Clase TYAL 27-04-10 - Panesi Sobre Formalismo Ruso
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Teórico Nº 8
Secretaría de Publicaciones
Materia: Teoría y Análisis Literario C
Cátedra: Jorge Panesi
Teórico: N° 8 – 27 de abril de 2010
Tema: Formalismo Ruso
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que habría que rescatar de la postura de Arvatov es que, desde el Marxismo, ve como
más científico al Formalismo Ruso, al que evidentemente está cercano, que a los
propios marxistas.
Esto era así para marxistas formalistas (o de simpatía formalista) como Osip
Brik, que les presenté de una manera medio chistosa a través de una biografía triangular
y amorosa. De hecho, Osip Brik era un abogado muy interesado en las cuestiones
literarias teóricas. Su tesis como abogado, de nuevo me van a acusar de traer chismes,
trató sobre las prostitutas de San Petersburgo. Parece que, por razones evidentemente
profesionales, se hizo muy amigo de estas señoras y las defendía cuando tenían algún
entuerto. Con esto lo que quiero plantear es que no era ni lingüista ni filólogo sino
alguien interesado, evidentemente, interesado por los problemas del verso y la poética.
Justamente, Osip Brik produce un texto fundamental que sería el antecedente de un
texto que van a leer con Delfina Muschietti de un libro titulado El problema de la
lengua poética de Juri Tinianov. Vayan leyéndolo porque esto se acerca y el texto que
van a ver es “El sentido de la palabra poética”. Ahí está circulando una traducción que
se hizo del italiano, creo, pero unos entusiastas alumnos míos hicieron una traducción
directa del ruso que no se las puedo dar porque va a salir ahora. Yo tengo que escribir el
prólogo. Termino de dar clases con ustedes y tengo que escribir ese prólogo, en el cual
no sé qué decir.
Estamos en el error central de la lengua poética que Arvatov -desde el Marxismo
y desde una simpatía teórica con el Formalismo ruso, pareciéndoles los teóricos
formalistas, desde un punto de vista teórico, más marxistas que los propios marxistas-,
sin embargo, critica esto que les parece censurable de la lengua poética opuesta a la
lengua cotidiana. En todo caso, si hay algo que hace mover la renovación la lengua
poética, dice Arvatov, eso es la lengua cotidiana. Qué le molesta a Arvatov o, en
general, al Marxismo, como se ve en el artículo de Trotsky. Algo que estudiaron con
Silvia Delfino: la postura radical de los formalistas rusos ven cuanto a la autonomía de
la literatura. Esto es defendido por Shklovski con vehemencia y acritud. Al contraponer
lengua poética con lengua práctica y más aún, en la visión de Shklovski, al considerar
que la lengua poética evoluciona por sí misma, autotélicamente, con sus propias leyes y
reglas, molesta a los marxistas y también a Arvatov. Critica, entonces, a Yakubinsky, a
partir de su planteo sobre las líquidas, sosteniendo que eso también existe en el lenguaje
cotidiano. Para demostrar que la lengua poética no se opone a la lengua cotidiana pone
ejemplos lingüísticos de toda índole. Pone como ejemplo “La Internacional”. Es decir,
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Profesor: Muy bien. En el artículo que ustedes tienen que agregar (“El hecho
literario”), Tinianov desarrolla el ejemplo de las odas del siglo XVIII que era una poesía
de gran empaque, de gran altura, preguntándose cuál es la orientación de ese discurso.
Con qué discurso no literario se relaciona el género oda, género elevado, de alta
literatura, muy considerado. Su respuesta es que la oda del siglo XVIII que se recitaba,
era para grandes auditorios, se relaciona con la oratoria y sus fenómenos. Al comienzo
de estas clases, creo que mencioné un ejemplo maravilloso al respecto de la literatura
argentina. El poeta Arturo Capdevilla fue satirizado por la revista Martín Fierro,
publicada en la misma franja histórica que el Formalismo Ruso, en uno de sus
obituarios: “Yace Capdevilla en este osario./Fue niño, joven y adulto,/pero nunca
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necesario”. Capdevilla publicó un poemario titulado Musa cívica y con qué se puede
relacionar esta musa cívica, evidentemente, con un discurso un género que son los actos
patrióticos escolares: la escarapela, los poemas al 25 de mayo, próceres. Se conecta con
el discurso escolar. Es el Billiken poético de Arturo Capdevilla.
Entonces, dice Tinianov sobre la “ustanovka”: “Borremos de la palabra
‘orientación’ (ustanovka) el matiz teleológico, la finalidad y la intención. ¿Qué se
obtiene? La orientación de una obra y de un orden literario aparece como su función
verbal, como su correlación con el ambiente social. La orientación de la oda de
Lomonosov (un autor del siglo XVIII), su función verbal, es oratoria, la palabra se
orienta hacia la recitación”. Esta cita no la tomé de la antología de Todorov, que no me
gusta, sino de la de Volek. A través de las críticas que los marxistas y ellos mismos
hicieron a la piedra angular del “Primer Formalismo”, dan vuelta todo esto y se
convierte en su contrario. La idea de “ustanovka” aludiría a que todo discurso, en el
campo literario, se corresponde o esta en relación con otro discurso que pertenece a la
vida cotidiana o a lo extraliterario, al afuera del sistema literario en términos de
Tinianov.
Peter Steiner, en El formalismo ruso. Una metapoética, plantea que este afán de
separar, autonomizar, a la literatura de los contextos sociales, políticos y culturales del
“Primer Formalismo” sustraía, de la literatura o del análisis concreto de los textos
literarios, la dimensión del significado porque todo significado supone un acuerdo
cultural social. La arbitrariedad del signo o, como quieran llamarla, supone esta
dimensión de negociación y de acuerdo, de convención y de normas lingüísticas, que se
da en una cultura. Por lo tanto, al decir que la literatura es autónoma necesariamente se
tiene que decir que no hay relación con el contexto y menos aún nos interesa, como
decían ellos, el significado. Si me interesa el significado me interesa necesariamente,
por fuerza, esa suerte de contrato social que significa la utilización de los signos.
Evidentemente van a ver en “El sentido de la palabra poética” de Tinianov un
cambio con respecto a qué entendían por verso y por prosa. Habíamos visto que hubo
una primera insistencia en lo articulatorio del verso, los sonidos y los elementos fónicos.
Quién insiste particularmente en esto es Eijenbaum. Como se sentían teóricamente
seguros de haber descubierto una serie de elementos en el análisis del verso, lo
aplicaron, como buenos alumnitos que eran, a lo que estaban postergando que era el
análisis de la prosa. Quien no se dedicó a la poesía para nada (y estaba interesado en
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hacer una teoría de la prosa) fue Shklovski, los demás siempre escribieron sobre el
verso y, en segunda instancia, sobre la prosa.
Es entonces que Eijenbaum produce un texto revolucionario, no es obligatoria su
lectura, que es un hito en la historia de la crítica literaria que se llama “Cómo está hecho
El capote de Gogol”. Según ellos, ese cuento había sido arruinado por la lectura
impresionista, sentimental, filosófica. La idea de Eijenbaum es que poco importan lo
sentimental y lo subjetivo. Lo que importan son los efectos que produce el texto a partir
del juego fónico, de la repetición. El personaje de “El capote” tiene un nombre que es
Akaky Akakievich. Esta repetición suena ridícula, cómica, en ruso y en castellano
también. Donde los demás leen contenido, filosofía, desesperanza, Eijenbaum lee ahí
dos sistemas y dos gestos. Inventa el concepto de “gesto sonoro”: esos efectos que
provoca la lectura de la narración. Considera que hay, en el cuento, dos tipos de efectos;
uno tiene que ver con lo cómico y otro con lo patético. Esta mezcla dar por resultado
que el cuento sea grotesco. El cuento reúne lo sentimental, patético, de conmiseración,
con lo ridículo, gracioso y cómico.
La pregunta es si uno puede hacer esto: reducir el significado de un texto
narrativo a su componente fonético o articulatorio. Acá aparece por primera vez el
interés de Eijenbaum por algo muy realista, aparentemente, que es un género (no hay
una traducción exacta, aunque se traduce como “narración directa” o “discurso directo”)
llamado “Skaz” en ruso. El “Skaz” es una narración en primera persona donde lo que
importan son las inflexiones particulares (sintácticas, fonéticas, fonológicas, de sentido)
que produce el narrador que se lo siente, a través de estas transformación que hace el
narrador o el escritor, como perteneciente a una comunidad o grupo determinado, por
ejemplo, campesino. Como ejemplo se me ocurre “Torito” de Cortázar, donde Cortázar
utiliza estos efectos de “Skaz”. “Torito” deriva, en la literatura argentina, de un
antecedente que es “Hombre de la esquina rosada” de Borges donde aparece una serie
de coloraciones locales. En ese cuento de Borges hay todo un juego con el lenguaje oral.
En “Torito” uno puede reconocer a un tipo perteneciente a una clase, un grupo cultural
con una educación determinada. Esto ocurría con el “Skaz”.
¿Por qué insisto con el “Skaz”? Porque, cuando se estudia Bajtín, se hace mucho
hincapié en ver a Bajtín, a partir de su teoría de la literatura como diálogo y polifonía,
como algo desgajado de su contexto y de lo que otros rusos, los formalistas rusos,
estaban pensando en ese entonces. Quiero decir que la teoría de la lengua como
polifonía y diálogo le importaba no sólo a Bajtín, quien con eso hace una teoría muy
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importante, sino también a muchos otros, en Rusia. Le interesó a Vigotski, quien tiene
más que ver con la Lingüística, y a Yakubinsky. En la antología de Volek hay un
artículo de Yakubinsky que se llama “Sobre el discurso dialógico”. Ahí encontrarán
reminiscencia de lo que aprendieron sobre Bajtín y el diálogo. El “Skaz” forma parte de
este diálogo. Bajtín critica la posición de Eijenbaum en este aspecto. Cuando Eijenbaum
trabaja el “Skaz” deja de lado la dimensión de diálogo que tiene. Uno inmediatamente
piensa en el interlocutor de aquél que está hablando en un lenguaje tan colorido, piensa
en el medio del cual ha salido ése que está narrando. Si recuerdan “Torito”, el diálogo y
el interlocutor están siempre presentes en ese cuento de Cortázar. Nada más y nada
menos, dice Bajtín, a Eijenbaum se le olvida, en el análisis de “El capote” de Gogol esta
dimensión dialógica del lenguaje, de la narración y de este género literario que es el
“Skaz” que está seguramente como base de todas las elucubraciones sobre la lengua y el
diálogo que ha hecho Bajtín.
Entonces, de la “danza articulatoria que hacen los órganos de fonación”, la
definición de la poesía que daba Shklovski, pasaron a estudiar, con estos mismos
instrumentos forjados en el análisis de la poesía, la prosa. Este ejemplo hace interesante
el artículo de Eijenbaum “Cómo está hecho El capote de Gogol”. De paso, “Cómo está
hecho El Quijote”. De eso ya hemos hablado.
Algo que quiero repasar, pero no demasiado, es el asunto de que Shklovski y el
“Primer Formalismo”, a partir de la autonomía literaria, tiene una manera de pensar la
historia. No sé si hice demasiado hincapié en la fórmula que usa Shklovski para
manifestar su concepción de la evolución literaria y de la historia de la literatura. A
partir de esta teoría furiosa, exacerbada, de la autonomía literaria, Shklovski define
cómo piensa la historia de la literatura. Dice: “La evolución consiste en la autocreación
dialéctica de formas nuevas”. No proviene de nada gestado desde de un afuera de la
literatura. Son las formas que, obviamente, se automatizan y se desautomatizan a través
de la “ostranenie”.
Todo esto de la autonomía, corregida en una segunda etapa, formaba parte de
una exageración en vista a cómo se hacía la historia en el siglo XIX. Quisiera leerles
una cita que siempre se hace de Jakobson. Piensa que la historia que se hacía en el siglo
XIX “Se parece a la policía (los historiadores) que teniendo que arrestar a alguien por
cualquier eventualidad confisca todas las cosas que se encuentran a su paso y pone
presas a todas las personas, inclusive a quienes pasan por casualidad por la vereda”.
Toda entra, todo vale, en el estudio histórico de la literatura, porque no se tenía un
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lo posterior sustituyendo su expresión por causas y efectos. Cada nueva serie paralela
puede llevar a repeticiones, tanto mayor la posibilidad de una generalización dada que
se suma a la puntualidad de una ley”.
Poco interesa la cita pero sí la transformación que esta noción de serie produce
en Tinianov. Qué es una serie para Tinianov. Es pensada como sistema. Esta idea que
estaba en Veselovski se solapa, no siempre se es consecuentemente con el solapamiento,
con el nuevo criterio de sistema. Qué es un género: un sistema. ¿Un texto? Otro sistema.
¿Qué es la literatura? Un sistema. La serie no escapa a la sistematicidad con la que
Tinianov piensa a la literatura y menos aún la cultura que es pensada, en términos
formalistas, como un sistema de sistemas. No como relaciones puntuales entre un punto
“A” de un sistema o una serie y un punto “B” de un sistema contiguo, sino relaciones
múltiples y complejas de una serie, de un sistema, con otra serie o sistema. Ya no es
puntual sino plurivalente.
¿Por qué en el cuadro que ustedes tienen está ostranenie/automatización y esto
que les encantaba la revelación del procedimiento? La parodia es la revelación, en cierto
sentido, del procedimiento. Por qué en la parte derecha, que corresponde al “Segundo
Formalismo”, aparece parodia y evolución. Para qué le sirve a Tinianov la noción
saussuriana de sistema y de función: le sirve para pensar ordenadamente lo que era una
especie de cajón de sastre o desastre que era con lo que pensaba la historiografía
decimonónica los cambios literarios. Ahora, los cambios literarios se piensan
sistemáticamente. No es que un procedimiento caiga y se vaya a la noche de los tiempos
hasta que reaparece en otra alba de los tiempos, sino que todo procedimiento que cae en
la automatización cambia su función. Todo cambio supone una refuncionalización
concomitante. Qué ocurre. A partir de la parodia, la tumba del procedimiento para los
formalistas rusos (se reconoce un procedimiento como tal cuando tiene un cierto uso y
desgaste), se hace reconocible el procedimiento en cuestión. Hasta ahí Shklovski.
Sin embargo, Tinianov le da una vuelta de tuerca más a esto, acercándose a una
idea de sistema. No es que el sistema parodiado caiga sino que, como va a estudiar en
un artículo de 1921 titulado “Dostoievski y Gogol: para una teoría de la parodia”
(parcialmente traducido en Volek quien lo tradujo como “Tesis sobre la parodia”.
Tinianov se dedica a estudiar a Dostoievski, Bajtín arma su teoría de la parodia
coincidiendo y oponiéndose al mismo tiempo a la teoría de Tinianov. Tinianov lee
ciertas cartas de Dostoievski quien se freía a sí mismo no hijo de Gogol sino nieto de
Pushkin, su antecedente era Pushkin, pero Tinianov observa, en las cartas íntimas de
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Dostoievski, una especie de imitación del estilo de Gogol. Habría que preguntarse si
esto en una parodia: ¿Dostoievski está parodiando a Gogol? No exactamente, responde
Tinianov; lo que hace Dostoievski con respecto a Gogol es una estilización.
En la estilización habría, en términos bajtinianos, dos voces. El discurso que
estiliza, en este caso las cartas de Dostoievski, y el discurso estilizado, la imitación del
discurso de Gogol. No hay disputa entre un discurso y el otro, hay armonía. En cambio,
dice Tinianov, en la parodia hay lucha, tensión entre los dos discursos, el parodiado y el
parodiante. Es una relación negativa o de destrucción del discurso parodiante respecto
del discurso parodiado. Cuál es el efecto de esta destrucción: ese procedimiento o
discurso que se parodia está cambiando su significación y su función. No es que
desaparezca totalmente. Tomemos el caso de las novelas de caballería y El Quijote. No
es que las novelas de caballería, destruidas de una vez y para siempre, no formen parte
de la construcción de El Quijote. Están en la construcción de El Quijote, como las
novelas pastoriles por ejemplo, pero cumpliendo una función completamente diferente a
la que la historia literaria le tenía asignada.
Profesor: Sí. Cuando me meten a Kuhn, yo siempre recito un apéndice que colocó en
su libro La estructura de las revoluciones científicas. Dice que mucha gente de las artes
y de la literatura me pregunta cómo aplicar la teoría de los paradigmas a mi campo.
Kuhn dice que una de las fuentes de inspiración de mi método paradigmático viene de la
historia del arte y la literatura. Es algo que descubrieron los formalistas rusos: el cambio
de paradigma no se da por una sucesión armónica sino por una especie de revolución.
Esto habitual, que una escuela se pelee con lo anterior y diga que la literatura no es lo
que ustedes pensaban, es, mutatis mutandis, la postura que tiene el mismo Kuhn para
hacer una asociación un tanto temeraria entre Kuhn y el Formalismo ruso. Esto
justificando, por vía literaria, la seriedad de la teoría de los paradigmas. Los
epistemólogos siempre han considerado a la teoría de Kuhn una teoría bastante estética
y no se equivocaban. Hacemos una pausa.
Para concluir con esto de la parodia, Tinianov dice, siguiendo a Shklovski, que
su sustancia consiste en la automatización del procedimiento. Esta automatización tiene
que ser percibida por el lector. Lo importante, dice Tinianov, es que la parodia asume un
doble trabajo. Primero, automatizar un determinado procedimiento. Segundo, es lo que
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imperialista porque va ocupando cada vez mayor terreno; por ejemplo, la metáfora en
poesía.
También hay un estudio que hace Tinianov que implica, a mi gusto, una metida
de pata. Es por el balanceo que se da entre las grandes obras por su extensión, por
ejemplo, la epopeya, y las pequeñas formas. Hay una tensión dialéctica entre lo que, en
un momento, es necesidad, la lectura de las epopeyas o de las extensas novelas, en otro
momento se siente la necesidad de que no se pueden leer mil quinientas páginas y se
leen fragmentos. Eso aparece como la posibilidad de constituirse en otro principio
constructivo.
Cómo se produce esta pertenencia o no al centro o a la periferia. Dice Tinianov,
lo cual me parece una burrada, en “Sobre la evolución literaria”: por medio del azar.
Alguien que está pensando las leyes de la literatura y se somete a una reflexión
sistemática, plantea que la causa es el azar. Podemos decir que a veces es el azar lo que
hace que alguien se encuentre con algo, pero, en alguien que está pensando
sistemáticamente pensar algo como fuera del sistema, en realidad, es una incongruencia.
Ya “El hecho literario” es un estudio sistemático de la evolución literaria. Lo que
plantea es que, a partir de ahora, no se puede oponer la literatura al “bit”, como hacía el
“Primer Formalismo”, y plantear que la literatura tiene propiedades intrínsecas. Ahora
lo que es literatura y “bit” está conectado; antes era una oposición y ahora se da una
suerte de osmosis, de intercambio, a través de la noción de sistema y de función entre la
literatura y la vida cotidiana.
Tercero, por eso la historia de la literatura es tan importante, les interesa sustituir
una visión estática de la literatura, el texto y el género, por una visión dinámica. Cuarto,
esto miso que estamos diciendo: individualizar y establecer las conexiones entre la obra,
el género, la literatura y la serie extraliteraria. Por últimos, las llamadas “Tesis del ‘28”
inconclusas que escriben Tinianov y Jakobson en Praga: la formulación de un programa
para el estudio científico, sistemático, de la historia literaria que ocupa el lugar central
de este segundo momento formalista. De más está decir que nadie llevó a la práctica
esta historia de la literatura rusa o de cualquier otra.
Una cuestión más sobre la idea de “dominante”. Dije que había sido puesta en
escena por Eijenbaum. El texto de Eijenbaum se llama “la melodía del verso ruso”.
Eijenbaum descubría que hay tres tipos de estilos, de discursos poéticos, con distintas
dominantes: el estilo retórico (sería el de las odas que menciona Tinianov), el coloquial
(la dominante sería la relación que establece la poesía con la lengua de todos los días) y
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el melódico o “cantábile”. Hay que decir que el primer amor de Eijenbaum fue la
música y este último estilo correspondería a la poesía lírica donde predominaría lo
musical y no exactamente lo comunicativo.
Eijenbaum define, en “La melodía del verso ruso” de 1922, la dominante: “La
obra de arte es siempre el resultado de una compleja lucha de varios elementos
formales, es siempre una suerte de compromiso. Esos elementos no coexisten
simplemente y se correlacionan. Dependientes del estilo general, uno u otro elemento
adquieren un papel organizador o dominante que gobierna a todos los demás y los
subordina a sus necesidades”. Lo que dice Broder Christiansen, en Filosofía del arte, es
lo siguiente: “Raramente sucede que los factores emotivos de un objeto estético
participen de igual modo en el efecto de totalidad. Por el contrario, habitualmente, un
factor individual o una constelación de factores pasa al primer plano y asume el papel
principal. Todos los restantes acompañan al dominante, lo intensifican con su acuerdo
armónico, lo resaltan a través de contrastes, lo circunscriben a través de un juego de
variaciones. La dominante es como el esqueleto en la estructura de un organismo.
Contiene el tema de este conjunto, lo soporta y entra en relación con él”.
Lo que dice Jakobson en su artículo “La dominante” es que es uno de los
conceptos más productivos del Formalismo ruso. Lo que sostiene es que este concepto
de dominante (que puede ser un procedimiento dominante o dominante de una
estructura textual o procedimiento dominante de un género o de una escuela o de la
literatura en su conjunto en determinado momento de la evolución literaria) se puede
extender a una cultura y al dominio que, en un momento determinado, tienen las artes.
Un ejemplo es en el período romántico: la dominante de todo el sistema de las artes es
la música. El arte que domina a fines del siglo XIX es evidentemente la fotografía, dado
que el Realismo, por ejemplo, quiere presentar la realidad como un documento.
Continuamos en la próxima.
Versión CEFyL
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