Adiccion A Las Redes Sociales

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Adicción a las redes sociales - internet y conductas disociales


en adolescentes del distrito de Comas, 2020

TESIS PARA OBTENER EL TÍTULO PROFESIONAL DE:


Licenciado en Psicología

AUTOR:
Martinez Carrillo, Juan Carlos (ORCID: 0000-0002-8744-6632)

ASESOR:

Mg. Pomahuacre Carhuayal, Juan Walter (ORCID: 0000-0002-6769-6706)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Violencia

LIMA – PERÚ

2020

i
DEDICATORIA

A mis padres, hermano mayor, parientes


y personas presentes en mi vida en esta
etapa de formación profesional, ya que
en el transcurso de este tiempo me
apoyaron y motivaron de diversas
formas, como también me forjaron, por
medio de valiosas enseñanzas,
lecciones, experiencias y motivaciones.

ii
AGRADECIMIENTO

A Dios por permitirme llegar a estas


instancias, las cuales resultan uno de los
momentos más importantes de mi vida
profesional; asimismo, por permitirme
vivir experiencias de grandes valores
personales, académicos y emocionales.

A mis seres queridos, tanto familiares,


amigo(a)s y una persona muy especial
en mi vida que no dejaron de alentarme,
a salir adelante ante cada nuevo
obstáculo que se presentase en el
camino.

A mis asesores asignados en este


proceso de investigación; el profesor
Barboza Zelada y el profesor
Pomahuacre Carhuayal, por sus
enseñanzas, pautas y lecciones de gran
valor en mis conocimientos.

iii
Índice de contenidos

Pág.

ii
Dedicatoria
Agradecimiento iii

Índice de contenidos vi
iv

Índice de tablas v

Índice de figuras vii

Resumen ix

Abstract x

I. INTRODUCCIÓN 1
II. MARCO TEÓRICO 4
II. METODOLOGÍA 16

3.1. Tipo y diseño de investigación 16

3.2. Variables y operacionalizacion 16

3.3. Población (criterios de selección), muestra, muestreo y unidad de 17


análisis
3.4. Técnicas e instrumentos de recolección de datos 19
3.5. Procedimiento 24
3.6. Métodos de análisis de datos 25
3.7. Aspectos éticos 26
IV. RESULTADOS 27
V. DISCUSIÓN 33
VI. CONCLUSIONES 44
VII. RECOMENDACIONES 46
REFERENCIAS 47
ANEXOS 59

iv
Índice de tablas

Pág
39
38
33
33
x
x

x
x

Tabla 1. Prueba de normalidad de Shapiro Wilk 27

Tabla 2. Correlación entre adicción a las redes sociales - internet y 27


conductas disociales

Tabla 3. Correlación entre adicción a las redes sociales - internet y 28


dimensiones de la variable conductas disociales
Tabla 4. Niveles de adicción a las redes sociales - internet 29

Tabla 5. Niveles de conductas disociales 29

Tabla 6. Niveles de adicción a las redes sociales - internet, según sexo 30

Tabla 7. Niveles de conductas disociales, según sexo 30

Tabla 8. Diferencias en la adicción a las redes sociales - internet, según 31


sexo y edad
Tabla 9. Diferencias en las conductas disociales, según sexo y edad 32
Tabla 10. Matriz de operacionalización de adicción a las redes sociales 62
- internet

Tabla 11. Matriz de operacionalización de conductas disociales 63

Tabla 12. Evidencias de validez de contenido por método de jueces


77
expertos de la escala de riesgo adicción - adolescente a las redes
sociales e internet (ERA-RSI)

Tabla 13. Evidencias cualitativas de validez de contenido por criterio de 78


jueces de la escala de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales
e internet (ERA-RSI)

Tabla 14. Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc 79


Donald de la escala de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales
e internet (ERA-RSI)

v
Tabla 15. Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc 79
Donald de la escala de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales
e internet por dimensiones (ERA-RSI)

Tabla 16. Análisis descriptivo de los ítems de la escala de riesgo adicción 80


- adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Tabla 17. Índice de ajuste del análisis factorial confirmatorio de la escala 81


de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales e internet (ERA-
RSI)

Tabla 18. Análisis de validez de ítem - test de la escala de riesgo adicción 82


- adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Tabla 19. Baremos percentilares de la variable adicción a las redes 83


sociales - internet y sus dimensiones
Tabla 20. Evidencias de validez de contenido por método de jueces 84
expertos de la escala de conductas disociales (ECODI27)

Tabla 21. Evidencias cualitativas de validez de contenido por criterio de 85


jueces de la escala de conductas disociales (ECODI27)

Tabla 22. Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc 85


Donald de la escala de conductas disociales (ECODI27)

Tabla 23. Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc 86


Donald de la escala de conductas disociales (ECODI27)

Tabla 24. Análisis descriptivo de los ítems de la escala de conductas 87


disociales (ECODI27)
Tabla 25. Índice de ajuste del análisis factorial confirmatorio de la escala 88
de conductas disociales (ECODI27)

Tabla 26. Análisis de validez de ítem - test de la escala conductas 89


disociales (ECODI27)

Tabla 27. Baremos percentilares de la variable conductas disociales y 90


sus dimensiones

vi
Índice de figuras

Pág.

Figura 1. Representación gráfica de la escala de riesgo adicción - 81


adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Figura 2. Mapa de correlación de los ítems de la escala de riesgo 83


adicción - adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Figura 3. Representación gráfica de la escala de conductas disociales 88


(ECODI27)

Figura 4. Mapa de correlación de los ítems de la escala de conductas 90


disociales (ECODI27)

Figura 5. Diagrama de senderos de covarianza entre variables de estudio 83


96

Figura 6. Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - 97


internet y conductas disociales

Figura 7. Matriz de correlación entre adiccion a las redes sociales - 98


internet y conductas disociales en su dimensión robo y vandalismo

Figura 8. Matriz de correlación entre adiccion a las redes sociales - 99


internet y conductas disociales en su dimensión travesuras

Figura 9. Matriz de correlación entre adiccion a las redes sociales - 100


internet y conductas disociales en su dimensión abandono escolar

Figura 10. Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - 101
internet y conductas disociales en su dimensión pleitos y armas

Figura 11. Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - 102
internet y conductas disociales en su dimensión grafiti

Figura 12. Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - 103
internet y conductas disociales en su dimensión conducta oposicionista
desafiante

vii
Figura 13. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 104
internet y conductas disociales

Figura 14. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 105
internet y conductas disociales en su dimensión robo y vandalismo

Figura 15. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 106
internet y conductas disociales en su dimensión travesuras

Figura 16. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 107
internet y conductas disociales en su dimensión abandono escolar

Figura 17. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 108
internet y conductas disociales en su dimensión pleitos y armas

Figura 18. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 109
internet y conductas disociales en su dimensión grafiti

Figura 19. Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - 110
internet y conductas disociales en su dimensión conducta oposicionista
desafiante

viii
Resumen

La presente investigación planteó como objetivo principal establecer la relación


entre la adicción a las redes sociales-internet y conductas disociales en
adolescentes del distrito de Comas, 2020. El tipo de investigación fue de tipo
básico, con diseño no experimental transversal. La muestra la conformaron 133
adolescentes de ambos sexos entre 12 a 18 años, pertenecientes al distrito de
Comas. Para la recolección de datos se utilizaron la escala riesgo de adicción-
adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI) creada por Montserrat Peris,
Carmen Maganto y Maite Garaigordobil en el 2018; y la escala de conducta disocial
(ECODI 27) creado en el 2010 por María Elena Pacheco y José Moral de la Rubia.
Los resultados indicaron una correlación directa y significativa, de intensidad
moderada entre adicción a las redes sociales-internet y conductas disociales
(Rho=.694 , p<.05); asimismo se evidenció una correlación directa y significativa
(p<.05) entre la adicción a las redes sociales-internet y conductas disociales en sus
dimensiones robo y vandalismo (Rho=.588), travesuras (Rho=.704), abandono
escolar (Rho=.564), pleitos y armas (Rho=.549), grafiti (Rho=.505) y conducta
oposicionista desafiante (Rho=.624). Por tanto, se concluyó que a mayor adicción
a las redes sociales-internet mayores conductas disociales, y viceversa.

Palabras clave: Adicción, redes sociales, internet, conductas disociales,


adolescentes.

ix
Abstract

The main objective of this research was to establish the relationship between
addiction to social networks-internet and dissocial behaviors in adolescents from the
Comas district, 2020. The type of research was basic, with a non-experimental,
cross-sectional. The sample was made up of 133 adolescents of both sexes
between 12 to 18 years old, belonging to the Comas district. For data collection, the
adolescent addiction risk scale was used to social networks and the internet (ERA-
RSI) created by Montserrat Peris, Carmen Maganto and Maite Garaigordobil in
2018; and the dissocial behavior scale (ECODI 27) created in 2010 by María Elena
Pacheco and José Moral de la Rubia. The results indicated a direct and significant
correlation, of moderate intensity, between addiction to social networks-internet and
dissocial behaviors (Rho = .694, p <.05); Likewise, a direct and significant
correlation (p <.05) was evidenced between addiction to social networks-internet
and disocial behaviors in its dimensions, robbery and vandalism (Rho = .588),
mischief (Rho = .704), dropping out of school ( Rho = .564), lawsuits and weapons
(Rho = .549), graffiti (Rho = .505) and defiant oppositional behavior (Rho = .624).
Therefore, it was concluded that the greater the addiction to social networks-
internet, the greater dissocial behavior, and viceversa.

Keywords: Addiction, social networks1|, internet, dissocial behaviors, teenagers.

x
I. INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, los adolescentes se han encontrado más inmersos en la


manipulación de las redes sociales e internet; debido a su indispensable uso en la
comunicación, entretenimiento y/o medios de información. Rial, Gómez, Braña y
Varela (2014) sostuvieron que sucede de acuerdo a la facilidad de acceso a
diferentes rutinas digitales; complementado con los cambios evolutivos en esta
etapa caracterizada por el incremento de conflictos e inestabilidades, producto de
un desarrollo socioemocional, psicológico y de percepciones, donde prevalece
conductas fácilmente manipuladas por las influencias del entorno (Organización
Mundial de la Salud, OMS, 2019).

En el plano mundial, se estimó según el Departamento de Investigación Statista


(2015) un 43% de población mundial con acceso a esta plataforma virtual en el año
2015, afirmando una cifra de 49.3%, en aumento para fines del 2018, considerando
su vital importancia en la en la vida cotidiana para múltiples actividades;
seguidamente Pasquali (2020) mencionó que los países latinoamericanos, a nivel
del mundo, ocupan cuatro de las primeras ocho posiciones, en cuanto a usuarios
en condiciones de adicción a las redes sociales. En este ámbito, la adicción a la
plataforma del internet, también recibe un énfasis en una estadística referida por
Arribas e Islas (2009) que indicaron que tanto en México, como en países
sudamericanos, incluyendo a Perú; los adolescentes entre 14 y 15 años de edad
abarcaron el 60% de preferencia al internet más que cualquier otra actividad;
agregando que las incidencias pueden aumentar de acuerdo a la inmensidad de los
avances tecnológicos, en cada año.

En el Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2015) indicó que


los jóvenes de 12 a 17 años de edad son la población con más uso de Internet,
constituyendo un 61.2% de usuarios en conexión, destacando una mayoría
manipulativa de parte de la población residente en áreas urbanas de Lima
Metropolitana. Fernández (2013) lo corroboró indicando que la población con mayor
vulnerabilidad hacia los efectos de un uso desmedido y de forma excesiva de las
redes sociales e internet son adolescentes y jóvenes, que pueden presentar
problemas y/o trastornos de conducta; derivados del excesivo uso de estas
plataformas. A partir de ello, se indicó una probable afectación en el aspecto

1
conductual, reflejado en la adquisición de conductas negativas y/o desafiantes,
hasta tal punto de complementar la aparición o evolución de conductas disociales.

A nivel nacional, el Ministerio de Salud (MINSA, 2017) refirió que la prevalencia en


cuanto a la zona de Lima Metropolitana, las tendencias asociadas a la psicopatía,
se encontraron incrementadas en adolescentes de nuestro medio, alcanzado un
37% como nivel promedio a nivel nacional. Asimismo, el Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables (MIMP, 2018) brindaron cifras de 81.3%, teniendo en
cuenta el rango de edad 12 a 17 años, que se encontraron inmersos en el ámbito
del fenómeno violencia, manifestada en forma física o psicológica; lo cual hace
denotar que la violencia es una condición frecuente en esta población vulnerable.
Se trata de deficiencias en rendimiento general que pueden posibilitar a largo plazo
la aparición de criterios propios de una conducta antisocial en la adultez en caso de
no tomarse medidas pertinentes por parte del entorno.

A nivel local, se indicó según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI,


2018) que el distrito de Comas se sitúa entre los cinco primeros distritos en Lima
Metropolitana en incidencias de delitos generales, patrimoniales, contra de la
seguridad pública y la libertad; reflejado en 9 051 denuncias; mencionando que a
un nivel macro de Lima Norte se reflejó en un quinto lugar en cuanto detenciones
de población adolescente en conflicto con la ley penal, con un 446 casos; solo
superado por Lima, Lambayeque, Lima este y Callao.

Por lo expuesto anteriormente, la siguiente investigación buscó conocer y abordar


el nivel de correlación que hay entre riesgo ejercido por la adicción a las redes
sociales-internet con las conductas disociales en adolescentes de Comas,
indicando a nivel científico urge priorizar este tema, donde en múltiples ocasiones
se puede intuir como posible causa del comportamiento negativo de este grupo;
debido al constante uso con su aparatos móviles y computadoras.

Se propuso en relación a la problemática general la siguiente formulación: ¿Qué


relación existe entre la adicción a las redes sociales-internet y las conductas
disociales en adolescentes del distrito de Comas, 2020?.

La justificación de la investigación, tuvo como fin teórico, aportar conocimientos


sobre la relación de adicción a las redes sociales - internet y conductas disociales;

2
siendo preciso, en indicar que la información y fuentes recolectadas, se pondrán en
consideración de futuros investigadores en abordar el campo de ambas variables.
A nivel metodológico, se obtendrá un aporte, por medio de la medición de los
instrumentos, de ambas variables; y para ello, deberán constar con los procesos de
validación, los cuales permitirán el abordaje, en el contexto de estudio aplicado; ello
con la finalidad de disponer a futuros investigadores, su uso y utilidad como
referencias y aplicación a realidades similares; continuando así la ampliación del
conocimiento sobre la realidad y contexto abarcado. A nivel práctico, los resultados
del estudio, brindarán un entendimiento de los fenómenos vigentes, permitiendo
esclarecer la relación e incidencias de las variables; tomándose en cuenta las
recomendaciones pertinentes y adecuadas, a estas problemáticas. Finalmente, en
el aporte social, se verá una gran ventaja para la sociedad; entre ellos las familias
e instituciones educativas, encargadas de gestionar y guiar a la población
adolescente; puesto que tomaran las medidas preventivas, de acuerdo a los
resultados, conclusiones y recomendaciones generadas.

El objetivo general fue establecer la relación entre la adicción a las redes sociales-
internet y conductas disociales en adolescentes del distrito de Comas, 2020.
Asimismo, se clasificaron objetivos específicos los cuales fueron: establecer la
relación entre la adicción a las redes sociales-internet con las dimensiones de
conductas disociales; describir los niveles de la variable adicción a las redes
sociales-internet; describir los niveles de conductas disociales; describir los niveles
de adicción a las redes sociales-internet, según sexo; describir los niveles de
conductas disociales, según sexo; comparar diferencias significativas en adicción a
las redes sociales - internet y conductas disociales según sexo y edad; y comparar
diferencias significativas de conductas disociales según sexo y edad.

Con respecto a la hipótesis general se planteó que existe relación directa y


significativa entre la variable la adicción a las redes sociales-internet y conductas
disociales en adolescentes del distrito de Comas, 2020. Se planteó como hipótesis
especificas del estudio: existe relación directa y significativa entre la adicción a las
redes sociales y las dimensiones de conductas disociales; existen diferencias
significativas entre la adicción a las redes sociales - internet y conductas disociales
según sexo y edad.

3
II. MARCO TEÓRICO

Empezando de este punto, se mencionaron oportunamente los antecedentes del


estudio; iniciando a nivel nacional, los cuales fueron: Vásquez, Cabrejos, Yrigoin,
Robles y Toro (2019) ejecutaron un estudio en Chiclayo, con el objetivo de evaluar
la adicción a internet y la calidad de sueño en estudiantes universitarios; en base a
un estudio transversal analítico. Su muestra la conformaron 297 estudiantes
universitarios de primeros años, seleccionados por un muestreo estratificado. Los
instrumentos aplicados fueron el test de adicción a internet (IAT), y el índice de
calidad del sueño de Pittsburgh (PSQI). Los resultados mostraron que el porcentaje
en incidencias de mala calidad del sueño y adicción al internet, fue de 72.4% y
10.4%, respectivamente; asimismo se hallaron diferencias significativas entre
adicción a internet, edad (p=.029) y sexo (p=.009); por otro lado, se reportaron mala
calidad de sueño en 76.4% y 87.1%, en casos de usuarios problemáticos y adictos
al internet (p<.001).

Marín (2018) elaboró un artículo en el área de Lima Norte; donde tuvo por objetivo
determinar la relación entre la adicción a internet y la funcionalidad familiar. La
investigación fue de tipo correlacional con un diseño transversal. La muestra la
conformaron 364 estudiantes universitarios a partir de los 15 años; seleccionados
por un muestreo aleatorio de tipo intencional. Los instrumentos utilizados fueron la
escala de adicción a internet de Lima EAIL y la escala de evaluación de
adaptabilidad y cohesión familiar FACES III. Los resultados demostraron una
adicción al internet situado en una media de 20.1; asimismo la relación fue
estadísticamente significativa entre las dos variables; seguidamente los valores
más altos en adicción se situaron dentro de una adaptabilidad rígida (23.7) y
adaptabilidad caótica (20.8). Finalmente, en cuestión de variables
sociodemográficas la media de adicción aumentó en el sexo masculino (21.0) y en
edades de entre 15 a 19 años (20.7).

Perales, Sánchez, Barahona, Oliveros, Bravo, Mendoza, Aguilar, Ocampo, Pinto, y


Orellana (2018) realizaron una investigación en una zona de Lima, con el fin
analizar la personalidad disocial y su discusión de resultados, en un estudio piloto
que evaluó la presencia de esta problemática en estudiantes universitarios. La
muestra la conformaron 175 estudiantes universitarios de primeros ciclos. Los

4
instrumentos de recolección de datos fueron el cuestionario de ideación suicida, en
una primera instancia, en forma de descarte; para luego ejecutar el cuestionario de
detección de conductas disociales, gestionado por el Instituto de Medicina Legal
(IML), y el Ministerio Público del Perú. Los resultados dieron a evidenciar que un
19% de la muestra recayeron en indicadores de conductas disociales, durante la
primera evaluación; asimismo en una segunda instancia, se encontró que cinco
superan un punto de corte, para la adquisición de una personalidad disocial, y 11
en una situación de sospecha para su desarrollo.

Vara (2017) efectuó una investigación en el distrito de Villa María del Triunfo, con
la finalidad de establecer la relación en adicción a los videojuegos con la
agresividad; basándose en un diseño no experimental - transversal. Contó con 306
adolescentes entre 13 a 17 años, pertenecientes a grados de secundaria. Sus
instrumentos de recolección de datos fueron el test de dependencia a videojuegos
(TDV), y el cuestionario de agresión de Buss y Perry. Los resultados dieron a
conocer que existe una correlación positiva, moderada baja, y altamente
significativa (Rho=.268; p<.001) entre las dos variables en mención. Por otro lado,
se encontró que, en la adicción a los videojuegos y sus dimensiones, existen
diferencias significativas (p<.001), en función del género; como también en la
agresividad y sus componentes, los cuales presentan diferencias significativas
(p<.05), según el género y edad.

Zegarra y Cuba (2017) desarrollaron un estudio en la población de Condevilla, en


el distrito de San Martín de Porres; con el fin determinar frecuencias de adicción a
internet y la relación con los grados de desarrollo de habilidades sociales. Para ello,
su estudio fue relacional transversal; aplicado a una muestra de 212 adolescentes
entre 10 a 19 años seleccionados de forma al azar. Los instrumentos fueron el test
de habilidades sociales creado por el Instituto Especializado de Salud Mental
Honorio Delgado “Hideyo Noguchi” y la escala de adicción al internet de Lima EAIL.
Los resultados denotaron un 12.9% de casos de adicción a internet, abarcando
mayoría del sexo masculino (78.3%, p=.003); por otro punto, los factores de
adicción al internet masculino (p=.016) están asociados a las bajas habilidades
sociales (p=.004). Por ende, se concluyó medidas de prevención de este tipo de

5
comportamiento en adolescentes, siendo precisos en agregar la posible aparición
de conductas de riesgo.

En relación a los antecedentes internacionales: Hernández, Ortiz, Martínez,


Ramírez y Miramontes (2019) realizaron un estudio en Jalisco (México), con el fin
de verificar los hábitos de uso del internet. El estudio fue descriptivo y de enfoque
cuantitativo. Contó con una muestra de 747 adolescentes entre 12 a 16 años de
educación secundaria; siendo seleccionados por el método aleatorio simple. Para
la recolección de datos se emplearon la prueba de adicción a internet elaborada
por Young. Los resultados muestran índices de 13.4% manifestada en niveles altos
para la adicción al internet; asimismo evidenciando que un 54.61% de los
adolescentes presentan niveles altos, en cuanto a escasez de control del uso de
esta plataforma. Los autores concluyeron que los índices para que la población
adquiera niveles de adicción son altos.

Fernández, Casal, Fernández y Cebreiro (2019) efectuaron un estudio en Galicia


(España) donde tuvieron por objetivo de analizar las frecuencias y tipos de usos
ejercidos en internet, como también las redes sociales; asimismo las actitudes hacia
ellas. Para ello, se basaron en un estudio cuantitativo, de carácter descriptivo
explicativo. Contaron con 396 estudiantes universitarios, entre 17 a 25 años. Los
instrumentos utilizados fueron la adaptación de la escala de actitudes hacia el
internet y las redes sociales para adolescentes, creada por Rial y colaboradores en
el 2014. Los resultados evidenciaron que el 99.5% de estudiantes se conectaron
diariamente, entre 16 y 24 horas (86.9%), por medio del móvil (95.7%) con fines de
búsqueda de información, en relación a los estudios, consultas de correos, y visitas
de redes sociales. Por otro lado, enfatizan que la conexión a las plataformas y
niveles de incidencias varían según el género, debido a que en los hombres, se
destacan el uso en juegos online; como también presencia de descuido por
actividades, y mal humor de parte las mujeres, cuando hay ausencia de conexión
a la plataforma virtual.

Estévez, Urbiola, Iruarrizaga, Onaindia y Jauregui (2017) llevaron a cabo en España


un estudio, con el objetivo de analizar la dependencia emocional y las
consecuencias psicológicas en relación al uso del internet y teléfono celular, según
niveles de síntomas ansioso-depresivo y autoestima. Su diseño fue correlacional

6
transversal. Su muestra estuvo conformada por 535 jóvenes universitarios de entre
18 a 31 años. Los instrumentos de recolección fueron la escala de dependencia
emocional DEN, el MULTICAGE CAD-3, el cuestionario de experiencias
relacionadas con teléfonos celulares CERM, la lista de comprobación de síntomas
-90-R, SCL-90-R, la escala de depresión del centro de estudios epidemiológicos
CES-D y la escala de autoestima de Rosenberg. Los resultados dan cuenta que
hubo diferencias, según el sexo en cuanto al abuso de los celulares, depresión y
autoestima; asimismo se encontró que hubo correlación entre dependencia
emocional, con el abuso a internet y celular. Por tanto, se concluyó que la
dependencia emocional sería un factor predictor del abuso de internet y celular, así
también los síntomas de ansiedad, depresión y autoestima serian factores
predictores en el abuso al celular e internet.

Meléndez, Cabrera, Baldovino y Díaz (2017) en su estudio efectuado en Colombia,


buscaron la prevalencia de la conducta disocial en una población de infantes y
adolescentes, por medio de un tipo de investigación no experimental, de nivel
descriptivo transversal; acotando que la muestra constaba alrededor de 45 niños y
adolescentes entre edades comprendidas de nueve a quince, los cuales se les
aplicó la encuesta de evaluación del trastorno disocial de la conducta, creada por
Pineda y colaboradores. Los resultados denotaron que el 40% de los niños y
adolescentes evidencia del trastorno disocial de la conducta; en donde constan
agresiones a otros, el daño a la propiedad ajena y acciones violatorias a las reglas
establecidas.

Martínez y Moreno (2017) realizaron un estudio de estudio en España, con la


finalidad, de analizar las relaciones que existen en la dependencia a las redes
sociales virtuales y la violencia escolar, en función del sexo y la edad. Su muestra
la conformaron 1952 adolescentes, de ambos sexos, y entre 11 a 16 años. Los
instrumentos utilizados, fueron la escala de conducta agresiva, de Little y
colaboradores, y la sub escala de dependencia a las RSV, de la escala de
socialización virtual (e-SOC 38) de Muñiz. Los resultados dieron a conocer,
mayores proporciones de chicas, con alta dependencia, a diferencia de que el sexo
opuesto(χ² (2) = 16.45, p< .01), y en la edad, mayores proporciones de
adolescentes entre 14 a 16 años (χ² (2) = 45.82, p< .01). A pesar de ello, no se

7
hallaron diferencias significativas en la RSV, en función del sexo y edad (F=.861;
F=.996). Por otro lado, se encontró que los adolescentes con mayor dependencia
a las RSV, obtuvieron puntajes elevados en violencia manifiesta y relacional.

Partiendo del nivel teórico, se consideró en primer lugar la línea base de


investigación, la cual es la violencia. Desde su conceptualización, se entiende que
la violencia engloba un modelo complejo, en el cual parten del debate y una
controversia. La Organización de las Naciones Unidas para los Asentamientos
Humanos (ONU-HABITAT, 2012, p.99) lo refirió como una acción o conjunto de
ellas que atentan contra la integridad física, psicológica y emocional de cualquier
individuo o conjunto, compartiendo multiplicidad de factores reflejados físicamente,
institucional, simbólica, etc.; no penalizada jurídicamente en todos los casos.

Englobando con los supuestos teóricos de este fenómeno social se indicó la


clasificación de dos teorías fundamentales acerca de su origen abordada por
Ramos (2008) quien mencionó las teorías innatistas, el cual supone en cuanto a
origen de las acciones violentas o agresivas, una localización en los propios
impulsos del sujeto; siendo sus teorías principales la genética, etológica,
psicoanalítica, de la personalidad, de la frustración y de la señal-activación.
Asimismo, las teorías ambientales que postulan que el nacimiento de la conducta
violenta se localiza en el entorno ambiental que rodea al individuo; de esta forma
se entiende a la agresión como una reacción frente a estímulos de la sociedad;
estas teorías ambientales la conforman la teoría del aprendizaje social, interacción
social, sociológica y la ecológica.

Según Cornella y Llusent (2014) postulan que la respuesta violenta va relacionada


a comportamientos desafiantes, en función de las edades. Entre ellos se menciona
a los infantes de 3 a 7 años; y los de 8 a 11 años caracterizados por la existencia
de actitudes desafiantes frente a las reglas en donde va evolucionado la gravedad
de manifestaciones violentas en contra del entorno; siendo en la adolescencia las
manifestaciones conductuales orientadas al trastorno antisocial; por medio de daño
infligido a las demás personas poniendo en peligro la integridad física y de vida.

De la igual forma, un estudio conjunto de la Organización Panamericana de la Salud


y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (OPS, UNICEF, 2018)

8
determinaron que las formas de manifestación de la violencia en la etapa
adolescente, varía según las edades abarcadas entre los 11 a 17 años, donde se
reflejan actos de maltrato infantil, la intimidación o bullying, la violencia juvenil que
tiene su apogeo en esta etapa, la violencia de pareja, y finalmente la mantención
de la violencia sexual, emocional, psicológica o de testigo. A partir de los 18 años,
se resalta en sus etapas finales la violencia juvenil y la violencia de pareja.
Enfatizando que en términos de impacto si no se toman las medidas preventivas se
puede ocasionar el desarrollo de problemas en relación a los trastornos de
conducta.

Abordando la variable adicción a las redes sociales-internet, se mencionó en primer


lugar, que desde un punto de vista histórico Golberg (1995) es considerado uno de
los pioneros en abordar esta variable en términos de conceptualización, teniendo
en cuenta criterios diagnósticos de la manipulación excesiva de las drogas; entre
ellos criterios relacionados al cambio en hábitos de vida, con el fin de permanecer
en este ámbito de red virtual reflejado en ausencia o disminución de actividades
físicas y cuidado personal, privación de asistencia a reuniones sociales, desorden
del hábito del sueño, entre otros. Seguidamente, Young (1996) propuso en su
cuestionario indicadores de determinación del diagnosticó, con respecto a la
adicción a las redes sociales, en relación al juego patológico.

Shapira, Lessig, Goldsmith, Szabo, Lazoritz, Gold y Stein (2003) resaltaron un


aspecto importante en el abuso del internet, relacionado a una necesidad de las
personas por ingresar continuamente a estas plataformas, conllevando una
afectación en diversas áreas del rendimiento y conducta. Años más adelante, Cía
(2013) en su estudio con respecto a las adicciones no relacionadas a sustancias
propuesto por el DSM 5, hace alusión su sorpresa a la no inclusión de la adicción
a las redes sociales en el rango del apartado mencionado, ya que se enmarca en
su enorme evolución e importancia a nivel mundial; en primer lugar por las
semejanzas que se pueden evidenciar entre las adicciones a sustancias y las
adicciones conductuales, donde se sitúa la adicción al internet y las nuevas
tecnologías, y por otro lado la presencia de vulneración psicológica debido a
factores como la impulsividad, la disforia, la intolerancia, y problemas de
personalidad.

9
Recientemente, Serrano, Martínez y Niño (2018) propusieron en su instrumento de
medición sobre problemas al uso del internet, en relación de fines sexuales
estipulados en el DSM 5; la presencia de problemáticas basadas en la depresión,
ansiedad, agresividad, fobia social, trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH), compulsividad e impulsividad; indicando una mayor
predominancia en la etapa juvenil y adolescente.

Las autoras del instrumento de medición utilizado para la presente investigación


Peris, Maganto y Garaigordobil (2018) hicieron mención que en la elaboración de
su instrumento, enfatizaron una alusión teórica de la variable adicción a las redes
sociales - internet, tomando en cuenta las concepciones, en relación con los
criterios clínicos del DSM 5 en cuanto a las adicciones no tóxicas, para el cual se
adaptaron a la realidad de adolescentes y a la temática en mención.

Encaminado a modelos teóricos que nos expliquen las manifestaciones, tanto como
su origen del ámbito de adicción a redes sociales, Griffithis (2009) propuso tres
posturas en relación al modelo biopsicosocial que nos menciona que los
componentes de la adicción se encuentran caracterizados en cambios del individuo;
siendo la teoría cognitiva conductual que fundamenta los actos adictivos como una
serie de aspectos cognitivos en relación a causas ambientales, apoyadas a veces
por la mayor predisposición a experiencias pasadas en el ámbito social; la teoría
socio cognitiva el cual indica que de acuerdo a la percepción de resultados positivos
y la eficacia de la manipulación del Internet, como también complementado con una
escasa regulación propia, se origina las adicciones; y la teoría biológica, la cual
relaciona actos adictivos a Internet con cambios en los procesos de conexión entre
neuronas, esquema estructural y desempeño de la masa cerebral.

Cabe precisar que estas posturas de la adicción al internet complementan un factor


importante para comprender esta problemática. Sin embargo, resulta sustancial
abordar la conceptualización por lo que Peris, Maganto y Garaigordobil (2018, p.31)
definen a la adicción a las redes sociales-internet como una necesidad de conexión,
con el fin de desviarse de las preocupaciones, labores académicas, relaciones
provocativas de estrés, intranquilidad al futuro, entre otros; presentando exigencias
de respuestas de satisfacción, sin tolerancia a la frustración; manifestado a través
de juegos, citas virtuales, grupos de interés en común, actualización de estados

10
virtuales, etc. Del mismo modo, las autoras nos indicaron la existencia de cuatro
ejes relacionados a los criterios del DSM 5 y las adicciones no tóxicas, los cuales
son los síntomas adicción en relación a las conductas de adicción a sustancias no
tóxicas; el uso social, los cuales son conductas habituales, enfatizadas en la
socialización virtual del adolescentes; los rasgos frikis, que hacen referencia hacia
aspectos propios como unión a grupos de interés específico, jugar juegos virtuales
y de rol, y encuentros sexuales; y la nomofobia, el cual resulta un factor relacionado
a la ansiedad y control en el uso del móvil

Enfatizando la multiplicidad de factores que originan este fenómeno, Araujo (2016)


mencionó la presencia de factores individuales que engloban aspectos de
personalidad, creencias y valores; factores de actividad relacionadas al grado en
que la misma proporciona placer, satisfacción o reducción del estrés; factores en
relación al medio ambiente, donde hay inclusión de las normas sociales y también
las oportunidades, recordatorios, señales, etc. Asimismo, nos refirió que de acuerdo
a la calidad de presentación de estos factores, y complementado con los niveles de
manifestación en el individuo se detallan efectos en relación a la disfunción familiar,
escasa calidad de muchos contenidos, acceso a pornografía, ocultamiento de la
propia identidad y consecuencias adicionales, como también la aparición de nuevas
formas delictivas. Por otro lado, se destaca que, en función de la creciente
presencia de los nuevos avances tecnológicos, se hace de forma indispensable
considerar las consecuencias, como el desarrollo de conductas adictivas; es por
ello que en relación a la adolescencia, la vulnerabilidad puede estar marcada por
excesos de dependencia (Estévez et al., 2017). De forma adicional, recalcar que,
en el ámbito de medición del instrumento en uso, para la presente investigación;
constan las dimensiones y los ítems, en un mismo objetivo, el cual son la detección
de problemas relacionados a las adicciones de las redes sociales e internet;
infiriendo que ambos contribuirán en conjunto, en cuanto a la aparición de
conductas negativas en el adolescente.

Con respecto a la variable conductas disociales, se mencionó en el aspecto


histórico a Bandura, Ross y Ross (1963) como los pioneros en la temática, ya que
nos refirieron que el adolescente obtiene una serie de respuestas conductuales por
medio de experiencias; es por ello que fundamentan a los sujetos con un tipo de

11
conducta disocial haber vivido en un clima imperante de agresividad, disfunción y
violencia familiar, originando de esta forma conductas desadaptativas en la
interacción de factores determinantes y el aprendizaje. Posteriormente, Coleman
(1994) indicó la predominancia de factores psicológicos, que engloba una conducta
disocial; ello clasificados en dos grupos teóricos, basándose en la agresividad
producida por el escaso control de impulsos y las teorías reactivas; que son
aquellos factores externos que pueden existir dependientes de un estímulo
relacionado con la frustración y el aprendizaje social, así como factores negativos
de crianza y clima familiar.

Millon (2006) mencionó con respecto a los adolescentes con presencia de una
conducta disocial, la evidencia de una personalidad extrovertida. Asimismo, un
desnivel emocional, perfil reacio, actitud rebelde ante el entorno, frustración ante
privación o el castigo, carencia afectiva expresada en diferentes grados de
intensidad. Es por ello que atribuyó a estos modelos comportamentales orígenes
basados en la trasgresión de normas y/o parámetros sociales, diagnosticados hasta
18 años de edad como límite. En los últimos años, Cerezo, Méndez y Ato (2013)
destacaron como innovación que los comportamientos disociales y el consumo se
encuentran estrechamente relacionados principalmente en etapas de la
adolescencia, confirmando que factores de consumo entre amistades,
complementado con la facilidad de acceso a sustancias, difieren en la aparición de
esta problemática; si en caso no se tomaran las medidas preventivas en el ámbito
familiar, a modo de una adecuada gestión de estilos de crianza.

Desde el punto de vista de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA, 2002),


estipularon por medio del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales DSM-IV TR, el otorgamiento de conceptos y criterios clínicos,
mencionando que se trata de un trastorno con características reiterativas y
duraderas comportamentales de violación de los derechos básicos sociales, propio
de la edad; indicando que se manifiesta en base a la agresividad hacia el entorno
y otros seres vivos, el destrozo de la propiedad, robo y fraudulencia, actos
violatorios de forma grave a las reglas siendo tres o más criterios presenciados
durante un espacio de 12 meses; diagnosticado con al menos un criterio durante

12
los últimos seis meses. Destacando que el trastorno disocial genera un déficit
significativo a nivel clínico, de la rutina en el entorno social, escolar o de trabajo.

En los últimos años, se presentó la actualización de este Manual Diagnóstico por el


reciente DSM 5, lo cual no resultó en una modificación fundamental en términos
conceptuales ni criterios diagnósticos para este fenómeno. No obstante, si conllevo
al cambio de categoría del trastorno disocial, anteriormente dentro de “trastornos
de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia”. El DSM 5 lo catalogó dentro de
“trastornos perturbadores, del control de impulsos y de conducta”, como también
siendo concisos en agregar el especificador edad de inicio, debido a que subyace
en subtipos infantil relacionado con los problemas conductuales, temperamentales,
déficits neuropsicológicos cognitivos, inestabilidad familiar y vulneración genética;
y el trastorno disocial de inicio adolescente enlazado con niveles de rebeldía, mayor
rechazo a las normas y aspectos negativos en aprendizaje social entre grupos de
iguales (Molinuevo, 2014).

Los autores del instrumento utilizado en la presente investigación, Moral y Pacheco


(2010) refirieron que en la elaboración de su instrumento hicieron énfasis teórico de
la variable conductas disociales, tomando en cuenta a las concepciones propuestas
en los criterios clínicos diagnósticos del DSM IV TR, en cuanto a la detección de
conductas que anteceden al trastorno antisocial de la personalidad manifestada en
la adultez, a los problemas de categoría grave ante la ley, considerando el lenguaje
estándar psicopatológico predominante; siendo crucial una adaptación a la realidad
de adolescentes y a la temática en mención.

Abarcando teorías en relación a las conductas disociales se encuentran las teorías


en relación a la personalidad, que según Eysenck en la década de los 70 mencionó
la influencia de los componentes ambientales, en relación con las personas con
predisposiciones genéticas; la teoría de la razón cognitiva emotiva referida sobre la
manera como un individuo utiliza el pensamiento, análisis y valoración de la
realidad, y como ello repercute en su aspecto no solo emotivo, sino también a nivel
conductual. De este modo, se distinguío estructuras cognitivas distorsionadas en
casos de comportamientos delictivos con tendencias antisociales; la teoría del
aprendizaje social basado en la teoría de Bandura, que dictó que la fuente del
comportamiento ya sea adecuada a la sociedad, o reflejada hacia actos delictivos,

13
dependerá de la estimulación reiterativa de aprendizajes múltiples; y la teoría de
ruptura de lazos y normas del entorno que sostienen que, de acuerdo a la
separación o debilidad de lazos con el entorno, se desarrolla y estimula la unión
con grupos caracterizados con comportamientos perjudiciales, de los cuales se
aprende y/o refuerza el comportamiento delictivo o antisocial. Finalmente, Gómez,
Arango, Molina y Barceló (2010) nos refirieron la existencia de la teoría de la mente
estructurada a las características del trastorno disocial, lo cual se aborda como una
interferencia en el desarrollo del comportamiento empático, conductas
fundamentales para conseguir una funcionalidad social y establecimiento de
vínculos adecuados con otras personas.

Enfatizando que estas posturas y teorías acerca de las conductas disociales


refuerzan un factor importante en la comprensión de esta variable. Cabe precisar
la conceptualización, por lo que Moral y Pacheco (2010) lo definen como serie de
indicadores que determinan la presencia de un trastorno disocial en el adolescente,
en el cual se encuentran comportamientos trasgresores a la integridad propia del
entorno, incluyendo sus derechos como persona. Ello de forma reiterada por medio
de agresividad a otros seres humanos, como animales, daño a la propiedad,
acciones de hurto o robo y actos violatorios a las reglas establecidas. Asimismo,
los autores clasifican según los criterios clínicos del DSM-IV TR, las dimensiones
los cuales son el robo y vandalismo, guiadas a la acción oportunista, intencionada
o premeditadamente de forma ilegal de un bien; pudiendo infligir un daño
intencional o premeditado a un bien de manera adicional; las travesuras, referidas
como acciones en relación a la malicia en contra de una propiedad o persona ajena;
el abandono escolar, el cual resulta en el absentismo de forma definitiva a las clases
en una institución educativa, los pleitos y armas, cuyos factores están encaminados
a las acciones que implican peleas, golpes, con fines de trasgresión, igualmente a
a la exposición o manipulación de armas de fuego, con fines defensivos o
trasgresores; el grafiti, el cual significa el uso al que se somete la pinta callejera,
diversos clases de contenido que circulan en el medio; y la conducta oposicionista
desafiante, que implican patrones recurrentes de conducta hostil o con fines de
desobediencia a las figuras de autoridad.

14
Como punto final del marco teórico, resultó relevante considerar las posturas
teóricas que argumentan la relación de las dos variables a estudiadas. Por ello,
Fernández (2013) refirió sobre las redes sociales e internet, son los adolescentes y
jóvenes quienes presentan mayor alcance de vulnerabilidad al uso excesivo de
estás; enfatizando problemas conductuales en derivación al acceso que provee la
red, siendo preciso en indicar la aparición e inmediata atención de probables
patologías o complicaciones que puedan ser negativos ante un uso y manipulación
exagerada de estas. Por otro lado, Echeburúa (2012) acotó que al igual que el
ámbito de las drogas, las redes sociales se consideran difíciles de aceptar en un
adicto; es por ello que se presenta como un suceso muy negativo debido al posibles
problemas de fracaso escolar, trastornos de conducta, mentiras reiteradas,
aislamiento social, dificultades económicas y la presión familiar que lo obliga a
tomar conciencia del problema. Sin embargo, acotando factores de riesgo que
contribuyen a esta adicción se encuentran el grado de vulnerabilidad psicológica,
estrés, disfunción familiar y presión social. Asimismo, Cerezo, Méndez y Ato (2013)
enfatizaron un rol importante de las redes sociales, en la aparición de conductas de
desviación; entre ellas las conductas disociales, que resultan un problema
multifacético, producidas por el consumo adictivo de los adolescentes, hacia
sustancias tóxicas y no tóxicas.

15
III. METODOLOGÍA
3.1 Tipo y diseño de investigación

Tipo de investigación

La investigación fue de tipo básico, debido a que los objetivos y planteamientos de


estudio se encontraron avalados en la expansión del conocimiento científico con
respecto al tema abordado por el investigador (Moran y Alvarado, 2010).

Diseño de investigación

En cuanto al diseño se consideró el no experimental transversal; Kerlinger (1979)


lo fundamenta, ya que no se realizarán manipulación de las variables, empleando
la observación en el medio con el fin de analizar; asimismo recopilando los datos
en un solo momento. Del mismo modo, el nivel es descriptivo-correlacional, porque
permitirá la descripción y observación si existe relación en los resultados
encontrados. (Ato, López y Benavente, 2013).

3.2 Variables y operacionalización

 Variable 1: Adicción a las redes sociales - internet

Definición conceptual

Necesidad de conexión, con el fin de desviarse de las preocupaciones, labores


académicas, relaciones provocativas de estrés, intranquilidad al futuro, entre otros.
Asimismo, exigir respuestas a la satisfacción, sin presentar capacidades de
tolerancia a la frustración (Peris, Maganto y Garaigordobil, 2018, p.31).

Definición operacional

Se midió a través de la Escala de Riesgo de Adicción – Adolescente a las Redes


Sociales e Internet (ERA-RSI) conformado de 29 ítems al estilo Likert, clasificado
en 4 dimensiones (Síntomas – Adicción, Uso – Social, Rasgos Frikis y Nomofobia);
siendo dirigida para la población adolescente del distrito de Comas.

Indicadores

Síntomas-adicción (ítem 1 al 9); Uso social (ítem 10 al 17); Rasgos frikis (ítem18 al
23); y Nomofobia (ítem 24 al 29).

16
Escala de medición

Ordinal.

 Variable 2: Conductas disociales

Definición conceptual

Indicadores que determinaran la presencia de un trastorno disocial en el


adolescente, en el cual se encuentran comportamientos trasgresores a la integridad
general del entorno, perjudicando sus principales derechos de forma reiterativa por
medio de agresividad a otros sujetos y demás seres vivos (Moral y Pacheco, 2010,
p.200).

Definición operacional

Se midió a través de la Escala de Conducta Disocial (ECODI27), el cual consta de


27 ítems al estilo Likert, clasificado por 6 dimensiones (Robo y vandalismo,
travesuras, abandono escolar, pleitos y armas, grafiti y conducta oposicionista
desafiante); siendo la escala dirigida la población adolescente del distrito de
Comas.

Indicadores

Robo y vandalismo (ítems 5,8,17,18,24,25,26 y 27); Travesuras (ítems 6,7,15,16,20


21); Abandono escolar (ítems 3 y 4); Pleitos y armas (ítems 1,2,19,22 y 23); Grafiti
(ítems 12,13 y 14); y Conducta oposicionista desafiante (ítems 9,10 y 11).

Escala de medición

Ordinal.

3.3 Población (criterios de selección), muestra y muestreo y unidad de


análisis

Población

Según Arias, Villasís y Miranda (2016) refirieron de la población como un conjunto


de casos definidos, limitados y accesibles que serán parte de la referencia para la
selección de las unidades muéstrales. La población de estudio la conforman un
estimado de 59 833 adolescentes del distrito de Comas, entre los 12 a 18 años; de

17
acuerdo con los resultados del último censo a nivel nacional (Instituto Nacional de
Estadística e Informática, INEI, 2017).

 Criterios de inclusión
 Adolescentes de ambos sexos.
 Adolescentes en el rango de edad entre 12 a 18 años. (Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables, MIMP, 2018; Instituto Nacional de Estadística e
Informática, INEI, 2018).
 Adolescentes pertenecientes o con residencia actual en Comas.
 Adolescentes que hayan accedido al formulario de aplicación de la muestra vía
virtual.
 Criterios de exclusión
 Adolescentes con necesidades educativas especiales.
 Adolescentes que no respondan apropiadamente al formulario.
 Adolescentes con imposibilidades de acceso al formulario de aplicación de la
muestra vía virtual.
 Adolescentes y/o padres de familia que hayan denegado participar en la
aplicación del formulario de forma voluntaria.
Muestra
Según López (2004) lo define como parte del conjunto poblacional en que se
llevaran a cabo el proceso de investigación. La muestra elegida quedó determinada
por 133 adolescentes de 12 a 18 años distribuidos por el distrito de Comas. De
acuerdo al resultado del cálculo del tamaño de la muestra, se mencionó que fue
brindado por el programa estadístico G Power versión 3.1., llevándose un proceso,
de acuerdo a lo indicado por Quezada (2007) donde el nivel de error es
representado por α=.05, y un nivel esperado de potencia de (1 - β =.80) con un
tamaño de efecto grande, mediano o pequeño de acuerdo a lo establecido por
Cohen (1998); asimismo, Cárdenas y Arrancibia (2014) corroboran el proceso
ejecutado, ya que consideran que la potencia estadística convencional para un
análisis es del 80% (1 - β =.80), acompañado por un nivel de confianza estimado
en el ámbito de la psicología de α=.05; es decir de un 5% de error. De igual manera
García, Reding y López (2013) establecieron un nivel de confianza de error y
potencia (α=.05; 1 - β =.80). Respecto a la investigación, se utilizó con el valor de

18
correlación p H1=.240 hallado por medio de la correlación entre violencia escolar y
adicción a las redes sociales (Pérez, 2020) semejante al estudio abordado.
Muestreo
Espinoza (2016) refirió que el muestreo queda definido como una técnica empelada
destinada a la selección de componentes representativos de la población de
estudio. Se utilizó el muestreo no probabilístico por conveniencia; caracterizado por
casos con accesibilidad de aceptación en la inclusión de la muestra, fundamentado
en la disponibilidad de los sujetos de participar en la investigación (Otzen y
Manterola, 2017).

Unidad de análisis

Adolescentes del distrito de Comas, 2020.

3.4 Técnicas e instrumentos de recolección de datos:

Según Abascal y Grande (2005) la técnica aplicada fue la encuesta; debido a que
la obtención de datos cuantitativos, se dio por medio de preguntas coherentes y de
forma articulada, otorgando una muestra de elementos acerca de un asunto
abordado; siendo por medio de esta, la resolución sin control del investigador; es
decir de forma libre (García, 2004, p.29); indicando oportunamente, que la
recolección de datos fue de forma virtual, a través de un formulario google.

Escala de Riesgo de Adicción – Adolescente a las Redes Sociales e Internet


(ERA-RSI)

Ficha técnica del instrumento

Autoras: Montserrat Peris, Carmen Maganto y Maite Garaigordobil

Año de creación: 2018

Procedencia: España

Dirigido a: Adolescentes de ambos sexos.

Administración: Individual y Colectiva.

Duración: 10 a 15 minutos aproximadamente.

19
Sustento teórico: Conductas adictivas orientadas a las redes sociales e internet
subdividas en cuatro factores, basadas en los criterios clínicos de la personalidad
del DSM 5.

Ámbito: Educativo, clínico y social.

Reseña histórica

Peris, Maganto y Garaigordobil (2018) fueron las creadoras de la escala de adicción


de riesgo de adicción-adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI),
conformado por 29 ítems, dirigido con fines de medición a las adicciones
específicas en la multiplicidad de las redes sociales-internet en adolescentes, en
función de los criterios clínicos diagnósticos del DSM 5, en las adicciones no
toxicas. Abordando la búsqueda de la comprensión de los adolescentes, en cuanto
a la implicancia y repercusiones en su desarrollo personal, académico y laboral por
los hábitos excesivos o inadecuados en la red social e internet. La escala presenta
cuatro dimensiones los cuales son: Síntomas – adicción, uso social, rasgos frikis, y
Nomofobia.

Consigna de aplicación

Puede considerarse de forma individual o colectiva, con tiempo de


aproximadamente de 10 a 15 minutos; seguidamente explicándose de forma previa,
los datos sobre la manipulación ejercidas por los adolescentes, y sus efectos a un
determinado plazo. De igual manera, proceder con las instrucciones de marcado,
en función de la conexión y tipo de uso que se realiza el individuo en las redes
sociales e internet; recalcando la importancia de la sinceridad en las respuestas a
marcarse, de acuerdo a los valores aparecidos.

Calificación

Las puntuaciones varían entre 1 Nunca o Casi nunca, 2 Algunas veces, 3 Bastantes
veces y 4 con Muchas veces o siempre. De esta manera, la puntuación de cada
dimensión se logra sumando los ítems que le corresponde y dividiéndolos por el
número de ítems, realizando este procedimiento en factores como en el total de
adicción.

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Propiedades psicométricas originales del instrumento

Fue aprobado por la Comisión de Ética de la Universidad del País Vasco,


indicándose que se realizó el retest tras dos meses de la primera aplicación previa.
Asimismo, se procedió con el análisis factorial, lo cual se obtuvo coeficientes de
correlación de Pearson con variables tanto convergentes y divergentes, como
también validez estructural por medio de la prueba de KMO con un índice de .90 y
el test de esfericidad de Bartlett significativa X2(406) = 6138.89; p < .001. El criterio
de extracción responde a un 46.48% de varianza total de los 4 factores. La
confiabilidad por medio de alfa de Cronbach fue de .90, en cuanto a su consistencia
interna. Cabe resaltar la estabilidad temporal de la prueba el cual fue determinado
por las correlaciones test retest en la escala total que resultaba r=.76 y r=.88. Por
tanto, las autoras recomiendan su aplicación en adolescentes.

Propiedades psicométricas del piloto

Se procedió con establecimiento de validez de contenido reflejado mediante la V


de Aiken donde se evidenció una calificación positiva. Ello lo corroboró Aiken (2003)
que indicó que cuando un porcentaje es mayor a 0.80, se admiten los reactivos
según la opinión de los evaluadores. Asimismo, en el análisis de fiabilidad se
obtuvieron puntajes de .901 y .903 brindados por el Alfa de Cronbach y Omega de
Mc Donald respectivamente; y de las dimensiones que oscilaban entre .730 y .859
que hace precisar un nivel aceptable de confiabilidad (Aliaga, 2011). Por otro lado,
se procedieron con el análisis de ítems de las 4 dimensiones en cuanto a las
frecuencias, la media, desviación estándar, coeficiente de asimetría y curtósis de
Fisher, índice de homogeneidad corregida, y las comunalidades por ítem, lo cual
hace evidenciar un criterio de aceptación de los ítems (Kline, 1993; Detrinidad,
2016); asimismo se realizaron los procesos correlación ítem test y la matriz de
correlaciones entre ítems, observándose que los ítems son aceptables. Al finalizar
los procesos de análisis se efectuaron los baremos de la escala.

21
Escala de Conducta Disocial (ECODI 27)

Ficha técnica del instrumento

Autores: María Elena Pacheco y José Moral de la Rubia

Año de creación: 2010

Procedencia: México

Dirigido a: Adolescentes de ambos sexos

Administración: Individual y Colectiva

Duración: Tiene una duración de 15 minutos aproximadamente.

Sustento teórico: Criterios diagnósticos del Manual Diagnostico DSM-IV-TR en


relación al ámbito clínico de la personalidad.

Ámbito: Educativo y clínico.

Reseña histórica

La escala fue elaborada en México, por Moral y Pacheco (2010), indicando que fue
llevada a cabo como instrumento de medición, para evaluación de conductas
disociales en adolescentes; asimismo como herramienta de detección de
conductas previas, al trastorno antisocial de la personalidad, problemas graves ante
la ley, y estándares de lenguajes psicopatológicos, constituidos en los criterios
clínicos diagnósticos del DSM IV TR. La escala presenta las dimensiones robo y
vandalismo, travesuras, abandono escolar, pleitos y armas, grafiti, y conducta
oposicionista desafiante.

Consigna de aplicación

Se considera una aplicación de forma individual o colectiva, según sea el caso, con
un tiempo aproximado de 15 minutos; asimismo consta hacer una breve explicación
sobre la definición a los participantes, sobre lo que son las conductas disociales;
seguidamente proceder con la explicación de las opciones de respuesta a marcar,
con sus respectivos valores. Finalmente, enfatizar que las respuestas, sean
respondidas con total sinceridad, recalcándole a los participantes la
confidencialidad de sus datos, en cuestión de los resultados aparecidos.

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Calificación

Procede por medio de la suma del instrumento y sus dimensiones por una suma de
los reactivos. Mencionar que para los autores se procede por el nivel de
conformidad en relación con los indicadores de la propia conducta. Asimismo, a un
mayor puntaje, menor presencia de conductas disociales, partiendo de los criterios
del Manual Diagnostico DSM IV.

Propiedades psicométricas originales del instrumento

En primeras instancias de construcción se procedieron con la revisión por parte de


cinco jueces entre médicos psiquiatras y psicólogos clínicos. La estructura factorial
contuvo índices de ajuste adecuados reflejados en χ2/ gl = 2.56, GFI = .93, NNFI =
.93, CFI = .94 en 27 reactivos; asimismo efectuaron correlación con la escala de
conducta antisocial y delictiva A-D, lo cual evidencio valores de .54 y .63
(moderadas altas). La confiabilidad estuvo determinada por el alfa de Cronbach
alcanzando un nivel de .91, así como índices entre .69 a .88 en las dimensiones.
Se concluye un instrumento válido y consistente; por tanto, recomendaron su uso y
estudio en México y países de habla hispana.

Propiedades psicométricas peruanas

Monge (2019) realizó una investigación de índole psicométrica, abordando las


propiedades del ECODI27 en una muestra de 1000 escolares adolescentes de 15
a 18 años procedentes de colegios nacionales en San Juan de Lurigancho. Los
resultados evidenciaron valores mayores a 0.20 y 0.40 en el análisis descriptivo, lo
cual reflejan ser adecuados con sus factores; en cuanto al análisis confirmatorio se
tuvo en cuenta valores de KMO=.962 y Bartlett =.000 por una propuesta de tres
factores, debido a mejores índices de ajuste χ2/gl=3.363, GFI=.935, RMSEA=.49,
SRMR=.64, GFI=.932 y TLI=.941; por otro lado se hallaron coeficientes de
confiabilidad del Alfa de Cronbach en la escala total=.932; como también en las
dimensiones bordeadas entre .787 y .892. Finalmente, ejecuto baremos
percentilares de la escala total y dimensiones.

23
Propiedades psicométricas del piloto

Fue aplicado a 100 adolescentes, se menciona una validez de contenido adecuada


obtenido en la V de Aiken, debido a que constan en 1.00. De esta forma se indica
una aceptación de los criterios de pertenencia, relevancia y claridad; como también
superación del porcentaje de 0.80 mencionado por Aiken (2003). Asimismo, se
menciona un análisis de fiabilidad de .910 y .914 según el puntaje brindado por el
Alfa de Cronbach y Omega de Mc Donald respectivamente; y de las dimensiones
que oscilaban entre .627 y .854 que hace precisar un nivel aceptable de
confiabilidad (Aliaga, 2011). De igual manera, se procedieron con el análisis de
ítems de las 6 dimensiones en cuanto a las frecuencias, la media, desviación
estándar, coeficiente de asimetría y curtósis de Fisher, índice de homogeneidad
corregida, y las comunalidades por ítem, lo cual hace evidenciar criterios de
aceptación de los ítems (Kline, 1993; Detrinidad, 2016); en cuanto a evidencias de
correlación ítem test y matriz de correlaciones entre ítems, se observaron grados
de aceptación. Al finalizar los procesos de análisis, se efectuaron los baremos de
la escala.

3.5 Procedimiento

En un primer momento, se efectuaron la búsqueda de información y datos


referentes a las variables de estudio, como también se planteó los objetivos e
hipótesis de la investigación. Se abordó los antecedentes y teorías fundamentadas
en el origen de ambas variables; seguidamente se realizó la selección de
instrumentos de medición, con el permiso previo de los autores para emplearse las
pruebas en la presente investigación. Posteriormente, para el estudio piloto se
solicitó el permiso de las autoridades institucionales, en donde se planteó aplicar
los instrumentos. Durante el proceso de aplicación piloto, se efectuaron los
procedimientos de presentación, explicación e información sobre las pruebas a
aplicar, detallando la finalidad del estudio como el derecho de su participación
voluntaria, recalcándoles los lineamientos de confidencialidad y anonimato en sus
respuestas; para finalmente recolectar los datos de las pruebas aplicadas, y
agradeciéndoles su participación al finalizar la aplicación.

24
Dentro del proceso de muestra final, tomando en consideración la situación de
cuarentena obligatoria, lo cual se imposibilitaba la aplicación de forma presencial,
se procedió con la creación de un formulario virtual en Google donde se detallarían
aspectos a tener en cuenta antes de su resolución por parte de los adolescentes;
es decir presentarse y explicar la finalidad del formulario; seguido a ello, se creó un
apartado de consentimiento y asentimiento informado, con la finalidad de informar
a los padres, madres de familia o apoderados, como también adolescentes sobre
la voluntariedad que tienen los adolescentes de participar, indicando que los
resultados y datos brindados serán confidenciales y de uso científico e
investigativo. Una vez esto, se explicó las consignas de las pruebas indicadas en
dicho formulario previo a la resolución; es decir datos sociodemográficos de
importancia y consignas de las pruebas, indicando que se respondan las preguntas
con sinceridad. Finalmente, se recepcionaron las pruebas y agradeció a los
participantes. Finalizado las aplicaciones las respuestas fueron codificadas en una
base de datos, utilizando después los procesos estadísticos respectivos para la
obtención e interpretación de resultados según lo objetivos planteados. Al hallarlo,
se realizó la discusión, conclusiones y recomendaciones del presente estudio.

3.6 Método de análisis de datos

Finalizada la recolección de datos de la muestra piloto, se procedió al


procesamiento de los datos, mediante el programa Microsoft Excel 2013 de las 100
respuestas contestadas por los estudiantes, adaptándose a los dos instrumentos
de aplicación, seguidamente se desplazaron a los programa estadísticos SPSS
versión 22 y jamovi versión 1.1.9.0, donde se elaboraron los análisis descriptivos
de ítems, confiabilidad por medio de coeficientes alfa de Cronbach y Omega de Mc
Donald, análisis de ítem test y matriz de correlaciones entre ítems.

Por otra parte, finalizada la recolección de datos en la muestra final, se pasó con el
procesamiento en las bases de datos en el Excel 2013, para luego ser procesados
mediante el programa estadístico IBM SPSS Statistics versión 22. A partir de ello,
se realizó el análisis estadístico inferencial, por medio de la distribución de la
muestra con la prueba de normalidad de Shapiro Wilk, debido a su potencialidad y
confiabilidad para los tipos de distribución y tamaños muéstrales, aunque indicando
que su alcance es bajo para muestras pequeñas menores a 50 (Mohd y Yap, 2011).

25
A partir de ello, se indicó el uso del estadístico de correlación no paramétrico de
Rho de Spearman, debido a una significancia menor a .05; seguidamente
empleándose el análisis descriptivo se realizaron las tablas de frecuencias y
porcentajes para describir niveles de ambas variables, como también en función
del sexo. Finalmente, con el fin de comparar diferencias significativas entre las dos
variables, se utilizó el método de dos muestras independientes en cuanto a la
variable sociodemográfica sexo calculada por la prueba U de Mann Whitney, y para
la variable sociodemográfica edad se ejecutó la prueba Kruskal Wallis, el cual fue
determinado por medio la prueba de normalidad correspondiente.

3.7 Aspectos éticos

En la elaboración del estudio se consideró de forma sustancial cumplir con los


lineamientos preestablecidos con respecto al adecuado uso de citas y referencias
estilo APA; y solicitudes de autorización formato carta, tanto para uso de los
instrumentos como aplicación en la muestra, con fines de obtención de resultados;
seguidamente se otorgó el consentimiento informado para padres de familia o
encargados de los menores de edad, como un asentimiento en caso de los
adolescentes. Estos procesos quedaron avalados previamente según los marcos
legales del Colegio de Psicólogos del Perú (CPsP, 2017) que enfatizaron en el
ejercicio profesional psicológico, que el propósito debe ser guiado en base a los
criterios de beneficencia por el bien de las personas, y no beneficencia evitando
algún tipo de daño a los participantes.

La Asociación Médica Mundial (AMM, 2015) lo hizo referencia en la declaración de


Helsinki, formulando cualquier tipo de trabajo en beneficio de la salud; teniendo en
cuenta los derechos, como confidencialidad en resguardo del ser humano.
Asimismo, enmarcado los principios bioéticos de Beauchamp y Childress (2011),
los cuales son el respeto a la autonomía u decisión de participación en la
investigación; no maleficencia o no generar daños a los adolescentes; la
beneficencia debido a que los resultados serán entregados en beneficio común de
la sociedad; y la justicia porque no se pretende generar tipos de actos
discriminatorios a los participantes.

26
IV. RESULTADOS

Tabla 1

Prueba de normalidad de Shapiro Wilk

n p
Adicción a las redes sociales-internet 133 .000
Síntomas adicción 133 .000
Uso social 133 .012
Rasgos frikis 133 .000
Nomofobia 133 .000
Conductas disociales 133 .000
Robo y vandalismo 133 .000
Travesuras 133 .000
Abandono escolar 133 .000
Pleitos y armas 133 .000
Grafiti 133 .000
Conducta oposicionista desafiante 133 .000
Nota. n=Muestra, p=significancia.

En la tabla 1, se pudo observar a través de la prueba de normalidad, los datos no


se ajustan a una distribución normal, por lo cual se utilizó el estadístico no
paramétrico de Rho de Spearman (p<.05). Mohd y Yap (2011) señalan que la
prueba de Shapiro Wilk contiene propiedades de potencia eficientes para
considerarse en la distribución de tamaños de muestra.

Tabla 2

Correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas disociales

Variable Estadístico Conductas disociales r2


Adicción a las Rho .694
redes sociales- p .000 .48
internet n 133
Nota: r2= tamaño del efecto, p=significancia, n= muestra

27
En la tabla 2, se evidenció una correlación directa, y significativa, con una
intensidad moderada (Rho= .694, p<.05) con un tamaño de efecto medio (r 2=.48).
Mondragón (2014) mencionó que una correlación es directa, o también llamada
positiva, cuando al aumentar una variable aumenta la otra, y viceversa; es decir,
que considerando una menor adicción a las redes sociales-internet, las conductas
disociales, se verán de la misma forma reducidas, dependiendo el caso de los
adolescentes, y los factores que influyan. Asimismo, Martínez, Tuya, Martínez,
Pérez y Cánovas (2009) mencionaron que una correlación es moderada cuando los
puntajes se ubican entre .51 y .75. Por su parte, Cohen (1998) señaló que un
tamaño de efecto es medio cuando el rango de r se sitúa entre .30 y .50.

Tabla 3
Correlación entre adicción a las redes sociales - internet y dimensiones de la
variable conductas disociales
Variable Estadístico D1 D2 D3 D4 D5 D6
Adicción Rho .588 .704 .564 .549 .505 .624
a las p .000 .000 .000 .000 .000 .000
redes r2 .34 .49 .31 .30 .25 .38
sociales-
n 133 133 133 133 133 133
internet
Nota: r2= tamaño del efecto; D1=Robo y vandalismo; D2=Travesuras; D3=Abandono escolar;
D4=Pleitos y armas; D5=Grafiti; D6=Conducta oposicionista desafiante

En la tabla 3, se evidenció correlaciones directas y significativas (p<.05) según


Mondragón (2014) con intensidades moderadas según parámetros de
interpretación de Martínez et al. (2009). El tamaño del efecto entre la primera
variable y las dimensiones de la segunda, resultaron en un efecto medio de acuerdo
a la recaída de rangos entre .3 a .5, a excepción de la dimensión grafiti que se sitúa
entre rangos .1 a .3, lo cual se considera efecto pequeño (Cohen, 1998).

28
Tabla 4

Niveles de adicción a las redes sociales - internet

Niveles Frecuencias Porcentaje


Bajo 57 42.9%
Medio 51 38.3%
Alto 25 18.8%
Total 133 100.0%

En la tabla 4, se aprecian los niveles de la adicción a las redes sociales-internet


donde los resultados se ubican de acuerdo a un mayor porcentaje de la siguiente
manera: el nivel alto con porcentaje de 18.8%., un 38.3% para el nivel medio y en
un nivel bajo 42.9%.

Tabla 5

Niveles de conductas disociales

Niveles Frecuencias Porcentaje


Bajo 70 52.6%
Medio 27 20.3%
Alto 36 27.1%
Total 133 100.0%

En la tabla 5, se observan los niveles de conductas disociales donde los resultados


se ubican de acuerdo a un mayor porcentaje de la siguiente forma: un 27.1% para
el nivel alto, el nivel medio con porcentaje de 20.3%, y el nivel bajo en un 52.6%.

29
Tabla 6

Niveles de adicción a las redes sociales - internet, según sexo

Sexo Niveles Frecuencias Porcentaje


Bajo 23 43.4%
Medio 17 32.1%
Masculino
Alto 13 24.5%
Total 53 100.0%
Bajo 34 42.5%
Medio 34 42.5%
Femenino
Alto 12 15.0%
Total 80 100.0%

En la tabla 6, se visualizan niveles de adicción a las redes sociales-internet, en


donde el sexo femenino presentó nivel alto de 15%, y un 42.5% de nivel medio y
bajo; mientras que el sexo masculino se evidencia porcentajes de 24.5% de nivel
alto, 32.1% de nivel medio y 43.4% de nivel bajo.

Tabla 7

Niveles de conductas disociales, según sexo

Sexo Niveles Frecuencias Porcentaje


Bajo 25 47.2%
Medio 10 18.9%
Masculino
Alto 18 34.0%
Total 53 100.0%
Bajo 45 56.3%
Medio 17 21.3%
Femenino
Alto 18 22.5%
Total 80 100.0%

30
En la tabla 7, se observan niveles de conductas disociales, en donde el sexo
femenino presentó un nivel alto de 22.5%, seguido de un nivel medio de 21.5% y
nivel bajo de 47.2%; mientras que el sexo masculino muestra porcentajes de 34%
de nivel alto,18.9% de nivel medio, y 47.2% de nivel bajo.

Tabla 8

Diferencias en la adicción a las redes sociales - internet, según sexo y edad

Variable Sexo n p rbis Edades n Me p n2H


12 30 47.28
Masculino 53
Adicción 13 9 51.56
a las 14 23 67.89
redes .611 .154 15 27 70.70 .017 .1169
sociales- Femenino 80 16 28 81.84
internet 17 14 77.96
18 2 87.50
Nota. p=significancia, Me= Mediana, rbis y n2H = Tamaño del efecto para comparaciones.

En la tabla 8, se utilizó la prueba estadística U de Mann Whitney para comparar la


variable adicción a las redes sociales-internet según sexo en los adolescentes,
debido a la obtención de un ajuste de distribución de datos no paramétrica (p<.05)
mediante la prueba de normalidad brindada por el Shapiro Wilk, en el cual se puede
observar que no existe diferencias significativas según sexo (p>.05), con evidencia
de un tamaño de efecto pequeño (rbis = .154), ya que recae en los rangos de .10 y
.30; según lo indicado por Domínguez (2017). Por otro lado, en la comparación
según edades, se requirió la prueba estadística Kruskal Wallis debido a que el
ajuste de distribución de datos resultó no paramétrica en su mayoría (p<.05), en
donde se aprecian que existen diferencias significativas según edad (p<.05) en
donde se infirió una mayor susceptibilidad de desarrollar adicción a las redes
sociales-internet en las edades de 16 (Me=81.84), 17 (Me=77.96) y 18 años
(Me=87.50) manifestada en un tamaño de efecto mínimo necesario (n2H =116), ya
que recae en los rangos de .04 y .25; según lo indicado por Domínguez (2017).

31
Tabla 9

Diferencias en las conductas disociales, según sexo y edad


Variable Sexo n p rbis Edades n p n2H
12 30
Masculino 53
13 9
14 23
Conductas
.246 .247 15 27 .395 .0474
disociales
Femenino 80 16 28
17 14
18 2
Nota. p=significancia, rbis y n2H = Tamaño del efecto para comparaciones.

En la tabla 9, se utilizó la prueba estadística U de Mann Whitney para comparar la


variable conductas disociales según sexo en los adolescentes, ya que en la
obtención del ajuste de distribución de datos resultó no paramétrica (p<.05)
mediante la prueba de normalidad Shapiro Wilk, en el cual se puede observar que
no existe diferencias significativas según sexo (p>.05), con un tamaño de efecto
pequeño (rbis = .247), ya que recae en rangos entre .10 y .30; según lo indicado por
Domínguez (2017). De la misma forma, en la comparación según edades se
requirió la prueba estadística Kruskal Wallis debido a que el ajuste de distribución
de datos resultó no paramétrico en su mayoría (p<.05), en donde de la misma forma
se aprecian que no existen diferencias significativas según edad (p>.05),
manifestado por medio de un tamaño de efecto mínimo necesario (n2H = .0474); ya
que recae en rangos entre .04 y .25; según lo indicado por Domínguez (2017).

32
V. DISCUSIÓN

Hace algunas décadas atrás, hasta la actualidad se ha producido un incremento


sorprendente en el uso de las tecnologías y la comunicación; tanto que la
plataforma internet pasó de ser una herramienta anteriormente limitada al uso
científico o académico, a ser un recurso para la población en general,
principalmente usado por los jóvenes y adolescentes; ello complementado con el
esparcimiento continuó de las redes sociales que implementan un mundo de
fuentes de socialización, entretenimiento, forma de trabajo, entre otros (Griffithis,
2005; Gallagher, 2005; Holtz y Appel, 2011); provocando en algunos casos una
serie de alteraciones en la conducta negativamente, debido a una la mala gestión
y manejo de su uso, llevando incluso la adquisición de conductas disociales. Por
ello, al haber realizado un análisis de resultados se procedió en el abordaje de la
discusión en contraste o corroboración con estudios anteriores.

Abarcando el objetivo general de la investigación se buscó establecer la relación


entre la adicción a las redes sociales-internet y conductas disociales en
adolescentes del distrito de Comas; donde se halló una correlación directa y
significativa (p<.05) con una intensidad positiva moderada (Rho=.694); por tanto,
se mencionó que a mayor adicción a las redes sociales-internet mayores conductas
disociales (Mondragón, 2014; Martínez et al., 2009). Ello se corrobora en un plano
nacional, con los resultados de Vara (2017) quien obtuvo una correlación positiva,
moderada baja, y altamente significativa (Rho=.268; p<.001) entre adicción a los
videojuegos y agresividad en adolescentes de Villa María del Triunfo; de igual forma
con Martínez y Moreno (2017) encontraron en un plano internacional, que los
adolescentes con mayor dependencia a las redes sociales virtuales, obtuvieron
puntajes elevados en violencia manifiesta y relacional. Adicionalmente, Herrera
(2016) en su estudio aplicado en adolescentes del Callao, hizo mención de la
existencia de una significancia no relacional entre el uso y manipulación excesiva
de redes sociales y acciones agresivas, ello contraposición con lo obtenido.

En el plano teórico, Fernández (2013) quien mencionó a la población adolescente,


como un grupo vulnerable en la exposición de esta plataforma virtual compleja; a
partir de ello, se indicó una probable afectación en el aspecto conductual, reflejado
en la adquisición de conductas negativas y/o desafiantes, como lo son en este caso

33
la problemática de conductas disociales. Asimismo, se encuentra una relación entre
la propuesta de Griffithis (2009) en el enfoque sociocognitivo el cual planteó que de
acuerdo a la percepción de resultados positivos, y adicionado con una eficacia de
la manipulación del Internet, y una escasa regulación y tolerancia a la frustración
propia se origina las adicciones; seguidamente Coleman (1994) englobó que las
conductas disociales predominan de factores psicológicos que conllevan en la
agresividad producida por el escaso control de impulsos y las teorías reactivas, que
son aquellos factores externos que pueden existir dependidas de un estímulo
relacionado con la frustración y el aprendizaje social. Se destaca de forma personal,
que la adicción a las redes sociales-internet y las conductas disociales, presentaran
una relación directa, debido a la multiplicidad de plataformas y servicios que ofrece
la red virtual, como tecnológica de la primera variable, siendo en algunos casos,
por factores de satisfacción realizada en este ámbito, como también contenidos de
carácter negativo, o la escasa tolerancia a dejar esta área; la consecución de
efectos perjudiciales en el adolescentes, en muchos ámbitos; entre ellos las
manifestaciones conductuales. De igual forma, en caso contrario la nula o
improbable aparición de conductas disociales; si se presenta ausencia de adicción
a las redes sociales-internet.

Por otro lado, en el planteamiento de los objetivos específicos, se detalló en primer


lugar establecer la relación entre la adicción a las redes sociales-internet y las
dimensiones de la segunda variable conductas disociales; en donde se evidenció
la existencia de una relación altamente significativa (p<.000) y directa entre la
primera variable y las dimensiones robo y vandalismo (Rho=.588), travesuras
(Rho=.704), abandono escolar (Rho=.564), pleitos y armas (Rho=.549), grafiti
(Rho=.505) y conducta oposicionista desafiante (Rho=.624). A nivel nacional, lo
hallazgos se plasmaron de forma similar, con los resultados de Milla (2019) quien
al evaluar en Puente Piedra la relación entre adicción a las redes sociales y las
dimensiones de impulsividad en adolescentes, reporto intensidades moderadas
(Rho = entre .435 a .469) en sus correlaciones, con existencia de significancia en
sus resultados (p<.000). Por otro lado, Pérez (2020) indicó correlaciones
significativas (p<.05), como en otros casos no (p>.05) entre la adicción a las redes
sociales, y las dimensiones de violencia escolar, en adolescentes de Los Olivos,
asimismo correlaciones directas, y otros casos inversos (Rho= entre -.470 a .497).
34
A nivel internacional, Arnaiz, Cerezo, Giménez y Maquilón (2016) reportó resultados
idénticos en su estudio realizado en adolescentes en Murcia (España), en donde
mencionó que el consumo a través de aparatos móviles y dispositivos portátiles,
guarda relación en 13% con una situación de ciberadicción, 32% con situaciones
de riesgo, 12% en incidencias de bullyingy 8% de cyber bullying.

Peris, Maganto y Garaigordobil (2018) desde un plano clínico, abocado al abordaje


de las adicciones no tóxicas, lo plasman como la presencia de incapacidades de
tolerancia a la frustración, con fines de desviación de preocupación y estrés. Por
tanto, tiene relación con la teoría de la personalidad de Millon (2006) quien sostiene
en casos de adolescentes con conductas disociales, la presencia de un desnivel
emocional, perfil y actitud rebelde denotada ante privaciones o castigo de un
estímulo deseado, atribuyendo rasgos indicadores de esta patología. Por otro lado,
Araujo (2016) enfatizó la multiplicidad de factores asociados al origen del fenómeno
de adicción al internet, donde destaca los factores individuales, factores de
actividad y factores en relación al medio ambiente; y de acuerdo a la presentación
de estos factores, y complementado con los niveles de manifestación en el individuo
detalla efectos perjudiciales, en donde hace mención acerca de la aparición de
nuevas formas delictivas, entre otros. Por tanto, se deduce a nivel personal que,
desde el perfil presentado por el adolescente, de acuerdo al uso y manipulación
ejercido en las redes; la posible adquisición de posibles indicadores propios de una
conducta disocial.

En referencia del segundo objetivo específico, se propuso describir los niveles de


adicción a las redes sociales-internet; en donde se visualizó un nivel alto de 18.8%,
un 38.3% y un nivel bajo de 42.9%. Lo obtenido, presentó una semejanza, a nivel
nacional, con los resultados de Zegarra y Cuba (2017) quienes indicaron un 12.9%
de casos de adicción a internet en adolescentes de Condevilla, en San Martín de
Porres; como también por Vásquez et al. (2019), en donde reportaron un 10.4% de
incidencias de adicción al internet, en universitarios de primeros ciclos, en Chiclayo.
En el plano internacional, los resultados se contrastaron con los de Fernández et
al. (2019) en donde evidenciaron que el 99.5% de estudiantes de una localidad de
España, se conectaron diariamente, entre 16 y 24 horas (86.9%), por medio del
móvil (95.7%) con fines de búsqueda de información, en relación a los estudios,

35
consultas de correos, y visitas de redes sociales; a diferencia de Oztürk, Bektas,
Ayar, Ozgüven y Yagci (2015) que encontraron un riesgo de adicción a internet
reflejado en un porcentaje de 15.9% en adolescentes de procedentes de la región
de Turquía.

Desde el plano teórico, Echeburúa (2012) enfatizó que al igual que en el rango de
sustancias y drogas toxicas, las redes sociales se consideran difíciles de aceptar
en un adicto; es por ello que se presenta como un suceso muy negativo debido a
posibles problemas de fracaso escolar, trastornos de conducta, mentiras reiteradas,
aislamiento social, dificultades económicas y la presión familiar que obliga a tomar
conciencia del problema. Por tanto, basándose en este supuesto teórico, existe la
posibilidad de una probable dificultad de aceptación en los participantes, en
cuestión de su adicción a las plataformas virtuales, siendo una de las
caracterizaciones de según el autor, lo cual podría conllevar a distintas
problemáticas; entre ellas trastornos conductuales. Sin embargo, recordar que,
desde un punto de visto de análisis, del objetivo principal, cabe la recurrencia que
a menor adicción a las redes sociales-internet, serán menores las incidencias de
conductas disociales en el adolescente.

Con respecto al tercer objetivo específico, en los niveles de conductas disociales


se obtuvo un 27.1% de nivel alto, seguido de un 20.3% de nivel medio, y un 52.6%
de nivel bajo en los adolescentes de distrito de Comas. A partir de lo encontrado,
en un ámbito nacional, Perales et al. (2019) indicaron un 19% de universitarios de
primeros ciclos, recayeron en indicadores de conductas disociales, durante una
primera evaluación; siendo en la segunda instancia, el hallazgo de cinco sujetos
que superan un punto de corte, para la adquisición de una personalidad disocial, y
11 en una situación de sospecha para su desarrollo; lo cual resulta casi similar a lo
obtenido en la presente investigación. Por otra parte, se halló una contrastación con
los resultados obtenidos por Meléndez et al. (2017) donde ubicó un 44.4% de niños
y adolescentes de la zona de Santiago de Tolú-Colombia con posible presencia de
un trastorno disocial de la conducta, de acuerdo a las puntuaciones adquiridas;
asimismo donde se consta que estas conductas están manifestadas en el daño a
la propiedad ajena, violaciones a las reglas establecidas y trasgresiones al entorno.

36
Por otro lado, desde el punto de vista de la segunda variable la Organización
Mundial de la Salud (2003), por medio del manual estadístico CIE-10 sostuvo que
el trastorno disocial suele estar relacionado a un ambiente psicosocial no favorable,
las manifestaciones basadas en el diagnóstico; asimismo la conforman indicadores
como las excesivas peleas, crueldad encaminada al entorno y demás seres vivos,
grave destrucción de pertenencias ajenas, hurto y mentiras reiteradas en el menor
de edad correspondiente a la apartado de trastornos disociales. De opinión
personal, sucede lo mismo que el anterior objetivo; ya que cabe la posibilidad de
una mentira propia del adolescente, producto de la caracterización habitual del
trastorno disocial; por otro lado, recalcando que influye de manera fundamental el
contexto vivido por el sujeto, para la adquisición de esta problemática; por ende, se
intuye probables climas favorables en este grupo, ya sea personales, familiares, o
socioculturales, los cuales resultan un foco preventivo.

En el cuarto objetivo específico, se buscó describir los niveles de adicción a las


redes sociales-internet en los adolescentes del distrito de Comas, según sexo. Los
hallazgos nos permitieron evidenciar que el sexo femenino presenta niveles
similares y predominantes en bajo y medio de 42.5% y 15% de nivel alto, mientras
que el sexo masculino se evidencian porcentajes de 43.4% bajo y 32.1% de nivel
medio, y 24.5% de niveles altos; ello indica que, a pesar del porcentaje bajo en
situación predominante para ambos casos, el sexo masculino resultó en mayores
incidencias de niveles altos que su sexo opuesto. A nivel nacional, los resultados
obtenidos se aprecian en similitud con los de Zegarra y Cuba (2017) quien en su
estudio efectuado en adolescentes de San Martín de Porres hallaron una mayoría
manipulativa del sexo masculino reflejada en un 78.3%, a diferencia de las mujeres
en esta etapa evolutiva. De igual forma, Marín (2018) un su estudio con
adolescentes entre rangos de 15 a 19 años de Lima Norte determinó que las
frecuencias de adicción al internet aumentaron en el sexo masculino en un 21%, a
diferencia del sexo opuesto. Dirigiéndonos a un plano exterior, Hernández et al.
(2019) en su investigación realizada con estudiantes adolescentes mexicanos,
concluyeron de sus resultados que de diez adolescentes que cumplieron con los
parámetros de adictos a internet, ocho eran pertenecientes al sexo femenino,
aunque indicando que la población con mayor cantidad eran varones; asimismo
Martínez y Moreno (2017) dieron a conocer en sus resultados con adolescentes de
37
España, la presencia de mayores proporciones de chicas, con alta dependencia las
redes sociales virtuales, a diferencia de que el sexo opuesto (χ² (2)= 16.45, p< .01).
Esto último contraponiéndose con lo obtenido en la presente investigación.

En el aspecto teórico parece haber diferencias en relación al uso del internet, en


función del factor sexo, ya que diversos estudios señalan que los hombres acceden
principalmente por páginas orientadas al entretenimiento, mientras que las mujeres
presentan en la mayoría de casos preferencias orientadas a la comunicación en
línea a traves de redes sociales (Gentile, Lynch, Linder y Walsh, 2004; Holtz y
Appel, 2011; Jackson, 2008; Rideout, Roberts y Foehr, 2005). Ello hacer denotar
que dependiendo de la clase de contenidos que ofrece las plataformas virtuales, se
presentaran mayores niveles en uno de los dos sexos. De este modo, se denota
desde este punto de vista teórico, que la predominancia en las incidencias por
sexos, con respecto a la adicción a las redes sociales-internet, dependerá de una
serie de factores de contenido o tipo de uso, para el que se emplea esta
herramienta; ya que tanto chicos y chicas, presentan preferencias y gustos distintos
en cuanto a acceso. Sin embargo, en el contexto de la presente investigación, ya
sea por razones de facilidad de acceso, o falta de control; los adolescentes del sexo
masculino, ejercen mayor manipulación de las redes; por tanto, se puede inferir,
siguiendo los parámetros de la investigación, que son mayor susceptibilidad de
adquirir conductas disociales.

En el quinto objetivo específico, se describieron los niveles de conductas disociales,


según sexo. En este caso, el sexo femenino quedo ubicado en un 56.3% de niveles
bajos, y 22.5% y 21.3% de niveles altos y medios respectivamente; el sexo
masculino por su parte, puntuó en un nivel bajo de 47.2%, un 34% de nivel alto, y
finalmente de 18.9% de nivel medio; por lo cual se deduce que, a pesar de la
predominancia del nivel bajo, el sexo con evidencias de mayores incidencias en
conductas disociales son los hombres. En comparación con estos resultados a nivel
nacional, se mencionó a Navarro (2018) quien en sus resultados indicó un mayor
porcentaje de 62.5% de varones pertenecientes al distrito de Los Olivos, en cuanto
a incidencias de agresión, destrucción y vandalismo; los cuales resultan en similitud
con las dimensiones de la presente investigación. Mientras que, a nivel
internacional, se corroboró los resultados ejecutados con Meléndez et al. (2017)

38
quienes reflejaron en sus resultados una mayor predominancia de trastorno disocial
en el sexo masculino con 60%, que en el sexo femenino con 40%.

En el plano teórico, De la Rubia y Ortiz (2011) indicaron que desde un enfoque


biológico orientado en la agresión, impulsividad y escaso control empático; como
un enfoque social encaminado al rol de género, el marco de abordaje en función
del sexo guiado a las diferencias significativas, subyacen en quienes presentan
mayores incidencias en esta problemática; enfatizando una mayor prevalencia de
trastornos conductuales de manera doble en el sexo masculino, empezando desde
la infancia y agravándose aún más en la adolescencia hasta alcanzar grados
propios de la conducta antisocial. Sin embargo, la postura teórica de Martínez y
Moreno (2017) enfatiza que, en cuanto a la temática de la dependencia a las redes
sociales y su relación con la conducta violenta, el cual resulta en proporciones
similares con la segunda variables; la influencia del género será fundamental en el
tipo de conducta que denota cada uno; sosteniendo mayores probabilidades de
incurrir a estas problemáticas en estas etapas, en cualquiera de estos dos géneros
dependiendo de una serie de factores y contextos ambientales. Lo manifestado por
los autores, presenta una peculiaridad, ya que al igual que la primera variable, las
incidencias se evidenciarán en mayores niveles, dependiendo de los factores y
contextos del entorno donde se encuentren los sujetos, ya sean hombres o mujeres.
Desde el punto de vista analítico personal, se deduce que a diferencia de la variable
anterior; existen mayores probabilidades del sexo masculino, en adquirir
manifestaciones de las conductas disociales; ya sea por factores biológicos, o
sociales; los cuales determinaran esta problemática en el grupo. Por ende, resulta
una explicación apropiada, al resultado hallado en la presente investigación; pero
no olvidar que no en todos los casos, sucederá lo mismo; ya que dependerá de una
serie de experiencias y contextos donde se desenvuelvan los adolescentes, ya sea
del sexo masculino, o femenino.

En función del sexto objetivo específico, se efectuaron las comparaciones entre


adicción a las redes sociales-internet, en función de las variables
sociodemográficas de sexo y edad; en el cual se halló que no existe diferencia
significativa según el sexo (p>.05; .611); y en las edades, la presencia de
diferencias significativas (p<.05; .017), en el cual, se pudo encontrar una mayor

39
susceptibilidad de desarrollar índices de adicción a las redes sociales-internet, en
adolescentes de entre edades de 16 a 18 años de edad. En función de ello, se
menciona una similitud a nivel nacional, con los hallazgos de Milla (2019) quien en
su estudio no encontró diferencias significativas en cuestión al sexo (p>.05; .028),
aunque contrastándose con la variable edad que también no hallaron diferencias
(>.05; .733) en la variable adicción a las redes sociales en estudiantes adolescentes
del distrito de Puente Piedra; a diferencia de Vásquez et al. (2019), los cuales
hallaron diferencias significativas entre adicción a internet, edad (p=.029) y sexo
(p=.009), en estudio dirigido hacia universitarios de primeros ciclos de Chiclayo; de
igual forma con Vara (2017) quien encontró que en la adicción a los videojuegos y
sus dimensiones, existen diferencias significativas (p<.001), en función del género,
en adolescentes de Villa Maria del Triunfo. Por otro lado, a nivel internacional,
Martínez y Moreno (2017) en su estudio, aplicado hacia adolescentes españoles,
hallaron la ausencia de diferencias significativas en las redes sociales virtuales, en
función del sexo y edad (F=.861; F=.996), ello en semejanzas con los resultados
adquiridos.

En diversos reportes se señala que la mayor frecuencia en conexión de las redes


sociales, son las mujeres (Barker, 2009), como también en otros casos resultan los
chicos con mayor predominancia en cuanto a tendencias guiadas a esta plataforma
que el sexo opuesto (Byrnes, Miller y Schafer, 1999). Por tanto, se denota
multiplicidad de posturas de distintos autores que manifiestan que las frecuencias
pueden estar imperadas por cualquiera de ambos sexos. Fernández, Peñalva e
Irrazabal (2015) destacaron en su postura teórica la presencia de una tasa
incrementada, en cuanto al uso del internet por parte de ambos sexos; aunque
indicando una diferencia significativa, en función del tipo de contenido que acceden;
es decir predominancia en las chicas por relaciones sociales en línea, como en los
chicos para diferentes propósitos, como también involucramiento de juegos en
línea; por tanto deducen la generación de conductas de riesgo diferentes en ambos
casos. A pesar de ello, Casas, Ruiz y Ortega (2013) refiriéndose de manera
generalizada en cuanto a investigaciones, indican que influye un enfoque guiado a
los contextos socioculturales donde hay ausencia de diferencias en cuanto al uso
excesivo de internet en adolescentes, en función del sexo. Asimismo, en función de
las edades, Cuyún (2013) enfatizó una postura teórica en donde dictó que las redes
40
sociales resultan en mayor aparición entre las edades de 14 a 25 años; es decir
etapas finales de la adolescencia e inicios de la adultez temprana, resaltando que
esto se da por la mayor afinidad entre la multiplicidad de recursos o plataformas
virtuales y los gustos de estos sujetos en esta etapa del ciclo vital. De manera
personal, se entiende que, al igual que los niveles de la primera variable, según el
sexo, las diferencias significativas, resultan en ausencia de distinciones relevantes,
debido al contexto que ha de presentarse, y en el que se encuentre cada
adolescente, para la adquisición de la llamada adicción a las redes sociales-
internet, dejando en ocasiones un dilema en comparación con estudios previos, que
hallaron o no las diferencias en esta unidad de análisis. Por otro lado, en cuanto a
las edades, resulta propio mencionar la existencia de distinciones relevantes, en
función de este fenómeno virtual; debido a que como menciona Cúyun (2013) por
una razón de factores evolutivos, el adolescente requiere de una herramienta que
le facilite su rutina habitual, en su mundo académico, social, de entretenimiento, y
un futuro laboral; por lo cual se deduce que tanto el adolescente en etapas finales,
como el adulto temprano priorizaran este medio en su día a día.

Haciendo referencia al último objetivo específico, se realizaron las comparaciones


entre las conductas disociales, con las unidades de análisis sociodemográficas de
sexo y edad. Se encontró que no se aprecian diferencias significativas entre sexo
(p>.05; .246); y las edades (p>.05; .395); es decir no se hallaron distinciones
relevantes entre las edades y el sexo de los adolescentes y la variable conductas
disociales. A nivel nacional, los resultados presentaron grados de contraposición
con Vara (2017), quien al efectuar su estudio en adolescentes de Villa Maria del
Triunfo, encontró que la agresividad y sus componentes, presentan diferencias
significativas (p<.05), según el género y edad. Por otro lado, los datos anteriormente
mencionados, no concuerdan a nivel internacional, con los de Meléndez et al.
(2017) quienes concluyeron en su investigación en adolescentes de una localidad
de Colombia, que los jóvenes con TDC y sin TDC se pueden encontrar diferencias
estadísticamente significativas entre grupos, principalmente el sexo. Asimismo,
Gómez et al. (2010) hallaron diferencias estadísticamente significativas entre
grupos de edad con promedio 15 años con trastorno disocial (p<0.008), en donde
se pudo concluir niveles promedios mayores en la incidencia de esta problemática.
Sin embargo, Rey, Monguí y Paitán (2015) en su estudio aplicado a una muestra
41
de adolescentes de 12 a 18 años de edad en una localidad en Bogotá, encontraron
en función de las comparaciones, que los grupos no se hallaban en diferencias
significativas según la edad (p=.916) y el sexo (p=.1.00).

En el plano teórico, Arango, Montoya, Puerta y Sánchez (2014) plantearon en base


de la teoría de la mente que los factores que juegan un papel fundamental en la
respuesta empática y conductas predictoras del trastorno disocial en adolescentes
pueden ser la existencia de diferentes tipos de trastornos de conducta durante la
infancia-adolescencia, diferencias individuales en el desarrollo empático de los
individuos, y el factor edad. De forma personal, se analiza que, según lo hallado,
juega un rol principal, el hecho de no hallar distinciones relevantes, tanto en el sexo,
como en la edad; debido a factores de contextualización del ámbito del estudio,
donde se desenvuelven los adolescentes. Siendo imperativo, considerar también
en otros casos, entornos familiares, amicales, y sociales; y por supuesto la
respuesta empática de cada individuo que lo hace un ser único con respecto a los
demás, el cual predecirá en que adolescentes, ya sea varón o mujer; o de distintas
edades el desarrollo del trastorno disocial, de inicio infantil o adolescente.

Por lo mencionado anteriormente, se consideró un análisis de la validez interna y


validez externa de la investigación, guiándose de los lineamientos de Vara (2012).
En la validez interna se hace mención que se corroboró con el cumplimiento del
objetivo propuesto; es decir, se planteó a la adicción a las redes sociales-internet
como un factor de riesgo, en la posible aparición de conductas disociales en el
adolescente; siendo una investigación que obtuvo una correlación directa. Es por
ello, se deduce que los adolescentes del distrito de Comas no son ajenos a estas
problemáticas; que van en avance en la sociedad en los últimos años, siendo los
varones un foco de mayor predominancia en el involucramiento con estos
fenómenos de estudio de acuerdo a los resultados obtenidos; sin embargo, se debe
considerar que cada individuo es un ser único y diferente, por tanto los niveles de
adicción a las redes sociales-internet y conductas disociales dependerán de ciertos
factores diversos que las activen. Asimismo, se cumplieron con los procesos de
revisión y validación de instrumentos, análisis de resultados, corrección del estudio,
entre otros.

42
En cuanto a la validez externa, se menciona como prueba que la presente
investigación cumple una utilidad como un antecedente para futuros investigadores
que deseen encontrar nuevos resultados abocados o profundizar las dos variables
en mención; resaltando que estos resultados pueden ser contrastados y de alguna
forma no ser generalizados, de acuerdo a los diferentes tipos de muestra aplicados
y dependiendo del contexto donde se presenten en otros estudios.

Cabe precisar que durante el desarrollo del presente estudio se produjeron


limitaciones a nivel teórico, debido a escases de los antecedentes de ambas
variables, lo cual ocasionó una demanda de mayor tiempo; sin embargo, se
lograron ubicar estudios previos, en similitud, e incluso de iguales proporciones a
las variables adicción a las redes sociales-internet y conductas disociales;
asimismo, limitaciones en la recolección de datos, debido a la situación actual de
confinamiento que nos encontramos viviendo, producto de la pandemia del
coronavirus; lo cual ocasionó demandas en el tiempo de obtención de muestras
finales.

43
VI. CONCLUSIONES

PRIMERA, la adicción a las redes sociales-internet tuvo una correlación directa y


significativa con las conductas disociales; es decir, a medida que se incremente o
reduzca la adicción hacia las redes sociales-internet, también se va a percibir un
efecto similar de la presentación de las conductas disociales en los adolescentes;
es decir, en forma viceversa, según sea el caso.

SEGUNDA, la adicción a las redes sociales-internet, guardó una correlación directa


y significativa con una intensidad moderada con las dimensiones de la variable
conductas disociales. Por ende, se deduce que entre más se genere adicción a las
redes sociales, se va a ocasionar mayores conductas disociales, tales como: el robo
y vandalismo, travesuras, abandono escolar, pleitos y armas, grafiti y conducta
oposicionista desafiante en los adolescentes; como también en forma viceversa.

TERCERA, la mayoría de los adolescentes realizan actividades o conductas


encaminadas a permanecer varias horas en redes sociales e internet de manera
diaria o por necesidad patológica en un nivel bajo; pero de igual forma reiterando
algunos casos con niveles medio y alto. Ello dependiendo el contexto, y ciertos
factores que influyan en su desarrollo.

CUARTA, la mayoría de los adolescentes, manifiestan y presentan indicadores,


caracterizados en la trasgresión al entorno, y las normas sociales; propias de las
conductas disociales, en un nivel bajo; aunque recalcando la influencia de algunos
casos en niveles medio y alto.

QUINTA, se encontró, que tanto hombres y mujeres, en su mayoría, se encuentran


en una condición de adicción a las redes sociales e internet, en un nivel bajo; sin
embargo, hubo evidencia que, en cuanto a los niveles altos, los hombres presentan
mayores incidencias de adicción, a diferencia que las mujeres.

SEXTA, se halló, que tanto en el sexo masculino y femenino, en su mayoría


prevalecen en conductas caracterizadas en la trasgresión al entorno, y las normas
sociales; propias de las conductas disociales, en un nivel bajo; aunque enfatizando
que, en cuanto a predominancia en niveles altos, los hombres representan una
mayoría en incidencias de conductas disociales, a diferencia de las mujeres.

44
SÉPTIMA, se encontró que no existen diferencias significativas de sexo, pero si en
edad; lo que significó que tanto el sexo masculino y femenino pueden presentar
adicción a las redes sociales e internet, sin presentar distinciones relevantes; sin
embargo, se debe precisar una edad respectiva para determinar la existencia de
este fenómeno adictivo en estas plataformas virtuales, ya que se encuentra mayor
frecuencia en las últimas etapas de la adolescencia.

OCTAVA, las conductas disociales no presentó diferencias significativas en función


de las variables sociodemográficas; de sexo y edad, lo que significó que tanto
varones y mujeres pueden realizar conductas disociales por igual,
independientemente de la edad que posean.

45
VII. RECOMENDACIONES

1. Fomentar el desarrollo de futuras investigaciones sobre ambas variables y su


relación, abordando el grado de incidencia, que conlleva la adicción a las redes
sociales-internet y sus indicadores, como un factor de riesgo en la aparición de
conductas disociales; destacando la exploración, en otras poblaciones, como
también en otras variables de similares características de la presenta investigación,
con fines de obtención de hallazgos novedosos.

2. Incentivar en futuras investigaciones, la corroboración de resultados obtenidos,


por medio de la ampliación de la muestra de adolescentes en el distrito de Comas,
como de distritos aledaños, semejantes al contexto aplicado, con fines de hallazgos
novedosos en ambas variables de estudio.

3. Promover el abordaje de propiedades psicométricas en futuros estudios, acerca


de la escala de medición de la primera variable adicción a las redes sociales-
internet utilizado en la presente investigación, a modo de obtener mayor obtención
de recolección de datos por medio de esta útil escala.

4. Desarrollar a futuro talleres virtuales y presenciales, encaminadas a informar


concientizar a la población general, especialmente en el contexto estudiado; en
referencia de la relación de adicción a las redes sociales-internet y sus indicadores,
con las conductas disociales en los adolescentes; priorizando que la problemática
en el eje de la primera variable, tendrá repercusiones distintas, dependiendiendo
de la edad de los adolescentes; y por tanto un ámbito de intervención se verá
diferenciada.

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58
ANEXOS:
Anexo 1. Matriz de consistencia
TÍTULO: “Adicción a las redes sociales - internet y conductas disociales en adolescentes del distrito de
Comas, 2020”
AUTOR: Martínez Carrillo, Juan Carlos
PROBLEMA OBJETIVOS HIPÓTESIS VARIABLES E INDICADORES
Objetivo general: Hipótesis general: DIMENSIONES Variable 1: Adicción a las redes sociales-
Establecer la relación que Existe relación Internet
¿Qué relación existe entre la adicción a las directa y significativa Dimensiones Ítems Escala
existe entre la redes sociales-internet y entre la adicción a
conductas disociales en las redes sociales- 1,2,3,4
adicción a las
adolescentes del distrito de internet y conductas D1 Síntomas Adicción 5,6,7,8,
redes
Comas, 2020. disociales en 9.
sociales-
Objetivos específicos: adolescentes del 10,12,1
internet y
3,14,15
conductas -Establecer la relación entre distrito de Comas, D2 Uso Social
,16,17.
disociales en la adicción a las redes 2020.
adolescentes sociales-internet con las
18,19
del distrito de dimensiones de conductas Hipótesis
D3 Rasgos Frikis 20,21,2
Comas, disociales en adolescentes específicas: Ordinal
H1: Existe relación 2,23.
2020? del distrito de Comas, 2020.
24,25,2
-Describir los niveles de directa y
6,27,28
adicción a las redes significativa entre la D4 Nomofobia
,29.
sociales-internet en adicción a las redes
adolescentes del distrito de sociales-internet y
Comas, 2020. las dimensiones de DIMENSIONES Variable 2: Conductas disóciales
conductas
disociales en Dimensiones Ítems Escala

59
-Describir los niveles de adolescentes del 5,8,17,
conductas disociales en distrito de Comas, 18,
adolescentes del distrito de 2020. D1 Robo y Vandalismo 24,25,2
Comas, 2020. H2: Existe 6,
-Describir los niveles de diferencias 27.
adicción a las redes significativas entre 6,7,15,
sociales-internet, según la adicción a las D2 Travesuras 16,
sexo en adolescentes del redes sociales- 20,21.
distrito de Comas, 2020. internet y conductas
disociales según D3 Abandono escolar 3,4
-Describir los niveles de
conductas disociales, según sexo y edad en
adolescentes del 1,2,19, Ordinal
sexo en adolescentes del D4 Pleitos y armas 22,
distrito de Comas, 2020. distrito de Comas,
2020. 23
-Comparar diferencias
significativas en la adicción
a las redes sociales- 12,13,1
D5 Grafiti
internet, según sexo y edad 4
en adolescentes del distrito
de Comas, 2020. Conducta Oposicionista
D6 9,10,11
-Comparar diferencias Desafiante
significativas en las Variables de estudio
conductas disociales, según
Edad Ordinal
sexo y edad en
adolescentes del distrito de Sexo Nominal
Comas, 2020.

60
TIPO DE LA INVESTIGACIÓN POBLACIÓN Y MUESTRA TÉCNICA E INSTRUMENTOS ESTADÍSTICA
VARIABLE 1. Adicción a las Redes
DESCRIPTIVA
Tipo Población. Sociales – Internet
La investigación es de tipo básico, ello lo El Instituto Nacional de Nombre: Escala de riesgo de adicción –
fundamentan Morán y Alvarado (2010) Estadistica e Infomatica (2017) adolescente a las redes sociales e Frecuencias
que indican que de acuerdo a los objetivos estima un total de 59 833 internet (ERA-RSI) Porcentajes
y planteamientos de estudio se adolescentes en los rangos de Autor: Montserrat, Maganto y
encuentran avalados para la expansión 12 a 18 años; dentro del distrito Garaigordobil (2018).
del conocimiento de índole científica con de Comas. Objetivos: Evaluación de Riesgo de
respecto al tema abordado por el adicción a internet integrando
investigador Tamaño de muestra. dimensiones de Síntomas -Adicción,
Determinado por 133 Uso-Social, Rasgos Frikis, y
INFERENCIAL
Diseño. adolescentes distribuidos por el Nomofobia.
La presente investigación es de diseño no distrito de Comas; de acuerdo Áreas: Psicología Educativa
experimental transversal debido a que se al resultado del calculo del Ítems 29
tiene por objeto buscar de forma empírica tamaño de la muestra brindado VARIABLE 2. Conductas Disóciales
y sistemática, sin posesión de control por el programa G Power Nombre: Escala de Conducta disocial
Shapiro Wilk
sobre las variables, ya que sus versión 3.1. Autor: Moral y Pacheco (2010)
Rho de Sperarman
manifestaciones ya sucedieron, asimismo Objetivos: Identificación y verificación
U de Man Whitney
recopilando los datos en un solo momento Tipo de muestreo. de las conductas disóciales presentes
Kruskal Wallis
(Kerlinger, 1979); asimismo de nivel No Probabilístico de tipo por en los adolescentes.
descriptivo – correlacional, porque ello conveniencia. Áreas: Psicología Educativa y Clínica.
permitirá la descripción y observación si Ítems: 27
existe evidencia de la relación en los
resultados encontrados, como también
conocer la relación existente entre las dos
variables estudiadas (Ato, López y
Benavente, 2013).

61
Anexo 2. Matriz de Operacionalización de las variables
Tabla 10

Matriz de operacionalización de adicción a las redes sociales - internet

Variable Definición Conceptual Definición Operacional Dimensiones Ítems Escala de


Medición
Definida como una La variable se medirá a través de
necesidad de conexión, con la Escala de Riesgo de Adicción –
Síntomas – 1,2,3,4,5,6,7,
el fin de desviarse de las Adolescente a las Redes Sociales
Adicción 8,9.
preocupaciones, labores e Internet (ERA-RSI) creada por
académicas, relaciones Montserrat y Garaigordobil
provocativas de estrés, (2018). El cual consta de 29 ítems
intranquilidad al futuro, entre al estilo Likert, teniendo en cuenta
otros. Asimismo, exigir las dimensiones Síntomas – 10,11,12,13,
respuestas a la satisfacción, Adicción, Uso – Social, Rasgos Uso – Social 14,15,16,17
Adicción a sin presentar capacidades Frikis y Nomofobia. Mencionar
las Redes de tolerancia a la frustración que la administración del ESCALA
Sociales – (juegos, citas virtuales, instrumento se llevara a cabo ORDINAL
Internet grupos de interés en común, hacia los adolescentes del distrito
actualización de estados de Comas. 18,19,20,21,
Rasgos Frikis
virtuales, entre otros) 22,23.
(Monserrat y Garaigordobil,
2018, p.31).
24,25,26,27,
Nomofobia 28,29.

62
Tabla 11

Matriz de operacionalización de conductas disociales

Variable Definición Conceptual Definición Operacional Dimensiones Ítems Escala de


Medición
Se trata de una serie de La variable se medirá a 5,8,17,18,
indicadores que través de la Escala de Robo y Vandalismo 24,25,26,
determinan la presencia de Conducta Disocial 27.
un trastorno disocial en el (ECODI27) creada por Moral
adolescentes, en el cual se y Pacheco (2011). El cual
encuentran consta de 27 ítems al estilo 6,7,15,16,
comportamientos Likert, teniendo en cuenta 6 Travesuras 20,21.
trasgresores a la integridad dimensiones con sus
general del entorno, respectivos indicadores.
perjudicando sus Mencionar que la Abandono Escolar 3,4.
principales derechos de administración del
Conductas forma reiterativa por medio instrumento se llevara a cabo 1,2,19,22, ESCALA
Pleitos y Armas
Disociales de agresividad a otros hacia los adolescentes del 23. ORDINAL
sujetos y demás seres distrito de Comas.
vivos, destrozo de la
propiedad, hurto y actos
violatorios graves a las Grafiti 12,13,14
reglas (Moral y Pacheco,
2010, p.200).

Conducta Oposicionista 9,10,11.


Desafiante

63
Anexo 3. Instrumentos de Evaluación

Print del formulario:

URL del formulario:

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSckYe3K43TCWNcRGVt6WIkl4hNk
PJ4BT6HrddcqvXZoPMl6Kw/viewform
64
Escala de Riesgo de Adicción-Adolescente a las Redes Sociales e Internet
(ERA-RSI)
(Peris, M., Maganto, C. y Garaigordobil, M. – 2018)

Algunas personas de tu edad se conectan a internet a través de teléfonos


inteligentes Smartphone, iPhone, Tablet, portátiles u otros nuevos dispositivos.
Pasan prácticamente todo el día conectados por diversas razones: les divierte,
les da seguridad, se comunican entre amigos, etc. Sin embargo, en ocasiones
puede crear ansiedad prescindir de la conexión a internet o de las redes sociales.
En esta parte del cuestionario responde cómo es tu conexión a internet o redes
sociales y cuál es el uso que realizas de ellas. Es importante que contestes a
todas las afirmaciones que vienen a continuación y que lo hagas con sinceridad,
marcando la respuesta que consideres adecuada de acuerdo a estos valores.
Conteste de acuerdo a los niveles de respuesta mostrados:
1=Nunca o nada
2=Alguna vez o poco
3=Bastantes veces o Bastante
4=Siempre o Mucho

ESTA PRUEBA ES ANÓNIMA. RESPONDA CON SINCERIDAD


¿Cuánto y cuando utilizo las redes sociales e
internet? 1 2 3 4
Síntomas-adicción: Conductas de adicción a
sustancias no tóxicas
1. Teniendo en cuenta todas las veces que visito las
RSI y el WhatsApp, sin estar dedicadas al estudio,
el tiempo que paso diariamente en ellas es:
(1)Alrededor de 1 hora; (2) Unas 2 horas; (3) Entre
3 y 4 horas; (4) Más de 4 horas
2. Utilizo las RSI en mis horas de estudio y / o trabajo
3. Ahora mismo sentiría rabia si tuviera que
prescindir de las RSI
4. Accedo a las RSI en cualquier lugar y a cualquier
hora
5. Creo que conectarme a las RSI ha interferido en
mi trabajo académico/laboral
6. He perdido horas de sueño por conectarme a las
redes sociales y por ver series
7. Oculto mi conexión a las RSI ante los miembros
de mi casa.
8. Si no tengo acceso a internet me siento inseguro
9. Actualizo mi estado en RSI
Total de síntomas de adicción
El uso más habitual que realizó de las redes
sociales es:
65
Uso social: Conductas habituales de la
“socialización virtual” adolescente
10. Consulto los perfiles de mis amigos / as
11. Utilizo el chat
12. Subo fotografías y / o videos
13. Comentamos las fotografías entre amigos/
14. Veo lo que mis contactos están haciendo en las
últimas horas
15. Encuentro a antiguos amigos
16. El número de fotografías que he publicado en las
RSI e internet es:
(1) <100; (2) 101 a 1000; (3) 1001 a 3000; (4) > 3000
17. Hacer nuevos amigos/as
Total uso social
Paso tiempo en las RSI para:
Rasgos Frikis: Aspectos propios como unirse a
grupos con interés específico, jugar a juegos
virtuales y de rol, tener encuentros sexuales.
18. Jugar a juegos virtuales y/o de rol.
19. Unirme a grupos de interés.
20. Buscar información sobre sexualidad.
21. Entrar en páginas eróticas.
22. Tener encuentros sexuales.
23. Uso el móvil para escribir mensajes eróticos.
Total Rasgos Frikis
Tengo un móvil, Smartphone, ¡Phone y …
Nomofobia: Factor relacionado con ansiedad y
control en el uso del móvil
24. Me siento más seguro o acompañado sabiendo
que en cualquier momento me puedo comunicar con
alguien.
25. Creo que es más seguro mandar una fotografía
por móvil que colgarla en otras RSI.
26. Si no responden inmediatamente a mis
mensajes siento ansiedad y angustia.
27. Me pondría furioso si me quitarán el móvil.
28. Necesito saber si el destinatario ha leído o no mi
mensaje.
29. Me inquieto si nadie me habla cuando estamos
conectados.
Total Nomofobia
Total escala de adicción

¡Gracias por tu colaboración!

66
Escala de Conducta Disocial (ECODI 27)
(Pacheco, M. y Moral, J. – 2010)

Conductas Disociales: Indicadores que determinan la presencia de un trastorno


disocial en el adolescentes, en el cual se encuentran comportamientos
trasgresores a la integridad general del entorno, perjudicando los principales
derechos de forma reiterativa por medio de agresividad a otros sujetos y demás
seres vivos (Moral y Pacheco, 2010).
Indique en qué grado está conforme con cada una de las siguientes afirmaciones
como descriptoras de su conducta habitual.

TA=Totalmente de acuerdo
BA=Bastante de acuerdo
nAnD= Ni de acuerdo ni en desacuerdo
BD=Bastante en desacuerdo
TD=Totalmente en desacuerdo
ESTA PRUEBA ES ANÓNIMA. RESPONDA CON SINCERIDAD
Afirmaciones de su conducta habitual Nivel de conformidad
5 4 3 2 1
1. Me gusta participar en pleitos. TA BA nAnD BD TD
2. Frecuentemente he tenido que pelear
TA BA nAnD BD TD
para defenderme.
3. He pensado en dejar la escuela. TA BA nAnD BD TD
4. Quiero abandonar la escuela. TA BA nAnD BD TD
5. Alguna vez he robado sin que nadie se dé
TA BA nAnD BD TD
cuenta.
6. Es muy emocionante correr en auto a
TA BA nAnD BD TD
exceso de velocidad.
7. Me gusta participar en una que otra
TA BA nAnD BD TD
travesura.
8. He participado en pequeños robos solo
TA BA nAnD BD TD
por experimentar que se siente.
9. No me dejo regañar o llamar la atención
por los adultos cuando siento que no tienen TA BA nAnD BD TD
la razón.
10. Trato de desafiar a los profesores que
TA BA nAnD BD TD
han sido injustos conmigo.
11. Cuando creo que los adultos no tienen
la razón los desafío a que demuestren lo TA BA nAnD BD TD
contrario.

67
12. Alguna vez he participado en grafiti con
TA BA nAnD BD TD
mis amigos.
13. Me emociona subir a edificios muy altos
TA BA nAnD BD TD
para grafitear.
14. El grafiti es un arte que todos los jóvenes
TA BA nAnD BD TD
deben expresar.
15. Cuando estoy aburrido, inicio algún tipo
de movimiento para divertirme (ruido, tirar TA BA nAnD BD TD
objetos, hacer carrilla)
16. Siento que a veces no puedo controlar
TA BA nAnD BD TD
mi impulso de hacer alguna travesura.
17. Alguna vez le quite el dinero a alguien
TA BA nAnD BD TD
más débil o menor que yo, solo por hacerlo.
18. He participado en robos. TA BA nAnD BD TD
19. Cuando me ofenden respondo
inmediatamente y si es necesario hasta con TA BA nAnD BD TD
golpes.
20. Es divertido observar cuando los
TA BA nAnD BD TD
compañeros se pelean.
21. Es divertido hacer ruido y alboroto cundo
TA BA nAnD BD TD
todo está en silencio.
22. Es necesario andar armado porque
estas expuesto a que en cualquier momento TA BA nAnD BD TD
te puedan agredir.
23. Cuando me agreden respondo
TA BA nAnD BD TD
inmediatamente con golpes.
24. En algunas ocasiones me he visto
TA BA nAnD BD TD
involucrado en robo en casas ajenas.
25. Es fácil tomar cosas ajenas porque las
TA BA nAnD BD TD
personas son descuidadas con sus objetos.
26. Me gusta planear robos. TA BA nAnD BD TD
27. He estado involucrado en actividades
que dañan la propiedad ajena como: autos, TA BA nAnD BD TD
casas, edificios públicos y objetos.

¡Gracias por tu colaboración!

68
Anexo 4. Ficha de datos sociodemográficos
Ficha de datos sociodemográficos
(Martinez, 2020)

Esta es una ficha en la que usted participa de forma voluntaria, como anónima
con el fin de proteger su identidad y respetar sus ideas y decisiones, por lo que
agradecemos y pedimos que sea absolutamente sincero(a) en sus respuestas.
Antes de desarrollar las escalas le pedimos que nos proporcione los siguientes
datos:

1. EDAD
a) 12 años
b) 13 años
c) 14 años
d) 15 años
e) 16 años
f) 17 años
g) 18 años

2. SEXO
a) Masculino
b) Femenino

3. DNI DEL PADRE O APODERADO: …………………………

4. DNI DEL PARTICIPANTE: ………………………..

5. DIRECCIÓN O LUGAR DE RESIDENCIA: ………………………….

69
Anexo 5. Carta de presentación de la escuela firmada por coordinadora de
la escuela para el piloto

70
Anexo 6. Carta de autorización firmada por la autoridad del centro donde
se ejecutó el piloto

71
Anexo 7. Cartas de solicitud de autorización de uso de instrumentos

72
73
Anexo 8. Autorización de uso del instrumento, por parte de los autores

74
Anexo 9. Consentimiento y Asentimiento informado

CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA PARTICIPANTES EN INVESTIGACIÓN

Estimado/a padre de familia:

…………………………………………………………………………………………………………………

En la actualidad me encuentro realizando una investigación sobre el tema: “Adicción a las redes sociales
- internet y conductas disociales en adolescentes del distrito de Comas, 2020”; por eso quisiéramos
contar con su valiosa colaboración. Por lo que mediante el presente documento se le solicita su
consentimiento informado. El proceso consiste en la aplicación de algunos cuestionarios que deberán ser
completados por su menor hijo/a en una sesión de aproximadamente 30 minutos. Los datos recogidos
serán tratados confidencialmente y utilizados únicamente para fines de este estudio.

En caso tenga alguna duda con respecto a la evaluación puede solicitar la aclaración respectiva
contactando al investigador responsable: Juan Carlos Martinez Carrillo, al número de celular.:
955994219, o al correo electrónico: jcarlosmc98@gmail.com

De aceptar la participación de su hijo(a) en la investigación, debe firmar este documento como evidencia
de haber sido informado sobre los procedimientos de la investigación.

Gracias por su colaboración.

Yo, …………………………………………………………………………, identificado/a con DNI nº

………………..., Cel.:………………………, como padre/tutor del

estudiante:…………………………………………………………, declaro haber sido informado/a del objetivo

de este estudio, los procedimientos que se seguirán para el recojo de la información y el manejo de los

datos obtenidos. En ese sentido, acepto voluntariamente que mi menor hijo/a participe en la investigación

y autorizo la aplicación de los mencionados cuestionarios para estos fines.

Lugar: …………………………………………………..…… Fecha: ...….. /….…… /……..

_______________________
Firma

75
ASENTIMIENTO INFORMADO PARA PARTICIPANTES EN INVESTIGACIÓN

Estimado/a estudiante:

……………………………………………………………………………………………………………

En la actualidad me encuentro realizando una investigación sobre el tema: “Adicción a las redes
sociales - internet y conductas disociales en adolescentes del distrito de Comas, 2020”; por
eso quisiera contar con tu valiosa colaboración. El proceso consiste en la aplicación de algunos
cuestionarios que deberán ser completados con una duración de aproximadamente 30 minutos.
Los datos recogidos serán tratados confidencialmente y utilizados únicamente para fines de este
estudio.

De aceptar participar en la investigación, debes firmar este documento como evidencia de haber
sido informado sobre los procedimientos de la investigación.

En caso tengas alguna duda con respecto a las preguntas que aparecen en los cuestionarios, solo
debes solicitar la aclaración y se te explicará cada una de ellas.
Gracias por tu gentil colaboración.

Acepto participar voluntariamente en la investigación.

Lugar: …………………………………………………. Fecha: ...….. /….…… /……..

_______________________
Firma

76
Anexo 10. Resultados del piloto

Tabla 12

Evidencias de validez de contenido por método de jueces expertos de la escala


de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

V. de
Ítem Juez 1 Juez 2 Juez 3 Juez 4 Juez 5 Aciertos
Aiken
P R C P R C P R C P R C P R C
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
3 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
4 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
5 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
6 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
7 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 14 0.9
8 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
9 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
10 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
11 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
12 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
13 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
14 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
15 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
16 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
17 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
18 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
19 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
20 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
21 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
22 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
23 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
24 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
25 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
26 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
27 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
28 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 14 0.9

29 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 1 1 13 0.8

Nota. No está de acuerdo = 0, si está de acuerdo = 1, P = Pertinencia, R = Relevancia, C =


Claridad.

En la tabla 12, los resultados de V de Aiken se afirma grado de validez, ya que


todos los valores son mayores iguales al 0.8 (Aiken, 2003).

77
Tabla 13
Evidencias cualitativas de validez de contenido por criterio de jueces de la escala de riesgo adicción - adolescente a las redes
sociales e internet (ERA-RSI)
Juez 1 Juez 2 Juez 3 Juez 4 Juez 5
Mg. Tomas Mg. Dr. Barboza Dra. Mg. Espino
Ítem original Quispe Zelada Luis Sedano Ítem revisado
Quiroz Castañeda Rojas Regalado
Gregorio Alberto Victor Hugo
Ana Rosario Silvia Olinda
Ernesto CPs.P 3516 CPs.P
CPs.P 4306 CPs.P 1933
CPs.P 7249
4914

Ítem Oculto en mi casa el Oculto el tiempo


Oculto el tiempo que me
7 tiempo que me - que me conecto a - - -
conecto las RSI, en mi casa
conecto a las RSI las RSI

Necesito saber si el Necesito saber si el


Necesito saber si el
Ítem destinatario ha leído destinario ha leído o no mi
destinatario ha leído o - - - -
28 o no mi mensaje en mensaje que le envie en las
no mi mensaje
las RSI RSI
Me inquieto si nadie
Me inquieto si nadie Me inquieto si alguien no
Ítem me habla cuando
me habla cuando - - - - me habla cuando estoy
29 estamos conectados
estamos conectados conectado(a) a las RSI
a las RSI
Nota. Solo se consideran los ítems que presentaron sugerencias/observaciones por los juece

78
Tabla 14

Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc Donald de la


escala de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Estadísticas de fiabilidad
Adicción a Alfa de Cronbach Omega de Mc Donald N de elementos
las redes
sociales- 0.901 0.903 29
internet

En la tabla 14, se aprecia que la confiabilidad es muy buena, ya que los valores
oscilan entre valores 0.80 a 1.00 (Aliaga, 2011).

Tabla 15

Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc Donald de la


escala de riesgo adicción - adolescente a las redes sociales e internet por
dimensiones (ERA-RSI)

Estadísticas de fiabilidad
Alfa de Omega de N de
Cronbach Mc Donald elementos
D1 Síntomas – Adicción 0.812 0.818 9
D2 Uso social 0.763 0.772 8
D3 Rasgos frikis 0.701 0.730 6
D4 Nomofobia 0.845 0.849 6

En la tabla 15, la fiabilidad de las dimensiones oscilan entre valores buenos


catalogados entre .0.60 a 0.80; y muy buenos de 0.80 a 1.00 (Aliaga, 2011).

79
Tabla 16
Análisis descriptivo de los ítems de la escala de riesgo adicción - adolescente a
las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Frecuencias
D Ítems M DE g1 g2 IHC h2 Aceptable
1 2 3 4
P1 28.0 42.0 14.0 16.0 2.18 1.02 0.56 -0.74 0.44 0.74 SI
P2 32.0 51.0 12.0 5.0 1.90 0.80 0.79 0.51 0.51 0.50 SI
P3 54.0 34.0 7.0 5.0 1.63 0.82 1.34 1.35 0.47 0.54 SI
P4 26.0 52.0 13.0 9.0 2.05 0.87 0.75 0.15 0.61 0.53 SI
D1 P5 37.0 46.0 12.0 5.0 1.85 0.82 0.84 0.38 0.56 0.45 SI
P6 25.0 39.0 21.0 15.0 2.26 1.00 0.38 -0.88 0.67 0.65 SI
P7 47.0 33.0 10.0 10.0 1.83 0.97 1.02 0.03 0.47 0.43 SI
P8 56.0 32.0 7.0 5.0 1.61 0.83 1.39 1.43 0.55 0.57 SI
P9 25.0 53.0 11.0 11.0 2.08 0.90 0.79 0.10 0.33 0.32 SI
P10 27.0 48.0 16.0 9.0 2.07 0.89 0.65 -0.15 0.37 0.63 SI
P11 10.0 35.0 25.0 30.0 2.75 1.00 -0.10 -1.17 0.57 0.65 SI
P12 19.0 51.0 15.0 15.0 2.26 0.94 0.58 -0.47 0.53 0.48 SI
P13 11.0 47.0 22.0 20.0 2.51 0.94 0.31 -0.87 0.65 0.63 SI
D2
P14 33.0 42.0 18.0 7.0 1.99 0.89 0.63 -0.32 0.44 0.37 SI
P15 16.0 56.0 16.0 12.0 2.24 0.87 0.65 -0.07 0.44 0.39 Revisar
P16 52.0 33.0 9.0 6.0 1.69 0.87 1.21 0.78 0.46 0.54 SI
P17 25.0 46.0 10.0 18.0 2.24 1.06 0.66 -0.55 0.26 0.61 SI
P18 36.0 31.0 22.0 11.0 2.08 1.01 0.49 -0.90 0.34 0.70 SI
P19 36.0 47.0 13.0 4.0 1.85 0.80 0.77 0.30 0.45 0.63 SI
P20 68.0 22.0 7.0 3.0 1.45 0.76 1.74 2.53 0.44 0.41 SI
D3
P21 75.0 17.0 5.0 3.0 1.36 0.72 2.18 4.42 0.51 0.68 SI
P22 89.0 8.0 2.0 1.0 1.15 0.48 3.78 15.93 0.45 0.59 SI
P23 76.0 13.0 9.0 2.0 1.37 0.73 1.95 2.93 0.50 0.63 SI
P24 27.0 54.0 14.0 5.0 1.97 0.78 0.69 0.44 0.60 0.53 SI
P25 55.0 31.0 12.0 2.0 1.61 0.78 1.07 0.39 0.40 0.27 SI
P26 58.0 25.0 12.0 5.0 1.64 0.88 1.23 0.56 0.64 0.61 SI
D4
P27 42.0 37.0 8.0 13.0 1.92 1.01 0.94 -0.18 0.64 0.58 SI
P28 36.0 41.0 14.0 9.0 1.96 0.93 0.77 -0.20 0.72 0.70 SI
P29 60.0 27.0 5.0 8.0 1.61 0.91 1.52 1.45 0.76 0.73 SI
Nota. M: Media; DE: Desviación estándar; g1: Coeficiente de asimetría de Fisher; g2: Coeficiente
de curtosis de Fisher; IHC: Índice de homogeneidad corregida o índice de discriminación y h2:
Comunalidad.

En la tabla 16, Se puede evidenciar que, según el análisis estadístico descriptivo


de los ítems de la escala de adiccion a las reedes sociales-internet, la mayoría
de los ítems presentan valor h2>0.4. a expeción del ítem 15 (Detrinidad, 2016).
Asimismo, los valores de IHC>0.20, son considerados aceptables (Kline, 1993).

80
Tabla 17
Índice de ajuste del análisis factorial confirmatorio de la escala de riesgo adicción
- adolescente a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

χ²/gl GFI TLI CFI RMSEA

1.731 0.712 0.714 0.739 0.086

Nota. χ²: Chi cuadrado, gl: grados de libertad, χ² / gl: Ajuste global, p: Significancia del ajuste.
Elaboración propia.

Figura 1
Representación gráfica de la escala de riesgo adicción - adolescente a las redes
sociales e internet (ERA-RSI)

Nota. F1=Síntomas adicción, F2=Uso social, F3=Rasgos frikis y F4=Nomofobia. Elaboración


propia.

81
Tabla 18

Análisis de validez de ítem - test de la escala de riesgo adicción - adolescente a


las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Dimensiones Ítem Correlación Nro. de


Ítem –test elementos
P1 0.394
P2 0.401
P3 0.419
P4 0.572
Síntomas – P5 0.446 9
Adicción
P6 0.601
P7 0.506
P8 0.564
P9 0.455
P10 0.35
P11 0.496
P12 0.496
P13 0.472
Uso Social P14 0.492 8
P15 0.299
P16 0.471
P17 0.409
P18 0.268
P19 0.511
Rasgos P20 0.289
6
Frikis P21 0.273
P22 0.241
P23 0.432
P24 0.549
P25 0.528
P26 0.598
Nomofobia 6
P27 0.578
P28 0.627
P29 0.705

En la tabla 18, se observa ningún ítem fue eliminado mediante la correlación


ítem-test, debido a los valores superiores a 0.2 (Kline, 1993).

82
Figura 2

Mapa de correlación de los ítems de la escala de riesgo adicción - adolescente


a las redes sociales e internet (ERA-RSI)

Tabla 19
Baremos percentilares de la variable adicción a las redes sociales - internet y sus
dimensiones
Adicción a
las redes Síntomas Uso Rasgos
Niveles Percentiles Nomofobia
sociales- Adicción social frikis
internet
Alto Pc 70 67-116 23-36 22-32 12-24 14-24
Medio Pc 50 48-66 16-22 15-21 8-11 9-13
Bajo Pc 30 29-47 9-15 8-14 6-7 6-8
Nota. Elaboración propia.

En la tabla 19, se aprecia a través de los baremos obtenidos por medio de los
procesos estadísticos. En el puntaje total de la escala, se obtiene valores de 29
a 47 correspondientes al nivel bajo; de 48 a 66 al nivel medio y de 67 a 116 al
nivel alto; del mismo modo interpredos en las 4 dimensiones con sus valores
correspondientes.
83
Tabla 20

Evidencias de validez de contenido por método de jueces expertos de la escala


de conductas disociales (ECODI27)

Acierto V. de
Ítem Juez 1 Juez 2 Juez 3 Juez 4 Juez 5
s Aiken
P R C P R C P R C P R C P R C
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
3 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
4 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
5 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
6 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
7 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
8 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
9 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
10 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
11 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
12 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
13 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
14 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
15 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
16 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
17 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
18 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
19 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
20 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
21 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
22 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
23 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
24 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
25 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
26 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
27 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 15 1
Nota. No está de acuerdo = 0, si está de acuerdo = 1, P = Pertinencia, R = Relevancia, C = Claridad.

En la tabla 20, los resultados de V de Aiken se afirma grado de validez, ya que todos
los valores son mayores al 0.8 (Aiken, 2003).

84
Tabla 21
Evidencias cualitativas de validez de contenido por criterio de jueces de la escala
de conductas disociales (ECODI27)
Juez 1 Juez 2 Juez 3 Juez 4 Juez 5

Mg. Mg. Dr. Dra. Mg.


Ítem Tomas Ítem
Espino Barboza Rojas Quiroz
original Quispe revisado
Sedano Zelada Regalado Castañeda
Gregorio Victor Luis Silvia Ana
Ernesto Hugo Alberto Olinda Rosario
CPs.P CPs.P CPs.P CPs.P CPs.P
7249 4914 3516 4306
1933

Ítem
1 al 27 - - - - - -

Nota. Solo se consideran los ítems que presentaron sugerencias/observaciones por los jueces.

Tabla 22
Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc Donald de la
escala de conductas disociales (ECODI27)

Estadísticas de fiabilidad
Conductas Alfa de Cronbach Omega de Mc Donald N de elementos
disociales 0.910 0.914 27

En la tabla 22, se aprecia una confiabilidad muy buena, ya que los valores oscilan
entre valores 0.80 a 1.00 (Aliaga, 2011)

85
Tabla 23

Análisis de confiabilidad por Alfa de Cronbach y Omega de Mc Donald de la


escala de conductas disociales (ECODI27)

Estadísticas de fiabilidad
Alfa de Omega de N de
Cronbach Mc Donald elementos
D1 Robo y Vandalismo 0.852 0.854 8
D2 Travesuras 0.765 0.774 6
D3 Abandono escolar 0.872 0.872 2
D4 Pleitos y armas 0.627 0.630 5
D5 Grafiti 0.513 0.632 3
D6 Conducta oposicionista 0.680 0.686 3
desafiante

En la tabla 23, la fiabilidad de las dimensiones oscilan entre valores moderados


dentro de los rangos 0.40 a 0.60; buenos catalogados entre .0.60 a 0.80; y muy
buenos de 0.80 a 1.00 (Aliaga, 2011)

86
Tabla 24
Análisis descriptivo de los ítems de la escala de conductas disociales (ECODI27)

Frecuencias Acepta
D Ítems M DE g1 g2 IHC h2
1 2 3 4 5 ble

P5 58.0 15.0 12.0 11.0 4.0 1.88 1.22 1.14 0.03 0.53 0.67 SI
P8 57.0 21.0 12.0 7.0 3.0 1.78 1.10 1.34 0.91 0.57 0.73 SI
P17 61.0 20.0 8.0 9.0 2.0 1.71 1.08 1.45 1.07 0.63 0.60 SI
P18 64.0 19.0 10.0 3.0 4.0 1.64 1.05 1.79 2.64 0.67 0.73 SI
D1
P24 52.0 23.0 15.0 5.0 5.0 1.88 1.15 1.26 0.79 0.63 0.70 SI
P25 46.0 24.0 20.0 5.0 5.0 1.99 1.15 1.04 0.32 0.54 0.56 SI
P26 58.0 20.0 15.0 4.0 3.0 1.74 1.05 1.40 1.30 0.59 0.65 SI
P27 59.0 19.0 15.0 2.0 5.0 1.75 1.10 1.52 1.70 0.58 0.66 SI
P6 44.0 19.0 15.0 15.0 7.0 2.22 1.34 0.70 -0.84 0.44 0.36 SI
P7 26.0 18.0 37.0 13.0 6.0 2.55 1.18 0.20 -0.76 0.44 0.38 SI
P15 28.0 16.0 26.0 19.0 11.0 2.69 1.35 0.16 -1.17 0.38 0.28 Revisar
D2 P16 28.0 21.0 22.0 17.0 12.0 2.64 1.37 0.29 -1.14 0.58 0.56 SI
P20 29.0 13.0 37.0 11.0 10.0 2.60 1.29 0.24 -0.88 0.63 0.63 SI
P21 34.0 29.0 20.0 9.0 8.0 2.28 1.25 0.75 -0.38 0.61 0.61 SI
P3 58.0 16.0 16.0 4.0 6.0 1.84 1.20 1.33 0.81 0.77 0.89 SI
D3
P4 69.0 11.0 11.0 3.0 6.0 1.66 1.17 1.75 2.06 0.77 0.89 SI
P1 37.0 20.0 32.0 7.0 4.0 2.21 1.14 0.54 -0.51 0.41 0.44 SI
P2 17.0 25.0 32.0 10.0 16.0 2.83 1.29 0.30 -0.84 0.35 0.37 Revisar
D4 P19 30.0 26.0 27.0 11.0 .6.0 2.37 1.19 0.51 -0.59 0.33 0.33 SI
P22 43.0 19.0 22.0 8.0 8.0 2.19 1.29 0.78 -0.48 0.38 0.41 SI
P23 30.0 22.0 30.0 13.0 5.0 2.41 1.19 0.37 -0.79 0.43 0.46 SI
P12 53.0 24.0 11.0 4.0 8.0 1.90 1.24 1.38 0.91 0.48 0.76 SI
D5 P13 60.0 22.0 9.0 5.0 4.0 1.71 1.09 1.62 1.91 0.37 0.66 SI
P14 25.0 14.0 33.0 17.0 11.0 2.75 1.31 0.09 -1.02 0.17 0.17 Revisar
P9 32.0 17.0 30.0 14.0 7.0 2.47 1.27 0.33 -0.94 0.50 0.62 SI
D6 P10 37.0 18.0 26.0 12.0 7.0 2.34 1.28 0.51 -0.84 0.55 0.68 SI
P11 21.0 20.0 36.0 14.0 9.0 2.70 1.21 0.18 -0.73 0.43 0.53 SI
Nota. M: Media; DE: Desviación estándar; g1: Coeficiente de asimetría de Fisher; g2: Coeficiente
de curtosis de Fisher; IHC: Índice de homogeneidad corregida o índice de discriminación y h2:
Comunalidad.

En la tabla 24, se puede evidenciar que, según el análisis estadístico descriptivo


de los ítems de la escala de conductas disociales, la mayoría de los ítems
presentan valor h2>0.4. a expeción del ítems 2,14 y 15 (Detrinidad, 2016).
Asimismo, los valores de IHC>0.20, son considerados aceptables (Kline, 1993).

87
Tabla 25
Índice de ajuste del análisis factorial confirmatorio de la escala de conductas
disociales (ECODI27)

χ²/gl GFI AGFI IFI NNFI CFI RMSSR RMSEA

2.56 0.931 0.915 0.939 0.930 0.939 0.046 0.045

Nota. χ²: Chi cuadrado, gl: grados de libertad, χ² / gl: Ajuste global, p: Significancia del ajuste.
Elaborado por autores originales Moral y Pacheco (2010).

Figura 3
Mapa de correlación de los ítems de la escala de conductas disociales
(ECODI27)

Nota. Elaborado por autores originales Moral y Pacheco (2010).

88
Tabla 26

Análisis de validez de ítem - test de la escala conductas disociales (ECODI27)

Dimensiones Ítem Correlación Nro. de


Ítem –test elementos
P5 0.604
P8 0.628
P17 0.619
Robo y P18 0.587 8
Vandalismo P24 0.537
P25 0.448
P26 0.521
P27 0.568
P6 0.463
P7 0.516
P15 0.352
Travesuras P16 6
0.471
P20 0.676
P21 0.564
Abandono P3 0.543
2
escolar P4 0.509
P1 0.493
P2 0.32
Pleitos y P19 5
Armas 0.462
P22 0.54
P23 0.481
P12 0.622
Grafiti P13 0.454 3
P14 0.205
Conducta P9 0.42
Oposicionista P10 0.598 3
Desafiante P11 0.387

En la tabla 26, se observa que ningún ítem fue eliminado mediante la correlación
ítem-test, debido a los valores superiores a 0.2 (Kline, 1993).

89
Figura 4

Mapa de correlación de los ítems de la escala de conductas disociales


(ECODI27)

Tabla 27
Baremos percentilares de la variable conductas disociales y sus dimensiones

Pleitos Conducta
Conductas Robo y Abandono
Niveles Percentiles Travesuras y Grafiti oposicionista
Disociales Vandalismo escolar
armas desafiante
Alto Pc 70 67-135 17-40 19-30 5-10 15-25 9-15 10-15

Medio Pc 50 49-66 11-16 12-18 3-4 11-14 6-8 7-9

Bajo Pc 30 27-48 8-10 6-11 2 5-10 3-5 3-6


Nota. Elaboración propia.

En la tabla 27, se aprecia a través de los baremos obtenidos por medio de los
procesos estadísticos. En el puntaje total de la escala, se obtiene valores de 27
a 48 correspondientes al nivel bajo; de 49 a 66 al nivel medio y de 67 a 135 al
nivel alto; del mismo modo interpredos en las 6 dimensiones con sus valores
correspondientes.
90
Anexo 11. Escaneos de los criterios de jueces de los instrumentos

91
92
93
94
95
Anexo 12. Resultados adicionales con la muestra final
Figura 5
Diagrama de senderos de covarianza entre variables de estudio

Nota. F1=Adicción a las redes sociales-internet, F2=Conductas disociales, D1=Sintomas adicción, D2=Uso social, D3=Rasgos frikis, D4=Nomofobia,
CD1=Robo y vandalismo, CD2=Travesuras, CD3=Abandono escolar, CD4=Pleitos y armas, CD5=Grafiti, CD6=Conducta oposicionista desafiante, RMSEA:
Raíz cuadrada del error medio cuadrático=3.203, CFI: Índices de ajuste comparativo=.939; TLI=Índice de Tucker-Lewis=.919; GFI= .859; RMSEA= .129; RMR=
.844.

96
Figura 6
Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales

Nota. ERARSI=Adiccion a las redes sociales-internet, ECODI27=Conductas disociales

97
Figura 7
Matriz de correlación entre adiccion a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión robo y vandalismo

98
Figura 8
Matriz de correlación entre adiccion a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión travesuras

Graficó de correlación entre adicción a las redes sociales-internet y conductas

99
Figura 9
Matriz de correlación entre adiccion a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión abandono escolar

100
Figura 10
Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión pleitos y armas

101
Figura 11
Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión grafiti

102
Figura 12
Matriz de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión conducta oposicionista desafiante

103
Figura 13
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales

Nota. ERA-RSI= Adicción a las redes sociales-internet; ECODI-27= Conductas disociales.

En la figura 13, la correlación entre las variables es de tipo cúbica y es


representado por los siguientes valores: R2=.727 y r=.363.

104
Figura 14
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión robo y vandalismo

En la figura 14, la correlación entre adicción a las redes sociales-internet y


conductas disociales en su dimensión robo y vandalismo es de tipo cúbica y es
representado por los siguientes valores: R2=.626 y r=. 0.3635.

105
Figura 15
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión travesuras

En la figura 15, la correlación entre adicción a las redes sociales-internet y


conductas disociales en su dimensión travesuras es de tipo cúbica y es
representado por los siguientes valores: R2=.607y r=.3035.

106
Figura 16
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión abandono escolar

En la figura 16, la correlación entre adicción a las redes sociales-internet y


conductas disociales en su dimensión abandono escolar es de tipo cúbica y es
representado por los siguientes valores: R2=.660y r=.33.

107
Figura 17
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión pleitos y armas

En la figura 17, la correlación entre adicción a las redes sociales-internet y


conductas disociales en su dimensión pleitos y armas es de tipo cúbica y es
representado por los siguientes valores: R2=.609 y r=.3045.

108
Figura 18
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión grafiti

En la figura 18, la correlación entre adicción a las redes sociales-internet y


conductas disociales en su dimensión grafiti es de tipo cúbica y es representado
por los siguientes valores: R2=.255y r= 0.1275.

109
Figura 19
Gráfico de correlación entre adicción a las redes sociales - internet y conductas
disociales en su dimensión conducta oposicionista desafiante

En la figura 19, la correlación entre adicción a las redes sociales-internet y


conductas disociales en su dimensión conducta oposicionista desafiante es de tipo
cúbica y es representado por los siguientes valores: R 2=.525 y r= 0. 0.2625.

110

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