Cimentaciones Electronico
Cimentaciones Electronico
Cimentaciones Electronico
Cimentaciones
edUTecNe
Córdoba, 2020
Aiassa Martínez, Gonzalo Martín
Entre el suelo y la estructura: cimentaciones / Gonzalo Martín Aiassa Martínez ; Pedro Ariel Arrúa ; Marcelo
G. Eberhardt ; editado por Fernando H. Cejas. 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: edUTecNe,
2020.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-4998-54-5
1. Ingeniería Civil. 2. Construcción. 3. Materiales de Construcción. I. Arrúa, Pedro Ariel. II. Eberhardt,
Marcelo G. III. Cejas, Fernando H., ed. IV. Título.
CDD 624.15
Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su
incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio
(electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del
copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
Prólogo
1
Al final del libro, se presentan problemas de patología estructural
originados en asuntos geotécnicos. Se analizan los síntomas, causas,
consecuencias, alternativas de remediación y estrategias de monitoreo.
Este libro está dirigido a estudiantes de ingeniería civil con el
objetivo de brindar una introducción a los conceptos básicos de análisis
y diseño de cimentaciones. También confiamos en que sea de utilidad a
docentes universitarios y graduados interesados en la especialidad. Es
importante destacar el carácter académico, didáctico e introductorio de
esta obra. Por lo tanto, en este libro no se sustituyen ni agotan las
diversas fuentes de material bibliográfico específico, reglamentos,
códigos, normas y manuales vigentes que, necesariamente, deberá
investigar y consultar el profesional proyectista o diseñador estructural
en materia de cimentaciones.
Ahora bien, el lector podría preguntarse: ¿Para qué este libro,
cuando hay tantos sobre cimentaciones? La repuesta se encuentra en la
filosofía con la que fue concebido. Pensamos en una propuesta situada,
conceptual, pragmática y con un estilo desestructurado. En el texto, se
procuró conservar una escritura fresca y espontánea, típica de una
clase. Al redactarlo, nos imaginamos en clases, con estudiantes allí
presentes y activos participantes. Incluso, en algunos pasajes, se
recrean intercambios de preguntas y respuestas, simulando la dinámica
de diálogo constructivo que propiciamos en las clases de hoy. No es
habitual encontrar textos sobre cimentaciones escritos así. Lo cual,
humildemente, creemos que propone un enfoque nuevo. Puede sonar
contradictorio plantear un texto de “estructura” “desestructurado”.
Esto, definitivamente, nos impulsó al desafío de intentarlo.
El proyecto de escritura de este libro nació hace algunos años.
Con 20 años de docencia, formación académica de especialidad, y un
gran número de investigaciones y desarrollos en geotecnia y
cimentaciones, es mucha la experiencia acumulada para reportar y
transmitir. Pero la falta de “tiempo” y la constante urgencia de la
cotidianeidad demoraban su redacción final y solo quedaba en notas
aisladas. Al inicio académico de este año, en marzo de 2020, nos
encontramos frente a un acontecimiento inesperado y sin precedentes
que, definitivamente, precipitó su desenlace. Nos referimos a la
situación epidemiológica de la pandemia por COVID-19 y las medidas
2
de aislamiento social preventivo y obligatorio en el país. En este marco,
la generación de material bibliográfico para el desarrollo de las
actividades académicas en modalidad no presencial se convirtió en una
necesidad imprescindible. Por lo tanto, consideramos urgente facilitar
este “recurso” escrito en beneficio de nuestros estudiantes. Así se
desarrolló este libro.
Estamos convencidos de que “lo perfecto es lo que solo perdura
en el pensamiento”. Aceptamos romper la perfección idealizada de este
libro para, finalmente, escribirlo y ponerlo a disposición de nuestros
lectores. Con todos los errores e imperfecciones que seguramente
contendrá en esta primera edición. Ya habrá oportunidad para corregir
y mejorar en ediciones futuras pero, a fin de cuentas, alguna tenía que
ser la primera.
Los Autores
Córdoba, Septiembre 2020
3
A Sofia
Contenido
Prólogo ................................................................................................................................. 1
Contenido ............................................................................................................................ 5
1. Definición y tipos ........................................................................................................ 7
2. Cargas y combinaciones ........................................................................................... 9
3. Materiales .....................................................................................................................13
4. Disposiciones básicas de armado ......................................................................15
5. Criterios de selección ..............................................................................................17
6. Sobre los asentamientos ........................................................................................29
7. Cimentaciones superficiales.................................................................................33
8. Presión de trabajo e inducida ..............................................................................35
9. Capacidad de carga en cimentaciones superficiales rígidas .................. 37
10. Asentamiento en cimentaciones superficiales rígidas........................... 39
11. Cimiento común ......................................................................................................43
12. Zapata corrida ..........................................................................................................45
13. Zapata individual a carga vertical ...................................................................53
14. Diseño de zapatas. Síntesis conceptual ........................................................65
15. Zapata individual a carga vertical, lateral y momento........................... 67
16. Cimentaciones de bloques rígidos: Método de Sulzberger .................. 83
17. Zapata combinada ............................................................................................... 111
18. Zapata excéntrica con viga de tracción ...................................................... 119
19. Zapata excéntrica con viga de vinculación ............................................... 127
20. Zapata desplazada con viga de equilibrio ................................................ 133
21. Platea ........................................................................................................................ 137
22. Cimentaciones Profundas. Definición y forma de trabajo ................. 157
5
23. Cimentaciones Profundas. Transferencia de carga .............................. 161
24. Capacidad de carga vertical de un pilote .................................................. 163
25. Capacidad de carga: parámetros de resistencia al corte ................... 174
26. Capacidad de carga: ensayos de penetración dinámica ..................... 184
27. Capacidad de carga: criterios de verificación ......................................... 186
28. Capacidad de carga a partir de fórmulas dinámicas ............................ 190
29. Ensayo de carga para estimar asentamiento en pilotes..................... 196
30. Curva de asentamiento ..................................................................................... 198
31. Asentamiento: Método de O’Neill y Reese ............................................... 202
32. Asentamiento: Método de Vesic ................................................................... 208
33. Pilote a carga lateral........................................................................................... 212
34. Diseño estructural de un pilote ..................................................................... 226
35. Construcción de pilotes .................................................................................... 236
36. Inyección y precarga en punta de pilotes ................................................. 246
37. Grupo de pilotes ................................................................................................... 254
38. Diseño estructural de cabezales ................................................................... 262
39. Construcción de cabezales .............................................................................. 272
40. Patología .................................................................................................................. 278
Bibliografía .................................................................................................................... 288
Acerca de los autores ................................................................................................ 290
6
1. Definición y tipos
1Day, R.W. (2010). Foundation Engineering Handbook: Design and Construction with the
2009 International Building Code, Second Edition. The McGraw-Hill Companies, Inc.
7
de introducción y reconocimiento preliminar, las vamos a enunciar en
una clasificación general que comprende tres grandes grupos:
8
2. Cargas y combinaciones
construcciones. INTI.
4 INPRES-CIRSOC 103 (2018). Reglamento argentino para construcciones
sismorresistentes. INTI.
5 CIRSOC 104 (2005). Reglamento argentino de acción de la nieve y del hielo sobre las
construcciones. INTI.
6 CIRSOC 108 (2007). Reglamento argentino de cargas de diseño para estructuras durante
su construcción. INTI.
9
Se prevé la consideración de solicitaciones provenientes de la
contracción o expansión por variaciones de temperatura, fluencia lenta
de materiales componentes, contracción, cambios de humedad y
asentamientos diferenciales, o sus combinaciones (T).
Las combinaciones de carga y los factores de mayoración
dependen de cada caso, deberán ser consultados por el proyectista en
los reglamentos específicos correspondientes. Pero no olvidemos que
estamos analizando un elemento estructural que materializa la
interacción suelo-estructura. Las cimentaciones deben diseñarse para
cumplir dos tipos de verificaciones: geotécnica y estructural. Para el
diseño estructural trabajaremos con cargas mayoradas, mientras que
para el diseño geotécnico trabajaremos con cargas sin mayorar o de
servicio, debido a que compararemos nuestros resultados con valores
de presión admisible o asentamientos admisibles 7. Pero ya hablaremos,
más adelante, sobre presiones y asentamientos admisibles. No nos
adelantemos. Sigamos con nuestro análisis de combinaciones de cagas.
Entonces, vamos a diferenciar las formas de considerar las cargas de
diseño. La literatura internacional dos métodos 8,
10
• Diseño por carga y factor de resistencia (LRFD, por Load
and Resistance Factor Design): también denominado
diseño por resistencia última. Aquí las cargas se
combinan mediante factores mayores a la unidad, dando
lugar a las denominadas cargas últimas (𝑃𝑃𝑢𝑢 ). Ej.:
U = 1,4 ∙ (D + F)
U = 1,2 ∙ (D + F + T) + 1,6 ∙ (L + H) + 0,5 ∙ (Lr ó S ó R)
U = 1,2 ∙ (D) + 1,6 ∙ (Lr ó S ó R) + (f1 ∙ L ó 0,8 ∙ W)
U = 1,2 ∙ (D) + 1,6 ∙ (W) + f1 ∙ (L) + 0,5 ∙ (Lr ó S ó R)
U = 1,2 ∙ (D) + 1,0 ∙ E + f1 ∙ (L + Lr ) + f2 ∙ (S)
U = 0,9 ∙ (D) + 1,6 ∙ (W) + 1,6 ∙ (H)
U = 0,9 ∙ (D) + 1,0 ∙ (E) + 1,6 ∙ (H)
En estas expresiones, f1 y f2 son factores que dependen de la
sobrecarga y la configuración de la cubierta respectivamente.
Estas combinaciones de cargas mayoradas definen la resistencia
requerida (U). Así la estructura y sus elementos se deben diseñar para
resistir la resistencia requerida. Esto define el requisito básico del
diseño por resistencia de hormigón armado,
∅ ∙ 𝑆𝑆𝑛𝑛 ≥ U
11
Donde:
∅: Factor de reducción de resistencia. Para las combinaciones que no
incluyen sismo, su valor es:
Secciones controladas por tracción = 0,90
Secciones controladas por compresión (no zunchada) = 0,65
Secciones controladas por compresión (zunchada) = 0,70
Corte = 0,75
Torsión = 0,75
Punzonado = 0,75
Modelo de bielas = 0,75
Para aquellas combinaciones de carga que incluyan sismo, se deben
utilizar los valores de factor de reducción, ∅, establecidos en el
reglamento INPRES-CIRSOC 103 10.
𝑆𝑆𝑛𝑛 : Resistencia nominal. Se calcula con la metodología planteada en el
reglamento para la resistencia especificada a compresión del hormigón
(𝑓𝑓´𝑐𝑐 ) y la tensión de fluencia característica del acero (𝑓𝑓𝑦𝑦 ).
12
3. Materiales
13
Es frecuente escuchar el comentario de que “no es necesario que
el hormigón de la fundación tenga la resistencia del hormigón
estructural”. Esto se basa en que las piezas de fundaciones, en general,
están sobredimensionadas debido a las condiciones impuestas por el
diseño geotécnico. No obstante, hay que ser cuidadosos con estas
afirmaciones ya que, en realidad, la fundación quedará invisible y en un
medio potencialmente agresivo. De esta manera, la especificación del
tipo de hormigón está condicionada por la vida útil, la agresividad del
entorno, y no solo por la condición de resistencia necesaria. Debemos
estar atentos a las especificaciones reglamentarias.
Sobre el acero, en general, se utilizan barras de acero
nervuradas, con tensión de fluencia característica (𝑓𝑓𝑦𝑦 ) de 420 MPa, y
resistencia a la tracción característica de 500 MPa (ADN 420). En
general, el módulo de elasticidad de la armadura no tesa (Es) se puede
considerar igual a 200.000 MPa. Los diámetros nominales (db) son: 6, 8,
10, 12, 16, 20, 25, 32 y 40 mm.
14
4. Disposiciones básicas de armado
15
Sobre elementos comprimidos:
16
5. Criterios de selección
⋅ Tipo de proyecto
⋅ Tipo de estructura
⋅ Perfil geotécnico
⋅ Tecnología constructiva disponible
⋅ Estructuras linderas o próximas
⋅ Condicionantes económicos
17
reconocido por la geotecnia que resulte apropiado para nuestro
problema 13. Además, es necesario contar con una estimación certera de
las cargas que la estructura transmitirá a los cimientos 14. Para esto,
será necesario contar con un adecuado análisis de carga y su
distribución hacia los elementos de apoyo.
El perfil geotécnico es un punto relevante en la selección del
sistema de cimentación. La profundidad del estrato apropiado para el
apoyo de la estructura definirá la selección de un sistema superficial o
profundo. No obstante, esto no siempre es determinante, ya que si, por
ejemplo, tenemos que seleccionar un sistema de cimentación para un
edificio de 8 pisos, y el estudio de suelo detecta un manto de apoyo
firme a 10 metros de profundidad, uno podría pensar en utilizar pilotes.
Pero, si el proyecto del edificio cuenta con 3 niveles de subsuelo, es
posible platear, a la misma profundidad, el empleo de un sistema
superficial de zapatas. De ahí que la interrelación entre los criterios
listados es profundamente necesaria.
Pero, ¿qué significa conocer el perfil geotécnico? Bueno, una
respuesta simple podría limitarse a describir los resultados de un
sondeo realizado en algún lugar del terreno. Lo cual es correcto, pero,
cuando hablamos de perfil geotécnico con el objetivo de proyectar una
cimentación, nuestra respuesta deberá ser más amplia e incluir otros
aspectos relevantes. De esta forma, nos referimos a un estudio
geotécnico diseñado con el objeto de seleccionar, diseñar y construir las
cimentaciones de un proyecto estructural. Un buen estudio incluirá
diversas actividades. Lo primero es realizar un “recorrido” o “visita
técnica” al lugar y, de esta forma, advertir aspectos globales y
singulares del sitio. Así, advertir sobre las condiciones topográficas del
lugar, posibles rellenos, antiguas construcciones, dificultades de acceso,
etc. Luego, con esta información en conjunto con un análisis del
proyecto a construir, se procede a planificar el estudio geotécnico. Hay
reglamentos y manuales que estableces los elementos básicos que este
estudio debe contener. En nuestro país, tenemos el reglamento CIRSOC
18
401 15. Basado en la reglamentación, es importante que el experto
planifique las actividades a realizar en el estudio, contemplando las
características particulares del terreno, antecedentes disponibles y el
tipo de proyecto que se pretende construir. Los antecedentes
disponibles son un insumo valioso. En este sentido, se recurre a
estudios previos realizados por el experto, o bien datos que puedan
obtenerse mediante búsqueda y consulta a vecinos y organismos. Como
ya mencionamos, el estudio geotécnico debe planificarse con el objetivo
de seleccionar, diseñar y construir las cimentaciones. Por lo tanto, la
consideración de aspectos de comportamiento estructural, son
fundamentales en esta etapa.
15CIRSOC 401 (2018). Reglamento argentino de estudios geotécnicos. Editado por INTI.
16 Rodríguez Ortíz, J.M.; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso Aplicado de
Cimentaciones. Sexta Edición. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
19
sobre el sistema de cimentación recomendable para la
estructura que se proyecta. La recomendación podrá ser
única o de varias alternativas, valorando ventajas y
desventajas en cada caso. No siempre la solución posible
es única. De hecho, generalmente existen varias
alternativas que el experto deberá aportar y analizar. Es
por esto que resulta fuertemente valorado que el
experto en geotecnia lo sea también en estructura.
17Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
20
Esa mejora en la certeza geotécnica, deviene en un mayor
conocimiento y en la posibilidad de reducir los costos de la estructura,
debido a que permite reducir incertidumbre y optimizar la misma.
Pero, esto tiene un límite. Llega un momento que se ingresa en un
“plato”, que se agota y, a partir de allí, incrementar costos en el estudio
ya no se traducen en reducción de costos del proyecto. Así, la curva de
costo total de proyecto inicia una tendencia al crecimiento. El desafío
de un estudio de suelo óptimo, adecuadamente programado y
ejecutado, consiste en encontrar ese “punto de equilibrio mínimo” en la
curva de costo total de proyecto. Si bien esto puede resultar un poco
teórico y general, ilustra conceptualmente la idea de que el estudio
geotécnico, debe estar adecuado al proyecto y sus condiciones de
contorno. En conclusión, es claro que un estudio geotécnico resulta
técnica y económicamente conveniente para todo proyecto.
Volvamos a los puntos que resumen los criterios para
seleccionar el tipo de cimentación. Cuando hablamos de tecnología
constructiva, nos referimos a la importancia de considerar que lo que
nos proponemos construir sea tecnológicamente factible de hacer. No
sólo que la tecnología exista, sino también que resulte disponible. Una
propuesta estructural de cimentación debe estar situada a la realidad
del lugar. No puede ser ajena a la misma. Si bien siempre es posible
resolver el problema con la tecnología que se disponga en alguna urbe
próxima al lugar de emplazamiento del proyecto, tengo que tener en
cuenta el impacto que esto generará en los plazos y costos de obra. Un
ejemplo de esto podría ser el siguiente: no puedo sugerir hincar pilotes
para un pequeño proyecto, si no dispongo del equipamiento en el lugar
o sus proximidades. Si bien, puede que el equipo exista en algún lugar
del mundo, disponerlo para nuestro fin puede que resulte imposible.
Por lo tanto, tengo que pensar en otra alternativa técnicamente
apropiada y tecnológicamente factible.
La existencia de estructuras linderas o próximas no es un
aspecto menor. Muchas veces definen la adopción del sistema de
cimiento en virtud de, fundamentalmente, su procedimiento
constructivo y el riesgo de afectación a vecinos. Aquí, hacemos
referencia a resguardar la integridad estructural de todo edificio
lindero o próximo, así como de cualquier otra estructura o
21
construcción. En este sentido, se nos pueden presentar diversos
escenarios. Puede ser que tengamos en proximidad a un edificio
moderno, con un sistema de cimentación apropiado lo cual, en
principio, podría no presentar mayores dificultades. O puede ser que
tengamos en proximidad a una antigua construcción, que incluso
revista interés histórico patrimonial, y que se apoya sobre cimientos
comunes y suelo débil o inestable. Debemos garantizar que las
construcciones linderas o próximas resulten adecuadamente
estabilizadas a los fines de impedir asentamientos o descalces en los
cimientos medianeros durante la construcción y vida útil de nuestro
proyecto. Esto implicará, además de un adecuado sistema de
fundaciones, un riguroso seguimiento durante la etapa de obra por
parte del profesional a cargo. En conclusión, siempre debemos
contemplar las estructuras próximas con el propósito de prevenir
posibles afectaciones.
Los condicionantes económicos, si bien son relevantes, nunca
deben determinar la selección del tipo de cimentación. Esto se
fundamenta en la relativamente baja incidencia que la cimentación
reviste en el costo total de un proyecto, siempre y cuando se guarde
coherencia con la disponibilidad tecnológica. Por otro lado, si la
fundación presentara algún tipo de falla, su remediación sería
altamente costosa, y con fuertes inconvenientes para su ejecución. Por
lo tanto, si bien los cimientos deben proyectarse con la mayor
racionalidad posible, nunca debemos procurar “ahorrar
desmedidamente” en esta pieza estructural. Estamos frente a un
elemento fundamental para la vida útil de cualquier proyecto.
Analicemos algunos ejemplos. La Figura 5.2 muestra un perfil
geotécnico sobre el que necesitamos fundar una estructura de vivienda
familiar. La misma constará de mampostería portante y hormigón
armado. Se presentan 3 opciones de cimiento. La opción de cimiento
común, no resulta apropiada a la luz de los conocimientos y criterios
actuales. Mientras que las alternativas restantes, son razonables y
deberán ser valoradas técnica y económicamente para tomar una
decisión. En este caso, por la escasa profundidad del material firme
(solamente 6,0 m), estimamos que los pilotes serán competitivos frente
a la zapata con terraplén.
22
Figura 5.2: Posibles fundaciones para un proyecto de vivienda familiar
23
armado (tubería de acero), y el efecto de la presencia de agua no genera
complicaciones.
24
como lo es la arena. Seguramente será necesario encamisar la
excavación. Por otro lado, es poco probable que puedan ejecutarse
campanas para un mejor aprovechamiento de la capacidad por punta.
Así, los pilotes tendrán fustes de gran diámetro.
25
importancia de los estudios de construcción previstos en el reglamento
CIRSOC 401 18. Veamos los ejemplos que presenta la Figura 5.5. En el
perfil (A) se observa una superficie de topografía plana y regular, pero
en donde el surgimiento del manto de apoyo tendrá variaciones
producto de una irregularidad topográfica subterránea. El perfil (B),
nos presenta el problema inverso, pero con similares consecuencias
sobre la referencia a la denominada cota de fundación.
18 Aiassa G.; Arrúa P. y Eberhardt M. (2019). Hermenéutica del CIRSOC 401 Una mirada
26
Para esto no hay recetas. La selección es consecuencia de la
interpretación de los resultados de la campaña geotécnica y ensayos,
junto con la consideración del proyecto, sistema estructural y un
conjunto de aspectos cualitativos, como antecedentes, experiencia,
criterio y realidad situada.
Generalmente, la solución no resulta única y evidente. Las
alternativas factibles pueden ser dos, tres, o incluso más. Todo sistema
de fundación llevará asociado una determinada probabilidad de falla.
Nunca constituye un sistema infalible bajo todos los posibles
escenarios. Los reglamentos, manuales, códigos o documentos de
organismos reconocidos establecerán los niveles aceptables en cada
caso. Todos estos elementos son los que se ponen sobre la mesa de
decisión y será función del ingeniero valorar los mismos para adoptar
la alternativa de mayor conveniencia. Para esto, es necesario contar con
experticia integral en geotecnia, estructura y proyecto de obras.
Vamos a insistir en que el problema de las fundaciones no
termina en el estudio geotécnico, ni en el diseño y cálculo de las
mismas. En la etapa constructiva de fundaciones, es fuertemente
recomendado contar con la supervisión por parte de un profesional
experto en geotecnia y estructuras, a los fines de garantizar la detección
de los estratos de apoyo correctos, y controlar: (i) proceso de
excavación, (ii) armado e instalación de acero, y (iii) colado del
hormigón. De esta manera, tendremos el control durante las etapas de
estudio geotécnico, diseño y cálculo estructural y, finalmente, del
proceso constructivo.
Respetando las consideraciones presentadas y reglamentaciones
vigentes, procuraremos lograr un sistema de cimentación de calidad y
confiable. Todo, en pos de cumplir nuestro objetivo central: garantizar
la seguridad de las personas, la estructura, el proyecto y la inversión.
27
28
6. Sobre los asentamientos
Siendo,
29
El objetivo principal del diseño de una cimentación consiste en
lograr asentamientos totales y diferenciales inferiores a los
establecidos como admisibles para la estructura. La causa principal de
generación de asentamiento corresponde a las cargas permanentes (D).
El peso propio de la estructura es la primera carga que la cimentación
transfiere y, además, son las acciones que siempre se manifiestan según
las previsiones. En segundo lugar, está la sobrecarga prevista en el
diseño del proyecto (L). No obstante, estas cargas pueden manifestarse
ocasional y parcialmente durante la vida útil de la estructura.
Dependerá de cada caso, y del valor adoptada en el diseño. Recordemos
que la carga permanente (D) surge de un cálculo específico del peso de
los elementos estructurales y ornamentales de la obra, mientras que la
sobrecarga (L) es una suposición según el destino de la obra.
Finalmente, tenemos otras posibles causas. Aquí, incluimos
fenómenos que podrían ocurrir durante la vida útil de la estructura.
Decimos podrían ocurrir, en términos potenciales, ya que constituyen
escenarios supuestos, que no necesariamente ocurrirán, o bien podrían
hacerlo parcialmente. Por ejemplo: la modificación de la rigidez del
suelo, a consecuencia de una pérdida de agua en una cañería o de un
ascenso del nivel freático. Esta situación podría resultar muy
significativa en suelos colapsables. No obstante, es un escenario
hipotético, ya que, si el suelo no se moja, no modificará su rigidez por
esta causa. También tenemos potenciales eventos naturales: como
sismos, inundación o vientos, o situaciones externas al proyecto, como
la construcción de futuras estructuras próximas, obras subterráneas,
vibraciones, etc.
En conclusión, le corresponderá al ingeniero la definición de las
acciones a considerar, los parámetros del perfil de suelo y el método
apropiado de cálculo, a fin de efectuar el análisis de asentamientos de
los cimientos. Volveremos sobre este aspecto al estudiar cada tipo de
cimentación en particular.
Luego de efectuado el análisis de asentamientos, es necesario
establecer si los mismos, totales y diferenciales, son aceptables para el
proyecto. Tengamos presente que los suelos son materiales
relativamente blandos en comparación con los materiales estructurales
de construcción (ladrillos, hormigón, acero, etc.). Por lo tanto, si los
30
asentamientos son grandes, las estructuras pueden sufrir daños
severos, moderados, o, incluso, estéticos. Para prevenir esto, podemos
considerar límites específicos, reglamentos, códigos o referencias
internacionalmente aceptada. La Tabla 6.1 presenta valores de
referencia de la literatura.
El asentamiento diferencial se caracteriza mediante un factor,
denominado distorsión angular, β, que se define como la relación entre
la diferencia de asentamiento total entre dos puntos, 𝑠𝑠𝑡𝑡2 − 𝑠𝑠𝑡𝑡1 , y la
separación entre ellos, 𝐿𝐿1−2 :
Así,
∆𝑠𝑠𝑡𝑡1−2 = β ∙ 𝐿𝐿1−2
En general,
∆𝑠𝑠𝑡𝑡 = β ∙ 𝐿𝐿
19Day, R.W. (2010). Foundation Engineering Handbook: Design and Construction with the
2009 International Building Code, Second Edition. The McGraw-Hill Companies, Inc.
20 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
31
32
7. Cimentaciones superficiales
33
en ejes medianeros). Finalmente, la zapata vinculada, es la que recibe
más de una columna.
Si la cimentación es flexible, tendremos que considerar la
distribución de presión en el suelo de forma no lineal, cuya
determinación ya no resulta trivial. Tenemos aquí a las plateas o losas y
las plantillas o cintas.
En los próximos capítulos, desarrollaremos en detalle cada uno
de estos sistemas, sus aspectos geotécnicos, estructurales y
constructivos. Previamente, presentaremos en forma sintética algunos
métodos clásicos de geotecnia utilizados para establecer la capacidad
de carga y el asentamiento.
34
8. Presión de trabajo e inducida
𝑃𝑃
σ𝑡𝑡 =
𝐴𝐴
𝑃𝑃
σ𝑡𝑡 =
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵
𝑃𝑃
σ𝑖𝑖 =
(𝐿𝐿 + 𝑧𝑧) ∙ (𝐵𝐵 + 𝑧𝑧)
35
los criterios de diseño geotécnico y estructural son diferentes. Para el
diseño estructural trabajaremos con cargas mayoradas, según lo que
hemos planteado en el capítulo 2. Mientras que para el diseño
geotécnico trabajaremos con cargas sin mayorar, o de servicio, debido a
que compararemos nuestros resultados con valores de presión
admisible o asentamientos admisibles.
En realidad, esto se refiere a diferentes formas de considerar las
cargas de diseño. La literatura internacional define estos dos métodos
de expresar y trabajar con las cargas de diseño así 24,
24 Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
36
9. Capacidad de carga en cimentaciones superficiales rígidas
siendo,
𝜑𝜑
𝑁𝑁𝑞𝑞 = 𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡2 �45 + � ∙ 𝑒𝑒 𝜋𝜋∙𝑡𝑡𝑎𝑎𝑎𝑎(𝜑𝜑)
2
𝑁𝑁𝑐𝑐 = �𝑁𝑁𝑞𝑞 − 1� ∙ 𝑐𝑐𝑐𝑐𝑐𝑐(𝜑𝜑)
𝑁𝑁𝛾𝛾 = 2 ∙ �𝑁𝑁𝑞𝑞 + 1� ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡(𝜑𝜑)
𝐵𝐵 𝐵𝐵 𝐵𝐵
𝐹𝐹𝑐𝑐 = 1 + 0,2 ∙ ; 𝐹𝐹𝑞𝑞 = 1 + 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝜑𝜑) ∙ ; 𝐹𝐹𝛾𝛾 = 0,5 ∙ �1 − 0,4 ∙ �
𝐿𝐿 𝐿𝐿 𝐿𝐿
37
La capacidad de carga admisible (𝑞𝑞𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 ) se obtiene de dividir la
capacidad de carga última (𝑞𝑞𝑢𝑢 ) por un factor de seguridad (𝐹𝐹𝐹𝐹) cuyo
valor oscila en un rango de 3 a 4,
𝑞𝑞𝑢𝑢
𝑞𝑞𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 =
𝐹𝐹𝐹𝐹
𝑁𝑁𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆
𝑞𝑞𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 = (𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 𝐵𝐵 ≤ 1,20𝑚𝑚)
8
𝑁𝑁𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆𝑆 𝐵𝐵 + 0,30 2
𝑞𝑞𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 = � � (𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝𝑝 𝐵𝐵 > 1,20𝑚𝑚)
12 𝐵𝐵
siendo,
26 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
cimentaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
38
10. Asentamiento en cimentaciones superficiales rígidas
𝑛𝑛
𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 ∙ ∆𝑧𝑧𝑖𝑖
𝑆𝑆 = 𝐶𝐶1 ∙ 𝐶𝐶2 ∙ 𝐶𝐶3 ∙ (𝜎𝜎𝑡𝑡 − 𝑞𝑞) ∙ �
𝐸𝐸𝑠𝑠𝑠𝑠
𝑖𝑖=1
Donde,
Edition.
39
𝑞𝑞
𝐶𝐶1 = 1 − 0,5 ∙
(𝜎𝜎𝑡𝑡 − 𝑞𝑞)
𝑡𝑡
𝐶𝐶2 = 1 + 0,2 ∙ 𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 � �
0,1
𝐿𝐿
𝐶𝐶3 = 1,03 − 0,03 ∙ � �
𝐵𝐵
𝜎𝜎𝑡𝑡 −𝑞𝑞
𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 = 0,5 + 0,1 ∙ �
𝑞𝑞𝑝𝑝
Suelo2 γ2 D2
q= γ1 D1 + γ2 D2
σt = P / (B2) Iz
0,1
qp= γ1 D1 + γ2 D2 + γ3 0,5B
Suelo3
γ3 Es3 0,5B Izp
Suelo4
Es4
Suelo5
Es5
2,0B
Suelo6
Es6 z
Figura 10.1: Esquema conceptual del método de Schmertmann para zapata cuadrada
𝐼𝐼𝑧𝑧 = 𝑓𝑓(𝑧𝑧)
0,1 = 𝑓𝑓(0)
𝐵𝐵
Condiciones de contorno zapata cuadrada o circular �𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 = 𝑓𝑓 � �
2
0 = 𝑓𝑓(2𝐵𝐵)
41
De esta manera, resultan las siguientes ecuaciones para cada uno de los
dos intervalos,
𝐵𝐵 𝑧𝑧
𝑧𝑧: (0, ) 𝐼𝐼𝑧𝑧 = 0,1 + � � ∙ �2𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 − 0,2�
𝐼𝐼𝑧𝑧 = � 2 𝐵𝐵
𝐵𝐵 2 𝑧𝑧
𝑧𝑧: ( , 2𝐵𝐵) 𝐼𝐼𝑧𝑧 = ∙ 𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 ∙ �2 − �
2 3 𝐵𝐵
0,2 = 𝑓𝑓(0)
Condiciones de contorno para zapata corrida � 𝑧𝑧𝑧𝑧 = 𝑓𝑓(𝐵𝐵)
𝐼𝐼
0 = 𝑓𝑓(4𝐵𝐵)
𝑧𝑧
𝑧𝑧: (0, 𝐵𝐵) 𝐼𝐼𝑧𝑧 = 0,2 + � � ∙ �𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 − 0,2�
𝐼𝐼𝑧𝑧 = � 𝐵𝐵
𝑧𝑧
𝑧𝑧: (𝐵𝐵, 4𝐵𝐵) 𝐼𝐼𝑧𝑧 = 0,33 ∙ 𝐼𝐼𝑧𝑧𝑧𝑧 ∙ �4 − �
𝐵𝐵
42
11. Cimiento común
𝑃𝑃 ∙ 1,0 𝑚𝑚
𝐵𝐵 =
1,0 𝑚𝑚 ∙ 𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡
43
𝐵𝐵: Ancho de cimiento.
𝐵𝐵 − 𝑏𝑏
𝐷𝐷𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(60°)
2
44
12. Zapata corrida
45
especiales para la determinación del peso propio (Ej. Zapatas de gran
peso, para estructuras esbeltas y livianas bajo acciones horizontales).
La forma de la distribución de presiones de trabajo en el
contacto de apoyo, depende de la rigidez relativa entre el suelo y la
zapata de hormigón. Si la zapata es rígida, la distribución de presiones
será lineal. Además, si la carga es centrada la distribución de presión
será constante. La dimensión en planta, o ancho de la zapata, se obtiene
de,
𝑃𝑃 ∙ 1,0 𝑚𝑚 ∙ 𝜗𝜗
𝐵𝐵 =
1,0 𝑚𝑚 ∙ 𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡
𝐵𝐵 − 𝑏𝑏
𝐷𝐷𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
3
46
primer lugar, definamos la presión de trabajo última, 𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 , para la
determinación de los esfuerzos de corte y momento flector,
𝑃𝑃𝑢𝑢 ∙ 1,0 𝑚𝑚
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 =
1,0 𝑚𝑚 ∙ 𝐵𝐵
𝑃𝑃𝑢𝑢 : Carga última por metro lineal transmitida por el muro (kN/m).
P
f h c
D h
f c
σt
B
Figura 12.2: Esquema para determinar esfuerzos en zapata corrida
𝑉𝑉𝑢𝑢 ≤ ∅ ∙ 𝑉𝑉𝑛𝑛
47
𝑉𝑉𝑢𝑢 : esfuerzo de corte mayorado en la sección considerada, en N
𝑉𝑉𝑛𝑛 : resistencia nominal al corte, e igual a la suma de la resistencia al
corte proporcionada por el hormigón, 𝑉𝑉𝑐𝑐 , y la resistencia la corte
proporcionada por la armadura de corte, 𝑉𝑉𝑠𝑠 , en N
∅ = 0,75: factor de reducción de resistencia
𝐵𝐵 − 𝑏𝑏
𝑉𝑉𝑢𝑢 = 𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 � − ℎ� ∙ 1,0 𝑚𝑚
2
1
𝑉𝑉𝑐𝑐 = ∙ �𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏𝑤𝑤 ∙ ℎ
6
𝐵𝐵 − 𝑏𝑏 1
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 � − ℎ� ∙ 1,0 𝑚𝑚 ≤ 0,75 ∙ ∙ �𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏𝑤𝑤 ∙ ℎ
2 6
48
Luego que se ha verificado el esfuerzo de corte en los voladizos
sin la necesidad de incluir armadura, pasamos al dimensionado a
flexión.
El momento flector último de diseño, se determina sobre el plano
f - f , a partir de la siguiente formulación (Figura 12.2),
𝐵𝐵 − 𝑏𝑏 𝐵𝐵 − 𝑏𝑏
𝑀𝑀𝑢𝑢 = 𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 ∙ 1,0 𝑚𝑚 ∙ ∙
2 4
𝑃𝑃𝑢𝑢 ∙ 1,0 𝑚𝑚 𝐵𝐵 − 𝑏𝑏 𝐵𝐵 − 𝑏𝑏
𝑀𝑀𝑢𝑢 = ∙ 1,0 𝑚𝑚 ∙ ∙
1,0 𝑚𝑚 ∙ 𝐵𝐵 2 4
𝑀𝑀𝑢𝑢 ≤ ∅ ∙ 𝑀𝑀𝑛𝑛
Entonces,
𝑀𝑀𝑢𝑢
𝑀𝑀𝑛𝑛 =
∅
0,85 � 𝑓𝑓𝑐𝑐′
C= 0,85 � 𝑓𝑓𝑐𝑐′ � 𝑏𝑏𝑤𝑤 � 𝑡𝑡
𝑡𝑡
ℎ 𝑡𝑡
ℎ−
2
𝑇𝑇 = 𝐴𝐴𝑠𝑠 � 𝑓𝑓𝑦𝑦
49
Por otro lado,
𝑎𝑎
𝑀𝑀𝑛𝑛 = 0,85 ∙ 𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏𝑤𝑤 ∙ 𝑎𝑎 ∙ �ℎ − �
2
𝑎𝑎 = 𝑘𝑘𝑎𝑎 ∙ ℎ
𝑘𝑘𝑎𝑎 ∙ ℎ
𝑀𝑀𝑛𝑛 = 0,85 ∙ 𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏𝑤𝑤 ∙ 𝑘𝑘𝑎𝑎 ∙ ℎ ∙ �ℎ − �
2
𝑘𝑘𝑎𝑎
𝑀𝑀𝑛𝑛 = 0,85 ∙ 𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏𝑤𝑤 ∙ 𝑘𝑘𝑎𝑎 ∙ ℎ2 ∙ �1 − �
2
𝑀𝑀𝑛𝑛
𝑚𝑚𝑛𝑛 =
0,85 ∙ 𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏𝑤𝑤 ∙ ℎ2
𝑘𝑘𝑎𝑎
𝑚𝑚𝑛𝑛 = 𝑘𝑘𝑎𝑎 ∙ �1 − �
2
De aquí, se desprende,
𝑘𝑘𝑎𝑎 = 1 − �1 − 2 ∙ 𝑚𝑚𝑛𝑛
50
1,4
𝑘𝑘𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 =
0,85 ∙ 𝑓𝑓𝑐𝑐′
𝑇𝑇 = 𝐶𝐶
𝐴𝐴𝑠𝑠 ∙ 𝑓𝑓𝑦𝑦 = 𝐶𝐶
52
13. Zapata individual a carga vertical
𝐷𝐷 𝐷𝐷 𝐷𝐷
𝑐𝑐2 𝑐𝑐2
𝑐𝑐1 𝐵𝐵2 𝑐𝑐1 𝐵𝐵2
𝑐𝑐2 𝐵𝐵2
𝑐𝑐1 𝐵𝐵1 𝐵𝐵1
𝐵𝐵1
53
presentada en zapatas corridas. Hay una verificación necesaria a
realizar, que es propia de estructuras “tipo placa” de hormigón que
reciben cargas puntuales, es la verificación a “punzonado”.
Presentaremos ahora, paso por paso, el procedimiento a seguir para
verificación y diseño 32.
𝑃𝑃 ∙ 𝜗𝜗
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡 =
𝐵𝐵1 ∙ 𝐵𝐵2
𝑃𝑃 ∙ 𝜗𝜗
𝐵𝐵1 ∙ 𝐵𝐵2 =
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡
𝐵𝐵1 − 𝑐𝑐1
𝐷𝐷𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
3
54
𝐵𝐵2 − 𝑐𝑐2
𝐷𝐷𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
3
ℎ 𝐷𝐷 ℎ 𝐷𝐷 𝐷𝐷
𝑐𝑐2 + ℎ/2
𝑐𝑐2 + ℎ/2
𝑐𝑐1 + ℎ
𝐵𝐵2 𝐵𝐵2
𝑐𝑐2 + ℎ
𝐵𝐵1
55
En la verificación por corte, se plantea que,
𝑃𝑃𝑢𝑢
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 =
𝐵𝐵1 ∙ 𝐵𝐵2
56
Por otro lado,
1
𝑉𝑉𝑐𝑐 = 𝐹𝐹 ∙ ∙ �𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝑏𝑏0 ∙ ℎ
6
2
𝐹𝐹1 = 1 +
𝛽𝛽
𝛼𝛼 ∙ ℎ
𝐹𝐹2 = 1 +
2𝑏𝑏0
𝐹𝐹3 = 2
Donde:
𝛽𝛽: es igual a la relación entre lado mayor y lado menor de la base de la
zapata.
𝛼𝛼: coeficiente que depende del tipo de zapata. Es igual a 40 para central,
30 para medianera, y 20 para esquinera.
57
Así, para una zapata central, resulta,
1
𝑃𝑃𝑢𝑢 − 𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 �(𝑐𝑐1 + ℎ) ∙ (𝑐𝑐2 + ℎ)� < 0,75 ∙ 𝐹𝐹 ∙ ∙ �𝑓𝑓𝑐𝑐′ (4ℎ + 2 ∙ (𝑐𝑐1 + 𝑐𝑐2 )) ∙ ℎ
6
𝐵𝐵1 − 𝑐𝑐1 1
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡 ∙ � − ℎ� ∙ 𝐵𝐵2 ≤ 0,75 ∙ ∙ �𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝐵𝐵2 ∙ ℎ
2 6
𝐵𝐵2 − 𝑐𝑐2 1
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑢𝑢 ∙ � − ℎ� ∙ 𝐵𝐵1 ≤ 0,75 ∙ ∙ �𝑓𝑓𝑐𝑐′ ∙ 𝐵𝐵1 ∙ ℎ
2 6
58
Paso 5: Dimensionado a flexión. Cálculo de armadura, 𝐴𝐴𝑠𝑠
59
Con cada momento último estimado (𝑀𝑀𝑢𝑢1 , 𝑀𝑀𝑢𝑢2 ) se aplica la
siguiente secuencia para determinar la armadura de acero en cada
dirección,
𝑀𝑀𝑢𝑢
𝑀𝑀𝑛𝑛 =
∅
De aquí, se desprende,
𝑘𝑘𝑎𝑎 = 1 − �1 − 2 ∙ 𝑚𝑚𝑛𝑛
1,4
𝑘𝑘𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 =
0,85 ∙ 𝑓𝑓𝑐𝑐′
60
𝐴𝐴𝑠𝑠 : área de armadura de acero.
𝑓𝑓𝑦𝑦 : tensión de fluencia especificada de la armadura. En general, ADN
420 (𝑓𝑓𝑦𝑦 = 420 MPa).
⋅ Profundidad a excavar.
⋅ Estabilidad y propiedades de los estratos a excavar.
⋅ Tipo de obras existentes en las proximidades.
⋅ Tipo de cimentación de obras próximas.
61
contenido de humedad del suelo (ej.: lluvias, drenajes superficiales,
pérdidas de cañerías, etc.). Por lo tanto, es necesario tomar medidas
generales de prevención. Se debe evitar el humedecimiento del suelo, a
los fines de prevenir erosiones y otros tipos de desestabilizaciones (Ej.
Revestir transitoriamente con polietileno). Adicionalmente, se deberá
instalar estructuras de sostenimiento provisorias durante la etapa
constructiva (Ej. Tablestacas, entibados, apuntalamientos, etc.) y/o
trabajar con taludes que resulten naturalmente estables. No obstante,
los taludes naturalmente estables suelen requerir ángulos con
pendientes muy bajas y, por lo tanto, ocupar grandes superficies en las
inmediaciones de la excavación. Estas superficies no siempre están
disponibles en terrenos reducidos. Por lo tanto, será necesario recurrir
a estructuras de sostenimiento. En conclusión, se debe realizar un
proyecto de excavación que, al menos, incluya los siguientes puntos:
62
Figura 13.5: Zapata individual – Armado previo al colado de hormigón
63
64
14. Diseño de zapatas. Síntesis conceptual
65
mediante las denominadas vigas de fundación para proporcionar
unidad y rigidez a la estructura. Pero esto será un tema que trataremos
más adelante en este curso.
66
15. Zapata individual a carga vertical, lateral y momento
67
Así, tenemos,
𝑀𝑀𝑒𝑒
𝐹𝐹𝐹𝐹𝑉𝑉 =
𝑀𝑀𝑣𝑣
𝐿𝐿 𝐿𝐿
𝑃𝑃 ∙ + 𝑊𝑊 ∙
𝐹𝐹𝐹𝐹𝑉𝑉 = 2 2
𝑀𝑀 + 𝑄𝑄 ∙ 𝐷𝐷
68
𝐿𝐿 𝐿𝐿
𝑃𝑃 ∙ + 𝑊𝑊 ∙ + 𝐹𝐹1 ∙ 𝐿𝐿𝐹𝐹1 + 𝐹𝐹2 ∙ 𝐿𝐿𝐹𝐹2
𝐹𝐹𝐹𝐹𝑉𝑉 = 2 2
𝑀𝑀 + 𝑄𝑄 ∙ 𝐷𝐷
𝐿𝐿 − 𝑐𝑐
𝐿𝐿𝐹𝐹1 =
4
𝐿𝐿 − 𝑐𝑐
𝐿𝐿𝐹𝐹2 = 𝐿𝐿 −
4
Figura 15.2: Zapata con momento de vuelco en una dirección con sobrecarga de relleno
𝐹𝐹𝑒𝑒
𝐹𝐹𝐹𝐹𝐷𝐷 =
𝐹𝐹𝐷𝐷
69
diferentes códigos, reglamentos o pliegos de especificaciones, podrían
indicar valores diferentes.
Vamos a desarrollar la ecuación de 𝐹𝐹𝐹𝐹𝐷𝐷 para el caso ilustrado en
la Figura 15.1. No obstante, al igual que para vuelco, no debe
considerarse esto general, ya que cada problema podrá tener
condiciones de cargas y geometrías que modifiquen lo aquí detallado 33,
𝜎𝜎𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡𝑡
𝐹𝐹𝐹𝐹𝜎𝜎 =
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚
33 La componente principal de Fuerza estabilizante, 𝐹𝐹𝑒𝑒 , surge del principio físico de las
“Fuerzas de Fricción”. Vamos a citar el mismo casi textualmente de “Resnick, Halliday y
Frane (1993). Física. Editorial CECSA”. Dice: La razón entre la magnitud de la fuerza
máxima de fricción estática, 𝑓𝑓𝑠𝑠 , y la magnitud de la fuerza normal, 𝑁𝑁, se llama coeficiente de
fricción estática de las superficies implicadas, 𝑓𝑓𝑠𝑠 = 𝜇𝜇 ∙ 𝑁𝑁
La fuerza máxima de fricción estática, 𝑓𝑓𝑠𝑠 , entre cualquier par de superficies no lubricadas
responde a dos leyes empíricas: (i) es aproximadamente independiente del área de contacto
dentro de límites amplios, y (ii) es proporcional a la fuerza normal.
70
Para el Factor de Seguridad las presiones de contacto, (𝐹𝐹𝐹𝐹𝜎𝜎 ),
puede considerarse apropiado un valor igual a 1,0. No obstante,
diferentes códigos, reglamentos o pliegos de especificaciones, podrían
indicar valores diferentes.
Ahora ¿qué ocurre con la distribución de presiones bajo la
zapata? Bueno, al ser rígida la distribución sigue siendo lineal. Pero, al
no ser solo una carga centrada, ya no será constante (Figura 15.3). La
distribución podemos determinarla a partir de la fórmula de flexión
compuesta,
𝑁𝑁 𝑀𝑀
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = +
𝐴𝐴 𝑊𝑊
𝑁𝑁 𝑁𝑁 ∙ 𝑒𝑒 ∙ 6
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = + 2
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵 𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵
𝑁𝑁 6 ∙ 𝑒𝑒
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = �1 + �
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵 𝐿𝐿
𝑁𝑁 6 ∙ 𝑒𝑒
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = �1 − �
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵 𝐿𝐿
𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚
𝑁𝑁 6 ∙ 𝑒𝑒
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = �1 ± �
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵 𝐿𝐿
71
Figura 15.3: Distribución de presiones bajo zapata con momento de vuelco en una
dirección
2 ∙ 𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵
72
formulación válida debemos recurrir a la teoría de resistencia de
materiales, específicamente al tema: flexión compuesta en secciones sin
zona de tracción 34,35,
2 ∙ 𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
𝐿𝐿′ ∙ 𝐵𝐵
Pero,
𝐿𝐿′ = 3 ∙ 𝑎𝑎0
𝐿𝐿
𝑎𝑎0 = � − 𝑒𝑒�
2
𝐿𝐿
𝐿𝐿′ = 3 ∙ � − 𝑒𝑒�
2
Así, tenemos,
2 ∙ 𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
𝐿𝐿
3 ∙ � − 𝑒𝑒� ∙ 𝐵𝐵
2
4𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
3𝐵𝐵(𝐿𝐿 − 2𝑒𝑒)
73
Figura 15.4: Distribución de presiones bajo zapata con falta de contacto por tracción
74
zona III, el volumen de presión conformará un cuerpo geométrico
complejo y, por lo tanto, será más difícil de resolver (Figura 15.6).
Figura 15.5: Zonas de la Superficies de zapata con normal y momento en dos direcciones
𝑁𝑁 𝑀𝑀𝐿𝐿 𝑀𝑀𝐵𝐵
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = + +
𝐴𝐴 𝑊𝑊𝐿𝐿 𝑊𝑊𝐵𝐵
Generalizando la expresión,
𝑁𝑁 𝑀𝑀𝐿𝐿 𝑀𝑀𝐵𝐵
𝜎𝜎𝑖𝑖 = ± ±
𝐴𝐴 𝑊𝑊𝐿𝐿 𝑊𝑊𝐵𝐵
Luego,
𝑁𝑁 𝑁𝑁 ∙ 𝑒𝑒𝐿𝐿 ∙ 6 𝑁𝑁 ∙ 𝑒𝑒𝐵𝐵 ∙ 6
𝜎𝜎𝑖𝑖 = ± ±
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵 𝐵𝐵 ∙ 𝐿𝐿2 𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵2
𝑁𝑁 6𝑒𝑒𝐿𝐿 6𝑒𝑒𝐵𝐵
𝜎𝜎𝑖𝑖 = �1 ± ± �
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵 𝐿𝐿 𝐵𝐵
75
Dentro de zona I se cumple que
6𝑒𝑒𝐿𝐿 6𝑒𝑒𝐵𝐵
+ ≤1
𝐿𝐿 𝐵𝐵
Figura 15.6: Zapata con normal y momento en dos direcciones: ubicación de cargas, eje
neutro (EN) y zona comprimida
76
Figura 15.7: Zapata con normal y momento en dos direcciones: esquema de Zona II
1
𝑉𝑉 = 𝐴𝐴ℎ
3
Donde,
A: es el área de la base
h: la altura
1 1
𝑁𝑁 = 𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 � ∙ 4𝑎𝑎 ∙ 4𝑏𝑏�
3 2
77
Siendo,
𝐿𝐿
𝑎𝑎 = � − 𝑒𝑒𝐿𝐿 �
2
𝐿𝐿
4𝑎𝑎 = 4 � − 𝑒𝑒𝐿𝐿 � = 2(𝐿𝐿 − 2𝑒𝑒𝐿𝐿 )
2
𝐵𝐵
𝑏𝑏 = � − 𝑒𝑒𝐵𝐵 �
2
𝐵𝐵
4𝑏𝑏 = 4 � − 𝑒𝑒𝐵𝐵 � = 2(𝐵𝐵 − 2𝑒𝑒𝐵𝐵 )
2
1 1
𝑁𝑁 = 𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 2(𝐿𝐿 − 2𝑒𝑒𝐿𝐿 )2(𝐵𝐵 − 2𝑒𝑒𝐵𝐵 )
3 2
3𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 =
2(𝐿𝐿 − 2𝑒𝑒𝐿𝐿 )(𝐵𝐵 − 2𝑒𝑒𝐵𝐵 )
𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = 𝐾𝐾
𝐿𝐿 ∙ 𝐵𝐵
𝑒𝑒𝐿𝐿 𝑒𝑒𝐵𝐵
𝛼𝛼 = 𝛽𝛽 =
𝐿𝐿 𝐵𝐵
78
10,0
0,38 9,0
8,0
7,0
0,34 6,0
5,0
0,30
4,0
0,24
3,0
0,20
2,5
0,16
0,12 K=2,0
0,08
36 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
cimentaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
79
pero tenemos las cargas del suelo y del peso propio del hormigón que
deberían ser restadas, o bien, que contribuyen a reducir ese momento,
𝜎𝜎𝐻𝐻º𝐴𝐴º = 𝛾𝛾𝐻𝐻º𝐴𝐴º ∙ 𝐸𝐸
Esquema de cargas
NTN
c
𝜎𝜎𝑠𝑠 = 𝛾𝛾 � 𝐷𝐷 − 𝐸𝐸 𝜎𝜎𝑠𝑠 = 𝛾𝛾 � 𝐷𝐷 − 𝐸𝐸
D
A=L.B
𝜎𝜎𝐻𝐻º𝐴𝐴º = 𝛾𝛾𝐻𝐻º𝐴𝐴º � 𝐸𝐸 𝜎𝜎𝐻𝐻º𝐴𝐴º = 𝛾𝛾𝐻𝐻º𝐴𝐴º � 𝐸𝐸 E
𝜎𝜎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎
Deformada
Armadura teórica
𝐴𝐴𝑠𝑠𝑠𝑠
𝐴𝐴𝑠𝑠𝑖𝑖
Armadura adoptada
𝐴𝐴𝑠𝑠𝑠𝑠
𝐴𝐴𝑠𝑠𝑖𝑖
80
Por otro lado, sobre el “voladizo de tracción” se producirán
momentos, pero con tracción en la cara superior del mismo, en virtud
del peso propio y el peso del suelo. Le llamamos “de tracción” sólo a los
fines de identificarlo, ya hemos indicado antes que esta “tracción” no se
materializa por la pérdida de contacto entre suelo y hormigón.
La Figura 15.9 nos explica este comportamiento mediante la
representación esquemática de la deformada. Luego, nos muestra
también la ubicación de las “armaduras teóricas” superior, Ass, e
inferior, Asi. Le decimos “teóricas” debido que el dibujo muestra que
interrumpimos las armaduras, pero esto es sólo a los fines de
manifestar gráficamente el comportamiento. En realidad, las armaduras
superior e inferior se colocarán a lo largo de toda la zapata en forma
inferior y superior, tal como muestra el último de los esquemas. Esto lo
hacemos por dos motivos. Por un lado, es altamente probable que el
momento de vuelco sea reversible. Es decir, que la acción en esa
dirección tenga doble sentido (Ej. Un cartel, evidentemente tendrá una
dirección de viento predominante en la dirección perpendicular a la
cara plana del mismo, no obstante, el sentido será reversible ya que el
viento puede “soplar” en ambos sentidos). Pero, por otro lado, también
necesitamos garantizar longitudes de anclajes.
Hemos finalizamos nuestro capítulo sobre zapata sometida a
vuelco y acciones horizontales. Hemos identificado las características
principales de su diseño. Presentamos las verificaciones de estabilidad
a vuelco y deslizamiento, así como la verificación geotécnica por
presión de contacto transmitida. El análisis estructural corresponde al
de una zapata, con las particularidades propias del análisis de carga y
condiciones de trabajo.
81
82
16. Cimentaciones de bloques rígidos: Método de Sulzberger 37
𝑃𝑃
𝑀𝑀𝑣
𝑄𝑄
𝐵𝐵
𝐷𝐷 Reacción lateral
𝐿𝐿
Reacción vertical
de fondo
83
Volvamos a nuestros primeros capítulos en los que presentamos
los criterios para seleccionar un tipo de cimentación. Nos hagamos las
siguientes preguntas: ¿Por qué emplearíamos un bloque rígido? ¿Qué lo
diferencia de la zapata? Bueno, hay varias cuestiones a tener en cuenta.
Las detallemos,
84
(ii) Momento de fondo (𝑀𝑀𝑓𝑓 ): generado por la “reacción
vertical” del suelo del fondo sobre el que apoya el
bloque.
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ≤ 0,01
𝑀𝑀𝑒𝑒 + 𝑀𝑀𝑓𝑓
𝐹𝐹𝐹𝐹𝑉𝑉𝑉𝑉𝑉𝑉 =
𝑀𝑀𝑣𝑣∗
85
Figura 16.2: Esquema conceptual de funcionamiento – Giro y compresión
𝑠𝑠 = 𝑦𝑦 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝑦𝑦
𝑘𝑘𝑦𝑦 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − �
𝐷𝐷
86
La fuerza diferencial horizontal de reacción del suelo será,
𝑑𝑑𝑑𝑑𝑒𝑒 = 𝑑𝑑𝑑𝑑 ∙ 𝑦𝑦
𝑦𝑦
𝑑𝑑𝑑𝑑𝑒𝑒 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ 𝑦𝑦 2 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
𝐷𝐷
𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑒𝑒 = � 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑒𝑒
0
𝐷𝐷
𝑦𝑦
𝑀𝑀𝑒𝑒 = � 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ 𝑦𝑦 2 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
0 𝐷𝐷
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
12
38 𝐷𝐷 𝑦𝑦 𝐷𝐷 𝑦𝑦 3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∫0 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ 𝑦𝑦 2 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∫0 �𝑦𝑦 2 − � 𝑑𝑑𝑑𝑑
𝐷𝐷 𝐷𝐷
𝐷𝐷
𝑦𝑦 3 𝑦𝑦 4 𝐷𝐷3 𝐷𝐷4 𝐷𝐷3 𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 � − � = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 � − � = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 � − �
3 4𝐷𝐷 0 3 4𝐷𝐷 3 4
4𝐷𝐷3 −3𝐷𝐷3 𝐵𝐵∙𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 � �= ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
12 12
87
Analicemos ahora la distribución de presión horizontal a lo largo
del bloque. La misma resulta de forma parabólica (Figura 16.3),
𝑦𝑦
𝜎𝜎𝑦𝑦 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ 𝑦𝑦 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑉𝑉
𝑄𝑄 𝑃𝑃
𝑦𝑦
𝝈𝒉−𝒎𝒂𝒙 𝐸𝐸1
𝐷𝐷
𝐷𝐷/2 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐿𝐿
𝑅𝑅
Figura 16.3: Presión horizontal sobre el bloque con el eje de giro en el plano de la base
𝐷𝐷
𝜎𝜎ℎ−𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
4
𝐷𝐷
𝐸𝐸1 = � 𝜎𝜎𝑦𝑦 ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
0
𝐷𝐷
𝑦𝑦
𝐸𝐸1 = � 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ 𝑦𝑦 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
0 𝐷𝐷
88
Luego,
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2
𝐸𝐸1 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
6
Donde,
Momento de inercia: 𝑑𝑑𝑑𝑑 = 𝑘𝑘𝑦𝑦 ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑 ∙ 𝑦𝑦 2
Superficie de carga: 𝑘𝑘𝑦𝑦 ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
89
Pero 𝑘𝑘𝑦𝑦 es una función lineal, que vale cero en superficie, y 𝑘𝑘𝐷𝐷 a
la profundidad D, por lo que la superficie de carga será un triángulo
como se muestra en la Figura 16.4. Luego de que se haya “vencido” o
superado la fuerza friccional, R, límite de la base del bloque, el eje de
giro del bloque se encontrará en el centro de gravedad de la superficie
de carga. Es decir, a una distancia igual a D/3, medida desde la base.
𝜎𝜎𝑦𝑦 = 𝑘𝑘𝑦𝑦 ∙ 𝑠𝑠
𝑦𝑦 𝐷𝐷
𝜎𝜎𝑦𝑦 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ �𝑦𝑦 − � ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷 3
𝑦𝑦 𝐷𝐷
𝑑𝑑𝑑𝑑 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ �𝑦𝑦 − � ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
𝐷𝐷 3
90
𝑀𝑀𝑉𝑉
𝑄𝑄 𝑃𝑃
𝑦𝑦
𝝈𝒉−𝒎𝒂𝒙 𝐸𝐸1 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷
𝐷𝐷/3
𝐿𝐿
𝑅𝑅𝑙𝑙𝑖𝑖𝑎𝑎
Figura 16.5: Presión horizontal sobre el bloque con el eje de giro a una distancia D/3
sobre el plano de la base
𝐷𝐷
𝑑𝑑𝑑𝑑𝑒𝑒 = 𝑑𝑑𝑑𝑑 ∙ �𝑦𝑦 − �
3
𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑒𝑒 = � 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑒𝑒
0
𝐷𝐷
𝑦𝑦 𝐷𝐷 2
𝑀𝑀𝑒𝑒 = � 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ �𝑦𝑦 − � ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
0 𝐷𝐷 3
39 𝐷𝐷 𝑦𝑦 𝐷𝐷 2
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∫0 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − � ∙ �𝑦𝑦 − � ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
𝐷𝐷 3
𝐷𝐷 𝑦𝑦 𝐷𝐷 2
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑔𝑔(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∫0 �1 − � ∙ �𝑦𝑦 − � 𝑑𝑑𝑑𝑑
𝐷𝐷 3
𝐷𝐷 𝑦𝑦 2𝑦𝑦𝑦𝑦 𝐷𝐷2
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∫0 �1 − � ∙ �𝑦𝑦 2 − + � 𝑑𝑑𝑑𝑑
𝐷𝐷 3 9
𝐷𝐷 2𝑦𝑦𝑦𝑦 𝐷𝐷2 𝑦𝑦 3 2𝑦𝑦 2 𝑦𝑦𝑦𝑦
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∫0 �𝑦𝑦 2 − + − + − � ∙ 𝑑𝑑𝑑𝑑
3 9 𝐷𝐷 3 9
𝐷𝐷
𝑦𝑦 3 𝑦𝑦 2 𝐷𝐷 𝑦𝑦𝐷𝐷2 𝑦𝑦 4 2𝑦𝑦 3 𝑦𝑦 2 𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ � − + − + − �
3 3 9 4𝐷𝐷 9 18 0
𝐷𝐷3 𝐷𝐷3 𝐷𝐷3 𝐷𝐷3 2𝐷𝐷3 𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ � − + − + − �
3 3 9 4 9 18
91
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
36
2
𝐷𝐷 2 𝐷𝐷
𝜎𝜎ℎ𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ �1 − 3 � ∙ � 𝐷𝐷 − � ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷 3 3
Simplificando, llegamos a,
𝐷𝐷 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷
𝜎𝜎ℎ𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
9
𝑅𝑅𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 = 𝐸𝐸1
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2
𝐸𝐸1 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
6
1 1 2 1
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) ∙ � − + − �
9 4 9 18
𝐵𝐵∙𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
36
92
El momento de empotramiento, puede escribirse como (Figura
16.3),
𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑒𝑒 = 𝐸𝐸1 ∙
2
Siendo,
Así,
𝐷𝐷 𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3
𝐸𝐸1 ∙ = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
2 12
𝑅𝑅𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 = 𝐸𝐸1
93
Así,
𝐷𝐷 𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3
𝑅𝑅𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 ∙ = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 )
2 12
Siendo,
6 ∙ 𝑅𝑅𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 ) =
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷
• tg(αle) < tg(α), “el eje de giro sube de la base del bloque y
se ubica a un tercio de su altura (1/3 D), medida desde
la base”. Se genera un contra-empuje en el bloque, y la
fricción límite del fondo del bloque ha sido vencida. Esto
implica que la fricción ha alcanzado el valor límite y, así,
tenemos que R = Rlim. En este caso, al rotar la fundación
el valor de diseño tg(α), se habrá vencido el valor
máximo de resistencia por fricción en la base.
94
El segundo camino para encontrar tg(αle) es más complicado.
Pero, a nuestro criterio, es importante estudiarlo. Este, se basa en
“plantear ecuaciones de equilibrio de fuerzas y momentos, externos e
internos y, así, construir un sistema de ecuaciones”. Volvamos sobre la
Figura 16.3, y escribamos la ecuación de equilibrio de fuerzas
horizontales,
𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 = 𝐸𝐸1
2𝑀𝑀𝑒𝑒 𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2
𝐸𝐸1 = = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷 6
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2
𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
6
𝑠𝑠′
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝐿𝐿
2
95
Luego, la deformación que provoca el giro se relaciona con el
incremento de presiones y el índice de compresibilidad vertical del
suelo,
∆𝜎𝜎𝑣𝑣
𝑘𝑘
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) = 𝑣𝑣
𝐿𝐿
2
𝑀𝑀𝑓𝑓
𝑊𝑊𝑏𝑏
𝑘𝑘
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) = 𝑣𝑣
𝐿𝐿
2
6𝑀𝑀𝑓𝑓
𝐵𝐵𝐿𝐿2
𝑘𝑘
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) = 𝑣𝑣
𝐿𝐿
2
6𝑁𝑁𝑁𝑁
𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿2
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝐿𝐿
2
12𝑁𝑁𝑁𝑁
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
96
Entonces, con las dos ecuaciones obtenidas,
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2
𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
6
12𝑁𝑁𝑁𝑁
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
Resulta,
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2 12𝑁𝑁𝑁𝑁
𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙
6 𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
Con la relación,
𝑘𝑘𝐷𝐷
𝑛𝑛 =
𝑘𝑘𝑣𝑣
Resulta,
2𝐷𝐷2 𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛
𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 =
𝐿𝐿3
𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑣𝑣 + 𝑄𝑄𝑄𝑄 = 𝑁𝑁𝑁𝑁 + 𝐸𝐸1
2
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷2 12𝑁𝑁𝑁𝑁 𝐷𝐷
𝑀𝑀𝑣𝑣 + 𝑄𝑄𝑄𝑄 = 𝑁𝑁𝑁𝑁 + ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ ∙
6 𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3 2
𝐷𝐷 3 𝑛𝑛
𝑀𝑀𝑣𝑣 + 𝑄𝑄𝑄𝑄 = 𝑁𝑁𝑒𝑒 �1 + �
𝐿𝐿3
97
2𝐷𝐷2 𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛
⎧ 𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 =
⎪ 𝐿𝐿3
⎨ 𝐷𝐷3 𝑛𝑛
⎪𝑀𝑀𝑣𝑣 + 𝑄𝑄𝑄𝑄 = 𝑁𝑁𝑁𝑁 �1 + 3 �
⎩ 𝐿𝐿
𝑀𝑀𝑣𝑣 + 𝑄𝑄𝑄𝑄
𝑁𝑁𝑁𝑁 =
𝐷𝐷3 𝑛𝑛
�1 + 3 �
𝐿𝐿
𝑄𝑄ℎ + 𝑄𝑄𝑄𝑄
𝑁𝑁𝑁𝑁 =
𝐿𝐿3 + 𝐷𝐷3 𝑛𝑛
� �
𝐿𝐿3
𝑄𝑄 ∙ (ℎ + 𝐷𝐷) ∙ 𝐿𝐿3
𝑁𝑁𝑁𝑁 =
𝐿𝐿3 + 𝐷𝐷3 𝑛𝑛
2𝐷𝐷2 𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛𝑛
𝑄𝑄 + 𝑅𝑅 =
𝐿𝐿3
𝑅𝑅
𝑄𝑄 =
2𝐷𝐷 2 𝑛𝑛(ℎ + 𝐷𝐷)
−1
𝐿𝐿3 + 𝐷𝐷3 𝑛𝑛
98
Así, obtenemos finalmente la fuerza límite horizontal, Qlim, para
la cual el centro de giro se encuentra en la base del bloque,
𝑅𝑅𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙
𝑄𝑄𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 =
2𝐷𝐷2 𝑛𝑛(ℎ + 𝐷𝐷)
−1
𝐿𝐿3 + 𝐷𝐷3 𝑛𝑛
𝐷𝐷 3 𝑛𝑛
𝑀𝑀𝑣𝑣 + 𝑄𝑄𝑄𝑄 = 𝑁𝑁𝑁𝑁 �1 + �
𝐿𝐿3
12𝑁𝑁𝑁𝑁
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
99
Despejamos de esta última obtenemos,
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
𝑁𝑁𝑁𝑁 =
12
𝑄𝑄𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 (ℎ + 𝐷𝐷)
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 ) =
𝐵𝐵𝐿𝐿3 𝐵𝐵𝐵𝐵 3 𝑛𝑛
𝑘𝑘𝑣𝑣 � + �
12 12
• tg(αle) < tg(α), “el eje de giro sube de la base del bloque y
se ubica a un tercio de su altura (1/3 D), medida desde
la base”. Se genera un contra-empuje en el bloque, y la
fricción límite del fondo del bloque ha sido vencida. Esto
implica que la fricción ha alcanzado el valor límite y, así,
tenemos que R = Rlim. En este caso, al rotar la fundación
el valor de diseño tg(α), se habrá vencido el valor
máximo de resistencia por fricción en la base.
100
En general, el valor de tangente angular que permitimos que la
fundación se incline, es: tg(α) = 0,01
En conclusión, en este segundo camino, hemos calculamos una
carga horizontal límite como paso intermedio para obtener el valor de
la tangente angular límite de empotramiento tg(αle). Finalmente, es
posible establecer la posición de nuestro eje de giro y, por lo tanto, la
adopción de la ecuación que corresponda para el cálculo del momento
de empotramiento. ¿Cuál camino adoptamos en nuestros cálculos?
Seguiremos ambos, y adoptaremos el que nos ubique del lado de la
seguridad (Tabla 16.2).
Pasemos ahora al cálculo del momento de fondo. Para esto
volvamos sobre el esquema de asentamiento y giro de la Figura 16.6,
pero representado en Figura 16.7 con algunos detalles más. Podemos
distinguir el asentamiento del bloque, desacoplado en dos
componentes. Por un lado, el debido a la resultante de las cargas
verticales,
𝑁𝑁
= 𝑠𝑠0 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣
𝐿𝐿𝐿𝐿
𝑁𝑁
𝑠𝑠0 =
𝐿𝐿𝐿𝐿𝑘𝑘𝑣𝑣
𝑀𝑀𝑓𝑓 = 𝑁𝑁 ∙ 𝑒𝑒
101
𝑠𝑠0 − 𝑠𝑠′ 𝑠𝑠0
𝑠𝑠′ 𝑠𝑠′
𝐿𝐿
𝑒𝑒
𝑁𝑁
Luego,
𝑀𝑀𝑓𝑓 = 𝑁𝑁 ∙ 𝑒𝑒
𝑀𝑀𝑓𝑓
∆𝜎𝜎𝑣𝑣 =
𝑊𝑊𝑏𝑏
6𝑁𝑁𝑁𝑁
∆𝜎𝜎𝑣𝑣 =
𝐵𝐵𝐿𝐿2
102
La ecuación de la inclinación ya la hemos presentado, en el
análisis del límite para el cual se modifica la posición del eje de giro.
Volvamos a ella,
12𝑁𝑁𝑁𝑁
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
De aquí,
12𝑀𝑀𝑓𝑓
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) =
𝑘𝑘𝑣𝑣 𝐵𝐵𝐿𝐿3
𝐵𝐵 ∙ 𝐿𝐿3
𝑀𝑀𝑓𝑓 = ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
12
𝑁𝑁 6𝑀𝑀𝑓𝑓
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 = +
𝐿𝐿𝐿𝐿 𝐵𝐵𝐿𝐿2
𝑠𝑠0 − 𝑠𝑠 ′ = 0
103
bloque se encuentra comprimida. A éste, lo denominaremos “ángulo
límite de fondo” 𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 ,
2𝑠𝑠0
𝑡𝑡𝑡𝑡�𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 � =
𝐿𝐿
Pero,
𝑁𝑁
𝑠𝑠0 =
𝐿𝐿𝐿𝐿𝑘𝑘𝑣𝑣
Entonces,
2𝑁𝑁
𝑡𝑡𝑡𝑡�𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 � =
𝐿𝐿2 𝐵𝐵𝑘𝑘 𝑣𝑣
104
Figura 16.8 y desarrollar el siguiente planteo, a partir del momento de
fondo,
𝑀𝑀𝑓𝑓 = 𝑁𝑁 ∙ 𝑒𝑒
𝐿𝐿 𝑥𝑥
𝑀𝑀𝑓𝑓 = 𝑁𝑁 ∙ � − �
2 3
𝛼𝛼 𝑠𝑠0
𝑠𝑠′
𝐿𝐿
𝑥𝑥
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎
𝑁𝑁
𝑒𝑒 𝑥𝑥/3
𝐵𝐵 ∙ 𝑥𝑥
𝑁𝑁 = ∙ 𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣
2
105
Siendo B, el otro lado de la base del bloque (perpendicular al plano del
dibujo, ver Figura 16.1).
𝐵𝐵 ∙ 𝑥𝑥
𝑁𝑁 = ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑥𝑥 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
2
𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 2
𝑁𝑁 = ∙ 𝑥𝑥 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
2
2𝑁𝑁
𝑥𝑥 = �
𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐿𝐿 1 2𝑁𝑁
𝑀𝑀𝑓𝑓 = 𝑁𝑁 ∙ � − ∙ � �
2 3 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
2𝑁𝑁
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 = 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ � ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
106
2𝑁𝑁 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 = �
𝐵𝐵
107
Tabla 16.1: Síntesis de parámetros y verificaciones para el Método de Sulzberger
Datos
Tipo de Limitaciones:
estructura 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼): inclinación máxima admisible
z: longitud de empotramiento necesaria en el
bloque. Comúnmente: z=10% de h.
h: altura total de la estructura
Acciones sobre P: carga vertical (D+L)
la fundación Q: carga horizontal (W, E, tesado, etc)
Mv: momento de vuelco
Geometría Paralelepípedo rectangular - ortoedro
L, B: planta; D: profundidad
Estudio de 𝑘𝑘𝐷𝐷 : índice de compresibilidad horizontal en D.
suelo 𝑘𝑘𝑦𝑦 : modelo de variación de índice de
compresibilidad horizontal en profundidad.
𝑘𝑘𝑣𝑣 : índice de compresibilidad vertical en D.
𝑘𝑘𝐷𝐷
𝑛𝑛 =
𝑘𝑘𝑣𝑣
Dmin: Profundidad de fundación mínima.
𝜎𝜎ℎ−𝑎𝑎𝑎𝑎𝑚𝑚 : Presión horizontal admisible.
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 : Presión vertical admisible.
Limitaciones
La inclinación máxima para la que resulta válida la hipótesis de compresibilidad lineal
del suelo:
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼) = 0,01
Verificaciones
𝑀𝑀𝑒𝑒 + 𝑀𝑀𝑓𝑓
𝐹𝐹𝐹𝐹𝑉𝑉𝑉𝑉𝑉𝑉 = > 2,0
𝑀𝑀𝑣𝑣∗
Presiones inducidas:
𝜎𝜎ℎ−𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 ≤ 𝜎𝜎ℎ−𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣 ≤ 𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣
108
Tabla 16.2: Síntesis de procedimiento para el Método de Sulzberger
Empotramiento
Límites 𝑀𝑀𝑒𝑒
𝜎𝜎ℎ−𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚
𝑅𝑅𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙
𝑄𝑄𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙𝑙 =
2𝐷𝐷2 𝑛𝑛(ℎ + 𝐷𝐷)
−1
𝐿𝐿3 + 𝐷𝐷3 𝑛𝑛
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
12
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 ) > 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷
𝜎𝜎ℎ−𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
4
𝐵𝐵 ∙ 𝐷𝐷3
𝑀𝑀𝑒𝑒 = ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
36
𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 ) < 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
𝐷𝐷 ∙ 𝑘𝑘𝐷𝐷
𝜎𝜎ℎ−𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 = ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
9
Fondo
Límites 𝑀𝑀𝑓𝑓
𝜎𝜎𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣𝑣
2𝑁𝑁
𝑡𝑡𝑡𝑡�𝛼𝛼𝑙𝑙𝑙𝑙 � = 2
𝐿𝐿 𝐵𝐵𝑘𝑘𝑣𝑣
𝐵𝐵 ∙ 𝐿𝐿3
𝑀𝑀𝑓𝑓 = ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
12
𝐿𝐿 1 2𝑁𝑁
𝑀𝑀𝑓𝑓 = 𝑁𝑁 ∙ � − ∙ � �
2 3 𝐵𝐵 ∙ 𝑘𝑘𝑣𝑣 ∙ 𝑡𝑡𝑡𝑡(𝛼𝛼)
109
110
17. Zapata combinada
P
P1 P2
l c
Li x L2 Ld
L /2 L /2
L
Figura 17.2: Zapata combinada – esquema en planta
Pσ = P1 + P2 + PP + PS
40 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
cimentaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
112
Así, el área total de la base (A), se obtendrá en función de la
presión admisible de trabajo del suelo,
Pσ
A=
σ tadm
A= L ⋅ l
P= P1 + P2
P2 ⋅ L2 =P ⋅ x
P2 ⋅ L2
x=
P
L
= L +x
2 i
L
=L + ( L2 − x )
2 d
Se adopta,
L2
Li =
4
113
Por lo que,
L P ⋅L
=L 2 2 + 2 2
4 P
l −c
hv =
3
L2
hvc =
5
P=
u
P1u + P2u
A= L ⋅ l
114
Pu
σ tu =
l ⋅L
l − c l − c
M vu σ tu .1m ⋅
=
2 4
P (l − c )
2
M vu =u ⋅ ⋅ 1m
l ⋅L 8
qvcu = σ tu .l
L2i
M i vcu = qvcu
2
Ld2
M d vcu = qvcu
2
115
P1u − qvcu Li
x in =
qvcu
Así,
(L + x in )
2
t i
=M vcu qvcu − P1u x in
2
σ
=
∑P ± ∑M
A W
116
También aquí, es importante que el centro de gravedad de la
superficie de la base coincida con el centro de cargas. De esta forma
tenemos, determinamos el centro de cargas incluyendo los momentos,
P= P1 + P2
P2 ⋅ L2 + M 1 + M 2 =P ⋅ x
P2 ⋅ L2 + M 1 + M 2
x=
P
117
118
18. Zapata excéntrica con viga de tracción
119
En este capítulo seguiremos aceptando que las zapatas cumplen
la condición de rigidez y, por lo tanto, tendremos diagramas lineales de
presión. Sigamos. Podemos plantear diferentes soluciones para
resolver estructuralmente esta excentricidad. La primera alternativa
que vamos a presentar consiste en colocar una viga a nivel de superficie
que equilibre nuestra excentricidad. El esquema estructural se presenta
en la Figura 18.2.
120
incrementamos la misma un 10% para incluir peso propio y rellenos, y
así dimensionamos el área de la base,
σ tadm =
(1,10 ⋅ P )
B1 ⋅ B2
B2 ≤ 2 ⋅ B1
B1 c1
=
e −
2 2
P ⋅ e = F ⋅η ⋅ h
P ⋅e
F =
η ⋅h
121
Donde,
η : coeficiente que depende de la rigidez relativa viga-columna.
2
η = 1 para viga flexible; η = para viga rígida
3
Flim = P ⋅tg (δ ) + a ⋅ B1 ⋅ B 2
122
En rigor, P, aquí debería incluir el peso propio de la cimentación.
Pero seremos cuidadosos. Aún no tenemos certeza de las dimensiones
definitivas de la cimentación y, por lo tanto, de su peso. Entonces, no
incluir el peso propio nos pone del lado de la seguridad. Así lo haremos.
Incluso, para determinar la excentricidad máxima, adoptaremos un
factor de seguridad al deslizamiento de la base FSD que, habitualmente,
es igual a 1,5.
Flim
Fadm =
FS D
P ⋅tg (δ ) + a ⋅ B 1 ⋅ B 2
Fadm =
FS D
P ⋅ e max= Fadm ⋅η ⋅ h
Fadm ⋅η ⋅ h
e max =
P
e ≤ e max
123
Por condición de resistencia, tenemos,
Fu ≤ φ ⋅ Fn
Siendo,
Fu : solicitación por Tracción en la viga calculada para cargas
mayoradas.
φ : Coeficiente de reducción de resistencia φ = 0,90 rotura dúctil
(tracción).
Fn : Resistencia nominal de la viga de tracción
F=
n
Ast ⋅ f y
Fu =φ ⋅ Ast ⋅ f y
Fu
Ast =
φ ⋅f y
Fcrit = (1 − ρ + n ρ ) ⋅ Avt ⋅ f ct
124
Siendo
Avt : área de la sección “bruta” o completa de la viga tensora
f ct : resistencia a la tracción del hormigón. Podemos considerar,
f c'
f ct =
3
Ast
ρ=
Avt
Es
n=
Ec
φFn Fu
=
n = MPa
Avt Avt Ast
→ ρ → ρ= → Ast = ρ Avt
Avt
φM n M u
=
m = MPa
Avt h Avt h
126
19. Zapata excéntrica con viga de vinculación
c1
P1 P2
S
B1
e R1 R2
Figura 19.1: Zapata excéntrica con viga de vinculación – Vista
c B
P1 ⋅ S = R1 ⋅ S + 1 − 1
2 2
Despejando,
S
R=
1
P1 ⋅
B1 − c 1
S −
2
Pero,
B1 − c 1
e=
2
127
Por lo que resulta,
S
R=
1
P1 ⋅
S −e
c1
B1
S
P1 P2
R1 R2
Figura 19.2: Zapata excéntrica con viga de vinculación – Planta y esquema estático
P1 + P2 = R1 + R2
Luego,
S
P1 + P2 = P1 ⋅ + R2
S −e
Entonces, despejando,
S
R 2 = P1 + P2 − P1 ⋅
S −e
128
Simplificando,
S
R 2 = P2 + P1 ⋅ 1 −
S −e
S −e −S
R 2 = P2 + P1 ⋅
S −e
e
R 2 = P2 − P1 ⋅
S −e
S e
R1 = P1 ⋅ ; R 2 = P2 − P1 ⋅
S −e S −e
129
vinculación para las cargas que provienen de la columna (sin incluir el
peso propio de la viga).
c1
P1u − qtu ⋅ + x =
0
2
Siendo,
qtu : la presión lineal de trabajo última.
P1u c 1
=
x −
qtu 2
130
Entonces, el momento máximo vale,
2
c1
+ x
2
u
M max = qtu ⋅ −P ⋅x
1u
2
131
132
20. Zapata desplazada con viga de equilibrio
c1
P2
P1
S1 S2
S
B1
R1 R2
Figura 20.1: Zapata desplazada con viga de equilibrio
P1 ⋅ S = R1 ⋅ S 2
P1 ⋅ S
R1 =
S2
Luego,
P1 + P2 = R1 + R2
R2 = P1 + P2 − R1
133
P1 ⋅ S
R 2 = P1 + P2 −
S2
S
R 2 = P2 + P1 ⋅ 1 −
S 2
S
R 2 = P2 − P1 ⋅ − 1
S2
Figura 20.2: Zapata desplazada con viga de equilibrio – vinculada en apoyos puntuales.
Los diagramas de corte y momento flector no incluyen el peso propio de la viga
134
Tenemos una viga de equilibrio, pero vinculada mediante apoyos
puntuales sobre las zapatas. Por lo tanto, los valores de corte momento
máximo, resultan evidentes,
u
= P1u ⋅ S 1
M max
135
136
21. Platea
P
σ tn= −γD
A
Siendo,
σ tn : Presión de trabajo neta
P : Carga total de la estructura
A : Área de la platea
γ : Peso unitario del suelo
D : Profundidad de fundación
D
Platea
137
La Figura 21.2 presenta diferentes configuraciones estructurales
y aplicaciones de plateas. En todos los casos, deberá estar implantada
sobre un estrato de suelo apto, en el que se deberá también verificar
presiones admisibles de trabajo y asentamientos tolerables.
(a)
D
Losa
Suelo
(b)
D
Losa
Pilotes
(c)
Losa
Terraplén
Suelo natural
(d)
Losa
Viga Viga
(e)
Figura 21.2: Alternativas de plateas: (a) con vigas superiores (b) en subsuelo (c) hibrida
(d) sobre suelo mejorado (e) con vigas inferiores
138
La Figura 21.2 (a), nos muestra una losa con grandes vigas
superiores, propia de un edificio o estructura importante. El esquema
(b) presenta una platea compensada en subsuelo. En el esquema (c),
tenemos un sistema mixto de platea y pilotes, se denomina
habitualmente sistema híbrido pilote-platea y puede emplearse para
grandes estructuras. El esquema (d) es una platea sobre un terraplén
de suelo mejorado por compactación. Esta última es una solución
típicamente empleada en la fundación de viviendas. Se la puede adoptar
cuando las cargas son bajas, bien distribuidas, y sin concentraciones
puntuales. El diseño debe incluir la especificación del terraplén:
espesor, materiales, capas, condiciones de compactación y protocolo de
control durante la etapa constructiva. Finalmente, el esquema (e)
incluye vigas inferiores que se realizan bajo muros portantes y
columnas. Nosotros aquí, hemos presentado un grupo de posibles
esquemas y aplicaciones, no obstante, no se agotan en éste todas las
posibilidades.
139
En función de la relación de rigidez, estructura-cimentación-
suelo, será la hipótesis de distribución de presiones sobre el suelo de
contacto. Tendremos así,
44ACI 336.2R-88 (Reapproved 2002). Suggested Analysis and Design Procedures for
Combined Footings and Mats.
140
4 𝐵𝐵 .𝑘𝑘
𝛽𝛽 = � 1
4.𝐸𝐸 .𝐼𝐼 𝑐𝑐 𝑐𝑐
Siendo,
β : longitud recíproca. Surge de la solución de una ecuación diferencial.
B 1 : Ancho de la faja considerada.
E c : Módulo de elasticidad del material de cimentación (Hormigón)
I c : Momento de inercia de la sección transversal de la viga o faja de
análisis.
B 1h 3
Ic =
12
h : Altura total de la platea
k : Módulo de balasto o de reacción.
1,75
• Platea rígida: l c <
β
1,75
• Platea flexible: l c >
β
141
Sigamos. Supongamos que la platea de la Figura 21.3 se pudiera
clasificar como rígida. En este caso, aplicaríamos el denominado
“Método Rígido Convencional”. Presentemos a continuación los puntos
principales 45,
y
A B C D
Q9 Q10 Q11 Q12
ex
ey
Q5 Q6 Q7 Q8 x
L B1
J lc E
Q1 Q2 Q3 Q4
I H G F
B
Q = Q1 + Q2 + Q3 + Q 4 + ... + Q n
Q1 ⋅ x ´1 +Q2 ⋅ x ´2 +... + Q n ⋅ x ´n
x ´=
Q
B
e x= x ´−
2
142
Q1 ⋅ y ´1 +Q2 ⋅ y ´2 +... + Q n ⋅ y ´n
y ´=
Q
L
e y= y ´−
2
y´ y
ex
ey
x
x´
Figura 21.4: Sistema de coordenadas cartesianas para cálculo de excentricidad de la carga
Q M x M y
σ t =± y ± x
A Iy Ix
Donde
A = B .L : superficie de la platea
B ⋅ L3
Ix =
12
L ⋅B 3
Iy =
12
M x= Q ⋅ e y
M y= Q ⋅ e x
143
• Verificar la presión admisible
144
representativos y de calidad mínima para determinar los parámetros
del mismo. Bueno, dicho esto, presentemos los principales modelos que
vamos a considerar en nuestro curso (Figura 21.5).
Los modelos basados en el módulo de balasto tienen su origen en
siglo XIX, con los trabajos de Winkler aplicado al cálculo de durmientes
de ferrocarril. El modelo de Winkler supone que el asentamiento en un
punto cualquiera de la superficie cargada, es proporcional a la presión
de trabajo aplicada en ese punto,
σ t= k ⋅ y
Siendo,
σ t : Presión del trabajo en el punto de análisis. Unidades: (t/m2)
y : Asentamiento del punto de análisis. Unidades: (m)
k : Módulo de Balasto. Unidades: (t/m3)
Modelo de
Constante Con límite de presión
Winkler
Basados en el Sin límite de presión
Módulo de
Variación lineal
Balasto
Variación funcional
Variación aleatoria
Modelo de
Pasternak
Modelos
Modelo de
Boussinesque
Basados en la Modelo
Teoría de la Heterogéneo
Elasticidad Isótropo
Modelo
Hiperbolicos
145
factor de proporcionalidad de la función lineal que relaciona la presión
de trabajo y el asentamiento. El modelo es análogo a un conjunto de
resortes independientes de constante k (Figura 21.6). Podemos
generalizar la ecuación del modelo para una viga. En este caso, la
presión de trabajo y el asentamiento estarán ligados a la posición de
coordenada x,
σ t ( x )= k ⋅ y ( x )
y
p x
x
t x
y x
146
a una cierta función. Por otra línea, dejando de lado estos sistemas
deterministas, aparecieron modelos que toman valores aleatorios.
El modelo de Pasternak se fundamenta en dos hipótesis,
47Poulos, H.G. and Davis, E.H. (1974). Elastic solutions for soil and rock mechanics. Centre
for Geotechnical Research. University of Sydney. Australia.
147
representada en la Figura para B1. El módulo de balasto surge de la
relación entre “cateto opuesto” y “cateto adyacente” a partir de la traza
de una “recta cuerda” para la curva obtenida. La “recta cuerda”
conforma la hipotenusa de nuestro triángulo rectángulo. Ahora bien,
con este ensayo tenemos dos problemas que se evidencian en la Figura.
B3 B1
t
B1
B2 B1
k
1 y
P
B1 P
B1 t
B1 B1 B1
Vista Planta
148
Los valores mayores de módulo de balasto los tendremos para el
nivel “inicial” o de bajas deformaciones. El módulo se irá
degradando al incrementar la deformación.
• En suelo arenoso
2
B + 0,30
k=
s
k 30 ⋅
2B
• En suelo arcilloso
0,30
k=
s
k 30 ⋅
B
48 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
149
Siendo,
k s : módulo de balasto para la losa “cuadrada” de ancho B, en (Kg/cm3)
B : ancho de la losa en (m), (para una losa cuadrada, S = B x B)
k 30 : módulo de balasto determinado en plato de carga de 30 cm (0,30
m), en (Kg/cm3)
Tabla 21.1: Valores “orientativos” de k30, para suelos no saturados (Compilado de 50)
Coeficiente de Balasto
Tipo de suelo
k30 (Kg/cm3)
Arena suelta 1,0 a 3,0
Arena media 3,0 a 9,0
Arena densa 9,0 a 20,0
B
1 + 0,5 ⋅
k= k s ⋅ L
1,5
Siendo,
k : módulo de balasto para la losa “rectangular”, en (Kg/cm3)
k s : módulo de balasto para la losa “cuadrada” de ancho B, en (Kg/cm3)
B : ancho de la losa en (m)
L : largo de la losa en (m)
50 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
cimentaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
150
rectangular, de 4,0 m por 10,0 m, tendremos un ks = 0,29 x k30, y luego
un k = 0,80 x ks. Entonces, el valor finalmente obtenido resultará igual a
1,16 Kg/cm3. Por lo tanto, el valor corregido, k, es un 23% del valor
obtenido en el plato de carga, k30.
En la modelación estructural nosotros dispondremos resortes
unidimensionales por debajo de la platea. Así, con el área tributaria
sobre cada uno de ellos, y el valor de módulo de balasto estructural o
corregido, k, asignaremos la rigidez individual de los resortes,
k r = k ⋅ (a ⋅ b )
q x
p x
Equilibrio del
elemento
dQ
diferencial
Q
dx x
M dx
Q dM
M
dx
q x
Figura 21.8: Viga flexible sobre apoyo elástico
151
Por equilibrio de fuerzas verticales, tenemos,
dQ
= q (x ) − p (x )
dx
Luego,
dM
Q=
dx
dQ d 2M
=
dx dx 2
d 2y
M = −EI
dx 2
d 2M d 4y
= −EI
dx 2
dx 4
Reemplazando, tenemos,
d 4y
−EI q (x ) − p (x )
=
dx 4
q ( x )= k ⋅ y ( x )
152
Así,
d 4y
p (x ) − k ⋅ y (x ) =
EI
dx 4
d 4 y (x )
p ( x ) EI
= + k ⋅ y (x )
dx 4
PL3 −ξ
=y (x )
8EI
(
e cos (ξ ) + sin (ξ ) )
Donde,
x
ξ= : Abscisa relativa
L
1 4 4 𝐸𝐸 𝐼𝐼
𝐿𝐿 = =� : Longitud elástica característica
𝛽𝛽 𝐵𝐵 𝐾𝐾
51 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
cimentaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
153
para resolver este tipo de problemas, recurrimos al Método de los
Elementos Finitos, implementado en programas computacionales 52.
Finalicemos este capítulo con algunos ejemplos de obras. La
Figura 21.9 presenta la imagen de una platea durante su construcción,
en el momento del colado de hormigón. La cimentación es para una
vivienda familiar. Se observan sectores ya finalizados con las
armaduras de “espera” para las columnas. En el sector central se
dispone de un rebaje de la losa con el objetivo de alojar las cañerías de
desagües sanitarios. La armadura está colocada en dos direcciones y en
las dos caras de la losa.
154
(a)
(b)
(c)
Figura 21.10: Construcción de una platea en proyecto de vivienda. (a) Excavación de
suelo superficial y compactación del fondo, (b) Compactación de capas de granular 0-20 y
control de compactación (c) instalación de armaduras de vigas
155
La clave del buen desempeño de una platea que apoye sobre un
terraplén, radica en el diseño, construcción y control. Se presentan a
continuación algunas recomendaciones básicas:
156
22. Cimentaciones Profundas. Definición y forma de trabajo
157
bibliográficas nacionales e internacionales. Utilizaremos la
denominación de pilote para referirnos a las cimentaciones profundas
en general. Luego, en función de la tecnología constructiva mediante la
que se ejecuten, hablaremos de pilotes excavados o pilotes hincados.
Hablemos de la forma de trabajo ¿Cómo transfiere la carga al
suelo una cimentación profunda? Analicemos la Figura 22.1. Un pilote,
generalmente, tiene una geometría cilíndrica. Luego, la transferencia de
carga se realiza por dos mecanismos: (i) fricción lateral, mediante la
interacción fuste y suelo en los estratos atravesados y (ii) presión por
punta, mediante la interacción punta y suelo de apoyo. Podemos
observar la ocurrencia de dos mecanismos claramente diferentes:
fricción (deslizamiento) y presión (deformación).
Qf L
Qp
d
Figura 22.1: Cimentación profunda. Forma de trabajo
158
apoyo de roca sana). Aquí, el diseño estará gobernado por la punta del
pilote. La capacidad por fricción del fuste será despreciable. Estaremos
frente a un pilote que trabajará exclusivamente por punta (Figura 22.2
A).
Qf 0 L
Qp Q
Qf Q L
Qp 0
Figura 22.2: Cimentación profunda: (A) Pilote de punta, (B) Pilote flotante
159
gobernado por el fuste del pilote y, luego de adoptado un diámetro, el
objetivo del cálculo será determinar la longitud necesaria para
equilibrar las acciones. Frecuentemente, a esta situación se la denomina
pilote flotante (Figura 22.2 B).
160
23. Cimentaciones Profundas. Transferencia de carga
161
próximas a la cabeza del pilote cuya deformación se ubica en la zona
pos-pico de la curva, mientras que en la punta del pilote apenas ha
empezado a detectarse movimiento. Esto ocurre debido a la
compresibilidad del pilote y la transmisión parcial de carga hacia el
suelo por fricción lateral o del fuste. Notemos qué, en el gráfico de la
izquierda (carga-movimiento) donde se resumen las tres curvas:
cabeza del pilote, fuste y punta, todos los puntos están desalineados
para el movimiento o la deformación. Es decir, el pilote, al recibir la
carga, en la cabeza registrará un movimiento diferente al movimiento
promedio del fuste y al movimiento de la punta. Si bien el problema
está gobernado por el movimiento de la cabeza, o asentamiento, este
análisis es importante para establecer la capacidad de carga del pilote.
1500
Variación de la carga a
Cabeza lo largo del pilote
1000
Carga (kN)
Fuste
Punto
Promedio
del fuste
500
Punta
10 20 30 40
Movimiento (mm)
Punta
Carga en la Punta
Figura 23.1: Pilote: Transferencia de carga vertical (Redibujado y adaptado a partir de 55)
162
24. Capacidad de carga vertical de un pilote
= Q p + Qf
Q
Siendo,
163
que no es el momento de incluirla. El peso propio del pilote, deberá
sumarse a la carga externa, y así conformar la carga total solicitante.
Esta carga total solicitante, será comparada con la capacidad de carga
vertical total del pilote a los fines de verificar si el diseño geotécnico es
adecuado.
En segundo lugar, no hemos indicado si la capacidad de carga es
última o admisible. Bien, este tema es un poco más complicado aquí
debido a la ocurrencia de dos mecanismos de transferencia de carga
diferentes: fricción por fuste y presión por punta. Por lo tanto, en este
capítulo haremos referencia a la capacidad de carga última de un pilote,
y luego le dedicaremos un pequeño capítulo a los criterios de diseño
mediante LRFD (Load and Resistance Factor Design) y ASD (Allowable
Stress Design). Ya hemos hablado de LRFD y ASD, pero volveremos
sobre este tema para aplicarlo al análisis de pilotes.
Entonces, definamos la capacidad de carga última vertical de un
pilote a compresión,
=
Qu
Q pu + Q fu
Siendo,
Qu : Capacidad de carga última vertical total del pilote a compresión
Q pu : Capacidad de carga última por punta del pilote
Q fu : Capacidad de carga última por fricción del pilote
n
Qu =Ap ⋅ q pu + ∑ Afi ⋅ q fui
i =1
Siendo,
q pu : Capacidad de carga unitaria última por punta
q fui : Capacidad de carga unitaria última por fricción del estrato i
164
Ap : Área de la punta del pilote
Afi : Área del fuste del pilote a lo largo del estrato i.
πd 2 n
Qu = ⋅ q pu + π d ⋅ ∑ Lfi ⋅ q fui
4 i =1
Siendo,
d : Diámetro de la punta del pilote. En este caso, igual al fuste
Lfi : Longitud del tramo de pilote que atraviesa el estrato i
Lf 1 q fu 1
L
q fui Q fu
Lfi
Lfn q fun
q pu Qpu
165
Como ya hemos mencionado, en pilotes excavados, el diámetro
de la punta puede ser diferente al diámetro del fuste, debido al diseño y
construcción de campana (Figura 24.2). Este elemento permite
aprovechar mejor la capacidad de carga por punta del pilote. En este
caso, la expresión resulta,
πd p 2 n −1
Qu = ⋅ q pu + π d f ⋅ ∑ Lfi ⋅ q fui
4 i =1
Siendo,
d p : Diámetro de la punta del pilote.
d f : Diámetro de fuste del pilote.
df
Lf 1 q fu 1
L
q fui Qfu
Lfi
Lfn 1 q fu (n 1)
Lfn
q pu Qpu
dp
Figura 24.2: Capacidad de carga última vertical de un pilote excavado con campana
166
Notemos la particularidad de esta última expresión. El contador
de la sumatorio llega hasta “n-1”. ¿Por qué? Bueno, se debe a que la
campana no aporta a la capacidad por fricción. Por lo tanto, en casos de
pilotes con campana, tendremos un tramo final de pilote que debemos
eliminar de la suma. La Figura 24.2 representa ese “estrato n” que
debemos considerar en el esquema para no incluirlo en la capacidad
por fricción.
¿Un pilote siempre está sometido a cargas externas de
compresión? Definitivamente no. Si bien la compresión es la
solicitación de mayor ocurrencia en los pilotes, también es posible que
tengamos que tomar cargas de tracción o, incluso, cargas horizontales.
Por ejemplo, en un pilote que integre un cabezal sometido a momento
de vuelco, tendremos pilotes a compresión y a tracción. Para definir la
capacidad a tracción existen diferentes modelos de fallas que podremos
adoptar, en función de la tecnología constructiva, geometría del pilote y
tipo de suelo. Definamos la capacidad de carga geotécnica última
vertical de un pilote a tracción, sin campana, considerando un modelo
de falla cilíndrico por fricción suelo-pilote (Figura 24.3),
𝑛𝑛
Siendo,
QTu : Capacidad de carga última vertical del pilote a tracción
q fui : Capacidad de carga unitaria última por fricción del estrato i
Lfi : Longitud del tramo de pilote que atraviesa el estrato i
d : Diámetro del pilote
167
que, en este caso de pilote a tracción, el peso propio del pilote reduce la
carga de comparación para la verificación.
Qu
QTu L
Figura 24.3: Capacidad de carga última vertical a tracción de pilote. Modelo de falla de
cilindro vertical para un pilote sin campana
QTu π d p L ⋅ s
=
Siendo,
QTu : Capacidad de carga última vertical del pilote a tracción
d p : Diámetro de la punta del pilote.
s : Resistencia al corte del suelo
s =c + σ ´⋅ tan(φ )
c : Cohesión
φ : Ángulo de fricción
168
σ ´ : Presión efectiva normal al plano de corte
L : Longitud pilote
Q Q
df df
L L
dp dp
(A) (B)
Figura 24.4: Capacidad de carga última vertical a tracción de pilote. Modelos de falla para
pilote con campana (A) superficie cilíndrica (B) superficie tronco-cónica
169
“escalera” de valores, que nos marcan el punto de límite o longitud
crítica ((L/dp)c → Lc).
Veamos ahora cómo quedaría la formulación, siempre en arenas.
En primer lugar, consideremos la superficie de falla desarrollada en
forma completa a lo largo de toda la longitud del pilote con campana.
Esta sería la típica situación de un pilote corto, donde (L/dp)≤(L/dp)c y,
por lo tanto, L≤Lc
πd p 2
QTu = B ⋅ ⋅γ ⋅L
4
Siendo,
QTu : Capacidad de carga última vertical del pilote a tracción
B : Factor de desconexión. (Tabla 24.1).
γ : Peso unitario efectivo del suelo sobre la campana.
d p : Diámetro de la punta del pilote.
L : Longitud del pilote.
170
Tendremos entonces,
πd p 2 L −Lc
QTu = B ⋅ ⋅ γ ⋅ L + πd f ⋅ ∫ (σ ´⋅K u ⋅ tan(δ )) ⋅ dz
4 0
Siendo,
QTu : Capacidad de carga última vertical del pilote a tracción
B : Factor de desconexión. (Tabla 24.1).
γ : Peso unitario efectivo del suelo sobre la campana.
d p : Diámetro de la punta del pilote.
d f : Diámetro de fuste del pilote.
L : Longitud del pilote.
Lc : Longitud crítica.
K u : Coeficiente igual a 0,9 (para valores de φ entre 30° y 45°)
2
δ : Ángulo de fricción entre suelo y pilote, δ = φ
3
= QTu + PP
QTTu
Siendo,
QTTu : Capacidad de carga total última vertical del pilote a tracción.
QTu : Capacidad de carga última vertical del pilote a tracción.
171
PP : Peso propio del pilote.
172
173
25. Capacidad de carga: parámetros de resistencia al corte
Introducción
La capacidad de carga de pilotes basada en parámetros de
resistencia al corte constituye un enfoque ampliamente difundido en
textos de geotecnia 58. A lo largo del tiempo, diferentes autores han
aportado variantes sobre la base de estudios teóricos y experimentales.
Sin duda, es muy extensa la lista de autores que contribuyeron en esta
temática. Podemos citar a Terzaghi, Vesic, Meyerhof y Janbu. Aunque la
lista, sin duda, es más extensa.
La determinación de la capacidad por fricción del fuste y la
capacidad por presión de la punta van por caminos bien diferenciados.
Por lo tanto, vamos a desarrollar el tema con dos subtítulos.
Recordemos la expresión general,
Q
=u
Q pu + Q fu
Siendo,
n
=
Q fu ∑
i
Afi ⋅ q fui
=1
174
Siendo,
Q fu : Capacidad de carga última por fricción del pilote
Afi : Área del fuste del pilote a lo largo del estrato i.
q fui : Capacidad de carga unitaria última por fricción del estrato i
n
Q fu =π d f ⋅ ∑ Lfi ⋅ q fui
i =1
Siendo,
d f : Diámetro de fuste del pilote.
Lfi : Longitud del tramo de pilote que atraviesa el estrato i
q fu = α ⋅ c + K ⋅ σv ´⋅ tan (δ )
Siendo,
( )
• K = 1,5 ⋅ 1 − sin φ Pilote hincado
2
δ : Ángulo de rozamiento entre suelo y hormigón. δ = φ
3
φ : Ángulo de Fricción del suelo (parámetro de resistencia al corte)
σv ´ : Presión efectiva vertical a la profundidad del punto considerado.
Si estamos analizando la capacidad de un estrato de cierto espesor, la
presión efectiva se calculará al centro del estrato.
β= K ⋅ tan (δ )
176
q fu
h´ K v´
L z
Ll 15 d f
df z
Q pu
= Ap ⋅ q pu
Siendo,
Q pu : Capacidad de carga última por punta del pilote
q pu : Capacidad de carga unitaria última por punta
Ap : Área de la punta del pilote
177
Luego, si consideramos un pilote cilíndrico, calcularemos el área
de la punta, a partir del diámetro de la base de apoyo o punta,
πd p 2
=
Q pu ⋅ q pu
4
Siendo,
d p : Diámetro de la punta del pilote.
q pu =c ⋅ N c + N q ⋅ σvp ´
Siendo,
σvp ´ : Presión efectiva vertical en la punta del pilote.
c : Cohesión (parámetro de resistencia al corte).
N q ;N c : Factores de capacidad de carga.
= N q ⋅ σvp ´
q pu
Siendo,
σvp ´ : Presión efectiva vertical en la punta del pilote.
N q : Factor de capacidad de carga
60 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
cimentaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
178
5 N q ⋅ tan (φ )
q pul =⋅
Siendo,
q pul : Capacidad de carga unitaria última límite por punta en (t/m2)
179
de unos 5 a 10 mm, mientras que la resistencia por punta requiere
mayores movimientos para desarrollarse, en general, comprendidos entre
un 5% a 10% del diámetro del pilote”. Entonces, el asentamiento
necesario para el desarrollo de la superficie de falla de la punta será
mayor del que la estructura puede admitir. Es por esto que se aplicará
un factor de seguridad desacoplado entre la capacidad última de la
punta y la capacidad última de fricción.
En tercer lugar, y ya para terminar, insistimos: “el diseño de
cimentaciones está gobernado por los asentamientos”. En los próximos
capítulos veremos otras metodologías de estimación de capacidad de
carga y estudiaremos como incluir un análisis de asentamiento en el
diseño de pilotes. Estamos solo en el comienzo del tema.
Tabla 25.4: Valores de referencia 62 para el factor de capacidad de carga “Nq” en arenas
Estado Muy Suelta Media Densa Muy
suelta densa
NSPT 0-4 4 - 10 10 - 30 30 - 50 >50
φ 28° 30° 33° 36° 40°
Nq 20 30 70 90 150
Tabla 25.5: Valores de referencia 63 para el factor de capacidad de carga “Nq”; “Nc”
Edition.
62 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
180
φ Nq Nc Nq Nc Nq Nc
0 1,00 5,70 1,00 5,14 1,0 9,0
5 1,64 7,34 1,57 6,49 1,8 11,0
10 2,69 9,61 2,47 8,35 2,9 14,0
15 4,45 12,86 3,94 10,98 6,2 20,0
20 7,44 17,69 6,40 14,83 11,0 28,0
25 12,72 25,13 10,66 20,72 22,0 50,0
30 22,46 37,16 18,40 30,14 55,0 100,0
35 41,44 57,75 33,30 46,12 110,0 180,0
40 81,27 95,66 64,20 75,31 310,0 400,0
45 173,28 172,28 134,88 133,88 850,0 850,0
50 415,14 347,50 319,07 266,89 --- ---
Superficies de falla
Nota:
Terzaghi I: Falla General por Corte
Vesic I: Toma de base superficie de Terzaghi pero corrige el ángulo de inclinación
del “triangulo” de falla bajo la zapata.
Meyerhof: Los valores se estiman de un gráfico semi-logarítmico
181
Tabla 25.6: Valores de referencia 64 para el factor de capacidad de carga “Nq”; “Nc”
φ Nq Nc Nq Nc Nq Nc
0 1,00 5,70 --- --- 1,0 5,7
5 1,39 6,74 --- --- 1,5 6,0
10 1,94 8,02 --- --- 2,2 7,0
15 2,73 9,67 --- --- 3,0 9,0
20 3,88 11,85 --- --- 5,2 11,0
25 5,60 14,80 15,0 30,0 8,0 14,0
30 8,31 18,99 28,0 46,7 13,5 21,0
35 12,75 25,18 58,0 81,4 21,0 30,0
40 20,50 34,87 120,0 141,8 41,0 48,0
45 35,11 51,17 350,0 349,0 80,0 78,0
50 65,60 81,31 --- ---
Superficies de falla
Nota:
Terzaghi II: Falla Local por Corte
Vesic II: Los valores de Nq se estiman de un gráfico semi-logarítmico. Los valores de
Nc se calculan con la ecuación: Nc = (Nq - 1)cot(φ)
Jambu: Los valores de se estiman de un gráfico semi-logarítmico sobre la curva
menor, de ángulo ɳ = 75°
182
183
26. Capacidad de carga: ensayos de penetración dinámica
q pu= K ⋅ N
Siendo,
q pu : Capacidad de carga unitaria última por punta, en (t/m2)
K : Coeficiente de punta, función del tipo de suelo y método
constructivo del pilote (Tabla 26.1)
N : Número de golpes promedio de SPT bajo la punta del pilote. Este
promedio se considera desde el plano de apoyo de la punta y se
extiende hasta una cierta profundidad. Habitualmente, esta
profundidad se adopta igual a 2 veces el diámetro de la punta del pilote.
184
Por otro lado, la capacidad de carga unitaria última por fricción
en función del número de penetración estándar del ensayo SPT, resulta,
q fu =α ⋅ (0,28 ⋅ N + 1)
185
27. Capacidad de carga: criterios de verificación
Qu
Qadm =
FS
También,
Q pu + Q fu
Qadm =
FS
Siendo,
FS : Factor de Seguridad
66 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
186
El segundo criterio propone la utilización de Factores de
Seguridad parciales, desacoplados, diferentes para fuste y punta. De
esta manera, la formulación resulta,
Q pu Q fu
Q=
adm
+
FSP FSF
Siendo,
QTu
QTadm =
FS
Siendo,
QTadm : Capacidad de carga admisible vertical total del pilote a tracción
QTu : Capacidad de carga última vertical total del pilote a tracción
FS : Factor de Seguridad a tracción. En general, FS = 3
187
Otro enfoque, sería pensar en un diseño por carga y factor de
resistencia (LRFD) 68. Aquí, las cargas de diseño se mayoran (con
factores mayores a uno) y las resistencias de diseño últimas se minoran
(con factores menores a uno) multiplicando carga y resistencia por los
respectivos factores. Este enfoque, si bien es el que adoptamos para el
diseño estructural en la verificación de hormigón armado, no es lo que
habitualmente empleamos en la verificación y diseño geotécnico. Bajo
este esquema, el planteo sería,
n
Φ ⋅Qu ≥ ∑ f i ⋅ Pi
i =1
Siendo,
Φ ⋅Qu : Resistencia geotécnica factoreada
Φ : Factor de resistencia (Tabla 27.1)
Qu : Capacidad de carga última
n
∑
i
f i ⋅ Pi
=1
: Combinación de cargas mayoradas
Edition.
69 Canadian Geotechnical Society (2006). Canadian Foundation Engineering Manual. 4th
Edition.
188
189
28. Capacidad de carga a partir de fórmulas dinámicas
W m ⋅ H = Qu ⋅ s
Siendo,
Qu : Capacidad de carga última del pilote a la penetración
s : Penetración del pilote para un golpe
W m : Peso del martillo de golpeo
H : Altura de caída del martillo de golpeo
Wm ⋅ H
Qu =
s +C
Siendo,
C : Constante empírica (2,5 cm para martillos de caída libre)
190
E ⋅W m ⋅ H W m + n ⋅W p
2
=Qu ⋅
s +C W m +W p
Siendo,
E : Eficiencia del martillo (0,7 a 0,9)
W p : Peso del pilote
n : Coeficiente de restitución (0,2 a 0,5)
Qu
Qadm =
FS
Siendo,
Qadm : Capacidad de carga admisible del pilote hincado
FS : Factor de seguridad ( FS = 6 )
191
la expresión dinámica arrojará un valor de capacidad de carga
inferior al esperado para condiciones estáticas.
• En suelos cohesivos no se recomienda utilizar este tipo de
formulaciones. Aquí, ocurren dos fenómenos contrapuestos a
consecuencia de la hinca del pilote: por un lado, la resistencia
al hincado crece como consecuencia de un súbito incremento
de la presión del agua de poros. Para interpretar esto,
pensemos en una analogía muy sencilla. Imaginemos un balde
con agua en donde nosotros vamos a introducir la palma de la
mano: si introducimos la palma de la mano lentamente, el agua
no ofrece resistencia alguna, mientras que, si intentamos
hacerlo de un golpe, ahí si tendremos resistencia. La
“viscosidad” del suelo tiende a producir una resistencia
aparente, que no estará presente en condiciones estáticas, sino
sólo frente a la dinámica del impacto. Por otro lado, tendrá
lugar una reducción de la fricción entre suelo y pilote, como
consecuencia del incremento de la presión de poros. Estos
efectos opuestos de la hinca, hacen muy difícil la interpretación
de los resultados para estimar una capacidad de carga estática.
W m2 ⋅ H
qdu =
s ⋅ (W m +Wb ) ⋅ A
73 Martínez Girón, A.; Sánchez, D.; Orbezo Parrao, D. y Fernández Vélez, M. (2014). Los
ensayos “in-situ” de penetración dinámica continua y su utilización en México. XXVII
Reunión Nacional de Mecánica de Suelos e Ingeniería Geotécnica. Sociedad Mexicana de
Ingeniería Geotécnica.
74 Arrúa, P.; Aiassa, P. y Eberhardt, P. (2016). Ensayo de penetración dinámica liviana
192
Siendo,
qdu : Capacidad de carga última dinámica unitaria
s : Penetración de la punta, en “cm”, para un golpe
W m : Peso del martillo de golpeo
H : Altura de caída del martillo de golpeo, en “cm”
Wb : Peso de las barras de hincado + yunque.
A : Área proyectada de la punta del cono de penetración.
qeu = η ⋅ qdu
Siendo,
qdu : Capacidad de carga última dinámica unitaria
qeu : Capacidad de carga última estática unitaria
η : Factor de correlación (Tabla 28.1)
qeu
qadm =
FS
193
Siendo,
qadm : Capacidad de carga admisible estática unitaria
FS : Factor de seguridad
η ⋅ qdu
q padm =
FS
Siendo,
q padm : Capacidad de carga unitaria admisible por punta
Pilote hincado η = =
1 ; FS 6=
a FS 12
=
Pilote excavado η 0,3
= a η 1,0
= =
; FS 20 a FS 30
194
195
29. Ensayo de carga para estimar asentamiento en pilotes
75 ASTM D 1143. Standard Test Method for Piles Under Static Axial Compressive Load
196
carga para registrar la carga aplicada, comparadores para registrar
desplazamiento, y elementos de reacción para equilibrar la carga
aplicada al pilote. Los elementos de reacción suelen ser una parte
complicada de este ensayo, debido a que deben transferir de manera
segura cargas muy elevadas. Habitualmente, se constituyen mediante
una viga metálica de reacción que descargará, en sus dos extremos,
sobre pilotes “de sacrificio” construidos y diseñados para trabajar a
tracción durante el ensayo.
197
30. Curva de asentamiento
st = s + s c
Siendo,
s t : Asentamiento total (medido en la cabeza del pilote)
s : Asentamiento del pilote debido a las cargas
s c : Asentamiento en la cabeza del pilote por compresión elástica
(acortamiento) del elemento estructural.
g
q pm s
=
q pu s
pu
Siendo,
76Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
198
s : Asentamiento
g : Coeficiente
Suelos Arcillosos g = 0,5 Suelos Arenoso g = 1,0
Siendo,
q fu : Capacidad de carga unitaria última por fricción
q fm : Capacidad de carga unitaria movilizada por la fricción
s fu : Asentamiento requerido para movilizar la capacidad última por
fricción.
Para el fuste s fu = 10 mm
s : Asentamiento
h : Coeficiente (0,02 – 0,50)
P ⋅z
sc =
Af ⋅ E
Siendo,
199
P : Carga vertical sobre el pilote
z : Profundidad del centro de resistencia del pilote (Se acepta igual a
0,75D)
D: Profundidad de apoyo del pilote
g
q pm s
=
q pu s pu
h
q s
= fm
≤ 1,0
q fu s fu
P ⋅z
s c =
Af ⋅ E
P = f (st )
200
Figura 30.1: Sinopsis del procedimiento para construir la curva carga-asentamiento de un
pilote a carga vertical
201
31. Asentamiento: Método de O’Neill y Reese
• Pilotes Excavados
• Diámetros de fuste comprendidos entre 50 y 120 cm.
• Profundidad de apoyo del pilote entre 5 y 30 m.
• Resistencia a penetración estándar en campo (Nspt)
comprendido entre 5 y 60 golpes.
77 Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
78 Das, B.M. (2001). Principios de ingeniería de cimentaciones. Cuarta Edición. Thomson.
202
qpu ; qfu Capacidad de carga unitaria última por punta
y fricción
Propongo un “asentamiento
PASO 1 admisible” para el pilote (Pliego de sadm
especificación, código, etc.)
s s
Calcular los asentamientos adm adm
PASO 2 100 100
relativos porcentuales d p d f
Qadm Qp Q f
Figura 31.1: Sinopsis del procedimiento para el método de O’Neill y Reese para calcular
asentamiento de un pilote a carga vertical
203
1,2
1,0
T ransferencia de carga lateral/Carga lateral última
0,8
0,6
0,4
Rango
0,2 Media
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Asentamiento/Diámetro Fuste (%)
Figura 31.2: Curva normalizada que muestra la transferencia de carga en fricción lateral
vs. asentamiento, para pilotes excavados en suelo cohesivo, arcilloso (Método de O´Neill y
Reese, Redibujado de 79)
79 Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
204
1,0
0,9
0,8
T ransferencia de carga punta/Carga punta última
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2 Rango
Media
0,1
0,0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
80 Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
205
1,2
1,0
T ransferencia de carga lateral/Carga lateral última
0,8
0,6
0,4
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4 1,6 1,8 2,0
Asentamiento/Diámetro Fuste (%)
Figura 31.4: Curva normalizada que muestra la transferencia de carga en fricción lateral
vs. asentamiento, para pilotes excavados en suelo sin cohesión, arenoso (Método de
O´Neill y Reese, Redibujado de 81)
81 Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
206
2,0
1,8
1,6
T ransferencia de carga punta/Carga punta última
1,4
1,2
1,0
0,8
0,6
0,4 Rango
Media
0,2
0,0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
82 Coduto, D.P. (2001). Foundation Design: Principles and Practices. Second Edition,
Prentice Hall.
207
32. Asentamiento: Método de Vesic
s=
t
s p + ss
Donde,
s=
s
s ss + s st
Siendo,
s t : Asentamiento total en la cabeza del pilote
s p : Deformación elástica del pilote
L
=
sp (Q ta
+ αQ sa )
Af E
208
Siendo,
Qta : Carga actual transmitida a la punta del pilote (debido a la carga de
servicio aplicada)
Q sa : Carga actual transmitida por el fuste del pilote (debido a la carga
de servicio aplicada)
α : coeficiente de distribución de fricción por el fuste,
Para distribución parabólica o rectangular α = 0,5
Para distribución lineal α = 0,67
L : Longitud real del pilote
Af : Área del fuste del pilote
E : Módulo de elasticidad del pilote
QL
=
s p 0,75 ⋅
Af E
Siendo,
Q : Carga actual de servicio aplicada en la cabeza del pilote
Q sa
s ss= C s ⋅
Lq pu
Qta
s st= C p ⋅
d p q pu
209
Siendo,
d p : Diámetro de la punta del pilote.
d f : Diámetro del fuste del pilote.
C p : coeficiente empírico, según Tabla 32.1
q pu : Capacidad de carga unitaria última por punta del pilote
C s : coeficiente empírico
𝐿𝐿
𝐶𝐶𝑠𝑠 = �0,93 + 0,16 . � � . 𝐶𝐶𝑝𝑝
𝑑𝑑𝑓𝑓
Arena
0,02 – 0,04 0,09 – 0,18
(densa a suelta)
Arcilla
0,02 – 0,03 0,03 – 0,06
(firme a blanda)
Limo
0,03 – 0,05 0,09 – 0,12
(denso a suelto)
210
211
33. Pilote a carga lateral
H
e
212
La condición de borde en la cabeza del pilote influye en la
determinación de diagramas de esfuerzos y deformaciones generados
por la carga lateral. En los análisis se plantean dos condiciones posibles:
(i) Giro libre, en donde la cabeza del pilote no tiene restricciones de
rotación, o (ii) Giro restringido, en donde la cabeza del pilote no puede
rotar (Figura 33.2). La situación de giro libre es característica de un
pilote aislado o vinculado a estructuras de baja rigidez, mientras que el
giro restringido en típico de pilotes empotrados y vinculados a
estructuras de gran rigidez.
Me
H
H
L L
Figura 33.2: Condiciones de borde en pilotes cargados lateralmente: (A) Giro libre, (B)
Giro restringido
dQ
= σ h (z )
dz
213
y
h
dz
Q dQ
M dM
z
Figura 33.3: Elemento diferencial de un pilote a carga lateral
Luego,
dM
Q=
dz
dQ d 2M
=
dz dz 2
Entonces,
d 2M
= σ h (z )
dz 2
d 2y
M = −EI
dz 2
d 2M d 4y
= −EI
dz 2 dz 4
214
Siendo,
I : Momento de inercia de la sección del pilote
E : Módulo de elasticidad del material del pilote
Reemplazando, tenemos,
d 4y
−EI σ h (z )
=
dz 4
σ h (z=) k hz ⋅ y (z )
Siendo,
k hz : Módulo de reacción horizontal del suelo
Así,
d 4y
−EI =⋅
k hz y (z )
dz 4
d 4 y (z )
EI + k hz ⋅ y (z ) =
0
dz 4
k hz= k h ⋅ z
k h : Coeficiente de reacción lateral o módulo de balasto horizontal.
215
No obstante, el módulo de reacción horizontal del suelo, kh, debe
ser estudiado cuidadosamente en cada caso particular, debido a que su
definición es clave para la calidad y representatividad de los resultados
obtenidos por los modelos de cálculo y simulación. Localmente, en la
zona central de Argentina, abundan los suelos loéssicos y colapsables.
En el Centro de Investigación y Desarrollo en Geotecnia, Estructuras y
Fundaciones (CIGEF) de la Facultad Regional Córdoba, UTN, se han
realizado estudios sobre la reacción lateral de estos suelos y su impacto
en el diseño de pilotes a carga lateral 85.
Así, tenemos,
d 4 y (z )
EI + k h ⋅ z ⋅ y (z ) =0
dz 4
M e= H ⋅ e
Siendo,
M e : Momento aplicado en la cabeza del pilote
H : Carga lateral aplicada en la cabeza del pilote
216
Para pilotes con cabeza sin restricciones de rotación, la solución
se presenta mediante las siguientes ecuaciones,
HT 3 M T2
=
y (z ) Ay + By e
EI EI
HT 2 MT
=
S (z ) AS + BS e
EI EI
=
M (z ) AM HT + B M M e
Me
Q=
(z ) AQ H + BQ
T
H M
σ=
(z ) Aσ + Bσ 2e
T T
5 𝐸𝐸 𝐼𝐼
𝑇𝑇 = �
𝑘𝑘ℎ
z L
Z = ; Z max =
T T
Siendo,
M e : Momento aplicado en la cabeza del pilote
H : Carga lateral aplicada en la cabeza del pilote
y (z ) : Deformada del pilote en función de la profundidad
S (z ) : Pendiente del pilote en función de la profundidad
M (z ) : Momento flector del pilote en función de la profundidad
Q (z ) : Esfuerzo de corte del pilote en función de la profundidad
217
σ (z ) : Reacción lateral del suelo al empuje del pilote en profundidad
T : Longitud elástica característica del sistema suelo-pilote
L : Longitud real del pilote
I : Momento de inercia de la sección del pilote
πd 4
Pilote de sección circular I =
64
d : Diámetro del fuste del pilote
E : Módulo de elasticidad del material del pilote
k h : Coeficiente de reacción lateral o módulo de balasto horizontal del
suelo
Z : Coordenada relativa de longitud de pilote (adimensional)
Z max : Coordenada relativa de longitud de pilote máxima, que ocurre
cuando z es igual a la longitud del pilote.
z : Coordenada vertical (Unidad de longitud: ej.: metros)
Ay ;B y ; AS ;B S ; AM ;B M ; AQ ;BQ ; Aσ ;Bσ : Coeficientes del método de
S (0) = 0
HT 2 MT
AS + BS e =0
EI EI
AS M e
− =
B S HT
218
HT 3 M T2
=
y (z ) Ay + By e
EI EI
HT 3 Me
=
y (z ) Ay + B y
EI TH
HT 3 AS
=
y (z ) Ay − B y
EI BS
=
M (z ) AM HT + B M M e
M
=
M (z ) HT AM + e B M
HT
A
=
M (z ) HT AM − S B M
BS
219
coeficientes, que se representan en gráficos en función de Z y Zmax. En la
bibliografía, pueden encontrarse los gráficos para la determinación de
estos coeficientes.
Ay By
-1 0 1 2 3 4 5 -1 0 1 2 3 4 5
0,0 0,0
0,5 0,5
1,0 1,0
1,5 1,5
2,0 2,0
Z = z/T
Z = z/T
2,5 2,5
3,0 3,0
3,5 3,5
4,0 4,0
Zmax=10 Zmax=10
4,5 4,5
Zmax=2 Zmax=2
5,0 5,0
AM BM
-0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 -0,2 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
0,0 0,0
0,5 0,5
1,0 1,0
1,5 1,5
2,0 2,0
Z = z/T
Z = z/T
2,5 2,5
3,0 3,0
3,5 3,5
4,0 4,0
Zmax=10 Zmax=10
4,5 4,5
Zmax=2 Zmax=2
5,0 5,0
220
A S ; BS A σ ; Bσ
-2,0 -1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 -1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5
0,0 0,0
0,5 0,5
1,0 1,0
Bs
1,5 1,5
As
2,0 2,0
Z = z/T
Z = z/T
2,5 2,5
3,0 3,0
3,5 3,5
4,0 4,0
4,5 4,5
5,0 5,0
Figura 33.6: Coeficientes AS; BS y Aσ; Bσ del método de Matlock y Reese para pilote largo
4 𝑘𝑘ℎ 𝑑𝑑
𝛽𝛽 = �
4 𝐸𝐸 𝐼𝐼
88 Rodriguez Ortiz, J.M; Serra Gesta, J. y Oteo Mazo, C. (1995). Curso aplicado de
221
Siendo,
phu = 3d f K p γ z
Siendo,
phu : Resistencia última del suelo, por unidad de longitud
z : Coordenada vertical (Unidad de longitud: ej.: metros)
d f : Diámetro del fuste del pilote
222
φ
K p : Coeficiente de empuje pasivo de Rankine,
= K p tan2 45º +
2
φ : Ángulo de fricción del suelo
γ : Peso unitario del suelo
M max r =3 ⋅ d f ⋅ H
Siendo,
M max r : Momento flector máximo de referencia solicitante en el pilote
d f : Diámetro del fuste del pilote
H : Fuerza horizontal aplicada en la cabeza del pilote
223
Tabla 33.1: Deformación del pilote y reacción del suelo para pilote corto en suelos sin
cohesión (Método de Broms)
Resistencia lateral última (Hu) Esquema de instalación y
deformación
γ L3K p d f Hu
Hu = e
2(e + L )
3d f LK p
3 Hu
H u = γ L2K p d f
2
3d f LK p
1 2 M Hu
=Hu γ L K pd f − u
2 L
3d f LK p
Siendo:
df : Diámetro del fuste del pilote
224
Tabla 33.2: Deformación del pilote y reacción del suelo para pilote corto en suelos
cohesivos (Método de Broms)
Resistencia lateral última (Hu) Esquema de instalación y
deformación
3 Hu
=H u 9c u d f L − d f
2 3
d
2 f
9cud f
Siendo:
df : Diámetro del fuste del pilote
225
34. Diseño estructural de un pilote
226
factores parcializados y se compara con valores de
resistencia última reducida por un factor.
f c′
fc =
4
Siendo,
Luego,
P
fc =
Af
Siendo,
Reemplazando,
f c′ P
=
4 π ⋅ (d f )2
4
227
Despejando,
16 𝑃𝑃
𝑑𝑑𝑓𝑓 = � 𝜋𝜋 𝑓𝑓´
𝑐𝑐
Siendo,
d f : Diámetro del fuste del pilote
Pu = φ ⋅ Pn −max
Siendo,
Pu : Resistencia requerida calculada para cargas mayoradas.
Pn −=
max
0,80 ⋅ Pn
Pn : Resistencia nominal o real de la sección.
Pn= 0,85 ⋅ f c′ ⋅ ( Af − As ) + f y ⋅ As
Af : Área del fuste del pilote
f c′ : Resistencia especificada a la compresión del hormigón.
f y : Tensión de fluencia especificada de la armadura de acero.
As : Área de armadura longitudinal
φ : Coeficiente de reducción de resistencia
Columnas simples φ = 0,65
228
Columnas zunchadas φ = 0,70
Tenemos entonces,
Pu =φ ⋅ 0,80 ⋅ (0,85 ⋅ f c′ ⋅ ( Af − As ) + f y ⋅ As )
Pn= 0,85 ⋅ f c′ ⋅ ( Af − As ) + f y ⋅ As
φ ⋅ 0,80 ⋅ Pn
Pu =
Pu
Pn =
0,80 ⋅ φ
Pu = 1,2 ⋅ D + 1,6 ⋅ L
Siendo,
D : Cargas permanentes
L : Sobrecargas
As
ρ
= ⋅ 100
Af
Siendo,
229
Cuantía mínima en columnas ρmin = 1%
• Adoptar una cuantía mínima del 1,0%, pero del área del
fuste efectivamente necesaria desde el punto de vista del
diseño estructural (Af-en):
ρmin = 1,0%
1,0 ⋅ Af −en
As =
100
• Adoptar una cuantía mínima del 0,5% del área real del
fuste:
230
ρmin = 0,5%
0,5 ⋅ Af
As =
100
Pu ≤ φ ⋅ Pn
Siendo,
Pu : Solicitación por tracción calculada para cargas mayoradas.
φ : Coeficiente de reducción de resistencia
Para rotura dúctil (tracción) φ = 0,90
Pn : Resistencia nominal de a tracción
P=
n
Ast ⋅ f y
231
Entonces, reemplazando y despejando, podemos obtener la
armadura longitudinal de acero necesaria,
Pu =φ ⋅ Ast ⋅ f y
Pu
Ast =
φ ⋅f y
Af f′
ρs ≥ 0,45 ⋅ − 1 ⋅ c
f
Ach y
Siendo,
Ve π ⋅ d e ⋅ Ae
ρs
= =
Vnh π ⋅ (d e )2
⋅s
4
232
Ach : Área del núcleo de hormigón (área interior al diámetro que define
la cara exterior de las espiras de acero, de)
f c′ : Resistencia especificada a la compresión del hormigón.
f y : Tensión de fluencia especificada de la armadura de acero.
𝑉𝑉𝑢𝑢 ≤ ∅ ∙ 𝑉𝑉𝑛𝑛
92FHWA (2010). Drilled Shafts: Construction Procedures and LRFD Design Methods. U.S.
Department of Transportation Federal Highway Administration. Publication No. FHWA-
NHI-10-016.
233
a
Pu
Pu
2
b df
2 2
Fu
b df
Pu
2
df
Figura 34.1: Transferencia de columna a pilote. Verificación de espiras
df a
−
Fu 4 4
=
Pu df
2 2
De aquí, obtenemos,
Pu a
=
Fu 1 −
4 d f
Fu ≤ φ ⋅ Fn
234
Siendo,
Fu : Solicitación por tracción calculada para cargas mayoradas.
φ : Coeficiente de reducción de resistencia φ = 0,90 rotura dúctil
(tracción).
Fn : Resistencia nominal a tracción
=
Fn Astt ⋅ f y
φ Astt ⋅ f y
Fu =⋅
Fu
Astt =
φ ⋅f y
235
35. Construcción de pilotes
93 FHWA (2010). Drilled Shafts: Construction Procedures and LRFD Design Methods. U.S.
Department of Transportation Federal Highway Administration. Publication No. FHWA-
NHI-10-016.
94 FHWA (2016). Design and Construction of Driven Pile Foundations – Volume I. U.S.
236
subterránea en la profundidad afectada por los pilotes. Los pasos
constructivos de un pilote excavado los podemos resumir así:
Replanteo. Definimos la posición del centro del pilote. Posicionamiento.
El equipo maniobra hasta dejar el “útil” de excavación en línea vertical
con el punto replanteado (Figura 35.1). Perforación. El “útil” que se
utiliza para perforar dependerá del perfil geotécnico. Por ejemplo, en
suelos estables, finos y no saturados, es decir, sin presencia de agua
subterránea, se utiliza una mecha helicoidal como la que observamos
en la Figura 35.2. Los diámetros van desde 40 cm, con pasos de 5 cm,
hasta valores máximos de 80 cm. Para mayores diámetros se emplean
equipos de mayor porte. Durante el avance de la perforación se debe
controlar la verticalidad. Por otro lado, es importante efectuar estudios
de construcción, con los objetivos de completar la información
geotécnica del proyecto, verificar las hipótesis asumidas para el diseño,
y detectar posibles anomalías geotécnicas no previstas por los estudios
e investigaciones de factibilidad y proyecto. Campana. Al llegar a la
profundidad de proyecto y verificar el suelo de apoyo, es posible
realizar la campana del pilote. Para esto, se debe sustituir el útil en la
punta de la pilotera. Se reemplaza la mecha helicoidal por un cilindro
expansor o, como se lo denomina habitualmente, simplemente
“campanero” (Figura 35.3). En caso de que el pilote no tenga campana,
este paso no es necesario. Luego de terminada la excavación de cada
pilote, se deberá verificar que el suelo detectado en la punta se
corresponda con el indicado para fundar. Además, es necesario
garantizar una completa limpieza de la excavación terminada, previo al
llenado de hormigón e instalación de armadura, eliminando todo tipo
de material suelto (terrones, bloques, etc.) que pudiera quedar en la
punta. Armadura. La estructura interior de acero, compuesta por barras
longitudinales y espiras transversales, se confecciona en el banco de
armado. Se deberá verificar la disposición de las barras y el paso de la
espira. Es muy importante colocar “separadores” en las barras
longitudinales, con el propósito de garantizar el recubrimiento lateral
mínimo. Instalación. La armadura completa es izada por el equipo y
dispuesta en posición vertical. Posteriormente, es introducida
cuidadosamente en la perforación. Se debe colocar en posición
centrada, colgada, bien sostenida. Las barras longitudinales deben
237
asegurar su recubrimiento inferior y lateral. Hormigón. El hormigón es
vertido en forma continua con el empleo una tubería central,
usualmente de 150 o 200 mm, que llegue al fondo del pilote. A medida
que ingresa el hormigón, y el pozo comienza a llenarse, la tubería se
retira progresivamente. Se debe controlar el volumen de hormigón que
ingresa al pozo y verificar que se corresponda con el volumen de
excavación ejecutada.
Figura 35.1: Excavadora de pilotes. Posición de inicio con mecha helicoidal (GEF:
Consultoría en Geotecnia, Estructuras y Fundaciones)
239
Figura 35.2: Excavadora de pilotes. Excavación de primer tramo (GEF: Consultoría en
Geotecnia, Estructuras y Fundaciones)
240
Figura 35.4: “Balde de perforación
241
Impulse Response. Para la “integridad interna”, debe preverse la
instalación de pequeñas tuberías longitudinales en el pilote durante la
etapa de instalación de armadura. Permite evaluar el pilote tramo por
tramo y sus resultados son más simples de interpretar. La “integridad
externa” es más sencilla de realizar, simplemente desde la cabeza del
pilote. Pero, nos brinda resultados globales más difíciles de interpretar.
Presentemos ahora una alguna alternativa de pilote hincado. Nos
referiremos concretamente a micropilotes hincados e inyectados
(MHI) 96. Los micropilotes, en general, son pilotes de pequeños
diámetros, usualmente menor a 30 cm. La cimentación de estructuras
mediante micropilotes hincados e inyectados, propone una solución
tecnológica interesante para terrenos con suelos limosos blandos, o
medianamente compactos, y con presencia de agua subterránea a bajas
profundidades. ¿Qué es un Micropilote Hincado e Inyectado? es un
pilote de pequeño diámetro que se construye en dos etapas: Primero, se
hinca una sección tubular ranurada de acero, guiada por una punta
cónica de mayor diámetro. La Figura 35.5 muestra la punta y la tubería
de hinca. Esto constituirá la armadura central del MHI. La dimensión
típica de la sección tubular de acero es de 73 mm de diámetro, con 7
mm de espesor de pared. La punta cónica es de 120 mm de diámetro. La
hinca se realiza con un pequeño equipo de impactos dinámicos aislados
(Figura 35.6) fácilmente operable en lugar de acceso dificultoso.
Segundo, se construye un tampón en la cavidad anular, comprendida
entre el tubo y el suelo, y se inyecta lechada de cemento a presión desde
la cabeza de la sección tubular. Esta lechada de cemento a presión tiene
por objeto llenar la cavidad, comprimir e inyectar el suelo circundante a
lo largo del fuste del micropilote. La lechada de cemento se compone de
agua y cemento en dosificaciones que deben estudiarse. La mezcla
deberá presentar la resistencia a compresión requerida, ser estable y
bombeable. Una relación agua-cemento (a/c) de 0,50 está dentro de los
límites recomendados. La Figura 35.7 presenta la bomba de inyección
de lechada, y la Figura 35.8 imagen de un MHI en proceso de inyección.
96 Arrúa P., Aiassa Martínez G., Eberhardt M., Azelart, D. y Baldoncini R. (2018).
242
Figura 35.5: Tubos ranurados y punta de hinca
243
Figura 35.6: Equipo de hinca mediante impactos dinámicos
244
Figura 35.8: MHI en proceso de inyección
Columna
(Según cálculo)
Bomba Bomba
1
2 V.Fund
Estrato (Según cálculo)
colapsable
3
4
Estrato
resistente
5
Estrato de fundació
fundación
245
36. Inyección y precarga en punta de pilotes
97Bolognesi, A.; Moretto, O. (1973). Stage grouting preloading of large piles on sand. VIII
International Conference on Soil Mechanics and Foundation Engineering, Moscow, USSR.
246
prepara con agua y cemento en un mezclador especial (Figura 36.4). La
dosificación debe definirse en el diseño. Como referencia general,
hablamos de una proporción 1:1 en volumen. No obstante, debe
estudiarse la dosificación en cada caso para cumplir condiciones de
resistencia, estabilidad y factibilidad de ser bombeada. (x) Se procede a
inyectar la lechada de cemento a la presión especificada por proyecto.
En general, oscilan entre un rango de 5 a 20 kg/cm2. La presión
dependerá de la profundidad, tipo de suelo y capacidad de carga de
diseño del pilote. Se utilizan bombas especiales (Figura 36.5). Durante
la inyección, la lechada de cemento a presión circula por las cañerías.
En la punta del pilote la lechada desplaza la membrana, sale por las
perforaciones, satura el espacio vacío de la cama de gravas y,
finalmente, comienza a actuar sobre el suelo y el pilote. La lechada se
infiltra en el suelo y eleva la presión de contacto en la punta (Figura
36.6). Se produce una compactación e inyección del suelo de apoyo, en
función de la presión aplicada y las características del medio. La
reacción vertical es equilibrada por el peso propio del pilote, la fricción
lateral del fuste y el peso que transmita la estructura existente. Durante
el proceso de inyección, mediante un manómetro, se controla la presión
en el sistema (Figura 36.7). También se debe controlar el volumen de
lechada inyectada. Al finalizar, la lechada de cemento a presión busca
retornar a la cañería. Pero no podrá, ya que la membrana es empujada
contra la cañería y la obtura. Genera un cierre anti-retorno. Además, se
utilizarán válvulas de bloqueo en los extremos superiores de las
cañerías. De esta forma, se conserva la presión inferior hasta el
fraguado de la lechada de cemento. La mejora en la capacidad de carga
se expresa a partir de un factor de multiplicación que depende de la
presión de inyección, el tipo de suelo, y el asentamiento admisible del
pilote 98. La Figura 36.8 resume el esquema general del sistema.
Representa nuestra descripción, una “versión sencilla” del método,
aplicable a pequeñas obras, con bajas cargas y reducido compromiso
estructural. Aclaramos que esta práctica tiene muchas variantes y es
más sofisticada cuando se aplica a grandes obras.
98 Mullins, G.; Winters, D. and Dapp, S. (2006). Predicting end bearing capacity of post-
247
Figura 36.1: Grava para para colocar en la punta del pilote
248
Figura 36.3: Pilote excavado con inyección de precarga. Armadura y cañerías instaladas
en la perforación.
249
Figura 36.4: Mezcladora de lechada de cemento (GEF: Consultoría en Geotecnia,
Estructuras y Fundaciones)
250
Figura 36.6: Inyección de precarga en un pilote excavado
251
(A)
0,20 0,20
Dp
(B)
Figura 36.8: Esquema de sistema para inyección y precarga de pilotes excavados (A)
Corte transversal y vista del “cuadrilátero” de cañería perforada instalada en la punta del
pilote, (B) Corte longitudinal del pilote, con el sistema instalado
252
253
37. Grupo de pilotes
Q gu
η= n
∑
=1
i
Qui
254
Siendo,
η : Eficiencia del grupo de pilotes
Q gu : Capacidad de carga última del grupo de pilotes
n : Cantidad de pilotes del grupo
Qui : Capacidad de carga última del pilote individual
n1 Columnas de pilotes
Cabezal
n2 Filas de pilotes
n1 n 2
L
B2 s
df
s B1
n
Qgu Qui 2, 5 d f s 4, 0 d f
i 1
255
Para determinar la eficiencia del grupo de pilotes existen
diferentes ecuaciones. Una de las de mayor aceptación es la que
considera al grupo funcionando como un bloque de dimensiones B1 por
B2 en planta y L de profundidad 99. Planteando la expresión, basados en
la Figura 37.1, tenemos,
Q gu
η= n
∑
i
Qui
=1
df
B 2= (n2 − 1) ⋅ s + 2 ⋅
2
df
B 1= (n1 − 1) ⋅ s + 2 ⋅
2
V = B1 ⋅ B2 ⋅ L
S l = (2B1 + 2B 2 ) ⋅ L
Q gfu = q fu ⋅ S l = q fu ⋅ (2B 1 + 2B 2 ) ⋅ L
Siendo,
q fu : Capacidad por fricción última unitaria del pilote individual.
256
L : Longitud de los pilotes
Reemplazando y simplificando, tenemos,
Q gpu = q pu ⋅ Apb = q pu ⋅ (B 1 ⋅ B 2 )
Siendo,
Luego,
Q=
gu
Q gpu + Q gfu
Qui = q pu ⋅ Ap + q fu ⋅ Af −lat
257
Siendo,
Ap : Área de la punta del pilote individual
Af −lat : Área lateral del fuste del pilote individual.
Entonces,
π (d p )2
Qui = q pu ⋅ + q fu ⋅ π d f L
4
Siendo,
d p : Diámetro de la punta del pilote individual
d f : Diámetro del fuste del pilote individual
L : Longitud de los pilotes
Q gu
η= n
∑
i
Qui
=1
Reemplazando, obtenemos,
258
uno. Por el contrario, si la separación entre pilotes, s, se reduce, la
eficiencia adoptará valores inferiores a la unidad y, en el conjunto,
prevalecerá el efecto de grupo. Entonces, para el cálculo de la capacidad
de carga última del grupo, tenemos,
n
η ≥ 1 Adoptamos eficiencia unitaria Q gu = ∑Qui
i =1
n
η < 1 Adoptamos eficiencia calculada Q gu = η ⋅ ∑Qui
i =1
M y= P ⋅ x 0 M x= P ⋅ y 0
P M My
σi = ± x ±
n ⋅ Ai W xi W yi
Ix Iy
W xi = W yi =
yi xi
259
n n
I=
x ∑
i
(I xi + Ai ⋅ y i )
=1
2
I=
y ∑
i
(I yi + Ai ⋅ x i )
=1
2
n n
∑ Ai ⋅ y i 2
∑ Ai ⋅ x i 2
W xi = i=1
W yi = i=1
yi xi
Reemplazando,
P M ⋅y M ⋅x
σi = ± n x i ± n y i
n ⋅ Ai
∑ Ai ⋅ y i2 ∑ Ai ⋅ x i2
=i 1 =i 1
P Mx ⋅ yi M y ⋅xi
Pi = ± n ± n
n
∑ y i ∑ x i2
2
=i 1 =i 1
260
y
xi
B2 yi
x
x 0 y0
P
s
B1
(i)
My P x 0
y
B2 P x M x P y0
s
B1
(ii)
My P x 0
y
B2 P x M x P y0
s : Tracción
B1 : Compresión
(iii)
Figura 37.2: Grupo de pilotes bajo carga vertical y momentos de vuelco en dos
direcciones (i) carga vertical excéntrica, (ii) equivalente carga vertical centrada +
momentos de vuelco, (iii) análisis de compresión y tracción en pilotes por momentos de
vuelco
261
38. Diseño estructural de cabezales
45º ≤ α ≤ 55º
262
dc
tan(α ) =
1 c
s −
2 2
c
c Pu
4
Pu Pu
2 2
Pu
dc FD
h
2
Zu
Pu Pu
2 2 FD dc
df
1 c
s s
2 2
Pu
tan(α ) = 2
Zu
Pu
Zu = 2
tan(α )
263
Pu
Zu = 2
dc
1 c
s −
2 2
Simplificando, obtenemos,
Pu c
=Zu s −
4d c 2
Pu c
Z u =⋅
1,2 s −
4d c 2
Pu
FD =
2 ⋅ sin(α )
Fu ≤ φ ⋅ Fn
Siendo,
Fu : Solicitación por compresión en el hormigón (“puntal”), o de
tracción en el acero (“tensor”)
φ : Coeficiente de reducción de resistencia φ = 0,75 .
Fn : Resistencia nominal en el “puntal” o “tensor”.
264
La resistencia de un puntal de hormigón (sin armadura) se calcula, en
ambos extremos del mismo, con la siguiente ecuación,
F=
ns
Acs ⋅ f ce
Siendo,
Fns : Resistencia nominal en el “puntal”
Acs : Sección transversal en el extremo en estudio
f ce : Resistencia efectiva a la compresión del puntal de hormigón
f ce =βs ⋅ 0,85 ⋅ f c′
f c′ : Resistencia especificada a la compresión del hormigón
β s : Factor que depende del puntal. Varía entre 0,4 y 1,0
F=
nt
Ats ⋅ f y
Siendo,
Fns : Resistencia nominal en el “puntal”
Ats : Área de la armadura no tesa
f y : Tensión de fluencia especificada de la armadura no tesa
265
La explicación de este mecanismo de diseño de cabezales, la
realizaremos sobre la base de la Figura 38.2, para un cabezal de planta
cuadrada (B=B1=B2) y con cuatro pilotes distribuidos simétricamente.
El esquema de cálculo general es similar al presentado para la zapata
aislada. En el esquema, tenemos una columna que transmite una carga
vertical Pu, y se aplica con una excentricidad xo, de manera que genera
un momento de vuelco de Muy=Pu.xo. Determinemos las cargas últimas
sobre los pilotes,
Pu M uy ⋅ x i
P=
ui
± n
4
∑ x i2i =1
Pu M uy
P=
ui
±
4 2⋅s
Así, podremos obtener las fuerzas sobre cada uno de los cuatro pilotes,
Pu M uy
Pu=
1
Pu=
4
+
4 2⋅s
Pu M uy
Pu=
2
Pu=
3
−
4 2⋅s
s c
M uc = 2Pu 1 ⋅ − x
2 2
O sea,
266
M uc = Pu 1 ⋅ (s − c x )
Vuc = 2Pu 1
df
2
1
cx
B2 cy
Pu x
x0
3 4
s
B1
cx
D h
As
df
267
diseñamos las zapatas individuales. Incluso, podemos predimensionar
altura con las mismas fórmulas empíricas.
(B 1 − c x )
D=
3
Vu ≤ φ ⋅V n
1
𝑉𝑉𝑛𝑛 = . �𝑓𝑓𝑐𝑐´ . 𝐵𝐵 . ℎ .
6
Siendo,
f c ′ : resistencia especificada a la compresión del hormigón, en MPa
B : ancho del alma del elemento estructural, en mm
h : distancia desde la fibra comprimida extrema hasta el baricentro de
la armadura longitudinal de tracción, altura útil, en mm.
Vu ≤ φ ⋅V n
1
2𝑃𝑃𝑢𝑢1 ≤ 𝜙𝜙 . . �𝑓𝑓𝑐𝑐´ . 𝐵𝐵 . ℎ
6
268
Debemos también verificar punzonado, generado por la columna
y por los pilotes individuales. Para la determinación de los perímetros
críticos, seguiremos los esquemas típicos de zapatas individuales,
adecuados a la ubicación de la columna, generalmente centrada, y los
pilotes en posiciones centradas o extremas (Figura 38.3). En la Figura c1
y c2 corresponden a las dimensiones de la columna en la dirección de x
e y respectivamente.
ℎ 𝐷𝐷 ℎ 𝐷𝐷 𝐷𝐷
𝑐𝑐2 + ℎ/2
𝑐𝑐2 + ℎ/2
𝑐𝑐1 + ℎ
𝐵𝐵2 𝐵𝐵2
𝑐𝑐2 + ℎ
𝐵𝐵1
269
M uc ≤ φ ⋅ M nc
Así,
M uc = Pu 1 ⋅ (s − c x )
Pu 1 ⋅ (s − c x )
M nc =
φ
De aquí, se desprende,
k a =1 − 1 − 2mn
270
0,85 ⋅ f c ′ ⋅ B ⋅ k a ⋅ h
As =
fy
271
39. Construcción de cabezales
272
(i)
(ii)
(iii)
Figura 39.1: Construcción de cabezal. Secuencia: (i) pilotes del grupo terminados, (ii)
inicia excavación del recinto del cabezal, (iii) excavación de cabezal terminada
273
(i) (ii)
(iii)
Figura 39.2: Construcción de cabezal. Secuencia: (i) limpieza, (ii) instalación de armadura,
(iii) canasto
274
Figura 39.3: Fotografías de armadura de pilotes y cabezal para grupo de dos pilotes.
Edificio de la carrera de ingeniería civil, UTN FRC (septiembre, 2016)
275
Figura 39.4: Fotografías de armadura de cabezal triangular para grupo de tres pilotes.
Planta de cimentación. Edificio de la carrera de ingeniería civil, UTN FRC (octubre, 2016)
276
Figura 39.5: Plano típico de un grupo de dos pilotes y cabezal
277
40. Patología
278
primarias y converger en la determinación de la causa. (iv) Remediar.
Determinada la causa se procede a la remediación. Remediar implica
solucionar aquello que originó el daño. (v) Restaurar. Implica llevar
adelante todas las acciones necesarias para poner a la estructura en el
estado que tenía previo a la aparición del daño. De esta manera, se le
busca restituir su funcionalidad estructural o estética. Finalmente, (vi)
Monitorear. Es necesario programar un seguimiento estratégico para
confirmar que todo funcione bien. Es una etapa de prueba de
conformidad sobre la intervención. Ante la mínima advertencia que el
monitoreo revele, es necesario iniciar de inmediato una nueva
investigación.
Presentemos un recorrido fotográfico de estructuras que han
manifestado algún tipo de síntomas. En todos los casos, nos vamos a
referir a síntomas cuyas causas se vinculan a problemas de geotecnia
y/o cimentaciones (Figuras 40.1 a 40.5).
Figura 40.1: Fisuras en mampostería portante de una vivienda familiar cimentada con
bases superficiales sobre suelos limosos “colapsables”
279
Figura 40.2: Daños moderados de erosión, deterioro y deslizamientos parciales en una
excavación sobre suelo limoso “loess”
Figura 40.3: Formación inicial de una cuña de falla, con riesgo potencial de deslizamiento
de talud, en un camino de montaña
280
Figura 40.4: Daños importantes de erosión en un canal abierto sobre suelo limoso (loess)
sin revestimiento y sin defensa
Figura 40.5: Deslizamientos parciales en bloque en un canal abierto sobre suelo limoso
(loess) sin revestimiento y sin defensa
281
Ya mencionamos que los daños pueden revestir diferentes
grados de gravedad. Por esto, podemos presentar una clasificación
simple que nos permita diferenciarlos. (i) Daños estéticos. Son aquellos
que afectan la apariencia, pero no la funcionalidad. Tampoco afectan la
seguridad estructural. (ii) Daños funcionales. Estos afectan el uso.
Generalmente, este tipo de daño, también se asocia con reducción en la
seguridad estructural, aunque no de forma significativa. (iii) Daños
estructurales. Aquí estamos frente a situaciones en donde se ha
reducido considerablemente la seguridad estructural y, por lo tanto, es
alto el riesgo de inestabilidad o colapso. (iv) Colapso. Fallo o pérdida de
la estabilidad estructural. Puede abarcar toda la construcción o algún
sector específico.
Los daños pueden originarse en diferentes etapas de la vida de
una estructura. Hagamos un resumen. (i) Originados en Proyecto: se
puede deber a fallas en el diseño, cálculo, falta de estudio de suelo,
entre otras posibilidades. (ii) Originados en la construcción: errores
constructivos, falta de correspondencia entre lo “proyectado” y lo
finalmente “ejecutado”, falla en los materiales, etc. (iii) Originados en el
uso: producto de modificación del destino original, aplicación de
sobrecargas superiores a las previstas, daños estructurales por golpes o
productos agresivos, etc. (iv) Originados por agentes externos: se
refieren a daños inducidos desde “afuera” de la propiedad. Por ejemplo,
excavaciones en propiedades linderas sin un proyecto adecuado de
estabilización. (v) Originados por mantenimiento: más precisamente por
falta o mal mantenimiento. Por ejemplo, falta de impermeabilizaciones,
no reparación de cañerías dañadas, y podríamos seguir con la lista. (vi)
Originados por desastres naturales: Fenómenos naturales que superan
los límites previstos.
¿Cuáles son los principales síntomas que nos advierten de un
problema de cimentación? Bueno, en general hablamos de ciertas
configuraciones de fisuras o grietas. También pueden identificarse
hundimientos, asentamientos e inclinaciones. Existen casos en que los
síntomas no se visibilizan, sino que permanece oculto hasta
manifestarse problemas severos. Aquí es necesaria una urgente
intervención del ingeniero. Se deberá adoptar todas las medidas que
resulten necesarias para garantizar la seguridad.
282
Las consecuencias de daños tienen diferentes dimensiones. (i)
Humana: lesiones o pérdida de vida. (ii) Social: conflictos, afectaciones
psicológicas, morales. (iii) Económicas: costos de obras, depreciación
del valor de la propiedad.
La metodología de intervención debe adecuarse en cada caso en
función del tipo de estructura y magnitud de los daños. A modo general
podemos mencionar los siguientes pasos: (i) Inspección: relevamiento
de daños e identificación de síntomas. Por ejemplo, podría tratarse de
un cuadro de fisuras. Se deberá relevar su ubicación, configuración y
orientación. En ciertas situaciones, es posible que resulte necesario
adoptar medidas de urgencia, como recomendar apuntalamiento
inmediato y diagnosticar la estructura como “no segura para su uso”.
(ii) Antecedentes: Búsqueda de antecedentes. Consultar toda la
documentación de proyecto como planos, memorias, pliegos, estudios,
normativa y reglamentación vigente, etc. (iii) Medición: identificar una
línea de base de estos síntomas y realizar un seguimiento. Para el
seguimiento de fisuras se deben establecer puntos de control
estratégicos para el monitoreo de su evolución en el tiempo. En estos
puntos se instalan instrumentos testigos diseñados para registrar
movimientos bidireccionales de la estructura. Por ejemplo, los testigos
desarrollados por el CIGEF (UTN, FRC) son de acrílicos y se componen
de dos partes: una base cartesiana y una base punto. La base cartesiana
constituye un plano con ejes centrales y de referencia ortogonales. Es
de color blanca y opaca, con marcación cuadriculada negra, graduada
en 5,0 mm de paso. La base punto, es trasparente y lleva inscripta un
punto guía que se ubicada al origen del sistema de coordenadas de la
base cartesiana. Esta base lleva la inscripción que identifica el punto de
control. La Figura 40.6 presenta los componentes del testigo y la Figura
40.7 muestra la instrumentación de una fisura. El seguimiento se
realiza en el tiempo y se registra el ancho de fisura. Los resultados se
reportan en una gráfico espesor-tiempo (Figura 40.8) (iv) Estudios: los
más frecuentes son estudio de suelo e inspección de cimientos (Figura
40.9), pruebas hidráulicas (Figura 40.10), mediciones topográficas,
estudio de materiales, extracción de testigos, ensayos no destructivos
como pruebas de integridad, esclerómetros, pachómetro, etc. (v)
Gabinete: el análisis de la información relevada en los estudios,
283
seguimiento de síntomas, modelos de simulación computacional y
cálculos permitirá al ingeniero experto determinar las causas del daño,
o bien, proponer nuevas acciones de investigación en pos de
encontrarlas. Por ejemplo, en la Figura 40.8 se presenta la
interpretación de diferentes tendencias en el seguimiento de fisuras, y
la Tabla 40.1 nos orienta sobre la relación entre nivel de daño y “ancho”
de fisura o grieta, asentamiento relativo y distorsión angular. (vi)
Recomendaciones: se proyectan medidas de remediación, restauración y
reparaciones menores. Aquí la solución no resulta única o trivial.
Dependerá de la estructura, tipo de suelo, el nivel de daño,
accesibilidad, tecnología disponible, entre otros factores. Por ejemplo,
el sistema de micropilote hincado e inyectado (MHI) resulta interesante
alternativa de recalce debido a su facilidad constructiva en lugares de
difícil acceso.
Figura 40.6: Elementos componentes de los testigos desarrollados por CIGEF (UTN, FRC)
284
Figura 40.7: Bases de un testigo montadas en ambos márgenes de una fisura
Fuertemente
Inestable
Espesor de fisura o
Inestable
grieta (mm)
Tiende a estabilizarse
285
Figura 40.9: Inspección de un pilote. Ausencia de campana prevista en proyecto
286
Tabla 40.1: Relación entre Nivel de Daño y “ancho” de fisura o grieta, asentamiento
relativo y distorsión angular 106
Lf Sr d/L
Nivel Descripción
(mm) (cm)
Despreciable
Grietas apenas visibles <0,1 <3 <1/300
Daños muy leves, finas
1/300 a
Muy leve grietas. Fácil reparación 1 3a4
1/240
estética
Daños menores, pequeñas
fracturas visibles internas y 1/240 a
Leve 3 4a5
externas, dificultad en 1/175
puertas y ventanas.
Grietas que requieren
reparación mayor, reparación
1/175 a
Moderado de ladrillos, dificultad en 5 a 15 5a8
1/120
puertas y ventanas, fractura
de cañerías,
Grandes grietas que
requieren grandes trabajos
de reparación, reemplazo de
mampostería,
particularmente en sectores 1/120 a
Severo 15 a 25 8 a 13
de puerta y ventanas, 1/70
distorsiones en aberturas,
ondulaciones en el piso,
destrucción de cañerías,
daños estructurales serios.
Requieren trabajos de
reparación mayores,
reconstrucción parcial o
Muy severo completa, aberturas >25 >13 >1/70
totalmente fuera de
operación, daño estructural
grave e inestabilidad.
287
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Acerca de los autores
291