Etica de 9

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Aborto inducido: ética y derechos

Dra. Montserrat Sagot Rodríguez *   


Msc. Ana Carcedo Cabañas *
Resumen
Si bien la interrupción voluntaria del embarazo es una práctica común en todo el
mundo, el tema es sumamente controversias ya que en él se conjugan aspectos
fundamentales como el inicio de la vida humana, el derecho de las mujeres a
controlar su propio cuerpo, la sexualidad, la naturaleza de las responsabilidades
del Estado para interferir en este terreno y las tensiones entre las visiones
seculares y religiosas sobre la vida. El debate permite precisamente visibilizar el
hecho de que sobre estos temas no existen visiones homogéneas e inmutables.
En ese sentido, a pesar de que en muchos países existen leyes que penalizan el
aborto, el asunto nos remite al terreno de principios morales y éticos
contrapuestos. Aquí se discuten algunas de las implicaciones de estas
controversias y se brinda información sobre la incidencia del aborto, así como
sobre las consecuencias tanto del aborto inseguro como de la despenalización.
Finalmente, se analizan las implicaciones de la penalización del aborto para el
cumplimiento de algunos derechos fundamentales como el respeto a las
diferencias, la libre elección, la autodeterminación y la tolerancia.

Introducción
   
Si bien la interrupción voluntaria del embarazo, o aborto, es una práctica común en
todo el mundo, que ha sido practicada desde mucho antes de que existieron los
registros históricos, el tema desata pasiones y muchas controversias en la época
actual. Dado el tono de los debates y las características de sus principales
voceros, podría dar la impresión que todas las sociedades siempre han
condenado la práctica del aborto, o que ha sido así en el mundo occidental al
menos durante los últimos 2000 años, desde que empieza a configurarse la
doctrina cristiana. Sin embargo, hace tan solo 140 años el catolicismo planteaba
que el feto se convertía en un ser con alma hasta después de 40 días de la
concepción si era varón y 80 días si era mujer. En efecto, antes del Apostolicae
Sedis, de Pío IX, promulgado en 1869, interrumpir un embarazo antes de esos
plazos no implicaba eliminar una vida humana para la Iglesia Católica.

El debate sobre el aborto pone en la mesa de discusión temas fundamentales


sobre la existencia humana, como el momento del inicio de la vida humana y lo
que nos constituye en seres humanos. Este debate permite precisamente
visibilizar el hecho de que el concepto de vida y, en particular el de vida humana,
no es único, eterno ni universal. Por el contrario, existen y han existido una gran
diversidad de concepciones de vida que varían según la época y la cultura. Se
pueden encontrar posiciones tan extremas, como las de los budistas, que plantean
el respeto absoluto para cualquier forma de vida del Reino Animal, hasta la de
ciertos grupos de la India que no consideran al recién nacido como persona sino
hasta después de un mes del alumbramiento, y hasta entonces no le dan nombre.

La comunidad científica tampoco comparte una sola visión sobre el inicio de la


vida humana. Es evidente que un óvulo fecundado tiene vida, al igual que la tiene
un espermatozoide, la sangre menstrual y hasta un tumor canceroso. Pero la vida
humana es mucho más que una serie de procesos orgánicos y fisioquímicos.
Parte de la comunidad científica afirma que la vida humana empieza cuando el
feto adquiere la capacidad de moverse por cuenta propia en el útero, Para otras y
otros esta vida empieza cuando se, desarrolla el sistema nervioso. Hay también
quienes argumentan a favor del inicio de la función cerebral y quienes abogan por
el primer latido del corazón. Finalmente, desde otras posiciones científicas se
plantea que no se puede hablar de vida humana hasta el momento en que el feto
es capaz de sobrevivir independientemente del cuerpo de la madre.Por otra parte,
el tema del aborto también se encuentra en el centro de debates como el derecho
de las mujeres a controlar su propio cuerpo, la naturaleza de las responsabilidades
del Estado para interferir en este terreno, las tensiones entre las visiones
seculares y religiosas sobre la vida humana y los derechos de las madres vis-a-vis
los derechos del feto que algunos grupos defienden. Además, un elemento central
de las discusiones sobre el aborto tiene que ver con un asunto particularmente
controversias: el ejercicio de la sexualidad, y en particular de la sexualidad de las
mujeres. En varios momentos y países la controversia pública ha estado marcada
por la afirmación de principios éticos y morales contrapuestos y por la intolerancia,
sobre todo de grupos poderosos que han sido capaces de imponerle al resto sus
concepciones por la fuerza de la ley y de condenar con la sanción moral y hasta
penal a quienes no comparten esas concepciones. En este artículo pretendemos
discutir algunas de las implicaciones de estas controversias, así como brindar
información sobre la incidencia del aborto a nivel mundial y nacional, y sobre las
implicaciones tanto del aborto inseguro como de la despenalización. Finalmente,
analizaremos las consecuencias de la penalización del aborto en el cumplimiento
de algunos derechos fundamentales y sus implicaciones para una convivencia
social basada en el respeto a las diferencias y la tolerancia.

Mitos sobre el aborto

A pesar de la diversidad de concepciones éticas y posiciones legales sobre el


aborto, existen una serie de mitos, algunos inducidos por ideas pseudocientíficas,
que crean confusión y que son usados como armas ideológicas contra la
despenalización de esta práctica y para producir temores entre las mujeres. A
continuación se discuten algunos de estos mitos. 
 
a) El mito del Trauma Post-aborto  
En 1987, siendo Ronald Reagan presidente de los Estados Unidos, le prometió a
los representantes de los grupos que se oponen a la despenalización un informe
sobre los efectos del aborto en la salud de las mujeres. Durante los siguientes dos
años, el Ministro de Salud de ese país C. Everett Koop y un grupo de
investigadores se dedicaron a la revisión de cientos de estudios sobre esta
temática. Como resultado, estos investigadores encontraron que las mujeres que
se han practicado un aborto no son más propensas que las otras a tener
problemas de salud. De hecho El Dr. Koop y su equipo no fueron capaces de
demostrar que el aborto es perjudicial para la salud mental de las mujeres. En su
testimonio frente al Congreso de Estados Unidos el Dr. Koop planteó que "el
desarrollo de problemas psicológicos relacionados con el aborto es minúsculo
desde una perspectiva de la salud pública." 3
   
Por otra parte, un informe de la American Psychological Association también
concluyó que las reacciones psicológicas severas frente al aborto ocurren solo en
raras ocasiones. De hecho, este informe planteó que la amplia mayoría de las
mujeres experimentan una mezcla de sentimientos frente al aborto, donde
predominan los sentimientos de alivio. 4 Un estudio publicado en Estados Unidos el
año 2000 reveló que después de dos años de practicado el procedimiento, el 72%
de las mujeres entrevistadas estaban satisfechas con su decisión de haber
finalizado el embarazo y reportaron haber obtenido más beneficios que daños de
su decisión. El pequeño porcentaje de mujeres que experimentaron problemas o
reacciones negativas ante la decisión, tendían a tener una historia previa de
depresión. 5
   
Si bien en nuestro país o en América Latina no existen estudios similares, dadas
las condiciones de ilegalidad de la práctica, los datos recopilados en Estados
Unidos sugieren que el trauma post-aborto es un mito creado con el fin de
deslegimitar la práctica del aborto seguro y de producir mayores niveles de dudas
y ansiedad en las mujeres que se plantean esta posibilidad.

b) El Mito de las complicaciones en futuros embarazos

Una investigación basada en datos generados en 21 países demostró que el


aborto no incremento los riesgos de sufrir complicaciones durante los futuros
embarazos o partos. De hecho, el aborto inducido seguro no representa riesgos
adicionales para la mortalidad infantil, el bajo peso al nacer, la infertilidad, el
embarazo ectópico o los abortos naturales. 6

El mito del cáncer de mama

Aunque los grupos que se oponen a la despenalización en algunos países han


intentado alarmar a las mujeres haciéndolas creer que el aborto puede provocar
cáncer de mama, las investigaciones científicas no respaldan esta afirmación.
Desde 1981, más de 20 estudios han examinado la pretendida relación entre el
aborto y el cáncer. The New England Journal of Medicine publicó el más amplio y
comprensivo estudio sobre el tema y concluyó que "los abortos inducidos no
tienen ningún efecto sobre los riesgos del cáncer de mama."  7 Además, diferentes
organizaciones, tales como el National Cancer Institute y The American Cancer
Society de los Estados Unidos, así como la Organización Mundial de la Salud han
concluido que no se ha establecido ninguna relación entre la ocurrencia del cáncer
de mama y el aborto inducido. 8
c) El mito de los peligros médicos del aborto seguro Un estudio de 1999
determinó que, alrededor del mundo, las muertes asociadas con el aborto
prácticamente nunca ocurren en aquellos países donde este es un procedimiento
legal, accesible y practicado en las primeras semanas del embarazo por personal
calificado. 9 De hecho, el aborto legal implica 1/100 del riesgo de muerte por una
apendectomía y hay más posibilidades de morir como resultado de una inyección
de penicilina que de un aborto seguro. 10

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