La Pascua (IV)

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La Pascua (IV)

Apóstol Sergio G. Enríquez O.


Octavo Servicio
Guatemala, 7 de mayo del Año De La Revelación

Desde la primera parte de esta enseñanza hemos estado insistiendo que cada uno podrá describir
las diferentes experiencias que haya vivido, dependiendo de cómo haya visto el desarrollo de lo
visto; un ejemplo lo vemos con el Apóstol Pablo, en un viaje que estaba realizando para castigar
cristianos, él va acompañado de otras personas y de pronto en el camino ven un destello, un ruido
del cielo, etc., todos tuvieron una forma de ver las cosas y el único que asimiló las cosas como
eran, fue el Apóstol Pablo, porque todos tenemos diferente percepción de las cosas. Los que
anduvieron con el Señor Jesucristo tuvieron una forma diferente de ver las cosas mientras
anduvieron con El; Apóstol Juan dice que si escribiera todo lo que Jesús hizo mientras estuvo en la
Tierra, no cabrían todos los libros en el mundo; eso nos deja ver que Juan dejó de escribir muchas
cosas que vio.

También dijimos que hubo varios siervos de Dios que tuvieron una perspectiva diferente en cuanto
a lo que hoy conocemos como Santa Cena; y hoy estamos en pleno siglo XXI con una percepción
respecto a lo que podemos vivir en medio de la Sana Cena que solamente si el Espíritu Santo nos
ayuda a comprender cada cosa, podremos tener precisamente el entendimiento correcto de las
cosas, así como sucedió con el Apóstol Juan, porque de la gente de su época, podemos decir que
él era el más avanzado o de mayor entendimiento respecto a todo lo que se movió y cada situación
que vivieron en grupo como apóstoles del Cordero. Realmente cuando vemos el relato del
evangelio de Juan, fue el que más habló respecto a la Santa Cena, claro que bajo la perspectiva
de cómo la celebraban ellos como la pascua.

Es el Apóstol Juan el único que describe 3 pascuas:

1.- Juan 2:13 (representa el Atrio)

2.- Juan 6:4 (representa el Lugar Santo)

3.- Juan 11:55 (representa el Lugar Santísimo)

Esto es sumamente importante, principalmente la segunda pascua porque es el vínculo entre la


primera y la tercer. Recordemos que el vínculo entre lo bueno y lo perfecto, es lo agradable; ahí
está el vínculo. Veamos entonces qué es lo que hay en el capítulo 6 del evangelio de Juan, el cual
como ya lo indicamos, representa la segunda pascua, figura del Lugar Santo:

Juan 6:10 (LBA) Jesús dijo: Haced que la gente se recueste. Y había mucha hierba en aquel
lugar. Así que los hombres se recostaron, en número de unos cinco mil.

Aquí el Señor está introduciéndose en el tema del Pan, porque en la pascua El iba a trasladar el
cambio que debía surgir. Recordemos que la pascua se celebraba con cordero, o sea carne; eso
viene a ser sustituido por el pan; por eso Jesús dijo que comieran el pan como figura de Su carne
porque El es el Cordero de Dios. Entonces viendo el versículo anterior, vemos que Dios les daría el
pan pero era necesario que se recostaran, diríamos en términos más espirituales, el Señor quería
que ellos reposaran sobre la yerba; ¿qué es la hierba?, es lo que produce cuando cae el rocío del
cielo, esto es lo mismo que vemos en este versículo:

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Deuteronomio 32:2 (LBA) Caiga como la lluvia mi enseñanza, y destile como el rocío mi discurso,
como llovizna sobre el verde prado y como aguacero sobre la hierba.

¿Qué es lo que sucede entonces? Desciende la palabra de Dios y podemos reposar en el fruto que
produce con la paz que sobrepasa todo entendimiento y que llena los corazones para poder comer
del pan que es la carne de nuestro Señor Jesucristo. Cuando nos acerquemos a la mesa del Señor
debemos hacerlo reposando en las manos del Señor, sin importar los problemas que pretendan
quitarnos la paz; es mejor recordar que estamos en Sus manos.

Juan 6:12 (LBA) Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobran,
para que no se pierda nada.

En la pascua que celebraban los judíos, no podía sobrar nada, debían comérselo todo y para que
eso fuera posible, era necesario que compartieran el cordero con otras familias. Hoy lo que Dios
nos permite es que el pan que recibimos en lo espiritual, podamos compartirlo con nuestra familia.

Juan 6:27 (LBA) Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece
para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os dará, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha
marcado con su sello.

Este es el versículo seguido cuando Dios les dice que lo seguían porque les habia provisto de
alimento y porque lo habían visto caminar sobre las aguas; entonces les habla muy claro con este
versículo para que se esforzaran por el pan, pero no por el que perece, sino por el pan que no
perece. Aunque a nuestro ojos sea una porción de pan el que comeremos en la Santa Cena,
cuando entre a nuestro cuerpo, experimentaremos el efecto de la transustanciación para que se
convierta en Su carne.

Juan 6:32 (LBA) Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es Moisés el que os ha
dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo.

Antes de esto no habían problemas, pero cuando dijo que El era el pan que habia descendido del
cielo, empezaron las situaciones a tornarse complicadas; lo habían visto caminar sobre las aguas y
hacer milagros, pero ahora les dice que El era el pan del cielo, y se lo aceptaron. Con esto vemos
entonces que la Santa Cena divide a la cristiandad por que unos comprenden una cosa y otro otra;
al final debemos saber que efectivamente es al Cordero que nos comemos pero esto es algo que
Dios nos debe revelar porque el trasfondo es espiritual. Esto lo podemos comparar con el hecho de
creer que cuando estamos alabando a Dios, el Señor Jesucristo está en medio de nosotros
danzando también, lo creemos porque eso dice la Biblia y porque Dios lo ha revelado a nuestro
corazón.

Alguien podría decir que el milagro que vivieron los israelitas fue extraordinario cuando descendió
el maná del cielo, comida de ángeles; también fue maravilloso ver que no tuvieron necesidad de
cambio de calzado ni de ropa porque todo crecía conforme ellos lo iban necesitando; pero todo
aquello fue una sombra de lo que hoy vivimos porque cuando vino el Señor Jesucristo, fue el
momento en el que descendió el verdadero o legitimo maná, el que habían comido los hebreos en

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el desierto era una sombra de lo que habría de venir, pero cuando vino el Señor, se estableció un
vínculo que nos prepara para regresar con el Padre.

Pero todo esto debe darnos el entendimiento entonces que la Santa Cena es una comida del cielo,
aun cuando era una sombra de lo que habría de venir, era una comida del cielo; después
desciende el Señor y dice que en la Santa Cena habría un milagro en el pan porque esa es Su
carne.

Juan 6:35 (LBA) Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el
que cree en mí nunca tendrá sed.

El Señor lo que les estaba diciendo es que sus padres habían comido el pan en el desierto y
habían muerto, pero el que lo comiera a El, no moriría. En ese momento hubo una confusión de
ideas porque algunos pudieron creer que los estaba induciendo al canibalismo y por la falta de fe
en el Señor, lo abandonaron, no dejaron que les terminara de explicar el milagro de la vida.

Juan 6:50-54 (LBA) Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera.
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Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el
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pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne. Los judíos entonces contendían
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entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: En
verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no
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tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo
resucitaré en el día final.

Notemos que todo fue una revelación progresiva; hasta que llega a decirles deben comer Su carne
y sangre.

Juan 6:66 (LBA) Como resultado de esto muchos de sus discípulos se apartaron y ya no andaban
con Él.

Quiza sea esta la razón por la que Dios se reservó muchas cosas a través de los tiempos porque
los que lo siguen de pronto no pueden sobrellevar la revelación de tanto misterio y en lugar de
afirmar su fe en El, se retiran como sucedió en aquel entonces. Esto nos enseña entonces que una
de las cosas que viene a dividir a la Iglesia, es la sana doctrina, porque algunos no podrán sacar
de sus pensamientos la carnalidad y eso los hará que sigan pensando como siempre en lugar de
avanzar a lo nuevo que Dios está revelando para este tiempo final. Los que logremos avanzar en el
nombre de Jesús, seremos llenos de Su revelación, pero habrá algunos que van a preferir seguir
con un esquema que no quieren dejar porque piensan que en ese esquema tienen toda la doctrina
y que Dios no tiene nuevos misterios por revelar.

Juan 6:71 (LBA) Y Él se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste, uno de los doce, le
iba a entregar.

La Santa Cena define quien avanza a una nueva dimensión y quién prefiere seguir con su mente y
corazón enraizados en la tierra.

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LA TERCERA PASCUA

Juan 11:55 (LBA) Y estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos de la región subieron a
Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.

A partir de aquí vemos la tercera pascua, pero al final lo que debemos comprender entonces es lo
que dijo el Apóstol Pablo: Cristo es nuestra pascua en lo espiritual y hacer toda la aplicación
espiritual. Después de esto, el Señor le lava los pies a Sus discípulos y les empieza a hablar de
escatología diciéndoles que no se turben sus corazones porque si creían en el Padre, debían creer
también en El y les dice:
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Juan 14:1-3 (LBA) No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. En la casa
de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un
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lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré
conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros.

Hoy estamos a la mesa del Señor como una bendición indescriptible que solamente por revelación
podemos acercarnos a Su mesa para cenar con El y que Sus promesas se cumplan a nuestra vida.
Aprovechemos del pan y vino que son Su carne y sangre que nos dan vida eterna.

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