Hormonas de Importancia para El Equilibrio Homeostático

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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO / INSTITUTO TECNOLÓGICO CHINÁ

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© DERECHOS RESERVADOS 2019

ING,MARCO ANTONIO RAMIREZ BAUTISTA

MATERIA: FISIOLOGIA ANIMAL

SEMETRE: 4 DA

ALUMNO

ALEXIS ALBERTO CHE TUN

TAREA HORMONAS DE IMPORTANCIA PARA EL EQUILIBRIO


HOMEOSTÁTICO
HORMONAS DE IMPORTANCIA PARA EL EQUILIBRIO
HOMEOSTÁTICO
INTRODUCCIÓN
Hablando sobre la homeostasis esta se define como el proceso mediante el cual
un organismo mantiene su medio interno en condiciones estables, tanto en su
composición como en sus propiedades, para su óptimo funcionamiento. Todos los
seres vivos aseguran su supervivencia gracias a sus funciones vitales.
Para que los seres vivos superiores puedan desarrollarse plenamente en su
ambiente es necesario que cada uno de sus diferentes órganos y sistemas
funcionen en coordinación con los demás.
Las hormonas son sustancias que se comportan como mensajeros químicos
que participan de la regulación de numerosos procesos permitiendo la mantención
de un estado de equilibrio fisiológico, el cual hace referencia a la homeostasis. Las
hormonas son segregadas por células especializadas, utilizan como medio de
transporte a la sangre, a través de la cual viajan hasta llegar a un determinado
tejido u órgano; para generar un cambio denominado efecto fisiológico.
Los factores ambientales son aquellas características del medio externo que
afectan de un modo directo a nuestro organismo. En ocasiones, la alteración de
estos parámetros, como la temperatura o la humedad, puede influir de forma
negativa sobre los cuerpos, perjudicando y perturbando la correcta ejecución de
las funciones fisiológicas. Por ello, es fundamental que los animales puedan
ejercer un poderoso control sobre estos factores, un control que les permita
mantener una cierta constancia y estabilidad en su organismo.
Algunas actividades habituales, como beber o transpirar, ayudan a conseguir esta
estabilidad; pero hay otra serie de mecanismos aún más complejos implicados en
la regulación del cuerpo.
En los organismos vivos la homeostasis implica un consumo de energía
necesario para mantener una posición en un equilibrio dinámico. Esto significa que
aunque las condiciones externas estén en constante variaciones, los mecanismos
homeostáticos aseguran que los efectos de estos cambios sobre los organismos
sean mínimos.

El objetivo de esta investigación es hablar acerca de la homeostasis, un proceso


de equilibrio que se presenta en los seres vivos, del cual son principalmente
gracias a las hormonas, que permiten que el cuerpo se pueda regular y se pueda
adaptar a cualquier situación.
Para empezar la homeostasis es la capacidad de los seres vivos de mantener la
estabilidad interior de sus cuerpos, en lo pertinente a la temperatura y
el pH (balance entre acidez y alcalinidad), mediante el intercambio de materia y
energía con el medio ambiente. Por ejemplo: hibernación, sudoración,
vasodilatación.

Esto se produce gracias a diversos sistemas de autorregulación metabólica que


sostienen el equilibrio dinámico necesario para la preservación de la vida.

Así, frente a la aparición de cambios en las condiciones de su entorno, los seres


vivos pueden responder mediante alguna de las siguientes estrategias:

Evasión. Consiste en atenuar o disminuir el impacto interno de dichas variaciones


ambientales mediante algún mecanismo de escape, como variar de hábitat a uno
más conveniente o asumir formas resistentes al entorno.

Conformidad. El interior del ser viviente varía junto con el ambiente, dado que su
regulación no es eficiente, por lo que éste deberá adecuarse de manera paulatina
o “aclimatarse” a las nuevas condiciones.

Regulación. De cara al cambio ambiental, el ser viviente ejecuta acciones


compensatorias que mantienen el interior de su cuerpo en una condición
relativamente constante.

Los procesos homeostáticos, sin embargo, no operan del todo conforme a estas


categorías, ya que ningún organismo puede ser un regulador o conformista
absoluto. Lo más usual es que se produzca una mezcla de las tres estrategias,
dependiendo del factor ambiental variante y a la naturaleza de la criatura.

También puede entenderse como una forma de homeostasis la regulación y el


mantenimiento del estado del organismo ante cualquier perturbación. Cabe
recalcar que los principales factores desestabilizantes del medio interno son los
parámetros ambientales y el propio metabolismo celular.
Los procesos homeostáticos suponen la presencia de una serie de sensores
internos (receptores sensoriales) que pueden detectar cualquier tipo de desviación
respecto a un estado fisiológico óptimo, y a su vez iniciar las acciones
convenientes para corregir estas alteraciones. Este estado óptimo se puede
mantener gracias a un valor de referencia adecuado para cada especie: cuando
una perturbación (vibraciones, radiación, etc.) es percibida por los receptores
sensoriales, el organismo coteja ese valor de referencia y pone en marcha los
mecanismos homeostáticos oportunos, actuando en consecuencia para poder
mantener dicho valor.
La homeostasis comprende tanto mecanismos fisiológicos como etológicos:
sudoración, jadeo (termorregulación fisiológica), ocultación, abrigo (respuestas
etológicas al frío), etc. En definitiva, los mecanismos homeostáticos son
fundamentales a lo largo de la vida de los animales, ya que pueden regular y
mantener el organismo en condiciones óptimas aun cuando se dan situaciones
adversas. Por ejemplo, se ha demostrado que, en algunos roedores, el nivel de
azúcar en la sangre se mantiene constante aunque no tengan acceso a ningún
tipo de alimento.

Para mantener la estabilidad del medio interno, nos encontramos con dos
mecanismos homeostáticos diferentes:

La homeostasis reactiva se origina como una respuesta directa a los cambios


que suceden en el medio interno (una variación en el pH, por ejemplo); es decir,
se produce cuando un parámetro interno del organismo sufre una variación que
debe ser corregida. Podríamos mencionar como ejemplo de homeostasis reactiva
el momento en el que un animal bebe como respuesta a una deshidratación
provocada por un excesivo jadeo o por una abundante sudoración.

La homeostasis predictiva se ocasiona como respuesta a los cambios en el


medio externo. Es anticipativa, es decir, permite predecir la aparición de un
estímulo ambiental, y anticipar la respuesta adecuada ante cualquier perturbación
que desvíe el valor de referencia o set point, el cual se refiere al peso corporal
establecido biológicamente por un sistema homeostático que modula la
alimentación y gasto energético para mantenerlo en un nivel determinado. Un
ejemplo sería la reducción de la alimentación por parte de los animales que se
encuentran deshidratados, evitando así la pérdida de agua que supone la
excreción.

Por otro lado en nosotros, cuando el equilibrio de uno de los sistemas se


encuentra alterado, nuestro organismo tiende a restablecerlo mediante
mecanismos compensatorios. A este estado de equilibrio obtenido se le
denomina homeostasis, y es la base de cualquier proceso que se da en nuestro
cuerpo.

Aunque el proceso para llegar a esa homeostasis va a depender de qué sistemas


se encuentran afectados, la mayoría se rigen por una serie de moléculas que son
familiares para la mayoría de nosotros:

Las hormonas, las cuales se han mencionado anteriormente que son; En función


de su naturaleza podremos hablar de hormonas hidrófilas o lipófilas.
Tanto los polipéptidos como las aminas, presentan carácter hidrófilíco, o lo que es
lo mismo, son solubles en agua. Mientras, por su parte, las hormonas esteroideas
son lipofílicas, siendo insolubles en un ambiente acuoso. Esta característica es de
gran importancia, ya que va a marcar el mecanismo por el cual la hormona
interacciona con el receptor.

En el caso de las hormonas hidrófilas, son excretadas por un mecanismo de


exocitosis, circulando por el torrente sanguíneo de forma libre. Una vez llega al
tejido diana actúan sobre los receptores superficiales de la célula, produciendo
una respuesta intracelular. Por su parte, las hormonas lipófilas viajan unidas a
proteínas y penetran la membrana plasmática de la célula diana, interaccionando
con los receptores intracelulares.

Nuevamente mencionamos sobre la homeostasis o conocida también como


homeostasia, en esta función estarán incluidas las glándulas que son el
hipotálamo, hipófisis, glándula pineal y tiroidea, glándulas paratiroideas y
suprarrenales y gónadas:
El hipotálamo participa directamente en la regulación de la homeostasis;
La hipófisis es la que produce la hormona del crecimiento, la prolactina, la
endorfina y las hormonas que estimulan la producción de hormonas sexuales;
La glándula pineal produce melatonina, hormona que regula el sueño;
La glándula tiroidea produce tiroxina y triiodotironina, que se encarga de
transformar los alimentos en energía y están implicados en el crecimiento del
hueso;
La glándula paratiroidea participa activamente al liberar las hormonas en la
metabolización del calcio;
Las glándulas suprarrenales producen cortico esteroides, que regulan el equilibrio
entre sales minerales y agua;
Las gónadas son las encargadas de producir las hormonas sexuales;
estas son las principales hormonas que se encargaran de regular el proceso de
homeostasis.

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