Acto Jurídico Módulo

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

PROGRAMA DE EDUCACIÓN
SUPERIOR A DISTANCIA

DERECHO CIVIL II
(ACTO JURÍDICO)

Mg. FRANCISCA DICTINIA NIEVES


MOSQUERA

HUÁNUCO PERÚ

5
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

ÍNDICE
Pág.
PREFACIO 10

I. HECHO JURÍDICO

1.1. DEFINICIÓN DE HECHO JURÍDICO 12


1.2. LA CONSECUENCIA JURÍDICA 13
1.3. EL NEXO JURÍDICO 14
1.4. MOMENTO EN QUE SE PRODUCE EL EFECTO JURÍDICO 14
1.5. CLASIFICACIÓN DE LOS HECHOS 15
1.5.1. HECHOS NATURALES O EXTERNOS Y
HECHOS HUMANOS O INTERNOS 17
1.5.2. HECHOS SIMPLES Y COMPLEJOS 17
1.5.3. HECHOS POSITIVOS Y NEGATIVOS 17
1.5.4. HECHOS VOLUNTARIOS E INVOLUNTARIOS 18
1.5.5. HECHOS LÍCITOS E ILÍCITOS18
1.5.6. ACTOS VOLUNTARIOS LÍCITOS:
ACTOS O NEGOCIOS JURÍDICOS Y
ACTOS MERAMENTE LÍCITOS19

II. ACTO JURÍDICO

2.1. DEFINICIÓN DE ACTO JURÍDICO Y


ELEMENTOS DE VALIDEZ 22
2.2. ACTO JURÍDICO Y NEGOCIO JURÍDICO 22
2.3. EFECTOS DEL ACTO JURÍDICO 24
2.4. OTORGANTE, SIGNATARIO, SUCESOR UNIVERSAL
Y TERCERO 24
2.5. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS
2.5.1. ACTOS DE DERECHO PRIVADO Y
DE DERECHO PÚBLICO 27
2.5.2. ACTOS UNILATERALES, BILATERALES Y
PLURILATERALES 27
2.5.3. ACTOS RECEPTICIOS Y NO RECEPTICIOS 28
2.5.4. ACTOS PATRIMONIALES Y EXTRAPATRIMONIALES 29
2.5.5. ACTOS TÍPICOS O NOMINADOS Y
ATÍPICOS O INNOMINADOS 29
2.5.6. ACTOS INTER VIVOS Y MORTIS CAUSA 30
2.5.7. ACTOS FORMALES Y NO FORMALES 31
2.6. ELEMENTOS DEL ACTO JURÍDICO 31
2.6.1. ELEMENTOS ESENCIALES 31
2.6.2. ELEMENTOS NATURALES 32
2.6.3. ELEMENTOS ACCIDENTALES 33
2.7. LA MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD 33
2.8. LA CAPACIDAD 34
2.9. EL OBJETO DEL ACTO JURÍDICO 34
2.10. LA CAUSA FIN 35

III. FORMAS DEL ACTO JURÍDICO

3.1. PRINCIPIO DE LIBERTAD DE LA FORMA 38


3.2. FORMA ADPROBATIONEM Y AD SOLEMNITATEM 38

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

IV. REPRESENTACIÓN

4.1. FACULTAD Y ORIGEN DE LA REPRESENTACIÓN 42


4.2. REPRESENTACIÓN ENTRE CÓNYUGES 44
4.3. PLURALIDAD DE REPRESENTANTES 45
4.4. RESPONSABILIDAD SOLIDARIA 45
4.5. REVOCACIÓN DEL PODER 47
4.6. REVOCACIÓN TÁCITA DEL PODER 47
4.7. COMUNICACIÓN DE LA REVOCACIÓN 48
4.8. PODER IRREVOCABLE 49
4.9. RENUNCIA A LA REPRESENTACIÓN 49
4.10. PODER GENERAL Y PODER ESPECIAL 50
4.11. PODER PARA ACTOS DE DISPOSICIÓN 50
4.12. RATIFICACIÓN DEL ACTO JURÍDICO 51
4.13. VICIOS DE LA VOLUNTAD EN LA REPRESENTACIÓN 52
4.14. PRESUNCIÓN DE REPRESENTACIÓN 52
4.15. ACTO JURÍDICO CONSIGO MISMO 53
4.16. PODER ESPECIAL PARA REPRESENTACIÓN LEGAL 54

V. INTERPRETACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

5.1. INTERPRETACIÓN OBJETIVA 58


5.2. INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA 58
5.3. INTERPRETACIÓN FINALISTA 58

VI. MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO

6.1. LA CONDICIÓN 62
6.1.1. CONDICIONES PROPIAS E IMPROPIAS 62
6.1.2. REQUISITOS 63
6.1.3. LA INCERTIDUMBRE 64
6.1.4. LA FUTURIDAD 66
6.1.5. ES ESTABLECIDA ARBITRARIAMENTE 66
6.1.6. FUNCIÓN DE LA CONDICIÓN 67
6.1.7. CLASES DE CONDICIONES 67
6.1.8. CONDICIÓN LEGAL (CONDICIO JURIS)
Y CONDICIÓN VOLUNTARIA (CONDICIO FACTI) 67.
6.1.9. CONDICIÓN SUSPENSIVA Y RESOLUTORIA 69
6.1.10. CONDICIONES PROPIAS E IMPROPIAS 69
6.1.11. CONDICIÓN POTESTATIVA, CASUAL Y MIXTA 70
6.1.12. CONDICIÓN POSITIVA Y NEGATIVA 70
6.1.13. CONDICIÓN SIMPLE Y COMPLEJA 71
6.1.14. CONDICIÓN EXPRESA Y TÁCITA 71
6.1.15. IRRETROACTIVIDAD DE LA CONDICIÓN 71
6.2. EL PLAZO
6.2.1. CONCEPTO 72
6.2.2. REQUISITOS 73
6.2.3. DIFERENCIA ENTRE CONDICIÓN Y PLAZO 73
6.2.4. ACTOS QUE NO ADMITEN PLAZO 74
6.2.5. CLASES 75
6.2.6. FUNCIÓN DE PLAZO 77
6.2.7. EL PLAZO EN EL CÓDIGO CIVIL 77
6.3. EL CARGO 80
6.3.1. CONCEPTO 80

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.3.2. FUNCIÓN 80
6.3.3. CUMPLIMIENTO DEL CARGO 81
6.3.4. PLAZO PARA EL CUMPLIMIENTO DEL CARGO 82
6.3.5. TRANSMISIBILIDAD DEL CARGO 83

VII. LA SIMULACIÓN EN LOS ACTOS JURÍDICOS

7.1. DEFINICIÓN 86
7.2. REQUISITOS DE LA SIMULACIÓN 87
7.3. CLASES DE SIMULACIÓN 87
7.3.1. SIMULACIÓN ABSOLUTA 87
7.3.2. SIMULACIÓN RELATIVA 89
7.3.3. SIMULACIÓN TOTAL Y PARCIAL 89
7.3.4. SIMULACIÓN LÍCITA E ILÍCITA 90
7.4. EFECTOS DE LA SIMULACIÓN 90
7.5. ACCIÓN DE NULIDAD POR SIMULACIÓN 91
7.6. SIMULACIÓN Y OTRAS FIGURAS 91

VIII. FRAUDE DEL ACTO JURÍDICO

8.1. NOCIÓN DE FRAUDE 96


8.2. LA ACCIÓN PAULATINA 96
8.3. CARACTERES 97
8.4. LA ACCIÓN PAULATINA EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO 98
8.4.1. CONCEPTO Y REQUISITOS 98
8.4.2. PRESUNCIÓN DE ONEROSIDAD
DE LAS GARANTÍAS REALES 100
8.4.3. DERECHOS DEL TERCERO SUBADQUIRENTE 100
8.4.4. IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN PAULATINA 101
8.4.5. LIMITACIONES AL DERECHO DEL
TERCERO ADQUIRENTE 102
8.5. PROCEDIMIENTO PARA INEFICACIA DE ACTOS
GRATUITOS Y ONEROSOS. 102

IX. VICIOS DE LA VOLUNTAD

9.1. EL ERROR 106


9.1.1. CONCEPTO 106
9.1.2. REQUISITOS DEL ERROR 106
9.1.3. ERROR ESENCIAL 106
9.1.4. ERROR CONOCIBLE 107
9.1.5. ERROR DE CÁLCULO Y ERROR EN LA CANTIDAD 108
9.1.6. ERROR EN EL MOTIVO 108
9.1.7. IMPROCEDENCIA DE ANULABILIDAD
POR ERROR RECTIFICADO 108
9.1.8. IMPROCEDENCIA DE INDEMNIZACIÓN 109
9.1.9. ERROR EN LA DECLARACIÓN 109
9.1.10. ERROR INDIFERENTE 110
9.1.11. ERROR EXCUSABLE Y ERROR CONOCIBLE 110
9.1.12. EL ERROR EN EL CÓDIGO CIVIL 111
9.2. EL DOLO 112
9.2.1. CONCEPTO 112
9.2.2. EL DOLO COMO VICIO DE LA VOLUNTAD 113
9.2.3. EL DOLO Y EL ERROR 114

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.2.4. DOLO Y FRAUDE 114


9.2.5. DOLO DIRECTO E INDIRECTO 114
9.2.6. DOLO CAUSANTE 115
9.2.7. DOLO INCIDENTAL 115
9.2.8. DOLO POSITIVO Y NEGATIVO 116
9.2.9. DOLO RECÍPROCO 116
9.3. LA VIOLENCIA 117
9.3.1. VIOLENCIA E INTIMIDACIÓN 117
9.3.2. CONCEPTO DE INTIMIDACIÓN 117
9.3.3. CALIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA Y
DE LA INTIMIDACIÓN 118
9.3.4. RENUNCIA DE LA ACCIÓN POR VICIOS
DE LA VOLUNTAD 118
9.3.5. PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES 118
9.3.6. LOS VICIOS DE LA VOLUNTAD
EN EL MATRIMONIO Y EN EL TESTAMENTO 119

X. NULIDAD Y ANULABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO

10.1. NULIDAD Y ANULABILIDAD 122


10.2. CAUSALES DE NULIDAD ABSOLUTA 122
10.3. NULIDAD ABSOLUTA 123
10.4. CAUSALES DE ANULABILIDAD 123
10.5. ANULABILIDAD O NULIDAD RELATIVA 123
10.6. NULIDAD EN EL ACTO PLURILATERAL 124
10.7. NULIDAD PARCIAL 124
10.8. NULIDAD REFLEJA 125
10.9. ALEGACIÓN DE INCAPACIDAD EN BENEFICIO PROPIO 125
10.10. ANULABILIDAD POR INCAPACIDAD RELATIVA 126
10.11. REPETICIÓN DE PAGO HECHO AL INCAPAZ 126
10.12. MALA FE DEL INCAPAZ 126

XI. CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

11.1. CONCEPTO 130


11.2. CONFIRMACIÓN EXPRESA 130
11.3. CONFIRMACIÓN TÁCITA 131
11.4. FORMALIDAD DE CONFIRMACIÓN 131
11.5. LA RATIFICACIÓN 132
11.6. DIFERENCIAS ENTRE CONFIRMACIÓN Y RATIFICACIÓN 132

XII. RESCISIÓN Y RESOLUCIÓN DEL CONTRATO

12.1. RESCISIÓN DEL CONTRATO 136


12.2. RESOLUCIÓN DEL CONTRATO 136
12.3. EFECTOS DE LA RESCISIÓN Y LA RESOLUCIÓN 137

9
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

PREFACIO

En el derecho civil es indispensable e importante conocer el desarrollo de las


instituciones jurídicas en Derecho Romano a fin de entender los códigos civiles
vigentes; dentro de ello tenemos en cuenta como tema importante EL ACTO
JURIDICO; que es la manifestación de voluntad y está encaminada a conseguir
una consecuencia de derecho, que puede ser crear, modificar, regular o extinguir
una relación jurídica.

El presente trabajo trata el estudio del LIBRO II – ACTO JURÍDICO del Código
Civil, cuyo marco normativo se divide en:

TITULO I Disposiciones generales


TITULO II Forma del acto jurídico
TITULO III Representación
TITULO IV Interpretación del acto jurídico
TITULO V Modalidades del acto jurídico
TITULO VI Simulación del acto jurídico
TITULO VII Fraude del acto jurídico
TITULO VIII Vicios de la voluntad
TITULO IX Nulidad del acto jurídico
TITULO X Confirmación del acto jurídico

Es importante que le futuro profesional se capacite en el estudio y análisis del


Acto Jurídico y su aplicación a casos prácticos, pues este trabajo trata desde el
HECHO JURÍDICO hasta la CONFIRMACIÓN DEL ACTO JURIDICO, cuyo
desarrollo, se encuentra dividido en 12 Unidades, siendo de tal importancia por
cuanto se encuentra de manera detallada cada artículo que comprende el libro
II – Acto Jurídico del Código Civil.

El presente trabajo del Curso de Derecho Civil - Acto Jurídico, enmarca un


conocimiento amplio del derecho y todas las teorías jurídicas, en que nos va a
servir de base ayudándonos a guardar una estrecha relación con la actualidad.

Francisca Dictinia Nieves Mosquera

10
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

PRIMERA UNIDAD

HECHO JURÍDICO

COMPETENCIAS:

1. Reconoce los hechos jurídicos.


2. Reconoce la clasificación de los hechos jurídicos.
3. Reconoce que los hechos son o no son jurídicos según que
tenga o no consecuencias jurídicas ligadas por el derecho.

11
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

1.1. DEFINICIÓN DEL HECHO JURÍDICO

La noción doctrinaria del hecho jurídico se remonta a Savigny, para quien


es el hecho que produce una adquisición, modificación, transferencia o
extinción de derechos. De ahí, la generalizada noción de que el hecho
jurídico es todo hecho que produce una consecuencia de derecho y a la
que se le agrega, como lo hace León Barandiarán (1), como un vocablo
más propio, el de jurígeno. Así, pues, hecho jurídico o jurígeno, en la
noción generalizada de la doctrina, viene a ser el hecho que por sí, o junto
con otros, produce efectos jurídicos y se constituye, mediata e
inmediatamente, en fuente de toda relación jurídica o en causa de
extinción.

Como puede ya colegirse, no todo hecho es hecho jurídico. Hecho, en


general, es todo suceso o acontecimiento generado con o sin la
intervención del ser humano y puede o no producir consecuencias
jurídicas.

El hecho jurídico en la medida en que produzca consecuencias jurídicas


y sea así calificado por el Derecho. No existe el hecho jurídico per se sino
en cuanto merece esta calificación. Así, por ejemplo, un deslizamiento de
tierras no es un hecho jurídico sino en cuanto afecte el derecho de
propiedad de alguien o cause la muerte de una persona. Son las
consecuencias, pues las que determinan el carácter jurídico del hecho y
por eso puede hablarse de una causalidad jurídica en cuanto que, para
que se produzca el efecto jurídico, es necesario que exista un nexo entre
el hecho y el efecto mismo. El hecho jurídico, para sintetizar, es la causa
de efectos jurídicos y por esta relación de causalidad puede resultar más
apropiada la denominación de hechos jurígenos que la de hechos
jurídicos (2).

El hecho jurídico o jurígeno es, como lo dejamos ya advertido, el resultado


de una calificación del Derecho Objetivo y, por eso, sus efectos tienen el
carácter de jurídicos. León Baradiarán (3) explicó el hecho jurídico
señalando que todos los hechos tienen la virtualidad de interesar al
hombre, sea el nacimiento de un semejante o la vibración de la brizna de
paja agitada por el viento, pero que la interesan desde diferentes puntos
de vista y que cuando lo parecía en relación a un sistema de normas
determinadas que forma el Derecho, el hecho es subsumido dentro de la
categoría de lo jurídico.

(1), (2), (3) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 31 - 32

12
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Manteniendo la adhesión al desarrollo del maestro, se considera que es


acertada la noción de Albaladejo (4), para quien el hecho jurídico es todo
acontecimiento o estado, en general todo suceso o falta del mismo – ya
que también hay hechos negativos – al que por su sola realización, o
juntamente con otros, liga el Derecho Objetivo la producción de un efecto,
que es efecto jurídico precisamente en cuanto a lo dispuesto por el
Derecho Objetivo.

1.2. LA CONSECUENCIA JURÍDICA

La consecuencia es el efecto del autor de la norma jurídica atribuye, lógico


– jurídico, a la verificación del supuesto en la realidad.
La consecuencia es atribuida por la norma al supuesto y puede revestir
diversas modalidades. Las principales son:

Establecimiento de un derecho, que consiste en atribuir una facultad a


alguien. Así tenemos parte de las normas jurídicas contenidas en la
primera parte de la constitución del Estado, en especial su artículo dos
que contienen una larga lista constitucionales o derechos humanos a favor
de la persona una revisión de ellos es conveniente en sí misma para
ilustrar este punto.

Establecimiento de una obligación, que consiste en mandar en que


alguien de, haga o no haga algo a favor de otra persona. Tal es el caso
del artículo 1969 del Código Civil que impone la obligación de indemnizar
a cualquiera que cause un daño a otro por dolo o culpa.

La relación obligación en el derecho implica por definición los polos de un:


Deudor, que debe la obligación al acreedor, y un acreedor que adquiere
el derecho a que se cumpla la obligación por el adeudado. En esta medida
el establecimiento de una obligación en la consecuencia crea
automáticamente un derecho en el acreedor. Sin embargo, no siempre el
establecimiento de un derecho crea una obligación correlativa identificable
por sí misma. Por ejemplo, el otorgar a alguien el derecho de propiedad
sobre una cosa no genera obligación específica en los demás, si no, en
todo caso, un deber general de respetar dicho derecho.

Establecimiento de un deber, entendido por tal una responsabilidad a


cumplir obligatoriamente. El deber es, así una responsabilidad genérica
(aunque obligatoria), que no se confunde con la obligación, que es un
mandato de dar, hacer o no hacer algo específico. Deber y obligación dos
especies diferentes del género que podemos denominar “responsabilidad
obligatoria”.

 Albaladejo Manuel. El Negocio Jurídico, pág. 5 y 6

13
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Tal es el caso de los deberes establecidos en nuestra constitución su


artículo 38: “todos los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de
proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y
defender la constitución y el ordenamiento jurídico de la nación”.

Creación de instituciones, por ejemplo, la creación de una empresa


pública, de un Ministerio o de organismos similares.

Creación de una situación jurídica, entendiendo por tal “el conjunto de


derecho y deberes – determinados o eventuales-, que el derecho atribuye
a una persona colocada en ciertas condiciones”.

Creación de una norma jurídica, entendiendo por tal la vinculación, por


mandato normativo, de dos elementos entre sí, bien se trate de personas
y de cosas.

Establecimiento de sanciones; entendiendo por tales las consecuencias


del incumplimiento de los mandatos jurídicos.

1.3. EL NEXO JURÍDICO

También llamado “cópula” o vínculo”. El nexo entre el supuesto formulado


por el legislador o autor de la norma y la consecuencia jurídica es de
“deber ser”. Podemos definirlo como el elemento vinculante entre el
supuesto y la consecuencia, con un carácter de “debe-ser”. Este elemento
no está expresado en palabras, no consta en la redacción de la norma
jurídica. Hay que obtenerlo mediante una abstracción lógico – jurídica.
El elemento del nexo jurídico dentro de una norma puede establecer
cuatro circunstancias: mandar, prohibir, permitir y castigar. (5).

1.4. MOMENTO EN QUE SE PRODUCE EL EFECTO JURÍDICO

En la connotación para la determinación conceptual del acto jurídico, los


efectos jurídicos son la consecuencia necesaria de la manifestación o
exteriorización de la voluntad. Deben ser los efectos buscados y queridos
por el sujeto y que deben ser amparados, coincidir o no contravenir la
normativa jurídica. Los efectos jurídicos deben ser inmediatos a la
declaración que los provoca, aun cuando a veces pueden producir un
resultado retroactivo como sucede con reconocimiento de una obligación
o de una relación paterno-filial además los efectos jurídicos pueden ser
provisionales o definitivos, según deban ser o no ratificados a posteriori.
(6).

 https://www.monografias.com/docs114/estructura-norma-juridica-peru/estructura-
norma-juridica-peru.shtml
https://andrescusi.blogspot.com/2014/03/la-norma-juridica-andres-cusi-arredondo.html
 Vidal Ramírez, Fernando. Teoría General del Acto Jurídico, Pág. 30.

14
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

1.5. CLASIFICACIÓN DE LOS HECHOS

1.5.1. HECHOS NATURALES O EXTERNOS Y HECHOS HUMANOS


O INTERNOS

 Los hechos naturales o externos, son los hechos que se


producen independientemente de la voluntad humana, cuya
causa radica en fenómenos de la naturaleza, pero cuyos
efectos deben ser considerados necesariamente para la
calificación del hecho como jurídico.

La cuestión que se plantea es si los hechos naturales puedan


interesar al Derecho o si le son irrelevantes. Si el hecho da
lugar a una adquisición, modificación o extinción de un
derecho será necesariamente un hecho jurídico. Por el
contrario será irrelevante al Derecho si no produce ninguna
consecuencia jurídica. En el primer caso, será jurídico el
hecho natural que, como un movimiento sísmico, produce la
desaparición de bienes, lo que acarrea la pérdida del derecho
sobre los mismos; no lo será, si con su producción no genera
consecuencias como la señalada, como puede ser un alud en
una zona desértica no ocupada por seres humanos.

Debe advertirse, sin embargo, que no basta la generación


natural del hecho pues los hay en cuya producción se
presenta, de manera mediata o indirecta, la intervención de la
voluntad humana, como puede ocurrir con una onda sísmica
originada por un experimento atómico o nuclear. Por ello, el
hecho jurídico será natural o humano según la causa principal
que lo genera y está identificación es imprescindible para la
calificación de los efectos pues siendo jurídicos pueden dar
lugar a una imputación de responsabilidad.

Dentro de los hechos naturales, el transcurso del tiempo es el


hecho que reviste la mayor importancia y trascendencia
jurídica, pues todo está inmerso en el transcurso del tiempo,
como la vida misma de los seres humanos. En unos casos, el
simple transcurso del tiempo puede acarrear consecuencias
jurídicas, como puede ocurrir con la caducidad de algunos
derechos y, en otros, el devenir del tiempo requiere de la
concurrencia de otros hechos, como ocurre con la
prescripción extintiva y la prescripción usucupativa. (7).

 Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 34

15
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

 Los hechos humanos o internos, son los hechos que se


producen por intervención de la voluntad humana y que, por
ello, lo son dependientes. Por esta presencia de la voluntad
humana son, necesariamente, hecho jurídicos.

Es generalizado el criterio de que los hechos humanos


pueden ser voluntarios e involuntarios, pero ambos
caracterizados por la voluntariedad, entendiéndose ésta como
el aspecto activo y dinámico de la vida humana, como su
fuerza animadora dirigida hacia algo o contra algo. Por ello,
los hechos humanos voluntarios son aquellos que se quieren
voluntariamente, aunque sus efectos puedan o no haber sido
previstos, mientras que los hechos humanos involuntarios son
aquellos que se realizan sin intención, y aun sin
discernimiento, pero con voluntariedad, derivándose una
consecuencia no deseada ni prevista.

Como ya lo hemos advertido, no existen criterios absolutos


para distinguir entre hechos naturales y hechos humanos. Así
por ejemplo, la muerte considerada en sí misma es siempre
un hecho natural, pero que puede configurar un hecho
humano cuando se trata de un homicidio. Para el Derecho,
recogiendo ideas de Albaladejo (8), el hecho natural es un
acontecimiento de la naturaleza o es una unidad formada por
varios acontecimientos de la naturaleza, mientras que el
hecho humano consiste en la realización por la conducta
humana de un resultado, aun cuando la conducta sea
omisiva.

Los hechos humanos son, entonces, necesariamente


voluntarios, en razón de la voluntariedad. Lo voluntario así
entendido puede prescindir del discernimiento, mas no para
la determinación conceptual del acto jurídico que requiere,
necesaria e imprescindiblemente, de una voluntad integrada
con el discernimiento y que tenga los demás requisitos que
permitan calificarla como voluntad jurídica, esto es, como
voluntad capaz de dar formación a un acto jurídico (9).

 Albaladejo Manuel. El Negocio Jurídico, pág. 21


 Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 35

16
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

1.5.2. HECHOS SIMPLES Y COMPLEJOS

Los hechos complejos son aquellos en los cuales tienen varios


elementos, o sea requieren de la concurrencia de varios sucesos,
para que sean considerados como unidades orgánicas; por
ejemplo: el contrato, sin embargo – téngase en cuenta – sería
erróneo decir que los hechos complejos son una sumatoria de
hechos simples. Por el contrario, los hechos simples son aquellos
que están formados por un solo elemento, eso quiere decir que
se logran realizar o dar por un solo suceso u omisión.

En términos profanos, podríamos simplificar diciendo que los


hechos simples son aquellos hechos que solo basta un
acontecimiento para producir un efecto jurídico señalado,
mientras que, en los hechos complejos, requieren el
acontecimiento sucesivo de más de un hecho jurídico para
provocar un efecto jurídico determinado (10).

1.5.3. HECHOS POSITIVOS Y NEGATIVOS

Se denominan así por su contenido. Es decir “los hechos jurídicos,


igual que los actos jurídicos, pueden tener carácter positivo o
negativo, según como dice el Código Civil, sea necesario la
realización u omisión de un acto, para que un derecho comience
o acabe. La distinción entre uno y otro es, según opinión de Osorio
(9) de interés teórico pero escaso valor práctico dado que sus
términos se encuentran sometidos al mismo régimen en todo lo
fundamental. Ejemplo: Cuando el acreedor no ejercita la acción
contra el deudor en el tiempo fijado por la ley, se extingue la
obligación porque operó la prescripción (11).

 Gonzáles Garcete, Juan Marcelino. Manual de Hechos y Actos Jurídicos, pág. 59 -


60
(11) Osorio Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Policas y Sociales 23 Ed.
Actualizada, corregida y aumentada por Guillermo Caballenas De las cuevas,
argentina Editorial Helistas 2003, pág. 469.

17
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

1.5.4. HECHOS VOLUNTARIOS E INVOLUNTARIOS

Los hechos voluntarios son aquellos hechos que se realizan,


siguiendo al Código Civil argentino, con discernimiento, intención
y libertad. Para autorizada doctrina de ese país, el discernimiento
es “la madurez intelectual para razonar, comprender y valorar el
acto y sus consecuencias” (12); la intención es el ejercicio correcto
del discernimiento (13); y la libertad es la facultad de elección entre
varias opciones (14).

Los hechos involuntarios son aquellos hechos que realiza el


hombre; pero cuya consecuencia no es deseada e incluso pueden
haber sido realizados sin discernimiento. Un ejemplo sería el
contrato realizado por una persona que no se encuentra en pleno
ejercicio de sus facultades mentales.

1.5.5. HECHOS LÍCITOS E ILÍCITOS

El hecho lícito, tradicionalmente se les entiende como aquellos


que no contravienen al ordenamiento legal imperante, o los que
no sean contrarios a las normas de orden público ni a las buenas
costumbres. Incluso hay quien distingue una “aceptación objetiva
y otra subjetiva de licitud”. Sin embargo, el concepto de licitud no
debe ser confundido con el de legalidad. Esta última “significa, en
el sentido más amplio y general, existencia de leyes y
sometimiento a las mismas de los actos de quienes les están
sometidos.

El hecho ilícito es aquí donde surge la discusión doctrinaria. Se


dice que estos hechos no constituyen actos jurídicos, en
contraposición a los hechos jurídicos humanos voluntarios lícitos
que, según el Código Civil peruano, son los únicos que pueden
configurarlo. El razonamiento de este sector de la doctrina
descansa en el hecho de que por ser ilícito se abandona la
estructura del acto jurídico. Ejemplo de un hecho jurídico
voluntario ilícito seria la simulación (art. 190 y 191 c.c.). (15).

(12) Santos Cifuentes con la colaboración de Manuel Osvaldo COBAS y Jorge A. Zago,
Negocio Jurídico, Estructura. Vicios, Nulidades, Astrea, Buenos Aires, 1986, 37.
(13) Santos CIFUENTES con la colaboración de Manuel Osvaldo COBAS y Jorge A.
Zago, op. Cit, 37.
(14) Santos CIFUENTES con la colaboración de Manuel Osvaldo COBAS y Jorge A.
Zago, op. Cit, 42.
(15) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 29-30

18
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

1.5.6. ACTOS VOLUNTARIOS LÍCITOS: ACTOS O NEGOCIOS


JURÍDICOS Y ACTOS MERAMENTE LÍCITOS

Los actos voluntarios lícitos son de dos clases:

a) En los actos jurídicos en sentido estricto los efectos resultan


de la ley (concuerdan con la voluntad). Ellos son los actos
reales y los actos cuasi-negociales. El descubrimiento de un
tesoro en terreno ajeno no cercado ni sembrado es un acto
real y la promesa recíproca de contraer matrimonio es un acto
cuasi-negocial.
El acto jurídico en sentido estricto produce sus efectos
independientemente de la voluntad, aunque no raras veces
existe coincidencia entre los efectos producidos y la voluntad
del sujeto. Los efectos de un acto jurídico se producen por la
ley, en virtud de normas imperativas, sin importar si tales
efectos son considerados por la voluntad o no.

b) En los negocios jurídicos los efectos resultan de la voluntad o


son imputados a ella. El negocio jurídico produce sus efectos,
que son efectos jurídicos, porque ellos fueron queridos por la
voluntad. El negocio jurídico es un acto volitivo-final en cuanto
a los efectos previstos; es un acto creador respecto de la
conformación a las relaciones jurídico privadas. Entonces, la
clasificación tradicional está basada sobre el dato estructural
de la relevancia de la voluntad de un sujeto en la producción
de los efectos jurídicos y por eso cabe diferenciar tres tipos de
hechos jurídicos. Los hechos según los cuales el efecto
produce únicamente por acontecimiento material o por un
comportamiento humano que prescinde de la voluntad de un
sujeto (irrelevancia de la voluntad): hechos jurídicos
involuntarios. Los actos según los cuales el efecto jurídico se
genera porque el sujeto quiere y conoce el acto,
independientemente de la voluntad del efecto (voluntad final o
de los efectos jurídicos): el acto jurídico en sentido estricto. Los
actos según los cuales el efecto jurídico se produce en cuanto
es querido y conocido por el sujeto (voluntad de los efectos).
(16).

(16) Morales Hervias, Rómulo. Hechos y Actos Jurídicos, Pág. 19.

19
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Cuál es la definición de hecho jurídico?

2) ¿Cuándo se produce el efecto jurídico?

3) ¿Cómo se clasifica los hechos?

4) ¿Qué son los hechos naturales o externos?

5) ¿Qué son los hechos humanos o internos?

6) ¿Cuál es la diferencia entre hechos simples y complejos?

7) ¿Qué son los hechos voluntarios e involuntarios?

8) ¿Cuál es la diferencia entre hechos lícitos e ilícitos?

9) ¿Qué son los hechos voluntarios lícitos?

10) ¿Qué son los actos meramente lícitos?

20
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

SEGUNDA UNIDAD

ACTO JURÍDICO

COMPETENCIAS:

1. Reconoce el acto jurídico y sus elementos de validez


2. Estima la diferencia entre acto jurídico y negocio jurídico
3. Reconoce la clasificación de los actos jurídicos.

21
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

2.1. DEFINICIÓN DE ACTO JURÍDICO Y ELEMENTOS DE VALIDEZ

Dentro de los actos voluntarios lícitos existe una especie de gran


importancia: los actos jurídicos. Por medio de ellos las personas crean un
sinnúmero de relaciones jurídicas.

Según Reipert-Boulanger, se denominan actos jurídicos, a aquellos que se


llevan a cabo para realizar uno o varios efectos del derecho, llamándose
jurídicos por la causa de la naturaleza de los efectos. (1)

Para Francisco Messineo, “es aquel acto del cual nacen efectos jurídicos,
porque el sujeto al realizar quiere determinar un resultado y tal resultado es
tomado en consideración por el derecho”.

Los cuatro elementos que los componen son:


1. El sujeto, es decir el ser humano y/o la persona jurídica que hace la
declaración de voluntad. Pueden actuar por sí o estar representado
por otra persona. Pero lo importante es que el sujeto debe ser capaz
de hecho y de derecho.
2. El objeto es el contenido del acto
3. La causa, es el fin que las partes tuvieron al realizar el acto.
4. La forma o manifestación de voluntad contemporánea con la
celebración del acto.

2.2. ACTO JURÍDICO Y NEGOCIO JURÍDICO

El Acto Jurídico en la delimitación conceptual que traza la doctrina nacional


tradicional, es el hecho jurídico, voluntario, lícito, con manifestación de la
voluntad y efectos jurídicos. Así, se ha afirmado que el acto jurídico: “es
una especie dentro del hecho jurídico, pues aquel descarta la
involuntariedad y la ilicitud. Lo primero es indudable. La palabra misma
“acto” indica una determinación de voluntad. Mas algunos son de opinión
de que le término acto jurídico debe comprender el hecho voluntario, tanto
el lícito como el ilícito (Enneccerus). Este parecer es inaplicable dentro de
la sistemática de nuestro Código Civil, que asigna el carácter de licitud al
acto jurídico”. (2).

(1) Jesús Antonio Rivera Oré y Pedro Bautista Toma. Manual del Acto Jurídico –Pág. 13,
14
(2) José León Barandiaran, op, cit.,36

22
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El art. 140 C.C. establece que “el acto jurídico es la manifestación de


voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas”. Se afirma que “esta definición de raíz pandectística, con todo lo
inconveniente que resulta para los intérpretes, y a pesar de su evidente
discordancia con el espíritu del articulado subsiguiente – tomado del Código
Civil italiano -, permite establecer un deslinde inicial entre la figura
legislativamente considerada, fuera de cual haya sido la intención del
legislador, y todas aquellas otras manifestaciones de voluntad cuyo objetivo
no tenga que ver con la mutación de una relación jurídica (rectius, de una
situación jurídica). (3).

Según acreditada doctrina nacional, el acto jurídico se diferencia del


negocio jurídico en los siguientes aspectos:

 El presupuesto de los negocios jurídicos es la declaración o


manifestación de voluntad. No ocurre lo mismo en todos los actos
jurídicos ni en los actos ilícitos por negligencia. (4).
 La finalidad de las partes en el negocio es crear un vínculo, en los
actos no negocios, el vínculo aparece por imperio de la ley, sin tener
su origen en una manifestación volitiva. (5).
 La intención es indispensable en el negocio jurídico; no
necesariamente en el acto jurídico. (6).

Para aquellos que siguen la doctrina tradicional, el problema de la distinción


entre el acto y negocio jurídico se reduce al de una “sinonimia conceptual”,
optan por el nomen iuris de acto jurídico “por razones de tradición jurídica”.
(7).

Desde el punto de vista, se observan las siguientes distinciones (8):

 Tanto el acto como el negocio jurídico son especies del género


hecho jurídico; pero el negocio jurídico es una sub especie del acto
jurídico.
 Lo que se legisla en el artículo 140 del Código Civil, no es el acto
jurídico sino el negocio jurídico, porque alude a la intención de las
partes para determinar sus efectos y a sus requisitos: Agente capaz;
fin licito; objeto física y jurídicamente posible; observancia de la
forma prescrita por ley bajo sanción de nulidad (en el caso de los
actos ad solemnitatem).

(3) Juan Espinoza Espinoza. Acto Jurídico Negocial – Pág. 33.


(4), (5), (6) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op, cit, 52 – 53
(7), (8) Juan Espinoza Espinoza. Acto Jurídico Negocial – Pág. 34 - 35.

23
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

 El acto jurídico se materializa a través de la manifestación de la


voluntad (entendida como “la exteriorización de un hecho psíquico
interno, que consciente y voluntariamente trasciende del individuo y
surte efectos ante terceros con valor expositivo, aunque estuviera
lejos del ánimo del agente el querer producir tales efectos”; el
negocio, a través de la declaración de la voluntad (entendida como
“aquel acto responsable que exteriorizando la “coordinación
jerárquica de nuestros deseos”, tiene como propósito producir
efectos jurídicos mediante la comunicación de la voluntad contenida
en la expresión”). Nótese que la relación entre manifestación y
declaración de voluntad es de género a especie. Sin embargo, en
ambos supuestos, las consecuencias jurídicas ya se encuentran
predeterminadas por el ordenamiento jurídico. (9).

2.3. EFECTOS DEL ACTO JURÍDICO

a) Acto Jurídico válido

El acto jurídico, es por definición, un acto humano voluntario con


discernimientos, intención y libertades: estos tres requisitos excluyen,
como es lógico, los vicios que lo invalidan. El acto jurídico así
considerado es válido, tiene eficacia, pues es capaz de producir los
efectos jurídicos que las partes quisieron; por ello, algunos autores
hablan del acto jurídico aludiendo al matiz generador de efectos. Eso,
con todo, es distintos según entre quienes se produzcan. (10).

b) Efecto con relación a las partes

Parte es la persona que concurren a la formación del acto, ya sea por


sí o por medio de representantes y de ese modo, ejerce una prerrogativa
jurídica (contrata, se casa, inicia una acción judicial, etc.). No hay que
confundir las nociones de parte con la de persona: una parte puede
estar formada por varias personas, por ejemplo, si dos copropietarios
(dos personas que comparten la propiedad de una casa) dan el
inmueble en arrendamiento a otra persona. En este acto jurídico
(contrato de arrendamiento de un inmueble intervienen dos partes (los
arrendadores y el arrendatario) y tres personas (los dos copropietarios
y el contratante. Los actos jurídicos producen efecto con relación a las
partes que en ellos interviene y no respecto de los extraños. (11).

(9) Juan Espinoza Espinoza. Acto Jurídico Negocial – Pág. 35.


(10), (11) Jesús Antonio Ribera Oré y Pedro Bautista Toma. Manual del Acto Jurídico, Pág.
24-26.

24
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

c) Con relación a los representantes

Tampoco hay confundir “parte” con “otorgante” del acto, porque en la


definición de parte, quedó claro que ella puede operar por sí o por
representante. En este último caso, el representante es el otorgante. El
expresa la voluntad jurídica o jurígena, pero no por si, sin en nombre de
otro. Ejemplo: un curador (representante) (A), vende a un tercero (B) el
inmueble de un insano (C).

2.4. OTORGANTE, SINGNATARIO, SUCESOR UNIVERSAL Y TERCERO

 Otorgante, es la persona que otorga, es el que da su consentimiento


delante de un notario a un negocio jurídico. Los otorgantes son los que
se obligan como consecuencia del negocio otorgado, pero no tienen
que ser necesariamente los mismos comparecientes y firmantes ante
notario, puesto que estos pueden comparecer en nombre ajeno, y así
se hace constar en la parte de la escritura denominada intervención, en
cuyo caso los otorgantes no firman la escritura pero están vinculados
por el negocio que consta en ella.

Ejemplo. En una compraventa, el vendedor es una sociedad y compran


una persona que ha dado poder a otra para ello. Quien comparece en
la escritura es el administrador de la sociedad, persona física, pero que
no es otorgante, dado que quien otorga como vendedora es la propia
sociedad. Y en el caso de la parte compradora quien comparece es el
apoderado, y firma la escritura, pero el otorgante comprador es quien
firmó en su momento el poder autorizando al apoderado a comparecer
en su nombre. (12).

 Signatario, aquella persona que firma un documento o un acuerdo, y


constituye en solitario o en conjunto, una de las partes de un acuerdo,
tratado o escritura de constitución de una sociedad. (13).

(12) http://glosario.notariado.org/?do=terms&letter=O
(13) https://www.expansion.com/diccionario-economico/signatario.html

25
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

 Los sucesores, también llamados causahabientes, son las personas


que reciben de otra, llamad causante, uno o más derecho u
obligaciones, bien sea por ato inter vivos o bien por acto mortis cusa.
Así, el comprador, el donatario, el heredero y el legatario son sucesores
o causahabientes del vendedor, del donante o del difunto,
respectivamente, y éstos, a su turno, son las causantes de aquellos.

Los sucesores universales suceden al causante en todos sus


derechos y obligaciones, siempre que sean transmisibles. Respecto a
éstos, el acto jurídico realizado por el causante produce todos sus
efectos. Así, si una persona ha vendido una cosa y muere antes de
entregarla, el heredero – sucesor a título universal – está obligado a
entregarla, y tendrá también el derecho de exigir el precio si el causante
no lo cobró. En relación a los sucesores universales, los efectos de los
actos jurídicos celebrados por su causante los alcanzan siempre, antes
y después de la muerte de su causante. (14).

 Los terceros, Tercero es, en la definición de Messineo (15), en general,


todo sujeto (necesariamente indeterminado), extraño a la relación
jurídica dada. El vocablo, según explica el autor italiano, deriva de
Tertius, que, en las ejemplificaciones escolásticas, las “partes”, o sea
el sujeto activo y el sujeto pasivo de la relación, se denominaban,
respectivamente, premius y secundus. Así, pues, con relación al acto
jurídico, los terceros son las personas extrañas al acto, es decir, que
no han concurrido a su formación.

En el Derecho se usa la palabra “tercero”, para designar a toda persona


ajena a algo, sea una obligación, una convención o una relación
jurídica, porque se supone que se forman entre dos personas, respecto
de las cuales cualquier otro es una tercera persona. (16).

(14) Vidal Ramírez, Fernando. Teoría General del Acto Jurídico, Pág. 152
(15) Manual de Derecho Civil y Comercial. T. II, Pág. 7.
(16) Vidal Ramírez, Fernando. Teoría General del Acto Jurídico, Pág. 153-154

26
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

2.5. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS

2.5.1. ACTOS DE DERECHO PRIVADO Y DE DERECHO PÚBLICO

Los Actos de Derecho Público, son los actos jurídicos


administrativos, que provienen de la voluntad de la administración
pública como órgano o ente público del Estado.

Los Actos de Derecho Privado, se caracterizan porque la


manifestación de voluntad proviene de sujetos (uno o más)
particulares, privados. (17).

2.5.2. ACTOS UNILATERALES, BILATERALES Y PLURILATERALES

La distinción radica en el número de manifestaciones de voluntad


que se requieren para la formación del acto jurídico. Si basta una
sola manifestación de voluntad el acto es unilateral, si se requiere de
la conjunción o confluencia de dos manifestaciones el acto es
bilateral, y, si se requieren de más de dos el acto es plurilateral.

Es necesario aclarar que el criterio de distinción vincula la


manifestación de voluntad a la parte o partes que celebran el acto
jurídico y que la parte o las partes no están constituida
necesariamente por un solo sujeto, sino que pueden ser varia. De
este modo, la unilateralidad, la bilateralidad y la plurilateralidad no se
determinan por el número de personas manifestantes de sus
voluntades, sino por el número de partes necesarias para celebrar el
acto jurídico. Por ello, los términos usados en la distinción guardan
conformidad con su significado etimológico, pues derivan del latin
lateralis, lo que está al lado, y así, unilateral viene de ex uno latere,
bilateral de ex duobus lateribus y plurateral de ex pluribus lateribus.

El acto unilateral se forma con la sola manifestación de voluntad de


un sujeto, como por ejemplo el otorgamiento de un testamento, en el
que el acto jurídico se forma con la sola voluntad del testador, que
es la parte única en el acto testamentario.

El acto bilateral se forma con la confluencia de dos manifestaciones


de voluntad, cuyos respectivos manifestantes se constituyen en las
correspondientes partes, como en el contrato de compraventa, que
se forma con la confluencia de las voluntades del vendedor y del
comprado, o, como en el matrimonio, que requiere de la confluencia
de la voluntad de los contrayentes que la manifiestan para
constituirse en cónyuges.

(17) https://jorgemachicado.blogspot.com/2010/07/acto-juridico.html

27
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El acto plurilateral deriva, precisamente, de la noción de contrato,


que contiene el acotado art. 1351 y que ha sido tomada del art. 1321
del Código Civil italiano. En relación al acto plurilateral no existe un
criterio uniforme en la doctrina, pues mientras un sector lo asimila a
los actos bilaterales, otro sector, particularmente la doctrina italiana,
pretende darle una categoría distinta, que es la que ha adoptado
nuestro Código Civil. (18).

En atención a la fuente del acto o negocio plurilateral queremos


explicarla en opinión de autores italianos. Así Messineo (19)
considera el negocio plurilateral como el que resulta de más de dos
declaraciones simultáneas de voluntad y que produce efectos para
todas las partes, caracterizándolo porque las declaraciones de
voluntad van dirigidas por cada partes a cada una de las demás, por
la interdependencia de las declaraciones, por la finalidad propia de
cada declaración – lo que lo distingue del acto unilateral complejo en
el que las declaraciones tienen una finalidad común- y por la
multiplicidad de efectos que produce, los mismos que recaen sobre
todas las partes.

2.5.3. ACTOS RECEPTICIOS Y NO RECEPTICIOS

Los Actos Jurídicos Unilaterales simples, entendidos como tales a


aquellos actos jurídicos que emergen de una sola voluntad, es decir
basta el desprendimiento de la voluntad interna de un sujeto, que al
ser exteriorizada adquiere relevancia jurídica. Éstos a su vez pueden
ser “recepticios” y “no recepticios”.

Recepticios, son aquellos actos unilaterales donde la única


voluntad; tiene un destinatario predeterminado o fijado
expresamente por el declarante y, es precisamente a quien va
encaminados los efectos jurídicos del acto.

Ejemplo: El testamento donde el testador señala en forma expresa a


su hijo heredero a quien se le transmitirá su derecho post morten
(Art. 686° CC.). (20).

(18) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico pág 73


(19) Manual de Derecho Civil y Comercial T. II pág 343
(20) https://andrescusi.blogspot.com/2014/10/actos-juridicos-unilaterales.html

28
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

No Recepticios, aquí la declaración de voluntad única no tiene un


destinatario fijado o señalado en forma taxativa, sino está dirigida a
un conjunto de personas, por lo que podría decir que tiene un efecto
“erga omnes”, es decir hasta determinado universo de persona. Tal
como hemos anotado, la manifestación de voluntad adquiere
relevancia jurídica por el sólo hecho que el declarante se desprenda
de ella y el reconocimiento de un conjunto de personas.

Ejemplo: Actos de disposición sobre el cuerpo humano después de


la muerte, en este acto jurídico una persona dispone por voluntad
propia sobre todo o parte de su cuerpo para que a su fallecimiento
sea utilizado en beneficio de otra u otras, los cuales no están
determinados exactamente por el donante (Art. 8 CC).

2.5.4. ACTOS PATRIMONIALES Y EXTRAPATRIMONIALES

La distinción radica según los actos tengan por contenido intereses


de orden económico, pecuniario o patrimonial, o que no tengan, o
que por lo menos y en los fundamental, su contenido no tenga
relación a tales intereses, como es el caso del matrimonio, le
reconocimiento de un hijo extramatrimonial o la adopción.

Esta clasificación es de gran latitud. Los actos jurídicos, como las


clasificaciones anteriormente consideradas, están dentro de esta
dicotomía, en una u otra, pues o son patrimoniales o son no
patrimoniales.

La gama de actos patrimoniales es mayor que la de los no


patrimoniales, pues comprende a todos los contratos y a los actos
relacionados a los derechos reales, a los creditorios u obligacionales
y a los participatorios, así como a los actos relacionados a los
derechos de familia y sucesorios, cuando tienen una significación
económica o apreciable en dinero. Por ello, dan lugar a las
clasificaciones que siguen. (21).

2.5.5. ACTOS TÍPICOS O NOMINADOS Y ATÍPICOS O INNOMINADOS

La distinción radica según los actos reciban o no un nomen Iuris,


puedan estar o no previstos en la ley y que, como consecuencia de
estar previstos, les sea aplicable un régimen legal determinado. Con
este mismo criterio se distingue también a los actos jurídicos en
típicos y atípicos. (22).

(21) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico pág 77


(22) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico pág 75

29
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Son actos jurídicos nominados, en el Código Civil, por ejemplo el


matrimonio, el testamento, la compraventa, la donación, el mutuo y,
en general, todos los actos jurídicos a los cuales la ley les reserva
un nomen iuris.

Lo mismo no ocurre con los actos innominados, en relación a los


cuales no existe la posibilidad de dar ejemplos pues, como es obvio,
si se les presentara con una nominación dejarían de ser
innominados. Pero es importante destacar que es en los actos
innominados donde se pone de manifiesto, con mayor vigor, la
autonomía de la voluntad, pues quienes celebran un acto jurídico de
estas características determina los efectos que deben producir y sus
alcances.

Tradicionalmente se han considerado como actos innominados a las


convenciones do ut des, do ut fascias, fascio uf des y fascio ut
fascias, que en nuestro Derecho han dejado de ser actos
innominados pues el Código Civil las considera modalidades de la
prestación de servicios y las ha sometido a su régimen legal (art.
1757). Sin embargo, el mismo Código Civil ha presito la existencia
de contratos innominados y los somete a las reglas generales de los
contratos (art. 1353). (23).

2.5.6. ACTOS INTER VIVOS Y MORTIS CAUSA

La distinción radica según el acto jurídico deba producir sus efectos


en vida de las personas que lo celebraron o al producirse su muerte.
Los actos por causa de muerte, en realidad, se resumen en el acto
testamentario, pues todos los demás actos jurídicos son entre vivos.

Es necesario precisar que los actos mortis causa no son aquellos


que se hacen depender del fallecimiento de una persona, como
podría ser, por ejemplo, un contrato de seguro de vida, pues este
acto produce sus efectos desde su celebración, ya que el asegurado
debe pagar la prima estipulada y es a su muerte que el asegurador
debe pagar el monto del seguro a los beneficiarios designados. Por
ello, sólo debe entenderse como acto mortis causa cuando la muerte
es la generadora de todos los efectos jurídico, es decir, cuando éstos
se producen como consecuencia de tal acontecimiento. De ahí, que
el acto testamentario sea el único acto mortis causa, pues con dicho
acto el testador dispone de sus bienes y ordena su propia sucesión
dentro de los límites de la ley, pudiendo además dictas otras
disposiciones, sean o no de carácter patrimonial (art. 686 del Código
Civil). (24).

(23) (24) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico pág. 74 - 75

30
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

2.5.7. ACTOS FORMALES Y NO FORMALES

La distinción radica según que la ley prescriba o no formalidades


para la celebración del acto jurídico. La ley precisa, para
determinados actos el que éstos se revistan de una formalidad.
Estos son los actos formales, a diferencia de aquellos para los cuales
la ley no señala formalidades y la adopción de éstas depende de la
voluntad de los celebrantes. Asi son formales el matrimonio y las
donaciones de bienes de valor considerable, porque en uno y otro
caso la ley prescribe formalidades. Son no formales por ejemplo, los
esponsales y las donaciones de escaso valor. A los actos formales
se les llama también actos solemnes y a los no formales se le
denomina además informales. (25).

2.6. ELEMENTOS DEL ACTO JURÍDICO

2.6.1. ELEMENTOS ESENCIALES

Los elementos esenciales, los essentiala negotil, son los


componentes imprescindibles que le dan carácter definitorio al acto
jurídico, o sea, que han de estar presentes para que el acto jurídico
alcance existencia jurídica, sin que la autonomía de la voluntad
pueda soslayarlos o enervarlos. Todo acto jurídico los necesita como
requisitos para su validez y eficacia.

Pero, además, es necesaria la presencia de otros elementos que son


también esenciales, pero en relación a cada acto jurídico en
particular. Estos elementos son los que permiten que el acto jurídico
abstracto se convierta en un acto jurídico concreto y para que éste
pueda alcanzar su nominación y diferenciarse de los demás.
Enneccerus (26), por eso, considera elementos esenciales tanto a los
que integran el negocio en abstracto como a los que hacen del
mismo un negocio de una especie determinada y sin los cuales no
haría negocio o el negocio sería de otra especie.

De lo expuesto, deben distinguirse dos clases de elementos


esenciales los de carácter general y los de carácter especial. Los
primeros son imprescindibles en la formación del acto jurídico y su
presencia es indispensable en la generalidad de los actos jurídicos;
los segundos, lo son para cada acto jurídico en particular, para que
adquieran su concreción, por lo que también se les llama elementos
constitutivos.

(25) Vidal Ramírez, Fernando. Teoría General del Acto Jurídico. Pág. 60 - 61
(26) Tratado de Derecho Civil T. I. Parte General II. Vol. II, Pág. 600

31
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

2.6.2. ELEMENTOS NATURALES

Los elementos naturales, los naturalia negotil, son los que están
ínsitos en la naturaleza de un acto concreto y determinado, de
manera tal que el Derecho Objetivo se los atribuye aun cuando las
partes no los hayan incluido. Su presencia en el contenido de un acto
jurídico concreto y determinado con prescindencia de la voluntad de
las partes es lo que los hace elementos naturales, esto es, que sean
correspondientes a la naturaleza de un acto jurídico, como ocurre
con las obligaciones de saneamiento que, según el Código Civil, son
inherentes a los contratos relativos a la transferencia de la
propiedad, la posesión o el uso de un bien (art. 1484), o, con los
intereses, que son inherentes a los contratos de mutuo dinerario (art.
1663). (27).

A estos elementos la doctrina no los considera ya como


componentes propios de la estructura del acto jurídico. Como señala
Messineo (28), por tradición se les suele considerar, pues no son
verdaderos y propios elementos, sino más bien efectos implícitos de
determinados negocios. Según coviello (29), son las consecuencias
que derivan de la misma naturaleza jurídica de un negocio
determinado establecidas por la ley.

No obstante que es la ley la que reconoce la presencia de estos


elementos, la autonomía de la voluntad tiene un amplio margen,
pues las partes pueden separarlos del contenido del acto jurídico sin
que su separación afecte su validez, como puede ocurrir con las
obligaciones de saneamiento (art. 1489) o con los intereses de
mutuo (art. 1663).

Los elementos naturales se diferencian de los elementos esenciales


en que estos deben concurrir necesaria e imprescindiblemente en la
formación del acto jurídico, lo que no ocurre con los elementos
naturales, los cuales, como acabamos de ver, son separables sin
que su separabilidad afecte la validez y existencia del acto jurídico.

El desarrollo de estos elementos no corresponde a la Teoría del Acto


Jurídico y por eso no los vamos a seguir considerando.

(27) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 84-85


(28) Manual de Derecho Civil y Comercial T.II pág. 356
(29) Doctrina General del Derecho Civil pág. 364.

32
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

2.6.3. ELEMENTOS ACCIDENTALES

Los elementos accidentales, los accidentalia negotil, son


incorporados al acto jurídico por voluntad de las partes, en ejercicio
de su autonomía, pero siempre que no se desvirtúe la esencia o
naturaleza del acto y no exista prohibición de la ley. Por eso, los
actos jurídicos a los cuales se pueden incorporar estos elementos
vienen a ser los actos modales.

Los elementos accidentales se diferencian tanto de los elementos


esenciales como de los elementos naturales, precisamente porque
son ajenos al acto jurídico, tanto por no requerirlos para su existencia
y validez como por no ser ínsitos a su naturaleza, ya que su
presencia en el acto se origina única y exclusivamente en la voluntad
de las partes. Sin embargo, tienen una característica muy propia y
es que una vez incorporados al acto jurídico, si se trata de una
condición o de un plazo, la eficacia del acto les está supeditada, al
extremo que se convierten en requisitos para que el acto jurídico
produzca sus efectos, por lo que es acertado el apunte de Cifuentes
(30) en cuanto los califica como elementos accidentales in abstracto
con respecto a todos los negocios jurídicos en los cuales es posible
incorporarlos, pero esenciales in concreto, una vez incorporados al
negocio querido. (31).

2.7. LA MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD

La manifestación de la voluntad, esto es, la exteriorización de lo que el


sujeto quiere, es imprescindible para que el hecho jurídico lícito permita la
determinación conceptual del acto jurídico. No basta la licitud, aunque es
imprescindible para que el hecho jurídico voluntario llegue a ser un acto
jurídico pues, además es indispensable que la voluntad se exteriorice, que
se manifiesta. (32).

De lo expuesto se infiere que es de absoluta necesidad la exteriorización


de la voluntad, pues su intimidad es insuficiente y se requiere de su
manifestación a mundo exterior del sujeto, que es el que interesa al
Derecho. La voluntad manifestada viene a ser la voluntad jurígena, al decir
de Abelenda (33). Así, pues, la manifestación, como exteriorización
consciente de la voluntad del sujeto, es la que permite constituir el acto
jurídico. Pero, además, es también imprescindible generar un efecto
jurídico que debe ser el querido y perseguido con la manifestación, ya ésta
debe responder a la voluntad interna del sujeto.

(30) Negocio Jurídico pág. 138


(31) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 85
(32) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 37
(33) Derecho Civil, Parte General T. II, Pág. 264

33
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

2.8. LA CAPACIDAD

Si bien la manifestación de voluntad es la esencia misma del acto jurídico,


la sola manifestación no es suficiente para darle validez y eficacia. Es
necesario que la manifestación emana de un agente o sujeto capaz. La
capacidad se constituye, por ello, en un segundo requisito de validez.

La referencia al agente capaz que hace el Código Civil en el inc. 1 del art.
140 debe entenderse tanto a la persona natural como a la persona jurídica.
De este modo, el requisito de la capacidad está referido también tanto a la
persona natural como a la persona jurídica y abarca tanto la capacidad de
goce como la de ejercicio.

2.9. EL OBJETO DEL ACTO JURÍDICO

La noción del objeto como requisito de validez del acto jurídico por ser,
como se ha advertido, una cuestión sumamente intrincada, compleja y
difícil de desarrollar, nos lleva a acudir a los antecedentes en nuestra
codificación civil.

La teoría del Acto Jurídico fue introducida a nuestra codificación civil por el
Código de 1936 cuyo art. 1075 consideró al objeto como un requisito de
validez refiriéndolo como “objeto licito”, tomando la fórmula del Código Civil
brasileña, El Código Civil de 1852, que la ignoró, se refirió al objeto como
“cosa cierta que se materia del contrato” en el inc. 3 de su art. 1235.

En conclusión, consideramos que el objeto del acto jurídico es la relación


jurídica a la que da creación, regula, modifica o extingue. Toda relación
jurídica vincula a sujetos y entre ellos se dan derechos y deberes y
obligaciones, cualquiera que sea su naturaleza.

Los Caracteres del objeto

 La posibilidad física del objeto. La posibilidad física está referida a la


factibilidad de realización con adecuación a las leyes de naturaleza. Se
trata de una posibilidad material, como la existencia o posibilidad de
existir de los derechos y deberes u obligaciones inherentes a la relación
jurídica que vincula a los sujetos. Esta característica tiene que ser
positiva o afirmativa.

 La posibilidad jurídica del objeto. Está referida a la conformidad de la


relación jurídica con el ordenamiento jurídico. Se le suele confundir con
la licitud, pero son concepto diferentes: la licitud es lo que guarda
conformidad con el ordenamiento legal, el cual queda comprendido en
un concepto más amplio como el del ordenamiento jurídico, pues

34
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

comprende los principios generales que inspiran la idea del orden público
y que se integra con la jurisprudencia, la costumbre y la doctrina.

 La determinabilidad del objeto. Esta referida a la posibilidad de


identificación de los derechos y deberes u obligaciones inherentes a la
relación jurídica que vincula a los sujetos. Como ya hemos advertido, el
objeto del acto jurídico puede ser determinado o cuando menos
determinable. Es determinado cuando los derechos y los deberes u
obligaciones están identificados en el momento de la celebración del
acto, como cuando se adquiere el derecho de propiedad con la
obligación de pagar el precio pactado. Es determinable, cuando los
derechos y los deberes u obligaciones no están identificados en el
momentos de la celebración del acto jurídico, pero existe la posibilidad
de identificarlos, como en el caso de un compraventa en la que
determinación del precio se confía a un tercero (art. 1544 del Código
Civil). (34).

2.10. LA CAUSA FIN

La palabra “causa” tiende dos acepciones:

1. Como fuente de las obligaciones o sea los presupuestos de hecho


donde surgen las diferentes obligaciones legales (por ej. Contratos,
hechos ilícitos, etc.) y;
2. Se refiere al fin que las partes tuvieron al contratar.

Para Mazeaud, la causa de un acto jurídico, es el motivo que ha empujado


a su autor a efectuarlo. Es lo que se denomina la “causa concreta o móvil”.
Para Bonnecase, la causa es “el fin abstracto rigurosamente idéntico, en
cada categoría del acto jurídico, que fatalmente persigue el autor del acto
de acuerdo con la caracterización que del mismo hace ley.

El problema se presenta en saber si la causa es o no, un elemento


independiente y esencial de los actos jurídicos.

BORDA sustenta un concepto subjetivo del tema, es decir, que la causa


estaría integrada, por todo lo que ha dado lugar al nacimiento del sujeto,
siempre y cuando que dicha finalidad se encuentre incorporada en forma
expresa o implícitamente al acto mismo. En cualquier acto de libertad, la
causa se encuentra en ese ánimo liberal y la razón por la cual ese acto
gratuito se realiza. (35).

(34) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 118


(35) Jesús Antonio Rivera Oré y Pedro Bautista Toma. Manuel del Acto Jurídico, Pág. 21
– 22

35
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Cuál es definición de acto jurídico?

2) ¿Cuáles son los efectos del acto jurídico?

3) ¿Cuál es la clasificación de los actos jurídicos?

4) ¿Cuál es la diferencia entre derecho privado y derecho


público?

5) ¿Cuál es la diferencia entre actos patrimoniales y extra


patrimoniales?

6) ¿Qué son los elementos naturales?

7) ¿Qué son los elementos accidentales?

8) ¿Qué es la manifestación de la voluntad?

9) ¿Cuál es el objeto del acto jurídico?

10)¿Qué es la causa fin?

36
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

TERCERA UNIDAD

FORMAS DEL ACTO JURÍDICO

COMPETENCIAS:

1. Reconoce la forma del Acto Jurídico


2. Identifica el principio de libertad de la forma
3. Reconoce la forma ad probationem y ad solemnitatem

37
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

3.1. PRINCIPIO DE LIBERTAD DE LA FORMA

Este principio dicta que las partes de un negocio jurídico pueden escoger
la forma que deseen para la celebración de su contrato, a menos que la ley
diga lo contrario. Así, en un ordenamiento subsisten formas facultativas y
formas obligatorias. Cuando la ley designa una forma como obligatoria, lo
cual en el ordenamiento peruano se distingue por estar expresamente
indicado en el texto: “bajo sanción de nulidad”, se dice que la forma es ad
solemnitatem. Cuando, por el contrario, la ley no señala que exista una
forma específica necesaria para la validez del negocio jurídico, se dice que
la forma es ad probationem. (1).

3.2. FORMA AD PROBATIONEM Y AD SOLEMNITATEM

La forma documental tiene la ventaja de facilitar la prueba tanto de la


existencia del acto jurídico como del contenido de la manifestación de
voluntad, siendo esta la función fundamental de la forma. Pero, como
también lo hemos dejado expuesto, en algunos casos, la forma es
consustancial al acto jurídico y el único modo de probar su existencia y
contenido es el documento mismo. En estos casos la forma es ad
solemnitatem, pero cuando la forma cumple sólo la función probatoria, son
restringir la probanza al documento por no serle consustancial al acto
jurídico y admite prueba distinta a la de la forma utilizada, la forma es ad
probationem.

La distinción de la forma en ad probationem y en ad solemnitatem es, pues,


fundamental, por cuanto el Código Civil dispone una u otra cuando
prescribe forma para la celebración de un acto jurídico. La distinción se
infiere del texto del art. 144 y de su interpretación contrariu sensu.

En efecto, la indicación de la forma ad probationem aparece nítida en el


acotado art. 144, según el cual “cuando la ley impone una forma y no
sanciona con nulidad su inobservancia, constituye sólo un medio de
prueba de la existencia del acto”, y, por interpretación contrariu sensu la
de la forma ad solemnitatem, en cuya virtud el mismo texto puede leerse:
“cuando la ley impone una forma y sanciona con nulidad su inobservancia,
no constituye sólo un medio de prueba de la existencia del acto".

La norma fue propuesta por Manuel de la Puente y Susana Zusman en su


ponencia, ante la Comisión Reformadora (2), quienes en su Exposición de
Motivos (3) expresaron que siendo conocida la dificultad para determinar
cuándo tenía carácter ad solemnitatem, la norma que proponían optaba por
establecer que la forma tiene, como regla general, carácter ad probationem
y que sólo cuando la ley sanciona con nulidad la inobservancia de la forma
ésta tiene carácter ad solemnitatem, pues “conviene defender lo más
posible la existencia del acto jurídico y evitar que defectos de forma, que

38
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

en muchos casos son de importancia secundaria, puedan dar lugar a la


invalidez del acto. En consecuencia, cuando el legislador quiera que el
incumplimiento de la forma de lugar a la nulidad del acto jurídico, deberá
decirlo así expresamente en el texto legal. Si no lo hace, la forma servirá
para probar la existencia del acto”.

El art. 144 del Código Civil constituye, pues, una regla general y ella se
refleja, nítidamente, en el art. 1352 que, cuanto a la forma de los contratos,
precisa: “los contratos se perfeccionan con el consentimiento de las partes,
excepto aquellos que, además, deben observar la forma señalada por la
ley bajo sanción de nulidad”.

(1) http://www.parthenon.pe/diccionario-juridico/principio-de-libertad-de-forma/
(2) Código Civil Peruano. Compilación de Delia Revoredo T.I. 143 y 144
(3) Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil T. II pág. 49

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Qué es una forma?

2) ¿Qué es el acto jurídico?

3) Qué son las formas del acto jurídico?

4) ¿Cuáles son las formas del acto jurídico?

5) ¿Qué es el principio de libertad de la forma?

6) ¿Qué es la forma adprobationem?

7) ¿Qué es la forma solemnitatem?

8) ¿Cuál es la diferencia entre la forma adprobationem con


la forma solemnitatem?

9) ¿Qué prueba la forma documental?

10) ¿En qué artículo se regula la forma del acto jurídico?

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUARTA UNIDAD

REPRESENTACIÓN

COMPETENCIAS:

1. Reconoce la facultad y origen de la representación.


2. Reconoce la importancia de la representación
3. Reconoce los tipos de poderes y su disposición

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

La representación, con abstracción de las instituciones de Derecho


Familiar y del contrato de mandado, puede ser conceptuada como una
figura típica y autónoma, en virtud de la cual una persona, que viene a ser
el representante, celebra uno o más actos jurídicos en cautela de los
intereses de otra, que viene a ser el representado. Es más, el concepto
puede simplificarse pues el simple actuar de una persona pro otra
configura una representación. (1).

4.1. FACULTAD Y ORIGEN DE LA REPRESENTACIÓN

La representación, tal como se le entiende en el Derecho Moderno, no ha


sido una elaboración del Derecho Romano que sólo la admitió
excepcionalmente. Como ha escrito Hupka, citado por Sánchez Urite (2):
“Si el Derecho Romano hubiera prestado reconocimiento a la
representación en general, la mano maestra de los jurisconsultos romanos
nos hubiera trasmitido con toda seguridad una teoría de la representación
tan cuidadosa como finalidad elaborada”. Sin embargo, los orígenes de la
representación están el Derecho Romano.

Como se sabe, en el derecho romano las personas, en el ámbito familiar,


eran sui juris o alieni juris. Las primeras, las sui juris, eran las personas
libres de toda autoridad y dependientes de ellas mismas, siendo llamadas
pater familias, cuyo título además de implicar el derecho a un patrimonio
implicaba, adicionalmente, la paria potestad, la manus maritalis y la
autoridad sobre todos los miembros de la familia y esclavos. Alieni juris
eran las personas sometidas a otra, que ejercía los poderes anteriormente
mencionados.

El sometimiento de los alient juris es el origen de la patria potestad, de la


tutela y de la curatela, que son instituciones de amparo familiar que
conllevan la representación por imperativo de la ley de los menores y de
los interdictos, así como el origen remoto de la representación de la
sociedad conyugal, que la codificación civil ha receptado.

Los siu juris no sólo podían hacer valer sus derechos por si mismos sino
que deban así hacerlo. Como explica Petit (3), no podrán adquirir ni
obligarse más que por sí mismos y, si en uso de sus facultades
encargaban a otro la concertación de sus negocios, configurándose el
contrato de mandato, el sui juris era mandante al que quedaba cometido
el mandatario pero, sin embargo y pese a la relación entre mandante y
mandatario, los terceros con los que se celebraba el acto jurídico sólo
quedaban vinculados al mandatario, pues el contrato de mandato no
generaba representación.

(1) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico pág. 177


(2) Mandato y Representación, pág. 12
(3) Tratado Elemental de Derecho Romano pág. 415

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El contrato de mandato, tal como se le concibió en Roma, era un encargo


del mandante que requería de la aceptación del mandatario para la
celebración de uno o más actos jurídicos. El mandatario concluía el
negocio con el tercero, pero era él quien adquiría los derechos y contraía
las obligaciones, necesitando de un acto jurídico posterior para transmitir
dichos derechos u obligaciones al mandan, quien a su vez lo desligaba de
responsabilidad frente a los terceros con los cuales había celebrado los
actos o negocios jurídicos. El contrato de mandato no generaba, pues,
una representación en virtud de la cual la mandan quedaba vinculado al
tercero por los actos de su mandatario. Por eso, la necesidad práctica de
la representación la fue imponiendo.

Según Arauz Castex y Llambias (4), en el Derecho Romano, en un primer


momento, para llenar la necesidad que satisface la representación se
recurrió a un doble acto: el primero servía para poner los derecho en
cabeza de la persona que obraba en interés de otra, y, el segundo, para
trasladaros del adquirente aparente al verdadero interesado. Pero era un
procedimiento desventajoso, porque al exigir dos operaciones, sucesivas,
que podían estar separadas por largo tiempo, como necesariamente
ocurría si se trataba de menores de edad a la espera de que éstos llegaran
a la mayoría. (5).

A mediados del siglo XIX y por obra de la pandectística alemana se inició


la revisión del mandato y de la representación. Como lo destacan Ospina
y Ospina (6) contra la concepción de los redactores del Código Napoleón
reaccionaron eminentes juristas, como Ihering, quienes declararon que la
representación no es de la esencia del mandato ni tiene necesariamente
un origen contractual. Lo primero, porque el mandatario puede obrar en
su propio nombre, como en el mandato sin representación, caso en el cual
no representa al mandante ni lo obliga respecto a terceros, pues entonces
todos los derechos y las obligaciones producidas por el acto recaen
directamente sobre el mandatario. Lo segundo, porque además de la
representación emanada de un contrato, como el mandato o la sociedad,
también existe la representación legal, impuesta independientemente y
aun en contra de la voluntad del representado, como la que corresponde
al tutor y, en el sentir de lhering y otros, al gestor de negocios.

(4) Derecho Civil Parte General T. II. Pág. 1779


(5) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico Pág. 173
(6) Teoría General de los Actos o Negocios Jurídicos, pág. 346

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

4.2. REPRESENTACIÓN ENTRE CÓNYUGES

La representación legal también opera en la sociedad conyugal. Según el


Art. 292 del Código Civil, “La representación de la sociedad conyugal es
ejercida conjuntamente por los cónyuges, sin perjuicio de los dispuesto
por el Código Procesal Civil. Cualquiera de ellos, sin embargo, puede
otorgar poder a la otra para que ejerza dicha representación de manera
total o parcial. Para las necesidades ordinarias del hogar y actos de
administración y conservación, la sociedad es representada
indistintamente por cualquiera de los cónyuges…”.

Como puede apreciarse, se trata de un caso especial de representación


legal ya que no se da el supuesto de hecho o de derecho que la sustenta,
como en los casos anteriores, en que la representación emana de la ley
por cuanto las personas que van a ser representadas no tienen capacidad
suficiente para celebrar el acto jurídico del que emane la relación
representativa. La hipótesis que plantea el Art. 292 es la de dos personas
capaces, pues los casos de interdicción de uno de los cónyuges, su
desaparición o el abandono del hogar, están previstos en el Art. 294,
casos en los cuales la representación corresponde al otro cónyuge.

Con la representación legal aplicable a la sociedad conyugal se trata, en


suma, de cautelar el patrimonio común de los cónyuges. Por eso, la
representación es conjunta, por cuanto debe ser ejercitada por ambos
cónyuges, salvo los actos jurídicos vinculado a las necesidades ordinarias
del hogar o los actos de administración y conservación, para los cuales la
representación es distinta, es decir, puede ser ejercida por cualquiera de
los cónyuges.

La representación de la sociedad conyugal puede también dar lugar a una


representación voluntaria, pues como hemos advertida, se trata de
personas capaces. A este respecto, el Art. 146 del Código Civil ha previsto
“Se permite la representación entre cónyuges”, en concordancia con
el ya acotado Art. 292, que también ha previsto que cualquiera de los
cónyuges puede dar poder al otro para que ejerza solo la representación,
en todo o en parte.

La representación voluntaria entre cónyuges, prevista en el acotado Art.


146, opera cuando han optado por el régimen de separación de
patrimonios (Art. 397) y sin que nada obste para que la representación le
sea otorgada a un tercero. (7).

(7) https://www.monografias.com/trabajos89/la-representacion/la-representacion2.shtml

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

4.3. PLURALIDAD DE REPRESENTANTES

Figura vinculada pero sustancialmente diferente a la de la pluralidad de


representados, es la de la pluralidad de representantes, que se forma
cuando son varios los sujetos a los que se le ha otorgado la
representación.

La pluralidad de representantes es una situación que se presenta con


frecuencia y por eso el Código Civil le ha prestado mayor atención
determinando la diversa manera como puede operar y estableciendo una
presunción en favor del tercero contratante en aras a su seguridad. El Art.
147 dispone que “Cuando son varios los representantes se presume
que lo son indistintamente, salvo que expresamente se establezca
que actuarán conjunta o sucesivamente o que estén específicamente
designados para practicar actos diferentes”. La norma también fue
propuesta por Carlos Cárdenas Quirós y adoptada, con algunos cambios,
por la Comisión Revisoría (8) y acusa como antecedente al Art. 1642 del
Código Civil de 1936, que la tuvo como norma conformante de la
regulación del contrato de mandato.

Como puede apreciarse, el acotado Art. 147 norma la representación


plural en sus varias modalidades: indistinta, conjunta, sucesiva e
independiente. Por la representación indistinta cualquiera de los
representantes puede celebrar actos representativos. Por la
representación conjunta todos los representantes deben intervenir en el
acto representativo formando el necesario consenso para que exista una
sola voluntad. Por la representación sucesiva, el representado debe haber
establecido el orden en que deben actuar sus representantes y en qué
casos debe funcionar para que le corresponda al que le toca actuar en el
orden establecido. Y, por la representación independiente, cada
representante debe actuar para el negocio representativo para el que ha
sido específicamente designado. (9).

4.4. RESPONSABILIDAD SOLIDARIA

Art. 148 señala que: “Si son dos o más los representantes, estos
quedan obligados solidariamente frente al representado, siempre
que el poder se haya otorgado por pacto único y para un objeto de
interés común”.

El artículo bajo comentario regula la responsabilidad del representante en


el caso que existan más de dos representantes designados. En ese
sentido, la norma establece que si son dos o más representantes y éstos
han sido designados en un único acto y para realizar un acto de interés
común, la responsabilidad de ellos frente al representado y el tercero es
solidaria.

45
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El supuesto de hecho de la norma: la representación conjunta. Analizando


la norma en comentario podemos advertir que el supuesto de hecho exige
que se presenten conjuntamente tres elementos a fin de que se dé la
consecuencia jurídica establecida en la norma: 1) que estemos frente a
dos o más representantes; 2) que el poder haya sido otorgado en un acto
único; y 3) que el poder haya sido otorgado para un objeto de interés
común.

Habiendo ya delimitado que le supuesto de hecho de la norma es el


siguiente: si se ha otorgado representación conjunta, veamos cuál es la
consecuencia jurídica, y la norma dice: éstos quedan obligados
solidariamente frente al representado.

Una primera conclusión que se puede desprender de la sola lectura de la


norma es que se estable la responsabilidad solidaria de los
representantes conjuntos sólo frente al representado, cuando hubiera sido
especialmente recomendable que dicha disposición legal se refiera a la
responsabilidad frente al tercero, no pudiéndose extender dicha
solidaridad frente al tercero de acuerdo a la regla conforme a la cual la
solidaridad no se presume, pues tiene que estar expresamente
establecida en la norma o en el contrato.

Otro aspecto importante es establece a qué obligación se está refiriendo


la norma. En este punto existen dos posibilidades: 1) las obligaciones
asumidas por los representantes al momento de haber aceptado la
representación, y 2) la responsabilidad por los daños y perjuicios por
excederse en las facultades de representación o por ir contra los intereses
del representado. (10).

(8) Código Civil Compilación de Delia Revoredo T.I. pág. 145


(9) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico Pág. 204
(10) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

4.5. REVOCACIÓN DEL PODER

La Revocación es el acto jurídico unilateral recepticio, por medio del cual


el representado extingue la relación jurídica con el representante. Puede
ser expresa o tácita.
Para que sea oponible a terceros hay que inscribir la revocación el
Registro de Mandatos y Poderes o comunicarles esta situación.

El art. 149 del Código Civil, estable que “El poder puede ser revocado
en cualquier momento”. Doctrina nacional sostiene que “la revocación
de poder, al igual que su concesión, es un acto jurídico unilateral y
recepticio”. En orden a esto, su eficacia queda supeditada a que la
decisión y ejecución de la revocación del poder sean puestas en
conocimiento no solo del apoderado, sino de los terceros que pudieran
tener noticia de la existencia de la representación (11). También se
sostiene que es “un poder de extinción o de cancelación de negocios
jurídicos unilaterales”. (12).

La revocación y la renuncia “son expresión de un mismo derecho” que la


ley le reconoce al representante y al representado”, es decir, el derecho
potestativo de apartamiento (receso), que le permite a cada uno de poner
fin a la relación con una manifestación unilateral de voluntad, de la cual,
el otro no puede hacer más que tomar conocimiento y asumir los efectos.
(13).

4.6. REVOCACIÓN TÁCITA DEL PODER

El Art. 151, señala: “La designación de nuevo representante para el


mismo acto o la ejecución de éste por parte del representado,
importa la revocación del poder anterior. Esta produce efecto desde
que se le comunica al primer representante”.

El artículo bajo comentario regula la revocación tácita del poder


contemplando dos supuestos específicos de revocación tácita,
estableciendo además cuándo se producen los efectos de la revocación
tácita. En estricto pues, el artículo bajo comentario contempla las
siguientes normas: 1) Si el representado designa un nuevo representante
para realizar el mismo acto para el cual habría designado un
representante anterior, entonces revoca el poder anterior; 2) Si el
representado celebra el negocio jurídico para el cual había designado
representantes, entonces revoca el poder a que había conferido para la
celebración de dicho acto; 3) Cuando el representado comunique al primer
representante la designación del nuevo se producirán efectos de la
revocación; 4) Cuando el representado comunique al representante que
ha actuado en la celebración del negocio jurídico para el cual lo había
designado, se producen los efectos de la representación.

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Como hemos venido diciendo, los supuestos de hecho de la norma se


ubican dentro de la revocación tácita del poder de representación, razón
por la cual nos remitimos a todo lo expresado acerca de la revocación en
el comentario al artículo 149 del Código Civil. (14).

4.7. COMUNICACIÓN DE LA REVOCACIÓN

El Art. 152, señala: “La revocación debe comunicarse también a


cuantos intervengan o sean interesados en el acto jurídico. La
revocación comunicada solo al representante no puede ser opuesta
a terceros que han contratado ignorando esa revocación, a menos
que ésta haya sido inscrita. Quedan a salvo los derechos del
representado contra el representante”.

La comunicación de la revocación al representante, el artículo en


comentario no establece claramente la necesidad de comunicación de la
revocación al representante; sin embargo, cuando establece que la
revocación debe comunicarse también a los terceros, está dando a
entender que, además de aquellos sujetos a los que dice expresamente
que la revocación se les debe comunicar, existen otros a los que se les
debe poner en conocimiento dicho acto, y es obvio que aunque no lo diga
expresamente se está refiriendo al representante. Solo la norma que hace
referencia a la revocación tácita indica expresamente que la revocación
debe ser comunicada al representante, con lo cual una lectura conjunta
de los artículos 151 y 152 del Código Civil nos debe llevar a establecer
que la revocación debe ser comunica al representante.

Siendo ellos así, corresponde ahora analizar si la revocación es un


negocio recepticio o no. La doctrina no es pacífica sobre este punto en el
derecho comparado. En efectos, en el caso de la doctrina italiana, la
discusión se plantea mucho más arduamente pues no existe en el Codice
Civile de 1942 una norma que de forma expresa exija la comunicación de
la revocación al representante para que ésta surta efectos, como si ocurre
en nuestro caso a raíz de una interpretación de los artículos 151 y 152 del
Código Civil. (15).

(11) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA op. Cit. 237


(12) Rómulo MORALES HERVIAS Estudios sobre Teoría General del Contrato, Grijley,
Lima 2006, 443
(13) Acto Jurídico Negocial - Juan Espinoza Espinoza Pág. 166
(14) (15) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

4.8. PODER IRREVOCABLE

El poder irrevocable es una subgeneridad. Como hemos visto, el acto del


otorgamiento de la representación y el apoderamiento se orientan a la
cautela del interés del representado y por eso éste tiene la facultad de
revocar el poder en cualquier momento. Sin embargo, cuando se trata de
un apoderamiento irrevocable, el interés puede no ser sólo de dominus y
compartirlo con el representante y, aun, con un tercero, lo que implica la
renuncia del representado a ejercer su derecho a la revocación del poder.

El Código Civil se ocupa de la irrevocabilidad del poder en art. 153, según


el cual “El poder es irrevocable siempre que se estipule para un acto
especial o por tiempo limitado o cuando es otorgado en interés
común del representado y del representante o de un tercero. El plazo
del poder irrevocable no puede ser mayor de un año”. La norma no
registra antecedente en el Código Civil de 1936 y se inspira en la
propuesta de Carlos Cárdenas Quirós a la Comisión Revisoría. (16).

4.9. RENUNCIA A LA REPRESENTACIÓN

La relación representativa también puede extinguirse por voluntad


unilateral del representante y tiene su expresión en la “renuncia”. Diez-
Picazo (17) la funda en el intuitus personae y en la confianza, las cuales –
sostiene – juegan recíprocamente en la relación representativa, y que, así
como el representado puede poner término a ella mediante la revocación,
también puede hacerlo el representante mediante la renuncia. La renuncia
viene a ser, pues, una extinción del vínculo representativo por obra de la
exclusiva y libre voluntad del representante, constituyendo también, por
ello, un acto jurídico unilateral que, al igual que el de la revocación, es
también de carácter recepticio. (18).

El Código Civil se ocupa de la renuncia del representante en el Art. 154:


“El representante puede renunciar a la representación,
comunicándolo al representado. El representante está obligado a
continuar con la representación hasta su reemplazo, salvo
impedimento grave o justa causa. El representante puede apartarse
de la representación si notificado el representado de su renuncia,
transcurre el plazo de treinta días más el término de la distancia, sin
haber sido reemplazado”.

(16) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 149


(17) La Representación en el Derecho Privado, pág. 310
(18) Teoría General del Acto Jurídico – Fernando Vidal Ramírez - Pág. 197 – 198

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

4.10. PODER GENERAL Y PODER ESPECIAL

El Art. 155, señala: “El Poder General sólo comprende los actos de
administración. El Poder Especial comprende los actos para los
cuales ha sido conferido”.

El poder es general cuando se confiere al representante el poder de


realizar todos los actos de gestión de los intereses patrimoniales del
representado a los de una determinada actividad. Al referirse al contenido
de poder general, el artículo bajo comentario parece basarse en la clásica
distinción entre actos de disposición y actos de administración, de donde
los actos de administración son entendidos como actos cuya principal
finalidad consiste en la conservación del patrimonio administrado;
mientras que aquellos de disposición son aquellos que influyen
directamente en el patrimonio de una persona para modificarlo, sea
aumentándolo o disminuyéndolo o sustituyéndolo.

El poder es especial cuando se confieren al representante las facultades


de realizar determinados actos jurídicos, los mismos que se encuentra
individualizados o predeterminados en el acto por medio del cual se
confiere el poder. En este caso, debe entenderse que el poder especial
no solo comprende los actos expresamente establecidos en la norma, sino
que también comprende todos los actos necesarios para poder cumplir
con aquellos actos para los cuales el poder ha sido conferido. Si ellos
fuera así, la posibilidad de otorgar un poder especial carecería de sentido,
ya que no podría realizarse la razón por la cual el poder ha sido conferido.
De esta forma entonces, el poder especial comprende a los actos
denominados “instrumentales”, entendiéndose por estos a todos aquellos
actos, se preparatorios o consecuentes cuya realización resulta
indispensable para la completa y exacta realización del encargo. (19).

4.11. PODER PARA ACTOS DE DISPOSICIÓN

El Art. 156 señala: “Para disponer de la propiedad del representado


o gravar sus bienes, se requiere que el encargo conste en forma
indubitable y por escritura pública, bajo sanción de nulidad”.

Este artículo exige que cuando se desee otorgar un poder cuyo objeto sea
la disposición o gravamen de un bien, dicho poder debe constar en forma
indubitable y por escritura pública.
Al hacer referencia al hecho que el poder debe constar en forma
indubitable se está exigiendo que el poder se haya otorgado de forma
expresa y que además, la facultad de disposición o gravamen consten
expresamente conferidas. (20).

(19) (20) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Cuando nos referimos a que el poder debe ser otorgado de forma expresa,
estamos haciendo referencia al hecho de que en estos casos el poder no
puede ser otorgado tácitamente. En efecto, en la medida que el poder es
un negocio jurídico, para su existencia requiere que se haya manifestado
una voluntad, manifestación que, de acuerdo a las normas del propio
Código Civil puede ser expresa o tácita.

4.12. RATIFICACION DEL ACTO JURÍDICO

La ratificación es un acto jurídico unilateral recepticio con el cual se


subsana un acto ineficaz.

El art. 162 del Código Civil estable que:


“En los casos previstos por el artículo 161, el acto jurídico puede ser
ratificado por el representado observando la forma prescrita para su
celebración.
La ratificación tiene efecto retroactivo, pero queda a salvo el derecho
de tercero.
El tercero y el que hubieses celebrado el acto jurídico como
representante podrán resolver el acto jurídico antes de la
ratificación, sin perjuicio de la indemnización que corresponda.
La facultad de ratificar se trasmite a los herederos”

La ratificación “es un negocio unilateral recepticio que tiene por


destinatario al tercero” (21). Se trata, “de un negocio normalmente no
formal, así que es posible que este resulte también de un comportamiento
concluyente del interesado, que implique en concreto “la voluntad de
hacer propio el contrato” concluido por el pseudo-representante” (22). Otro
sector de la doctrina la define como un “negocio unilateral mediante el cual
el interesado atribuye eficacia en la propia esfera al acto cumplido por el
representante sin poderes” y, en un sentido general, como la “asunción
por parte de un sujeto de los efectos de un acto que otro sujeto ha
cumplido en su nombre sin ser previamente autorizado”. (23).

Doctrina nacional entiende que la ratificación es un negocio jurídico “que


deriva de una declaración de voluntad unilateral – y que no requiere la
aceptación de una tercera persona – por el cual alguien consiente en
asumir la posición jurídico y los derechos u obligaciones que a dicha
posición correspondan y que un tercero hubiera creado para él declarando
ante otra persona que actuaba en su nombre y representación” ( 24).

(21) Ugo NATOLI, op, cit. 128


(22) Ugo NATOLI op. Cit. 129
(23) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, oop. Cit. 228
(24) Acto Jurídico Negocial - Juan Espinoza Espinoza Pág. 162

51
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

4.13. VICIOS DE LA VOLUNTAD EN LA REPRESENTACIÓN

El Art. 163 del CC., señala: “El Acto Jurídico es anulable si la voluntad
del representante hubiere sido viciada. Pero cuando el contenido del
acto jurídico fuese total o parcialmente determinado, de modo
previo, por el representado, el acto es anulable solamente si la
voluntad de éste fuere viciada respecto de dicho contenido”.

Todo acto jurídico de apoderamiento genera en la persona del


representante la detentación del interés del poderdante, por lo tanto se
produce un fenómeno de abstracción en virtud del cual el representante
pierde su individualidad frente al tercero, para ser considerado la
proyección de la personalidad e intereses del poderdante.

Si bien es cierto ocurre tal fenómeno, debemos recalcar que la actuación


del representante se sustentará en los criterios por éste considerados
dentro de los límites y alcances del interés del representado. Es este
elemento el que hace diferente al apoderamiento del nuncio en tanto en
el segundo de los señalados el sujeto actúa como boca de otro sujeto, sin
la autonomía requerida en toda relación representativa. Así nos indica
RUGGIERO respecto al tema en cuestión: “Representante no es efecto,
el nuneius a quien una persona confía el encargo de comunicar a otros su
propia declaración; éste es un simple órgano de transmisión de la
declaración ajena, un instrumento cómodo equiparable a otro medio
cualquiera material de que nos servimos para comunicar a distancia
nuestra voluntad, como el correo o el telégrafo”. (25).

4.14. PRESUNCIÓN DE REPRESENTACIÓN

El Art. 165 del CC, señala: “Se presume que el dependiente que actúa
en establecimientos abiertos al público tiene poder de
representación de su principal para los actos que ordinariamente se
realizan en ellos”.

Nos encontramos ante el supuesto conocido como “representación de


hecho”, Figuera que, en nuestro parecer, constituye una aplicación del
principio de protección y tutela de la confianza ajena, reconocido por
nuestro ordenamiento a través de un análisis constructivo de la disciplina
negocial específica (Ej. Error, dolo, simulación, etc.), y cuya operatividad
implica una conceptuación que, aunque fuera preliminar, nos permita
entrever tanto los requerimientos necesarios para su actuación particular,
como los criterios para distinguirlo de otros principios tales como el
principio de la apariencia y el de la buena fe.

(25) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

52
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El principio de la confianza, en términos estrictos, puede conceptuarse


como aquel que tiende a la protección de un estado de fiducia en un hecho
jurídico o, más ampliamente, en un hecho relevante para la formación de
un supuesto concreto apto para modificar situación jurídicas el que
notoriamente comprende al negocio jurídico. Cuando un sujeto ocupa una
posición, que según las circunstancia, hace deducir a los terceros que se
encuentra legitimado para actuar en representación de una empresa, es
obvio que ello genera una fiducia en los eventuales clientes pro las
operaciones cotidianas que aquella desarrolla; fiducia (confianza) que
debe ser protegida por el ordenamiento a fin de tutelar, en este caso
indirectamente la seguridad en el tráfico jurídico. (26).

4.15. ACTO JURÍDICO CONSIGO MISMO

El Acto Jurídico consigo mismo es una figura sui generis vinculada a la


representación directa con poder y es por esta razón que ahora
planteamos su desarrollo. Se configura cuando el representante, en
ejercicio del poder que se le ha conferido, celebra un acto jurídico en
nombre de su representado y se constituye, a su vez, en contraparte por
interés propio, o, cuando teniendo dos representados celebra el acto
jurídico en interés de ambos.

Se trata, pues, de una figura constituida por un acto bilateral en el que las
manifestaciones de voluntad que deben confluir emanan del mismo sujeto
que ejerce la representación: de un lado la voluntad manifestada en el
ejercicio de la representación y, de otro, la suya en interés propio, o, de
las manifestaciones de voluntad en intereses de dos representados. Así,
por ejemplo, si el representante tiene facultad de vender un bien de
propiedad de su representado y él lo compra, o si, teniendo la
representación del vendedor adquiere el bien a nombre de otro
representado.

La figura a la que le hemos dado el nomen iuris de acto jurídico consigo


mismo y que, como hemos indicado, tiene como antecedente el
tradicionalmente denominando autocontrato, que se configuraba cuando
quien tenía el poder celebraba, como contraparte, el contrato con el
poderdante, y la doble representación, que se configuraba cuando un solo
sujeto tenía la representación de dos representados haciéndoles celebrar
un acto jurídico con su sola intervención y voluntad. (27).

(26) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico
(27) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico pág. 218

53
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El Código Civil ha fusionado el autocontrato y la doble representación


legislándolos en el art. 166. “Es anulable el acto jurídico que el
representante concluya consigo mismo, en nombre o como
representante de otros, a menos que la ley lo permita, que el
representando lo hubiese autorizado específicamente, o que el
contenido del acto jurídico hubiera sido determinado de modo que
excluya la posibilidad de un conflicto de intereses. El ejercicio de la
acción le corresponde al representado”.

4.16. PODER ESPECIAL PARA REPRESENTACIÓN LEGAL

El Art. 167 del CC, señala: “Los representante legales requieren


autorización expresa para realizar los siguientes actos sobre los
bienes del representado:
1. Disponer de ellos o gravarlos.
2. Celebrar transacciones.
3. Celebrar compromiso arbitral.
4. Celebrar los demás actos para lo que la ley o el acto jurídico
exigen autorización especial.”

Cuando nos referimos a la representación legal estamos aludiendo, de


acurdo a PUIG PEÑA (28), a aquella conferida por el ordenamiento jurídico
a determinadas personas que, por una posición familiar o por un cargo u
oficio actúan en nombre de otras que están incapacitadas o
imposibilitadas para asumir derechos u obligaciones, o para ejecutarlos
con su actuación directa.

De acuerdo a STOLFI (29), el calificativo de legal no se utiliza para indicar


que la designación del representante sea siempre hecha por la ley, sino
que las personas sometidas a ella necesitan para sus negocios jurídicos
de la intervención de una persona física que preste el consentimiento en
su lugar.

(28) PUIG PEÑA Federico. Compendio de Derecho Civil español. Pamplona, 1971
(29) STOLFI, Giuseppe. Teoría del negocio jurídico. Madrid 1959

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Cuál es el origen de la representación?

2) ¿Cómo es la representación entre cónyuges?

3) ¿Cómo es la pluralidad de representantes?

4) ¿Qué es la revocación de poder?

5) ¿Qué es la revocación tácita del poder?

6) ¿Qué es el poder irrevocable?

7) ¿Cuál es la diferencia entre poder general y poder


especial?

8) ¿Qué es la ratificación del acto jurídico?

9) ¿Cuáles son los vicios de la voluntad en la


representación?

10) ¿Qué es el acto jurídico consigo mismo?

55
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

56
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

QUINTA UNIDAD

INTERPRETACIÓN DEL ACTO


JURÍDICO

COMPETENCIAS:

1. Analiza la interpretación del acto jurídico y su aplicación


2. Reconoce que la interpretación del acto jurídico es la técnica
dirigida al conocimiento del contenido del acto.
3. Identifica la interpretación objetiva, sistemática y finalista.

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

5.1. INTERPRETACIÓN OBJETIVA

El Art. 168 del CC, señala: “El acto jurídico debe ser interpretado de
acuerdo con lo que se haya expresado en él y según el principio de
la buena fe”.

Los criterios de interpretación enunciados por la ley pueden ser


clasificados en dos tipos: criterios de interpretación subjetiva que se basan
en la investigación de la intención de los actos, y llamados de
interpretación objetiva que se apoyan en elementos objetivos. Al respecto
nuestro Código ha definido una posición que no admite vacilaciones,
señalando que lo manifestado es, en línea de principio, lo que determina
el sentido y contenido del acto. Así, las relaciones entre la voluntad y su
manifestación se rigen por lo declarado. (1).

5.2. INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA

El Art. 169 del CC, señala: “Las cláusulas de los actos jurídicos se
interpretan las unas por medio de las otras, atribuyéndose a las
dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas”.

La Interpretación Sistemática, que algún sector de la doctrina prefiere


llamar de la “totalidad” del negocio jurídico, implica que la labor
hermenéutica no debe agotarse en una clausula determinada del contrato,
o del negocio, sino en su relación con otras, entendiendo las partes del
mismo, no como una sumatorio del todo, sino como una unidad funcional.

La interpretación sistemática implica diferenciar qué parte es


indispensable para la reconstrucción de “lo expresado” o de “la común
intención de las partes”, de aquellos que es simplemente superfluo. (2).

5.3. INTERPRETACIÓN FINALISTA

El Art. 170 del CC, señala: “Las expresiones que tengan varios
sentidos deben entenderse en el más adecuado a la naturaleza y al
objeto del acto”.

La interpretación jurídica es una actividad dirigida a reconstruir el


significado de atribuir a fuentes de valoración jurídica. Fuentes de
valoración jurídica son las normas jurídicas puestas en virtud de una
competencia normativa. Objetos de valoraciones jurídicas son las
declaraciones, los comportamientos y los documentos que se manifiestan
en el ámbito socioeconómico cultural disciplinario por el Derecho positivo.

(1) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-juridico
(2) Juan Espinoza Espinoza - Acto Jurídico Negocial - Pág. 231

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Es así que interpretar causalmente el negocio jurídico implica analizar la


economía o la patrimonialidad del negocio en concreto mediante la causa.
La operación hermenéutica individual y causalista está dirigida a hacer
congruente el negocio con su función concreta. (3).

(3) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-juridico

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Qué entiendes por interpretación?

2) ¿Qué es la interpretación del acto jurídico?

3) ¿Qué es la interpretación objetiva?

4) ¿Qué es la interpretación sistemática?

5) ¿Qué es la interpretación finalista?

6) ¿Cuál es la diferencia entre interpretación objetiva con la


interpretación finalista?

7) ¿Cuál es la diferencia entre interpretación objetiva con la


interpretación sistemática?

8) ¿Cuál es la diferencia entre interpretación sistemática con


la interpretación finalista?

9) ¿En qué artículo del Código Civil se regula la


interpretación sistemática?

10) ¿En qué artículo del Código Civil se regula la


interpretación finalista?

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

SEXTA UNIDAD

MODALIDADES DEL ACTO


JURÍDICO

COMPETENCIAS:

1. Reconoce que las modalidades del acto jurídico son cierto


elementos accidentales que modifican los efectos normas
del acto-
2. Analiza la incertidumbre y la futuridad
3. Reconoce las clases de condiciones

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.1. LA CONDICIÓN

Para delimitar el concepto de la condición como modalidad del acto jurídico,


es preciso considerar que la condición, como vocablo jurídico, deriva del
latín conditio, que es indicativo de cualidad, índole, situación y hasta de
cláusula de un contrato. De ahí, que le atribuyan o se le usen en distintos
significados y sentido, y que, como advierte Coviello (1), se utiliza para
indicar cosas diversas, como las circunstancias de hecho que deben
realizarse para la aplicación de una ley, los requisitos de un negocio jurídico
y, también la contraprestación de un contrato oneroso o las clausulas o
pactos que forman el contenido principal y necesario de un negocio.
También es usado como indicativo de una situación jurídica, que Arauz
Castex y Llambías (2), la refieren a la “condición jurídica de las personas”,
y aludir así a la situación general de ellas ante el Derecho como, por
ejemplo, la condición de la mujer casada, la condición de los extranjeros o
la condición de los incapaces. (3).

6.1.1. CONDICIONES PROPIAS E IMPROPIAS

Las condiciones pueden ser propias o impropias y éste es el


nombre con el que actualmente se les conoce, pues eran las que
en el Derecho Romano se conocieron como posibles y lícitas y
como imposibles e ilícitas. Por eso como explicó León Barandiarán
(4), las condiciones impropias son las que conciernen a
acontecimientos ilícitos o imposibles, de suerte que son
condiciones propias las referentes a sucesos lícitos y posibles.
Pero hay que tener cuidado al aplicar el criterio de distinción: una
condición consistente en un hecho físicamente necesario, es decir,
un evento que no puede dejar de ocurrir, es también una condición
impropia, pues ya hemos visto que una de las características de la
condiciones la de ser un hecho incierto.

La condición propia, por la acotación que acabamos de hacer, es


la que consiste en un hecho, evento, suceso, acontecimiento futuro
e incierto, siendo la incertidumbre una nota distintiva de gran
importancia. De ahí que lo que necesariamente tiene que ocurrir,
como la llegada del día después de la noche, al igual que lo que es
imposible de ocurrir, como una nueva salida del sol al llegar la
noche, por su certeza, no puede configurar una condición propia.

(1) Doctrina General del Derecho Civil pág. 471


(2) Derecho Civil Parte General T.II. Pág. 191
(3) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico Pág. 277
(4) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico Pág. 287

62
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

La posibilidad, es decir, que el hecho pueda o no realizarse, es lo


que configura la condición propia. Pero, además, la condición
propia requiere de la licitud y de la posibilidad jurídica, todo lo cual
permite su inserción en el acto jurídico y constituirla en una
limitación en cuanto la producción de sus efectos.

El Código Civil sólo legisla, de manera explícita, sobre las


condiciones impropias no haciéndolo respecto de las condiciones
propias por ser innecesario, pues lo hace implícitamente desde que
éstas son las susceptibles de pactarse al ser las contrarias a las
impropias. (5).

6.1.2. REQUISITOS

Los requisitos de eficacia o modalidades del acto jurídico pueden


ser legales o voluntarios. Las modalidades legales no son
elementos accesorios o accidentales, sino que tienen que concurrir
necesariamente para que el acto sea eficaz.

El plazo puede ser impuesto por la Ley, por ejemplo, el Art. 1432
prescribe que el contrato puede estar impuesta por la ley (condición
legal o conditio iuris), cuando la misma ley subordina la eficacia del
acto a la verificación de un evento incierto y futuro por ejemplo, el
art. 1564 establece que el contrato venta de bien futuro está sujeto
a la condición suspensiva de que el bien llegue a tener existencia;
el art. 1572 dispone que la compraventa a prueba se considera
hecha bajo la condición suspensiva de que el bien tenga las
cualidades pactadas o sea idóneo para la finalidad a que está
destinado. La condición y el plazo legal son elementos esenciales
del acto jurídico.

Las modalidades voluntarias son elementos accesorios o


accidentales, no se precisa de su concurrencia para que el acto
produzca sus efectos, salvo que las partes lo hayan dispuesto así
para un acto concreto.

Al acto jurídico al cual se le ha añadido una modalidad se le


denomina “acto modal”, que se contrapone al “acto jurídico puro”
(pururm), libre de modalidades. (6).

(5) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico Pág. 288


(6) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidades-
acto-juridico2.shtml

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Veamos algunos ejemplos. A transferirse gratuitamente a B la


propiedad de un bien, éste es un contrato de donación puro. A se
obliga a donar un bien a B si es que ésta opta su título profesional
el próximo mes de diciembre; éste es un contrato de donación bajo
condición. A donde a B cincuenta cabezas de ganado, obligándole
a entregar diez cabezas de ganado por mes; éste es un contrato
de donación sujeto a plazo. A donde a B una casa, con la obligación
del donatario B de pagar una pensión mensual a C por un año; ésta
es una donación con cargo.
La declaración de voluntad modal es un menos aplica que a la
declaración de voluntad puro. Es que con las modalidades del acto
jurídico una de las partes pone límites a los efectos de su
declaración de voluntad, haciendo que dichos efectos dependan de
un evento incierto y futuro (condición), o que esos efectos se
produzcan desde o hasta un momento determinado (plazo), o se
limita el valor de una atribución patrimonial gratuita (cargo).
Las modalidades no se pueden añadir a todo tipo de actos jurídicos,
pues hay actos que por razones de intereses superiores, de
estabilidad, seguridad, o morales son esencialmente puros y de
eficacia inmediata y definitiva. Zona actos que se quieren
puramente o no se quieren, como por ejemplo, el matrimonio, el
reconocimiento de hijo, la adopción; otros son puros por mandato
expreso de la ley, como la aceptación y renuncia de la herencia que
no pueden estar sujeta a condición, ni a término (art. 677).

6.1.3. LA INCERTIDUMBRE

La incertidumbre es la que determina el estado dependencia, pues


no sabe si la condición se cumplirá o no se cumplirá de tal modo
que es incierta la existencia o la extinción de las consecuencias del
acto.

No es relevante que sea cierto o incierto el momento en el cual


debe verificarse el evento puesto como condición; pero si la
verificación del evento futuro puesto como modalidad fuese seguro,
habrá plazo y no condición. Cuatro son los casos clásicos:

 Dies incertus an, incertus quando (ejemplo, el día del


matrimonio).
 Dies incertus an, certus quando (ejemplo, cuando adquiera su
mayoría de edad; esto es, cuando cumpla dieciocho años).
 Dies certur an, incertur quando (ejemplo, cuando muera)
 Dies certur an, certur quando (ejemplo, el 28 de Julio del año
dos mil).

64
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

De estos cuatros casos, los dos primeros son hipótesis de


condición, y los dos últimos establecen un plazo.

La incertidumbre puede ser objetiva o subjetiva. En su aceptación


objetiva, la incertidumbre no depende del conocimiento del agente,
sino, de la misma naturaleza del evento puesto como condición; el
evento es de realización insegura para todos. En su noción
subjetiva el cumplimiento de la condición es inseguro solamente
para los otorgantes del acto; se admite el hecho pasado cuya
existencia ignoren las partes, puede ser condición.

La doctrina y la legislación predominante adoptan la aceptación


objetiva, la incertidumbre no depende del conocimiento o
desconocimiento del agente, sino de la misma naturaleza del
evento puesto como condición; el evento es de realización insegura
para todos. En su noción subjetiva el cumplimiento de la condición
es inseguro solamente para los otorgantes del acto; admite que el
hecho pasado, cuya existencia ignoren las partes, puede ser
condición.

El código peruano nos dice expresamente si opta por la aceptación


objetiva o subjetiva de condición, pero no es por eso, sin
interpretación alguna, podemos aplicar a raja tabla el principio: ubi
lex non distinguit, nec nos distinguere debemus, para sostener que
el código acoge ambas teorías sobre la incertidumbre: la objetiva y
subjetiva, lo cual, a nuestro entender no estaría mal. Pero el código
al establecer por principio que la condición es irretroactiva (art.
177), son irretroactivos los hechos futuros, no los pasados, y al
hablar de plazo para la condición negativa (art. 175, implícitamente
esta exigiendo que la condición debe consistir en un hecho
venidero incierto para todos y no solamente para los otorgantes del
acto.

Si el conocimiento futuro de un hecho que ya puede haber sucedido


ha sido incluido por las partes en el acto jurídico como reserva, sus
efectos son retroactiva (art. 1360). En cambio, si ha sido incluido
como condición, sus efectos son irretroactivos (art. 177). Es válido
el acto jurídico por el cual las partes han reservados alguna
estipulación hasta la verificación futura de un hecho que ya puede
haber sucedido, pero que ignoran o no tienen certidumbre, siempre
que con posterioridad la reserva quede satisfecha. (7).

(7) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidades-acto-
juridico2.shtml

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.1.4. LA FUTURIDAD

La futuridad es una característica de la condición que está en


estrecha vinculación con la incertidumbre. El hecho puesto como
condición para que sea incierto debe ser futuro.

El hecho preste o pasado puede ser desconocido, pero no es


incierto. Aunque las partes ignoren que el hecho ya ocurrió
(incertidumbre subjetiva) el acto produce sus efectos desde su
celebración. Hay incertidumbre objetiva de la condición solamente
cuando se trate de un evento futuro. Si el evento ya se ha realizado
o está ocurriendo en el presente, aun cuando las partes lo ignoren
el acto jurídico se constituye válidamente como un acto puro porque
no existe incertidumbre sobre su eficacia ab initio.

El Código peruano no contiene un art. Como el 1353 del Código


Italiano que dispone: “las partes pueden subordinar la eficacia o la
resolución del contrato o de un pacto singular a un acontecimiento
futuro e incierto”. Sin embargo, como hemos dicho, el carácter
futuro del hecho puesto como condición aparece implícitamente del
art. 177 que dispone que la condición es irretroactiva, salvo pacto
en contrario. Materialmente es imposible que un hecho pasado sea
irretroactiva o retroactiva al momento en que se celebra el acto
jurídico; de retroactividad o irretroactividad solamente se puede
hablar de los hechos futuros. (8).

6.1.5. ES ESTABLECIDA ARBITRARIAMENTE

La condición voluntaria (conditio facti) es pactada arbitrariamente


por las partes, para limitar los efectos normales de su declaración
de voluntad, haciéndolos depender de la realización de un evento
incierto y futuro.

Siendo la condición un elemento voluntario del acto, “se distingue


que todos los elementos requeridos por la ley, así para la existencia
como para la eficacia de ciertos negocios jurídicos, y por eso se
llaman en contraposición condiciones legales”. La condicio iuris,
impuesta por la ley y no por voluntad de las partes, no es
propiamente una condición, sino un requisito o elemento esencial
para que el acto tenga eficacia (ejemplo, la muerte del testador es
condicio iuris para que el testamento produzca sus efectos). (9).

(8), (9) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidades-


acto-juridico2.shtml

66
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.1.6. FUNCIÓN DE LA CONDICIÓN

Por la condición, no es el acto (que existe ya desde su celebración),


sino la eficacia del acto la que está subordinada a la verificación de
un evento futuro e incierto. Entendida esta eficacia sub condición
desde una doble perspectiva, o sea, en el sentido de que al
verificarse la condición del acto jurídico adquiere eficacia (condición
suspensiva), o bien que el acto extingue su eficacia (condición
resolutoria).

En efecto la verificación o no de la condición no incide en el


perfeccionamiento del acto jurídico condicional, porque éste es
completo en todos sus elementos desde el momento en que se es
celebrado.

La verificación o no de la condición no afecta al proceso de


formación del acto jurídico, sino que decide la suerte de sus
efectos, puesto que determina un estado de pendencia, o sea, de
incerteza sobre la eficacia del acto que perdura hasta cuando el
evento previsto es posible que se verifique y se extingue cuando es
cierto que tal evento ya no puede verificarse.

El efecto de la condición se produce automáticamente, por impulso


de la voluntad declarada con la cual se ha incorporado en el acto
dicha condición; por tanto, no es necesaria ninguna ulterior
actividad del sujeto, para que la verificación del evento puesto
como condición produzca el efecto que, según los casos, le es
propio. (10).

6.1.7. CLASES DE CONDICIONES

6.1.7.1. CONDICION LEGAL (CONDICIO JURIS) Y CONDICIÓN


VOLUNTARIA (CONDICIO FACTI).

La “condición legal”, o “condición de Derecho”, está


preestablecida por el ordenamiento jurídico,
independientemente de la voluntad de las partes, como
dato necesario para la eficacia del acto, “sea por juzgarla
necesaria por la naturaleza de las cosas, o por presumirla
en la intención de partes. Integra el presupuesto normativo
complejo para que se produzca el efecto jurídico. Aquí se
hable de condición en sentido impropio, pues no tienen la
calidad de modalidad del acto jurídico en sentido técnico
jurídico, porque no es establecida arbitrariamente por el
sujeto sino que es impuesta por la ley, no como un
elemento accesorio sino como un dato inseparable del acto

67
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

para que produzca sus efectos. Constituye una condición


objetiva de eficacia del acto jurídico, y es casi siempre
suspensiva. Por ejemplo, la muerte del testador es el dato
necesario para que el testamento produzca sus efectos
(art. 686); el tercero beneficiario de un contrato en el cual
no es parte, para poder exigir el derecho estipulado en su
favor, debe hacer conocer a las partes contratantes su
voluntad de hacer uso de ese derecho (art. 1458); la
donación hecha por razón de matrimonio está sujeta a que
el casamiento se realice (art. 1646); la compraventa a
prueba se considera hecha bajo la condición suspensiva de
que el bien tenga las cualidades pactadas o sea idóneo
para la finalidad a que está destinado (art. 1572); la
compraventa de bien futuro está sujeta a condición
suspensiva de que le bien llegue a existir (art. 1534).

La “condición voluntaria”, denominada también


“condicio facti”, “condición de hecho” o “condición propia”,
es la expresión de la autonomía privada de los particulares
que lo establecen arbitrariamente. Esta es la condición
propia en sentido técnico jurídico. Son los sujetos (agentes
o pares), y no es la ley, los que supeditan los efectos del
acto al cumplimiento de un evento incierto y futuro.

Tanto la condición legal como la voluntaria son requisitos


de eficacia del acto, ambas dan lugar a la pendencia de los
efectos del acto. Pero la condicio iuris proviene de la ley,
es un elemento extrínseco (ab extra), lógico, objetivo del
acto; y la condicio facti es establecida por la voluntad del
sujeto, está contenida en la declaración de voluntad, por
eso, es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental. La condición legal puede consistir en un evento
cierto o incierto, y la voluntaria consiste en un evento
necesariamente incierto. La legal es expresa y la voluntaria
puede ser expresa o tácita. (11).

(10), (11) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidades


acto-juridico2.shtml

68
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.1.7.2. CONDICIÓN SUSPENSIVA Y RESOLUTORIA

La distinción de las condiciones en suspensivas y


resolutorias es, como lo hemos ya advertido, la más
importante y una u otra están siempre presentes en todo
acto sub conditione, máxime si la condición misma es un
hecho, suceso, evento o acontecimiento del cual se hace
depender la eficacia del acto jurídico. La condición es
suspensiva cuando se debe esperar su realización para
que acto produzca sus efectos y, es resolutoria,
contrariamente cuando los efectos del acto cesan al
realizar la condición.

La condición suspensiva o inicial es aquella de la cual


depende la eficacia del acto; en otras palabras, los efectos
del acto quedan supeditados a la realización del hecho
previsto como condición. Ejemplo, te dono mi automóvil si
te recibes de abogado.

Se habla de condición resolutoria cuando el acto produce


normalmente los efectos que le son propios, pero cesa de
producirlos si se verifica la condición. Ejemplo, te concedo
el uso de mi departamento mientras no tenga otro hijo.

La distinción entre condición suspensiva y resolutoria es


clara. La condición es suspensiva cuando la eficacia del
acto queda supeditada a la realización del evento previsto,
y es resolutoria si al verificarse el evento, al acto pierde
eficacia. En la suspensiva está pendiente la eficacia y la
resolutoria está pendiente la ineficacia del acto. No se
puede confundir la situación del acreedor bajo condición
suspensiva con la del deudor bajo condición resolutoria.
(12).

6.1.7.3. CONDICIÓN POTESTATIVA, CASUAL Y MIXTA

Las condiciones pueden ser potestativas, causales o


mixtas, según que su realización sea dependiente de la
voluntad de una de las partes, independiente de la voluntad
de ambas, y por eso se les llama también fortuitas, o, a la
vez, sean dependientes e independientes de la voluntad de
una o de ambas partes.

(12) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidadesacto-
juridico2.shtml

69
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El criterio expuesto es el generalizado en la doctrina. Para


Ennecerus (13), por ejemplo, el cumplimiento de la
condición potestativa depende de la declaración de
voluntad de una de las partes, la casual de otros factores,
y, la mixta, de la voluntad de uno de los interesados y de
otras circunstancias.

En primer lugar, en las condiciones potestativas, las


cuales, a su vez, deben diferenciarse, según se trate de
condiciones potestativas dependientes de la voluntad de la
parte acreedora o de la voluntad de la parte deudora.

En segundo lugar, la condición casual que, como hemos


advertido, está determinada por un hecho cuya realización
es independiente de la voluntad de los sujetos
comprometidos por su manifestación de voluntad, sea
porque depende del azar o del hecho de un tercero, como
por ejemplo, si se compromete una donación si sobreviene
una seguía o si un tercero gana un competencia deportiva.

Por último, la condición mixta que, como también hemos


advertido, está determinada por un hecho cuya realización
depende ne parte de la voluntad de uno de los interesados
y en parte del azar o del hecho de un tercero como, por
ejemplo, si el interesado pacta jugar un partido de fútbol y
contribuir al triunfo haciendo por lo menos un gol y sin que
el contrario llegue a anotar ninguno. (14).

6.1.7.4. CONDICIÓN POSITIVA Y NEGATIVA

Las condiciones pueden ser afirmativas, también llamadas


positivas o pueden ser negativas, según la condición se
haga depender de la verificación o no del suceso
respectivo. La distinción estriba simplemente en cómo se
ha pactado la condición, esto es, según que le hecho o
suceso en que consiste deba o no realizarse. Si la
condición se ha pactado para que el hecho se realice, es
afirmativa y, si se ha pactado para que no se realice, es
negativa. (15).

(13) Tratado de Derecho Civil T.I. Parte II Vol., pág. 662


(14) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 258
(15) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 282

70
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.1.7.5. CONDICIÓN SIMPLE Y COMPLEJA

La condición simple consiste en un suceso único


(ejemplo, si te dan la beca). La condición compleja está
integrada por varios sucesos (ejemplo, te doy el préstamo
si te quedas a vivir en Lima, reconoces a tu hijo y aceptas
el trabajo que te ofrezco).

Cuando la condición es compleja, los efectos del acto


jurídico se producirán condición suspensiva o cesaran
(condición resolutoria) cuando se han realizado todos los
sucesos puestos como condición.

Si varios sucesos se ponen alternativamente como


condición, no hay condición compuesta sino simple, basta
que se verifique uno de ellos (te vendo el fundo si optas el
título de ingeniero agrónomo o de veterinario). (16).

6.1.7.6. CONDICIÓN EXPRESA Y TÁCITA

Las condiciones pueden ser expresadas o tácitas, según


que resulten de una cláusula formal de la convención o de
la voluntad tácita de las partes o del disponente. Albaladejo
(17) considera que la condición puede ser expresa o tácita,
como en general la declaración de voluntad; el negocio es
condicional, aunque la condición no se declare
expresamente, siempre que se deduzca de la declaración
que se quiso sub condicione. (18).

6.1.8. IRRETROACTIVIDAD DE LA CONDICIÓN

El art. 177 del Código Civil: “La condición no opera retroactivamente,


salvo pacto en contrario”. La norma registra como antecedente al art.
1110 del Código Civil de 1936, y fue tomada del Proyecto de la
Comisión Reformadora (19).

(16) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidadesacto-
juridico2.shtml
(17) Derecho Civil I, Vol. 2º pág. 303
(18) Teoría General del Acto Jurídico – Fernando Vidal Ramírez, Pág. 255
(19) Código Civil Compilación de Delia Revoredo T.I. 169 y 170

71
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

La norma de la irretroactividad de la condición apareció en la


codificación civil del presente siglo al ser planteada por el Código
Alemán, pues el Código Napoleón propicio la retroactividad así como
también el Condigo de Vélez Sarsfield, aunque respecto de este
último los proyectos de reforma se han orientado dentro de la
tendencia de la irretroactividad y autorizando a las partes a pactar la
retroactividad, tanto en el Anteproyecto Biniloni, como el Proyecto de
1936 y el Anteproyecto de 1954.

Nuestro Código Civil de 1852, como los de su época, respecto a la


retroactividad de la condición como principio y, por eso, fue un
sustancial cambio el que introdujo el art. 1110 del Código Civil de
1936, lo que llevó a Olaechea (20) a destacar la cuestión tocante a la
irretroactividad, señalando que la mayoría de los códigos modernos
no atribuían efectos a la condición sino a partir del momento en que
se cumple, aunque algunos reservaban a las partes el derecho de
estipular la retroacción. León Barandiarán (21) comentando la
introducción de la irretroactividad, explicitó que algunos textos del
Derecho Romano dieron efecto retroactivo a las estipulaciones bajo
condición y que la tesis de la retroacción hizo fortuna entre los
Códigos modernos, sancionándolo el Código Civil francés y además,
entre otros, los de Italia de 1865, de Argentina, España y, como ya
se ha indicado, el nuestro de 1852, para posteriormente, al ser
impugnada la tesis de la retroacción, adoptarse la irretroactividad en
Códigos como el de Alemania y Brasil, entre otros. (22).

6.2. EL PLAZO

6.2.1. CONCEPTO

El plazo está indesligablemente vinculado al transcurso del tiempo,


que es el hecho jurídico de mayor relevancia y al que el
ordenamiento legal le atribuye diversas consecuencias jurídicas,
pues está vinculado a la existencia humana misma y de él depende,
por ejemplo, alcanzar la mayoría de edad y con ella la capacidad
de ejercicio, así como la vigencia de un contrato. El transcurso del
tiempo sustenta, además, instituciones jurídicas tales como la
prescripción, adquisitiva o extintiva, y la caducidad. El transcurso
del tiempo adquiere, así, una trascendencia fundamental en
relación a los actos jurídicos.

(20) Exposición de Motivos del Libro Quinto del Proyecto del Código Civil pág. 7
(21) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 247
(22) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, Pág. 295

72
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.2.2. REQUISITOS

Son requisitos del plazo: la futuridad, la incertidumbre y el


establecimiento arbitrario por las partes.
 La Futuridad: El plazo se refiere siempre a un hecho futuro que
necesaria y fatalmente debe ocurrir, por oposición a la condición
en la que el hecho futuro es esencialmente contingente.
 La certidumbre: El plazo se caracteriza porque existe la total y
absoluta certeza de que el evento futuro acaecerá, aun cuando
en algunos casos se ignore el momento preciso en que tendrá
lugar.
 El Establecimiento Arbitrario por las partes: Las partes
libremente, en ejercicio de la autonomía de su voluntad privada,
pueden incorporar el plazo en el acto jurídico que celebren con
el fin de diferir o limitar en el tiempo sus efectos o el ejercicio de
los mismos. (23).

6.2.3. DIFERENCIA ENTRE CONDICIÓN Y PLAZO

Los efectos del acto jurídico condiciona solamente nacen o se


extinguen si es que se verifica el evento incierto y futuro puesto
como condición. La existencia o el cese de la eficacia del acto están
subordinada al cumplimiento de la condición.

Con la celebración del acto jurídico a plazo se difiere el nacimiento


de la relación jurídica, o ésta surge inmediatamente con la
concertación del acto, pero se suspende o difiere su ejecución
hasta el vencimiento del plazo preestablecido, o deja el acto de
tener eficacia al vencimiento del plazo. El deudor está obligado a
pagar en el momento en que se verifique el evento futuro y cierto
puesto como plazo y el acreedor no puede exigir el cumplimiento
antes de esa fecha.

La condición y el plazo presentan analogías por cuanto ambos son


elementos accidentales, consisten en eventos futuros, y permiten
que el acreedor condicional o a plazo pueda realizar actos
conservatorios. Pero entre la condición y el plazo hay sustanciales
diferencias. Mientras la condición hace incierto el inicio o el fin de
la eficacia del acto, por el plazo e cierto el nacimiento o la extinción
de la eficacia del acto.

En la condición hay incertidumbre sobre la verificación del evento


futuro (dies incertus an), pero el cuándo tendrá lugar si es que se
verifica puede ser cierto (diez certus quando), por ejemplo, te pago
cuando Juan cumpla 18 años (Juan puede vivir hasta los 18 años
o morir antes de esa edad, pero si vive se sabe con todo certeza el

73
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

día en que cumple 18 años), o incierto (dies incertus quando), por


ejemplo, te pago el día en que Juan contraiga matrimonio (Juan
puede o no casarse y si se casa no se sabe cuándo será el
casamiento).

En conclusión, la condición se caracteriza por la incertidumbre y el


plazo por la certidumbre, por la seguridad absoluta, de que el
evento futuro llegará necesariamente. La condición denota un
evento futuro e incierto y el plazo un momento futuro, pero cierto.
Hay plazo si el momento está indicado dis cernís an et quando, esto
es, mediante la designación directa o indirecta de un día en el
calendario (ejemplo, el 6 de junio; la próxima navidad; el día del
aniversario nacional), o dies certus an el incertus quando (ejemplo,
a la muerte de Pedro; en cambio, hay condición cuando el momento
está indicadodies incertus an el certus quando ejemplo, el 15 de
enero de 2010 en que María cumple 30 años) o diez incertus an et
quando (te dono este bien si tienes descendencia antes de que tu
padre cumpla ochenta años). (24).

6.2.4. ACTOS QUE NO ADMITEN PLAZO

En el Derecho romano, análogamente a lo establecido para la


condición, el término no podía ser puesto en los “actus legitimi”. La
presencia del plazo en los actus legitimi anulaba el negocio; sólo
en la institución de heredero, el término, sea inicial o final, no tenía
efecto invalidante, sino se consideraba no puesto. El término final
era incompatible con el principio “semel heressemper heres”. El
término resolutorio, como término de decadencia, era compatible
solamente con las relaciones temporales y transitorias, como las
relaciones obligatorias, y operaba en la forma de pacto de remisión
a término suspensivo, en cambio no era concebible en las
relaciones duraderas y permanentes como la propiedad, la
servidumbre y la cualidad de heredero.

También en el Derecho moderno, al igual de lo que sucede con la


condición, por razones de orden moral, público o de interés general,
algunos actos no toleran ser supeditados en cuanto a su plena
eficacia a plazo alguno. Por ejemplo, no pueden estar sujetos a
plazo el matrimonio, la adopción (art. 381), el reconocimiento de
hijo (art. 395), la aceptación y renuncia de la herencia (art. 677), el
giro de cheques (art. 136, inc. 2 de la Ley 16587), etc. (25).

(23), (24),(25)https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-actojuridico/modalidad
esacto- juridico2.shtml

74
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.2.5. CLASES

a) Suspensivo y resolutorio

- Plazo suspensivo. Existe cuando se defiere la exigibilidad de


un derecho por un lapso, determinado o indeterminado. Lo
que se veda, pendiente de plazo, es la posibilidad de
accionar por el acreedor para reclamar el cumplimiento de la
prestación; y generalmente, la pareja imposibilidad del
deudor de cumplirla anticipadamente; lo que no resulta
subordinada al transcurso del tiempo, es la existencia misma
del derecho, que nunca está en discusión cuando se trata de
“plazo” suspensivo o inicial.
- Plazo resolutorio o extintivo. Denominado también plazo
final o de caducidad, porque su vencimiento o cumplimiento
pon fin a la existencia del derecho; lo encontramos
generalmente en los contratos de trato sucesivo. La
denominación “resolutoria” ha provocado las críticas de
quienes sostienen que el concepto “resolución” lleva ajeno
el de retroactividad, y que el plazo nunca y en ningún caso
opera retroactivamente”.

b) Cierto e incierto

El plazo cierto es aquel “que fuese fijado para terminar en


designación año, me o día, o cuando fuerte comenzando desde
la fecha de la obligación o de otra fecha cierta”.
El Plazo incierto es “cuando fueses fijado con relación a un
hecho futuro necesario para terminar el día en que ese hecho
se realice”.

c) Plazo legal, judicial y voluntario

Esta clasificación está vinculada a las fuentes del plazo.


Consecuentemente, será legal cuando se hubiere fijado en una
norma de Derecho positivo, a la que las partes deban
acatamiento por razones de orden público; será judicial cuando
la otorga o determina el juez. Será voluntario cuando constituya
la modalidad a la que las partes supediten la eficacia de un acto
jurídico.

d) Plazo expreso y tácito

Se lo ha denominado también “explícito o implícito” y no fue


específicamente contemplado por el codificador argentino. Sin
embargo, hay una necesidad practica de diferencia aquellos

75
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

actos en los que la modalidad aparece calara e indudablemente


determinada, de aquellos otros en que debe deducírsela de la
intención de las partes, la naturaleza dela acto o las
circunstancias del caso.

e) Plazo potestativo

Existe cuando se defiere a la sola voluntad del deudor la


elección del momento en que habrá de adquirir eficacia un acto
jurídico, verbigracia la cláusula de “pagar cuando quiera”, si no
existiera una condición encubierta (“pagar si quiero”) el plazo es
válido y será objeto en su caso, de determinación judicial. (26).

f) Plazo imposible

Así denomina Busso “cuando se haya establecido un plazo cuya


determinación ofrezca grave dificultad o sea totalmente
imposible” Verbigracia, el día 380 del año. Entendemos que
mientras no se oculte una condición, la existencia del acto no
podrá discutirse; y la imposibilidad de precisar los alcances de
la modalidad o de interpretarla, habrá de traducirse en dejarla
sin efecto convirtiendo el acto en puro y simple. (27).

(26). Messineo, F. pc. Cit II-470


(27) En contra para el supuesto de interpretación imposible BUSSO, III-566, N° 29
Manuel del Acto Jurídico – Jesús Antonio Rivera Oré y Pedro Bautista Toma – Pág. 155
- 158

76
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.2.6. FUNCIÓN DE PLAZO

El plazo tiene por función, no suspender haciendo incierta la


eficacia del acto, sino de diferir o limitar en el tiempo los efectos del
acto jurídico.

El termino final o resolutorio, con excepción de algunas relaciones


personales típicas como el matrimonio, la adopción, el
reconocimiento de hijo, es un elemento que acompaña a casi todas
las otras relaciones jurídicas, las mismas que no pueden ser
asumidas como obligaciones perpetuas sin la posibilidad de
liberarse, al extremo que si falta el término final se autoriza a una
de las partes para que ponga fin mediante el aviso previo.

El advenimiento del término inicial origina la eficacia del acto o el


ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones
correlativas derivadas de un acto eficaz ab initio. El término inicial
es un requisito de eficacia del acto. Por el contrario, con la llegada
del plazo final del acto cesa de producir sus efectos.

Los actos jurídicos a plazo crean entre las partes vínculo destinado
a prolongarse en el tiempo, pero no hasta el punto que induzca a
excluir la voluntad de las partes (ejemplo, un plazo suspensivo
establecido para el año tres mil) o establecer relaciones perpetuas
transmisibles a los herederos de las partes, porque se estaría
atentado contra la libertad de las partes. Se puede argumentar en
el sentido de que si las partes han aceptado vínculo perpetuo, tal
aceptación es la expresión de su libertad, es decir, esos vínculos
perpetuos serán el resultado del ejercicio de la autonomía de
voluntad privada de los particulares. (28).

6.2.7. EL PLAZO EN EL CÓDIGO CIVIL

EFECTOS DEL PLAZO

Artículo 178. Cuando el plazo es suspensivo, el acto no surte


efecto mientras se encuentre pendiente. Cuando el plazo es
resolutoria, los efectos del acto cesan a su vencimiento.

Antes del vencimiento del plazo, quien tenga derecho a recibir


alguna prestación puede ejercitar las acciones conducentes a
cautela de su derecho.

En el acto condicional hay la incertidumbre del evento futuro a que


se encuentran supeditados sus efectos, en cambio, en el acto
jurídico a plazo hay la seguridad absoluta de que ese evento futuro

77
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

llegará necesariamente. Puede ser que se tenga la seguridad de


que el acontecimiento ocurrirá, pero sin saberse en qué momento
tendrá lugar el mismo, es cierto el sí, pero es incierto el cuándo
(ejemplo, la muerte de una persona), en este caso el acto no es
condicional sino a plazo. La condición denota un evento futuro e
incierto y el plazo un momento futuro, pero cierto.

Hay plazo si el momento está indicado dies certus an et quando,


esto es, se sabe de antemano el momento mismo del cumplimiento
por haberse señalado el plazo mediante la designación directa o
indirecta de un día en el calendario, por ejemplo, el 6 de junio, la
próxima navidad (plazo cierto) o dies certus an et incertus quando,
se sabe de antemano que el plazo de todas manera se cumplirá,
aunque no se sabe el momento preciso, ejemplo, a la muerte de
Pedro (plazo incierto).

En cambio, hay condición cuando el momento está indicado diez


incertus an et certus quando (el 15 de enero de 2010 en que María
cumple 30 años) o dies incertus an et qcuando (el día en que Pedro
se case).

El plazo como modalidad es el evento futuro y cierto de cuyo


acaecimiento se hace depender el nacimiento, la exigibilidad o la
finalización de los efectos de acto jurídico. En otros términos, el
plazo, como modalidad del acto jurídico, es el lapso desde el cual
comienza o hasta el cual dura la eficacia del acto: en el primer caso
se le denomina suspensivo o inicial (dies a quo); en el segundo,
resolutorio, extintivo o final (diez ad quem). Se denomina término a
los extremos (inicial o final) del plazo.

BENEFICIO DEL PLAZO

Artículo 179. El plazo suspensivo se presume establecido en


beneficio del deudor, a no ser que el tenor del instrumento o de
otras circunstancias, resultase haberse puesto a favor del acreedor
o de ambos.

En cuanto al beneficio del plazo suspensivo, el Código Civil


conserva el sistema del Derecho Romano, que consagra en este
punto el favor debitoris, presumiendo que el plazo se ha concedido
en beneficio de éste, salvo que se pruebe haber sido establecido
del acreedor o de ambos. Si el plazo es en beneficio del deudor,
éste puede pagar antes del cumplimiento del plazo, pero el
acreedor no puede exigirlo sino al vencimiento. Si el plazo se ha
estipulado en beneficio del acreedor, éste puede exigir el
cumplimiento de la obligación antes del vencimiento.

78
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CADUCIDAD DEL PLAZO

Artículo 181

1. Cuando resulta insolvente después de contraída la obligación,


salvo que garantice la deuda. Se presume la insolvencia del
deudor si dentro de los quince días de su emplazamiento judicial
no garantiza la deuda o no señala bienes libres de gravamen
por valor suficiente para el cumplimiento de su prestación.
2. Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese
comprometido.
3. Cuando las garantías disminuyeren por acto propio del deudor,
o desaparecieren por causa no imputable a éste, a menos que
sean inmediatamente sustituidas por otras equivalentes, a
satisfacción del acreedor.

La pérdida del derecho al plazo por las causales indicadas en los


incisos precedentes, se declara a petición del interesado y se
tramita como proceso sumarísimo. Son especialmente procedentes
las medidas cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del
crédito (29).

(28), (29) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidades


acto-juridico2.shtml

79
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.3. EL CARGO

6.3.1. CONCEPTO

El cargo, también llamado modo, que deriva del latín modus, y


además carga y gravamen, es un genuino elemento accidental del
acto jurídico que se vincula a los actos jurídicos de disposición a
título gratuito, sean inter vivos, como es la donación, o mortis
causa, como es el legado.

El cargo viene a ser un hecho consistente en un dar o en un hacer


que se impone como restricción a la ventaja económica que obtiene
la parte que es favorecida con una disposición gratuita, en beneficio
del propio disponente o de un tercero. Coviello (30) lo explica
diciendo que consiste en una declaración accesoria de voluntad por
la cual se impone, a quien se concede a título gratuito un derecho
patrimonial, la obligación de realizar un hecho cualquiera, ya sea
en un determinado uso de la cosa dada, o en una prestación de
índole pecuniaria o no, en favor de quien ha trasmitido el derecho,
o de un tercero.

6.3.2. FUNCIÓN

El modo o cargo se distingue de la condición por la función que


cumple en el acto jurídico. La condición sus pende la eficacia del
acto y el modo obliga. La condición pone en contingencia los
efectos del acto jurídico, mientras que el modo limita la ventaja
económica del beneficio de una atribución patrimonial gratuita. La
condición no comporta obligación alguna (“condicio non est in
obligatione”); el modo es fuente de obligaciones que pueden tener
por objeto prestaciones de dar, hacer o no hacer algo (modus est
in obligatione).

La condición, el plazo y el modo son elementos accidentales del


acto jurídico, pero mientras los dos primeros una vez añadidos al
acto dejan de ser accesorios para devenir en requisitos de eficacia
del acto (así, convirtiendo a esa eficacia en precaria al suspender
su existencia o ejercicio, o limitándola en el tiempo, el modo no
afecta la eficacia del acto, no pierde su carácter de accesorio para
convertirse en requisito de eficacia, sino que se resuelve en una
obligación a cargo del beneficiario de la liberalidad, quien debe
efectuar una cierta prestación. Dentro de las estipulaciones que
integran el contenido del acto jurídico, el cargo es una estipulación
(accesoria y como tal no impide la adquisición del derecho ni su
ejercicio por parte del beneficiario de la liberalidad.

80
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Si se pacta que el cargo impuesto debe ser cumplido antes como


un requisito para que el destinatario de la disposición a título
gratuito adquiera el derecho, no estamos frente a un acto sub
modo, sino sub condicione.

En caso de duda, se juzgará que existe cargo y no condición, en


vista a que cuando se celebra un acto jurídico es para que produzca
efectos y no para que no los produzca (cuando el acto es
condicionado, no se sabe si el derecho va a nacer o no). (31).

6.3.3. EXIGIBILIDAD DEL CUMPLIMIENTO DEL CARGO

Artículo 185. El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el


imponente o por el beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo
sea de interés social, su ejecución puede ser exigida por la entidad
a la que concierna.

El mondo, llamado también cargo, carga o encargo, consiste en


una obligación accesoria impuesta al beneficiario de una liberalidad
por el disponente de ésta (ejemplo se dona un predio, imponiendo
al donatario la carga de pagar una pequeña pensión a favor de una
persona del afecto del donante). La palabra “carga” es utilizada
aquí en su sentido vulgar. En su sentido técnico jurídico, la carga
consiste en una obligación vinculada a la titularidad de
determinados bienes (ejemplo las servidumbres).

La imposición del modo no afecta ni suspende la atribución


patrimonial realizada con carácter gratuito, ni la convierte en
onerosa. La relación entre la liberalidad y el modo es de
subordinación: el modo es accesorio respecto de la liberalidad, por
lo que el incumplimiento del modo no impide la adquisición del
derecho ni determina su extinción. El modo no es una
contraprestación a cargo del beneficiario de la liberalidad, de la cual
es accesorio; en el acto sub modus no es de prestaciones
recíprocas, porque la obligación que tiene que cumplir el
beneficiario no tiene la calidad de contraprestación de la prestación
objeto de la obligación del disponente, en los actos con
prestaciones reciprocas la prestación es causa de la
contraprestación y al contrario; en el acto modal no hay una
relación de interdependencia entre la obligación del disponentes y
la del beneficiario, sino una relación de accesoriedad de ésta frente
a aquella.

Si el modo es obligatorio para el beneficiario de la liberalidad, quien


habrá de cumplirlo, surge la pregunta acerca de ¿Quién puede
exigir el cumplimiento de la obligación en que consiste el cargo?.

81
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

Al respecto el artículo 185 es terminante, la legitimación activa para


exigir el cumplimiento del modo corresponde al imponente o al
beneficiario. Si el modo es de interés social puede exigirlo también
la autoridad competente.

Tanto el beneficiario como el imponente del cargo tienen la calidad


de acreedores y, por tanto, pueden exigir su cumplimiento. El
deudor del cargo es el beneficiario de la liberalidad. La obligación
en que consiste el cargo, si bien accesoria, autoriza al acreedor
para: a) emplear las medidas legales a fin de que el deudor le
procure aquello a que está obligado; b) procurarse la prestación o
hacérsela procurar por otro, a costa del deudor; c) obtener del
deudor la indemnización de los daños causados con el
incumplimiento; d) hacer uso de la acción oblicua; e) hacer uso de
la acción pauliana.

El modo es obligatorio para el beneficiario de la liberalidad, quien


habrá de cumplirlo. La legitimación activa para exigir el
cumplimiento del modo corresponde al imponerse del cargo o al
beneficiario. Si el modo es de interés social puede exigirlo también
la autoridad competente. (32).

6.3.4. PLAZO PARA EL CUMPLIMIENTO DEL CARGO

El cargo debe ser cumplido en la oportunidad establecida por el


autor de la liberalidad y aceptada por el beneficiado con ella. Pero
puede darse el caso de que de la manifestación de voluntad del
autor de la liberalidad se infiera la existencia de un plazo para el
cumplimiento más no haberse determinado su duración, por lo que
el Código Civil le atribuye al juez la facultad de fijarlo.

En efecto, dispone el art. 186 que “Si no hubiese plazo para la


ejecución del cargo este debe cumplirse en el que le Juez señale.
La demanda se tramita como proceso sumarísimo”. La norma fue
adoptada por la Comisión Revisora, en base al Proyecto de la
Comisión Reformadora (117) y registra como antecedente el art.
1117 del Código Civil de 1936, habiendo sido modificada, en cuanto
a la vía procesal, por el Código Procesal Civil (Primera Disposición
Modificatoria). (33).

(30) Doctrina General del Derecho Civil, pág. 498


(31), (32) https://www.monografias.com/trabajos69/modalidades-acto-juridico/modalidades
acto-juridico3.shtml
(33) Código Civil Compilación de Delia Revoredo T. I. Pág 179

82
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

6.3.5. TRANSMISIBILIDAD DEL CARGO

Determinado los sujetos que se vinculan al cargo es conveniente


precisar el alcance de su imposición, esto es, si el cargo es
transmisible o intransmisible.

El Código Civil ha previsto la cuestión relativa a la transmisibilidad


o intransmisibilidad del cargo en el art. 188: “La obligación de
cumplir los cargos impuesto para la adquisición de un derecho pasa
a los herederos del que fue gravado con ellos, a no ser que sólo
pudiesen ser cumplidos por él, como inherentes a su persona. En
este caso, si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición
del derecho queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de
los cargos o a sus herederos”. La norma fue tomada del Proyecto
de la Comisión Reformadora (34) y registra como antecedente a la
del art. 1118 del Código Civil de 1936, cuyo tenor reproduce.

(34) Código Civil Compilación de Delia Revoredo T. I, pag. 180 y 181

83
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Qué es la condición?

2) ¿Qué son las condiciones propias e impropias?

3) ¿Cuáles son los requisitos de la condición?

4) ¿Cuáles son las clases de condiciones?

5) ¿Cuál es el concepto es el plazo?

6) ¿Cuáles son los requisitos del plazo?

7) ¿Cuál es la diferencia entre condición y plazo?

8) ¿Cuál es la función del plazo?

9) ¿Cuál el concepto del cargo?

10) ¿Cuál es la función del cargo?

84
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

SÉPTIMA UNIDAD

LA SIMULACIÓN EN LOS
ACTOS JURÍDICOS

COMPETENCIAS:

1) Reconoce los distintos tipos de simulación en los actos


jurídicos
2) Analiza las clases de simulación
3) Reconoce la acción de nulidad por simulación

85
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

7.1. DEFINICIÓN

La definición del acto jurídico es una figura típica, nominada y autónoma.


Sus caracteres la hacen inherente a la Teoría del Acto o del Negocio
Jurídico. Como la ha precisado Ferrara (1), negocio simulado es el que
tiene una apariencia contraria a la realidad, porque no existe en absoluto
o porque es distinto de como aparece. Por eso, Messineo (2) destaca que
simular importa mentir, o porque se oculta en todo o en parte una verdad,
o porque se hace aparecer como verdadera una mentira, o porque se hace
aparecer a los ojos de los terceros una verdad diversa que la efectiva.
Para Coviello (3) la simulación consiste en querer una cosa diversa de la
contenida en la declaración, conscientemente, y con el ascenso de la
parte a la que va dirigida la declaración. Stolfi (4) conceptúa que la
simulación consiste en manifestar de acuerdo con la otra parte una
voluntad aparente; ya porque se quiere concertar un acto distinto del
ficticio, en cuyo caso se denomina relativa.

La simulación, como figura jurídica, es abstracta y compleja. Ferrara (5) la


explica con la siguiente descripción: dos contratantes, para sus fines
particulares, se proponen engañar a los terceros haciéndoles creer que
realizan un acto que realmente no quieren efectuar. Para ejecutar su
acuerdo llevan a cabo, exteriormente, el acto ficticio, es decir, declaran
querer cuando, en realidad, no quieren; y esta declaración,
deliberadamente disconforme con su secreta intención, va dirigida a
engendrar en los demás una falsa representación de su querer.

En efecto, los terceros, que ignoran el concierto secreto de los


contratantes y no pueden penetrar en sus intenciones, creen la verdad del
acto realizado; entienden, y tienen motivo para entender, que aquellas
declaraciones contractuales son seria y han producido una trasformación
real en las relaciones jurídicas de las partes. Así, si se finge una piedad
que no existe porque la cosa aparentemente enajenada sigue en el
patrimonio del enajenante, o la constitución de una deuda puramente
imaginaria, porque el deudor aparente no queda obligado, todo lo cual se
ha hecho creer a los terceros, y lo mismo sucede en el caso de que se
disimule un negocio bajo la apariencia de otro pues los contratantes han
declarado vender cuando, en realidad, han querido donar, engañando a
los tercero presentando formas mentidas del negocio. (6).

(1) La simulación del negocio jurídico, pág. 43


(2) Manual de Derecho Civil y Comercial T. II, pág. 446 y 447
(3) Doctrina General del Derecho Civil, pág. 412
(4) Teoría del Negocio Jurídico, pág. 154
(5) La simulación de los negocios jurídicos, pág. 43
(6) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 336

86
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

7.2. REQUISITOS DE LA SIMULACIÓN

Actualmente la doctrina es unánime, la doctrina que considera que los


requisitos de la simulación de los actos jurídicos son dos:

a) El Acuerdo simulatorio; y
b) El fin de engañar a terceros.

Otros autores consideran que además de los requisitos señalados


anteriormente también de considerar a la divergencia entre la voluntad y
su manifestación; Vidal Ramírez, indica que una de las características de
la simulación es: la disconformidad entre la voluntad interna y la voluntad
manifestada.

7.2.1. EL ACUERDO SIMULATORIO: La simulación no puede realizarse


sin la previa disposición de un medio de preexistencia o
coexistencia con el negocio simulado: se trata del acuerdo
simulatorio, siendo aquél por el que se determina que los declarado
no es realmente querido, es decir, sobre lo que realmente quieren
hacer en privado y lo que realmente quieren aparentar hacer en
público.

7.2.2. EL PERJUICIO DE CAUSAR DAÑOS A TERCEROS: Como la


simulación se dirige a producir un acto jurídico aparente, el
propósito de engañar le es inherente. El engaño va dirigido a los
terceros, aunque no sea un engaño reprobado por la ley. En éste
último término el engaño no siempre es fraude de los terceros,
porque la simulación puede tener una finalidad lícita. Es decir, no
es necesario el animus nocendi, sino el animus decipiendi. (7).

7.3. CLASES DE SIMULACIÓN

7.3.1. SIMULACIÓN ABSOLUTA

La simulación es absoluta cuando recae en la existencia del acto


jurídico, es decir, cuando no existe voluntad de los sujetos de
celebrarlo y solo en apariencia lo celebran, por lo que sólo existe
un acto aparente sin que exista un acto jurídico real y
verdaderamente celebrado. Como lo explica Messineo (8), las
partes no declaran una voluntad verdadera, como cuando se
declara vender pero en realidad no se quiere vender; por
consiguiente, a base del acuerdo simulatorio, la cosa ficticiamente
vendida permanece en el patrimonio del fingido enajenante,
mientras que el patrimonio del fingido adquirente queda lo que se
dice ser el precio de la cosa.

87
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

En la simulación absoluta el acuerdo simulatorio está dirigido a dar


apariencia de realidad a un acto ficticio y sin contenido, ya que en
la voluntad interna de los celebrantes no ha existido intención de
que el acto puede producir algún efecto jurídico más allá del
propósito de engañar a los terceros. El acto con simulación
absoluta, como explico León Barandiarán (9), se resume en el
aforismo romano colrem haber, substantia vero nullum.

El Código Civil ha dado contenido a una noción del acto jurídico


simulado con simulación absoluta en el art. 190: “Por la
simulación absoluta se aparenta celebran una acto jurídico
cuando no existe realmente voluntad de celebrarlo”. La norma
fue adoptada por la Comisión Revisora (10) y no tiene antecedente
en el Código Civil de 1936. (11).

(7)https://www.monografias.com/trabajos16/simulacion-juridico/simulacion-juridico.shtml#
REQUISITOS
(8) Manual de Derecho Civil y Comercial T. II, pág. 447 y 448.
(9) Acto Jurídico pág. 167
(10) Código Civil, Compilación de Delia Revoredo T. I. pág. 182 y 183.
(11) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 345

88
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

7.3.2. SIMULACIÓN RELATIVA

La simulación es relativa cuando existe voluntad real de celebrar


un acto jurídico que se oculta, presentándose a los demás un acto
aparente. De este modo, se produce una dualidad de actos: uno
oculta o disimulado, que contiene la voluntad real de las pares; y
otro aparente o simulado, que es el que instrumentaliza el propósito
de engañar. Al respecto, Messineo (12) la explica indicando que
cuando las partes, en lugar de la voluntad que expresan, que es
una voluntad ficticia, tienen otra que no revelan al exterior, pero que
es la verdadera, como cuando se declara vender y,
respectivamente, comprar, cuando en realidad, según establecen
las contradeclaraciones, se dona y, respectivamente, se recibe a
título de donación, se configura la simulación denominada relativa,
por la cual coexisten un negocio aparente, simulado o fingido, y un
negocio efectivo, pero secreto, esto es, oculto o disimulado.

El Código Civil ha dado contenido a una noción del acto jurídico


simulado con simulación relativa en el art. 191: “Cuando las pates
han querido concluir un acto distinto del aparente, tiene efecto entre
ellas el acto ocultado, siempre que concurran los requisitos de
sustancia y forma y no perjudique el derecho de tercero”. La norma
fue tomada del Proyecto de la Comisión Reformadora (13) y no tiene
antecedente en el Código Civil de 1936.

7.3.3. SIMULACIÓN TOTAL Y PARCIAL

La simulación relativa es total cuando abarca el acto jurídico en su


totalidad. La simulación total es inherente a la simulación absoluta,
pues ella tiene esta característica desde que comprende la
totalidad del acto, en todos sus aspectos, ya que, como lo hemos
precisado, el acto es inexistente en su totalidad.

Hay simulación parcial cuando el acuerdo simulatorio está dirigido


a uno o más aspectos o cláusulas del acto jurídico a fin de que no
correspondan a la voluntad real de los celebrantes y cuyo
verdadero contenido, siendo de su conocimiento, lo mantienen
oculto. El Código Civil se ocupa del acto jurídico simulado con
simulación parcial al hacer referencia a los “datos inexactos” en el
art. 192: “La norma del art. 191 es de aplicación cuando en el acto
se hace referencia a datos inexactos…”. La norma fue tomada del
Proyecto de la Comisión Reformadora (14) sin registrar antecedente
en el Código Civil de 1936.

(12) Manual de Derecho Civil y Comercial T. II. Pág. 448.


(13) Código Civil Compilación de Delia Revoredo T.I, pág. 183 y 184
(14) Código Civil. Compilación de Delia Revoredo T.I. pág. 184

89
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

7.3.4. SIMULACIÓN LÍCITA E ILÍCITA

La simulación, en principio, no es reprobada por la ley. Stolfi (15),


refiriéndose al acuerdo simualtorio dice que semejante acuerdo no
tiene en sí nada de ilícito. Barbero (16) considera también que el fin
de la simulación puede ser licito y que no hay nada de ilícito, por
ejemplo, en el hechos de que alguien finja enajenar ciertos bienes
que quiere conservar (simulación absoluta), a fin de sustraerse a
requerimientos a los que no quiere acceder; o finja donar mientras
enajena onerosamente (simulación relativa), o no queriendo dar a
conocer sus relación con una persona, declara donar a otra
(simulación por interposición de persona), entendiendo en realidad
beneficiar a la primera.

La simulación es ilícita cuando es perjudicial al derecho de tercero,


por interpretación a contrario del art. 191 del Código Civil. Esta
simulación es la reprobable y reprobada por el Código Civil al
franquear, conforme al art. 193, la acción de nulidad del acto
simulado por el tercero perjudicado, por lo que reservamos su
desarrollo.

7.4. EFECTOS DE LA SIMULACIÓN

Habida cuenta de la naturaleza lógica-jurídica de la simulación y de las


consecuencias que derivan de la determinación de los grados que ella
puede revestir, según sea absoluta o relativa, imponerse precisar sus
efectos entre las partes y respecto de los terceros, sobre todo en
consideración a que estos dos términos jurídicamente no son tan simples
como pudiera pensarse; la expresión parte no denota únicamente a
quienes han intervenido materialmente en un acto o negocio, ni la
expresión terceros se refiere exclusivamente a quienes no lo han hecho.
(17).

(15) Teoría del Negocio Jurídico, pág. 154


(16) Sistema del Derecho Privado T.I. págs. 548 y 549
(17) MANUAL DEL ACTO JURÍDICO – Jesús Antonio Rivera Oré y Pedro Bautista Toma –
Pag. 173.

90
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

7.5. ACCIÓN DE NULIDAD POR SIMULACIÓN

La acción de nulidad contra el acto simulado es incoable sea que la


simulación sea absoluta o relativa.

La simulación absoluta, como ya lo hemos precisado, hace del acto


jurídico un acto inexistente, lo que lleva a concluir que la acción de nulidad
le es innecesaria. Sn embargo, debe tenerse en consideración que uno
de los simulantes frente al otro puede pretender que el acto simulado sea
un acto real y verdadero, o que ambos simulantes lo pretendan frente a
los terceros. De ahí, que la acción de nulidad sea necesaria a fin de que
la nulidad se declare por sentencia judicial.

Tratándose de la simulación relativa, como ella produce un acto aparente


que es, en el fondo, inexistente desde que no refleja la voluntad real de
las partes las que han quedado vinculadas por el acto oculto, o porque
pueda tratarse de cláusulas ocultas que son las que rigen y no las
aparentes, o porque puede también aparentarse una relación con una
persona interpuesta cuando la relación jurídica rige entre los sujetos
interponentes, la situación creada mantendrá su eficacia mientras no se
produzca una declaración judicial que la haga cesar. Para tal declaración,
que es una sentencia, se requiere del correspondiente ejercicio de la
acción de nulidad, o si se quiere, con más precisión, de anulabilidad.

El código civil en su art. 193 concede la acción a las partes del acto
simulado y a los terceros perjudicados por la simulación: “La acción para
solicitar la nulidad del acto simulado puede ser ejercitada por cualquiera
de las partes o por el tercero perjudicado, según el caso”. La norma fue
tomada del Proyecto de la Comisión Reformadora (18) y registra como
antecedente, con las acotaciones al art. 1094 y 1095 del Código Civil de
1936 (19).

7.6. SIMULACIÓN Y OTRAS FIGURAS

7.6.1. LA SIMULACIÓN Y LA RESERVA MENTAL.

En la reserva mental ocurre cuando el sujeto no quiere los efectos


del acto jurídico por la otra parte que interviene en el acto ni por los
terceros, cuyo fin corresponde casi siempre a la voluntad de
engañar, el sujeto permanece vinculado a su declaración, es decir,
la reserva mental es irrelevante para el derecho por carecer de
objetiva expresión exterior. En la simulación existe un acuerdo
conjunto de las partes de celebrar el acto, pero que el mismo no
tenga efecto entre estos.

91
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

En cambio la reserva mental es una violación unilateral, puramente


interna, no manifestada, orientada a engañar a la contraparte y no
necesariamente un tercero.

La simulación y la reserva mental son semejante porque ambas


persiguen un fin de engaño, pero se diferencian por lo siguiente:
 Con la simulación se persigue engañar a terceros y con la
reserva mental se trata de engañar a la otra parte que interviene
en el acto y no necesariamente a terceros.
 La simulación requiere del acuerdo simulatorio, lo que falta en la
reserva mental.
 La reserva puede tener lugar en cualquier acto jurídico, sea
sobre derecho no patrimoniales disponibles o no, sea sobre
derecho no patrimoniales disponibles o no, sea bilateral,
plurilateral, unilateral receptivo o no receptivo. En cambio la
simulación opera solamente en los actos sobre derechos
patrimoniales disponibles y solo en los actos bilaterales, o
plurilaterales, o unilaterales receptivos; no opera en los actos
unilaterales no receptivos.
 La reserva no afecta la validez del acto, la simulación es causal
de nulidad.

7.6.2. SIMULACIÓN Y ACTO FIDUCIARIO.

La Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y


Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros, conceptúa
el acto fiduciario bajo los términos siguientes: el fideicomiso es una
relación jurídica por la cual el fideicomintente transfiere bienes en
fideicomiso a otra persona, denominada difuciario, para la
constitución de un patrimonio didecometido, sujeto al dominio
fiduciario de éste último y afecto al cumplimiento de un específico
a favor del fideicomitente o de un tercero denominado
fideicomisario.

7.6.3. SIMULACIÓN Y REPRESENTACIÓN INDIRECTA.

En la interpretación indirecta la interposición de la persona es real


porque si bien el interpuesto actúa en representación del
interponente, tal representación la ignora quien celebra el acto con
la interpósita persona. El representante indirecto, con arreglo a sus
facultades y cautelando los intereses del representado, actúa en
nombre propio, por lo que el tercero contratante cree contratar con
Él. Por esto, hay interposición real, porque verdaderamente se
celebra el negocio con el sujeto interpuesto, aun cuando en
definitiva los efectos del negocio los transmitirá al representado que
no ha otorgado una representación directa.

92
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

En la simulación por interpósita persona, la interposición es ficticia


porque quien celebra el negocio con el interpuesto sabe que es un
testaferro y que los efectos del acto celebrado se proyecta hacia el
simulante interponente, porque el acuerdo simulatorio es tripartito,
ya que en él participan las dos partes simulantes y la persona
interpuesta, quien deliberadamente, acuerdo con ambas partes, se
presta para la formación del acto jurídico simulado.

7.6.4. SIMULACIÓN Y DOLO.

El dolo es el engaño que utiliza una de las partes o un tercero para


inducir a otro a celebrar un acto jurídico. En cambio en la simulación
las partes se ponen de acuerdo para llevar a cabo un acto. La
simulación puede ser lícita, en cambio el dolo siempre será ilícito.
(20).

(18) Código Civil. Compilación de Delia Revoredo T.I, pág. 185


(19) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 355
(20) https://www.monografias.com/trabajos16/simulacion-juridico/simulacionjuridico.shtml#
DIFERENC

93
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Cuál es la definición de la simulación en los actos


jurídicos?

2) ¿Cuáles son los requisitos de la simulación?

3) ¿Cuáles son las clases de simulación?

4) ¿Qué es la simulación absoluta?

5) ¿Qué es la simulación relativa?

6) ¿Cuál es la diferencia entre simulación absoluta y


relativa?

7) ¿Cuál es la diferencia entre simulación total y parcial?

8) ¿Cuál es la diferencia entre simulación lítica e ilícita?

9) ¿Cuáles son los efectos de la simulación?

10) ¿Qué es la acción de nulidad por simulación?

94
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

OCTAVA UNIDAD

FRAUDE DEL ACTO JURÍDICO

COMPETENCIAS:

1) Reconoce la acción pauliana y su aplicación a casos prácticos


2) Reconoce la acción pauliana en el Código Civil Peruano
3) Analiza el procedimiento para la ineficacia de actos gratuitos y
onerosos

95
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

8.1. NOCIÓN DE FRAUDE

El fraude se origina con la evolución de la responsabilidad de los


deudores, cuando ésta se toma de personal a patrimonial. De ahí que
se imprescindible su delimitación conceptual, pues por su origen es un
fraus creditorum, fraude a los derechos creditorios del acreedor, y es
bajo este concepto como lo legisla nuestro vigente Código Civil.

El vocablo frade viene de las locuciones latinas fraus, fraudis, que


significan falsedad, engaño, malicia, abuso de confianza que produce
un daño, por lo que es indicativo de mala fe, de conducto ilícita. Este
significado, aplicado a las relaciones jurídicas de naturaleza
obligacional o creditoria, resulta indesligable de los actos de disposición
que realiza el deudor con los que se reduce a la insolvencia o, por lo
menos, opone dificultad para que su acreedor o acreedores puedan
hacer efectivo su derecho a ser pagados.

El concepto de fraude que estamos delimitando debe distinguirse del


llamado fraude a la ley, pues este consiste, como señala Messineo (1)
en eludir una norma, o sea, en la violación del ordenamiento jurídico y
puede no producir daño a nadie. El fraude, como lo estamos
delimitando, está dirigido a los acreedores e importa una lesión a un
derecho subjetivo. Por fraude en este sentido debe entenderse un
malicioso y desleal obrar en daño ajeno, en el cual debe apreciarse,
agravada, la figura de mala fe en sentido objetivo. La figura del fraude
se presenta, así, cuando una persona enajena sus bienes a fin de
sustraerlos a la ejecución de sus acreedores, pero con una voluntad
real, lo que distingue el acto jurídico fraudulento del acto jurídico
simulado. (2).

8.2. LA ACCIÓN PAULIANA

El planteamiento para el estudio de la acción paulatina es indesligable


de la figura del fraude, pues ésta, como fraus creditorum, le sirve de
presupuesto. Si bien el fraude todo lo vicia, fraus omnia viciatur, como
se consideraba en el Derecho Romano, el acto jurídico fraudulento es
un acto válido y como tal, eficaz, tanto respecto de las partes como de
los terceros, pero inoponible a estos cuando son acreedores del
enajenante por cuanto pueden impugnarlo mediante la acción
paulatina.

Pero habría que advertir que, en principio, el acto de disposición o el


acto abdicativo es inoponible no a todos los acreedores sino
únicamente a los que no tienen garantizado su crédito por cualquiera
de las garantías reconocidas en el Derecho, sea por una garantía
personal, como es la fianza (art. 1868), o son una garantía real, como

96
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

es la prenda (art. 1055), la anticresis (art. 1091) o la hipoteca (art.


1097), constituidas sobre bienes de propiedad del deudor o de terceros.

Estos acreedores, llamados comunes o quirografarios, son lo que para


hacer efectivo su crédito tienen que irse contra el patrimonio del deudor
y, en su caso, del fiador, pues su crédito solo está respaldado por los
bienes que conforman el patrimonio de uno y otro, y en disputa con los
demás acreedores comunes al no haber el deudor, y en su caso el
fiador, constituido garantías reales sobre bienes propios o de otro.
Mientras que el acreedor llamado preferente o privilegiado, por tener
garantizado su crédito con un prenda o una hipoteca, y por ello,
asegurado el pago ejecutando con derecho excluyente las garantías, el
acreedor quirografario o común, es decir, el que carece de garantías
reales, está al descubierto y no tiene más posibilidad de obtener el pago
que ejecutando al deudor en los bienes que conforman su patrimonio.

Es por esta razón que, en principio solo el acreedor quirografario goza


del derecho de impugnar mediante la acción pauliana los actos que
realice el deudor y que califica de fraudulentos, a fin de que tales actos
queden sin efecto. La acción pauliana viene a ser, así, un medio que la
ley otorga a los acreedores quirografarios para la reconstitución del
patrimonio del deudor. (3).

8.3. CARACTERES

 Es una acción personal, ya que no persigue un bien, sino que


pretende remediar las consecuencias objetivas de una conducta
ilícita, acto personal del deudor y adquirentes, que perjudica el
derecho de crédito.
 Es una acción rescisoria y no de nulidad.
 En consecuencia, es una acción subsidiaria
 Y finalmente, es una acción con una función conservativa y no
ejecutiva, aun cuando esto último es mantenido por algunos
autores, lo que se pone de manifiesto en la expresión “después de
haber perseguido los bienes”, si bien, esta expresión parece
referirse más bien a la acción subrogatoria. (4).

(1) Manual de Derecho Civil y Comercial T. IV. Pág. 163


(2) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 367, 368
(3) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 370
(4) http://www.enciclopedia-juridica.com/d/accion-pauliana/accion-pauliana.htm

97
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

8.4. LA ACCIÓN PAULIANA EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO

La acción pauliana, está concebida en el Código Civil como una acción


creditoria y declarativa de ineficacia. Como también los hemos
advertido, el Código no ha incorporado una noción del fraus creditorum,
sino que su noción se infiere de los arts. 195 y 196 que regulan,
básicamente, el ejercicio de la acción pauliana y que, junto con los
demás que estructuran el Título VII del Libro II, sus resultados. El
articulado ha innovado el tratamiento que le dispensaba el Código Civil
de 1936 y acusa como fuente al Código Civil italiano. (5).

8.4.1. CONCEPTO Y REQUISITOS

La doctrina tradicionalmente ha exigido y sigue exigiendo dos


requisitos para el ejercicio de la acción pauliana: el perjuicio al
acreedor y el designio fraudulento. Josserand (6) ha escrito que
las condiciones requeridas para el ejercicio y el éxito de la acción
pauliana gravitan en derredor de esas dos nociones esenciales
y tradicionales, agregando que es preciso que el acto en
cuestión haya producido un perjuicio al acreedor y es
indispensable que presente con respecto a Él un carácter
fraudulento, esto es, que haya sido realizado en fraude de sus
derechos.

En atención a los expuesto, los do requisitos para el ejercicio de


la acción pauliana.

a. El perjuicio al acreedor. El perjuicio al acreedor, esto es, el


eventus damni, es un requisito objetico. Un acto de
disposición se considera perjudicial a los acreedores, según
indica Josserand (7), cuando determina su insolvencia y que
mientras el deudor sea solvente, y lo es en tanto que sus
bienes embargables sean suficientes para responder frente
a los acreedores, éstos no están legitimados para actuar
interfiriendo en los actos de disposición que realice, salvo que
con tales actos se produzca una disminución patrimonial que
afecte su solvencia y se presente el eventus damni que
legitima a los acreedores a ejercitar la acción pauliana.

El art. 195 ha establecido el requisito del eventus damni en


cuanto lo precisa como los actos del deudor “… por los que
renuncie a derechos o con los que disminuya su patrimonio
conocido y perjudiquen el cobro del crédito…”. Como hemos
ya indicado, el acotado art. 195 se inspiró en el art. 2901 del
Código Civil italiano y, al no registrar antecedente en el
Código Civil de 1936, se aleja del dato objetivo de la

98
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

“insolvencia del deudor” que este Código utilizó,


sustituyéndolo por un concepto más genérico, como es el de
que “perjudiquen el cobro del crédito”, que es el eventus
damni del Derecho Romano. De esta manera, no solamente
a insolvencia del deudor es causal para la procedencia de la
acción pauliana sino que se incluyen determinados actos
que, sin colocar al deudor en estado de insolvencia,
perjudican al acreedor por poner en peligro la efectividad de
su crédito por razón del decrecimiento del patrimonio del
deudor. Por ello, en relación al art. 195 cuando estaba
proyectado, León Barandiarán (8) advirtió que hablaba de
perjuicio ocasionado al acreedor, y no de insolvencia, como
lo hacían los arts. 1098 y 1099 del Código Civil de 1936.

b. El designio fraudulento. El designio fraudulento es un


estado subjetivo que conduce al deudor a celebrar actos
fraudatorios con la finalidad de perjudicar a sus acreedores y
el Código Civil lo ha previsto como requisito de la acción
pauliana para atacar los actos de disposición onerosa.
Consiste en la intención del deudor de causar perjuicios a su
acreedor o acreedores y en el conocimiento del adquirente
de los bienes del perjuicio que causa el acto de disposición o
en el actuar del adquirente de consuno con el fraudator para
el perjuicio a su acreedor. Este requisito no fue considerado
en el Código Civil de 1936 y por eso hemos señalado que el
art. 195 no registra antecedente en el Código derogado,
siendo su fuente, como ya lo hemos indicado, el art 2901 del
Código Civil italiano.

(5) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 370


(6) Derecho Vil T.II. Vol. I, pág. 546 y 547
(7) Derecho VIl T.II. Vol. I, pág. 550
(8) Curso del Acto Jurídico, pág. 172

99
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

8.4.2. PRESUNCION DE ONEROSIDAD DE LAS GARANTÍAS


REALES.

Para los efectos del artículo 195, se considera que las garantías,
aun por deudas ajenas, son actos a título oneroso si ellas son
anteriores o simultáneas con el crédito garantizado.

Pese a que el artículo no distingue, la conclusión razonable es


que se trata de garantías reales, por tanto, quedan fuera del
supuesto legal las garantías personales y así debe ser porque la
ley no ha prohibido asumir nuevas deudas, menos aún las
potenciales como son las que derivan del aval o de la fianza.

Lo de las garantías reales ya es obvio: constituyen actos de


disposición, pues si los bienes garantizados son ejecutados por
el otro acreedor en cuyo favor fueron garantizados, quedarán
excluidos del patrimonio general del deudor o quedarán con un
valor restringido. En todo caso, el deudor que garantiza debe
pensar en su primera acreedor antes que en otras personas.

Las garantías son onerosas “si son anteriores o simultaneas al


crédito garantizado”. Se entiendo, por cierto, que se refiere al
momento de constitución u otorgamiento.

La similitud equivale a coincidencia temporal en el nacimiento


del crédito y la garantía que lo respalda. No parece
imprescindible que el otorgamiento de la garantía deba ser estar
en el mismo documento en el que conste el crédito que
garantice.

Si la garantía real se otorga después y para respaldar un crédito


preexistente, se presume gratuita y por tanto siempre procede la
ineficacia. (9).

8.4.3. DERECHOS DEL TERCERO SUBADQUIRENTE

La declaración de ineficacia del acto no perjudica los derechos


adquiridos a título oneroso por los terceros subadquirentes de
buena fe.

Aunque la primera transferencia fraudulenta pueda considerarse


inoperante (como si no se hubiera producido) ante el acreedor
accionante, el artículo 197 dispone que a la segunda onerosa y
de buena fe no le alcanza la declaración de ineficacia. Contrario
a ello, es que el bien en poder del subadquirente no se refuta

100
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

reintegrado al patrimonio del deudor y el acreedor no podrá


cobrase con ese bien.

Lo de los derechos adquiridos significa que se requiere del


tercero una titularidad firme, y no una expectativa de adquisición
por sólida y documentada que fuera. La precisión del concepto
de derecho adquirido en sede pauliana, ha de investigarse de
modo derivado y una vez calificado si efectivamente ha habido o
no un acto de disposición.

No son derechos adquiridos a estos fines aquellos que no


otorgan titularidad directa sobre un bien. No es suficiente, en
suma, haber adquirido un derecho a tener un derecho real. Por
el contrario, se requiere un efectivo traslado patrimonial, esto es,
que se haya consumado la adquisición del bien en la forma y con
los requisitos que, dependiendo de la naturaleza de cada bien y
especie negocial, resulten necesarios. (10).

8.4.4. IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN PAULIANA

Artículo 198. No procede la declaración de ineficacia cuando se


trata del cumplimiento de una deuda vencida, si ésta consta en
documento de fecha cierta.

La justificación de este artículo salta a la vista. La naturaleza de


la acción pauliana no puede contener en sí misma el germen que
permita negar a un acreedor la satisfacción de su crédito ya
vencido, prefiriéndolo a otro vencido con posterioridad o si
venció antes, menos diligente en el cobro. Además, al acreedor
condicional o cuyo crédito todavía no ha vencido puede tener
todavía la esperanza de que el deudor reconstruya su patrimonio
antes de que su crédito fuera exigible, y si el deudor deviniera
antes insolvente, puede el acreedor ejecutarlo de inmediato al
amparo del artículo 181, porque el deudor ha perdido el beneficio
del plazo.

La acción pauliana no está hecho para impedir que el deudor


cumpla sus obligaciones ya vencidas. Puede referirse a un
acreedor respecto de otro; el uno es beneficiado y el otro no,
pero aunque a éste se le causa un perjuicio no es un perjuicio
ilícito. Con el cumplimiento de estas deudas ye vencidas, el
deudor no hace sino ejercer un deber y a la vez un derecho
legítimo, que le faculta el pago, incluso por consignación, si el
acreedor se negara al cobro. (11).

(9), (10), (11) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

101
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

8.4.5. LIMITACIONES AL DERECHO DEL TERCERO ADQUIRENTE

El acreedor puede ejercitar frente a los terceros adquirentes las


acciones que le correspondan sobre los bienes objeto del acto
ineficaz.
El tercero adquirente que tenga frente al deudor derechos de
crédito pendientes de la declaración de ineficacia, no puede
concurrir sobre el producto de los bienes que han sido objeto del
acto ineficaz, sino después que el acreedor haya sido satisfecho.

Tal como se ha señalado, no es efecto de la declaración de


ineficacia hacer retornar los bienes enajenados al patrimonio del
deudor, sino declarar como si todavía pertenecieran a éste
únicamente a los efectos de que no deteriore la responsabilidad
patrimonial que constituye la garantía que respalda el crédito del
accionante. En este orden de ideas, la declaración de ineficacia
otorga al acreedor un título de cobre sobre el bien enajenado
aunque no específicamente por el bien en sí, sino en cuanto que
idealmente todavía integra, por efectos de la declaración judicial
de ineficacia y solamente ante el acreedor preocupado, el
patrimonio de su deudor. (12).

8.5. PROCEDIMIENTO PARA INEFICACIA DE ACTOS GRATUITOS Y


ONEROSOS.

Art. 200. La ineficacia del acto jurídico gratuito u oneroso.


La ineficacia de los actos gratuitos se tramita como proceso
sumarísimo, la de los actos especialmente procedentes las medidas
cautelares destinadas a evitar que el perjuicio resulte irreparable.
Quedan salvo las disposiciones pertinentes en materia de quiebra.

La razón de las vías procedimentales salta a la vista. No todas las


situaciones civiles son susceptible de disciplinarse procesalmente en el
corpus respectivo y por tanto el legislador creyó conveniente regular en
este lugar la manera de tramitar los distintos casos de acciones
paulianas. Respecto de los actos gratuitos el proceso sumarísimo es
suficiente para acreditar la naturaleza del acto, la falta de patrimonio
conocido y la posibilidad del perjuicio, teniendo presente que, respecto
de esto último, la carga de la prueba corresponde al deudor.

En lo que atañe a actos onerosos la situación puede ser más difícil. De


aquí que el proceso de conocimiento se preste mejor para discutir la
controversia. (13).

(12), (13) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-juridico

102
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Qué entiende Usted por fraude del acto jurídico?

2) ¿Cuál es la noción de fraude?

3) ¿Qué es la acción pauliana?

4) ¿Cuáles son los caracteres de la acción pauliana?

5) ¿Qué es la presunción de onerosidad de las garantías


reales?

6) ¿Cuáles son los requisitos de la acción pauliana?

7) ¿Qué son los derechos del tercero subadquirente?

8) ¿Qué es la improcedencia de la acción pauliana?

9) ¿Cuáles son las limitaciones al derecho del tercero


adquirente?

10) ¿Cuál es el procedimiento para ineficacia de actos


gratuitos y onerosos?

11) ¿
12) ¿

103
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

104
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

NOVENA UNIDAD

VICIOS DE LA VOLUNTAD

COMPETENCIAS:

1) Reconoce el acto jurídico como la manifestación de la


voluntad
2) Analiza que el acto jurídico debe estar libre de error o dolo
3) Valora los vicios de la voluntad

105
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.1. EL ERROR

9.1.1 CONCEPTO

El error es un factor perturbador inconsciente que afecta el proceso


formativo de la voluntad jurídica, ya en el aspecto relativo a la
voluntad interna, en cuyo caso se configura el denominado error –
vicio, o ya en lo que se refiere a la exteriorización de la voluntad
interna, en cuyo caso se configura el denominado error en la
declaración, que el Código Civil legisla claramente diferenciados en
el articulado pero bajo el título común de Vicios de la Voluntad. (1).

9.1.2 REQUISITOS DEL ERROR

Artículo 201. El error es causa de anulación del acto jurídico cuando


sea esencial y conocible por la otra parte.

El artículo se refiere al error vicio o en la formación de la voluntad,


que es distinto del error obstativo, que ocurre en la declaración de
voluntad.
El error vicio es, en definitiva, un problema psicológico de
conocimiento defectuoso, por insuficiencia de información o porque
el sujeto no razonó adecuadamente la información que contaba.
Estamos ante situaciones de ignorancia o de equivocación.

Esta y las normas que siguen se ocupan de señalar como o cuando


el error tiene transcendencia para el Derecho, a la luz de su
tratamiento legal. Trascendencia jurídica que viene dada porque al
producirse el error la regulación jurídica o fáctica del negocio no
permite lograr los fines, aspiraciones, necesidades o intereses para
los que el declarante celebre el negocio.

9.1.3 ERROR ESENCIAL

Artículo 202. El error es esencial:


1. Cuando recae sobre la propia esencia o una cualidad del objeto
del acto que, de acuerdo con la apreciación general o en relación
las circunstancias, debe considerarse determinante de la
voluntad.
2. Cuando recae sobre las cualidades personales de la otra parte,
siempre que aquellas hayan sido determinantes de la voluntad.
3. Cuando el error de derecho haya sido la razón única o
determinante del acto.

(1) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 399


(2) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-juridico

106
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El error es esencial cuando es determinante en la formación de la


voluntad interna e induce al sujeto a la celebración del acto jurídico
mediante una manifestación de voluntad que no va ser correlativa a
los efectos queridos, o, en otras palabras, el error es esencial
cuando de no haber mediado el sujeto no hubiera celebrado el acto
jurídico. Esencial es, por consiguiente, como precisa Pietrobon (3),
todo error que impide el exacto conocimiento del negocio nacido al
mundo jurídico.

El código Civil no contiene una noción del error esencial, pero de


algunas de sus disposiciones se puede extraer el criterio que hemos
expuesto y que es el que ha adoptado. Así, cuando hace referencia
al erros esencial permite inferir que lo es el “determinado de la
voluntad” (art. 202 incs. 1 y 2, y art. 204) y que también es cuando
es “la razón única o determinante del acto” (art. 202, inc. 3). Por ello,
no participamos del criterio expuesto por Susana Zusman (4) en
cuanto distingue entre error esencial y error determinante y que sólo
el primer está comprendido en los enumerados por el art. 202.

9.1.4 ERROR CONOCIBLE

Artículo 203. El error se considera conocible cuando, en relación al


contenido, a las circunstancias del acto o a la calidad de las partes,
una persona de normal diligencia hubiese podido advertirlo.

La justificación del precepto es que sería injusto admitir que un error


oculto pudiera perturbar las expectativas del destinatario fundadas
en la declaración.

El error conocible es cuando una de las partes celebrantes tiene la


posibilidad de descubrir el error y evitar la celebración del acto. El
error además de esencial para dar lugar a la nulidad del acto jurídico,
debe ser reconocible por el otro celebrante. (6).

(3) El error en la doctrina del Negocio Jurídico pág. 473


(4) El error en el Acto Jurídico pág. 65
(5) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 402
(6) https://www.monografias.com/trabajos37/vicios-de-voluntad/vicios-de-voluntad2.shtml

107
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.1.5 ERROR DE CALCULO Y ERROR EN LA CANTIDAD

El error de cálculo es el que resulta de una operación aritmética mal


hecha, equivocada, que responde al viejo aforismo error calculi
retractur potest, y, aparentemente, no presenta las complejidades
que presentan los que hemos considerado anteriormente. Sin
embargo, no es sí porque, como veremos el Código distingue de
este error el error en la cantidad. El Código Civil legisla el error de
cálculo en su art. 204 estableciendo que “El error de cálculo no da
lugar a la anulación del acto sino solamente a rectificación,
salvo que consistiendo en un error sobre la cantidad haya sido
determinante de la voluntad”.

El error en la cantidad, error in quantitati, como acabamos de ver, lo


legisla el mismo art. 204 como un error esencial siempre que “haya
sido determinante de la voluntad”, lo que significa que si no ha sido
queda como un indiferente error de cálculo. El acotado art. 204 que,
como hemos advertido, está inspirado en el art. 1430 del Código Civil
Italiano, lo presenta en los siguiente términos: “El error de cálculo no
da lugar a la anulación del acto, sino solamente a rectificación, salvo
que consistiendo en un error sobe la cantidad haya sido
determinante de la voluntad”. (7).

9.1.6 ERROR EN EL MOTIVO

El error en el motivo es el característico error – vicio, pues puede


afirmarse que todas las modalidades de error que hemos estudiado
se resumen en este, pues es la motivación del sujeto lo que lo
determina a la celebración del acto jurídico. Sin embargo, el Código
Civil ha querido diferenciarlo de los demás al precisar que puede ser
esencial o indiferente, según se manifiesta o no como razón
determinante de la celebración del acto jurídico.
El Código Civil legisla el error en el motivo en el art. 205 en los
términos siguiente: “El error en el motivo sólo vicia el acto cuando
expresamente se manifiesta como su razón determinante y es
aceptado por la otra parte”. (8).

9.1.7 IMPROCEDENCIA DE ANULABILIDAD POR ERROR


RECTIFICADO

Artículo 206. La parte que incurre en error no puede pedir la


anulación del acto si, antes de haber sufrido un perjuicio, la otra
ofreciere cumplir conforme al contenido y a las modalidades del acto
que aquella quiso concluir.

(7), (8) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 412 y 413

108
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

No ofrece singular dificultad el entendimiento de este artículo. Su


inclusión obedece a la razón de tutelar la confianza, de la que ya se
ha hablado. Aunque el error sea esencial y conocible, quien erró no
podrá solicitar la anulación si la otra parte ofrece introducir las
modificaciones necesarias, es decir, cumplirlo de modo satisfactorio
para el errante. (9).

9.1.8 IMPROCEDENCIA DE INDEMNIZACIÓN

Artículo 207. La anulación del acto por erro no da lugar a


indemnización entre las partes.

Como se pretende proteger al receptor de la declaración con base


en la teoría de la confianza, éste no puede demandar daños y
perjuicios pues si el negocio se ha anulado se debe a que el error
era esencial y conocible. Si es así, el precepto legal da por entendido
que el receptor de la declaración pudo haberse percatado del vicio
y, por tanto, pudo no haber dado crédito a la declaración o hecho
notar al declarante el error en que se encontraba. Hubo entonces
una falta de la parte receptora. Por la comisión de esta falta de
cuidado, no se le autoriza a reclamar daños y perjuicios. (10).

9.1.9 ERROR EN LA DECLARACIÓN

El Art. 208 del Código establece que: “Las disposiciones de los Art.
201 a 207 también se aplican, en cuanto sean pertinentes, el caso
en que el error en la declaración se refiera a la naturaleza del acto,
el objeto principal de la declaración o a la identidad de la persona
cuando la consideración a ella hubieses sido el motivo determinante
de la voluntad, así como al caso en que la declaración hubiese sido
el motivo determinante de la voluntad, así como al caso en que la
declaración hubiese sido trasmitida inexactamente por quien
estuviere encargado de hacerlo”. Se legisla, así, sobre el error
obstativo, pero no como un caso de divergencia entre la voluntad y
la declaración, sino como un vicio de la voluntad, dándose contenido,
como errores esenciales, al error en la naturaleza del acto, el error
en el objeto y al error en la identidad de la persona, así como al error
en la trasmisión de la declaración. (11).

(9), (10) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico


(11)Teoría General del Acto Jurídico – Fernando Vidal Ramírez - Pág 423

109
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.1.10 ERROR INDIFERENTE

El error es indiferente por contraposición al error esencial, pues lo es


en tanto no ha incidido en la formación de la voluntad interna de
manera tal como para constituirse en razón o causa determinante.
La doctrina explica el error indiferente tal como hemos planteado su
noción. Así Messineo (12) nos dice que por argumentación a
contrario debe considerarse no-esencial o in-esencial, o sea
accidental – el Código Civil no utiliza un nomen juris y por eso
nosotros hemos preferido denominarlo indiferente – el error que
recae sobre cualidades no sustanciales y consideradas secundarias
de la cosa o de la persona, y que, por tanto no pudieron ser
determinantes de la voluntad, pues en esta clase de error se
subsumen los errores en el motivo que no llegan a ser esenciales y,
por consiguiente, no atribuye el poder de pedir la anulación del
negocio.

9.1.11 ERROR EXCUSABLE

Tal como indica un autor nacional “el error es excusable cuando


normalmente, y según las circunstancias del caso concreto, no ha
podido ser evitado por quien lo sufre, no obstante haber actuado
diligentemente. Es decir, es excusable el error que no provenga de
culpa o de la imprudencia del que lo alega”

Cuando tratamos el error; el error de hecho, y los supuestos que la


ley permite alegar el error de derecho, dijimos que para que pueda
ser tomado en cuenta para anular el acto jurídico por vicio de la
voluntad, dicho error debía ser excusable. Lo que resta por
establecer, es en qué consiste un error excusable.

La existencia de una razón o motivo para caer en el error de hecho,


y no por mero descuido o torpeza de quien lo ha padecido. En la
nota se aclara que debe observarse para saber si el error es o no
excusable, cada caso en particular. No podrían invocar este error (en
principio) pues sería una gran negligencia, quienes se engañan con
respecto a sus propios actos (que dependen de sí mismo) o sobre
su propia capacidad legal. Sin embargo, aclara el codificador, que
aún en estos supuestos de errores graves, hay que atenerse a las
especiales circunstancias tanto del negocio, como a las situaciones
particulares del sujeto. (13).

(12) Manual de Derecho Civil y Comercial T. II, pág. 436.


(13) https://derecho.laguia2000.com/parte-general/error-excusable

110
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.1.12 EL ERROR EN EL CÓDIGO CIVIL

 Error In Substantia. Es aquel error que recae sobre la


composición material del objeto del negocio jurídico. Por ejemplo
si una persona compra un reloj bañado en oro pensando que es
realmente de oro. Esta figura de erros esencial está
expresamente considerada en el primer inciso del artículo 202
del Código Civil, cuando se refiere al error que recae sobre la
propia esencia del objeto del acto.

 Error In Qualitate. Es aquel error que recae sobre las


cualidades substanciales o esenciales del objeto del negocio
jurídico, el mismo que, como se ha explicado en el primer punto,
se ha derivado de la figura del error in substantia, del cual resulta
muchas veces difícil de distinguir. Ejemplo. En el caso anterior
del reloj bañado de oro, podría señalarse también que se trató
de un error in qualitate, de aceptarse que pare el comprador era
una cualidad esencial que el relajo fuera de oro.
El error in qualitate ha sido expresamente considerado como
error esencial en el inciso 2 del artículo 202 del Código Civil.

 Error In Quantitae. Es aquel error que recae sobre la cantidad,


el cual es mencionado por nuestro Código Civil como error
esencial en el artículo 204, distinguiéndolo del erros de cuenta o
error de cálculo, que no da lugar a la anulación del negocio, sino
solamente a su rectificación; por tratarse de un error recae sobre
las cualidades personales de una de las partes, que han sido
tomadas en consideración por la otra parte la celebración del
negocio jurídico.

 Error de Derecho. Es el error sobre las consecuencias jurídicas


del negocio, que es un error indiferente que está referido a los
efectos jurídicos que nacen ex – lege de la celebración de un
determinado negocio jurídico. Ejemplo: Es indiferente el error
que recae sobre la obligación de saneamiento en un contrato de
compra venta. En este caso será error de derecho, aquel que
recae sobre las consecuencias principales de un negocio
jurídico, por cuanto en ese supuesto el error incidiría sobre el
alcance o existencia de una norma jurídica aplicable a un
determinado negocio jurídico.

 Error en el Motivo. Es aquel error que recae sobre el motivo


cuando expresamente se ha declarado como la razón
determinante de la celebración del negocio jurídico y ha sido
aceptado por la otra parte. Si se trata del error es un motivo que
no reúne estas dos condiciones, será un caso de error

111
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

indiferente. El error en motivo es considerado por nuestro Código


Civil como un caso de error esencial, específicamente en su
artículo 205, y que responde a lo que un sector de la doctrina
francesa denomina “Falsa Causa”. Este error es también
siempre un supuesto de error de hecho.

 Error sobre la Identidad del Negocio Jurídico llamado


también Error In Negotio. Es aquel error que recae sobre la
identidad misma del negocio jurídico celebrado. Por ejemplo, si
una de las partes celebra un contrato de arrendamiento,
imaginando que se trata de un comodato. El error in negotio es
un supuesto de error obstativo o de error en la declaración, (por
cuanto es imposible que se configure un supuesto de error vicio
que recaiga sobre la identidad o sobre la naturaleza del negocio
jurídico).

 Error sobre la Identidad del Objeto del Negocio Jurídico,


denominado Error In Corpore. Es aquel que recae sobre la
misma identidad del objeto. Este error es considerado también
como un supuesto de error en la declaración, que no puede
consistir en ningún caso en un error dirimente. El error in corpore
puede ser un error vicio. La doctrina francesa considera, al igual
que en el caso del error sobre la naturaleza del negocio, que en
el caso del error in corpore, dicho error es un caso disenso.

 Error sobre la Identidad de la Persona, denominado Error In


Persona. El error in persona puede ser obstativo o dirimente, no
debiendo confundirse tampoco el error obstativo con el diseño.
Nuestro Código Civil, siguiendo a la mayoría de los autores
italiano, que han criticado en forma rotunda al propio Código Civil
italiano, considera que el error in negotio, el error in copore y el
error in persona son siempre supuestos de error en la
declaración, según se infiere claramente en el artículo 208. (14).

9.2. EL DOLO

9.2.1. CONCEPTO

El dolo es también un factor perturbador inconsciente del proceso


formativa de la voluntad jurídica que afecta a la función cognoscitiva
del sujeto y, por tanto, a su voluntad interna. Pero, a diferencia del
error-vicio, que es espontaneo, el dolo es una inducción al error, un
engaño para provocar el error, y por eso se caracteriza por la mala
fe, por el designio de perjudicar a otro: dolus est constilium alteri
nocendi.

112
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

La doctrina es unánime en conceptuar el dolo como toda maniobra


encaminada a provocar un engaño e inducir a error. Así, Mazeaud
(15) dicen que se trata de un error, pero constituido por el hecho de
la otra parte pues es un error provocado, un engaño: la victima del
dolo no sólo se engaña, sino que ha sido engañada. Para Stolfi (16),
dolo es el error provocado engañando a otro y constituye una causa
por sí suficiente para la anulabilidad del acto, de modo que éste es
impugnable aun en los casos en que el error por sí solo no afectase
a la validez del negocio, ya que el error que no provocaría la
ineficacia del acto la provoca entonces porque ha tenido por causa
el dolo, pues el dolo consiste en el artificio utilizado para engañar a
una persona provocando en ella un error o aprovechando el error en
que la misma se haya a fin de inducirla a realizar un negocio jurídico.

9.2.2. EL DOLO COMO VICIO DE LA VOLUNTAD

En el Derecho la palabra dolo se usa con significados diferentes. En


materia de actos ilícitos, el dolo designa la intención del agente de
provocar el daño que su hecho produce: es la característica del delito
civil, y en tal sentido se opone a la culpa como elemento distintivo
del cuasidelito.

En lo relativo al cumplimiento de las obligaciones, el dolo designa la


deliberada inejecución por parte del deudor. Por último, el dolo
designa las maniobras engañosas empleadas por una de
las partes que vician la voluntad de la otra en la celebración del acto
jurídico: dolo como vicio de la voluntad.

Las características del dolo, como vicio de la voluntad, residen en


el engaño que se emplea para decidir a alguien a la realización de
un acto jurídico. Es un concepto jurídico perfectamente conocidos de
los romanos que, en frase de Labon incluida en el digesto, se definía
como omnem calliditatem, fallaciam, machinationem ad
circunveniendum, decipiendumve alterum adhibitam (dig, libro 4, Tit.
3, ley 1a, parágrafo. 2 de dolo malo).

En suma, es dolo cualquier forma de engaño que se utiliza para


determinar a una persona a celebrar un acto jurídico. Se trata de
un concepto de doctrina corriente que no pueda dar lugar a
equívocos. (17).

(14)https://www.monografias.com/trabajos56/vicios-voluntad/vicios-voluntad2.shtml#
herroresenc
(15) Lecciones de Derecho Civil. Parte Primero Vol I, pág. 208
(16) Teoría del Negocio Jurídico págs. 189 y 190
(17)http://www.enciclopedia-juridica.com/d/dolo-como-vicio-de-la-voluntad/dolo-como-vicio-
de-la-voluntad.htm

113
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.2.3. EL DOLO Y EL ERROR.

El error puede entonces ser equivocación o ignorancia, pero el


resultado en ambos casos es el mismo; una falsa representación de
la realidad, y eso en definitiva es el error. La duda en todo caso
excluye al error, pues quien obra a sabiendas que puede estar
equivocado, desconociendo con exactitud las consecuencias de sus
actos, no puede invocar luego su propio error. En error en cambio el
sujeto desconoce ciertas consecuencias del acto que celebra y cree
que su representación de la realidad es acertada. (18).

9.2.4. DOLO Y FRAUDE

Hay fraude cuando una persona insolvente enajena bienes con el fin
de sustraerlos a la ejecución de los acreedores, pero con una
voluntad real, lo que distingue el acto fraudulento del acto simulado.
Así, el fraude de acreedores en sentido estricto, es concisamente,
un problema de comportamiento impropio o imperfecto del deudor
ante una legítima aspiración del acreedor.

En sentido ortodoxo el fraude es siempre genuinamente doloso;


ausencia consciente de buena fe y voluntad maliciosa de impedir el
cobro del acreedor. No hay que negar, que se puede cometer fraude
a los acreedores mediante diversas formas, una de ellas es la
simulación; se puede simular más acreedores, enajenar bienes
ficticiamente, etc. Empero, todas estas modalidades de conductas
dolosas, que suelen calificarse como delito, ofrecen un común
denominador constituido por dos elementos que han de presentarse
de consuno: a- un perjuicio a los acreedores; b- una deliberada
intención del obligado de eludir sus compromisos o, si no hay tal
intención, una conciencia que su conducta puede ser perjudicial. (19).

9.2.5. DOLO DIRECTO E INDIRECTO

El dolo directo es el utilizado por una de las partes del acto jurídico
o por ambas, caso en el que se configura el dolo reciproco. El
concepto se funda en el principio romanista nemo dolus suus
prodesse debet: a nadie debe resultar ventajoso su dolo. El Código
Civil, como es obvio, legisla sobre el dolo directo bajo el supuesto de
que se utilizado por una de las partes, como resulta del primer
párrafo del art. 210 y el art. 211, estando implícito en el art. 212. Por
eso es conveniente detenernos en las modalidades a que puede dar
lugar el dolo directo, como son las del dolo de parte, cuando actua
por sí y cuando es representada, así como el dolo del incapaz y el
dolo de ambas partes o solo reciproco. (20).

114
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

El dolo indirecto, por contraposición al dolo directo, es el que


proviene de un tercero, esto es, de un extraño al acto, que lo emplea
con la misma finalidad con que lo podría haber empleado una de las
partes para obtener una ventaja indebida. En esta modalidad de dolo
pueden presentar dos hipótesis, según la utilización del dolo sea
conocida o que no lo sea por la pare que va a obtener la ventaja
indebida.

El Código Civil se ocupa del dolo de tercer en el segundo párrafo de


su art. 210: “Cuando el engaño sea empleado por un tercero, el acto
es anulable si fue conocido por la parte que obtuvo beneficio de él”.
La norma fue tomada del Proyecto de la Comisión Reformadora (21)
y si bien registra como antecedente al art. 1087 del Código Civil de
1936, el cambio de su redacción se inspiró el art. 1439 del Código
Civil Italiano. (22).

9.2.6. DOLO CAUSANTE

El dolo causante es el engaño utilizado para la formación de la


voluntad interna de un sujeto, el cual, de no habérsele provocado el
error, no hubiera celebrado el acto jurídico. Es el factor determinante
de la voluntad ajena, el dolus causam dans, o sea, aquel que de no
haber mediado no hubiera determinado la declaración de voluntad.
Se le llama también dolo causal, determinante o principal. La
doctrina lo distingue como el nexo causal entre el engaño y la
declaración de la víctima y, por tanto, el que constituye en un
genuino vicio de la voluntad. (23).

9.2.7. DOLO INCIDENTAL

El dolo incidente no es el engaño determinante de la voluntad y, por


tanto es el que no se constituye como causa eficiente de la
celebración del acto jurídico, puesto que con o sin su mediación se
hubiera de todas maneras celebrado. Este dolo es el que se utiliza
para obtener indebidas ventajas y es por eso que es un dolus
incidens, pues el engaño no es determinante de la manifestación de
voluntad: el autor del engaño solo consigue condiciones que le
favorecen al lograr que la víctima del dolo celebre el acto en
condiciones más gravosas para ella. (24).

(18), (19) https://es.wikipedia.org/wiki/Vicios_de_la_voluntad


(20) Acto Jurídico, pág. 451
(21) Teoría General de los Actos o Negocios Jurídicos págs. 213 y 214
(22) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 455.
(23) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 446.
(24) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 447

115
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.2.8. DOLO POSITIVO Y NEGATIVO

El dolo positivo, dolo por acción o acción dolosa, viene a ser un


actuar que se trasunta en palabras o hechos, o, como expresa
Coviello (25), en presentar circunstancias falsas, o en suprimir o
alteras las verdaderas.

El Código Civil ha previsto el dolo positivo, dolo por acción o acción


dolosa, en su art. 212: “La omisión dolosa produce los mismos
efectos que la acción dolosa”. La norma fue tomada del Proyecto de
la Comisión Reformador (26) y registra como antecedente el art. 1088
del Código Civil de 1936.

El dolo negativo, omisión dolosa o dolo por omisión esta también


previsto en el art. 212 del Código Civil: “La omisión dolosa produce
los mismos efectos que la acción dolosa”. La norma, como también
hemos advertido, reitera el art. 1088 del Código Civil de 1936 y
motivó que Manuel de la Puente y Susana Zusman (27) consideraran,
con razón, que la equivalencia entre la acción y la omisión dolosas
era conveniente para negar lo que algún sector de la doctrina
sostiene sobre la equiparada entre el llamado dolo bueno y el simple
silencio.

9.2.9. DOLO RECÍPROCO

La modalidad del dolo reciproco, también llamada solo bilateral o


dolo mutuo, se configura cuando las dos partes emplean el dolo.
El Código Civil en su art. 213 ha adoptado lo que es ya un principio
universal: “Para que el dolo sea causa de anulación del acto, no debe
haber sido empleado por las dos partes”. La norma fue tomada del
Proyecto de la Comisión Reformadora (28) y registra como
antecedente el art. 1085 del Código Civil de 1936.

(25) Código Civil. Compilación de Delia Revoredo T.I, pág. 202 y 303
(26), (27) Proyectos y Anteproyectos de la Reforma de Código Civil T.I. pág. 105.
(28) Código Civil. Compilación de Delia Revoredo T.I. pág. 203 y 204.

116
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.3. LA VIOLENCIA

9.3.1. VIOLENCIA E INTIMIDACIÓN

La violencia y la intimidación son hechos reprimidos tanto por el


derecho penal como por el derecho civil. Se denomina violencia la
coerción grave, irresistible e injusta ejercida sobre una persona para
determinarla contra su voluntad, a la realización de un acto jurídico.

La violencia y la intimidación son hechos reprimidos tanto por


el derecho penal como por el derecho civil.

Se denomina violencia la coerción grave, irresistible e injusta


ejercida sobre una persona para determinarla contra su voluntad, a
la realización de un acto jurídico. Asume dos formas:
Violencia física o moral. La primera, también llamada fuerza, tiene
lugar cuando la voluntad se manifiesta bajo el imperio de una presión
física irresistible. La segunda o intimidación consiste en
la amenaza de un sufrimiento futuro aunque inminente. (29).

9.3.2. CONCEPTO DE INTIMIDACIÓN

La intimidación consiste en infundir temor en un sujeto para obtener


por ese medio la manifestación de su voluntad, afectando su libertad
y, por eso, constituye un genuino vicio de la voluntad. Al contrario de
lo que ocurre con la violencia física, que desplaza la voluntad por lo
que el acto “no es” del sujeto, la violencia moral o intimidación
infunde un temor sobre el sujeto quien, cediendo, se avene a
declarar una voluntad que no responde a una decisión suya, libre y
espontánea. Es la llamada vis compulsiva del Derecho Romano.

El código de 1852, en su art. 1242, estableció que “La fuerza o la


violencia deben ser tales que produzcan una impresión profunda en
el ánimo del que las sufra, por amenazársele con un mal grave en
su persona, la de su cónyuge, ascendientes o descendiente; o con
la pérdida de todos o parte considerable de sus bienes”. El Código
de 1936 insufló esta norma a su art. 1090, que amplió la amenaza
intimidadora a personas distintas a las vinculadas conyugal o
parentalmente con el agente pasivo de la intimidación. (30).

(29) http://www.enciclopedia-juridica.com/d/violencia-e-intimidaci%C3%B3n/ violencia-


e-intimidaci%C3%B3n.htm
(30) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 466, 499

117
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.3.3. CALIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA Y DE LA INTIMIDACIÓN

Como señala León Barandiarán (31) en la violencia físico no hay


nada que examinar, salvo el hecho mismo de esa violencia. Sin
embargo, el Código del 36 en su Art. 1091 estableció pautas para la
calificación de la violencia, lo que también hace el Art. 216 del nuevo
Código, remitiéndose a la edad, el sexo, a la condición de la persona
y a las demás circunstancias que puedan influir sobre su gravedad.

9.3.4. RENUNCIA DE LA ACCIÓN POR VICIOS DE LA VOLUNTAD

Es nula la renuncia anticipada a la acción que se funde en error, dolo,


violencia o intimidación.

El mandamiento del artículo 218 es claro y justo. Es lógica la


disposición legal de considerar absolutamente la renuncia anticipada
a la acción de anulabilidad que el artículo concede, mientras el sujeto
declarante se encuentra todavía afecto por error, dolo, intimidación
o violencia impulsiva.

La renuncia a la acción de nulidad absoluta expresada por quien ha


declarado por violencia compulsiva, también es nula. (32).

9.3.5. PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES

Las acciones fundadas en la intimidación, tanto la anulatoria como


la indemnizatoria, son prescriptible, conforme al inc. 4 del art. 2001
del Código Civil, que hace prescribir en un placo de 2 años la acción
para la anulación fundada en la intimación y, en el mismo plazo, la
acción indemnizatoria por responsabilidad extracontractual, que es
el caso de la intimación que, como ya advertimos, constituye un ilícito
civil.

El plazo se computa desde el día en que pudieron ser ejercitadas


tanto la acción anulatoria como la acción indemnizatoria, conforme
al art. 1993 del Código Civil. (33).

(31) Comentarios del Código Civil Peruano T. I. pág 142.


(32) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico
(33) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 482

118
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

9.3.6. LOS VICIOS DE LA VOLUNTAD EN EL MATRIMONIO Y EN EL


TESTAMENTO

 En el matrimonio. El Código Civil legisla sobre


el matrimonio como acto jurídico aunque sometiéndolo, por sus
peculiaridades, a un régimen especial y no a las normas
generales que rigen los actos jurídicos, lo que se pone de
manifiesto en el tratamiento del error dentro del régimen legal del
matrimonio. Según Fernando Vidal Ramírez: "Art. 277° CC., inciso
5 señala que: es anulable el matrimonio… de quien lo contrae por
error sobre la identidad física del otro contrayente o por ignorar
algún defecto sustancial del mismo que haga insoportable la vida
en común. Se reputan defectos sustanciales: la vida deshonrosa,
la homosexualidad, la toxicomanía, la enfermedad grave
de carácter crónico, la condena por delito doloso a más de dos
años de pena privativa de la libertad o el ocultamiento de la
esterilización o del divorcio. Como puede apreciarse, el Código
Civil, es este caso hace referencia a un error en la identidad de la
persona, pero a nuestro juicio, debe entenderse como un error en
las cualidades esenciales de la persona".

 En el acto testamentario. El acto testamentario también


presenta características peculiares que hacen que esté sometido
a normas especiales respecto de las contenidas en el Libro II del
CC., salvo los casos de remisión expresa a las reglas generales,
como en el caso de las modalidades (Art. 689° CC.), lo que no
ocurre con el tratamiento del error. El acto testamentario se
caracteriza por ser unilateral y recepticio, que requiere de la
manifestación de voluntad directa del testador (Art. 690° CC.) y
que puede ser o no de contenido patrimonial (Art. 686° CC.). Es,
además, el acto mortis causa por excelencia y otras
características, sin embargo, sólo vamos a mencionar y poner en
relevancia la de su provisionalidad, pues el testador puede
revocarlo cuantas veces quiera, ya que sólo a su muerte se torna
definitivo.
Según, Fernando Vidal Ramírez "De acuerdo al Art. 809° del CC.,
también son anulables las disposiciones testamentarias debidas
a error esencial de hecho o de derecho del testador, cuando el
error aparece en el testamento y es el único motivo que ha
determinado al testador a disponer. Como error esencial puede
configurarse como error-vicio y también como error en la
manifestación de la voluntad, incluido el error en el que puede
incurrir el notario al transcribir la declaración testamentaria a
su protocolo". (34).

(34)https://www.monografias.com/trabajos103/vicios-delavoluntad/vicios-delavoluntad.shtml

119
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Cuál es el concepto de error?

2) ¿Cuáles son los requisitos del error?

3) ¿Qué es el error esencial?

4) ¿Qué es el error conocible?

5) ¿Qué es la improcedencia de indemnización?

6) ¿Cuál es el concepto de dolo?

7) ¿Cuál es la diferencia entre dolo directo e indirecto?

8) ¿Cuál es la diferencia entre dolo positivo y negativo?

9) ¿Qué es el concepto de intimidación?

10) ¿Cuál es la calificación de la violencia y de la


intimidación?

120
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

DÉCIMA UNIDAD

NULIDAD Y ANULABILIDAD
DEL ACTO JURIDICO

COMPETENCIAS:

1) Reconoce que el acto jurídico es eficaz cuando produce los


efectos que le son propio.
2) Analiza la nulidad y anulabilidad del Acto Jurídico
3) Reconoce las causales de la nulidad

121
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

10.1. NULIDAD Y ANULABILIDAD

El acto jurídico para llegar a ser tal debe tomarse con la concurrencia de
sus elementos esenciales, que se constituyen en sus requisitos de
validez, y que la voluntad, a su vez debe haberse formado sin vicios que
la afecten y que su manifestación sea su fiel expresión, sin distorsiones
ni perturbaciones conscientes ni inconscientes. La nulidad vienes a ser,
entonces, una sanción legal, la máxima sanción civil, cuando el acto
jurídico se celebra sin sus requisitos de validez, o cuando se celebre con
perturbaciones o distorsiones, puesto que lo priva de su existencia,
validez y eficacia.

La nulidad, como sanción, puede alcanzar a la generalidad de los actos


jurídicos, pues se funda, unas veces, en consideraciones de orden
público, y otras, en la cautela de intereses privados, siendo estos
fundamentos, precisamente, lo que permiten distinguir la nulidad en
absoluta y en relativa. (1).

10.2. CAUSALES DE NULIDAD ABSOLUTA

Las causales de nulidad absoluta están enumeradas por el art. 219 del
Código Civil: El acto jurídico es nulo:

1. Cuando falta la manifestación de voluntad del agente.


2. Cuando se haya practicado por persona absolutamente incapaz,
salvo lo dispuesto en el art. 1358.
3. Cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando sea
indeterminable.
4. Cuando su fin esa ilícito.
5. Cuando adolezca de simulación absoluta.
6. Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
7. Cuando la ley lo declara nulo.
8. En el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley
establezca sanción diversa.

La enumeración de las causales es taxativa, lo que significa que el acto


nulo sólo puede serlo por las causales preceptuadas por el acotado art.
219, pues este es el sentido del sistema adoptado por el Código Civil.
(2).

(1) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 496


(2) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 499

122
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

10.3. NULIDAD ABSOLUTA

La Nulidad absoluta es la que se fundamenta en consideraciones de


orden público. La noción de la nulidad absoluta conduce al acto nulo y,
la de la nulidad relativa, al acto anulable. Un acto jurídico carente de
alguno de los requisitos esenciales, o contrario a una norma legal, o a
las buenas costumbres o al orden público será un acto nulo, con nulidad
absoluta; un acto en que concurren tales requisitos, pero adolece de un
vicio, será un acto anulable, con nulidad relativa. (3).

10.4. CAUSALES DE ANULABILIDAD

Art. 221. El Acto Jurídico es anulable


1. Por capacidad de ejercicio restringida de la persona contemplada en
los numerales 1 al 8 del artículo 44.
2. Por incapacidad relativa del agente.
3. Por vicio resultante de error, dolo, violencia o intimidación
4. Por simulación, cuando el acto real que lo contiene perjudica el
derecho de tercero.
5. Cuando la ley lo declare anulable

La anulabilidad es la forma menos grave de la invalidez negocial. Y lo es


porque, a diferencia de los ocurre con la nulidad, la anulabilidad supone
que la “irregularidad” que presenta el negocio únicamente afecta el
interés de la parte (o de una de las partes) que lo celebra. Como
consecuencia de ello, la anulabilidad no determina que el negocio no
produzca las consecuencias a las cuales está dirigido sino solamente
que dichas consecuencias puedan ser, durante cierto lapso “destruidas”
por la parte afecta por la “irregularidad”. (4).

10.5. ANULABILIDAD O NULIDAD RELATIVA

Artículo 222. El acto jurídico anulable es nulo desde su celebración, por


efecto de la sentencia que los declare.
Esta nulidad se pronunciara a petición de parte y no puede ser alegada
por otras personas que aquellas en cuyo beneficio la establece la ley.

A diferencia de la nulidad, la anulabilidad requiere ser declarada por el


juez (o árbitro), en tanto que la misma no hace otra cosa que destruir los
efectos negociables ya producidos (e impedir que surjan los
“pendientes”). (5).

(3) Teoría General del Acto Jurídico – Fernando Vidal Ramírez, pág. 508
(4), (5) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

123
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

10.6. NULIDAD EN EL ACTO PLURILATERAL

El acto plurilateral se configura cuando para su formación se requiere de


tres o más manifestaciones de voluntad de sujetos que se constituyen
en sendas partes. El Código Civil ha dado cabida al acto jurídico
plurilateral y al él hace explícita referencia cuando en el art. 1351
conceptúa el contrato como “el acuerdo de dos o más partes…”. De ahí
que tenga que ocuparse, también de manera explícita, de la nulidad del
acto plurilateral.
Explicando el sentido de la norma, León Barandiarán (6) expuso que
puede darse el caso de que un negocio plurilateral haya una causal de
nulidad, que recaiga en uno de los agentes participantes, siendo del caso
preguntarse si tal nulidad afecta el acto en total. Señaló el maestro que
este asunto ha sido objeto de preocupaciones en la codificación moderna
y la solución se da en el sentido de que si la obligación no tendrá validez
el negocio cuando la participación de la persona a quien afecta la nulidad
deba ser considerada como esencial para la producción del acto.

La cuestión que plante el art. 223 radica, entonces, en la esencialidad de


la participación de una de las partes del acto plurilateral. Si la
participación no es esencial a la consecución del fin común, el acto
subsiste. Por eso, la norma del art. 223 responde al principio de
conservación del acto jurídico, que busca mantener la eficacia del acto
jurídico en la medida de lo posible para la consecución del fin práctico
perseguido por las partes, evitándole una nulidad total y propiciando sólo
una nulidad parcial. (7).

10.7. NULIDAD PARCIAL

La nulidad de un acto jurídico puede ser total o parcial. La primera abarca


la integridad del acto, su totalidad, mientras que la segunda, afecta una
o más disposiciones del acto, dejando subsistentes otras, y puede
también estar referida a uno o varios actos relacionados entre sí,
tratándose de un acto compuesto.

El Código Civil legisla sobre la nulidad parcial en el art. 224: “la nulidad
de una o más de las disposiciones de un acto jurídico no perjudica a las
otras, siempre que sean separables. La nulidad de disposiciones
singulares no importa la nulidad del acto cuando éstas sean sustituidas
por normas imperativas. La nulidad de la obligación principal conlleva la
de las obligaciones accesoria, pero la nulidad de éstas no origina la de
la obligación principal”. Como puede apreciarse, el acotado art. 224 da
contenido a tres reglas que gobiernan la nulidad parcial:

(6) Curso del Acto Jurídico pág. 128 y 129


(7) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 531

124
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

1. De la nulidad de las disposiciones separables. 2. La de la nulidad de


las disposiciones singulares; y 3. La de la nulidad de las disposiciones
accesorias. A estas reglas puede sumarse la de la nulidad del acto
plurilateral, que hemos considerado anteriormente y la de la nulidad del
documento, que consideramos después. (8).

10.8. NULIDAD REFLEJA

Artículo 225. Acto y Documento. No debe confundirse el acto con el


documento que sirve para probarlo. Puede subsistir el acto aunque el
documento se declare nulo.

Los particulares para garantizar que su o sus declaraciones tengan un


marco de referencia objetivo necesitan que éstas se encuentren
contenida en un documento. Negocio y documento tienen la relación de
continente y contenido por lo que deben de ser netamente diferenciados
a fin de mantener una coherencia en el tratamiento de la eventual nulidad
de alguno de ellos, ya que resulta evidente que en ambos casos las
consecuencias serán distintas. (9).

10.9. ALEGACIÓN DE INCAPACIDAD EN BENEFICIO PROPIO

Artículo 226.- Capacidad de ejercicio restringida en beneficio propio


Cuando hubiere más de un sujeto que integre una misma parte, la
capacidad de ejercicio restringida del artículo 44 de uno de ellos no
puede ser invocada por la otra que integre la misma parte, salvo cuando
es indivisible la prestación o su objeto.”
En concatenación de las normas que establecen la legitimación para la
impugnación de ciertos negocios jurídicos que adolecen de algún
defecto en relación con la posición de los sujetos intervinientes, la
posibilidad de que una de las partes pueda alear la incapacidad de su
contraparte con el fin de beneficiarse a través de ello; por lo que, en una
primera aproximación, pareciera que la norma está dirigida a aplicarse
en negocios jurídicos en los que intervienen dos o más partes (negocios
bilaterales o plurilaterales), y que reduce su aplicabilidad a los negocios
obligacionales, hecho que resulta bastante discutible porque en los
casos de negocios con efectos reales, llámese compraventa, podría bien
aplicarse la regla contenida en la segunda parte del artículo, ya que
puede darse que parte pasiva, en este caso la vendedora, esté
compuesta por varios sujetos, uno de los cuales podría alegar la causal
de anulabilidad por incapacidad de su coparticipe (en la posición común
como parte negocia) ara efectos de peticionar la nulidad del negocio. (10).

(8) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 532


(9), (10) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

125
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

10.10. ANULABILIDAD POR INCAPACIDAD RELATIVA

Artículo 227. Las obligaciones contraídas por los mayores de dieciséis


años y menores de dieciocho son anulables, cuando resultan de actos
practicados sin la autorización necesaria.

La noma examinada estatuye sobre el supuesto de incapacidad relativa,


específicamente la minoría de edad comprendida entre los 16 y 18 años
(artículo 44, inciso 1 del Código Civil); y califica como una causal de
anulabilidad de un negocio determinado al hecho de que un sujeto
comprendido en el parámetro denotado concluya éste y asuma
obligaciones sin la autorización necesaria. (11).

10.11. REPETICION DE PAGO HECHO AL INCAPAZ

Artículo 228. Nadie puede repetir lo que pagó a un incapaz en virtud de


una obligación anulada, sino en la parte que se hubiere convertido en su
provecho.

Este artículo derogado por la Única Disposición Complementaria del D.L.


N° 1384, publicado el 04/09/2018.

10.12. MALA FE DEL INCAPAZ

Artículo 229. Si el incapaz ha procedido de mala fe ocultando su


incapacidad para inducir a la celebración del acto, ni él, ni sus herederos
o cesionarios pueden alegar la nulidad.

Este artículo derogado por la Única Disposición Complementaria del D.L.


N° 1384, publicado el 04/09/2018.

(11) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

126
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Qué es la nulidad?

2) ¿Qué entiende Usted por anulabilidad?

3) ¿Cuáles son las causales de nulidad absoluta?

4) ¿Qué es la nulidad absoluta?

5) ¿Cuáles son las causales de anulabilidad?

6) ¿Qué es la nulidad parcial?

7) ¿Qué es la nulidad en el acto plurilateral?

8) ¿Qué es la nulidad refleja?

9) ¿Qué es la alegación de incapacidad en beneficio propio?

10) ¿Qué es la anulabilidad por incapacidad relativa?

127
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

128
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

DÉCIMA PRIMERA UNIDAD

CONFIRMACIÓN DEL ACTO


JURIDICO

COMPETENCIAS:

1) Reconoce que la confirmación es una forma de convalidación


del acto anulable.
2) Diferencia entre confirmación expresa y confirmación tácita.
3) Analiza la diferencia entre confirmación y ratificación.

129
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

11.1. CONCEPTO

La confirmación es un acto jurídico en virtud del cual e convalida otro acto


jurídico, anulable, por adolecer de un vicio o causal de nulidad relativa, la
confirmación sólo es posible en el acto anulable, pues la nulidad relativa
se fundamenta en la protección de intereses privados los cuales,
precisamente, pueden conducir a ella ya que el legitimado para accionar
puede no hacerlo y confirmar el acto viciado. Lo mismo no puede ocurrir
con la nulidad absoluta, que tiene como característica no admitirla, pues
constituye una sanción más rigurosa al fundamentarse en
consideraciones de orden público y así preceptuarlo el art. 220 del Código
Civil. El acto confirmatorio, por su razón de ser, no es autónomo, desde
que queda ligado al acto que confirma y no crea una nueva relación
jurídica, confirmatio nihil dat novi, ya que sólo redime al acto anulable de
sus defectos o vicios.

La doctrina suele usar la convalidación como indicativa de todo hecho o


acto que haga desaparecer la impugnabilidad de un acto jurídico. De este
modo, la confirmación viene a ser una especie del género, que es la
convalidación. Esta, entendida como género, es todo hecho, que da lugar
a la eliminación de impugnar un acto jurídico que se califica de anulable.
Así, puede haber una convalidación ex voluntate, que viene a ser la
confirmación, y una convalidación ex lege, que es consecuencia del
transcurso de los plazos prescriptorios o de caducidad respecto de la
acción para intentar la anulación del acto. (1).

11.2. CONFIRMACIÓN EXPRESA

La confirmación es expresa por la manera como se manifiesta la voluntad.


Significa, entonces, que la confirmación es expresa cuando la voluntad
confirmatoria se manifiesta oralmente, por escrito o por cualquier medio
directo, conforme a las reglas de la manifestación de voluntad expresa
que precisa el art. 141 del Código Civil.

El Código Civil ha previsto un acto confirmatorio celebrado con las


formalidades prescritas en sus art. 230 y 232 y un acto confirmatorio
carente de formalidades, conforme al art. 231, lo que nos lleva a una
conclusión a priori en el sentido de que la forma prescrita tiene sólo el
carácter de ad probationem. De ahí que consideremos que la forma de la
confirmación expresa es voluntaria y que ahora podamos distinguirla en
formal y en no formal. (2). La confirmación expresa formal es la que se
hace constar documentalmente y a ella se refieren los arts. 230 y 232 del
Código Civil.

(1), (2) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 545, 549

130
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

11.3. CONFIRMACIÓN TÁCITA

La confirmación tácita está también contenida en el art. 231 del Código


Civil cuando hace mención a “…si existen hechos que inequívocamente
ponga de manifiesto la intención de renunciar a la acción de anulabilidad”.
Como puede apreciarse, la frase transcrita guarda perfecta coincidencia
con la noción de la manifestación de voluntad tácita que contiene el art.
141.

La confirmación tácita, como lo hemos advertido al detenernos en la


manifestación de voluntad tácita, presenta también serias dificultades
para establecer si hay o no voluntad confirmatoria en el sujeto. Por eso,
es indispensable que se establezca inequívocamente no sólo la voluntad
del sujeto de renunciar a la acción anulatoria sino también si tiene
conocimiento de la causal que puede alegar.

En conclusión, lo que se requiere para la existencia de una confirmación


tácita es que de la facta concludentia se trasunte, sin lugar a duda alguna,
el conocimiento de la causal de nulidad relativa y la voluntad de confirmar,
como sería el caso, por ejemplo, del arrendatario que pudiendo impugnar
la validez del contrato de arrendamiento lo utiliza como título para
subarrendar. (3).

11.4. FORMALIDAD DE CONFIRMACIÓN

El Artículo 232, señala: La forma del instrumento de confirmación debe


tener iguales solemnidades a las establecidas para la validez del acto que
se confirma.

Esta norma se conecta directamente con el artículo 230 del Código Civil
relativo a la confirmación expresa, pues la confirmación tácita, según se
expresó al comentar el artículo 231, no se instrumentaliza ya que se da
por vía de ejecución total o parcial del acto viciado.

En ese sentido, la norma del artículo 232, en concordancia con la del


artículo 230, sugiere que la confirmación se realiza “mediante instrumento
que contenga…”, esto es que conste por escrito o por cualquier otro medio
que patentice la declaración de voluntad confirmatoria. Y el artículo 232
complementa esta regla señalando que la forma (formalidad) de dicho
instrumento (el de confirmación) debe tener las mismas solemnidades
exigidas (por ley) para la validez del acto que se confirma. (4).

(3) Vidal Ramírez, Fernando. El Acto Jurídico, pág. 552, 553


(4) https://es.slideshare.net/irvinramos/codigo-civil-comentado-acto-jurdico

131
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

11.5. LA RATIFICACIÓN

La Ratificación es un acto jurídico que unilateralmente otorga el


representado para aceptar o aprobar el acto celebrado por su
representante en exceso o en violación de las facultades de las que lo
había investido o, del acto que celebró quien se arrogó su representación
sin tenerla. También la ratificación se presenta en la gestión de negocios,
cuando quien careciendo de facultades de representación y sin estar
obligado, asume conscientemente la gestión de los negocios o la
administración de los bienes de otro, que lo ignora (art. 1950),
correspondiendo al dueño del negocio ratificar o no la gestión (art. 1952).

11.6. DIFERENCIAS ENTRE CONFIRMACIÓN Y RATIFICACIÓN

La confirmación se refiere a los actos jurídicos en los cuales la


convalidación emana de quien ha sido parte en él; la ratificación supone
la realización de un acto a nombre de otro, sin tener poderes o con
poderes insuficientes de éste, quien mediante dicha ratificación hace
suyos los efectos del celebrado por el falsus procurator. (5)

(5)Manual del Acto Jurídico – Jesús Antonio Rivera Oré – Pedro Bautista Toma – Pág. 240

132
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Cuál es el concepto de la confirmación del Acto


Jurídico?

2) ¿Qué es la confirmación expresa?

3) ¿Qué es la confirmación tácita?

4) ¿Cuál es la diferencia entre confirmación expresa y


tácita?

5) ¿Qué es la formalidad de confirmación?

6) ¿Qué es la ratificación?

7) ¿Cuál es la diferencia entre confirmación y ratificación?

8) ¿Qué Artículo del Código Civil regula la formalidad de


confirmación?

9) ¿Qué Artículo del Código Civil regula la confirmación


expresa?

10) ¿Qué Artículo del Código Civil regula la confirmación


tácita?

11)

133
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

134
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

DÉCIMA SEGUNDA UNIDAD

RESCICIÓN Y RESOLUCIÓN
DEL CONTRATO

COMPETENCIAS:

1. Reconoce el concepto de recisión y resolución de contrato


2. Identifica la diferencia entre recisión y resolución de contrato
3. Reconoce los efectos de la recisión y resolución de contrato.

135
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

De acuerdo a lo que estable el Código Civil Peruano, el contrato, es el


acuerdo de dos o más partes, para crear, regular, modificar o extinguir
una relación jurídica patrimonial, Art. 1351 del CC.
La rescisión y la resolución implican dos formas en las que se
consideraría ineficaz un contrato. (1).

12.1. RESCISIÓN DEL CONTRATO

El Art. 1370 del Código Civil Peruano, establece que la Rescisión de


Contrato, deja sin efecto un contrato por causal existente al momento de
celebrarlo.

La diferencia entre resolución y rescisión que ha sido materia de gran


controversia en algunos sectores de la doctrina. Alberto Spota (2)
sostiene que las dos expresiones son intercambiables por tener la misma
connotación. Seguramente, el pensamiento de este autor ha sido
influenciado profundamente por el Código Civil argentino, que ha
recurrido a ambas expresiones indistintamente. Lo mismo ocurrió en
nuestro Código Civil de 1936.

Recisión es la especie que se utiliza respecto de los contratos de tracto


sucesivo en los que la resolución solo produce efecto y entonces es más
propio hablar de recisión. Manuel Albaladejo (3) también parece opinar
que la resolución es el género que comprende a la especie rescisión,
cuando afirma: pues que el término específico con el que la ley designa
la situación es dentro del concepto genérico de resolución – el de
recisión.

Ejemplo del contrato de rescisión: Venta de un bien ajeno.

12.2. RESOLUCIÓN DEL CONTRATO

La Resolución de Contrato o resolución contractual, art. 1371 del Código


Civil Peruano, deja sin efecto un contrato válido por causal existente a
su celebración.

La resolución del contrato se establece ya sea por el incumplimiento o


retardo en la ejecución de las prestaciones, lo que permite la posibilidad
de una indemnización siempre y cuando pueda ser demostrable. En este
caso es imprescindible la comunicación escrita a la otra parte, en la que
se informa la intención de ejecutar la cláusula resolutoria.

136
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

La resolución incide en la relación jurídica que el contrato original y no


sobre el contrato mismo. La resolución no puede incidir sobre el cuerdo
válido y efectivamente concertado y, por lo tanto, no puede entenderse
que en virtud de la resolución tal acuerdo no se produjo. El contrato una
vez concertado es un hecho incontrovertible salvo que exista un vicio o
defecto que haya dañado su estructura, en cuyo caso estamos en
presencia de un supuesto de ineficacia estructural, es decir de invalidez
mas no de ineficacia funcional como es la resolución. Por ello la norma
precisa que todas las hipótesis que provocan la resolución se ubican en
el devenir de la relación jurídica o de los efectos contractuales, como
fenómenos patológicos o impeditivos de ellos. (4).

Ejemplo del contrato de Resolución: Resolución de contrato de compra-


venta de un bien inmueble. La cláusula resolutoria debe ser expresa y
clara en un contrato.

12.3. EFECTOS DE LA RESCISIÓN Y LA RESOLUCIÓN

El Art. 1372. La rescisión se declara judicialmente, pero los efectos de la


sentencia se retrotraen al momento de la celebración del contrato.

La resolución se invoca judicial o extra judicialmente. En ambos casos,


los efectos de la sentencia se retrotraen al momento en que se produce
la causal que la motiva.

Por razón de la resolución, las pares deben restituirse, las prestaciones


en el estado en que se encontraran al momento indicado en el párrafo
anterior, y si ellos no fueran posibles deben reembolsarse en dinero el
valor que tenían en dicho momento.

En los casos previstos en los dos primeros párrafos de este artículo,


cabe pacto en contrario. No se perjudican los derechos adquiridos de
buen fe (*).

La recisión solamente procede en aquellos casos establecidos por la ley


y opera mediante pronunciamiento jurisdiccional que así lo disponga,
pronunciamiento que tiene efectos constitutivos en el sentido de que
configura una realidad jurídica nueva; aquella constituida por la
desaparición de la relación jurídica. Esta ineficacia tiene alcances
retroactivos de manera que los efectos contractuales desaparecen
también para el pasado como si nunca se hubieran producido; y a
diferencia de lo que ocurre con la resolución, no tiene importancia si se
trata de un contrato de ejecución instantánea o de un contrato de

137
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

duración. La explicación es simple: la causa o el origen de la ineficacia


es un defecto en la estructura del contrato, de manera que este defecto
se proyecta sobre toda la relación jurídica y por eso (como en el caso de
la anulación) dicha relación se extingue íntegramente también en el
ámbito del contrato de duración.

Los efectos de la resolución. La resolución produce fundamentalmente


dos efectos, a saber: el extintivo liberatorio y el restitutorio (o
reintegrativo).

a) Efecto extintivo-liberatorio. La resolución provoca la extinción de la


relación jurídica o en general la cesación de los efectos contractuales
cualquiera que estos sean, y por tanto la liberación de ambas partes.
Si con anterioridad al momento en que la resolución se verifica no ha
habido principio de ejecución, no existe mayor problema; las partes
se ven liberadas de la obligación de ejecutar sus prestaciones. Este
efecto está legislativamente consagrado por el artículo 1371 y no
presenta mayor complicación, salvo en cuanto se señala más
adelante.

b) Efecto restitutorio (o reintegrativo). El efecto restitutorio es aquel por


cuya virtud las prestaciones ya ejecutadas se reincorporan
nuevamente al patrimonio de quien las efectuó en mérito al contrato
resuelto. Los alcances e intensidad de este aspecto restitutorio
dependerán, por un lado, de que se admita o no la retroactividad de
la resolución y, por otro, de que se le asigne o no eficacia real.

c) Efecto resarcitorio. Este efecto no es inmanente a la resolución, sino


que depende de la causal que la provoque. Como las causales de la
resolución son heterogéneas, solamente algunas de ellas, como la
imposibilidad sobrevenida por causa imputable al deudor o la
resolución por incumplimiento, permiten poner en movimiento la
tutela resarcitoria. En casos como la resolución por imposibilidad
sobrevenida por causa no imputable o pro excesiva onerosidad
sobreviniente de la prestación, no hay efecto resarcitorio. (5).

(1)https://es.slideshare.net/oscarvielich/codigo-civilcomentadocontratosengeneraltomo
(2) SPOTA Alberto. Instituciones de Derecho Civil, Contratos. Volumen 111, De palma,
Buenos Aires 1977, pág. 512.
(3) ALBALADEJO Manuel, Derecho Civil Tomo 11, Volumen 1. Bosch Barcelona, 1983,
p. 473
(4), (5) https://es.slideshare.net/oscarvielicho/codigo-civilcomentadocontratosgeneralto
(*) Texto según modificatoria introducida por el Código Procesal Civil (D. Leg. N° 768),
cuyo Texto Único Ordenado fue autorizado por R.M. 010-93-JUS

138
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

CUESTIONARIO

1) ¿Qué es el contrato?

2) ¿Qué es la recisión del contrato?

3) ¿Qué es la resolución del contrato?

4) ¿Cuáles son los efectos de la rescisión y resolución?

5) ¿Cuál es la diferencia entre recisión y resolución?

6) ¿En qué artículo del Código Civil regula la recisión del


contrato?

7) ¿En qué artículo del Código Civil regula la resolución del


contrato?

8) ¿En qué incide la resolución del contrato?

9) ¿Qué es el efecto extintivo?

10) ¿Qué es el efecto resarcitorio?

139
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

GLOSARIO

 HECHO JURÍDICO: Es el antecedente o la causa de una relación jurídica.


Una norma jurídica parte siempre de un presupuesto de hecho para
posteriormente regular las consecuencias que ello tiene en el área del
Derecho.

 CONSECUENCIA JURÍDICA: Es el resultado de la norma; el hecho que


la norma contemple.

 NEXO JURÍDICO: Es el elemento vinculante de la norma jurídica, que


une el supuesto y la consecuencia; es decir es la ligación o relación que
hay entre el supuesto y la consecuencia

 HECHOS NATURALES: Son acontecimientos de la naturaleza que


pueden producir efectos jurídicos y que están directamente relacionados
con el hombre, como ejemplo de estos tenemos el nacimiento, la muerte,
la mayoría de edad.

 HECHOS HUMANOS: Son aquellos actos en los que no existe intención


de producir consecuencias de derecho

 HECHOS SIMPLES: Son irrelevantes para el derecho.

 HECHOS JURÍDICOS: Son los que importan al derecho, producen


efectos jurídicos, es decir, como consecuencia del hecho nace, se
modifica o extingue un derecho.

 ACTO JURÍDICO: Se denomina acto jurídico al acto humano, voluntario


y consciente que tiene como finalidad establecer relaciones de
tipo jurídico entre las personas, como ser, entre otras, crear, modificar y
extinguir derechos.

 OTORGANTE: Es la persona que otorga, es el que da su consentimiento


delante de un notario a un negocio jurídico.

 SIGNATARIO: Es aquella persona que firma un documento o un acuerdo,


y constituye en solitario o en conjunto, una de las partes de un acuerdo,
tratado o escritura de constitución de una sociedad.

 SUCESORES: también llamados causahabientes, son las personas que


reciben de otra, llamada causante, uno o más derecho u obligaciones,
bien sea por ato inter vivos o bien por acto mortis cusa.

140
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

 ACTO UNILATERAL: Se forma con la sola manifestación de voluntad de


un sujeto, como por ejemplo el otorgamiento de un testamento, en el que
el acto jurídico se forma con la sola voluntad del testador, que es la parte
única en el acto testamentario.

 ACTO BILATERAL: Se forma con la confluencia de dos manifestaciones


de voluntad, cuyos respectivos manifestantes se constituyen en las
correspondientes partes, como en el contrato de compraventa, que se
forma con la confluencia de las voluntades del vendedor y del comprado,
o, como en el matrimonio, que requiere de la confluencia de la voluntad
de los contrayentes que la manifiestan para constituirse en cónyuges.

 RECEPTICIOS: Son aquellos actos unilaterales donde la única voluntad;


tiene un destinatario predeterminado o fijado expresamente por el
declarante y, es precisamente a quien va encaminados los efectos
jurídicos del acto.

 CAPACIDAD: Circunstancia o conjunto de condiciones, cualidades o


aptitudes, especialmente intelectuales, que permiten el desarrollo de algo,
el cumplimiento de una función, el desempeño de un cargo.

 REPRESENTACIÓN: La representación consiste en la ejecución del


acto de representar, básicamente significa la aplicación de una idea o de
una imagen que sustituya a la realidad.

 REVOCACIÓN DEL PODER: Es el acto jurídico unilateral recepticio, por


medio del cual el representado extingue la relación jurídica con el
representante. Puede ser expresa o tácita.

 RATIFICACION: Confirmación de la validez o la veracidad de algo que se


ha dicho o se ha hecho.

 CONDICIÓN: Es la propiedad o naturaleza de las cosas. En el pasado,


este término también se usaba para designar el estado que se reconocía
en las personas, la calidad del nacimiento, que podía ser de siervo, de
libre o de noble, entre otras posibilidades.

 INCERTIDUMBRE: Es la que determina el estado dependencia, pues no


sabe si la condición se cumplirá o no se cumplirá de tal modo que es
incierta la existencia o la extinción de las consecuencias del acto.

 FUTURIDAD: Es una característica de la condición que está en estrecha


vinculación con la incertidumbre. El hecho puesto como condición para
que sea incierto debe ser futuro.

141
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

 IRRETROACTIVIDAD: Significa que las normas legales rigen a partir de


su vigencia sin poder aplicarse a situaciones pasadas, sobre todo por
razones de seguridad jurídica.

 EL PLAZO: El plazo está indesligablemente vinculado al transcurso del


tiempo, que es el hecho jurídico de mayor relevancia y al que el
ordenamiento legal le atribuye diversas consecuencias jurídicas, pues
está vinculado a la existencia humana misma y de él depende.

 EL CARGO: También llamado modo, que deriva del latin modus, y


además carga y gravamen, es un genuino elemento accidental del acto
jurídico que se vincula a los actos jurídicos de disposición a título gratuito,
sean inter vivos, como es la donación, o mortis causa, como es el legado.

 FRAUDE: El concepto de fraude que estamos delimitando debe


distinguirse del llamado fraude a la ley, pues este consiste, en eludir una
norma, o sea, en la violación del ordenamiento jurídico y puede no
producir daño a nadie. El fraude, como lo estamos delimitando, está
dirigido a los acreedores e importa una lesión a un derecho subjetivo. Por
fraude en este sentido debe entenderse un malicioso y desleal obrar en
daño ajeno, en el cual debe apreciarse, agravada, la figura de mala fe en
sentido objetivo.

 ERROR: Es un factor perturbador inconsciente que afecta el proceso


formativo de la voluntad jurídica, ya en el aspecto relativo a la voluntad
interna, en cuyo caso se configura el denominado error – vicio, o ya en lo
que se refiere a la exteriorización de la voluntad interna, en cuyo caso se
configura el denominado error en la declaración, que el Código Civil legisla
claramente diferenciados en el articulado pero bajo el título común de
Vicios de la Voluntad.

 DOLO: Es también un factor perturbador inconsciente del proceso


formativa de la voluntad jurídica que afecta a la función cognoscitiva del
sujeto y, por tanto, a su voluntad interna. Pero, a diferencia del error-vicio,
que es espontaneo, el dolo es una inducción al error, un engaño para
provocar el error, y por eso se caracteriza por la mala fe, por el designio
de perjudicar a otro.

 VIOLENCIA: Se denomina violencia la coerción grave, irresistible e


injusta ejercida sobre una persona para determinarla contra su voluntad,
a la realización de un acto jurídico. Asume dos formas

 INTIMIDACIÓN: Consiste en infundir temor en un sujeto para obtener por


ese medio la manifestación de su voluntad, afectando su libertad y, por
eso, constituye un genuino vicio de la voluntad.

142
DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

 NULIDAD: Es, en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto


jurídico, que provoca que una norma, acto jurídico, acto administrativo o
acto procesal deje de desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al
momento de su celebración.

 CONFIRMACIÓN: Es un acto jurídico en virtud del cual e convalida otro


acto jurídico, anulable, por adolecer de un vicio o causal de nulidad
relativa, la confirmación sólo es posible en el acto anulable, pues la
nulidad relativa se fundamenta en la protección de intereses privados los
cuales, precisamente, pueden conducir a ella ya que el legitimado para
accionar puede no hacerlo y confirmar el acto viciado.

 RATIFICACIÓN: Es un acto jurídico que unilateralmente otorga el


representado para aceptar o aprobar el acto celebrado por su
representante en exceso o en violación de las facultades de las que lo
había investido o, del acto que celebró quien se arrogó su representación
sin tenerla.

 RESCISIÓN DEL CONTRATO: Recisión es la especie que se utiliza


respecto de los contratos de tracto sucesivo en los que la resolución solo
produce efecto y entonces es más propio hablar de recisión.

 RESOLUCIÓN DEL CONTRATO: Deja sin efecto un contrato válido por


causal existente a su celebración.

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DERECHO CIVIL II (ACTO JURÍDICO)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bibliografía obligatoria:

- Código Civil actualizado – 1984 Edición Oficial.


- Código Civil Comentado por los 100 mejores especialistas Tomo I Acto
Jurídico. Gaceta Jurídica Lima 2003.

Bibliografía Opcional:

- ALBALADEJO Manuel: El Negocio Jurídico


- ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max: Exegesis del Código Civil Peruano
- CASTAÑEDA Jorge Eugenio: El Negocio Jurídico
- CIFUENTES Santos con la colaboración de Manuel Osvaldo COBAS y
Jorge A. Zago, Negocio Jurídico, Estructura. Vicios, Nulidades, Astrea,
Buenos Aires, 1986, 37.
- Espinoza Espinoza, Juan: Acto Jurídico Negocial
- FERRERO COSTA, Raúl: El Acto Jurídico
- GONZÁLES GARCETE, Juan Marcelino: Manual de Hechos y Actos
Jurídicos
- LA HOZ TIRADO Ricardo: La Forma del Acto Jurídico, ventajas y
desventajas de la forma
- LEON BARANDIARAN, José: Acto Jurídico Gaceta Jurídica
- LEON BARANDIARAN, José: Tratado de Derecho Civil
- LOHMANN Juan Guillermo: El Negocio Jurídico
- MESSINEO, F. pc. Cit II-470
- MORALES HERVIAS, Rómulo: Hechos y Actos Jurídicos
- MORALES HERVIAS, Rómulo: Estudios sobre Teoría General del
Contrato, Grijley, Lima 2006
- OSORIO Manuel: Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales
23 Ed. Actualizada, corregida y aumentada por Guillermo Caballenas De
las cuevas, argentina Editorial Helistas 2003,
- PUIG PEÑA Federico. Compendio de Derecho Civil español. Pamplona,
1971
- REVOREDO Delia Compilación Código Civil Peruano. T.I. 143 y 144.
- Rivera Oré y Pedro Bautista Jesús Antonio: Manual del Acto Jurídico
- SPOTA Alberto. Instituciones de Derecho Civil, Contratos. Volumen 111,
De palma, Buenos Aires 1977
- STOLFI, Giuseppe. Teoría del negocio jurídico. Madrid 1959
- TORRES VASQUEZ, Aníbal: Acto Jurídico
- VIDAL RAMIREZ, Fernando: El Acto Jurídico - Gaceta Jurídica
- Vidal Ramírez, Fernando. Teoría General del Acto Jurídico

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Internet:

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peru/estructura-norma-juridica-peru.shtml
 https://andrescusi.blogspot.com/2014/03/la-norma-juridica-andres-cusi-
arredondo.html
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