Agua Salada

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Agua de mar

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Este aviso fue puesto el 2 de marzo de 2021.

Agua del mar del estrecho de Malaca.

El agua de mar o agua salada es una disolución hecha o basada en agua que compone los océanos y
mares de la Tierra. Es salada por la concentración de sales minerales disueltas que contiene, un 3,5 % es
decir en cada litro de agua (1000 gramos) hay 35 gramos de sales disueltas, como media.1 La densidad
media en superficie es de 1,025 g/ml, siendo más densa que el agua dulce y el agua pura. A mayor
contenido en sal más baja su punto de congelación, por lo que el agua del mar se convierte en hielo bajo
los −2 °C, aunque se ha registrado2 una corriente en la Antártida a −2,6 °C. El océano contiene un 97,25
% del total de agua que forma la hidrosfera.

Índice

1 Origen

2 Composición

2.1 Salinidad

2.1.1 Conductividad eléctrica

2.2 Densidad

2.3 pH

2.4 Gases
3 Métodos de potabilización

4 Descenso crioscópico

5 Referencias

6 Enlaces externos

Origen

Las teorías científicas detrás de los orígenes del agua marina comenzaron con Edmond Halley en 1715,
quien propuso que la sal y otros minerales fueron arrastrados al mar por los ríos desde los continentes.
Estos procedían del lavado continuo de los minerales terrestres mediante la lluvia. Una vez llegando al
océano, estas sales se fueron concentrando cada vez más en los océanos mediante el ciclo hidrológico.
Halley también se dio cuenta de que aquellos lagos que no tenían salida al mar (como el mar Muerto o el
mar Caspio) tenían altas concentraciones salinas. Halley denominó al proceso "desgaste continental".

La teoría de Halley era parcialmente correcta. A esto habría que añadirle el sodio sobre el fondo
oceánico cuando este se formó. La presencia del otro ion salino, el cloro parece provenir de los escapes
gaseosos provenientes del interior de la Tierra y que escapan vía hidrotermal o en las erupciones
volcánicas. La teoría comúnmente aceptada es que la salinidad ha permanecido estable durante la vida
de la Tierra, y que los iones de sal mantienen un ciclo continuo que los hace penetrar y ser expulsados
en el interior de la Tierra. De esta forma las sales reaccionan con los basaltos del fondo oceánico, que
una vez tragados mediante el proceso de subducción vuelven a salir expulsados por las corrientes
hidrotermales y los volcanes.3 Hoy por hoy los modelos están siendo cuestionados, existiendo varias
publicaciones que discuten sobre la posibilidad de que los océanos arcaicos fueran mucho más salinos
que en la actualidad.4

Composición

Composición de solutos sólidos del agua de mar, cada uno expresado como porcentaje del total

Aniones Cationes

Cloruro (Cl-) 55,29 Sodio (Na+) 30,75

Sulfato (SO42-) 7,75 Magnesio (Mg++) 3,70

Bicarbonato (HCO3-) 0,41 Calcio (Ca++) 1,18

Bromuro (Br-) 0,19 Potasio (K+) 1,14

Flúor (F-) 0,0037 Estroncio (Sr++) 0,022


Molécula no disociada Ácido bórico (H3BO3) 0,076

El agua de mar es una disolución en agua (H2O) de muy diversas sustancias. Hasta los 2/3 de los
elementos químicos naturales están presentes en el agua de mar, aunque la mayoría sólo como trazas.
Seis componentes, todos ellos iones, dan cuenta de más del 99 % de la composición de solutos.

Salinidad

Artículo principal: Salinidad

Salinidad media de los océanos en superficie en unidades prácticas de salinidad (PSU).

El estudio de la composición se simplifica por el hecho de que las proporciones de los componentes son
siempre aproximadamente las mismas, aunque la concentración conjunta de todos ellos es
enormemente variable. Nos referimos a esa concentración total como salinidad, que suele expresarse en
tanto por mil (‰). Gracias a la universalidad de su composición, la salinidad suele ser estimada a partir
de la medición de un solo parámetro, como la conductividad eléctrica, el índice de refracción o la
concentración de uno de sus componentes, generalmente el ion cloruro (Cl-).

La salinidad presenta variaciones cuando se comparan las cuencas, las distintas latitudes o las diferentes
profundidades. Favorece una salinidad más elevada la evaporación más intensa propia de las latitudes
tropicales, sobre todo en la superficie, y una menor salinidad la proximidad de la desembocadura de ríos
caudalosos y las precipitaciones elevadas.

De todos los mares abiertos es el mar Rojo el que presenta mayor salinidad (40 ‰), bordeado como está
de regiones áridas. El mar Báltico es el de salinidad menor (6 ‰ en las aguas superficiales del golfo de
Botnia), por su pequeña profundidad, clima frío y amplitud de las cuencas que vierten sus aguas en él, lo
que unido a su topografía casi cerrada, limita mucho los intercambios con el océano Mundial. La
salinidad es muy variable en los lagos y mares cerrados que ocupan cuencas endorreicas, con solo un 12
‰ en el mar Caspio y hasta un 330 ‰ en las capas superficiales del mar Muerto. El principal factor del
que depende la salinidad de los mares interiores es la existencia de drenaje, con uno o más emisarios
porque los que desbordar, o que por el contrario la evaporación sea la única forma de compensarse los
aportes. Así el lago Victoria, con un origen tectónico semejante al del mar Muerto, es un lago de agua
dulce a la vez que la fuente principal del caudaloso río Nilo.

Las diferencias de salinidad entre masas de agua se combinan con las de temperatura para producir
diferencias de densidad, que a su vez son responsables de la convección en que se basa la circulación
oceánica a gran escala, la llamada por ello circulación termohalina.

Desde que Edmond Halley lo propuso en 1715, se admite que la salinidad del agua del mar es efecto de
una salinización progresiva, estabilizada hace ya largo tiempo, debida a un aporte por los ríos, no
compensado, de sales procedentes del lavado de las rocas continentales. La salinidad no ha crecido
desde hace miles de millones de años, a causa de la acumulación de sal en sedimentos. Hoy en día se
acepta que buena parte del sodio procede de las mismas emisiones volcánicas que facilitaron
originalmente la formación de la hidrosfera.

Conductividad eléctrica

El agua de mar presenta una elevada conductividad eléctrica, a la que contribuyen la polaridad del agua
y la abundancia de iones disueltos.

Las sales en agua se disocian en iones. Un ion es un átomo cargado positiva o negativamente y que, por
tanto, intercambia electrones con el medio. Pueden absorber y liberar electrones a las partículas vecinas.
La conductividad varía sobre todo con la temperatura y la salinidad (a mayor salinidad, mayor
conductividad), y su medición permite, controlada la temperatura, conocer la salinidad.

Densidad

Artículo principal: Anexo:Cálculo de la densidad del agua del mar

La densidad del agua del mar es una de sus propiedades más importantes. Su variación provoca
corrientes. Es determinada usando la ecuación internacional de estado del agua de mar a presión
atmosférica, que es formulada por la Unesco (UNESCO Technical Papers in Marine Science, 1981) a partir
de los trabajos realizados a lo largo de todo este siglo para conocer las relaciones entre las variables
termodinámicas del agua del mar: densidad, presión, salinidad y temperatura. La densidad de la típica
agua del mar (agua salada con un 3,5 % de sales disueltas) suele ser de 1.02819 kg/L a los −2 °C, 1.02811
a los 0 °C, 1.02778 a los 4 °C, etc.

pH

El agua oceánica es ligeramente alcalina, y el valor de su pH está entre 7.5 y 8.4 y varía en función de la
temperatura; si esta aumenta, el pH disminuye y tiende a la acidez; también puede variar en función de
la salinidad, de la presión o profundidad y de la actividad vital de los organismos marinos.5

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