Tema 5: El Imputado o Acusado: Prof. Laudelino Aranguren Montilla
Tema 5: El Imputado o Acusado: Prof. Laudelino Aranguren Montilla
Tema 5: El Imputado o Acusado: Prof. Laudelino Aranguren Montilla
TEMA 5:
El imputado o acusado
Sumario: I. La condición de imputado. II. Acto formal de imputación. III. Derechos. IV.
La garantía constitucional del derecho de defensa. Defensa material y defensa formal.
V. Alcance de la defensa formal: asistencia técnica y representación. VI. La
autodefensa. VII. La declaración del imputado. Oportunidades. Requisitos esenciales.
VIII. La condición de acusado.
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I. La condición de imputado.
Se considera imputado a toda persona a quien se le señale como autor o autora, o
partícipe de un hecho punible, por un acto de procedimiento de las autoridades
encargadas de la persecución penal conforme a lo establecido en este Código (artículo
126 del COPP).
Tal condición hace nacer un conjunto de facultades y derechos y en modo alguno
desvirtúa su estado de inocencia.
Este artículo se debe analizar bien para tener una mejor comprensión del mismo.
El artículo en comento dice lo siguiente: “…de las autoridades encargadas de la
persecución penal …”. Es decir, no se trata de que la prensa lo señale como autor de un
delito, ni las redes sociales. Se requiere que lo señale como autor de un delito ‘las
autoridades encargadas de la persecución penal’. Nos preguntamos entonces, cuáles
son las autoridades encargadas de la persecución penal? Ya sabemos (Tema 4 – Los
Sujetos Procesales) que es el Ministerio Público como representante del Estado. NO
SON LOS CUERPOS POLICIALES, es el Ministerio Público.
Recordemos el artículo 285.4 de la Constitución Nacional: Son atribuciones del
Ministerio Público: Ejercer en nombre del Estado la acción penal en los casos en que
para intentarla o proseguirla no fuere necesaria instancia de parte, salvo las
excepciones establecidas en la ley.
Los cuerpos policiales no ejercen la acción penal sino que auxilian al Ministerio Público
en su ejercicio, o sea, ayudan en la investigación con el carácter de auxiliares. Por
tanto, el artículo 126 adjetivo, se refiere es al Ministerio Público indiscutiblemente.
Resumiendo: es imputado aquella persona señalada como autora o partícipe en la
comisión de un delito por el Ministerio Público.
Seguidamente, nos preguntamos: cómo señala el Ministerio Público a una persona de
ser autora de la comisión de un hecho punible? A través de la prensa? De las redes
sociales? Dice el artículo 126 que comentamos que es “…por un acto de
procedimiento…”, que implica un procedimiento penal, es decir, un actuación fiscal
dentro de un proceso y el proceso se inicia conforme lo dijimos también en el tema 4
(página 7), donde se lee: Artículo 285 de la Constitución Nacional: Son atribuciones del
Ministerio Público: 4. Ordenar y dirigir la investigación penal…
Posteriormente, en la página 8, dijimos que ordenar la investigación significa que el
Ministerio Público tiene la atribución de dictar la orden de inicio de la investigación
penal al tener conocimiento de la comisión de un hecho punible de acción pública. Por
tanto, una vez se inicie el proceso con la orden de inicio de la investigación, se deberá
producir un acto jurídico en virtud del cual el Ministerio Público señale formalmente a
una persona como autora o partícipe de un delito.
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Ese señalamiento que hace el Ministerio Público es una imputación, que no es otra
cosa que decirle a la persona que está siendo investigada por la comisión de un delito
de acción pública, decirle los hechos que se le atribuyen y las circunstancias del
mismo, a fin de cumplir con la Constitución y las leyes.
Entonces, resumimos así: el señalamiento del Ministerio Público es una imputación;
imputar es atribuirle a una persona ser autora o partícipe de un delito de acción
pública; esa imputación debe hacerse en un ‘acto de procedimiento’, o sea, dentro de
un proceso penal. Por tanto, podemos decir que una persona adquiere la condición de
imputada a través de un acto de imputación, el cual supone todo lo que hemos dicho
anteriormente.
II. Acto formal de imputación.
Constituye la materialización del derecho a ser informado de los hechos que se le
atribuyen a una persona señalada de ser autora o partícipe de la comisión de un hecho
punible.
El acto de imputación es, por consiguiente, el acto procesal en sede judicial en virtud
del cual el órgano encargado de la investigación penal, le atribuye a una persona la
comisión de un hecho punible en base a elementos racionales de convicción de los que
se desprende su autoría o complicidad.
Dicho acto de imputación está revestido del cumplimiento de formas procesales
mínimas, cuya violación genera nulidad, a saber:
-La asistencia técnica en la persona de un abogado de confianza previamente
juramentado (artículo 49.1 de la Constitución Nacional).
-La imposición del precepto constitucional que lo exime de declarar en causa propia
(artículos 49.5 de la Constitución Nacional y 133 del COPP.
-La efectividad de su derecho a ser oído (artículo 49.3 Constitución Nacional).
De ahí a que podamos llamar al acto de imputación con toda propiedad como acto
formal de imputación, ya que la expresión ‘formal’ alude a las formas procesales antes
vistas que reviste dicho acto.
Funciones que cumple el acto de imputación:
1. Determinar el elemento subjetivo del proceso (el imputado).
2. Determinar el presupuesto de la acusación, por lo que no puede ejercerse
acusación contra una persona si ésta no ha sido previamente imputada.
3. Originar el ejercicio del derecho a la defensa.
A continuación, un extracto de una sentencia de la Sala Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, N° 355 del 10-8-2011, en relación al acto de imputación, que expresa:
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Su finalidad es precisamente impedir, que el órgano encargado de ejercer la
acción penal, esto es, el Ministerio Público, lleve a espaldas de los imputados
una investigación, de tal manera que puedan los investigados ejercer el control
y contradicción de los diferentes actos de investigación y de prueba que
surgen durante el desarrollo de la fase preparatoria, evitando además que el
procesado sea sorprendido con una acusación cuyos fundamentos sean
desconocidos, lo cual configuraría una violación real y efectiva de los derechos
a la Defensa, al Debido Proceso y a la Tutela Judicial Efectiva.
“...En este sentido, es oportuno mencionar que la naturaleza del proceso
penal acusatorio, dispone como garantía máxima la presunción de
inocencia, y en este orden, el Código Orgánico Procesal Penal dispone una
serie de actos de estricto cumplimiento, necesarios para garantizar el
debido proceso, el derecho a la defensa y la igualdad entre las partes.
(http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scp/agosto/355-11811-2011-A11-271.HTML )
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III. Derechos.
Hemos apuntado que el acto de imputación hace nacer en el imputado una serie de
derechos, los cuales los vamos a ver enunciados en el artículo siguiente, o sea, en el
artículo 127 del Código Orgánico Procesal Penal. Esos derechos no son taxativos, jamás
podrían serlo, y están íntimamente relacionados con los enunciados en la Constitución
Nacional. Son derechos constitucionales en el orden procesal. Es lo mismo que decir,
aplicados en el proceso penal. Veamos esos derechos.
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imputado y con ella la imputación, debe hacerse ante el juez de control a los fines de
que sea el juez quien le garantice los derechos del imputado, entre ellos el de ser oído.
Por otra parte, en la reforma del COPP de 2012, se estableció que la imputación en el
caso de los delitos menos graves , se hace ante el juez de control. Así lo dispone el
artículo 365:
Artículo 365: Cuando el proceso se inicie mediante la interposición de
una denuncia, querella o de oficio, el Ministerio Público luego de la
investigación preliminar y la práctica de las diligencias tendientes a
investigar y hacer constar la comisión del delito, las circunstancias que
permitan establecer la calificación y la responsabilidad de los autores y
demás partícipes, así como el aseguramiento de los objetos activos y
pasivos relacionados con la perpetración; solicitará al Tribunal de
Instancia Municipal proceda a convocar al imputado o imputada
debidamente individualizado o individualizada para la celebración de una
audiencia de presentación , la cual se hará dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes a su citación.
En la audiencia de presentación , además de verificarse los extremos
previstos en el artículo 236 de este Código, la legitimidad de la
aprehensión, y la medida de coerción personal a imponer; el Ministerio
Público realizará el acto de imputación , informando al imputado o
imputada del hecho delictivo que se le atribuye con mención de las
circunstancias de tiempo, modo y lugar de su comisión, incluyendo
aquellas de importancia para la calificación jurídica y las disposiciones
legales que resulten aplicables. (Negritas y subrayado del profesor).
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Esta comunicación se materializa con una llamada que el Estado le facilita al detenido
para que informar a sus familiares o abogado de confianza, sobre su detención. Es la
popular frase “tiene derecho a una llamada telefónica”.
3. Ser asistido o asistida, desde los actos iniciales de la investigación, por un defensor
o defensora que designe el o ella, o sus parientes y, en su defecto, por un defensor
público o defensora pública.
Este derecho es bastante amplio. Deviene de la norma constitucional que garantiza el
derecho a la defensa (49.1 Constitución Nacional). De ello se desprende:
-Prestar declaración con la asistencia de un abogado de confianza.
-La carga del Estado de designarle un defensor público si el imputado o familiares no
pudieren o no quisieren.
-Sanción con nulidad absoluta de los actos realizados sin la asistencia técnica o
defensa.
Dentro de este punto, tenemos que ver necesariamente el punto IV del Sumario.
IV. La garantía constitucional del derecho de defensa. Defensa material y defensa
formal.
Este derecho nace desde que adquiere la condición de imputado y es un derecho
irrenunciable entre nosotros por tratarse de un derecho fundamental el cual busca
complementar la incapacidad del imputado frente al Estado y tiende a garantizar el
principio de igualdad, evitando desequilibrios.
De la lectura del artículo constitucional (49.1) que consagra el derecho a la defensa,
podemos extraer dos aspectos del mismo derecho: la defensa material y la defensa
formal. Efectivamente, expresa dicha norma constitucional que la defensa y la
asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de la investigación
y del proceso, de lo que se desprende que una cosa es la defensa y otra la asistencia
técnica. Veamos.
A) Defensa material: es la que ejerce el propio imputado. Es la llamada autodefensa.
VI. La autodefensa: Es expresión de la garantía a su derecho a la defensa de la cual es
titular (el imputado), siempre que no menoscabe la eficacia de la defensa técnica, lo
que constituye su límite. En el COPP, está prevista en el artículo 139, primer aparte,
cuando expresa: Si prefiere defenderse personalmente , el Juez o Jueza lo permitirá
sólo cuando no perjudique la eficacia de la defensa técnica.
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Personalmente significa en su persona, por sí mismo, no en la de su defensor técnico.
Eso significa que el imputado, cuando es autorizado por el juez, puede ejercer los actos
de defensa por sí sin necesidad de su defensor técnico, siempre y cuando no se
requiera que sea abogado, tales como preguntar y repreguntar testigos. No podría, en
cambio, presentar una apelación sin la asistencia técnica de su abogado de confianza o
defensor público, según el caso.
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sentidos. El primero de ellos, el artículo ya transcrito parcialmente 139, en su primer
aparte, dice que “…sólo cuando no perjudique la eficacia de la defensa técnica” , y nos
preguntamos en ese supuesto: cómo sabe el juez si la autodefensa perjudica la eficacia
de la defensa técnica? Eso debe saberlo el juez para ver si autoriza o no la autodefensa
del imputado. La única manera de saberlo es que sea el mismo defensor técnico quien
le manifieste al juez si la pretendida defensa personal del imputado puede o no
perjudicar la defensa técnica, pues es el propio defensor técnico quien sabe cuál es su
estrategia como defensa, hacia qué dirección o estrategia ha apuntado su defensa, etc.
Y no hay manera que el juez lo sepa que no sea pidiéndole opinión al defensor técnico.
No hay otra manera a pesar de que la norma del 139 no lo exija pero haciendo una
interpretación lógica de la norma, no puede haber manera de que el juez tenga
conocimiento si la autodefensa perjudica la defensa técnica que no sea tomándole
opinión al defensor técnico.
El segundo, es en cuanto a la RENUNCIA del derecho a la defensa en su sentido formal,
lo cual no es posible en nuestro derecho procesal penal por considerarse un derecho
fundamental los cuales son irrenunciables entre nosotros, a diferencia del modelo
norteamericano.
B) Defensa formal: es la que ejerce el abogado de confianza o su defensor público y
está regulada a partir del artículo 139 del COPP. .
Ya hemos dicho que en artículo 49.1 Constitucional consagra el derecho a la defensa
en los siguientes términos: La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables
en todo estado y grado de la investigación y del proceso.
Le otorga nuestra Constitución, además de un derecho, una garantía fundamental a
favor del ciudadano. En el COPP, se encuentra como principio procesal en el artículo
12 al expresar que la defensa es un derecho inviolable en todo estado y grado del
proceso y que corresponde a los jueces y juezas garantizarlo sin preferencias ni
desigualdades.
Además, dentro de los derechos del imputado, lo encontramos señalado en el artículo
127.3 del COPP, así: Ser asistido o asistida, desde los actos iniciales de la investigación,
por un defensor o defensora que designe el o ella, o sus parientes y, en su defecto, por
un defensor público o defensora pública.
Las anteriores disposiciones analizadas de manera integral a favor del derecho a la
defensa, permiten concluir que tanto la defensa material (autodefensa) como la formal
(técnica), son parte integrante en dos vertientes del mismo derecho, la segunda
(formal) complementando la material (autodefensa), pero inseparables e indivisibles
en el curso del proceso penal. Eso nos permite concluir que en nuestro proceso penal,
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no puede haber ningún acto procesal sin la presencia del abogado de confianza del
imputado.
De hecho, el artículo 49.1 Constitucional es muy claro al consagrar el derecho a la
defensa en sus dos vertientes: material y formal. En efecto, como ya transcribimos,
expresa el mencionado artículo que “…La defensa y la asistencia jurídica…”. Separa
nuestra Carta Magna lo que es la defensa propia del imputado de la asistencia técnica,
pues el imputado, en nuestro caso, es el titular del derecho a la defensa. Usa la
Constitución la conjunción disyuntiva “y”, lo que significa que no es lo mismo la
defensa que la asistencia técnica, pues esta última complementa la primera.
En el mismo sentido se expresa el artículo 127.3 cuando nos indica que es un derecho
del imputado ser asistido, desde los actos iniciales de la investigación, por un defensor.
Eso nos permite afirmar que la asistencia técnica complementa el derecho del
imputado a defenderse junto a un abogado de confianza. El derecho del imputado es
contar con un abogado de confianza y, en su defecto, por un defensor público. Ese
abogado de confianza lo puede nombrar el imputado o “sus parientes”, lo que significa
que los parientes del imputado pueden participarle al juez que el imputado contará
con tal o cual abogado de confianza.
Y es en defecto del nombramiento del abogado de confianza por parte del imputado o
sus parientes, que el Estado entra a suplir esa deficiencia designándole un defensor
público. Visto así, entre nosotros el defensor público no es para defender sólo a los
imputados de escasos recursos sino a cualquier imputado que no pueda o se niegue
hacer el nombramiento del abogado de confianza, al igual que sus parientes. Fíjense
que el artículo 127.3 dice textualmente: Ser asistido o asistida, desde los actos iniciales
de la investigación, por un defensor o defensora que designe el o ella, o sus parientes
y, en su defecto , por un defensor público o defensora pública. Es decir, en defecto del
ejercicio del derecho del imputado y sus parientes a nombrar un abogado de
confianza, es que entra el Estado a suplir esa deficiencia designando el juez a un
defensor público. No de otra manera se puede interpretar.
Lo anterior es corroborado en el artículo 139 cuando expresa que el imputado tiene
derecho a nombrar un abogado de su confianza como defensor. Si no lo hace, el Juez le
designará un defensor público.
El código es reiterativo para dejar muy clara la regulación procesal de ese derecho a
favor del imputado y no dejar dudas al intérprete.
El artículo 141 del COPP expresa que el nombramiento del defensor no está sujeto a
ninguna formalidad, por lo que puede el imputado o sus parientes, nombrar al
abogado de confianza por cualquier medio, con tal y llegue al conocimiento del juez.
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El artículo 144 expresa que en cualquier estado del proceso podrá el imputado revocar
el nombramiento de su defensor. En ese supuesto, deberá procederse a nuevo
nombramiento conforme al artículo que sigue.
Nuevo nombramiento.
Puede suceder que en el curso del proceso, el imputado se quede sin el abogado de
confianza que haya nombrado él o sus parientes.
El artículo 145 se encarga de regular ese supuesto de la siguiente manera: En caso de
muerte, renuncia o excusa, o bien porque el nombramiento del defensor o defensora
haya sido revocado, deberá procederse a nuevo nombramiento dentro de las
veinticuatro horas siguientes, o a la designación de defensor público o defensora
pública.
Se trata en el fondo de un supuesto de falta absoluta del abogado de confianza por las
razones indicadas en la norma: muerte, renuncia o excusa, o bien porque el
nombramiento del defensor haya sido revocado. Debe darse uno de esos supuestos
para que pueda entrar en funcionamiento la figura del nuevo nombramiento, de lo
contrario, no.
Como su palabra lo dice, nuevo nombramiento significa que hay necesidad de
procederse a un nombramiento sobrevenido del abogado de confianza, cuyo
nombramiento debe tramitarse conforme a las normas del COPP antes referidas: 127.3
y 139. Es decir, el imputado o sus parientes pueden (tienen derecho) a nombrar a otro
abogado de confianza en virtud de la falta absoluta del abogado previamente
nombrado. Y ese nombramiento puede hacerse una y otra vez.
Artículo 146. El nombramiento por el imputado o imputada de un defensor o
defensora, hace cesar en sus funciones al defensor público o defensora
pública o al defensor de oficio que haya venido ejerciéndolas.
El nombramiento, por el imputado o imputada, de un subsiguiente defensor o
defensora, no revoca el anterior hecho por el o ella, salvo que expresamente
manifieste su voluntad en ese sentido.
En base a lo anterior, podemos concluir que en caso de falta absoluta del defensor
privado (abogado de confianza) del imputado, éste tiene el derecho a nombrar otro
abogado de confianza y no es que el juez procederá a designarle de oficio un defensor
público. De ahí la expresión “nuevo nombramiento”, lo cual excluye la posibilidad de la
designación del juez ya que el imputado conserva su derecho a nombrar un abogado
de confianza en vista de que no se ha producido al supuesto de procedencia que
habilita al juez a designar un defensor público: la negativa del imputado o sus
parientes.
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Por último, la violación de cualquiera de las normas antes vistas, implica una lesión al
derecho fundamental a la defensa y se sanciona con nulidad como veremos.
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Formalidades de la declaración:
El acto de la declaración del imputado es un acto enteramente formal en cualquier
fase del proceso. Formal porque se deben cumplir ciertas formas procesales, a saber:
La previa imposición por el juez del precepto constitucional que lo exime de declarar
en causa propia contenido en el artículo 49.5. En el COPP está recogida bajo la forma
de Advertencia Preliminar en el artículo 133, cuando dice:
Antes de comenzar la declaración se le impondrá al imputado o imputada del
precepto constitucional que lo exime de declarar en causa propia y, aun en caso de
consentir a prestar declaración, a no hacerlo bajo juramento y se le comunicará
detalladamente cuál es el hecho que se le atribuye, con todas las circunstancias de
tiempo, lugar y modo de comisión, incluyendo aquellas que son de importancia para
la calificación jurídica, las disposiciones legales que resulten aplicables y los datos
que la investigación arroja en su contra.
De esta obligación del juez de informar al imputado de sus derechos, se desprende que
el imputado debe ser informado del hecho que se le atribuye, a que tiene derecho a
declarar sin juramento, que su declaración es un medio para su defensa y, por
consiguiente, tiene derecho a explicar todo cuanto sirva para desvirtuar las sospechas
que sobre el recaiga, y que tiene derecho a solicitar la práctica de diligencias que
considere necesarias.
Igualmente, tiene el derecho a contar durante su declaración, con la asistencia de su
abogado de confianza, sin cuya presencia la declaración sería nula. Así lo expresa el
último aparte del artículo 132: la declaración del imputado o imputada será nula si no
la hace en presencia de su defensor o defensora.
Así mismo, que tiene el derecho de abstenerse de declarar como también a declarar
cuantas veces quiera.
Por último, que su declaración se hará constar con sus propias palabras.
Todas esas formalidades deben cumplirse en el acto de declaración del imputado, en
cualquiera de las fases.
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7. Solicitar que se active la investigación y a conocer su contenido, salvo en los casos
en que alguna parte de ella haya sido declarada reservada y sólo por el tiempo que
esa declaración se prolongue.
8. Ser impuesto o impuesta del precepto constitucional que lo o la exime de declarar
y, aun en caso de consentir a prestar declaración, a no hacerlo bajo juramento.
9. No ser sometido o sometida a tortura u otros tratos crueles, inhumanos o
degradantes de su dignidad personal.
10. No ser objeto de técnicas o métodos que alteren su libre voluntad, incluso con su
consentimiento.
11. Solicitar ante el tribunal de la causa el sobreseimiento, conforme a lo establecido
en este Código.
12. Ser oído u oída en el transcurso del proceso, cuando así lo solicite. Como
expresión de su derecho constitucional a ser oído.
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