Fundamentos Bíblicos Del Shalom Final
Fundamentos Bíblicos Del Shalom Final
Fundamentos Bíblicos Del Shalom Final
Ahora Vistazos
del Futuro:
Fundamentos Bíblicos
del Shalom
Preparado por:
Robert J. Suderman
Agradecemos el encuentro de las iglesias
anabautistas del Cono Sur de América Latina por
su invitación que impulsó el desarrollo de este
librito, y al Comité de América Latina del Concilio
de Ministerios Anabautistas (CIMLAC) por su
ayuda con el financiamiento para el Cono Sur,
incluyendo este librito.
Material presentado en
La Angostura, Chile, América del Sur
Enero 23-27, 2013
2) Una Iglesia del Shalom entiende el Amor a los Enemigos (p. 11)
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os
persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos;
Mateo 5:43-48; Lucas 6:27-38:
1 Todas las citas bíblicas en esta presentación son de la Versión Reina Valera Actualizada,1989.
1
Una Iglesia del Shalom entiende la naturaleza del Mal
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes
(Efesios 6:12).
Ustedes podrían pensar que es extraño que yo empiece con este versículo como
un fundamento esencial para entender la paz bíblica. Lo hago como resultado de
análisis contextuales que hemos experimentado en muchas partes del mundo (en
Latinoamérica se refiere con frecuencia al “análisis de coyuntura”). En muchos
de nuestros viajes alrededor del mundo, hemos entablado conversaciones con
líderes de la iglesia. Hemos oído y visto sus esfuerzos profundos y sinceros para
entender sus diversos contextos, para comprender qué está pasando y cómo
el evangelio puede hablar a sus realidades. Hemos notado dos elementos muy
visibles y comunes:
2
b) El pasaje identifica la amplia gama de enemistad y resistencia que están
alineadas contra los propósitos de Dios y la iglesia: principados, potestades,
gobernadores de las tinieblas de este mundo, huestes espirituales de maldad.
Esta lista se aumenta aún más en toda la epístola: diablo (4:27; 6:11), la
corriente de este mundo (2:2), el príncipe de la potestad del aire (2:2), el
espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia (2:2) y principados y
potestades (3:10). A esta lista ya impresionante, el versículo 1:21 agrega (o
resume) otra lista: todo principado y autoridad, poder y señorío, y todo nombre
que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero.
3
comunes. Esta verdad genera solidaridad y unidad en toda la humanidad
en lugar de dividirnos en campamentos hostiles. La lucha no es nosotros
(humanos) contra ellos (humanos); es entre nosotros (toda la humanidad)
y ellos (fuerzas ideológicas de maldad que colonizan y controlan nuestras
inclinaciones y tendencia hacia la maldad). Esta noción es sumamente
importante en cualquier esfuerzo de ser Iglesia de Paz.
e) Necesitamos decir algo de los lugares celestiales. Algunas traducciones
tienen lugares altos. De todas formas, la tentación es creer que no es una
lucha humana terrenal sino la lucha de fuerzas por encima de nosotros,
entre poderes que no son humanos. Como esta referencia ha sido
interpretada con frecuencia como una lucha extra-histórica, no ha sido vista
como una prioridad a criaturas históricas como nosotros. Algunas veces
se ha interpretado como una lucha de espíritus en un mundo más allá de
nuestro alcance y participación. Tal interpretación requiere un comentario.
4
v) Este mundo parece ser el hogar de fuerzas espirituales de bondad y
maldad que trascienden simplemente la tierra pero que tienen influencia
e impacto muy directos en la tierra y las criaturas históricas en la tierra.
El sentido es que los humanos son impactados, frecuentemente sin saber,
por poderes y fuerzas que son más grandes que ellos mismos. Estas
pueden ser fuerzas de ambos: maldad/muerte y fuerzas buenas de vida,
por ejemplo la resurrección como la de Cristo.
vi) El sentido es que la historia, y aquellos implicados en hacerla, son
influenciados por un mundo de maquinación, ideología y suposiciones que
son traducidas en poder para la maldad y/o para el bien en la tierra y en
la historia humana. Nuestra lucha no es contra los que hacen la historia (o
piensan que lo hacen). Nuestra lucha es contra las fuerzas que lideran a
los que hacen historia para mover la historia en una dirección de maldad y
hacia propósitos que son impíos.
vii) Hay un sentido, en este pasaje, que los hacedores de la historia que
mueven la historia hacia direcciones no divinas, posiblemente no son
conscientes de lo que hacen. Ellos pueden estar pensando que están
haciendo bien, pero en cambio están ciegos e inconscientemente
implementando un complot maligno más allá de ellos mismos. También
está el sentido que los en Cristo han recibido el talento de discernir la
realidad de este control colonizador y de llamar la atención hacia eso.
Hemos recibido esta bendición de los celestiales (1:3). Somos parte ya de
los celestiales y entendemos que emana de allí (2:6). Tenemos experiencia
de primera mano de la multiforme sabiduría de Dios que está diseñada
para contraatacar las maquinaciones de maldad (3:10). Nuestra tarea
y vocación es ahora enseñar este entendimiento a los gobernantes y
autoridades que están presentes con nosotros en los celestiales pero
que continúan alimentándose de fuentes de sabiduría diferentes (3:10).
La iglesia tiene la tarea pedagógica de exponer la sabiduría divina de los
celestiales instruyendo a gobernantes y autoridades acerca de esta fuente
de sabiduría. Esta sabiduría alternativa guiará los esfuerzos de hacer
historia en otra dirección. Esta tarea tiene sus orígenes en los cielos pero
necesita ser llevada a cabo en la tierra, en las historias reales que estamos
construyendo, y con la gente que cree que son hacedores de historia hoy
en día, por ejemplo, con todos.
5
La evidencia más amplia:
Nos hemos enfocado en un versículo. ¿Es esta una forma justa de hablar acerca
de fundamentos “bíblicos” de paz?
6
los gobiernos paganos entenderán su propia subordinación a las leyes de
Dios, como lo harán los cristianos. La iglesia verá a los gobernadores como
personas y entenderá su solidaridad con ellos. Pero la iglesia continuará
su tarea y vocación de dar a conocer la riqueza de la multiforme sabiduría
de Dios a los gobernantes y autoridades (Efesios 3:10). La iglesia no se
entregará a una obediencia incuestionable a los gobernantes cuando están
bajo el control de los poderes de las tinieblas, aun cuando la iglesia se
someta. La obediencia le pertenece a Dios más que a alguna autoridad
humana, como Pedro y los otros apóstoles lo predicaron (Hechos 5:29). Y,
claro está, esta enseñanza de carne y sangre nos hace recordar las palabras
de Jesús cuando le responde a Pilato, diciendo:
7
la monarquía (I Samuel 8) donde la gente escoge un reinado a pesar de
las advertencias de Samuel y de Dios. Esta escena culmina con la frase
desgarradora:
Aquel día os lamentaréis a causa del rey que habréis elegido, pero
entonces Jehová no os responderá. (I Samuel 8:18).
Lamentablemente, parece ser que nuestras decisiones también crean fuerzas
que generan su propio impulso, el cual a su vez se desarrolla en lo que Efesios
llamaría principados. Esto también es parte de la realidad que Efesios 6
intenta describir al quebrar este ciclo de lógica, ideología, acción e impacto.
¿Cuáles son las lecciones que necesitamos aprender de este pasaje para
8
garantizar que se haya entendido como elemento fundamental de ser una
comunidad del Shalom? Permítanme hacer varias observaciones.
4) Este pasaje aclara el cómo es que la fidelidad puede coexistir con el pecado:
sin ser destruida por él y sin claudicar su deseo de ser fiel.
5) Este pasaje indica que Dios es Dios y que nosotros no lo somos. Hay un
9
poder más allá de nosotros que no está bajo nuestro control y no está
a nuestra entera disposición. No tenemos la última palabra. Esta es una
lección importante que todas las comunidades de paz deben aprender.
8) Este pasaje nos enseña acerca de la relación entre iglesia y estado –sin
importar si es un estado “cristiano” o pagano. Con frecuencia asumimos
que Romanos 13 es el único y principal texto que tiene que ver con este
tema. No lo es.
Conclusión:
La sabiduría de este versículo es que la solidaridad entre seres humanos es
inquebrantable, irrompible y absolutamente fundamental para nosotros al
considerar nuestra fidelidad a Dios en Cristo. A los ojos del Dios que nos creó a
todos, la humanidad es una y como pueblo de Dios debemos poseer esta verdad
y vivirla. Cuando entendamos la solidaridad humana como no negociable ante
los ojos de Dios, podremos entender mejor, entre muchas voces que pregonan lo
contrario, lo que significa ser una comunidad del Shalom.
10
Una Iglesia del Shalom entiende el Amor a los
Enemigos
Oísteis que fue dicho: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.”
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan
y os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los
cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos
e injustos. Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?
¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros
hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los
gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en
los cielos es perfecto (Mateo 5:43-48)
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced
bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen y orad por los
que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la
otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera
que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo
devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así
también haced vosotros con ellos. Si amáis a los que os aman, ¿qué
mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si
hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los
pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis
recibir, ¿qué mérito tenéis?, pues también los pecadores prestan a los
pecadores para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos,
haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y vuestra recompensa
será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es benigno para con
los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro
Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis
y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os
dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro
regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a
medir (Lucas 6:27-38)
El amor al enemigo es un componente esencial en la comprensión cristiana del
shalom bíblico y un fundamento esencial de nuestra vocación como iglesia.
Los textos paralelos en Mateo y Lucas usan la palabra amor 10 veces. En cada
una, la palabra griega agape es usada. Esto es importante porque hay otras
opciones. El lenguaje griego usa cuatro palabras para expresar la acción (verbo)
de amar: agapao, fileo, erao y storgeo. Sólo agapao y fileo se encuentran en
11
el Nuevo Testamento. Aunque no sea posible ser definitivo acerca de todos los
diferentes significados y matices de estas palabras, en general es aceptado que:
a) Agape es la forma que expresa más claramente el amor que es
incondicional, indiscriminado y potencialmente de sacrificio;
b) Fileo es la forma que expresa preferencias y familiaridad en las relaciones,
no necesariamente en familias, sino también entre amigos;
c) Eros es la forma que se relaciona frecuentemente con la pasión (incluyendo
pero no sólo la pasión sexual) y emoción intensa;
d) Storgeo es la forma usada para describir casi exclusivamente las relaciones
cercanas usualmente familiares –especialmente las relaciones entre
padres e hijos.
Es significativo que los pasajes que hablan del enemigo usan agape [agapao
– en forma de verbo] y no las otras opciones disponibles. Esta forma de ver a
los enemigos no depende de un comportamiento correcto del enemigo, ni de
una acción recíproca, ni de sentimientos de confianza, ni de evidencias de una
relación exitosa, ni de un afecto. Tal amor es incondicional e indiscriminado,
como es el amor de Dios a nosotros. Es de sacrificio –con la voluntad para hacer
lo que sea necesario, y no sólo lo posible, para amar. Agape, antes que nada, se
encuentra en el amor y la misericordia de Dios hacia el injusto. Esto es lo que
Dios es y es así como podemos ser pueblo de Dios. De la misma manera, agape
se cimienta en el poder de Dios actuando en nuestra voluntad y podemos decidir
actuar de acuerdo con sus características. Este amor es un acto para optar, no es
impuesto o involuntario.
Los textos citados nos dan información adicional acerca del amor.
12
bueno y al malo, al injusto y al justo. Los publicanos y gentiles también se
beneficiaban del agape de Dios. Son beneficiarios aun cuando su propio
amor sea parcial y discriminante. Agape no es discriminatorio y nuestro
amor tampoco debe serlo.
Aborreciendo al enemigo
En Mateo, Jesús muestra un contraste fuerte: amar a su prójimo… aborrecer a
su enemigo. Aparentemente hay reglas de ética que el público da por sentado
porque ellos han escuchado que fue dicho. Esto nos hace preguntar: ¿Quién
ha estado diciendo esto? Aunque el enemigo está presente en el Antiguo
Testamento,2 no hay el menor mandato bíblico de odiar al enemigo. Por el
contrario, el Antiguo Testamento revela un amplio rango de pensamientos
y experiencia acerca del enemigo. Es importante revisar, aunque
brevemente, algo de esta diversidad.
No te regocijes cuando caiga tu enemigo, ni cuando él tropiece se
alegre tu corazón (Proverbios 24:17);
Si el que te aborrece tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed,
dale de beber agua; pues, haciendo esto, harás que le arda la cara de
vergüenza, y Jehová te recompensará (Proverbios 25:21-22).
2 El Antiguo Testamento y los libros apócrifos inter-testamentarios mencionan al “enemigo” casi 200 veces;
el Nuevo Testamento sólo usa la palabra 9 veces.
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Estas son palabras suaves acerca del enemigo. El apóstol Pablo utiliza Proverbios
25:21-22 para enfatizar su idea que no deberíamos ser vencidos por el mal, sino
vencer con el bien el mal (Romanos 12:21), un perfil que también refleja las
enseñanzas de Jesús.
El Salmo 109 también nos recuerda esa lucha de la que Jesús y Pablo están
hablando:
14
el odio completo a los enemigos de Dios. También está seguro que este odio será
entendido como una señal positiva de lealtad al pacto.
Esta solidaridad al pacto del salmista con Dios significa que “su enemigo es mi
enemigo”. Los tengo por enemigos aquellos que se levantan contra Dios, los
enemigos que toman en vano tu nombre.
El asunto aquí no es el odio al enemigo, sino la indivisible solidaridad con Dios.
Por cierto, la solidaridad es tan fuerte que el salmista se atreve aconsejar a Dios
de lo que sería una respuesta apropiada de Dios: De cierto, Dios, harás morir
al impío. El salmista entiende su rol como partícipe del pacto de ser el odio
completo hacia los enemigos de Dios.
No cabe duda que tales referencias bíblicas jugaron un papel importante al
modelar las suposiciones de la gente en la Palestina de Jesús.
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La idea que el agape es la manera más apropiada de tratar a los enemigos
es innovadora. Los eruditos no han encontrado este mismo mandato en otra
parte de la Biblia,4 en tradiciones orales judías, en la filosofía griega o en la
comprensión gnóstica. Parece ser una construcción única del carpintero de
Nazaret.5 Vivir y entender las implicaciones de este mandamiento, un tanto
brusco, es un elemento principal del shalom bíblico.
¿Podemos ser más precisos acerca de los enemigos a los que Jesús se refiere? En el
contexto del Judaísmo palestino del primer siglo hubo varias categorías de enemigos.
4 II Samuel 19:6 menciona el “amando a los que te aborrecen y aborreciendo a los que te aman”. Sin
embargo, “amando a los que te aborrecen” se ve como la traición del Rey David quien está más preocupado
por la muerte en batalla de su hijo Absalón que de la victoria obtenida en la batalla aunque con mucho
sacrificio. Es algo que él no debería haber hecho.
5 Piper, John: Love your Enemies [Ama a tus enemigos] (Crossway: Wheaton, Illinois, 2012), p. 63. “Por lo
tanto es la característica peculiar del mandamiento de Jesús de amor al enemigo lo que constituyó el criterio
único según el cual los elementos parenéticos no cristianos asimilados dentro de la tradición parenética
de los primeros cristianos”. Comparar con William Klassen: (El amor al enemigo y la no retaliación en el
Nuevo Testamento ed. Willard Swartley; John Knox Press, 1992), p. 6 “...el elemento novedoso en Jesús es
la forma de enfocar todo en la fórmula precisa “ama a tus enemigos” como un mandato. Por ahora nadie
ha encontrado tal uso antes de ese momento”. La tesis de Piper es que muchos otros dichos (tradición
parenética) que ganaron prestigio en la iglesia primitiva (Romanos 12 es uno de los mejores resúmenes)
tienen sus raíces en esta fórmula precisa de Jesús.
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iii) Muchos podrían haber visto aquellos colaborando con los romanos como
enemigos. La alusión frecuente a publicanos como pecadores sería un
ejemplo de esto.
v) Había un concepto arraigado que veía mucha gente como malos. Para algunos
estos incluían a los samaritanos. Las comunidades del Qumran y los zelotes
habrían considerado a aquellos que apoyaban la vida corrupta del Templo
como malos. Para otros (los fariseos) había un grupo definido más general que
era profano ante sus ojos. La oración del fariseo en Lucas 18:11, agradeciendo
a Dios porque no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni
aun como este publicano, es una indicación de tales categorías.
El amor al enemigo
El mandamiento de Jesús a agapao toda esta gente es una parte crucial de
nuestro entendimiento de ser una comunidad del shalom. El modelo de tal
amor es Dios, quien permite que la lluvia caiga y el sol resplandezca igualmente
sobre los enemigos de la voluntad de Dios y sobre aquellos que están alineados
con ella. La afirmación de Pablo indica esto claramente: Mas Dios muestra su
amor [agape] para con nosotros, en siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros (Romanos 5:8). Dicho de otra manera, agape no depende ni espera
la reconciliación del pecador. Es expresado e impartido libremente cuando aún
éramos pecadores. Tal es la misericordia y perfección a la cual Jesús llama a su
comunidad también.
17
Tesalonicenses 5:15). Aunque estos pasajes no hacen mención de enemigo,
es claro que están luchando con el impacto de una persecución severa y la
respuesta apropiada a los perseguidores. Las recomendaciones a la luz de la
persecución son un reflejo de lo que Jesús enseñó y practicó. Estas enseñanzas
aparentan ser como fórmulas, insinuando que hubo un paquete conocido de
material circulando en la iglesia primitiva. Una parte de este material tiene que
ver con el trato a los perseguidores y los que hacen mal. Algunos sugieren que
los dichos de Jesús, respecto a amar a sus enemigos fueron un resumen posterior
de lo que la iglesia había entendido de la vida y enseñanza de Jesús. Es más real
asumir que estas afirmaciones expresadas como fórmula en la iglesia primitiva
tienen una base común en una enseñanza notable de Jesús: concretamente,
que los enemigos son también beneficiarios del agape de Dios y debemos
seguir este paradigma divino. La afirmación en su forma simple – ama a tus
enemigos- por el contrario, no se encuentra en alguna otra parte. Es en parte
algo misterioso que no se encuentre, dado que parece ser el resumen profundo
de las enseñanzas, la vida y la muerte de Jesús, el Señor.
Las dos historias transcendentales del Antiguo Testamento –el éxodo y el exilio
– son también testimonio del trato a enemigos. Con un enemigo –Egipto- Dios
libera a su pueblo de la opresión del enemigo. Con el otro enemigo –Babilonia-
Dios llevó a su pueblo hacia el campamento de opresión del enemigo. En ambos
casos, Dios es soberano, el enemigo no puede obstaculizar las intenciones de
Dios a largo plazo, y el pueblo de Dios es llamado a confiar en Dios y a serle
fiel. Estas dos historias transcendentales juegan un papel significativo en la
forma en que el Nuevo Testamento presenta la experiencia de Jesús y la iglesia.
Jesús es presentado varias veces como el nuevo Moisés dirigiendo su pueblo a
nuevas fronteras de liberación, y como el siervo sufriente, demostrando lo que
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significa vivir en continuo exilio. El estatus de extranjero del pueblo de Dios
–no del mundo sino en el mundo– es una realidad persistente de exilio en el
Nuevo Testamento. Tanto Abram (Hebreos 11:9) como Moisés (Hechos 7:29)
son identificados come extranjeros en sus tierras. La realidad y el potencial de
continua liberación en la venida del Reino de Dios es una realidad continua
de éxodo. En ambas narraciones, la soberanía de Dios sobre sus enemigos es
proclamada, la victoria sobre sus enemigos está asegurada y el pueblo de Dios
es llamado a confiar, amar y a ser obediente.
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Dios con la humanidad. El compromiso de Dios al agape para beneficio de
toda la creación y toda la humanidad no depende de las respuestas al amor
de Dios. El apóstol Pablo expresa esto en todo el capítulo 8 de Romanos y
termina diciendo:
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6) El amor al enemigo nos ayuda evitar dos tentaciones que todos encaramos.
Conclusión:
La solidaridad de Dios con nosotros es firme e inquebrantable. Se ofrece
indiscriminadamente a todos. Pero no nos hace ser pequeños dioses. No se nos pide
usurpar las prerrogativas que son únicamente de Dios. La solidaridad de Dios con
nosotros es un ejemplo de la forma que debemos ser solidarios los unos con los
otros –de hecho, con toda la humanidad. La solidaridad es una de las claves para
entender la sabiduría del amor al enemigo. Comer del fruto del Jardín del Edén y
construir la Torre de Babel son ejemplos de malentender la solidaridad de Dios con
nosotros, nuestra solidaridad con Dios y nuestra solidaridad los unos con los otros.
21
El Manifiesto de Pablo: La Política de la Iglesia:
Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de
Cristo,… (Filipenses 1:27).
Me gusta referirme a esta sucinta frase de Filipenses como el “Manifiesto
de Pablo”. Nos invita a ponerle atención más centrada en la iglesia como
comunidad política del shalom. Las luchas contra principados/poderes y el
mandato de amor al enemigo presuponen un contexto eclesial. Ellos asumen
que hay una comunidad de discípulos de Jesús que quiere vivir en este mundo
como una comunidad del Reino de Dios y bajo el señorío de Jesús, el Mesías. Si
usamos el lenguaje político de “reino” y “señorío”, es evidente inmediatamente
que la vida y la conducta de esta comunidad pueden, algunas veces, estar
opuestas a los “reinos” y “señores” que nos rodean. Queremos explorar esta
dinámica predecible de la tensión potencial más adelante en esta presentación.
Entendiendo profundamente esta tensión es fundamental para apropiarnos de
nuestra vocación como comunidad del shalom.
22
es un producto de la voluntad. Las decisiones de agape están basadas en
convicción y compromiso.
Hay múltiples señales en el resto de la misma carta que nos dan algunas pistas:
6 Madre Teresa decía: “Si no tenemos paz, es porque nos hemos olvidado que pertenecemos el uno al otro”.
23
iii) El ejemplo de humildad de Jesús considerando a los otros antes que a
nosotros mismos (v.3)
iv) El conocimiento de Jesús de ser igual a Dios no es para ser aprovechado
por él (ni por nosotros) (v. 6);
v) El acto de Jesús de humillarse y despojarse a sí mismo por obediencia a
Dios (v.8);
vi) La obediencia de Jesús, hasta la muerte y muerte de cruz (v.8);
Estos son ejemplos concretos de las políticas que son dignas del evangelio
de Cristo. Pablo hace un llamado a la iglesia a tener el mismo sentir (2:2,5).
Más allá de esta carta hay, por cierto, un gran número de historias y ejemplos
que resaltan los comportamientos que serían dignos de las políticas del
evangelio de Cristo:
Más allá de estos actos particulares que esbozan para nosotros las políticas dignas
del evangelio de Cristo, debemos notar los alineamientos y no-alineamientos,
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más generales, con las políticas de sus días. J.H. Yoder, por ejemplo, ha hecho un
bosquejo de las respuestas de Jesús a las opciones políticas principales de sus
días y no vamos a repetirlas aquí en detalle.7 Yoder indica cómo las políticas de
Jesús retaron las opciones políticas de sus días:
a) La alianza religiosa con el Imperio ocupante –representado por las
tendencias de los saduceos;
b) La separación social, cultural y política de los desafíos propuestos por el
Imperio y las tradiciones de ocupación –representado por las tendencias
separatistas de los fariseos;
c) Escapismo y separación física de las maldades de una sociedad corrupta
–representado por el aislamiento de las comunidades de Qumran en el
desierto de Judea;
d) Resistencia revolucionaria armada contra las fuerzas ocupantes –
representado por los judíos zelotes, herederos de los macabeos del segundo
siglo antes de Cristo.
Yoder indica que mientras Jesús es atraído por apartes de la agenda de cada una
de estas opciones, al final, él las rechaza por no ser dignas del evangelio que él
estaba proclamando.
Esta definición de evangelio son las primeras palabras de Jesús en público, como
se escribió en el Evangelio de Marcos. Debe tomarse en serio.
7 Yoder, John H. Politics of Jesus (Eerdmann’s Publishing House: Grand Rapids), 1972; 1994); en Español
Jesús y la Realidad Política (Ediciones Certeza: Buenos Aires), 1985.
25
Evangelio de Marcos. No es coincidencia que este primer acto siga muy
de cerca, pisándole los talones, a las primeras palabras (Marcos 1:16-20).
Empieza a promulgar el evangelio que Jesús acababa de pronunciar. La
acción es la de convocar una comunidad la que funcionará como un heraldo
del evangelio, tanto en lo que proclama y en cómo vive su vida comunal. En
otras palabras, tenemos en Jesús esta relación íntima entre las buenas nuevas
que el Reino de Dios ha llegado y la respuesta estratégica de organizar una
comunidad de la presencia del Reino de Dios.
La política de la iglesia como una comunidad del Reino, por cierto, nos plantea
la siguiente pregunta: ¿Qué significa vivir de acuerdo con el Reino como Jesús
lo deseó? Este también es un tema que requiere más tiempo y espacio del que
podemos dar en esta corta presentación.
8 The Theology of Christian Pacifism C. H. Dodd; in The Bases of Christian Pacifism eds. C.E. Raven , C.H.
Dodd; and G.H.C. Macgregor (The Council of Christian Pacifist Groups, 1938), p.10-11;
26
1) El objetivo del Reino de Dios se expresa en las palabras que todos sean uno
(Juan 17:21). Las políticas del Reino intentan trascender todas las divisiones
de sangre, idioma y nacionalidad que intenta separar y dividir la humanidad.
La vida del Reino prefiere percibir a toda la humanidad como un cuerpo, del
cual la Iglesia debe ser una señal visible, en la que cuando un miembro sufre
todo el cuerpo es afectado.
2) El método por el cual tal unidad se logra no es la coerción (lo cual viola
la humanidad) sino la reconciliación. Reconciliación no es acomodar los
intereses de algunos, sino descubrir los intereses, sentimientos y acciones
que son comunes a toda la humanidad y que nos enfrenta el uno contra el
otro. Esto permite la creación de una nueva humanidad (Efesios 2:15) que
trae paz en lugar de división.
3) La creación de esta nueva humanidad es el trabajo del agape divino: energía
del bien, bien más allá de la justicia y gracia al que no lo merece. Este
trabajo se expresa a menudo por el perdón, que no es más que el poder de
empezar una nueva vida.
4) El agape divino es orientado también a los individuos. La sociedad, aún en
tiempos de guerra, debe reconocer el derecho de los individuos a diferir de
las políticas prevalecientes. En el Reino de Dios, cada individuo se cuenta
como alguien por quien Cristo murió (I Corintios 8:2).
5) El acto agape de Dios –en la cruz- indica que en el Reino de Dios “Dios
reina desde el madero”. La resurrección es una señal indudable del poder de
agape para volverse a crear a sí mismo.
6) En el Reino de Dios todos somos hijos e hijas del mismo Padre celestial y
todos somos hermanos y hermanas.
7) No es necesario malgastar palabras para probar que la guerra, por su misma
naturaleza, contradice profundamente cada uno de estos seis puntos.
Dodd ha captado bien la esencia eclesial del evangelio del Reino de Dios. Esta
afirmación atrevida que viene desde la intensidad de nacionalismos sublevados,
en momentos cuando el temor y la amenaza del enemigo predominaban, es una
remembranza de la vocación eclesial al shalom.
27
Conclusión:
El principio y el final del texto bíblico –el jardín del Edén y la Nueva Jerusalén-
deja poca duda del deseo de Dios al principio (creación) y al final (eschaton).
Las esperanzas de Dios para la creación y para toda la humanidad pueden ser
resumidas brevemente por la palabra shalom/paz. La paz está en el centro de
las intenciones eternas de Dios. El deseo de paz es la esencia de la actividad
continuada de Dios en el mundo. Cuando sea y donde sea que el reino de Dios
sea indiscutido –por ejemplo, cuando el Reino de Dios llegue a estar presente en
su totalidad- habrá paz. El evangelio de Dios [las buenas nuevas] es que la paz
es posible. Dios ha formado un pueblo y los llamó a ser los primeros frutos de la
paz que se quiere. La vocación de la iglesia es un llamado a la paz. Dios nos ha
indicado, por medio de Jesús, cómo un Reino comprometido con la paz en un
mundo todavía imperfecto puede asemejarse. Dios nos acompaña con su Espíritu
Santo, dándonos el poder y el entendimiento para discernir cómo vivir mejor esta
vocación de paz.
Permitámonos vivir nuestra vida en una manera digna del evangelio de Cristo…
(Filipenses 1:27).
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Notas
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