Educacion Cimarrona
Educacion Cimarrona
Educacion Cimarrona
Memorias, reflexiones
y metodologías
Antonio D’ Agostino y Nelci Burbano Preciado
(coordinadores)
Educación cimarrona
Memorias, reflexiones
y metodologías
Nelci Burbano Preciado, Lorena Meza Cabezas,
Leonela Meza Cabezas, Tania Castillo Ruiz,
Teodolinda Quintero Nazareno,
Antonia Guerrero Ayoví, Gina Quiñonez Quiñonez,
Carmen Ruano Cuero, Marjorie Banguera Cuero,
Nuria Villota Valencia, Ivonne Quiñonez Canga,
Antonio D’ Agostino, Verónica Di Caudo
y Patricio Guerrero
Educación cimarrona, memorias,
reflexiones y metodologías
Nelci Burbano Preciado, Lorena Meza Cabezas, Leonela Meza Cabezas,
Tania Castillo Ruiz, Teodolinda Quintero Nazareno,
Antonia Guerrero Ayoví, Gina Quiñonez Quiñonez, Carmen Ruano Cuero,
Marjorie Banguera Cuero, Nuria Villota Valencia, Ivonne Quiñonez Canga,
Antonio D’ Agostino, Verónica Di Caudo y Patricio Guerrero
ISBN: 978-9978-10-149-0
Presentación.................................................................................. 7
José Enrique Juncosa
Introducción................................................................................. 15
Antonino D’ Agostino
El barrio El Cisne......................................................................... 23
Memorias cimarronas, historias de vida y testimonios........... 39
Cuentos a lo divino y a lo humano............................................ 91
Décimas, arrullos y adivinanzas................................................. 103
Reflexiones
Antonio D’ Agostino
6 Educación cimarrona
Presentación
8 Educación cimarrona
tonio D’Agostino. La tercera y última parte ofrece dos
aportes metodológicos, el primero de los cuales consis-
te de un relato reflexivo de los talleres de grafoplástica
identitaria desarrollados por la pedagoga María Veróni-
ca di Caudo, en tanto que el segundo explaya una guía
para niños investigadores, elaborada por el antropólogo
Patricio Guerrero, como recurso metodológico al servi-
cio de la revitalización de la cultura, las identidades y las
memorias vivas de los pueblos cimarrones.
Los barrios de Sucumbíos en donde se con-
vocan los niños y niñas de los Centros constituyen un
nuevo capítulo de la diáspora de la población afro de
Ecuador y Colombia hacia la Amazonía, alentada tanto
por las expectativas de las empresas petroleras cuanto
por el impulso de la colonización agraria. Sus calles
cobijan biografías e itinerarios de hombres y mujeres
que revelan las estrategias de continuidad y resistencia
del cimarronaje, un término que implica sentidos y po-
sibilidades de acción pedagógica muy concretas para
animar e imaginar una forma de educación diferente.
Cimarrones eran los afrodescendientes que decidían
huir de la esclavitud y conformar territorios propios
(palenques) recreando sus estructuras sociales, sus ritos,
formas de convivencia y saberes. Si bien fueron estig-
matizados como personas que rechazaban las normas
y las leyes, en realidad habían optado por construir, en
libertad, nuevos paradigmas de convivencia. El espíritu
cimarrón vive del amor a la libertad y la autonomía, y
depende de la toma de decisiones conjuntas. No tolera
el dominio ni la violencia de las personas e instituciones
sobre los individuos y requiere de espacios de libertad
para poder crear, expresarse e imaginar nuevos mundos
posibles.
El espíritu cimarrón es incluyente y abierto; se
basa en la capacidad de resistencia a la opresión aferrán-
dose – a pesar de la dureza de las circunstancias- a la
10 Educación cimarrona
los puntos de encuentro. Por ello, la religiosidad de los
espíritus orixás acentúa el dinamismo entre los dioses
antes que los rasgos de su entidad, pues tan importante
como el dios creador, la diosa madre o los dioses del cie-
lo, la tierra y el agua lo son el dinamismo y las relaciones
entre ellos. Lo importante no son los dioses en sí y los
mundos que cada uno gobierna – sus diferencias y fron-
teras - sino lo que puede ocurrir entre ellos. Dinamizar
estar relaciones es la tarea de Axé, el espíritu encargado
de garantizar que ocurran y sucedan cosas entre los dio-
ses; este espíritu contribuye a entender la identidad y las
diferencias en tanto capacidades de relación creativa y
dinámica con los otros.
Nuestras instituciones educativas carecen mu-
chas veces del espíritu o estilo dinamizador de Axé, pues
nos preocupamos más por dejar en claro quién tiene el
mando, dónde y sobre quiénes vamos a ejercer la auto-
ridad que de trabajar para favorecer que ocurran cosas
entre los diversos estamentos, grupos, asociaciones y
personas. Ser autoridad significa también dinamizar y
animar las fuerzas, talentos y posibilidades presentes en
los múltiples lugares y personas de nuestras institucio-
nes. El estilo de autoridad cimarrona, basado más en
la figura del puente que en de las barreras aduaneras,
parece estar animado también por el espíritu de Axé.
La experiencia nos recordó la importancia de
dos estrategias que, aunque limitadas e insuficientes
por sí mismas, son importantes para revertir el racismo.
La primera es la discriminación positiva. En efecto, la
carga de la historia sobre los afroecuatorianos es muy
pesada y se expresa en indicadores muy bajos de acceso
al empleo, a la educación primaria, secundaria y univer-
sitaria, a la salud, a la vivienda y servicios básicos. Por
ello, es necesario identificar la población afro para ga-
rantizar mejor su inclusión a la ciudadanía y sus dere-
chos. Algunos países, como por ejemplo Brasil, imple-
12 Educación cimarrona
pio trabajo de reconstitución y revitalización identitaria
como pueblo afroecuatoriano.
Por último, ¿qué nos reservamos para quienes
no somos afroecuatorianos? Tal como los docentes y es-
tudiantes hemos transitado por las distintas actividades
de asesoría a los Centros, estamos seguros de afirmar
que hemos comprendido que la discriminación racial,
la xenofobia y otras formas de intolerancia no solo afec-
tan a los afrodescendientes sino que también revelan el
rasgo enfermizo de quienes las ejercen contra ellos. Por
lo tanto, y pensando al estilo fanoniano, los racistas no
solo deben ser vencidos sino también, curados y sana-
dos. Sin ello, todo programa de superación del racis-
mo sería incompleto. De alguna manera, trabajar en los
Centros de Educación Cimarrona ha evidenciado esta
doble faz del trabajo porque ha contribuido también a
visibilizar nuestras propias estructuras racistas y racia-
lizantes ancladas en nuestras maneras de pensar, sentir
y de actuar. Nuestro trabajo como asesores no nos ha
proporcionado méritos que exhibir sino deudas, una
deuda enorme para sanar las estructuras racistas que se
afincan en los cimientos profundos de la sociedad a la
que pertenecemos y en los espacios de saber en los que
nos movemos.
Todos necesitamos, hoy más que nunca, pensar
y mirar el mundo como afroecuatorianos, desde la mi-
rada iluminada por el cimarronaje y el espíritu vincu-
lante y relacionador de Axé, menos preocupado por la
demarcación de las diferencias y mucho más por lo que
somos capaces de hacer juntos. Al mismo tiempo, es ur-
gente que nuestros estilos de docencia y de vinculación
con la comunidad sean capaces de animar y dinamizar
las capacidades y talentos que nos rodean, dando lugar
a la improvisación, capacidad de adaptación y a la fiesta.
Por último, la herencia que el pueblo afroecuatoriano
nos propone es concebir nuestras diferencias y múlti-
14 Educación cimarrona
Introducción
Antonio D’ Agostino3
16 Educación cimarrona
El objetivo de esta obra colectiva es dar a cono-
cer el gran valor que encierra el proceso de revitalización
en acto al interior del pueblo afroecuatoriano como ele-
mento visible de su insurgencia y reapropiación de su
propio espacio cultural, algo necesario también para
el mismo país que, de esta manera, se ve beneficiado
y enriquecido en la construcción de una identidad na-
cional, pero no con el afán de homogeneización, sino
en el respeto de las diversidades y distintas alteridades
presentes.
A ese respeto es preciso señalar el pensamiento
de Erika Silva quien, en su libro Identidad nacional y
poder, demuestra que “la identidad se define por oposi-
ciones y diferenciaciones con un ‘otro’, con la alteridad”
(Silva 2004, 11), mientras que “la geopolítica mundial,
con su famosa globalización apunta a una supuesta
‘igualdad’ y homogeneización e intenta restar impor-
tancia a la existencia de la diversidad” (Silva 2004, 12).
Por lo tanto, esta obra trata de ser una contri-
bución para evidenciar cuán nefasto ha sido el modelo
de Estado-nación edificado al querer forjar un “noso-
tros ecuatoriano” que sigue fragmentado en múltiples
nosotros étnicos y regionales, y que se nutre de un
continuo proceso de desvalorización promovido por
la ideología dominante respecto a lo indio y lo negro
(Silva 2004, 17).
En particular, y como objetivo especifico, de-
dicaremos especial atención al pueblo afroecuatoriano,
al largo periodo de aculturación sufrido de forma muy
violenta, y a la necesidad urgente de reconstruir su pa-
trimonio cultural como estrategia política que le per-
mita reconocerse y reapropiarse de su propia identidad.
Para esto, los autores recogemos los aspectos que
conforman la realidad concreta del barrio El Cisne de Su-
cumbíos, donde hay una considerable concentración de
afrodescendientes, y donde realizamos una investigación
Bibliografía
SILVA CHARVET, Erika
2004 Identidad nacional y poder. Quito: Abya-Yala.
18 Educación cimarrona
Memorias y tradición oral
afroecuatoriana de
Nueva Loja
Antecedentes
Guayas 33,8%
Esmeraldas 22,5%
Pichincha 11,2%
Manabí 7,9%
Los Ríos 4,6%
El Oro 4%
Santo Domingo 2,7%
Santa Elena 2,5%
Imbabura 2,1%
Azuay 1,5%
Loja 1,0%
Carchi 1,0%
Sucumbíos 1,0%
Tungurahua 0,7%
Cotopaxi 0,7%
Orellana 0,6%
Cañar 0,6%
Chimborazo 0,5%
Zonas no delimitadas 0,2%
Bolívar 0,2%
Morona Santiago 0,2%
Napo 0,2%
Zamora Chinchipe 0,1%
Galápagos 0,1%
Pastaza 0,1%
24 Educación cimarrona
Tabla 2: Autoidentificación de la población
Censos 2001 - 2010*
71,9%
Mestizo
77,4%
7,4%
Montubio
Afroecuatoriano 7,2%
Afrodescendiente 5,0%
7,0%
Indígena
6,8%
6,1%
Blanco
10,5%
0,4%
Otro
0,3%
26 Educación cimarrona
De entrada es oportuno afirmar que el objetivo
fundamental de toda esta actividad fue el fortalecimien-
to de las raíces culturales afro de los hombres y muje-
res presentes en Sucumbíos, para el mantenimiento de
su propia identidad, para que se sientan orgullosos de
pertenecer a este maravilloso pueblo afroecuatoriano,
quien, a pesar de una prolongada humillación recibida
a lo largo de muchos años, nunca se dejó doblegar, nun-
ca se quedó postrado en la esclavitud, sino que siempre
luchó insurgentemente, para no dejar caer en el olvido
la dimensión más sagrada de su vida: su historia, con
sus costumbres y sus tradiciones, que son la parte más
constitutiva de la memoria de un pueblo sobre la cual se
puede construir el presente y diseñar el futuro.
Finalmente, quienes nos hemos involucrado
en esta tarea estamos conscientes del gran desafío toma-
do, y estamos seguros que esta investigación solo repre-
senta el inicio de un compromiso permanente basado
en los siguientes aspectos:
BARRIO EL CISNE
28 Educación cimarrona
El barrio El Cisne se encuentra ubicado al oes-
te de la ciudad de Nueva Loja (Lago Agrio), capital de
provincia de Sucumbíos. El barrio tiene los siguientes
límites:
• al norte con una finca de propiedad particular
• al sur con una propiedad del Sindicato de Chofe-
res de la ciudad de Nueva Loja
• al este con una propiedad del colegio Napo
• al oeste con la propiedad de la familia Orellana.
30 Educación cimarrona
Pese a que el barrio es joven, la comunidad
afro de Sucumbíos ha definido muy bien varios elemen-
tos que son propios de su patrimonio cultural, algunos
de los cuales comparten con los demás grupos; a saber,
su mapa identificatorio, sus lugares míticos y sagrados,
los primeros moradores del barrio y las personas patri-
monio del lugar.
Se reconocen como ‘lugares históricos’ al pro-
yecto ecológico “Perla”, la iglesia “Divino Niño” y la es-
cuela “Teniente Hugo Ortiz García”; estos dos últimos
son utilizados para encuentros comunitarios, tanto a
nivel social como también litúrgico. Otros sitios de en-
cuentro de la comunidad, incluso de mayor acogida, son
una ‘choza bar’ conocida como “Las cuatro esquinas”, la
casa comunal y, en últimos años, la cancha de fútbol. En
estos lugares, los habitantes del barrio pueden llegar en
cualquier momento e ir tejiendo vínculos sociales y cul-
turales, especialmente entre afrodescendientes y mesti-
zos. Por tal razón, estos espacios se han convertido en
lugares significativos.
El barrio también cuenta con lugares consi-
derados como ‘sagrados’ y otros como ‘míticos’. Los
primeros son el cementerio, la iglesia y el nicho de la
“Virgen del Cisne”; el segundo es la calle “La laguna”,
donde, según versiones de la gente, “se aparecía una se-
ñora llorando, pero se le aparecía especialmente a los
borrachos”.
32 Educación cimarrona
E: Históricamente hablando, ¿desde cuándo los afro-
descendientes están presentes aquí?
NB: Los afros están presentes desde la década de los se-
tenta, época en la que se inicio la explotación del pe-
tróleo.
E: ¿Qué es lo que representa El Cisne como barrio?
NB: Representa al pueblo afro en su mayoría… La ima-
gen de la “Virgen del Cisne”… El proyecto la PERLA vía
la Laguna…
E: ¿Por qué muchos afrodescendientes viven en ese ba-
rrio?
NB: Una de las razones por la que los afrodescendientes
han ido a vivir ahí fue el no tener un lugar propio donde
vivir y ahí había tierras…. Otra razón fue también por
estar en grupos. Siempre el afrodescendientes han bus-
cado los barrios donde están los de su misma etnia, para
reunirse y poder hacer sus algarabías.
E: ¿Tiene un significado simbólico?
NB: Sí.
E: ¿Cuál es?
NB: El nicho de la “Virgen del Cisne” les protege y le
cuida de todo los males que puedan hacerles.
E: ¿Y cómo es visto, por parte de las demás personas de
Sucumbíos, el barrio El Cisne?
NB: A este barrio las demás personas lo ven de mala
forma, porque dicen que es el barrio de los ladrones, de
los criminales, de los vagos… Todos los «peros» tienen
la gente que vive en este barrio.
34 Educación cimarrona
E: ¿Qué es la tunda?
NB: La tunda es un personaje de la mitología afroecua-
toriana, pero en Esmeraldas, por lo menos, se dice que,
en el tiempo de antes, sí existió la tunda y se le apareció
a muchas personas, de las cuales a algunas entundó y
se las llevó pa´l (para el) monte; allá los alimentaba con
camarón asado con su trasero… La tunda tiene la pata
izquierda en forma de molinillo de batir chocolate, y la
derecha del porte de la pierna de un niño recién nacido.
Cuando la tunda se lleva a un muchacho, para quitárse-
lo, hay que ponerse en buenas; los padrinos del mucha-
cho tienen que encabezar la búsqueda acompañada por
el padre, parientes y amigos del entundado, equipados
con bombos, cununo, guasá, machete, escopeta, perros
de caza… Se va entonando cantos a los humanos, para
que la tunda aparezca a participar de la fiesta, y cantos a
lo divino para poder desentundar al muchacho…
Ha habido casos de entundado que no han aparecidos
sino hasta viejos, ya con barbas bien pronunciadas y
hasta canosa y, como es lógico, no conocen a nadie ni
a nada, porque toda su vida la ha pasado en el espeso
monte viviendo con la tunda.
E: ¿De dónde vienen los cuentos y por qué se siguen con-
tando?
NB: Los cuentos vienen de la mitología… Se dice que
antiguamente en Esmeraldas, los personajes mitoló-
gicos estaban más en contacto con el ser humano. La
mitología es parte de la vida de los pueblos y, por otra
parte, es una herramienta de formación de sus descen-
dientes, ya que anteriormente creaban estos personajes
para atemorizar a los niños y mantener el respeto hacia
las personas mayores.
36 Educación cimarrona
Capítulo
II
40 Educación cimarrona
Por lo tanto, la reformulación y revitalización
de sus universos simbólicos han permitido, a este grupo
humano proveniente de África, encontrar la fuerza, a lo
largo de todos estos siglos, para llevar adelante procesos
de “insurgencia simbólica” que se manifiestan en varios
ámbitos de la vida cultural, se expresan por medio de
elementos como son la música, la vestimenta, la rituali-
dad, sus costumbres, sus cosmovisiones, y finalmente se
traducen en eje estratégico de sus propuestas políticas
alternativas al sistema y de construcción de una socie-
dad más incluyente mediante la formación de organiza-
ciones y espacios sociales insurgentes.
En efecto, pese a todo el impacto hegemónico
de la cultura dominante, los cimarrones, mediante un
proceso de sincretismo cultural, supieron mantenerse
fieles a su identidad, cuyos rasgos pueden ser encontra-
dos tanto en su tradición oral como también en la in-
fluencia ejercida en el ámbito sociocultural de los varios
países donde el pueblo afro se encuentra.
Por esta razón, creemos es importante la idea
de Miranda cuando afirma que en el caso del pueblo
afrodescendiente no se puede hablar de aculturación
sino de transculturación; además, es acertado el uso
del término subalterno, pero en el sentido que Antonio
Gramsci le da a dicha noción; según él, “no existe un
grupo dominante monolítico, ni tampoco un domina-
do sumiso y sin capacidad de resistencia inmediata al
discurso impuesto (…) de tal manera que, en esta lu-
cha de poder cotidiana la hegemonía logra filtrar en el
dominado su pensamiento, pero también el subalterno
logra encontrar resquicios por donde modificar la ideo-
logía de la hegemonía” (Miranda 2005, 34).
A este propósito, García Canclini hace referen-
cia a los ‘intersticios’ culturales, estos espacios identi-
tarios donde se reproduce y recompone, mediante un
esfuerzo sincrético, lo que es propio de un pueblo. Él
42 Educación cimarrona
te en sus propios términos a los cambios que se están
produciendo a nivel global y se proponga otro tipo de
narrativa más acorde con una realidad siempre más in-
tercultural.
En efecto, durante mucho tiempo, la narrativa
ocupó un estatus canónico dentro de la historia como
disciplina, similar a la posición del discurso normaliza-
dor y objetivista de la antropología (Rosaldo 2000, 154);
los elementos clave de la narrativa, como las historias
de caso, terminaron ocupando un plano secundario,
subordinado a la reflexión más profunda y, por ende,
más profesional del científico social.
Frente a todo esto, Rosaldo considera necesario
retomar el modelo narrativo y replantear así su validez
en el ámbito antropológico. Este autor está convencido
de que el análisis de las narrativas es importante para la
propuesta del análisis social en cuanto nos proporciona
el entorno histórico adecuado en que se desarrollará la
propuesta del análisis social; de hecho, algunos autores
perciben la narrativa como su evolución lógica, la po-
sibilidad de establecer el marco adecuado para poder
explicar determinados fenómenos sociales que precisan
tener en cuenta su historia.
A partir de su investigación en torno a las na-
rrativas chicanas, Rosaldo hace referencia al hecho de
que la cultura no es una realidad unívoca, petrificada
en el tiempo e inmutable; la cultura no es un ente que
deba ser analizado en su permanencia ni en su pureza,
antes bien, la cultura es una realidad dinámica, la cual se
modifica como consecuencia de factores coyunturales
específicos e interrelacionados entre sí.
Esta constatación tiene un fuerte valor político
y de movilización social y ofrece instrumentos de lucha
y resistencia, además de afirmación de la propia identi-
dad, sin importar que ésta haya cambiado respecto a los
‘tiempos originales’. Las narrativas chicanas son un buen
44 Educación cimarrona
Dentro de esta investigación nos contactamos
con algunas de estas personas de la comunidad. Hay
que mencionar que ellas son conocidas como griots en-
tre los bantús africanos, y son los que mantienen viva la
tradición y la historia del pueblo. Por su parte, en Amé-
rica Latina, entre el pueblo afroamericano, se les cono-
ce como rezanderos, curanderos, decimeros, cuenteros,
etcétera.
Presentamos ahora algunas narraciones que
hablan de esperanza, de resistencia, del ser humano e
invocan a lo divino; narraciones que mantienen vivo el
espíritu cimarrón tanto de los decimeros y cuenteros
del barrio El Cisne, como también de sus oyentes que
llegan a considerar esas narraciones como parte de su
riqueza cultural.
Los actores históricos del barrio El Cisne son
sus pobladores. Cada uno de ellos guarda múltiples his-
torias personales de sus experiencias al llegar a la ciudad
de Lago Agrio y asentarse en El Cisne. En las entrevistas
que se presentan a continuación, cada uno de los con-
sultados presenta una retrospectiva de su vida, centrán-
dose fundamentalmente en aspectos como sus orígenes,
su llegada al barrio, su lucha por la legalización de sus
tierras, sus formas particulares de educación, etcétera.
Bibliografía
CUCO GINER, Josepa
2004 Antropología urbana. Barcelona: Ariel.
MIRANDA, Franklin
2005 Hacia una narrativa afroecuatoriana. Quito: Abya-Yala.
PATIÑO SÁNCHEZ, Ninfa
2008 Juan García. Guardián de la tradición y la memoria.
Quito: Ministerio de Cultura.
46 Educación cimarrona
y ya le tocó trabajar en madera, que es lo que hizo hasta
ahora último, que ya no ha podido trabajar.
Cuando llegué aquí primeramente cogimos un
solar, luego nos fuimos a coger un solar a la vía Tarapoa
cuando recién se estaba iniciando, o sea esa vía que de-
cía que salía de aquí a Tarapoa, porque no había vía, era
trocha. Allá cogimos un terreno e hicimos una casita de
paja y con chonta y quisimos ir a vivir allá, pero la situa-
ción no se me dictó o sea de irnos a vivir allá, porque
a mí no me gustó mucho, porque no me gusta vivir en
el monte, no me ha gustado mismo el campo, siempre
me ha gustado vivir donde hay bastante circulación de
personas y donde las cosas están más a favor para uno,
porque no me crie en el monte y no me gusta mucho el
campo, no sé trabajar mejor dicho, yo no sé tirar ma-
chete, yo no sé esas cosas.
Ya por él me tocó irme; allá hicimos una casa,
sembramos algunas cosas y luego bajamos por el río,
nos tocó bajar por el río, el río Aguarico, en canoa de
remo, hasta una parte que dicen “la playa del catorce”
creo que es, por la Balastrera, ahí saltamos y ahí cogi-
mos camino otra vez a donde era el lote que habíamos
cogido; dejamos sembrado y nos vinimos otra vez
aquí a Lago.
A los pocos tiempos que ya mi esposo qui-
so regresar para allá, para ver cómo estaban las cosas,
cómo estaba el sembrío, pero eso ya se lo había cogido
otra persona, entonces como en ese tiempo mandaba el
IERAC6, que eran que vivían del otro lado del Aguarico,
que era la autoridad máxima para lo de la tierra; aquí
entonces porque el señor que había andao resaltiando
(sic) era un operario, le había gustado el terreno y se lo
había cogido y si tuvimos ahí, con el señor, un proble-
48 Educación cimarrona
En ese entonces, con Pablo Minda, Betty Ayo-
ví, una chica que ahora no está aquí, está en España,
Rosa Ponce, mi persona y Lady nos tocó hacer un censo;
(…) las hojas volantes nos las hizo el monseñor, eso era
con el fin de andar de casa en casa viendo cuál era la
condición de la gente morena, cómo vivían, cuál era la
situación en la que trabajaban, de dónde habían venido;
todo eso nos tocó hacer a nosotros; nos tocaba andar
en grupos de dos en dos, porque éramos seis personas
las que iniciamos la pastoral negra, y ahí invitamos a
la gente a que se reúna para conversar, para estar más
unidos, para ayudarnos en cualquier problema que hu-
biese de cualquiera de las personas, porque uno
... ya se logró bas- solo, a veces, no se puede (…) defender (…);
tante, ya la gente en esa situación hemos estado hasta ahora que
ya está bastante ya se logró bastante, ya la gente ya está bastante
unida (…), ya se han unida (…), ya se han concientizado, ya se sabe
concientizado, ya se cuál es el rescate de la sociedad de la gente ne-
sabe cuál es el res- gra, cómo vino, cual es su situación y, pues, creo
cate de la sociedad que ahorita ya todo está claro.
de la gente negra, Pero hubo un tiempo que me separé
cómo vino, cual es de la pastoral y ya entraron otras personas, en-
su situación y, pues, tonces, si ya hemos trabajado una parte, que
creo que ahorita ya trabajen otros también para que todo mundo
todo está claro. vaya concientizándose y vaya viendo cómo es
la manera de trabajar y de ayudarse unos a los
otros...
Pues ahorita la situación ha cambiado; claro
que hay algunos problemitas, pero ya ha cambiado, por-
que la pastoral negra se ha fortalecido, ya hay bastante
gente preparada, ya hay abogados, profesores, e doctore7,
de todo ya hay, ya más o menos uno ya puede hablar más
duro, en ese tiempo no se podía hablar muy duro, porque
50 Educación cimarrona
problema de los papeles, si eran colombiano o ecua-
toriano. Aquí en Lago Agrio, no había ese problema, y
como ellas se fueron de aquí, entonces yo no tuve difi-
cultad con el estudio de ellas; (…) después de la escuela
salieron (…) todas al colegio según su etapa que iban
terminando, iban pasando al colegio y otras quisieron
seguirse preparando, se fueron a la universidad y no he
tenido problema con ellas, con ninguna de ellas…
Mejor yo tuve problema al entrar a estudiar a
la academia de corte (…) Ecuador… Como en Colom-
bia, uno en la primaria era hasta el quinto antes y aquí
no me hicieron valer esa primaria, y me tocó ir a dar un
examen al Tena, o sea dar un examen de sexto grado al
Tena (…) para poderme graduar aquí en la academia;
entonces esa sí fue una dificultad que yo tuve, porque,
imagínese (…) que yo no había estudiado; era difícil
(…) poder contestar esos exámenes, (…) o sea (…) to-
caba decir cuáles eran los límites de aquí, (…) los volca-
nes, esos cerros. Yo no sabía nada, pero de todas mane-
ras si hubo gente humanitaria que me colaboraron y me
ayudaron y si pude hacer algo, si me pude graduar; (…)
esa fue la mayor dificultad que más he tenido yo aquí:
poderme graduar aquí en la academia…
Mi esposo era de Colombia pero trabajaba
aquí en la compañía Caimán, y justo trabajaba un pri-
mo mío también, y él ha querido irse a conocer o sea
mi esposo ha querido ir a conocer a Orito Putumayo
y se fueron, y ahí fue donde nos conocimos y ahí em-
pezó (…) la relación con él…jajaja …me conoció, lo
conocí a él y (…) nos gustamos y al poco tiempo ya me
tocó venirme acá al Ecuador, pero yo no entré por tro-
cha, porque en ese tiempo salían por trocha, a mí me
tocó entrar por Quito. Cuando yo llegué aquí a Lago
Agrio… Había una sola calle, que era la vía Colombia,
y solo había una sola cooperativa, que era la Centinela
del Norte, que venía de Quito (…) a Lago Agrio… Eso
…..
52 Educación cimarrona
(jajaja); cuando me hacen dar coraje soy un poco resen-
tida, porque uno como que se cría así (…) mimado, es
como que medio se resiente por cualquier cosita, uno ya
se siente un poquito mal…
Como todo niño que jugaba, era alegre y cuan-
do era de pelear si también peleaba jajaja…, porque sí
me gustaba la pelea; (…) me gustaba jugar futbol como
los hombres, (…) sacábamos partido de hombres con-
tra las mujeres y mujeres contra los hombres; me gus-
taba mucho jugar al futbol, era bastante estropeada en
eso, pero ahorita ya no me gusta, ya no me gustan las
patadas… Por eso, yo he apoyado a mis hijas porque
a ellas si les ha gustado bastante el deporte y yo las he
apoyado bastante, porque a mí también cuando era
niña me ha gustado, y sé que es algo que uno se relaja
bastante y en vez de pensar en otras cosas uno piensa
en cosas mejores, y también porque en el juego uno se
consigue bastantes amistades, (…) y tiene para escoger
(…) buenas y malas…
Al formar la pastoral (…) la Betty Ayoví aquí
no tenia conocidos, no tenía ninguna amiga y la única
amiga morena que había era Lady y ella se valió de ella,
porque con ella podía llegar a donde las personas que ella
necesitaba. Entonces Lady le había dicho (…) te voy a
llevar donde mi mami. Entonces fue donde Betty vino
a conversar con nosotros y nos hizo la invitación para
conversar con Gonzalo; y fuimos una semana a conversar
con Gonzalo (…) y él nos explicó el por qué y el para qué
se necesitaba formar la Pastoral, (…) para rescatar (…) a
la gente negra y la cultura que ya estaba un poco perdida
y que todavía creo que, por una parte, sigue estando…
Ahora son poquitos los que quieren hacer lo
que los viejos antes hacían, (…) vea, por lo menos en el
baile de marimba. Nosotros teníamos un grupo de ma-
rimba, a nosotros nos dieron en la iglesia y ahí nosotros
ensayábamos. Nos fuimos a Ceramin, que era una com-
54 Educación cimarrona
de unir, o sea hacer relación entre una asociación con
otra, para que haya esa hermandad, esa unión y cono-
cerse más, pero eso se fue desintegrando cuando yo ya
no estuve más… don Nery también como que ya se ale-
jó un poco, porque en ese tiempo, como que parece éra-
mos los dos que metíamos más (…) candela en eso del
deporte… Ya nos salimos y eso se desintegró, se quedó
algunos trofeos, se quedó ropa de marimba y todo eso
se perdió… Pero me alegro, porque, por lo menos, has-
ta ahora mantienen todavía la pastoral, aunque yo no
estese ahí…
En ese entonces tenían muchos problemas los
señores de la Virgen del Carmen y los señores Filachos,
que eran tan famosos en los problemas. Si ahí cuan-
do nosotros estábamos hicimos la asociación… Ahí
nosotros les ayudamos bastante a ellos, incluso con el
monseñor se les ayudó a comprar esos terrenos que
tenían allá…
En ese entonces se trabajó bastante también;
pero, igual ahora también hay otros dirigentes que si, de
todas maneras, están trabajando y lo mantienen, porque
no es fácil mantener el grupo con bastante gente resa-
biada, porque, usted sabe, que nosotros los morenos, ha-
blando en serio, somos bastante resabiados; si a uno no
le gusta esto, al otro no le gusta esto de acá y ya se abren
y ya se daña todo… Y pues, bueno, ahorita todavía lo es-
tán manteniendo, aunque sean unas pocas pero lo están
manteniendo…
El otro día hablábamos con doña Esperanza y
le digo ‘no sé si cualquier rato voy a volver, pero déjeme
pensarlo bonito, déjeme descansar que yo ya estoy vie-
jita… Sigan ustedes no más…’ ‘ya dice que estás vieja
-me dice doña Esperanza- viejos son los caminos...’ ja-
jajajaja.
…Esa ha sido la trayectoria que yo he tenido,
(…) para mí ha sido muy bonito, más que todo lo que
56 Educación cimarrona
jeres y de hombres… Es lindo… O también de pronto el
volibol10 para los hombres y para las mujeres…
Hago encocado de pescado, encocado de
guanta, seco de guanta, encocado de pollo, también de
gallina criolla ahumada… Los días sábados el plato tí-
pico es el sancocho de gallina criolla con una porción
de arroz (…) y también a veces hacemos los bollos de
pescado que también son agradables para algunas per-
sonas… Eso es lo que estoy haciendo ahora en la actua-
lidad, trabajando personalmente…
Yo aquí en el Ecuador no he sentido discrimi-
nación de ninguna naturaleza, ni en los hospitales, ni en
ninguna parte, porque no he sido una persona
Yo me siento parte que hace problema con nadie… Aquí tengo a
del Ecuador… Estar mis hijos, mis nietos, mis yernos, toda mi fami-
aquí es igual que lia que venga de mi está constituida aquí en el
estar en mi país… Ecuador. Por ende aquí yo me siento parte del
Me siento bien y por Ecuador… Estar aquí es igual que estar en mi
esa parte me siento país… Me siento bien y por esa parte me siento
ecuatoriana. ecuatoriana.
Les voy a contar una anécdota para sa-
lir de la rutina… Tengo una comadre que se llama Zoi-
la… Es mi comadre muy querida… Yo, desde que lle-
gue aquí, con ella hemos sido como hermanas y ella, de
repente, como todo mundo de repente tiene su rato de
gusto, se tomaba sus traguitos… Ya cuando se tomaba
sus tragos… jai era bien candela… Me decía: ‘¡Que chu-
cha! Yo aquí me siento y de aquí no me va a sacar usted’
y era que se me sentaba en la falda y de ahí no salía hasta
que a ella le daba la gana… Tremenda…
Pues había una casa comunal que decían que
era el hospital aquí y había un solo doctor que atendía
y que era el doctor Villena y era el yerno de don Chica,
…..
58 Educación cimarrona
una cocina de esas pues, era mejor dicho, como ahora
tener una cocina industrial...
Bueno nosotros también festejamos la Semana
Santa, pero aquí los ecuatorianos tienen una tradición
y nosotros los colombianos tenemos otra tradición; es
decir, aquí, la Semana Santa es con la fanesca; por cier-
to, nosotros también compartimos la fanesca, porque es
muy rica… En Colombia ya son, los que se decir, los sie-
te platos: ya se hace el caldo de pescado o se hace sopita
de fideo con coco, quesito, ahí esa es la sopa, se hace
una bandeja con el arroz, eso es para decorar, el palmi-
to, la sardina y la menestra de frejol o lenteja, ensalada y
así la “chautiza”, eso es para decorar la bandeja del arroz
ya, entonces esa es la tradición de nosotros… Ahora yo
pues, tengo mis hijas… Ellas tienen las dos tradiciones,
que es la ecuatoriana y la colombiana, entonces, por
cierto, compartimos las dos tradiciones a vecé13 el día de
Jueves Santo se hace la fanesca para compartir la tradi-
ción de los ecuatorianos y el día Viernes Santo hacemos
lo que es la comida colombiana”.
60 Educación cimarrona
ese entonces, había solo la Nacional de Loja14 a distan-
cia, modalidad que no me gustaba y la Cooperativa de
Colombia15, en la cual empecé el pre universitario hasta
que fue intervenida. Luego procedimos algunos estu-
diantes a continuar asistiendo a las clases normales a las
seccionales de Quito y Ambato, donde obtuve la licen-
ciatura y luego el título de abogado (…) y luego doctor
en jurisprudencia y después me inscribí en el colegio de
abogados de Sucumbíos.
Luego de ejercer la profesión de abogado, eta-
pa difícil pero muy bonita… difícil, porque uno viene
de estudiante a ejercerla como un profesional; y muy
bonita porque le enseña a uno muchas cosas buenas y
malas en los procesos; hay que defender y hay que tam-
bién acusar, entonces, luego de aquello, se me nombró
en la administración de la gobernación del señor Var-
gas… se me dio el espacio de Comisario Nacional de
Policía y estuve un tiempo y, por algunas razones por
ejemplo, el desalojo de comerciantes del mercado y que
en ese momento se me notificó que ordenara a la fuerza
pública para desalojarlos, pues, habiendo sido comer-
ciante no podía maltratar a los propios compañeros…
En todo caso pues decidí dejar el cargo.
Hoy me encuentro acá en la administración
del señor Orlando Grefa16, que me ha pedido que le co-
labore desde la secretaría general de esta administración
del Gobierno Provincial de Sucumbíos y desde hace 5
meses atrás, pues vengo desempeñando esta función
tratando de hacer las cosas de la mejor manera en fun-
ción de que el señor prefecto también vea de ese buen
62 Educación cimarrona
le todas esas fuerzas para continuar pensando en el bien
de sus hijos...
Y esperando que pues, de la misma manera,
mis hijos tengan a lo mejor esa misma predisposición
para continuar siempre estando trasmitiendo la evolu-
ción del mensaje, y ojala lleguen también a ser médicos,
lleguen a ser doctores, lleguen a ser profesionales… El
anhelo del padre siempre es verles bien, entonces tra-
tarles de transmitir la buena energía positiva en ellos,
ayudarles en lo que más se pueda a fin de que tomen esa
misma línea.
En otras cosas pues, como hijo siempre he sido
tranquilo, no di muchas molestias al papa ni a la mamá,
y más bien para ser abogado se tuvo que asimilar ese
consejo del padre, saber escuchar consejos, saber tratar
de hacer las cosas e interpretarlas, porque hay mayores
de edad que dicen que ‘él que no oye consejo no llega a
viejo’, y yo creo en eso. Y por qué digo esto, porque ten-
go también un hermano que él no llegó hasta 3er curso.
Se le daba consejos y él no escuchaba; él creía
que lo que él quería hacer era lo correcto y a la larga
el resultado no se le refleja; entonces, por eso
también digo que el que no oye consejo no llega
Para ser abogado
a viejo, sabiendo que tuvimos una madre y un
se tuvo que asimilar
padre ejemplares que lucharon para sacar ade-
ese consejo del pa-
lante a sus hijos y a su familia.
dre, saber escuchar
En mi familia somos 4 hermanos va-
consejos, saber
rones; uno falleció cuando estaba prestando los
tratar de hacer las
servicios militares en la ciudad de Quito, en el
cosas e interpre-
batallón de trasmisión “Rumiñahui”. El otro es
tarlas, porque hay
magister y vicerrector de un colegio, y el otro es
mayores de edad
el que acabo de mencionar que no le salieron las
que dicen que ‘él
cosas muy bien.
que no oye consejo
También tengo 3 hermanas mujeres:
no llega a viejo’, y yo
dos viven en Europa y una vive en la ciudad de
creo en eso.
64 Educación cimarrona
actualidad es la que hace grupo social del centro ocasio-
nal, lo que es el mercado de la ciudad y que tiene como
meta la construcción de un nuevo y moderno edificio
para el mercado central, que albergaría a 180 personas y
a más de 1.200 personas indirectamente…
Del proceso organizativo afro, estuvimos al
inicio formando la asociación de negros ASONE con el
señor Danilo Alarcón; en ese entonces, de la historia de
la compra o traslado de la deuda que se tenía al señor
Luis Segundo Orellana por la finca ‘La Charapa’.
Luego dejé de ser parte de la organización por
algunos inconvenientes… No estuve de acuerdo en al-
gunas cosas y pasamos a formar la Federación de Or-
ganizaciones de Afroecuatorianos residentes en Sucum-
bíos, organización que todavía está viva.
Esa organización de afros me había delegado
como representante de la provincia de Sucumbíos y
Orellana ante el Consejo Nacional de Desarrollo Afro-
ecuatoriano (CODAE), en la ciudad de Quito… Esa
delegación duró apenas un año por las transiciones de
mando por las firmas de gobierno17. Luego, regresando
acá a la ciudad de Nueva Loja, formamos conjuntamen-
te con Danilo Quiñónez, Pedro Cabezas, Ivon Quiñónez
y algunos compañeros más, la Asociación de Afroesme-
raldeños residentes en la provincia de Sucumbíos.
…..
Estos son procesos a los que los gobiernos de
turno no dan oído, pero tampoco nosotros vamos a de-
caer; vamos siempre a mantener la energía positiva, de
que algún rato vamos a ser escuchados, atendidos; en-
tonces, es por eso que hemos estado ahí metidos en esta
lucha, en lucha de los distintos actores políticos de la
66 Educación cimarrona
Me acuerdo cuando fui delegado del CO-
DAE18… El directorio del CODAE estaba integrado
de 11 representantes de todo el país, pero la mayoría
eran de Guayas, Quito y Esmeraldas, porque eran las
ciudades de mayor densidad poblacional afro, entonces
tenían un mayor número de delegados al interior del
directorio…
De los 11 delegados, Manuel Olaya, por las
provincias amazónicas, el señor José Rosero, por la pro-
vincia de Esmeraldas, y un abogado de Quito, Juan Car-
los Ocles, estábamos en contra de la administración del
CODAE, o sea hacíamos minoría de tres contra ocho…
al final del año concluimos haciendo que se sumen los
ocho que estaban a favor de la administración… que se
pongan del lado de los tres y al final la mayoría terminó
(…) sacándole a la señora secretaria ejecutiva.
Eso fue muy interesante porque, incluso los
ocho que estaban a favor de ella, en alguna ocasión,
intentaron hasta agredirnos físicamente al interior de
la sesión… Entonces para mí fue algo muy interesante
cómo logramos virar este directorio.
En otra ocasión, me acuerdo cuando jugaba al
fútbol, de joven, en un choque con otro compañero de
la ILALO rompimos el balón jejeje…Otra vez en la ciu-
dad de Quito, en el terminal, estando entrando al baño
miro que a una señora se le había caído el dinero… y un
señor llega y lo pisa, y yo le digo: ‘Entréguele a la señora
el dinero’, y él me dice: ‘¿Qué? No querrás tu parte’ jejeje
y yo llamé a la señora y le digo que se le había caído la
plata y ahí el tipo se lo tuvo que entregar jejeje…
Cuando tuve mi primer hijo fue como quien
dice el resultado de lo que hacen los muchachos cuan-
68 Educación cimarrona
pintonas se hacen maduras, y de maduras solitas se caen
jajajaja… Así somos los seres humanos…
De alguna manera tuvimos buena escuela de
papá y de mamá y nos enseñaron muchas cosas para
uno poderse ubicar en algún sitio, en cualquier espacio
que se encuentre.
También, pues, le hemos hecho en
algunas actuaciones y en los actos culturales,
Como esmeralde-
poesías, incluso música; por lo general, como
ños, como afros, so-
esmeraldeños, como afros, somos personas que
mos personas que
tenemos como un don; no nos acholamos20
tenemos como un
ante cualquier circunstancia; igual de la nada
don; no nos achola-
nos ubicamos y de la nada estamos ahí presen-
mos ante cualquier
tes, estamos activos.
circunstancia; igual
En ese entonces, cuando apenas tenía
de la nada nos
ocho o nueve años, en el barrio era todo sano;
ubicamos y de la
en ese entonces no se encontraban pandillas, en
nada estamos ahí
ese entonces todavía la gente tenía miedo de las
presentes, estamos
cosas, todavía la mama decía: ‘si te vas sin hacer
activos.
caso, te sale el cuco’, y uno cuando oía que ‘te
sale el cuco’, ya estaba pegadito a la pollera de
la mujer… El miedo pues… pero ahora los mu-
chachos no tienen miedo; ahí entonces juegos tradicio-
nales, de la yuca, los chicos y las chicas ahí agarrados.
Ahora se va a jugar la yuca, los muchachos ya
van con un segundo o tercer sentido; el tan tan, la ata-
laya, la rayuela, el cabo, la bolicha ... si hubieron tanta
actividad que se perdió; imagínese los cambios de un
tiempo a otro.
Nos íbamos a la orilla del río a bañar y una chi-
ca que se bañaba, ya con senos grandecitos y en calzón,
y no se la prestaba ningún interés.
70 Educación cimarrona
Y soy más bien amante de las comidas tradi-
cionales, por ejemplo, si cocinan pescado lo recibimos
más agradable con plátano, un plátano molido, hecho
una bala y después frita con un pedacito de queso y un
chocolate es para estar tranquilo. Y también que no falte
el coco, porque a la gente como uno, afro, le encanta la
comida con coco, ¿o no ha tomado usted una sopita de
fideo con coquito y poquito de quesito, huevito como no,
o un caldito de pescado con coco?
Y esto es cuanto puedo compartir con todos
ustedes al momento, y espero tener otra oportunidad
para hacerles participes de otros conocimientos per-
sonales”.
72 Educación cimarrona
Los negros, en ese entonces, no parti-
Visitábamos a los cipaban en ninguna organización; yo lo hacía
enfermos, íbamos por fuera, y la primera era la ‘Nueve de Octu-
al cementerio, y a bre’, en el centro de la ciudad.
esos muertos que Cuando llegué al barrio donde ac-
no tenían familiar tualmente vivo, formamos una comunidad
nosotros los ente- cristiana llamada ‘Cristo del Consuelo’.
rrábamos en los Visitábamos a los enfermos, íbamos al
huecos que otros cementerio, y a esos muertos que no tenían fa-
hacían… nos adue- miliar nosotros los enterrábamos en los huecos
ñábamos y metía- que otros hacían… nos adueñábamos y metía-
mos a los muertos, mos a los muertos, y cuando aparecían los due-
y cuando aparecían ños ya los huecos estaban ocupados.
los dueños ya los En 1980 el Papa Juan Pablo II, en un
huecos estaban
viaje, conversó con monseñor para que reúna
a los negros que estuvieran en la iglesia y así
ocupados.
inicia la idea de la pastoral. Fue cuando Pablo
Minda, Betty Ayoví, Luisa Quiñonez, en la casa
de ella, conversaron y se pusieron de acuerdo para in-
vitar algunas personas, como es a la señora Edelmira
Landázuri, Rosa María Cabeza y Sofía Cabeza.
Después entró Nery Valencia, Clemente Paz,
Don Naza, y así se formó la pastoral negra; queríamos
comprar una casa, luego Pablo pidió que se comprara
una finca y le puso a la comunidad a vivir allí.
Después tuvimos una misionera que se llama-
ba Tere Valles; luego vino Matilde Ballestero y Alejandro
Mendizábal que eran esposos. Con ellos se creó una mi-
croempresa. Después llegó el Padre Pablo Gallegos y se
hizo un proyecto para conseguir una casa; en este pro-
yecto salieron doce casas para construirlas y doce para
arreglo, total veinte y cuatro casas, que las repartió a las
personas que no teníamos casa y estábamos en la pasto-
ral, y así fuimos avanzando.
Luego la tuvimos a Clarisa Méndez que es la
actual coordinadora de la pastoral… Yo tengo el minis-
74 Educación cimarrona
4. “Mi papá nomás nos hizo y se fue”
…..
En los castigos, yo me acuerdo que mi
mamá era bien severa. En una ocasión que no-
sotros estábamos cocinando, y cocinábamos En los castigos, yo
con leña, a mí se me ocurrió colocar un chiro, me acuerdo que
un orito al fogón y lo estaba asando y mi ñaño mi mamá era bien
me quiso quitar, entonces empezamos a pelear; severa.
en esa se nos cae un agua de panela y mi ñaño
76 Educación cimarrona
se fue quemando la barriga… Entonces mi mamá me
coge y me dice: ‘oye, ¿qué es que te pasa a tú?? Ahhh…
¿Cómo se te ocurre hacerle una cosa de esa a tu herma-
no? Si tú eres la hermana mayor, tienes que cuidarlo…’.
Entonces me agarra la mano y tas, y me la pone así y
se me pega tres carbones… Mire como me quedó blan-
ca la mano en esta parte… Y eso porque yo siendo la
hermana mayor, decía mi mamá, tenía que dar ejemplo,
tenía que cuidar a los otros… Yo me acuerdo, en otra
ocasión, mi mamá me mandó a barrer el patio, a mi
segundo hermano le dejó que desyerbe, o sea, luego de
que él desyerbaba tenía yo que ir barriendo… Pero, a mí
se me ocurrió una idea mejor: salir a jugar… y cuando
yo salía iba a jugar la bolicha, balón… y me olvidaba de
todo. En un momento dado llegó mi mamá y yo aún
no había terminado de barrer y entonces me metió una
severa paliza y después de mí a mi segundo hermano,
y luego al tercero… Y así, ella castigaba a todos… Al
menos a los que se dejaban o a los que ella alcanzaba…
A veces, cuando yo no había hecho el quehacer, yo me
sabía escapar…. Yo me escapaba por los alrededores o,
si podía, me escapaba donde una tía, o sino más lejos…
No volvía a la casa durante un rato, hasta que a ella ya
le había pasado un poco el coraje… Cuando regresaba
con mi tía no me castigaba, pero cuando tenía chance lo
hacía… A veces nos pegaba con un bollero que tenía de
vaca o a veces con una raja de leña o con lo que podía,
ella nos daba con lo que encontraba… Porque ella decía
que nosotros tenemos que hacer las cosas a la voluntad
de ella… Me acuerdo, cuando dejaba a Luz Marina que
lave la ropa, cuando ella regresaba, comenzaba a revisar
la ropa. Si la ropa no olía a sol, ella decía que la ropa
estaba mal lavada, porque tenía que estar oliendo a sol,
o sea, tener un buen olor… Entonces con la misma ropa
le pegaba en la cara o en donde el trapo le caía… Tam-
bién nos dejaba quehaceres, como por decir, me decía:
78 Educación cimarrona
dar…’. Pero, un buen día mi mamá estaba hablando con
una vecina, que se llamaba Consuelo, y sacaba pecho
diciéndole a la vecina que yo había cambiado bastante,
que era una señorita y que yo hacía muchas cosas que
hacen las señoritas… Y entonces la vecina le dice: ‘No, si
al que yo le veo haciendo todo es a su hijo, al Wilson…’.
Ya pues, mi mamá llega y me pregunta… Yo, asustadí-
sima, pensaba que si le digo que sí le pongo al Wilson
a cocinar, ella hubiera dicho que de pronto se quema,
entonces yo pues le digo: ‘no mamá, yo mismo hago las
cosas’. Y mi mama me dice: ‘a ver, ¿y cómo doña Con-
suelo dice que tú no haces?’. Entonces le llama al Wilson
y le pregunta: ‘¿tú cocinas?’ Y mi ñaño me volteaba a ver
todo nervioso y no le decía nada. Y mi mama le insistía:
‘dime si tú cocinas, o sino te meto palo también a vos,
hijo de la grandísima…’. Entonces, mi ñano todo asus-
tado le dice: ‘no, a veces cuando la Cata me dice vaya
haciendo, entonces yo voy haciendo algo…’. Y hay fue
cuando se me dañó toda la felicidad de nuevo… jajajaja.
Una vez, cuando yo era ya grande, le pregunté
a mi mama por qué ella me maltrataba así. Y ella me
dice que es porque mi abuelita le hacía lo mismo… Me
contó que cuando le dejaba mandando que lave la ropa,
mi abuelita le hacía así igualito… Me decía que ella no
lavaba la ropa como nosotros ahora, que tenemos todo
más fácil, como decir: tenemos clorox o deja… En
cambio ella lavaba –me decía- con un monte especial,
que era para que blanquee la ropa… Me contó que mi
abuelita le decía: ‘verás, cuando venga Ninfa, tu ropa
tiene que estar oliendo a sol’, tal como ella me decía a
mí, y si mi mamá dejaba la ropa mal lavada entonces
mi abuelita le pegaba de la misma manera que ella nos
pegaba a nosotros… Me decía que un día mi abuelita
había encontrado una ropa mal lavada y le había hecho
lavar esa parte mal lavada y después le había hecho to-
mar el agua del lavado, para que aprenda a hacer una
80 Educación cimarrona
5. “Ahora, no todo es tan severo como antes”
82 Educación cimarrona
6. “Antes se pedía el bendito a las personas
mayores”
84 Educación cimarrona
unos árboles de guayaba y nos pusimos a coger… Y la
señora tenía una lora que todo lo que miraba hablaba…
Y ya tarde, como a las cinco, llega la señora, que era co-
madre de mi mamá, y se pone a decirle: ‘su hija
Cuando disque vino con unas amigas y me insultaron, porque
uno pasaba por el les dije que no se cojan unas guayabas…’. En-
camino, ni porque la tonces, ahí también me dieron unos tres correa-
fruta estuviera bota- zos… Antes nunca. Cuando disque uno pasaba
da podía ir cogiendo por el camino, ni porque la fruta estuviera bo-
las cosas… Así era tada podía ir cogiendo las cosas… Así era res-
respetar las cosas petar las cosas ajenas… Eso era ser honrado…
ajenas… Eso era En cambio, yo a ninguno de mis hijos
ser honrado… les castigué… Digamos, a mi hija le aconsejaba
y le decía que haga las cosas, porque yo me pa-
saba lavando y aplanchando ajeno, para con eso
mismo darle el estudio… Ella cocinaba sin que yo le di-
jera que cocine, porque yo pasaba lavando ropa ajena y
cuando ella salía del colegio a veces no había el almuer-
zo y ella se ponía a hacer alguna sopita… Otras, yo esta-
ba aplanchando y ella estaba haciendo la merienda o yo
estaba lavando y ella estaba haciendo… así barriendo la
casa, lavando los platos…
Me acuerdo que hasta que tuve veinte años yo
jugaba bolicha con los amigos y las amigas… También
jugaba el kelvi… ese juego con monedas, donde si caía
‘cara’, uno ya ganaba, y si caía kelvi, uno perdía la raya…
También jugábamos a saltar con la soga…
Hacíamos muñecas de pan o muñecas de trapo
y sabíamos buscar padrinos y madrinas y, con alguien
vestido de cura, bautizábamos a las muñecas… Con los
compadres y las comadres sabíamos hacer comelonas
y cocinábamos y mandábamos un plato de comida a la
vecina diciéndole: ‘vecina que aquí le traigo…’ jajaja. Lo
que sí me acuerdo es que esos compadrazgos duraban
para toda la vida…
86 Educación cimarrona
con ese hueso de vaca o con una piedra o con
A nosotros, mi un maíz… y así arrodillados… y le daban hasta
mamita no nos daba que a ellos ya les daba la gana… A nosotros, mi
comida cuando nos mamita no nos daba comida cuando nos casti-
castigaba, no nos gaba, no nos daba comida todo el día… el cas-
daba comida todo el tigo era con todo eso…
día… el castigo era Y a mí sí que me castigaban… uuu es
con todo eso… que yo si era rebelde… yo sí… y hasta ahora
soy así, es mi forma de ser y yo no puedo cam-
biar… Lo que digo, lo hago cuésteme lo que me cues-
te… Por eso, a mí me daban más palo… a la María, mi
hermana, no… A mí me decían: ‘te toca cocinar, te toca
hacer esto…’ y yo, si no lo quería hacer, no lo hacía…
Cogía un anzuelo y una de esas piolas nailon y me iba
por allá, por las quebradas… a esos pozos a pesca’…
y ahí me estaba todito el día y como iba con rabia no
comía nada…
Yo cuando estoy con rabia no como nada… la
rabia misma no me deja… no puedo, eso no depende
de mí…
Ahora a mis hijos, yo les castigo igual… Como
yo les he enseñado a lavar, a cocinar, a trabajar, a estu-
diar… A cada uno le pregunto: ‘¿Y usted quiere lavar
hoy día o no? ¿O usted quiere cocinar?’. Y si no que-
rían hacer nada, les daba palo… Pero a todos les dejaba
su trabajo y el que no me hacía le metía palo… La ley
era a todos por igual…. Claro, el más pequeño de tres
o cuatros años qué oficio iba a hacer, pero los que ya
estaban grandes y podían ayudar, a ellos sí les ponía a
trabajar….
Pero, de todos mis hijos, el que más me ayuda-
ba, que hasta ahora me da pena, era el Wilson… Él era
mano derecha mía… Ese, si yo me iba… (juepuchica)
era como quedar yo, o sea una mujer… Las hermanas
mujeres, en cambio, no… La más grande apenas creció,
se iba a hacer otras cosas: jugar bolas, pelota… eso le
88 Educación cimarrona
Capítulo
III
Limber Nazareno
Cuentos a lo divino
LOS ENCADENADOS
92 Educación cimarrona
en una silla… Tal era su fastidio que ambos se quedaron
dormidos. Al otro día, cuando se despertaron, se die-
ron cuenta que los cabos se habían convertido en unas
gruesas cadenas… Gritaban: “Estamos encadenados…”.
¿Cómo nos vamos a soltar?… Vamos a tener que bajar
a pedir auxilio a los moradores…”. Y al intentar bajar
se cayeron y ambos se mataron… Las personas se per-
cataron del hecho y fueron a cogerlos y los enterraron.
Después de enterrados pasó unos pocos días y en las ca-
lles de San Francisco se oían sonar unas gruesas cadenas
que pasaban: “chililin, chililin” y “prom, prom”… Eran
dos hombres que caminaban encadenados… Esta es la
historia de los encadenados del cabo de San Francisco
de Muisne.
LA TUNDA
94 Educación cimarrona
- ¿Y qué? ¿Acaso que tu eres mi madre? Yo tam-
bién tengo derecho a andar mi calle cuando a mi me dé
la gana. Yo no soy paje.
Y Tula, dándole una patada a su abuela, brincó
al monte. Por lo que le dijo la señora:
- ¡Tula, te vas a convertir en una cosa muy fea!
Ya no te llamarás Tula, tú nombre será tunda.
Y desde entonces Tula se fue al monte y andu-
vo por los campos donde se dio cuenta que se iba trans-
formando en una mujer flaca, alta, de pelo larguísimo,
de ojos salientes. Una uña y un pie se transformaron
en el molinillo que batía la vieja el chocolate y el otro
pie le quedó sano. La gente empezó a ver esa visión y a
llamarla la tunda.
Ésta llegaba a las casas a robarse a los niños
para hacerles tener rabia a los padres y de eso anduvo
por los montes y la ven cuando sale con un canasto lle-
no de guineo y un niño que se había robado. Lo lleva en
la espalda, baja al río, coge camarón, se lo mete por la
boca y los saca cocido por el trasero y así les da de comer
a los niños, que se llaman los entundados. A la tunda
siempre se la ha visto por la zona norte de la provin-
cia de Esmeraldas. Así es cómo la niña Tula, hermosa y
bonita, se convirtió en esa visión que todos los niños la
llaman la tunda.
RIBELINO
96 Educación cimarrona
- Don Antonio no se preocupe... Nosotros va-
mos a armar la cruz y verá que la fiesta va a quedar bo-
nita y allá Ribelino con su conciencia.
Se pusieron pues los señores a armar la cruz y
esa noche como todos los años hubo la celebración muy
bonita.
Ribelino ni soltó la fiesta ni quiso estar en ella.
Se fue y bravísimo se embarcó en una canoa y anduvo
río arriba y río abajo, todo bravo, maldiciendo a la cruz
y maldiciendo a todo el mundo.
Tanto se cansó que llegó de madrugada; subió a
su cuarto y se encerró en su cama y se quedó dormido…
Pasaron algunos años, Ribelino no cambiaba
hasta que un día menos esperado Ribelino se puso grave
y se puso a gritar:
- Nooo… Saquen esa visión de ahí que no me
toque… ¿Quién es ese señor barbón? Es un señor de los
ojos bonitos…
Ese señor era Cristo que le estaba dando la sen-
tencia a Ribelino:
- Antes de morir, por la soberbia y por lo que
hiciste con mi santa cruz, donde yo fui crucificado,
morirás y velarás por la cruz todos los días, y por una
enfermedad nunca podrá perdonarte nadie hasta el fin
del mundo… Cuando el mundo llegue a su final recién
podrás liberarte de tus penas…
- Tu ataúd te servirá de canoa y una de (…) tus
piernas serán tu canalete y una de las espermas que te
velen será la luz que te alumbre, para que puedas buscar
la cruz y traerla a mi presencia…
- Desde este día no te llamarás Ribelino… Te
llamarás riviel.
- No, no, Señor -decía Ribelino- por Dios no
me haga esto Señor…
Pero el Señor le digo:
- Ya está dada la sentencia- y desapareció…
98 Educación cimarrona
Entonces la lenguada se hizo la dormida, se
hizo la loca y no le contestó… Y la Virgen María que
quería cruzar el estero con su niño, le dice:
- Oye lenguada… Haceme caso26…Dime si es
que está subiendo la marea…
La lenguada viró la cara feísima y le arremedó:
- Oye lenguaññña yimme si la mmmañrea ta
shuviendo…
Y la virgen María se puso bravísima, pero res-
piró como más de diez veces e hizo conciencia y le vol-
vió a preguntar:
- Lenguada hazme caso… Dime si está subien-
do la marea, que necesito cruzar al otro lado
Y la lenguada otra vez le hizo esa boca, así fea
y le dice:
- Ashhhhh - Y le arremedó unevamente
- Oye lenguaññña yimme si la mmmañrea ta
shuviendo
Y la Virgen María le dijo:
- Vos lenguada… Desde ahora en adelante te
vas a quedar así fea... Te voy a maldecir, te vas a quedar
fea, con esa boca torcida y ojona…
Y la lenguada (…) en instantes empezó a sen-
tirse media rara, media ojona y media así fea... Y desde
entonces la lenguada es feísima, como es ahora... No es
normal como todos los pescados...
IV
Decimero y cantor,
Artesano sin igual,
Cómo bailarín sin par,
ese es Remberto Escobar.
Remberto Escobar Quiñones,
el máximo trovador,
Como poeta, el mejor
Es que canta con riñones
Desde Muisne hasta Limones,
De San Lorenzo al pampón
Siempre con su sombrerón
Su guitarra y su marimba
Desafiando a mandinga
Es decimero y cantor.
Décima a lo humano
La vaca comprando en tienda
Décima a lo humano
La pregunta del negro
Arrullos y adivinanzas
Arrullo a lo divino
Coro
Ya se despertaron
Todos los pastores
Y Jesús les llevan
Ramitas de flores.
La novia se alegra
cuando el novio se lo mete
(El anillo de compromiso)
Estoy en el universo
pero no estoy en el mundo
de Dios soy inseparable
y de los ángeles huyo
ando siempre como la Virgen
pero no estoy con su manto
ando siempre con el diablo
pero nunca con los santos
(La letra i)
Hoja verde
flor morada
Antonio D’ Agostino
Capítulo
Conclusión
II
Niños y niñas del Centro de Educación Cimarrona
del barrio Esmeraldas Libre.
Los Centros Cimarrones,
estrategia pedagógica
de revitalización
político-identitaria
del pueblo afroecuatoriano
Bibliografía
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2007 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
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I
Clarisa Méndez, de la Pastoral Afroecuatoriana
de Sucumbíos, tocando el Cununo (junio 2011).
Artes e identidad
Introducción
Memoria fotográfica
“Nos ven negros y nos discriminan, piensan que les vamos a robar…Este rap dice
que podemos cambiar nuestra situación y por eso podemos luchar desde
arriba…”.
“Como ignorante que soy, me precisa preguntar si el color blanco es virtud, para
mandarme a blanquear.” (Memoria Colectiva).
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II
Centro Cimarrón del barrio El Cisne.
Guía para niños cimarrones.
Revitalización de la cultura,
las identidades y las
memorias vivas de los
pueblos cimarrones
Patricio Guerrero Arias
¿Qué es investigar?
¿Qué es el corazonar?
Nuestra espiritualidad
Autoridades / padres
Poner fecha de
De creación de la Celebración de la fun- y madres de familia
Cívica En la escuela creación de la
comunidad dación de la comunidad / niñas y niños de la
comunidad
escuela
219
Patrimonio natural: para saber sobre nuestros sitios pa-
trimoniales
Patrimonio material
Música y danza
Artesanías
Problemas ambientales