La esquizofrenia es una grave enfermedad mental que afecta el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. Se caracteriza por síntomas positivos como alucinaciones y delirios, síntomas negativos como el retraimiento, y síntomas cognitivos como problemas de memoria. Tiene causas genéticas y ambientales y su diagnóstico implica descartar otros trastornos. El tratamiento involucra medicamentos antipsicóticos de por vida y terapia, aunque los síntomas pueden controlarse.
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La esquizofrenia es una grave enfermedad mental que afecta el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. Se caracteriza por síntomas positivos como alucinaciones y delirios, síntomas negativos como el retraimiento, y síntomas cognitivos como problemas de memoria. Tiene causas genéticas y ambientales y su diagnóstico implica descartar otros trastornos. El tratamiento involucra medicamentos antipsicóticos de por vida y terapia, aunque los síntomas pueden controlarse.
La esquizofrenia es una grave enfermedad mental que afecta el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. Se caracteriza por síntomas positivos como alucinaciones y delirios, síntomas negativos como el retraimiento, y síntomas cognitivos como problemas de memoria. Tiene causas genéticas y ambientales y su diagnóstico implica descartar otros trastornos. El tratamiento involucra medicamentos antipsicóticos de por vida y terapia, aunque los síntomas pueden controlarse.
La esquizofrenia es una grave enfermedad mental que afecta el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. Se caracteriza por síntomas positivos como alucinaciones y delirios, síntomas negativos como el retraimiento, y síntomas cognitivos como problemas de memoria. Tiene causas genéticas y ambientales y su diagnóstico implica descartar otros trastornos. El tratamiento involucra medicamentos antipsicóticos de por vida y terapia, aunque los síntomas pueden controlarse.
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Esquizofrenia
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta algunas
funciones cerebrales tales como el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. La esquizofrenia es un trastorno que agrupa a diferentes enfermedades que se caracterizan por la presencia de síntomas positivos, como las alucinaciones y los delirios, de síntomas negativos, que provocan un retraimiento del paciente, de síntomas afectivos, como la ansiedad y la depresión, y de síntomas cognitivos, que afectan a la memoria,
¿Cuáles son las causas de la esquizofrenia?
Predisposición genética: la presencia de la enfermedad en los padres o familiares cercanos (tíos, primos, abuelos, etcétera) es un factor que incrementa la posibilidad de aparición en los hijos. Así se demuestra una mayor prevalencia en padres, hijos o hermanos de esquizofrénicos con respecto a la población general. En relación con su localización genética, se postula una alteración de los receptores dopaminérgicos expresada en el cromosoma 5. Alteraciones durante el embarazo o nacimiento: anoxia (falta de oxígeno en el feto durante el embarazo o el parto), infecciones víricas, traumatismos, etcétera. Alteraciones morfológicas, funcionales o bioquímicas en el cerebro: en este apartado juega un papel fundamental el consumo habitual de sustancias tóxicas y la exposición a determinados tóxicos y estresantes ambientales. Están especialmente involucradas dos sustancias implicadas en la comunicación entre neuronas a nivel del cerebro. Se trata de la dopamina y la serotonina. Factores familiares y sociales: aunque no están universalmente aceptados, siempre se aluden como posibles elementos influyentes en el desarrollo de la enfermedad o más bien como desencadenantes de brotes. Incumplimiento del tratamiento una vez diagnosticada la enfermedad: supone un alto riesgo de aparición de recaídas.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de la esquizofrenia?
Delirios o ideas delirantes
Son creencias falsas que la persona sostiene firmemente y que son
irreductibles a la lógica. Para ello la persona que padece el trastorno psicótico se apoya en algunos detalles de la realidad, aunque los interpreta de una manera errónea. Estos pensamientos son de los siguientes tipos: Delirios de persecución: la persona cree que hay alguien o algo que lo está siguiendo o vigilando. “En casa me espían con cámaras, cuando voy por la calle noto que alguien me sigue...” Delirios de grandeza: la persona cree que posee poderes especiales. “Me siento elegido para hacer una misión, me comunico directamente con Dios” Delirio de perjuicio: cuando la persona cree que hay alguien intentando dañarle o perjudicándole de alguna forma. “Sé que están montando un complot en mi contra, hay gente que intenta envenenarme” Delirios somáticos: cuando la persona cree que tiene sensaciones extrañas en su propio cuerpo y normalmente sospecha que están provocados por algo o alguien que intenta dañarle. “Creo que partes de mi cuerpo se desvanecen, o cambian de forma, no me funciona el intestino desde hace meses...” Delirios erotomaníacos: cuando la propia persona cree que es el objeto de enamoramiento de otra. “El Rey de España está siempre pendiente de mí, no para de mandarme señales” Delirios celotípicos: la persona sospecha que está siendo engañado por alguien. “Mi marido se está viendo con otra, olí perfume en su chaqueta” Delirio de referencia o autorreferencialidad: la persona sospecha que la gente de habla de él, incluso desde los medios de comunicación. “Me miran en el metro, me observan y están pendientes de todo lo que hago, hablan de mí en las canciones...” Alucinaciones
Son percepciones en las que la persona escucha, ve o siente cosas que se
originan en el interior de su propio cerebro y que, aunque él las vive como si fueran reales no lo son. Estas sensaciones se tienen a través de los órganos de los sentidos y son las siguientes: Auditivas: cuando la persona escucha dentro de su cabeza una voz que le habla. Son las alucinaciones más frecuentes y características de la esquizofrenia y más fundamentalmente cuando la persona se queja de no poder pensar ni actuar con libertad. En ocasiones estas voces les insultan y les dan órdenes y es entonces cuando la propia conducta de la persona puede estar determinada por lo que le digan esas voces. “Hay alguien que me habla y se dedica a comentar todo lo que hago, a veces me da incluso órdenes de lo que debo hacer, me roba lo que pienso y me siento como una marioneta que no controla lo que hace” Táctiles o cenestésicas: la persona tiene sensaciones anormales en el cuerpo sin que le toquen. “Cuando como en casa de la vecina noto calambres, pinchazos, hormigueos...” Olfativas: cuando se perciben olores extraños. “Cuando entro a mi casa, huele a azufre, alguien ha estado aquí...” Gustativas: cuando se tienen sabores diferentes a los habituales “Noto un sabor a cemento cuando mi madre me cocina...” Visuales: cuando ven en los demás algo que antes no veían. “Cuando me ingresaron en el hospital, veía chorros de agua que caían sobre mi cama...” Alteraciones en el pensamiento El pensamiento en ocasiones se desorganiza, se pierde la capacidad de asociar ideas y éstas cambian de un tema a otro sin conexión. Cuando ésta pérdida es grave y el contenido es incoherente lo denominamos desorganización del pensamiento. Alteraciones en la afectividad
El paciente puede tener dificultad para expresar lo que siente (aplanamiento
o embotamiento afectivo), pueden desaparecer los sentimientos de calor y afecto hacia los demás y puede tener cierta dificultad para mostrarlos. Alteraciones en la conducta En cuanto al comportamiento, el paciente puede abandonar su aseo personal, puede aislarse de sus familiares y amigos al perder la motivación y la energía, tener un sentimiento de vacío e incluso presentar conductas extravagantes o no adecuadas que pueden ser influenciadas por lo que le dicen sus alucinaciones y por el contenido de sus delirios. Alteraciones en la cognición
El paciente puede tener cierta dificultad para mantener la atención y para
atender a varias tareas a la vez, así como puede tener algunos fallos de memoria. También puede presentar una disminución en sus capacidades para realizar algunas conductas creativas y socialmente aceptadas. Debemos destacar también que a pesar de que estos síntomas puedan aparecer en los momentos más agudos de la enfermedad, el paciente si cumple adecuadamente con su tratamiento puede llevar una vida normal. Diagnóstico El diagnóstico de la esquizofrenia implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los síntomas no se deben al abuso de sustancias, medicamentos o afecciones. Para determinar un diagnóstico de esquizofrenia, puede hacerse lo siguiente: Exploración física. Se puede realizar para descartar otros problemas que podrían estar causando los síntomas y para detectar cualquier complicación relacionada. Análisis y pruebas de detección. Pueden incluirse pruebas que permitan descartar afecciones con síntomas similares, y para detectar el consumo de alcohol y drogas. El médico también puede indicarte estudios por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computada. Evaluación psiquiátrica. Un médico o profesional en salud mental controla el estado mental por medio de la observación de la apariencia y el comportamiento, y la indagación sobre pensamientos, estados de ánimo, delirios, alucinaciones, consumo de sustancias y posibilidad de violencia o suicidio. También se conversa sobre los antecedentes personales y familiares. Criterios de diagnóstico para la esquizofrenia. El médico o profesional en salud mental puede aplicar los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría). Tratamiento La esquizofrenia requiere tratamiento de por vida, incluso si los síntomas desaparecen. El tratamiento con medicamentos y terapia psicosocial puede ayudar a controlar la enfermedad. En algunos casos, puede ser necesaria una internación. Por lo general, un psiquiatra con experiencia en esquizofrenia guía el tratamiento. El equipo de tratamiento también puede incluir un psicólogo, un asistente social, personal de enfermería psiquiátrica y, posiblemente, un encargado del caso para coordinar la atención. El abordaje de equipo completo puede estar disponible en clínicas con pericia en el tratamiento de la esquizofrenia. Medicamentos Los medicamentos son la base del tratamiento de la esquizofrenia; los antipsicóticos son los que se recetan con más frecuencia. Estos medicamentos controlan los síntomas al actuar sobre la dopamina, un neurotransmisor cerebral. El objetivo del tratamiento con antipsicóticos es controlar los signos y síntomas de manera eficaz con la dosis más baja posible. El psiquiatra puede probar diferentes medicamentos, distintas dosis o combinaciones con el correr del tiempo a fin de lograr el resultado deseado. Otros medicamentos, como los antidepresivos y los ansiolíticos, también pueden resultar útiles. Pueden pasar varias semanas hasta observar la mejora de los síntomas. Es posible que las personas que sufren de esquizofrenia se nieguen a tomar los medicamentos para tratar esta enfermedad, ya que pueden provocar efectos secundarios graves. La voluntad de cooperar con el tratamiento puede incidir en el medicamento que se receta. Por ejemplo, alguien que se resiste a tomar medicamentos constantemente quizás necesite inyecciones en lugar de comprimidos. Pregúntale al médico sobre los beneficios y los efectos secundarios de todos los medicamentos que te receten. Antipsicóticos de segunda generación Estos medicamentos nuevos de segunda generación suelen preferirse porque tienen menor riesgo de efectos secundarios graves que los antipsicóticos de primera generación. Los antipsicóticos de segunda generación incluyen los siguientes: Aripiprazol (Abilify) Asenapina (Saphris) Brexpiprazol (Rexulti) Cariprazina (Vraylar) Clozapina (Clozaril) Iloperidona (Fanapt) Lurasidona (Latuda) Olanzapina (Zyprexa) Paliperidona (Invega) Quetiapina (Seroquel) Risperidona (Risperdal) Ziprasidona (Geodon) Antipsicóticos de primera generación Estos antipsicóticos de primera generación tienen efectos secundarios frecuentes y potencialmente significativos, entre ellos, la posibilidad de desarrollar un trastorno del movimiento (discinesia tardía), que puede o no ser reversible. Los antipsicóticos de primera generación incluyen los siguientes: Clorpromazina Flufenazina Haloperidol Perfenazina Estos antipsicóticos suelen ser más económicos que los antipsicóticos de segunda generación, en especial, las versiones genéricas, lo que puede ser un factor de decisión importante cuando se necesita un tratamiento a largo plazo. Intervenciones psicosociales Una vez que la psicosis desaparece, además de continuar tomando los medicamentos, son importantes las intervenciones psicológicas y sociales (psicosociales). Estas pueden incluir las siguientes: Terapia individual. La psicoterapia puede ayudarte a normalizar los patrones de pensamientos. Además, aprender a sobrellevar el estrés y a identificar los signos tempranos de recaída puede ayudar a las personas con esquizofrenia a controlar su enfermedad. Entrenamiento para las habilidades sociales. Este se centra en mejorar la comunicación y las interacciones sociales, y mejorar la capacidad de participar en actividades cotidianas. Terapia familiar. Brinda apoyo e información a las familias que hacen frente a la esquizofrenia. Rehabilitación vocacional y empleo con apoyo. Esto se centra en ayudar a las personas con esquizofrenia a prepararse para un trabajo, buscar trabajo y mantenerlo. La mayoría de las personas con esquizofrenia necesitan algún tipo de apoyo diario. Muchas comunidades tienen programas para ayudar a personas con esquizofrenia con temas relacionados con trabajo, vivienda, grupos de autoayuda y situaciones de crisis. Un encargado del caso o alguien del equipo de tratamiento pueden ayudarte a encontrar recursos. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con esquizofrenia pueden controlar su enfermedad. Hospitalización Durante los períodos de crisis o de síntomas graves, es posible que se requiera hospitalizar al paciente para garantizar seguridad, alimentación correcta, horas de sueño adecuadas e higiene básica. Terapia electroconvulsiva En el caso de los adultos con esquizofrenia que no responden a la terapia farmacológica, la terapia electroconvulsiva podría ser una opción. La terapia electroconvulsiva podría ser útil para las personas que también tienen depresión. Curso: psicología de la motivación y emoción