Proceso Único de Ejecución
Proceso Único de Ejecución
Proceso Único de Ejecución
Solo se puede promover ejecución en virtud de títulos ejecutivos de naturaleza judicial o extrajudicial
según sea el caso. Son títulos ejecutivos los siguientes;
4. Los títulos valores que confieran la acción cambiaria, debidamente protestados o con la
constancia de la formalidad sustitutoria del protesto respectiva; o, en su caso, con
prescindencia de dicho protesto o constancia, conforme a lo previsto en la ley de la materia;
11. Otros títulos a los que la ley les da mérito ejecutivo. (**)
CONCEPTO
El proceso de ejecución es definido como aquel que, partiendo de la pretensión del
ejecutante, realiza el órgano jurisdiccional y que conlleva un cambio real en el mundo
exterior, para acomodarlo a lo establecido en el título que sirve de fundamento a la
pretensión de la parte y a la actuación iurisdiccional. Liebman (177) califica al proceso
de ejecución como "aquella actividad con la cual los órganos judiciales tratan de
poner en existencia coactivamente un resultado práctico, equivalente a aquel que
habría debido producir otro sujeto, en cumplimiento de una obligación jurídica".
La jurisdicción no se limita a declarar el derecho, comprende también la ejecución del
mismo. Como las sentencias declarativas y constitutivas no imponen el dar, hacer u
omitir algo, la ejecución se dirige a asegurar la eficacia práctica de las sentencias de
condena.
Proceso de cognición y proceso de ejecución son independientes entre sí. De un lado,
el proceso de cognición puede, en efecto, no requerir la ejecución, ya sea porque el
acto que lo concluye alcance por sí solo el objeto prefijado (sentencia de declaración de
certeza o constitutiva) ya sea porque después de recaída la sentencia de condena, el
deudor cumpla voluntariamente su obligación. De otro lado, no siempre a la ejecución
debe preceder la cognición judicial: en determinados casos se puede proceder a la
ejecución sin necesidad de realizar precisamente un proceso de cognición judicial,
como es la conciliación extrajudicial, donde las partes han definido consensualmente el
derecho, o el caso del arbitraje.
De este modo, cognición y ejecución se completan recíprocamente; el primero prepara
y justifica la actuación de la sanción y esta da fuerza y vigor práctico a aquel. Entre el
proceso de cognición y el de ejecución. Por eso, corresponde al primero, conocer y
dirimir el derecho en conflicto. Al segundo, la actuación de la sanción.
En este orden de ideas tenemos que precisar que la tutela efectiva no solo se agota con
los procesos de cognición sino con los de ejecución. La tutela solo será realmente
efectiva cuando se ejecute el mandato judicial.
En síntesis, podemos señalar que proceso de ejecución es aquella actividad con la
cual los órganos judiciales tratan de poner en existencia coactivamente un resultado
práctico, equivalente a aquel que habría debido producir otro sujeto, en
cumplimiento de una obligación jurídica. Es, pues, el medio por el cual el orden
jurídico reacciona ante la trasgresión de una regla jurídica concreta, de la cual surge la
obligación de un determinado comportamiento de un sujeto a favor de otro.
3. Una vieja discusión doctrinaria en relación al título de ejecución se orienta a
dilucidar si el título configura un acto o un documento. Palaciot'80) explica esta
discusión así: Liebman defiende la primera postura y sostiene que el documento no
es más que el aspecto formal del acto y este, en tanlo tiene una eficacia constitutiva
que consiste en otorgar vigor a la regla jurídica sancionatoria y en posibilitar la
actuación de la sanción en el caso concreto, crea una nueva situación de Derecho
Procesal que no debe confundirse con la situación de Derecho material existente
entre las partes; en cambio Carnelutti, adhiriéndose a la segunda tesis, sostiene que
el título ejecutivo es un documento que representa una declaración imperativa del
juez o de las partes, y agrega que siendo esa declaración un acto, "con el
intercambio acostumbrado entre el continente y el contenido y, por tanto, entre el
documento y el acto que en él está representado, se explica la costumbre corriente
de considerar como título al acto en vez del documento". Alsina, dentro de la misma
óptica de Carnelutti, señala que "el título no es otra cosa que el documento que
comprueba el hecho del reconocimiento: como en la ejecución de sentencia el título
es el documento que constata el pronunciamiento del tribunal".
En el primer supuesto serán los propios árbitros los que buscarán en la actividad
jurisdiccional el apoyo para la "ejecución forzada" del laudo, no para iniciar un proceso
de ejecución, sino para requerir de la jurisdicción la vis compulsiva, como parte de sus
atributos exclusivos de ella, a fin de satisfacer de manera forzada el derecho declarado
en el laudo. En ese sentido léase el inciso 2 del artículo 67 de
la Ley Arbitral que dice: "(...), a su sola discreción, el tribunal arbitral considere
necesario o conveniente requerir la asistencia de la fuerza pública. En este caso, cesará
en sus funciones sin incurrir en responsabilidad y entregará a la parte interesada, a
costo de esta, copia de los actuados correspondientes par a que recurra a la autoridad
judicial competente a efectos de la ejecución".
Hay pues diferencias sustanciales entre la ejecución del laudo, con facultades y sin
facultades de ejecución dadas a los árbitros. De ahí que se debe tener en cuenta, para la
ejecución de laudos, si se ha estipulado en el convenio arbitral facultades especiales
otorgadas a los árbitros para la ejecución del laudo, en rebeldía de la parte obligada,
conforme refiere el artículo 67.
Lo que se busca, no solo es atribuir facultades a los árbitros para que intervengan en un
proceso de cognición, sino que también puedan incursionar en el proceso de ejecución
sobre lo laudado, pero dejando claro que las facultades del iusimperium siempre las
ejercerán los jueces ordinarios. Esta mecánica de intervención de la jurisdicción en la
actividad arbitral, la tenemos regulada para las medidas cautelares y acopio de pruebas;
con mayor razón operaría el apoyo para la ejecución de un laudo que contiene derechos
ciertos, ya definidos. No se debe confundir el proceso de ejecución, mecanismo en el
cual se busca ejecutar los títulos y la executio, como poder exclusivo de la jurisdicción.
Debemos señalar en este extremo que los árbitros tienen una jurisdicción limitada,
ya que poseen la notio, la vocatio y la iuditium, mientras que los jueces agregan a
las anteriores la coertio y la executio,' por ello, los jueces pueden ser requeridos aun
desde la iniciación del arbitraje -para el logro de medidas cautelares- hasta su
finalización -ejecución del laudo arbitral- como ya se ha señalado.
Como señala Chocron "las relaciones entre la jurisdicción y el arbitraje, son de
carácter complementario, se produce en aquellas parcelas en las que se requiere
imperium o potestas de la que carecen los árbitros a los cuales se les atribuye el poder
de disposición de los derechos subjetivos privados en virtud de la autonomía de la
voluntad; pero la coacción, la fuerza o imposición que implican determinadas
actividades escapan ala autoridad de los árbitros y es por ello que se produce la
intervención de los Tribunales del Estado".
Al juez no le está permitido realizar un control del fondo del laudo que está cubierto por
efectos de cosa juzgada, sin embargo, como señala Chocrón(188), en este punto debe
distinguirse entre aquellos que fueron objeto de recurso de anulación, frente a los que no
fueron. El control de oficio por el juez respecto del fondo, se reduce al caso en que no se
hubiera interpuesto recurso de anulación contra el laudo y lo resuelto sea sobre un
objeto que no podía serlo y en los casos que el laudo fuera contrario al orden público.
"la autoridad judicial está prohibida, bajo responsabilidad admitir recursos que
entorpezcan la ejecución del laudo".
La explicación a la regulación del artículo 68 de la ley citada, no están referidos propiamente al
procedimiento de la ejecución en sede judicial, sino a las reglas a contemplarse en el proceso de
ejecución iniciado por los propios árbitros, en atención a las facultades especiales otorgadas a
estos.
Bajo esa óptica, la jurisdicción intervendrá para asistir a ella, a través del juez ejecutor; de ahí
que de manera expresa se le señala al ejecutor judicial, que no puede admitir apelaciones o
articulaciones que entorpezcan la ejecución del laudo.
Si bien los árbitros inician el proceso de ejecución, por contar con facultades expresas para
ellas, lo que siempre van a carecer es del poder de ejecución para la satisfacción forzada de lo
laudado. Poder de ejecución y proceso de ejecución responden a dos situaciones y conceptos
diversos. Tanto los árbitros como los jueces ordinarios tienen la facultad de dirigir un
proceso de ejecución, mas será siempre el juez de la jurisdicción quien cuente con los
atributos del poder de ejecución. Aquí radica la diferencia y la explicación a toda esta
regulación de la Ley Arbitral para la ejecución del laudo.
Pero, asimismo, la jurisdicción estatal, precisamente por tratarse de un poder, es la única que
ostenta la llamada coertio;es decir, una específica expresión del rus imperium mediante la cual
solo los jueces pueden realizar actos de ejecución, o sea, aquellos destinados al efectivo
reconocimiento de un derecho (...).
La prueba anticipada
Por otro lado, el proceso de creación en la absolución de posiciones como título sumario,
comienza cuando para preparar la ejecución, se pide que el deudor confiese bajo juramento la
certeza de la deuda. Las "diligencias preparatorias" son entendidas como un proceso de creación
de títulos sumarios. Elia se limita a exigir un pronunciamiento judicial y la citación de la
persona a quien deba perjudicar de su causante. El reconocimiento y la absolución de posiciones
son expresión de este tipo de diligencias que luego van a generar los títulos ejecutivos a que
hacen referencia los incisos 6 y 7 del artículo 693 del CPC.
En este tipo de actuaciones judiciales, más que crear títulos, se busca el reconocimiento de este,
porque el título en principio existe y lo único que se hace es integrarlo o complementarlo con
actividades especiales de las que depende su fuerza ejecutiva. El documento privado solo tiene
fuerza ejecutiva si ha sido reconocido; por consiguiente hace falta una diligencia preparatoria,
con el objeto de lograr la tuerza ejecutiva de tal documento privado.
Prueba anticipada
Ahora bien, no es suficiente que exista el reconocimiento expreso en prueba anticipada para que
constituya título ejecutivo. Es necesario que este reconocimiento contenga los presupuestos que
describe el artículo 689 del CPC, esto es, que no solo sea cierta y expresa la prestación sino
exigible, caso contrario, resulta procedente denegar la ejecución en el procedimiento ejecutivo,
por ser inútil el título generado en prueba anticipada.
"por la transacción civil las partes haciéndose concesiones recíprocas, deciden sobre algún
asunto dudoso o litigioso, evitando el pleito que podría promoverse (.'.)". Es necesario precisar
que si bien se exige reciprocidad, no es necesario que los sacrificios sean de igual valor. La
reciprocidad, entendida esta como el intercambio de sacrificios es importantísima para su
existencia, pues si una sola de las partes sacrificara algún derecho, ello sería una renuncia y no
una transacción que exige la existencia de concesiones recíprocas.
Cuando se acude a una tramitación especial para proporcionar al sujeto el título, se autoriza a
seguir la tramitación que nuestra legislación erróneamente lo califica como prueba anticipada,
cuando debe ser catalogada como "diligencia preparatoria". Estas diligencias son entendidas
como un proceso de creación de títulos sumarios. Ella se limita a exigir un pronunciamiento
judicial y la citación de la persona a quien deba perjudicar o de su causante. Este proceso, más
que creación es de reconocimiento; porque el título en principío existe y lo único que se hace es
integrarlo o complementarlo con actividades especiales de las que depende su fuerza ejecutiva.
Se aprecia el caso que en la prueba anticipada, se busque recuperar el mérito ejecutivo de un
título valor que ha caducado, recurriendo al reconocimiento y absolución de posiciones. En caso
Se ampare el pedido, se estaría permitiendo el fraude a la ley, pues se permitiría revivir los
efectos cambiarios de un título que por el transcurso del tiempo ya caducó. Felizmente la nueva
Ley de Títulos Valores prescribe que no procede mediante prueba anticipada recuperar el mérito
ejecutivo de las cambiales, si estas han perdido su mérito como instrumento de cambio por
acción del tiempo (ver el artículo 96.3 de la Ley Ne 272871situación que no regulaba
expresamente la derogada Ley de Títulos Valores.
En este tipo de actuaciones judiciales, más que crear títulos, se busca el reconocimiento de este,
porque el título en principio existe y lo único que se hace es integrarlo o complementarlo con
actividades especiales de las que depende su
La fuerza ejecutiva. El documento privado solo tiene fuerza ejecutiva si ha sido reconocido; por
consiguiente hace falta una diligencia preparatoria, con el objeto de lograr la tuerza ejecutiva de
tal documento privado.
DOCUMENTO PRIVADO
que contenga transacción extrajudicial. La transacción siempre contiene pretensiones
patrimoniales y exige reciprocidad en ellas. Conforme lo señala el artículo 1302 del CC, "por la
transacción civil las partes haciéndose concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto
dudoso o litigioso, evitando el pleito que podría promoverse (.'.)". Es necesario precisar que si
bien se exige reciprocidad, no es necesario que los sacrificios sean de igual valor. La
reciprocidad, entendida esta como el intercambio de sacrificios es importantísima para su
existencia, pues si una sola de las partes sacrificara algún derecho, ello sería una renuncia y no
una transacción que exige la existencia de concesiones recíprocas. A pesar de que el artículo
1302 del CC señale que la transacción tiene valor de cosa juzgada, debe entenderse que ese
efecto se limita al judicial y no a la transacción en general, que acoge una ficción legal; por ello,
resulta coherente la redacción del artículo'1312 del cc cuando sostiene que la transacción
extrajudicial se ejecuta en la vía ejecutiva y la judicial de la misma manera que la sentencia. En
ese sentido, si ante un accidente de tránsito, la víctima transa sobre el monto de la reparación y
posteriormente al acuerdo le sobreviene una incapacidad permanente generada por dicho
accidente es válido invocar la nulidad de la transacción por error en la sustancia. No cabe
oponer la excepción de cosa juzgada a una transacción extrajudicial no controlada por la
jurisdicción. Si se ha producido error sustancial, que incide sobre la propia naturaleza de los
daños, es atendible su nulidad, pero no basta el simple error sobre la extensión de los daños,
sino que aparezca un daño nuevo con posterioridad a este.
Documento impago
El inciso 9 hace referencia al documento impago de renta por arrenda miento, como título
ejecutivo, siempre que se acredite instrumentalmente la relación contractual. Antes de la
modificación de este inciso, se exigía que el arrendatario se encuentre en uso del bien, como
condición para ser calificado de título ejecutivo el documento impago de la renta, situación que
felizmente hoy se ha corregido, para considerar como tal, a todos los documentos que
evidencien el no cumplimiento de la prestación pactada, siempre y cuando se demuestre
documentalmente la existencia de la relación contractual. No es condición para exigir esta
pretensión, que el arrendador demuestre haber cumplido con el pago del impuesto
correspondiente a la sunat, pues como refiere la octava disposición complementaria del Código
Procesal: "para iniciar o continuar los procesos no es exigible acreditar el cumplimiento de
obligaciones tributarias. Sin embargo, el juez puede oficiar a la autoridad tributaria, a efecto de
salvaguardar el interés fiscal".
REQUISITOS COMUNES
Procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es cierta, expresa y
exigible. Cuando la obligación es de dar suma de dinero, debe ser, además,líquida o
liquidable mediante operación aritmética'