FICHA CONSTRUCTIVISTA - Icaro Dedalo
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Callejones
Prof. Marco Latorre
Ícaro y Dédalo
Ovidio | Versión de W. J. Bennett
Dédalo era el ingeniero e inventor más hábil de sus tiempos en la antigua Grecia.
Construyó magníficos palacios y jardines, creó maravillosas obras de arte en toda la
región. Sus estatuas eran tan convincentes que se las confundía con seres vivientes, y se
creía que podían ver y caminar. La gente decía que una persona tan ingeniosa como
Dédalo debía haber aprendido los secretos de su arte de los dioses mismos.
Sucedió que, allende el mar, en la isla de Creta, vivía un rey llamado Minos. El rey Minos
tenía un terrible monstruo que era mitad toro y mitad hombre, llamado el Minotauro, y
necesitaba un lugar donde encerrarlo. Cuando tuvo noticias del ingenio de Dédalo, lo
invitó a visitar su isla y construir una prisión para encerrar a la bestia. Dédalo y su joven
hijo Icaro fueron a Creta, donde Dédalo construyó el famoso laberinto, una maraña de
sinuosos pasajes donde todos los que entraban se extraviaban y no podían hallar la
salida. Y allí metieron al Minotauro.
Cuando el laberinto estuvo concluido, Dédalo quiso regresar a Grecia con su hijo, pero
Minos había decidido retenerle en Creta. Quería que Dédalo se quedara para inventar
más maravillas, así que los encerró a ambos en una alta torre junto al mar. El rey sabía
que Dédalo tenía la astucia necesaria para escapar de la torre, así que también ordenó
que cada nave que zarpara de Creta fuera registrada en busca de polizones.
Otros hombres se habrían desalentado, pero no Dédalo. Desde su alta torre observó las
gaviotas que flotaban en la brisa marina.
—Minos controla la tierra y el mar —dijo—, pero no gobierna el aire. Nos iremos por
allí.
Así que recurrió a todos los secretos de su arte, y se puso a trabajar. Poco a poco
acumuló una gran pila de plumas de todo tamaño. Las unió con hilo, y las modeló con
cera, y al fin tuvo dos grandes alas como las de las gaviotas. Se las sujetó a los hombros,
y al cabo de un par de pruebas fallidas, logró remontarse en el aire agitando los brazos.
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Se elevó, volteando hacia uno y otro lado con el viento, hasta que aprendió a remontar
las corrientes con la gracia de una gaviota.
Luego construyó otro par de alas para Icaro. Enseñó al joven a mover las alas y a
elevarse, y le permitió revolotear por la habitación. Luego le enseñó a remontar las
corrientes de aire, a trepar en círculos y a flotar en el viento. Practicaron juntos hasta
que Icaro estuvo preparado.
Al fin llegó el día en que soplaron vientos propicios. Padre e hijo se calzaron sus alas y
se dispusieron a volar.
—Recuerda todo lo que te he dicho —dijo Dédalo—. Ante todo, recuerda que no debes
volar demasiado bajo ni demasiado alto. Si vuelas demasiado bajo, la espuma del mar te
mojará las alas y las volverá demasiado pesadas. Si vuelas demasiado alto, el calor del
sol derretirá la cera, y tus alas se despedazarán. Quédate cerca de mí, y estarás bien.
Ambos se elevaron, el joven a la zaga del padre, y el odiado suelo de Creta se redujo
debajo de ambos. Mientras volaban, el labriego detenía su labor para mirarlos, y el
pastor se apoyaba en su cayado para observarlos, y la gente salía corriendo de las casas
para echar un vistazo a las dos siluetas que sobrevolaban las copas de los árboles. Sin
duda eran dioses, tal vez Apolo seguido por Cupido.
Dédalo sobrevoló las aguas una y otra vez, pero sólo vio plumas flotando sobre las olas,
y supo que su hijo había desaparecido. Al fin el cuerpo emergió a la superficie, y Dédalo
logró sacarlo del mar. Con esa pesada carga y el corazón destrozado, Dédalo se alejó
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lentamente. Cuando llegó a tierra, sepultó a su hijo y construyó un templo para los
dioses. Luego colgó las alas, y nunca más volvió a volar.
3. Reemplaza las palabras destacadas del texto por otras que signifiquen lo mismo:
a) La gente decía que una persona tan ingeniosa como Dédalo debía haber aprendido los
secretos de su arte de los dioses mismos.
La gente decía que una persona tan ____________ como Dédalo debía haber aprendido
los secretos de su arte de los dioses mismos.
b) Se elevó, volteando hacia uno y otro lado con el viento, hasta que aprendió a remontar
las corrientes con la gracia de una gaviota.
Se elevó, volteando hacia uno y otro lado con el viento, hasta que aprendió a
_______________ las corrientes con la gracia de una gaviota.
c) Pero Icaro sólo pensaba en su exaltación.
Pero Icaro sólo pensaba en su ________________.
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Primero
Después
Luego
Por último
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2. ¿Fue honesto el rey Minos con Dédalo luego de que este último terminara la tarea
asignada? Sí_____ No _____ ¿Por qué?