Analisis Del Perfume Historia de Un Asesino

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El perfume: historia de un asesino (Das parfüm, die Geschichte eines Mörders) es

la primera novela del autor alemán Patrick Süskind. El autor ya era conocido por

su trabajo como guionista y su obra previa ("El Contrabajo", un monólogo teatral),

pero fue esta novela la que catapultó su carrera convirtiéndose rápidamente en un

best-seller que se tradujo en más de cuarenta idiomas a lo largo del mundo ¡y con

razón!. De ella se hizo una adaptación cinematográfica en 2006, bastante buena

en nuestra opinión, dirigida por Tom Tykwer y protagonizada por Ben Whishaw.

No podemos entrar en el libro sin un contexto, no podemos acercarnos a nuestro

asesino sin conocer el mundo que lo rodea. El propio autor nos pinta su realidad

para que seamos conscientes de dónde nos estamos metiendo.

Estamos en la Francia del siglo XVIII y nos vamos a enfrentar «uno de los

hombres más geniales y abominables de una época en que no escasearon los

hombres abominables y geniales.» Pero no nos adelantemos, compañeros.

Nuestro hombre genial y abominable tiene un nombre, que es cuanto importa de

momento, antes de entrar en detalles: Jean-Baptiste Grenouille. El autor nos

dice que si pasó desapercibido fue porque se limitó al «efímero mundo de los

olores».

En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible

para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores

apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y

excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos

sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas


grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las

chimeneas apestaban a azufre; las curtidurías, a lejías cáusticas; los mataderos, a

sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus

bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebollas y los cuerpos,

cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos.

Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se

respiraban por igual bajo los puentes y en los palacios. El campesino apestaba

como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la

nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina

como una cabra vieja, tanto en verano como en invierno, porque en el siglo XVIII

aún no se había atajado la actividad corrosiva de las bacterias y por consiguiente

no había ninguna acción humana, ni creadora ni destructora, ninguna

manifestación de vida incipiente o en decadencia que no fuera acompañada de

algún hedor.

"Apestaba". "Hedor". Palabras que repite con frecuencia para recalcar el desprecio

a cada uno de los olores y los sentimientos que tienen que producirnos aquel

siglo. Pues ahora, que ya estamos empapados en la pestilencia de la época.

Grenouille (cuyo apellido significa "rana" para mayor desprecio) nace en el lugar

más putrefacto de todos: el mercado de pescado de París. Porque si Francia huele

mal, su capital lo hace peor. Y el mercado del pescado, junto al cementerio, el día

de más calor... exacto. Pero Süskind no nos permite compadecernos de Jean-

Baptiste, al contrario: desde el primer momento nos ha dicho que es abominable,

ya en el título nos asegura que es un asesino. Es un narrador que nos influencia a


lo largo de la novela para rechazar a su protagonista. La madre de Grenouille, una

pescadera que aspira a casarse con alguien de provecho, da a luz entre las tripas

de pescado y lo abandona como hizo con sus otros niños y continúa con su vida.

Según el autor, todo podría acabar aquí y es verdad, a fin de cuentas ¿qué

esperanza tiene un recién nacido entre la inmundicia contra el mundo? Sin

embargo, el niño llora, la madre es encarcelada y ejecutada por infanticidio.

Grenouille pasa de manos (diferentes nodrizas que lo acusan de comer

demasiado) y luego por el padre Terrier que lo cuida lo suficiente para que

descubramos lo fundamental: el niño no tiene olor. Poco dura en las manos de

Terrier hasta llegar al orfanato de madame Gaillard, una mujer sin olfato, perfecta

para un niño sin olor. Grenouille es una aberración, crece y queda herido y

marchado por enfermedades, cortes, cicatrices, hasta una cojera. Carece de olor,

lo que lo hace repulsivo, nos anuncia al asesino pero si todavía lo dudamos, nos lo

deja claro llamándolo garrapata, acusándolo de haber gritado para matar a su

madre y no para sobrevivir, por venganza y no por amor. Grenouille crece y no

quiere ser amado, no quiere amar. A él solo le interesan los olores, vivir con ellos y

de ellos. Se alimenta del don que sabe que posee y de la gente de la que vive. La

comparación que utiliza el autor no es en vano. Todo aquel que alimente a la

garrapata acabará mal. El joven Jean-Baptiste comienza a trabajar para monsieur

Grimal, abandonando el orfanato y con ello inicia la exploración de París.

Lo que nos lleva al gran momento: su primer asesinato.

Por fin encuentra un olor que lo embriaga y colapsa su mundo interior. Persigue

algo tan maravilloso y extasiante que le aterroriza la idea de perderlo y descubre


que es una chica la que huele así. ¡Un ser humano! Cuando somos tan repulsivos.

Como un drogadicto, ciego y sin ninguna clase de control, la mata. Embriagado en

su esencia desencadena dos cosas: la desesperación de la pérdida y la

determinación de querer convertirse en perfumista. Esto lo lleva por distintos

caminos, cada uno más retorcido que el anterior y nos hace cuestionarnos cosas:

el autor enfatiza el monstruo que es Grenouille, por no importarle la interacción

humana, por carecer de olor... pero las personas "sanas", por llamarlas de alguna

forma, no son mejores. Su primer maestro es Baldini, luego el marqués de

Taillade-Espinasse (que le enseñó a moverse entre las personas) y por último

madame Arnulfi, en Grasse. Es en esta ciudad donde descubre El Olor, aquel que

le recuerda a la joven que mató pero mucho más hermoso, más perfecto... y si

pensamos en una flor, es una que aún no ha abierto sus pétalos pero ya comienza

a emanar el aroma. Grenouille está cautivado, tiene una meta, tiene un objetivo:

crear el mejor perfume que jamás podría existir.

El 1 de septiembre de 1753 durante la fiesta por el aniversario del ascenso

del rey al trono, Grenouille huele por primera vez el aroma de una

muchacha joven y entonces comente su primer asesinato: [...] ¡seda y leche!

Una fragancia, incomprensible, indescriptible. [...] Nunca había olido nada tan

hermoso. [...] Su sudor era tan fresco como la brisa marina, el sebo de sus

cabellos, tan dulce como el aceite de nuez, su sexo olía como un ramo de

nenúfares, su piel, como la flor del albaricoque... y la combinación de estos

elementos producía un perfume tan rico, tan equilibrado que todo cuanto

Grenouille había olido hasta entonces en perfumes [...] se le antojó una mera
insensatez. La mata para poseer su olor y la huele hasta cansarse, hasta

registrar todo su aroma en la memoria. Jean Baptiste Grenouille asesina a 25

jóvenes para extraer su esencia captándola con capas de grasa donde queda

recogido su olor, y así crea el mejor perfume del mundo: una fragancia que

enamora al mundo.

La película tiene un personaje con un sentido muy desarrollado, su nombre es

Jean-Baptiste Grenouille, se puede evidenciar que este joven posee una

característica muy especial desde su nacimiento, pues cuando su madre pensó

que estaba muerto, los olores del lugar donde se encontraba lo despiertan y lo

alientan a vivir; Grenouille era un niño que no hablo hasta los cinco años, pero a

pesar de esto, el descubrió que goza de un extraordinario sentido del olfato y

mediante él, es capaz de sentir todo el mundo.

Un día, Grenouille estaba haciendo repartos en París cuando los atractivos olores

de la ciudad lo desviaron, llegando a parar a la perfumería Pelissier. Mientras

estaba parado fuera, capta un olor que se ve forzado a seguir. Descubre a una

chica vendiendo ciruelas. Grenouille asusta a la chica, la persigue a través de su

aroma, comienza a olerla profundamente y la asfixia, después de esto, Grenouille

la desviste completamente y pasa su nariz por todo su cuerpo hasta que el olor de

la pobre chica se desvanece. Grenouille fue capaz de trabajar con un creador de

perfumes, pues se ofrece a ayudarlo ya que con su gran capacidad para descubrir

los olores le dice a éste que conoce los ingredientes del famoso perfume; de esta

manera Grenouille crea perfumes para Baldini y éste en recompensa le enseña

cómo mezclar un perfume adecuadamente. Posteriormente, Baldini le enseña a


Grenouille acerca del destilamiento de aceites procedentes de plantas. Tras

enfermar gravemente Grenouille, y le pregunta a Baldini si hay otras maneras de

capturar olores, y éste le cuenta acerca de la maceración y que él puede aprender

este procedimiento en la ciudad de Grasse. Grenouille se recupera

milagrosamente, Durante el viaje, él capta el olor de otras chicas, y aprende las

técnicas de maceración; y, más tarde, comienza a hacer sus experimentos

matándolas para extraer su olor convirtiéndose en un asesino en serie. Después,

es capturado por las autoridades y torturado hasta que confiesa; Grenouille es

condenado a muerte. En el día de su ejecución, es llevado ante la multitud usando

el perfume hecho de los aromas de las vírgenes. Esta esencia de amor y belleza

induce a la gente presente a declararlo inocente. Decide regresar a París con el

frasco prácticamente lleno, a la pescadería donde había nacido, en ese lugar

encuentra un grupo de indigentes, es ahí cuando saca el frasquito de perfume y

vierte todo su contenido sobre su cabeza, la gente se abalanza sobre él,

locamente hasta que terminan con su existencia; esas personas acabaron con él

con una enorme satisfacción, pues por primera vez hicieron algo por amor de

verdad.

Podemos ver en este personaje que tiene una manera de vivir la captación y

disfrutar de ella sin ningún interés personal y a pesar de que el objetivo de la

estética está en la buena observación sin una implicación del objeto y no en el

buen olfato, considero que este tiene un sentido estético pues él ve y percibe su

mundo a través su extraordinario sentido y su único interés es el complacencia

que le provocan los fascinantes olores.


CONCLUSIONES

Patrick Süskind nos traslada a la Francia del siglo XVIII y nos hace

recorrer sus calles hediondas y ver a sus peculiares ciudadanos. Y nos

presenta al perfumista Grenouille convertido en asesino de jovencitas para

obtener la seña de identidad de la que carece: el olor. Lo cual resulta una

paradoja, pues todos nos esforzamos en disimular ese olor característico y

él lo que pretende, y consigue, es crearse un olor propio para ser aceptado

por los demás. Si algo no huele parece que no existe, pues ese olor que

desprende se asocia inmediatamente a algo conocido para poder definirlo. Y como

la presencia de Grenouille no se nota, no existe. Grenouille se aparta de una

sociedad que nunca le ha comprendido ni querido y por eso se venga de todos

ellos asesinando a las jóvenes más bellas del pueblo y sometiendo a todos

a su voluntad a través de la fragancia creada con sus esencias. Grenouille

se convierte en un dios que controla la voluntad humana, pero al final se da cuenta

de que no le pueden amar por lo que es sino por su perfume y decide dejarse

morir: es devorado por unas personas que, debido a la fragancia, creen que le

aman.
BIBLIOGRAFIA

CORBIN, Alain (1987): El perfume o el miasma: el olfato y lo imaginario social:

siglos XVIII y XIX, México: Fondo de Cultura Económica.

REISNER, Hanns-Peter (2003): Lektürehilfen Patrick Süskind Das Parfum,

Stuttgart: Klett.

SÜSKIND, Patrick (1997): El perfume. Historia de un asesino, Barcelona: Seix

Barral.

https://revistas.ucm.es/index.php/RFRM/article/view/RFRM0707330126A/9697

http://wwwlobello.blogspot.com/2011/03/analisis-de-la-pelicula-el-perfume.html

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