Toc Informe
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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
Directora
Madrid, 2016
TESIS DOCTORAL
ACTIVIDAD COGNITIVA Y
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
DIRIGIDA POR
Mª Iciar Iruarrizaga Díez
MADRID, 2015
Actividad Cognitiva y Trastorno Obsesivo Compulsivo
TESIS DOCTORAL
ACTIVIDAD COGNITIVA Y
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
DIRIGIDA POR
Mª Iciar Iruarrizaga Díez
MADRID, 2015
Agradecimientos
Gracias a mi familia y mis amigos por estar siempre ahí. Es un privilegio teneros.
Gracias por la generosidad, la paciencia y el mimo conmigo.
Y por supuesto gracias, mil gracias, a mis pacientes, por permitirme entrar y salir en
sus vidas, llevándome siempre un aprendizaje que queda en el corazón.
INDICE
RESUMEN Pág. 11
ABSTRACT Pág. 15
RESUMEN
El estudio de la emoción y la cognición constituyen dos de las grandes áreas de
interés en la psicología desde su origen. Fue necesaria la llegada del paradigma cognitivo-
conductual para que el análisis de ambas áreas de estudio alcanzaran su mayor interés y
desarrollo empírico, a través del estudio de su interrelación, implicaciones, evaluación y
tratamiento, permitiendo dar validez científica a los supuestos teóricos y así alcanzar el
nivel de ciencia en el que depositar todo ello.
Para Hoffman, la empatía es una emoción moral que supone una respuesta
afectiva vicaria, es decir, una respuesta que funciona en una dirección hacia el otro, en
el sentido que es más congruente con el estado afectivo de algún otro/a que con el
propio, pero que cuando se torna hacia uno mismo y el sujeto siente lo que se puede
denominar dolor empático (dolor por el sufrimiento del otro) y se percibe como
responsable de ese dolor, su experiencia empática tiende a transformarse en culpa.
(Retuerto, 2004; Etxebarría, 2009) De esta forma, el sentimiento de responsabilidad ante
el dolor del otro deviene en sentimientos de culpa, al igual que el sentimiento de
responsabilidad ante un pensamiento que se vive como egodistónico con los propios
valores, genera obsesión.
Así, tal como hemos podido comprobar, los resultados en relación a los
pacientes TOC relativos a cuatro dimensiones relacionadas con las tendencias
obsesivas: Perfeccionismo y necesidad de certezas-Importancia otorgada a los
pensamientos intrusivos-responsabilidad por daño y sobrestimación del peligro, resultan
significativamente altos para aquellos pacientes que además alcanzan niveles
igualmente elevados en los resultados de la prueba de empatía.
Creemos que puede ser de sumo interés esta descripción ya que aunque la
propuesta para este trabajo es evaluativa, quizás pueda ofrecer algunas propuestas para
futuras investigaciones en términos de tratamiento.
ABSTRACT
The study of Emotion and Cognition are two of the major areas of interest in
Psychology since its early days. The arrival of the cognitive-behavioral paradigm was
the key so that the analysis of these two areas of study reach their greatest interest and
empirical development through the study of their interrelationship, implications,
assessment and treatment, allowing the scientific validity of the theoretical hypotheses,
thus achieving the level of social science.
We have considered the analysis of the sense of guilt in relation to the role that it
may have with the origin and maintenance of OCD patients’ symptomatology (Shafran
et al, 1996; Mancini & Gangemi, 2004) along with the assessment of how this sense of
guilt determines and affects those who suffer it in terms of empathy towards others and
understanding towards themselves (considering empathy as a positive emotion which
becomes negative when the burden of empathic stress is higher than the reasonable and
it generates a significant discomfort in the subject). We were interested as well in
assessing to what extent the lack of stimuli control and addictions (specifically to
which addictive contents the OCD patients do respond to), assessing a possible
correlation between these results.
Guilt and empathy are two emotional responses with a particular interest to us
due to the fact that in our clinical experience, both constructs appear consistently in the
speech of patients with obsessive tendencies or with a diagnosis of OCD and other
anxiety disorders. Therefore, the question of which link can be found between these two
emotional variables and the assessing of to what extent the levels of one and the other
dimensions can be valid descriptors to explain the likelihood to develop and maintain
obsessive beliefs. Thus, we have firstly started from an independent analysis of both
(guilt and empathy) and then, after proving statistically the influence of each variable in
the cognitive activity in OCD patients, we try to express the influence of their
complementarity, while trying to associate their behaviors with difficulties in stimuli
control and how that is determined by the obsessive thought tendency. Significant
results were obtained in the analysis of data related to alcohol addiction, compulsive
expense and, especially nowadays, Internet use.
Equally we will emphasize the search of similarities and differences that may
arise between men and women in both aspects. As we expected, in the emotional
variables, females have higher levels of empathy (especially in those levels concerning
dimensions of emotional understanding and sympathetic joy) as well as higher levels in
the likelihood of feeling guilty, regarding males. However, age factor does not make a
significant influence except for the group between 18 and 25 years old, which shows a
higher rate of sense of guilt regarding the other age groups.
The harmony, in fact, is generally surprising since, against what it was expected,
OCD patients reach higher empathy levels than control group of healthy patients,
although in a detailed analysis of the results (as it is described in the proper section) we
can see that that high level of empathy is in a closer relationship with levels in the
‘empathic stress’ dimension, i.e. the variable which come up to be responsible for the
pain of others due to a magnification of the responsibility in which the individual get in
touch with that negative emotion.
We believe that this description can be of a great interest, although the proposal
for this work is evaluative. It may offer some proposals for future researches in terms of
treatment.
PARTE I
MARCO TEÓRICO
Ambos conceptos, aparecen juntos en el 90% de los casos (Vallejo, 2001) y tal
como señala este autor y se confronta en la práctica clínica, cuando se toman en cuenta
como compulsiones los rituales cognitivos que no tienen representación
comportamental, este porcentaje aumenta a prácticamente el 98% (Foa, Kozak,
Goodman, Hollander, Jenike, & Rasmussen, 1995; Franklin & Foa, 1998) y ambos
tienen una relación funcional, tal como describe Foa junto a Steketee y Ozarow en 1985,
de una forma extremadamente simplificada, podríamos decir que hablamos de una serie
de pensamientos que generan ansiedad, denominados obsesiones y para aliviar esta
ansiedad, se llevan a cabo una serie de conductas, denominadas compulsiones.
etc.) (37.80%)
Miedo al peligro
Orden y simetría
Acumulación de objetos
inútiles, rotos, etc
la persona por sí misma. (Purdon & Clark, 1999). Es uno de los generadores del
sentido de culpa en la persona con TOC y supone un rechazo de la persona sobre
sí misma.
Comprobación: “No tengo la completa seguridad de que haya quedado bien cerrado”.
Revisión de cierres de llaves de gas, agua, ventanas y puertas cerradas, enchufes
conectados etc., o cualquier aspecto que sin su comprobación genere en el paciente la
falsa idea de peligro.
Repetir acciones: “Repaso para asegurarme que he dado los pasos adecuados en el
proceso”. La obsesión aquí se convierte, en una suerte de superstición en la que si se
ha tenido “protección” de una manera, se interioriza que es esto lo que “protege”.
Bajar los escalones de una forma determinada, ir al baño antes de entrar en el
despacho, pasar por el aula siempre primero por una zona de mesas, o en la Iglesia
por una zona de bancos, etc.
Compulsiones mentales: “Debo rezar 10 veces un Ave María ante esta situación; doy
vueltas a este pensamiento sin llegar a ningún fin ni solución, sólo gira, gira, gira…”
Es el uso del pensamiento ya sea para estructurar con rigidez un proceso de falsa
protección mental o el tiempo invertido en pensamientos completamente recursivos e
improductivos. Si pienso en esto quizás evite que suceda algo malo, ante viajes,
enfermedades, etc.
Orden y simetrías: “Las cajitas de la mesa tienen esta posición; para que las cosas
vayan bien, hemos de colocar esto así; la separación entre estos objetos es esta, no
debe ser otra” El orden y simetría de los objetos suponen el objetivo de falacia de
control y protección de la situación. Ropa ordenada casi milimétricamente, libros en
un orden inamovible, etc.
Recuentos: “Cada vez que veo una pared de ladrillo o enlosada, lo primero que he de
hacer es contar las baldosas o ladrillos; debo repasar las líneas de ese paso de cebra
para asegurarme de que son las correctas”.
Comprobación
Limpieza /lavado
Repetición acciones
Compulsiones mentales
Orden y simetría
Acumulación
Recuentos
1.2.- Prevalencia
Quizás los datos que nos brinda la National Comorbidity Survey Replication
(NCSR), elaborada por Ruscio, Stein, Chiu & Kessler (2010), sean los datos más
actualizados en población estadounidense. En este caso una muestra de 2073 personas,
se evaluó a través de los criterios de DSM–IV–R (APA, 1994). Casi un 25% del total,
afirma haber padecido en algún momento obsesiones y compulsiones, pero sin cumplir
todos los criterios necesarios para formalizar un diagnóstico de TOC. De este
porcentaje, un 2.3% refiere el cumplimiento de los criterios TOC a lo largo de algún
Gracias a los estudios que a lo largo de las dos últimas décadas se han realizado
en torno al tema de la comorbilidad en TOC, podemos reflejar con bastante consenso
científico aquellos más significativos al hablar de los trastornos asociados el TOC
(Calamari. Chik, Pontarelli & Dellong, 2011; Denys, Zohar & Westenberg, 2004;
Karno, Golding, Sorenson, & Burnam, 1998; Nestadt, Samuels, Riddle, Liang;
Bienvenu & Hoehn-Saric, 2001; Rasmussen, Jane & Eisen, 2001; Ruscio et al., 2010;
Steketee, 2011). Los resultados de las diferentes investigaciones nos permiten señalar
los siguientes, siguiendo la valoración de Ruscio:
Trastornos de ansiedad: hasta el 75.8%. Significativamente mayores en fobia
social, específica ansiedad por separación y trastorno de pánico. Curiosamente los
valores en trastornos por estrés resultan menores, a pesar de que en el TOC hay
una respuesta sintomatológica importante asociada al mismo. Según Weissman
(1994) la mayoría de los pacientes con diagnóstico TOC, en torno al 50%, tienen
un diagnóstico de algún trastorno de ansiedad.
Trastornos del estado de ánimo: 63.3%. Sin duda, para Ruscio, la mayor
comorbilidad se registra con el Trastorno Depresivo Mayor, que puede agravar en
gran medida el TOC: en el estudio de Weissman (1994), en cambio concluyen que
un 27% cuenta con diagnóstico de depresión mayor. Quizás la diferenciación que
explique esto tiene que ver con que el diagnóstico de trastorno de ansiedad, suele
ser previo al diagnóstico TOC, justamente al contrario que la depresión mayor que
suele ser diagnosticada con posterioridad al mismo (Odriozola, 2011).
Sí se han encontrado datos empíricos que muestran que sí hay diferencia entre
ambos sexos atendiendo a las obsesiones y/o compulsiones más frecuentemente
utilizadas. Así las mujeres suelen manifestar más compulsiones relativas a la limpieza y
los hombres a la comprobación, aunque según algunas investigaciones las compulsiones
que realmente son significativas en los hombres son las que vinculan los pensamientos
obsesivos con temas sexuales, religiosos o con contenidos agresivos (Mathis,
Alvarenga, Funaro, Torresan, Moraes, & Torres, 2011). Igualmente se entiende que los
hombres son más propensos a presentar mayor gravedad en el trastorno, mayor
incidencia en su vida cotidiana y social y mayor precocidad (Lochner et al., 2004;
Mathis et al., 2011). En cuanto a la vinculación con otros trastornos en los hombres es
frecuente la asociación con trastornos de tics y trastornos por abuso de sustancias, y en
el caso de las mujeres con trastornos de ansiedad, de control de impulsos y de la
conducta alimentaria (APA, 2014).
Rasmussen & Eisen (1992) analizaron esta variable con un resultado de apenas
diferencia entre solteros (43%) y casados (52%). En cambio Yaryura-Tobías &
Neziroglu (1997), encontraron que las circunstancias de la enfermedad y lo que suponen
para la convivencia, crearán problemas a la hora de formalizar una convivencia de
pareja o casarse, y pronostica la posibilidad de causa de fracaso de la pareja la
incidencia de enfermedad o el avance de la sintomatología.
1.8.- Etiopatogenia
Entre las investigaciones que a nivel genético han presentado avances más
claros, hemos de remitirnos a los análisis realizados con muestras de hermanos gemelos.
Los estudios presentados y expuestos en la publicación del National Institute for Health
and Care Excellence (NICE) de Manchester (U.K.) que reflejan Hettema et al. (2001)
señalan que en un meta-análisis probaron la existencia de una asociación significativa
entre padecer TOC y tener un familiar con el mismo trastorno. Desde nuestro punto de
vista, este factor de heredabilidad, quizás no atiende sólo a factores puramente
genéticos, sino que se ve influido por variables de aprendizaje que puedan determinar
conductualmente a los niños. Sería muy interesante, en futuras investigaciones evaluar
aquellos aspectos que a nivel familiar indicen en el desarrollo o mantenimiento de
obsesiones y compulsiones y qué peso se podría atribuir a la influencia del contexto
socio-familiar.
Otra de las claves en cuanto a aspectos clínicos tiene que ver con la evidencia de
que la sintomatología asociada al TOC, las obsesiones y las compulsiones aparecen
en otras enfermedades (Stein, 2000, citado en Ávila 2014) entre las que sobresalen
Corea de Huntington, Corea de Sydenham, Síndrome de Tourette etc.
Uno de los estudios pioneros en este aspecto y que abrió la puerta a ampliar la
consideración del TOC desde el punto de vista de la influencia del contexto y del estilo
educativo en personas con vulnerabilidad al TOC, fue el publicado por Rachman y
Hodgson en 1980 (citado en Alonso, Menchón, Pifarré, Mataix –Cols, Urretavizcaya, &
Crespo, 2001). En general, los sujetos de este estudio percibían a sus progenitores como
sobreprotectores, controladores, poco expresivos emocionalmente y muy críticos.
Posteriormente, algunos autores han trabajado en relación a las narrativas de sus
pacientes dando espacio a la vivencia de la influencia de la propia biografía.
Estos autores muestran, en comunión con las nuevas corrientes en psicología que
abogan por la importancia de las nuevas narrativas, cómo afecta al curso, seguimiento,
gravedad de la sintomatología TOC y curación, la forma en que cada paciente crea su
propia historia: “... el DSM-III y DSM-IV han avanzado, pero sólo proveen una parte de
la información que necesitamos. Pues la otra parte es la historia del paciente o su
narrativa. Jaspers enfatiza la «empatía» como la clave para entender al paciente. Es
vital que nosotros restauremos este aspecto en el proceso diagnóstico, que simplemente
es comprender lo que cada paciente está experimentando y cómo sus relatos contienen
los síntomas [...] Ha llegado la hora de combinar la psiquiatría empírica del DSM-IV
con la historia de vida y la observación del paciente...” (Tucker, 1998, pp.159-161).
Es por ello que diversos autores ponen en relación el contenido de las obsesiones
y las compulsiones asociadas, con las vivencias familiares, educativas y socioculturales,
ya que dicho contenido es un reflejo de los miedos, pensamientos “mágicos” generados
a lo largo de la biografía y determinados al verse influidos por dichos factores. Existen
diferencias significativas, por ejemplo, en las personas con obsesiones relativas a temor
por la contaminación y con compulsiones asociadas con la limpieza, que tendrían que
ver con familias con fuerte nivel de sobreprotección y control, que facilitaría la
vulnerabilidad a la sensación de falta de control y peligro ante los objetos susceptibles
de ser peligrosos, a diferencia de aquellos con obsesiones por duda y compulsión por
comprobación, que pertenecen a hogares donde se ha generado ambiente de crítica, ya
sea propia o ajena (Leahy & Holland, 2000; Rachman & Hodgson, 1980). En ambos
casos, previsiblemente impera la negatividad en el ambiente familiar.
Desde 1952, las sucesivas ediciones del manual de criterios diagnósticos DSM,
han ido ayudando a la comunidad científica a establecer descripciones de categorías
diagnósticas que han evolucionado a través de los años atendiendo a consideraciones y
aportaciones de investigadores y clínicos, tratando de crear una clasificación valiosa
para la mayoría de la comunidad científica.
Esta evolución ha desembocado hace apenas dos años, concretamente el 18 de
mayo de 2013, en la ciudad de San Francisco, durante la celebración del Congreso
Anual de la American Psychiatric Association, en la publicación del nuevo manual de
criterios diagnósticos DSM-5, con una serie de cambios que han afectado de forma
directa al contenido de la presente tesis doctoral ya que uno de los más importantes en
esta nueva edición es considerar el TOC como un espectro en sí mismo catalogado
como “TOC y Trastornos relacionados” y no como aparecía en las ediciones anteriores
inserto en el espectro de Trastornos de Ansiedad.
DSM – 5, los criterios para el diagnóstico de Trastorno Obsesivo Compulsivo como tal
son los siguientes:
B. Las obsesiones o compulsiones requieren mucho tiempo (p. ej. ocupan más de una hora
diaria) o causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u
otras áreas importantes del funcionamiento.
D. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental (p.ej.
preocupaciones excesivas, como en el trastorno de ansiedad generalizada; la
preocupación por el aspecto, como en el trastorno dismórfico corporal; dificultad de
deshacerse o renunciar a las posesiones, como en el trastorno de acumulación arrancarse
el pelo, como en la tricotilomanía; rascarse la piel, como en el trastorno de excoriación;
estereotipias, como en el trastorno de movimientos estereotipados; comportamiento
Especificar si:
El sujeto tiene una historia reciente o antigua de un trastorno de tics.
Esta última especificación tiene que ver con la consideración de la importancia de la
relación entre pacientes con TOC y TICS (entre un 20 – 30 %), sobre todo en TOCS de
inicio en la infancia, en torno a los 10 años de edad (Castelló, 2014)
Entre los cambios a nivel general más significativos con respecto a las ediciones
anteriores, el más determinante tiene que ver con la estructura de la exposición, que
sigue una línea evolutiva, de forma que en primer lugar aparecen los trastornos de
desarrollo y en última posición los que suponen afectación neurocognitiva. Para los
clínicos es importante el cambio de orden en cuanto a estructura, ya que se abandona el
tradicional sistema multiaxial y se enmarca en relación a edad, sexo y aspectos de
desarrollo del paciente.
consistencia al TOC como trastorno con entidad propia y peso específico para
considerarlo de manera independiente.
En cuanto a las pautas para el diagnóstico desde la CIE señalan que para un
diagnóstico definitivo deben estar presentes y ser una fuente importante de angustia o de
incapacidad durante la mayoría de los días al menos durante dos semanas sucesivas,
síntomas obsesivos, actos compulsivos o ambos. Los síntomas obsesivos deben tener las
características siguientes:
c) La idea o la realización del acto no deben ser en sí mismas placenteras (el simple
alivio de la tensión o ansiedad no debe considerarse placentero en este sentido).
pacientes, o las que surgen en función de las variables que generan y suavizan la
sensación de angustia en ellos.
Esta propuesta fue elaborada por Marks en 1987 y se realizó en función de las
distintas manifestaciones clínicas, entre las que especifica las siguientes:
1) Rituales compulsivos con obsesiones. Se desarrollan cuando los sujetos tratan de evitar
aquellos estímulos que favorecen, generan o evocan la aparición del ritual. En este
grupo se incluyen quienes elaboran los rituales atendiendo a:
a. Rituales de limpieza: El intento de no tener contacto directo con ningún foco que
pudiera ser susceptible de contaminar (andar cerca de contenedores de basura o
vertederos, pasar por donde haya hospitales o laboratorios clínicos, pasear por una zona
sucia, etc.) Estos pacientes representan un 51% de las personas que sufren TOC y tal
como señala Marks (1987), es más frecuente en mujeres que en hombres. Para reducir la
angustia, el paciente elabora rituales de limpieza que se van alargando con el paso del
tiempo.
representa a un 38% del total. Las comprobaciones más comunes son las que tienen que
ver con la seguridad en casa (llave del gas, aparatos eléctricos, cierre de puertas y
ventanas) en el coche (freno de mano, sistema de cierre). En casos más patológicos la
duda se extiende a posibilidades de lo más remoto, llegando por ejemplo a la necesidad
de comprobar si se ha cometido un delito (robo, homicidio…). Este tipo de rituales es
más frecuente en hombres que en mujeres.
Sin duda la clasificación propuesta por de Silva y Rachman (1992) supone una
de las claves que nos facilitan en mayor medida poder hacer un estudio de base
cognitiva del TOC. Para ellos, existen subtipos clínicos dentro del TOC que se
representan en general a través de las compulsiones que acompañan la obsesión y que
pueden ser una o varias; también señalan, y por ello es especialmente relevante para
nosotros este aspecto (Leal, 2013), que aparecen obsesiones sin asociarse con
compulsiones ni rituales.
5) Lentitud obsesiva primaria: Es sin duda el subtipo clínico menos frecuente y más
discapacitante para quien lo sufre. Una de las descripciones más exactas la hizo
Rachman (1974) quien ya describe la baja incidencia en la población TOC y en todo
caso con mayor número de varones. Implica una lentitud excesiva en algunos momentos
de la vida cotidiana, aunque no en otros. La peligrosidad de este subtipo clínico estriba
en que estos pacientes no se ven como sufrientes, al contrario del resto de los subtipos,
no sienten los pensamientos que provocan la lentitud como algo molesto y es por ello
que poco a poco se van aislando del entorno. Este subtipo clínico suele aparecer en el
inicio de la vida adulta.
El criterio de clasificación en este caso (Foa & Kozak, 1986; Kozak, Foa, &
McCarthy, 1987) se enfoca en torno al tratamiento, en el sentido de diferenciar la señal
de alarma que evoca la sensación de angustia y la conducta que la hace desaparecer o al
menos la reduce. Así Foa, Kozak, Salkovskis, Coles & Amir (1998) nos orientan a
revisar la presencia y el tipo de ideas que manifiesta el paciente y así surgen tres
dimensiones que más tarden se vincularán, dando lugar a los distintos tipos de TOC que
se verán definidos atendiendo a las siguientes dimensiones:
3) Tipo de compulsión que se usa para reducir la ansiedad. Esta compulsión puede
ser motora/comportamental (CM) y por tanto observable y manifiesta o bien
puede tratarse de compulsiones mentales, no observables y encubiertas que se
denominan, compulsiones cognitivas (CC). (Foa et al., 1995; citado en García
Soriano, 2008).
Por último, a modo de resumen y como cierre del presente capítulo en el que
hemos tratado de ofrecer siquiera un acercamiento al concepto del TOC, vamos a
señalar una definición en la que relacionamos las obsesiones con las estrategias de
neutralización consecuentes y sería la siguiente:
Repetición: La obsesión tiene que ver con temores de índole personal, sobre todo
aquellos que se relacionan con el temor a perder estabilidad y bienestar en la persona
(suelen tener relación con el ámbito afectivo, laboral, de la salud, etc.). La compulsión
no está relacionada con la obsesión sino que son estrategias neutralizantes que construye
el paciente y que son series de repetición, en muchos casos relacionadas con la religión
(recitar oraciones de forma repetitiva o en un número concreto) o bien alfanuméricas
(contar números, letras) o de otro tipo (contar ladrillos, ponerse la ropa en un orden
determinado, etc.) que, para el paciente, constituyen la fuerza para la evitación de la
situación desestabilizante.
Orden-Simetría: La obsesión es igual que en el caso anterior, el miedo por parte del
paciente a perder elementos de su seguridad. En este caso la compulsión no es mental
sino comportamental y trata de crear un orden “lógico” para el paciente, que tiene que
ver normalmente con la simetría y que él previamente establece y no cede hasta que lo
ve expresado correctamente, ya que este ritual de orden les permite crear sensación de
prevención a eventos catastróficos propios o de otros (por ejemplo colocar las cosas en
la mesilla de noche ordenadas simétricamente, los cubiertos antes de comer…).
Acumulación: La obsesión se relaciona con acumular todo tipo de objetos sin seguir un
criterio de utilidad ni de valor personal o económico, ni tan siquiera afectivo. El criterio
podríamos decir que tendría que ver con la seguridad al pensar en la remota posibilidad
de que en algún momento podría ser necesario y útil y por ello el paciente siente que
debe guardarlo. La compulsión se centra en ir guardando todo este tipo de objetos.
Rituales mentales: La obsesión tiene que ver al igual que en los casos anteriores con el
miedo a no controlar las situaciones y la posibilidad de que sucedan eventos negativos.
En este caso las compulsiones son también mentales, y no tienen una manifestación
observable, puede tratarse de repetir frases internamente, buscar provocarse
pensamientos que contradigan cogniciones negativas, etc.
Siguiendo a Rachman (1997) y tal y como describe Vallejo (2001) los trabajos
de Meyer en 1966 suponen otro punto de inflexión importante en cuanto al tratamiento
del TOC, ya que su experimento permitió sentar las bases y evolucionar dando ese giro
necesario en el tratamiento de este trastorno. El trabajo consistió en primer lugar en
seleccionar dos pacientes diagnosticados de TOC, a quienes expuso a estímulos
potencialmente ansiógenos para ellos (uno de ellos referido a rituales de limpieza y al
otro a ideaciones obsesivas sobre daños derivados de sus acciones). Estuvieron
expuestos y supervisados en todo momento para controlar las compulsiones y mostraron
una clara mejoría en 24 meses de revisión (Neziroglu, Hericksen & Yaryura, 2006) y
supone la puesta en práctica del aprendizaje de la evitación que hasta ese momento se
había centrado en el contexto animal.
entre una y dos horas ante aquellas situaciones que provocan ansiedad, de forma que el
paciente se expone al miedo pero no puede realizar la compulsión (algunas de las guías
terapéuticas más utilizadas son las de Foa, Yadin & Lichner (2012) y Andrews, Crino,
Hunt, Lampe, & Page, (1994), lo que favorece la paulatina desaparición de la
sintomatología compulsiva e igualmente se van suavizando las obsesiones hasta ser
controlables.
Beck, entiende, tal y como relata en su obra que, en realidad, la percepción del
individuo y sus experiencias y la estructura de estas, resultan fundamentales para
comprender los sentimientos y las conductas de las personas. Así define lo que él
denomina esquemas, como estructuras cognitivas que dominan los procesos de
pensamiento y que pueden conducir a distorsiones cognitivas; son estructuras
funcionales de representaciones relativamente duraderas del conocimiento y la
experiencia anterior (Beck & Clark, 1988). Estas estructuras cognitivas dirigen la
percepción, codificación, organización, almacenamiento y recuperación de la
información del entorno, actuando como “filtros cognitivos”. En este sentido, cuando
los estímulos tienen contenidos congruentes con los de los esquemas a los que se
atiende, entonces se elaboran y codifican (Sánchez López, 2011), y en cambio, en el
caso de que la información no resulta congruente, se tiende a eliminar y olvidar.
Estos modelos afirman en general que la principal fuente de malestar para las
personas aquejadas de un TOC son las cogniciones desadaptativas ya que, en realidad,
la mayoría de los sujetos “sanos” admiten en algún momento haber tenido
“pensamientos inaceptables e intrusivos negativos” parecidos en cuanto al contenido a
las obsesiones que tiene un paciente con TOC. Los diferentes modelos que veremos a
continuación nos aportan los distintos enfoques desde los que se puede explicar las
dificultades cognitivas relativas a creencias, interpretaciones, valoraciones, etc., a las
que se enfrentan las personas que sufren un TOC.
El modelo postulado por Paul Salkovskis, representa otro de los hitos más
significativos en el estudio y análisis del TOC en la actualidad; este hecho se produce
concretamente en 1985 con la publicación de su artículo “Obsesssional Compulsive
Problems: A Cognitive-Behavioural Analysis” en el que propone diferenciar entre
pensamientos intrusos comunes y obsesiones intrusivas.
Es por ello que se puede decir (Belloch et al, 1995) que en realidad el
sufrimiento de los pacientes surge por sus pensamientos automáticos sobre la intrusión
obsesiva y no por la intrusión en sí misma. De hecho, desde el punto de vista de
Salkovskis, la intrusión se torna en problema cuando implica un sentimiento de
responsabilidad y provoca un pensamiento automático negativo, que surge en la
interacción entre las intrusiones obsesivas y la escala de valores y sistema de creencias
del sujeto, que resultan egodistónicas.
Así una dificultad añadida que cierra el círculo del TOC es la necesidad de
neutralizar estas intrusiones obsesivas, que en realidad es la que supone un aumento de
los niveles de ansiedad (Emmelkamp & Van Oppen, 2000). Los pacientes, sienten la
necesidad inmediata de efectuar esa neutralización y lo hacen a través de las
compulsiones ya sea en términos de ejecución (cumpliéndolas) o evitación (retirándose)
(Emmelkamp, Visser & Hoekstra, 1988; Emmelkamp & Beens, 1991) en ambos casos
se trata de conductas dirigidas a paliar la obsesión.
La diferencia entre el pensamiento intrusivo y las obsesiones, tiene que ver con
la frecuencia de aparición y la forma de afectar a la persona en función de su intensidad,
la valoración que se hace de ellos, la necesidad de controlarlos y los intentos de
neutralización (Freeston et al., 1991; Salkovskis, 1985; Salkovskis & Freeston, 2001)
Los efectos que esta responsabilidad excesiva pueden tener a grandes rasgos son
dos:
1) Se produce un incremento del malestar, que puede incluir (aunque no determina)
ansiedad y depresión.
Es en este matiz en el que Rachman (citado por García Soriano, 2008 y Leal,
2013) señala que hay otros procesos cognitivos que se ven implicados en el error de
interpretación de los pensamientos a través del concepto de Fusión Pensamiento –
Acción, con dos modos específicos, por un lado el tipo “moral”, que supone la idea de
que es equiparable el pensamiento con la acción, y por otra parte el de tipo
“probabilidad” que implica la creencia de que cuanto más se piensa en algo, se
aumentan las probabilidades de que esto suceda (Rachman 1997, 1998, 2004; Rachman
& Shafran 1998). Estos dos sesgos cognitivos (Leal, 2013) determinan en gran medida
la propensión a la obsesión, ya sea a través de la tendencia a hacer interpretaciones
catastróficas y/o a valoración equivocada de la responsabilidad.
Así, al comprender que la tendencia natural en las obsesiones tiene que ver con
material religioso, sexual, somático y/o agresivo (tal como se muestra gráficamente en
el cuadro de la página 17) surgió la idea de valorar en esta tesis la influencia en el
sentido de culpa de las personas, que suele verse influenciado por sentamientos relativos
a dichos términos. De hecho, ya se han llevado a cabo varios estudios que ponen en
consideración la influencia del sentido de culpa en relación al TOC, con resultados muy
significativos. Se suele señalar en la literatura que relaciona ambos aspectos el famoso
experimento de Niler y Beck, quienes en un estudio realizado con 76 alumnos
universitarios, comprobaron cómo la culpa aparecía como el mejor predictor de
pensamientos e impulsos obsesivos (Niler & Beck, 1989) y también como predictor de
la personalidad obsesivo compulsiva (Shafran et al., 1996).
6) Perfeccionismo: “Tendencia a creer que hay una solución perfecta para cualquier
problema, que es posible y necesario hacer algo perfecto (sin errores) y que cualquier
pequeño error tendrá graves consecuencias” (OCCWG, 1997, p.678)
discriminante evidenció dificultades al tratar de diferencias los pacientes TOC con otros
trastornos de ansiedad, por lo que se reformuló en un cuestionario de 44 ítems (OBQ -
44) con buenos índices de fiabilidad y validez (OCCWG, 2005).
Existen autores que añaden a estas tres la creencia tipo Fusión pensamiento -
acción como identitaria del TOC (Wells, 1997, 2000) pero no se ha llegado a un
acuerdo definitivo sobre el hecho de que no sea una creencia más específica del TOC
que de otros trastornos u otros perfiles cognitivos (Taylor, 2002).
(De sesgar).
1. adj. Torcido, cortado o situado oblicuamente.
2. adj. Grave, serio o torcido en el semblante.
3. adj. p. us. quieto (‖ pacífico, sosegado).
4. m. Oblicuidad o torcimiento de una cosa hacia un lado, o en el corte, o en la
situación, o en el movimiento.
5. m. Corte o medio término que se toma en los negocios dudosos.
6. m. Curso o rumbo que toma un negocio.
7. f. nesga.
al ~.
1. loc. adv. oblicuamente.
En concreto desde el Modelo de los Cuatro Factores, entendemos que hay una
correspondencia entre (Eysenck, 2007; citado en Cano et al., 2011):
Una de las teorías de las que parte la explicación de los sesgos atencionales es la
Teoría de la Red Asociativa de Bower, quien sostiene que nuestras emociones tienen
una representación semántica en la memoria (Bower, 1981) y que se crea una red
asociativa o semántica entre los conceptos y esquemas semánticos, en los que la unidad
básica de procesamiento es la proposición y el proceso básico la activación (Castillo,
1996). Los eventos se representan en la memoria mediante las proposiciones que los
describen, y los conceptos que a partir de ellas se extraen se representan como nódulos
dentro de la red. El proceso de activación se generalizaría de un concepto a otro o de un
nodo a otro, siguiendo los lazos asociativos existentes entre ellos.
De esta forma entendemos a través de esta teoría cómo cuando sentimos una
emoción se activa ese “nodo” emocional que en forma de red asociativa a ampliándose
o expandiéndose a otros nodos cercanos. Como resultado de esta activación las
emociones funcionan como señales para el recuerdo del material asociado previamente
a ellas e igualmente este arousal emocional (Ruiz & Bermúdez, 1992) podría activar las
categorías perceptuales relacionadas con la emoción. De esta forma, la activación de un
nodo emocional va a facilitar el acceso al material congruente con el estado de ánimo
(hipótesis de la congruencia del estado de ánimo), además el material memorizado se
recuerda mejor si existe acoplamiento entre las condiciones en las que se aprendió
originalmente y aquellas bajo las que se trata de recordar (hipótesis de la dependencia
del estado de ánimo), es decir, es más probable que las ideas concordantes con el afecto
alcancen el umbral de activación y sean utilizadas para dirigir selectivamente la
atención, el aprendizaje, las asociaciones y el recuerdo, sin embargo, es el avance
experimental que desde hace dos décadas y desde el punto de vista cognitivo se ha
generado en relación a los sesgos atencionales, el que nos va a ayudar a conocer los
componentes y los mecanismos que subyacen a este sesgo, así como la etapa del
procesamiento en la que se produce el mismo. (Cisler & Koshler, 2010; Fox, Russo,
Bowles & Dutton, 2001; Fox, Russo & Dutton, 2002; Koster, Leyman, De Raedt &
Crombez, 2011).
Una de las tareas más utilizadas para este análisis es la conocida como Tarea
Stroop, creada por Stroop en 1935 y en la que se presentan a los sujetos diferentes
encuadrado al TOC hasta hace apenas dos años, como ya hemos comentado en el
apartado relativo al DSM – 5) y es en ella en la que hemos de basar nuestra descripción.
Así, se ha comprobado cómo en determinadas circunstancias, como en situaciones de
alto nivel de ansiedad social o en situaciones que constituyen un desafío (como la
defensa de una tesis doctoral) es extremadamente frecuente la aparición de este sesgo,
en el que quien lo sufre suele realizar estimaciones de riesgos potenciales ante
situaciones de incertidumbre.
Las tareas que más se han utilizado en primer lugar son las que trabajan con
palabras homófonas (Gutiérrez & García, 1997), en las que se presenta el sonido de una
palabra con dos posibles transcripciones escritas; los sujetos con niveles de ansiedad
más altos, elegían la transcripción del sonido en su vertiente más amenazante en lugar
de la neutra (Eysenck, Mogg, May, Richards & Mathews, 1991). En un segundo lugar,
se realizan tareas de reconocimiento de frases ambiguas, en las que se miden los
tiempos de reacción de los sujetos, y cuya evidencia empírica permite inferir que el
sesgo interpretativo es estratégico y no automático (Richards & French, 1992; citado en
Gutiérrez & García, 1997).
Otro de los sesgos interpretativos más comunes aparece cuando la persona debe
hacer una estimación o un juicio predictivo sobre una situación determinada. Los
pacientes con TOC son tendentes a sobrestimar la posibilidad de peligro/daño/riesgo así
como a minusvalorar sus propias capacidades personales de afrontamiento, al igual que
sucede con otros pacientes con diagnóstico de ansiedad (Tripp, Tan, & Milne, 1995).
3) Elevada responsabilidad personal: una vez que el sujeto supone que ha podido
controlar un pensamiento aversivo, equivocadamente aumentará la
consideración respecto a la responsabilidad en dicho control, lo que supondrá
una alarma permanente para el paciente en aras del ejercicio de dicha
responsabilidad. (Salkovskis, 1989).
Para Flavel, además, se puede distinguir entre estrategias cognitivas (el proceso
de la actividad cognitiva orientado a un fin) y las estrategias metacognitivas (la
supervisión de dicho proceso) e igualmente establece la diferenciación de dos dominios
metacognitivos complementarios, por un lado, el conocimiento metacognitivo (sobre la
propia persona, las tareas a las que se enfrenta y sus estrategias) y por otro la
experiencia metacognitiva (lo que supone para el sujeto esa tarea).
1) Variables personales
2) Variables de tarea
3) Variables estratégicas
Para Mathews y Wells (2000) desde un punto de vista general, se podría decir
que la alteración clínica en la regulación emocional surge como consecuencia de un
pobre autoconocimiento por parte del paciente de su funcionamiento cognitivo, ya que
éste, en lugar de favorecer la impresión de irrelevancia de un pensamiento intrusivo
(Salkovskis, 1985), pone un énfasis mayor en la vigilancia de la sensación de amenaza y
por tanto se mantiene y persevera la preocupación entendida como el intento de
solucionar mentalmente un problema o un asunto cuyo resultado es incierto pero
contiene la posibilidad de una o más consecuencias negativas (Borkovec, Robinson,
Pruzinsky, & DePree, 1983, citado en Ramos-Cejudo & Cano-Vindel, 2008)
Fisher y Wells (2005) muestran cómo se confirman los datos que consideran al
Metacognitions Questionnaire (MCQ) un buen instrumento para la valoración de la
3.1.- Culpa
absolver a ~ y pena.
1. loc. verb. Absolver plenariamente, como en los jubileos.
echar la ~ a alguien.
1. loc. verb. Atribuirle la falta o delito que se presume ha cometido.
Entendemos sin embargo, que en los elementos de la culpa sería necesario sumar
al menos la intencionalidad de reparación. Sentimos que de no hacerlo el sentimiento de
culpa se alejaría de la responsabilidad moral que supone y la compensación del daño (a
efectos morales) que se sobrentiende en ella y entonces hablaríamos de vergüenza ante
un hecho provocado.
Otras de las sugerencias (Shapiro & Stewart, 2011) es que la culpa tiene un
efecto de impacto negativo tanto en relación con la estimación de gravedad como en las
dificultades del tratamiento de una persona con TOC, aunque quizás no hay tanta
evidencia científica como correspondería. Desde esta perspectiva, se entiende que
quizás la comunidad científica enfocada al tratamiento del TOC, podría resultarle de
sumo interés tomar en cuenta la superación de la culpa como factor ayudante en el
tratamiento del TOC, ya que tratando esa variable, se eliminaría la fuerza de
perpetuación de las obsesiones que supone el sentimiento de culpa.
3.2.- Empatía
Fue Lipps quien lo tradujo al lenguaje psicológico utilizándolo como una de las
variables a atender para llegar a conocer cómo sienten otras personas. Tras él, son
numerosas las definiciones que de empatía y sus distintos enfoques podemos encontrar
en la literatura (Fernández-Pinto, López-Pérez & Márquez, 2008) pero sin duda hay dos
momentos fundamentales que suponen un giro en cuanto a la consideración de la
empatía. Por un lado, el giro cognitivo, que se debe a Köhler, quien defiende la idea de
que la empatía es la comprensión de los sentimientos de los demás apoyada años más
tarde por Mead (1934) y por otra parte la afirmación de Dymond (1950) quien propone
como elemento a tener en cuenta en relación al estudio de la empatía la adopción de
perspectivas.
Es por ello que a partir de los años 80 con la definición de Davis, que marca un
punto de inflexión en el abordaje al estudio de la empatía, se contemplan ambas
perspectivas, resultando un concepto que precisa de ambos componentes cognitivo y
afectivo. Davis, postula que la empatía precisa de un enfoque multimodal, así define la
empatía como “conjunto de constructos que incluyen los procesos de ponerse en el lugar
del otro y respuestas afectivas y no afectivas” (Davis, 1983).
Esta autora, sugiere por tanto hacer una diferenciación entre quienes consideran
la empatía a través del análisis de esta como respuesta afectiva, con el foco de interés
puesto en los resultados de la interacción social, y por otra parta quienes consideran el
estudio de la empatía en relación al proceso cognitivo de interacción que facilita el
resultado de una relación empática. Ambas unidades de estudio, respuesta afectiva y
proceso cognitivo, y los aspectos de interrelación constituyen nuestro objeto de estudio,
en personas que tienen alterada su actividad cognitiva, entre ellos los pacientes con
TOC (Davis, 1996).
Esta idea es coherente con la propuesta por Chlopan, McCain, & Hagen (1985)
quienes diferencian entre el modelo de empatía que supone el hacer un esfuerzo mental
por entender las circunstancias desde el lugar del otro o más bien el modelo que se
refiere a sentir la emoción de forma vicaria.
Para Hoffman, tal como venimos sosteniendo, la empatía es una emoción moral
que supone una respuesta afectiva vicaria, es decir, una respuesta afectiva que funciona
en una dirección hacia el otro, en el sentido que es más congruente con el estado
afectivo de algún otro/a que con el propio, pero que cuando se torna hacia uno mismo y
el sujeto siente lo que se puede denominar dolor empático (dolor por el sufrimiento del
otro) y se percibe como responsable de ese dolor, su experiencia empática tiende a
transformarse en culpa. (Etxebarría, 2009; Retuerto, 2004) Tal como señala, el
sentimiento de responsabilidad ante el dolor del otro es lo que genera culpa, al igual que
es el sentimiento de responsabilidad ante un pensamiento que se vive como
egodistónico, genera obsesión.
PARTE II
ESTUDIO
EMPÍRICO
También se han utilizado en menor medida para la búsqueda otras bases de datos,
como son: Sociological Abstracts, Social Services Abstracts, Philosopher´s Index,
Periodical Index Online y Perodical Archive Online y ERIC.
TOTALES
350
300
250
200
150
100
50
TOTALES
0
Como dato curioso, quisiera constatar que entre los resultados de la búsqueda
realizada, el artículo de revista más antiguo que ha aparecido se encontraba bajo los
criterios “TOC + CULPA” y data de 1955. Se puede consultar en “Rothenberg, S., &
Brenner, A. B. (1955). The number 13 as a castration fantasy. The Psychoanalytic
Quarterly, 24, 545-559”. En cuanto a los manuales revisados, señalamos el capítulo
publicado por Weinberg S. K. en 1952, titulado “Dissotiation, Phobia and Compulsivity
– Forms of Neurosis”, incluido en el manual estadounidense “Society and Personality
Disorders”, en las páginas 138-159.
grupo al que hemos denominado PO (Pensamiento Obsesivo), que incluye todos los
pacientes que presentan creencias obsesivas, es decir, los que se encuentran en el grupo
TOC y los diagnosticados de algún tipo de trastorno de ansiedad (TA).
Evaluaremos la mutua influencia de las diferentes variables que miden los test, de
forma que se pudieran crear estrategias de intervención a través de dichas correlaciones
utilizando técnicas y herramientas dirigidas a ambos términos de la correlación.
5.- METODOLOGÍA
5.1.- Población
Casi 2/3 de ellos tienen como lugar de procedencia la Facultad de Trabajo Social
(253; 63.4%), un 14% (56) procede de la consulta privada y los 90 restantes (22.6%) de
CAF. (Ver figura 1).
Los participantes tienen una edad media de algo más de 27 años (27.63 11.10)
desde la que se estima un intervalo de confianza al 95%, de entre: 26.54 y 28.72 años;
siendo el rango de edad observado: 18 a 78, con mediana 23 años. Se observa una
marcada asimetría positiva (As=1.638) es decir con más presencia de sujetos de menor
edad, de forma de la distribución de esta variable se aleja significativamente del modelo
de una normal de Gauss con P<.001 (Test de bondad de ajuste de Kolmogorov-
Smirnov: P=.000) por lo que se debe considerar que no se distribuye normalmente.
Los varones tienen una edad media (30.78 11.84) superior a la edad de las
mujeres (26.56 10.64) siendo la diferencia estadísticamente significativa para P<.01
(Student: t=3.34; 397 gl; P=.001)
En cuanto a su red familiar, la mayoría (70.4%; 218 sujetos) tienen una familiar
de tipo nuclear. Algo más de la mitad de la muestra, un 56.9% (227) son solteros. Una
gran mayoría (un 81.5%; 325) no tiene hijos; y entre quienes los tienen, lo más habitual
es que tengan 2 (31 casos) o solamente 1 (21 casos). Respecto del número de hermanos
de cada participante, se ha observado un rango desde 0 hasta 10, siendo lo más habitual
que tengan 2 (53.4%; 213 casos). Un 42.4% (169) ocupa el primer lugar entre los
hermanos y otro 40.6% (162) el segundo lugar.
Sí 18.0% (72)
No 48.2% (192)
Sí 12.5% (50)
TA 6.8% (27)
TD 3.0% (12)
buena fiabilidad cuando el resultado supera 0.700. Las variables se describen con las
herramientas habituales en el análisis estadístico: media, mediana, desviación estándar,
amplitud semi-intercuartil, etc… Para facilitar el acceso a los datos, el análisis
exploratorio se ha realizado con histogramas, índices de asimetría (As) y altura (K)
junto al test de bondad de ajuste de Kolmogorov-Smirnov para determinar el grado de
ajuste al modelo de la normal de Gauss e igualmente para verificar la presencia de casos
fuera de rango o no admisibles, mediante los diagramas de caja y bigotes. Nuestro
mayor interés es garantizar un detallado análisis de los datos que pudiera ser refrendado,
replicado o enfrentado por otros investigadores y es por ello que trataremos de ofrecer,
en la medida de lo posible, una muestra gráfica de cada resultado que facilite la
identificación del resultado. De esta forma, vamos a realizar la descripción de cada test,
junto a la validación estadística de cada uno de ellos.
Con él, se generan tres variables: el TOC propiamente dicho, el factor Malestar y
el factor Metacognitivos. Los descriptivos de las dos últimas se resumen en la tabla 3.
En Malestar se ha observado una media de 10.93 7.10, dentro del rango 0-31, en tanto
que el Metacognitivos de 7.695.50. En la primera de las variables, se aprecia un cierto
desvío del modelo normal, pero tan leve que la variable se puede considerar como
normal (P>.05 en el test KS). Pero, por su lado, la variable Metacognitivos, presenta un
desvío algo mayor, suficiente como para que sea significativo (P<.01) con respecto a la
normal de Gauss.
Mínimo 0 0
Máximo 31 22
Las medias oscilan desde los casi 14 puntos de la variable Sobrestimación del
peligro, hasta algo más de 25.5 del Perfeccionismo y necesidad de certezas. Los índices
de asimetría y curtosis (altura) de todas las variables no presentan grandes desviaciones
con respecto al modelo de una curva normal; sin embargo en tres de las variables son
suficientes como para alcanzar significación (P<.01) y en consecuencia éstas no deben
de ser consideradas como normales. Solo en los datos relativos a la responsabilidad por
daño se puede admitir de forma estadística (P>.05) el ajuste a la normalidad.
Importancia
Perfeccionismo Sobre-
otorgada a los Responsabilidad
Variable y necesidad de estimación
pensamientos por daño
certezas del peligro
intrusivos… …
Mínimo 1 8 7 6
Máximo 59 48 46 38
Figura 5: Histograma. CCQ-31: Perfeccionismo y necesidad de certezas. Figura 6: Histograma. CCQ-31: Importancia otorgada a los
pensamientos intrusivos y necesidad de controlarlos.
Figura 7: Histograma. CCQ-31: Responsabilidad por daño. Figura 8: Histograma. CCQ-31: Sobrestimación del peligro.
Mínimo 15 18 11 18
Máximo 36 41 30 36
Figura 9: Histograma. TECA-AP: Adopción de perspectivas Figura 10: Histograma. TECA-CE: Comprensión emocional
Figura 11: Histograma. TECA-EE: Estrés empático Figura 12: Histograma. TECA-AE: Alegría empática
Mínimo 81 1
Máximo 132 90
Figura 13: Histograma. TECA: Puntuación total directa Figura 14: Histograma. TECA: Puntuación total -Centil
5.2.4.- MULTICAGE
Trast. Gasto
Variable Alcohol Juego Drogas Internet Videojuegos Sexo
Alimentación compulsivo
Mínimo 0 0 0 0 0 0 0 0
Máximo 4 3 3 4 4 4 4 3
Test K-S
.000** .000** .000** .000** .000** .000** .000** .000**
(P-valor)
Figura 15: Histograma. MULTICAGE: Alcohol Figura 16: Histograma. MULTICAGE: Juego
Figura 17: Histograma. MULTICAGE: Drogas Figura 18: Histograma. MULTICAGE: Trast. alimentación
Figura 19: Histograma. MULTICAGE: Internet Figura 20: Histograma. MULTICAGE: Videojuegos
Figura 21: Histograma. MULTICAGE: Gasto compulsivo Figura 22: Histograma. MULTICAGE: Sexo
5.2.5.- SC-35
Este test, se desarrolló por Zabalegui en 1993 y es uno de los pocos test en
español utilizado para cuantificar el sentido de culpa, estimando la tendencia de los
sujetos a ello.
Tabla 8: Análisis descriptivo. Puntuación total Figura 23: Histograma. SC-35: puntuación total
del SC-35
Media 84.36
Mediana 85.00
Mínimo 42
Máximo 161
Amplitud semi-
15.00
intercuartil
Curtosis 0.01
Para terminar de valorar los aspectos estadísticos de los diferentes test usados,
debemos señalar que los descriptivos anteriores de las variables cuantitativas, han
mostrado diversidad en cuanto a que estas variables se distribuyan normalmente o no.
Algunas sí que se ajustan al modelo de una curva normal y el resto no, pero en bastantes
de ellas, los índices de asimetría y curtosis junto a lo observado en los histogramas nos
sugiere que a pesar de ser significativo el desvío (en parte debido al elevado N de casos)
hay una clara tendencia a la normalidad. La excepción de este comentario, son las
variables de los factores del Multicage, que son muy asimétricas.
6.- RESULTADOS.
Figura 25: Diagrama de medias. CCQ-31: Perfeccionismos y necesidad Figura 26: Diagrama de medias. CCQ-31: Importancia otorgada a los
de certezas pensamientos intrusivos … …
Figura 27: Diagrama de medias. CCQ-31: Responsabilidad por daño Figura 28: Diagrama de medias. CCQ-31: Sobre-estimación del peligro
Para contrastar de forma más concreta, solamente a los casos con diagnóstico
TOC con los sujetos con TA, se ha utilizado el test de Student de contraste de diferencia
entre dos medias, acompañado de su alternativa no-paramétrica el test U de Mann-
Whitney. Estos resultados se resumen en la tabla 10 y como se observa son muy
similares entre estos dos test estadísticos.
Tabla 10: Test de diferencia de medias. Factores del CCQ-31, comparado entre casos TOC y TA.
Perfeccionismo y
TOC 33 31.79 27.95 – 35.62 12.50
necesidad de 1.05 58 .299 NS 3.53 (N.S.) 1.26 .209 NS .019
certezas TA 27 28.26 24.02 – 32.50 13.56
Importancia
TOC 33 21.33 18.80 – 23.87 10.06
pensamientos 1.60 58 .114 NS 3.82 (N.S.) 1.44 .149 NS .042
intrusivos … … TA 27 17.52 14.72 – 20.32 7.93
Por tanto ya sin necesidad de otro test estadístico, estos resultados nos permiten
afirmar que los casos TOC tienen una media significativamente superior a los casos con
TA en los factores Malestar y Metacognitivos.
Tabla 11: Test de diferencia de medias. Factores del IACTA-TOC, en función del Diagnóstico.
Figura 29: Diagrama de medias. IACTA-TOC: Malestar Figura 30: Diagrama de medias. CCQ-31: Sobre-estimación del peligro
En la tabla 12 se resumen los resultados del contraste de los factores del TECA.
Como se puede comprobar en ella, no se han encontrado diferencias que se puedan
considerar como estadísticamente significativas (P>.05) en ninguno de ellos, resultado
corroborado por ambos test inferenciales.
Tabla 12: Test de diferencia de medias. Factores del TECA, en función del Diagnóstico.
Tabla 13: Test de diferencia de medias. Puntuación total del TECA, en función del Diagnóstico.
Al comparar de forma específica los casos TOC con los TA (tabla 14) el test de
Student indica la existencia de una casi significación (P<.100) que parece indicar que
los casos TOC presentan puntuaciones sensiblemente superiores a los del grupo TA.
Tabla 14: Test de diferencia de medias. Puntuación total del TECA, comparado entre casos TOC y TA.
Todo ello nos permite afirmar que se cumple la hipótesis de partida y podemos
señalar que en los resultados relativos a Empatía Total, los pacientes diagnosticados
TOC presentan puntuaciones superiores a todos los grupos contrastados, trastornos de
ansiedad, depresión y sujetos sanos.
Tabla 15: Test de diferencia de medias. Puntuación total del SC-35, en función del Diagnóstico.
En el contraste específico entre los casos TOC y TA (tabla 16) la media de los
TOC es superior a la media de los TA.
Tabla 16: Test de diferencia de medias. Puntuación total del SC-35, comparado entre casos TOC y TA.
Tabla 17: Test Chi-cuadrado. Asociación de categorías de Sentimiento de culpa con Diagnóstico.
TOC 21.2% (7) 18.2% (6) 39.4% (13) 18.2% (6) 3.0% (1)
TA 22.2% (6) 51.9% (14) 14.8% (4) 3.7% (1) 7.4% (2)
43.10 12 .000**
TD 16.7% (2) 50.0% (6) 25.0% (3) -- 8.3% (1)
Sin trast. 26.9% (88) 52.9% (173) 17.7% (58) 2.4% (8) --
TOC 21.2% (7) 18.2% (6) 39.4% (13) 18.2% (6) 3.0% (1)
12.09 4 .017 *
TA 22.2% (6) 51.9% (14) 14.8% (4) 3.7% (1) 7.4% (2)
Todo ello nos permite afirmar que se cumple la hipótesis 2 de partida y podemos
señalar que en los resultados relativos a Sentido de Culpa, los pacientes diagnosticados
TOC presentan puntuaciones superiores a todos los grupos contrastados, trastornos de
ansiedad , depresión y sujetos sanos.
Para poder alcanzar el objetivo del 3º estudio y conocer hasta qué punto las
variables de empatía y culpan resultarían buenos predictores de la actividad cognitiva
obsesiva, hemos formado dos nuevos grupos ante los que trabajar, por un lado, aquellas
personas con un diagnóstico TOC junto a las personas con Trastorno de Ansiedad con
altos niveles de pensamientos obsesivos, grupo al que de forma genérica hemos
denominado “Obsesivos” y por otro lado los individuos “sanos”. De esta forma, en el
primer grupo tenemos a 60 personas, frente a los 327 “sanos”. Hemos calculado todas
las correlaciones de forma segmentada en la submuestra de participantes sin trastorno y
en la submuestra de sujetos obsesivos (PO), constituyendo, tal como indicamos en la
introducción de este apartado el grupo de Pensamiento Obsesivo (PO).
no-paramétrico de Spearman que es más resistente a este tipo de desvíos de las variables
con respecto al modelo de la normal gaussiana. De la misma manera que en los análisis
de los objetivos anteriores, se ha optado por duplicar el análisis empleando ambos
métodos para cada asociación, con la intención de aumentar la confiabilidad estadística,
si los resultados son similares.
La tabla 18 contiene los coeficientes obtenidos en los sujetos sin trastorno. Los
resultados son muy similares con ambos métodos estadísticos. Se han objetivado
correlaciones directas significativas en 3 de los factores. Con Adopción de perspectivas,
Estrés empático y Alegría empática, se admite que una tendencia a que los sujetos con
puntuaciones más altas en estos factores que discriminan empatía también tengan
valores más elevados en la puntuación total referida al sentido de culpa.
P. total en SC-35
N=327
En la tabla 19, se resumen los valores hallados con los casos Obsesivos (PO) que
son de nuevo semejantes entre ambos coeficientes. Han aparecido coeficientes de
correlación significativos (P<.05) en los dos factores cognitivos, según Pearson, siendo
la relación directa en el caso de la Adopción de perspectivas, e inversa en el caso de la
Compresión emocional. El método de Spearman confirma la primera de ellas.
Dado que como ya hemos comentado, la variable total obtenida por el test SC-35
genera otra clasificación categórica del Sentimiento de culpa, se procedió a abordar el
estudio de esta asociación desde esta otra perspectiva. Para ello se ha recurrido como en
análisis anteriores a la Análisis de varianza acompañado de su alternativa Kruskall-
Wallis. Los resultados son muy similares a los obtenidos anteriormente cuando la
variable Sentido de Culpa se ha considerado como cuantitativa.
P. total en SC-35
N=327
Tabla 22: Test de diferencia de medias. Factores del TECA, en función del Sexo de los sujetos sin trastorno.
Tabla 23: Test de diferencia de medias. Factores del TECA, en función del Sexo de los sujetos Obsesivos.
Tabla 24: Test de diferencia de medias. Puntuación total SC-35, en función del Sexo de los sujetos sin trastorno.
Tabla 25: Test de diferencia de medias. Puntuación total SC-35, en función del Sexo de los sujetos sin Obsesivos.
En función de esto, para el estudio de la Edad con las variables cuantitativas del
TECA se recurre a la metodología ya empleada del contraste de diferencias entre
medias con más de grupos (Anova y KW). Se analizan los casos, segmentando la
muestra como en los apartados anteriores. La tablas 26 y 27 resumen estos resultados.
Tabla 26: Test de diferencia de medias. Factores del TECA, según las categorías de Edad de los sujetos sin trastorno.
Tabla 27: Test de diferencia de medias. Factores del TECA, según las categorías de Edad de los sujetos Obsesivos.
Sin embargo en el caso de los sujetos obsesivos (tabla 29) no se han encontrado
diferencias que se alcancen significación estadística (P>.05) de modo que en ellos, no se
tienen evidencias estadísticas de que la Edad esté relacionada con la puntuación total del
sentido de culpa, aunque aparece una mayor tendencia en los primeros grupos entre los
18 y 25 años y va estabilizándose a partir de los 35 años en adelante.
Tabla 28: Test de diferencia de medias. Puntuación total del SC-35, según las categorías de Edad de los sujetos sin trastorno.
Anova 1 factor POST-HOC: Kruskal-Wallis
IC para la Tamaño
Variable SC-35 / Edad N Media D.E. Tukey Pares
media 95% Valor F gl P efecto R2 significativos Valor P
Puntuación 18-25 222 86.31 83.90 – 88.72 18.38 18-25 > 26-35 **
Total SC-35 26-35 36 72.97 66.99 – 78.95 17.92 18-25 > 36-50 **
36-50 55 75.51 70.67 – 80.35 18.19 11.88 3;323 .000** .099 18-25 > (>50) ** 31.66 .000**
>50 14 68.64 59.05 – 78.23 16.87
Tabla 29: Test de diferencia de medias. Puntuación total del SC-35, según las categorías de Edad de los sujetos Obsesivos.
En los sujetos sin trastorno (tabla 30) se encuentra de nuevo una relación
significativa (P<.01) tal que los participantes de menor edad (18-25 años) se asocian
con la categoría Tendencia a culparse, en tanto que el resto de participantes de los
demás grupos de edad, se vinculan con la categoría Poca tendencia a la culpa. Estos
resultados están en la línea de los obtenidos anteriormente en el contraste de medias
(tabla 28).
Tabla 30: Test Chi-cuadrado. Asociación de categorías de Sentimiento de culpa con las categorías de Edad,
en sujetos sin trastorno.
** = Altamente significativo al 1% (P<.01) En negrita las casillas que más contribuyen a la asociación
Tabla 31: Test Chi-cuadrado. Asociación de categorías de Sentimiento de culpa con las categorías de Edad,
en sujetos obsesivos.
18 – 25 años 12.9% (4) 25.8% (8) 38.7% (12) 19.4% (6) 3.2% (1)
26 – 35 años 37.5% (3) 25.0% (2) 12.5% (1) 12.5% (1) 12.5% (1)
14.64 12 .262 NS
36 – 50 años 29.4% (5) 47.1% (8) 17.65 (3) -- 5.9% (1)
>50 años 25.0% (1) 50.0% (2) 25.0% (1) -- --
Para este análisis, y dado que todas las variables que intervienen son de tipo
cuantitativo, se recurre a los ya citados coeficientes de correlación de Pearson y
Spearman. Se procede a relacionar cada uno de los dos factores del cuestionario IACTA
con cada uno de los cuatro generados por CCQ-31 con ambos procedimientos y
segmentado a la muestra en los mismos subgrupos ya habituales en esta parte del
estudio.
Tabla 32: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores ICTA-TOC y los factores de
CCQ-31, en sujetos sin trastorno.
Factores CCQ-31 Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Perfeccionismo y necesidad de … 0.286 .000** 0.315 .000** 0.310 .000** 0.350 .000**
Importancia pensam. intrusivos … 0.342 .000** 0.391 .000** 0.348 .000** 0.394 .000**
Responsabilidad por daño 0.345 .000** 0.362 .000** 0.318 .000** 0.342 .000**
Sobre-estimación del peligro 0.481 .000** 0.508 .000** 0.476 .000** 0.510 .000**
Tabla 33: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores ICTA-TOC y los factores de
CCQ-31, en sujetos obsesivos.
Factores CCQ-31 Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Perfeccionismo y necesidad de … 0.233 .037 * 0.253 .015 * 0.279 .025 * 0.292 .012 *
Importancia pensam. intrusivos … 0.452 .000** 0.492 .000** 0.539 .000** 0.616 .000**
Responsabilidad por daño 0.407 .001** 0.436 .000** 0.518 .000** 0.526 .000**
Sobre-estimación del peligro 0.516 .000** 0.540 .000** 0.553 .000** 0.575 .000**
Tabla 34: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores ICTA-TOC y la
puntuación total de SC-35, en sujetos sin trastorno.
Sentimiento de culpa Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Punt. Total SC-35 0.509 .000** 0.516 .000** 0.468 .000** 0.474 .000**
Tabla 35: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores ICTA-TOC y la
puntuación total de SC-35, en sujetos obsesivos.
Sentimiento de culpa Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Punt. Total SC-35 0.463 .000** 0.480 .000** 0.546 .000** 0.558 .000**
Factores CCQ-31 Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Perfeccionismo y necesidad de … 0.216 .000** 0.202 .000** 0.057 .151 NS 0.063 .129 NS
Importancia pensam. intrusivos … 0.188 .000** 0.180 .001** 0.164 .001** 0.163 .002**
Responsabilidad por daño 0.212 .000** 0.225 .000** 0.161 .002** 0.151 .003**
Sobre-estimación del peligro 0.221 .000** 0.224 .000** 0.184 .000** 0.154 .003**
Tabla 37: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los Componentes Cognitivos del TECA con
los factores de CCQ-31, en sujetos obsesivos.
Factores CCQ-31 Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Perfeccionismo y necesidad de … 0.245 .030 * 0.299 .010 * -0.133 .155 NS -0.146 .133 NS
Importancia pensam. intrusivos … 0.085 .260 NS 0.084 .261 NS -0.156 .117 NS -0.232 .037 *
NS NS NS
Responsabilidad por daño 0.208 .056 0.213 .051 -0.181 .083 -0.171 .095 NS
Sobre-estimación del peligro 0.104 .215 NS 0.156 .117 NS -0.109 .203 NS -0.148 .130 NS
Factores CCQ-31 Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Perfeccionismo y necesidad de … 0.155 .002** 0.156 .002** 0.034 .268 NS 0.029 .303 NS
Importancia pensam. intrusivos … 0.156 .002** 0.154 .003** 0.030 .297 NS 0.024 .334 NS
Responsabilidad por daño 0.159 .002** 0.182 .000** 0.102 .032 * 0.106 .028 *
Sobre-estimación del peligro 0.179 .001** 0.173 .001** 0.001 .495 NS 0.003 .480 NS
Tabla 39: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los Componentes Afectivos del TECA con
los factores de CCQ-31, en sujetos obsesivos.
Factores CCQ-31 Pearson P-sig Spearman P-sig Pearson P-sig Spearman P-sig
Perfeccionismo y necesidad de … 0.292 .012 * 0.250 .027 * 0.105 .213 NS 0.066 .307 NS
Importancia pensam. intrusivos … 0.206 .057 NS 0.207 .056 NS -0.161 .109 NS -0.213 .049 NS
Responsabilidad por daño 0.129 .162 NS 0.082 .266 NS -0.009 .472 NS -0.061 .322 NS
Sobre-estimación del peligro 0.096 .233 NS 0.052 .348 NS -0.016 .453 NS -0.034 .399 NS
En el estudio de esta relación en sujetos sin trastorno (tabla 40) se han observado
elevados coeficientes de correlación directos y altamente significativos (P<.001) tales
que los sujetos con puntuaciones más altas en SC-35 también tienden a tenerlas
elevadas en todos los factores del CCQ-31.
Mientras que en los sujetos obsesivos (tabla 41) estos coeficientes siguen siendo
directos y muy significativos (P<.001) y con mayor intensidad por lo que pueden ser
considerados como muy elevados.
P. total en SC-35
N=327
P. total en SC-35
N=327
La descriptiva de las variables resultantes de las respuestas dadas a los ítems del
test Multicage, mostró una gran homogeneidad, concentrando a la mayor parte de los
sujetos en los valores bajos e incluso en el 0 indicativo de ausencia total de adicción.
Esto es, sin duda, un elemento que dificulta, pero no imposibilita, la detección de
correlaciones de estas variables de Multicage con cualquier otra. Por otro lado, debido a
estas asimetrías, los valores hallados con el método de Spearman tienen mayor
confiabilidad estadística que los obtenidos mediante Pearson, en especial en caso de
discrepancia entre unos y otros.
P. total en SC-35
N=327
P. total en SC-35
N=60
Tabla 44: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del CCQ-31 con los factores de
Multicage, en sujetos sin trastorno. -Parte 1ª-
Adicción al alcohol 0.182 .000** 0.202 .000** 0.166 .001** 0.203 .000**
Adicción al juego 0.047 .200 NS 0.049 .191 NS 0.143 .005** 0.052 .173 NS
Adicción a las drogas 0.020 .359 NS 0.026 .318 NS 0.072 .097 NS 0.033 .279 NS
Adicción a Internet 0.186 .000** 0.212 .000** 0.288 .000** 0.317 .000**
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.100 .036 * 0.131 .009** 0.054 .166 NS 0.060 .139 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.171 .001 * 0.179 .001** 0.234 .000** 0.229 .000**
Adicción al sexo 0.111 .022 * 0.090 .053 NS 0.112 .021 * 0.094 .044 *
Tabla 45: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del CCQ-31 con los factores de
Multicage, en sujetos sin trastorno. -Parte 2ª-
Adicción al alcohol 0.186 .000** 0.214 .000** 0.211 .000** 0.230 .000**
Adicción al juego 0.096 .042 * 0.087 .058 NS 0.074 .091 NS 0.020 .362 NS
Adicción a las drogas 0.030 .293 NS 0.025 .328 NS 0.082 .069 NS 0.039 .243 NS
Adicción a Internet 0.224 .000** 0.256 .000** 0.285 .000** 0.286 .000**
NS
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.158 .002** 0.152 .003** 0.066 .118 0.059 .144 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.201 .000** 0.187 .000** 0.266 .000** 0.261 .000**
Adicción al sexo 0.088 .056 NS 0.102 .033 * 0.123 .013 * 0.069 .105 NS
A continuación se repite el análisis anterior con los casos obsesivos (tabla 46).
En estos, tanto el factor Perfeccionismo y necesidad de certezas como el de Importancia
de los pensamientos intrusivos correlaciona de forma directa y altamente significativa
(P<.001) con las adiciones a Internet y al Gasto compulsivo, con intensidades
moderadas superiores a la encontradas en los sujetos sin trastorno. La importancia
otorgada a los pensamientos intrusivos también tiene una relación similar a estas
(P<.001) con la adicción al Alcohol. El resto no alcanzan significación (P>.05) aunque
algunas tienen intensidad similar a las halladas con el otro grupo.
Por otro lado (tabla 47) se mantiene la existencia de relación directa y altamente
significativa (P<.001) entre la adicción al Alcohol, la de Internet y la del Gasto
compulsivo, con los otros dos factores del CCQ-31, siendo sus intensidades moderadas.
Tabla 46: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del CCQ-31 con los factores de
Multicage, en sujetos obsesivos. -Parte 1ª-
Adicción al alcohol 0.180 .084 NS 0.195 .067 NS 0.331 .005** 0.330 .005**
Adicción al juego 0.129 .162 NS 0.139 .144 NS 0.034 .399 NS 0.083 .265 NS
Adicción a las drogas -0.029 .414 NS -0.008 .476 NS 0.147 .131 NS 0.104 .215 NS
Adicción a Internet 0.366 .002** 0.405 .001** 0.410 .001** 0.385 .001**
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.199 .064 NS 0.200 .063 NS 0.227 .041 * 0.123 .174 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.182 .082 NS 0.319 .006** 0.269 .019 * 0.346 .003**
Adicción al sexo -0.080 .273 NS -0.053 .343 NS 0.105 .211 NS 0.185 .078 NS
Tabla 47: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del CCQ-31 con los factores de
Multicage, en sujetos obsesivos. -Parte 2ª-
Adicción al alcohol 0.251 .026 * 0.321 .006** 0.467 .000** 0.463 .000**
Adicción al juego 0.161 .109 NS 0.177 .088 NS 0.165 .104 NS 0.154 .120 NS
Adicción a las drogas 0.073 .291 NS 0.049 .355 NS 0.226 .041 * 0.188 .075 NS
Adicción a Internet 0.318 .007** 0.324 .006** 0.399 .001** 0.401 .001**
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.063 .317 NS 0.022 .433 NS 0.165 .103 NS 0.130 .162 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.171 .096 NS 0.310 .008** 0.195 .068 NS 0.302 .009**
Adicción al sexo 0.053 .345 NS 0.010 .471 NS 0.012 .464 NS -0.004 .487 NS
Tabla 48: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del Componente Cognitivo del
TECA con los factores de Multicage, en sujetos obsesivos.
Adicción al alcohol 0.112 .022 * 0.117 .017 * 0.150 .003** 0.163 .002**
Adicción al juego -0.032 .281 NS -0.003 .475 NS 0.050 .184 NS 0.039 .240 NS
Adicción a las drogas -0.048 .195 NS -0.071 .100 NS 0.046 .206 NS 0.020 .362 NS
Adicción a Internet 0.051 .180 NS 0.037 .254 NS 0.059 .145 NS 0.041 .230 NS
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.076 .086 NS 0.060 .140 NS 0.071 .099 NS 0.056 .157 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.000 .498 NS -0.008 .441 NS 0.087 .059 NS 0.086 .059 NS
Adicción al sexo 0.044 .215 NS -0.007 .452 NS 0.075 .088 NS 0.087 .059 NS
Tabla 49: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del Componente Cognitivo del
TECA con los factores de Multicage, en sujetos obsesivos.
Adicción al alcohol 0.002 .495 NS 0.054 .340 NS -0.081 .269 NS -0.020 .439 NS
Adicción al juego 0.059 .326 NS 0.079 .273 NS -0.189 .074 NS -0.193 .070 NS
Adicción a las drogas -0.124 .172 NS -0.185 .079 NS 0.083 .264 NS 0.067 .305 NS
Adicción a Internet 0.114 .193 NS 0.164 .106 NS -0.247 .028 * -0.282 .014 *
NS NS NS
Adicción a los videojuegos (consolas) -0.027 .420 -0.075 .284 0.031 .408 0.043 .373 NS
Adicción al gasto compulsivo -0.045 .367 NS 0.009 .474 NS -0.267 .020 * -0.244 .030 *
Adicción al sexo -0.155 .118 NS -0.184 .080 NS -0.060 .324 NS -0.044 .368 NS
En los dos factores del Componente afectivo, los sujetos sin trastorno
diagnosticado (tabla 50) el Estrés empático correlaciona significativamente (P<.01) con
la adicción al Juego, con Drogas (P<.05), Videojuegos (P<.05) y Sexo (P<.05) siempre
de forma directa, pero con intensidades leves. Por su parte, la Alegría empática está
asociada con la adicción a las Drogas (P<.01) y quizás con la del Juego (P<.05 solo en
Pearson) siendo de sentido inverso aunque una vez con intensidad leve/baja.
Tabla 50: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del Componente Afectivo del
TECA con los factores de Multicage, en sujetos sin trastorno.
Adicción al alcohol 0.054 .166 NS 0.058 .149 NS 0.018 .372 NS 0.001 .491 NS
Adicción al juego 0.174 .001** 0.170 .001** -0.117 .017 * -0.089 .054 NS
Adicción a las drogas 0.123 .013 * 0.103 .031 * -0.137 .006** -0.157 .002**
Adicción a Internet 0.025 .325 NS 0.029 .299 NS 0.045 .211 NS 0.035 .262 NS
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.110 .024 * 0.129 .010 * -0.054 .165 NS -0.062 .131 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.067 .113 NS 0.061 .137 NS -0.030 .395 NS -0.012 .417 NS
Adicción al sexo 0.110 .024 * 0.097 .040 * -0.033 .274 NS -0.060 .139 NS
Tabla 51: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores del Componente Afectivo del
TECA con los factores de Multicage, en sujetos obsesivos.
Adicción al alcohol 0.145 .135 NS 0.110 .202 NS 0.014 .458 NS -0.006 .480 NS
Adicción al juego 0.003 .491 NS 0.008 .477 NS 0.046 .365 NS 0.045 .365 NS
Adicción a las drogas -0.041 .378 NS -0.035 .394 NS -0.023 .429 NS -0.028 .415 NS
Adicción a Internet 0.154 .121 NS 0.139 .145 NS 0.057 .332 NS 0.059 .327 NS
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.413 .001** 0.279 .015 * -0.140 .143 NS -0.109 .203 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.054 .342 NS 0.056 .335 NS 0.186 .077 NS 0.197 .066 NS
Adicción al sexo 0.044 .369 NS 0.128 .164 NS -0.019 .444 NS -0.026 .421 NS
Tabla 52: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores de IACTA-TOC con los factores
de Multicage, en sujetos sin trastorno.
Adicción al alcohol 0.251 .000** 0.269 .000** 0.271 .000** 0.277 .000**
Adicción al juego 0.030 .292 NS 0.025 .328 NS 0.062 .131 NS 0.077 .081 NS
Adicción a las drogas 0.143 .005** 0.153 .003** 0.179 .001** 0.195 .000**
Adicción a Internet 0.301 .000** 0.296 .000** 0.327 .000** 0.295 .000**
NS NS
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.081 .073 0.101 .035 * 0.057 .154 0.090 .051 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.256 .000** 0.254 .000** 0.265 .000** 0.236 .000**
Adicción al sexo 0.089 .053 NS 0.088 .055 NS 0.081 .071 NS 0.058 .147 NS
En el subgrupo de casos obsesivos (tabla 53) los dos factores del IACTA-TOC
correlacionan de forma significativa (P<.01) con las adicciones al Alcoholo y a Internet,
con intensidades moderadas y de forma directa. Metacognitivos también tiene una
Tabla 53: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores de IACTA-TOC con los factores
de Multicage, en sujetos obsesivos.
Adicción al alcohol 0.388 .001** 0.420 .000** 0.342 .004** 0.351 .003**
Adicción al juego 0.143 .138 NS 0.185 .079 NS 0.143 .138 NS 0.169 .098 NS
Adicción a las drogas 0.056 .335 NS 0.046 .364 NS 0.062 .318 NS 0.033 .401 NS
Adicción a Internet 0.354 .003** 0.334 .005** 0.385 .001** 0.394 .001**
NS NS NS
Adicción a los videojuegos (consolas) 0.129 .163 0.124 .172 -0.034 .397 -0.023 .430 NS
Adicción al gasto compulsivo 0.230 .039 * 0.264 .021 * 0.383 .001** 0.443 .000**
Adicción al sexo 0.076 .281 NS 0.011 .468 NS 0.139 .145 NS 0.117 .187 NS
Tabla 54: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores de IACTA-TOC con los
factores de TECA, en sujetos sin trastorno.
Adopción de perspectivas 0.134 .008** 0.135 .007** 0.066 .119 NS 0.069 .108 NS
Comprensión emocional 0.064 .125 NS 0.076 .084 NS 0.075 .089 NS 0.082 .070 NS
Estrés empático 0.129 .010 * 0.107 .026 * 0.080 .073 NS 0.052 .175 NS
Alegría empática -0.040 .235 NS -0.041 .227 NS -0.088 .057 NS -0.086 .059 NS
Tabla 55: Coeficientes de correlación de Pearson y Spearman. Relación de los factores de IACTA-TOC con los
factores de TECA, en sujetos obsesivos.
Adopción de perspectivas 0.277 .016 * 0.275 .017 * 0.172 .095 NS 0.151 .125 NS
Comprensión emocional 0.109 .204 NS 0.138 .147 NS -0.047 .361 NS -0.044 .370 NS
Estrés empático 0.268 .019 * 0.242 .031 * 0.062 .319 NS 0.085 .258 NS
Alegría empática 0.122 .176 NS 0.081 .268 NS 0.036 .391 NS -0.015 .454 NS
Tabla 56: Regresión logística univariante. Predicción de la presencia del diagnóstico de trastorno obsesivo.
TECA: Adopción de perspectivas 0.039 0.049 1.04 0.95 – 1.14 0.64 .425 NS .003
TECA: Comprensión emocional 0.041 0.041 1.04 0.96 – 1.13 1.01 .316 NS .005
NS
TECA: Estrés empático 0.045 0.041 1.05 0.96 – 1.13 1.18 .277 .005
TECA: Alegría empática 0.034 0.050 1.04 0.94 – 1.14 0.47 .492 NS .002
NS
TECA: Punt. Total directa 0.029 0.019 1.03 0.99 – 1.07 2.33 .127 .010
TECA: Centil de la p. total 0.015 0.009 1.02 1.00 – 1.03 2.91 .088 NS .013
CCQ-31: Perfecc. y necesidad de… 0.043 0.012 1.04 1.02 – 1.07 12.42 .000** .055
CCQ-31: Importancia pensam. int. … 0.050 0.017 1.05 1.02 – 1.09 8.30 .004** .036
CCQ-31: Responsabilidad por daño 0.068 0.017 1.07 1.04 – 1.11 16.12 .000** .073
CCQ-31: Sobre-estimación peligro 0.095 0.021 1.10 1.06 – 1.15 20.57 .000** .091
Tabla 57: Regresión logística Múltiple. Predicción de la presencia del diagnóstico de trastorno obsesivo.
CCQ-31: Sobre-estimación peligro 0.095 0.021 20.57 .000** 1.10 1.06 – 1.15
Punt. Total SC-35 0.014 2.39 .122 NS Test Ómnibus significación modelo: Chi2= 20.98; P=.000**
CCQ-31: Responsabilidad por daño 0.032 2.07 .150 NS Bondad de ajuste (HL): Chi2= 8.14; P=.420 NS
CCQ-31: Perfecc. y necesidad de… 0.019 1.66 .197 NS Ajuste R2 Nagelkerke: .091
CCQ-31: Importancia pensam. int. … -0.001 0.00 .976 NS Porcentaje total clasificación correcta: 85.0%
Por otro lado si se desea emplear solamente la variable de la puntuación total del
SC-35, se dispone de un modelo simple (tabla 58) significativo (P<.001) pero en el que
ajuste es peor (habría diferencias significativas P<.05 en el test H-L, entre el estado real
y el pronosticado), con baja capacidad predictiva (7.4%) y que aunque clasifica
correctamente al 84.5% de los casos, es por el acierto en la detección de los sujetos que
no tienen T.O. porque el acierto diagnóstico buscado es bajo.
Tabla 58: Regresión logística Múltiple. Predicción de la presencia del diagnóstico de trastorno obsesivo.
Punt. Total SC-35 0.028 0.007 16.08 .000** 1.03 1.01 – 1.04
En el entorno del estudio del TOC que nos ocupa, resultaron especialmente
interesantes para basar nuestro trabajo, la perspectiva de estos en consonancia con los
profesores Cano Vindel y Fdez-Abascal, ya que desde el punto de vista de la valoración
de las implicaciones personales que pueden surgir ante un estímulo determinado, es
inherente establecer los mecanismos que permitirán crear intentos de reducción de la
ansiedad o al menos estrategias de afrontamiento que permitan abordarlo (Fernández
Abascal & Cano Vindel, 1985).
Estos resultados en general, entendemos que suponen una buena noticia a la hora
de re-enfocar los tratamientos de los pacientes con TOC y con tendencias obsesivas. Es
posible y será, confiamos, objeto de continuidad de estudio de esta tesis, que el uso de
tareas y técnicas enfocadas a regular la actividad cognitiva de los pacientes haciendo
hincapié en el ajuste de estas dos variables emocionales pueda ayudar a una buena
evolución en el manejo cognitivo de los pacientes.
Entendemos así que las personas con TOC y con pensamientos obsesivos
(aunque sin compulsiones que permitan un diagnóstico TOC), tienen más dificultades a
la hora de experimentar sentimientos de empatía con respecto a la población sana.
Nuestros resultados apuntan a una cierta dificultad para desarrollar las estrategias
cognitivas que permiten resolver de una forma adecuada en las cuatro dimensiones de
medición de la empatía, la Adopción de perspectivas, la Comprensión emocional, la
Alegría empática y el Estrés empático. Es sin duda, como clínicos un reto que nos
brindan estos datos el apoyar en el futuro el uso de técnicas que favorezcan el desarrollo
de estas habilidades y ver en qué medida ello favorece una evolución positiva tanto de
los sujetos con TOC como aquellos que aún sin diagnóstico, sufren las consecuencias de
los pensamientos obsesivos.
Con respecto al sentido de culpa, los resultados señalan que las personas sanas
presentan una mayor tendencia a sentirse culpables en los rangos de edad más jóvenes,
siendo la tendencia natural a ir disminuyendo con la edad, en cambio, en los pacientes
con pensamientos obsesivos, no existe esa disminución, permaneciendo el sentimiento
de culpa y extendiéndose en los diferentes tramos de edad evaluados. Estos resultados
En cuanto a otros tipos de adicciones, los resultados nos afianzan la idea de que
a mayor nivel de adicción, mayor nivel de estrés empático y de falta de control de
impulsos, en especial hacia la adicción al sexo – drogas – videojuegos y juego
patológico, siendo curiosamente mayor en las personas “sanas” que en las personas
“obsesivas”, lo que nos permite reforzar la hipótesis señalada anteriormente de que
quizás las personas con tendencias obsesivas desarrollan más fácilmente adicciones de
rápida satisfacción.
En nuestra práctica clínica, realizamos varias estrategias que guían este proceso
y que nos permiten identificar la preocupación del paciente a través del reflejo de su
propia percepción cognitiva y nos van a permitir crear un diseño de tratamiento ad hoc.
Lo hacemos a través de una serie de tareas por escrito que la persona debe desarrollar en
casa, fuera del contexto terapéutico y que se evalúa en contraste con su psicólogo en la
sesión clínica. Estas tareas tienen una serie de controles temporales que han de ser
estrictamente respetadas para que los efectos sean los esperados.
8.- REFERENCIAS
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9.- ANEXOS
Los datos que solicitamos a continuación son de carácter anónimo siendo necesarios únicamente para su
procesamiento estadístico:
Edad:_____ Sexo: Varón Mujer País de procedencia: _____________________________
Tiene pareja pero no conviven ¿Tiene hijos?: Si No Número de hijos: _________________
Consulta de Psicología
Para cualquier aclaración, observación o comentario, pueden dirigirse a Mª Jesús Boticario Galavís, en la
dirección de correo electrónico: mboticario@ucm.es
Este inventario presenta una lista de diferentes opiniones o creencias que las personas
sostienen en algunas ocasiones. Lea cuidadosamente cada frase e indique en qué medida está
de acuerdo o en desacuerdo con ella. En cada frase elija el número que represente la
respuesta que mejor describa su manera de pensar. Dado que las personas son diferentes, no
existen respuestas correctas o incorrectas. Para decidir si una afirmación es típica de su forma
de ver las cosas, simplemente tenga en mente cómo es usted generalmente.
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Moderada- Un poco Ni de acuerdo Un poco Moderada- Muy de
desacuerdo mente en en ni en de acuerdo mente de acuerdo
desacuerdo desacuerdo desacuerdo acuerdo
Al hacer sus evaluaciones, intente evitar utilizar el punto medio de la escala (4), más bien
indique si usted normalmente está de acuerdo o en desacuerdo con las afirmaciones
basándose en sus propias creencias y actitudes.
2. En ocasiones de gran felicidad, me asalta la duda de estar gozando con algo que no
merezco.
3. No me merezco tener gente que me quiera.
4. Cuando cometo algún error, por pequeño que sea, lo paso muy mal.
8. Cuando me dicen que un superior quiere hablar conmigo, me siento mal y comienzo a temer
qué habré hecho mal.
9. Hay cosas de mi pasado de las que no quiero ni acordarme.
10. A veces me quedo perplejo viendo cómo la gente es tan inconsciente de sus acciones,
cuando yo me preocupo tanto de las mías.
11. No sé por qué el sexo sigue siendo para mi algo no limpio.
12. Cuando tengo que recibir cuidados de otras personas, me siento culpable.
13. Cuando pierdo un amigo pienso: “ya he metido la pata otra vez”.
20. Cuando noto que un amigo me habla con frialdad, empiezo a pensar qué le habré podido
hacer yo.
21. Si pudiera limpiarme de toda culpa, me quitaría un peso de encima.
23. A veces me siento culpable por acontecimientos o desgracias en los que no estoy
implicado.
24. Echo de menos la inocencia de cuando era niño.
25. Hay muchas cosas que la gente piensa que están bien, pero yo siento en mi interior que
conmigo no van.
26. Temo que me ocurran desgracias aunque no he hecho nada malo.
27. En alguna ocasión me han venido ganas de escupirme cuando me miraba al espejo.
30. Comprendo y justifico fácilmente a los demás pero a mí mismo, no me perdono una.
32. Cada vez que me sale algo mal, pienso que cada uno recibe lo que se merece.
35. Hay pensamientos y deseos que te infectan como si fueran un foco de suciedad.