03 Gracia de Triana

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Historias
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Por Carlos HERRERA

GRACIA DE TRIANA
LORIÁN Rey y el conde de Es fácil pensar la fascinación larse en el pollete de todos los

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lla, salida de Triana hacia el Ro-
Colombí gustaban de pa- cío y paso de El Cachorro y La O. que sintie ron al escucharla: la gustos y encabezar espectáculos
sear por Triana , tratar a La fecha rondaba el año 1919, garganta de Gracia estaba hecha a los veinticinco años.
sus vecinos, dar buena cuenta mes de enero. Su padre iba tan- de dulce de algodón y el ángel Aparece en películas de Cifesa
de pitanzas y morapios, gozar de teando trabajos con los que man- que habitaba en sus pliegues ha- cantando su copla y debuta en el
corrales y calmaos y escuchar a tener a su mujer y cinco hijos , cia surgir los sonidos matizados teatro de la Zarzuela en el año
cuanto artista se agazapara de- mientras la niña se iba aficio- de forma inigualable, convirtién- 39. Canta en "Escuadrilla", la pe-
trás de cada cante. Era aquella nando al cante e iba absorbiendo dola en un manantial incontrolado lícula de Antonio Román , y lo
Sevilla en la que los cafés can- esencias de los buenos cantao- de armonías . Gracia acariciaba hace con una copla que ya será
tantes pertenecían a la memoria res del barrio, que es como decir los decires de una copla como . para siempre su canción más po-
de unos cuantos. El siglo se ha- los buenos cantaores del mundo. puede acariciar la mano del pular, "i Qué buena soy!": "Me
bía llevado por delante al Salón En una de ésas aparecen los amante o la mejilla de la madre. dicen tós que soy buena 1y yo
Oriente, al Filármonico -y al Café arriba mentados y se disponen a Ello la hizo entrar en los años me creo que soy mala, 1porque
del Burrero. Hacía poco acababa hacer de Gracita una artista. cuarenta como un obús , insta- me arranco esta pena 1 que llevo
de caer el Novedades, aquel escrita en el .alma. 1 ¡Qué buena
Café de la Campana donde bai- soy! 1 ¡Qué mala soy!" .
lara la Macarrona o donde se es- Lo hace en " Malvaloca ", el
cucharon los últimos cantes de fi lme de Juan de Orduña , con
Juan Breva, y el Kursaal comen- una saeta inolvidable, palo en el
zaba a convertirse en un salón que ella se lucía. Canta aquí y
de variedades . Quien fuera afi- allá, vuelve a Sevilla y ya en el
cionado y quisiera presenciar año 44, con el impulso de Florián
buenas reuniones de cante y Rey, presenta en el viejo teatro
baile debía aparecer por los cal- cómico de Madrid su espec-
maos, establecimientos de comi- táculo "La Pintura y el Cante».
das y bebidas con habitaciones Es ya Gracia empresaria de su
reservadas, donde la juerga era propia compañía y tanto la taqui-
posible y donde estaban presen- lla como la crítica le sonríen .
tes los cabales. La Vinícola, Pa- Como le sonrió, sólo con verla,
saje de Oriente, Pasaje del Du- aquel li nce que se llamaba Juan
que, La Europa, eran los más po- Carcellé, empresario del trascen-
pulares. Quizá fuese una de esas dental e insustituible Circo Price,
noches cuando ambos escucha- an imador cultural de la España
ran a la hija de un churrero de de la época, que se la llevó al
Triana a quien llamaban Gracita teatro de la Zarzuela, donde la
y a quién conocían en el barrio JOSE NIETO presentó con un espectáculo en
como «La Calentito" .
Gracia Jimenéz Zaya era mo- JOSE MA SEOANE el que bailaba aquella otra deli-
cia llamada Mari Paz. Gracia tra-
cita nacida en la calle de Casti- y lA COLABORACION DE taba a los empresarios con du-

~
~MANOLO "EL t.1ALA8UE80" reza aunque con salero, con su
l..._~ FOTOGRAFIA: · irr esistib le sa lero sevillano,
El cine evidenció que era una
excepcional cantante pero una ....--:! CECILIO PANIAGUA siendo el mismo Carcellé víctima
DECORADOR:
discretísima actriz. Sobresalía P.IERRE SCHILD de ello. En una ocasión que la
de ella aquella sonrisa ladeada quería contratar para el Price ella
de galán malvado y un le contestó:
entornar los ojos entre
picarón y resuelto -Me tienes que pagar mucho,
que ese sitio huele a leones.
El cine evidenció .que el Altí-
simo había dispuesto en ella una
excepciona l cantante pero· una
discretísima actriz. Sobresalía de
ella aquella sonrisa ladeada de
galán malvado y un entornar los
ojos entre picarón y resuelto. El
sépt imo arte quería de ella sus
canc iones . Y eso tuvo. Ramón
Torrado llegó a dirigirla en " La
Cruz de Mayo, y en la impagable
" Castañuela" , cinta que resulta la
más popu lar de ·la trianera. Es-
pectácu los ll egó a presentar
cuantos quiso . Gracia se hizo
ciertamente indiscutible. «Alarde
Flamenco ", en el Price , fue uno
de ellos . Otro , " Manojo de co- ·
plas " en el 65, en el teatro Mara-
villas de Madrid , compartiendo
escena con Pepe Marchena , a
quien tanto admiraba y que era
una revolución en España, con
Tomás de Antequera , Pepe
Blanco y Gloria Romero. En "Ta-
blao" , " La Guitarra y la Copla" y
·"Romería, seguía siendo empre-
saria.

Por fandangos
Hacía muy dulces los cantes
flamencos , casi susurraba de-
jando el desgarro y el rajo para
quien los tuviera. Se movía mejor
en unos palos que en otros,
como es de cajón. Yo, si puedo
opinar, me quedaba con su cante
por alegrías, aunque ella se en-
contraba muy cómoda por fan-
dangos; aseguraba que era el
palo más fácil de cantar. ·
Y de canciones , qué voy a de-
cir . Algunas de sus coplas se
han convertido en clásicos del
género, con cientos de versiones
y nunca igualadas. "Copla en la
Noche" , «Yo no te puedo que-
rer", «El caballito" , "Luna lu -
nera" y no pare usted de contar.
" El Aperaó" era una deli cia inso-
bornable , como toda be ll eza,
"Ovejitas blancas" , ta l vez la
mas dulce , y "Aceituneros",
acompasada como el buen va-
reo.
"Paquiro", la mejor copla can-
La garganta de tada a la figura de Franc isco
Gracia estaba ,. Montes, pertenecía a la inspira-
hecha de dulce,_de ción de Montero y Solano. Gracia
algodón y el ángel le d io todo su primor y supo
que habitaba- en '' darle todo el misterio que ence-
sus plieg!Jes h&cía rraba la leyenda del torero; que
surgir los · son.~~s
matlzados del!l '~ si era infeliz, que si amaba a Isa-
..,.... forma lnlgua~ be l 11 , que si el aguardiente
acabó siendo su último y verda-
dero am igo ... : aL/evaba Fran-
cisco Montes 1 en su casaca to-

' __ 10 ___________
paña, 1 la cuna de los pintores".
La copla Su canción favor it a era «La
muerte .de Manolete" , la que por
otra parte le resultaba más difíc il
Hacía muy dulces los de can tar.
cantos fl a mencos , casi Y, lógicamente, su gran crea-
susurraba, dej ando el ción : " La hija de don Juan Alba " ,
desgarro y el rajo para donde uno topa con una Gracia
qu ien los tuviera. Se soberbia , acompasada, fresca y
e ncontraba muy cómoda próxima. Era creación de Infantes
por fa nd angos. y Rivas, y se hizo extraordinaria-
Asegura ba que era el mente popu lar, tanto en esta ver-
palo más fácil de cantar
sión como en cualquiera de las
muchas que se rea lizaron : " La
hija de don Juan Alba 1 dicen que
quiere meterse a monja 1 en el
convento chiquito 1 de la calle la
Paloma. 1 Dicen que el novio no
quiere. 1 ella, d icen , no le im-
porta."

Hacer las Américas


A Grac ia tamb ién le tocó el
momento de hacer las Américas,
como a tantos otros . A muchos
es c ierto que les tocó ir, pero
también lo es que les tocó volver
pron to, sin haberse com ido un
col ín. No fue el caso de Gracia.
La Trianera decidió aceptar una
propuesta que comportaba una
pequeña gira. Eso se transformó
en ocho años . Ocho años su -
biendo y bajando por toda Amé-
rica , desde el 4 7 hasta el 55 ,
canta que te canta desde México
hasta Argentina. Aquello le hizo
ganar mucho dinero, ya que los
éx itos de taqu illa fueron de im-
pres ión . Pero el dinero no es
eterno , a menos que la cabeza
se tenga muy en su sitio y per-
fectamente engrasada, caso que
no parecía el de Gracia. El suyo,
aun bien de ser divertida y bri-
llante, era un carácter duro y difí-
cil, toda la miel que fabricaba su
garganta se quedaba sólo en sus
coplas . Su trato era en ocasiones
altivo y mandón, y su debe y su
haber func ionaban en consonan-
rera , 1 prend i do como una cia con el lo. Gracia era ruda en
rosa , 1 e l amor de una du - amores, muy ruda, tan to que ha-
quesa. 1 Sevilla le vió lucirse 1 con cía de sus romances la pequeña
su montera rizada 1 y su capa crón ica de un don juanismo de
c armes í. 1 Se vill a l e vio ll o- manual. Ello no le benefic iaba ,
rando 1 j unto a palacios moru- está claro.
nos, 1 blancos de luna y jazmín". El género fue ~ayendo ,
«Rincón de España ", sin ser como todos sabemos, y aquella
nada del otro mundo, fue una co- alegría de carteleras preñadas ,
pla muy querida por ell a. Se la de estrenos y reposic iones , se
habían dedicado Montoro, el cor- vino abajo . El final de los se-
dobés Montoro, y aq uel ilustre
GRACIA ERA RUDA EN AMORES,
senta , no digamos de lo s se-
aragonés de Riela, c reador de MUY RUDA, TANTO QUE HACIA tenta, dejó poco sitio para todos
tanta copla , llamado Genaro DE ELLOS PEQUEÑA CRÓNICA DE los que habían sido estrellas in-
Monrea l: " Ca ll ejones de discutibles. Unos lo llevaron bien ,
Tr ia na 1 llen os de rizos y fl o- UN DONJUANISMO DE MANUAL. y otros no tanto. Gracia no había
res , 1 tú eres r i ncón de Es - LO QUE NO LE BENEFICIABA sido previsora y la suya fue una
El suyo, aún bien de s..:r
divertida y brillante, era
un carúcter duro y
difíciL toda la miel que
fabricaba su garganta se
quedaba solo en sus
coplas, su trato
era en ocasiones
altivo y mandón

travesía solitaria por el desierto


de los olvidos, de todos los olvi-
dos . Yo la conocí, ya mayor, de
la mano de mi inolvidable y en-
trañable Manuel Amado , aquel
gal lego sabio de gesto sabio y
sandunguero. Acababa de reca-
lar yo en la cadena SER y reali-
zaba todos los días un programa
dedicado a las coplas. Busqué
asesoramiento en Manuel, memo-
ria prodigiosa, y le ped í que me
contara historias, recuerdos. Yo
he visto como paralizaba una re-
dacción cuando explicaba cosas
del teatro y demás. Se subía a
una mesa y le hacía el paso a la
artista que hubiera visto ayer, y
lo hacía tan sumamente bien que
te cre ías delante de lsabelita
Garcés, su preferida, o de Lola
Flores.
Un día entraba yo en la radio y
vi un tumulto al fondo del pasillo
en la redacc ión de informativos.
Pregunté qué pasaba:
-Nada, Manuel Amado , que
ayer fue a ver a Juana Reina.
Fall ec ió no hace mÜcho.
sent( de veras porque su
v....,..
de la radio no estuvo a la & ..
de su categoría. Las empre-
sas suelen ser demasiado
egoístas e insensibles y
con hombres que ,

- H- ._ _ _ _ _____.
La copla GRAC IA NO FUE PREVISORA Y LA
SUYA FUE UNA TRAVESÍA
SOLITARIA POR EL DESIERTO DEL
OLVIDO, DE TODOS LOS OLVIDOS

el año 86 y quienes la vieron aún El mismo corazón que le había


lo tiene como inolvidable. jugaC@; algunas malas pasadas le
La última vez que la vi fue en el reventó una tarde . Murió so1a ,
funeral que todos los años convo- con los perros que criaba en su
caba Juan Solano en memoria de casa. Vino a Radio Madrid un ve-
Rafael de León . Su salud tenía al- cino a decirme que Gracia había
gunas goteras y parece que su muerto hacía una hora, que se lo
economía también. dijera al mundo, cosa que hice.
La mujer de triunfos bárbaros,
de maneras broncas y voz meli-
flua concluía en soledad y des-
cuido la carrera que comenzó en
algún colmao de la Cava, vaya
usted a saber cuál, una noche de
vinolencia y arrope.
Carlos HERRERA


La mujer de triunfos bárbaros concluyó en soledad y
descuido su carrera. En 1986, en una de sus últimas
actuaciones, demostró ser aún artista de reaños y
poder, quienes la vieron lo tienen como inolvidable

como Manuel, lo han dado todo, resue lta y bullanguera, de las


no deberían comportarse de que se ponen en jarras a la pri-
forma encállecida e inclemente. mera y de las que te sueltan un
Vi la pena en su rostro el día en improperio así se les salta un
que se iba: relé, era el abrigo de todo un pa-
· - Sigue tú, queridiño, que yo nal. No había pasado mucho
me voy. tiempo desde la actuación de
Y se fue , incluso de este Gracia en la célebre Venta del
mundo. Pero a lo que íbamos. Gato, en Madrid, rincón para
Habíamos hablado el día anterior buenos flamencos y buenos cata-
sobre Gracia, que si esto que si dores de jamón. All í demostró ser
lo otro, cuando me fijo y veo lle- artista de reaños y poder. Fue en
gar a Manuel con una mujer de la
mano, bajita , regordeta , con
gruesas gatas y un cierto desa-
liño.
Era Gracia de Triana.
Era la sombra de aquella mujer
moruna, de rostro duro y moño
gitano que habíamos visto en
"Escuadrilla" o en "Malvaloca".
Pero era, por contra, el retrato de
la misma voz: porque Gracia me
cantó a mí a,quella mañana, y no
lo olvidaré jamás, una vieja crea-
c ió n de Ignacio Román y de
Paco García Tejero, "Cantilla-
nera": "A la vera del agüita
clara 1junto a la ribera del Gua-
dalquivir, 1él me dijo, mi Cantilla-
nera, 1por besar tu cara me voy a
monr".
Su voz estaba intacta. La voz
de aquella mujer de armas tomar,

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