, sabiendo la estructura, presiones y límites que
impone esa relación.
i. Poseer sus propias hipótesis acerca del por qué el paciente presenta una modalidad específica de transferencia.
j. Tener requisitos básicos de inteligencia, cultura y educación por encima de la media del grupo en el que ejerce su
actividad.
El paciente:
El primer requisito para que una persona se someta a tratamiento es que se considere enferma, o sea que se considere
como paciente potencial, lo cual ocurre cuando existe una cantidad mínima de angustia que es la que lleva al sujeto a
buscar ayuda.
Algunas de las características básicas que debe de reunir una persona para que pueda someterse a una psicoterapia son:
a. Capacidad para reconocer la naturaleza psicológica de sus síntomas.
b. Tendencia a la introspección y capacidad para relatar de forma honesta y confiable sus dificultades emocionales.
En cuanto a cuál es el origen de la psicoterapia, la totalidad de los autores coinciden en que toda modalidad de
psicoterapia surge a partir de la técnica psicoanalítica. A partir de que Freud descubre el psicoanálisis, es cuando se
comienza a pensar en una técnica psicológica para curar enfermedades mentales.
Alexander y French distinguen cinco periodos de evolución en la técnica psicoanalítica:
1. Hipnosis catártica.
2. Sugestión en estado de vigilia.
3. Asociación libre.
4. Neurosis de transferencia (base del psicoanálisis).
5. Reeducación emocional.
En este último periodo es cuando se sale del psicoanálisis para entrar en la psicoterapia psicoanalítica y en la
psicoterapia breve psicoanalítica. En él se introducen dos principios que diferenciaran al psicoanálisis de las
psicoterapias psicoanalíticas, que son:
a. El principio de flexibilidad.
b. El principio de experiencia emocional correctiva.
La única forma de no salirnos de estos dos principios y no mezclar las distintas modalidades psicoterapéuticas es
comprender y saber manejar la transferencia.
- Posición yacente por parte del paciente, con imposibilidad de ver al analista.
- Estimulación de necesidades que no son satisfechas.
- Falta de conocimiento acerca de la vida y persona del analista.
- Ausencia de todo contacto fuera de las sesiones.
- Indefinición del tiempo de duración.
- Falta de focalización, se trabaja con el material que trae el paciente.
- Uso habitual de la asociación libre.
- Frecuencia intensa de las sesiones.
- Neutralidad del analista.
La PP se caracteriza por:
- En lo que concierne a la transferencia, se trabaja sobre reacciones transferenciales en momentos determinados.
- La posición habitual suele ser cara a cara.
- No se movilizan necesidades regresivas que no se satisfagan.
- En muchas ocasiones el terapeuta se hace presente sirviendo de modelo de identificación para el paciente, para
reforzar el contacto con la realidad.
- En determinas circunstancias la necesidad hace imposible no tener contacto fuera de las sesiones.
- El tiempo suele ser corto y estar determinado de antemano.
- Se usan una gran variedad de intervenciones del terapeuta.
- La frecuencia de las sesiones es habitualmente menor.
- Existen objetivos bien determinados, la desaparición de la sintomatología o la resolución de una situación
perturbadora para el paciente.
7) Ampliación de la conciencia.
Es el resultado de hacer consciente lo inconsciente, el sujeto es más consciente de lo que hace y porque lo hace.
Tradicionalmente la evaluación de los objetivos es realidad por el terapeuta, basándose, casi exclusivamente, en su ojo
clínico.
Para que la evaluación sea lo más objetiva posible debemos de establecer una serie de indicadores de cambio para los
objetivos propuestos.
La evaluación se suele realizar a través de:
a) Cambios en el repertorio conductual del sujeto, observado a través de la información que este nos suministra.
b) Cambios en su comportamiento, observado a través de la relación transferencia.
c) Cambios objetivos observados en la forma de vida del sujeto, de trabajo, de pareja, etc.
d) Evaluación de la estructura de personalidad a través de técnicas proyectivas.
INTRODUCCION:
Las relaciones entre la psicología moderna y la psicoterapia aparecieron tardíamente, ya que el propósito de la
psicología ha sido: "la construcción de un conocimiento sobre el alma". Mientras que la psico-terapia toma como objeto
de estudio el psiquismo, no su tratamiento.
En la época de la ciencia moderna la psicología se desarrolló desde la vertiente epistémica y su interés principal fue esa
construcción de conocimiento sobre el psiquismo, pero a comienzos del siglo XX, diversos acontecimientos históricos
exigieron a la naciente psicología la aplicación de sus descubrimientos y elaboraciones, por lo que hubo de incursionar
en el terreno psicoterapéutico.
Las relaciones dentro de la psicología y psicoterapia son menos problemáticas que las existentes entre el psicoanálisis
y psicoterapia.
Muchas de las propuestas psicoterapéuticas con las que se contrastara el psicoanálisis en tanto tratamiento, provienen
de escuelas psicológicas.
LA PSICOTERAPIA
Las referencias al ser y al alma, muestran que la psicoterapia ha estado asociada desde sus orígenes con un propósito
espiritual en un sentido amplio.
Sin embargo, se observan también desde la antigüedad una serie de procesos terapéuticos puntuales, tendientes a
resolver una problemática de orden corporal o psíquico.
Se establecen dos tendencias generales en las cuales se ubican los diferentes modelos psicoterapéuticos:
1. Perspectiva ascética: aquellas prácticas que es de la antigüedad, consiguen el cuidado del alma como un aspecto
que ha de basarse en una revisión exhaustiva de la revisión del sujeto, con la búsqueda espiritual para acceder a
la verdad y, por esta vida transformarse. El individuo se elabora constantemente, se constituye como sujeto,
descubre y construye su propia verdad y llega a un saber que no le preexiste sino que es efecto de la elaboración
de si (esta elaboración de si puede darse en compañía de un maestro o en solitario.
2. Perspectiva Sintomal: Corresponde aquellas formas de proceder que se han interesado pragmáticamente en
resolver una problemática específica, siguiendo muchas veces un modelo médico y resaltando, en primer
término, la curación de síntomas y no la formación existencial o espiritual (la verdad del sujeto pasa a un
segundo plano, no se requiere una amplia comprensión o toma de conciencia de la propia subjetividad). Se trata
de un proceso localizado restringido a un problema específico que perturba la existencia y que se requiere
minimizar o resolver en el menor tiempo posible.
A lo largo de la historia de la humanidad las actividades tendientes al cuidado y tratamiento del alma han estado
basadas en la pregunta acerca de cómo vivir la vida, y esta, ha sido motivada por dos razones centrales: el sufrimiento y
la pasión por el saber. Con el nacimiento de la ciencia moderna se plantea la posibilidad de que el cuidado del alma se
ejerza desde una perspectiva científica. Esto determinara dos formas de abordaje del alma: la primera, a partir de un
conocimiento constituido y validado como científico (episteme); la segunda, a partir de un método científico que enseña
vías o maneras de acceder a la propia verdad.
Freud 1890, describe al tratamiento psíquico en base a tres elementos, la relación con fenómenos patológicos, el uso de
la palabra como herramienta básica, y el hecho de que consiste en un tratamiento desde el alma.
La psicoterapia en psicología incluye técnicas no verbales, mientras que en el psicoanálisis se prescinde de ella por su
carácter imaginario.
Feixas y Miro (1993): tratamiento ejercido por un profesional autorizado que utiliza medio psicológicos para ayudar a
resolver problemas humanos en el contexto de una relación profesional.
Hilgard: curación por medios psicológicos en contraste por la curación por cirugía, drogas u otras formas de tratamiento
físicos o médicos. Cuando hablamos de psicoterapia a una curación por medio de conversaciones entre paciente y
terapeuta.
Ross: la terapia de la conducta puede clasificarse bajo el término más general de modificación de la conducta. Pero son
muchas la manera en que pueden modificarse la conducta, entre ellos los medios químicos, medio quirúrgicos o el uso
de restricciones. Ninguna de estas se basan en principios psicológicos.
DEFINICION GENERAL DE PSICOTERAPIA: tratamiento psíquico, desde y hacia lo psíquico, con el propósito de moderar el
sufrimiento o de transmitir una actitud que permita enfrentar la existencia. Se trata desde y hacia lo psíquico buscar
mostrar que, entre los medio utilizados, se encuentra la pablara y demás expresiones simbólicas
Procedimientos que utilizan otras vías como los masajes, la meditación, la relajación, la gimnasia, los aromas, etc., y que
relevan a un papel secundario el uso de la palabra se llaman terapias, NO PSICOTERAPIA.
Con la expresión "tratamiento" se alude a un proceso dirigido por alguien formado para ello (el psicoterapeuta),
incluyendo la vivencia de una psicoterapia personal. Todos los autores coinciden en que debe ser un proceso orientado
por alguien formado, puesto que el consultante habitualmente acude a psicoterapia cuando ha ensayado varios medios
por si solo sin obtener el resultado esperado.
Bion: el dolor no puede estar ausente de la personalidad. Un análisis debe ser doloroso, no porque el dolor tenga
necesariamente algún valor, sino porque un análisis en el cual no se observa el dolor ni se lo trata no puede ser
considerado como enfrentando una de las principales razón por las que el paciente está en análisis. Puede que la
experiencia analítica aumenta la capacidad del paciente para sufrir aun cuando el paciente y el analista puedan desear
disminuir el dolor.
Psicoanálisis:
Para Freud el dispositivo analítico se fundamenta en cuatro elementos básicos: la asociación libre de parte del
analizante; la tensión flotante del analista; la interpretación y el análisis y manejo de la transferencia. Con base en estos
procesos emprende un tratamiento psíquico de la neurosis a partir de una revisión exhaustiva de la existencia del sujeto,
avanzando desde la ocurrencias ocurridas por la asociación libre hasta lo reprimido, con la intención de alcanzar así la
experiencias infantiles vitales y procurar que la transferencia sea el medio de actualización y reelaboración de las
mismas, lo que busca Freud es producir un cambio de fondo en el paciente que puede llamarse ascesis subjetiva
La diversidad del psicoanálisis la podemos constatar, en las diferentes escuelas teorías movimientos y las instituciones
que agrupan a los psicoanalistas. Ninguna de ellas es mejor que otras; ninguna teoría es más verdadera que otra. Más
bien cada una de ellas ofrece su propia perspectiva de los fenómenos de los que intenta dar cuenta.
Según Freud la eliminación de síntomas no es prioritaria a la terapia analítica. Se expresa también un interés en que el
tratamiento psicoanalítico ayuda el paciente en el incremento en su capacidad de amar y obrar. Se busca una meta más
amplia, consistente en una modificación profundada del sujeto que le permita tomar sus propias decisiones.
En el campo terapéutico se hablaría de orientación analítica en la psicoterapia para describir una posición en la que
busca la moderación del sufrimiento a partir de la transgresión de un método de escucha análisis y respuesta que le
permita al paciente decidir por sí mismo respecto de sus inquietudes problemáticas o síntomas. Se trata de que sea el
quien construya, hasta donde le sea posible y siguiendo su propio deseo, un estilo de vida para asumir la existencia.
Psicoterapia humanista de Carl Roguers y Viktor Frankl, terapia centrada en el cliente o no directiva y la logoterapia:
hace énfasis en que la atención debe centrarse en el aquí y ahora de la persona. Se parte de lo sintomal, y se va llegando
a lo ascético. La posición de este terapeuta es servir de resonador y amplificador de la experiencia del cliente.
Terapias cognitivas clásicas o psicoterapias cognitivas: Tienen en cuenta el psiquismo bajo la modalidad de cogniciones
en juego. Parten del supuesto de las creencias de los seres humanos son las responsables de sus dificultades, que se
afianzan fuertemente desde la infancia y resistentes al cambio. Busca que el sujeto lleve a cabo un procesamiento de la
información diferente a la habitual.
Terapias cognitivas narrativas: Se busca llevar al cliente a construir, en el curso de interacción con el terapeuta y con su
comunidad conversacional, una realidad múltiple de experiencias sensoriales, emocionales, cognitivas y de satisfacción.
Se intenta que el cliente construya un discurso narrativo ricos en términos de multiplicidad, complejidad y coherencia,
adaptados a las exigencias impuestas por una sociedad que es multifocal, multicultural y multifrenica.
Constructivismo, en el que se inscriben procesos psicoterapéuticos de diferentes escuelas: desde esta perspectiva la
diversidad y la creatividad se sitúan en el corazón de la conceptualización y la práctica de la psicoterapia. Cualquier
cliente se considera como una expresión única de procesos continuos de auto organización.
Terapia racional emotiva: Albert Elis se interesa en las formas eficientes de resolución de problemas y en brindar una
manera diferente de abordaje de los mismos, para esto se tiene que producir un cambio filosófico profundo, consiste en
ser consciente de su fuerte tendencias de necesidad de perturbación y seguir cambiándolas, y en lograr deseos y
preferencias de autoayuda
LAS DIFERENCIAS SIEMPRE ESTRIBAN EN LA MANERA COMO CADA MODELO ENTIENDE LA PSICOPATOLOGIA, LA
CONCEPCION DE SUJETO QUE SUBYACE A CADA UNO DE ELLO Y LA FORMA DE INTEVENIR CON SUS TECNICAS Y
ESTRATEGIAS PARTICULARES. CADA UNA DE ELLAS TIENE RASGOS CARACTERISTICOS RESPECTO A LO QUE
CONSIDERAN EL "MOTOR" DE LA EFICASIA TERAPEUTICA.
Introducción:
EE.UU: El campo de las psicoterapias presenta una colección desconcertante de teorías y técnicas de una
disonancia ensordecedora de declaraciones rivales. (…) Sin embargo, se puede observar actualmente signos
crecientes de que los representantes de distintas escuelas están comenzando a reconocer el valor potencial de
un rango de técnicas, así como a mostrar una mayor flexibilidad a la hora de aplicarlas.
Este estimulante acercamiento refleja un reconocimiento creciente de que todos los procedimientos psicoterapéuticos
comparten ciertos componentes curativos que explican una considerable proporción de su efectividad, de tal forma que
los pertenecientes a distintas escuelas pueden aprender beneficiándose de los de las otras.
Voy a tratar en este trabajo los componentes curativos que explican una considerable proporción de su efectividad, de
tal forma que los pertenecientes a distintas escuelas puedan aprender beneficiándose de los de las otras
ES DECIR, LOS COMPONENTES CURATIVOS UTILIZADOS POR TODAS LAS FORMAS DE PSICOTERAPIAS Y CÓMO PUEDEN
FUNCIONAR
Todos los métodos psicoterapéuticos son elaboraciones y variaciones de antiguos procedimientos de cura psicológica:
Confesión
Expiación y absolución
Aprobación
Refuerzos positivos y negativos
Modelado y promulgación de una serie particular de valores
Estos métodos se integraron en teorías, a menudo muy sofisticadas, sobre las causas y curas de distintos problemas.
No es sorprendente que todas las psicoterapias posean muchas características en común. Sin embargo, aquellas
características que las distinguían entre sí recibieron un énfasis especial en la sociedad americana pluralista y
competitiva.
Inevitablemente, tenían que resaltar sus diferencias, ya que el prestigio y la seguridad financiera de las psicoterapias
dependen en grado considerable de si son capaces de demostrar que su teoría y su metodología en especial tienen más
éxito a las características conceptuales y de procedimiento que distinguen su teoría y su método de sus competidores, y
no a las características que todos ellos comparten.
Las características que distinguen a la psicoterapia, tal y como la hemos definido, de otras formas de dar y recibir ayuda.
La psicoterapia refleja, en las diferentes sociedades, no sólo las conceptualizaciones que tiene una sociedad sobre la
enfermedad y la salud, sino también sus valores.
Un supuesto básico de todas las psicoterapias es que los humanos reaccionan a la interpretación de los hechos, lo que
puede no corresponder a los hechos tal y como son en realidad. Por lo tanto, todas las psicoterapias intentan cambiar
favorablemente el punto de vista de los pacientes sobre ellos mismos, sus relaciones con los otros y su sistema de
valores. En este sentido, las psicoterapias nos recuerdan tanto a la religión como a la retórica. Para aumentar su
credibilidad, los psicoterapeutas intentan proyectar las mismas cualidades personales que los retóricos, como la
habilidad percibida, la confianza y el atractivo; y utilizan muchos de los mismos recursos retóricos, como las metáforas y
las imágenes sensoriales, para centrar la atención del paciente “en ideas básicas para el mensaje terapéutico y (les hace)
aparecer más creíbles.
PSICOTERAPEUTA: Tiene credenciales como persona que cura, (reconocimiento oficial). Tiene un entrenamiento
especial, por lo general, prolongado. Al igual que el practicante de cualquier arte, el psicoterapeuta debe dominar un
cierto grado de información científica y técnica, pero este dominio no le lleva mucho más allá. No intenta gratificar
ninguna necesidad personal o exigir demandas emocionales, personales, al paciente. Este no necesita guardarse ninguna
respuesta por miedo a herir al terapeuta. Los procedimientos psicoterapéuticos, en contraste con la ayuda informal,
están guiados por esquemas conceptuales que prescriben rituales específicos.
Limitaciones de la investigación:
- La psicoterapia es uno de esos importantes sectores que presentan especiales dificultades al investigador. Estas
dificultades solo permiten pocas esperanzas, en el sentido de que la aplicación del método científico debería producir
insight que mejorara las psicoterapias.
- Un problema común es que los humanos responden a sus interpretaciones de las situaciones, y la interpretación
del sujeto de la situación experimental puede ser totalmente distinta a la que el investigador cree haberse creado. Este
problema se agrava en psicoterapia porque el paciente experimenta típicamente una fuerte “aprehensión de
evaluación”, la cual se ha demostrado que aumenta la susceptibilidad psicológica del sujeto a ser influido por las
expectativas no manifiestas del experimentador. En psicoterapia, el paciente depende del terapeuta en su búsqueda de
mejora, por lo que se espera que aumente esta susceptibilidad. Por tanto, es especialmente difícil desentrañan qué
parte de la respuesta aparente del paciente a la psicoterapia es un esfuerzo por adecuarse a las expectativas del
terapeuta.
- La psicoterapia es sólo una influencia más que opera, breve e intermitentemente, sobre el paciente en el
contexto de sus experiencias vitales cotidianas. Lo que ocurre entre sesiones puede ser más importante, para
determinar el resultado que lo ocurre durante las sesiones. De igual forma, la psicoterapia y las experiencias cotidianas
pueden interactuar de forma muy compleja porque un cambio en las perspectivas o en la conducta del paciente, logrado
por la psicoterapia, afecta inevitablemente las actitudes de los otros hacia él, y estas actitudes pueden reforzar a
contrarrestar los cambios por la terapia. Por tanto, puede ser difícil evaluar el grado relativo en el que se pueden atribuir
los cambios de los pacientes durante la psicoterapia al mismo tratamiento, a factores externos a él y a la interacción
entre factores de tratamiento y factores externos.
- Algunas experiencias importantes de psicoterapia, pueden ser en principio inutilizables para el estudio científico,
porque se dan en estados alterados de conciencia, en formas no accesibles a los sentidos y en niveles de la realidad
diferentes de los cotidianos.
- La investigación en psicoterapia está plagada de dificultades prácticas, como la falta de pacientes adecuados y
terapeutas experimentados, formas inadecuadas de clasificar a los pacientes y de describir terapias y problemas de
medición de resultados. Estas dificultades crean una tentación, a menudo irresistible, de elegir problemas de
investigación en base más a su simplicidad metodológica que a su interés intrínseco.
Primera: Los pacientes que reciben cualquier forma de psicoterapia mejoran más que los controles observados
durante el mismo periodo y sin recibir psicoterapia formal, aunque por supuesto no se excluía el haberse
beneficiado de contactos informales de ayuda ofrecidos por otras personas.
Segundo: Con independencia del tipo de terapia, la mayoría de los pacientes que muestran una mejora inicial la
mantienen.
Tercero: La mayoría de los determinantes del éxito terapéutico se basan más en las cualidades personales y en la
interacción entre el paciente y el terapeuta que en el método particular de terapia utilizado.
Cuarto: Hay algunas condiciones en las que el método terapéutico logra una diferencia significativa en el
resultado. Parece que las terapias conductistas son más efectivas para las fobias, obesidad y problemas sexuales
que otras terapias menos centradas en síntomas. Sin embargo, la eficacia de todos los procedimientos depende
del establecimiento de una buena relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta. Ningún método funciona
en ausencia de esta relación.
Podemos concluir que las características compartidas por todas las terapias explican una cantidad apreciable de la
mejoría observada en la mayoría de los pacientes psiquiátricos que responden al tratamiento.
Los pacientes, sean cuales sean sus síntomas, deben compartir un tipo de malestar que responda a los componentes
comunes a todas las escuelas de psicoterapia.
Una hipótesis plausible es que los pacientes acuden a la psicoterapia no sólo por sus síntomas, sino por los síntomas
junto a la desmoralización.
o La hipótesis de la desmoralización: Un estado mental caracterizado por uno o más de los siguientes síntomas:
incompetencia subjetiva, pérdida de la autoestima, alienación, desesperanza (sentir que nadie puede
ayudarnos) o desamparo (sentir que otros pueden ayudarnos, pero que no lo harán); que se acompaña
frecuentemente por una sensación de pérdida de control, que conduce a un miedo a volverse loco.
o “La desmoralización ocurre cuando, a causa de la carencia de ciertas habilidades o de una confusión de metas,
un individuo se ve incapaz de manejar situaciones que tanto él mismo como los otros esperan que haga, o
cuando las experiencias individuales prolongan el malestar que la persona no puede explicar o aliviar
adecuadamente. Se puede resumir la desmoralización como un sentimiento de incompetencia subjetiva, junto a
malestar”. (De Figueiredo y Frank).
o No toda la gente desmoralizada va a tratamiento y, no están desmoralizados todos los pacientes que reciben
psicoterapia. (…) Se lleva a veces a los pacientes a tratamiento a causa de la gente de su alrededor.
Todos los síntomas, con independencia de su fuente o naturaleza, interactúan con la desmoralización de varias formas.
Reducen la capacidad de enfrentamiento de una persona predisponiendo al individuo a fracasos desmoralizantes.
Pueden hacer que el paciente se vea derrotado por problemas en su vida que personas sin síntomas manejarían
fácilmente. La mayoría de los pacientes se presenta a sí mismos con unos síntomas específicos, y tanto ellos como sus
terapeutas suponen que la psicoterapia tiene como primera finalidad el alivio de esos síntomas. (…) El grueso de la
mejoría resulta de cualquier forma de psicoterapia se basa en la habilidad para restaurar la moral del paciente, con el
resultado de la disminución o desaparición de los síntomas. Se debe añadir, por supuesto, que el alivio de los síntomas
del paciente puede ser la mejor forma de restaurar la moral.
Igualmente, un estudio sobre el uso que hacían los universitarios de los servicios psicológicos de la universidad encontró
que la decisión para utilizar realmente la psicoterapia aparecería probablemente sólo después de intentos inefectivos
por enfrentarse uno mismo con el problema o co Determinantes del éxito terapéutico:
Los determinantes más importantes del éxito de cualquier encuentro terapéutico recaen, probablemente, en las
propiedades del paciente, del terapeuta y del par particular formado por el paciente y el terapeuta, más que en su
procedimiento terapéutico.
Paciente: Hay un acuerdo general sobre que un buen paciente se caracteriza por el malestar suficiente para estar
motivado para el tratamiento y por la capacidad para beneficiarse de una relación de ayuda. Además, los pacientes con
una buena prognosis están caracterizados por términos como una buena fuerza del yo, capacidad de enfrentamiento o
recursos personales.
Terapeuta: Encontramos que, al examinar las cualidades terapéuticas de los terapeutas, la tasa de éxito de los
terapeutas variaba ampliamente, incluso dentro de la misma escuela terapéutica.
Conclusión: Los factores curativos movilizados por todas las técnicas contribuyen significativamente al resultado de
cualquiera de ellos en particular. Sin embargo, a partir de las características personales y de las experiencias pasadas,
algunos pacientes pueden estar más sintonizados para recibir procedimientos conductuales, cognitivos, abreactivos,
hipnóticos u otros. Así, parece probable que ciertas técnicas específicas son más efectivas para algunos pacientes o
incluso para algunos síntomas que para otros. n la ayuda de un buen amigo o de un pariente
Independientemente de sus síntomas específicos, los pacientes que acuden a psicoterapia están además
desmoralizados, que es lo que causa la mayoría de la incapacidad y el malestar de los pacientes.
Las fuentes de la desmoralización, ya sea una respuesta general u otra a situaciones de estrés específico, hasta el punto
de que sean susceptibles de psicoterapia, surgen por experiencias desviadas en las historias pasadas de los pacientes.
Estas experiencias dan origen a tres componentes que interactúan y se refuerzan mutuamente:
Estos componentes engendran en conjunto experiencias de fracaso y otras emociones molestas que, además, minan la
moral.
Todas las psicoterapias intentan romper el círculo vicioso resultante y restaurar la moral proporcionando experiencias
con una persona que ayuda, anima y da apoyo, combatiendo, además, a veces, distorsiones perceptuales específicas y
conductas desadaptativas.
La efectividad de cualquier psicoterapia con un paciente específico depende de las características de construcción de la
moral que comparte con otras psicoterapias, así como de un fundamento teórico y de procedimientos específicos.
UNI 2
LA PRIMERA ENTREVISTA. CAP 4 – FIORINI HECTOR
La primera entrevista está destinada a cumplir no sólo funciones diagnósticas y de fijación de un contrato, sino que
jugará también un rol terapéutico. Se trata de que su acción terapéutica no se ejerza sólo por el efecto placebo del
contacto inicial, sino que el terapeuta pueda además realizar intervenciones adecuadas.
FASES DE LA PRIMERA ENTREVISTA: Para que sea efectiva, esta entrevista debe cumplir en fases sucesivas varias tareas.
El orden en que proponemos las fases sigue una progresión lógica, sin embargo, no puede ser rígida, unidireccional. Lo
esencial no es el tiempo, sino el proceso que debe jugarse entre ambos a través de esas etapas, los objetivos a cumplir
antes de poner en marcha el tratamiento.
1) El Diagnóstico: la información que proporciona el paciente: es función de una primera entrevista establecer el
diagnóstico del paciente en tres planos fundamentales:
a. Clínico y psicodinámico: síntomas que motivan la consulta; grupo familiar del paciente, estructura y roles; relación
éxito/fracaso en la conducta del paciente referida a áreas adaptativas; aspectos interaccionales de la conducta del
paciente en la entrevista. La búsqueda de datos debe ser selectiva, dirigiéndose a la construcción de un modelo
comprensivo preliminar global, etiopatogénico, clínico y psicodinámico.
b. El diagnóstico de la motivación y aptitudes del paciente para la psicoterapia: sus expectativas de curación, su
disposición de aceptar la psicoterapia, para participar de la misma, las fantasías de enfermedad y curación. Un paciente
está bien motivado para iniciar una psicoterapia de esclarecimiento si se pueden identificar en él:
- el reconocimiento del carácter patológico de sus trastornos
- la capacidad de introspección y su disposición a transmitir con honestidad
- el deseo de comprenderse
- la disposición a experimentar, a ensayar cambios
- la esperanza de que el tratamiento logre resultados positivos
- la disposición a realizar ciertos sacrificios para acceder a esos logros.
c. El diagnóstico de las condiciones de vida del paciente: condiciones que se vinculan directamente con la posibilidad de
que el paciente inicie y pueda mantener con regularidad un tratamiento que exige en general esfuerzos mayores que los
tratamientos habituales. Además, este diagnóstico hace identificar factores patogénicos en esas condiciones de vida, así
como los recursos del medio que puedan contribuir a la curación.
2) La información que devuelve inicialmente el terapeuta. Clarificación del problema y reforzamiento de la
motivación: corresponde al terapeuta ofrecer al paciente una imagen global, introductoria, pero lo más precisa posible,
acerca del diagnóstico en primer lugar, y del pronóstico ligado a una perspectiva del tratamiento. Ligada a esta
formulación global, se requiere el trazado de una perspectiva terapéutica, que sugiera tipo de tratamiento, tiempo de
duración aproximado y objetivos que se propondrían para el mismo.
3) Confrontación entre las expectativas del paciente y la perspectiva del terapeuta. Reajustes y búsqueda de
acuerdos: Se trata de despejar el campo de confusiones, ambigüedades y desacuerdos implícitos, todos factores de
interferencia para un eficaz cumplimiento del contrato y para el funcionamiento del proceso terapéutico. El problema no
consiste sólo en ver que necesita hacer el paciente, sino además en ver qué está dispuesto a hacer. La importancia de
este momento de intercambios es crucial; en él se decide la consolidación de una alianza terapéutica. Es importante que
la apertura del terapeuta a las objeciones del paciente sea real y sincera. Sólo mediante este proceso que logre instalar
un vínculo y hacerlo confiable mediante la clarificación de sus sentidos y alcances es posible para el paciente aceptar la
proposición concreta de un contrato terapéutico de un modo más sólido.
4) Proposición de un contrato terapéutico. Anticipaciones sobre la tarea: si se llega a proponer un contrato
terapéutico, los aspectos de detalle sobre el tratamiento a iniciar pueden ocupar un breve lapso. Comprenden
especificaciones sobre horarios, honorarios y duración del tratamiento.
El momento final de la entrevista consiste en indagar qué información tiene el paciente sobre el funcionamiento de la
relación terapéutica. Para el paciente no informado, el terapeuta podrá anticipar el carácter de la tarea y los respectivos
roles de la misma.
5) Anticipaciones mínimas sobre el modo de conducir la interacción de la tarea.
UNI 3
LA PRESENCIA DEL TERAPEUTA: REGLAS TÉCNICAS DE COMPLEMENTARIEDAD PRESENCIA/AUSENCIA – FIORINI H.
Tanto la presencia como la ausencia del terapeuta pueden configurar alternativas técnicas válidas si están dadas las
condiciones para una u otra de estas conductas técnicas.
Creemos posible distinguir como modalidad de presencia del terapeuta:
- De la capacidad de contacto empático
- De la capacidad de recibir la problemática del paciente
- De la capacidad de reformular el sentido de esa problemática
- De su capacidad de iniciativa, de realizar propuestas
- De aspectos del realidad del terapeuta
- De su capacidad de compromiso con el vínculo
- De la neutralidad valorativa del terapeuta
- De una no inmediata respuesta a los mensajes del paciente
- De conductas de anonimato, debido a que el terapeuta omite ofrecer datos de su persona.
- De conductas de pasividad
- De una distancia emocional que le permita evitar una invasión de la carga emocional del paciente sobre él.
En una síntesis más amplia, presencia de una actitud de disponibilidad para enfrentar el mundo del enfermo, lo
repetitivo clausurante, y para contribuir también al desarrollo de aperturas creativas.
Necesitamos caracterizar algunas situaciones clínicas básicas que nos permitan indicar la conveniencia de una u otro tipo
de intervenciones:
- La situación clínica tipo 1: es aquella que corresponde a las neurosis; para las cuales Freud formuló la necesidad de
establecer la regla de la abstinencia.
- La situación del tipo 2: corresponde a los trastornos de estructuración del narcisismo, para los cuales la interacción
terapéutica tiene que jugar una función estructurante. En estos casos, cuando lo que se hace presente es una ausencia
en la estructuración del narcisismo del paciente, lo indicado será en el terapeuta una conducta de presencia
estructurante.
EL TERAPEUTA COMO VARIABLE INFLUYENTE EN LA ALIANZA: la empatía y la calidez del terapeuta son dos de las
cualidades que los investigadores coinciden en considerar relevantes para establecer una buena alianza terapéutica.
La importancia de estudiar la relación entre las intervenciones del terapeuta y las variables del cliente es lo que impulso
la Selección Sistemática de Tratamientos (SST), propuesta por Beutler. La configuran:
- la directividad del terapeuta relacionada con la resistencia del paciente
- la tendencia del terapeuta a dirigir la atención a la acción o al insight del paciente relacionada con el estilo de
afrontamiento del paciente.
Así, Beutler considera que, por ej., un paciente resistente y con un estilo de afrontamiento internalizador se beneficiaría
más de un terapeuta poco directivo y dirigido al insight.
EL PACIENTE COMO VARIABLE INFLUYENTE EN LA ALIANZA: encontramos que variables interpersonales como el índice
de eventos estresantes, las relaciones sociales y familiares del cliente y las variables intrapersonales como la calidad de
las relaciones de objeto, la motivación, expectativas y actitudes, entre otras, tienen efectos en la alianza.
La defensividad, la desgana, la hostilidad y dominancia del cliente se han relacionado con la dificultad del paciente para
crear una buena relación de trabajo terapéutico. Pero no todos los sentimientos negativos expresados durante la sesión
tienen que interpretarse como un indicador de mala relación.
Si el funcionamiento interpresonal del paciente fluye en la puntuación de la alianza terapéutica, parece evidente la
importancia del estilo del terapeuta y sus intervenciones para entender cómo va desarrollándose la relación entre el
terapeuta y el paciente y cómo se va estableciendo la alianza entre ambos.
A partir de las primeras sesiones se establece (o no)) una complementariedad entre terapeuta y paciente. Esto depende
tanto de variables del paciente como de características del analista. La complementariedad está relacionada con la
alianza. Del mismo modo que la alianza se relaciona con los resultados de la psicoterapia, la compatibilidad entre
terapeuta y paciente también muestra una relación positiva significativa con los resultados conseguidos por el paciente
al finalizar el tratamiento.
La aportación de Bordin ha sido ampliamente aceptada por autores de distintas orientaciones teóricas, y ha servido de
base para la construcción de diferentes instrumentos de evaluación de la alianza. La importancia atribuida a la alianza
terapéutica pone de manifiesto la relevancia de la dimensión relacional entre terapeuta y paciente. Por tanto, las
variables del terapeuta y del paciente, adquieren especial protagonismo en el establecimiento de la alianza terapéutica y
el desarrollo del proceso terapéutico.
VARIABLES INESPECÍFICAS
1) Variables del consultante
a- Variables demográficas: corresponden al género, edad y nivel socieconómico
b- Diagnóstico clínico: incluye las características de la personalidad y estilo de funcionamiento; el tipo de perturbación; y
la complejidad de los síntomas.
c- Creencia y expectativa: con las que el consultante llega al tratamiento.
d- Disposición personal: la motivación, las expectativas y las necesidades del consultante.
2) Variables del Terapeuta
a- Actitud: debe incentivar la autoexploración, estar basada en el respeto, la aceptación, el compromiso, la calidez y la
ayuda. Como obstaculizadores del proceso se presentan: la falta de contacto visual, poca capacidad de escucha, falta de
comprensión y relación fría y distante.
B- Habilidades: aptitudes y actitudes que se debe tener en cuenta para dedicarse a la práctica clínica: interés genuino
por las personas y su bien estar; el conocimiento de uno mismo; el compromiso ético; y las actitudes que favorecen la
relación terapéutica, como la calidez, cordialidad, autenticidad, empatía, etc.
c- Personalidad: debe poseer una personalidad madura, evidenciar un alto nivel de autoconocimietno y tener satisfechas
sus necesidades básicas, como características esenciales para lograr resultados terapéuticos positivos.
d- Nivel de experiencia: a mayor edad y experiencia, se tendería a actuar con más empatía y exploración.
3) Variables de la Relación y Alianza terapéutica
En la alianza terapéutica el terapeuta y el consultante trabajan juntos en armonía, siendo esto distinto de la sola
existencia de una relación consultante-terapeuta, en la cual no se ha gestado una alianza entre ambos actores.
Bordin sugiere que la alianza sería una relación consciente que involucra acuerdos y colaboración entre terapeuta y
consultante. Plantea 3 componentes constitutivos de esta: vínculo, tarea y metas, donde la calidad del vínculo media
entre el grado en que consultante y terapeuta sean capaces de negociar un acuerdo acerca de las tareas y las metas de
la terapia, y este acuerdo a su vez media en la calidad del vínculo.
La relación terapéutica es uno de los factores que explican un mayor porcentaje de cambios en los consultantes.
Una de las principales responsabilidades del terapeuta consiste en favorecer, facilitar y fomentar la creación y
mantención de un vínculo terapéutico con los consultantes, aún frente a aquellos que presentan una patología más
severa, que dificulta la creación y mantención del vínculo.
CONDUCTAS DEL TERAPEUTA EN FUNCION DE LAS NECESIDADES DE CADA TERAPIA: la flexibilidad del terapeuta es el
ajuste y adecuación de sus actitudes y recursos técnicos a necesidades muy particulares de cada persona en
tratamiento. Desde el primer contacto el paciente da indicios del tipo de relación que necesita, dar respuesta a ello
depende de una peculiar capacidad del terapeuta.
Razones que hacen recomendable el desarrollo de un modelo de psicoterapia adecuado a nuestra realidad:
- El aumento de la demanda: las transformaciones socio-económicas y políticas inducen a diferentes grados de anomia y
desestructuración psicosocial, que crezca el nerviosismo y aumenten las consultas al psicoterapeuta.
- El aumento de la oferta: el crecimiento explosivo del número de escuelas de psicología ha multiplicado por diez la
cantidad de egresados anuales.
Pensar la psicoterapia como tecnología apropiada significa tomar las teorías y técnicas psicoterapéuticas psicoanalíticas
que surgieron en otro contexto y cuestionarlas a la luz de la realidad social y cultural latinoamericana.
requiere tener una actitud de escucha sistemática de la realidad de la salud mental del país, detectar no solo los
problemas más urgentes y relevantes, sino también identificar los sectores y grupos de la población de más de alto
riesgo y describir el perfil de la demanda efectiva por psicoterapia. preferir de entre los modelos teóricos en psicoterapia
aquellos que precisamente den respuesta eficaz a las necesidades reales de la población consultante.
favorecer el desarrollo de un tipo de psicoterapia básico o genérico, que vaya mas allá del eclecticismo y que más bien
corresponda a una integración pluralista. la investigación moderna en psicoterapia ha dado pasos importantes en tal
sentido, identificando los factores curativos comunes subyacentes a distintas orientaciones teórico -técnicas en
psicoterapia. En este punto, la psicoterapia como tecnología apropiada se encuentra con los desarrollos de la psicología
comunitaria, de la terapia familiar, etc.
PSICOTERAPIAS. ¿CUANDO?. ¿A QUIEN? GABRIELA CARDOS en el texto “Psicoanálisis, terapia psicoanalítica, terapias de
apoyo y terapia de esclarecimiento” menciona que hoy en día, los pacientes acuden a consulta por un gran número de
situaciones y tenemos una enorme variedad de tipos de personalidad en ellos, lo que crea la necesidad de clínicas
diversas y da paso a un vasto campo de psicoterapias. En ese sentido, hay enfermedades para las que el tratamiento
más efectivo es el psicoanálisis, pero existen otras en las que no resulta tan adecuado.
El psicoanálisis tuvo su indicación fundamental para las neurosis y posteriormente se extendió hacia otros campos. Sin
embargo, en la actualidad algunos autores afirman que es necesario replantearse esta idea, pues sabemos que hay
pacientes que pueden beneficiarse a través de otras técnicas, como la terapia breve de corte psicodinámico, la
psiquiatría psicoanalítica o con terapias de esclarecimiento.
En su trabajo “Psicoanálisis, psicoterapia psicoanalítica y psicoterapia de apoyo”, Kernberg (1998) plantea que la
distinción tradicional entre psicoanálisis y psicoterapias psicoanalíticas se ha venido difuminando. El autor reconoce la
eficacia terapéutica de estos métodos para diferentes situaciones clínicas, así como la de la terapia de grupo, la de
pareja y la de familia.
El psicoanálisis pretende explorar el inconsciente e indagar profundamente las vivencias y fantasías que favorecen la
formación del carácter. Es un tratamiento a largo plazo en el que se utilizará el diván, los silencios del paciente y donde
el analista mantendrá una postura neutral que no sirve como modelo al paciente. Por su parte, la psicoterapia
psicoanalítica se propone desarrollar en el paciente una actitud de auto observación y una manera diferente de pensar
sus conflictos. Busca modificaciones que le permitan lograr una mejor calidad de vida, cambiando algunos aspectos de
su personalidad. En todo caso, en ambas terapias, el objetivo es que el paciente recupere su historia, le dé sentido y
construya una verdad propia.
En una terapia psicoanalítica interpretaríamos el conflicto inconsciente, mientras que una terapia de esclarecimiento
les explicaríamos porqué.
La terapia de apoyo por su parte, pretende suprimir la ansiedad y otros síntomas para volver al estado anterior a la
crisis, que se supone era mejor. En ella se sugieren comportamientos nuevos para modificar pautas de conducta y
establecer un vínculo terapéutico reasegurador o protector que desempeñe un rol correctivo. La estrategia fundamental
es de tipo sugestivo-directivo. En la clarificación se explora con el paciente la información que nos ha dado y los
elementos que son contradictorios. La confrontación se utiliza para mostrar al paciente alguna situación que niega o
esconde porque le resulta conflictiva o dolorosa.
Podemos diferenciar estas modalidades de abordaje en base a las necesidades del paciente.
PRIMER ENTREVISTA Y CONSULTA TERAPEUTICA. Winnicott plantea que en el espacio del psicoanálisis aplicado el
aprovechamiento de la primer entrevista o primeras entrevistas es fundamental, la entrevista psicoterapéutica saca
máximo partido de este material.
Fiorini plantea que la primer entrevista está destinada a cumplir por un lado con funciones diagnosticas y fijación de un
contrato, además de jugar un rol terapéutico, pero no por el efecto placebo del contacto inicial, sino que además el
terapeuta pueda realizar intervenciones adecuadas, potenciando así el efecto.
en la entrevista terapéutica el terapeuta tiene un rol prefijado, que se basa en la pauta de expectativas del paciente. y
debe obrar con sumo cuidado para no complicar la situación.
El terapeuta debe estar en libertad de adoptar cualquier técnica que sea apropiada al caso; el principio fundamental es
brindar un encuadre humano y que el terapeuta no deforme el curso de los acontecimientos.
en la primer entrevista el psicoterapeuta es un objeto subjetivo, el paciente trae a la situación una cierta creencia, o la
capacidad para creer, en una persona que lo ayude y comprenda; también trae cierta desconfianza. el terapeuta
aprovecha todo eso que trae el paciente y actúa hasta el límite de las posibilidades que ofrece. el paciente se va sin
haber tenido una percepción objetiva del terapeuta, y será menester una segunda visita para que este sea objetivado y
despojado de toda magia.
el terapeuta tiene un rol prefijado que se basa en la pauta de expectativas del paciente.
el manejo que haga el terapeuta de esa primer entrevista puede tener una influencia decisiva en la continuidad o
abandono del tratamiento y de ser mantenido, en la eficacia que alcance el proceso terapéutico.
LA ENTREVISTA PARA SER EFICAZ DEBE CUMPLIR EN FASES SUCESIVAS VARIAS TAREAS, SIN UN ORDEN RIGIDO:
El diagnóstico es en tres planos:
1. Clínico y psicodinámico recolección de datos referentes a: síntomas principales que motivan la consulta, tiempo de
evolución y circunstancias de variación, supresión o agravamiento. Grupo familiar del paciente, estructura, jalones
en su evolución, enfermedades importantes, clima emocional, roles. Relación éxito-fracaso en la conducta del
paciente referida a diversas áreas adaptativas y con perspectiva evolutiva (maduración, juegos, estudio o trabajo,
sexualidad, sociabilidad, autoestima). Aspectos interaccionales de la conducta del paciente en la
entrevista(modalidades de la comunicación, datos transferenciales y contratransferenciales, identificación de
estructuras de conducta predominantes).
2. El diagnostico de la motivación y aptitudes del paciente para la psicoterapia, término que abarca las expectativas de
curación, su disposición a aceptar la psicoterapia, sus aptitudes para participar en las mismas de forma activa.
3. El diagnostico de las condiciones de vida del paciente, condiciones que se vinculen con la posibilidad de que el
paciente inicie y pueda mantener con regularidad su tratamiento, lo que refiere esfuerzos considerando aspectos
geográficos, de horarios, situación económica, lugar de residencia, obligaciones familiares.
Clarificación inicial del terapeuta acerca de la problemática planteada y de la orientación terapéutica que se desprende
del diagnostico de la misma: Es esencial para el paciente conocer que piensa el terapeuta de todos los puntos
mencionados, en esta fase de la entrevista corresponde al terapeuta ofrecer al paciente una imagen global,
introductoria pero lo más precisa posible acerca del diagnostico y pronóstico; diagnostico dinámico que se expresa en la
formulación interpretativa de una conflictiva nuclear, ligando a esa formulación global el trazado de una perspectiva
terapéutica que sugiera tipo de tratamiento, tiempo de duración y objetivos.
Elaboración conjunta de ese panorama mediante progresivos reajustes: Previo a una concreta proposición de
tratamiento, se instala un dialogo abierto entre terapeuta y paciente acerca de las mutuas expectativas. Se trata de
despejar el campo de confusiones, ambigüedades y desacuerdos implícitos, factores de interferencia para un eficaz
cumplimiento del contrato y para el funcionamiento del proceso terapéutico. (ej: madre que solicita que su hijo inicie
tratamiento para tratar la homosexualidad, lo que para él no significaba una problemática)
LOGRO DE ACUERDOS GENERALES SOBRE EL SENTIDO Y LOS OBJETIVOS QUE SE ASIGNARIAN A LA RELACION
TERAPEUTICA QUE SE PROPONGA INSTALAR ENTRE AMBOS:
- Comprendes especificaciones de horarios, frecuencias y duración de entrevistas, honorarios y duración
- Acuerdos específicos sobre las condiciones de funcionamiento de esa relación.
- Anticipaciones mínimas sobre el modo de conducir la interacción en la tarea.
SITUACION CLINICA: Fiorini propone el termino situación, desarrolla un enfoque en el cual plantea que para pensar en
un paciente es necesario pensar en su situación. las situaciones se imponen, se presentan como insoslayables, los
pacientes son diversos en cuanto a niveles sociales, culturales, económicos, aún así siempre plantean una situación.
situaciones complejas de vivienda, economía, trabajo, familia, cuerpo, barrio, todo ello procesado a través de la
fantasma tica y de la conflictiva de cada aparato psíquico.
El enfoque multidimensional en psiquiatría dinámica desarrollado por Mauricio Goldenberg condujo en esa dirección.
Esta situación debe ser vista en términos de series convergentes, series que van configurando la situación. se trata de
una clase homogénea de fenómenos que responden a cierta legalidad, a cierto encadenamiento causal.
El aparato psíquico circula por todas las series.
SERIES: una manera de profundizar la estructura de la situación es pensarla como un espacio en el que están
convergiendo diferentes series causales.
LA TECNICA DE LA FOCALIZACION EN PSICOTERAPIAS: El concepto de técnica focal, según definieron Balint y Cols (1972)
y Malan (1963), supone que el trabajo interpretativo puede centrarse consistentemente en la interpretación y
elaboración del mismo conflicto patógeno a lo largo de la terapia. el “conflicto focal” se encuentra en un nivel mediano
de abstracción y se relaciona dinámicamente tanto con los síntomas como con la estructura de la personalidad del
paciente. el foco es un conducto teorico-tecnico, que surge en la mente del terapeuta a partir de la interacción con el
paciente dentro de las primeras sesiones y podría formularse en términos de una interpretación esencial en la que debe
basarse la terapia.
Se plantea un modelo didáctico de proceso, interaccional, que pretende combinar una flexibilidad orientada hacia el
paciente individual con una regularidad que estructure la función terapéutica.
El modelo de proceso aquí se basa en supuestos:
-La asociación libre del paciente no conduce por si sola al descubrimiento de los aspectos inconscientes del conflicto.
-El psicoanalista selecciona según sus metas tácticas a corto plazo y sus metas estratégicas a largo plazo.
-Las teorías psicoanalíticas sirven para la generación de hipótesis, las que deben ser una y otra vez evaluadas a través del
método del ensayo y error.
-La utilidad de las intervenciones terapéuticas se mide por el cambio que se desea en el paciente, si este cambio no tiene
lugar, entonces las intervenciones deben ser cambiadas.
-Los mitos de uniformidad en psicoanálisis y psicoterapia conducen a autoengaños
ESTOS SUPUESTOS DEJAN CLAROS LOS PRINCIPIOS SUBYACENTES DE LA ACTIVIDAD DEL TERAPEUTA Y DE LA
PLANIFICACION ESTRATEGICA DEL TRATAMIENTO: En este modelo la atención parejamente flotante esta en relación
oscilante y dialéctica con el momento de organización de la información adquirida en torno al punto de vista más
pertinente, a este momento lo llaman de focalización.
La determinación del foco es un proceso intersubjetivo fluido y complejo que no pretende ser una imposición del
terapeuta, sino un emergente de la negociación propia de dos mentes que entran en contacto.
la actividad del terapeuta en una terapia focal es diferente a la actividad en un psicoanálisis. en la primera el terapeuta
elige un foco y permanece consistentemente en su interpretación sistemática, en psicoanálisis la focalización es un
proceso mas preconsciente, mucho menos intencional y cambiante de acuerdo con las vicisitudes del proceso
intersubjetivo.
Aun cuando el trabajo en torno a un foco tiende en general a acortar la duración del tratamiento, no necesariamente
transforma la terapia focal en una terapia breve de tiempo fijo. junto con definir el foco, junto al paciente, consiente y
claramente, los objetivos que se pretende alcanzar con el tratamiento.
DIFERENTES NIVELES DE CAMBIO TERAPEUTICO: Jiménez en su presentación de la psicoterapia como tecnología
apropiada plantea que la teoría psicoanalítica del cambio supone que la interpretación y resolución de los conflictos
intrapsiquicos inconscientes produce una variedad de “cambios estructurales” profundos, tanto en el yo como en las
demás instancias psíquicas. los “cambios conductuales” son considerados allí maniobras de ajustes defensivos y
representan cambios producidos por las técnicas de apoyo (no interpretativas).
La dicotomía que se presenta es si estos cambios estructurales significan estabilidad, durabilidad y capacidad para
manejar futuras vicisitudes vitales. y en cuanto a ello, algunos resultados arrojaron que cambios obtenidos por medios
no expresivos fueron tan estables y duraderos y tan capaces de capacitar a los pacientes para enfrentar futuras
vicisitudes, como los cambios logrados a través de la interpretación y el insight. esto ofrece una base firme a una terapia
de objetivos limitados que en ningún caso pretende una elaboración interpretativa exhaustiva de los conflictos
inconscientes.
UNI 4: INTERCONSULTA.
Cinco elementos principales para la intervención inmediata de una crisis: calma, seguridad, autoeficacia, conexión y
esperanza.
Como se trata de una intervención de naturaleza de asistencia social, y no psicológica, requiere asegurar la satisfacción
de necesidades básicas, como agua, alimento, techo, abrigo, seguridad, información y apoyo de personas cercanas,
entre otras. Todas estas intervenciones tendrían la capacidad de generar un efecto psicológico que mitiga el estrés y la
angustia, ayudando al afectado a restablecer el equilibrio biopsicosocial y minimizando el potencial de desarrollar un
trauma psicológico, lo que es coherente con la Teoría de Conservación de Recursos (Hobfoll 1989).
Los PAP buscan ofrecer ayuda de manera práctica y no invasiva centrándose en las necesidades y preocupaciones
inmediatas de las personas y atenderlas en la medida de lo posible; escuchar al afectado sin sobreestimular a hablar
sobre el tema; reconfortar a las personas y ayudar a la calma con técnicas de relajación; y psicoeducar, entre otras
actividades. Parte importante de esta técnica es estar disponible para aquellos que necesiten apoyo y ayuda, de ninguna
manera forzando u obligando a aquellos que no la necesitan o que se hayan negado a recibirla (OMS, 2012).
Los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) como herramienta de prevención secundaria del Trastorno de Estrés
Postraumático (TEPT) y otros síntomas en población afectada por un trauma no intencional reciente.
2. Facilitar la adaptación.
Etapas de preparación:
1-Entrenamiento.
2-Coordinación con su equipo (u otros): Es recomen- dable establecer un equipo de trabajo, sobre todo si se encuentra
en una situación (laboral o voluntaria) en la que las experiencias traumáticas son frecuentes. Antes de intervenir,
procure coordinarse con los otros organismos que están participando en la respuesta a la emergencia o situación de
crisis. Una intervención que no se encuentra bien articulada con el resto del sistema de respuesta es altamente probable
que sea inefectiva.
3. ¿Estoy en condiciones?: Es necesaria una auto-evaluación de la condición personal frente a la crisis. Si se encuentra
afectado por alguna situación personal (ej. duelo, crisis familiar, experiencia traumática reciente), es recomendable no
efectuar la intervención a un tercero. De esta manera, evitará consecuencias negativas sobre sí mismo y sobre la
persona afectada.
4. Infórmese sobre la situación: Si ha decidido intervenir en PAP, es muy importante que anticipadamente recabe la
mayor cantidad de información sobre la situación desde fuentes confiables. Es recomendable llegar bien preparados,
con un amplio conocimiento acerca de los recursos disponibles en el lugar de la emergencia, de ese modo podrá
entregar una mejor orientación al afectado. Estar informado reducirá su ansiedad y lo ayudará a tomar mejores
decisiones junto al afectado.
5. Evalúe aplicabilidad: No todas las personas que experimentan una crisis van a necesitar PAP. Es muy importante
respetar las decisiones y recursos personales del afectado, así como comunicar que usted estará disponible para ofrecer
ayuda si la necesita más adelante. No olvide observar si la persona se encuentra en una situación de emergencia
psiquiátrica, pues en ese caso, la aplicación y los resultados de este protocolo pueden ser ineficaces.
6. Identifíquese: Es fundamental compartir con el afectado su nombre, su institución y las razones de su presencia en ese
lugar. Esto creará un ambiente de seguridad para la persona, facilitando la aplicación de los PAP. Es indispensable portar
alguna credencial que lo identifique y que señale la organización a la que pertenece. Así como es necesaria su
presentación, también lo es conocer el nombre y datos generales acerca del afectado en el lugar de la emergencia o
desastre (ej. Quién es, qué estaba haciendo allí, quién lo acompaña, etc.).
Recomendamos seguir los siguientes pasos en orden, evitando siempre forzar la persona afectada a aceptar cada una de
las actividades. En este sentido, cada paso constituye una oferta, no una obligación. Adicionalmente, y de acuerdo a las
necesidades particulares de cada beneficiario, es posible saltarse pasos o invertirlos.
A: ESCUCHA ACTIVA: Escuchar ese testimonio puede ser de gran ayuda para calmar a la persona afectada, por lo cual es
esencial dar espacio para que ella cuente de manera espontánea lo que le está ocurriendo, pero sin presionarlo. Para
otras personas guardar silencio será preferible: permanecer a su lado, en silencio, puede ser de gran ayuda. Lo central
de la escucha activa es ser capaz de transmitirle a la otra persona que allí hay un ser humano que está comprendiendo lo
que le pasa.
El lenguaje corporal es una herramienta fundamental para transmitir comprensión y empatía. Utilizar las posturas, los
gestos y el contacto visual son parte esencial de esta técnica.
B: REENTRENAMIENTO DE LA (B)ENTILACION: Algunas personas que han vivido una crisis pueden mostrarse ansiosas o
alteradas, sintiendo confusión o encontrándose sobrepasadas por la situación, observándose temblorosas, teniendo
dificultades para respirar o sintiendo su corazón muy agitado. Por esta razón, los PAP contemplan unos minutos para
enseñar y practicar reentrenamiento de la (B)entilación y así ayudar a las personas a tranquilizarse. Este paso toma 10
minutos, aunque habrá personas que necesitarán más tiempo. Recuerde que este y otros pasos pueden aplicarse
siempre y cuando la persona quiera recibirlo.
C. CATEGORIZACION DE NECESIDADES: Luego de un evento traumático es común que se produzca confusión mental y las
personas tengan dificultades para ordenar los diferentes pasos que deben seguir para solucionar sus problemas (ej.
denuncia de siniestro, llamada a familiares, búsqueda de pertenencias, trámites legales, etc.). Usted puede ayudar
mucho a la persona acompañándola en el proceso de jerarquización de sus necesidades, para luego ayudarla a contactar
los servicios de salud y seguridad social que podrán serle de ayuda.
D: DERIVACION A REDES DE APOYO: Una vez identificadas estas necesidades, ayude a la persona a contactar a las
personas y/o servicios de apoyo social que podrán ayudarle a satisfacer dichas necesidades ahora y más adelante, junto
al material Servicios y Redes de Apoyo.
Recuerde siempre que la primera red de apoyo es la familia y los amigos. Para este paso es indispensable que antes de
contactar al afectado haya estudiado bien la oferta de servicios de apoyo social disponibles en el lugar donde proveerá
los PAP.
E: PSICO-EDUCACION: Para finalizar, promueva estrategias de respuesta positivas ante el estrés, explicando y
entregando una copia del material, ¿Qué puedo esperar frente a una crisis?
Es muy importante que usted normalice aquellas reacciones emocionales que –aunque por cierto incómodas– son
normales en situaciones de crisis, como labilidad emocional, dificultad para pensar, insomnio, angustia, entre otras. De
esta manera la persona no interpretará lo que le ocurre como una señal de estar “perdiendo la cabeza”. Enfatícele que
lo más probable es que el malestar que siente se vaya pasando sin necesidad de ayuda en algunas semanas, muéstrele
cómo ayudarte a sí mismo y a sus conocidos, cuáles son las señales de alarma, y qué hacer si aparecen.
Evaluación e intervención en crisis: retos para los contextos universitarios -Rendon, Aguedlo.
Los individuos en crisis imponen una serie de retos que hacen necesario disponer de herramientas para la toma de
decisiones críticas, en consonancia con el hecho de que tales personas pueden estar haciendo un último esfuerzo por
buscar o aceptar ayuda y, por tanto, encontrarse motivados para intentar algo diferente. La intervención debe constituir
una oportunidad para enfocarse en el momento presente, evaluar ágilmente los problemas y recursos del individuo,
plantear metas y estrategias de afrontamiento alternativas, desarrollar una alianza de trabajo y construir a partir de las
fortalezas. Esto, pese a que el individuo en crisis puede encontrarse vulnerable y susceptible a múltiples influencias, lo
cual, al mismo tiempo, incrementa el riesgo de efectos iatrogénicos de una intervención.
¿Qué es una Crisis? Estadios de la reacción de crisis: a) aumento inicial de la tensión luego del evento precipitante; b)
interrupción en la vida cotidiana; c) estancamiento e incapacidad para resolver la crisis rápidamente; d) mayor tensión,
depresión o colapso mental.
Horowitz (1975) describió el estado de crisis como una sucesión de etapas consistentes en: a) impacto inicial: reacciones
inmediatas como desorden emocional, comportamental y cognitivo; respuestas de negación; b) intrusión: recuerdos,
sueños, activación y dolor emocional relacionados con la situación traumática; c) elaboración: el individuo verbaliza y
comparte sentimientos y pensamientos sobre el suceso, y lo acepta e incorpora en su vida.
Slaikeu define la crisis como un “estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por una
incapacidad para manejar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas y
por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”.
En la misma línea, Roberts define crisis como interrupción aguda del equilibrio psicológico en la cual los mecanismos
usuales de afrontamiento fallan y existe evidencia de malestar y deterioro funcional. La reacción subjetiva a la
experiencia vital estresante compromete la estabilidad del individuo y su habilidad para afrontar o funcionar. La
principal causa de una crisis es un evento intensamente estresante, traumático o peligroso, pero también deben darse
otras dos condiciones: 1) percepción del individuo de que el evento es la causa de la alteración, y 2) inhabilidad para
resolver la situación mediante sus mecanismos usuales de afrontamiento.
Todas las definiciones apuntan al desequilibrio, desorganización y confusión que caracterizan a la crisis, pero reconocen
que eventualmente se alcanzará alguna forma de reorganización, bien sea positiva o negativa, tanto para el individuo
como para su entorno inmediato, en función del contexto cultural y de los factores psicosociales.
La crisis puede ocurrir a partir de eventos con potencial prácticamente universal para desestabilizar o a partir de sucesos
que no provocarían el mismo impacto en diferentes individuos, pero sí en uno particular, debido a la interacción de
diversas circunstancias.
Slaikeu propone dividir las crisis en dos tipos. Por un lado, crisis circunstanciales, que se caracterizan por surgir de
eventos inesperados; por el otro, crisis del desarrollo, relacionadas con el cambio de una etapa de vida a otra.
Myer y Moore sostiene que es necesario incorporar una visión contextual en la comprensión de la crisis. Formula así la
Teoría de la Crisis en Contexto. Tres premisas básicas:
Premisa 1: el impacto de la crisis en los individuos y en los sistemas relacionados depende de la proximidad física y de la
percepción de significado atribuido al evento.
Premisa 2: la comprensión del impacto debe tener en cuenta el efecto recíproco que ocurre entre individuos y sistemas
afectados por el evento. Este efecto implica, a su vez, la interacción entre las relaciones primarias (directas) y
secundarias (mediadas por algún componente) y el grado de cambio disparado por el evento.
Premisa 3: el tiempo influye directamente en el impacto. Los dos elementos a considerar son: la cantidad de tiempo que
ha pasado desde el evento y las ocasiones especiales, tales como aniversarios, cumpleaños, etc. En este sentido, se
considera que el tiempo es una variable moderadora del impacto.
¿Qué se evalúa en situaciones de Crisis? Se debe llevar a cabo una evaluación concienzuda que minimice la adivinación,
reduzca la confusión, permita organizar la información, provea una base para diseñar planes de acción, disminuya la
ansiedad del clínico y permita obtener un panorama de factores protectores y del nivel de funcionamiento global. En
cualquier caso, el objetivo es establecer prioridades con base en un criterio sólido. Se puede establecer, entonces, uno
de los siguientes cuatro niveles de prioridad:
Prioridad 1: peticiones de asistencia inmediata por parte de la policía y de los servicios de emergencia, intentos de
suicidio en progreso, homicidas o suicidas con los medios disponibles, individuos guiados por alucinaciones o violentos.
Prioridad 2: individuos capaces de procurarse seguridad y con un soporte conęable y disponible, aunque pueden estar
alucinando, delirando o ser incapaces de satisfacer sus necesidades básicas.
Prioridad 3: individuos con ideación suicida fugaz (pero sin un plan viable), depresión mayor o desórdenes del estado de
ánimo.
Prioridad 4: no hay ningún pensamiento por dañar a otros o a sí mismo, como tampoco hay síntomas psiquiátricos y
crisis situacionales.
En esta misma línea, el modelo ACT de Dykeman se compone de tres grupos de tareas para el abordaje de situaciones de
crisis: a) evaluación de necesidades inmediatas y amenazas a la seguridad pública, al igual que identificación y contacto
con individuos ambivalentes respecto a la necesidad de buscar ayuda; b) contacto con grupos de soporte y servicios de
asistencia, además de acompañamiento para el despliegue de estrategias adaptativas de afrontamiento; c) indagación
sobre reacciones traumáticas al evento, con el fin de minimizar secuelas a mediano y largo plazo.
El caso del Suicidio: Se trata de un acto intencional en el cual la persona planea y ejecuta una autolesión fatal, al ser
incapaz de dominar una situación percibida como insoportable y al estar convencida de que no existe salida. La conducta
suicida se define entonces como “todo comportamiento de autoagresión con intencionalidad y conocimiento de lo que
se realiza”. La Organización Mundial de la Salud (2010) considera que el comportamiento suicida incluye tanto la
ideación como las tentativas. Agrega que usualmente se da un desarrollo desde los pensamientos de realizarlo, hasta la
tentativa de consumar el suicidio.
Dado que el propósito del suicidio es escapar a un dolor psicológico intolerable, la evaluación debe promover esta
comprensión, en tanto hace sentir al individuo seguro y aceptado. Concretamente deben formularse preguntas acerca
de pensamientos y acciones recientes deliberadas para causarse daño, al igual que debe proyectarse una esperanza
acerca de que las cosas mejoren. La evaluación del riesgo suicida implica una constante disposición del clínico para
indagar persistentemente sobre la ideación y sentimientos asociados, con el fin de no pasar por alto comunicaciones
indirectas del individuo. Evaluar la letalidad implica determinar si el individuo ha puesto en marcha un plan suicida. Si no
es así, se debe evaluar el potencial para causarse daño o si ha mostrado signos de alarma.
El componente final de la evaluación incluye la valoración de la intención de llevar a cabo el plan. Esto se puede evaluar
con preguntas sobre el resultado percibido (del tipo “¿qué esperarías que pasara si…?”) y sobre el grado declarado o
percibido de compromiso con el plan suicida (ejemplo: “¿piensas hacerlo hoy?”). Según Paladino y Barrio-Minton, el
entrevistador debe trabajar en la construcción de una alianza fuerte que vele por la seguridad del individuo, pidiéndole
que le entregue los medios para llevar a cabo el plan; acción que debe realizar hasta que la persona haya recibido
evaluación y tratamiento completos.
Además de evaluar el riesgo de suicidio se debe evaluar el riesgo de homicidio o de comportamiento violento en
general, dirigido a sí mismo o a otros.
¿Cómo se interviene en situaciones de Crisis? Las metas de la intervención son ayudar al individuo a transformar su nivel
de afrontamiento, integrar la crisis de manera funcional en su vida y promover un cambio que disminuya la posibilidad
de comportamiento suicida en el futuro.
Slaikeu define la intervención en crisis así: Proceso de ayuda dirigido a auxiliar a una persona o familia a sobrevivir un
suceso traumático, de modo que la probabilidad de efectos debilitantes se minimiza y la probabilidad de crecimiento
(nuevas habilidades, perspectivas y opciones en la vida) se maximiza.
“un proceso sistemático de solución de problemas que ocurre en el contexto de una relación” (Leenaars).
Los distintos abordajes propuestos a través del tiempo implican aproximaciones breves y orientadas a soluciones.
Además, la intervención en crisis ha permanecido casi siempre ateórica, lo cual permite a los clínicos conducirla como
una extensión de su modalidad terapéutica, en la cual deben aplicar un conjunto de habilidades clínicas comunes e
independientes de las aproximaciones teóricas particulares.
Los modelos de intervención en crisis comparten en general dos fases: Una fase inicial, caracterizada por la construcción
de una relación, la definición y evaluación de la crisis y el planteamiento de metas y de un plan de acción. En esta fase el
clínico u orientador explora el significado e importancia de la crisis, y permite ventilar y validar emociones, lo cual hace
posible el alivio emotivo necesario para involucrarse en la definición de metas y estrategias. En la segunda fase, la fase
de acción, se recolecta información adicional para tomar decisiones, se analizan las posibles barreras para la
implementación y los recursos disponibles, se identifican fortalezas en el individuo y se construye e implementa un plan
de acción. Es importante diferenciar los niveles y momentos de intervención posibles en situaciones de crisis, es decir, lo
que se ha denominado intervención de primera y segunda instancia.
Las intervenciones de primera instancia son cortas y efectivas al principio de la crisis. Los primeros auxilios psicológicos
siguen un modelo básico de solución de problemas de cinco pasos:
1. Realizar un contacto psicológico: escuchar activamente, validar la descripción de la situación y los sentimientos
suscitados por la misma, procurar alivio emocional y encauzar las energías de la persona hacia una acción efectiva.
2. Analizar las dimensiones del problema: indagar en el pasado inmediato, el presente y el futuro inmediato, con el en
de identificar y jerarquizar necesidades a corto, mediano y largo plazo. En esta fase la atención debe ponerse tanto en
las fortalezas como en las debilidades.
3. Sondear posibles soluciones: identificar alternativas de solución tanto para las necesidades inmediatas como para las
que pueden aplazarse.
4. Asistir en la ejecución de pasos concretos: ayudar a la persona a ejecutar alguna acción concreta para manejar la
crisis. La meta es que el individuo haga tanto como pueda por sí mismo, de modo que el clínico u orientador asume un
papel más activo sólo gradualmente en la medida que estima que se ha deteriorado significativamente la capacidad para
tomar decisiones y actuar.
5. Seguimiento: diseñar un plan para verificar el progreso y estar en contacto posteriormente.
La intervención de segunda instancia se refiere a un proceso terapéutico breve. Sólo puede ser llevada a cabo por
profesionales entrenados en psicoterapia. El terapeuta asiste a la persona para comprender aquellos aspectos vitales
que han sido violados por la crisis y promueve el desarrollo de un nuevo concepto de sí mismo y del mundo. El clínico se
enfoca a promover el desarrollo de habilidades de solución de problemas y de tolerancia al malestar.
Una opción de abordaje: La terapia de Aceptación y Compromiso: Desde la perspectiva de la ACT, lo importante no es
evitar el sufrimiento, sino elegir qué hacer ante los eventos privados, lo que constituye la elección entre intentar
controlar los eventos privados o actuar a pesar de ellos y en función de aquello que se valora. La tarea del clínico es
acompañar al individuo en el proceso de vivir acorde con sus valores.
Los humanos guiamos nuestra conducta no sólo por las consecuencias naturales directamente experimentadas, sino
también por las consecuencias verbalmente construidas como valores. En la perspectiva de ACT se considera que los
valores están circunscritos a la vida y situación particular de cada individuo, por lo cual no necesariamente tienen un
carácter universal, aunque sí lo sea el proceso que los construye: el lenguaje. Valorar es actuar, es un modo de
comportamiento que hace más probable otro tipo de conductas, tales como la acción comprometida cuando hay
dificultades y las consecuencias deseadas son remotas o sutiles.
La ACT trata de cumplimiento de fines deseados, y son los valores los que proveen el criterio para que consultante y
terapeuta juzguen si la forma en que el primero se comporta verbalmente es “verdadera”. De este modo, lo que diga
será verdadero en la medida en que pueda vivir de forma acorde con sus valores y no en función de la evitación del
malestar. Para lograr estos objetivos, en ACT se emplea un conjunto de metáforas y ejercicios experienciales orientados
a promover la “liberación” del control rígido de las reglas verbales que causan dificultades.
Retos implicados en los contextos universitarios: las estrategias de intervención en crisis en contextos universitarios
deben ir más allá de la prevención del suicidio: deben abarcar todas las dimensiones de una crisis, ya que las situaciones
que suelen desencadenarlas pueden ser particulares de un momento específico de la vida de los jóvenes y tratarse de
eventos que no necesariamente originarían una desorganización funcional de la misma magnitud en otras personas. En
muchos casos se trata de un sufrimiento que se considera insoportable y que, si bien no se materializa en intentos
suicidas, sí conlleva una alteración significativa en el funcionamiento cotidiano, en actividades tales como asistir a clases,
estudiar, socializar, etc. no es suficiente con diseñar e implementar programas de atención en crisis, sino que también es
necesario diseñar estrategias para promover la búsqueda de ayuda, especialmente si se tiene en cuenta que cuando se
manifiestan señales de angustia las intervenciones tempranas tienen un impacto significativo en el curso de las
ideaciones suicidas y de la crisis en general.
OPERACIONES COGNITIVAS: Proceso en el que los diferentes componentes del sistema cognitivo operan de forma
interactiva para procesar la información. Manipulan los datos sensoriales. Por ejemplo: Beck informa que los pacientes
con depresión se caracterizan por una forma particular de operaciones cognitivas a las que llama Pensamientos
Automáticos.
ERRORES COGNITIVOS: formas de procesamiento características de los pacientes deprimidos.
Lista de Errores Cognitivos:
• Pensamiento Absolutista: se ve todas las experiencias según 2 posibilidades opuestas, tomando 1 de ellas.
• Sobregeneralización: proceso de establecer una regla o conclusión general a partir de detalles que no la justifican por
tratarse de hechos aislados que no se pueden aplicar a otras situaciones.
• Filtro Mental: proceso de filtrar la experiencia de modo que se atiende solo a un detalle de la situación sin darse
cuenta de otras cosas que suceden alrededor.
• Descalificación de lo Positivo: se rechazan las experiencias positivas, diciendo que no son válidas por algún motivo.
• Sacar Conclusiones Precipitadas: se trata de llegar a conclusiones precipitadas sin disponer de datos suficientes que las
apoyen presenta dos variantes:
- Lectura de Pensamiento: se presume la capacidad de saber lo que el otro está pensando sin comprobarlo.
- Rueda de Fortuna: se considera que algo va salir mal antes que haya indicios para pensarlo.
• Maximizar o Minimizar: exagerar la importancia de unos acontecimientos en detrimento de otros.
• Deberes e Imperativos: se trata de autoimposiciones que nos hacemos.
Generalmente no son realistas y son exigimos más de lo que podemos dar.
• Personalización: tendencia a atribuirse uno mismo la responsabilidad de errores o hechos externos aunque no haya
base para ello.
OTROS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS: ANSIEDAD
La atención se centra en aquellos aspectos más potencialmente dañinos de la situación y la posibilidad de que tal peligro
nos afecte se vea exacerbado. Esto ocurre en conexión con un esquema del self según el cual el individuo se ve
vulnerable e incapaz de hacer frente al supuesto peligro. El pensamiento automático interviene en la formación de una
gran variedad de problemas psicológicos.
Kelly (1970). Refiere que tal proceso parte de la metáfora de la persona como científico que pone a prueba la hipótesis
mediante su conducta. Según esta metáfora, la experiencia se ve como un proceso de construcción del significado,
donde la hipótesis que ha construido el sujeto acerca de si mismo se ve validada o invalidada.
Meichenbaum (1969). Resalta el papel que tienen los mensajes que nos decimos a nosotros mismos en la generación y
el mantenimiento de los problemas psicológicos. La idea de que el control voluntario se desarrolla con el paso
progresivo de la regulación externa (figuras significativas) a la interna implica la necesidad de internalización de
construcciones para llegar a la autorregulación.
Modelo Basado en el Razonamiento y Solución de Problemas (D´Zurilla, Goldfried & Spivack, 1971). Este enfoque no
concibe los problemas desde un punto de vista patológico sino como situaciones vitales que requieren de una solución
para lograr funcionar de forma efectiva. El problema se encuentra en que el sujeto no cuenta con una respuesta
inmediatamente disponible.
MÉTODO TERAPÉUTICO: Las psicoterapias cognitivas son procedimientos activos, directivos, estructurados y de breve
duración, para el tratamiento de una gran variedad de trastornos psicológicos. Proponen una colaboración abierta con el
paciente para afrontar su problema, planteando un modo explicativo y simple y sugiriendo estrategias para su
resolución.
Objetivo: cambio de las estructuras cognitivas que dificultan el buen funcionamiento psicológico del sujeto.
RELACIÓN TERAPÉUTICA: Los modelos cognitivos entienden a la psicoterapia como un proceso de colaboración mutua
que realizan el paciente y el terapeuta. Se busca un consenso explícito en relación con la naturaleza de los problemas del
paciente, los fines de la terapia y los medios para alcanzarlos. Además, se intenta ajustar las expectativas de la terapia
que tienen tanto el paciente como el terapeuta.
Los pensamientos del paciente se consideran hipótesis a verificar.
Empirismo Colaborativo: desde la perspectiva de la metáfora del hombre como científico de Kelly.
RECURSOS TÉCNICOS
• Asignación Gradual de Tareas.
• Técnicas de Distracción.
• Relajación.
• Programación de Actividades
• Valoración del Dominio y el Agrado
• Autoobservación
• Uso de Autoaserciones
• Entrenamiento en Habilidades Específicas
• Ensayo Conductual y Role Playing
• Explicación del Funcionamiento Teórico al Paciente.
• Identificación de pensamiento Disfuncionales.
• Registro Diario de Pensamientos Disfuncionales.
• Identificación de Errores Cognitivos.
• Comprobación de Hipótesis.
• Disputa Racional.
• Análisis de Costos y Beneficios.
• Técnicas de Reatribución.
• Trabajo con Imágenes
• Búsqueda de Soluciones Alternativas
• Identificación de Esquemas
• Técnicas de rol Fijo.
• Biblioterapia.
Creencias nucleares: son aquellas que constituyen el self de la persona, son difíciles de cambiar, dan el sentido
de identidad y son idiosincrásicas. Ej.: Yo soy varón.
Creencias periféricas: se relacionan con aspectos más secundarios, son más fáciles de cambiar y tienen una
menor relevancia que las creencias nucleares. Ej.: La vida siempre te da una segunda oportunidad.
Las creencias nucleares constituyen el núcleo de lo que nosotros somos, nuestros valores, nuestras creencias más firmes
e inconmovibles, justamente por eso es que nos dan estabilidad y nos permiten saber quiénes somos. En cambio las
periféricas o secundarias son más satelitales y no involucran a los aspectos centrales de la personalidad, por lo tanto
pueden modificarse con más facilidad.
Si las creencias nucleares son puestas en duda se genera una sensación profunda de inestabilidad y angustia, porque
todo lo conocido pasa a ser cuestionado, es como si se movieran los cimientos de un edificio, toda la estructura se
mueve.
La dinámica entre las creencias y los esquemas son la base de sustento de los síntomas según la Terapia Cognitiva, por lo
tanto el trabajo sobre las creencias es una labor central en este tipo de abordaje.
Pensamientos automáticos:
En general se dice que el pensamiento se relaciona con el fluir de la conciencia y que tiene tres elementos:
La direccionalidad: hacia donde está dirigido dicho pensamiento.
El curso: o la velocidad del pensamiento.
El contenido: es lo que se piensa concretamente.
En el caso de los pensamientos automáticos, estos se definen por su carácter impuesto, son pensamientos que aparecen
en el fluir del pensamiento normal y condicionan su dirección o curso; se les atribuye una certeza absoluta, por eso no
son cuestionados y condicionan la conducta y el afecto. En general son breves, telegramáticos, pueden ser verbales o
aparecer en forma de imágenes, a la persona se le imponen, por eso son automáticos.
Los pensamientos automáticos son fugaces, conscientes, pueden entenderse como la expresión o manifestación clínica
de las creencias. Ya que en general las personas no son plenamente conscientes de sus creencias, pero sí lo son o lo
pueden llegar a ser de sus pensamientos automáticos.
El método terapéutico:
La Psicoterapia Cognitiva se caracteriza por ser un tratamiento:
Activo: ya que terapeuta y paciente cumplen ambos roles activos en la terapia.
Directivo: el terapeuta es el que dirige mediante sus intervenciones dicho tratamiento.
Estructurado: existen ciertos pasos a seguir para la realización del mismo.
Con tiempos limitados: se planifica el trabajo terapéutico acotando el mismo a cierto período de tiempo.
El esquema básico de la Terapia Cognitiva puede ser graficado como un triángulo en donde en cada vértice podemos
ubicar a los pensamientos o cogniciones, la conducta y la emoción.
Los pensamientos se relacionan estrechamente con las emociones y las conductas, entre todas existe una
influencia recíproca pero ésta no debe ser entendida como una causación. Analicemos un ejemplo: un paciente
depresivo que se dice (pensamiento): “No sirvo para nada”, esto probablemente lo haga sentirse angustiado (emoción) y
seguramente esto hará que llore, se tire en la cama, intente suicidarse (conductas), al verse así corroborará su creencia
inicial: “No sirvo para nada”. Cuando el circuito está establecido basta que aparezca un leve pensamiento o emoción
para que todo se active.
Recordemos que las creencias las personas las construyeron a partir de experiencias y procesos cognitivos particulares,
por eso la Terapia Cognitiva se valdrá de estos mismos elementos para el trabajo clínico. El terapeuta junto con el
paciente tratará de crear experiencias para contrastar sus creencias.
Objetivo de la psicoterapia cognitiva: lograr cambios de las estructuras cognitivas que dificultan el buen funcionamiento
psicológico del sujeto.
El vínculo o relación terapéutica: Es colaborativo porque ambos se comprometen a trabajar juntos para mejorar los
problemas del paciente, la actitud de ambos es de colaboración activa. Este vínculo terapéutico se dio en llamar la
“metáfora de los dos científicos”, terapeuta y paciente trabajan como dos científicos que colaboran para encontrar las
mejores alternativas para uno de ellos, el paciente, que sabe de su padecer y en donde el otro, el terapeuta aporta su
saber y experiencia para guiar el proceso.
El terapeuta cognitivo:
El terapeuta según Beck (1979) debe tener tres características básicas que son:
Aceptación: el terapeuta debe aceptar plenamente al paciente, su mundo y sus problemas, aunque no comparta
su cosmovisión o filosofía de vida.
Autenticidad: el terapeuta debe ser genuino, sincero y auténtico, la falta de honestidad por parte del mismo
dificultan el establecimiento de un buen vínculo terapéutico. Si uno como terapeuta va a decir algo agradable
sólo para hacer sentir bien al paciente, pero sin creerlo y sentirlo verdaderamente, será preferible no decirlo, la
franqueza y la autenticidad deben ser valores fundamentales del terapeuta.
Empatía: con este término se hace referencia a la capacidad de poder ponerse en el lugar del otro, si bien esto
puede ser difícil en muchos casos, se trata de ser receptivo con el sufrimiento del otro, tampoco es algo
mimético que hace que uno esté en el lugar del otro realmente, sino simplemente que pueda resonar
internamente, comprender y acompañar en el padecimiento al paciente.
La Tríada Cognitiva:
El paciente depresivo tiene una alteración en los patrones cognitivos que lo inducen a tener una:
Visión negativa de sí mismo: se considera un inútil, un perdedor, se ve desgraciado, torpe, enfermo, tiende a
subestimarse constantemente. Piensa que le faltan las cualidades o atributos que lo harían ser feliz, alegre o
bueno.
Visión negativa de sus experiencias: considera las relaciones con el medio en términos de derrotas o
frustraciones, tiende a sentir que no puede enfrentar las exigencias de la vida. Cada pequeña actividad se
transforma en un esfuerzo terrible, tienden a ver los obstáculos y problemas constantemente.
Visión negativa del futuro: tiende a ver el porvenir como negro, sólo vendrán cosas peores, les cuesta mucho
proyectarse con un sentido realista u optimista. En los pacientes depresivos el síntoma principal es la
desesperanza por eso el futuro se ve como algo tan sombrío.
Psicoeducación: el principal efecto que tiene este tipo de trabajo es el aumento de la adherencia al tratamiento, factor
crucial para el éxito terapéutico. Esto se debe a que el paciente al entender lo que le pasa y notar que el terapeuta
también logra comprenderlo en su padecer, se da frecuentemente un aumento en la motivación que logra incrementar
lo que llamamos adherencia.
Modalidades de aplicación:
La Terapia Cognitiva originalmente surgió como una terapia individual, pero pronto comenzaron a hacerse
investigaciones y desarrollo que permitieron utilizarla en grupos, mostrando también buenos niveles de eficacia. En la
modalidad grupal se utilizan los mismos conceptos teóricos y técnicos, aunque pueden agregarse algunos otros propios
del dispositivo grupal. Los objetivos son los mismos, tanto para la terapia individual como grupal, básicamente lograr
cambios de las creencias disfuncionales que sostienen los síntomas, restitución sintomática y prevención de recaídas.
PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
Premisa Básica: los seres humanos organizamos nuestras experiencias principalmente por medio de clasificaciones y
construcciones. Tendemos a pensar en términos de categorías.
El constructivismo es una filosofía participativa que anima a los individuos y a las comunidades a involucrarse
activamente en su propia evolución. La Psicoterapia Constructiva incluye una variedad de técnicas, se define por la
forma en que las diferentes técnicas se adaptan al individuo y al ritmo de desarrollo. Reconoce la relevancia de la
relación humana en el bienestar y en el desarrollo.
COLABORACIÓN Y ACCIÓN: La esencia de la colaboración es un contrato igualitario que distribuye las responsabilidades
para el cambio. Se concibe al paciente como agente de cambio, la psicoterapia es un proceso de cambio en el que el
paciente es el personaje central, el principal benefactor y la victima potencial.
Se considera que siempre hay elecciones aun no eligiendo, considerando a la no elección como una elección.
Colaboración: significa trabajar juntos, trabajar de forma conjunta es un aspecto esencial de constructivismo.
Dimensiones esenciales de la Colaboración: Diálogo y Coordinación.
• Diálogo: es entendido como algo más que un simple proceso de intercambio. Es un proceso abierto y emergente en el
que los participantes se enriquecen mutuamente gracias a lo que se comparte con el otro.
• Coordinación: la importancia reside en el énfasis que se otorga a la resonancia que se debe dar entre los esfuerzos del
terapeuta y del paciente para coordinar sus actividades al servicio del desarrollo y la adaptación del paciente.
AFIRMACIONES Y ESPERANZA: El terapeuta constructivo respeta la importancia de trabajar con los pacientes de una
forma que saque provecho de sus fuerzas actuales. Aborda las consecuencias y problemas asociados a sus elecciones
pasadas y a sus patrones de comportamiento.
Afirmación: las afirmaciones se derivan del fortalecimiento de los procesos. Afirmar a alguien es darle fuerza o
reconocer la fuerza que tiene. Es un tipo de relación alentadora y esperanzada de forma responsable.
El terapeuta constructivo practica de una forma entusiasta la psicología positiva. La función central de todas las formas
de psicoterapia consiste en la restitución y protección de la esperanza del paciente.
La Relación Terapéutica puede convertirse en una fuente de compasión y ánimo que ejerce una influencia para el
paciente y las personas que están en contacto con él.
Luego de la primera sesión, cada sesión con el paciente es una forma de reencuentro.
El estilo terapéutico Afirmador es aquel que acepta al paciente como un agente activo, como una fuerza vital única,
autoorganizadora y autoprotectora. Función Terapéutica: ayudar a los pacientes a considerar lo mejor de sí mismos y
estimularlos hacia formas mejores de experiencias. Esto se logra al inducir y apoyar el tipo de relación en base a la una
relación terapéutica segura, compasiva, respetuosa y de confianza.
La afirmación se encuentra relacionada con la sugerencia de exploraciones o ejercicios para la casa.
Al comienzo de la relación con el paciente, se intenta captar qué está solicitando y hasta qué punto se siente cómodo
con el terapeuta. El terapeuta constructivo no fuerza a la aparición de contenido privado o emocional en los primeros
momentos al conocer al paciente y lo que intenta es desarrollar un sentido de su ritmo al expresarse. En la primera
sesión es de importancia indagar si han pasado por un proceso psicoterapéutico anteriormente.
HABILIDADES DE EQUILIBRACIÓN Y CICLOS DE EXPERIENCIA: La psicoterapia es una forma especial de relación humana,
dirigida a atender las necesidades de desarrollo a corto y largo plazo de los pacientes. El equilibrio se pretende lograr en
base a dos dimensiones básicas e interrelacionadas:
- Apertura y Cierre: Abrir: implica un proceso de liberación del movimiento del proceso que fue obstaculizado.
Cerrar: significa restringir o reducir. Cada sesión de terapia es un intercambio dinámico en el que el cliente se abre o e
cierra a las posibles experiencias. Un aspecto importante del terapeuta consiste en ser sensible constantemente a los
procesos de expansión y contracción en las diferentes dimensiones planteadas por el paciente.
Una persona que se encuentra en una posición de contracción extrema está desconectada de algunos tipos de
intercambios con su mundo. Una persona en una situación de expansión puede correr el riesgo de dar o recibir más de
lo que su sistema puede acomodar en este momento.
El Cambio requiere experiencias nuevas por lo tanto necesita de situaciones de apertura ocasionales hacia esas
experiencias. Un paciente con signos de apertura establece preguntas, explora significados, sin embargo un paciente con
signos de cierre podría dar respuestas estáticas o rígidas e incapacidad para la comprensión.
-Consuelo y Desafío: El consuelo es algo con lo que estamos familiarizados, abrazamos o sostenemos a alguien de una
forma compasiva e invitamos a que se apoye en nosotros en un sentido metafórico. Si la psicoterapia se entiende como
una especie de amistad no correspondida, entonces el terapeuta es el que siempre proporciona los cuidados y se
convierte en fuente de potencial consuelo.
Existen dos tipos de desafíos:
• Agresivo: produce angustia y puede implicar dominancia o transmitir dudas sobre las capacidades del otro.
• Progresivo: es el resultado de una relación afectuosa y transmite un mensaje de confianza en la capacidad del otro.
El enfoque y ritmo que adopten los desafíos debe ser sensible a las habilidades actuales de cada persona y al equilibrio
del sistema. Un desafío inapropiado puede suponer una barrera para el aprendizaje y provocar que el individuo se sienta
sobrepasado. Dentro de la psicoterapia los Desafíos provocados por el terapeuta deben darse solo en las situaciones en
que la seguridad y el cuidado estén garantizados.
La nueva estructura terapéutica: existe un acontecimiento muy común que se produce en todas las terapias. El paciente
cuenta que en ciertas circunstancias le ha venido a la mente el terapeuta y ha pensado en lo que le hubiera dicho el
terapeuta en aquellas circunstancias y en cómo hubiera valorado su conducta y la de los demás. A menudo sobre la base
de estas opiniones imaginarias el paciente formula un juicio propio sobre sí mismo y sobre los acontecimientos y ejecuta
conductas distintas a las habituales.
Podemos hipotetizar que se haya formado una neoestructura terapéutica durante el tratamiento de la cual empiezan a
manifestarse las señales. Durante su interacción con el terapeuta, el paciente ha formado una neoestructura de
significados que en su sist. de representación se expresa a través de las imágenes del terapeuta. Esto es el fruto del
trabajo cognitivo del paciente dirigido a comprender y a elaborar el punto de vista del terapeuta.
La neoestructura representa el resultado del esfuerzo de asimilación del punto de vista del terapeuta por parte del
paciente. Esto significa que la aparición de la imagen interna del terapeuta señala un primer paso en el proceso de
incremento de la complejidad cognitiva que se ha enriquecido con la formación de un nuevo componente.
El terapeuta se encuentra con una doble función de representación interna y de objeto real. Desde este momento, la
información que transmite al paciente será adquirida y elaborada más rápidamente. En otras palabras, sus
intervenciones serán más eficaces. A medida que el proceso avanza, la neoestructura tenderá cada vez más a procesar
información de tipo autorreflexivo.
La neoestructura terapéutica se integra en el sistema comprensivo asumiendo el papel de estructura funcional mente
supraordenada que da sentido y significado a las actividades de las otras estructuras.
PSICOLOGÍA HUMANISTA.
La Psicología humanista se caracterizó por apoyarse en alguna concepción del ser humano de índole filosófica (con
antecedentes que van de Sócrates a la fenomenología y la filosofía de la existencia y existencialismo), con raíces
en Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger, Merleau-Ponty y Sartre, desde donde se abordan temáticas como la libertad de
decisión, la búsqueda de sentido, la experiencia inmediata y la personalidad como un proceso en desarrollo.
EL LUGAR DEL PASADO Y LA TRASCENDENCIA: la Orientación Existencial es que no pone énfasis en los eventos del
pasado, como algunos otros tipos de terapia. El enfoque toma en cuenta el pasado, a través de la retrospección para
comprender las implicaciones de los acontecimientos pasados. Pero en lugar de culpar a los acontecimientos del pasado,
la orientación existencial los utiliza como visión, convirtiéndose en una herramienta para promover la libertad y
la asertividad. Llegando a la conclusión de que no se definen por su historia y que no está destinado a tener un cierto
futuro es a menudo un gran avance que ofrece la liberación durante este tipo de terapia.
EL ROL DEL TERAPEUTA EXISTENCIAL: Los practicantes de la Terapia Existencial dicen que su papel es ayudar a facilitar
el propio encuentro de un individuo con él mismo para trabajar junto a medida que explora los valores, suposiciones e
ideales. Un terapeuta existencial buscará evitar imponer sus propios juicios y en lugar de ayudar a elucidar la persona y
trabajar sobre su propia perspectiva.
ACTITUD TERAPÉUTICA: El terapeuta debe entrar en sesiones con una mente abierta y estar dispuesto a cuestionar sus
propios prejuicios y suposiciones. Debe realizar un ejercicio de ingenuidad casi deliberado en la relación terapéutica, el
objetivo del terapeuta es entender los supuestos del propio cliente con una claridad que el individuo puede no ser capaz
de tener sobre sí mismo.
TEORÍA DEL CONFLICTO: Otra teoría es que el conflicto interno se deriva de la confrontación del individuo con los ppios
de la existencia. Estos datos fueron observados por el psicoterapeuta Irvin D. Yalom, e incluyen:
-la inevitabilidad de la muerte
-la libertad y su consiguiente responsabilidad
-el aislamiento existencial
-el sin sentido de la existencia
ANTROPOLOGÍA EXISTENCIALISTA. Principios básicos del existencialismo
• El ser humano es electivo, por ende, capaz de elegir su propio destino;
• El ser humano es libre para establecer sus propias metas de vida; y
• El ser humano es responsable de sus propias elecciones.
RESPONSABILIDAD: Uno de los objetivos principales de la Terapia Existencial es ayudar a las personas se enfrentan a las
ansiedades de la vida de frente y abrazar la libertad de elección que los seres humanos tienen, teniendo la plena
responsabilidad de estas opciones cuando lo hagan.
Los terapeutas existenciales tratan de ayudar a las personas a vivir más auténticamente y ser menos interesados o
superficiales. También animan a los clientes a tomar posesión de sus vidas, para encontrar significado y vivir plenamente
en el presente.
No se ocupa de la enfermedad sino del padecimiento… de la existencia del enfermo.
Los individuos que están interesados en el auto conocimiento y que ven sus preocupaciones como las cuestiones de la
vida en lugar de los síntomas de una enfermedad psiquiátrica, tienen más probabilidades de beneficiarse de este
enfoque para el asesoramiento.
La Terapia Existencial es también muy adecuada para aquellos que se enfrentan problemas de la existencia, por ejemplo,
aquellos con una enfermedad terminal, aquellos que piensan en el suicidio, o incluso aquellos que pasan por una
transición en su vida.
POSTULADOS COMUNES A LA MAYORÍA DE LOS PSICÓLOGOS HUMANISTAS.
a) El ser humano es una totalidad. Éste es un enfoque holista, cuyo objetivo consiste en estudiar al ser humano en su
totalidad y no fragmentadamente.
b) El ser humano posee un núcleo central estructurado. Dicho núcleo es su «yo», su «yo mismo» (self) que es la génesis
y la estructura de todos sus procesos psicológicos.
c) El ser humano tiende naturalmente a su autorrealización formativa. Puesto frente a situaciones negativas, debe
trascenderlas; y si el medio se define como propicio, genuino y empático, amén de no amenazante, verá favorecidas sus
potencialidades.
d) El ser humano es un ser inserto en un contexto humano, y vive en relación con otras personas. Dentro de las
relaciones existenciales de interpersonalidad tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones, decisiones que dirigen
su desarrollo
e) El ser humano es consciente de sí mismo y de su existencia. Se conduce de acuerdo con lo que fue en el pasado y
preparándose para el futuro.
f) El ser humano está provisto con facultades de decisión, libertad y conciencia para elegir y tomar sus propias
decisiones. Estas facultades lo convierten en un ser activo, constructor de su propia vida.
g) El ser humano es intencional. Esto significa que sus actos volitivos o intencionales se reflejan en sus propias decisiones
o elecciones.
h) La autorrealización es la tendencia inherente a las personas, es lo que produce la individualidad y el crecimiento e
indiferenciación personal.
i) La experiencia interior del ser humano es vivenciada como personal y con un significado que es producido por la
propia persona, este significado a sus experiencias y vivencias son ejes fundamentales del desarrollo y de las
percepciones personales que sobre uno mismo las personas desarrollan.
j) Énfasis en lo único y personal de la naturaleza humana: el ser humano es considerado único e irrepetible. Tenemos la
tarea de desarrollar eso único y especial que somos. El juego y la creatividad son considerados fundamentales.
k) Confianza en la naturaleza y búsqueda de lo natural: el ser humano es de naturaleza intrínsecamente buena y con
tendencia innata a la autorrealización. La naturaleza, de la que este ser humano forma parte, expresa una sabiduría
mayor. Por lo tanto, como seres humanos debemos confiar en la forma en que las cosas ocurren, evitando controlarnos
o controlar nuestro entorno.
l) Concepto de conciencia ampliado: la conciencia que tenemos de nosotros mismos y la forma en que nos identificamos
con nuestro yo es uno de los varios niveles de conciencia a los que podemos llegar, pero no es el único.
m) Trascendencia del ego y direccionamiento hacia la totalidad que somos: la tendencia en el curso de nuestra
autorrealización es ir alcanzando cada vez niveles de conciencia más evolucionados, que se caracterizan por ser cada vez
más integradores de partes de nosotros mismos y de nuestra relación con el resto y con la totalidad.
n) Superación de la escisión mente/cuerpo: la psicología humanista parte desde un reconocimiento del cuerpo como
una fuente válida de mensajes acerca de lo que somos, hacemos y sentimos, así como medio de expresión de nuestras
intenciones y pensamientos.
o) Reequilibrio entre polaridades y revalorización de lo emocional: la cultura occidental ha tendido a valorar lo racional
sobre lo emocional, la acción frente a la contemplación, etc. Esto produce un desequilibrio en nuestro organismo, ya que
desconoce aspectos valiosos de nosotros mismos o los subestima, relegándolos al control de otros. El cultivo de lo
emocional, lo intuitivo, lo contemplativo, por parte de la psicología humanista, es un intento por restablecer ese
equilibrio.
p) Valoración de una comunicación que implique el reconocimiento del otro en cuanto tal: dejar de reconocer a los
demás como objetos o medios para alcanzar nuestros propósitos personales es uno de los énfasis principales de esta
corriente. Esta forma restringida de relacionarse con los demás se transforma en una barrera comunicacional entre los
seres humanos, ya que nos concentramos en solo una parte del otro (la que nos es útil, por ejemplo), y dejamos de verlo
como un ser total, impidiendo una comunicación plena.
ANTROPOLOGÍA HUMANISTA: Así, la actitud humanista concibe al hombre como capaz de una conducta equilibrada de
una manera espontánea que lo lleva hacia la plenitud, el desarrollo, la libertad, la independencia y la plena realización.
De hecho, esta actitud surgió en los años sesenta como oposición ante tres elementos:
• La corriente dominante de la sociedad industrial estadounidense y el tipo específico de pensamiento que produce,
que impone al hombre metas y fines ajenos a sus intereses naturales.
• La actitud evaluadora y diagnóstica de la psicología clásica, y su uso para el control social.
• El pesimismo freudiano y el frío objetivismo del conductismo. Su enfoque fue como un antídoto a las corrientes
psicológicos de la época, los cuales percibían el hombre de una manera pesimista y mecánica.
ANTECEDENTES: Como antecedentes del movimiento humanista y, por tanto, también de las terapias experienciales
encontramos los siguientes:
• La psiquiatría fenomenológica de Jaspers, que intentó de empatizar con las experiencias subjetivas de los enfermos
mentales por medio de una descripción minuciosa de sus cuadros psicopatológicos.
• El análisis existencial de Binswanger, que abordó el análisis de la psicopatología bajo la óptica que era una
desviación del hecho de estar en el mundo, es decir, de la manera en que nos posicionamos ante la responsabilidad
de existir y ser libres.
• La logoterapia de Frankl, cuya posición propugna que la tarea del terapeuta es ayudar al paciente a encontrar
significado a su vida.
Podemos destacar como enfoques más significativos de los modelos experienciales los siguientes:
• La psicoterapia centrada en el cliente, de Carl Rogers.
• La psicoterapia gestáltica, de Fritz Perls.
• Terapia Transaccional de Maslow
• Terapia Transpersonal de Berne
• Las terapias corporales y energéticas de Bowen
• El psicodrama, de Moreno.
La terapia ha sido tradicionalmente un lujo de clases media y alta. En las últimas décadas se ha ido produciendo un
cambio: la terapia cada vez más como un arnés social.
La mayoría de los terapeutas y de quienes diseñan y administran las terapias pertenecen a una a un círculo privilegiado
que no comparte los mismos valores y experiencias con los pacientes a los que trata.
La voz dominante, la voz profesional designada por la cultura, suele hablar a poblaciones marginales y decide si la
terapia es necesaria, qué clase de terapia y con qué finalidad.
Al cuestionar las nociones de objetividad, narrativa universal y dualismo, la relación entre terapeuta y paciente tiende a
ser menos jerárquica y autoritaria y más colaborativa, horizontal, e igualitaria. El sistema terapéutico coproductivo es
una conversación entre compañeros donde terapeuta y cliente coinciden como participar codefinen los límites y
coseleccionan las metas del tratamiento.
Como terapeutas debemos respetar las ideas de los miembros del sistema acerca de que es importante para la relación
terapéutica y quien debe ser incluido en ella. Todas las decisiones se toman colaborativamente sesión por sesión,
conversación por conversación.
Los sistemas sociales como sistemas de lenguaje.
La acción social es la fuerza que construye, a través del lenguaje, las redes de relaciones que constituyen un sistema,
conceptualizando los sistemas humanos como sistemas de lenguaje.
La comunicación y el discurso social producen y definen la organización social y los sistemas socioculturales. Los sistemas
humanos son sistemas relacionales basados en la interacción lingüística. Generamos significación a través del lenguaje.
La significación es un proceso interactivo e interpretativo. Los sistemas y unidades sociales se forman cuando la gente se
agrupa apropósito de temas especialmente importantes.
Un sistema terapéutico es un sistema lingüístico relacional, en el que dos o más personas generan significación. Los
sistemas terapéuticos se forman y se distinguen como tales, en función a su pertinencia comunicacional. Son producto
del dominio lingüístico, y existen solo en nuestras descripciones, en nuestro lenguaje. Por lo tanto, un sistema
terapéutico, desarrolla su propio lenguaje y sentido en función a su organización específica y de su forma específica de
disolver el “problema”.
Los problemas existen en el lenguaje:
La mayoría de las personas que buscan terapia dicen tener un “problema”. Harlene prefiere hablar de situación vital o
dilema, antes de “problema” y raramente utilizar la palabra “solución” ya no cree que los problemas se solucionen, sino
que se disuelven.
En terapia, un problema es un asunto a tratar en un discurso. Un problema y el significado que le atribuimos no son sino
realidades creadas socialmente y sostenidas por conductas mutuamente coordinadas en el lenguaje. Es una entidad, una
persona o una cosa, definida en el lenguaje, que es motivo de perturbación preocupación, queja o alarma para alguien.
Una definición de problema, es una posición que alguien toma. Alguien le atribuye una narrativa que alguien ha
desarrollado. Los problemas no son fijos, están en un flujo constante.
Los problemas son acontecimientos o posiciones lingüísticas que suelen interpretarse y describirse de manera
conflictiva. A menudo, cuando la gente llega a terapia, estos múltiples puntos de vista de cada uno, son tan discrepantes
que los pacientes parecen envueltos en lo que conocemos como realidades enfrentadas.
Harlene prefiere hablar y pensar el problema desde una perspectiva de realidades múltiples, en vez de conceptualizarlo
como una realidad discreta.
Sistemas de problemas y sistemas relacionales
Vivimos y trabajamos en sistemas relacionales múltiples, simultáneos y superpuestos. Como sistemas horizontales
donde la participación intra o intersistema viene determinada por las conversaciones más relevantes. Algunos de estos
sistemas pueden representar realidades similares, otros pueden divergir. Algunos pueden ser independientes, otros
interdependientes. Cada uno de estos sistemas tiene su propia agenda y sus propias expectativas. Como terapeutas
participamos en múltiples sistemas, algunos de los cuales se extienden en el tiempo y otros son momentáneos.
El problema distingue al sistema
Para Anderson los individuos, las parejas, las familias o los sistemas más extensos no producen problemas, sino que se
articulan alrededor de estos: “no son los sistemas los que tienen problemas, si no los problemas los que determinan
sistemas” La comunicación que surge alrededor de un problema es lo que determina al propio sistema.
Conceptualizamos el sistema del problema como un sistema relacional, organizado en torno a las narrativas sobre los
temas vitales que la gente conceptualiza como problemas. Al entrar en terapia el propio terapeuta pasa a formar parte
del sistema problema.
Por tanto, para Anderson el término “problema” no tiene necesariamente una connotación negativa, ni es algo que
requiera necesariamente una solución: El terapeuta ni arregla problemas ni resuelve nada. La exploración del problema
en el curso de la terapia lleva a su disolución, no a una solución. Los problemas no se resuelven si no que se disuelven en
el lenguaje.
De esta forma, con la disolución del problema viene también la disolución del sistema de terapia, el sistema problema.
Emerge un nuevo sistema, una nueva estructura.
CAPITULO V: Postura filosófica: posición, pericia y responsabilidad de los terapeutas
La mayoría de las teorías terapéuticas ven a los terapeutas como expertos objetivos, neutrales y técnicos, capaces de
“leer” el mundo interno de las personas. Postulan una relación entre un experto y alguien que no lo es. Por su parte, una
teoría basada en una ideología posmoderna de los sistemas lingüísticos colaborativos supone una posición diferente:
consiste en establecer una oportunidad para el dialogo y a través de este crear oportunidades y posibilidades únicas
para cada cliente y su situación, invención en la cual participa el cliente. Este punto de vista requiere adoptar una
postura filosófica en relación con los semejantes, una manera de pensar sobre ellos y de interactuar con ellos.
Reintroduce las personas del cliente y del terapeuta en el consultorio. No pensar tanto en la función como terapeuta si
no en las relaciones con los clientes. Es una posición metafórica que transmite nuestros atributos sociales y personales.
Características de una postura filosófica:
Compañeros en un dialogo: cliente y terapeuta como expertos y lo que aporta cada uno. El cliente es experto en el área
de contenido, en las experiencias vitales que lo han traído a la experiencia terapéutica, cuando narran sus historias
pueden sentir sus voces y su propia autoridad. Un terapeuta es experto en el área del proceso, en participar con el
cliente en un proceso dialógico de narrativa en primera persona.
Un terapeuta como creador y facilitador de un espacio y una producción de dialogo. Terapeuta participa como una
consultora que facilita e indaga, más que como interventor instrumental, promoviendo un proceso que mantiene las
voces en movimiento y contribuyendo. Es una posición de multiparcialidad donde se alía simultáneamente con todos los
participantes, diferente a la neutralidad donde se esfuerza en no aliarse con nadie.
Lo que un terapeuta colaborativo no es. Lo terapeutas no son editores de narrativas, la tarea de la terapeuta no es
deconstruir, reproducir o reconstruir la historia del cliente, si no facilitar y participar en su narración y renarracion. Los
terapeutas no son tablas rasas ni pantallas en blanco, tratar de no convertir en prejuicios. Los terapeutas no son
negociadores o árbitros de diferencias el objetivo no es la síntesis si no la multiplicidad de versiones. Los terapeutas no
son detectives que descubren la verdad o lo que es cierto o más cierto, o falso o más falso, no son descriptores,
explicadores o intérpretes de las acciones. Son participantes en una conversación. Los terapeutas no son interventores
ni tampoco pasivos. Es parte de un sistema de influencia mutua. El objetivo no es hacerse cargo o intervenir, si no
facilitar el dialogo y a través del crear la oportunidad para la emergencia de nuevos significados, narrativas, conductas o
emociones. Busca estimular el dialogo interno y externo.
Una manera de ser vs un sistema para hacer: en este enfoque la terapia permite el desarrollo y utilización del estilo
personal de un terapeuta. Lo que un terapeuta dice y hace cambia de un paciente a otro y de una sesión a otra. Requiere
elasticidad, hay que poder y querer cambiar el pensamiento y la acción para adaptarlos a las exigencias de cada
situación. Cuando tratamos de reproducir el estilo de otro acortamos nuestros parámetros de pensamiento y acción y
por lo tanto limitamos nuestra creatividad y nuestras opciones y las de otros.
Cambio en el terapeuta: riesgos de la posición de aprendiz. El terapeuta que adopta esta postura filosófica también corre
el riesgo de cambiar. Tan sujeto a cambiar como el cliente. Podemos cambiar nuestras ideas acerca de un problema, una
persona o una situación. Puede cambiar nuestra conducta, pero esto significa también que nuestra ética profesional,
nuestros valores morales quedan expuestos sujetos a cambio.
Investigación y aprendizaje en la práctica cotidiana. El posmodernismo como critica ideológica y postura filosófica me
exige y permite tomar conciencia de lo que se o creo que se, cuestionarlo y reflexionar sobre ello. Conciencia,
cuestionamiento y reflexión se combinan en un proceso de investigación y aprendizaje en la práctica cotidiana, que me
transforma como profesional y como persona. Lo que aprendo y como es un proceso fluido, interactivo y construido
socialmente. “muchos profesionales encerrados en una perspectiva de sí mismos como expertos técnicos, nunca
encuentran ocasiones para reflexionar en la práctica…”
Schon propone el “saber en acción” y la “reflexión en acción” no solo debemos reflexionar en acción si no también
reflexionar sobre nuestro reflexionar en acción. Reflexión sobre las reflexiones. Se trata de una experiencia
autoeducadora constante.
El enfoque colaborativo pone a los clínicos en la primera línea de investigación y plantea un desafío a la idea tradicional
de que la investigación debe estar a cargo de académicos alejados de la práctica clínica.
Hacer público. Significa estar dispuesto a revelar y compartir mis diálogos y monólogos internos, pensamientos,
prejuicios, opiniones etc. Y a aceptar retroalimentación, evaluación y crítica. Por lo tanto, me expongo más como
persona ante mis clientes. El reflexionar puede estimular y garantizar la emergencia de múltiples voces y perspectivas en
los terapeutas.
Mi reflexionar y mostrarme al otro me permiten (y permiten al otro) una mayor flexibilidad para lidiar con las múltiples
opiniones, a veces conflictivas, sobre las complejas situaciones vividas por los clientes. Me permiten tener o expresar
una opinión fuerte y participar en situaciones controvertidas sin adoptar posiciones polarizadas o rígidas. Todo lo que se
dice es provisorio y útil.
Desde el punto de vista posmoderno, un profesional aboga por y actúa de acuerdo con su propia perspectiva de la
realidad al mismo tiempo que la somete a la reflexión, adoptando una postura contraria ya l mismo tiempo tratando de
comprenderlos. Ser público no se limita solo a la información profesional sino también a la personal.
Responsabilidad compartida. Cuando un terapeuta invita a un cliente a colaborar la responsabilidad se hace compartida.
Cuando se asume la postura filosófica reflexiva el dualismo y la jerarquía entre terapeuta y cliente colapsan y la
responsabilidad se comparte.
Pero usted es la experta. Podría objetarse que un cliente paga para que los expertos le den respuesta y que no aceptara
estará esta postura filosófica reflexiva. Sin embargo, a los clientes no le resulta difícil relacionarse en forma colaborativa,
los clientes aceptan y quieren la colaboración. El escepticismo hacia la voluntad o capacidad de un cliente de participar
en una relación colaborativa tiene más que ver con nuestras propias expectativas y nuestra poca tolerancia a la
incertidumbre, que con el cliente mismo.
Intencionalidad. Es importante tener en cuenta que la postura filosófica es parte de una forma general de ser que se
pone en evidencia y que el cliente vive desde el primer momento de su contacto con el terapeuta. El escenario para la
colaboración tiene que establecerse desde el contacto inicial y ser mantenido a lo largo de la relación.
El adoptar esta postura filosófica me permite unirme a un cliente en una relación colaborativa y en un proceso dialógico.
Desde el punto de vista posmoderno toda conducta humana es intencional y se sitúa en una realidad socio histórico
producida reproducida y cambiada por el lenguaje que nos permite conocerla. Somos agentes intencionales que nos
creamos y creamos nuestros contextos en el curso de una continua interacción comunicativa con otros. Esta continua
evolución se basa en el dialogo y la interacción simbólica.
Para la perspectiva interpretativa y narrativa del posmodernismo la conversación es un fenómeno lingüístico: un proceso
de generación de sentido. La terapia es una conversación/dialogo entre y dentro de un cliente y un terapeuta. Para la
terapia uso el término de conversación dialógica: un proceso generativo mutuo donde emergen nuevos sentidos.
La terapia consiste en encontrar formas nuevas de dialogar acerca de las partes de las historias de los clientes que les
preocupan o alarman. Objetivo es crear sentidos y comprensiones.
La conversación
Conversar es algo más que hablar, es la esencia misma de nuestra existencia. La vida es naturalmente dialógica, vivir
significa participar en dialogo.
La conversación dialógica se caracteriza por la indagación compartida que es un proceso de participación conjunta de ida
y vuelta, de dar y recibir. Es propia de una conversación donde uno habla con el otro, más que al otro. Los participantes
no suponen que saben lo que la otra persona dice, quiere decir o quiere. Si no que cada participante se compromete a
aprender sobre el otro y a tratar de entenderlo, buscando significaciones por medio del lenguaje. La búsqueda de
comprensión y generación de sentidos por medio de la indagación compartida son la esencia del proceso dialógico y
también del enfoque de los sistemas de lenguaje colaborativos. La indagación compartida se caracteriza por varios
rasgos: el espacio dialógico (espacio metafórico entre y dentro de los participantes en la conversación. Es crítico para el
desarrollo de un proceso generativo que promueva ideas y acciones fluidas y cambiantes); la exploración y el desarrollo
mutuos (la emergencia de nuevos sentidos depende de la novedad de lo que el terapeuta esta por escuchar y de su
capacidad de prestar atención simultáneamente a la conversación interior y exterior); la comprensión desde dentro de
la conversación (el conocimiento se adquiere a través de la conversación y solo puede ser adquirido por los participantes
en la conversación, no por un observador); el dialogo interno; la expansión y la expresión de lo no dicho (la psicoterapia
en tanto indagación compartida es un proceso de formar, decir y expandir lo no dicho, el desarrollo a través del dialogo
de nuevos significados, temas, narrativas e historias), el trasfondo de la conversación(el antecedente de todo dialogo es
la presencia de un tercero invisible que comprende y responde desde una posición superior a la de los participantes en
el dialogo) el pertenecer a la conversación y la intencionalidad compartida.
Rupturas: clientes y terapeutas tienen sus propios prejuicios, ideas y opiniones que pueden ser incompatibles entre sí.
Cuando esto sucede las diferencias pueden convertirse en centro de fricción, de pensamientos rutinarios o de
aburrimientos, que puede poner en peligro la conversación o cerrarla. El propósito del terapeuta sin embargo no es
llegar a un acuerdo o consenso con el cliente. Si el terapeuta está dispuesto las diferencias pueden ser beneficiosas. La
ruptura conversacional es un fenómeno dinámico parte de un proceso interaccionar independiente que existe entre
personas en una relación.
Aspectos prácticos de una conversación terapéutica: herramientas que reflejan una postura, una manera de pensar
sobre la gente, sobre uno mismo y sobre la tarea, incluyen:
Organización del espacio: hay más posibilidades de conversar y colaborar cuando las personas se sientan de modo
talque puedan verse unas a otras y cuando la disposición de las sillas sugiere imparcialidad.
Notas: puesto que quiero sumergirme más en la conversación, no tomo notas durante las sesiones, si no se hace difícil
transmitir interés.
Citas: una terapia o consulta comienza con el primer contacto entre profesional y cliente por eso es recomendable hacer
las citas uno mismo.
Ambiente institucional: atmosfera invitante y contexto informal. Personal tenga una actitud amistosa, cortes y servicial,
estos aspectos reflejan actitudes de nosotros mismos y hacia la gente con la que trabajamos y vivimos.
El posmodernismo destaca la naturaleza relacional y generativa del lenguaje, con lo cual alude a una forma de
conceptualizar y describir, y a las cambiantes características de lo que sabemos o creemos saber. El lenguaje es el
vehículo primordial a través del cual, y en el cual construimos nuestros mundos, damos orden y significado a nuestra
vida, y nos relacionamos con otros.
El conocimiento es comunitario
La realidad es un producto del dialogo social, del intercambio y la interacción, y representa un acuerdo entre personas.
Nuestras descripciones parecer realidades porque son el resultado de un consenso y porque se las considera útiles, no
porque sean verdaderas.
Cliford Geertz definió la cultura como una pauta de significados contenida en símbolos y trasmitida históricamente, un
sistema de concepciones heredaras que se expresan en forma simbólica, por medio del cual los hombres comunican,
perpetúan y desarrollan su conocimiento sobre la vida y sus actitudes hacia ella.
El conocimiento, ya sea local o universal, se inserta dentro de un contexto de contextos, dentro de contextos locales
insertos en contextos mayores.
El posmodernismo nos advierte que no podemos observar la vida interior, los pensamientos de otra persona. El
conocimiento, la terminología y las descripciones psicológicas, incluyendo los diagnósticos, los rasgos de personalidad y
las pautas familiares, se configuran en el elemento del lenguaje, y son ni más ni menos, abstracciones ideales que
capturan relaciones semánticas descontextualizadas.
Nacemos en un lenguaje y heredamos todo lo que viene con él: la historia, la cultura, la tradición y así sucesivamente. Es
el vehículo por medio del cual asignamos sentido, explicamos nuestra vida, damos orden a nuestro mundo y narramos
nuestras historias. Obramos y reaccionamos por el lenguaje, lo usamos para relacionarnos, para influir y para cambiar.
Lenguaje y experiencia van juntos
El lenguaje es activo y creativo. El lenguaje es la manera en que vivenciamos como seres humanos lo que llamamos
realidad. La experiencia expresada es experiencia que se ha asentado y convertido en algo “sustancial”. Una experiencia
no es realmente significativa hasta que encuentra un hogar en el lenguaje, y, sin una experiencia vivida que lo habite, el
lenguaje es una cascara vacía y sin vida.
El lenguaje es activo
El lenguaje cambia y es cambiado con el tiempo. Los cambios en el mundo requieren cambios en el lenguaje, y los
cambios en el lenguaje afectan lo que somos capaces de comprender acerca del mundo. El lenguaje se desarrolla a
través de la búsqueda de formas nuevas de hablar sobre nuevas situaciones y experiencias.
El lenguaje es la realidad. Los hechos ocurren, pero los significados que les atribuimos se construyen en el lenguaje.
Madison sostiene que la realidad no es la fuente del lenguaje, sino su producto o referente.
Significado
Por medio del lenguaje otorgamos significado a nuestras experiencias, las interpretamos y comprendemos. El lenguaje,
explica y sostiene lo que creemos y suponemos real. No hay significado más allá de lo que creamos y otorgamos a las
cosas. Y esos significados dependen del contexto y pueden variar de una persona a otra. Los significados influyen sobre
la manera en que nos relacionamos con los otros. Surgen de lo que no está presente, lo que falta, lo que no está allí.
Palabras
Usamos las palabras para desarrollar y comunicar significados. Las palabras no tienen significados esenciales. Su
utilización es siempre individual y contextualizada. Sus significados se obtienen en el lenguaje. Si bien la palabra es la
expresión de cierta posición evaluadora de cierta persona, esa persona no puede decidir como la palabra va a afectar a
otra persona, que expresa para esa otra persona. Tanto el que habla como el que escucha habitan la palabra.
Los significados de las palabras, como de las acciones, se actualizan dentro de las cambiantes pautas de una relación.
Gergen sugiere que el otro es el que permite que la palabra signifique. La palabra y su utilización no pertenecen a una u
otra persona, sino a quienes la usan. El lenguaje no es privado, es público y relacional. Palabras y oraciones derivan sus
significados de las relaciones que mantienen entre sí y con su contexto.
Lenguaje y coordinación
Lo que pensamos acerca del lenguaje influye sobre la posición o la postura que adoptamos en un discurso o en una
relación y sobre la manera en que nos abrimos espacio unos a otros. El lenguaje es un producto comunitario, no
individual, y se lo usa con arreglo a su sentido en el interior de la comunidad. La función primordial del lenguaje es la
coordinación de acciones sociales diversas, y su función representacional opera desde adentro de un conjunto de
relaciones sociales constituidas lingüísticamente. Nuestras construcciones, descripciones y explicaciones son el resultado
de la coordinación de acciones por medio del lenguaje.
Vygotsky juega un papel central porque propone el origen social, no solo de las categorías cognitivas, sino de las formas
de raciocinio en las que aquellas categorías se insertan. Así entonces, todo entendimiento cotidiano es un acto
intrínsicamente social más que biológico. No puede ser aislado de las circunstancias socioculturales del agente. Otra
importante contribución de Vygotsky son sus ideas sobre el proceso por el cual los pensamientos se forman en un
lenguaje por medio de palabras, un proceso denominado lenguaje interior. “el pensamiento existe por las palabras. Cada
pensamiento tiende a conectar algo con algo más, a establecer una relación entre cosas. Todo pensamiento se mueve,
crece y se desarrolla, cumple una función, resuelve un problema”.