Este documento describe la teoría del pensamiento de grupo y las relaciones intergrupales. Explica que el pensamiento de grupo ocurre cuando los miembros de un grupo cohesivo se empeñan en una forma de pensar rígida que lleva a decisiones poco adecuadas. También describe cómo el conflicto intergrupal surge cuando grupos perciben objetivos incompatibles y discute la teoría realista del conflicto que atribuye el conflicto a la competencia por recursos escasos.
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Este documento describe la teoría del pensamiento de grupo y las relaciones intergrupales. Explica que el pensamiento de grupo ocurre cuando los miembros de un grupo cohesivo se empeñan en una forma de pensar rígida que lleva a decisiones poco adecuadas. También describe cómo el conflicto intergrupal surge cuando grupos perciben objetivos incompatibles y discute la teoría realista del conflicto que atribuye el conflicto a la competencia por recursos escasos.
Este documento describe la teoría del pensamiento de grupo y las relaciones intergrupales. Explica que el pensamiento de grupo ocurre cuando los miembros de un grupo cohesivo se empeñan en una forma de pensar rígida que lleva a decisiones poco adecuadas. También describe cómo el conflicto intergrupal surge cuando grupos perciben objetivos incompatibles y discute la teoría realista del conflicto que atribuye el conflicto a la competencia por recursos escasos.
Este documento describe la teoría del pensamiento de grupo y las relaciones intergrupales. Explica que el pensamiento de grupo ocurre cuando los miembros de un grupo cohesivo se empeñan en una forma de pensar rígida que lleva a decisiones poco adecuadas. También describe cómo el conflicto intergrupal surge cuando grupos perciben objetivos incompatibles y discute la teoría realista del conflicto que atribuye el conflicto a la competencia por recursos escasos.
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PROCESOS GRUPALES Y RELACIONES INTERGRUPALES • 109
e inconvenientes, aconsejan al Presidente de la nación. Por ello resulta
importante estudiar los procesos que se generan en los grupos que llevan a tomar determinadas decisiones, y tratar de conocer, y en su caso atenuar, determinadas dinámicas, como la que describimos a continuación, que en ocasiones pueden llevar a decisiones poco adecuadas. El pensamiento de grupo El concepto de pensamiento de grupo trata de explicar por qué en ocasiones ciertos grupos, a pesar de estar formados por personas altamente cualificadas, se empeñan en una forma de pensar rígida que les lleva a tomar decisiones catastróficas y alejadas de la realidad, haciendo caso omiso de informaciones que podrían haberles ayudado a tomar una decisión correcta. La historia proporciona numerosos ejemplos de este tipo de decisiones. Los autores americanos suelen citar episodios familiares para ellos, como el mantenimiento de la flota Estadounidense en Pearl Harbor en 1941 (lo que provocó su destrucción por los japoneses) o la fallida invasión de Bahía de Cochinos, en Cuba, en 1960. Seguramente, en nuestro país, el lector podrá encontrar con facilidad ejemplos parecidos. .17 El concepto de pensamiento de grupo fue acuñado por Janis (1972) para referirse a un modo de pensamiento que se da en los grupos cohesivos cuando los esfuerzos de los miembros por mantener la unanimidad superan la motivación por evaluar de forma realista cursos de acción alternativos. Ello da lugar a un deterioro de la r- eficacia en la toma de decisiones. Según el modelo de Janis, cabe re– — distinguir entre los antecedentes y los síntomas del pensamiento dei grupo que finalmente llevan a los defectos en la toma de decisión. L Entre los antecedentes del pensamiento de grupo cabe distinguir: la existencia de una alta cohesión grupal, la existencia de defectos estructurales en la organización como, por ejemplo, el aislamiento del grupo o la existencia de un liderazgo autoritario, y la existencia de un contexto situacional provocativo como, por ejemplo, una amenaza externa o una situación de baja autoestima colectiva dentro del grupo debida a fracasos anteriores. Todo ello conduce a una necesidad imperiosa de buscar acuerdo dentro del grupo. Entre los síntomas del pensamiento de grupo podernos señalar: a) la sobreestimación del grupo, que vendría dada por la «ilusión de invulnerabilidad» (la creencia de que el grupo no puede equivocarse) y el sentimiento de «superioridad moral» con respecto a otros grupos, la cerrazón mental, caracterizada por la tendencia a desestimar las informaciones que podrían ir en contra de la decisión que el grupo desea tornar, y las presiones hacia la uniformidad, caracterizadas por la presión y ridiculización de los miembros del grupo que no se muestran de acuerdo con la decisión, lo que conduce a que los miembros del grupo se «autocensuren». Finalmente, entre los fallos en la toma de decisión a los que conduce el pensamiento de grupo se pueden mencionar: la consideración, tan sólo, de la alternativa y los objetivos preferidos ini- cialmente, descartando sin mucha reflexión otras alternativas posibles, el análisis insuficiente de los posibles riesgos de la elección, los sesgos en el procesamiento de la información, y el no desarrollar planes alternativos para el caso de que surja un problema en el plan inicial. Janis (1982) propone una serie de medidas que pueden contribuir a dificultar el pensamiento grupal. Dichas medidas se centran en: la creación de diversos subgrupos que evalúen por separado todas las al- ternativas, fomentar la imparcialidad del líder, y recurrir a expertos o colegas cualificados que no sean miembros del grupo, estimulándoles a que pongan en cuestión las decisiones. Finalmente, lanis sugiere que después de llegar a un consenso preliminar acerca de la alternativa a seguir debe hacerse una «reunión de segunda oportunidad>, para expresar dudas y volver a reflexionar sobre las ventajas de las alternativas no elegidas. El lector interesado puede profundizar en el concepto de pensamiento de grupo en el trabajo de Huici (2004b). LAS RELACIONES [NTERGRUPALES En esta segunda parte del capítulo abordamos el estudio de las relaciones intergrupales. Dentro de ellas, por su particular interés para el trabajador/a social nos centraremos concretamente en el conflicto intergrupal y en algunas propuestas de solución formularias desde la Psicología Social. Lógicamente, la solución de los conflictos entre grupos tiene una enorme dificultad y requiere la colaboración de todos los actores sociales. Sin embargo, un mejor conocimiento de los factores psicosociales que propician el enfrentamiento entre los diversos colectivos puede contribuir a formular soluciones que ayuden a reducirlos. El conflicto intergrupal: definición y clases Aunque existen muchas definiciones de conflicto, casi todos los autores estarían dispuestos a admitir la existencia de un conflicto intergrupai cuando dos grupos, sociedades o naciones perciben que sus objetivos (entendiendo éstos en un sentido amplio), intenciones y/o acciones son mutuamente incompatibles (Bar-Tal, Kruglanski y Klar, 1989). Bajo esta definición general caben muchos tipos de conflicto. Así, Fisher (1993), como veremos más adelante, distingue entre conflictos de baja y de alta intensidad. En los conflictos de baja intensidad, que son los que con mayor frecuencia ha estudiado la Psicología Social, la competición no abarca todos los aspectos de las relaciones entre los grupos. No obstante, si la situación no se resuelve en un tiempo prudencial existe el riesgo de que la propia dinámica interna haga que el conflicto vaya aumentando (o escalando) y se transforme en un conflicto de alta intensidad. A continuación pasaremos revista a las principales teorías de carácter psicosocial que tratan de explicar el conflicto intergrupal. Expondremos primero aquéllas que se centran con preferencia en un determinado tipo o explicación del conflicto para pasar después a las perspectivas integradoras. La Teoría Realista del Conflicto grupa! Bajo esta denominación, acuñarla por Campbell en 1965, se dan cita una serie de teorías provenientes de la Sociología, la Antropología y la Psicología Social que sostienen que el conflicto intergrupal está originado por una competición real entre los grupos con el fin de acceder a recursos escasos. Por lo tanto, desde esta perspectiva, el conflicto tiene un carácter «objetivo» o «realista». Taylor y Moghadclam (1987) señalan que las teorías realistas del conflicto comparten tres premisas básicas: que el ser humano es egoísta y trata de obtener los mayores beneficios posibles, que el conflicto surge cuando están en juego intereses incompatibles, y que los procesos psicosociales que acompañan al conflicto (actitudes negativas, hostilidad hacia el grupo rival, etc.) surgen de la existencia de intereses contrapuestos y no al revés. Asimismo, desde esta perspectiva, existe la creencia, muchas veces implícita, de que el conflicto es algo negativo y que por lo tanto debe ser evitado. Los desarrollos más importantes de la Teoría Realista del Conflicto dentro de nuestra disciplina son los derivados de los estudios realizados por Sherif hace ya algunos años. Los trabajos de Sherif La Teoría Realista del Conflicto recibió un importante apoyo empírico a través de una serie de experimentos de campo, clásicos ya en Psicología Social, que fueron realizados por Sherif y sus colaboradores en los primeros años cincuenta (véase Sherif, 1966). En ellos se demostró que la competición entre grupos produce actitudes negativas, prejuicios y comportamientos hostiles hacia los miembros del otro grupo. Por su importancia describiremos brevemente en el Cuadro 4.2 dichos experimentos.
Este trabajo se realizó a lo largo de varios años en campamentos de
verano. Los participantes eran adolescentes varones de similar estrato social y sin problemas psicológicos aparentes. Los muchachos fueron asig- nados por los investigadores a dos grupos diferentes. Al principio cada grupo realizaba de forma independiente una serie de tareas con objeto de que la cohesión grupa) se fuera consolidando. Posteriormente, los experi- mentadores inducían el conflicto intergrupal a través de la realización de juegos competitivos en los que sólo uno de los grupos podía ser vencedor. El conflicto provocado por los investigadores tuvo fuertes repercusiones (tanto internas como externas) para la vida grupa’. Dentro del grupo se produjo un incremento de la solidaridad, y la estructura de roles se adaptó a la nueva situación (los miembros más agresivos pasaron a ocupar po- siciones de liderazgo). En las relaciones con el otro grupo se generaron actitudes sumamente negativas y existía una gran carga de hostilidad. Asimismo, se observó la aparición de un gran favoritismo endogrupal (tendencia a favorecer al propio grupo). En el tercer experimento se intentó buscar la manera de reducir el conflicto. No resultó fácil, pues medidas tales como la difusión de información positiva del otro grupo, el contacto en situaciones agradables, las reuniones de líderes, o el apelar a normas morales resultaron inadecuadas. La única medida eficaz fue la creación de lo que Sherif llamó «metas sunraordenadasx. Dichas metas consistían en una serie de tareas en las que los dos grupos debían colaborar necesariamente si querían tener éxito tretomaremos este concepto en la parte final del tema al hablar de la reducción del conflicto intergrupal). Los resultados alcanzados por Sherif han sido corroborados con sujetos adultos en ámbitos empresariales en un conjunto de investigaciones realizadas durante muchos años por Blake y Mouton (1979) y por muchas otras investigaciones empíricas realizadas desde entonces. N La Teoría Realista proporciona una explicación sólida del conflicto intergrupal y de los fenómenos psicosociales que le acompañan. Sín embargo, dicha explicación es aplicable principalmente a las relaciones entre grupos de similar estatus que tienen, además, un carácter cerrado (en los que el cambio de grupo sea difícil). En otros casos su poder explicativo disminuye. Así, la realidad demuestra que los grupos desfavorecidos, a pesar de su desigualdad de recursos, no siempre entran en conflicto con el grupo dominante sino que, por el contrario, en muchas ocasiones consideran de forma negativa al propio grupo y aceptan la distribución desigual como algo legítimo (Apfelbaum, 1979). Por otra parte, numerosos experimentos demuestran también que, en muchas ocasiones, la rivalidad y la discriminación hacia otros grupos se produce con anterioridad a cualquier tipo de competición entre ellos. La Teoría de la Identidad Social (TIS), que veremos a continuación, se ocupa directamente de estos asuntos.
La Teoría de la Identidad Social
Como señalan Tajfel y Turner (1979, p.34) la Teoría de la Identidad Social «no tiene la intención de reemplazar a la Teoría Realista del conflicto, sino de completarla en algunos aspectos que parecen esenciales para una adecuada Psicología Social del conflicto intergrupal». Esta teoría parte de la afirmación de que todas las personas tratamos de alcanzar y mantener una identidad social positiva. Dicha identidad (Tajfel y Turner, 1979) está formada por aquellos aspectos de la auto-imagen del individuo que proceden de las categorías sociales (grupos) a las que pertenece. Esta identidad social positiva se consigue realizando comparaciones (favorables) entre el propio grupo y otros grupos relevantes. Para ello, como demuestran los numerosos experimentos realizados bajo el paradigma del grupo mínimo (descrito en el Cuadro 4.1), las personas no dudan, aun en ausencia de toda competición por recursos objetivos, en favorecer al propio grupo en detrimento del exogrupo, proceso que, como hemos señalado, se denomina favoritismo enclogrupal. Además, las investigaciones demuestran que no se busca tanto maximizar los beneficios propios como diferenciarse positivamente del grupo de comparación. Otros conceptos claves de la Teoría de la Identidad Social (TIS) aplicada a las relaciones intergrupales son los de movilidad y cambio social. En una determinacla sociedad predominan las creencias cle movilidad social cuando las personas que viven en ella están convencidas de que es posible cambiar de grupo o categoría social con cierta facilidad cuando su grupo de origen no logra satisfacer su necesidad de una identidad social positiva. Por el contrario, predominarían las creencias de cambio social cuando los sujetos perciben que el abandono, de forma individual, de su grupo de pertenencia es casi imposible. Combinando el concepto de identidad social positiva con los de movilidad y cambio social, Tajfel y Turner (1979) tratan de explicar el surgimiento de diferentes tipos cle conflicto intergrupal. Así, en una sociedad donde el cambio de grupo es posible, cuando la persona no está satisfecha en el grupo o categoría social a la que pertenece, simplemente lo abandonaría y buscaría otro que se ajuste más a sus deseos. En buena lógica, en una sociedad cle este tipo el conflicto intergrupal difícilmente llega a produ- cirse. Por el contrario, cuando la persona no está satisfecha con su grupo cle origen pero no puede abandonarlo fácilmente podría adoptar, según la TIS, dos estrategias con el fin de salvaguardar su identidad social positiva (hay que hacer notar que la identidad social positiva no es algo abstracto, sino que está directamente relacionada con el estatus, el poder y la cantidad cle recursos a los que un grupo tiene acceso): la creatividad social y la competición social. • Mediante la creatividad social la persona puede buscar una dimensión de comparación nueva que le permita salir favorecida con respecto al exogrupo. Por ejemplo, en el caso cle blancos y afroamericanos, la mayor capacidad de estos últimos para algunos deportes. Puede, asimismo, cam- biar los valores asignados a los atributos de su grupo de forma que las comparaciones que previamente eran negativas se conviertan en positivas asumiendo que «lo negro es bello». Puede, finalmente, cambiar el exogrupo de comparación con objeto de salir beneficiado. Esto sucedería cuando los miembros del grupo desfavorecido, por ejemplo los afroamericanos en los Estados Unidos, se comparan con los inmigrantes mejicanos y no con los norteamericanos blancos. • La competición social se produce cuando los miembros de un grupo deciden buscar su distintiviclad positiva a través de la competición directa con el exogrupo. Este sería el tipo cíe conflicto intergrupal que ha venido abordando la Teoría Realista del conflicto descrita anteriormente. Cada una de estas estrategias tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La estrategia de movilidad individual y algunas formas cíe creatividad social pueden evitar el conflicto intergrupal a pesar de existir competencia por recursos escasos. Sin embargo, como señalan Tajfel y Turner (1979), la movilidad individual destruye la solidaridad del grupo subordinado y no proporciona una solución contra la identidad social negativa para el grupo en su conjunto. La creatividad social puede evitar también el conflicto y restaurar una identidad grupal positiva, pero a costa de una cierta alienación de los miembros del grupo porque, por mucha creatividad social que se utilice, el grupo desfavorecido seguirá estando en una posición desaventajada. Desde la TIS se reconoce que aunque el conflicto intergrupal está poderosamente condicionado por variables sociales, políticas y económicas «reales», dichas variables tienen su traducción en una serie de procesos «psicológicos» que pueden adquirir «una función autónoma que les permita orientar en una u otra dirección el funcionamiento posterior de los procesos de conflicto» (Tajfel y Turner, 1979, p. 46). La TIS es, por tanto, una teoría psicosocial del conflicto intergrupal que tiene un ámbito de aplicación mayor que la Teoría Realista del conflicto. Explica cuándo y bajo qué condiciones la desigualdad de recursos ciará origen a un conflicto intergrupal. Asimismo, tiene en cuenta la posibilidad de que los grupos sean abiertos o cerrados y la influencia de este hecho sobre el conflicto. Hemos descrito la TIS con respecto al conflicto intergrupal tal como quedó formulada a principios de los años 80. Desde entonces la teoría ha generado una gran cantidad de investigación que, al mismo tiempo que la ha dotado de contenido empírico, ha contribuido también a desarrollar ciertos aspectos teóricos. Remitimos al lector interesacio al trabajo de Huici (2004a) para una mayor ampliación. La Teoría de la Privación Relativa Esta teoría nace para explicar el hecho llamativo, observado ya por estudiosos de la ciencia política desde hace muchos años, de que la mayoría de las revoluciones y protestas no suceden cuando las condiciones socioeconómicas están en su punto más bajo, sino precisamente cuando se ha producido en ellas una relativa mejoría. Traducido en términos psicológicos (Guimond y Tougas, 1996) esto significa que «la gente protesta y se rebela no porque están objetivamente privados o desprovistos, sino porque se sienten privados relativamente en relación con otras personas, grupos o situaciones con los que se comparan». Para Taylor y Moghaddam (1987, p. 113) el sentimiento de privación relativa incluye aspectos cognitivos (percepción de la discrepancia entre lo que uno espera y lo que recibe) y aspectos emocionales (los sentimientos de cólera, agravio y ofensa originados por dicha percepción). En cualquier caso, como señalan Guimond y Tougas (1996, p. 173), la privación relativa es una variable inferida para dar cuenta de ciertas observaciones. En concreto de por qué las carencias reales de una persona o grupo no están directamente relacionadas con las acciones que emprende para mejorar su situación. Estos autores dis- Fathah M. Mughacidam. tinguen, en función de la naturaleza de la comparación implicada, tres clases de priva Geurgetawn U ti iversily ción relativa: intrapersonal, interpersonal e intergrupal. La privación relativa intrapersonal se produce cuando la insatisfacción proviene de una comparación que la persona hace con otra situación anterior vivida por ella o con las expectativas de futuro que ella misma mantiene. La Teoría de la Identidad Social Como señalan Tajfel y Turner (1979, p.34) la Teoría de la Identidad Social «no tiene la intención de reemplazar a la Teoría Realista del conflicto, sino de completarla en algunos aspectos que parecen esenciales para una adecuada Psicología Social del conflicto intergrupal». Esta teoría parte de la afirmación de que todas las personas tratamos de alcanzar y mantener una identidad social positiva. Dicha identidad (Tajfel y Turner, 1979) está formada por aquellos aspectos de la auto-imagen del individuo que proceden de las categorías sociales (grupos) a las que pertenece. Esta identidad social positiva se consigue realizando comparaciones (favorables) entre el propio grupo y otros grupos relevantes. Para ello, como demuestran los numerosos experimentos realizados bajo el paradigma del grupo mínimo (descrito en el Cuadro 4.1), las personas no dudan, aun en ausencia de toda competición por recursos objetivos, en favorecer al propio grupo en detrimento del exogrupo, proceso que, como hemos señalado, se denomina favoritismo enclogrupal. Además, las investigaciones demuestran que no se busca tanto maximizar los beneficios propios como diferenciarse positivamente del grupo de comparación. Otros conceptos claves de la Teoría de la Identidad Social (TIS) aplicada a las relaciones intergrupales son los de movilidad y cambio social. En una determinacla sociedad predominan las creencias cle movilidad social cuando las personas que viven en ella están convencidas de que es posible cambiar de grupo o categoría social con cierta facilidad cuando su grupo de origen no logra satisfacer su necesidad de una identidad social positiva. Por el contrario, predominarían las creencias de cambio social cuando los sujetos perciben que el abandono, de forma individual, de su grupo de pertenencia es casi imposible. Combinando el concepto de identidad social positiva con los de movilidad y cambio social, Tajfel y Turner (1979) tratan de explicar el surgimiento de diferentes tipos cle conflicto intergrupal. Así, en una sociedad donde el cambio de grupo es posible, cuando la persona no está satisfecha en el grupo o categoría social a la que pertenece, simplemente lo abandonaría y buscaría otro que se ajuste más a sus deseos. En buena lógica, en una sociedad cle este tipo el conflicto intergrupal difícilmente llega a produ- cirse. Por el contrario, cuando la persona no está satisfecha con su grupo cle origen pero no puede abandonarlo fácilmente podría adoptar, según la TIS, dos estrategias con el fin de salvaguardar su identidad social positiva (hay que hacer notar que la identidad social positiva no es algo abstracto, sino que está directamente relacionada con el estatus, el poder y la cantidad cle recursos a los que un grupo tiene acceso): la creatividad social y la competición social. • Mediante la creatividad social la persona puede buscar una dimensión de comparación nueva que le permita salir favorecida con respecto al exogrupo. Por ejemplo, en el caso cle blancos y afroamericanos, la mayor capacidad de estos últimos para algunos deportes. Puede, asimismo, cam- biar los valores asignados a los atributos de su grupo de forma que las comparaciones que previamente eran negativas se conviertan en positivas asumiendo que «lo negro es bello». Puede, finalmente, cambiar el exogrupo de comparación con objeto de salir beneficiado. Esto sucedería cuando los miembros del grupo desfavorecido, por ejemplo los afroamericanos en los Estados Unidos, se comparan con los inmigrantes mejicanos y no con los norteamericanos blancos. • La competición social se produce cuando los miembros de un grupo deciden buscar su distintiviclad positiva a través de la competición directa con el exogrupo. Este sería el tipo cíe conflicto intergrupal que ha venido abordando la Teoría Realista del conflicto descrita anteriormente. Cada una de estas estrategias tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La estrategia de movilidad individual y algunas formas cíe creatividad social pueden evitar el conflicto intergrupal a pesar de existir competencia por recursos escasos. Sin embargo, como señalan Tajfel y Turner (1979), la movilidad individual destruye la solidaridad del grupo subordinado y no proporciona una solución contra la identidad social negativa para el grupo en su conjunto. La creatividad social puede evitar también el conflicto y restaurar una identidad grupal positiva, pero a costa de una cierta alienación de los miembros del grupo porque, por mucha creatividad social que se utilice, el grupo desfavorecido seguirá estando en una posición desaventajada. Desde la TIS se reconoce que aunque el conflicto intergrupal está poderosamente condicionado por variables sociales, políticas y económicas «reales», dichas variables tienen su traducción en una serie de procesos «psicológicos» que pueden adquirir «una función autónoma que les permita orientar en una u otra dirección el funcionamiento posterior de los procesos de conflicto» (Tajfel y Turner, 1979, p. 46). La TIS es, por tanto, una teoría psicosocial del conflicto intergrupal que tiene un ámbito de aplicación mayor que la Teoría Realista del conflicto. Explica cuándo y bajo qué condiciones la desigualdad de recursos ciará origen a un conflicto intergrupal. Asimismo, tiene en cuenta la posibilidad de que los grupos sean abiertos o cerrados y la influencia de este hecho sobre el conflicto. Hemos descrito la TIS con respecto al conflicto intergrupal tal como quedó formulada a principios de los años 80. Desde entonces la teoría ha generado una gran cantidad de investigación que, al mismo tiempo que la ha dotado de contenido empírico, ha contribuido también a desarrollar ciertos aspectos teóricos. Remitimos al lector interesacio al trabajo de Huici (2004a) para una mayor ampliación. La Teoría de la Privación Relativa Esta teoría nace para explicar el hecho llamativo, observado ya por estudiosos de la ciencia política desde hace muchos años, de que la mayoría de las revoluciones y protestas no suceden cuando las condiciones socioeconómicas están en su punto más bajo, sino precisamente cuando se ha producido en ellas una relativa mejoría. Traducido en términos psicológicos (Guimond y Tougas, 1996) esto significa que «la gente protesta y se rebela no porque están objetivamente privados o desprovistos, sino porque se sienten privados relativamente en relación con otras personas, grupos o situaciones con los que se comparan». Para Taylor y Moghaddam (1987, p. 113) el sentimiento de privación relativa incluye aspectos cognitivos (percepción de la discrepancia entre lo que uno espera y lo que recibe) y aspectos emocionales (los sentimientos de cólera, agravio y ofensa originados por dicha percepción). En cualquier caso, como señalan Guimond y Tougas (1996, p. 173), la privación relativa es una variable inferida para dar cuenta de ciertas observaciones. En concreto de por qué las carencias reales de una persona o grupo no están directamente relacionadas con las acciones que emprende para mejorar su situación. Estos autores dis- Fathah M. Mughacidam. tinguen, en función de la naturaleza de la comparación implicada, tres clases de priva Geurgetawn U ti iversily ción relativa: intrapersonal, interpersonal e intergrupal. La privación relativa intrapersonal se produce cuando la insatisfacción proviene de una comparación que la persona hace con otra situación anterior vivida por ella o con las expectativas de futuro que ella misma mantiene. La Teoría de la Identidad Social Como señalan Tajfel y Turner (1979, p.34) la Teoría de la Identidad Social «no tiene la intención de reemplazar a la Teoría Realista del conflicto, sino de completarla en algunos aspectos que parecen esenciales para una adecuada Psicología Social del conflicto intergrupal». Esta teoría parte de la afirmación de que todas las personas tratamos de alcanzar y mantener una identidad social positiva. Dicha identidad (Tajfel y Turner, 1979) está formada por aquellos aspectos de la auto-imagen del individuo que proceden de las categorías sociales (grupos) a las que pertenece. Esta identidad social positiva se consigue realizando comparaciones (favorables) entre el propio grupo y otros grupos relevantes. Para ello, como demuestran los numerosos experimentos realizados bajo el paradigma del grupo mínimo (descrito en el Cuadro 4.1), las personas no dudan, aun en ausencia de toda competición por recursos objetivos, en favorecer al propio grupo en detrimento del exogrupo, proceso que, como hemos señalado, se denomina favoritismo enclogrupal. Además, las investigaciones demuestran que no se busca tanto maximizar los beneficios propios como diferenciarse positivamente del grupo de comparación. Otros conceptos claves de la Teoría de la Identidad Social (TIS) aplicada a las relaciones intergrupales son los de movilidad y cambio social. En una determinacla sociedad predominan las creencias cle movilidad social cuando las personas que viven en ella están convencidas de que es posible cambiar de grupo o categoría social con cierta facilidad cuando su grupo de origen no logra satisfacer su necesidad de una identidad social positiva. Por el contrario, predominarían las creencias de cambio social cuando los sujetos perciben que el abandono, de forma individual, de su grupo de pertenencia es casi imposible. Combinando el concepto de identidad social positiva con los de movilidad y cambio social, Tajfel y Turner (1979) tratan de explicar el surgimiento de diferentes tipos cle conflicto intergrupal. Así, en una sociedad donde el cambio de grupo es posible, cuando la persona no está satisfecha en el grupo o categoría social a la que pertenece, simplemente lo abandonaría y buscaría otro que se ajuste más a sus deseos. En buena lógica, en una sociedad cle este tipo el conflicto intergrupal difícilmente llega a produ- cirse. Por el contrario, cuando la persona no está satisfecha con su grupo cle origen pero no puede abandonarlo fácilmente podría adoptar, según la TIS, dos estrategias con el fin de salvaguardar su identidad social positiva (hay que hacer notar que la identidad social positiva no es algo abstracto, sino que está directamente relacionada con el estatus, el poder y la cantidad cle recursos a los que un grupo tiene acceso): la creatividad social y la competición social. • Mediante la creatividad social la persona puede buscar una dimensión de comparación nueva que le permita salir favorecida con respecto al exogrupo. Por ejemplo, en el caso cle blancos y afroamericanos, la mayor capacidad de estos últimos para algunos deportes. Puede, asimismo, cam- biar los valores asignados a los atributos de su grupo de forma que las comparaciones que previamente eran negativas se conviertan en positivas asumiendo que «lo negro es bello». Puede, finalmente, cambiar el exogrupo de comparación con objeto de salir beneficiado. Esto sucedería cuando los miembros del grupo desfavorecido, por ejemplo los afroamericanos en los Estados Unidos, se comparan con los inmigrantes mejicanos y no con los norteamericanos blancos. • La competición social se produce cuando los miembros de un grupo deciden buscar su distintiviclad positiva a través de la competición directa con el exogrupo. Este sería el tipo cíe conflicto intergrupal que ha venido abordando la Teoría Realista del conflicto descrita anteriormente. Cada una de estas estrategias tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La estrategia de movilidad individual y algunas formas cíe creatividad social pueden evitar el conflicto intergrupal a pesar de existir competencia por recursos escasos. Sin embargo, como señalan Tajfel y Turner (1979), la movilidad individual destruye la solidaridad del grupo subordinado y no proporciona una solución contra la identidad social negativa para el grupo en su conjunto. La creatividad social puede evitar también el conflicto y restaurar una identidad grupal positiva, pero a costa de una cierta alienación de los miembros del grupo porque, por mucha creatividad social que se utilice, el grupo desfavorecido seguirá estando en una posición desaventajada. Desde la TIS se reconoce que aunque el conflicto intergrupal está poderosamente condicionado por variables sociales, políticas y económicas «reales», dichas variables tienen su traducción en una serie de procesos «psicológicos» que pueden adquirir «una función autónoma que les permita orientar en una u otra dirección el funcionamiento posterior de los procesos de conflicto» (Tajfel y Turner, 1979, p. 46). La TIS es, por tanto, una teoría psicosocial del conflicto intergrupal que tiene un ámbito de aplicación mayor que la Teoría Realista del conflicto. Explica cuándo y bajo qué condiciones la desigualdad de recursos ciará origen a un conflicto intergrupal. Asimismo, tiene en cuenta la posibilidad de que los grupos sean abiertos o cerrados y la influencia de este hecho sobre el conflicto. Hemos descrito la TIS con respecto al conflicto intergrupal tal como quedó formulada a principios de los años 80. Desde entonces la teoría ha generado una gran cantidad de investigación que, al mismo tiempo que la ha dotado de contenido empírico, ha contribuido también a desarrollar ciertos aspectos teóricos. Remitimos al lector interesacio al trabajo de Huici (2004a) para una mayor ampliación. La Teoría de la Privación Relativa Esta teoría nace para explicar el hecho llamativo, observado ya por estudiosos de la ciencia política desde hace muchos años, de que la mayoría de las revoluciones y protestas no suceden cuando las condiciones socioeconómicas están en su punto más bajo, sino precisamente cuando se ha producido en ellas una relativa mejoría. Traducido en términos psicológicos (Guimond y Tougas, 1996) esto significa que «la gente protesta y se rebela no porque están objetivamente privados o desprovistos, sino porque se sienten privados relativamente en relación con otras personas, grupos o situaciones con los que se comparan». Para Taylor y Moghaddam (1987, p. 113) el sentimiento de privación relativa incluye aspectos cognitivos (percepción de la discrepancia entre lo que uno espera y lo que recibe) y aspectos emocionales (los sentimientos de cólera, agravio y ofensa originados por dicha percepción). En cualquier caso, como señalan Guimond y Tougas (1996, p. 173), la privación relativa es una variable inferida para dar cuenta de ciertas observaciones. En concreto de por qué las carencias reales de una persona o grupo no están directamente relacionadas con las acciones que emprende para mejorar su situación. Estos autores dis- Fathah M. Mughacidam. tinguen, en función de la naturaleza de la comparación implicada, tres clases de priva Geurgetawn U ti iversily ción relativa: intrapersonal, interpersonal e intergrupal. La privación relativa intrapersonal se produce cuando la insatisfacción proviene de una comparación que la persona hace con otra situación anterior vivida por ella o con las expectativas de futuro que ella misma mantiene.