Paradigmas en El Procés E-A
Paradigmas en El Procés E-A
Paradigmas en El Procés E-A
Desde esta visión de la realidad educativa, el docente más eficaz será el prototipo
para imitar y los procesos de imitación la base para la formación docente.
También, en esta época, proliferaron los estudios en los que se intentaba determinar
distintas tipologías y estilos de enseñanza como los estilos autoritarios,
democráticos, basados en la libertad, (Lippit y White, 1943), la enseñanza
programada, la enseñanza individualizada, la enseñanza socializada, la basada en
programas modulares, etc.
Gráfico 3.1: Categorías para el análisis de las interacciones de Flanders (Postic, 1978:76).
Ahora bien, la microenseñanza y el modelo CBTE parten del supuesto erróneo que
las competencias docentes se definen como el sumatorio de habilidades (skills), sin
considerar que la competencia es más que la suma de las destrezas y habilidades en
las que se descompone los procesos que el profesor realiza. La competencia es, si
asumimos un enfoque sistémico y contextual, una interrelación de conocimientos,
experiencias, habilidades, procedimientos, valores, creencias y actitudes docentes.
En este caso, y siguiendo con lo que exponen (Ferrández, 1996a: Le Boterf, 1996,
Retuerto, 1995, Tejada, 1999a,b, CIFO, 2000), la práctica docente es un dominio de
competencias profesionales que incluyen:
hay que decir que son, básicamente, técnicas de observación sistemática, acudiendo
a las recientes aportaciones del material audiovisual, sobre todo, que recogen
actuaciones docentes explícitas predeterminadas a priori en una escala cerrada e
inamovible; lo que supone, como veremos más adelante, un sin fin de defectos y
problemáticas.
Numerosas han sido las críticas realizadas a este paradigma, críticas que se han
centrado, básicamente, en la desconsideración del contexto como configurador y
mediador en la actuación docente y en la adquisición de competencias docentes, en
la evaluación de los aprendizajes sólo en función del rendimiento de los alumnos y
la inconsistencia de las metodologías e instrumentos de investigación utilizados.
Más concretamente, y siguiendo a Lowyck, 1986 y Pérez Gómez, 1989, las
limitaciones del paradigma se concretan en las siguientes:
Este paradigma plantea cuestiones que intentan solventar las limitaciones de las
investigaciones desarrolladas en el paradigma proceso-producto; abre nuevos
caminos al considerar a los alumnos y a los docentes activos procesadores de
información y mediadores de los procesos de enseñanza-aprendizaje y al utilizar
metodologías cualitativas etnográficas, fenomenológicas entre otras. Estas
metodologías de investigación cualitativas, mucho más flexibles, se justifican por la
necesidad de poder interpretar las respuestas mediadoras difíciles de observar de
manera directa y objetiva.
Como vemos, tres son las líneas de investigación (análisis del pensamiento docente,
del pensamiento discente y de la influencia mutua entre docente y discentes)
desarrolladas en este marco de interpretación, que dan lugar a tres concepciones del
paradigma: el paradigma mediacional centrado en el docente, el paradigma
mediacional centrado en el alumno y el paradigma mediacional integrador
(Pérez Gómez, 1989).
• Los juicios valorativos que los docentes realizan en cado momento del
proceso de E-A y las decisiones que toman en función de éstos. “El
docente toma decisiones en los tres momentos del proceso de E-A, el
momento preinteractivo (donde se prescribe de modo flexible la
enseñanza), el momento interactivo (caracterizado por la momentaneidad
y impredecibilidad) y el momento postinteractivo (en el que se toman
decisiones en relación con la planificación, los procesos y los resultados
de los alumnos)”. (CIFO, 2000:29).
El interés de este paradigma, según Marcelo (1987), radica en conocer los procesos
de razonamiento que ocurren en la mente de los profesores durante su actividad
profesional. La diferencia, con otros enfoques anteriores, consiste en la
preocupación por conocer el proceso cognitivo y demás variables (actitudes,
creencias, valores, teorías implícitas) que subyacen en los procesos de enseñanza y
que eran desestimados en los planteamientos del paradigma proceso-producto.
Desde este paradigma se han representado diferentes modelos que, por un lado,
ponen de manifiesto los factores que influyen en la adopción de decisiones y, por
otro, las tareas que el profesor como procesador e investigador tiene que desarrollar
• La naturaleza de las tareas de instrucción, que tienen que ver con las
estrategias docentes dependientes a las exigencias curriculares.
Información Expectativas
sobre el sobre los
alumno alumnos
Creencias y Decisiones de
actitudes del instrucción
profesor
Disponibilidad
Naturaleza de materiales y
de las tareas estrategias
instructivas alternativas
Figura 3.1: Modelo de toma de decisiones, Shavelson, 1979 (cit, Pérez Gómez, 1989:116)
• El “imago” (la imagen), que el profesor tiene de los alumnos y del grupo y
que será un factor de influencia en las decisiones que toma.
Planificación del
profesor
Procesamiento Procesamiento
de la de información
información del del alumno
profesor
Aprendizaje del
Comportamiento Comportamiento alumno
del profesor del alumno
Aptitudes del
alumno
Gráfico 3.2: Modelo mediacional integrador de Winne y Marx, 1977 ( cit Pérez Gómez 1989:123 )
Este paradigma, que se desarrolla con fuerza en los últimos años de la década de los
setenta, complementa muchos de los planteamientos del paradigma mediacional,
pero va mucho más allá al considerar las variables contextuales como aspectos que
tienen una influencia directa en las actuaciones de alumnos y docentes. Se trata de
un planteamiento conceptual que caracteriza la vida del aula en términos de
intercambios socioculturales y de significados que se producen en el aula (Doyle,
1985, Pérez Gómez, 1989).
Estos mismos autores, (Doyle, 1985, Pérez Gómez, 1989), consideran el aula como
un espacio psicosocial de comunicación e intercambios en la que los
comportamientos de las personas son una respuesta de adaptación contextual global,
o un sistema vivo donde sus elementos se definan en función del intercambio y
donde el sistema se configura a partir de la participación activa de todas las
personas implicadas en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
El docente es considerado como un investigador, como un artista que debe ser capaz
de adaptarse y crear en cada situación específica una estrategia de innovación a
partir de la indagación y la experimentación en la acción (Stenhouse, 1991). Esta
concepción del docente muy desarrollado en Gran Bretaña también tiene
trascendencia en nuestro contexto por los trabajos de Gimeno, 1983, Pérez Gómez,
1993, Contreras, 1997).
Por otra parte, Doyle (1985) caracteriza al docente, en este paradigma, como aquel
profesional que posee una competencia situacional, competencia que tiene que ver
con la capacidad para adaptarse al contexto cambiante, incierto y momentáneo que
caracteriza el aula. Además de poseer una actitud crítica y transformadora pero
comprometida socialmente.
De una manera más concreta, este paradigma se caracteriza por (Pérez Gómez,
Caride y Trillo, 1983, Bronfenbrenner, 1987, Gimeno, 1988, CIFO, 2000):
En los modelos que surgen del paradigma ecológico, el grupo es una pieza
fundamental que influye tanto en la acción del profesor como en la del alumno.
Algunos de los modelos más significativos, en este paradigma, son los Tikunoff y
Doyle.
Nivel grupal
Mensajes
Nivel
interpersonal Metamensajes
Intensidad
Nivel
intrapersonal Profesor Significados y
Extensión de mensajes experiencias
Alumnos previas
A P A P
Actividades
Tiempo
Lugar
Objetivos
Roles
Gráfico 3.3: Modelo semántico-contextual de Tikunoff, 1979 (Cit. por Pérez Gómez, 1989:129)
El modelo de Doyle (1985), por otra parte, pretende determinar los significados de
las tareas y actividades que se han de realizar y contextualizarlas. La vida en el aula
se define como un intercambio dentro de un contexto ambiguo y arriesgado, como
lo define Pont (1996: 47). Este intercambio, concebido como una negociación
implícita o explícita de adquisiciones y calificaciones, de pactos, de significaciones,
está definido por las tareas académicas que ayudan a disminuir la complejidad de
las negociaciones y sirve de guía para el alumno.
Intercambio de
actuaciones por
calificaciones
Estructura de tareas
académicas
Comportamiento
ecológico. Definición
del medio local
Demandas de
aprendizaje
Figura 3.2: Modelo ecológico de Doyle 1985 (cit. por Pérez Gómez,1989: 131)
Los problemas que plantea este paradigma, según Schulman (1989), se centran,
básicamente en:
A estas críticas Pérez Gómez (1989) añade la poca consideración que se otorga a los
contenidos y experiencias de aprendizaje, al considerarlos sólo elementos
situacionales, de valor instrumental.