Las Infecciones Micóticas Sistémicas o Profundas
Las Infecciones Micóticas Sistémicas o Profundas
Las Infecciones Micóticas Sistémicas o Profundas
Signos clínicos
Las infecciones en los animales varían desde asintomáticas a graves y mortales.
El hongo es capaz de invadir casi cualquier tejido del cuerpo. Los sitios más
comunes de propagación varían con las especies, pero casi todos los tejidos y
órganos pueden ser afectados. La afección del corazón o del pericardio puede ser
más común en animales que en humanos. La propagación puede o no estar
acompañada de signos de enfermedad sistémica .
La diseminación hematógena y linfática de endosporas origina la enfermedad
diseminada. Uno de los órganos mayormente afectados son los ojos, causando
uveítis granulomatosa unilateral o bilateral; también afecta frecuentemente el
ángulo de filtración, cuerpo ciliar, retina y coroides. En algunos de los casos se
puede presentar hipema y hemorragia vítrea.
Los órganos que se encuentran afectados principalmente son linfonódulos,
pulmón, hueso, corazón, mediastino y piel.
Enfermedad pulmonar leve:
Cursa con manifestaciones clínicas leves a inaparentes después de una a cuatro semanas de
exposición. Un hospedero con el sistema inmunológico competente podrá combatir la infección e
inclusive resolverla.
La histoplasmosis es una infección sistémica que suele iniciarse en los pulmones o en el tracto
gastrointestinal, diseminándose posteriormente a linfonódulos, hígado, bazo, médula ósea, ojos y
demás órganos (Morgan et al., 2004). Histoplasma spp. es un patógeno intracelular que se ubica
en vesículas fagocíticas en el citoplasma de los macrófagos del hospedero. Se mencionan cinco
formas clínicas: asintomática, pulmonar aguda benigna, pulmonar crónica, diseminada aguda y
diseminada crónica (Kauffman 2007; Wheat 2006). La enfermedad se desarrolla en una gran
variedad de mamíferos. Los gatos son más susceptibles que los perros. Los perros menores de
cuatro años son los más vulnerables a la enfermedad. Los perros de las razas pointer, Brittany
spaniel y weimaraner se infectan más comúnmente. No existe predilección por sexo, tanto en
perros como en gatos (Morgan et al., 2004). La principal vía de infección suele ser la inhalación de
conidios infectivos procedentes del ambiente, tanto en gatos como en perros y seres humanos.
Tras la inhalación, los conidios pasan de la fase micelial a la fase de levadura y éstas son
fagocitadas por células del sistema mononuclear fagocitario, donde se multiplican como levaduras
intracelulares. La diseminación hematógena y linfática dan lugar a la enfermedad multisistémica
(Ettinger & Feldman 2004; Morgan et al., 2004). Aunque la diseminación del agente puede afectar
a cualquier sistema, los órganos más afectados en perros son: pulmones, tracto gastrointestinal,
linfonódulos, hígado, bazo, médula ósea, ojos y glándulas adrenales. En los gatos los órganos más
afectados son: pulmones, hígado, linfonódulos, ojos y médula ósea (Morgan et al., 2004). El tipo
de enfermedad desarrollada, tanto en perros como en gatos, va a depender de la respuesta
inmunitaria del hospedero. En los perros, el periodo de incubación es de 16 días,
aproximadamente.
se desarrolla en dos fases; la fase primaria, caracterizada por causar una reacción pulmonar o
cutánea, y la fase progresiva, que es la diseminación del agente causal en todo el organismo.