Semana 13
Semana 13
Semana 13
SEMANA Nº13
Filosofía
ÉTICA I
ETIMOLOGÍA: La palabra “ética” proviene del vocablo griego êthos, el cual hace
referencia a las costumbres, modos de ser o comportamientos de los que brotan todos
nuestros actos, sean justos o injustos, virtuosos o perniciosos, buenos o malos.
DEFINICIÓN: La ética es una disciplina filosófica que tiene como objetivo estudiar las
acciones realizadas por los hombres a partir de la consideración de nociones como bueno
y malo, justo e injusto, correcto e incorrecto; es decir, busca dilucidar las razones por las
que los hombres realizan determinadas valoraciones de carácter ético o moral.
Algunos de los temas más importantes abordados por la ética son los siguientes: el bien,
la libertad, la felicidad, el acto moral, la norma moral, la persona moral, los juicios morales,
los valores morales y los dilemas éticos.
Si bien la etimología y la historia del empleo de ambas palabras no asumen una diferencia
entre ética y moral, es posible considerar una diferencia débil. Así, la preocupación más
marcada de la ética es por el sentido de la vida y por la aspiración de un ideal de vida
basado en las acciones buenas y virtuosas, mientras que la moral se preocupa por un
modo de vida fundamentado en normas, deberes y obligaciones universales.
A lo largo de la historia, diversos filósofos han reflexionado sobre las acciones morales de
su época y han planteado propuestas éticas que sirven de modelo para orientar la
conducta de los hombres de todos los tiempos. A continuación, presentamos algunos
planteamientos éticos y morales relevantes en la historia de la filosofía.
Edad Antigua
SÓCRATES
El principal objeto de estudio para Sócrates fue la dimensión ética
del hombre. Por esto, uno de los principales temas que abordó fue
el de la virtud (areté), que definió como aquello que cada uno
debe saber de acuerdo a su naturaleza racional. De aquí se
entiende también que tomara como una regla de conducta la
famosa frase del templo de Delfos: “¡Conócete a ti mismo!”.
ARISTÓTELES
Según Aristóteles todas las cosas y las acciones persiguen un fin (ética teleológica), el
cual es buscado por ser considerado un bien. En este sentido, el fin supremo al que
aspiran todos los seres humanos es la felicidad (ética eudemonista). Sin embargo,
aunque todos los hombres estén de acuerdo en que el fin de la vida es la felicidad, la
mayoría de ellos no se pone de acuerdo en torno al modo de vida que nos conduce a ella:
vida placentera, vida de prosperidad material, vida ética y la vida contemplativa.
Edad Media
AGUSTÍN DE HIPONA
Considera que el bien supremo es Dios. Por tanto, todos los demás bienes que podamos
concebir como importantes para nuestras vidas (la felicidad, la libertad, el bienestar, el
placer, etc.) proceden de él. Esto implica también que solo alcanzaremos la verdadera
felicidad si logramos hacer la voluntad de Dios.
El hecho de que el hombre posea el libre albedrío implica que es moralmente responsable
de sus acciones.
Edad moderna
IMMANUEL KANT
Además de haber desarrollado una audaz y original teoría del conocimiento en su Crítica
de la razón pura, Kant logró influir notablemente en el devenir filosófico de la ética y la
moral con su Crítica de la razón práctica.
Dicha teoría moral tiene que basarse en el imperativo categórico, el cual funciona como
el criterio a tener en cuenta por el ser humano al momento de decidir libremente
(autonomía) qué acciones son correctas e incorrectas. El imperativo categórico, es la ley
moral fundamental (máxima) que guía al acto bueno en sí; manda u obliga sin ninguna
condición: “Debes hacer A, simplemente porque debes hacer A”. Por el contrario, el
imperativo hipotético recomienda una acción como medio para un fin: “Si quieres A, haz
B”. Las dos formulaciones que puede adoptar del imperativo categórico se pueden
resumir así:
a) Actúa como crees que deberían actuar todos los hombres (ley universal).
b) No consideres a ningún hombre como un medio sino siempre como un fin en sí mismo
(dignidad humana).
G.E. MOORE
GLOSARIO
LECTURA COMPLEMENTARIA
Un hombre justo ante la más grande desgracia de su vida, que podría haber evitado tan
solo con haber podido faltar a su deber, ¿no se sostiene gracias a la conciencia de haber
mantenido y honrado en su persona la dignidad propia del género humano, de no tener
nada de qué avergonzarse de sí mismo y de no temer la mirada interna del examen de
conciencia? Esta consolación no es felicidad, ni siquiera la más mínima parte de ella;
porque nadie desearía tener la ocasión de probarlo, quizá ni siquiera desearía vivir en
tales circunstancias. Pero él vive y no puede soportar ser, ante sus propios ojos, indigno
de la vida. Esta paz es, pues, meramente negativa respecto de todo lo que puede hacer
que la vida le sea agradable; es decir, aleja el peligro de menguar en el valor personal
después de que se ha renunciado completamente al valor de las propias circunstancias.
Es el efecto de un respeto hacia algo totalmente distinto de la vida: en comparación y en
contraste con él, la vida con todo su agrado no tiene absolutamente ningún valor. Él vive
únicamente por el deber, no porque tenga el más mínimo gusto por la vida.
Kant, I. (2011). Crítica de la razón práctica. México: Fondo de cultura económica, p. 104-105.
EJERCICIOS
1. Cuando Marcelo se entera que ciertos jueces se dejan sobornar por políticos que
enfrentan juicios por corrupción, suele decir: «Qué lamentable que estos jueces no
sepan en rigor qué es la justicia. Creo que, si lo supieran, elegirían y realizarían
acciones justas y sentencias justas».
Por las referencias que se han dado en el programa, podemos inferir que se está
haciendo alusión a
7. Muchos filósofos han advertido la tarea ardua y difícil de definir ciertos conceptos de
la filosofía, entre los cuales destacan: “ser”, “Dios”, “bueno”. Por ejemplo, Platón en
sentido estricto no define el bien porque a su juicio la naturaleza misma del bien está
más allá de toda conceptualización. Probablemente por ello, cuando quiere hablar
del bien utiliza su famoso símil del Sol. Asimismo, Plotino decía que Dios era el
“Uno-Bien”, aunque cuando se le pedía que lo defina, solía afirmar que el “Uno-Bien”
es incognoscible e inefable.
Se puede deducir del texto que la tesis de Moore sobre lo indefinible del bien es una
8. «De modo convencional, reservaré el término de ética para la aspiración de una vida
cumplida bajo el signo de las acciones estimadas buenas, y el de moral para el
campo de lo obligatorio, marcado por las normas, las obligaciones y las
prohibiciones, caracterizadas a la vez por una exigencia de universalidad y por un
efecto de coerción. En la distinción entre aspiración a la vida buena y obediencia a
las normas se reconocerá fácilmente la oposición de dos herencias, la aristotélica,
en la que la ética se caracteriza por su perspectiva teleológica (de telos, que
significa fin), y la kantiana, donde moral se define por el carácter de obligación de la
norma, esto es, por un punto de vista deontológico (deontológico significa
precisamente deber)»
Gómez, C. (2011). Doce textos fundamentales de la ética del siglo XX. Madrid: Alianza Editorial, p.
241.