Revoluciones Del Siglo Viii
Revoluciones Del Siglo Viii
Revoluciones Del Siglo Viii
El sistema político llamado absolutismo y el despotismo ilustrado, entraron en crisis, a causa de las ideas que
divulgaron los intelectuales de la época, esos principios de libertad, de igualdad social, contra
una sociedad rígida, severa y estricta se expandieron por Europa y América, dando como resultados las
revoluciones políticas y económicas, una de ellas dieron lugar a la rebelión de las colonias que el Reino Unido
poseía en el norte de América que constituyó la primera revolución de carácter burgués y el precedente de
otras posteriores, como la revolución francesa, (que se destacara más adelante).
Su importancia radicó en que por vez primera se puso en práctica de forma real y concreta
una organización política de carácter liberal asentada sobre las bases ideológicas de la Ilustración. Esta lucha
fue de tipo intelectual, otorgando un significado a la "No opresión", "No a la tiranía", "No a la esclavitud",
considerándose así anheladas condiciones de libertad, autonomía, progreso y desarrollo.
A mediados del siglo XVIII Gran Bretaña poseía en la costa atlántica del Norte de América 13 colonias que
desde el punto económico, habían alcanzado cierta prosperidad, basaban su fortaleza en la industria y
el comercio estando lideradas por una rica burguesía, asimismo en el aspecto agrícola tenían su poderío en
las plantaciones de algodón, tabaco y arroz trabajadas por los esclavos, en manos de los terratenientes.
Estas 13 colonias tuvieron una economía dependiente, y una falta de autonomía política que dañaban las relaciones
entre colonos y la Metrópoli.
Los colonos consideraron ilegitimas las contribuciones que gravaban en mercancías tales como el papel, el vidrio, el
plomo y el té, entonces las protestas no se hicieron esperar y se agravaron en 1770, con la llamada "Matanza de
Boston".
Ante las violentas reacciones, la Corona Inglesa concreto las llamadas "leyes coercitivas" trajo como principal
consecuencia, la clausura del puerto de Boston.
En cuanto a los acontecimientos de la "Revolución Francesa, fue un conflicto social y político, con diversos periodos
de violencia, que convulsionó Francia, y a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores
del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Esta revolución marcó el final definitivo del absolutismo en ese
país, dando luz a un nuevo régimen donde la burguesía, apoyada en ocasiones por las masas populares, se convirtió
en la fuerza política dominante en el país. La Revolución sentó las bases de la democracia moderna, además de abrir
nuevos horizontes políticos basados en el principio de la soberanía popular.
La corriente de pensamiento vigente en Francia era la Ilustración, cuyos principios se basaban en la razón, la
igualdad y la libertad. La Ilustración había servido de impulso a las Trece Colonias norteamericanas para
la independencia de su metrópolis europea. Tanto la influencia de la Ilustración como el ejemplo de los Estados
Unidos sirvieron de 봲 ampolín 렩 deológico para el inicio de la revolución en Francia.
Revolución estadounidense
La guerra de la independencia estadounidense.
La guerra de la Independencia estadounidense empezó en abril de 1775.
Un mes más tarde, se reunió en Filadelfia el segundo Congreso Continental, que se
autoproclamó gobierno de las Colonias Unidas de América y creó el Ejército Continental, cuyo comandante en
jefe sería George Washington. Las colonias mantenían todavía su lealtad al rey británico; pero le solicitaban
que hiciera caso a sus demandas (especialmente, a sus peticiones de autonomía para poder
autogobernarse).
Jorge III no hizo caso a los colonos y los declaró rebeldes. William Howe fue enviado al frente de las tropas
británicas en Norteamérica. El 4 de julio de 1776, el Congreso Continental adoptó la Declaración de
Independencia estadounidense, en cuya redacción habían participado personajes tan importantes como
Thomas Jefferson, Benjamín Franklin o John Adams, entre otros.
En 1778, la gran enemiga de Gran Bretaña, Francia, que ayudaba en secreto a los colonos desde el comienzo
de la guerra, reconoció la independencia de las colonias. Hasta entonces, Washington había impedido que los
británicos reconquistaran las colonias del norte.
Desde 1779, los independentistas fueron ayudados también por España, cuyo rey, Carlos III, declaró la guerra
a los británicos.
Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modificó radicalmente el panorama anterior. Los
francófonos católicos de Quebec, tradicionales enemigos de los colonos estadounidenses de las Trece
colonias, recibieron un trato respetuoso por parte de las autoridades británicas. Trato que se confirmara en
1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto particular dentro de las colonias estadounidenses, llevándose
sus fronteras hasta la confluencia del Ohio y el Misisipi. Asimismo su población conserva un derecho
civil propio y la Iglesia católica es reconocida. Todos estos movimientos fueron mal aceptados por la población
de las Trece colonias.
La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Bretaña infligía a los colonos, pues éstos
aportaban riquezas e impuestos a la metrópoli pero no tenían los medios para decidir sobre dichos impuestos,
por lo que se sentían marginados y no representados.
La Revolución estadounidense, fue una rebelión de las Trece Colonias americanas en contra de Gran
Bretaña. Las trece colonias que se vieron involucradas en las luchas independentistas fueron:
Massachusetts,
Connecticut,
Nueva Hampshire,
Rhode Island,
Nueva Jersey,
Nueva York,
Delaware,
Pensilvania,
Virginia,
Maryland,
Carolina del Norte,
Carolina del Sur y Georgia.
Esas naciones que tiempo después se unieron para convertirse en los Estados Unidos de América. En primer
lugar rechazó la autoridad del Parlamento de Gran Bretaña para gobernar desde el extranjero sin
representación.
En 1770, el incidente de la matanza de Boston, hecho en el que se produjeron motines y en el que fallecieron
varios colonos, agravo la situación.
La batalla de Lexington (1775) dio inicio a la guerra de independencia. Un año después, George Washington
fue nombrado comandante del ejército, y se adopto el sistema de gobierno republicano. En 1776 se proclamo
la declaración de la independencia. Entre 1777 y 1783 se logro la capitulación de Inglaterra tras las derrotas
en las batallas de Saratoga (1777) y Yorktown (1781).
Revolución de las Trece Colonias
Las Trece Colonias es el nombre que se ha dado históricamente a las posesiones del Reino de Gran Bretaña
en la costa atlántica de América del Norte.
A medidas del siglo XVIII, en el territorio que actualmente ocupan los Estados Unidos de América, se habían
constituido 13 colonias, que contaban con una población superior al millón de habitantes, que tenían
diferentes características sociales, geográficas y económicas.
El reino de Inglaterra había establecido colonias en América del Norte desde 1607, cuando se fundó la
primera población permanente de colonos británicos en Jamestown (en Virginia). A lo largo del siglo XVII
aumentó la población de este asentamiento y se fundaron muchas otras colonias de origen británico,
usualmente dotadas de una gran autonomía en sus asuntos internos, pero sujetas al dominio de Inglaterra (y
luego al de Gran Bretaña). De hecho, todas las Trece Colonias terminaban reconociendo como soberano al
rey inglés.
La revolución francesa
La revolución Francesa fue el movimiento histórico que se desarrollo entre los años 1787 y 1799, en el cual
participaron la nobleza, después la burguesía y el pueblo, el cual trajo como consecuencia el fin del sistema
absolutista y la conducción del país para la estructuración para la base liberal y luego el sistema republicano.
En Francia, la población total era de unos 23 millones de habitantes, más del 80% vivía en zonas rurales.
París la capital tenía alredor de 600 mil. La aldea siguió siendo, entonces siendo el principal escenario de la
vida campesina.
Los Ideales pensamientos de bienestar e igualdad, habían circulado con mayor facilidad y siendo más
instruidos y estando en posesión de ideas más exactas, de cómo debía ser un estado bien organizado,
sentían con mayor intensidad entre su ideal y lo que esa Francia de entonces, con su soberano absoluto, su
nobleza corrompida y su estructura medieval representaban en su realidad.
En aquella época, la sociedad francesa se dividía en grupos sociales llamados estados: nobleza, clero y
estado llano. Los dos primeros disfrutaban de privilegios, no pagaban impuestos a la corona y ocupaban los
cargos de primera importancia en el gobierno, el ejército y la iglesia. El tercer estado pagaba impuesto a la
corona y a la nobleza, y el diezmo a la iglesia.
La nobleza estaba conformada por los nobles de nacimientos y la nobleza de toga, de origen burgués que
había adquirido títulos nobiliarios y cargos administrativos del estado.
El clero, compuesto por el alto y bajo clero. Los primeros eran nobles de origen, los segundos provenían del
sector popular.
El estado llano o tercer estado, lo constituían los banqueros, comerciantes, profesionales, propietarios de
talleres artesanales, pequeños propietarios, artesanos, trabajadores urbanos y los campesinos, quienes
constituían el grupo más numeroso. En este grupo destacaba la burguesía por sus bienes y riquezas y por
su educación, aunque se encontraban excluidos de los cargos públicos de importancia.
Causas de la Revolución Francesa
Varios factores provocaron el inicio y el desarrollo de la Revolución Francesa. Generalmente se distinguen
causas profundas, combinadas con hechos y desequilibrios más circunstanciales debidos a la situación de la
época. La Revolución Francesa no es fruto directo de una especial situación, sino consecuencia de una serie
de eventos y de escenarios que, al asociarse, crearon un impacto lo suficientemente importante como para
inducir transformaciones irreversibles en la concepción de la organización del poder político y de la propia
sociedad, generando cambios trascendentes y de gran fondo en la teoría y la práctica de las libertades
individuales.
Podrían enumerarse algunas de las circunstancias principales y que explicarían el surgimiento y desarrollo de
una revolución socio-política, en la Francia de 1789.
(A) Situación política: El pueblo francés ya estaba cansado y no confiaba en la sociedad de órdenes, tal
como existía hacia finales del siglo XVIII y tal como venía repitiéndose desde hacía cientos de años, puesto
que en los hechos había derivado en una clase privilegiada (la nobleza) demasiado rica, con demasiados
poderes, y poco numerosa, si se quiere elitista, que confrontaba una mayoría de la población (estado llano),
que era demasiado pobre, y que tenía muy pocos derechos.
(B) Situación económica: Francia había sufrido, durante los años que precedieron a 1789, numerosas
sequías y heladas, lo que había arruinado varias cosechas. Debido a esa situación, los agricultores debían
cumplir con sus obligaciones fiscales, independientemente de los rendimientos agrícolas obtenidos. Y año tras
año, la situación se transformó en insoportable, pues en los campos y en ciertos sectores de las ciudades,
la desnutrición y la muerte por inanición, pasó a ser algo relativamente corriente, (normal).
(C) Mundo de las ideas: Acciones de filósofos y enciclopedistas, así como acontecimientos internacionales
(como la independencia estadounidense), también aportaron lo suyo, dando base teórica a la necesidad y
posibilidad de instrumentar cambios; burgueses y aún nobles liberales, instruidos y de buen nivel cultural,
hicieron sus contribuciones en cuanto a difusión de ideas nuevas y en cuanto a convincentes y
encendidos discursos.
(D) Situación social: Como resultado del devenir económico y de la rigidez de la estructura política que
acaba de ser presentada, el pueblo aspiraba a mejorar su propia y penosa situación, ya que no podía tolerar
ni soportar más una sociedad tan injusta y tan rígida, que los conducía a la extrema pobreza y al hambre.
El agitado período prerrevolucionario de 1788-1789 desembocó en una verdadera movilización popular en la
primavera de 1789, en la que la redacción de los cuadernos de quejas y la preparación de los Estados
Generales en marzo-abril de 1789 impulsaron un mayor deseo de justicia social y de implicación política de
las clases populares. Cuando se abrieron las sesiones de los Estados Generales en mayo de 1789, ya estaba
en marcha una revolución política y jurídica que se concretizaría en la creación de la Asamblea Nacional,
convertida al poco tiempo en Asamblea Nacional Constituyente. Finalmente el 14 de julio de 1789, la Toma de
la Bastilla, un cuartel-cárcel símbolo de la justicia arbitraria y del despotismo, marcaría simbólicamente el final
del absolutismo.
Estados Generales de Francia.
Los Estados Generales en Francia eran unas asambleas convocadas por el Rey de manera excepcional y a la
que acudían representantes de cada estamento: el clero (segundo estado), la nobleza (primer estado) y los
representantes de las ciudades que disponían de consistorio (tercer estado).
Fueron creados en 1302 por Felipe IV , el Hermoso, disueltos por Luis XIII en 1614, y convocados de nuevo
por Luis XVI en 1789, habiéndose reunido un total de 21 veces en 487 años.
Eran una asamblea excepcional, y su reunión solía significar la respuesta a una crisis política o financiera, que
obligaba a conocer la opinión de los representantes de los principales poderes del país para confirmar una
decisión real, particularmente en materia fiscal. Estaban compuestos por diputados elegidos con un mandato
de sus electores, y la orden del día se redactaba con base en los cuadernos de quejas, establecidos por los
notables provinciales de los tres órdenes o estamentos.
Se reunían por "brazos", es decir, que cada estamento debatía entre sí y emitía un voto, con lo que el clero y
la nobleza, tradicionalmente aliados, no dejaban opción al Tercer Estado para que se oyese su voz. Esta
particularidad fue una de las que se discutieron en su última reunión, en mayo de 1789, al inicio de la
Revolución francesa.
Asamblea Nacional Constituyente
La Asamblea Nacional Constituyente fue una asamblea constituyente formada a partir de la Asamblea
Nacional el 9 de julio de 1789, en los inicios de la Revolución Francesa.
La Asamblea tomó innumerables medidas que cambiaron profundamente la situación política y social del país.
Entre ellas, destacan la aprobación de la declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la
supresión del feudalismo, la apropiación de los bienes de la Iglesia y la Constitución Civil del Clero y, por
supuesto, la redacción de la Constitución francesa de 1791.
Fue sustituida por la Asamblea Legislativa el 30 de septiembre de 1791, una vez finalizados los trabajos de
redacción de la Constitución.
Asamblea Legislativa
La Asamblea Legislativa (1 de octubre de 1791 - 21 de setiembre de 1792) fue creada por la Constitución de
1791, y sucedió a la Asamblea Nacional Constituyente. Al decidir ésta que ninguno de sus miembros podría
ser elegido, quedó formada por hombres nuevos y representaba mayoritariamente a la burguesía rica, al ser
el sufragio censitario.
Dentro de la Asamblea Legislativa había tres grandes grupos:
Los más moderados formaron la derecha, alrededor de unos 260 monárquicos constitucionales que defendía
a la realeza frente a la agitación popular.
Su jefe era Jacques Pierre Brissot y estaba rodeado de filósofos como Jean Antoine Nicolas de Caritat,
marqués de Condorcet y varios abogados de Burdeos, especialmente el brillante orador Pierre Victurnien
Vergniaud.
La izquierda, menos numerosa. 136 diputados que formaban parte del Club de los Jacobinos o del de los
Cordeleros. La mayor parte de ellos provenía de la burguesía culta, y eran seguidores de las ideas de las
Luces.
Desconfiados ante Luis XVI, también eran partidarios de entablar guerra contra los soberanos europeos para
probar a Luis XVI y para extender la idea de la libertad en Europa y el resto, 345 diputados, formaba el centro.
Decididos a defender la obra de la Revolución votaron generalmente con la izquierda.
La Asamblea Legislativa tuvo que enfrentarse a las dificultades económicas y financieras y a la agitación
religiosa y contrarrevolucionaria azuzada por el clero refractaria
Convención Nacional
La Convención Nacional fue la institución principal de la Primera República Francesa. La convención era una
asamblea electa de carácter constituyente que concentró los poderes ejecutivo (hasta su delegación en el
Comité de Salvación Pública) y legislativo en Francia, desde el 20 de septiembre de 1792 al 26 de octubre de
1795. Comenzó con una asamblea de tipo constituyente que fue convocada en septiembre de 1792, y se
formó a raíz de las elecciones celebradas anteriormente. Uno de sus primeros cometidos fue la redacción de
una constitución que sustituyera a la de 1791. Esta constitución, aunque no se llevó a la práctica debido a las
presiones exteriores de las potencias europeas antirrevolucionarias, sí que es considerada por muchos
autores e historiadores como una de las más adelantadas que han existido. Incluía entre sus adelantos el
sufragio universal, el derecho a la educación y al trabajo, y la protección con dinero público de los más
humildes. La asamblea suprimió la monarquía, aunque dejó para más tarde la proclamación oficial de la
república (I República).
Relacionado con este hecho estuvo el proceso y sentencia a muerte por mayoría simple de Luis XVI,
alegando pruebas como su complicidad o connivencia con los enemigos de Francia. También redactó un
calendario especial; el calendario republicano, en el que cada mes estaba relacionado con alguna actividad
agrícola o acontecimiento meteorológico.
Alcances de la revolución
Las ideas de la revolución se difundieron en todo el mundo e influyeron decisivamente en la vida social y
política de las naciones europeas y de las colonias americanas sometidas al imperio español. La creación de
un régimen representativo basado en leyes constitucionales que debían ser observadas por todos los
ciudadanos, sin excepción alguna, constituyo el principal aporte a la humanidad.