Dialnet LaPersistentePresenciaDeJesucristoEnElCine 2798688
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Resumen
Abstract
Just as it happened with painting, theatre or popular imagery, the cinema has con-
tributed to build a new ‘image of Jesus Christ’ that is strongly present among children,
young people and adults. In a world dominated by images rather than by words, a new
cinematographic genre has been born. Said genre focuses on biblical passages and is
particularly concerned in depicting Christ’s life. The large amount of related filmogra-
phy constitutes a compulsory reference for Theology, Christology and the education of
Faith. At the same time, this imagery has settled soundly within the hearts and minds of
296 Juan Carlos García Domene
both believers and non-believers all over the World, even if they profess different reli-
gions. Some elements of Christology can be detected in that imagery, which reduces,
condenses or reinterprets both the message of Jesus Christ and his own person.
Key words: Cinema, Jesus Christ, Movies.
Para reconstruir un inventario exhaustivo de los filmes dedicados a Jesucristo como argumen-
to principal, cf. R. Kinnard y T. Davis, Divine images A history of Jesus on the screen, New Jersey,
Secaucus, 1992; L. Castellani, Temi e figure del film religioso, Torino, Leumann, 1994; Departa-
mento de Cine de la Comisión Episcopal de MCS, Jesucristo en el cine. Más de cien películas sobre
el Hecho Cristiano, Madrid, 1998; D. Viganò, Gesù e la machina da presa: Dizionario ragionato del
cinema cristologico, Vaticano, Lateran University Press, 2005; E. T. Gil de Muro, Diccionario de
Jesús en el cine, Burgos, Monte Carmelo, 2006. Para un estudio sistemático del tema, cf. L. Buagh,
“La rappresentazione di Gesù nel cinema: problemi teologici, problemi estetici”, en Gregorianum 82
(2001), 199-240; P. Malone, “Jesús en nuestras pantallas”, en J. R. May (ed.), La nueva imagen del
cine religioso, Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca, 1998, 95-113; W. R. Telford, “Jesus
Chist Movie Star: The Depiction of Jesus in the Cinema”, en C. Marsh y G. Ortiz (eds.), Explorations
in Theology and film, Oxford, Blackwell, 1997; P. Sánchez, Dios, la muerte y el más allá en el cine
contemporáneo, Madrid, PPC, 2007, especialmente las páginas 100-123 están dedicadas al “aconteci-
miento” Cristo en el cine.
“El Dios de los cineastas”, Congreso Internacional de Teología celebrado en Barcelo-
na los días 16-18 de noviembre de 2007, organizado por la Facultad de Teología de Cataluña,
cf. http://www.teocinema.org/cast/index.html ; También en esta dirección los encuentros sobre teología
y comunicación de Cavallletti desde 1993, entre ellos el dedicado a “La nueva imagen del cine religio-
so” editado posteriormente en España por la UPSA: J. R. May (ed.), “La nueva imagen”, o. c.
A. Eichenberger, “Aproximaciones a la crítica del cine”, en J. R. May (ed.), “La nueva ima-
gen”, o. c., 36.
lico –un grupo pequeño de palomas– el elemento más destacado. Estamos ante
una interpretación del acontecimiento Jesús y en una extrapolación moral de su
mensaje, más que en una preocupación por la fidelidad al texto o a la re-cons-
trucción del contexto evangélico. No tiene pretensión teológica, sino narrativa
y moralizante propia del contexto americano y periodo entreguerras.
el primado de Pedro y el Juicio Final o juicio de las naciones (Mt 25) con que
se cierra el evangelio. Del inmenso material que presentan los evangelios cada
autor selecciona lo que quiere resaltar y omite lo que no ayuda a su particular
visión. También es interesante leer una obra de cine por las ausencias o los
acentos. La significación política del director, vinculado al Partido Comunista
Italiano, la confesión pública de su ateísmo y su militancia homosexual añaden
a la obra motivos de interés.
vida de Brian de los Monty Python son las verdaderamente configuradoras del
imaginario cristológico del gran público de los últimos treinta años.
10 J. L. Corzo, “De la catequesis a la escuela pasando por el cine: Lorenzo Milani”, en Teología
y catequesis, 56 (1995), 128.
El hombre que hacía milagros– The Miracle Maker The Story of Jesus (1999,
Gran Bretaña-USA, Stanislav Sokolov-Derek Hayes)
Tiene esta película, gestada en la productora de Mel Gibson, muchos
elementos nuevos. Es la primera realizada para animación en dos dimensiones
(dibujos) y en tres dimensiones (pequeños muñecotes animados). La acción se
desarrolla en Séforis, en la alta Galilea. Jairo llega a esta pequeña población
acompañado de su hija Tamar, con objeto de que sea examinada por un doc-
tor. Los niños juegan en la narración un protagonismo esencial; no porque está
destinada a ellos, por ser una película de animación, sino porque la película
parece leer todo el evangelio desde la afirmación de Jesús: «dejad que los niños
se acerquen a mí». Derrocha ternura, son manifiestas las muestras de cariño y
son emocionantes los abrazos y caricias, sin sentimentalismos. Es la primera
«vida de Jesús» leída desde la perspectiva infantil y femenina. A la belleza de la
narración, y la elaborada realización, cabe añadirle la rigurosa labor de muchos
asesores teológicos y bíblicos que le incorporan los puntos de vista recientes de
la investigación.
13 En la revista de cine de Signis España patrocinada por la Conferencia Episcopal Española
puede obtenerse una completa información muy favorable al filme: cf. Revista Pantalla, 90 (2004),
“Especial La Pasión de Cristo” de Mel Gibson, abril 2004; para una utilización didáctica, puede servir
la propuesta de Augusto Fernández, para la revista Misión Joven. En el contexto español, cf. T. Allen,
Una guía de la pasión: 100 preguntas para reflexionar sobre la película La pasión de Cristo, Madrid,
Palabra, 2004; N. Alcocer, “Sobre «La Pasión de Cristo»”, en Razón y fe, 249 (2004), 1267, 417-422;
En el contexto italiano, cf. L. Baugh, G. Bertagna y R. Royal, La Passione secondo Mel Gibson,
Guida alla lecttura del film, Milán, Àncora, 2004.
19 Para la novela varias ediciones: cf. D. Brown, El código Da Vinci, traducción de Benito
Fernández, Barcelona, Círculo de Lectores, 2003; traducción de Juanjo Estrella, Barcelona, Umbriel,
2004; para la película El Código Da Vinci, The Da Vinci Code, dirigida por R. Howard (2006, 143
min., USA, protagonizada por Tom Hanks, Audrey Tautou, Ian McKellen, Alfred Molina, Jürgen Pro-
chnow, Paul Bettany, Jean Reno, Jean –Yves Berteloot.
20 Para hacerse idea del volumen de la polémica es preciso acceder a publicaciones rigurosas
sobre el tema: S. Guijarro, “El Código da Vinci, ¿ficción o realidad?”, en Anales de mecánica y elec-
tricidad, 83 (2006), 52-58; Crítica 56, n. 935, monográfico, (2006); R. del Olmo Veros, “En torno al
Código da Vinci”, en Religión y Cultura, 232 (2005), 213-270; E. Arroyo, “El Código Da Vinci o la
estrategia de la mentira”, en Razón española: Revista bimestral de pensamiento, 126 (2004), 90-95;
un informe exhaustivo en la web de Pantalla 90, revista de la OCIC y de la Conferencia Episcopal
Española, http://www.conferenciaepiscopal.es/dossier/jesus.htm (30 de noviembre de 2007) y a la do-
cumentación de la Conferencia Episcopal Norteamericana (en español)
http://es.jesusdecoded.com/introduction.php (30 de noviembre de 2007). Es igualmente valiosa la
aportación de SIGNIS
http://www.signis.net/rubrique.php3?id_rubrique=204 (30 de noviembre de 2007).
21 El autor analiza con detalle la novela y la película con un sentido crítico y documentado den-
tro del dossier citado en la nota anterior.
22 Es ilustrativo consultar la página oficial de exhibición en España para todas las películas, don-
de aparece el número de espectadores y recaudación;
cf. http://www.mcu.es/bbddpeliculas/buscarPeliculas.do (30 de noviembre).
Una primera aportación que el cine puede acoger de los estudios teológicos
es la relativa a la Geografía y la Historia de Israel. Especialmente el cono-
cimiento científico de la tierra de Jesús es decisivo a la hora de construir una
escenificación y de plantear una trama. La imagen de Jesús que ha proporcio-
nado o proporcionará el cine del futuro, no puede obviar un territorio determi-
nado por su clima, su vegetación, su régimen hídrico, su botánica, su flora y su
fauna. Sus decorados, sus localizaciones no pueden traicionar la realidad física
que le confiere valor de realidad y le hace creíble y comprensible. A la hora de
las reconstrucciones es necesario ser fiel al marco geográfico. Por poner unos
cuantos ejemplos, un cineasta debería manejar las dimensiones del lago, el cau-
dal del Jordán, las fuentes de Banias, el color del mar al amanecer, la singulari-
dad del Mar Muerto, las aves, los frutos, los cultivos, los animales domésticos,
la temperatura. En las localizaciones la identificación de las aldeas y ciudades
es posible y recomendable: Belén, Nazaret, Cafarnaún, Jericó, Jerusalén, Tiro,
Sidón, Roma, etc. No sólo para hacer cine histórico realista, sino para no per-
petrar anacronismos, alteraciones o deformaciones de grueso tamaño. También
la historia de Israel y la situación geopolítica del siglo I en el Mediterráneo
oriental debería ser conocida según los avances recientes: las fuentes bíblicas y
extrabíblicas, los evangelios del Nuevo Testamento y los apócrifos, la literatura
intertestamentaria, la arqueología y las fuentes documentales y la historiografía
romana podrían permitir hoy a cualquier realizador una “re-construcción” de
una “biografía” de Jesús de Nazaret que haga posible un buen guión de un ver-
dadero biopic sobre el hijo de María. Sin duda un cineasta no podría controlar
esta información, pero debería dejarse asesorar por quien sabe y quien conoce.
Los estudios de Sociología del Nuevo Testamento también son necesarios
para hacer un buen cine sobre Jesús y los orígenes del cristianismo. Es preciso
entender el papel de los niños y la valoración de la infancia, el papel de la mujer,
el papel de los varones, las relaciones familiares, la imagen paterna, la valora-
ción de la vida y la maternidad o el papel de los ancianos. La representación de
la vida familiar y de la cotidianidad por el cine no puede obviar el conocimiento
de la lengua, la cultura, los trabajos, la vivienda, el abastecimiento del agua, la
alimentación, la medicina, la higiene, la música. También la organización social
debe ser conocida a la hora de abordar la imagen cinematográfica cuando es
preciso representar al clero, o al Sumo Sacerdote, a los sacerdotes y los levitas
dirigentes, a la aristocracia sacerdotal, a los simples sacerdotes o a los levitas
o clero menor. ¿Quiénes eran, cómo pensaban, cómo iban vestidos… los escri-
bas, los fariseos, los saduceos, los esenios, los zelotes, los soldados romanos, el
gobernador, Herodes…? El desconocimiento es el camino seguro para el error.
23 Pontificio Consejo para la Cultura, “Para una pastoral de la cultura” en www.vatican.va
(30 de noviembre de 2007) n. 12.
cen el espíritu humano, y sin los cuales es muy difícil vivir una vida plena y
completa. De ese modo, el cine puede dar una valiosa aportación a la cultura
y una cooperación específica a la Iglesia. Esto es particularmente significativo,
mientras nos preparamos para cruzar el umbral de un nuevo milenio cristiano.
Espero que los argumentos relacionados con la fe se traten siempre con compe-
tencia y con el debido respeto”24. En la misma dirección se pronunció el Papa
con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales cuando se
dedicó al cine: “El cine, desde su nacimiento, aun provocando algunas veces,
por algunos aspectos de su multiforme producción, motivos de crítica y de
censura por parte de la Iglesia, con frecuencia ha tratado también temas de
gran significado y valor desde el punto de vista ético y espiritual. Me complace
recordar aquí, por ejemplo, las numerosas versiones cinematográficas de la
vida y pasión de Jesús y de la vida de los santos, que todavía se conservan en
muchas filmotecas y que sirvieron, sobre todo, para animar numerosas activi-
dades culturales, recreativas y catequéticas, por iniciativa de muchas diócesis,
parroquias e instituciones religiosas. De estas premisas se ha ido desarrollando
un amplio filón de cine religioso, con una enorme producción de películas que
tuvieron gran influjo sobre las masas, a pesar de los limites que el tiempo, ine-
vitablemente, tiende a evidenciar”25
Capítulo aparte merecería la necesaria formación cinematográfica de los
candidatos al sacerdocio y de los pastores, englobada en el manejo y compren-
sión de los medios de comunicación social. Basta asomarse al documento de
1986 para descubrir una evolución en esta temática26
Otro tanto sucede con la transmisión de la fe en la catequesis y en la
enseñanza de la religión. Los medios de comunicación, según reconoce el
Directorio General de Catequesis27 “han alcanzado tal importancia que para
muchos son el principal instrumento informativo y formativo, de orientación
e inspiración para los comportamientos individuales, familiares y sociales”
y junto a los numerosos medios tradicionales en vigor, «la utilización de los
mass-media ha llegado a ser esencial para la evangelización y la catequesis».
24 Juan Pablo II, “Discurso a los participantes en un Congreso sobre «El Cine, vehículo de
espiritualidad y cultura»” (1-12-1997), en. www.vatican.va (30 de noviembre de 2007). La cursiva es
nuestra.
25 Juan Pablo II, “El cine, transmisor de cultura y valores. Mensaje de la XXIX Jornada de las
Comunicaciones Sociales” (28-5-1995), en www.vatican.va (30 de noviembre de 2007). La cursiva es
nuestra.
26 Congregación para la Educación Católica, “Orientaciones sobre la formación de los
futuros sacerdotes para el uso de los instrumentos de la comunicación social” (1986), en
http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-05/28-15/1986.html#III.BASE (30 de noviembre de 2007);
especialmente interesa ver la evolución en criterios y la necesidad de formación para el clero.
27 Congregación para el Clero, Directorio General para la Catequesis, en www.vatican.va
(30 de noviembre de 2007), nn. 160-162.
28 CEEC, Currículo de Enseñanza Religiosa Escolar. Educación Infantil, Educación Primaria;
Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato (19 de abril de 2007), en
http://www.conferenciaepiscopal.es/ensenanza/comision.htm (30 de noviembre de 2007).